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Dr Salomon SELLAM

Cando el espíritu
influencia al cuerpo

La enciclopedia Bérangel
de los estados de ánimo al origen
nuestras enfermedades

Volumen 1

Los 7 principios básicos


de la
Psicosomática Clínica
y humanista

Ediciones Bérangel

Libros de Salomon Sellam en español


y
Todas las informaciones sobre las actividades del
Doctor Salomon Sellam
disponibles en

www.sbr-fpch.org
La Fundación para la Psicosomática Clínica y Humanista
(2013, Barcelona, España)

Títulos de las obras complementarias


recomendadas por el Dr. Salomon Sellam,
al final del presente tomo

Ilustración de cubierta Mado Seiffert

© 2011 Editions Bérangel


SARL Bérangel
10 Rue Fallières, 34725, Saint André de Sangonis
Tel : (33) 04 67 54 17 20, Fax: (33) 04 67 54 28 57
Todos los derechos de reproducción y traducción reservados para todos los paises.
ISBN N° 978-2-915227-72-7
EAN 9782915227727
Índice
Portada

Portadilla

Prólogo

A modo de introducción

PRIMER PRINCIPIO
La enfermedad es una solución biológica paliativa y transitoria
las leyes de supervivencia de las especies y del individuo
Primera ley de supervivencia: Vivir la mayor cantidad de tiempo posible
Segunda ley de supervivencia: La homeostasis general
Tercera ley de supervivencia: El sistema fisiológico y biológico de protección
Umbrales fisiológicos - Los limites tolerables
La necesidad vital de agua
La necesidad vital de alimento
Las soluciones fisiológicas instintivas paliativas y transitorias en el caso de una
intoxicación alimentaria

SEGUNDO PRINCIPIO
La conversión orgánica
La fuente de conflicto el estado de ánimo conflictivo
La activación de los procesos de conversión
El sistema psíquico de protección
La evolución positiva o negativa de los procesos de conversión

TERCER PRINCIPIO
El sentido biológico

CUARTO PRINCIPIO
La activación de la enfermedad
La conversión por psicochoque emocional desestabilizante
Los psicochoques emocionales desestabilizantes programadores
La conversión por saturación conflictiva
La conversión repetitiva a mínima
La conversión mnémonica
La conversión mixta

QUINTO PRINCIPIO
La programación de la enfermedad
Los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados de Marc Fréchet
El ciclo de autonomía
Metodología
La Memoria Cíclica Musical
La enfermedad programada por una memoria conflictiva que pertenece al
Proyecto/Sentido
El análisis psicológico del líquido amniótico
Los diferentes tipos de Proyecto/Sentido
El Proyecto/Sentido Intencional, consciente y explícito
El Proyecto/Sentido cronológico “clásico”,
El Proyecto/Sentido de “urgencia”
El Proyecto/Sentido y parto
El Proyecto/Sentido Implícito
El Proyecto/Sentido Transgeneracional,
La enfermedad programada por una memoria conflictiva transgeneracional
Conclusión acerca de la programación de la enfermedad

SEXTO PRINCIPIO
La terapéutica

SEPTIMO PRINCIPIO
La prevención psicosomática

ANEXOS
Las lateralidades funcionales y biológicas
Libros de Salomon Sellam que ya aparecieron en español
Prólogo
Hoy en día y dependiendo de las creencias personales, todo el mundo está de acuerdo en
darle un lugar más o menos importante a las influencias del psiquismo sobre una
enfermedad, especialmente sobre su evolución. En cambio y sin negar todo tipo de
factores – genéticos, congénitos, meteorológicos, mecánicos, alimenticios, entre otros –,
son pocos los practicantes que dan a entender que la enfermedad puede ser activada
debido a circunstancias particulares dominadas por una preocupación mental precisa. Por
esto, prefiero hablar de porcentaje de influencia psíquica para tal o tal patología y
es sólo la persona afectada por la enfermedad quien podrá definirla correctamente.

Acerca de la terapéutica
De esta manera, si el porcentaje parece ser elevado, una acción sobre el psiquismo sigue
siendo posible y altamente aconsejada. Hoy en día, mi concepción acerca de la
terapéutica, sostenida por todos estos años de experiencia clínica, es clara y distingo tres
ejes principales de intervención: el seguimiento terapéutico clásico, el apoyo psíquico y la
exploración psicosomática, para poner en evidencia los orígenes psíquicos de la
enfermedad y sobre todo para prevenir las recaidas. Por esto, deseo con todo mi corazón
una real cooperación de todos los actores de la salud: especialistas, de medicina general
y psicosomatólogos.

Acerca de esta enciclopedia


Ya hace varios años que siento cada vez más la necesidad de realizar una verdadera
enciclopedia en la que se agruparán más de quince años de experiencias clínicas y
terapéuticas basadas alrededor de los posibles orígenes psíquicos de las enfermedades y
motivada por una de las primeras frases pronunciadas comúnmente al principio de una
consulta.

