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Análisis y resumen de los capítulos del libro Ética para Amador

Capítulo I:
De qué va la ética
Resumen:
Este capítulo nos habla sobre el conocimiento, la voluntad, y la libertad.
Los seres humanos no somos capaces de saberlo todo, por lo que debemos elegir
y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos. Por el contrario hay cosas que
debemos saberlas para sobrevivir; como por ejemplo: saltar de un sexto piso no es
bueno para salud y atenta con nuestra vida.
Entre todos los saberes posibles, existe al menos uno imprescindible: el de que
ciertas cosas nos convienen y otras no. Saber lo que nos conviene es decir:
distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos
adquirir.
Podemos los seres humanos inventar y elegir a nuestra voluntad, en parte nuestra
forma de vida, podemos optar, equivocarnos, etc., a pesar de nuestra programación
biológica y cultural. El arte de vivir es lo que llamamos ética. El poder optar, es la
principal diferencia que tenemos con otras especies que se encuentran
programadas naturalmente para sus vidas. Por esto podemos decir que somos
seres libres, no estamos obligados a hacer una sola cosa.
La libertad no es una filosofía, sino, es un movimiento de la conciencia que nos lleva
en ciertos momentos, a pronunciar sí o no.
Análisis
Éste capítulo nos deja en claro, que todos tenemos la libertad de opción, de elegir
y de seguir ampliando nuestro conocimiento día a día, construyendo nuestras
propias vidas. Por esto cuanto más capacidad de decisión y acción tengamos
mayores resultados tendremos de nuestra libertad.
También esto depende de nuestra cultura, educación, tradiciones, hábitos y formas
de comportamientos, qué es bueno y qué es malo para cada persona. Esto nos
hace seres únicos, individuales.
Es esencial para nosotros como futuros enfermeros, reconocer lo anterior, que cada
uno es único y libre para tomar sus propias decisiones. Estaremos expuestos cada
día frente a situaciones donde tendremos que optar, o decidir, qué es lo mejor o
más adecuado para nosotros, como también para nuestros pacientes, familia,
comunidad y equipo de salud, con una mirada holística en cada uno de ellos.
Capítulo II:
Órdenes, costumbres y caprichos
Resumen
El autor, en este capítulo nos explica que generalmente al momento de elegir,
optamos por lo que preferimos, pero en ocasiones (cuando no escogemos el
contexto de la elección) estamos obligados a decidir por algo que se nos impuso,
es decir, elegir lo más conveniente. Somos libres de decidir la opción, pero a veces,
no la circunstancia impuesta. Nuestras acciones diarias se vuelven automáticas,
porque no le damos vuelta a lo que nos conviene o no, muchos de estos actos se
vuelven instintivos y resulta más cómodo y eficaz que plantearse un problema. Y
para llevar a cabo estos actos tenemos motivos (la razón para hacer lo que hago).
Existen los motivos por órdenes u obligación, cuando nos mandan a hacer algo,
condicionado al miedo a la represalia si no se obedece. Los motivos por costumbre,
cuando repito o hago el mismo acto por hábito sin pensarlo, éstos se notan en la
comodidad de la rutina diaria y en no contrariar al resto que hace lo mismo y por
último, los motivos por caprichos, cuando lo hacemos porque nos da la gana, éstos
son propios y sólo dependen de uno mismo, por lo que nos hacen sentir más libres.
Análisis
Lo esencial de este capítulo, es el dilema que se da entre lo que queremos hacer y
lo que debemos hacer, y el que tan libres somos para tomar esa decisión. Dentro
de esto mismo, también se analiza a qué están condicionadas nuestras decisiones
o las opciones que nos da la situación, que por lo general, no son elegidas por
nosotros. Cuando hablamos de hacer, es decir, ejecutar acciones o tomar
decisiones, es fundamental mencionar los motivos que tenemos. Cuando son
órdenes, vienen de otra persona, las seguimos porque las sentimos una obligación
frente a la persona que dio la orden. También pueden ser costumbres, las que
hacemos por cotidianidad y rutina, en esto las órdenes y costumbres son similares,
en que ambas son externas a uno. Por otro lado, están los caprichos, los que
son espontáneamente de uno mismo. Estas explicaciones nos hacen pensar, que
nos hemos convertido en seres mecánicos, que hacemos las cosas sin reflexionar
o analizar, porque ya hemos aprendido una forma de hacer las cosas que ha dado
resultado previamente, por lo cual todas estas elecciones se limitan a estos tres
motivos.
