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Iniciamos nuestra diplomatura con el primer módulo: Introducción a la

alfabetización digital.

La primer actividad será leer atentamente los objetivos y contenidos para tener una
idea anticipatorio del camino que recorreremos.

Recuerde que nuestro correo para dudas es

tutoria@icce.com.ar

Módulo 1

Introducción a la alfabetización digital

Objetivo general:

Conocer las bases teóricas que fundamentan la alfabetización digital.


Contenidos:

Unidad 1

La alfabetización digital como una dimensión de la alfabetización


tradicional.

Objetivos:

 Definir y explicar el concepto de alfabetización digital.


 Conocer y analizar los momentos históricos del proceso de alfabetización.
 Redefinir el concepto de alfabetización a la luz de los nuevos paradigmas
sociales.
 Analizar las diferencias entre la alfabetización como concepto psicológico
hasta la alfabetización como competencia en proceso permanente.
 Destacar la dimensión de las multialfabetizaciones en la transformación
social y ciudadana en la sociedad de la información.

Contenidos:

¿Qué se entiende por Alfabetización?


Conceptos históricos de la alfabetización.
- De un concepto psicológico de lectura a una concepción social de la
alfabetización.
- Competencia, proceso, práctica
Alfabetismo – Analfabetismo ¿Dónde están los límites?

Unidad 2
Alfabetización informacional y alfabetización digital
(multiplicidad)
Objetivos:

 Analizar las reconceptualizaciones de la acción de alfabetizar.


 Diferenciar la alfabetización digital de otras variantes de alfabetización.
 Distinguir los distintos tipos de individuos que utilizan la Web y sus
características.
 Analizar la dimensión digital, los nuevos campos tecnológicos y su relación
con el proceso de alfabetización.

Contenidos:

Reconceptualización de la alfabetización.
Breves consideraciones sobre la Alfabetización Digital.
Hipertextos y su uso.
Nuevos campos del saber.
Alcances de la Alfabetización Digital.

Unidad 3

La alfabetización digital: su accionar sobre la brecha digital y


social.

Objetivos:
 Analizar la relación existente entre la brecha digital y las desigualdades
socio – económicas.
 Reflexionar sobre las expectativas relacionadas al acceso de las Nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación y la brecha digital.
 Conocer y analizar distintas perspectivas de la brecha digital.
 Relacionar el avance de la Sociedad de la Información y el acceso a ella en
relación a la merma de la brecha digital.

Contenidos:
Desigualdad y Brecha.
La Brecha Generacional.
Brecha Social y de Género.
Sociedad de la Información y Brecha digital.

Unidad 4

Sociedad de la información; TIC ante la igualdad de


oportunidades.
Objetivos:

 Reconocer a la Sociedad de la Información como un proceso socio histórico


en tránsito.
 Analizar la relación existente entre la Sociedad del Conocimiento y las
nuevas tecnologías.
 Analizar algunas vertientes sociopolíticas y económicas en relación a las
posibilidades de inserción de los individuos en la Sociedad de la
Información.
 Conocer los componentes básicos de éste proceso social.
 Reflexionar sobre el nuevo paradigma en los procesos de enseñanza –
aprendizaje acaecido por la conformación de la Sociedad del Conocimiento.

Contenidos:
“Revolución Digital” y la Sociedad del Conocimiento.
Acceso a la Sociedad del Conocimiento.
Nuevas Tecnologías y poder: individual y social.
Prioridad social de conocimiento.

Unidad 5
Alfabetización digital crítica.
Objetivos:
 Analizar la influencia de las TIC sobre la sociedad en general y en la
escuela en particular.
 Reconocer los procesos de alfabetización como base primordial en los
intentos de inclusión social y participación ciudadana.
 Reconocer el papel de institución escolar en los procesos de alfabetización
digital.
 Analizar el proceso evolutivo en relación a las nuevas tecnologías y la
sociedad.
 Reconocer diferentes entornos de aprendizaje y sus características.

Contenidos:
Inicio del camino.
Entornos de aprendizaje.
Análisis de un caso.
Llegar a la Alfabetización Digital Crítica.
UNIDAD 1

La alfabetización digital, como una dimensión de la alfabetización


tradicional

Hacia el concepto de alfabetización digital

El mejoramiento de las prácticas de enseñanza y su futura aplicación por


parte de los individuos, en el mundo del trabajo, inmersos en la sociedad de la
comunicación; como así también el compromiso de atender las necesidades
educativas de los grupos más vulnerables lleva a plantearnos cómo se implementa
y aplica la alfabetización que permitirá el desarrollo pleno de los individuos.
Para nuestro país, como ha señalado la Lic. Marta Kisilevsky (2007) Directora
Nacional de la DINIECE: “La nueva Ley de Educación Nacional establece entre
sus objetivos garantizar una educación integral y de calidad, con igualdad de
oportunidades y posibilidades para toda la población. Para alcanzar estas metas
se requiere, entre otros aspectos, de políticas destinadas a mejorar la formación
de los docentes, sus condiciones de trabajo y de ejercicio profesional”.

Es necesario para esta diplomatura, brindar una serie de distinciones


iniciales sobre la evolución del concepto de alfabetización. Podemos considerar
definiciones básicas y primarias como la que nos brinda el Diccionario de la
Lengua Española de la Real Academia: “Alfabetización: acción de alfabetizar.
Alfabetizar: enseñar a leer y a escribir”. (1)

En el Diccionario Salamanca de la Lengua Española accedemos a una


definición similar: “Enseñar a una persona el alfabeto” (2)

1
( ) Diccionario en línea de la Real Academia de la Lengua Española http://www.rae.es/rae.html
2
( ) Diccionario en línea de Salamanca de la Lengua Española http://fenix.cnice.mec.es/diccionario/
Pero estas dos definiciones son un punto de partida extremadamente
simple en relación a la dimensión actual de lo que es alfabetizar, la escritura, la
lectura y el cálculo han pasado a ser destrezas básicas que permiten a los
individuos acceder y profundizar el conocimiento para llegar a conceptos más
profundos y diversificados de lo que es “ser” un individuo alfabetizado. Como nos
indica José L. Rodríguez Illera (2005, p.1): “La primera distinción está referida al
término mismo de "alfabetización". No sería justo tomarlo como algo ya dado,
sobre lo que hay unanimidad. Al contrario, pocos términos hay tan complejos:
frente a la vieja idea de considerarlo sólo como aprender a leer y escribir, la
terminología inglesa de literacy (literacidad) nos muestra matices de sentido muy
importantes”.

El autor así nos destaca la falta de objetividad si tenemos a la alfabetización


como un concepto consabido por todos los individuos, por el contrario nos señala
la complejidad del término, contrastando la idea tradicional de considerarlo como
el solo hecho de aprender a leer y a escribir y lo eleva a un nivel superior. Para él
la alfabetización es entendida como “literacy”, o sea como cultura/prácticas
escritas o letradas.

A partir de esto la alfabetización puede ser pensada como una práctica, es


decir una actividad significativa del sujeto que incluso puede transformar la
realidad, las prácticas alfabetizadas de lectura van más allá de la decodificación
de un documento lingüístico, son un acto precisado culturalmente, debido a que en
el sujeto lector se producen cambios generados por la lectura, a la vez que se
apropia del texto en forma personal. Se enfatiza así el formato propio y
diferenciado de cada práctica ya que no es lo mismo leer un libro, un periódico o
una página Web. Pensar en prácticas alfabetizadas y/o letradas, es destacar las
diferencias individuales y culturales que hay en cada actividad, sin unificarlas bajo
el rótulo de “lectura” o “escritura”

Conceptos históricos de la alfabetización.

Similar complejidad se presenta en relación a la historia de la alfabetización,


distinguiéndose dos grandes momentos:

a) De un concepto psicológico de lectura a una concepción social de la


alfabetización; en este caso José L. Rodríguez Illera (2005, p.2) lo destaca
como, posiblemente, el cambio más significativo de todos (Lankshear y
Knobel, 2003) “Las primeras ideas sobre la alfabetización las pensaban
únicamente como la adquisición de unas capacidades cognitivas, es decir
como la adquisición de un código, en el caso de un código de
correspondencia entre lo escrito y la palabra hablada, la lectura, o entre el
pensamiento y la lengua escrita, la escritura”.

Este cambio, es un recorrido continuo y en el que debemos destacar que a


esta concepción contribuyeron, sin lugar a dudas, las limitaciones sociales,
económicas, políticas y culturales que se dieron durante siglos, restringiendo el
acceso a lo escrito y el papel que jugó la aparición de la escuela pública como
factor liberador, más allá de sus orígenes clasitas y de la concepción puntual del
mundo.

Es en este punto, donde debemos incluir y destacar los aportes del


pedagogo Paulo Freire (1989) y las teorías sociolingüísticas de Basil Bernstein
(1973); que por caminos diferentes llegaron a redimensionar la concepción socio
política de la alfabetización. Es decir, no debemos dejar de lado la influencia de las
políticas educativas, sobre todo su accionar por fuera de la educación formal, con
los individuos adultos no alfabetizados.

En forma paralela, otros autores, entre ellos Halliday (1978), Gee (1996) y
Bourdieu (1977) que provienen de la sociolingüística, en su intento por repensar el
lenguaje llegaron a resultados similares destacando la concepción social del
lenguaje

b) Competencia, proceso, práctica: en esta cuestión, a diferencia del enfoque


social, psicológico y lingüístico anterior, los cambios que se han producido,
están enfocados en la manera de analizar la alfabetización, respondiendo a
dos grandes ejes que se entrecruzan; José L. Rodríguez Illera (2005, p.3)
señala: “Por una parte, la alfabetización es contemplada como una
competencia, es decir como una capacidad cognitiva capaz de generar
numerosas realizaciones concretas”.

Al considerarla una competencia se la toma en oposición a una realización


o perfomance, y destaca el valor de las concepciones educativas sobre la
competencia. Podemos apreciar dicho valor cuando se contraponen al análisis y
evaluación de la realización, o cuando incluyen un componente social y cultural de
la idea de competencia, de esta manera la alfabetización pasa a ser tratada como
una competencia comunicativa o social ya que trasciende lo simplemente
lingüístico o cognitivo y toma en cuenta el contexto cultural comunicacional e
interpersonal en el que ocurre.

Por otra parte, el autor destaca “La alfabetización suele ser vista como un
proceso que tiene un final: el sujeto alfabetizado. Los analfabetos o iletrados, son
los que no han pasado por ese proceso, y dejan de serlo al pasar por él”. En este
caso nos lleva a la reflexión sobre un proceso, que en sí mismo es poco
considerado, debido a que se lo piensa como un trámite educativo con un objetivo
final, que es el estado de alfabetizado por parte del sujeto y al cual se le suma el
uso despectivo y con una connotación negativa de las palabras analfabeto o
iletrado. Este criterio se utiliza incluso en las alfabetizaciones funcionales o en las
digitales.

Pero debemos considerar que no se está contemplando el carácter


procesual de varios contenidos alfabetizados, no se produce un freno o límite de
los mismos, sino que es un proceso de evolución continua, como es el caso de los
contenidos digitales que son altamente cambiantes, paralelo al desarrollo
tecnológico de esta industria. Como así también, debemos contemplar el carácter
gradual de la alfabetización, ya que los individuos tenemos dominio sobre
diferentes áreas del conocimiento, de alguna manera todos podemos ser
considerados analfabetos o no alfabetizados en algunos aspectos del
conocimiento.

En síntesis, ambos cambios conceptuales, tanto los que aluden al carácter


social de las prácticas letradas (Antonio Viñao, 1992), como los que cuestionan el
simple análisis en términos de una competencia alcanzada, nos llevan a pensar la
alfabetización como un problema complejo, con límites imprecisos, en el que se
han incluido actividades que antes no eran consideradas.

Alfabetismo – Analfabetismo ¿dónde están los límites?

En la Encuesta Internacional de Alfabetización y Habilidades de Adultos


(International Adult Literacy and Skills Survey-IALSS, 2002) se destaca el
siguiente concepto: “El alfabetismo es la habilidad para utilizar información
impresa y escrita a fin de funcionar en la sociedad, alcanzar las propias metas, y
desarrollar el conocimiento y potencial de cada persona”.

En esta idea se destaca el aspecto social del alfabetismo y las posibilidades


de acceder a mejoras en la vida de los individuos, pero traspasando los límites
cognitivos personales, colocando el punto de atención en lo colectivo y las
interrelaciones que se plantean en ese conjunto, se destaca la relación entre la
alfabetización como puente para el desarrollo de las capacidades cognitivas y la
inclusión en el medio social. Por otra parte, cabe considerar el prefacio de
Literacy: A UNESCO Perspectiva (Paris, 2003): “La alfabetización es más que
acerca de aprender a leer y escribir; es acerca de cómo nos comunicamos en la
sociedad. Tiene que ver con prácticas y relaciones sociales, con el conocimiento,
la lengua y la cultura. El alfabetismo – el uso de la comunicación escrita –
encuentra lugar en nuestras vidas junto con otras formas de comunicación”.
Destacamos así, las distintas formas que toma el alfabetismo y la estrecha
relación con los enfoques sociales, el mismo se constituye en papel impreso pero
también lo hace desde las pantallas de computadoras y libros digitales, en la
televisión, en carteles, afiches y señales viales, o sea va más allá de la concepción
lingüística tradicional para pasar a ser un amplio canal de comunicación que nos
permite el intercambio con los otros, es un facilitador, un generador de
acercamiento en las relaciones sociales y culturales.

Queremos subrayar el aspecto liberador del alfabetismo, no solo como el


vehículo de comunicación y el posibilitador de expresiones, sino en el sentido más
amplio de la palabra libertad, entendida como el privilegio de los individuos para
obrar, manifestar y defender sus opiniones y creencias. Para los individuos
alfabetizados esta concepción pasa a ser vaga y está implícita, pocas veces se la
plantean, pero esta noción de libertad la aprecian en toda su magnitud aquéllos
que se encuentran marginados, destacamos las palabras de cierre del prefacio:
“Quienes usan la comunicación escrita la asumen como un dado, pero quienes no
pueden usarla están excluidos de muchas formas de comunicación en el mundo
de hoy. En verdad, son los excluidos quienes mejor pueden apreciar la noción de
„alfabetización como libertad‟.

Es en las últimas dos décadas que hemos comenzado a replantear el


concepto de alfabetización; inicialmente se prestó una vaga atención a lo que
significaba leer o escribir y a la forma en que los procesos de educación formal
facilitaban u obstaculizaban el aprendizaje. Las primeras discusiones académicas
sobre la alfabetización y la cultura escrita se vinculaban simplemente con la
escritura alfabética. Recién en 1986, la investigadora inglesa, Margaret Meek
Spencer, destacada en este campo; introdujo la noción de “alfabetizaciones
emergentes”, al analizar el juego de los niños con medios diversos.

En los años subsiguientes, muchos otros investigadores se han focalizado


en las “nuevas” o “múltiples” alfabetizaciones (Buckingham, 1993a) y dando paso
al análisis de la alfabetización visual (Moore y Dwyer, 1994); la alfabetización
televisiva (Buckingham, 1993b); la alfabetización en información (Bruce, 1997) y la
alfabetización cinematográfica (British Film Institute, 2000). Estos ejemplos de los
denominados estudios de las nuevas alfabetizaciones, han dado paso, así a una
nueva noción de “multialfabetizaciones” para expresar tanto la diversidad social
de las formas contemporáneas de alfabetización, como así también el hecho de
que los nuevos medios de comunicación requieren nuevas formas de competencia
cultural y comunicativa (Cope y Kalantzis,2000).

David Buckingham (2007, p.190) incluso considera la siguiente


eventualidad: “Es posible que la proliferación de alfabetizaciones sea el resultado
de una moda, pero en cualquier caso plantea unos interrogantes significativos”. De
esta manera nos señala la posibilidad de usar el término como una metáfora, al
extender su aplicación cuando se hacen referencias populares a cosas como
“alfabetización económica”, “alfabetización emocional” e incluso “alfabetización
espiritual”, a tal punto en que cualquier analogía con su significado original,
relacionado al lenguaje escrito se ha perdido, tomando así a la “alfabetización”
como un sinónimo de “competencia” o “habilidad”.

También destaca el grado de prestigio social que tiene implícito el término


“alfabetización” y al emplearlo con otras formas de estatus inferior las revaloriza,
por ejemplo en medios visuales y audiovisuales, pero este uso corre el riesgo de
producir el efecto inverso si se abusa de él, pierde poder de convicción.

Se plantean así dos corrientes, una donde los investigadores consideran


que la extensión del término “alfabetización” debe seguir limitado a la escritura
(Barton, 1994; Kress, 1997). En cambio otros estiman que los medios
audiovisuales requieren un aprendizaje equivalente al de aprender a leer y escribir
(Messaris, 1994). Estas semejanzas pueden ser válidas en términos generales,
pero no siempre resisten análisis más específicos, de esta manera se abre un
nuevo campo de discusión de los alcances del término.
Tratar, por lo tanto, de señalar una sola y definitiva definición de qué se
entiende por alfabetización es sumamente compleja, como señala Rosa M. Torres
del Castillo (2009, p.20): “El campo de la alfabetización es particularmente
confuso, caracterizado por terminologías y definiciones variadas e incluso ad-hoc,
La falta de consenso internacional sobre el tema, y los continuos cambios en los
términos y nociones”.

Para la autora algunas de las diferencias del término se encuentran


vinculadas a un concepto abarcativo que incluye a individuos de todas las edades,
inmersos, o no, en los sistemas escolares, en oposición a una postura más
tradicional, donde se asocia el término solamente a jóvenes y adultos que han
sido escolarizados. Otro punto relevante es si se incluye o no el cálculo en la
definición del concepto o qué postura temporal se toma: podemos considerarla
como un período o un programa bien definido, o bien entenderla como un proceso
continuo que va más allá del período de escolaridad o de un programa
determinado.

También debemos enfrentar el concepto más usualmente utilizado de


alfabetización básica o inicial, simple y elemental en contraposición a la
alfabetización entendida como la apropiación de la cultura escrita y su uso, a
través de la lecto - escritura, en la vida diaria con diversos fines.

Asimismo debemos especificar, en algunos casos, qué lengua o lenguas se


consideran para dar la definición de una persona alfabetizada, ya que en los
últimos años se ha introducido el término en plural “alfabetizaciones” por parte de
los académicos vinculados a la corriente denominada New Literacy Studies.(3) En
cambio otros académicos, prefieren ampliar el concepto para incluir en éste las
nuevas y cada vez más extensas demandas frente a la lectura, la escritura y la
cultura escrita en general (Torres, 2008b).

(3) Traducción al español: “Nuevos Estudios sobre Alfabetización”.


Queremos destacar que los términos analfabetismo y alfabetización se
utilizan cada vez más, de un modo laxo y generalizado para señalar
“desconocimiento” en oposición a “conocimiento básico” y se los aplica en los
campos más diversos del conocimiento, haciendo evidente el prejuicio subyacente
que vincula analfabetismo con ignorancia y alfabetización con conocimiento,
distinguiendo así por ejemplo: analfabetismo /alfabetización científica,
analfabetismo /alfabetización ambiental, analfabetismo /alfabetización en salud,
analfabetismo /alfabetización digital, etc. En estas consideraciones podemos
apreciar las coincidencias subyacentes con Buckingham (2007) y Rodríguez Illera
(2005) relacionadas al abuso y aplicación generalizada del término alfabetización y
la connotación despectiva que va implícita en su antónimo.

Alfabetización

Alfabetización Alfabetizaciones
Tradicional o Básica
Como competencia Emergentes

Lectura Cálculo Multialfabetizaciones

Escritura Visual

Emocional

Científica

Digital,
Entre otras

Televisiva
Existen muchas variantes del concepto de alfabetización, en todos los
casos se relacionan de alguna manera con la capacidad de los individuos para
comprender textos impresos y poder comunicarse por su intermedio. En la
mayoría de las definiciones actuales, se entiende a la alfabetización en términos
relativos y no absolutos ya que, se supone, no hay un nivel único de
conocimientos que habilitan a los individuos como “personas alfabetizadas”, sino
que se da en multiplicidad de niveles. No sólo debemos considerar la
alfabetización en cálculo y en el uso de las tecnologías, entre otras; si no
considerar el valor social que tiene para los individuos y las comunidades a las
cuales pertenecen, destacando un valor intrínseco y progresivo de las
posibilidades de acceso al conocimiento y al mundo del trabajo de los
mencionados individuos.

