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Principios Basicos Psicosomatica Clinica
Principios Basicos Psicosomatica Clinica
Cando el espíritu
influencia al cuerpo
La enciclopedia Bérangel
de los estados de ánimo al origen
nuestras enfermedades
Volumen 1
Ediciones Bérangel
www.sbr-fpch.org
La Fundación para la Psicosomática Clínica y Humanista
(2013, Barcelona, España)
Portadilla
Prólogo
A modo de introducción
PRIMER PRINCIPIO
La enfermedad es una solución biológica paliativa y transitoria
las leyes de supervivencia de las especies y del individuo
Primera ley de supervivencia: Vivir la mayor cantidad de tiempo posible
Segunda ley de supervivencia: La homeostasis general
Tercera ley de supervivencia: El sistema fisiológico y biológico de protección
Umbrales fisiológicos - Los limites tolerables
La necesidad vital de agua
La necesidad vital de alimento
Las soluciones fisiológicas instintivas paliativas y transitorias en el caso de una
intoxicación alimentaria
SEGUNDO PRINCIPIO
La conversión orgánica
La fuente de conflicto el estado de ánimo conflictivo
La activación de los procesos de conversión
El sistema psíquico de protección
La evolución positiva o negativa de los procesos de conversión
TERCER PRINCIPIO
El sentido biológico
CUARTO PRINCIPIO
La activación de la enfermedad
La conversión por psicochoque emocional desestabilizante
Los psicochoques emocionales desestabilizantes programadores
La conversión por saturación conflictiva
La conversión repetitiva a mínima
La conversión mnémonica
La conversión mixta
QUINTO PRINCIPIO
La programación de la enfermedad
Los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados de Marc Fréchet
El ciclo de autonomía
Metodología
La Memoria Cíclica Musical
La enfermedad programada por una memoria conflictiva que pertenece al
Proyecto/Sentido
El análisis psicológico del líquido amniótico
Los diferentes tipos de Proyecto/Sentido
El Proyecto/Sentido Intencional, consciente y explícito
El Proyecto/Sentido cronológico “clásico”,
El Proyecto/Sentido de “urgencia”
El Proyecto/Sentido y parto
El Proyecto/Sentido Implícito
El Proyecto/Sentido Transgeneracional,
La enfermedad programada por una memoria conflictiva transgeneracional
Conclusión acerca de la programación de la enfermedad
SEXTO PRINCIPIO
La terapéutica
SEPTIMO PRINCIPIO
La prevención psicosomática
ANEXOS
Las lateralidades funcionales y biológicas
Libros de Salomon Sellam que ya aparecieron en español
Prólogo
Hoy en día y dependiendo de las creencias personales, todo el mundo está de acuerdo en
darle un lugar más o menos importante a las influencias del psiquismo sobre una
enfermedad, especialmente sobre su evolución. En cambio y sin negar todo tipo de
factores – genéticos, congénitos, meteorológicos, mecánicos, alimenticios, entre otros –,
son pocos los practicantes que dan a entender que la enfermedad puede ser activada
debido a circunstancias particulares dominadas por una preocupación mental precisa. Por
esto, prefiero hablar de porcentaje de influencia psíquica para tal o tal patología y
es sólo la persona afectada por la enfermedad quien podrá definirla correctamente.
Acerca de la terapéutica
De esta manera, si el porcentaje parece ser elevado, una acción sobre el psiquismo sigue
siendo posible y altamente aconsejada. Hoy en día, mi concepción acerca de la
terapéutica, sostenida por todos estos años de experiencia clínica, es clara y distingo tres
ejes principales de intervención: el seguimiento terapéutico clásico, el apoyo psíquico y la
exploración psicosomática, para poner en evidencia los orígenes psíquicos de la
enfermedad y sobre todo para prevenir las recaidas. Por esto, deseo con todo mi corazón
una real cooperación de todos los actores de la salud: especialistas, de medicina general
y psicosomatólogos.
Respecto a las influencias psíquicas, esta fase de aclaración reviste un aspecto especial,
ya que esta nueva forma de ver la enfermedad aún no es habitual, incluso si aquí y allá
todos están de acuerdo con que el psiquismo tiene un rol especial. Como lo descubrirá
más adelante, existe una verdadera lógica en la Psicosomática Clínica, una especie de
buen juicio que el arte del practicante deberá poner al alcance de todos.
Por mi parte, en cada consulta, he tenido que tomarme todo el tiempo necesario para
explicar en detalle el significado psicosomático de tal o tal patología, dando varios
ejemplos para que la persona involucrada pueda buscar en su memoria situaciones
vividas que sean equivalentes o muy evocadoras. Esta idea general está presente en
todas mis obras y esta enciclopedia desea presentar cada patología en forma de libro
especializado, de la manera más completa posible, basándome en el estado actual de
mis conocimientos y experiencias. Cada uno de ellos retoma por una parte, las temáticas
psicosomáticas básicas, y por otra, se enriquece de los descubrimientos clínicos
particulares, insistiendo a través de numerosos casos clínicos expresivos sacados de mis
expedientes. A fin de cuentas, siempre he creído en el poder curativo de la lectura
especializada.
Por eso, está destinada a cualquier persona en búsqueda personal. En primer lugar, los
practicantes interesados podrán encontrar aquí ciertas informaciones para ayudar a sus
pacientes. En segundo lugar, los enfermos también podrán beneficiar de la lectura de la
obra que trate su propia patología y empezarán así su marcha por el camino de la
evolución personal. La experiencia muestra que una lectura de este tipo los incita a
empezar una reflexión general y una puesta en consciencia de un cierto número de
episodios o de situaciones conflictivas que forman parte de su historia, que pueden llegar
en ciertos casos, a verdaderos restablecimientos textuales. En este libro se relatarán
varios testimonios. Finalmente, y quizás lo más importante, conocer los pormenores de
una patología se convierte una verdadera arma preventiva, psíquica por supuesto.
Espero con todo mi corazón de médico y de hombre, que este trabajo ocupará el lugar
que merece en la enciclopedia del funcionamiento general del Ser humano para que
pueda desarrollarse al seno de su entorno y sobre esta tierra que la acogió. Me gustaría
también agradecerles su apoyo y su paciencia.
Les propongo entonces tomar vuestro pie y ponerlo sobre uno de los numerosos caminos
del conocimiento de sí...
Todos los otros libros de la colección harán referencia a estos puntos teóricos y un
asterisco (*) indicará dicha referencia.
A modo de introducción
¿Cuáles son hoy en día las principales preocupaciones
de la mayor parte de los seres humanos?
Generalmente, tres temas se disputan el primer lugar: el dinero, lo afectivo junto a la
sexualidad, y la salud. Cuando estamos saludables, los dos primeros representan la
mayoría de las preocupaciones diarias. En cambio, en caso de desequilibrio, el último es
sin duda el más importante, ya que de hecho, condiciona los otros dos. Durante mi
carrera de médico de medicina general, pude confirmarlo varias veces, especialmente
durante las visitas a domicilio. Frente a la enfermedad, todo el mundo se encuentra en la
misma linea de partida. Me acuerdo de la reflexión de un paciente riquísimo, afectado por
un cáncer generalizado a sus cincuenta y cinco años: “Me pasé la vida amasando mi
fortuna y hoy día, frente a esta enfermedad, no me sirve de nada o solamente para morir
con más comodidades. ¡Seguro que seré el más rico del cementerio!”
La lectura de este libro ayudará a los profesionales de la salud a efectuar sus primeros
pasos en psicosomática y a abrirles una nueva vía de pensamiento. También podrán,
gracias a muchos ejemplos clínicos simples y detallados, confirmar y verificar la teoría
expuesta.
¿Qué nos muestran, así mismo, los siguientes casos clínicos elegidos entre tantos otros
con una clara mejoría, incluso un rápido restablecimiento? Además, sólo necesitaron una
consulta, dos a lo más y lo más increíble incluso ninguna, ya que la toma de consciencia
se hizo después de una conferencia o simplemente después de la lectura de un libro o un
artículo. Personalmente, me encanta recibir el testimonio de estos restablecimientos
textuales.
Notará que el cuerpo humana “habla” muy frecuentemente y mucho más de lo que
creemos, ya que cada parte del organismo y cada signo podrían significar algo preciso,
abriendo de esta manera una nueva pista de investigación. Como si nuestra piel, que
protege nuestro cuerpo, nuestros órganos y nuestras células, representara las páginas de
un libro escrito en un lenguaje codificado que es necesario descodificar con los pocos
diccionarios que actualmente se encuentran a nuestra disposición, todos sacados de la
investigación clínica en psicosomática, enriquecidos constantemente. Les propongo que
comencemos sus primeras lecciones de lectura psicosomática.
Notarán sin duda, que a menudo la problemática es descrita perfectamente por nuestras
expresiones populares o por ciertas frases repetitivas y muy evocadoras, pronunciadas
por los pacientes durante la consulta. De ahí el interés de escuchar atentamente las
primeras frases de los pacientes con nuestras orejas paquidérmicas. Dirán mucho a
alguien que esté atento, como lo constatará aquí, debo decir que nuestras instancias
psíquicas no hacen mayor esfuerzo para solucionar la problemática. Sólo necesitan leer
literalmente la proposición conflictiva para encontrar la solución orgánica adecuada – la
enfermedad – e intervenir según un proceso preciso e inmutable, y eso desde que el
inconsciente existe. Está descrito esquemáticamente en el primer caso.
¡Sí, el cuerpo habla! Cuántas veces he escuchado esta frase a propósito de un cáncer del
colón, del páncreas o del estómago. “Sentí como una puñalada en el vientre”, “un
pinchazo”, “un puñetazo”, “un dolor” o “una tensión en el vientre”. Estas frases están
generalmente acompañadas por un gesto de la mano que muestra el abdomen. Aquí, el
impacto corporal se puede poner fácilmente en paralelo con la enfermedad.
Los “me quede sin voz”, “ se me cortó la palabra” o “mi voz cambio en ese momento” nos
orientan, en un primer momento, hacia la temática de la laringe, especialista de la
gestión psicosomática de los miedos “exacerbados”, los espantos. En otro ámbito
completamente distinto, otros temas se pueden relacionar con la voz: los secretos
familiares, un cordón umbilical alrededor del cuello, las asfixias, los ahorcamientos, entre
otros. En los cánceres del seno, en varias ocasiones he escuchado “sentí como una
puñalada en el pecho”, “una punzada” o, mucho más explicito “un verdadero agujero en
el seno, como si una bala de fusil me hubiese atravesado el pecho”.
Una mujer se expresó de la manera siguiente. “Mi compañero decía siempre que tenía
unas “bolas a nivel de la garganta”. Hace un mes, le descubrieron unos ganglios enormes
a nivel del cuello. Por mi parte, siempre digo que me hago “mala sangre” por todo: los
hijos, mi marido, el trabajo o mi familia. Adivine por qué vine a pedirle ayuda.” Una
enfermedad sanguínea, respondí. ¡Había ganado!
Les dejo adivinar la patología inducida por otras expresiones en donde las palabras
utilizadas para describirse son, de hecho, solamente una traducción indirecta del
contenido de nuestra historia conflictiva: “Me han herido”, “no sé que me pasó, se me
cruzaron los cables” o “lo tengo en la piel”
Observación 2: ¿Sabía usted que se ha constatado que los pacientes afectados por
enfermedades psiquiátricas graves como la esquizofrenia, el autismo y los importantes
retrasos psicomotores, no presentan ninguna enfermedad orgánica como un cáncer o una
esclerosis múltiple placas, entre otras?
En todos los casos, algo es seguro: por una parte, existe un lazo seguro entre una
problemática psíquica, mental y la enfermedad, poniendo así en evidencia un verdadero
enigma, al cual tantos investigadores han dedicado su vida. Por otra parte, esta
problemática, consciente o no, está muy a menudo relacionada con una fuente de
conflicto aún activa hoy. Ponerla en evidencia representa el primer paso hacia su
resolución y por lo tanto, hacia su curación.
Sin querer hacer un inventario de todos los diferentes tipos de terrenos, descubrí por fin
el terreno psíquico en 1992... en la facultad de medicina, en un curso de medicina
psicosomática y terapias de relajación, seguido de una formación en terapia de
mediación corporal de inspiración psicoanalítica. Esos cinco años estuvieron dominados
con mano de hierro por psicoanalistas y psicólogos clínicos. La teoría enseñada se basaba
esencialmente en los pensamientos del maestro de la materia – Sigmund Freud - y de sus
sucesores. Muchos casos clínicos han sido analizados exitosamente gracias a estas
teorías de más de cien años, aún vigentes hoy en día. En psicología clínica o en
psicoanálisis, el terreno psíquico se limita casi exclusivamente al estudio de la primera
infancia, en donde se juega, en gran parte, el porvenir psíquico del individuo durante las
determinantes y diferentes etapas de la estructuración de la personalidad. Salvo raras
ocasiones, es siempre este pensamiento el que prevalece en la enseñanza oficial actual.
