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OTORRINOLARINGOLOGÍA
Temas selectos en
otorrinolaringología
Juan Andrade Pradillo
Ex Jefe del Servicio de Otorrinolaringología, Audiología y Foniatría
del Hospital General de México, SSA, por concurso.
Miembro Emérito de la Academia Mexicana de Cirugía.
Miembro de la Academia Nacional de Medicina.
Miembro de la American Academy of Otolaringology,
Head and Neck Surgery. Socio Honorario de la Sociedad de
Otorrinolaringología del Centro Médico de Occidente.
Profesor e Instructor de más de 100 Cursos de Técnicas y Disección
del Hueso Temporal, Dallas Foundation of Otology,
Baylor Foundation, Dallas, TX, EUA,
en 10 de ellos como Director del Curso.
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Editorial
Alfil
Temas selectos en otorrinolaringología
ISBN 968--7620--98--6
Dirección editorial:
José Paiz Tejada
Editor:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Revisión técnica:
Dr. Eduardo Chávez
Revisión editorial:
Irene Paiz
Ilustración:
Alejandro Rentería
Diseño de portada:
Arturo Delgado--Carlos Castell
Impreso por:
Publidisa Mexicana, S. A. de C. V.
Calz. Chabacano 69, Col. Asturias
06850 México, D. F.
Abril de 2007
Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas
terapéuticos sean correctos y compatibles con los estándares de aceptación general de la fecha de
la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguros de que toda la información pro-
porcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cui-
dadosamente el material de instrucciones e información incluido en el inserto del empaque de cada
agente o fármaco terapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial, cuando se utilizan
medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alte-
ración, pérdida o daño que pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y apli-
cación de cualquier parte del contenido de la presente obra.
Colaboradores
V
VI Temas selectos en otorrinolaringología (Colaboradores)
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XV
Juan Andrade Pradillo
1. Epistaxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Rafael Zárate
2. Cuerpos extraños en nariz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Víctor Eduardo Vera Martínez
3. Rinosinusitis infecciosa desde el punto de vista clínico . . . . . 19
Eduardo López Lizárraga, Eduardo López Demerutis,
Fernando Arcaute Velásquez, Juan Andrade Pradillo
4. Poliposis nasal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Germán Fajardo Dolci
5. Cirugía endoscópica nasosinusal en la sinusitis pediátrica . . 37
Héctor de la Garza Hesles
6. Síndromes de cabeza y cuello . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Miguel Ángel García García, Sonia Canún Serrano
7. Angiofibroma juvenil nasofaríngeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Rogelio Chavolla Magaña
8. Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial . . . . . . . . . . . 71
Armando González Romero, Armando González Gutiérrez
9. Amigdalectomía actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Rafael García Palmer, Fermín M. Zubiaur Gomar
XIII
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XIV Temas selectos en otorrinolaringología (Contenido)
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Prólogo
Dr. Juan Andrade Pradillo
XV
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XVI Temas selectos en otorrinolaringología (Prólogo)
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A mi muy querida esposa.
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1
Epistaxis
Rafael Zárate
INTRODUCCIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
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2 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 1)
ANATOMÍA
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Epistaxis 3
FISIOLOGÍA
Los cornetes inferior y medio contienen una lámina propia muy vascularizada
con arteriolas que pasan al interior de esta mucosa y hueso, formando un plexo
venoso conocido como plexo cavernoso, controlado por estímulos parasimpáti-
cos, mecánicos, térmicos, psicógenos, sexuales y químicos, lo que da a la nariz
una función muy especial gracias a esta compleja irrigación, junto con la función
de glándulas mucosas, serosas y la actividad ciliar.
ETIOLOGÍA
Es necesario y muy útil dividir las causas de epistaxis en dos: locales y sistémicas.
Lo anterior deberá diagnosticarse mediante una historia clínica y una exploración
física completa, apoyadas con exámenes de laboratorio, estudios de imagen (que
pueden ser simples) o estudios de tomografía simple y contrastada, resonancia
magnética, estudios angiográficos y estudios histopatológicos.
1. Causas locales:
a. Traumáticas: son la causa más frecuente de epistaxis localizada en el
septum cartilaginoso, en primer lugar por la automanipulación tanto de
niños como de adultos. Esto puede ocasionar, en caso de ser reincidente,
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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4 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 1)
TRATAMIENTO DE LA EPISTAXIS
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Epistaxis 5
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6 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 1)
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Epistaxis 7
CONCLUSIONES
liares.
REFERENCIAS
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1992 to 2001. Ann Emerg Med 2005;46(1):77--81.
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deviation following nasal trauma. Emerg Med J 2005;22(11):778--779.
5. Herkner H, Havel C et al.: Active epistaxis at ED presentation is associated with arterial
hypertension. Am J Emerg Med 2002;20(2):92--95.
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8 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 1)
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2
Cuerpos extraños en nariz
Víctor Eduardo Vera Martínez
tercer año de vida. Existen múltiples mecanismos a través de los cuales un cuerpo
extraño se aloja en las fosas nasales. En las referencias consultadas se resalta que
la etiología más frecuente a esta edad es la curiosidad, el juego, el afán de llamar
la atención y algunas veces el prurito nasal.
DEFINICIÓN
Cuerpos extraños en fosas nasales son todos aquellos elementos animados o ina-
nimados introducidos en forma voluntaria o involuntaria en las fosas nasales y
en la rinofaringe.
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10 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 2)
ETIOPATOGENIA
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Cuerpos extraños en nariz 11
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12 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 2)
DIAGNÓSTICO
Como en todas las patologías, la historia clínica es la clave para llegar a un diag-
nóstico oportuno.
Cuando se trata de un niño y sus padres son observadores y se dieron cuenta
de la introducción del cuerpo extraño, no hay ningún problema, pero éste se pre-
senta cuando no existen antecedentes de introducción del cuerpo extraño. El pa-
ciente empezará a tener secreción unilateral mucopurulenta y fétida (figura 2--4)
o simplemente una laceración en el vestíbulo nasal (figura 2--5), así como obs-
trucción nasal; esto, mientras no se demuestre lo contrario, será un cuerpo extra-
ño (figura 2--6), y se puede agregar dolor, epistaxis y estornudos. A la exploración
se observa congestión y tumefacción de la mucosa nasal y puede haber necrosis
y ulceración; el lado de la nariz afectado se observa más prominente y con dolor
a la palpación, especialmente cuando se trata de granos o semillas.
Sólo cuando el cuerpo extraño es radioopaco son útiles los estudios radiográfi-
cos. Es recomendable tomar placas de distintos planos para puntualizar la locali-
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Cuerpos extraños en nariz 13
zación del cuerpo extraño. Si el cuerpo extraño es radiolúcido, los estudios radio-
gráficos carecen de utilidad (figuras 2--7 y 2--8).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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14 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 2)
Figuras 2--6. Cuerpo extraño en fosa nasal derecha (papel higiénico) a los dos meses
de evolución.
Diagnóstico diferencial
Se puede hacer en niños muy pequeños con atresia unilateral de coana, y en esco-
lares y adultos con rinosinusitis, pólipos nasales y neoplasias malignas.
A B
Figura 2--7. Cuerpo extraño en fosa nasal derecha (papel higiénico) a dos meses de
evolución
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Cuerpos extraños en nariz 15
Figura 2--8. Pila alcalina (de reloj) de fosa nasal derecha de un niño de dos años de
edad.
Tratamiento
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16 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 2)
fianza. Recuérdese que todo procedimiento de extracción se debe hacer bajo vi-
sión directa, ayudándose de microscopio o endoscopio si el caso lo requiere.
Complicaciones
Las complicaciones de los cuerpos extraños en fosas nasales se presentan prime-
ro por sus características: si se trata de una pila alcalina incrustada en las fosas
nasales, recuérdese que éstas liberan una gran cantidad de sustancias químicas
que pueden provocar alteraciones irreversibles de la mucosa nasal, sinequias (fi-
gura 2--9) y hasta una perforación septal, con consecuencias anatómicas, fisioló-
gicas y estéticas si no se extraen oportunamente.
Se puede presentar una epistaxis de difícil control debido a iatrogenias ocasio-
nadas durante la extracción si no se tienen en cuenta las condiciones de la mucosa
nasal y su gran vascularidad. Puede haber extracción de tejido normal por confu-
sión, por no observar las maniobras.
También puede haber proyección del cuerpo extraño a la región posterior y
como consecuencia de una broncoaspiración, con sus ya conocidas consecuen-
cias, que ponen en peligro la función y la vida del paciente.
RESUMEN
S Los cuerpos extraños en las fosas nasales son más frecuentes de lo que cual-
quiera se imagina.
Figura 2--9. Sinequias en la mucosa nasal por manejo agresivo y sin experiencia en la
extracción del cuerpo extraño.
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Cuerpos extraños en nariz 17
utilizan los odontopediatras para lograr una mejor inmovilización del pe-
queño (figura 2--10).
S La extracción del cuerpo extraño de un niño pequeño o de un adulto que no
cooperen deberá llevarse a cabo en un quirófano y con la ayuda de un médi-
co anestesiólogo, para sedación y llevar a cabo maniobras precisas.
RECOMENDACIONES
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18 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 2)
REFERENCIAS
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dren. Int J Pediatr Otorhinolaryngol 1998;46:37--42.
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7. Michael M, Paparella D, Shumrick A: Otorrinolaringología III. 3ª ed. Panamericana,
1994--2001.
8. Urgencias en otorrinolaringología. Soc. Mex. Oto. y CCC, Harcourt de México, 1999:247--
258.
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3
Rinosinusitis infecciosa
desde el punto de vista clínico
Eduardo López Lizárraga, Eduardo López Demerutis,
Fernando Arcaute Velásquez, Juan Andrade Pradillo
DEFINICIÓN
ANATOMÍA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ETIOPATOGENIA
19
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20 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 3)
1. Eliminar la infección.
2. Restablecer la ventilación y drenaje de los senos paranasales.
3. Eliminar los factores predisponentes de la infección.1,4
El pronóstico es bueno.1
La rinosinusitis aguda bacteriana tiene como agentes etiológicos más frecuen-
tes en esta etapa: Streptococcus pneumoniae, Haemophylus influenzae, Strepto-
coccus hemoliticus grupo A y Neisseria catarrhalis. En los pacientes inmunode-
primidos se encuentran Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa,
Klebsiella pneumoniae y enterobacterias.5
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Rinosinusitis infecciosa desde el punto de vista clínico 21
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22 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 3)
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Rinosinusitis infecciosa desde el punto de vista clínico 23
DIAGNÓSTICO
1. Interrogatorio.
2. Exploración clínica.
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24 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 3)
un interrogatorio dirigido en función del primer signo o síntoma que le haya refe-
rido su paciente.
Los signos y síntomas cuyo conocimiento es obligatorio para realizar un inter-
rogatorio son:
1. Sensación de cuerpo extraño en faringe.
2. Odinofagia.
3. Resequedad de faringe.
4. Labios partidos.
5. Rinorrea posterior.
6. Tos.
7. Obstrucción nasal en báscula.
8. Prurito nasal.
9. Estornudos.
10. Obstrucción nasal completa.
11. Rinorrea anterior.
12. Cefalea frontooccipital.
13. Cefalea frontal.
14. Hipertermia.
15. Astenia.
16. Adinamia.
17. Artralgias.
Los síntomas son diferentes según se trate del oído o de la laringe. Imagínese aquí
la semiología de nariz, senos paranasales y faringe; a partir de este momento, los
signos, un tronco común y sus ramificaciones. Por tal razón se utilizará la letra
“a” para el oído y la letra “b” para la laringe.
17a. Prurito en oído.
18a. Otalgia.
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Rinosinusitis infecciosa desde el punto de vista clínico 25
19a. Hipoacusia.
20a. Acúfeno.
21a. Vértigo.
22a. Otorrea.
17b. Disfonía.
18b. Disnea inspiratoria.
19b. Descenso inspiratorio de la laringe.
20b. Tiraje supraesternal.
21b. Respiración estridulosa.
Los incisos 18b, 19b, 20b y 21b establecen el diagnóstico de síndrome obstructi-
vo laríngeo y, en consecuencia, la indicación precisa de una traqueotomía de ur-
gencia. Continuar con la semiología sería invadir el área de las enfermedades de
las vías respiratorias inferiores.
Para la semiología en los pacientes infantiles se deben buscar los siguientes
signos y síntomas:17
1. Coriza.
2. Epifora.
3. Tos.
4. Inflamación conjuntival.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
5. Dolor a la deglución.
6. Dolor abdominal.
7. Diarrea.
8. Ronquera.
9. Inflamación gingival.
10. Náusea.
11. Fiebre.
12. Cefalea.
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26 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 3)
está claro que para curar la faringe hay que tratar las enfermedades rinosinusales.
Llamarán la atención el dolor abdominal y la diarrea, aspectos relacionados con
la inflamación de la cadena ganglionar mesentérica, la cual siempre responde
cuando hay patologías rinosinusales, de tal forma que es frecuente, incluso en los
adultos, que un médico realice una colecistectomía cuando el paciente lo que re-
quería era un tratamiento de su rinosinusitis infecciosa. La epifora se presenta
porque se obstruye el drenaje del conducto lacrimonasal, y esto también explica
la inflamación conjuntival.
En el segundo punto la exploración clínica se practica mediante la rinoscopia
o la fibroscopia nasal; esta última es la regla de oro en este concepto. Esto permite
observar lo siguiente: en todo proceso infeccioso de la nariz y senos paranasales,
la mucosa es hiperémica y húmeda.
Una vez establecido lo anterior hay que volver al antibiograma clínico rinofa-
ríngeo, ya que cuando existe una infección y las secreciones retenidas se han in-
fectado, éstas toman cierto color, y siendo éste el factor que sugiere el tipo de bac-
teria patógena al que se enfrenta, se ha establecido lo siguiente: la primera
variable del estudio de los autores fue el diagnóstico bacteriológico, esto con el
propósito de conocer e incluir en esta clasificación las bacterias que se cultivan
más frecuentemente en el medio mexicano (cuadro 3--2). Se observa en primer
lugar al Staphylococcus aureus y en segundo a la Klebsiella pneumoniae, por lo
que cobra mayor importancia el conocimiento del antibiograma rinofaríngeo una
vez que se sabe que estas bacterias tardan en iniciar su cultivo, en promedio, la
primera 24 h y la segunda 36 h (cuadro 3--3). El resto de las bacterias encontradas,
Neisseria catarrhalis, Streptococcus pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa,
tardan de 12 a 24 h en su multiplicación, y por ello clínicamente se pueden obser-
var más prontamente si su hábitat es el adecuado.
Por lo anterior, conocer la bacteria patógena cultivada y su tiempo promedio
de cultivo temprano permite conocer la higiene médica de la población que ocupa
al especialista, ya que cuanto más tarde en cultivar una bacteria, más baja será la
cultura médica de los pacientes.
Estadísticamente se utilizaron variables cualitativas, descritas por medio de
distribución de frecuencias, y las variables cuantitativas se describieron por pro-
medios, por lo que puede establecerse que la cultura médica del pueblo mexicano
continúa siendo deficiente, ya que las bacterias observadas en primer término en
el estudio de los autores son las que se cultivan tardíamente (24 a 36 h), cuando
debería ser lo contrario. O lo que es lo mismo: los pacientes no acuden por aten-
ción médica temprana y la terapéutica adecuada no se imparte con oportunidad.
Es fundamental conocer la variable y el color de la colonia bacteriana, dado
que permite identificar el tipo de bacteria no sólo microscópicamente, sino tam-
bién desde el punto de vista macroscópico (cuadro 3--4). Si se correlaciona el co-
lor de la colonia bacteriana con el de las secreciones de la nariz, se podrá suponer
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Rinosinusitis infecciosa desde el punto de vista clínico 27
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28 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 3)
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Rinosinusitis infecciosa desde el punto de vista clínico 29
Etiopatogenia
Diagnóstico clínico
Estudios paraclínicos
Diagnóstico final
Objetivos
1. Eliminar la infección
2. Restablecer la respiración y drenaje de los senos paranasales
3. Eliminar los factores predisponentes de la infección
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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30 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 3)
REFERENCIAS
1. López LE et al.: Otorrinolaringología práctica. 3ª ed. Guadalajara, Universitaria, 2003:
59--74.
2. Levy PS et al.: Diccionario clínico terapéutico de otorrinolaringología. Científica PLM,
1985:371--378.
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4. De la Garza H: Manual clínico de otorrinolaringología. México, JGH, 1999:131--140.
5. Mensa PJ: Infecciones en urgencias. 3ª ed. Antares, 2001:68--74.
6. Thiers H: Manual de alergología. Barcelona, Toray--Masson, 1966.
7. Koneman EW, Allen SD et al.: Diagnóstico microbiológico. 3ª ed. México, Médica Pana-
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Laboratorios Bayer de México, 2005.
9. Proetz AW: Applied physiology of the nose. St. Louis, St. Louis Annals Publishing Co.,
1953.
10. Garza de la H: Manual clínico de otorrinolaringología. México, Ciencia y Cultura Lati-
noamérica, 1999:106--108.
11. López LE: Otorrinolaringología práctica. 3ª ed. Guadalajara, Universitaria, 2003:30--40.
12. Koneman EW, Allen SD et al.: Diagnóstico microbiológico. 3ª ed. México, Médica Pana-
mericana, 1998:567--570.
13. Ortiz OL, Zambrano VS: Introducción a la inmunología. Guadalajara, Universitaria,
1983:23--36.
14. López LE, González RJ, Velásquez JE: Las alergias en otorrinolaringología. Hiposensibi-
lización. Semana Médica de México 1982;99(11):327--339.
15. López LE, López DE et al.: Antibiograma clínico rinofaríngeo. An Otorrinolaringol Mex
2006;51(2):71--75.
16. López LE: Otorrinolaringología práctica. 3ª ed. Guadalajara, Universitaria, 2003:59--62.
17. British Columbia Medical Association (BCMA): Guidelines and protocols. Advisory Com-
mittee, 2000.
18. Sansores RH, Ramírez VA, Velásquez MA: Mucolíticos y mucorreguladores en la terapia
respiratoria. México, Dresde Editorial Médica, 2004;1:9--31.
19. Sansores RH, Ramírez VA, Velásquez MA: Mucolíticos y mucorreguladores en la terapia
respiratoria. México, Dresde Editorial Médica, 2004;2:33--41.
20. Sansores RH, Ramírez VA, García GML: Mucolíticos y mucorreguladores en la terapia
respiratoria. México, Dresde Editorial Médica, 2004;3:47--62.
21. Morfín OMR: La epidemiología molecular de la Klebsiella pneumoniae en el Hospital
Civil de Guadalajara 1994--2004. Tesis para obtener el grado de Doctor en Ciencias. CUCS,
Universidad de Guadalajara, 2005:65.
22. Klossek JM, Federspil P: Actualización de los lineamientos de tratamiento para sinusitis
bacteriana aguda. Int J Clinical Practice 2005;59(2):230--238.
23. Ortiz L et al.: Introducción a la inmunología. Guadalajara, Universitaria, 1983:81--170.
ERRNVPHGLFRVRUJ
4
Poliposis nasal
Germán Fajardo Dolci
31
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32 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 4)
posis nasal. Esta entidad nosológica también puede presentarse en pacientes con
síndrome de Young (enfermedad pulmonar, azoospermia y poliposis) y síndrome
de Kartagener (sinusitis, situs inversus, bronquiectasias).
PATOGENIA
TEORÍA VASOMOTORA
TEORÍA INMUNITARIA
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Poliposis nasal 33
incremento de mediadores químicos. Sin embargo, las alergias mediadas por IgE
sólo tienen un papel limitado en la acumulación de eosinófilos en pacientes con
poliposis, y no son el factor principal en la patogenia de éstos. La pregunta central
continúa sin respuesta: ¿por qué se acumulan eosinófilos en los pólipos nasales?
Al parecer, existen factores quimiotácticos que los atraen, que se señalan en la
siguiente hipótesis.
TEORÍA INFLAMATORIA
Los procesos inflamatorios de la mucosa nasal son los causantes de poliposis na-
sal; existe evidencia histológica de flebitis, linfangitis e infiltrados celulares. Ac-
tualmente se sabe que diferentes citocinas están presentes en los pólipos nasales.
y de éstas principalmente las interleucinas IL--4, IL--5 e IL--6. En meses recientes
se ha postulado la participación de los RANTES (células T reguladas y normales,
expresadas y secretadas), los cuales actúan como quimiotácticos para eosinófilos
y mastocitos, y la consecuencia por la presencia de éstos es el aumento de los me-
canismos de inflamación local a través de la estimulación intrínseca de esas célu-
las para promover la síntesis de colágena y, por ende, la formación de pólipos.
Además, se ha involucrado recientemente al factor de crecimiento beta, el cual
se encuentra en el epitelio de los pólipos y se produce por los macrófagos y eosi-
nófilos; su consecuencia son modificaciones en el tejido conectivo y, por ende,
en la patogenia de los pólipos nasales.
TEORÍA INFECCIOSA
bada a través de estudios en animales a los que se les produce artificialmente sinu-
sitis crónica, lo cual induce al cabo de 90 días la formación de pólipos. Sin embar-
go, por su localización y la obstrucción del ostium, la participación bacteriana
también puede ser secundaria; de igual manera, la utilización de antibióticos no
disminuye la incidencia y prevalencia de pólipos. La verdadera etiología de los
pólipos continúa aún en investigación.
ANATOMÍA PATOLÓGICA
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34 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 4)
Diagnóstico
Diagnóstico diferencial
Tratamiento
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Poliposis nasal 35
Complicaciones
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
PÓLIPO ANTROCOANAL
Es una lesión benigna unilateral que ocurre a cualquier edad. Representa la for-
mación polipoide de la mucosa antral que se proyecta y emerge a través del os-
tium hacia el meato medio debido a los movimientos ciliares intrasinusales y
nasales, llegando hasta el marco coanal y la nasofaringe. El diagnóstico se confir-
ERRNVPHGLFRVRUJ
36 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 4)
REFERENCIAS
1. Allen JS, Eisma R: Characterization of the eosinophil chemokine RANTES in nasal po-
lyps. Ann Otol Rhinol Laryngol 1998;107:416--420.
2. Bernstein JM, Tankaskas JR: Increased ion transport in cultured nasal polyp epithelial
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9. Settipane GA: Epidemiology of nasal polyps. Allergy Asthma Proc 1996;17:231--236.
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5
Cirugía endoscópica nasosinusal
en la sinusitis pediátrica
Héctor de la Garza Hesles
Pocos temas están sujetos a tanta controversia y son tan discutidos en la literatura
como el tratamiento quirúrgico de la sinusitis pediátrica. La sinusitis en la niñez
es una patología frecuente cuya incidencia declina con la edad y en la mayoría
de las ocasiones se autolimita. Existe una relación íntima con el desarrollo nasosi-
nusal, la inmadurez inmunitaria, las alergias y el reflujo gastroesofágico.1
En el neonato están completamente desarrolladas la apófisis unciforme, el hia-
to semilunar y la bula etmoidal.3 Existen tres periodos de crecimiento rápido de
las estructuras sinusales y, por consiguiente, de expansión de los senos paranasales:
1. En los primeros 2.5 años de edad.
2. Entre los 7 y los 11 años de edad.
3. Finalmente, entre los 13 y los 16 años de edad.
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38 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 5)
Hay que diferenciar esta última de las sinusitis crónicas con exacerbaciones, las
cuales, a diferencia de las recurrentes, nunca remiten en su totalidad. Para el diag-
nóstico de la sinusitis se han establecido criterios mayores y menores; se requiere
la presencia de dos mayores o de uno mayor y dos menores para el diagnóstico
de la enfermedad2 (cuadro 5--1).
Hay que tener en cuenta que la tos puede tener diferentes etiologías y estar aso-
ciada o no al cuadro rinosinusal; la descarga nasal purulenta puede ser ocasionada
por cuerpos extraños; el edema periorbitario es típico de la alergia, y la sintomato-
logía dolorosa en niños se relaciona muy pocas veces con un cuadro sinusal. La
exploración física es de primordial importancia, y la presencia de exudado puru-
lento en el meato medio es patognomónica de sinusitis. Este hallazgo se encuen-
tra en el consultorio por endoscopia nasal y brinda una información detallada de
condiciones de la mucosa y la morfología nasal, la presencia y condiciones de las
adenoides; este procedimiento requiere destreza del médico y cooperación del
paciente, y en ocasiones no hay que vacilar en sedar al paciente para efectuarlo.
