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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICE-RECTORADO DE ESTUDIOS A DISTANCIA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
PROCEDIMIENTO CIVIL ORDINARIO
PROFESORA: ABOG. OMERY SÁNCHEZ YÁNEZ

UNIDAD II

Integrantes:
Alexis Sánchez
Exp: CJP-083-00156v
C.I.: 12.837.406
Olmar Yépez R
Exp: CJP-14-300890v
C.I.: CI.26.336.035
Yolimar Mora Aparicio
Exp: CJP-12100022-v
C.I.: V-9.344.563
Kellin Espinoza
Exp: CJP-153-00411v
C.I.: 10.118.373
MARZO DE 2018
Realizado por:
Kellin Espinoza
Exp: CJP-153-00411v
C.I.: 10.118.373

ÍNDICE
Pág.
Realizado por: Sánchez Alexis

CJP-083-00156V

V-12.837.406

INTRODUCCIÓN

El término "medida" (ha señalado Ortiz) indica una proporción o correspondencia de una
cosa con otra y por ello implica contenerse o moderarse en decir o ejecutar alguna cosa. No solo
son razones históricas o históricas legislativas, sino que es el reflejo de un sentimiento vocabular
en el foro y de un reconocimiento a la propia naturaleza cautelar de la medida. Su
instrumentalidad, provisionalidad y accesoriedad despiertan espontáneamente el calificativo de
medida, porque lo justifica y se encuentra en correspondencia con la razón de ser de la cautela

Veremos, con más detenimiento, las características de las medidas cautelares, entre las que
se encuentran las señaladas características de instrumentalidad, provisionalidad y accesoriedad
teniendo como teleología ser medios de aseguramiento del derecho reclamado, subordinados a la
acción principal, cuya existencia depende de la existencia, a su vez, de un proceso principal. -

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 44, establece el


principio y derecho de toda persona de ser juzgada en libertad; el cual también se encuentra
desarrollado en Tratados Internacionales; así como en el Código Orgánico Procesal Penal en sus
artículos 9° y 243. En virtud de ello nuestro Código Orgánico Procesal Penal en su Libro
Primero, Título VIII, Capítulo IV, prevé lo relacionado con las Medidas Cautelares Sustitutivas;

Expresando en su artículo 256 que siempre que los supuestos que motivan la privación
judicial preventiva de libertad puedan ser satisfechos razonablemente con la aplicación de otra
medida menos gravosa para el imputado, el Juez deberá imponerle una de ellas; de lo que se
desprende que la privación judicial preventiva de libertad debe dictarse sólo cuando sea
estrictamente indispensable a fin de garantizar el buen desarrollo del proceso en la búsqueda de
la verdad y las resultas del mismo.
Realizado por: Sánchez Alexis
CJP-083-00156V
V-12.837.406

PUNTO 1: LAS MEDIDAS CAUTELARES. REQUISITOS DE PROCEDENCIA.


PROPORCIONALIDAD. BIENES SOBRE LOS CUALES PUEDEN RECAER. LA
CAUCIÓN PROCESAL. CLASES. LA OPOSICIÓN A LAS MEDIDAS CAUTELARES:
OPOSICIÓN DE PARTES Y OPOCISION DE TERCEROS. OTRAS INCIDENCIAS.
TRAMITACIÓN.

Punto 1: Las medidas cautelares. Requisitos de procedencia.

Se comprende una serie de sentencias tendientes a evitar la modificación de la situación de hecho


existente al tiempo de deducirse la pretensión, o la desaparición de los bienes del deudor que
aseguran el cumplimiento de la sentencia de condena que pueda recaer en ése o en otro proceso.
Las medidas cautelares no se agotan en las que son materia de regulación específica, como el
embargo preventivo, la inhibición general de bienes y anotación de la litis, el secuestro, etc., sino
que son aún mayores las facultades del juez, que se extienden a otras medidas cautelares que se
han dado en llamar innominadas.

Encuentran su fundamento en la necesidad de mantener la igualdad de las partes en el juicio y


evitar que se convierta en ilusoria la sentencia que ponga fin al mismo, asegurando en forma
preventiva el resultado práctico o la eficacia de la sentencia principal recaída en un proceso de
conocimiento o de ejecución. Más que a hacer justicia, está destinada a asegurar que la justicia
alcance el cumplimiento eficaz de su cometido.

Son sus caracteres a) provisoriedad o interinidad, pues están supeditadas al transcurso del tiempo
que transcurre desde que es dictada hasta la ejecución de la sentencia recaída en un proceso de
conocimiento o de ejecución y b) mutabilidad o variabilidad en el sentido que pueden ser
revocadas o modificadas siempre que sobrevengan circunstancias que así lo aconsejen.Los
presupuestos para que sean viables es que el derecho sea verosímil y que exista un peligro real en
la demora.

La jurisdicción al decidir sobre una pretensión cautelar lo realiza mediante un auto, que
indistintamente los autores y los jueces han calificado de modo distinto, bien de providencia,
decreto, resolución sentencia, auto, etc., sin que tal circunstancia sea relevante sobre la
consideración medular del problema en análisis, de la naturaleza de la institución cautelar o de la
definición sustancial que esa institución les merece. Así vemos que nuestra propia ley procesal
en un mismo artículo (el 588) les menciona primero como decreto y luego como providencia y la
jurisprudencia además de los términos señalados habla, también indistintamente de resolución,
decisión, auto, por lo que en criterio de quien suscribe y a los solos efectos cautelares tales
expresiones son sinónimas.

EL EMBARGO DE BIENES

Clases de medidas preventivas.

a. Nominadas o Generales: (Art.588 CPC):

1°. El embargo de bienes muebles: Medida cautelar adoptada por la autoridad judicial para
asegurar el resultado de un proceso y que recae sobre determinados bienes cuya disponibilidad se
impide. El embargo es la retención, secuestro o prohibición de dispones de ciertos bienes sujetos
a responder eventualmente de una deuda u obligación.

2°-El secuestro de bienes determinados: El secuestro es el depósito de bienes muebles o


inmuebles materia de un litigio que, en manos de terceros y para fines preventivos y de
conservación, hacen los interesados o decreta el Tribunal.

3°. La prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles: Esta medida no afecta ni perturba
de manera inmediata al afectado, constituye una limitación al derecho de propiedad y por lo tanto
su interpretación debe ser siempre restrictiva y no puede aplicase de manera analógica.

b. Innominadas o medidas cautelares atípicas: son las providencias cautelares que acordará el
Juez, cuando hubiere fundado temor de que una de las partes pueda causar a otra, una lesión
patrimonial grave, o de difícil reparación; como por ejemplo: autorizar o prohibir la ejecución de
determinados actos. Este tipo de medidas son las que puede dictar el Juez de acuerdo al caso
concreto cuando lo que se persigue es el aseguramiento de las resultas de aquellas demandas que
no buscan la satisfacción de obligaciones dinerarias o la restitución de algún bien.

El artículo 585 CPC establece el presupuesto para que la medida sea decretada por el Juez:
1. Exista un riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo (Fumus periculum in
mora).

2. Cuando se acompañe un medio de prueba que constituya presunción grave de esta


circunstancia y del derecho que se reclama (Fumus bonis iuris).

Previa caución o garantía.

“Podrá el Juez, decretar el embargo de bienes muebles o la prohibición de enajenar y gravar de


bienes inmuebles, aun cuando no estén llenos los extremos de Ley, siempre y cuando quien lo
solicite ofrezca y constituya caución o garantía suficiente, para responder de los posibles daños y
perjuicios que el decreto de tales medidas pudiere ocasionar a la parte contra quien obren. Tal
caución o garantía, de conformidad con la ley, son:

1° Fianza principal y solidaria de empresas de seguro, instituciones bancarias o establecimientos


mercantiles de reconocida solvencia.

2° Hipoteca de primer grado sobre bienes cuyo justiprecio conste en los autos.

3° Prenda sobre bienes o valores.

4° Consignación de una suma de dinero hasta por la cantidad que señale el Juez.

BIENES EMBARGABLES

Son susceptibles de embargo, todos los bienes que el Código Civil, considera como muebles, así
lo sean por su naturaleza como son los objetos que se pueden transportar de un lugar a otro, o se
mueven por sí mismos, o son movidos por una fuerza exterior; o lo sean por disposición de la
Ley, como por ejemplo, los derechos, las obligaciones, las acciones que tienen por objeto efectos
muebles. Las acciones o cuotas de participación en las sociedades de comercio o de industria,
respecto de cada socio o por el tiempo que dure la sociedad; las rentas vitalicias o perpetuas, los
materiales de construcción, aún no empleadas en éstas las construcciones flotantes en general y
los demás muebles que no hayan sido convertidos en inmuebles por destinarlos su propietario.