Capítulo III:
“Haz lo que quieras”
Resumen
Si bien todo lo que hacemos es movido por que nos mandan, por costumbre o por
beneficio, al momento de tomar enserio las decisiones, estas razones pierden
importancia. Esto tiene que ver con la Libertad, que es la capacidad de decir sí o
no. “Libertad es decidir, y darte cuenta de que estas decidiendo. Es lo más opuesto
a dejarse llevar”, ya que al pensar en la decisión tomada es cuando cuestionamos
sus motivos.
La palabra moral, etimológicamente tiene que ver con las costumbres, pues eso
precisamente es lo que significa la voz latina y también con las órdenes, pues la
mayoría de los preceptos morales se relacionan con el “debes” y “no debes”. Moral
es lo que consideramos válido, ética es por qué lo consideramos así. En este
contexto, bueno se entiende por lo que conviene y malo no indica más que docilidad,
o no causar problemas. Sin embargo, no es sencillo decir cuando un ser humano
es bueno, porque no hay un único reglamento para ser buen humano ni el hombre
es instrumento para conseguir nada. Uno es bueno a su modo y depende de las
intenciones que muevan a cada uno.
Análisis
El primer concepto importante del capítulo, es la libertad. Al indicar que es una
herramienta de toma de decisión, se asocia inmediatamente al análisis que nos lleva
a la toma de éstas decisiones. Entonces, la libertad se relaciona
inmediatamente con el segundo grupo de conceptos: bueno/malo.
Es cuando hacemos esta asociación de palabras, que surge el razonamiento de qué
es el bien y el mal; o, dicho de otra manera, como entendemos el concepto de hacer
el bien o mal. Al ser antónimos, estos términos nos indican una polarización casi
extrema. Sin embargo, el ser humano es complejo, lleno de matices, cuyas acciones
no van dirigidas solo a una función específica y universal para todos. Por esto, lo
que es bueno para mí según mi punto de vista, puede ser nefasto a vista de otro ser
humano. Esto se da, porque las leyes morales dependen estrechamente del
desarrollo como seres que tenemos durante el tiempo, de las experiencias que
pasamos y su resolución.
No podemos juzgar entonces de bueno o malo a otros o a nosotros mismos, solo
por el resultado de una de muchas acciones. Debemos repasar mentalmente
nuestro accionar una y otra vez, ya que es a través del análisis crítico, donde
sopesamos la importancia de determinados actos, su causalidad y sus
consecuencias en nuestras vidas y en las de otros.
Capítulo IV:
Date la buena vida
Resumen
“Date la buena vida” tiene implícito el concepto de la libertad humana, si deseamos
darnos la buena vida es por nuestra propia elección, desde nuestro propio punto de
vista y de lo que uno crea que más le conviene, deseamos esto, o aquello, y lo
hacemos porque somos libres: “estamos condenados a la libertad”. No debemos
confundirnos cuando decimos “haz lo que quieras” con que hagas "lo primero que
te venga en gana" la idea es que hagas lo que creas que para ti es más conveniente.
Tenemos que ser capaces de ver más allá de lo que nos apetece en cierto momento
y lo que realmente queremos como finalidad. Puede que queramos tener todas las
riquezas y facilidades del mundo, y tener personas que hagan las cosas por
nosotros, pero esto podría significar sacrificar relaciones de afecto fundamentales
en la relaciones humanas, finalmente luego de tenerlo todo nos daríamos cuentan
que lo más valioso fue, es y será el afecto humano. Por lo que la buena vida humana
está en estrecha relación con las sociedades humanas; en su lenguaje y por lo tanto
todos estamos es proceso de tener una Buena vida y nos apoyamos unos a otros
sin darnos cuenta para alcanzarla.