“Me gustaría entender lo que me pasa para


poder sanarme”
El Ser humano está hecho así: primero entender, para encontrar la o las posibles causas
de su malestar y en seguida, autorizarse a dar el primer paso en el camino de su propio
restablecimiento. Por consiguiente, esta etapa inicial ocupa un lugar primordial en el
desarrollo de la terapia, cuanto más que representa a menudo el primer contacto con
esta nueva manera de ver la enfermedad. ¿Qué sucede durante la primera consulta? La
respuesta de esta pregunta se resume a menudo con una sola palabra: explicación. Sí,
es una verdadera fase de explicación, por una parte con la presentación de la
enfermedad, y por otra, diferentes hipótesis que incluyen especialmente las posibles
influencias psíquicas, nuestro principal tema de estudios.
Personalmente, tengo un especial cuidado en el momento de la toma de contacto, y eso
desde mis inicios. Me acuerdo de este niño de siete años a quien quería explicarle la
fisiología neurológica con palabras fáciles y asimilables. Su reacción y sobre todo la de su
padre confirmaban la necesidad de este tipo de aproximación preliminar a cualquier
patología. “¡Al menos entiendo lo que le pasa a mi hijo!” Sucedió en 1983 y siempre he
perseverado en esta vía, mucho antes de practicar la medicina psicosomática.

Respecto a las influencias psíquicas, esta fase de aclaración reviste un aspecto especial,
ya que esta nueva forma de ver la enfermedad aún no es habitual, incluso si aquí y allá
todos están de acuerdo con que el psiquismo tiene un rol especial. Como lo descubrirá
más adelante, existe una verdadera lógica en la Psicosomática Clínica, una especie de
buen juicio que el arte del practicante deberá poner al alcance de todos.

Por mi parte, en cada consulta, he tenido que tomarme todo el tiempo necesario para
explicar en detalle el significado psicosomático de tal o tal patología, dando varios
ejemplos para que la persona involucrada pueda buscar en su memoria situaciones
vividas que sean equivalentes o muy evocadoras. Esta idea general está presente en
todas mis obras y esta enciclopedia desea presentar cada patología en forma de libro
especializado, de la manera más completa posible, basándome en el estado actual de
mis conocimientos y experiencias. Cada uno de ellos retoma por una parte, las temáticas
psicosomáticas básicas, y por otra, se enriquece de los descubrimientos clínicos
particulares, insistiendo a través de numerosos casos clínicos expresivos sacados de mis
expedientes. A fin de cuentas, siempre he creído en el poder curativo de la lectura
especializada.

De la necesidad y de la utilidad de esta enciclopedia


En esta enciclopedia, me limitaré por una parte, a presentar solamente las patologías
más comunes en práctica cotidiana, donde la Psicosomática Clínica ha contribuido con
claras mejorías o restablecimientos. Por otra parte, para otras patologías menos
accesibles para la teoría, la presentación de su parte teórica y sobre todo preventiva
podrá ayudar psíquicamente a las personas concernidas.

Por eso, está destinada a cualquier persona en búsqueda personal. En primer lugar, los
practicantes interesados podrán encontrar aquí ciertas informaciones para ayudar a sus
pacientes. En segundo lugar, los enfermos también podrán beneficiar de la lectura de la
obra que trate su propia patología y empezarán así su marcha por el camino de la
evolución personal. La experiencia muestra que una lectura de este tipo los incita a
empezar una reflexión general y una puesta en consciencia de un cierto número de
episodios o de situaciones conflictivas que forman parte de su historia, que pueden llegar
en ciertos casos, a verdaderos restablecimientos textuales. En este libro se relatarán
varios testimonios. Finalmente, y quizás lo más importante, conocer los pormenores de
una patología se convierte una verdadera arma preventiva, psíquica por supuesto.
Espero con todo mi corazón de médico y de hombre, que este trabajo ocupará el lugar
que merece en la enciclopedia del funcionamiento general del Ser humano para que
pueda desarrollarse al seno de su entorno y sobre esta tierra que la acogió. Me gustaría
también agradecerles su apoyo y su paciencia.

Hasta la caminata más larga


empieza por un primer paso

Les propongo entonces tomar vuestro pie y ponerlo sobre uno de los numerosos caminos
del conocimiento de sí...

Acerca de este primer libro,


los 7 principios básicos de la Psicosomática Clínica
En esta obra, he querido resumir mis reflexiones de una manera muy simple para
compartir mis convicciones con la mayor cantidad de gente que sea posible. El lector
interesado podrá ir más lejos dirigiéndose hacia las publicaciones precedentes, más
completas, en especial Mi cuerpo está enfermo, es tiempo de hablar, en tres volúmenes.
A continuación, se presentarán los siete principios teóricos básicos de la Psicosomática
Clínica:

Primer principio: las leyes de supervivencia de la naturaleza

Segundo principio: nuestro sistema psíquico y biológico de protección. La enfermedad


vendría a ser una solución biológica transitoria y paliativa consecutiva a una actividad
conflictiva física que sobrepasó los umbrales fisiológicos de tolerancia personal.

Tercer principio: la conversión orgánica, la piedra angular de la teoría general.

