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Revista anual de la Unidad de Historiografía e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
Vol. 11 / N° 2 / ISSN 1515-7180 / Mendoza / Diciembre 2009 / Dossier (31-42)

Glodel Mezilas
Secretario de la Embajada de Haití en México

La revolución haitiana de 1804 y sus impactos


políticos sobre América Latina
The Haitian Revolution of 1804 and its political impact on Latin America

Resumen
Este ensayo analiza las repercusiones políticas que tuvo la Revolución haitiana de 1804 sobre América Latina. Por
ello, se analiza el contexto ideológico europeo y sus repercusiones sobre la región. En segundo lugar, se caracteriza
la revolución haitiana y su ubicación en el sistema-mundo moderno. Luego, se procede a un análisis detallado de la
ayuda de los dirigentes haitianos a los revolucionarios hispanoamericanos y la significación histórica de este gesto.
Palabras claves: Revolución haitiana; Internacionalismo de los oprimidos; Independencia de América Latina.

Abstract
We deal with the political repercussion of the Haitian revolution of 1804 on Latin America. We analyze the European
ideological context and its influence on the region. Secondly, we characterize the Haitian revolution and its position
within the modern-world system. We finally make a thorough analysis of the help given by the Haitian leaders to the
Spanish American revolutionaries and the historical significance of such attitude.
Key words: Haitian revolution; Internationalism of the oppressed; Latin American independence.

Después de Miranda, otros militantes de América encontraron


protección y ayuda de Puerto Príncipe. Pétion ofreció, entre otras co-
sas, hospitalidad y apoyo material al militante por la libertad de México,
el liberal español general Francisco Javier Mina, que estaba preparan-
do una expedición a México (Lekpowski, T. 1988, 232).