A pesar de lo anteriormente dicho, existen muebles que no pueden ser objeto de embargos
preventivos, por cuanto, sobre ellos no se podría trabar ejecución, por lo que, sería inútil y hasta
vejatorio si se quiere, ponerlos bajo custodia o depósito, para que respondan de las resultas del
juicio. Por ejemplo: el lecho y la ropa del deudor, de su cónyuge y de sus hijos, ni los muebles y
enseres que estrictamente necesiten el obligado y su familia, ni los libros, útiles e instrumentos
necesarios para el ejercicio de su profesión. Los derechos que sean esencialmente personales del
obligado.

Según nuestra Ley Procesal, los sueldos, salarios y remuneraciones hasta el monto del salario
mínimo nacional obligatorio fijado por el Ejecutivo Nacional, conforme a la Ley, son
inembargables cualquiera que sea la causa.

La porción comprendida entre el salario mínimo y el doble del mismo es embargable solamente
hasta la quinta parte.

La porción de los sueldos, salarios y remuneraciones que exceda del doble del salario mínimo
nacional obligatorio es embargable únicamente hasta la tercera parte.

En el caso de fianzas de establecimientos mercantiles, el Juez requerirá la consignación en autos


del último balance certificado por contador público, de la declaración al impuesto sobre la renta;
y del certificado de solvencia correspondiente.

Bienes sobre los cuales se pueden ejecutar las medidas (art. 587 cpc).

“Únicamente podrán ejecutarse sobre bienes que sean propiedad de aquel contra quien se haya
librado la medida, salvo en los casos de secuestro”.

La medida preventiva de embargo.

Entendemos por embargo preventivo, el acto judicial a requerimiento de parte, en virtud del cual
se sustrae en un depositario cualquier ben mueble del poseedor contra quien obra, con el objeto
de suspender provisionalmente los atributos de su derecho de propiedad – ius abutendi, fruendi
et utendi -, y tenerlos a las resultas del juicio. Esta definición nos permite diferenciar en embargo
como medida preventiva, y diferenciarlo a su vez del secuestro y de la prohibición de enajenar y
gravar en sus efectos específicos.

1. Lugar para la práctica de la medida (Art. 591 CPC)

a. En la morada del ejecutado, o


b. En los sitios o establecimientos donde se encuentren los bienes a embargarse.

BIENES INEMBARGABLES

Bienes inejecutables. No quedan sujetos a la responsabilidad del deudor los bienes que no son
susceptibles de ejecución forzosa (bienes inejecutables), los cuales pueden clasificarse en bienes
inejecutables por su naturaleza, por estar afectados exclusivamente a la persona del deudor o de
su familia o por (mera) determinación de la ley.

a) Bienes inejecutables por su naturaleza son:

1) Los bienes que carecen de valor económico (los cuales no representan excepción al principio
de que la responsabilidad patrimonial es ilimitada, ya que se trata de bienes extrapatrimoniales).

2) Los bienes que son inseparables de otros, de modo que no pueden ser objeto de ejecución
independiente de esos otros bienes (p.j.: la medianería), y

3) El hogar (C.C. art. 632 y 639, encb.).

b) Bienes inejecutables por estar afectados exclusivamente a la persona del deudor o de su


familia son:

1) El lecho del deudor, de su cónyuge y de sus hijos (C.C. art. 1.929, ord. 1º).

2) La ropa de uso de las mismas personas y los muebles y enseres que estrictamente necesiten
el deudor y su familia (C.C. art. 1.929, ord. 2º).

3) Los libros, útiles e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u oficio del
deudor (C.C. art. 1.929, ord. 3º).

4) Los sueldos, pensiones o salarios menores de cuatrocientos bolívares, excepto cuando se


trate de juicios de alimentos (Dec. Nº 247 de la Junta Revolucionaria de Gobierno sobre
Represión de la Usura, de 9-IV-46, art. 8º); las cuatro quintas partes de los sueldos, pensiones y
salarios comprendidos entre cuatrocientos y mil doscientos bolívares (Dec. cit., art. 9º); y los dos
tercios del sueldo o pensión de que goce el deudor cuando exceda de mil doscientos bolívares
(C.C. art. 1.929, ord. 4º, modificado por el Dec. cit., art. 8º y 9º).

5) El hogar constituido legítimamente (C.C.art. 1.929 ord. 5º), que también puede considerarse
bien inejecutable por su naturaleza.
6) Los terrenos o panteones y sus accesorios, en los cementerios (C.C. art. 1.929, ord. 6º).

7) Los derechos de uso y habitación.

c) Bienes inejecutables por (mera) determinación de la ley son:

1) Las rentas vitalicias constituidas a título gratuito con estipulación de que serán
inenbargables (C.C. art. 1.799; y

2) Los bienes, rentas, derechos o acciones pertenecientes a la Nación (Ley Orgánica de la


Hacienda Pública Nacional, art. 16).

Embargo de créditos (Arts. 591 al 595 CPC).

a. Forma de practicar el embargo sobre créditos (593): El embargo de créditos se efectuará


mediante notificación que hará el Juez al deudor del crédito embargado, en la morada. Oficina o
negocio de éste. Si no se encontrare al deudor, la notificación se hará a cualquiera de las
personas indicadas en el artículo 220 “en los casos de citación por correo certificado con aviso de
recibo deberá ser firmado por el representante legal o judicial de la persona jurídica, o por uno
cualquiera de sus directores o gerentes, o por el receptor de correspondencia de la empresa” si se
tratare de personas jurídicas. Si se tratare de personas naturales, la notificación se hará en la
persona que está a su servicio, o sea pariente del deudor, que se encuentre en su morada, oficina
o negocio, dejándose constancia en el acta del nombre, apellido y cédula de identidad de la
persona notificada. Si se tratare de créditos o derechos litigiosos, bastará con dejar constancia del
embargo en el expediente del juicio respectivo, mediante acta que suscribirán el Juez, el
Secretario y los comparecientes.

REQUISITOS DE ADMISIÓN Y PROCEDENCIA DE LAS MEDIDAS CAUTELARES


TÍPICAS

El Juez no podrá decretar el embargo ni la prohibición de enajenar y gravar, si la persona contra


quien estuvieran dirigidas, prestare caución o garantía suficiente, de las establecidas en el
artículo 590 CPC”.

Si la parte que solicite se decreten dichas medidas, objetare la garantía o caución, prestada, por
ser ineficaces o insuficientes, se abrirá una articulación por 4 días y el Juez decidirá sobre la
objeción, en los dos días siguientes al vencimiento de la articulación.
Limitación sobre los bienes objeto de la medida.

“Los bienes objeto de la medida, serán estrictamente los necesarios para garantizar las resultas
del litigio”.

“Si se comprobare que excedieren en su valor, la cantidad a cubrir según el decreto, el Juez la
limitará hasta lo suficiente”.

Requisitos de las medidas cautelares

En tal sentido establecen los artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento Civil lo siguiente:

Artículo 585 del Código de Procedimiento Civil: Las medidas preventivas establecidas en este
Título las decretará el Juez, sólo cuando exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la
ejecución del fallo y siempre que se acompañe un medio de prueba que constituya presunción
grave de esta circunstancia y del derecho que se reclama.

Artículo 588 del Código de Procedimiento Civil: En conformidad con el artículo 585 de este
Código, el Tribunal puede decretar, en cualquier estado y grado de la causa, las siguientes
medidas:

1º El embargo de bienes muebles;

2º El secuestro de bienes determinados;

3º La prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles.

Podrá también el Juez acordar cualesquiera disposiciones complementarias para asegurar la


efectividad y resultado de la medida que hubiere decretado.

PARÁGRAFO PRIMERO.—Además de las medidas preventivas anteriormente enumeradas, y


con estricta sujeción a los requisitos previstos en el artículo 585, el Tribunal podrá acordar las
providencias cautelares que considere adecuadas, cuando hubiere fundado temor de que una de
las partes pueda causar lesiones graves o de difícil reparación al derecho de la otra. En estos
casos para evitar el daño, el Tribunal podrá autorizar o prohibir la ejecución de determinados
actos, y adoptar las providencias que tengan por objeto hacer cesar la continuidad de la lesión.

PARÁGRAFO SEGUNDO.—Cuando se decrete alguna de las providencias cautelares previstas


en el Parágrafo Primero de este artículo, la parte contra quien obre la providencia podrá oponerse
a ella, y la oposición se sustanciará y resolverá conforme a lo previsto en los Artículos 602, 603
y 604 de este Código.

PARÁGRAFO TERCERO. —El Tribunal podrá, atendiendo a las circunstancias, suspender la


providencia cautelar que hubiere decretado, si la parte contra quien obre diere caución de las
establecidas en el Artículo 590. Si se objetare la eficacia o suficiencia de la garantía, se aplicará
lo dispuesto en el único aparte del Artículo 589.

