Está en la página 1de 2

Resumen “La vida en las aulas” de Philip W.

Jackson.
Dentro de los primeros dos capítulos manejados en el libro “La vida en las aulas”
el autor maneja varios factores y determinantes que se tienen dentro del aula de
clases que son los papeles que, tanto el docente, el alumno y la sociedad juegan
para que se lleve a cabo la labor y enseñanza dentro del aula escolar.

Primero el autor empieza dándonos un panorama de cómo es el comienzo de


cada día en la vida de quienes tienen que llevar a sus hijos a la escuela, lo que
lleva a cabo cada persona para hacer que los alumnos lleguen a su destino del
diario: la escuela; el lugar en el que se desarrollará una persona durante 19, sino
es que 22; años de su vida, claro está que el ambiente, el aula y la manera en que
se desenvolverá en cada estancia de los niveles educativos cambiará
dependiendo del nivel al que ascienda.

No podemos dejar de lado el hecho de que no aseguraremos que todos los niños
seguirán estudiando hasta culminar una licenciatura, sin embargo, sí podemos
decir que se hará lo posible porque nuestros niños tengan oportunidades que les
faciliten, de cierta forma, la entrada a la educación inicial o base.

Primero que nada el autor nos dice que los padres se preocupan por el
condimento de la vida escolar más que por su propia naturaleza, es decir que, no
les preocupa el qué hacen, cómo lo hacen, qué llevan o qué les dicen a sus hijos
en ese lugar; lo que les ocupa es el hecho de saber si la escuela es de prestigio o
no, si tiene los suficientes medios o recursos para llevar a cabo su labor de
educar, si cuenta con maestros reconocidos, entre otras cuestiones.

Pero también los padres dejan que los profesores hagan lo que, según dicen,
“tienen que hacer”; y hacen a un lado el hecho de indagar o curiosear la actividad
diaria que se lleva a cabo en un aula, y es que luego de un día escolar ellos
siempre hacen las mismas preguntas, ¿cómo te fue en la escuela? O ¿qué tal
estuvo la escuela?, por lo que la respuesta a estas cuestiones, más que obvio,
será la de “bien,. gracias” o “estuvo algo cansado”, lo cual quiere decir que el niño
solamente se enfocará en resumir la respuesta a dos o tres palabras para contar
su día en la escuela.

Muchas veces vemos que hay cosas que se repiten dentro de las aulas de
diferentes escuelas, como la inconformidad y la rutinariedad; y es que en primer
lugar se tiene a alumnos con una baja motivación dentro de las aulas de clases,
no sienten mucho interés por asistir ni por lo que les enseña el profesor, pero no
siempre se ve reflejado a simple vista porque uno puede suponer que todo está
bien aunque no sea de esta manera.se encuentran una libreta con un lápiz encima
y de fondo como una estrella que lo hace resaltar lo que quiere indicar que se
realiza una evaluación continua a los alumnos

En segundo lugar, y es esta la causante de la anterior, se encuentra la monotonía


o rutinariedad a la que se sujetan varios profesores, que como dije en un principio;
tienden a realizar las cosas como algo automático, no le ponen ese sabor o
entusiasmo al manejar de otra manera las clases, implementar otras estrategias
de aprendizaje y mucho menos a realizar menos exámenes, que siento, desde mi
punto de vista, que es lo que genera en los alumnos el desinterés y la
desmotivación de la asistencia y la atención que ponen a lo que se les está
enseñando.

Concluyo, luego de haber leído estos dos capítulos, que como futuros profesores
debemos tener en cuenta esto al momento de insertarnos en las aulas, tal vez leer
todo lo que aquí maneja el autor respecto a la vida que se da en las aulas, platicar
con los alumnos acerca de cómo se sienten y qué les gustaría cambiar; pero sin
dejar de lado el compromiso que asumimos al tener bajo nuestra responsabilidad
la educación que estamos ofreciendo a esos alumnos que llegan con la intención
de aprender más cosas, pero quizás sin la motivación de hacerlo.

También podría gustarte