Actividades de reflexión y revisión


1- ¿Por qué es importante atender la alfabetización en todas sus
dimensiones en relación a los grupos más vulnerables?

2- Alfabetizar ¿Es enseñar a leer, escribir y cálculo? Sí – No

justifique su respuesta.

3- Según José Luis Rodríguez Illea ¿Por qué es más correcto tomar el
concepto de “literacidad” cuando hablamos de alfabetizar?

4- En relación a la alfabetización, según su criterio, ¿qué puntos en común


comparten el concepto psicológico – social de la lectura y el concepto de
competencia, proceso y práctica?

5- Explique cómo ha cambiado la idea actual sobre el concepto de individuo


analfabeto. ¿Son sinónimos los conceptos de analfabeto e iletrado?
6- Nombre algunos de los soportes, nacidos con el enfoque social, que dan
forma al alfabetismo.

7- Justifique por qué la alfabetización puede ser considerada como un

proceso liberador.

8. Nombre algunas de las formas actuales de alfabetización que trascienden


la idea tradicional de la lecto – escritura.
Unidad 2

Alfabetización informacional y alfabetización digital


(multiplicidad)

Reconceptualización de la alfabetización.

A partir del avance de las nuevas Tecnologías de la Información y la


Comunicación (TIC), este proceso de alfabetización se ha modificado, en las
últimas décadas, los “nuevos estudios sobre alfabetización” (Street y Gee 2003) y
los trabajos sobre literacidad (Cassany, 2006) han generado una serie de
reconceptualizaciones acerca de las formas en que es definido y analizado el
proceso de alfabetización.

Es a partir de estos trabajos que se enfatizan varios puntos, a saber:

- El contexto cultural de apropiación por sobre la adquisición de


habilidades específicas.

- Las nuevas formas de comunicación en las sociedades


mediatizadas.

- La comprensión de los distintos tipos de textos, relacionados a las


prácticas sociales de los individuos.

- La alfabetización, en un sentido amplio, como un proceso dinámico


y continuo.

Es en este amplio marco, en el que debemos considerar a la alfabetización


digital como una arista más del concepto de alfabetización general y, en particular,
en las nuevas alfabetizaciones. En este aspecto Rodríguez Illera (2005, p.5)
destaca: “La consecuencia fundamental es aproximarse de otro modo a las
actividades humanas en las que hay una intermediación de la cultura escrita (esté
en el soporte en el que esté, sea papel o pantalla). Ampliar el concepto de
alfabetización más allá de los aprendizajes de lo sujetos no-alfabetizados (niños o
adultos), y ver prácticas culturales y de apropiación personal siempre que exista
mediación escrita”. Este acercamiento no sólo se da durante el aprendizaje de los
sujetos o cuando los consideramos competentes, sino que debemos considerarlo
en situaciones educativas no formales o en situaciones cotidianas. Parte de estas
ideas están en las bases de las nuevas conceptualizaciones, no solo relacionadas
con los nuevos estudios académicos sobre alfabetización, sino también
vinculadas a la práctica y cómo los nuevos medios las han influenciado en
distintos contextos, que traspasan lo educativo y abarcan el trabajo, el hogar o
grupos de amigos.

Los nuevos estudios amplían el alcance de sus intereses:

a) Enfatizan el carácter plural de las alfabetizaciones


(multialfabetizaciones), no se limitan al lenguaje oral y escrito, teniendo
en cuenta cualquier forma de expresión comunicativa y cultural y
reubican el papel del lenguaje en los distintos sistemas de
comunicación.
b) Elaboran una concepción crítica, donde se ubica la alfabetización como
un conjunto de decisiones políticas y sociales negando el carácter
neutral.
c) Conectan la concepción crítica y el carácter plural con la educación,
tratando de redefinir el rol de los docentes y de los alumnos, poniendo
énfasis en los procesos de producción de ambos.
Partimos del concepto convencional que el docente ha sido alfabetizado en
el sentido tradicional y los alumnos están en el inicio y/o desarrollo del proceso de
alfabetización.

Pero consideramos que debemos replantearnos, si es, que se da esta


relación cuando nos referimos a la alfabetización digital, partiendo de una
condición de asimetría entre el emisor de conocimiento y el receptor del mismo,
que no necesariamente se mantiene.

Ya que ha cambiado la forma de comunicación en las sociedades


mediatizadas, no se reduce a modos orales y escritos del lenguaje, sino, que se
suman una gran variedad de signos, como son los gráficos, sonidos, diagramas,
fotografías, etc. De esta manera, la alfabetización deja de vincularse solo con la
lectura y escritura de textos y se amplía a la posibilidad de lectura y escritura de
los textos verbales, icónicos o audiovisuales y metamediales.

Distinguimos así, la definición de alfabetización mediática adoptada por el


ente británico de regulación de medios de comunicación: “Alfabetización mediática
es la capacidad de obtener acceso a comunicaciones, así como comprenderlas y
crearlas en una variedad de contextos” (Ofcom, 2004). De esta manera se trata de
contextualizar las implicancias que tienen los medios de comunicación en la
producción y consumo de los mismos. Las posibilidades de interactuar en forma
crítica, o sea poder entender y discriminar la información que circula, van más allá
de las habilidades o competencias necesarias para localizar y acceder a los
contenidos mediáticos utilizando la tecnología disponible.

Buckingham (2007, p.192) hace hincapié en diversos aspectos de esta


definición; pero fundamentalmente en el aspecto “acceso”, ya que es el más fácil
de identificar y medir, entendiendo por “acceso” a una forma de alfabetización
funcional; debido a que en esencia, se trata de si los individuos saben lo suficiente
sobre los medios y la tecnología para poder desempeñarse en la sociedad por lo
menos en un nivel básico e incluso a veces rudimentario.

También debemos considerar los aspectos sociológicos y antropológicos de


las investigaciones en este campo (Heath, 1983; Street, 1984). Las mismas
demostraron que no se puede considerar a la alfabetización un mero conjunto de
competencias que reside en la mente de las personas, si no que se realiza en y a
través de las prácticas sociales de distinto tipo. “Al estudiar la alfabetización no es
posible confinar la atención al encuentro aislado del lector y el texto: es necesario
tomar en cuenta el contexto interpersonal en el que tiene lugar el encuentro”
(Buckingham, 2007, p.192). Para el autor es esencial considerar dónde se lee un
texto, los motivos que llevan a su lectura y con quién se realiza esa lectura, sin
dejar de considerar los procesos sociales y económicos que disponen la
producción y circulación de dichos textos. Como consecuencia, la alfabetización
se vincula con la polémica respecto de quién tiene la propiedad y el control de la
información, con qué medios se genera y como se la distribuye. En este aspecto,
Buckingham (2007) estima que por una cuestión de necesidad social y de
relaciones de poder la definición de alfabetización es ideológica, abierta a la
negociación e implica normas particulares.

Es en este terreno, en el que Buckingham (2007) plantea el punto de


tensión entre un modelo social o crítico de la alfabetización mediática y el modelo
basado en competencias. En la alfabetización digital la mayoría de las
concepciones casi no se ocupan de estas cuestiones.

Breves consideraciones sobre la Alfabetización Digital.

El término “alfabetización digital” no es nuevo en realidad, se gestó


paralelamente a otros términos y a la evolución del concepto de alfabetización. Ya
en 1980 el concepto de “alfabetización informática” era utilizado en
argumentaciones a su favor, pero nunca se llegó a delimitarlo y definirlo
claramente, ni en sus metas ni en lo que en realidad implica (Goodson y Mangan,
1996). En muchos casos la alfabetización digital queda reducida a un mero
conjunto de habilidades básicas que les permite a las personas operar de manera
eficiente herramientas de software o de recuperación y manejo de la información,
y contiene en sí misma una definición netamente funcional de la alfabetización.

Con el uso cada vez más generalizado de Internet, se da un giro a la


definición de “alfabetización digital”; el objetivo de la misma deja en parte de lado
la evaluación y producción de la información para enfocarse en localizar o utilizar
la información, sobre todo en la llamada WEB 1.0.
Destacamos las consideraciones de David Buckingham (2007, p.195) en
relación a este concepto: “No obstante, no es útil seguir pensando en términos de
“tecnología de la información”: con la convergencia cada día más marcada de los
medios (impulsada tanto por la tecnología como por la economía), los límites entre
“información” y otros medios son cada vez más difusos”

En este caso destacamos un ligero cambio de énfasis entre lo que se solía


denominar “tecnología de la información” y hoy ha pasado a llamarse “tecnología
de la información y la comunicación” (TIC), este cambio hace referencia a los usos
de la tecnología digital, aunque esta nueva forma de denominarla no ofrece una
idea cabal de cómo se da la confluencia entre las tecnologías de la información
con otras tecnologías de la representación, como son los medios audiovisuales,
televisión y cine, que al ser portadoras de imágenes no solo actúan sobre la
imaginación sino también sobre el intelecto.

Buckingham (2007) señala, que no es correcto diferenciar los medios entre


“nuevos” y “antiguos”, ya que los primeros suelen tomar formas de cultura
preexistentes y no se produce el desplazamiento de ellas, los nuevos medios no
reemplazan necesariamente a los anteriores, sino que se suman a la variedad de
opciones disponibles. En el campo de la cultura y las comunicaciones,
normalmente las tecnologías se complementan entre sí en formas complejas y
muchas veces imprevistas y es probable que ocurra algo similar con las
tecnologías digitales.

De esta manera, básicamente la mayoría de las aproximaciones de la


alfabetización digital se ocupan de impulsar usos más eficaces del medio,
tendiendo a favorecer distintas habilidades como la búsqueda avanzada y
localización de recursos en medio de la proliferación de la Red. Estas habilidades
son, sin lugar a duda, importantes, pero los individuos requieren en relación a los
medios digitales capacidades que van mucho más allá, necesitan estar en
condiciones de evaluar y usar la información en forma crítica para poder
transformarla en conocimiento, al igual que ocurre con la letra impresa.

Hipertextos y su uso.

Con estas consideraciones la definición de “alfabetización digital” va más


allá de un concepto funcional y de acumulo de habilidades, en muchos casos
mecánicas, si no que nos lleva a plantearnos la estrecha relación que existe entre
la alfabetización digital y la formación de lectores críticos e hiperlectores
(Burbules; Callister, 2001), sin dejar de considerar a los navegadores y los
usuarios, debido a que los individuos podemos pasar de una a otra categoría de
acuerdo a nuestras necesidades y grados de utilización.

Burbules y Callister (2001) distinguen enfoques diferentes de la forma de


abordar los sistemas hipertextuales por parte de las personas, en especial
respecto de la necesidad y grado de utilización de los materiales para llevar a
cabo asociaciones específicas entre elementos textuales, como así también de
sus habilidades para identificar y establecer asociaciones durante su propio
proceso activo de lectura.

Los “navegadores” son superficiales y curiosos, no usan guías para buscar


información y lo único que les interesa es “desplazarse” por la Web, es posible que
los individuos incluidos en este grupo vean muchos elementos textuales, pero no
pretenden establecer asociaciones o patrones entre ellos de modo activo, ni
necesitan saber cómo incorporar cambios o agregados a la información hallada.

En cambio, los “usuarios”, tienen ideas bastante claras sobre lo que desean
encontrar, buscan información específica, requieren datos orientadores que
exhiban cierto grado de precisión, buscan signos que indiquen el camino que
quieren recorrer; pero una vez que encuentran lo que desean, su tarea finaliza.

Por último se destacan a los “hiperlectores”, que exigen mucho más de los
hipertextos, ya que no sólo necesitan y usan los recursos y guías para movilizarse
dentro del sistema, sino que además tienden a participar en los medios que les
permitan modificarlos e intervenir activamente, en relación a sus propias lecturas.

En función de su objetivo, los usuarios pueden cambiar estos enfoques en


relación a los materiales con que se encuentran en la Web, pudiendo pasar de uno
a otro enfoque incluso en una misma sesión de navegación.

De esta manera no diferenciamos grupos de personas lectoras, sino que


distinguimos los enfoques en la forma de aproximarnos, el grado de utilización y
las asociaciones que realizamos de la información que está en los hipertextos.
Como señalan Burbules y Callister (2001) en relación a lectura activa de los
hipertextos “Creemos que para ocuparnos de asuntos tales como la organización y
diseño de los hipertextos es necesario establecer diferencias entre las clases de
lectores que estarán en contacto con ellos, ya sea en medios educativos o de otra
naturaleza”.

Existen formas hipertextuales “pasivas” y “activas” (Burbules; Callister,


2001) que deben ser elegidas por los individuos de acuerdo a sus predilecciones
en el aprendizaje. Los autores plantean que los usuarios de la Red deben ser
capaces de leer de modo selectivo, evaluar y cuestionar la información que se
encuentra en la misma, e incluso producir sus propios textos, para, de esta
manera, llegar a ser hiperlectores.

Vinculado a estos conceptos, Buckingham (2007) destaca las


investigaciones de Bettina Fabos (2004) y Ellen Steiner (2005), las cuales van un
paso más allá en relación al uso de los motores de búsqueda y su relación con las
dimensiones comerciales de la información disponible en la Red, como así
también plantean la necesidad de una evaluación más crítica de los mismos en su
uso escolar.

En una línea de pensamiento similar, Laura Gurak (2001) destaca la


“ciberalfabetización” y sostiene que para estar verdaderamente alfabetizados en la
Red, los usuarios deberíamos entender las fuerzas económicas y políticas que
están determinando a las tecnologías de la información. Para ella, la
“alfabetización tecnológica” se limita a que los usuarios sepan usar una
computadora y hacer búsquedas por Internet, distinguiendo así un nuevo
concepto: el de “alfabetización crítica”, la cual supondría la capacidad de
comprender y arribar a los juicios fundados respecto del lugar de la tecnología
dentro de la sociedad y la cultura.

De esta manera la alfabetización pasa a ser considerada como “múltiple”,


ya que se presentan distintos tipos como la inicial, la informacional, la audiovisual,
la digital, la tecnológica, la mediática, entre otras, las mismas presentan varios
puntos de contacto entre sí, como señalan Marina Landau, Juan C. Serra y
Mariano Gruschetsky (2007, p.10) en el documento Acceso universal a la
alfabetización digital. Los mismos autores distinguen que: “a la alfabetización
digital le corresponde el ámbito específico del desarrollo de los saberes
vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación”.

Pero consideran a ésta una definición restringida, que se basa en


destrezas en el uso de herramientas para computadoras y que sólo contempla una
de las dimensiones de la alfabetización digital. Las definiciones que consideran
otras dimensiones, como en el caso de Bawden (2002) incluyen: el conocimiento
que está en la Red, las fuentes, los distintos tipos de información, como se la
elabora, la capacidad de publicar y difundir la información producida, etc. De esta
manera la alfabetización digital puede ser definida como una competencia
compleja de diversas capacidades asociadas al análisis, uso y producción de
herramientas e información en soportes digitales.

Debemos aclarar que así como la lecto – escritura ya no son consideradas


como una simple adquisición de habilidades relacionadas a las destrezas motoras,
a la decodificación o a la trascripción del habla, la alfabetización digital tampoco
es una habilidad que se ejerce sobre una serie de herramientas tecnológicas.

Estos autores incluyen a la alfabetización digital en el ámbito de la


alfabetización general, entendida como “los conocimientos y habilidades para el
desarrollo pleno del individuo en el medio social y laboral en pos de la
consolidación de una sociedad democrática y plural”. Resaltan como los
contenidos de la alfabetización varían históricamente, durante los últimos siglos
estuvieron vinculados al Estado-Nación; pero en la actualidad se le suma el
acceso a una cultura global que trasciende y diluye las fronteras nacionales.

Nuevos campos del saber.

En este marco, el concepto de alfabetización digital hace referencia a los


nuevos campos del saber, relacionado a las transformaciones, habilidades y
destrezas necesarias para el desempeño laboral y social en las sociedades
mediatizadas. Sin embargo, la alfabetización digital se presenta como un espacio
con escasos consensos en torno a los contenidos que este término debe incluir,
debido a que los mismos cambian rápidamente, tanto por las transformaciones de
los entornos tecnológicos, como en los nuevos aportes de los campos de saber
que lo nutren.

Por otro lado, Rafael Casado Ortiz (2006, p.68), en el capítulo


Alfabetización digital ¿qué es y cómo debemos entenderla?, destaca en este
sentido “En el mundo académico existe un antiguo debate sobre qué es y en qué
debe consistir la alfabetización digital. No existe un claro acuerdo sobre cómo
debiéramos llamar al proceso de acercamiento de los ciudadanos a las
tecnologías de la información y el conocimiento”.

Basándonos en una acepción amplia y abarcativa del concepto,


consideramos que es un proceso de adquisición de conocimientos necesarios
para utilizar correctamente las TIC y responder críticamente a los estímulos de los
entornos de la información y la comunicación. Por un lado, el autor, define
“alfabetización” como un proceso continuo que va más allá de la capacidad de
leer, escribir, comprender elementalmente un concepto o manejar un instrumento
en forma básica. Por otro lado, entiende por “digital” a todas las manifestaciones
sociales y culturales que se originan, apoyan o transmiten con los recursos de las
tecnologías de la información y el conocimiento, de tal forma se distingue la
alfabetización instrumental que será la base de la alfabetización “transformadora”.
De esta manera trata de eludir la discusión académica, para él, cada autor incluye
matices propios para diferenciarse de los otros autores y se generan así una
variedad de términos como alfabetización digital, informacional, computacional,
tecnológica, electrónica, etc.

Se señala así la necesidad y la importancia de apropiarnos socialmente de


las TIC porque tienen una potencia transformadora individual y social, en
consecuencia la alfabetización digital, como un proceso continuo, es indispensable
ya que su trasfondo está referido a la información, al conocimiento y la sabiduría y
no debe desligarse de la educación en general y los valores.

Para él, estar alfabetizado digitalmente es poseer la formación


indispensable para sobrevivir en la sociedad de la información y poder actuar
críticamente sobre ella, se trata de entender los fines últimos de la educación
como un instrumento de transformación social. Considera a la alfabetización como
un proceso dinámico, por el cual se llega a la alfabetización digital. Diferencia:
información, conocimiento y sabiduría, como los caminos por los que accedemos a
la apertura de nuevas posibilidades cuando se manejan los medios (como Internet,
telefonía celular) y entendemos sus lenguajes y sintaxis.

El impacto de esta capacitación, acaece en todos los grupos sociales,


especialmente dentro de las sociedades desarrolladas, de tal manera la
alfabetización digital afecta de lleno en todos los ámbitos sociales, en particular en
el del empleo, como así también, las nuevas formas de identidad y de relacionarse
socialmente.
A partir de estas consideraciones, podemos decir que Rafael Casado Ortiz
(2006) apuesta por un modelo de alfabetización digital activo, un proceso dinámico
donde entrecruza varias dimensiones, con una base ética-política que va más allá
de la simple adquisición de destrezas en el campo de la informática, un modelo
que demanda conocimiento, habilidades, toma de conciencia y actitudes críticas.

Alcances de la Alfabetización Digital.

Cecilia Castaño Collado (2006, p.85), en el capítulo “Alfabetización digital:


inclusión y género”, repara en que las tecnologías están produciendo cambios muy
importantes en nuestras vidas y a partir de estos cambios, resalta como una
cuestión clave en estos momentos la alfabetización digital, advirtiendo que
fácilmente se confunde la sociedad de la información con la difusión de las
tecnologías, resalta que: “Saber utilizar las tecnologías de la información nos da
poder como individuos y como colectivos, por eso es tan importante la
alfabetización digital”, ya que para la autora, debemos tener presente que la
sociedad de la información sigue siendo una sociedad formada por personas, no
por las tecnologías y el conocimiento que tenemos sobre esas tecnologías son las
que nos otorgan el poder.

Destaca que en la importancia de la alfabetización digital reside la clave de


inclusión de los individuos, preguntándose tangencialmente cómo se resuelve el
tema de la brecha digital de uso en relación a las desigualdades previamente
existentes en algunos grupos sociales.

Amplía esta definición al indicarnos que implica también adquirir


conocimientos de búsqueda, clasificación, evaluación y presentación de la
información, para ella ningún individuo debería salir del sistema escolar sin
manejar estos cuatro conceptos señalados. De tal manera, la aborda desde varias
perspectivas y considera varios niveles dentro de la alfabetización, como así
también los significados de la misma y su relación con la brecha tecnológica, para
unos; y brecha social, para otros.