Para mí, existen enfermedades de las cuales el factor psíquico se sitúa en un primer
plano y es muy probable que su influencia haya podido incluso activar la enfermedad.
Aquí, una terapia de fondo es la indicada, y la pregunta siguiente nos ayudará a ver más
claro dentro de este laberinto.
Una buena introducción ¿no les parece? Mis años de práctica cotidiana me permiten
presentar el siguiente esquema que menciona algunos posibles orígenes. Para empezar,
podrán darse cuenta que pueden existir otros orígenes, que los investigadores del mundo
entero seguirán descubriendo en el futuro, y en todos los campos. Luego, y muy
esquemáticamente, para una enfermedad precisa, existe un cierto número de causas que
están presentes en una proporción variable. De esta manera, está comúnmente admitido
que para una diabetes, una malformación o una miopatía, el factor genético o congénito
es predominante. Para una gripe, un resfriado, los factores microbianos y meteorológicos
se posicionan generalmente antes de la genética o la alimentación. Para una enfermedad
reumática, los factores genéticos, climáticos y alimenticios están muy por delante de lo
psíquico y así sucesivamente.
Mi posición, apoyada en todos mis años de práctica en Psicosomática Clínica, es bastante
precisa: el factor psíquico está presente en la mayoría de las enfermedades y en
proporciones muy variables, entre 1 y 100%, y no le corresponde al practicante
determinarlo durante la primera consulta. A menudo, es la persona misma que lo
evaluará en función de lo que siente cuando se encuentra en lo más profundo de sí
misma.
Siempre ligada al cuerpo médico o al hospital, acompaña a las personas afectadas por
una enfermedad orgánica junto a su cortejo de signos clínicos debidos a lesiones
reales. Interviene igualmente en la vasta categoría de las llamadas enfermedades
funcionales, sin problemas orgánicos comprobados, “que sólo existen en la cabeza”
como dicen a menudo los médicos. Su campo de acción abarca también los trastornos
del comportamiento y los cuestionamientos existenciales. Finalmente es útil en la
prevención, antes que aparezcan los malestares del cuerpo y del espíritu.
En la práctica, los enfermos que recibo ya han pasado por el vía crucis de la medicina.
Póngase en el lugar de una persona afectada por una enfermedad crónica incurable o
mortal, ¡a quien ya no le queda mucho tiempo! Busca por todos los medios una solución
curativa y eficaz o, dentro de lo posible, atenuar sus sufrimientos. Así, la exploración de
un resfriado, de una gripe, de un malestar digestivo pasajero es muy rara. En cambio, las
esclerosis múltiples, la enfermedad de Parkinson, los cánceres de todo tipo, las
enfermedades reumáticas crónicas, las alergias rebeldes, los cuestionamientos
existenciales, los desórdenes amorosos y las depresiones, representan la mayor parte de
mi actividad diaria.
Agradezco a todos estos pacientes, ya que me han permitido efectuar mis investigaciones
clínicas y gracias a ellos nació la Nueva Psicosomática. Para terminar, los numerosos
testimonios me permiten escribir que desde el comienzo de mi carrera profesional como
médico en 1983, nunca había constatado tantas claras mejorías y restablecimientos. Es
por eso que la Psicosomática Clínica se transformó progresivamente en una especie de
compañera que nunca he dejado ni traicionado. Para exagerar un poco, ¡ya no podré
dejarla nunca! Es una verdadera historia de amor, concretizada por una decena de libros
especializados, en donde ésta musa aparece en cada linea. La ambición de este libro es
presentárla de una manera simple, para que ustedes puedan admirarla como lo hago yo
cada día. Un último consejo: nunca es demasiado tarde para hacer una revisión
psicosomática de su vida, su enfermedad o su trastorno existencial.
Todas nos ayudarán a formular hipótesis acerca de los significados psicosomáticos de los
signos clínicos, como veremos más abajo. Verán que no hay lugar para la terapéutica
médica: quimioterapia, radiación, etc., ya que es asunto de especialista.
Pasemos a las disciplinas mucho menos conocidas, por lo tanto más originales.
La decodificación biológica sale directamente de la teoría de la Nueva Medicina del
doctor Hamer, descubierta fortuitamente luego de circunstancias dramáticas, el asesinato
de su hijo en 1979. Sufrió la aparición de un cáncer de testículo y él relacionó
genialmente éste hecho con la perdida de su hijo. En efecto, la perdida de un hijo es lo
más grave en la vida de un padre y una forma de “resucitarlo simbólicamente” es
estimular la fisiología de los testículos, el órgano de la reproducción.
Además, en su teoría general, de cierta manera y sin saberlo, tomó el relevo de C.G. Jung
y de Sandor Ferenczi al descubrir una gran parte de nuestro funcionamiento arcaico,
biológico en un sistema global que incluye la interdependencia de todas las especies
vivientes – animales, plantas y humanos. Puso en evidencia un código de
comportamiento y de funcionamiento general en la naturaleza y sobre todo cuando se
ven enfrentadas a conflictos en donde su supervivencia está amenazada. De esta
manera, la enfermedad representa una solución biológica y arcaica de supervivencia. Esta
teoría consta de cinco leyes distintas, pero la Psicosomática Clínica sólo retomará la
última, que desarrolla el sentido biológico de un síntoma, y el inicio de la primera
respecto a ciertos modos de activación de las enfermedades. En cambio, la experiencia y
la experimentación clínicas me han empujado a no utilizar las otras.
Marc Fréchet, un psicólogo clínico, puso en evidencia, a partir de los años 70, dos
nociones fundamentales: por una parte, la existencia de un funcionamiento cíclico
inconsciente: los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados. Por otra parte, planteo toda
una serie de reflexiones a propósito de nuestra gestación o más bien, del entorno
emocional, psíquico y de los eventos sucedidos cuando estamos en el vientre de nuestra
madre: el Proyecto/Sentido.
Este primer principio pone en relieve el funcionamiento arcaico de los seres vivos –
animales, vegetales y humanos – y describe tres leyes de funcionamiento: vivir la mayor
cantidad de tiempo posible en la tierra, el equilibrio general psíquico y fisiológico y las
soluciones biológicas de supervivencia.
Sin saberlo funcionamos bajo el escudo de varias leyes naturales y el bienestar de hoy en
día nos hace regularmente olvidarlo. ¿Cuáles son? Vayamos a ver la primera escena de la
película llamada Al encuentro de las leyes naturales de supervivencia.
A nivel vegetal, las plantas han puesto a punto estratagemas fisiológicos increíbles
para sobrevivir, sobre todo en los casos extremos. Ciertos árboles, como no pueden huir
en caso de peligro, sobrepasan los limites soportables para su supervivencia y producen
un verdadero veneno mezclado a su savia a fin de repeler el ataque de muchos
predadores hambrientos. A penas empieza la comida, viendo el final aproximarse debido
al gran número y a la intensidad de los mordiscos, antes de sacrificarse, los primeros
árboles afectados advierten a sus congéneres propagando en la atmósfera cercana un
gas específico, el etileno. Este último actúa como un auténtico mensajero aéreo que
contiene una especie de código de socorro que cada vegetal de esta especie conoce de
memoria. Advertidos de esta manera, empiezan rápidamente a fabricar este veneno a fin
de no terminar como sus colegas. Los primeros árboles atacados se sacrifican para
salvar la selva en su conjunto. Este veneno es secretado activamente durante los
primeros minutos y su tasa a nivel de la savia debe al mismo tiempo disuadir a los
predadores y preservar la integridad del vegetal. Si todo ocurre como se espera, su
producción se detiene a penas se acaba el ataque, ya que tampoco sobreviviría debido a
la auto-intoxicación. En el caso contrario, se muere por haberse defendido demasiado y
haber sido devorado por los predadores herbívoros.
Ve ese gran y viejo árbol! Debía morir el año pasado con las heladas y ser abatido este
invierno ya que no daba más fruta desde hacía varias temporadas. Encontró la forma de
reproducirse antes de morir, ya que varios brotes aparecieron a sus pies este año. No es
tan increíble, ya que él también, al ver venir sus últimas horas, deseó seguramente dejar
una huella antes de partir definitivamente.
Ahora, visitemos al rey de los animales durante un periodo de gran sequía. Todos los
animales estiran la lengua y se dirigen hacia una pequeña charca en donde hay un poco
de agua estancada. ¡Lo sorprendente es que el león no salta inmediatamente sobre la
gacela que viene a beber a su lado! ¿por qué? Si se la come hoy, se morirá mañana, ya
que este gesto traidor e indecente lo condena inmediatamente a una muerte a corto o
mediano plazo, así de simple: no tendrá más reservas de comida. De hecho,
transmitiéndose la información, ningún otro animal vendrá a colmar su sed en el futuro.
Aquí también vemos en acción el código de comportamiento de los leones en la
adversidad, inscrito en el catálogo de sus instintos, durante toda su evolución.
En la vida doméstica, nuestros amigos veterinarios nos enseñan que los animales
cuidan a veces a su amo contrayendo la enfermedad de su protector. Se deben decir lo
siguiente: “Si mi amo muere de su enfermedad o no puede alimentarme más, yo también
moriré. En cambio, si lo alivio hoy, podré comer aún más tiempo a sus pies o en sus
brazos”. Una vez más, aparece la noción de sacrificio.
En los humanos, yendo más lejos, un psiquiatra había observado un extraño fenómeno:
cuando un niño de una familia estaba mejor, algunos meses más tarde, recibía a su
hermano o a su hermana debido a otra problemática psiquiátrica. El recorrido se hace
rápidamente entre el sacrificio de los arboles para salvar al bosque, el de la gacela para
salvar a sus congéneres, el del animal doméstico para salvar a su amo o el del niño para
salvar... a su familia.
Se dará cuenta que el termino “desequilibrio” sienta perfectamente a todos los casos, en
el sentido literal – desequilibrio físico, pérdida de equilibrio – como en el figurado –
desequilibrio mental, locura. ¿Será posible pensar que un niño afectado por un autismo,
una esquizofrenia, un retraso psicomotor o por cualquier enfermedad psiquiátrica se
sacrifica a fin de proteger a todos los miembros de la familia de una locura? Dentro de un
ámbito similar, demostré este tipo de funcionamiento en el síndrome del yacente en
donde el nacimiento de una persona en particular es inconscientemente programado por
el clan para hacer “revivir” un miembro desaparecido demasiado pronto, del cual el duelo
era imposible de hacer en el momento del drama.
A veces, este sacrificio se hace conscientemente como en ciertos estados extremos de
supervivencia, especialmente en los prisioneros de guerra con los actos de valentía o en
los campos de concentración. Una paciente me contaba la siguiente historia. Mi padre fue
conducido a un campo de concentración en un vagón de animales después de haber sido
denunciado como comunista. Eran catorce en la misma situación. El vagón tenía una
pequeña ventana en lo alto del techo. Uno de los detenidos había llevado con él una
pequeña barra de hierro y, sobre los hombros de otro, forzando, logró abrir la ventana. La
vía estaba libre para todos, salvo para el último, que tenía que sacrificarse para levantar
a su último compañero hasta la ventana. Fue designado echándolo a la suerte. Fue así
que mi padre escapó a los campos de concentración.
En algunas culturas antiguas como la de los Aztecas, el sacrificio estaba instituido
durante las ceremonias oficiales. Estaba concebido como un medio de supervivencia del
pueblo, de la tierra y del universo a través de la energía trasmitida por el corazón
palpitante de un niño sacrificado.
Osemos ir todavía más lejos, saltando del estudio de los comportamientos y de la
psiquiatría a la enfermedad. Para esto, volvamos a observar la naturaleza humana y
estudiemos su comportamiento más bien psicológico en un principio.
El confort y la seguridad en los cuales vivimos hoy en día, nos hacen olvidar la existencia
de nuestro funcionamiento arcaico, representado esencialmente por el instinto de
conservación, el instinto de supervivencia, gracias al cual nuestros ancestros
sobrevivieron en la tierra durante millares de años. ¡Creo que nunca será demasiado
tarde para agradecerles! Este instinto posee sus propias reglas, inscritas sucesivamente a
lo largo de nuestra evolución en una parte de nuestro cerebro, bien protegido, por su
importancia, en el interior de una sólida bóveda craneana. Así, sin saberlo, todos los
seres vivos que “alquilan” un trozo de tierra durante toda su vida y tratan de sobrevivir –
animales, vegetales, humanos –, obedecen naturalmente, sin hacerse preguntas
existenciales, a tres leyes fundamentales que emanan del instinto de conservación:
Primera ley de supervivencia: los seis instantes de nuestro sagrado paso sobre la
tierra para vivir en ella la mayor cantidad de tiempo posible.