Se utilizan nasofaringoscopios de 2.5 mm, que tienen la ventaja de que por ser
flexibles son más fáciles de introducir, y en la mismo exploración puede obser-
varse la anatomía y el funcionamiento del paladar, la rinofaringe, la orofaringe
y la laringe. También pueden utilizarse endoscopios rígidos de 1 a 1.8 mm, que
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Cirugía endoscópica nasosinusal en la sinusitis pediátrica 39
son bien tolerados por la mayoría de los niños. No hay que olvidar la exploración
de cara y faringe, y es indispensable en todos los casos hacer una buena rinosco-
pia anterior.
El estudio de imagen por excelencia para la evaluación del niño con sinusitis
es la tomografía computarizada; con los equipos modernos, en especial los de do-
ble helicoidal, la rapidez del estudio evita la sedación, la cual se reserva para ni-
ños muy pequeños y para casos especiales. La tomografía no deberá efectuarse
en sinusitis aguda o con agudización de la patología crónica, excepto en casos de
complicaciones en que resulte obligatoria. La recomendación personal de los au-
tores es efectuar el estudio de imagen cuando menos después de un mes de trata-
miento médico.
Para evaluar resultados del tratamiento médico se sugiere un estudio de tomo-
grafía computarizada limitado a una radiografía electrónica lateral, muy útil para
valorar adenoides, tres cortes axiales, indispensables para valorar el etmoides y
el esfenoides, y dos cortes coronales, haciendo énfasis en un corte coronal a nivel
del infundíbulo. Sin embargo, este estudio resulta insuficiente para la planeación
de una cirugía, por lo que se solicita como mínimo un estudio de seis cortes coro-
nales y seis cortes axiales o el estudio para navegación transoperatoria. Éstos pue-
den tomarse aprovechando la anestesia de la cirugía.
El tratamiento de una sinusitis infantil siempre es médico y muy pocas veces
es quirúrgico. El tratamiento médico preconizado es evitar los factores predispo-
nentes, como la mala técnica de alimentación, la natación precoz, la guardería,
la exposición al humo del tabaco, el reflujo gastroesofágico y la alergia. El trata-
miento médico gira alrededor de antibióticos, esteroides tópicos y fluidificantes
nasales. El antibiótico no deberá ser administrado por más de dos semanas (para
evitar resistencias) y deberá cubrir en el niño con inmunidad normal al Haemo-
phylus influenzae, Streptococcus pneumoniae y a la Moraxella catarrhalis, ya
que, según los estudios de bacteriología llevados a cabo en México, son los gér-
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40 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 5)
INDICACIONES
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Cirugía endoscópica nasosinusal en la sinusitis pediátrica 41
TÉCNICA QUIRÚRGICA
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42 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 5)
d. Apertura de la bula.
e. En caso necesario, apertura de la lamnela basal.
f. En caso necesario, apertura del rostrum esfenoidal.
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6
Síndromes de cabeza y cuello
Miguel Ángel García García, Sonia Canún Serrano
DEFINICIONES
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44 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
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Síndromes de cabeza y cuello 45
ASPECTOS OTORRINOLARINGOLÓGICOS
EN UN NIÑO CON SÍNDROME CRANEOFACIAL
Vía respiratoria
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46 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
PÉRDIDA DE LA AUDICIÓN
Los niños con anomalías craneofaciales están en riesgo de tener o desarrollar pér-
dida de la audición. El escuchar es esencial tanto en el aprendizaje de un idioma
o comunicación verbal como en la educación, por lo que una evaluación minucio-
sa de un niño con algún síndrome incluye un examen otológico y audiológico
apropiado. El retraso en la detección de la pérdida del oído puede ser fundamental
en el desarrollo del niño.
La pérdida de la audición en forma congénita es predominantemente de natu-
raleza conductiva, pero la hipoacusia sensorineural también puede estar presente.
La hipoacusia conductiva congénita puede ser secundaria a microtia, atresia del
conducto aditivo externo, deformidad y fijación de la cadena osicular; en estas
condiciones es necesaria una apropiada evaluación audiológica y una tomografía
computarizada antes de una cirugía. Si estos problemas son unilaterales, es posi-
ble el desarrollo apropiado del lenguaje, pues se agudiza la percepción del oído
que no está afectado. Una detección temprana de complicaciones como la otitis
media y la administración de tratamiento médico adecuado, así como la coloca-
ción de tubos de ventilación cuando sean necesarios, permite una audición nor-
mal. La disfunción en la trompa de Eustaquio es común en niños con anomalías
craneofaciales, especialmente con labio y paladar hendido, y se tratan con éxito
colocando tubos de ventilación. Éstos también pueden ser requeridos en la ado-
lescencia para prevenir la pérdida de la audición o complicaciones de la disfun-
ción de la trompa de Eustaquio.
Los desórdenes del habla son comunes en niños con anomalías craneofaciales,
especialmente en niños con obstrucción nasal o labio y paladar hendido. El len-
guaje nasal es común en la insuficiencia velofaríngea seguida de la reparación del
labio y paladar hendido. Por lo general la terapia del lenguaje es suficiente; sin
embargo, la palatofaringoplastia puede ser requerida por niños de más de cinco
años de edad que continúen presentando insuficiencia velofaríngea. El lenguaje
hiponasal es menos común, y resulta de la obstrucción nasal, que suele corregirse
quirúrgicamente. La disfonía es otra alteración de la voz que se da por el desarro-
llo de nódulos en las cuerdas vocales o por trauma durante alguna intubación.
SÍNDROME DE DOWN
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Síndromes de cabeza y cuello 47
SÍNDROME VELOCARDIOFACIAL
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48 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
anomalías faciales y los problemas psicológicos que los pacientes pudieran pre-
sentar. Este síndrome tiene manifestaciones de enfermedades cardiacas congéni-
tas, lenguaje hipernasal, paladar hendido, problemas de aprendizaje y un aspecto
facial característico. Aproximadamente 8% de los pacientes con paladar hendido
presentan síndrome velocardiofacial.
Los hallazgos orofaríngeos incluyen malformaciones del cuello en 75% de los
casos, y varían desde fisura del paladar (10 a 35%), fisura submucosa (33%), fisu-
ra submucosa oculta, parálisis velar hasta lenguaje hipernasal. La maloclusión es
un hallazgo común. Las amígdalas y las adenoides son pequeñas o aplásicas en 50
y 85% de los casos, respectivamente. La obstrucción de vías respiratorias es co-
mún, y hasta 50% de los neonatos son diagnosticados con apnea obstructiva del
sueño. Sin embargo, es muy importante evitar la amigdalectomía y la adenoidec-
tomía en estos pacientes, ya que la obstrucción no mejora después de la cirugía.
En una emergencia se utiliza la vía respiratoria orofaríngea o nasofaríngea, y en
último caso puede requerirse la reparación de la fisura del paladar o el manejo
quirúrgico del aparato velofaríngeo.
Las características faciales en el síndrome velocardiofacial incluyen microce-
falia, una cara alargada con maxilar vertical, mala oclusión y retracción mandibu-
lar. La nariz es usualmente prominente con base cuadrada, hipoplasia de las alas
nasales, vestíbulos nasales estrechos y labio superior delgado. La asimetría facial
es común. Además, 15% de los casos presentan secuencia de Robin y 15% con
Robin presentan síndrome velocardiofacial. En 40% de los casos pueden apare-
cer fisuras del párpado, así como hallazgos oftalmológicos: cataratas bilaterales,
vasos retinianos entreverados y anomalías en los oídos. Son comunes los pabello-
nes auriculares pequeños con hélix de bordes gruesos. En 75% de los casos pre-
sentan pérdida conductiva de la audición, que posiblemente se debe a una otitis
media y labio y paladar hendido.
Las anomalías cardiovasculares se presentan en 75 a 85% de los casos con sín-
drome velocardiofacial. Los defectos ventriculares septales, el arco aórtico del
lado derecho, la arteria subclavia aberrante y la tetralogía de Fallot son alteracio-
nes cardiacas comunes. Aproximadamente 10% de los niños con síndrome velo-
cardiofacial mueren como resultado de defectos cardiacos congénitos. Las arterias
carótidas internas están desplazadas y tortuosas en 25% de los casos, y general-
mente se corrigen con la edad. Esto debe tenerse en cuenta antes de reparar el pa-
ladar hendido.
Algunos pacientes pueden presentar retraso mental superficial y una pobre in-
teracción social. Las anomalías renales se presentan en 35% de los casos. El cre-
cimiento es retrasado en una gran proporción de estos pacientes. La hipocalcemia
y los hallazgos inmunitarios de disfunción de los linfocitos T están relacionados
con la secuencia de DiGeorge en 15% de los pacientes; son frecuentes las infec-
ciones de vías respiratorias en estos pacientes.
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Síndromes de cabeza y cuello 49
SÍNDROME BRANQUIOOTORRENAL
El síndrome branquiootorrenal (BOR) fue mencionado por primera vez por Mel-
nick y col. en 1975. Este síndrome tiene una prevalencia de 1 en 40 000 nacimien-
tos, y su etiología es autosómica dominante con expresividad variable y una pe-
netrancia de 85% (OMIM113650). Estas características deben tenerse en cuenta
al realizar el estudio familiar y proporcionar asesoramiento genético; el locus del
gen se encuentra en 8q13.3; sin embargo, existe heterogeneidad, y un segundo
gen ha sido mapeado en 1q31. Las características principales de este síndrome
son quistes o fístulas branquiales, hoyuelos preauriculares, pabellones auricula-
res malformados, pérdida de la audición y anomalías renales.
Los quistes en las fisuras branquiales o fístulas se presentan en 50 a 60% de
los casos, predominantemente en el tercio inferior externo del cuello, y por lo ge-
neral son bilaterales. Cuando se presentan fístulas, éstas pueden abrirse en las fo-
sas amigdalinas. Son también comunes la parálisis del nervio facial y la estenosis
del conducto lacrimal.
Las manifestaciones otológicas del síndrome branquiootorrenal se encuentran
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en el campo de las anomalías estructurales del oído externo y del oído interno.
Las malformaciones auriculares se presentan en 30 a 60% de los casos, y varían
desde una microtia severa hasta anomalías menores de la oreja. Los hoyuelos au-
riculares se presentan en 70 a 80% de los casos, y rara vez se comunican con la
cavidad timpánica. La pérdida del oído se presenta en 75 a 90% de los casos, y
puede ser de tipo conductivo (30%), sensorineural (20%) y mixto (50%). El ini-
cio de la pérdida de la audición puede variar desde la infancia temprana hasta la
juventud. Las malformaciones del oído medio incluyen malformaciones de los
huesecillos y un tamaño o estructura anormal de la cavidad timpánica. Aunque
no son comunes, las anomalías en el oído interno incluyen vestíbulos dilatados
o canales endolinfáticos (o ambos) y canales semicirculares pequeños.
El diagnóstico apropiado del BOR depende de un interrogatorio y un examen
físico cuidadosos, en los que se debe tener especial cuidado cuando se presenten
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50 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
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Síndromes de cabeza y cuello 51
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52 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
ocular. Existe retrusión del tercio medio de la cara, lo que produce un prognatis-
mo relativo. El puente nasal puede estar deprimido y la nariz en pico. El retraso
mental es variable.
En 1912 Crouzon describió por primera vez las características de la disostosis
craneofacial. Estas características eran craneosinostosis, hipoplasia maxilar, ór-
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Síndromes de cabeza y cuello 53
SECUENCIA DE ROBIN
Esta alteración fue descrita por primera vez por St. Hilaire en 1822, posterior-
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54 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
ASOCIACIÓN CHARGE
El acrónimo CHARGE fue descrito por primera vez por Pagon y col. en 1981 para
identificar una colección no aleatoria de malformaciones. La prevalencia de esta
asociación es desconocida. El acrónimo viene de las siglas en inglés de colobo-
mas, anomalías cardiacas, atresia de coanas, retraso del crecimiento o del desa-
rrollo, anomalías genitourinarias y anomalías del oído. Adicionalmente, las ano-
malías de la cabeza y cuello manifestadas en esta asociación incluyen parálisis
del nervio facial, laringomalacia, parálisis de las cuerdas vocales, sueño obstruc-
tivo y reflujo gastroesofágico.
Las anomalías del hueso temporal incluyen hipoplasia de los canales semicir-
culares y malformación de Mondini.
El aspecto otorrinolaringológico más urgente en esta asociación es el riesgo
respiratorio debido a la atresia coanal bilateral. La atresia coanal debe ser incluida
en el diagnóstico diferencial de un recién nacido con problemas respiratorios y
cianosis en el momento de llorar. La atresia coanal unilateral puede manejarse sin
intervenciones; el manejo es usualmente con la colocación de una vía oral. El tra-
tamiento quirúrgico puede retardarse hasta la edad escolar. En los casos bilatera-
les es necesaria la intervención quirúrgica a edad temprana para prevenir des-
compensación respiratoria. Se realiza una traqueotomía antes de una cirugía
definitiva.
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Síndromes de cabeza y cuello 55
ANOMALÍAS OTOLÓGICAS
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56 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 6)
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7
Angiofibroma juvenil nasofaríngeo
Rogelio Chavolla Magaña
DEFINICIÓN
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58 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 7)
EPIDEMIOLOGÍA
ETIOPATOGENIA
En estos días sigue siendo desconocida, pero se han propuesto diversas teorías:
El gen Ras, cuyos miembros son Ki--ras, Ha--ras y N--ras, se ha asociado al pre-
sentar mutaciones a la formación de tumores de cabeza y cuello.
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Angiofibroma juvenil nasofaríngeo 59
HISTOPATOLOGÍA
a. Compacto: se presenta como una tumoración en una sola pieza, con base
de implantación amplia y prolongaciones de acuerdo con su tamaño, lo cual
favorece el resultado quirúrgico.
b. Racemoso: es la presentación más frecuente, con múltiples prolongaciones
en diversas direcciones, lo cual hace que las recidivas sean frecuentes (figu-
ra 7--1).
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60 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 7)
La mucosa está formada por epitelio pavimentoso plano estratificado, con una
importante infiltración linfoplasmocitaria. Presenta ulceraciones centrales y zo-
nas de necrosis.
Posee receptores androgénicos y de dehidrotestosterona y carece de receptores
estrogénicos y de progesterona (figura 7--2).
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
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Angiofibroma juvenil nasofaríngeo 61
PATRÓN DE DISEMINACIÓN
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62 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 7)
Puede alcanzar el agujero rasgado anterior a través del techo nasofaríngeo e infil-
trar las inserciones ligamentarias de la base del cráneo, y entrar en contacto con
la arteria carótida interna, a la cual engloba o puede infiltrar, llegando al seno ca-
vernoso.
DIAGNÓSTICO RADIOLÓGICO
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Angiofibroma juvenil nasofaríngeo 63
A B
Objetivos
a. Confirmar el diagnóstico.
b. Obtener un mapa de los vasos nutricios de la tumoración.
c. Embolización preoperatoria: primer tiempo terapéutico.
S La técnica empleada puede ser anestesia general o local con sedación.
S La vía de acceso endovascular es femoral.
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64 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 7)
A B
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Angiofibroma juvenil nasofaríngeo 65
7--1).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se debe llevar a cabo con tumoraciones nasofaríngeas y cavidad nasal con ten-
dencia a ser ricamente vascularizadas.
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66 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 7)
Tratamiento
S Estadificación.
S Vasos embolizados preoperatoriamente.
S Tipo de abordaje empleado.
S Experiencia del cirujano (externo vs. endoscópico).
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Angiofibroma juvenil nasofaríngeo 67
Manejo anestésico
Complicaciones posoperatorias
S Hemorragia.
S Edema facial.
S Formación de costras nasales: rinitis atrófica.
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68 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 7)
S Infección.
S Parestesias.
S Cicatriz facial.
S Fístula oroantral.
S Parálisis facial.
S Fístula de LCR.
S Asimetría facial.
S Insuficiencia renal aguda.
S Choque hipovolémico.
S Muerte.
Radioterapia
S Osteorradionecrosis.
S Parálisis de pares craneales.
S Alteraciones del crecimiento facial.
Quimioterapia
Hormonoterapia
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Angiofibroma juvenil nasofaríngeo 69
RECURRENCIA
S Fosa infratemporal.
S Seno esfenoidal.
S Clivus.
S Pared medial del seno cavernoso.
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8
Materiales aloplásticos
en cirugía maxilofacial
Armando González Romero, Armando González Gutiérrez
INTRODUCCIÓN
Muchos factores contribuyen a que una cara sea estéticamente bella: los tejidos
blandos (textura, grosor, color) y el esqueleto (tamaño, forma, proporción y sime-
tría). Cuando la cara no es bella, existe el recurso de la cirugía estética facial para
corregirla.
La moderna cirugía estética facial está basada en la modificación estructural
del esqueleto osteocartilaginoso, ya sea reduciendo las partes prominentes o au-
mentando las áreas hipoplásicas o retrodesplazadas.
En el esqueleto facial destacan tres prominencias anatómicas: la pirámide na-
sal, el mentón y el complejo malar. En las caras bellas, cada una de estas promi-
nencias guarda entre sí, y con el todo facial, una estrecha relación de proporciones
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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72 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
Todos los procesos quirúrgicos causan trauma a los tejidos, que responden con
los procesos de coagulación sanguínea para limitar el sangrado y con la respuesta
inmunitaria para prevenir la invasión de microorganismos o sustancias extrañas.
Ante la presencia de un cuerpo extraño, como los materiales aloplásticos, el orga-
nismo induce la respuesta inmunitaria con inflamación activada por los neutrófi-
los y los macrófagos. En consecuencia, se produce la síntesis y secreción de enzi-
mas del tipo de la hialuronidasa y la colagenasa, que atraen adicionalmente a más
células inflamatorias. Si la inflamación persiste, se producen células gigantes de
cuerpo extraño y formación de tejido de granulación, que forma una cápsula fi-
brosa que rodea al implante.
Cuando la respuesta inflamatoria es transitoria, se produce la cicatrización
como resultado de la liberación de citoquinasas y de factor del crecimiento, que
conduce a la angiogénesis y a la síntesis de colágena normal. Cuando el proceso
inflamatorio es crónico, se forma una cápsula fibrosa gruesa y tejido de granula-
ción. El grado de la inflamación depende de varios factores:
S Tipo de material de que está hecho el implante: los aloplásticos de bajo peso
molecular, como el gel de silicona, son menos tolerados que los de alto peso
molecular, como la silicona sólida.
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 73
S Su solidez o porosidad.
S Su rigidez o flexibilidad.
S El diseño de su construcción.
S El sitio en el cual es implantado.
S La estabilidad del implante en el sitio receptor.
plante:
S Suficiente cobertura de tejidos blandos, tamaño adecuado de la “bolsa”
receptora, colocación subperióstica, sin tensión tisular, y fijación ade-
cuada para evitar movilizaciones.
3. Adecuada técnica quirúrgica:
S Técnica estéril, hemostasia y uso profiláctico de antibióticos.
APLICACIÓN CLÍNICA
Los implantes aloplásticos se usan con fines reconstructivos o con fines estéticos.
Son útiles especialmente en aquellos casos en lo que no existe material autógeno
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74 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
MATERIALES SINTÉTICOS
PARA IMPLANTES ALOPLÁSTICOS
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 75
que su uso en estas formas ha sido restringido. Sin embargo, se ha utilizado en-
capsulado en delgadas bolsas para impedir la migración de las moléculas. Por el
contrario, la forma sólida es la forma generalmente utilizada.
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76 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
Metales
Cerámicas
S Configuración anatómica.
S Flexibilidad para colocarse.
S Bordes imperceptibles.
S Facilidad para extraerse (en caso necesario).
S Biocompatibilidad
S No irritante.
S Resistente a infecciones.
S Precio adecuado.
Los implantes a base de silicones sólidos (SilasticR) son los que reúnen la mayo-
ría de las características ideales de los implantes:
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 77
CASOS CLÍNICOS
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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78 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
Figura 8--1. Vista de frente y perfil señalando los defectos de una paciente.
Figura 8--2. Se observan los diferentes sitios en donde son colocados estos implantes.
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 79
Figura 8--3. Incisión lateral para angostar la base de la pirámide nasal y colocación del
implante.
El hueso malar forma parte, estéticamente, de la región formada por el hueso ma-
lar o cigomático que está unido medialmente al maxilar y lateralmente al arco ci-
gomático del hueso temporal y a la apófisis cigomática del hueso frontal en su
parte superior. Contribuye a la parte inferolateral del reborde orbitario.
Los malares armónicos y proporcionados son un componente facial muy im-
portante en el concepto de belleza occidental. La hipoplasia o asimetrías del ma-
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80 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
lar confieren al rostro un aspecto poco atractivo y lánguido; por el contrario, unos
malares prominentes confieren un aspecto juvenil.
Indicaciones quirúrgicas
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 81
Abordajes
Antes de la disección para la colocación del implante debe marcarse sobre la piel
de la región malar el área en la cual se posicionará la prótesis, porque es de pri-
mordial importancia la simetría. Por supuesto que, en los casos de malares asimé-
tricos, la prótesis y la colocación de la misma serán adecuadamente adaptadas.
Existen básicamente tres abordajes: intraoral, subciliar y asociado a ritidoplas-
tias. En cualquiera de ellos la colocación debe ser subperióstica, con una fijación
estable, para evitar la posibilidad de desplazamiento.
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82 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
Figura 8--5. Vista de frente y de cráneo para ver el defecto de los pómulos.
Complicaciones
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 83
Abordajes
Las vías de abordaje del mentón son dos: intraoral y extraoral. Con las dos se pue-
den obtener los mismos resultados estéticos, por lo que la selección por lo general
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84 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
Vía intraoral
La incisión, de unos 2 cm, se efectúa en la mucosa, paralela al surco gingivola-
bial, a nivel de la línea media y en forma semilunar, separada unos cuantos milí-
metros de la mandíbula para facilitar el cierre quirúrgico.
La disección con tijeras de punta roma se hace en el rafe medio, separando los
músculos de la sínfisis mentoniana y los músculos ubicados lateralmente (menta-
lis, depresor del labio inferior y depresor del ángulo de la comisura labial); éstos
no deben ser cortados, para preservar su función y evitar el desplazamiento de la
prótesis.
El implante es colocado en un plano subperióstico; después de fijarlo, se cierra
la herida por planos: muscular, submucoso y mucoso.
Rara vez se presentan infecciones por bacterias de la cavidad oral, porque
existe una intensa vascularización.
Vía extraoral
La incisión horizontal, de aproximadamente 1.5 cm, se efectúa en el surco mento-
cervical, a nivel de la línea media, y se penetra hasta el periostio de la mandíbula.
Se eleva el periostio inmediatamente por arriba del borde inferior de la línea
mandibular, efectuando una bolsa precisa que alojará a la prótesis.
Igual que en el caso anterior, se cierra por planos: muscular, subdérmico y dér-
mico.
Las prótesis para el ángulo mandibular están indicadas, también por razones
estéticas, para aquellos casos en que exista una deficiente prominencia del ángulo
o del cuerpo mandibular. La prótesis se coloca por vía intraoral a través de una
incisión efectuada por delante del borde anterior de la rama mandibular, y tam-
bién en el espacio subperióstico. El tamaño y la forma de la prótesis están condi-
cionados a las características individuales de cada paciente (figuras 8--8 y 8--9).
Observaciones quirúrgicas
1. El nervio mentalis emerge del orificio del mismo nombre a una distancia
de entre 28 y 30 mm de la línea media mandibular, y a 12 mm aproximada-
mente del borde inferior. Estas distancias deben tenerse en cuenta para no
lesionarlo cuando se efectúe el levantamiento del periostio y la colocación
de la prótesis.
2. Para evitar el desplazamiento de la prótesis, ésta deberá siempre colocarse
subperiósticamente en un espacio preciso. Cuando se utiliza la vía intraoral
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Materiales aloplásticos en cirugía maxilofacial 85
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86 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
CONCLUSIONES
1. Los implantes aloplásticos son una buena alternativa para aquellos casos
quirúrgicos que requieran aumentar una determinada región hipoplásica, y
cuando por alguna razón especial no es conveniente el uso de material autó-
geno.
2. La ventaja de usar un implante aloplástico es evitar otra cirugía adicional
para obtener un injerto autógeno, acompañada de su morbilidad. La desven-
taja es la posibilidad de extrusión.
3. Los implantes existen en gran variedad de materiales y formas. La elección
sobre cuál usar debe guiarse por aquél que reúna las mayores cualidades del
“implante ideal”. El SilasticR (silicona) es el que reúne la mayor cantidad
de cualidades, entre las que destacan su estabilidad y su biocompatibilidad.
4. La mayoría de los implantes aloplásticos no tienen degradación o reabsor-
ción (exceptuando las cerámicas y los poliésteres alifáticos), por lo que su
forma no cambia, a diferencia de los injertos autógenos, que tienen un varia-
do grado de reabsorción.