Análisis:
En el transcurso de la vida nos preguntamos siempre hacia dónde ir, que elegir
especialmente cuando damos el paso hacia la vida adulta, muchas inquietudes,
prejuicios, lo que quiere la familia para nosotros y lo que queremos. La ética nos
enseña que lo que queremos es lo que debe guiar nuestras decisiones porque
somos libres de elegir como será nuestra “buena vida” y como vivirla. Teniendo en
cuenta que no somos animales, ya que hemos sido capaces de crear complejos
sistemas sociales y organizaciones muy complejas gracias a nuestra herramienta
básica que es el lenguaje, el cual nos permite expresar emociones, sentimientos,
ideas, etc. Que van dirigidas a otro ser humano que tiene las mismas
potencialidades que nosotros, capaz de comprender, de analizar y en base a esto
crear y evolucionar en distintos aspectos. Es la relación entre humanos (familia,
amigos, compañeros, paciente, etc.) que nos permite evidenciar la libertad humana
y elegir nuestra buena vida, compartirla con otros y dar buena vida. A todos nos
gustaría ser tratados con respeto, que valoren más allá de la situación en sí, nuestro
sentir, nuestras dificultades y más importante aún destaquen nuestras aptitudes
para alcanzar una buena vida, y así también los demás puedan dar ese buen vivir
a alguien más. La esencia de la vida humana es la interacción humana como tal,
basada en el lenguaje que nos permite visualizar diferencias y semejanzas entre
cada uno de nosotros las que nos hacen respetarnos, admirarnos y amarnos y
establecer relaciones afectivas estables en el tiempo siempre considerando lo
humano como propio, convirtiéndolo en una virtud para así “darnos la buena vida”.
Capítulo V:
¡Despierta Baby!
Resumen
Esaú como Kane tenían claro que querían darse una buena vida, pero no sabían en
qué consistía, no es querer cosas simples, que se fijan en un solo aspecto de la
realidad, que es la forma en que actúo Esaú, simplificando su vida actuando bajo el
mandato de la muerte. En cambio que la vida es complejidad y complicaciones.
Kane estaba obsesionado por conseguir cosas y dinero, tratando a las personas
como cosas, poseyéndolas y dominándolas a su gusto, y cuando no les servían, las
desechaba, así trataban a Kane como una cosa, solo les importaba el dinero de
Kane, no dando cosas verdaderas que solo el ser humano puede otorgar, el amor
o la compañía, pero él se dio cuenta que le faltaba el verdadero afecto. Es crucial la
atención, reflexionar de lo que se hace comprendiendo lo que es vivir. Uno de los
temas que trata la ética, es la moral, que no es solo cumplir las reglas, es
comprender que comportamientos con hacen bien y cuales pueden hacernos tener
una buena vida. Son nuestras necesidades las que nos hacen apegarnos a otros
seres humanos, por lo que un ser feliz, es un ser solitario, pero si pudiera bastarse
a sí mismo y que no tuviera alguna necesidad no podría amar, y que quien no ama,
no puede ser feliz
Análisis
Darnos la buena vida es lo que se refiere este capítulo, y para lograrla es estar bien
con uno mismo. Es saber dar afecto, comprensión y compañía a los demás, ya que
somos los únicos que podemos darlo, porque eso nos hace seres humanos. Todo
esto se deja de lado si solo nos enfocamos en las cosas materiales, cosas simples,
dejando de lado lo que de verdad importa, que son las complicaciones de la vida, y
el aprender a solucionarlas y vivirlas, nos permiten vivir de verdad. Al centrarnos en
cosas materiales, tratamos a las personas como “cosas” perdiendo el verdadero
sentido de la humanidad. Las personas que solo se centran en cosas materiales,
nunca podrán tener la felicidad verdadera, en donde esta permite tener una buena
vida, sintiéndonos bien con nosotros mismos y con nuestro entorno. El dinero y las
cosas materiales pueden ser importantes en muchos aspectos de la vida, pero
también se tiene que valorar que hay aspectos que no compra el dinero y que nos
hacen seres humanos, como lo son la amistad, el amor, etc. Estas cosas materiales
pueden hacer que tratemos a los demás como objetos, o que suceda al revés, que
seamos tratados como objetos, dejándonos manipular por las cosas materiales,
pero siempre debemos de defender el respeto por uno mismo, para que así no
pasemos a ser cosas para otros. La buena vida es vista en conjunto, no solo por mí,
sino que como me relaciono con mi entorno, en base al respeto, amor y amistad
dejando de prescindir por completo de las cosas. Esto se refiere a una visión moral,
que no es solo el saber que está bien o mal, sino que es comprender porque
llevamos esta vida y que la hace buena.