Las medidas cautelares por excelencia persiguen la anticipación de los efectos de una
providencia principal; ellas están destinadas a precaver el resultado práctico de un juicio futuro y
eventual al cual están preordenados sus efectos.

Así se evita que la parte perdidosa haga nugatorio el triunfo del adversario, el cual podría
encontrarse con la situación de que su victoria en la litis no tendría sobre que materializarse,
quedándole solo una sentencia a su favor pero ningún bien del perdidoso del cual cobrarse para
hacer efectiva su pretensión, bien sea porque este se insolventó real o fraudulentamente, o porque
de una u otra manera ha ocultado sus bienes para eludir su responsabilidad procesal.

Según el contenido de la norma jurídica anteriormente transcrita, la procedibilidad de las


medidas preventivas depende de la concurrencia de dos condiciones a saber:

1. El periculum in mora; o el riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo. A
este respecto, no establece la Ley supuestos de peligro de daño, tipificados en varios ordinales,
como ocurría en los supuestos de embargo y prohibición de enajenar y gravar del Código
derogado; sino que por el contrario, la norma establece “…cuando exista riesgo manifiesto de
que quede ilusoria la ejecución del fallo y siempre que se acompañe un medio de prueba que
constituya una presunción grave de esta circunstancia…”. El peligro en la mora tiene dos causas
motivas: una constante y notoria, que además no necesita ser probada, cual es la inexcusable
tardanza del juicio sometido a conocimiento, el arco del tiempo que necesariamente transcurre
desde la deducción de la demanda hasta la sentencia ejecutoriada; la otra causa viene dada por
los hechos del demandado durante ese tiempo para burlar o desmejorar la efectividad de la
sentencia esperada.

2. El fumus boni iuris; o la presunción grave del derecho que se reclama. También es conocida
como la “Apariencia del Buen Derecho”, constituye un juicio preliminar que no toca el fondo,
por el cual quien se presenta como titular del derecho tiene visos de que efectivamente lo es. Este
surge como la necesidad, la apariencia de certeza o de credibilidad del derecho invocado por
parte del sujeto que solicita la medida. El eximio profesor italiano Piero Calamendrei, afirma que
en sede cautelar basta que la existencia del derecho aparezca verosímil, es decir, basta que según
un cálculo de probabilidades, se pueda prever que la providencia principal declarará el derecho
en sentido favorable a aquel que solicita la medida cautelar.

No obstante lo anterior, la extinta Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil,


mediante sentencia de fecha 04 de Junio de 1.997, con ponencia del Magistrado Dr. Alirio Abreu
Burelli, estableció lo siguiente:

“…De la aplicación de ambas disposiciones legales (refiriéndose a la norma contenida en los


artículos 585 y 588, ambos del Código de Procedimiento Civil) se observa la existencia de tres
requisitos de procedencia de las medidas preventivas establecidas en el parágrafo primero del
artículo 588, a saber: 1) La existencia de un fundado temor de que una de las partes en el curso
del proceso, pueda causar lesiones graves o de difícil reparación al derecho de la otra; 2)
Presunción grave del Derecho que se reclama –fumus boni iuris -; 3) Presunción grave del riesgo
manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo – periculum in mora -. Estos son los tres
aspectos que debe examinar el Juez para decidir sobre la procedencia de la medida cautelar que
la doctrina ha denominado “medida innominada”, por ser diferente a las medidas preventivas
típicas de embargo, secuestro de bienes determinados y prohibición de enajenar y gravar…”
(Sic.).-

Doctrina y jurisprudencia

Lo que nuestro Máximo Tribunal establece en el fallo parcialmente transcrito, es que además de
los requisitos fundamentales para la procedencia de la Medida Cautelar Innominada, es decir, el
fumus boni iuris y el periculum in mora, es menester que el Juez, al momento de estudiar el caso,
debe examinar el periculum in danni, siendo este el fundado temor de que una de las parte pueda
causar lesiones graves o de difícil reparación al Derecho de la otra.

Además:

“Gastos: El solicitante de la medida sufragará los gastos y honorarios por el depósito de los
bienes, los del traslado y los que sean necesarios para reponer las cosas del estado en que se
encontraban para en momento del embargo. En estos casos no se admite el derecho de retención
a favor del depositario (592).

Entre las Características de las Medidas Cautelares resalta la de la instrumentalidad; según la


cual, se considera que la tutela cautelar no constituye un fin en sí misma, sino que se desarrolla
en función de un proceso principal. La tutela cautelar, aparece configurada en relación a la
actuación del derecho sustancial, como la tutela mediata, pues más que para hacer justicia, sirve
para asegurar el buen funcionamiento de ésta. Así, una vez se dicta la resolución firme en el
proceso, la medida cautelar queda sin efecto, bien por convertirse en medida ejecutiva, bien por
desaparecer totalmente, en el caso de declararse inexistente la situación material garantizada.

Para decretar estas medidas el Juez, aunque tenga la potestad soberana para ello, debe examinar
si se cumplen los requisitos o extremos previstos en los artículos 585 del Código de
Procedimiento Civil, tal como lo ha sostenido reiteradamente la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia (Sentencia de fecha 4 de Abril del 2.003. Expediente N° 02-3008. Sent.
653).

Los requisitos anteriormente señalados, deben ser concurrentes, ya que la sola existencia de uno
de ellos, aisladamente, no da lugar para que sea decretada; debiendo el solicitante acreditar, al
menos sumariamente, la apariencia del buen derecho, la existencia del riesgo efectivo de que
pueda frustrarse la ejecución del fallo, y el fundado temor de que puedan sobrevenir daños de
difícil reparación a su derecho.

Clasificación.

Las medidas cautelares o preventivas están clasificada en:

• El Embargo de bienes muebles.

• El Secuestro de bienes determinados.

• La Prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles.

• Las Medidas Preventivas Innominadas.

Finalidad
A) Evitar que se burlen las decisiones judiciales; o más bien garantizar que la voluntad de la ley
emitida por la jurisdicción efectivamente se materialice, porque la misma se puede ejecutar.

B) Evitar la insolventación del obligado, que es un corolario de la primera finalidad mencionada.

C) Garantizar el crédito insoluto o el cumplimiento obligacional, pues como en Venezuela y en


el proceso civil no existe la opción penal (de cárcel por deudas) la ley consagra medios de
certeza para que el triunfador de un litigio lo sea realmente, es decir, no sea burlado en los
derechos que obtiene con una decisión judicial

1. Se solicita y se práctica INAUDITA PARS.

2. Carece de contradictorio y atiende al principio de la dispositividad.

3. No es inmutable, ni absoluta: es relativa y sustituible, ampliable o reducible.

4. No surte efecto de cosa juzgada: material o formal.

5. Es instrumental: No constituye un fin en sí misma.

6. Es provisional:

6.1. Caduca con el fin del Juicio en su etapa cognoscitiva.

6.2. Caduca al cesar la causa que la generó.

6.3. Se suspende o se revoca a petición del solicitante de la medida.

7. Es inespacial y sin pre-determinación temporal.

8. No tiene territorialidad, pero su ejecución en el país, por cautela dictada por autoridad
jurisdiccional extranjera, está condicionada al juicio del exequatur (Casación: 14 de Julio de
1.971).

9. No genera ni es causa de daños y perjuicios.

10. Deviene como consecuencia de una acción ya ejercida (principio de la jurisdiccionalidad): no


existe acción cautelar principal.

el quid lógico que constituye la naturaleza jurídica de las medidas cautelares es su


instrumentalidad, pero además, la provisoriedad, la judicialidad. la variabilidad y la urgencia,
constituyen propiedades esenciales de las medidas cautelares que derivan directamente de su
relación con la providencia definitiva, y que son consecuencia y manifestación lógica de la
instrumentalidad.

Provisoriedad: porque la providencia cautelar suple uno de los efectos a la providencia definitiva,
y en virtud de la instrumentalidad, aquélla está a la espera de que ese efecto sea sustituido por
otro determinado de carácter permanente, Calamandrei nos dice que lo temporal es lo que no
perdura y su término es incierto, es un lapso finito pero incierto; lo provisorio también implica
un lapso finito, pero es sabido de antemano cuánto va a durar. Por eso, es errado el vocablo
temporalidad para significar lo provisorio.

Judicialidad: por su conexión vital con el proceso y por cuanto la terminación de éste obvia su
existencia. Igualmente tienen carácter judicial, porque no satisfacen el derecho material o
sustancial de manera irrevocable. Por regla general aparecen ínsitas en un juicio, siendo el
requisito de pendente lite una manifestación de su Judicialidad, a diferencia de los simples
derechos cautelares.

