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Introducción a los ejercicios de Constelaciones Familiares

Aptos para personas que ya han participado en varios talleres de constelaciones.


Estos ejercicios se pueden realizar de a uno o entre dos o tres.
Antes de realizar un ejercicio, uno se prepara para estar centrado. Puede hacer una visualización,
unas respiraciones o cualquier ejercicio que le haga sentirse presente, sereno, centrado.
Durante el ejercicio uno sigue totalmente centrado, relajado, como en meditación, con la cabeza
vacía, esperando sólo señales de su cuerpo.
Se mueve sólo cuando algo le empuja o lo descoloca. Ese algo es el movimiento del espíritu.
Se puede parar un ejercicio en cualquier momento. El movimiento puesto en marcha sigue vivo en
las personas representadas…
Para todos estos ejercicios, no hay periodicidad fija. Cada uno testará lo que le conviene hacer cada
día…
Durante el ejercicio es posible que un representante mire a lo lejos o mire al suelo. Entonces si
alguien mira a lo lejos, es que está viendo a un ancestro, por lo que se pone una silla allá dónde
mira, una silla que representa a ese ancestro. Si alguien mira al suelo, es que está mirando a un
muerto, por lo que se colocará un cojín representando al muerto, allí dónde esté mirando.
Estos ejercicios son herramientas poderosas de cambio para vivir mejor. ¡Adelante!

El primer paso

Últimos ejercicios
El enfado
El legado de cada género
Soy hija, o hijo, de todos vosotros
Imitación inconsciente de un campo de pertenencia
Para tomar a los padres
El legado de cada género
Soy hija, o hijo, de todos vosotros
El desorden
Encontrar nuestro lugar
Tú por ti
Tomar al padre
Tomar a la madre
Ver a la madre desde el adulto
Ver a los padres como una unidad
La señal interna
Nuestros guías
El péndulo
Testar algo
Síntoma
Imitación inconsciente de un campo de pertenencia
Estar atrapado por un movimiento de compensación
Frente a un síntoma mío
Frente al bloqueo escolar o comportamiento difícil de un joven, niño, hijo
Integrar un duelo
Traumas
El enfado
Integrar traumas y conflictos
Lo que rechazo
Lo que rechazo de mi misma/o
Miedos y fobias
Lo que me da miedo
Sanar la herida
Sanar una reacción emocional desproporcionada
Salir de una dependencia
Cambiar el pasado
Corte de dependencia
El campo que me lleva
Estar atrapado por un movimiento de compensación
Imitación inconsciente de un campo de pertenencia
Mi espejo
Para aliviar malestar, dolor emocional
El campo que me lleva
Acoger a las partes que sufren
Sanando una parte de mi inconsciente que sufre
Colapso de anclas o anular un malestar habitual
Dificultades
Imitación inconsciente de un campo de pertenencia
Un muerto te agarra
Dramas o tragedias repetitivas
Estar atrapado por un movimiento de compensación
Frente a una situación difícil
Liberación de un malestar interno
Conflicto con alguien
Mi espejo
Resolver un conflicto
Desenredar un conflicto (proyección o doble transferencia)
"No le soporto"
Liberar un conflicto y volver a empoderarse
Desenredar un conflicto (proyección o doble transferencia)
El grupo de pertenencia. Las dificultades que duran
El guía es el corazón
El movimiento puro
Fidelidad a campos
Integración de polaridades / Integración de partes en conflicto
Liberación de un malestar interno
Cambiar una decisión del guion de vida
Cuando flaquean las fuerzas
Las expectativas y lo esencial para mi
Lo esencial
Mi responsabilidad
El guía es el corazón
Víctima, agresor, injusticia
Imitación inconsciente de un campo de pertenencia
Estar atrapado por un movimiento de compensación
La agresividad
Cuando alguien nos agrede o hace daño a otros
Cuando nos indignamos por una injusticia o un comportamiento
"No le soporto"
Aumentar los recursos
El campo que me lleva
Aumentar mis recursos
Crear un anclaje
La fuerza está en la sintonía
Programación para el éxito
Recoger las joyas del pasado
La crisis económica
Curación, cambio, sanación
Un muerto te agarra
Dramas o tragedias repetitivas
Lugar con memoria
La solución intentada en vano
Interpretar nuestros sueños
La mirada sanadora
La triangulación: alianza sistemática contra una persona
Ordenar nuestra vida
Las fechas aniversario
El guía es el corazón
El movimiento puro
Fidelidad a campos
Para ayudar a los hijos
Encontrar nuestro lugar (para el hijo)
Tú por ti
El movimiento puro
Para ayudar a alguien
Para ayudar a alguien que está mal
La solución intentada en vano
La triangulación: alianza sistemática contra una persona
Ayudar a otros
Las personas que no cambian
Sanar a distancia
Para ayudar a alguien
Para ayudar a alguien que está mal
Para Venezuela y otros países divididos
Para  Haití y otras tragedias naturales
Para estar más libre
El campo que me lleva
Ayudar a un muerto a terminar de morir
Un regalo de Navidad
Integrar lo masculino y lo femenino
 Las ex-parejas