5. En cualquier región anatómica, el material aloplástico será bien tolerado si
se coloca en un lecho receptor preciso, en el espacio subperióstico, bajo una
gruesa capa tegumentaria y con buena vascularización, buena hemostasia
y libre de tensión e infección.
6. El éxito estético se logra con la selección adecuada del material aloplástico,
teniendo en cuenta su composición química, su diseño anatómico, su tama-
ño y la proporción armonizada con el resto del conjunto facial. Son funda-
mentales la buena colocación y la simetría de los implantes.
REFERENCIAS
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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88 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 8)
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Amigdalectomía actual
Rafael García Palmer, Fermín M. Zubiaur Gomar
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90 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 9)
o más episodios en un año, o cinco o más episodios cada año en dos años consecu-
tivos, o tres o más episodios en tres años consecutivos. Cada cuadro deberá in-
cluir fiebre, linfadenopatía cervical, exudados faríngeos o amigdalinos, o prue-
bas de estreptococo positivas. Estos cuadros generalmente requieren el uso de
antibióticos.
La variedad que existe en cuanto a la descripción de las indicaciones para
amigdalectomía llevó a la clasificación de indicaciones absolutas y relativas; sin
embargo, en 1995 la American Academy of Otolaryngology Head and Neck Sur-
gery publicó una guía de indicaciones que engloban los aspectos más importantes
para decidir la intervención quirúrgica. Dicha guía fue posteriormente ratificada
en el año 2000 (cuadro 9--1).
PROCEDIMIENTOS
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Amigdalectomía actual 91
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92 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 9)
AMIGDALECTOMÍA CON
ELECTROCIRUGÍA Y RADIOCIRUGÍA
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Amigdalectomía actual 93
RADIOFRECUENCIA BIPOLAR
A TRAVÉS DE PLASMA (COBLATORR)
para una amigdalectomía total, sino sólo para eliminar parcialmente la amígdala
en forma similar a como se realizan la amigdalectomía intracapsular (amigdalo-
tomía) o la criptólisis.
BISTURÍ HARMÓNICO
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94 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 9)
LÁSER
Existen reportes de que con el láser de CO2 se ha observado menor dolor posope-
ratorio, con una cicatrización más rápida; sin embargo, la mayoría de los autores
reportan lo contrario. En 2002 Kothari propuso la utilización del láser KTP a 10
watts de potencia y en pulso continuo, concluyendo que, en comparación con
otros métodos, con el láser existe disminución del sangrado transoperatorio, pero
aumentan notablemente el dolor y el consumo de analgésicos y se retrasa la ali-
mentación. El uso del láser, por lo tanto, no parece ser conveniente para realizar
dicho procedimiento, además del alto costo del equipo.
MICRODEBRIDADOR
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Amigdalectomía actual 95
Anestésicos locales
Dexametasona
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96 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 9)
las molestias durante el primer día de la cirugía, permitiendo así una mejor ali-
mentación. Sin embargo, el dolor después del primer día fue similar al del grupo
control, en el cual no se utilizó esteroide alguno. El dolor no pudo ser suficiente-
mente valorado en los diferentes trabajos debido al uso de escalas no apropiadas
o diferentes entre un trabajo y otro. A pesar de esto, y debido a la ausencia de efec-
tos secundarios, el uso de la dexametasona puede ser más ampliamente valorado
en estudios futuros, a pesar de que en algunos otros estudios realizados en adultos
mayores de 18 años de edad no se encontraron diferencias estadísticamente signi-
ficativas.
Antibióticos periquirúrgicos
Subgalato de bismuto
Desde la década de 1990 se iniciaron estudios serios en relación al uso del subga-
lato de bismuto con fines hemostáticos en adenoamigdalectomía. Al parecer, este
agente activa al factor Hageman, acelerando la cascada de coagulación al actuar
en las primeras etapas de la vía intrínseca de la coagulación. En 1995 Callanan
y col. describieron la formación de una pasta hemostática al utilizar el subgalato
de bismuto junto con 10 mL de solución salina y 0.03 mL de adrenalina (1:1 000),
observando una reducción del tiempo quirúrgico y del sangrado transoperatorio
en pacientes operados tanto por médicos de base como en entrenamiento quirúr-
gico. Hasta la fecha los resultados con el uso del subgalato han sido prometedo-
res, creciendo en popularidad entre otorrinolaringólogos en México. Sin embar-
go, las sales de bismuto se han utilizado desde la década de 1940 y siempre con
resultados inconstantes.
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Amigdalectomía actual 97
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98 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 9)
Vale la pena mencionar el estudio publicado en 2004 en The Lancet por Lowe y
col. en donde analizaron la evolución posoperatoria de 11 796 pacientes de 252
hospitales para valorar complicaciones, en el cual observaron que existía un ries-
go relativo mayor de sangrado posoperatorio en pacientes operados con cauterio
bipolar y CoblatorR en comparación con la técnica fría convencional.
En cuanto al cauterio monopolar, se observa lo siguiente:
El microdebridador:
1. Han sido pocos en años recientes y han sido principalmente con láser KTP.
2. El uso del láser genera costos altos y va en desuso para amigdalectomía.
3. Comparado con la disección fría, se lo ha asociado con un posoperatorio do-
loroso y con presencia de depresión posoperatoria en adultos.
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Amigdalectomía actual 99
En un estudio hecho por Divi y col. en 2005 se estudió a 1 762 pacientes que se
dividieron en un grupo operado con CoblatorR y otro grupo con alguna otra técni-
ca que no fuera CoblatorR. La incidencia de sangrado posoperatorio no fue esta-
dísticamente significativa en cuanto a diferencias entre ambos grupos; sin embar-
go, el grupo de “no CoblatorR” incluyó varias técnicas, por lo que los resultados
podrían estar algo sesgados. Por otro lado, en un estudio realizado en 2006 por
Glade y col., se comparó el uso del CoblatorR con el electrocauterio monopolar
en un total de 1 997 pacientes. No se observó diferencia significativa en cuanto
a sangrado primario (temprano) o secundario (tardío); sin embargo, sí se registró
un número estadísticamente mayor de casos de deshidratación en aquéllos opera-
dos con electrocauterio.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
1. Walter RA, Syed ZA: Harmonic scalpel tonsillectomy versus electrocautery tonsillec-
tomy: a comparative pilot study. Otolaryngol Head Neck Surg 2001;125:449--455.
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100 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 9)
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Laryngoscope 2005;115:31--33.
11. Glade RS, Pearson SE, Zalzal GH et al.: Coblation adenotonsillectomy: an improvement
over electrocautery technique? Otolaryngol Head Neck Surg 2006;134:852--855.
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over electrocautery technique? Otolaryngol Head Neck Surg 2006;134:852--855.
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Alteraciones del gusto y del olfato
Rafael Zárate
INTRODUCCIÓN
Todos los organismos captan información del medio ambiente y transmiten esa
información al cerebro, en donde es procesada para crear una representación ex-
terna del mundo. Existen muchas vías por las cuales se capta este medio ambien-
te: algunos individuos huelen, otros oyen, otros ven, otros tocan, otros prueban,
y cada especie es única y vive su mundo con base en estos sentidos; por ejemplo,
los murciélagos con el sonar, las serpientes con detectores infrarrojos, los peces
con órganos electrosensitivos y las aves con sensibilidad para los campos magné-
ticos.
La percepción que tiene el ser humano del medio ambiente depende en ocasio-
nes de una construcción interna de acuerdo con reglas propias; los colores, tonos,
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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102 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 10)
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
Para llevar a cabo estas funciones el sistema utiliza muchas zonas cerebrales. Las
representaciones olorosas pueden estar codificadas en un espacio (un patrón de
neuronas activadas en una determinada región cerebral corresponden al olor), en
el tiempo (un patrón de impulsos nerviosos llevados a cabo por múltiples neuro-
nas corresponden al olor) o ser una combinación de los dos.
En su principal trabajo publicado en 1991, Buck y Axel clonaron receptores
olfatorios y demostraron que provienen de la familia de los receptores G acopla-
dos a proteínas. Analizando DNA de ratas, estimaron que debe haber al menos
1 000 diferentes genes para los receptores olfatorios en el genoma de los mamíferos.
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Alteraciones del gusto y del olfato 103
está compuesta de una serie de cilios (llamados kinocilios) que se proyectan hacia
la superficie a través del epitelio olfatorio, entre unas células de soporte llamadas
sustentaculares, en un número aproximado de 100 millones de células.
Los axones eferentes de las células olfatorias son desmielinizados. Estos axo-
nes están agrupados en grupos de 20 aproximadamente (llamados fila olfatoria)
que penetran en la lámina cribiforme en el etmoides, entrando en la fosa craneal
anterior en un número aproximado de 20 000 a 30 000.
El bulbo olfatorio produce una actividad eléctrica continua que es interrumpi-
da por descargas de actividad durante el estímulo olfatorio.
El tracto olfatorio se divide en estría medial y lateral, que envían información
a ambos hemisferios cerebrales sin tener relevo talámico, llegando la informa-
ción a la corteza olfatoria localizada en una pequeña región de la porción anterior
del lóbulo temporal.
Algunas teorías explican la recepción de la olfacción, como la teoría de olas,
que trata de explicar la percepción de aromas a través del oleaje de radiación; la
teoría vibrátil postula que existe un nivel de vibración molecular entre los vapo-
res del aroma y las células receptoras olfatorias, y la teoría estereoquímica pos-
tula que existe una reacción química entre las moléculas odoríferas y las células
receptoras.
La olfacción puede ser definida como: detección y reconocimiento de vapores.
Las alteraciones del olfato se clasifican de la siguiente manera:
Las alteraciones del olfato pueden ser totales (afectan a todos los aromas), parcia-
les (afectan a algunos aromas) y específicas (afectan sólo a algunos olores).
ETIOLOGÍA
La causa más frecuente de alteraciones del olfato son las infecciones de vías aé-
reas superiores debidas a la inflamación de la mucosa y el aumento en la cantidad
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104 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 10)
de secreciones que obstruyen el paso de aire evitando que los vapores estimulen
el epitelio olfatorio. Entre otras causas que producen bloqueo mecánico del paso
de aire hacia la mucosa olfatoria están las desviaciones septales, la rinitis alérgica,
la patología de nariz y senos paranasales, tumores, cuerpos extraños, etc.2,3,9
La causa más frecuente de anosmia son las infecciones de tipo viral encabeza-
das por VIH; también está bien documentada en tabes dorsalis y lepra. Como
causas de cacosmia se han encontrado fiebre amarilla, parotiditis, fiebre tifoidea,
difteria e impétigo.
Entre las causas neurológicas sin duda la más común es el daño a los nervios
olfatorios debido a trauma craneoencefálico. Otras causas neurológicas son: tu-
mores intracraneales como meningioma, glioma, craneofaringioma, neurofibro-
ma, schwannoma, neurilemoma y algunas lesiones no neoplásicas, como encefa-
loceles, dermoides o algunos aneurismas gigantes de carótida interna. Para causar
daño olfatorio, estos tumores tienen que estar localizados en la región supraselar,
cercanos al cuerpo calloso o la región parasagital. Una anosmia unilateral es produ-
cida por daño a nivel del lóbulo frontal. La epilepsia del lóbulo temporal es otra
patología que afecta a la olfacción provocando alucinaciones olfatorias. La hi-
drocefalia que provoca compresión del piso del tercer ventrículo puede ocasionar
alteraciones. Los eventos vasculares cerebrales, la esclerosis múltiple, la miaste-
nia gravis, la enfermedad de Parkinson y estados poscraneotomía pueden ocasio-
nar alteraciones olfatorias.
Trastornos psiquiátricos como la psicosis, la esquizofrenia y los estados de
confusión también pueden ocasionar alteraciones olfatorias, clasificadas como
parosmias o fantosmias. Al igual que otras alteraciones de la sensibilidad, la per-
cepción olfatoria puede deteriorarse gradualmente con la edad, lo que se conoce
como presbiosmia.6
Los pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos de nariz y senos para-
nasales pueden tener alteraciones temporales de la percepción olfatoria debido
a la inflamación del procedimiento. Procedimientos de esta área pueden ocasio-
nar lesiones permanentes al dañar sitios cercanos de la lámina cribiforme.
Los tratamientos de patología oncológica de cabeza y cuello que requieren ra-
dioterapia frecuentemente dejan daño tanto al gusto como al olfato, especialmen-
te aquéllos que están localizados en la nariz, los senos paranasales y la nasofarin-
ge.4 Otra causa de alteraciones olfatorias ocurre en los pacientes sometidos a
laringectomía total, debido al uso de traqueotomía y a la disfuncionalidad que
esto ocasiona en la nariz.
Problemas congénitos como la fibrosis quística también pueden ocasionar de-
ficiencias en la percepción olfatoria por su afección a la mucosa de la vía respira-
toria.
También han sido asociadas con trastornos olfatorios a diversas alteraciones
endocrinas como diabetes, hipotiroidismo, seudohipoparatiroidismo, hipopitui-
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Alteraciones del gusto y del olfato 105
Como puede verse, son múltiples las patologías y situaciones que pueden oca-
sionar alteraciones olfatorias; sin embargo, muchas de ellas no están bien docu-
mentadas debido a la dificultad y la ausencia de métodos diagnósticos universal-
mente aceptados. Se necesitan estudios controlados y objetivos para que sean
aceptados, por lo que muchos pacientes caen en la categoría de “idiopáticos”.6
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
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106 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 10)
Tratamiento
El sentido del gusto tiene una íntima interacción con el olfato; su percepción está
influida por receptores para los sabores, el dolor, el tacto y la temperatura, los
cuales se combinan para la percepción del sabor. Esta percepción debe estar favo-
recida por los movimientos de la lengua, la cual permite su distribución por todos
los receptores distribuidos en la cavidad oral y la orofaringe.
Existen cuatro categorías de sabor bien documentadas:
S Dulce.
S Salado.
S Ácido.
S Amargo.
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Alteraciones del gusto y del olfato 107
del sabor:
El proceso del gusto se inicia cuando un compuesto químico estimula a las glán-
dulas gustativas, las cuales transforman las señales químicas en señales eléctricas
que viajan a través de receptores de nervios desmielinizados; éstos llegan al cere-
bro vía los pares craneales VII, IX y X. La cuerda del tímpano inerva las glándulas
de los dos tercios anteriores de la lengua. Existe una vía alterna a través del gan-
glio ótico y del ganglio geniculado vía el nervio petroso superficial mayor. El glo-
sofaríngeo da sensibilidad al tercio posterior de la lengua, incluyendo las papilas
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108 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 10)
ETIOLOGÍA
La percepción de los sabores puede estar alterada por cualquier lesión en cual-
quier sitio de la mucosa que tenga una interacción con la reacción química que
se produce para la percepción del sabor, en cualquier sitio del sistema nervioso
central que provoque un bloqueo en la transmisión de los impulsos para la detec-
ción del sabor o en cualquier situación que interfiera en la transmisión de estímu-
los con nervios desmielinizados hacia los nervios craneales.10
El resfriado común en la causa número uno de hiposmia y, por consiguiente,
de hipogeusia. Otras infecciones de la nariz y los senos paranasales que causan
alteraciones olfatorias pueden ocasionar hipogeusia secundaria.
Infecciones de la cavidad oral, hipofaringe de tipo viral, bacteriano o micótico
pueden ocasionar alteraciones debido a daño en las glándulas gustativas. Una
mala higiene oral con inflamación puede provocar hipogeusia y cacogeusia.
El cigarro afecta la sensibilidad gustativa y la discriminación de los sabores
por inflamación secundaria.
La patología maligna de cabeza y cuello se relaciona con disminución del ape-
tito y alteraciones para la captación gustatoria. Igualmente, los pacientes en trata-
miento con quimioterapia tienen esta alteración, la cual ocurre por dos mecanis-
mos: los medicamentos por sí solos son responsables de efectos secundarios,
como la náusea y el vómito, y estos mismos medicamentos o la radioterapia pro-
ducen mucositis, provocando alteraciones de las microvellosidades de las glán-
dulas y alterando las glándulas salivales tanto mayores como menores, provocando
xerostomía y cambios en la composición de la saliva y afectando la sensibilidad
gustatoria.
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Alteraciones del gusto y del olfato 109
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Al igual que con las alteraciones del olfato, es imperativo realizar una historia
clínica completa que incluya todos los antecedentes del paciente y realizar una
exploración otorrinolaringológica completa y neurológica que permita encontrar
la causa de la patología. Con base en este examen clínico se determinarán los
estudios de laboratorio y gabinete pertinentes.
Las pruebas gustativas no son parte de una exploración de rutina, y son difíci-
les de realizar y poco estandarizadas.
Existen dos categorías de pruebas gustatorias:
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110 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 10)
Tratamiento
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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Alteraciones del gusto y del olfato 111
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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112 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 10)
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11
Hipoacusia súbita
Fernando F. Arcaute Velásquez, Fernando Arcaute Aizpuru,
Juan Andrade Pradillo, Eduardo López Demerutis,
Pilar Sánchez Rivera
SORDERA SÚBITA
Etiología
En el desarrollo de este padecimiento se invocan factores de tipo viral; están re-
presentados por series de pacientes estudiados en los cuales, en comparación con
113
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114 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 11)
1. Cocleítis viral.
2. Oclusión vascular.
3. Ruptura de membrana coclear.
Existen datos que apoyan la teoría viral, ya que se han realizado estudios en los
que se observaron cambios histológicos en huesos temporales, en estudios post
mortem, que sugieren una etiología viral, como la detección de virus de la varice-
la zoster en órganos auditivos. Pero, por otro lado, no se ha observado elevación
de títulos de anticuerpos a citomegalovirus, herpesvirus HHV--6 y HHV--7. Estos
estudios llevan a la conclusión de que estos virus, que tienen una prevalencia alta
en el adulto, no son la causa directa de la hipoacusia súbita. Como explicación
de lo anterior se dice que, en ausencia de sintomatología, el paciente presenta un
cuadro de hipoacusia súbita y, como hallazgo, la presencia de herpesvirus.
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Hipoacusia súbita 115
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116 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 11)
CUADRO CLÍNICO
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Hipoacusia súbita 117
Diagnóstico
Caso 1
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Caso 2
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118 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 11)
Figura 11--2. Gráfica audiométrica que muestra una curva fantasma en paciente que
cursa con hipoacusia súbita. Esta curva fantasma se observa al no realizar un correcto
ensordecimiento.
Diagnóstico diferencial
S Infecciosas:
S Otitis media aguda.
S Otitis externa.
S Sífilis.
S Enfermedad de Lyme.
S Otitis media crónica.
S Infecciones virales:
S Sarampión.
S Rubéola.
S Parotiditis.
S Fístula perilinfática.
S Isquemia de estructuras retrococleares.
S Esclerosis múltiple.
S Traumática.
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Hipoacusia súbita 119
S Metabólica:
S Insuficiencia renal crónica.
S Hiperlipoproteinemia.
S Hematológica.
S Presbiacusia.
S Hipoacusia inducida por ruido.
S Neoplasia retrococlear.
S Otoesclerosis.
S Endocrinopatías:
S Hipotiroidismo.
S Diabetes mellitus.
S Enfermedad de Paget.
S Enfermedad de Ménière.
S Autoinmunitaria:
S Síndrome de Cogan.
S Lupus eritematoso sistémico.
S Poliarteritis nodosa.
S Arteritis temporal.
S Esclerodermia.
S Sarcoidosis.
S Enfermedad autoinmunitaria del oído interno.
S Carcinomatosis.
S Vasculitis.
S Exposición a ototóxicos:
S Aminoglucósidos.
S Diuréticos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Tratamiento
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120 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 11)
100%
90%
80%
80% Recuperación
70% 69% No recuperación
60%
50%
40%
31%
30%
20%
20%
10%
0%
< 40 (15 pts .29%) > 40 (36 pts. 71%)
COMENTARIO
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Hipoacusia súbita 121
100%
90%
80% 75% Recuperación
70% 67% No recuperación
60%
50%
40% 33%
30% 25%
20%
10%
0%
< 3 días 4 a 7 días
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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12
Vértigo
Luis G. Martín Armendáriz
INTRODUCCIÓN
El estudio del paciente con vértigo o con alteración del equilibrio requiere una
investigación ordenada y completa de la historia clínica.
Así, además de profundizar en el estudio de los síntomas vestibulares, es nece-
sario estudiar los síntomas auditivos y la integración del equilibrio en el sistema
nervioso central para poder comprender de manera clara un proceso nosológico.
El apoyo que puede dar a la clínica la utilización de estudios del gabinete neu-
rootológico es sumamente valioso, pero su uso está supeditado de manera muy es-
pecífica al diagnóstico sindromático o topográfico de cada caso.
De acuerdo con este concepto, en el presente capítulo se especifican las indica-
ciones para que el clínico solicite los diversos estudios de apoyo de una manera
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
racional y productiva.
Para facilitar el estudio del tema de manera integral, el presente capítulo se ha
dividido en exploración auditiva, exploración vestibular, exploración del equili-
brio, de la marcha y del cerebelo, y por último se hace la presentación de los prin-
cipales síndromes neurootológicos con algunos ejemplos de entidades clínicas.
Se han obviado los conceptos de fisiología y terapéutica.
123
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124 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
EXPLORACIÓN AUDITIVA
Interrogatorio dirigido
Otoscopia
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Vértigo 125
Acumetría
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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126 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
ción del sonido. La mayoría de los pacientes con audición normal refieren
que escuchan el tono simplemente “en la cabeza” y no en un oído en espe-
cial. Este resultado se conoce como “Weber central” o “Weber indiferente”,
y se refiere a una audición igual en ambos oídos, no forzosamente a una au-
dición normal. Cuando el sonido se lateraliza, lo hace hacia el oído con ma-
yor problema de conductividad. En otras palabras, si el enfermo refiere hi-
poacusia unilateral y la prueba de Weber lateraliza al oído sano, se trata de
hipoacusia neurosensorial; si lateraliza al oído sordo se trata de hipoacusia
conductiva. Es una prueba difícil de interpretar en casos de hipoacusia mix-
ta o de hipoacusia neurosensorial bilateral, porque el paciente puede con-
fundir el sonido con la vibración del diapasón.
2. Prueba de Rinne. Esta prueba compara la audición por vía ósea con la au-
dición por vía aérea; para llevarla a cabo se coloca la base del diapasón en
la zona mastoidea para estudiar la vía ósea y alternadamente, en el mismo
tiempo vibratorio de diapasón, se colocan las ramas del diapasón a 4 cm del
conducto auditivo externo, preguntando en dónde se escucha más fuerte. El
resultado normal es escuchar más fuerte por la vía aérea, lo que se denomina
“Rinne positivo”, y si se escucha más por la vía ósea se interpreta como alte-
ración en la conducción del sonido, y se denomina “Rinne negativo”. Se
dice en los textos que la conducción por vía aérea debe durar el doble de
tiempo de lo que dura en la vía ósea; esto es, en el mismo tiempo vibratorio
del diapasón se coloca en la región mastoidea tomando el tiempo y, cuando
no escuche, se cambia (sin hacer vibrar más al diapasón) a la vía aérea, y
debe escuchar por lo menos otro tiempo similar al que escuchó por vía ósea.
3. Prueba de Schwabach. Esta prueba compara la audición por vía ósea del
paciente con la del explorador. Se coloca la base del diapasón alternada-
mente en la zona mastoidea del paciente y en la del médico, logrando así
saber si el enfermo escucha por lo menos igual que el médico. La compara-
ción se hace en el mismo tiempo vibratorio del diapasón.
Audiometría tonal
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Vértigo 127
Logoaudiometría
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128 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
100
90
80
70
% 60
50
a b c
40
30
20
d
10
0
10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110
Impedanciometría
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Vértigo 129
AD
Elasticidad
AS
--200 0 +200
Emisiones otoacústicas
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130 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
ERRNVPHGLFRVRUJ
Vértigo 131
Electrococleografía
Registra los cambios en el potencial de acción tanto de la cóclea como del nervio
acústico, pero requiere estimulación muy cercana a la cóclea. Existen electrodos
de estimulación que se colocan en el fondo del conducto auditivo externo, pero
funcionan mejor los electrodos transtimpánicos. Su colocación requiere aneste-
sia tópica en la mayoría de los casos, y en algunos pacientes se necesita anestesia
general.
Se estimula ya sea con clics o con tonos puros de 0.5, 1, 2, y 4 kHz. Se obtienen
con ello tanto los potenciales microfónicos originados en las células ciliadas in-
ternas como el potencial de acción, originado en el nervio auditivo, que corres-
ponde a la onda I de los potenciales auditivos evocados del tallo cerebral.
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132 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
EXPLORACIÓN VESTIBULAR
Interrogatorio dirigido
Al igual que en el caso del interrogatorio para problemas auditivos, está estable-
cido que aproximadamente 80% de los casos de vértigo y de las alteraciones del
equilibrio se pueden diagnosticar con base solamente en el interrogatorio y en los
datos obtenidos en la exploración física.
