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En el presente capítulo veremos el cumplimiento de la pena efectiva por parte del

condenado y el tratamiento que se le dispensa con el fin de lograr su resocialización, esto es para
que cuando vuelva a la sociedad no reincida en el delito.

I-) EJECUCIÓN DE LA PENA.1

SUMARIO. a) Concepto. b) Naturaleza. c) presupuestos.

a) Dentro del procedimiento integral, la fase ejecutiva se presenta como el momento de


obrar la jurisdicción, es decir, el momento en que debe hacerse efectiva la decisión tomada por el
Tribunal.

Algunos autores, sostienen que “la ejecución penal es el procedimiento dirigido a


efectivizar, hasta su agotamiento, el cumplimiento de la condena o la sanción impuesta en la
sentencia que puso fin al trámite cognoscitivo”. De esta manera la fase de ejecución capta
solamente las sentencias de condena o en las que se impone alguna medida de seguridad o
sanción2.

Sin embargo en la actualidad se sostiene que la fase ejecutiva abarca todo tipo de
sentencia, tanto la absolutoria como la condenatoria, incluyendo las de sobreseimiento. Así, el
artículo 503 del C.P.P. de Córdoba sostiene que “cuando la sentencia sea absolutoria, el Tribunal
dispondrá inmediatamente la libertad del imputado que estuviera preso y la cesación de las
restricciones cautelares impuestas, aunque aquella fuera recurrible”.

Realizadas estas observaciones se puede definir provisionalmente a la ejecución, en el


sentido dado por el Dr. Manuel Ayán, quien en un notable trabajo, cuya lectura se recomienda, la
describe como “el momento procesal constituido por el conjunto de actos necesarios para la
efectiva aplicación de todas las providencias, penales y civiles, contenidas en la sentencia”3,
involucrando también la modificación de la sentencia originaria cuando se ha producido un cambio
4
mas beneficioso en la ley penal.

b) La ejecución penal es una etapa eminentemente jurisdiccional, llevada a cabo por los
Jueces de Ejecución Penal, es decir aquellos que observarán y analizarán el cumplimiento del
tratamiento penitenciario.

1
EL PRESENTE TRABAJO HA SIDO DESARROLLADO TOMANDO COMO FUENTE Y ESTRUCTURA EL
IMPORTANTE TRABAJO DEL PRESTIGIOSO JURISTA CORDOBES, MANUEL AYAN “EJECUCIÓN PENAL
DE LA SENTENCIA”, texto de consulta obligado sobre este tópico.
2
Clariá Olmedo, Jorge, “Derecho Procesal Penal – T III”, ed. Rubinzal Culzoni, Bs. As. Año 1998, p. 241: “la sentencia
absolutoria también contiene elementos ejecutables aun de naturaleza sustanciales, pero ello no provoca propiamente un
tramite con la entidad suficiente que permita hablar de una etapa procesal; se limita a meros trámites singulares para el
restablecimiento de situaciones alteradas por el hecho juzgado o por el procedimiento cumplido”
3
Ayán, Manuel, “Ejecución penal de la sentencia”, Ed. Advocatus, Cba, año 1998, p. 19.
4
Cfr. Cafferata Nores, José I. – Tarditti Aída L., “Código Procesal Penal de Córdoba-comentado”, ed. Mediterránea,
Cba, 2003.

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El juez de ejecución tiene como función genérica el control del cumplimiento de las
garantías constitucionales y tratados internacionales ratificados por la Republica Argentina (art.
75 inc. 22 de C.N.) y el respeto de los derechos de los condenados no afectados por la condena o
por la ley.

La provincia de Córdoba adhiriendo a esta postura ha regulado en el art. 35 bis del Código
Procesal Penal, la competencia funcional del Juez de ejecución.

El primero de los requisitos es la existencia de una decisión jurisdiccional válida y firme:


esta decisión puede ser una sentencia (absolutoria, condenatoria, o de sobreseimiento) o un auto
interlocutorio que ponga fin al proceso dejando subsistente una medida de seguridad.