Introducción

uestro ensayo aborda los impactos industrial inglesa cambió las estructuras económi-
políticos que tuvo la revolución cas tradicionales. Pese al aislamiento del Estado
haitiana de 1804 sobre los procesos nacional, los dirigentes haitianos desarrollaron lo
de liberación nacional de América Latina, enca- que llamamos un “internacionalismo de los opri-
bezados por la elite criolla en pugna contra la midos” avant la lettre frente a la hegemonía oc-
dominación española, desafiada coyunturalmen- cidental. Es este deseo de libertad, fraternidad,
te por la intervención de Napoleón en España en humanismo, anticolonialismo, antirracismo y an-
1808. Estos dos procesos revolucionarios surgie- tiesclavismo el que los animó a ayudar a la re-
ron en un contexto marcado por grandes muta- gión hispanoamericana en su lucha de liberación
ciones políticas y económicas que trastocaron el nacional. El espíritu revolucionario haitiano reba-
orden tradicional europeo: la Revolución fran- sa las fronteras nacionales para propagar sus prin-
cesa puso en entredicho el orden dinástico ba- cipios en todo el continente, como anunciador de
sado en la legitimidad dinástica y la Revolución las internacionales de los pueblos oprimidos del
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siglo XX. Por eso, dividimos nuestro ensayo en ción de las fronteras no tomó en cuenta los senti-
tres partes. La primera, analiza el contexto histó- mientos; los campesinos fueron también amena-
rico-ideológico en Europa en el marco de la lu- zados porque perdieron las reformas consecutivas
cha de liberación nacional en América Latina. La a la difusión de las ideas de la Revolución France-
segunda, enfatizará las características de la revo- sa; los comerciantes e industriales que se habían
lución haitiana. Y la tercera, muestra cómo esta beneficiado del declive de la influencia de los
revolución va a influir en América Latina median- grandes terratenientes; y por fin, los intelectuales
te las acciones de los dirigentes haitianos. que fueron seducidos por las ideas de la Revolu-
ción (Renouvin, P. 1954, 9). En este sentido, las
ideologías liberales y nacionales se convirtieron en
1- Contexto histórico-ideológico del inicio fuerzas motrices de las revoluciones en Europa
del siglo XIX en el siglo XIX.
América Latina se encontraba entre dos
En el contexto histórico-ideológico de los aguas, dos fuerzas opuestas. Sin embargo, la ten-
procesos revolucionarios en América Latina, dos dencia conservadora prevaleció debido a que
fuerzas ideológicas opuestas se enfrentaron en después de las guerras napoleónicas, esta tenden-
Europa. Por una parte, estaban las antiguas clases cia fue muy fuerte desde el punto de vista políti-
dirigentes fieles a la sociedad del Ancien Régime co. Las otras tendencias se desplegaron en los
(Droz, J .1979). Esta tendencia se cristalizó en lo años treinta, cuarenta sobre todo. Gracias al con-
que se conoció como la filosofía de la Restaura- servadurismo del Congreso de Viena, España es-
ción: una doctrina plasmada en la obra de pensa- peraba regresar con fuerza a América Latina. Al
dores opositores a la Revolución Francesa y las respecto, Manfred Kossok hizo un estudio ex-
acciones de Napoleón en Europa. Encontramos traordinario sobre los intentos de Santa Alianza
en esta visión el tradicionalismo francés, el absolu- para intervenir en la región (Kossook, M. 1983).
tismo real, el rechazo de los derechos individua- No cabe duda de que esta institución conserva-
les, el primer romanticismo conservador, el espíri- dora y reaccionaria quiso intervenir en contra de
tu religioso, la nostalgia de la unidad medieval eu- las naciones hispanoamericanas. Frente a este
ropea con la cristiandad como nexo, la defensa peligro, los libertadores se hallaron en una situa-
de la autoridad y de la jerarquía. Esta tendencia ción complicada. Buscaron ayuda y alianzas para
ideológica se materializó en el Congreso de Viena llevar sus luchas revolucionarias. La situación de
de 1814, caracterizado por tres principios funda- rivalidad entre las potencias hegemónicas euro-
mentales: a) el restablecimiento de las fronteras peas fue una oportunidad para sacar provecho de
europeas destruidas por Napoleón, b) el principio sus contradicciones. Pierre Vayssière muestra que
de legitimidad monárquica y c) el principio de in- la crisis franco-española de 1808 aceleró la rup-
tervención de las grandes potencias en los asuntos tura entre España y sus colonias (Vayssière, P., 36).
internos de los restantes países (Alija Garabito, A. Esta crisis entre España y Francia tuvo una dimen-
2001, 70). Por otro lado, tuvieron lugar las fuerzas sión económica puesto que Francia, por su inter-
liberales representadas por la burguesía que se vención en España, buscó neutralizar la potencia
caracterizó por su afán de ganancia y su ambición inglesa en la Península Ibérica. España se benefi-
de elevarse en la escala social. Asimismo, cabe ció de los productos ingleses que compró (¿con
mencionar otras fuerzas emergentes como pue- precio barato?). Francia de Napoleón quiso pa-
blos despertados por al Revolución francesa. Este ralizar el comercio inglés. Por su parte, España
despertar se vínculó con la idea de nación, nacio- no tuvo la intención de estorbar su comercio con
nalismo, conciencia nacional (Anderson, B. 2006; Inglaterra (Cue Canovas, A. 1982, 202). Jean Franco
Hobsbawm, E. 1991; Hermet, G. 1996; Soler, R. reconoce que la guerra revolucionaria y la inter-
1980; Gellner, E. 1988; Guerrero, A. 1994). Pierre vención napoleónica de España tuvieron un pa-
Renouvin destaca que la solución del Congreso pel en la independencia de América Latina (Fran-
de Viena topó con los intereses y aspiraciones de co, J. 2002, 36). Otros acontecimientos también
los grupos sociales amenazados por la restaura- influenciaron en la región como las ideas de las
ción de los regímenes tradicionales. En estos gru- Luces y la revolución norteamericana (Paz, O.
pos encontramos las poblaciones cuya delimita- 1984, 195).
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Por cierto, estos acontecimientos tuvieron un esta revolución. En cambio, la revolución haitiana
impacto sobre la región. En una gran medida, el fue una mutación radical en las estructuras socia-
pensamiento del siglo XVIII estuvo muy presen- les, políticas, económicas y culturales. Su objetivo
te. La crítica a la autoridad despótica, el derecho tiende a derrumbar las bases del colonialismo mo-
a resistir, las nociones de soberanía nacional, de- derno. Y por eso, significó un cambio histórico en
rechos humanos, autodeterminación de los pue- el sentido de que Hegel dice que un cambio his-
blos, fraternidad, igualdad, libertad tuvieron mu- tórico es “un avance hacia algo mejor, más per-
cho peso. Además, la traducción de la Declara- fecto”. El filósofo alemán escribió que la historia
ción de los derechos humanos en Santafé de de una nación debe ser juzgada de acuerdo con
Bogotá, en 1794, fue muy paradigmática. A nivel su contribución al progreso de la humanidad, a la
teórico, las revoluciones hispanoamericanas se conciencia de sí (Marcuse, H. 1981, 232). Es en este
inspiraron de los modelos franceses y norteame- sentido que hay que ver los impactos de la revo-
ricanos1. El propio Bolívar calificó el imperio es- lución haitiana sobre América Latina.
pañol de despotismo oriental, término que había
utilizado Montesquieu. En este sentido, el pensa-
miento constitucional y político europeo va a in- 2- Las características
fluir en el republicanismo hispanoamericano de la revolución haitiana
(Aguilar, J. y Rojas, R., 2002; Aguilar, J. 2000). El
acontecimiento revolucionario haitiano represen- Esta revolución es la más compleja de los
ta, al lado de las corrientes ideológicas y proce- tiempos modernos (Bosch, J. 1970), pese a que su
sos revolucionarios algo distinto en cuanto a sus relevancia ha sido silenciada por la colonialidad
principios, sus fundamentos y sus alcances. de la historiografía occidental, basada en premi-
No fue una revolución burguesa como la de sas o comprensiones anteriores que tienen a su
Francia o una lucha entre los sujetos occidentales vez como premisas la distribución del poder de
como la Revolución norteamericana, que fue “la registro (Lander, E. 2005, 29). Así, la narrativa de
autoafirmación nacional de la mayor parte del la historia moderna, desde el locus de enuncia-
‘fragmento europeo’ en Norteamérica. Ya que, en ción occidental, oculta la historia de las víctimas
la revolución americana, a diferencia de los movi- y de sus acciones heroicas. Es por eso que mu-
mientos anticolonialistas posteriores, los colonos no chos autores no ven cómo los subalternos logran
luchaban por su autodeterminación política y eco- deshacerse de la lógica imperial occidental.
nómica, sino que eran europeos aclimatados, con Immanuel Wallerstein considera que la revolución
el apoyo de otros europeos. No fue un levanta- francesa proporcionó al sistema-mundo su base
miento de los explotados, sino el perfeccionamien- cultural y, por lo tanto, es el acontecimiento más
to de un derecho ya garantizado parcialmente con importante de la modernidad (Wallerstein, I. 1999).
anterioridad a su auto-administración de la primera Este punto de vista resulta de una falta de cono-
sociedad moderna, próspera, ampliamente alfa- cimiento del acontecer revolucionario haitiano.
betizada, políticamente bien organizada y esta- Dicho acontecer tuvo rasgos característicos que
ble, de Europa fuera de Europa” (Adams, W. 2005, le proporcionan un lugar esencial en la historia
3). Esta idea deja ver los límites ideológicos de del Tercer Mundo al inicio del siglo XIX.