A nivel fisiológico, sin saberlo y por lo tanto siempre fuera de nuestra consciencia, un
número incalculable de operaciones biológicas, físicas, químicas, electromagnéticas, entre
otras, se efectúan en todo momento a fin de que podamos vivir tranquilamente, sin
preocuparnos por nada. Este rol le pertenece a nuestro sistema biológico de protección,
del cual el cerebro se considera como el órgano central de mando. Éste recibe
informaciones del exterior mediante los órganos de los sentidos y la mente, pero también
del interior gracias a los diferentes captores diseminados en todo el cuerpo, de la cabeza
a los pies. Según un cierto número de criterios, decidirá intervenir o no, como lo veremos
luego.
Así mismo, como acabamos de ver, a nivel psíquico, un cierto número de pensamientos
perturbadores, que desvían nuestra atención o nuestra vigilancia hasta hacernos
arriesgar nuestra vida, son por una parte y en función de su importancia, más o menos
profundamente reprimidos en el inconsciente. Por otra parte, son constantemente
vigilados a fin de que no puedan perturbar aún más nuestra vigilancia durante la caza de
un antílope, la conducta de un carro o frente a una sierra circular. Este rol le pertenece a
nuestro sistema psíquico de protección, quien también se encuentra en nuestro cerebro.
Llegar a ser padre lo guía hacia las responsabilidades familiares que debe asumir
absolutamente para honorar a su especie. Estará orgulloso de sus hijos hasta que ellos
sigan su propio recorrido de vida. En el momento en que se decide a jubilarse, una de las
sorpresas más grandes lo espera:
En el marco de reflexión que les presento, en donde se propone que cada individuo pase
por estos seis instantes sagrados, sería más preciso, en un principio, utilizar el verbo
sobrevivir en lugar de vivir. ¿Por qué? Se preguntara. La respuesta estuvo, está y siempre
estará en la naturaleza. La observación atenta del modo general de funcionamiento de
las especies nos dará algunas respuestas. Que pertenezcamos a la raza de los leones, de
las gacelas o de los humanos, da lo mismo si miramos más de cerca, todos los
especímenes están enfrentados a problemas idénticos para poder mantenerse en su rol la
mayor cantidad de tiempo posible y permanecer sobre la escena del teatro natural de la
existencia. Esquemáticamente, el instinto de conservación, el principal guía durante
toda su vida, puede manifestarse y estudiarse dentro de los cuatro ámbitos
fundamentales. En mi curso general de psicosomática, utilizo con frecuencia la imagen de
un gobierno cerebral central.
Primera constatación
Bajo un cierto punto de vista, nuestra vida depende enormemente del buen
funcionamiento de varias funciones fisiológicas y psico-comportamentales inscritas,
jerarquizadas y controladas por nuestro cerebro, que efectuó su maduración a lo largo de
nuestra evolución.
Para las necesidades vitales, nuestra supervivencia depende del buen funcionamiento
de los sistemas respiratorio, renal, digestivo y reproductor.
Nuestra propia protección, aquella de nuestros hijos y de nuestro entorno inmediato,
depende fisiológicamente de las glándulas mamarias – poner al hijo bajo su seno, bajo
el ala para protegerlo y alimentarlo – y de nuestra piel, nuestra dermis más
precisamente, y las membranas o fascias que recubren los órganos – las meninges que
protegen el cerebro, el pericardio para el corazón, las pleuras para los pulmones, el
peritoneo para los intestinos, las cápsulas articulatorias para proteger las articulaciones,
entre otras. A título de ejemplo, la tortuga, el puerco espín y el cocodrilo se protegen
mejor que un hombre gracias a un caparazón o a temibles espinas, de origen dérmico.
Las relaciones entre los individuos en el seno de su propia especie, como las relaciones
humanas para nosotros, están dominadas por actividades conflictivas que gestionan
todos los otros sistemas como, en primer lugar, la piel, los sistemas nervioso y
endocrino, entre otros. Aquí también dominan las cuestiones territoriales.
En total y a nivel fisiológico, podemos sacar una constante dependiendo del tejido
afectado por la enfermedad. De esta manera, un cáncer digestivo estará fácilmente
connotado por una problemática de supervivencia arcaica, mientras que un cáncer del
seno estará dominado por una problemática basada alrededor de la protección de los
hijos y de la familia. Bajo un mismo punto de vista, una enfermedad osteo-articulatoria
estará más relacionada con una problemática de prestación física y un eccema tendrá
mucho más que ver con una problemática que incluye las relaciones humanas. Pasemos
al tercer principio: el sistema fisiológico y biológico de protección.
La regulación de la glucemia
La concentración de glucosa en la sangre – la glucemia – se orquesta perfectamente
durante las 24 horas del día. Está permanentemente comprendida entre 0,90 y 1,10
gramos por litro de sangre, sea cual sea el régimen alimenticio, ya que permite un
aprovisionamiento óptimo de todos los tejidos del organismo, especialmente los más
golosos como el cerebro, el corazón o los músculos.
A penas los captores diseminados detectan un rebasamiento del umbral superior –
glucemia superior a 1,10 g/l –, una hormona pancreática – la insulina – es secretada en
cantidad suficiente para hacer que el azúcar excedente entre en las células.
Por el contrario, si los captores detectan una glucemia inferior a 0,90 g/l, otra hormona –
el glucagón – es secretado para bombear el azúcar almacenado en las reservas y llevarlo
a la sangre.
Primero, el riñón como órgano, no decide nada solo. Está comandado por los centros de
control del sistema de gestión de los líquidos situados a nivel del tronco cerebral. Por
esto, hablaremos a menudo de cerebro arcaico o biológico.
Segundo, estas soluciones orgánicas son sólo temporales y palían parcialmente las
deficiencias engendradas por esta situación excepcional.
Tercero, éstas sólo se instalan bajo ciertas condiciones, a menudo extremas, como sigue.
En total, sobre un cierto límite tolerable para la fisiología del individuo, el número de
canales colectores del riñón solicitados y la intensidad de su espasmo son proporcionales
a la importancia de la falta fisiológica de agua que determina su evolución respectiva.
Ahora, les propongo estudiar, entre tantas otras, una solución fisiológica instintiva y
paliativa que se aplica a nuestras espaldas luego de una simple intoxicación alimentaria.
Sin saberlo, usted acaba de ingerir una substancia degradada de la cual la fecha de
vencimiento pasó hace tiempo. Los signos clínicos de una intoxicación alimentaria se
instalan progresivamente y pueden durar horas: nauseas, vómitos, sudores, debilidad
general, contracciones musculares digestivas y abdominales, y diarrea. Podríamos pensar
que sólo el estómago se hace cargo de la situación. De mi lado, analizando el fenómeno
más de cerca, tuve la sorpresa de constatar que sólo interviene durante muy poco
tiempo.
Para ello, el sistema nervioso vegetativo actua en primer lugar. Aparecen nauseas y
contracciones a nivel del estómago, para llegar a los primeros vómitos. Si esto es
suficiente el producto incriminado es expulsado y todo vuelve a la normalidad
rápidamente. En el caso contrario, las contracciones digestivas se vuelven rápidamente
ineficaces y, contrariamente a lo que se podría pensar, se detienen. De hecho, para qué
cansar la pared estomacal cuando disponemos de una arma más adecuada: la
contracción de la pared abdominal y del diafragma, mucho más adaptados al esfuerzo
requerido. Los músculos solicitados están bajo la dependencia del sistema nervioso
motor y, a nivel de su localización cerebral, los centros de control están bastante
alejados de los precedentes. Se necesita entonces una coordinación perfecta entre estos
dos sistemas para llegar a una expulsión de calidad. Además, para vomitar bien, el
esfínter esofágico inferior también debe estar abierto en el momento de la subida de
la presión abdominal.
Podemos constatar que la mente y la consciencia sólo intervienen para quejarse de las
consecuencias de la intoxicación. Nunca, pero nunca podríamos estar a la altura del
funcionamiento del centro del vómito conscientemente, por una razón simple: esto nos
tomaría demasiado tiempo. Las instancias arcaicas saben reaccionar con buenos reflejos
fisiológicos, incluso sin esto nos parece desagradable. Nunca les agradeceremos lo
suficiente. Pero visto desde este ángulo de protección fisiológica, ustedes como yo,
pensamos que la naturaleza está verdaderamente bien hecha. Estos vómitos o diarreas
serán considerados necesarios y bienvenidos.
Este ejemplo, entre tantos otros, me permitió ver la enfermedad de otra manera. Los
signos clínicos se instalan mientras dura la intoxicación y es simplemente gracias a este
dispositivo fisiológico, de una precisión notable, que la mayoría de las veces salimos del
entuerto. Dos preguntas sobrevienen.
Hoy, mi convicción ha crecido junto a mi experiencia clínica. Cuando los factores psíquicos
son predominantes y sobrepasan un umbral de tolerancia, pueden influenciar
verdaderamente nuestras células. ¿Cómo? Gracias a los procesos de conversión orgánica,
el principio siguiente.
SEGUNDO PRINCIPIO
La conversión orgánica
Sin saberlo, ustedes ya integraron esta noción fabulosa, ya que la palabra conversión
describe perfectamente la idea de la existencia de la transformación de una actividad
conflictiva psicológica en patología desde el momento en que los umbrales de tolerancia
se sobrepasan. Retomemos los tres ejemplos anteriores planteando estas bases de
reflexión: por un lado, podemos determinar una fuente de conflicto precisa y por otro,
signos clínicos también precisos y relacionados con la fuente de conflicto. Entre ambos,
los procesos de conversión.
Lo vivido
Se trata a menudo de una situación o de un evento especialmente notable en la vida del
individuo. A veces, encontramos más bien un tema recurrente, un tema que nos obnubila
y que puede transformarse en una verdadera idea fija en ciertos casos. Lo vivido posee la
siguiente característica: la descripción o el enunciado de la situación del tema sin hacer
aparecer la menor emoción. He aquí tres ejemplos: perdí mi trabajo, mi hijo está en
prisión, perdí un pariente cercano de una enfermedad incurable.
El afecto o lo sentido
Más interior y exclusivamente personal, representa una carga emotiva más o menos
fuerte o tolerable y se declina en lo sentido, sensación, sentimiento, percepción,
impresión. Además, lo acompañan muy a menudo una o varias emociones concomitantes
que pueden incluso inscribirse en nuestro cuerpo: malestar general, nudo en la garganta
o en el estómago, dolor digestivo, transpiración, lágrimas, escalofríos, temblores, ganas
de orinar o de defecar, entre otros. En todos los casos, algo sucede en nuestras “tripas”,
“algo arde en el cuerpo”.
Lo sentido es estrictamente personal, he aquí la prueba en el final de la historia en los
tres ejemplos precedentes. Cierren los ojos, escuchen lo que sienten pensando en éstas
tres situaciones. Por mi parte, éstas son las respuestas recolectadas: perdí mi trabajo y
estoy realmente contento porque ya no me gustaba. Voy a tener el paro durante tres
años y podré cambiar de empleo. Mi hijo está en prisión y en seguridad. Un alivio, ya que
una banda de maleantes lo buscaba y, perdí a un pariente cercano de una enfermedad
incurable y fue lo mejor porque sufría demasiado.
Estos ejemplos caricaturales, pero reales, no se presentan todos los días. En cambio, en
las enfermedades, las sensaciones negativas andan a rienda suelta. He aquí un abanico
recopilado en las consultas: desamparo, angustia, rabia, injusticia, villanía, inmundicia,
pena, tristeza,
cólera contenida, ignominia, vergüenza, deshonor, inquietud, rencor, desvalorización,
abandono, impotencia, soledad, pavor, enloquecimiento y para terminar esta lista no
exhaustiva, las más importantes y las más frecuentes, aunque no siempre esten en
primer plano: la sensación arcaica de estar en peligro, la sensación de tener
miedo.
— ¿Qué le contó?
— Para empezar, mi manera de ver el desarrollo de las operaciones. Usted sabe, tengo
una carrera militar y acabo de jubilarme. Así podrá entender mejor mi lenguaje. Para mí,
el acto sexual se desarrolla en cinco fases. Para empezar, hay una fase de aproximación
más o menos larga en función de la situación y de la predisposición de mi mujer:
preliminares con caricias, ternura, etc. Generalmente esto no me da muchos problemas,
ya que la erección llega sola. No es fantástica, pero me conformo ámpliamente y me
permite pasar a la segunda fase, bastante corta: la penetración en territorio amigo.
Hasta ahí, todo va más o menos bien, todo se complica más durante la tercera fase: la
acción comando propiamente dicha. Tengo la impresión que estoy en territorio hostil,
inseguro, y siempre en ese momento, mi vigor eréctil se atenúa progresivamente sin que
pueda hacer algo para evitarlo. Mientras más intenso es el ejercicio, más se encoge mi
pene, desafiando todas las leyes del ejercicio físico que practico tres veces por semana.
