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Kohut PDF
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Fue Kohut quien nos alertó acerca del prejuicio existente en el mundo psicoanalítico
sobre el tinte peyorativo que suele teñir la noción de narcisismo en comparación con
el amor objetal, ya que el primero, para algunos psicoanalistas representaría:"...la
más primitiva y la menos adaptativa de esas dos formas de distribución de la
libido...", como afirmó en 1968 en “Formas y transformaciones del narcisismo”.
Según Kohut ésta posición empobrece la práctica clínica, ya que los analistas
intentan reemplazar el narcisismo por el amor objetal, cuando a decir de él"...se
descuida la meta más adecuada, esto es un narcisismo transformado, es decir, una
distribución de la libido narcisista y la integración de las estructuras psicológicas
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primitivas en la personalidad madura...". (“Formas y transformaciones del
Narcisismo”)
A Kohut no sólo le interesa el estudio del narcicismo cuando está en equilibrio, sino
también, cuando hay perturbaciones del mismo, cuando se rompe el equilibrio.
Partiendo del concepto de narcisismo primario, considera dos caminos en los que se
diferenciará: el Self grandioso y la Imago parental idealizada. También, y como
transformaciones del narcicismo propone, como dijimos antes: la creatividad del
hombre, su capacidad de empatía, su capacidad para aceptar su propia finitud, su
sentido del humor y su sabiduría.
Sostiene que el narcisismo tiene su línea evolutiva independiente
evolucionando de las formas más primitivas hasta las más maduras. En éste
trayecto, si bien los factores innatos son importantes, él va a poner más atención en
la interacción específica del niño con su medio, interacción ésta que promoverá o
impedirá la cohesión del self y la formación de estructuras psíquicas idealizadas.
Es importante destacar que Kohut plantea dos línea evolutivas separadas : la
narcisista y la instintivo-objetal, y que ambas se relacionan con la actitud que los
padres tengan con el niño.
En relación a esto último, nos advierte que : "...Así como a veces los padres se
relacionan con el niño en una empática fusión narcisista y viven la organización
psíquica infantil como parte de la propia, en otras ocasiones lo tratan como si el niño
fuera un centro independiente con iniciativa propia, es decir, lo invisten con libido
objetal..." (Reflexiónes sobre el narcisismo y la furia narcisista).
La concepción de una línea evolutiva independiente para el narcisismo cuyo
desarrollo permite la adquisición de aspectos adaptativos, maduros y culturalmente
valiosos nos permite observar la actitud positiva que Kohut tiene para el narcisismo.
Entonces al narcisismo lo concibe como:"...una serie integral e independiente de
funciones psíquicas antes que un producto de la regresión..."( Reflexiónes sobre el
narcisismo y la furia narcisista).
El papel que Kohut a desempeñado para la conceptualización del narcisismo es de
fundamental importancia en el psicoanálisis actual:"...cuando Ornstein compara la
hipocresía victoriana ante la sexualidad con la actitud que se encuentra hoy ante el
narcisismo, nos hace pensar que tal vez Kohut ha hecho por éste lo que Freud hizo
por aquella.
Tal vez una de las contribuciones más revolucionarias de Kohut al estudio del
narcicismo es haberle quitado su carácter de "resistencia", atribuyéndole una fuerza
positiva rescatable. Esta interpretación del hecho narcisista permite favorecer su
manifestación en lugar de combatirla, favoreciendo de este modo el despliegue de
estructuras arcaicas tales como el self grandioso y la imago parental idealizada,
cuyo análisis es imprescindible para un funcionamiento cohesivo del self"
(Hoffmann, 1982,).
Descriptas ya algunas nociones acerca del self, debemos abordar como se constituye
y se desarrolla el mismo.
En principio cabe la pregunta acerca del momento en que se constituye el self.
Para Kohut y Wolf, como nos recuerdan en su artículo “Los trastornos del self y su
tratamiento”: "Resulta difícil determinar la edad en la que el bebé o el niño pequeño
adquieren un self. Para empezar, cabe suponer que, en términos estrictos, el recién
nacido todavía carece de un self.
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Llega al mundo fisiológicamente preadaptado para un ambiente físico específico -la
presencia de oxigeno, de alimentos, de cierta gama de temperaturas - fuera del cual no
puede sobrevivir. Del mismo modo, la supervivencia psicológica requiere un medio
psicológico específico, esto es, la presencia de objetos del self capaces de dar
respuestas empáticas. Es en la matriz de un medio particular de objetos de self
donde, mediante un proceso específico de estructuración psicológica llamada
internalización transmutadora, cristaliza el self nuclear del niño" (Kohut y Wolff,
1978, pag. 339). En esta última cita se hace mención a algunos conceptos centrales
en la psicología psicoanalítica del self como son los objetos del self y la empatía.