Los estudios de laboratorio y gabinete tendrán mayor utilidad en corroborar
o descartar las sospechas de la clínica, o en cuantificar la función de los sistemas
vestibular y coclear.
Debe considerarse que la descripción de los síntomas puede ser muy diferente
de un paciente a otro; en especial, la palabra “mareo” se interpreta en México de
muy diversas formas, y en muchas ocasiones los enfermos se refieren con ella a
síntomas diversos, por ejemplo, desequilibrio, lipotimia, alteraciones visuales e
incluso ansiedad o miedo.
El principal error que puede cometer el clínico es traducir la palabra “mareo”
expresada por los pacientes por la palabra “vértigo”, que implica una alucinación
de movimiento. Los enfermos vertiginosos realmente sienten un movimiento que
no existe. El mareo se refiere a la sensación de malestar —náusea, piloerección,
palidez, etc.— causada por diversas situaciones, por ejemplo por movimiento,
luz, vértigo, etc., y el desequilibrio implica una incapacidad real para estar de pie,
para caminar o para realizar movimientos finos.
Una vez establecido que realmente se trata de vértigo lo que presenta el enfer-
mo, se dirige el interrogatorio para saber si el inicio fue súbito o incierto; la forma
de presentación única, en crisis o continua; los antecedentes generales, por ejem-
plo las enfermedades sistémicas, los traumatismos o los procedimientos quirúrgi-
cos; los antecedentes familiares de hipoacusia; el uso de ototóxicos; los antece-
dentes otológicos que presenta, por ejemplo otitis media; los fenómenos que
estimulan el vértigo, como los cambios en la posición o la deshidratación, y los
fenómenos que lo acompañan, por ejemplo acúfeno, cefalea o alteraciones de
nervios craneanos, y, por último, la sintomatología intercrisis que presenta. Con
estos datos se inicia la integración del diagnóstico, y en la mayoría de los casos
se puede establecer no solamente si se trata de un vértigo central o periférico, sino
también el o los diagnósticos probables.
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Vértigo 133
cabeza erguida, después con la cabeza 30_ a la derecha, 30_ a la izquierda, 30_
hacia arriba y 30_ hacia abajo. Si se presenta disminución de la capacidad visual
en las diferentes posiciones, se considera oscilopsia, la cual demuestra una altera-
ción en este reflejo.
Para explorar clínicamente el reflejo vestibuloespinal se valora la capacidad
del enfermo de mantener una estabilidad postural durante la deambulación al rea-
lizar giros, al caminar en superficies irregulares o al caminar moviendo lateral-
mente la cabeza (véase Prueba de marcha).
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134 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
siempre denota patología; todo depende del tipo de nistagmus de que se trate, y
son sus características las que van a ayudar a especificarlo:
S La fase rápida del nistagmus indica su dirección, que puede ser horizontal:
derecha e izquierda; vertical: arriba o abajo, y rotatoria: en el sentido de las
manecillas del reloj o en sentido contrario. Frecuentemente se ven nistag-
mus con direcciones combinadas, y la más común es horizontal con compo-
nente rotatorio.
S La fase lenta del nistagmus indica su velocidad; también es conocida como
intensidad o fuerza, y se puede cuantificar en 1_, 2_ o 3er grado desde el pun-
to de vista clínico, o puede medirse su velocidad angular (grados) con equi-
po especial.
S La latencia del nistagmus es el tiempo que transcurre entre que se estimula
y se presenta el nistagmus; se utiliza sobre todo para la exploración del nis-
tagmus postural: los nistagmus centrales no tienen latencia, los periféricos
pueden presentarse hasta 6 seg después de que se provocan.
S La fatiga del nistagmus se refiere a que la intensidad del nistagmus va dis-
minuyendo hasta desaparecer algunos segundos o minutos después. Se uti-
liza para los nistagmus espontáneo y postural. Los nistagmus periféricos
tienen fatiga, los centrales no la tienen.
S La reproductibilidad del nistagmus es la característica de poder repetir el
nistagmus con la misma provocación. Se utiliza más para el nistagmus pos-
tural. Los nistagmus posturales periféricos son reproducibles, pero en cada
repetición disminuyen su intensidad. Los centrales son continuos.
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Vértigo 135
aún más cualquier nistagmus se requiere evitar la fijación visual; esto se logra con
unos lentes de Frentzel, que no son sino unos anteojos con 20 dioptrías para evitar
que el enfermo pueda fijar la vista.
Existen dos nistagmus que pueden explorarse fácilmente en un consultorio sin
necesidad de equipo especial: el nistagmus espontáneo y el nistagmus postural.
Los otros tipos de nistagmus requieren provocación con equipo especializado y,
por lo tanto, no son tan fáciles de explorar: el nistagmus optoquinético y el nistag-
mus calórico; en estos casos, lo normal es que se presenten cuando se les provoca
y lo anormal es que no se presenten o que tengan alguna alteración.
hacia ambos lados para determinar las características del nistagmus: tiempo
de latencia, duración, agotamiento y reproductibilidad.
S Nistagmus optoquinético. Este nistagmus se estimula cuando el campo vi-
sual se mueve a cierta velocidad con un movimiento de deriva: los ojos si-
guen un punto en el campo visual conformando la fase lenta, y regresan al
inicio del campo visual con un movimiento sacádico para seguir otro punto
conformando la fase rápida. El mejor ejemplo para comprender este nistag-
mus es el estar parado en un andén justo cuando pasa el tren. La vista seguirá
un vagón hasta que se pierda y con un movimiento rápido enfocará otro va-
gón para seguirlo de igual forma.
Para estimular este nistagmus se requiere colocar una pantalla giratoria
que abarque todo el campo visual del enfermo y hacerla girar a velocidad
progresivamente mayor; de esta forma, y tratando de que el enfermo enfo-
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136 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
Electronistagmografía
1. Calibración. En esta fase se calibra el aparato de tal forma que 10_ de mo-
vilidad ocular equivalgan a 1 cm en el trazo. Realmente se están explorando
en este trazo los movimientos sacádicos voluntarios del paciente; se pueden
diagnosticar alteraciones tales como sacadas paréticas, abolidas o dismétri-
cas y temblores (figura 12--6).
2. Rastreo pendular. Se logra pidiéndole al paciente que vea de manera conti-
nua un objeto en movimiento oscilatorio frente a sus ojos. Lo que se estudia
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Vértigo 137
Figura 12--5. Las deflexiones positivas indican movimiento del globo ocular a la derecha
y las negativas a la izquierda. La fase rápida del nistagmus denota la dirección y la fase
lenta la velocidad; esta última se mide prolongando en el papel el trazo de la fase lenta
y midiendo su desplazamiento en 1 seg; se expresa en grados. En la gráfica, 1 seg es
igual a 10 mm en la línea horizontal y 10_ son 10 mm en la línea vertical.
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138 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
Figura 12--7. El rastreo pendular se logra pidiéndole al enfermo que siga un objeto que
oscila frente a sus ojos. Debe obtenerse un trazo completamente sinusoidal.
fije la vista en puntos que se sabe que están a 20_ a la derecha, al centro y
a 20_ a la izquierda. Ofrece información muy confiable respecto al origen
del nistagmus.
5. Búsqueda de nistagmus de agitación cefálica. Se inclina la cabeza del en-
fermo ligeramente hacia delante y se hacen movimientos de agitación late-
rolaterales, se detiene la agitación y se observa si hay nistagmus con lentes
de Frentzel para eliminar el fenómeno de fijación. El resultado normal es
presentar algunas sacadas nistágmicas, y se considera patológica cuando se
presenta un nistagmus de más de 10 a 12 seg.
6. Búsqueda de nistagmus postural. Se utilizan las maniobras descritas por
Hallpike. Con el enfermo sentado al iniciar la prueba, se le recuesta hacia
atrás manteniéndole la cabeza 30_ girada hacia un lado y 30_ en hiperexten-
sión. Se anotan la latencia, la dirección, la duración del nistagmus y los sín-
tomas agregados. Se deja descansar al paciente 1 min y se repite la maniobra
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Vértigo 139
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140 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
Videonistagmografía
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Vértigo 141
mente exactos, la diferencia más importante está en el costo de este aparato, que
es mucho más elevado.
Prueba de Romberg
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142 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
S Prueba dedo--nariz. Sirve para analizar los movimientos finos de las extre-
midades superiores, y se lleva a cabo pidiéndole al enfermo que toque con
el dedo índice de su mano derecha y de manera alterna su propia nariz y el
dedo del explorador; éste, a su vez, cambia de posición su propio dedo para
que el paciente dirija el suyo a diferentes puntos; después se realiza lo mis-
mo con la otra mano. Debe observarse tanto la exactitud de los movimientos
del enfermo como la velocidad a la que los puede llevar a cabo.
S Prueba punta--rodilla--talón. Esta prueba está diseñada para explorar los
movimientos finos de las extremidades inferiores, y se logra pidiéndole al
enfermo que, estando sentado o acostado, toque con su talón derecho de ma-
nera alterna la punta del pie y la rodilla izquierdas. Posteriormente se repite
lo mismo, pero con el talón izquierdo y la punta del pie y la rodilla derechas.
Pruebas de marcha
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Vértigo 143
Posturografía dinámica
Esta prueba conjunta variables relacionadas con la integración del equilibrio, que
pueden ser examinadas en diferentes condiciones: utiliza una plataforma, que
puede ser móvil o fija, un ambiente visual, que puede también ser fijo o móvil,
y la capacidad de abrir y cerrar los ojos.
De esta manera, observando el equilibrio en diferentes condiciones, se puede
llegar a la conclusión sobre el origen del desequilibrio, ya que al dificultar el equi-
librio se observan y analizan los movimientos compensatorios voluntarios e in-
voluntarios que realiza el enfermo.
cleos vestibulares.
El desequilibrio, por el contrario, se presenta cuando alguno de los tres siste-
mas —vestíbulo, propiocepción y visión— ofrece información conflictiva por
cualquier razón, ya sea por factores medioambientales o por factores intrínsecos
al organismo y, por lo tanto, el desequilibrio tiene más posibilidades de origen:
el cerebelo, al ser el sitio de integración de los tres grupos de estímulos que influ-
yen en el equilibrio, puede provocar el desequilibrio más fácil de hacer objetivo
con la exploración física; el sistema nervioso propioceptivo, que cuenta con termi-
naciones nerviosas especializadas en articulaciones, músculos, tendones y piel,
puede ser causante de desequilibrio cuando ofrece información contraria, por
ejemplo al presentar una contractura muscular, y la visión, al presentar diversas
alteraciones, por ejemplo algunos errores de refracción, puede provocar también
sensación de desequilibrio.
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144 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
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Vértigo 145
La gran mayoría de los pacientes con nistagmus postural cursan con problemas
vestibulares, aunque un pequeño número de ellos lo tienen por causas centrales.
Dentro de los primeros se contemplan la cupulolitiasis, la canalolitiasis y las se-
cuelas de traumatismos o de intervenciones quirúrgicas; dentro de las causas cen-
trales de vértigo postural se cuenta con el síndrome de Brunce, causado por obs-
trucción postural del cuarto ventrículo por tumor, quiste o cisticerco.
Desde el punto de vista clínico, el vértigo postural es monosintomático y, por
lo tanto, no tiene síntomas auditivos. Se presenta en relación a cambios posturales
o movimientos bruscos de la cabeza, que se pueden evidenciar con la maniobra
de Hallpike. Los hallazgos clásicos se demuestran en el cuadro 12--3.
Para el estudio del vértigo postural pueden ayudar los estudios nistagmográfi-
cos, pero en la práctica no siempre son necesarios para causas vestibulares, ya que
con la exploración clínica queda bastante claro el problema. No sucede así para
el vértigo postural de tipo central, en donde es muy valioso contar con una nistag-
mografía.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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146 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
S Schwannoma.
S Meningioma.
S Quiste dermoide.
S Colesteatoma.
S Cisticercosis.
S Compresión neurovascular.
Síndrome cerebeloso
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Vértigo 147
Los errores de refracción y los defectos en la movilidad ocular son causa de dese-
quilibrio porque ofrecen información confusa al sistema nervioso central; suelen
también cursar con función cerebelosa y vestibular normal.
Por lo general, el desequilibrio de origen visual es claro y pocas veces se con-
funde con otra patología en el adulto. En el grupo pediátrico es el más frecuente,
y suele acompañarse de cefalea.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
REFERENCIAS
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148 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 12)
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13
Tratamiento de la
otomastoiditis crónica
Fernando F. Arcaute Velázquez, Fernando Arcaute Aispuru,
Juan Andrade Pradillo, Eduardo López Lizárraga
DEFINICIÓN
que dan como resultado alteraciones en hueso, los epitelios de revestimiento, es-
tructuras vasculares y nerviosas, del oído medio, externo y en ocasiones del oído
interno.
Para considerarlo crónico se consideran dos factores: el tiempo y la repetición
de la enfermedad. Se considera este segundo factor cuando un paciente presenta
un tercer cuadro infeccioso de un oído o de los dos, el cual tiene como característi-
ca su rebeldía al tratamiento médico y en ocasiones al quirúrgico. En cuanto al
primer parámetro, en relación con el tiempo, puede hablarse de un padecimiento
inicial de uno o de los dos oídos que sobrepase los tres meses de tratamiento sin
remisión de la enfermedad o de la totalidad de su sintomatología. Respecto a este
último parámetro, algunos autores difieren en cuanto a considerar un problema
149
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150 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 13)
ETIOLOGÍA
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Tratamiento de la otomastoiditis crónica 151
otitis media aguda de manera repetitiva, cuya actividad como adultos es en luga-
res húmedos o en el mar, como pescadores, buzos, etc., y someten al oído a esta-
dos irritativos a consecuencia de la penetración de agua en el oído medio de ma-
nera frecuente, con las consecuencias de infecciones de repetición.
En diversas etiologías pueden también englobarse factores tumorales, que
aunque no dan diagnóstico de otomastoiditis crónica, sí de manera mecánica pue-
den predisponer a infecciones crónicas, como en el caso de tumoraciones del con-
ducto auditivo externo. En el caso de osteomas, el diagnóstico de la tumoración
será la clave para la solución de este problema.
Como etiología diversa también está la alergia, que tiene un papel muy impor-
tante en la otomastoiditis crónica, ya que la mucosa que reviste el oído medio
acompaña a la alteración inflamatoria que se presenta en los cuadros alérgicos
agudos respiratorios. Es característico en pacientes alérgicos que en la época es-
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152 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 13)
SINTOMATOLOGÍA
Los principales síntomas son otorrea, otorragia, dolor, hipoacusia de tipo conduc-
tivo progresiva, fiebre, malestar general, otalgia selectiva, vértigo y en algunas
ocasiones manifestaciones neurológicas.
En el caso de la otorrea, ésta puede tener diferentes características de acuerdo
con la etiología, y así se ve que cuando se trata de bacterias es una otorrea muco-
purulenta amarillo verdosa, y en raras ocasiones puede tener un color azul, cuan-
do se sospecha que la bacteria responsable es Pseudomonas aeruginosa.
La otorrea puede tener un olor característico, como en el caso del colesteatoma
y de las infecciones por coliformes.
La otorragia traduce estadios iniciales de la enfermedad, aunque cuando se
presenta en etapas tardías se está ante la posibilidad de afección de las estructuras
vasculares del oído medio en relación con la cavidad craneana; cuando esta oto-
rrea es profusa el pronóstico puede ser sombrío, aunque es verdaderamente inu-
sual encontrar que el seno lateral sea afectado por infección o por colesteatoma.
Cabe mencionar que si se encuentra otorragia de repetición en otomastoiditis cró-
nica se deberá pensar en la posibilidad de malignización.
El dolor tiene como característica la sobreinfección del oído medio o en su por-
ción externa, o en ambos, y cuando se habla de un dolor selectivo se puede estar
en presencia de entidades como la enfermedad de Bezold de la punta de la mastoi-
des, que es característica de este padecimiento. El paciente con Bezold, sobre
todo cuando es un escolar, presenta dolor como de tortícolis y adopta una actitud
de defensa a la movilidad de los músculos del cuello sin llegar a los datos de me-
ningismo. También puede observarse cómo la punta de la mastoides se inflama
desviando y proyectando el pabellón auricular hacia el frente.
La fiebre es característica del proceso infeccioso bacteriano y es principal-
mente alta en los principios de la enfermedad, cuando se empiezan a presentar
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Tratamiento de la otomastoiditis crónica 153
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154 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 13)
DIAGNÓSTICO
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Tratamiento de la otomastoiditis crónica 155
TRATAMIENTO
La otomastoiditis crónica refleja en general dos parámetros que miden con exac-
titud el problema: el primero es la agresividad de los elementos infecciosos e in-
vasivos que afectan uno o los dos oídos; el segundo es prácticamente la falta de
preparación o de recursos del médico tratante, traducido por una desesperante
impotencia al ver que una y otra vez acude el paciente a consulta por otorrea, pa-
norama por demás desolador.
En este país de grandes contrastes se ve que la otomastoiditis crónica es una
obra con diferentes actores, pero con un solo público, por demás diverso.
El paciente de bajos recursos económicos es por lo general el más afectado,
ya que en etapas iniciales de su vida sufre múltiples infecciones del tracto respira-
torio superior, siendo floridas las complicaciones ante la falta de atención médica
general y especializada. Esta alteración repercute en especial en el oído al causar
falta de integridad de la membrana timpánica, y las subsiguientes infecciones de
repetición van alterando las estructuras del oído medio.
Hasta el momento no se conocen tratamientos médicos ni quirúrgicos que sean
efectivos para el tratamiento la función de la trompa de Eustaquio. Prácticamente
esta estructura es el origen de la enfermedad, ya que ni los métodos de diagnósti-
co, y mucho menos el tratamiento médico y quirúrgico, han sido eficaces para el
control y tratamiento de la función de la trompa de Eustaquio y, en consecuencia,
de la otomastoiditis crónica.
En las etapas iniciales de la enfermedad los antibióticos, los antiinflamatorios
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156 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 13)
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Tratamiento de la otomastoiditis crónica 157
CONCLUSIONES
En todo paciente de cualquier edad que se presente a consulta con tres o más cua-
dros de otitis media aguda es necesario considerar que se trata de una otomastoi-
ditis crónica; ante el fracaso del tratamiento médico, el paciente será candidato
a mastoidectomía de limpieza, en este último caso con una cavidad cerrada. Ante
la presencia de infección residual después de mastoidectomía y ante la presencia
de colesteatoma se recomienda la mastoidectomía radical con cavidad abierta, in-
dicándole al paciente la necesidad de limpieza en el consultorio cada seis meses.
REFERENCIAS
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158 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 13)
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14
Timpanoplastia.
Reconstrucción de la cadena osicular
Juan Andrade Pradillo, Fernando Arcaute Velásquez,
Fred D. Owens
INTRODUCCIÓN
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160 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
HISTORIA
Tipos de perforaciones
Pueden ser centrales, marginales y totales. Cuando existe una perforación margi-
nal, sobre todo en el cuadrante posterosuperior del tímpano, esto puede favorecer
la formación de un colesteatoma.
Las perforaciones del tímpano son causadas por procesos infecciosos agudos
o crónicos, como secuela por haber colocado algún tubo de ventilación y por trau-
matismos. Generalmente cicatrizan espontáneamente, ya que por su constitución
tienen una gran recuperación, faltando solamente la capa fibrosa intermedia entre
el endotelio y el epitelio. Las perforaciones del tímpano son por falta de creci-
miento de algunos de estos epitelios y la capa intermedia. Cuando existe una per-
foración de la membrana timpánica y no es corregida adecuadamente puede pre-
sentarse una complicación, como la formación de un colesteatoma, con las
consecuentes complicaciones de un oído crónicamente infectado, las cuales pue-
den llegar hasta una complicación en el hueso temporal o una complicación intra-
craneal.
Cuando se coloca un tubo de ventilación y se deja por un tiempo prolongado
o permanentemente, es frecuente que quede como secuela una perforación de la
membrana timpánica.
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Timpanoplastia. Reconstrucción de la cadena osicular 161
Técnicas quirúrgicas
Aunque existen reportes muy anteriores de esta cirugía, tiene importancia para
la cirugía actual por el uso del microscopio y del instrumental adecuado desde
la década de 1950, cuando Wülstein y Zöllner hicieron las primeras clasificacio-
nes de las timpanoplastias.
En la década de 1960 hay cambios importantes debidos a F. Gilford en Hous-
ton, Texas. L. Storrs describe que el mejor injerto para las perforaciones de la
membrana timpánica es la fascia temporal, que se sigue usando en prácticamente
todo el mundo.
Hay que mencionar al Grupo Otológico de Los Ángeles, California, con Ho-
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Miringoplastia
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162 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
Timpanoplastias
Todas estas técnicas han sido muy bien descritas por diferentes autores en el
transcurso de estos años. La técnica medial es la que han estado usando los auto-
res, ya que los resultados han sido mucho mejores.
TIMPANOPLASTIA MEDIAL
S Sus ventajas son: se puede hacer en todas las perforaciones con excelentes
resultados, hay buena visualización del oído medio, la cicatrización es más
rápida, los colgajos del conducto auditivo cicatrizan rápidamente, la latera-
lización del injerto es muy rara y los cuidados posoperatorios son más sen-
cillos.
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Timpanoplastia. Reconstrucción de la cadena osicular 163
Las indicaciones para realizar una mastoidectomía con timpanoplastia son: pre-
sencia de colesteatoma, patología en la apófisis mastoidea con recurrencia de dre-
naje serohemático o purulento cuando se realiza una revisión de una timpano-
plastia y con lesiones acentuadas de enfermedad en la mucosa del oído medio.
También está indicada en los casos de una otitis adhesiva, presencia de dolor en
el oído o mastoides y presencia de vértigo cuyo origen se sospeche que es ótico.
Previo a la timpanoplastia es necesario realizar estudios audiológicos y exá-
menes preoperatorios de laboratorio, incluyendo pruebas de SIDA, hepatitis A,
B y C. Se considera que los estudios radiológicos tienen mucha importancia, in-
cluyendo la tomografía axial y, en su caso, la resonancia magnética, con radiogra-
fías del tórax. Se debe hacer valoración de procesos alérgicos, incluyendo en caso
necesario las radiografías de los senos paranasales y, cuando se amerite, adenoa-
migdalectomía.
Como tratamiento preoperatorio es necesario realizar la limpieza del conducto
auditivo externo, con aspiraciones a través del microscopio, el uso de antibióticos
cuando sea necesario (aunque no es indispensable) y mantener seco el oído.
Hay que tener presente que la técnica variará según el sitio de la perforación,
ya sea posterosuperior, posteroinferior abarcando hasta el mango del martillo,
posteroinferior incluyendo la porción anteroinferior, anterosuperior y, por últi-
mo, las perforaciones totales (figura 14--1). En estos casos se levanta un colgajo,
como en una estapedectomía, hasta visualizar el mango del martillo, para colocar
el injerto por debajo del anulus timpánico, y en la parte anterior colocándolo con
una incisión sobre el mango del martillo para que el injerto quede entre el mango
del martillo y la membrana timpánica (figura 14--2).
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164 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
Figura 14--2. En una vista lateral se observa cómo queda colocado el injerto.
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Timpanoplastia. Reconstrucción de la cadena osicular 165
Figura 14--3. El injerto colocado en dos vistas: una por el conducto auditivo externo y
la otra lateral.
Cuidados posoperatorios
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166 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
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Timpanoplastia. Reconstrucción de la cadena osicular 167
Figura 14--7. En una vista lateral se ve cómo queda el injerto y la vista por el conducto.
CONCLUSIONES
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168 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
Estribo íntegro
Pueden existir dos condiciones, y una sería por una necrosis de la rama larga del
yunque, por lo que no existe continuidad de la cadena con la cabeza del estribo;
este caso es uno de los más sencillos y en los que se obtiene muy buen resultado.
En estos casos se coloca una esquirla del hueso temporal y un cartílago, y en los
casos con mayor destrucción de la rama larga del yunque se haría una transposi-
ción del cuerpo del yunque entre la cabeza del estribo y el mango del martillo.
Es conveniente hacer una escotadura del cuerpo del yunque para que quede
fijo en el mango del martillo, y un pequeño orificio en el lado opuesto para colo-
carlo en la cabeza del estribo (figuras 14--8 y 14--9).
También se puede colocar un injerto de cartílago del tragus dejando el pericon-
drio en una de sus caras para que sea doblado, colocándolo entre la cabeza del
estribo y el resto de la rama del yunque (figura 14--10).
