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INTRODUCCION……………………………………………………………………………………………………………. 4
3.1.1 El Conocimiento…………….…………….…………….…………….…………….…………….…… 7
3.4.4 Política…………….…………….…………….…………….…………….…………….…………….. 20
4. ACTIVIDADES…………….…………….…………….…………….…………….…………….…………….………… 22
4.1 De comprensión…………….…………….…………….…………….…………….…………….………….. 22
4.2 De aplicación…………….…………….…………….…………….…………….…………….………………… 22
En nuestro estudio nos referimos al “empirismo ingles”, que como corriente filosófica se origina
en las Islas Británicas durante los s. XVII y XVIII. Esta corriente, al igual que el racionalismo,
coloca en el primer plano de su reflexión el “problema del conocimiento”.
Racionalismo y empirismo son dos corrientes filosóficas con dos maneras diferentes de teorizar
sobre el conocimiento y sobre el método a aplicar para obtener conocimientos validos.
Mientras que racionalismo fundamenta el conocimiento en la “razón” del sujeto cognoscente e
incorpora el método “deductivo”, tomando como modelo las matemáticas, el empirismo
fundamenta el conocimiento en la “experiencia” del sujeto que conoce e incorpora el método
“experimental”, tomando como modelo las ciencias naturales.
Los empiristas conciben la “experiencia” como “aquello que tiene lugar en la mente a partir de
los datos que provienen de los sentidos”. Para ellos el origen del conocimiento será la
experiencia y la validez de las ideas dependerá absolutamente de que tenga origen en la
experiencia.
Por lo tanto para los filósofos empiristas ingleses va a ser “cierto” lo que para Descartes era
“confuso”: lo empírico, lo que le es dado a la mente simplemente como dato. Rechazan las
“ideas innatas” pues todas las ideas se originan en la experiencia.
Entre los rasgos principales que caracterizan al empirismo ingles podemos señalar los
siguientes:
Nació en Westport (Inglaterra). Viajo a Francia y a Italia, donde conoció a Galileo. Su obra
más importante es “Leviatán”.
3.1.1 El conocimiento
Llama efecto o apariencia a los datos empíricos; sobre ellos la razón, como facultad, trabaja
para conocer sus causas. Según lo anterior distingue dos tipos de conocimiento: el
conocimiento de los efectos (hechos empíricos) que recordamos, y el conocimiento de las
causas, que es condicional, pues depende de que el conocimiento de los hechos se dé.
Según Hobbes, los hombres, en estado, son iguales, pero cada uno persigue su propia
conservación y el placer, lo que genera enfrentamientos y desconfianzas hacia los demás. De
ahí su aforismo: “Homo hómini lupus” (el hombre es lobo para el mismo hombre). Estos
enfrentamientos, surgidos de las pasiones humanas, producen un estado de guerra donde cada
individuo depende de su propia fuerza para su conservación y seguridad.
Para salir del estado y conseguir la paz y la seguridad, considera Hobbes, que el hombre debe
servirse de su recta razón y así evitar su destrucción. El dictado de la recta razón, para él, es
como una norma de prudencia que actúa como causa eficiente para construir una sociedad
civil, que le sea útil. Desde esta sociedad, los hombres realizan un “pacto” entre ellos por el
que transfieren su poder y su fuerza a un tercero, monarca o asamblea, y este puede utilizar
ese poder como crea conveniente para lograr la paz común. La autoridad que adquiere ese
tercero con el pacto es absoluta e inalienable. Dadas las circunstancias políticas por las que
atraviesa Inglaterra, propone como modelo de Estado una monarquía absoluta, que presente al
pueblo.
Nació en Bristol (Inglaterra) perteneció a una familia liberal y cursó sus estudios de filosofía,
medicina y ciencias naturales (física y química) en la universidad de Oxford. Unido al partido
liberal inglés, siguió sus propuestas. Por sus ideas políticas vivió algún tiempo desterrado en
Francia y Holanda, volviendo definitivamente a Inglaterra en 1689, después de que la
“revolución de 1686” expulsase del trono al monarca absoluto Jacobo II y que el trono fuera
ocupado por Guillermo de Orange. Fue nombrado Lord Canciller en este gobierno.
Sus obras más importantes son: Ensayo sobre el entendimiento humano, Tratados sobre el
gobierno civil y Carta sobre la tolerancia.