El segundo requisito apuntado por el Dr. Manuel Ayán en su obra “La ejecución penal” es
la existencia de un título ejecutivo: la decisión formal expresada precedentemente debe constar en
un instrumento público con las formalidades establecidas en la ley de rito.

El tercero de los requisitos es la aprobación del cómputo de pena tratándose de sentencias


condenatorias de cumplimiento efectivo. (Art. 504 del C.P.P.).

Mas allá de lo expuesto, en la actualidad se permite al condenado con sentencia no firme


(en definitiva procesado), por encontrarse en trámite recurso de casación, que también pueda ser
sometido, anticipadamente, al tratamiento penitenciario con el fin de ir avanzando en la fases para
que en el caso de ser rechazado el recurso, encuentre al condenado en cumplimiento del
tratamiento penitenciario y así haber avanzado las fases necesaria para llegar a aquella que,
mediante el cumplimiento de ciertas condiciones, permiten salidas anticipadas (ej. salidas
transitorias). De no aceptarse esto, pondríamos al condenado en un grave dilema, esto es recurrir
o no.

II.) INCIDENTES DE EJECUCIÓN PENAL.

SUMARIO: a) Concepto. b) Procedimientos. c) Recursos.

a) Podemos conceptualizar incidente de ejecución como “toda cuestión o controversia


accesoria promovida por el Ministerio Público o parte interesada, u organismo administrativo
legitimado, o provocada de oficio surgida con ocasión del proceso en su fase ejecutiva y que abre
una vía de tramite distinta a la principal”5.

Los códigos de procedimientos han establecido algunas situaciones que prevén la apertura
de esta vía incidental, como por ejemplo la oposición a cómputos de pena (art. 504 del C.P.P.C.),
el trámite de la libertad condicional (art. 515 y ss. del C.P.P.C.), modificación de la pena impuesta
(art. 514 del C.P.P.C.), restitución y rehabilitación de la pena de inhabilitación ( art. 526 del
C.P.P.C.). Sin embargo, esta enunciación es meramente enunciativa, ya que para la apertura de
esta vía incidental en la faz ejecutiva bastara la oposición o disconformidad con las resoluciones o

5
ibidem

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disposiciones de la autoridad ejecutiva, emitidas para el cumplimiento o aplicación del titulo
ejecutivo, expresada por la parte interesada y que llegue a conocimiento del Juez de ejecución o
Tribunal competente.

No obstante la especificidad y diversidad de los incidentes se puede observar en todos


ellos las siguientes características generales: a- Se promueven a petición de parte o de la
autoridad administrativa, no obstante también pueden ser promovidas de oficio cuando las
circunstancias así lo requieran; b- son eventuales, ya que no hacen a la naturaleza de la ejecución
penal siendo factible la no producción de ellos; c- debe proveerse a la defensa técnica del
imputado.

b) Los sujetos autorizados para promover los incidentes de ejecución son en primer lugar
los condenados o aquellos sobre los que pesa alguna medida de seguridad, quienes podrán
solicitarla por derecho propio o por medio de su abogado defensor. (Art. 502 del C.P.P.C.)

También puede promoverlo, el Ministerio Publico, el Tribunal competente de oficio o a


petición del órgano administrativo.

La ley no prevé formalidad alguna para que se produzca la vía incidental, por lo que basta
cualquier manifestación de voluntad de los sujetos autorizados que llegue a conocimiento del
órgano jurisdiccional.

Sin embargo cuando se trata de la solicitud de restitución en el uso y goce de los derechos
y capacidades de que fue privado el condenado (inhabilitación) se requiere la producción de
prueba del cumplimiento de las condiciones establecidas en el art. 20 ter del C.P. y la copia de la
sentencia respectiva bajo pena de inadmisibilidad. (Art. 526 del C.P.P.C.).