Cuando no existe el estribo con sus cruras, sino solamente la platina del estribo,
se coloca un injerto de cartílago del tragus que se corta en forma de “T” o en trián-
gulo, dejando en una de sus caras el pericondrio y la otra separándola del cartílago
para que esté en contacto con el resto del martillo; en casos en que éste no exista,
quedará en contacto con el injerto de fascia, más estabilizado (figura 14--11).
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Timpanoplastia. Reconstrucción de la cadena osicular 169
Figura 14--9. Cuerpo del yunque en donde no existe la rama larga ni escotadura y orificio.
No cabe duda de que hay que mencionar otro tipo de prótesis en las cuales se
han usado diferentes materiales y con resultados muy variables. En la actualidad
los autores están usando prótesis de tantalum en las que colocan un pedazo de
cartílago sobre la superficie que queda en contacto con el injerto del tímpano,
para que ésta no sea rechazada (figura 14--12).
En los casos en que existan el estribo y algunos restos de los huesecillos, los
resultados son mucho mejores, principalmente porque esta operación se puede
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Figura 14--10. Injerto de cartílago del tragus y cómo es colocado sobre la cabeza del
estribo.
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170 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
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Timpanoplastia. Reconstrucción de la cadena osicular 171
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XLV:5.
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172 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 14)
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15
Tumores de la fosa posterior
y vías de acceso
Moisés A. Arriaga
INTRODUCCIÓN
rugía. Este capítulo se enfocará en el papel del manejo quirúrgico del hueso tem-
poral como aspecto clave de la cirugía segura de neuromas acústicos y otras lesio-
nes del APC.
Organización anatómica
El principio organizador cuando se considera la cirugía del APC es la posición
de la cápsula ótica (figura 15--1). La selección del abordaje quirúrgico en realidad
refleja cómo se maneja la cápsula ótica; esta decisión necesita individualizarse
con base en una comprensión de la localización de la lesión, el estado de la fun-
ción audiológica–vestibular y el estado fisiológico del paciente.2
173
ERRNVPHGLFRVRUJ
174 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 15)
MF y EMF
RL y RS
Cápsula
ótica ITF
TL, TC, TO
IC, IL
Figura 15--1. Los diversos abordajes al hueso temporal se organizan en relación con
la cápsula ótica. TL = translaberíntico; TO = transótico; TC = transcoclear; IL = infralabe-
ríntico; IC = infracoclear; ITF = fosa infratemporal; RL = retrolaberíntico; RS = retrosig-
moideo; MF = fosa media; EMF = fosa media ampliada.
Riesgos y beneficios
Una discusión franca de las metas, riesgos y beneficios de cualquier cirugía resul-
ta vital antes de iniciar un tratamiento complejo, como la extirpación de un tumor
en el APC. Las metas que se presentan al paciente son muy claras:
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Tumores de la fosa posterior y vías de acceso 175
Figura 15--2. Etapas del neuroma acústico: el panel superior izquierdo es la etapa cana-
licular, en la que el tumor está limitado al conducto auditivo interno (CAI); el panel supe-
rior derecho es la etapa de cisterna, en la que el tumor se ha extendido más allá del CAI
y dentro de la cisterna magna del APC; el panel inferior es la etapa de compresión, en
la que el tumor comprime al tallo cerebral.
Abordaje translaberíntico
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176 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 15)
Figura 15--3. Abordaje translaberíntico. El panel izquierdo indica una vista del conducto
auditivo interno. El panel derecho indica la perspectiva general de exposición, incluyen-
do laberintectomía y remoción del hueso retrosigmoides. Nótese que los nervios vesti-
bulares superior e inferior son los más cercanos al cirujano. Una vez que se han reseca-
do, se puede identificar positivamente el nervio facial (arriba) al entrar en el conducto
de Falopio.
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Tumores de la fosa posterior y vías de acceso 177
ERRNVPHGLFRVRUJ
178 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 15)
Figura 15--5. Exposición de la fosa media. El uso de dos retractores extiende la retrac-
ción del lóbulo temporal a través de un área amplia con obstrucción limitada y facilita
el acceso extenso al CAI.
campo quirúrgico en lugar de las estrategias anteriores (figura 15--5).6 Una vez
expuesta la duramadre del CAI se debe realizar la incisión posteriormente, ya que
el nervio facial está colocado anteriormente dentro del CAI. El primer paso en
la remoción del tumor es la identificación del nervio facial; entonces se puede
proceder con la resección del tumor y la remoción final de la cápsula. El procedi-
miento para cerrar requiere un pequeño trozo de grasa abdominal para sellar la
duramadre del CAI y reemplazo del colgajo de la craneotomía con placas de ti-
tanio.
Aunque la tasa general (del autor) de preservación auditiva con este abordaje
es mayor de 90%, se conserva una audición útil en 70% de los casos.2 A pesar de
que este abordaje es técnicamente demandante con respecto a la preservación fa-
cial cuando se comparan tumores de tamaños similares, la preservación de la fun-
ción facial es excelente, ya que más de 90% de los casos logran función normal
o cercana a lo normal a largo plazo, sin diferencias estadísticas respecto a otros
abordajes.7
Abordaje retrosigmoideo
ERRNVPHGLFRVRUJ
Tumores de la fosa posterior y vías de acceso 179
opinión de este autor, el abordaje retrosigmoideo es útil para tumores que permi-
ten la conservación de la audición útil, compromiso del CAI que no llega al fondo
(CAI lateral) y menos de 2 cm de compromiso del APC.
En este abordaje, una incisión posauricular expone el mastoides y la parte infe-
rior del occipucio. Al exponer el seno sigmoides se pueden retraer anteriormente
la duramadre y el seno (figura 15--6). Se identifican los límites superior e inferior
del tumor y se permite la salida de LCR para limitar la necesidad de retracción.
Para tumores que comprometen el CAI se realiza una incisión en la duramadre
por encima del CAI y éste se perfora hasta que se identifica el límite lateral del
tumor. De este modo, el cirujano puede asegurarse de retirar el tumor hasta su lí-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
mite más lateral. Después de retirar el tumor, debe sellarse el CAI con un injerto
de músculo o grasa para prevenir fugas de LCR.
RESUMEN
ERRNVPHGLFRVRUJ
180 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 15)
Desde 1991 hasta 2005 los cirujanos del grupo del autor han operado más de
500 tumores acústicos: 66% con el abordaje translaberíntico, 20% vía fosa media
y 14% retrosigmoideo. Esto refleja una filosofía de que cada uno de estos aborda-
jes tiene méritos, pero que la selección debería individualizarse. Además, cada
una de estas lesiones (sin importar su tamaño o cuál es la especialidad que recibió
la canalización) se manejó como un procedimiento de equipo en el que participa-
ron neurootología, neurocirugía, neuroanestesiología, audiología para el nervio
facial y monitoreo de la ABR, en el caso apropiado, al igual que el manejo poso-
peratorio por parte de medicina intensiva y terapia física.
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16
Trauma facial y fracturas
craneofaciales
Marcos Antonio Rodríguez Perales, Ricardo Sánchez Santa Ana
INTRODUCCIÓN
Los pacientes con trauma craneofacial constituyen una causa de ingresos fre-
cuentes en las salas de urgencias de los principales centros hospitalarios del país.
Las causas de trauma pueden ser muy variadas, desde accidentes industriales y
lesiones por vehículos motorizados hasta lesiones por agresión física interperso-
nal. En la ciudad de México la causa más frecuente de traumatismos craneofacia-
les es la violencia, sin lugar a dudas.
Cada año se presentan miles de casos de lesión craneofacial en México; de
éstos, 10% mueren antes de llegar al hospital. De 90% de los pacientes que sí lle-
gan a un hospital, 80% de los casos presentan lesiones que se pueden clasificar
como lesiones leves, moderadas en 10% y severas en otro 10%; de estos últimos
dos, la relación con el alcohol es excesivamente alta. Casi 1 de cada 10 pacientes
181
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182 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 16)
Preparación
Ocurre en dos diferentes escenarios clínicos: el primero durante la fase prehospi-
talaria, en la cual todos los eventos pueden ser coordinados con los médicos y el
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Trauma facial y fracturas craneofaciales 183
Triage
Examen primario
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184 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 16)
Examen secundario
Una vez que se realizan el ABC del trauma y la reanimación, de acuerdo con los
hallazgos se procede a la siguiente etapa, el examen secundario, el cual se inicia
después de que las dos etapas previas están completamente resueltas y el paciente
se encuentra con funciones vitales restablecidas y estable. La evaluación de la ca-
beza a los pies del paciente politraumatizado es una historia completa y un exa-
men físico, incluyendo los signos vitales. Se explora cada parte del cuerpo. Se
realiza el examen neurológico, incluyendo electrocardiograma si no se realizó
previamente. Se indican de igual forma estudios radiológicos, de laboratorio y
específicos, como la tomografía computarizada.
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Trauma facial y fracturas craneofaciales 185
esto se fija la cabeza del paciente con una mano y con la otra se intenta mover
hacia adelante y hacia atrás el maxilar superior, luego se intenta hacer movimien-
tos de rotación con la muñeca. Lo mismo se realiza con la mandíbula.
Es imprescindible revisar la agudeza visual, el tamaño, la simetría y los refle-
jos pupilares, así como el tono del globo ocular, evaluar la presencia de diplopía
y comparar los campos visuales. Si existe alguna anormalidad, el paciente deberá
ser evaluado inmediatamente por un oftalmólogo.
Puede sospecharse de lesiones en el sistema nervioso central por la parálisis
de uno o más pares craneales, alteraciones de la conciencia, lateralización mani-
festada por simetría y reflejos pupilares, alteraciones de sensibilidad, tono, fuerza
y reflejos osteotendinosos, convulsiones o irritación meníngea.
EVALUACIÓN RADIOLÓGICA
Y DIAGNÓSTICO POR IMAGEN
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186 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 16)
En 1991 René Le Fort demostró que tras producirse lesiones en el esqueleto facial,
siguiendo mecanismos distintos, se producían lesiones con patrones predecibles.
Esto condujo al descubrimiento de la presencia de estructuras óseas de soporte
distribuidas a lo largo del esqueleto facial, cuyo objeto es absorber y distribuir
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Trauma facial y fracturas craneofaciales 187
las fuerzas recibidas por impactos faciales externos y que producen patrones de
fractura característicos. A estos sitios de resistencia ósea se les conoce como
butress, contrafuertes o reforzamientos óseos. Entonces, el esqueleto facial pue-
de analizarse si se siguen los contrafuertes o áreas de soporte (butress) que com-
ponen su estructura. Existen contrafuertes verticales y horizontales.
Las fracturas faciales tienen diversas clasificaciones para su estudio y trata-
miento; una de las más comunes es en función de la energía necesaria para produ-
cirlas en las diferentes unidades anatómicas de la cara. Se clasifican en fracturas
de baja, media y alta energía.
Son aquéllas sin conminución, con trazos lineales y desplazamiento nulo o míni-
mo. Estas fracturas pueden ser incompletas o en rama verde; eventualmente el
manejo puede ser conservador y la necesidad de reducción o fijación es mínima.
Son consideradas las de menos frecuencia de las tres. Hay gran desplazamiento,
fragmentación y conminución, así como alto grado de inestabilidad, incluso con
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Las fracturas frontales pueden ser de las regiones laterales o del seno frontal; se
deben a traumatismos directos o a la extensión de una fractura de la bóveda cra-
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188 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 16)
Figura 16--2. Tomografía computarizada en donde se evidencia una severa fractura del
frontal, con daños de la tabla interna y externa, a la derecha se observa una reconstruc-
ción tridimensional que evidencia un severo daño frontal.
Fracturas nasales
Son las fracturas más frecuentes del esqueleto facial; 50% de las fracturas faciales
son fracturas aisladas de la pirámide nasal. La extensión de la fractura de las es-
tructuras nasales está relacionada con la dirección y el grado de la fuerza causante
de la lesión.
Característicamente, hay fracturas conminutas de los huesos nasales y fractu-
ras de las apófisis frontales de los maxilares, los huesos lagrimales y el laberinto
etmoidal. Las lesiones graves del tabique nasal pueden conllevar una extensión
hacia arriba que podría afectar a la lámina cribosa y al techo de la órbita. En cam-
bio, si el impacto es anterior, generalmente se fracturan ambos huesos nasales en
sus extremos inferiores y, como la fuerza es absorbida por el tabique, también éste
se desplaza y se fractura. Con una fuerza mayor puede desprenderse toda la pirá-
mide nasal, incluyendo las apófisis frontales de los maxilares. Cuando los huesos
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Trauma facial y fracturas craneofaciales 189
Son las segundas más frecuentes después de las fracturas nasales, constituyendo
de 49 a 53% de las fracturas mediofaciales. El trazo fracturario de una fractura
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190 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 16)
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Trauma facial y fracturas craneofaciales 191
Figura 16--5. Fractura de baja energía del arco cigomático, la cual en ocasiones puede
manejarse de manera conservadora.
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192 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 16)
Figura 16--7. Fijación con miniplacas y mallas de una fractura panfacial de alto grado
de energía.
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Trauma facial y fracturas craneofaciales 193
La cicatrización ósea indirecta es la curación del hueso por medio de callo y cartí-
lago; ocurre cuando los medios de fijación o inmovilización permiten cierto gra-
do de movimiento entre los fragmentos de la fractura, como en el caso del enyesa-
do. Se ha observado que hasta un micromovimiento es suficiente para modificar
el modelo de cicatrización. El rasgo más sobresaliente es la formación de callo
perióstico, que empieza a cierta distancia de los extremos de los fragmentos de
la fractura a nivel de la superficie ósea. El modelo de cicatrización indirecta de
la fractura ocurre con una gran variedad de técnicas de fijación. Puede observarse
en fracturas no tratadas, o cuando se utilizan férulas externas o yeso para inmovi-
lización. Se observa callo óseo cuando se utilizan dispositivos fijadores externos
o clavos medulares.
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Adicciones en otorrinolaringología
Francisco Martínez Gallardo, Jennifer Bertin Montoya
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COCAÍNA
6 000 msnm. La planta crece hasta una altura de unos 2.5 m, la cosecha se realiza
al tercer año y se considera que una planta de coca puede ser cosechada tres veces
al año por 20 años; en condiciones de cultivo vive hasta los 50 años.
Las hojas de coca son ricas en vitaminas, proteína, calcio, hierro y fibra. El
contenido de cocaína de las hojas es de 0.1 a 0.9%; tiende a ser mayor con la alti-
tud, y tiene fluctuaciones diurnas en ciclos de 24 h.
Nomenclatura química: benzoilmetil ecgonina [1R--(exo,exo)]--3--(benzoi-
loxil)--8--metil--8--azabiciclo[3.2.1]octano--2--carboxílico ácido metil éster.
Nomenclatura química alterna: 3β--hidroxi--1αH, 5α--H--tropano--2β--car-
boxílico ácido metil éster benzoato; 2β--carbometioxi--3β--benzoxitropano,
195
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196 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
HISTORIA
Desde hace miles de años, tal vez desde antes del año 3000 a.C., se ha masticado
la hoja de coca en Sudamérica para producir estimulación física y mental, así
como para la prevención y el tratamiento de la enfermedad de las grandes alturas.
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Adicciones en otorrinolaringología 197
Los antropólogos han especulado que la palabra coca se deriva del tiahuanaco
preínca khoka, que significa “la planta”. La palabra q’oka en aymará significa
“alimento para los viajeros y trabajadores”. La coca era considerada como un re-
galo de Dios. La utilizaban en ceremonias mágicas y ritos de iniciación, para ri-
tuales de adivinación y fertilidad, y para curar sus malestares físicos y psíquicos.
En el siglo XV los incas del Perú operaban plantíos de coca e incluso pagaban
con hojas de coca los impuestos a los españoles. Los primeros registros en Europa
del uso de la coca fueron hechos por Américo Vespuccio (1505), G. Fernández de
Oviedo (1535) y Nicolás Monardes (1565). En 1708 la coca es mencionada por
primera vez en materia médica por el botanista y médico holandés Herman Boer-
haave en su obra Institutiones Medicae.
La cocaína fue extraída por primera vez a partir de la planta de coca en 1855,
y en 1859 Albert Niemann aisló el ingrediente activo de la planta de coca en la
Universidad de Gottigen, en Alemania. Su uso médico tuvo mayor difusión a fi-
nales del siglo XIX, cuando el laboratorio Merck empezó su producción en 1862.
En 1863 Ángelo Mariano patentó una preparación de extracto de coca y vino de
Burdeos llamado Vin Mariani, que contenía 6 mg de cocaína por cada onza de vino.
Entre 1876 y 1885 los maratonistas de Inglaterra masticaban hojas de coca
para mejorar su rendimiento, y en 1883 el médico alemán Theodor Aschenbrandt
administró cocaína a los miembros de la armada bávara para aumentar su resis-
tencia durante maniobras. El estudio publicado por Aschenbrandt influyó en el
neurólogo vienés Sigmund Freud, quien en 1884 publicó su obra On coca, en la
que recomienda el uso de la cocaína para tratar una diversidad de condiciones,
incluyendo la adicción a la morfina, la fatiga y la depresión.
En 1886 John Pemberton introdujo una bebida, llamada Coca--ColaR, que
contenía jarabe de cocaína y cafeína, que se elaboró hasta 1901, cuando se retiró
la coca de su fórmula. En 1903 expiró la patente del proceso de extracción de la
cocaína, lo cual incrementó su demanda, y en 1905 la inhalación de cocaína se
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Formas de consumo
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198 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
SÍNTESIS
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Adicciones en otorrinolaringología 199
Descripción
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200 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
Los efectos de la cocaína inhalada son cortos (desde 15 hasta 40 min); una inhala-
ción de base libre fumada típicamente produce efectos que duran desde 3 hasta
15 min. Se metaboliza rápidamente en la sangre y en el hígado, y su vida media
promedio es de 30 a 90 min.
Efectos psicológicos
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Adicciones en otorrinolaringología 201
Efectos físicos
Produce aumento en la temperatura corporal, taquicardia, hipertensión y taquip-
nea, diaforesis, dilatación pupilar, broncodilatación, incremento en la disponibi-
lidad de glucosa, mareo, náusea/vómito, falla renal; disminuye el umbral de con-
vulsiones, eventos vasculares cerebrales e isquémicos cardiacos.
superinfección.
Los hallazgos patológicos incluyen inflamación aguda y crónica, necrosis y
erosión osteocartilaginosa. Hay evidente desorganización del tejido, que ultraes-
tructuralmente presenta pérdida parcial o total de cilios, al igual que disrupción
entre el epitelio y la lámina basal. El tejido normal es sustituido por abundante
tejido fibroso, razón por la cual se pierde la función normal.33 Se puede llegar a
encontrar lesiones nasales ulcerativas angiomatoides, con células endoteliales
polimórficas con mitosis ocasionales, dispuestas en patrón lobular con áreas de
apariencia infiltrativa; se pueden acompañar de áreas extensas de trombosis con
recanalización focal.30
La presentación clínica depende de la extensión del involucro, y puede incluir
síntomas de formación de costras nasales, epistaxis, congestión nasal, rinorrea,
anosmia, dolor nasal y facial, cefalea frontal y sinusitis crónica.
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202 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
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Adicciones en otorrinolaringología 203
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204 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
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Adicciones en otorrinolaringología 205
Sobredosis
Detección
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206 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
Uso crónico
Se han hecho notar los déficit cognoscitivos asociados con el uso crónico de la
cocaína, y que éstos reflejan cambios en los mecanismos cortical, subcortical y
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Adicciones en otorrinolaringología 207
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208 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
Problemas
SÍNTOMAS DE ABSTINENCIA
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Adicciones en otorrinolaringología 209
Tratamiento
Las claves del manejo médico son la hidratación y mejorar el flujo laminar. La
hidratación puede prevenir la resequedad y la formación de costras. Las superfi-
cies mucosas hidratadas promueven el flujo laminar y limitan la cascada de sínto-
mas. La irrigación salina debe realizarse cuantas veces sea necesaria; pueden
agregarse 200 mL de propilenglicol a 800 mL de solución salina normal para in-
crementar la viscosidad del aerosol y mejorar su efectividad. Pueden aplicarse
también emolientes con base acuosa con o sin antibiótico al área vestibular, para
evitar la formación de costras.44
En el caso de perforaciones septales pueden colocarse botones de silastic; el
botón es recortado para ajustarse al tamaño del defecto, haciendo una barrera me-
cánica, limitando el flujo turbulento de aire y disminuyendo los síntomas en algu-
nos pacientes. Desafortunadamente, pueden formarse costras en los bordes del bo-
tón, lo que lleva a una difícil higiene nasal.
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210 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
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Adicciones en otorrinolaringología 211
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214 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 17)
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18
Manifestaciones otorrinolaringológicas
de enfermedades sistémicas
Miguel Ángel Arroyo Castelazo, Diego R. Arroyo Aguayo
Anatomía
Patogénesis
La ERGE es causada por el flujo retrógrado anormal del contenido gástrico hacia
el esófago, que en ocasiones se extiende a región laríngea y faríngea, dando como
215
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216 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
Signos y síntomas
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 217
Estenosis subglótica
Esta patología se produce a consecuencia del contacto de los ácidos gástricos con
la región anatómica en cuestión, produciendo un proceso de edema que puede o
no finalizar en cicatrización, la cual agrava la estenosis haciéndola de difícil ma-
nejo. Clínicamente se encuentra erosión de la mucosa, ausencia de submucosa
poscricoidea, rigidez de vértebras cervicales y presencia de una o varias úlceras
en la región poscricoidea.
SIDA
En México, al igual que en los demás países del mundo, el síndrome de inmuno-
deficiencia adquirida (SIDA) se ha convertido es un problema prioritario de salud
pública muy complejo, con múltiples repercusiones psicológicas, sociales, éti-
cas, económicas y políticas que rebasan el ámbito de la salud, y constituye una
amenaza para la seguridad nacional y para el desarrollo económico y social de
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
las naciones.18
A finales de 2004, ONUSIDA estimó que a nivel mundial existen 39.4 millones
de personas que viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); de
ellos, 37.2 millones son adultos, 17.6 millones mujeres y 2.2 millones tienen me-
nos de 15 años de edad. Cada día 14 000 personas se infectan por el VIH en todo
el mundo, esto es, 4.9 millones de personas contrajeron la infección en 2004.
Aproximadamente 50% de las nuevas infecciones por VIH se producen en jóve-
nes de entre 10 y 24 años de edad. Tan sólo durante 2004, el SIDA fue la causa
de 3.1 millones de muertes.
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218 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
A pesar de que América Latina y el Caribe tienen una epidemia más reciente,
el número de infecciones por VIH rebasó la cifra de dos millones de infecciones
(1.7 millones en América Latina y 440 000 en el Caribe). Sin embargo, lo más
preocupante es que el Caribe se ha convertido en la segunda región más afectada
por la epidemia del SIDA después del África Subsahariana, con una prevalencia
de 2.3% en población adulta.
Considerando el número total de casos reportados, México ocupa el tercer
lugar en el continente americano, después de EUA y Brasil; sin embargo, de
acuerdo con la prevalencia de VIH, México se ubica en el lugar 23 en América
y el Caribe, y en el sitio 77 a nivel mundial.18
El SIDA en México
México se clasifica como un país con una epidemia de SIDA concentrada en los
grupos que mantienen prácticas de riesgo: 15% de prevalencia de VIH en hom-
bres que tienen sexo con hombres, 12.2% en trabajadores del sexo comercial y
6% en usuarios de drogas inyectables.
En contraste, la prevalencia de VIH en población adulta de 15 a 49 años de
edad es de 0.3%, lo cual significa que 3 de cada 1 000 personas adultas podrían
ser portadoras del VIH en este país. De acuerdo con las estimaciones más recien-
tes del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA (CENSIDA), en
México existen 182 000 personas adultas infectadas por el VIH.
Desde el inicio de la epidemia en este país hasta el 15 de noviembre de 2005,
en el Registro Nacional de Casos de SIDA se han contabilizado 98 933 casos acu-
mulados de SIDA, de los cuales 83.3% son hombres y 16.7% son mujeres; es
decir, existe una relación hombres/mujeres de 5:1. Las personas de 15 a 44 años
de edad constituyen el grupo más afectado, con 78.9% de los casos registrados.
La transmisión sexual ha sido la causante de 92.2% de los casos acumulados
de SIDA en México, de los cuales 47.7% corresponden a hombres que tienen
sexo con hombres y 44.5% a heterosexuales. Se originaron por vía sanguínea
5.3%, de los cuales 3.6% corresponden a transfusión sanguínea, 0.7% están aso-
ciados con el consumo de drogas inyectables, 0.6% con donadores, 0.4% con he-
mofílicos, y menos de 0.1% con la categoría de exposición ocupacional. La trans-
misión perinatal representa 2.2% del total de casos, y la categoría combinada de
hombres que tienen sexo con otros hombres y usuarios de drogas inyectables,
0.3%. En uno de cada tres casos (37.8%) se desconoce el factor de riesgo asociado.
