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GERARD BEHAGUE

LA MUSICA
EN AMERICA LATINA
(Una Introducción)

OCR por:

Biblioteca
Erik Satie
1ra edición
Agosto 2016 AMONTE AVILA EDITORES, CA
Comunidad Digital Autónoma
bibliotecaeriksatie.blogspot.com.ar
Este libro se publica en el .marco del acuerdo establecido entre el · Conse)o .
Nacional de la Cultura, Monte Avila Editores, C.A. y· el· Instituto Latirioameri•
cano de Investigaciones y Estudios Musicales Vicente Emilio Sojo. .•.

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Depósito Leg,al, lf 83-0910

© 1983, MONTE AVILA EDITORES, C.A.


Apartado Postal 70712
Caracas 1071-A / Venezuela

Traducción de Miguel Castillo Didier

Portada / Víctor Viano


Impreso en Venezuela por Editorial Arte ,ooo
...
Printed in Venezuela
oo•
ABREVIATURAS

StMP Robert Stevenson, The Music of Peru. Washington, Primera Parte


D.C.: Pan American Union, 1960.
StRBMS l,lobert Stevenson, Renaissance and Baroque Musical
Sources in the Americas. Washington, D.C.: Organi­
zation of American States, 1970. EL PERIODO COLONIAL
SCAnt Samuel Claro, Antología de la Música Colonial en
América del Sur. Santiago de Chile: Ediciones de la
Universidad de Chile, 1974.
StLACA Robert Stevenson, Latín American Colonial Mtisic An­
thology. Washington, D.C.: Organization of Ameri­
can States, 1975.

18
PRESENTACION

El Consejo Nacional de la Cult1-tra presenta con honda satis­


facción esta edición en español de la obra del eminente musi­
cólogo Dr. Gerard Béhagite La Música en Latinoamérica. Esta
publicación se ha lutr¿ho posible en primer lugar gracias a la
generosa decisión del autor de elegir a Venezuela y a una ins­
titución venezolana para realizar la traducción, edición y distri­
bución de la versión castellana de su obra; y en segundo lugar,
gracias a la acción coordinada de dos orgcmismos del Consejo
Nacional de la Cttltura: el Instituto Latinoameri·cano de Investi­
gaciones y Estudios Musicales Vicente Emilio Sojo y Monte
Avila Editores.
Esta obra del Dr. Béhague constituye una exposición de con­
junto sobre la música artística latinoamericana; que recoge los
rnejores aportes realizados en las últimas décadas por una pléyade
de investigadores, entre los citales se cttenta el propio autor, el
Dr. Francisco Curt Lange, el Dr. Robert Stevensoo,. el Dr. Gil­
bert Chase, el profesor Orrego-Salas y nuestros compositores y
estudiosos Juan Bautista Plaza y José Antonio Calcaño, entre mu-
chos otros.
Este panorama, constituido esencialmente por el examen pro­
funcJ,izado de las tendencias más relevantes y las obras principa­
les de los compositores más representativos en cada región y
·época y por el análisis estilístico de las creaciones más signifi­
cativas, viene a cubrir un vacío en el panorama de la cultura
musical latinoamericana. Su publicación en castellano pondrá un
material inapreciable a disposición de musicólogos y músicos,
creadores e intérpretes, estudiosos y aficionados. Prestará, asi-

7
misrrto un valioso servicio a la causa del acercamiento · entre PROLOGO
los paises hermanos de Latinomr:é� ic�, al mutuo conocimier:to
.
de sus acervos musicales. Constituira, de este modo, una im­
portante contribución en la lucha contra lo que se ha dado en
llamar la ªinterignorancia cultural' de m1,estros pueblos.
La circulación de este excelente trabajo del Dr. Béhague en
los países de habla hispana se inscribe, pues, en el marco de
la vocación integracionista latinoamericana que Venezuela desa­
rrolla, bajo la égida del pensamiento bolivariano.

Pr�sidente del Consejo Nacional de la Cultura


JOSÉ LUIS ALVARENGA
Para el Instituto Latinoamericano de Investigaciones y Estu­
dios Musicales Vicente Emilio Sojo, constituye motivo de pro­
funda satisfacción el presentar al público de Venezuela y del
mundo de habla hispana esta extraordinaria obra del Dr. Ge-
i:ard Béhague. --
Desde hace tiempo, se hacía sentir la necesidad de contar con
un visión sintética de lo que ha sido y es el quehacer musical
de América Latina, que permitiera trazar una perspectiva general
de la cultura musical del mundo latinoamericano. No era una
tarea fácil ni sencila. La emprendió por fin un eminente musi­
cólogo, como lo es el Dr. Béhague, editor de la sección de
música del Handbook of Latín American Studies, del Yearbook
for ínter-American Musical Research, autor de importantes ar­
tículos sobre música latinoamericana en el Grave's Dictionary of
Music and Musicians, redactor del panorama de la música lati­
noamericana del siglo XX en The New Oxford Históry of Mu­
sic, volumen X, The Modern Age ( 1890-19'60); fundador y di­
rector de la Latín American Music Review / Revista de Música
Latino Americana, editada por la University of Texas Press;
autor, . en fin, de numerosas e inapreciables monografías sobre
nuestra música iberoamericana.
Este volumen proporciona un panorama muy completo de fa
música académica o clásica de Latinoamérica, a través de tres
grandes secciones. La primera parte abarca el . período colonial
y se subdivide en los capítulos siguientes: I . Música Sacra de
Hispanoamérica; II . Música Secular de Hispanoamérica; III.

8 9
Música en Brasil. la segunda p1rte abarca los capítulos IV. nista. que anima a estas tres instituciones, y que es el reflejo
Antecedentes decimonónicos del Nacionalismo; V. El Siglo XX: de la . esencial concepción· bolivariana que Venezuela ha aplicado
México y el Caribe; VI . El Siglo XX: el Area Andina; VII. y aphca como legado sagrado del libertador Simón Bolívar.
El Siglo XX: Brasil y el Río de la Plata. la tercera parte está
dedicada a las corrientes opuestas al Nacionalismo musical en JosÉ VICENTE TORRES
las décadas comprendidas entre 1910-1920; ¡930-1940; y desde Director
1950 en adelante.
lejos h1 estado el Dr. Béhague de incurrir en la clásica acu­
mulación de fechas y catálogos de obras. Más bien ha evitado
entregar biografías detalladas de compositores o noticias mi­
nuciosas acerca de las instituciones musicales. Y, de este modo,
se ha centrado en el examen más profundizado de ciertas obras
principales y de las tendencias más descollantes· de los compo­
sitores más representativos de cada área y cada . época. El análisis
estilístico de las obras, documentado con amplios y abundantes
ejemplos musicales, otorga un notable valor y una alta utilidad
a esta obra. la descripción del medio histórico y cultural en
que han surgido y florecido tendencias estéticas y creadoras, ocupa
un lugar muy discreto y equilibrado dentro de todo el panorama.
Músicos y musicólogos, estudiosos y aficionados, podrán hallar
en este volumen un material precioso y de gran utilidad; y en­
contrarán en las cuidadosas Notas bibliográficas que siguen a
cada capítulo, así como en las notas al pie de página, una guía
que les permita profundizar determinado aspecto. A la vez, ellas
muestran la rigurosa valorización que el Dr. Béhague hace de
los aportes que a la musicología latinoamericana han entregado
y entregan musicólogos eminentes, como Francisco Curt lange,
Robert Stevenson, Gilbert Chase, Juan Orrego-Salas y tantos
otros.
la obra que presentamos constituye una contribución inapre­
ciable a la investigación, a la docencia y a la difusión de los
valores del acervo musical latinoamericano. Por eso, el Instituto
Vicente Emiljo Sojo agradece profundamente al Dr. Béhague el·
honor que le ha hecho al entregarle la posibilidad de traducirla
y distribuirla al mundo iberoamericano, desde Venezuela. Su
t:dición bajo el sello de Monte Avila, con el patrocinio del Con­
sejo Nacional de la Cultura, en la serie de Publicaciones del
Institutp Sojo; se enmarca dentro de la vocación latinoamerica-

10 11
PREFACIO

Desde la publicación en 1945 del libro Music of Latin Ame­


rica por Nicolas Slonismky, ( el resultado de lo que él mismo
llamó un "vía je de exploración panamericano") , informaciones
de. toda índole respecto a todos los aspectos de la llamada tra­
dición de música culta en Latinoamérica han sido acumuladas y
han proporcionado la base necesaria para la interpretación cua­
litativa y cuantitativa de los hechos musicales del continente. El
presente volumen pretende presentar esas informaciones en una
perspectiva amplia y contribuir con otros datos. Puesto que no
ha sido propuesto hasta ahora un panorama extenso de la
historia de la música en Latinoamérica, la justificación del. pre­
sente volumen parece innecesaria. Sin embargo, tenemos todavía
tantas lagunas en la reconstrucción de la historia musical latino­
americana que el emprender una introducción histórica como
esta puede parecer prematuro o hasta presuntuoso. Con todo,
gracias a los esfuerzos de varios estudiosos latinoamericanos,
norteamericanos y europeos, el perfil general de esta historia
puede ser trazado ahora con bastante exactitud y coherencia.
No he seguido -aquí la costumbre . de tantos historiadores de
señalar minuciosamente los hechos musicales de un período his­
tórico o un país determinado. Para eso tenemos amplia docu�
mentación en historias de música de los varios países latinoame­
ricanos. La estadística en sí fue evitada, o sea, la presentación
de información detallada acerca de fa. vida de los compositores,
de las historias de instituciones musicales, o la reseña de las
actividades de asociaciones musicales fueron reducidas al mínimo
a fin de favorecer un examen más riguroso de algunas de las

13
La con_f;ontació� de tantos compositores y. obras hizo difícil
ob �:de los compositores más representativos de las varias épo- la selecc10n de e1emplos representativos, y la limitación de
cas corrientes o países. Dentro de lo posible, se ha buscado el espa�io no permftió incluir , e� número deseable de ejemplos
eq�ilibrio adecuado entre el medio ambiente histórico y cultu­ musicales. Es sabido que el exito o la falta de reconocimiento
rai que produjo un repertorio musical determinado y �l análisis de muchos compositores actuantes en las repúblicas latinoame­
estilístico de este repertorio. Por lo tanto, este estud10 se des- ricanas en varias épocas se ha debido ocasionalmente a motivos
tina tanto a historiadores como a músicos. no 1:°'usicales. S�lamente las figuras de mayor alcance fueron
Las tres partes principales de este volumen fueron necesaria­ consideradas �<JUl, pero aunque reconozca que diversos criterios
mente organizadas de un manera diferente. El vigoroso desa­ p�ra la. selecc1on 1e estas figuras podrían producir. un aprecio
r.rollo de la música colonial en Hispanoamérica desde el siglo b1�n . difere1:te, mi preocupación fundamental fue reflejar las
}(VI sugirió el tratamiento individual de la música sacra y pro­ opu:�1?nes v1g�nte; . en Latin?américa junto con mi propia eva­
fana. El examen separado de la música colonial luso-brasileira luacic� de los memos relativos de las obras de los composito­
se justifica ampliamente en términos históricos. Las varias ex­ res, v�stas dentro de una perspectiva esencialmente histórica.
presiones relacionadas con el nacionalismo musical en · varias Por eso, compositores como Heitor Villa-Lobos Carlos Chávez
épocas y p:3.Íses constituyen la segunda parte del presente libro. y Alber�o. Ginastera reciben una atención espe�i�l.
El siglo XIX es enfocado sobre todo del punto de vista nacio­ La mus1ca no es un producto ajeno a la época o sociedad que
nalista, aunque no toda la música compuesta durante este siglo la crea. Es sobre todo la expresión socio-cultural de una comu­
. pertenezca a la corriente nacionalista. Reconocido como la fuerza nidad o p:1Ís. El conocimiento básico de la historiá cultural la­
de motivación más importante en la creación musical durante tinoamericana desde los primordios coloniales es necesario para
la primera mitad del siglo XX, el nacionalismo musical se es­ que el lector pue�� enfocar de una manera provechosa los con­
tudia en cada una de las siguientes áreas geográficas y cultura­ textos de la creac10n y el consumo de la música a través de la
les: México, Centroamérica y el Caribe (incluyendo a Vene­ historia.
zuela por motivos geográficos y musicales), el área andina, Bra­ Quiero . dejar aquí mi testimonio de reconocimiento y grati­
sil y el área del Río de la Plata. Al contrario de este enfoque tud a vanas personas . que me ay1:daron a lo largo de los años
geográfico, la tercera parte examina en orden cronológico las a penetrar el mundo smgular y estimulante de la música de Lati­
corrientes estilísticas no nacionalistas desde 1910 aproximada­ no�érica.. Estoy especialmente agradecido a Francisco Curt Lange
mente. El hecho que seis de los diez capítulos de . este estudio y Luis Heitor Correa de Azevedo por haber compartido conmigo
tratan del siglo XX refleja simplemente el desarrollo más· am­ sus profundas percepciones de esta música, a Robert Stevenson
plio y los consumados talentos de la música latinoamericana de por s1;1s comentarios beneficiosos sobre la primera parte del ma­
esta época. He tratado particularmente de proporcionar el ma­ nuscn�o, a Jua1: A. Orre,&o-Salas por sus excelentes sugerencias
yor número de datos, en lo posible, sobre la composición musi­ sob�e. datos. e mterpretac10n�s, a H. Wiley Hitchcock por su
cal desde i950, ya que tales datos no son, por lo general, de h�bi_hdad 71emplar como editor y por su incentivo; a muchos
fácil acceso. Considerando la dificultad generalizada que tenemos bi?hotecar10s por todo el continente por su amable atención a
en Latinoamérica en la comunicación entre músicos, musicólogos mis numerosas solicitudes especialmente a Mercedes Reis . Pe�
y compositores, llamo la atención especial de los compositores queno de Río de Janeiro, a los muchos compositores y musi­
cuyas obras no han sido todavía publicadas o ejecutadas en el �ólogos q1;e pusieron a mi disposición todo tipo de material e
continente de una forma regular, y les pido que se comuniquen mformacion acerca de sus actividades y estudios, y a mis co­
con nosotros para que la próxima edición de esta obra pueda legas y �lumnos en las _ Universidades de Illinois y de Tejas por
traer informaciones sobre sus obras y actividades. · haber dialogado conmigo sobre la creación musical en varias

14 15
culturas. ,Al colega José Vicente Torres, Director del Instituto
Latinoamericáno de Investigaciones y Estudios Musicales "Vi­
cente Emilio Sojo", agradezco su estímulo y patrocinio y reco­
nozco con admiración su entusiasmo y dedicación hacia la música
del continente. Quedo también muy agradecido al colega musi­
cólogo Miguel Castillo Didier por su excelente traducción del
presente volumen, escrito originalmente. en inglés. A mi esposa
e hijas manifiesto mi profunda gratitud por su comprensión y
paciencia durante las largas horas lejos de ellas en la prepara�
ción del manuscrito. · Al sabio amigo fiel y profesor, Gilbert
Chase, cuya asistencia en la concepción de este estudio fue fun­
dámental, dedico este volumen en su septuagésimo quinto cum­
pleaños.

GERARD BÉHAGUE
Austin, Tejas, 1982

16
I

MUSICA SAGRADA EN AMERICA HISPANA

A través de siglos la religión ha constituido un foco cultural


en Latinoamérica, pero ninguna otra influencia fue t�n impor­
tante en la América Latina colonial como la de la Iglesia Ca­
tólica. Como fuerza política, social, ecoo.ómica y cultural, la
Igles�a ocupaba una posición S\lprema. La . ?r�ización de la
Iglesia · en el Nuevo Munc;lo era responsabilidad de la cor<;>na,
y el patronato real -· el derecho de la coron.a a . nombrar los
funcionarios eclesiásticos- fue delegado en una serie de bulas
papales ( 1501, 1508). Las primeras sedes episcopales foe.ron
establecidas en América Hispana en 1511 : dos. obispados en· la
Española y uno en Puerto Rico. Toda emigración de clérigos
al Nuevo Mundo era directamente dirigida por el Rey a través
del Consejo de Indias. Se requería a los eclesiásticos para ir a
ocupar el cargo designado y no podían predicar sin licencia.
Las autoridades reales decidían legalmente sobre las controver­
sias entre cabildos eclesiásticos y obispos o entre párrocos y obis­
pos, y virtualmente sobre todo lo rela�ivo a derechos y prerro­
gativas tanto del clero regular como del secular. Así pues, los
imperios coloniales español y portugués en el Nuevo Mundo eran
típicamente estados teocráticos.
Se creaban obispados en las ciudades importantes, tan pronto
como l<? justificaba su población. Bajo Carlos V como Rey de
España (1516-1556), h:ubo veintidós obispados además de los
arzobispados de . Santo Domingo, Ciudad de México y Lima.
A fines del siglo XVI, había cinco arzobispados y veintiséis
obispados. Los clérigos regulares, o sea, miembros de órdenes
eclesiásticas, llegaron a América Española antes . que los secula-

21
en ú ero e en la construcc10n y ejecuc1on de instrumentos musicales. En
res. En B�asil, los :11onjes c�menzaron a c:ecer s m1;as n:1i por­ ef�ct?, el núm�ro ' de indios músicos llegó a ser ' tan grande en
ordene . :11
importanc ia desde frnes del siglo XVI. Las . anos, dominico s y Mexico a c�mienzos. de la segunda mitad del siglo XVI, que .
tantes fueron al comi nzo l s d los fr ncisc
jesuitas, y ot ras en 1561 Felipe II ordenó u na " reducción en el número de in­
agustinos; pero más tarde predominaron los rcedarios y capu­
e a e a

dios a los que se les permitirá ocuparse como músicos". Pero


ó�denes como los benedictinos, carmelitas, m . El trabai m�­ la estr:u,c1:1ra social de �a . Améri�a 1?,tina colonial no permitió
iv m n n l conv rsión <;
e

c.hinos, 'participaron act .


sil, los 1 esm­ a los indios ocupar posic10nes directivas en la vida mu sical en
n n s s m nos. En Br
e

sional estuvo orio-inalm


a e te e a

irtieron n los la :eg!ón. Sólo pocos músicos mestizos, de ascendencia española


tas fueron los pri�eros en llegar y pronto se conv así como en
e te e u a a

e md_ia, de(e�uaron posicion es importantes durante el período


cional y religioso,
e

conductores en el traba jo educa colomal 1:1ed10 ( c. 1650-1750) . En México y P erú, indios de


emb argo, Portu ga l sintió que los
la def ensa de los indios. Sin a�cendencia no�l; fuero1: essogidos para oportunidades espe­
erno local y cen­
jesuitas constituían una amenaza para su gobi América Espa- ciales de educac10n, que mcluian frecuentemente adiestramiento
tral y los expulsó de sus colonias en 1759. De musical. �O: Quito, los franciscanos organizaron el Colegio de
fiola fueron expulsados en 17 67. . · ., ., .
XVI II, l o g m ion P ? l �t:ca San �,ndres (_ 15 50-15 � 1 ) p a�a �ijos de caciques i�1ios.. Su ins­
En la segunda mitad del siglo � �
n s div1S 10- truccion musica l cons1st1a prmc1palmente en familiarizar a los
l s onsig ui
de América Latina había conducido
a r ac

no d los cu les es ba ··nativos" primero con el canto gregoriano y más tarde con el
nes del territorio en virreinatos, cad
a a c e te

s o pi aní s ) : l vi i- canto �e órgano o polifonía. Se tiene información de que ejem­


ta
nci
a

subdividido en audiencias ( preside


a u e

d sd Flo id y l � ­ pJares impresos de �otetes del famoso compositor español Fran­


rre

nato de Nueva España, que se extendí


a e
:
a ca t

Cos Ri y l s isl� cisco Guerr�ro, pu blicados en 1570, había n sido adqu iridos por
ar
l
e

gen occidental del Misisipi a la actu


a e e a

del Caribe'· el virreinato de Nueva G n d ,. q omp ndi 8


el Cole io poc?S años más tarde, lo que mu estra el grado d e
a ta ca a

l vi r in o d l P rú, perfeccion musica l de los coros de indios.


a

V enezuela Colombia Panamá y Ecuador;


ra a a ue c re

e; el virreinato Las órdene� más estrechamente ligadas al traba jo misional fue­


gue incluí� las audie�cias de_ Lima , Cuzco y Chil_ vi_ a, Paraguay )
e r e at e e

( Boli ro? los franciscanos y los jesuitas. La primera tuvo un impacto


de La Plata con las audiencias de Charcas mas fuerte sobre las culturas nativas de América del Norte y
finalmente el vi­
v de Buen�s Aires ( Ar oentina, Umguay ) ; y les. Las dis�in­ �entral; _en tanto que la última trabajó en mayor número en
�reinato del Brasil, dividido en capitanías gen sarroll musical Su;Iamenca y, d_u�ante los siglos XVII y XVIII, desarrolló sus
d
tas capita les de esos territorios co:iocieron el_ ( comi?enzos de
era

l p iodo colo m al n:ias fa!'°-osas . m1s1on�s en Paraguay, Bolivia, Argentina y Bra­


e

más considerable d n sil. BaJ o la mstrucción musical jesu ita, los indios o mestizos
1500 a 1820 ) .
ura te e er

llegaron a adquirir conocimientos suficientes como para integrar


c? ros y pequeñ�s orquestas. Serafim L eide informa de la parti­
.
e1pac1�1!· por ei.emplo, de cuatro conjuntos musical es en una
MUSICA MISIONAL proc�s,1on en _ülmda ( Pernambuco) , en julio de 1611 1. La ins­
special aten­ truccion musical en Paraguay había alcanzado tan alto nivel a
A través del continente, los misioneros prestaron e es nativas. r1;e�ados del sig!o XVIII, que el Papa Benedicto XIV, en su ·en­
ion
ción a la música en la catequización de las poblac para asimilar cicl:ca · 1,nus q_ui hunc vertetem ( 1749 ) , expresó que casi no
p i d d los indio s
Continuamente elogiaron l ar­ hab1a d1ferenc1a entre Europa y Paraguay en el canto de misas
· los rasgos culturales europeos, sobre _todo la mú_sica. Así, la .P le­
a a t tu e

a es de la ig
ticipación de los indios en las , activid�des music �entas de con­ l. Serafim Leite, História da Companhia de Jesus no Brasil ( Lisboa :
sia demostró ser una de las m s f cuv s he mi
ente diestros Livraria Portugália, 1 938 ) , V, 431.
v ersión. Se cuenta que los indios fueron especialm
a e e a rra

22
23
· y vísperas. Según el jesuita español José Cardiel, que comenzó a Así pues, la música religiosa parece haber mostrado rasgos sin­
· trabajar en Paraguay alrededor de 1730, cada pueblo tenía por créticos. Junto al · canto de antífonas, salmos e himnos, en las
lo general de treinta a cuarenta músicos, incluyendo tiples ( vo­ escuelas los indios aprendían a cantar alabanzas y alabados, can­
ces agudas) , tenores, altos, contraltos e instrumentistas. Estos ciones de alabanza religiosa que se mantuvieron como populares
últimos incluían de cuatro a seis violinistas, de seis a ocho en todo el continente y eventualmente se conservaron como can­
bajonistas y oboístas, dos o tres trompetistas, tres o cuatro ar­ ciones folklóricas.
pistas y dos o tres organistas. "Nosotros los proveemos -ase� Las informaciones de los primeros misioneros sobre la historia
vera el misionero-- con partituras de los mejores músicos de y cultura indígena representan la fuente primaria de informa­
España y aun de Roma, para cantar y tocar". Muchos músicos ción acerca de los logros musicales indios durante el período co­
de misiones, en opinión del mismo sacerdote, podrían ser con­ lonial. · Los numerosos escritos de los misioneros españoles de los
siderados excelentes hasta en las mejores catedrales de Europa. siglos XVI y XVII proporcionan noticias sobre el trasplante de
Si los ·manuscritos existentes en lugares como Ciudad de Gua­ los va'lores culturales europeos y documentación histórica muy
temala u otras localidades guatemaltecas ( San Juan Ixcoi, San relevante sobre la música nativa anterior a la Conquista, así
Miguel Acatan) o la: región oriental de Bolivia ( ex misiones como sobre la música europea. en el Nuevo Mundo. En México,
jesuitas de Moxos) son un indicio de la "mejor" música de por ejemplo, el fraile franciscano Juan de Torquemada resumió
España, Italia o Francia, hecha asequible por los monjes, esos en su Monarquía Indiana ( 1615) las habilidades de los músi­
músicos de misiones conocieron compositores como Morales, cos y coros indios, como · son reportadas en las más tempranas
Alonso de Avila, Ceballos, Isaac, Mouton, Compere y Claudin r �laciones. Nos informamos de que los indios eran capaces de
de Sermisy, así como Juan de Araujo y Domenico Zipoli. ( La e1ecutar excelentes copias de música polifónica ( "bellamente
· mayoría de las piezas de tales manuscritos permanecen, sin em­ hechas eón letras iluminadas de principio a fin"; que "toda
bargo, sin atribución. Los códices contienen también varias pie­ población de cíen habitantes o más" tenía cantores e instrumen­
zas con textos en lengua nativa, lo que atestigua el uso de la tistas expertos en música polifónica; que la factura de instru­
música en las misiones con propósitos de conversión. Además, mentos · se había difundido tanto como para hacer innecesarias
&lgunas partes muestran aún diversos tipos de inscripciones en las importaciones desde España; y que había muchos composi­
lenguas indígenas) 2• tores indios cuya "música polifónica a cuatro partes, ciertas mi­
Algunas relaciones sobre la vida misional revelan la conti­ sas y otras obras litúrgicas, todas compuestas con destreza ha­
nua coexistencia de música indígena y europea en el siglo bían sido juzgadas como superiores obras de ane cuando fderon
XVIII. Se permitían danzas indias como parte de los servicios mostradas a maestros españoles de la composición" 4. En Perú,
religiosos, en especial en las diversas procesiones conmemorativas la primera pieza de polifonía vocal impresa en el Nuevo Mun­
de las fiestas más importantes. Como defensores de los indios, do, Hanacpachap ( sobre un texto quechua y sin atribución a un
los misioneros jesuitas asumieron una actitud conciliadora hacia compositor) , apareció en 163 1 en el Ritual del franciscano Juan
ellos, y, en Brasil por lo menos, "hubo una liturgia más bien Pérez Bocanegra. También en Perú, la más importante colec::ción
social que religiosa, un cristianismo suavizado, lírico, con mu­ de música profana del siglo XVII fue compilada por el francisca­
chas reminiscencias fálicas y animísticas de los cultos paganos" 3• no Gregorio de Zuola, mientras que el apogeo de la música mi-

.-
2. Ver Samuel Claro, "La música en las Misiones Jesuitas de Moxos". 4. Juan de Torquemada, Veinte i un libros rituales i Monarquía In­
Revista Musical Chilena, No. 108 ( julio-septiembre, 1969 ) , 7-31, diana ( Madrid : N. Rodríguez Franco, 1723 ) , III, 214; trad. en
3. Giberto Freyre, The Masters and the Slaves (New York : Alfred Robert Stevenson, Music in México ( New York : Thomas Y. Cro­
A: Knopf, 1 964 ) , p. 97. well Company, 1952 ) , p. 68.

24 25
sional •estuvo representado por la_ presencia en Argentina, desde nes detalladas relativas a . las obligaciones del maestro · de · ca­
1717 h� sta su muer!e en _ 17� 6, del jesuita italiano, organista y pilla,: el repertorio para ser cantado y tocado en festividades de­
compositor, Domemco Zipoh, como lo veremos más adelari�e. t �rm1nadas, y la �orma �n . que debía ser interpretado �on o
sm contrapunto improvisado, en fabordón (contrapunta para-
1710), o co11;0 cant? de órgano (polifonía) . los músicos profe­
MUSICA CATEDRALICIA s:onales hacian casi todo su adiestramiento en las capillas mu­
El término "música catedralicia" designa aquí la música usada sicales, que formaban parte integral de la vida catedralicia. Al
contrario de los organizadores de la música misional las auto­
en los . diferentes servicios religiosos católicos a través del . año ridades catedralicias no tenían que ver con el adiestr;miento de
l�túrgico, ��cluida _ no sólo la música latina ( officium divinum),
los músicos indios. Así, los puestos más importantes en la ca­
srno tambien canc10nes de alabanza en lengua vernácula (villcm­
te�ra� -los de maestro de capilla y organista- eran llenados
cicos). Como la mayoría de los aspectos de la vida coloniai en
A mérica Española, la organización catedralicia adaptó tradiciones pr1ncipalmente por músicos europeos o adiestrados en Europa,
con algunas exc�pciones notables en diferentes períodos. ]yfu­
hispanas a condiciones nuevas. La mayor parte de las catedrales
fueron modeladas según la de Sevilla (Ciudad de México, Li­ �has cated�ales, �m . embargo, tenían que contar con cantores e
mstrumentistas 1ndios, ya que los músicos españoles no eran
ma, La Plata) o la de Toledo (Puebla, Durango) . En toda ciu­ abu�d�ntes. En �iud�d ?e México, por ejemplo, ya en 1543
d.ad �ayor la catedral fue el centro de la vida pública. El dis- habia mstrumentistas ind1g;enas registrados en la nómina de pa­
. tmguirse por poseer la más hermosa citedral en la reaión, era gos ?e la catedral. Los miembros de algunas familias indias o
cuestión de gran orgullo cívico. Situada normalmente e; la cua­
dra más importante, la catedral era el centro de la mayoría de r:r:iestizas practicaban la profesión de músico por varias genera­
c10nes, gozando de un monopolio determinado en ciertos cam­
las fiestas religiosas y procesiones, así como de las manifesta­ pos de la ejecución.
ciones políticas. la Iglesia controlaba la educación en todos los f;lemás d� �e�eccionar el repertorio m.usical, ensayar con los
.niveles y fomentaba la mayor parte de las actividades intelec­ musicos y dmg1r los servicios musicales durante el año el
ti�ales y artísti7�s. Igual q�e muchos arquitectos, escultores y m�estro de capilla . �ebía escri�ir composiciones originales en­
y'
pmtores, tambien compositores y músicos trabajaron direc­ senar al coro de runos . (conocidos como seises ) . Por las Reglas
tame°:t� para la Iglesia durante. todo el período. Los músicos ca­ de �oro y l�s. a�tas cap1t?lares, ��nacemos la importancia que los
t �drah.oo� frecuentemente suplieron las necesidades de los pala­ cabildos atnbuian a la mstrucc10n formal de los niños de coro
cios vir.remales, y por esto a menudo ellos fueron también auto­ y a la habilidad del maestro de capilla para la composición.
res · de los primeros esfuerzos de una ciudad en el arte musical Antes de opone�se en el concurso, el candidato para el cargo de
profano. maestro.?� capilla debía dar pruebas de su conocimiento · de
. Ca13: catedral �ra gobernada P?r un arzobispo y un consejo compos1c10n, lo que muestra que la creatividad era considerada
. de clengos conocido como el capitulo o cabildo. El cabildo su­ como una cualidad esencial para el nombramiento. .
pervisaba todas las actividades de la catedral nombraba a los Aunque muchos maestros de capilla eran eclesiásticos, sus emo­
mús�cos, fijaba sus salarios, determinaba el presupuesto de la h:mentos no estaban garantizados por la institución catedrali­
música en general y hacía la descripción de las tareas. En to­ oa. Puesto que se encontraban a merced del cabildo local cuan­
das. las catedrales mayores, el capítulo gobernaba a través de una do sobrevenían dificultades financieras tanto ellos co�o los
sene de normas más o menos estrictas conocida como Regla de músicos de capilla eran con frecuencia 'excluidos de la nómina
Coro. Las más elabora?as disposiciones de tales Reglas, como de · pagos sin aviso previo. La mayoría de las catedrales carecían
la de la Catedral de Lima (StMP, 73-75), incluían instruccio-
· fondos para jubilaciones y los maestros de capilla debían
de
26 27
trab�jar hasta una edad avanzada. Los salarios variaban conside- vidad casi constante de recopia de textos musicales en la biblio­
. r��lemente �� una ca�edral a otra, pero en la mayoría de los tecas. Pero la mayoría de las veces prevalecían la negligencia y
s:tios los m:isicos podian suple1:1entar sus ingresos actuando en la apatía, dando por resultado la pérdida total de numerosas
ciertas ocasi<?nes, como recepciones, aniversarios, jubileos de colecciones. A juzgar por los inventarios efectuados en distintas
reyes, despedidas, funerales y consagraciones. épocas, los manuscritos e impresos que existen en las bibliote­
Despu�s . del maestr<;> .de capill�, el organista era por lo gene­ cas de las catedrales y archivos de otras iglesias en Latinoamé­
ral el musico catedrahci� de mas alto sueldo, aunque también rica, representan sólo una muy pequeña proporción de las ri­
sus emolumentos dependian del status económico de la institu­ quezas que alguna vez se preciaban ellas de tener.
ción. catedralicia. Su principal obligación era acompañar la li­ la transferencia al Nuevo Mundo de los estilos musicales eu­
turgia y .el coro, r en . raros casos componer música también. ropeos fue un proceso lento. La música polifónica del Renaci­
Una cantidad de organistas coloniales lograron reconocimiento miento tardío influyó en la música latina escrita en Hispano­
américa hasta mediados del siglo XVIII. Durante los siglos XVII
como virtuosos en el instrumento. y XVIII, las influencias barrocas se hicieron sentir en villancicos,
El nivel de la competencia y creatividad musicales en una
catedral dependía esencialmente de la benevolencia de su cabildo cantatas de solo, duetos y arias, con bajo continuo cifrado o no
y aun, en gran medida, de la del arzobispo. Durante todo el y partes instrumentales separadas. En mucha de la música sa­
período colonial, mu�hos arz.obispos, en los más grandes cen­ grada escrita en la última parte del siglo XVIII prevaleció un
tros, · fomentaron la vida musical en sus catedrales. Las acciones estilo pre-clásico homofónico. La música de iglesia del período
para meJ orar la música catedralicia incluían por lo general el colonial no muestra ninguna orientación estilística nativa, cómo
reclutamiento de los mejores músicos, con un aumento consi­ quiera que las maneras europeas eran consideradas los únicos
modelos adecuados para el culto cristiano. Aun formas tales
�iente de las .remuneraciones; ampliación de las bibliotecas mu­ como villancicos, chanzonetas, xácaras y juguetes, si bien a me­
sicales Y. archi':os, con la :1ecesaria reposición y reemplazo de
m�uscritos o !mpresos <lanados o desaparecidos; y el manteni­ nudo se aplicaron a textos en lenguas indígenas o dialectos loca­
miento de los instrumentos musicales. les, mantuvieron en general el estilo musical europeo.
· L?s arc�i':os principales de México, Guatemala, Colombia,
Peru y Bolivia todavía guardan ediciones originales o copias ma-
0:uscritas de música española e italiana (para los detalles ver México y el Caribe (11Nueva Españd')
StRBMS). Ya en 1553, pertenecía a la biblioteca de la catedral
del Cuzco el prirr_ier libro de . Misas de Morales (publicado en CATEDRAL DE CIUDAD DE MEXICO. Cuando el viajero
Thomas .Gage, en 1625, se .refierie a la música que escuchó en
�o�a en 1544)! Junto co°: seis colecciones más de música poli­ Ciudad 'de México, expresando que era tan exquisita "que yo
fom�a. Una copia manuscrita de la misma coleccióp. de Morales
llego � la ca�e1ral de . P_u�bla en el mis-?10 año de su publicación. me atrevería a decir que la gente era atraída a sus iglesias más
La meJor -?1usica P.º!ifomca del Renacimiento español e italiano por el placer de la música que por cualquier gusto en el servi­
fue con9c1da y ut1liz�da en la ca�edral de Bogotá en el siglo cio de Dios", la música sagrada latina había estado implantada­
XVI. E? todo el C_?ntmente se cop�aban partituras y algunos de allí casi por un siglo. Fundada en 1528, la catedral de Ciudad de
los volumenes existentes dan testimonio de la excelencia de México pudo contar con un coro de indios para los servicios
los . copistas locales. Sin embargo, tales libros de música se dominicales dentro de sólo dos años. Ese coro había · recibido
c?p1aban gene,ralmente en papel de mala calidad, que se dete­ su adiestramiento en el cÓlegio de San Francisco, fundado y
r10raba despues de un uso �Matado. Sólo los grandes libros de dirigido por el franciscano Pedro de Gante (c. 1480-1572), pa­
canto llano eran de pergamino. Por ello era necesaria una acti- riente de Carlos V. El éxito de De Gante como educador en

28 29
un importante factor en su decisión de trasladarse a Ciudad de
Nuevi España fue extraordinario. Ya en 1532, podía él insinuar México. Durante sus primeros siete años en la catedral ( 1575-
que los cantores indios adiestrados e1;1 sus escuelas podrían 1582), la capilla musical estaba bien consolidada, eón nuevos
actuar tan bien en la capilla imperial, que el Emperador tendría cantores e instrumentistas asalariados; pero la necesidad de más
l'Ue escucharlos él mismo "para creerlo posible". El misionero amplios recursos para comenzar la construcción de la nueva ca­
l�ablaba con autoridad, ya que había vivido en el medio que tedral, en 1582, llevó a reducir las remuneraciones de los mú­
produjo los grandes maestros flamencos del Renacimiento (ac- sicos. Ello proqujo la renuncia de Franco y condujo a los mú­
. tualmente Bélgica y las provincias del norte de Francia).
sicos a dejar el trabajo. El capítulo reconsideró la medida y fi­
El primer obispo de México, Fray Juan de Zumárraga ( 1468- nalmente restableció los salarios anteriores, con unas pocas ex­
1548), nombrado en 1528, Se consagró a un ambicioso progra­ cepciones. Probablemente a causa de su salud precaria, Franco
ma para la catedral, solicitando fondos especiales a Carlos V fue relevado de sus obligaciones de enseñar en 1584. Al año
· para cantores profesionales. Se refiere que había contratado siguiente murió y fue enterrado ''en la capilla principal, donde
músicos mientras estaba en España y que había comprado libros se sientan los oidores", un lugar de honor determinado por el
de coro para uso de su capilla de la catedral. En 1539, nombró al cabildo y registrado en sus actas.
canónigo Juan Xuárez como maestro de capilla de la catedral y a Las obras existentes de Franco se encuentran en los archivos
Antonio Ramos como organista. La maestría de capilla de Xuárez de la catedral de Guatemala, de la catedral de Gudad de Méxi­
duró hasta 1556, cuando fue sucedido por Lázaro del Alamo, cuya co, el Carmen Codex (p1ra la ubicación, ver StRBMS, p. 133),
educación en la Universidad de Salamanca había incluido un el Museo Virreinal de Tepotzotlán, la catedral de Puebla y la
largo adiestramiento musical y quien había sido cantor en la Bibioteca Newberry (Chicago). Incluyen salmos, himnos, res­
catedral desde 1554. Referencias a composiciones de Del Afa­ ponsorios, Salves (antífonas) y un importante códice con dieci­
mo aparecen en el Túmulo Imperial ( 1560) de Francisco Cer­ séis Magníficat, dos por cada uno de los ocho tonos 5 •
vantes de Salazar, que describe la cerémonia efectuada en Ciu­ El "Franco Codex", que ha sido llamado "uno de los más
dad de México, en 1559, en memoria de Carlos V. La misma valiosos monumentos musicales de las Américas" 6, revela la com­
fuente menciona también a Del Alamo como dirigiendo dos petencia técnica y expresiva de su arte. Estos Magnificat perte­
coros antifonales en una ejecución de música de Morales. (Las necen a la edad de oro de la polifonía española, con su contra­
composiciones originales de Del Alamo no se han conservado). punto fácilmente imitativo pero completamente regular y su
El sucesor de Del Afamo en el cargo en la catedral de México, soberbio manejo de la disonancia y del cromatismo. Franco si­
un tal Juan de Vktoria, de Burgos, España, fue nombrado al­ gue el motivo del canto llano para generar sus sujetqs melódicos
rededor de 1570, pero pocos años más tarde fue devuelto a para las sucesivas imitaciones. El ejemplo 1-1 ilustra esta prác­
España después que un niño del coro representó una pieza de tica. Aquí sólo el soprano se deriva del �anto llano. Aunque
teatro, burlando las normas del virrey.
El principal compositor del siglo XVI en Nueva España, Fer­ 5. Estudiado primero por Steven Barwick, quien editó esta colécción
nando Franco ( 1532-1585 ), fue maestro de capilla en la cate­ de Magnificat como The Franco Codex of the Cathedral of . Mexico
dral de Ciudad de México en los últimos diez años de su vida. ( 1965 ) . El manuscrito aparentemente carece de versione¡¡ del
Nacido cerca de Alcántara (Extremadura), Franco sirvió desde tercer tono. En los años 60, Lincoln Spiess identificó el último
1542 a 1549 como niño de coro en la catedral de Segovia, donde versículo par de la versión del tercer tono, conservado en el an­
recibió el mejor adiestramiento musical disponible. Aunque debe verso del folio 26, frente a la página izquierda de la versión del
haber emigrado a Nueva España, sólo es mencionado por pri­ segundo tono.
mera vez en 1573, como maestro de capilla de la catedral de 6. StRBMS, p. 1 34.
Guatemala. Las consideraciones económicas parecen haber sido
31
30
EJEMPLO 1-1 Fernando Franco, Magnificat primi toni: "Anima mea la . textura, Franco recurre a escribir en trío los versículos . .indi­
Dominum", mm. 1-8. De Steven Barwick ( ed. ) , The Franco Codex, viduales y . escribir el versículo doce para seis voces, con un canon
entre dos de ellos.

'
Copyright 1965 por Southern Illinois University Press. Reproducido con . !
autorización. Franco utiliza los tratamientos tanto silábico como melismá­
tico para poner textos en música y ocasionalmente usa melis­
J1 mas para ilustrar la letra. Aunque no _hay indicación escrita, lo
más probable es que se usaran instmmentos en la ejecución de
j j j
esta música. Esto explicaría la extrema variedad de las versio­
s
Mag - ni fi cat

nes musicales y, en consecuencia, hasta cierto punto, su falta


A

de consistencia 7• El Franco Codex revela un estilo armónico un


A
t
poco arcaico, a causa del frecuente uso de tríadas incompletas y
1 1 J .J.. una amplia incidencia de tríadas en posición fundamental. Son
A
ni ma me a Do

frecuentes las . falsas relaciones, mientras que las cadencias frigia


A

y plagal aparecen ocasionalmente. Aunque la polifonía · de Franco


T

no es la más elaborada, revela su· frecuentemente imaginativo


:\3

dominio de la técnica de su época.


A ni - ma me · a Do

Por mucho tiempo han sido atribuidos a Franco dos him.ri.os


a la Virgen, con textos náhuatl, en el Valdés Codex ( en Ciu­
ni ma me a Do
5

dad de Mé�ico ) 8• Pero el Hernando Franco mencionado en el


r r r r ,-
A . ni códice posiblemente puede haber sido un compositor indio
que tomó el nombre de pila de su padrino. Empero, aunque
ni ma me · a Do - mi - num. ma

tal costumbre era en verdad muy común, no hay evidencia do­


J 1
ni ma me a

cumental de ello en este caso; con todo el estilo más bien inge­
mi - num. [A Do
j 1
nuo de estos himnos no corresponde en absoluto a las obras del
. maestro de capilla de la catedral de México.
De unos 220 libros impresos en México a fines del siglo XVI,
mi num. [A

.
trece fueron libros litúrgicos con música monofónica. Un ordi-
11arium agustino, con canto llano, foe publicado en Ciudad de
mi num

1.-féxico en 1556, siendo el primer libro de música impreso y


me .
r
f Do r
mi . .
f l publicado en el Nuevo Mundo. Los restantes impresos son gra­
num.
duales, antifonarios, psalterios, 1:1-n pasioi:Íario, un sacramentario
y un misal. Especialmente notable en la historia de la impresión
a
mi num.]

7. Para un comentarie5 más amplio, ver Barwick: Steven, "Sacred


ni ma me • a Do Vocal Polyphony in Early Colonial Mexico" (tesis de doctorado
inédita, Universidad de Harvard, 1 949 ) .
encontramos un ábil espaciamiento de las partes, con frecuen­ 8. Para la presentación y transcripción de estas obras, ver Stevenson
cia las voces exhiben una extensión limitada. El equilibrio rít­ Robert, Music in Aztec and Inea Territo·ry ( Berkeley y Los An­
mico entre las voces generalmente está bien logrado. Para variar geles : University of California Press, 1968 ) , pp. 2 04-19.

32 33
dé m�sica en Nueva España es el Quatuor Passione , ( ! 604) del
EJEMPLO 1-2 Juan de Lienas, Missa a 5: "Christe Eleison" , mm. 1-10.
franciscano Juan Navarro ( c. 1550-c. 1610) , de Cad1z, porque
s
i De Jes_ús Bal y Gay ( ed. ) , Truoro de la ·Música Polifónica en México,
desarrolló su actividad en la provincia de Michoacán. Su libro
1 I (México : Instituto Nacional de Bellas Artes, 1952 ) , 88.
lt
( de 105 folios numerados) incluye canto llano para las cuátro
! - ste e -

Pasiones, ocho Lamentaciones y la súplica de Jeremías En


¡, Chri
51

México no se imprimió música polifónica durante el período


! 9
• S2

colonial. Posiblemente las principales razones fueron la limitada


demanda local y el monopolio ejercido por la metrópoli.
A

A finales del siglo XVI y comienzos del XVII, la capital


Chri ste e - lei .. son,

musical de la catedral de Ciudad de México usufructuó los ser­


. ste
.J
Chri - .
vicios de Juan Hernández, maestro de capilla desde 1586 hasta
e lei

1620. · Púdría tratarse de Juan de lienas,. cuyas obras ocupan


.e,

,unas sesenta páginas · del Carmen Codex 10• Esas obras incluyen
.e,

una Misa a 5, una Salve Regina a 4, Lamentaciones a 4 y · a 5 ,


Chri -

u n Réquiem incompleto a 5 y u n motete Coenantibus autem illis


a 4. La Misa, del género de cantus firmus, usa el tema fa, re, do, 5 _...--.,__
lei - son, [Chri - ste

fa, sol, la, el cual, sin . embargo, no se ajusta al típicamente ex­


tenso y completo cantus firmus de la mayoría de las versiones
de Misas de este tipo. Aquí el sujeto aparece como motivo prin­
Chri - ste

cipal y también funciona dentro de cada movimiento como un


auténtico canrus firmus ( Ejemplo 1-2) . En su bien equilibrado
f·#
Í Chri - ste e

contrapunto, su buena distribución de las voces y su igualdad


lei -

rítmica ( suavidad) , la obra pertenece a la mejor tradición de


- son,

la polifonía española del siglo XVL


1n J
.rlernández fue sucedido como maestro de capilla de la cate­ r Ir f
dral de Ciudad de México ·por Antonio Rodríguez de Matl;l,
ste e lei

quien prestó servicios desde c. 1620 a 1643; · Luis Coronado, e - lei - • son,]
10
9. La atribución anterior de· estas obras al español Juan NavarrQ,
"Hispalensis" ( de . Sevilla) · •fue refutada por Gilbert Chase en e - - lei - · son,
1945 . Ver Chase Gilbert, "Juan Navarro Hispalensis y Juan Na­
varro Gaditanus", Musical Quarterly, XXX 1 /2 (abril, 1 945 ) ,
pp. 188-92. • son, ] Chri - ste
10. Ver StRBMS, p. 1 33. El nombre de Hernández es mencionado e - lei
una vez en el códice, pero se sabe · que fue originario de Aragón, ... [ Chri
J
- ste
J 1
son,)

J } J
Chri - ste

donde existe la pequeña aldea de Lienas. Por otra parte, es en


verdad extraño que "Juan de Lienas", 'Cuya vida es totalmente des­
conocida, pudiera tener tantas obras copiadas en el códice. son, [ Chri ste e -

34
desde 1643 a 1648; Fabián Pérez Ximeno, de 1648 a · 1654;
Francisco López Capillas, de 1654 a 1674; José de Loaysa y
Agurto, de 1676 a 1 688; y Antonio de Salazar, d,esde 1688 a
17 15. De ellos, se ha singularizado a López Capillas como el
"más profundo y prolífico compositor de misas en la histo­
ria mexicana" 11• Su importancia como compositor la indica el
número de obras atribuidas a él en cuatro de los nueve libros
de coro de música polifónica del archivo de la catedral, dos de
los cuales son · enteramente compuestos por éL Es asimismo el
único compositor colonial de la Nueva España representado por
un libro completo (que contiene Misas y Magnificats) en la
Biblioteca Nacional de Madrid. Nacido alrededor de 1615, Ló­
pez Capillas se desempeñó como organista ayudante en Puebla
de 1641 a 1648, antes de ser elegido . ma,estro de capilla . en
Ciudad de México. En las actas capitulares de Puebla de prin­
cipios de 1648, se lo menciona como licenciado, lo que quiere
decir que probablemente obtuvo un grado en el país, acaso en
la Universidad de México, que había sido establecida en 1553.
Su promoción a una prebenda completa en 1 671 da testimonio
del reconocimiento de su competencia. Ciertamente sus obras
atestiguan esa competencia como .compositor. Su preocupación
por la maestría en el oficio, especialmente por los artificios téc­
nicos de la polifonía, aparece principalmente en sus Misas (ver
StLACA, pp. 242-46) . Su Magnificar a 4 en el Carmen Codex
exhibe una sobria y elegante polifonía que, a veces, hace con­
trastar partes estáticas (Superius en Ejemplo 1-3) con otras
muy activas 12 •
En fa época de la muerte de López Capillas, la música ins­
trumental �n la catedral de Ciudad de México estaba floreciente,
y a fines del siglo XVII la orquesta catedralicia incluía quince

11 . Robert Stevenson, "López Capillas, Francisco", New Catholic En­


cyclopedia, VIII ( 1 967 ) , 986.
12 . Para un análisis de la Misa Hexacordal de López Capillas, ver
Lester D. Brothers, "A New-World Hexacord Mass by Francisco
López Capillas", Yearbook of Inter-American Musical Research,
· Bªtªllª a 6 ·· "Kyrie elei-
a : Missa IX ( 1973 ) , 5 ?44. Para transcripciones de algunas obras, ver
FIGURA 1-1 Francisco López Cap1'll
chivo de la catedral de Ciudad StLACA, pp. 235-46.
son''. Partes de tiple 2, alto Y bajo (Ar
de México ) .
37
-
llas, Magnificat a 4: ' ?loria P.at;i�", o,
EJEMPLO 1 -3 Francisco López Capi
li
ca Polifomca
mm. 1-20. De Jesús Bal y Gay ( ed:_) , Tesoro de la Musi
· nal de Bellas Artes , 1952 ) , 48.
en México, I ( México : Instituto Nacio º· -----

J
li º·

L
-:
Fi - li o, ]

instrumentos diferentes -cuerdas, viento-:madera, bronces y ór­


Pa gano--. En 1695 se trajo un nuevo órgano hecho en España.
Su instalación necesitó más de dos años de trabajo. Con setenta
y ocho j uegos y un monumental mueble de factura local, el
r r instrumento acrecentó mucho el esplendor musical de la nueva
....li.....--....
r--·t.J
.....
-
- li catedral. Un segundo órgano, enteramente construido en México
por el maestro José Nazarre y considerado en España como una
o, ( et Fi
et Fi

ª--.- de las maravillas del Nuevo Mundo, fue consagrado alrededor de


1735. Aún hoy en su lugar, tenía no menos de 3.350 tubos y
ri

unos 86 registros.
Glo

En los primeros años del siglo XVIII, la capilla de música


i !

de la catedral, entonces bajo la dirección de Antonio de Salazar,


poseía en sus archivos una colección de música ordenada y
· et

¡ .

puesta al día; El cabildo había mandado a Salazar depositar en


los archivos ssu propias obras y las de "otros distinguidos maes­
tros" que estaban en su poder. Durante sus veintisiete años de
et ___ Fi
o,

servicios como maestro de capilla, Salazar no sólo escribió algu­


nos . de los mejores motetes policorales de su tiempo 13 y puso
Pa en música algunos villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz;
sino que tuvo a su cargo la instrucción musical. En 1 700, el
tri, et Fi

capítulo estipuló una remuneración extra por su supervisión de.


la ejecución de polifonía en las "escaleta pública" (escuelas pú-
15 '
Fi li º et Fi

13. Pueden hallarse ejemplos transcritos en Lincoln Spiess y Thomas


u· r r li -
� Standford, An Introduction to Certain Mexican Archives ( Detroit:

-----
Information Coordinators. Inc., 1 969 ) . Ver también StLACA,
Pa
.\�
li o, et Fí o, ]

tri, et Fi
pp. 274-79.

39
- o,
li
blicas) de la ciudad. (Entre · sus alumnos estuvo Manuel de Zu­ cusiones en México. En 1749, Ignacio Jerusalem (c. 1710-1769)
maya su sucesor en la maestría de capilla (1715- 1739'). fue nombrado maestro de capilla en Ciudad de México. Fue
zu'maya, el primer maestro de capilla nacido en México, re­ el primer italiano que detentó tal puesto. Calificado como "mi­
cibió su instrucción musical en la catedral, con ayuda econó­ lagro musical" en su tiempo, Jerusalem, nativo de Lecce, dirigió
mica del cabildo. Aprendió composición con Sa,lazar y órgano par_�lelamente la orquesta · del teatro Coliseo Nuevo y su orien­
con José de Idiaques, el notable primer organista de su tiempo. t�Cion tea�al tuvo · un� decisiva influencia en la música de igle­
Pronto Zumaya fue promovido al cargo de segundo organista sia de s� _epoca. Por eJ emplo, durante su desempeño, la orquesta
y segundo maestro d� capilla y ganó el concurso para la ma�s­ c��edrahc1a conoció _ un predominio de las cuerdas. La produc­
tría de capilla despues de la muerte de Salazar en 1715. BaJo c10n de J erusalem mcluye doscientas obras latinas ( seis Misas
su administración de veinticuatro años, la capilla musical alcanzó
un nivel sin precedentes de competencia. Las numerosas obras 9
cinco Ma nificats, dos Tedeum, quince . Misereres, dieciocho sal:
mos de v1speras, etc.), más arias, pastorales, loas y villancicos
de Zumaya (conservadas en la catedral de Ciudad de México, conservados en Ciudad de México; alrededor de veinte cantatas
en su Museo del Virreinato de Tepotzotlán, en la catedral de sagradas, ari�s y villancicos en Ciudad de Guatemala; una pas­
Puebla, en la catedral de Oaxaca y en Morelia) incluyen mú­ toral de N �v1dad y un motete latino en Morelia; y varios mote­
sica de vísperas, salmos, Misereres, series de Lamentaciones y mu­ tes! dos Misa� y un Tedeum en Puebla. Jerusalem cultivó un
chos villancicos. Comparado con el de ssu predecesores inme­ est1lo predomma�temente �O:ffiofónico,. armónicamente imagina­
_
diatos, el estilo de Zumaya tiende a desprenderse de la prima tivo, con una escritura melod1ca muy rica. Prefería los contrastes
prattica del siglo XVII. En particular sus villancicos muestran dinámicos y de textura y sus pasajes "de bravura" de violín
una clara influencia barroca italiana en su uso del estilo con­ en el acompañamiento orquestal de sus composiciones más ela­
certante, coros iniciales, arias numerosas y finales corales. Como boradas, . son demostrativos del carácter secular dado a la mú­
h�.bía sucedido antes en España, el villancico en el tiempo de sica catedrali_cia en su tiempo 14• Los sucesores de Jerusalem,
Zumaya tendía hacia la cantata no solamente en su estructura clife­ Matheo Tol_hs _ de la Rosa . (c. 1710-1781) y Antonio Juanas
rente (vastas proporciones, largos y elaborados trozos corales y (t 181 � ) s1�1er_on el est1!0 de la música de iglesia de los
arias de solo), sino también en sus peculiaridades de ejecución, comJ?oS1tor�s. italianos de finales del siglo XVIII, como Jom­
como el acompañamiento musical con continuo. Zumaya atribuía melli y Pa1S1ello. Ese estilo tendía a asemejarse al de la ópera
una importancia inusual a las melodías de sus villancicos, pero y de esta I?anera. el l�nguaje y formas operáticas penetraron en
continuó escribiendo en una textura predominantemente poli­ el !epertorio de iglesia del Nuevo Mundo (arias da capo, reci-
fónica (ver StLACA, pp. 355�67). tativos acompañados, breves coros homofónicos). · .
Zumaya fue asimismo el autor de la segunda ópera produ­ CATEDRAL DE PUEBLA. Otro importante centro ar.tístico
cida en el Nuevo Mundo. (La primera fue La Púrpura de la de �ueva España, Puebla de los Angeles (fundada en 1531 ) ,
Rosa de Torrejón y Velasco: ver Capítulo 2 ) . Con un libreto de hab1a desarrollado una vida musical muy activa a · finales del
Silvio Stempiglia, .su Parténope fue repr-esentada en el palacio siglo XVI. Su iglesia principal llegó a ser catedral ya en 1550,
virreinal el 19 de mayo de 1711. El nuevo virrey, . el Duque de
Linares, que había llegado a comienzos de ese año, era aficio­
nado a la ópera italiana y conocedor de ella. Aunque la música. 14. Ejemplos transcritos pueden hallarse en Spiess y Standford, An
de la ópera de Zumaya no se conserva, debe haber seguido el lntroduction to Certain Mexican Musical Archives. El villancico
estilo italiano, puesto que al Duque le gustaba. "A la milagrosa escuela" ( 1765 ) proporciona buenos ejemplos de
La presencia de varios compositores italianos importantes en pasajes que comienzan con textura de imitaciones y que terminan
la corte de Madrid hacia mediados del siglo XVIII, tuvo reper- con u11a homofónica.

40 41
se sabe que había sido m_edio capellán en el. coro de la Cap� lla
Real -en 1592. Antes de ser escogido como maestro de capilla
en Puebla (en febrero de 160 ) , trabajó en el mismo cargo en
el Cuzco, Perú, y acaso había estado también en la catedral ?e
Ciudad de Guatemala, la cual poseía varias de sus obras copia­
das en 1602. Sus composiciones, que incluyen cuatro musicali­
zaciones de la Salve Regina, un Domine ad adj11,vandum, una
Missa de Bomba, himnos, antífonas, invitatorios, muestran un
potente flujo rítmico, una preocupación espe�ial por _ l?s recur­
sos armónicos expresivos, y un contrapunto bien equilibrado.
Sucedió a Bermudes en Puebla el compositor Gaspar Fernandes
(= Fernández) (c. 1566-1629) , portugués de nacimiento, qu�en
llegó en 1606 desde Ciudad de Guatemal�. . Aunque el · archiv?
de la catedral posterior conserva un Magnificat a 4, un Benedi­
.. 1

camus Domino en los ocho tonos, y algunas piezas de órgano


de Fernandes, él es mejor recordado hoy por unos 250 villancicos
escritos para la catedral de Puebla desde 1609 a 1620. (Actual­
mente · están en los archivos de la catedral de Oaxaca) . · La va­
riedad y vivacidad de estas piezas -con textos españoles, por­
rngueses y au°: en lengua tlaxcala- dan tes�imonio de la. diná�
FIGURA 1-2 Ignacio Jerusalem. Página titular del "Motette a 4 con ,
Ripiennos VVs. i Trompas a la Ascensión de Nuestro S�ñor: Compuesto mica vida musical que se desarrollo en la ciudad, y constituyen
Por el Sr. M. º D n Ygnacio Jerusa.m Mº de Capilla de la S.ta Ygle.a- Cathe. un temprano corpus de polif�nía vernác�la. Los vill��cicos de
de Mex.Cº año de 1759" (Archivo de la catedral de ,Ciudad de México) . Fernandes, de tipos negro, guineo y negrillo (que difieren del
tipo coriente de · villancico porque están basa?os en las tra1i­
ciones mµsicales afrohispánicas ) , con efectos pmtorescos en dia- .
leeros pseudo-negros, proporcionan un �jempl� temprano \ aun­
y e n l a centuria siguiente durante u n tiempo llegó a superar que solamente descolorido) de la herencia musical afroamericana
a la de Ciudad de México en fortuna y grandeza. del área (ver StLACA, pp. 120ff).
Durante el siglo XVII, Puebla ostentaba alrededor de treinta La nueva catedral de Puebla, consagrada en 1649 por el obispo
_magníficos templos, varias escuelas de estudios medios y �van­ Palafox seguía el típico plan arquitectural de las iglesias espa­
zados y, desde 1646, la primera biblioteca pública en el Nuevo ñolas, con el coro que dividía en dos la nave central y estaba
Mundo, con una colección de cinco mil volúmenes donados por cerrado por tres lados. En esos . paneles laterales estaban colocad9'S
el extraordinario obispo Juan de Palafox y Mendoza, protector los órganos. Los músicos tomaban asiento dentro del coro, unos
de las artes. Varios pintores y escritores (Sor Juana Inés de la enfrente de otros. Esta disposición favorecía los efectos antifona­
Cruz, por ejemplo) contribuyeron también al ambiente intelec­ les, o por la alternación de canto llano y polifo�a o por la, poli­
tual de la ciudad. Además, había en PtJ-ebla alrededor de dieci­ fonía sola cantada por coros dobles. El compositor que saco ma­
nueve impresores. yor ventaja de esas condiciones fue Juan Gutiérrez de PadiJ.la
El primer maestro de capilla de Puebla cuyas obras existen (c. 1590-1664), maestro de capilla en Puebla desde 1629 e in­
foe Pedro Bermudes (= Bermúdez ) , nacido en Granada, donde dudablemente el más importante compositor de la Nueva Es-
42
43
paña• durante el siglo XVII. Nacido en Málaga, recibió iµ.struc­
c:ión · musical primero del maestro de capilla local, Francisco
Vásquez, y luego en la colegiata de Jerez de la Frontera; En
1616� ya ordenado, llegó a ser maestro de capilla de la catedral
de Cádiz, cargo en el cual sus excelentes servicios fueron reco­
nocidos por el . cabildo local. El primer testimonio escrito de su
presencia en el Nuevo Mundo data de 1622, cuando fue oficial­
mente nombrado coadjutor maestro ( co-maestro de capilla) en
Puebla. . Poco después de la muerte de Gaspar Fernandes, Gu­
tiérrez de Padilla lo sucedió como maestro de capilla, prestando
servicios .hasta su muerte ( con un mes de suspensión en 1634
por supuesto mal comportamiento) . Hacia med.iados del siglo,
Padilla había logrado reunir en torno suyo compositores y eje­
cutantes muy competentes: Francisco López c.apillas ( hasta
1654) , el organista Pedro Simón, el bajonista Simón Martínez,
el virtuoso del arpa Nicolás Grinón, el sochantre de la catedral
:Francisco de Olivera y Juan García ( quien iba a ser el sucesor
de Padilla): Además, un gran número de músicos formaron parte
de la capilla de música durante ese tiempo. Los instrumentos que
se consideraban más importantes eran los del continuo: órgano,
arpa y viola baja. Después venían las flautas dulces, chirimías,
sacabuches, cornetas y los bajones soprano, .tenor y bajo, cuyas
funciones eran doblar o substituir las partes vocales. En la ma­
yoría de las iglesias españolas o de tradición española de la
época se suponía que los instrumentistas cantaban y que los can­
tores tocaban, cuando la ocasión lo exigía. Como en la catedral
de Ciudad de México, la orquesta de Puebla comenzó a incluir
vfolines, violoncellos, flautas, trompetas y cornos solamente a
comienzos del siglo XVIII.
La extensa producción de Gutiérrez de Padilla se conserva en
varias fuentes, la más importante de las cuales es el Libro de
Coro XV de la catedral de Puebla, que contiene Misa� motetes,
himnos, salmos, Lamentaciones, responsorios, antífonas, una leta­
nía y una Pasión según San Mateo. Sus ciclos de villancicos fue­
ron hallados en hojas sueltas ( asimismo en la catedral de Pue­
bla) y otras piezas ( para Navidad, la Santísima Trinidad y la
Asunción) están en la colección de Jesús Sánchez Garza en el
Instituto de Bellas Artes en Ciudad de México y en los archivos
de la . catedral de Ciudad de Guatemala. FIGURA 1-3 Juan Gutiérrez de Padilla. Missa Ego /los campi, a 8.

44
Comienzo del K'Yrie (Archivo de la catedral de Puebia) .
Ú. música en latín de P3,dilla revela. una marcada preferencia EJEMPLO 1 -4 Juan Gutiérrez de Padilla. Exultate Justi In Do-mino
por el doble 7oro y el tratamie?-to que hfce. de �1 pre�enta una C: 1-8 y 1 6-18. Transcritos por Alice Ray ( Catalyne ) , "The Doubl�

variedad coQ.s1derable. Se combinan las tecrucas 1m1tat1yas y los Choir Music of Juan de Padilla" ( tesis de· doctorado inédit�, Univer�icy
efectos antifonales (al mismo tiempo en ocasiones) de modo of Southern California, 195 3 ) . Utilizado con autorización.
muy eficaz. En efecto, Padilla concibe cada coro com<? una uni­
dad de cuatro partes, usando ambos coros juntos tan a·. µienudo Exultate, Justi in Domino
como los alterna, tanto en las secciones polifónicas comp en las
homofónicas. El suyo es un tipo de polifonía stile antico que confitemini Domino
permaQ.ecía en el uso común aun en España hasta finales del
(Traducción)
in cithara . . .
siglo XVII. La claridad de la forma y de la polifonía acrecienta Regocijaos, oh justos en el Señor
el carácter místico de esta música. No hay indicación de un bajo demos gracias al Señor
continuo, pero, como observa Ray (Catalyne), la línea. del bajo con el arpa . . .
puede ser fácilmente doblado por el órgano o el arpa (o. ambos,
en la tradición española)15• El ejemplo 1-4 ilustra algunos aspec­
Chorus 1
Ex
.
ul • ta te, ju sti
.
in
.
Do - mi - no, in Do - mi -
,._

tos de la fuerza expresiva y de las técnicas del uso del doble


• 1 1 1,. ¡,.

coro por Padilla. Según Ray (Catalyne), esas técnicas ---o poli­ .
.,
fónicas u homofónicas (no frecuentemente usadas) u homofó-
1
Ex - ul
in
. nico-antifonal- son muy comunes en obras policorales.
., JJ .h .. J
Do . mi - no, in Do. - mi - no,
) )) )
Las Misas de Padilla para coro doble, como las Misas Ave
� ))
R egina y Ego flos campi, logran una homogeneidad formal a
_.J

r
través del uso de un motivo unificador recurrente en cada movi­ - sti, in
- V
Ex ul ta • te, ju Do - mi -
mien:o y de material temático anunciado en el . movimiento
Chorus II

anterior:
El villancico polifónico alcanzó la cúspide de su popularidad
en México . en la época de Padilla, y él mismo escribió tipos de
vHlancicos · muy diferentes, como la negrilla, calenda, gallego y
la jácara, todos caracterizados por algunas referencias a elemen­
"'
in
tos de música popular de diversas tradiciones. A mediados del no, ex - ul - ta te, ju - sti, Do - mi .. no, in Do · mi -
siglo, se componían villancicos especialmente para Corpus Christi
• " b ., .h " b
y más aun para Navidad. También se escribían para Maitines
¡,. " 1,. 1

p
1,.

en los días de determinados santos. Como en España en el si­


glo XVII, los maestros de capilla de catedrales en América His­
tJ

te,
1
ju .
r
sti, in
r V
Do
l'
mi - no,
1
V
in
¡;
Do - mi-no,
I" 1

pánica tenían la responsabilidad de escribir villancicos nuevos


.,..
ta .-

1> �
ex u! - ta - te ju - - sti, in

cada año, para lo cual debían conseguir poesía apropiada. Por .b


_J ) j .J. ) h� .•
;:·:

lo general escritos en colecciones o ciclos, los ejemplos más


, - , ,.

.
no, in Do • mi-no, in Do - mi-no, in Do - mi -
15 . Cf. Alice Ray ( Catalyne) , ''The Double Choir Music of Juan de
Padilla" ( tesis de doctorado inédita. University of Southern Cali-
fornia, 1953 ) . .., r-­-
46
Ex
ex . ul - ta • te, ju sti, in Do - mi-no, Chorus I

s _J___ _
A

1> )) )) 1>
éx-ul - ta - te, ju in Do · mi -

). ) J
con - fi · te - mi- ni Do - mi - no, in ci - tha -

J
no, ex-µ! - ta • te, ju sti, in Do · mi-no, in

) J> J> J 'I jJ j T


B

mi - no,
Do . mi-no,
no, in Do ex-u! · ta te, Chorus 11
in in Do · mi - s

ra, con - fi - te - mi-ni Do - mi."no,

.,
u! - ta - te, ju sti, in Do mi -no, ex
T
ex u! - ta - te, B

l:h l t
Ex u! - ta - te, ju sti, in Do - mi-no, in

ra,

ex u! - ta - te, ju #d

). ) .
no, ex-u!- ta - te, ju sti, in Do - mi - no,
Do ex-ul -ta te, in Do - mi - no,
))

in Do - m i - no, ex-ul - ta te,

famosos son -los · villancicos de la poetisa Sor Juana Inés de la


no, ex ul ta- te, ju sti, in Do - mi- no,

Cruz, cuyas series de Navidad de 1678, 1680 y 1689 fueron


escritos para Puebla. Incluían imitaciones literarias de dialectos
descritos como gallego, portugués, indio, vizcaíno y puerto rico.
- . ul ta • te, ju sti, in Do . mi - no, ex-ul- ta • te

Especialmente importante entre las muchas formas variantes era


ju sti, in Do Do - mi - no, in Do • mi-no,
). j
el tipo negro o negrilla, un tipo narrativo y piadoso en supuesto
mi-no, in Do - mi - no, ex-ul-ta te,
dialecto negro. Los rasgos musicales normales del negro del siglo
Do Do - mi-no, in

49
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FIGURA 1-4 Juan Gutiérrez de Padilla. Bxultate Justi in Domino, a 8.


Comienzo de las partes del primer coro ( Archivo de la catedral de FIGURA 1 -5 Juan Guti
Puebla) . érrez d e Padilla. Dies
las partes del primer coro !rae, a 8. Comienzo de
(Archivo de la catedral
de Puebla) .

. . -- . . ·- -�==:Jl
XVlI son un ritmo vivaz de <5/8 con continuos efectos de he­
que ellos se cantaban en la catedral con música compuesta
miola a 3/4; con fa o do mayor como tonos casi exclusivos;
y la práctica responsorial de solistas versus coro 16• Aunque es por él.
imposible señalar una estructura formal precisa para cada uno Durante el siglo XVIII, la catedral de Puebla experimentó una
de los diversos tipos de villancicos, la forma presenta alternada­ declinación en la habilidad creativa de sus compositores; pero
mente un estribillo (refrán) y varias coplas ( cuplés o estan­ su orquesta, mayor en número y en familias de instrumentos
cias), un responsión (refrán coral breve) o una respuesta (re­ que. durante �l siglo XVII, continuó asegurando espléndidas eje­
frán de solo). Un negrilla de Padilla, un siolo flasiquiyo (trans­ cuc10nes musicales. Algunas de las obras litúrgicas de Manuel
crito en Stevenson Robert, Christmas Music from Baroque Mexi­ Arenzana, maestro de capilla desde 1729 a 1821, e igualmente
co, pp. 118-23), a 4 y a 6 (1653), ilustran el típico villancico compositor de zarzuelas, requieren una gran orquesta.
de Navidad cultivado en la Nueva España en el siglo XVII. CENTROS PROVINCIALES. Entre los centros mexicanos
Las sistemáticas síncopas de comienzo a fin, además del texto provinciales que merecen ser mencionados por sus actividades
mismo, constituyen los rasgos negros de la pieza, . que parece - musicales durante el período colonial, están Morelia (antes Va­
seguir la forma conocida como el canario, nombre que refleja lladolid), en Michoacán, y Oaxaca. El archivo musical del Co­
la importancia de las Islas Canarias en el comercio de esclavos legio de Santa Rosa de Santa María en Morelia conserva obras
en los siglos XVII y XVIII 11• ( Para otro ejemplo, ver StLACA, de compositores españoles y locales activos especialmente du­
p. 208). rante el siglo XVIII 18 • El Colegio era una escuela para niñas
Otro importante maestro de capilla de Puebla cuyos villanci­ fundado en 1738, en el cual se dieron diariamente lecciones de
cos le ganaron amplio reconocimiento no sólo en la Núeva música hasta por lo menos el principio del siglo XIX. Esto ex­
España sino a lo largo de las colonias hispanoamericanas, fue plica el gran número de manuscritos musicales del archivo de
Miguel Matheo de Dallo y Lana (ca. 1650-1705), que fue la escuela. Dos compositores locales representados en dichos ma­
nombrado en Puebla en 1688 y sirvió allí hasta su muerte. Puso nuscritos son Francisco Moratilla ( floreció hacia 1730), maestro
en música cuatro ciclos de villancicos de Sor Juana Inés de la de capilla de Valladolid, y José Gavino Leal, identificado asi­
Cruz, que fueron ejecutados en la catedral en 1689 y 1690. Sus mismo como maestro de capilla. Al parecer, tuvo también un
obras con textos latinos, muchos de ellos policorales, se con­ cargo similar en Oaxaca. El archivo catedralicio de esta última
servan actualmente en la catedral de Puebla, la colección Sán­ ciudad revela el intenso cultivo de la música que hubo allí.
chez Garza y la catedral de Ciudad de México. Sus villancicos E_specialmenre dignos de mención son las chanzonetas y villan­
se encuentran en lugares tan distanciados como Bogotá, Ciudad cICos . de Ga§par Fernandes, un volumen de 284 folios, y ma­
de Guatemala, Évora (Portugal) y Sucre (Bolivia). Otro com­ nus�ntos de dos maestros de capilla de Ciudad de México, An­
positor de villancicos fue Francisco de Atienza y Pineda, maestro tomó de Salazar y Manuel de Zumaya.
de capilla en Puebla desde 1712 a 172_6: la Biblioteca Palafox EL AREA DEL CARIBE. En el área del Caribe, la música
de Puebla incluye los textos (solamente) de trece series de vi­ colonial de iglesia se desarrolló principalmente en Santiago de
llancicos impresos entre 1715 y 1722, con la indicación de Cuba durante el siglo XVIII, con el compositor Esteban Salas
y Castro (1725-1803) a cargo de la capilla de música de la
16 . Stevenson Robert, "The Afro-American Musical Legacy to 1800",
Mnsic Q1,arterly, LIV /4 ( octubre 1968 ) , pp. 496-97. 18. El archivo ha sido inventariado por Miguel Bernal Jiménez. Cf.
1 7 . Standford E. Thomas, El Villancico y el Corrido Mexicano (Méxi­ Jiménez, El Archivo Musical del Colegio de Santa Rosa de Santa
María de Valladolid ( Morelia: Ediciones de la Universidad Mi­
co : Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1974 ) , p. 20.
choacana de San Nicolás, 1939 ) .
52
53
64 . Sal as estudió órgano
y composición en La cisco Pérez Camacho ( 1659 c 17' 25j , �m en ,si_rvió el puesto
d d 17
cated L-
g d nac imiento, y f ilo
sofía, teología y derecho desde 1687 y ocupó tambié� �� cate ra e mus1Ca en la Uni-
Haban , l a. Cuando se trasla

e

idad de La Haban
ra es

c l Un iv ga­ versidad de Santia go de León ( Caracas) . , .


canóni cantores, un or
u ar e

una etapa mas, productiva


su

pilla catedralicia incluía seios , Salas logró incre­


a

' se d10· durante la u ltima parte del


a Santiago, la ca .
ers

, 0
a

ista. Durante su desemp ñ


o en

siofo XVIII ( d ª1
nista y un bajon para la mú sica : en
y c alidad el personal 0 c0 c�1:�\� �s���¡; dC:�h��
e

ro
ú s
;! G�!:z�ªÍ:i}if:��: ;i�f��
º

mentar en o voces, dos v ioline


su disposición och 1;o se desarro11o en 1
efecto, en 179 5 t esto que algunas de . torno _ a co11;pos1-·
n me

o y a un bajó n. Pu tor Juan Manuel Olivares ( 1760-1797) , bªJ º e1 activo estimulo


y un cello, junto al órgans · flautas, cornos y violas, estos instru­ .
ení a a g:
a v ece del Padre Pedro P,alacios Y SOJO ( 1739-1799) , el más notable
sus obras exigen es fuera de la cap
illa de
h b er estado disponibl protector de la m · ca 1 Ve zuela coloni��- A comienzos
mentos deb 146 . De ;;� �j ;1�
nte de $alas alcanza de la década de 1 S O undo a congregac10n del Oratorio
música. La producción existe d c y
a

los géneros de San Felipe Neri ;egú l �oddlo !e, 1� ord�n original ita­
en

cicos ( algunos de
íte ms ;

ellos 52 son v illan lev d y r ­


a calidad firmement
e ant ata

liana. Allí funcionó la A�a�errz,i� e usica baJ o la dirección


pastorela) , que exhib en unución de Salas al repertorio colonial
a a e

de Olivares. Esta escuela de d


e

presentan la mejor contribque la mayoría de sus: villancicos si­


e
,

latinoamericano. Mientras l ( estribillo-copla-estrib illo) , los titu� s ,:t E :i��¡°�'¿':��fes� ':C::\tf,�!'t;


. grupo Jase Francisco Ve-
gue el esquema tradiciona " incluyen recitativos y arias, en tv�:et ��: : i��' ,
.
lasquez ( c. 1755 1805) ' Jo�e Amomo Caro de B, oesi ( c. 1760-
lados "cantatas" o "pastoraeles una influencia dire
cta de la escuela 1 814) , pedro No1asco Colon , ( n e. 1750) , Jose Cayetano Ca-
l cu les puede observars ón del · daet,a ( c. 1780-1812) y Lino
· ente en la elaboraci
ap l t na Ell es enterament e ev id rreño ( 1774-1836) Juan J�s1 Lan
pecial en el imp ante
a

acompa ñante, en es
as

tru l G allardo ( c. 1775-is37) L ilra ma( celebrada de la Escuela


con j nos de los preludios
19

A a
o

a los violines. Algu


a

del Padre Soja fue José n e1 amas 1775-1814) . Lamas tra-


n o i • ort

lód co g do
:rol ructurados como b re­
me nta

·
to ins

illancicos están est bajó, primero . en el coro dºe la catedra1 . como soprano y des­
un

l s d lo v
instrum de estas piezas se ve
i asi na

s . El estilo barroco
me

b tu l na pues como baJonista. Se han cons ªd alre�edor de treintiocho


ves jo continuo. Al ¿°
e s

resencia de un ba
ent a e

obras suyas ( cua tro de atribució:� osa, sm mbargo � ' de las


confirmado por la estable pancicos y pastorales contienen ras­
o er ras ita ia
l
cuales las más conocidas son Popu e meus,
lve Maris Stella,
chos v ill
mismo tiempo, mu n de la música
una clara derivació una Misa en Re y un Miserere. Normalmente, estas obras exigen
gos melódicos y rítmicos dea de texto latino de Salas revela un u n. coro mixto a cuatro voces con un cara teri,sti· co acompan� a-
popular hispánica. La músic barroco tardío y el temprano clasi­ miento. settecento, que incluy e dos b de s ��;�os Y �erdas,
estilo de transición entre el por los compositores v enezolanos que prmcipalmente doblan las part! ���ale�. omma a ho­
cismo, semejante al cultivado , 1
mof�:mia coral, con escasa imitación. So os /reves altern�n con
a fines del siglo XV
III. o más tarde
La música c lo i l venezolana se desarrolló much, fundada en s ecciones corales. Un equilibri forma1 per �et� y u na escritura
la ciudad de Caracas melódica de mucha sensibilid� s prmc1pales cualidades
que én C entroamérica, aunque su nómina de pagos a medial de
dos
o n a

1567 , tenía varios mú sicos en ted de las composiciones religiosas ie �� .,m���


.
estro de capilla en
la c Como consecuencia de la division . df la soci e�a� col0niál
del siglo XVI. El cargo de ma ; el P d Go zalo Cordero venezolana en blancos ( españoles y cno1 os, estos ult1mos nati-
ra

do po
a

Caracas fue creado y detenta de capilla que conocemos. es Fran- vos por nacimiento pero descendºi entes de eurapeos) Y mulatos
te maestro
a re n

en 167 1. El siguien
_<,pardos) esclavos e indios' la mayon,a de 1os compositores más
Jovenes d'e la Escuela de chacao fueron mulat
Cul­
en Cuba (México: Fondo de c::s 1i· bres, ya que
1a ci·rcunstancia de ejercer la profesión de mu, sicos los colocaba
19 . Cf. Carpentier Alejo, La Música
83-88.
tura Económica, 1946) , pp.

54 · 55
en una posición social privilegiada. (Excepciones notables, como tando con él para preparar cuatro a seis seminaristas para cantar
no mulatos, fueron Cayetano Carreño y Lamas). La misma si­ cada día las horas canónicas en la catedral. Esto resultó ser un
tuación se dio en Brasil. compromiso muy difícil y Fernández Hidalgo abandonó el se­
minario en 1586 20 • Varios meses más tarde dejó Bogotá y sirvió
en la catedral de Quito hasta 1589. Finalmente halló un puesto
Sudamérica más satisfactorio y estable en la catedral de La Plata (actual Su­
cre, Bolivia), donde fue maestro de capilla hasta su muerte, en
COLOMBIA ( "Nueva Granada"). Una de las más importan­ 1620. Ninguna de las obras que escribió para la catedral de
tes áreas de las actividades del arte musical en Sudamérica du­ I.a Plata ha sobrevivido.
rante el período colonial fue el territorio de Nueva Granada
(hoy Colombia). La ciudad costera de Cartagena fue fundada FIGURA 1-6 Gutierre Fernández Hidalgo. Salve Regina a 5 . Folio 103 :
en 1513, y cuatro años después se estableció allí el primer mú­ IJeva la inscripción "De Gutierre Fernandes Hidalgo. Maestro de esta
sico, Juan Pérez Materano (m. en 1561). Era organista y dies­ Santa Iglesia, año de 1 5 84" ( Archivo de la catedral de Bogotá) .
tro en el canto llano. Pero era la catedral de Bogotá la que iba
a ser el centro por excelencia de la música sagrada en la época
colonial. En 1599 fue trasladado a Bogotá desde México el
obispo Bartolomé Lobo Guerrero. Además de adquirir un nue­
vo órgano para la catedral, el obispo comisionó a Francisco de
Páramo, un copista local, para transcribir treintidós enormes li­
bros de canto llano, sobre pergamino con ilustraciones precio­
sas. Con el traslado de materiales desde Cartagena, los archivos
de la catedral de Bogotá iban a alojar -y aún hoy lo contienen­
el más rico repertorio en el Nuevo Mundo de la polifonía eu­
ropea del siglo XVI y de música barroca. Además de las edi­
ciones originales de Francisco Guerrero y Victoria y de copias
manuscritas de obras de Morales, el archivo contiene numerosas
1 ¡
:
publicaciones españolas e italianas del período 1582-1632 (ver
StRBMS, pp. 3-28).
En 1584 la catedral nombró para la maestría de capilla al más
importante compositor del siglo XVI en Sudamérica, Gutierre
Fernández Hidalgo ( c. 1553-1620) , cuyo Libro de Coro manus­
crito que se conserva en el archivo, contiene diez salmos, tres
Salves y nueve Magnificats originales suyos, junto a obras de
Rodrigo de Ceballos, Guerrero, Juan de Herrera y Victoria. Se
. conoce poco de los primeros años de su vida y a la educación
de Fernández Hidalgo. La primera noticia que ten�mos se re­
fiere a su ingreso al servicio de la catedral en mayo de 1584, 20 . Robert Stevenson ( StRBMS, p. 3 ) señala los años 1585-88 como
cuando el arzobispo Luis Zapata lo nombró como maestro de los correspondientes a la maestría de capilla de Fernández Hidal­
canturrias en el nuevo Seminario Conciliar de San Luis, con- go en Bogotá.

56 - 57
.,
EJEJY;!:PLO 1-5 Gutierre Fernández Hidalgo, Magnificat ( Tono VII) . et fi - -
li º· Glo ,ri a
''Gloria patri", c. 1-14.
'/
i Sl

-
S2
-
-
-
!�
et fi li º· et
Glo ri a pa tri et fi li - º•
fi li - o,

Glo ri - a pa tri et
tri

..J.----r1.
- li
et

t
T tri et fi

J----J
º•
B
Glo ri - a pa tri et fi - li - Ji
fi li o,
Glo - ri - a pa et

Tanto en la competencia técnica como en el carácter místico,


Fernández Hidalgo pertenece a la mejor tradición de la poli­
5

fonía 1:enacentista como la desarrolló Victoria. Su Salve Regina ·


a 5 y sus Magnificats sobre los 8 tonos muestran claramente las
Glo - ri - a pa tri et fi li - º·

razones de su fama. Sus Magnificats a 4 ponen en música los


Glo

versículos impares y revelan destreza e imaginación en el va­


ª -- riadOJ tratamiento de las secciones. El canto fórmula puede apa­
recer en cualquier voz y es cambiado a 1as diferentes voces de
fi - li - o, Glo - ri - et __ fi

una seción a la otra. La musicalización no prosigue siempre


Glo -

et 4 : se exige una textura distinta especialmente para el versículo


del Gloria, como en el Tono II (a 5), Tono III (a 5), Tono IV
(a 6), Tono VI (a 5) y Tono V.l,I (a 6). El ejemplo 1-5, del
o, Glo - ri - a pa tri et fi - - li o,--

"Gloria Patri" del Magnificat en el Tono VII, ilustra un típico


comienzo imitativo, con canon a la quinta entre el tenor y el
alto 1 ( c. 7-14) . Esos pasajes canónicos son ampliamente fre­
fi li º· et fi li • o,

cuentes en el versículo del Gloria de los Magnificats de este


10

compositor. ( Para otros .ejemplos, ver StLACA, p. 152; SCAnt,


p. 172 ) .
et fi !i · Glo - ri a

Los dos compositores más importantes relacionados con la


O, ----

catedral de Bogotá durante el siglo XVII y comienzos. del XVIII


- ri pa

fueron José de Cascante, maestro desde alrededor de 1650 hasta


su muerte en 1702, y Juan de Herrera ( ca. 1665-1738) . Cas­
cante sirvió a la catedral por casi media centuria� bajo los
J-----J_
et. º· Glo - ri - a pa

arzobispos Sanz Lozano e Ignacio de Urbina, ambos conocidos


a pa t et fi
j

Glo - ri -· a pa - tri et . .59


1¡ de la mayoría (de los cantores] causado por el natural permi­
.

por su apoyo a la música. Las com�sicio�es que se _conservan


'1/

sivo del Maestro de Capilla . " Sin embargo, dos años más tarde,
de Cascante son en su mayor parte v11lanc1cos ( un eJemplo en el coro había superado al parecer tales dificultades, con la se­
StLACA, p. 76) . Juan de Herrera, nativo de Bogotá, ocupó el lección de nuevos músicos y cantores.
cargo después de Cascante, desde 1703 hasta su muerte. Sus Entre unos treinticinco nombres de músicos: de la catedral de
numerosas obras conservadas, que incluyen Misas, salmos, La­ Bogotá que actuaron durante la última parte del siglo XVIII,
mentaciones, villancicos y otras, hacen de él el más prolífico la importancia de Salvador Romero se debe a su puesto de maes­
compositor de Nueva Granada. Hijo de un oficial de ejército tro de capilla y a su producción existente, la que incluye com­
local; probablemente recibió una buena educación antes de ser posiciones latinas. Sin embargo, durante el último cuarto de
ordenado. Pudo haber recibido su adiestramiento musical en
el Seminario Conciliar de San Luis. Desde alrededor de 1690,
se desempeñó como capellán Y, maestro de _ca.pilla de las reli­
giosas del convento de Santa Ines. De sus tremt1ocho obras poco
más o menos que existen en Bogotá, veintiocho son de texto
latino; las restantes son obras vernáculas. Mientras que Herrera .
trata policoralmente las composiciones litúrgicas la mayoría de
las veces sus obras vernáculas exigen solamente dos o tres voces
con con;inuo ( ejemplos en StLACA, pp. 2 15 y sig.) . Su pieza
de más temprana fecha, Laudate Dominum omnes gentes ( 1689) ,
para tres coros y arpa ( como continuo)., mues.tra un �atamiento
antifonal entre los coros, los cuales vienen Juntos solo en las
cadencias finales de las tres secciones. De modo bastante extraño,
el tercer coro está integrado solamente por dos voces. Su tesi­
tura alta sugiere que fueron destinadas: para voces de niños ( ver
SCAnt, p. 168) . Las obras latinas más maduras de Herrera fue­
ron escritas antes que se hiciera cargo de la maestría de capilla
de la catedral. Incluyen seis Misas, un Officium defunctorum in­
completo, siete coleciones de salmos de vísperas, tres series de
Lamentaciones y algunos villancicos. El Oficio de Difuntos a 8
( sólo quedan siete partes) revela algunas de las características
de su estilo: específicamente, líneas melódicas parejas y expre­
sivas; conducción de voces correctamerit� equilil:>rada; ciet:ta va­
:deélad de textura; y una armonía sencilla, bastante estrictamente
tonal.
De acuerdo a las actas del cabildo catedralicio, Herrera se
demostró demasiado permisivo con los músicos a su cargo en la
catedral de Bogotá y en consecuencia fue reprendido. El acta FIGURA 1-7 Juan de Herrera. Of/icium Defunctorum, a 8. Comienzo
capitular del 26 de junio de 1711 dice, en parte: "Recientemente de la parte del primer cantus del primer coro ( Archivo de la catedral de
la música de esta Santa Iglesia se ha deteriorado tanto por las Bogotá) .
voces deficientes como por la falta de competencia [musical]
- 61
60
la. centuria, la vida mu sica· l catedramgu �icia sufrió u na a�da de- Guayaquil parece haber . tomado la primacía sobre Quito, pero
or e¡ emplo n no de los dos organos
cl inao· o' n. E n 1781, p , no existen fuentes primarias. E sta falta de fuentes musicales co ­
' ota ( 1 9 1). d. e1 arzob'ispo
podía ser tocado. La llegada a Bog te m7sta e mte lectual de
loniales se debe en parte a las dificultades financieras de la
Baltazar Martínez Compañón, eminen Li�ma ( 1768- 1778 ), po­ iglesi�, reiteradas disensiones entre los m úsicos mismos y otras
la época y ex cantor en la catedral de un me¡_ orami. nt 1� la calam idades , como fr ecuentes terremo tos e incendios.
dría h ab er contribuido
grandemente a � °: · PERU. Junto a México, el Perú, que hasta el siglo XVIII fue
tura muerte 1797 l 1 p el
s ituación, pero su prema el principal centro administrativo de la Sudamérica hispánica,
idio

lo gro de algún cambio importante.


en e m

ocupó el lugar 1;1ás importante en el imp erio colonial e spañol.


a l!osa docu�en­ Dura�te ese periodo, el Cuzco, la ciudad de lo s Incas, y Lima,
ECUADOR. Se ha descubierto y estud!�do v sica les relativ a­
n mu la "Cmdad de los reyes", desarrollaron una extraordinaria vida
ta ción que atestigua actividad y prod':cc10 ero º se ha hallado artística y cultural.
p , °:
mente importantes en el Ecuador ��lo.n1al; mus icos q':-e hayan La capilla de música de la catedral del Cuzco tenía a su dis­
en el país ni u na sola b p hfo 1. �
embarg , si se con­ posición, a 1)1ediados del siglo XVI, una valiosa biblioteca coral,
actuado en Quito, Cuenca o Guayaquil. Si� tura, p� ntura Y es­
o ra o n ca e

que contenía obras como las Misas de Morales. En 1553 la


sidera el espléndido desarro llo de la a�qm�ec es ec�i lment e catedral poseía dos órgano s, colocados en los costados del c�ro.
con la i glesia ( � � � �
c ultura coloniales relacionadas
e qu exist i ron r hz 1;� s imi­ El primero nombramiento del archivo en el siglo XVI fue el
Quito y Cuenca), es induda?l. mus�ca eu-
e_n el campo de la musica. El traspl�nt� de la de Pedro S errano , ejecutante de chirimía y corneta, que debía
e e ea acio

. lares a Ecuador comenzó con el �stablecimiento en qmto, en enseñar contrapunto a los clérigos y tocar y cantar a veinticuatro
ropea
los mon¡ es Joss� jóvenes indios, hijos de yanaconas (que servían a la nobleza inca
1535 de una orden franciscana flamenca, por
Goss eal e Lov . Como _se expr��o e Incas por p�iv�legio ). Además, tenía qu e enseñar a lo s ejecu­
de R; cke de Mechlin y Pierre
s enca rg os la mstru�cion t�ntes de chmmias, sacabuches, cornetas, cornamusas y bajones.
antes los franciscanos fueron lo
d a

de 1ds primeros músicos nativo


s. espec ia:lm te �l Colegio de S�n embargo, Serrano no cumplió sus obHgaciones y fue despe­
ad de

. 1610 ), h ¡ o_ de una de d11o dos años. más tarde. Bajo el gobierno de la diócesis por el
San Andrés. Diego Lob ato (c. 1538- c
en en

las esposas del Inca Atahualpa, recibió t l i st a r:iiento Y fue obispo Anto mo de la Raya (1593.- 1606), la biblio teca musical
i

e la catedr al Qmt o en 1574. de la catedral mejoró tanto en calidad como en cantidad. La


r

nombrado maestro d e capilla d


a ad e

pu o tes y ch�n­ Raya asimismo fundó en 1598 el Seminario de San Antonio


Evidencias documentales muestran que com
de

L t en Q:1ito Abad, el primero en el Nuevo Mundo en el que se enseñó regu­


zon etas, pero no se ha descubiert? ninguno.
s mote
_
masi�do larment e m úsica polifónica e instrumental. El actual archivo
(1588-1590) de Gutierre Fernandez Hidalgo fu
a es ada

ble en la v;da mu sical del seminario co ntiene una rica co lección de manuscritos
breve como para ser de una importancia perdur�
e de

musical de la catedral. En el siglo XVII, el capi


tulo nombro a :post mil seiscientos de compositores españoles y peruanos, que
anuel Bl , qui sirvió desde mcluye un gran número de villancicos polifónicos, tonadas, já­
otro co mpositor distinguido, M c aras , obras litúrgicas (con y sin atribución a composito res ) y
han conser­
1682 a 1696. También él llegó de Bogotá dond Fue reemp�a­
en

vado sus obras (un ejemplo en StLACA, 1?· 67). Jose, organ1s­
asco

obras dramáticas. E n contraste, virtua lmente nada, salvo canto


e se

llano, sobrevive en los archivos de la catedral del Cuzco.- Los


zado por José Ortuño de Larrea, cuyos parientes música en la
.< e j emplos d � música polifónica se limitan a copias de las Missae
ta) y Juan (maestro de capilla) dominaron la sex de Rog1er y de la Missa ad Modulttm Ben edicta es sex vo­
catedral durante la última parte del siglo. ctim d e Philippe de Monte (ver AtRBMS).
i lesia en
H ay escasa información acerca de la 11?-úsica de c�iudad de No hay evidencia de que compositores como Torrejón y Ve­
p , la
Ecuador durante el . siglo XVIII. En ese tiem o
Iasco, Fernández Hidalgo o Juan de Araujo -de todos los cua-

62 63
les existe música en el archivo del seminario-- hayan servido en han el repertorio litúrgic() que debía cantarse en las distintas
la catedral en algún empleo. El único músico catedralicio de oportunidades y de qué modo. La cláusula segunda, por ejemplo,
fines del siglo XVI del cual poseemos alguna música es Tomás dice en parte lo siguiente:
de Herrera, nombrado organista de la catedral en 1611. Una
chanzoneta suya a tres partes, Hijos de Eva tributarios ( transcrita
Para los servicios de primera y segunda clases la capilla
en StMP y en StLACA, p. 24) , fue copiada a fines del siglo XVII empezará cantando en canto de órgano [esto es, polifonía}
en un libro de memorias, Libro de varias curiosidades, Tesoro de el {Domine} ad adjuvandum, y los que saben improvisar
diverass materias, por Fray Gregorio .de Zuola ( c. 1640-1709) ,
contrapunto {echar contrapunto} lo harán así añadiendo con­
predicador franciscano que actuó _durante los últimos años de s:1 trapunto por bajo o por sobre el cantus firmus de la pri­
vida en el convento de San Francisco en el Cuzco. Esta composi­ mera antífona de vísperas y el Magníficat . . . El versículo
Et misericordia del Magnificat será cantado por tres voces
ción de Herrera constituye el más temprano ejemplo de polifo­
nía en lengu a vernácula en el Nuevo Mundo. seleccionadas por. el maestro de capilla, para; lo cual no po­
drán excusarse los cantores escogidos o serán multados . . .
Lima, la capital del virreinato del Perú, desarrolló durante el
período una vida musical no superada por la de ninguna otra ciu­ Otro artículo estipula que "el maestro de capilla compondrá
dad sudamericana. Fundada por Francisco Pizarro en 1535, la piezas nuevas cada año, tales como motetes y algunas cosas no
primera iglesia de la ciudad fue inaugurada en 1540 y la cat�ral usuales {cosas peregrinas}, y las necesarias chanzonetas para el
llegó a ser sede de arzobispado ya en 1549. Durante el siglo día de Corpus Christi y su octava y Pascua de Resurrección . . . "
A'VI, los ' primeros grupos de músicos vocales e instrumentales Originalmente se exigía hasta ese grado al maestro de capilla,, y
de la catedral fueron pocos en número, y aún en 1612 las listas quedaba como responsabilidad suya la supervigilancia de la con­
de músicos en la nómina de pagos incluyen solamente cinco can­ ducta disciplinaria de los músicos.
tores adultos, cinco instrumentistas ( que pueden haber doblado En 1623 el personal regular de la capilla musical de Lima al­
como cantores) y cuatro niños de coro. Con toda probabilidad, canzaba a nueve cantores ( incluyendo seis seises o niños de coro) ,
la práctica usual en la ejecución de obras policorales era tener dos bajonistas, dos cornetistas y dos organistas,· además de uno
una voz por cada parte, si bien Andrés Sas indica también la o dos tocadores de chirimías ( chalumeaux) y un ejecutante de
frecuente contratación de músicos extras para los servicios de sacabuche, que iba a ser remplazado en 1633 por un arpista.
primera clase ( esto es, mayores) 21. Fue sólo al comienzo del siglo Según Sas, alrededor de esa fecha, las dulzainas fueron sustituidos
XVII cuando la capilla musical fue organizada sobre bases re­ por las chirimías. La orquesta de la capilla sufrió una transfor­
gulares. El cabildo y el arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero sin­ mación más amplia durante la primera parte del siglo XVIII,
tieron en ese tiempo la necesidad de formular e imprimir las bajo la influencia de los maestros de capilla italianos. En los
constituciones y reglas de coro. Ellas iban a normar las capillas años 1730 incluía dos organistas, dos arpistas, dos violinistas,
. de . música hasta el fin de . la Colonia. Las catorce disposiciones dos chirimías y dos bajonistas. El conjunto vocal alcanzaba a
definían las distintas responsabilidades de los miembros del ca­ trece cantores y seis seises. Más avanzado el siglo XVIII, las
pítulo y daban a conocer las obligaciones bien específicas exigi­ chirimías y las cornetas tendieron a desaparecer en favor de lo.s
das a los cantores y al maestro de capilla. Asimismo especifica- oboes y las flautas, que iban a ser considerados por el capítulo a
comienzos del siglo XIX como los instrumentos más importan­
tes, a juzgar por las remuneraciones acordadas a sus ejecutantes.
21 . Cf. Sas Andrés, La Música en la Catedral de Lima durante el Vi­ EJ. personal de la música en 1815 había aumentado a once voces
rreinato, I Parte ( Lima : Universidad Nacional Mayor de San Mar­ y seis seises, dos organistas, seis violinistas, un contrabajista, un
cos [e] Instituto Nacional de Cultura, 1971-1972 ) . arpista, dos flautistas, dos oboístas, un bajonista y dos cornistas.

64 65
Lá. organización coral de la catedral exigía el uso de dos coros, La afirmación de Andr.és Sas de que "Don Tomás de Torre­
cada uno con su propio acompañamiento de órgano. Durante jón y Velasco es la figura suprema que ofrece la historia de la
todo el período, empero, el coro dependía de las voces disponi­ Capilla Musical de la Catedral de Lima y la historia de la mú­
bles. Los tiples y los tenores eran siempre solicitados ( las partes sica en el Perú" 22 se justifica si consideramos la extensión de la
de tiple las cantaban por lo general los niños, de coro) . La ma­ carrera de Torrejón como compositor. Hijo de uno . de los monte­
yoría de los instrumentistas eran músicos peruanos, algunos de ros de Felipe IV, Torrejón y Velasco ( 1644-1728) fue criado en
ellos indios o mestizos, y, hacia finales del período colonial, Fuencarrai en la provincia de Madrid de España, donde recibió
negros y mulatos. Familias completas hacían su especialidad de una esmerada educación, en la cual la música· tenía una impor­
un instrumento dado. Por ejemplo, la familia Esparza ( cuatro tante posición. Tempranamente llegó a ser paje en la casa del
miembros de la cual sirvieron como arpistas en la catedral a Conde de Lemos, el futuro virrey del Perú, y en 1667 arribó a
fines del siglo XVII y comienzos del XVIII) , los cantores de Lima como integrante del séquito del Conde. Hasta 1672 detentó
la familia Cervantes del Aguila y los organistas de la familia el cargo de superintendente del cuartel de Lima y magistrado y
Dávalos en el siglo XVIII. justicia mayor en la provincia de Chachapoyas. Fue nombrado
El cabildó de la catedral de Lima creó una maestría de capilla maestro de capilla el 19 de julio de 1676. Sirvió en tal empleo
en 1612. El primer nombrado fue Estacio de la Serna, organista hasta su muerte. A juzgar por la documentación existente, con­
y compositor que había trabajado en la capilla real, en Lisboa, quistó un amplio reconocimiento durante todo ese período. Sus
antes de su traslado al Perú. Sus sucesores fueron Miguel de obras fueron conocidas y elogiadas no sólo en el virreinato, sino
Bobadilla ( 1616-1622) ) , Cristóbal de Bersayaga ( 1622-1633) , t2mbién en Ciudad de Guatemala. En 1680, con ocasión. de ins­
Pedro de Villalobos ( interinato 1630-1632) , Manuel de Sequey­ talarse un segundo gran órgano en la catedral y de la beatifica­
ra ( 1633-1656) , Pedro Jiménez ( 1656-1672) , Pedro de Cervan­ ción del arzobispo de Lima, de finales del siglo XVI, Toribio
tes del Aguila ( breve período de interinato en 1668) , Juan de Alfonso Mogrovejo, se ejecutaron ocho villancicos policorales
de Torrejón y Velasco, que exigían treintidós músicos. Los textos
.Araujo ( 1672-1676) , Tomás de Torrejón y Velasco ( 1676- de esas piezas fueron publicad.os en Estrella de Lima de Echave
1728) , José de Oreliano ( corto período de interinato en 1728) , y Assu ( Antwerp, 1688) . En relación con la música de vísperas
Roque Ceruti ( 1728-17.60) , José de Orejón y Aparicio ( 1760- conmemorativa· para Carlos II, de Torrejón, ejecutada en la cate­
1765 ) , Cristóbal Romero ( 1765-1776) , Ventura Marín de Ve­ dral en 1701, su contemporáneo José de Buendía escribió en su
lasco ( 177 6-17 9 8) , Manuel Dávalos ( interinato 17 98-1799) , Parentación Real al Soberano . . . Don Carlos 11 ( Lima, 1701) :
Juan Beltrán ( 1799-1807) , Julián Carabayo ( 1807) y final­ El maestro de capilla Don Tomás de Torrejón ha com­
mente Andrés Bolognesi ( 1807-182 3) . La mayor parte de ellos puesto con cuidado muy especial nueva música policoral para
dejó obras que atestiguan su alto grado de competencia en la el Invitatorio, las Lamentaciones de Job en los tres noctur­
composición. Además, fueron capaces de reunir la más impor­ nos y para algunos salmos como el Misererr¡ . . . Habiéndose
tante biblioteca musical de Sudamérica. El actual Archivo Arzo­ ingeniado para reunir todas las mejores voces de la ciudad,
bispal ( inventariado en StRBMS) no es sino un pálido reflejo las unió en un conjunto tan . coi;i.movedor que toda persona
de lo que fue alguna vez el repertorio de la capilla musical. En presente llegaba a las lágrimas durante los cánticos más im­
1809, Bolognesi ( entonces maestro de capilla) pidió un inven­ presionantes 23•
tario de todos los "papeles en desuso" ( por exceso de uso o por
daño de insectos) . Al parecer, ellos incluían casi la totalidad 22 . Andrés Sas, La música en la Catedral, vol. II, Parte II, 395.
del repertorio de la capilla, pues pocos meses después una lista 23 . Según la traducción que figura en StMP, pp. �2-83. Utilizada
,niostraba sólo unas 220 "piezas utilizables". con autorización.

67
FIGURA 1 -9 Tomás de Torrejón y Velasco. Magnificat. Tono VI. Parte
de primer tiple ( Biblioteca del Seminario de San Antonio Abad
del Cuzco) .

Tales elogios y reconocimientos continuaron a lo largo de toda


la carrera de Torrejón. Los cabildos de las -catedrales del Cuzco
y de Trujillo solicitaron su dictamen en importantes materias
relativas a sus capillas de música. Quizás el acontecimiento
más relevante en su carrera fue el encargo de una ópera, hecho
por el Virrey del Perú, el Conde de Monclova, en 1701. Tal
encargo tuvo por resultado La Púrpura de la R osa, la primera
ópera -que se sepa haya sido producida en el Nuevo Mundo ( ver
capítulo 2) .
Las obras sacras de Torrejón existentes son en su mayor parte
piezas policorales. Incluyen un Ave Verum Corpus, un Christus
factus est incompleto, dos versiones del Dixit Dominus, una La­
mentación para el Miércoles Santo, un Magníficat, un Nisi Do­
minus, un R egemcui omnia vivunt, y numerosos villancicos. El
FIGURA 1 -8 Tomás de Torrejón y Velasco. "Villancico a Duo. De Na­ hecho de que catorce de sus obras se hayan conservado en la ca-
vidad. Si el Alva Sonora se zifra en mi voz. Maestro Don Thomas To­
rrejon y Velasco. Año de 1 7 1 9". Página titular ( Biblioteca del Semi­
nario de San Antonio Abad del Cuzco) . 69
EJEMPLO 1 -6 Tomás de Torrejón y Velasco Lamentación c. 1 -25 D
SCAnt, pp. 165-66. Copyright Samuel Oar� Valdés, 1974. Utili�ad:
con autorización.

Chorus I
Triple � - 1 1

1
Alto
1 •
-l
-.:,
In ci pit

=i
Tenor
'ti ::;¡

i
Chorus II La men
Triple
Alto

r �
Tenor

... -
-1
1
o)

La men - ta -
.a.·

Bass
;;¡

F]GURA 1-10 Tomás de Torrejón y Velasco. "A este sol peregrino".


Vailete a 4. Parte de primer tiple ( Biblioteca del Seminario de San Continuo
.a.· ... -
Antonio Abad del Cuzco) .

tedral de Ciudad de Guatemala ( donde fueron cantadas hasta


1772) es indicativo de su amplia fama en el continente. El
5

Seminario de San Antonio Abad del Cuzco posee el resto de


A

su repertorio. Curiosamente, no se ha encontrado ninguna de


1
o)

sus obras en Lima.


La · men - ta

Un extracto de la Lamentación de Torrejón y Velasco para


dos coros y continuo revela su estilo policoral bastante austero,
caracterizado por la alternancia de los dos coros y una textura
ta · - -
.�� • tia

predominantemente homofónica ( Ejemplo 1-6) . El cambio de


mayor a menor de una sección a la siguiente ( c. 16-17 y 86-87;
los últimos no aparecen en el ejemplo 1-6) , utilizado como re- r
o)

- �¡
curso expresivo, es característico.
- o,

La influencia ejercida por los compositores italianos en la cor-


- t1

te de Madrid durante la primera parte del siglo XVIII, tuvo


obvias repercusiones en la vida musical de la capital colonial
76

del Perú, tanto en la corte virreinal como en la catedral. Así, el


nuevo virrey, Marqués Castell dos Ríus, nombró un violinista y

70
71
compositor italiano como director musical de su palacio. Este fue
10

Roque Ceruti ( t en 17 60) , quien contribuyó substancialmente


/1

., �
a la introducción de la música italiana en Perú, primero en el
1 1
tio Je • re mi "' Pro phe t"'

palacio, y, desde 1728, en la catedral, donde sucedió a Torrejón


A

"ti
\ y Velasco. Ceruti fue el primer italiano que ocupó el cargo de
�¡
; maestro de capilla. Durante su desempeño, introdujo los violines
en la orquesta de la catedral. . Muchas de sus obras sagradas que
/1

I
--i

! estan en el Archivo Arzobispal reflejan el carácter festivo de la


música cortesana de la época, con solos y conjuntos corales y un
--i

!
'I "'
tratamiento concertante de voces e instrumentos. ( Las arias da
76
' 1
capo llegaron a ser norma para grupos de solo) . Un ejemplo de
¡
,1
tal tratamiento lo constituye el "sainete" ( un género teatral) de
Ceruti A cantar un villancico ( ver SCAnt, pp. 14-15 ) . Escrito
para dos voces altas ( tiples) , dos violines y continuo, este villan-
Je · re · mi "' Pro phe • t"'
15 .----;----.

cico muestra la influencia del estilo italiano de comienzos del


1 1 1 1

., r�,
j

1
A

., 1 r"" -
siglo XVIII, especialmente en su breve introducción instrumen-
::ti
1

tal, la presencia de un corto recitativo que precede al estribillo


Je re mi Pro • phe · • • tz
r:,

11 y el diálogo entre ambas voces y entre las voces y los violines.


./1

""
::ti

La secularización de la música sacra ocasionó muchas objeciones


Je re mi Pro phe tz

:::::::::::::,. de parte de los músicos catedralicios durante la centuria. Por


Pro phe tz

"
ejemplo, treintidós años después de la muerte de Ceruti, Torfüio
-------._J t 1-:' ,..--::: r:,

(#lf
� ...___,....
rr del Campo, un compositor de la catedral, · todavía lo censura por
., -e-
rr í q-cr
su descuido de la inventiva melódica en favor de las secuencias
tac

armónicas y la figuración, y lo opone al talento de Orejón y


Pro phc •
r:,


Aparicio.
Nacido en Huacho, Perú, José de Orejón y Aparicio ( 1705-
r:,

1765) es considerado uno de los más importantes compositores


' ,,,,-- del Perú del siglo XVIII. Muy probablemente discípulo de Ro-
que Ceruti y, desde 1715 ( cuando llegó a ser niño de coro de la
catedral) , d� Torrejón y Velasc:o, Orejón cultivó con gran éxito
I A
_20 1 ---. 1 � I 25,:,

,· : el estilo napolitano del período. Además, muchas de . sus obras


-
A
V

recuerdan el tono sentimental · y lírico de la mayor parte de la


leph A leph ,-- , ¡

- -
I '
A r...

' 11
.� música sagrada italiana de la época, como la de Pergolesi. En su
\

" tiempo, fue elogiado como organista virtuoso, y en 1742 ganó


- sin dificultad el puesto de primer organista, ya que ningún otro
r:,
0....----.,_

candidato se le opuso en el certamen público, "en consideración


.,. u�r
a su destreza y competencia". El 8 de diciembre de 1760, des-
(l>)-c,�-e-
A lcph A . • • • . l�h 71

pués de la muerte de Ceruti, Orejón fue nombrado maestro de


' o

' n

73
capifüt interino, y llegó a ser titular en 1764, un año antes de su EJEMPLO 1-7a José de Orejón y Aparicio, Passion del Viernes Santo :
fallecimiento. "J:;cce adduco vobis", c. 1 9-36.
La elevada reputación de Orej?n fue �i�?- sintetizada por _su
discípulo Toribio del Campo, quien escnbio en 1792 :
Moderato
-
Mi querido Apari�io_. . . su�eró .ª tod?� l�s demás,. es­
s
A -· 20 -

pecialmente en los canucos de iglesia. DeJ o himnos, m�sas,


solo
fo
.,
- -
salmos y un cántico al Santísimo Sacramento que comien­ - - - - -
Ec ce ad - du - co vo bis e - um ras
----
za: "Yo te adoro, Verdad Incomprensible". Hasta . que vi­
J J ..J i-;
mos y escuchamos las obras de Terradellas y del inmortal
VI.! '-/J-- n·

f
Pergolesi, ninguno podía ser compar ado con él 4.
VI.II
., 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

Sus obras, que se han conservado en Lima y en Sucre, Bolivia


2
:
p
Bass

( ver StRBMS) , revelan un talento muy maduro y una poco co­


mún destreza en la creatividad melódica, en comparación con el -
1 1 1

"
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Ut cog nos ca tis qui a

A J 1 - ..J. J
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25

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nu - 1am - in ve - ni - o in-
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e O-- ca u - sam,

...
A

r r r r r r r r r r r r í r r r r r 1 r ,._
"- ...
resto del repertorio de su tiempo. Su obra más grandiosa es una
1 1 1

Pasión del Viernes Santo ( Pasión de San Juan) escrita en 1750.


FIGURA 1 - 1 1 José de Orejón y Aparicio. "Passion del Viernes Santo Original para triple coro y orquesta, fue reducida pata dos coros
a Dos Coros con Violines Flautas Trompas y Bajo por Don José Apa­ con partes orquestales agregadas ( flautas y cornos) por Melchor
ricio Presbítero". Página titular de esta Pasión según San Juan ( Ar­ Tapia, organista catedralicio y compositor, para una reposición
chivo Arzobispal de Lima) . de la obra en 1810. La historia de la Pasión está dividida aquí
en trece secciones, siete de las cuales están escritas para el con­
24 . Andrés Sas, La música en la Catedral, Vol. II, Parte II, 295-96. junto completo, tres para los coros con acompañamiento de violi-

74 . 75

l
1
nes y bajos, dos para soprano solo y una para dúo de soprano.
En su mayor parte la composición es homofónica, con un extenso
grado de duplicación de voces y de distribución de voces en ter­
ceras. Tales duplicación y .distribución de voces en terceras ocu­
to - lle ero - ci - fi - ge

rren principalmente entre los mismos instrumentos; en menor


grado, entre instrumentos y voces. El contrapunto es reducido y
ocurre generalmente por breves pasajes en las líneas vocales. En
to - lle to lle to - lle ero - ci

el Ejemplo 1-7é, de la sección "Et inclinato", el primer coro


posee un pasaje imitativo, pero pronto se disuelve en la textura
más dominantemente homofónica de las otras partes. Un inter­
ludio antifonal entre dos coros (como en el pasaje "Tolle, tolle"
to - lle to lle to - lle eru - ci

del Ejemplo 1-7b) compensa muy fre<;:uentemente por la falta de


contrapunto, como lo hace la técnica barroca corriente de reforza­ to - lle to lle to - lle ero - ci

miento de la textura a través de la adición gradual de partes


( como en el comienzo de la sección "Jesum Nazarenum"). Me­
Iódicamente, tanto las partes vocales como las instrumentales
están por lo general relacionadas unas con otras. Se encuentran
notables excepciones en "Quam accusationem" (ver StMP), "Si

EJEMPLO 1-7b José de Orejón y Aparicio, Passion del Viernes Santo:


"Tolle, tolle, crucif.ige", c. 4-9.

Sl
, A 4 1 1 ..
Al
QJ
1 1 1 r 1 1 to - lle ero - ci fi - ge e - um
To - lle to - - lle
Tl to - lle eru - ei - fi - ge e - - um
'11 To - lle to - - lle

S2
A

A2
-
- fi - ge e • - um
-A - --- " - - --- - - - -- - "

T2
11
1
to - lle ero - ci - fi - ge e • - - um
r--F9 r, J
-
A
FI.I
Fl.II

--,.
QJ 1
1 1 1 l,
Hrn.I,Il

L.-,,,l 1
Bass
1 i.....J

76
1
1 . non �sset . hic malefactor", y "Ecce adduco vobis", este último un
s_olo de tiples, parte ,d�l cual �: transcribe en el Ejemplo l-7a
( Esta Rarece se: la umca secc10n con una lít;i.ea vocal relativa-
mente independiente) .

�JEMPLO l-7c José de Orejón y Aparicio, Passion del Viernes Santo ·


�·Et inclinato", c. 8-15.
10
Sl
Al
Et in - cli - na - to ca - pi- te ca - - pi

Tl
Et in - cli - na - to

VJ.I
VI.JI

Bass

. Et in - cli - na
1
- to et in cli -
' 15 1
na - to ca
1
- ;¡
,., ,,. FIGURA 1-12 José de Orejón y Aparicio. Cantada a sola 'al SS. Sacra­
mento. "Mariposa de sus rayos". Recitativo y Aria ( Archivo Arzobispal
1 1 1 1 1

tJ ... 1 1 1
de Lima ) .
1 1
te et in - cli - na - - - to

Los villancicos de Orejón y Aparicio, sus duetos ( ejemplos en


SCAnt, p. 30-45, y StLACA, p. 247 y sig.) y sus arias de solo
"
'W -
1 ,.

( "cantadas") muestran su uso eficiente de la melodía, la armonía


ca - pi - te ca - pi - te in - cli - na to
'
y la forma, así como su preocupación por la expresividad. El
• S2 A2 1

Aria al SS. Sac-ramento (Cantada a Sola Mariposa) es quizás el


1

.,
mejor ejemplo ( transcrita en StMP y StLACA) . La primera sec­
Et in - cli - na - to

ción de esta obra es un recitativo acompañado ( con continuo so·


• T2

lamente) ; la segunda es un aria da capo para soprano, do$ vio­


--···· ........ -
1 J'
.. -
,.