Analiza cuatro perspectivas relevantes de la alfabetización digital:


1- Perspectiva Técnica: considerándola predominante y puramente técnica, pasa
a ser una destreza en sí misma, se relaciona directamente con el manejo y
funcionamiento del software y hardware.

2- Perspectiva Aplicada: toma a la alfabetización digital como la posibilidad de


aprender a usar las tecnologías en un contexto social, que nos permitirá la
resolución de problemas y qué mejoras trae en cada aspecto de nuestra vida
laboral, social, etc.

3- Perspectiva Social: en ella, destaca la construcción del capital humano para la


sociedad que le da origen, o sea la sociedad de la información.

4- Perspectiva Ética: la alfabetización digital es tomada desde el punto de vista


del desarrollo individual de las personas, siendo un derecho por cuanto puede
condicionar la participación y la inserción social.

También deberemos destacar el papel que cumplen todos aquellos que


constituyen un modelo de transmisión e imitación para las sociedades, como por
ejemplo los profesores, los maestros, los funcionarios, médicos y todos aquellos
individuos que tengan un rol social relevante, a este grupo la autora los denomina
“usuarios clave”.

En cambio, para D. Buckingham (2003) son cuatro los aspectos


conceptuales que deben considerarse como componentes esenciales de la
alfabetización en medios, si bien los medios digitales plantean continuamente
nuevos interrogantes y requieren nuevos métodos de investigación, éstos cuatro
conceptos del marco conceptual nos permiten elaborar un mapa de los distintos
campos, los mismos se resumen en:

- Representación: al igual que todos los medios, los medios digitales no solo
reflejan el mundo, sino que lo representan, interpretan y recortan la realidad en
forma particular y es inevitable que plasmen valores e ideologías, debemos estar
capacitados para analizar las motivaciones de quienes lo crearon y tener la
posibilidad de comparación con otras fuentes.
- Lenguaje: para el autor una persona verdaderamente alfabetizada no sólo
puede usar la lengua, sino que sabe cómo ésta opera, teniendo una comprensión
de las formas tradicionales y particulares de la comunicación, suponiendo una
conciencia de los códigos más generales de los distintos géneros en particular, es
decir, adquirir habilidades analíticas y un metalenguaje para poder entender y
describir la manera en que funciona el lenguaje. Subrayamos en este ítem los
conceptos de Burbules y Callister (2000) referidos a incluir una conciencia
sistemática de cómo se construyen los medios digitales y la retórica particular en
la comunicación interactiva.

- Producción: la alfabetización también implica comprender quiénes son los


que se comunican y por qué, los usuarios (jóvenes sobre todo) tenemos la
necesidad del deber ser conscientes de la creciente importancia de las influencias
económicas, generalmente invisibles para los mismos, a los que nos vemos
sometidos desde las publicidades subyacentes.

- Público: la alfabetización digital, y más particular en medios, implica


adquirir conciencia al respecto de nuestra posición como miembro de un público,
sea lector o usuario. Debemos llegar a comprender como se dirigen los medios a
los diversos tipos de públicos y qué uso hacen ellos de los medios.

Evidentemente es necesaria una revisión integral de la alfabetización que


integre las nuevas tecnologías al desarrollo curricular y las necesidades de los
individuos, se plantea un nuevo modelo integral de alfabetización. Debemos
distinguir entre la alfabetización instrumental y la verdadera alfabetización
centrada en contenidos crítico-reflexivos: aquella que reflexiona no tanto en cómo
utilizamos la tecnología, sino en cuanto a su importancia en los impactos sociales,
en lo que significa para el control de la información y la relevancia de las nuevas
comunidades virtuales, entre otras.

A partir de estas consideraciones sobre la alfabetización digital y cómo los


individuos accedemos y las utilizamos, llevan en sí mismas el análisis de qué es la
brecha digital.
Creatividad

Entendimiento
Colaboración social y
cultural

Habilidad Para
encontrar Pensamiento
Y Seleccionar Literacidad crítico y
evaluación
La información Digital

Comunicación Seguridad
Efectiva En línea

Habilidades
Funcionales
Actividades de reflexión y revisión
1- ¿Cómo han influenciado las Nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación (Tic) en el proceso de alfabetización? Explique brevemente.

2-¿Por qué debemos considerar a la alfabetización en un sentido amplio?

3- En el contexto educativo ¿en qué lugar ubicaría la alfabetización digital?

4- ¿Por qué se debe enfatizar el carácter plural de las multialfabetizaciones?

5- Analice la siguiente afirmación: “La alfabetización se encuentra sólo


vinculada a la lecto – escritura” ¿Está de acuerdo con esta afirmación? Si –
No. Justifique.

6- ¿Cuándo nació la idea de alfabetización digital?, ¿Cómo evolucionó esta


definición y de acuerdo a qué parámetros?

7- De acuerdo a la clasificación de Burbules y Callister, complete el siguiente


cuadro señalando los tipos de individuos que se distinguen en el uso de
Internet y algunas de sus características:

Tipo de individuos Características


8- Según Rafael Casado Ortiz ¿a qué tipo de alfabetización debe tenderse?,
señale algunas de sus características:

9- Señale los aspectos claves para la alfabetización digital según el criterio


de Cecilia Castaño Collado, compárelos con los planteados por Buckingham.

10- Indique tres características de la literacidad digital que considere


relevantes en sus prácticas áulicas. Justifique su elección:
Unidad 3

La alfabetización digital: su accionar sobre la brecha digital y

social.
Objetivos:

 Analizar la relación existente entre la brecha digital y las desigualdades


socio – económicas.
 Reflexionar sobre las expectativas relacionadas al acceso de las Nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación y la brecha digital.
 Conocer y analizar distintas perspectivas de la brecha digital.
 Relacionar el avance de la Sociedad de la Información y el acceso a ella en
relación a la merma de la brecha digital.

Contenidos:

Desigualdad y Brecha.
La Brecha Generacional.
Brecha Social y de Género.
Sociedad de la Información y Brecha digital.
Desigualdad y Brecha.
Teniendo en cuenta que el concepto de alfabetización digital está incluido
en el ámbito de alfabetización general, entendiéndose por ésta como el conjunto
de conocimientos y habilidades para el desarrollo pleno de los individuos en los
medios: social, de formación y laboral en pos de una sociedad equitativa y plural
en un mundo cada vez más globalizado. Deberemos hacer una breve referencia a
lo que actualmente se denomina Brecha digital (S. Moores, 1996) y la relación
existente entre ésta y el acceso a las nuevas tecnologías.
Frente a un escenario mundial de concentración de la información y
exclusión, es vital el papel que juegan las nuevas tecnologías; y las oportunidades
que ellas generan y así, ser utilizadas para reducir la brecha no sólo entre quienes
tienen acceso y quienes no lo tienen, sino entre aquellos que interactúan con los
medios y los recursos, modificándolos e interviniendo activamente con ellos.
Los avances en las Nuevas Tecnologías son uno de los pilares que
permiten fortalecer el cumplimiento del derecho a la educación, a través de
entornos de aprendizajes formales, no formales e informales, pudiendo ser éstos
sincrónicos o asincrónicos, sostenidos en una estructura de red, como la de
Internet. Debemos destacar que la escuela, que constituye la institución donde los
educandos deben estar, no sólo para acceder a información y conocimientos sino
para garantizar los procesos de socialización, inclusión y formación de ciudadanía,
es el espacio ideal para comenzar los procesos de alfabetización en todas sus
dimensiones y en la actualidad la alfabetización digital, permitiendo así generar
una disminución de la brecha digital evidente y casi tangible.
Organismos como el Instituto Internacional de Planeamiento de la
Educación (4) en muchos de sus trabajos señalan, que la mayoría de los estudios
orientados a esclarecer la relación entre educación y equidad social coinciden en
centrar la atención en la educación como una condición indispensable para el
logro de una sociedad más equitativa.

4
( ) IIPE- UNESCO, Sede Regional Buenos Aires. http://www.iipe-buenosaires.org.ar/
Los argumentos que permiten pensar a la educación como una instancia
previa a la equidad, como su condición de posibilidad, son muy diversos, pero
podemos mencionar dos de los más decisivos. Por un lado se sabe que quienes
no tienen acceso a la educación carecen de las competencias necesarias que los
habilitan para una inserción laboral exitosa; y como consecuencia de ello, estos
sujetos excluidos del sistema educativo son además marginados respecto del
principal mecanismo social de distribución de la riqueza, el mercado de trabajo,
consolidando así uno de los modos de reproducción de las desigualdades en
nuestras sociedades. A esta situación se suma aquella que sostiene que quienes
no acceden a una educación de calidad tienen limitadas las posibilidades de un
pleno ejercicio de sus derechos y de participación en la sociedad, lo cual se
traduce en un debilitamiento de su condición de ciudadanos.
Ambas perspectivas coinciden en que no es posible promover estrategias
de desarrollo e integración social fundadas sobre una distribución inequitativa del
conocimiento.
La integración de las Nuevas tecnologías en el sistema educativo forma
parte de las agendas de política educativa de la mayoría de los países del mundo.
En todos los casos se reconoce la necesidad de mejorar la calidad educativa
adaptándola a las necesidades de la Sociedad de la Información, las nuevas
demandas de la economía global y los nuevos requerimientos del mercado laboral.
Se establece así una estrecha relación discursiva entre la integración de las TIC y
la calidad de la enseñanza, relacionada directamente con la alfabetización
informática por un lado y en un sentido más amplio, el de la alfabetización digital,
como competencia, por el otro.
Burbules y Callister (1997), describen el “sueño tecnocrático”, una crítica a
las expectativas de muchos humanos sobre la tecnología, describiendo tres
representaciones diferentes, a saber:
1- La tecnología como panacea: donde se asigna a la tecnología la posibilidad
de solucionar los inconvenientes y problemas educativos, se le atribuye a la
tecnología el poder por si misma de mejorar la calidad de varios aspectos
del sistema educativo, pero sin reflexionar realmente que alcances tiene la
misma sobre esos procesos, esta perspectiva está habitualmente asociada
a los discursos políticos que ubican a las tecnologías como “sujetos” del
cambio social pero sin tener en cuenta los actores y procesos sociales
reales, ocultando en parte lo que verdaderamente ocurre, por ejemplo la
simple digitalización enunciada como Sociedad de la Información o el
Conocimiento.

2- La Computadora como herramienta: en este caso toda la responsabilidad


de la utilización tecnológica recae sobre el tipo de uso que se realice por
parte de los actores sociales, señalan que las computadoras no son ni
buenas ni malas, sino que depende de las acciones realizadas por los
usuarios. Podemos observar que en el primer caso toda la responsabilidad
recae sobre la tecnología, en este caso recae sobre las personas.

3- Enfoque Post-tecnocrático: aquí se argumenta la necesidad de salir de las


dicotomías entre “bueno” y “malo”, “beneficios” y “perjuicios”. “tecnofóbicos”
y “tecnofílicos”, etc. Las dicotomías se plantean porque las tecnologías
acarrean tendencias acerca de sus posibilidades de uso y propósitos a los
cuales sirven. Como propuesta este enfoque plantea que los usuarios
debemos ser reflexivos y críticos frente a las consecuencias inesperadas
del uso de dichas tecnologías; ya que el impacto de las mismas es
impredecible y conllevan tanto aspectos positivos como negativos.

La realidad, es que se deben generar y evaluar nuevos entornos de


enseñanza y aprendizaje que permitan aprovechar las posibilidades que brindan
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para adquirir nuevas
competencias, que no son exclusivas de los ámbitos escolares formales, sino que
atraviesan a la sociedad en su conjunto.
La Brecha Generacional.

Las desigualdades de diverso tipo, como lo son las desigualdades sociales,


económicas, culturales de los individuos son consideradas “brechas”, a modo de
quiebres o fisuras entre dos aspectos. Es en este contexto que se suma una
nueva brecha en la actualidad entre diferentes tipos de actores: la “brecha digital”.
Según la Asociación Latinoamericana de Integración (5) la brecha digital
hace referencia a la línea que divide al grupo de población que puede acceder a
los beneficios de las TIC y al grupo que no tiene posibilidad de hacerlo.
Esta desigualdad es analizada desde distintas ópticas, multidimensiones,
pudiendo considerar la brecha digital generacional, en la cual se analizan las
diferencias de acceso y alfabetización digital entre los individuos adultos y los más
jóvenes y niños.

Bajo el supuesto de que todos los individuos tienen las mismas


posibilidades de acceso a las nuevas tecnologías, acá reconoceremos las
diferencias conceptuales entre los individuos que han nacido paralelamente y se
han desarrollado en la era de las nuevas tecnologías, a los cuales denominados
“nativos digitales” (M. Prensky, 2001). En cambio, a todos los individuos adultos
que nacieron antes que estas tecnologías, que en muchos casos sólo han recibido
la alfabetización básica y tradicional, han debido ser, por distintos motivos,
“realfabetizados” es decir han tenido que pasar por la alfabetización digital para
poder incluirse en un nuevo mundo del trabajo y de relaciones sociales y de
comunicación; a este grupo de individuos los denominaremos “inmigrantes
digitales”.
Cabe destacar los conceptos vertidos por Darío Villanueva (2010) en
relación a la preocupación que le genera la brecha generacional, haciendo
hincapié en la importancia de las personas y el futuro, llevándolo a un plano más
humano que tecnológico. Para el autor, cuando se habla de la “digital divide”, del

5
( ) ALADI: Asociación Latinoamericana de Integración - http://www.aladi.org/
quiebre o división digital, se hace alusión a la diferencia discriminativa e
insalvable que se puede plantear en cuanto al uso y disfrute de las nuevas
tecnologías por parte de los distintos países, sociedades o grupo sociales.

En este caso, se reconoce como un emigrado digital que no renuncia a vivir


en el nuevo contexto, resalta la capacidad de adaptación propia y de muchos
individuos, pero nos señala su interés y preocupación ante la posible quiebra
digital entre generaciones, entendiéndola como la imposibilidad de hablar un
mismo lenguaje, o de compartir códigos comunes para el desarrollo del
pensamiento, o sea teme la pérdida de una lógica común, esencial para que se
den los procesos cognitivos entre las generaciones de individuos.
Desde los inicios de la llamada era digital, Nicolás Negroponte (6) afirmó en
"El Ser Digital" que la edad era un factor determinante para el aprendizaje y la
incorporación de las nuevas tecnologías en todas las esferas del quehacer
humano.
Según Negroponte lo único que importaba para que una persona
aprendiera a manejar un computador, era que fuera niño. No importaba que nunca
hubiera jugado en un computador o que incluso tuviera energía eléctrica en su
hogar.
Cómo entender esta afirmación, ¿qué diferencia existe entre un adulto y un
niño que permite un mejor aprendizaje de las nuevas tecnologías? En realidad, los
adultos tienen un bagaje mucho mayor de información pero, la diferencia estriba
en el nivel de las motivaciones y en una característica propia de los niños: la
curiosidad, Cuando los niños preguntan ¿por qué? ante cualquier cosa, responde
casi a la misma lógica que tiene el hipertexto. La mecánica de navegación a través
de un documento hipertextual al ir pasando por los distintos nodos con solo pulsar
sobre palabras destacadas o iconos, es más que nada un ejercicio de curiosidad,
de ensayo y error, de ver qué sucede cuando se pulsa algo.

6
( ) N. Negroponte, Fundador y Director del MIT Media Lab.
La hipertextualidad, tal como lo plantea José Luis Orihuela es ir recorriendo
caminos para ir investigando un tema en "un sistema de ideas interconectadas" a
través de asociaciones temáticas, cuestión en la cual la motivación y la curiosidad
cumplen un rol fundamental. Es por eso que pesa tanto la brecha generacional.
En muchos adultos las nuevas tecnologías generan temor o están carentes
de motivación y curiosidad, otro factor que influye es la falta de familiaridad con el
uso de las computadoras por ausencia o escasa alfabetización digital.
En realidad, la primera brecha que debemos plantear, asociada a la brecha
digital generacional, es la brecha de acceso a las nuevas tecnologías, una vez
superada ésta, se plantea la brecha generacional, que en algunos grupos
poblacionales es relativa ya que muchos adultos se capacitan en el uso de las
nuevas tecnologías.
Existe una tendencia a que más adultos con niveles básicos de escolaridad
se incorporen a la sociedad de la información, dado que los porcentajes son
crecientes, aunque también es probable que sean necesarios diversos estímulos a
medida que se produzca la alfabetización digital en los distintos grupos. Se calcula
que son necesarios casi tres años para lograr que una persona se acostumbre y
se apropie de las nuevas tecnologías, se deben pensar múltiples variables pero,
fundamentalmente, se necesita entender una necesidad, decisión y voluntad de
cambio.
La brecha generacional es un elemento primordial que debe ser
considerado a la hora de implementar cualquier iniciativa que pretenda atacar o
solucionar la brecha digital, tanto a nivel escolar como en la sociedad en su
conjunto.

Brecha Social y de Género.

Pero la brecha digital también se encuentra vinculada a las desigualdades


en los niveles sociales y de género. Buckingham (2007) en este sentido nos
señala la existencia de un riesgo manifiesto de que el uso de tecnología en las
escuelas profundice las desigualdades actuales, refiriéndose a las relacionadas a
la clase social o al género. En forma reiterada, las investigaciones revelaron que
los niños de familias de clase trabajadora tienen menos probabilidades de tener
una computadora hogareña o que accedan a esta clase de “capital cultural”
(Levingstone y Bober, 2004; Roberts, 2003).
No debemos dejar de considerar, que estas desigualdades se vean
acentuadas por la desigual asignación de fondos a los distintos establecimientos
escolares y las zonas o regiones donde ellos se encuentran establecidos.
En relación a la brecha digital y género Cecilia Castaño Collado (2006) nos
señala que la alfabetización es la clave de la inclusión digital y de la sociedad de la
información para todos, ya que se está observando que en los países
desarrollados la brecha digital se reduce desde el punto de vista del acceso a las
tecnologías pero no ocurre así desde el punto de vista del uso.
Considera a la inclusión como el interés o habilidad por las tecnologías y
destaca que ocurre a partir de procesos de aprendizaje social, que se dan por una
compleja interacción entre la educación, trabajo, diversión, consumo y ocio. No
surge de manera natural o por la simple difusión de las tecnologías.
Castaño Collado (2006, p.88) hace hincapié en el informe Sigris (2004)
referido a las estrategias de inclusión de género en la sociedad de la información,
nos llama la atención sobre algo fundamental: “No hay que confundir la inclusión
con la difusión. O lo que es lo mismo: para desarrollar la sociedad de la
información no basta con poner ordenadores”, concepto que comparte con
Buckingham (2007). Creemos que es conveniente resaltar que estas
consideraciones sobre inclusión y difusión trascienden al género, pueden
realizarse reflexiones similares y extrapolarse a otros intentos de inclusión, como
lo son la social, la regional y la económica.
La autora destaca, a partir de sus investigaciones, que la brecha digital de
género se plasma principalmente por dos tipos de problemas, las condiciones
laborales femeninas, por un lado, y determinados problemas institucionales y
culturales, por otro. Las mujeres realizan sus actividades laborales en ámbitos
menos informatizados, como la educación, la salud, los servicios sociales; se
suma que los ingresos de las mujeres en general, son más bajos que los de los
hombres, y tienen menos tiempo, todo esto incide directamente sobre el acceso y
sobre el uso.
La brecha digital por género, es significativamente distinta en sociedades en
las que las leyes y los programas de los estados promueven que las mujeres
accedan a una amplia gama de oportunidades, mientras que en países menos
desarrollados, que las mujeres no tengan oportunidades de acceso y educación en
las nuevas tecnologías, es un reflejo de las carencias estructurales que colocan a
un porcentaje de la población en situación de pobreza, en muchos casos
endémica.
Para Buckingham (2007), que reconoce que los medios digitales han venido
a ocupar un sitio central en la vida extraescolar de los jóvenes, ya que ellos no se
encuentran con la tecnología por primera vez en la escuela, como ocurría hacia
fines de 1980, nos señala que los jóvenes interactúan de una manera diferente
que la de los adultos en relación a estos medios, desarrollando nuevas habilidades
y competencias.
Pero a pesar de ello no podemos caer en una postura ingenua en relación
al tema de la brecha digital, para el autor la “vieja” brecha digital sigue siendo un
factor de peso, las desigualdades permanecen en el tiempo no solo referidas a las
posibilidades de acceso a la tecnología por parte de los jóvenes, también
debemos considerar el bagaje cultural que es necesario para su utilización.
De tal manera nos indica que existe cierta fantasía contemporánea, un
estereotipo denominado “generación digital” detrás del cual se ocultan las
dificultades y frustraciones en relación a este tema tanto en jóvenes como en
adultos, para él la brecha digital se está dando cada vez más amplia entre la
cultura de la escuela y la cultura extraescolar, temiendo que la escuela se aleje
cada vez más de los intereses de los estudiantes, se encontraría en una propuesta
lúdica del aprendizaje una de las bases para solucionar esta brecha. Desde ya
debemos considerar que la alfabetización informacional y digital sería otro de los
soportes en relación a tratar de disminuir estás desigualdades.
Estas dos bases mencionadas, son solo una parte del conflicto en la brecha
digital, no debemos olvidar la necesidad de que los Estados piensen y lleven a
cabo políticas sociales y económicas para bregar en pos de una disminución de la
misma.
En el caso de nuestro país, Inés Dussel (2005) en el texto “Desigualdades
sociales y desigualdades escolares en la Argentina de hoy” analiza como el
contexto político histórico y las sucesivas crisis económicas en nuestro país han
llevado a una amplia franja de la población a tener un sentimiento de igualdad “en
la desgracia” con un amplio sentido fatalista y determinista.
Partiendo de esta “estructura de sentimientos” sostiene que pensar en las
desigualdades en el sistema educativo nos pone frente a dos dimensiones: la
afirmación de igualdad en nuestra sociedad y qué se hace con la acción individual
y colectiva. Estas dos dimensiones deben pensarse simultáneamente para lograr
los cambios necesarios y duraderos sobre las dinámicas y comportamientos
institucionales y de los individuos.
La alfabetización digital se basa en dos líneas de acción, una individual que
depende expresamente de la necesidad de superación de los individuos y el tener
conciencia de esa necesidad. La otra línea de acción tiene que ver con la
conformación de la Sociedad de la Información y las necesidades de las
instituciones para la inserción de cada nación en el mundo actual.