Al cabo de un cierto tiempo, estoy obligado a batirme en retirada y me camuflo bajo la
manta esperando la quinta etapa: el sueño merecido. No hace falta que le diga que le
diga que la cuarta etapa me la salté, estoy hablando de la descarga final, del
lanzamiento de las municiones.
— Algo imagino, pero no estoy seguro. Esto me obsesiona y no es nada fácil decirlo. Sé
que existe el secreto profesional, así que me lanzo. Tuve una aventura con una mujer.
Sólo duro algunos meses, pero fue bastante intensa. Era la primera vez que engañaba a
mi mujer. Por más que le de vueltas a la cabeza, no se me ocurre nada más.
— Si fuese psicoanalista, le hubiese pedido que viniera dos a tres veces por semana
durante un cierto tiempo. Hoy en día, trato de ir más rápido gracias a la dinámica del
sistema psíquico de protección. Éste focaliza su atención consciente en ese hecho
relacionado estrechamente con su problemática, ya que la fuente de conflicto es
seguramente mucho más fuerte de lo que cree. De su motivo de consulta: Impotencia
sexual, aceptaré con mucho gusto la palabra impotencia y le propondré que busque en
su memoria una situación en donde este estado de ánimo se sitúe en el centro de los
debates meníngeos y no solamente sexuales. Además, voy a ayudarlo tratando de
ponerle en situación. Se trata a menudo de una situación imprevisible que le ha
sorprendido y a la que no se esperaba. Sentimientos de desasosiego, de angustia o de
desamparo pudieron acompañarla.
— Veo una cosa: la hospitalización de mi madre y su regreso a la casa. Fue justo después
de mi escapada amorosa. Mi madre fue hospitalizada para ser operada de la vesícula
biliar. Todo sucedió de buena forma y preferí recibirla en mi casa durante su
convalecencia, con el acuerdo de mi mujer, por supuesto. Vivía sola desde el
fallecimiento de mi padre y no me hacía a la idea que regresara a su minúsculo dos
piezas en un barrio norte de Marsella. Todo ocurrió sin problemas hasta el día en que me
llamó mi mujer con urgencia, ya que mi madre no estaba bien. Cuando llegué a la casa,
asistí a un espectáculo insuperable: mi madre sangraba y las sabanas estaban
completamente rojas. Yo mismo enloquecí y llamé a los bomberos. Tardaron un tiempo
interminable y durante este sentí que mi madre iba a irse definitivamente. No sabía que
hacer. Estaba desamparado, incapaz de controlar la crisis. Ya veo. Fui impotente delante
de esta situación.
Finalmente, no fue nada importante. Era la sonda que goteaba demasiado fuerte y lo que
creía sangre era el drenaje. Volvió a la casa una hora después, ¡pero qué angustia! Ahora
sé de que habla cuando habla de desestabilización psíquica. Nada que ver con las
operaciones comando a las que estába preparado.
Observaciones:
1. Para cada enfermedad, buscamos el estado de ánimo particular del individuo, el
origen de los síntomas, su denominador común es: el rebasamiento de sus propios
umbrales de tolerancia.
2. Lo vivido representa la manera y las circunstancias exactas durante las cuales
intervino el rebasamiento.
3. Los procesos de conversión utilizan prioritariamente los afectos, los sentimientos o
sensaciones producidos al mismo tiempo que el rebasamiento de los límites tolerables.
Usted ya le hechó una ojeada con el juego psicosomático. Así, a manera de ejemplo
evidente para la tradición popular: un sentimiento de gran inmundicia que no puedo
digerir se convierte en síntomas digestivos y un sentimiento de espanto o de mucho
miedo se convierte a nivel de la laringe. Me quedé sin voz.
Desgraciadamente, no siempre es tan simple. En ese caso, se nos propone poner en
correlación la fisiología del órgano afectado, la fuente de conflicto y el motivo de consulta
a fin de establecer nuestro diagnostico psicosomático, de ahí la utilidad de esta
enciclopedia.
Observación
El Psicochoque está caracterizado por un estado de ánimo con participación corporal –
generalmente neurovegetativa – luego de un evento importante, agotador y
traumatizante, asociado a una fuerte preocupación mental o inquietud en el momento de
los hechos, pero a menudo más o menos reprimido. Además, en ningún caso es sólo de
origen psicológico.
Está última frase merece algunas precisiones a fin de posicionarme respecto al término
psicológico. Este episodio inicial puede concernir todos los ámbitos de la vida cotidiana y
no tiene estrictamente nada que ver con la Psicología Clínica de la facultad. Aquí, no se
tratará para nada de Edipo, de Electra, de sexualidad infantil, de Yo, de Superego, de Yo
Ideal o de Ideal de Yo. Aquí, se tratará de la preocupación mental o del pensamiento
y, utilizando un lenguaje más familiar, hablo fácilmente a mis alumnos o a mis pacientes
de calentura de cabeza, sea esta consciente o no, más o menos escondida en nuestra
cavidad craneal. Por esta razón, prefiero, claramente y de lejos, el término psíquico,
más general que psicológico, que está demasiado connotado. Se pueden leer
enfermedades incluidas en historias más banales basadas alrededor de separaciones
brutales, de remordimientos respecto a una imposibilidad de seguir estudios superiores,
de ausencia del padre o de la madre, de accidente, de ahogo, de tristeza del bebé al
fondo de la guardería, de disputa más o menos violenta, de fallecimiento y de duelos
imposibles de hacer, del aborto de ayer aún problemático hoy, de agresión no
necesariamente sexual, de amor fallido o peligroso, de quiebra, de herencia, de villanía,
entre otros.
A nivel cronológico
El psicochoque activante se debe buscar en la historia reciente del individuo y, por
experiencia y por precaución metodológica, la zona temporal que se debe estudiar no va
más allá de un año antes de la aparición de los síntomas.
A nivel calificativo
A propósito de un tal evento, los cinco sentidos y la mente sirven de ayuda. En efecto,
todo está grabado en su menor detalle y nuestro cerebro biológico memoriza todos los
criterios sensoriales marcadores. Ellos podrán ser encontrados de entrada o gracias a
técnicas apropiadas a fin de descargarlos en plena consciencia. Es uno de los principales
puntos de la teoría.
La conversión mnémonica
Hace intervenir actividades conflictivas generalmente inconscientes, que pertenecen a la
historia anterior a nuestro nacimiento. Los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados, el
Proyecto/Sentido y el Transgeneracional nos ayudaran a ponerla en evidencia.
La conversión mixta
En algunos casos clínicos, varias de estas posibilidades pueden combinarse. Les
presentaré historias basadas alrededor de una Conversión Mnémonica acoplada a un
Síndrome de agotamiento, de una Conversión por Saturación asociada a un Síndrome de
agotamiento, de una Conversión Repetitiva a Mínima con la predominancia de una
memoria transgeneracional, etc.
QUINTO PRINCIPIO
La programación de la enfermedad
En los cuatro primeros principios se desarrolló la siguiente idea general: los signos
clínicos de una enfermedad aparecen debido a factores activantes en estrecha relación
con los estados de ánimo conflictivos recientes en la vida del individuo – psicochoque o
saturación conflictiva – o que forman parte de una estructura de funcionamiento –
conversión repetitiva a mínima. La práctica cotidiana muestra que en un primer
momento, su simple puesta en evidencia puede conducir al paciente, solo o acompañado,
hacia el camino de la mejoría, incluso al restablecimiento. En otros casos, este análisis se
revela insuficiente ya que la o las semillas conflictivas en el origen de la sintomatología
actual fueron plantadas en el mantillo de su historia personal desde su nacimiento,
durante su gestación e incluso antes, en el libro que relata la saga familiar de varias
generaciones. Es el vasto tema de la programación de las enfermedades.
Para que hablar de las memorias cíclicas, las cuales todos poseemos inconscientemente.
De hecho, existe una verdadera programación de la enfermedad que se nos propone
poner en evidencia durante la exploración de cualquier caso y sería verdaderamente inútil
privarse de ella, cuanto más que su existencia es verificada cada vez más por los
practicantes y por los pacientes. Ciertas veces, se revela muy instructiva, incluso
determinante para empujar al individuo hacia la reconciliación con su historia y dirigirlo
hacia el camino del restablecimiento. En otros casos, lo confieso, se revela inútil en un
primer momento y es especialmente en una situación como esta que el análisis
psicosomático de una patología, como lo hemos presentado, tomará toda su importancia.
Así, dependiendo de la consulta, la experiencia clínica nos indica varias pistas de
investigación. He aquí algunos ejemplos a título informativo:
Sí, las semillas de nuestro malestar mental o corporal han sido plantadas. Y si decimos
han sido plantadas nos preguntamos inmediatamente cuándo, cómo, dónde y por quién.
¿Cuándo?
Distingo tres periodos particulares.
1.Nuestra historia desde nuestra infancia hasta la aparición de los síntomas, dicho de
otra manera, hasta sus circunstancias activantes. Representa la acumulación de
nuestros propios episodios conflictivos de vida. Estos han sido grabados y
catalogados en buen lugar de una manera tal que causaría la envidia de una relojero
suizo. Marc Fréchet descubrió que ciertos episodios obedecían a un funcionamiento
cíclico, principalmente temporal, los cuales llamó Ciclos Biológicos Celulares
Memorizados (CBCM).
2.Nuestra historia intrauterina o, más exactamente, un periodo temporal que cubre
nuestra concepción, nuestra gestación, nuestro nacimiento y nuestra primera
infancia. Especialmente desarrollado por Marc Fréchet, fue llamada
Proyecto/Sentido. Los padres poseen – consciente o inconscientemente – un
proyecto preciso para su futuro(a) hijo(a). Éste(a) último(a) va a expresarlo
inconscientemente dando un sentido a su vida en estrecha relación con el proyecto
parental inicial.
3.Nuestra historia familiar sobre varias generaciones representa la más segura y
constante vena de semillas-enfermedades. Es la corriente ideológica resumida por la
Psicogenealogía o el Transgeneracional.
¿Cómo?
A decir verdad, no tengo idea alguna y ningún aparato de detección existe hoy en día. Lo
lamento muchísimo por todas las personas que desean más pruebas materiales. Aquí, la
experiencia clínica es la reina. Ella confirma a menudo una suposición de partida que, en
ciertos casos, va a servir para aumentar la tasa de certitud del individuo. Ayudará a
entrever un posible desapego salvador en donde los mecanismos de protección psíquica y
física tendrán el placer de intervenir a fin de descargar el excedente de energía grabada y
acumulada durante los eventos desestabilizadores del pasado.
¿Dónde?
Hasta que se pruebe lo contrario, siempre ocurre en la cavidad craneana, bien lejos de la
consciencia en la mayoría de los casos. Entonces la respuesta es simple: en el
Inconsciente
¿Por quién?
Designar a una persona en particular concerniría a un mecanismo psicológico clásico que
usted ya conoce y que se llama proyección, una especie de chivo expiatorio sobre el que
podemos verter nuestra hosquedad durante años y años, lo que es completamente inútil
para tomar la gran y magnífica caminata del restablecimiento. Hablaría más bien de
situación pasada involuntaria, por nuestra parte o la de un antepasado, no metabolizada
o no controlada a tiempo y generadora de stress, de contrariedad. De hecho, ese
excedente de energía – ¡otra vez ella! – acumulada o heredada trata de situarse sobre un
objeto de descarga para ser evacuado en un momento especial relacionado con la
historia general de la persona. Tal y como lo hemos visto, este objeto puede ser una
enfermedad, un comportamiento particular, una actividad física, un pasatiempo o una
actividad profesional, entre otros.
Para concluir, puede adivinarlo sin problema, la Psicosomática Clínica incluye todas estas
teorías y prácticas, ya que nadie posee la verdad, sobre todo en el campo de la salud.
Como decía antes, una cura de quimioterapia, unas sesiones de rayos, un tratamiento
químico, a la larga, no son para nada incompatibles con un drenaje focalizado de los
emuntorios, un apoyo psíquico, algunas píldoras homeopáticas o unas agujas de
acupuntura. Para que hablar de la osteopatía, que le ha hecho bastantes favores a los
pacientes y no únicamente a partir de una problemática osteo-articulatoria.
Generalidades y definiciones
Se trata simplemente de un fabuloso descubrimiento y el mejor medio de acceder a éste,
intelectualmente para empezar, es leer este capítulo de presentación general. Por otro
lado, para aprovecharlo como corresponde, nada mejor que el estudio y el análisis de sus
propios ciclos. Incluso mis estudiantes – que ya conocen la Nueva Psicosomática – se
sorprenden de “encontrar” aún algunos elementos para entenderlo mejor y, luego,
aplicarlo en su práctica cotidiana. ¡Nada más que agradables sorpresas en perspectiva!
Además, le eficacia terapéutica de los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados es
innegable ya que sólo se trata, al fin y al cabo, de constataciones, de simples y anodinas
coincidencias, aparentemente... revelan toda una parte insospechada de nuestro
funcionamiento de ser humano.