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En principio se debe comprender que la relación del individuo con los objetos del
self no termina con la maduración. También los adultos necesitan verse reflejados y
tener objetos idealizados, pero todo esto forma parte de la relación objetal madura
con sus objetos. No obstante debemos tener en cuenta que las primeras experiencias
con los objetos del self son fundamentales en relación al modo en que se
experimentará al self en los diferentes períodos de la vida, al respecto Kohut nos
dice en “Reflexiones sobre el narcisismo y la furia narcisista”: "...así como las
experiencias instintivo-objetales del período edípico se convierten en el prototipo de
nuestras relaciones instintivo-objetales posteriores y constituyen la base de nuestras
debilidades y fortalezas específicas en esta área, del mismo modo, las experiencias
durante el período de formación del self se convierten en el prototipo de las formas
específicas de nuestra vulnerabilidad y seguridad posteriores en el campo narcisista,
de los altibajos de la autoestima, de nuestra mayor o menor necesidad de alabanzas,
de la fusión con figuras idealizadas y de otras formas de sustentación narcisista, así
como de la mayor o menor cohesión de nuestro self durante los períodos de transición,
sea en el que lleva a la latencia, en la temprana o tardía adolescencia, en la madurez
o en la vejez".
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Fallas aisladas en cualquiera de las etapas del proceso de internalización
transmutadora no producen patología. Tiene que haber reiteración de fallas de parte de
los objetos del self, y esto sucederá, como afirma Kohut, cuando los padres padecen
fallas en la propia estructura de su self. Por lo tanto va a depender si los objetos
fallan en forma reiterada, que se den o no cuadros patológicos. También se debe
considerar cual de los objetos del self es el que ha fallado, la falla de cada uno de los
objetos del self que intervienen, a través de su interrelación con el niño, en la
constitución del self normal, producirá cuadros clínicos con características propias.
El cuadro clínico variará de acuerdo a la frecuencia y magnitud del fallo del objeto del self
y también al momento evolutivo en que se produzca.
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Los autores se refieren al Polo de las ambiciones, al Polo de los ideales y al
arco de tensión existente entre ambos Polos.
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esos objetos. En otras palabras, lo que influye sobre el carácter del self del niño no es
tanto lo que los padres hacen sino lo que son. Si los padres no tienen conflictos con
sus propias necesidades de brillar y triunfar en la medida en que es posible
gratificarlas en términos realistas, si, en otras palabras, la autoconfianza de los
padres es firme, entonces el orgulloso exhibicionismo del self incipiente del niño
encontrará una respuesta de aceptación. Por duros que sean los golpes a los que la
grandiosidad del niño está expuesta frente a las realidades de la vida, la sonrisa
orgullosa de los padres mantiene vivo un resto de la omnipotencia original, que se
conservará como núcleo de la autoconfianza y la seguridad interna con respecto a la
propia valía que sustentan a la personalidad sana durante toda la vida. Y lo mismo
puede decirse con respecto a nuestros ideales. Por grande que sea nuestra desilusión
a medida que descubrimos las debilidades y limitaciones de los objetos del self
idealizados de nuestra vida temprana, su autoconfianza cuando nos sostenían, su
seguridad cuando nos permitían fusionar nuestro self ansioso con su tranquilidad, a
través de sus voces serenas o de nuestro estrecho contacto con sus cuerpos relajados
cuando nos tenían en sus brazos, permanecerá como el núcleo de la fortaleza de
nuestros principales ideales y la serenidad que experimentamos a medida que
vivimos nuestra existencia orientada por nuestras metas internas".
Los trastornos secundarios del self son aquellas reacciones que algunos sujetos,
teniendo un self bien constituido, padecen en determinadas circunstancias vitales.
Un self bien estructurado tolera bien los cambios que en la autoestima producen
tanto los éxitos como los fracasos, con sus correspondientes emociones (alegrías o
desesperanzas).
Kohut también coloca dentro de estos trastornos secundarios las reacciones ante un
padecimiento físico y también las incapacidades que acompañan a una neurosis
estructural.
Los trastornos primarios del self abarcan varios cuadros clínicos que tienen
relación con la severidad y naturaleza del daño que ha sufrido el self. Por ejemplo, si
el self ha sufrido daños permanentes y prolongados, mostrará diversos grados de
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fragmentación, de debilitamiento y desorganización dando lugar a la emergencia de
todos los síntomas que corresponden a una psicosis. Estos son los cuadros en que
la interacción con los objetos del self ha sido crónicamente deficiente,
fundamentalmente en sus respuestas especulares.
También dentro de los trastornos primarios del self se ubican los estados
fronterizos, que del mismo modo padecen de fragmentación, debilitamiento y
desorganización del self en forma permanente y prolongada, pero a diferencia de las
psicosis, las manifestaciones clínicas que corresponden a los déficit de
estructuración del self se encubren con múltiples defensas.
Con respecto a los trastornos primarios del self que recién hemos descrito no nos
extenderemos más, para así poder centrarnos en el estudio de aquellos trastornos
primarios que de alguna manera han significado el nacimiento y el desarrollo de la
psicología psicoanalítica del self, los que se han llamado:
Trastornos narcisistas de la personalidad
Los pacientes que entran dentro de este grupo diagnóstico padecen de gran
vulnerabilidad narcisista, son personas que tienen dificultades para tolerar los
fracasos, las postergaciones y las dificultades corrientes. Son muy susceptibles y el
problema mayor reside en la dificultad que tienen para regular la autoestima.