Sociedad de la Información y Brecha digital.

La Sociedad de la Información ofrece tal abundancia y posibilidades de


contenidos, basándose en el intercambio de los mismos entre los individuos en
todo el mundo; y casi siempre es vista como el remedio a las muchas carencias
que padece la humanidad. Numerosos autores, especialmente los más conocidos
promotores de la Internet, suelen tener visiones optimistas acerca de las
capacidades igualitarias y liberadoras de la red, como es el caso de Gates (1999)
y Negroponte, (1995).

Sin embargo, las nuevas tecnologías y en particular Internet, igual que


cualquier otro instrumento para la propagación y el intercambio de la información,
no resuelve por sí sola los problemas del mundo. De hecho, ha sido casi inevitable
que reproduzca algunas de las desigualdades más notables que existen. Mientras
las naciones más industrializadas extienden el acceso a la red y las TIC entre
porcentajes cada vez más altos de sus ciudadanos, Internet sigue siendo ajena a
casi la totalidad de las personas en los países más pobres o incluso en zonas y/o
segmentos de la población marginada, aún en los países más desarrollados.

En el mundo digital se difuminan las fronteras convencionales, una


característica de la WEB es que no hay un centro y por lo tanto, tampoco una
periferia. Todos podemos ser el centro, aunque jamás sepamos qué tan lejos se
ubica la periferia. Las fronteras no se encuentran en el mundo virtual, sino en el
mundo real. La más importante de estas fronteras, es la ya señalada desigualdad
en el acceso a los recursos informáticos, que no es sino la expresión de las
dificultades para extender la cultura y los medios para aprehenderla entre las
grandes mayorías en los países de menor desarrollo.

Los nuevos recursos tecnológicos constituyen una oportunidad enorme para


afianzar la presencia global de las naciones, al mismo tiempo que se acrecientan
la cultura y la creación universales; pero para que esto realmente ocurra y se
manifieste, son necesarias políticas intencionales de largo alcance para permitir la
conexión a las redes informáticas, su utilización y tránsito por los canales de
información. Mientras tanto, nos encontramos ante dos conjuntos de personas. El
primer conjunto formado por aquellos que tienen los medios necesarios para
acceder a los nuevos recursos tecnológicos; el segundo, mayoritario, formado por
aquellos individuos que por una u otra razón no tienen acceso a los mismos
recursos, la diferencia entre estos dos grupos de personas, es lo que
denominamos Brecha Digital.

Estar en el lado mayoritario, menos afortunado de la brecha, significa que


hay menos oportunidades para tomar parte en la nueva economía, sustentada en
la información, ya que muchos más empleos se encuentran relacionados directa o
indirectamente con estas tecnologías. También significa que hay menos
oportunidades para participar de la educación, la capacitación, las compras, el
entretenimiento y las oportunidades de comunicación que están disponibles en
línea. En general, aquéllos que son pobres y viven en áreas rurales están cerca de
20 veces más en riesgo de quedar rezagados que los más prósperos residentes
de las áreas urbanas (7)

Así, la brecha digital aparece como una de las cuestiones más críticas para el

desarrollo de la Sociedad de la información . Se la propone como una carencia

crítica ante las necesidades de desarrollo económico, social y cultural.

En la Declaración de principios de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la


Información, se señala con énfasis:” Somos plenamente conscientes de que las
ventajas de la revolución de la tecnología de la información están en la actualidad
desigualmente distribuidas entre los países desarrollados y en desarrollo, así
como dentro de las sociedades. Estamos plenamente comprometidos a convertir
la brecha digital en una oportunidad digital para todos, especialmente aquellos que
corren peligro de quedar rezagados y aún más marginados” (WSIS, 2004).

El Plan de Acción de la Cumbre destaca la necesidad de establecer


indicadores y puntos de referencia más precisos, como así también, el
reconocimiento de que cualquier cambio significativo en el equilibro entre usuarios

7
( ) World Resources Institute, 2000 - (Instituto de Recursos Mundiales).
y no usuarios se manifestará en crecimiento económico, esto implica que la
brecha tiene su raíz en cuestiones más profundas y estructurales.

Norris (2001) intenta conceptualizar la brecha digital en términos más


analíticos, se basa en la importancia que las TIC e Internet tienen para las
naciones en desarrollo, gracias a la promesa de mayor productividad y su
potencial participativo. Dividiendo así la cuestión en tres niveles, para él existe una
brecha entre naciones, a la que denomina brecha global; a los individuos los
separa en info-ricos e info-pobres, para indicar la brecha social; y por último,
diferencia a quienes utilizan el potencial de Internet para aumentar su participación
en el proceso político y aquellos que no, denominando a ésta última brecha
democrática. De tal manera Norris trata de definir la brecha digital como un
conjunto de deficiencias de acceso que afectan el desarrollo potencial que podría
surgir del uso de tecnología. La brecha debe atacarse para emparejar las
diferencias, permitiéndoles a todos los posibles usuarios aprovechar el potencial
de la tecnología y de los recursos disponibles a través de ella.

Existen otros modelos más sofisticados (8) para explicar y plantear la


brecha digital en la sociedad de la información, como es el caso propuesto por
Chen y Wellman (2003) en el que entrecruzan las distintas brechas ubicándolas en
cuatro perspectivas:

Acceso a la tecnología.
Alfabetización tecnológica.
Acceso social.
Uso social.

Se basan principalmente en considerar el uso que realmente hacen las


personas de las TIC y de Internet, en este caso, la brecha se entiende como una

8
( ) Di Maggio y Eszter (2001) – Gandy (2002) – Tanner (2003)
serie de deficiencias existentes previamente. Salvar la brecha para este modelo,
no solo es una ruta para acceder a la abundancia de información, sino también,
como un camino posible para ayudar a corregir o hacer desaparecer varias de las
brechas preexistentes en una sociedad dada, resultando así una solución
estructural a muchos de los problemas del mundo en desarrollo, pero no se deben
tomar en forma aislada a modo de respuesta mágica a los problemas existentes.

La aproximación directa a la realidad del uso de las nuevas tecnologías


puede servir para realizar un análisis más adecuado y preciso, pudiendo hacer
posible una comprensión más adecuada del conjunto de carencias que estaría
detrás de la idea de una brecha digital.
SOCIEDAD DE LA

INFORMACIÓN

Interacción con los Medios

Desigualdades

Uso de NTIC

BRECHA DIGITAL

Multidimensiones

Desigualdades
Hombres Mujeres
Socio - Económicas

Nativos digitales Inmigrantes digitales

BRECHA de
BRECHA DIGITAL
ACCESO BRECHA DIGITAL
de GÉNERO
GENERACIONAL

Disminuyen con Alfabetización Informacional y alfabetización digital


Actividades de reflexión y revisión
1- ¿Qué relación existe entre la Brecha digital y la concentración de la
información?
2- ¿Qué entornos de aprendizaje se plantean para los entornos virtuales?
3- Acorde a lo leído ¿Por qué y para qué la alfabetización digital debe
incluirse en el proceso de alfabetización general y en las escuelas?
4- ¿Por qué es necesario generar nuevos entornos de enseñanza y
aprendizaje? A su criterio ¿sólo se accede a ellos con la alfabetización
digital?
5- Indique las diferentes brechas digitales de acuerdo a las perspectivas
analizadas. Destaque tres características distintivas en cada una de ellas.
6- Acorde a su criterio ¿Cómo define el término “brecha digital”? Destaque
algunas de las particularidades negativas implícitas en este concepto.

7- ¿Cuál es la primera brecha a salvar dentro de las variantes de la brecha


digital? Considere que es un punto coincidente en todos los autores
mencionados.

8- ¿Qué consideraciones se deben tener al diferenciar la inclusión y la


difusión? ¿Cree que la difusión aumenta la inclusión en la sociedad de la
Información?

9- La brecha digital de género sigue siendo muy amplia en el mundo,

muchas naciones realizan grandes esfuerzos para reducirla, pero no siempre

los logros son los esperados. ¿Evidencia usted en su lugar de trabajo,

comunidad o ciudad la existencia y/o persistencia de la brecha digital

relacionada al género? Si la respuesta es afirmativa ¿A qué motivos cree que

se debe?
10- Explique la relación existente entre la Sociedad de la Información, la
brecha digital y el acceso a las NTIC.

11- Escriba epígrafes explicativos para las siguientes imágenes. Relacione

con la temática de la brecha digital y su remediación.


Unidad 4

Sociedad de la información; TIC ante la igualdad de


oportunidades

Objetivos:
 Reconocer a la Sociedad de la Información como un proceso socio histórico
en tránsito.
 Analizar la relación existente entre la Sociedad del Conocimiento y las
nuevas tecnologías.
 Analizar algunas vertientes sociopolíticas y económicas en relación a las
posibilidades de inserción de los individuos en la Sociedad de la
Información.
 Conocer los componentes básicos de éste proceso social.
 Reflexionar sobre el nuevo paradigma en los procesos de enseñanza y de
aprendizaje acaecido por la conformación de la Sociedad del Conocimiento.

Contenidos:

“Revolución Digital” y la Sociedad del Conocimiento.


Acceso a la Sociedad del Conocimiento.
Nuevas Tecnologías y poder: individual y social.
Prioridad social de conocimiento.
“Revolución Digital” y la Sociedad del Conocimiento.

Para Manuel Castells (1998), la Sociedad de la Información es una fase del


desarrollo social, que se caracteriza por la capacidad de quienes la componen de
obtener y compartir información en cualquier momento y lugar, casi en forma
instantánea. De esta manera, la Sociedad de la información va apareada
indefectiblemente a la tecnología en general y a las Nuevas Tecnologías de la
Información (TIC). La comunicación, la productibilidad, la competitividad y el poder
son particularidades de esta sociedad y dependen sustancialmente de la
capacidad de generar conocimiento y de procesar la información, esta capacidad
se amplía por el poder de las tecnologías de comunicación interactiva sobre todo
con Internet y la telefonía celular.

Es así como la geografía se desdibuja, se presenta un nuevo mapa


mundial, no delimitado por fronteras sino por Redes de información, que incluyen o
excluyen a personas físicas, empresas, regiones e incluso ciudades, según el
valor que tengan en la economía en general y del conocimiento en particular.

La expresión “Sociedad de la Información”, también denominada en algunos


casos, como “Sociedad del Conocimiento”, se ha popularizado a partir de su uso,
cada vez más constante, en diversas iniciativas públicas; pero en realidad, se
gesta en los años sesenta, cuando comenzó a percibirse que la Sociedad
Industrial estaba evolucionando hacia una nueva sociedad en la cual se destaca el
procesamiento y manejo de la información, designando una nueva forma de
organización de la economía y la sociedad.

La diferencia que se introduce en este aspecto es que cada persona u


organización no sólo dispone de su propio almacenamiento de conocimiento, sino
que puede tener un acceso ilimitado a la información generada por los demás,
como así también el potencial para que cada individuo pueda convertirse en un
generador de información para los otros. Justamente, la importancia de esta
nueva Sociedad se encuentra centrada en la capacidad de acceso a la
información, constituyendo así un factor desencadenante de una serie de
transformaciones sociales.

La disponibilidad de los nuevos medios tecnológicos generan una apertura


a un nuevo mundo de posibilidades, se modifican las formas de actuar, se
transforman valores y actitudes tanto en lo individual como en lo grupal,
provocando cambios en la cultura y la sociedad.

En los últimos doscientos años la sociedad, a partir de la Revolución


Industrial, ha pasado por tres momentos de conformación: la Sociedad Industrial,
la Sociedad Postindustrial y la Sociedad de la Información, ésta última de la mano
de la “revolución digital”, la Sociedad de la Información está conformada por cuatro
elementos básicos que la componen:

- Los Usuarios que representan los individuos u organizaciones que


acceden a los contenidos.

- Las Infraestructuras que son todos los medios técnicos que permiten el
acceso remoto a los contenidos.

- Los Contenidos representados por la información, productos o servicios a


los que se puede acceder sin necesidad de movilización por parte del
usuario.

- El Entorno, que son los factores del tipo social y/o económico que influyen
en cualquier fenómeno que tenga lugar en la sociedad y que, por lo tanto,
hacen que la propia Sociedad de la Información se vea afectada.

Los cambios a través de la historia de la humanidad se han dado de


manera progresiva, no en forma abrupta, se gestan en situaciones sociales
anteriores, que en todos los casos es necesario, el paso del tiempo para poder
analizarlos en toda su dimensión. En el caso puntual de esta nueva sociedad y la
aparición en escena de las TIC ocurre algo similar, analizamos cómo se han
originado, cómo nos influyen, nos encontramos dando definiciones de los nuevos
conceptos, por ejemplo el de “alfabetización digital”, pero aún nos falta un largo
camino para lograr dimensionar que nos está ocurriendo como sociedad y las
consecuencias que ellos traerán aparejados.

Acceso a la Sociedad del Conocimiento.

Los cambios sabemos que son inevitables, las nuevas posibilidades se


brindan como amplias; pero ¿realmente se logrará que todos los individuos tengan
a su alcance las posibilidades de acceder y desarrollarse en la Sociedad de la
información?
En este sentido, Karsten Krüger (2006) nos señala que en la “Sociedad del
Conocimiento” se llama la atención sobre el hecho de que los procesos socio –
económicos cobran una nueva calidad debido a que el conocimiento se convierte
en el factor de producción más importante, destacándose así un nuevo modo de
producción, diferenciando dos visiones, por un lado la económica y por otro la
visión política, para ella los riesgos de exclusión social en la sociedad del
conocimiento están relacionados con el acceso a la información y al conocimiento,
y con los efectos de la globalización socio-económica.

K. Krüger (2006) diferencia la noción de “Sociedad de la Información” como


la que se refiere a los aspectos tecnológicos y sus efectos sobre el crecimiento
económico y el empleo. Pero las discusiones sobre esta noción han llevado a un
nuevo concepto que es “Sociedad del Conocimiento”, lo que implica un cambio
conceptual y se considera al conocimiento como el principio estructurador de la
nueva sociedad y los cambios económicos, sociales, políticos y culturales que en
ella se deben dar.

La autora señala que, en el mundo se está hablando de una nueva


modalidad de producción, en el actual sistema económico predomina el
capitalismo y existe el riesgo de que aparezcan nuevas formas de exclusión social
relacionadas con el conocimiento. Destaca, como el uso del término “sociedad del
conocimiento” puede presentar otras lecturas según cómo lo utilicemos: desde una
postura política parece prometer una sociedad más equilibrada y más justa,
donde cada uno de los individuos puede esperar mayores retribuciones futuras,
siempre y cuando se realicen los esfuerzos necesarios. Por otro lado, al enmarcar
utópicamente al futuro en cierta certidumbre, se proyecta un objetivo de esta
sociedad, que plantea reducir las injusticias y desigualdades sociales.

La Información y la comunicación han pasado a ser el centro del mundo


globalizado y los individuos giramos alrededor de ellas, para Castells (1999) el
mundo está habitado por tres clases de seres: los desinformados, que sólo tienen
imágenes; los sobreinformados, que viven en un torbellino y los informados, que
seleccionan, ordenan y pueden pagar por la información.

Este nuevo panorama social conduce, según Castells (1999) “a reinventar


la democracia”, para él entre lo que la gente vota y lo que ocurre en la realidad hay
poca relación. Reflexiona que si bien millones de personas viven mejor que antes,
otro tanto en la última década deben vivir con menos de un dólar diario. Repara,
en que la gravedad de este hecho se encuentra en la irrelevancia de esas
personas para la sociedad, ya que como población excluida de la red se considera
que no sirve para nada.

Estos conceptos vertidos por Castells y publicados en diversos medios, son


los que nos hacen pensar sobre la dimensión y la importancia que se plantea en la
relación existente entre el acceso a la información y la alfabetización digital, de
esta manera la alfabetización ya no solo es una opción de elección por parte de
los individuos y las naciones a las que pertenecen, sino una necesidad imperiosa
para la inserción en el mundo que cada día genera más información, la transmite
para comunicarnos y permite acumular conocimiento para su posterior utilización.

Se abren así las puertas de un nuevo camino evolutivo tanto en los


aspectos sociales, económicos y culturales, el efecto social de las nuevas
tecnologías es contundente, hace mejor lo que antes se realizaba y crea nuevas
formas de trabajo, han desaparecido o están en vías de extinción viejas formas
laborales, desplazando así a los individuos a nuevas formas de ejercicio laboral,
tomando en consideración este motivo aparece nuevamente la alfabetización
digital como uno de los pilares para la obtención y desempeño del trabajo.

Cabe acá destacar, la función de las escuelas y ambientes académicos,


como los ámbitos donde se debería llevar en gran parte la alfabetización digital,
considerando como tal, no la formación de simples usuarios, sino la formación de
individuos informados y capaces de realizar lecturas críticas, que seleccionen la
información y con las posibilidades de utilización real de dicha información.

En este aspecto David Buckingham (2007) destaca los acuerdos “hogar


escuela” implementados por el gobiernos inglés, donde se compromete no solo a
la escuela, sino también a los padres, para que se involucren en el aprendizaje de
sus hijos en el hogar como una iniciativa, aparentemente motivada, para igualar
las oportunidades para los niños y brindarles a los padres acceso y poder en
relación con la educación; pero además tiene un alcance más general, se trata de
transformar el ocio y las interacciones cotidianas de los niños en una nueva forma
de “trabajo educativo” (Walkerdine y Lucey, 1989).

De esta manera se destaca que en este nuevo escenario la educación se


ha convertido en un motivo de angustia para muchos padres, al preocuparse por
las capacidades de sus hijos, como rendirán los exámenes y la relación de esto
para acceder a mejores escuelas o universidades; para algunos significa ascender
en la escala social pero para otros refleja la angustia de no caer más abajo.

El tiempo real que los padres pueden dedicarles a sus hijos y las presiones
de índole económica para cubrir la educación con recursos adicionales en el hogar
o el acceso a clases particulares, es otro de los motivos que marca las
desigualdades entre los individuos. De manera similar se dan desigualdades en
relación al acceso a materiales educativos digitales como los DVD, CD-ROM y
sitios Web educacionales tanto para los padres como para los alumnos,
considerando así varias razones relacionadas al manejo de mercado de esta
industria y los costos para los usuarios, el uso de la tecnología y de software
educativo en el hogar no cumplió con las promesas iniciales, que con tanta
frecuencia se realizaron.