Estos aspectos cíclicos que corresponden a nuestros comportamientos y eventos sin lazo
aparente ya son conocidos, sobre todo en astrología. Pero nadie antes que Marc Fréchet,
a partir de los años setenta, los había incluido en una verdadera dinámica
comportamental, psicológica, patológica y sobre todo, cronológica. Como todo
descubrimiento, se basó mucho en el análisis de su propia historia, lo cual no puedo
transmitir aquí. En cambio, numerosos ejemplos lo ilustrarán.
Para abordar este tema, se nos hace necesario volver a nuestro famoso stressograma.
Desde nuestro nacimiento, todos los eventos positivos o negativos son grabados por
nuestro cerebro. La grabación se efectúa en tres direcciones principales:
1. La descripción de la situación misma; lo vivido, la descripción de los hechos
como el lugar, los personajes implicados, entre otros.
2. Emocional; el o las sensaciones concomitantes que ya conocemos.
3. Temporal; con gran exactitud por la edad, la temporada, la fecha y la hora.
Esta última nos interesa especialmente aquí.
Como los ordenadores, poseemos una especie de reloj biológico. Cada vez que una
información se inscribe en el disco duro de nuestro cerebro, una hora precisa y una
sensación, también precisa, acompañan esta grabación. Lo genial de nuestro maestro del
tiempo biológico fue estudiar la relación entre los aspectos emocionales de estos eventos
y su cronología. Encontró coincidencias más que perturbadoras, que la Psicosomática
Clínica se apresuró a incluir en su teoría básica. Veamos primero, si les parece, la
definición general de un ciclo.
Definición de un ciclo
Sea cual sea, un ciclo se define temporalmente por un elemento básico repetitivo,
caracterizado por un inicio, un período y un final. El inicio y el final son instantáneos y el
período es muy variable dependiendo del ciclo, del orden de lo infinitamente pequeño,
como en la física cuántica, hasta cientos de años, como en astronomía.
De hecho, y sin saberlo, siempre hemos funcionado con múltiples ciclos que podemos
clasificar según dos categorías: ciclos exteriores e interiores.
No olvidemos los astrónomos, para quienes el estudio de los ciclos planetarios ocupa la
mayoría de su tiempo. Saben y predicen con una precisión notable el paso de algún
asteroide o la aparición de algún fenómeno, como un eclipse, por ejemplo. Todo eso
gracias a los ciclos de los planetas.
Curiosamente, algunos de ellos se nos aparecen de una manera cíclica. Cabe suponer que
la carga emocional concomitante a un episodio especial se quedó pegada, sin haber
podido disiparse por completo a tiempo, constituyendo de esta manera una fuente de
conflicto más. Como ya sabe usted, su vida estará dominada por un intento de descarga
mediante los procesos de conversión. La observación muestra que esta descarga puede
tomar varias formas: comportamiento, enfermedad, profesión, accidente, nacimiento,
aborto natural, aborto, encuentro, separación, divorcio, mudanza, cambio importante en
la vida cotidiana, entre otros. De esta manera, la temática de los CBMC se transforma en
una seria herramienta para descubrir eventuales memorias cíclicas activantes y sobre
todo programadoras, más o menos inconscientes. He aquí varios ejemplos que
demuestran la utilidad de un estudio de los CBMC, desarrollando dos puntos especiales y
muy fáciles de poner en evidencia: el ciclo de autonomía y la memoria cíclica musical.
El ciclo de autonomía
Prefiero empezar mi exposición con algunos ejemplos. Les propongo detallar las sutilezas
del ciclo de autonomía de la Señora África, el de la Señorita Depresión y el de Señor
Osteo. Terminaremos este estudio con los clásicos del ciclo de autonomía y la
metodología teórica a fin de que ustedes mismos calculen su propio ciclo de autonomía.
Señora África
Presenta una Esclerosis Múltiple (EEP) y la explora psicológicamente desde hace dos años
aproximadamente. En cada consulta descubre uno o varios elementos y su estado
general oscila entre periodos de gran mejoría durante los que vuelve a caminar y
momentos de crisis en los que necesita bastones y la silla de ruedas. Pero fue durante un
cursillo acerca de los CBMC que pudimos explorar su historia bajo éste nuevo ángulo. He
aquí el resultado inmediato, justo después de haberle pedido a cada participante que
llenara, para empezar, las fichas recientemente impresas de su propio ciclo de
autonomía.
¿Cuál es la relación entre todas estas fechas? Marc Fréchet habría respondido lo
siguiente.
La clave se encuentra en la comparación de todas estas fechas diferentes a partir de su
fecha de nacimiento el 10/08/1995 y la del día de su matrimonio a los 22 años, el
05/08/1987. Llamé a esta última la “fecha de autonomía” inaugurando así su segundo
“ciclo de autonomía”. Precisemos el significado de la fecha de autonomía.
La fecha de autonomía
Esta paciente, el día de su matrimonio, se vuelve ipso facto autónoma en su vida, en
varios planos: financiero, profesional y sentimental. Por esto, es bastante clásico
considerar este evento como un nuevo comienzo en la vida. No necesita más a sus
padres para sobrevivir y se considera como una verdadera adulta y, en ese momento, los
padres pueden tranquilizarse, ya que ella se vuelve completamente responsable de todos
los actos de su vida. Marc Fréchet insistía especialmente en la autonomía financiera
que marca una verdadera independencia respecto a sus padres.
Causa profesional: esta autonomía puede ser adquirida sin casarse o dar un portazo a
la casa de sus padres, puede ser por causa profesional. Un joven debe ir a aprender su
oficio, cursar estudios superiores o trabajar lejos de su domicilio.
Caso especial 1: estas cinco posibilidades son las más frecuentes y generalmente son
muy fáciles de evidenciar. En ciertos casos, la fecha de autonomía es más difícil de
determinar. Como cuando un hombre afectado por un melanoma maligno poseía de
hecho dos fechas de autonomía: la primera relacionada con su partida del domicilio
parental por motivos profesionales y la segunda, más difícil de encontrar, concernía a su
decisión de estar interno en un colegio durante el último año de estudios secundarios
para preparar mejor su selectividad. El análisis de sus CBCM nos demostró que la
segunda era más importante para él y es lo que corresponde a lo que he llamado “la
sensación de autonomía”. Se merece una observación.
El día de nuestro nacimiento está marcado por el corte del cordón umbilical.
Automáticamente, accedemos a un primer grado de autonomía fisiológica, empezando a
evolucionar en un nuevo ambiente, incluso si aún dependemos de nuestra madre
abastecedora en lo que respecta a los alimentos reales y a los alimentos afectivos. De
esta manera, de la “casa-útero” nos “mudamos” al nido familiar.
A lo largo de nuestro crecimiento, este grado de autonomía se amplificará cada vez más.
Tierna infancia más o menos pegado a la madre, infantes, cuando la marcha nos permite
dar vueltas alrededor de nuestra madre, infancia tardía en cuando la lejanía es más
visible, adolescencia en donde la distancia se hace sentir cada vez más y un día,
accedemos al estadio adulto, conscientes de los peligros de la vida. Accedemos al estadio
de responsabilización en este mundo. En ese momento, nos volvemos capaces de
arreglárnoslas solos y, naturalmente, llega el momento de irnos a vivir nuestras
aventuras de mujeres o de hombres maduros. El día de nuestra partida, vamos a
encontrarnos simbólicamente como en el primer día de nuestra vida, nuestro nacimiento.
Para esta paciente que presenta una EEP, todos los eventos grabados desde su
nacimiento están marcados en el stressograma de su vida entera. Van a repetirse de una
cierta forma que no siempre es idéntica. Para mi gran estupefacción, ¡esta repetición es
casi matemática! Verifico estas constataciones cotidianamente en mi práctica personal. Al
principio, consideraba estos hechos como coincidencias. Pero de tanto encontrarlos,
analizarlos, calcular y comparar sus fechas, pude afirmar al cabo de un cierto tiempo que
el azar no tenía nada que ver. Me parece que puse el dedo en la llaga sobre una parte
del funcionamiento temporal biológico de nuestro cerebro. Si ustedes me lo permiten, me
propongo establecer el ciclo de autonomía de nuestra paciente de esta manera:
Primeros
6 07/71 Regreso de África 28 07/93
signos
Diagnóstico
de EEP
Fallecimiento BAM
8 11/73 Gangrena pierna 30 11/95 Parálisis
derecha pierna
derecha
Primer doble obstáculo a los 6 años, en julio 1971: el regreso de África. Vivía en
África donde mi padre había sido trasladado. Era un paraíso. Siempre recordaré el clima
de felicidad en el que me sentía durante esos seis años. Era una reina mimada por una
niñera y protegida por el sirviente de la casa. Hasta que un día de julio 1971, sin haber
sido advertida de nuestra partida definitiva, mis padres y yo fuimos acompañados al
aeropuerto por nuestro chófer, que insistió mucho en nuestra partida durante los treinta
minutos que duró el trayecto. En un momento dado, vi un bosque y me puse a pensar
que no lo vería nunca más y lloré. Yo quería quedarme en ese paraíso, pero era
completamente impotente. Sólo debía obedecer sin discutir. Luego el avión y nuestra
llegada a Francia, a casa de mis abuelos maternos. Era horrible porque no conocía a
nadie. Estaba desamparada. La única persona de la que recibía afecto, era mi bisabuela,
abuelita Irene, la abuela de mi madre.
Señorita Depresión
Es una banal historia de amor. Esta joven se enamoró de una bello joven. Su idilio duro
algunos meses y, por razones que sólo conoce el corazón de este último, la ruptura brutal
acarreó un estado depresivo en la joven. La simple tristeza del comienzo se transforma
bastante rápidamente en una verdadera depresión con ganas de suicidio. Su baja de un
mes es regularmente renovada por su médico junto a un tratamiento antidepresivo más o
menos convencional. Al sexto mes de inactividad y de psicotrópicos, decide explorar este
estado calificado de anormal o de desproporcionado. No es la primera vez que me
plantan. Por eso no entiendo por qué esto dura tanto tiempo. Claro, puse mucho en esta
relación, pero de ahí a impedirme vivir así, sigo sin entender. He aquí los principales
ingredientes simplificados para aprehender mejor este ejemplo.
¿Qué sucedió hacia los dieciséis años? He aquí su respuesta: mi madre era muy
depresiva. Creo que siempre la conocí así. A mis dieciséis años, se suicidó. Su enésimo
intento había funcionado. Gracias al ciclo de autonomía, pudimos fácilmente dirigirnos
directamente hacia su herida, lo más importante de su vida. Entonces, el
acompañamiento terapéutico ha consistido en ayudarla a proseguir el difícil camino del
duelo de su madre y no el de una banal ruptura amorosa.
Señor Osteó
Señor Osteó a puesto en evidencia el posible origen de su atracción instintiva por el oficio
de masajista-kinesiterapeuta completado por una formación de osteopatía, que ejerce
con pasión desde hace más de treinta años. En efecto, sobre su CBMC calculado a partir
de su fecha de autonomía correspondiente a su primer empleo de kinesiterapeuta, dos
anotaciones situadas en el mismo nivel han llamado mi atención.
Primeros
6 07/71 Regreso de África 28 07/93
signos
Diagnóstico
de EEP
Fallecimiento BAM
8 11/73 Gangrena pierna 30 11/95 Parálisis
derecha pierna
derecha
A los cinco años, tuve un Reumatismo Articulatorio Agudo (RAA) y mis padres me dejaron
en el hospital para niños durante varios meses, seis, creo. Estaba solo e imagino mi
angustia. Así, este doloroso episodio de la vida de este señor, durante el que se sintió
abandonado por sus padres durante seis meses, fue “reparado” gracias a su oficio,
altamente significativo y en relación directa con la patología osteo-articulatoria de su
infancia. Veamos como establecer vuestro propio ciclo de autonomía.
Metodología
Primera etapa: determinar vuestra propia fecha de autonomía con una edad precisa
(años, meses y días). En el ejemplo, para el cumpleaños número 20, matrimonio.
Tercera etapa: ubicar los eventos relevantes con la edad precisa de su sobrevenida. En
el ejemplo: episodio 1 a 8 años y episodio 2 a 12 años.
Cuarta etapa: buscar los eventos relacionados con los otros ciclos. En nuestro ejemplo:
28 y 32 años en el segundo ciclo y 48 y 52 años en el tercer ciclo. A veces, están
escondidos en nuestra memoria y hace falta una cierta cantidad de tiempo para sentirlos
emerger en nuestra consciencia. Otras veces, se quedan en las profundidades y es sólo
después de una exploración exhaustiva que tenemos el placer de recibirlos en nuestra
consciencia.
Definición
Memoria: tengo en mi interior uno o varios mensajes conscientes, pero también tengo
mensajes inconscientes en su mayoría relacionados con lo vivido en un episodio junto a
una o varias sensaciones ligadas a este y una fecha igualmente precisa.