Variabilidad: por ser rebussíc stantibus, pueden ser modificadas en la medida que cambie el
estado de cosas para el cual se dictaron. Dependen de la mutabilidad o inmutabilidad de la
situación de hecho que les dio origen. De esto se deduce que no produzca cosa juzgada por
cuanto aun conservando los caracteres de inimpugnabilidad y coercibilidad eventual, es
modificable.

Por otra parte, la variabilidad adquiere proporciones drásticas con la posibilidad de revocación,
que puede suceder en tres casos:

A) La revocabilidad automática a que están sujetas al actualizarse la providencia principal que


obvia los motivos por los que se le dio origen, sea porque interviene definitivamente lo mediado
provisoriamente por ella tal como en la interdicción provisional; o bien, porque al desestimar la
pretensión del actor se declara la inutilidad de asegurar un derecho inexistente;

B) Cuando permitiendo la Ley dirimir previamente las causas, existencia y efectos de la


providencia en sede cautelar, independientemente de la justicia intrínseca del derecho reclamado
en lo principal, resulta adecuado revocarla; esto sucede en el procedimiento de medidas
preventivas típicas, en el cual el legislador ha establecido una fase plenaria constituida por la
articulación que se abre automáticamente y culmina con la confirmación o información del
derecho primitivo que la acordó, independientemente de lo que decida en lo futuro la sentencia
definitiva del juicio principal;

C) Al ser revocada por el juez que admite la medida de contra cautela de acuerdo al contenido
del artículo 589 del CPC.

Urgencia: Es la garantía de eficacia de las providencias cautelares. La necesidad de un medio


efectivo y rápido que prevenga una situación de hecho, para conciliar las dos exigencias,
frecuentemente opuestas, de la justicia: la de la celeridad y la de la ponderación; entre hacer las
cosas pronto pero mal y hacerlas bien pero tarde, las providencias cautelares tienden, ante todo, a
hacerlas pronto, dejando que el problema de bien y mal, esto es, de la justicia intrínseca de la
providencia se resuelva más tarde, con la necesaria ponderación, en las reposadas formas del
proceso ordinario,

De derecho estricto: Las normas cautelares son, por regla general, de interpretación restringida,
por cuanto tienden a limitar, de una u otra forma, las garantías y derechos personales, teniendo
sólo como fundamento un juicio conjetural basado en presunciones hominis. Si bien el
principio in dubio pro reo y de plenitud de la prueba para la estimación de la demanda a que se
contrae el artículo 254 del CPC, es justificado en el juicio definitivo de cosa juzgada. No ocurre
así en el que tiene carácter provisional revocable.

Proporcionalidad. Bienes sobre los cuales pueden recaer. La caución procesal. Clases. La
oposición a las medidas cautelares: oposición de partes y oposición de terceros. Otras
incidencias. Tramitación.
Realizado por:
Olmar Yépez
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V-26.336.035

PUNTO 2: CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES. EL EMBARGO


PREVENTIVO. EJECUCIÓN. EMBARGO DE CRÉDITOS Y DERECHOS
LITIGIOSOS. EMBARGO DE BIENES YA EMBARGADOS. EMBARGO DE
CRÉDITOS CEDIDOS PARCIALMENTE. EJECUCIÓN PREFERENTE

EL EMBARGO PREVENTIVO:

El embargo preventivo consiste en la aprehensión de un bien mueble propiedad del


demandado y su entrega a un depositario, privando a su propietario del derecho al uso, disfrute y
disposición del bien, con la finalidad de asegurarlo para su eventual ejecución, es importante
conocer que el embargo preventivo se convertirá en embargo ejecutivo, si la sentencia debe ser
ejecutada mediante la venta en pública subasta cuestión que desarrollaremos a profundidad.

Entre los distintos conceptos manejados entendemos que el embargo preventivo constituye
la medida cautelar en cuya virtud se afectan o inmovilizan uno o varios bienes de quien es o ha
de ser demandado en un proceso de conocimiento o en un proceso de ejecución a fin de asegurar
la eficacia práctica de las sentencias que en tales procesos se dicten. En el embargo preventivo se
puede tomar sobre cosas o bienes individualizados o sobre universalidad de cosas.
Este tipo de medidas no implican que los bienes embargados queden fuera del comercio
sino que los colocan en la situación de poder ser enajenados con autorización del juez que
decretó la medida.

Artículo 591 CPC.- A pedido de parte, el Juez se trasladará a la morada del deudor, o a los
sitios o establecimientos donde se encuentren los bienes a embargarse, para ejecutar la medida. A
tal fin, podrá ordenar la apertura de puertas y de cualesquiera depósitos o recipientes, y solicitar,
cuando fuere necesario, el auxilio de la fuerza pública.

El embargo sobre cosas inmuebles se trata mediante la anotación de la orden judicial en


el registro de la propiedad, en cambio, si lo embargado es una cosa mueble, el embargo practica
por el secuestro de la cosa que es puesta bajo depósito judicial. Es bastante frecuente que se
designe depositario al propio dueño, pero en ese caso queda modificado el título de la tenencia
material, que ya no se realiza en carácter de propietario, sino de depositario, con las
responsabilidades consiguientes.

EL EMBARGO DE CRÉDITOS Y DERECHOS LITIGIOSOS.

EMBARGO DE CREDITOS. El embargo de un crédito litigioso, no produce más efectos


que notificar al deudor que no pague y al acreedor que no cobre; y si un nuevo acreedor
embargante, llegara a adjudicarse ese crédito o si hay un depositario nombrado, tienen el derecho
de ejecutar las acciones que les correspondan para hacer efectivo el crédito referido, dentro del
juicio que se sigue al demandado, y es ilegal pretender obligar a éste, a que exhiba el importe de
su crédito, en el juzgado donde el juicio se tramita

Embargo de créditos su articulación está expresa en nuestro Código de Procedimiento Civil


desde su artículo 591 al 595.

1. Forma de practicar el embargo sobre créditos (593): El embargo de créditos se


efectuará mediante notificación que hará el Juez al deudor del crédito embargado, en la morada.
Oficina o negocio de éste. Si no se encontrare al deudor, la notificación se hará a cualquiera de
las personas indicadas en el artículo 220 “en los casos de citación por correo certificado con
aviso de recibo deberá ser firmado por el representante legal o judicial de la persona jurídica, o
por uno cualquiera de sus directores o gerentes, o por el receptor de correspondencia de la
empresa” si se tratare de personas jurídicas. Si se tratare de personas naturales, la notificación se
hará en la persona que está a su servicio, o sea pariente del deudor, que se encuentre en su
morada, oficina o negocio, dejándose constancia en el acta del nombre, apellido y cédula de
identidad de la persona notificada. Si se tratare de créditos o derechos litigiosos, bastará con
dejar constancia del embargo en el expediente del juicio respectivo, mediante acta que
suscribirán el Juez, el Secretario y los comparecientes.

2. Papel del deudor ante el Tribunal (594): Al momento del embargo del crédito, o
dentro de los dos días siguientes, el deudor manifestará al Tribunal el monto exacto del crédito,
la fecha en que debe hacerse el pago, la existencia de cesiones o de otros embargos, indicando
también el nombre de los cesionarios y de los otros embargantes, y las fechas de notificación de
las cesiones y embargos. Si el deudor no hace la manifestación a que se refiere este artículo,
quedará responsable por los daños y perjuicios que su omisión cause al embargante.

3. Caso de cesiones de créditos ya embargados (596): Si hubiere cesiones de créditos


anteriores al embargo, se practicará este sobre el remanente del crédito siempre que la cesión
tenga fecha anterior al embargo.

EL EMBARGO DE BIENES YA EMBARGADOS O RE EMBARGO

Reembargo: consiste en sobre un mismo bien o bienes, se pueda practicar varios embargos,
siguiendo un orden de antigüedad tomando en cuenta las garantías de origen convencional o
legal constituidas sobre un bien mueble (en caso del preventivo, ya que el ejecutivo también
puede ser sobre inmuebles).

Asimismo, se puede indicar que el reembargo, es un embargo posterior trabado en los


mismos bienes que lo habían sido antes y verificado para garantizar un crédito distinto al
anterior. De donde se concluye las siguientes características:

Ø Existencia de unos bienes embargados.

Ø Que sobre los mismos bienes se practique otro embargo.

Ø Que garantice un crédito o deuda distinta a la primera.


EL EMBARGO DE CRÉDITOS CEDIDOS.