Las Constelaciones Familiares son las herramientas correspondientes a un pensamiento, y conforme


evoluciona este pensamiento, va evolucionando la herramienta. La técnica de representar a una
persona desconocida o una abstracción, y recibir información de esta representación, es antigua. Y
la técnica se adapta a la visión del que la utiliza.
En una primera etapa, Bert Hellinger actuaba como psicoterapeuta, inspirado sobre todo por el
Psicoanálisis y la Gestalt, en las que el psicoterapeuta tiene el poder y el conocimiento. Los
representantes estaban bajo sus órdenes. No tenían autonomía de movimiento. Se buscaba una
imagen sanadora para el cliente.
 La constelación era una representación fija, inmóvil, únicamente dirigida por el  Constelador (y por el
cliente cuando colocaba a cada representante).  Este modelo de psicoterapia duró unos quince años,
y sigue siendo presente en la constelación con muñecos.
Cuando nos hemos situado frente a algo más grande que lo dirige todo, lo quiere todo como es, y lo
mueve todo con amor, ya no podemos ser nosotros los que movamos a los representantes o los
hagamos hablar.
A finales de los noventa Bert Hellinger abandonó el modelo de psicoterapia, mostrando que la vida
es mucho más que psicoterapia, y que distintas fuerzas dirigen nuestras vidas; fuerzas muy
superiores a nosotros, que nos orientan continuamente hacia la unificación y el amor.
La constelación hace aparecer muchas de estas fuerzas, y sólo el movimiento impulsado por ellas es
el que provoca la sanación.
Y Hellinger entendió que esto se reflejaba en el hecho de que los representantes tienen un
movimiento autónomo e involuntario que guía la constelación hacia un desenlace imprevisible que
será fuente de sanación para todos.
Observó que si los representantes estaban centrados y sin intención, se movían espontáneamente
de un modo muy lento hacia una solución inimaginable por el constelador. Al principio llamó a este
movimiento “movimiento del alma”.

Paralelamente, hasta más o menos el año 2003, estuvo abriéndose fenomenológicamente a la


conciencia moral. A partir de entonces pudo comprender que nuestra fidelidad en forma de
conciencia moral limita nuestra entrega a la vida y a la sanación, y que la sanación es siempre un
movimiento de reconciliación más allá de esa conciencia moral. Una fuerza superior a todos lo
mueve todo: desde la conciencia moral y sus consecuencias trágicas hacia la sanación y la felicidad
de los seres humanos. Todo está movido desde el amor, al servicio de la vida, por el amor del
espíritu.
Entonces Bert distinguió entre movimiento del alma y “movimiento del espíritu”: el movimiento del
alma que abarca a los representantes es un movimiento arcaico que muestra la dinámica
inconsciente en la que el cliente está atrapado, atrapado en una intrincación, consecuencia de la
conciencia moral; el movimiento del espíritu es el movimiento que surge después, a menudo a raíz
de una frase sanadora, y lleva hacia una reconciliación y la sanación. Se consideraba como un
movimiento externo al sistema humano, como un movimiento del campo del espíritu.
Ese espíritu o gran conciencia que lo piensa todo y conforme lo piensa lo crea, es el pensar a la vez
que lo pensado.
Se pudo entender que el movimiento del Espíritu pertenecía tanto a Algo más grande, a esa Gran
Conciencia o al Vacío Creador (como se quiera llamar), como a la Humanidad y a todos los sistemas
humanos.
Ya no buscamos una imagen, sino un movimiento; y además un movimiento de reconciliación.
La sanación entonces es la sanación que necesita todo el sistema familiar. Es la sanación buena
para todos. No hay sanación individual.
Desde el libro El Manantial del 2002, Hellinger dice cómo constelar: dejar actuar al campo. Y en
varios momentos, por ejemplo en el librito sobre las Constelaciones del Espíritu, dice que las
“antiguas” constelaciones son constelaciones de muerte, son peligrosas para el constelador, y, si
bien permitían una sanación a primera vista, creaban a posteriori nuevos desórdenes al no respetar
a los sistemas familiares, con nuevas consecuencias negativas para la familia del cliente.

¿En qué no respetaban los sistemas familiares?


El constelador se creía el sanador.
Por un lado, aplicaba “su” solución, y por otro lado, no respetaba el orden: se permitía mover o hacer
hablar a los ancestros y pedía al cliente que faltase también al respeto a sus familiares, moviéndolos.
Por supuesto sin darnos cuenta de ello, creíamos que era lo correcto…
En las Nuevas Constelaciones Familiares vemos que la energía de sanación está en el cliente y en
el campo. Y esa energía de sanación se despliega cuando la persona sintoniza con la vida como es.

