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CONCEPTO

Un incendio forestal es un fuego de gran magnitud que se propaga sin control en algún
terreno forestal, es decir, conformado básicamente por árboles. A diferencia de otros tipos
de incendios, se extiende con suma rapidez a través de amplias áreas, cambia de dirección
súbitamente y puede sortear obstáculos grandes como ríos y carreteras.
Los incendios forestales tienen un gran poder destructivo. Es como si tuvieran vida propia
pues pueden avanzar a una velocidad de hasta 23 kilómetros por hora incendiando y
consumiendo todo lo que encuentran enfrente.

Para que un incendio se produzca, son necesarios:


a) un combustible, normalmente la vegetación seca,
b) oxígeno del aire y
c) una fuente de calor.

Los combustibles son cualquier material inflamable. Un material comienza a arder


cuando aumenta su temperatura hasta el punto de ignición (o inflamación). Éste depende
del material del cual se trate.

MAAP: Incendios forestales afectaron más de 2,500


hectáreas en 7 áreas protegidas del Perú

Desde setiembre del 2016 se ha reportado incendios forestales en distintos puntos del
país (Tumbes, Junín, Cajamarca, Apurímac, Loreto, Piura, Lambayeque). Pero fue en
noviembre que se intensificaron y afectaron extensas áreas, sobre todo en la zona
norte. MAAP (Monitoring of the Andean Amazon Project), usando imágenes
satelitales, realizó una medición del espacio afectado dentro de áreas protegidas en las
regiones de Cajamarca, Piura y Lambayeque, donde se concentraron los focos de
calor.
En total, según MAAP, se afectaron aproximadamente 2,560 hectáreas en áreas
protegidas.
En 3 áreas protegidas (Refugio de Vida Silvestre Laquipampa, ACP Chicuate-Chinguelas
y ACA Cachiaco-San Pablo) el fuego afectó 800 hectáreas.
En las otras 4 áreas (Parque Nacional Cutervo, Santuario Nacional Tabaconas-Namballe,
Bosque de Protección Pagaibamba y ACP Huaricancha) se afectó un aproximado de
1,760 hectáreas.
Estas últimas 4 áreas poseen una muestra importante y representativa de ecosistemas muy
frágiles, como los páramos y bosques montanos que regulan y aseguran el abastecimiento
de agua en las cabeceras de la cuenca Amazónica.

Refugio de Vida Silvestre Laquipampa


Área natural protegida importante que conserva uno de los ecosistemas más amenazados
del Perú: el Bosque Estacionalmente Seco del Noroeste.
En la imagen, las líneas amarillas muestran las áreas que fueron afectadas por los fuegos.
Se estima la perdida de al menos 100 hectáreas (140 campos de fútbol) al interior del
refugio.

Bosque de Protección Pagaibamba


Hogar de un refugio de páramo y bosques montanos que sirven para el abastecimiento
de agua, también fue afectado por los incendios. Los focos de calor estos se extendieron
por cerca de 1,400 hectáreas al interior del área protegida. En la imagen puede notarse
el humo de hasta 7 focos de fuego.
Parque Nacional de Cutervo

Primera Área Natural Protegida que se estableció en el Perú, en 1979. Su emblemático


valor también ha sido afectado por la intensa temporada de fuegos.

Los focos de calor se extendieron cerca de 200 hectáreas al interior del parque.

En la imagen puede notarse el humo extenso en el día más crítico de los incendios, al
interior del parque. El círculo amarillo indica donde estuvieron concentrados los focos de
calor.
El panorama peruano
En lo que va de agosto del año 2016 se han detectado en el Perú 1935 quemas e incendios.
Ernesto Ráez sigue minuciosamente la situación de Perú, sobre todo observa la zona de
Madre de Dios, y le explica a Mongabay Latam que la estación seca en esta parte de la
región “tiene su pico, la época más seca del año, entre agosto, octubre y noviembre. En
esos meses todos los años como un relojito la gente se dedica a quemar su chacra, a
quemar el rastrojo o si están abriendo nueva chacra, a quemar el bosque que han tomado.
Eso se realiza en toda la sierra con los pastos y toda la selva, en toda la frontera de
colonización. El resultado es que hay momentos en el año en que todo es rojo, todos son
puntos rojos (focos de calor) y nosotros hemos comprobado que las únicas áreas que se
libran en la Amazonía son las áreas protegidas y los territorios indígenas donde la gente
no quema”.