En relación con el orden del embargo de bienes predeterminado, los créditos, efectos,
valores y derechos realizables en el acto a corto plazo aparecen en segundo lugar (después del
dinero), siempre que el obligado tributario no hubiera señalado un orden diferente. Asimismo,
cuando se trata de créditos, efectos y derechos sin garantía, se ha de notificar la diligencia de
embargo a la persona o entidad deudora del obligado al pago, apercibiéndole de que, a partir de
ese momento, no tendrá carácter liberatorio el pago efectuado al obligado. Cuando el crédito o
derecho embargado haya vencido, la persona o entidad deudora del obligado al pago deberá
ingresar en el Tesoro el importe hasta cubrir la deuda.

En otro caso, el crédito quedará afectado a dicha deuda hasta su vencimiento, si antes no
resulta solventada. Si el crédito o derecho conlleva la realización de pagos sucesivos, se ordenará
al pagador ingresar en el Tesoro los respectivos importes hasta el límite de la cantidad adeudada,
salvo que reciba notificación en contrario por parte del órgano de recaudación.

Conforme a lo anterior, si se recepciona la diligencia de embargo con posterioridad a la


cesión del crédito no resulta de aplicación lo señalado, en la medida en que la entidad ya no
tendría la condición de deudor respecto del acreedor comercial embargado por la Administración
tributaria.

No obstan, es necesario recordar que siguen vigentes respecto de la entidad a la que se le


notificó la diligencia de embargo con posterioridad a la cesión del crédito, el deber de informar
al órgano de la Administración tributaria que hubiera emitido la diligencia de embargo de todas
las vicisitudes de las cuales hubiera tenido conocimiento respecto del crédito que se pretendía
embargar que pudieran afectar a la ejecución del embargo por dicha Administración.

Realizado por: Yolimar Mora


CJP-12100022-v
V-9.344.563

PUNTO 3: EL SECUESTRO. OBJETO. CARACTERÍSTICAS. CAUSALES.


Es una medida preventiva que consiste en el embargo o confiscación de bienes muebles o
inmuebles determinados para satisfacer obligaciones en litigio, además es el depósito que se hace
de la cosa en litigio, en la persona de un tercero mientras se decide a quien pertenece la cosa.
Puede ser convencional, legal y judicial, en el primer caso se hace por voluntad de los
interesados, en el segundo por mandato legal, y el tercero por orden del juez. Tanto en la Ley
como en la práctica se emplea la palaba secuestro como sinónimo de embargo, pero con más
propiedad el secuestro implica siempre en la existencia de un depósito, cosa que no sucede
siempre en el embargo.
En nuestro Código Civil en los artículos 1780 a 1787 aparecen consagradas las normas
sustantivas sobre secuestro dividiéndolo en dos tipos:
a) secuestro convencional
b) secuestro judicial.
Según dicho Código el secuestro convencional es el depósito de una cosa litigiosa hecho
por dos o más personas en manos de un tercero quien se obliga devolverla después de la
terminación del pleito a aquél a quien se declare debe pertenecer. El mismo código no define los
términos del secuestro convencional ni del secuestro judicial; simplemente trae una serie de
normas que caracterizan ambos tipos de secuestros entre los cuales señalaremos:
A) Que el secuestro es un principio remunerado, salvo convención en contrario. Cuando es
gratuito está sometido a la regla del depósito.
B) El secuestro puede tener por objeto un bien mueble o inmueble.
C) No puede liberarse del secuestro al depositario antes de la terminación del pleito, sino por
consentimiento de todas las partes o por una causa que se juzgue legítima.
D) Normas variadas sobre derechos y obligaciones del depositario.

EL SECUESTRO. OBJETO

El objeto primordial del secuestro judicial es evitar que el bien sobre el cual las partes
mantienen un litigio, cambie su estado a voluntad de una de las partes y no permita, por tanto,
hacer efectivo el derecho que se reconozca o ampare al final del procedimiento. En este sentido
es una medida procesal provisional que puede o no ser tomada por el juez o tribunal en virtud de
los riesgos que advierta respecto de la alteración del bien. La decisión judicial debe estar
motivada y establecer el alcance del secuestro y las condiciones en que se efectúa.

La figura jurídica del secuestro judicial se compara, a efectos de su naturaleza jurídica, con
la de un depósito obligatorio, y en las distintas legislaciones viene regulada en el derecho civil y
en las leyes de enjuiciamiento. También se asimila a la figura del embargo, si bien en éste los
bienes afectados serán destinados, en su caso, para atender el cumplimiento de determinadas
obligaciones derivadas de una resolución, mientras que en el secuestro judicial, los bienes son el
objeto del fondo del conflicto y no instrumentos para el pago o satisfacción de una resolución.

EL SECUESTRO. CARACTERISTICAS

1.- Es una medida cautelar Nominada.


2.- El secuestro judicial es para preservar el bien mientras dura la controversia.
3.- Es una medida preventiva.
4.- Consiste en la aprehensión de una cosa determinada.
5.- Recae en bienes muebles e inmuebles.
6.- Debe estar sujeta a un litigio en curso.
7.- En el secuestro no procede la caución.
8.- El secuestro está taxativamente revisto en el siete causales en el Código de Procedimiento
Civil (art. 599).

El secuestro desde su nacimiento dentro del derecho venezolano aparece dentro de la


llamada medida de arraigo.
1º.) El secuestro puede recaer sobre bienes muebles y/o bienes inmuebles, inclusive,
puede referirse a bienes incorpóreos. La condición del secuestro es la que impera, y no la
naturaleza del objeto, el secuestro no puede recaer sino sobre bienes determinados que
constituyan el objeto del litigio que importe el bien secuestrado al juicio y sea necesario al juicio
mismo. Llena que sea esta condición, no importa para su secuestrabilidad que se trate de bienes
muebles, semovientes o inmuebles, según la naturaleza de la cosa litigiosa. Así se ve que, en el
Primer caso del artículo 599, la medida sólo puede recaer sobre cosa mueble, y en el quinto sobre
cosa raíz, y el ordinal séptimo del mismo artículo sobre inmuebles.
2º.) En cuanto a su determinación los bienes sobre los cuales recae una medida de
secuestro son siempre bienes específicos determinables y particularizados aún antes de ejecutarse
efectivamente la medida. En el secuestro se podrá dictar la medida sin especificar los bienes:
cuando se refiere a bienes suficientes de la herencia o en su defecto, cuando aquel que se haya
privado de su legítima la reclame de quienes la hubieren tomado o tengan los bienes hereditarios;
cuando se trata de bienes de la mujer y en su defecto de la comunidad conyugal o del marido
que sean suficientes para cubrir aquellos, cuando el marido malgaste los bienes de la mujer.
Todas esas excepciones están amparadas por el ordinal 3º y 4º del Artículo 599 del Código de
Procedimiento Civil que permiten pueda decretarse el secuestro sobre bienes no especificados.
3º.) El art. 585 del actual código no especifica quienes pueden solicitar las medidas
preventivas, pero es de suponerse que siempre y en principio tal derecho le corresponde al actor,
sin que a la parte demandada le sea desconocido similar derecho, cuando estime que existe, para
él, por una parte, temor fundado (PERICULUN IN MORA) que el actor, en circunstancias en
que el juicio pareciera no serle favorable, pueda insolventarse, y, por la otra, que de las actas del
proceso puede inferirse la existencia de sus razones.
En estas circunstancias son dos las opciones que tiene el demandado para solicitar una
medida preventiva, la primera por las eventuales costas procesales, cuando su actitud en el
proceso ha sido demostrar que la actora no le asiste la razón, y aparecen en las
actas evidencias de esas razones; y la segunda, cuando se ha convertido en actor por haber
ejercido la reconvención, en cuyo caso al estar reclamando, también, una obligación de dar, tiene
el derecho a que a la contraparte se le cautelen bienes.
La acción que permite solicitar y obtener la medida de secuestro son producto de la
presencia de un derecho subjetivo absoluto que supone una relación directa con el objeto práctico
del derecho, con una cosa determinada; la que se quiere y se busca, con indiferencia
del comportamiento del demandado o de la capacidad sustitutiva que este tiene para mutar
aquella cosa por otra igual o de similar o mayor. Ese derecho subjetivo absoluto le permite
requerir y obtener la entrega de una cosa determinada, no una parecida, su derecho es IN REM.
La relación directa que derecho habiente tiene con la cosa es por la existencia de un vínculo
superior entre su derecho subjetivo (eventualmente controvertido) y el objeto de la acción.
CAUSALES QUE HACEN PROCEDENTES EL SECUESTRO
Para un mejor entendimiento confrontaremos, por transcripción, en este trabajo las dos
modificaciones introducidas por el legislador de 1.986.
A) En el ordinal tercero del art. 375 del derogado código se señalaba:
"De los bienes de la mujer, y, en su defecto, de los de la sociedad conyugal o del marido, que
sean suficientes para cubrir aquellos, cuando el marido malgaste los bienes de la mujer".
B) En el art. 599, ordinal tercero se consagra:
"De los bienes de la comunidad conyugal, o en su defecto del cónyuge administrador, que sean
suficiente para cubrir aquellos, cuando el cónyuge administrador malgaste los bienes de la
comunidad".
Como puede observarse esta primera modificación fue para eliminar la expresión "de los bienes
de la mujer" y la "del marido" eliminándola, para acoplar la norma procesal a las normas
sustantivas, que sobre el particular vienen sufriendo cambios a partir de la última reforma del
Código Civil.
C) En el ordinal quinto solo se eliminó la palabra "raíz" que significaba una referencia directa a
bienes inmuebles, por lo cual y a partir de esta reforma el secuestro es posible sobre bienes
muebles.
Siete son las causales por las cuales el Juez que conozca de un procedimiento podrá
decretar la medida de secuestro, ellas son:
CAUSAL PRIMERA.- De la cosa mueble sobre que verse la demanda, cuando no tenga
responsabilidad el demandado o se tema con fundamento que éste la oculte, enajene o deteriore.
Contemplada en el Artículo 599 del Código de Procedimiento Civil contiene dos
supuestos; a saber:
A) Cuando el demandado no tenga responsabilidad, es decir, sea irresponsable o no tenga
capacidad para responder de sus deudas u obligaciones.
B) El segundo supuesto está referido a la circunstancia de estimar con fundamento que el
demandado oculte, enajene o deteriore la cosa mueble objeto de la demanda, para lo cual no
importa la condición personal del demandado ni siquiera su capacidad económica, ni el caudal
que se le conozca en forma pública, ni que pueda con su solvencia responder de sus deudas u
obligaciones, pues en esta circunstancia lo que tiene jerarquía a los fines del litigio es que la cosa
mueble sobre la cual se funda la demanda pueda surgir en su integridad menoscabo de su valor
real, pueda ser ocultado, o se ejerza sobre ella alguna disposición con perjuicio del actor, quien
por otra parte no está interesado en una compensación monetaria o en que se le cancele en
metálico el valor de la cosa, pues su interés es la cosa misma en forma integral.