Musical. Marc Fréchet se dio cuenta que estos ciclos volvían con una regularidad
sorprendente, que se asemeja mucho a la armonía musical que concierne a la
composición de los acordes perfectos.
Tomemos la composición del acorde de Do mayor. Esta constituido a lo mínimo por tres
notas: Do (la primera nota de la gama, llamada fundamental), Mi (la tercera) y Sol
(la quinta). Podemos agregar la nota Do de la gama superior que los musicólogos
llaman la octava superior, el octavo grado de la gama diatónica.
En la práctica
Es demasiado simple, a nivel de la escuela primaria. Toma la edad de sobrevenida de los
síntomas y divide por:
• 2 para obtener la octava inferior
• 3 para obtener los otros dos puntos de la tercera
• 5 para obtener los otros cuatro elementos de la quinta.
Debo confesar que el simple hecho de dividir por dos para encontrar la octava es
generalmente ámpliamente suficiente y un estudio más especializado necesitaría cálculos
más complejos.
La gran lección de las MCM nos conduce a la siguiente conclusión: enfocamos nuestra
atención en una situación presente a menudo dolorosa mientras que el origen de este
malestar se encuentra mucho más lejos, en nuestro pasado. Por ejemplo, un duelo
parcialmente deshecho de la infancia o de la adolescencia puede “representarse” en un
momento especial de nuestra vida, incluso en una dinámica cíclica. Para ilustrarlo,
empezaremos nuestro estudio por la historia del Señor Del Fuego, un músico profesional.
Sandrine, su nombre, se reveló el elemento que nos condujo hacia la solución teórica, la
que sirvió de base para la instalación de la conducta terapéutica. En efecto, además de
su originalidad y para una persona prevenida, este nombre nos dirige directo hacia las
problemáticas ligadas al fuego, a las cenizas. Reconocerá fácilmente el lenguaje de los
pájaros ilustrado en el primer volumen de esta trilogía psicosomática. Después de
haberle expuesto mis ideas acerca del origen posible de esta depresión “anormalmente
larga” en un joven “ciervo” en plena forma y con mucho futuro, él, que erraba alrededor
de la Rotonda de la Depresión provocada por una Reacción, me condujo directamente a
la avenida de sus 16 años. Además, eso cuadraba perfectamente con su Memoria Cíclica
Musical a la octava. En efecto, a sus 32 años, conoció a Sandrine y fue naturalmente que
dirigí su atención hacia los 16 años. Lo dejo contar lo que sigue.
“Estaba en el liceo, en cuarto de ESO y me iba bien, tanto a nivel escolar como amoroso.
Sin jactarme, me iba bien con las chicas y no me era para nada difícil salir con una o con
otra. En los años 70, tener el pelo largo y ondulado, tocar la guitarra y cantar con
emoción y fervor Leonard Cohen, Dylan o Donovan facilitaba bastante la tarea. De hecho,
tenía para dar y tomar.
La música me apasionaba y era capaz de encerrarme en el cuarto de baño durante horas
para poder aprovechar plenamente la acústica y perfeccionar mi técnica y mi voz. Estaba
inscrito en el conservatorio de música en la clase de guitarra clásica y, la moda obligaba,
cantaba y tocaba folk. Por cierto, mis padres no entendían nada. Encontraban eso
completamente inútil para mis estudios de ingeniería. También me acuerdo de las
famosas disputas musicales con otros colegas. Cada uno cantaba y tocaba una canción
aprendida para la ocasión. Tenía dieciséis años, la vida era bella, yo era despreocupado y
todo iba bien.
— Mi hija Charlotte tuvo un accidente grave este fin de semana. Se inmoló este sábado
en la tarde. Se roció la cabeza con gasolina y encendió su mechero. Tuvo una quemadura
en tercer grado y la mantienen en una especia de semi-coma artificial para aliviarla. Sólo
pronuncia tu nombre en ciertos momentos. Quizás tu puedas hacer algo. Mi mujer y yo
estamos completamente desamparados.
No sabía qué pensar. Estaba como aturdido. El saber que yo había sido, en cierta medida,
el origen de eso, hacía crecer en mí un sentimiento de culpabilidad, como si me sintiera
responsable de ese horrible accidente. Lo seguí y entré en su habitación. Su rostro estaba
cubierto por vendas de las cuales salía un tubo a nivel de las ventanas nasales. Sus ojos
oscuros miraban fijamente el techo y, a penas pronuncié las primeras palabras, su mirada
se dirigió hacia mí. Algunas lágrimas se escapaban discretamente. Le tomé la mano y ella
la estrechó contra la suya. Sus padres salieron y me quedé solo con ella, pero no sabía
que hacer, ni decir. Finalmente, sentí que el contacto con la mano era suficiente para la
comunicación. Me fui transformado. Ya no era el mismo.
Volví a casa al atardecer, dije que tenía un nuevo curso de guitarra para tranquilizar a
mis padres. Sólo vi su rostro en mi cabeza, durante meses y meses. Me atormentaba día
y noche. La tarde siguiente, decidí ir a verla al hospital y me salté regularmente las
clases. Hice eso hasta junio y la verdad es que no sé como lo logré, pero mis padres no
se dieron cuenta de nada. Falsificaba las calificaciones, firmaba los justificativos de
ausencia en su lugar y simulaba que todo andaba bien. También pasé mucho tiempo en
el cuarto de baño tocando y cantando para aliviarme. Los encuentros con Charlotte, en el
hospital y, más tarde, en su casa, siempre eran iguales. Poco a poco, llegamos a hablar
de muchas cosas. No lo sabía, pero a principios de junio, había preparado nuestro último
encuentro durante el que me dio permiso para no ir a verla más. Nos abrazamos y nunca
más la vi. Para qué decirle que había perdido todo mi año escolar. No quise repetir y
preferí seguir estudios de música clásica en el conservatorio. Lo que acabo de contarle,
no se lo he dicho a nadie. Usted es la única persona a la que me he confiado.
Para volver a Sandrine, si entendí bien su manera de pensar, ella representa Charlotte y
el duelo de la separación con la primera sólo es el representante del que concierne a
Charlotte.”
¿Qué es un Proyecto/Sentido?
Tengo una intención bien precisa para mi hijo – explícita o no, consciente o no –, le pido
que lo materialice durante su vida, mediante el o los medios que crea que se deban
utilizar para ir en el sentido de la intención original – oficio, deporte, amigos, amor,
patología, entre otros. De esta manera, su vida tendrá sentido para mí. Se pueden hacer
tres observaciones fundamentales para la terapéutica a partir de esto. Sin saberlo, el
niño es inconscientemente prisionero de las intenciones familiares y puede verse
acorralado por dos formas de fidelidad.
De una manera general, conciernen sobre todo al ámbito profesional, su trama de fondo
es una sucesión para perennizar la empresa familiar o el deseo de adquirir un estatus
social más elevado. A veces, otros ámbitos figuran en buen lugar en la elección de uno o
de los dos padres como el deporte, un pasatiempo, un aptitud particular, entre otros.
Ejemplos: un futuro notario nació en una familia de notarios. Mi padre habla italiano así
que yo hablo italiano. Aquí, mi padre habla “notario” así que yo hablo “notario”. Una
mujer llegó a ser médico y su madre, también médico, había deseado fuertemente un
relevo en esta familia de grandes profesores de medicina, de cirujanos y de dentistas. Un
padre, de carrera militar, quería que su hijo siguiera la misma carrera. El primer hijo fue
una hija, así como las dos siguientes. “Una gran desgracia en la familia” decía la madre.
“Ni siquiera se dignó a verlas. Felizmente, dos niños llegaron y su felicidad aumento.”
Naturalmente, se dirigieron hacia las banderas alistándose por anticipado, antes de la
mayoría de edad. El ambiente viril masculino cambiaba el habitual ambiente intelectual
femenino.
A nivel deportivo, he encontrado niños muy dotados naturalmente para tal o cual
actividad. ¿Acaso no estaban precalentados por un ardiente deseo parental? Habría que
analizar el Proyecto/Sentido de las grandes estrellas del balón redondo, ovalado, de tenis
o de golf. Un gran jugador de golf, conocido mundialmente, fue proyectado por su padre
– quien lo dijo claramente – para ser el más grande en esta disciplina.
Señora Accidente
— Yo, soy un accidente. No estaba en lo absoluto prevista y mi madre, desde mi
infancia, no ha dejado nunca de decírmelo. Llegué muy pronto.
Señor Ogino
— Yo, no estaba previsto en el programa de nacimientos en la familia. Y todo eso gracias
al Profesor Ogino a quien muchas personas deben su llegada a la tierra. Imaginó un
método anticonceptivo basado en la subida de temperatura del cuerpo relacionada con la
ovulación. La mujer toma regularmente su temperatura en la mañana al despertar y, a
penas observa una débil subida del mercurio, da a entender a su marido que es mejor
esperar algunos días para cumplir con el deber conyugal. Conozco algunos hombres,
como mi padre, que detestan el mercurio ¡y sobre todo al señor Ogino! Las parejas
estaban obligadas a contar los días cada vez. Como muchos terrícolas, soy uno de los
que llamaban entonces “un bebé Ogino”.
El hijo miedoso
Su mamá, durante sus vacaciones en España el verano pasado, había visto un terapeuta
formado en Psicosomática Clínica. Muy interesada por el tema, se le confesó: “me
preocupo por mi hijo de doce años. Siempre ha tenido miedo de todo, del médico, del
ruido, de la oscuridad, etc. He intentado diferentes enfoques después de haber visto el
psiquiatra infantil que decía que se iba a mejorar con el tiempo. ¡Hace ocho años que
espero! ¿Puede hacer algo la Psicosomática Clínica con este tipo de miedos?
Fue así como vi llegar a esta mujer con su hijo. Prevenido por el colega, preferí exponer
mis puntos de vista generales sobre los miedos y especialmente sobre los que existen
“desde siempre”. Por experiencia, “desde siempre”, me dirigí hacia la noción de
Proyecto/Sentido y el estudio del árbol genealógico, a la búsqueda de una eventual
memoria transgeneracional aún activa hoy en día en niños como este, seguramente
inocentes. He aquí el discurso de la madre después de haber escuchado la siguiente
pregunta y después de haber desarrollado estas nociones: ¿qué ocurrió cuando su hijo
estaba en el vientre o durante su primer año? Todo esto en un contexto de miedo,
evidentemente. Una gran emoción repentina sorprendió a la madre y el hijo quedó
trastornado. ¡Una emoción no se controla, se expresa completamente a nuestras
espaldas!
“Desde su nacimiento, no se por qué, tengo miedo que le pase algo. Estaba tan
preocupada que llamaba al pediatra más de tres veces por semana. Debe haber estado
más que harto de escucharme, pero era superior a mis fuerzas. Lo vigilaba mientras
dormía, ya que temía una muerte súbita. Estaba muy atenta durante las comidas para
que no se atragantara. Lo tenía siempre cerca de mi y lo protegía en mis brazos. Lo
vigilaba como “leche sobre el fuego”. Sabía que exageraba, pero no podía actuar de otra
manera. Mi marido pensaba que estaba loca. Esto duró más de un año y, a penas llegó su
hermana, todo se calmó. Y ahí, no entiendo por qué no tuve más miedo por ella y, luego,
por los otros tres hijos.”
Aquí, el llamado Proyecto/Sentido “Mi madre habla italiano, su hijo habla italiano” es el
siguiente: “Mi madre habla miedo por todo, su hijo habla miedo por todo” y más tiene
miedo, más es fiel a su madre, inconscientemente por supuesto.
Este caso clínico ilustra la noción de Proyecto/Sentido a nivel del primer año de vida del
niño y no solamente durante su gestación. El análisis psicológico de la leche materna
pondría en evidencia numerosas moléculas de miedo.
A veces, una patología aparece desde el nacimiento o muy pronto. Se trata a menudo de
una problemática a nivel del Proyecto/Sentido. Por esto, una actividad conflictiva basada
alrededor de la separación se encuentra a menudo en el eccema atópico del lactante.
El Proyecto/Sentido de “urgencia”
El psicochoque durante el periodo del
Proyecto/Sentido
Este Proyecto/Sentido cronológico de “urgencia” se distingue del precedente ya que está
condicionado por la sobrevenida de un evento, generalmente grave, relegando a la
segunda posición el que estaba previsto consciente o inconscientemente. Y si hablamos
de evento grave, hablamos de Psicochoque. Pues bien, tal y como usted sabe, se
caracteriza por una situación vivida acoplada con una o varias sensaciones con una
producción de energía que intentará descargarse gracias a los procesos de conversión,
orgánica o comportamental. El caso clínico más bello de mi carrera y el que mejor
demuestra esto sigue siendo el de Gisèle
El Proyecto/Sentido y parto
He aquí un tema especial y bastante original que interveniene en las circunstancias en las
cuales se desarrolla el parto. Este aspecto merece para él solo un libro entero. Esperando
su redacción, he aquí algunas constataciones clínicas, todas sacadas de mis expedientes.