1 No inferimos que estos elementos provocaron la independencia de América Latina, puesto que la lucha contra
la dominación española se remonta muy lejos. Alberto J. Pla sostiene que “durante todo el siglo XVII hay una
serie constante de levantamientos sociales que plantean, algunos claramente, la independencia. En 1725, en
Paraguay, Antequera y sus comuneros hablan de la “soberanía del pueblo”. En 1740-41, en el Perú, el inca
Felipe, tiende a librarse de los españoles, aprovechando el apoyo inglés: ofrece la libertad de comercio a cam-
bio de armas para luchar contra los españoles. En 1765, en Quito hay una insurrección independentista y se
postula una monarquía local donde la corona sería para el conde de Vega Florida. El año 1780 es un momento
culminante de esta agitación revolucionaria continental: en Chile hay levantamientos que defienden un ré-
gimen de monarquía constitucional; en Perú, se da el célebre levantamiento de Tupac Amaru; en Caracas y
Bogotá, aparece Francisco Miranda”. Alberto J. Pla, 1971. La burguesía nacional en América Latina, 43. Buenos
Aires: Biblioteca fundamental del hombre moderno.
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En primer lugar, fue una revolución anti- Haití y toda la revolución de Haití puede
sistémica en el sentido de que puso en entredi- ser analizada a la luz de la obra de Marx.
cho la lógica colonial racista y esclavista que el En este caso, la revolución de Haití es un
mundo occidental impuso al continente america- caso asombroso de revolución marxista ini-
no. El sistema-mundo capitalista se vio desafiado ciada veintiocho años antes de que Marx
por un ejército indígena que rechazó la lógica naciera (Bosch, J. 1970, 299-300).
imperial. Se trata de una ruptura con un sistema.
El destacado historiador haitiano, Leslie François No cabe duda de que esta revolución fue
Manigat, sostiene que la ruptura con el sistema la primera revolución popular en la historia mo-
fue tan inédita e inesperada, en su radicalismo derna. Allí se da lugar la dialéctica del amo y el
victorioso, que esta revolución fue vista como esclavo tal como Hegel lo desarrolla en su li-
inmadura, lo que explica su singularidad coyun- bro Fenomenología del espíritu. Al respecto,
tural, su excepcionalidad inicial y su aislamiento Pierre Franklin Taveres, en un artículo “Hegel
(Manigat, L. 2001, 200). Este historiador habla de y Haití”, muestra que el filósofo idealista alemán
revolución-madre y de una “gran primera regio- conoció las conmociones revolucionarias de Saint
nal” para mostrar que representó una mutación Domingue (Tavares, P. 1992, 113). Lo cual signifi-
radical en el historia del continente. Pese a las ca que su teoría del amo y del esclavo puede
diferentes revueltas permanentes en la época co- haber sido influida por esta revolución. Los es-
lonial, nunca hubo un movimiento tan exitoso clavos haitianos, no tenían miedo de arriesgar su
como el de los haitianos. Walter Mignolo mues- vida para conseguir su libertad. Hegel muestra
tra, a diferencia de I. Wallerstein, que el sistema- que el motor de la historia es la lucha por el
mundo moderno se construye también sobre la reconocimiento, una lucha que se hace desde el
base del colonialismo con el cual Occidente des- riesgo y la puesta en peligro de su vida. El escla-
pliega su lógica dominadora (Mignolo, W. 2007). vo puede lograr la libertad si no tiene miedo de
Dicha lógica fue puesta en cuestión por el acon- la muerte, la lucha y el enfrentamiento. En Haití,
tecer histórico haitiano. esta dialéctica da lugar y conduce a la creación
La revolución haitiana inaugura una nueva del primer Estado verdaderamente libre de Amé-
ontología de la historia con el papel esencial de rica.
las masas populares en el proceso del cambio Esta revolución se hace también sobre la base
social. No se trata de la perspectiva idealista de de la dignidad humana. El escritor haitiano del
la historia de Hegel donde aparece la figura del siglo XIX, Demesvar Delorme, en un libro publi-
gran hombre en el proceso histórico. La revolu- cado en 1873, dice que la independencia no tuvo
ción haitiana muestra que la verdadera fuerza de solamente como propósito, para los ciudadanos,
la historia y de la lucha social son las masas po- autogobernarse sino que buscó crear una civili-
pulares, que sin ayuda, enfrentaron el ejército zación fertilizada por la libertad. Destaca que
imperial de Napoleón Bonaparte (Mercier, L. 1985, estos ciudadanos tuvieron un gran sentimiento de
49). No hablamos de proletariado para evitar todo la dignidad humana (Delorme, D. 1979, 5). En este
eurocentrismo, puesto que la idea de proletaria- sentido, podemos inferir que esta revolución
do supone el desarrollo de las fuerzas producti- anuncia una nueva antropología, una nueva visión
vas para que surja la noción de clase obrera. En del hombre basada en la dignidad, la fraternidad
el caso haitiano, el motor de la historia son las y el respeto. El sistema colonial cosificó, animali-
masas. El gran escritor dominicano, Juan Bosch zó, satanizó al negro, al indio mediante su imagi-
tiene razón diciendo: nario racista. Podemos tomar préstamo de la idea
de colonialidad del poder de Aníbal Quijano para