CAUSAL SEGUNDA.- De la cosa litigiosa, cuando sea dudosa su posesión.


La causal segunda del artículo 599 del Código de Procedimiento Civil está referida a la
posesión dudosa de la cosa objeto del litigio. Esta causal se ha convertido en un punto
sumamente controvertido, mal interpretado por litigantes, no bien enfocado por la jurisprudencia,
de nuestros comentaristas patrios sobre el Código de Procedimiento Civil Venezolano, no
obtenemos ninguna repuesta que aclara lo que debe entenderse por posesión dudosa.
Por esa confusión que pueda dar la voluntad exteriorizada entre animus domini y animus
possidendi también existe cuando de tenencia se trata, porque ella proyecta una apariencia no
distinta a aquellas. El elemento diferenciador también en este caso es otro elemento intencional
denominado animus tenendi, constituido por un querer tener la cosa en convicción de no ser
propietario ni poseedor legítimo sino simple detentador.
Surgen entonces tres clases de animus:
a) El animus domini;
b) El animus possidendi;
c) El animus tenendi.
El primero, voluntad en concepto de propietario, con causa que permite capacidad de
disposición; el segundo, en concepto de dueño sin título o causa; y el tercero, con voluntad de
simple detentador.
CAUSAL TERCERA.- "De los bienes de la comunidad conyugal, o en su defecto del cónyuge
administrador, que sean suficiente para cubrir aquellos, cuando el cónyuge administrador
malgaste los bienes de la comunidad".
La reforma del código de procedimiento civil de 1986 se adaptó a las nuevas corrientes
civilistas, en relación con la participación de la mujer en la comunidad conyugal, eliminando la
odiosa diferenciación con que se trataba a la parte femenina de la comunidad conyugal.
El matrimonio es una conjugación de dos voluntades que participan en igual forma en
la seguridad, institucionalización y consolidación del mismo. Los esfuerzos de ninguno pueden
menospreciarse, cuando de la defensa de la institución se trata, tanto en el aspecto económico,
como en el aspecto social o comunitario.
CAUSAL CUARTA.- De los bienes suficientes de la herencia, o, en su defecto, del
demandado, cuando aquél a quien se haya privado de su legítima, la reclame de quienes hubieren
tomado o tengan los bienes hereditarios.
El Artículo 399, en su causal, cuarta establece: "De bienes suficientes de la herencia, o, en
su defecto, del demandado, cuando aquel a quien se haya privado de su legítima, la reclame de
quienes hubieren tomado o tengan los bienes hereditarios". A tenor de tal disposición se ha
sostenido que es necesario: a) que la medida se decrete y recaiga sobre bienes que formen parte
del patrimonio hereditario; b) que quien realice la solicitud se presente como heredero legítimo
del de cujus y haya sido privado de la legítima que por ley le corresponde; c) que el de cujus
haya muerto dejando un testamento con prescindencia de quienes tiene derecho a la legítima.
CAUSAL QUINTA.- De la cosa que el demandado haya comprado y esté gozando sin
haber pagado su precio.
Esta causal sufrió una pequeña y grande modificación, se le eliminó la palabra "raíz" con
lo cual todos bienes que hayan sido comprados, que se están disfrutando sin haber pagado el
precio, podrán ser objeto de una medida de secuestro fundado en la causal quinta a que nos
estamos refiriendo y de la cual, anteriormente hicimos un breve comentario.
Con la inclusión de las cosas muebles, no solo de las cosas inmuebles, (raíz, decía el
código derogado) se amplía el universo sobre el que puede proceder este tipo de secuestros. Se
trata de acciones como la reivindicación de cosas muebles o las acciones declarativas, tendientes
a impedir la sub-venta o enajenación posterior, o cualquiera acción real sobre la cosa o personal
sobre cosa determinada.
CAUSAL SEXTA.- La causal sexta del Artículo 599 del Código de Procedimiento Civil señala
que se decretará el secuestro: "De la cosa litigiosa, cuando dictada la sentencia definitiva contra
el poseedor de ella, éste apelare sin dar fianza para responder de la misma cosa y sus frutos,
aunque sea inmueble", Racional es, dice Ramón Feo, que ya con una decisión en contra del
demandado, sea de temer que esquilme la cosa, se lleve lo que pueda, desatienda la conservación
y sólo procure sacar el mejor provecho si es inmueble; y si es mueble, que lo trasponga o acabe
con ella".
Al sustraer del poder personal de un demandado vencido la cosa litigiosa se resguardan los
intereses del vencedor y la integridad de la misma cosa, porque no es lógico presumir
una conducta de bonus pater familiae en la conservación de la cosa por parte del vencido que
tiene en su contra una sentencia judicial. Es cierto que puede apelar y también es cierto que su
buena fe no queda a la apreciación subjetiva, sino que para acorazarse de la medida de secuestro
puede dar fianza suficiente.
CAUSAL SEPTIMA.-La causal séptima del Artículo 599 del Código de Procedimiento Civil
de tan frecuente uso en los Tribunales de Parroquia, y, en menor escala en los Tribunales de
Departamento, consagra que se decretará el secuestro: "De la cosa arrendada, cuando el
demandado lo fuere por falta de pago de pensión de arrendamiento, por estar deteriorada la cosa,
o por haber dejado de hacer las mejoras a que esté obligado según el contrato, siempre que
alguna de tales circunstancias resulte probada de la manera indicada en el Artículo 585.
Crea esta causal tres supuestos en los cuales es procedente la medida de secuestro:
a) Cuando el arrendatario está insolvente en el pago de sus cánones de arrendamiento.
b) Cuando el arrendatario ha deteriorado el inmueble o la cosa objeto de arrendamiento.
c) Cuando el arrendatario ha incumplido con la obligación contractual de realizar algunas
mejoras en el inmueble objeto del contrato de arrendamiento.
En esta la causal que ha llenado más páginas de jurisprudencia y sobre la cual se sigue
sustentando opiniones contradictorias, sin que se estime suficientemente debatido el asunto por
cuanto la casación no ha realizado pronunciamientos, definitivos sobre el particular.
Para muchos esta causal es específica a la materia inquilinaria. Se afirma que el legislador
ha sido expreso y que sólo por los tres supuestos enunciados se podía decretar el secuestro.
Realizado por:
Kellin Espinoza
Exp: CJP-153-00411-v
C.I.: 10.118.373

PUNTO 4: LE PROHIBICIÓN DE ENAJENAR Y GRAVAR. CONCEPTO.


TRAMITACIÓN. RESPONSABILIDAD DEL JUEZ.