En México ha disminuido la mortalidad por SIDA como resultado del creci-
miento en la cobertura del tratamiento ARV: en 1997, únicamente las institucio-
nes de seguridad social (IMSS e ISSSTE) proporcionaban este tipo de medica-
mentos, alcanzando una cobertura de 54% de los pacientes con SIDA de todo el
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 219
Sexual 92.3%
HSH 46.7%
Heterosexual 45.6%
Sanguínea 5.1%
Transfusión sanguínea 3.3%
Hemofílico 0.4%
Donador 0.5%
Drogas IV 0.9%
Exposición ocupacional < 0.1%
Perinatal 2.3%
Otras (homo--drogas) 0.3%
Se desconoce (36.6%)
Fuente: Registro Nacional de Casos de SIDA.
Nota: La categoría “se desconoce” se excluyó del cálculo de los porcentajes; sin embargo, dicha
cifra se muestra entre paréntesis para conocer su magnitud.
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220 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 221
Extranjeros 316
Se desconoce 53
Nacional 107 625
Notas: Ordenado por casos acumulados.
Fuentes: DGE. Registro Nacional de Casos de SIDA. Datos al 15 de noviembre de 2006. Secretaria
de Salud.
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222 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 223
Manifestaciones en ORL
Desarrollo
Durante largo tiempo las manifestaciones clínicas de otitis media, rinitis, sinusi-
tis, bronquitis y neumonía han estado asociadas con estados de inmunodepresión,
como la hipogammaglobulinemia generalizada, los déficit selectivos de IgA, el
déficit de células T o déficit combinados.6,20
Ya desde el año 1983 en EUA se habían reportado enfermos de SIDA con ma-
nifestaciones en cabeza y cuello que murieron por infecciones de gérmenes opor-
tunistas.
En estudios realizados se demostró que de 40 a 60% de los enfermos de SIDA
presentaron manifestaciones que incluían candidiasis, lesiones por herpes sim-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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224 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
Boca y orofaringe
S Sequedad de las mucosas.
S Queilitis que puede asociarse con candidiasis.
S Enfermedad periodontal: eritema gingival, gingivitis y periodontitis necro-
sante.
S Estomatitis herpética.
S Estomatitis aftosa y fúngica.
S Faringitis gonocócica o estreptocócica.
S Ulceraciones, placas, exudados e inflamación difusa o nódulos.
S Sarcoma de Kaposi: elevación atípica sobre lesión purpúrica a nivel del pa-
ladar duro.
S Carcinoma de células escamosas.
Glándulas salivales
S Sialoadenitis de la glándula submaxilar.
S Quiste multilocular de la glándula parótida.
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 225
S Epiglotitis.
S Taquipnea, estridor laríngeo.
S Disfagia, disfonía.
S Laringitis.
Oídos
Consideraciones finales
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226 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
la pena mencionar otros términos por los cuales se conoce esta enfermedad, aun-
que ya no estén en uso: granuloma eosinofílico, enfermedad de Hand--Schüller--
Christian y enfermedad de Letterer--Siwe.
La HCL es típicamente una enfermedad de niños, aunque se puede producir
a cualquier edad. Existen tres estándares de presentaciones: la histiocitosis de
Langerhans localizada (grupo 1) ocurre principalmente entre los cinco y los nueve
años de edad, con una presentación única de lesión ósea. La histiocitosis de Lan-
gerhans multifocal (grupo 2) ocurre típicamente entre los dos y los cinco años de
edad, con una presentación de dos o más lesiones óseas, cutáneas o de tejidos
blandos, con o sin la presencia de anormalidades endocrinas. La histiocitosis de
Langerhans diseminada (grupo 3) se encuentra en todo el cuerpo, con asociación
de disfunción de órganos vitales, y sus pacientes tienen menos de dos años de
edad.31
Patogénesis
La etiología de la HCL aún no es clara. Las teorías actuales sugieren que pueden
representar una disfunción inmunitaria, tanto primaria como secundaria, a un es-
tímulo externo, como una infección. Adicionalmente puede representar un tipo
de linfoma de bajo grado. Bajo el microscopio de luz las células de Langerhans
se aprecian como células mononucleadas. Con el microscopio electrónico se evi-
dencian características como el gránulo de Birbeck o cuerpo X; esto es una es-
tructura redondeada brillosa que contiene en su interior un bastón que suele ex-
pandirse al final, similar a una raqueta de tenis.2
Signos y síntomas
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 227
Estudios de imagen
Diagnóstico diferencial
Tratamiento
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Pronóstico
Los pacientes con enfermedad localizada pueden ser tratados de forma conjunta
con un curetaje conservador y bajas dosis de radioterapia; se encuentra una super-
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228 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
GRANULOMATOSIS DE WEGENER
Aspectos clínicos
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 229
sedimento urinario anormal que progresa a falla renal; en ocasiones hay le-
siones cutáneas con presencia de ulceraciones en espalda o pecho, o en am-
bos.9,27,35,37
Diagnóstico diferencial
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230 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
diferencial con la GW. En ocasiones también hay involucro del parénquima pul-
monar, pero, en contraste con la GW, la afección ótica y traqueal es muy rara.10,37
El síndrome de Churg--Strauss se caracteriza por asma bronquial, pólipos na-
sales, eosinofilia y vasculitis sistémica; también es causa de formaciones costro-
sas en mucosa nasal, pero es más fácil diferenciarlo de la GW debido a la ausencia
de pólipos y cuadros asmáticos, así como de eosinofilia.35
Es bien sabido que el uso de cocaína inhalada causa perforación septal y for-
mación de costras en la mucosa del septum; sin embargo, debe recordarse que el
uso indiscriminado también afecta el piso nasal, llegando en ocasiones muy raras
a formar fístulas nasopalatinas. El interrogatorio enfocado al abuso de cocaína
debe ser cuestionado y, en caso de realizar biopsia, ésta no mostrará la presencia
de vasculitis.
Diagnóstico
Diagnóstico histopatológico
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 231
vasos rara vez son afectados. También se encontrarán simples tabicaciones de in-
filtrado celular o necrosis fibrinoide; con más frecuencia se observan necrosis
granulomatosas. La capilaritis que se presenta es neutrofílica o, más rara, granu-
lomatosa. También se observan pequeños microabscesos que crecen hasta que se
desarrolla la necrosis típica. El centro necrótico se encuentra rodeado por histio-
citos pálidos y células gigantes dispersas.34
Tratamiento
SARCOIDOSIS
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232 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
ya que tiene predilección por varios órganos de cabeza y cuello, incluyendo ojos
(epiescleritis, uveítis), glándulas salivales (parotiditis), la orofaringe (hipertrofia
amigdalina) y la laringe (epiglotitis y estenosis subglótica); también se ven invo-
lucrados los nervios craneales VII y VIII y órganos sensoriales (sordera súbita,
parálisis facial unilateral o bilateral).34,37
Cuadro clínico
Diagnóstico
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 233
Tratamiento
fico.
El involucro ocular responde adecuadamente al uso de soluciones oftalmoló-
gicas que contengan cortisona. En cuanto a la afección de la mucosa intranasal,
epiglotitis y subglotitis, hay respuesta con el tratamiento con aerosoles que con-
tengan cortisona, y en algunos casos se ha visto mejoría al infiltrar la mucosa con
corticosteroides de depósito. En casos más resistentes, estas áreas responden de
mejor forma al uso sistémico de corticosteroides, que son los adecuados en el uso
de neuropatía, principalmente afección de los nervios craneales VII y VIII.
El uso de metotrexate en dosis de 30 mg semanales ha sido eficaz en la afec-
ción nasal de esta patología. El uso de metotrexate debe considerarse sólo en los
pacientes en quienes esté contraindicado el uso de corticosteroides sistémicos.
La corrección quirúrgica de obstrucción nasal está contraindicada en sarcoido-
sis debido a múltiples reportes de perforaciones septales como complicación.
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234 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
SÍNDROME DE SJÖGREN
Etiología
Presentación clínica
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 235
Diagnóstico
Se han propuesto diversos criterios diagnósticos, entre ellos los hallazgos a la ex-
ploración física y pruebas de laboratorio. En general, el diagnóstico consiste en
establecer la presencia de queratoconjuntivitis sicca y xerostomía, y pruebas ob-
jetivas como la de Shirmer y la de producción de saliva a través de las glándulas
salivales menores. Las pruebas de laboratorio implementadas son el evidenciar
enfermedad sistémica autoinmunitaria, específicamente contra proteínas ribonu-
cleares.24
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236 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
Diagnóstico diferencial
Tratamiento
POLICONDRITIS
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 237
Involucro otológico
Manejo
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238 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
LINFOMAS
Linfoma no Hodgkin
Epidemiología
Una biopsia por aspiración con aguja fina puede ser suficiente para confirmar el
diagnóstico inicial y orientar en el tipo de linfoma de que se trate; sin embargo,
una biopsia excisional es generalmente la opción preferida para una mejor obser-
vación de la arquitectura del tejido nodal o extranodal. La utilización de marcado-
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 239
Estadio I
Linfoma no Hodgkin en estadio I significa complicación de una sola región de
ganglios linfáticos (I) o complicación localizada de un solo órgano o sitio extra-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Estadio II
Linfoma no Hodgkin en estadio II significa complicación de dos o más regiones
de ganglios linfáticos en el mismo lado del diafragma (II) o complicación locali-
zada de un solo órgano o sitio asociado extralinfático y sus ganglios linfáticos
regionales con otras regiones de ganglios linfáticos en el mismo lado del diafrag-
ma o sin ellas (IIE, por sus siglas en inglés). [Nota: El número de regiones de gan-
glios linfáticos complicadas se puede indicar con un subíndice.]
Estadio III
Linfoma no Hodgkin en estadio III significa complicación de regiones de gan-
glios linfáticos en ambos lados del diafragma (III) que también puede ir acompa-
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240 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
Estadio IV
Linfoma no Hodgkin en estadio IV significa complicación diseminada (multifo-
cal) de uno o más sitios extralinfáticos con complicación asociada de ganglio lin-
fático o sin ella, o con complicación aislada de un órgano extralinfático y compli-
cación ganglionar distante (no regional).
La designación E se usa cuando las malignidades linfoideas extraganglionares
surgen en tejidos separados, pero cercanos, de los conglomerados linfáticos prin-
cipales. El estadio IV se refiere a la enfermedad que está difusamente diseminada
por todo un sitio extraganglionar, como el hígado. Si hay prueba patológica docu-
mentada de la complicación de uno o más sitios extralinfáticos, se indica el sím-
bolo del sitio complicado, seguido por un signo más (+).
Tanto los LNH agresivos como los indolentes pueden ocurrir en cualquier tipo
de tejido. A continuación se describen los sitios más comunes de presentación
que ocurren en cabeza y cuello.1,13,10
Anillo de Waldeyer
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 241
Glándulas salivales
Tiroides
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242 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
Nasosinusal
Linfomas de Hodgkin
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Manifestaciones otorrinolaringológicas de enfermedades sistémicas 243
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17. Gras R, Moulin G, Giovanni A, Chagnaud C, Triglia JM et al.: Intralesional injection
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ryngol Chia Cennicofac 1999;116(5):291--294.
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244 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 18)
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19
Patología vocal y fonocirugía
Masao Kume, Alfonso Ramírez Gorostiza,
Mario Alberto Morales Rivera, Fernando Romero, Amalia Rodríguez,
Francisco Vallejo López, Guillermo Kume Tsutsumi
INTRODUCCIÓN
245
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246 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Fibroscopia flexible
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Patología vocal y fonocirugía 247
pia indirecta bien realizada ofrece muchas ventajas valiosas, sobre todo para va-
lorar la coloración de la mucosa y las lesiones, el estado de inflamación, las con-
diciones de apertura y cierre glótico, es decir, en una forma panorámica. En casos
en los que no se pueda observar la laringe por un reflejo nauseoso exagerado, epi-
glotis pequeña en omega o una laringe muy anterior, el especialista se verá obli-
gado al uso de la fibroscopia flexible. Ésta debe tener características muy impor-
tantes para un óptimo resultado. El calibre del fibroscopio variará si el paciente
es un niño o un adulto. En el primero, uno de 3.5 mm no tendrá problemas. Puede
usarse también en el adulto, pero quizá el de 4.5 mm podrá mejorar la imagen.
Es indispensable contar con una fuente de luz de por lo menos 150 watts que
sea capaz de transmitir un brillo suficiente para lograr una buena imagen. En ge-
neral, en experiencia del autor, se hace previa instilación de un vasoconstrictor
nasal en paciente sin problema de hipertensión arterial y sin anestésico local, ob-
teniendo en la mayoría de los casos buena tolerancia; sin embargo, algunos pue-
den requerir anestesia.
Se observarán las fosas nasales, las condiciones del septum, los cornetes, la ri-
nofaringe, el aspecto del paladar, su movilidad, la úvula, las paredes faríngeas,
la base de la lengua, la valécula, las condiciones de la epiglotis y un aspecto gene-
ral de la laringe. Se verá con un mayor acercamiento si es posible la apertura y
el cierre de las cuerdas vocales, así como las condiciones de la vibración, sobre
todo cuando se utilice el estroboscopio. Debido al ángulo de visualización del fi-
broscopio, es muy prudente advertir que las apófisis vocales se vean en el tercio
medio de las cuerdas dando la impresión de nódulos, y que la coloración puede
variar por ajustes del panel de color del monitor o de la misma cámara y hacer
por ello diagnósticos erróneos.
Telescopia
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Videoestroboscopia
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248 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
En el entorno de los problemas más frecuentes que pueden afectar la voz se en-
cuentran principalmente las lesiones de masa que afectan el peso, el fenómeno
vibratorio, y dejan un espacio glótico con el consiguiente escape de aire subglóti-
co que explica la disfonía.1 Existen otras causas en las que no se observa ninguna
lesión ocupativa, pero el paciente refiere problemas de la voz; éstos pueden cur-
sar con un trastorno funcional. Una mala técnica de emisión de la voz, hasta míni-
mas alteraciones de la dinámica de la vibración, se observan con fonación de las
bandas ventriculares de diverso grado, hasta acercamiento de los cartílagos arite-
noideos con la epiglotis; estos problemas se conocen como laringitis por tensión
muscular. No deben olvidarse también las disfonías de tipo conversivo.2
La patología vocal es muy extensa tratándose de lesiones ocupativas, y en este
capítulo sólo se comentarán las que se consideran más frecuentes en la práctica
del autor y en las que ha observado mayores complicaciones operatorias: nódulos
vocales, pólipos, lesiones blancas, quistes, edema de Reinke, inmovilidad vocal,
papilomatosis respiratoria recurrente, etc.
Nódulos vocales
Los nódulos vocales son pequeñas lesiones que aparecen frecuentemente en los
tercios medios de las cuerdas vocales y son ocasionados por abuso y mala técnica
en la emisión de la voz. Muchas veces el reflujo faringolaríngeo puede ser un fac-
tor predisponente.3
Las lesiones pueden ser de tipo edematoso en el inicio de la enfermedad, cre-
ciendo y adquiriendo aspecto hemorrágico y fibroso después, con la acentuación
de la disfonía. En general son de tamaño pequeño, pero suficiente para alterar el
ciclo vibratorio, dejando espacios por delante y por detrás de las lesiones con un
cierre en forma de “reloj de arena”, claramente visto en la videoestroboscopia (fi-
guras 19--1 y 19--2).
Concepto de tratamiento
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Patología vocal y fonocirugía 249
Figura 19--2. Nódulo vocal en cuerda vocal izquierda y pequeña zona reactiva contrala-
teral.
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250 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Figura 19--3. Nódulo cordal izquierdo a punto de ser incidido por bisturí de Saito.
Tratamiento fonoquirúrgico
Pólipos vocales
Aunque con frecuencia se reportan histológicamente igual que los nódulos voca-
les, representan lesiones muy interesantes dada la variabilidad de tamaño; casi
siempre son unilaterales, de aspecto hemorrágico, hasta fibrosos, y se sitúan des-
de el tercio medio hasta el anterior, con extensiones a la subglotis de tipo bascu-
lante, y de formas únicas o multilobuladas.
Estas lesiones ocasionan disfonías muy acentuadas; frecuentemente se inician
como un cuadro agudo después de abuso vocal en pacientes que pueden tener an-
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Patología vocal y fonocirugía 251
Figura 19--5. Exposición y tracción con pinza de Saito del colgajo epitelial; se observa
la fibrosis.
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252 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
desde un mal cierre glótico hasta áreas adinámicas donde se implanta la lesión
(figura 19--8).
Tratamiento quirúrgico
Figura 19--7. Cuerdas vocales del mismo paciente una semana después.
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Patología vocal y fonocirugía 253
Edema de Reinke
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254 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
edema, desde mínimos hasta verdaderos “globos” con disfonía severa. El epitelio
puede verse engrosado y con lesiones de aspecto blanquecino, lo que indicaría
premalignidad.
La videoestroboscopia muestra los aspectos antes mencionados y la ausencia
de fenómeno vibratorio en los casos muy afectados (figuras 19--11, 19--12, 19--13
y 19--14).
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Patología vocal y fonocirugía 255
Tratamiento
En los casos incipientes, la suspensión del uso del tabaco, el control del reflujo
gastroesofágico y faringolaríngeo y la terapia foniátrica podrán mejorar de manera
importante el problema. Los casos más afectados tendrán una indicación quirúr-
gica unilateral o bilateral de acuerdo con las lesiones, siendo el objetivo principal
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256 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Figura 19--14. Edema de Reinke grado IV con queratosis superficial del lado izquierdo.
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Patología vocal y fonocirugía 257
El reposo vocal posoperatorio casi estricto es obligado por tres días, y luego
continuar con conversación limitada por una semana.
El resultado final en cuanto a la recuperación vocal podrá verse uno o dos me-
ses después del procedimiento, dependiendo del grado de edema y del procedi-
miento realizado.
Seguir con el control del reflujo, suspender el uso de tabaco y la terapia foniá-
trica adyuvante ayudarán al éxito del tratamiento.
Granulomas
Los granulomas laríngeos son lesiones muy frecuentes que aparecen por fenóme-
nos irritativos agudos o crónicos muy relacionados con el reflujo gastroesofágico
y faringolaríngeo. Aparecen en el tercio posterior de la laringe, y cuando se en-
cuentran en las zonas subglóticas implican un mal pronóstico resolutivo que no
se tratará en este capítulo. Los granulomas pueden ser de aparición espontánea
o después de una intubación orotraqueal de poca o mucha duración.10
El aspecto que toman estas lesiones depende del tiempo de evolución: rojizo
al inicio y de aspecto gris amarillento cuando ha pasado el tiempo. En cuanto al
tamaño, puede ser diverso y no depende del tiempo de evolución, de tal manera que
pueden verse granulomas de gran tamaño, por ejemplo a la semana de una intuba-
ción quirúrgica. Pueden ser unilaterales o bilaterales (figuras 19--15 y 19--16).
Durante la observación videoendoscópica pueden apreciarse los aspectos
antes mencionados, y llama la atención que no afectan los movimientos de cierre
glótico; se observan datos de reflujo faringolaríngeo.
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258 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Tratamiento
El concepto actual del tratamiento de los granulomas de aparición espontánea o
posintubación debe ser conservador, a menos que la lesión, por su tamaño, com-
prometa la voz o la respiración.
Una vez hecho el diagnóstico se hace la prescripción de inhibidores de la bomba
de protones, en una dosis que puede ir de 40 a 80 mg por día, asociada a dieta estric-
ta y eliminando todos los irritantes o productos que aumentan la secreción gástrica
de ácido clorhídrico, como café, condimentos, bebidas alcohólicas o gaseosas, etc.,
con una ingesta de poca cantidad y descanso mínimo 2 h posprandiales.
La terapia foniátrica ayuda en forma importante, sobre todo para disminuir el
cierre glótico intenso. Actualmente el uso de la toxina botulínica puede ser adyu-
vante en el tratamiento porque su acción disminuye el choque glótico. Se puede
aplicar por vía percutánea en una dosis de 5 unidades, preferentemente en el lado
donde se encuentre la lesión.11
Cuando se decida el tratamiento fonoquirúrgico deberán tenerse algunos cui-
dados, sobre todo la resección total, ya sea con técnica convencional o con láser,
y no lesionando las apófisis vocales. Es muy recomendable la inyección de unas
5 unidades de toxina botulínica simultánea al uso de bloqueadores de IBP y tera-
pia vocal.
Papilomatosis
Las lesiones tumorales causadas por el crecimiento de los papilomas pueden oca-
sionar desde una alteración de la voz hasta obstrucciones, sobre todo en los niños.
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Patología vocal y fonocirugía 259
Figura 19--17. Lesiones papilomatosas que afectan las bandas ventriculares, las cuer-
das vocales y la región interaritenoidea.
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260 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Tratamiento
Sulcus vocalis
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Patología vocal y fonocirugía 261
Lesiones blancas
Se ha llamado lesiones blancas a aquéllas que aparecen en las cuerdas vocales prin-
cipalmente causadas por tabaquismo, reflujo faringolaríngeo y trauma vocal. En
la literatura aparecen los nombres de leucoplasia, queratosis, hiperqueratosis, dis-
plasia, etc., que son exactamente las mismas lesiones, pero para darles un nombre
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262 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Cáncer de laringe
Lesiones en etapas tempranas
Los cambios que ha tenido el tratamiento oncológico de las lesiones tipo T1 y T2
en los últimos años han sido por el abordaje endoscópico (figura 19--20).
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Patología vocal y fonocirugía 263
Figura 19--20. Lesión tumoral en ambas cuerdas vocales T1b (tumoración que afecta
ambas cuerdas vocales pero que respeta movilidad).
Desde hace una década W. Steiner inició la propuesta de esta técnica, con bue-
nos resultados que lo han llevado a realizar procedimientos en problemas más
extensos.
Las experiencias del autor siguiendo estas propuestas han sido buenas en casos
seleccionados y con la tecnología de un equipo láser de CO2 como el AcubladeR,
que logra cortar los tejidos en forma precisa y rápidamente.
El procedimiento requiere la competencia de un patólogo experto que indique
el diagnóstico de las piezas enviadas, ya sean superficiales o profundas, para de-
cidir el avance del procedimiento, que puede ir desde una biopsia excisional hasta
una cordectomía.
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La inmovilidad de una cuerda vocal por cualquier motivo ocasiona una deficien-
cia del cierre glótico con gran escape de aire que explica la disfonía. Este hecho
también produce defecto de la eficiencia glótica con penetración y aspiración de
secreciones o alimentos y tos crónica.
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264 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Figura 19--21. Lesión tumoral que afecta desde el tercio medio hasta la comisura ante-
rior de la cuerda vocal izquierda.
Dos hechos son los que con mucho ocasionan este problema: la cirugía de la
glándula tiroidea con lesiones de los nervios laríngeos inferiores o los recurrentes
y a veces del laríngeo superior, y las infecciones virales.24 En la estadística del
autor de más de 250 casos se han observado estas dos causas más frecuentemente,
pero existen también otras, como los tumores en cuello, secuelas de accidentes
Figura 19--22. Mismo paciente a ocho días de operado de cordectomía parcial izquier-
da; el resultado de patología demostró carcinoma epidermoide bien diferenciado. El pa-
ciente fue sometido a radioterapia.
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Patología vocal y fonocirugía 265
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266 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Figura 19--25. Mismo paciente dos años posoperado, sin evidencia de lesiones.
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Patología vocal y fonocirugía 267
Tratamiento
El criterio para hacer una medialización de una cuerda inmóvil puede tener algu-
nos conceptos, a diferencia de la clásica conducta de espera de seis meses. El au-
tor considera algunos detalles para decidir si se realiza un tratamiento temprano
o no. Cuando se sabe perfectamente bien (por los antecedentes) que existe una le-
sión de los nervios recurrentes o laríngeos superiores que tienen serios problemas
de penetración y aspiración de secreciones, puede proponerse la medialización
temprana con pasta GelfoamR. Como es un material absorbible, si se presenta una
compensación tardía podrá ayudar al paciente a resolver temporalmente su trastor-
no de deglución, independientemente de que la voz mejore. Este concepto va con
aquéllos que desconocen la etiología y cuando han sido descartadas otras causas.
Para aquellos casos de aparición reciente y de probable origen viral sin serios
problemas de fonación y deglución, la terapia vocal deberá considerarse como
la primera opción.