No hay pruebas de que Carlos Marx mejor expresar esta idea. El gran sociólogo pe-
estudiara la revolución haitiana, y sin em- ruano nos dice que la codificación de las diferen-
bargo, toda la obra de Marx puede estu- cias entre conquistadores y conquistados, se ba-
diarse aplicándole a cada de sus conclu- san en la idea de raza, es decir, una supuesta
siones uno o varios ejemplos extraídos de diferente estructura biológica que ubica a unos en
esa revolución. Así, todo Marx puede ser situación natural de inferioridad respecto de
analizado a la luz de la revolución de otros. De ahí, la idea de raza representa la base
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sobre la cual se elaboran las relaciones sociales. na en situación de persecución, y que huye de la
Por eso, la raza e identidad racial fueron estable- esclavitud. Es por eso que entre 1830 y 1860, cer-
cidas como instrumentos de clasificación social ca de diez mil (10.000) negros americanos llega-
básica de la población (Quijano, A. 2005, 202). Por ron a Haití, en busca de humanidad. Asimismo,
su parte, Alejandro Lipschutz muestra cómo los hubo exiliados hispanoamericanos en Haití. Fue
factores biológicos diferenciales han influido en a partir de esos exiliados que Simón Bolívar va a
el curso de la conquista de América (Lipschutz, lanzar su lucha de liberación nacional. El Liber-
A. 1975, 31). Magnus Morner estudió minuciosa- tador dijo que Haití es “el asilo de los hombres
mente la política socio-racial de la Corona espa- libres”. De hecho, la constitución republicana de
ñola en América. Analiza el problema del matri- 1816 estipula que “el derecho de asilo es sagrado
monio interracial, las políticas de separación en- e inviolable en la República, salvo en los casos de
tre grupos, las cuestiones de mestizaje, etc. excepción previstos par la ley” (art. 4) (Janvier, L.
(Morner, M. 1974). 1977, 113). Esta cláusula será retomada en la cons-
En el caso haitiano, el texto clásico donde titución de 1846 (art. 10) (Ibid. 197).
aparece la política racista discriminatoria es el Por otra parte, la revolución haitiana inicia
Código Negro de 1685, promulgado por Louis las guerras de liberación nacional que se van a
XIV2. Contiene sesenta artículos referentes al bau- desplegar durante la segunda mitad del siglo XX.
tismo, la reglamentación, la alimentación, la reli- Anticipó por ejemplo la lucha de liberación que
gión, el estatuto social, jurídico del esclavo. Se se produjo en España contra la invasión napoleó-
trata de una cosificación y una animalización del nica en 1808. Esta forma de lucha puede ser vis-
esclavo. Este código deshumaniza civilmente, ju- ta como un tipo de guerrilla que se llevaba a cabo
rídicamente y socialmente al esclavo. No reconoce pese al límite de las capacidades. Dicha lucha se
su religión, al contrario, el esclavo debe ser bau- desencadena en cimarronaje. El esclavo cimarrón
tizado en la Iglesia Católica (art. 29). No tiene es aquello que resiste a la opresión colonial, lo
derecho a ejercer otra religión (art. 39). Las per- que busca cambiar el orden colonial. Gonzalo
sonas que lo dirigen deben ser católicas (art. 4). Aguirre Bertrán sostiene que la sola existencia del
Los esclavos no tienen derecho a reunirse en gru- cimarronaje desafía el orden colonial (Aguirre
pos, incluso durante la noche (art.16). El código Bertrán, G. 1979, 285). Una de estas figuras de
negro reduce a nada al esclavo; por lo tanto no revuelta fue Mackandal. Al respeto, el gran histo-
se le reconoce ningún derecho social ni político riador colombiano, German Arciniegas, dice que
(Gisler, A. 1981). Frente a esta desvalorización, la “el negro Mackandal tramó una vez una revuelta.
revolución haitiana se inscribe en la dinámica de Era un orador estupendo. Hablaba con el diablo.
humanización de este ser humano que había sido En los montes se oía sonar el tambor del vodú, a
desvalorizado. Fue un ser sin derechos, sin valo- la luz de las antorchas bailaban la negras ince-
res, sin culturas. A cambio, la revolución haitiana santes” (Arciniegas, G. 1975, 290). El novelista
desplegó un humanismo revolucionario basado cubano, Alejo Carpentier, hizo de Mackandal, el
en el respeto del otro. No se trata del humanis- héroe central de su novela, “El reino de este
mo renacentista, de raigambre colonial, paterna- mundo”, donde muestra cómo galvanizó a los
lista, conservador, de los padres de la Iglesia Ca- demás a resistir al orden colonial. Esta dinámica
tólica, ni el humanismo de los filósofos moder- de cimarronaje de los esclavos se convirtió en
nos porque esta visión humanista no reconoció a guerra de liberación nacional. Luc-Joseph Pierre
la alteridad americana. Es pues un humanismo enumera todo un conjunto de luchas serviles
que surge de la visión antropológica de la revo- contra la esclavitud, de la conquista a la indepen-
lución haitiana. Por ejemplo, la constitución de dencia de 1804. Nos dice que durante muchos
1805, reconoce que cualquier persona perseguida siglos, los esclavos en revuelta contra su situa-
que llega a Haití es automáticamente haitiana. El ción se sirven de medios como pillaje, incendio,
derecho a la ciudadanía se otorgó a toda perso- masacre, veneno para vengarse y liberarse de sus