Es la que priva al demandado de la facultad de disponer de un bien inmueble, sin


restringir el uso y disfrute, para asegurar la eventual ejecución del fallo, anticipa el resultado del
juicio de resultar procedente la pretensión se convertirá en embargo ejecutivo, dirigido a la venta
en pública subasta, o se ejecutará la sentencia que se dicte, mediante la entrega de la cosa, en
algunos casos no tiene la finalidad de asegurar la ejecución del fallo, sino fijar la legitimación.

Roca Sastre, lo define como las limitaciones o restricciones impuestas al ejercicio de la


facultad dispositiva que normalmente integra el contenido de un derecho subjetivo y en cuya
virtud el titular del mismo no puede válidamente enajenarlo, gravarlo o, en general, disponer de
él con más o menos amplitud. Supone considerar un sentido amplio a esa pretendida enajenación,
de tal manera que realmente se está incluyendo en el mismo concepto no sólo la facultad de
transmitir, sino facultades circundantes a la misma, como pueden ser la posibilidad de gravar,
modificar e incluso extinguir.

Artículo 600 CPC.- Acordada la prohibición de enajenar y gravar, el Tribunal, sin pérdida
de tiempo, oficiará al Registrador del lugar donde esté situado el inmueble o los inmuebles, para
que no protocolice ningún documento en que de alguna manera se pretenda enajenarlos o
gravarlos, insertando en su oficio los datos sobre situación y linderos que constaren en la
petición.

Se considerarán radicalmente nulas y sin efecto la enajenación o el gravamen que se


hubieren protocolizado después de decretada y comunicada al Registrador la prohibición de
enajenar y gravar. El Registrador será responsable de los daños y perjuicios que ocasione la
protocolización.

Por otro lado, el Juez podrá decretar el embargo de bienes muebles o la prohibición de
enajenar y gravar de bienes inmuebles, aun cuando no estén llenos los extremos de Ley, siempre
y cuando quien lo solicite ofrezca y constituya caución o garantía suficiente, para responder de
los posibles daños y perjuicios que el decreto de tales medidas pudiere ocasionar a la parte contra
quien obren. Tal caución o garantía, de conformidad con la ley, son: 1° Fianza principal y
solidaria de empresas de seguro, instituciones bancarias o establecimientos mercantiles de
reconocida solvencia. 2° Hipoteca de primer grado sobre bienes cuyo justiprecio conste en los
autos. 3° Prenda sobre bienes o valores. 4° Consignación de una suma de dinero hasta por la
cantidad que señale el Juez. En el caso de fianzas de establecimientos mercantiles, el Juez
requerirá la consignación en autos del último balance certificado por contador público, de la
declaración al impuesto sobre la renta; y del certificado de solvencia correspondiente.

Realizado por:
Annery Montilla
Exp: CJP-02200206
C.I.: 17.277.170.

PUNTO 5: LAS MEDIDAS INNOMINADAS. OBJETO. REQUISITOS. LA OPOSICIÓN.


DECRETO Y SUSPENSIÓN CON CAUCIÓN. LAS MEDIDAS COMPLEMENTARIAS
Según Solis (2010) nuestro país cuenta hoy en día con un sistema constitucional moderno, que
según el artículo 26 de nuestra Carta Magna, la acción procesal, es decir, el derecho a poner en
movimiento al aparato judicial del Estado, confiere a cualquier persona, llamados en el argot
jurídico justiciables, el poder jurídico de acudir ante los órganos jurisdiccionales para hacer valer
derechos e intereses (sean estos colectivos o difusos), a la tutela festiva de los mismos y obtener
de forma oportuna la deserción. En otras palabras, cualquier ciudadano tiene el derecho de
acudir ante los tribunales de la República para hacer valer sus derechos e intereses.

Una que a la persona se le haya designado el Juez, esta es investida de la potestad


jurisdiccional, por esa razón, se afirma regularmente que el Juez ordinario es el Juez de la unidad
de la jurisdicción, es decir, el Juez que ejerce plenamente la jurisdicción.
Los poderes que ejercita el Juez en el proceso no son más que la individualización de la
función jurisdiccional y, desde todo punto de vista, han de ser entendidos como poderes y
deberes.

En este sentido, el Juez está facultado para “decretar y ejecutar las medidas adecuadas y
pertinentes para evitar cualquier lesión o daño que una de las partes amenace a infringir en el
derecho de la otra y con la finalidad de garantizar tanto la eficacia como la efectividad de la
sentencia definitiva y de la función jurisdiccional misma” Ortiz (2010). Es decir, las medidas
innominadas son medidas preventivas de naturaleza cautelar que decreta y ejecuta el Juez tanto,
para prevenir el daño a una lesión irreparable que una de las partes pueda causar en los derechos
de la otra, como para evitar que el fallo quede ilusorio en su ejecución.

El fundamento legar de las medidas innominadas lo podemos encontrar en el artículo


588 del Código de Procedimiento Civil en su parágrafo primero, lo cual establece: “Además de
las medidas preventivas anteriormente enumeradas, y con estricta sujeción a los requisitos
previstos en el artículo 585, el tribunal podrá acordar las providencias cautelares que considere
adecuadas, cuando hubiere fundado temor de que una de las partes pueda causar lesiones graves
o de difícil reparación al derecho de la otra.

En estos casos para evitar el daño, el Tribunal podrá autorizar o prohibir la ejecución de
determinados actos, y adoptar las providencias que tenga por objeto hacer cesar la continuidad de
la lesión”. Por lo tanto, las medidas innominadas decretan cuando una de las partes hubiese
fundado temor a la otra y esto le puede causar una lesión grave o de difícil reparación a la otra.
Por lo tanto, la parte que solicite la medida cautelar innominada está obligado a demostrar la
presunción del buen derecho, temor a que quede ilusoria la ejecución del fallo, con el fin de que
la cautela sea adecuada y prevenga eventuales consecuencias graves y dañosas.

Es bueno resaltar que las medidas innominadas son otras providencias que el
Juez en su medida puede dictar, sean estas, medidas conservadoras o asegurativas que no son ni
embargos, ni secuestros, ni prohibición de enajenar o gravar, por el contrario pueden ser
autorizaciones o pueden ser prohibiciones, pero no recaen directamente sobre bienes. Estas
medidas preventivas no están expresamente determinadas en cuanto a su contenido en la ley.
Objeto.

Las medidas innominadas están dirigidas a asegurar la correcta efectividad y el


resultado de la sentencia definitiva a dictarse en el proceso, y también a evitar las lesiones graves
o de difícil reparación a los derechos de alguna de las partes.

Estas medidas son las que, de acuerdo al caso, puede dictar el Juez cuando lo
que se quiere es asegurar el resultado de aquellas demandas que no buscan la satisfacción de
obligaciones dinerarias o la restitución de algún bien. En este caso el objeto principal e dichas
medidas es el de operar como medio garante de la ejecución del fallo.
Requisitos.

Las medidas innominadas son dictadas por el Juez cuando este lo considere
conveniente, o sea, se caracterizan por la facultad que la ley le otorga al Juez para decretarlas o
negarlas, pero estas siempre deben estar sometidas a las condiciones que la ley imponga.

Para que estas medidas puedan dictarse deben reunir las condiciones generales que exige el
artículo 585 del C.P.C para que sean acordadas. Dichas condiciones o requisitos son los
siguientes:

- Que exista un juicio pendiente. No sólo basta la presentación del libelo de la demanda,
debió ser admitida por el tribunal con posterioridad (Corte Suprema de Justicia fallo dictado el
12/12/1979).
- La presunción grave del derecho que se reclama (Fomus Boni Iuris).

- Cuando exista riesgo manifiesto que quede ilusoria la ejecución del fallo (Periculum in
Mora).

- Que la petición tenga relación a los casos taxativamente determinados en el Código de


Procedimiento Civil.

De los requisitos antes mencionados, tenemos unas consideraciones conceptuales sobre el


segundo y el tercero.

El Juez puede dictar las medidas cautelares que considere pertinentes, cuando hubiere
fundado temor de que una de las partes pueda causar un daño, lesiones graves o de difícil
reparación a los derechos de la otra, este requisito doctrinariamente se denomina “periculum in
damni” o inminencia del peligro de daño o lesión, el cual es adicional al requisito de la existencia
del riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo (periculum in mora) y debe
existir una razonable apariencia del derecho reclamado (fumus boni iuris)..
El periculum in mora; significa el riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo y
el fumus boni iuris; quiere decir la presunción grave del derecho que se reclama.
La Oposición.

La oposición es el acto que tiene por objeto oponerse a la medida, en este caso,
innominada porque esta, no se adecua a las exigencias legales o porque su eficacia no son la
expresión de la misma. Cuando se opone a una medida, se exige que el Juez revise la medida que
decreto, por considerar que la misma carece de fundamento legal, y por lo tanto menoscaba las
condiciones de existencia que le son propias a dicha medida cautelar.