Cuarto principio: los diferentes modos de activación de las enfermedades

Quinto principio: los diferentes modos de programación de las enfermedades

Sexto principio: la terapéutica

Séptimo principio: la prevención

Todos los otros libros de la colección harán referencia a estos puntos teóricos y un
asterisco (*) indicará dicha referencia.
A modo de introducción
¿Cuáles son hoy en día las principales preocupaciones
de la mayor parte de los seres humanos?
Generalmente, tres temas se disputan el primer lugar: el dinero, lo afectivo junto a la
sexualidad, y la salud. Cuando estamos saludables, los dos primeros representan la
mayoría de las preocupaciones diarias. En cambio, en caso de desequilibrio, el último es
sin duda el más importante, ya que de hecho, condiciona los otros dos. Durante mi
carrera de médico de medicina general, pude confirmarlo varias veces, especialmente
durante las visitas a domicilio. Frente a la enfermedad, todo el mundo se encuentra en la
misma linea de partida. Me acuerdo de la reflexión de un paciente riquísimo, afectado por
un cáncer generalizado a sus cincuenta y cinco años: “Me pasé la vida amasando mi
fortuna y hoy día, frente a esta enfermedad, no me sirve de nada o solamente para morir
con más comodidades. ¡Seguro que seré el más rico del cementerio!”

¿Por qué esta enfermedad? ¿Por qué yo? ¿Por qué en


este momento de mi vida?
Además, este paciente se hacía las mismas preguntas que todo el mundo: ¿Por qué esta
enfermedad? ¿Por qué yo? ¿Por qué en este momento de mi vida?. Las respuestas eran
extraídas del catálogo de creencias de ese entonces, sin que por esto estuviese
completamente seguro. Estas tres preguntas generan inmediatamente otras y quiero
empezar de esta manera nuestro viaje en el mundo de las posibles interacciones entre el
cuerpo y el espíritu.

¿A quién se dirige este libro?


La Psicosomática Clínica presenta de una manera original los orígenes de nuestros
malestares corporales que nos conducen al hospital o aquellos del espíritu que nos incitan
a golpear la puerta de la consulta de un psicoterapeuta. Este libro se dirige entonces
prioritariamente a los enfermos.

La lectura de este libro ayudará a los profesionales de la salud a efectuar sus primeros
pasos en psicosomática y a abrirles una nueva vía de pensamiento. También podrán,
gracias a muchos ejemplos clínicos simples y detallados, confirmar y verificar la teoría
expuesta.

Finalmente, a todo el resto: a los curiosos, con el propósito de enriquecerse


intelectualmente o simplemente a las personas que andan por el camino de la evolución
personal a fin de encontrar ciertas respuestas a sus preguntas existenciales.
¿Por qué ésta enfermedad? ¿cuáles son las causas
posibles?
Como todo el mundo durante la infancia y sobre todo durante mis estudios médicos, fui
colmado de verdades científicas enseñadas por mis condescendientes y sucesivos
profesores: mis padres, en primaria, en secundaria y en la facultad de medicina. Como
todo médico, tuve la ocasión de confirmar de una manera más precisa un cierto número
de hipótesis respecto al origen de una enfermedad: genético, hereditario, congénito,
microbiano, alimenticio, tóxico, climático, mecánico, traumático, medioambiental,
electromagnético, entre otros. Al tener una etiqueta, los enfermos se sienten más bien
tranquilos, pero en la mayoría de los casos, escuchándolos atentamente, esto se revela
insuficiente para aliviarlos.. De esta manera, la siguiente pregunta acaricia a menudo las
neuronas, ya que en el fondo, el espíritu no es tan crédulo.

¿Las enfermedades poseen un origen psíquico?


¿Quién no ha escuchado nunca este tipo de reflexión en el seno de su familia o en su
entorno?
Se enfermó desde que se fue su hijo
Su cáncer se declaró después de su despido
Su cáncer de colon, estoy seguro que tiene que ver con la herencia. Cuando la
dividieron, le timaron sus hermanos.
Después del fallecimiento de su padre, estaba cubierto de placas a nivel de su piel.
Para mí está claro. Su diabetes se debe a su difícil separación.
Su cáncer de seno está íntimamente ligado con su banca rota. El oficial de justicia le
quitó su casa familiar, ahí donde nacieron todos sus hijos.
No me extraña para nada, no quería ir y encontró una buena excusa: ¡fractura de
tobillo!
Estoy seguro que mi enfermedad esta directamente relacionada con el problema con
mi hermano, pero no sé cómo realmente.
Desde que se jubiló, está irreconocible. Cada vez más triste, más o menos depresivo,
¡mientras que antes dirigía sin problemas una empresa de docientos empleados!

¿Qué nos muestran, así mismo, los siguientes casos clínicos elegidos entre tantos otros
con una clara mejoría, incluso un rápido restablecimiento? Además, sólo necesitaron una
consulta, dos a lo más y lo más increíble incluso ninguna, ya que la toma de consciencia
se hizo después de una conferencia o simplemente después de la lectura de un libro o un
artículo. Personalmente, me encanta recibir el testimonio de estos restablecimientos
textuales.
Notará que el cuerpo humana “habla” muy frecuentemente y mucho más de lo que
creemos, ya que cada parte del organismo y cada signo podrían significar algo preciso,
abriendo de esta manera una nueva pista de investigación. Como si nuestra piel, que
protege nuestro cuerpo, nuestros órganos y nuestras células, representara las páginas de
un libro escrito en un lenguaje codificado que es necesario descodificar con los pocos
diccionarios que actualmente se encuentran a nuestra disposición, todos sacados de la
investigación clínica en psicosomática, enriquecidos constantemente. Les propongo que
comencemos sus primeras lecciones de lectura psicosomática.