2 Jean Casimir sostiene que la economía y la sociedad de plantación tienen dos soportes complementarios: la
trata y el Código Negro de Louis XIV. Véase su libro: Casimir, Jean. 2007. Haití, acuérdate de 1804, 35. México,
Siglo XXI Editores.
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amos. A veces, acudían al suicidio en una última 3- Los dirigentes haitianos y los líderes de
tentativa de liberar su alma que para que regre- América Latina
sara a África (Pierre, L. 2001, 55). Por eso, la re-
volución haitiana dio inicio a una nueva estrate- A continuación, observaremos en qué senti-
gia para enfrentar las potencias coloniales. Dicha do, el acontecimiento revolucionario haitiano aca-
táctica fue practicada por los haitianos después rreó muchos impactos sobre la región. Antes que
de la ocupación militar del país por los Estados nada, cabe subrayar que sus impactos se hicie-
Unidos en 1915 (Castor, S. 1988). ron en condiciones muy difíciles desde la situa-
Como otra de las características de esta re- ción interna y externa del nuevo Estado. A nivel
volución, se puede mencionar el hecho de que fue interno, el país enfrentó una crisis muy fuerte, y
la primera revolución servil en la historia moder- se dividió en dos partes después del asesinato del
na, la primera descolonización en el tercer mun- Imperador. Al respecto, Jean Eddy Saint Paul des-
do y su primera afirmación a nivel histórico;, la taca que después del asesinato del imperador
primera victoria de un país no europeo sobre un Jacques I, la primera monarquía constitucional
país europeo; la primera promoción estelar de un caribeña se derrumbó. Como resultado de las
jefe negro (Toussaint Louverture) a nivel históri- luchas de las dos alas de la aristocracia mulata y
co. Sin embargo, podemos resaltar un hecho tras- negra, el país se dividió en dos repúblicas
cendental de esta revolución: el papel de las despóticas: Henry Christophe en el Norte y
creencias africanas en su estallido. Se trata del Alexandre Pétion, en el sur. Esta situación dio
factor cultural en la dinámica revolucionaria del inicio a un retroceso en el proceso de construc-
país. Hay autores como Claude Carré, Jeannot ción del Estado-nación haitiano (Saint Paul, J. 2008,
Hilaire y Laennec Hurbon que muestran el papel 308). Y a nivel internacional, se ve al país como
de la danza, las músicas, el “créole” (lengua na- una amenaza, una anomalía y un desafío para el
cional de Haití), y la religión en la cohesión de la orden colonial. Las potencias europeas (holande-
colectividad servil para la organización de la lu- sas, francesas, inglesas) ven mal este nuevo Esta-
cha revolucionaria (Hector, M. 2005, 3). El vodú, do que puso en entredicho el orden colonial. Por
como culto de los espíritus y fuerza de apoyo del eso, buscan contener el ejemplo haitiano.
pueblo haitiano (Saint-Gèrard, Y. 2002, 3), desem- Pese a este peligro que enfrentó el país, sus
peñó un papel fundamental en la revuelta de los dirigentes decidieron ayudar a los hermanos de
esclavos. Por ejemplo, la primera ceremonia que la región. Este representa un riesgo enorme para
dio inicio a la revuelta fue la Ceremonia del Bos- la joven República. Esta decisión de participar en
que Caimán de 1791. Se trataba de una ceremonia los procesos de liberación nacional en la región
religiosa vodú (Geggus, D. 1992, 59). Emmanuel puso de relieve fundamentalmente el espíritu re-
C. Paul muestra cómo los amos no dejaron a los volucionario haitiano, es decir, el rechazo del
esclavos practicar sus religiones para evitar rebe- imperialismo y el colonialismo occidental. Se tra-
liones, y violencias (Paul, E. 1962). ta de continuar la lucha de liberación en todo el
El antropólogo haitiano Laennec Hurbon re- continente. A pesar de la trascendencia de la
salta que el vodú, a lo largo del periodo colonial, participación haitiana en la lucha revolucionaria
desempeñó un papel de resistencia. La situación hispanoamericana, los historiadores no se refie-
colonial hizo que el vodú se convirtiera en una ren siempre a este hecho. Tulio Halperin Donghi,
cultura de resistencia frente a sus imperativos uno de los grandes historiadores, no dice nada
categóricos. Frente a las prohibiciones de la es- sobre las relaciones entre Haití e Hispanoamé-
clavitud, esta religión constituye un foco de or- rica, en su clásico libro (Halperin Donghi, T.
ganización de revueltas en el secreto (Hurbon, L. 1980). A la hora de hablar de la crisis de la in-
1987, 159). En este sentido, la revolución haitiana dependencia hace caso omiso de los vínculos
permitió la valoración / recuperación de la cul- entre Miranda, Bolívar, Javier Mina y Haití. Tam-
tura popular o subalterna como forma de resis- poco Luís Villoro menciona los vínculos entre
tencia. Al respecto, Frantz y Amilcar Cabral tie- Haití y los líderes de la revolución mexicana
nen razón diciendo que la cultura del pueblo cuando estudia el proceso ideológico de la re-
puede ser una forma de resistencia al orden co- volución de independencia mexicana (Villoro, L.
lonial (Fanon, F. 1978). 1987).
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Sin embargo, los impactos de la Revolución de la población actual de las ciudades, y