-- lines y continuo. Particularmente barrocas en el estilo, en el re­


Et in - cli -. na - to

citativo, son las extensiones breves, precipitadas y de frase irre­


-- -- . ... .. -
... .. ,,, ... . . .... •- I gular. El aria sigue la forma normal, con una introducción ins­
- -

trumental de once compases e interludios de cuatro o cinco com­


-f

pases. La obra revela también el cultivo incipiente del estilo del


9 8

�-,,
1 1

'
78 79
J .
la mayor parte del tiempo por uno de los violines. El movimien­
to paralelo o la imitación caracteriza los violines concertantes.
45
s El cromatismo, con un ritmo armónico bastante rápido, se da en
éstas y en otras arias de Orejón. En el aria de la dramática obra
Guil guerrilla, para dos tiples, dos violines y continuo, se encuen­
tran modulaciones del tono menor al relativo mayor ( si manor
a re mayor) o por terceras (por ej. re mayor a fa mayor) .
VI.!
VI.U

Esta cantata muestra a Orejón y Aparicio en su maestría, ya sea


en su escritura melódica, su uso de la modulación y la forma
o su fluida técnica contrapuntística. Stevenson ha clasificado
Bass

esta pieza como una "de las más selectas obras de un peruano na­
tivo" ( StRBMS, p. 124) .
Orejón ofreció una prueba de su conocimiento técnico esco­
(#) (#)

lástico en su Contrapunto ala Consepsion de Nuestra Señora. Su.


complicado contrapunto cromático ha sido comparado, algo pre­
cipitadamente, con el cromatismo de Gesualdo 25•
., El último maestro de capilla representado en la catedral de
Lima es Juan Beltrán, nombrado para el puesto en 1799 y que
lo sirvió hasta el final de su vida ( 1807) . Su única obra conser­
vada es una. Passion para el Viernes Santo, de 1806, escrita en
un vocabulario armónico clásico 26•
El cellista genovés Andrés Bolognesi, el último maestro de
capilla colonial en Lima, emprendió en 1809 la reorganización
50

de la capilla musical y la reconstrucción del archivo, que encon­


tró que estaba "completamente desprovisto". Sin embargo, en su
desempeño, Bolognesi enfrentó la oposición del cabildo y un
- las de la fee,

presupuesto musical reducido;-lo que eventualmente obligó a su


í ., retiro a Arequipa. Esto coincidió con el período de la Indepen­
dencia peruana ( década de 1820) y la obvia declinación de la
música catedralicia en Lima en favor de la música en salas de
EJEMPLO 1-8 José de Orejón y Aparicio, Cant<Nla a Sola Mariposa:
25 . Sas Andrés, "La vida musical en la Catedral de Lima durante la
colonia", Revista Musical Chilena, nos. 81-82 ( julio-diciembre
"Aria", c. 44-50.

bel canto entre los compositores peruanos del siglo XVIII. La


1962 ) , 45.
Sas ha mencionado la existencia de un Dixit Dominus y varias
füruración sobre la palabra "alas" ( Ejemplo 1-8) aumenta la
26 .
Vigilias, pero esas obras no pudieron ser halladas cuando estudié
e:'presión dramática de la composición a través de la pintura de
la palabra. La parte vocal en ambas secciones del aria es doblada
el Archivo Arzobispal en 1969.

81
80
conciertos y salones de óperar (a lo que el mismo Bolognesi' cantor) , se trasladó a La Plata como profesor de música en el
contribuyó sustancialmente). Seminario de Santa Isabel de Hungría. Fernández Hidalgo fir­
��LIVIA ("ALTO P�R"f.!"). La Audiencia de Charcas (hoy mó un cont�ato en 1607 con un jesuita de Paraguay, Diego de
Bolivia) fue parte del Virremato del Perú y fue conocida como Torres, confiando a éste la responsabilidad de imprimir en Fran­
"Alto P�rú''. hasta 1776, y después (y hasta la época de la Inde­ cia o f:pañ.a las. obras, recopiladas de Hi�algo. Las obras impre­
pendencia peruana) formo parte del Virreinato del Río de La sas debian mclmr volumenes para sus Misas, Magnificats Him­
Plata, con B11:enos Aires como capital. Las minas de plata y otros nos, Oficios de Semana Santa y Motetes. Aunque al parec�r nada
1

metal�s p�e�iosos de Charcas (y específicamente del Cerro de de esto se concretó, el contrato muestra la vastedad de la obra
�otosi) hiciero� .de es�a audiencia una de las provincias más de Fernández Hidalgo y la importancia que él le atribuía.
neas de la Amenca Hispana. La explotación de las minas de Los sopranos castrados no fueron en absoluto corrientes en
Potosí com�nzó ya en 1�45 y duró e.en gran envergadura por las cate�rales coloniales hispanoamericanas. Eran un lujo que es­
,
unos 230 anos, con los mas elevados niveles de producción entre taba mas alla del alcance de la mayoría de las catedrales. No.
1572. Y alrededor de 1630, y de nuevo a mediados del siglo XVIII. obstante el capón tiple Francisco de Otal fue contratado en La
La cmdad 1e Charcas o Chuquisaca (fundada en 15 38), más Plata y causó sensación a su llegada allí, en 1618. Su salario
tard.e c�nocida c?mo La Plat� y lu:go Sucre, fue la capital de la inicial fue fijado en la astronómica suma de mil pesos anuales,
audiencia y llego a ser el mas refmado y eleaante centro artís­ exactamente el doble de los emolumentos del maestro de capilla,
aun de la estatura de Fernández Hidalgo.
�ico del , Alto Perú. La Universidad de San F�ancisco Javier se Entre los maestros de capilla de cierta importancia en el siglo
mauguro en 1624 y pronto devino la más destacada en América
Española, después de las de Ciudad de México y de Lima. La XVII en La Plata, están Pedro Villalobos y Andrés Flores. Pero
catedral de La Plata, al comienzo bajo el gobierno eclesiástico fue bajo Juan de Araujo . (1646-1712 ) cuando la capilla cate­
de Lima, llegó a ser sede arzobispal en l609. El actual archivo dralicia alcanzó su apogeo. Nacido en Villafranca, España, Araujo
d.e la catedral de Sucre (ver StRBMS), aunque es solamente un se trasladó a Lima a temprana edad y recibió su educación for­
s1mple esqueleto de · sus fondos anteriores es uno de los más mal en la Universidad de San Marcos. Puede haber sido adies­
ricos del continente en manuscritos de los' si ole XVII v XVIII trado en la música por Torrejón y Velasco (StMP, p. 189); sin
y demuestra la importancia musical de la regi6n. embargo, precedió a Torrejón como director de la capilla musi­
cal de Lima, después de su ordenación. Dejó el cargo en 1676
Los documentos nos permiten trazar la historia musical de La para tomar el de la catedral de Panamá. Su nombramiento en La
Plata, que se remonta a 1564, cuando Sebastián de León miem­ Plata se produjo en 1680, en una época en que la riqueza de la
bro d.e una �am�sa familia de organeros, gestionaba 'algunos cated!al era prodigiosa. Esto probablemente explica por qué bajo
negoc10s con iglesias y conventos locales. En 1569', por iniciativa Arau¡o la biblioteca musical catedralicia creció substancialmente
de un español, Juan de la Peña Madrid, y de Hernán García, con la adquisición de obras, no sólo de la Península sino tam­
un mulato huaquero (esto es, un traficante en objetos preciosos bién de . las restantes colonias. hispánicas. Esa riqueza asimismo
robados de tumb�s in��s) , s: abrió una escuela para la enseñan­ proporc10nó a Araujo los recursos necesarios para la ejecución
za del canto, la e¡ecuc10n de mstrumentos y la danza. de sus numerosas obras policorales. Al contrario de muchos
En la larga lista de los maestros de capilla que sirvieron en la rnaest�os de capilla co��niales, aparentemente Araujo tomó muy
catedral de La Plata, el más celebrado fue Gutierre Fernández �n s:no .sus resp?nsabihdades _en la <:nseñanza. Según Stevenson,
Hidaltso, �yo nombramiento data de 1597. Después de algunas su musitado exito en el adiestramiento de niños de coro le
experiencias desafortunadas en Bogotá y Quito (ver p. 55) y qui­ aseguró a través de toda su carrera una abundante provisión de
zás después de varios años en la catedral de El Cuzco (como tiples" (StMP, p. 189).

82 83
I1JGURA 1-13 Juan de Araujo. Villancico "Despejo antorchas de los
Cristalinos Orbes". Tiple del primer coro ( Archivo de la catedral de
Sucre ) .

La producción ,existente de Araujo está dominada l?ºr s1;1s vi­


llancicos cuyo numero supera los 140. Sus obras latmas mclu­
yen una' Pasión, una Salve Regina incompleta, una Lamentación
2a. del Miércoles Santo, el himno Ut queant Laxis (en StLACA,
p. 52 y sig.) y un Kirie Eleison padre exaudi nos. La mayoría
de sus obras se han conservado en el archivo de la catedral de
Sucre, que contiene también manuscritos de diversas otras com­
posiciones de finales del siglo 2.CVIII y comier:z?s del �IX, con i
dudosas adcri pciones a éL -un ·e¡ emplo es el Dixit · Dominus para ·¡
tres coros, con acompañamiento de dos órganos, complementados
con dos partes de violín y dos de cornos (en StLACA, p. 23 y
sig.). Asimismo se han hallado obras de Araujo en �l, Semi�ario FIGURA 1-14 Juan de Araujo. "Villancico al Santísimo Sacramento. .
de San Antonio Abad de El Cuzco, en la colecc10n pnvada A recoger pasiones inhumanas. Año de 1 79- ( 1 709 ? ) Del Maestro Don
de Julia Elena Fortún de La Paz, el archivo de la Iglesia de San Juan de Araujo". Página titular (La Paz. Colección privada de Julia
Ignacio de Moxo (Beni, Bolivia) y en el Museo Nacional His­ Elena Fortún. Gentil autorización de la propietaria para la microfilma-
tórico de Motevideo (ver StRBMS). ción de la colección) .

84 85
En muchas ocasiones, especialmente para s�s villanci�os, Arau­ barrocas junto con un temprano lenguaje clásico. Las obras lati­
jo prefiere una textura policoral, que maneJa 1:1uy eficazmente. nas de Mesa incluyen los himnos Luéis Creator optime y Laeti
Muestra especial preferencia por el arpa como _ mstrumento para colamus hanc diem, un Magníficat a 7, y una Misa a 3 Coros. Con
el continuo. Su tratamiento coral es muy variado: a _ve�es . los un acompañamiento instrumental de dos violines, un oboe, dos
coros alternan con bastante regularidad o las entradas � itat1vas cornos y órgano, la última obra nombrada pertenece al tipo de
son seguida� por pasajes homofónicos de todo el conJunto 21; Missa brevis .. (Kyrie y Gloria solamente). La parte del Gloria
otras veces, una voz de solo (tiple) es �puesto a coros � tres o ejemplifica la escritura de más bravura para violín desde Ceruti.
cuatro partes o dominan imitacion_es an!ifonales en par�Jas (cf. Se ha estimado que a veces los villancicos, duetos, juguetes y
SCAnt, p. 5, 50, 62 y 153). Los villancicos de _.�au10 siguen la j ácaras de Mesa poseen "un delicioso sabor folklórico" (StMP,
estructura standard de estribillo, coplas y esm_billo. Los .textos p. 191). Tal sabor es con frecuencia resultado de la vivaz escri­
españoles muestran obvias afinidades con la li�eratura hispana tura melódica de Mesa.
dpicamente barroca, como 1� del. J?Oeta Calder�n de la Barca. RIO DE LA PLATA (ARGENTINA, PARAGUAY, URU­
Arauja logra sus efectos 11;as 0�1gmal �� con dialectos pseud<?­ GUAY). El Alto Perú se unió al nuevo Virreinato del Río de
negros y "gitanos" en sus villancicos y Jacaras, tales co11;0 el vi­ La Plata en 1776. Hasta esa fecha, sin embargo, toda la región
llancico de Navidad Los Coflas desde la estleya: Negritos _ (en
StMP y StLACA), cuyo impulso rítmico resulta del uso siste- sue hoy comprende a Argentina y Paraguay era una dependencia
política de Lima. Importantes ciudades coloniales como San­
mático de la sincopación .J) J . A través de la acentuación del tiago del Estero, Tucumán, Córdoba y Mendoza fuerqn funda­
texto, Araujo sabe aprovechar rítmicamente palabras de sem�­ ·das por colonos de Perú y Chile. Esos centros estuvieron musical­
janza o derivación africana, como "�lumbe, gulumbe, � lumba , mente relacionados con el Perú, y especialmente el Alto Perú,
con la última sílaba puesta de relieve por su colocac10n en. el hasta que la ciudad de Buenos Aires comenzó a prosper.ar sólo
tiempo fuerte. En 1� pa_rt� d� , la copla, , u�o no puede. sin? después de 1776.
maravillarse de la eficaz 1mitac10n de la tecmca respon:onal . �i­ Poco es conocido o se ha conservado de la producción musi­
picamente afro-americana, por medio . de la breve reiteraci.on cal durante la historia colonial argentina. Como en otras partes
por el coro del final de la frase del sol1Sta. Aunque la transcrip­ del continente, los más tempranos esfuerzos para establecer una
,
ción de esta pieza por Stevenson la coloca integr _amente en c<;>m­ vida musical regular se debieron a los misioneros, en especial
pás de 6/8 la estructura métrica real revela un ritmo de hem10la a los jesuitas. Pero la falta de historiadores conventuales y la
(3/4 alternando con 6/8). Por último, si �n ve�d.ad esta obra desaparición de los archivos musicales de los jesuitas dificultan
fue escrita para una cofradía negra, su reiterat1v1dad subraya todo evalución objetiva de la creación musical en el área durante
también su calidad "africana". los siglos XVI y XVII. .
Después de Arauja, el maestro de capilla más fecu�do en L� La primera referencia a un órgano, en la iglesia de Santiago
Plata fue Manuel Mesa (y Carrizo) (t en 1773), quien ocupo del Estero, data de 1585. La primera escuela de música fue fun­
el cargo desde 1761 a 1772. Sus muchas obras, preservadas en el dada por el Padre Pedro Comental (1595-1665). La evidencia
archivo de Sucre y en la Colección Fortún. en La Paz, mu�st_ran documental señala instrumentos europeos fabricados localmente
un estilo de transición basado en prácticas contrapuntist1cas antes de 1600. Entre los más conocidos maestros de música acti­
vos en las misiones estuvieron el belga Padre Juan Vasseau o
27 . Ver ejemplos en Carmen García Muñoz y Waldemar Axel Roldá�, Vaisseau (1584-1623), el francés Padre Luis Berger (1588-
Un archivo musical americano (Buenos Aires : Editorial Universi­ 1639 ) y el austriaco Padre Antonio Sepp ( 1655- 1733). Las
taria de Buenos Aires, 1972 ) , p. 99-107 y 129-62. actividades e influencias de Berger se extendieron a Paraguay y

86 87
Chile, mientras que Sepp hizo de la misión guaraní de Yapeyú Desafortunadamente, se conoce poco acerca de las actividades
uno de los florecientes centros músicales de la región. de Zipoli en el Nuevo Mundo. Sólo si se descubren más obras
Los comienzos del siglo XVIII fueron dominados por la pre­ suyas, estaremos en capacidad de evaluar la importancia relativa
sencia en la colonia del distinguido organista y compositor ita­ de sus últimos años como compositor. Una copia manuscri­
liano Domenico Zipoli (1688-1726), quien llegó a Argentina ta de su Misa a tres partes, con acompañamiento instrumental
en 1717. En la época en que ingresó a la Compañía de Jesús de dos violines, órgano y continuo, se encontró en el archivo
( 1716), Zipoli había publicado su bien conocida colección de la catedral de Sucre en 1959. Esta copia fue hecha en Potosí
para teclado Sonate d'intavolatura. Como futuro misionero jesui­ e1;1 1? 84 y atestigua la perdurable popularidad de Zipoli en el
ta, fue asignado a la provincia de Paraguay. Se instaló en Córdo­ vuremato. De Lima vino una petición de copias de sus obras, y
ba, ciudad que poseía un Colegio Máximo jesuita y Universidad, dos obras adicionales, un Tantum Ergo y una Letania, fueron lo­
y allí terminó los estudios exigidos de filosofía y teología. Sin calizados en el archivo de la iglesia de San Ignacio de Moxos
embargo, por falta de obispo en Córdoba, no pudo ser ordenado. é Beni, Bolivia), en 1966 28• la Misa de Potosí (cuyas partes de
tenor y de primer violín se extraviaron a comienzos de los años
60) omite el Benedictus y el Agnus Dei, lo cual, según Ayesta­
rán, puede reflejar prácticas litúrgicas locales. Algunos pasajes
de la Mis� muestran una sólida organización contrapuntística.
El "Cum Sancte �piritu" y el "Et vitam venturi" del Gloria y
. del Credo, respectivamente, son fugaros a tres partes con distri­
bución bien equilibrada. de las voces. Las cuatro secciones de la
Misa, desde el Kyrie al Sanctus, están en fa mayor, con un ritmo
armónico bien medido y modulaciones dentro del círculo de
quintas (ver StlACA, p. 298 y sig.) .
Con la expulsión de los jesuitas, las actividades musicales en
las regiones argentinas y paraguayas se redujeron cons1derable­
mente. Los estudios en los archivos de diversas iglesias y con­
ventos (Humahuaca, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Rioja,
Córdoba, Santa Fe y otros lugares), no han sacado a luz sino
muy pocos manuscritos de obras originales.
La música sacra en el Uruguay colonial estuvo limitada a la
iglesia de San Francisco de Montevideo, y más tarde a su cate­
dral ( consagrada en 1804). La más temprana composición con­
servada de música sacra escrita en Montevideo es la Misa para día
de difuntos ( 1802), escrita por Fray Manuel Ubeda, un español
"'1
que se instaló allí en 1801.
1,
i

FIGURA 1-15 Domenico Zipoli. Missa "Acompañamento para la Missa


de Zipoli; a quatro voces. Se copió en Potossí, el Año de 1784" (Archi­ 28 . la copia de la Misa fue localizada por Robert Stevenson; las dos
vo de la catedral de Sucre) . obras adicionales, por Samuel Claro, en Bolivia.

88 89
Hispanic American Historical Reviriw, XXXV/3 ( agosto 1955) ,
CAS
NOTAS BIBLIOGRAFI 363-73, proporciona una buena introducción, que está puesta al
. strumei:to biblio o-ráfico relativo a la música la�i- día en su Christmas Music from Baroque Mexico ( Berkeley,
. El m�yor m l- Los Ang�les : University of California Press, 1974) .
i ana � A G:� th/ Mi1,sic of Latín America de Gi La bibliografía del área caribeña está bien cubierta en Steven­
noame _
.; ashington : The Lib
rary of �ong
bert Ch , 2 · di� ( . p - son, A Gitide to Caribb ean Music History ( Lima : Ediciones
. 2) ' que cubre . materiales on- _
r c s ide res s

n Am i n U m on, 1 96
ª°:d th"''"' P eb e � "CVLTVRA", 1975) . La música colonial cubana está tratada en
1960. Para obras posteriores, d
a se e wn u

bllcados hasta a�ededor d�sica del Handbo ok of Latín Americcm Alej o Carpenti er, La Música en Citba ( México : Fondo de Cul­
a er ca

snltarse la secc10:1 d r o d norteamericanas que tr


atan la t1.1ra Económica, 1946) , y constituye el tema de los artículos de
Studies. Para tesis. e �r1oct �t: America and th e Carib bean. A
¡ Pablo Hernández Balaguer "Panorama · de la Música Colonial
música latinoa�e�icana , v ered'i . por Carl Deal. Ann Arbor, Cubana", Revista Musical Chilena, XVI/81-82 ( j ulio-diciembre
Dissertation Bibliography,rnati�onal [1978} .
w. 1962) , 20-8, y "La Capilla de Música de la Catedral de Santiago
University Microfilm Int� ent;eg�das en el texto v en las notas de Cuba", Revista Musical Chilena, XVIII/90 ( octubre-diciem­
s de las referencias bre 1964) , 14-61. José Antonio Calcaño estudia el período co­
Ad . emá pag , . , son útiles las siguientes ob ras.. Gabr. iel Saldívar,
lonial venezolano en La Ciitdad y su Música ( Caracas : Conser­
al pie de , . , i·c?,·. Epocas Precortesiana Y Col o-
ex
Historia de la Mu:si c� e�: Lt11u1l ra , l . Lota M. S ell, "Music vatorio "T eresa Carreña", 1958) y en "Música Colonial V enezo­
ma

12ial ( México : Editona� _C � l�;j e�th Cenmri'', His


panic lana", R evista Musical Chilena, XVI/81-82 ( j ulio-diciembre
C h d l f M ex�co m the . 1962) , 195-200. Util también para los lectores ingleses es Juan
n h
ric al Re v i e�, 2 6/ 3 ( A_gosr .
1946 ) 294-3 · Lota19
Am eri can Hi sto Am°erica'' Musical Bautista Plaza, "Music in Caracas during the Colonial Period
t e at e ra o

rst Mus ic Book


i

1t Sp ll, "T h Fi lsabel Pope, "Documen­ ( 1770-1811) ", Musical Quarterly, XXIX/2 ( abril 1943) , 198-
( En ero 92 ) , 5 6:;r
e

art erl y, XV /1 Nues­ 2 13.


Ou � �e a Música en México",xteenth
e e

ws relacionados con la Hi�stori; 8 iobert Stevenson' "Si es Ar-


Además de la santologías musicales que condenen la música
tra Música, 6/21 ( 195l ) , 5y· Reso ' urces m · Mexico", Font .. . colonial latinoamericana mencionada en este capítulo, Arndt
-and �eventeenth- C entur /l lO -l5 ; S v n, Mexico von Cavel, Inv estigaciones Mitsicales de los Archivos Coloniales
tis Musicae, 1954/2,. 69-7 fflJ, The Americas XXI/2 ( oc-
. en el Perú ( Lima : Asociación Artística y Cultural "Jueves",
o

J
ens

1 !0
te

City C h d l M sic : ' ión de 1974) proporciona unas pocas piezas transcritas. Igualmente, al­
•.as S dford "Una L;mentac
tubre 1964) , 1 1 1-3 5 ; Tho�ig de l Ca t edral gunas obras corales colombianas ( Cascante para el período co­
u

I pala el U
at e ra

C mp n � lº � lonial) pueden hallarse en Luis Antonio Escobar ( ed.) , Obras


J eremías l to Naci·onal de An .
tropología e His-
a

de .Me' x · " Anales ( nstitu-70. Noticias bi. ogra, fic


so

as s�bre Her­ Polifónicas ( Bogotá: Imprenta Nacional, 1972) . Un buen exa­


o ue sta e e

tona) , �III . ( 19 65 ' .


) 2 35 ropean men de la música colonial en Colombia en Stevenson, "Colonial
� también en Steve n, Eu o
nando Franco se pr¿orciona uatemala" Musical Ou-arterly, L/3 Music in Colombia", The Americas, XIX/2 ( octubre 1962) ,
y
ns

. Music in Sixteenth- enturt e "Th¡ First N e;; World Com-


12-36. José Antonio Perdomo Escobar presenta, sin embargo, el
( ju lio 1964) , 341 -52f y l of the estudio más amplio y detallado del archivo musical de la cate­
ar Archiv es", ]ourna
posers. Fresh f?atÍ :0i! ;oecie . s�lXX
!:
III /1 ( Prima v 1970) , dral d e Bogotá en su monumental obra El Archivo Musical de
ty,
American M�sico �gical S _ o es Jesús Estrada Música y Músi- la Catedral de Bogotá ( Bogotá: Publicaciones del Instituto Caro
era

95 -10 6. Asimismo . 1nforma(t1v . ' ,-,.3 ucac10 ' ' n Pú- y Cuervo, 1976) . Stevenson, "Music in Quito, four centuries",
. co-· s de la Epoca . Virreina . l México . Secretari'a. de nu s d los es- Hispanic American Historical Review, XLIII/2 ( mayo 1963) ,
. bllca, 1973-) Sobre Puebla y Juan de pad1'lla, ademá "To 'Dis-
e 247-66, es una relación histórica de la actividad musical en la
: 1 ne, 1 t'culo de Stevenson e Padílla'''
e

rodios de Ahce Ra� Cat� ;p:fn� Juan Gutiérrez d


catedral de Quito.
tinguished Maestro of ew
91
90
La- música colonial chilena es tratada sucintamente por Samuel II
Claro y Jorge Urrutia Blondel, Historia de la Música en Chile
(Santiago de Chile: Editorial Orbe, 1973). Los fondos de la LA MUSICA SECULAR EN AMERICA HISPANA
catedral de Santiago están catalogados por Samuel Oaro,. Catálogo
del Archivo Musical de la Catedral de Santiago de Chile, (Edito­
rial del Instituto de Extensión Musical, Universidad de Chile,
197 4). La música argentina en el período colonial es el tema
de Guillermo Furlong, Músicos Argentinos durante la Domina­
ción Hispánica (Buenos Aires: Ediciones Huarpes, 1945) y de
Francisco Curt Lange, La Música Eclesiástica durante la Domina­
ción Hispánica (Córdoba: Imprenta de la Universidad, 1956).
Vicente Gesualdo entrega un detallado informe sobre la histo­ La distinción entre música sagrada y secular no es siempre
ria de la música en Argentina en su Historia de la Música en la fácil de establecer. Las clasificaciones tienden a ser arbitrarias,
Argentina, Vol. I (Buenos Aires, Beta, 1961); Su artículo "La pero en el presente contexto el único criterio practicable tiene
Música en Argentina durante el Período Colonial", Revista Mu­ que ver con las funciones musicales. Como se señaló en el capítu­
sical Chilena, XVI/81-82 (julio-diciembre 19'6 2), 94-124, y por lo anterior un texto vernáculo no puede ser la única línea de de­
Francisco Curt Lange en "Der Fall Domenico Zipoli : Verlauf marcación' entre los repertorios sagrado y secular. Villancicos,
und Stand einer Berichtigung", Festschrift Karl Gustav Fellerer · chanzonetas y otros géneros con textos españoles funcionaban
(Kassel, " 1972), 327-55 y "O Caso Domenico Zipoli: Urna Re­ como canciones religiosas de alabanza en las catedrales y acaso
tificl!,�ao Histórica. A sua Opera 01nnia111 Barroco (Belo Hori­ a menudo también como música "dramática". Ahora, nosotros
zonte, Brazil), 5 ( 1973), 7-44. trataremos en consecuencia la creación musical colonial hispa­
La música colonial uruguaya es estudiada por Lauro Ayesta­ noamericana carente de contexto religioso conocido. Se ha ex­
rán, La Música en el Uruguay, Vol. I (Montevideo: Servicio Ofi­ ceptuado el teatro popular religioso del temprano período c�l�­
cial de Difusión Radio Eléctrica, SODRE, 195 3), en sus "Fuen­ ,
nial. Hay numerosas referencias a lo largo del periodo a fest1v1-
tes para el estudio de la música colonial uruguaya", Revista de dades conmemorativas de toda clase, para las cuales se requería
lit Facultad de Humanidades y Ciencias No. 1 (1947), 315-58, música de escena o de danza y, menos a menudo, puramente ins­
y en su "La 'Misa para Día de Difuntos' de Fray Manuel Ubeda trumental. El repertorio actualmente existente es, sin -embargo,
(Montevideo, 1802)", Revista de la Facultad de Humanidades enteramente limitado. Puesto que la Iglesia sostenía la única vida
y Ciencias, No. 9 (1952), 75-93. También se hace una breve musical verdaderamente bien organizada, no es sorprendente que
mención de la música colonial en Susana Delgado, Breve Histo- en la mayoría de los casos los músicos de iglesia fueran también
1iq ele la Música Culta en el Uruguay (Montevideo, Aemus, autores de la creación musical secular.
1971).
Las grabaciones de música colonial latinoamericana son esca­ MEXICO ("NUEVA ESP.A:Ñ'A")
sas. Salve Regina (Ch oral Music of the Spanvsh New World
1550-1750) (Angel S 36008), Festival of Early Latin American En los siglos XVI y XVII, se escribieron obras dramáticas
Music (Eldorado S-1), y Blanco y Negro (Hispanic Songs of especialmente para servir a los objetivos didácticos de la Ig!esia.
the Renaissance from the Old and New lf7orld) (Klavier Records Géneros literarios como los autos sacramentales, los coloqu10s y
KS-54) contiene buenas ejecuciones de algunas de las obras men­
los entremeses fueron cultivados en la Nueva España y en otras
cionadas en este capítulo.

92 93
colonias hispánicas. Especialmente importantes para los misione­ ·_En; la tem�rada de 1806, el Coliseo presentó 1l barbiere
ª1:1'º�·
ros franciscanos fueron los autos sacramentales, piezas religiosas, di Swiglia de Pa1S1eI1o, en traducción española, como una ópera
con música, cuyo asunto central tenía que ver generalmente con bufa en cuatro actos. El día del estreno el Diario de México
la Eucaristía. Sin embargo, un teatro puramente secular no se hizo el siguiente anuncio : '
desarrolló hasta finales del siglo XVII, cuando las obras dra­
máticas de Lope de Vega y Calderón de la Barca y la zarzuela, La orquesta estará considerablemente ampliada para satis­
género teatral nacional de España, se hicieron conocidos. en las �acer la� especi �ic��iones instrumentales de esta ópera. Los
colonias. Al comienzo, esas obras eran presentadas para los Interludios cons1St1ran en unas danzas mexicanas breves {bai­
círculos cortesanos y aristocráticos de los virreinatos; pero el si­ les del país}, para no alargar indebidamente la presentación
glo XVIII los vio aparecer en nuevos teatros y salones de ópera de toda la tarde. El precio de la entrada será el doble del
en las más grandes ciudades por ejemplo, el ' Teatro Coliseo precio ordinario para pagar los fuertes gastos de esta
de Ciudad de México, que abrió en 1670 y duró hasta 1722, representación 1.
cuando fue destruido por el fuego. Un teatro más amplio, el
Coliseo Nuevo, inaugurado en 1 735, tenía como director de su las . canciones y danzas populares mexicanas usadas como in­
orquesta, hacia mediados de la centuria, al maestro de capilla de te�l1-:d1os parecen �aber representado las únicas contribuciones
,
la catedral Ignacio Jerusalem. La primera presentación conocida origmal s .a la mus1ca es�énica de la época.
· de una ópera completa en la Nueva España tuvo lugar en el pa­ La mus1ca puramente mstrumental fue cultivada en la Nueva
<;

lacio virreif!al el 1 Q de mayo de 1711, con La Parténope, sobre un España durante los siglos XVII y XVIII, pero los ejemplos que
libreto de Silvio Stampiglia, para el cual escribió la música el · existen son pocos. Tres tablaturas quedan en México. La prímera
futuro maestro de capilla Manuel de Zumaya. (Sólo se conserva una tablatura de órgano 2, ha sido fechada en alrededor de 1620'.
el libreto, impreso en Ciudad de México en italiano y. español) . . Está en la misma notación que la Facultad orgánica de Francisco
En tres actos, la trama bastante intrincada, presenta siete per­ Correa (1626) y lleva la indicación "Tiento de quarto tono me­
sonajes, dos de ellos princesas rivales. Puesto que la música dio Registro, tiple del Maestro Fran-co Correa y son mu; ele­
aparentemente agradó al virrey (el Duque de Linares, admirador gant�s sus º?ras de este Maestro". El tiento es el correspondiente
y conocedor de la ópera italiana)', Zumaya debe haber estado esp�nol al ricercar polifónico italiano, derivado del motete. Com­
bastante bien familiarizado con el estilo operático de la época. po.s1tores españoles y portugueses del siglo XVII, como Ro­
Con todo, por falta de condiciones adecuadas (una compañía dngues. <;oelho, el mismo Francisco Correa y Cabanilles, fueron
1:egular, público ) , la ópera italiana no se desarrolló en México muy af1c1onados a esta forma. No obstante la atribución a Correa
sino hasta la era de la independencia. Bien al principio del siglo el soprano no corres_ponde a �inguna de las composiciones deÍ
XIX, prevalecían en el repertorio local tonadillas, sainetes y cuarto tono en el Libro de tientos de ese compositor ( 1626 ) .
zarzuelas del tipo bufo. Hasta las óperas italianas tendieron a ser La segunda tablatura es un Método de Cítara por Sebastián de
presentadas en México como zarzuelas, esto es con diálogo ha­
blado intercalado. Tal fue el caso de El filósofo bitrlando de Ci­ 1. Como aparece traducido en Robert Stevenson, Music in México
marosa, ejecutada en el Coliseo Nuevo en la temporada de 1805. (New York : Thomas Y. Crowell Company, 1952 ) , p. 1 74. Al
El maestro de capilla de Puebla Manuel Arenzana fue también comienzo del siglo XIX, la orquesta del Coliseo, bajo la dire.cción
compositor de comedias y zarzuelas. La misma temporada de 1 805 de José Manuel Aldana, incluía cuerdas, flauta, fagot, trompetas
en el Coliseo de Ciudad de México incluyó El extrangero de y timbales.
Arenzana, catalogado en el Diario de México como una "comedia .2 · Descrito y reproducido en facsímil en Revista Mttsical Mexicana
en dos actos con música", y su "nuevo dúo" Los dos ribales en ( julio, agosto, septiembre, 1942 ) .

94 95
·¡
\!

siglo X II. El cont�nido prin­ la clásica relación tonal entre los temas); cierta elaboración te­
Aguitre, que data de me�iados del zas. Se� ncluyen eJ empl?s de mática en una sección c entral (a través de la secuencia melódica
constituy en dan :
cipal del lib ro lo y cier�a fragmentación francamente tímida) y una recapitulación
le, panama, zarabanda, minuete
una danza indígena con c�n­
, bran
abreviada. El andante, en forma binaria, es también un movimien­
pasa calle, gall arda
y otra/ Además de un tocotín indio (s durante la époc� colomal,
pavan a
to cantábile �abalmente �aracterístico. La Fuga final, con un
resión religio a .
to utilizada para la exp encias a _una SUJetO de caracter mozartiano, tanto en el contorno melódico
de las más antiguas r�fer
tamb ién hallamos una como en la figuración rítmic a, es un movimi ento bastante elabo­
danza negra, el portorr
ico de los negros. El �ibr.� p7opo
na tra scnpcion r nstru�en
­ rado para una simple obertura de tipo italiano. Presentado pri­
rciona

asimismo un temprano ej emplo d� u canc1�0n popular mexicana mero por los segundos violines, el sujeto es apoyado por dos
ien conocida
tal de un corrido1 u na b
ra de Viht-tela (c., � 740), c?�tram elodías, u�a de la_s cuales (la de la viola) posee la fun­
del género de la balada. Una Tablatu de. Me�ico, es c10n de contrasuJ eto (Ejemplo 2- 1). El primer violín se en­
oteca N acional de Cmd�d
_
conservada en la Bibli
s unos cmcuenta t1pcs d� c arga de una respuesta real y de una figuración de bravura al
la tercera. En ella están representado s, saraband , p spipd, ri­ final de la primera exposición. Sea que Rodil y Sarri er hayan
danzas (jota, fandango, folias española � �
algunos: bailes y c��­ sido o . no C�J:?positores local�s, el h echo de que esas obras
y r s),
. E�ta . t�blatura .taI?b1en
las
h ayan sido utilizadas en Mor eha presupone la existencia de una
gaudon, tarantela , segu idil
tos negros mencionados como cumbeese d1ec
ot a con

d 1S1ete �o:71m1entos orquesta capaz d e ejecutarlas.


presenta transcripciones para vi�uela
de sonatas de cámara de
Corelh y una sonata ambu1da a Sa-
mu el Trent.
· . . .
entales activi-
am EJEMPLO 2 - 1 Antonio Sarrier, Obertura: Fuga, presto, c. 1-5. De Mi­
h á s ó fu
La provincia de Mi 8-1740, se guel Bernal Jiménez, El Archivo Musical del Colegio de Santa Rosa
el siglo XVIII. Y a en 173
nd

dades musicales d urante


c oac de arro ll

relia � , co­
1;1
Mo de Santa María de Valladolid ( Siglo XVIII ) (Morelia: Ediciones de< la
dolid (hoy
fundó una escuela de música en Valla r �as; el olegio de
C Universidad Michoacana de San Nicolás, 1939 ) , p. 2 9.
mo parte de un convento para ,n�ña� huést�ituy o un model� de
Santa Rosa. Esta " escaleta de musica con última parte del si glo,
oro ización en toda la colonia. Durante la .
ites de la
ex tendió más allá de los líI?
Presto

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0an
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XIY la menciona en u;;
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Nueva España, pues el Papa Benedicto ulie


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VI.II
"'
a d la esc el e

rum et puella rum .


"Brevis" llamándolo "conservatorium el archivo del conven�o.
1 1

Entre la; numerosas obras encontradas en . Dos obe r s (sm­


-
m
.,
Vla.

� :i,
hay varias piezas de música instrun:: �ica m
e tal _
10n sette­
1 1

e
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rum
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fonías ) para pequeña 9orquesta d e p
ran­
o, oboes 19 y 29, cornos f
Bass
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ntac

cento (violines 19 y 2 , viola, b aj


t1 st

o n las
las mejores obras del géner �
1 1

c eses 1 Q y 29) representan


colonias españolas a finale
s del siglo XVIII: Los c?mpositor�s, PERU
om o Rodil y Antoruo
identificados en los manuscritos como Ant ertura en re mayor Los orígenes de los esp ectáculos líricos en · el virreinato del
Sarrier, permanecen desconocidos. L est ) revela �o solo , una
Perú se remontan a las primeras dos décadas def siglo XVII. La
; Fug , pr ?
a ob

de Sarrier (Alle g ; An � _ .
correcta escritura melódic
a y armomca, , si.no t�b1en un. b�en antología de Rubén Vargas Ugarte De nuestro antiguo teatro
ro dan te

vimien­ ( 1943) proporciona ocho ejemplos de piezas coloniales peruanas


legro es un t1p:c?, pnI?er .ip.?
equilibrio estructural. E l Al t1 (con que incluyen pasajes con m úsica integrada a la acción. Cinco
osic10
to de u na sinfonía preclásica : una exp
n b item a ca

97
96
villaQ.cicos acompañados para voces solas se repiten en el Niño y Jerónimo · de Cáncer) en el patio de su palacio, entre el
auto sacramental El dios Pan, escrito entre 1608 y 1621 para 1 1 de febrero y el 2 de marzo de 1672. La escenificación ( "como
Potosí o La Plata por Diego Mexía .de Fernangil, un poeta se­ se hizo en el palacio del Buen Retiro, en Madrid") incluía todo
villano. De igual manera, la pieza en tres actos Amar su propva el aparato apropiado ( iluminación,. máquinas, vestimentas, etc.)
muerte, escrita en el Cuzco alrededor de 1648, exige instrumen­ para un espectáculo palaciego, pero nuevo en Lima. Gran parte
tos militares ( para uria marcha de triunfo) , un coro y voces de de la pieza era presentada en música recitativa, puesto que el
fuera del escenario. A lo largo del siglo, las compañías de teatro compositor de la música no se menciona. Lo más probable es
incluían cantantes e instrumentistas entre su personal. Poseemos que el compositor fuera Torrejón y Velasco, sin rechazar la po­
amplia evidencia documental acerca de varios músicos empleados sibilidad de que fuera Lucas Ruiz de Ribayaz, quien también
por compañías determinadas 9-urante el período virreinal ª. Y había venido a Lima con el Conde de Lemos, pero no permane-
después de la llegada a Lima del Virrey, el Conde de Lemos, en ció mucho tiempo allí 5•
1667, la demanda por la música escénica aumentó : La única ópera escrita y representada en el Nuevo Mundo du­
El sencillo acompañamiento de guitarras y arpas que rante la época colonial cuya música existe, es La Púrpura de la
bastaba para la música escénica cuando el teatro en Lima Rosa de Torrejón y Velasco, estrenada en el palacio virreinal en
estaba en su minoridad, había abierto paso en los últimos Lima, el 19 de octubre de 1701 ( ver p. 68) . Fue encargada
años de Lope de Vega (m. en 1635) y mucho más en los por el Virrey, Conde de la Monclova, en honor a Felipe V en
de Calderón, a una verdadera orquesta, que comprendía su decimoctavo cumpleaños y su primer año de reinado. El li­
bronces, maderas y cuerdas. Marcelino Menéndez y Pelayo breto de Calderón de la Barca ( el dramaturgo español más co­
( 1865-1912) sostuvo que mientras que Lope concibió el nocido en el virreinato) había sido utilizado antes por Juan
drama en términos novelescos, Calderón lo hizo en térmi­ Hidalgo, cuya ópera había sido ejecutada en Madrid en 1660 e
nos líricos. Decir simplemente que los dos autos sacramen­ indudablemente era conocida por Torrejón y Velasco. El libreto
tales representados en Lima en 1670 eran de Calderón, es fue acomodado para la ocasión, ya que Calderón lo había escrito
asegurarnos que la música intervenía constantemente. Pues­ para celebrar el matrimonio de Luis XIV con la Infanta española.
to que la compañía de Torres no podía procurar tanta mú­ La trama se relaciona con el mito de Venus y Adonis, pero Cal­
sica, José Díaz y "sus muchachos" ( que ya habían estado derón agregó a los personajes principales un soldado, un labrie­
cantando en muchas cosas de iglesia) fueron llamados en go y su esposa, quienes, en palabras de Stevenson, proporcionan
su ayuda. Entre sus ayudantes, Díaz contaba no sólo indios "una especie de relieve cómico, una mezcla de lo sublime y lo
con empleo en la catedral, como Francisco de Castro y ddículo, que no se encuentran en los libretos barrocos italianos" 6•
Francisco de Valdés, sino también indios de la parroquia Una loa u oda de cumplimiento, con un texto distinto al de Cal­
de Santiago del Cercado 4• derón, precede a la ópera misma. En secciones de forma binaria,
la loa está compuesta para solo, dueto y coro a cuatro partes.
El Conde de Lemos presentó nueve veces la comedia El Arca Escrita en un solo acto largo ( "Jornada única" ) en va.das escenas
de Noé ( escrita por Antonio Martínez de Meneses, Pedro Rosete
5. Lohmann Villena, El Arte Dramática, p. 276. Para datos más . am�
3. Ver Guillermo Lohmann Villena, El Arte Dramático en Lima du­ plios sobre Ribayaz, ver Stevenson, Fo1mdations, p. 43-44.
rante el Virreinato ( Madrid : Estades, 1945 ) . 6. StMP, p. 121. Sobre el argumento principal ver StMP, p. 120-21.
4. Ibid., p. 271, como aparece traducido en Roberto Stevenson, Foun­ El manuscrito de Torrejón de la obra se conserva en la Biblioteca
dations of New World Opera ( Lima : Ediciones "CVLTVRA", Nacional de Lima y ha sido descrito· en detalles por Robert Steven­
1973 ) , p. 42. Utilizado con autorización. son. Ver Stevenson·, Foundations, para el facsímil y transcripciones.

98 99
( qve incluyen un bosque, un jardín, una gruta, parques, un.a
montaña y los cielos) , la ópera comprende numerosas piezas de
solo que alternan con frecuentes secciones corales breves. .
De las partes principales, el papel de Adonis es ciertamente el
más exigente desde el punto de vista no sólo de su registro sino
también de la extensión de la parte y de su elaboración melódica
( amplios saltos interválicos, cromatismo, imitación de motivos,
figuración veloz) . Torrejón provee a cada uno de los personajes
principales -Adonis, Marte, Venus- con un tema característi­
co, a modo de estribillo. Por lo general presentado al comienzo
de la escena, el tema identifica ese personaje a través de toda
la escena ( ver ejemplos en StMP, p. 125-27) . Esos estribillos
funcionan asimismo como elementos estructurales: "Ellos están a
menudo tan espaciados como para construir dentro de las escenas
una notable unidad arquitectural. Las primeras cuatro repeti­
ciones de Marte están separadas del siguiente grupo de cuatro
por un intervalo tres veces más extenso que la repetición. Oca­
sionalmente . . . Torrejón altera tanto la parte vocal en cada re­
petición ( aunque conservando constante el bajo) , que escribe
una serie de variaciones del bajo fundamental" 7• FIGURA 2-1 Tomás de Torrejón y Velasco. Página titular de la ópera
El acompañamiento consiste en una simple parte de continuo La Púrpura de la Rosa. "La Purpura de la Rosa representacion musica,
( ligeramente figurada) , escrita con una notable versatilidad fiesta con que celebro el año decimo octavo, y . primero de su Reynado
para revelar cambios de contenido. A veces, el bajo imita la lí­ de el Rey Nuestro. Señor Don Phelipe Quinto. El Exmo. Sr. Conde de
nea vocal; otras veces, tiende a mantener cierta independencia, · la Monclova, Virrey Governador y Capitan General de los Reynos de
como en el pasaje coral de las ninfas "No puede Amor". No se el Peru, Tierra firme, y Chile, & Compuesta en Musica por Don Tho­
sabe con seguridad qué instrumentos realizaban el continuo; pro­ mas Torrejon de Velasco, Maestro de Capilla de la Santa Iglesia Me­
bablemente cuerdas y clave ( o arpa) eran los más im·portantes. tropolitana de la Ciudad de los Reyes; Año de 1 701" ( Biblioteca Na­
Indicaciones en la partitura requieren trompetas y "cajas" fuera cional de Lima) .
de escena para anunciar la proximidad de Marte o Bellona.
A lo largo de la obra, Torrejón establece el texto cuidadosa­ sab�r popular, en especial en los conjuntos corales-. "Viva Phi­
mente. Artificios armónicos, melódicos y rítmicos subrayan sim.; lipo" de la loa, y "Arma guerra" y "Huid pastores" en la "jor­
bólicameri.te el significado de ciertas palabras -una alteración nada".
inesperada en la palabra bastardo, una falsa relación en temor, En 1708, la ópera italiana hizo su entrada oficial en el ·vi­
pausas entre cada sílaba de suspensión, etc. ( Ver ejemplos en rreinato con la presentación de El mejor escttdo de Perseo, cuyo
StMP, p. 13 3 ) . En menor grado que Celos aun del aire matan l�breto era del mismo Virrey recientemente llegado y cuya mú­
de Hidalgo ( 1660) , la ópera de Torrejón se caracteriza por un sica era de Roque Ceruti. Este período corresponde al dominio de
la ópera italiana en España, bajo Felipe V. Durante la mayor
7. StMP, p. 126-27. parte de la centuria, la escena en Lima estuvo igualmente domi-
100 101
rte de To­ res dramáticos locales. El archivo de la catedral de Sucre conser­
nada por músicos italianos: Roque Ceruti, desde la mue va parte de la música incidental para la obra de Calderón de la
, des1e al ededo de 17(>5
rrejón hasta 1760? Bartolomé ,Massa
1810 a 182 0. Barca El , monstrito de los jardines, compuesto por Bias Tardío
hasta finales del siglo; y Andres Bolognesi, desde
r r

como música de Gu?man, el maestro de capilla catedralicio desde 1745. La cer­


Muchos villancicos de Ceruti fueron concebidos 13 y cana ciudad de Potosí abrió su propio "Coliseo" en 1616 mientras
· dramática. A cantar un villancico (ver p. 43 y SCAn t. p.
a de diá­ que el corral de comedias del Cuzco fue reemplazado por' un teatro
siu-.) subtitulado Saynete a duo está compuesto en form techado en 1622. Durante el siglo XVII, las compañías viajaban
lo�0 o.' Desd
e un punto de vista estructural, la obra _está más rca ce
cada año desde lima al Alto Perú, actuando desde el Cuzco a La
instru­
de ser una cantata, ya que consiste en una introducción texto
mental corta, un recitativo, un estribillo y dos coplas. El . r
Plat� y Potosí. La �ªY?r parte de la música dramática que so­
· está formado por preguntas y respuestas en las coplas (Prime brevive en el Semmario de San Antonio Abad del Cuzco fue
aparentemente escrita en relación con celebraciones oficiales ta­
tiple: "Sacristán, ¿cuándo aprendiste a cantar armoniosamente?" les C?;ll<? la llec&"ada d� un nuevo virrey o el nombramiento d; un
J?iOl­
Segundo tiple: "En mi país natal, el maestro me enseñaba a eclesiast1co emmente 0 En 1 743, al obispo del Cuzco reciente­
pes"). Posee el carácter jovial y rústico de la
men�e no�brado, Don Diego Morcilla Rubio y Auñón, se le dio
ca,
I.
illa escéni
XVII
tonad
el género español de ópera cómica . . del siglo . . . b1enve01da con una s��ana completa de celebraciones, que
Bartolomé Massa ( 172 1-1799), italiano de nacimiento, quien

i�cluyeron .la representac1on del drama Antíoco y Seleuco del
había actuado en Buenos Aires como regente de un teatro local b;en c<:n?c1�0 �scritor español del siglo XVII Agustín Moreto.
(representando en 1760 su propia ópera Las Variedades de Lna mus1ca mc1dental para esta obra existe en algunas partes ins­
ado del
Pro­
feo ) fue trasladado a Lima, donde llegó a se admin ist
Coli�eo, para lo cual su contrato le exigía tambi én a él " toda . la trumentales anónimas. Ha sido atribuida a Fray Esteban Ponce
r r
_
r

música necesaria para las piezas de teatro, ópera s y ot as divers 10- de León (c. 1 692-c. 1 750). maestro de capilla de la catedral. La
nes ofrecidas en el Coliseo y enseñar y perfeccionar a 8todos los primera canción Venid pastores de Henares proporciona una bue­
r

actores y actrices en todo lo que tuyieran que cantar" • Su I?�­ �ª ilustración �e� estilo cultivado en el Cuzco. Para tiple y con­
sica de escena sobrevive (aunque mcompleta) en la coleccion tmuo y dos v10hnes que entran en diálogo con la línea vocal
privada del director del Teatro de San Marcos de Lima. Incluye la c�nción mues��ª el típico sabor italiano que había sido intro�
las "comedias" El Monstruo de la Fortttna y la Benderd de Na­
1
<lucido en la reg1on por Roque Ceruti 11•
pales ( 1767) , La Presumida y la hermosa ( 1773) y Y o por vos Cuando el ex reaor del Seminario de San Antonio Abad
y vos por otro (1768) y la ópera Primero es la honra (1762), Don Fernando Joseph Pérez de Oblitas, fue elegido obispo d�
esta última representada en el Coliseo. Para�ay .�n 17 49, hubo más fiestas en el Cuzco. Estas incluyeron
Las ciudades de las regiones altas de Cuzco, La Plata y Po­ la eJecucion de una Opera Serenata, Venid, Venid Deidades
tosí del virreinato del Perú, también desarrollaron una vida tea­ un ( SCAnt, p. 108 y sig.). Según Claro, "la música y el texto de
tral' importante. .Se cuenta que La Plata tenía hacia 1639 la Opera Serenata son indudablemente obra de profesionales ex-
"suntuoso teatro público de forma9 ovala da, con dos galerí as, cuya
sen­
construcción costó 50.000 pesos" . • El repertorio que se repre ol,
taba allí comprendía los éxitos más recien tes del teat o españ
ito-
especialmente las piezas de lope �e Vega, así como las de escr
r
JO. Ver Samuel Claro, ''Música dramática en el Cuzco durante el -siglo
XVIII y Catálogo de manuscritos de música del Seminario de San
Antonio Abad ( Cuzco, Perú ) ", Yearbook, Inter-American Insti­
8. Lohmann Villena, El Arte Dramático, p. 431. tute for Musical Research, V ( 1969 ) , 1-48.
Stevenson,
9. De un documento contemporáneo. Citado en Robert
11 . Ibid., p. 24. La canción está transcrita en la p. 12.
Foundations, p. 63.

102 103
perimentados, versados en las últimas técnicas de la ópera ita­ don� ejemplos de cantos de Navidad ("bailes en círculo") y
liana" 12• En realidad, el aria da capo "Con tal derecho bien dis­ canciones seculares recopiladas en la provincia. Martínez Com­
puto" confirma esa afirmación. La presentación dialogada del pañó°: identifica los diversos lugares donde fue compilado el
comienzo de la melodía entre la voz y el violín, los esquemas material y prese.nta las canciones en orden geográfico, además
r�t:riicos de danz�, el canto virtuoso y melismático y la modula­ de entregar versiones alternativas de cada canción 14.
c1on al tono relativo (c. 27-30) son todos rasgos típicos del aria
da capo del barroco italiano tardío (ver SCAnt, p. 111-13).
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
. Dos partituras de música dramática de Fray Ponce de León,
e1ecutadas en 1750 y conservadas en su integridad, muestran
evidencias de haber sido interpretadas con frecuencia. Esas obras . � s hist�r�as generales indicadas para el Capítulo I_ tratan tam­
representan la música incidental para una Comedia de S. Eusta­ b1en la musica secular. La mayoría de las fuentes primarias de
chio, para dos coros, dos violines y continuo" precedidos de la la música secular colonial en América Hispana están catalogadas
habitual loa. en StRBMS. Los géneros teatrales populares españoles populari­
El libro de notas de Fray Gregorio de Zuola, conocido como zados en México están sucintamente estudiados en Vicente T.
Codex De Zuola, incluye setenta obras de música colonial La Mendoza, Parnorama de la Música Tradicional de México (Méxi­
mayor parte son ejemplos relevantes de la clase de música can­ co: Imprenta Universitaria, 1956). Un panorama de la actividad
tada y tocada por el hombre seglar en la época colonial (excep­ te�tral y de ,� literatura se entrega en José Arrom, El Teatro de
tuando, por supuesto, la música popular). El códice, con una 1-Iispanoamerica en la Epoca Colonial (La Habana: Anuario
sola excepció_1;1-, contiene �ompo�iciones en lengua vernácula. Bibliográfico Cubano, 1956). Robert Stevenson, en Foundation
Aparte de HtJOS de Eva tributarios a tres partes, de Tomás de of New World Ope��, trata a fondo "El espectáculo musical es­
Herrera, �endonado en el Capítulo 1, y dos piezas a cuatro p_anol del siglo XVII y proporciona un excelente examen histó­
_ _

pa�tes! Dime Pedro por tu vida y Por qué _tan firme os adoro, nco de la escena lírica peruana. Es también valioso el estudio de
atn��ido a un tal . Correa (posiblemente Manuel Correa, que César Arróspice de la Flor "La música de teatro en el virreynato
muno en 1653), runguna de las restantes obras tiene atribución. de Lima', en Revista Musical Chilena, Nos. 115-116 . ( 1971)
39-51. '
De Zuola mismo puede haber sido el autor de al menos la ver­
sión del Credo Romano que aparece en el libro. Doce de las La actividad musical secular chilena en el siglo XVIII, está
piezas son sencillas canciones monofónicas, que incluyen tres doc�entada 1:or Euge1;1-Ío Pereira Salas en Los Orígenes del Arte
romances espa?oles (registrados como "Romances varios"), cu­ Musical en Chile ( Santiago: Imprenta Universitaria, 1941). Una
yos textos derivan de una fuente impresa: Romarnces varios de buena exposición estilística sobre las obras seculares de Tomás de
differentes authores (Amsterdam, 1688). El sabor popular de Torrejón y Velasco aparece en Samuel Claro, "La Música Secular
algunas de las piezas -en especial Marizápalos y Yo sé que no d�_ J:'é�111ás de TorrejcS11 y Yelasco", R�_Vi[ta lvfustcal . Chilena,
ha de garnar (StMP, p. 153-54) - es resultante de su vivaz carác­ XXVI/_117 (ener? -marzo 1972), 3-23. En la grabación Tablcitu­
ter rí�i�o, con nu.1;1erosas �íncopas y fi�ras con puntillo. ra Mexi·cana del Siglo XVIII para G11,itarra Barroca (Angel SAM-
La ultima coleccion compilada en Peru y ·que merece atención 35029), pueden hallarse piezas de la tablatura mexicana- dé
por el carácter popular de la música que contiene, es la del obis­ vihuela.
P? . �altaz� J�ime M��ínez Compañón (1737-1797), quien 14 . Ejemplos en StMP, p. 304-20, y Stevenson Music in Aztec and
visito la diocesis de TruJillo en 1782-1785. La colección propor- Inca Territory
'
(Berkeley and Los Angeles : university of Califor­
12 . Ibid., p. 1 9. nia Press, 1 968 ) , p. 318- 1 9.

104 105
III

LA MUSICA EN BRASIL

Comparado con el de Hispanoamérica, el desarrollo cultural


brasileño durante los dos primeros siglos del período colonial
portugués fue pobre. En Brasil el desarrollo de la Iglesia fue
retrasado. Aunque se nombró un obispo en Bahía en 1551, no
se crearon otros obispados hasta mediados del siglo XVII, y
Bahía. no llegó a ser sede de un arzobispado sino hasta 1676 ( si
bien hacia el fin del período se habían establecido obispados en
Pernambuco, Maranhao, Pará, Minas Gerais, Río de Janeiro y
Sao Paulo) . Por otra parte, con la posible excepción de la obra
de los jesuitas, la Iglesia en Brasil fue incapaz de desarrollar la
estatura moral y política de su contraparte hispanoamericana. Si
bien proporcionaba educación para los pocos privilegiados, la
mayoría de los artistas e intelectuales tenían que contar con las
instituciones educacionales de Portugal. Durante todo el período
no se estableció en Brasil una universidad que compitiera con
aquellas de alto rango de Ciudad de México, Lima, La Plata y
otros lugares. Las imprentas fueron desconocidas hasta 1808, y
la colonia importaba pocos libros. Sin embargo, el Brasil colo­
nial produjo una literatura importante, primero con los jesuitas
Manoel da Nóbrega y José de Anchieta ( siglo XVI) y Antonio
de Vieira ( siglo XVII) ; después con Greg6rio de Matos, Anto­
nio José da Silva, Cláudio Manuel da Costa y Tomás Antonio
Gonzaga, para no citar sino a unos pocos autores.
Se conoce relativamente poco sobre las actividades artístico­
musicales y la creación hasta alrededor de la mitad del siglo
XVIII. Durante el período colonial, la mayor parte del quehacer
musical se relacionaba directamente con los servicios eclesiásti-

107
cos. El repertorio colonial tardío conservado es, ep. consecuencia, pilla, y logró ser ordenado y aun obtener una prebenda. La
principalmente música sagrada, con unas pocas excepciones ais­ maestría de capilla fue creada en 1559 y ocupada por Bartolomeu
ladas. Sólo recientemente ha sido compilada y estudiada docu­ Pires desde alrededor de 1560 a 1586. De sus sucesores, han
mentación sustancial que atestigua actividades musicales en Per­ sido identificados los siguientes: Francisco Borges da Cunha
nambuco ( Olinda, Recife) y Bahía ( Salvador) . ( desde c. 1608 a c. 1660) ; Joaquim Correa ( desde 1661 a �c.
El clero regular estaba encargado de la organización de la vida 1665) , Antonio de Lima Carseres ( de 1666 a �- 1669) , Joao
religiosa cristiana en Brasil. Los franciscanos comenzaron utili­ de Lima ( probablemente en los años 1670) , Frei Agostinho de
zando la música en la conversión de los indios; pero los jesui­ Santa Monica ( década de 1680 hasta c. 1703) , Caetano de Mello
tas produjeron el impacto más fuerte al importar a la cqlonia Jesus ( c. 17 40 a c. 17 60) y Theodoro Cyr� de Souza ( d�s�e
las prácticas musicales europeas. En 1550, el jesuita Manoel da 1781) . En Brasil, el cargo de maestro de ;ªpilla �? estaba l:mi­
Nóbrega había iniciado la instrucción musical en Bahía. Se tado a las catedrales, sino que se extendia tambien a las igle­
relata que el Padre Nunes, otro jesuita, fue uno de los directores sias parroquiales (matrices) . La;5 calidades exi_gi�as . y �os deberes
de un coro constituido por "seglares de buena voz", que actuaron del maestro de capilla no difenan en ambas 1unsdicci,01;1es. Ad;­
en la fiesta del Angel Custodio en Ilhéus, en 1549. En esa misma más de enseñar' de dirigir el coro y de componer mus1ca, terua ,
que ser un buen cantor y debía s_er capaz de tocar uno o 1?ªs
. festividad, la procesión solemne fue acompañada por "grande instrumentos. El maestro de capilla actuaba como contratista
música" a la que contestaban unas trompetas. También tene- para los servicios musicales · dentro y fuera de la iglesia y esta­
. mos información de una fiesta que tuvo lugar en Pernambuco
en 1576 y que fue descrita como "muy solemne y con música blecía las normas artísticas. El solo controlaba todos los asuntos
polifónica". En verdad, los más tempranos y más importantes mrisicaÍes en su jurisdicción; nadie podía dirigir ningú� conju°:to
sin su autorización. Este sistema de control y monopolio amplia­
centros de música sacra fueron Bahía y Pernambuco 1 • mente practicado, aunque _ilegal, precipit? una e�p�cie de estan­
camiento ( 11estanco") musical en el Brasil colorual .
El primer puesto de organista en la · catedral de Ba�ía f�e
BAHIA establecido por decreto real de 1559. Fue �cupado un ª?-º
mas
tarde por el canónigo Pedro de Fonseca, quien fue suce_d1do por
Oficialmente denominada Sao Salvador da Bahía de Todos os el Padre Francisco da Luz. Pe los maestros de capilla cate­
Santos, Bahía fue· la capital de la colonia brasileña hasta 1763. dralicios previamente mencionad?s, hay información . biográfica
Como primera sede episcopal y el más activo centro del comer­ disponible acerca de Frei Agost1nho de Santa Moruca ( 1633-
cio de esclavos, fue de principalísima importancia para la tem­ J. 713) que pertenecia a . la congregación portuguesa Ordem de
prana historia de la música brasileña. En la catedral de Bahía, Sao P¡ulo I Eremita. Estudió música con Joao Fogac;;a discípulo
la música OCllpaba un lugar sobresaliente en los; servicios diarios favorito de Duarte Lobo. De acuerdo a su biografía escrita en
así como en ocasiones especiales. Se cuenta que antes de 1559, 1737 por uri miembro el.e la Orden de Saó Paulo 3, la pi:odüc-
un tal Francisco de Vacas, "gran músico y cantor", ofreció sus
servicios en Bahía como profesor de música y máestro de ca-
2. El término es de Régis Duprat. Ver Nise Poggi Orbino Y Régis
Dupart, "O estanco da música no Brasil colonial", Yearbook, In­
ter-American Institute for Musical Research , IV ( 1 968 ) , 98-109.
1. Para una información más amplia, ver Francisco Curt Lange, "A
3. Ver Robert Stevenson, "Sorne Portuguese sources for early Brazi­
organizafao musical durante o período colonial brasileiro", en
lian music history", Yearbook, Inter-American Institute for Musi­
cal Research, IV ( 1968 ) , 33.
Actas do V Colóquio Internacional de Estudos Luso-Brasileiros,
IV ( Coimbra, 1966 ) , 5-106.

108 109
ción . completa de Frei Agostinho comprend!a cuarent� . Mis�s de Portugal, y fue compuesto con ocasión de haberse recuperado
( varias de ellas policorales), salmos, Lamentac10nes y vanos Of�­ Mascarenhas de una grave enfermedad 7• Esta obra está escrito
cios de Difuntos. El biógrafo afirma que la mayoría de Ias �­ en el más típico estilo melodramático italiano (para el aria).
_
sas se conservaban en el archivo de la catedral de Bahia. Nm­ El largo recitativo (treintiocho versos del texto) muestra una
gu na, empero, ha sido encontrada. cuidadosa y expresiva musicalización del texto y un adecuado
El primer concilio arquidiocesano de Bahía �vo lugar �n ecmilibrio entre el solista y el acompañamiento de las cuerdas.
1707. Una relación de sus diversas reuniones publicada en Lis­ EÍ aria, aunque originalmente rotulada "Da Capo", sigu e un
boa en 1719 se refiere a la música polifónica ejecutada para la esquema formal inusitado, de tipo AA'BB. La línea vocal exce­
ocasión y caracteriza la catedral como "el templo más sun�oso sivamente adornada con sus contrastes dinámicos posee un tí:
y magnífico de todos los de América". Relacion�� posteriores pico carácter de bel canto (Ejemplo 3-1) ª.
mencionan el canto de un Te Deum en 1728 por cuatro coros
que incluían los mej��es músicos e ins�rumentistas" .Y la prác­ Muchos otros músicos (principalmente maestros de capilla y
tica de la interpretac10n de salmos antifon�les con dos coros organistas) actuaron en las diversas iglesias y conventos de las
polifónicos que alternaban en dos versos, mientras el clero que muchas órdenes establecidas en Bahía, especialmente los mon­
cantaba canto llano respondía en el tercer verso" 4. jes benedictinos. del Monasterio de San Sebastián de Bahía (co­
El manuscrito musical más antiguo conocido de la música co­ nocido como Mosteiro de Sao Bento) y Nicolau de Miranda
lonial brasileña, está en la biblioteca central de la Universidad ( floreció a comienzos · del siglo XVIII), organista de la Iglesia
de Sao Paulo 5• Contiene un recitativo y aria sobre un texto de la Misericordia y de la Santa Casa da Misericórdia. Entre
portugués, escrito en Bahía y fechado el 2 de julio de J � 59, los músicos nativos del siglo XVII, son elogiados varios sacer­
para soprano, dos violines y bajo continuo. �a fuente ong�nal dotes en la Bibliotheca Lusitana (Lisboa 1741), entre ellos Eu­
no entrega indicio sobre el poeta o compositor, pero la pieza sébio da Soledade de Matos ( 1629-1692), hermano del poeta ·
ha sido atribuida a Caetano de Mello Jesus, en base a que Mello Gregório de Matos. Dµrante el siglo XVIII, la música de igl�s�á
Jesus no solamente servía ese año como �aestro de cap�lla. de en Bahía alcanzó su . pináculo. La Hermandad de Santa · Cecilia
la catedral, "sino que también era reconocido. co�o el pn°:c1pal ( Irmandade de Santa Cecilia), la asociación más importante que
compositor y director de la región, y p�r consigu;e�te autorizado funcionaba como una especie de unión de músicos, tanto en
para tratar de igual a i&11a� con. los _pr11;1�ros music?� de Portu­ Portugal como en Brasil, se estableció en Bahía en 1785 y co�­
gal y Brasil" 6• En el Dicc10nar10 Biográfico de Musicos �ortu­ tinuó sus actividades . en el siglo siguiente. Entre los composi­
tores nativos asociados a ella estuvo Damiao Barbosa de Araú­
gueses de José Mazza (compilado en los año� 1790), se atn�>Uye
a Mello Jesus "varias obras para cuatro y mas voces que existen jo, José Pereira Reboucas y otros, de los cuales se han conser­
en Bahía y Pernambuco, también un Arte de Canto de Orgao vado algunas cibras.
en forma de preguntas y respuestas y un tratado sobre los ,�o­
dos". El primer volumen del Arte de Canto, sobre la_ m_usica
polifónica, data de 1759; el segundo, de 1760. El _Recitativo e
7. Masc¡¡.renhas fue también conocido como protector de las artes y

Aria está dedicado a José Mascarenhas Pacheco Pereira de. M�ll?,


las letras, y mientras permaneció en Brasil su nombre estuvo aso.­
ciado con la Academia Brasílica dos Renascidos ( "de los renaci-
magistrado de la "Casa da Suplica�ao", corte suprema de JUSt1c1a dos" ) , una nueva academia de la "intelligentsia" de Bahía.
8 . Para un análisis completo y transcripción, ver Régis Duprat, "Re­
4. Ibid., p. 35. citativo e Aria para sopranos, violinos e baixo", Universitas ( Re­
5. Este manuscrito fue descubierto por Régis Dupart en 1959 . 'vista de Cultura da Universidade Federal da Bahía) , Nos. 8-9
· 6. Stevenson, "Sorne Portuguese sources", p. 41. ( Enero-agosto 1971 ) , 292 y sig.

110 111
1

EJEMPLO 3-1 Caetano de Mello Jesus ( ? ) Recitativo e Aria: Aria, .


..,

"Se o canto enfraquecido", c. 22-35. Transcrito por Régis Duprat.
30 3 3 • A •

r r

Utilizado con autorización.


gló ria re - le - van - te de no - me - tao- su -
. • • 1
:
3 1

I"
r
1

r' • ' 1 1
, -1
Se o canto enfraquecido
nao pode ser qite cante ..... i 1

a gloria relevante
de nome tao subido
mayor vigor o affecto

( Traducción)
gigante mostrará
Si el canto débil
no puede cantar
la grande gloria ma -
de un nombre tan excelso
itn vigor más grande
el inmenso cariño mostrará

' !
22
s
ci - do en - fra - que -

fec to gi gan tra - rá __


Vl.I
Vl.II

Continuo

. 25

- do
r
Los primeros salones de ópera aparecieron en Bahía a co­
mienzos del siglo XVIII, aunque se sabe que habían tenido lu­
. J .J .J
- de
.J P.l.
- .i
ci nao po ser que can - te a

lN: ¡ gar anteriormente representaciones teatrales con música, �orno


.., una con ocasión de las bodas de Carlos II de Inglaterra con la
1
1 Infanta de Portugal Doña Catarina, en 1662. El repertorio dra­
mático local refleja la misma situación que en Lisboa: consiste
1

.......
1

esencialmente en piezas españolas representadas en español.


-(11-

Así, poseemos referencias específicas a la presentación en Bahía


--,¡¡¡

112 1 13

--'
de varias obras de Calderón de la Barca, en 1717 y 1727. El
Teatr? da Cámara Municipal ( 1729), de breve existencia, fue mentos descubre alrededor de seiscientos músicos ( constructo­
sucedido por la Casa da Opera da Praia ( 1760) establecida res de órganos, instrumentistas, cantantes y compositores), que
para 1� ejecución de "óperas y otras composicione's escénicas". trabajaron en la región durante los siglos XVII y XVIII 9 • Un
Posteriormente, en 1760, se representaron tres óperas (Alessan­ músico frecuentemente elogiado d�l siglo XVII es el Padre Joao
dro nelle lndie, A,rtaserse y Didone abbandonata1 acaso de Da­ de Lima, maestro de capilla en las catedrales de Bahía y Oiin­
vid �erez) , a petición del concejo municipal y en honor del da, cuyas obras todavía cincuenta años después de su muerte
mammomo real de Don Pedro y Doña María. Todavía durante eran consideradas "dignas de publicarse para la instrucción de
el período colonial, Bahía vio el establecimiento de la Casa da r,rofesores de música". Otro músico, considerado a la vez exce­
Opera (1798), el Teatro do Guadelupe y el Teatro Sao Joao lente compositor y ejecutante en su propio tiempo, fue el Pa­
(con butacas para 800 personas) , que fue destruido por el fue­ dre Inácio Ribeiro Noya (Nóia), nacido en Recife en 1688.
go en 1922. Ninguna de sus obras se ha conservado, sin embargo. Igual­
Como el más grande centro del comercio de esclavos en la mente se han perdido las obras del mulato Manoel de Almeida
costa atlántica de Sudamérica, Bahía fue rápidamente poblada Botelho (n. en 1721), "uno de los más famosos compositores
por ne�ros , Y. mulatos. Como en otras regiones del Brasil, nu­ de esta época" ( i.e., mediados del siglo XVIII). Fue honrado
merosos musicos negros florecieron en Bahía. La evidencia do- en la corte de Lisboa, "sin permitirse que su color oscuro dis­
minuyera ni una iota la deferencia debida a sus dotes, virtudes
. cumental señala que ya en la década de 1600 había instruc­ y sincero comportamiento" 10• La misma fuente contemporánea
ción mu�ical regular de l<;>s . esclavos negros. Orquestas privadas
y coros mtegra�os por musicos �scl�vos fueron organizadas por menciona varias de sus obras por "ser ansiosamente cogidas por
maestros profesionales en las mas neas plantaciones de caña de los mejores profesionales en Portugal". Su creación incluye una
azúcar y �n las h�ciendas. los contactos portugueses con los Missa a 4 con dos violines, un Lauda Jerusalem, tres versiones
negros . afr�sanos, aun antes que se estableciera la colonia, y la del Tantum Ergo a 4 (una para doble coro) y varias sonatas
subordmac10n cultural resultante de hombres de ascendencia y tocatas para teclado y para guitarra.
africana en la colonia, favorecieron la · formación · de diversas Otro compositor mulato (pardo), Luiz Alvares Pinto (1719-
agrupaciones coloniales de compositores y músicos mulatos. Ade­ 1789), de Pernambuco, reclama nuestra atención, como resul­
más, asociaciones religiosas (irmandades) para negros se fun­ tado del descubrimiento en 1967 del manuscrito de un Te Deum:
daron en Bahía, Pernambuco y Minas Gerais · como lo vere- suyo. Estudió en Lisboa con Henrique da Silva Negrao, el
mos más adelante. ·' organista de la catedral de Lisboa y compositor, bien conocido
por su cabal conocimiento del contrapunto. El mismo Alvares
Pinto· escribió un tratado con el título Arte de Solfejar (el ma­
PERNAMBUCO nuscrito está en la Biblioteca Nacional de Lisboa). Terminado
en 1761, es la obra más temprana de ese género que se conoce
Tanto �;1 B�hí� _como en �o �e Janeiro una apreciable do­ escrita por un autor nacido en el Nuevo Mundo. Cuando fue
cumentac10n histonca da testimomo de un sustancial desarrollo inaugurada la iglesia de Sao Pedro dos Clérigos de Recift:!
musical colo1;�al �n Pernambuco, especialmente en Olinda ( la ( 1782), Alvares Pinto fue nombrado su primer maestro de
sede de la d10cesis hasta 1833) y en Villa do Recife. La más capilla. Su última realización para la vida musical de la ciudad
temprana referencia a la música en Pernambuco hace mención
d.el maest�o de capilla Gomes C�rreia, quien sirvió en la igle­ 9. Jaime C. Diniz, Músicos pernambucanos do passado, 2 vols. ( Re­
sia de Olmda desde 1564. Un numero impresionante de docu- cife : Universidade Federal de Pernambuco, 1969, 197 1 ) .
10 . Como se cita en Stevenson, "Sorne Portuguese sources", p. 1 3.
114
1 15
fue la fundación de la Irmandade de Santa Cecilia dos Músicos
( c. 1778) . Varias de sus composiciones son mencionadas en
fa • mu-lis, fa · mu - lis Sub - ve . ni

documentos contemporáneos. Ellas incluyen principalmente obras


litúrgicas, las cuales sólo el Te Deum mencionado más arriba
y un Salve Regina se han conservado. Otras que podrían ser
1.
fa mu - lis, is fa mu - lis, Sub -ve - ni
fa
J> J
tu

atribuidas a Alvares Pinto, sobre las bases del estilo, incluyen J


tu is mu - lis, fa mu - lis, Sub - ve - ni
J )) J
siete motetes, un Miserere, un Mandatum sin acompañamiento
J)
y un Mandatum a 4 vozes con acompañamiento instrumental. quae . su - mus fa
El Te Deum ( c. 1760) para cuatro voces mixtas y acompaña­
tu is mu - lis, Sub -ve - ni

miento orquestal ( del cual sólo se conservan las partes del


continuo y del corno) , revela un buen manejo técnico del
contrapunto y de la armonía y una correcta escritura melódica.
alternando con la entonación del canto llano, comenzando tra­
dicionalmente con la segunda parte del verso, "Te Dominum
confitemur". La única excepción que se encuentra en la versión
de Alvares Pinto afecta a los versos 5, 6 y 7 ( "Sanctus") . En
quos pre - ti o so san · gui - ne,

la sección "Judex crederis", Alvares Pinto agrega el verso 22


10

'----'
("Te ergo quaesumus") , y desde allí al final coloca todos los t
versos impares. La musicalización del texto es predominante­
quos pre - ti o so san - gui-ne, quos_

mente silábica y el compositor sigue por lo general la acentua­ J. J


quos pre - ti

ción natural del texto latino. El ejemplo 3-2 del comienzo de


"Te ergo quaesumus", ilustra su fluida y competente técnica
contrapuntística. Una doble fuga cierra la obra. quos pre • ti o so

EJEMPLO 3-2 Luiz Alvares Pinto, Te Deum laudamus: "Te ergo quae­
sumus", c. 1-17. De Luiz Alvares Pinto, Te Deum laudamus a 4 vozes,
ed. Jaime C. Diniz (Recife : Secretaria de Educa�ao e Cultura de Per­
nambuco, 1 968) . Utilizado con autorización.

fa
Largo
Te er - go quae . su - mus tu is . mu -lis, quos pre - ti . o so san-gui- ne re · de · mi sti,
15
s

tu .r
A

o . so
Te er . go quae . su-mus is
- pre · ti san-gut-ne re · de - mi sti,
Te er • go quae . su-mus o . san gui • ne re • de mi : sti,
J----J . J J
50

er . go
B
Te
san gui-ne re · de . mi sti, re • de mi · sti,

Continuo

1 16
Alvares Pinto también fue reconocido como dramaturgo y
poeta. Una comedia suya en tres actos, Amor mal correspondido, en especial en las ci�dades d� Vila Rica . (hoy . Ouro _!?reto) ,
escrita en versos y que contiene un coro cantado, fue represen­ Sabará, Mariana, Arraial do TeJuco (hoy D1amantma), Sao Joao
tada en la Casa da Opera de Recife en 1 780. del Reí y Sao José del Rei (hoy Tiradentes). Puesto que la r:ia­
Agostinho Rodrigues Leite (1722- 1786), también nativo de yoría de esos músicos fueron mulatos, este fenómeno ha sido
Recife, fue el principal constrnctor de órganos del Brasil en el mencionado como mulatismo musical 12•
si olo XVIII. Una amplia documentación referente a sus activi­ Siguiendo precedentes portugueses, !a vida musical en la re­
d:�des muestra que proveyó de órganos no solamente a Olinda gión estaba organizada en to �o de diver�as hermandades , y no
(antes de 1757 ), Recife (iglesias de San Pedro Apóstol. Igre­ 7
de la Iglesia. Todos los musicos profes10nales pertenecian a
ja do Carmo) y Bahía (Mosteiro de S. Bento, Ordem Terceira una u otra hermandad. Estas eran la Irmandade de Santa Ce­
do Carmo), sino también a Río de Janeiro (Mosteiro de S. cilia Irmandade do Santissimo Sacramento, Irmandade da Or­
Dento, 1773). De acuerdo con informes contemporáneos, sus den 'rerceira de Sao Francisco, Irmandade de Sáo José dos Ho­
órganos eran excelentes y de bajo precio, habida consideración mens Pardos y muchas otras. De este modo, l�s hermanda��s
de su alta calidad. proveíap. de música y de músicos para la Iglesia o la �umci­
,
palidad, las que generalmente encargab�n. obras es.p�cificas (?
simplemente ejecuciones) para las festividades religiosas. Asi­
MINAS GERAlS mismo' las hermandades establecían archivos musicales.
A pesar del .relativo aislamiento de los principa_les c�ntros
La antes insospechada importancia de la vida musical colonial musicales en Minas, las evidencias señalan la existencia de
de Minas Gerais fue revelada sólo desde los primeros años de constructores de órganos locales (por ejemplo, el Padre Manuel
la década de 1940 11• la región minera de Minas Gerais. rica
de Almeida Silva), el uso del dave en la iglesia y la existencia
en oro y piedras preciosas, fue descubierta a finales del siglo de copias manuscritas e impresos de músicos europeos contem­
:X'VII y fue explotada a través de toda la centuria siguiente.
Elevada a la categoría de Capitanía General en 1720, Minas Ge­ poráneos (Haydn, Boccherini, Mozart, ·Pleyel, Beethoven), _ lo
rais se organizó rápidamente. Al comienzo su sociedad incluía que, además, muestra la exposición del área a las tendencias
indios (de sangre pura y mestizos), colonizadores portugueses estilísticas prevalecientes en Europa. Poco se sabe acerca �e
y brasileños y esclavos negros. A mediados del siglo XVIII, la instrucción musical en Minas. Muy probablemente, las pri­
los mulatos y los negros formaban la mayoría de la población, meras generaciones de músicos vinieron de Bahía, Pernambuco
y Río de Janeiro y fueron mayoritariamente clérigos regu_lares.
a pesar del movimiento migratorio desde Portugal y otras �reas
de la colonia. Un amplio número de mulatos que. eran libres los monjes, que habían sido los primeros educadores musicales
mantenían importantes posiciones entre el clero y se dedicaban a través de toda América Latina no se dejaron ver mucho en
a la artesanía y al arte. El desarrollo: de la arquitectura y la :Minas · Gerais, ya que la construcción de conven�os o monasterios
escultura barrocas locales y el ejercicio de la música se debieron estaba prohibida por decreto real, para prevenir el contrabando
en gran parte a los artistas mulatos. Una documentación subs­ de oro y piedras preciosas. Con toda probabilidad, los compo­
tancial da testimonio de un desarrollo musical único, que al­ sitores recibieron su adiestramiento en las ciudades coste�as de
canzó su apogeo dur�nte el último cuarto de siglo. Hubo casi la colonia, o bien éste fue estrictamente empírico. Para com­
mil músicos que actuaron en Minas Gerais entre 1 760 y 1800, prender el particular estilo cultivado por esos compositores,

11. Gracias a los prodigiosos esfuerzos de Francisco Curt Lange. 12 . Ver Lange, "La música en Minas Gerais. Un informe preliminar",
Boletín Latino-Americano de Música, VI ( 1946 ) , 409-94.
1 18
119
se debería recordar que ellos asimilaron los estilos prevalecien­ término "barroco", que se aplicó primeramente a esta música,
tes en Europa en la época. Considerando los resultados, su ha­ es obviamente inadecuado). Las composiciones de la "Escuela
bilidad en la imitación (al comienzo) y en la asimilación (más de Minas" son, en general, obras litúrgicas a cuatro partes para
tarde) era admirable. Bastante curiosamente, el estilo napolitano, coros mixtos con acompañamiento orquestal de dos violines, viola
que había invadido la Península Ibérica en esa época, no se en­ (o cello), bajo y dos cornos franceses. El uso del bajo continuo
cuentra · en el repertorio de música sacra de Minas Gerais. Casi no es uniforme. El doble coro aparece, aunque no frecuente­
todos los compositores de quienes se conservan obras parecen mente, y el contrapunto es evitado, en la mayor parte, en favor
haber cultivado un estilo homofónico preclásico. ( Así pues, el de la homofonía.
Los más importantes compositores que actuaron en la Capita­
nía fueron José Joaquim Emerico Lobo de Mesquita (c. década
1740-1805), Marcos Coelho Netto (t en 1823) , Francisco Go­
�... ;_� .,, mes da Rocha (t en 1808) e Igriacio Parreiras Neves (c. 1730-
c. 1793). El manuscrito musical más antiguo descubierto hasta
. .
. . ..

aquí lleva la fecha de 1779, pero el repertorio fue copiado de


_

nuevo en la década de 1880 para uso en Minas Gerais y . en


las provincias vecinas (especialmente Sao Paulo) , y los manus­
critos anteriores pueden haber sido descartados.
Lobo de Mesquita,. compositor y organista, pasó la mayor parte
de su vida en Arraial do Tejuco y Vila Rica. Ingresó a la her­
mandad de Nossa Senhora das Merces dos Homens Crioulos (de
Tejuco), lo que indica que era mulato. Al parecer fue el primer
organista de la Irmandade do Santissimo Sacramento en Tejuco
y trabajó concurrentemente en la Irmandade da Ordem Terceira
do Carmo. Se trasladó a Vila Rica alrededor de 1795 y allí
trabajó por un año y medio como compositor, director y orga­
'f $ �''.t'�;N ,;&J� 1,1, W<ilf:i1ift?Et''il)!iXi,:tei
0 nista para la hermandad Ordem Terceira. Por razones descono­
cidas, se trasladó luego a Río de Janeiro, donde sus actividades
profesionales no han sido aún determinadas 13• A juzgar por el
número de obras suyas hasta ahora descubiertas, Lobo de Mes­
. . . . .
� - ·

quita fue el compositor más prolífico de la Capitanía. Sus: más


tempranas obras conocidas son las antífonas Regina Coeli Lae­
tare y Zelus Domus Tuae, ambas de 1779. Los pocos, primeros
compases de Regina Coeli ilustran la escritura del coral clásico
del compositor (Ejemplo 3-3). El comienzo de la línea meló- ·
FIGURA 3-1 José Joaquim Emerico Lobo de Mesquita. Regina Coeli
laetare "1779 Antiphona Com Violini, Corni, Viola obrigada Violonce­ 13 . La afirmación de Lange de que él pueda haber enseñado al com­
Ho/Regina Coeli laetare. Autor : José Joaquim Emerico Lobo de Mes­ positor de Río José Mauricio Nunes Garcia es puramente especula­
quita. Pertence á Antonio José Días Ribeiro" ( Palacio Arzobispal. Ma­ tiva. "Os compositores na Capitanía Geral das Minas Gerais",
riana, Minas Gerais ) . Estudios Históricos, Nos. 3-4 ( 1965 ) , 33-1 1 1.

120 121
t ··-··--- ._.. ·

EJEMPLO 3-3 José J.E. Lobo de Mesquita, Regina Coeti, c. 1-7. des simples con frecuentes funciones de tónica, dominante y
subdominante.
Otras obras de Lobo de Mesquita disponibles en transcrip­
ciones modernas ( algunas de ellas publicadas). incluyeron una
Antip.hona de Nossa Senhora ( Salve Regina) ( 1787) , una Misa
a (solo) b (tutti)
(solo)

en M1 bemol, una Misa en Fa, un Te Deum, varias letanías, mo­


Re - gi - na cae - li lae-ta re Re - gi - na

tetes y Oficios de Difuntos, entre otras obras. La Salve Regina


s
es quizás el mejor ejemplo del estilo homofónico concertante
A

del compositor. La estructura tonal de esta obra revela la típica


lae - ta re

simetría a lo largo del círculo de las quintas del período clá­


lae ta re

sico temprano ( v. gr., C.P.E. Bach, Haydn) . Las partes voca­


les e instrumentales tienden a independizarse unas de otras,
T
B
lae - ta re
con los violines concertantes escritos en terceras o sextas para­
lelas.
La Misa en Mi bemol de Lobo de Mesquita, para coro mixto
Continuo

y acompañamiento orquestal de cuerdas, dos flautas, dos oboes


4�

y dos cornos, se compone sólo de Kyrie y de Gloria, pero es


3
(tutti)

de amplias proporciones. Pertenece al género concertante, con


cae , li lae - ta - re Re - gi - na cae - li · lae - ta re

ocho corales, un dueto y tres arias. Aunque esta Misa revela un


uso excesivo de la homofonía y de figuras rítmicas isométricas,
también proporciona algunos de los raros casos en la obra de
lae - ta re Re - gi - na cae li lae - ta - re

Lobo de Mesquita de efectiva escritura contrapuntística. En el


JJ J
lae - re Re - gi - na cae li . lae - ta - - re

J _J Christe eleison, aparecen imitaciones, aunque no en estilo fugado,


que alternan con pasajes puramente homofónicos ( Ejemplo 3-4) .
_J _J

Las partes instrumentales doblan a las partes vocales, práctica


------
lae - ta re Re - gi - na cae - Ji lae - ta - - re
usual en la música de iglesia europea de la época. Lobo de Mes- .
quita escribe sus arias en la forma da capo ( por ej. el Quoniam,
aria para soprano) y hasta utiliza un pasaje de breve desarrollo
temático en el Domine Deus. Todos estos son componentes es­
6 6�

dica del soprano ( solista) constituye el antecedente ( a) de la tilísticos de las prácticas clásicas europeas.
frase, seguido del consecuente ( b) de la misma extensión ( tu­ Marcos Coelho Netto, probablemente . nativo de Vi1a Rica,
tti) . En este tutti, mientras la parte del tenor permanece en f1;1e como su padre, de igual nombre, compositor, director y
la dominante ( c. 2) , los altos y los bajos avanzan por movi­ eJecutante del corno francés. Se ha reunido poca información
miento contrario. Este procedimiento se mantiene en d c. 4, biográfica sobre el padre o el hijo. Los. testimonios señalan que
pero las partes son invertidas. En este pasaje, las progresiones ambos fueron miembros de la Hermandad de San José de los
armónicas y las modulaciones son totalmente características del Hombres Pardos de Vila Rica, pues la iglesia de San José es­
soberbio estilo del compositor -especialmente el uso de acor- taba especialmente relacionada con los muchos mulatos de la
1

122 123
rT
1
- ¡I
EJEMPLÓ 3.4 José J. E. Lobo de Mesquita, Missa (Mi bemol 1:1�yor ) : son e - le son
"Christe eleison", c. 1-21. Las partes instrumentales se han om1t1do. 20

e - le
son Chri ste e le son

1
(Alle�ro)
s son Chri ste le son
A
le
J
Chri • • ste e

e - e
T
son le - son le - - son
B

ciudad 14• Las _acti vi dades del hijo en la hermandad i ncluían


principalmente la dirección musical en festividades importantes,
e le i.
Chri

desde 1808 a 1815, de acuerdo con documentación existente.


son

I Un himno, Maria Mater Gratiae, escrito en 1787, ha sido atri­

- - bui do a Coelho Netto hijo. Esta obra breve, para coro mixto
• le

J ¡ J .J.
Chri ste e

y acompañamiento orquestal de cuerdas y cornos franceses, com­


son
• • le - i •
e
1

bina efectivamente rasgos estilísticos del barroco tardío y clá­


Chri ste

s icos. Otras obras atribui das a Coelho Netto incluyen un Credo,


tres Ladctinhas ( letanías) y tres Misas.
Francisco Gomes da Rocha es mencionado como contralto en
un documento del Senado Real de la ciudad de Vila Rica, de
1780. Sucedió a Lobo de Mesquita como conductor de la Ter­
ceira Ordem do Carmo, alrededor de 1800. En 1768 había in­
son 10

gresado a la hermandad "Negra" de Sao José dos Homens Par­


dos. Los registros de esa asoci ación lo mencionan como timbalero
e le

del reg imiento local de dragones ( lo que sugiere las variadas


le

fuentes de entradas que buscaban los músicos coloniales) . Las


i ¡ obras conservadas de Gomes da Rocha (Novena de Nossa Sen­
hora do Pilar a 4, 1789; Spirit1ts Domini a 81 1795; Popule
1 '
• i •

i}IfJtts a QufttfQ VQzes; Cum Descendentibus in Lacum. para .


ste • e • le 1 '
¡,
ll tít
'¡ i Sexta Feira da Paixao) exhibe acaso, entre los compositores de
ste e • le
Ghri

la región, la asimilación más original de los rasgos estilísticos


15

puramente clásicos tanto en el tratamiento del coral como en el


,/

acompañamiento instrumental. El Spiritus Domini a 8 trata el


e le
1'
son

e -
le
son
.O, 14 . Ver Lange, "Os irmáos músicos da Irmandade de Sao José dos
Homens Pardos de Vila Rica", Yearbook, Inter-American Institute
Chri • ste e • le for Musical Research, N ( 1 968 ) , 1 10-60.
son

125
responsorio polifónicamente en tres partes, Andante, Allegro, cionado como director . musica .
Andante. El primer Andante es un ejemplo del estilo coral del co1::o el "compositor de fa. múlskaFr1:n�sco . Fttado -�ª Siylveira
compositor. Compuesto para doble cero, este pasaje d e treinti­ paruas de ópera locales inte " . ay 1ll ormac10n d
e com­
radª� por negro
s iete compases muestra variedad. textura! a través de la imita­ solamente en Bahía y ío d/ . s Y mulatos, no
ción artificial. El segundo Andante exhibe un carácter más dra­ tan distantes de la costa coJ:n2r.?, �mo también en lugares
R
;�:ba,
mático, creado por medio de la tensión cromática y las indicacio­ ópera probablemente de Jornm
elli
. nde en 1790 una
o in � oma, fue r
nes dinámicas (piano a f arte, con mezza voce y sf orzando). tada por un elenco de sólo mu epresen-
La primera . mención d e las actividades de Ignacio Parreiras la;os.
N eves como cantor proviene de los registros de la Hermandad
de Nossa Senhora da Merce. En 1752 ingresó a la Irmandade RIO DE JANEIRO
de Sao José dos Homens Pardos, en la qu e participó activamente
como músico. Existen dos obras que llevan su nombre. Un Cre­ Se conoce poco del cultivo de , ·
do, escrito entre 1780 y 1785, para coro mixto y orquesta, los siglos XVII y XVII Var· 1...?sla mu_sic a · en !{10 de Janeiro
sigue el estilo homofónico preclásico de la Escuela de Minas . cionados !=On el Monasterio d · mo n1 es del siglo �II
rela-
e Sao B,ente fueron mu,
en

En 1967 salió a luz un Oratoria ao Menino Deos para a Noite ll l . s 1cos


F Fr:ngsco d� �ruz, Frei Plácid
de Natal, incompleto ( 1789) . Su importancia se acrecienta por ; �;e¡°;f{�� o Ba:bo�=
el h echo de que es la única obra coral secular co nocida de Mi­
1:�
�a
tres de capilla . en la ig�i; d�ss:er�gbs ��tuaron, como maes- .
15

nas Gerais. las partes que se conservan sugieren que este ora­ e astian ( mas tarde
dral) · fueron el p. C. osm e Ra cate-
torio de Navidad, originalmente concebido para solistas, coro p mo s de Moraes ( nomb
rad o
1645 ) .
. . y e1 . Manoel - da Fonseca ( nombrado en 165 3 en
y orquesta, era una obra de vastas proporciones 15• s1gu1ente m aestro d
e capilla conoc!·¿0, . ) El
Las actividades teatrales en la Capitanía de Minas Gerais es­ queira ( 169 2-1 759 ) nativo. Antoruo Nun es d e Si-
tán bien documentadas, pero no se conserva ni una obra pro­ puest? 4e . rector del 'seminarfode Sao Paulo t bte · , n tuvo el
ducida allí. La primera Casa da Opera fue erigida en Vila Rica su Biblioth eca Lusita
diocesano. fu�da:. en 1740. En
na ( 174 1) B rbosa M ch.ado .
en 1770. Consistía en una amplia s ala, con escenario y ornamen­ s ico Joao Seyxas d
a Fonseca,. n' acido
_a � cita al mú­
tación adecuada. El repertorio de ópera, conocido a través de _ en Rio en 168 1, q
estudió en Bahía
e d 1r
· ui en
un informe de gastos del municipio de Vila Rica, comprendió de sonatas de te�1::f� !uy: � it al a. Al parecer pos
t í a un libro
. s,, i preso en Flo .
óperas portuguesas ( o por lo menos óperas provenientes de el título de Sonata . renc 1a en 173 2, con
e

Portugal ) , pero también al parecer algunas compuestas en el de Pistoya. Se ha d:m�:tr;d.o qu� postas P?� Ludovico Justini
esta colecc1'?n es la mi
ªvo com

lugar. El escritor Oáudio Manuel da Costa, del grupo "Arcadia presa en 17 32 con el t'tul d sma im­
Ultramarina", escribió la pieza O Parnaso obseqztioso ( basado en dt
Le bourgeois gentilhomme ) , señalándola como una 'ópera para aovico G ' t ' · di' p·istoia,
. m e · · · Composte Da D Lu­
a D a Cim ba lo di piano, e
f.ort� detto volga,rment; :Wt lk�;
r nocido como 'la primera m�
ser narrada con mús ica". Probablement e el escritor t enía un conocida if;c::da, de cualqu�ico er clase, que esp ecifi
sica
compositor a su disposición para su intento. En 1786, la Cá­ pianofor;e 11. ca el uso del
mara Municipal de Vila Rica encargó tres óperas, con ocasión ---
de las festividades para celebrar los esponsales de los Infantes 16. Ver Lange, "La
R eales de Portugal y de España; Marcos Coelho Netto es men-
op ra Y Ias easas de Op
� era en el B rasil colonial",
.
· no de Music
Bolet,in Inter-A merica
' a, No. 44 ( noviembre 196
3-11. 4) ,
15 . Para una descripción más detallada, ver Béhague, "Música mineira William. S. · Newman, Th e
. Sanata in the Baroque Era ( Cha
colonial a luz de novos manuscritos", Barroco, 3 ( julio 1 97 1 ) , 25. Hill .· Umv .
ers1ty of North Carolina Press, pel
196 6) ' P: 1 94-95. Ver
126
127
leña, Río de cido un curso de música abierto al público y gratuito. Man­
Cuando en 1763 llegó a ser la capital brasia musical del tuvo esta actividad por unos treintiocho años, enseñando a al­
tan i en l vid
Janeiro adquirió una nuevo impor � � ,
l a Rio e?- 1808, gunas de las personalidades más conocidas de ese tiempo, como
país. Pero con el tralado de la faID11ia rea ro del inmenso
a

F;ancisco Manuel da Silva. En la época de la llegada del prín­


la ciudad devino de la noche a la mañana el centmulat y sacer­ c1pe Don Juan y la corte portuguesa, la fama de José Maurí­
imperio portugués. La carrera del compositor est
5>
a estrecha­ cio. estaba bien asentada en la colonia, y ya había compuesto
dote José Mau ício Nun es G cí ( 1767 -1830 )
n yr (hasta va�1as o�ra�, que comprendían graduales, himnos, antífonas y
mente conectado con la estada en Río de Don Jua iJ o de un
r ar a

o I. H Misas. S1gu1endo el precedente de . la familia real de Bragan�a,


1821) y con el reinad,o del ��perador Ped t se lo Don Juan fue el protector de la música. José Mauricio, cuyo ta­
lme
subteniente pobre, Jose Maunc10 � como gene � d1;1i st�in .ido
r

s lento fue reconocido de inmediato, sacó ventaja del sistema de


nombra en Brasil) puede ser considerado el m sabe gu
r

de s?­ mecenazgo que operaba en la corte. En 1808 fue nombrado


compositor brasileño de su tiempo. Nada preciso se
a

todo emp i­ maestro de capilla de la Capilla Real, para la cual escribió


educación musical la que probablemente fue del en la Fa­ treintinueve obras sólo durante el año 1809. El entusiasmo del
ca
rica. No hay pruebas de que haya estudiado músi
zenda Santa Cruz' est bleci d por los jesui t s en los alrededo- príncipe por el compositor brasileño se expresó también con
o 18. Al pa- la �oncesión de la Orden de Cristo. Pronto llegó a ser el com­
res de Río de Janeiro, como a menudo se ha refen'd ro local,
a a a

aest positor de moda y famoso por su destreza improvisatoria en el


recer recibió cierta instrucción en solfeo con un m
ción egul en filos <;>f�a, len­ t':clado en los salones de la nobleza de su tiempo. Sigismund
�1?-
Salv;dor José, y tuvo una educ !,
1784 , se emp eno p t ici par en Neukomm (1778-1858) ,. el compositor austriaco y ex discípulo
guas, retórica y teología. En
a r a

lia, una de las de Haydn, que vivió en Río desde 1816 a 1821, menciona a
la fundación de la Hermandad de Santa Ceci
ar

musi c les p of esi9nales de la José Maurício como "el primer improvisa dor en el mundo".
más importantes organizaciones Sao Pedro dos Con la llegada en 1811 de Marcos Portugal (1762-1830), el
época, e ingresó oficialmente a la Herm nd d de
a r

s cerd ote 1 3 de marzo �e más famoso compositor portugués de su época, el poder y la


Clérigos en 1791. Fue ordenado .�
a a

s _m1;­ producción de José Maurício comenzaron . a declinar. Su humil­


1792. (El sacerdocio era entonces 1� s lv c10n de . ?1ucho t1tu1
a

como tamb 1en cons dad y benevolencia le impidieron contrarrestar las intrigas de
sicos sin fortuna ni cuna noble, as1
a a

Muc s de s s con­ P?rtugal. Después de ello, sus actividades como compositor y


a

una base ideal para una carrera musi�a l). p� �


eos elogi aron t nto sus cu lid ades art1st1cas e intelec- director se concentraron en las hermandades de la ciudad, aunque
temporán su posición en la Capilla Real nominalmente se mantuvo. Hacia
tuales como las sacerdotales.
a a

en el cargo 1816 su salud comenzó a quebrantarse y su capacidad de tra­


El 2 de julio de 1798, José Maurício fue n�mbrado .iro. Este b ajo se redujo considerablemente. Todavía el 19 de diciembre
o de J ne
de maestro de capilla de la catedral de Ri . d. El aestr de 181? 1irigió el estreno en Brasil del Réquiem de Mozart,
era el puesto musical más importante en la cmd rgarust � ?
a

an� : tení 9-ue s: a , di­ acontec1ID1ento reportado por Neukomm en la Allgemeine Mu­
a

de capilla cump lí vari s fund ;. . r �


do de nombrar zikalische Zeitung de Viena. Aunque el mismo emperador -Pe­
rector compositor profesor de musica y encarga abía estable-
a a a

dro · I era músico, los años que siguieron a la' independencia


músic�. Aun anted de aquella fecha, José Maurício h ( 1822) no fueron favorables al desarrollo artístico. Las difi­
también los testimonios de Stevenson en "Sorne Portu
guese sour­ cultades económicas y la salud precaria arruinaron los últimos
ces", p. 3-6. nueve años de José Maurício. Murió en la extrema pobreza.
Lange cree que el conservatorio de Santa Cruz es una
leyenda. Ver Según deofe Person de Mattos, que compiló un catálogo te­
Lange, "A Música Erudita no Regencia e no Impér io", mático de la producción completa de José Maurício, se conser­
18 .
van 237 obras ( sagradas, seculares e instrumentales). El manus-
Histórica
Geral da Civilizafao Brasiléra, II, 3 73.

128 129
!
! crito nµ.s antiguo data de 1783 ( la antífona Tota Pulchra es ) sino también en la frase coral inicial unísona ( Ejemplo 3-5 ) . Las
y su última obra es de 1826 ( Missa de Santa Cecilia) . Su pe­ arias son altamente adornadas y virtuosísticas. El manuscrito ori­
ríodo más productivo se extiende de 1795 a 1 8 1 1 . Unas once ginal indica que las partes de soprano estaban destinadas a cas­
obras atribuidas a él son de dudosa autoría, principalmente en trad, de los cuales algunos habían sido traídos con la corte¡ real.
consideración a las bases estilísticas. Al menos 171 obras que
se s�be existieron ( a través de menciones escritas o de catálo­
gos compilados en la última parte del siglo XIX ) no han sido EJEMPLO 3-5 José Maurício Nunes Garcia, Missa Pastoral ( 181 1 ) :
redescubiertas hasta ahora. Entre ellas está una ópera, Le Due Gloria, c. 1 -4. De Oeofe Person de Mattos, Catálogo temático das obras
Gemelle, que se sabe fue representada en el Teatro Regio con do Padre José Mauricio Nunes Garcia ( Río de Janeiro: Ministério da
ocasión del cumpleaños de la Reina María. Educa,;;ao e Cultura, 1970 ) , p. 159. Citado con autorización.
La producción total de José Maurício, principalmente música
sagrada, ha sido dividida en dos períodos distintos; pero hay
escasa justificación para tal división, puesto que difícilmente
se puede hallar un desarrollo estilístico uniforme. Junto a obras
mayores de una tendencia estilística bien definida hay otras me­
nores sin concordancia de estilo. Los años 1 81 0-181 1 revelan,
sin embargo, un cambio en la orientación estilística, probable­
mente como resultado de las nuevas posibilidades de ej·ecución
abiertas con la presencia de la corte real en Río, así como la
de Marcos Portugal. Este último dictaba la orientación estilística
de la música portuguesa, que continuaba en ese tiempo bajo la
influencia de la escuela napolitana. Las influencias operáticas
italianas impregnan por consiguiente tanto las . secciones corales
tomo las arias de las . Misas de José Maurício y otras obras 3 ----- .e,
posteriores a 1 81 0 ( ver un ejemplo en StLACA, p. 173 y sig: ) . ; ----'---'---
5
la Missa de N. Sra. de ConceifaO ( 1810) parece ser la más
clara muestra de la transformación .del estilo que afectaba al El tratamiento coral en las obras tempranas de José Maurício
repertorio sacro de la colonia en esa época. El estilo del bel es por lo general más refinado que en las posteriores, y res­
canto rossiniano aparece en las secciones de solo ( en la forma ponde a un claro anhelo de expresión piadosa. Casi todos los
da capo) de esta Misa, así como en los pasajes concertantes. . La primeros motetes, graduales y piezas para Semana Santa, mues­
Missa Pastoril para a Noite de Natal ( 181 1 ) recuerda las Misas tran grados variados de esa intención, como en un. Crux Fidelis
de Cherubini; sólo exige nueve cantantes solistas y coro ·a cua­ a cappella (c. 1805 ) , cuya expresión es acreceQ.tada por el ero-
tro partes ( SATB) , acompañado por una orquesta sin violines. . matismo en una textura predominantemente homofónica ( Ej em-
La elaboración de las partes de viola indica la presencia en Río plo 3-6) . · · · · ·
de consumados violistas de ese tiempo. La tesitura más bien La mayoría de las obras sacras del compositor son para cua­
baja del acompañamiento orquestal reaparece en las obras sub­ tro voces mixtas con acompañamiento orquestal. Muy pocas
siguientes. El comienzo del Gloria ilustra el impacto de los exigen una ejecución a cappella. Hasta alrededor de 1 800, José
modelos operáticos en la música sacra del compositor, no sólo Maurício usaba frecuentemente orquesta de cuerdas y unos po­
en la introducción instrumental de tres compases ( clarinetes) , cos instrumentos de viento ( en general, flautas y cornos) , pero

130 131
EJEMPLO 3-6 José Maurício Nunes García, Crux Fidelis, c. 1-8. De conservadas incluyen las cinco partes del Ordinario; y siete se
limitan al Kyrie y al Gloria. Aunque diferentes en cuanto al

Cleofe Person de Mattos, Catálogo temático das obras do Padre José Mau- I ' ':
1-fcio Nunes Garcia (Río de Janeiro: Ministério da Educa�ao e Cultura, 1i tratamiento, las Misas presentan las siguientes características
1970 ) , p. 300. Citado con autorización. generales. Las proporciones de las diversas secciones siguen un
patrón más o menos establecido de un Credo corto luego de
monumentales secciones de Kyrie y Gloria. José Maurício mues­
tra obvias preferencias en la distribución de las partes de solo, en
Andante sostenuto

s
el carácter asignado a las diversas secciones y en el uso de tex­
p

tura homofónica o imitativa en pasajes específicos. Por ejem­


A
' fi
plo, el Criste eleison es tratado a menudo como fuga o sección
1.
de lis

.J
Crux

fugada. El Laudamus aparece generalmente como solo de so­


\

B prano o como dueto. El Cum Sancto Spiritu está muy a menudo


dividido en dos secciones contrastantes, una corta y lenta se­
T

guida de otra fugada sobre el mismo texto o sobre el "Amen".


f p

las versiones de fecha posterior a 1808 presentan pasajes fuga­


dos o fugas reales con más frecuencia que las anteriores. Se ha
p

señalado, sin embargo 19, que no todos los elementos de los pro­
fi
cedimientos de la fuga se hallan presentes. Un ámbito modula­
de lis

torio bastante limitado caracteriza las diversas exposiciones, y en


Crux
J.
la primera exposición hay a menudo una voz contrapuntística
que no funciona como contrasujeto. Asimismo, José Maurício
p
ütiliza raramente el stretto y raras veces . sigue las prácticas de
f

después de 1808 más o menos su orquesta incluyó más típica­ la escritura fugada del siglo XVIII.
mente instrumentos de viento madera en pares, dos trompetas, Entre las varias composiciones para servicios fúnebres, la Misa
un trombón ocasional y cuerdas. Un clarinete agregado al con­ de Réquiem de 1816 es considerada la obra dé más elevada im­
junto alrededor de ese tiempo es el inst� ento de viento ma­ portancia artística del compositor. En verdad, es una de las
dera que más aparece en sus obras posteriores. Se pueden . hallar Misas más logradas escritas en América. Al parecer encargada
influencias del estilo clásico vienés, junto a una continuación de por Don Juan VI para las ceremonias fúnebres de la Reina
prácticas barroc�. Es_ ��bido que había ;11:1-ª espléndi1a biblio­ María I, la Misa representa el carácter noble y grandioso de la
teca musical a d1spos1c1on de Jose, Maur1c10, con copias de las música fúnebre de corte de su época, aunque no está despro­
mejor�s ob_ras clásicas europeas de la époc�. �or esto, no es sor­ vista de _ elocuencia _ religiosa. Escrita origin�Imente para _ coro a
prendente que tuviera un perf�cto conoc1m1ento de los proce- cuatro partes y solistas, con cuerdas, dos clarinetes, dos cornos
dimientos musicales contemporaneos de Europa. ., y "flautas, trompetas y timbaleros ad libitum" ( como se indica
Las Misas forman la columna vertebral de la producaon total en el autógrafo) , esta obra presenta mucha repetición temática
de José Maurício. De unas treintidós :ersiones .que se sabe co�­ en las diversas secciones, sugiriendo que fue compuesta en un
puso, existen nueve, excluyendo la Mis� de D1funt?s y la �sa
para los servicios de Se�ana Sanfª: Diez Credos mdepend1en­ 19. Por Cleofe Person de Mattos, Catálogo Temático das Obras do
tes registrados en el catalogo temat1co de sus obras, parecen . ser Padre José Maurício Nunes García (Río de Janeiro : Ministério da
la prueba de que escribió aun más Misas. Sólo siete de las Misas Educa�ao e Cultura, 1970 ) , p. 3 5 7.

132 133
ado y de
erío d d ti m po. El Dies · !rae es muy elabor de esta . .
b reve p del es ilo
. Como una muest ra 7 c los compases
EJEMPLO 3-7a José Maurício Nunes Garc1a, Missa dos Defuntos ( 1 816) :
proporciones no usualees y
e

-7
e

33
o
Requiero aeternam c. 1 -5 · D e Cleofe Person de Mattos, eatálogo· temá-
los Ej empl os
t

Misa, se reproducen eln Kyrie y del Dies lrae.


a . das obras do 'Padre José M uric , . Nunes Garcia (Río de Janeiro :
iniciales del Introito,os conservados de la música orquestal de
tico
:
Ministério da Educac;ao e Cu1 ra, ;; 7o ) ' p. 269. Citado con autori-
Los pocos ej empl
enden la ob ertur
zación.
José M uríc io co m pr estade. En s mayor
onía en
,;

a Z emwa, la Sinf
y as perís­
1
R e, la orma y ca rácter
de las obertur
a u
la Sinf onía T emp

parte, ell igu en f lar > sólo


ebre
vocales secu
onía Fún
a. De sus ob ras
Sinf o
j
a épo c
. (Chorus)

d
Larghetto sostenuto

ticas itali nas el dra ma O


es, secciones corales para
as s la es p

quedan C
a e l
oro par a o ent rem

¡
p
dos Defu,ntos. "Com­
icio Nunes Garcia. Missa
p

EJEMPLO 3 -2 José Maur 181 6, coro Flautas,


Maudc io Nunes Garcia, no anno
posta p elo Pe. José la de Música da
tum" . B iblioteca de la Esco
(Cello)
Libi
Re
ad
qui -em
clari ns e Tim balles
Rio de Janeiro ) .
U niversidade Federal do

- ne

l EJEMPLO 3-7b José Maunc10 , · Nunes Garcia' M"issa dos Defuntos


( 1816 ) : Kyrie eleison c 1-5 De Cle�f: Person de Mattos, Catálogo
temático das obras do 'Padre josé Mauricio Nunes García (Río de Ja-
neiro : Ministério
. - e Cultura' 1970 ) , p. 269. Citado con
da Educac;ao
autorización.

Allegro moderato Ky ri e
f
e----
SA

Ky ri - e e
T B/ .

Ky - ri - e e · le - i - son Ky - ri . e__

134 135

·· : · ·· -- J7E
siglo XVIII, probablemente tuvo su origen en la colonia. Gra­
cias a la popularidad del poeta y sacerdote brasileño Caldas
le son

Barbosa (17 38-1800) , los tipos predominantes de modinha en


los salones de Lisboa (así como en los de Río de Janeiro) a
. son e le . i • son fines del siglo XVIII, fueron los de Brasil. Una colección ma­
. nuscrita -de Modinhas do Brazil, anónimas (MS 1596, Biblioteca
leí
e•
Ajuda, Lisboa), contiene acaso los más tempranos ejemplares
Ky ri. • e
f .J, JJ conocidos, cuyos textos pueden ser atribuidos a Caldas Barbosa 2º.
las treinta canciones d e la colección son en su mayoría duetos,
Ky . - e
1 con una musicalización predominantemente silábica del texto,
- son
y, en el conjunto, con líneas vocales sistemáticamente sincopa­
ri e le

EJEMPLO 3-7c José Maurício Nunes Garcia, Missa dos Defunt


os das. Además, casi todas están escritas en metro doble y exhiben
( 1816 ) : Dies irae, c. 1-7. De Cleofe Person de Mattos , Catálog o temá­ un constante movimiento pararelo en terceras y/o sextas, lo
tico das obras do Padre José Maurício Nunes Garcia ( Río de
Janeiro : que también constituye un rasgo de la mayoría de - las modinhas
Ministério da Educa�ao e Cultura , 1970 ) , p. 269. Citado con autoriz a- ,¡ "a duo" impresas, como se encuentran en el Jornal de Modinhas,
¡ publicado regularmente en lisboa desde 1792 a 1795 por los
franceses Marchal y Milcent. El acompañamiento instrumental
ción.
de muchas modinhas impresas es una parte completa de piano
o clave, p ero se proporciona solamente una línea de bajo (a
1

f
Allegro vivo

menudo con figuras). Según relatos contemporáneos, se ejecu­


taba en guitarra. En el MS1596 de Ajuda, el carácter del acom­
pañamiento (Notas de acordes determinados, arpegios, ocasional
(VI.)

bajo figurado) sugiere más el acompañamiento original de. gui­


tarra que la más refinada parte de clavecín de las modinhas
f

(Cello & Bass) impresas. En este aspecto, la Modinha N9 8 de la colección,


''Quem ama para agravar", llama la atención por la siguiente
anotación en el manuscrito: "Este acompanhamento devese to­
car pela Bahía" (Este acompañamiento debe tocarse allá por
Bahía), porque el estilo de su acompañamiento se asocia con
Brasil. En efecto, la línea del bajo muestra en la primera
la

sección la figura sincopada � , reconocida como un

20 . Una descripción completa de la colección se entrega en Béhague;


triunfo da América, y Ulissea pr�ma E:oico. La � nica
obra que "Biblioteca da Ajuda ( Lisbon ) MSS 1595 / 1596 : Two Eighteenth­
llegó a ser impresa (y aun as1, siete anos despues de su mue,:­
Century Anonymous Collections of Modinhas", Yearbook, Inter­
te) fue la rnodinha "Beijo a mao que me condena".
American Institute for Musical Research, IV ( 1968 ) , 44 y sig.
La modinha brasileña, una especie de canción de amor por
Ver también Mozart de Araújo, A Modinha e o Lundu no século
varios respectos semejante a la romanza vocal francesa del
XVIII ( Sao Paulo : Ricordi Brasileira, 1963 ) .

136 13 7
rasgo' de la tradición musical negra del Nuevo Mundo. En otras SAO PAULO
piezas de la colección, la . linea vocal siste�8:tiza otr<: procedi­
miento rítmico muy relacionado con la mus1ca vernacula bra­ Aunque la ciudad de Sao Paulo fue fundada en 1554, la
sileña: un simple retardo (por medio de ligaduras por sobre primera referencia musical do�mentada data sólo de 1611,
la barra del compás usada en puntos cadenciales produce una cuando se estableció la catedral. Desde esa fecha, ella mantuvo
terminación femenina para la frase (ver Ejemplo 3-8). El mis­ un maestro de capilla cuyas obligaciones comprendían la com­
mo procedimiento, que implica ta�bién ligaduras sobre 1� barra posición musical y la enseñanza. Manoel Pais Llnhares, Manoel
del compás se escucha en los primeros compases del E1emplo Vieira de Barros y Manoel Lopes de Siqueira sirvieron en la ·
3-8b en una variación sutil de la fórmula básica, que llegó a catedral en el siglo XVII, y Angelo de . Siqueira, Mathias Alva­
;er �n cliché un siglo más tarde en las primeras zambas com- res Torres, Antonio Manso da Mota y André da Silva Gomes
puestas. en el siglo XVIII. Gomes - (n. en Lisboa en 1752) ocupó el cargo
El lundu estaba relacionado con la modinha. Originariamente por casi cincuent8i años (1774-1822) y dominó la vida musical
una danza afrobrasileña, también devino a finales del siglo de la ciudad durante ese período, que coincide con la instala­
XVIII un género popular de danza y canción cultivado en los ción del tercer obispo, Dom Frei Manoel da Resurreicáo, quien
salones aristocráticos de Río y Lisboa. En la década de 1830, promovió brillantes fiestas religiosas. Unas ochentisiete obras
la canción lundu de las áreas urbanas poseía bastante reminis­ de Gomes existen en el archivo de la Curia Metropolitana y
cencia del carácter sentimental de la modinha de salón en la biblioteca del Conservatorio de Sao Paulo; otras obras exis­
ten en ciudades menores dentro del Estado de Sao Paulo. La
21•

fama de Gomes está testimoniada por su colaboración con la


!'
1

EJEMPLO 3-8a Modinha anónima: "Os me deixas que tu das", c. 1-3. Cámara Municipal en ciertas festividades, como las de San Se­
bastran y Corpus Christi; y con las florecientes hermandades de
la Ordem Terceira do Carmo y del Santbsimo Sacramento. Aun­
que el período creador de Gomes se extendió, de acuerdo con
los conocimientos actuales, de 1784 a 1823, la mayoría de sus
obras conservan procedimientos estilísticos del barroco tardío,
Os me dei -;xas q - tu das quan-du- gen -· tes

incluyendo el uso ocasional de un bajo continuo. Su Missa a 8


Vozes e lnstrumentosi que se compone del Kyrie y del Gloria
· EJEMPLO 3-8b Modinha anónima : "Eu nasi sem cora�ao", m. 1-5. solamente, exhibe un sólido .conocimiento contrapuntístico, in­
cluyendo una imaginativa fuga a 8 voces en el Kyrie II y otra
en el Cum Sancto Spiritu, una escritura antifonal bien equilibra­
, � � 1 � P a O P ffl.¡ , O lI i � r , P �tt p da ( Gloria, Domine Deus) y riqueza armónica en general.
So prano I --- b
�¡ 1 1 ,)· 1
Eu na • si sem c o-ra-4iío__ sen-d·o- c on el-le ge- ra • d o

NOTAS BIBLIOGRAFICAS
t

Existen historias generales de la música en Brasil de Guilherme


21 . Ver Mário de Andrade, Modinhas Imperiais ( Sao Paulo: Casa de Melo, A Música no Brasili 2a. ed. (Río de Janeiro: Imprenta
Chiarato, 1930 ) , y "Cándido Inácio da Silva e o lundu", Revista Nacional, 1947); y de Renato Almeida, História da Música
Brasileira de Música, X ( 1944 ) , 17-39. B-rasileirai 2a. ed. (Río de Janeiro: F. Briguiet e Compania, 1942).

l
138 139
Estudios más especiales, además de los mencionados en las no­
tas al pie de páginas: Régis Duprat, "A Música na Bahia Co­ J::Iasta a hora no se dispone
1onia1 brasileña. Tres obr de una an�ologi,a de la mu, .
lonial_:, Revista de História} No. 61 ( 1965) , 93-1 16; y Hebe s1ca co-
Machado Brasil, A Música na Cidade do Salvador, 1549-1900 están publicadas en ArchGi8:o d %�p.ositc¡; s. 1e Minas Gerais
( Salvador: Prefeitura Municipal do Salvador, 1969) . Referen­ tania Geral das Minas ., J s ·
usica e igi osa de la rcapi-
1
cias históricas a la música en los siglos XVI y XVII se recogen L�!1ge ( Mendoza : Univers:d:d J :f!� XVIII) , Brasil, ed. por
6

bien es aprovech able Da a al de Cuyo, 195 1) . Tam­


en J. Jaime Di niz, "Urna Noticia sobre a Músic a no Brasil dos mi� ªº Barbosa de Ar
Baiano para coro e or . aújo, "Memento
séculos XVI e XVII'', Estudos Universitários ( Revista da Uni­ e�t�a .. es do in�
:cif
versidade Federal d e P ernambuco) , N9 2 ( Abril-junio 1972) , e revisa.o de Ja rod u tório, restura�ao
ime C
l_-30. Las Opera Om�ia d�z E tu�os Baianos, No. 2 ( 19
41-57. En Dini z, "Velhos Organistas da Bahia, 1559-1745", Uni­ / , . 70) ,
siendo editadas en Río J�s . M t 1c10 Nunes Garcia
versitas, N0. 1 1O ( Septiembre-dici embre 1971) , 5-42, se entrega f : stán
una reseña de las actividades de los organistas de Bahía. Régis Person de Mattos p er0de ,Jane1ro, ªJº la dirección de Cleofe
aun no h a sido pu
e

Duprat proporciona u na útil reseña de la investigación musico­ volum en. ' blicado el primer
lógica sobre la músic a colonial brasileña en su arrículo "Meto­ Las pocas grabaciones de , . .
dología da pesquisa histórico-musical no Brasil", Anais de His­ ponibles en su mayoría sólomus1ca co1bni� brasileña están dis-
en s o
tória ( Facultade de Filosofia, Ci encias e Letras de Assis, Sao Minas Gerais aparece en dos ªb c� rastl eños. La música de
Mineiro ( Festa LDR 5005 nes Mestres do
ll

Paulo) , No. 4 ( 1972) , 101-8. Los estudios de Franc isco Curt 5 00t ) :i �e Deu Barroco
fu e. grabado y puesto en ' .
·, m d Al var s Pínto
La nge spbre la música y . los músicos coloniales de Minas Ge­
80.03 2 ) . La Missa de Andirc, ulac10� en 1968 ( Rozenblit CLP
'.
e

rais son numerosos; particularmente informativos, además de


e

Silva Go�es es asequible


c

Festa IG 79.50 1. Otras ob


los títulos mencionados en l as notas al pie de página, son sus en Música Sul-Am
1 ep rtorio colonial
aparecen
artículos "La Música en Vila Ri ca ( Minas G erais, siglo XVIII)", ericana / ;_
en
1
1 03 0) . Cinco álbumes com do Secu o VIII ( Ch antecler CMG
,
::s

Revista Musical Chilena, Nos. 102 y 103 ( 1967-68) , 8-55 y n n la se Música na Corte Brasi-
leira ( que se extiende al pfr�º�º us1�ie
77-149, respectivamente; "A Música ero S abará", Estudios His­ al St-.colonial) ( Angel
tóricos, No. 5 ( diciembre 1966) , 97-198; y "As Dans;as Cole­ 3, <;BX-� 10-414) . Finalm ent: 1a � �e J>? e
r�c10 esta ahora disponible '
. en U.S.
�\ � u1em de José Mau­
q
tivas Públicas no Período Colonial Brasileiro e as Dans;as das rie titulada Serie de Compos,; o urobta M-33431, en la se-
Corporas;6 es de Ofícios em Minas Gerais", Barroco, N<? 1 "tores Negros.
( 169) , 15-62. La música en Río de Janeiro a fines del siglo
1\"VIII y comienzos del XIX es el tema del estudio de Lange
"Pesquisas Esporádicas d e Musicologia no Rio de Janeiro", Re­
vista do Instituto de Estudos Brasileiros ( Sao Paulo) , No. 4
( 1968) , 99-142. Las a ctividades en Sao Paulo del compositor
André da Silva Gomes son estudiadas en Clovis de Aliveira,
André da Silva Gomes (1752-1844) (Sao Paulo, 1954) y Régis
Duprat, "Música na matriz e Sé de Sao Paulo Colonial", Year­
book for Inter-American Musical Research, XI ( 1975) [ 1977],
8-68. Una bibliografía y discografía completa de José Maurício
Nunes Garcia se da en el catálogo temático de las obras del
compositor compilado por Cleofe Person d e Mattos ( p. 393-99) .