Los trastornos psicopatológicos de estos pacientes se pueden agrupar en cuatro
esferas:
a) sexual: falta de interés; fantasías perversas; fantasías más que actividades;
actos perversos; actuaciones eróticas; etc.
b) social: inhibiciones laborales; incapacidad de formar o mantener vínculos
significativos; actividades delictivas; actuaciones; conductas llamativas; etc.
c) psicosomática: preocupaciones hipocondríacas acerca del cuerpo y la mente;
trastornos neurovegetativos; modificaciones circulatorias periféricas; etc.
d) aspectos personales: falta de humor, de empatía por otras personas; mentiras
patológicas; rabietas; etc.
Aunque todos estos elementos que hemos enumerado tienen valor, para Kohut el
diagnóstico de trastorno narcisista de la personalidad se hace fundamentalmente
por el tipo de transferencia que despliegan estos pacientes. Por lo tanto el
diagnóstico definitivo del trastorno del self y del tipo al que pertenece, se hará de
acuerdo al tipo de transferencia que se instale.
Este tema, el de los tipos de transferencia, lo desarrollaremos más adelante. Para
ir adelantando, Kohut describe básicamente dos tipos de transferencias: la
especular y la idealizadora que se relacionan con el polo del self nuclear que se
encuentra afectado. Describe un tercer tipo: la transferencia gemelar, en la cual
no nos detendremos.
Aparte de los síndromes que recién hemos descrito, Kohut también describe una
tipología de personalidades narcisistas que se observan con frecuencia. De forma
resumida haremos una enumeración de algunos de estos:
Tipos de personalidades narcisistas:
Personalidades hambrientas de espejo: Son personas que buscan objetos que
los admiren y confirmen como dice Kohut, su “self famélico” . Buscan llamar la
atención para defenderse de la sensación que les produce la falta de autoestima.
Buscan continuamente objetos del self que los atiendan y los confirmen. Como se
puede observar, en la descripción de estas personalidades, la falla se ubica en la
interrelación del self con el objeto del self reflejante.
Personalidades hambrientas de ideal: Buscan intensamente objetos del self a los
cuales admirar ya sea por su prestigio, inteligencia, poder. etc. Aquí la falla se
debe ubicar en la interrelación del self con la Imago Parental Idealizada.
Personalidades hambrientas de fusión: Tienden a controlar a sus objetos del self
debido a la falta de estructura psíquica, relacionada esta falta a las alteraciones
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Se suele llamar depresión vacía cuando no es resultado de una pérdida de objeto, como
se puede entender desde Freud con el modelo de Duelo y Melancolía. Depresión vacía alude
no a conflicto psíquico sino a déficit de estructuración psíquica o del self.
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producidas por la deficiente interrelación del self con el objeto especular o
idealizado. Son personas con un self muy debilitado que necesitan objetos del self
en lugar de una estructura del self. Viven a los otros como a su propio self y
justamente por esto último les cuesta tolerar la independencia de los objetos y
necesitan la presencia constante de los mismos.
El objetivo terapéutico en los trastornos narcisistas de la personalidad es la
rehabilitación funcional de la estructura del self deficiente. Estas deficiencias se
despliegan y se repiten a lo largo del proceso psicoanalítico a través de
transferencias particulares que se dan en estos cuadros.
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Quienes deseen profundizar acerca de los tipos de transferencias deberá consultar especialmente el primer libro de
Kohut; “Análisis del Self”.
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(1971), Análisis del self, Bs. As., Amorrortu, 1978.
(1978), "Reflexión sobre el narcisismo y la furia narcisista", Revista de Psicoanálisis,
Bs. As., XXXVII, 3, 1980.
(1977), La restauración del sí mismo, Bs. As., Paidós, 1980.
(1979), "The two analysis of Mr. Z, Inter. J. Psycho-Anal. 60, No. 1.
(1984), Como cura el análisis?, Bs. As., Paidós, 1986.
KOHUT, H. y WOLFF, E. (1978), "Los trastornos del self y su tratamiento",
Psicoanálisis, Bs. As., Vol. 1, No. 2.
LERNER, H.(1987)Clases publicadas por el Centro de estudiantes de Psicología de la
Universidad de Buenos Aires.
(1993) "Breve síntesis del concepto de contratransferencia en la obra de Heinz
Kohut". Tomo de Resúmenes del XV Simposio y Congreso Interno, Asociación
Psicoanalítica de Buenos Aires.
"Notas sobre el concepto de narcisismo y la estructuración del Self en la obra de
Kohut", presentado en el IX Congreso Mundial de Psiquiatría. Rio de Janeiro, Junio de
1993.
LANCELLE, G. (1984), "Desarrollo psíquico temprano y la psicología psicoanalítica
del self", Psicoanálisis,Bs.As.,Vol.VI,No.2/3