haitiana reflejan la situación ideológica de la re- que están ya armados y organizados en
gión. Es decir, no todos los grupos aceptaron di- Cuerpos milicia, presionan este movimiento
cho movimiento. Por un lado, encontramos opo- y amenazan con tomar ellos mismos todo el
siciones dentro de las colonias hispanoamerica- poder, si los criollos y los principales propie-
nas. En México, aparecieron voces que se alza- tarios no se apuran en tomar las medidas
ron contra este acontecimiento por parte de la necesarias para calmar los espíritus y satis-
elite criolla conservadora. Por ejemplo, hay quie- facer al mismo tiempo las aspiraciones ge-
nes que pidieron la unión de los blancos frente a nerales del país3.
los negros y otras castas. Para el periodista y
editor, Juan López Canela, la revolución de los Pese a esta actitud conservadora de Miran-
esclavos de Saint Domingue constituye una lec- da, acudió a los jefes revolucionarios haitianos
ción importante para la elite española y criolla de para concretar su plan de independencia. Al res-
Nueva España. Algunos evocan el espectro de la pecto, Carmen Bohórquez recuerda que el 2 de
destrucción y la violencia como futuro inexora- febrero de 2006, Miranda dejó Nueva York, con
ble para la Nueva España, en caso que prosiga la el barco el Leander, en dirección de Jacmel, en
anarquía desatada por Hidalgo entre indios y cas- Haití, donde está previsto que un segundo barco
tas (Grafenstein, J. 1994, 79). Hay otros que acep- de guerra, el Emperador, se una a la expedición.
tan y reconocen el carácter positivo de esta re- Allí, Miranda buscaba reclutar tropas para com-
volución. pletar la expedición contra España (Bohórquez
Morán, C. 2003, 205). Sin embargo, el autor no
3-1. Francisco Miranda y Jean Jacques Dessalines dice en qué contexto Miranda se fue a Haití y las
En primer lugar, debemos poner de relieve los negociaciones que mantuvo con el gobierno de
encuentros entre Miranda y el primer jefe del Jean Jacques Dessalines. El historiador haitiano,
Estado haitiano, Jean Jacques Dessalines. Sin Leslie François Manigat, resaltó que el empera-
duda, Francisco de Miranda fue uno de los pre- dor haitiano recibió a Miranda y le aconsejó uti-
cursores más destacados de la revolución en His- lizar un método radical para la liberación de His-
panoamérica y representó la primera etapa por panoamérica. Se trata del método de la revolu-
la independencia de la región. Es visto como el ción haitiana (cortar las cabezas y quemar las
Humboldt americano (Zeuske, M. 2004, 13).Antes casas) (Ibid., 248). No sólo Miranda tuvo los con-
de acudir a Haití, Francisco Miranda viajó por sejos estratégicos de Dessalines sino que recibió
toda Europa y América para construir su plan de ayuda en hombres, municiones y armas. En este
independencia de Hispanoamérica (Bohórquez sentido, el primero de marzo de 1806 se creó en
Morán, C. 2003). Tuvo especial afecto para la Fran- Jacmel la bandera tricolor de la Gran Colombia
cia revolucionaria y estuvo allí durante el estalli- y luego, fue el juramento de los insurgentes de
do revolucionario. Luego, estuvo también en In- luchar por la independencia o morir según el
glaterra y los Estados Unidos. Conoció las orga- lema oficial de la nación haitiana. Este acto sim-
nizaciones políticas y sociales como la monarquía bólico demuestra toda la trascendencia de la par-
inglesa. En cuanto al caso haitiano, el revolucio- ticipación haitiana en el proceso de liberación
nario tuvo algunas reticencias debido a su ideo- hispanoamericana. Tadeusz Lepovsky subraya que
logía criolla. No aceptó el levantamiento de la Alexandre Pétion continuó la acción de Dessalines
gente de color en Haití. Carmen L. Bohórquez al aceptar de ayudar a Bolívar (Ibid., 232).
Morán destaca que, para evitar un levantamiento
de la gente color, Miranda propone que se acele- 3.2- Pétion y los libertadores hispanoamericanos
ren los preparativos de su expedición: Pese a las prescripciones constitucionales re-
ferentes a la no injerencia del Estado haitiano en
… esta medida se hace tanto más ur- los asuntos de otros países, el gobierno de
gente cuanto que los mulatos y la gente de Alexandre Pétion decidió prestar ayuda a los paí-
color libre constituyen una parte esencial ses hispanoamericanos en su lucha de liberación