140

141
Segunda Parte

EL SURGIMIENTO
DEL NACIONALISMO
IV

ANTECEDENTES DECIMONONICOS DEL NACIONALISMO

En toda América Latina, el período comprendido entre 1810


y 1830 marca el comienzo de la independencia nacional, que
debía tener considerable influencia eri la vida musicJ:11 de las
nacientes naciones. Esas dos décadas fueron una época de tran­
sición gradual durante la cual el sentimiento nacionalista con­
formaba fundamentalmente la organización sociopolítica de los
nuevos países. Las instituciones coloniales se mantuvieron, sin
embargo, bien entrado el siglo XIX, si no en teoría, al menos
en la práctica. En las artes, el concepto de nacionalismo se
desarrolló sólo después de promediar la centuria. Durante la pri­
mera mitad del siglo la mayoría de los países mostró un es­
fuerzo consciente en pro del desarrollo de la actividad artística,
a través de la ayuda y promoción de artistas locales. La organi­
zación musical tomó la forma del establecimiento de institucio­
nes musicales nacionales y conservatorios y la construcción de
teatros para representaciones de ópera · ( en los cuales, empero,
dominaban. todavía profesionales extranjeros y virtuosos visitan­
tes) . Sólo en las últimas décadas del siglo, apareció un estilo
musical nacional definible, bajo la influencia de lM tendencias
similares europeas y el surgimiento de géneros musicales con ca­
racterísticas folklóricas y -populares, los cuales · podían constituir
una obvia fuente de identidad nacional.
La ópera y música teatral más ligera, las canciones y el piano
dominaron la vida musical culta que en general reflejaba la · de
Europa. Con algunas notables excepciones la música sinfónica
y de cámara sólo se hizo posible durante la última parte del
siglo que también vio el surgimiento de los virtuosos principal­
mente pianistas.

145
ME�ICO no ( 1877) . Como compositor, Elízaga escribió principalmente
obras sagradas que muestran su adhesión al estilo clásico.
Como en otras partes del hemisferio durante el siglo XIX la
ópera italiana dominó la escena musical. El desarrollo de la ópera �8: ópera italiana, cant�da en itali�no;. , fue popularizada en
no fue igualado por otros géneros fundamentalmente porque Mexic<? por M��uel Garc!a cuya compa01a había tenido éxito
hasta el fin de la centuria la vida musical estuvo dirigida por per­ en la 10troducc10n de la opera en lengua extranjera en Nueva
sonas carentes de una concepción profesional de la música. Al York, en 1825. En 1831, el Teatro Principal comenzó a mante­
comienzo los géneros cultivados fueron los derivados de los es­ ner .una temporada anual regular de ópera italiana, y, hacia
pañoles ( zarzuela tonc;diJla escénica, sainet.e) , pero el teatro Co­ �ediados d :l siglo, los compositores locales se empezaron a de­
liseo Nuevo, que había estado presentando ese tipo de obras dicar profesionalmente como compositores de ópera italiana. En­
desde 1735, cayó en bancarrota durante el período revolucionario. tr.e los 1?-ás conocidos estuvieron Luis Baca ( 1826-1855) , Ceno­
Sólo después de la Independencia ( 182 1) se produjeron óperas bio Paruagua ( 1821-1882) y Melesio Morales ( 1838-1908) . Sus
·mexicanas. ?P:ras! sobre libretos italianos, fueron por lo general adecuadas
El compositor más eminente durante la época revolucionaria imitaciones de los modelos originales. Generalmente se conside­
fue José Mariano Elízaga ( 1786-1842) , quien también ejerció ra que la ópera Guatimotzin de Aniceto Ortega ( 182 3-1875)
influencia en el naciente campo de la educación musical en Mé­ eftre�ada en. 1871 . con la sop�ano m�xicana Angela Peralta, cons�
xico. Como_ niño prodigio, fue enviado desde su ciudad natal de t...tu_YO el primer mtento seno de mcorporar ciertos elementos
Morelia a la capital, para estudiar en la escuela de coro de la nativos den�o ;le la forma italiana prevaleciente. El libreto, que
catedral de Ciudad de México ( Colegio de Infantes de Coro) . trataba romanticamente un tema azteca apelaba al sentimiento
nacionalista de la época. '
Más tarde regresó a Ciudad de México para realizar estudios .
más amplios con el bien conocido - profesor Soto Carrillo. A los Un n_úmero muy grande. d � compositores pianistas ( hay más
trece años llegó a ser tercer organista de la catedral de Morelia. de t�e�cie�tas obras en �a biblioteca del Conservatorio Nacional)
El General Iturbide lo nombró maestro de capilla imperial en la cultr;o . generes de música de salón y música de piano de estilo
ciudad capital en 1822. Allí fundó en 1825 un conservatorio de romant1eo europeo, durante la última parte de la centuria. El
música ( que, sin embargo, tuvo sólo una corta existencia) y compositor de música de salón más popular fue Juventino Rosas
escribió dos importantes tratados teóricos, Elementos de música ( 1868-1894) , indio otomí, autor de una serie de valses en la
( 1825) y Principios de la armonía y de la melodía ( 1835) . tra��Sión de la música de salón francesa: Sobre las olas, que ad­
Este último es una introducción al estudio de la armonía a cua­ qumo una fama resonante a . través. de todo el mundo. Las dan­
tro partes. Sus esfuerzos encaminados a dotar a la nueva repú­ zas �uropeas de salón -polkas, mazurcas, escocesas, valses-­
blica con sólidas instituciones de educación musical, han sido constituyeron la moda musical, lo que reflejaba la dependencia
comparados con los de Lowell Masen en los· Estados Unidos; pero C?-ltura de Europa en la clase media urbana mexicana de ese
al menos durante su vida ellos fueron vanos, a causa de fo que tiempo.
él llamaba "el nivel desgraciadamente bajo" de la vida _musical Los virtuosos del piano durante la dictadura de Porfirio Díaz
mexicana en la época. Más verosímilmente, sin embargo, Elízaga ( 1877-1910) fueron Tomás León ( 1826-1893) , Julio Ituarte
no fue sensible a las reales necesidades de su país en la educación ( 1 845-1905) , Ernesto Elorduy ( 1853-1912) y Felipe Villanue­
musical, en el período post-revolucionario. Después de él, en va ( 1862-1893) . As1, como el concepto mismo de nacionalismo
1866, la Sociedad Filarmónica Mexicana fundó en Ciudad de en el ar�e :manó del romanticismo europeo, es con esos pianis­
México un conservatorio, que eventualmente se transformó en tas romanucos , �ando l?s primeros elementos vernáculos apa­
el Conservatorio Nacional de Música subsidiado por el gobier- recen en. la mus1ea mexicana. Los arreglos para piano de dan-

146 147
zas y c¡;anciones folklóricas o populares eran corrientes incluso EJEMPLO 4- la Julio Ituarte, Ecos de México: "Allegretto", sobre la can­
antes de 1850. Especialmente el jarabe, que llegó a ser el baile ción El Perico. De O_tto Mayer- Serra, Panorama de la Música Mexicana
;�
nacional más popular después de la Independencia, recibió aten­ t México : El Colegio de México, 1941 ) , p. 128.
ción de muchos compositores de salón. José Antonio Gómez,
\1 ·¡
quien trabajó en Ciudad de México, escribió una serie de varia­
1
ciones virtuosísticas (realmente una fantasía) utilizando como
tema un jarabe ( 1841). Tomás León hizo lo mismo en su Jara­
be nacional (c. 1860), como también Ituarte en Ecos de México
(c. 1880), que es un: arreglo estilizado de materiales populares,
y, de acuerdo con Mayer-Serra, el primer ejemplo de la integra­
ción de melodías mexicanas dentro de un "estilo representativo
[i.e. característicamente mexicano]" 1 Los ·aires nacionales que
incluye esta pieza son El Palomo, El Perico, Los Enanos, El Buta­
quito, El Gua,jito y Las Mañanitas, e Ituarte trató de preservar el
carácter de cada canción. El refrán de El Perico, por ejemplo
-"pica, pica, pica, perico"- es tratado por medio de rápidos
staccatos sobre un sonido repetido, con un acompañamiento li­
viano (Ejemplo 4-la.) De manera semejante, Ituarte captura el
espíritu del burlesco texto de Los Enanos, contrastando la melodía
un tanto grotesca (en octavas en el bajo) con una repetición en
tres octavas de una sola nota en el registro agudo (Ejemplo EJEMPLO 4- l b Julio Ituarte, Ecos de México: "Allegretto" sobre la can­
4-lb). Ecos de México ilustra la clase de apariencia exterior de ción Los Enanos. De Otto Mayer- Serra, Panorama de la Música Mexicana
que debía revestirse la música popular para hacerla presentable ( México : El Colegio de México, 1941 ) , p. 129. ·
a los auditorios de concierto. También Ituarte escribió una colec­
ción de cien habaneras, titulada Bouquet de flores.·· s - - - - - - -- - -- ---- - -- - - -- - - - ------ - - - ----- ------- - - - - - - - - - - - - - -
Elorduy y Villanueva cultivaron la danza (o contradanza) � !:
- � . ....
!:
mexicana, siguiendo el modelo de las contradanzas cubanas de
,. 1

Manuel Saumell y de Ignacio Cervantes. La contradanza cubana,


...
., 1

que se desarrolló a fines del siglo XVIII y a comienzos del XIX,


1 r 1 1 1 1 r r 1 1 1 r 1 1 1 r

:(! :(! ... � r


constituyó la fuente de muchas otras danzas populares cubanas
1

_(tales� como _ la danza, la _ habanera y el danzón) > que tuvieron ..


lfJ-

..
mucha influencia a través de toda América Latiná. La contra­
I' V 1

danza enfatiza en el primer tiempo típicas sincopaciones afro­ s ·----- - -- ------ -- - -------- ---- - - - - -- -- - - -- -• - ---- ----- - - - - - --

.
cubanas (así como dominicanas, puertoriqueñas y haitianas),
tales como �"1 . La figura rítmica ¡,--, n (lla-

l. Otto Mayer-Serra, Panorama de la Música (México : El


Colegio de México, 1 941 ) , p. 126.
Mexicana

148
149
,.
! 1

1 .

macla a 'menudo habanera) aparece asimismo en las contradanzas



EJEMPLO 4-2 Felipe Villanueva, Danzas Humorísticas: ( a) "Venus",
:

cubanas de comienzos del siglo XIX. Sin embargo, esta llamativa


c. 9-15; ( b) "Enredo", c. 20-26. De Rubén M. Campos, El folklore


figura era también el fundamento rítmico del tango andaluz y musical de las ciudades ( México : Publicaciones de la Secretaría de Edu­
había estado presente en las danzas mexicanas del período colo­ cación Pública, 1930 ) , p. 408 y 399.
nial. Cualquiera que pueda haber sido la prioridad histórica, con
las piezas de piano de Villanueva y Elorduy, la danza mexicana (a)
surgió como un tipo de música popular estilizada. Las piezas ,,.--. r":• 10 --·
poseen una forma en dos partes, con secciones divididas igual­
scherzando

mente y contrastantes ( cada una de ocho compases de extensión,


con repetición. Extensiones de frase de cuatro u ocho compases
son la norma. El Ejemplo 4-2, de las Danzas Humorísticas de
Villanueva ilustra las combinaciones rítmicas ( con síncopas y
heterometría) en dos de esas piezas, las que presentan una va-
i basso molto ieggero

riante del ritmo de habanera ( .,. ) n ) . El uso de la poli­


metría ( 2/4 versus 3/4) es significativa, pues revela el conoci­
miento del compositor de la cualidad "nacional" de la hemiola.
La virtuosidad per se tiende a desaparecer en tales obras en
favor de un estilo de salón más íntimo.
Ricardo Castro ( 1864-1907) , el virtuoso mexicano del piano
de más éxito, publicó dos de sus obras en Alemania ( el Concierto
de Piano y la ópera La Légende de Rudel) . En 1903 fue a estu­
diar a Europa y logró inmediatamente que su Concierto de Ce�o
llff·!
:\;,..
fuera ejecutado en París. Un concierto suyo en la Sala Erard
obtuvo el elogio de Le Fígaro y Le Monde Musical �u Concierto
f,
de Piano, presentado en Bruselas en 1904, fue calificado
:
por un
crítico local como "una obra briosa y de buen efecto". En verdad,
>

las obras de Castro eran de buen efecto, porque él dominaba las


convenciones de la música europea de la época. La Légende de
Rudel ( 1906) , con un libreto traducido al italiano para su es­
.1

treno en México, tuvo una recepción desigual; pero Gustavo



Campa ( 1863-1934) , autor de la ópera Le Roi Poete ( 1901) y
:(
de música de piano, la alabó como la mejor obra de Castro, ple-
IJ

na de sentimÍento y destreza técnica. Campa mismo fue fuerte­ :l i


período d_e l arte musical en México, por su alejamiento de 1a· cui­
mente in.fluido por Sain.t-Saen.s y Massenet.
;j

i\ tura mexicana. Hasta un musicólogo mexicano como Otto Ma­


!

La mayoría de· los mexicanos ha mirado la producción de ópe­ yer-Serra ��mpartió ese punto de vista, estando dispuesto a ha­
/

ras y de música para piano en _el siglo XIX como u?-a estéril cer excepc10n solamente respecto de Villanueva y Elorduy, pues­
imitación. de Europa. Comprensiblemente, los compositores del to que ellos con sus dct'}'l,-zas abrieron el camino para Manuel M.
. siglo XX tales como Chávez, Sandi y otros, han repudiado este
,,
Ponce, el padre del nacionalismo musical mexicano.
':
150 1
151
CUBA Y PUERTO RICO típicame1:te. románti co, que incluyó elegantes fantasías sobre te­
La enseñanza y la publicación de música comenzó en Cuba en mas operistico� . En raras ocasiones se volvió hacia lo vernacular
. coro? en �u pieza C!ant du Guajiro, publicado en París con eÍ
los prim eros años del siglo XIX. Lá música en la catedral de La
Habana parece hab er alcanzado su apogeo alrededor de ese subtitulo grande scene caract eréristique cubaine". En esta pieza
tiempo, aunque faltan estudios específicos de los archivos histó­ los r�s�?s cuba�os son transmitidos a través d e una i nteresant:
ricos y musicales de la cat edral. La primera Academia de Música
rep<:tici<?n d e ::tmos cruzados; pero finalmente se someten a la
fue fundada en 1814, se ida por la Academia de Música Santa trivial fi rac10n virtuosística d e tantas otras obras de piano de
Cecilia en 1816. Una de las primeras piezas musicales publicadas Espadero.
gu
gu

en Cuba fue una contradanza, San Pascual Bailón. Fue se ida por Fu: con Manuel Saumell ( 1817-1870) y, más tarde, con
obras de otros géneros musicales popular es, como la guaracha y Ignacio �ervantes . ( 1�47-1905) , que se dieron lo� primeros
gu

el boler o . S i n embargo, como en otras regiones de Lati noamérica, pasos h a!=1a el_ nac10.1:ahsmo musical en Cuba. Ya en 1839' Sau­
la música d e salón pronto dominó la publicación de música im­ m ;ll tenia mt�nc1 on de escribir una ópera nacional que pon­

presa y la ópera italiana y francesa dominó los teatros ( Teatro dria de relieve ciertos aspectos d e la cultura popular de Cuba
Principa� Teatro Tacón, Liceo Artístico y Literario) y las salas pero 1:unc� lo llev� a cabo. El se hallaba en su maestría en l;
de concierto d e las asociaciones filarmónicas. Numerosos compo­ p�q1;1�na pi eza d � pi ano del tipo de la contradanza cubana y es­
sitores de ópera europeos y cubanos proveyeron un vasto reper­ �:1b10 i_nas �e _cmcuenta, �xquisitos ejemplos, en las cu;les su
torio, hasta el comienzo del siglo XX. Entre los de mayor éxito, mvent1va r1tm1ca y melod1ca . . . es prodigiosa" ª. En 2/4 0 6/8
estuvo Laureano Fuentes Matons ( 1825-1898) , autor de La Hija e�as obras rev elan una extraordinaria vari edad d e combi nacione�
_
de ]efté ( 1875) y de cuatro zarzuelas, pero de más éxito en la r�tm�cas. Sus se ndas secciones presentan c iertos patrones
música r eli giosa y sinfónica 2• Gaspar Villate ( 1851-1912) , que r 1tm1�os d esarrollados más tarde en las fórmulas de danzas fue­
gu

estudió en el Co nservatorio de Par ís con Bazin y Danhauser, vio ro n firmemente estabJe�idos por Saumell. Por ejemplo, el danzón
tres de sus óperas estrenada s en Europa con considerable éxito cubano, como se cultivo por los compositores populares urbanos
( Zilia, París, 1877; La Czarine, La Haya, 1880; y Baltazar, Ma­ ( con la fi ra r ítmica del tango nn ' sobre la cual se su�
drid, 1885) . Además Villate cultivó los géneros de la música de
salón, i ncluyendo muchos ejemplos de la contradanza "criolla", perponen constantes pulsaciones d e semi corcheas � ,
gu

por las cuales es mejor recordado que por sus óperas. aparece en los compases 5-8 d e La Tedezco ( Ejemplo 4-3) . En
Antonio Raffelín ( 1796-1882) y Nicolás Ruiz Espadero
( 1832- 1890) son las dos fi ras cubanas mayores, que repre­ muchas de las contradanzas de Saumell en 6/8, la fi ra J J:l J
sentan los estilos clásico y romántico, respectivamente. Raffelín ocurre f ecuentemente en las se ndas seccio nes. Ella debía llegar
7 tar el fu damento r ítmico de géneros populares co­
gu

a ser mas
gu

cultivó la música sinfónica y de cámara y, más tarde en su vida, ��


gu

la música sagrada, con excelente realización técnica. Espadero, mo clave, gua1ira y criolla. -Llamado el "padre de la contradanza"
°;

muchas de cuyas obras fueron ejecutadas en Europa por su buen Sa�me�l c�eó en verdad un estilo, en el cual predomi naba el i��
amigo Louis More au Gottschallk, desarrolló un estilo de piano t;r�s ritm1co, c?1;0pletamente alejado del estilo de salón virtuo-
s1st1co y superf1c1al d e l a época.
2. De acuerdo con críticos como el escritor cubano Alejo Carpentier,
. Ignacio Cervantes, el compositor cubano más i mportante del
quien considera la música sacra de Fuentes como lo mejor de su siglo XIX, tanto del punto d e vi sta técnico como estético, fue
producción. Ver Carpentier, La Música en Cuba ( México : Fondo
de Cultura Económica, 1946 ) , p. 257. 3. Ibid., p. 260.

152
153
. ......_ ,·_ ·�:- -, · ._ .
..
- -- ··--··- , -- -

EJEMPLO 4-3 Manuel Saumell, La Tedezco ( Contradanza) , c. 5 -8. aparece en una cantidad de danzas afro-caribeñas y constituye la
base de muchos toques rituales de tambor. En el aspecto melódi­
co, Ce�antes tiene una obvia preferencia por las terminaciones
fememnas de frase y con frecuencia utiliza secuencias melódicas
en intervalos bastante ampliamente espaciados.
Además de sus cualidades intrínsecas, la música de Cervantes
prefigura un nuevo conocimiento de la música cubana folklórica
y )?OPulai: por los compositores cubanos. Ello hizo posible el
mas amplio ciesarrollo en los años 20 de un nacionalismo musi­
discípulo de Espadero en La Habana y después de Marmóntel y cal cubano, basado en · 1as más profundas raíces culturales del
Alkan en el . Conservatorio de París. Su sólida instrucción musical país, específicamente el "afro-cubanismo".
le impidió sucumbir a la moda de su época por la virtuosidad.
Fue también el primer cubano en manejar la orquesta como un EJEMPLO 4-4 Ignacio Cervantes, Danzas Cubanas ( a ) c. 4-8; ( b )
compositor profesional, aunque sus obras orquestales no son tan c. 25.
importantes como las de piano. Tuvo una exitosa carrera como
concertista en piano, en Cuba, Europa y Estados Unidos. Entre
sus numerosas obras, sus veintiuna Danzas Cubanas para piano
( 1875-182'5 ) ,. mucha,s de las cuales son verdaderas contradanzas,
constituyen su mejor logro dentro de la temprana orientación
nacionalista. Siguió los esfuerzos pioneros de Saumell, incorpo­
rando elementos· musicales de las tradiciones afro-cubana y gua­
jira en el estilo romántico de piano. Si bien poseen una clara
afinidad con la. armonía chopinesca, estas piezas son indudable­
mente el aporte más original al arte musical cubano del siglo
XIX. Cervantes mantiene la forma a dos partes de la contra­
danza ( con secciones de dieciséis compases) y sigue los modelos
rítmicos relacionados con el tango y la habanera. Las típicas
anticipaciones rítmicas del son cubano aparecen en muchas de
sus danzas ( por ejemplo, Zigs-Zags) . El Ejemplo . 4-4 muestra
1

algunos de los más característicos rasgos nacionales en las danzas


de Cervantes. La línea del bajo en los cuatm primeros compases
está basado en el más destacado tipo de sincopación afro-ameri­
cano producido aquí con ligaduras sobre las barras del compás.
Popular en todo el hemisferio, esta figura es una variante de la
(b)

fórmula rítmica de la conga cubana. Los compases 25 y sig.


( Ejemplo 4-4b) proporcionan una buena ilustración de las fi­
guras más características de la música folklórica y popular cubana,
el ritmo ;,, o J JJ � J ' conocido como cinquillo, que
m
154
155
En Pu�rto Rico varios compositores de la segunda mi�ad �el intensificada por la creación de nuevas asoci aciones musicales,
siglo XIX v olvier� n su at ención hacia la danza pu ertorri_q� en
a, especialmente en la ciudad capital, Buenos Aires. La música se
la qu e comenzó a apar ecer con este nombre mpo concentró principalmente en las igl esi as, en las salas de ópera y,
1 res de la década de 1830. El verdadero origen de la_ danza en menor grado, en las soci edades fil armó nicas. Tambié n floreció
en las co s1c1ones

��p:: sido . determinado con precisión. Hay poca dudb' sm em la música de salón. Entre los músicos relacionados con la cate­
bar O de ue la contradanza, habanera y guarackª. cu anas Y . eÍ dral de Buenos Aires durante este perí odo, el maestro de capilla
seisgp�erto;riqueño ( la más extendida danza f�lklorica , c�>n var:� José Antonio Picasarri ( 1769-1843) tuvo una mayor influencia
b-tipos de acuerdo a los rasgos coreograficos) tuvieron lf en la vida musical d e la capital : él educó a los primeros músicos
Ífuencia en la caracterización de la danza. De las _f�rmas :popu ­ profesionales argentinos, fundó soci edades musicales y organizó
res cubanas, la danza puede haber heredado t1picas formu tas conj untos instrumentales. Inauguró en 1822 la Escu ela de Música
, ·. cas como cJ.�tJ Fi y � ; d el seis y de la guaracha, y Canto, baj o los auspicios d el ministro Rivadavi a ( más tarde
ntm1 eJ <J presid ente) . C ontribuyó también a fundar la S oci ed ad Filarmóni­
,_3
las figuras dominantes de tresillo if:tn y ., nn '
,...3 -,
mez­ ca ( 1822) , de la cual llegó a ser director, y estrenó obras tan
importantes como la Misa Solemne de Beethoven ( en 1836) .
cladas con figuras binarias sincopadas. Siempre en metro dobl ,
la dañza posee una forma seccional, en · la que alternan por to Ju an Pedro Esnaola ( 1808-1878) , consumado pi anista y compo­
general varias secciones de ocho o dieciséis compases. Entre los sitor, cultivó el estilo romántico europeo en sus canciones y en
tivaron la danza, Juan M?rel CaI?- su música sinfónica y coral ( i ncluyend o un Himno a R osas, que
diversos composit . ores que cul se refi ere al dictador argentino) . Otros compositores románticos
os ( 1857-189 6) fue el más creativo y el de m!yor mfluencia.
be unos 550 .obras atribuidas a él, _cerca de _ la mitad son danzas bien conocidos de esa época, comprendidos Amancio Alcorta
para piano Ellas revelan un tratamiento variado de la for°:1� Pr ( 1805-1862) y Juan Bauti sta Alberdi ( 1810-1884) , escribieron
ular er� las dos variedades dominantes son la danza _esuhz� a muchas piezas d e salón para piano, entre ellas minuets, valses,
f alt;!ente romántica y la danza criolla po:pular. �1 primer upo polkas y contradanzas. El ni eto d e Alcorta,, Alb erto William, con­
com rende pi ezas con frases lar gas, �mm�1a� variadas a tr�s o
siderado el precursor del nacionali smo musical argentino, en­
cuatfo partes, unos pocos pasaj es ,v1rtuos1st1cos y un c�racter
contró las obras de Alcorta ligeramente nacionalísticas "a pesar
ac entuadamente sentimental. El caracter por . lo general vivaz Y
de su abrumadora influencia rossiniana" 4•
a m enudo gracioso de est e último tipo lo acerca a su contrapar
La música de salón se d esarrolló en Argenti na especialmente
0 ular. A, este tipo pertenecen piezas com� No m� t� ques,
� en el período 1830-1850. E ntré las f ormas d e música de salón
1
tJliciosa, La Majabaca, El Torb ellin o. � tipo r? m :;1c c m­ para pian.o, las danzas de origen europeo con alguna adaptación
local, como el Minué Montonero o Nacio nal, estuvi eron espe­
prende piezas C?:,11º La . Lila, Alma sublime, Felices dias, Vano
an o o

cialmente d e moda durante ese período, a-sí como las fantasías y


las _ variaciones sobre arias d e ópera. Pero al mismo tiempo
·- emp eño yc La Nina Bonita. .
comenzó a ser explorada en l as áreas urbanas d e Argentina la
ARGENTINA tradición popular de la canción y la poesía d e los gauchos ( los
vaqueros de las pampas) . El Facundo d e Sarmi ento ( 1845) , la
Las actividades
musicales en Argentina fueron D;ucho más i:°'- primera obra literari a importante que trata románticamente al
ortantesdurante el siglo XIX que du:a�te la �]?�ca colonial. gaucho, d escribió las diversas danzas y canciones d e la pampa,
burante el período revolucionario, _la musi�a patriotica y teatral
acompañó los acontecimientos nac ionales importantes: Dura n:e 4. Alberto Williams, "Amando Alcorta", Antología de Composito,res
la primera mitad de la centuria, la vida musical argentma se v10 Argentinos (Buenos Aires, 1941 ) .

156 15 7
gato, vidalita, triste y otras. Esas fueron �as mayores fue?-tes. a las de Música de Florencia. Su primera obra publicada fue una
cuales se debían volver más tarde los primeros compositores na­ "polka de concierto" para piano ( a cuatro manos ) , titulada El
cionalistas. Desde el período revolucionario el gauch � había Pampero. Su obra lírica La Gatta Bianca, estrenada en Italia en
simbolizado el espíritu folk nacional, pero durante el régimen de 1875, fue en su tiempo considerada la primera ópera auténtica­
Rosas el gaucho llegó a sintetizar la Argentina �ist?ª· Era natu­ mente argentina. Recibió un premio honorífico por su segunda
ral que la música de lo_s payad? res y de los . guitarristas, g_auchos ópera, El Vampiro ( 1876) . Al mismo tiempo que escribió nu­
ejerciera una profunda mfluencia en compositores de musica cul- merosas piezas de piano en un estilo virtuosístico de salón ( por
ta que tenían inquietudes nacionalísticas. ejemplo, Les Larmes du Coeur y Gottttes de Rosée) , también
.
La ópera en Buenos Aires había comenzado durante el siglo prestó atención a la música criolla ( "música nativa" ) . A men:udo
XVIII. El Teatro de Operas y Comedias ( abierto en 1757 ) , se­ es considerado en Argentina como el pionero de la música na­
guido por el Teatr� de la Rancher!a ( 1 � 83 presentab�n tona­
¿, cional, porque estilizó tÍpicas canciones y danzas folklóricas
dillas y zarzuelas. Sm embargo, la opera italiana comenzo a apa­ como el gato, estilo, vidalita, décima y cielito, en sus Aires Na­
recer regularmente en la década de 1820, como en el Teatro cionales para piano ( c. 1880) . Entre ellas, una de las más famo­
Coliseo ( establecido en 1824 ) , por ejemplo, donde el Bar� ero sas fue el caprkho El Gato, "Baile Nacional del Gaucho Argen­
de Sevilla de Rossini fue representado en 1825 L� �pularidad tino", que fue conocido en Europa, Perú y Chile. El auténtico
,
de la ópera italiana y francesa y de los generes 1 mas lig ros fue
� gato es una danza acompañada por canto con guitarra o por ins­
· taJ que no menos de diez teatros ª?rie!on durante el siglo. �
1854, quizás como resultado de la rivalidad entre una comparua trumentos solos ( guitarra, arpa, acordeón) . El metro predomi­
de ópera italiana y otra francesa, se representaron en Buen� nante es 6/8 y el modo mayor es frecuente, en especial en las
Aires treinta óperas, la mitad de compositores i�alianos ( Ross1- versiones canudas. El Gato, aun en toda su estilización románti­
ni, Donizetti, Ricci, Mercadante y Verdi ) y la mitad de autores cu, tiende a mantener algo de los rasgos del modelo original.
franceses ( Auber, Halévy, Hérold, Meyerbeer, Thomas y otros) . Sus "danzas habaneras" Chinita, Negrita y Gatita, fueron escritas
en un estilo pianístico un tanto semejante al de Gottschalk.
El primer Teatro Colón abrió en 1857. Fue seguido por el �sta­
blecimiento del Teatro de la Opera ( 1872 ) , el Teatro Politea­ El período posterior a 1880 fue decisivo en la vida musical
ma ( 1879) y el Teatro Nacional ( 1882 ) . Por consi�iente, las profesional de Argentina. Se establecieron en Buenos Aires unas
grandes compañías europeas y locales asegur�ro1;1 contm?amente treinta importantes sociedades musicales para promover la mú­
el status de Buenos Aires como un centro principal de opera en sica .sinfónica, coral, de cámara y escénica, sólo durante la segun­
el mundo. ( El nuevo Teatro Colón, que llegaría a tener fama da mitad de lsiglo. Este desarrollo estimuló la aparidón de visi­
internacional, se abrió en 1908 ) . tantes virtuosos, como Thalberg, Napoleao, Gottschalk, Ritter y
Sarasate, entre otros muchos. Además, una serie de "Conciertos
Durante la última parte del siglo XIX comenzaron a _ produ­ Nacionales" organizados en Buenos Aires entre 1874 y 1882,
cirse ampliamente la óper� y la música de _ piano argentina,_ es­ presentó un gran número de músicos profesionales locales y les
pecialmente en Buenos Aires. Dos compositores representativos ganó un reconocimiento inicial. A finales de l a centuria, varias
de este período fueron Francisco A. Hargreaves ( � 849-19�0 ) Y obras . sinfónicas con cierto carácter nacional habían sido creadas
Juan Gutiérrez ( 1840-1906), - _Hargreave�, c?mpositor de opera, y ejecutadas. El director de banda y compositor Saturnino F.
fue uno de los primeros musicos . argentinos en · acerca7se a las Berón ( 1847-1898) , por ejemplo, incluyó varias danzas naciona­
fuentes de la música folklórica. Nieto de un n orteamericano es­ les ( tales como el Pericó n, ) en su poema sinfónico La Pampa,
tablecido en Buenos Aires en 1819, estudió piano con mú�icos estrenada en el viejo Teatro Colón en 1878 con considerable
profesionales locales; después con Maglioni en el Real Instituto éxito. Análogamente, Arturo Berutti ( 1862-1938) compuso en
158
159
1890 una Sinfonía Argentina, cuando había ya compuesto varias gauchos típicos] y botas, intérpretes nativos vibrantes de
piezas de piano matizadas con elementos nacionales, como las hueyas, gatos, zambas, vidalitas, tristes y décvmas. . . 5 •
Seis Danzas Americanas ( 1887) . Si bien vivió la mitad de su
vida en el siglo XX, Berutti estética y estilísticamente perteneció El resultado de ese viaje fue El Rancho Abandonado ( 1890) ,
al XIX, como tantos de sus contemporáneos. También siguió la primera obra de Williams inspirada por la música folklórica
una tendencia nacionalista en sus óperas, entre las cuales Pampa gauchesca. Desde entonces en adelante, él se . esforzó por encon­
( 1897) y Yupanki ( 1899) se inspiran en verdaderos temas fol­ trar y desarrollar lo que ha sido llamado "la unión de acento
klóricos gauchescos y de la tradición folklórica andino-india. entre el payador rústico y el músico culto; uno, la voz natural;
Aunque el real contenido "nacional" de esas obras es limitado, el otro, la voz intelectualizada del mismo país" 6• Las obras de
ellas revelan la tendencia nacionalista de su tiempo. piano de Williams muestran hasta qué grado fue capaz de esta­
El verdadero empuje hacia el nacionalismo musical en Argen­ blecer esa síntesis de modos distintos de expresión. El primer
tina vino, sin embargo, con Alberto Williams (1862-1952) , ve­ álbum de los Aires de la Pampa (Tres Hueyas) apareció en 1893,
nerado como el progenitor de la música nacional argentina. Du­ seguida por muchas otras, hasta un total de más de cincuenta
rante su larga y muy productiva vida, Williams ejerció una in­ piezas, que incluyen vidalitas, gatos, cielitos, marotes, zambas y
fluencia fundamental en todo el país. Nacido en Buenos Aires, un número especialmente grande de milongas. Las más caracte­
era nieto de Amando Alcorta ( como se señaló anteriormente) . rísticas milongas de Wiliams tienden a seguir la milonga folkló­
Recibió su educación en la Escuela de Música de la Provincia de rica bailada, que se relaciona con la habanera y el tango, con su
Buenos Aires ( inaugurada en 1875) , donde estudió piano y ritmo eón puntillo, nn y su típica sincopación, ll"1 ' men­
teoría musical. En 1882, el Gobierno Provincial le concedió una
beca que lo llevó al Conservatorio de París y al estudio de la cionadas anteriormente. Los Ejemplos 4-5a y 4-5b, del Opus 63
composición con César Franck, bajo cuya influencia escribió sus de Williams, muestran algunas de esas figuras rítmicas. El otro
primeras composiciones. Dos de sus tempranas obras, de piano, tipo folklórico de milonga -una canción popular de solo con
Souvenir d'Enfanee, Op. 2, y Premiere Mazurka, Op. 3, fueron acompañamiento de guitarra en un estilo "punteado", con com­
publicadas en París, en 1887. Poco después de su regreso a Bue­ pás de 6/Si en el acompañamiento y doble metro ( 2/4 o 4/8)
nos Aires ( 1889) , hizo un viaje de vacaciones a la Provincia de en la linea vocal- también es usado por Williams, pero menos
Buenos Aires, familiarizándose con el folklore del país y las a menudo.
canciones, ritmos y formas de su música. De esa excursión anotó Es significativo que en el desarrollo del nacionalismo musical
más tarde: de Argentina, Williams haya escogido centrar su atención en la
música de los gauchos, pues la orientación nacionalista en otras
artes, en Argentina, ponía de relieve la así llamada tradición
Yo necesitaba saturarme con la música de tierra, para no "g¡iuchesca". C()n respecto a esto, es pertinente recordar la .ex­
sentirme un extranjro en ella. Necesitaba ésáibi.r música presión de Ricardo Rojas con relación a la esencia - del ri.aciofui.­
e

con una atmósfera argentina, no exactamente transcripcio­ lismo argentino, o argentinidad, a saber, que ella "está constitui­
nes, sino música artística de la atmósfera, color y ·esencia da por un territorio, por un pueblo, por un estado, por un .idio-
nativa. Para eso fui a los ranchos de la Provincia de Buenos
Aires, a aprender las canciones y danzas de nuestros gauchos.
Tuve la suerte de encontrar a Julián Andrade, el compañero 5. Como se cita en Vicente Gesualdo, Historia de la Música en la
de Juan Moreira, el gran improvisador ( popular) . Allí lo­ Argentina ( Buenos Aires : Editorial Beta S.R.L., 1961 ) , I, 5 26.
g¡é yo conocer auténticos payadores, de chiripá [pantalones 6. !bid., p. 527.

160 161
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ma y por un ideal que tiende a definirse mejor cada día". En la de la danza folklórica. Sus obras orquestales incluyen otras refe­
literatura argentina, este ideal vino a tomar cuerpo en la tradición rencias a _ la pampa, y algunos poemas sinfónicos descriptivos cu­
1

gauchesca, cuya obra maestra es el poema épico Martín Fierro bren todo el territorio argentino, desde las cataratas de Iguazú
l
( 1 872) de José Hernández ( 1882-1957). Rojas mismo ( 1882- hasta la Antártica ( por ejemplo, Poema de los Mares Aitstrales
¡
1957) escribió la biblia de la tradición gauchesca en su Historia y Poema del Iguazú) . Sus tres Suites Argentinas para cuerdas
de la Literatura Argentina ( 1917-1922), en especial los dos vo­ representan un intento más amplio para una "musicalización"
lúmenes titulados Los Gauchescos, en el cual presta mucha aten­ sistemática del paisaje argentino. Williams también compuso
ción a la música y danzas folklóricá.s de la pampa, con numerosos muchas obras sin un especial carácter "nacional", entre ellas nue­
ejemplos musicales. La creación musical fue la última de las ve sinfonías, todas programáticas, en las cuales el uso temático
artes en identificarse con esa tradición. Cuando lo hizo así, la dclico heredado de César Frank aparece con frecuencia, así co­
literatura frecuentemente sirvió de eslabón de enlace. (En el Ca­ mo ciertos ragos impresionistas tales como las escalas de tonos ·
pítulo 7 se presentan varios ejemplos). completos y el pentatonismo.
Williams fue asimismo un educador. Sus actividades como tal
EJEMPLO 4-5 Alberto Williams, Milongas: (a) "Bailarina Sandungue­ comprendieron la fundación del Conservatorio de Música de Bue­
ra", .c. 1-4; ( b) "Equilibrista sobre botellas", c. 1-4. Copyright 195 1 nos Aires ( 1893), más tarde denominado Conservatorio Wil­
por La Quena. Casa de Música S.R.L. Buenos Aires. Utilizado con au­ liams, y la redacción de textos de teoría musical (Teoría de la
torización. Música y Teoría de la Armonía).
A pesar de la laboriosidad de Williams ( su obra alcanza los
110 números de opus) y de su fluida destreza adquirida en París,
nuestra perspectiva actual nos permite decir que el artista per­
Allegretto ( J = 88}
�-
(a)

maneció musicalmente lejos de la tradición cultural que trató de


ev_ocar, y esto principalmente a causa de su orientación acadé­
mica. Empero, el hecho de que haya abrazado el nacionalismo mu­
sical y lo haya propugnado ampliamente en su país, hace de él
un importante precursor de esa corriente.
(J - so·} Una empatía más fuerte por la música nativa se refleja en la
música de Julián Aguirre ( 1868-1924), dos de cuyas danzas ar­
(b) Andantino

gentinas para piano, Gato y Huella, en orquestación e interpreta­


ción de Ernest Ansermet ( 1930), ingresaron en el repertorio
internacional. Aunque nacido en Buenos Aires, Aguirre. pasó sus
primeros años en Madrid, donde estudió en el Copservatorio Na­
cional con Emilio Arrieta. Llegó a ser un pianista consumado y
escribió unas sesenta piezas para piano, principalmente en estilo
Aparte de sus Aires de la Pampa, Williams evocó los diversos popular argentino (Aires Nacionales Argentinos). Después de su
tipos de canciones y danzas folklóricas relacionadas con la pampa regreso a Argentina en 1887, vivió por algunos años en las pro­
en muchas otras obras, como _ la Primera Sonata Argentina, Op. vincias, haciendo un estudio de primera mano del folklor musi- ·
74 ( 1917), cuyo Scherzo titulado "Malambo" inspiró más tar­ cal argentino, como muchos otros compositores nacionalistas. Su
de entre los compositores nacionalistas un tratamiento semejante Rapsodia Argentina para violín y piano representa un desarrollo

162 163
más ext;nso de los elementos folkl�ricos, que s_us ?bras anterio­
res. La esencia de la música de Aguirre es e� criollismo: la amal­ talentos locales fueron estimulados a través de los conciertos or­
gama nativa de elementos europeos y amencanos. Muchos com­ ganizados por la sociedad. Da Silva también colaboró en el de­
positores han intentad� esa síntesi�, pero el secreto, de �a yerda­ sarrollo de la Sociedad Filarmónica, fundada en Río en 1834
dera · amalgama, ademas de especial destreza Y. conocimient?s, pero disuelta en 185 1, como resultado de una insostenible com�
reside en la empátía. Quizás_ la empatía d� ,Agu1rre por el crt:o­ petencia co°: la actividad . operática. Como director de orquesta
llismo fue nutrida por sus anos de for�acio!-1 �n Europa, �onde estuvo especialmente relacionado con las representaciones de ópe­
el naciona lismo era una de la s tendencias prmcipales. Pamcu�ar­ ra y ballet.
mente en las piezas instrumentales en pequ.eña ese.ala de A�i!re La empresa más importante de Da Silva fue la fundación del
y en sus numerosas canciones ( Can_ciones Argentinas, Caminito, Conservatorio de Música de Río de Janeiro ( 1847) . Hasta esa
Cueca, Vidalita y otras) , pueden Juzgarse los resultados de la fecha, no había existido prácticamente instrucción musical ofi­
inspiración criolla. Ellas constituyen la verdadera fuente del na­ cia� en la ciudad, con �xcepción de alguna que entregaba el Co­
cionalismo en Argentina. legio Pedro II, manten1do por el gobierno. Al principio, el currí­
culum del Conservatorio incluía instrucción en elementos de la
música y solfeo, para hombres y mujeres, instrumentos de cuer­
BRASIL da, inst.�llfllentos de viento de madera y de broncé, y armonía, y
composición. En 1855, el gobierno decidió administrar directa­
Aunque después que la corte real portugu�sa _abandonó Río mente el Conservatorio, anexándolo a la Academia de Bella s
y regresó a Portugal ef!- 182 � , �1, c�ntro ma� importante de Artes recientemente creada. El número de materias ofrecidas au­
la actividad musical brasileña sigu10 siendo la cmdad de R�,o de mentó y se estableció un s�st�ma de concurso con exámenes para
J aneiro, donde los emperadores Pedro I � _Pedro II m�ntuv1eron los profesores. El establecimiento anualmente de una beca por
su residencia habitual. Pero en compara;ion con las. dec.�das an; un año en �uropa para lo� mejores estudiantes, tuyo importantes
teriores los años de 1820 fueron un periodo de declmac10n. .Jose consecuencias, cuando vanos compositores se beneficiaron de ella
Maurício y Marcos Portugal estaba°: viejos y relativ�ente mac­ más tarde. Fue también en ese tiempo cuando el gobierno esta­
tivos. La Capilla Imperial ( ex . Capilla Real) .expenm�nta?,a tal bleció el principio de la educación musical libre en Brasil. La
deterioro que su orquesta fue disuelta en 1831, a la abdicacion de fundación del Conservatorio representó el primer intento im­
Don Pedro I. En 1838 el personal de la capilla de m�sica estaba portante de crear un verdadero profesionalismo musical en el
reducido a veintisiete personas; dos maestros de capilla, dos or­ país. Da Silva lo dirigió hasta su muerte.
ganistas, tres instrumentist�s y veinte c�ntores. �ólo en � 843 se Como compositor, Francisco Manuel Da Silva cultivó los gé­
reinstaló la orquesta, especialmente por mfluenc1a d�l mas gran­ ner�s de moda s!n �ucha dis!inción. La �ayor parte de sus obras,
de córiipositor de la primera mitad d�l siglo, Francisco Manu71 de!stmadas a la iglesia, despliegan un caracter teatral y grandilo­
da Silva ( 1795-1864) . En 1843 Da Silva era mae�tro com�si- cuente. Sus obras seculares fueron por lo general resultado de
1tor tanto de la Cámara Imperial como de la Capilla Irop�nal. encargos para oca siones especiales. Incluyen muchas piezas de
Recordado hoy principalmente como autor del himno naci�nal salón, romanzas, valses y canciones del género de la modinha
brasileño ( reconocido ofici�lm�1;te como �al en 1 �90) , da ,Silva examinado en el capítulo anterior.
tuvo influencia en la organ1zac10n de la vi�a mus1eal de Rio_ de La escena operística brasileña durante el siglo XIX puede ser
Janeiro durante mayor pa�te del I�perio. En 1833 fl:ndo la
!ª. visualizada como dividida en tres períodos: el del Teatro Real
Sociedade Beneficiencia Musical para promover el cultivo del e Imperial, 1808-183 1 y 1844-1856; el de la Opera Nacional
_arte y el mutuo progreso entre los artistas asociados". Muchos 1857-1864; y el de Antonio Carlos Gomes, 1861-década de 1890�
164
165
Durante el primer período, la escena estuvo dominada por las redó como precursora del movimiento fue una cantata sobre un
actividades de Marcos Portugal y en extensión menor, de José tema histórico nativo, Véspera dos Guarapes ( 1856), con texto
Maurício. La primera ópera escrita por un compositor brasileño d � Manuel de Araújo Porto Alegre y música de Joaquim Gianni-
que se conoce es Le Due Gernelle de José Maurício, escrita con . , ni, un profesor italiano del Conservatorio. No sólo era enteramen-
ocasión del cumpleaños de la Reina Doña María y representada . te or�ginal el tema del argumento de la ópera, sino, lo que es
por pri�era vez en 1809 en el Teatro Régio (no para la 'inaugu­ más importante, el texto portugués de Araújo Porto Alegre se
ración del Teatro de Sao Joao, como se informa en muchas fuen­ dejó sin traducir. Da Silva trató al mismo tiempo de promover
tes). La partitura no se conserva. Los teatros más importantes de el u�o de la lengua vernácula en el repertorio operático. En pre- .
Río de Janeiro eran el Teatro Régio y el Real Teatro de Sao sencia del Emperador, en 1857, pronunció un discurso, lamen­
Joao, este último inaugurado en 1813, más tarde reconstruido y ·i tando que "la lengua nacional hermosa y sonora, aún espera la
rebautizado en 1826 como Sao Paulo de Alcántara. El Teatro oportunidad de ser utilizada en obras dramáticas. Es imposible
Sao Paulo era una réplica del Teatro de Sao Carlos de Lisboa, lo pensar que lo que se ha hecho con el francés, el inglés, el alemán
que una vez más testimonia la decisión del príncipe Don Juan y el español no pueda igualmente realizarse en la dulce lengua de
de establecer una nueva capital real. Las primeras temporadas del C�?es, Basilio da �ama y Caldas" ª. La Academia Imperial de
nuevo teatro comprendían algunas óperas de Portugal (por ejem­ Mus1ca _Opera Nac�onal fue fundada en marzo de 1857 bajo
r
plo, i'Oro non cornpra arnore, (1817), pero destacaban princi�l: los auspicios del gobierno, con la meta básica de promover re­
mente las óperas italianas de Salieri, Puccitta, Noccolin1, Rossin1 presentaciones de ópera en la lengua vernácula y de ejecutar
y otros. Don Giovanni de Mozart fue ejecutado por primera vez cada año una nueva ópera de autor brasileño. El noble español
en Sao Paulo en 1821. Don José Zapata y Amat, residenciado en Río desde 1848 y
La brecha en la presentación teatral que se produjo entre 1831 participante activo. en el movimiento operístico nacional, fue en­
y 1844 se debió a la interrupción de las temporadas regulares, cargado de la administración de la nueva institución. Después de
después de la abdicación de Pedro I en 1831. Pedro II llegó a uno� catorce m �ses, renunció a sus obliga�iones . como empresario
ser emperador en 1840, pero sólo cuatro años después se reinsta­ y director musical de la Academia, pero bajo su administración
laron los espectáculos líricos, cuando, en enero de 1844, el teatro ésta había patrocinado la representación en la lengua vernácula
abrió de nuevo con la primera representación en Brasil de Norrna de unos sesentidós espectáculos, que comprendían numerosas
de Bellini, que tuvo unas veinte presentaciones durante ese año. zarzuelas españolas, opere buffe italianas y Norrna de Bellini.
Ese fue el comienzo del culto por la personalidad de la prima En .186.0 dejó d� existir la Academia y la reemplazó un nuevo
donna y la primera fase de la protección oficial a la ópera ita­ orgarusmo, denominado Opera Lírica Nacional. Esta institución
liana, que se extendió hasta 1856. Este período se caracterizó por representó inmediatamente en el Teatro de Sao Pedro de Alean­
la aparición de algu nas de las más célebres cantantes italianas y tara . la primera óp�ra· en tratar un tema local y escrita (tanto la
francesas ( Augu sta Candiani, Clara Delmastro, Rosine Stoltz), partitura como el libreto) por brasileños: A Noite de Sao· Joáo
ejecutándose las principales obras del repertorio, a veces sólo con un libreto basado en poemas del escritor indigenista; José d�
unos pocos años después de sus estrenos en Europa.
En 1857 comenzó un movimiento en pro de la creación de un
teatro lírico nacional. Por esa época el ex· Teatro Provisorio había Mid-Nineteenth-Century Río de Janeiro", Yearbokk, Inter-Ame­
sido rebautizado Teatro Lírico Fluminense 7• La obra que apa- rican Institute for Musical Research, V ( 1 969 ) , 49-66.
8 . Citado en Luiz Heitor Correa de Azevedo, 1 50 anos de música no
7. Para una exposición sobre el Teatro Provisorio, ver Eric A. Gor­ Brasil (1 800-1 950) ( Río de Janeiro : Livraria José Olympio Edi­
don, "A New Opera House: An Investigation of Elite Values in · tora, 1 95 6 ) , p. 64-65.

166 167
Ale�car. Y durante la temporada de ópera siguiente ( 1861) , el lanzoni, fue representada el 16 de febrero de 1873 en La Scala,
movimiento en pro del establecimiento de un teatro lírico nacio­ pero fue un fracaso, a causa de una querella entre los defensores
nal tomó una real importancia, con la presentación en el Teatro del bel canto italiano y los reformadores wagnerianos; los últi­
Lírico Fluminense de A Noite do Castelo, de Antonio Carlos mos comprendían supuestamente a todos los extranjeros ( inclu­
Gomes, el compositor de ópera americano de más éxito en el yendo a Gomes) . Sin embargo, una nueva versión de Fosca al­
siglo XIX. canzó un considerable éxito en 1878, cuando fue representada,
Nativo de Campinas ( Sao Paulo) , Gomes ( 1836-1896) fue en La Scala. Siguió Salvator Rosa -también sobre un libreto de
hijo de un modesto músico de provincia. Comenzó a componer Ghislanzoni, escrito de acuerdo con el gusto predominante de los
a temprana edad y a los dieciocho años escribió una Misa, que amantes de la ópera italianos, y presentada en Génova el 2 1 de
fue ejecutada en la iglesia local por el conjunto de la familia marzo de 1874- y Maria Tudor (Milán, 27 de marzo de 1879) .
Gomes. A los veintitrés años se fue a Río de Janeiro e ingresó Durante una estada en Brasil en 1880, Gomes recibió de su
al Conservatorio Imperial de Música, donde estudió composición amigo escritor el Vizconde de Taunan una sugerencia para el
con Joaquim Giannini. Por ese tiempo, la ópera era ya el género asunto de su próxima ópera, Lo Schiavo. Eh ese tiempo, estaba
que más lo atraía, y su período de estudio en el Conservatorio reuniendo fuerzas en Brasil un movimiento en pro de la abolición
reforzó esa preferencia. Pronto llegó a estar familiarizado con las de la esclavitud, y Taunau escribió un drama cuyos principales
obras de Rossini, Bellini, Donizetti y Verdi. El último debía personajes debían representar esclavos negros. El libretista, Para­
ejercer una influencia particularmente profunda sobre él durante vicini, decidió, sin embargo, practicar los cambios necesarios
toda su carrera. Su primera ópera, A Noite do Castelo ( mencio­ para someterse a las "necesidades escénicas" normales de la ópera
nada más arriba) , se originó cuando José de Amat le dio un ejem­ italiana. Los esclavos negros fueron reemplazados por indios, y
plar del libreto ya existente ( de Antonio José Fernándes dos la acción fue cambiada al siglo XVI en vez del XVIII, como ha­
Reis) . La versión de Gomes fue ejecutada el 4 de septiembre de bía sido proyectado por Taunau. Con todo, el estreno fue un
1861. Su clamoroso éxito y el de su ópera siguiente, Joana de éxito ( Río de Janeiro, 27 de septiembre de 1889) .
Frandres ( 1863) le valió a Gomes una beca para estudiar en La última ópera de Gomes, C ondor ( Milán, 2 1 de febrero
Italia, y en 1864 comenzó sus estudios con el compositor de 1891) , revela su tardía orientación hacia el verismo. En 1892, el
ópera Lauro Rossi, director del Conservatorio de Milán. Después día de Colón, se representó en Río su última obra importante,
de eso, pasó la mayor parte de su vida en Italia y sus ideales en Colombo, especie de oratorio. Por esa época se había establecido
lo tocante a la composición se hicieron del todo italianizantes. el gobierno republicano y Gomes perdió su apoyo oficial. En
La fama de Gomes en Italia comenzó con dos comedias musi­ 1896 aceptó un nombramiento para dirigir el conservatorio local
cales, Se Sa Minga ( 1867) y Nella Lttna ( 1868) , las cuales dan de Belén, Pará, pero murió pocos meses más tarde.
clara- evidencia de su destreza para - esc:ribir en un estilo popular GoÍnes poseyó las principales Cllalidades de un C()mpositor.
semejante al bel canto. Pero fue el triunfal éxito de Il Guarany Sus obras muestran un alto sentido dramático, inventiva meló­
en el Teatro alla Scala, el 19 de marzo de 1870, el que lo llevó dica, rico lirismo. Dentro de los moldes establecidos de la ópera
a la fama internacional. La ópera fue representada en Río de Ja­ italiana de la segunda mitad del siglo XIX, desplegó una maes­
neiro para el cumpleaños del Emperador ( 2 de diciembre de tría indiscutible. Algunas de sus obras (A Noite do Castelo, Sal­
1870) , así como en la mayoría de las capitales europeas en pocos vator Rosa) mientras reflejan una influencia directa de las óperas
años. Verdi la escuchó en Ferrara en 1872 y se refirió a ella en italianas post-rossinianas ( Bellini, Donizetti, Verdi temprano) ,
una carta como la obra de "un auténtico genio musical". La si­ también atestiguan que su pericia era genuina y frecuentemente
guiente ópera de Gomes, Fosca, sobre un buen libreto de Ghis- original. El triunfo de Il Guctrany, que sigue siendo su obra más

168 1 69
importante, se debió a su impresionante co°:t;nido me;ódico, su progresiones armónicas más inventivas, colorido orquestal y
construcción dramática y no menos a la elecc10n de su libreto. La equilibrio estructural. Tanto Il Guarany como Lo Schiavo tratan
ópera se basa en la celebrada novela del mi�mo título �el escritor temas brasileños; no obstante, transfigurados, ellos pueden apa­
indianista brasileño José de Alencar. El pmtoresco libreto, con recer en un espectáculo romántico. Estos argumentos mantienen
sus héroes indios y su romántica estilización de danzas indígenas, un valor simbólico de significación social, en forma de ideas na­
indudablemente hacen de la obra la más atractiva para los audi­ cionales o raciales o de reivindicaciones sociales.
torios eur?peos de �a época; Y, den�ro �e las limita ione� de su Si bien Gomes se esforzó en varias ocasiones por infundir
. 7 , fmal de
estilo, la opera exhibe rasgos 111;ag� nativos. La vers10n un sentimiento brasileño en sus obras, su orientación nativista ha
- la obertura, escrita en 1871, llego virtualmente a ser un se�ndo s.ido frecuentemente exagerada. De Andrade ha escrito que un
himno nacional en Brasil. El primer tema, que toma un caracter sentimiento nativo penetra sus obras tempranas "en algunos as­
épico en el context? de .to� la �p�ra, funciona ;013:10 un leitm<; pectos, como ciertos rasgos rítmicos, cierta precipitación de la
,
tif y presenta una ideahzac10n tipicamente r?mantic� de la mu­ desmañada línea melódica y ciertas coincidencias con nuestra
sica "indígena" ( Ejemplo 4-6 ) . El natural fluJo de arias Y. duetos, �elodía popular", pero también ha observado que la inquietud
.
la distribución y secuencia de las escenas y los 1mpres1onantes nacionalista en tiempos de Gomes era considerada incompatible
contrastes en la escenificación, revelan la competencia técnica de con el repertorio operístico 9• Hay, no obstante, reminiscencias
Gomes en el género. Al mismo tiempo, siguió las obligadas de modinha en algunas arias de A Noite do Castelo y Joanna de
convenciones de la época: la orquestación d� la obra, aunqll:e Fland1·es, y algunos apasaj es en ll Gttarany y en Lo Schiavo pre­
muy eficaz, es corriente, y la ópera no se aleJa de las estereoti­ sentan rasgos rítmicos que iban a llegar a ser característicos del
padas cabalettas o los pasajes "religiosos" o de "baladas" de la baile popular anónimo de fines del siglo XIX. Por ejemplo, la
ópera italiana del siglo XIX. bien conocida "Danza de Tamoios" de Lo Schiavo se basa en un
motivo melódico cuya figuración rítmica posee un claro sabor
popular ( Ejemplo 4-7a) y cuyo acompañamiento recuerda el de
EJEMPLO 4-6 Antonio Carlos Gomes, Il Gui1rany: Sinfonía, c. 1-4.
Ricordi, 195 5. Todos los derechos reservados. Utilizado con autorización.
la sincopación de la habanera ( Ej emplo 4-7b ) : Ocasiona1mente,
Gomes introduce cierta reminiscencia de la polifonía folklórica
Andante grandioso luso-brasileña, principalmente en terceras y sextas paralelas, para
>. autenticar sus pasajes "indígenas". Este es, sin embargo, el alcan­
ce de su apoyo en los rasgos musicales nativo's.
> Concurrentemente con la ópera, la actividad de concierto co­
menzó a surgir en Brasil, especialmente en Río de J aneiro du­
ff ,narc<1tv
>
rante . el último tercio del siglo. Oubes y sociedad de conciertos
>
>
recientemente fundadas estimularon la presentación en Brasil de
los más celebrados intérpretes de la ópera ( Thalberg, Napoleáo,
Fosca la más italianizante de las óperas de Gomes, es conside­ Gottschalk ) . Este período vio también el comienzo del naciona­
rada po; Mário de Andrade, el más destaca�o musicólogo del Bra­ lismo musical en el p::tís. El año 1 869 conoció los triunfos de
_
sil, como uno de sus mejores logros musicales. La obra mcluye Gottschalk en Río de Janeiro y en las capitales provinciales de
un número de leitmotifs elaborados un tanto a la moda wagneria­ la región sur. Su ej emplo debe haber impresionado profunda-
na, pero su carácter �elódico y su est�ctura t?tal deriv� �e la
, Ver Mário de Andrade, Pequeña História da Música ( Sao Paulo :
ópera italiana. Lo Schia� o e� 1� mas sat1sf�ctona de sus ult�as 9.
ópera� y revela una escrita tecrucamente mas madura, en especial Livraria Martins, 1 942 ) .

1 70 1 71
EJEMPLÓ 4-7 Antonio Carlos Gomes, Lo Schiavo: "Dan�a dos Ta­ r1 r:J en y ) :¡ ) -, ) en el bajo del
moios" : ( a) motivo melódico principal; ( b ) acompañamiento. Ricordi.
acompañamiento, señalando el camino a los patrones rítmicos de
posteriores formas urbanas populares (Ejemplo 4-8).
,!

Todos los derechos reservados. Utilizado con autorización.


El nacionalismo musical romántico en Brasil en su primera


fase está mejor representado por la música de Alexandre Levy
(1864-1892). Descendiente de francés, nació en la ciudad de
n id �Áp n . .
(a)

,•••• 1 , j A li FrJ Sao Paulo, donde estudió piano y composición con profesionales
eu�opeos inmigrantes. En 1 887 fue a Europa, permaneciendo
primero en Milán y luego por más tiempo en París, donde tomó
stacc.

(b)

EJEMPLO 4-8 Joaquim Antonio da Silva Callado, Querida por todos


( "Polka para piano" ) , c. 9-16.

et)
marcato
> ID> > >

mente a los jóvenes compositores, pues la introducción de elemen­


tos populares en el arte musical no era ciertamente común en esa
época. La primera composición "nacionalista" brasileña fue pu­
blicada en 1869 por Brasílio Itibere da Cunha ( 1846-1913),
compositor aficionado y notable pianista. Su pieza de piano A
Sertaneja intenta recrear de varias maneras el carácter de la mú­
sica popular urbana de ese tiempo, aun citando una melodía po­
pular característica. A Sertaneja presenta elementos derivados de
formas populares como la modinha, el tango brasileño y la na­
ciente maxixe. La melodía popular reproducida es de la canción
"Balaio, meu bem, balaio", - relacionada con el fandango sureño,
pasatiempo social festivo con baile. La canción muestra la figura
básica con puntillo y la llamativa sincopación de casi todas las lecciones con Durand, en el Conservatorio. Después de su re­
danzas fandango brasileñas, requiriendo a la vez notas repetidas, greso a Sao Paulo, intentó organizar una orquesta sinfónica re­
característica esta de · la música folklórica luso-brasileña. . Aunque g11lar, . 1>e1:o no halló mucho apoyo. Su acercamiento a la música
A Sertaneja no tuvo influencia en el posterior desarrollo del na­ foll<lórica y popular fue - estrictamente sentimental: su conoci­
cionalismo musical en Brasil, con todo continúa siendo impor­ miento de la música folklórica estuvo limitado a las canciones
tante como síntoma de lo que iba a venir. tradicionales más difundidas, como las que utilizó en algunas de
Joaquim Antonio Da Silva Callado ( 1848-1 880) fue el com­ sus obras nacionalistas. El conocimiento de Levy de las formas
positor que popularizó el ritmo de habanera. Su pieza más cele­ P?I:mlares u�b�nas, especi�lmente de las piezas de Callado, es
brada, Querida por Todos (caratulada como "polka"), fue en facd�ente v1S1ble en su mas. característica pieza de piano, Tango
realidad uno de los primeros ejemplos de una auténtica maxixe. Br�si�ero ( 1890). El atractivo popu�ar de esta pieza proviene
En e4a, el compositor con mucho ingenio transforma la figura prmc1palmente de su empeño por recrear la atmósfera del tango.

1 72 1 1 73
,,
Alrededor de 1890, el tango era todavía muy similar a la haba­ deo, .pero que no es nunca reproducido en su integridad y sufre
nera. En el hecho, en Brasil, " tango" era el nombre dado a la cambios tan fundamentales, · como para estar a veces escasamente
habanera misma. Lo que es difícil determinar con alguna pre­ expresado o meramente sugerido. El vocabulario armónico y la
cisión es si la habanera vino desde España (posiblemente por la orquestación son los convencionales de la época. Los acordes de
vía de la Indias Occidentales) o a través deI tango, desde la re­ novena son utilizado principalmente como consonancias transi­
gión del Río de La Plata. Según Vicente �ossi, la habanera e�a torias, mientras se encuentran a través de toda la obra numerosos
también conocida como tango en Argentma y Uruguay hacia pedales sobre la tónica y la dominante, así como cadencias per­
1890 10 • El tango tenía el mismo patrón rítmico que la habanera, fectas, rotas y plagales.
pero era levemente más rápido y utilizaba variantes de. la sinco­
pación que también definía a la maxixe. En consecuencia, el tan­
go sufrió transformaciones rítmicas ?ajo �a inf�uencia. de la EJEMPLO 4-9 Alexandre Levy, Tango Brasileiro, c. 1 -4 (Diario Popu­
maxixe en tal grado como para hacer 1ID.posible diferenciar mu­ lar, 1890 ) .
sicalmente entre piezas denominadas distintamente "tango bra­
sileño" y "maxixe". Esos cambios están ejemplificados en el
Allegro moderato

1'ango · de Levy por variaciones de la fórmula de la habanera


nn en n"1n ' r:r, n
._,
o nn
._,
' todas
las cuales están presentes en las polkas de Callado. La introduc­
>

ción de la pieza de Levy (Ejemplo 4-9) posee una estrecha re­


lación con la maxixe, principalmente a causa del impulso rítmico
de la línea melódica. ¡;.
El Tango Brasileiro de Levy es históricamente importante por­
que es la primera obra nacionalista brasileña conocida escrita La orquesta de Levy es asimismo representativa del temprano
por un músico prof1;sional. Su Sitite Brésilienne para orquesta período romántico. Incluye cuerdas, arpa, timbales (afinados en
( 1890), sin embargo, es mucho más significativa y sintomá�ica la tónica y la dominante), dos trombones, trombón bajo, dos
de esa fase temprana. La Suite es precursora de muchas suites trompetas, cuatro cornos e instrumentos de viento madera en
brasileñas producidas por compositores nacionalistas posteriores. parejas. Es digno de destacarse el uso del trombón bajo, que
Aunque concebida con cierta �ntención programática, .fu� tam­ la mayoría de los compositores habían reemplazado por la tu­
bién proyectada como una serie de danzas, como lo mdicaban ba desde alrededor de 1830.
los títulos de dos de sus cuatro movimientos:. Prelúdio, Danfa El último movimiento, Samba, puede ser considerado como
Rústica-CanfaO Triste, A Beira do Regato y Samba. De ellos, el primer paso decisivo hacia el nacionalismo musical en Brasil.
solamente el Prelúdio y la Samba caen estrictamente dentro del Si bien permaneció inédito, fue ejecutado con gran éxito . en
ámbito de nuestra exposición del nacionalismo musical, pues los Río de Janeiro en 1890, bajo la dirección del compositor y di­
otros son de un carácter descriptivo general. rector de orquesta leopoldo Miguéz y llegó a ser en los comien�
El Preludio está basado en una canción popular, "Vemcá Vi­ zos del siglo XX una de las más aplaudidas piezas del repertorio
tu", que determina el principal componente del material temá- sinfónico en Brasil.
No hay. ,duda de 9.ue un programa estaba ligado a la pieza.
10 . Vicente Rossi, Cosas de Negros; los orígenes del tango 'Y otros La reducc10n para piano (hecha por el hermano del composi­
aportes rioplanten.res ( Córdoba : Imprenta Argentina, 1926) . tor, Luiz Levy) incluye la descripción de una danza que se

1 74 1 75
supone es una zamba rura.l, y ?ª.el nombre de su autor, Julio Europa lo llevó a las más famosas escuelas de música: Santa
Ribeiro. La novela de Juho R1be1ro A Carne (La Carne), de
donde fue extraída la cita, fue publicada por primera vez en Cecilia de Roma, la Akademische Meister Schule y el Stern' sschen
1888 e inmediatamente se convirtió en tema de una rigurosa Konservatorium de Berlín y finalmente el Conservatorio de
polé�ica. Como resultado del escándalo que sobrevino, todo el París, donde estudió órgano con Guilmant. Su amistad con Edvard
mundo en Brasil llegó a leer A Carne. Hubo así una fuerte po­ Grieg debe haber tenido una profunda influencia en su decisión
sibilidad que el pasaje mencion�do, qu.e .en el original .se refi�fe de abrazar la orientación nacionalista.
al baile de una zamba en una fmca, h1c1era profunda 1mpres10n Cuando regresó a Brasil, Nepomuceno había ya escrito algu­
en Levy. Sin embargo, fuera del contexto, esta descripción no nas composiciones de carácter nacional: el Cuarteto de Cuerdas
se refiere específicamente a la zamba, y es dudos? que el com­ N9 3 ("Brasileiro"), la pieza de piano Galhofeira y un amplio
número de canciones en lengua vernácula. Sus actividades en
positor mismo haya tenido alguna vez la oportumdad de obser­
var la interpretación de un tipo folklórico de zamba. En e; a�pec­ Río de Janeiro para promover el reconocimiento de la música
y los compositores brasileños, están muy bien ejemplificadas por
to musical, Levy se inspiró en fuentes completamente distintas, su campaña contra el crítico musical italianófilo y germanófilo
. pues la zamba en este movimiento se basa en �os aires populares Osear Guanabarino; por su inclusión de obras de compositores
bien conocidos en las áreas urbanas - " Balaio, meu bem, Ba­ brasileños en los programas de la "Asociación de Conciertos Po­
laio", ya mencionada en relación con A Sertaneja de Itibere da pulares", que dirigió por diez años; por la edición de algunas
Cunha, y "Se eu te ame(, una c�nción muy. popular en Sá� Paulo, obras de José Maurício Nunes; y finalmente por el apoyo que
escrita por el compositor Jose de Alm�ida Cabral, .qmen era dio a compositores populares, como Catulo da Paixao Cearense
maestro de capilla en la Catedral de Sao P�u�o. Nmguna de para obtener la ejecución de su música.
esas canciones corresponde a la estructura melodica de la zamba L:;:i. amplia producción de Nepomuceno muestra su eclecticis­
rural de Sao Paulo. Levy permanece más cercano a las danzas mo. Escribió en prácticamente todas las formas o géneros tradi­
urbanas que se desarrollaron a�ededor de esa �poca y su in­ cionales : canciones artísticas con textos portugueses, franceses,
,
fluencia puede ser rastreada facilmente en esta pieza. El aspecto italianos, suecos o alemanes; música sagrada, · que incluye una
formal de la Samba está determinada por el material extramu- Lviisa y un Tantum ergo,· música coral secular, que incluye As
sical. , . · l.!yaras, basada en una "leyenda amazónica", con texto del fol­
El paso decisivo hacia el s�rgimiento de la musi:a nacio:1a1 klorista Mello Morais Filho; numerosas piezas de piano y de
en Brasil fue cumplido en la decada de 1890 y los primeros anos órgano; cuatro cuartetos para cuerdas y un trío; óperas y come­
de la década de 1900. Fue entonces cuando el arte musical bra­ dias líricas; una sinfonía; varios poemas sinfónicos; y tres suites
sileño comenzó a desplegar una individualidad nacional caracte­ para orquesta. De estas obras, la Série Brasileira y el preludio
rística. En este desarrollo, el compositor A_lberto N�pomuce�o O Garatuja (ambos para orquesta), el Cuarteto N9 3, las pie-
( l86�19JO) jugó un pa:Pel 4e ft1J:1�am�r1tll:Lii.nport�n:i_a, a t�aves za._s _ el� piª11<> Galhofeira y Brasileira, y numerosas canciones
de su propia obra y de su estímulo a la genuma musica nacional artísticas presentan material folklórico o popular.
hecha por otros. El Cuarteto para Cuerdas en Re menor, Ne.> 3, lleva el sub­
Nepomuceno había nacido en Fortaleza (Ceará) , pero paso título de " Brasileiro", y el manuscrito muestra el lugar y .fecha
la mayor parte de su adoles.cenci� en Re:ife. En 1885 se mud� de composición (Berlín, 1891), así como la dedicatoria al com­
a Río de Janeiro para estudios mas amplios. Ya en 1887 mostro positor Leopoldo Miguéz, entonces director de la Escuela de
interés en la música popular, pues junto a mazurcas, romanzas Música de Río. No obstante su subtítulo, la obra exhibe sólo unas
y berceuses, su obra temprana incluyó_ una f?ª1:,fª ligeras características nacionales. Parte del material temático y
la primera "danza negra" del repertorio brasileno. Un viaJe -a
de N_e�ros,
algunos· rasgos rítmicos fueron extraídos de la atmósfera local.
176 177
p=-:--=--�.

como el cuarteto d� cuer� ruru"-, hallada aún en casi todas las colecciones de canciones
j En un género tradicional y clásicoerimentado una s� sac10, n de
1'
inf�ntiles. Su origen estaba en un auto popular ( una represen­
das, Nepomuceno deb e hab er exp de, cuando es ri.�io � .
la pieza taci�n _dramática folklórica con música y danza) del noreste
limita ció , p t es ñ á �
e su c n c imiento de las braslleno llamado Bumba-meu-boi.
de piano Galhofeira, reveló plenam:rant es la �ulti�ma _de un con­
ues r a os m s tar

El s egundo movimiento, Intermezzo, desarrolla y amplía el


n

formas populares urbanas. Galhofei atro Pefas yricas Op. 13. material temático del tercer movimiento del Cuarteto para Cuer­
junto de cuatro piezas denominado Q_�alogo- estan es<;rit�s co�­ das N9 3. la atmósfera general de este movimiento es más fran­
y
� �
las otras trictamente romant1co. � m cament e popular que la del anterior. El tema está desarrollado
vencionalmente dentro de un estilo es uetona) saca de la max:xe
-A nhe lo, V ls a Di
más plenamente y los ritmos característicos más sistemáticamente
tres a

al, alegre, jug _


embargo, Galhofeira ( jovi
os s cia pa ra su propo, sito_ d es�rip­ empleados que en el movimiento correspondiente del cuarteto.
y del choro lo s , El tema sufre una transformación r ítmica que es típica de la
sada en u n pa�ron de acom
panamiento
tivo. Toda la pieza está ba
ent e en les

s popula-
elem

en la mayoria d fo maxixe en la impaciencia de la línea melódica.


sincopado que se encuentra El último movimiento, Batuque, dividido en dos secciones es ·
Por sobre él hay constantes reite­
e las rma

res urbanas : fr_ímr . una versión ampliada de la pi eza de piano temprana de N;po­
raciones y variantes de una
figura de acorde quebrado de��n­ rnuceno Danfa de Negros ( 1887) . Este final imita la danza afro­
n un tema melodico brasileña, explotando exclusivamente sus elementos rítmicos. De
dente ( Ejemplo 4-10) , que alterna co hecho, todo el movimiento pone de relieve elementos rítmicos.
característico. Sincopaciones fuerte y pesadamente subrayadas al comienzo con­
·, ·

, Galhofeira, c. 5 -6. Copyright tinúan sirviendo de acompañamiento a través del trozo. Se em­
EJEMPLO 4-10 Alberto Nepomuceno plean dos figuras melódicas sincopadas como material de cons­
191 0 por E. Bevilacqua & Cia. :trucción para la primera sección ( Ejemplo 4-11a y b) . El se­
gundo de esos motivos imita la práctica responsorial del canto
afro-brasileño como se halla en batuques y z ambas : la parte de
solo está representada por los instrumentos de viento madera,
y el coro que �es.ponde, l?ºr las cuerdas y los bronces. La prµ:nera
pa rte del mov1mi��to reitera constantemente este motivo, excep­
to las dos exposic iones de la segunda figura, y modula entre
Do mayor y Mi mayor, para disminuir la monotonía de las re­
concie�to e� el Ins­ peticiones, la segunda sección ( Doppio movimento) exhibe la
En 1897, Nepomuceno presentó en un , nicas, que s iguiente instrucción : . "Este movimiento, que comienza "jugue­
sica sus últimas ?b ras si_nfo
tituto Nacional de la Mú t ea ndo" [ en b adinant}, llega a ser más y más salva je hacia el
comprendían la Sinfon,í� en S�l �enor, ul tima nombrada f':e la
�u�te Antique, As Uya­
final". La descripción del frenesí de la danza . es el contenido
ras, Epitalamio y la Serie Brasileira. La eg�r a ser u n t�tulo programático de esta sección, que se apoya en modulaciones di­
segunda suite, d espués de la de L,e"."y, b as�ilena poranea. �ámica y �ambios de tempo e� torno a una figura mel6clica
corriente en el repertorio de la musicelod
a � . contem
en

y s pop ulares, s mcopada mcesantemente repetida. Las modulaciones alternan


yendo más allá del mero uso de m prim � .
m p de�­ entre Fa mayor y La bemol mayor. "El salvaje movimi ento" de
esta obra en cuatro movimientos fue eli_ da brasil. ena �
ia ri tmo

. � . pri­
� la indicación inicial se da por una aceleración gradual del tiem­
cribir algunos aspectos típicos de la v e
er ento or

a na Serra, � �� c � ti�!zo ;�na po y un crescendo que alcanza un "furioso fortissimo" sin nin­
e

mer movimiento, Alvorad


- sa Jururu o cu-
po guna alteración, empero, de la figura temática. En su ' Batuque,
canción de cuna conocida en todo Brasil
u e o u

179
178
ió� la música de salón en México está cabalmente documentada en
Nepomuceno apr?vechó al max1:110 la . falta , �e caracterizac ri­ Rubén M. Campo, El Folklore Mttsical de las Ciudades (México:
melódica. Esta pieza es, en realidad srntom anca del descub
Secretaría de Educación Pública, 1930), con reproducciones de
miento de la primacía rítmica de la música popular, prefigurando numerosas piezas. La Opera en Yucatán de Jesús C. Romero
logros semejantes en las subsiguientes composiciones del siglo ( México: Ediciones "Guión de América", 1947) es un panorama ·
XX. de la actividad operística en México desde el siglo XVIII. El
EJEMPLO 4-1 1 Alberto Nepomuceno, Série Brasileira: "Batuque" ( a ) estudio más informativo sobre los antecedentes mexicanos del
nacionalismo musical es, de cualquier modo, Otto Mayer-Serra,
Panorama de la Música Mexicana, citado en la nota l. La mú­
c. 5 - 8 ; ( b ) c . 20-2 1. Propiedad de los Editores Sampaio Araujo e

sica y músicos cubanos de este período se estudian en detalle


Cia. Casa Arthur Napoleáo.

en Alejo Carpentier, La Música en Cuba, citado en la nota 2.


La música argentina del siglo XIX es estudiada ampliamente
por Vicente Gesualdo en los primeros dos volúmenes de su
Historia de la Música en la Argentina (Buenos Aires: Editorial
Beta S.R.L., 1961). Datos biográficos e información acerca de
las instituciones musicales argentinas, especies de canciones po­
pulares y danzas, se proporcionan en Rodolfo Arizaga, Enciclo­
f edia de la Música Argentina (Buenos Aires: Fondo Nacional
de las Artes, 1971) .
(b) Bibliagrafía Musical Brasileira (1820- 1950) de Luiz Heitor
_ Correa de Azevedo (Río de Janeiro: Instituto Nacional do Livro,
(strings-brass)

1952 ), es una bibliografía bastante amplia de la música de Bra­


sil. Una fuente excelente, con amplia documentación, sobre las
instituciones y actividades musicales en Río de Janeiro en el
período 1808-1865, es Ayres de Andrade, Francisco Manuel da
Silva e seu Tempo, 2 vols. (Río de Janeiro: Cole�ao Sala Ce­
cília Meireles, 1967). Un número especial de la Revista Brasi­
leira de Música dedicada a la vida y obra de A. Carlos Gomes
NOTAS BIBLIOGRAFICAS apareció en 1936 (Vol. III). Son también útiles RelafaO das
Operas de Atttores Brasileiros (Río de Janero: Ministério da
Información biográfica de todos Jos colllpositores mencio!J:a· Educa�ao e Saúde, 1938) y Mitsica e Músicos do Brasil (Río de
dos en este capítulo es fácilmente asequible en Otto Mayer­ Jarieifo: Livraiia Editora da Casa do Estiidarite do Brasil 195'0)
Serra, Música y Músicos de Latinoamér_ica, diccionario en dos de Luiz Heitor Correa de Azevedo. La correspondencia' de Go�
volúmenes (México: Editorial Atlante, S.A. 1947). El capítulo mes es asequible en Antonio Carlos Gomes, carteggi italiani rae�
IV de Robert Stevenson, Music in Mexico· (Nueva York: Thomas colti e commentati da Gaspare Nello Vetro (Milán: Nuove Edi­
Y. Crowell Company, 1952), presenta un panorama bastante zioni, 1976). Yo he escrito sobre la obra de Itibere da Cunha
amplio de la música mexicana en el siglo XX. La biografía de Alexandre Levy y Alberto Nepomuceno, en la breve monográfí;
José Mariano Elízaga aparece en Jesús C. Romero José Mariano The Beginings of Musical Nationalism in Brazil (DetrÓit: In­
i ·,..,
Elízaga (México: Ediciones del Palacio de Bellas Artes 1934). formation Coordinators, Inc., 1971).
.',)
:1
j
180 ¡
,\
181
V
EL SIGLO VEINTE:
MEXICO Y EL CARIBE

En la primera mitad del siglo XX, .el fenómeno más signifi­


cativo en América Latina fue el rápido crecimiento del naciona­
lismo en el desarrollo social y político del continente. la música,
como aspecto de la cultura, no ha escapado a este ·sobresaliente
rasgo de la vida contemporánea. Mientras el nacionalismo mu­
sical fue ampliamente abandonado en Europa después de alre­
dedor de 1930, permaneció mucho más vivo en América la­
tina hasta la década de 1950. No obstante, el nacionalismo
musical latinoamericano no ha sido nunca definido a satisfac­
ción de todos. A pesar de alguna concordancia con sus caracte­
rísticas fundamentales en Europa, su significado y funciones han
variado frecuentemente según la personalidad sobre la cual in­
fluía. Consideraciones socio-musicales muy a menudo explican
la actitud de muchos compositores latinoamericanos hacia el na­
cionalismo musical. El examen del entorno social de un com­
positor dado revela frecuentemente su deliberado evitar brechas
entre él .µ:iismo y. las condiciones artísticas dominantes. Un com­
positor, por ejemplo, que trabajaba en el Cuzco, La Paz o . Belo
Horizonte en los años 60, puede haber hallado inapropiado, por
razones político-sociales, enajenarse a sí mismo deliberadamente
de las tradiciones músicales locales. Por otra parte, puede ·haber
sido convencido de que podía ganar reconocimiento internacio­
nal sólo como traductor de su propia cultura y no como imita­
dor de la europea. Finalmente, como se señaló en la Tercera
Parte de esta exposición, muchos jóvenes compositores experi­
mentales escogieron escapar de Latinoamérica a Europa o Norte-

183
anhelada respu esta y el estímulo para de la escritura para concierto ; pero las últimas son significati­
américa, para hallar la
su ctividad creativa. vos, aunque sencillos, arreglos de aires folklóricos ( como "La
Cucaracha" y "Valentina") , populares durante la Revolución.
Durante esos años, Ponce comenzó a propugnar un desarrollo
1vfEXICO musical nativo, pero sus propios ejemplos permanecieron más
bien limitados. De 1915 a 1917 vivió en La Habana y fue crí­
tico musical de La reforma social y El heraldo de Cuba. De
regreso a Ciudad de Méxic o, reasu mió su actividad docente en
áne os
Manuel M. Ponce y sus contempor
1910 Y du�ó más
La Revolución Mexicana, que comenzó ectno so��e la vida ª;· el Conservatorio y dirigió por dos años la Orquesta Sinfónica
de diez · años, tuvo un extraordi.nario impa patriotic .
o , los mu ­
Nacional. Junto con Rubén M. Campos, editó la Revista Mztsi­
' · a del pai's · Como resu.ltado. de su ferv
t1stic · ba� d e n fu nt s
cal de México ( 1919-1920) , de breve existencia 2 •
sicos tendieron a un nacionahsi:10 musical Un punto decisivo en la carrera de Ponce como compositor
or

osit M� nue! �
de ambas culturas, india y mestiza. El comp . fue su residencia en París de 1825 a 1933. Estudia allí con Paul
a o

side d el pi ne o del nacio1;1altsmo Dukas y su contacto con las diversas corrientes europeas de ese
( 1882 -1 948) c
or

p todos los tipos d�


:u���al romántico e� México, se i1:spiró en tiempo influyó considerablemente en su propia orientación esti­
on ra o o r

folklore musical mestizo ( corrido, 7arabe, son, cultivo 1:n e ti o


lística. Por esa época, su inquietud nacionalista se reflej ó en
que estudió muy seriamente. No obstante, la mu, s:ca Je sa on
hi apango, tc. )
{? mayor autonomía de elementos populares dentro de un estilo
_ : / :

mántico, a veces del todo emparentado con _ que abarca lo neorromántico, impresionista y lo neoclásico . A
del si lo XIX. Su celebrada c ci �, escrita e?- �912 este período pertenecen los tres bocetos sinfónicos titulados Cha­
1 ento
n 1914, le tra ¡ o recono ci� ,
ublicada por primera vez e pultepec ( 1929, revisados en 1934) , que revelan una asimila­
an ón Estr ellit

uno de lo s b gr
Iniernacional. Esta canción, considerad1a poro éxit .
o en to o e
t \ ción de los métoods impresionistas franceses y una ligera preo­
ce c m "me xic ísim a" , tuv cupación por el material folklórico mismo. El "sabor" mexicano
fos de Po
, a c�us de que se
mundo occidental -probablemente, empei7ao romant�1 ca europ�a de tal obra reside esencialmente en el material temático, que
n o o an

r el aciona con el típic o estilo


de la eleg en ocasiones posee características de aire popular. Sólo en el
.qu e antes produ¡ o
( por lo que pertenece a la misma tradición último poema sinfónico Ferial ( 1940) , más abiertamente nacio­
Sobre las olas de Ju ventino Rosas) . nalista, recurrió Ponce al verdadero ma terial folklórico melódico .
asc:i,hentes. Lu�g?
Nacido en Zacatecas, Ponce se crió en _ Agu de Ciudad de �e�1-
En est� obra, el propósito programático, relativo a un mercado
d e diez año s de estudio s en
el Conservator io de aldea, llevó a Ponce a tomar canciones folklóricas y a orques­
1� escu ela �e �us1ca
co volvió a Aguascalientes a enseñar en d10, compos1c1. 0n con tadas "auténticamente" ( empleando, por ejemplo, una chirimía
lo�al. En 1905 viaj ó a Italia, donde estu ano _
m.'.1s tarde!, es­
[ oboe] con acompañamiento de timbal pequeño) , para imitar
Torchi en: el Liceo Mus ical de Bolo g . Un una .obra musical folklórica, incluyendo la omnipresente banda
serv a ton o Stern . �n
taba en Berlín, estudiando pia�o en. el Con . de pueblo. El lenguaje armónico de esta obra, con sus disonan­
1

na

onserv to r10 _d e ei-:;­


1909 llegó a ser profesor de piano en el nCo de su C?nc1erto � cias y ocasional inestabilidad tonal, es también caracter ístico del
d d de México. El año 191 2 vio el estre e sus Can iones. Jv!.exi- estilo del último período de Ponce. Las Cttatro Danzas Mexic-anas
a

Ptano y el co· mienzo .de la composición � o roman t1co corriente


( 1941) para piano ejemplifican el conocimiento de Ponce de
canas para piano. El pr1 · me sigu e el estil la necesidad del debido equilibrio entre los elementos populares
, �
ro

yo biográfico ( Méxi-
l. David López Alonso, Manuel M. Ponce, Ensa 2. Más tarde, fue también editor en París de la Gaceta Musical, en
co, 1950 ) , p. 5 3. lengua española.

1 84 1 85
de su música ( tratados aquí principalmente a través de los ras­
gos melódicos y rítmicos) y las modernas tendencias de · su
EJEMPLO 5-1 Manuel M. Ponce! Cuatro Danzas Mexicanas, No. II. ( a )
vocabulario armónico. En el plano r ítmico, esas piezas revelan
c. 1 3-19; ( b ) c . 23-30. Editorial Cooperativa Interamericana de Com­
un inequívoco carácter mexicano, a través del uso de ritmos
positores. Co�y�ight Instimto Interamericano de Musicología, Montevi­
cruzados ( especialmente hemiola ) y la alternación de grupos do­
deo, 1 941. Utilizado con autorizacion.
1

bles y triples, y de figuras relacionaads con la contradanza y ha­


banera del siglo XIX ( Ejemplo 5-la, b ) . El cromatismo y las
disonancias que resultan de ello dan a las Danzas su sonido
"moderno".
• • 15

En las obras de Ponce, el indigenismo fue de poca importan­


cia para su desarrollo como compositor nacionalista. Acaso co­
mo resultado del así llamado Renacimiento Azteca de la década
del 20, se volvió al tema indigenista en varias ocasiones, como
en su Canto y Danza de los antigttos Mexicanos (1933) e Ins­
tantánetts Mexicanas ( 1938; esta segunda pieza se titula Música
Yaqui ) , pero el material indigenista en tales obras está limitada
a unas pocas citas, s obre las cuales trabaj a el autor elaborando.
Este acercamiento esencialmente folklorístico a la música india
;¡i

no constituyó, sin embargo, un fundamento firme sobre el cual


j

pudiera . Ponce construir una estética nacionalista.


Aunque el int erés de Ponce por la músifa folklórica se evi­ (b)
denció más ampliamente en la década de 1930 a través de su 25
J = 104

docencia de folklore en la Universidad Nacional Autónoma, su


estilo posterior puso de relieve elementos neoclásicos, a veces
altamente cromáticos, con tonalidades más oscuras. Su Conciert o
de Violín ( 1943 ) , cuyo segundo movimiento utiliza el aire de
Estrellita, muestra tales rasgos neoclásicos, incluyendo un pro­

fuso contrapunto.
Como consecuencia de su amistad con Andrés Segovia, Ponce
desarrolló un temprano interés por la guitarra. Escribió un con­
30

s iderable número de obras de guitarra, algunas de las cuales


( gracias a su ejecución por Segovia ) llegaron a ser t ítulos co­
rrient es del repertorio guit arrístico del siglo XX. Tales obras,
como la Sonata N9 1 ( "Mexicana" ) , la Sonata Clásica (Home­
naje a Fernando Sor) y el Concierto del Sur para guitarra y
o rquesta, muestran un lenguaje neoclásico dentro de un estilo
virtuo�ístico característico de la ejecución española de la guitarra.

186
187
sístico cuya complicación rítmica resulta de la combinación de
glos de r itmos folklóricos o populares.
unas v eintiséis son arre
Como alumno de composición de Gustavo Campa en el Con­
an

res ciclos c ci
­
Poema_s de Mariano Bru,U, Cua
tu11: a)
Icaza (publicadas en fo_rma pos servatorio de Ciudad de México, Candelario Huízar ( 1888-1970)
de an ones son Tres
en estilo,
ompleta1:3- ente v�nadas cayó bajo la influencia de la música romántica del siglo XX y
Tres Poemas de Lercontow. C
t1'o Poemas de Francisco de
iversos estiloscul ivados por �on-
� del impresionismo francés. Su primera obra sinfónica mayor,
�sas canciones reusmen los d
ch c iones de caracter Imágenes (estrenada por Chávez con la Orquesta Sinfónica de
Asimismo compuso unas sesentio
de músi a d� salón. Est México en 1929), cuyo programa se refiere a un matrimonio
;:pular relacionadas con la tradición o prendi�da si º recuer­
o anc
a

s fácilmen_te c n: de labriegos en una aldea, esá escrito en un estilo romántico


aparente contradicción e
?�
­
da ue algunos de
ás conocidos aires d7, 1� musica J:ºP�, , foJklorístico. Pueblerinas ( 1933), una de las más típicas obras
lindo', "Las Ma ñanita s , L Yf nacionalistas de Huízar toma prestados materiales de la autén­
lar �exicana ( "Cielito
los m

r�lo nga�10n del e�­ tica música folklórica de su Estado natal de Zacatecas (inclu­
ma
p
lent
m n
a

"La Cu caracha", etc.) gi


. Ademas, la impo!�ancia yendo un baile de jarabe) , que incorpora en un estilo personal
tilo popular romántico del siglo XIX
sur ero n co o u a

u na
olkas y m zurcas deJ ? y sensitivo desde puntos de vista armónico, contrapuntístico, rít­
que tuvieron en México valses, p y otros g�eneras mexicanos mico y orquestal. El nacionalismo indigenista aparece en sus
huella en jarabes, sones, sandungas cuatro sinfonías (estrenadas en 1930, 1936, 1938 y 1942) o
folklóricos. por el uso de melod ías indias o pseudo-indias (principalmente
nacidos e� la . década �
Entre · 1os compositores mexicanos ci n is i­ pentatónicas ) o instrumentos indios de origen precolombino
e

1880 que adhiireron a la primera ntación de Ponce, fueron (teponaztli, huehuetl), o recurriendo a los subtítulos aztecas o
al mo mu s

ie
na o

p
fase del

cal ¿oro.o fue expresad indios modernos, como Oxpaniztli (Segunda Sinfonía) y Cora
José Rolón y C andelario H í .
a or la or

(Cuarta Sinfonía) .
México pri1:1;cipalmente
Roló n ( 188 3-1945) es recordado en
u zar

t
como compositor sinfóni
co. Estudió primero en su cmdad na ��
ar ís (19 04) , donde tu io
Jalisco de Guzmán - des pué s fue a P 1.
y Gédalge (composici�n ) hasr,a 191
es d
Carlos Chávez
con Moskowsky (piano)
20 volvio a Pans, estu­ El p eríodo post-revolucionario 1920-1934 -una era de re­
En los últimos a ños de la década del ­
diando esta v ez con Nad
ia Boulanger y Paul Dukas. Como su construcción bajo los Presidentes Obregón y Calles- vio el sur­
ista francés -n , o p ­ gimiento del as í llamado Renacimiento Azteca y el consiguiente
c edió con Ponce, el estilo impresion
ren

"Los Seis"- influyó profund�


s r
movimiento indigenista en las artes de México. En un esfuerzo
o

dentemente, la estética de e¡ emplo,


tín de los Enano!, (1_925), .Pº�
te
por retornar ª. las prácticas musicales indias de la preconquista,
men

a Rolón. El ballet El Fes z­


r u estacion imp e:s1_om stas r,ri� el _ fac:tor crt1c1a.l _ _ no _ fue tanto la autenticidad en revivir esas
mu estra armonía y técnicas de o 9. i_ cos naci.onali�stas. La musi a prácticas, como lo fue una evocaci611 sub) etiva del pasado re­
clados con rasgos rítmicos y melod choacán aparece de ro.od,° moto o del carácter y el entorno físico de la antigua cultura
folklórica mestiza del
Estado de Mi
acano (estrenado en 193 0 )_ , �
, Y s mas indígena (y asimismo contemporánea ). · · ·
estilizado en Baile
es el P? ema smf onico En octubre de 1928, Carlos Chávez dictó una conferencia en
conocida incursión en el indigenismo
Mi cho
, timo m erador az-
en

9) Cuauhtémoc (el � p la Universidad Nacional en Ciudad de México elogiando las


t res mo vimientos ( 192
p i ip pentatomcos (refle- virtudes precolombinas de la música india que expresaba "lo
ul

t eca) en el cual los . ,


1a pre, dica de Ch. avez) · El más profundo del alma mexicana". Pensaba él asimismo que la
jando' así, lo más probablemente, e un moderno estil
tem as r nc ales son

b o virtuo- vida musical de los indígenas era "la etapa más importante en
Concierto de Piano ( 193 5) exhi
189
188
la historil:t musical mexicana". Expresó así sus ideas básicas re­ Pronto tales ideas llegaron a ser autorizadas para quien si­
lativas al sistema melódico de los aztecas: guiera la tendencia indigenista. Chávez ( 1899-1 978) , el com­
positor de más influencia en la vida musical mexicana desde
los aztecas mostraron preferencia por los intervalos que los años 20 a los años 50, apareció como el teórico y el más
nosotros llamamos tercera menor y quinta perfecta. Su uso consumado practicante del movimiento nacionalista. Esto no
de otros intervalos fue raro . . . quiere decir que Chávez haya sido un compositor exclusiva­
Este tipo de preferencia interválica, que indudablemen­ m ente nacionalista. Por el contrario, cerca de los dos tercios de
te debe considerarse indicadora de una intuitiva y profun­ su creación total no posee relación directa con el nacionalismo
damente arraigada añoranza por el modo menor, halló ade­ musical como se verá en la Tercera Parte de esta exposición.
cuada expresión en melodías modales en las que faltaba Y es incorrecto mencionar un "período nacionalista" en su ca­
completamente el semitono. las melodías aztecas podían rrera, pues aunque encontramos una tendencia mexicana que
comenzar o terminar sobre cualquier grado de la serie comienza con El Fuego Nuevo y alcanza su apogeo en la dé­
de cinco notas. Al explicar su música, se podría por con­ cada del 30, ella aparece. sólo esporádicamente. En sus obras de
siguiente hablar con propiedad de cinco diferentes modos carácter indigenista o en sus composiciones principalmente abs­
·m elódicos, cada uno de ellos fundamentado sobre una tó­ tractas ( como sus tres últimas sinfonías) , su estilo altamente
nica distinta en la serie pentatónica. personal y su sentido mexicano están tan íntimamente ligados
Puesto que el cuarto y séptimo grado de la escala .ma­ que su música ha sido. caracterizada como "profundamente no
yor diatónica ( como la conocemos) estaban completa­ europea". Su concepción individual del nacionalismo musical
m ente ausentes de su música, todas las im plicaciones ar­ ha sido materia de mucha controversia. Ha sido calificado de
mónicas de nuestra tan importante nota sensible estaban compositor "folklorista" e "indigenista", pero su actitud es mu­
desterradas de la melodía azteca. Si pareciera que su es­ cho más ingeniosa y sofisticada. Como ha observado el compo­
pecial sistema pentatónico excluía toda posibilidad de "mo­ sitor argentino Roberto García Morillo 4, la inquietud básica de
dulación" --que algunos sienten que es una necesidad psi­ Chávez ha sido incorporar la esencia de · elementos folklóricos
cológica aun en la monodia-, nosotros contestamos que previamente asim ilados, a través del · uso de fórmulas represen­
esos aboríge.nes evitaban la modulación ( en nuestro sen­ tativas de naturaleza melódica, armónica, rítmica o instrumen­
tido de la palabra) , principalmente porque la modulación tal, que puedan otorgar a una pieza un sabor nacional preciso.
era extraña al espíritu sencillo y llano de los indios . . . Su propósito exigió un proceso bastante metódico de síntesis
Para aquellos cuyos oídos han llegado a estar condicio.: y ·elaboración de los elementos musicales populares y folklóricos
nades por la larga familiaridad con el sistema diatónico a su disposición. Al igual que otros compositores nacionalistas,
europeo, la "polimodalidad" de la música indígena inevi­ como Villa-Lobos o Vaughan Williams, Chávez llegó a creer
tablemente suena como si fuera "politonalidad". ( Podría­ que el arte debe ser nacional en el carácter, pero universal en
mos decir que la politonalidad en música es análoga a la su fundamento y debe llegar a todo el pueblo 5 • Aunque la
ausencia de perspectiva que encontramos en la pintura evocación de la música india -o la de tribus contemporáneas
aborigen. Las pinturas de los códices de la pre-conquista aisladas o de las lejanas altas culturas precolombinas- consti�
nos muestran qué significa esa ausencia de perspectiva) ª.
4. Robert García Morillo, Carlos Chávez: vida y obra (México : Fon­
3. Trad. en Robert Stevenson, Music in Mexico (Nueva York: Tho­ do de Cultura Económica, 1960 ) , p. 2 1 y sig.
mas Y. Crowell Company, 1952 ) , p. 6-7. Utilizado con autori- 5. Cf. Ibid., p. 83. El autor reproduce una carta de Chávez que ex­
.'
zac1on. presa tales pensamientos.

190 191
días indígenas" -escribió-. "Todo en mi . ?allet era, d e mi pr� ­
wye un aspecto fundamental de su objetivo nacionalista, él pres­ pia invención; yo pensaba que la expres10n vend;ia del �spi­
ta también buena parte de atención a la tradición folklórica r itu de la música" • El no hab�a es� diad?. t? davia la musica
mestiza y a los géneros musicales populares urbanos. Aunque d e los indios. Como explicaba el mismo, mi con� ª<:�º con la
7

al comienzo repudió el operático siglo XIX de México, m ás música indígena no era el resu ltado d e una proposic10n prede­
tard e r edifinió sus opiniones: terminada, sino d e la circunstancia d e � aber ,estad<: e!pues;o a
su influjo desde el tiempo en que tema 5 o 6 anos . Asi, el
La música indígena es mexicana, pero también lo es el espíritu d el ballet ?�,1921 . era simplemente un re�u�tad� d,e
arte de origen español. Es correcto y plausibl e consid erar su recuerdo y su� aficion a ciertos elemento� d� la musica md�­
como mexicanos aun las óperas nativ�s en estilo italiano gena. El ballet está basado en una ceremoni.a ntua� �e 103 anti­
o las sinfonías mexicanas de inspiración germana. Obvia­ guos aztecas: al fin d e cad� siglo az�eca (cm°;entidos anos so­
m ente, la condición de ser mexicana no . agrega nada a la lares), el temor a qu e pudiera ocu�rir una. catastrofe total (co­
calidad estética d e una creación artística. Sólo cuando la mo la destrucción del sol por un sisr,no_) impulsaba a los azte­
música mexicana alcanza calidad artística, llega a ser arte cas a invocar c eremonialmente a sus d10ses, para asegurar q1;e
nacional 6• el nuevo sol (el "fuego nuevo" d el t� tul� d�l ballet) vol:'ena
a aparecer a través d e toda la ce°:tuna siguiente; La _Partitura
El carácter "profundamente no europeo" de la música de de Chávez escrita para coro femenmo y orquesta (revisa�a de­
Chávez resulta del evid ente exotismo d e sus obras indigenistas, finitivame�te en 1927), exige un consi.derable número de mstru­
si se compara con el arte musical contempor áneo d e Europa mentos . d e percusión, que comprenden mstrumentos aztecas como
Occidental o, para este efecto, con la música nacionalista con­ .
el teponaztli (un timbal hendido d e doble par.che) Y. dr�rersas
temporánea de Latinoamérica. Los ballets aztecas El Fuego Nuevo clases de cascabeles, agregados al grupo de ocar:nas, seis tlill?f­
y Los Cuatro Soles o la composición posterior Xochipilli-Ma­
cttilxóchitl, por ejemplo, no son obras populares en el sentido les, cuatro güiros y otros. Fuera de esta b�tena d e J?e:cus10n
e instrumentos de viento y el uso de melodias pentatorucas, el
de ser atractivas porque utilicen material indígena por mero · carácter indio del ballet es bastante subjetivo. O r:amente, pue­
"color local''., La mayoría de esas obras combinan elementos <;
modernísticos y primitivistas en un estilo austero pero único. den discutirse las teorías de Chávez sobre la musica pre-cort:·
Aunque Chávez estudió cuidadosamente los ejemplares arqueo­ siana en simples términos musicológicos. Etnomusicólogos mexi­
lógicos de instrumentos musicales precolombinos y la documen­ canos como Daniel Castañeda y Vicente Mendoza �an argum�n­
tado que no se puede tomar po� com.J?l etame1;1te mdigena , nm­
tación colonial relativa a la música azteca en el siglo XVI (in­
corporando sus resultados a su m úsica evocativa de la cultura gún gfl:IPº indi� actual, ( Yaqms, S nes, Hmchol s u ot os).
azteca), su intento d e reconstruir la m úsica indígena de la pre­ No obstante, Chavez creia que:
e e r

CQnqui�ta constituye finalmente un pretexto ( de acuerdo, por


supuesto, con el nacionalismo predominante de la época) para
escribir música d e un carácter específicamente nuevo. la música indígena que mejor conse�va su pureza �� es
Después d e la tendencia manifiestamente romántica d e sus fa que qu eda d e . la. � ltura a�teca, smo la de las trib_u�
composiciones juveniles, Chávez se apartó, con el ballet El más o menos pnmmvas o nomades, que nunca, p. ropia
Fuego Negro ( 1921), en una dirección nueva, hacia un estilo
indigenista, primitivista. "Mi pr opósito · no era arreglar melo-
7. Cit., ibid., p. 22.
6. pt., ibid., p. 2 12.
193
192
mente hablando, alcanzaron una cultura. Tales son los Ya- habido polifonía instrumental en los conjuntos antiguos que in­
• quis, los Series y los Huicholes ª. cluían flautas.
Parece extremadamente inverosímil que la música de los in­ Pueden hacerse algunas consideraciones generales sobre el
dios haya_ permanecido estática por tan largo tiempo, y es aun · uso que hace Chávez de lo que considera constituir rasgos mu­
exacto afirmar que el material indio utilizado por Chávez está sic.ales indígenas, tomando en cuenta que muchos de ellos pue­
"pen7tra�o por masivas influencias europeas", puesto que la mú­ den asimismo ser hallados en varias de las obras no indigenis­
sica mdigena contemporánea en México muestra también esas tas y hasta en cierta música moderna uropea. Ciertamente, él
influencias. La fuente de la convincente naturaleza de la mú­ hace abundante uso de melodías modales, pentatónicas y diató­
sica "indigenista" de Chávez debe ser finaimente ubicada en su nicas. A veces reproduce melodías indias contemporáneas. Va­
profunda identificación con las emociones y el carácter de los rios rasgos rítmicos pueden ser asociados a sus ideas sobre la
indios como lo esencial de México. Comentando la música indí­ música indígena, como la repetición ( incluyendo mucho uso
gena que inspiró Los Cuatro Soles, el artista escribió: del ostinato y una densa unidad rítmica subyacente) ; metros
irregulares ( Chávez comenta la variedad rítmica de la música
Todo nuestro ser es movido por esta música . . . En ella indígena) ; frecuente cambio de tiempos ( que recuerdan las ob­
nos encontramos a nosotros mismos. Su esencia correspon­ servaciones de Torquemada sobre los tiempos crecientemente
de nuestras emociones. Sus calidades expresivas están rápidos) . El ritmo cruzado y la sincopación ( rasgos mestizos)
son más utilizados que la polirritmia. Chávez parece tener p.t;e­
ª.
relacionadas con nuestro carácter y nuestra inquietud
dilección por el tresillo como una unidad rítmica rápida fun­
9

damental.

Los últimos escritos de Chávez destacan aspectos de la mú­


sica primitiva en general. Por ejemplo, su Pensamiento Musical La textura predominantemente polifónica de la mayor parte
incluye una larga exposición acerca de los orígenes de la música de las obras de Chávez, refleja sus aserciones sobre la polifonía
en _la magia, el significado de la repetición, los usos sociales en la música india contemporánea y la importancia de la melo­
y rituales de la música y otras materias semejantes. En Hacia día y el · ritmo más que la armonía en la música primitiva, y
1ma nueva música, explica la formación de escalas y el uso de sus especulaciones acerca de la polifonía instrumental de los
la polifonía en la música primitiva. Parece convencido de que aztecas. Otro rasgo textura! posee una vaga relación con los
la polifonía se usaba en verdad en la música primitiva, aunque indígenas a saber, la amplia distribución y el ámbito y las
su fuente misional favorita., Monarquía Indiana de Juan de Tor­ frecuentes duplicaciones en tres o cuatro octavas.
quemada., afirma positivamente que el cantar a varias voces El timbre es a veces un rasgo indigenista en la música de
de la clase practicada en España era desconocido en México Cbávez, como cuando exige copias de instrumentos antiguos
antes de la Conquista, y que mientras · danzaban los indios siem­ ( especialmente en Xochipilli-Macuilxóchitl y en Sinfonía In­
pre cantaban al unísono con la melodía del teponaztli. Chávez dia ) o muchos instrumentos de percusión u utiliza otros ins­
basa su suposición en la presencia de la polifonía en la mú­ trumentos de manera percutiente. Chávez comenta la riqueza
sica indígena contemporánea., opinando también que debe haber de sonoridades instrumentales en la música indígena, y con se­
guridad aplica esto en sus efectos tímbricos diestramente inte­
Carlos Chávez, "Introduction", Mexican Music. Notas de H. grados, basados en una vasta variedad de instrumentos con suti­
les diferencias de color.
8.
Weinstock para conciertos revisadas por Carlos Chávez (Nueva
York : The Museum of Modero Art, mayo, 1 940 ) , p. 10. En lo armónico, la contribución más importante a un carácter
9 Cit., ibid., p. 27. indigenista en la música de Chávez es su evitación de los acor-
194 195
des· románticos, y la relativá falta dé importancia de la armo­ las modales, recordando las observaciones del compositor acerca
nía como tal en sus composiciones. Sin embargo, sus particula­ de la polimodalidad de la música indígena. La pieza titulada
res modos de evitar las armonías románticas parecen estar más 36 posee el mismo carácter, con una figura de tresillo relati­
asociadas a las tendencias europeas contemporáneas que a la vamente constante, metros frecuentemente cambiantes y acentos
especulación sobre la música precortesiana, aparte de su convic­ inegulares. Muchas figu ras melódicas son diatónicas, pero las
ción de que tal música no era "ni romántica ni dolorida" 10 • armonías son cromáticas. Sus compases iniciales revelan una
Su propio vocabulario incluye paralelismos, un uso percutiente figuración en tresillo diatónico en movimiento conjunto, tí­
de la disonancia, abundantes octavas, séptimas, novenas y acor­ pico de la música de Chávez.
des de tres notas no triádicos, de los cuales el siguiente es fa- La Sonatina para piano era sentida en los años 20 por Paul
vorito: 4 ! Rosenfeld como "amerindia en su rigidez y en su rudeza pri­
mitiva". Es difícil ver por qué esta pieza podría ser conside­
Conociendo que nosotros "probablemente nunca llegaremos a rada "amerindia", salvo quizás por el hecho de que Chávez la
una definitiva e inalterable comprensión" de las formas usadas escribió mientras se saturaba con idealismo cultural amerindio.
en la música indígena, Chávez ha trabajado en formas que son La línea del bajo asume en la sección media de la sonatina la
enteramente tradicionales, no obstante no parece en algún modo función de un constante percutiente ostinato (rasgo asociado con
haber forzado la substancia musical muy individual de su obra'. "primitivismo") a medida que la sección crece en intensidad.
Ejemplos de las composiciones de Chávez -desde las Seven Las melodías son modales (que caen principalmente dentro de
Pieces far Piano (1923-1930), la Sonatina para Piano (1924) la escuela expuesta en el Ejemplo 5-3a), como en la línea me­
y el ballet Los Cuatro Soles (1925) hasta la Sinfon:í� !ndia lódica del Ejemplo 5-3b, cuya substancia es utilizada casi de
(1935-1936), el Concierto de piano (1940) y Xochip�lli-Ma­ principio a fin. Otros rasgos que podrían ser considerados "pri­
cttilxóchitl ( 1940 )- pueden ilustrar para nosotros el diferente mitivistas" son la repetición de motivos melódico-rítmicos, el
sentido y extensión de �u estilo indigenist�. Algui;as obr�s .pos­ impulso rítmico motor y los crescendos al final de cada sección
teriores, como la Sinfoma N9 3 ( 1951-1954), exhiben as1ID1smo ( con exéepción del interludio en el compás 31). No obstante,
un carácter mexicano, aunque menos explícitamente.
Las Seven Pieces far Piano fueron al comienzo subtituladas
Piezas Mexicanas. La mayoría de los títulos individuales, sin EJEMPLO 5-2 Carlos Chávez, Seven Pieces for Piano: 36, c. 1-2. New
embargo, son abstractos (v. gr. Polígonos, 36, Solo! [[nidad \ y Music Edition. Copyright 1936 por Carlos Chávez. Utilizado con auto­
la música está en un estilo complejo de vanguardia mternaqo­ rización.
nal. No obstante pueden ser asociadas con los ideales indige­
nistas de Chávez. Polígonos, por ejemplo, es una pieza ruidosa,
percutiente y rítmicamente com1:l�jf, con Jre��!lt�s �ª1111:,iº� el�
metro y tiempo. Hay una repet1c1on predommante de motivos
muy pequeños; y una amplia extensión, numerosas séptimas,
0ctavas y novenas, y domina la disonancia percutiente. El acor­
de favorito de tres notas que se mencionó antes ocurre frecuen­
temente en la primera\ sección Vivo y, aunque la pieza es ente­
ramente cromática, en la sección media se usan pasajes de esca-
10 . Cit., en Stevenson, Musfr in México, p. 242.

1% lW
EJEMPLO 5 -3 Carlos Chávez, Sonatina for Piano. ( a) Escala de la pie­ como el timbal indio (timbal yaqui), cascabel de arcilla, cala­
za; ( b ) c. 91-96. Copyright, 1930, por Cos Cob Press Inc. Utilizado con baza, dos teponaztlis y tlapanhuehuetl (huehuetl grande, un tim­
autorización de Boosey & Hawkes, Inc. Agentes exclusivos. bal cilíndrico vertical) . Aunque se dice en la partitura publi­
cada de la obra que los instrumentos indígenas "no son abso­
lutamente indispensables", una comparación entre las grabacio­
nes disponibles convencerá fácilmente de lo contrario a un au­
(a)
E• • l : i
. ... ..,,. .. ditor sensible. Elementos exóticos o primitivos en la partitura
son la repetición de melodías y fragmentos melódicos, la vita­
lidad y variedad rítmica (por lo general con una constante
pulsación subyacente agrupada en un metro irregular dentro de
(b) Lento J . 72
las secciones) y la melodía pentatónica y modal, al lado de las
verdaderas melodías indígenas -que por ironía no son pentató­
nicas.
l1 J La introducción a la sinfonía (Vivo) usa fragmentos de una
.fff
t
melodía pentatónica y un constante ritmo de corcheas en me­
tro irregular. Precisamente antes de la exposición del primer te­
ma, la textura se hace más rala para presentar un sonido instru­
> j'
>

mental nativo: timbal yaqui, tenabari (un instrumento de cuer­


da de capullo de mariposa), grijutian (instrumento de una cuer­
da de pezuña de venado) y tlapanhuehuetl, al lado del clarinete
en Mi bemol. El primer tema (Ejemplo 5-4) en una melodía

t
./ cora obtenida en 1905 por Konrad T. Preuss en Jesús María,
Nayarit, · y transcrita por Erich von Hornbostél. Es una melo­
día rítmicamente sencilla en modo mayor, presentada primero
por los oboes y las cuerdas, acompañadas por trompeta en cuar­
�:,

>

tas y percusión ligera subrayando las dos primeras pulsaciones


las armonías, especialmente las frecuentes octavas aumentadas y
séptimas mayores, pueden ser relacionadas con Ravel y el neo­ EJEMPLO 5-4 Carlos Chávez, Sinfonía India; la melodía indígena cora,
clasicismo. Aquí, las cualidades del indio y de su entorno pare­ como aparece en los c. 42-47. Copyright 1950 por G. Schirmer, Inc.
cen ser ya una parte de Chávez y de su estilo individua� tanto Utilizado con autorización.
que comenzamos a asociar su estilo con la cultura o carácter
del indígena, si no propiamente con su música. J_ 96
La Sinfonía India, compuesta en Nueva York unos diez años !ffl
Allegro

� v a tr r illf r I u r
1 v1.1 n
r · r .J + &ff r -a 1
n n
antes que la Sonatina, hace uso de muchas referencias musicales

más específicas a la música india. Sin embargo, el espíritu esen­


1
cial de la música indígena y de sus creadores está ausente, puesto
que el compositor favorece una expresión exótico-primfrivista.
��
f marcato

� Cr r ttc.rr
n � n n� n

11ur - u 11 ur
g �
± .cr , c.
n

Los verdaderos elementos indígenas en la sinfonía incluyen au­


ténticas melodías indias e instrumentos de percusión nativos,

198 199
de fa melodía. Los instrumentos mexicanos y ataques del pícolo EJEMPLO 5-5 Carlos Chávez, Sinfonía India: melodía de los indios
dan a estas sección un sabor indígena. yuqui, c. 128-35. Copyright 1 950 por G. Schirmer, Inc. Utilizado con
Chávez mismo ha señalado que estructuralmente hablando la autorización.
Sinfonía posee todos los elementos de una sinfonía en una for­
ma condensada. El movimiento lento aparece entre la exposi­
ción y la recapitulación del Allegro. La relación tonal a través
del ciclo de quintas se mantiene entre los elementos del Alle­
gro. Según el compositor, la Sinfonía sigue la estructura que se
da en el cuadro 5-1 11•
"!f can tanda

r r 1 C: E1 é]j 1 r r r u I r r
;;-::--...... 135 senza rall.