Notarán sin duda, que a menudo la problemática es descrita perfectamente por nuestras
expresiones populares o por ciertas frases repetitivas y muy evocadoras, pronunciadas
por los pacientes durante la consulta. De ahí el interés de escuchar atentamente las
primeras frases de los pacientes con nuestras orejas paquidérmicas. Dirán mucho a
alguien que esté atento, como lo constatará aquí, debo decir que nuestras instancias
psíquicas no hacen mayor esfuerzo para solucionar la problemática. Sólo necesitan leer
literalmente la proposición conflictiva para encontrar la solución orgánica adecuada – la
enfermedad – e intervenir según un proceso preciso e inmutable, y eso desde que el
inconsciente existe. Está descrito esquemáticamente en el primer caso.

“Me cuesta retener las cosas”


“Tengo unos problemas de memoria enormes. Me cuesta retener las cosas en la
memoria, las fechas, los nombres, los lugares, etc.” Él también tuvo una clara mejoría
cuando reformulé su proposición: ¿quién o qué no logró retener? Una gran emoción lo
invadió. “Tenía veintitrés años cuando sucedió el drama. Estaba de vacaciones con mi
mejor amigo, en la Costa Salvaje, cerca de Royan (desembocadura de la Garonna). Ésta
playa era famosa por ser peligrosa debido a sus grandes olas y sus corrientes. Por otra
parte, se volvió un verdadero punto de encuentro para los surfistas de la región. Nos
estábamos bañando un poco lejos del borde cuando una ola nos sumergió
completamente. Las grandes olas nos empujaron hacia alta mar y lo vi luchando. Cada
vez que se acercaba a mí, era inmediatamente arrastrado más lejos. No pude atraparlo,
retenerlo. No pude salvarlo. Murió ahogado y encontraron su cuerpo varias horas
después, a más de dos kilómetros al sur. Hoy día, ya no voy a bañarme en el Atlántico.
Es demasiado duro para mí.”
Aquí, vemos la intervención de las instancias psíquicas para proteger al individuo en caso
de eventos marcadores y desestabilizantes, fuente de remordimiento permanente y de
otras preocupaciones mentales fuera de sí, alimentadas permanentemente por un
sentimiento de culpa, de remordimiento o de arrepentimiento. En psicosomática, estas
instancias privilegian las competencias de un trío protector según un plan de acción bien
preciso, en tres fases, de las cuales la base está representada por una fuente de
conflicto, aún activa hoy en día:
La fuente de conflicto: drama de tipo fallecimiento por ahogo + no pude salvar a mi
amigo de infancia, no pude retenerlo, junto a un sentimiento de culpa.
La represión en fase 1: “imposibilidad de retener a mi amigo” ha sido progresiva o
inmediatamente enterrada y mantenida más o menos en las profundidades del
inconsciente para sacársela de la consciencia. De esta manera, el rol de la represión es
atenuar lo más posible el caudal de esta fuente de conflicto.

El desplazamiento en fase 2: sus preocupaciones son desviadas, desplazadas hacia


otra preocupación, otra cosa o otro tema más soportable mentalmente, incluso si es la
fuente de cuestionamientos conscientes.

La proyección en fase 3: el proyector del pensamiento se focaliza en “retener las


cosas”, ya que es más fácil ocupar su espíritu con las cosas, los objetos, los lugares, las
fechas y los nombres que con este drama todavía vibrante, más de veinte años después
de que pasara. La proyección hubiese podido dirigir su haz de luz hacia la preocupación y
la defensa de la naturaleza, de los bebés foca, etc. En otros casos de este tipo de drama
por ahogo, encontré igualmente la posibilidad de “reparar” esta tragedia ejerciendo un
oficio muy evocador: ¡salvavidas!

Durante toda vuestra lectura, encontrarán frecuentemente la fuente de conflicto inicial y


ese famoso trío protector en acción. Por lo demás, les propongo un juego psicosomático
simple: entrénense identificando este trío protector en acción en los ejemplos a
continuación, siguiendo su funcionamiento en tres fases, ¡las soluciones se encuentran al
final del enunciado de todos los casos! !Vamos allá!

“Me ata de pies y manos”


Su marido la tiene inmovilizada: No llega nunca a la hora, lo hace todo a regañadientes,
refunfuña de sol a sol, regaña por cualquier cosa, nunca está contento. En resumen, no
me permite avanzar. Esta mujer venía a explorar sus fracturas a repetición y otros males
a nivel de los pies. Nunca se trataba de grandes fracturas, un dedo golpeado por aquí, un
metatarso dañado por allá o un esguince con desgarramiento oseo.