Capítulo VI:
Aparece Pepito Grillo
Resumen
El autor elabora una radiografía de lo imbécil, contemplando distintas descripciones
que transitan desde la etimología de la palabra báculos (bastón en latín), orientando
su traducción a hacia quienes son representados como cojos del ánimo (Bastón
para imbéciles), o bien, débiles de espíritu. Establece varios modelos de imbéciles:
a) Imbecilidad relacionada con el hastío y la apatía (no sabe lo que quiere), b)
Imbecilidad relacionada con la ansiedad de vivirlo todo (permanente contradicción
de sus deseos), c) Imbecilidad relacionada con la pereza mental (conformismo y
rebeldía sin causa), d) Imbecilidad relacionada con la ley del mínimo esfuerzo (poca
fuerza o voluntad en hacer realizar sus planes), e) Imbecilidad relacionada con la
falta de sentido de realidad (deseos de cosas imposibles).Viéndose éstas,
condicionadas por la internalización de cosas superfluas o superficiales, que no
revisten mayor reflexión. La mayoría de estos casos perviven con una constante
fisura abrigada por el fastidio personal y la inseguridad, factores importantes en la
construcción de una proyecto de vida armónico.
Análisis
Es importante aclarar que ser imbécil no es lo mismo que tonto, a lo que el texto se
refiere es a la estatura moral que se debe construir. Siendo el pilar fundamental de
esta construcción la adquisición de conciencia, la que si bien, se edifica bajo algunas
facultades innatas, se ve potenciada y reforzada primordialmente por la atención y
el esfuerzo que cada uno le asigna a las tareas morales y éticas. Sobre esto se
desprende, que la receta que nos servirá como cura de la imbecilidad, o más bien,
la conciencia que nos ayudará a superarla sería: Saber que no todo da igual porque
queremos realmente vivir bien, humanamente bien; Estar dispuestos a fijarnos en
si lo que hacemos corresponde a lo que de veras queremos o no; A base de práctica,
ir desarrollando el buen gusto moral, de tal modo que haya ciertas cosas que nos
repugnen espontáneamente hacer; Renunciar a buscar coartadas que disimulen
que somos libres y por tanto razonablemente responsables de las consecuencias
de nuestros actos.
También hace diferencia entre el egoísta y el imbécil, arguyendo que solo
deberíamos llamar egoísta consecuente al que sabe de verdad lo que le conviene
para vivir bien y se esfuerza en conseguirlo, y no al imbécil que cree ser feliz con lo
que tiene o posee pero al final se fastidia el mismo.
El autor nos ofrece una interesante visión sobre nuestra actitud para con la vida, y
nos invita a desarrollar nuestra capacidad crítica sobres nuestras posibilidades de
libertad.