CUADRO 5-1 mp

Más que a técnicas de desarrollo, Chávez recurre a patro­


Números
nes repetitivos, variando textura y orquestación. El segundo tema
de Secciones Tono
de la exposición ( Ejemplo 5.- 5 ) es una melodía yaqui de So­
Referencia

Comienzo Introducción Si b may nora, semejante a la primera melodía cora en su uso de . notas
Allegro. Exposición: Si b may repetidas y su modo mayor. La estructuración de esta primera
presentación es una polifonía simple a dos partes en las flau­
¡
Tema principal y su
9 ¡

desarrollo tas con acompañamiento ligero de tambor -una versión níti­


damente indigenista, ya que la música india de Centro y Sur
14 Puente Si b may a Mi b may América con frecuencia requiere esta clase de instrumentación
Segundo tema y su Mi b may
1
( instrumento de viento madera para la melodía, tambor · como
"'(;
!

desarrollo
27
acompañamiento) . En cada repetición la textura se hace más
'-'.1

Movimiento lento ( poco densa. Así la composición va desde una estructura exótica a una
lento) . Tema principal y más convencional, suavizando el paso de la melodía a su nueva
43
su desarrollo atmósfera sinfónica. Los elementos exóticos del ritmo percu­
Allegro. Recapitulación: Mi b may tiente, repetición y crescendo llevan a esta exposición a una
Tema principal y su <lesa- aparición bastante abrupta de una tercera melodía indígena en
59
rrollo. la sección lenta intermedia ( Ejemplo 5-6 ) . Esta es una melo­
Fa _ may a Sib may día de Sonora, acompañada por bronces suaves, viento maderas
64 - Puente y ·-- arpa. en· constantes · acordes de negras formados por cuartas
Segundo tema y su desarrollo Si b may y que se mueven paralelamente. Una melodía modal conjunta
Coda del Allegro ( elementos Si b may
73
se agrega en el fagot.
de la Introducción)
81
El grandioso finale, que utiliza una melodía seri y es muy
Finale Fa may abundante en repeticiones, es la síntesis del estilo indigenista.
los críticos la calificaban de "potente" y "de ruda magnificen­
88
cia", en los años 30. Aquí, las cuerdas pierden su tradicional
11 . Según García Morillo, Carlos Chávez, p. 94. función melódica en favor de un efecto de percusión que re-

200 201
cuerda La consagracion de la primavera de Stravinsky. El uso los elementos de la música .folklórica mexicana 12• Aunque una
simultáneo de distintas subdiyisiones métricas del pulso básico cantidad de rasgos pueden ser considerados como derivados del
folklore, están en verdad combinados en un estilo personal que
( como 6/8 J J
JLJ y 6/8 ¡J J J¡ J ¡J J es tanto "internacional" como nacional.
.......,__. Rasgos específicos asociados a los modelos indígenas en el
la hemiola posterior rasgo más bien de la música mestiza que Concierto para piano son aquellos que se han mencionado an­
la indígena en México) aparece en polifonía y en sucesión. teriormente: melodía diatónica y a veces pentatónica, textura
Glissandos en los instrumentos de viento puntúan la melodía, polifónica lineal, impulso rítmico a través de un constante flujo
añadiendo un elemento intensificar más al clímax final. de la unidad rítmica básica, repetición de fragmentos melódicos
y patrones rítmicos, tratamiento percutiente del piano y una
EJEMPLO 5-6 Carlos Chávez, Sinfonía India: Melodía india de Sonora, orquestación muy diáfana, que despliega una interacción de mu­
c." 1 83-88. Copyright por G. Schirmer, Inc. Utilizado con autorización. chas sonoridades. El vocabulario armónico es semejante al de
la mayoría de las otras obras de Chávez de este período, con
Poco lento

er ¡F·
J � 48
;u ¡J
185

¡u u
muchas cuartas, tritones, séptimas, octavas, novenas y acordes
abiertos. El comienzo del primer movimiento ( Ejemplo 5-7)

�J!:(k ilustra la clase de melodía y armonización paralela usada con


B l
frecuencia en el movimiento. Los pasajes de escala son nume­
rosos y sirven para enfatizar el diatonismo de la pieza. El mo­
vimiento es muy largo y casi continuamente agitado, con el mar­

(! @ :1: :; ¡�
co de una introducción lenta y una coda que hacer volver el
material introductorio. La coda mitiga el paso pero no la inten-
EJEMPLO 5-7 Carlos Chávez, Concierto para piano, primer movimiento :
�cantando
c. 1 -4. Copyright 1942 por G. Schirmer, Inc. Utilizado con autorización.

Pese a que la Sinfonía India es una de las composiciones más J - 66


abiertamente indigenistas de Chávez, posee una manifiesta afi­
Largo non troppo

nidad c9n obras neoclásicas de compositores como Stravinsky y


Copland. Efectos orquestales brillantes y ocasionales técnicas im­
presionistas ( paralelismo, por ejemplo) más que contrarrestan
las referencias a la cultura musical precolombina o la música
indígena contemporánea. No obstante, es una obra bien inte­
grada, que expresa la exuberante musicalidad de su autor, aun­
que esté lejos de las raíces de su pretensión ideológica.
En 1 938, la Guggenheim Foundatiop. encargó a Chávez es­
>

cribir un concierto para piano, que fue estrenado en 1942 por


la Filarmónica de Nueva York, bajo la dirección de Dimitri 12. Cf. Orto Mayer-Serra, The Present State of Music in Mexico
1\1itropoulos, con el pianista Eugene List. El propósito del com­ (Washington D.C. : Pan American Union Music Series, 1946 ) .
positot en esta obra fue aparentemente lograr una síntesis de pp. 40-41.

202 203
sidad; la que es mantenida por la constante re]?etición del t�ma rino. Chávez creía que nuestro conocimiento de esos instrumen­
y motivos asociados a él, con un crescendo hacia el acord� final tos, basados en descubrimientos arquelógicos, eran suficiente­
fff. El material temático de este movimiento pone de relieve el mente precisos para permitir una reconstrucción sonora de la
pentatonismo y la modalidad ( Ejemplo 5-8) . música azteca. En sus notas para la grabación de la Columbia
México: lts Cultural Lífe in Music and Art, el compositor des­
EJEMPLO 5-8 Carlos Chávez, Concierto para piano. primer movimiento : cribe los instrumentos utilizados, señalando que las flautas anti­
c. 8 1-84. Copyright 1 942 por G. Schirmer, Inc. Utilizado con autoriza- guas conservadas producen series diatónicas de cinco, seis y
., siete tonos casi perfectamente y que los instrumentos pentató­
nicos son más numerosos. Más allá del mero uso de instru­
c1on.

mentos con .sonido auténtico, esta obra está mucho más en la


evocación de una música extinta. Chávez ha dado a conocer
(Allegro agitato J.• 80)
81,....,� algunas de sus especulaciones en materia de polifonía, uso de
"temas" y estilo musical, en sus notas sobre esta pieza. Ellas
arrojaron luz no sólo sobre Xochipilli, sino sobre el estilo per­
sonal de Chávez en muchas otras piezas. Al delinear dos clases
principales de estilo musical -el utilizado en grandes. festivida­
¡.

des religiosas y el usado en expresiones líricas, poéticas-- Chá­


vez dice que el último, que es vocal, debe haber tenido "una
línea melódica libre, aunque basada en la repetición de frases
musicales simples". La música de fiestas religiosas, por otra parte,
El segundo movimiento disminuye la intens�dad a�í �orno
la velocidad y en su uso del timbre recuerda al impresiomsmo. debe haber sido predominantemente rítmica y dinámica . . .
No obstante, algunas de sus disonancias son más ásperas que Debe haber sido una música de gran fuerza, implacable
las del impresionismo y la vitalidad rítmi� a se re_a�irma un e1:1 su ritmo, recia y obstinada en general, si bien los cro­
tanto, cuando el movimiento conduce a varias repetic10nes del mstas de ese período nos hablan de ciertos contrastes de
tema del primer movimiento. crescendos y diminuendos, accelerandos y rallentandos.
. , .
Parte del material del relativamente breve pero brillante ulti-
mo movimiento, está relacionado con los movimientos prece­ Según Chávez, las melodías y ritmos de Xochipilli "son más
dentes. Pero en el estilo este movimiento parece el menos aso­ que cualquier otra cosa el resultado de mis prolongadas reflexio­
ciado a los elementos indigenistas. La típica "cadencia por re­ nes sobre tópicos de la antigüedad mexicana" ( incluyendo el
petición" al final . podría, sin embargo, ser inte:pretada como estudi() de las artes plásticas) .
un rasgo indigenista. En todo caso, no es en nmgún caso un La 01?ra tiene tres partes, de las cuales la primera y la últi­
artificio favorito de Chávez. ma sugieren los grandes festivales sagrados, y la intermedia es
La encantadora composición Xochipilli-Macuilxóchitl, deno­ más lírica. Todas las melodías son pentatónicas y se sobreponen
minada así por el dios azteca de la música, la danza, las flores unas sobre otras en varios planos diferentes. Varios modelos rít­
y el amor, lleva por subtítulo "Una música azteca imagi�da". micos están superpuestos, pero la mayoría son combinaciones
Fue escrita para la orquesta mexicana de Chávez, que esta for­ de �orcheas y negras, y el pulso es constante. Varios grupos
mada por copias de instrumentos antiguos, con un trombón de mstrumentos entran y salen de paso, dando a la pieza una
utilizado para acercarse al sonido de una concha de caracol ma- hechura textura!, además de la forma general tripartita. Los

204 205

f
. timbales introducen la última sección con ritmos más rápidos provincias mexicanas, cumpliendo una función social al alcan­
y complejos. El trombón aparece solamente hacia el final, con un zar hasta la mayoría de la gente. Además, Chávez invitaba a
conjunto de flautas. El tipo de polifonía que describió Chávez México a algunos de los más conocidos directores y compositores,
está presente casi de principio a fin. convirtiendo de este modo a Ciudad de México en un impor­
Aunque los elementos musicales caracterizados por el com­ tante centro musical de Norteamérica.
positor como indígenas pueden ser aislados por un analista de Como educador, Chávez proporcionó en la década del 30 una
sus partituras, ellos no constituyen necesariamente la fuente pri­ orientación futurista para la instrucción musical mexicana. De­
maria de la calidad india mexicana de la música de Chávez. tentó el cargo de director del Conservatorio Nacional desde
Su indigenismo convincente emana de una evocación subjetiva 1928 a 1933 y la mayor parte de 1934. Sus reformas básicas
de la cultura indígena antigua y contemporánea, más que de del currículum, la organización de conciertos de música coral,
específicas referencias a su estilo musical. Aaron Copland ha de cámara y orquestai y la fundación de tres "academias" de
expresado esto en términos perceptivos si bien exagerados: investigación (para el estudio de la música popular y folklórica,
de historia y bibliografía y de las "nuevas posibilidades musica­
Para mí [la música de Chávez} posee una calidad indí­ les") , tuvieron duraderas repercusiones. Mientras estaba en Es­
gena que al mismo tiempo es curiosamente contemporá­ tados Unidos en 1932, estudió la reproducción eléctrica del
nea en espíritu. A veces me impresiona como la música sonido. El primer informe sobre la materia fue la base de su
más verdaderamente contemporánea que conozco, no en libro Toward a New Music: Music anda Electricity (Nueva
un sentido superficial, sino en el sentido de que llega a York, 1937).
expresar en grado máximo la realidad fundamental del El año 1932 vio también el estreno en Filadelfia (bajo la
hombre moderno, después que éste se ha despojado de la dirección de Stokowski) del ballet de Chávez Caballos de va­
acumulación de siglos de experiencias estéticas 13• por (R.P.) ( Horse Power), ejecutado por la Philadelphia Grand
Opera Company con la Cathérine Little.field Ballet Company.
Chávez ha sido muy activo en diversas actividades como com­ Subtitulada "Sinfonía de baile", la obra contiene la más .vasta
positor, profesor, funcionario público, escritor sobre materias. recolección de elementos folklóricos de todas las partituras de
musicales -.pero ninguna ha tenido tanta influencia en el desa­ Chávez. El ballet posee un marco moderno, en que la vida
rrollo de la música nacional de México como la de director
permanente de la Orquesta Sinfónica de México. (OSM), fun­ cálida y sensual de los trópicos latinoamericanos es contrastada
dada en 1928. Antes, mientras residía en Nueva York, desde con la . sociedad industrializada de Norte América. El mensaje
1926 a 1928, desarrolló relaciones con Copland, Varese y Co­ de la explotación capitalista del norte de sus vecinos del sur se
well, con quienes trabajó en la International Composers' Guild expresa simbólicamente a través de medios coreográficos, mu­
y la Pan American Association of Composers, dirigiendo diver­ sicales y plásticos (la decoración la hizo Diego Rivera). Los
sos estrenos de obras de compositores latinoamericanos; y du­ trópicos están musicalmente representados por dos danzas fol­
rante los veintiún años que estuvo al frente de la OSM, dirigió klóricas de México, bien conocidas, el huapango y la sandunga,
los estrenos en México de unas 155 obras del repertorio con­ mientras que algunos sones mexicanos aparecen en la escena fi­
temporáneo, 82 de las cuales provenían de la producción sinfó­ nal ( "Danza de hombres y de máquinas") en la cual los· rit­
nica mexicana. La orquesta hacía regularmente giras por las mos tropicales son opuestos a los de la maquinaria moderna.
El ballet es mejor conocido hoy como suite sinfónica, abreviado
13 . Aaron Copland, Music and Imagination ( Cambridge, Mass. : Har­ a tres partes (Danza del Hombre, Bt11rco hacia el Trópico y El
vard University Press, 1952 ) , p. 91. Trópico ) de las seis del .ballet original. En esta obra, Chávez

206 207
se ,revela como un maestro de la orquestación. La orquesta exige Llamadas, la "balada mexicana" El Sol (ambas para coro y or­
una gran variedad de timbres (con pícolo, clarinete en Mi be­ questa) y la Obertura Republicana (más tarde rebautizada Cha­
mol y dos saxofones; asimismo una enorme sección de percu­ pulepec) . Esta última es un arreglo para banda u orquesta de tres
sión que incluye una marimba) , todos los cuales son combina­ aires que representan diferentes tipos . de música popular: la
dos de un singular modo virtuosístico. Impulso rítmico, comple­ marcha militar provincial Zacatecas; un vals de salón del siglo
jidad y elaboración contrapuntística, son las cualidades más XIX, Club Verde; y una canción revolucionaria, Adelita.
importantes de H.P. En el segundo movimiento de la suite,
Chávez introduce un tango argentino, el cual sugiere, según la
sinopsis del ballet,. la seducción de las sirenas tropicales; el El 11 Grupo de los Cttatro"
carácter de nostalgia, sentimentalismo y sensualidad del baile
popular, está hábilmente transmitido a través de la orquesta­ En la exposición "Veinte siglos de arte mexicano", presentada
ción (saxofones y percusión) , los acentos rítmicos irregulares en el Museum of Modern Arte de Nueva York, en mayo de 1940,
y los repentinos contrastes de la dinámica (Efemplo 5-9 ) . Chávez organizó una serie de conciertos de música mexicana,
presentando, además de su propia obra, varios arreglos de can­
EJEMPLO 5 -9 Carlos Chávez, Suite de Caballos de Vapor, II : "Barco ciones y danzas mexicanas de otros compositores, entre ellos
Blas Galindo.
Bias Galindo (Dimas ) (n. en 191O ) , de descendencia india
hacia el Trópico", sección tango, c. 3 14-17� Copyright 1959 por Hawkes
huichol, estudió en Ciudad de México, con Chávez (composi­
& Son, Ltd. Utilizado con autorización de Boosey & Hawkes, Inc.

(.i>=so) ción ) , Rodríguez Viscarra (piano) y Candelario Huízar y José


Irnlón (teoría) . (La influencia de Chávez se manifiesta por
doquier en las primeras composiciones de Galindo ) . Más tarde
estudió en el Barkshire Music Center con Copland y ganó un en­
Vl.I
Picc.

cargo de la Koussevitzky Foundation. Fue nombrado director del


Conservatorio en 1947, cargo que mantuvo hasta 1961.
Sax.

Durante sus primeros años como compositor, Galindo se reu­


Vla.
CI.

nió con Daniel Ayala, José Pablo Moncayo y Salvador Contre­


mp

ras, para formar lo que llegó a llamarse el "Grupo de los Cuatro",


Bn.
Timp.

según "Los Cinco" rusos y "Los Seis" franceses. Este grupo se


Ch.
> > >
Perc.

formó para promover las actividades de sus miembros, centran­


dim. poco mp

Las danzas folklóricas del último movimiento de la suite re­ do especialmente la atención en la música nacionalista mexicana.
pre�<=l:lf�n un adecuado pretexto para una orquestación virtuosís­ Sones de Mariachi de Galindo, presentado en los conciertos del
tica. El aprovechamiento exitoso de los pai:rones rítmkos del Museum of Modern Art, pronto llegó a ser una pieza corriep.te
huapango (específicamente el efecto de la hemiola) y del carác­ del moderno repertorio sinfónico mexicano. Aunque anunciado
ter de la sandunga (una danza popular sentimental parecida al como un "arreglo", con la versión original que exige una orques­
vals ) , empapa a este movimiento con una muy atractiva expre­ ta sinfónica (publicada por Ediciones Mexicanas de Músicá ) es
sión nacionalista. una composición por derecho propio. Esta obra muestra un uso
Además de su excursión en la música folklórica mestiza, Chá­ muy claro de elementos mestizos. Los tres sones (i.e., aires fol­
vez expresó su afinidad con la ideología cultural post-revolucio­ klóricos ) · han sido adaptados de "La Negra", "El Zopilote" y "Los
naria, en obras un tanto populistas, como la "sinfonía proletaria" Cuatro Reales". La instrumentación sugiere un auténtico conjun-

208 209
to mariachi, con sus violines, guitarras, jaranas ( gu itarras peque­ nía Breve, es característica: el carácter diatónico, el uso del me­
ñas) y guitarrones ( y en mariachis más recientes y "urbanizados", tro de 3/4 y de veloces notas negras ( con típico patrón de 6/8
instrumentos de bronce, especialmente trompetas, así como acom- . en las líneas sustentatorias) , las cadenas finales construidas sobre
pañamientos melódicos y de acompañamiento) . La versión origi­ una tercera descendente desde la dominante a la mediante ( con
nal de la obra de Galindo incluía vihuela y guitarrón agregados terminación femenina, como en tantas baladas mexicanas conoci­
a la orquesta sinfónica usual, pero no aparecen incluidos en la das como corridos) y la repetición -de la frase que precede a la
partitura orquestal publicada. Los elementos folklóricos mestizos cadencia final, muestran marcadas semejanzas con la práctica
ocurren como sigue: alternación y combinación de compases de melódica del folklore mestizo.
6/8 y 3/4 con diferentes sincopaciones normales; uno prolífico José Pablo Moncayo ( 1912-1958) , discípulo de Chávez en el
de terceras y sextas paralelas, sigu iendo la polifonía folklórica Conservatorio de Ciudad de México, y quien llegó a ser director
mestiza relacionada con la española; la misma estructura armónica y encargado de la dirección artística de la OSM, es recordado
que en los sones nativos, esto es, I, IV, V, V1 de IV, V1 de V. priucipalmente por su atractivo Huapango ( 1941) , una pieza
Además, la habitual reiteración mariachi de las estructuras de abiertamente nacionalista, y la ópera La rnulata de Córdoba1
acordes tónica-dominante como material introductorio, es uti­ estrenada en Ciudad de México en 1948. Hitapango se basa en
lizado por Galindo en la. introducción de veintiocho compases, tres auténticas danzas folklóricas con sus respectivos sones ( "Si­
así como también una fórmula típica de cadencia, que consiste qui Siri", "Balajú", "El Gavilán") . Las características generales
en una segunda descendente con una sincopación sobre la tríada de estilo mencionadas con relación con los Sones de Mariachi
de tónica. Otros rasgos estilísticos comprenden los efectos de gui­ de Galindo, se encuentran también en esta partitura, siendo la
tarra en las violas y los cellos e interesantes sustituciones de más descollante el efecto rítmico de la hemiola.
acentos en los bajos, pizzicato.
Aunque Galindo tendió a cultivar un estilo neoclásico en sus
obras de las décadas del 40 v 50, no abandonó Sones de Marachi.
EJEMPLO 5-10 Blas Galindo, Sinfonía Breve para Cuerdas, III, c. 72-82
Por ejempló, los Cinco PreÍudios para piano ( 1945) , la Sonata
(partes de violín solamente) . Copyright 1956 · por Blas Galindo. Utili­
_para violín y piano ( 1945 ) , la Sinfonía Breve para cuerdas
zado con autorización.

( 1 952) , la Sinfonía No. 2 ( 1957) y el Concierto para flauta


( 1960) , muestran una predilección por la combinación de me­ j# Molto cantabile

tros de 3/4 y 6/8: La combinación de triples y dobles unidades � B ar.ff r 1 r r r 1 fJ-----12I r r r


;;¡
Vl.I,Il 4

para formar unidades de cinco tiempos, es común ( como en el J 1


No. IV de los Cinco Preludios y los movimientos 1 y 3 de la
Sinfonía Breve; y Preludio II, donde la división métrica 3 + 2 de � 'LJ. 1 .J r r , r r r , r r r ,r r r
80

la frase melódica ocurre en compás de 4/4. Puesto que este es


1 J.
un rasgo importante de la música folklórica mexicana y puesto
que Galindo lo utiliza tan extensamente, se puede con seguridad Silvestre Revueltas
su poner una relación. Análogamente, el extenso uso de la se­
cuencia en las melodías de Galindo puede derivarse del carácter Silvestre Revueltas ( 1899�1940) , compositor nacionalista de
secuencial de mucha música mestiza. La verdadera naturaleza de reputación internacional, se inspiró principalmente en la música
sus melodías indica una impresionante semejanza con la canción popular y folklórica de México contemporáneo e hizo de ella la
folklórica. El Ejemplo 5-10, de la última sección de la Sinfo- fuente de su estilo. Su temperamento espontáneo y de buen hu-
210
211
mQr está nítidamente presente en muchas obras suyas. Estudió
violín y composición en Ciudad de México, en el St. Edward's que no se puede resolver si no se posee un profundo conocimien­
to de matemáticas. El compositor ha logrado resolverla por me­
College ( Austin, Texas) y en el Chicago Musical College. Des­
dio de )os instrumentos musicales" 14. Estos son violines 1 Q y 29,
pués de trabafar como ejecutante en Texas y Alabama durante cello, contrabajo, clarinete, fagot, trompeta y timbal indígena, es­
la década de 1920, fue nombrado por Chávez director asistente
to es, un octeto. Los rasgos característicos incluyen polifonía
de la OSM en 1 929, cargo que conservó hasta 1935. Simultánea­ semejante a la folklórica mestiza ( terceras y sextas paralelas ) ,
mente, enseñaba violín y música de cámara en el Conservatorio de
Ciudad de México. figuras rítmicas folklóricas 6/8 J J> J J> 1 > > > >J >))
> > > >
m
La mayoría de las obras de Revueltas datan de los últimos por ejemplo, ostinatos frecuentes, armonías politonales y forma
diez años de su vida. Su primera pieza orquestal, Cuauhnahuac tripartita. Además, los temas de Revueltas siguen aquí el molde
( 1 930 ) , titulada con el primer nombre de la ciudad de Cuerna­ y el ritmo isométrico de las melodías folklóricas. Otra obra de
vaca, define el estilo que cultivó en toda su reducida produc­ 1933, el poema sinfónico Janitzio, describe la isla de veraneo de
ción. Romántico en su inspiración, Cztatthnahuac emplea una Lago Patzcuaro: Revueltas lo denomina su contribución "al tu­
armonía decididamente moderna, con alto nivel de cromatismo rismo nacional". Tipifica el estilo melódico del compositor un
y violentas disonancias, orquestación llena de colorido e imagi­ total reflejo de modelos folklóricos. Con obras como éstas, Re­
nativa, una pesada base de percusión y un vigoroso impulso rít­ vueltas ha sido considerado como el más claro representante del
mico, con repentinos cambios de acento y acento irregulares. La "realismo mestizo", esto es, la genuina expresión de la cultura
�my interpretada Sensernayá ( 1938) , que corresponde a Revuel­ popular de México 15•
tas en su maestría, revela la calidad rítmica única de su música.
los versos del poeta afrocubano Nicolás Guillén que inspiraron
esta obra imitan onomatopéyicamente los sonidos y ritmos de la · Otros nacionalistas mexicanos
música afrocubana de culto ( muy verosímilmente del rito Aba­
liuá1 puesto que las palabras asociadas al Congo nictyombé1 bom­ La · orientación nacionalista se expresa as1m1smo en las .obras
bé, mayombé aparecen en el poema como una especie de estribi­ de Luis Sandi, Miguel Berna! Jiménez y Salvador Contreras.
llo ) . La obra avanza hacia un grandioso clímax creado gradual­ Sandi ( n. en 1905 ) ha sido activo especialmente como compo­
mente a través del engrosamiento de la textura ( con los tres te­ sitor para coros y director. En 1929 llegó a ser encargado de las
mas principales de la partitura combinados contrapuntísticamen­ actividades corales en el Conservatorio de Ciudad de México, y
te ) y la orquestación, y a través de una actividad de polirritmos en 1938 fundó el Coro de Madrigalistas, que devino la mejor
acrecentada. Ostinatos rítmicos, patrones rítmicos irregulares y organización de su clase en México. Los conciertos de música
pesadamente acentuados, combinados con formaciones de acordes mexicana de mayo de 1940 en el Museum of Modern Art inclu-
altamente disonantes y cortos motivos melódicos reiterativos, re­ yeron _ su Música yaqui1 descrita como un "arreglo" de música in­
- dia de Sonora. Las mismas características generales descritas en
cuerdan La consagración de la primavera de Stravinsky.
las obras indigenistas de Chávez pueden verse aquí, en especial
En 1933, Revueltas esctibió una obra de cámara con el enig­ en relación con el pentatonismo melódico y el color instrumen­
mático título 8 x Radio (Ocho por Radio) 1 interpretado distin­ tal. Otras obras importantes de Sandi sobre temas asociados a lo
tamente como "8 minutos de música de radio" u "8 músicos ac­
tuando por radio". Es una de las obras más seductivas y una de
las que muestran su humor cínico. Hablando sobre esta compo­
14 . Cit. en Nicolas Slonimsky, Music of Latín A merica ( Nueva York :
Da Capo Press, 1 972 ) , p. 249.
sición, Revueltas dijo que 118 X Radio es una ecuación algebraica 15 . Orto Mayer-Serra, The Present State, p. 12.

212 213
m;xicano, son la ópera Carlota (estrenada en 1948) y Bonam­ mentas ( 1965 ) o en sus Dos piezas para orqttesta de ctterdas
pak (estrenada en 1951 ) , una suite que ha tenido numerosas (1970 ) .
ejecuciones. En las dééadas del 50 y el 60, el nacionalismo musical declinó
Bernal Jiménez (1910-1956 ) , organista y musicólogo, muestra en México, acaso como resultado del surgimiento de un dinámi­
como compositor una tendencia más bien ecléctica. Escribió mu­ co grupo de compositores de vanguardia. Ellos serán tratados en
cha música sacra vocal en estilo tradicional, pero también varias la Parte III.
composiciones de color local, en un estilo predominantemente
neorromántico, con rasgos impresionistas: Nativo de Morelia,. ex­
ploró hasta cierto grado, en su <?bra sinfónica Suite Michoacana
( 1940 ) y en sus Noches en Morelia (1941) , rasgos musicales EL AREA CARIBENA
folklóricos de la provincia de Michoacán. Su ópera Tata Vasco
( estrenada en Morelia en 1941; libreto de Manuel Muñoz, es­ Cuba
crito para la celebración del cuarto centenario de la llegada del
primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga) está concebida Entre los numerosos compositores cubanos activos a comien­
dentro de las formas tradicionales. Significativamente llamada zos del siglo XX, Eduardo Sánchez de Fuentes (1874-1944)
"drama sinfónico" por su autor, sus diversos episodios con pro­ propugnó un acercamiento indigenista al nacionalismo musical.
pósitos de caracterización · se basan en las formas mayores de la Como compositor de ópera, cultivó el verismo italiano, con base
música occidental. Por ejemplo, la primera parte (Agonía y Re­ en la · música pseudo-caribeña. La ópera Doreya (1918 ) , por
dención) es un preludio de vastas proporciones; la segunda ejemplo, · sobre un libreto indigenista, presenta un imaginado
(El Oidor) incluye una fantasía, fuga y minueto; el último areito, danza ritual de los primeros indios antillanos 16•
( El Civilizador) está escrito en la forma generaJ de la sinfonía. El establecimiento en La Habana, en 1923, del "Grupo Mino­
La escritura vocal e instrumental deriva del verismo italiano, pero rista/', que incluyó jóvenes poetas revolucionarios, artistas y mú­
el canto gregoriano se utiliza para caracterizar el "tema de la fe", sicos, alentó una renovación de la música cubana e inspiró in­
una canción de tipo trovadoresca para la "canción del francisca­ tentos de investigar y explorar los rasgos africanos; de la cultura
no" en la Escena Dos, y algo así como un típico motete del siglo cubana. Los _diversos estudios de Fernando Ortiz, el más destaca­
do etnomus1cólogo de Cuba, tuvieron mucha influencia en el
XVI aparece en la Escena Tres. Bernal recurre asimismo a las redescubrimiento de la cultura afrocubana (conocida como afro­
fuentes nacionales, como canciones populares religiosas (alaba­ cubanismo ) y su música. El afrocubanismo llegó a ser la más
do), canciones y ritmos mestizos y hasta instrumentos tradicio­ apropiada fuente de expresión nacional para los destacados re­
nales (teponaztli, chirimía, percusión) . presentantes del nacionalismo musical en Cuba: Amadeo Roldán
Salvador Contreras (n. 1912 ) , activo como violinista y direc­ y Alejandro García Caturla.
tor de 0rquesta, no ha recibido el mismo apoyo que otros de sus Nacido en París, Roldán (1900-1939) estudió en el Conser­
contemporáneos: ninguna de sus obras ha sido publicada o gra­ vatorio de Madrid, donde le fue otorgado el premio Sarasate de
bada comercialmente. No obstante, se hizo una reputación como violín. Después de estudiar armonía y composición con Contado
compositor nacionalista en las décadas del 30 y del 40, con obras del Campo, regresó a Cuba ( 1919) y más tarde llegó a ser con-
que combinan aires de tipo folklórico ( corridos) y ritmos de
danza, con un tratamiento contrapuntístico y armónico neoclásico 16. Para datos históricos y sinopsis de las óperas de Sánchez de
moderno. En los años 60, sin embargo, se orientó hacia el atona­ Fuente, ver Edwin T. . Tolón y Jorge A. González, Operas cuba­
lismo y el serialismo, como en su Divertimiento para siete instru- nas y sus autores ( La Habana, 1943 ) , p. 2 79-412.

214 215
certinb de la Orquesta Filarmónica de La Habana, que había EJEMPLO 5-1 1 Amadeo Roldán, Preludio Cubano, c. 61-68. Copyright
sido fundada en 1924 por el músico español Pedro Sanjuán 17• 1 967 por Southern Music Publishing Co., Inc. Utilizado con autoriza­
Como director titular de la orquesta desde 1932 hasta su muerte, ción.
Roldán fue capaz de elevar sus niveles y convertirla en una de
las más destacadas organizaciones de América Latina. También
Tempo I (Allegretto)

presentó mucha música contemporánea y contribuyó en diversas


61

actividades al desarrollo substancial de la vida musical profe­


sional en La Habana.
La Obertttra sobre te-mas cubanos de Roldán, estrenada por la
Filarmónica de La Habana, fue la primera obra sinfónica mayor
de un compositor cubano que reveló la nueva orientación del
nacionalismo basada en las fuentes afrocubanas, las más obvias
de las cuales eran los instrumentos musicales afrocubanos. Su
obra siguiente, Tres pequeños poemas (Oriental) Pregón) Fiesta
1¡egra), escrita en 1926, muestra la asimilación de elementos de la
música folklórica dentro de su propio estilo. La Fiesta negra) es­
pecialmente, confirma el reconocimiento del predominante ca­
rácter rÍtmico de la música afrocubana. El mismo se halla en la
pieza de piano Preludio cttbano, en el cual la figura sincopada de Carpentier, "un compás de 6/8 que evoca la contradanza fran­
cesa se africaniza gradualmente para conducir [al auditor] al
l]1 es utilizada sistemáticamente contra un ostinado rÍt­ mundo negro de la Fiesta de Reyes" 18• La compa1'sa lucumí, que
mico (Ejemplo 5- 11 ) , que otorga a la pieza un inequívoco sa­ cons_tituye el tercer movimiento de la suite, está representada por
bor cubano. La música ritual de grupos como los lucumí y los cuerdas divissi en pesados acentos acordales; las voces (como
abakuá inspiró el ballet afrocubano La Rebambaramba, la más parte de la orquesta) cantan las distintas estrofas de la comparsa
aplaudida obra de Roldán. Basado en un cuento de Alejo Carpen­ de la Cttlebra (cuarta sección ) . Otro cuento de Carpentier pro­
tier, intenta evocar la vida popular de La Habana en el Día de porcionó a Roldán el argumento para su segundo ballet, El mi­
Reyes (6 de enero ) en la década de 1830. Según Carpentier, los lagro de Anaquillé ("misterio africano" ) , compuesto en 1928-
personajes del ballet incluyen típicos tipos humanos de la Colo­ 1929, pero estrenado como ballet sólo en 1960. Aquí el compo­
nia, como cocineros negros, un soldado español, cocheros de ca­ sitor recurre tanto a las tradiciones folklóricas guajira (uso de la
lesa y comparsas populares (grupos procesionales) . Los elemen­ décima y del zap::tteo, canción y danza folklórica cubano-hispá­
tos locales en la partitura induyen contradanzas cubanas y una nica) y afrocubana (música abakuá de iniciación ceremonial) .
versión un tanto personal del compositor de las complejidades Como en sus otras obras, los temas folklóricos están amalgama-
rítmicas de la música afrocubana. Una suite sinfónica del ballet, dos con la armonización y orquestación más avanzada.
en cinco movimientos, conserva los pasajes nacionalistas más La aproximación a las fuentes folklóricas originales de las
claros, como el final del primer cuadro? en el cual, en palabras obras recién mencionadas tiende a desaparecer con la serie de
Rítmicas) seis piezas de cámara, cuatro de las cuales son para
17. Anteriormente, la Orquesta Sinfónica de La Habana había sido
establecida bajo la dirección de Gonzalo Roig, el autor de la 18. Alejo Carpentier, La música en Cuba ( México : Fondo de Cultura
conocida zarzuela Cecilia Valdés. Económica, 1946 ) , p. 3 1 3.

21 6 21 7
quinteto de viento y piano, pero las dos últimas exclusivamente mación a la música folklórica cubana, afrocubana o guajira, fue
para instrumentos de percusión tÍpicos cubanos. El nacionalismo enteramente subjetiva, por cuanto no intentó tratar separadamen­
folklórico está aquí purificado en una recreación subjetiva del te algún género folklórico musical. Más bien tendió a crear su
espíritu de la música afrocubana, dentro de una armonía y color propio estilo, con al��os impo;t�ntes ingr�di�ntes tom��o� de
tímbricos refinados y neoclásicos. Con la obra orquestal Tres muchos géneros de mus1Ca folklor1Ca. Una tecmca que utilizo en
toques (de marcha, de rito, de danza), escrita en 1931, disminuye las obras de la década del 20 fue imitar -y con éxitó- los tim­
el énfasis de los instrumentos de percusión que anteriormente él bres de los instrumentos folklóricos típicos con instrumentos eu­
había exagerado, pero trata la orquesta de cámara completa como ropeos convencionales. Un ejemplo es la primera canción (Mari­
percusión. De un modo altamente personal, logra una síntesis Sabel) de los Dos poemas afrocubanos (1929), con texto de
cabal de los elementos característicos de la música folklórica afro­ Alejo Carpentier, en la versión original para voz y acompaña­
cubana y mestiza. Entre sus obras vocales, Motivos éte Son miento de piano: el piano imita el acompañamiento de un tres
( 1934), ocho canciones para voz y pequeño conjunto instru­ (un instrumento caribeño parecido a la guitarra), a pesar de una
menta� destaca como una eficaz versión de la expresividad del armonía bastante disonante. Las Tres Danzas Cubanas de 1927,
canto afrocubano. Compuesto para una colección de poemas de para orquesta, muestra algunos de los rasgos más característicos
Guillén, el ciclo revela el talento del compositor como melodista del estilo de Caturla. Su suite afrocubana Bembé y un movimien­
lírico y como un exquisito artífice contemporáneo. La versión to sinfónico sobre el poema Liturgia de Carpentier, Y amba-0
· abunda en complicaciones rítmicas que resultan de distintos tra­ ( 1928-1931), revelan un lenguaje muy avanzado, con armonías
tamientos de las sincopaciones particularmente relacionadas con audaces e imaginativos efectos instrumentales y rítmicos. Esca­
las danzas afrocubanas, en una orquestación plena de colorido en las inusuales también llegaron a ser parte de su lenguaje musi­
la cual cumplen un importante rol instrumentos cubanos. tÍpicos, cal. Hay una marcada tendencia a un ámbito restringido y a evi­
como el bongó, el güiro y claves. tar la segunda menor en su escritura me1<5dica, en parte porque
La obra de Alejandro García Caturla ( 1906-1940) representa a menudo usa melodías pentatónicas sin semitonos 20 ( Ejemplo
quizás el logro más importante del nacionalismo musical cubano. 5-12). El pentatonismo es persistente, a través de la asimilación
Alumno de Pedro Sanjuán en Cuba y de Nadia Boulanger en por Caturla de la música folklórica afrocubana; a veces este pen­
París, mostró consecuentemente un singular facultad de asimila­ tatonismo crea la impresión de un estilo primitivista. Salazar ha
ción. . Su estada en París lo llevó a descubrir la música europea comparado el estilo de Caturla con el del son cubano popular
contemporánea, lo que tuvo claras repercusiones en el desarrollo mismo, cuyos principales rasgos consisten en "una rµelodía gene­
de su propio estilo. Juez de profesión, vivió la mayor parte de su ralmente pentatónica, presentada por un instrumento de timbre
vida en la ciudad provincial de Remedios. Allí fue asesinado por claro, en una atmósfera sonora tonalmente indefinible, sustentada
un sospechoso que iba a ser juzgado en su tribunal. por la multiplicidad de ritmos simultáneos tocados por instrumen­
Las primeras obras de García Caturla fueron escritas en una tos típicos" 21• Mientras que ocurren la politonalidad y las fre­
vena popular (un bolero, una canción y tres danzones) que re­ cuentes texturas polirrítmicas, el uso de los instrumentos nativos
vela, según Carpentier, un curioso tratamiento de los elementos está limitado a los instrumentos más sencillos (como un timbal
rítmicos del folklore creole 19• Luego de un breve período bajo conga), evitando aquellos de timbre característico. Tal es el caso
la influencia de Satie, Milhaud, Stravinsky y otros, conmenzó a de la pieza orquestal La Rumba ( 1933), que exige "timbales
sentir una profunda empatía por · la cultura afrocubana. Se casó
con una negra, a pesar de los prejuicios de su familia. Su aproxi- 20 . Adolfo Salazar, "la obra musical de Alejandro García Caturla",
Revista Cubana, XI/ 31 ( enero 1938 ) , p. 3 1.
19. Carpentier, La Música en Cuba, p. 319 . 21 . Ibid., p. 1 7 .

218 219
menzó a explorar hasta cierta extensión los elementos estilísticos
cubanos en sus Tres Ricercari ( 1936) para orquesta de cuerdas
EJEMPLO 5-12a A. García Caturla, Tres danzas cubanas, primer mo­
su . Música de Cámara ( 1936) para seis instrumentos y en s�
tivo.
Suite Cubana No. 1 ( 1947) y No. 2 ( 1949), está última or­
¡
Allegro molto vivo
VI.
, 1J747J I n J IJ J j l ¡g J I J J fJ I ;
¡--3 --, questación de sus Seis piezas para piano del mismo año. Au�que
compartía los ideales estéticos de Roldán y Caturl a, él llegó a
cree: que la _te�dencia afr<?cubana había sido solamente un paso
prehmi� ar, si bie;1 _necesar10, que necesita?ª ser seguido por otro
que daria a la musica cubana una mayor importancia internacio­
nal. Así, sus obras mayores fueron escritas en un estilo neoclásico.
EJEMPLO 5-12b A. García Caturla, Bembé: primer tema.
Dos dis�íp:11?� de Ardévol '!ue sin embargo prefirieron seguir
1 � tend�noa i°:1ci�da por �arcia S:aturla y Roldán, fueron Arge­
'ff �AJ --
J $0. l&J J LJ U J ldJd J tJ lbJQ J-J. hers Le�n e H1lario Gonzalez. Leon (n. en 1918) se ha interesa­
(Allegretto)

do pamcularmente en la música tradicional afrocubana como


compositor y emomusicólogo. Formas de cantos de los diversos
cubanos" (literalmente "timbaleros cubanos", pero probablemente grupos de ri�o afrocubanos le han servido en sus numerosas
quiere decir timbales de conga). Caturla maneja los ritmos cuba­ obras, incluyendo las Cuatro Invenciones a dos. voces para piano
nos en forma igualmente eficaz sin instrumentos de percusión, ( 1944) y l�s cuatro Esc�-:zas de ballet ( 1944) para clarínete,
como en la Primera Suite C11,bana ( 1931) para piano y ocho ins­ trompeta, piano y percus10n afrocubana (con auténticos timba­
trumentos de viento. Esta suité es ciertamente una de las obras les . rituales en un rol ,d�scollante � . La naturaleza contrapuntísti­
de Caturla, más severas en estilo, aunque aún explora elementos ca de mucha d� la mus_1ca de Le�n de los años 40 puede haber
rítmicos y melódicos de la música folklórica cubana. res;11tado de la mfluenc1� de Ardevol, pero la melodía y el ritmo
Tanto Roldán como García Caturla han tenido una especial estan estrechamente asooados a las fuentes nacionales. El comien­
importancia en la música cubana del siglo XX, no sólo porque zo �e la tercera invención (Ejemplo 5-13) es una ilustración
crearon obras de alta calidad enraizadas en auténticas fuentes na­ pertmente, con su motivo pentatónico descendente y su llamativa
cionales, sino también porque dominaron a su modo propio las s!ncopación. Otro ejemplo de la utilización directa por León de
técnicas europeas predominantes -a veces hasta las de vanguar­ e�ementos populares se halla e°: el_ f?anzón No. 2 (1945), para
dia- de su tiempo (ver Capítulo 8). Mirando hacia atrás, los piano, en el cual aparece de prmc1p10 a fin el cinquillo cubano
elementos afrocubanos en su música son finalmente trascendidos jJ j J ) .
a tal grado como para convencer a cualquier historiador de la
( 2/4 J
música cubana que sus aportes fueron altamente originales. Ade­ �:ón mantuvo co:isecuentemente su interés y afinidad por la
mu�ica �frocubana aun en la década de 1950. Entre sus obras más
más, ambos compositores elevaron el nivel del profesionalismo nacion�lmas de ese perí�do, encontramos Yctmb1i, Bolero y Gua­
musical en Cuba y abrieron el camino a los círculos musicales guanco (1956) y Akorin (1956), ambos para piano; Cuatro
internacionales para la siguiente generación de compositores cu­ Danzas Cubanas, para orquesta de cuerdas ( 19'59); y nacionalis­
banos. ta en menor gr_ado, las Cancienes lentas, para guitarra ( 1959).
El compositor José Ardévol, nacido en España en 1911, domi­ ,
Akorin es. una interesante serie de piezas de piano adaptadas de
nó la escena del arte musical en Cuba en las décadas de 1940
y 1950, promoviendo a los jóvenes compositores cubanos e in­ �ranscripciones de cantos rituales afrocubanas. En la mayoría de
_
esta se ha conservado el carácter monódico de la música de culto'
fluyt;tndo sobre ellos. Se instaló en La Habana en 1930 y co-
221
220
así como su sutileza r.ítmica y su naturaleza modal o pentatónica disonante y su expresión restringida, pero no comparte en gene­
( Ejemplo 5-14) . ra] el carácter austero de las obras neoclásicas de sus contempo­
ráneos en Cuba. Sus obras más típicas de la década del 40 com­
prenden los Tres Preludios en Conga ( 1938) y las Danzas Cu­
banas ( 1938) , ambas para piano ( la última orquestada en
EJEMPLO 5-13 Argeliers León1 Invención N\l 3, c. 1-7. Ediciones del
1945) dos suites de Canciones Cubanas para voz y piano ( 1940
Departamento de Música de la Biblioteca Nacional "José Martí". La
y 1945) , una Sonata para piano ( 1 942) , que contiene rasgos
Habana, 1964.
tanto nacionales como no nacionales, y un Concertino para oboe,
fagot, viola y piano ( 1944) . En obras subsiguientes, González se
volvió hacia los medios orquestales y corales, escribiendo un ba­
llet, una ópera, una cantata, una sinfonía y un importante ciclo de
canciones, Cantos de Amor y Lucha, para voz y orquesta. El tercer
Preludio en Conga proporciona una ilustración de su primer es­
tilo. Para el objetivo de recrear la danza popular ( la conga) , uti­
liza su típica sincopación, pero el paralelismo de los acordes y
su impresionante formación disonante son eficaces medios perso­
nales para producir la impresión de una batería de tambores.
:.¡

Otros compositores cubanos de la misma generación cultivaron


una especie de nadonalismo subliminal en conjunción con su
adhesión al neoclasicismo. Casi todos fueron discípulos de Ar­
dévol y son mencionados en el Capítulo 9.
EJEMPLO 5-14 Argeliers León, Akorín: "Babalú-Ayé", c. 1-10. Edicio­

En Puerto Rico, el más destacado representante del nacionalis­


nes del Departamento de Música de la Biblioteca Nacional "José Martí".

mo musical es Héctor Campos-Parsi ( n. en 1922) , quien cam­


la Habana, 1962.

bió, no obstante, al neoclasicismo en la década de 1950 y hacia


las técnicas experimentales en los años 60. Luego de estudios ini­
ciales en la Universidad de Puerto Rico, estudió composición en
el New England Conservatory y después en Tanglewood con
¡tt C L rt.Jbr
5
� � �
Copland y Mc;.ssiaen, y finalmente en Francia con Nadia Boulan­
' B!J f•· {• ¡1' F'. - I r p r· p,er. Desde 195 5 ha trabajado muy activamente en los programas
de educación musical portorriqueños. Su producción comprende

= .B
ef
tres ballets, obras orquestales y de cámara, piezas corales y can­
, ;<ffrr4Friiña r r- 1 m e ciones y obras de piano. En algunas de ellas, él recrea ciertos as­
pectos de la música folklórica de Puerto Rico, como los del gé�ero
plena ( una danza-canción folklórica de la tradición afro-portorri­
queña) .
Hilado González ( n. en 1 920) apar�ce como el heredero de
García Caturla. El suyo no es, sin embargo, un tipo folklórico
de nacionalismo. González maneja de un modo muy personal
elementos rítmicos de la música folklórica y popular. Su estilo es
223
222
Ve..nezuela capilla de la catedral de Caracas. También sirvió como profesor
de pedagogía musical del Ministerio de Educación, y profesor
Como se señaló en el Prefacio, Venezuela está incluida dentro de composición, historia y armonía en la Escuela Nacional de
del área caribeña no sólo por razones geográficas, sino también Música. Al mismo tiempo, colaboró en la organización de la Aso­
por razones musicales. La tradición musical afro�antillana es toda ciación Venezolana de Conciertos y por varios años sirvió como
Üna parte de la música folklórica venezola1!-a, que, a su vez, h_a presidente de ese organismo. En 1948 llegó a ser director de la
servido frecuentemente de fuente de material para los composi­ Escuela de Música Juan Manuel Olivares, cargo que conservó
tores nacionalistas. hasta su retiro en 1962.
El "siglo XX" en el arte musical venezolano comenzó sola­ Los escritos de Plaza comprenden obras históricas y críticas.
mente alrededor de 1920, cuando se hizo posible el profesionalis­ Estudió los archivos de la música venezolana colonial y fue en­
mo musical, bajo una economía floreciente y una estabilid'.1-d po- cargado de las ediciones de obras de muchos compositores colo­
1.í:tica. Con el estímulo y la dirección de Vicente Emilio Sojo niales. Ya en 1938, defendió la necesidad de recopilar; estudiar y
( 1887-1974) y Juan Bautista Plaza (1898-1965 ) , seguidos por clasificar la música folklórica venezolana y sugirió el estableci­
Miguel Angel Calcaño y José �ntonio Calcañ?� surgió un mov�­ miento de un archivo nacional comó una fuente de estudio e in­
miento en pro de la puesta al dia y la renovac10n de la composi­ formación para futuros compositores venezolanos que pudieran
ción en Venezuela. Ellos proveyeron a la ciudad de Caracas de una desear trabajar la auténtica tradición folklórica.
vida musical renovada y ayudaron a establecer organizaciones Además de la música religiosa, Plaza cultivó la "música crio­
musicales regulares. Sojo fundó con Ascanio Negretti y Vicente lla". Su arreglo de aires nacionales muestra un genuino interés
Martucci la Orquesta Sinfónica Venezuela ( 1930) , que dirigió en ellos; los más conocidos son cincuenta canciones infantiles
por casi veinte años. El también fundó y dirigió la asociación populares. Su arreglo del Himno Nacional de Venezuela (que
coral Orfeón Lamas, para el cual escribió numerosas obras, ani­ llegó a ser la versión oficial) muestra más ampliamente su in­
mando a otros compositores a hacer lo mismo. La influencia de terés en la música de su país. Frecuentemente utilizó música
Soja como profesor de composición y teoría fue principalísima. de la tradición criolla de Venezuela, que incluye canciones y
En la Escuela Nacional de Música de Caracas, que dirigió desde danzas de origen parcialmente europeo, como el joropo (baile
1936, fue maestro de un gran número de compositores. Aunque nacional folklórico venezolano ) , relacionado en su origen con el
no era folklorólogo, recopiló y armonizó más de cuatrocientas
canciones y danzas folklóricas venezolanas. Los primeros álbumes Los rasgos estilísticos de extracción musical folklórica que se
fandango español.
de ellas contienen canciones, joropos, guasas, golpes y otros gé­ encuentran en las obras de Plaza son muy fácilmente definidos
neros y fueron publicados en los primeros años de la década del por patrones rítmicos y melódicos. Entre los bailes folklóricos que
40. Como compositor, cultivó un estilo nacional amalgamado con
rasgos estilísticos impresio,ni� tas. lo influyeron más están el vals (3/4 {:J J> t ) , el merengue
. .
· La posición de Juan· Bautista Plaza· como compositor · naciona­ ( 2 /4 �n o y el joropo. E1. último géneto,
'f

lista se manifiesta de muchas maneras. Su carrera como músico "o e W)


en Caracas y su apreciable corpus de escritos revelan sus tenden­ prototipo de la música mestiza de Venezuela, comprende, se­
'-.J -'

dencias nacionalistas. Como compositor, representa el más signifi­ !,'Ún Ramón y Rivera, cuatro tipos diferentes 22 • Dos de ellos, el
cativo logro de su generación, dentro de la orientación naciona­ corrido y el galerón, son cantados con textos narrativos y usa me-
lista. Plaza nació en Caracas y, con excepción de tres años de
estudio en el Instituto de Música Sacra de Roma, pasó toda su 22 . Cf. Luis Felipe Ramón y Rivera, El Joropo, baile nacional de
vida allí. Durante veinticinco años ocupó el cargo de maestro de Venezuela ( Caracas : Dirección de Cultura y Bellas Artes, 195 3 ) .

224 225
todí�s no mensuradas sobre un bajo organizado rítmicamen to por Luis Barrios Cruz, también nacionalista y "poeta llanero",
p �saJe, que es cantado co� un texto descriptiv
te. El
o, tiene una melo­ rnya poesía describe las más profundas expresiones de los llanos.
dia men.surada, pero �s ta es enteramente independiente del Cinco de los siete poemas escogidos por Plaza mencionan el
ritmo
�stablec1do .PC!r el bal º· El ;11arto tipo es conocido como golpe 0 "llano" venezolano y todos ellos describen paisajes asociados con
Jorop o. Este tipo adh1ere m as estrechamente a
la práctica las llanuras. Más allá de los textos, hay relaciones puramente mu ­
ef} cual la 1;1elod1,a es mensurada y depende del pat europea, sicales con las tradiciones populares criollas. No obstante, aunque
. rón rítmico

bas1eo; tam�1en se caracteriza por una estructura muy Plaza extrae ciertas características de las canciones y danzas po­
la frase. La Instrumentación típica para todas las form egular de pulares, no imita estrictamente ningún género determinado.
as del joro­
r

po es arpa, cuatro (guitarrita ) y maracas.


. Las siete canciones presentan una alternación de piezas vivas,
El Joropo es una danza bastante rápida y frecuentem acentuadas, semejantes a danzas (Nos. 1, 3, 5 y 7), composicio­
.
uso de la hem10la. ente hace
. C?nsta también de ritmos fuertemente acentua­ nes más lentas, más líricas y de tipo canción (Nos. 2, 4 y 6).
�os, pero � d1!ere:°c1a d� otras danzas venezolanas no se asocia a . A mbas clases son formalmente semejantes y, a su vez, similares
el un pat �n r1tm1co u, illco. Algunas de las fó a la estructura formal de las danzas populares. Plaza consecuente­
7 rmulas más común-
mente utiliz adas son: . . mente hace uso de frases mu y regulares de cuatro compases. Estas
frases cortas frecuentemente son repetidas, dando por resultado
iJ JJ J J B /Tn ñ l ñ 17n e! esquema aa bb. En un nivel más amplio, cada una de las
canciones corresponde a un patrón de secciones A B A, a menu­
(a) (e)
> > >

(d) g .rn .rn l lTJ r:rJ


do con introducciones e interludios de piano entre secciones. Las
(b) i J. J> J > modulaciones se dan, pero por lo general entre tonalidades rela­
cionadas muy estrechamente (i.e., dominante, paralela mayor o
> > >

Es impor t�nte observ� que cada "ritmo" es defin menor, relativa mayor o menor ). En "La noche del llano abajo",
ido no sola­
mente por �1erta secuencia de valores duracionales, s por ejemplo, las secciones A están en Fa mayor y la sección B en
ino
por e! 1:atr?n de los acentos, que pueden o no corre también Re menor, mientras que en "Cuando el caba llo se para", las sec­
sponder al
comp as md1eado. ciones A están en Re menor y la sección B en Fa mayor. "Por
Fo!1:1almente, el j?r_opo, el vals y el merengue son esos cuatro caminos" incluye modulaciones tanto a la dominante
r;pe�mvos. Las repet1 1ones ocurren
simples y como a la paralela menor. De principio a fin, es característica la
� ,en todos los niveles : patrones
ntm1eos de un campas, frases melodicas y seccione musicalización silábica.
s completas
L�s . formas temáticas consisten por lo general en Los elementos del joropo aparecen en dos de las canciones tipo
dos seccione� danza. "Yo me quedé triste y mudo", por ejemplo, usa la hernio­
d 1stmtas (ABAB) .
la de principio a fin: la línea vocal alterna entre 6/8 y 3/4,
. Las ��ete canci ones venezolanas de Plaza pueden servir como mientras que las líneas del acompañamiento están principalmente
il? strac1on de es�e estilo nacional. Ellas pueden haber sido
ins ­
piradas por las Siete· canci.ones españolas de Manuel de F en 6/8. Además, el ritmo de Joropo J J J JJ =(
alla cada
una de las cuales se i�spira en un género popular distinto y' lleva
su nombre. Las canciones . de Plaza están
también relacionadas
J r:rr:J como se demostró más ariba) es completamente dó,..
con la. tradición popu lar (la de Venezuela ), aunque no minante en el acompañamiento. Las otras dos canciones tipo
se lla­
men "Joropo" o "vals". danza están más es trechamente relacionadas con el vals. "Por
Los text�s, quizás el rasgo nacional más obvio de la obra esos cuatro caminos" hace uso de la variante del modelo rítmico
de
Plaza, provienen de un poemario, La respuesta a las piedras,
escri- del vals JJJJ J
'> >
(variante de n '/
>
J) J ). La
. >
226 227
acentuación del primer y tercer tiempo, que es muy característico Nuestra Música1 No. 18 (29 trimestre, 1950) , 164-? 02, que_ i�­
,
del vals, se manifiesta tanto en el acompañamiento como en la cluye una lista de las obras y los escritos del compos1!or; Gero?-1-
línea vocal. "Palma verde, garza blanca" usa un patrón rítmico mo Baqueiro Foster, "Manuel M. Ponce, el Com_Pos1tor Roman­
totalmente distinto, pero también son muy destacados los acen­ tico de México ) , Boletín de Xela1 No. 47? . C abril ;�61) ; y Da­
tos fuertes en el primer y tercer tiempo. vid López Alonso, Man_uel M. Pon_ ce (Mex1co_: E�1�10nes Botas,
Entre las obras orquestales· de carácter nacional de Plaza, está 1971 ) , una puesta al dia del anten?r ensayo b1ografico de Aloi:­
la Fuga criolla ( 1932 ) , para orquesta de cuerdas, basada en los so. Una exposició� �obre la obra _ p10nera de _:E>once en el estudio
patrones del joropo. El compositor amalgama con mucha efica­ de la música folklonca y una sene de entrevistas sobre sus com­
cia ciertas figuras de acompañamiento de los arpistas populares posiciones, son presentadas po,r _Carmen �o�do Sodi en Man_u�l M.
Fonce: Iniciador de la E�nomtmca �n Mex_ico (Oaxaca: Edic_10nes
(de un modo estilizado) con la naturaleza contrapuntística de la
fnga. Por último, su obvia inclinación por el neo-romanticismo, de la Universidad Autonoma Benito Juarez, 1973 ) . La ':ida y
obras de Carlos Chávez han sido tema de numerosos �stud10s. El
en obras como su Fuga roniántica ( 1950 ) y Elegía ( 1953 ) , ha
sido frecuentemente asociada con la canción popular sentimental libro de García Morillo (citado en la nota 4 ) es srn duda el
venezolana del siglo XIX. mejor estudio analítico; incluye_ un ca;álogo d� l�s obras. de
Chávez, una bibliografía y una discografia. Todavi� rnformativos
El nacionalismo musical basado en elementos folklóricos des­
criptivos o reales ha tenido numerosos seguidores en las siguien­ son: Herbert Weinstock, "Carlos Chávez", Musical Quarterly1
tes generaciones de compositores venezolanos, entre ellos Evencio XXII ( 1936 ) , 425 y sig., y Aaron Copland, "Composer from
Castellanos (Sttite Avileña) 1 Inocente Carreño (Margariteña) 1 México" en su The New Music: 1900-1960 (Nueva York: Me
Gonzalo Castellanos (Suite caraqueña) y Antonio Estévez (Canta­ Graw-Hill, 1968 ) . Un catálogo de las composiciones de Ch�vez
fue compilado por Rod�lfo Halffter- y .otros e� Carlos Chavez.
Complete Catalogue of his Works (Mexico: S_ociedad d_e :;-utores
ta criolla).

y Compositores de Música, 1971 ) . Chávez mismo escnb10 sobre


NOTAS BIBLIOGRAFICAS "Blas Galindo", en Nuestra Música1 No. 1 (1946) , 7-13, y sobre
"Luis Sandi" en Nuestra Música1 No. 15 (1949) , 175-79. Man­
Introcción a la Música Americana Contemporánea de Gilbert cayo y otros ' compositores nacionalistas son reseñados por Pablo
Chase (Buenos Aires: Editorial Nova, 1958) entrega informa­ Castellanos en "Aspectos del Nacionalismo �u�ical Mexicano",
ción general sobre el nacionalismo musical. en · Latinoamérica en Heterofonía1 Nos. 1-2 y 4 ( 1968-1969) . La musi�a _de Rev1:e1tas
el siglo XX. Extremadamente útil (a pesar de muchos errores se estudia en varios estudios generales de la musica mexicana
en hechos y la falta de puesta al día del material) es la serie ya mencionados. Todavía es v�liosa la . obra. de ?tto M�y�:-Serra
Compositores de América1 publicada por 1� U!1iÓ11 Pa1:1ªm�rkana, "Silvestre Revueltas and Musical Nat10nahsm m Mex1Co , Mu­
cJlie propotcioria datos biográficos y catálogos de obras de los sical @uarterly, XXVII ( 1941) , 1� 3-45. Para �ectores de habla
ccmpositores de todos los países del Hemisferio Occidental. La inglesa, Dan Malmstrom, lntroduction. to T_wentieth-Century Me­
serie comprende dieciocho volúmenes publicados entre 1955 y xican Music (Tesis de Doctorado, Universidad de 'l!�s�la, 19l4 )
1972. El último tomo contiene una lista de nombres de compo­ contiene buena información general, aunque el anal1S1s musical
sitores, por volumen y por país, que aparecen en los números deja bastante que desear.
. ,
El nacionalismo cubano y el estudio del afrocubamsmo estan
muy tratados en Alejo Carpenti;r; !;et Mtlsic� �n C1-t b_a1. citado en
anteriores.
Estudios especiales sobre la vida y obra de Manuel Ponce son:
Jesús C. Romero, "Efemérides de Manuel M (arfa) Ponce", fo nota 18. El artículo de Roldan The Art1stic Posmon of the

228 229
American Composer", en Henry Cowell (ed. ), American Com­ VI
poser on American Music (Stanford, Calif.: Stanford University
Press, 1933 ), p. 175-77, es una exposición pertinente de su pro­ EL SIGLO VEINTE:
pia posición. Cowell mismo escribió sobre " 'Motivos de Son', A EL AREA ANDINA
St::ries of Eight Songs for Soprano, with Small Orchestra", Musical
Quarterly, XXXVI (1950), 270 y sig. García Caturla escribió
sobre "The Development of Cuban Music'', en Cowell, American
Composer on American Music, p. 173-74. Nicolas Slonimsky,
"Carurla of Cuba", en Moderns Music, XVII/2 (Enero 1940),
76-80, entrega algunas observaciones analíticas. Alejo Carpentier
ha escrito también "Music in Cuba", en Musical Quarterly,
XXXIII (1947), 365 y sig. Es posible referirse a una homogeneidad cultural entre los
Un panorama general de la música venezolana hasta la década compositores nacionalistas de la región andina, a pesar de fas
de 1950 en José Antonio Calcaño, La Ciudad y stt Música (Ca­ diferencias· regionales obvias. La música indígena de las regio­
racas : Conservatorio "Teresa Carreño", 1958 ) . nes altas muestra rasgos generales comunes, tanto en Ecuador
como en Perú y Bolivia, y los instrumentos musicales indios a
través de toda el área revelan una notable identidad no sólo en
los tipos sino en sus funciones. Los instrumentos precolombinos
incluían flautas verticales, zampoñas de arcilla y de caña, trom­
petas (de concha o de arcilla) y tambores de varios tamaños
entre los quechuas y los aymarás. Estos instrumentos se han
mantenido en la música folklórica actual del · área. El período
de la post Conquista vio también en los países andinos él sur­
gimiento de una tradición musical folklórica mestiza. Esta exhi­
be una considerable diversidad en los diferentes países, como
resultado de circunsatncias étnicas e históricas. Aunque Colom­
bia es indudablemente un país andino, sus áreas costeñas del
Atlántico y del Pacífico proceden musicalmente de esferas cul- ·
. turales predominantemente negras y caribeñas. Al mismo tiem­
po, la música folklórica mestiza de toda Colombia es amplia­
mente hispánica en su origen o en los reales componentes de
la canción folklórica o en la adopción de instrumentos (princi-
palmente cuerdas).
La producción nacionalista de compositores académicos del
. área refleja en diversos grados los rasgos de la música vernácula.
No es sorprendente que las más grandes personalidades creado­
ras del siglo XX en Chile hayan abrazado las tendencias eu­
ropeas contemporáneas más que el nacionalismo musical, pues

230 231
la música folklórica chilena es por cierto menos "indígena" y, delos europeos de su tiempo en sus óperas y obras de música
por lo tanto, menos susceptible de servir de fuente para el na­ sacra. Pero algunas de sus obras, como La hermosa sabana y
cionalismo. que la de otras repúblicas andinas. Además, a pesar Sinfonía sobre temas colombianos (1881), denotan una tem­
del carácter mestizo de su población, Chile tiende a identificar­ prana preocupación por la música nacional, dentro de un voca­
se, desde un punto de vista de la música artística, con su ances­ bulario predominantemente romántico. Varias composiciones
tro marcadamente europeo. Con todo, aun en Chile, unos pocos están basadas en danzas folklóricas colombianas típicas, como
compositores adhirieron a la orientación nacionalista. el bambuco, el pasillo y el torbellino. Pero la música de Ponce
de León fue considerada incomprensible en su propio país, lo
que indica que los estilos normales europeos del siglo XIX no
COLOMBIA habían penetrado verdaderamente en la vida musical de Colom­
bia. (Durante los comienzos del siglo XX, esto ha sido com­
El fundamento para el desarrollo : del nacionalismo musical pensado por una dinámica preocupación por la educación mu­
en Colombia fue puesto durante el período republicano, que sical).
abrió una nueva fase en la música colombiana del siglo XIX, Entre los compositores relacionados con el Conservatorio Na­
especialmente a través del cultivo de los repertorios y estilo
cional, estuvieron Andrés Martínez Montoya (1869-1933), San­
operísticos y sinfónicos europeos. Actuaron durante el siglo Juan tos Cifuentes (1870-1932) y, especialmente, Guillermo Uribe­
Antonio de Velasco (m. en 1859), Nicolás Quevedo Rachadell Holguín (1880-1971), director del Conservatorio por veinti­
(1803-1874) y Henry o Enrique Price (1819-1863). Velasco cinco años (1910- 1935), y el compositor más influyente de
se dedicó principalmente a los arreglos de óperas para piano y
banda militar, y organizó una serie de conciertos en Bogotá para su generación. Educado en la Schola Cantorum con Vincent
D'Indy, adquirió verdadera destreza en las técnicas de la com­
promover a los clasicistas vieneses. Quevedo, nacido en Vene­
posición y en la escritura de las formas mayores. Su autobiogra­
zuela, trató de establecer una vida regular de conciertos en la fía, Vida de un músico colombiano, relata en detalle sus activi­
capital. Price, nacido y educado en Londres, se estableció en dades como organizador y director de los conciertos de la Socie­
Colombia en 1840. Junto con Quevedo y otros, fundó la Socie­
dad Filarmónica ( 1847) y vinculó a ella una escuela de música. dad de Conciertos Sinfónicos del Conservatorio 1. Muy prolífico,
Uribe-Holgu ín escribió numerosas piezas académicas, pero tam­
Ese fue el primer paso para el establecimiento en 1882 de la
Academia Nacional de Música por su hijo Jorge W. Price bién muchas obras que incorporan elementos nacionales dentro
(185 3-195 3). En 1909 la Academia se transformó en el Con­ de una técnica impresionista. Los elementos nacionales pueden
sacarse de las melodías y ritmos de algunas de sus obras, espe­
servatorio Nacional, del cual han egresado muchos composito­ cialmente sus trescientas piezas de piano conocidas como Trozos
res del siglo XX. Como compositor, Henry Price dejó muchas
en el sentimiento popular, e·scritos en un espacio de muchos
canciones para solista, oberturas y numerosas _ piezas de piario,
entre las cuales está Vals al estilo del país ( 1843) -un estili­ años, ( Comienzan con el- Op. 22- y -terminan- con el Op. 71) .
zado pasillo, una de las más difundidas danzas populares de Si_ bien estas piezas no están basadas en temas folklóricos o
Colombia. populares específicos, derivan sus rasgos melódicos, rítmicos
José María Ponce de León (1846-1882), autor de las dos
únicas óperas producidas en Bogotá en el siglo XIX ( Ester, 1. Una lista de las obras del repertorio sinfónico clásico y moderno
1874, y Florinda, 1880), aparece como el precursor inmediato ejecutadas por la Sociedad, se presenta en Vida de un músico co­
del nacionalismo colombiano. Discípulo de Gounod y de Tho­ lowbiano ( Bogotá : Editorial Librería Voluntad, S.A., 1941 ) ,
mas en el Conservatorio de París, siguió estrechamente los mo- p. 271-79.

232 233
folklóricas, en especial del pasillo y (me-
. y formales de danzas del bambttco. Es particularmente frecuen­ estilización sinfónica de danzas folklóricas colombianas, que re­
nos frecuentemente ) cuerda los numerosos movimientos de danza finales de suites
te en estas piezas la alternación de . 3/4 y 6/8 (o compases ter­ sinfónicas del repertorio nacionalista latinoamericano. Ocasio-
narios simples y compuestos ) . (EJemplo: 6-1) . · nalmente, Uribe-Holguín recurrió al tema indigenista, o musi­
calmente o simplemente como evocación, como en la tragedia
EJEMPLO 6-la Guillermo Uribe-Holguín, Trozos en el sentimiento lírica Furatena, Op. 76, y la obra orquestal Ceremonia indígena,
popular, No. 34, c. 1-4. Op. 88.
Entre los muchos compositores de la orientación nacionalista,
deberían mencionarse Jesús Bermúdez Silva, Daniel Zamudio,
José Rozo Contreras y Antonio María Valencia.
Zamu9io (1885-1952) , eminente folklorólogo y autor de El
folklore musical de Colombia (1944) , escribió varias piezas
instrumentales y canciones en la vena popular. José Rozo Con­
EJEMPLO 6-lb Guillermo Uribe-Holguín, Trozos en el sentimiento treras (n. en 1894) , que obtuvo una amplia instrucción musical
t,opular, No. 54, c. 1-4. en Roma, junta una sólida destreza técnica con un buen conoci­
miento de la música folklórica colombiana. Ha cultivado un
pintoresco estilo folklorístico, con una incorporación directa de
material musical folklórico de la tradición afrocolombiana del
área de Chocó. Sus obras má.s representativas son la suite or­
questal Ti.erra colombiana ( 1930 ) y la Obertura N9 2 ( 1932 ) ,
ambas sobre temas nacionales. Como director de banda y pro­
fesor, Rozo Contreras ha entregado un considerable repertorio
de transcripciones para banda.
La producción sinfónica de Uribe-Holguín contiene obras Antonio María Valencia (1902-1952) , nacido en Cali, estu­
manifiestamente nacionalistas, como las Tres danzas (Joropo, dió piano en el Conservatorio de Bogotá, _antes de marcharse a
Pasillo, Bambuco ) , Op. 21; la Sttite típica, ·op. 43; y la Segun­ París, donde llegó a ser alumno de Vincent D'Indy en compó­
da Sinfonía, Op. 15, subtitulada "del terruño". De once sinfo­ sicíón y de Gabriel Perné en música de cámara. También estu­
nías, la segunda es la única programática y que se inspira direc­ dió con Manuel De Falla. Regresó después a su ciudad natal y
tamente en la música folklórica. El primer movimiento describe fundó allí el Conservatorio y Escuela de Bellas Artes ( 19 33 ) .
"Un viaje a la aldea de la Virgen milagrosa" por ún peregrino. Por otra parte, se distinguió como concertista en piano, intro­
Está vertido en la estructura clásica de un movimiento allegro duciendo en Colombia la moderna literatura pianística europea.
de sonata. El segundo movimiento, "El pueblo en fiesta", sigue Sus primeras composiciones siguen un estilo "criollo", que mues­
la forma y carácter de un scherzo, con una sección de trío que tra su temprana inquietud por la música nacional. Bajo _la in­
evoca el espíritu de una banda de pueblo que toca un bam­ fluencia de sus amigos y maestros parisienses, más tarde aspiró
buco. El movimiento lento, "La tarde en los alrededores", inclu­ a un estilo musical más europeo, .concentrando sus esfuerzos en
ye ·una sección derivada de la música de los músicos populares obras corales religiosas, en las cuales reveló una sólida e imagi­
que se pasean con sus guitarras y tiples (guitarras pequeñas) . nativa técnica de escritura coral. Su manejo del contrapunto es
"Baile ¡:¡opular", el último movimiento, es una impresionante especialmente notable en su Misa de réquiem (1943 ) .

234 235
• Hacia la última parte de su vida, Valencia tendió a retornar Durante el desempeño de su cargo en la Unión Panamericana,
a su temprano interés por la música nacional. Algunas de sus organizó los Festivales Interamericanos de Música en Washing­
obras corales seculares (v. gr., Coplas populares colombianas ton, promoviendo y divulgando las obras nuevas de composito­
Cinco canciones indígenas y Canción del boga a11,sente ) so� res latinoamericanos.
eficace� evocaci?n.�s �el ri�o "ca�cionero" popular de su país. Aunque los compositores j óvenes en Colombia han preferido
Para piano escrib10 piezas 1mpres1onistas y nacionalistas las úl­ cultivar otras corrientes estilísticas, varios de ellos, como Luis
timas _b�sa;:Ias en estilizaciones del bambuco y del pasillo. En Antonjo Escobar (n. en 1925) y Blas Emilio Atehortúa (n. en
su chirimi� y bar:z�uco sotareño ( 1930) , orquestada en 1942, 1933), han mantenido concurrentemente un vívido interés en
defme el ntmo bas1co del bambuco como una combinación de
.
la música nacional. Escobar, por ejemplo, ha recurrido a las
divisiones binaria y terciaria (3 + 2 ), pero predomina el com­ fuentes nacionales en su ballet Avirama (1955), los preludios
pás de 6/8, y hay a menudo un cambio de metro de 5/8 a 6/8 de piano Bambuquerías ( 1954-1958) y las piezas corales Cán­
-en la� cadencias. ticas colombianas ( 1960). El estilo individualístico de Atehor­
Entre las obras de cámara de Valencia, el trío Emociones túa está con frecuencia basado en el contenido nacionalista, jun­
caucanas (19 38), para violín, piano y cello es considerado la to con el uso de las más avanzadas técnicas de la composición.
más categórica expresión de su estilo naci�nalista. Cada uno Sus obras, de cierto credo nacionalista, incluyen Cantata sobre
de sus cuatro movimientos expresa una disposición de ánimo poemas colombianos, una Pieza concierto sobre formas folkló­
diferente._ El primero, "Amanecer en la sierra" (paisaje valle­ ricas colombianas y un Intermezzo sobre motivos colombianos.
caucano), es una encantadora pieza con una notable economía No obstante, sus obras más originales de la década del 60 no
de medios y algunos intentos descriptivos como la reiteración siguen la misma orientación.
inici�l en un espacio de cinco octavas de 'una misma nota por
el piano, c�da vez con una fraseología distinta (muy probable­
mente asociada con el perfIl. de la cadena montañosa). En tres ECUADOR
secciones, este movimiento se atiene también a las técnicas im­
presionistas d.e co�p�sición. "Pa��llo", el segundo movimiento, Hasta la última parte del siglo XIX, no se hicieron en Ecua­
presenta una 1magmat1va est1hza ..
c10n del ritmo básico de la dan­ dor esfuerzos para establecer una vida musical profesional. Bajo
za popular, con un atractivo trazo isométrico aplicado al primer el estímulo de la política educacional del régimen de García
motivo temático. El movimiento final ("Fiesta campestre") Moreno, se fundó el Conservatorio de Música ( 1870), que fue
posee el carácter espontáneo de la sentimental música de baile colocado bajo la dirección de Antonio Neumann (1818-1871),
campesino de Colombia, sea el bambuco, el bttnde o la cttmbia. descendiente de alemanes, quien fue el autor del Himno Nacio­
Sin embargo, el compositor no se inspira abiertamente en nin- nal y fundador de la Sociedad Filarmónica de Guayaquil.
gún género específico de danza popular, aunque la figura � A principios del presente siglo, el italiano Doménico Brescia
vino desde Santiago de Chile a dirigir el Conservatorio de
puede ser asociada con varias danzas populares de las naciones Quito. Durante sus ocho años como director ( 1903-1911), ayu­
>

andinas. dó a desarrollar la instrucción musical en Ecuador sobre bases


A la mi;Sma generación pertenece Guillermo Espinosa (n. en más sólidas de las qt;1.e habían sido posibles anteriormente. Abrió
1905), qmen t�vo una influencia decisiva en su país como di­ el sendero al nacionalismo musical en el país, con obras como
rector y, postenormente, como jefe de la División de Música su Sinfonía ecuatoriana y las Ocho variaciones sobre un canto
de la Unión Panamericana. La Orquesta Sinfónica Nacional es­ sagrado indígena. Varios de sus discípulos adhirieron a la ten­
tablecidf en Bogotá en 1936, estuvo primero bajo su direc�ión. dencia nacionalista. Entre ellos, Segundo Luis Moreno ( 1882-
236 237
1972 ) , folklorólogo y etnomusicólogo bien conocido, escribió nas de las obras de José Bernardo Alzedo (Alcedo) , el autor
muchas obras con una marcada tendencia indigenista (3 suites del Himno Nacional del Perú.
ecuatorianas para orquesta) y piezas de danzas populares como Fue sólo a finales del siglo XIX cuando los compositores co­
pasillos, sanjuanitos y rondeñas. Luis H. Salgado (n. en 1903) , menzaron a adquirir una competencia profesional. En la misma
considerado el principal músico de su generación, fue el com­ época, la mayoría de ellos volvieron su atención hacia la música
positor nacionalista de más éxito del Ecuador. Su suite sinfónica folklórica peruana. Músicos inmigrantes fueron realmente los
Atahualpa o El ocaso de un imperio (1933) , Suite coreoJ?ráfica primeros en tratar materia peruana, aunque en obras escritas
(1946 ) y los ballets El Amaño (1947) y El Dios Tumbal dentro de la tradición romántica. Para estos compositores, el
( 1952 ) , entre otras muchas obras, revelan un recio estilo nacio­ nacionalismo musical consistió principalmente en recopilar can­
nalista, basado ya en temas o escalas (pentatónicas) .nativas o ciones folklóricas, armonizándolas y reescribiéndolas en una es­
en simples alusiones a la historia nacional. Su ópera Cumandá
( 1940, revisada en 1954 ) tiene un libreto indigenista adaptado tructura musical artística. Esto fue así, por ejemplo, en el caso
por el compositor de una novela de Juan León Mera. La acción del italiano Cado Enrique Pasta (1885-1898 ) , quien escribió
tiene lugar en las provincias del Oriente del Ecuador (Ama­ la primera ópera sobre una historia peruana, Atahualpa (estre­
zonas) . nada en Lima en 1877 ) . Otro italiano, Claudia Rebagliati (1847-
Pedro Pablo Traversari ( 1874-1956 ) , compositor muy pro­ 1909) escribió una rapsodia peruana, Un 28 de julio, ejecutado
lífico y musicólogo, combinó un estilo neorromám:ico con ca­ por la Sociedad Filarmónica de Lima en 1868, y un álbum de
racterísticas musicales nativas. · Después de estudiar en el Con­ danzas y canciones folklóricas, para piano, titulado Album Sud
servatorio Nacional de Santiago de Chile, prosiguió estudios en Americano ( 1870 ) . El gran propósito de muchos de tales com­
Roma, Basel y París por dos años. Su actividad docente en las positores fue incluir material melódico indígena auténtico o
principales instituciones ecuatorianas, incluyendo la Universidad "puro" en sus obras.
Central, tuvo muchísima influencia. Escribió veintidós danzas El romanticismo nacionalista fue as1m1smo expresado por
en un "estilo indígena montañés", varios himnos (v.gr., el Him­ José María Valle Riestra (1858-1925 ) , el primer compositor
no pentatónico de la raza india ) , el poema sinfónico Glorias profesional competente del Perú, quien se educó en Londres,
andinas, y melodramas tales como Curnandá, La profe cía de París y Berlín. Su ópera Ollanta (1901 ) , basada en una historia
Huiracocha y Los hijos del Sol, todos basados. en leyendas nati­ muy conocida, semihistórica y semilegendaria, adquirió resonan­
vas. Dejó una importante colección de instrumentos nativos y te fama de ser la primera gran obra escrita por un compositor
universales, que formaron el Museo de los Instrumentos de la peruano. Además, la sólida pericia técnica de Valle Riestra en
Casa de la Cultura Ecuatoriana de Quito. el manejo de las formas mayores hizo una formidable impresión
en sus contemporáneos, en el Perú. Ollanta era en realidad un
ambicioso intento de crear una ópera nacional. Quizás ineficaz
PERU a causa de su estrecha imitación de los modelos operísticos ita­
lianos, fue, sin embargo, en su tiempo un símbolo del arte -mu­
El esplendor de la vida musical colonial en el Perú, como se sical auténticamente peruano, lo que quería decir esencialmente
expuso en la parte I, no tuvo equivalencia en el período de la música hecha en Perú, con motivos peruanos. Las numerosas
independencia, durante el cual predominaron la ópera y los gé­ obras orquestales de Valle Riestra, piezas para piano, canciones
neros musicales de salón. Se continuó escribiendo música de de solo y música coral religiosa, despliegan un cromatismo ar­
iglesia en . un estilo romántico secularizado, como se ve en algu- mónico refinado.

238 239
• Menos ambicioso, pero en cierto modo compositor más im­ EJEMPLO 6-2 Daniel Alomía Robles, Despedida, c. 1-12. Copyright ·
presionante, fue Luis Duncker Lavalle (1874-1922), quien es­ 1952 por Ricordi Americana S.A.E.C. Utilizado con autorización.
cribió atractivas piezas de piano en un estilo semipopular, ins- ·
pirado por los géneros de música folklórica mestiza. Su Quenas, Allegro
vals característico indígena y Vals cholito recrean la más tÍpica
expresión musical cfiolla de las áreas urbanas.
A comienzos del siglo XX era mucho más manifiesta entre
los compositores peruanos la búsqueda de una identidad nacio­
nal, y se emprendió la primera recopilación y estudio sistemá­
{
ticos de la música folklórica peruana. La música de lo� indios
de lengua quechua de las regiones montañosas, con su omnipre­
sente pentatonismo y sus fórmulas rítmicas características, llegó
a ser la principal fuente de tal identidad. La orientación indige­
nista se encuentra en diversos grados en las obras de varios com­
positores-folklorólogos de ese tiempo. Entre ellos, Daniel Alomía
Robles ( 1871-1942), aunque en gran medida autodidacta, ad­
quirió una sólida comprensión de las diferentes tradiciones folk- .
lóricas y populares del Perú. Durante más de veinte años, re­
copiló material musical folklórico en las más remotas áreas de
la región montañosa y del área costera. Este material incluyó
lo que él denominó motivos incaicos (800 aires), clasificados
por regiones; 300 canciones folklóricas coloniales, y 170 can­
ciones mestizas de origen más reciente. Sus numerosas piezas
para piano y canciones presentan rasgos típicos asociados a gé­
neros folklóricos, como el httayno, el triste o el yaraví. (El ya­
raví es una especie de canción de amor de origen indio) . La
pieza Despedida (Ejemplo 6-2), subtitulada "Yaraví colonial"
es una hábil estilización de un dueto de quenas (flautas perua­ Fauré y Reynaldo Hahn. En Francia fueron estrenadas una ópera
nas verticales recortadas en un extremo, tocadas típicamente al y un ballet suyos. Varias de sus obras son evocaciones de la
unísono o a la octava o en terceras o sextas paralelas. música inca, como su pieza sinfónica Danzas sobre un tema inca
Otros tres c:bmpnsitores de la misma orientación =José Cas­ o la pieza de piano Danza india. Esta última �€xhibe dobles y
tro ( 1872-1945), Luis Pacheco de Céspedes (n. en 1895) y triples divisiones (en alternación) dentro de un compás de_ 2/4,
Federico Gerdes (1873-1953 )- contribuyeron a la corriente así como el motivo pentatónico "anhemitónico" (es decir1 sin
indigenista de manera substancial, mientras, al mismo tiempo, semitonos), que es típico de la melodía indígena. (Ejemplo
cultivaban un estilo romántico de piano. Castro fue uno de los 6-3). Gerdes evoca leyendas indias en sus numerosas piezas de
primeros, después del francés D'Harcourts, en sustentar la muy_ piano, pero lo hizo de un modo más bien superficial. Su estilo
discutida tesis pentatónica sobre la música indígena andina pre­ es acaso el más europeizante de los de los compositores de su
colombina. Pacheco de Céspedes estudió en París con Gabriel generación.

24-0 241
]Y.{anuel Aguirre (186 3-1951 ) , de Arequipa, entregó una Duncker Lavalle en Arequipa, fue a Italia, pero regresó al Perú
abundante producción de música para piano, en la cual los ras­ al estallar la Primera Guerra Mundial. Sus primeras composicio­
gos románticos se combinan con la música folklórica del sur nes de · 1a década del 20 fueron imitaciones literales del estilo
peruano. Varias de sus obras fueron publicadas en Europa. Las de Debussy, hasta en sus sugestivos títulos en francés, mas pron­
más conocidas de ellas son Siete piezas ( 1937) y los dos álbu­ to llegó a interesarse en el tratamiento de la música folklórica
mes De mis montañas. Dentro de un lenguaje romántico bien indígena en un estilo moderno. Produjo un número bastante
fundado, fue capaz de escribir con cierta originalidad, a · través grande de obras pianísticas y orquestales. Por falta de pericia en
de una frecuentemente eficaz utilización de rasgos de la música la orquestación, tuvo que recurrir a Rodolfo Holzmann para
folklórica, tales como, por ejemplo, las reiteraciones secuencia­ orquestar obras como el ballet Suray-S11,rita y el poema sinfónico
les y las características cadencias en Mi bemol mayor y en Do En las ruinas del teniplo del Sol. Un concierto con obras suyas
menor (Ejemplo 6-4). realizado en el palacio presidencial en 1928 le trajo un recono- ·
cimiento especial, y fue designado representante peruano al
EJEMPLO 6-3 Luis Pacheco de Céspedes, Danza India, c. 7-10. Festival de Música Iberoamericana de Barcelona, en 1929. Su
Copyright por Ricordi Americana S.A.E.C. Utilizado con autorización. Suite incaica fue estrenada en esa ocasión. En cuatro movimien­
tos (Danza imperial, Bacanal indígena, Danza del cortejo nup­
cial y Feria en el ayllu de Kalassaya), esta obra tomó por sor­
Allegro .J = 120 10

presa al público y a los críticos musicales, a causa de su exotis­


mo claramente desplegado y su escritura rítmica original y
·¡
dinámica. Valcárcel recibió un resonante aplauso en la feria de
Sevilla cuando fue ejerutado su ballet Saccsahuamán ( 1928 )
en presencia de la familia real española (con el nuevo título
Chori Kancha) . Un concierto de su música en la Sala Pleyel
de París· ( 1930) presentó, según la 'Guide Musical, "un progra­
EJEMPLO 6-4 Manuel Aguirre, Siete Piezas, c. 7-10. Copyright 1952
ma de peregrino disfrute y completa novedad. La música folk­
por Ricordi Americana S.A.E.C. Utilizado con autorización.
lórica peruana es de extrema riqueza y su estructura pentatónica
suena a nuestros oídos con una frescura de renovación".
Valcárcel tenía en realidad un talento musical natural, acre­
centado por una genuina comprensión de los cantos y darizas
rituales indígenas tradicionales y de los géneros musicales mes­
tizos. De este modo, fue capaz de realizar una imaginativa esti­
lización del material indio. Sus treinta Cantos de alma vernacu­
lar y sus Cuatro canciones incaicas ( publicadas en París en
Entre los muchos composi.tores nacidos al filo del siglo XX, 1930) son los mejores ejemplos de su estilo. La canción Suray­
el más representativo fue Teodoro Valcárcel (1902-1940), Surita de sus Cuatro canciones, con texto en lengua quechua,
Carlos Sánchez Málaga (n. en 1904), Monseñor Pablo Chávez revela dos de los más típicos rasgos de la música indígena
Aguilar (1898-1950) y Roberto Carpio Valdés (n. en 1900). andina, a saber, la melodía pentatónica y una omnipresente ter­
Valcárcel, descendiente de indios y nativo de Puno, fue el artista cera descendente en las cadencias (Ejemplo 6-5), que Valcárcel
más prolífico y artista de su generación. Después de estudiar con armoniza con una progresión desde la tríada tónica mayor (aquí

242 243
1
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1• 11'!
¡
:ii EJEMPLO 6-5 Teodoro Valcárcel, Sttray-Surita, c. 6-10. La bemol) a la tríada tónica relativa menor (Fa menor). Al
mismo tiempo, la calidad elegíaca de la melodía puede conside­
1

rarse como la más adecuada interpretación de la expresividad -


Vagaroso e lento indígena.
Las obras de piano ele Valcárcel incluyen 1 2 Estampas perua­
7

nas, del ballet Suray-Surita; dos suites sinfónicas de 1939 con­


sisten . en versiones orquestadas de varias de esas "estampas",
Kai zon ckoi • ta ka-ma-chi • ni wai llac-tay Su . ray-su-ri ta,

subtituladas "Aires y danzas sobre motivos del folklore de los


A es - te co · ra - zón le orde - no mi dul �ce Su - ray-su- ri • ta,

Incas del Perú". Ellas ofrecen la mejor prueba en apoyo a la


opinión, generalmente sostenida en Perú, de que Valcárcel es
_,

en verdad el precursor de una música artística genuinamente


' ¡'.

peruana. Aquí, el compositor no sólo se remite a los rasgos de


la música india sino también a los rasgos de la música mestiza,
como puede escucharse en las características rítmicas de la pieza
Bailan los !lameros, que exige simultáneamente 6/8 y 3/4.
Carlos Sánchez Málaga, director de coros, profesor de música
espress.

y compositor, siguió la misma tendencia indigenista de Valcár­


cel, aunque con un énfasis un tanto menor en las evocaciones
musicales incaicas o de la preconquista. Quizás porque él era
a · man mu • nan qui chu nis - pa vvai llac • tay Su · ray-su-ri • ta
nq_has de que - rer o- tra vuel • ta mi dul • ce Su · ray-su-ri ta,

nativo de Arequipa, donde las expresiones del arte mestizo son


más importantes, prestó más atención a la música folklórica
del- Perú. actual. Su producción como compositor estuvo limi­
tada al piano y a piezas vocales. Caima y Yanahuara, para piano
(ambas de 1928), revelan los elementos tempranos del estilo
indigenista, esto es, pentatonismo, paralelismo armónico y algu­
nos toques de virtuosismo. En sus canciones, Sánchez Málaga
se vale de géneros folklóricos mestizos, tales como el huayno y
la marinera. La canción Huayno muestra algunas de las figuras
10 rall. molto ten.

--­ rítmicas asociadas a esa danza, en especial la figura sincopada


;, J J>
vvai llac- tay Su · ray-su-ri • ta.--
mi a - ma - da Su · ray-su- ri • ta.--
Ocho variaciones sobre itn tema incaico de Pablo Chávez
' rall. molto - ten. -
/ i
Aguilar (1926), para piano, ilustra el grado de su implicación
=- con la música nacional. El tema es auténticamente "inca" en su
1

motivo pentatónico descendente (Re-Do-La-Sol-Fa) y en su


ordenación métrica de 5/4, que subraya la anacrusa. La armoni­
zación, no obstante, combina progresiones de tipo folklórico
mestizo (sextas paralelas) y armonías románticas (acordes de
séptima disminuida y predominio de la nota sensible en las

244 245
a . varia­ director de orquesta, ayudó a desarrollar las actividade� orques­
catlencias ) ( Ejemplo 6-6) . Significativamente, la eloctav sentido . de tales en el Perú. Como primer director de la Orquesta Sinfó­
ción aparece como un ejercicio escolástico. en uso del ipo nica Nacional, fundada en 1938, Buchwald promovió activa­
armonizar una parte dada de sopr3:no, haciendo ión mel , d1eo­ �
mente a los compositores peruanos.
más fácil de variación técnic a, la . ornam entac �
atienen
armónica. Todas las figuraciones en las variacion:s seXIX. Los profesores y compositores europeos más importantes fue­
a la clase más común de escritura para piano . del siglo ron Andrés Sas y Rodolfo Holzmann. Sas ( 1900-1967 ) de
que
La mayoría de los �ompos.itore� hasta · aq�í menci<::nadoscuada origen franco-belga, se convirtió en un influyente musicóiogo,
cultivaron la orientacion nac10nahsta adole ciero n de made prof:sor y compositor. Aunque nacido en París, se educó en
las
formación académica musical. Esto también explica en parte de su
Bélgica, donde adquirió su primera instrucción musical ( al
razones del muy limitado repertorio orque stal . perua ?� mismo tiempo que estudiaba ingeniería química ) . El gobierno
tiempo. Con el establecimiento en Lima de vano s mus �cos �,a- peruano lo contrató en 1924 para enseñar violín y música de
. cidos en Europa en las décadas de 1920 y 1930 , la s1tua c10n cámara en la Academia Nacional, donde también estuvo a car­
go de los cursos de historia de la música. Más tarde dirigió por
EJEMPLO 6-6 Pablo Chávez Aguilar, Ocho Variaciones sobre un tema breve lapso el Conservatorio Nacional y siguió enseñando teoría
y composición hasta 1966. Fundó la revista musical Antara y
coeditó otros periódicos (Anacrusa, Música) en la década del
incaico: Tema.

50. Fue también activo como director de orquesta, conferencista


y folklorólogo, y participó en organizaciones musicales interna­
TEMA

cionales.
Tanto como musicólogo y compositor, · Sas reveló a través de
su vida un interés especial en la música indígena del Perú.
!1•

Comprensiblemente, sintió la necesidad de incorporarse a la


cultura de su país adoptivo, actitud compartida por muchos pro­
fesionales extranjeros. Consecuencia de estudios científicos de
instrumentos precolombinos fueron sus importantes escritos so­
bre la música inca y nazca, en la década de 1930. Sas fue el
primer estudioso serio en el Perú de la música catedralicia colo­
nial, especialmente la música de . Torrejón y Velasco. Sus diver­
sos escritos sobre el tema culminaron en su monumental La
música en la catedral de Lima, publicada en forma póstuma
( 1970-1972 ) .
Las compos1c1ones de Sas están ampliamente moldeadas en
cambió substancialmente para las siguientes generaciones de el estilo nacionalista folklorístico. En obras como Rapsodia
compositores. Los italianos Enrique Fava Ninci y Vicente Stea peruana, para violín y orquesta ( 1928) , Tres estampas del
y el austríaco Theo Buchwald fueron influyentes profes�res de Perú ( 1936 ) , Poema indio ( 1941 ) para orquesta, y el tríptico
música. Ninci ( 1883-1949 ) enseñó teoría en la Academia Na­ Ollantai para coro mixto a cappella, trató de lograr una síntesis
cional de Música y en el Conservatorio, que dirigió desde 1931. de las técnicas impresionistas con material temático pseudo­
Stea ( 1884-1943 ) , profesor de canto, productor de ópera Y indígena. La sonata para piano y los Seis cantos indios del Perú

247
246
, ( 1946) son buenos ejemplos de su estilo. los modos pentató­ y los motivos pentatónicos con las cadencias características con
nico� .predominan en su escritura melódica. Su concisa práctica tercera descendente. La danza "Kcashwa" (Kashua ) es clara­
armomca frecuentemente se atiene a los patrones debussyanos mente imitada en la Suite peruana para piano, no sólo por me­
de acordes alterados paralelos; y la estn:¡.ctura rítmica gravita dio de las figuras de ostinato del acompañamiento, sino asimis­
en torno a fig�as persistentes en un pasaje dado, como puede mo a través del diseño melódico-rítmico del tema, con sus
verse en el primer movimiento de la sonata. corcheas regulares alternantes, figuras con . punto y tresillos
En las obras de Sas abundan nítidas estilizaciones de tipos (Ejemplo 6-8) 2.
de música folklórica peruana. La sección "Huayno" de El pajo­
nal de los Seis cantos mantiene una estrecha asociación con los
m_o1e_los originales en sus ritmos con punto y sincopados, las EJEMPLO 6-8 Andrés Sas, Suite Peruana: "Kcashwa", c. 1-8. Copyright
d1v1s1ones 3 + 2 del tema (en consecuencia el compás de 5/4 ) , 1935 por Andrés Sas. Utilizado con autorización de la familia Sas.

EJEMPLO 6-7 Andrés Sas, Seis cantos indios del Perú: "El Pajonal",
c. 17-2 1 . Copyright 1957 por Ricordi Americana S.A.E.C. Utilizado con
autorización.
HUAYNO
Allegretto 17

20

Pa • jo-nal ¿por-qué llo - ras tris • te? Si

\ 1
2. Ver también Himno y Danza de Sas en Latin American Art Music
for the Piano, ed. Francisco Curte Lange (Nueva York: G. Schir­
. mer, 1942 ) , P. 40-43.

248 249
Rodolfo (Rudolph) Holzmann (n. en 1910), junto con Su respuesta es afirmativa, pero él defiende la necesidad de
'sas, tuvo mucha influencia en dar forma al desarrollo de la vida cierta transformación, ya que, a su juicio, la escala primitiva en
musical peruana en las décadas de 1940 y 1950. Estudió en sí misma no proporciona suficiente variedad armónica. H��r�a
Berlín ;ºn Vogel (1931), en Estrasburgo con Scherchen (1933), una forma -dice él- de tratar la escala de acuerdo a las tecm­
e::i Pans con Rathaus (1934), después otra vez con Vogel. Se cas de composición contemporánea, sin lo cual la escala misma
trasladó a Lima en 1938, como profesor de oboe en la Academia le parece inútil. Una posible solución que propone es un pr?ce­
Alcedo y como violinista en la recientemente fundada Orques­ diniiento de construir acordes y temas en cuartas sucesivas,
ta Sinfónica Nacional. En 1945 fue nombrado profesor de com­ ordenándo la escala pentatónica sobre una base de cuartas, de
posición en el Conservatorio Nacional de Música, donde desem­ modo similar a la formación de acordes desde la escala diató­
peñó un papel muy importante. Sus numerosos discípulos, entre nica por terceras superpuestas. Holzmann concluye que con tal
ellos Iturriaga, Finilla y Garri-Lecca, fueron por primera vez
puestos en contacto oor él con las orientaciones corrientes en

'
EJEMPLO 6-9a Explicación de Holzmann de la construcción de acor­
Europa, especialmente la atonalidad y la música de los serialis­ des sobre cuartas sucesivas.
tas vieneses. Holzmann realizó un extenso trabajo en análisis
estilístico y materias teóricas, publicó catálogos de obras de
compositores · peruanos del siglo XIX y. XX, y promovió el
estudio de los archivos de la música colonial. Sus actividades
etnomusicológicas a través de los años incluyeron una extensa
o e " e n e
11
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11

labor de recopilación de la música peruana y folklórica, parte

'
EJEMPLO 6-9b Ordenación de la escala pentatónica por Holzmann.
de la cual aparece transcrita en su Panorama de la música tra­
dicional del Perú (Lima, 1966). Como jefe del Servicio Musi­
cológico de la Escuela Nacional de Música y Danza, realizó
mucha labor con publicaciones serias de música folklórica.
e e o 'O'
11 e
11
o
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if
Como compositor, Holzmann parece haber sentido desde al­ procedimiento "es posible crear un lenguaje - musical contempo­
rededor de 1930 una necesidad de integrarse dentro de la cultu­ ráneo completamente insospechado dentro de la estructura de
ra de su nueva patria, pues escribió muchas obras relacionadas la escala pentatónica". Pero puede que sea ingenuamente opti­
con algunos aspectos de las tradiciones folklóricas musicales mista cuando afirma que "se ha demostrado que existen amplias
peruanas. Sin embargo, no puede ser considerado un dpico com­ posibilidades para el desarrollo de un auténtico modo de com­
positor nacionalista, puesto que cultivó varias orientaciones poner en Perú. . . Con un estudio en profundidad, sobre todo
europeas contemporáneas, incluyendo un serialismo bastante del problema de la forma (i.e., cómo llenarla con un contenido
ortodoxo en sus últimas obras. En su artículo "Aporte para la adecuado a nuestro tiempo) . . . , tendremos algo con que llenar
emancipación de la música peruana" ª, Holzmann expone la el vacío dominante".
pregunta si es o no posible (y adecuado) usar la escala penta­ En su Suite sobre motivos peruanos (conocida también �orno
tónica para crear música de carácter específicamente peruano. Cuarta pequeña suite), para piano, y en su Suite arequipeña
( 1945), para orquesta, entre otras obras, Holzrnann intentó
3. Revista de Estudios Musicales, 1/1 ( agosto 1949 ) , 61-80. Una aplicar esa y otras teorías. La primera sección, "Preludio pas­
versión anterior, más breve, fue publicada en 1 944 en Nuestro · toral", de la Cuarta pequeña sttite, basada en la escala pentató­
Tiempo. nica del Ejemplo 6-91?, revela el uso bastante sistemático de la

250 251
lii
1
1

'1 CIJ.arta y su inversión en la escritura armónica ( Ejemplo 6- lüa) .


i'

E JEMPLO 6-11 Construcción de la escala menor "natural" desde una


Según el compositor, la monotonía es evita_da en esta pieza por e;cala pentatónica, por Holzmann.
un frecuente transporte de la melodía a diversos registros del
1

piano. La escritura contrapuntística en el preludio culmina con


un stretto en los compases finales ( Ejemplo 6-lüb) . El segundo 11 e o
o e " e " 11
movimiento de la suite, "Bailan las muchachas", se basa en otra
� 11
.. o
o o

EJEMPLO 6-10 Rodolfo Holzmann, Cuarta pequeña suite: "Preludio EJEMPLO 6-12 Rodolfo Holzmann, Cuarta pequeña suite: "Bailan las
pastoral", ( a ) c. 9-10; ( b ) c. 22-25. Copyright Instituto Interamericano muchachas", c. 3-4. Copyright Instituto Interamericano de Musicología,
de Musicología, Montevideo. 1944. Utilizado con autorización. Motevideo, 1944. Utilizado con autorización.

a tempo
p

�·------------' En su Suite arequipeña, Holzmann se ocupó de la música


fol.klórica mestiza, en especial el carácter esencial del yaraví.
El tema del yaraví utilizado se entrega en el Ejemplo 6-13. El
Do sostenido y el Do becuadro del segundo compás provee al
compositor con otra formación de acorde · de implicaciones _ bito­
nales ( acordes de Do mayor y de La mayor) , y su uso de esta
estructura sobre varios grados de la escala cromática confiere a
este pasaje de la suite cierto grado de unidad armónica. Análo­
gamente, los motivos melódicos de la sección están construidos
desde el mismo semitono cromático del tema original. El autor
señala el final de la sección 'Yaraví" de la suite como una ilus­
escala pentatónica, con dos notas añadidas para crear una escala tración de su principio de composición.
semejante a la escala menor eólica o "natural" ( Ejemplo 6-1 1) .
Hol.zmarih a.dfüeré basfante estrictamente - a est!l escala, como
puede verse en el Ejemplo 6-12, cuyo acompañamiento deriva EJEMPLO 6-13 Rodolfo Holzmann, tema del "Yaraví" de la Suite
de la escala básica: Holzmann hace notar en la última sección
de la suite ( "Danza final") su uso de un acorde bitonal ( acorde
Arequipeña.

de Si bemol mayor 6/4 junto con acorde de Mi bemol mayor


6/4) , el cual -dice- no es más que un acorde de novena 11
sobre la dominante, pero construido por un procedimiento dis­
tinto del de la armonía tonal tradicional.

252 253
, Es enteramente evidente que Holzmann no abrazó . el nacio­ cal de la ciudad. La Orquesta Sinfónica Nacional fue establecida
nalismo musical de la misma manera como lo hizo la mayoría en _ 1?44, pero sufrió, hasta tiempo recie_nte, de falta de apoyo
de sus contemporáneos peruanos. El nunca propugnó para sí suficiente para poder reclutar buenos e1ecutantes y directores.
mismo la orientación indigenista y sus pocas incursiones en el Los primeros . compositores bolivianos de orientación nacio­
material indígena (aproximándosele desde una perspectiva re­ nal fueron los que pertenecieron a la generación del último cuarto
torcida) parecen haber sido resultado del gusto predominante del siglo XIX. Entre otros, deberían mencionarse los siguientes
en la década de 1940. En realidad, su producción de los años nombr�s: Eduardo Caba (1890-1953), Simeón Roncal (1870-
50 y 60 no muestra relación con ningún elemento musical local. 1953), Teófilo Vargas Candia (1886-1961), Humberto Viscarra
Con las generaciones más jóvenes de compositores peruanos, Monje (n. en 1898) y José María Velasco Maidana (n. en
han surgido varias cuestiones nuevas de naturaleza filosófica y 1900).
funcional. Traducidas en términos estilísticos, tales cuestiones Caba y Roncal aparecen como los do� pioneros de la música
implican la dificultad de intentar integrar raíces nativas con artística boliviana del siglo XX. Ambos fueron fuertemente
modelos europeos contemporáneos y aun lograr resultados que nacionalistas. Caba, nacido en Potosí, estudió en Buenos Aires
sean relevantes para la cultura nacional contemporánea. El de­ con Felipe Boero y en España con Turina y Pérez Casas. Su
sarrollo más típico de tales compositores está esbozado en la producción incluyó un ballet Kollana, un poema sinfónico.,
III Parte de este estudio. Basta decir aquí que el comienzo de Quena para flauta y orquesta, y dieciocho piezas de piano titu­
ese desarrollo revela en general una orientación nacional sub­ ladas Aires indios. Las piezas de piano revelan un lenguaje mo­
jetiva, que ha producido obras de naturaleza no nacionalista; al da1 y pentatónico, formas ABA y figuras rítmicas asociadas a
menos, obras sin el propósito deliberado de ser "nacionales". las danzas folklóricas del altiplano boliviano. Armónicamente,
imitan el modo polifónico de cantar y tocar, en octavas y cuar­
tas paralelas, que es frecuente en la música aymará.
BOLIVIA Roncal, nacido en Sucre (o Chuquisaca), dedicó la mayor
parte de su carrera como compositor a la estilización de la
Cultural y étnicamente, se reconoce a Bolivia como uno de danza nacional de Bolivia, la ctteca. Un álbum de veinte cuecas
los países más "indígenas" de Sudamérica. Al contrario de otros para piano constituye su mayor aporte a la música boliviana.
países sudamericanos, por consiguiente, la simple utilización o La colección todavía goza de gran popularidad entre los pianis­
imitación de música folklórica india o mestiza por los composi­ tas bolivianos. Las piezas muestran un claro conocimiento de la
tores nacionalistas bolivianos, no tendría a priori como resulta­ tradición folklórica criolla y, en el proceso de estilización una
do un mero despliegue exótico. La mayoría de esos composito­ transposición de esa tradición al ambiente del salón y de la
res, no obstante, cultivaron regularmente durante la primera s�la de c�ncie�tos. Altamente virtuosísticas, las piezas siguen un
_
mitad del siglo XIX un estilo nacional restringido a una estili­ diseno tripartito normal en el cual una breve fórmula rítmica
zación romántica de elementos folklóricos. relacionada con la cueca (6/8 {n__) :J.) �) ) se repite de
principio a fin, junto con una textura bastante densa y una ar­
La Paz, la capital efectiva del país (Sucre es la nominal)
comenzó a organizar su vida musical alrededor de la mitad del
siglo XIX, pero no fue hasta principios del siglo XX cuando monía típicamente romántica, chopinesca. La primera y la últi­
se _establecieron organizaciones musicales con algún grado de con­ ma parte de cada pieza son por lo general monotemáticas, en
tinuidad. La fundación de la Escuela Militar de Música ( 1904), . contraste con la variada sección intermedia.
el Conservatorio Nacional ( 1908), el Círculo de Bellas Artes Viscarra Monje y Velasco Maidana desarrollaron una actitud
(1910 )... y varias otras instituciones, contribuyó a la vida musi- nativista combinada con una orientación romántica y académica.

254 255
Viscarra Monje, pianista y compositor formado en Europa, llegó humor, nuestra nostalgia montañesa, nuestra tolerancia
a ejercer mucha influencia como director del Conservatorio Na­ -en resumen, nuestros rasgos individuales a través de
cional de La Paz. También fundó y dirigió por un lapso la los cuales los chilenos se parecen y se aúnan sin distin­
Academia Man Césped en Cochabamba. Sus obras más conoci­ ción de origen o clase social . . . 4
das para piano incluyen Andante, Rondino, Impresiones de Al­
tiplano y Canciones criollas, todas las cuales revelan el más Tal actitud y explicación idealista era resultado del propio
característico nacionalismo romántico. El Rondino aún goza de desdén de Santa Cruz por el nacionalismo musical. Ella, sin
amplia popularidad en Bolivia. embargo, revela también su conocimiento del significado de
Velasco Maidana, considerado el principal compositor nacio­ esa tendencia en América Latina. Pero el indigenismo y el na­
nalista boliviano, contribuyó ampliamente en la década de 1930 cionalismo han tenido en general pocos seguidores en Chile,
al mejoramiento de la competencia profesional en Bolivia. Ayu­ muy probablemente a causa de que los músicos chilenos cultos
dó a fundar la Orquesta Nacional y escribió muchas obras or­ han sentido poca afinidad con las tradiciones musicales locales
questales, entre ellas el ballet Amerindia, que fue estrenado en folklórica y popular, ya que ellas reflejan sólo una pequeña
Berlín en 1938. Sus poemas sinfónicos de la década del 30 parte de la moderna cultura nacional chilena. la esencia de esa
(Cuento brujo, Los Khusillos, Vida de cóndores) y sus más re­ cultura en el siglo XX surge básicamente de una posición ur­
cientes obras de cámara -Pensamientos indios (1964) para bana con aspiracionees internacionales. De este modo, la música
trío de viento madera, Paisaje andino (1963) para cuarteto indígena -que proporciona una verdadera expresión cultural
de cuerdas, y Suite andina para quinteto de viento madera- son (aunque exótica, a veces) en la mayoría de los países andi­
todas descripciones o evocaciones de la música quechua-aymará. nos- ha sido considerada por la mayoría de los compositores
Como sus poemas sinfónicos, la ópera Churayna (1964) de Ve­ chilenos como artificial y como más bien limitante que po­
lasco Maidana se basa en temas mitológicos indígenas. tencial.
A pesar de esta actitud predominante, ha habido varios com­
CHILE positores chilenos que cultivaron el nacionalismo, invocando la
música folklórica mestiza o la música india tradicional en térmi­
En 1957, el influyente compositor chileno Domingo Santa nos literarios o, menos frecuentemente, en verdaderos términos
Cruz, expresaba las siguientes opiniones en relación con la mú­ musicales. Pedro Humberto Allende (1885-1959) fue el pione­
sica nacional de Chile: ro de tal nacionalismo musical en Chile. Estudió en el Conser­
. . . Nuestra música terminará siendo chilena, distinta vatorio Nacional de Música de Santiago, que había sido esta­
blecido en 1849. Más tarde enseñó allí armonía y composición,
de la de un francés o un alemán, en el grado en que so­ ejerciendo una influencia considerable en muchos compositores
mos distintos de ellos, aunque nuestras técnicas sean se­ d.1.ile!J.QS ele lªs ge1:1�ra,c:io11(!s sur>§ig1.üerite§. __ Pespués d(! __ lln yiaje
mejantes. . . · Nuestra -música será chilena del mismo modo a Europa (1910-1911) fue elegido miembro ·de la Sociedad
como nuestro lenguaje es español, sin que se confunda Chilena del Folklore, pues había mostrado ya un profundo inte�
con el de un . español o de otras naciones del continente rés en la música folklórica y tradicional de su país. Dirigió ·una
americano. . . Análogamente nuestra música, que se pare­ amplia investigación, coleccionando in situ las primeras mues­
ce a la de los países europeos, será reconocida desde el tras de la música mapuche (canciones y danzas indígenas arau-
exterior cuando comparada con cualquiera otra, no a tra­
vés de su exotismo, que puede ser falso en Chile, sino ·
porque refleje nuestra manera de ser, nuestro sentido del 4. Buenos Aires Musical, XII, N" 197 ( 1 octubre 195 7 ) , 7.

256 25 7
canas) . Sus muchas actividades en pro de la educación musical Como compositor, Lavín trató de incorporar en sus obras su
y como compositor fueron oficia��nte recon�cidas �n 1945, conocimiento y su experiencia en la música indígena. Varios
cuando le fue concedido el prestigioso Premio Nacional de ballets poseen argumentos indigenistas, y otras obras, como las
Arte.. Fue la primera vez que ese premio fue concedido a un Lamentaciones huilliches ( 1928) , para contralto y orquesta, o
musico.
, los Mitos araucanos, cuatro piezas para piano ( 1926) , recurren
a verdaderas canciones araucanas y a textos mapuches. La "im­
Allende cultivó un estilo nacional basado en referencias al presión sinfónica" Fiesta araucana ( 1926) y la Suite andina
folklore musical mestizo, en un contexto de técnicas impresio­ ( 1929) ·para piano, entre otras obras, revelan un vocabulario
nistas francesas. En 1913-1914 escribió la suite sinfónica Esce­ armónico neorromántico e · impresionista. Por otra parte, la es­
nas campesinas chilenas, que apareció en la época como la P!i­ critura melódica de Lavín tiende a breves y soberbios motivos
mera obra nacionalista chilena de tipo sinfónico, con resonancias y es enteramente repetitiva, probablemente como resultado de
modernistas, tanto en el lenguaje armónico como en el orques­ su estilización de los rasgos melódicos indios.
tal. La música popular urbana proporcionó el contenido naciona! Aunque también lsamitt estudió y coleccionó extensamente
del poema sinfónico La voz de las calles ( 1919-1920) , que esta la música indígena araucana, su estilo de composición revela
basado en los típicos gritos callejeros de los buhoneros de San:­ dos tendencias diametrlllmente opuestas, una asociada al nacio­
tiago. Fragmentos melódicos de tales pregones sirven como, �ase nalismo musical; la otra, al expresionismo abstracto y al dode­
para el material temático. Elementos abi�rtamente folklo:icos cafonismo. Su interés nacional como compositor no se limitó a
corren a través de las doce Tonadas de caracter populctr chileno la música indígena, sino que se extendió también a la mús_ica
para piano ( 1918-i922) , seis de las cuales fueron orquestadas folklórica mestiza. En su artículo "El folklore en la creación
en 1925 y en 1953. ( Varias de estas piezas fueron estrenadas artística de los compositores chilenos", se refiere a algunas de
en Francia por Ricardo Viñes en la década de 1920) . Una tona­ sus obras en las cuales las manifestaciones musicales araucanas
da es una sencilla canción folklórica de calidad lírica, general­ y huilliches "criollas" se integran de varios modos. Afirma asi­
mente en compases de 6/8 ó 3/4. Allende armonizó tales aires mismo:
de una manera soberbia al modo impresionista, aunque mante­ Con las obras de Allende y Lavín que evidencian un
niendo el ritmo libremente fluyente de la melodía original, aprecio comprensiblemente alto de las fuentes folklóricas,
como puede verse en la Tonada N9 5, por ejemplo la literatura musical chilena elevó su significación artísti­
El indigenismo musical fue proseguido en Chile 1:1-uy not�­ ca abandonó la limitación a los procedimientos clásicos
blemente por Carlos Lavín ( 1883-1962) y Carlos Isamitt ( 188)- y 'románticos, extendi6 el espacio de sus conte�i�os es�i­
1974), ambos compositores y etnomusicólogos. Lavín, aunque rituales y sus recursos técnicos ( formal�s, , armo01cos, 7i�­
autodidacta, tuvo la oportunidad de estudiar más tarde en París micos, de color instrumental) y termmo por adqumr
y en la Universidad de Berlín con von. �?rnbos�el. Durant� _su ciertas características de significación nacional 5'.
residencia en Europa ( 1922-1934) , visito archivos de musica
folklórica desde España a Rumania. Su propio trabajo de campo Así, el nacionalismo musical apareció para lsamitt como una
en Chile comenzó alrededor de 1910, principalmente entre los corriente liberadora, mientras que. para la mayoría de los com�
indios araucanos. Como integrante del Instituto de Investigación positores chilenos del siglo XIX ha representado una verdadera
de la Música Folklórica de la Universidad de Chile, dirigió el limitación. Las obras de Isamitt de más claros tópicos y ras.gas
archivo musical de la Universidad por muchos años. Escribió
ensayos sobre la música indígena y entregó artículos � las fl;lás 5. En Revista Musical Chilena, XI, No. 5 5 (octubre-noviembre
conocidas publicacionees europeas y a muchas enpcloped1as. 1957 ) , 30.