Cuando el recurso de oposición es interpuesto por la parte que es afectada por la medida,
debe ocurrir a los tres días siguientes a la ejecución de medida preventiva, si ya se encuentra
citado y en el caso de no estar citado, debe realizar el recurso de oposición al día siguiente de
darse por citado.

En los casos que el Juez haya decretado una medida cautelar innominada que se
establezca prohibiciones o autorizaciones en perjuicio de terceros, se estaría atentando al derecho
a la defensa y al debido proceso, también se violaría el articulo procesal de orden público que
rigen las actuaciones procesales (artículo 7 C.P.C) en este caso el Juez puede negar cualquier
solicitud de oficio, por ser normas de orden público. En los casos del embargo decretado y
ejecutado permite la intervención de terceros conforme a lo estimulado en los artículos 546 y 370
C.P.C. Acá podemos observar una de las formas por cuales los terreros pueden oponerse a una
medida cautelar.
Decreto y suspensión con caución.

El artículo 589 del C.P.V establece que: “No se decretará el embargo ni la prohibición de
enajenar y gravar, o deberán suspenderse si estuvieren ya decretados, si la parte contra quien se
hayan pedido o decretado, diere caución o garantía suficiente de las previstas en el artículo
siguiente. Si se objetare la eficacia o suficiencia de la garantía, se abrirá una articulación
probatoria por cuatro días y se decidirá en los dos días siguientes a ésta”
De la norma antes citada podemos ver, que no se puede decretar ni suspender un
secuestro dando caución o garantía; en cambio sí se puede decretar o suspender el embargo
preventivo y la prohibición de gravar y enajenar, dando caución o garantía suficientes de las
establecidas en la primera parte del artículo 590 del C.P.C.

En este sentido Ortiz (2000) señala que: “Haya habido o no oposición se entiende abierta
una articulación probatoria, salvo que la medida se hubiere acordado con base en la vía
caucionatoria, en cuyo caso la incidencia sólo podría versar sobre la calidad y la cantidad de la
caución ofrecida”, ya que el segundo aparte del artículo 602 C.P.C, indica que “En los casos a
que se refiere el artículo 590, no habrá oposición” , entendemos que si el demandante solicita la
medida obviando los requisitos que se establecen el artículo 585 C.P.C, “ no habrá oposición” ,
por parte del demandado, “ni articulación de que trata este artículo, pero la parte podrá hacer
suspender la medida, como se establece en el artículo 589”; por lo tanto, se prohíbe al
demandado hacer valer, tanto en la oposición prevista en el encabezamiento del artículo 602
C.P.C, como en la articulación probatoria que se abre de pleno derecho en el primer aparte del
articulo antes citado.
Las Medidas Complementarias.

Las medidas preventivas se dictan para asegurar la efectividad y el resultado de una


medida antes decretada, en decir, la médica complementaria se llevara a cabo cuando se hubiese
dictado una medida cautelar, y la misma carezca de consistencia, sea insuficiente o que se siga
corriendo el riesgo de que quede ilusoria la sentencia, tomando en consideración estos aspectos,
el Juez podrá decretar las medidas que el consideren necesarias para garantizar su eficiencia.
Este tipo de medidas no son autónomas ni independientes, sino que deben adecuarse a las
medidas preventivas decretadas con anterioridad.
Realizado por: Sánchez Alexis
CJP-083-00156-v
V-12.837.406

CONCLUSIONES

El embargo es la retención o aprehensión de bienes del deudor, dispuesta por el juez,


sustrayéndole a la libre disposición de su propietario, para asegurar el cumplimiento de la
obligación exigida y las resultas general del juicio.

Esta medida solamente puede recaer sobre bienes inmuebles, a diferencia del embargo
preventivo que solo puede recaer sobre bienes muebles. Esta medida implica o involucra una
privación al propietario del "Ius Autendi", es decir, del derecho de disponer lo que se traduce
como la imposibilidad de vender, hipotecar ese bien inmueble, realizar todos los actos
relacionados con lo anterior, entre otras. Cabe destacar que el uso y disfrute del propietario
permanece intocable.

Son medidas preventivas que consisten en el embargo o confiscación de bienes muebles o


inmuebles para satisfacer obligaciones en litigio.

El procesalista RICARDO HENRÍQUEZ LA ROCHE en su obra “MEDIDAS


CAUTELARES”, señala al analizar el artículo 599 del Código de Procedimiento Civil, que:

“…La razón de ser de esta medida preventiva estriba en el hecho de que, siendo requisito común
a todas ellas la existencia de presunción grave del derecho que se pretende precaver (art. 585
CPC), como justificación de la desposesión que sufrirá el sujeto contra quien obra la medida, la
falta de certeza sobre el derecho a poseer hace procedente la ejecución de la medida, a
requerimiento de uno u otro litigante, para poner la cosa a buen seguro en poder de un
secuestratario. La medida persigue conservar la integridad física de una cosa corporal sobre la
cual pretende derechos in rem ambas partes…”

Al respecto de la aludida norma (599 CPC), refiere el autor RICARDO HENRÍQUEZ LA


ROCHE, en la obra MEDIDAS CAUTELARES, lo siguiente, el secuestro está fundamentado en
el derecho de la parte a que le sea entregada o devuelta la cosa, con base a la demanda de
resolución de contrato que prevé el art. 1167 CC. Así las cosas, la enumeración que contiene el
artículo 599 ejusdem, para establecer la procedencia de la medida preventiva de secuestro, es
taxativa; por ello, no podrá el tribunal decretar tal medida bajo ningún otro supuesto distinto a
los allí establecidos, a menos que así lo permita alguna disposición especial. No obstante, la
amplitud de tal señalamiento hecho en la disposición, permite al Juez una libertad de apreciación
para la aplicación de las causales de procedencia, lo que en todo caso, no significará permisión
alguna para excederse del espíritu de la norma.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

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• http://www.mercurioantofagasta.cl/prontus4_noticias/site/artic/20080711/pags/200807110
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• http://proccivil.blogspot.com/2014/06/medidas-cautelares.html

• http://www.venezuelaprocesal.net/esquemaucabtema22.htm

• Cabanelas. Guillermo (1.979). “Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual”. 12ª


edición. Tomo IV. Editorial Heliasta S.RL. Buenos Aires, Argentina.

• https://es.wikipedia.org/wiki/Secuestro_judicial

• https://inoponible.cl/concepto-de-secuestro-en-materia-civil/

• Código de Procedimiento Civil Gaceta Oficial. (4209E) 18/9/1990.


• Solis J. Manual de Derecho Civil/ México 2014
• http://www.monografias.com/trabajos82/codigo-procedimiento-civil-venezolano-
vigente/codigo-procedimiento-civil-venezolano-vigente6.shtml
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• http://www.venezuelaprocesal.net/jvoluntariaHenriquez.pdf
• Consultado en Línea 4-3-2018 2:00 pm.
Derecho Procesal Civil, Tema 22. Las Medidas Cautelares 2005
Procedimiento Cautelar. Ramón J. Duque Corredor
AUTOR, Carlos Ramos
Ortiz R 1999, Sistemas Cautelares en Venezuela
Calvo E 2000, Codigo De Procedimiento Civil Venezolano.
Jiménez Sánchez 1999, Medidas Cautelares.
Realizado por:

Kellin Espinoza

Exp: CJP-153-00411v

C.I.: 10.118.373

ANEXOS

PUNTO 1: LAS MEDIDAS CAUTELARES. REQUISITOS DE PROCEDENCIA.


PROPORCIONALIDAD. BIENES SOBRE LOS CUALES PUEDEN RECAER. LA
CAUCIÓN PROCESAL. CLASES. LA OPOSICIÓN A LAS MEDIDAS CAUTELARES:
OPOSICIÓN DE PARTES Y OPOCISION DE TERCEROS. OTRAS INCIDENCIAS.
TRAMITACIÓN.
BIENES EMBARGABLES E INEMBARGABLES

REQUISITOS DE ADMISIÓN Y

PROCEDENCIA DE LAS MEDIDAS CAUTELARES TÍPICAS


PUNTO 2: CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES. EL EMBARGO
PREVENTIVO. EJECUCIÓN. EMBARGO DE CRÉDITOS Y DERECHOS
LITIGIOSOS. EMBARGO DE BIENES YA EMBARGADOS. EMBARGO DE
CRÉDITOS CEDIDOS PARCIALMENTE. EJECUCIÓN PREFERENTE
PUNTO 3: EL SECUESTRO. OBJETO. CARACTERÍSTICAS. CAUSALES.
PUNTO 4: LE PROHIBICIÓN DE ENAJENAR Y GRAVAR. CONCEPTO.
TRAMITACIÓN. RESPONSABILIDAD DEL JUEZ.

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