“Me calienta la cabeza”


Esta persona logró aliviar enormemente su migraña cuando respondió a la siguiente
pregunta: ¿qué es lo que más le preocupa en su vida cotidiana, mañana, mediodía, tarde
e incluso noche?
“Es mi hijo. Es delincuente y no logro saber que hace exactamente, tanto más cuanto que
frecuenta una banda de golfos. Pienso en eso sin cesar y tengo miedo que le pase algo o
que se encuentre en medio de algún tipo de tráfico”

“Nadie me arrima el hombro”


Esta mujer de cuarenta y dos años se quejaba de una capsulitis retráctil que le impedía
levantar el brazo. El dolor aumentaba cuando realizaba sus ocupaciones cotidianas,
lavarse, vestirse o peinarse, lo que acarreaba una cierta discapacidad y un sentimiento
de desvalorización, ya que estaba obligada a pedirle ayuda a su marido para poder
hacerlo. “Nadie me arrima el hombro” fue la clave de su rápida curación. “Hago todo en
la casa y nadie me ayuda, ni mi marido, ni mis hijos. A veces, tengo la impresión de estar
ahí simplemente para hacerles la vida más fácil sin ningún tipo de ayuda por su parte.
Pero llegaron las fiestas de navidad del año pasado, y recibimos a mi familia política,
esto fue la gota de agua que colmó el vaso. Lo hice todo sola: las compras, la cocina, la
decoración del árbol de navidad y de la casa, y todos encontraban que era lo natural. ¡Un
poco más y no los hubiese parecido para nada extraño que me disfrazara de Papá Noel!
Al cabo de dos días, estaba simplemente extenuada.”

“Lo tengo atragantado”


Este señor viene por... adivinen: ¡anginas repetitivas! Aún tenía su despido atragantado.
“He trabajado en esta empresa desde hace casi veinticinco años. Tras una
deslocalización, la fábrica cerró a pesar de tener muchas ganancias. No entendimos en
ese instante, pero las sutilezas del capitalismo junto a la rentabilidad y el beneficio como
lema se presentaron a la vista de todos. Ciento ochenta personas despedidas.”

“Tengo un dolor de perro”


Había pronunciado esta expresión tres veces, como si su inconsciente insistiera
especialmente con un tema preciso en donde se encontrara claramente el “dolor” y el
“perro”. Hablándole de esto, un gran emoción se manifestó: “aún no he aceptado la
muerte de mi perro. En realidad, yo misma tomé la decisión de eutanasiarlo, ya que
sufría demasiado y nadie se atrevía a hacerlo.” Este episodio se había inscrito en su
memoria de esa manera, acompañado por el sentimiento de culpa aún activo, pero en
silencio.

Variación en torno a “ver”


Este señor animaba la segunda parte de una conferencia sobre las memorias familiares
transgeneracionales, vistas desde un ángulo más psicoanalítico. Por mi parte, había
desarrollado este tema justo antes, bajo un ángulo psicosomático. Escuché a este colega
con mucha atención y constaté que había pronunciado varias veces el verbo “ver”
utilizando variantes como “ustedes ven”, “hay que ver”, “lo han visto”, “se puede ver”,
etc. Hablé de esto con uno de los colegas que lo conocía muy bien. “Es normal, cuando
tenía ocho años, vio a su madre suicidarse tirándose por la ventana.”
Ahora, he aquí el testimonio de dos curaciones textuales típicas: el de las señoras
“costado derecho” y “dedo del pie”.

Señora Costado Derecho


Conocí a la señora Costado Derecho durante una conferencia que daba en París. Se me
acercó y me contó con mucho entusiasmo:
“Me dolía el costado derecho de la espalda, justo debajo de las últimas costillas. Esto
había durado meses y meses. Era tan grande el dolor que me sentía obligada a dejar de
respirar un momento para que se me pasase. Usted se puede imaginar que consulté a
todos los médicos posibles, poseo una colección extensa de radiografías en mi museo
médico.
Por supuesto, los masajistas kinesiterapeutas, los osteópatas e incluso un curandero me
vieron también. Los tratamientos tampoco surgieron ningún efecto.
Hasta que me encontré con su libro que me abrió el espíritu y seguí sus consejos
analizando lo que pudo haber ocurrido justo antes de la aparición de los dolores. A esto
sucedió una gran toma de consciencia junto a muchas emociones que calificaría de
desagradables. Los dolores desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, como por arte de
magia. Sentí algo que escurría a lo largo de mi espalda, como si se tratara de una
especie de pelota llena de agua que se estuviese desinflando. Paso a contarle la historia
que creo puede interesarle en sobremanera, estoy segura.
Llevaba una de las cinco boutiques de prét-à-porter de lujo que tenía mi hermano en una
ciudad turística frecuentada esencialmente por turistas extranjeros, estadounidenses
entre otros. Confiaba plenamente en mí y todo funcionó bien durante varios años.
Después del 11 de septiembre 2001, todos los comercios vieron sus ganancias disminuir y
varios de ellos tuvieron desgraciadamente que cerrar. Mi hermano se resignó a este final
infeliz y se quedó con una sola tienda, para él y su mujer, despidiendo a la vendedora.
El resultado para mí, que personalmente pensaba que iba a sustituir a la vendedora, fue
que me puso literalmente de patitas a la calle, sin miramiento alguno. Fue mi “psico-
choque desestabilizador”, ya que no me lo esperaba para nada. Analicé mis sensaciones
en ese momento preciso y una expresión salió instantáneamente de mi memoria: ¡me
sentí traicionada y acababa de recibir una verdadera puñalada en la espalda!”