Para familiarizarnos más con este tema, empecemos por la historia de la Señora
Engagement.
Señora Engagement
Es psicoterapeuta y desea explorar un curioso sentimiento: “vivía con mi compañero
hacía más de veinte años y, en resumen, todo andaba bien. Nos casamos hace a penas
un año y, desde la boda, tengo el curioso sentimiento de ya no estar a gusto con él.
Tengo la clara impresión de haber hecho una tontería al casarme.”
La consulta duró más de una hora y todo fue tratado superficialmente por falta de
asidero: historia contemporánea, Psicología Transgeneracional, árbol genealógico,
análisis psicosomático, Proyecto/Sentido, entre otros y en vano. Fue solamente en los
últimos minutos que pensé en preguntarle cómo nació.
“Mi madre estaba muy contenta de estar embarazada y le daba mucho placer dar la vida.
Todo anduvo bien hasta el parto. Rompió aguas muy temprano en la mañana y mi padre
la acompañó a la clínica en donde la enfermera la estaba esperando, pero el médico no,
porque tenía una cesárea urgente y complicada. No podía esperar más y je me suis
engagée, como se dice en Francia, estaba lista para nacer. En ese momento, mi mamá
tuvo miedo y cerró los muslos muy fuertemente, sin dejarme salir. Eso duró más de una
hora y, sin poder más, estuvo obligada a dejarme salir ayudada por la enfermera”.
El Proyecto/Sentido Implícito
consciente en uno o en los dos padres,
pero que no se puede formular,
El “Secreto” personal
En mi libro Bulimia/Anorexia, hablo por primera vez de la Intención Paterna/Intuición
Infantil, del Proyecto/Sentido Implícito, de la Duda Instintiva o de la Discordancia
Primitiva. Les remito a este libro para que tengan más detalles, ya que sería inoportuno
escribirlo aquí nuevamente. Mientras tanto, he aquí un resumen: en ciertos casos, existe
una clara diferencia entre el discurso de uno o de los dos padres – La Intención Paterna –
y sus actos hacia el hijo, que debido a esta Discordancia Primitiva, sufre de una Duda
Instintiva. Obligatoriamente, de esto resulta una especie de cuestionamiento permanente
que puede ser resumido por la expresión popular siguiente: ¿es carne o pescado?
De hecho, el centro de toda esta historia se puede representar por lo que he llamado
“Proyecto/Sentido Implícito”. En otras palabras, uno de mis padres – o los dos – tenía
algo preciso en la cabeza en el momento de mi concepción, pero no pudo formularlo por
varias razones, y aún hoy día se le hace imposible hacerlo. Es una especie de secreto
personal guardado con recelo, que a veces desaparece con la persona misma, pero que
puede ser traducido hoy día por una enfermedad, un comportamiento o un
cuestionamiento existencial.
Podríamos pensar que el hijo lo percibió, o al menos, que sintió algo, pero nunca tuvo la
confirmación de esto a viva voz. Entonces, esta duda puede atormentarlo durante toda su
vida e impedirle dedicarse, por ejemplo, a sus pasatiempos favoritos o a sus estudios.
El Proyecto/Sentido Transgeneracional,
Inconsciente, en estrecha relación con la
historia familiar
Esta lección nos abre de par en par las puertas del Transgeneracional, sede de las
memorias familiares. Este tipo de Proyecto/Sentido crea exactamente el nexo entre el
clan y el individuo que nacerá, depositario de la historia familiar, sea ésta positiva o
negativa. Aquí, nuestra posición está situada exactamente en el centro del inconsciente
del clan, la reserva conflictiva familiar. Vayamos a verlo.
Un Ranking se define como una lista de éxitos, de canciones, películas, o como la medida
de la popularidad de una persona. Este Ranking puesto a nuestra disposición analiza la
naturaleza de las diferentes relaciones transgeneracionales posibles. Se nos propone
estudiar, para empezar, todas las categorías de lazos que pueden existir en el seno de
una dinámica en el interior de un clan familiar: patología, grado de hermandad, identidad
con los apellidos y los nombres, las fechas – de nacimiento, de fallecimiento – y parecido,
entre otros. Durante esta fase, el rotulador es el maestro de ceremonias. Como cada
individuo está unido específicamente a varios miembros de su clan por una o varias
razones, usted entenderá fácilmente que el que tendrá más será sospechoso de haber
transmitido su historia, positiva y/o negativa. En otras palabras, como en el arte
cinematográfico, ciertos miembros serán nominados y solamente uno será designado
ganador del Oscar o del Cesar del mejor representante transgeneracional. Después, llega
el momento del establecimiento del diagnostico transgeneracional. Conozcamos ahora los
nueve puntos que he seleccionado para ustedes.
Las patologías
Contrariamente a las otras disciplinas, la Psicosomática Clínica dispone de dos puertas de
entrada para estudiar el punto preciso de las patologías inscritas en el árbol genealógico.
El vals transgeneracional
Tiene que ver con el lugar de cada individuo en el seno de su hermandad, el conjunto de
sus hermanos y hermanas. Cada niño posee automáticamente un lugar real respecto a su
orden de llegada. El mayor es N°1, el segundo N°2 y así sucesivamente. En
Psicosomática Clínica, los abortos naturales, los abortos y los niños que nacen muertos
también cuentan, como lo muestra el siguiente ejemplo:
Soy una niña N°5, llegada después de un aborto natural (AN) a los cuatro meses de
embarazo, un niño N°2, un aborto espontaneo (AE) a los dos meses y medio de
embarazo (N°3) y una interrupción voluntaria del embarazo (IVE N°4). Para el registro
civil, soy N°2. Para el vals transgeneracional, seré siempre N°5.
Todos los N°2, N°5 y N°8 de una misma hermandad están concernidos por la misma
memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°2, N°5 y N°8 del
árbol genealógico.
Todos los N°3, N°6 y N°9 de una misma hermandad están concernidos por la misma
memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°3, N°6 y N°9 del
árbol genealógico.
Ejemplo 3: la familia Dubois es una familia modelo: un papá N°1 y una mamá N°2
tiene tres hijos; Pierre el N°1, Jacques el N°2 y Jean-Luc el N°3. Papá es director de una
agencia bancaria y mamá es profesora de matemáticas. Como por casualidad, Pierre es
un as de las finanzas, trabaja en una oficina de inversiones bursátiles y se lleva muy bien
con su padre. Jacques, por su parte, prefirió seguir estudios superiores para ser
investigador en física nuclear y se lleva de maravilla con su madre. En cambio, Jean-Luc
“es una catástrofe” me dicen sus padres. “Lo único que le interesa es la música. Creó un
grupo de hard-rock, sólo piensa en tocar la guitarra y en escribir canciones. Entre
nosotros, no lo entendemos para nada. No es como los dos mayores que nos satisfacen
plenamente.” Después del análisis de su genosociograma, encontramos UNA respuesta.
La abuela del señor Dubois era pintora, tocaba piano perfectamente y hubiese querido
dedicarse a la música. Además, ella era N°3. Entonces, podemos establecer la hipótesis
que este “endemoniado” Jean-Luc recibió el mensaje musical de su bisabuela. Su gusto
por este arte fue seguramente transmitido por su ancestro. Nada más, bastaba dejarse
guiar por su inconsciente.
El apellido
De una manera general, el apellido no me sirve de mucho. Me interesa solamente si ha
habido una problemática precisa en la historia del clan.
El cambio de nombre
A veces, un miembro de la familia desea cambiar su nombre. Será necesario conocer el
motivo para entender mejor la o las repercusiones de este deseo.
Los anagramas
He aquí un aspecto muy especial y bastante raro, pero que puede revelarse útil en
algunos casos. Usted toma todas las letras de un apellido y las dispone de otra manera,
se sorprendería al reconocer otro muy parecido, como el de la señorita Renardin que se
casó con un alemán llamado Raidner.
Los nombres
Con los nombres, entenderá por qué el apellido sólo puede servir en algunos casos
precisos. El catálogo de los nombres es una fuente inagotable de informaciones.
Digámoslo inmediatamente, dar consciente o inconscientemente tal o cual nombre no es
casi nunca anodino. A veces, podrá presentar el zócalo de una problemática psicológica,
pero también, nos pondrá en la pista de un posible origen transgeneracional de una
enfermedad. Mi experiencia me ha demostrado que en las familias existían varias fuentes
de inspiración para dar un nombre a un niño que acaba de nacer.
Hoy día tiene cincuenta años, la vida de Jean cambió el 13 de marzo 1997. Ese día, fue
víctima de un accidente vascular cerebral – AVC – del cual las secuelas están
representadas por una hemiplejia o más bien “una miniplejia, ya que es una pequeña
parálisis de todo mi lado izquierdo”. Camina arrastrando la pierna y su brazo “muerto”,
como dice, encontró su lugar en el bolsillo izquierdo de su ropa. Sigue trabajando en la
administración en un puesto más adaptado. Desde un punto de vista médico: “No tiene
nada que hacer aparte de la kinesiterapia y una vida saludable a fin de estabilizar los
signos y prevenir una eventual recaida”.
Esto lo descubrí cuando volví a clase en sexto de primaria. Teníamos que llenar una ficha
de estado civil para la inscripción. ¡Fue leyéndola que me di cuenta que oficialmente no
me llamaba Pierre sino Jean! Por otra parte, para todos mis amigos de infancia soy Pierre
y se sorprendieron mucho que tuviera otro nombre. Encontré eso muy extraño, cuanto
más que Pierre no estaba ni siquiera inscrito en mi estado civil. ¡Podrían habérmelo dado
como segundo o tercer nombre!”.
Cuando le dije que su hemiplejia podía estar relacionada estrechamente con estos
hechos, su mano izquierda se puso a temblar. ¡Tuvo que sujetar su mano con la otra para
calmarla! Era mi primer caso de semiyacente.
Hoy, más de seis meses después, no ha mejorado, pero sus posibilidades de movimiento
han evolucionado bastante. “Me inscribí en un club de senderismo, me siento capaz de lo
que sea. Camino como todo el mundo, a mi ritmo y aborrezco que me faciliten las cosas,
que me esperen, etc. Siempre tengo que pelearme para ser como todos y ellos creen que
están obligados a organizar paseos fáciles para mí. En mi trabajo, estoy más seguro de
mí mismo y me propuse para trabajar en un puesto más alto en la jerarquía. Me hago
respetar más fácilmente y se lo debo sin lugar a dudas a su ayuda. Me dí cuenta que no
había aceptado mi discapacidad, que siempre estaba enojado por cualquier cosa. Desde
que tome consciencia de esto, estoy más tranquilo y mi voz más pausada. Me doy a
entender mejor y mis observaciones se escuchan mucho más en mi entorno”.
— Estoy ligada con mi abuela materna por el nombre y la fecha de nacimiento. Su historia
reveló la existencia de numerosos abortos clandestinos. Era su medio de contracepción
en esa época. Los hacía a escondidas, pero el último fue dramático. Había abortado unos
gemelos y los había quemado en la caldera de carbón de la cocina. Ella falleció poco
tiempo después de una hemorragia. Mi hijo Alessandre es bombero y contrajo
matrimonio con su “gemela simbólica” ya que nacieron el mismo día.
Los nombres compuestos: dos nombres para el mismo hijo significa simplemente que
posee la memoria de dos personas. Si vuestro nombre es Pierre Alexandre, destaque
todos los Pierre y todos los Alexandre que figuran en el árbol genealógico.
Problemática de identidad
Remplazo de un niño o niña, los padres esperan un niño o una niña: los nombres mixtos
como José María, etc.
Nombres de hijo de remplazo
Ya vistos en el Síndrome del yacente en donde algunos ocupan un lugar importante como
René(e), Gisèle, Sylvie y otros.
Nombres de fuego
El lenguaje de los pájaros: Sandrine, Sandra, Alexandre, Alexandre, Alenxandrine. Para
apagar el fuego: Laurence, Laurant, Florence, Florent. Mi madre quería llamarme
Sandrine y mi abuela insistió por Laurence: L’eau rince = el agua aclara, ¡apaga el fuego!
Otros nombres
Cecilia: relación ancilar (el barón que deja embarazada a la sirvienta), Clara:
problemática de vista. Natalia, Cesar o Cesarina: problemática de nacimiento (incidente,
accidente, cesárea, fallecimiento, etc.)
Las iniciales
Las iniciales representan un aspecto particular del estudio del árbol genealógico. Algunas
personas, incluso casándose y cambiando de apellido, se encuentran con las mismas
iniciales, como la señorita García que se casó con un bretón, señor Garlantezec o Señorita
Baron que se casó con señor Bernard. De esta manera y en un cierto grado, siguen en el
mismo regazo familiar, simbólicamente por supuesto. ¿Cuál es la utilidad de esta
maniobra inconsciente? Seguir en la familia y la búsqueda de un incesto simbólico
transgeneracional es lo más indicado. Aquí, los motivos de consulta por desórdenes
amorosos son muchísimos.