3 Palabras de Miranda en Carmen L. Bohórquez Morán, op. cit, p. 205


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contra España. Estas prescripciones se encuentran Bolívar, sobre todo en Venezuela cuyo presidente
en las constituciones de 1805, 1806, 1811, 1816 y Hugo Chávez cambia el nombre de su país y lo
1846 (Janvier, L. 1877). La distancia entre las pres- llama República bolivariana de Venezuela.
cripciones jurídicas y la realidad muestra que Sin embargo, si Bolívar fue el líder del movi-
estos principios son solamente una estrategia para miento de liberación nacional en Hispanoaméri-
eludir la amenaza de las potencias europeas con- ca, el presidente Alexandre desempeñó un papel
tra el joven Estado. Los jefes políticos haitianos fundamental, por los venezolanos que estuvieron
estaban conscientes de que hay que abrir la re- en Haití. No hubo acuerdo sobre quién debe ser
volución haitiana a todo el continente. Frente a el líder del movimiento. Por eso, Alexandre Pétion
una política de repliegue disfrazada bajo normas intervino y sugería que fuera Bolívar quien debe-
legales, escogieron la política intervencionista. Es ría encabezar el movimiento revolucionario.
lo que explicó las tentativas de reunificar la isla Bombona reconoció que hubo estas diferencias
entera, es decir la parte oriental de la República y controversias al decir que “en 1816, en Haití,
Dominicana. No quieren hacer la revolución en algunos de sus conmilitones aducen su mala es-
un solo país pese a que las cancelerías europeas trella para no reconocerlo como jefe de la expe-
vieron en la revolución haitiana una “fuente de dición contra Costa-Firme. Bolívar reunió a to-
peligro de propagación de ideas perniciosas”. Tu- dos los patriotas, les habla, y queda reconocido”
vieron miedo de que Haití no pusiera el Caribe y (Ibid. LXXVIII) Sin embargo, Tadeusz Lekpowski
toda la región a fuego y sangre. es más claro cuando dijo:
Los contactos entre Haití y los países hispa-
noamericanos se hicieron entre Bolívar y Pétion, … cuando surgieron disensiones entre
el sucesor de Jean Jacques Dessalines, después de los dirigentes, de los cuales unos apoyaron
su asesinato en 1806, sin olvidar que otros como a Aury quería ir a México, Pétion se puso
Javier Mina y Cárdenas, de México, estuvieron decididamente de lado Bolívar y restable-
también en el país, para la lucha revolucionaria ció el orden y la disciplina entre los insu-
en México. La figura de Bolívar es sobresaliente rrectos. Teniendo el estatus de país neutral
en cuanto a su papel central en el proceso revo- de la república, Pétion ocultaba cuidadosa-
lucionario. Muchos autores lo describen de dis- mente la ayuda que prestaba a Bolívar y
tintas maneras. Unos dicen que es el “hombre de su expedición (Lekpowski, T., 1988, 233).
América”, otros, lo califican de “árbitro de la paz”,
“el primer ciudadano del mundo”, el hombre que Este relato no es un hecho menor. Permite
“entre todos los ciudadanos del mundo y aún de ver hasta dónde el presidente haitiano participó
la historia, Washington hubiera preferido” (Blan- en el proceso revolucionario de Hispanoamérica.
co Fombona, R. 1999: LXV). Se lo considera como Este es aún más importante cuanto que Bolívar
una superconciencia, con una visión clarísima y acudiera a Haití después de haber conocido fra-
anticipada de las cosas, una supersensibilidad para casos y decepciones. Muchos países rechazaron
presentirlas y una supercapacidad para expresar su solicitud. Y al respecto, el libertador se expre-
y exponer lo que todavía duerme en las sombras só en 1818 después de las derrotas de 1812 y la
del porvenir, como la estatua en el bloque de caída de primera república venezolana:
mármol (Ibid., LXV). Muchos autores analizan los
impactos de su pensamiento sobre la región. Hay Busqué refugio en una isla extraña y
quienes analizan la relación entre democracia y me fui solo a Jamaica, sin dinero y casi sin
poder en su pensamiento político; algunos esperanza. Venezuela y Nueva Granada es-
enfatizan Bolívar y la cuestión nacional, la posi- taban perdidas y sin embargo, me atrevía
bilidad y la realidad del pensamiento bolivariano, a pensar a sus tiranos. Me recibió la hospi-
el sentido y proyecto de la emancipación de la talaria Haití. El magnánimo Presidente
región a partir de sus acciones, la relación entre Pétion me concedió su protección y bajo
clase y raza en el proceso revolucionario. Otros sus auspicios preparé una expedición que
lo llaman el hombre de nuestra América (Bolí- contaba trescientos hombres que en valen-
var y el mundo de los libertados, 1993). En la tía, patriotismo y virtudes igualaban a los
actualidad, se construye todo un mito en torno a compañeros de Leónidas. Cayeron casi
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todos, pero el ejercito exterminador mismo permite defender, igual que Pétion, “los derechos
fue aniquilado (Ibid. 233). de nuestra patria común”. La idea de patria co-
mún es ante todo América4. La visión que se des-
Este testimonio del Libertador es muy reve- prende de esta expresión es que Bolívar recono-
lador de las buenas relaciones que tuvieron él y ce la importancia del ejemplo histórico haitiano
Pétion. Bolívar sabía que había que continuar la y el beneficio que puede sacar de su situación de
lucha que dejó Miranda. Por eso, fue necesario Estado libre.
buscar aliados y ayuda. Pese al peligro que repre- Para realizar sus proyectos, Bolívar hizo dos
sentó en aquel entonces el Estado haitiano, sabía viajes a Haití. Llegó en diciembre de 1815, y des-
que podría obtener su apoyo para llevar a cabo pués de tres semanas, organizó su primer viaje
su lucha, reconociendo que sus relaciones con la hacia Caracas. Recibió armas, imprentas y hom-
república negra podrían costarle mucho en tér- bres. Pétion le pidió una sola cosa: proclamar la
minos de sus relaciones con las potencias colo- libertad general de los esclavos. Fue la única con-
niales y con los propios criollos. Al respecto, es- dición de Pétion a Bolívar. Después del fracaso en
cribió en junio de 1814 a un venezolano (Brion) Ocumare, Bolívar regresó a Haití y se quedó más
que estuvo en Haití, que tenía miedo de las prác- de dos meses (fin de septiembre-diciembre de
ticas aristocráticas por el hecho de que podía 1916) en Jacmel, la misma ciudad donde estuvo
poner en peligro los intereses de los criollos. Miranda. Allí, preparaba su segunda expedición y
Bolívar tuvo razón cuando sabemos que, según recibió a otros generales como los mexicanos
Benedict Anderson, los criollos se opusieron en Mina y Cárdenas. Cuando dejó Jacmel dijo que
1789 a una ley para los esclavos, en la que se “mi amigo Pétion me procura 400 hombres y to-
especificaba detalladamente los derechos y las dos los materiales necesarios”. En este segundo
obligaciones de amos y esclavos. Los criollos, dijo viaje, Bolívar tuvo el éxito que buscaba. Y desde
Anderson, rechazaron la intervención estatal ale- entonces, no dejó de agradecer a Pétion por su
gando que los esclavos eran propensos al vicio y gran ayuda. Si en el norte del país, el rey Henri
la independencia. Además, Benedict Anderson Christophe no ayudó a los revolucionarios hispa-
recuerda que Bolívar sostuvo que una rebelión noamericanos, el presidente Jean Pierre Boyer
negra era mil veces peor que una invasión espa- siguió este mismo espíritu de contribuir a la libe-
ñola (Anderson, B. 2006, 79). Este peligro negro ración de la región entera. Por eso, Johanna
no fue solamente la emancipación política sino la Grasfenstein recordó que en 1820, el agente de
guerra de los esclavos contra sus amos, comenta comercio de la república de Colombia, John B.
Manigat, el destacado historiado haitiano (Mani- Elbers, consiguió mil fusiles y seis mil libras de
gat, L. 2001, 251). Pese a este peligro, Bolívar re- plomo que le entregara en calidad de préstamo
currió a la ayuda de Pétion. Bolívar escribió el gobierno Boyer (Grafenstein, J., 1944, 71).
muchísimas cartas a este presidente. En una que
data del 19 de diciembre de 1815, le pidió pasar
por Haití para poder llegar a Venezuela. Subra- Conclusión
ya que, además, hay en Haití algunos compatrio-
tas que lo esperan para tratar de asuntos comu- Hemos analizado el impacto de la Revolución
nes. Bolívar reconoce que esta acogida en el país haitiana sobre Hispanoamérica, y hemos visto el