Señora Dedo del pie


“Practico mucho deporte y me gusta especialmente la danza Modern-jazz. Existe un punto
que no había logrado dilucidar antes de leer su libro sobre “el yacente”. Cuando hacía los
ejercicios de equilibrio, lograba sin problema mantenerme derecha si los realizaba con la
planta del pie en contacto con el suelo. Pero, algo curioso e intrigante a la vez, me era
imposible mantenerme de pie cuando lo hacía con la punta de los pies. Ni la profesora de
danza entendía. Luego, me interesé por el Transgeneracional y busque en mi árbol
genealógico si había algo que podría estar detrás de todo esto. Estoy relacionada
directamente con un tío que falleció de cáncer: un melanoma maligno, el cáncer del lunar
que había empezado en el dedo del pie antes de propagarse por todo el cuerpo. El
hermano de mi madre tenía apenas cuarenta y dos años. Me produjo un choque, ¡pero
fíjese bien! Una semana después, ya no tenía más problemas de equilibrio en la punta de
los pies, ¡y esto ocurrió hace tres años!” Esta historia, contrariamente a las precedentes,
hace intervenir una memoria conflictiva familiar heredada por la paciente. Vayamos más
lejos en este sentido y terminemos por un clásico en Psicosomática Clínica: los problemas
pulmonares como el asma, la insuficiencia respiratoria, el enfisema o incluso la dilatación
de los bronquios. ¡Cuántos casos clínicos han sido resueltos gracias a esta nueva lectura
de la enfermedad! Hemos encontrado a menudo una fuente de conflicto
transgeneracional en donde se activa aún hoy en día una memoria conflictiva, por
ejemplo, de la primera guerra mundial, durante la cual muchos soldados fueron gaseados
en las trincheras.
He aquí las soluciones al juego psicosomático propuesto más arriba, verán que la
psicosomática tal y como yo la concibo no es para nada difícil de entender y menos de
integrar.

Solución del juego psicosomático


La fuente de conflicto, el trío protector y el motivo de
consulta
“No pude retener a mi amigo, se ahogó delante mío” se convierte en problemas de
memoria, “no puedo retener nombres, cosas, etc.”.
“Mi marido me ata de pies y manos, se convierte en patologías a nivel del pie.
“Preocupación por mi hijo” se convierte en migraña, “me calienta la cabeza”.
“Nadie me arrima el hombro” se convierte en dolor de hombro.
“Paro atragantado” se convierte en anginas repetitivas.
“tuve que eutanasiar mi perro enfermo” se convierte en “dolor de perros”
“Vi a mi madre suicidarse saltando por la ventana” se convierte en utilización
repetitiva del verbo ver y sus derivados.
“puñalada por la espalda simbólica de mi hermano” se convierte en dolor a nivel del
costado derecho.
“Memoria de fallecimiento de mi tío debido a un melanoma del dedo del pie” se
convierte en la generación siguiente en problema en el dedo del pie.
“Gaseado en las trincheras en la primera guerra mundial” se convierte varias
generaciones después en problemas pulmonares.

¡Sí, el cuerpo habla! Cuántas veces he escuchado esta frase a propósito de un cáncer del
colón, del páncreas o del estómago. “Sentí como una puñalada en el vientre”, “un
pinchazo”, “un puñetazo”, “un dolor” o “una tensión en el vientre”. Estas frases están
generalmente acompañadas por un gesto de la mano que muestra el abdomen. Aquí, el
impacto corporal se puede poner fácilmente en paralelo con la enfermedad.
Los “me quede sin voz”, “ se me cortó la palabra” o “mi voz cambio en ese momento” nos
orientan, en un primer momento, hacia la temática de la laringe, especialista de la
gestión psicosomática de los miedos “exacerbados”, los espantos. En otro ámbito
completamente distinto, otros temas se pueden relacionar con la voz: los secretos
familiares, un cordón umbilical alrededor del cuello, las asfixias, los ahorcamientos, entre
otros. En los cánceres del seno, en varias ocasiones he escuchado “sentí como una
puñalada en el pecho”, “una punzada” o, mucho más explicito “un verdadero agujero en
el seno, como si una bala de fusil me hubiese atravesado el pecho”.

Una mujer se expresó de la manera siguiente. “Mi compañero decía siempre que tenía
unas “bolas a nivel de la garganta”. Hace un mes, le descubrieron unos ganglios enormes
a nivel del cuello. Por mi parte, siempre digo que me hago “mala sangre” por todo: los
hijos, mi marido, el trabajo o mi familia. Adivine por qué vine a pedirle ayuda.” Una
enfermedad sanguínea, respondí. ¡Había ganado!
Les dejo adivinar la patología inducida por otras expresiones en donde las palabras
utilizadas para describirse son, de hecho, solamente una traducción indirecta del
contenido de nuestra historia conflictiva: “Me han herido”, “no sé que me pasó, se me
cruzaron los cables” o “lo tengo en la piel”

Observación 1: en la mayor parte de los casos, el lenguaje simbólico aparece en


primer lugar. Es así que la Señora Costado Derecho nunca ha recibido una verdadera
puñalada en la espalda. Así mismo, el Señor me pica no tiene bichos en la cabeza.
Veremos que nuestras instancias psíquicas se vuelven locas con este tipo de lenguaje
simbólico al accionar los procesos de conversión. Continuemos nuestra demostración, si
me lo permiten.

Observación 2: ¿Sabía usted que se ha constatado que los pacientes afectados por
enfermedades psiquiátricas graves como la esquizofrenia, el autismo y los importantes
retrasos psicomotores, no presentan ninguna enfermedad orgánica como un cáncer o una
esclerosis múltiple placas, entre otras?