258 259
indigenistas o folkloristas incluyen el ballet El pozo de º:º Valencia, artista integral ( Cali: Biblioteca Vallecaucana, Exten­
· ( 1942) , Friso araucano ( 1931) Pª:ª . voces y orquesta� la Suite
sinfónica ( 1932) , Cinco cantos huilliches . ( 1945) , Mitos arau­ sión Cultural, 1958) . La historia de la música ecuatoriana ha
canos ( 1935) y numerosas obras para piano, como la �o�ata
sido estudiada sólo aquí y allá. Una reseña general: Segundo
"Evocación araucana" ( 1932) y Tres arabescos caracteris�icos _ Luis Moreno, "La música en el Ecuador", en J. Gonzalo Ore­
( 1946) . En estas obras, Isamitt recrea los aspectos esenci�les llana ( ed.) , El Ecuador en cien años de independencia, II ( Qui­
de la música folklórica o primitiva de Chile, _con pocas c� tas to: Imprenta de la Escuela de Artes y Oficios, 1930) , 187-276.
directas. Sin embargo, el estilo general se relaciona con el im- Una exposición histórica general sobre la música en el Perú :
presionismo post-romántico. Carlos Raygada, "Panorama Musical del Perú", Boletín Latino­
. . Americano de Música, II ( 1936) , 169-214. También es útil
Una atención esporádica a las fuentes musICales nacionales se
ha prestado por muchos compositores chil�nos que no h�n . ad­ Rodolfo Barbacci, "Apuntes para un Diccionario Biográfico
herido al nacionalismo como tal. Compositores neorromanticos Musical Peruano", Fénix, N9 6 ( 1949) , 414-5 10. Es comple­
o impresionistas, como Enrique Soro. ( 1884-1954) , Próspero mentado por Carlos Raygada, "Guía Musical del Perú", Fénix,
Bisquert ( 1881-1959) y Alfonso Leteher _( n. en . 1912) , se han Ne:> 12 ( 1956-1957) , 3 y sig.; Ne:> 13 ( 1963) , 1 y sig.; y Ne:>
remitido a menudo a fuentes locales. Aires chilenos de Soro 14 ( 1964) , 3 y sig. El ardculo de Rodolfo Holzmann "Ensayo
( 1942) para orquesta, Taberna al_ aman�cer ( 1922) , Procesi�n Analítico de la Obra Musical del Compositor Peruano Theo­
del Cristo de Mayo ( 1930) y Aires chilenos ( 1947) , de Bis­ doro Valcárcel", Eco Musical, II/6 (marzo 1943) , 22-33, pro­
quert, y la obra temprana de . Letelier La vida del campo porciona un análisis informativo de la producción de ese
( 1937) , son todas ejemplos pertmentes . . Y muchos otros com­ compositor. Enrique Finilla, "La Música Contemporánea en el
positores chilenos que más tarde se. ��ociaron. c_on otras tenden­ Perú", Fanal (Lima) , N9 79 ( 1966) , 17-23, es un panorama
cias estéticas y métodos de compos1C1on, escribieron algunas. de de compositores peruanos activos desde el comienzo del siglo
sus primeras obras bajo la influencia del nacionalismo musical. XIX. La música boliviana es expuesta por Atiliano Auza León,
Dinámica Musical en Bolivia (La Paz: Cooperativa de Artes
Gráficas E. Burillo Ltda., 1967) .
La música chilena del siglo XX ha sido estudiada bastante
NOTAS BIBLIOGRAFICAS ampliamente. Numerosos artículos sobre las instituciones mu­
sicales, compositores y composiciones, han sido publicados en
La música artística del área andina no ha sido estudiada la Revista Musí.cal Chilena, de la cual aparece un índice ge­
tanto .como la de otras áreas sudamericanas. La l)istoria de la neral en el N9 98 ( octubre-diciembre 1966) y Nos. 129-30
música colombiana en el siglo XX está ampliamente expuesta ( enero-junio 1975) . Una exposición general sobre la música
en José Ignacio Perdomo Escobar, Historia de la .. música e'f chilena desde 1900: Vicente Salas Viu, La Creación Musical
Colombia 3� ed: ( Bogotá: Editorial A.B:C., 1963 ) , y Andres en Chile 1900-1951 (Santiago: Editorial Universitaria S,A.,
Pardo Tdvar La cultura musical en Colombia ( Bogotá: Edicio­ 1952) . Un catálogo bastante amplio de obras musicales chi­
nes Lerner Í966) . Guillermo Rendón G. emprendió un estudio lenas se da en Roberto Escobar y Renato Yrarrázabal, Mús�ca ·
especial sdbre Uribe-Holguín, pu_blicado como "�aestros de · !ª Compuesta en Chile 1 900-1968 ( Santiago: Ediciones de la
música: Guillermo Uribe-Holgum ( 1880-1971) , en Boletin Biblioteca Nacional-Chile, 1969) .
de Música ( Casa de las Américas, La Habana, Cuba) , N9 5 0
( enero-febrero 1975) , 3-16; N9 5 1 ( marzo-abril 197 � ) , 2-2 ! .
Sobre Valencia, consultar Andrés Pardo Tovar, Antonio Maria

260
261
VII
EL SIGLO VEINTE:
BRASIL Y EL AREA DEL RIO DE LA PLATA

La fase temprana en el desarrollo del nacionalismo musical


· en Brasil y Argentina fue examinada en el Capítulo 4. En el
piesente capítulo trataremos la maduración de esta orientación
en ambos países, y en Uruguay desde alrededor de 1920 hasta
la década de 1940. Este fue el período durante el cual los
compositores brasileños, argentinos y uruguayos comenzaron a
producir obras de contenido nacionalista y significación inter­
nacional. Tres factores contribuyeron a este período de oro
del nacionalismo. Primero, una dinámica y variada cultura
popular y folklórica permitió un amplio espacio de expresiones
nacionales. Segundo, existieron durante ese período talentosos
compositores académicos que no sólo poseían una obvia · em­
patía_ por la música popular y folklórica de sus respectivos
países, sino que frecuentemente habían tenido contacto directo
con ella. Tercero, el establecimiento de instituciones y organi­
zaciones, tales como asociaciones, orquestas y conjuntos de
ballet y el apoyo de reparticiones gubernamentales, hicieron
posible para esos compositores el ser promovidos nacional­
mente, a veces internacionalmente. Hasta las condicione.s his­
tóricas de ese tiempo favorecían la doctrina del nacionalismo
político, especialmente con la dictadura de Vargas ( 1930-
1945) en Brasil y de Perón ( desde 1943) en Argentina. .
La significación internacional de algunas de la,s obras pro­
ducidas durante el período surge del propósito de crear un
estilo único, incorporando modernas técnicas europeas de com­
posición y reinterpretando elementos de la música nacional.
Por falta de una tradición utilizable en su propio pasado in-

263
mediato muchos de los compositores mencionados en este como en su estilo musical. Su inconformismo lo ayudó a lograr
capítulo' tuvieron que mirar de frente el siglo XX, 1;1 ás, 9-ue fuerza, originalidad y éxito.
seguir un desarrollo wad_u al y le1;1to. En las obras de mas ex: to, Una fase nacionalista de tipo folklórico representa el as­
los compositores no imitaron sim.ple;111ente los nuevos estilos pecto más original de la producción de Villa-Lobos, pero tam­
europeos, sino que trataron de a� imilar�os. . En el proceso . de bién revela universalidad artística a través de la creación de
selección tuvo lugar una escogencia cualttat1va natural, seguida elementos formales sugeridos por diversas tradiciones musicales
por una recreación y transformación de los modelos originales, populares. Una vez Villa-Lobos afirmó: "Yo soy folklore. Mis
de acuerdo a las condiciones y necesidades individuales. melodías son exactamente tan auténticas como aquellas que
se originan del alma del pueblo". Sintiendo tan estrecha aso­
ciación con la cultura popular brasileña, no es sorprendente
BRASIL que considerara el nacionalismo como un camino ineludible.
En su opinión, los lenguajes musicales de su pueblo eran "in­
No hay duda de que los compositores de música académica dispensables para un arte vital y genuino".
más importantes del Brasil, durante el período en examen, Frecuentemente ha sido exagerado el indigenismo en las
adhirieron al nacionalismo musical. Pocos de ellos, sin embar­ obras de Villa-Lobos. Es dudoso que tuviera un conocimiento
go, fueron capaces de trascender el aspecto folklorístico de la de primera mano de la música india, si bien viajó al Mato
corriente nacionalista. Así, muchos han quedado como creado­ Grosso y utilizó algunas melodías indígenas recogidas en viejas
res de importancia local. No obstante, al contrario de !as pri­ crónicas (v. gr., el relato de un viaje a Brasil en el siglo XVI,
meras tentativas de Levy y Nepomuceno, ellos recurrieron a de J ean de Léry) y en obras científicas modernas, tales como
expresiones de música folklórica más auténticas y no desdeña­ Rondonia de Roquette Pinto. Probablemente VJlla-Lobos captó
ron el repertorio urbano popular. lo inapropiado de la música amerindia como expresión de la
música nacional, pues permaneció fuera · de la corriente prin­
cipal de la música brasileña. Recurrió a la música indígena,
principalmente para evocar una visión total del Brasil y como
Heitor Villa-Lobos

Llamado una vez el "Rabelais de la- música moderna", Villa­ un elemento del exotismo que estaba tan en boga en la década
Lobos (1887-1959) fue el más creativo compositor latino­ de 1920.
americano de su generación. Extremadamente prolífico e ima­ Nativo de Río de Janeiro, Villa-Lobos se enroló a temprana
ginativo, , escribió alrededor 1e mil obras (si se incl�yen di�­ edad ·en los grupos de músicos populares conocidos en Río
tintos arreglos de muchas piezas) en todos los med10s y ge­ como choroes, al filo del siglo. Esta experiencia (él tocaba
neros. Su personalidad, su ca;r�r� y su prodt:1cc:Ión refl_ejª-11 d� gt:tit�rra) 1� proporcionó un conodmieoto práctico . de la música
di;e�sas · · maneras ra-sgos brasileños típicos como grandiosidad, popular urbana, que en ese tiempo se caracterizaba por im­
fogosidad, inquietud, falta de unidad orgá�ica: �fosig_ualdad y provisaciones y variaciones sobre sencillas melodías sentimen-:­
pomposidad, al lad?, de ot�as. tal_e,s como individualismo, . es­ tales asociadas a ritmos afro-brasileños. De su padre Raúl, buen
pontaneidad, se�ucc10n y. sof�s�1�ac1on. _A menud? �l compositor músico aficionado y funcionario ·de la Biblioteca Nacional,
dijo que para el la comp?s1c10n _musical _const1tu1a una n��e­ Villa-Lobos aprendió a tocar el cella, que estudió seriamente
sidad biológica. Esto n? so�� e�ph�a _su g1gantesc� producc10� , con Niederberger en el Instituto Nacional de Músi'c:a y que
,
sino también su aprox1mac10n mstmtiva a la mus1ea. A traves permaneció como su instrumento principal. Junto con la gui­
de toda su carrera rechazó el conformismo, tanto en su vida tarra, el cella recibe atención muy especial en algunas de sus

264 265
obras maduras. Su educación musical quedó como no ortodoxa, En febrero de 1922 tuvo lugar en Sao Paulo una "Semana
pues entonces , y _en su �ida _posterior �vi:ó la rutina de la . ins­ de Arte Moderno", con la participación de notables artistas
trucción acad_s!mica. Mas bien que limitarse a un ambiente e intelectuales como Mario de Andrade, Oswald de Andrade,
académico emprendió una serie de excursiones a todo el Brasil, Ronald de Ca�alho y Villa-Lobos. Este evento culminó con el
que duraron casi ocho años . Y que le �rajeron . un conocimiento establecimiento del modernismo, un movimiento que buscaba
,
de . primera mano de la rica herencia musical de las areas una renovación artística nacional, basada en el principio de
rurales, que iba a reflejarse tan fuertemente en sus obras. la adopción de las técnicas �1;llopeas �e vanguardia, e:3- las arte,:5,
Varios de sus apologistas han visto en esos viajes el descubri­ combinada con una promocion entusiasta de los topicos folklo­
miento por Villa-Lobos de la música del Brasil, a través de ricos brasileños. Tal principio había sido ya puesto en práctica
la compÍlación y estudio de la música folklórica de las diversas por algún tiempo, como dan testimonio las propias obras de
tradiciones. Pero aunque él puede haber coleccionado temas, Villa-Lobos: él ya había comenzado a utilizar argumentos n__?.­
su interés y adiestramiento no estaban por cierto científica­ tivos típicos en sus poemas sinfónicos y balle;s Uirap u_rú,
.<
mente orientados, como fueron los de Pedrell o Bartók. Como Saci-Pereré y Amazonas, todos de 1917) y �abia mtrod�e1do
en sus aprox1maciones a otras materias, su acercamiento a los .
sistemáticamente elementos rítmicos y armómcos de la musica
materiales de la música folklórica fue intuitivo. popular, así como m_elodías d� cantos infantiles en sus piezas
En el tiempo en que se instaló en Río de Janeiro, en 1913, de piano, como la primera serie de A Prole do Bebe,. ( 1918) y
Villa-Lobos había escrito unas cincuenticinco composiciones, Lenda do caboclo (1920), y en sus Cuartetos de Cuerdas Nos.
entre las cuales la Suite dos cánticos sertanejos ( 1910) parece 3 y 4 ( 1916-1917).
ser el orimer ejemplo de su elaboración de material temático En 1923 Villa-Lobos fue a Europa, pero antes escribió una
derivado de las fuentes musicales folklóricas. Esa · y otras obras de sus más características obras nacionalistas, Nonetto -sub­
tempranas, como la marcha Pro Pax para banda, la Suite po­ titulado "Impressáo rápida de todo o Brasil" (" �ápida imp:e­
pulaire brésilienne para guitarra y las óperas Aglaia-Izaht y sión de todo Brasil)- para flauta, oboe, clarmete, saxofon,
Elisa (ambas fueron refundidas en Izaht) , muestran el eclecti­ fagot, arpa, piano, coro mixto y percusión. Además _de celesta,
cismo del compositor. En noviembre de 1915 varias de sus timbales, triángulo y otros instrumentos convencionales, la
composic10nes fueron presentadas en un concierto público, va­ parte de percusión exige instrumentos �r�sileños típicos como
rias piezas de piano, el Trío de Piano N<? 1, la Sonata N<? 2 chocalhos (cascabeles de madera o metahcos), p1'ato de loufa
para violín y piano y varias canciones. Siguieron otros con­ (plato de comer), . reco-reco (güiro), coco (µ�. P.ª} de cues�os
ciertos. Su música pronto llegó a ser controvertida. Algunos de coco seco) y cuíca o pinta , (tambores de fricc10n). Aludida
críticos la elogiaron altamente mientras otros la menospreciaron por el mismo Villa-Lobos como "una nueva for;11a de co;11po­
abiertamente. Gracias a la presencia de Darius Milhaud en sición que expresa la atmósfera sonora del . Br�sil y s1:1s ritmos
más originales", N onetto revela una obvia mfluencia de la
Río, durante los años de la Primera Guerra Mundial, Villa­ música popular urbana de la época, especia�ente en su ca­
Lobos se familiarizó con la música de Debussy y de los "Seis". rácter rítmico y las mezclas de color que mvolucran .a los
Aunque ignorante todavía del estilo temprano de Stravinsky, instrumentos de viento madera. La escritura claramente contra­
él había desarrollado por entonces una actitud estética más bien puntística, así como las distintas imitac�on�s por los instru­
antirromántica, de la cual (y de la tendencia a la inestabilidad . mentos de viento madera de . motivos ritmicos fragmentados,
tonal de sus obras) se originaba la reacción controversia! hacia podrían ser interpretados como una sutil estilización de la
sus obre.s. naturaleza improvisatoria del chóro (ver p. 278).
266 267
Algunas figuras rítmicas recurrentes de Nonetto que se re­ parcia:! conformidad con la estética "commonplace" de los mú­
lacionan con la música popular se dan en la Figura I. El si�o.s parisienses de la d�cada de 1920. Por otra parte, algunos
Ejemplo 7- 1 ilustra la sincopación obtenida exclusivamente crltlcos parecen haber sido anonadados por la prodigalidad de
a través de medios melódicos en el tango Arreliado del com­ la personalidad artística de Villa-Lobos. Schmitt se refirió a él
positor popular Ernesto Nazareth. El mismo recurso se observa como " ¡un casi dios con ojos ardientes y dientes de cocodrilo! ".
en la parte de arpa del Nonetto de Villa-Lobos (Figura I [7} ) ,
aunque allí la fórmula aparece sólo en las partes débiles del
tiempo. Particularmente dignas de atención en la recreación de
EJEMPLO 7-1 Ernesto Nazareth, Tango Arreliado ( inédito ) , c. 1-2.
ritmos brasileños "originales" son todas las variantes que in­
volucran la figura fundamental con punto, la sincopación de la
figura J7;J y las diversas combinaciones de ritmo cruzado.
Este predominio rítmico también caracteriza el material me­ EJEMPLO 7-2 Heitor Villa-Lobos, Nonetto: motivo inicial, c. 1-2.

a
lódico, como lo muestra el motivo inicial del saxofón (Ejem­ Copyright por Editions Max Eschig, París. Cedido a Associated Music
plo 7-2) . A través de toda la obra predomina la técnica de la Publishers, Inc. Utilizado con autorización.
fragmentación �elódica, permitiendo al compositor subrayar
,
elementos ntm1cos y efectos sonoros. Las voces son usadas
Moderato (J = 56 )
c?m? un timbre �ñ�dido . en el · conjunto, de un modo impre­
Sax ophone

s10msta bastante t1p1co (mcluyendo bocea chiusa, glissandos y i Q I j,


t;\

'i3 .QJ]¡ffil
dinámica graduada). Verdaderamente, Nonetto es uno de los
más tempranos ejemplos de los audaces experimentos de Villa­ La década de 1920 fue un período de intensa producción
Lobos con timbres y medios y a veces :recuerda a Debussy creativa para Villa-Lobos. Escribió entonces · algunas de sus más
y al. te�prano Stravinsky. Las armonías son también muy im­ c�lebradas piezas para piano, más la serie de Chotos y las can­
presionistas, con acordes alterados, formaciones por cuartas y e1ones de Serestas. Aunque era cellista y guitarrista, su escritura
quintas, pedales frecuentes y paralelismo. El uso de "clusters", es muy pianística y completamente variada en estilo. Sus obras
sin embargo, revela la búsqueda de Villa-Lobos de nuevas com­ de piano incluyen las tres series de A Prole do Bebé (La familia
binaciones sonoras. del Bebé; el manuscrito de la tercera colección se ha perdido) ,
Mientras en Brasil las primeras obras de Villa-Lobos habían el Carnaval das crianfas brasíleiras, las Cirandas y Rudepoema,
levantado resistencia por su audaz falta de convencionalismos, todas consideradas sobresalientes realizaciones en la literatura
ellas fueron enteramente bien recibidas en París alrededor de de piano del siglo XX. Como opuestas a las obras de piano
1925, pfiiicipaln:ier:ü:e en los círculos de vanguardia, y pronto de la d.écacla de 1910, eh las diales la iriffüencia . der estilo
llegó a ser uno de los compositores más destacados. Los con­ impresionista es nítida, las de la década del 20 son estilística­
ciertos de sus obras, en 1924 y 1927, lograron un enorme re­ mente no calificables. Aunque basadas en rasgos impresionistas
conocimiento. Henry Prunieres, Florent Schmitt y el crítico como glissandos, armonías para:lelas, modalidad y pentatonismo,
musical Clarendon proclamaron, aunque en diferentes términos, éstas son más complejas e incorporan crecientemente forma­
la singularidad del estilo del compositor. Muy probablemente, ciones de acordes disonantes y complicaciones rítmicas, y un
el carácter espontáneo e improvisatorio de algunas de sus obras uso más amplio de las posibilidades colorísticas del instrumento
y su iaturación con elementos nacionales, parecieron estar en junto con terribles exigencias técnicas virtuosísticas. El pianista

268 269
Ard;mr Rubinstein, que visitó Brasil en los primeros años de EJEMPLO 7-4 Heitor Villa-Lobos, A Prole de Bebé No. 2: "A baratinha ·
la década del 20, estrenó la primera colección de la Prole do
Bebe en 1922, y más tarde incluyó en su repertorio muchas
de papel", c. 1-12. Copyright 1927 por Max Eschig & Cíe, Editeurs.
de las obras del compositor, llamando así la atención del mundo
Utilizado con autorización.
hacia su música. Escrita en 1918, la primera serie contiene ocho
piezas de muñecas, cada una basada en una canción infantil.
Está representado cada tipo étnico de muñeca ( blanca, morena,
Quasi lento ¡J = 76 )

cabocla [mestiza brasileña], mulata y negra) . La más conocida


presque lent
V V . V
V V V

.'!:JI
V

de las series, O Polichinelo, es un ejemplo temprano del efecto


V V

,;f..;•
"bitonal", semejante al de Petrushka ( uso de teclas blancas
,J,,;,,..
,f�
o)
1:J; ,f>ll* 1J>II "'

contra negras) , típico de la música de piano posterior del com­


__@
"!/' p

positor ( Ejemplo 7-3) . A Prole do Bebe N9 2 ( 1921) trata


..

de animales de juguete; es técnicamente más· audaz que la pri-


5
V
" V V
.EJEMPLO 7-3 Heitor Villa-Lobos, O Polichinelo, mm. 1-2. Copyright
V V V V
V
V

por Ediciones Max Eschig. Utilizado con autorización.



o.1 :f.,.11 " 1f> ll..,. 1f>Plli' · ,j� - if>'" 1:f-,.l!* 1-J>II " ''Í> r" rj

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V V

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o)
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cresc.

mera serie y está mucho menos bajo las tempranas influencias -


-

francesas. Las nueve piezas de la colección son nacionalistas,


:

-
pero de modos muy sutiles. Las piezas A baratinha de papel
( "El insecto de papel") y O boisinho de chitmbo ( "El bueycito
de hojalata") pueden servir de ilustración. Un ostinato en los
10 V V V V V V V
A V V

primeros compases de la primera pieza revela una ingeniosa oJ rf> � - rf>�..,¡. l'J> ll* 1:/>#it rf> .,,..,,. rfi..f* rf>-P-.t rJ.,.T*
invención del compositor ( que posteriormente usó a menudo) :
,f.,. �

una figuración asimétrica entre las notas blancas · y negras del


e molto affret:
>

piano ( Ejemplo 7-4) . Cada patrón de cuatro notas enfatiza un
> > > > > > > > > > > > >

uso distinto de las teclas blancas y negras. En el primer patrón,


'----3

la primera, tercera y cuarta notas corresponden a las teclas


blancas y la segunda a una tecla negra. En el segundo patrón,
la distribución es distinta: tedas blancas para la segunda y

270
271
terc¡;ra notas, teclas negras. para la primera .Y la _cuarta,- _Aunque variedad de estados de ánimo - resultado probablemente de
,
esta asimetría no se extiende a la relac10n rntervah�a, ella la intentada descripción de Rubinstein, "el verdadero autor de
afecta al ritmo a través de casi toda la pieza. La hábil acen­ la obra". La magnificencia sonora es tal que puede decirse que
tuación cruzada de esos patrones pone de relieve el cará��er Rudepoema ha sido "orquestada" para el piano. Los audaces
popular de la pieza. Si nosotros anotamos la acentuac10n, experimentos con timbres de Villa-Lobos encuentran aquí uno
�-.
n 'f . � :¡
'
hacemos de inmediato la asociación, pues la
1 de sus más felices ejemplos. Una textura bastante densa, que
comprende combinaciones de motivos melódicos, figuración
figura resultante es dpica del acompañamiento rítmico de . II:u­
chas danzas populares brasileñas, tales como la _po�a brasilena, virtuosística, repetidos acordes basados en cuartas y numerosos
la maxixe y el choro. El sabor local penetra asimismo el tema pedales, contribuye al carácter colorístico de la obra. Los efec­
principal (bajo el �stinato), no sólo a causa de su estructura tos colorísticos especiales incluyen glissandos aplicados a cual­
rítmica sincopada, smo a causa de su contorno, que se c�rac­ quier intervalo y complejas estructuras de acordes (con saltos
teriza por un motivo cromático inicial y por notas repetidas. de dos o tres octavas), notas de adorno y armónicos. Los Ejem­
Debería llamarse la atención a la repetición de una fig�a, en plos 7-6a y b ilustran el uso de los armónicos: la nota no
disminución progresiva, en los compases 10 a 12 del EJemplo percutida y sostenida (Re sostenido) vibra simpáticamente
7-4 a causa de su recurrencia en tantas otras obras. cuando se toca la quinta más baja (Sol sostenido). Los "clus­
Desde un punto de vista pianístico, O bofsin_ho de chumbo ters" en dinámico crescendo con los armónicos crean un timbre
requiere un ejecutante experto tanto en 1� tec;1i�a como en la singular.
interpretación. Hay muchos casos de . pasaJes rapidos de esca!as
en intervalos distintos, efectos de ghssando, grandes saltos m­ EJEMPLO 7-5 Heitor Villa-Lobos, A Prole do Bebe No. ·2 : "O boisinho
terválicos en octavas y uso de los espacios extremos 1el teclado, de chumbo", c. 6 3-68. Copyright 1 927 por Max Eschig & Cie, Editeurs.
así como complicaciones rítmicas e indfcaciones �e1;culosas �e Utilizado con autorización.
dinámica. El compositor crea una atmosfera brasilena a traves
de ostinatos rítmicos con figuras sincopadas características Y s------,
Grandeose ( J.= 60)

u n motivo cromático descendente, con una flexibilidad rítmi�a


s-- ---- ,
. b =----- �
b ::,:.-...�---
que recuerda la ejecución de _ la música popula!. La evocac10n
programática del buey es realizada por una calld�d sonora pe­
sada en toda la pieza, derivada de densas formaciones _de �car­
des, densas figuraciones (glissandos, adornos) y un musitado
uso expansivo del ámbito del piano, lo revela claramente el
"grandioso" de la sección final de la obra (Ejemplo 7-5).
Muchas de las técnicas y rasgos · presentes en A Prole do
Bebe N9 2 son vastamente amplificados en Rudepoema (1921-
1926), indudablemente una de las obras_ más co:Ilplejas, t�nto
técnica como estéticamente, de la literatura de piano del siglo
XX. Dedicado a Arthur Rubinstein y pensada como un retrat?
,
del pianista, esta larga o�ra crea a ,v�ces u°:a atmosfera pri­
mitiva a través de sus ostmatos larguisimos, disonantes y estre­
pitosos. Pero la complejidad de la obra surge de la fenomenal

272
273
� n ( n__n ) ¡ .ri_n__r:r-1
( 1) Figura "Habanera"
( presente en el tango,
65 maxixe, samba, chOro
brasileños)
"
'

f
( 2 ) Síncopa
"Afro-americana"
Jn
(3) Cf. la parte ¡--4 J. J. �n n
tt ut u7ru.u
de piano,
1

J referencias
Nos. 2 y 13 F f f fé f F f
J J J J J :J J J J J J J
b .--.... (4) Variadas combinaciones
rítmicas con ritmos r e e rr: r e í
cruzados involucrando piano,

r:.::::"J----_
b >.._,, .:_____
arpa, celesta y viento-maderas.
Cf. referencia No. 2 ¡J
E= ==E==F==F E= ='==f=F
( 5 ) Figura sincopada por
acentuación. Güiro
y sonajillas. Referencia
No• . 6

( 6 ) Doble y triple combinado.


Cf. parte de piano,
referencia No. 13

a (7 ) Ejemplo de sincopación obtenida exclusivamente


>-'-
8'} abaixo. ! por medios melódicos.

A pesar de su heterogeneidad de contenidos, Rudepoema se


apoya en relaciones temáticas y rítmicas para obtener unidad.
Varios temas aparecen a través de todas las siete secciones
de la obra, sirviendo cada tema como elemento unificador. El
material melódico no posee la calidad lírica generalmente aso­
-ciada con las obras de Villa-Lobos; más bien predominan mo­
tivos breves, de _ extensión estrecha y a menudo cromáticos. FIGURA 7-1 Algunas de las figuras rítmicas asociadas a la música
Esos motivos tienden a caracterizarse por su figuración rítmica popular en el Nonetto de Villa-Lobos.
274
275
X algu nos recuerdan aires populares. o fo!kló;icos. La imagina­ algu�as figuras rítmicas interrelacionadas se repiten en varios
ción de Villa-Lobos al idear una umdad ntmica dentro de cada pasa1es. ):
sección y diversidad entre las secciones es digna de elogio. Se i
Si el sabor local de Rudepaema es mínimo, las dieciséis 1¡
podría considerar el ritmo como el principal factor estructural ¡
,J,
piezas para piano Cirandas ( 1962 ) son abiertamente naciona­
de Rudepaema. Varios patrones rítmicos aparecen como unida­ listas. Cada pieza está construida sobre una canción popular
des estructurales en las siete secciones principales. Además, infantil, cuyo tratamiento varía desde la simple reproducción
( como en "Xo, xo, passarinho" ) o la ligera alteración ( como
EJEMPLO 7-6 Heitor Villa-Lobos, Rudepoema: ( a ) c. 2 69-74; ( b ) en "Therezinha de Jesus" o "Passa, passa gavia.o" ) a la modi­
c. 2 79-86. Copyright 1 928 por Editions Max Eschig. Utilizado con au­ ficación substancial ( como en "'A procura de urna agulha" ) .
torización. Muy pianístico, rico en color y "espontáneamente brasileño" 1,
este ciclo es considerado por muchos, en Brasil, como la obra
(a) maestra para piano de Villa-Lobos. El atractivo de Cirandas
269 *1. ' '
está no sólo en el seductivo tratamiento de las rondas de niños,
sino también en los originales procedimientos rítmicos y ar­
l'r-
1

� ',.$f--- ,¡-� M" r r ' ''. : : '. ,, ' ' ' mónicos del compositor. "Therezinha de Jesus", por ejemplo,
..
cresc. poco a poco ,,.
_
* tiene un acompañamiento uniformemente sincopado de prin­
cipio a fin, muy atractivo en su sabor popular ( Ej emplo 7-7 ) .
"Xo, xo, passarinho" enfatiza los efectos percutientes y la

8ªbª -------- ------- -----------. -- ------------ . ------ ----------- "I -- ')-'


�- "" "" . "· . . . "· . . . "> " "

graciosa armonización impresionista, acrecentados por muelles


lP 1

l

*) gP Baissez la touche sans articuler figuras con doble punto que acentúan los acordes de apoyatura.
(b)
EJEMPLO 7-7 Heitor Villa-Lobos, Cirandas: '.'Therezinha de Jesus",
279
c. 1-4. Copyright Casa Arthur Napoleáo.

Quasi moderado ( J = 84)

�------------------------
J(:> :,. :,. :,.
""'s�---------- - ·----------- ----
t;\
' ,.,. 285 .... ..., :/

,..
" y y � 1 l 1
(Conservez toujours les touches du ré#)
1 • 1

1 ...... Su monumental serie de dieciséis charos ( contando lntro­


: . dufaa aas charos y Choras bis) es, sin duda, la más valiosa
--... t:\ .... 1 .....

u�z___y------ *-- je-------


8ªb ------- ----- ------- ---------- - -------------------
ª
"*-
- - -- - - -- --­ contribución de Villa-Lobos al nacionalismo musical en Brasil.
_______ ,11

l. Vasco Mariz, Heitor Villa-Lobos, Brazilian Composer ( Gaines­


ville : University of Florida Press, 1963 ) , p. 54.

276 277
. 1
El vocablo choro tiene varios significados en la música popular . los nativos brasileños, así. como en las impresiones psico­
brasileña. Genéricamente, significa ejecución de música de con­ lógicas causadas por ciertos personajes populares, extre­
junto en un contexto urbano, con una marcada preferencia madamente originales y notabilísimos. Charos N9 1 fue
por destacar a un solista respecto del resto del conjunto. Es­ deliberadamente escrito como si fuera un producto ins­
pecíficamente, el término se refiere a los conjuntos de músicos tintivo de la ingenua imaginación de esos personajes
que daban serenatas (choroes), que se desarrollaron durante musicales populares, para servir meramente como punto
el último cuarto del siglo XIX. En esa época, el conjunto de partida y ampliarse gradualmente más tarde, en su
instrumental comprendía por lo general flauta, clarinete, figle, forma, técnica, estructura y género 2•
trombón, cavaquinho (instrumento parecido al ukelele), gui­
tarra y unos pocos instrumentos de percusión (en especial, Aunque esa "nueva técnica" nunca fue explicada por Villa­
pandereta). El repertorio de tales conjuntos consistía principal-. Lobos, su intención estética estaba vinculada a la glorificación
mente en danzas de origen europeo, y ellos actuaban en las de su país, a través de una recreación subjetiva de las músicas
festividades populares. Para las serenatas, la función de la banda del Brasil. Sus propias descripciones programáticas son en su
era acompañar canciones sentimentales, del tipo de la modinha, mayor parte abstracciones o comentarios simplemente círcuns­
ejecutadas por un solista. En el siglo XX, el choro o chorinho tanciales de la exótica naturaleza de la música de_ Brasil en
llegó a ser una forma musical popular compuesta y una danza beneficio de los auditores extranjeros no informados de la dé­
estrechamente relacionada con danzas típicas urbanas, tales como cada de 1920.
la maxixe y la zamba. Esas danzas presentan todas los mismos Los Nos. 1, 2, 4, 5 y 7 de los Charos revelan algunos aspectos
patrones rítmicos (figuras binarias sincopadas), pero se dis­ de los conjuntos musicales populares al filo del siglo XX,
tinguen unas de otras por el tempo. La verdadera originalidad mientras que los Nos. 3 ( Pica-pau, "Pájaro carpintero"), 6, 8
del chóro, de los años 20 y 30 (los de Pixinguinha y Lacerda, y 10 recurren en forma parcial a la primitiva música folklórica
por ejemplo), reside en la improvisación virtuosística por los indígena o mestiza ("caboclo"). Los números 5 y 10 puéden
ejecutantes de variaciones instrumentales y en el imaginativo servir para ilustrar los diferentes estilos cultivados por el · com­
contrapunto que de ello .i;esulta. positor en esta colección.
Inspirado por la base nativa del choro, Villa-Lobos escribió Choras N9 5: subtitulado "Alma brasileira", para piano solo,
su serie entre 1920 y 1929, durante un período de experimen­ proporciona la mejor caracterización de la Ínúsic-a familiar
tación que fue consecuencia de su contacto con las nuevas de serenata del choro popular. La calidad lírica y expresiva de
corrientes estilísticas europeas. Pensadas para los más variados esta pieza proviene desde su base de la modinha, esa clase de
medios, desde solo de guitarra (Choras N9 'J ) a gran orquesta canción sentimental cultivada, como lo hemos visto, en los
y coro mixto ( Choras N9 1 O) u orquesta, banda y coro (Cho­ siglos XIX y XX por compositores portugueses y brasileños.
ras N9 14 ) , las obras despliegan poca unidad dentro de la
Durante el segundo imperio en Brasil, la modinha adquirió el
serie. Sus únicos rasgos comunes implican manifestaciones mu­ carácter de una aria de ópera italiana, y algunos de sus aspectos
sicales de distintas tradiciones culturales populares y primitivas, llegaron a ser identificados como "nacionales" por los compo­
y esos materiales, por otra parte, están tratados diversamente. sitores populares, v.gr., ornamento de la línea vocal y uso fre­
En · un estudio multigrafiado sobre la serie, Villa-Lobos escribió cuente de 1� secuencia melódica. Aunque en las primeras co-
la siguiente observación:
Los Choras fueron escritos de acuerdo con una nueva téc­ 2. Reproducido en Villa-Lobos, sua obra, 2:¡i.. ed. ( Río de . Janeiro:
nica especial basada en las manifestaciones musicales
·'
de Musen Villa-Lobos, 1972 ) , p. 1 98.

278 279
lecciones im,rresas de modinhas, que d!tan de la . década d� Choros NP 5 tipifica el repertorio de tipo dancístico de los
1790, se indica una clave c��o acompanan�e,. la gmtarra llego choróes, con característicos patrones rítmicos populares de igual
ser el instrumento mas t1p1eo de los mus1cos de serenatas. naturaleza que los de Nonetto.
Villa-Lobos sacó el máximo provecho de esta asociación, como Choros NP 1 O ( 1926) , subtitulado "Ras¡ga. o cora�!lo"
1

la figura de acompañamiento de la sección A, con su para­ ( "Desgarra mi corazón") , proporciona un buen indicio del
e mo en acordes de sexta, semejantes a los de guitarra, y la
f�is estilo nacionalista maduro del compositor. Escrito para gran
c Iidad ondulante de su ritmo ( Ejemplo 7-8) . La figura del orquesta ( que incluye una imponente sección de percusión con
�ompañamiento simboliza la tristeza ( "dolencia") , de acuerdo instrumentos brasileños típicos) y coro mixto, esta obra re­
�on la indicación d� la parti�1-;ra, � e� tema prin�ipal debería presenta la más exitosa integración por Villa-Lobos de elemen­
er "vago" en su mterpretac10n ntm1ea, pero bien separado tos musicales locales con progresistas técnicas contemporáneas.
del acompañamiento. "Lo más interesante en este Choros", ha En sus notas del programa para la obra, Villa-Lobos escribió:
"la variedad de los pájaros -rica en número y especies- que
existen en todo Brasil . . . sirvió para algunos motivos del Cho­
EJEMPLO 7-8 Heitor Villa-Lobos, Choras No. 5: "Alma brasileira", ros NP 1 O". Identificó el motivo inicial de la flauta como una
c." 1 -4. célula del canto del pájaro conocido como "Azula.o da mata".
Toda la primera sección sugiere una serie de impresiones des­
criptivas de la vastedad, majestuosidad y riqueza del país bra­

�,���
sileño. Motivos pentatónicos y otros "primitivos" ( esto es de
q F[}
P -==
ámbito estrecho) , sostenidos por armonías ricas, disonantes y
paralelas con largos pedales ( como notas sostenidas y repeti­
das) y timbres variados, dan a la sección un inequívoco exótico
carácter impresionista. El motivo principal, que . reaparece en
la última sección de la obra ( Ejemplos 7-9 a) , es descrito por
>

,:!,
>

> 5-
EJEMPLO 7-9 Heitor Villa-Lobos, Charos No. 1 0: "Rasga o corai;ao"
(a) motivo principal, c. 62-63; ( b ) motivo cromático, c. 89-90. Copy- ,
right 1928 por Editions Max Eschig. Utilizado con autorización.


fmurm '
11rando e bem rythmado (a) >
·o

dicho el compositor, son las cadencias rítmicas y melódicas,


-- -- __ ;

irregulares dentro de un compás de 4/4, que dan la encubierta


impresión de rubato o de una ejecución melódica retrasada, lo
que es precisamente 3la más interesante característica d� los
músicos de serenatas" • La contrastante sección intermedia de
3 . Ibid., p. 200.

280 281
• el compositor como "una mezcla de melodía pnm1t1va y can­ utilizadas como un instrumento colorista (más en evidencia
ción pentatónica de los indios brasileños". Análogamente, se aquí que en Nonetto y en Charos N9 3 ) y para cumplir una
identifica el motivo cromático que se repite a través de toda función esencialmente rítmica; material temático fragmentario
la última sección como imitación de los quietos cantos de los imitados en los registros extremos de los instrumentos; doblajes
bdios parecís del Mato Grosso. instrumentales en varias octavas; efectos especiales como glis­
�a últim� sección de Choras N9 1 O, que exige coro mixto; sandos en armónicos en cuerdas divididas y sistemáticas .dobles
esta concebida como un colosal crescendo con clara intensidad cuerdas, que a menudo producen un impacto disonante o poli­
primitivista. Los motivos anteriormente mencionados sirven tonal.
com� ostinatos melódicos de tal insistencia y extremo vigor El título de "Bachianas Brasileiras" (siempre en plural) . se
rítmico, que pronto alcanzan un nivel de obsesión hipnótica. aplica a una serie de nueve obras escritas entre 1930 y 1945.
El uso de voces que gritan un 1;exto consistente en sílabas Villa-Lobos se refirió a esta colección como "una clase de
y vocalización sin significado literario pero de fuerte efecto composición musical en homenaje al gran genio de Juan Se­
onomatopéyico ("Ja-ka-ta ka-ma-ra-ja" y "Ta-ya-po ka-ma-ra-jo" bastián Bach". Concebidas como suites (en el sentido barroco
cambiando las diferentes vocales y creando un contrapunt� de una secuencia de danzas), fueron inspiradas por Bach, a
ásombrosamente complejo), acrecienta el frenético carácter rít­ quien Villa-Lobos consideraba una fuente universal de la mú­
�i�o de la sec�ión. Para ,':7"illa-Lob�s, la onomatopeya sirve para sica y el "intermediario entre todas las culturas". No fueron
imitar la atmosfera fonetlCa del lenguaje de los aborígenes". pensadas como una estilización de la música de Bach, sino más
En contraste con el "salvaje" martilleo de los ostinatos vocales bien como una adaptación de ciertos procedimientos contra­
se introduce una melodía lírica y sentimental extraída de l; puntÍsticos barrocos a fa música folklórica y popular brasileña.
popular modinha Rasga o cora�ao (de Anacleto de Medeiros Ellas, sin embargo, no deberían ser interpretadas como que
con texto de Catulo da Paixao Cearense, uno de los más desta� reflejan una tendencia a volver a Bach o como una posición
cadas poetas populares de Brasil) 4. De este modo la síntesis neoclásica de formalismo y objetividad. En realidad, como
de �as tradiciones musicales populares de Brasil a que el com­ correctamente observa el compositor chileno Juan Orrego-Salás,
positor alude como uno de los propósitos de los Charos, se toda la diferencia estilística entre las Bachianas y los Charos es
cump!e bien aquí. En complejidad armónica, Charos N9 10 no leve. Orrego-Salas señala que:
es comparable al N<? 11, principalmente a causa de los fre­ " . . . las semejanzas son abundantes. Ellas podrían resumir­
cuentes pedales. Sin embargo, la politonalidad y los "clusters" se de la siguiente manera: frecuentemente en las Bachia­
se des.tacan y _ predo�ina el elemento rítmico, con múltiples y nas, como en los Charos, el elemento vernáculo interviene
complicada_s s10c��e10:1es y grupos de . ritmos cruzados que con mucha fuerza; en el ciclo completo de ambas ex­
crean t:>aSaJes pohrntmicos. La orquestacion , de Villa-Lobos en
presiones, vemos la misma variedad de medios · aplicados
esta obra es bastante típica también de otras obras suyas: voces - que van desde las composiciones escritas para instru­
mentos solistas hasta aquellas escritas para una combina­
4. En su libro A Glória escandalosa de Heitor Villa-Lobos ( Rfo de ción de orquesta y voces; y la amalgama de las estéticas
Janeiro : Livraria Imério Editora, 1 960 ) , el escritor reaccionario europea y brasileña (folklore) 5 •
Carlos Maul denuncia plagio, porque el nombre del compositor
popular no fue dado a conocer en la partitura ( con lo cual re­
vela ignorancia de las seculares prácticas de la parodia, la pará­ 5. Juan A. Orrego-Salas, "Heitor Villa-Lobos 'Man, Work, Style' ",
frasis y el cantus firmus) . Inter-American Music Bulletin, No. 52 ( marzo 1 966 ) , 27.

282 283
:{.as piezas exigen los siguientes medios para la ejecución: malista (tales como "preludio", "introducción", "aria", "fanta­
N9 1 (1930) 8 cellos; N9 . 2 ( 1930) orquesta; N<? 3 ( 1938) sía", "fuga" ) y otras claramente nacionalistas ( tales como
piano y orquesta; N<? 4 ( 1930-1940 ) piano (versión orques­ "embolada", "modinha", "choro" y "el trencito de la caipira".
tal, 1941) ; N9 5 (1938-1945) voz y orquesta de cellas; N9 6 Cada movimiento tiende a estructurarse en la forma ABA, con
(1938) flauta y fagot; N9 7 (1942 ) orquesta; N9 8 (1944 ) la primera sección (A) generalmente más elaborada que la B.
orquesta; y N9 9 (1945 ) orquesta de cuerdas y voces. Aunque En razón de la variedad, se agregan algunos episodios a las
una variedad similar de medios se presenta en verdad en los secciones A y B, pero sin alterar básicamente la forma tripar­
Choras, las Bachianas rev!:lan ciertos artificios estilísticos au­ tita 6• La armonía es más bien clásica y vigorosamente tonal,
se�tes de cualquiera obra anterior del compositor. En ellas, con séptimas, sextas o cuartas agregadas y uso frecuente de
Villa-Lobos parece buscar la universalidad de la música de notas de paso y anticipaciones. Las disonancias ocurren, pero
Bach a través de la asimilación de su vitalidad. Tal propósito no tan frecuentemente como en los Choras. Patrones rítmicos
podría parecer presuntuoso o inconsecuente, pero en realidad irregulares en los movimientos rápidos y moderados tienden a
el compositor sentía que existían claras afinidades entre c1ertos dar énfasis al carácter nacional de las Bachianas. Son notables
proce?i�ientos ;�ntrapuntísticos y rítmicos de Bach y los de los experimentos colorísticos en esta colección ( así como en los
la musica folklonca y P?J?�lar bra_sileña. Aunque esto pueda Choras) , en particular efectos especiales de cuerdas y de voces
parecer exagerado, la mtu1c10n de Villa-lobos no era infundada. y asociaciones orquestales programáticas (por ejemplo, «el
La música instrumental popular brasileña en su carácter im­ trencito de la caipira" de la Bachicmas N9 2) .
provisatorio exhibe una independencia melódica considerable Las Bachianas Nos. 1, 2 y 5 son las más conocidas del ciclo.
con temas constituidos por notas repetidas y figuraciones de acor� La número 1, para orquesta de cellos o un mínimo de ocho
des quebrados, y una fuerte base armónica funcional. Además cellos, ejemplifica la singular amalgama estilística. Los prime­
lo que es más importante, muchas clases de danzas afrobrasileña� ros compases de la Introducción (titulada también "Embolada" )
comparten el típico sentimiento rítmico de los movimientos revelan el aspecto nacional del estilo, a través de vivos y repe­
rápidos de Bach, en especial los de sus obras instrumentales tidos patrones rítmicos con particular énfasis en los tiempos
que están basados en una pulsación constante (de tipo corchea) . débiles r:r, ffl :¡ . Esos patrones están relacionados
Para dar solo un ejemplo, la parte de flauta de la sección
"Badinerie" de la Obertura N<:> 2 en si menor de Bach (BWV con los de la embolada (una forma de danza popular y un tipo
1067) presenta un contorno melódico (dirección descendente binario de canción ) , pero interrumpido por las pausas. Notas
n�tas repetidas ) , un ri�mo de pu!sa.ción y hasta un desplaza� agregadas y alteraciones modernizan las armonías. El tema prin­
cipal (Ejemplo 7-10) muestra uno de los tipos melódicos favo­
miento de la fraseologia en los ultimos compases del pasaje, ritos de Villa-Lobos, una extensa y dinámica línea, en la cual
que comúnmente se encuentran en la música popular brasileña.
En__todo ; caso, Villa-Lobos conquistó aplauso internacional con un comienzo con acordesde la frase abre camino - a un final
con esca1a.S: . El ínte�alo de novena - e; - pri�er �01:iv� - se �se-
ei
las Bachianas, no sol�mente P?� la curiosidad originada por su meja tanto a Bach como al bel canto. Particularmente significa- .
evocación de Bach, smo tambien por sus materiales melódicos tivas son la segu nda y tercera frases del tema, a causa de su ·li­
y armónicos cabalmente cautivantes y sus excitantes cualidades mitación a la extensión de una octava· (evitando así una repe­
rítmicas. tición literal de la primera frase) , la suave superposición de la
Las suites son en dos (Nos. 5, 6 y 9 ) , en tres (N<? 1 ) o en
cuatro movimientos (Nos. 2, 3, 4, 7 y 8 ) . Con pocas excep­ 6. Cf. Adhemar Nóbrega, As Bachianas de Villa-Lobos ( Río de Ja­
ciones, cada movimiento lleva denominación doble, una for- neiro: MEC, Museu Villa-Lobos, 197 1 ) , p. 1 9.

284 285
ianas Brasileiras No. 1 : "In- segunda y tercer a frases ( en La bemol ) y la característica se­
7- lo Hettor Villa-Lobos, Bach cuencia en amplios intervalos, a la cual se aplica una de esas
· .
EJEMPLO · d Mus1c
impasibles e indecisas figuras rítmicas citadas más arrib3: en
. , ( Ernb 1 ªda) " ' c. 7 -21 . Copy
° right 1948 por Assoc1ate
troducc1on
. ers, Ine· Utilizado con autonzac10n. relación con Choros NP 5. Es notable el carácter improvisatorio
. .,
ish
de este tema, producido enteramente por medios rítmicos como
Publ

la impredecible colocación de · los tresillos y las cadencias pos­


tergadas. En su estudio sobre el estilo del compositor, Orrego­
S alas menciona la calidad vocal esencial de la mayor parte de
las melodías de Villa-Lobos, que tienden a desarrollarse inde­
pendientemente de las estructuras rítmicas del acompañamiento.
"Estas últimas -escribe- son los elementos variantes, mientras
que la línea melódica se extiende a planos to nales diferentes,
aunque casi siempre ensamblados por progr esiones cuyas fór­
mulas armónicas son suficientemente conocidas y tradicionales" 7•
El segundo movimiento de Bachianas NP 1, "Preludio ( Mo­
10

dinha ) ", posee otra melodía lírica que progresa en secuencias


descendentes, como muchos movimientos lentos de Vivaldi (que
influyeron en las arias y adagios de Bach). No es coincidencia
que este movimiento se titule "Modinha", pues, como hemos
visto, el carácter lírico de la modinha se derivó con frecuencia
del aria de ópera italiana.
El lirismo romántico que penetra las Bachianas y muchas
obras po steriores de Villa-Lobos ( especialmente las de guitarra
y las canciones de solo ) procede quizás del profundo interés del
compositor por la modinha. En sus obras abundan ejemplos de
melodías cantábiles, pero ninguna tan vigorosamente expresiva
como la parte de soprano del "Aria ( Cantinela ) " de Bachianas
NP 5 ( Ejemplo 7-11 ) . Merecidamente, esta melodía conquistó
popularidad internacional. El carácter improvisatorio de la larga

�·1 !
y amplia frase es creada básicamente pór una impresión de
metro casi libre, por la puntuación musical irregular subrayada
'� : "§fl y por impredecibles cadencias. Además, los patrones secuencia­
les del segundo y tercer período están encubiertos por la diver"". ·
� sidad de los ritmos sincopados que se utilizan en cada uno 8• El
sentido de improvisación ( que recuerda a los choróes o músicos

7. Juan A. Orrego-Salas, "Heitor Villa-Lobos", p. 1 6.


8. Ibid., p. 2 1.

287
286
I!

EJEMPLO 7-1 1 Heitor Villa-Lobos, Bachianas Brasileiras No. 5: "Aria plos en los cuales tanto !a textura como la forma parecen oscu­
( Cantinela) ", parte de soprano, c. 3-8. Copyright 1947 por Associated recer los elementos más puramente rítmico-nacionalistas. La
Music Publishers, Inc. Utilizado con autorización. Fuga ("Conversa" ) de Bachianas NP 1 es un ejemplo a la ma­
n? : el sujeto (Ejemplo 7-12 ) , con nota� repetidas y sincopa­
c10nes, posee un claro sabor local - segun el compositor, está
en el estil_o del chorao Sátiro Bilhar (1861-1929) - , pero su
a tempo

=f 3i.zt;;;;G a , ui=!ttcriiFi�-
· 5

Flf efecto nac1onalístico es minimizado por la textura sinfónica. El


s
neoclasicismo presupone música abstracta, mas Villa-Lobos no
b
"!fvocalizando com "ah "

podía abandonar un concepto programático 9 • Aun en la "fuga"'


¡� ,:S-p r- ft-Crrr 1 ?5t) ttr� recién mencionada, él pensaba --como el título lo indica- en
una conversación entre cuatro choróes que disputan la superio­
lll,1
ridad temática en sucesivas preguntas y respuestas. De este
ffirs?trSri& ,m. modo, en último término, predomina en las Bachianas brasi­
leiras un carácter nacional, aunque sutil.
de serenata) está también acrecentado por la evitaci6n de reso­
luciones claras y enfatizado por una deliberada vaguedad armó­
EJEMPLO 7-12 Heitor Villa-Lobos, Bachianas Brasileiras No. 1 : "Fuga
nica. La calidad expresiva del "Aria" no es menos atribuible a
( Conversa) ", c. 1-6. Copyright 1 948 por Associated Music Publishers,
su acompañamiento por un conjunto de cellas. Los pizzicatos en
Inc. Utilizado con autorización.
movimiento contrario de los cellas II y IV, en los dos primeros
compases, y la progresión descendente de la parte del bajo (ce­
lla III) sugiere una versión amplificada del estilo punteado de
Un poco animato
� : Vc. l

tocar guitarra conocido en portugués como "ponteio". El dobla­


je de la parte de soprano por los cellas I una octava bajo la : v, 1
if -=- "!f .

voz, añade substancial volumen y profundidad colorística.


Algunos han considerado que las Bachianas representan una
tendencia neoclásica más bien que nacionalismo estricto, pero
esta interpretación es sólo asunto de énfasis selectivo. Los ele­
mentos neoclásicos son más evidentes en la textura. En todos
los compases de Bachianas N9 1 predominan estructuras conso­
if =

nantes de acordes. Frecuentemente aparece el doblaje de las


líneas- melódicas e:n intervalos consonantes. En general, la tex­
tura . es abierta y nítida, pero ello está probablemente asociado >

a la preponderancia de las consonancias. El uso de la fuga o .:::---..


secciones fugadas como un principio formal, podría ser inter­
.
pretado como un recurso neoclásico, pero la imitación es tam­
bién característica de varios géneros musicales populares · bra­
sileños, como son frecuentes figi1ras de ostinato y largos peda­ 9. Las asociaciones extramusicales realmente prevalecen en la mayo­
les, los cuales aparecen en las Bachianas. No obstante, hay ejem- ría de las obras del compositor.

288 289
Los diecisiete cuartetos para cuerdas compuestos por Villa­ Los dos movimientos centrales abundan en ese lirismo seme­
Lobos cubren un extenso período de su vida productiva y re­ jante al de la serenata que el compositor iba a cultivar extensa,.
presenta muchas facetas de su estilo. Los primeros dos datan . mente en los últimos veinte años de su vida. El comienzo del
de 1915; el último, de 1957. Ninguno fue escrito en los años Andante, en especial, toma prestada la imaginería impresionis­
20. Esa década fue de obras de cámara principalmente para ta, sugiriendo "música en el · aire" en un tranquilo y tibio atar­
viento madera, como el Trío ( 1921) para oboe, clarinete y decer tropical, por medio de cuerdas con sordina y armónicos
fagot; el Quatuor ( 192 1) para flauta, saxofón, arpa, celesta y y la forma estática del tema sostenido por armonías cromáticas:
coro femenino, el Quinteto en forma de choros ( 1928) para Villa-Lobos atribuyó a este movimiento una "tristeza casi trá­
viento madera, y otros. Algunos de los más típicos procedi­ gica". También se refirió en sus notas a los "intranquilos poli­
mientos de composición de Villa-Lobos aparecen en los Cuar­ ritmos" del final, en el cual, no obstante, los ritmos cruzados
tetos Nos. 5 y 6, de 193 1 y 1938, respectivamente. Ambos son más bien que los polirritmos surgen de la figuración de la com­
obras abiertamente nacionalistas, especialmente en comparación binación temática ( en compás de 9/8) y de las corcheas alter­
con los restantes once, que muestran una preocupación mayor nantes en pizzicatos de la viola y cella acompañantes ( Ejemplo
por la música absoluta. Aunque las técnicas imitativas ocurren 7-13) . El estilo "punteado" de la guitarra es totalmente evi­
con frecuencia, es prácticamente menospreciada la presenatción dente en la frase descendente en staccato del tema.
temática especialmente sucesiva por los cuatro instrumentos.
El desarrollo no atraí� a Villa-lobos. En sustitución de él, se
valía de los procedimientos de variación. EJEMPLO 7-13 Heitor Villa-Lobos, Cuarteto de Cuerdas No. 6. cuarto
El Cuarteto N9 6, una de las obras de cámara más conocidas movimiento, c. 1-3. Copyright 1948 por Associated Music Publishers,
del compositor, es uno de los cuartetos "populares", esto es, en Inc. Utilizado con autorización.
estilo "brasileño". En oposición al Cuarteto N9 5 , que posee un
sabor nacional aun más directo, el Sexto presenta sutiles estili­
zaciones de típica música folklórica mestiza y popular. las
Allegro vivace

relaciones con esa música incluyen el uso de patrones rítmicos


variados, la naturaleza improvisatoria y estado de ánimo lírico
Vl.I

con el chóro ( el último especialmente en el movimiento An­


Vl. Il

dante) y efectos especiales de las cuerdas que recuerdan las par­


tes de guitarra y el cavaq11,inho de los conjuntos populares. El
Vla.

carácter como de danza del primer tema del primer movimiento,


Ve.

con su impulso rítmico en notas de valor breve y su sincopación


popular, es bastante típico de la escritura de Villa-lobos a fina­
9;fpizz. sonoro

les de la década de 1930. los diseños contrapuntísticos y el


tratamiento secuencial del tema fragmentado a través de todo Villa-lobos escribió muchas obras vocales, tanto canciones
el movimiento, muestra cierta afinidad con las Bachianas del artísticas como música secular y composiciones sagradas cora-
mismo período: el patrón rítmico del pasaje de transición de
1a sección intermedia l.�J uJ>L.1 había aparecido en 10 . Cf. Heitor Villa-Lobos, A música nacionalista no governo Gétulio
Vargas ( Río de Janeiro : Departamento .de imp.rensa e propaganda,
1930 en el primer tema de Bachianas NP 1. 1940 ) .

290 291
i
1
1

XJi.
les. Muchas obras corales fueron hechas para propósitos educa­ lares hasta obras originales empapadas con elementos de los más
cionales entre ellas la bien conocida G11ia prático ( "Guía prác­ distintos tipos de la música folklórica brasileña.
tica") , que consiste en un gran número de armonizacione s de El aporte más dinámico y perdurable de Villa-Lobos proviene
cantos folklóricos infantiles arreglados para coro de niños. La de su profunda empatía por la música folklórica y popular de
década de 1930 vio su involucración en un gigantesco progra­ Brasil. El fue capaz de crear un estilo altamente individual que
ma de educación musical patrocinado por el régimen de Getulio sintetiza de un modo intuitivo la pluralidad de la música brasi­
Vargas 10• El fervor patriótico de ese tiempo hizo posible para leña y algunos procedimientos de la tradición musical académi­
Villa-Lobos la implementación de su plan de utilizar el canto ca europea. · El nacionalismo musical latinoamericano halló. en
"orfeónico" para proporcionar una educación musical general Villa-Lobos su más vigoroso sostenedor y uno de sus más ori­
en escuelas y talleres públicos y desarrollar el interés en la ginales creadores.
música nacional. Para ello, obtuvo el apoyo del gobierno y creó
y dirigió el SEMA (Superintendencia de Educa�ao Musical e
Artística) a través de la cual pudo él organizar inmensos certá­
menes de' canto con treinta o cuarenta mil voces, que a veces
Osear Lorenzo Fernandez y L'ttciano Gallet

recordaban las coetáneas manifestaciones fascistas europeas de Entre los compositores brasileños que llegaron a la madurez
nacionalismo. en las décadas de 1920 y 1930, Osear Lorenzo Fernílndez ( 1897-
Las canciones de solo de Villa-Lobos son de una calidad más 1948) y Luciano Gallet ( 1893-�931) trabajaron con diferentes
bien desigual. Por lo general, es en sus recreaciones de las can­ medios en pro del mismo objetivo: la escritura en un estilo cla­
ciones folklóricas y populares brasileñas en lo que se muestra ramente brasileño que pudiera, no obstante, ser definido.
más exitoso. Las Chansons Typiq11es Brésiliennes, escritas como Las primeras obras de Fernandez, que datan de 1918 a 1922,
una serie de trece composiciones entre 1919 y 1935, cubren casi comprendió principalmente obras para piano y canciones de
todos los aspectos de la canción folklórica del país: india, afro­ soló y revelan su temprana orientación hacia el romanticismo
brasileña y mestiza. Las canciones Xangó y Estrela é lua nova, y el impresionismo. Con obras como Trio brasileiro (1924 ). y
cuarta y quinta de la colección, son recopilaciones de cantos la Canfao sertaneja ( 1924 ) , se hizo evidente una tendencia
religiosos afrobrasiJeños de los tipos macumba y candomblé. hacia el nacionalismo musical con utilización de técnicas con­
Villa-Lobos realiza una buena caracterización de esos géneros temporáneas. El período 1922-1928 fue el más productjvo y
populares -en Xango-, a través del uso de un motivo pen­ creador. Las obras más características de este período compren­
tatónico repetido y un efecto rítmico de hemiola entre la línea den Suite sinfonica sobre 3 temas populares brasilairos ( 1925 ) ,
vocal y el piano, que imita un acompañamiento de tambores. para orquesta; Imbapara ( 1929 ) , poema sinfónico amerindio;
Reisado do pastoreio (1930 ) ; y la ópera Malazarte, escrita en
En Bstréla é lua nova, por medio de notas repetidas, sincopa-
)933 pero no representada ha_Sta. 1941. En esas obras, eLcompo­
. ción; direceión descendente ..y espacio · de una séptima en la- línea sitor se orientó hacia las diferentes tradiciones de la música
vocal' así como una fórmula . o.
constante, parecida al toque de folklórica y tradicional del Brasil. El Trio brasileiro, para pia­
tambor, en el acompañamient no, violín y cello, exhibe ideas temáticas originales de nítido
Otras dos colecciones de canciones artísticas, Serestas ( "Se­ carácter folklórico mestizo, tratadas cíclicamente. El material
renatas" ) -serie de catorce canciones- y Modinhas e Can­ temático de la Suite sinfonica se origina en dos canciones folk­
f6es, escritas durante un lapso de alrededor de veinte años, re­ lóticas de Bahía y un canto de cuna conocido en todo el país.
presentan las composiciones más nacionalistas del autor en el Imbapara, por otra parte, utiliza auténticas melodías indígenas e
género. Ellas van desde simples armonizaciones de aires popu- instrumentos de percusión; las sonoridades orquestales dan por

292 293
.resultado una originalidad exotica. Con Rei-sado do pastoreio sileiros (1929), para flauta, oboe, clarinete, fagot y piano, evi­
( 1930), Fernandez se volvió hacia las tradiciones folklóricas dencia el íntimo conocimiento de Gallet de las características
caboclo y afrobrasileña. Aunque no hay reproducción directa musicales afro brasileñas. Sus Estitdos de folclore, que incluyen
(con excepción del primer motivo), los rasgos melódicos y rít­ dos monografías sobre danzas y canciones compiladas en el
micos de esta pieza están relacionados con esas tradiciones. El campo por el compositor, fueron publicadas por Mário de An-
último movimiento, Batuque, ha llegado a ser una pieza nacio­ drade en forma póstuma.
nalista clásica del repertorio sinfónico brasileño.
Malazarte, sobre un libreto basado en un drama de Gra�a
Aranha, puede ser considerad_a la primera ópera brasileña exito­ Camcwgo Guarnieri y Francisco Mignone
sa escrita en un estilo nacionalista. Cada uno de los personajes
principales tiende a ser asociado con un género folklórico o Dentro de la tendencia nacionalista brasileña, las posiciones
popular dado -amerindio, afrobrasileño, lusobrasileño y urbano de Camargo Guarnieri (n. en 1907) y Francisco Mignone (n.
popular. Todos los pasajes corales de la ópera están basados en en 1897) han sido principalísimas. El ser compositores nacio­
canciones folklóricas. En 1941 se escribió una suite orquestal nales y ser reconocidos como tales, fue una de sus mayores
derivada de Malazarte. La última parte de esta suite, otro Ba­ preocupaciones, junto con un esfuerzo consciente por el refina­
tuq1te, ganó amplia popularidad. miento técnico. La impresionante producción de Guarnieri -re­
Las canciones arrísticas d� solo de Fernandez se consideran sultado de numerosos encargos- cubre varias décadas de inten­
a menudo su aporte más original. Entre las más conocidas están sa actividad. Su primera obra en conquistar éxito indiscutido
Toada prá vocé, sobre un texto de Mario de Andrade, Canfáo fue la Sonatina para pimo ( 1928), y ha sido elogiada como
sertaneja, anteriormente mencionada, la "modinha" Meu cora­ o�ra de un lírico imaginativo 11• El conocimiento que tuvo Má­
fªº' Berceuse da onda (sobre un poema de la famosa poetisa r10 de Andrade del talento de Guarnieri fue motivado probable­
Cecilia Meireles), Noturn.o y Essa negra Fuló, esta última so­ mente por su temprano reconocimiento como compositor na­
bre un poema muy popular de Jorge de Lima. Hacia el final c�onalista genuinamente militante, que se oponía al academi­
de su vida, Fernandez prestó atención a la música orquestal y cismo europeo predominante. La Sonatina revela un naciona­
de cámara, señaladamente en un Concierto para Violín ( 1941), lismo más subjed.vo que las obras anteriores de Guarnieri, como
dos sinfonías (1945-1947) y Variafoes sinfónicas (1948). la Canfáo sertaneja o la Dansa brasileif'a de 1928. En ella com­
binó una clara textura neoclásica contrapuntística con una obvia
Jumo con Mário de Andrade, Luciano Gallet fue pionero en inspiración nativa, en el segundo movimiento (subtitulado
el estudio de la música folklórica en el Brasil. Se preocupó es­ "Modinha") , en su reconstrucción del ostinato popular del
pecialmente de definir la exacta naturaleza de la música folkló­ acompañamiento de guitarra; y en el último movimiento, en
rica y popular brasileña y de idear un modo adecuado de utili­ una vitalidad rítmica que recuerda ciertas danzas folklóricas y
zar sus características en sus composiciones. Comenzó armoni­ populares. La Dansa brasileira, para piano (más tarde orques­
zando algunas canciones folklóricas que condujeron a la publi­ tada), revela procedimientos estilísticos relacionados con dan- ·
cación de Canfoes populares brasileiras en 1924. Entre sus obras zas populares urbanas, tales como notas repetidas y movimieñto
de piano escritas en una vena nacionalista, N hó chico ( 1927) descendente de la melodía y el ostinato rítmico.
en tres partes, es considerada la más exitosa. También escribi6
uan serie de Exercicios brasileiros, para piano a cuatro manos,
basados en los más típicos rasgos fuelódicps y rítmicos de los 11 . Mário de Andrade, Música, doce música ( Sao Paulo : L.G. Mi­
géneros musicales folklóricos. La Suite sobre temas n.egro-bra- manda, 1963 ) , p. 184.

294 295
·En la década de 1930, Guarnieri escribió principalmente obras concertante ( 1942) fue seguida por dos sinfonías en 1944.
de cámara, que incluyen un trío para cuerdas, un cuarteto para Ambas se consideran entre sus mejores obras, y junto a una
cuerdas, un quinteto para viento madera, dos sonatas de violín tercera escrita en 1952, tipifican su singular estilo, todavía de
y una sonata para cello, y dio comienzo a una serie de obras acuerdo con la estética nacionalista, pero definitivamente anti­
inspiradas por el popular chóro. Curucá ( 1930), para orquesta, exótica, a través de substancial estilización de elementos nacio­
y Flor do tremembé ( 1937), para quince instrumentos solistas nales y con una clara preocupación por un refinamiento más
y percusión, revela una imaginativa amalgama de timbres. En amplio de las técnicas de composición. También escribió suites
la última obra, esto es resultado de un uso eficaz de instrumen­ orquestales, en las cuales fueron incorporados varios tipos de
tos típicos brasileños de percusión, tales como el cavaquinho, danzas populares: Brasiliana (1950), Suite IV Centenári.o (1954,
cuíca (tambor a fricción), agogó (cencerro de vaca) y otros. con ocasión del cuarto centenario de la fundación de la ciudad
El primer tema de Chóro torturado (1930), para piano es en­ de Sao Paulo), y la Suite Vila Rica (1958). Los rasgos estilís­
teramente típico del modelo de chóro en su acentuación irregu­ ticos neoclásicos predominan en sus conciertos para piano, el
lar. Los choros posteriores fueron para violín y orquesta (195 1), último de los cuales (N9 5, 1970) combina material temático
para clarinete y orquesta (1956) y para piano y orquesta del carácter de danzas populares urbanas (samba, choro) con
(1956). técnicas dodecafónicas. Una nítida textura contrapuntística pre­
La asociación de Guarnieri con Mário de Andrade tuvo por domina en los conciertos para violín.
resultado en 1932 una ópera cómica en un acto (para la cual Las numerosas piezas de piano escritas por Guarnieri a tra­
Andrade escribió el libreto), Pedro Malazarte, representada con vés de toda su carrera han poseído un atractivo inmediato para
gran éxito en Río de Janeiro en 1952. Sin embargo, fue en la mayoría de los pianistas brasileños. Junto a sonatinas y ca­
muchas canciones de solo escritas durante la década de 1930 racterísticas piezas "nacionales" ( Toada, Ltcndu, etc.), escribió
donde sobresalió Guarnieri. En todas las canciones - desde una serie de estudios para piano y valses y cincuenta piezas en
Jmpossível carinho ( 1930) a las trece CanJoes de amor ( 1936- cinco álbumes titulados Ponteios (1931-1959), título que su­
1937) y Vai, azulao (1939)- , hallamos una calidad lírica giere una escritura linea� puesto que "ponteio" implica el ras­
básica, completamente típica del autor. Su extensa producción gueo melódico de un instrumento de cuerdas. Asimismo, esas
de canciones (sobre cien títulos) revela asimismo intentos por piezas exhiben el lirismo observado en las obras tempranas del
utilizar características folklóricas afrobrasileñas y amerind1as, compositor.
v.gr., Sai arue ( 1932) y Acttti-parú ( 1934). Sai a·r11,e recuerda Durante la década de 1960 Guarnieri interrumpió sus actiyi­
de muchas maneras el Xangó de Villa-Lobos: una canción ma­ dades como compositor a fin de reflexionar sobre su actividad
cumba (en una lengua africana, pero tomada de la novela Ma­ pasada. Después de superar dudas acerca de sus obras anterio­
cunaíma de Andrade) , posee el mismo efecto dramático, acre­ res, decidió continuar en la misma orientación estética. Las obras
centado por el amplio registro de fa línea vocal, efectos de · de·esre período (como· Horrtenagem a Víllá-Lobos, 1966) mues­
glissando y patrones repetidos, como de tambores, en el acom­ tran un compromiso más directo con las fuentes nacionales.
pañamiento. Entre las obras importantes para voz y orquesta de La producción del extremadamente prolífico Francisco Mi- ·
Guarnieri, se comprenden la cantata trágica Morte do aviador gnone cubre casi todos los géneros musicales conocidos, en los
(1932), A Serra do Rola-Mofa (1947), Tres poemas afro-bra­ medios tradicionales. Tres períodos importantes pueden distin­
sileiros (195 5 ) y Seca ( 195 7). guirse en su larga vida creadora. El primero (aproximadamente
Después de su primera estada en Europa (1938-1939), Guar­ 1917-1928) fue el resultado de la fase de su· educación musical
nieri se orientó con más gusto hacia la orquesta. Su ,Abertura en Italia, con obras estructural y armónicamente afines al ro-

296 297
mant1C1smo europeo, como la Suite campestre ( 1918) , la Pa­ mente en 1944 en un concierto de la orquesta de la NBC bajo
ráfrase sobre o hino dos cavalheiros da Kirial ( 1919) , y el la dirección de Toscanini, extraen parte de sus materiales temá­
poema sinfónico Festa dionisíaca ( 1923) , Momus ( 1925) y ticos de la música folklórica mestiza.
No sertao ( 1925) ( esta última una fantasía inspirada por la Las canciones de solo y las piezas de piano de Mignone cons­
obra del escritor Euclides da Cunha) . Al mismo tiempo, el inte­ tituyen algunas de las obras más exitosas �n el reper_r?rio b�a­
rés de Mignone en los lenguajes nacionales se reveló en obras sileño de las décadas del 30 y del 40. Su primera canc1on n�c�o­
como Maxixe ( 1925) y Congada para orquesta ( 1922) , en las nalista, Qttando na rofa anoitece ( 1939) , presenta una t1p1ca
cuales se ocupa de los ritmos populares brasileños. inflexión y un acompañamiento de tipo guitarrístico. Seis líri­
Fuertemente atraído hacia los ideales del nacionalismo musi­ cas ( 1932) , Dentro na noite y Dona Janaína, del ciclo Q uatro
cal tan elocuentemente presentados por Mário de Andrade, líricas ( 1938) , con textos de Manuel Bandeira, y Pottsa a maf!
Mignone comenzó alrededor de 1929 "!1n nuevo períod? �e . in­ na minha testa ( 1942) son consideradas sus mejores aportes al
tensa creatividad, que ha sido caracterizado como una 1magma­ medio de la canción. Dentro de su vasta producción de piano,
tiva exploración de todas las tradiciones musicales brasileñas las piezas más obviamente relacionadas con la expresión nacio­
folklórica y popular. Simultáneamente, cultivó además los esti­ nal fueron la colección de nueve piezas titulada Lendas serta­
los post romántico y neoclásico. Este segundo período se exten­ nejas ( 1923-193 1) , al lado de Quatro pefas b,rasileiras ( 1930) ,
dió -hasta alrededor de 1959-1960. Enteramente típicos de este Cucumbizinho ( 1931) , Catereté ( 1931) , Dánfa do Botocudo
estilo son los ballets Maracatu de Chico Rei ( 1933 ) , sobre un ( 1940) y Quase modinha ( 1940) . Las melodías lír�cas -�l�­
tema de Andrade, Batucajé ( 1936) , Babaloxá ( 1936) y Leilao, nas tomadas de canciones folklóricas- con un lenguaJ e armomco .
y las cuatro Fantasias brasileiras, para piano y orquesta ( 1929- predominantemente tonal y con frecuentes ritmos sincopados
1936) . Los ballets se basan en argumentos afrobrasileños y ( como Nazareth, en Q uatro pefas) , señalan una fuerte depen­
utilizan casi exclusivamente temas afrobrasileños o temas afines dencia de las características de la música popular urbana. Una
a ellos en características rítmicas y contorno melódico. Casi to­ asimilación fácil de esos elementos se evidencia en la pieza
dos los pasajes de danza colectiva de Maracattt de Chico Rei son Cucumbizinho, particularmente su imitación del ta�boreo del
danzas folklóricas y populares estilizadas. Los timbres orquesta­ cavaquinho. Dos colecciones de valses, Valsas de esquina ( 1938-
les son manejados en forma original, con énfasis en los instru­ 1943) y Valsas choros ( 1946-195 5) , extremadamente román­
mentos populares de percusión típicos. Las cuatro Fantasias. sin­ ticos en inspiración y en técnica, intenta recrear la atmósfera
tetizan el estilo de Mignone mejor que ninguna otra obra del de los valses populares improvisados de los músicos ambula:ites
período. Como lo indica el título, éstas son piezas rapsódicas de comienzos del siglo XX, de las piezas populares de p1�no
en carácter y estructura, con partes de piano que recuerdan el escritas por compositores como Nazareth y, en su contenido
cautivante, espontáneo y. virtuosístico estilo de los pianistas­ melódico, de las populares modinhas. La Primera Sonat� de
compositores populares como Ernesto Nazareth. Mário Andrade Piano ( 1941) trasciende un tanto las constantes referencias a
se ha referido a la tercera Fantasia, al lado de Babaloxá y Mara­ la música nacional de las otras obras de piano de Migrione en.
catu, como "hitos monumentales", indudablemente como resul­ ese período. En su Autocrítica de um cinqüentenário ( 194=7) ,
tado de su significado nacional en el contexto de la música la profesión. de fe del compositor reza como sigue: "Mi música
académica brasileña del período 12• Las "impresiones" sinfónicas tendrá que ser gradualmente más , r�finada técnicame�te, pero
Festa das Igrejas ( 1940) , que fueron dadas a conocer mundial- tendrá que ser clara, honesta y facilmente comprens1ble _Para
la mayoría". Por lo tanto, no es sorprendente que el Concierto
12 . Ibid., p. 3 1 1 . de Piano de 1958 fuera escrito en un estilo romántico europeo,

298 299
coQ. orquestación colorida y brillantes pasajes de bravura del ·especialmente la música afrobrasileña del área de Bahía. Su
solista. producción muestra una preferencia por la música sinfónica
Los últimos años de la década del 50 fueron activos en la programática. Obras como 4 poemas indígenas ( 1944) , 5 dan­
producción sinfónica y de cámara de Mignone. Obras como fas brasileiras ( 1944) y Canto de Tabajara ( 1946) revelan el
Octeto para cuerdas ( 1956) , Cuartetos de cuerdas Nos. 1 y 2 más directo nacionalismo folklórico. Durante la década de 1950,
( 1957) y la Sinfonía tropical ( 1958) , señalan un punto deci­ sin embargo, Siqueira desarrolló un estilo más sofisticado ba­
sivo en la carrera del compositor, pues él tendió a abandonar sado en rasgos específicos de la música folklórica y popular de
su previa preocupación directa por las fuentes nacionales y en­ su estado nativo de Paraíba. Ideó métodos teóricos que llamó
tró en un tercer período en el cual devino completamente ecléc­ sistemas "tri-modal brasileño" y "penta-modal brasileño", que
tico. Cualquier sistema o técnica de composición se podía seguir esencialmente consisten en la adopción de los procedimientos
mientras fuera considerado apropiado para la libertad total de específicos de la música folklórica del noreste ( tales como es­
expresión que él buscaba. A este período pertenece una serie calas pentatónicas o escala mayor con cuarta aumentada y sensi­
de obras sacras que comprende siete Misas ( 1962-1968) y el ble natural) , así como sus características armónicas y rítmicas.
Pequeno oratório de Santa Clara ( 1961) , un concierto de violín Tanto el Concierto de Cello ( 1952) como el Concierto de Vio­
( 19� 1) , tres sonatas de piano, un doble concierto para violín lín ( 1957) fueron escritos dentro de tales sistemas. La produc­
y piano y muchas otras composiciones. Sus características esti­ ción de Siqueira durante este período incluye tres sinfonías,
lístic�s son difíciles de generalizar, pues predomina la hetero­ suites orquestales y varias obras inspiradas por música ritual
geneidad; con todo, puede detectarse una orientación definida afrobrasileña, como la cantata negra Xangó, el Cavalo dos deu­
hacia la politonalidad ( con uso de clusters) , atonalidad y seria­ ses, Encantamiento da magia negra y Candomblé, "oratorio fe­
lismo. tichista" en trece partes. La obra Carnaval no Recife, para or­
En los últimos años pasados, Mignone ha expresado su inte­ questa, aunque mantiene una atmósfera francamente popular,
rés por experimentar con nuevas técnicas. , Por encargo de la exhibe un colorido imaginativo a través. de la combinación de
Filarmónica de Sao Paulo, escribió las Varia;oes em busca de distintos instrumentos de percusión, asociados con danzas de
um tema ( 1972) , para orquesta, en las cuales trató de utilizar carnaval como el frevo y el maracatu. En la década de 1960,
"todos los procedimientos de composición de hoy día", inclu­ siguió un intenso período de escritura de música de cámara,
yendo los aleatorios. También escribió una Sin/onia transama­ con 3 trípticos, quinteto de viento madera; cuartetos para cuer­
zónica ( 1972) , para dar la bienvenida a la empresa de construir das; Adorafao aos orixás y 3 cantigas para lemanjá, para cello.
la carretera del Amazonas. El Segundo Quinteto ( 1963 ) para cuarteto de cuerdas y sopra­
no, toma su material temático de cantos religiosos de cultos
afrobahianos.
Nativ de Ria Grande · Do Sul, Radariiés Ghatalli estudió
Compositores jóvenes o

Entre los compositores nacionalistas brasileños nacidos a co­ composición por su cuenta . y comenzó sus actividades profesio­
mienzos del siglo XX, deberían mencionarse a José Siqueira nales como pianista y después ·como violista en el Cuarteto
( n. en 1907) , Radamés Gnatalli ( n. en 1906) y Luiz Cosme Henrique Oswald. Después de establecerse permanentemente
( 1908-1965) . Siqueira cambió hacia el nacionalismo musical en Río de J aneiro, llegó a ser director oficial de la orquesta
en los primeros años de la década del 40 y ha sido desde en­ de la Radio Nacional. Su amplia popularidad y éxito como
tonces uno de los máximos promotores de la tendencia en Bra­ compositor de música para seriales de radio y otros géneros
sil, estµdiando incluso in situ la música folklórica · del noreste, radiales de la época, sus hábiles arreglos y orquestaciones de

300 301
canciones populares de moda y . ritmos de baile, y su compro­ y . el R,uarteto populc:r, entre otras, son encantadores en su ins­
miso general con el panorama popular musical de Río de Ja­ p1rac1on popular, mientras que el Segundo Concierto de Vio­
neiro, se han esgrimido a menudo en contra de él y de su carrera lín ( 1962) exhibe experimentos de buen efecto con patrones
simultánea como compositor académico. Pero más que perjudi­ rítmicos de bossa-nova.
carlo, sus actividades en el campo popular le han sido útiles L�s acti�idades de �uiz Cosme como compositor se limitaron
para su búsqueda de una expresión nacionalista. Su experiencia a vem!e an�s de su vi?� ,0 ?30-1950_ � , y su produc�ión es muy
de primera mano con la música popular, aunque comercializa­ pequena. Primero escnbio piezas miniaturas para piano, cancio­
da, le permitió un conocimiento de ella que pocos compositores nes de solo y obras de cámara. Un quinteto para piano y cuer­
nacionalistas brasileños podrían reclamar. Esto es particularmen­ das, Vamo, Manuca, y el cuarteto para cuerdas Sambalelé, de
te evidente en el primer período de su producción, en obras 1931, fueron más tarde retirados por el compositor sobre la
como Rapsódia brasileira ( 1931) y Trío para cuerdas ( 1933), base de que ellos representaban un nacionalismo directo folklo­
dentro de un lenguaje posromántico. Además, algunos giros de rístico incompatible con su posterior deseo de independencia
jazz, en especial fórmulas armónicas e instrumentación, apare­ de cualesquiera tendencias.
cen ocasionalmente en sus obras de la década de 1930. La primera obra importante de Cosme, el Cuarteto de Cuer­
El segundo período de Gnatalli, que comenzó en 1945 cuan­ das N9 1 ( 1933) está desprovisto de implicaciones nacionales,
do fue elegido miembro fundador de la Academia Brasileira pero es claramente impresionista en sus efectos de timbres. Con
de Música, puede ser caracterizado como de un nacionalismo todo, sus tende�cias regionalistas están hábilmente incorpora­
subjetivo, que se expresa con medios más reservados y simples. das dentr? 1e ciertas técnicas contemporáneas de composición
Continuó, no obstante, cultivando un estilo musical de fácil e en ,su mas importante obra orquestal, el ballet Salamanca do
inmediata comprensión. La serie de Brasilianas, que compren­ Jarau. Basado en una leyenda del sur del mismo nombre ( de
den diez piezas escritas entre 1944 y 1962, ilustra los distintos origen español), el ballet acrecienta el color local a través del
modos de aproximación del compositor a la composición nacio­ uso const�nte uso de un motivo de la canción más popular del
nalista. Brasiliana N9 2 ( 1948), por ejemplo, es una hábil esti­ Estado Rio Grande do Sul, Boí Barroso. El material temático
lización de los diferentes tipos de zamba: samba de morro, del . balle� deriva de la canción, aunque no está reproducida en
samba cancáo y samba de batucada. Otras, como Brasiliana su integridad. La obra revela una elaboración de elementos me­
N9 6 ( 1954) ·para piano y orquesta, o N9 8 para saxofón lódicos populares dentro de una estructura armónica moderna.
tenor y piano, revelan amalgamas de timbres muy imaginativas, Su vitalidad rítmica frecuentemente recuerda los primeros ba­
así como un compromiso más intenso con las fuentes nacio­ llets de Stravinsky. Varios pasajes de Salamanca muestran el
nales. parentesco de Cosme con el impresionismo francés, a través de
Durante la década de 1950, Gnatalli trató deliberadamente largos pedales armónicos, paralelismo de acordes y pentatonis­
de alejarse del nacionalismo musical. Se orientó hacia los mo­ mo, pero, con todo, su carácter nacional queda muy claro.
delos neorromántico y neoclásico, aunque manteniendo su ine­ Muchos compositores brasileños nacidos en las décadas de
quívoco estilo ligero frecuentemente asociado con el jazz sinfó­ 1910 y 1920 se han vuelto a veces hacia las fuentes nacionales·
nico, en obras como el Concérto romantico, tres conciertos para aunque algunos de ellos han permanecido más bien eclécticos'.
guitarra, la Sinfonia popular y un concierto para armónica y Cláudio Santoro ( n. en 1919), una de las personalidades más
orquesta. No obstante, las obras de la década de 1960, revelan creadoras del Brasil en los años 50 y 60, comenzó como com­
una asimilación más amplia de las tradiciones musicales folkló­ positor serialista, pero gradualmente evolucionó hacia un estilo
rica y popular. Los Concertos cariocas, la Sonatina coreográfica nacionalista -primero subjetivo y después abierto--, que, sin

302 303
embargo, abando�ó. to�almente en la década �e 1960. S�s obr�s tendencias nacionalistas. Compositores como Pascual de Roga­
nacionalistas sigruficativas comprenden las piezas de piano ti­ tis (n. en 1881) , discípulo de Williams; Enrique M. Casella
tuladas Paulistanas ( 195 3) , el Cuarteto -de Cuerdas N9 . ,3 ( 1891-1948) , que trabajó principalmente en Tucumán; Arnal­
( 195 3) , Ponteio � 195 3) , para orquesta de �erd�s. r,, especial­ do D'Espósito ( 1907-1945) ; Constantino Gaito ( 1878-1945) ;
mente las Sinfomas N9 5 ( 1955) y 7 ( Brasilia ) ( 1959- y Felipe Boero ( 1884-1958) , escribieron numerosas óperas
1969 >'. Sin embargo, Santoro es esencialmente un exper_imen­ basadas en leyendas folklóricas de Argentina o de otros países
talista. Por consiguiente, sus actividades han sido exammadas latinoamericanos y en temas musicales verdaderamente folkló­
en la Parte III de este estudio. César Guerra Peixe ( n. en ricos o populares. Huemac de De Rogatis, sobre un mito azteca,
1914) siguió al comienzo una dirección semejante a la de San­ fue estrenado en el Colón en 1916, mientras que El matrero
toro, pero no parece haber realizado completamente su pote?­ de Boero, basado en la cultura folklórica de las pampas, que se
cialidad como compositor. Oswaldo Lacerda (n. en 1927 J , dis­ estrenó en 1929, ganó amplia popularidad en Argentina.
cípulo de Camargo Guarni�ri? incorpora un ,su�il lenguaj.e Carlos López Buchardo ( 1881-1948) , Gilardo Gilardi ( 1889-
nacional en un contexta armonico moderno. Su rnt1mo conoci­ 1963) y Athos Palma ( 1891-195 1) , entre otros, muestran dis­
miento de la música folklórica brasileña se revela muy bien en tintos grados de inquietud nacional. El poema sinfónico Escenas
los siete Ponteios para piano ( 195 5-1971) y en las seis su_ites argentinas de López Buchardo ( estrenado en 1922) , suite pro­
agrupadas bajo el título de Brasiliana . ( 1?6? -197 1) . L� pieza gramática en tres secciones (Día de fiesta, El arroyo, Campera),
orquestal más conocida de Lacerda es firatin�nga, una s�ite cla­ utiliza elementos folklóricos justificados por el detallado pro­
ramente nacionalista, por la cual gano el pnmer premio en el grama. Una danza gaucha -el gato, basado en la típica figura
Concurso Nacional de Composición de 1962.
6/8 J) J J J) - y que incluye frecuente superpo­
ARGENTINA sición de los metros 6/8 y 3/4, como en la zamba argentina­
simulación del rasgueo del acompañamiento de guitarra,
Las bases del nacionalismo musical argentino en el siglo XX sirve de base principal de la primera sección. Motivos de una
C�)ll

fueron reseñadas en el Capítulo 4, donde vimos que una ten­ vidalita ( una especie de canción folklórica) aparecen en la
dencia nacionalista en las artes se desarrolló a partir de la así sección Arroyo para enfatizar las frases de un "diálogo de
llamada tradición "gauchesca", en la que centraron su atención amor", de acuerdo con el programa. Campera, un movimiento
la mayoría de los compositores argenti� os de la primera _ mitad melancólico, está construido sobre la melodía de un triste popu­
de la centuria. Otras dos fuentes han sido la cultura andma de lar de la pampa ( una especie de canto folklódco sentimental) .
las provincias occidentales, y, en menor grado, la cultura urba­ Dentro de su aproximación folklórica directa, los lenguajes ar­
na ( "porteña") _ de Buenos Air�s. Siguie�do. la dirección de mónico y orquestal son fuertemente románticos. López Buchar-
Williams y :Aguure, las -g�neraci�n�s subs1guie.ntes �� com�o­ - do es recordado - principalmente por ··str excelente- cofiffioudórt
sitores argent!nos mantuvieron viv;e?te ?r�entac10n ,nacio­
!ª a la canción artística argentina y por sus comedias musicales.
nalista en la opera, el ballet y la musica smforuca y de camara. Sus dos álbumes de canciones, señaladas como "canciones argen­
El nacionalismo se ha manifestado visiblemente en las ópe­ tinas", también se inspiran en la música criolla. Lo mismo
ras argentinas. La fundación del nuev_o Teatr� Col�n de Buenos puede aplicarse a Gilardi, cuyas numerosas piezas corales, can­
Aires, inaugurado en � ?08, fu� un vigoroso 10c�nt1vo para, que ciones de solo y obras de cámara son muy hábiles estilizaciones
continuara la producc10n de opera. Los compositores de opera de ritmos y melodías folklóricas. Su Serie argentina ( 1929) ' y
hallaron ·en el verismo italiano un modelo adec:;uado para sus la jocosa pieza sinfónica El gaucho con botas nuevas ( 1934)

304 305
indlil.yen, respectivainent:e, _una chacarera -un ba-- y un ma­ Juan José Castro y Luis Gianneo
a danza folklórica
norteña musicalmente similar al gato a e los gauc os. Los
y la zam
lambo, la vigorosa danza de competen�ia � de la Sene, � Ju.an. José Ca�tro �pareció como la figura conductora en el
primeros compas es de la Chacare ra de Gilard i, mues­ mov1mie1;1to n�c10nahst:i, argentino en los años 30, en especial
:
órica alter­
tran algunas de las características de la danza folkl con su Sinfoma a1·gentina ( 1934) en tres movimientos ("Arra­
eida d de los com pase s de 6/8 y 3/4, que
nación o simultan ula 6/8
bal", "Llanuras", "Ritmos y Danzas"), el primero de los cuales
crean a menudo efect os de ritmo s cruza dos, y la fórm explora elemento� del tango, y con su Sin/onía de los campos
J> J J J> , típica de la estructura rítmica tanto ( � 93_9). Esta ?lt�ma, una sinfonía "pastoral" argentina, es des­
criptiva y subjetivamente evocativa de las tradiciones folklóri­
de la chacarera como del gato • cas ?e. la pampa, y ente!amente impresionista en el lenguaje
Opuestos a la directa utilización de �?entes, fo]klóricas, . otros
3
1

ta, a armon_1co. Es una secuencia de seis movimientos, por lo que se


compositores propugnaron una expres10n mas cosmopoli á­ asemeJa formalmente más a una suite que a una sinfonía. .
de cierta s técni cas europ eas conte mpor
través de la adopción Raramente recurre Castro a citas directas del material fo lkló­
carácter
neas de composición, aunque manteniendo uo subjetivo rico. El sabor nacional de algunas de sus obras . es el resultado
nida por Floro M. Ugar te (n.
argentino. Tal actitud fue soste de una reelaboración sintética de patrones rítmicos de danzas
1884) · los hermanos Juan José Castr o ( 1895 -1968 ) , José María
' Castr o (n. en 1909 ); Luis folklóricas típicas. El último movimiento de este Cuarteto de
Castro ( 1892-1964) y Washington y Cuerdas } 1942), _por ejem.f?l�, se basa en típicai figuras rítmicas
rdi (n. en 1897 );
Gianneo (1897-1968); Honorio M. Sicca en campas ternario del _ Pericon, una de las danzas más populares
otros. El primer poema sinfónico de U garte , De mi tierra
de la pampa desde fmales del siglo XIX. Las sincopaciones
( 1923) basado en versos de Estanislao del Campo, y Tres poe­ s de caracte�ísticas del tango aparecen también en Tangos ( 1941)
mas sobre Martín Fierro ( 1925) de Siccardi son indicativo an en para piano, que capta muy eficazmente el carácter un tanto
cómo los compositores nacionalistas del período se basab de dramático de la danza popular. Algunas de las más hábiles refe­
los clásicos literarios de la tradición gauchesca: el Faust
o
el Mart ín Fierr o de José Hern ández , rencias de Castro a los diversos géneros musicales nacionales
Estanislao del Cam po y
a­ de Arg�ntina, se hallan. en los Corales criollos Nos. 1 y 2 (1947),
los poemas nacionalistas por excelencia, son las �o � obras � para p1�no; . la, �onatin� campest1'e ( 1948), para bandoneón
chesc a. Much as co pos � ones � acio­
yores de la literatura gall: 1:1 .
nalistas subsiguientes al1;1dieron a esas obras . h_t�ran�s, er_ e�
i gi do .< acordeon diatonico, el mstrumento por excelencia de los con­
i i

a ien Juntos populares de tangos); y Corales criollos N9 3 ( 195 3),


así una tendencia musical sobre una tradic1on literari b Pª!ª orquest�. Esta última obra, por la que Castro recibió el
zó su culm inaci ón en la dé­
establecida. Esta orientación alcan pri mer premio en el Festival Latinoamericano de Música de
cada de 1940 con obras como Mart ín Fierr o 1944 ) de Juan
y orque sta, con textos Caracas ( 1954), revela una sublimación de los rasgos nacio­
José Castro, cantata para barítono, coro
(

o nales.
del poema de Heroández; y la O �ert�ra para el Fa1uto" crioll El nacionalismo musical no constituyó un interés exclusivo
la obra de Del
de Alberto Ginastera ( 1943), mspirada en
11

Campo. �e Castr_?. Su formación en París con Vicent D'Indy tuvo g-ran


i1:3-fh;1�ncia e:1 su búsque�a de un estilo más internacional. Se
s:nt10 . es1;e�1almente atra1do por los temas españoles y la mú­
sica hi spanica. Dos de sus óperas poseen libretos con textos de
13. Cf. Isabel Aretz, El folklore musical argentino ( Buenos Aires
: García Larca: · La zapatera prodiJ<iosa ( 1943) y Bodt1s de san­
Ricordi Americana, 195 2 ) , p. 204 -6. gre ( 1953). Asimismo musicalizó varios poemas de García

306 307
Lorca, entre ellos Verde que te quiero verde y La casada infiel. aymará para violín y orquesta ( 1942), y también escribió una
Obras como Elegía a la muerte de García Lorca ( 1945), para de las grandes obras en las que se da relieve al tango -el más
soprano, coro y orquesta; De tierra gallega (1946), para coro típico género musical urbano en Argentina 14. Esta es Variacio­
y orquesta; y la Sonatina española (1953), para piano, testi­ nes sobre tema de tango (195 3), para orquesta, compuesta de
monian su empatía por la música española. Al final de su vida, un preludio, un tema y seis variaciones. El tema es original, en
sin embargo, cambió hacia la estética expresionista y las técni­ ritmo de tango, y es variado por medio de la contrastación de
cas serialistas de composición. contenido y carácter; en la tercera variación ("1900") se inclu­
La carrera de Castro como director de orquesta de renombre ye una nostálgica alusión a la milonga, precursora del tango.
internacional merece cierta atención. Comenzó en esa función En resumen, por su consistencia, su variedad y su extensión por
en 1928 con la Orquesta de Cámara Renacimiento de Buenos un período de treinta años, el aporte de Gianneo al nacionalis­
Aires; después dirigió por varios años la orquesta del Teatro mo musical argentino no ha sido sobrepasado por ninguno de
Colón. Sus muchas actividades como director comprendieron sus contemporáneos. De la generación siguiente, sólo Ginastera
la conducción de la Orquesta Filarmónica de La Habana, Cuba se ha aproximado a su impresionante récord.
(1947-1948), de la Orquesta del SODRE en Montevideo (1949-
195 1), la Victoria Symphony Orchestra de Melbourne (195 1- Alberto Ginastera
1953) y la Orquesta Sinfónica Nacional Argentina ( 1956-
1960). El introdujo en muchas ciudades de Latinoamérica las El desarrollo estilístico de Alberto Ginastera (n. en 1916)
obras mayores del repertorio orquestal europeo y latinoame­ ha sido verdaderamente excepcional. Reconocido como una de
ricano. las personalidades conductoras de la música latinoamericana del
Contemporáneo de Castro, Luis Gianneo cultivó un estilo siglo XX, llegó a la adultez durante la alta marea del naciona­
nacionalista en un período más extenso y con más diversidad lismo musical argentino. En 1937, un año después de egresar
regional, incluyendo elementos indígenas (por ejemplo, Cttatro del Conservatorio Nacional de Buenos Aires, eescribió las dos
cantos incaicos, para cuarteto de cuerdas). Los dos poemas sin­ obras que establecieron su reputación como compositor "nacio­
fónicos Turay turay y El tarco en flor ( 1928 y 1930, respecti­ nal":· las Danzas argentinas para piano ("Danza del viejo bo­
vamente), que son sus obras más populares, se inspiran en la yero", "Danza de la moza donosa" y "Danza del gaucho matre­
música folklórica y el folklore de la región de Tucumán. La ro") y el ballet Panambí, una suite orquestal del cual se ejecutó
tradición de la música criolla está representada en Canción y con notable éxito el año de su composición. El ballet fue mon-
danza (1932) y Pericón (1948), ambos para orquesta; en dos
cuartetos de cuerdas (Cuartetos criollos Nos. 1 y 2, 1936 y 14. El relativo menosprecio del tango por los compositores académi­
1944); en Cinco piezas para violín y piano (1942) y otras cos argentinos probablemente puede ser explicado por el exage­
ootas · de cámara; en nrunerosas piezas·· pata piano, que ifidüyen - rado - impacto de · 1a trad1ci6n rural en la mósica nacional a.rge�ti-
Preludios criollos (1927) y Tres danzas argentinas ( 1939); . na - por la pampa, el gaucho, el repertorio de danzas y canciones
y en una cantidad de canciones, especialmente las Pampeanas criollas y la supremacía de la guitarra como el instrumento más ·
( 1924, que anticipa un título genérico que será usado más tar­ típico del folklore. Una excepción es Astor Piazzolla ( n. en
de por Ginastera) y las doce Coplas (subtituladas Poesías po­ 1 92 1 ) , ex alumno de Nadia Boulanger en París, que cultivó
pulares argentinas) , en dos colecciones (1929-1930). Además, simultáneamente la música popular y académica. Su sofisticado
Gianneo escribió una obra mayor de carácter amerindio, to­ acercamiento a la composición de tangos estimuló un nuevo inte­
mando material de melodías indias verdaderas: ·,el Concierto rés en la vieja forma de baile en la década de 1 960.

308 309
'rado en el Colón . en 1940, y Ginastera recibió en ese tiemp::> rápido y un mov1m1ento constante de corcheas en compás de
el Premio Nacional de Música. Como resultado de. un encargo 6/8. El Ejemplo 7-14 ilustra algunas de sus variantes rítmicas
del American Ballet Caravan para · escribir otro ballet sobre un más comunes. Entre ellas, las negras con punto "a memicl.o co­
argumento argentino, el músico escribió Estancia ( 1941) "so­ mo puntos de reposo, que marcan el final de un período y
bre escenas de la vida rural de Argentina" . Con esta obra, Gi­ puntúan el impetuoso movimiento generado por las corcheas
nastera se erigió como líder del movimiento nacional en la repetidas" 17• Este proporcionó al compositor un modelo para
música argentina" 15• Puesto que el Ballet Caravan se disolvió otro tipo de música, especialmente movimientos finales rítmi­
, en 1942 ' el ballet no fue montado sino hasta diez años más cos al estilo tocata : incluso en el temprano Panambí y las Dan­
. .
tarde; pero en 1943 tuvo lugar un conC1er�o con mterpr�tacion
.,
zas argentinas} las secciones finales utilizan elementos rítmicos
de las danzas de Estancia. En 1940 aparecieron obras mas am­ del malambo. El último movimiento de las Danzas ("Danza
plias de Ginastera en la vena nacional, consolidando su posición del gaucho matrero") proporciona, además, un interesante ejem­
de -liderato, especialmente la Obertura para el 11Fausto" criollo plo de lo que ha sido llamado "efecto de detención" que resulta
( 1943), las Cinco canciones pop1-tlares argentinas y Las horas de sucesivas corcheas, negras y negras con punto (Ejemplo
de una estancia (ambas de 1943) y la Suite de danzas criollas 7-15). El uso de la politonalidad, tanto melódica como armóni­
(1946) para piano. Este lapso fue denominado por el mismo camente, puede también advertirse en esa pieza temprana.
.Ginastera como un período "de nacionalismo objetivo" ( 1937-
1947 )16, en el ct;lal predominó la tradición gau_chesca (fli�_ntes
literarias) con fuerte color local y un tratamiento ,q�nsc1ente
EJEMPLO 7-14 Variantes rítmicas del malambo. De Gilbert Chase,
de temas ' indígenas, aunque con escasa apropiación direc,ta de
"Alberto Ginastera : Argentine C.omposer", M11,sical Q1tarterly, XLIII/4
materiales folklóricos. Durante este período Ginastera cultivó
( octubre 195 7 ) , 455. Copyright 1957 por G. Schirmer, Inc. Utilizado
un lenguaje claramente tonal, que incluye, sin embargo, pasajes
con autorización.
extremadamente disonantes.
Estancia aparece como la más abiertamente nacionalista de
las obras más extensas de la fase "objetiva" de Ginastera. La 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
inclusión de extractos cantados y recitados de Martín Fierro co­ g ;-:;-:J m m m
necta de inmediato la obra con la pampa. Además, la sección J. J.
final de la obra, y clímax de ella, titulada "Malambo", deriva
J. J.
de la vigorosa danza del mismo nombre, que. ha sido muc�o JJ) J J> J J) J
tiempo identificada con los gauchos, en especial en la especie
de competencia llamada iitsta. Actualmente extinguido en la JJ> J J J J J> m
tradición folklórica, el malambo se caracterizaba por un tiempo m J> J m JJ J
J J) J> J J JJ JJ J
1 5 . · Gilbert Chase, "Alberto Ginastera : Argentine Composer", Musical
Quarterly, XLIII/4 (octubre 1957 ) , 441 .
1 6 . Ver Pola Suárez Urtubey, Alberto Ginaster-a ( Buenos Aires : Edi­
ciones Culturales Argentinas, 1967 ) , p. 68-72, para las propias
.
explicaciones del compositor sobre los · "tres . períodos" de su
'
mus1ca. 17 . Gilbert Chase, "Alberto Ginastera", p. 455 .

310 311
EJE�LO 7-15 Alberto Ginastera, Danzas Argentinas: "Danza del gau­ utiliza algunos fragmentos de la ópera de Gounod y emplea
cho matrero", c. 93-103. Copyright 1939 por Durand & Cie., París. elementos rítmicos y melódicos del folklore argentino". Pero,
aunque la sección inicial alude a la introducción de la ópera y
varios pasajes se remiten a los temas de Margarita, el coro de
los soldados y la fiesta, de ningún modo es un pastiche. Los
elementos folklóricos comprenden sobre todo la figura rítmica
JTI J> J
t¡ff
6/8 relacionada con la zamba; sirve como osti­
nato en las dos secciones allegro vivace. En esta y otras obras
del período, el uso por Ginastera de elementos folklóricos es
. 11.,i. 1 .¡¡¡. ,q.a- h'.fl. .fl. ,q.a- ..
� ... altamente personal. El no aprovecha o desarrolla específicos
"aires" de canciones folklóricas a la manera de compositores
-..; sfJ nacionalistas como Vaughan Williams o Copland. Más bien
: asimila diversos tipos de música folklórica por su valor simbó­
lico y expresivo en relación con sus propias necesidades estilís­
1

#� ticas. No busca evocar una reacción por asociación, lo que ex­


plica su oposición al nacionalismo folklorístico.
La serie de Pampeanas, que fueron comenzadas en 1947,
ilustra la transición de Ginastera desde un tratamiento objetivo

{ cresc. rit. mo/to tif.tf accel.

> >
de los elementos vernaculares a uno subjetivo. La obra Pam­
peana N9 1 ( 1947), para violín y piano, conduce a la segunda
fase de Ginastera, una fase de "nacionalismo subjetivo", o de
"sublimación subjetiva" . del nacionalismo musical, como apro­
piadamente la ha denominado Chase. Este período comenzó
El malambo puede ser considerado como la antípoda rural y con el Primer Cuarteto de Cuerdas (1948) y duró hasta aproxi­
primitivista de la pastoral, vena cantábile que también está madamente 1954. Ginastera ha sostenido que ese cuarteto
presente en mucha música de Ginastera de este período. Esta contiene "motivos rítmicos y melódicos de la pampa", pero
calidad lírica es asociada frecuentemente con la canción folkló­ ellos no están claramente expresados. Lo mismo vale para la
rica criolla, especialmente la copla o cuarteta octosílaba utiliza­ Sonata de piano (1952 ), en la cual - en palabras de Ginaste­
da para cantar vidalitas, villancicos y otros. ra- "el compositor no emplea ningún material folklórico, sino
En -la Obertura para el (/Fausto" criollo, Gin.aste.ta se inspiró que e.tr fü lugar üifrocluc:e - eii fa textiira iemá.i:ka motivos rít-
en el humorístico Fausto de Estanislao del Campo. El subtítulo micos y melódicos cuya tensión expresiva posee un pronunciado
del poema es "Impresiones del gaucho Anastasia el Pollo en la
1 .
1. acento argentino". Por último, respecto de las Va·riaciones Con- ·
representación de esta ópera". Anastasia decide ver la "función" certantes (195 3), Ginastera se expresó como sigue: "Esas va­
en el viejo Teatro Colón y se encuentra enfrentado al Fausto riaciones poseen un subjetivo carácter argentino. En lugar de
,1 •• •

' .

de Gounod. A su regreso a casa, describe a un amigo sus pro­ utilizar material folklórico, el compositor logra una atmósfera
fundas impresiones sobre la historia del -Doctor Faustus en la argentina a través del empleo de elementos temáticos y rítmicos
típica jerga del gaucho. La partitura señala que el¡ compositor originales". De este modo, la percepción de elementos nado-

313

. .l
312
nal,es deviene evidentemente subjetiva. Con todo, es todavía EJEMPLO 7-16 Alberto Ginastera, Pampeana N9 3 : Series armónica y
posible ident�ficar una cantidad de alusiones a la música fol­ melódica del ( a ) primer movimiento y ( b) tercer movimiento. Copy­
klórica en las obras de este período. Un rasgo específico, que right 1954, 1964 por Barry & Cia. Utilizado con autorización de
se encuentra tanto en el primero como en el segundo período, Boosey & Hawkes, Inc. Agentes exclusivos,
es el notable uso del acorde "natural" de la guitarra con las
cuerdas al aire (Mi-la-Re-Sol-Si-Mi ) , presentada con frecuen­
cia en una forma cromáticamente alterada 18• El carácter impre­
(a)

sionista de este acorde, aunque interpretado como uno de sép­


tima con cuarta agregada, y la amplia asociación del instru­
• 1

mento con España, había justificado anteriormente la presencia


de tal acorde en las obras de Manuel de Falla. En Argentina,
la supremacía de la guitarra como instrumento folklórico es
hasta ahora otra prolongación de la tradición criolla. la ma­
yoría de las obras de Ginastera de los últimos años 30 hasta
la mitad de la década del 50 se remiten a este "acorde simbó­ . espressivo, uescendo poco a poco
lico" 19• Frecuentemente el acorde genera las armonías princi­
pales de un pasaje dado, cumpliendo así también una función
(b)

armónica. 11
0
# #e #e flo

la "pastoral sinfónica" Pampeana N9 3 ( 1954) , para orques­


11 8 1111
' e o " ª o - ..

ta, marca el fin del segundo período de Ginastera. Algunos


rasgos de sus obras pueden aún ser relacionados con elementos
( J =56 )

folklóricos argentinos, pero las tendencias de composición se i J�€_LJ.


' Oboe I

basan en elementos no nacionales, como las hileras de notas.


El primer y tercer movimientos están basados en la serie ar­ -=
mónica y melódica que se da en el Ejemplo 7-16. Ambas series
son tratadas libremente y todavía se evidencia un sentimiento
' ) l;37,--
� ¡¡¡ �f e-:
ir 1 ;
tonal. Un acorde politonal f �]. interpretado por Chase El último período creativo del compositor -período de neo­
expresionismo- comenzó con el Cuarteto N9 2 ( 195 8 ) . Puesto
como una alteración del acorde "simbólico", constituye el ele­ que en estas obras prevalecen técnicas politonales y seriales,
mento estructural fundamental del movimiento intermedio tipo se las examina en la Parte III.
scherzo. Fórmulas rítmicas nacionales ( incluyendo la hemiola )
se aplican a este acorde en la sección lntermezzo qttasi Trio de
este movimiento.
URUGUAY

18 . Ibid., p. 448. El nacionalismo musical apareció en Uruguay a ·comienzos


i9 . q. ibid., p. 450. del siglo XX en las obras de Alfonso Broqua ( 1876-1946 ) ,

314 315
Lui� Cluzeau Mortet ( 1889-1957 ) , Eduardo Fabini ( 1882- primer tema de Campo 2 1• Por otra parte, el yaraví andino, del
1950 ) , el compositor más conocido de su generación, y Vicen­ cual se originó el triste, está eficazmente estilizado en el cuarto
te Ascone ( n. en 1897 ) . Broqua, que estudió con D'fody y Triste, para voz y piano, por el sabor modal de la línea voq.l,
Franck, ensayó un estilo nacional con el poema lírico Taba-ré que mantiene al mismo tiempo un carácter criollo a través
( estrenado en el Teatro Salís en 1910) y la ópera La Cruz de la línea sincopada del bajo del acompañamiento, con su
del Sud ( c. 1920, nunca representada ) , ambas obras sobre metro de 6/8, que se siente como opuesto a la división de
argumentos amerindios, y el último movimiento de su Quinteto 3 /4 de la línea vocal.
en Sol menor, que se subtitula "Variaciones sobre temas re­ Vicente Ascone, italiano de nacimiento, también adhirió al
gionales". Empero, sus obras más típicamente nacionales son nacionalismo musical en sus obras del período 1930 a 1950.
las Evocaciones criollas para guitarra, que incluyen una vidala, Criado y educado en Montevideo, desarrolló una carrera como
chacarera, zamba y otros géneros musicales folklóricos; los Pre­ ejecutante ( trompetista ) , compositor y profesor. Su ópera Pa­
ludios Pampeanos, para piano; y los Tres cantos uruguayos. raná Guazú ( 1930 ) es una evocación de los períodos más
Aunque no fue un compositor exclusivamente nacionalista, importantes de la historia de la región del Río de La Plata.
Cluzeau Mortet cultivó intensamente la tradición gauchesca. Esta evocación se efectúa musicalmente, recurriendo a la esti­
La pieza de piano Pericón ( 1918 ) , popularizada por Rubin­ lización de elementos indios, españoles y mestizos, tales como
stein, fue su primera composición nacionalista importante. Sus el uso de motivos pentatónicos en la obertura y rasgos meló­
obras sinfónicas y de cámara de nítido carácter nativo com­ dicos y líricos de los géneros folklóricos estilo, vidalita, zamba
prenden Llanuras ( 1932 ) , Ranchería ( 1940 ) , Tres movimien­ y pericón.
tos criollos ( 195 5 ) , todos para orquesta, y Cuatro ritmos crio­
llos ( 1936 ) , para cuarteto de cuerdas, y las Bagatelas criollas
. cuarteto de flautas.
( 1945 ) , para NOTAS BIBLIOGRAFICAS
Campeón decidido del nacionalismo musical, Fabini escribió
lo que generalmente se considera la obra nacional culminante Mucha atención se ha dado en Brasil al nacionalismo musical
en Uruguay: el poema sinfónico Campo, estrenado en 1922. en ese país en el siglo XX. Luis Heitor Correa de Azevedo
Este fue seguido por otro poema sinfónico concebido primero estudió cuidadosamente el período 1900-1950 en su libro 150
como obertura, La isla de los Ceibos ( 1924-1926) , y una serie Anos de Música no Brasil (1800-1950) ( Río de Janeiro: Li­
de Tristes, para orquesta, piano ( versiones originales para gui­ vraria José Olympio Editora, 1956 ) . Mário de Andrade pro­
tarra) o voz y piano. En estas obras, Fabini recrea algunos porcionó una excelente penetración en la cuestión de la música
de los elementos de la música folklórica "rioplatense", en nacional en su trascendental Ensaio sóbre a Música Brasileira
una cabal asimifación. Sin embargo, el suyo no es un tipo ( Sao Paulo: I. Chiarato e. Cia., 1928 ) .
fülklorístko - de nacionalismo 20• - El triste, qiie aparece como Üna La vida y ·oora de Heifor Villa-Lobos han sido materia de
fuente importante de evocación en las obras de Fabini, exhibe varios libros y monografías. El catálogo más al día de sus
en su versión uruguaya un rasgo especial de un semitono des­ obras se encuentra en Villa-Lobos, Sua obra, 2� ed. ( Río de
cendente en las cadencias. Esta característica es evidente en el Janeiro: MEC, Museu Villa-Lobos, 1972 ) . Biografías fidedignas
son: Andrade Muricy, Villa-Lobos, Uma Interpretafáo ( Río
20 . Cf. Roberto Lagarmilla, Eduardo Fabini, Músico Nacional Uru­ 2l . Como observó Francisco Curt Lange ( ed. ) , Lacin American Art.
guayo (Montevideo : Organización Medina. 195 3 ) ,. P· 2 34 y sig. Music for the Piano ( Nueva York : G. Schirmer, 1 942 ) , p. xi-xiii.
,

316 317
de Jf}.neiro: Servii:;:o de Documentai:;:ao do MEC, 1961 ) ; Vasco sig. La autobiografía de Francisco Mignone (A Parte do Anjo:
Mariz, Heitor Villa-Lobos: Life and Work of the Brazilian Autocrítica de um Cinqüentenário, Sao Paulo, 1947) es esen­
Composer, 2l1- ed. (Washington: Brazilian American Cultural cial para la comprensión de las obras del compositor. La her­
Institute, 1970) (la 5ª" edición de este libro, muy ampliada, mana Marion Verhaalen ha presentado un examen analítico dé
apareció en Río en 1977 ) ; y Lisa M. Peppercorn, Heitor Villa­ la música de piano de Mignone en "Francisco Mignone : His
Lobos: Leben und Werk des brasilicmischen Komponisten (Zü­ Music for Piano", Inter-American Music Bulletin, N<? 79 (no­
rich: Atlantis, 1972 ) . Los estudios . analíticos son muy pocos; viembre 1970-febrero 1971 ) , 1-36.
los que versan sobre algunos _ aspectos de las obras de Villa­ Otros compositores brasileños mencionados . e n este capítulo
Lobos comprenden: Souza Lima; . . Cq.?nentários sóbre a Obra son tratados con alguna extensión en Vasco Mariz, Figttras de
Pianística de Villa-Lobos (Río de Janeiro: MEC, Museu Villa­ Música Brasileira Contemporánea (Brasília: Universidade de
Lobos, 1969 ) ; Arnaldo Estrella, Os Quartetos de Cordas de Brasília, 1970 ) . Yo he escrito sobre la posición estética de
Villa-Lobos (Río de Janeiro: MEC, Museu Villa-Lobos, 1970 ) ; Luiz Cosme en "Luiz Cosme ( 1908-1965) : Impulso Creador
y Turibio Santos, Heitor Villa-Lobos e o Violao (Río de Ja­ versus Conciencia Formal", Yearbook, lnter-American lnstitute
neiro: MEC, Museu Villa-Lobos, 1975) . Una buena aprecia­ f?r Musical Research, V ( 1969 ) , 67-89. El repertorio de can­
ción de las actividades de Villa-Lobos en la educación musical ciones de todos los compositores brasileños mencionados aquí
se da en Francisco Curt Lange, "Villa-Lobos, un Pedagogo se estudia en Vasco Mariz, A Canféio Brasileira (Río de Janei­
Creador", Boletín Latino-Americano de Música, I (abril 1935 ) , ro: Ministerio da Educai:;:ao e Cultura, 2� ed., 1971 ) .
189-96, y David E. Vassberg, "Villa-Lobos: '.Music as a Tool Un panorama general de la vida musical argentina a finales
of Nationalism", Ltuo-Brazilian Review, VI/2 (diciembre del siglo XIX y comienzos del X..:--X: se entrega en Mario García
1969 ) , 55-65. Una exposición sobre la práctica armónica · de Acevedo, La Mttsica Argentina durcmte el Período de Organi­
Villa-Lobos se halla en Osear Lorenzo Fernández, "A Contri­ zaci?n_ Nacional (Buenos Aires: Ministerio de Educación y
buii:;:ao Harmónica de Villa-Lobos para a Música Brasileira", Just1C1a, 1961 ) . El mismo autor proporcionó . un reportaje
Boletín Latino-Americano de Música, VI (abril 1946 ) , 283- general de la música posterior a 1910 en su libro La Música
300. Además de su estudio sobre las Bachianas, mencionado Argentina Contemporánea (Buenos Aires: Ministerio de Edu­
en la nota 6, Adhemar Nóbrega ha escrito también Os choras cación y Justicia, 1963 ) . La ópera en Buenos Alres es el tema
de Villa-Lobos (Río de Janeiro: MEC, Museu Villa-Lobos, de Roberto Caamaño (ed. ) , La Historia del Teatro Calón
1975 ) . (Buenos Aires : Cinetea, 1969) . Un estudio específico de la
Albert T. Luper evaluó las obras de Lorenzo Fernandez y ópera nacionalista: Malena Kuss, "Huemac de Pascual de Ro­
Camargo Guarnieri en "Lorenzo Fernandez y Camargo Guar­ gatis: Native Identity in Argentina Lyric Theatre", Yearbook
for Inter-American Musical Research (University of Texas,
nieri: Notes toward a Mid-Century Appraisal", en Proceedings.
Conference on Latín American Fine Arts, ]une 14-1 7, 1951 Austin) , X (1974) [publicado en 1976), 68-87.
(Austin, Texas: University of Texas, Institute of Latin Amer­ Una serie de biografías individuales de compositores argen­
ican Studies, 1952 ) , p. 98-1 14. Una buena apreciación de las tinos comenzó el Ministerio de Educación y Justicia en los pri- ·
obras . de Luciano Gallet es el artículo breve de Mário de meros años de la década de 1960. Ella incluye biografías de
Andrade, "Luciano Gallet e sua Obra", en Weco, N<? 1 (octu­ Carlos López Buchardo por Abraham Jurafsky (1966) , Gilardo
bre 1929 ) , 3 y sig. Andrade ha escrito asimismo sobre las Gilardi por Jorge Osear Pickenhayn (1966) , Juan José Castro
obras de Camargo; ver especialmente "Uma Sonata de Camar­ por Rodolfo Arizaga (1963 ) , Jacobo Ficher por Boris Zip­
go Guarnieri", Revista Brasileira de Música, 11 ( 1Q35 ) , 135 y man (1966) y Alberto Ginastera por Pala Suárez Urtubey

318 319
( 1997). Sobre Ginastera, ver la tesis de doctorado de David
Wallace, Alberto Ginastera: an Analisis of his Style and Tech­
nique of Composition (Northwestern University, 1964). Paul
Hume, "Alberto Ginastera", lnter-American Music Butletin, N9
48 (1965), 1 y sig., es una simple introducción a las obras
del compositor.
El nacionalismo musical en Uruguay es cabalmente tratado
en Susana Salgado, Breve 'Historia de la Música Culta en el
Uruguay (Montevideo: Aemus, 1971). Esta fuente incluye am­
plios catálogos de las obras de los compositores uruguayos.