Un análisis similar hace en relación al uso educativo de Internet,


distinguiendo que una vez más existe una “brecha significativa entre la realidad
visible del e – learning y la retórica que a menudo la acompaña”, Buckingham
(2007, p.170), en este caso hace referencia a la dualidad que se plantea en el
discurso de los gobiernos y las empresas, con la idea inicial de que la Red daría
origen a un ámbito para la comunicación disperso y no centralizado. En la realidad
observa que se produce un mercado al que no siempre los individuos pueden
tener acceso, mientras tanto se plantean acuerdos para desarrollar materiales
digitales de calidad, entre los gobiernos y las empresas de medios, en este caso la
escuela puede llegar a tener acceso a esos materiales, pero para los individuos
resulta más difícil por una cuestión de costos. Además teme que la combinación
de la política gubernamental y las fuerzas del mercado derive en la progresiva
limitación de los contenidos disponibles como de la definición de qué cuenta como
aprendizaje significativo.

Consideramos que es un desafío para la educación el estar más allá de los


intereses gubernamentales o de diversos grupos económicos ya que de esta
manera se pondrá al servicio de los individuos el conocimiento, las posibilidades
de resolución de necesidades humanas y se posibilitará el desarrollo potencial de
cada ser humano, en pos de mejores oportunidades para cada uno y el ejercicio
de las libertades individuales.

Nuevas Tecnologías y poder: individual y social.

Dado el volumen, variedad de información y rapidez a la que podemos


acceder a través de las Nuevas Tecnologías, como ya hemos señalado, nos abre
un nuevo panorama no sólo desde lo social si no desde lo individual. En este
nuevo contexto los individuos podemos ser, en algunos momentos espectadores,
en otros partícipes y actores directos e incluso estar marginados totalmente.

Nos encontramos ante la Economía del Conocimiento, donde poner en


común el conocimiento y compartirlo es la clave para integrarnos a esta nueva
sociedad que se está forjando y de la cual somos inevitablemente partícipes y nos
atraviesa en distintos sentidos, el acceso y manejo del conocimiento determinará
qué papel o rol jugaremos dentro de la sociedad, el conocimiento en definitiva nos
“hará libres” y es en esa libertad de pensamiento y obra donde reside el poder
individual y social.

Es en este aspecto que valoramos las reflexiones de Emilio Ontiveros


Baeza (2006, p.28) en su trabajo “Economía del Conocimiento” hace una
declaración de principios, para él “las tecnologías de la información son
inequívocamente favorables. Lo son, indudablemente, desde el punto de vista
económico pero también desde el social y político”. Considera que estas
tecnologías pueden ser una magnífica herramienta para favorecer la difusión y la
democratización del conocimiento. Destaca, la relación existente entre cultura y
libertad, libertad no solo de pensamiento, sino también en el sentido literal de la
palabra.

Al recordarnos la frase: “ser cultos para ser libres” el autor resalta que, el
ejercicio de la libertad de una persona se origina en el conocimiento y no en los
aspectos materiales o económicos, destaca una relación inversamente
proporcional entre libertad e ignorancia, describe esta relación de tal manera que
considera al conocimiento como un equipo, un arma que nos acompaña desde
que lo adquirimos y nos libera de la opresión del desconocer.

Para Ontiveros Baeza (2006), las tecnologías permiten la difusión y la


permeabilidad del conocimiento a un muy bajo costo y como las tecnologías se
propagan muy rápidamente entre todas las naciones, incluso en aquellas que
podría considerárselas condenadas a estar sumidas en niveles escasos de
desarrollo. Para él la Alfabetización tecnológica o digital es crucial, tratándose de
una precondición ineludible, si se toma con total seriedad, la incorporación de los
individuos a la Sociedad del Conocimiento.

Analiza el impacto socioeconómico de las TIC y señala refiriéndose a foros


de discusión en Davos “las empresas cuando buscan un país para localizarse no
es la fiscalidad o el coste del factor trabajo, sino las habilidades de los
trabajadores y la calidad de las infraestructuras tecnológicas disponibles”. Evalúa,
que no importa el valor de la hora de trabajo, por más económica que sea, si los
trabajadores no se encuentran capacitados en el uso de las herramientas con que
disponen esas empresas. Hoy en día las herramientas básicas son las TIC, la
capacitación de los trabajadores en definitiva va a determinar el grado de
competitividad de las naciones.

Por otra parte, considera que el mayor impacto económico desde la


aparición del ferrocarril, que permitió abaratar los costos de transporte, lo han
realizado las Nuevas Tecnologías, sobre todo con dos transformaciones: el
aumento de la capacidad de computación e Internet.

Para el autor, las TIC e Internet permiten explorar en tiempo real las
tendencias de los consumidores, anticiparse a la demanda y adaptarse a sus
fluctuaciones. Esto marca una estrecha relación entre el mundo de las ciencias
económicas y la aplicación de las tecnologías, las mismas han introducido
variaciones significativas en todas las áreas productivas y en todas ha aumentado
la productividad, de tal manera que los individuos capacitados en estas
tecnologías han visto mejorado su acceso y cobertura tanto de necesidades
primarias como secundarias.

También, merecen ser destacadas una serie de implicancias no


económicas relacionadas al trabajo, para él las TIC generan una mayor movilidad
laboral y eliminan la centralización geográfica: “Se trata de la puesta en común del
conocimiento. Buena parte del trabajo en las sociedades modernas tiene que ver
con el manejo de la información”. De tal manera, las TIC facilitan el acceso y la
distribución de la información y el conocimiento, compartir es la clave en este tipo
de trabajo, las TIC son el vehículo que posibilita esta participación y a un muy
bajo costo, como consecuencia cumplen un papel democratizador en el acceso a
la información.

¿Por qué nos señala que compartir es la clave? Porque históricamente, se


han mantenido dominadas a las personas y a los países, se administraba y
regulaba la cultura y el conocimiento. Ontiveros Baeza (2006, p.32) aclara, que
frente a esta regulación se indicaba “No sólo el qué había que hacer, sino el cómo
y el cuándo había que hacerlo. El conocimiento es la pieza esencial”.

Prioridad social de conocimiento.


Los economistas clásicos consideraban la tierra, el trabajo y el capital como
componentes básicos de la economía, en cambio hoy lo es el trabajo e incluido
en él, el conocimiento que se difunde fácilmente entre los distintos niveles sociales
y a muy bajo costo. A partir de estas reflexiones, llega a una conclusión: “la
prioridad social por excelencia debe ser la inversión en conocimiento, es decir en
alfabetización tecnológica y digital”.

Desde una perspectiva más política y social Buckingham (2007) analiza, en


su capítulo La elaboración de políticas tecnológicas, la relación existente entre las
políticas gubernamentales y la necesidad de actuar frente a la Sociedad de la
Información, como así también el creciente interés político en la tecnología
educativa, de tal manera ya en 1980 se tenía en claro que el empleo de la
tecnología de la información y la comunicación en la educación se concebía como
un elemento indispensable en el proceso de “actualización de habilidades” de las
fuerzas del trabajo futuro, así mismo, es una forma de garantizar las posibilidades
de conseguir empleo.

Desde esta óptica el uso de la tecnología en la educación es una respuesta


directa a las exigencias de la economía moderna, la señala como una economía
“posindustrial” o “posfordista”, la que necesita de una “fuerza

de trabajo alfabetizada en informática” (Blunkett, 1997), este requisito se extiende


al campo del consumo frente a la necesidad de los nuevos mercados, que
requieren que los individuos logren una destreza tecnológica para tener un
desempeño eficiente como consumidores de productos informáticos y digitales.

De esta forma, dimensiona las consecuencias que se pueden dar para los
individuos que no sean alfabetizados digitalmente. Las personas que no adquieran
esas destrezas, no sólo corren el riesgo de no insertarse en el mercado laboral,
sino que se encuentran ante el peligro de una especie de privación de sus
derechos, puesto que no estarían en condiciones de acceder a una participación
plena y activa en la Sociedad de la Información (Selwyn, 1999).

En contraposición, otra corriente, analiza los discursos que expresan una


especie de determinismo tecnológico, donde la tecnología no se concibe como el
resultado de la interacción compleja de fuerzas económicas, sociales y políticas,
sino más bien, como el producto final de un proceso neutro de la investigación y el
desarrollo científico.

En este caso se considera que la tecnología provoca cambios sociales y


psicológicos más allá de la forma en que se use, de los contextos y de los
procesos sociales humanos y actúa sobre ellos en forma externa; en el caso
específico de la educación, una concepción de este tipo, para Buckingham (2007)
podría llamarse “determinismo de la información”. Desde esta postura, estima a la
información como un bien neutro, que surge de la nada. Con frecuencia, parecería
que se equipara el aprendizaje con el acceso a la información y que la tecnología
es en esencia beneficiosa porque media o facilita dicho acceso.

Esta visión trascendente de la tecnología y de la información ha sido


fuertemente cuestionada, debido a que lleva una concepción “desocializada” de la
tecnología, se niega la historia social y se le atribuye la capacidad de “influir en la
sociedad pero sin ser alcanzada por la influencia de la sociedad” (Robins y
Webster, 1999).
Otras corrientes opuestas al determinismo tecnológico, señalan que las
relaciones sociales decretan por completo la tecnología, acá la tecnología se
concibe como una función de lo que las personas queremos hacer con ella, es lo
que Williams (1974) define como “Tecnología Determinada” e incluso el mismo
autor prefiere un enfoque del tipo dialéctico donde la tecnología es al mismo
tiempo determinada socialmente y es a su vez un determinante social.

La realidad es que las Nuevas tecnologías están con nosotros, nos influyen,
modifican muchos de nuestros actos, tratamos de acceder a ellas por diversos
motivos desde mejoras laborales, sociales e incluso marcan cierto “status” para
algunos individuos, en algunos casos tratamos de comprenderlas; pero hasta el
momento probablemente no se ha llegado a dimensionar el potencial que en ellas
está guardado, nos encontramos inmersos en una vorágine de cambios y
aceleración tanto de los elementos tecnológicos en sí mismos, como en la
cantidad y variedad de información a la que podemos potencialmente acceder.

De tal manera, a medida que percibamos más claramente este potencial,


los individuos adquiriremos un poder, del que no siempre somos conscientes, el
poder reside en el conocimiento y las habilidades que se desarrollan en este
proceso, lo mismo ocurre con la sociedad a la que pertenecen ya que el poder
social está inmerso e implícito en cada uno de los individuos que la conforman.
Revolución
Industrial

3 períodos
posteriores
Acción de nuevos
Medios
Tecnológicos
Usuarios
Socieda Sociedad Sociedad Infraestructur
d Postindustri de Conformada por a
Industri al Información Contenido
al Entorno

Sociedad del
conocimiento Nueva organización

Corrientes Social Económi Política Cultural


ca
Determinis Tecnología
mo Determinad
Tecnológico a
Economía del Conocimiento

Actividades de reflexión y revisión


1- Indique dos definiciones del concepto “Sociedad de la Información”

2- Señale las particularidades de la Sociedad de la Información y a su


criterio, cuáles y por qué, le parecen las más relevantes de esta fase social.
3- ¿Por qué se habla de un nuevo mapa social?

4- Analice si las afirmaciones que se indican a continuación son correctas.

Justifique en cada caso.

a- “La Sociedad Industrial evolucionó hacia la Sociedad del Conocimiento”

b- “Las personas y organizaciones disponen sólo de su conocimiento”

c- “La capacidad de acceso a la información es un factor influyente en las

transformaciones sociales”

5- Señale los períodos de conformación de la sociedad a partir de la 1º y 2º

Revoluciones Industriales.

6- Complete el siguiente cuadro:

Elementos básicos que conforman Representación


la Sociedad del Conocimiento
7- Según Karsten Kruger ¿Por qué el conocimiento es el factor de
producción más importante?

8- Basándose en los contenidos vertidos por Castells analice y complete el

siguiente cuadro:

Centro del
Mundo Individuos Escuela
Globalizado

Formación de

Selección de
información

Importancia para
Solo perciben imágenes

Acceso a información

Alfabetización digital

9- ¿Qué alcances tiene para E. Ontiveros Baeza la idea de “economía del


conocimiento”?
10- Explique y justifique por qué el conocimiento actualmente es
considerado una prioridad social.

11- A partir de lo leído en este módulo señale algunas características,


comparando las corrientes socio – económicas relacionadas a la tecnología
completando el siguiente cuadro:

Tecnología en la Determinismo Tecnología


Economía tecnológico determinada.
postindustrial
Unidad 5

Alfabetización digital crítica.

Objetivos:
 Analizar la influencia de las TIC sobre la sociedad en general y en la
escuela en particular.
 Reconocer los procesos de alfabetización como base primordial en los
intentos de inclusión social y participación ciudadana.
 Reconocer el papel de institución escolar en los procesos de alfabetización
digital.
 Analizar el proceso evolutivo en relación a las nuevas tecnologías y la
sociedad.
 Reconocer diferentes entornos de aprendizaje y sus características.

Contenidos:

Inicio del camino.


Entornos de aprendizaje.
Análisis de un caso.
Llegar a la Alfabetización Digital Crítica.
Consideraciones finales.
Inicio del Camino.

Durante el año 2008 se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires el


Seminario Internacional “Cómo las TIC transforman la escuela” ( 9), en este evento
las ponencias de prestigiosos educadores, psicólogos, pedagogos y la Directora
Regional, Margarita Poggi elaboraron un documento, en el cual se analizan varias
aristas de la inserción de las Nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) tanto en el plano social como escolar. La Directora Regional;
ya en su mensaje de apertura destaca que “en la agenda de las políticas
educativas de los países de América Latina está presente, cada vez con mayor
fuerza, la necesidad de incluir las TIC para potenciar las estrategias de trabajo
docente y enriquecer los aprendizajes de los alumnos. En los estados del arte
como en las investigaciones sobre esta temática, se resalta la tendencia a la
integración de las TIC en la escuela como parte de un proceso de innovación
pedagógica”.

Hoy resulta difícil pensar la sociedad y la educación sin la presencia de


estas nuevas herramientas, pero también es necesario desnaturalizar el criterio
común que sobre ellas se construye y reflexionar sobre el sentido de la inclusión
de las TIC en la educación y la necesidad de la alfabetización digital que permitirá
utilizar en un mayor potencial estas tecnologías.

Para la UNESCO, los procesos de integración de las TIC en la educación


pueden orientarse al desarrollo de distintos aspectos: educativos, en la formación
de alumnos y docentes en nuevos entornos de aprendizaje y cooperación; como
así también la integración territorial, a partir de la formación de redes que articulen
y relacionen las distintas comunidades a nivel regional, provincial, nacional o
internacional. Generándose de esta manera nuevos espacios y coyunturas de
aprendizaje y desarrollo social, dirigidos a los distintos estamentos sociales a
través de la formación y capacitación continua con la adaptación de los nuevos
entornos, ya no solo presenciales sino también virtuales, de aprendizaje.

(9) UNICEF- Argentina / IIPE – UNESCO. Sede Regional Buenos Aires, “Las TIC: del aula a la Agenda política”
Es relevante analizar algunas cuestiones sobre el contexto en que las TIC
están impactando en los sistemas educativos, sus instituciones y los individuos
que los conforman, en particular los docentes y alumnos. Las mismas están
dando lugar a profundas transformaciones socioculturales, frente a un escenario
mundial de concentración y exclusión, es primordial que estas nuevas tecnologías,
y las oportunidades que ellas crean, puedan ser usadas para reducir la brecha no
sólo entre quienes tienen acceso y quienes no lo tienen, sino entre aquéllos que
interactúan con los medios y los recursos. Por ello, la incorporación de las TIC en
la sociedad en general, y en la educación en particular, se encuentra ligada a
políticas de igualdad que deben ser cuidadosa y estratégicamente planificadas.

En definitiva, como ya hemos señalado en otros momentos, es fundamental


el papel de un Estado que aspire a poner al alcance de todos los ciudadanos un
uso productivo y crítico de estos nuevos productos culturales.

En las últimas dos décadas en nuestro país se ha iniciado este camino de


integración de las nuevas tecnologías en casi todos los ámbitos sociales, como en
otras partes del mundo en que se aplican, con avances y retrocesos, pero con una
clara intención de progresar en este campo. Si volvemos la vista atrás, en nuestra
propia historia personal, nos daremos cuenta de cómo estos procesos
tecnológicos han atravesado nuestras vidas, en muchos casos, casi sin darnos
cuenta de que una nueva “marea” nos llevaba hacia este presente y próximo
futuro inmediato, en el cual las tecnologías de la comunicación ya se encuentran
instaladas e influyendo todos nuestros actos.

Es en este contexto, en que las instituciones escolares han ido


progresivamente, incluyendo las TIC, todavía falta mucho por hacer, no solo con el
uso de tecnologías (tanto soporte como software) que cada día son más
avanzadas, sino también en el campo que nos atañe en este caso, el proceso de
alfabetización digital. En la actualidad la mayoría de las escuelas tienen acceso a
ordenadores personales, ya sea en salas de computación o con el uso de Net
Books y teléfonos conectados a la Web dentro del tradicional espacio áulico.
La aparición de estos nuevos espacios llevó a la preparación de la mayor
parte posible de los docentes para la utilización de los mismos, así comenzó un
largo camino, no siempre con las expectativas iniciales cumplidas, y en muchos
casos, con un gran entusiasmo por parte de los alumnos, pero no así por parte de
los docentes que con cierto tono catastrófico, se veían envueltos en la aparición
de las nuevas tecnologías.

Distinguimos, en relación a este hecho, los conceptos vertidos por Umberto


Eco (1964) en su serie de ensayos “Apocalípticos e Integrados” donde diferencia
a los individuos que forman la “cultura de masas” y la sociedad de la comunicación
(en sus inicios) en dos grandes grupos: por un lado, al grupo que el autor
denomina “Apocalípticos” y que está conformado por los hombres de la cultura
que al reconocerse como, lo que Eco (1964, p.30) denomina, los “últimos
supervivientes de la prehistoria destinados a la extinción” se consideran fuera de
la masa, pesimistas y se replantean permanentemente las nuevas apariciones
culturales y tecnológicas.

El término “supervivientes” hace referencia a que este grupo de individuos


ha sobrellevado los cambios ocurridos en la sociedad y la influencia de las
tecnologías, pero negándose a dichos cambios, también podemos interpretar que
han pasado una dura prueba y la han resistido. Por otro lado, al usar el concepto
“prehistoria” lo hace desde una dimensión temporal, que da profundidad a los
cambios realizados, en realidad en un corto tiempo histórico y describe la
sensación de pérdida o desorientación de muchas personas, las cuales saben
conscientemente o intuyen su desaparición, no como individuos físicos, sino desde
los cambios en estructura del pensamiento, comportamiento, valores y formas de
trabajar.

Por otro lado, nos presenta al grupo de los “Integrados” cuyo contraste es
su visión optimista, con bienes culturales al alcance de todos, los individuos
integrados no se plantean dónde nace la cultura, a diferencia del grupo anterior,
raramente teorizan, prefieren actuar. Pero a medida que analizamos como cada
uno de estos grupos actúa frente a la cultura de masas es interesante el planteo
de U. Eco (1964, p.31) cuando pregunta “¿hasta qué punto no nos hallamos ante
dos vertientes de un mismo problema?”. En este caso la fórmula “apocalípticos e
integrados” no se refiere al valor sustantivo de cada término, como grupos
individuales, sino que lo toma como adjetivo al tratar de identificar de alguna
manera a los individuos, no plantea actitudes opuestas, sino actitudes
complementarias frente a la crítica popular.

El apocalíptico en el fondo conforta al integrado al dejarle entrever su


conocimiento sobre los sucesos, que toma como catástrofe, en cambio el
integrado no tiene la misma visión sobre los sucesos y acepta, sin cuestionarse los
cambios; pero la realidad es que ambos se encuentran atravesados por la cultura,
la tecnología y son parte de una misma sociedad, con una historia común a
ambos.