La ley procedimental establece la necesidad de la asistencia técnica del condenado en la


sustanciación de los incidentes de ejecución. (Art. 502, 515, 526 del C.P.P.C).

Asimismo, detalla con cierta precisión el desarrollo del trámite incidental en la faz ejecutiva.
Sobre este aspecto, se dispone que una vez realizada la instancia de proposición del incidente el
Tribunal competente deberá correrle vista al Ministerio Publico Fiscal o al interesado (en caso de
que la propuesta sea efectuada de oficio o petición del Ministerio Público o la autoridad
administrativa). La vista deberá ser evacuada en el término de tres días. Si se tratare de la
solicitud de restitución o rehabilitación la ley le otorga al Tribunal facultades instructorias a los fines
de la comprobación de los extremos invocados por el proponente o el cumplimiento de los
requisitos impuestos en la condena.

Una vez que ha sido evacuada la vista, el Tribunal deberá resolver mediante un auto la
procedencia de la solicitud en el término de cinco días. El auto que resuelve el incidente, por ser
una resolución jurisdiccional, debe ser debidamente fundado y debe cumplir con las formalidades
extrínsecas de toda resolución (art. 142 del C.P.P. Cba.).

c) Las decisiones que resuelvan el incidente planteado en la faz ejecutiva, son recurribles
por vía de recurso de casación (art. 502 del C.P.P.C.). Aunque el tenor literal de la norma se
refiere a la posibilidad de utilizar la vía de la casación en contra de las resoluciones que pone fin al
incidente de ejecución, nada obsta la procedencia del recurso de inconstitucionalidad dados los
presupuestos del mismo. (Art. 483 del C.P.P.C.).

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La interposición del recurso no interrumpe la ejecución de la sentencia principal, salvo que
el Tribunal así lo disponga. Por ello, cuando la ley se refiere a la suspensión como efecto de la
casación, en los incidentes ejecutivos se refieren a la suspensión o no de lo decidido en la
sentencia principal, es decir que si el Tribunal ha decidido en contra de las pretensiones del
incidentista, el recurso de casación no suspende la ejecución de la pena principal, salvo que el
Tribunal disponga lo contrario6.

III. EJECUCIÓN PENAL DE LAS SENTENCIAS.

SUMARIO: a) Nociones preliminares. b) Sentencias absolutorias. c) Sentencias


que imponen penas privativas de la libertad

a) Siguiendo la línea argumental que sostuvimos al principio de la unidad, referida a que la


ejecución penal comprende asimismo la ejecución de las sentencias absolutorias a la par de las
condenatorias y de las que imponen medidas de seguridad, vamos a iniciar este capitulo,
siguiendo los lineamientos esbozados por el Dr. Manuel Ayán, refiriéndonos a los efectos de la
ejecución en las sentencias absolutorias, para luego referirnos al tema mas paradigmático de la
ejecución penal que son las sentencias condenatorias, para analizar por último, brevemente, a las
sentencias que imponen medidas de seguridad.

b) SENTENCIAS ABSOLUTORIAS.
El actual Código de procedimientos de Córdoba establece en el capitulo dedicado a la
ejecución en general (Libro Quinto Titulo Primero, art. 503) que cuando la sentencia sea
absolutoria corresponde al Tribunal ordenar la inmediata libertad del imputado que estuviere
detenido y a ordenar el cese de toda medida cautelar impuesta, aún en el caso de que la
sentencia no estuviere firme o sea recurrida.