Como paso previo a la teoría del conocimiento, cree adecuado comenzar con una “estrategia
negativa”, es decir, refutando la teoría de las ideas innatas. Observa que algunos filósofos
admiten la existencia de ideas innatas en los principios lógicos y en las normas morales,
argumentando que estas normas y principios son universalmente aceptados cono verdadero.
Locke, analizando las normas morales, observa que varían según los tiempos; y, en cuanto a los
principios lógicos, dice que son evidentes para gentes adiestradas en estos temas, pero no para
todos los hombres. Luego no se pueden admitir la existencia de “ideas innatas”.
Dado que no se puede aceptar la existencia de ideas innatas, Locke considera a la mente
como “un papel en blanco” o “como una tabla rasa”.
¿Cómo adquiere la mente los conocimientos? Para Locke todos los conocimientos proceden de
la “experiencia” a través de los sentidos.
a. Los “sentidos externos” nos informan de los objetos externos a través de impresiones
que reciben de las cualidades materiales de ellos. Ahora bien, los cuerpos están dotados de dos
clases de cualidades:
“Primarias”, que son cualidades objetivas, es decir, pertenecen a las propiedades que
tienen los cuerpos, como: solidez, extensión, figura, movimiento, etc.
“secundarias”, que son cualidades subjetivas, es decir, capacidades que tienen los
cuerpos de causar en el sujeto impresiones, y que impulsivamente llegan a la mente
produciendo “sensaciones”: de blanco, amarillo, calor, blando, dulce, amargo, etc.
Las sensaciones reciben el nombre de “ideas de sensación”, pues Locke considera que el sujeto
empieza a tener ideas a partir de la primera sensación que recibe.
b. Los “sentidos internos” nos informan de las operaciones internas que la mente realiza,
como percibir, pensar, dudar, creer, razonar, conocer, querer, etc. Estas operaciones de la mente
realizan actividades diferentes y producen ideas de esas actividades. A estas ideas producidas
por la mente internamente a partir de las ideas de sensación, las llama Locke “ideas de
reflexión”.
Locke tiene un concepto muy particular de la “idea”; la concibe como “todo lo que la mente
percibe en sí misma, es decir, todo lo que es objeto inmediato de sensación, de percepción, de
pensamiento, de entendimiento”. Se ocupa extensamente del tema de las ideas, y de acuerdo
con la costumbre de la época –muy dada a clasificar—lleva a cabo una clasificación muy
minuciosa sobre las ideas.
a. “Ideas simples”: Son aquellas que la mente no puede descomponer en otras. Le llegan
por separado a través de los distintos sentidos, aunque en las cosas están mezcladas en el
mismo objeto. Son ideas simples la frialdad de un pedazo de hielo, el sabor dulce del azúcar o
el perfume de una rosa.
Atendiendo al “modo” como llegan a la mente, clasifica las ideas simples en:
Ideas que llegan por “un solo sentido”, como el calor, los ruidos.
Ideas que llegan por “más de un sentido”, como la del espacio o extensión (vista y
tacto).
Ideas que se obtienen mediante “la reflexión”, a través de los sentidos internos, como
las ideas de percepción o volición.
Ideas que se obtienen por “sensación y reflexión”, como el placer, el dolor, etc.
b. “ideas complejas”. La mente, que ante las ideas simples ha sido pasiva o receptiva, una vez
que posee dichas ideas tiene un poder activo, con el cual produce ideas complejas. Entre las
producciones complejas que realiza la mente, podemos destacar:
Como vemos, la mente puede producir infinidad de ideas complejas. Sin embargo, Locke
distingue tres tipos de ideas complejas:
“Ideas de modo”: son determinaciones que se dan en un ser (o cosa) y que, por tanto,
no existen por sí mismas. Ej.: correr, triunfar, poder, etc. son formas de ser de un
hombre; triangulo, cuadrilátero, polígono, etc. son formas de la idea de extensión.
“Ideas de relación”: resultan de la oposición o comparación de una idea con otra. Son
ideas de relación las ideas de causa-efecto, tiempo-lugar, medida-grado.
“Ideas de sustancia”: son colección o combinación de ideas simples que se toman para
representar cosas particulares que subsisten por sí mismas. Ej.: hombre, rosa, caballo,
etc.
“Claras”, cuando la mente tiene una percepción plena y evidente. Ej.: la que tengo del
blanco de la pared.
“Oscuras”, cuando la mente no tiene percepción clara.