· Tercera Parte

CONTRACORRIENTES
EN EL SIGLO XX

320
VIII
LAS DECADAS DE 1910 Y 1920

Aunque el nacionalismo musical dominó la escena de la


música artística en Latinoamérica durante la primera mitad del
siglo XX, al principio de la centuria aparecieron corrientes
opuestas a él. Al comienzo ellas surgieron de una emulación
de 1� música romántica europea de fines del siglo XIX, · que
demostró · una actitud de indiferencia ante el nacionalismo.
Pronto, sin embargo, varios compositores en los diversos países
empezaron a proclamar su franca oposición al nacionalismo,
al adherir a las más avanzadas técnicas y estética de su tiempo.
Esta actitud a menudo fue el resultado de la convicción de que
el nacionalismo estaba produciendo obras el.e dudosa calidad
y que rebajaba la música latinoamericana al recurrir a un fácil
regionalismo exótico. La . inclinación de ciertos compositores
hacia recursos no nacionalistas puede ser interpretada como un
esfuerzo deliberado por ganar reconocimiento a través de la
calidad intrínseca de sus obras más que a través de medios ex­
ternos: se esforzaron por conquistar la aprobación de la comu­
nidad internacional de compositores sin concesiones al naciona­
lismo. Simultáneamente, muchos compositores que habían se­
guido la tendencia nacionalista en . una época de su carrera,
ahora cultivaron diferentes estilos en obras que comJ:,inaban .
elementos estilísticos nacionales y no nacionales. Sólo unos
pocos de esos compositores serán considerados aquí.
Sería imposible señalar las contracorrientes específicas culti­
vadas sistemáticamente durante algún período dado del siglo
XX, porque, en general, entre la mayoría de los compositores
ha prevalecido el eclecticismo. Con todo, la corrientes más im-

323
portantes han sido 1� . posromántica, . la . neorromán�ic� la im­ variedad tonal" 1. La "unidad ideológica" tiene su aplicación en
presionista, la neodas1Ca, la expres1omsta, _la senahsta y la las secciones de desarrollo · de la sinfonía a través de cierta recu­
heterogéneamente experimental. Las tres primeras fueron es­ rrencia temática, puesto que la mayor parte del material temá­
pecialmente manifiestas durante las décadas de 1910 y 1920. tico (en especial el de los temas subordinados ) se detiva de la
introducción al primer movimiento 2• La "variedad tonal" se
realiza por medio de numerosas modulaciones transitorias que,
MEXICO Y EL CARIBE sin embargo, no oscurecen las estructuras formales, ya que Ca­
rrillo sentía la necesidad de un énfasis creciente en las estructu­
El año 191 O vio el estallido de la · Revolución Mex�<;ana y el ras simples. Reconocidamente, esos artificios técnicos no difie­
comienzo de un período de profunda transformac1�1; en la ren notablemente de aquellos en uso corriente en el estilo
vida cultural y artística del país. Aunque la Revoluc10n favo­ posromántico alemán. Como parte del cultivo de su estilo, en
reció el desarrollo del nacionalismo musical, como se ha re­ algunas de sus obras tempranas, Carrillo prefirió un complejo
señado en el Capítulo 5, dos importantes figura� , que se. des­ vocabulario armónico, que a veces incluía un cromatismo ex­
tacaron durante las décadas del 20 y del 30, Juhan Carrillo Y tremo y una complicada técnica contrapuntística. El Cuarteto
Manuel M. Ponce, prestaron poca o ninguna atención a !ª de Cuerdas en Mi bemol, escrito en 1904, antes de su regreso
música nacional (El interés más definido de Ponce en la mu­ a México, ilustra su diestra escritura armónica e instrumental.
sica folklórica mexicana y sus obras más francamente naciona- La nominación de Carrillo como profesor de composición en
listas vinieron más tarde ) . ., el Conservatorio Nacional ( 1906 ) fue seguida por sú nombra­
Con las obras de Julián Carrillo (1875-1965 ) , aparec10 en miento como Inspector General de Música en Ciudad de Uéxi­
la música mexicana una independencia nítidamente expresada co (1908) y, durante los primeros años de la Revolución, por
de la orientación nacionalista predominante. Nacido en �hua­ su desempeño como director del Conservatorio (comienzos de
lulco, San Luis Potosí, Carrillo estudió en el Conservaton? . �e 1913) . Por muchas razones políticas -de las cuales no era la
Ciudad de México desde 1895. Allí su profesor de compos1�10n menor su anterior reconocimiento por el gobierno de Díaz y su
fue Melesio Morales. También estudió acústica con Francisco confesada afinidad con culturas extranjeras-, no pudo ai:tuar .
Ortega y Fonseca, qui�n estimuló e:1 �l . un interés de toda la eficazmente como director del Conservatorio y se marchó a
vida en la teoría musical. Como v10lm1sta consumado, le fue Nueva York en 1915. Allí fundó una orquesta denominada Or­
concedida una beca por el gobierno mexicano para estudiar en questa Sinfónica de_ América, la cual, aunque pobremente orga­
Europa. Su estada en el Viejo Continente duró cinco años, pri­ nizada, obtuvo a pesar de todo considerable atención. Después
mero en el Conservatorio Real de Lei pzig (1899-1903) , donde de su regreso a México en 1918, el gobierno revolucionario
estudió composición con Jadassohn, teoría con R�ir:ecke, violín
con Hans Becker y dirección de orquesta con N1k1sch y Hans
- sfir� - y más taicle- ( 1903=1904 ) en -er Glient Conservatory, .do:1� L En 1 911 - Carrmo- fue-- invita.clo al Congreso . Internacional de
de 'continuó sus estudios de violín con Zimmer. En Le1pz1g Música de Roma como representante oficial mexicano. Presentó
recibió la influencia de la tardía música romántica al_eman� , allí sus ideas sobre "unidad ideológica y variedad tonal", _ las
cuyo estilo penetra sus primeras obras mayores. Su Smfonia que, según su informe, fueron bien recibidas. Ver .Julián Carrillo,
N9 1 en Re mayor (1902 ) , ejecutada por la Orquesta del Con­ Pláticas Musicales, 3:;i ed. (México, 1930 ) , pp. 63-70.
servatorio de Leipzig bajo su dirección, es. ejemplo de una. obra 2. Cf. Gerald R. Benjamín, "Julián Carrillo y «Sonido Trece»",
hecha según el modelo de Brahms, pero �� t� nto �eter1;11.nada, Yearbook, Inter-American Institute of Musical Resea.rcb , III
asimismo, por lo que el autor llamaba umdad 1deolog1ea Y ( 1967 ) , p. 39.

324 32.5
le pidió que dirigiera la Orquesta Sinfónica Nacional ( durante variedad, puesto que teóricamente no trató de limitar su regis­
los primeros años de la Revolución, él había fundado una Or­ tro musical a las tradicionales ocho octavas de la música "clá­
questa Beethoven, de corta vida) . Entre 1920 y 1924, Carrillo
sica". Con su habitual grandilocuencia, declaraba:
dirigió el Conservatorio por segunda vez. Sus actividades como
educador fueron más allá de la mera organización de la instruc­ La supremacía histórica de la revolución del Sonido
ción musical: sintió la necesidad de reformas educacionales, en 13 puede ser sintetizada en una simple frase que ha sido
especial una puesta al día de los métodos de enseñanza y una pronunciada por las más destacadas personalidades de am­
ampliación de la formación de los músicos; propugnó, por ejem­ bos mundos [Viejo y · Nuevo} : ella inicia una nueva era
plo, una educación general en las artes liberales para todos los musical, con elementos no soñados, con nuevos intervalos,
músicos. nuevas . melodías, nuevas escalas, nuevos ritmos . . . 4
En la década de 1920, Carrillo había desarrollado y afinado
sus teorías de los microtonos, que llamó Sonido 13, y por la Aunque en teoría el número de microtonos posibles ( utili­
cual conquistó reconocimiento internacional. Ya desde sus años zando terceras, cuartas, quintas partes, etc., hasta el dieciseis­
de estudiante en el Conservatorio, había manifestado un agudo avo) es considerable, en sus obras escritas dentro del sistema
interés en los problemas acústicos, y él mismo expresa en su del Sonido 13, Carrillo se limitó a los sonidos del tercio, cuarto,
autobiografía que comenzó a concebir sus teorías microtonales octavo y dieciseisavo de tono. Una de sus primeras obras mi­
e� ; l�J5. "Sonido 13" fue _el térmi�o que creó para definir la crotornil, Preludio a Colón ( 1922) -que ha sido la más cono­
d1v1s10n de la octava en umdades mas pequeñas que los semito­ cída- · está escrita para soprano, flauta, guitarra y violín,_ todos
nos -microtonos, de varios tamaños hasta el dieciseisavo de un en cuartos de tono; octavina ( un instrumento de cuerdas dise­
tono entero. El pensaba que los doce semitonos tradicionales de ñado por el compositor) en octavos de tono; y arpa en dieciseis­
la escala temperada habían reducido la música a un número avos · de tono. Versiones posteriores exigen instrumentaciones
muy reducido de sonidos. El número 1 3 era para él una repre­ diferentes: la versión III, por ejemplo, incluye primer y segun­
sentación simbólica de las más pequeñas divisiones de la octava. do violines, viola y cello ( en cuartos y octavos de tono) y
Limitó sus microtonos más pequeños al dieciseisavo del tono, omite la octavina. El Prelztdio logra muy bien crear una atmós­
a causa de su convicción de que ese intervalo representa el fera mágica de lamentación, que aparecía muy futurístka para
límite de la clara percepción por el oído humano. El músico su tiempo. La primera sección presenta una sencilla línea des­
llamó "revolución" a su descubrimiento y "revolucionario" a cendente, ajustadamente microtonal, que cubre un r,�_gistro de
�u invento de una nueva notación y de nuevas afinaciones para dos octavas, y es repetida por los violines y la voz. Bteves osti- ·
mstrumentos adaptados al sistema microtonal. Obviamente, su natos aparecen a través de toda la obra. Glissandos, armónicos,
sistema permitía un número mucho más grande de sonidos - portamentos vocales y sordinas añaden mucho a las nuevas so­
( 780 contra 12 de la escala cromática) ª y también una mayor noridades al acrecentar los efectos microtonales. Los pasajes al
unísono causan a menudo timbres neutros, que "también contri­
Carrillo llegó a esta figura calculando el número de divisiones
buyen al carácter misterioso de la obra.
Carrillo inventó un método especial de notación para: esos
3.
nuevos sonidos. Este método. fue anunciado como · " ¡algo único
en cada ciclo microtonal; puesto que hay 6 tonos completos por
ciclo de octava, multiplicó por 6 el número de divisiones del
tono entero : 6 x 2 para semitono, 6 x 3 para tercios de tono, y
en el mundo entero! ¡No más papel de música especial para
así sucesivamente hasta 6 x 16 para los dieciseisavos de tono. 4. Cfr. Julián Carrillo, "Sonido 13". Fundamento Científico e His­
El número total de divisiones es 780. tórico (México, 1 948 ) , p. 67.

326 327
escribir música! ¡No más pentagramas! ¡No más claves, notas, pueden también ser usados para escribir octavos de tono (Ejem­
nombres de notas, sostenidos, bemoles, recuadros, etc. ! " 5• Sus­ plo 8a-2b); y así sucesivamente para otras unidades microto­
tituyó todos los signos convencionales por una simple combina­ nales. Para la escritura de acordes se aplica el mismo princi­
ción de una línea fija más otras dos "adicionales", una sobre la pio, con la excepción de que la figura más alta representa un
línea fija y otra debajo, y doce números (O al 1 1). Cada nota sonido absoluto, mientras que los números más bajos son rela­
de la escala cromática puede ser representada en los ocho ciclos tivos a aquél. Carrillo ideó más amplias convenciones de nota­
u octavas de uso general (Ejemplo 8-1 ). Carrillo reconocía la ción, tales como números colocados especialmente para indicar
larga data de la práctica de usar números para escribir la músi­ el desplazamiento de una nota dada de un acorde en una o dos
ca; lo que le parecía nuevo era octavas, y signos especiales para los valores de las notas, que
mantienen las formas tradicionales para todas ellas, excepto la
el orden lógico de su uso y la reforma ideológica de redonda y la blanca (Ejemplo 8-3).
abandonar toda relación entre los sonidos de las escalas
cromática y diatónica, y la idea misma de la escala cro­ EJEMPLO 8-2a Notación para dieciseisavos de tono, según Carrillo.
mática, pues se toman los números que se necesitan de
acuerdo con los distintos sonidos que existen en una es­ e e#
cala dada 6• 2 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Do Do#
O 1 3 4 5

D D#,
EJEMPLO 8-1 Julián Carrillo : sistema de notación. 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
Re Rep

!6 • #• .. #.. "
E
33
F
32 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 H 45 46 47
Basic
octave " #e él j!P e ii Mi Fa
fl@
¡¡¡

5 6 10 o
Ff G
48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63
o 2 3 4 7 8 9 11 Fa# Sol

ii L .ll .2.
G#
1.
o A
� 65 66 . 0 N
''
''
1 Sol#
One octav.e lower ;
!Q 11
� 0
.g.
.Q. l .! l La
n n n u n % n � n
One octave highcr ! o I 2 3 4 5 6 7 8 9 ro u A# B e
80 81 B2 83 84 65 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 o
Do
· Carrillo desarrolló un coherente método de notación que
La# Si

podía ser aplicado a varios sistemas microtonales. Por ejetnpJo, EJ:gMPLO 8-2b Notación para octavos de tono, según Carrillo.
en dieciseisavos de tono, los 96 números representan las divi­
- --

siones interválicas de la octava (Ejemplo 8-2a); algunos de esos


·

2 4 8 10 12 20 22 24 28 30
e e# D D#
o 6 14 16 18 26

/
Do Do� Re Re#
5. Como se señalaba en la contraportada de Seis Preludios para Piano
32 34 36 38 42 46 48 52 56 58 68 62
F F# G
de Carrillo, publicados por "the 13th Sound" en Nueva York,
E
48 44 se S4
1 928.
,\
Mi Fa Fa# Sol
6. Julián Carrillo, Teoría Lógica de la Música, 2� ed. ( México,
78
e
66 68 72 80 82 84 86 88 92 94
:1

1954 ) , 50.
G# A A# B
" � 78 74 % 98 o
Do
p.
Sol# La La# Si
1

328 1 329
EJEMPLO 8-3 Notación de Carrillo para los valores de - las notas. EJEMPLO 8-4 Julián Carrillo, Preludio a Colón, últimos ocho com­

.....-----...._
pases : notación original.
-------
< -�
,i ;

e
i � � � � Flauta
a 9.2 80 68 56 44
32 20 32 ss
ii ii 32 12 88 12

poco a poco rall.

a
equivalent to:

i r � � F �
Soprano

No es necesario decir que tal método de notación, aunque


Violin

muy ingenioso, era difícilmente practicable para la ejecución


misma, a causa de la compleja memorización de número reque­
rida y la probabilidad de confusión visual que resulta de las
combinaciones de distintos -pero interválicamente compati- ·
bles- sistemas microtonales ( v . gr., cuartos, octavos y dieciseis­
avos de tono) en la misma composición. El Ejemplo 8-4 mues­
Arpa

tra un pasaje del Preludio a Colón, como fue publicado por


New Music, con la notación numérica. ·El hecho de que el com­
3

positor sintiera la ne-cesidad de utilizar la notación convencio­



Octavina
32 32

nal en una versión posterior, sugiere que reconoció la imprac­


ticabilidad de su notación · original.
Otro problema que Carrillo confrontó fue el hecho de que
en la mayoría de los instrumentos tradicionales no se púeae
hacer una clara distinción entre los octavos y los dieciseisavos 32 3i
de tono. De aquí que tuviera instrumentos construidos según pp

especificaciones microtonales, en especial pianos, en los cuales .......


mostraron agudo interés el checo Alois Hába y el ruso Iván
56
-==:
Vischnegradsky, ambos tempranos proponentes de una música
1B'===--
r.,
microtonal. En la década de 1930, Carrillo concibió la idea · de
annonicos
*
construir quince pianos microtonales, uno afinado en tonos
completos, otro en tercios de tonos, etc., hasta los dieciseisavos.
32
PPP==-
r.,
Pero tuvo que esperar hasta fines de 1950 para realizar su sue­ < <
ño, cuando una firma alemana emprendió la construcción de
tales pianos, que fueron exhibidos en la Feria Mundial de Bru­
selas, ejecutándose en ellos música de Carrillo.
Desde 1926, Carrillo comenzó a conquistar reconocimiento 32
en el extranjero. En ese año, su Sonata Casi Fantasía para vio­ �
lín, corno, guitarra, octavina, cello y arpa ( en cuartos, octavos
32
32
330 JHJ===-
y di€ciseisavos de tono) fue interpretada en un concierto de Aunque la novedad y la coherencia de esas teorías son nota­
la League of Composers en el Town Hall de Nueva York, con bles Carrillo en verdad aparece como el "precursor de todos los
éxito resonante. Leopoldo Stokowski tomó interés inmediato en com'positores ultracromáticos" (como lo expresó Vischnegrad­
el Sonido 13 y ayudó a Carrillo a formar su reputación. Como sky) 9 : poca duda hay de que en obras post;eriores como Hor_i­
director de la Orquesta de Filadelfia, Stokowski lo impulsó a zontes, el Concierto de cello, el Concierto de piano, Balb11,ceos,
escribir una obra para ella. Esto dio por resultado el Concertino y la Misa por el Papa Juan XXIII, es la microtono.lidad la que
(1927) para violín, guitarra y cello (en cuartos de tono), les presta su interés substancial. El compositor mismo continúa
octavina (en octavos de tono) y arpa (en dieciseisavos de siendo considerado como una figura de suma importancia en el
tono), con acompañamiento de gran orquesta (en semitonos). campo de los experimentos con el sonido en la primera parte
Para esta obra Carrillo puso en práctica sus teorías de las "me­ del siglo.
tamorfosis musicales". Escritas en Nueva York en 1927, sus Las ideas de Carrillo en las décadas de 1910 y 1920 eran
Leyes de Metamorfosis Mt1Sicales revelan ideas muy ingeniosas singulares, pues la mayoría de los compositores mexicanos culti­
sobre ciertos tipos de transformaciones melódicas, armónicas y vaban en ese tiempo un estilo estrictamente romántico o esta­
rítmicas. Una clase de metamorfosis consiste en ampliar o redu­ ban descubriendo el estilo impresionista de Debussy. Esto era
cir uniformemente todos los intervalos de una obra o pasaje por cierto verdadero para la otra figura importante que debe
dado. La expresión metamorfosis "al duplo", por ejemplo, "sig­ ser considerada aquí, Manuel Ponce. Ponce apareció en la déca­
nifica que donde hay intervalo de tono entero [en el original}, da de 1910 como un compositor esencialmente neorromiíntico,
uno escribiría dos tonos completos [en la metamorfosis}" 7• Con como manifiestamente lo revelan su Concierto de piano (19 12 )
tal transformación, la escala cromática llegaría a ser una escala de y su Trío romántico para piano. Al mismo tiempo, introdujo
tonos completos y se extendería a dos octavas. La misma regla se por primera vez la música de piano de Debussy para los oyentes
aplica a la transformación de acordes. La metamorfosis "al medio" mexicanos. Como se señaló en el Capítulo 5, Ponce se sometió
posee una relación directa con el sistema microtonal, ya que un gradualmente a la influencia de la arJnonía . impresionista en
semitono queda reducido a un cuarto de tono (o al sexto de tono algunas de sus obras orquestales de la década del 20, como las
en la metamorfosis "al tercio", y así hasta el octavo). Un segun­ Estampas noct1,ttrnas ( 1923). Como resultado de su permanencia
do tipo de metamorfosis consiste en invertir la dirección de los de siete años en París, desde 1925, Ponce desarrolló, no obstan­
intervalos "de manera que las notas más bajas [i.e., la parte del te, un estilo mucho más complejo, que en los años 30 incluyó
bajo} estén situadas en la parte superior, y las más altas en la un creciente uso de armonía y contrapunto disonantes, aunque
parte del bajo" 8• Este cambio de colocación de · los elementos sus técnicas de orquestación revelan un método impresionista
.melódicos y armónicos, junto con movimiento contrario, des­ de amalgama de color y una transparencia general de textura.
plazamiento de las pulsaciones, retrogradaciones, modulaciones Otros compositores siguieron prácticas similares.
y otros recursos, producen por lo menos quince diferentes cla­ Gomo -1o ·· observamos en- el- Gapítulo�5,--Garlos Ghávez no fue
ses de metamorfosis. Si se consideran las distintas fracciones exclusivamente un compositor nacionalista. Aunque en el perío­
del tono, las posibilidades de permutaciones alcanzan propor­ do en examen apareció como un teórico del movimiento nacio­
ciones increíbles. nalista en México, en ese tiempo su estilo estuvo también em­
papado de elementos modernistas sin relación con ningún tipo
7. Julián Carrillo, Leyes de Metamorfosis Musicales (México, 1949 ) ,
p. 1 3. 9. "A Letter fron Vischnegradsky", Nouvelles du Mexique, Nos.
8. Ibid., p. 40. 43 -44 ( octubre 1965 • marzo 1966 ) , 4.

332 333
de rp.úsica folklórica o popular. En sus obras de mediados de de los rasgos estilísticos de los Diez preludios para piano de
la década del 2 0, se evidencia una inquietud por mantenerse al 1937. Estamos en realidad lejos del estilo impresionista domi­
· día en los lenguajes europeos contemporáneos. En 192.5 orga­ nante asociado con varios de los contemporáneos de Chávez.
nizó una serie de conciertos de "música nueva" en la Universi­ En Cuba, los compositores Roldán y García Caturla, cuyos
dad Nacional, introduciendo a la audiencia mexicana la música estilos · nacionalistas han sido tratados en el Capítulo 5, asimila­
de Debussy, Satie, Schoenberg, De Falla, Stravinsky; Bartók, ron varios rasgos de diversos lenguajes europeos contemporá­
Varese, Milhaud, Poulenc, Auric y otros. Las Seven Pieces for neos de las décadas de 1910 y 1920. Los ballets 4t, rebamba­
Piano (1923-1930) - de Chávez, publicadas en 1936 en New ramba y El milagro de AnaquiJlé combina auténticos elementos
Music de Henry Cowell, están escritas en un estilo internacional folklóricos cubanos con complejidades armónicas y rítmicas que
de vanguardia muy complejo. El estilo se caracteriza por armo­ frecuentemente. recuerdan la Consagración de la primave,ra de
nías altamente cromáticas y disonantes que causan frecuente­ Stravinsky, junto con algunos efectos de orquestación claramen­
mente un sentimiento tonal ambiguo, que es reforzado por el te impresionista. Un ejemplo característico del estilo armónico
uso simultáneo de registros extremos (como en el Ejemplo de. Roldán en ese tiempo se encuentra en el acompañamiento
8-5), textura polirrítmica e irregularidad métrica. Su Sonata de la canción Sigue ( Ejemplo 8-6). La muy ambigua tonalidad
para piano N9 3 ( 1928 ) muestra además un uso percutiente del pasaje es resultado de la extrema disonancia en el bajo, cuya
del instrumento y posee un carácter . deliberadamente severo y progresión es impredecible. Esta disonancia comprende frecuen­
abstracto, logrado a través de frases angulares, contrapunto y tes segundas mayores y menores, falsas relaciones y clusters.
armonía ásperos (a menudo como resultado de falsas relacio­
nes) , movimientos muy concisos que incluyen una fuga a cua­ EJEMPLO 8-6 Amadeo Roldán, "Sigue" de Motivos de Son, c. 35-39
tro voces con textura bastante densa y complicadas combinacio­ ( reducción para piano ) . Copyright 1935 por Amadeo Roldán.
nes rítmicas. El primer movimiento de la Sonata �nticipa algunos
11

35

EJEMPLO 8-5 Carlos Chávez, 36, c. 7-9. a - cuéd-da - te quul- !aj ma la,

,,. ·-

>

334 335
.El estilo de García Caturla en la década de 1920 era a la vez EJEMPLO 8-7 Alejandro García Caturla, Comparsa : (a) tema prin­
modernista y nacional. Sus procedimientos armónicos, en espe­ cipal ; ( b ) armonización del tema ( c. 19-20 ) ; ( c ) complejidad acre­
cial, muestran cierta afinidad con el impresionismo y con el centada del acompañamiento armónico ( c. 78-82 ) .
neoclasicismo del período. A menudo recurrió a segundas, cuar­ (a)
tas y quintas como intervalos principales para la formación de
acordes; la armonía basada en terceras ocurre sólo en raras oca­ !/
siones. Esos rasgos aparecen profusamente en las Trois danses
cubaines para orquesta ( 1927), particularmente en el primer
trozo, "Danza del tambor", que revela un predominio de los
intervalos de cuarta y de quinta, tanto horizontal como vertical­ (b)
mente ( y hasta como ostinato), paralelismo armónico y altera­
ciones de acordes. Mientras las melodías de García Caturla son
con frecuencia pentatónicas o modales, sus acompañamientos
contrapuntísticos o armónicos tienden a poseer un significado
tonal o modal distinto, creando así superposiciones disonantes.
La pieza de piano Comparsa ( 1930) da un paso más allá en
esta dirección e incluye pasajes politonales. La melodía penta­
tónica de dos compases sufre una pequeña transformación, pero
el acompañamiento desarrolla una considerable complejidad ar­
mónica, que está integrada por figuras independientes y muchas
alteraciones ( Ejemplo 8-7). La orientación neoclásica de Gar­
cía Caturla en la década del 20 está bien ilustrada en su Prelu­ (e)

dio corto N9 1 y su Sonata corta, arribos de 1927. La última


obra, dedicada a "la eminente memoria de Erik Satie", no lleva
indicación de tono o tiempo ( ni aun barras de compás) y con­
siste en una cadena de quintas abiertas paralelas con eficaz
sostén armónico de quintas, séptimas y novenas más · abiertas.
El carácter es impasible y todo el estilo es muy parco ( "dé­
pouillé"). La Sonata corta es una invención a dos voces, con
un contrapunto diáfano y correcto.
En Venezuela, · Juan-Bautista - Plaza- se ·· mostró muy · productivo
en la década del 20 como compositor de música religiosa, pues
ese período coincidió con el comienzo de su desempeño como
maestro de capilla de la catedral de Caracas ( 1923). Sus pri­
meras cuatro Misas datan de mediados de la década. Además,
escribió varios poemas sinfónicos, entre ellos Vigilia (1929)
y Campanas de pascua ( 1930), y la obra coral con orquesta
Las hoMs ( 1930). Los rasgos específicos de su música en este

336
período muestra las influencias de sus años de estudio en Ro­ cultivado por esos compositores. Aunque utiliza medios senci­
ma, específicamente del romanticismo de Puccini con su liris­ llos la canción posee un carácter grandilocuente logrado a tra­
mo extremado, pero al mismo tiempo revelan una búsqueda vés ' de una línea vocal muy amplia y un acompañamiento de
de originalidad armónica. densa armonía. El dramatismo sentimental del texto ("Tú eras
el huracán y yo la alta torre que desafía su poder" ) está tradu-.
EL AREA ANDINA cido musicalmente por recursos como el tormentoso acompa­
ñamiento de tresillos de semicorcheas, el inquieto ritmo de la
El compositor colombiano más destacado durante las décadas línea vocal y la técnica de pintura de las palabras a través de
de 1910 y 1920 fue Guillermo Uribe-Holguín, de cuyo estilo la enfatización de palabras claves, colocándolas en notas altas
se mencionaron brevemente en el Capítulo 6 las características para efectos descriptivos o dramáticos, como en la palabra acen­
nacionalistas. Su estada en Nueva York y París en los primeros tuada "alta".
años del siglo lo pusieron en contacto con distintos estilos eu­ En Chile, la vida musical experimentó una profunda transf�r­
ropeos, como el posromanticismo y el impresionismo, así como mación durante la década de 1920. A comienzos de la centuria,
la tradición cosmopolita de la Schola Cantorum francesa. De su Santiago era una de las ciudades menos desarrolladas de Suda�
maestro Vincent D'Indy, desarrolló un fuerte apego a la "gran mérica desde el punto de vista de la música académica. Hasta
tradición" europea. Sus primeras obras, que comprenden mu­ 1910 no tuvieron lugar presentaciones regulares de conciertos;
chas canciones de solo, piezas de piano, música de cámara (par­ las nueve sinfonías de Beethoven no se habían ejecutado . hasta
ticularmente las Sonatas de violín Op. 7 y Op. 16 y el Cuar­ 1913. Durante la segunda mitad del siglo XIX se habían func.
teto de Cuerdas Op. 12) y varias obras orquestales (como ·-car­ dado varias instituciones musicales -v.gr., la Sociedad de Mú­
navalesca Op. 34 y Villanesca Op. 37), revelan cierta influencia sica Clásica (fundada en 1879) y la Sociedad del Cuarteto
de D'Indy, como la unidad tem�tica a través de un tratamiento . (1886)- pero ninguna había durado mucho. El Conservatorio
cíclico, diseños formales pronunciadamente clásicos, lirismo li­ Nacional ( 1849) había tenido una buena partida, pero se había
mitado y compleja elaboración armónica y contrapuntística den­ estancado hacia la entrada del siglo xx: Durante la década de
tro de un lenguaje tonal firmemente establecido. Las influen­ 1910 aparecieron nuevas asociaciones musicales -la Sociedad
cias estilísticas impresionistas son muy predominantes en la de Música de Cámara, el Orfeón Catalá y la Sociedad Orques­
orquestación diáfana y sutil de sus poemas sinfónicos de este tal- pero ninguna tuvo mucho impacto en el futuro desarro­
período. Su orquesta es todavía grande y comprende una sec­ llo musical de Chile como lo tuvo la Sociedad Bach. Fundada
ción completa de bronces (pero poca percusión, como triángulo, en 1917, esta sociedad fue al comienzo simplemente un pequeño
celesta y timbales pequeños). El compositor prefería los tim­ coro universitario bajo la conducción de Domingo Santa Cruz;
bres puros más que las mezclas. Sin embargo, en algunas obras pero · éste la reorganizó en 1923 e hizo de ella la base para
posteriores, aquellas influencias se extendieron a la armonía. cambios innovadores en la vida musical chilena. En 1926 la
En Perú, la música neorromántica, asociada con Jos comienzos Sociedad Bach logró · congregar para presentaciones ocasional�s
del nacionalismo musical, predominó en las décadas de 1910 y una orquesta sinfónica y un gran coro, que presentaron ambi­
1920. Numerosas piezas de salón, tanto vocales como instru­ ciosos programas, como el Oratorio de Navidad de J. S. Bach.
mentales, fueron escritas por Daniel Alomía Robles, Luis Dun­ Las audiencias para sostener tales actividades se formaron con
cker Lavalle, José María Valle Riestra, Alfonso de Silva, Fede­ el desarrollo de una clase media urbana integrada por numero­
rico Gerdes y otros. La canción de Gerdes "Tú eras el huracán" sos inmigrantes alemanes, italianos y polacos. La Sociedad con­
(Op. 37, N9 3) proporciona una buena ilustración del estilo siguió subsidios del gobierno para ayudar a estudiantes de mú-
338 339
s1ca chilenos en el exterior y, fundamentalmente, se debe a
ella la introducción de la instrucción musical en las escuelas 1927); y el Primer Cuarteto de Cuerdas ( 1930). Ellas mues­
públicas. Esos resultados positivos generaron conflictos con el tran en vasto grado la orientación de Santa Cruz hacia elemen­
Conservatorio Nacional, que no tuvo otra alternativa que em­ tos estilísticos impresionistas y atonales. La armonía altamente
prender en 1928 un programa para la renovación de su instruc­ cromática y el motivo de la primera y tercera canción (Arbol
ción musical, con lo cual se hizo un aporte substancial al pro­ muerto y Tres árboles) de los Citatro poemas indican su ten­
greso de la educación musical en Chile. En 1929 se colocó un dencia atonalista. Por otra parte, las piezas de piano Vilíetas
sólido cimiento para el establecimiento de instituciones musica­ exhiben ciertos elementos armónicos y rítmicos asociados con
les estables, con la creación de la Facultad de Bellas Artes den­ el estilo francés impresionista de piano, principalmente el de
tro de la Universidad de Chile. Esta facultad tenía jurisdicción Ravel: acordes de apoyatura, con séptimas y segundas mayores
sobre el Conservatorio y las diversas Escuelas de Bellas Artes predominantes y figuras rítmicas flexibles que combinan dise­
y Artes Aplicadas. La nueva década conoció el éxito de tal sis­ ños isométricos con fórmulas asimétricas que requieren nume­
tema de educación musical bajo el control de la universidad. rosos cambios de signaturas de tiempo. El Primer Cuarteto de
De este modo la Sociedad Bach resultó ser un agente catalítico Cuerdas se inclina hacia un rico y complejo estilo contrapuntís­
que hizo posible. la existencia de numerosos músicos profesio­ tico, que comprende elementos técnicos1 y formales cercanos a
nales que posteriormente llevaron la música chilena a un alto los procedimientos de la época clásica º. Pero a una escritura
nivel. Estos fundamentos fueron el resultado de los esfuerzos esencialmente lineal, el compositor añade una tonalidad cromá­
de Domingo Santa Cruz. ticamente prominente, que tiende a mostrar semejanzas esti­
lísticas con el estilo de Hindemith ( Ejemplo 8-8). Con todo,
Santa Cruz ( n. en 1899) fue el líder del movimiento reno­ los temas de Santa Cruz revelan a veces un sabor marcadamen­
vador de la vida musical chilena desde la década de 1920 hasta te hispánico, que resulta del tipo de adorno relacionado con el
la de � 9.60 y tuvo mucha influencia como compositor, profesor canto folklórico andaluz, con motivos conj untos breves y rápi­
y adm1mstrador. Estudió leyes y ciencias políticas en la Univer­ dos, .notas o grupos de notas repetidas y cadencias en las cuales
sidad, graduándose como abogado en 1921. Comenzó sus estu­ el intervalo característico es la segunda aumentada. Estos ele­
dios de teoría y composición con Enrique Soro y los continuó mentos constituyeron las bases sobre las cuales Santa Cruz de­
e1:1 Ma�r�d con Co�rado del Campo, por entonces en el cuerpo sarrolló su lenguaje musical en las obras siguientes.
d�plo?;at1co de Ch:le ( 1921-1924). Además de su activa parti­ Los estilos romántico, posromántico e impresionista fueron
c1pac10n en la Sociedad Bach, su cargo más importante en los cultivados por varios compositores chilenos nacidos a finales
últimos años fue el de Decano de la Facultad de Bellas Artes del siglo XIX, en particular Enrique Soro ( 1884-1954) y Al­
de la Universidad de Chile ( 1932-1948), que fue reorganizada fonso Leng ( 1894-1974). Soro adquirió su formación musical
como Facultad de Ciencias y Artes Musicales ( de la que e�tuvo en piano y composición en el Conservatorio de Milán. De 1907
�Q�.i:gªdo como Decano _ hasta 1951 y después desde 1962 a a 1928 desarrolló actividades en el Conservatorio Nacional de
1965). Aunque sus obras más importantes fueron escritas des­ Chile, primero como subdirector y profesor de composición
de la década del 30 a la del 50, sus primeras obras ( que datan y luego como director. Dentro de un lenguaje posromáo.tico
desde 1918 a 1930) revelan algunos rasgos estilísticos que iban bastante académico, sus numerosas obras de las décadas de 1910
a desarrollarse plenamente en los años subsiguientes. Las obras
caract.erísticas del período temprano incluyen varias canciones,
especialmente los Cuatro poemas Op. 9 ( 1927) y los Cantos
10 . Para un análisis amplio de los cuartetos, ver Juan Orrego-Salas,
de soledad Op. 10 ( 1928); las Viñ.etas para piano ( 1925-
"Los Cuartetos de Cuerda de Santa Cruz", Revista Musical Chi­
lena, XLII ( diciembre 1951 ) . 62-89.

340 341
EJEMPLO 8-8 Domingo Santa Cruz, Cuarteto de Cuerdas N9 1 , se­ pareció una revelación ( 1922), porque con ella "la música
gundo movimiento, c. 271-72. Copyright 1956 por Peer International chilena abandonó la moda italiana y adquirió un carácter inter­
Corporation. Utilizado con autorización. . nacional que nos distinguió en adelante" 11 • Su carácter fue reco­
- i:iocido en los círculos chilenos como un estilo romántico post­
wagneriano, en especial el de Richard Strauss. En verdad, el
análisis de La miterte de Alsino revela rasgos en común con los
poemas sinfónicos de Strauss, particularmente en las estructuras
formales (con su tratamiento libre · de las formas clásicas) , el
tratamiento cíclico de los leitmotifs, las armonías (que combi­
Vl.I

nan pasajes cromáticos altamente disonantes o politonales con


otros diatónicos) y el predominio de una orquesta polifónica.
Vl.ll

Leng también recuerda otro aspecto de Strauss en su vocabula­


rio armónico : su complejidad crea una vaguedad armónica que
a veces se aproxima a la atonalidad.
VI�.

Acario Cotapos ( 1889-1969), aunque pertenece a la gene­


Ve.
ración de Soro y Leng, no puede clasificarse con propiedad
como perteneciente a una tendencia particular. Vivió en Nueva
York de 1917 a 1927 y fue uno de los fundadores de la lnter­
cresc.

national Composers Guild; de este modo se relacionó con la


vanguardia de esa época, representada por Varese, Cowell y
y 1920 exhiben la destreza técnica de un fino artí!ice. A pesar Milhaud, La I.C:. G. patrocinó la presentación de Phillipe l'Arabe
de su contacto con la música italiana en el filo del s1g�o� no pr<:� (1925) para barítono y conjunto instrumental. Antes había
tó atención a la ópera. Sus obras pertenecen a la mus1ca s1�0- sido estrenado (también en Nueva York) pc;>r Eva Gauthier
nica y de cámara y a los géneros de piano solo y también en un concierto en homenaje a Debussy, su Le détachement
cultivó el lied. La Sinfonía romántica 1e Sor� ( 1920)_ :-:-la vivant ( 1918), para soprano y dieciocho instrumentos. Esas
primera sinfonía escrita por un compositor chileno- tipifica obras poseen algunos elementos que revelan la imaginación del
su apego a los moldes clásicos , de ��mposi;ió?, a tra�és de su compositor y su independencia de cualquier corriente estilística
vigoroso lenguaje tonal, melod1as � �neas, tecn :cas d� desarrollo pre-establecida. Los Cuatro preludios sinfónicos, estrenados en
tales como secuencia y fragmentacion, y colorido orquestal que París en 1930, recibieron comentarios elogiosos de los cdticos
recuerda las sinfonías de Tchaikovsky. musicales locales. Las obras. posteriores, como las óperas Voces
Leng produjo sus obras 1;0-ás características er: las d�cadas de de gesta (inconclusa) y El pájaro bitrlón, r�velan un estilo
1910 y 1920. Su experiencia en el Conservatorio Nacional . fue complejo y altamente dramático, con orquestación brillante y
tan decepcionante que lo abandonó después de haber, estud1a�o densas texturas.
menos de un año (1905). En 101¡ años 10, desarrollo un estilo
emparentado con el tardío posromanticismo alemán, en obras
como Cinco (/doloras" (1901-1914) · para piano, los Preludios
orqitestales ( 1912) y varios lieder. El poema sinfónico La muer­
te de Alsino ( 1920) se considera su obra más importante. En
11 . Domingo Santa Cruz, "Alfonso Leng", Revista Mtt4ical Chilena,
palabras de Domingo Santa Cruz, en la época de su estreno XI/ 5 4 ( agosto-septiembre) , 16.

342 343
ARGENTINA Y URUGUAY neoclásico en sus obras más importantes escritas durante las
décadas de 1940 y 1950.
Hasta alrededor de 1930, el nacionalismo predominó en la Aunque Floro M. Ugarte aparece fundamentalmente como
música argentina, con un academicismo romántico que le pisaba compositor nacionalista, su formación en el Conservatorio de
los talones; sólo ocasionalmente aparecieron estilos contempo­ París dejó trazas innegables en algunas de sus obras de las dé­
ráneos en las obras argentinas en las décadas de 1910 y 1920. cadas de 1910 y 1920. Ellas están concebidas dentro de un estilo
Sin em?arg�, unos Pº,c?s composi�ores comenzaron a alejarse posromáD:tic? de armonías de un . c�rácter . estrictamente tonal
del nacionalismo folklonco y a orientarse hacia un estilo más 0 impresiemsta. La Sonata para v10l1n y piano ( 1928) es un
abstracto, asimilando algunas técnicas europeas contemporáneas. buen ejemplo de su estilo.
Entre ellos están Juan José Castro ( 1895-1968) su hermano De origen ruso, Jacobo Ficher se radicó en Buenos Aires en
José Mar !a Castro (1892-1964), Floro M. Ugarte ( n. en 1884), 1923 y contribuyó substancialmente a la vida musical del país.
Jacobo Ficher (n. en 1896) y otros. Este período conoció tam­ Fue uno de los miembros fundadores del Grupo Renovación.
bién un , nu �vo desarrollo de la música sinfónica y de cámara, Su producción de los años 20 comprende unas pocas obras para
que babia sido un tanto menospreciada durante el siglo XIX orquesta (Poema heroico, Sulamita, Obertura patética) y algu­
<;orno resul �ad� d � la hegemonía de la ópera. (No obstante, la nas obras de cámara (Cuarteto de Cuerdas N9 1, Sonata para
oper� contmuo si�1:do preferida por muchos compositores ar­ violín), que muestran un compositor todavía apegado a los
gentmos). Las actividades de mnciertos se expandieron en Bue­ creadores rusos posrománticos, particularmente Scriabin. En sus
nos Aires, gracias a la disponibilidad de orquestas profesionales, obras siguientes, sin embargo, exhibe una afinidad mayor con
tales como la Orquesta Filarmónica de la Asociación del Profe­ el neoclasicismo.
sorado Orquestal ( APO), y de varias salas de conciertos mao-­ Aunque abrazando el nacionalismo musical, los compositores
níficas. El uruguayos activos durante el período en examen, se basaron
. nuevo Teatro Colón, que abrió en 1908' estableció bastante en algunas de las técnicas del estilo posromántico
su propia orquesta en 1924, ganando una excelente fama en
pocos años, gracias en gran medida a uno de sus directores europeo. Figuras como Eduardo Fabini, Alfonso Broqua y Luis
Juan José Castro. Cluzeau Mortet se inclinaron hacia el romanticismo y el impre­
sionismo en sus primeras obras, pero se volvieron hada el na­
Las obras orquestales juveniles de Castro en la década de cionalismo romántico en sus obras maduras. Entre los pocos
1920 revelan su fidelidad a su maestro en París, Vicent D'Indy compositores no nacionalistas estuvieron César Cortinas ( 1890-
(como en el poema sinfónico A una madre, 1925). No obstan­ 1918) y Carmen Barradas (1888-1963 ) . Cortinas, que estudió
te, un lenguaje más personal aparece en la Suite breve ( 1929) en Berlín con Max Bruch, escribió en un estilo ecléctico que
con su armonía politonal y libertad estructural. Una ilustració� combina elementos románticos del siglo XIX (especialmente
!Il!s �mplia de la búsqueda por Castro de un estilo más inter­ en sus obras de piano ) con una intensidad lírica al modo de
nacional la proporciona su Allegro, le1ito e vivace (193b ) para Puccini (en sus canciones y en su ópera La última gaviota,
<::rquesta, J?ºr el cual ganó un premio otorgado por la Interna� 1n5). Barradas, cuyas obras son fundamentalmente para- piano,
t10nal Society for Contemporary Music. En esta obra abundan fue excepción por su interés en experimentar con una notación
las influencias de Stravinsky y del impresionismo. Junto con musical revolucionaria rn.
Juan Carlos Paz y su propio hermano José María, Castro fundó
el Gr1!Pº Renovación (_1929), que propugnó un profundo com­
promiso de los compositores argentinos con las modernas orien­ 12 . Cf. Susana Salgado, Breve historia de la musica culta en el
taciones europeas. José María Castro mismo cultivó un estilo Uruguay ( Montevideo : Aemus, 1971 ) , p. 149.

344 345
BRASIL alrededor de treinta años. Se consideró a sí mismo europeo por
adopción aun después de su instalación definitiva en Río de
Durante el primer cuarto del siglo XX, existió en Brasil una Janeiro (1911). S� e_xtensa producción musical mll;estra un
escuela europeizada de composición representada principalmente eclecticismo posromant1co. . En la obra de Oswald estan repre­
por compositores como Francisco Braga ( 1868-1945), Glauco sentados elementos estilísticos asociados con los posrománticos
Velásquez ( 1884-1914), Henrique Oswald ( 1852-1931) y alemanes, con los franceses de la Schola Cantorum y con De­
Alberto Nepomuceno (1864-1920). Este último también fue bussy, así como con el verismo italiano. En s_us n�merosas ob�as
una figura importante en los comienzos del nacionalismo mu­ de piano (v.gr., Il neige), orquestales (Suite d orchestre, Sin­
sical en el país (ver Capítulo 4). Un "clasicista" brasileño fonía Op. 43, Concierto de piano) y óperas (La c!·� ce d'oro,. Le
anterior fue· Leopoldo Miguéz ( 1850-1902), cuya música sin­ fate) , aparecen cualidades de destreza en el of1e10 y refma-
fónica (Prometeu, Parisina) se basa en los principios de trans­ miento.
formación temática de Liszt. Durante los últimos quince años A pesar de la contribución fundamental de Alberto Nepo­
del siglo XI?(, Misuéz llegó a ser el principal vocero de Wag­ muceno a la causa del nacionalismo musical, muchas de sus
ner en Brasil. Su opera Os saldunes (1901) fue concebida en obras están escritas en un . estilo no nacionalista. Su Sinfonía <:n
la más ortodoxa manera wagneriana del drama musical. Sol menor, las seis Valsas humorísticas para piano y orquesta,
Francisco Braga estudió en París con Massenet y vivió en las obras corales y numerosas canciones y piezas para piano, son
Alemania de 1896 a 1900. Como profesor de composición en todas de inspiración y técnica posrománticas. Su dominio de
el Instituto Nacional de Música de Río de Janeiro (1902- e�as técnicas se revela'· quizás mejor en · su Trío para cuerdas en
1938), ejerció considerable influencia. Por cerca de veinte años Fa menor ( 1916), que posee originalidad armónica y nítido
dirigió la orquesta de la Sociedad de Conciertos Sinfónicos de tratamiento formal.
Río de Janeiro (fundada en 1912 ). Como compositor tuvo una Pocas dudas hay de que las obras de Villa-Lobos del período
gran empatía por las técnicas y la estética de Wagner, pero se de 1910 a 1930 representan los más audaces logros brasileños
inspiró en modelos posrománticos, especialmente en las· obras en la asimilación de técnicas contemporáneas de composición.
orquestales que forman la parte medular de su producción. Aunque se familiarizó con la música de Debussy sólo después
Aunque orientadas académicamenté, sus obras exhiben buen de su encuentro con Darius Milhaud en 1917, y aunque la mú­
oficio dentro del marco de la tradición romántica. Algunas de sica de Stravinsky permaneció ,desconocida para él has�3: _1923,
sus obras (v.gr., el poema sinfónico Marabá y la música inci­ en varias de sus obras de los · años 10 revela proced1m1entos
dental para O contratador de diamantes) están basadas en asun­ · técnicos emparentados con los nuevos estilos europeos contem­
tos brasileños, pero con poca o ninguna referencia a fuentes poráneos: En 1915, Villa-lobos profesaba una actitud anti­
musicales locales. romántica que expresó especialmente a través del tratamiento
Zafándose del romanticismo alemán predominante en su d'e la tonalidad, hecha deliberadamente inestable por medio de
tiempo, Glauco Velasquez mostró en sus obras posteriores (c. ásperas disonancias sin resolución. En ese tiempo, su le!lguaje
1906-1914) un apego natural a la escuela francesa de Franck, armónico incluía acordes sistemáticamente alterados o mcom­
D'Indy y Debussy. Sus obras, que comprenden principalmente pletos, paralelismo y clusters qué resultaban del uso de la bito­
música de cámara, piezas de piano y canciones de solo, reflejan nalidad y la politonalidad. Escalas pentatónicas y de tonos e1;1te­
esas influencias a través de su claridad formal. su colorido ar­ ros prestan un sabor impresionista. Pero los patrones rítmicos
mónico y su expresividad limitada. De ascende.ncia · suiza e ita­ irregulares que afectan cortos motivos melódicos, las texturas
liana, Oswald estudió en Florencia y vivió en Italia y Francia polirrítmicas opuestas a pedales rítmicos, y los inusuales efectos ·
346 347
orquestales (especialmente el tratamiento percutiente de las 63-125. Los ítems indicados en las notas bibliográficas al Capí­
cuerdas y la utilización de los . registros extremos de los instru­ tulo 5 sobre Manuel Ponce, Carlos C�ávez, Amadeo Ro!d�n y
mentos de viento madera y de bronce), todo sugiere una clara Alejandro García Caturla, contienen importantes exposic�ones
sobre los aspectos no nacionalistas de sus obras. Las canc10nes
relación con la evolución de Stravinsky. La Cuarta y Quinta
de García Caturla son analizadas por Edgardo Ma:tín en "Las
Sinfonías ( tituladas "Victoria" y "Paz", respectivamente), escri­
canciones de Caturla", Música (Casa de las Amér1eas, La Ha­
tas en 1919 y 1920, proporcionan acaso los mejores ejemplos bana) N9 5 7 (marzo-abril 1976), 9-2 5. El libro de M�rtín
de su estilo ecléctico pero vigorosamente intuitivo. La década Panor�ma histórico de la música en Cttba (La Habana: Umver­
de 1920 vio el desarrollo de la segunda fase importante de la sidad de La Habana, 1971) es muy informativo, _ pero notable­
producción creativa de Villa-Lobos. Como hemos visto en el mente prejuicioso en su evaluación de los compositores cubanos
Capítulo 7, dominó esta fase la monumental serie de Choras. del siglo XX.
Ellos repre�entan su tentativa más exitosa de integrar elementos La vida y obras de Guillermo Uribe-Holgu í1: �on tra�adas
de música nacional con técnicas contemporáneas, que compren­ por Guillermo R�ndón G. en "11;�estr�s . de la mus1ca: Gmlle: ­
den fundamentalmente politonalidad, polirritmo, numerosos os­ mo Uribe Holgum ( 1880-1971) , Musica (Casa de las Ame­
tinatos, texturas polifónicas disonantes, motivos cromáticos cor­ ricas La Habana), N9 50 (enero-febrero 1975 ), 2-21. La vida
tos de ámbito estrecho y colorido tonal experimental. musical chilena en el período es reseñada por Samuel Claro y
En resumen, las décadas de 1910 y 1920 señalan un período Jorge Urrutia en el libro Historia 1e la músic� en Chile (S�n­
de transición en la música latinoamericana entre los estilos de tiago Editorial Orbe, 1973). Un numero especial de la Revista
los siglos XIX y XX. Con las excepciones anotadas, los compo­ Musi�ai Chilena (N9 42, diciembre 195 1) está dedicada a l�s
sitores tendieron a adherir a la "gran tradición" europea y a obras de Domingo Santa Cruz. Sobre Alfonso Leng y Acano
familiarizarse con el estilo impresionista francés, que sobresalió Cotapos, ver los números especiales de la misma revi�ta (N_9
como el estilo "moderno" por excelencia en Latinoamérica. Las 5 4, 1957 y N<? 76, 1961, respectiva�ente). El comp?sitor ch: ­
obras de Stravinsky anteriores a la Primera Guerra Mundial leno Roberto Escobar trata de clasificar · los compositores chi­
aparecieron como los primeros ejemplos de modernidad y con­ lenos del siglo XX en su controvertible obra M1s�cos sin pasa­
tinuaron ejerciendo considerable influencia durante las décadas do (Santiago: Editorial Pomaire, 1971). La act1v1dad de Juan
siguientes. José Castro, como director y compositor, es el tema d� un nú­
mero especial de la Revista Ars , ( 1969). L�s compositores .�º
nacionalistas tratados en este capitulo son obJeto de la atenc10n
NOTAS BIBLIOGRAFICAS de Luiz Heitor Correa Azevedo en su libro 1 50 Anos de Música
no Brasil (1 800-1 950), (Rio de Janeiro: Livraria José Olympio
La . autobiografía At: Julián .. .Carrjllo, tit11I_aclª ]t1Ji,á_1J C.t1rrillo: Editora, 1956).
.
sU vida f stt obra (México: Edición del "Grupo 13 Metropoli­
tano", 1945 ) contiene informaciones útiles, si bien a veces muy
subjetivas. Algunos de sus escritos sobre Sonido 13 están dispo­
nibles en traducción inglesa en la tesis inédita de Laurette
Bellamy, "The sonido 13 theoretical works of Julián Carrillo:
a translation with commentary" ( Indiana University, 1972),
y en "The Thirteenth Sound" [: J Scientific and Historical Ba­
sis", trad. Patricia Ann Smith, Soundings, N9 5 (enero 1973),
349
348
IX
LAS DECADAS DE 1930 Y 1940

Las décadas de 1930 y 1940 en la música latinoamericana


fueron el comienzo de una nueva era, una era de conocimiento
de algunas de las tendencias progresistas de la composición
el,11'.opea del siglo XX y de esfuerzo · consciente por seguir o
asimilar esas tendencias. Hablando con propiedad, el siglo XX
en la música latinoamericana parece comenzar en los primeros
años de la década de 1930. Este período presencia la creación
de grupos o asociaciones que propuP,nan la modernización de
la composición en Latinoamérica, a fin · de sincronizar su des­
arrollo con el de Europa. El Grupo Renovación y la Agrupación
Nueva Música en Argentina, el Grupo de Renovación Musical
cubano, la Asociación de Compositores y el Instituto de Exten­
sión Musical en Chile, la organización Música Viva en Brasil,
y en menor grado los Conciertos de los Lunes y el Instituto
Nacional de Bellas Artes en México, fueron organismos dedi­
cados de diversos modos a poner al día la música académica
en sus respectivos países. Este período vio asimismo el surgi­
miento de los primeros críticos abiertos del nacionalismo musi­
cal. Quizás el censor · más severo fue el compositor argentino
Juan Carlos Paz, quien consideraba que los compositores riacio- .
nalistas trabajaban con un material "muerto" y de esta manera
habían causado la estagnación de la música latinoamericana.
Por otra parte, atribuía la "inservible" producción de tales
compositores a su considerable retraso en familiarizarse con

351
las técnicas renovadoras ya desarrolladas en todas partes en el Su sabor modal arcaico, sob,riedad, cad.cter severo, polifonía
siglo XX: 1• temática y orquestación con predominio de los bronces, recuer­
Cuando los compositores latinoamericanos se familiarizaron dan una obra de estilo neoclásico de Stravinsky (como está
con aquellas, muy a menudo emplearon las técnicas caracterís­ elaborado, por ejemplo, en Oedipus Rex ) . A pesar de eso, es
ticas de Stravinsky, como se encuentran en La Consagración de una de las obras más características de este período de Chávez.
la Primavera, o el estilo internacional predominante -neocla­ Menos sinfonía que poema sinfónico (desde un punto de vista
sicismo o neotonalidad, como se cultivaban en Francia Y. Ale­ estructural), consiste en un solo movimiento dividido en varias
mania en las décadas de 1930 y 1940. La música dodecafónica, secciones. No obstante, si hay de alguna manera una intención
introducida por lo general por inmigrantes europeos, halló tam­ programática, ella está limitada a una descripción psicológica
bién algunos seguidores en América Latina. Paradojalmente,
hasta algunos compositores nacionalistas trataron de utilizar el EJEMPLO 9-la Carlos Chávez, Sinfonía de Antígona : motivo a, c.
método dodecafónico, aunque a menudo comprendieron mal 2-3. Copyright 1948 por G. Schirmer, Inc. Utilizado con autorización.
sus implicaciones estilísticas, adoptándolo libremente con una
técnica simplificada y aplicándolo a sus obras de inspiración
nacional, ya que no de estilo nacionalista.

MEXICO Y EL CARIBE
EJEMPLO 9-lb Carlos Chávez, Sinfonía de Antígona : motivo b, c.
El desarrollo de la música mexicana durante los años 30 y 40 8-12. Copyright 1948 por G. Schirmer, Inc. Utilizado con autorización.
comprende la culminación y la declinación del nacionalismo
y el inicio del cultivo, de manera sistemática, de estilos y
técnicas tales como el neoclasicismo y la politonalidad. Hemos
, f2IF Q2J , a ut
Vla.,Eng.Horn

visto en el capítulo 5 hasta qué grado composiciones naciona­


l
listas incorporaron estilos europeos tales como el impresionista,
cresc. cresc.

el posromántico y el neoclásico; pero durante la década de


f espress. .ff.í senza dím.
sempre
·:I
1940 comenzó a darse un énfasis en esos estilos per se. Carlos más bien abstracta de Antígena: cualquier interpretac10n ex­
Chávez escribió varias obras no nacionalistas que se basan total tensiva de elementos específicos de la obra en el sentido de
o parcialmente en técnicas contemporáneas europeas. La Sinfo­ ":( que sean descriptivos de sus conflictos sentimientos, sería exa­
nía de Antígona (1933), los Diez preludios para piano (1937),
1 gerada. La expresividad trágica y tensa de la obra notablemente
.

la To cata para instrumentos de percusión ( 1942) y el Concierto controlada es muy probablemente sugerida por la tragedia mis­
de violín ( 1948-1950) son ejemplos significativos. ma. Los modos griegos dór-ko e - hipodórico (sllgeridos por el
La Sinfonía de Antígona; basada en la música incidental uso constante de Fa becuadro y Fa sostenido) establecen el ar­
,)

escrita anteriormente por el compositor para la adaptación de caísmo de la obra. Claras y sencillas líneas melódicas mantienen
1
la tragedia de Sófocles hecha por Jean Cocteau, es indiscuti­ este color modal. Los motivos se derivan uno del otro: El
·-':1
.-

blemente una de las obras maestras para orquesta de Chávez. cromatismo sólo aparece ocasionalmente. El primer motivo te­
"[

r mático, a (Ejemplo 9-la), introducido por los primeros fago­


1. Juan Carlos Paz, Introducción a la música de nuestro tiempo tes, está constituido por tres notas cromáticas. El segundo mo­
tivo, b (Ejemplo 9-lb), introducido al unísono por el corno
'.. I

i
(Buenos Aires : Editorial Nueva Visión, 195 5 ) , p. 363.
-�-¡
'··

352 353
EJEMPLO 9-2 Los cuatro tetraco_rdos de la Sinfonía de Antígona, de
Carlos Chávez. Copright 1948 por G. Schirmer, Inc. Utilizado con
autorización.

:>-
inglés y la viola, es diatónico. Ambos temas son presentados
co
..... en contrapunto por los violines en el registro extremo superior,
creando eficazmente tensión. La obra puede dividirse en siete
CIJ secciones y una introducción breve. La Figura 9-1 bosqueja la
estructura. Armónicamente, la obra se . basa en cuatro tetra­
..... . .cardos ( Ejemplo 9-2 ) 2, y la diáfana textura polifónica subraya
la modalidad sugerida por ellos. La armonía está constituida
\O

- ]u CIJdo
::i::
(IJ

-a. por acordes construidos con una quinta y una octava; la armo­
nía basada en tercera es virtualmente inexistente. Aunque pre­
o domina el diatonismo, las armonías conducen a frecuentes
disonancias ásperas. La orquestación contribuye asimismo al
.....
- .._, ..o
,-...
c::o

CIJ
o
sobrio carácter de la sinfonía. Vientos · y bronces dominan en
u
o breves pasajes temáticos y muy frecuentes, acompañados por
combinaciones inusitadas de timbres. La ausencia de trombones
está ampliamente compensada por ocho cornos y tuba baja .
- ..o
\O

La familia de viento madera es bastante extensa, con pícalo,


flauta, flauta contralto, oboe, heckelphone, corno inglés, peque­
ño clarinete en Mi bemol, dos clarinetes en Si bemol, clarinete
bajo y tres fagotes. Sin embargo, con excepción de la sección V,
C"l

que representa el clímax de la obra, raramente aparece el tutti


- orquestal. Rasgos típicos de la orquestación ·son los doblajes
al unísono o a la octava, que crean timbres un tanto brumosos,
y mezclas singulares de color, como contrabajo, primero · y
segundo violines, tuba baja, tres fagotes, heckelphone y flauta

2. Cf. Jesús Bal y Gay, "La « Sinfonía de Antígoná» de Carlos


Chávez", Nuestra Música, N9 1 7 ( 1950 ) , 14.

355
contralto, todos señalados al mismo motivo melódico en el
número de referencia 17. v1m1entos exteriores ( Chávez alude a la "forma sonata") . La
organización rítmica es predominantemente contrapuntística.
El ballet Le:, Hija de Cólquide, basado en el tema griego de
Mientras que las melodías modales o pentatónicas han sido
consideradas como elementos del indigenismo de Chávez, el
diatonismo sistemático y linealidad de los Diez Preludios para Medea y escrito por Martha Graham, es otra obra característica
piano podrían ser también interpretados como ejemplos del de Chávez en este período. Compuesto originamente en ocho
pandiatonismo asociado con el movimiento neoclásico de las secciones para doble cuarteto de cuerdas y vientos, fue refundi­
décadas de 1920 y 1930. Los preludios poseen una textura do en 1947 como una suite sinfónica en cinco movimientos:
Preludio, Encantamiento, Zarabanda, Peán, Postludío. Como en
polifónica predominantemente a dos voces y son rítmicamente
menos complejos que las anteriores Siete Piezas para Piano, Antígona, Chávez recurre a un estilo predominantemente dia­
aunque presentan una gran variedad de climas con medios tan tónico, lineal, polifónico, que confiere a la obra un carácter
limitados. Un coherente diatonismo aparece a través de toda neoclásico austero y tranquilo. la unidad temática se logra
la obra. Los Preludios 1 al 6 utilizan sólo teclas blancas; unos por medio de la repetición temática en varias secciones. Por
pocos sostenidos se dejan ver en el Preludio 7 para lograr un ejemplo, el Preludio presenta diversos motivos, algunos de los
efecto disonante percutiente; el Preludio 8 tiene unos pocos cuales reaparecen en la sección siguiente y son introducidos
Si bemol y Fa sostenido y Fa becuadro; el Preludio 9 utiliza en retrogradación en el Postludio. De modo análogo, la Zara­
a todo lo largo el Do sostenido y el Do becuadro; el Preludio 1 O banda deriva sus motivos de los del anterior Encantamiento.
es el único que posee armadura con tres sostenidos y que es Este último posee un interés rítmico especial con su combina­
largo y cromático. El Preludio 1 puede ejemplificar el estilo ción de un motivo en clarinete, staccato e irregularmente acen­
de esta obra. Está en el modo frigio y esencialmente en la tuado, y una pulsación constante de cuartas en los ce�los.
forma ABACA', con secciones interiores que intensifican las El Concierto para violín proporciona uno de los mejores
ideas melódicas desde la parte inicial al agregar acordes para­ ejemplos de los procedimientos maduro/, de composición de
lelos y repetidos de cuartas y al aumentar el volumen y la Chávez. Su apego a las técnicas clásicas de composición queda
disonancia. Los intervalos más descollantes utilizados son las bien en evidencia en esta obra esencialmente melódica. Inver­
cuartas y las séptimas, los cuales, junto con el paralelismo, siones melódicas, variaciones, organización formal en retrogra­
la armonía estática y el metro irregular, confieren a la pieza dación y escritura virtuosística para el instrumento solista, son
su carácter neoclásico. los elementos más relevantes. En un extenso movimiento con­
La Tocata para instrumentos de percusión de Chávez fue tinuado, la obra posee las siguientes secciones: Andante, Alle­
escrito por sugerencia de John Cage, cuyo conjunto de percu­ gro, Largo, Scherzo, Cadenza, Scherzo, Largo, Allegro, Andante 3•
sión de Chicago se disolvió antes de que pudiera ejecutar la La Cadenza central forma una piedra de toque o punto eje de
. pieza. ELcarácter. de Ja Tocata es abstracto, pero no experimen­ la.. gl::>i:ª, y las �ecciones. que . siguen (en. repetición .retrogradada
tal ( como podría esperarse de una pieza de percusión de ese
período) . En tres movimientos, la Tocata aparece como un 3 . La partitura orquestal publicada por Mills Music, Inc. ( 1964) ,
estudio de ritmo y timbre. El primer movimiento requiere muestra indicaciones de tiempo diferentes de ésas. La sección Andante
timbales; el tercero, timbales y juego de campanas; mientras está indicada como Largo y una indicación de Scherzo no aparece
que el movimiento intermedio establece un contraste entre los después de la Cadenza. La diferencia Andante/Largo verosímilmente
instrumentos de metal y el xilofón. Motivos bastante simples resulta de la nueva indicación del mismo Chávez, pero la ausencia
constituyen el material básico que se desarrollan en los mo- del segundo Scherzo es una omisión. Las indicaciones dadas arriba en
el texto son correctas.
356
357
del comienzo ) incluyen considerables modificaciones de los EJEMPLO 9-3 Carlos Chávez, Concierto para violín : Cadenza, · c. 5 14-
elementos presentados en la primera parte, siendo las más 22; 538-45 ; 695,703. Copyright 1964 por Mills Music, Inc. Utilizado
obvias de ellas la inversión de los motivos y la orquestación con autorización.
distinta. La Cadenza es bien conocida entre los violinistas por
su extrema dificultad de ejecución. Dividida en cuatro secciones
V. CADENZA

(alrededor de siete minutos de ejecución) , exige mucho del


instrumento solista -cambios súbitos de registros, entonación
precisa a pesar de amplios saltos interválicos, densas dobles y
triples cuerdas en intervalos como séptimas y novenas, repenti­
·/

nos contrastes de dinámica, tempo oscilante, acentos rítmicos


irregulares, arcos y posiciones difíciles, etc. (ver Ejemplo 9-3) .
<1tl /ibitum. lentamente

Aun cuando el concierto es una gran obra virtuosística, la ·@ fftw. J @J o @ JU g 1 #v;a vqa LJ#g u J 1
orquesta mantiene una función de acompañante. Son raros los o/sub,to

pasajes de tutti. Como en la última sección del primer Scherzo


(c. 493-98) , aparecen efectos de color no usuales, en los cuales
las trompetas en sordina, trombones y tuba son opuestos al
solo de violín, o el segundo Largo, que ofrece un efecto de
�@ J j 4_9 (b tfl ·1 a:táwc.ti (il ·1
resonancia muy interesante (c. 933-40) , que resulta de la ·com­ : Pho� /- 1 1 6

fz) ti @
. accelerando pocc q 8t•a·-- ····,

u� �-tu .
binación del registro grave del instrumento solista (tocando 0 1 nJ JJ J J j J Jj J J J 1
forte el tema principal ) con el registro agudo de los primeros .
--= '-...: '--= q '-...:
y segundos violines (tocando piano el tema invertido) . Tempo giust.o J,= 126

El otro compositor importante mexicano que también cultivó


el estilo neoclásico durante el período en examen, fue Silvestre
Revueltas. Su Homenaje a García Larca ( 1936 ) en tres partes
® la J JlJ 1 ��
i tf! I
""

-"Baile", "Duelo", "Son"- es quizás una de sus obras más Pochiss. meno mosso A: 17 6

significativas, porque sin perder su carácter auténticamente me­


xicano (es decidida pero singularmente original en su carácter ) ,
revela una soberbia asimilación del estilo neoclásico de las obras·.
¡D J B 1 B B B 1 D J m 1é ó i
· de los primeros años 20 de Stravinsky. El Homerutje exige una
#- #-
orquesta de primeros y segundos violines, contrabajos, piano,
rall.

tam-tam, xilofón, tuba, trombón, trompetas, clarinete en Mi


bemol y pícalo, y despliega combinaciones de · timbres de buen
efecto, tales como cuerdas y piano éomo sostén rítmico y ar­
mónico, o pícalo y tuba opuestos en pasajes de dúo . (Nos. de
referencia 14 al 18 de Baile ) . La parte intermedia ("Duelo por
García Larca" ) es de un carácter muy quieto y contemplativo. .
Un ostinato disonante presentado por las cuerdas con sordina
y el piano predomina casi de comienzo a fin, acompañando

r-,, r e
a tempo J =88
> >

358 (.f) dim.


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mv �
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(b)
Trp.in C
con sordin a

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•r ?lar
pp con desolada expresión
p
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un tema lacónico pero profundamente expresivo tocado por la


trompeta en sordina (Ejemplo 9-4) . -
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"!/
En 1939 se instaló en México el compositor Rodolfo Halffter
(n. en 1900 en España), quien adoptó la nacionalidad mexicana
en 1940. Como profesor de composición en el Conservatorio
Nacional de Música, editor de la revista Nuestra Música (desde
1946) y administrador de las Ediciones Mexicanas de· Música, entre otras actividades, ejerció considerable influencia. Fue auto­
didacta en composición, pero recibió alguna instrucción infor­
mal de Manuel de Falla, cuyo neo.clasicismo de lo� añ�s 20
EJEMPLO 9-4 Silvestre Revueltas, Homenaje a Federico García Larca, dejó una profunda huella en su �stilo. Sus obras mas exitosas
_
escritas antes de su llegada a México comprenden la Suite para
segundo movimiento ( "Duelo" ) : ( a ) ostinato de acompañamiento;
Orquesta (1924-1928), Dos Sonatas de El Esco�ia! (1928) y
( b ) tema de la trompeta, c. 3-16. Copyright 1958 por Southern Music
el ballet Don Lindo de Almería ( 1935 ). Este ultimo entrega
Publishing Compny, Inc. Utilizado con autorización.
un buen ejemplo de la severidad y la contención altamente
- expresiva de su estilo. Sus obras más importantes de la década
del 40 son el Concierto para Violín, Op. 11 (1939-1940); el
(a) J
( = Ca.60)

ballet La Madrugada del Panadero (1940); Homenaje a Anto­


1 2 ..-

Gr
A

nio Machado (1944), para piano; y Ejñtafi.os ( 1947-195 3)


, - bjmr
Piano � � bju ' ,-

para coro a cappella. 9ra1:3- economía . de med_ios, sentido ton�l
i y politonal, patrones ntm1cos compleJOS a�oc1ados con la 1:1;1-
p
p

�:--
---
- ........
sica folklórica española, linealidad predommante y elaborac1on
VI.!
A
---- �- contrapuntfatica, refigaga armon_ía diatóni�a y_ qisonante y pe­
netración en el colorido, caracterizan el lenguaJe de Halffter.
p con sordina
El Concierto para Violín, en tres movimientos, es una obra
-
"
IJ

virtuosística que sigue los modelos clásicos del género, aurn:1ue


p
Vl.11
, - -- = _
no despliega virtuosismo p�r se y no tiene n� da de la gran?ilo­
cuencia generalmente asociada con los . conciertos para solistas.
IJ

pp con sore�a

El primer movimiento expone y recapitula dos temas, pero su


Cb.

sección intermedia no recurre a las técnicas clásicas del desarro­


"!fptzz.

llo; en lugar de él, se encuentra una serie de variaciones contra-


360
361

..
• puntístícas sobre el primer tema, utílízando recursos barrocos EJEMPLO 9-6 Rodolfo Halffter, Concierto para Violín, primer mo­
como el canon, la aumentación, disminución y retrogradación, vimiento, c. 200-13. Copyright 1953 por Ediciones Mexicanas de Músi­
y la rica ornamentacióp 4• El violín solista interviene de comien­ ca. Utilizado con autorización.
zo a fin e incluye pasajes de muy difícil ejecución. El recitativo
inicial (Ejemplo 9-5) subraya típicamente intervalos de quin­
tas y cuartas, mientras que la breve cadencia del primer mo­
vimiento (Ejemplo 9-6) armoniza y adorna el primer tema del
movimiento. El segundo movimiento (_/J..ndante Cantabile), una
serie de variaciones melódicas, posee un carácter improvisatorio
emparentado con el concierto barroco tardío, producido en parte
por distintas figuraciones rítmicas en cada variación.
205

El argumento del ballet de Halffter, "La Madrugada del Pa­


nadero, recuerda los de las comedías de Lope de Vega. La ac­
ción gira en torno a la ingenua esposa de un panadero de
13-ldea y varios de sus admiradores a quienes invita a la pana­
dería en ausencia del marido. Al regresar éste, ella oculta a
s-- - - - - ·
r.'\ 1

,rtlcr
21�¡ :
EJEMPLO 9-5 Rodolfo Halffter, Concierto para Violín, primer mo­
vimiento, c. 1-6. Copyright 1953 por Ediciones Mexicanas de Música.
Utilizado con autorización.

sus huéspedes en sacos de harina. Su intento de escapar durante


la noche despierta al panadero, quien toma por fantasmas a los
hombres cubiertos. Obligados a pasar la noche en el horno,
salen ligeramente tostados a la mañana siguiente, para sorpresa
y risa de los primeros clientes de la panadería. La música �e la _
suite de ballet, que comprende siete partes, posee un caracter
vivaz y descriptivo muy apropiada para esos episodios humo­
rísticos. La ornamentación melódica típicamente española, el
uso de la música hispánica folklórica (pasodob{e estilizado) y
--'--=:!:=== f.!
todo el lengu aje tonal recuerdan la zarzuela.
Homenaje a Antonio Machado y Tres Epitafios son ilustra­
,
4. Cf. Jesús Bal y Gay, "Rodolfo Halffter", Nuestra Música, NQ 3
( julio 1946 ) , 145. ciones más amplias del discreto estilo neoclásico de Halffter en

362 363
fa. década de 1940. El Homenaje, en cuatro secciones, revela la
EJEMPLO 9-7 Rodolfo Halffter, Homenaje a Antonio Machado, I,
c. 1-10. Copyright 1 944 por Rodolfo Halffter. Utilizado con autori­
profunda influencia de Domenko Scarlatti sobre el compositor zación.
mexicano. Predominan en esta obra formas a dos y tres partes,
por lo general contrapunto a dos voces, y una fuerte base tonal
A pesar de la relativa complejidad de algunas de las construc­
ciones de acordes, la presencia de centros y funciones tonales
es completamente clara (Ejemplo 9-7 ) . En la tercera sección
de la obra, la forma binaria, el contrapunto y el fraseo y orna­
mentación melódicos producen un estilo que recuerda a Scar­
latti. En los Epitafios ( para Don Quijote, Dulcinea y Sancho
Panza, respectivamente ) sobre textos de Cervantes, las combi­
j f

>

naciones de líneas contrapuntísticas modales, diatónicas y con­


- -
>
h1. 5 hJ.
juntas, crean un sabor moderno ( a través de las armonías que .
de ello resultan) y un sabor arcaico ( a través de la modalidad
· y el contrapunto ) al mismo tiempo. También aparecen en esta > >

obra ocasionales acentos españoles, como en los ritmos ( divisio­


nes métricas de 6/8 y 3/4 ) , ornamentación y cadencias ( terce­ �V
ras menores descendentes ) de la segunda pieza, "Para Dulcinea".
Sin abandonar del todo el carácter nacionalista de sus pri­
meras obras, Blas Galindo cultivó en la década del 40 y los
primeros años de la década del 50 un estilo emparentado con
el neoclasicismo. Los elementos de la música folklórica mestiza
que fueron mencionados en el Capítulo 5 continuaron pene­
trando sus obras posteriores. Sin embargo, su vocabulario ar­
mónico devino completamente cosmopolita: acaso bajo la rn­
fluencia de Chávez él tendió a basar sus armonías en los
intervalos de cuarta y quinta, con frecuente paralelismo en
segundas, quintas y séptimas, y un pandiatonismo de punta n:f·==-P
a cabo. Aunque los Il1C::�r<:>_s cle6/ª y 3/4 co11 ¡,lltrones rítmicos
típicos continúan apareciendo, se hacen más frecuentes las >
combinaciones de unidades triples y dobles ( que requieren
cambios de compás) . Predominan las figuras isométricas y las
melodías conjuntas diatónicas o modales ( fundamentalmente El compositor José Ardévol, nacido en España, que se instaló
saltos interválicos de cuartas y quintas, por movimiento dis­ en La Habana en 1930, es considerado el líder de la moderna
junto ) . Esas características de estilo se muestran en un pasaje composición cubana. Su influencia . se hizo sentir especialmente
de la Sonata de Violín ( 1945 ) y en otro de la primera de las
Siete Piezas para Piano ( 195 2 ) ( Ejemplo 9-8 ) .
después de fa muerte de Roldán y García Caturla. Ardévol

364 365
y el Conservatorio alumnos fundó en 1942 el Grupo de Renovación Musical, con
ensen� o' composición en forma privada Coen atono · · RoIdan
' ) el propósito de crear una escuela cubana de compositores "que
Municipal (más tarde rebautizado como nserv ) , que pudieran alcanzar el mismo grado de universalidad logrado por
y fundó la Orquesta de - Cámara de La Habana ( 1934 . otros países". El grupo incluía, entre otros, a Harold Gramatges,
de sus meJores
dirigió por dieciocho años. Junto con algunos Edgardo Martín, Julián Orbón, Hilario González, Argeliers
León, Serafín Pro y Gisela Hernández. La filosofía del grupo
EJEMPLO 9-8 Blas Galindo : (a) Sonata , �
e Violín, �- 21-� 9. Copy-
no era dogmática, pero se ponía énfasis en la habilidad · en e_l
.
nght 1950 por Ediciones Mexican as de Mus1c a; (b) Siete Piezas para
" . s Mexrcan. oficio y la competencia en conocimiento y tratamiento de la
composición. A pesar de la gran diversidad de personalidades
· t 195 5 por Ed1C1one as
P.iano, primera pi"eza, e. 1 -4 . Copyrigh
de Música. Utilizado con autorización. involucradas, el grupo expresó (a través de Ardévol, como su
portavoz y líder ) su profesión de fe en la libertad de cuaiquier
(a) (Allegro ·=120)
� � .. +- +- 'f!:.--;:--.. 25�.. tendencia. Aunque ninguno de sus miembros pretendía escribir
música nacionalista, expresionista, atonal o politonal, en su
fervor por colocarse en la órbita de la música contemporánea,
A 21
-

-
ellos identificaron al principio al movimiento neoclásico como
Violin
., n!f
una de las tendencias más adecuadas para sus propósitos. Por
cresc.

1
t:
- otra parte, el neoclasicismo les permitió asimismo poner en

-
;¡ .

{
A

-...... práctica su cabal adiestramiento en la teoría y las técnicas tra­


1
., 1
------
1

n!f
dicionales de la composición. "Nuestro neoclasicismo", escribió
cresc.
:
.,,. .. Ardévol, "tenía también un tanto el carácter de un taller de
adiestramiento" 5•
..,..
> 30 Ardévol ha sido un compositor prolífico. Su creación com­
pleta comprende sobre noventa obras en · todos los género�, con
excepción de la ópera. Sus obras anteriores a alrededor de 1930
( música de piano y de cámara ) muestran diversas influencias,
f

desde Scarlatti hasta Debussy y Stravinsky. De 1930 a aproxi­


madamente 1936, se reveló como un experimentalista radical
en unas pocas obras, escribiendo en un estilo atonal o con el
método dodecafónico. El mismo ve · el año 1936 como el que
f

marca el comienzo de una sencillez estilística autoimpuesta, en


> la cual juegan un cierto rol elementos españoles y cubanos.
Su Música de Cámara para seis instrumentos (flauta, clarinete,
fagot, trompeta, violín y cella ) , en cinco movimientos, ilustran
este estilo. El título del primer movimiento -"Ricercar"- es
(b) Allegro J._ 104
- sintomático de la empatía del compositor por las más viejas

�t:
{
....
P / :_- 'f!:. �f �
5. José Ardévol, Introducción a Cuba: la música (La Habana: Ins­
tituto del Libro, 1969) , p. 92.

366 367
formas y técnicas. Es u? tipo fI?itativo de ricer�ar que d�s­ partes, basado en una clara impresión tonal de comienzo a fin
pltega un contrapunto bien equilibrado. �os amplios saltos rn­ (ver la parte del bajo), a pesar . de sus disonancias augura
terválicos (séptimas y . n<;>ve?-as) de 1� primera parte del tema sobresalientemente el desarrollo estilístico de Ardévol en los
y las cinco entradas im.1tativas , en. diferentes notas crean un próximos quince años. La Sonata a tres N9 1 , para oboe, cla­
contrapunto disonante, r!: co y ntmicamente . moderno. Los ele­ rinete y cello, es tratada como una trío sonata barroca en cuanto
mentos cubanos y espanoles aparecen l? ªr�icularl;?ente . en los a la instrumentación (dos instrumentos con la melodía y up
tres últimos movimientos. El tercer movimiento, Quas1 � aba­ instrumento bajo de acompañamiento) y a la forma (comienza
nera", es una habanera estilizada rítmicamente (con figuras con un movimiento lento y predominan las formas a dos
como r.--1 n y � ) pero su contrapunto y armonía partes). No obstante, el cello no desempeña una función de
' acompañamiento; más bien participa totalmente en las imita­
descubren una sonoridad neoclásica. Rasg?s . españoles apa�ece� ciones constantes y sistemáticas y en la elaboración contrapun­
principalmente en la forma de algu nos upicos patrones ntm1- tística que se repiten a lo largo de la obra. Otros componentes
cos del cuarto movimiento ("Fanfarria") y en el efecto de neoclásicos del estilo de Ardévol en estás sonatas son su diso­
hemiola del "Finale". nante linealidad, sus ostinatos y el colorido tonal estático. En
La total adhesión de Ardévol al neoclasicismo en las déca:Ias el ballet Forma, para coro a cuatro, cinco y seis partes y or­
de 1930 y 1940 puede vers.e mejor .en obras como. la Sonatrna questa, las voces intervienen al modo de los antiguos dramas
para piano (1934), las primeras crnco d� las seis Sonatas a griegos, comentando la acción sin participar en ella. El carácter
tres ( 1937-1946), los dos Concerti �rossi 0937), el ba_�,et estático . de la armonía en las secciones corales también pertenece
.
Forma (1942) y el Concierto para Piano, Vientos Y. Per�s10n a las técnicas neoclásicas (como en la Sin/onía de los Salmos )
(1944). Los ocho compases del ;omienzo de la Sonati�a (EJem­ de Stravinsky.
plo 9-9) (ritornello), con su . contrapunto de Bach. a cuatro
Entre los numerosos discípulos de Ardévol asociados con el
Grupo de Renovación Musical, Gramatges, Mar:tín, León, Gon­
EJEMPLO 9-9 José Ardévol, Sonatina, primer movimiento, c. 1-8 . zález y Orbón pueden ser mencionados brevemente. Mientras
© 1955, Elkan-Vogel, Inc. Utilizado con autorización. casi toclos ellos cultivaron un estilo neoclásico combinado a
menudo con un neonacionalismo a comienzos de sus carreras
(década del 40), en las décadas siguientes siguieron sendas
Larghetto

completamente diferentes (ver Capítulo 1 O).


Hai:old Gramatges (n. en 1918) estudió con Roldán y
Ardévol en el Conservatorio Municipal de La Habana. En 1942
siguió en Berkshire el curso de verano profesado por Aaron
- Copland. Aun en - sus primeras obras; escritas, en 1940, se
muestra su inquietud esencial por el dominio de las técnicas
de composición. Después de un neoclasicismo muy severo, �asi
ascético, se volvió hacia un nacionalismo refinado y substan­
cialmente elaborado.
Edgardo Martín (n. en 1915), cuyas primeras obras impor­
tantes fueron escritas después de 195 0, manifestó un temprano
interés en una expresión cubana dentro de un estilo contero-

368 369

·--------. -·- -- -- --'------·-·


pqráneo. En sus cuatro Fugas para orquesta de cuerdas ( 1947 ) , cubano de _ la tradición española" 6, la perspectiva de Orbón lo
Martín combina un estilo tonal y contrapuntístico con patrones ha hecho ( junto con Aurelio de la Vega) el compositor cubano
rítmicos asociados con la música folklórica y popular · cubana. más destacado de su generación. Sus obras tempranas ( media­
Estos no sólo incluyen ritmos con punto, figuras sincopadas dos de la década de 1940) revelan su inclinación hacia el estilo
contra pulsaciones de semicorcheas regulares, sino también el español neoclásico, tal como fue desarrollado por De Falla y

J . J. J =
los hermanos Halffter ( especialmente Ernesto ) . Caracterizan
llamado tresillo cubano ( 2/4 nn ) . Fran- este estilo procedimientos más bien clásicos, expresión directa,
camente, las fugas de Martín no son muy elaboradas. La Fuga pero intensa y energía rítmica. La Tocata ( sic ) de 1943, en
IV, a cuatro voces, por ejemplo, tiene una exposición completa tres secciones ( "Preludio", "Cantares", "Sonata" ) , no es la pieza
virtuosística que se asocia por lo general con ese género; está
y un breve episodio central, pero le faltan otros recursos de la escrita más· bien en el espíritu de Frescobaldi, con contenidos
fuga como el contrasujeto y el stretto, y · su armonía no está melódic�s exp�esivos, secciones contrastantes y, en ocasiones,
muy elaborada. Otra obra car"acterística de este período, los tensas disonancias. El compromiso de Orbón con el movimiento
Seis Preludios para piano ( 1949 ) , recurre a diferentes técni; · neoclasicista español se muestra asimismo en obras como la .
cas, pero mantiene el sabor local, si bien transformado. Esas Sonata para piano de 1942 ( "Homenaje a Soler" ) , la Snite de
técnicas incluyen, sobre todo, una vaguedad tonal creada por Canciones de Juan del Encina para coro a cappella ( 1947 ) y el
disonancias érecientemente complejas y hasta por bitonalidad. . Homenaje a la Tonadilla, divertimento para orquesta. Sin ero-
Argeliers León ( n. en 1918 ) , aunque discípulo de Ardévol, . bargo, con las obras escritas después de 1950, las tradiciones
fue fuertemente influido durante las décadas de 1930 y 1940 hispánicas se hacen gradualmente menos manifiestas. El parece
por el nacionalismo musical de García Caturla y Roldán ( ver haber estado buscando en esa época un lenguaje más personal
más tenso armónicamente y menos entregado a la tonalidad'.
Capítulo 5 ) . Durante los años 60 se orientó hacia el .serialismo, Ejemplos de tal tendencia se encuentran en sus Tres versiones
aunque sin abandonar sus fuertes sentimientos nacionalistas. sinfónicas ( 195 3 ) y otras obras hasta sus Cántigas del . Rey
En un grado menor, Hilario González (n. en 1920) también ( 1960 ) .
compartió esos sentimientos. Ya en 1938 escribió sus Tres Pre­
Una figura especialmente importante cuyas primeras obras
ludios en Conga y Danzas C11,banas, esta última orquestada ·en
aparecieron en los años 1940 es el compositor, director y maes­
1945. Los preiudios utilizan ritmos cubanos folklóricos y po­ tro panameño Roque Cordero ( n. . en 19 17 ) . Emprendió sus
pulares en una armonía notablemente disonante ( ver Capítulo estudios musicales avanzados en Estados Unidos ( 1943-1950 ) :
5 ) . Su Sonata para piano ( 1942 ) muestra una gran preocupa­ composición con Ernest Krenek y dirección orqu�stal con Mi­
ción por la escrituq. lineal. tropoulos, Chapple y Barzin. Después de su regreso a Panamá
El integrante del grupo más joven y más independiente, en 1950, Cordero llegó a ser profesor de composición en el
Julián Orbón ( n. en 1925 ) , fue también el primero en retirar­ Instituto Nacional de Música. Durante los quince años siguien­
se de él. Nacido en España, se trasladó a La Habana en 1940 tes contribuyó substancialmente a la organizatión de la vida
y estudió composición con Ardévol. Consumado pianista, ofre­ musical profesional en Panamá. Aunque siguió la orientaéión
ció frecuentes recitales en La Habana. Tamb1én estudió com­ nacionalista en varias de sus obras tempranas ( tales como Ca-
posición avanzada con Copland en el Berkshire Music Center
en el verano de 1945. Su asociación con el Grupo de Renova­ 6. Alejo Carpentier, La Mttsica en Cuba (México : Fondo de Cultu­
ción Musical duró de 1942 a 1949. Básicamente, "heredero ra Económica, 1 946 ) , p. 341.

3 70 371
pricho Jnteriorano 1939; Sonatina_ Rítmica, 1943; Obertura A pesar de la originalidad individual de tal estilo
Panameña N9 2, 1944; Ocho �iniaturas, 1948; Rap;odia Cam­ cimiento internacional de Cordero, que llegó dura , el recono­
nte
pesina, 1953), lo hizo comb:1:�ndo elementos . nac10nales , c?n de 1950 y 1960, se debió substancialmente a su estilolas décadas
técnicas modernas . de composic�on. El �º . consider� su musica basado en una utilización libre de los métodos posterior,
deliberadamente nacionalista m la clasifica en ninguna otr_a dodecafónicos.
tendencia. Su actitud independiente está expresada en los si-
guientes términos:
EJEMPLO 9-10 Roque Cordero, Sonatina Rítm
ica, primer mov1m1en­

Si un compositor es sincero consigo mismo y con sus


to, c. 26-33 . Copyright 1954 por Roque Cordero.
Utilizado con auto­

semejantes . . . su música , (por ser suya) pres�ntará �a­


rización.

racterísticas nacionales mas o menos claras -figuras nt­


micas, perfiles melódicos, etc.- sin que de ello resulte
Meno mosso P= 140
necesariamente un producto local. En tal caso, el autor . . .
creará una obra con fuerte carácter nativo, pero con un
mensaje espiritual que . se comunica al � nive!so, obte­
-
niendo así un arte nac10nal, pero no nac10nahsta en el
sentido estrecho del término •
7

Las características nacionales de las obras, te1;11pranas de C�r­


dero se expresan a través de elementos ntmicos, en _ especial
aquellos de danzas típicas panameñas como la . me7orana o . el
,
tamborito. El suyo no es, . sin embar_g� , un estilo folklonsti50
-====
.
y abiertamente nacional, sino un ,or1�mal lenguaJe p�n�meno
moderno. Lo ilustra _ la Sonatina Ritmica, en t�es movimientos.
La escritura es tonal, aunque a veces la tonalidad se oscurece,
fundamentalmente por fluctuaciones tonales, frecuentes �cordes
alterados y agregados cromáticos en los m�tivos melódicos.. A EL AREA ANDINA
veces se dan modulaciones ª. tonos muy . distantes en el ciclo
de quintas (Ejemplo 9-10: Si �enor a , S: bemol menor� .c�mo Entre las naciones andinas que vieron la producció
,
resultado de la secuencia melodica). Tip1cos patrones ntmicos portantes composiciones no nacionalistas durante las n de im­
décadas de
1930 y 1940, Chile ocupa una posición señera. Los
de acompañamiento de la niejora�a! tal_es como 6/8 ... � J otros países
_n) -.Colombia, Ecuador, Pe.rú y J3Qii'7_ia.--= pr�staron_
J J. - �-- , 0 figuras melódicas rítmicas como 6/8 J J>
en esª _ é_w�a _
r11 , más · esfrec:fia atención al nacionalismo musical,
no
que, simultáneamente, varios compositores de . esos obstante
se repiten especialmente en . e� primer y tercer movimientos. inspiraron en otras tendencias estilísticas. Por ejem países se .
Los diseños formales son trad1c10nales: . a�egro en for�a sonata, plo, en Co­
lombia, Carlos Posada-Amador (n. en 1908) culti
forma canción y rondó, en los tres movimientos, respectivamente. vó un estilo
impresionista en los años 30; Roberto Pineda Duq
f 1910) escribió muchas obras corales religiosas y ue (n. en
en la década de 1940 que mostraban un estilo de órgano
(con todo, en décadas posteriores apareció como conservador
7. La afirmación en Clave, Revista Musical Venezolana, N9 5 ( abril 1

defensor de
195 7 ) , 13.

372
373
las técnicas dodecafónicas); y Santiago Velasco Llanos (n. en buyó significativamente a la organización del· profesionalismo
1915), quien estudió en Chile con Santa Cruz y escribió en musical en Chile: el Instituto de Extensión Musical de la Uni­
un lenguaje neoclásico. (Las obras más importantes de los tres versidad de Chile, creado en 1940. Institución promocional,
fueron, empero, escritas más tarde.) fundamentalmente, dedicada a ampliar las actividades musicales
En Perú, Rodolfo Holzmann, más aun que Andrés Sas, inició en el país, los mayores logros del Instituto comprenden la
una contracorriente al nacionalismo, poniendo en contacto a creación de una orquesta sinfónica, un coro, un conjunto de
sus muchos alumnos con los diversos estilos europeos contem­ ballet y agrupaciones de música de cámara, y el estímulo de
poráneos. Aunque Holzmann cultivó algunos aspectos del estilo la composición musical a través del establecimiento de un
peruano indigenista (ver CapítulQ 6), sus obras tempranas de concurso anual de composición. Ya en 1941 se fundó una
la década de 1930 y también las de ]os años 40 y 50 exhiben orquesta que llegó a ser conocida como la Orquesta ·sinfónica
características de estilo enteramente distintas. De formación y de Chile. El mismo año se establecieron un cuarteto de cuerdas
temperamento europeos, fue influido por el énfasis de Hin­ y una escuela de danza. A fines de la década del 40 se estable­
demith en la habilidad en el oficio dentro de la profesión de cieron premios . anuales de c;omposición y festiva'ies bianuales
compositor y por el nuevo sistema tonal del mismo músico. de música chilena, bajo los auspicios del Instituto. El primer
Algunas de las más reveladoras obras de Holzmann en la déca­ director artístico de la Orquesta fue el notable conductor Ar­
da de 1940 son Divertimento Concertante (1941) para piano mando Carv�jal, quien fue sucedido por Víctor Tevah. Ambos
y diez instrumentos de viento madera, las Cantif!,as de la Edad fueron entusiastas promotores de la música chilena. En 1945
de Oro (1944) para pequeña orquesta, los Tres Madrigales el Instituto inició la publicación de la Revista Musical Chilena.
(1944) para voz y piano, la Primera Sinfonía (1946) y el Su longevidad (sigue saliendo en la década del 70) es una
Concierto para la Ciudad Blanca ( 1949) para piano y orquesta. realización sin precedentes en la publicación musical periódica
El Divertimento, en tres movimientos, trata al piano de mq_�o de América Latina. Además, el · Instituto llegó a ser una de las
solístico y lo combina eficazmente con los instrumentos :�e. más sólidas instituciones · de enseñanza de música en Sudaméri­
viento madera. El apego de Holzmann a la tradición se expresa · ca. Nü sólo ayudó a elevar los niveles de · 1a ejecución de música
a través de los diseños formales de 1� obra (forma ternaria), en Santiago, sino que contribuyó grandemente al establecimien­
procedimientos de composición (técniéás ., de desarrollo, canon, to en la Universidad de Chile de uno de los escasos centros
variaciones, polifonía) y adhesión general · al sistema tonal. Las de investigación musical en Latinoamérica, el Instituto de Ex­
Cantigas son una suite de piezas del Renacimiento orq�estadas tensión Music�l, que fue .fundado en 1946. El compositor y
en una vena moderna. Los Tres Madrigales, con textos de maest;ro Domingo Santa Cruz ejerció una influencia decisiva
poemas de Pablo Neruda, poseen melodías vocales expresivas en tod<_>s �s?; esfuerzos como primer director del Instituto, lo
y fuertemente tonales, acompañadas por líneas contrapuntísticas que co1nc1d10 con su desempeño como Decano de la Facultad
que se hacen más distintas a través de la diferenciación rítmica. de Bellas Artes (1932-1951) 8 •
El pentatonismo aparece muy frecuentemente, indicio del con­ Las obras más significativas y características de Santa Cruz
tinÜado interés del compositor en la música nacional peruana. fueron escritas durante el período en examen y también en la
Las décadas de 1930 y 1940 vieron un continuo desarrollo
de la vida musical chilena como resultado de los sólidos fun­ 8. Para una información detallada de las actividades de Santa Cruz
damentos colocados durante los años 2 0 (ver Capítulo 8). como administrador y como promotor de la música y los músicos
Después de las realizaciones de la Sociedad Bach bajo el lide- · chilenos, ver Robert Stevenson, "Chilean Music in the Santa
rato de Domingo Santa Cruz, todavía otra institución contri- Cruz Epoch", lnter-American M1tfic Bnlletin, N" 68 ( 1968 ) , 1-18.

374 375
dé¡;ada de 1950. Algunos de los elementos que habían figurado como una sinfonía en el estilo de mediados del siglo XVIII,
en su estilo de la década del 20 ( ver Capítulo 8) fueron lle­ esto es, una secuencia de tres movimientos con mucha textura
vados a su completa madurez durante el período 1930-1950, contrapuntística. El primer movimiento posee forma sonata,
como puede ser sugerido por el examen de unas pocas obras con un desarrollo del primer tema . dentro de la exposición y
en diferentes medios y de distintos géneros. Las Cinco Piezas antes de la presentación del segundo tema. El material temático
para Orquesta de Cuerdas, Op. 14 ( 1937) , elaboran rigurosa­ es característico en su amplio cromatismo y, en el primer tema,
mente algunos de los rasgos mencionados en relación con el en su sabor rítmico español ( Ejemplo 9-11) . El segundo mo-
Primer Cuarteto de Cuerdas de Santa Cruz, especialmente un
estilo rico y contrapuntístico con elementos técnicos y formales EJEMPLO 9-1 1 Domingo Santa Cruz, Sinfonía Concertante, primer
cercanos a las prácticas barrocas y clásicas. La escritura esen­ movimiento : ( a) tema I; ( b) tema II.
cialmente horizontal, con imitaciones, fugatos y cánones, gene­
ra a veces una armonía politonal. El compositor alterna pasajes
de textura tenue con otros de denso tejido, con cinco o más
w Jíl 8r 1 1 r
(a) Muy alegre y movido

voces · y secciones homofónicas y polifónicas. Notas agregadas , � t1J w ;, 1&r J\J J¡ 1 r


y cromáticas crean asimismo formaciones disonantes _de acordes.
Con excepción del último movimiento, las melodías son predo­
minantemente modales y bastante amplias. Ellas están a menu­
do acompañadas por motivos ostinatos, como en la segunda
f

¡ •01r -rTD t1tr 11c:n ,�r =r n , .w


pieza, "Inquieto y Doloroso", en la parte de cello. El último
movimiento, rápido y jubiloso, en forma sonata, contrasta con
los anteriores por su vitalidad rítmica. Los característicos mo­
tivos rítmicos ( en rápido ritmo ternario con figuras como
L. l 1 1 y n l n ) de ese movimiento han sido com­
p exp ress.

parados con la danza popular española ( aragonesa) conocida


como jota 9• Tales rasgos españoles son también evidentes en
muchas otras obras de este período de Santa Cruz.
La Sinfonía Concertante, Op. 22 ( 1945) , y los Preludios
Dramáticos, Op. 2 3 ( 1946) , ambos para orquesta, ilustran más
ampliamente la adhesión consecuente de Santa Cruz a la heren­
cia . del .. arte musical . occidental. .. La. primera. obra requiere flauta
solista y otros instrumentos de viento concertantes ( oboe, dos
clarinetes, fagot, dos cornos franceses y una trompeta) , y una
orquesta "ripieno" a la manera del concierto grosso, que in­
cluye cuerdas y piano. Pero estructuralmente la obra aparece

9. Cf. Vicente Salas Viu, ºLas obras para orquesta", Revista Musical
Chilena, W' 42 ( diciembre 195 1 ) , 23.

376 377
vimiento presenta la forma ABA. El tercero sigue la forma Op. 19; y Bgloga, Op. 26, ya mencionada, escribió Cinco Can­
rondó, lo que permite al compositor tratar este movimiento ciones, Op. 18, para coro masculino; Cantares de la Pascua
casi como un concerto grosso, pues facilita la presentación de Op. 2 7, par� coro mixto; Seis cancione� , de primavera, ·Op. 28:
un ritornello orquestal que contrasta con las secciones episódi­ par� co!o mixto. En su forma y expresi�m, los Tres madrigales
cas alternantes. El carácter barroco del movimiento está refo r­ se rnspiran en alto grado en los madrigales de Monteverai 1º.
zado por el tratamiento contrapuntístico sistemático del material Altamente dramáticas, estas composiciones (con textos del com­
tematico.
, positor) combinan un contrapunto expresivamente armónico
.

Con los Preludios Dramáticos ("Presentimientos", "Desola­ con diseños melódicos semejantes a recitativos (Ejemplo 9-12).
'":'

ción", "Preludio Trágico"), Santa Cruz reveló sus . cualidades El Opus 28 (1950), que comprende canciones, madrigales y
como orquestador, aunque retornando a la armonía altamente un villancico, está escrito en un estilo más diatónico' más sen-
cromática y wagneriana de algunas de sus obras tempranas. � illo y más �la�o. Esta sencillez, sin embargo, no disminuye las
.
La atmósfera wagneriana del segundo Preludio es especialmente intensas expresiones del amor, la tristeza, la muerte y la natu­
excepcional en las obrás de Santa Cruz de la década de 1940; raleza, que transmite el texto ( que es del mismo autor).
dicho clima está comunicado a través de melodías cromáticas Otros compositores de la generación de Santa Cruz contribu­
de amplio registro, de tonos no armónicos, alejados o no re­ yeron al desarrollo musical de Chile. Jorge Urrutia Blondel (n.
sueltos, y extendidos cambios en los timbres, con maderas y en 1905) fue ciertamente el más activo promotor de las insti­
bronces que juegan un impqrtante papel en la presentación tuciones musicales · chilenas, después de Santa Cruz. Abogado
del material temático o de motivos. El cromatismo sistemático de profesión, estudió música con Pedro Humberto Allende y
y las armonías altamente disonantes del último Preludio pro­ con Santa Cruz. En los años 20 fue miembro activo de la So­
ducen a veces una falta de centros tonales claramente manifies­ ciedad Bach. Vivió en Europa por tres años (1928-1931), e�­
tos, recordando el estilo p:mtonal de Schoeaberg de la primera tudiando composición en París con Charles Koechlin, Paul
parte del siglo. Dukas y Nadia Boulanger, y en Berlín con Hindemith y Hans
Dos obras importantes de Santa Cruz de los últimos años Mersmann. Llegó a ser profesor de composición en el Conser- .
de la década del . 40 -la Segunda Sinfonía para Orquesta de vatorio Nacional después de su regreso en 1931. También ha
. 1

Cuerdas, Op. 25 (1948), y Bgloga, para soprano, (:oro mixto estado estrechamente asociado con el Instituto de Extensión
y orquesta, Op. 26 (1949)- sintetizan su estilo hasta ese Musical y la Facultad de Ciencias y Artes Musicales, ambos de
tiempo, sobre todo su predilección por una escritura contra­ la Universidad de Chile. Aunque prestó alguna atención al
puntística neobarroca. La relativa falta de atención al color ins­ nacionalismo musical, aparece en general como un compositor
trumental o a la escritura virtuosística para los inst;rumentos postimpresionista. Sus composiciones no nacionalistas más im­
refleja la gran preocupación del compositor por otros elemen­ portantes comprenden el ballet La guitarra del diablo ( 1941),
tos técnicos como el contrapunto y la forma. Desde un punto Pastor_al de Alhtté (1942) -homen�je a Maurice Ravel- y
de vista estético, la música de Santa Cruz exhibe un carácter la Suite N9 3 para orquesta ( 1948). Mientras el ballet y la
dramático pero discreto, expresado en términos puramente mu­ Pastoral abundan en técnicas musicales impresionistas, la Suite.
sicales. Penetra a menudo sus obras instrumentales o vocales revela una tendencia hacia el neoclasicismo.
un sutil matiz latino (hispánico).
Por último, las obras corales. de Santa Cruz de la década del .
40 po¡¡lrían ser singularizadas como una expresión especial de
su actitud estética. Además de la Cantata de los Ríos de Chile,
10 . Cf. Alfonso Letelier, "Las compos1c1ones corales de Santa Cruz",
Revista Musical Chilena, NQ 42 (diciembre 195 1 ) , 5 0-5 1.

378 379

· - · · ···---
EJEMPLO 9-12 Domingo Santa Cruz, Tres Madrigales, Op. 1 7 : ( a )
"La Mala Nueva", c. 1-9; (b) "Barcos Quietos", c . 1-3. Copyright i J ...
�l j
(b) 69

) J J ;IJ J 3
p(como recitando)
1960 por Domingo Santa Cruz. Utilizado con autorización. j
Muy lento JLso El hu - mo se a • so • ma blan co el hu • mo se
s
mo es • pa • da quun la nie bla
Alfonso Letelier ( n. en 1912) fue muy prolífico durante el
Al
A2 período que examinamos. Estudió composición con Allende en
• 1

el Conservatorio Nacional. En 1940 fundó la Escuela .de Músi­


-: 1
r r r---r
: 1

ca Moderna, que dirigió él, y creó el Conjunto de Madrigalistas


de esa escuela. Pertenece a la generación de compositores chi­
Co mo es pa da que en

lenos clasificados a veces como "formalistas" 11, a causa de su


Co me es pa da

T
B adhesión a los propósitos estilísticamente objetivos del neocla­
sicismo. Entre las numerosas obras de Letelier de las décadas
pp ------­

:' de 1930 y 1940, los Sonetos de la mue·rte ( 1942-1948) , para


Co

. .,¡
. soprano y orquesta, y las Variaciones para piano ( 1948) resu­
·¡

5
men los elementos más típicos de su estilo. Al musicalizar los
pp
i)
t;

bien conocidos sonetos de Gabriela Mistral (poetisa chilena


--­ ·!

ganadora del Premio Nóbel en 1945) , profundamente espiri­


lle . :J

tuales, desolados pero absolutamente expresivos, Letelier íogra


sie ga _____ vi das lle •

describir la substancia dramática de los poemas. Para esto recu­


r rre a una voz de soprano solo y una gran orquesta, tratada co­
mo pareja igual a la voz, que le responde o reacciona ante ella 12•
Los dos primeros sonetos siguen una forma sonata libre, mien­
la nie ga vi

tras que el último combina el material temático principal de


que en la nie bla sie ga vi

-------- los anteriores. La línea vocal está tratada como un recitativo


ga vi
libre con gran sensibilidad para la tensión expresiva del texto;
a menudo posee el carácter de "melodía sin fin1'. La expresión
mo es . pa que�en la nie • bla sie . .

dramática es transmitida también a través de armonías aiso­


-----·
.

if
nantes y densas, uso frecuente de la politonalidad, niveles diná-
1

.. micos· contrastantes, ostinatos, ·pautas títmícas it.tegulares y


efectos instrumentales especiales.
1 gÓ la nue va

la nue va
1
11 . Cf. Roberto Escobar, Músicos sin pasado ( Santiago : Editorial
------- # Pomaire, 1971 )' , p. 141-44.
12 . Cf. Jorge Urrutia Blondel, " «Los Sonetos de la Muerte» y otras
1

obras sinfónicas de Alfonso Letelier" , Revista Musical Chilena,


lle nue va
.
, ·:
1 das '·

lle · gó la nue va
N9 109 ( octubre-diciembre 1969 ) , 16 y sig.
das
1

1,

1
das lle · gÓ la nue
-------
va
381
. Un estilo más francame1:1te neobarroco, emparentado con el EJEMPLO 9-1 3 Alfonw Letelier, Variaciones en Fa : tema, c. 1-14 .
de Hindemith, empapa las Variaciones para piano en Fa mayor. Copyright por Barry & Cia. Utilizado con autorización de Boosey &
Co nstituida por un tema, diez variaciones y un final, la obra Hawkes, Lnc. Agentes exclusivos.
recurre en cierto grado a elementos de la suite barro ca, puesto
que · varias de las �ariaciones son danzas barrocas estfli�adas
(giga, allemande, rr;muet, g�vota) . . Las textur�s hon;iofomca y
contrapuntística estan combrnadas, y predo mrna la forma . a
do s partes (pero frecuentemente dispuesta en la forma bar
aab) . El Ejemplo 9-1� reprodu�e el tema, cuya forma bar ar­ ·';
:"
f

mo nización tonal y bitonal, primera parte modal (c. 1-8) y f


segunda parte tonal (c. 8-1� ), son �ig_nos de se� ano tados. L�s
· variaciones hacen uso de .diversas tecmcas, especialmente la fi­
guración o•rnam ental, desarrollo contrapuntístico y armónico y
alguna vanaoo ntmica
n
1

El compositor chile�o qu� ha ganado una reputación más


•, , • 13

.amplia fuera de su pais es, srn duda, Juan Orrego-Salas (n. ep.
1919), director del Latin American Music Center de la Uo}­
versidad de Indiana desde 1961. Se graduo en el Conservatorio
Nacional donde hizo sus estudios de composición con Allende ·. i
1

y Santa Cruz. Después de varios años de actividad co mo direc­


tor del Coro de la Universidad Católica y catedrático de Histo ­
1

ria de la Música eri · el Conservatorio , siguió estudios de gradua­


do en los Estados Unidos con becas Rockefeller y Guggenheim
(1944-1946). Randall Thompson y Aaron Copland fuero n sus
profesores de , composición; Pa1:I Henry Lang y George He�Z?fo,
de musicolog�a. En 1947 llego a ser pro fesor de compos1c10n
en la Universidad de Chile, desempeñándose al mismo tiempo
co mo editor de la Revista Musical Chilena (1949) y enseguida
poco rall.

como director del Instituto de Extensión Musical. La vasta crea­
ción de Orrego-Salas, que comienza en la década de 1940 14,
1
1

incluye más de setenticinco obras en todos los género s mayores

13 . Un completo y cuidadoso análisis se entrega en María Ester


Grebe, "Las Variaciones en Fa para piano de Alfonso Letelier", (co n excepción de la gran ópera) y todos lo s medios. Afinas
Revista Musical Chilena, W' 109 (octubre-didembre 1969 ) , 3 3- de sus obras más características del período de 1940 a alrede­
dor de 1952, s':)Il la S onata para violín y piano (1945), la
1

46.
Ca1:tata de Navidad (1945), Canciones castellanas ( 1948), las
1

14 . Sus primeras obras datan realmente de 1936-1938, pero ellas


han sido retiradas por el compositor. Smtes Nos. 1 y 2 para piano (1945 y 1951), la Obertura festi-
1

i
1

382 383
_; 1
�L___
v4. ( 1947), la Primera Sinfonía (1949), el Concierto para pia­ EJEMPLO 9-14 Juan Orrego-Salas, Suite N9 1 para piano, Op. 1 4 :
no (1950) y Rústicas para piano ( 1952). La primera suite "Fuga" : ( a) c . 1 - 1 0 ; ( b ) c . 42-44. Copyright 1 9 5 3 Barry & Cia.
para piano ilustra adecuadamente el temprano estilo neoclásico, Utilizado con autorización de Boosey & Hawkes, Inc. Agentes ex­
enraizado en vasto grado en el estilo de fuga de Bach. La suite clusivos.
está integrada por un preludio, interludio, fantasía, interludio
y fuga, y revela simultáneamente la preocupación del composi­
tor por las técnicas tradicionales de composición y su dominio
de ellas; éstas, sin embargo, son tratadas libremente y en forma
totalmente personal. La fuga a tres voces, por ejemplo, posee
una exposición regular (Ejemplo 9-14a), pero su estructura
tonal (con modulaciones inesperadas) es muy libre; particu­
larmente característica es la última armonización (Ejemplo 9-
14b) con su sonoridad arcaica, efecto de un uso sistemático de
quintas paralelas abiertas.
Un estilo clásico más arcaizante anima . las Canciones caste­ . !
llanas, Op. 20, de Orrego-Salas, para soprano y conjunto de
cámara (flauta, clarinete, corno inglés, trompeta, viola, cella,
arpa y percusión). Las cinco canciones tienen textos de la tem­
prana poesía renacentista luso-hispánica (Gil Vicente, Marqués
de Santillana y Juan del Encina). Predomina una escritura lineal
y modal. Está presente una .típica intensidad rítmica de Orrego­
Salas, que incluye pasajes polirrítmicos en la tercera canción,
"El ganadico". Dos de las canciones siguen la estructura del vi­
llancico español (coplas y estribillo). El conjunto instrumental,
bien escogido para la recreación de las sonoridades del Renaci­
miento, tiende a ser tratado en un estilo concertante. Los ins­
>

trumentos que llevan la melodía, la mayor parte del tiempo,


entregan un contrapunto sutil a la línea vocal. Las combinacio­
nes de timbres son ingeniosas y original�s. Como sucede con ;
las de Santa Cruz, en ésta y otras obras de Orrego-Salas de este
1
1
período aparecen ocasionales rasgos españoles, tales coino figu­
raciones tipo arabesco y patrones rítmicos que alternan entre
los metros de 3/4 y 6/8.
lt (b)

Durante las décadas de 1950 y 1960, Orrego-Salas volvió más


a menudo al medio orquestal. Sus primeras obras mayores, sin
embargo, fueron escritas a fines de los años 40. La Obertura
1

festiva, Op. 21 (1948) y la Sinfonía N9 1 (1949) revelan su


dominío de la orquestación. Al contrario de Santa Cruz, la suya

384 385
es u�a escritura orquestal v:ir�osística, muy llena de e�lorido; gramáticos, su promoción militante de las técnicas seriales de
cómo lo revelan sus obras sigmente-s, en las cual�s experimento Schoenberg y su consecuente campaña contra el nacionalismo
con la orquestación. musical lo convirtieron en un pionero singular de la vanguar­
dia en Latinoamérica. Hasta mediados de la década del 30, Paz
cultivó un estilo esencialmente neoclásico, que en su fase más
ARGENTINA Y URUGUAY madura (c. 1927- 1934) se caracteriza por una escritura profu­
samente contrapuntística y por una armonía politonal y en oca­
Mientras que el neoclasi<:ism� fue seguido 12or la mayoría siones atonal (Tres piezas para orquesta, 1930; Octeto para ins­
de los compositores no nacion.ahstas en �&e�trna y Ur':g:1ªY trumentos de viento, 1930). Las piezas para piano Tres inven­
duraQti el período que examrnamos, la mus1ea . dod. caf?n: ca, ciones a dos voces ( 1932 ), Tres movimientos de 11jazz" ( 1932)
considerada en la década de 1930 c�mo la �endenc1a mas <;
ra�ical y Tercera sonatina ilustran su tendencia neoclásica. Junto a la
en la composición music�, encontr� su primer defensor latrno­ escritura lineal, que recurre a diversos recursos contrapuntísti­
americano en el compositor argentrno Juan Carlos Paz. Como cos tales como el contrapunto invertible, doble y el llamado
se ·mencionó ·en el · Capítulo 8, Paz participó en la fundación rücksichtsloser (sin respeto por las consideraciones armónicas),
del Grupo Renovación, el propósito básico de cuyos integran­ estas piezas revelan un lenguaje melódico y armónico que con­
tes era promo:ver la m�sica .�e cada u°:o �� ellos a través d 1 duce hacia el idioma dodecafónico de Paz en los años subsi­
mutuo evalúo crítico, eJecuc10n y publica�10n, y poner al dia 7
guientes. Básicamente es realizado por un cromatismo casi total
la música académica en su país. Ideas divergentes acerca del aplicado tanto a la melodía como a la armonía. La organización
mejor método para realizar tales propósitos llevaron a la rup­ melódica es fundamentalmente de motivos. En casos extremos,
tura del grupo. Paz se apartó de él, fundó los �onciertos de los motivos presentan una configuración angulosa y cromática,
Nueva Música (1937) y eventualmente su propio grupo, _co­ frecuentemente distribuida .en los registros más extremos, crean­
nocido como Agrupación Nueva . Música . ( 1944). Composi:o­ do de este modo discontinuidad melódic¡¡,, como, por ·ejemplo,
res . más jóvenes como Est:ban Eitler, Julio Perceva� , y Damel e n el segundo movimiento, "Spleen", de los Tres movimientos
Devoto se le reunieron. Mientras el Grupo Renovac10n favore­ de ''jazz". La estructura armónica sólo mínimamente implica
ció especialmente la promoc�ón de_ compositores neoclásicos co­
mo Stravinsky, Milha�d? Hrndem:th, C;opland y . De . ,Falla, la centros tonales, como resultado de acordes cromáticos amplia­
Agrupación Nueva MusI<? . fue mas �lla en la direccion �e la mente espaciados (Ejemplo 9-15 ). La estabilización armónica
vanguardia, sintiendo afrnidad especial con lo_s coml?ositores se asegura en tales casos a través de la recurrencia de estructuras
serialistas Schoenberg y Webern y con los experimentahst� co­ interválicas significativas (segundas y cuartas en el Ejemplo 9-
mo Varese Cowell y a finales de los años 40, Cage y Messiaen. 15) o a través de ostinatos.
Juan C;rlos Pa; � \ 90_1-1972), el co.n:i;ositor más radi<:al de Una segunda fase en el desarrollo esdlístico de Paz puede
su gene ración, estud10 piano y composic10n en Buenos Aires y percibirse en composiciones escritas por él después de 1934. Los
.
en París (con Vincent D'I°:�Y), pero fue . en gran medida auto­ métodos dodecaf ónicos utilizados de una manera libre y persa�
didacta. Aunque perman_e.c::10 en grado . import,ante . como una nal constituyen la base del estilo de esta fase, la que se extiende
fig1:1ra . independiente y �1slada y nu�ca proyecto. la 11:1agen pa­ hasta alred.edor de 1955. Sus primeras obras basadas en esos
triarcal de l cubano Ar�evol, sus .act1tud:s Y. su 1rrestr�cto en� ­ métodos fueron Primera composición en los 12 tonos, para flau­
siasmo por las nuevas ideas music�les eJerciero_n una rnfluencia ta, corno inglés y cella ( 1934); Segunda composición, para
beneficiosa en importantes compositores posteriores c� mo Ma1;t­ flauta y piano (1934-1935); Diez piezas sobre una serie de
rido Kagel. La oposición de Paz a los conceptos musicales pro- los 1 2 tonos ( 1935), para piano; Passacaglia, para orquesta

386 387
EJEMPLO 9-15 Juan Carlos Paz, Tres Movimientos de "Jazz" : "Pa­
f novenas y séptimas menores y mayores y a veces acordes más
se¿ por el bosque", c. 20-28. Grupo Renovación, 1934. complejos) y a establecer, aunque sólo momentáneamente, re­
ferencias a centros tonales, lo hicieron más emparentado con
Alban Berg. Sin embargo, siguió la defensa de Schoenberg de
20
una "emancipación de la disonancia". Las maneras en que Paz
utiliza la serie en una composición difieren radicalmente de las
manipulaciones de Schoemberg. Paz tiende a limitarse a las
formas "primera" ( P) y retrogradada (R) de la serie. Las for­
mas de inversión ( I) e inversión retrogradada ( RI) no apare­
cen nunca en sus primeras obras dodecafónicas; de igual mane­
ra, prácticamente nunca ocurre la transposición de la serie. La
"Balada N<? 2" de Canciones y baladas, para piano ( 1936-1937) ,
por ejemplo, está basada enteramente en la repetición con va­

I
riantes menores de P0 ( forma primera en el nivel "cero", no
25

transportada) , usadas tanto horizontal como verticalmente.