Si el imputado no se encontrara detenido, ni pesara sobre él ninguna medida cautelar, a


los fines de la ejecución no hace falta ningún acto en particular de ejecución material.
7
La sentencia de sobreseimiento, como sostiene Cafferata Nores , tiene el mismo efecto en
cuanto a la actividad del Tribunal que la sentencia absolutoria, en cuanto a la situación de libertad
del detenido. Ambas tienen como efecto y razón la de evitar la injusta e inútil continuidad de
encarcelamientos cautelares.

c) SENTENCIAS CONDENATORIAS

6
Clariá Olmedo, Jorge, “Derecho Procesal Penal – T III”, ob. cit., p 250: “la suspensión que el Tribunal puede autorizar
se refiere al cumplimiento de la pena impuesta, vale decir, de lo resuelto en la sentencia condenatoria que se ejecuta, y
no lo decidido en el auto incidental que se recurre.”
7
Cfr. Cafferata Nores, José I. – Tarditti Aída L., ob. Cit., p. 529

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SUMARIO: a) Cómputo de pena. b) Ejecución de las penas privativas de
libertad. c) Suspensión de la ejecución. d) Prisión domiciliaria. e)
procedencia.

a) Para iniciar el proceso de ejecución en el caso de sentencias de condena, el Tribunal


del Juicio debe realizar el cómputo de la pena, a los fines de establecer el inicio y finalización de la
sanción impuesta, basados en el monto determinado en la sentencia condenatoria. El cómputo de
la pena establece el período de tiempo en el cual el imputado permanecerá privado de su libertad
o de sus derechos, no siendo necesario este trámite, según la opinión de Clariá Olmedo, para las
sentencias que impongan penas perpetuas. No obstante, en este último caso, será necesario
realizar el cómputo de pena a los fines de la obtención de la libertad condicional.

A los fines del cómputo de la pena el tribunal competente debe tener en cuenta el tiempo
en que el imputado ha estado privado de su libertad durante ese proceso, siendo computable a
estos efectos no sólo la prisión preventiva, sino también la detención, la internación provisional,
etc.

Una vez practicado el cómputo correspondiente de pena, el Tribunal deberá notificar del
mismo al Ministerio Publico, al condenado y a su defensor quienes podrán formular observaciones
al mismo dentro del término perentorio de tres días.

Si transcurrido el término previsto por la normativa de fondo las partes no formularen


oposiciones, la sentencia se ejecutará inmediatamente y se remitirán los antecedentes al Juez de
ejecución que corresponda.

b) Puede suceder que el condenado no se encuentre privado de su libertad, previo a la


sentencia. En estos casos, la norma autoriza al Tribunal a dictar orden de captura a los fines de
lograr la aprehensión del condenado y cumplir de esta manera con uno de los fines del proceso
(aplicación de la consecuencia punitiva de la norma infringida). Si la pena impuesta en la
sentencia de condena, no supera los seis meses, el Tribunal puede notificar al condenado para
que se constituya detenido voluntariamente en los estrados judiciales, siempre que no exista
peligro o sospecha de fuga por parte de este. En cuyo caso se ordena la captura. El condenado
en estos casos puede solicitar la aplicación de alguna de las “alternativas para situaciones
especiales”, que se establecen en la ley penitenciaria (prisión discontinua, semidetención etc. –art.
25 g y 50 de la ley 24.660) a los fines de evitar un encierro continuo, con sus consecuencias
indeseables en orden a la rehabilitación del condenado.

Si el imputado se encuentra sometido al régimen de la prisión preventiva, en el plazo de


veinte días a contar desde que la sentencia queda firme, el Tribunal remitirá un testimonio de la
condena y del computo de pena efectuado a la autoridad administrativa del establecimiento
penitenciario en donde el condenado estuviera cumpliendo la medida coercitiva. Una vez que la
autoridad administrativa ha tomado conocimiento, deberá trasladar al condenado al
establecimiento dispuesto para el cumplimiento de la pena impuesta en un plazo de diez días.
Recordemos que los Pactos Internaciones de Derechos Humanos incorporados a nuestro
ordenamiento constitucional en su art. 75 C.N. (art. 5º- 4 de CADH; y art. 10 10,2 de PIDCP)
establecen que los condenados deben permanecer alojados en establecimientos diferenciados a
los dispuestos para los imputados sometidos a proceso.