“Distintas”, cuando la mente percibe la diferencia con las demás.
“Confusas”, cuando la mente no distingue suficientemente la diferencia con las demás.
“Identidad”: Percibimos que una idea es idéntica a sí misma o que una idea es lo que es
y no otra cosa. Ej.: lo azul es azul y lo azul no es amarillo.
“Relación de causa-efecto”: Percibimos las implicaciones que provienen de ideas que
son “arquetipos” engendrados por la mente. Ej.: “La suma de los ángulos de un
triangulo es igual a dos rectos”. Nos hemos formado una idea de triangulo como
realidad geométrica y derivamos por la relación causa-efecto la idea de recto.
“Conexión”: Percibimos que unas ideas van acompañadas de otras ideas y que esta
conexión solo podemos hacerla a través de la experiencia. Ej.: “Los metales so buenos
conductores de calor”. Pero no podemos saber porque esa conexión de ideas va
siempre agrupada.
Locke está convencido de que el conocimiento no se extiende más allá de las ideas, y estas
tienen origen en la experiencia. Sin embargo, no duda de que exista una realidad distinta de
nuestras ideas.
Locke al rechazar las ideas innatas niega también la posibilidad de que existan principios
innatos de carácter moral. Nuestras ideas morales se derivan de la experiencia, como todas las
demás. No obstante, Locke no niega la posibilidad de conocer los principios morales, pues
comparando las ideas se descubren relaciones de acuerdo o desacuerdo, lo que permite
formular ideas morales. Sostiene que la moralidad es susceptible de demostración como las
matemáticas; por tanto, considera la ética como ciencia demostrativa. Las ideas morales serian
arquetipos, patrones, que permitirían determinar la bondad o maldad de las acciones, en una
línea del más típico racionalismo.
Por otra parte, considera “bueno” lo que aumenta el placer y “malo” lo que causa dolor.
En su obra Tratados sobre el gobierno civil explica la teoría política. En ella refuta primero las
afirmaciones de la iglesia anglicana que defendía la legitimidad del derecho divino de los reyes;
considera que al aceptar el origen divino del poder, aceptaba que los hombres no son libres e
iguales por naturaleza, cuestión que Locke rechazaba.
Refuta también la teoría de Hobbes que afirmaba que los hombres en el estado natural tenían
un derecho ilimitado hasta donde se extendiese su fuerza. Frente a esta teoría, Locke sostiene
que el estado natural del hombre es un estado de “igualdad y libertad”, regido por la ley
natural, la razón por la cual los individuos respetan a los demás y sus propiedades.
La causa del estado en que se encuentra la sociedad considera que es la “propiedad privada” y
el “dinero”, pues ha permitido que unos acumulen más que otros y se inicie así un estado de
guerra de todos contra todos, donde cada cual tiene derecho a matar a los demás, si es
necesario, para defenderse.
L amanera de acabar con este estado de guerra es instituyendo una autoridad, que se encargue
de castigar al que comete una infracción, de resolver las controversias y de mantener el orden.
Propone como forma de Estado un gobierno donde la autoridad sea ejercida por poderes
independientes: poder ejecutivo (las leyes indican cómo utilizar la fuerza); ejecutivo (hacer
cumplir las leyes); federativo (derecho a constituir alianzas para mantener la paz).
En su obra Cartas sobre la tolerancia aborda el problema religioso, tal como se presentaba en
su tiempo. Considera que la Iglesia y el Estado deben estar separados. La iglesia es una
sociedad de hombres que se unen espontáneamente para servir a Dios en público. La misión
del Estado se limita salvaguardar los derechos naturales y civiles de los nombres: su vida, su
integridad física, la propiedad y la libertad. Ni el Estado debe atentar contra la libertad religiosa
ni la Iglesia debe impo9ner la religión por medios coercitivos. La religión no debe imponerse
por la fuerza, sino por persuasión; la intolerancia termina por volverse contra quienes la
practican.
Locke dice: la idea es todo lo que percibimos o conocemos y solamente conocemos ideas;
nuesta5rs ideas son representaciones de la realidad exterior.
Ante estas afirmaciones, Berkeley dice: si no conocemos la realidad exterior, sino solo las ideas,
¿Cómo podemos afirmar que las ideas son la representación de la realidad? Para Berkeley
conocemos las ideas pero también conocemos las cosas, luego las cosas son ideas, no hay
cosas e ideas sino solo ideas. Según él, el ser de las cosas es el “ser percibidas”.