Una buena ilustración del tratamiento que hace Paz de las
:i técnicas dodecafónicas puede verse en la Tercera composición
en los 1 2 tonos, para clarinete y piano, dedicada a Henry Co­
well, quien la publicó en New Music Edition. Las cuatro sec­
ciones de la obra -"Toccata", "Tema con variaciones", "Can­
:_J

ción" y "Tempo de giga"- están basadas en la misma serie


.......
f> > ( Ejemplo 9-16) . Las formas P0 y R0 de la serie son utilizadas
en forma exclusiva a lo largo de la obra; no aparecen inversio­
>

nes o · transposiciones de ella. La disposición interválica de la


., serie básica señala algunos elementos de un acorde de novena
( ver notas 4-1-0-5 en el Ejemplo 9-16) , de un acorde de sépti­
ma ( 7-6-9-8) y de acordes de oncena y trecena ( 5-6-9-8-5-10-
1 1) . . Como contrario a Schoenberg, que generalmente evitaba
(P)

( 1936) ; Tercera composición en los 1 2 tonos, para clarinete y" cualquier implicancia de acorde o de tono en la distribución de
piano ( 1937) ; y Cuarta composición en los 1 2 tonos, para la serie básica, Paz utiliza octavas y acordes como tríadas, sép-
violín solo ( 1938):-
A menudo Paz ha sido señalado como seguidor de Schoen­ EJEMPLO 9-16 Juan Carlos Paz, Tercera composición en los 12 to­
berg tanto desde el punto de vista técnico como del estético. nos : serie fundamental de sonidos.
Sin embargo, aunque fue un gran conocedor de la obra de
Schoenberg ( como fácilmente lo atestiguan sus libros) , su con­
cepto de la tonalidad y de las técnicas dodecafónicas eran nota­
blemente distintos. Su tendencia a construir series de notas so­
bre patrones tonales ( triadas mayores y menores, acordes de
'º J t r
o

p
1

2 3

r
4

1J &
5

r tciiJ 1 �u J
V
.
9


10

J ª
11

388 389

. · :•;.¡ :_.'.; >


timas y novenas de modo deliberado, y repite notas de ia serie
(
EJEMPLO 9-17 Juan Carlos Paz, Tercera composición en los 12 to­
o las presenta fuera del orden. Como el clarinete es el instru­
(
f!,OS, segundo movimiento ( "Tema con variaciones" ) , c. 1-7. Copyright
mento de solo, la serie es muy a menudo tratada como una 1 943 por New Music.
unidad motívica en la parte de aquél. Esto es especialmente
(
:,

cierto en la segunda sección, "Tema con variaciones", que pre­


,:

senta cierta variedad en el manejo de la serie fundamental. El


tema de cuatro compases en el clarinete es una presentación
Andante mod:!rato

motívica autónoma de Po con sucesivas repeticiones de las notas


º� � 5------- 6 7 8 9 10
:e-..
espress
bp:

===-
3_4 '

-¡....;i-=-===-
.,.. /!. - ,

1 y 11 y prolongaciones de las notas O, 1, 5, 1 0 y 11 por pro­


11

.,
Cl.
!:==- . if
pósitos de fraseo. El acompañamiento de piano está construido
..... ¡,,...,
p
L-=�:;
p

sobre Ro, también con repeticiones de notas -8, 9, 1 y 2 (Ejem­


plo 9- 17). En las once variaciones y coda que siguen, la serie
ll� 8

sólo aparece en sus formas Po y Ro. La extensión de cada varia­ p 1

.,.
ción varía de dos a catorce compases. El procedimiento de va­
�-� 1
10 9 8 4 3

riación implica no solamente el perfil de las notas del tema en �


su forma retrogradada o a través de cambios de colocación de
(
V�

octava, sino también (y en forma especial) de su estructura (


rítmica. Por ejemplo, la Variación I ( compases 5-7) (Ejem­
ll rit.

plo 9-17) consiste en Ro en la parte del clarinete, con diferente (


figuración rítmica, aunque los compases 4 y 7 están relaciona­ r.,
-= ==-- pp _ . .

dos rítmicamente. En cada variación, el piano utiliza libremente b�


p
a tempo

los componentes de la serie, o por repetición frecuente de las


notas O por omisión de varias notas. Sin embargo, la continui­
o rit.

dad del material de la serie entre el tema y la variación I y entre


10 \

las variaciones, está asegurada. De este modo, en oposición a


(

la parte de clarinete que entrega una exposición completa de la P.P


serie en cualquier forma, la parte de piano consiste en frag­
(

mentos de la presentación de la serie. Ambas partes están, pues,


t. (

tratadas en forma totalmente independiente. Un aspecto intere­


11 �

sante de esta obra es su estructura general, que recuerda la suite


., 1
f==- PP

barroca. La breve y rápida tocata funciona como un preludio --¡ - -¡ -


introductorio, mientras que la giga, con característicos patrones
rítmicos en metro de 6/8 y amplios . saltos interválicos, finaliza
la obra. La tercera sección andante, "Canción", en tres partes
(

breves, recuerda un aria de una suite barroca por su carácter


rit.===�
(

claramente melódico (motívico). (


Otra faceta del estilo musical de Paz puede verse en una obra r (
como Rítmica ostinata, Op. 41 ( 1942),. para orquesta. Escrita (
(
390 391
(

�;
¡'

en• un estilo de "bravura", esta obra abunda en escritura virtuo­ complejo, que incluye una armonía intensificada y disonante
sística contrapuntística y rítmica. Esencialmente aparece como a menudo atonal y un original tratamiento del ritmo. Al mismo
un ensayo en polifonía rítmica. El título mismo indica la natu­ tiempo, muchas de sus obras muestran una clara simpatía por
raleza repetitiva de la obra, que posee el carácter de una exten­ la cultura musical española.
sa tocata en virtud del tempo rápido que domina de comienzo Julián Bautista (1901-1961) , que estudió composición en
a fin, las constantes figuraciones de corcheas y semicorcheas, España con Conrado del Campo y se estableció en Buenos Aires
los numerosos pedales y ostinatos y la brillante orquestación. en 1939, pertenece a la escuela neoclásica española de la década
Aunque Paz no recurre a la serie de doce sonidos en esta obra, de 1920 a la de 1940, y la tradición hispánica constituye su
el idioma armónico es completamente cromático y disonante fuente primaria de ideas y técnicas. Su estilo es predominante­
-empero con sugerencias de centros tonales temporales que son mente contrapuntístico, armónicamente avanzado y formalmen­
efecto de los constantes pedales que aparecen en diversas partes te tradicional. La educación musical regular de Guillermo
de la rica y densa textura orquestal. El ritmo está organizado Graetzer (n. en 1914) se realizó en Austria y Alemania, con
motívicamente y los diferentes motivos rítmicos se combinan von Knorr, Hindemith y Paul Pisk; dicha formación lo orientó
contrapuntísticamente, como también los motivos melódicos. De hacia_ el nuevo estilo tonal desarrollado por Hindemith. El tra­
ello resulta un contrapunto bastante complejo. Toda la orquesta bajo musicológico de Graetzer sobre la música coral y la músi­
es tratada de modo virtuosístico, con participación constante de ca del barroco tardío reforzó su afinidad con el neoclasicismo,
todos los instrumentos. �· como puede apreciarse al escuchar el Trío de Cuerdas de 1948-
Otros compositores argentinos representantes de la corriente 1951. Después de trasladarse a Buenos Aires, en 1930, enseñó
"internacional" en composición son Roberto García Morillo; en diversas escuelas y en la Universidad Nacional de La Plata
Julián Bautista, nacido en España; y Guillermo Graetzer, nacido y ejerció influencia en el campo de la educación musical.
en Austria. García Morillo (n. en 1911) comenzó a escribir en La música uruguaya comenzó en la década del 40 a mostrar
los años 30 un estilo personal, modernista y no nacionalista. señales de madurez y a lograr una reputación internacional,
Aunque completamente ecléctico en su actitud estética, sólo sus que durante las dos décadas siguientes se acrecentó gradual­
obras de la década de 1950 revelan una más nítida orientación mente. Los compositores más deseados durante el período en
hacia el neoclasicismo. La Tercera Sonata de Piano, Op. 14 examen fueron Carlos Estrada, Héctor Tasar (Errecart) y en
(1944-1945) , en tres movimientos, muestra un cromatismo li­ menor grado Guido Santórsola. Estrada (1909-1970) , que es­
neal característico, reforzado en numerosos pasajes por medio tudió en su ciudad natal de Montevideo y en el Conservatorio
de unísonos y registros contrastantes. Predominan las disonan­ de París, cultivó un sobrio estilo neoclásico basado en materia­
cias que causan las falsas relaciones y la armonía de cuartas. Las les -y formas heredadas de la tradición clásica. Su música inci­
reiteraciones del matedal melódico están casi siempre acompa­ dental para L'annonce faite a Marie de Claudel (1943) y Les
ñadas de sutiles variantes rítmicas. No hallamos . técnicas de iinT éf -ZeS autres de Verlain ( 1950 ) y sus numerosas· rriusica.li­
desarrollo extenso, pero los materiales temáticos apareen frag­ zaciones de poemas franceses muestran su prolongada relación
mentados en motivos y, por lo general, rítmicamente prolonga­ con la cultura francesa y su empatía por ella. En efecto, con­
dos. Con medios muy simples, García Morillo crea una gran quistó reconocimiento en París donde se publicaron varias de
vitalidad rítmica y una progresión melódica siempre atractiva. sus obras y donde se estrenó su Primera Sinfonía ( 1951) . Su
En otras obras del período, tales como Las pinturas negras de Sonatina N9 1, Op. 45, en tres movimientos, exhibe una escri­
Gaya (1939) , Tres pinturas de Paul Klee ( 1944) y la canta­ tura predominantemente contrapuntística a dos partes (prime­
ta Marín (1948-1950) , cultivó un lenguaje crecientemente ro y segundo movimientos ) , armonía cromática y patrones rít-

392 393
míe.os dinámicos y sincopados, en metro quíntuple a lo largo emigró a Uruguay a fines de la década de 1920 y pronto llegó
del primer movimiento. a ser el mejor defensor del compositor latinoamericano. Ha
Héctor Tasar (Errecart) (n. en 1923) escribió sus obras más prestado inapreciables servicios a la música latinoamericana no
importantes en las décadas de 1950 · y 1960, aunque su talento sólo a través de su propio trabajo de investigación en Argen­
precoz se destacó en la vida musical uruguaya en los años 40. tina, Uruguay y Brasil, sino también a través de su incans1ble
Estudió piano, armonía y composición en Montevideo. Una beca estudio de la música y los músicos de Latinoamérica. Fundó el
Guggenheim lo llevó a los Estados Unidos ( 1946-1948), donde Instituto Interamericano de Musicología, que mantuvo la publi­
estudió con Aaron Copland, Arthur Honnegger y Darius Mil­ cación de la monumental serie Boletín Latino-Americano de
haud. Con los dos últimos emprendió estudios más amplios · de Música (1935-1946), y la Editorial Cooperativa Interamerica­
composición en París, donde también estudió dirección orques­ na de Compositores, única en su género, que publicó numerosos
tal con Jean Fournet y Eugene Bigot. Una de sus primeras obras pianísticas, corales y de cámara de compositores de las
obras, la Toccata para orquesta (1940), fue estrenada por la Américas. Muy importantes han sido su concepto fundamental
OSSODRE (Orquesta del Estado Uruguayo) el mismo año. Una del americanismo musical, al cual hizo promoción en sus ·aife­
obra característica de su período temprano es la Sinfonía N9 2, rentes publicaciones, y su organización de presentaciones de
para cuerdas ( 1950). En ella, Tasar cultiva un estilo decidida­ música a lo largo del hemisferio.
mente modernista de enorme vitalidad rítmica, ricas fuentes
armónicas (frecuentemente en armonía basada en cuartas con
choques disonantes) y originales efectos dinámicos y de cuerdas.
La textura es predominantemente polifónica, con gran cantidad El más grande movimiento innovador en la composición mu­
de imit:ciones. Los diseños formales siguen modelos clásicos. La . sical brasileña en los años 30 y 40 emanaron de la agrupación
obra revela cierta espontaneidad en el constante flujo de ideas Música Viva, que apareció en 1931 bajo la conducción del com­
musicales y en la formidable fuerza impulsante de sus ritmos 15 • positor alemán Hans-Joachim Koellreutter. En su manifiesto
Después de haber vivido en Brasil por muchos años, Guido de 1946 el grupo proclamó su oposición al nacionalismo folklo­
Santórsola (nacido en Italia en 1904), se estableció y trabajó rístico: "En su . esencia [él] exalta sentimientos de superioridad
en Montevideo. Fue especialmente influyente como director y nacionalista y estimula las tendencias egocéntricas e individua­
ejecutante de cuerdas (violín, viola) y fundó la orquesta de la listas que dividen al hombre, creando · fuerzas destructivas" 16 •
Asociación Cultural Uruguaya y el Cuarteto Kleiber de Monte­ En un período de fuerte nacionalismo en el país, esta afirma­
video. Como compositor, cultivó un estilo basado parcialmente ción aparecía muy amenazadora. Para la mayoría de los compo::­
primero en la música folklórica brasileña y después en la uru­ sitores brasileños, ella simbolizaba una grave destrucción de
guaya. Sólo en obras siguientes recurrió al atonalismo y a las valores nacionales y una intrusión extranjera en el mundo mu_­
técnicas seriales. sical del país. Así, los propósitos de Música Viva fueron consi­
Una figura muy dinámica y activa en Montevideo durante derados por muchos como una campaña antinacional. La técnica
las décadas de 1930 y 1940 fue el musicólogo Francisco Curt musical que fue asociada con esa campaña fue el dodecafonis- ·
Lange (n. en 1903). Nacido y formado en Alemania, Lange mo, defendido por Koellreutter.
Koellreutter (n, en 1915) vivió en Brasil de 1937 a 1963
15 . Interesantes observaciones analíticas se hallan en Gustavo Bece­ y de nuevo desde 1974 y fue profesor de muchos compositores
rra Schmidt, "Sinfonía N9 2 para cuerdas de Héctor Tasar",
Revista Musical Chilena, N9 5 5 ( octubre-noviembre 1957 ) , 5-23. 16 . "Manifiesto 1946", Música Viva, N9 12 ( enero 1947 ) , 3.

394 395
brasileños, introduciéndolos a las nuevas técnicas · de composi­ doce so.ni�os, pero. no funcionan �orno una serie básica para
ción, en especial al serialismo. En Berlín y en Ginebra, estudió el mov1m1ento (Ejemplo 9-18) . Sin embargo, en la Primera
con Hindemith y con Scherchen, entre otros, pero en sus obras Sonata, Santoro adhiere a las técnicas seriales. Su segundo mo­
de las décadas de 1940 y 1950 prefirió los métodos de Schoen­ vimiento, por ejemplo, utiliza la serie básica en sus cuatro
berg. Al principio bastante dogmático en su tratamiento de la formas distintas. En otras obras; como la Segunda Sonata para
atonalidad y las técnicas dodecafónicas ( como en Música, 1941,
Noturnos, 1945, y Hai-Kais, 1942-1945 ) , las utilizó de un mo­ EJEMPLO 9-1 8 Claudio Santoro, Sonata para violín solo. segundo
do más personal en sus obras posteriores. Su influencia como movimiento, comienzo ( sin barras) . Copyright 1941 por Instituto
profesor de composición se hizo sentir en los tres centros más Interamericano de Musicología. Utilizado con autorización.
importantes para el futuro desarrollo de la nueva música: Río
de Janeiro, Sao Paulo y Salvador (Bahía) . Entre sus discípulos Alegro y bien ritmado )t 126
que en la década del 40 cultivaron un estilo no nacionalista,
estuvieron Claudia Santoro y César Guerra Peixe.
Santoro (n. en 1919 ) ha sido un compositor más bien ecléc­
f

tico. Después de egresar del Conservatorio del Distrito Federal


( 1936 ) , estudió con Koellreutter, quien lo introdujo en las téc­ P ==-·P
nicas dodecafónicas. En 1946 fue a estudiar a París con Nadia
Boulanger. Allí también estudió dirección orquestal con Eugene
Bigot en el Conservatorio. En 1948 fue el delegado brasileño violín y la Sonata para flauta y piano, ambas de 1941, el
al Congreso de Compositores Progresistas, en Praga; y la con­ compositor utiliza libremente aspectos esenciales del método,
denación del dodecafonismo como una "decadencia burguesa" pero mantiene continuamente reiteraciones del motivo y perio­
por ese congreso influyó en su evolución en la década del 50, dicidades rítmicas.
durante la cual abrazó un estilo nacionalista. Sin embargo, su Santoro recurre en algunas pocas de sus obras vocales a la
música temprana, escrita entre 1939 y alrededor de 1947, estuvo técnica del Sprechstimme. La canción sobre el poema de Alva­
orientada hacia el atonalismo y una técnica dodecafónica prag­ . renga Asa ferida ( 1944 ) , por ejemplo, apela por glissandos
mática. Casi todas sus primeras obras son abstractas, con excep­ · cadenciales en octavas disminuidas ( evocando así el Pierrot
ción de las semiprogramáticas lmpressoes de una fundifaO de Lunaire de Schoenberg) e incluye un pasaje recitativo al modo
ªfº ( "Impresiones de una fundición de acero" ) , para orquesta de Sprechstimme con la indicación de que debe ser interpretado
( 1942 ) . La Sonata para violín solo y la Primera Sonata para como "canción hablada" y de que los accidentes deben ser res­
y}c:>_lí1:1_ y: ¡.,fa!}o (ambas de 1940) produjeron reacciones adver­ petados.
sas de críticos y áJicionadós cuando - fiierori ejeciii:adas por pri­ Varias obras de San:toro escritas en la décaa.a de- 1940 han
mera vez en Río de Janeiro. La obra de solo está escrita en un sido etiquetadas como "dodecafonismo nacionalista"; incluyen
estilo atonal, pero mantiene la estructura de la sonata barroca. la Sonatina a trés ( para flauta, viola y cella, 1942 ) , el Primer
Predomina el -contrapunto a dos partes, excepto en el segundo Cuarteto ( 1943 ) , la Segunda Sinfonía ( 1945 ) , Música para
movimiento, que desarrolla una línea melódica simple. Aunque cordas ( 1946 ) y la Tercera Sinfonía ( 1947-1948 ) . Mejor pue­
la escritura es uniformemente atonal, la sonata no está orga­ den ser descritas como de orientación ecléctica, por sus estruc­
nizada , según el método dodecafónico. El comienzo del segundo turas clásicas, recursos. contrapuntísticos y vasta polifonía rítmi­
movimiento, por ejemplo, presenta un tema que empieza con ca como reminiscencia en ocasiones de la música nacional y

396 397

. ____..:J
efectos de original color tonal. Unicamente hacia la mitad de siva idea temática de diversas secciones siguientes. Con esta
la década de 1960 utilizó Santoro un serialismo restringido y obr�, Cosme se propuso "unir el contenido del poema con la
otras nuevas técnicas de composición. �ús1�a, la palabra y . �l gesto", pero eligió una simple línea
Si el rótulo de "nacionalismo dodecafónico" no es adecuado r1tm1ca para la_ narrac10n del poema en vez de incorporarlo en
para el estilo de Santoro en la década de 1940, se aplica correc­ una Sprechstimme schonbergiana, como había pensado hacerlo
tamente al de César Guerra Peixe (n. en 1914), decidido apo­ al principio.
logista del atonalismo y de la música dodecafónica en el Brasil Respecto a Vilia-Lobos, el período que examinamos puede
en ese tiempo. Con la instrucción y guía de Koellreutter, Gue­ extenderse hasta el fin de su vida ( 1959), y representó una
rra Peixe escribió varias obras basadas en las técnicas serialis­ fase menos experimental en su producción, con excepción qui­
tas, la primera de las cuales es la Sonatina 1944, para flauta y zás de . l� s Bac�ianas brasileiras (ver Capítulo 7). Dentro de
clarinete. Sin embargo, pronto comenzó a escribir lo que él un defm1do estilo neotonal, escribió muchas obras corales, algu­
mismo llamó una "rara clase de música", que de un modo con­ nas d� las _ cu�les, como. la �issa Sao Sebastiao (1937), no po­
cebible podía unir dos corrientes musicales aparentemente irre­ seen 1�phcac1ones nac10nahstas. Análogamente, sus numerosas
conciliables -música dodecafónica y música nacionalista- y obr�s mstrumentales de este período -poemas sinfónicos, sin­
de esta manera crear una expresión nueva y moderna de nacio­ fomas, b�llets, conciertos, obras de cámara, piezas para solis­
nalismo musical. Tal compromiso, que exigía cierta distorsión tas- exhiben una tendencia más generalizada hacia un carácter
tanto de la técnica serial como de los rasgos de la música típi­ abstra�to. Al con�rario de sus primeras siete sinfonías, sus últi­
camente nacionalista, se demostró en realidad insostenible. Con mas e1nco, por eJemplo, escritas entre 1950 y 1957, no llevan
todo, Guerra Peixe logró producir obras originales y bien con­ subtítulos que señalen ideas extramusicales. Frecuentemente
cebidas, que no necesitan justificación teórica o clasificación. productos de encargos, muchas obras producidas después de
Una de esas obras es el Trío para flauta, clari:nete y fagot ( 1948), 1945 muestran una notoria preocupación por la virtuosidad.
en el cual la escritura es atonal, motívicamente organizada, de 1:�s últimos _ años de la vida de Villa-Lapos vieron la produc­
textura lineal, contrapuntísticamente bien equilibrada (predo­ c10n de varios conciertos para solistas (el Concierto para . gui­
mina la imitación) y rítmicamente isométrica. tarra, 1951, los últimos tres conciertos para piano y los concier­
Otro compositor relacionado con el grupo Música Viva que tos para vioHn, arpa y armónica) y varias obras orquestales
ha cambiado a las fuentes no nacionales en sus últimas pocas concertantes y de cámara. Se ha dicho a menudo que esas y
obras fue Luiz Cosme (1908-1965). Aunque había cultivado otras obras de este período no ofrecen nada nuevo dentro de
en sus primeras obras un estilo nacionalista subjetivo, desde la producción creativa completa de Villa-Lobos. Indudablemen­
1946 trató de evitar el sistema tonal (en obras como Trés te, hay muchas piezas convencionales y triviales, pero también
manchas y Madrugada no campo ) y de adoptar libremente el hay algunas de indiscutible mérito y originalidad, entre las cua­
método dodecafónico, sin disimular, empero, su interés en asun­ les podemos hacer mención de dos ejemplos contrastantes: el
tos nacionales (como en su ballet Lambe-lambe, 1946) . Su ballet Emperor Jones (1956) y el Cuarteto de Cuerclas N9 17
( 1957). . .
última obra, Novena a Senhora de Grafa ( 1950), basada en
un poema de nueve secciones de Teodomiro Tostes e instru­ Emperor Iones, basado en el drama de Eugene O'Neill, ·fue
mentado para cuarteto de cuerdas, piano, narrador y una dan­ encargado por el Empire. State Music Festival. Esta obra sinte­
zarina, hace uso no ortodoxo de algunas técnicas dodecafónicas tiza la quintaesencia del eclecdcismo de Villa-Lobos. Se desplie­
y se m,uestra libre de implicaciones nacionales. Una de las series gan en este ballet algunas de sus mejores cualidades como me­
básicas· que aparecen al comienzo de la obra sirve como expre- lodista, contrapuntista, creador de ritmos y excelente orquestador.

398 399
Al, mismo tiempo, reaparecen aquí las diversas influencias EJEMPLO 9-19 Heitor Villa-Lobos, String Quertet N9 1 7, primer
que recibió tempranamente en su carrera (impresionismo fran­
cés, el primer Stravinsky). Algunos de los elementos del len­
movimiento, c. 1-3. Copyright por Editions Max Eschig. Utilizado con
autorización.
guaje orquestal descrito en los Choros (ver Capítulo 7) reapa­
rece en la última parte del ballet, en especial el contraste alter­
nante entre los registros agudo y grave de las maderas y los
bronces, los efectos deslizantes de los trombones, los doblajes
de octavás, el uso de la voz humana como un componente colo­
VI.!

rista, y las diversas partes de acordes politonales distribuidas


entre timbres contrastantes y reforzadas por numerosos instru­
Vl.11

mentos de percusión.
El Cuarteto de Cuerdas N9 17, el último de Villa-Lobos (y
. Vla.

que él nunca escuchó ejecutar), constituye una excepción al


juicio general de que sus últimas obras recapit_ulan simplemen­ Ve.

te sus primeros logros. Por el contrario, la obra revela una


orientación nítida hacia una austera simplicidad. En oposición
a su temprana expansividad natural, Villa-Lobos cultiva aquí musical. El individualismo resultante de ello tuvo su impacto
un estilo más bien conciso y abstracto por predominantes fra­ total . durante las dos décadas siguientes, que pusieron en evi­
ses melódicas breves y tipo motivos, frecuentes patrones isomé­ dencia la madurez del compositor latinoamericano.
tricos, extensiones melódicas bastante amplias, alternación de
pasajes cromáticos y diatónicos, énfasis en la sonoridad y en
el timbre, eespecialmente a través del uso de pasajes al unísono NOTAS BIBLIOGRAFICAS
entre pares de instrumentos, una simplificación estructural que
deja de lado las técnicas de desarrollo e imitativas, y ambigüe­ Los datos generales sobre hechos para este capítulo pueden
dad tonal frecuente que resulta de numerosas alteracionees de hallarse en las distintas historias nacionales de la música men­
acordes. Los compases iniciales del primer movimiento (Ejem­ cionadas en las notas bibliográficas de los capítulos anteriores.
plo 9-19) ilustra algunos de esos rasgos estilísticos. Particular­ Aunque muy predispuesto, Juan Carlos Paz ofrece interesantes
mente característicos son la amplia extensión de la línea meló­ opiniones sobre la mayoría de los acontecimientos musicales
dica, el movimiento contrario entre la línea del violín 19 y del expuestos en este capítulo, en su libro Introdttcción a la música
de nuestro tiempo (Buenos Aires: Editorial Nueva Visión
cello, las alteraciones y el inesperado choque, en el primer com­
pás, . del acorde .. alterado. de noV'ena distribuido . a través de casi i 195 5 ).
cuatro octavas.
En resumen, el período de las décadas de 1930 y 1940 vio
r ta ·Hija de· Cólquide · de Carlos Chávez es analizada por Jesús
Bal y Gay en su artículo "«La Hija de Cólquide» de Carlos
Chávez", Nuestra Mttsica, N9 19 (1950), 207-16. Es muy in­
el comienzo de la conciencia por parte de algunos compositores formativo el artículo del mismo Chávez "50 años de música
1

t
1

latinoamericanos de la necesidad de adherir a nuevos métodos en México", México en el Arte, Nos. 10-11 (195 1), 201-38.
de composición, sin ocultar su identidad cultural latina. Aunque 1
Luis Sandi proporciona también una síntesis histórica de la mú­
tales compositores quedaron en minoría, ellos lograron liberarse sica mexicana del siglo XX en "Cincuenta años de música en
en la mayoría de los casos de la servidumbre del nacionalismo México", Nuestra Música, N9 2 3 (195 1 ), 222-38.
400 401
S..obre Rodolfo Halffter, ver José An�onio Alcaraz, La música y el estudio de Roberto García Morillo "Julián Bautista" Re­
de Rodolfo Halffter ( México: Unam, Difusión cultural, Cua­ vista Musical Chilena, Nos. 35-36 ( 1949 ) , 26-43.
dernos de música, 1977 ) . Una entrevista muy reveladora a Los compositores uruguayos están tratados en Susana Salga­
José Ardévol se encuentra en "Entrevista", Unión, X/4 ( di­ do, Breve historia de la miisica cttlta en el Uruguay ( Montevi­
ciembre 197 1 ) , 103-6. Julián Orbón entrega buenos comenta­ deo, Aemus, 1971 ) . La obra de Francisco Curt Lange ha sido
rios sobre la música cubana y sobre su propia obra en "Diálogo reseñada por varios musicólogos y críticos; entre otros, ver
con Julián Orbón", Exilio (Nueva York) , N9 2 ( 1969 ) , 5-13. Gilbert Chase, "Francisco Curt Lange and «Americanismo Mu­
Sobre Roque Cordero, ver Gilbert Chase, "Compuesto por sical»", Inter-American Monthly (Washington ) , II/5 ( 1943 ) ,
Cordero", Inter-American Music Bulletin, N9 7 ( septiembre 3 3 y sig.; Fritz Base, "Südamerikanische Musikforschung" Acta
195 8 ) , 1-4, y Ronald R Sider, "Roque Cordero, the Composer iWusicológica, XXIX ( 195 7 ) , 43-45 ; Gilbert Chase, "An An­
and His Style Seen in Three Representative Works", Inter­ niversary and a New Start", Yearbook, Inter-American Institute
American Music Bttlletin, N9 61 . ( septiembre 1967 ) , 1-17. for Musical Research, I ( 1965 ) , 1-10; y Pala Suárez Urtubey,
Los escritos de Domingo Santa Cruz ilustran el desarrollo de Las obras colectivas de Francisco Curt Lange (Buenos Aires,
la vida musical chilena. Ver especialmente "Mis recuerdos so­ 1974 ) .
bre la Sociedad Bach", Revista Musical Chilena, N9 40 ( 1950- Los compositores del Brasil tratados aquí (Koellreutter, San­
195 1 ) , 8-62 y "Nuestra posición en el mundo contemporáneo toro, Guerra Peixe ) constituyen materia de capítulos especiales
de la música", Revista Musical Chilena: N<? 64 ( 1959 ) , 46-60, en Vasco Mariz, Figuras da rmÍ,sica b,rasileira contemporánea
N9 65 ( 1959) , 3 1-46, N<? 67 ( 1959 ) , 39-55. El número 109 ( Brasilia: Editora Universidade de Brasilia, 1970 ) . Para noti­
( octubre-diciembre 1969 ) de la Revista Musical Chilena está cias biográficas sobre compositores brasileños, ver también Mar­
dedicado a las obras de Alfonso Letelier. Domingo Santa Cruz cos Marcondes, ed., Enciclopédia da Música Brasilera, erudita,
folclórica, popular ( Sao Paulo: Art Editora, 1977 ) .
ha escrito sobre el Concierto de Piano de Orrego-Salas en "El
concierto para piano y orquesta en la obra de Juan Orrego­
Salas", Revista Musical Chilena, N9 39 ( 1950 ) , 33-53.
Los escritos más importantes sobre Juan Carlos Paz son:
Héctor I. Gallac, "La obra musical de Juan Carlos Paz", Boletín
Latino-Americano de Música, I ( abril 195 3 ) , 33-42; Francisco
Curt Lange, "El compositor argentino Juan Carlos Paz", Boletín
Latino-Americano de Música, IV ( 1938 ) , 799-829; Jacobo Ro­
mano, "Juan Carlos Paz: un revitalizador del lenguaje musical",
Revista Musical Chilena, N9 95 ( 1966 ) , 26-44; y Jacobo Ro­
mano, Juan Carlos Paz: t�ibulaciones de un músico ( Buenos
Aires, 1970) . Buenos análisis _proporciona David Sargent en su
tesis inédita D.M.A., "Juan Carlos Paz: Self-taught 12-tonalist
and innovative Argentine composer" (University of Illinois,
1975 ) . Sobre los otros compositores argentinos expuestos aquí,
ver Alberto Ginastera, "Notas sobre la música moderna argen­
tina", Revista Musical Chilena, N<? 3 1 ( 1948 ) , 2 1-28. Sobre
Julián Bautista, ver el número especial de la Revista Ars ( 1961)

402 403
X
CONTRACORRIENTES : DESDE 1950

Desde alrededor de 1950, la composición musical en Latino­


américa ha experimentado profundas transformaciones, que le
han conducido a una gran variedad de estilos y a una diversidad
de estéticas. La década de 1950 representó en cierto modo al
mismo tiempo el fin de una era y el punto de partida de otra.
En general, el nacionalismo musical que había sido cultivado
durante décadas tendía a desaparecer. Las condiciones sociales e
intelectuales de antes de la Segunda Guerra Mundial habían
reflejado una clara dependencia de Europa y Norteamérica. La
consecuente necesidad de identidad nacional había señalado al
nacionalismo musical como un camino frecuentemente conside­
rado ineludible. Pero, aunque la dependencia política y econó­
mica continuó durante las décadas de 1950 y 1960, la depen­
dencia cultural disminuyó considerablemente. Desde alrededor
de la mitad de la décáda de i950, América Latina se orientó
hacia un mundo más cosmopolita, al menos en las ciudades más
grandes. Los elementos culturales extranjeros continuaron do­
minando, pero fueron deliberadamente asimilados dentro de un
nuevo marco de referencia. NU111ero�_os_ CQI!}pOJ,itores . compren­
oieróii que dentro del proceso de asimilación debía tener lugar
una selección natural cualitativa, seguida de una imitación, re­
creación y transformación de los modelos extranjeros, de acuerdo
con las condiciones locales prevalentes y las necesidades indivi­
duales. El compositor latinoamericano progresista de este perío­
do comenzó entonces a considerar su propio entorno cultural
de un modo totalizante. En un período relativamente breve de
tiempo, se hicieron bien conocidas composiciones de la "nueva
música" norteamericana o progresista y de vanguardia �uropea, de cien. estrenos de obras latinoamericanas. La misma organiza­
y pronto fueron consideradas como parte integrante del medio ción promovió la nueva . música latinoamericana a través de los·
cultural del compositor latinoamericano. Así, aunque los mode­ Festivales de Música de las Américas y España (tres eventos
los eran extranjeros en su origen, se integraron en medida im­ entre 1964 y 1970 ) , que tuvieron lugar en Madrid e incluyeron
portante al nuevo mundo cultural cosmopolita de América La­ doce estrenos mundiales de obras latinoamericanas. Por esos
tina. años, la O.E.A. publicó asimismo una serie de partituras, inclu­
La década de 1960 vio el surgimiento de nuevas corrientes yendo algunas obras de compositores jóvenes. Así, el aislamien­
to de la mayoría · de los compositores latinoamericanos de las
musicales experimentales en la mayoría de los países de Lati­
décadas anteriores disminuyó considerablemente. Con todo, aun
noamérica. Sin embargo, los compositores que abrazaron tales
corrientes tuvieron dificultades para hallar apoyo oficial, o para a finales de la década del 60, difícilmente podía decirse que
existía una expresión latinoamericana distinta en la música ar­
la ejecución de sus composiciones por las orquestas nacionales
u otros conj untos, o para su publicación y grabación comercial. tística fuera de los límites del continente latinoamericano. Al­
La falta de incentivo oficial en forma de encargos o promoción gunos incluso han cuestionado si tal expresión existe dentro
de conciertos de la nueva música y la general ausencia de opor­ del continente. Este capítulo entrega algunos hechos que pue­
tunidades para ganarse la vida como compositor de la nueva den ayudar a contestar tal pregunta.
música, condujeron a varias prominentes figuras latinoamerica­
nas a mirar a cualquier parte en la esperanza de que pudieran MEXICO Y EL CARIBE
ser mejor servidos sus intereses como creadores. De este modo,
algunos compositores instalados en Europa (en especial en Aunque Carlos Chávez continuó manteniéndose activo como
Alemania, Inglaterra, Francia e Italia), Estados Unidos y Ca­ compositor, director de orquesta y catedrático durante las déca­
nadá, . se convencieron de que sus países nunca podrían ofre­ das de 1950 y 1960, la vida musical mexicana ya no se centraba
cerles condiciones adecuadas para sus actividades creativas. Con alrededor de él, . como había sucedido desde los años 20. En
todo, las condiciones para la nueva música mejoraron en la 1948 renunció como director de la Orquesta Sinfónica de Mé­
década del 60, · especialmente en Argentina, Chile, Brasil, Méxi­ xico y en 195 3 como director del Instituto Nacional de Bellas
co y, en grado menor, en Venezuela. Se formaron varias socie­ Artes. En adelante se dedicó casi exclusivamente a la composi­
dades, por lo general en cooperación con 1a Internacional So­ ción. Recibió numerosos encargos y se le otorgó una beca Gug­
ciety far Contemporary Music; aparecieron unos pocos estudios genheim de composición en 1956. Su interés en la docencia no
de música electrónica; algunas universidades entregaban una disminuyó: dictó las conferencias Charles Eliot Norton en la
formación relativamente buena; los sistemas de radioemisoras 1 Harvard University en 1958-1959, de donde salió su libro Mu­
estatales comenzaron a prestar cierto apoyo a la música con­ sical Thottght,' y en 1960 abrió un Taller de Composición en
temporánea; y varias instituciones estatales y .privadas institu­ el Conservatorio de Ciudad de México, dirigiéndolo hasta 1964.
yeron festivales de música nueva, para los cuales se otorgaron Varios compositores mexicanos jóvenes obtuvieron gran prove­
encargos. La Organización de Estados Americanos organizó y cho del taller.
patrocinó nueve Festivales Interamericanos de Música, que tu­ La producción de Chávez en este período está dominada por
vieron lugar en Washington en abril de 1958, abril de 1961, cuatro sinfonías (la última, N9 6, fue encargada por la Orques­
mayo de 1965, junio de 1968, mayo de 1971, mayo de 1974 ta Filarmónica de Nueva York); la ópera originalmente titulada
con . presentaciones en Nueva York y en otras ciudades), mayo Lave pro,p,iciated y rebautizada The visitors ( 1953-1956 ) ; la
de 1976, mayo de 1977 y mayo de 1978. Ellos incluyeron más cantata Prometheus ( 1956 ) ; Resonancias (1964) para orques-

406 407
ta; Clío, oda sinfónica ( 1969) ; el ballet Pirámide · ( 1968) ; Solí 111 requiere fagot, trompeta, timbales, viola y orquesta;
vari�s piezas de cámara, tales como Invención 11 para trío de Solí IV, corno francés, trompeta y trombón; y Solí ll exige
cuerdas ( 1965); y varias piezas para piano, como la Invención quinteto de vientos. Los títulos se explican por la aparición de
(1958) y las sonatas N9 5 y N9 6 ( 1960 y 1961). La Sinfonía cada instrumento solista en cada movimiento: en Soli 111 se
N9 3 ( 1951-1954) está escrita en un estilo emparentado con aplica el mismo principio a los cuatro instrumentos solistas.
el de Antígona y de La Hija de Cólquide (ver Capítulo 9). La Soli 11, que consiste en preludio, rondó, aria, sonatina y final,
Sinfonía N9 4 (subtitulada Romántica), encargada por la Louis­ muestra el magistral dominio técnico del compositor de la
ville Orchestra, en contraste con obras tempranas, es lírica y escritura contrapuntística, la invención armónica, la variedad
muy emotiva en carácter. Es ampliamente tonal y bastante clá­ rítmica y las combinaciones de timbres. En ninguna parte fuera
sica en los diseños formales. Su textura contrapuntística, con de estas obras había hallado mej-0r expresión la preocupación
imitaciones frecuentes y breves ostinatos, recuerda el estilo del de Chávez por la claridad, la concisión y la novedad de las com­
Concierto de Piano. La Koussvitzky Foundation encargó la binaciones de timbres instrumentales. Chávez ha explicado que
Quinta Sinfonía, la que fue terminada en 1953. Escrita para el principio rector de estas piezas es el de la no repetición - el
orquesta de cuerdas, esta obra confirmó la afinidad de Chávez evitar la secuencia standm·d, la simetría y la recapitulación y
por el neoclasicismo, con una observancia general de las formas los "procedimientos repetitivos implícitos en la técnica serial
clásicas, texturas polifónicas disonantes y frecuentes armonías vienesa". En su lugar hay un despliegue continuo de sucesivas
politonales. El tercer y último movimiento muestra una estruc­ nuevas ideas musicales - "elemento de renovación más que de
tura inusual. La exposición de este movimiento -.-Allegro con repetición". Este principio guía afecta la escritura melódica.
brío- presenta seis motivos principales, todos interrelacionados. Motivos jaculatorios de amplia extensión disjuntos y cromáti­
El sexto motivo funciona como la clave de la exposición, puesto cos establecen el carácter general improvisatorio de Solí 11
que los primeros cinco reaparecen en espejo (recordando to­ (Ejemplo 10-1). El continuo despliegue de ideas y la natura-
do el diseño formal del Concierto de Violín) en formas ori­
� ginales o retrogradadas 1• El movimiento no desarrolla ninguno EJEMPLO 1 0-1 Carlos Chávez, Soli JI : "Preludio", c. 1-16. Copy­
de esos materiales. La sección intermedia es un breve pasaje a right por Mills Music, Inc. Utilizado con autorización.
modo de puente.
·i

La cantata Promethetts, para voces solistas, coro y orquesta,


tuvo su estreno mundial durante el Cabrillo Music Festival, en �
f e: t. ---
California ( 1972), Chávez mismo caracterizó su música como
- f'
Fl.
" t; �
-
simple, melódica, lírica, que refleja sus propios sentimientos . --
�.

-
..,
hacia el Prometeo esquiliano - "el pre-sapiente, el buen dios
/cantando

Ob.
que defiende a los hombres, que protege al débil y que, heroi-
- é:ámeiite, s-e- rebefa. - contra- la tira.rifa f la injusi:Ié:ia''. (Eii la ma­
.., 1 - - 2 3 - -- 4 'p ll�
yoría de sus obras siguientes, Chávez dejó de basarse en tales
I\ Jl
Cl.
..,
temas extramusicales).
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Entre las más significativas obras de Chávez en este período


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están Solí 11, 111 y IV (de 1 961, 1965 y 1966, respectivamente). .!,--61- "'....__ l.-- , V' " -..____.::....--
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1. Cf. Roberto García Morillo, Carlos Chávez, Vida y Obra ( Méxi­
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co : Fondo de Cultura Económica, 1960 ) , p. 169-70.


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leza autogenética de los diseños melódicos producen la impre�


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sión inusitada de que no se alcanza nunca un punto terminal.


El lenguaje armónico, aunque todavía basado en centros · tona­
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les, evita toda funcionalidad tonal tradicional, por medio 4e la


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5 presencia insistente de ásperas disonancias. El principio de la
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6
no repetición es observado casi a lo largo de toda la composi­
8

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ción, aun en el rondó, en el cual hay solamente una repetición


: literal del motivo inicial del oboe (c. 46 y 92) y una presenta­
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ción abreviada del "ritornello" (c. 141-45 ) . Patrones rí�icos
característicos ayudan a delinear la -estructura formal. La escritu­
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ra virtuosística se evidencia especialmente en los amplios saltos


A

interválicos y las frecuentes y repentinas 'figuras veloces. El


tJ

Ejemplo 10-2 ilustra el abrupto cambio de registros caracterís­


. --..... -- #,/E�� .. -:;-----...._ tico de la escritura melódica, aquí una serie de doce notas pre­
sentada en retrogradación en los compases 193-94.
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EJEMPLO 10-2 Carlos Chávez, Soli 11 : "Aria", línea melódica del
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fagot, c. 1 90-97. Copyright -por Mills Music, loe. Utilizado con auto­
rización.
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El dodecafonismo y otros procedimientos seriales ganaron la


atención de varios compositores mexicanos durante el período
de las décadas del 50 y del 60, al comienzo fundamentalmente
bajo la guía de Rodolfo Halffter, quien fomentó esas técnicas
como profesor de composición en el Conservatorio Nacional y
cambió al dodecafonismo en sus obras de comienzos de los años
50 (Tres hojas de álbum; ·para piano, 1953; y Tres piezas, para
orquesta de cuerdas, 1954 ) . Aunque Halffter recurre al croma­
tismo inherente de la serie, aplica esa técnica tan vagamente
que ninguna de las implicaciones técnicas y estéticas del método
p
41 1

.� . . ...� .,...,_
de S�hoenberg están presentes. Se podría sostener correctamente cionales. Además de una colección de ve1nt1euatro Invenciones
que la escritura de Halffter es cualquier cosa menos dodecafo­ para piano, ha escrito varias docenas de estudios para piano para
ñismo, puesto que no explora con mucha frecuencia operaciones objetivos didácticos. Algunos de ellos ilustran las técnicas dode­
de series de doce notas. Las Tres piezas para orquesta de cuerdas cafónicas.
son un ejemplo de ello. Las tres piezas -"Sonata", "Arioso", La composición estrictamente dodecafónica no ha atraído la
"Rondó"- revelan un estilo no distinto de las obras neoclási­ atención de los compositores mexicanos jóvenes. El atonalismo
cas anteriores de Halffter. Ampliamente tonales, se caracterizan y el serialismo ( esto es, la serialización de más de un paráme­
por la repetición de motivos melódicos, patrones rítmicos y tro) han hallado más aceptación. Joaquín Gutiérrez-Heras ( n.
1

armonías. La progresión de la línea del bajo, a través de notas en 1927) , por ejemplo, ha cultivado un estilo atonal libre.
repetidas o adyacentes, octavas o intervalos tales como quintas Alumno de Galindo y Halffter en Ciudad de México, de Rivier
y cuartas, refuerzan el sentido de centros tonales. La cadencia y Messiaen en el Conservatorio de París, y de Bergsma y Per­
final de cada pieza da énfasis a un tutti al unísono, introducido sichetti en la Juilliard School, Gutiérrez-Heras está bien ente­
cada vez por un semitono más bajo que parece funcionar como rado y al día en los distintos estilos contemporáneos. Con todo,
nota sensible. Aunque el material temático es muy cromático profesa la independencia de cualquier estilo o escuela. El com­
( a veces íntegramente) , no está ordenado de un modo dode­ positor- ha declarado que la mayoría de sus obras reflejan una
cafónico. Los motivos melódicos raramente se basan en doce "falta voluntaria de complejidad". Sus Va1-iations on a French
notas sucesivas, como lo revela el tema inicial del "Rondó" Song ( 1960) para dave y su Sonata simple ( 1965) revelan
( Ejemplo 10-3) . Cuando ellos se basan en los doce sonidos, la en realidad una simplicidad melódica completamente inusual
forma melódica de la serie recurre a menudo a secuencias me­ en la música desde 1950. Se ha estimado que su escena sinfó­
lódicas. Por supuesto, son excepciones. Por ejemplo, los compa­ nica Los cazadores ( 1962) contiene algunos típicos dejos me­
ses iniciales de la primera de las tres piezas presentan un motivo xicanos en su aspecto rítmico, pero su Trío para maderas ( 1965)
completo de doce notas ( con repeticiones de unos pocos grupos posee una expresión atonal diversa.
de notas) . En Tripartita, Op. 25 ( 1959) , la exposición del Otro alumno de Halffter, Mario Kuri-Aldaná ( n. en 193 1)
ha desarrollado un estilo enteramente personal basado en pro­
último movimiento -"Sonata"- presenta la serie básica sin cedimientos tradicionales pero expresados en un lenguaje con­
repetición de notas, seguida por una versión invertida ( trans­ temporáneo, aunque a veces mezclado con reminiscencias de
puesta, comenzando en la parte de viola) . Los rasgos descritos elementos neonacionalistas/neoclásicos. Estudió piano en la
en las Tres piezas, sin embargo, predominan en obras posteriores.
como la Tercera Sonata para Piano ( 1967) y Pregón para una
Pascua pobre, para coro, trompetas, trombones y percusión EJEMPLO 1 0-3 Rodolfo Halftter, Tres Piezas: "Rondó", Violín 1,
( 1968) . Los elementos rítmicos españoles observados en las c. 1-6. Copyright por Ediciones Mexicanas de Música. Utilizado con
obras de Halffter de la década de 1940 reaparecen ocasional­ autorización;
mente en estas obras.
Entre los discípulos de Halffter que han adherido a las téc­
nicas seriales un tanto más sistemáticamente está Jorge Gonzá­
lez Avila ( n. en 1926) , fundamentalmente compositor de mú­
sica de piano. Con todo, González Avila no sigue en general un
procedimiento estrictamente dodecafónico, sino que, al contrario
5

de su maestro, utiliza sus series como elementos pre-composi- if if


1 :
' '

4 12 413
Academia J. S. Bach; después composición en la . Universidad nuel de Elías y Mario Lavista. Enríquez (n. en 1926) llegó a
Nacional de México (1952-1960). ' Igor Markev1tch y Jean ser el compositor de vanguardia más destacado en México du­
Giardino fueron sus profesores de dirección orquestal en el Ins­ rante la década del 60. Estudió violín en Guadalajara y teoría
tituto Nacional de Bellas Artes, en ·Ciudad de México. También en Morelia (con Miguel Bernal Jiménez). Fue discípulo de
estudió privadamente con Halftter y Luis Herrera de la Fuente. Peter Mennin en la Juilliard School en 1955-1957; pero tam­
En 1963-64 estuvo en Buenos AiJ;es, estudiando en el Instituto bién durante ese período en Nueva York experimentó la in­
Torcuato Di Tella con Alberto Ginastera. Junto a su actividad fluencia de Stefan Wolpe, quien lo orientó hacia las técnicas
como compositor y pro�e�or, Kuri-A_ldana ha dirigido inve�tiga­ seriales. Desde esa época, Enríquez se mantuvo firme con todos
ciones de música folklorica. Sus primeras obras (de mediados los . desarrollos de la música de vanguardia, participando en
de los años 50) fueron influidas por los estilos de Revueltas y festivales europeos y estadounidenses de la nueva música. En
Chávez y, en cierto grado, por el de Halffter. Cultivó asimismo 1971 trabajó en el Columbian-Princeton Center for Electronic
un estilo semipopular (v.gr., la Canción ranchera María de Music. Desde alrededor de 1960, ha escrito música atonal (neo­
. i
Jesús, 1968, y la pieza coral Peregrina agraciada, 1963. Su suite expresionista), serial y aleatoria. Su primera obra serial fue
para doble orque.st� de vientos, _ Los cua:ro Bacabs (19? 0), es Preámbulo (1961) para orquesta. Sus Tres invenciones <1964),
en ocasiones remm1scente del primer estilo de Blas Galmdo en para flauta y viola, ejemplifica el concentrado pensamiento mu­
sus continuos patrones rítmicos repetitivos Y . su pol�fonía folk­ sical de Enríquez. El las ha calificado como la culminación de
lórica mestiza en terceras paralelas. Su estilo cultivado (por su admiración por Webern. Son piezas miniaturescas, reducidas
ejemplo, Candelaria, 1965, suite para quinteto de viento) exige a los materiales mínimos, en las cuales todos los parámetros
claridad de textura, contraste en los timbres (reforzado por las musicales poseen igual importancia. Las influencias expresio­
extensiones instrumentales extremas), armonías disonantes nistas se reflejan especialmente en las minúsculas células meló­
(acordes de cuartas ampliamente espaciados) y una gran va­ dicas que reemplazan al material temático tradicional. A¡uí,
riedad rítmica 2• Enríquez no recurre a la escritura dodecafónica, pero sus moti­
Uno de los alumnos de Galindo en el Conservatorio Nacional vos melódicos tienden a ser íntegramente cromáticos (Ejemplo
de Ciudad de México fue Leonardo Velásquez (n. en 1935), 1 0-4). Ciertos efectos instrumentales (uso de armónicos, tré­
quien cultivó un estilo neonacionali.sta en s_µs prime; as obr�s, molos, sul ponticello y col legno en la viola y "flutter-tonguing"
como las Siete piezas breves para piano. Su pentatomsmo deJa en . la flauta), que afectan sólo a unas pocas notas a la vez,
ver la influencia de su profesor. Sus ballets Gorgonio Esparza recuerdan las técnicas tempranas de Webern.
( 1956) y El brazo fuerte ( 195J ) Y, el poema sinfónico Cuau_h­ Operaciones de azar aparecen con más frecuencia en las obras
temoc (1960), confirman su interes por desarrollar un estilo de Enríquez después de 1964. Sus Reflexiones (1964), para
moderno enraizado en fuentes nacionales. violín solo, y su Sonata para violín y piano ( 1964) fueron sus
Las técnicas y estéticas de vanguardia tuvieron sus seguidores primeras obras en usar técnicas aleatorias. Tales técnicas impli­
en México durante la década de 1960. Los primeros entre ellos can componer a través de operaciones de azar (con procedimien­
fueron Manuel Enríquez, Héctor Quintanar, Eduardo Mata, Ma- tos a la ventura) y con frecuencia requieren improvisación libré.
Hay un cierto grado de impredicibilidad en la realización de
2. La op1mon de Kuri-Aldana sobre la música mexicana contem­ hecho de las obras que utilizan dichas técnicas. El término
poránea se expresa elocuentemente en su artículo "Jóvenes com­ "'indeterminación" se utiliza a menudo como sinónimo de
positores mexicanos", Música ( La Habana, Cuba ) , N9 49 ( no­ "aleatorio". La libertad de elección puede aplicarse asimismo a
viembre-diciembre 1974 ) , 14 y sig. la estructura musical, causando la variabilidad en la secuencia

41 4 415
EJ�MPLO 10-4 :Manuel Enríquez, Tres Invenciones, I, c. 1-9. En la pieza para piano A Lápiz ( 1965 ) , Enríquez organiza
su material en cinco unidades a módulos estructurales, cada
uno de los cuales combina elementos fijos y libres. Para eso,
utiliza tanto la notación tradicional como la proporcional. En
Fl. . piezas posteriores, como el Segundo y el Tercer Cuarteto de
'f Cuerdas ( 1967 y 197 4, respectivamente) , Díptico I ( 1969 )
para flauta y piano, Díptico II ( 1971 ) para violín y piano,
Móvil I ( 1969) para piano y Móvil II ( 1969 ) , en tres versio­
nes diferentes para cada instrumento de arco, el compositor se
Vla.

identificó más fácil y más plenamente con los conceptos esté­


ticos de la indeterminación. En forma creciente, se ha basado
en la notación gráfica, una especie de notación no específica,
en la cual se trata de que diferentes símbolos de qistintos
rit. r., arco
tamaños y figuras entreguen orientaciones generales al ejecu­
p 1 -


tante, quien puede, en casos extremos, escoger al azar algunas
p
de las numerosas combinaciones de posibilidades. El Díptico I
proporciona una ilustración ( Ejemplo 10-5 ) . Cada figura o
signo es . explicado por lo general por el compositor. Los re­
cursos más comunes incluyen clusters, manipulación directa de
las cuerdas del piano ( golpe con los dedos o uñas o las manos ·
abiertas ) , glissandi continuos que siguen aproximadamente el
diseño indicado, sonidos de duración indefinida y notas con
ritmo y metro libre.
Enríquez ha señalado que 1967 fue un año decisivo para él,
de las secciones de una obra; esto se denomina a menudo "for­ porque otra vez cambió sus conceptos, su actitud estética, su
ma abierta". En relación con su obra posterior, Ambivalencia lenguaje y su técnica. El Segundo Cuarteto de Cuerdas, de ese
( 1967 ) , Enríquez explicó sus objetivos: año, ilustra un giro hacia la forma abierta como resultado de
su adhesión a la indeterminación, principio puesto en marcha
Mi mayor preocupación cuando escribo música -pres­ por primera vez por John Cage en la década de 1950. "El
cindiendo del lenguaje de cada obra- es lograr un equi­ Cuarteto" -dice Enríquez- posee una técnica casi totalmente
librio expresivo. Yo no experimento per se. Ambivalencia __ _ _ abierta, que me _ irrlp).llsó _ a liberarme _de }os clisés específicos
me costó- muchos füeses de- reflexión Jr-a:nálisi�c Tm1os · 1os de la escritura para los cuatro instrumentos y a obligar a los
factores están compensados: yo pido al ejecutante que ejecutantes a contribuir junto conmigo a .nuevas búsquedas.
toque lo que está determinado y que actúe [luego} con Yo pensé en medios diferentes de expresión y en un mundo ·
libertad. Cada elemento está calculado y previsto para que sonoro diferente" 4• Esos medios consisten sobre todo en la
sea integrado en la totalidad de la obra 3• yuxtaposición de secciones fijas ( esto es, fijas en notas, dura-
3. Cit. en Otto Mayer-Serra y José Antonio Alcaraz, "La obra de
Manuel Enríquez", Espejo, V ( 1968 ) , 221 . 4. Cit. en ibid., 227.

416 417
1-

L__
EJEMPLO 10-5 Manuel Enríquez, Díptico I, sección �. parte de EJEMPLO 10-6 Manuel Enríquez, String Quartet N9 2, tercer mo­
flauta. vimiento, secuencia (m .

dones; ritmos y dinámica) y secciones libres ( en las cuales se


invita a cada ejecutante a elegir al azar una de las alternativas
indicadas y a tocar de acuerdo con la representación visual
aproximada de nota, ritmo y curvas dinámicas -como en el son gráficamente menos precisos, ya que el espacio entre las
Ejemplo 10-6) . Cada una de las seis líneas de la secuencia (NI líneas horizontales representa el registro íntegro del. instru­
en el Ejemplo 10-6 presenta materiales diferentes, de los cuales mento y los sonidos que deben ser producidos son sólo sugeri­
el único consecuentemente determinado por el compositor es dos aproximadamente por la colocación de los signos notacio­
la sucesión de la dinámica. Permanecen indeterminados la nota, nales dentro del espacio.
el ritmo, la duración completa de una línea y el color específico. La producción total de �nríquez, incluyendo s_us obras or­
Con el Tercer Cuarteto de Cuerdas, el resultado de las opera­ questales desde 1961, revela uh compositor experimentado. que
ciones de azar se hace aun menos predecible, pues las alterna­ ha alcanzado bastante pronto un grado inusualmente elevado
tivas para escoger aumentan en número. La secuencia [I] de de confianza en sí mismo. Su composición titulada El y Ellos
esta obra, por ejemplo ( Ejemplo 10-7) , ofrece a cada uno ( 1975) , para violín ( "El") y conjuntos de cámara ( "Ellos") ,
de los cuatro ejecutantes elección libre entre nueve segmentos. está concebida en un estilo altamente virtuosístico y libr;e, que
Además, en la mayor parte de los segmentos los materiales en ciertas secciones se basa en la forma abierta. En éstas, el
418 419
solista selecciona y ordena al azar sus propios segmentos y los piezas de música electrónica, Ostinato ( 1971) y Sideral III
de Íos músicos que lo acompañan. ( 1971) . Quintanar fue pionero en la composición y el estudio
Otro dinámico compositor mexicano de música nueva que de la música electrónica en México. En 1970 llegó a ser director
ha pasado por uná met�orfosis es Hécto� quintanar ( r.1'. en fundador del estudio de música electrónica del Conservatorio
1936) , discípulo de Galmdo, Halffter, Jimenez Mabar�k. , Y de Ciudad de México. Durante ese año se organizaron concier­
Chávez. Fue asistente · de Chávez en el Taller de Composici�i;. tos de música electrónica "en vivo". Sin embargo, relativamente
y lo dirigió él mismo entr� 19?5 y 1972. En . 1964 estudi,o pocos compositores mexicanos se han sentido cómodos con las
música electrónica en la Universidad de Columbia con Andres técnicas electrónicas. Además de Quintanar, sólo Mata, De Elías
Lewin Richter y, más tarde, musique concrete en los estudios y Lavista las han utilizado y sólo ocasionalmente.
de· la Radio Francesa en París, con Jean-Ttienne Marie ( 1967) . Eduardo Mata ( n. en 1942) , también alumno de Halffter en
Su evolución estilística cambió desde la aplicación del principio el Conservatorio y de Chávez en el Taller a comienzos de los
de no repetición de Chávez ( en obras como Solí ) a un tipo años 60, ha desarrollado desde mediados de la década un
de serialismo weberniano y experimentos al modo de Pende­ lenguaje musical que combina libremente aspectos de las téc­
recki con sonoridades nuevas ( su Galaxias, para orquesta, nicas seriales y aleatorias. Las especiales cualidades sonoras de
1968, exige efectos auditivos co11;0 silbido ª . través d; �ornos, una obra como Improvisaciones NP 2 ( 1965 ) , para cuerdas y
trompetas y trombones) y d�spues . a la musi , a electromca, las
: . . dos pianos, muestran la gran inquietud del compositor por el
técnicas aleatorias y los medios mixtos. Las ultimas corrientes · timbre. El Piano I es tratado como un instrumento de percu­
aparecen en sus obras compuestas d�spués de alrededor de sión y sus cuerdas son tocadas directamente con mazos, varillas,
1967, como Aclamaciones para coro, cinta grabada y orquesta; dedos y manos. Otros instrumentos de percusión ( dos "wood­
Sideral I en cinta grabada ( 1968) ; Símbolos ( 1969) , para blocks", dos cencerros, un cimbal suspendido) cuelgan en el
conjunto ' de cámara, banda grabada, diapositivas y luces; y dos interior del piano, formando con él una unidad del conjunto.
La tabla de armonía del piano es dividida en cuatro registros,
EJEMPLO 10-7 Manuel Enríquez, String Quartet N<J 3, secuencia IIJ . indicados notacionalmente por cuatro pentagramas. La obra
misma posee el carácter de improvisación en virtud de sus
aproximaciones de notas y duraciones, libertad en el tratamiento
de la forma, contenidos contrastantes y sonoridades cambiables.
Teniendo en cuenta el manejo nítido, meticuloso y sutil de
los colores sonoros por Mata, es curioso que solamente haya
escrito una obra mayor de música electrónica, el ballet Los
Huesos Secos ( 1963) .
. Manuel Jorge . de E1ías ( n, en 1939 ) entrega una evidencia
más amplia de una perspectiva progresista en la música mexi�
cana contemporánea. En sus obras de la década del 60 cultivó
un estilo serial combinado con procedimientos aleatorios y
también prestó cierta atención al medio electrónico. Estudió
piano y composición primero en la Escuela de Música de la
Universidad Nacional de México, después en el Conservatorio
Nacional y posteriormente en Europa con Stockhausen y Jean-

420 421
Etienne Marie. Luis Herrera de la Fuente y Huber-Contwig cuatro amplificadores, tres potenc10metros y un mezclador de
fueron sus profesores de dirección orquestal. Sus obras más micrófono. La segunda versión exige la participación adicional
importantes son Vitral NP 2 (1967) para orquesta de cámara de los auditores, los cuales son proveídos con objetos producto­
y banda grabada; Experiencia N9 3 (1968), para cinco ejecu­ res de ruido. Como lo señala la partitura (Ejemplo 1 0-8), los
tantes, denominada "gráfico para improvisación"· Sonata N9 -1 elementos más o menos predeterminados por el autor difícil­
para violín solo, que involucra procedimientos ' aleatorios· Pr; mente son más que ciertas mezclas de colores, duraciones y
Pax, pieza breve en cinta grabada; Nimyé ( 1969) para flauta niveles de dinámica, en clara aplicación de los conceptos más
solo y Sonata N9 2 (1969 ) para violín solo, ambas obras alea­ ., extremos de John Cage sobre la indeterminación y la no ex­
_, presión propia. Este concepto sustenta varias obras de Lavista
torias; y Vitral NP 3 ( 1969), para orquesta, Vitral NP 3 exige
algunas de las acciones típicas de ejecución de la música nueva, en este período, en particular Pieza para un(a) pianista y un
tales como patrones rítmicos producidos golpeando las . bocas piano (1970), que en una segunda versión tiene como título
de lo_s instrumentos de bronce con la palma de la mano, y alternativo Pieza para dos pianistas y dos pianos. La segunda
combina el contrapunto de líneas discontinuas, inconexas (no­ versión añade un segundo pianista y un segundo piano: per-
tadas en forma tradicional), con distintas series de clusters'
rÍtmicamente libres y que funcionan como zumbidos. EJEMPLO 10-8 Mario Lavista, Divertimento, sección inicial.
La pequeña producción de Mario Lavista (sus primeras obras
?atan . de 1965) proy�cta una personalidad extremadamente
tnvent1va y comprometida. Representa el alma de extrema iz­
quierda de la vanguardia mexicana. Nació en 1943, estudió
c?�, Halffter y Quinta�ar y participó en el Taller de Compo­
s1e1on del Conservatorio ( 1963-1967). Estudió asimismo en
Europa con .Jean-Etienne Marie, Henry Pousseur, Iannis Xena­
kis y Stockhausen. En Darmstadt, mientras seguía el Curso
Internacional de Música Nueva, se conoció bien con el com­
positor húngaro Gyorgy Ligeti, quien ejerció cierta influencia
en su evolución estética. A comienzos de los i¡.ños 70 estudió
música electrónica en Tokio. También ha enseñado teoría de
la música en el Conservatorio de Ciuda& de México. En mayor
grado que sus compatriotas, Lavista es un experimentalista
bona fíde. Se basa en la improvisación y en operaciones de
azar de la manera más libre, explora posibilidades sonoras (
nuevas (incluyendo algunas indeterminadas), combina elemen­
tos electro acústicos y visuales y trata de extender los conceptos
(

de úempo y espacio musicales. La organización de azar, tanto


(
en detalles como en estructuras vastas, aparece en Divertimento (
( 1968), que existe en dos versiones: la primera incluye un
quinteto de maderas, cinco "woodblocks", tres radio a transis­
1
(

tores con bandas de onda corta, micrófonos, cinco altoparlantes, (


(
422 423 (
(

'.:t,.;;i ·�
rpanecen en total silencio durante toda la pieza, pero se exige tores más Jovenes, como Natalio Galán, Juan Blanco, Carlos
el pianista para "comunicar ese silencio a los auditores". Las Fariña, Leo Brouwer, Roberto Valera y Sergio Fernández. Des­
implicaciones estéticas de una pieza sin ejecución son bien co­ de más o menos 1965, Ardévol ha combinado un estilo serialista
nocidas. El silencio, en el concepto de Cage -esto es la ausen­ postweberiano con unas pocas técnicas aleatorias (v. gr., en la
cia de sonidos o ruidos intencionalmente producidos-, deviene cantata La Victo ria de Playa Girón; Mttsica para gttitarra y pe­
una parte integral de la actividad de los ejecutantes e involucra queña orquesta; la cantata Che Comandante, sobre un texto de
la atención de los oyentes. Aquí Lavista aplica el concepto pero Guillén; Hasta su sol sangrando, subtitulada Cantata de cámara
lo dramatiza, al exigir una aparente contradicción (ejecución N9 1 ; y varias obras de cámara).
versus no ejecución) en una misma situación. También Lavista Gramatges ha seguido el ejemplo en obras tales como La
se preocupa por el tiempo, lo que se hace evidente en una muerte del guerrillero ( 1968), sobre un texto de Guillén, y
obra como Kronos ( 1969), que exige un mínimo de quince Cantata para Abel (1974), para narrador, coro mixto y diez
despertadores, tres micrófonos, tres altoparlantes y tres poten­ percusionistas. Por otra parte, Martín ha mantenido su primer
ciómetros. Su duración es indeterminada, pero puede estar den­ interés en una expresión cubana moderna. Prácticamente dej ó
tro de un transcurso de 5 a 1.440 minutos. Una amplia variedad de componer durante el período 1953- 1959, pues se unió al
de procedimientos para producir sonidos nuevos dentro de una movimiento de Fidel Castro, participando en la lucha contra el
secuencia de metros estrictos y notas y ritmos predeterminados, régimen de Batista. Varias de sus obras de la década del 60
aparece en una de las obras recientes de Lavista, Quotatio ns reflejan sus convicciones políticas. Las canciones C1tatro Canto s
(1976), para cella y piano. de la R evolución ( 1962), Así Guevara ( 1967), la cantata
En resumen, la música mexicana desde 1950 muestra claros Canto de héroes ( 1967) para soprano, barítono y orquesta, y
signos de una evolución dinámica, que incluye no sólo el desa­ Cinco Cantos de Ho ( 1969) para soprano, flauta, viola y piano
rrollo de los compositores de más edad, como Chávez, Galindo (con textos de Ho Chi Minh), revelan un lenguaje ecléctico.
y Halffter, sino también una sensibilidad a las diversas corrien­ Con todo, ciertos. procedimientos serialistas penetran sus obras
tes internacionales, lo que la lleva a una madurez verdadera­ abstractas del período (por .ejemplo, sus dos cuartetos de cuer­
mente contemporánea. das de 1967 y 1968). Martín ha tenido mucha influencia en la
Cuba post-revolucionaria como educador musical y como c;rítico.
En Cuba, la mayoría de los integrantes del Grupo Renova­
Argeliers León estudió por un tiempo, en la década del 50,
ción Musical (establecido en 1942) continuaron siendo muy con Nadia Boulanger, y como resultado_ parece desarrollar un
activos durante el período posterior a 1950. El líder del grupo, interés en el serialismo 5• Continuó también cultivando un estilo
Jos.é _Ardévol, comenzó a prestar atención al atonalismo y al moderno claramente cubano, en obras como Ak orín ( 1956),
senahsmo en obr_as compuestas después de alrededor de 1957. subtitulada Cantos negros para piano; Danzón N9 3 (í957),
Su Música (1957), para orquesta de cámara, y el Tercer Cuar­ también para piano; y Cuatro danzas cttbanas (1959- ) , para
teto de Cuerdas ( 1958) muestran esa nUeva tendencia. Durante orquesta de cuerdas. Akorín es una transcripción y adaptación
los primeros años de la Revolución Cubana ( 1959), Ardévol de canciones rituales afrocubanas en la cual prevalece un contra­
desempeñó un papel importante como Director Nacional de punto a dos voces, con eficaz imitación de la práctica afro­
�úsica� en la reorganización de la vida musical del país. Gra­ cubana de superposición de llamada y respuesta. En el Cuarteto
cia� � - el, Cub_a ha gozado ?e una no�able libertad de expresión
art�s51�a, m�mfestada . ?º solo a , traves de su propio desarrollo
est1hstico, srno tamb1en a traves del de otros miembros del 5. Jqsé Ardévol, Introducción a Cuba. La Música ( La Habana :
Grupo Renovación (Gramatges, Martín, León) y de composi- Instituto del Libro, 1969 ) , p. 104.

424 425
d,.e Cuerdas N9 2 ( 1961 ) y el Quinteto N9 2 ( 1963 ) surge mitidas por altoparlantes, constituye una parte integral de la es­
un idioma más moderno. El quinteto { para flauta, oboe, clari­ tructura de la obra. La impresión de que el sonido, se mueve a
nete, fagot y guitarra ) es una de las obras más significativas través del espacio se logra grabando sonidos en diferentes canales,
del compositor. león escribe una serie de doce notas al co­ de modo que se pueda transferirlos rápidamente de un parlante
mienzo de la obra, pero no la trata como una estructura estric­ a otro, o, en forma más tradicional, dividiendo los medios de
tamente serial. Se basa, sin embargo, en inversiones melódicas, ejecución ( voces o instrumentos ) en unidades ampliamente se­
técnicas de variación y en un cromatismo casi total. Esta obra paradas. Blanco experimenta con esas técnicas en Poema espacial
revela asimismo una mezcla original de timbres inusuales. León N9 3 (subtitulado Viet-Nam), que data de alrededor de 1968,
escribe con mucha propiedad para la guitarra, como lo corrobo­ y el cual incorpora sonido y luz e incluye cuatro cintas magnéticas
ran el quinteto y las Tres canciones lentas ( 1959 ) , para guita­ distribuidas en treintisiete altavoces durante la ejecución. En Con­
rra sola. Durante los años 60 León ocupó importantes cargos trapunto espacial II, conocido también como Erotof onías ( 1968 ) ,
administrativos, entre ellos la dirección del Departamento de Blanco divide sesenta instrumentos de cuerda en veinte grupos
Música de la Biblioteca Nacional "José Martí" y del Instituto y los refuerza con cinco grupos de percusión, guitarra, saxofón
de Etnología y Folklore de la Academia de Ciencias (ambas alto, y tres bandas magnéticas basadas en pasajes recitados del
en la Habana) . Su reducida actividad como compositor fue Cantar de los Cantares. En 1969 y 1970, dio un paso más allá
compensada por una acrecentada producción como etnomusi­ con Contrapunto espacial III y Contrapunto espacial IV, subtitu­
cólogo. ladoS' respectivamente /Si, no: y qué? y Boomerang. Estas obras
requieren de diez a veinte actores, de cinco a veinticuatro grupos
En la década de 1950 comenzó a aparecer en Cuba un grupo instrumentales dispersos en el área de la ejecución, y cintas mag"
más joven de compositores progresistas. Entre los más destacados néticas. Las más recientes Erotofonías II ( 1973 ) , en dos cintas
se incluyen Juan Blanco, Aurelio de la. Vegá, Carlos Fariñas y magnéticas, son mucho menos ambiciosas.
leo Brouwer. Blanco ( nacido en 1920 ) , alumno de Ardévol y Aurelio de la Vega ( n. en 1925 ) es, juµto a Julián Orbón, el
Gramatges, comenzó cultivando algunos aspectos del nacionalis­ compositor cubano más conocido de su generación. Primero estu­
mo musical en los primeros años de la década ( como en su Quin� dió leyes en la Universidad de La Habana y después sigu ió mú­
teto N9 1, 1954, para flauta, oboe, clarinete, fagot y cello), pero
pronto se apartó de esa· tendencia. En pocos años llegó a ser uno sica en el Instituto Musical Ada Iglesias en esa ciudad ( 1950-
de los más radicales músicos experimentalistas cubanos. Aprendió 1955 ) , con Gramatges. También en Los Angeles, como agregado
por su cuenta las técnicas de la música concreta y electrónica y cultural del Consulado Cubano, tomó lecciones privadas de com­
fue uno de los primeros cubanos en explorarlas. Sus obras de la posición con Ernst Toch. De 1 95 3 a 1959 dirigió el Departamen­
década de 1960 y comienzos de los años 70 implican medios elec­ to de Música de la Universidad de Oriente ( Santiago de Cuba) .
trónicos, procedimientos aleatorios o medios mixtos. Su Música Desde 1959 ha vivido en California como profesor de composi­
para danza ( 1961 ) y Estudios 1-II ( 1962-1963 ) son piezas elec­ ción en el San Fernando Valley State College ( después rebauti­
trónicas. Manejos de azar aparecen en Texturas ( 1 963-1964) , zada como California State University, Northridge) . Después
para orquesta y banda magnética, y Episodios ( 1964) , para or­ de una afiliación temprana al postimpresionismo y al romanti�
questa. Contrapunto espacial I ( 1965-:1966 ) , para órgano, tres cismo modernista de Szymanowski, como en el ciclo de canciones
grupos de vientos y cuatro grupos de percusión, da comienzo a La fuente infinita ( 1944 ) , en los primeros años de la década del
una seri,e de cinco obras mayores que pertenecen a la así llamada 50, de la Vega giró hacia un lenguaje cromático combinado con
música espacial, esto es, música en la cual la colocación concreta un poderoso impulso rfrmico. También desarrolló ciertas inquie­
de las fuentes sonoras, vivas o grabadas pero por lo general trans- tudes técnicas que iban a seguir siendo importantes para él, en

426 427
patticular, un estilo virtuosístico de escritura para los instru­ los registros más extremos de los instrumentos y exigen muchas
mentos tradicionales (y en consecuencia una atención especial al formas distintas de articulaciones, ataques y fraseo. Tanto en las
timbre) y una fuerte base en los principios estructurales. Aunque partes instrumentales como electrónicas se presentan y se desarro­
proclamó su oposición al nacionalismo musical, utilizó melo­ llan elementos motívicos. En Tangents, esos motivos poseen el
días y rasgos típicos cubanos en algunas de sus obras tempranas, carácter de expresiones abruptas y exclamatorias, cuya expresivi-
como, por ejemplo, su Leyenda del Ariel Criollo ( 1953) , para 1ad .eman� especialmente del. cromatismo y de la amplitud del
cello y piano. La armonía cromática de esta obra diluye, sin em­ mnbito (EJemplo 10-9) . Particularmente eficaz es el tratamiento
bargo, su carácter nacionalista en forma considerable. de las posibilidades tímbricas del violín. Trinos, trémolos, vibrato
Junto a aquel cromatismo, de la Vega cultivó la atonalidad amplio, glissandi, sordinas, armónicos y otros recursos sugieren a
libre (v.gr., Elegy, 1954, para orquesta de cuerdas, y Diverti- menudo una manipulación electrónica del instrumento. En estas
1nento, 1956, para violín, cello, piano y orquesta de cuerdas ) . En obras se usan procedimientos aleatorios, pero de la Vega se com­
195 7 comenzó a desarrollar un estilo dodecafónico no convencio­ prometió con la indeterminación sólo en la obra posterior Olep
nal, con el Cuarteto de Cuerdas "In Memoriam Alban Berg". Con ed Arudamot ( 1974) (forma retrogradada de "Tomadura de
ese estilo se produjo un uso creciente de polifonía, que cul­ pelo") , para instrumentación no especificada (primera realiza­
minó en la Sinfonía a Cuatro Partes ( 1960 ) . Hacia mediados dón en 1976 ) , y The lnfinite Square ( 1974 ) . Ambas son par­
de los años 60, de la Vega abandonó gradualmente el serialismo tituras gráficas.
en beneficio de los medios electrónicos, las formas abiertas, los Carlos Fariñas (n. en 1934 ) y Leo Brouwer (n. en 1939 )
procedimientos aleatorios y las partituras gráficas. Una de las exhibe asimismo un desarrollo estilístico de vanguardia. La
primeras obras que señalan tal dirección es Structu1·es ( 1962 ) , mayoría de sus primeras obras (mediados a fines de la década
para piano y cuarteto de cuerdas, que presenta serialismo en tres de 1950) ) se originan en intereses musicales nacionalistas. Si­
de sus movimientos y estructuras improvisatorias en otros dos. Al guió a ellas una penetración en la estética serialista. La Sonata de
mismo tiempo, de la Vega continuó explorando sonoridades nue­ Fariña para violín y cello deriva de las técnicas. dodecafónicas,
vas. La pieza electrónica temprana Vectors (1963) fue seguida mientras que sus Tientos para pequeños conjuntos instrumentales
por Segments (1964) , para violín y piano; Variants ( 1964) , pa­ son aleatorios. Brouwer es uno de los más talentosos composito­
ra piano, e lnterpolation (1965) para clarinete solo con o sin res de la vanguardia cubana. Su temprana inquietud nacionalista
elementos de sonido pregrabado. Los recursos instrumentales exi­ está bien expresada en las piezas de guitarra Danza característica
gidos para esas obras incluye vibrato microtonal en el violín, clus­
( 1958) y Tres apuntes ( 1959) (el compositor es un excelente
ters y diversos tipos de manipulación de las cuerdas del piano y
uso de las llaves del clarinete Como fuente sonora� Además, lnter­ g�itarrista) y en el Trío ( 1960) para dos violines y viola, en
polation requiere diferentes formas de posiciones de embocadura cmco secciones. Patrones rítmicos que implican sincopaciones,
(minuciosamente . anotadas y explkadas), el bajar una nota sin opuestas a menudo a figuras de pulsación irregular, c<:>ll�fitu.yen
. e1 -rasg6 nacional más obvio del Trío. Después de la Revolución
hacerla. so-ri:fr, sonidos de soplo sin iioti específica, y hasta el uso
de una sordina especialmente inventada para el clarinete. Sin em­ Cubana, sus contactos con la vanguardia polaca contemporánea
bargo, en ninguna otra parte ha tenido de la Vega tanto éxito, en ( Penderecki, Lutoslawski) y con Luigi Nono, llevó a Brouwer ·
términos de combinaciones de color expresivo y organización es­ a adoptar con más facilidad las técnicas de la nueva música.
tructural, que en Tangents, para trompeta y los mismos sonidos 1:ambién han influido la música y las ideas de Cage y de Xena­
pregrabados. Ambas obras (1973) exploran los timbres y los as­ k!s ·. . . Desde alf:ededor de 1962 ha escrito en un estilo postse­
pectos expresivos de los instrumentos solos, en un diálogo con los rrnlista y aleatorio. Su Sonograma I ( 1963) , para piano prepara­
sonidos electrónicos. Ambas son piezas virtuosísticas que cubren do, es generalmente conocida como la primera pieza de música

428 429
(
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aleatoria en Cuba Conmutaciones ( 1966) , para piano preparado (
y dos percusionistas, está totalmente escrita en notación gráfica.
111

En los últimos años 60, Brouwer comenzó a cultivar medios mix­


tos, primero con Cantigas del tiempo nuevo ( 1969) , que incluye
actores, coro de niños, piano, arpa y percusión.
Otros compositores cubanos que han estudiado en Polonia o

/ !(
)
(
Checoeslovaquia, como Roberto Valera ( n. en 1938) y Sergio
1

Fernández ( n. en 1946) , han contribuido al desarrollo dinámico


de la vanguardia cubana, pero se han ejecutado pocas obras suyas
fuera de Cuba y de Europa Oriental.
1

Desde alrededor de 1946, el panameño Roque Cordero ha


1

1' escrito sus obras más significativas en un lenguaje casi exclusiva­


) (

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11
1 \

ir1ente serialista. Primero utilizó el método dodecafónico de com­


1 \


posición en su Sonatina para violín y piano ( 1946) . La serie

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Vi básica utilizada en los tres movimientos de la obra ( expresada
temáticamente como en el Ejemplo 10-10) consiste en terceras
1 \

EJEMPLO 10-10 Roque Cordero, Sonatina, primer movimiento, c. 1-5.


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> Copyright 1962 por Peer International Corporation. Utilizado con
autorización.
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mayores y menores, segundas menores y sus inversiones. Está uti­
lizada libremente, esto es, con repeticiones melódicas y armónicas
1 y muchos doblajes de octava. La ocurrencia frecuente de la sépti­
ma melódica y armónica es característica del estilo de Cordero 6•
Las formas básicas de la serie son usadas, con transposiciones oca­
sionales, con las notas frecuentemente distribuidas entre los dos
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1

instrumentos. E1 Ejemplo 10-11 ilustra el uso simultáneo de va-


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� 6. Ronald R. Sider, "Roque Cordero, the Composer and his Style
Seen in Th,:ee Representative Works", lnter-American Music
e 1 1 t:l, Bulletin, N9 61 ( septiembre 1967 ) , 6.

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dos aspectos de la serie : R:i ( retrogradada y transpuesta a una


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tercera mayor inferior) y Ro en la parte del violín, versiones par­


EJEMPLO 10- 1 1 Roque Cordero, Sonatina, primer movimiento, c. t[
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ciales de Ro en el acompañamiento de piano 7• Las terceras para­


87-95. Copyright 1962 por Peer International Corporation. Utilizado

lelas que resultan de las dos seri es paralelas no se distinguen al


con autorización.
1
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cído, porque las partes se mueven independientemente unas de


l
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otras 8 • • • Muy a menudo aparece una textura contrapuntística en i


!
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la cual las partes se construy en a partir de varias formas de la
serie. Los diseños formales de los movimi entos de la Sonatina son '\.
:I
tradicionales, allegro en forma sonata, intermedio en forma bi­
naria y rondó, respectivamente. Algunos pasajes de los mo­
i
,,.
1

,,.,
vimientos primero y tercero contienen patrones rítmicos aso­
ciados con la música folklórica latinoamericana, tales como el rit-
',

mo de habanera, la sincopación , el tresillo cu-


bano y las combinaciones simultáneas o sucesivas de metros de
6/8 y 3/4.
La Segunda Sinfonía de Cordero ( 1956) ejemplifica su escri­

tura serial madura. En un solo movimiento, la sinfonía se basa en
tres series básicas de sonidos relacionadas, las que son tratadas en
forma libre, y sigue una forma sonata compuesta. Un rasgo de
esta obra típica de Cordero son suS\ frecuentes ostinatos, uno de
los cuales se deriva del ritmo de la danza afropanameña y colom­
biana conocida como cumbia 9• Durante la década de 1960 Cor­
dero refinó sus técnicas serialistas, aunque conservando los mis­
mos rasgos característicos generales, con excepción de una preo­
cupación creciente por efectos tímbricos e intricaciones rítmi­
cas. En más de un aspecto, el Primer Cuarteto de Cuerdas
( 1960) , el Concierto de Violín ( 1 962) , la Sonata para cello y
piano ( 1963) y la Tercera Sinfonía ( 1965) , muestran un trata­
miento análogo del ritmo, con el sabor latino d e la hemiola an­ • v ::=-
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teriormente mencionado, pero también una nueva irregularidad \

de puntuación y fraseología.
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7. Según Sider, "Roque Cordero". El análisis de la obra de Cordero
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que hace Sider emana del mismo compositor.


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8.
9.
Ibid.
Para comentarios analíticos más detallados, ver Ibid., pp. 8-17. l "'¡1

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433
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. El Concierto de Violín es una obra verdaderamente virtuo­ EJEMPLO 10-12 Roque Cordero, Concerto para Violín y Orquesta
sística exigente para la parte solista, que raramente posee pau­ ( reducción para violín y piano ) , primer movimiento, c. 20-29. Copy­
sas. La orquesta también está tratada de modo virtuosístico, en right 1969 por Peer International Corporati�n. Utilizado con autori­
particular en los dos últimos movimientos. En el segundo mo­ zación.
vimiento ( lento) , está reducida a un conjunto de cámara. Pone 20 O 1
Allegro moderato J =Ca.126

de relieve breves pasajes de solo para los vientos y combina


colores inusuales, como armónicos de violín y clarinete en el
,. 2 --
VI.

registro grave al final del movimiento. El tercer movimiento


'u mp espressivo · 1

se abre con unos impresionantes ostinatos de solos de timba­


les. El concierto está basado en una serie de doce notas que
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se inicia con una séptima mayor, intervalo característico de la
u 1 ':' �'!'

música anterior de Cordero. ( Ver la parte de violín en el


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blbJ1...i , 1,;- 1."h ' .
reduction p mp

Ejemplo 10-12) . El primer tema del primer movimiento, ba­


• 1 .
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1 --,.,
sado en la forma original de la serie, acentúa las séptimas por
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medio de la repetición de las notas correspondientes de la 5
serie. El tema aparece a lo largo del movimiento en diversas
4 6

-
7

formas y diferentes transposiciones de la serie, tales como Oa n:f


en los compases 24-27 del Ejemplo 10-12. La sección de desa­
mp cresc.

rrollo muestra . textura contrapuntística y variedad rítmica. La


forma retrógrada de la serie ( Ro) , presentada primero por la - b·
flauta, integra el segundo tema ( c. 1 16-121) de este diseño de
p

forma sonata. Las obras posteriores de Cordero ( Sinfonía N9


3, 1965; Cuartetos de Cuerdas Nos. 2 y 3, 1968, 1973 ; Con­
c.ertino para viola y orquesta de cuerdas, 1968; Permutaciones, . 11 25
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1974; Variaciones y Tema para Cinco, 1975) consolidan su
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vigorosa individualidad en el manejo de la técnica serial, aun­


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que conservando un acento latino, sin ser nacionalista. " � -


La mayoría de los compositores centroamericanos han culti­ -
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vado un estilo basado frecuentemente en expresiones musicales
indígenas, mestizas o negras de sus países, a menudo amalga­
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madas con un lenguaje romántico o impresionista. La primera


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generación de compositores que siguen esta tendencia comprende ,. ¡¡_---;;,,. ¡¡.,..
a Jesús Castillo ( 1877-1946) , decano de los compositores pro­
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fesionales de Guatemala, Ricardo Castillo ( 1894-1967) , Salva­


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dor Ley ( n. en 1907) y Enrique Solares ( n. en 1910) -todos
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cresc.

de Guatemala- y Luis A. Delgadillo ( 1887-1964) . Sin em­


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bargo, no se han desdeñado otras tendencias. Por ejemplo, José -


A

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Castañeda ( n. en 1898) fue en Guatemala un temprano expe-

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434 \
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rimentador en la politonalidad, la microtonalidad y el serialismo. poner en contacto a los compositotes jóvenes venezolanos coa
In toda Centroamérica, los compositores más jóvenes han pres­ la música contemporánea. Ioannidis recibió su formación como
tado atención a las corrientes no nacionalistas. Para no mencio­ compositor en la Hochschule für Music de Viena y ha cultivado
nar sino unos pocos, Jorge Sarmiento (n. en 1933), guatemal­ fundamentalmente un estilo atonal.
teco que estudió en el Instituto Di Tella de Buenos Aires, ha El portorriqueño Héctor Campos-Parsi, que comenzó como
utilizado las técnicas serialistas; Bernal Flores (n. en 1937), compositor nacionalista (ver Capítulo 5), cambió al neoclasicis­
de Costa Rica, egresado de la Eastman School of Music, ha es­ mo en la década del 50 y al atonalismo y serialismo en los
e.rito en un estilo atonalista; y Gilberto Orellana (n. en 1942), años 60. Su Sonata en Sol para piano (1952-1953) es un ejem­
de El Salvador, ha experimentado con técnicas seriales. plo de su transición desde un lenguaje nacionalista a uno neo­
Hasta alrededor de la mitad de la década del 60, la música clásico. Sus obras posteriores comprenden dos piezas vocales
venezolana siguió la tendencia nacionalista, combinada con al­ Columnas y Círculos ( 1966 y 1967) y Kolayia ( 1963), para
gunos elementos neorrománticos o neoclásicos. Con el estable­ orquesta, percusión y banda magnética; Dúo trágico (1965) para
cimiento del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (IN­ piano y orquesta; y Petroglifos ( 1966) para trío de cuerdas. El
CIBA), que promovió premios de composición y encargó obras, compositor portorriqueño de la generación de 1930 que adhirió
la aparición de los Festivales de Música de Caracas y la crea­ con más firmeza a las técnicas de la nueva música fue Rafael
ción de un laboratorio de música electrónica, junto con la pu­ Aponte-Ledée (n. en 1938). Discípulo de Cristóbal Halffter en
blicac;:ión de un Boletín, bajo la dirección del crítico musical el Conservatorio de Madrid y de Alberto Ginastera y Gerardo
Eduardo Lira Espejo, la música en Venezuela halló una atmós­ Gandini en el Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires, ha
fera adecuada para el desarrollo de las técnicas contemporáneas seguido varias tendencias, que incluyen el serialismo, la mú­
de composición. Los compositores más destacados a finales de sica electrónica y la aleatoria (Presagio de pájaros muertos, 1966,
los años 60 fueron Antonio Estévez (n. en 1916) , quien, des­ para actor y cinta magnética; Impulsos . . . in memoriam Julia
pués de un primer período nacionalista (v. gr., su Cantata Crio­ de Burgos, 1967, para orquesta; La ventan_a abierta, en dos ver­
l/1,t, 1954), cambia al medio electrónico en obras tales como siones, 1968-1969; y SSSSSS 2, para contrabajo solista, tres flau­
Cosmovibrafonía I y Cosmovibrafonía II, ambas de 1970; Rhazes tas, trompeta y percusión, 1971).
Hernández López (n. en 1918), que adhirió al serialismo y al
atonalismo libre; José Luis Muñoz (n. en 1928), que utilizó EL AREA ANDINA
técnicas aleatorias en obras tales como Móviles ( 1967) ; y Alexis
Con excepción de Chile y en menor grado Perú, los países
Rago (n. en 1920), quien ha escrito en un estilo neotonal, ,c�o­ andinos hasta 1950 no han podido desarrollar instituciones mu­
rnáticamente lineal ( Cinco Instantes para orqitesta, 1968; Mitica sicales capaces de sustentar una actividaq creadora floreciente
de Sueños y Cosmogonías para quinteto de vientos, 1968). Un
en la música co11t_eII1P9ránea. _Las ü1stitucion5!S de_ in�t.r:ucdón
.. . compositor-- más -- j oven,- Alfredo del - Mónaco,- -· (n, - en- 1 938} ··ha · ii,üsicat . como los Conservatorios Nacionales de Bogotá y de
cultivado con éxito la música electrónica (Cromofonías I, 1967; Quito, no proporcionaban en composición un adiestramiento que
Tres Ambientes Coreográficos, 1970) y ha ensayado hacer mú­
condujera a actitudes innovadoras. Por tal razón, los pocos com­
sica electrónica a través de computador (Synus-1 7 /251 271, 1972). positores progresistas de Colombia y Ecuador que surgieron en
Desde 1969 estuvo en Caracas el compositor griego Yannis la década del 60, han estudiado, y en algunos casos se han ins­
Joannidis (n. en 1930) , como director de la Orquesta de Cá­ talado, en el exterior.
mara del INCIBA y como profesor de composición del Ins­ los representantes colombianos de las técnicas contemporá­
tituto Intermúsica. Ha sido muy beneficiosa su influencia para neas son Fabio González-Zuleta, luis Antonio Escobar, Blas
436 437
A Mouth Pi�ce ( 1970 � _para voces amplificadas; y Ayayayayay
Emilio Atehortúa y Jacqueline Nova. González-Zuleta ( n. en ( 197 1) en cinta magnet1ca. Otras obras escritas por él en Ale­
l920) ha cultivado las formas clásicas junto con elementos po­ mania comprenden el Segundo Cuarteto de Cuerdas ( 1967)
litonales, atonales y seriales ( Concierto de Violín, 1958; Ter­ con música electrónica en vivo, y Dort wo wir leben ( 1967) '
cera Sinfonía, 1961; y Quinteto Abstracto para maderas, 1961) . partitura para un film .documental. Además de su exitosos Obun:
Aunque Escobar ( n. en 1925) se inspiró en las fuentes nacio­ · gen für S�nthesizer ( 1972) , ha estado trabajando asimismo en
nales en muchas de sus obras de los años 50 ( ver capítulo 6) , .medios mixtos, como en Oeldorf 8 ( 1973) para cuatro instru­
más tarde se demostró fundamentalmente como neoclasicista mentistas y cuatro cintas magnéticas.
(Pequeña Sinfonía, 1960, y la ópera para voces solistas, coro y E,n Perú, mientras Holzm�nn refinaba su estilo neoclásico que
percusión, Los Hamp ones, 1961) . Ate�ortúa, alumno del Ins­ hab1� desarrollado en la decada de 1940 . ( por ejemplo, en la
tituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires en 1963- 1964 y en P8;!ttta para �er?a�, 195 7) y eventualmente ensayaba la es­
1966-1968, fue reconocido a mediados de la década del 60 como c�itura dodecafom�. algunos de sus discípulos dieron a la mú­
uno de los primeros compositores colombianos de vanguardia. stc� 1:eruana un c�_racter verdaderamente contemporáneo durante
Su música combina una rica imaginación rítmica con mezclas l<;>s anos · .60. Particularmente importantes en esa ev:.olu<;:ión haq
de color de buen efecto, especialmente aquellas que involucran sido �nnque Iturri�ga, Oeso . Garrido Lecca 10l Enrique. Pinilla,·
percusión . ( como en Concertante para timbales y orquesta de Franc!sco Pulgar V1dal, Leopoldo La Rosa, José Malsio . y en
cuerdas, 1968) . Sólo ocasionalmente escribe para voces ( Cán­ especial César Bolaños y Edgar Valcárcel. Nacidos en las déca­
tico delle creature, para bajo, dos coros, vientos, cuerdas bajas, das del . 20 y del 30, estos compositores .propugnan u.ó.a actitud
percusión y banda magnética, 1965 ) y utiliza libremente las claramente antinacionalista, pero también están conscientes de
técnicas serialistas en alguna de sus obras ( Cinco Piezas Breves, la necesidad de asegurar un1 personalidad latinoamericana en su
1969; Partita 72, 1972) . Nova ( n. en Bélgica en 1938) , tam­ música .nueva, a través del reflejo de las condiciones especiales
bién alumna de Ginastera en el Instituto Torcuato Di Tella, re­ en que esta 1:1úsica es creada. Aunque ,más bien subjetiva y
presenta la tendencia más radical en la música nueva colombiana. vaga, esta act1tud los ha motivado sin embargo al cultivo de
Si bien no ha escrito mucho, sus obras ( como 12 Móviles para estilos contemporáneos tratados de un modo singular. Iturriaga
conjunto de cámara, 1966) han conquistado un reconocimiento ( n. en 19 18) ejemplifica lo dicho. Alumno de Holzmann en
bastante amplio. el . Conservat_orio Nacional y de Arthur Honegger en París, Itu­
El único compositor ecuatoriano que desde 1950 ha desarro­ rnaga despliega en sus obras una tentativa de integración de
llado una línea de estética experimental es Mesías Maiguashca ·­ elementos nativos y europeos. Por ejemplo, el efecto modál
( n. en 1938) . Después de una primera formación en el Conser­ mayor-menor de varias de sus obras que resulta del uso de
vatorio. Nacional de Quito, estudió en el Eastman School de sucesivas terceras paralelas mayor'es y menores, se ha demostrado
Música y después en el Instituto Torcuato Di Tella en Buenos q:1e es característico de la música popular de Arequipa ( cono­
Aires. Trabajó en estrecho contacto con Stockhausen ( 1968- e1do localmente como "terceras ariqueñas") ; aunque tal efecto
1972) como colaborador del Estudio de Música Electrónica es también común en las obras neoclásicas de los años 30. La
de la Radio Alemana en Colonia. Su primera estada en Europa Suite para Orquesta ( 1957) , que ganó el primer premio · dei
le produjo tal impacto que se decfdió .ª instala�se permanente­
mente en Alemania como compositor rndepend1ente. Su descu­
10. Por haber estado residenciado en Chile, a menudo es considera­
brimiento en esa época de las técnicas electro-acústicas y sus
do como representante de la música chilena contemporánea.
experimentos en el Estudio Electrónico de Colonia lo llevaron
Ver Roberto Escobar, Músicos sin pasado ( Santiago de Chile :
a obras mayores, como Hor Zu ( 1969) en banda magnética,
Editorial Pomaire, 1970 ) .

438 439
Festival Interamericano de Música de Caracas en 1957, exhibe orquestación compleja, que incluye la superposición de textu­
una escritura politonal y una original vitalidad rítmica. En la ras contrastantes y en ocasiones inconexas ( Canto para Orquesta,
década de 1960, Iturriaga desvió su atención al serialismo. Vi­ N9 1, 1963; Festejo, 1966; y Evoluciones N9 1, 1967) . En 1966-
·v encias ( "Cuatro Fragmentos para orquesta") , de 1965, 1967, Finilla trabajó con Vladimir Ussachevsky en el Columbia­
influencias de Webern no sólo en su construcción serialista, Princeton Electronic Music Center. Sin embargo, su interés por
en el tratamiento de los timbres. Como profesor de el medio electrónico, que motivó la obra Prismas ( 1967) no
Iturriaga ha tenido una vigorosa influencia en el parece haberse mantenido en los años siguientes. Finilla adhirió
Alumno de los Conservatorios de lima ( con Holzmann y asimismo al serialismo por un tiempo, pero tendió a restringir
Sas) y de Santiago de Chile ( con Free, Focke � Santa Cruz) , a la altura el uso del método. También aprovechó el invento de
Garrido lecca ( n. en 1926) desarrollo un estilo en el cual Alban Berg en Hauptrhythmen ( "motivos rítmicos principales") ,
convergen las prácticas musicales europeas contemporáneas ( ar­ pero trató los motivos rítmicos básicos, como si fueran material
monías basadas en cuartas o quintas, atonalismo y rasgos musi­ melódico de desarrollo convencional ( v. gr., en sus Cuatro Pie-
cales de derivación local ( uso de escalas pentatónicas) -por zas para Orquesta, 1961) 11•
ejemplo, en su Suite para quinteto de maderas ( 1956) y su Francisco Pulgar Vidal ( n. en 1929) y leopoldo La Rosa
Música para seis instrumentos de percusión ( 1956) . Después ( n. en 193 1) han escrito en una vena neonacionalista, pero tam­
de alrededor de 1960, él se orientó a ciertos aspectos del método bién han cultivado en forma libre la técnica dodecafónica· y
dodecafónico, concentrándose en escritura orquestal (Sinfonía, otras. la inspiración en fuentes nativas de Pulgar Vidal toma la
1960; Laudes, 1962) . En la década de 1960 escribió también forma de hallazgos microtonales en instrumentos indígenas o de
varias obras que evocan la historia y la cultura del Perú, pero sonoridades nuevas logradas por medio del tratamiento de los
sin utilizar ningún material musical nacional (Elegía a Machu instrumentos tradicionales ( por ejemplo, las flautas de Pan que­
Picchu, 1965, para orquesta; Apu Inca Atahualpaman, para so­ chuas conocidas como antaras) en combinaciones inusuales y
listas, narrador, tres coros y orquesta, que pone en música un masivas. Evocaciones abstractas de temas peruanos constituyen
texto quechua anónimo del período colonial; Intihuatana, 1967, la substancia de varias obras posteriores; tales · como Chulpas
para cuarteto de cuerdas; y Antaras, 1969-1970, para doble cuar­ ( Siete Estructuras Sinfónicas) ( 1968) , Eleven Ch oral Pieces
teto de cuerdas y contrabajo) . sobre motivos tradicionales peruanos ( 1968) , y la cantata Apu
Discípulo de Holzmann y Sas en lima, y después de Nadia Inqa ( 1970) . la Rosa, a comienzos de la década del 70, utiliza
Boulanger en París, Conrado del Campo en Madrid y Boris Bla­ recursos aleatorios en varias de sus obras.
cher en Berlín, Enrique Finilla ( n. en 1927) ha puesto en El pantonalismo y la politonalidad aparecen en las obras de
práctica su convicción de que el compositor moderno debería los años 50 de José Malzio ( n. en 1924) , discípulo de Hinde­
probar todas . las técnicas a su disposición. Así, h� �ultivado �n mith en la Universidad de Yale y de Schoenberg en Los Ange­
les. Su temprano lenguaje neoclásico ( como en el Concerto
e
ffi�1 d!���ftf ·de!ie�Ifi:fc:I'· :s1i�cII{tieE�ii1t�:ri�:�ft ·�J�:
sus estudios con Blacher, ha . sido el cuida­
Grosso de 1945 y Preludio y Toccata, 1952, para piano) fue
rrollada después seguido por algunos experimentos en escritura atonal y música
doso tratamiento de metros variables, esto es, el cambio siste­ electrónica.
mático de los coropases ( 2/4, 3 /4, 4/4, 5 /4, etc.) . Explora efi­
cazmente variaciones rítmicas y métricas en Estudio sobre el rit­
m� de la marinera, para piano ( 1959) . Sus obras de los años
11 . Cf. Juan Orrego Salas, "serialism in Latin American Music",

60 revelan elaboraciones más amplias de los ritmos complejos


ponencia presentada a la trigésima quinta Reunión Anual de la

( v. gr., Tres Movimientos, para percusión y piano, 1961) y de


American Musicological Society ( St. Louis, Missouri, diciembre
1 969 ) , gentilmente comunicada por el autor.

340 441
Gésar Bolaños (n. en 1931) representa, junto . con Edgar llena de tabaco una pipa, hace girar un arpa en 180 gra­
Valcárcel la vanguardia progresista de la música peruana. Bo­ dos, y después -olvidando la pipa y el arpa- vuelve
laños es�dió con Sas en el Conservatorio de Lima y fue a Nue­ al ataque sobre el piano con acrecentador vigor. Mien­
va York a estudiar música electrónica en el RCA Institute of tras tanto, los otros tres artistas están agregando al frenesí
Electronic Technology (1958-1963). Continuó sus estudios en general sonidos ásperos que incluyen ocasionales sílabas
el Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires, con Ginastera, vocalizadas. En cierto momento, los tres caminan fuera de
y colaboró en el Laboratorio de Música Electrónica (fundado escena como en la Sinfonía de la Despedida de Haydn y
en 1964). Allí fue encargado del seminario sobre composición se amontonan frente al director, quien está ocupado diri­
por medios electrónicos, y hasta 1970 dio en el Instituto un giendo al percusionista de piano 12•
curso de teoría y práctica audiovisual. Desde ese año, ha reali­
zado experimentos, en Honeywell Bull Argentina, en la aplica­ Bolaños fue también uno de los primeros peruanos en utili­
ción de los computadores a la composición musical. (Las obras zar medios mixtos -que, en su caso, involucran una esfera de
creadas a través de ese proceso han sido denominadas genérica­ actividades q1,1e van desde las acciones de ejecución teatral hasta
camente como ESEPCO, de "Estructuras Sonoro-Expresivas por los movimientos de ambiente audiovisual abstracto. Las obras de
Compl;tación''. ): Así, desde los c�mienzo� de su c�rrera B�laños esa · na�raleza comprenden Alfa-Omega ( 1967), sobre textos
,
oriento su actividad como compositor hacia la musica experimen­ bíblicos, · que exige un coro mixto teatral, entre otros recursos
tal en el medio electrónico y hacia la indeterminación. Su pri­ de ejecución, y 1-10-AIFG/Rbt-1 ( 1968) con materiales visuales,
mera pieza electrónica -Intensidad y Altura, en banda grabada, y en la cual los ejecutantes (tres narradores, corno, trombón,
y basada e°: un poema de César Va,Uejo- f?e e!aborada en el guitarra eléctrica, dos percusionistas y dos operadores de instru­
Instituto Di Tella en 1964. Despues prod1.1Jo diferentes obras mentos electrónicos) son dirigidos por medio de señales lumi­
para danza, teatro y cine, que exigen electrónica "en vivo", como nosas programadas previamente y sincronizaads por un sistema
Lutero, Yavi (1965), Dos en el Mttndo (1966), y Espacios I, automático. Múltiples estratos de sonidos producidos de modo
II y 111 ( 1966-1968). Los usos de computador en algunas · de aleatorio por 21 o más instrumentistas y de palabras tomadas
sus obras incluyen la utilización tanto de los computadores como del diario de la guerrilla del "Che" Guevara en Bolivia, consti­
generadores de sonidos electrónicos y como generadores de es­ tuyen la base de 1'lacahuasu de Bolaños ( 1970).
tructuras precomposicionales, por ejemplo, en obras como Sialoe­ Una de las personalidades más creativas de la vanguardia pe­
cibi (ESEPCO II), subtitulado "Homenaje a las palabras no ruana es Edgar Varcárcel (n. en 1932), que estudió en el Con­
pronunciadas", para piano con dos ejecutantes y cinta grabada. servatorio Nacional de Lima, en el Hunter College de Nueva
En ésta y otras obras, Bolaños puso en práctica el concepto de York y en el Instituto Torcuato Di Tella. Asimismo .estudió mú­
vanguardia de "te.atro musical" en. la ��l 1� acción de la escena sica electrónica con Ussachevsky y Alcides Lanza en el Colum­
constituye parte integral de la e1ecuc10n instrumental. Ello es bia-Princeton Laboratory "( 1966-1968). Su desarrollo como com­
verdad, por ejemplo, respecto del Divertimento 111 ( 1967), positor es sintomático del compositor latioamericano de música
para flauta, clari.�ete, cl�inete b_ajo, piano,. ar_pa sile?cio.sa y nueva en general, en su afirmación de la libertad intelectual
percusión. La accion ha sido descrita en los s1gu1entes termmos: del compositor y en su propósito de entregar rasgos singulares
a las expresiones de la . nueva música. Valcárcel ha cultivado
Divertimento . . . resultó ser una especie de concierto pa­
rodia ·en movimiento, para el percusionista de piano, quien 12 . Irving Lowens, "The Fourth Inter-American Music Festival. Pia­
primero golpea un indefenso Steinway de dentro para nos and Ping-Pong Balls", lnter-American Music Bulletin, N9
fuera, de arriba a abajo, después camina a la línea límite, 66 ( julio 1968 ) , 2.

442 443
div�rsas técnicas contemporáneas, desde los procedimientos dode­ tu_dio de Colonia. Comenzó utilizando el serialismo en su Pri­
cafónicos a los electrónicos y los aleatorios. Entre sus obras de mer Cuarteto de Cuerdas ( 1964) y Variaciones Tímbricas ( 1966)
cámara más importantes de la década del 60, están Espectros I para s�pra_no y conjunto de cámara. Las técnicas electrónicas y
( 1964) , para flauta, viola y piano; Espectros II ( 1966 ) , para aleatorias . integran sus obras posteriores ( Danza para itna ima­
corno, cello y piano; Dicotomías III ( 1966) , para doce bronces gen perdida, ball7t 1;ara orquesta, 1970; Mística N9 3, para ins­
e instrumentos de cuerdas; y Hiwaña Uru ( "Día de la Muerte" trumentos con microfono de contacto y banda magnética' 1970 '·
en aymará) ( 1967 ) , para once instrumentos. Sus obras orques� Y. M,istica Nº· 4, para cuarteto de cuerdas, piano y cinta magné-
tica grabada, 1970 ) .
.
tales �omprenden Aleaciones ( 1966) y Checán II ( "Amor", en
mochica ) ( 1970 ) . Entre sus numerosas obras vocales, el Canto Un amplio espectro de géneros y estilos ha caracterizado a los
Coral a Túpac Amaru II ( 1968 ) es considerado el de mayor compositores chilenos desde alredll!dor de 1950. El desarrollo
éxito de aquellos que requieren medios mixtos. las piezas elec­ de una vida musical floreciente, en especial en Santiago desde
trónicas de Valcárcel, tales como Invención para sonidos elec­ l�s añ�s � O, estimuló dinámicas actividades que han p:rmane­
t1:ónicos ( 1 �6� ) y Antaras ( 1968) , para flauta, percusión y so­ e1do sin iguales en el área andina. La Universidad de Chile
mdos electronicos, fueron elaboradas en el Columbia-Princeton continuó siendo el principal pilar de sostén del vigor musical
Laboratory. de! .país. Ya �n . 1954 se iniciaron los primeros experimentos de
m�1S1ca electronica . por los compositores Juan Amenábar y José
Pocos compositores han cultivado estilos no nacionalistas en Vicente . Asuar, quienes en 1955 crearon el Taller Experimental
Bolivia. La música artística boliviana se ha retrasado mucho a
· causa de la falta de instituciones adecuadas para el apoyo del �el Somdo en la Universidad Católica de Santiago. Jun�os, dise­
naron en 1958 un proyecto de laboratorio de música electrónica.
quehacer musical. Así, la mayoría de los compositores bolivia­ Con la fundación de la Orquesta Filarmónica de Chile (más
nos que desarrollaron un interés en la música contemporánea, tarde rebautizada como Filarmónica Municipal) , el estableci­
estudiaron en el exterior y a menudo se han sentido alienados miento de varios conjuntos de cámara en_ la Universidad Cató­
al regresar a su país natal . . . El compositor de La Paz Jaime lica y la introducción de .grabaciones comerciales de música chi­
Mendoza Nava ( n. en 1925 ) hizo su formación en Europa y lena y una serie de publicaciones de partituras por el Instituto
Norteamérica y cultivó un estilo neoclásico en el cual apare­
de Extensión Musical ( 1959) , fue vigorosamente estimulada la
cen algunos elementos de la música nativa del Altiplano boli­ c?�posició� �usic�l. Cuantitativa y cualitativamente, la produc­
viano ( pentatonismo y ritmos característicos) . Gustavo Nava­ cion de musica chilena desde 1950 ha sido extraordinaria. La
rre ( n. en 1932 ) , alumno de la Ecole Normale de Musique de evo.lución estilística de la mayoría de los compositores incorpora
París, ha creado un lenguaje neorromántico, combinado a veces v�ias contracorri ;n:es. Aquí sólo pueden esbozarse unos pocos
con rasgos característicos de la música folklórica boliviana. Ati­ eJemplos caractensticos.
liano Auza ;León ( n. en 1928 )l escribió al comienzo en una · Santa Gruz continuó cultivando su -estilo -neoclásico, caracteri­
- vena neoclásica, · peto a.espués e e seguir · un · año de estudios en zad� J??r texturas contrapu!1tísticas y cromatismo lineal. Pero no
el Instituto Di Tella en Buenos Aires ( 1965 ) cambió a la téc­
escnb10 tanto en este periodo como en las décadas anteriores;
nica dodecafónica. ( Su Preludio, Invención, Passacaglia y Post­ Su Opus 28 (Seis Canciones de Primavera) data de 1950; el
lttdio de 1966 están basados en una serie de Dallapiccola ) . El Opus 32 (Endechas) de 1960; y el Opus 37 (Oratio Jeremiae
más talentoso de los compositores jóvenes bolivianos es Alberto Prophetae), de 1970. Aunque mantuvo el fundamento tonal de
Villalpando ( n. en 1940 ) . Estudió composición en Buenos Ai­ sus obras anteriores, ha escrito ahora en una armonía creciente­
res con García Morillo y con Ginastera y otros en el Instituto mente disonante y una complejidad textura!. Al mismo tiempo,
Di Tella ( 1963 ) . En 1971 trabajó con Stockhausen en el Es-
1 444 445
su sentido dramático y alta:mente expresionista pareció reforzarse EJEMPLO 10-1 3 Domingo Santa Cruz, Cuarteto N9 3, Op. 3 1, pri­
· du'rante este período. Su Cuarteto de Cuerdas N9 3 (Op. j 1, mer movimiento, c. 180-85. Copyright 1970 por Peer Iriternational
J.959), por ejemplo, trae un testimonio: el cromatismo total en Corporation. Utilizado con autorización.
algunos pasajes parece borrar un sentido fuerte de tonalidad,
aunque están presentes las técnicas tradicionales de composición
(imitación, inversión melódica, pedales armónicos, técnü::as de - -·
variación y otras). La compleja densidad textural de su cuar­
A ,,._ .ji.•

teto (Ejemplo 10-13) reaparece en obras posteriores, como las


Vl.I

Sinfonías Nos. 3 y 5, de 1965 y 1968, respectivamente.

tJ 1
" ----- ji ..
..._:/------==
-

-
JI A"' -

El período posterior a 1950 fue muy productivo y exitoso para


Vl.11

Juan Orrego-Salas. Un examen breve de unas pocas de sus obras .


tJ
p
� �� ��
i.--
-
ilustrará su evolución estilística. Los elementos neoclásicos que
Vla.

observamos en sus obras anteriores (ver Capítulo 9), tales como


preferencia por los géneros y formas barrocas y clásicas, escri­
� ba.
--
,,....-¡:-.:. -
tura modal lineal e impulso rítmico, permanecen como bases
Ve.
- - ..
subyacentes de su estilo. Pero la primera cualidad melódica uni­
P--=

forme y ordenada da paso a una organización más disjuntiva


y rítmicamente irregular, y la armonía de cuartas, acordes alte­
rados, formaciones de notas agregadas y clusters hacen · menos
obvia la relación tonal. Con su adopción de los procedimientos
dodecafónicos (restringidos, sin embargo, a la selección de al­
turas, sin aplicación de las técnicas seriales como tales), la tona­
lidad pasa a predominar en las obras posteriores de Orrego­
Salas. Los ritmos siguen siendo vigorosos, pero se hacen menos
regulares. Se dan con frecuencia metros variables y ocasional­
mente pasajes de metro libre. La Sinfonía N9 2 (1954), Op.
39 ("To the Memory of a Wanderer") no es una obra pro­
gramática, a pesar de las circunstancias de su composición -la
aumentando

trágica muerte de un amigo del compositor en las montañas de


Machu-Picchu, en el Perú-. En el primer movimiento, Orrego­ 'f
Salas trató de expresar rítmica y melódicamente "lo que podría
aparecer como una síntesis de las danzas folklóricas latinoame­
ricanas". En verdad, los patrones sincopados a menudo contras­ f
tados con pulsaciones regulares y pasajes de ostinato isométrico
a lo largo del movimiento sugieren tal intención. El primer
motivo de la introducción lenta despliega la sincopación típica
que sintetiza tanta música de danza latinoamericana (Ejemplo
10-14). f
·. \
....

446 447
EJEMPLO 10-14 Juan Orrego-Salas, Sinfonía N9 2, Op. 39, primer refiere el título son flauta, oboe, clavecín y contrabajo. los
movimiento, c. 1 -4. Copyright por Peer International Corporation. movimientos son "Intrada", "Aria", "Perpetuum Mobile" y "Ca­
Utilizado con autorización. denze e Varianti". En cada uno de ellos, están logradas al máxi­
mo la claridad y el equilibrio formales. Cada parte está tratada
en forma solística, y los instrumentos de viento se imitan o se
Moderato e energico ( J = 63)
Trpt. Hm. '
sFl.,Ob.
---. ,
complementan el uno al otro. . Sólo la parte del bajo recibe
pasajes dest�cados. los rasgos neobarrocos comprenden textu­
r�s predomrnantemente polifónicas y uso de ostinati, figura­
c10-?-es y ad?rnos. De especial interés son los logros en cuanto
Trbn. Tuba

a ntmo y timbre. los agregados rítmicos irregulares casi llegan


a ser. la regla �quí. El primer movimiento, por ejemplo, deriva
ª!go d� su e:eci�ante atrac_tivo de su metro de 5/8, que divide
e1 motivo principal en umdades de tres más dos. De modo aná­
logo, un cambio _ muy a tiempo al metro ternario, que interrumpe
el constante ostmato de semicorchea en metro binario del ter­
Piano f Vc., Db.

cer movimiento (Ejemplo 10-15), agrega mucha agitación al


s •. J perpetuum mobile. En la última sección del último movimiento
El segundo movimiento -Maestoso- está escrito en el es­ se dan m:1=!ºs variables, junto con la alternación de 6/8 y 3/4:
píritu de una marcha fúnebre y presenta extensas melodías que tambie°: se �ncuentran en las obras anteriores de Orrego­
líricas (confiadas al corno francés) y una sección de desarrollo Salas. Se evidencia en la sonata un in o-enioso manejo de los
elaborada en el estilo de un coral preludio. Especialmente carac­ timbres, con e��ctos ins:rumentales ori�i�ales, lo que constituye
terístico del estilo de Orrego-Salas es el movimiento perpetuo u�a preocupac10n especial del compositor. Se e�igen varios re­
del tercer movimiento, que revela asimismo una orquestación gistros de clavecín. En los trémolos, se da: la "flutter-tonguing".
altamente virtuosística e imaginativa. Ese movimiento está ase­ la extensión del contrabajo está ampliada considerablemente a
gurado por una figura de ostinato en semicorcheas. En muchos travé� del uso de ar;111ónicos, que, en a!gunos pasajes, se aplican
aspectos, esta sinfonía constituye una síntesis de las realizaciones en tremolos y en ghssandos. Del todo inusual es la combinación
del compositor hasta 1954. En lo armónico, es aún muy tonal del registro grave del clavecín con el contrabajo. En "Cadenze
y en lo rítmico, muy regular. Es evidente el dominio técnico de e Varianti movement", la falta de una sonoridad prolongada
los procedimientos clásicos del desarrollo temático (fragmenta- por parte del clavecín es compensada por arpegios amplios. Otras
ción, secuencia, imitaciones canónicas), de las estructuras for­ obras de Orrego�Salas del mismo período ponen de relieve igual-
-
maJ�� ( fqrmª §911fl._ta, __fo_flll.ª rg11_dó�s9!}llt1¡J y ele lªs .. prªctiq1s 1;1e!1te elcolor s011oro. Un ejemplo extremo . se enrnentra en los
armónicas (armonización de tipo coral) 13• ultimes compases· de la Sonafa de · Piano, Op. 60 ( 1967 ) en la
La Sonata A Quattro, Op. 55 (1964) muestra la madurez de cual se pide al pianista pisar la cuerda de Fa sostenido con
su pensamiento musical. Los instrumentos "barrocos" a que se la mano izquie!da dentro de la tabla de armonía y tocar la . te�
da correspondiente con la mano derecha: cinco de esos Fa
13 . Para un análisis de otra obra del mismo período, ver María Ester sostenidos, cada uno con diferente dinámica (p, meno, pp, meno,
Grebe, "Sextet� de Juan Orrego-Salas, para clarinete en Si Be­ f ppp ) completan la sonata.
mol, cuarteto de cuerdas y piano", Revista Musical Chilena, No. 58
.t Orrego-Salas también escribe diestramente para voces. la mo­
( marzo-abril 195 8 ) , 5 9-7 6; numental Misa "In Tempore Discordiae", Op. 64 (1968-1969),

448 44-9
EJEMPLO 10-15 . Juan Orrego-Salas, Sonata a Quattro, Op. SS : para coro mixto, tenor y orquesta, exhibe una escritura coral
"Perpetuum Mobile", c. 80-87. Copyright 1967 por Peer Internacio­ bien equilibrada en la que predomina la textura homofónica.
nal Corporation. Utilizado con autorización. Efectos como recitativos en metro libre para el solista y el coro
( al unísono) y técnicas de quasi-parlando y murmullo, refuerzan
el carácter refinadamente dramático de esta obra. Aparecen en
ella algunos procedimietons aleatorios aunque en forma escasa.
Vivacissimo J= 104 .
Palabras de Don Quijote, Op. 66 ( 1970-197 1), para barítono
80

y conjunto de cámara, en cuatro escenas, puede ser presentada


Fl.
Ob.

como una pantomima o como monodrama. La línea vocal es


particularmente disjunta y cromática, y a veces hasta atonal.
n Sólo ocasionalmente (por ejemplo, en la tercera escena, "A
Sancho") encontramos el tipo arabesco de melodía española de
Harp sichord

las primeras obras vocales de Orrego-Salas. Una colorística or­


questación neobarroca es transmitida por medio de la combina­
--==
pizz.

ción de arpa, clavecín y guitarra, como en la escena "A Dulci­


nea" (c. 46 y sig.) . Otra monumental obra sinfónico-coral es el
Bass

oratorio The Days of God (1975) , para coro mixto, solistas


"!/

85 j �rl ,bl vocales y orquesta.