La conducta que se sigue en los casos que no tuvieron una respuesta satisfacto-
ria a los seis meses con terapia foniátrica y medicamentosa es optar por la media-
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268 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Tiroplastia
Después de la primera descripción de esta técnica, hecha por Isshiki en l975, se
han desarrollado muchas variantes. Existen varios tipos de esta técnica para dife-
rentes problemas. Aquí se tratará solamente la tiroplastia tipo I, que sirve precisa-
mente para hacer la medialización de una cuerda inmóvil. El procedimiento se
hace bajo anestesia local con sedación, con el fin de escuchar la voz del paciente
una vez medializada la cuerda vocal.
La vía de acceso es a través de una incisión en el cuello a la altura del cartílago
tiroideo, haciendo una pequeña ventana a nivel de la cuerda vocal afectada; se
coloca una pequeña prótesis, ya sea prefabricada o elaborada en el quirófano por
el cirujano, para colocarla en dicha ventana y medializar la cuerda. En ese mo-
mento se invita al paciente a que emita sonidos, con el fin de conocer la calidad
de voz. Si es satisfactoria se fija la prótesis con material nylon y se cierra la herida.
Es importante el entrenamiento previo en especímenes de cadáver para lograr
buenos resultados. Una mala evolución determinará un procedimiento secunda-
rio para modificar la prótesis.
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Patología vocal y fonocirugía 269
Figura 19--27. Inmovilidad bilateral. Ambas cuerdas vocales en posición aductora de-
jando un espacio pequeño en la glotis.
Tratamiento quirúrgico
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270 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Reflujo faringolaríngeo
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Patología vocal y fonocirugía 271
Disfonía espasmódica
La disfonía espasmódica es una patología de la voz muy especial cuyo tratamien-
to definitivo no existe hasta la fecha; solamente se puede controlar con la inyec-
ción de toxina botulínica.32
Su etiología tampoco es bien conocida, pero se ha mencionado que existe una
alteración de la neurona motora laríngea.
Deben distinguirse dos tipos esenciales de esta enfermedad: la disfonía espas-
módica aductora, que es la más frecuente, y la abductora, que pocas veces ha visto
el autor. Aunque se menciona una de tipo mixto, es difícil distinguirla aun con
la estroboscopia.33
El diagnóstico diferencial hay que hacerlo con los espasmos transitorios por
tensión muscular y el tremor vocal. El primero puede conocerse bien, ya que el
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272 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Tratamiento
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Patología vocal y fonocirugía 273
Cuando se decida inyectar por cualquier vía será necesario explicarle al paciente
qué es la enfermedad y cuál es su pronóstico. Habrá que repetir el procedimiento
en varias ocasiones. La toxina botulínica sólo logra el control temporal del pade-
cimiento. En casos especiales, como ya se mencionó, habrá que proponerla bajo
anestesia general. El autor ha recomendado que, si el profesional no tiene mucha
experiencia en el tratamiento, puede hacer sus primeros casos bajo anestesia ge-
neral, y sobre todo, si va a inyectar por primera vez, deberá hacerlo bajo anestesia
general.
Con el paciente sentado cómodamente con el respaldo inclinado a unos 45º y
la cabeza discretamente extendida, se le aplica vasoconstrictor nasal en ambas
fosas y se colocan aplicadores con xilocaína en la cola de los cornetes y el piso
de la nariz por unos 5 min. Se aplica aerosol de xilocaína a la faringe y la base
de la lengua. Se espera otros 5 min y se hace una primera fibroscopia exploratoria,
para ver los elementos anatómicos y comprobar la tolerancia. Luego se ve la la-
ringe en un monitor y, teniendo una imagen clara de las cuerdas vocales y la sub-
glotis, se introduce a la altura de la membrana cricotiroidea y por vía percutánea
una aguja hipodérmica # 27 hasta verla en la subglotis, para instilar 2 cc de xilo-
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274 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 19)
Presbifonía
Las tendencias terapéuticas múltiples a mejorar la calidad de vida de una persona
de la tercera edad van en aumento. La esperanza de vida en muchos países sobre-
pasa los 75 años de edad. Habrá cada vez más pacientes que soliciten un remedio
para mejorar su voz.
La voz envejece en un sentido múltiple, desde el desgaste de la fuerza muscu-
lar para mover el tórax, con el consiguiente decremento del flujo aéreo hacia la
glotis, hasta las cuerdas vocales que presentan un epitelio y lámina propia que
pierden sus propiedades de mucoviscoelasticidad. No debe olvidarse que existen
otros factores adyuvantes, como la diabetes, la hipertensión y el reumatismo, fre-
cuentes a esta edad. No debe olvidarse que son pacientes que acostumbran tomar
medicamentos que podrían afectarles la voz.35,36
En muchos de ellos las condiciones generales de salud están bastante bien con-
servadas, aunque se les escucha una voz débil.
La observación estroboscópica muestra efectivamente una atrofia epitelial que
vuelve muy notorias las apófisis vocales. El cierre glótico se hace poco intenso.
La terapia vocal, junto con algunas técnicas fonoquirúrgicas, como el trasplan-
te de fascia temporalis y la medialización con grasa GelfoamR, como en el sul-
cus, pueden mejorar la sintomatología.37
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20
Cáncer de laringe
Juan Felipe Sánchez Marle, Ramón Pardo Martínez
INTRODUCCIÓN
En México el cáncer de laringe representa 1.5% del total de los tumores malignos
del cuerpo humano, 44.7% de los cánceres de la vía aerodigestiva superior y 24%
de los tumores de la cabeza y el cuello. Predomina en el sexo masculino en una
proporción de 7.3:1. De los casos, 81% se presentan en etapa avanzada en el mo-
mento del diagnóstico, lo que hace imposible determinar el sitio de origen. El ta-
baquismo es el factor etiológico que con más frecuencia se asocia con esta neo-
plasia; sin embargo, se han asociado con ella otros factores irritativos crónicos,
como el reflujo faringolaríngeo y la exposición crónica a asbestos, nitrosaminas
e hidrocarburos polinucleares.
El cáncer glótico es el más frecuente (60 a 65% de los casos), seguido del su-
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ANATOMÍA RELEVANTE
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278 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 20)
so, mientras que los intrínsecos son el cricotiroideo, que es el único tensor de la
cuerda vocal y está inervado por el nervio laríngeo superior. El ariepiglótico, los
aritenoideos oblicuos y transversos, el cricoaritenoideo lateral y el tiroaritenoi-
deo son todos aductores de las cuerdas vocales, mientras que el cricoaritenoideo
posterior es el único abductor.
La laringe tiene dos membranas: el cono elástico y la lámina cuadrada (figura
20--1). La primera surge del borde superior del cartílago cricoides como una
membrana fibroelástica que se inserta anteriormente en la línea media del borde
inferior del cartílago tiroides; esta parte es gruesa y resistente, y constituye el li-
gamento cricotiroideo. Lateralmente, el cono elástico es más delgado y se extien-
de partiendo del borde superior del cartílago cricoides hacia la línea media; se
inserta hacia delante en la superficie interna del ángulo tiroideo y hacia atrás en
la punta del proceso vocal del aritenoides. Su borde superior libre entre estos dos
puntos de inserción está engrosado y constituye el ligamento vocal. Medialmente
está cubierto por la mucosa de la laringe y lateralmente está en relación con el
cricoaritenoideo lateral y con el tiroaritenoideo.
La lámina cuadrada (o cuadrangular) es una membrana fibroelástica, menos
desarrollada que el cono elástico, y se extiende entre los aritenoides y la epiglotis.
Su borde anterior se inserta en la porción inferior del borde de la epiglotis, mien-
tras que el posterior se inserta en el aritenoides, entre el proceso vocal y el cartíla-
go corniculado; constituye la cuerda vocal falsa. Su borde superior forma el plie-
gue ariepiglótico, que contiene los cartílagos cuneiformes y corniculados.
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Cáncer de laringe 279
VÍAS DE DISEMINACIÓN
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280 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 20)
Patología
El carcinoma epidermoide representa 95% de las neoplasias malignas de la larin-
ge. Otros son carcinomas no epidermoides, sarcomas y tumores de origen linfocí-
tico.
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Cáncer de laringe 281
Existen lesiones premalignas, como las displasias, que se caracterizan por gra-
dos variables de atipia celular y pueden acompañarse de queratosis, paraquerato-
sis, acantosis o hiperplasia. La transformación maligna se observa como un conti-
nuo del espectro que va desde la displasia severa, el carcinoma in situ, el carcinoma
microinvasor y el invasor, hasta estructuras profundas.
El carcinoma de laringe se ha clasificado con base en su sitio de origen en glóti-
co, supraglótico y subglótico, cada uno de ellos con diferente historia natural y
comportamiento.
El carcinoma glótico usualmente se origina en el margen libre de la cuerda vo-
cal verdadera. La diseminación local puede hacerse a lo largo y a lo ancho de la
cuerda, lateralmente hacia estructuras profundas como el músculo tiroaritenoi-
deo o el ligamento vocal, a través de la comisura anterior hacia el lado contralate-
ral o bien hacia el cartílago tiroides, y de ahí hacia fuera de la laringe. La invasión
a la comisura anterior puede producir afección temprana del cartílago tiroides y
diseminación extralaríngea.
El carcinoma supraglótico tiende a permanecer un tiempo por arriba del plano
del ventrículo laríngeo, pudiendo después invadir el espacio preepiglótico.
Cuando una lesión originalmente glótica o supraglótica atraviesa el ventrículo
laríngeo se denomina carcinoma transglótico, el cual puede afectar el espacio pa-
raglótico y la subglotis.
La evaluación del espacio paraglótico es importante al planear la terapéutica,
pues su afección contraindica cirugía parcial. Debe recordarse que el espacio pre-
epiglótico y el paraglótico no están separados, ya que el preepiglótico se comuni-
ca en forma lateral con la parte superior del paraglótico, proporcionando una vía
de diseminación.
El carcinoma subglótico es raro; la mayoría de las lesiones representan la inva-
sión inferior de un carcinoma originalmente glótico. La diseminación lateral de
un carcinoma subglótico está limitada por el cono elástico que separa el espacio
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Evaluación
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282 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 20)
gia, disfagia y disnea. En las lesiones supraglóticas el síntoma inicial puede ser
la presencia de una masa en el cuello, y el primer síntoma de las lesiones subglóti-
cas puede ser disnea.
El examen clínico debe precisar el estado de la laringe. La fibroscopia flexible
y la telelaringoscopia han sustituido poco a poco al tradicional examen con el es-
pejo laríngeo. Estos estudios endoscópicos tienen la ventaja de que se hacen en
el consultorio y permiten tener un registro grabado de imágenes. En este examen
pueden encontrarse zonas de eritroplaquia o leucoplaquia, o bien una franca ulce-
ración en la superficie de la laringe. Deben precisarse la ubicación de la lesión
(glótica, supraglótica o subglótica) y sus límites, siendo muy importante en las
lesiones glóticas precisar si se afecta o no la comisura anterior o el ventrículo, así
como el estado de la motilidad de las cuerdas vocales, pues estos hallazgos tienen
implicaciones terapéuticas y de sobrevida. En las lesiones supraglóticas debe
precisarse si hay invasión a la hipofaringe o a la base de la lengua.
El cuello debe ser palpado cuidadosamente, a fin de determinar si existen ade-
nopatías cervicales.
El estudio de imagen que más información proporciona es la tomografía com-
putarizada de cuello, simple y con contraste endovenoso, que permite conocer la
extensión tumoral total, determinar si hay invasión a cartílagos e identificar la
presencia de adenopatías no detectadas clínicamente. Cuando existen grandes
conglomerados ganglionares, ello permite determinar su resecabilidad. La reso-
nancia magnética nuclear no aporta mayores datos. En todos los pacientes debe
practicarse la telerradiografía de tórax.
Clasificación
La clasificación del carcinoma de laringe es el TNM emitido por el American
Joint Committee on Cancer (AJCC).
Glotis
T1. Tumor limitado a las cuerdas vocales con movilidad normal.
T1a. Tumor limitado a una cuerda vocal.
T1b. Tumor que afecta ambas cuerdas vocales.
T2. Tumor que se extiende a la supraglotis o subglotis con movilidad normal
o disminuida de la cuerda vocal.
T3. Tumor confinado a la laringe con fijación de la cuerda vocal.
T4. Tumor que invade cartílago tiroides, o con invasión extralaríngea.
Supraglotis
T1. Tumor limitado al sitio de origen con motilidad cordal normal.
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Cáncer de laringe 283
T2. Tumor que invade otros sitios de la supraglotis o de la glotis con movilidad
normal de la cuerda vocal.
T3. Tumor limitado a la laringe con fijación o extensión a la región poscricoi-
dea, pared medial del seno piriforme o al espacio preepiglótico.
T4. Tumor que invade cartílago tiroides o tejidos extralaríngeos.
Subglotis
Tratamiento
Lesiones tempranas
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284 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 20)
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Cáncer de laringe 285
Los pacientes sometidos a este tipo de cirugía deben ser evaluados en forma
mensual durante los primeros dos años, a fin de detectar en forma temprana posi-
bles recurrencias. Si esto ocurriera, el paciente nuevamente sería sometido a ciru-
gía endoscópica con láser mientras las características de la lesión lo permitieran,
es decir, mientras la cuerda conserve su movilidad, que sólo esté afectado un ari-
tenoides y que no exista invasión subglótica.
Lesiones tardías
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286 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 20)
tumor; esta vía aérea comprometida puede ser permeabilizada con el rayo láser,
pero cuando no se cuenta con él se debe realizar una traqueostomía, y posterior-
mente efectuarse una laringectomía cuanto antes, pues la presencia de traqueos-
tomía previa aumenta el riesgo de recurrencia periestomal. Esta situación se co-
noce como laringectomía de urgencia.
La rehabilitación foniátrica del laringectomizado puede iniciarse desde el mo-
mento de la laringectomía al colocar en forma transoperatoria una prótesis fona-
toria, de la que existen muchos modelos, que consisten básicamente en una fístula
traqueoesofágica controlada. El lenguaje esofágico y la laringe eléctrica son otras
opciones para la rehabilitación foniátrica.
Cuando se presenta una recurrencia local en los casos tempranos, si la cuerda vo-
cal permanece móvil, deberá realizarse nuevamente un procedimiento endoscó-
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Cáncer de laringe 287
pico, pero ahora mayor que el efectuado inicialmente, teniendo la certeza de que
los márgenes de resección estén libres de tumor. Si el manejo inicial fue con radio-
terapia, se recomienda efectuar cirugía endoscópica adecuada a la lesión inicial.
Cuando la recurrencia se presenta con la cuerda fija, deberá entonces realizarse una
laringectomía total. Si la recurrencia se presenta posterior a radioterapia, la mor-
bilidad de la laringectomía total se incrementa, siendo la complicación más fre-
cuente la fístula faringocutánea.
En los casos en que se efectuó laringectomía total la recurrencia más temida
es la que ocurre a nivel del estoma traqueal, que puede afectar esófago y medias-
tino. Se asocia con tumores con invasión subglótica importante o con la presencia
de traqueostomía previa a la laringectomía. Su manejo implica grandes reseccio-
nes, con gran morbilidad y pocas posibilidades de curación.
SOBREVIDA
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288 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 20)
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21
Glándulas salivales
Juan Felipe Sánchez Marle, Carlos López Salazar
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades de las glándulas salivales son poco frecuentes. Sin embargo,
la variedad de patologías inherentes a ellas ofrece todo un reto diagnóstico y tera-
péutico al médico que se les enfrenta.
Las glándulas salivales se clasifican en mayores y menores. La parótida, la
submaxilar y la sublingual representan a las primeras, mientras que las segundas
se encuentran distribuidas en todo el tracto aerodigestivo superior, incluso en la
tráquea y los senos paranasales. Un signo común de muchas enfermedades de las
glándulas es la presencia de una masa topográfica de la glándula afectada.
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ANATOMÍA QUIRÚRGICA
Glándula parótida
289
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290 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
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Glándulas salivales 291
Glándula submaxilar
Esta glándula ocupa la mayor parte del triángulo digástrico o submaxilar, que está
limitado por el reborde mandibular y los dos vientres del digástrico. Está apoyada
en las estructuras que forman el piso del triángulo: el milohioideo y el hiogloso.
Tiene dos porciones, un lóbulo superficial por fuera del milohioideo y un lóbulo
profundo que rodea el borde de este músculo.
El conducto de drenaje es el de Wharton, que emerge del lóbulo profundo de
la glándula y cursa un trayecto entre el hiogloso y el milohioideo, para terminar
en el piso de la boca al lado del frenillo de la lengua.
La submaxilar se encuentra separada del tejido celular subcutáneo únicamente
por el platisma, y su envoltura aponeurótica la proporciona la hoja superficial de
la fascia cervical profunda. Sus relaciones anatómicas principales son con el XII
par craneal, el nervio lingual y la rama mandibular del nervio facial. Esta última
corre entre el platisma y la arteria facial al pasar entre el borde superior de la glán-
dula, mientras que el nervio lingual pasa en relación a su porción superior y pro-
funda.
Glándula sublingual
Son acúmulos de tejido salival localizados en las submucosas del tracto aerodi-
gestivo superior. Se ha estimado que su número varía entre 600 y 1 000. Son pe-
queñas, independientes y están en cualquier sitio de la cavidad oral: en los polos
superiores de las amígdalas, donde se les conoce como glándulas de Weber, y en
los pilares amigdalinos.
Estas glándulas son particularmente abundantes en los carrillos bucales, el pa-
ladar y la lengua. Cada glándula tiene su propio conducto que se abre directamen-
te a la superficie.
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292 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
FISIOLOGÍA
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Glándulas salivales 293
Placas simples
Las placas oblicuas de la mandíbula y las placas oclusales pueden demostrar cál-
culos radioopacos en la glándula submaxilar. En los casos de neoplasias malignas
demuestran si existe o no destrucción ósea.
Sialografía
Ultrasonografía
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Tomografía computarizada
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294 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
Resonancia magnética
Está demostrada su utilidad en el estudio de los tumores que afectan a los tejidos
blandos de la cabeza y el cuello. Tiene la ventaja de que se obtienen imágenes en
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Glándulas salivales 295
los tres planos: axial, coronal y sagital, lo que permite tener una idea tridimensio-
nal de la extensión de la neoplasia y de sus relaciones con los tejidos vecinos.
PATOLOGÍA INFECCIOSA
Parotiditis
Es una afección viral que afecta a las glándulas salivales mayores, principalmente
a las parótidas. Después de un contacto directo tiene un periodo de incubación
de 14 a 24 días, y se inicia con pródromo caracterizado por fiebre, ataque al estado
general y cefalea. El crecimiento doloroso de la glándula se establece en horas
y habitualmente es bilateral, aunque puede ser único. En ocasiones el crecimiento
se establece en un par de días. La submaxilar puede también crecer, y en 10 a 15%
de los casos de parotiditis únicamente está crecida la submaxilar en forma bilate-
ral. El cuadro es autolimitado y su manejo es sintomático. Las complicaciones
que pueden presentarse son meningoencefalitis, orquitis, epididimitis, ooforitis,
pancreatitis e hipoacusia. Después de un cuadro se adquiere inmunidad de por
vida. Actualmente se cuenta con vacunas preventivas (figura 21--4).
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296 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
Parotiditis recurrente
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Glándulas salivales 297
Sialoadenitis crónica
Es la afección crónica de las glándulas salivales mayores, parótida y submaxilar,
principalmente. Su etiología, patogenia y tratamientos son similares a los proce-
sos recurrentes arriba mencionados.
Sialolitiasis
El término se refiere a la formación de depósitos sólidos intraluminares en el sis-
tema ductal de las glándulas salivales mayores. Los cálculos salivales son más
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298 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
MEATOTOMÍA
Enfermedades autoinmunitarias
Existe una tríada que anteriormente se conocía como síndrome de Enrique VIII,
síndrome de Mikulicz y síndrome de Sjögren y que hoy se conoce como lesión
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Glándulas salivales 299
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300 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
de infección bacteriana agregada; en los casos en que los síntomas locales son
intratables, la parotidectomía superficial resuelve esta situación, aunque la enfer-
medad no se modifica en su historia natural.
INFECCIONES GRANULOMATOSAS
Sarcoidosis
Tuberculosis
Rara vez afecta a las glándulas directamente, pero se puede diseminar por los gan-
glios parotídeos, apareciendo como una masa en esta glándula.
Actinomicosis
NEOPLASIAS BENIGNAS
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Glándulas salivales 301
La parótida es la que con más frecuencia se afecta; 80% de los tumores parotí-
deos son benignos, mientras que en la submaxilar lo son 50%, y en la sublingual
y en las salivales menores sólo 10% de los tumores son benignos.
La diversidad de elementos histológicos condiciona la aparición de tumores
con variadas estirpes celulares y con comportamiento biológico distinto. En este
contexto se encuentran lesiones benignas que pueden presentar recurrencia y aun
transformación maligna muchos años después de su aparición. También se pre-
sentan lesiones malignas con comportamiento poco agresivo con sobrevida de 20
años o más y lesiones de gran agresividad y pobre pronóstico.
Características clínicas
Típicamente, las lesiones benignas se presentan como masas en la topografía de
la glándula afectada; son de lento crecimiento, indoloras, no afectan la piel que
las cubre, no afectan al VII par en el caso de la parótida, ni al nervio hipogloso
ni lingual en el caso de la submaxilar o lingual, y no tienen adenopatía cervical
metastásica (figura 21--8).
En el caso de las glándulas salivales menores se presentan como masas cubier-
tas por mucosa normal, habitualmente en el paladar duro.
Evaluación diagnóstica
Un interrogatorio adecuado y un examen físico cuidadoso son los primeros pasos
para diferenciar una lesión benigna de una maligna. Por lo general las lesiones
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302 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
Adenoma pleomorfo
Es el tumor más frecuente de las glándulas salivales y en la parótida tiene su ma-
yor incidencia. El término pleomorfo describe la base embriológica de estos tu-
mores, cuyos componentes son epiteliales y mesenquimatosos. Se origina en las
células mioepiteliales e intercaladas. Antiguamente, y debido a la presencia de
estos dos elementos, se le llamó tumor mixto benigno.
De estos tumores, 90% se presentan en el lóbulo superficial de la glándula. La
masa es firme, multilobulada y móvil.
Su aspecto macroscópico es el de un tumor solitario, firme y rodeado de una
cápsula. Pueden apreciarse seudópodos del tumor que se extienden a través de
la cápsula; este hecho puede explicar las recurrencias cuando sólo se enúclea el
tumor. La microscopia muestra la presencia de elementos epiteliales y mesenqui-
matosos. En tumores de larga evolución y en las recurrencias puede presentarse
transformación maligna.
El tratamiento de elección es la excisión del tumor con un margen de tejido
sano. En el caso de la parótida se efectúa una parotidectomía superficial con pre-
servación del facial si el tumor depende del lóbulo superficial, y una parotidecto-
mía total si es del lóbulo profundo.
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Glándulas salivales 303
Adenomas monomorfos
Son tumores benignos que surgen del epitelio ductal. Se distinguen de los pleo-
morfos por la ausencia del estroma condromixoide y por la presencia de un patrón
epitelial uniforme. Destacan los adenomas de células basales, los adenomas de
células claras, los oncocitomas y los mioepiteliomas. Son neoplasias benignas ra-
ras y su tratamiento es la excisión con un margen de tejido sano.
Tumor de Warthin
Se le conoce también como sistadenoma papilar linfomatoso o adenolinfoma. Es
casi exclusivo de la parótida y en frecuencia es el segundo tumor en presentarse
en ella. En individuos de mayor edad ocurre típicamente en la cola de la parótida.
Predomina en varones, es bilateral en 10% de los casos y contiene tejido linfoide.
Es encapsulado con superficie lisa, blando al tacto y contiene líquido mucoide.
Su tratamiento es la excisión quirúrgica mediante una parotidectomía superficial
con preservación del VII par craneal.
Principios de manejo
La mayoría de los tumores de glándulas salivales deben ser completamente extir-
pados con un margen de tejido sano. Para los que se presentan en el lóbulo super-
ficial de la parótida, el tratamiento de elección es una parotidectomía superficial
con preservación del facial. Si el lóbulo profundo es el afectado, debe hacerse una
parotidectomía total con preservación del facial. Es importante la monitorización
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NEOPLASIAS MALIGNAS
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304 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
Las metástasis cervicales se presentan entre 13 y 20% de los pacientes con car-
cinomas parotídeos en el momento del diagnóstico, mientras que en la submaxi-
lar esta incidencia es de 33%. Los tipos histológicos que metastatizan con más
frecuencia son el carcinoma mucoepidermoide de alto grado, el adenocarcinoma
y el tumor mixto maligno.
Evaluación diagnóstica
Carcinoma mucoepidermoide
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Glándulas salivales 305
identificar sin las tinciones adecuadas, lo que explica por qué pueden conducirse
como carcinomas epidermoides. Es un tumor agresivo con tendencia a dar metás-
tasis regionales. Se ha reportado que hasta 44% de ellos tienen afección ganglio-
nar cuando se originan en la parótida.