Por lo tanto, no existen las cosas fuera de la mente: la única realidad es la mente que las
percibe. ¿Por qué las percibe? ¿De donde recibe las impresiones? No de las cosas (que no
existen); luego tienen que venir de Dios. Dios nos impone esa percepción. Con estas
conclusiones Berkeley llega a un idealismo inmaterialista.
Nació en Edimburgo (Escocia). La familia deseaba que se dedicara al estudio del derecho y al
comercio, pero el consiguió realizar lo que realmente le entusiasmaba, que era dedicarse a la
filosofía y a la literatura. Viajo a Francia donde escribió, en las proximidades del Colegio de La
Fléche, su primera y más importante obra: Tratado de la naturaleza humana. Tres años más
tarde volvió a Londres a publicarla, pero el fracaso fue total.
Fue un autor polémico, hasta el punto de que la iglesia anglicana considero sus escritos
“subversivos para la religión y los fundamentos de la moral”, por lo que pidió fuera
excomulgado. La iglesia católica instituyó sus libros en el “Índice de los libros prohibidos”.
También las autoridades académicas le rechazaron por sus ideas heréticas cuando, en repetidas
ocasiones, pretendió la cátedra ética y lógica en la universidad.
Hume pretende señalar con precisión los asuntos en los que a su juicio se puede esperar
conseguir seguridad y convicción: los que se refieren al conocimiento humano y los temas
morales.
Tal propósito solo se puede lograr construyendo la ciencia de la naturaleza humana, es decir,
una ciencia que se preocupe por el alcance y validez de nuestros conocimientos y, también, de
los sentimientos, pasiones, que se refieren a la conducta humana. Esta ciencia del hombre será
la que dará la fundamentación sólida a todas las demás ciencias.
Propone como método para esta ciencia del hombre, el aplicado por Newton en las ciencias
físicas, es decir, la experiencia y la observación. Los principios por los que se rige la moralidad
deben sacarse a partir de una observación cuidadosa de la vida humana, de las relaciones de
los hombres en la sociedad, de sus ocupaciones y de placeres.
Toda hipótesis que pretenda descubrir las últimas cualidades originarias de la naturaleza
humana, en el ámbito del conocimiento como el de la moralidad, deben ser rechazadas desde
el principio, como presuntuosas y quiméricas.
En líneas generales, la teoría del conocimiento de Hume coincide con la de Locke; ambos
consideran que la experiencia es la única fuente de conocimiento y, por tanto, que todas las
ideas proceden de los datos de los sentidos. No obstante, Hume hace algunas precisiones
importantes en su teoría, y que de alguna manera se alejan de la teoría de Locke.
SI Locke había distinguido entre “cualidades” de los objetos e “ideas” que corresponden en
la mente a esas cualidades, Hume va a matizar más lo que se refiere a la representación de las
cosas en la mente.
“Impresión” es el resultado inmediato de una sensación, es decir, de algo que nos han
informado los sentidos.
“Idea”, es el resultado de una operación de la mente sobre los datos previamente obtenidos a
través de las impresiones.
Según lo anterior, el conocimiento se genera en las impresiones y las ideas se originan de las
impresiones.
Tanto impresiones como ideas pueden de:
“Complejas”, las que pueden dividirse en partes y se constituyen por combinación o agrupación
de las simples.
Las impresiones e ideas simples tienen gran semejanza ya que toda impresión aparece después
como idea. Esto no ocurre con las ideas complejas puesto que no siempre estas han tenido las
impresiones correspondientes.
Una de las aportaciones de Hume, que tendrá gran incidencia en la psicología moderna, es
la teoría de “asociación de ideas”.
Si las ideas estuvieran desligadas e inconexas, solo el azar podría unirlas, y sería imposible que
las ideas simples se unieran para sacar ideas complejas. Hume considera que hay una “cualidad
asociativa” por la que una idea lleva a otra. Esta cualidad asociativa funciona con base en dos
factores:
Según Hume todos los objetos de la razón e investigación humana pueden dividirse en dos
grandes ámbitos o reinos, a saber: relaciones de ideas y cuestiones de hechos.
b. Cuestiones de hecho. El objeto de este ámbito de conocimiento son los “hechos”, basados
en impresiones. Este tipo de conocimiento factual no puede tener otra justificación que la
experiencia y, por tanto, la verdad que de las cuestiones de hecho solo puede ser conocida “a
posteriori”.