,., En obras más recientes, Orrego-Salas tiende a escribir en una
vena atonal, pero continúa sus experimentos con el colorido so­
.. .. noro. Presencias, Op. 72, 1972), por ejemplo, para flauta, oboe
"!/
A

clarinete, clavecín, violín, viola y cella, comienza con una serie


-
...
de doce sonidos y en algunos pasajes exige golpe de dedos sobre
n
- - - - h caja de resonancia de los instrumentos de cuerdas. Además,
a breves motivos aislados, notas o a acordes esparcidos se les da
"!/'. sus propios timbres, articulaciones y planos dinámicos. Sin em­
bargo, la obra entera está escrita en un modo muy parco y
pp --==

ffl bJ revela el fruto de la considerable madurez · de Orrego-Salas.


Entre los compositores chilenos de la generación de 1920,
p---g,__¡ip uno de los de mayor éxito y originalidad ha sido Gustavo Be­
cerra-Schmidt (n. en 1925). Se formó en la Universidad de
Chile y en el Conservatorio Nacional, en S�ntiago, dond·e estu­ .
dió composición con Allende y Santa Cruz. Desde 1947 ha ense-_
ñado composición en la Universidad de Chile. Entre 1953 y
y 1956 visitó varios conservatorios europeos para aprender dis­
tintos métodos de enseñanza de la composición. Fue Director
del Instituto de Extensión Musical desde 1958 hasta 1961 . Tam­
arco II 0

PP bién se desempeñó como Secretario de la Facultad de Ciencias

450 45 1
y Artes Musicales. Asimismo, sirvió por algún tiempo como agre­ una forma altamente condensada. Las influencias de Webern
aado cultural de la embajada chilena en Bonn. Sus obras cubren se perciben en sus obras de mediados de la década del 50, tales
�na amplia gama de géneros y estilos. A comienzos de la década como el Tercer Cuarteto de Cuerdas ( 1955 ) y la Sinfonía N9 1
de 1950 comenzó a cultivar un lenguaje neoclásico, con formas (1955- 1958 ) . Por ejemplo, en el primer movimiento del cuar­
clásicas tradicionales, armonías y melodías modales y grupos teto y en el segundo de la sinfonía, aparecen claramente proce­
rítmicos regulares. Ejemplo de ese estilo son el Concierto de dimientos puntillísticos, mientras que el tercer movimiento de
Violín ( 1950) y el Primer Cuarteto de Cuerdas (1950 ) . El la última exhibe una Klangfarbemelodie -"melodía de color
segundo movimiento de este último, sin embargo, está basado sonoro"-, una serie de timbres utilizada sin cejar como mate­
en la serie de doce sonidos, usada en imitación, como puede rial temático. Desde 1958 a los comienzos de la década de 1960,
verse en el Ejemplo 10-16 14. Becerra abandonó su anterior método serial y lo combinó con
Con todo, ocasionales pasajes atonales como éste no parecen lo que se ha dado en llamar un "sistema complementario de
inapropiados dentro del contexto neoclásico principal de la mú­ policordios" 15• Este sistema también implica los doce sonidos
sica de Becerra-Schmidt. Desde alrededor de 1955 adoptó el ¡! de la escala cromática, los cuales son divididos en grupos de
rr.étodo serialista de composición. Esto dio por resultado una ar­ "policordios" de modo de obtener dos policordios de seis notas
monía atonal, pero el compositor mantuvo los conceptos forma­ cada uno, tres de cuatro notas y así por delante. Además, en el
1

les clásicos. Para compensar la falta de elementos estructurales ! caso de los dos policordios de seis sonidos, la organización de
!
. ·(

tonales, Becerra puso énfasis en las relaciones temáticas y en las alturas de cada uno puede ser variada de acuerdo al facto­
rial de 6, produciéndose 720 posibilidades apro;vechables. Va­
EJEMPLO 10-16 Gustavo Becerra-Schmidt, Cuarteto de Cuerdas N9 1 , riantes más amplias comprenden la alternación de ambos poli­
segundo movimiento, c. 20-26. cordios de acuerdo al factorial de posibilidades de cada uno de
ellos, proporcionando así un espectro muy amplio de maneja­

r
bilidad con los materiales de notas. Becerra percibió que tal
1
b.¡m. �,; 3
<;:._.::::.-----...,,,
sistema era menos restrictivo que el dodecafonismo 16•
Vl.I

Otros rasgos característicos de la música de Becerra en este



n

tif - ' b.¡.


período son las fórmulas melódicas de la cantilación bíblica ju­
. 4 "5 ,6 '1 día (en sus movimientos lentos) , la creciente importancia atri­
Vl.lI �
.., 3 9
buida al contrapunto, un carácter generalmente efusivo de los
o--Y,--2 8

primeros movimientos en oposición a la naturaleza introspectiva


de los segundos movimientos, un contenido muy sumario en
los últimos movimientos y un deliberado propósito de alcanzar
un . c�1Tipr0II1iSQ 1;rit1:� fos_ té@icªs t.t:adicionales y las contem­
poráneas. Los Cuartetos Nos. 4, 5 y 6 y la Sinfonía N9 2 ilustran
6 esos rasgos. Al mismo tiempo, Becerra mostró una preocupación.
nueva por una escritura menos esotérica, un tipo de música más
10 11 O 1 2 3 4 5

14. Cf. Luis Merino, "Los Cuartetos de Gustavo Becerra", Revista fácilmente asequible, aunque sin concesiones. Para esto, trató de
Musical Chilena, N<? 92 ( abril-junio 1965 ) , 48. Ver también combinar un lenguaje tradicional (que incluye aspectos de la
Tomás Lefever, "Lo Neoclásico en la obra de Gustavo Becerra",
Revista Musical Chilena, Nos. 1 1 9-20 ( julio-diciembre 1972 ) , 15 . Luis Merino, "Los Cuartetos de Gustavo Becerra", p. 5 5 .
36-48. 16. Ibid., p . 5 8 .

452 453
rnQsica europea, la música folklórica chilena, la música java­ en una forma sonata, haciendo de la recapitulación una retro­
nesa, entre otras) con recursos técnicos 1;1odernos de. composi­ gradación de la exposición.
ción. Su Cuarteto N9 6 ( 1960), por eJemplo, comienza con Durante los años 60 Becerra introdujo técnicas aleatorias en
una estilización de algunos elementos de la música javanesa s1:s obras, como en la Tercera Sinfonía (1960), los Conciertos
gamelan. En la presentación del primer tema, u'.1,ª figura de Nos. 1 y 2 p3.ra guitarra ( 1964, 1968), el Cuarteto de Cuerdas
corcheas en la parte del cella representa· la percus1on de la ga­ N9 7 ( 1961) y el oratorio Machu Picchu (1966), sobre un
mela cada vez en un tiempo diferente del compás, a ca da repe­ .poema d� Pablo Neruda. Comenzó por recurrir a estructuras
t�ció� del motivo de cinco tiempos de la viola, que imita las m�ercamb1ables (Cuartetos N9 7) ; después cambió a formas
cuerdas y los vientos de la orquesta javanesa. El segundo violín, abiertas, elementos de azar controlados y libertad interpretativa.
con su amplia línea improvisatoria representa un pasaje de P�ra, ��o, d:�arrol�ó s� propio sisteJ;Tia de notación que deno­
,
viento madera solo ( Ejemplo 10-17). Un procedimiento forma l mmo notac�on a�,1er�a , por9-ue permitía varias versiones posi­
c1ue se da con frecuencia en esta y otr'as obras de este período bl�s en _la eJecuc10n . El EJemplo 10-18, del oratorio Machu
de Becerra, es la formación de una segunda sección de una es­ Piccku, 1l�s,tra el tipo de figuras utilizadas para las duraciones y
tructura · dada haciendo una retrogradación de la primera; o, la re1terac10n de los materiales: el material de los marcos más
peque?os deb� ejecutarse antes de seguir a los siguientes mar­
cos. m�s amplios; una flecha indica repeticiones del mismo pro­
EJEMPLO 10-17. Gustavo Becerra, Cuarteto de Cuerdas N9 6, pri­ cedlfil1ento hasta que otra flecha anula las repeticiones (Ejem­
mer movimiento, primer tema. . De Luis Merino, "t,os Cuartetos de plo 10-�8).
Cuerda de Gustavo Becerra", Revista Musical Chilena, NC! 92 ( abril­ El pensamiento estético de Becerra ha sido moldeado por sus
junio 1965 ) , 63. opiniones e inquietudes socio-políticas. La elección de los textos
es sig1?-ificativa al respecto. Influido por la filosoffa marxista, ha
recurrido a poemas o textos de poetas o escritores chilenos como
Neruda, Gabriela Mistral y Nicanor Parra ·o a textos sobre ma­
- terias c?mo �a muerte de lenin, el combat� de guerrillas, la lucha
/1

...---
VI.!
VI.TI ., I PP · ==IG:melan narrator
� revoluc10nar1a guatema lteca, la guerra de Vietnam y la muerte
.l
Oboes & Violins of Gamelan

de .A}lende (en una obra como Chile 1 973, para voz y orquesta
" .,,,--- 1 1: 1:- ,_...,--_ 1

de camara ). la suya es una filosofía estética moderna - resul­


Vla.
.,
.. . .. tado de las experiencias del Tercer Mundo-- en la cual el ar­
1 1

"'
('l.':,a

tista es concebido como un humanista y el arte como una super­


Ve.

estructura, siguiendo a Marx y a luckacs 18,


"'-J Gamelan percussion l..;:J i...:;.¡

17 . Ver Hernán Ramírez, "Introducción a la grafía de Gustavo Be­


cerra", Revista Musical Chilena, Nos. 119-20 ( julio-diciembre
1 972 ) , 60-8 1.
18 . Ver Melikof Karaian y Jorge Vergara, "Algunos aspectos de la
posición cultural y estética de Gustavo Becerra", Revista Musical
Chilena, Nos. 1 19-20 ( julio-diciembre 1972 ) , 49-59. Ver tam­
bién el ensayo del mismo Becerra titulado "Becerra 1972", Re­
vista Musical Chilena, Nos. 1 19-20 ( julio-diciembre 1972 ) , 8-25.
1

455
454
EJ:¡;lMPLO 10-18. Gustavo Becerra, Machu Picchu, notación abierta. de utilización de procedimientos aleatorios 19• Sus primeras obras,
De Hernán Ramírez, "Introducción a la grafía de Gustavo Becerra, que datan de 1952 (Tres Trozos y Seis Miniaturas para piano),
Revista Musical Chilena, Nos. 1 1 9-20 ( 1972 ) , 72. foeron escritas bajo la influencia del expresionismo atonal de
Schoenberg y Webern. Su primera orientación estilística fue
también hacia la fraseología asimétrica, el uso predominante de
la variación continua y las microestructuras, la libertad formal
y una atención especial al timbre y a la dinámica. Sus estudios
con Hanns Jelinek, discípulo de Webern, lo orientaron hacia
� ,� 1'""h r\ un estilo dodecafónico weberniano, en el que predominan una
textura compleja y compacta y una escrupulosa observancia de
r., 1'!!? r., 1

1
1
Cuica

la variedad de timbres (como en Seis Canciones Japonesas, 1954,


( fric.t ion drum )
L=.J ¡V
para voz y nueve instrumentos). Algunas obras de 1955 mues­
! -
1


tran también un tratamiento puntillístico del material dodecafó­
1 ., nico; por ejemplo, las Ocho Estructuras para piano y el Trío para
. 11
A
Xylophonc

' 1
·i flauta, cello y piano.
Desde alrededor de 1956, Schidlowsky reevalúa sus métodos
no tuve sitio donde

··: ,¡ dodecafónicos y, aunque los conserva como un conjunto, le da


Narrator
' 11
:'¡ nueva . atención al timbre y al ritmo. Así, trata de incorporar
: :¡' elementos polirrítmicos y sonoridades nuevas en obras como Na­
cimiento (1956), el primer ejemplo de música c·oncreta en
Los primeros representantes de la vanguardia musical son los Chile, totalmente elaborada en cinta magnética, y Cantata Negra,
1

compositores chilenos nacidos en la década del 30 León Schid­ ,¡ para contralto, piano y percusión ( 1957). El período 1959-
. •, 11

lowsky y Fernando García. Schidlowsky (n. en 1931) estudió 1963 vio la produción de algunas obras en las cuales predomina
en el Conservatorio Nacional y en la Universidad de Chile. la escritura dodecafónica, como antes, pero con añadido énfasis
También estudió composición con Adolfo H. Allende y Free en el ritmo, y otras en las cuales maneja un serialismo integral.
Focke en Santiago, y en Detmold, Alemania ( 1952-1954). En Estas últimas están bien representadas por Amatorias ( 1962),
1

1955 s.e:.. hizo integrante de la Agrupación Tonus, asociación mu­ para tenor y nueve instrumentos, en la cual no sólo están seria­
1

sical privada para la música nueva, de la que llegó a ser director lizadas las notas, sino también las duraciones y la dinámica.
en 1957. Dirigió asimismo el Instituto de Extensión Musical Los primeros ocho compases de la primera sección (Ejemplo
desde 1963 a 1966 y fue profesor de composición en la Uni­ 10-19) · ilustra la aplicación de este procedimiento. Los compa­
versidad de Tel Aviv a comienzos de la década de 1970. Ha ses 1-5 presentan la serialización de las notas (Rio) y dura­
tenido irifluenci¡ córi:ió compositor cbtisciefite ele· su función: se­ dones ( también· · etr la forma ·· RI ) , · mientras· que · 1os cc>riipases
dal y profundamente dedicado a asuntos de naturaleza sociopo­ 6-8 repiten la misma serialización, pero esta vez en la forma
lítica y religiosa. Ha mostrado especial preocupación por . el Rk Especialmente significativa es la serialización diferente · e
infortunio del pueblo judío en todo el mundo, lo que explica independiente aplicada a la dinámica en una distribución simé-
el acentuado misticismo de muchas de sus obras. Su pródiga pro­
ducción revela una fase de estilo expresionista y dodecafónico 19 . Ver María Ester Grebe, "León Schidlowsky Gaete. Síntesis de su
( 1952-1956), seguido de una de adhesión al serialismo (1959 Trayectoria Creativa ( 1952-1968 ) ", Revista Mtuical Chilena, nú­
a alrededor de 1963); y después, desde más o menos 1964, otra meros 1 04-5 (abril-diciembre 1968 ) , p. 1 1 .

456 457
·"
trica de niveles opuestos. ( Ejemplo
u�si forte" y "quasi piano" ) En
10-19; qf y qp significan
tres de las siete secciones
de la obra aparecen, por primera vez, algunas técnicas aleatorias !!1•
ct
20

Al comienzo, el uso de procedimientos aleatorios por parte


de Schidlowsky estuvo limitado a la yuxtaposición libre de
1 EJEMPLO
to, c. 1-8.
sis de su
lena, Nos.
10-19. León Schidlowsky, Amatorias, primer mov1m1en­
Según María Ester Grebe, "León Schidlowsky Gaete. Sínte­
Trayectoria Creativa ( 1952-19.68 ) ", Revista Musical Chi­
104-5 (abril-diciembre 1958 ) , 28.

'
elementos controlados. Generalmente las notas y las duraciones
se dejaban indeterminadas, pero el timbre y la dinámica eran
predeterminados. Los dusters aparecen con más frecuencia en • • •
obras tales como Invocación ( 1964 ) , para soprano, narrador y ....s
Pitches ff.. be
orquesta, y Llaqui ( 1965 ) , para orquesta. Cuatro episodios
#• t¡ • ffl• &•
2 3 8
-
11•

i , i'l n· ¡
¡¡¡

( 1966 ) , para narrador y piano, y Estudiante Baleado ( 1967 ) ,


�-,
Series O : o 1 4 6 7 9 10 11

para voz y piano, introducen elementos emparentados con las .:¡


Durations
.Series O:
� � f � �· r i ·
técnicas de la música nueva, que incluyen manipulación directa
de las cuerdas del piano y una mezcla de canto y grito. Ambas
obras exhiben también componentes de música popular en for­
ma de rasgos rÍtmicos de la cueca chilena ( la danza folklórica

\
Sax.
A
� + 80- - ¡¡..--..

· nacional ) , del twist norteamericano y del tango argentino • -¡ f


....
Schidlówsky usó la notación gráfica para el primer ti�mpo en -
22
p '---m}

Imprecaciones ( 1967 ) para coro mixto a cappella. Desde enton­


A \
' !
Guit.

ces, el compositor ha elaborado un complejo sistema de notación, .!


....
a la vez explícito y libre, que corresponde a los distintos pro­
pp

blemas inherentes a cada obra.


/ �\
Harp.

:fernando García ( n. en 1 930 ) y Miguel Aguilar-Ahumada


( n. en 19 3 1 ) están entre los numerosos compositores chilenos \ .ur---:--
J1ff \

que se han expresado en un lenguaje serial. García estudió trom­


A

\ \
1

bón en el Conservatorio Nacional, en Santiago, y composición Cel. I' � u..----


con Orrego-Salas, Botto y Becerra. Como Becerra y Schidlowsky,
García muestra una profunda preocupación por las condicio­ \ qf

! ·,
\
•v

nes sociopolíticas en el Tercer Mundo. Varias de sus obras de


\
la década de 1960 utilizan textos de Pablo Neruda ( América
Pf.
\
20 . Cf. ibid., p. 28.
21 . El uso de procedimientos aleatorios podría no ser interpretado
como una contradicción con el concepto de serialismo integral,
ya ue este último raramente implica la predetermina,ción total de Vibraphonc
A �-�
todos los parámetros musicales. Por otra parte, en el sistema ,,
Chimes ..
,..,
serial hay un factor inherente de impredecibilidad -por ejem­
<1p �.

plo, en las formaciones acordes.


22 . María Ester Grebe. "León Schidlowsky", p. 36.

458 459
íl A

"'
5 Insurrecta, 1962; La Tierra Combatiente, 1965) y de otros es­
critores revolucionarios ( como en Los Héroes Caídos Hablan,
1:
1968, que utiliza textos de combatientes soviéticos ) . Sus obras
> Sax.

seriales reflejan un cuidado especial en el tratamiento del co­


A

lor sonoro. La percusión y oti;os recursos tímbricos abundan


1
Guit.
. ., ff- \
en obras como Estáticas ( 1963), para orquesta, y Sombra del
Paraíso ( 1963), para tenor, clarinete, fagot, violín, cello y per­
ff¿)ffl) cusión.
Harp.

/.ff/f / Aguilar-Ahumada, quien estudió composición en el Conserva­


/
A......

torio Nacional, en Santiago, y dirección de orquesta en la


Hochschule für Musik de Colonia _ ( 1963-1965), ha sido un
l
Ce!.

compositor bastante ecléctico. Hasta alrededor de 1954, su mú­


"'A

..,
#/"!Ir I sica mostró la influencia de Hindemith, Bartók y Stravinsky,
q

b
combinada con el impresionismo temprano de Schoenberg y
A :J 1J h�
, tr* Berg; enseguida cultivó un estilo serialista post-weberni_ano (Mi­
Pf.
� f( I ¿_{ croscopía N9 2, para piano, 1957; Umbral y Ambito, para con­
f-- ¡ :¡¡¡.·. junto de Cámara, 1962). En 1965 comenzó a utilizar proce­
PP1 p / dimientos aleatorios combinados con sonidos electrónicos. Tex­
J

mp

turas ( 1965), por ejemplo, exige piano y sonidos concretos en


A

� 1 b;'!.nda magnética, mientras que Composición sobre tres sonidos


Vibraphon
Chimes ' .,
( 1965) es una pieza estrictamente electrónica. Los tres sonidos
),y
se obtienen de vasos que contienen líquido, de balones, y de
una síntesis grabada de los mugidos de una vaca. Su interés
mm .1-5

plenamente maduro en la indeterminación se ve en Música alea­


Pitches

toria 1969, para orquesta.


Series RI. 11 2 4 3 5 6 8 7 10 9 O

La música electrónica chilena ha tenido dos exponentes im­


Durations,

portantes: Juan Amenábar y José Vicente Asuar. Am,enábar ( n.


Series RI.

en 1922) ha tenido actividad como profesor y compositor de


.tfff p d p • "!I f if • ff �
..
... .. .... ----· música electrónica. Experimentó por primera vez con ese me­
Dynamics pp

.... ..... .. .... _ _ - .. - ---- -- __· ....... _ ... .. dio mientras trabajaba en la Radio Chilena ( 1953-1956). Fue
', ,, �
enca:rgaclo- cie la · cffación dél Taller Experirrieiifal- de fa Univer­
sidad Católica de Santiago. Su pieza Los peces ( 1957) -consi­
derada por lo general como la primera composición de cinta.
mm.6-8

magnética en Latinoamérica- fue producida en ese taller. Sus


Pitches

obras electrónicas posteriores incluyen Klesis (Invitación) (1969),


s 7 6 u ro 9 2 O 5 4 3

. la música de ballet El Vigía del Personal ( 1968), Música Con-


Series RI .

tinua ( 1969) y Ludus Vocalis ( 1971 ). También ha escrito mu­


Durations,

chas obras en medios y estilos más tradicionales.


Series RI •
Dynamics mp qp p

461
. Jesé Vicente Asuar (1;1. en 193,3 ! ha teni?º. influenci� en . el ARGENTINA Y URUGUAY
tronica en vari�s ciu­
establecimiento de estud io s d� music� �lec
d ades latino americanas. Ingeniero ªCtl:suco , gr
aduado, lle9o a �
.No hay d�da que . en Argentina (y especialmente en Buenos
composición musical co°: ,un natural !nteres en la experimenta­ Aires, su capital), se ha desarrollado desde 1950 la vida musical
ción en el sonido. Estud10 con Urrutia Blondel en . el �onserv�­ más floreciente de Latinoamérica. Esto se ha debido a la reno­
e für Musik
torio Nacional, con Boris Blacher en la Hochschul vada vitalidad de instituciones anteriores, como el Teatro Colón
de B erlín, y privadamente con Meye�-El?.pler. Durante su perma­ y la A sociación Wagneriana, las numerosas orquestas sinfónicas
nencia en Alemania ( 1960-1962), sigu10 en Darmst � ?
a t l s cur­ es�atales y las �sociaciones promotoras de conciertos, · el surgi­
ckhau , Ma a y i�eti. D es­ .
sos de verano B ul z, St � miento de actividades de música nueva en las universidades na­
pués de haber i igi l i mú ica elec n;ca de la cionales y privadas, y el nivel generalmente desarrollado de la
sen dern
?1
de o e o
o
Universid ad Católica Sa iag ( 1958-19' 59), m to Y org�­ instru:ción musical tanto en las instituciones públicas como en
d r do e es d o de s tr
o
nizó el estudio electrónic Ka l ru ( 1960-196 2) y mas las privadas. Entre estas últimas, el Centro Latinoamericano de
de nt o n

tarde ( 1965-1968) el d e Caraca ( qu fu mi a do "Esri:­ E studios Musicales Avanzados del Instituto Torcuato Di Tella
o de r s he

dio de Fono logía Musical"). Desde 1968 a ña ? �;Cnologi_a d e Buenos. Aires fue ú nico. Establecid o en 1962 y dirigido por
s e e deno n

del sonido en la Universidad de Chil . A ua esc ibio su pri­ Alberto Gmastera; el Centro ofreció bianualmente becas por dos
h ense d

mera obra electrónica, Variaciones Espectra 1959, Y con­


r
años a d oc� composi tores d e Latinoamérica; contrató composi­
e s r
les,
tinuó presta ndo atención al medio el ectró ic u ant la é�3:da tores mund ialm:nte famosos (v. gr. Messiaen, Xenakis, Nono,
en
o
del 60, ya sea trabajando exclus ivament b ba a mag !ica
e d
Coplan1, _Dallapiccola y Ussachevsky) para dirigir seminarios de
n d r

.
0 incorporando sonidos electrónicos en ?bras pa a c Ju t m �­ c?mpos1c1ón ; estableció un estudio de · mú sica electrónica (diri­
ne

, ?-
e so r e nd

trumentales. Por lo general, trata las diferentes c ica � lectr ­


n os
gido p or Franci�co Kropfl); y promovió conciertos y festivales
r o
o
nicas con gran libertad y flexibili�ad, pero e� muy cui
s
� �º1:1, obras d� rmembros de la facultad y estudiantes. Hasta que
te n

en la .estructuración de sus materiales. L a pieza Preludio


La
d doso
aeJO de funcionar , en 1970, el C entro pro!Ilo vió las técnicas más
Noche, elaborada en el estudio electrónico de Kalsruhe 19 ?1, avanzadas de c?mposición de la época. No pudo abrir · sus puer­
usa señales sinusoidales puras y sigu7 un esqu�ma formal en bi
en
tas a to�os l os mteresados en la música nueva, pero hizo posible
definido. En o bras posteriores (Estudio Aleatorio, 1962
; La No­ la reuruón de algunos de los más promisorios compositores jó­
che 11, 1966; Catedr al, 1967, y Kale � dosc ?p io, 1967), �e. pone venes de Latinoamérica, reduci endo con esto el aislamiento en
en acción -s i mpr c n u a ap ximac10 muy mva al que ellos se encontraban anteriorm ente.
mp , a la va i a imb y a la � ruc tura­
sens

sentido del tie


e o n ro n

.
e
Durante la década de 1960 también se desarrollaron en Ar­
eñal , c muc mod fica res �e
e t

un espacio más vasto


t re
;
de

o r ed d

ge1;tina centros °:'"usicales provinciales. El Instituto Superior de


o
señales y otros apa a s i p ibl la ec l gia e la mu­
de s on hos d

Mus1ca de Rosario, de la Universidad del Litoral inició semi­


<:
o
1970, m ia u a beca � ulb ig , A uar
d

sica electrónica. En
r to d s n es en t no o

. Buffal o.
narios y cursos sobre la música nueva; y en Córdoba un grupo
estudió mús ica de compu a c L 1ar n Hill
ed nte n r ht s

p ­ d e músicos experimentales se incorporó a la Facultad de B ellas


Desde entonces ha elaborado "pa itu as" c °:'"puta
er en

t dor on e e

( ales Artes (m�diante los esfuerzos del compositor Horacio Vaggione) ;


i rum a ic10 al
ro

gramadas para conjuntos


rt r de dor

se orgaruzó una notable serie d e conci ertos d e música nueva


como Formas 1-11, 1970-1972, para orquesta) y para sí ntesis
de nst entos tr d n es t

, mca
sonora completamente e1ectro •
sig., y del mismo autor, "Haciendo música con un computador",
23

23 . Ver José Vicente Asuar, "Música con computadores : ¿cómo ha­ Revista Musical Chilena, N9 123-24 ( julio-diciembre 1973 ) ,
.
cerlo?", Revista Musical Chilena, N9 1 18 (abril 1972 ) , 36 Y 8 1 y Stg.

462 463
String Quartet en 1958 en el Festival d e Música Inter-Ameri cana
o arte d e la Tercer a
Bi enal de Arte Ame­ en Washing ton. Aunque en esta o br a Gi nastera empleó exten­
é r icas co m p
de 1as Am ,
doba ( octubre de 19 66 )
. samente las técnicas dod ecafónicas, m antuvo el fuerte impulso
ri cano d e Cor d e varias agrupaciones
c n
res resenC1. ?, . la cre a ió rítmico de sus obras · anteriores y continuó prefiri endo las es�
B ueno s Ai '
p
a nu eva · La Asoc
iación de. Jóvenes tru cturas formales tradicionales . S egún él,
e la mu s1c
. n
para a d 1 fu s1 · 0 d . con r ntegran-
ª f nd ada en 195 7
l
es e
tor
id es Lanza, h� dado �ás d e el primer movimi ento, indicado allegro rustico, está es­
Compo si A
o a �o t avi ��:��; ; �l c ina, Y crito en forma sonata, con d os temas pri ncipales, uno d e
tes c temp or ánea argent
o� M n
rtos d e música con
.
c co con c 1 e s pe- carácter aspero y el otro tranquilo . El segundo movimi en­
setent.1 m es y grab acion, es· e ,
con sus publ1'cacion
a o

, n a a y u d d e us a to, adagio angoscioso, es una canción con c inco secciones :
tarob1e h . ., r ent n M 1c , R -
n Editoria l A g i a d
e e asoc i a C 1 r A B C B' A'. Consiste en un vasto crescendo y diminu en­
ci ain:ent � º�1�1 Internacional del D isco. �� Ag ;3-1: a­
cord1 Aroencfna Y �1 tard e onecida como Agrupac10n Mus1ca do, con un clímax en la dramática sección intermedi a. El
ción Euphoma ( mas e
era d Gandini y Armando Kriegern tercer movimi ento, presto magico, es u n scherzo, con d os
ue n a r tríos. Tocado en toda su extensión con cu erd as en sordina,
Viva ) f fu d da J?� 1 \imover el estudio y la ej ecució
con e ro p� Slt p one d e m anifiesto so noridad es i nusuales del cuarteto. El
en 1 9,5? l p ntación oficial
dt: rousica, co nte mp o ra ?-e� ;ara asegurar la represe ub ernamenta- cuarto movimi ento, libero e rapsodico, es un tema con tres
tuci on e
profesiona1es en las i·nsti
· s g ,
de los mu�icos ·
ac on s nte rna ci onales, s � �r�o variaciones, en el qu e cada p arte está escri ta como u na ca­
organ e i
les argentinas y en 1as mposito
iz i d enza para los disti ntos i nstrumentos del cuarteto. El quin­
.
res d e la Argent ina'
por micia-
a n d e C o , to · y último movimi ento, indicado como furioso, posee una
te, estas y
e�
ión
aga . Conj untamen
1964 1 U
itor o o A r iz estr uc tura terpari a, asem ejánd os e a una toccata por su
t1va d el �on:-pos
R d lfo por­
anter iormente, pro
i c io nes u s i cales establecidas p ersistencia rítmica y su carácter nervioso y enérgico 24•
otras asoc a m enti nos d e u n
positor es y eJ· ecutantes arg
.
cwnaron a los. com
.
. , prof esional sin precedentes. La s erie básica no está tratada d e acuerdo con el método dode­
grado de orgamzacIOn . A e · tres g enerac io - cafónico estricto, sino que simplemente proporciona el materi al
an estad o ac
Des d e 19 50 _h
nos p
�;;: ::cid�� :b��: de 192 0 conti- temático y armónico . En esta obra, y en otras posteriores, a
co o sitor es .
nes d e en la décad a d el 20 m enudo se combinan las técnicas dod ecaf ónicas con otros pro­
m p U '
ro uc n o m u hos mas nac1·dos
nuaron p d · d ·
'as e ntas corri entes estilísticas; y nume- c edimientos -microtonales, p olitonales, no seri alistas o atonales .
n
t ª di sti
represent ar o � � , das del 30 Y Ello es así, por ej emplo, en la Cantata para América Mágica
,
o ene s de nac idos en las déca
rosas fig uras mas J v unas de las ( 1960 ) , para soprano y un amplio conj unto de percusión ( con
' n id eas nu evas alg
del 40, entraron en e ::ci��ente a la música del siglo XX. cincu entitrés instrumentos, incluyendo dos pianos, divididos en
cuales han �porta
do su��; nastera y di eciséis grupos distintos ) . Aquí la serialización se aplica a las
teresan Alb erto Gi
eneración nos in
. tales; y está a. meriucto asociacla coii. lamicrotonalidad, polirritmos
e l a prim er a g
ra, qu � se ha d e�o- notas, los ritmos, los timbres, la dinámica y Jas_ f�:icturas_ orque.s-
nd; fase. d e Ginaste
D
ar s a L a S
Jua. n C lo :P �. º
1 ace!fs;l n. sub"J et1v. a. ,. d e· 1 n
· · acionáhsmo ··· mus1cal
e su m 10 y hasta ritmos aleatorios 25 • En seis seccion es ("Preludio y Can- .
minado , hasta a1red edor d e 195 4, año d e la
d .. bl
o ro
Entre esa obra y el Cuarteto
( ver Ca p1 , tu 1 7 ) , du
n e
9
compos una ob ra �a­ Programa Book, First Inter-American Festival (Washington : Or­
nas�era escribió sólo
ició 1
ª N 3 24 .
as /ªn{g;;) Gi
de Cuerd ' 95 6) que anticipó la nueva onen- ganización de los Estados Americanos, 1958 ) , p. 46-47.
yor! , el Co nc er t Ar
1
�- � � cf:at0
¿
o má reciente.
� Este período -de 25 . Ver Paola Suárez Urtubey. "La «Cantata para América Mágica»
u r o iv
tac10n d e
o
con el Segundo
� J? í de Alberto Ginastera", Revista Musical Chilena, N<? 84 ( abril­
s o m enzó prec isamente
neo-expres o c_
v ez por el Ju lliard
1 m m o- junio 1 963 ) , 2 9.
ecutado por pr imera
Cuarteto d e Cuerdas, eJ
465
464
(

. e1 Amanecer", "Nocturno ,,y ..Canción de Amor",


.· ' 'd
c1on "Canción EJEMPLO 10-20. Alberto Ginastera, Cantata para A mérica Mágica:
s , Inter 1u 10
d' F , · " "Can-
antast1co
ara la Partida de os Guerrero ,'
"Canción de · Agonía y Desolación", c. 7 -11. Copyright 1961 Barry y

�ión de Agonía y Desolación" y "�nción de Profecia") , la


l Cía. Utilizado con autorización.

Cantata pone en . música P?e1;1as de origen �recolombmo ( trans­


(
(

mitidos por misioneros crist�anos qu� trabaJaron en las cult;1ras


azteca, maya e inca) y esta concebida como un h�menaJe .ª � ltij l )P ' I! '
V. Canto de Agonía y Deso

la civilización pre-colombina. La 7vocación de ese , mundo p_ri­


J 11. J

&

mitivo es muy exitOSfi, porque ha sido log;ad� a trav�s de medios


' ( ·¡¡'.:

musicales contemporáneos. Junto a las tecmca� seriales, la obra ( :¡:


i A - diós, oh-- cíe lol-- iA
( ·I
[ Good - bye, oh__ sky / ____ Good

i:eflej'a las intricaciones de la mezcla �e . timbres .Y estruc­


;
¡:
,--- 7:Z---,

turas rítmicas de gran cantidad de musica del siglo . XX.


Polirritmos y unidades de ritmo irregular armadas por figuras
aditivas son reforzadas a veces por la introducc ión de lo que
diós , -­ tie rra i ____

ore irraci na es" , esto es, valo­


bye,--

Ginastera ha denomina do "va �


earthl------- ]

� �
res indivisibles dentro de una umdad memca dada, como gru­ reaparece subsiguientemente en sus óperas. La voz es tratada
26
l
•,¡

petti de siete o nueva fusas _9-ue equivalen a l.� corchea usual de una manera angular, con amplios saltos interválicos ( once­
( como en "Preludio y Canc10n del. AmanC<:er ) . Des�e tales nas, trecenas) , cromatismo e inflexiones microtonales; y se em­
"valores irracionales" a los valores mdetermmados babia sola­ · ., ¡
plea tanto el recitativo en estilo parlanto y en la Sprechstimme.
mente un paso y Ginastera lo dio ,e!: "Canción , d� la �rofecía" La parte vocal exige un gran virtuosismo y revela la destreza
( c. 11 y sig.) . Los ,materi�le� melodicos y armoi:icos sigt:en la dr ática de Ginastera no manifestada anteriormente.
serie básica, que esta constituida por dos hexacord1os, el primero Otra obra de este período que muestra la sorprendente origi­
am

Fa # , SoL Do# , Do, Re, Fa; el segundo ( inversión retrograda nalidad de Ginastera es el Concierto de Piano de 1961, escrito
por encargo de la Koussevitzky Foundation y estrenado én el
de la primera) Lab, Re, Mib, Mi, Sib, La. De esta serie Segundo Festival lnter-Americano de Música. Un tratamiento
se derivan series secundarias, pero son tratadas libremente, ,como persona l de la técnica dodecafónica y una orquestación magis­
pueden verse en el Ejemplo 10-20, en el cual _la melodia ex­ tral y variada son algunos de los signos de esa originalidad. En
pone sol ente una serie pero con notas repetidas. Las armo­ cuatro movimientos, el concierto está estructurado en los esque­
nías son a menudo result;do de una distribución vertical de �a mas formales tradicionales; pero el primer movimiento está cons­
am

serie, ·creando así formaciones de acordes enteramente . croma­ tituido por uná cadenza y diez microestructuras mencionadas
ricos y atonales. Texturalmente, la Cantata pres7nta pasa1es den­ como "varianti", cada una de diferente carácter. La serie básica
sos, semejantes a bloq��s ( f��cuentemente as?ciados con la dan­ está presentada en la forma de un "acorde polícromo rotatorio",
za ritual, como en la Canc1on para la Parttda de los �uerre­ cuyos intervalos ( cuarta, quinta, séptima y · octava, todos altera­ (
ros") , y contrapunto alt ente elaborado, . ;orno por �Jemplo, dos cromáticamente como consecuencia de los procedimientos
en la trama canónica del "Nocturno y Canc10n de Amor c1;e8:da seriales) forman la base del lenguaje atonal del movimiento
am /

por dos pianos, celesta y glockensRiel. Enter ente c�a�tensttca ( Ejemplo 10-2 1) . Una transpo�ición melódica de la serie sirve
del estilo de Ginastera es la escritura vocal expres1001sta, que para introducir al piano de un modo virtuosístico, como en
am

una cadencia ( Ejemplo 20-21b) . Completamente típica de la


música dodecafónica de Ginastera es la alteración del material
26 . !bid.

466 467
J
de" la serie, como la hallamos en este concierto. Otro rasgo
EJEMPL0- 10-2 1 . Alberto Ginastera, Piano C�ncer;� ( 1 9� 1 ) ( a )
persistente es una orquestación caleidoscópica y multicolorista,
· • b.as
sene ' 1· ca ,· pri· mer movimiento, c. 1-3; ( b ) sene bas1ca : primer mo-
que proyecta admirablemente la intensidad expresiva de Ginas­
· ·
v1m1ento, , , 1 , eom. Ind .,
c. 4- 5 · Copyright 1 964' 1975 por Barry Ed1tor1a
tera. Aunque en el primer movimiento, solista y orquesta alter­
S.R.L. Utilizada con autorización de Boosey & Hawkes, Inc. Agentes
nan en violento contraste ( exigiendo densas sonoridades orques­
exclusivos.
tales) , en el segundo ( "Scherzo allucinante") se mantiene un
nivel dinámico suave combinado con una orquestación muy per­
'º.::::: .J sonal, diáfana y puntilística. En contraste con éste, el finale
s ------ - - - - - - 1
(a) J,= 50

( una "toccata concertara") recuerd a los primeros ejemplos de


• Orquesta (Piano II) 1

orquestación de últimos movimientos de Ginastera, con sus


1 iL

..., ·�
ql! r - efectos percusivos del tutti orquestal a parejas con el estilo de
"I l
l q.f.f� [

bravura del movimiento.


'if [ l 1.!. [

Las obras orquestales e instrumentales posteriores de Ginas­


tera, como el Concierto de Violín ( 1963) , el Quinteto de
Piano ( 1963) , los Estudios Sinfónicos ( 1967-1968) , el Con­
cierto de Cello ( 1968) , el Concierto de Pi ano N<> 2 ( 1972) y
l. Serenata ( 1973) , para cello, barítono y conjunto de cáma ra,
(b)

continúan explorando técnica de la música nueva y nuevas so­


norid ades. La mayoría son obras virtuosísticas. Los, Estudios Sin­
· :1
fónicos, por ejemplo, ponen el acento en los grupos instrumen­
tales individuales, con excepción del último estudio, que des­
pliega el vigor del tutti. La obra explora · asimismo clusters co­
lorísticos y combina estructuras microtonales y aleatorias. La for­
ma sonata y la forma de variación permanecen como los diseños
favoritos de Ginastera. El segundo movimiento del Segundo
Concierto de Pi ano consiste en una ingeniosa serie de treintidós
variaciones sobre un acorde ( Fa-La-Re-Do :j:j: -Mi-Sol-Sib) , del
cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven.
Los ideales estéticos de Ginastera .desde alrededor de 1960
han sido eqt1ipara�9s al surrealismo romántico. La predilección
por lo sobrenatural, lo fantástico y lo ritualístico, que se evi­
denci a en sus obras orquestales y de cámara no encuentra me- .
jor expresión que en sus obras dramátic�s de los años 60. Las
óperas Don R odrigo ( 1963-1964) , Bomarzo ( 1966-1967) y
Beatrix Cenci ( 1971) son obra·s típicamente expresionistas, tanto
en la filosofía estética como en la técnica musical. Todas ellas
jmplican situaciones trágicas que surgen de estados neuróticos ·
de temperamentos morbosos y patológicos. Los dos temas espe-
468
469
. , . . mente relevantes en nuestra sociedad occidental contempo-
cífidi.
ránea -el sexo y la violencia- son enfatizados abiertamente 21•
.

El éxito extraordinario de estas óperas en Buenos Aires, Nueva


York y Washington, se d ebió no sólo a sus adecuados libretos,
sino también al vasto espectro de medios musicales puestos en
acción para expresar sus intensos dramas. Tales medios inclu-
yen una combinación de atonalidad, técnicas seriales y procedi-
miemos aleatorios, una base en una simetría estructural y un
conj unto de efec�os instrumentales y vocales excepcionales. El
éxito de Ginastera como compositor de ópera se debe asimismo
a su habilidad para correlacionar elementos musicales y dramá­
o
,e:
ticos. Los tres actos de Don Rod1·ig o, por ej emplo, conforman
QJ

dramáticamente la exposición, el nudo y el desenlace. La misma


:;::l

secuencia dramática se aplica a cada acto ( cada uno con tres


actos) . las escenas están separadas por interludios instrumenta­
les y organizadas siempre en "una cuadratura melódica". Ginas­
tera ha rev elado la estructura palindrómica de las nuev e escenas, -
de las cuales cada par posee un significado emocional contrario
( ver Figura 10- 1 28 ) y la V es el clímax ( la violación de Flo­
r.i nda por Rodrigo ) . Cada escena sigue una forma musical es­ >
pecífica, como rondó, suite o aria. Esta organización se deriva
claramente del lfl osseck de Alban Berg, así como la escdtura
vocal, aunque ésta en mucho menor grado. Los recursos vocales
incluyen el simple discurso con ritmo prosódico, el discurso con
ritmo musical y altura relativa, la Sprechstimme, recitativos que
van desde la pronunciación lenta de las sílabas hasta la rápida,
y el canto normal. La escena V ilustra la eficacia expresiva de
esas técnicas, como cuando Florinda pide clemencia y su voz
pierde fuerza: de los motivos breves cantados cambia a la ....
Sprechstimm e ( c. . 408 ) , luego a la parte hablada en altura re­
.....
lativa ( c. 410 ) , y finalmente cuando es v encida, al discurso
én una nota grave ( c. 411 ) . Junto al usual tratamiento original

res programada para agosto de 1967 fue prohibida por el alcalde


27 . La representación de Bo-marzo en el Teatro Colón de Buenos Ai­

p�r razones morales. Una crítica del Neue Zeitschrift für Mttsi./1.

....
llamó a la obra "Porno in Belcanto".

can M11Sic Bulletin, N9 44 ( noviembre 1964) , 3.


28 . Ver John Vincent, "New Opera in Buenos Aires", lnter-Am.eri­

470
tramos dos ejempl�s �nusua- Durante la década de 1950, Juan Carlos Paz escribió sólo unas
os timb e p or Ginas tera, encon . �ocas <;>bras. Como él lo . expresó, se encontra ba en un callejón
e sonido en mov im1 ent�)
mú ic espacial (la ilusión del sm salida como composi tor. Con el desarrollo de las técnicas
s
-
r
1 Acto II, cuando d
d l

la primera escena del


;¡ � rimero ocurre en de v�nguardia -_las . c!-1ales. abrían en su con�epto las puertas
a
p
s

aman desde. to do el
d ie

. caza de brillante son id ll


C!OChO cornos de · 1 d 1a o' pera, inv o1�era al m as extremo mdividu a hsmo-, la co mposición llegó a ser
ndo , al f ina
o

entorno de la sala. El segu ididas en tres grupos y esparcidas o tra vez un desafío para él, quizás a causa de la renovada l ib er­
e

a v einticuatro ca
. mpanas div s (u? tad de escogencia qu e la música de los a ños 60 podía ofrecer.
r d e la sala. L as campana
en múltiples pos iciones alrededo las o tras dos tocan notas d eri­ En esa década, Paz escribió dos obras orquestales (C ontinuidad
ica,
grupo toca una es cala cromát idos ) son tañidas de m�do no 196� y Músi�a para piano y orqu es�a; 1963 ) y unas pocas obras
vadas de la serie de d c de camara e ins trumen tales (lnvencion para cu ar teto de cuerdas
· n acompañadas por las , .
cu erdas, refor. zandolas
si· neronizado. Está
o e son

mente cromati co con microtonos ! 961; Concreción para maderas y bronces, 1964; Galaxia par�
a través de un acorde en teray los bronces, que tocan -�.rn aco:�e organo, 1964; y Núcleos para piano, 1962-1964) . Estas obras
a eregados, y por las
maderas revelan un es tilo in tuitivo , libremente a tonal, abi er to a toda
e la d e las campanas. �
1m pres�on
b;sado en la misma serie qu az, pues esta secci. o� conclus1va clase de experimen tos rítmicos y tímbricos. Aunque se ha su­
que resulta es arrolladora y efic la even- puesto que Paz había a bandonado el método dodecafónico como
represen ta el !?il a
gro de }as campanas que anuncian tal después de la década del 50, él lo utilizó incluso en 1960
. · .
tual recuperac10n de Espana .
mu es tran el singular e� el primer movimi en�o de Continuidad.· Su lenguaje de los
te o y B . , .
Ana' logam e11as, e1 anos 60 ;etuvo un� ;ª�idad pos t-weberniana, especialmente en
' o mposi tor dr mauco. E n
atri x C c

talento de Ginastera como c nte s;1s pri�m eros experi. mentos,


B arz en i

el tratamie°:to pu ntilhs tico del timbre y en la al ta concen tración


en om e

músico elabora más ampliam ac10 _


n por _la forma y la or ga
­ d �l p ensami en to, como pu ede verse en los ci nco Núcleo s para
.
mis m p cup
e

pero mantien e piano. En esas piezas, el compositor experimentó asimismo con


nización. Con todo,
va más alla de s;1s primeros logr?� , en. Al
la a reo

temporaneas de . c.�mposie1on ci ertas técnicas aleatorias 29, y su Músi-ca, para piano y orquesta,
el

tr atamiento de las técnicas con ado a la trad1c10 n de la gran b asta req.irre a las formas abiertas.
mismo tiempo, permanece apeg En tre los num erosos compositores argentinos nacidos en la
ópera. nas tera Turba e ad p�ssione
· m década de 1 920, sólo Roberto Caamaño, Hilda Dianda Francis­
La obra sinfónica-coral de Gi ión musical �e la Pasión alta­ co Kropf} y Al�ides Lanz: pueden ser examinados aq�í. Junto
Gregorianam ( 197 5 ) es
una vers
mente dramática v c hasta teatral. Ademas de basarse en con Garcia Morillo, Caamano (n. en 192 3 ) es el más impor tante
sos d_e la m�sica de Pas
ión (incluy endo cla­ compositor neoclásico en el período que se inicia en 1950 . Aun­
los más viejos r;cur
a e es

, segun �an Mateo de B ach), el autor que ha escrito algunas obras orquestales (una Suite para cuer­
ras evocaciones de la
Pas10n . ,
tec ic :7 ocales de sus operas das, 1949, Música p1ra cu erdas, 1957, y un C oncierto de Piano,
recurre también a algu
y_ c_osa� �=�eJ a.[ltes) . Un contraste 1-2?fl) ,_ sl.l_� _a.p_Q,rtes mayores han estado . en la músiGa coral- sa­
( gritos, 1I1t11:�ullos_ , _ _ sifüid�s _ _ece entre l _s s�llstas que cantan
nas de las n as

-- d ramático muy eficaz se estafü ?. grada y profana. Su Magnificat para coro y orqu esta ( 1954) y
t m mm imizad�s ) y �l �oro Cantata para la Paz para s olis tas, coro y orques ta ( 1969) reve.,.
canto gregoriano (y de d, el protagonista principal
(que representa la turba, o multitu
es e odo son

en es�a ob;a r �prese;1-t� un ver­


de la obra ) . La escritura coral sus exigenc s v irtuosistic�� abru­
��
Para algunos comentarios analíticos sobre estas piezas, ver Jaco­
dadero tour de force vocal cona vasta secci�°: de percus10?-, or­
29 .
,
u
bo Romano, "Juan Carlos Paz : Un Revitalizador del Lenguaje
ro adoras. L o qu t , c
tensida� dramauca por medio de
gano y piano, realza la in te ubicados.
a r es a on n
Musical", Revista Musical Chilena, N9 95 ( enero-marzo 1966 ) ,

efectos masivos cuidadosamen


2 6-42.

472
473
sición del
lan .su total conocin:üento de las técnicas de compo Tella ( 1936-1964), es consid erado uno de los más destacados
· ¡;eríodo tradicional, esp ialm ?7 l o _rap . '?0?-!'ositores d e van�ardia de Argentina. Entre 1%5 y 1971
.
ilo modernista en sus
c nt unto
un
e t e
. cultivo
ec

Dianda ( . 1925) v �vio en Estados Umdos, trabajando y enseñando e n el Colum­


primeras obras de los años 50 (Concertante para cella -y orqu (;!s­ bia-Princeton Electronic Music Ce nter. En 1971 llegó a ser
n en est

ededor de 19� 0, la compos�t<?ra


ta, 195 2), pero después , de al: profes?r d e composición en la McGi ll University de Montreal.
en las tecm cas de la musica
desa rrolló un interés mas seno las primeras obras d e lanza, tales como el Concierto de Cámara
nu eva. Entre 1958 y 1962 vivió en Europa, , donde trabaj ? con ( 1 960), se basan en un lenguaj e atonal libre. Alrededor de ese
1

e de Fans y el Estudio de
el Grou pe de Recherch es . �usi�al � , mismo .ti empo, comenzó a experimentar con el timbre, como
Música Electrónica de Mila . Sigma los cursos de v erano de lo atestigua Plect�os I (1962), para uno o d os pianos. Sea en
Darmstadt en 1960 y 1961. S búsqu a de sonoridades nuevas uno o en dos pianos, esta obra debe ser ejecutada por dos
n

pa a o j cámara y para orquesta, personas, pues exige una gran cantidad de efectos obtenidos a
se evidencia en obras
u ed

en· las cuales pr edomi a a sc itu a virtuosística ( Núcleos, travé� de la manipulación directa de las cuerdas (para lo cual
r c n unto de

969). Tamb}é.n ha pre,st�do .


1963; Ludus I, 1968; Ludus .� se utilizan un plectro, ocho manguitos, dos mazos de timbal y
n un e r r

atención a los timbres de percu 10 y a la musica electronica.


11,
dos varillas de caja); la elección al azar d e alturas ocurre
y o ba nda s magnéticas, fue
Su obra a 7 ( 1966), para cella � �otro de cada , una de las cuatro secciones en que ha sido divi­
s n

producida en el laboratorio electró ico l San Fernando Valley a1do el armaz?n del piano. En las Three Songs ( 1963) para
cinc

College, en California. soprano y conJ unto de cámara, un tratamiento puntillístico del


n de

sido uno �e timbre, la dinámica y la articulación compl ementa efi cazmente


Francisco K.ropfl (n. �n Hungría ,ef!- 1928) �ª.
los compositores argentino� e m 1ca elec omca �?n mas la línea vocal atemática.
. Desde alrededor de 1965, lanza desarrolló un mayor interés
éxito. Discípulo de Paz, se hizo mi mbro la Agrup a ion Nue­
d us tr

en la música electrónica, más allá de su asoci ación con el Co­


va Música en 1950 y llegó a ser su director en 1956. Su tem­
e de c

l�mbia-Prin<;et.on C �nter. En las obras que se si guieron, los so­


prana adhesión a las téc�icas nuevas fu� . mo�ivada po� su pro­ mdos electronicos tienden a ser integrados con los d e los i ns­
fesor. la pieza Dos Estudios ( 1953) esta escrita para piano pre­ trume!l�os tradicionales (v. g�., Plectros 11 para piano y banda
parado. En 1959, K.ropfl or�anizó el Es tudio d� Fonolo9ía Mu­ magnenca, 1966; Interferencias I y 11, para vientos y banda
s.i cal en la Universidad Nacional de Buenos Aires, y mas tarde mag!l-ética y para conjunto de percusión y cinta magnética, res­
dirigió el Laboratorio de Mú�ica �lectrónica del
Institut� pi
pieza i um al , y s� musica pectivamente, 1966 y 1967), o son asociados con medios mix­
Tella. Ha escrito numerosa tos (Penetrations III, V, VII, 1969-1973). Lanza usa también
a o d m edio. Cada
electrónica revela su original tr ami
s s nstr ent es

o jemplo , Exercise el sintetizador con instrumentos tradicionales, como en Plectros


obra se aplica a algún problema é i -po
t ent e ese

( 961), III, para piano y sintetizador (1971 ).. Si bien se basa en forma
in textures (1960), Excercise with impuls �
t cn c r e

·.. En creciente en la indeterm inación en muc has de sus obras de fina­


Exercise
(1962)
es
in motions (1962) y Ex�ercise wi!� colored les de la 1écada del 60 y comienzos de la del 70 (por ejemplo,
968) , K.rop fl
la serie de obras denominadas Dialogos ( 1964-1
noise

l son o l ­ Ekphone?! I, 11 y 111, 1968 y 1969), las que exi gen instrumen­
explora el amplio ámbito de las po ibilida s de
i
síntes com- tos trad1 c10nales revelan a veces procedimientos electrónicos
trónico, desde el uso de simples filtros hasta la
s de id e ec

concebidos de ma nera aleatori a .


s

pleja de o o .
ªº

Alcides Lanza (n. en 1929) también ha sido atraído hacia el


s nid s
30 . Para un ejemplo , ver la reproducción de la notación de Eidesis
medio electrónico y ot�os métodos nuev<;>s de composi�ión. � 111 ( 197 1 ) en Composers of the A mericas, 1 7 (Washington : Or-
alumno d e Julián Bautista en Buenos Aires y del Instituto D1 ganización de Estados Americanos, 197 1 ) , 83.

474 475
De los compositores argentinos nacidos en las décadas del 30 bloq�es . de so1;1idos constituyen sus elementos de trabajo. Su
· y d el 40, Mauricio Kagel ha �ido ciertamente uno de �os d e .
m usicalidad y libertad de pensamien to son especialmente eviden­
más influencia tanto en Argentma como en Europa. Nacido _ en tes en ?Wúsica III (1966 ) para piano y orquesta, Canti (1967)
1 931, estudió música I?r!�adamente co1!- Juan Carl.�s Paz, quien para v10Iín y orquesta, un Concierto de Piano ( 1968) y Man­
lo inició en la composic10n contemporanea. Traba¡ o unos pocos sión de Tlaloc ( 1969) para orquesta. Según el compositor, en
años como preparador y director de coros en el Teatro Colón, el Concierto de Piano
antes d e establecerse en forma permanente en Alemania � 1957). el solista es independiente de la orquesta y tiene ante sí
}Jgunas de sus obras escritas antes de abandonar Argentma fue­ una parte que sugiere una textura musical, donde se da
ron estructuradas en u n estilo determinado (como el String Sextet u na suc�sJ ón de sonidos y s us intensidades, mien tras
de 1953 revisado en 1957, que incluye patrones polimétricos y que
la durac10n de cada nota dep ende del valor que el eje­
microto�os y permite cierta escogencia de timbre y en la ej�­ cutante desee darle en el contexto d e las cantidades de
ción de la dinámica y la articulación). Otras fueron más experi­ esp�cio. Existen, sin embargo, cier tos puntos d
e sincroni­
m entales y estructuradas libremente (como Musique de Tour zación que el solista debe seguir. La obra está constituida
. [Música d e Torre] , 1954, para sonidos concretos pre-grabados, por once estructuras, divididas en tres partes, que son eje­
�on proyecciones de luz). Las o�ras más import�ntes de Kagel cutadas sin solución de continuidad, y en que predomina
fueron escritas en Europa despues de 1957. Su impacto mayor la concepción poética sobre las técnicas empleadas 31•
lo ha tenido en los medios mixtos y especialmente en el "teatro Davidovsky (n. en 1934) es otro compositor importante que ha
musical", al que ha revolucionado de varias maneras. Los ele­ hecho su carrera en el exterior. Discípulo de Guillermo Graetzer
mentos teatrales aparecieron por primera v ez en sus obras Sur en Buenos Aires, desarrolló tempranamente un estil
o lírico ato­
se ene ( 1959-19 60) y Pandorasbox ( 1960-) y culminaron en nal y abstracto (Primer Cuarteto de Cuerdas, 1954; Noneto,
Ludwig Van (1969) y en Staatstheater ( 1971 ) . Esta última es 1957; Pequeño Concierto, 1957; y Serie Sinfónica, para orquesta
la anti-ópera por excelencia del siglo XX. de cámara). Con una beca Guggenheim "( 1960) , se trasladó a
Antonio Tauriello, Mario Davidovsky, Gerando Gandini y Estad.os Unidos donde trab�j? con Varese, Babbit, Ussachevsky,
Armando Krieger son algunas de las figuras mayores de la mú­ luenmg y Sessi!ons. Su relac10n con el Co lumbia-Princeton Elec­
sica nueva argentina, que aparecen en la década de 1960. Tau­ tronic Music Center d e Nueva York (del cual fue director asis­
ri ello (n. en 1931), alumno de Ginastera en composición y de tente) estimuló más ampliamente su interés en la música elec­
Walter Gieseking en piano, comenzó sus actividades a fines de trónica. Su primera obra escrita exclusivamente para este medio
los años 50 como director en el Teatro Colón. Posteriorment e ( Study N9 1 ) data de 1961. Empero, ha prestado más atención
se desempeñó como director asistente en la Chicago Lyric Opera a la investigación de los timbres que resultan de combinar los
( 1 96�), la New York City �pera y el Americ�n Opera _'!'he���:· materiales electrónicos y los instrumentos tradicionales. Esto
.
Asimismo apareció como director de los F esuva!es Interamen­ dio por resultaclos una bien coriocidá serie de diez obras ( 1963-
canos de Música en Washington, donde fueron e¡ ecutadas algu­ 1 ? 74) titu�ª?ª Synchronisms, para diferentes instrumentos y
nas de sus obras. Con excepción de dos óperas (Escorial, 1966, onta magnetica. . ·
y Les guerres picrocholines, 197_1 ), las. obras importantes de Gan�ini (n. en 1936) , pianista y compositor, ha desarrollado
Tauriello son para orquesta y con¡ untos mstrumentales menores. un estilo muy coh erente basado en una utiliza
ción libre de las
En ellas se basa en muchas técnicas orquestales e instrumentales
contemporáneas. Utiliza un serialismo post-weberniano, micro­ 31 . De Notas al Programa Fourth Inter-American Music Festival .
tonalismo, total cromático y formas aleatorias en las cuales los (Washington, 1968 ) .

476 477
. técnicas seriales y un sutil �ratamie� t_? de los �imbres. Disd-
. te en el Teatro Colón, ha llevado la b atuta en óperas modernas
ulo de Ginastera y Caama no, trab aJo vanos anos e� Estad_?�
tJnidos ( 1 964-1966) y . en Italia (1966� 1967). Despue� ensen� y conciertos sinfónicos. Asimismo, ha enseñado en la Univer­
en la Universidad Catohca de Buenos Aires y en el Instituto Di sidad Católica y en el Instituto Superior de Arte del Teatro
Tella, y en 1970 se incorpró al A;meri�an Opera Center �e. la Colón. Primero escribió en una vena muy post-weberniana, pero
Juilliard School. Ha sido un activo eJecutante de la 1:1-usica pronto cambió a los procedimientos aleatorios en su búsqueda
d e nuevas sonoridades con instrumentos clásicos. Ha escrito con­
nueva en Sudamérica, Estados Unidos y Europa. ?us pnm�ras
obras, tales como Pequeñas elegías ( 1959) para pi�no y C�nco siderablemente para piano, su instrumento como ejecutante. Una
Poemas de Quasimodo ( 1963) para soprano, clarinete,. v10la , obra temprana, 60 para piano, subtitulada "Estudio de sonorida­
arpa y celesta, ya revelaron alguno� de los ras�os que iban a des" ( 1960), procura nuevas posibilidades de sonido para el
llegar a ser importantes en las creaciones po�teno��s: una orga­ instrumento. Son especialmente notables en ella los experimentos
nización serial y atonal de las notas, una marupulacio? extremada · con los registros, la dinámica y el timbre, que incluyen ar­
d e la dinámica y los timbres, y, sobre t�do, _ una n&11rosa ec�­
mónicos y sonoridades extraídas de clusters. Entre las compo­
nomía y concentración de las ideas y los me�10s musicales. _Mu­ siciones más sólidas de K.rieger están Elegía 11 ( 1962) para
sica Nocturna ( 1964), para flauta, violín,, v iola, cello y P ano, contralto, flauta, piano y percusión, Cinco Noctitrnales (1964)
_ . � para conjunto de cámara, Métamorphose d'apree une lecture de
es un relevante ejemplo de la fuerza expre�iva de Gandiru. _ ;a
obra es atemática y aparece como un estt1;d10 en la per�ep;i?n Kafka ( 1 968) para piano y quince instrumentos, y la pieza para
de nueva sonoridad. Los recursos expresivos en esta musica órgano Constelaciones ( 1 969).
nocturna" incluyen numero,s�s efecto� instnun�ntales, c?n�rastes Otro compositor de Argentina que ha ganado reconocimiento
entre partes o pasajes estancos y figuras delicadas, r�pid:t5 Y en el exterior es Luis Jorge González (n. en 1936). Egresó de
fugaces, y un agudo tratamiento puntillístico de los �muciosos la Universidad Nacional de Cuyo y completó sus grados de mas­
materiales de la obra. Contrastes ( 1968), para dos pia°:os y or­ ter y doctor en composición en el Peabody Conservatory of Music
de Baltimore. Ha recibido muchos premios, d el Fond o Nacional
questa de cámara, ejemplifica más ampliamente l?s medios com­
de las Artes de Argentina, el Concurso Internacional Henryk
posicionales de Gandini. Los contrastes entre solistas y ?r9-u�sta
involucran todo el espectro de elemen!os. (textura, di�amica, Wieniawski ( 1976) y la Guggenheim Foundation ( 1978), en­
densidad timbre y otros) ; los procedimientos aleatorios de­ tre otros. Sus primeras obras, como Visiones de la Pampa ( 1963-
vienen parte integral de la composición. Un sentido del humor 67 ), para orquesta, despliega una orientación neonacionalista.
muy agudo, aunque discreto, penetra en algunas o�ras de. G_an­ En el transcurso de pocos años, sin embargo, se trasladó a la
atona lidad libre y a -las técnicas dodecafónicas no seriales, coni.o
dini ya a través d e los títulos (A Cow in a Mondrian Painting,
1957) o a través de recursos musicales, como en L'adieu ( 1967), se observa en Voces 11, para nueve instrumentos (1973) y la
para piano y percusión, y la Fantasía lmprompttt . (19? 0) _ para serie Soledades Sonoras (1974-1976). Junto a una búsqueda de
piano y orquesta. Esta última obra -un "retrato 1IDaginano de nuevas sonoridades, la música de González revela un evidente
Chopin"- fragmenta, superpo?e y transforma elemen�os de la interés en una escritura melódica, sostenida, en gran parte, por
Mazurca en si menor de Chopm de un modo entreterudamente una armonía no triádica en forma de policordios. En ocasiones,
hábil. ha recurrido a formas abiertas y ha ensayado en el medio elec­
, , trónico .
Armando K.rieger (n. en 1940), tam.b'ien d1'_sc;ru1o . de G'i-
nastera en el Instituto Di Tella, ha terudo act1:vidad, Junto a Durante el período en · examen, han aparecido compositores
· dinámicos en Uruguay. Empero, v arios de los talentos más pro­
Tauriello y Gandini, como ejecut�nte y como. director en con­
ciertos de música nueva en Argentina. Como director permanen- misorios han debido buscar apoyo y estímulo en el exterior, en
especial durante los años 60, cuando la · mayoría de las institucio-
478
479
nes musicales enfrentaron serias dificultades financieras. Los com­ Mastrogiovanni _ (n. en 1936) estudió composición con Héctor
positores que han seguido algunos de los estilos más avanzados Tosar_ �n Montevideo y después en el Insti tu to Di Te11 º
son León Biriotti, Antonio Mastrogiovanni, José Serebrier y Ser­ Ga di?i Y Krop�I. Allí estudió asimismo música electró�c� ;
gio Cervetti. pro�UJ O Secuen_cial II ( 1970), en cinta magnética. La ma orí
La música de Birio tti (n. en 1929) evo lucio nó desde un len­ de s�s obras, srn embargo, exigen instrumentos tradicional:s 0
a

gu aje imbuido en consideraciones de maestría en el oficio (v. gr., en pi ezas d� _so lo o en conj)Jntos. Un estilo serial libre domina
s� s co1;1p os1Ciones de mediados de la década
la Suit e Concertante, 1963, para violín y orquesta, y la Sinfonía del 60 (v gr 1
Ana Frank, 1964, para cuerdas ), a un estilo serialista integra l y Sinfo1:-ia de Cámara, 1965). En obras posteriores tale� c;m�
al uso de la electrónica. Ha estado especialmente preocupado por
R efle¡os ( 1970), para siete instrumentos, y Secuencial I ( 1970)
cuestiones acerca de la teoría de la serie, a las que alude como a,., ra orquesta (�mbas ganadoras del premio de la Du tch Gau�

c. �mus Fou?-dat1on), cambió a nuevos procedimientos que im­
un s istema de estructura a través de permutaciones ("Sistema
de Estructuras p or Permutaciones") de series ordenadas. Para él, pf1ean especi almente texturas y timbres sonoros
la serie comprende no sólo la ordinaria transformación posible Más que_ otros compositores de su generación: Serebrier (n. en
1 93�), res
de una sucesión de doce sonidos, aplicada tanto horizonta l como _idente p or muchos años en Estados Uni dos,
verticalmente, sino una serie de relaciones internas, numéricas, . e d e rnfu�d_i r en al$unas de sus obras un sabor lat ha tra tado
_ inoamericano
interacciones entre las diversas formas de las series ª2• Este mé­ carac�e rist1Co , parti cularmente a travé s de u n hábil trat
amiento
todo de tipo com binatorio fue aplicado en sus Esp ectros ( 1969) del r1t�o C com� en �artita, 1956-1958, para o rquesta ). Estudi ó
.,
para tres orquestas, Permutaciones ( 1970) para orquesta de cá­ comp?s1c1on Y di recc10n en el Curtis Institute de la Universidad
mara, y Laberintos ( 1970) para cinco instrumen tos, entre otras. d Mrnesota, T�n?'lewood, y en la Pierre Momeux School. Ha te­
En Espectros, por ejemplo, las series ordenadas implican la cons­ n.�do mucha act1v1dad en Estados Unidos y Sudamérica como di­
trucción de once formas de la serie de manera de proveer once r �ctor de orquesta. �n algunas de sus o br as de los años 60 eviden­
inversiones diferentes del complejo vertical de los doce sonidos. cia �na preocupac1.on por el color sonoro a través de los conjun­
En otras palabras, la serie es presentada simultáneamente en re­ tos strume�tales no ortodoxos que exige (VarMtions on a The­
laciones horizontales y verticales doce vece s, tanto en las vers iones me ¡nrom Childhood, _ 1964, para trom bón y cuarteto de cuerdas ·
originales como retrogradadas sin repetición. El resultado produce Passacaglia .
and Perp etuum Mobil e, para acordeón y or
u n cluster totalmente cromático, distinto cada vez, con var iedad , questa d�
cunara) Y por la explotación de efectos de clusters y bloques
tímbrica interna. Eri Simetrías ( 1970), para nueve instrumentos, so noros orques�a�es. Técn!cas de medios mi
Biriotti aplicó el sistema no sólo a las notas y a las duraciones, xtos, serialismo y el
oncepto, d_e mus1Ca espacial se com binan en
una o bra como Co-
sino también a la dinámica y a los efectos instrumentales espe­ 1 ?res Magicos ( 1971), subtitulados "Variaciones para Ar a
ciales (incluyendo algunos indeterminados ), todo en una estruc­ Orquesta de Cámara con Imágenes 'Synchroma'." (La Synch!mr
n1r ª-figu.r9sa_ y _C:Q_1J1pletamentesimétrica. Aunque ésta es esencial­ e s u� aparato de luz que- responde directamente al sonido Por
mente una técnica de composición qüe perriiite -1 a-más- vafiada di� cons1gu_1e�te, el composi tor puede controlar a través del -s�nido
versidad de lenguajes estético y estilístico, también prop orciona el m�v�mi�nto y las pautas de la luz). Esta' obra fue estrenada
uno de los medios más cohesivos de estructura interna. .
COff exi to inmediato en el Quin to Festiva l Interame
. ricano de
Musica.
32 . Ver León Biriotti, "Técnica del Sistema de Estructuras por Per­ Otro co11;1positor uruguayo que se estableció en Estados Uni­
mutaciones", Yearbook far lnter-American Musical Research, X dos es Sergio Cervetti (n. en 1941), alumno de Stefan Grave y
( 1975 ) , 1 38-69. Ernst Krenek en el Peabody Conservatory. Como compositor re-

480 481
10-2 2. Sergio Cervetti, partitura de Cocktail-Party. plificados ( piano obligato) y un número variable de invitados"
re01rre a una notación gráfica visualmente intrincada y estimu-
EJEMPLO
lante ( Ejemplo 10-22) .

. BRASIL

. Al co�trario d e lo que sucede en los otros grandes países la­


tmoamer1eanos, desde alrededor de 1960, Brasil ha desarrollado
a� tividades musical�s importantes en v arias ciudades mayores ( rio
solo en Río de Janeiro) , tales como Sao Paulo , Recife, Salvador
y, en �enor grado, B elo Hori�onte, Brasilia ( la nueva capital)
y Curmba. El panorama musical durante la década del 50 no
dio l1;1gar a ningún cambio importante. Los compositores activos
antenorment� ( Mignone, Guarnieri, Siqueira, Lacerda) conti­
nuaron dommando la escena , con escasa innovación estilística.
Aun compositor es como Cláudio Santero y César Guerra Peixe,
que habían adherido antes a las técnicas dodecafónicas ( ver Ca­
pítulo 9) , abrazaron el nacionalismo musical durante la década
de .1950. Solamente después de 1960, presenciamos un cambio
radical. S e crearon varios grupos d e compositores disidentes para
promover la música nueva, como el Grupo Música Nova en
Santos y Sao Paulo , el Grupo Musical Renovador -de corta
vida- en �ío de Janeiro y el muy activo ·Grupo de C omposito­
re� ?ª Bahia, en S�lvador. Tuvi eron lugar varios festivales de
musica de .�anguard�a : dos festivales en Río ( 1962, 1966) , bajo
!a pr? moc:.10!1 . d�l director Eleazar de C arvalho, quien asimismo
sidente d el Programa de Intercambio Cultural de Berlín ( 1969- apoyo la 101C1at1va d e Santoro d e organizar el Primer Festival
1970) , llegó a interesarse en la °:úsica para e�cena po� su aso ­ Interamericano de Río de Janeiro ( 1967) y los dos Festivales
d ación con el bailarín Kenneth Rrnker, con quien fundo el :.S e�­ Guanabara ( 1969, 1970) , éstos organizados por iniciativa del
lin Dance Ensemble. En 1970 trabajó en el Princeton-Columbia compositor Edino Krieger. Todos ellos tuvieron amplia repercu­
Electronic Music C enter y enseñó en el Brookly� College. C er­ sión en el continente. En 1971, los compositores Krieger Guerra
verti representa el ala izquierda de la vangu.ardia uruguaya en Peixe, Marlos �bre, Aylton Escobar y otros ( todos d e' tenden­
sus obras de finales de la década del 60 y �o�m enzos de la ,del 70. cias estilísticas completamente distintas) formaron en Río la So­
Después de un interés temprano en �l senahsmo, f� e atra1d� �or ciedad Brasileña de Música Contemporánea, que más tarde se
, a elecrromca
las técnicas experimenta les, en particular la music afiliarí a a l a ISCM. C on todo, pocas instituciones de instrucción
( Studies in Silence, 1968; Oulom, 1970; Raga Il! 1971) , o�era: superior prestaron atención a la m{1sica nueva y la mayoría de los
dones d e azar ,j medios mixtos en la form� de :teatro musical, conservatorios y escuelas privadas de música la d esdeñó totalm en­
en obras co mo Peripetia ( 1970) y Cocktail Pa_rty ( 1970) . Esta te. Entre las excepciones han estado las Universidades de Sao
última o bra, que exige un "cierto número d e instrumentos a m.. Paulo, Brasilia, Bahía y, desde alrededor de 1974, Campinas.

482 483
l

· Entre los compositores brasileños de más edad, la evolución de


Cláudio Santoro durante la década del 60 reclama nuestra aten­
f �JEMPLO 1 0-23 . .�lfudio Santoro, Intermitencias II, c. 60-67. Co
ción. Luego de algu nas incursiones por el nacionalismo musical
1

ngh 1967 por S0c1ete des Editions Jobert. Utilizado con autorizacir:.
en los años 50 (ver Capítulo 7 ) , su música experimentó una
transformación estilística profunda, revelada por primera vez en
la Sinfonía No. 8 ( 1963) , que representa un retorno al serialis­
mo y una preocupación mayor por más libertad en la organización
sonora. En la época en que compuso esa obra, se había liberado
definitivamente de las fórmulas rítmicas folklóricas y de otros len­
guajes locales en favor de lo que él denominaba "un lenguaje y
forma universales". Tal lenguaje ilustrao. obras como los Cuarte­
tos de Cuerda No. 6 y No. 7 ( 1963, 1965 ) , la Sonatina para
Piano No. 2 ( 1964 ) , y las piezas orquestales Cinco Esbofos
( 1964-1965 ) e Interafoes Assintóticas ( 1969) . Esta última mar­
ca una desviación de la anterior escritura orquestal convencional .
de Santoro, con su uso del microtono combinado con bloques
sonoros estáticos, clusters con sonidos al azar de instrumentos ras­
pados. Sus primeros experimentos con procedimientos aleatorios
y el uso de la notación gráfica datan de 1966. Entre ellos, Intermi­
téncias 11 ( 1967) , para piano y orquesta de cámara, exige mi­
crófonos y altoparlantes para amplificar los elementos ejecutan­
tes, así como el uso de puños y manos cerradas para la producción
de clusters en el piano y la manipulación directa de las cuerdas
de éste. Elementos percusivos de azar e improvisación limitada
forman asimismo parte de la organización de la obra (Ejemplo
1 0-23 ) . En la posterior Cantata Elegíaca ( 1970 ) para dos coros
y orquesta, sobre un poema del poeta portugués del siglo XVI
l.uiz de Camoes, se dan secciones corales e instrumentales im­
provisadas, junto con fragmentación del texto ad libitum y con
contraste entre canto y susurro, murmullo y recitado. Santoro ha
e::tplotado también; con éxito, la combinadón de música elec­
trónica con instrumentos tradicionales y con indeterminación. En
fa serie de seis Mutationen (1968-1972 ) , se pide a cada ejecu­
tante que haga su propia cinta grabada.
Edino Krieger (n. en 1928 ) , que estudió en el Conservatorio
Brasileño de Música en Río y después privadamente con Koell­ mánti � e impresionista. La influencia
reutter y más tarde con Copland en Tanglewood y con Menin a camb1ar al dodec f mismo a finales de de Koellreutter lo llevó
��
en la Juilliard School, comenzó a escribir en una vena posro- Maderas, 1945; Musica 1947, para cua los años 40 (Trío para
rteto de cuerdas ) , pero lo
484
485
abandonó alrededor de 1952 en favor de un lenguaje neoclásico y Lichtenst.ein, los escritores Pound, Cummings y Kafka, y el di­
· ligeramente nacionalista, como puede verse en obras tales como rector de eme Godard. Esas influencias han estimulado su interés
Choro ( 1952) para flauta y orquesta de cuerdas, Abertura Sjn­ en explorar los aspectos visuales del mundo de la música. Sus
f ónica (1955), el Primer Cuarteto de Cuerdas ( 1955) y especial­ · obras Cidade (1964), Blirium c-9 (1965) Vai e Vem ( 1969)
mente Brasiliana ( 1960), para viola o saxo alto y cuerdas. Desde Son et Lumiere (1968), Asthmatour ( 197 1) y Pausa e Meno�
1965 Kriege ha utilizado libremente cierta organización seria­ .pausa ( 1972) muestran una clara afinidad con el concepto de
lista y otras técnicas más avanzadas, junto con elementos cara0=e­ Cage de la indeterminación y del "teatro musical". De los poetas
rísticos de la música popular brasileña (Ludus Symphonicus, brasileños . de ':ª�guardia, Mendes ha he;edado la búsqueda de
1966). Los procedimientos aleatorios apa:ec�n por .primera -yez u.o lengu.aJ � art1st1eo nuevo que apunta a mtegrar todos los inate­
en la música incidental Fanfarras e Sequencias, escrita especial­ nules musicales y los medios de expresión disponibles a través
mente para el Segundo Festival de Música Guanabara (mayo de de la tecnología moderna. Así, la comunicación masiva ha llegado
1970). a ser un elemento importante de su credo artístico.
Entre los miembros del Grupo Música Nova de Sao Paulo, El manifiesto del Grupo Musical Nova apareció publicado
Gilberto Mendes, Rogério Duprat y Willy Corréa de �liveira en 19?3 34• Exigía adhesión total a las filosofías y técnicas de van­
han sido los más destacados. . Mendes (n. en 1922), nativo de guardia. Junto con Mendes y Correa de Oliveira, Rogério Duprat
( n. en 1932) ha sido el vocero mayor del grupo. Estudió .cello y
Santos y alumno de Santoro y Olivier Toni, concurrió al Curso
composición en Sao Paulo y siguió los cursos de verano de Darms­
de Verano para la Música Nueva de Darmstadt en 19.6� ,Y 1968,
tadt en 1962. Ha biendo comenzado como compositor atonalista
donde estudió con Boulez, Pousseur y Stockhausen. Visito en va­ y serial, :nás t.arde cultivó la música electrónica y los medios mix­
rias ocasiones los estudios de música electrónica de Colonia, Karls­ tos: An_tinomies I ( 1962), para orquesta de cámara, combina un
ruhe y París. Esenciali:nente experime�talista, M�ndes ha creado estilo mstrumental postweberniano con ciertos procedimientos
obras altamente originales al hacer vers10nes musicales de poemas de azar. Más o menos en el mismo tiempo en _ que completaba
concretos de poetas brasileños de vanguardia, como Décio Pig­ es� ? bra, Du_pr� t exploró la aplicación de un computador a la
natari y José Lino Grünewald. Su obra Beba Coca-Cola � 1966). ' rnus1ca electromca en Experimental Mtuic ( 1963). En colabora­
llamada "Motete en re menor", sobre un poema de Pignat�i, ción con Damiano Cozzella, otro integrante del grupo de Sao
explora la estructura sónica de sílabas separadas, que proporcio­ Paulo, elaboró en banda grabac:la las piezas Ludus Mardalis 1-2
nan la fuente sonora de la obra. Efectos microtonales se com­ ( 1967 ). Desde alrededor de 1965, Duprat ha trabajado princi­
binan con conversación, canto, grito y vocerío. La sección final palmente como arreglista de música urbana popular, partícular­
de la pieza requiere una escena teatral durante la cual los can­ rnent� c?n el grupo Tropicália, utilizando muy eficazmente su
tantes despliegan una tira que leva la palabra Cloaca (que. pa.r�ce conoc1m1ento de la música electrónica. También ha organizado
una forma alterada de "coca-cola", pero que realmente s1g01f1ca eventos con medíos mixtos para la televisión: su Concerto Ali­
"cloaca" en portugués), en un gesto obviamente crític� y an�i­ mentar ( 1969), por ejemplo, para enseres y utensilios de cocina
propagandístico. Esta pieza ha alcanzado una popularidad sm y ba�� , aparatos e�é:tricos, co1:11ida y, bebida, fue un evento para
precedentes para una obra experimental, muyªª probablement� a telev1s10' n con anticipad
a part1c1pac10n casera.
causa de sus elementos divertidos y chocantes . Mendes ha sido
vigorosamente motivado por Satie, los artistas pop Rauschenberg
34 . Gilberto Mendes, Rogério Duprat, et. al., "Manifiesto música
33 . Ver · Gilberto Mendes, "Música Nuova Brasiliana : Dati e Pro­ nova", Revista de Arte de Vanguarda lnvenfiio, N<? 3 (junio
blemi", en Aut Aut, Nos. 109-10 (Milán 1969 ) , 206 Y sig. 1963 ) , 5-6.

486 487
. W,illy Correa de Olive��ª (n. en 1938) ta:Ilbié� ha . estado in­ la cual' debe ser "compuesta" por el ejecutante. Los otros materia­
teresado en la comunicac10n de masas y sus 1mphcanc1as para la les. son modelos tomados del repertorio pianístico corriente (Mo­
creación de música nueva. Estudió con Olivier Toni y trabajó zart, Debussy y otros ) . La partitura que resulta simularía los di­
como director de música de varias firmas de publicidad de Sao versos estilos de los compositores propuestos, a través de una se­
Paulo. Desde 1969 ha enseñado en la Universidad de Sao Paulo. lección de la serie de notas y de los acordes entregados por el
Nativo de Pernambuco, aplicó en sus primeras obras ciertos ele­ compositor. La ridiculización de los manuales "Hágalo usted
mentos de la música folklórica del noreste, pero cambió a las mismo" es evidente, pero la opinión del autor sobre los concepto�
técnicas seriales a comienzos de los años 60 (Música para Mar­ tradicionales del valor y la destreza -como insignificantes- es
ta, 1961 ) . Sus numerosas partituras para obras dramáticas utili­ manifiesta.
zan el medio electrónico, pero desde alrededor de 1965 ha estado Entre otros compositores jóvenes que han trabajado en el área
estimulado por las técnicas aleatorias aplicadas al collage sónico de Sao Paulo, están José Antonio de Almeida Prado, Raúl do
de materiales tomados de la música occidental y combinados con Valle y muchos otros, todos ahimnos de composición de Camargo
pasajes determinados (Divertimento, 1967 ) . Su asocia� ión con Guatnieri, quien ejerció sobre ellos una influencia dogmática en
poetas concretos brasileños ha dado por resultado vanas obras favor del nacionalismo musical. Almeida Prado (n. en 1943 ) ,
originales, como Um Movi·miento Vivo ( 1962) para corn, Trés egresado del Conservatorio de Santos, logró liberarse de esa in­
canfoes ( 1970 ) para voz y piano, sobre textos de Augusto de fluencia más o menos a mediados de la década de 1960. Siguió
Campos, Und wozu Dichter in D1trftiger Zeit (1971-1972), dos estudios más amplios en París de 1969 a 1973, trabajando con
canciones para soprano, cuarteto de cuerdas, bajo y guitarra, Nadia Boulanger y Olivier Messiaen. En 1974 fue nombrado pro­
sobre un poema de Haroldo de Campos, y Cicatristeza (1973) fesor de composición en la Universidad Estatal de Campinas.
para voz femenina. La última obra nombrada e_s un toitr de force Las Variafoes sob1-e unz Tenza do Rio Grande do Narte ( 1963) ,
de imaginación en los diversos efectos que exige de la voz y su para piano, ilustran la primera tendencia neonacionalista de sus
tratamiento de los elementos teatrales. composiciones. Escritas en un lenguaje atonal, las variaciones se
basan en rasgos típicos (fundamentalmente melódicos y rítmicos )_
En la pieza para cinco pianos titulada Kitschs ( 1968 ) , Correa
de géneros de música folklórica. Sin embargo, desde alrededor
de Oliveira sugiere con mucha nitidez las implicaciones de su de 1965, Prado ha cultivado un estilo en el cual prevalece a me­
estética. Las primeras cuatro piezas están cuidadosamente estruc­ rmdo un carácter serialista post-weberniano (más bien que una
turadas (basadas sobre una serie de notas y una serie derivada técnica estricta) , junto con efectos armónicos y tímbricos alta­
de acordes ) . Pero la última está constituida por fragmentos de mente particularizados (en los cuales la voz humana posee un
las anteriores grabadas en una cinta por el ejecutante. Se han papel importante ) y estructuras rigurosamente formales. Sus Pe­
cortado ocho tiras de distintos tamaños de la partitura de cada ( 1969 ) , para voces solas, coro mixto
Kitsch y se sup6Iié que el ejecutante las realiza al azar (o no y orquesta, que gan - el ptimef premió eif ei- Primet Festival de
o
quenas Funerais Cantantes

totalmente ) ; después baja del escenario y busca un asiento entre Música Guanabara, despliega una imaginación deslumbrante en
el auditorio para escuchar la grabación. Finalmente, el pianista cf(;!ctos instrumentales y vocales, que involucran color sonoro,
. debe aplaudir frenéticamente, gritar "bravo" e incitar a la au­ ritmo y textura, con una inusual economía de medios. Esta obra
diencia a unírsele. Especialmente demostrativa de la actitud crí­ y otras posteriores revelan asimismo el temperamente místico
tica del compositor es Kitsch N9 3, subtitulado "Hágalo usted del compositor. Livro Sonoro ( 1973 ) , para cuarteto de cuerdas,
mismo". El compositor proporciona una serie de notas y un nú­ por ejemplo, es una obra cuya expresión está destinada a ser
mero de acordes que constituyen parte del material para la pieza, entregada con las mismas características que un texto, esto es,

· 488 489
. pensamiento, lenguaje y n�r�ción. D.� . este �odo, ª ..ºb:a co�; arpa, piano y timbales ; Rhythmetron ( 1968) , para percusión;
}
· prende seis secciones en miniatura : Pensamiento , Discurso , Concerto Breve ( 1969) , para piano y orquesta; y Mosaico
"Anti-discurso", "Soneto" "Período" y ''.M_emoria". Con un len­ ( 1970) e In Memoriam ( 1973) , ambas para orquesta. Ukrinma­
guaje atemático y atonal, se cr_e,an �lirr:as va1;iado�, . tundamerital­ krinkrin combina un lenguaje atonal serial con cierto sabor ri­
mente a través de una explorac10n ritmica y timbnst1ca. Una obra tualístico nativo. El texto, en dialecto indio x:ucurú, es ú.n conjuro
más reciente Thérese, L'Amour de Diei¿ ( 1975) , oratorio para ritual de origen tribal. _ Sin embargo, Nobre lo utiliza fundamen­
voces solista� narradores, coro y orquesta, muestra también la ta.1..mente para efectos sonoros, pues la línea vocal no muestra co­
tendencia mí�tica del compositor y cierta afinidad técnica con ne:ción con la música tradicional indígena. El segundo movi­
La Transfiguración de Norte Seigneur ]ésus Christ de Messiaen. miento, subdividido en distintas estructuras parcialmente aleato­
Raul do Valle ( n. en 1936) , colega de Almeida Prado en la r!as, despliega un tratamiento libre y delicado de los materiales,
Universidad Estatal de Campinas, ha d€!sarrollado asimismo un sm pulsaciones fijadas. El estilo atonal está limitado fundamen­
lenguaje altamente original, basado en la atonalidad y en la ex­ ta1?1ente a los intervalos de segundas, séptimas y novenas. La
ploración de sonoridades nuevas. También él fue alumno de Na­ primera estructura vertical utiliza sólo dos notas d e la serie; la
s egunda aumenta a cuatro; y así por delante hasta la s exta estruc­
dia Boulanger en París y estudió priva?ame�te con �berto . Gi­
nastera en Ginebra. Entre sus obras mas exitosas estan Rabisca­ tura, con las doce notas. En tres parte -"Densidades", "Ciclos"
auras ( 1969) para bronces y percusión, la Misa Da Nova e y "Jogos"-, la obra Mosaico d espliega el sofisticado dominio q.e
Eterna Alianfa ( 1974) y Cambiantes para percusión, que obtuvo su autor sobre las nuevas técnicas, esp ecialmente en sus clusters
un premio en Ginebra en 1975. que cubren la extensión sonora total de la orquesta, su tratamiento
Entre los compositores activos en Río de Janeiro en los años de los bloques de sonidos, su profundo sentido de la construcción,
60, Marlos Nobre llegó a ocupar un puesto destacado dentro de y sus violentos contrastes derivados de una orquestáción compleja
la vanguardia brasileña. Discípulo de Koellreutter y Camargo y brilla.o.te. Especialmente digno de destacarse es su uso de los
Guarnieri y de Ginastera en el , lnstituto Di Tella en Buenos Ai­ instrumentos de percusión, que incluyen muchos instrumentos
res' donde se familiarizó con las más avanzadas técnicas de . coro- típicos brasileños tratados solísticamente. · ·
posición ( incluidas las técnicas electrónicas, con José Vicente Sólo en los últimos años, la Universidad d e Brasilia ha lo�
Asuar) , Nobre cambió estilísticamente desde una inquietud na­ grado reunir un grupo dinámico de compositores. Santero intentó
cionalista combinada con el estilo disonante de Milhaud a las en 1963 implimentar un ambicioso programa musica� pero no
técnicas dodecafónica s. Comenzando desde alrededor d e 1964, se quedó en Brasilia. Más tarde, el compos itor Rinaldo Rossi pro­
logró crear un lenguaje nuevo basado en el serialismo libre, em- . movió la enseñanza de composición de música nueva y consiguió
parentado más con el de Dallapiccola y d� Berio que C�)ll . el de a�raer compositores tan promisorios como Nicolau Kokron ( 1937-
la Escuela de Viena. Desde 1967 ha trabajo con procedimientos 1971) y Fernando C erqueira. Sin embargo, el compositor más
aleatorios y notación proporcional, per<? con dejos nativistas. �estacado en Brasilia en los años recientes ha sido Jorge Antunes
Muchas de sus obras poseen la exuberancia natural que hallamos ( n. en 1942) . Alumno de la Escuela de Música d e Río de Janei­
antes en Villa-Lobos, en especial en su intensidad dramática, ro y de la Facultad Nacional de Filosofía, en la cual se graduó en
proyectada a través de efectos tímbricos especiales y dinámica física ( 1965) , más tarde Antunes fue al Instituto Di Tella,, don­
a]tamente contrastantante. Entre algunas d e sus obras más · carac­ d e trabajó especialmente en música electrónica. Continuó sus es­
terísticas están Variafoes Rítmicas ( 1963) para piano y percu­ tudios de música electrónica en la Universidad de Utrecht y con
sión; Ukrinmakr:inkrin ( 1964) para soprano, instrumentos de .el Grupo de Investigaciones Musicales de París. Desde 1973 ha
vi ento y piano; Canticum Instrumentale ( 1967) , para flauta, sido profesor de música electrónica de la Universidad y el Ge

490 491
.Mu17¡_ B (Grupo de Experimentación Musical de la pniversidad to ha sido el compositor brasileño de origen suizo, Ernst Wid­
de Brasilia). A finales de los años 60, Antu nes aparec1a como uno mer (n. en 1927), quien se estableció en Bahía en 1956.
¿e los compositores de música experimental más representativos Egresa1? del �onservat?rio de Zurich en composición, piano y
en Brasil. Fue pionero en la composición de música electrónica educac1on mus:c��' llego a la 1 Iniversidad de Bahía como profe­
en su país, y desde alrededor de 1965 cultivó lo que denomina sor de compos1c10�, o�questac,1: ón y literatura musical, y dirigió
"arte integral", o medios mixtos, que incluyen no sólo sonidos el Grupo de 1:{�d�1galistas de la Universidad ( 1958-1967). Por
muchos anos _ dmg10, la Escuela de Música de la misma institución
y colores, sino también olores y sabores (por ejemplo, Ambiente
1: 1965). En sus obras orquestales y de cámara ( Cromoplastofo­
Y tuvo mu�ha influencia como profesor de toda una generació�
nía, 1967-1968; Concertatio 1, 1969; 1somerism 1970; Bartokolla­ de compos1:ores local�s. De su maestro Willy Burkhard en el
gia, MCMLXX; y Music for Eight Persons Playing Things, Conservator o . de ?=unch, apre:3-dió el valor pedagógico de esti­
7
1970-1971), se basa mucho en procedjmientos aleatorios. Sus mular la max1ma independencia en los estudiantes. Antes de la
tempranas piezas electrónicas Valsa Sideral (1962) y Contra­ edad _ d� veinte años, Widmer tenía lo que más tarde él mismo
punctus Contra Contrapunctus ( 1966) utilizan estructuras sim­ descnb10, como una "actitud reaccionaria" en composición musi­
ples, tales como repeticiones de células sonoras dadas (aunque en cal, desde la cual cambió a un estilo modernista moderado cuan­
patrones rítmicos distorsionados), pero también anticipan efectos d� hu bo asirr�ilado las lecciones de Stravinsky, Bartók y Hinde­
especiales, como figuras de espejo a través del uso de ostinatos, m1th. Ensegmda, en la década del 60, desarrolló un interés inter­
carretes de cinta magnética y sistemas de feedback. Esto llegó mi:e?te y a m�nudo inesperado en la música de vanguardia. Su
a ser calificado como "música hipnótica" y fue estandarizado más actividad c�eati:7� yue�e ser considerada como una convergencia
tarde por el compositor estadounidense Terry Riley, entre otros. gradual de 1.�1tu1e:on e intelecto, sencillez y sofisticación, originali­
_
las piezas electrónicas siguientes de Antunes, tales como Auto­ dad y tradicionalismo. Este complejo de actitudes ha venido a dar
Retrato sobre Paisaje Porteño ( 1969) e Historia de un Pueblo en lo que él ha �eno�inado fases "progresivas" y "regresivas", a
( 1970), revelan un tratamiento más sutil y niás maduro de sus I�enudo en coexistencia. Entre sus obras que ejemplifican la úl­
_
medios. tima tendencia están los Chinesische Lieder ( 1948), la Suite para
Orquesta (195 3), Hommages a Stravinsky, Frank Martín et Béla
Los Seminarios Libres de Música (posteriormente rebautiza­
Bartók ( 1960) para oboe y orquesta de cuerdas, y O Homem
dos como Escuela de Música y Artes Escénicas de la Universidad Armado ( 1967) para banda u orquesta de vientos. Las "obras
de Bahía) fueron creados en 1954, bajo la dirección de Hans progresivas" comprenden el Quinteto de Viento ( 1954), Qua­
J. Koellreutter, y durante los años 60 llegó a ser un dinámico sctrs ( 1970), Rumos ( 1972), Convergencia ( 1973), · ENTROn­
centro para la música nueva. Se establecieron distintos conjuntos cam�ntos SONoros ( 1972), y una serie de ocho obras que forman
de ejecutantes, que incluían un trío y un grupo experimental de el ciclo de Mor/oses ( 1973-1975).
percusión, y en 1966 se organizó el Grupo de Compositores de
Bahía. Esta agrupación estaoa constituida - por varios miembros . _Pul-sars, para vi?lín; clarinet�, fag? t; trompeta, trombón y percu­
de la facultad y varios estudiantes de la escuela. . Sus objetivos y s10n, alterna secc10nes aleatorias (indeterminadas en duraciones
propósitos eran el estímulo y la difusión de la música contempo­ fraseolo&ía y articulación) con pasajes completamente determil
ránea, a través de programas de intercambio e investigación, nadas. Stnppse, P.ara sopran?, coro, violín, cello, piano y orquesta
conciertos, festivales, publicaciones y reunión de materiales sobre (que gano el primer premio en el Segundo Festival de Música
la música del siglo XX. Cada año, los cursos Y . festivales congre­ 9uanabara), es producto de una imaginación creativa. Con varia­
gan a compositores y estudiantes de diversos estados brasileños ªº� recursos (�n los Jenguajes tonal, modal, politonal y serial),
} del exterior. La persona a quien más se debe este acontecimien- Widmer mantiene eficazmente el carácter del poema (Jorge de

492 493
· Lima, soneto A Tarre de Marfim) , que alude a la transformación
gradual de las cosas aparentemente inmutables. La exploración
EJEMPLO 10-24. Ernesto Widmer, Rumos, "final de emergencia".

de nuevas mezclas tímbricas (frecuentemente a través de clusters


Reproducido con gentil autorización del compositor. ·

cromáticos) parece ser una de las preocupaciones fundamentale$


en esta obra. En ENTROncamentos S..<JNoros, para piano, cinco
trombones, cuerdas y cinta grabada, se dan técnicas aleatorias y
efectos de música espacial.
Widmer ha explorado asimismo con mucha eficiencia las di­
versas técnicas vocales explotadas en la música nueva. Rumos,
por ejemplo, para narrador, coro mixto (de más de cincuenta
cantores), orqúesta, Instrumentos Smetª-k (ver página subsiguien­
te) y banda magnética, exige tarareo, grito, soplido, murmullo, ·
siseo y silbido, aparte del discurso regular y la articulación rítmi­
ca de las consonantes. El compositor anticipa asimismo la parti­
cipación activa de los auditores y entrega instrucciones detalladas
para tal efecto: debe .esperarse risas, silbidos, burlas y cosas seme­
jantes de la audiencia y se supone que elementos de la orquesta
· · responden espontáneamente. En caso de caos total e incontrola­
ble, el compositor ha provisto un final de emergencia (Ejemplo
10-24), cuyos módulos incluyen imitaciones de una posible situa­
ción anárquica. Tal actitud es pertinente al continuo interés de
Widmer no en crear obras como tales, sino en ofrecer proposi­
ciones: involucrar y cautivar al auditor, y, al mismo tiempo, re­
husarle un sentido de ajuste.
· Entre los miembros fundadores del Grupo de Bahía, Milton
Gomes y Fernando Cerqueira obtuvieron reconocimiento como
ganadores de premios en el Primer Festival de Música de Gua­
nabara. Gomes (1916-1974), físico de profesión, estudió con
Koellreutter y Widmer en la 'Universidad de Bahía. Aunque es­
cribió su primera obra a la edad de cuarentiséis años, ha cultivado
un muy expresivo estilo personal y avanzado, combinando sono­
ridades nuevas a través de la percusión ( Estrut11,ra para nove ins­
¡.rumentos de percussao, 1954; Study of Sound Variations on Plas­
tic Expressions of Schizophrenics, 1965), técnicas seriales Y · �igor
formal. La obra posterior Primevos e Postrúlios (1969), para co­
ro y orquesta, despliega una preocupación especial por la experi­
mentación sonora, dentro de una inusual armonía estática y un
titmo c'asi sin movimiento. Fernando Cerqueira (n. en 1 941),

494 495
alumno de la Escuela de Bahía, ha e nseñado en la Uni� e�sidad de t.i:umentos, ha experimentado también con procedimientos alea­
. · Brasilia desde 1971. Ha seguido los méto�os dodecafomc ? Y. se­ torios y collages (Ambitus Mobile I y II, 1970) . En el área de
rialista, que aplica libremente y que .combina �on otras tecmcas, Bahía, Herrera fue uno de los primeros en organizar eventos con
tales como la microtonalidad y algunas operac10nes de azar. Sus medios mixtos, especialmente con conjunción con el Departa­
obras más conocidas en Brasil son Elegía for chorus, bronce Y mento de Danza de la Universidad de Bahía.
percusión; Transubstanciafªº para ? r.9-uesta ( 1968); Heterofoma _
Otro compositor eléctrico que no obstante ha creado uri ·típico
do Tempo ou Monólogo da Mttltidao (1969) par� voce� s? las, estilo de vanguardia local es Lindembergue Cardoso (ri. en 1939).
coro y orquesta; Trío Metamorfose ( 1970) para piano, vi? li? y Alumno de composición de la Universidad de Bahía, aprendió
cello; y Decantafªº ( 1970) par� coro y orquesta. Esta ultima de Widmer las técnicas de las diversas tendencias de la música
obra es un estudio sob re nuevos timbres voc..ales y orquestales.
contemporánea. Desde 1966 ha sido primer fagotista de la Or­
Walter Smetak (n. en 1913 ), compositor nacid� en Suiza que questa Sinfónica de la Universidad y miembro del conjunto de
se residenció en Salvador en 1957 y llegó a ser integrante del instrumentos de viento de la misma institución. Más tarde, llegó
Grupo de Bahía, representa un caso interesa�te de 7xperimenta­ a ser profesor de teoría y composición. Sus primeras obras mues­
lismo heterogéneo. Ha desarrollad o una. sene. �e instrumentos tran cierta inquietud p or la estética nacionalista (A Festa da
para experimentación sonora. Estos han s_ido utilizados en la ma­ Canabrava y Missa Nordestina, ambas de 1966), pero enseguida
yoría de sus partituras y de las de otros miembros. d�� grupo, tanto carn:bió a ideas más abstractas y alcanzó un estilo m ás francamen­
por sus propiedades acústicas como por sus posibilid� de� de ac­ te contemporáneo, que comprende una combinación de procedi­
ción teatral. la calazaba aparece como material constitutivo fun­ mientos aleatorios con elementos fijos (Trío- de Cuerd as, 1967;
damental de muchos de los instrumentos de Smetak, que frecuen­ Vía Sacra, 1968; CaptafiJes, 1969; y Pleorama, 1971). Varias de
temente funcionan por medio de ingeniosos sistemas cinéticos. sus obras (v. gr., Espectros, 1970; Quinteto de · vientos, 1970;
Además muchos de ellos son verdaderamente obras de tipo arte Kyrie Christe, 1971; Toccata para Piano, 1972; y Sedimentos,
pop, qu� recuerdan las del movimiento artístico " obj�ts trouvés". 1973) evidencian su exitoso tratamiento de efectos tímbricos
Sus obras para tales instrumentos comprenden Pesquisas, �2005, cuidadosamente proyectados.
serVIR A SERv, Um Sol Realizado y otros; todas enfatizan la
El pensamiento musical de Jamary Oliveira (n. en 1944) ha
improvisación y técnicas aleatorias. sido moldeado, como el de Cardoso, por su maestro Widmer.
.
los m iembros jóvenes más creativos del Grupo de Composi­ Acaso más que sus contemporáneos de Bahía, ha demostrado una
tores de Bahía son Rufo Herrera, lindembergue Cardoso f Ja­ extrema libertad de pensamiento que se revela claramente en su
m ary Oliveira. Herrera (nacido en Argentina en 1935 ) ha yivido a.cercamiento no dogmático a la composición musical. A finales
en Brasil desde 1963. Se formó primero en el Conservatorio Na­ de los años 60, cultivó una técnica dodecafónica no ortodoxa,
cional de Buenos Aires y más tarde continuó sus estudios de co�- después de algunas primeras incursiones en el atonalismo neona-
. posición en Brasil con Olivier Toni y Ernst -Widmer;- Desde fi­ . · · donalista-:- Prefiere escribir· para ·pequeños- conjuntos ele· cám.a.ta
.
nales de la década del 60 ha vivido en Salvador como co�p�s1tor y solistas y para la voz. Los procedimientos aleatorios se dan
independiente. En sus obras se refleja su profundo conocnn1ento junto a algunas otras técnicas, tonales o atonales, que cree _pue­
de la evolución de la música contemporánea en Europa y Norte­ den ayudar a expresar una idea dada. Entre sus obras más impor­
américa. Junto con explorar nuevos timbr7s. (a través de un .tra­ tantes están un Trío para Piano ( 1967), Conjunto II ( 1968),
tamiento nuevo de los instrumentos trad1c10nales o de somdos Tonal-A-Tonal (1969), Conjunto III (1969) para instrumentos
generados o alterados ele ctrónicamente) . en obr�s tales c?mo !3n­ Smetak, lnterafoes ( 1970), Congruencias ( 1972) y Ludus
gramas, para diez instrumentos, y Enantiodromia, para cm�o ms- ( 1973).

496 · 497
Hemos proporcionado amplia evidencia de la vitalidad del NOTAS BIBLlOGRAFICAS
desa,;rollo musical de Latinoamérica desde 1950. Aunque algunos
críticos han promovido discusiones acerca de la verosimilitud de
una contribución original de Latinoamérica dentro de las técnicas ia música latinoamericana durante el período que se inicia en
contemporáneas de composición. Tales cuestiones resultan de la 1950 no ha sido estudiada extensa o adecuadamente. Bastantes
presunta universalidad de la creación musical en la tradición de de los datos reunidos en este capítulo han sido proporciqnados por
la música artística occidental, que cuajó durante el siglo XIX co­ muchos . de los compositores mencionados en él. Sin embargo,
mo un notable y persistente caso de etnocentrismo cultural. Las p1,eden señalarse unos pocos ítems bibliográficos ( además de las
condiciones socio-culturales contemporáneas en Latinoamérica han referencias al pie de página) .
moldeado sociedades nuevas que se originan en la mezcla de Aurelio de la Vega da un panorama de la música latinoameri­
varias . culturas, incluyendo la cultura dominante europea oci­ cana desde 1 95 0 en "New . World Composers", Inter-American
dental. Sin embargo, no es preciso que las fuentes de la creación .Music Bulletin, No. 43 ( septiembre 1 964 ) , 1-16, y en '\La música
musical se originen sólo en una área tradicional única de activi­ artística latinoamericana", Boletín Interamericano de Música,
dad musical. De hecho, ellas reflejan, quizás en forina incons­ No. 82 ( 1971-1972 ) , 3-33. Ver también la evaluación de De la
ciente, el renacimiento cultural que el continente ha experimen". Yega sobre la música latinoamericana en la década de 1960 en
tado desde alrededor de 1960. Sin duda que muchos composito­ su artículo "Avant-Garde Music at the American Art Biennial of
res latinoamericanos han sufrido lo que se ha denominado Córdoba", Yearbook, Inter-American Institute for Musical Re­
"terrorismo de la· vanguardia", pero al seguir modelos interna­ s�ch, III, ( 1 967 ) , 85-100. Juan Orrego-Salas reseña las tenden­
cionales los compositores latinoamericanos los han transformado cias y personalidades contemporáneas en "The Young Generation
automáticamente para darles autenticidad. Aquí está la natura­ of Latin American Composers : Background and Perspectives",
leza, parece, de lo que Gustavo Becerra menciona como el sotaque Inter-American Music Bulletin, No. 38 ( noviembre 1963 ) , 1-10.
brasileño ( "acento local, regional" ) en la música contemporánea, Varias ponencias interesantes de compositores latinoamericanos
lo que puede extenderse a todos los países latinoamericanos 35• sobre diversas materias de_ la "música nueva", · presentadas origi­
Reconocidamente, es difíciJ señalar con exactitud dónde y cuándo nalmente al Primer Seminario Interamericano de Compositores
se manifiesta el sotaque en la considerable producción musical ( Indiana University, abril 1965 ) , pueden hallarse en Music in
posterior a 1950, pero difícilmente puede cuestionarse su existen­ the American, editado por George List y Juan Orrego-Salas ( The
cia. Dada la singularidad del contexto cultural en el cual es crea­ Hague: Mouton & Co., 1967 ) . Varias entradas sobre composito­
da su música, el compositor latinoamericano no puede dejar de res separados y artículos sumarios sobre Argentina, Brasil, Chile y
manifestar ciertos aspectos de aquel contexto. Al mismo tiempo, México, están. incluidas en el Dictionary of Contemporary Music,
en nuestra era de veloz comunicación, los nuevos procedimientos ed. por John Vinton ( New York: E.P. Dutton, 1974) .
<le composición surgidos en cualquier parte del mundo pueden
ser fácilmente asimilados en todas partes. Según Becerra, "el cri­ Además de la serie de Composers of tbe Ame;icas, que incluye
sol en el que toma forma la música del futuro es nada menos varias biografías de compositores activos . desde 195 0, ver la re­
que el mundo entero" 35• Indudablemente, América Latina está vista Heterofonía para noticias· biográficas <;ortas. .En su· Intro­
aportando a ese proceso su propio desarrollo estético. duction to Twentieh-Century Mexican Music, Dan Malrristrom
cubre el período que se inicia en �950 en su último capítulo. El
35 . Gustavo Becerra Schmidt, "Modern Music South of the Ria boletín Música de la Casa de las Américas de La Habana nos
Grande", Inter-American Music Bulletin, N<> 83 ( marzo-junio mantiene al día sobre actividades de los músicos cubanos. Una
1972 ) , 5 ( reimpreso por The World of Music) . selección de los .escritores de José Ardévol desde 1932 a 1963 fue

498 499
publicada en su libro Música y Revolución ( La Habana: Eclicio- La vida y las instituciones musicales de Argentina son expues­
. nes Unión, 1966). Leo Brouwer entrega un panorama general de tas en el libro de Hilda Dianda Música en la Argentina de hoy
la vanguardia musical cubana en "La Vanguardia de la música ( Buenos Aires: Edición Proartel, 1966) . Para informaciones
cubana", Sonda ( Madrid ) , 1970. Las obras de Aurelio de la biográficas específicas y listas de obras de compositores argenti­
Vega son analizadas en Alice B. Romsay, "Aurelio de la Vega: nos, puede consultarse: Rodolfo Arizaga, Enciclopedia de la mú­
bis Life and Works" ( tesis inédita para el máster, San Fernando sica ctrgentina, mencionado en las notas al Capítulo 4. Don Rodri­
Valley State College, 1963 ) , y en John R. Schortt, "Aurelio de go de Ginastera es el tema del artículo de Orrego-Salas "An Opera
la Vega, un compositor de las Américas", Revista Musical Chi­ in Latín America: Don Rodrigo de Ginastera", Artes Hispánicas,
lena, No. 84 ( 1963), 62-88. Una exposición más amplia sobre No. 1 ( 1967), 94- 133. El estudio de Pola Suárez Urtubey sobre
las obras de Roque Cordero y las de otros GO.tnpositores centro­ Ginastera . es Alberto Ginastera en cinco movimientos ( Buenos
americanos la proporciona Ronald R. Sider en "The _Art Music Aires, 1972). Alcides Lanza ha escrito sobre su propia evolución
of Central America, its Development and Present State" ( tesis musical: ver su "Selbstportrait" en el Programa de la Donaues­
chinger Musiktage 1972, 13- 15. Como parte del panorama de la
inédita de doctorado, Eastman School of Music, University of música nueva alemana, lá música de Kagel ha sido estudiada bas­
Rochester, 1967). tante extensamente; ver en especial Ulrich Dibelius, Moderne
Amplios panoramas sobre la música colombiana y peruana Musik, 1945-65 ( Munich, 1966); Dieter Schnebel, Das musika­
contemporánea aparecen, respectivamente, en el artículo breve de lische Theater des Mauricio Kagel ( Colonia, 1968); y también
Guillermo Espinosa "Colombian Music and Musicians in Con­ de Schnebel Denkbare Mttsik. Schriften 1952-1972 ( Colonia:
temporary Culture", Inter-Am erican .Music Bulletin, No. 27 Verlag M. DuMont Schauberg, 1972).
( 1962) , 1-4, y en "La música contemporánea en el Perú" de
Las obras de algunos de los compositores brasileños mencio­
Enrique Finilla, Fanal ( Lima) , No. 79 ( 1966), 17-23. Edgar nados en este capítulo son tratadas por Caldeira Filho en su libro
Valcárcel ha escrito también sobre la música peruana en "Estado A aventura da música ( Sao Paulo: Ricordi Brasileira, 1970).
actual de la composición musical en · el Perú", Cultura y pueblo Sobre la música de Santoro de fines de los años 60, ver la reseña
( Lima ) , Nos. 7-8 ( 1965-67), 44-45. ensayo de Edwin London "Four seores by Claudia Santoro", Year­
Samuel Claro entrega una introducción general a la música book far Inter-American Musical Research ( University of Texas
experimental en Chile en su artículo "Panorama de la música at Austin ) , VII ( 1971), 51-58. Paul Earls reseña críticamente
experimental en Chile", Revista Musical Chilena, No. 83 ( 1963 ) , Ukrimakrinkrin y Mosaico de Nobre en Yearbook far Inter-Ame-
110-17. Los números 119-20 ( 1972) de la misma revista están de­ 1'ican Musical Research, VII ( 1972 ), 178-80. Sobre el Grupo
dicados a las obras de Gustavo Becerra. Becerra mismo es un pro­ Música Nova de Sao Paulo, ver Rogério Duprat, "En torno al
lífero autor de artículos: ver especialmente la serie de nueve ar­ 'Pronunciamiento' ", Revista Musical Chilena, No. 86 ( 1963 ) ,
tículos sobre "Crisis de la enseñanza de la - composición en -Occi­ 33-38; y M; Lozano, "El grupo brasíleño música nova", Sonaa
dente", Revista Mmical Chilena, Nos. 58-65 ( 1958-1959). Entre ( Madrid) , No. 1 ( 1968), 37 y sig. León Biriotti entrga una con­
los muchos escritos de José Vicente Asuar que arrojan luz sobre tribución informativa en su opúsculo Grttpo. de compositores de
su propia evolución como compositor, los siguientes son sobre­ Bahía: reseña de un movimiento contemporáneo ( Montevideo:
salientes: "Y . . . sigamos componiendo", Revista Musical Chile­ Instituto de Cultura Uruguayo-Brasileño, 1971. Un breve folleto
na, No. 83 ( 1963), 55-59; "Mi fin es mi comienzo", Revista en inglés, titulado Music in Brazil: Now, contiene cuatro artículos
Mitsical Chilena, No. 89 ( 1964 ) , 43-78; y "Recuerdos", Revista de Osvaldo Lacerda, Jamary Oliveira, Sergio Vasconcellos Correa
Musical Chilena, No. 132 ( 1975), 5-22. y Edino Krieger. Fue publicado por el Departamento Cultural

500 501
.del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño en 1 974. El
· mismo Départamento ha editado, entre 1975 y 1 978, los catálo­
gos completos de obras de unos treindcinco compositores brasi­
leños vivos. Estos pueden obtenerse escribiendo al Ministerio de
Relaciones Exteriores, Departamento de Cooperación Cultural,
Científica y Tecnológica, Brasilia, D.F.

INDICE

502
Presentación 7

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Mapa de América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18

PRIMERA PARTE

EL PERIODO COLONIAL

I. Música sagrada en América Hispana 21


Música misional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Música catedralicia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
II. La música secular · en América Hispana 93 El área caribeña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
México ("Nueva España") . . . . . . . . . . . . . 93 Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . .228
Perú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . � . . . . . 97
VI. El siglo veinte : el área andina . . . . . . . . . . . 23 1
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
III. La música en Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 7
Bahía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . �· . . . . . · · · 108 Perú 238
Pernambuco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 14 Bolivia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 54
118
Río de Janeiro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Minas Gerais . . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
127
Notas bibliográficas .................. 260
Sáo Paulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 39
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 39 VII. El siglo veinte : Brasil y el área del Río de la
Plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ·. . . . ; : . 263
Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264
SEGUNDA PARTE Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304
Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . . · . . . · . . . . . . 315
EL SURGIMIENTO DEL NACIONALISMO
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317

IV. Antecede:n.tes decimonónicos del Nacionalismo 145


México ............................ 146
TERCERA PARTE
Cuba y Puerto Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 52
Argentina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 56 CONTRACORRIENTES EN EL SIGLO XX
Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 64
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180 VIII. Las décadas de 1 9 1 O y 1 920 323

V. El siglo veinte : México y el Caribe . . . . . . . 183 México y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 24


México ............................ 1 84 El área andina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338
Argentina y -Uruguay . . . . . . . . . . . . ..... 344
Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... 346
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . ..... 348
IX. Las décadas de 1 9 30 y 1 940 . . . . . . . . .. . 351
México y el Caribe . . . ..... . . . . . . . . .. . 3 52
El área andina . . . . . . ..... . . . . . . . . .. . 3 73
Argentina y Uruguay . ..... . . . . . . . . .. . 386
Brasil . . . . . . . . . . . . . ..... . . . . . . . . .. . 395 ESTE LIBRO SE TERMINO DE
IMPRIMIR EL DIA 3 DE MAYO
X. Contracorrientes : desde 1 9 5 O . . . . . . . . . . . 40 5 DE MIL NOVECIEN'I10S OCHENTA
Y T R E S EN L AS P R E N S A S
México y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 7 VENEZOLANAS DE EDITO R I AL
El área andina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 7 ARTE, EN LA CIUDAD- DE
CARACAS
Argentina y Uruguay . . . . . . . . . . . . . . . . . 463
Brasil ............................. 48 3
Notas bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 499
"Desde la publicación en 1 9 4 5 del libro Music of Latin
America por Nicolás Slonismky ( el resultado de lo que él ' (
mismo llamó un "viaje de exploración panamericano"),
(
informaciones de toda índole respecto a todos los aspectos
de la llamada tradición de música culta en Latinoamérica ' (
\

han sido acumuladas y han proporcionado la base ·


necesaria para la interpretación cualitativa y cuantitativa
de los hechos musicales del continente. El presente volumen
pretende presentar esas informaciones en una perspectiva
amplia y contribuir con otros datos. Puesto que no ha
sido propuesto hasta ahora un panorama extenso de la
historia de la música en Latinoamérica, la justificación del
presente volumen parece innecesaria. Sin embargo,
tenemos todavía tantas lagunas en la reconstrucción de la
historia musical latinoamericana que el emprender una
introducción histórica como ésta puede parecer prematuro
o hasta presuntuoso. Con todo, gracias a los. esfuerzos -de
varios estudiosos latinoamericanos, norteamericanos y ·
europeos, el perfil general de esta historia puede ser
trazado ahora con bastante exactitud y coherencia".
G. B.
Catedrático e investigador, Gerard Béhague es ampliamente
conocido como destacado especialista en Musicología
Latinoamericana. Sus prestigiosos trabajos publicados y su
labor en el Departamento de Música del College of Fine
Arts de la Universidad de. Texas, Austin, lo acreditan como
acucioso, entusiasta y riguroso musicólogo latinoamericanista�
Es el creador y director de la Latin American Music Review /
Revista de Música Latinoamericana cuya finalidad es
"la publicación de trabajos originales en los campos de la
Musicología y la Etnomusicología referentes a las
expresiones musicales de América Latina y del .Caribe".

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