Focos de calor en la región de Madre de Dios. Gráfica cortesía de Foster Brown.

Ráez nos explica que en temporadas menos secas, las quemas agropecuarias no llegan a
impactar los bosques primarios porque estos son bastante húmedos y frenan la posibilidad
de que una quema se convierta en un incendio forestal. Sin embargo, cuando es temporada
seca el efecto puede ser muy serio, incluso cuando a simple vista parece que el incendio
ha sido leve. “En el bosque amazónico, incluso los árboles más grandes, además de las
raíces de sustento, que pueden ser muy grandes y muy vistosas, lo que tienen es una
especie de raicillas muy delicadas. Lo que encuentra uno debajo de la hojarasca es un
colchón de raicillas que corresponden a todos esos árboles gigantescos que uno ve, porque
el suelo de la Amazonía es pobre, en consecuencia los nutrientes provienen de la propia
biomasa que cae y para poder aprovecharla rápidamente se necesita extender esta red de
raicillas. Entonces cuando entra el fuego al bosque amazónico ni siquiera es necesario
que alcance el tronco de los árboles, un fuego que corre por la superficie quemando la
hojarasca puede matar las raicillas. Lo que nosotros hemos visto es que semanas después
de que entró el fuego al bosque, de que tuvimos un incendio forestal de superficie, los
árboles comienzan a morir y es una mortandad muy alta y ¿por qué?, porque sus raicillas
murieron”.
Pero el experto también nos recuerda que esta problemática tiene relación directa con el
cambio climático. Básicamente, señala Ráez, una de las características del calentamiento
global es la ocurrencia frecuente de eventos climáticos extremos en el mundo que son
propios de la pérdida de equilibrio de los sistemas, “que es lo que está ocurriendo con
nuestra atmósfera, por el exceso de energía que contiene ahora debido a la concentración
de gases de efecto invernadero, empiezan a generarse situaciones extremas. En un
momento dado tienes una gran sequía y en el siguiente momento de la misma oscilación
extrema tienes una gran inundación, ese tipo de cosas estamos viendo”.

Ráez recuerda, para entender mejor esta oscilación extrema del clima, que “después del
2005 ─año de sequías─ lo que vinieron fueron tremendas inundaciones, el río Acre creció
tremendamente, son oscilaciones extremas, pero en el año 2010 regresó la sequía, esta
sequía estuvo en todas las noticias porque el Amazonas se redujo tanto que se retiró y
dejó extensas áreas por donde solía pasar el río completamente descubierta. La gente tenía
que caminar kilómetros para llegar al río y además en Bolivia hubo varias emergencias
causadas por incendios”.

La carta abierta, firmada también por Ráez, advierte que además del incremento de los
focos de calor, hay emergencias que ya se están reportando, como en el caso de la
provincia de Sandia, en la Amazonía de Puno (Perú). El alcalde se vio obligado a pedir el
apoyo de helicópteros para controlar un incendio forestal que se salió de control y que en
solo tres días arrasó con 50 hectáreas de superficie. El documento alerta que “de demorar
las medidas preventivas que aconsejamos, no alcanzarán los helicópteros ni presupuestos
de nuestras tres naciones, para evitar el peor escenario posible”.

Los cinco expertos entrevistados para este artículo precisan que el panorama podría
también cambiar completamente en unas semanas con la aparición repentina de lluvias.
Sin embargo, lo que indican hoy los sistemas de monitoreo satelital es que una de las
sequías más severas afectará a la región trinacional de Brasil, Bolivia y Perú.

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