Ahora bien, ¿Cuál es el fundamento de las conclusiones que se derivan de la experiencia? Para
Hume, todos los razonamientos concernientes a cuestiones de hecho se fundamentan en la
relación causa-efecto. Así, por ejemplo, cuando pongo agua al fuego deduzco que ese fuego
(causa) hará que el agua se caliente o hierva (porque otras veces así ha sucedido), es decir,
superando mi experiencia inmediata, voy más allá del testimonio de mis sentidos.
Los filosofías anteriores, tanto racionalista como escolástica, suponían que la relación causa-
efecto era necesaria para explicar la realidad. Incluso afirmaban que la mejor manera de
entender un objeto era conociendo su causa, ya que el efecto esta de algún modo contenido
en la causa. Luego para estas filosofías la “casualidad” era fundamental para explicar la
realidad.
Hume hace una crítica profunda esta concepción de “casualidad”. Si nuestro conocimiento se
reduce a impresiones de hechos e ideas basadas en esas impresiones ¿podemos tener
impresiones de de hechos futuros? Evidentemente que no podemos tener impresiones de algo
que no ha sucedido.
No obstante, hablamos con certeza de hechos que se van a producir (afirmamos que el sol
saldrá mañana y el agua hervirá si se pone al fuego).
¿Podremos estar seguros de estas verdades? Hemos visto que el criterio de verdad consiste en
saber que a una idea le corresponde una impresión, luego no podemos estar seguros de esas
afirmaciones. Lo que observamos según Hume en esos hechos es la “sucesión constante” entre
el fenómeno y otro, pero no observamos que entre ellos se dé una “relación necesaria”.
Luego lo que se ha venido llamando “casualidad” no es sino una sucesión de fenómenos, pero
entre ellos no existe “necesidad casual” (casualidad necesaria). Por lo tanto, la casualidad,
según él, se reduce a una forma de “asociación de ideas” basadas en la “costumbre”, o habito,
en “suposición" o creencia.
Hume no rechaza totalmente el valor de la “costumbre” pues los datos que nos suministra nos
permiten “creer” que las cosas seguirán ocurriendo como hasta ahora, que las generalizaciones
que hemos realizado hasta el momento seguirán siendo validas en el futuro. Esto es suficiente
para el hombre, pues seria de locos rechazar la gran ayuda que nos brinda la costumbre para la
vida. Además, también es cierto, dirá Hume, que el mundo humano no está hecho de grandes
verdades inmutables y necesarias, sino de verdades puramente probables y cambiantes.
c. Yo: el “yo” es lo que se entiende como sujeto al que se refieren nuestras impresiones e
ideas. Si aparece de algún modo, es como un “haz o manojo” de impresiones, que por
encontrarse asociadas con frecuencia, la costumbre o habito de verlas juntas nos lleva a pensar
en la existencia de él.
Se impone, por lo tanto, según Hume, una posición escéptica respecto a las posibilidades de
nuestro conocimiento. Escepticismo, sin embargo, moderado en cuanto que, a pesar del
resultado de su investigación, en la práctica las cosas van a seguir igual.
Considera que el hombre en su vida a ordinaria debe dejarse dirigir por sus “creencias
naturales”, pues la filosofía y razonamientos del hombre común presuponen creencias que no
son fruto de razonamientos. Por ello, minimiza el papel que la razón juega en la moral. La
razón es una manifestación más de la naturaleza instintiva del hombre. No obstante, la moral,
para él, es una ciencia al igual que la lógica, la crítica y la política, que consiste en aplicar el
método experimental al análisis de nuestras acciones. Orientamos nuestras acciones mediante
juicos morales. Hacemos lo que consideramos bueno y evitamos lo que consideramos malo.
Pero, ¿Dónde fundamentamos nuestros juicios morales?
El juicio moral supone conocer previamente “lo bueno y lo malo” y esto, según él, no puede ser
establecido por la razón, pues no tenemos impresiones e ideas en las cuales basarnos. La
experiencia nos dice que en la mayoría de nuestras acciones nos dejamos llevar más por las
“paciones” que por las ideas, luego el fundamento del juicio moral debe basarse en la vida
emocional.
Esta teoría moral de Hume se ha llamado “emotivismo moral”, por la importancia que concede
al sentimiento como determinante de la acción.