Capítulo VII:
Ponte en su lugar
Resumen
Comienza citando como ejemplo la travesía de Robinson Crusoe, que se enfrenta
con los desafíos de la naturaleza y la soledad en una isla que él pensaba desierta,
hasta que descubre una huella humana en la arena, en ese momento ya no se
enfrenta a problemas relacionados con sus necesidades ni con la naturaleza, sino
más bien a un problema ético. Debe resolver como relacionarse con esta persona
desconocida, barajando múltiples opciones. Aparece el miedo y las interrogantes:
¿Tratarlo como amigo o enemigo? ¿Se entenderán? ¿Hombre o mujer?, lo que
Savater explica, es que la ética no se ocupa de cómo resolver los problemas con
las cosas; lo que le interesa es cómo vivir bien la vida entre humanos
Se cita posteriormente a Marco Aurelio, gobernador y filósofo, quien reflexiona
sobre las personas “malas” y “buenas”, teniendo bien claro que quien hace cosas
“malas” no deja de ser humano por ello; y que todas nuestras acciones son imitación
de otras, de ahí la relevancia de dar el ejemplo. Habla también de la importancia de
ponerse en lugar del otro para tratar de tomar en cuenta sus derechos humanos, no
solo según la institución pública, sino también la virtud de la justicia, o sea la
habilidad de cada uno para entender a nuestros semejantes. Es esto lo que nos
hace vivir bien.
Análisis
Robinson Crusoe al verse solo en la isla, no tenía la oportunidad de relacionarse
con otros humanos, y al ver la posibilidad de que esto cambiara, nacen en él
interrogantes frecuentes, que todos nos hacemos al enfrentar a personas
desconocidas, ya que por muy semejantes que seamos los humanos no tenemos
clara cuál es la mejor manera de comportarnos frente a los demás. Y para este
náufrago ya no se trata de sobrevivir, sino que debe vivir humanamente. Es decir
debe enfrentarse a personas y relacionarse de buena manera con ellas para lograr
vivir bien, ya que solo entre humanos se da la relación más perfecta a pesar de no
tener la misma cultura, ideas o código de valores.
Esto es fundamentalmente, porque poseen en común características intrínsecas
humanas que los hacen semejantes, tal como la interpretación simbólica del entorno
a través del lenguaje y el razonamiento crítico, que permite tener opiniones sobre
los hechos correctos o incorrectos, estas dos características nos separan de las
demás especies vivientes.
Para Marco Aurelio, lo importante es no dejarse llevar por las conductas de las
personas, sean malas o buenas, ya que son tan humanos como nosotros mismos y
a la vez son imprescindibles ya que dan valor a nuestra existencia, humanizan
nuestra vida. La característica de imitación del ser humano se basa en el traspaso
de las habilidades y cultura entre otros, a través del tiempo, que nos hace seres
influenciables y moldeables. De ahí la importancia de dar el ejemplo con nuestras
acciones y que sean lo más justas posibles.
Cabe destacar que la mayor ventaja que podemos obtener de nuestros semejantes
no es la posesión material, sino la confirmación y refuerzo de mi humanidad.
Capítulo VII:
“Tanto Gusto”
Resumen
El autor de este capítulo explica que la sexualidad del ser humano se cree que está
enfocada a la relación sexual, por lo que es un tema que muchas veces se ve como
algo amoral o inmoral, porque se asocia a algo que no debe ser mostrado a la luz
de todos, por lo que depende de su uso. El cuerpo está hecho para disfrutar, por lo
que los miedos o tabúes no son más que el miedo al placer. Aquel que se empeña
en no gozar porque piensa que alguien lo está pasando mal, lo único que logra es
amargarse la vida. Estos son los puritanos, los cuales piensan que algo es bueno
cuando no les gusta hacerlo. El placer es algo que no se deja de lado, pero el mismo
llega a ser culposo porque no se saben cuáles son los límites de hasta dónde puede
llegar, por lo que hay que darle el uso necesario, pero sin abusar del mismo;
sabemos que su límite es cuando perjudica, que es cuando ya no da la alegría
cotidiana. Para vivir bien la vida es necesaria la alegría, por lo que hay que disfrutar
los placeres de la vida, sean cuales sean, porque existen para aceptarlos y
disfrutarlos. Hay que ayudar a los demás cuando lo necesitan, pero no hay que
lamentarse por no estar pasándolo mal con ellos.