Si transferimos esta idea a la escuela, el rol de apocalípticos aparentemente


lo desempeñan los docentes y los alumnos responden al rol de integrados, pero
frente a las nuevas tecnologías pueden encontrase en igualdad de condiciones. Es
de esta manera que aparece en juego la capacitación docente para poder
absorber, aplicar y enseñar estas nuevas tecnologías y, por otro lado, y casi
simultáneamente, la capacitación de los alumnos, por parte de esos mismos
docentes, para que puedan aplicar y potenciar el uso de estos nuevos
conocimientos en sus prácticas escolares. En definitiva cuando nos referimos al
término “capacitación” representamos el proceso de iniciar, completar o
profundizar el proceso de alfabetización en todas las dimensiones posibles.

En el marco del programa de cooperación de UNICEF con la República


Argentina, esta organización ha incluido entre sus acciones prioritarias generar
espacios de debate sobre el papel de las tecnologías de la información y la
comunicación en la agenda educativa argentina; como así también promover
políticas y acciones que garanticen la equidad y la calidad en el mencionado
sistema.
Muchas de sus acciones al respecto se enmarcan en el artículo 28 de la
Convención de los Derechos del Niño, según el cual los Estados parte
“fomentarán y alentarán la cooperación internacional en cuestiones de educación,
a fin de contribuir a eliminar el analfabetismo en todo el mundo y de facilitar el
acceso a los conocimientos técnicos y a los métodos modernos de enseñanza”. La
meta de alcanzar el derecho a una educación de calidad para todos y cada uno de
los niños y adolescentes de la Argentina constituye un desafío crucial; ya que la
educación tiene implicancias directas con la posibilidad de ejercer otros derechos.

La educación surge como un pilar en la agenda política de las naciones y


nuestro país no está exento de estos objetivos. Argentina estableció como meta,
para el año 2015, lograr que todos los niños, niñas y adolescentes puedan
completar la educación básica (diez años de escolaridad completos). Pero cabe
señalar que la Ley de Educación Nacional, estipula la obligatoriedad de la
educación secundaria elevando a trece años esta meta. Estas metas, no solo
demandarán nuevas respuestas de la política pública derivadas del sector
educativo, sino también de ámbitos privados; ya sean empresariales, de
organizaciones sociales, universidades, etc. que podrán facilitar los vínculos entre
adolescentes, educación, formación para el mundo del trabajo y nuevas
tecnologías.

Como ha señalado Gladys Acosta Vargas ( 10) “el sistema educativo


argentino muestra segmentaciones y situaciones de inequidad persistentes que
impactan más fuerte sobre los más pobres. A pesar de que los índices de
cobertura escolar para los niveles básico y secundario están entre los más altos
de la región”.

Pero no todos los alumnos que ingresan a la escuela la culminan y los


niveles de calidad y eficiencia interna son bajos, se calcula que actualmente casi
un 14% de la población estudiantil argentina, de entre 6 y 18 años, se encuentra
fuera del sistema educativo. La educación básica se caracteriza por su alta tasa

10
( ) Gladys Acosta Vargas, Directora UNICEF – Argentina, 2008.
de cobertura pero con altas tasas de permanencia y sobreedad, en el caso del
nivel medio, éste avanza en sus niveles de cobertura pero contiene los más altos
porcentajes de abandono del sistema. Frente a este panorama, los nuevos
escenarios educativos que instauraron las TIC y los medios de comunicación en la
última década sorprendieron a todos los países de América Latina, donde con la
deuda pendiente del déficit grave en el acceso equitativo a una educación de
calidad se le suma el desafío de acelerar, promover e integrar nuevas formas de
alfabetización tecnológica, sin que aumente la brecha se acceso, incluir las TIC
para mejorar la equidad y la calidad educativa es un desafío que debe enfrentarse.

Entornos de aprendizaje.

El efectivo cumplimiento del derecho a la educación puede fortalecerse


sustancialmente con los avances tecnológicos, a través de entornos de
aprendizaje formal, no formal e informal gracias a una estructura de red, como la
que proporciona Internet.

Actualmente los ambientes de aprendizaje no se circunscriben a la


educación formal, ni a una modalidad educativa particular, se trata de aquellos
espacios en donde se crean las condiciones para que el individuo se apropie de
nuevos conocimientos, nuevas experiencias, de nuevos elementos que le generen
procesos de análisis, reflexión y apropiación.

Los entornos de aprendizaje se entienden como los ambientes propicios


para atender al sujeto que aprende, dentro de estos ambientes consideramos
desde los espacios físicos reales a los espacios o entornos virtuales. Podemos
caracterizar brevemente estos entornos de la siguiente manera:

a. Entorno de aprendizaje formal: comprende a los sistemas educativos,


ordenados en forma sistémica y jerarquizada, alcanza desde los niveles
escolares iniciales hasta los estudios universitarios; representados por la
“institución escuela”. En ellos se desarrollan clases formales con una
estructura determinada, suele ponerse el énfasis en la enseñanza de los
contenidos, el aprendizaje va de lo teórico a lo práctico, si bien el desarrollo
de las clases son grupales, el aprendizaje finaliza en forma individual.
b. Entorno de aprendizaje informal: es un proceso que abarca toda la vida de
una persona, de esta manera se adquieren y acumulan conocimientos,
habilidades y actitudes a medida que ocurren; este tipo de entorno está
directamente relacionado a las experiencias diarias, algunos investigadores
lo denominan “aprendizaje invisible”. El énfasis se encuentra plasmado en
los procesos de comunicación entre los participantes y el ambiente donde
se produce el intercambio. En este caso el aprendizaje se da la mayoría de
las veces en forma colaborativa partiendo desde la práctica hacia la teoría.
c. Entorno de aprendizaje no formal: generalmente no se desarrollan en una
institución educativa y no se obtiene una validación oficial de lo aprendido,
son todas las actividades educativas y sistémicas organizadas
generalmente fuera del espacio físico de una institución pero ésta puede
ser la mediadora para que ese entorno de aprendizaje se plasme, las
actividades se encuentran dirigidas a grupos.
d. Entornos de aprendizaje virtuales: generalmente asociados a modelos
formales de aprendizaje; ya que en muchos casos dependen de
instituciones oficiales, no se llevan a cabo en un lugar físico
predeterminado, es así como las nuevas tecnologías tales como los
sistemas satelitales, Internet, las herramientas multimediales y la televisión
interactiva, entre otros, se han potenciado traspasando al ámbito escolar,
favoreciendo así la adquisición de conocimiento, apropiación de
contenidos, experiencias y procesos pedagógico comunicacionales (Ávila y
Bosco, 2001). En ellos la comunicación y el aprendizaje se da entre
individuos que se encuentran en distintos lugares físicos, muchas veces a
grandes distancias entre si y el intercambio se logra a través de la Web a la
que se tiene acceso por Internet. En el entorno virtual podemos diferenciar
dos tipos o momentos en la comunicación:
- Espacio virtual sincrónico: este ocurre cuando dos o más participantes
se encuentran en un mismo momento en un espacio virtual
predeterminado, por ejemplo una sala de chat.
- Espacio virtual asincrónico: en este caso los participantes acceden a un
espacio virtual en diferentes momentos y la comunicación se da a través
de consignas y mensajes escritos o grabados.
Estos dos espacios, en los entornos virtuales, conllevan el concepto de e-
learning o educación en plataformas virtuales de aprendizaje, el
aprendizaje puede ser llevado a cabo totalmente en estos espacios o darse
una modalidad donde se mezclan las formas de enseñanza, entre
presencial y virtual. A esta forma de aprendizaje mixto o “mezclado” se lo
conoce como Blended learning.

Hay diversas maneras de concebir un ambiente de aprendizaje en la


educación, en ellos se contemplan, no solamente los espacios físicos y los
medios, sino también los elementos básicos del diseño instruccional. Básicamente
existen cinco componentes principales que lo conforman: el espacio, el aprendiz,
el asesor, los contenidos educativos y los medios de información y comunicación.
Según Gros Salvat (2000) en la Sociedad del Conocimiento, los individuos se
adentran en un mundo nuevo y de gran trascendencia para sus vidas, en el que la
gestión, adquisición, transformación, diseminación y aplicación de los
conocimientos se presenta en un mismo espacio, que puede ser físico o virtual.

Las prácticas escolares actuales pueden responder a dos grandes


corrientes del aprendizaje humano, las cuales proporcionan una fundamentación
a la hora de planificar y conducir las actividades del diseño de instrucción utilizado
por los docentes. Para la corriente Conductista, que iguala el aprendizaje con los
cambios en la conducta observable, el aprendizaje se logra cuando se obtiene una
respuesta apropiada a partir de un estímulo ambiental específico. Por otro lado la
corriente Constructivista, que es considerada una rama del Cognitivismo, estima
que el conocimiento es una creación de significados por parte del individuo a partir
de experiencias propias.
En relación a las Nuevas tecnologías y las prácticas escolares Jorge R.
Rivas (1999), al referirse al diseño instruccional en educación a distancia, señala
que este diseño, en parte, se basa en teorías del aprendizaje conductista y no es
tan claro con las nuevas tecnologías, discriminar las corrientes emergentes
constructivistas en los procesos de enseñanza – aprendizaje, en este marco,
destaca “Los conductistas de la instrucción programada establecen una gran
separación entre el diseño y la implementación”. Para él esta separación se hace
evidente en la instrucción, a través de los programas y el software que se utilizan
en la educación a distancia. Considera que se desvaloriza la naturaleza del
aprendizaje, al plantear el acceso al conocimiento en forma estática, jerarquizada
y estándar ya que primero se suministra la información, luego se verifican las
respuestas correctas y si es necesario se hacen reajustes y refuerzos ante
posibles contingencias. Para el autor no existen en este caso diferencias entre un
espacio áulico real o uno virtual a través de una pantalla de computadora, resalta
la necesidad de un abordaje cognitivo con alta interactuación, donde cualquiera de
los partícipes pueda ejercer una influencia educativa.

Consideramos que estos conceptos pueden ser perfectamente transferidos


a las prácticas escolares más convencionales y donde la aplicación y uso de la
tecnología está en fases iniciales o intermedias. La realidad es que en los
entornos virtuales el constructivismo es la corriente que prima, debido a que el
aprendizaje colaborativo se plasma como la instancia principal en la elaboración y
adquisición del conocimiento, las plataformas en las que se desarrollan estos
aprendizajes han evolucionado mucho distinguiéndose gran cantidad de
herramientas que facilitan la comunicación y el intercambio.

También el aprendizaje puede realizarse a través de la utilización de


espacios y herramientas cada vez más participativos y en los cuales los usuarios,
ya sea en espacios públicos o privados, o redes semi privadas, pueden expresar
sus opiniones, volcar su conocimiento e interconectarse a distintas fuentes de
información; en los últimos cinco años cada vez son más las ofertas de
herramientas que permiten el trabajo colaborativo, desde los buscadores, las
redes sociales, los marcadores sociales, organizadores de información y sistemas
de gestión de archivos entre otros.

Para el uso de la diversidad de ofertas, que encontramos hoy, para trabajar


formas de enseñanza y aprendizaje en entornos virtuales o mixtos es
preponderante la capacitación, la falta de la misma o la implementación incorrecta
puede generar debilitamientos en las instituciones escolares, Este proceso no sólo
debe permitir acceder a la información y conocimientos, sino que, es
preponderante para garantizar los procesos de socialización, inclusión y formación
de ciudadanía, entre otros valores prioritarios. Las soluciones que se limitan a
superponer los propósitos y potencialidades de las TIC a la estructura curricular
actual, sin fomentar transformaciones más profundas, son claramente
insuficientes.

Es necesario trabajar en modificaciones fundamentales desde los


programas de estudios, los libros de texto, hasta las políticas de gestión escolar y,
fundamentalmente, en las políticas de formación docente. En este sentido, la Ley
de Educación Nacional funda un marco legal de oportunidad y transformación para
garantizar la equidad y la calidad en todas las aulas, en el Título VII de esta Ley,
se hace referencia a la integración de nuevas tecnologías y medios de
comunicación; y según el Artículo 76 de la misma Ley, se pone de manifiesto que
no es posible integrar efectivamente innovaciones educativas en un programa más
amplio, si los que deben trasmitirlas, promoverlas y enseñarlas no están
convencidos de su importancia.

En las primeras etapas de este camino, la capacitación se dio en forma


asimétrica, fueron los alumnos los que rápidamente asimilaron la información
sobre el uso de estas nuevas herramientas y se sumó el contacto extraescolar
que tenían en muchos casos con las computadoras. La capacitación institucional y
de los docentes, en los distintos ámbitos provinciales, actualmente, es una de las
propuestas más vigentes para acceder al proceso de alfabetización y aplicación a
diversas ofertas pedagógicas.
Análisis de un caso.

A continuación daremos a conocer parte de una investigación realizada en


el año 2010 en una escuela media en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, ubicada en la zona sur de la Capital Federal, en un cinturón altamente
poblado y con una población estudiantil perteneciente a los niveles bajos y medios
del espectro socioeconómico. Dicha investigación estaba referida a la
alfabetización digital y la existencia de diversas brechas, queremos con el análisis
de algunos de los datos relevados mostrar la necesidad de la alfabetización digital
y la relación existente, a modo de ejemplos, con muchos de los conceptos vertidos
en este curso.

El proceso de capacitación en el uso de computadores personales, por


parte de los docentes, en este establecimiento, se inicia a mediados del año
1994, hoy en día, casi dos décadas después, consta con dos aulas de informática,
con sus computadores conectados en red y con conexión a Internet, también se
han informatizado las dependencias escolares, tanto en la parte pedagógica como
administrativa, si bien aún no se han recibido equipos de Net Books para los
alumnos y docentes, el establecimiento se encuentra en las fases finales para la
implementación de las mismos.

La capacitación acaeció con diferentes grados de aceptación y convocatoria


a través del tiempo, si bien nos referimos a una institución con una amplia
disponibilidad de recursos informáticos, a continuación se expresan los datos
cuantitativos que se han relevado sobre los usos de estos recursos, por parte de
los alumnos del ciclo superior y el grupo de docentes a cargo de los mencionados
alumnos. Se utilizaron dos instrumentos del tipo encuestas precodificadas para
muestreo y relevamiento de datos.

La muestra de trabajo fue de ciento nueve alumnos, con una edad promedio
de diecisiete (17) años y el rango de edad entre los dieciséis (16) y veinte (20)
años, cincuenta y cinco de los alumnos correspondió al género femenino y
cincuenta y cuatro al género masculino. En relación a los docentes, fueron
encuestados treinta y uno con una edad promedio de cuarenta y seis (46) años y
el rango de edad ubicado entre los treinta y tres (33) y sesenta (60) años; el
género femenino se encontraba representado por el 96 %.

El primer ítem al que nos vamos a referir está relacionado al uso regular de
una PC, los resultados arrojados fueron los siguientes: los porcentajes entre los
alumnos que tenían acceso y utilizaban una computadora era muy alto, al igual
que sucede con los docentes, los porcentajes entre ambos grupos fueron muy
cercanos. La mayoría reconoció que utilizaban esta herramienta, lo llamativo en
este punto fue que cuatro (3,7%) de los casos de alumnos indicó no utilizarla, si
bien se imparten clases de computación semanalmente. Por otro lado, solamente
dos docentes (6,5%) indicaron que no utilizaban este recurso.

En relación al acceso por parte de los integrantes de la comunidad


educativa (en ambos grupos), según los datos arrojados, no se pudo apreciar una
brecha digital generacional, tampoco se ha apreciado una brecha digital por
género, ya que accedían por igual mujeres y varones; pero al realizar un análisis
de quienes no utilizaban computadoras personales se pudo apreciar cierta
tendencia de la brecha por género, puesto que el 90 % de los casos
correspondían al género femenino, si bien se debe considerar que la cantidad de
datos relevados en la muestra carecen de sustento para establecer una
generalización.

En este punto, los alumnos que tenían un acceso regular al uso de PC fue
de un 96,3% y del grupo de los docentes accedía regularmente el 93,5%. .

Gráfico 1 - alumnos Gráfico 2 - docentes

3,70% 6,50%

96,30% 93,50%

usan PC 105 no usan PC 4 usan PC 29 no usan PC 2


Como señala D. Buckingham (2007, p.103) “el uso de tecnología, con
frecuencia, implica todo un conjunto de cambios posteriores (de los cuales no
todos pueden planificarse de antemano) y pueden conllevar una variedad de
consecuencias no previstas”. Por lo que se desprende de los porcentajes
analizados, destacamos que tanto alumnos como docentes tuvieron una actitud de
acercamiento al uso de tecnología y el dominio de algunos conocimientos básicos
en este campo para acceder al uso regular de computadoras.

En segundo lugar se analizó en qué ámbitos utilizaban una PC, nos


encontramos con resultados diferentes al punto anterior, solamente en setenta
casos (66,7%) de alumnos tenían acceso a una PC en el hogar, los treinta y cinco
restantes (22.6%) sólo accedían en la escuela y un 10,7% lo hacían en otros
ámbitos, que identificaron como el cíber, casa de amigos y en unos pocos casos
casa de parientes (gráfico 3). En cambio en el grupo de los docentes, veintiséis
casos, el 89,7% tuvieron acceso a una PC personal en su hogar y además catorce
de ellos utilizaban también las computadoras de la escuela, dos docentes (6,9%)
usaban solamente PC en la escuela y sólo un docente indicó usarlas en un cíber
Gráfico 3 - alumnos
(gráfico 4)
otros
lugares
10,70%
Gráfico 4 - docentes
sólo en la
escuela
22,60% en el hogar solo en la
66,70% escuela otros 3,40%
6,90%

en el hogar:70
sólo en la escuela: 24
otros lugares: 11
en el hogar
89,70%

en el hogar:26
solo en la escuela: 2
otros lugares: 1
Otro punto que se consideró en este trabajo fue el tiempo, en dos
aspectos, por un lado, ¿desde cuánto tiempo atrás utilizaban una PC alumnos y
docentes? y, por el otro, la cantidad de horas semanales que se dedicaban al uso
escolar, uso de juegos y uso privado.

En relación a las respuestas obtenidas para el primer aspecto distinguimos


tres momentos: aquellos individuos que hacía menos de un año que utilizaban el
medio en cuestión, los individuos que lo utilizaban desde hacía cinco años o
menos y los que usaban una PC por más de cinco años. En este punto,
encontramos diferencias notables entre uno y otro grupo de encuestados, por un
lado, sólo el 3% de los docentes había comenzado con el uso hace menos de un
año, a diferencia de los alumnos que representan un 14%. Suponemos que por la
diferencia de edad es que el 73% de los adultos accedían a ellas por cinco años o
más, en contraposición al 38% de los alumnos. Para el rango “de 1 a 5 años” los
porcentajes arrojaron un 48% para los alumnos y un 24% para los docentes, con
este ítem podemos determinar que el acceso a los medios digitales no era reciente
para la mayoría de los alumnos y los docentes encuestados.

Refiriéndonos al segundo aspecto temporal y relacionado sobre el uso que


hicieron de la computadora, encontramos diferencias importantes entre ambos
grupos, relacionados: al uso escolar, uso de juegos y uso privado, habiéndose
considerado dentro de esta última opción el envío y recepción de mail,
participación en redes sociales, uso de canales de Chat y navegación en Internet.

120 110
100
80
60
40 28
19
20 6 2 6
0
uso escolar uso de juegos uso privado

alumnos (hs. semanales) docentes (hs. semanales)

Gráfico 5
En los tres aspectos tomados en consideración los alumnos dedicaban más
cantidad de horas semanales a las distintas actividades que los docentes, en el
gráfico 5 podemos observar el promedio de horas dedicado en cada caso, pero
destacamos el tiempo dedicado a actividades privadas por parte de los alumnos, a
diferencia de los docentes que señalaron una dedicación de tiempo similar entre el
uso escolar y el privado, casi no teniendo éstos ingerencia en el uso de juegos de
PC.

Podemos destacar acá una disociación, por parte de los alumnos, entre el
uso de este recurso en las prácticas escolares y las prácticas digitales por fuera
del sistema escolar, como bien destaca Buckingham (2007) los alumnos tienen
otras inquietudes que trascienden la escuela y pueden llegar a ser incorporadas a
sus prácticas escolares, en cambio esta diferencia no es perceptible en el grupo
docente.

En ambos grupos de estudio se les solicitó identificar bajo qué Sistema


Operativo trabajaban, y si era posible especificar la versión como así también
algunos de los programas que generalmente utilizaban, los resultados brindados
por la encuesta nos indica que en el caso de los alumnos el 72% reconocía el
sistema operativo y el 28% lo desconocía; en cambio en los docentes el 68% lo
reconoció y el 32% no lo hizo. Cabe señalar que se encontró que tanto
adolescentes como adultos confundían los conceptos “Sistema Operativo” con
“Programas”, en el caso de los alumnos reconocieron correctamente estas
diferencias un 37% y 48% en los docentes.