La incidencia de metástasis global de este tumor en las glándulas salivales ma-
yores y menores es en hasta 70% de los casos.
Adenocarcinoma
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306 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
Representa 13% de los cánceres de estirpe salival. Ocurre con la misma frecuen-
cia en la parótida y la submaxilar, pero es raro en las menores. El diagnóstico re-
quiere que se identifiquen áreas del tumor mixto benigno dentro de una neoplasia
maligna.
Su origen está en un tumor mixto benigno previo (adenoma pleomorfo). En
ocasiones la naturaleza maligna de la lesión puede no ser apreciada sino hasta el
momento de presentarse la metástasis. Esta neoplasia tiene una incidencia de me-
tástasis ganglionares de 24 a 47% y tasas de sobrevida que disminuyen gradual-
mente aun después de 10 años.
Carcinoma epidermoide
Carcinomas indiferenciados
Principios de tratamiento
Los factores que influyen en la extensión del tratamiento quirúrgico son el tama-
ño y la topografía de la lesión, la glándula afectada, la histología de la lesión, la
afección cutánea y la presencia o no de metástasis regionales y a distancia.
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Glándulas salivales 307
REFERENCIAS
1. Kane WJ, McCaffrey TV: Infections. En: Cummings CW (ed.): Otolaryngology. Head
and neck surgery. St. Louis, Mosby Year Book, 1993:1008--1017.
2. Suen J, Senderman NL: Benign neoplasms salivary glands: En: Cummings CW (edit.):
Otolaryngology. Cummings, Nevk Surgery.
3. Martin HE, Ellis EB: Biopsy by Needle puncture and aspiration. Ann Surg 1930;92:169--
181.
4. Mavec P, Eneroth CM, Franzen S et al.: Aspiration biopsy of salivary grand tumors. Acta
Otolayngol 1964;58:471--484.
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308 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 21)
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22
Masas en cuello
Juan Felipe Sánchez Marle, Jorge Gustavo Córdova Díaz
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Generalidades
Etiología
Infecciones
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310 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 22)
Neoplasias
Las neoplasias cervicales pueden ser benignas o malignas; según su origen pue-
den clasificarse como:
Otras
Se agrupan aquí diferentes etiologías que en general son menos comunes que las
anteriores, que son: degenerativas (aneurismas cervicales), traumáticas (seudoa-
neurismas y cuerpos extraños) y adenomegalias secundarias a medicamentos.
Diagnóstico
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Masas en cuello 311
ELESA
e. Edad.
l. Localización y características de la masa cervical.
e. Evolución.
s. Síntomas.
a. Antecedentes.
Por ningún motivo las respuestas de ELESA podrán dejar de ser establecidas en
una primera visita del paciente.
a. Edad: en un principio, las infecciones son más comunes en los niños y las
neoplasias en los adultos; sin embargo, la edad no excluye ninguna etiolo-
gía.
b. Localización y características: el conocimiento de la anatomía topográ-
fica del cuello y el cuidadoso examen del mismo permitirán establecer este
parámetro básico. El cuello en los individuos delgados facilita su explora-
ción. En ocasiones, en niños poco cooperadores o ancianos obesos o con
cuellos cortos y con limitación de la extensión puede dificultarse el examen.
La topografía del cuello está dividida en triángulos, que están determina-
dos primariamente por el músculo esternocleidomastoideo y por el trape-
cio, digástrico y omohioideo secundariamente (figura 22--1).
Los linfáticos cervicales representan aproximadamente 75 ganglios por
cada lado; se subdividen en seis grupos:
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312 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 22)
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Masas en cuello 313
Figura 22--2. Paciente adulto, masculino de 72 años de edad, con antecedente de taba-
quismo intenso durante 50 años, que presenta dolor a la deglución de dos meses de
evolución, progresivo, así como la aparición de masas cervicales bilaterales. El examen
reveló una masa tumoral en el seno piriforme derecho, cuya biopsia reveló un carcinoma
epidermoide.
mostrado que el efecto del tabaco puede influir en la multiplicación celular aun
15 años después de haberlo dejado. El tabaquismo pasivo ha tomado importancia
en fechas recientes, aunque su influencia generadora de neoplasias aún no se esta-
blece con precisión
El alcoholismo generalmente acompaña y potencia al tabaquismo, y es negado
mucho más fácilmente que el último. El reflujo gastroesofágico ha demostrado
por sí solo ser un factor de riesgo en carcinomas epidermoides supraglóticos pos-
teriores.
Los animales domésticos, como gatos y perros, se relacionan con posibles ca-
sos de toxoplasmosis y la enfermedad por arañazo de gato.
Entre los medicamentos, la difenilhidantoína y el epamin causan hiperplasias
linfoides que histológicamente son inespecíficas y que desaparecen al dejar el
medicamento.
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314 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 22)
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
Estudios de gabinete
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Masas en cuello 315
Estudios de laboratorio
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316 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 22)
debe entender que es un estudio que en la mayoría de los casos orienta el diagnós-
tico y que siempre están presentes falsos estudios negativos a malignidad y no
diagnósticos. Sus posibles resultados deben ser ampliamente explicados al pa-
ciente antes de efectuar los estudios. Sin embargo, por ser un estudio sencillo, fá-
cilmente disponible, relativamente económico y que en ocasiones establece diag-
nósticos de certeza, debe usarse antes de una biopsia abierta. No debe usarse
cuando la TAC muestre masas vasculares, cuyo diagnóstico lo establece general-
mente él mismo. Cuando se punciona un quiste, el líquido obtenido deberá ser
enviado a patología para centrifugarse y obtenerse un bloque celular para estudio
en masas cervicales de difícil acceso; cuando se quiere tener la mayor certeza del
sitio en el cual se obtiene el material se utilizan las BAAF con control ultrasono-
gráfico. Por último, deberá recurrirse a biopsias abiertas para establecer un diag-
nóstico histológico. Cuando todos los demás estudios no sean definitivos, debe-
rán llevarse a cabo en un quirófano y, salvo casos especiales, bajo anestesia
general. Es necesario conservar la integridad anatómica de un ganglio linfático
para facilitar el diagnóstico histológico y, por lo tanto, no son recomendables
biopsias incisionales de los mismos. Los diagnósticos en estudios histológicos
transoperatorios deberán ser cuidadosamente valorados por posibles cambios en
diagnósticos de cortes definitivos o estudios de inmunohistoquímica. Nueva-
mente, casos especiales como neoplasias tiroideas, o los raros carcinomas epider-
moides metastásicos sin primario previamente identificado, podrían hacer nece-
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Masas en cuello 317
Figura 22--4. Paciente masculino de 38 años de edad con masa cervical yugular alta
de dos meses de evolución. El examen de cabeza y cuello fue negativo, excepto la masa
descrita. La TAC reveló una masa quística, compatible con quiste branquial.
CONCLUSIONES
Las masas cervicales pueden tener muy diversas etiologías (figuras 22--3 y 22--4).
Su diagnóstico diferencial es indispensable, y será el resultado de un método de
estudio establecido. El diagnóstico deberá estar basado primariamente en el estu-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
REFERENCIAS
1. Cummings CW et al.: Otolaryngology head and neck surgery. Tomo 2. Mosby, 1986:
1587--1595.
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318 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 22)
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23
Otorrinolaringología aeronáutica
Carlos Guillermo Iglesias Ramos, Humberto Cota Gómez
INTRODUCCIÓN
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320 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 23)
gos. Por lo demás, este personal tiene servicios médicos con énfasis en la preven-
ción, la educación para la conservación de la salud y otras medidas que hacen que
la incidencia y la prevalencia de estos problemas sean casi mínimas. Sin embar-
go, el conocimiento de esta patología por parte del otorrinolaringólogo es impor-
tante, no solamente por el hecho de saber el porqué, el cómo, el cuándo y el a
quién, sino porque en la realidad este riesgo de la tripulación de vuelo es compar-
tido por varios millones de usuarios que utilizan las aeronaves para su transporta-
ción, usuarios que no tienen conocimientos de medicina preventiva y que muchas
veces toman un vuelo con una patología de vías respiratorias que propicia el des-
encadenamiento de la enfermedad, de tal manera que es frecuente ver en los con-
sultorios no a personal de cabina, sino a simples usuarios del sistema de transpor-
te aéreo, a quienes hay que darles una atención eficaz y eficiente. Acentúan esta
problemática y aumentan el número de pacientes las actividades de buceo y en
ocasiones la combinación de ambas, buceo y vuelo, aunque sea en cabina presuri-
zada.
El ámbito aeronáutico
Se define la atmósfera como una cubierta gaseosa que rodea la Tierra y se mueve
con ella. Su límite superior se encuentra a cerca de 150 00 pies (50 000 m) sobre
el nivel del mar. Brinda el clima, produce cambios de temperatura y filtra las ra-
diaciones solares y cósmicas. De 0 a 50 000 pies (16 000 m) de altitud es motivo
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Otorrinolaringología aeronáutica 321
Presión barométrica
Es la presión ejercida por una columna de aire atmosférico sobre un área dada.
Debe considerarse que existe una relación inversamente proporcional entre la al-
titud y la presión. Se ha demostrado que la presión disminuye 50% por cada 6 000
m de aumento en la altitud. El factor densidad también es determinado por la alti-
tud en relación inversamente proporcional. Los cambios constantes de tempera-
tura del aire y de la Tierra modifican constantemente la presión barométrica. Las
disminuciones de ésta son muy importantes, ya que si la presión total disminuye,
los gases corporales contenidos se expanden y los que están en disolución son li-
berados con fenómenos patológicos importantes de tipo doloroso. La presión
parcial de oxígeno disminuye, con la consiguiente aparición de hipoxia.
Resulta de gran importancia tener en mente las leyes que controlan las reaccio-
nes de los gases, para comprender aspectos fisiológicos en la aviación:
S Ley de Boyle: la presión y el volumen de un gas encerrado son inversamen-
te proporcionales. Así, duplicando la presión se reduce el volumen a la mi-
tad, y viceversa.
S Ley de Charles: la presión y el volumen de un gas aumentan en proporción
al aumento de la temperatura.
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Velocidad
Describe la magnitud del movimiento. No tiene efectos biológicos demostrados
a la fecha cuando mantiene un valor constante y una misma dirección, esto es,
cuando el movimiento es lineal y uniforme.
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322 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 23)
Aceleración
Es un factor presente al cambiar la velocidad o la dirección de desplazamiento.
Los tipos de aceleración son:
S Lineal: resultante de cambio en la velocidad sin cambio en la dirección.
S Radial: resultante de cambio en la dirección sin cambio en la velocidad.
S Angular: presente cuando hay simultáneamente cambios en la velocidad
y en la dirección.
LAS MÁQUINAS
Entre los factores limitantes del vuelo a gran altitud se consideran los efectos or-
gánicos provocados por la disminución de la presión barométrica, la reducción
de la presión parcial del oxígeno y la tendencia a cero en la presión del agua. En
especial se tiene que considerar la poca humedad que hay en las cabinas de vuelo,
lo que, aunado al uso del equipo de aire acondicionado, provoca que se afecte el
funcionamiento de la mucosa respiratoria por la poca movilidad de los cilios.
La aparición de aeronaves con capacidad de vuelo a altitudes superiores a los
límites de tolerancia humana a la hipoxia y la baja presión barométrica han obli-
gado al diseño de equipos, sistemas de protección y control ambiental de cabinas
que proporcionen seguridad y condiciones adecuadas a tripulación y pasajeros.
Sistemas de presurización
Los sistemas de presurización se caracterizan por contener equipos que:
a. Fuerzan y comprimen dentro de la cabina el aire exterior de manera conti-
nua, empleando compresores adecuados, control de presión y ventilación
con válvulas de escape automático. Son aplicables en aeronaves diseñadas
para volar en la mayor parte de la atmósfera.
b. Apartan el gas necesario para mantener la presión y las condiciones am-
bientales adecuadas de cabina, independientemente de las condiciones físi-
cas externas, por lo que están diseñados para impedir la más mínima fuga,
a diferencia de las cabinas convencionales.
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Otorrinolaringología aeronáutica 323
Para tal fin, se valoran las altitudes fisiológicamente equivalentes, que son
aquéllas en que por medio de dispositivos de presurización y oxigenación es fac-
tible mantener presiones parciales de oxígeno en alveolo pulmonar y, por lo tanto,
valores fisiológicos de saturación de oxígeno en la sangre.
lentamente.
g. Comodidad para maniobrar libremente.
h. Permite volar por arriba de zonas de turbulencia, con el resultado de viajes
estables a altas velocidades.
Las limitaciones de las cabinas presurizadas son las derivadas de sus propias ca-
racterísticas estructurales, físicas y funcionales.
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324 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 23)
EL HOMBRE
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Otorrinolaringología aeronáutica 325
también se abre sin dificultad alguna cuando existe una presión positiva dentro
del oído medio.
Armstrong y Heim demostraron que la trompa permanece cerrada al descen-
der durante el buceo y que no se abre a menos que el individuo ejecute voluntaria-
mente contracciones musculares adecuadas o la maniobra de Valsalva. Una situa-
ción similar se presenta en el descenso de una aeronave.
Si la trompa no se abre antes de que en el oído medio se produzca una presión
negativa de 80 a 90 mmHg habrá un colapso de los cartílagos del conducto que
produce el cierre total, imposible de vencerse por las maniobras de Valsalva.
Al presentarse alteraciones anatómicas o patológicas que modifiquen la per-
meabilidad del conducto de Eustaquio, el individuo estará más expuesto a acci-
dentes otológicos. La presión negativa dentro del oído medio produce una suc-
ción de las paredes. En los casos leves hay ligera retracción de las membranas
timpánicas, con dilatación vascular a nivel de la membrana de Shrapnell, del
mango del martillo y de la mucosa del oído medio.
Si el barotrauma es mayor, la retracción timpánica aumenta, la congestión vascu-
lar se acentúa y la mucosa de la caja se torna congestionada y edematosa. En la
membrana timpánica pueden aparecer pequeñas hemorragias subepiteliales.
Poco a poco la trompa de Eustaquio se edematiza hasta llegar a ocluirse totalmen-
te. El aire apresado en el oído medio se absorbe, aumentando así la presión negati-
va ya existente y precipitando la aparición de trasudado seroso y sanguinolento.
Al establecerse una presión negativa suficiente habrá ruptura vascular y hemo-
tímpano. Líquidos que por su volumen vienen a equilibrar la presión de la caja
timpánica con la presión exterior. En el barotrauma excesivo se establece la rup-
tura timpánica. Los fenómenos descritos fueron primeramente estudiados por
Armstrong y Heim en los aviadores y descritos con el nombre de aerootitis.
El aspecto otoscópico de los diferentes matices de la aerootitis fue clasificado
por Teed:
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Los factores etiológicos que pueden impedir la libre ventilación del oído medio
bajo presión son: repetidas infecciones de las vías respiratorias superiores, con
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326 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 23)
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Otorrinolaringología aeronáutica 327
rias altas sólo uno presentó otitis media. En su concepto, la otitis media se esta-
blece a partir de la obstrucción tubaria por el proceso inflamatorio y no por la au-
toinflamación de la trompa en sí.
Algunas alteraciones podrán corregirse quirúrgicamente: obstrucciones tuba-
rias por tejido linfoide, sinusitis, amigdalitis, etc.
También se ha recomendado el uso de radio en los casos de obstrucción tubaria
por tejido linfoide (Duffner). El tratamiento para la aerootitis ya establecida va-
riará de acuerdo con su gravedad. En los casos leves, grados I y II (Teed), la con-
gestión desaparece por sí sola en corto tiempo.
En los casos III y IV, cuando la congestión de la caja timpánica es más acentua-
da y hay edema de la trompa, está indicado el uso de vasoconstrictores en la naso-
faringe y por vía oral, así como los corticoides por vía oral. Deberá hacerse la in-
suflación de la trompa en el consultorio para establecer la aereación del oído
medio y el drenaje de colecciones fluidas.
En los casos en que los trasudados persisten, y sobre todo en el hemotímpano,
es preferible hacer la paracentesis. La evacuación del oído medio favorece la reso-
lución del edema. En personal de vuelo está indicado un tubo de ventilación. Algu-
nos autores (Schilling y Everly) prefieren el tratamiento conservador y dejan que
los trasudados de cualquier tipo se reabsorban. Esto, en opinión del autor, retarda
el proceso inflamatorio y facilita la formación de adherencias en el oído medio.
En los casos de perforación timpánica, el tratamiento está dirigido al aseo del
conducto auditivo externo y su protección. Está indicado un antibiótico como
medida profiláctica. En su gran mayoría, las perforaciones cierran por sí solas en
un plazo corto.
El mecanismo de producción de la aerosinusitis es similar al de la aerootitis.
La obstrucción de un orificio sinusal ocasiona un vacío relativo en el seno. La
severidad de las alteraciones que se presenten estará de acuerdo con la enferme-
dad subyacente, con la duración del vuelo y con las variaciones en cabina.
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Por la pequeñez desde sus orificios, los senos frontales y maxilares son los más
frecuentemente afectados. El conducto frontal, por su tortuosidad y longitud,
hace que este seno sea el más propenso a la aerosinusitis.
Las alteraciones patológicas que se presentan varían desde congestión y ede-
ma de la mucosa hasta ingurgitación vascular y hemorragia intracavitaria. La sin-
tomatología correspondiente variará de dolor sordo y sensación de pesantez en
el seno afectado hasta un dolor agudo.
Semejante a lo que acontece en el oído, la formación de exudados tiende a
equilibrar la presión del seno con la del exterior, favoreciéndose de esta manera
la apertura del ostium.
Como causas predisponentes para la aerosinusitis están todos aquellos padeci-
mientos que producen obstrucción nasal crónica, ya sean de tipo mecánico o in-
flamatorio, la sinusitis de cualquier tipo y las infecciones agudas respiratorias.
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328 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 23)
Trauma acústico
TRATAMIENTOS MÉDICOS
TRATAMIENTOS QUIRÚRGICOS
Los tratamientos quirúrgicos se pueden realizar igual que en cualquier otro pa-
ciente, con la salvedad de que se requiere que se recupere la funcionalidad de la
estructura intervenida. En especial resulta cierto para las cirugías de nariz y senos
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Otorrinolaringología aeronáutica 329
IMPORTANCIA DE LA CERTIFICACIÓN
MÉDICA AERONÁUTICA
Comentario
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330 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 23)
REFERENCIAS
1. Velasco Díaz C, Ríos Tejeda F, Cantón Romero J, Velamazán Perdomo V: Medicina ae-
ronáutica. Actuaciones y limitaciones humanas. Madrid, Paraninfo, 1995.
2. Manual aeromédico. Fisiología del vuelo. School of Aviation Medicine, USAF, 1988.
3. Aviation otolaryngology. Air university. School of Aviation medicine, USAF, 1988.
4. De Hart RL: Fundamentals of aerospace medicine. Philadelphia, Lea & Fabiger, 1985.
5. Amezcua González LA: Manual de medicina aeronáutica. Centro Internacional de Adies-
tramiento de Aviación Civil, S. C. T., 1986.
6. Casuística, estadística y archivo de la Sección DRL y Audiovestibular del Centro Nacional
de Medicina de Aviación. México, S. C. T., 1987.
7. Read KEF: Aeromedicine for aviators. Madrid, Paraninfo, 1981.
8. Armstrong HG: Principles and practice of aviation medicine. Baltimore, Williams and
Wilkins, 1968.
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Bioética
Ney Chavolla Contreras
nas”. La ética médica es la ciencia que trata acerca de cómo debe ser aplicada a
la medicina.
La palabra moral proviene del latín mos, moris, que significa conducta, o sea
doctrina de la conducta y de las acciones humanas por su bondad o malicia; que
es conforme o favorable a las buenas costumbres o normas de conducta. Virtud
es la disposición constante a hacer el bien.
La palabra deontología se deriva de las raíces griegas deon, el deber, y logos,
discurso o tratado, o sea: la ciencia de lo que se debe hacer; tratado de los deberes
y ética profesionales. La deontología médica sería la norma de nuestra conducta
como médicos, que está expuesta a cambios con el tiempo y con el medio y sólo
es válida en la medida en que se conforme a los principios de la ética, que es la
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Figura 24--2. Hipócrates creó una verdadera escuela reflexiva, implantando la tradición
del método científico mediante la observación atenta del paciente. Creó e instituyó el
“Juramento hipocrático”, incorporando un código moral a los aspectos médicos.
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TAREAS DE LA BIOÉTICA
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1. Consentimiento informado:
S Información.
S Comprensión.
S Voluntariedad.
2. Evaluación riesgo--beneficio.
3. Selección de los sujetos.
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REFERENCIAS
1. Macintyre A: Tras la virtud. Crítica, 1987.
2. Macintyre A: Historia de la ética. Paidós, 1988.
3. Beauchamp TL, Childress J: Principles of biomedical. Oxford University Press, 1983.
4. Abel E: Bioética: Origen y desarrollo, en la vida humana. Santander, Universidad Pontifi-
cia Comillas Sal Terrae, 1989.
5. Sgreccia E: Manuales di Bioética. 2ª ed. Vita e Pensiero, 1994.
6. Herrera VF: Bioética Fundamental. Guadalajara, Cuéllar, 2000.
7. Gracia D: Procedimientos de decisión en ética clínica. Eudema Universidad, 1991.
8. Gracia D: Fundamentos de Bioética. Eudema Universidad, 1983.
9. Porter K, Villalobos Pérez, Tarasco Micheli, Yamamoto Cortés: Introducción a la bioética.
México, Méndez Editores, 2002.
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340 Temas selectos en otorrinolaringología (Capítulo 24)
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Índice alfabético
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adenitis
A cervical, 309
específica, 314
aborto espontáneo, 207 infecciosa inespecífica, 314
absceso tuberculosa, 315
cerebral, 153 adenocarcinoma, 65, 227, 304, 305
de origen dental, 309 adenoiditis, 90
del cuello, 205 adenolinfoma, 303
parotídeo, 293 adenoma
periamigdalino, 90 de células
submaxilar, 293 basales, 303
abuso vocal, 250 claras, 303
acantosis, 281 monomorfo, 303
paratiroideo, 315
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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L neurológica, 185
ocular, 185, 190
laberintitis, 144 orofaríngea, 229
aguda, 153 ósea, 226
labio y paladar hendido, 46, 48 polipoide, 252
laceración, 185 por agresión física, 181
en el vestíbulo nasal, 12 por herpes simple, 223
laringitis, 205, 216, 225 por vehículo motorizado, 181
crónica, 245 purpúrica, 224
por tensión muscular, 248 retrococlear, 131
laringocele, 204, 310 reumatoide, 265
laringomalasia, 54 subglótica, 269
lavado ótico, 125 supraglótica, 282, 286
lenguaje térmica, 92
hipernasal, 48 de la cavidad oral, 204
hiponasal, 46 de la supraglotis, 204
nasal, 46 transglótica, 286
lesión vestibular bilateral, 140
craneofacial, 182 leucemia, 4, 47
cutánea, 229 leucoplasia, 261
de la columna cervical, 185 leucotrieno, 22
de nervio facial, 66 ley
del epitelio vocal, 253 de Boyle, 321
del globo ocular, 185 de Charles, 321
del nervio de Dalton, 321
óptico, 185 de Graham, 321
vestibulococlear, 129 de Henry, 321
del oído interno, 319 lidocaína, 202
del tabique nasal, 188 linfadenopatía cervical, 90, 226
en el ángulo pontocerebeloso, linfangioma, 310
173 linfangitis, 33
facial, 185 linfoma, 65, 238, 299, 310
gingival, 229 de Burkitt, 238, 240
glótica, 281, 284, 286 de células
intraarticular, 191 B, 240
intracanalicular, 174 grandes, 241
intracraneal, 185 de glándulas salivales, 241
linfoepitelial benigna, 299 de Hodgkin, 238
maligna, 301, 303 folicular, 240
nasal ulcerativa angiomatoide, marginal extranodal de células B,
201 240
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Índice alfabético 351
macroglosia, 45 N
malformación
de Mondini, 54 necrosis
del cuello, 48 centronodular, 239
maniobra de Hallpike, 145 de la piel, 7
marihuana, 202 fibrinoide, 231
masa granulomatosa, 231
en el cuello, 50, 309 tisular, 73
supraclavicular, 315 Neisseria catarrhalis, 20, 23, 24,
mastoiditis, 226, 227, 229 26, 27, 28
material aloplástico, 71 neoplasia, 90, 205
reacción biológica al, 72 benigna, 293, 300, 303
medicina de aviación, 320 de las glándulas salivales, 303
meningioma, 104, 146 cervical, 310
meningismo, 152 de las glándulas salivales, 293
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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