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LA EDUCACIÓN Y LA REPRESIÓN DEL CONOCIMIENTO

“La educación, tal como ella existe en la actualidad, reprime el


pensamiento, trasmite datos, conocimientos, saberes y resultados
de procesos que otros pensaron, pero no enseña ni permite pensar”
— Estanislao Zuleta

El fenómeno educativo en Colombia se ha convertido en un proceso de formación que


responde a las necesidades de productividad de un sistema condicionado por las distintas
esferas culturares, políticas y económicas, masificando así el conocimiento que se le
imparte al estudiantes, alejándolos de una aptitud critica y dejándolos a merced de la
credulidad, personas con poca autonomía prestas a la maleabilidad.
En nuestros inicios de conocimiento “general y especifico”, lo segundo centraliza el deber
de aprender, pero ¿se aprende realmente? Recibimos una cantidad de nimiedades o
detalles dentro las materias diversas que nos imparten en la escuela, como por ejemplo en
historia: las batallas de la independencia, donde se llevaron a cabo, quienes participaron
y otras cantidades de detalles que pueden suprimirse y centrarse en preguntas como ¿cuál
realmente era el sentido de las luchas de independencia? Preguntas que incentivan al
estudiante a desarrollar su aptitud crítica. En cambio, nos saturan con todos esos por
menores que distan de ser prácticos para los estudiantes dentro de su proceso formador
en la escuela y en sus actividades educativas posteriores.
Tomando la idea la cita inicial, muchos maestros atentan contra el proceso formador de
los estudiantes, no se le respeta su carácter de pensadores. La educación pierde su esencia
al limitar al estudiante, el cual es un investigador, a la hora de reprimirlo y no permitirle
ahondar en los campos que él desea investigar, sino en las cosas que el maestro considere
que deben aprenderse, mediante procesos mecánicos, una aprehensión que no existe,
porque al estudiante realmente no le interesa.
La educación carece de sentido si el alumno no tiene un espacio de exploración, un
espacio en el que formule su pensamiento y dudas. Al enseñar, el conocimiento a impartir
debe explicar dentro un espectro amplio de las necesidades de porque éste conocimiento
se importe: porqué es importante es importante aprender esto o aquello, para que
aprenderlo, construir el conocimiento a partir de la cotidianeidad y la realidad, así no será
efímero y sin sentido para el educando.
“La educación y los maestros nos hicieron un mal
favor: nos ahorraron la angustia de pensar”
— Estanislao Zuleta
Existe una gran incomunicación, entre el maestro y los alumnos, frases marcadas como:
“Ud. No sabe nada”, que nos retumban en la mente y nos recuerdan esas experiencias en
la escuela básica, secundaria e incluso en el ámbito universitario, destruyen
automáticamente esa relación alumno-maestro que propicia un buen campo de
aprendizaje. El maestros nos limita, debemos saber algo, ese algo solo lo sabe él, y la
manera de saberlo es la que el maestro me enseña y nada más, cerrando así cualquier
posibilidad de aprender las cosas de diferentes maneras o aprender muchas cosas a partir
de esta, así que la instrucción y el saber es simplemente una acción de repetición.
La famosa productividad, resultado de un sistema capitalista, incide de manera muy
marcada dentro del fenómeno educativo. La educación como producto, es una mercancía
que alimenta el sistema económico y política. La educación se convierte en medio para
crear mano de obra calificada, individuos preparados para responder a ciertas tareas y
responsabilidades dentro del sistema. Esto surge gracias a la formación de individuos,
“educados” con ciertos conocimientos y determinados por ciertas actitudes. El despojo
de la autonomía produce entonces, personas capacitadas para cosas específicas que la
sociedad necesita. Todos responden y obedecen al mercado y a las conveniencias del
capital. La escuela es así, un ideal para el sistema y sus intereses.
Resultado de lo anterior las personas se despojan de su propia esencia, adaptan su
existencia, pensamiento y ser a las necesidades del sistema. La educación en su carácter
humanista, nos orienta al desarrollo de la persona, un desarrollo autónomo sin
determinación alguna del mercado o el sistema. La educación y el maestro deben alejarse
de toda idea de formar individuo para que funcione dentro del sistema, sino convierte a
este en un burócrata, una persona reprimida de conocimiento y de su ser mismo, que
funcione de manera objetiva en cualquier ámbito. La educación debe priorizar la
formación de personas de autónomas sin ninguna dependencia de los demás. El sistema
nos obliga a convertirnos en mercancía, a depender de los demás por carecer ciertas
capacidades básicas.
Este sistema, no se abastece solamente del carácter económico masificador. Es también
un sistema sostenido en ilusiones, ilusiones que cuestan. Muchas personas estudian
carreras profesionales como: filosofías, artes plásticas, diseño gráfico, etc., y les va bien
dentro del mercado. Pero este resultado no es propio del mercado, lo cual crea la ilusión
de que una persona es libre: puedes hacer lo que quiere y estudiar lo que quiere. Pero la
realidad es otra, un escritor, un escultor, un ilustrador sobrevive debido al sacrificio de
sus ideales a cambio de las satisfacciones de otros. El sistema no vuelve ciegos y nos hace
creer que tenemos cierta libertad de pensamiento cuando realmente no es así.
Es la verdadera libertad de pensamiento, la que rompe las cadenas de la esclavitud en esta
sociedad. Existe una función liberadora dentro de la educación, este proceso debe re-
estructurarse orientar al educando a la autonomía una aptitud critica. Esto solo es posible
mediante un diagnostico dentro del mismo proceso. Es un ciclo incesante, si se desea
cambio en los sistemas social político y económico, debe iniciarse en la escuela,
entorpecer el proceso masificador del conocimiento hacia los educandos y orientándolos
a saber ser, saber hacer y saber aprender.
El acceso y aprehender del conocimiento debe ser libre y apasionado, este es el verdadero
y eficaz.
Jordan David Pallares Zamora
Historia Política de la Educación
Universidad Popular del Cesar

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