4 El nombre de América fue lo que utilizó Bolívar porque todavía la denominación de América Latina no estaba
de moda. Hubo que esperar hasta la segunda mitad del siglo XIX para que, bajo, la influencia política y cul-
tural de Napoleón III, la elite criolla lo escogiera. Sobre esta cuestión véase Ardao, Arturo. 1993. América Lati-
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contexto ideológico europeo marcado por la po- región. En su Tesis sobre la filosofía de la histo-
larización entre la ideología de la restauración y ria, Walter Benjamín se refiere a la historia de los
el liberalismo. Luego, hemos analizado algunas vencedores, en el sentido de que la historia se
características de la revolución haitiana. Dichas escribe según su punto de vista. Por eso, se pasa
caracterizas hicieron que, pese a las prescripcio- por alto la memoria, el sufrimiento de las vícti-
nes constitucionales que prohíben la participación mas. En este caso, las víctimas no pueden com-
haitiana en los movimientos de liberación regio- partir la misma visión de la historia porque son
nal, los dirigentes actuaron conforme a la ideo- expulsados de la memoria histórica. Para evitar
logía radical de esta revolución. Esta hybris (ex- esta situación, hay que ver la celebración del bi-
ceso en el lenguaje griego) refleja el cambio centenario desde la difícil situación socioeconó-
sistémico, radical que implicó esta revolución. mica de las víctimas, los marginados, los exclui-
Pese a sus ideologías conservadoras y racistas, los dos de la región5. El análisis de la historia debe
líderes de Hispanoamérica acudieron a la repú- ser crítico, y la celebración de un acontecimien-
blica negra para solicitar su ayuda y apoyo, lo cual to histórico no debe ser solamente un momento
se hizo evidente. de diversión, sino también de reflexión con vis-
Por eso, la conmemoración del bicentenario tas a vislumbrar otro mundo posible, favorable a
de la independencia de Hispanoamérica no debe las víctimas de la explotación, marginación, do-
pasar por alto el papel fundamental de Haití en minación secular.
su proceso de liberación nacional, a pesar de que
este país se encuentra actualmente en una situa-
ción socioeconómica y política muy complicada. BIBLIOGRAFÍA
Al contrario, es el momento de reforzar los la-
zos entre Haití y la región. Porque la ayuda Adams, Willi Paul. 2005. Los Estados Unidos. México:
haitiana no fue condicionada como lo es la ayu- Siglo XXI Editores.
da del Banco Mundial, del Fondo Monetario In- Aguilar, José Antonio. 2000. Reflexiones sobre el expe-
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2001). La ayuda haitiana prefiguró el internacio- Aguilar, José Antonio y Rojas, Rafael (coordinado-
nalismo de los oprimidos avant la lettre. Fue una res). 2002. El republicanismo en Hispanoaméri-
verdadera ayuda. Miranda fracasó en Francia, ca. Ensayos de historia intelectual y política.
Inglaterra y Estados Unidos porque estos países México: Fondo de Cultura Económica.
quisieron ayudar a partir de sus intereses. Mien- Aguirre Bertrán, Gonzalo. 1979. La población negra en
tras en Haití, el interés fue solamente esto: la li- México. México: Fondo de Cultura Económica.
beración de los esclavos, como dijo Pétion a Bo- Alija Garabito, Adela M. 2001. El Congreso de Viena
lívar. Fue un interés ético que remite a la solida- y el ‘Concierto Europeo’, 1814-1830. En
ridad entre los oprimidos. Se trata de un impe- Pereira Castañares, Juan Carlos et al. Historia
rativo categórico que se impone a la conciencia de las relaciones internacionales. Madrid: Ariel
ética de los líderes haitianos. Creemos que este Historia.
ejemplo haitiano merece ser explorado a fondo a Anderson, Benedict. 2006. Comunidades imaginadas.
la hora de celebrar el bicentenario. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacio-
Por otra parte, pensamos que la conmemo- nalismo. México: Fondo de Cultura Económica.
ración de este bicentenario debe enfocar la cues- Arciniegas, Germán. 1975. Biografía del Caribe. Barce-
tión de los oprimidos y ver en qué sentido los lona: Editorial Sudamericana.
doscientos años de liberación de la región han Blas Guerrero, Andrés de. 1994. Nacionalismos y na-
contribuido a la mejora de los marginados de la ciones en Europa. Madrid: Alianza Universitaria.

5 Al respecto, nos parecen interesantes las reflexiones de Enrique Dussel cuando habla del Otro en América
Latina, de una víctima. Este autor extiende esto otro a nivel mundial mediante su filosofía de liberación. Véa-
se Dussel, Enrique. 2002. La ética de la liberación en la era de la globalización y de la exclusión, 17. Madrid:
Editorial Trotta. Así, las nociones de víctimas, de pobres y de excluidos son esenciales a la hora de hacer un
balance crítico del bicentenario de la independencia de la región.
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