El constelador se pone al servicio del vacío creador y ayuda al cliente a asentir a todo como es.
El Centro
Las nuevas constelaciones (del espíritu, cuánticas, etc.), es decir, las constelaciones desde el
Centro, son los nuevos instrumentos que surgen espontáneamente del campo si nos dejamos llevar,
si estamos centrados…
Es el requisito para practicar estas constelaciones y movimientos. Este centramiento o apertura a lo
más grande, a la nada, al vacío, al amor del espíritu, demanda práctica y sobre todo crecimiento
interior, tanto por parte del constelador como por parte de los representantes.
No todo el mundo puede representar. Pues si el representante o el constelador no están centrados
van a manipular, proyectando sus necesidades; y el resultado va a ser peligroso para el cliente, y,
por resonancia, peligroso para ese mismo representante y para el constelador, por ser el
responsable de lo que haya ocurrido.
El grupo
En la constelación hay dos planos presentes simultáneamente: el de la realidad presente con el
constelador, en el que el cliente podrá hacer o decir algo, y otro nivel atemporal y deslocalizado en el
que se mueven los representantes empujados por la energía de sanación.
La constelación, los representantes, el cliente y el constelador están guiados por las fuerzas de
sanación del campo que se acaba de formar.
El grupo se pone al servicio de la vida del constelado y se entrega también a las fuerzas de sanación
o movimiento del espíritu. Desde el principio de la constelación, todos los presentes están tomados
por esas fuerzas de sanación y se dejarán llevar por ellas. Algunos se sentirán impelidos a participar,
sin saber para qué ni a quién van a representar; otros sentirán que tienen que permanecer en su
silla, representando a alguien. Uno a veces siente que ha representado a varias personas, o
simultáneamente o una tras otra.
Todos recibirán sanación. Todos los presentes, los que representen y los que se quedan sentados. Y
también reciben sanación los que no están. Primero los familiares de los constelados, y los que
vibran especialmente con ellos. En segundo lugar, de un modo más lento, podemos ver que la onda
expansiva de cada constelación consigue alcanzar al resto de la población.
Los representantes
La dificultad de la representación radica en saber distinguir la información dramática o
psicodramática (que es muy fácil percibir, pero impide toda solución profunda y provoca fácilmente
reacciones de histeria colectiva, en la que las proyecciones personales dominan)  de la información
profunda, corporal y fenomenológica, del campo.
Los representantes están en un silencio interno absoluto, apenas perciben emoción. Sólo un
movimiento extremadamente lento los dirige, sin que puedan percibir hacia dónde va hasta que
finalice ese movimiento.
La calidad de su centramiento determina la calidad de la constelación. Ser representante es el
resultado de una actitud interna ante la vida: saber entregarse a una dirección más allá de lo
emocional, de la intención y del control, por muy buena que sea la intención de fondo.
El representante se entrega a una fuerza sutil a la que no controla y en la que confía.
Nadie le puede decir donde colocarse, lo que hacer, ni pedirle que diga algo. Sería una “usurpación”
del papel del movimiento del espíritu.
El constelador
El constelador estará en la actitud de representante de sí mismo, totalmente centrado y se dejará
abarcar por el movimiento que su centro le pida. Todo lo que decida viene dirigido por su conexión.
Un constelador sin conexión no puede dedicarse a las nuevas constelaciones.
El constelador tiene la responsabilidad de que todos actúen desde el centro. Su propia conexión es
lo que dará la fuerza y la fluidez a la constelación. Ya no tiene la posibilidad de intervenir sobre los
representantes. Éstos están dirigidos por el movimiento del espíritu.
El papel del constelador es acercar a cada uno de los presentes al recogimiento necesario para que
se pueda dejar mover por estas fuerzas. Todo se olvida, no hay hipótesis, no hay reglas. Sólo existe
la fenomenología y el no hacer. Fenomenología significa descubrir lo que realmente hay. No hacer
es no hacer nada voluntariamente, es dejarse guiar, es permanecer en silencio, conectado y a la
espera.
Esta fuerza sutil, que llamábamos “movimiento del espíritu” y ahora “fuerzas del campo” o “fuerzas
de sanación”,  es la única que sana. Está totalmente dirigida hacia las reconciliaciones y
reinclusiones que van a crear sanación.
A veces al final, hay información importante para el cliente. El constelador tiene que seguir
protegiendo al cliente y sentir si es oportuno dar alguna información. La devolución para que sea útil
para el cliente tiene que ser esencial y muy centrada.
Como es humano, y se puede proyectar sobre el cliente, el constelador tiene que estar muy vigilante
de sus propias contra transferencias. Su trabajo personal de crecimiento tiene que ser permanente.

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