Se hizo hincapié en este trabajo en la navegación, búsqueda y selección de


información en la Red y el uso de correo electrónico en el ámbito escolar. En
relación al tiempo que se usa para navegar, hemos notado que las respuestas
han sido altamente subjetivas, muchos de los individuos encuestados, sean
alumnos o docentes, consideraron que el uso semanal de una o dos horas es
mucho y otros han señalado “poco” con un uso de catorce y/o dieciséis horas
semanales.

Se relevó que de los alumnos que utilizan una PC, noventa y seis usan
Internet, representando éstos el 92%, el 8% restante de este grupo indicó no
navegar por Internet, el promedio de horas semanales de navegación fluctuaba
entre 5 horas semanales para la opción “poco” y 18 horas semanales para la
opción “mucho”.

En relación a la muestra de docentes encontramos que el 97% de ellos


usaban Internet y un solo caso indicó no hacerlo, representando el 3%, en este
grupo el promedio de horas semanales de navegación fluctuaba entre 10 horas
para la opción “poco” y 37 horas semanales para la opción “mucho”.

Un ítem que se ha tenido en cuenta como destacado para analizar la


alfabetización digital en este estudio ha sido si se busca información en la Web
para utilizarla en las prácticas escolares y cómo se hace uso de esa información,
encontrándonos que para los alumnos: el 26% buscaban siempre información,
71% de los casos indicó que lo hacen a veces y el 3% de los alumnos nunca
buscaba información en la Red; en relación a los docentes encontramos la
siguiente relación, ya que sólo el 7% de los docentes utilizaban siempre
información para sus clases, 76% lo hacían algunas veces y 17% indicó no usar
este recurso.

De manera similar y con el mismo enfoque, se tomaron las siguientes tres


opciones para los alumnos, en relación a cómo se utilizaba la información
seleccionada: 1) “cortas y pegas” la información, 2) Realizas un proceso de la
información y
Gráfico 6
Utilización de la Información 3) utilizas toda
por parte de los alumnos la página sin
utilizan
todo seleccionar
6% información
(gráfico 6). Es
procesan "cortar y
la en este grupo
pegar"
informació 51% que podemos
n
43% apreciar que
51% de los
alumnos solamente “corta y pega” la información, estamos ante un porcentaje
importante de alumnos que podrían encuadrarse en el patrón de navegadores, un
43% señaló que realiza procesaba la información, ubicándolos así en el patrón
usuarios críticos (Burbules y Callister, 2001) y sólo un 6% de los alumnos indicó
que utilizaban toda la información sin realizar ningún tipo de selección ni
racionalización de la información.

Para los docentes las opciones fueron similares, variando ligeramente en el


punto tres, a saber: 1) “corta y pega” la información, 2) Realiza un proceso de la
información y 3) Utiliza software educativo.

En este grupo se plasmaron respuestas más diversificadas ya que


indicaron realizar formas combinadas al momento de seleccionar y utilizar la
información, el 38% realizaba un proceso de selección de la información de la
Web, a ellos se le suma el 25% de los docentes que además de procesar la
información utilizaron algún tipo de software educativo, otro 25% señaló solamente
el uso de software educativo en sus prácticas escolares y el doce por ciento
restante se divide entre un 4% para docentes que usaban software educativo y
además “cortan y pegan” información obtenida en Internet y un 8% de los
docentes sólo “cortan y pegan” la información (gráfico 7).

Gráfico 7
Utilización de la Información por parte de los docentes

4%
"cortar y pegar"
8%
procesan la información

25%
utilizan soft educativo
38%
procesan la información y
utilizan soft
"cortar y pegar" y uso de
25%
soft
Otro Aspecto que se ha considerado está dado en relación a si ambos
grupos se comunicaban entre sí por Mail para evacuar dudas y hacer consultas,
se dieron resultados bastante disímiles (gráfico 8), en el caso de los alumnos
ninguno lo hacía regularmente, el 26% lo realizaba excepcionalmente y el 74%
indicó que nunca se comunicaba por este medio con sus profesores.

Gráfico 8
Comunicación por Mail entre docentes y alumnos

nunca 74% 44%

excepcionalmente 26% 28%

siempre 0% 28%

0% 20% 40% 60% 80% 100% 120% 140%


alumnos docentes

En cambio el 28% de los docentes indicó hacerlo siempre, otro 28% lo


hacía excepcionalmente y el 44% restante nunca se comunicaba por Mail con sus
alumnos. En este punto, a partir de la respuesta dada por ambos grupos a la
opción “siempre” también creemos que se ha dado una respuesta subjetiva, ya
que ningún alumno considera tener un intercambio de mail fluido con alguno de
sus docentes, mientras que el 28% de los docentes considera que esto sí ocurre
entre sus alumnos y ellos.
Por último, se compararon los porcentajes en relación a qué opinan ambos
grupos frente a si se ha visto favorecido o mejorado el rendimiento de sus
prácticas escolares a partir del uso de PC. En los casos analizados de los
alumnos, el 28% consideró que habían mejorado mucho, el 39% estimó que la
mejora había sido regular y el 33% opinó que no habían mejorado o los cambios
fueron muy pocos (gráfico 9), en relación a los docentes el porcentaje más alto
está indicado para una mejora sustancial en sus prácticas escolares con un 55%
de los encuestados, un 24% lo han señalado como regular y el 21% consideró que
ha habido muy pocas mejoras en sus prácticas a partir del uso de PC (gráfico 10)
Gráfico 9 Gráfico 10
Mejora en las prácticas escolares Mejora en las prácticas escolares
- alumnos - - docentes -

poco o
nada
poco o mucho 21%
nada 28%
33% mucho
55%
regular
24%

regular
39%

Tomando en cuenta los datos relevados y compartidos aquí de este trabajo,


planteamos a continuación una serie de conclusiones y reflexiones, que pasamos
a detallar:

Tal como arrojan los datos cuantitativos de estas encuestas, consideramos


que podemos afirmar que, la mayoría de los participantes de este trabajo tienen de
alguna manera acceso al uso de computadoras personales, como así también a
Internet.

No se evidencia en relación al acceso una brecha entre los nativos digitales


y los inmigrantes digitales, en este aspecto podemos afirmar que el grupo de
docentes ha tratado de asimilar a su vida privada y profesional las nuevas
tecnologías, tratando de llevar nuevas formas metodológicas a sus prácticas, si
bien no podemos afirmar esto en relación a las prácticas pedagógicas, ya que
deberían analizarse desde la dimensión de las corrientes del aprendizaje y como
acceden sus alumnos a los mismos, a través de estas prácticas. Sabemos que las
prácticas conductistas pueden en muchos casos profundizarse con el uso de las
nuevas tecnologías.

Si consideramos los conceptos vertidos por Jorge R. Rivas (1999), el


análisis realizado en este trabajo permite determinar que no se produjeron
cambios profundos en las prácticas escolares de los grupos a partir del uso de
las computadoras, pero si creemos que se han establecido algunas de las
herramientas de la alfabetización digital que favorecen la igualdad de
oportunidades entre los alumnos que pertenecen a distintos estamentos sociales.

En este caso podemos, plenamente, afirmar que los integrantes de esta


comunidad han sido alfabetizados en el sentido tradicional, conocen el alfabeto,
tienen conocimientos de cálculo ya que han podido decodificar sin inconvenientes
los ítems solicitados en las encuestas. Pero, en relación a la alfabetización digital
propiamente dicha, en el caso estudiado nos encontramos ante una “alfabetización
informacional” o como distingue Buckingham (2003) “alfabetización en nuevos
medios” refiriéndose a los medios digitales, debemos ser cautelosos al hablar de
la alfabetización digital en toda su dimensión y lo que con ella conlleva, ya que no
es posible comprender en forma acabada los medios digitales, si lo único que
consideramos es simplemente el uso de máquinas (hardware) y técnicas
(software).

Uno de los problemas que acá se plantean es que la mayoría de los usos
educativos de estos medios, es que se los toma como “herramientas” neutras o
medios instrumentales para adquirir y distribuir la información en forma más rápida
y fácilmente, siendo que los docentes que las utilizan como herramientas neutras
se corresponden a otra “matriz” de formación, al haber nacido y sido formados
fuera de las nuevas tecnologías. Hemos apreciado que la mayoría de los
individuos tanto alumnos como docentes, toman estos medios, como novedosos
materiales de enseñanza, pero no llegan a valorar o apreciar el pleno potencial
que tienen para su vida laboral, estudiantil y privada.

La verdadera alfabetización digital, como acá hemos explicado, tiene un


fundamento más profundo, que busca darle a los individuos alternativas
superadoras, que si bien es más rigurosa, también es más interesante para ellos.
En este tema Buckingham (2007) diferencia la educación para los medios, como el
proceso de enseñar y aprender acerca de los medios y la alfabetización en los
medios, como el abordaje de conocimientos y habilidades adquiridas por los
individuos como el resultado del proceso de educación y en cierta medida la
alfabetización se da por la interacción cotidiana entre los individuos con estos
nuevos medios digitales. Si partimos de este criterio plasmado por Buckingham
entonces podemos afirmar que este grupo de estudio, conformado tanto por
alumnos como por docentes, está alfabetizado digitalmente ya que los porcentaje
(96,3% y 93,5% respectivamente) nos indican la interacción de ambos con uno de
estos medios digitales, la computadora.

Pero si analizamos la alfabetización digital basándonos en los conceptos


vertidos anteriormente por Luke (2000), Fabos (2004) y Steiner (2005), sobre
“alfabetización crítica” entonces deberemos replantearnos si esto es así. Al
observar los resultados con respecto a cómo es el manejo de la información
buscada y seleccionada por parte de estos individuos y las lectura y utilización de
la misma y en qué contexto se realiza, este trabajo permite determinar que, en el
común denominador de los casos, es inexistente una “alfabetización crítica” de los
contenidos seleccionados. Es recomendable, en este caso, que diferenciemos
dentro de la alfabetización digital, la denominada por Buckingham (2007)
“alfabetización en la Red” donde se destacan sus cuatro componentes esenciales,
mencionados con anterioridad, en este terreno se plantea una tensión entre un
modelo social o crítico de la alfabetización mediática y un modelo o enfoque
basado en las competencias. La mayoría de las concepciones de “alfabetización
digital” no se ocupan, al menos en profundidad, de las cuestiones complejas
quedando soslayada la profundidad de lo que en realidad implica esta
alfabetización y basándose solamente en la pericia y habilidades informáticas o
del valor inherente del aprendizaje con computadoras.

Un punto a resaltar es la calificación sustantiva que usaremos para los


participantes de este grupo, en relación a cómo se comportan frente a la
información que buscan en Internet. Por los resultados obtenidos y basados en los
criterios de aproximación a los sistemas hipertextuales, señalados por Burbules y
Callister (2001), podemos afirmar que estamos ante individuos que pueden
encuadrarse en los tipos “usuarios” y “navegadores”, pero debemos ser cautos y
usar con reserva la calificación de “usuarios críticos” o “hiperlectores”.

Debemos, en este punto aclarar que al referirnos a la capacidad para


estimar el valor y la credibilidad del material presente en Internet y la habilidad
para alcanzar los beneficios de la información, a la cual acceden los alumnos y
docentes en general, no siempre se cumple un mismo rol, como señalan Nicholas
Burbules y Thomas Callister (2001, p.119) “probablemente sea imposible (y hasta
indeseable) ser siempre lectores críticos que estudian todo tipo de material en
forma exhaustiva. Reconocer en qué tipo de situación se requiere una evaluación
es, en sí misma, una de las destrezas del usuario crítico”.

Para finalizar con el análisis de este caso, queremos distinguir la


apreciación por parte de estos actores educacionales frente a la cuestión de si han
notado mejoras o no en sus prácticas escolares a partir del uso de estas nuevas
tecnologías. En ambos grupos se da una apreciación más positiva que negativa
ante este hecho. Si evaluamos los resultados obtenidos el 67% de los alumnos
creen que de alguna manera han mejorado sus prácticas escolares y por ende su
rendimiento escolar, una consideración bastante cercana en porcentajes se da con
los docentes, donde el 79% de ellos creen que se ha producido alguna mejoría.
Aunque se diferencia el criterio de profundidad en este aspecto, un alto porcentaje
de los docentes creen que sus prácticas han mejorado mucho y en cambio en los
alumnos el porcentaje más alto está dado para una mejoría regular o intermedia.
Desde ya debemos señalar que no podemos tomar como un hecho casi
mágico que el solo uso de una computadora, navegar por Internet o comunicarse
por fuera del horario escolar con docentes o alumnos vayan por sí solo a mejorar
las prácticas escolares. Sí creemos que, por ejemplo, el uso de mail entre
docentes y alumnos suele mejorar los canales comunicacionales y favorecen en
muchos aspectos el acercamiento entre ambos, reduciendo de alguna manera la
brecha generacional y generando un marco de contención para algunos alumnos,
sobre todo cuando sus familias, por falta de preparación o tiempo no pueden dar
respuesta a dudas o criterios a seguir con las tareas escolares.

Por otro lado, como ya se ha señalado la alfabetización digital es un punto


destacado y relevante para potenciar y mejorar el acceso a estas nuevas
tecnologías, pero acá se da un proceso de alfabetización paralelo y en algunos
casos casi simultáneo entre los más jóvenes y los adultos.

Hasta hace dos o tres década atrás el poder del conocimiento y la


información lo tenía casi en su totalidad el ambiente académico y los individuos
concurrían a las escuelas para iniciar el proceso de alfabetización. Los adultos que
estaban al frente de estos individuos ya habían sido alfabetizados; pero hoy en día
se plantean las divergencias entre lo tradicional de la alfabetización y las nuevas
formas de alfabetización y nos encontramos con que muchas veces los jóvenes
tienen un conocimiento más profundo de estos medios. En definitiva se trata de
disminuir la distancia entre los “nativos digitales”, es decir, aquellos individuos que
han crecido rodeados de los elementos digitales y los “inmigrantes digitales”,
considerando en este grupo a todos aquellos que no han nacido y crecido en la
era digital y su variedad de herramientas, pero sí han sido influenciados por las
gramáticas tecnológicas e intentan adaptarse y dar cuenta del mundo digital.

En algunos momentos, la escuela ha sentido fuertemente el rezago frente a


esta situación y ha comenzado lentamente a producir algunos ligeros cambios, no
sólo en el discurso de las políticas educacionales, que muchas veces quedan en el
camino meramente retórico, sino también desde la voluntad particular de los
docentes de insertarse en esta nueva Sociedad de la Comunicación y del
Conocimiento más allá de su desarrollo profesional.

Pero el aprendizaje en ambos casos no debe ser superficial o meramente


técnico, para lograr utilizar al máximo los nuevos medios debemos tomar
conciencia de que los mismos no son solamente información en forma de texto,
sino que se deben incluir gráficos, cuadros, imágenes, audio, efectos de
animación interrelacionados.

Más allá de las habilidades y/o capacidades de cada individuo en el uso de


las herramientas deberemos considerar como crucial el desarrollo de la
alfabetización crítica, para fomentar maneras más reflexivas de los diversos usos
de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Llegar a la Alfabetización Digital Crítica.

El Consejo de Feira (11), en el año dos mil, se planteó como objetivo


esencial invertir en las personas y en la formación, destacándose que es
fundamental dar acceso a la juventud a la era digital, y estableció como medios
para lograr dicho objetivo, dos líneas de acción a nivel escolar fundamentales, a
saber:

 La formación de los docentes para que adapten sus currículos a las nuevas
tecnologías.
 Que los alumnos adquieran una “cultural digital para ser capaces de moverse
en el mundo digital una vez hayan dejado la escuela”.
En lo que se refiere al trabajo, se indicó que es preciso aumentar la
formación sobre tecnologías de la información y fomentar la igualdad de
oportunidades para ambos sexos, enfatizando que “debe realizarse un particular
esfuerzo para atraer a la mujer a las profesiones relacionadas con la tecnología de
la información, donde están muy poco representadas y constituyen un recurso sin

11
( ) Consejo Europeo de Santa María Da Feira. Portugal, 2000 – Plan de Acción Europa 2002.
explotar en la mayoría de los países”. Asimismo, se persigue la participación de
todos los individuos en la economía del conocimiento a través de la elaboración de
políticas concretas y efectivas para evitar la exclusión.

En la mayoría de los trabajos realizados, en relación a la alfabetización


digital, brecha e inserción social de los individuos, se reconoce la importancia
clave de la formación y la educación para vivir y trabajar en la nueva sociedad del
conocimiento, es necesario otorgar a cada ciudadano las competencias
necesarias para vivir, desarrollarse y trabajar en la sociedad de la información. La
alfabetización digital en la actualidad, se corresponde al objetivo de la
alfabetización general que se plantearon en su momento las sociedades
industriales.

El potencial de innovación de las tecnologías de la información y


comunicación juega un papel decisivo en la sociedad, pero también genera una
necesidad prioritaria, que es la de impedir el ensanchamiento de la “brecha digital”
entre quienes tienen acceso a los nuevos conocimientos y quienes no lo tienen.
Distintas líneas de acción deben implementarse y relacionarse para llevar a cabo
estos procesos en este nuevo contexto social, son fundamentales: la
infraestructura y el equipamiento, la formación en todos los niveles educativos,
como así también de la sociedad, las empresas y los ciudadanos en general,
generar cada vez mejores servicios y contenidos de calidad e ir forjando redes de
conexión y cooperación por distritos, regiones, naciones y los distintos actores
sociales.

Los nuevos enfoques pedagógicos se encuentran centrados en los


alumnos, como protagonistas de un futuro cambiante, pero los docentes no se
encuentran fuera de ese futuro, son parte de él también. Aparecen nuevos retos y
necesidades no sólo de las instituciones escolares, sino de la sociedad en su
conjunto. Nos encontramos ante desafíos como;

 La necesidad de mostrar el valor agregado de los nuevos entornos de


aprendizaje.
 La necesidad de crear indicadores y puntos de referencia para los
responsables de las tomas de decisiones.
 La necesidad imperiosa de hacer hincapié en la calidad educativa, las
normas y la pedagogía.
 Prestar mayor atención a la formación docente, modernizando los
sistemas de educación y formación.
 La necesidad de reforzar la investigación y los convenios entre el sector
público y privado.
 La conveniencia de fomentar el uso de los nuevos espacios de
aprendizaje (e-Learning y blended learning) como mecanismo de
inclusión y compensación frente a la carencia de cualificaciones (e-
inclusión) (12)
 La necesidad de contrarrestar la brecha de acceso y digital en general.
La importancia de la alfabetización digital no solo reside en el uso y manejo
de Internet, de los aparatos y soportes electrónicos, sino que pueden estar
integrados de maneras muy diversas en las actividades cotidianas, pero es
primordial tener en cuenta que se puede lograr con la información a la que se tiene
acceso, como se la utiliza, se la capitaliza y qué lectura se hace de ella. Por un
lado, el uso de Internet presupone un buen manejo de la lengua materna como de
otras lenguas y admite unas capacidades informáticas básicas. Por otro, se
requiere toda una gama de competencias nuevas: competencias mediáticas;
creación, producción y utilización de nuevos servicios digitales; diseño de nuevos
objetos y juegos educativos.

A partir de estas consideraciones, debemos tener en cuenta distintas líneas


de acción y hacia quienes van dirigidas, para poder iniciar la alfabetización digital
primero deben contrarrestarse las distintas brechas, fundamentalmente la brecha
de acceso, como ya hemos considerado en el módulo correspondiente, a partir de
ello se debe tener la determinación y lograr la difusión de buenas y nuevas

12
( ) Programa Plurianual de eLearning (2004-2006) – UE.
prácticas en la aplicación de las nuevas tecnologías en relación al aprendizaje y
así mermar la brecha digital. También debemos mejorar el acceso a las TIC para
aquellos individuos con dificultades para hacerlo, como es el caso de los niños y
jóvenes que corren riesgo de marginación por abandono del sistema escolar.