A pesar de estas evidencias y aún siendo evocadas a menudo en la teoría y en la práctica


médica clásica, las influencias psíquicas eran frecuentemente dejadas en segundo plano:
“aquello puede influenciar, ¡pero jamás estar en el origen de una enfermedad!” he
escuchado esta frase un sin número de veces. Para mí, la influencia psíquica sobre
nuestro cuerpo en el origen de una enfermedad o de un trastorno del humor es
innegable, y la respuesta a las próximas preguntas especificará aún más mi pensamiento.

En todos los casos, algo es seguro: por una parte, existe un lazo seguro entre una
problemática psíquica, mental y la enfermedad, poniendo así en evidencia un verdadero
enigma, al cual tantos investigadores han dedicado su vida. Por otra parte, esta
problemática, consciente o no, está muy a menudo relacionada con una fuente de
conflicto aún activa hoy. Ponerla en evidencia representa el primer paso hacia su
resolución y por lo tanto, hacia su curación.

¿Psíquico, psicología y psicoanálisis?


De una “insatisfacción constitucional básica”, desde 1980 e incluso antes del final de mis
estudios médicos, mi recorrido me ha llevado hacia varias escuelas que destacan otras
maneras de ver la enfermedad. Todas mencionaban la noción de “terreno” y una frase
célebre fue pronunciada muchas veces por los diferentes formadores:

“En medicina, la enfermedad no es nada,el terreno lo es todo”

Sin querer hacer un inventario de todos los diferentes tipos de terrenos, descubrí por fin
el terreno psíquico en 1992... en la facultad de medicina, en un curso de medicina
psicosomática y terapias de relajación, seguido de una formación en terapia de
mediación corporal de inspiración psicoanalítica. Esos cinco años estuvieron dominados
con mano de hierro por psicoanalistas y psicólogos clínicos. La teoría enseñada se basaba
esencialmente en los pensamientos del maestro de la materia – Sigmund Freud - y de sus
sucesores. Muchos casos clínicos han sido analizados exitosamente gracias a estas
teorías de más de cien años, aún vigentes hoy en día. En psicología clínica o en
psicoanálisis, el terreno psíquico se limita casi exclusivamente al estudio de la primera
infancia, en donde se juega, en gran parte, el porvenir psíquico del individuo durante las
determinantes y diferentes etapas de la estructuración de la personalidad. Salvo raras
ocasiones, es siempre este pensamiento el que prevalece en la enseñanza oficial actual.

Yo creo que es innegable que en el desarrollo de la infancia puede estar al origen de un


trastorno psicológico en el adulto. En cambio, a nivel de la enfermedad, mi experiencia
no me permite ya defender esta postura. Por supuesto, todas y todos estamos
influenciados por el terreno familiar en el que nos desarrollamos, pero de ahí a afirmar
que una esclerosis múltiple, un cáncer de vejiga, una poliartritis reumatoide y la mayor
parte de las otras enfermedades no podrían ser explicadas sólo por un desarrollo
conflictivo durante nuestro desarrollo psicoafectivo infantil, esto está ya desfasado. Por
esto, suelo utilizar más habitualmente el término psíquico que psicológico o psicoanálisis.
Psíquico, por definición, describe todo lo relativo al espíritu, la mente y el intelecto.
Veremos que una enfermedad está más bien relacionada con un trastorno a nivel del
espíritu, este a su vez, relacionado con episodios de la vida cotidiana, como ya he
descrito en los primeros ejemplos.

¿Del espíritu hacia el cuerpo o del cuerpo hacia el


espíritu?
Este debate aún está vigente, desde hace no sé cuanto tiempo. La influencia del cuerpo
enfermo sobre el espíritu, la mente o la moral es real y no la pondría en duda jamás. Por
ejemplo, apenas un diagnóstico desfavorable es anunciado, ¡ciertas personas se
desmoronan! Así mismo, en los casos menos graves, la lentitud de la convalecencia o de
la eficacia de los tratamientos afecta mucho la moral. Aquí, el rol del practicante se limita
a menudo al acompañamiento y al apoyo.

Para mí, existen enfermedades de las cuales el factor psíquico se sitúa en un primer
plano y es muy probable que su influencia haya podido incluso activar la enfermedad.
Aquí, una terapia de fondo es la indicada, y la pregunta siguiente nos ayudará a ver más
claro dentro de este laberinto.

Entonces ¿la enfermedad, es psíquica o no?


Para responder lo más precisamente posible a esta pregunta fundamental, prefiero, para
empezar, contarles una historia llena de enseñanzas.

Señora Dolores Óseos


Esta joven recepcionista de cuarenta y siete años que trabaja en una gran empresa
multinacional sufre de dolores óseos difusos y casi continuos. Debido a que todo el día
está sentada o de pie, hoy no puede seguir trabajando, ya que se ve obligada a
acostarse durante horas para aliviar sus dolores. Incluso los antiinflamatorios ya no son
realmente eficaces. El paso a anti-dolores más fuertes – como los morfínicos, entre otros
– no es recomendable, ya que podría implicar una dependencia permanente. Cansada de
todas sus consultas, me somete su caso para que le ayude a poner en evidencia ciertos
factores psíquicos que puedan, por una parte, explicar los posibles orígenes de sus
dolores y por otra, actuar para influenciarlos positivamente, a saber, atenuarlos y, por
qué no, hacerlos desaparecer. Se encontraba muy dispuesta a explorar psíquicamente sus
dolores, lo que me alegró porque me permitía entrar en la terapia sin previamente
“venderle” mi manera de ver las cosas.