Ningún funcionario del servicio penitenciario encargado de la custodia de los condenados,


recibir y alojar a una persona en el establecimiento a su cargo sin contar con la documentación que
autorice la privación de la libertad, bajo sanción de incurrir en un ilícito penal tipificado en la ley sustantiva
(Art. 143 del C.P).

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9
c) Por razones fundadas en el principio de humanidad -art 18 CN-, la ley procesal autoriza a
que la ejecución de las penas privativas de la libertad, que por regla deben ser ejecutadas una vez que
la sentencia y el cómputo de la pena quede firme, sean suspendidas o diferidas en su ejecución. Esta
facultad se concede al Tribunal sentenciante en dos hipótesis: a) En el caso de que la persona que
deba cumplirla sea una embarazada, o que tenga un hijo menor de seis meses de edad; b) Si el
condenado estuviera grave enfermo y la ejecución inmediata de la condena pusiera en peligro la vida
del mismo.

Esta facultad establecida en el art. 506 del C.P.P. Cba. es, según autorizada doctrina, una
10
norma subsidiaria , ya que en el caso de existir en la ley de ejecución de las penas privativas de
la libertad, modalidades de ejecución atenuadas (v. gr. Art. 192 del ley 24.660) que contemplen
estas situaciones, debe aplicarse esta ley, salvo que la infraestructura del establecimiento tornen
imposible el cumplimiento de estas “modalidades atenuadas” en la forma prescripta.

Una vez que las circunstancias que motivaron la suspensión de la ejecución de la pena
han cesado, el Tribunal debe disponer la ejecución inmediata de la sentencia.

d) El término de prisión domiciliaria (o detención domiciliaria – art. 512 del C.P.P.C.) se


utiliza para aquellas penas que imponen medidas restrictivas de la libertad ambulatoria, cuya
ejecución, por situaciones excepcionales, se efectúa extramuros, es decir, en un lugar distinto de
los establecimientos penitenciarios, que es en el caso particular el domicilio del condenado11.

El artículo 10 del Código Penal establecía este régimen exclusivamente para las penas de
prisión. Con la sanción de la ley 24.660 (Ley de ejecución de la penas privativas de la libertad) la
diferencia entre prisión y reclusión ha desaparecido por lo que se sostiene en la actualidad la
posibilidad de aplicar este instituto a cualquier hipótesis que aparezca comprendida en la norma,
sin importar la modalidad de la pena (prisión o reclusión).

Procedencia.

El beneficio de esta modalidad podrá ser otorgado por el Juez de ejecución o el Tribunal
competente y se concederá en los siguientes casos12:

8
art. 143 del Código Penal: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a tres años e inhabilitación especial por
doble tiempo:
4. El jefe de prisión u otro establecimiento penal, o el que lo reemplace, que recibiera algún reo sin
testimonio de la sentencia firme en que se le hubiere impuesto la pena o lo colocare en lugares del establecimiento que
no sean señalados al efecto;
9
Ver Fallo “Monterde”, Juez de Ejecución de Mar del Plata, 25-04-1996, J.P.B.A., t93, pp. 262 y ss. (citado por Cesano
Daniel, “Los objetivos constitucionales de la ley penitenciaria”, ed. Alveroni, Córdoba, 1996.
10
Cfr. Cafferata Nores, José I. – Tarditti Aída L., ob. Cit
11
El T.S.J de Córdoba ha definido a la prisión domiciliaria por sus características y afirma “se trata de una alternativa
para situaciones especiales en las que los muros de la cárcel son sustituidos por un encierro en el domicilio fijado bajo
el cuidado o supervisión de otra persona o institución. (TSJCba, Sala Penal, sent. Nº 17, 02/4/03, in re “Docampo
Sariego”).
12
Los casos previstos fueron modificados por la Ley 26.472 (B.O. 20/01/2009) que modificó el art. 32 de la Ley 24.660
de Ejecución de la pena privativa de la libertad.