Análisis:
Muchas veces lo moral y amoral se ve relacionado con el tema sexual, por lo que
desde ese punto de vista, el placer y el gozo de la vida de cualquier ser humano
puede ser catalogado de bueno o malo dependiendo de las características o
creencias de la persona que esté mirando acerca del sexo. Según él, el sexo es
algo común a los seres humanos que la gente oculta tras la idea de lo inmoral. El
placer puede ser algo positivo ya que mejora la vida, y a su vez puede convertir el
hombre en animal, pero los animales lo usan sólo para procrear, en cambio el
hombre lo usa para diferentes fines positivos lo que resulta más humano. Los
puritanos son aquellos que tienen miedo al placer, sienten que así lo pasan mal; en
caso contrario están aquellos que saborean los placeres del presente (el famoso
“Carpe diem”), pero a su vez tener control sobre ellos, haciendo la diferencia entre
su uso que es capaz de enriquecer la vida, y el abuso que la empobrece, siempre
con responsabilidad. El placer de sentirse culpables por abusar de ellos es para los
que desean un castigo, lo contrario que la Templanza, que pone el placer al servicio
de la alegría. El placer es una manera moral para vivir la buena vida y que no se le
debe tener miedo, ayudando a alcanzar la plenitud, dando como resultado no
sentirse esclavos de los mismos placeres.
Capítulo IX:
“Elecciones Generales”
Resumen
¿Cómo se relaciona y diferencia la política con la ética?, en ambos casos se busca
el vivir mejor (tanto individual o social), a través de lo que más le conviene a cada
cual. Pero también podemos encontrar diferencias como es el hecho de que la ética
se ocupa de lo que uno hace con su libertad mientras que la política trata de
coordinar lo que el resto hace con su libertad, para la ética lo importante es el “querer
el bien” y la política se interesa más por los resultados de las acciones más que de
las razones por las que se hagan. Ahora ningún orden político es tan malo que evite
el vivir bien, sino que es responsabilidad de cada uno el cómo se decida vivir y hacer
las cosas bien a pesar de lo malo. La organización política preferible, debiese
respetar la libertad de las personas absteniéndose de las dictaduras, y a su vez
promoviendo la responsabilidad social de las acciones. Además debe fomentar la
justicia, es decir, tratar a las personas como tales, ser empáticos, respetar la
dignidad de las personas (la que acredita que todos tenemos los mismos derechos
al reconocimiento social). Y por último tiene que garantizar la asistencia comunitaria,
pero no a costa de la libertad y dignidad.
Análisis
Según el texto, hay un gran rechazo hacia la política, ya que por lo general se hacen
promesas difíciles de cumplir o que respondan a las expectativas de la gente debido
a que hay una gran exigencia por parte de las personas hacia los políticos. El
problema de las personas es que se piensa que ellos son seres sobrehumanos que
pueden resolver todos nuestros problemas, confiando demasiado en ellos sin ver
las dificultades que hay para lograr un propósito, o los beneficios y/o perjuicios que
pueden significar a uno u otro el lograr estos objetivos que se prometen. Sin
embargo, al hacer una comparación entre la política y la ética, ambos buscan el vivir
bien, mientras la ética lo define como “elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor
posible”, la política busca “organizar lo mejor posible la convivencia social, para que
cada cual pueda elegir lo que le conviene”. La diferencia entre ambos es la forma
en que se persigue el vivir bien, es así como la ética se centra más en las razones
del “querer bien”, la política se interesa más por los resultados de las acciones que
permitan vivir mejor socialmente. Por lo que, a pesar de que en la mayoría de las
ocasiones no se cumplan nuestras expectativas, no se puede culpar siempre de
todo lo malo que sucede a la política, ya que es deber de cada uno el tratar de llevar
la mejor vida posible a pesar de las dificultades que se presenten. Finalmente, lo
que política debiese buscar es, promover la libertad, la justicia y la asistencia
comunitaria sin nunca dejar de lado la responsabilidad social y por sobretodo nunca
comprometer la dignidad humana.

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