3.4.4 Política
Hume considera el estado de naturaleza una ficción filosófica. Pare él el origen de la sociedad
es la familia y el Estado surge al formarse la sociedad. Su función es administrar justicia.
Su obra más importante: Principios matemáticos de filosofía natural conocida como Principis.
Contiene los contenidos básicos de la física.
c. Espacio tiempo: Define una noción de espacio y tiempo absolutos. El tiempo absoluto, a
diferencia del relativo, fluye de manera constante y con independencia de lo que es
extenso. El espacio absoluto es el que se mantiene siempre igual e inamovible.
4. ACTIVIDADES
4.1 De comprensión
-- Explica la tesis de Berkeley: “El ser del objeto está en el ser percibido”.
-- ¿En que fundamenta Locke la validez del conocimiento y cuáles son sus niveles?
--¿Cuáles son los ámbitos del conocimiento y los objetos de esos ámbitos, según
Hume?
4.2 De aplicación
-- ¿Qué semejanzas y que diferencias encuentras entre las teorías políticas de Hobbes,
Locke y Hume?
Haz una lectura detenida sobre el texto que continuación se escribe, y contesta las
siguientes preguntas:
Texto I
He aquí, pues, que podemos dividir todas las percepciones de la mente en dos clases o
especies, que se distinguen por sus distintos grados de de fuerza o vivacidad. Las
menos fuertes e intensas comúnmente son llamadas pensamientos o ideas; la otra
especie carece de nombre en nuestro idioma, como en la mayoría de los demás, según
creo, porque solamente con fines filosóficos era necesario encuadrarlos bajo un
término o denominación general. Concedámonos, pues, nosotros mismos un poco de
libertad, y llamémosla impresiones, empleando este término en una acepción un poco
distinta de la usual. Con el término impresión, pues, quiero, denotar nuestras
percepciones más intensas: cuando oímos, o vemos, o sentimos, o amamos, u
odiamos, o deseamos, o queremos. Y las impresiones se distinguen de las ideas, que
son percepciones menos intensas de las que tenemos conciencia cuando
reflexionamos sobre las sensaciones o movimientos arriba mencionados.
2. Sitúa el texto en el marco del pensamiento político y social europeo del siglo XVII.
4. Compara la teoría del origen del Estado que expone Locke con la que postula Hobbes.
Texto II
Resulta evidente que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder
común que los mantenga intimidados, se hallan en la situación que se llama de
guerra, y tal guerra es de cada hombre uno contra los otros […] todo lo que es
consiguiente a un tiempo de guerra, donde cada hombre es enemigo del otro,
es, asimismo, consiguiente al tiempo en que los hombres viven sin otra
seguridad que la que sus propias fuerza e inventiva le proporcionan. En tal
situación no hay ningún lugar para el trabajo, porque su fruto es inseguro, y,
por consiguiente, no hay ningún cultivo de la tierra, ni navegación, ni uso de las
mercancías que pueden importarse por mar, ni construcción cómoda, ni
instrumentos para mover y eliminar las cosas que requieren mucha fuerza;
ningún conocimiento de la faz de la tierra; ningún computo del tiempo;
ninguna arte; ni letras; ninguna vida social, y, lo que es peor que todo, el temor
constante y el peligro de la muerte violenta, y la vida del hombre, solitaria,
pobre, áspera, brutal y corta. Puede parecerle extraño a un hombre que no ha
pensado bien estas cosas que la Naturaleza haya dividido de este modo a los
hombres y los haya hecho capaces de invadirse y destruirse; y puede, por
consiguiente, al no confiar en esta deducción, hecha por las pasiones, desear
quizá tener confirmado lo mismo por la experiencia. Que se considere, por
tanto, a si mismo, cuando, al emprender un viaje, se arma y procura ir bien
acompañado; cuando, al ir a dormir, cierra sus puertas; cuando, incluso en su
casa, cierra sus armarios; y esto cuando sabe que las leyes y agentes públicos,
armados, para castigar todos los daños que le infieran; qué opinión tiene de
sus compatriotas, cuando todos los daños que le infieran, qué opinión tiene de
sus compatriotas, cuando viaja armado; de sus ciudadanos, cuando cierra las
puertas; y de sus hijos y criados, cuando cierra sus armarios. ¿No acusa tanto a
la Humanidad con sus acciones como yo con mis palabras?