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a) Al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le
impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere su
alojamiento en un establecimiento hospitalario;
b) Al interno que padezca una enfermedad incurable en un período terminal;
c) Al interno discapacitado cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario
es inadecuada por su condición implicándole un trato indigno, inhumano o cruel;
d) Al interno mayor de setenta años;
e) A la mujer embarazada;
f) A la madre de un niño menor de cinco años o de una persona con discapacidad, a su
cargo

En los casos de los supuestos a, b y c, la decisión deberá fundarse en informes médico,


psicológico y social.
La supervisión de esta modalidad de ejecución estará a cargo de un patronato de liberados
o de un servicio social calificado en caso de no existir aquél. Pero en ningún caso, la persona
estará a cargo de organismos policiales o de seguridad (art. 33 del ley 24.660), por lo que la
referencia a la supervisión por parte del servicio penitenciario a la que se refiere la norma del art.
512 del C.P.P.C. carece de aplicación.

En caso de quebrantamiento injustificado de la prisión domiciliaria, o cuando los resultados


de la supervisión efectuada así lo aconsejaren, el Juez de Ejecución o Tribunal competente
revocará el beneficio. Con la revocación, el Juez de ejecución o competente, a pedido o con el
consentimiento del condenado, podrá disponer la prisión discontinua o semidetención –art. 35 inc.
a de la ley 24.660).

La denegación de la solicitud o la revocación de este beneficio es recurrible por vía de


casación.

e) Libertad condicional.
13
La libertad condicional es un instituto regulado por la ley penal de fondo (art. 13 del C.P .)
que establece la posibilidad de la suspensión del encarcelamiento que se encuentra cumpliendo el
condenado, dado ciertos requisitos. Entre estos requisitos se establece: cumplimiento de un lapso
de la pena efectiva (art. 13) y la observancia de las normas de comportamiento del
establecimiento penitenciario.

13
13. El condenado a reclusión o prisión perpetua que hubiere cumplido veinte años de condena, el condenado a
reclusión temporal o a prisión por más de tres años que hubiere cumplido los dos tercios de su condena y el condenado
a reclusión o prisión, por tres años o menos, que por lo menos hubiese cumplido un año de reclusión u ocho meses de
prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrán obtener la libertad por resolución judicial
previo informe de la dirección del establecimiento bajo las siguientes condiciones:
1. Residir en el lugar que determine el auto de soltura;
2. Observar las reglas de inspección que fije el mismo auto, especialmente la obligación de abstenerse de
bebidas alcohólicas;
3. Adoptar en el plazo que el auto determine, oficio, arte, industria o profesión, si no tuviere medios
propios de subsistencia;
4. No cometer nuevos delitos;
5. Someterse al cuidado de un patronato, indicado por las autoridades competentes.
Estas condiciones regirán hasta el vencimiento de los términos de las penas temporales y en las perpetuas hasta
cinco años más, a contar desde el día de la libertad condicional.

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Su otorgamiento no agota la pena, solamente pone fin al encierro penitenciario,
modificándolo por un régimen de “liberación vigilada” (por el patronato de liberados) durante el
tiempo de agotamiento de la pena.

La ley da la iniciativa para solicitar la concesión de este instituto exclusivamente al


condenado, quien debe solicitarlo al Juez de ejecución por intermedio del órgano administrativo
del establecimiento penitenciario en donde se encuentra cumpliendo la pena, quien deberá
elevarlo juntamente con el expediente del interno en donde conste la fase de ejecución que esta
14
cumpliendo (principio de progresividad de la ejecución penitenciaria ), sanciones, calificación de
conducta, concepto, etc.

La intermediación del órgano administrativo en la petición de este beneficio, no excluye la


posibilidad de una petición directa ante el Juez de Ejecución por parte del condenado.