Las fechas
Este párrafo es bastante corto, pero de una importancia primordial, ya que el estudio
comparativo de las fechas inscritas en el árbol genealógico me da mucha satisfacción, ya
que puede identificar muy rápidamente los lazos transgeneracionales. Utilizaremos
solamente el día y el mes ya que todos funcionamos con los cumpleaños. Además, como
para los nombres y los apellidos, nunca podrán ser puestos en duda. La fecha de
nacimiento de un niño que corresponde a la fecha de fallecimiento de un abuelo significa
automáticamente que este niño posee de esto una memoria con forma de síndrome de
yacente. Todas las fechas inscritas pueden ser significativas: nacimiento, concepción,
matrimonio, accidente, enfermedad, etc.
Las diferencias admisibles
Me pareció bastante significativo seleccionar solamente las fechas que se diferencian de
siete días antes o siete días después.
Observaciones generales:
¡Cuidado con las fechas a principios o a fines de mes! No hay que olvidar la diferencia
de siete días. Nací un 30 de mayo, estoy ligado con mi padre, nacido un 3 de junio y
con mi tío materno, nacido un 2 de marzo, concebido por lo tanto hacia el 2 de junio.
Todas las suposiciones e interpretaciones deben ser incluidas en la historia y no
tomadas por separado.
Los parecidos
Los parecidos pueden ser de tipos diferentes: a nivel del físico, del carácter, de la
profesión, de los hobbys, de las pasiones, de las ideas, etc.
Las madrinas y los padrinos
Para aquellas y aquellos que tienen la suerte de tener oficialmente una madrina y un
padrino, el rotulador tendrá el placer de relacionarlos con la persona concernida.
Los oficios
El párrafo es muy interesante, ya que el oficio ejercido puede informarnos acerca del tipo
de reparación efectuada inconscientemente.
Señor Camionero
Es chófer internacional. Su madre falleció luego de un accidente automovilístico.
Caminaba por la acera después de hacer sus compras en el mercado del pueblo. Un
camión se salió del camino y ella fue atropellada. Él tenía seis años en ese entonces y fue
naturalmente que adoptó la carrera de camionero después de su servicio militar en donde
había pasado su permiso para vehículos pesados.
Señor Control 1
Este hombre de sesenta y cinco años está jubilado oficialmente hace cinco, pero gracias a
su experiencia profesional decidió crear una pequeña sociedad especializada en la
prevención de riesgos en la mayoría de las obras de trabajos públicos. En suma, visita
regularmente las obras en curso y verifica que todas las precauciones han sido tomadas
para evitar al máximo los accidentes de trabajo. Se presenta frente a los obreros y a los
jefes y les informa pacientemente acerca de la necesidad de llevar casco, de tener el
arnés bien puesto o de verificar los andamios, etc.
“Después de una actividad profesional llena de experiencia, encontré sórdido dejar de
trabajar cuando conocía perfectamente el tema ya que ejercí esta especialidad durante
más de treinta años en el seno de mi empresa. Por esto guardé varios contactos en el
medio y eso me permitió obtener ciertos contratos. Lo que me basto ámpliamente para
mejorar mis ingresos.”
Me hice la siguiente pregunta teórica: ¿Qué puede reparar gracias a esta actividad? La
respuesta se encuentra en su árbol genealógico. Está ligado a un tío del lado materno por
una fecha de defunción. En efecto, su fecha de cumpleaños corresponde, con un día de
diferencia, a la del fallecimiento de este tío que no conoció nunca ¡y con razón! A los
nueve años, jugaba solo en una especie de canal situado cerca de la casa. La mayor
parte del tiempo, este canal estaba más o menos seco y le servía de vertedero ocasional
a la fábrica de productos químicos de más arriba. Pero ese día, sin prevenir a la población
vecina, la fabrica vertió grandes cantidades de desechos y el niño se ahogó.
Señor Control 2
Es controlador en la Seguridad Social en el servicio de accidentes de trabajo en el
departamento de prevención de obras. Su padre albañil falleció luego de una caída de
más de siete metros. No había barrera de seguridad.
Señora de la Piscina
Es osteópata especializada en el tratamiento de terapias en la piscina y es especialista
en el acompañamiento de mujeres embarazadas. Sabía muy bien que este oficio estaba
en estrecha relación con el drama de su abuela materna: ella perdió un hijo durante un
parto muy problemático. “Lo sé, pero me falta algo, ya que no estoy ligada a esta abuela,
ni a este niño”.
Su propia clave se encontraba en la edad de sobrevenida del drama. La abuela tenía
treinta dos años y esta paciente nació cuando su propia madre tenía treinta y dos años.
Las cifras
Durante el análisis de una dinámica familiar, ciertas cifras pueden retener nuestra
atención y orientarnos hacia un diagnóstico bastante preciso. He aquí algunos ejemplos
bastante definitorios de síndromes de cumpleaños:
Tengo 24 kilos de más = mi madre falleció cuando tenía 24 años. Desde que tengo 52
años, no estoy bien = mi padre falleció cuando tenía esta edad. Tuve mi primera crisis de
epilepsia a los 12 años = la edad que tenía mi padre cuando perdió a su madre en un
accidente.
La cura médica
Empieza durante el establecimiento del diagnóstico y prosigue en la instalación de una de
las terapéuticas más adaptadas dependiendo de la enfermedad misma y de la persona
concernida. Después, el seguimiento médico es dirigido por el médico de referencia y es
el único que puede aconsejar de modificar o de interrumpir el tratamiento.
El apoyo psicológico
En ciertos casos, el apoyo psicológico puede revelarse útil. En efecto, la enfermedad y sus
consecuencias físicas y morales al mismo tiempo pueden tener el beneficio de una ayuda
especializada. Por otra parte, muchos servicios hospitalarios han visto la necesidad y el
impacto de un seguimiento psicológico en los síntomas y la moral de los enfermos. En
consecuencia, este seguimiento es útil.
La cura psicosomática
De tanto escuchar a la gente en consulta, analizar sus historias, ayudarles a contactar
nuevamente sus sensaciones y sus emociones relacionadas con ciertos eventos de su
vida o con algunas situaciones conflictivas – sean estas personales o pertenezcan a su
vida fetal con su Proyecto/Sentido o a su historia familiar transgeneracional –, llegamos
a veces a resultados bastante increíbles, que nos permiten hablar de restablecimiento
con una distancia confortable en ciertos casos. Así mismo, las mejoras clínicas se revelan
bastante numerosas y sería injusto dejar de lado todo esto, por eso se creó esta
enciclopedia.
Las técnicas terapéuticas son muchas y su denominador común está representado por
los estados de ánimo modificados. En efecto, nuestro inconsciente nos protege y nuestro
consciente está un poco confundido. Rodear en parte las primeras capas del inconsciente
nos permite poner en evidencia ciertas relaciones habitualmente controladas en
condiciones normales. Personalmente, utilizo las terapias de relajación en donde el
estado de hipovigilancia es fácil y rápidamente alcanzado con ejercicios respiratorios y
musculares suaves. Reflexionando un poco, me di cuenta que podrían estar
perfectamente relacionadas con nuestro funcionamiento arcaico. En efecto, sin saberlo,
mientras nos quedamos dormidos, pasamos a este estado entre vigilia y sueño. Existen
por supuesto otras técnicas como la hipnosis o el sueño despierto. Un punto importante,
la idea no es quedarse únicamente en este estado de relajación y esperar que las
informaciones lleguen, sino que se trata de utilizar este estado facilitador a fin de volver
a ver toda nuestra historia y dejarse llevar por las famosas libres asociaciones, como
imágenes, palabras, situaciones, entre otras. Aquí, la experiencia del practicante es
primordial para identificar las posibles relaciones y restituirlas en seguida al paciente.
Finalmente, estas técnicas psicocorporales contribuyen claramente a la puesta en
consciencia.
Las Fidelidades Familiares Invisibles engloban todas las fidelidades a las cuales
estamos relacionados, presentes en nuestra historia familiar, inscritas en el árbol
genealógico. Estas son transgeneracionales. Tengo la memoria del abuelo y soy aceptado
en mi clan solamente si la respeto. Les aconsejo que lean el Síndrome del yacente. Es el
mejor ejemplo de este tipo de bloqueo. Un duelo está bloqueado en la tristeza, y por
fidelidad familiar inconsciente, estoy yo mismo en un estado de tristeza, sin conocer
verdaderamente las causas de esto.
Desgraciadamente, existen casos en los que nada ocurre a pesar de todos los intentos.
Sería fácil para mí decir que el sistema psíquico de protección es hermético y decir adiós
a mi paciente. No, existen casos en los que la Psicosomática Clínica no puede hacer
absolutamente nada.
SEPTIMO PRINCIPIO
La prevención psicosomática
Emana simplemente de todos los otros principios y dos situaciones se nos presentan:
después de la mejora de los síntomas o el restablecimiento y antes de la enfermedad. De
hecho, la prevención que la Psicosomática Clínica propone es idéntica en los dos casos y
se resume en una frase: impedir conscientemente ser sumergido por nuestras actividades
conflictivas generadoras de los procesos de conversión. En otras palabras, tratar en no
sobrepasar nuestros propios umbrales psíquicos de tolerancia. Para esto, puse a punto la
Acción Física Adulta. Después de la enfermedad o para evitarla, se nos propone poner en
evidencia nuestro funcionamiento íntimo sobre todo en lo que concierne a nuestras
actividades conflictivas más o menos adormecidas. Para esto, sólo veo una solución: la
exploración de nuestra historia bajo este ángulo.
3) Después, me hago una pregunta fundamental: ¿es verdaderamente vital para mí,
hoy día, confrontarme a esta situación conflictiva y sobre todo reaccionar como antes?
Para mí, el mejor ejemplo es la bulimia. La paciente dice: acabo de comer. Diez minutos
después, siento un vacío interior y tengo la necesidad de comer. Dependiendo la hora,
puedo comerme un plato de pastas o una napolitana de chocolate. La persona bulímica
busca un alimento afectivo para llenar una vida afectiva que ha sido programada
seguramente cuando era un(a) niño(a). ¿No será acaso mi niño interior que reclama aún
afecto? Hagamos las dos preguntas siguientes: en este preciso instante, ¿es realmente
necesario comer, cuando, teórica y biológicamente, no tengo hambre, ya que acabo de
comer? ¿soy yo o mi niño interior quien reclama alimentos afectivos? Así se propone
tomar su responsabilidad en toda consciencia a fin de responder y de actuar en un
sentido o en el otro. He visto así, personas bulímicas terminar con sus compulsiones
alimenticias en algunos días, ¡en seis meses máximo!
Lateralidad funcional
La lateralidad funcional se determina simplemente haciendo la siguiente pregunta: ¿cuál
es vuestra lateralidad, diestro/diestra o zurdo/zurda? Varias respuestas son posibles:
diestro/diestra, zurdo/zurda, zurdo/zurda contrariado(a), no sé o ambidiestro. De hecho,
la lateralidad biológica es de lejos la más importante.
Lateralidad biológica
Si usted respondió zurdo/zurda o zurdo/zurda contrariado(a), es inútil efectuar los
otros tests, ya que usted será considerado como un zurdo/zurda biológico(a). Para
todos los otros, se proponer proceder a algunos tests. Tenemos varios a nuestra
disposición, he aquí los dos principales: el test del aplauso y el test del amamantamiento
o de posicionamiento instintivo del bebé en los brazos.
Resultados claros:
1) Las dos manos están casi horizontales y la mano derecha se encuentra sobre la mano
izquierda. La mano derecha golpea claramente la mano izquierda: soy diestro/diestra
biológica. Para confirmarlo, poner la mano izquierda sobre la mano derecha y golpear la
mano derecha con la mano izquierda para verificar una mayor habilidad instintiva de
aplauso en la primera experiencia. Inútil de efectuar el segundo test.
2) Las dos manos están casi horizontales y la mano izquierda se encuentra sobre la mano
derecha. La mano izquierda golpea claramente la mano derecha: soy zurdo/zurda
biológica. Para confirmarlo, poner la mano derecha sobre la mano izquierda y golpear la
mano izquierda con la mano derecha para verificar una mayor habilidad instintiva de
aplauso en la primera experiencia. Inútil de efectuar el segundo test.
Resumen
He aquí un recapitulativo de las diferentes posibilidades.
N°2: Las patologías del seno: mastitis, absceso, quiste, tumor benigno y cánceres.
N°8: Patologías de la espalda con Alain Pioch (osteópata): cervical, dorsal, lumbo-
sacra, lumbago, ciática, hernia discal, pelvis, tórax y cráneo.
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