Las acciones dirigidas para estos casos son transversales, fomentando el


aprendizaje digital, debemos poner atención a los diferentes estilos de
aprendizaje, las diferentes didácticas a implementar, buscando el reconocimiento
de la diversidad de procedencias en términos territoriales y de estratos
socioeconómicos. En este nuevo panorama, pueden utilizarse con fines
educativos, todos los medios en general, desde la televisión, la radio hasta las
nuevas herramientas usadas para el aprendizaje y el trabajo colaborativo en
entornos virtuales; el empleo de juegos interactivos facilita el acceso a los
alumnos y genera espacios de curiosidad y nuevo interés por parte de ellos. El
desarrollo de estas nuevas herramientas favorece la adquisición del conocimiento
significativo, la educación ciudadana, la comunicación intercultural y motiva a las
personas adultas a adaptar sus capacidades.

La innovación pedagógica es un factor clave para el acceso a las distintas


prácticas escolares dirigidas a la alfabetización digital, muchas experiencias
realizadas a tal fin conllevan estrategias lúdicas, que constituyen uno de los
rasgos de éxito de experiencias relacionadas con las TIC y con el “aprendizaje
intuitivo” de las mismas; los juegos interactivos se convierten así en una
herramienta motivadora para los alumnos, accediendo de esta manera, al inicio
del uso de las nuevas tecnologías y por ende se incorporan al mundo digital de
una forma menos rígida y más entretenida. Podemos considerar estos tipos de
trabajo como un intento de flexibilización de los métodos de enseñanza, tanto
tradicionales como digitales.

La idea de alfabetizar digitalmente a través del juego se convierte en algo


mucho más innovador cuando, además se incorpora a la estrategia de promoción
inicial, se suma la articulación a un nuevo soporte, es decir, el desarrollo de un
medio poco frecuente en las estrategias tradicionales; por ejemplo la utilización de
telefonía móvil para la alfabetización digital a través del juego virtual o a través del
uso de recursos y contenidos digitales. Ambas estrategias permiten a los alumnos
que acceden a estas tecnologías la posibilidad de personalizar los contenidos y la
elección de los recursos, en definitiva pueden adaptar la tecnología a sus
necesidades.

Dentro de todas las posibles estrategias que implican un nuevo soporte o


medio en la alfabetización digital, también es importante pensar en el desarrollo de
estrategias paralelas de alfabetización ante soportes tecnológicos como: la
implantación de los sistemas telefónicos de última generación; las Tablets, el
desarrollo de la televisión digital interactiva; y el desarrollo de la Web 2.0 y la
próxima Web 3.0. Los métodos más tradicionales de alfabetización digital suelen
ser más lentos, tediosos y en muchos países ya han sido superados por estas
acciones innovadoras del “hacer para aprender”. Las propuestas acá
mencionadas van dirigidas exclusivamente a la escuela, pero ella no es la única
institución u organismo que puede facilitar e impulsar la alfabetización digital en
una comunidad, en este proceso pueden participar Universidades, ONGs,
empresas privadas, Institutos de investigación e incluso sindicatos y gobiernos de
distintos países, donde se busca que las naciones con mayor índice tecnológico
apoyen y refuercen a las naciones con un índice menor de desarrollo,
complementándose para satisfacer sus necesidades y demandas.

La innovación es un elemento indispensable para facilitar el acceso a las


nuevas tecnologías, pero queremos destacar que el fin no es la mera
alfabetización digital, como el acto de manejar, leer y escribir a nivel multimedial,
como señala Alfonso Gutiérrez (13) “No solo se trata de escribir y leer multimedia,
sino de desarrollar las aptitudes necesarias para disfrutar leyendo y escribiendo,
para interpretar de manera crítica y productiva el sentido de lo que se lee y ejercer
plenamente el derecho a recibir, producir y transmitir información multimedia”.

13
( ) Gutiérrez, A. “Alfabetización digital. Algo más que ratones y teclas” – Editorial Gedisa, 2003.
Es cierto que los alumnos suelen conocer mejor los medios digitales que los
docentes pero eso no quiere decir que sepan utilizarlos en su máximo potencial,
con frecuencia buscan y utilizan información presente en la Web pero desconocen
la mayor parte de recursos que tienen a su disposición. Es con este ejemplo, que
queremos resignificar el rol del docente en el proceso de alfabetización digital
crítica, el concepto “alfabetizar” cobra una dimensión profunda, donde se tratará
de lograr la competencia de comunicación lingüística sumada a la digital, desde la
perspectiva en la que el alumno el protagonista de este proceso, iniciar el camino
de “aprender a aprender”, con autonomía, desarrollo de la creatividad, iniciativa
personal para encarar los problemas. El docente es el encargado de guiar,
mostrar; es el organizador y orientador de cómo buscar la información, de cómo
valorar la información a la que se tiene acceso, de señalar la necesidad de
confrontar la información con varias fuentes (gráficas, virtuales, audiovisuales,
bibliográficas) en definitiva deja de ser un difusor de conocimiento para pasar a ser
un formador de hiperlectores.

Para la promoción de la alfabetización digital y la merma de la brecha digital


es necesario tener en cuenta distintos factores como: el nivel de renta o ingresos
disponibles, la edad o el alcance territorial de un proyecto. Los ingresos serán,
los que determinen la inclusión o no para disminuir la brecha digital de acceso,
pero no deben descuidarse otros elementos que la configuran, como es el caso de
la no-inclusión de personas mayores o que están fuera del sistema formal
educativo; en cuanto al alcance territorial, se debe tratar de establecer, a futuro, en
qué ámbitos geográficos hay que incidir en materia de cultura digital para evitar el
aislamiento de las regiones.

Es necesario un análisis de estos factores para reforzar la elaboración de


herramientas adaptadas a necesidades específicas, como también la conexión de
las acciones de inclusión digital con las de promoción del empleo y la igualdad
social, traspasando las fronteras de los sectores relacionados con la educación y
la formación ligadas a determinados empleos; la alfabetización digital debe ser un
proyecto abarcativo a los ciudadanos en general que les permita el acceso a
recursos, servicios, colaboraciones e intercambios, no importando la distancia en
que se encuentren entre si los individuos, ni las limitaciones geográficas que se
presenten.

No obstante, la mayoría de las investigaciones en este tema ponen el


acento en el aprendizaje ya que las TIC o uso de distintos soportes digitales no
son, por si mismas, una garantía de mejoras en la calidad del aprendizaje. El
aprendizaje en línea o con el uso de nuevas tecnologías aplicadas, es un
concepto dinámico y evolutivo, que se gesta y proviene del concepto tradicional
de aprendizaje y educación, adaptado a las especificidades del entorno en el cual
se desarrolla el proceso.

De tal manera la educación digital supone un cambio de paradigma, una


transformación en los modelos, contenidos y métodos que, en definitiva, son los
que permiten que los recursos y servicios digitales y online, así como las
colaboraciones e intercambios, sean valores reales acrecentados con el proceso
educativo, de manera permanente y a lo largo de la vida; esto último conlleva una
exigencia a los usuarios, que es, la de tener conocimientos previos que le
permitan aprovechar las tecnologías con fines educativos.

No debemos olvidar que el punto de partida para entender la alfabetización


digital es: la adquisición de la competencia técnica para ser usuarios de las TIC,
entendidas en un sentido amplio; a esto se le suma la adquisición de las
capacidades intelectuales y prácticas necesarias para que los individuos puedan
desempeñarse plenamente en la sociedad de la información. Estos conceptos son
aceptados por la mayoría de los especialistas en el tema, pero el punto de
inflexión se plantea, ante la capacidad técnica (inevitable) y la profundidad que
abarca este concepto. Para algunos de ellos, basta con tener conocimientos
elementales para acceder al uso de las TIC y con ello ya podemos considerar a un
individuo digitalmente alfabetizado; en cambio, para otros investigadores, éste
proceso se logra cuando, además, un individuo adquiere la capacidad de producir
en los nuevos medios y para ello son necesarias capacidades técnicas más
elaboradas y avanzadas.

En el primer caso podemos considerar que se genera un ambiente inclusivo


y más confortable para aquellos individuos que componen la brecha digital y así se
animen a participar en actividades de formación, en cambio en el segundo caso se
corre el riesgo de exclusión al verse intimidados por la tecnología actual. Debemos
entender que este camino es un proceso, que no solo depende de los criterios de
quienes alfabetizan digitalmente, sino también, de las sensaciones y posturas
frente a las tecnologías de los individuos a alfabetizar. En todo caso, las
competencias técnicas mínimas tendrán que ser suficientes, para que los
individuos al menos puedan incursionar con cierta autonomía en el uso de las TIC;
y a partir de esa base fomentar la comprensión de la funcionalidad de las mismas,
en términos de oportunidades y beneficios. Llegar a esta comprensión será lo que
en definitiva orientará el alcance y el esfuerzo en la adquisición de más y mejores
competencias técnicas.

Pensar en red, sea quizá, el cambio propuesto, más sustantivo que exige la
cultura digital, es así que la alfabetización digital demande también una
modificación de las capacidades intelectuales y cognitivas que superen la
linealidad y prospere en entornos no lineales y multimediales. En la sociedad del
conocimiento se hace posible una vida social, económica y política con la
intermediación de las TIC, se plantea una ciudadanía activa y participativa, el
ejercicio de los derechos, la educación y la formación permanente, entre otros, son
prácticas que, en la versión digital, sólo están al alcance de aquellos individuos
que escapan de la brecha digital.

Esto implica la necesidad de estimular el sentido crítico que permitirá hacer


un uso apropiado de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
en beneficio propio y colectivo; de esta manera se conjuga un cúmulo de
capacidades que abarcan desde el aspecto puramente técnico, hasta
competencias intelectuales y de ciudadanía que permiten al individuo desarrollarse
plenamente en la sociedad de la información. Hacia estos campos deberían
apuntar las acciones de difusión y formación específica en la promoción de la
alfabetización digital, proceso que se da como resultado de la incorporación
masiva, sistemática y trasversal de las TIC sobre todo en la educación formal, en
cuyo sistema recae la responsabilidad de promoverla.

Es también, sobre el sistema educativo que recae la posibilidad real y


material de disminuir los distintos tipos de brecha, sean transversales; señaladas
como las que trasponen a distintos países de una misma región, o verticales, que
son inherentes a cada país y que se dan en todos los niveles del tejido social. Las
brechas se instalan y crece según la condición socioeconómica, el nivel
socioeducativo, la edad, la procedencia, la condición y entorno laboral, la zona
geográfica y la comunidad donde se vive, el género, las condiciones físicas y de
salud.

En definitiva, los individuos más susceptibles a integrar estas brechas son


los que se encuentran en estado o riesgo de exclusión social, el primer eslabón
para encontrar y plantear soluciones concretas y pertinentes para paliar y
posteriormente erradicar las brechas son los estados, pero la difusión de estas
soluciones, en la mayoría de los casos, se plantean para ser llevadas a cabo en
las instituciones escolares.

Como podemos apreciar, el proceso de disminución de las brechas


digitales, la alfabetización digital y la influencia de las TIC, se encuentran en una
relación tan estrecha que es casi imposible analizar uno de estos conceptos sin
hacer referencia a uno de los otros dos, se encuentran tan interrelacionados que
en realidad las acciones de mejora sobre uno de ellos conlleva una acción
implícita sobre otro.

Como señala Victoria Camps Cervera ( 14), al referirse a la cultura digital,


para poder alfabetizar en algo o adquirir una cultura determinada hay que saber en
qué consiste ese algo o esa cultura. Señala uno de los problemas que tenemos

14
( ) Filósofa y Catedrática española.
con las TIC, quizá el fundamental y es que “reducimos la alfabetización o la cultura
en y para las TIC al aspecto tecnológico”.

No basta con equipar las escuelas, las empresas, los organismos públicos
y los hogares de ordenadores, es un error limitarse al valor de la técnica o incluso
sobreestimarlo. La tecnología es la base, pero hay que llenarla de contenidos. La
cultura digital es una nueva cultura, ante todo, porque es tecnológica, pero
también porque exige, tanto que los contenidos a transmitir se adapten a las
nuevas tecnologías, como la creación e invención de contenidos derivados de un
contexto que cambia las formas de vivir, de conocer la realidad, de enseñar, de
aprender y de comunicarnos.

Debe corregirse el reduccionismo tecnológico, para que la sociedad de la


información o del conocimiento deje de ser lo que hasta ahora es: un mercado de
la información, donde se ofrece y se demanda información; y donde las personas
se comunican por unos medios diferentes a los tradicionales, pero no se crea una
auténtica sociedad de la información.

La autora nos destaca, que se debe dar un cambio de cultura en todos los
ámbitos imaginables y en ese cambio deben tenerse en cuenta tres aspectos
básicos:

1- Una nueva forma de aprendizaje y de relación interpersonal, para lo que hay


que aprender nuevos lenguajes y aprender a relacionarse a través de artefactos
telemáticos. Por lo tanto, la alfabetización digital consiste en una competencia
lingüística o comunicativa nueva.

2- Aparece una forma distinta de ver el mundo, un nuevo espacio social


relacionado a una nueva experiencia comunicativa. Además de constituir un
cambio epistémico, o como consecuencia de ello, la cultura digital tiene que
afectar al sistema y a los escenarios educativos.

3- La existencia de un nuevo entorno digital no significa que los entornos


tradicionales deban desaparecer o quedar absorbidos por el nuevo. Haciendo
referencia a la hipótesis de Javier Echevarría (2000) sobre “Los tres entornos”
desarrollados por la especie humana: el entorno natural; el urbano y el entorno
tecnológico. El hecho de estar viendo nacer un entorno nuevo no ha de implicar
que desaparezcan los otros dos, este entorno tecnológico habrá de convivir con
los dos primeros, como el entorno urbano ha convivido con el natural. Desestimar
los logros alcanzados anteriormente sería otra forma de reduccionismo
tecnológico.

Consideraciones finales:

…”La historia de la educación nos ha enseñado, a veces, en


forma dolorosa que la transformación educativa es un
proceso sistémico. Ninguna variable, por sí sola, logra
transformar la educación. Pero la historia también nos enseñó
que no se puede transformar la educación pretendiendo hacer
todo al mismo tiempo”. Juan C. Tedesco (1998).

Las Nuevas Tecnologías y la alfabetización digital ya forman parte de la


historia de la educación; pero los cambios que se están observando varían en
profundidad y velocidad de un país a otro, entre regiones dentro de un mismo país y
entre continentes.

El cambio está presente y plasmado, pero el rol que debe jugar la escuela
en este aspecto no debe ser dejado a un simple acto de “voluntariado” por parte de
los actores escolares que tienen la responsabilidad de guiar a los que a ella
ingresan. La brecha entre escuela y sociedad sigue existiendo, deberá el sistema
escolar considerar esta brecha y en qué medida y cómo tratará de reducirla, porque
mientras estas diferencias existan se hará más profunda esta fractura o
distanciamiento entre el camino de los docentes, con una visión de alfabetización
tradicional a los que les toca aplicar en sus prácticas escolares una nueva
herramienta y el camino de los alumnos con una estructura de pensamiento distinta
que los lleva a un modo diferente de procesar y articular el conocimiento a través
de los contenidos.
Hacemos hincapié en la necesidad de una nueva forma de destreza crítica,
del desarrollo de una facultad, aún desconocida, para seleccionar la información
brevemente, con un nuevo sentido común.

Lo que se necesita es una nueva forma de educación para desarrollarse en


un nuevo mundo, sin dejar de pensar en si es en definitiva productiva o no la
“alfabetización digital”. Podemos preguntarnos en cuanto a qué debe ser productiva
y las respuestas que consideramos son amplias, entre ellas: debería hacer más
productivo el trabajo docente y del alumno, un facilitador a la hora de enseñar y de
aprender, los individuos alfabetizados digitalmente pasan por un proceso que
otorga valor agregado, en el caso de la escuela es válido tanto para los docentes y
los alumnos, siempre y cuando la planificación de acciones a seguir tengan un real
conocimiento de a dónde se quiere llegar.

Este valor agregado no puede ser considerado como un mero adorno


curricular, sino para permitir la inserción de las nuevas generaciones en el mundo
del trabajo, ser más productivos y por ende aumentar las posibilidades de acceso y
mejora laboral, social y cultural. Las habilidades y conocimientos que tiene una
persona se van adquiriendo durante toda su vida, es un proceso constante,
continuo y gradual; pero lo que sí es claro que cuanto más mejoran en habilidades y
conocimiento los individuos, mejora el acceso a superiores niveles de vida.

Por algunos de estos motivos, es que las naciones han puesto parte de su
accionar socio político en generar políticas relacionadas a la inclusión social y la
alfabetización digital, el acceso a mejores niveles de vida marca en parte una de las
diferencias entre las naciones que forman el mundo desarrollado y las que forman
parte de las naciones en vías de hacerlo.

De esta manera, no debemos dejar de evaluar el papel del Estado en el


camino de la “alfabetización digital”, que no sólo es partícipe con las políticas
relacionadas a este tema, sino también brindando la infraestructura necesaria para
la capacitación y el acceso cotidiano a las nuevas tecnologías.
La tendencia y la voluntad de acercamiento en muchos casos están
presentes, pero para lograr que las Nuevas Tecnologías respondan a las
expectativas en ellas apoyadas, se deben tener en cuenta tres pilares:

1- Políticas educacionales y gubernamentales serias y viables.


2- La alfabetización digital desde la noción de alfabetización crítica, y
3- El compromiso real de los actores escolares, donde incluimos: alumnos,
docentes, padres, directivos y el propio Estado.
En definitiva se necesita una triada de sujetos para llevar a cabo una
“alfabetización digital” eficiente: los alumnos, como representantes de las
necesidades sociales, los docentes como los mediadores para acceder a la lectura
crítica y el Estado que debería brindar la infraestructura y el marco legal donde ésta
se desarrollará.

No queremos dejar de considerar la importancia de la transversalidad de la


“alfabetización digital” en los contenidos escolares, este concepto apareció hace
dos décadas atrás, en los diseños curriculares de base. Con el término “transversal”
se alude a la ubicación o al espacio que se pretende ocupen ciertos contenidos
dentro de la estructura curricular de cada ciclo o nivel.

De tal manera los contenidos son concebidos como ejes que atraviesan en
forma longitudinal el currículo, y en torno a ellos se articulan los temas de las
diferentes áreas de formación, pero sobre todo en la formación ética y ciudadana
de los individuos. Destacamos que la “alfabetización digital” está relacionada a
todas las áreas del conocimiento pero es un emergente de una nueva Sociedad.

Cuanto más fuertes sean los lazos entre estos pilares, la escuela permitirá
darles a sus alumnos las herramientas necesarias para incluirse en la Sociedad del
Conocimiento y permitirles evolucionar como individuos plenos y libres.

Actividades de revisión y reflexión


1- Señale en qué contextos están impactando las TIC ¿La institución escuela
puede permanecer ajena al mismo?

2- ¿Cuál es la relación existente entre brecha digital, la alfabetización digital

y la exclusión?

3- ¿Por qué la incorporación de las Nuevas Tecnologías de la Información y

la Comunicación (NTIC) y la Alfabetización digital se encuentran ligadas a las

políticas de igualdad?

4- Señale que metas ha propuesto la UNICEF en relación a la educación y las

nuevas tecnologías.

5- Complete el siguiente cuadro indicando algunas características de cada

uno de los entornos de aprendizaje señalados:

E N T O R N O S

FORMAL INFORMAL NO FORMAL VIRTUAL


6- Según las corrientes de aprendizaje actuales ¿cómo influyen las mismas
sobre las TIC y viceversa?

7- En relación al estudio de caso que se planteó ¿considera que se ha

logrado una alfabetización digital o una alfabetización instrumental?

8- Analice la siguiente afirmación, indique si es correcta y justifique su

respuesta: “Podemos tomar como sinónimos los procesos de “educar para

los medios” y el de “alfabetizar en medios”

9- Señale las características de la alfabetización crítica. ¿Por qué es

importante llegar a este nivel?

Bibliografía

Boletín DINIECE Nº3. Temas de Educación: "Los formadores de docentes


del sistema educativo argentino". IIPE - UNESCO y Área de Investigación
DiNIECE, 2007.
http://diniece.me.gov.ar/images/stories/diniece/publicaciones/boletin/Boletin%2
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Buckingham, David - “Más allá de la Tecnología. Aprendizaje infantil en la


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Burbules, N. y Callister (h), T. – “Educación: riesgos y promesas de de las


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 “La integración de las TIC en la escuela, indicadores cualitativos y metodología


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www.oei.org.es

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