Una vez que el Tribunal ha tomado conocimiento del pedido de libertad condicional del
condenado, debe requerir al secretario el cómputo de la pena a los fines de verificar el
cumplimiento del plazo previsto por la ley de fondo para la concesión de este beneficio y dará
curso a la solicitud mediante el procedimiento de la vía incidental general de la ejecución penal,
por lo que corresponde proveer a la defensa técnica del condenado.

Si la libertad condicional es concedida en el auto de soltura se harán constar las pautas


compromisorias del beneficiario (art. 13 del C.P.) y este quedará sometido a la vigilancia del
Patronato de Liberados (art. 519 del C.P.P.C.)

El incumplimiento de las pautas compromisorias acarrea para el condenado la revocación


de la libertad otorgada lo que puede ser ordenada de oficio o a pedido del patronato de liberados.
La revocación sigue el trámite incidental regulado en el art. 502 del C.P.P. Cba.

f) Libertad asistida
La ley de ejecución penitenciaria (art. 54 ley 24.660) ha introducido una institución que
regula el egreso anticipado al cumplimiento de la condena temporal, seis meses antes del
agotamiento de la pena, salvo que la liberación anticipada del reo implique un grave riesgo para el
recluso o la sociedad.

A los fines del otorgamiento de este beneficio la ley establece que el Juez de Ejecución o
Tribunal competente deberá contar con los informes del organismo técnico criminológico y deberá
fijar una serie de pautas de conductas que el condenado deberá cumplir bajo apercibimiento de
revocar el beneficio concedido.

Aunque el Código Procesal Penal no regula específicamente el procedimiento de este


instituto, es aplicable por analogía “in bonam parte”, los mismos principios y procedimientos
establecidos para la concesión de la libertad condicional. (art. 502 del C.P.P.C.)

14
La libertad condicional aparece como consecuencia lógica de las distintas fases de la ejecución penitenciaria, por lo
que normativamente se encuentra regulada como la ultima fase del encierro. (art. 12 del C.P.)

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g) Revocación de la condena de ejecución penal.
La condena de ejecución condicional impuesta, es decir, aquella pena que impone un
restricción a la libertad ambulatoria (prisión o reclusión) pero deja en suspenso la ejecución
efectiva de la misma (art. 26 y ss. del C.P.), puede ser revocada si el condenado comete en un
nuevo delito dentro del plazo de prueba (siempre que sea condenado por este delito) o por el
incumplimiento de las condiciones o pautas de conductas impuestas por el Tribunal al concederla.

La revocación de la condicionalidad de la ejecución de la pena corresponde al órgano


jurisdiccional. El art. 513 del C.P.P. Cba. establece que la revocación de la ejecución condicional
en el caso de la comisión de un nuevo delito corresponde al Tribunal que dictó la pena, salvo que
proceda la unificación de penas; en este caso, el Tribunal que juzga el nuevo delito tiene la
competencia para su unificación (art. 58 del C.P.), por lo que a éste le corresponde revocar la
condenación condicional.

En caso de que la revocación se funde en el incumplimiento reiterado de las pautas de


conducta fijadas, esta no implica necesariamente el cumplimiento del encierro total impuesto en la
pena, sino que si el imputado así lo solicita o consiente, puede ser procedente otros regímenes
atenuados de cumplimiento de la pena establecidos en la ley penitenciaria (prisión discontinua o
semi detención)

La resolución en la que se dispone la revocación de la condena impuesta es recurrible por


vía de casación.

h) Modificación de la pena impuesta.


El artículo del C.P.P. Cba. establece la hipótesis que luego de dictada la sentencia
condenatoria sea dictada una ley penal más benigna y establece dos casos diferenciados de
benignidad de la nueva ley: a) La nueva ley modifique la pena impuesta al hecho fijado en la
sentencia15; b) La nueva ley modifique las condiciones de cumplimiento de la pena establecida16.

La entrada en vigencia de una nueva ley más benigna (en los dos supuestos) implica la
necesidad de que el Tribunal aplique la retroactividad de esta ley de oficio, ya que la ley penal
más benigna opera de pleno derecho (art. 2 del C.P.), por lo que su aplicación le corresponde al
Tribunal que dictó la sentencia; subsidiariamente la pueden solicitar al condenado o el Ministerio
Público.

Si la sentencia no se encuentra firme por la interposición de un recurso ante la alzada, a


esta le corresponde la aplicación de la retroactividad de la ley más benigna.

El trámite que se le imprime a la modificación de la pena impuesta es el establecido para


los incidentes generales de ejecución (art. 502 del C.P.P. Cba.), por lo que una resolución que
deniegue la retroactividad de la norma más favorable es recurrible por vía del recurso de
casación.

15
se refiere a la aparición de una nueva norma que despenalice la conducta fijada en la sentencia o atenúe la sanción
tanto cualitativa como cuantitativamente.
16
Se refiere a una modificación mas beneficiosa para el condenado de las normas que regulan el encierro penitenciario
(modificación en las fases del tratamiento penitenciario, regímenes de libertad atenuadas etc.)

Materia: Derecho Procesal III - 99 -


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i) Restitución y rehabilitación.
Toda persona que haya sido condenada a una pena de inhabilitación puede solicitar la
rehabilitación del uso y goce de los derechos que había sido privado en la sentencia, cumpliendo
ciertos requisitos establecidos en la ley de fondo (art. 20 ter del C.P.)17.

La solicitud de la restitución o rehabilitación puede ser efectuada por el condenado o por


su abogado defensor en un escrito en donde deberá acompañar las pruebas que prueben el
cumplimiento de los requisitos establecidos para lograr la rehabilitación bajo pena de
inadmisibilidad (art. 526 del C.P.P. Cba.). A estos fines deberá acompañar a la solicitud copia
autentica de la sentencia, y respecto al “comportamiento correcto” exigido por la norma de fondo,
la prueba debe girar según la doctrina mayoritaria a la no comisión de delitos o contravenciones
durante el curso de la sentencia18.

Una vez receptada la solicitud el Juez de ejecución (o Tribunal competente) podrá ordenar
la admisión de la prueba y/o ordenar una instrucción a los fines de corroborar el cumplimiento de
las condiciones establecidas en el artículo 20 ter del C.P. (art. 527 del C.P.P. Cba.)

Luego de receptada la prueba, el Tribunal resolverá por auto la petición efectuada previa
vista al Ministerio Público y al interesado por tres días. La resolución será recurrible por vía de
casación o inconstitucionalidad. (art. 528 del C.P.P. Cba.).

Si la rehabilitación fuera concedida se ordenaran las inscripciones y anotaciones


necesarias para dejar sin efecto la sanción. Estas comunicaciones deberán cursarse a los mismos
organismos a los que fue notificada la inhabilitación impuesta. (art. 529 del C.P.P. Cba.)

17
Artículo 20 ter:”El condenado a inhabilitación absoluta puede ser restituido al uso y goce de los
derechos y capacidades de que fue privado, si se ha comportado correctamente durante la mitad del plazo
de aquélla, o durante diez años cuando la pena fuera perpetua, y ha reparado los daños en la medida de lo
posible.
El condenado a inhabilitación especial puede ser rehabilitado, transcurrida la mitad del plazo de ella,
o cinco años cuando la pena fuere perpetua, si se ha comportado correctamente, ha remediado su
incompetencia o no es de temer que incurra en nuevos abusos y, además, ha reparado los daños en la
medida de lo posible.
Cuando la inhabilitación importó la pérdida de un cargo público o de una tutela o curatela, la
rehabilitación no comportará la reposición en los mismos cargos.
Para todos los efectos, en los plazos de inhabilitación no se computará el tiempo en que el
inhabilitado haya estado prófugo, internado o privado de su libertad”.
18
Cfr. Cafferata Nores, José I. – Tarditti Aída L., ob. Cit., p. 582; en contra Núñez Ricardo,

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