Después de las formalidades – identidad completa, edad, fecha de nacimiento, profesión,


teléfonos –, siguió un largo discurso descriptivo en el que mencionó con precisión su
aparición, su evolución, ciertos factores como el clima, la estación, etc. A pesar de la
atención que le prestaba, no lograba determinar algunos puntos precisos para encontrar
una vía de exploración satisfactoria.
De golpe, pensé en un eventual trastorno del equilibrio ácido-básico, tan apreciado en
los naturópatas, y que podía corresponder bastante bien a los síntomas. Me explico. A
veces, en las enfermedades óseas especialmente, el sólo hecho de estar en acidosis
puede provocar tales fenómenos. Normalmente, nuestro pH sanguíneo es neutro –
comprendido entre 7,38 y 7,42 – y nuestra fisiología trata de mantenerlo pase lo que
pase, eliminando ciertos metabolitos en las urinas cuando está muy alto, por razones que
sería inoportuno y complicado explicar aquí. En ciertos casos, esta hiperacidez tiene una
cierta influencia a nivel de los huesos. Entonces, después de haberla escuchado, le
propuse algo que podría acortar bastante la terapia: medir su pH urinario en la mañana
al despertar, ayudada por bandas reactivas que se venden en las farmacias. El valor
normal está cerca de 7,5. Lo primero que hay que hacer, y solamente si el pH se sitúa
por debajo de las 6 unidades, es tomar unas substancias naturales alcalinizantes que se
encuentran fácilmente en los negocios dietéticos, esto dos veces por día durante un mes.
Este tratamiento de ataque se acompaña por un tratamiento de fondo naturopático que
privilegia los consejos dietéticos que un especialista entrega para la ocasión. Si esto no
da resultados, trataremos en una segunda instancia de explorar completamente su
historia bajo el ángulo psicosomático.

Confieso haber percibido un verdadero sentimiento de extrañeza de su parte, ya que se


esperaba seguramente otro cosa, sobre todo después de haber recorrido más de
docientos kilómetros para venir. Dos días después me llamó por teléfono y me dijo que
su pH urinario andaba cerca de las 5 unidades. Le aconsejé entonces, un producto que
debía tomar regularmente durante un mes. Los resultados a nivel de sus dolores se
revelaron más que prometedores. En efecto, desde la primera semana de este
tratamiento natural, se aliviaron en más de un 30%. Al cabo de un mes, habían bajado
casi un 60%, haciéndole la vida más agradable. Al cabo de dos meses, se habían
atenuado lo suficiente para que retomara su trabajo. Y no necesité volver a verla.

Una buena introducción ¿no les parece? Mis años de práctica cotidiana me permiten
presentar el siguiente esquema que menciona algunos posibles orígenes. Para empezar,
podrán darse cuenta que pueden existir otros orígenes, que los investigadores del mundo
entero seguirán descubriendo en el futuro, y en todos los campos. Luego, y muy
esquemáticamente, para una enfermedad precisa, existe un cierto número de causas que
están presentes en una proporción variable. De esta manera, está comúnmente admitido
que para una diabetes, una malformación o una miopatía, el factor genético o congénito
es predominante. Para una gripe, un resfriado, los factores microbianos y meteorológicos
se posicionan generalmente antes de la genética o la alimentación. Para una enfermedad
reumática, los factores genéticos, climáticos y alimenticios están muy por delante de lo
psíquico y así sucesivamente.
Mi posición, apoyada en todos mis años de práctica en Psicosomática Clínica, es bastante
precisa: el factor psíquico está presente en la mayoría de las enfermedades y en
proporciones muy variables, entre 1 y 100%, y no le corresponde al practicante
determinarlo durante la primera consulta. A menudo, es la persona misma que lo
evaluará en función de lo que siente cuando se encuentra en lo más profundo de sí
misma.

¿Podemos sanarnos ayudados por la Psicosomática


Clínica?
Si el origen psíquico de la enfermedad es preponderante, la respuesta es
completamente afirmativa, dan testimonio de esto los numerosos casos de mejorías y de
restablecimientos clasificados, de los cuales algunos se relatan en este libro. Todos los
ingredientes que conciernen a este tema están expuestos en las últimas páginas: el
método a seguir y los consejos terapéuticos.

La Psicosomática Clínica: ¿para quién y para qué?


La Psicosomática Clínica no se centra en tal o cual especialidad de la medicina o de la
psicología, ya que apuesta por una nueva manera de ver el funcionamiento general de
los seres humanos. Por esto, interviene en muchos ámbitos, en el sentido de tomar
progresivamente un lugar tanto en la medicina como en las ciencias humanas. En este
libro, el aspecto médico es primordial, sin olvidar algunos aspectos psíquicos.
De la respuesta anterior, deduciremos que esta disciplina se dirige a todo el mundo en
general, pero está destinada especialmente a todas las personas que deseen explorar su
propia historia y la de sus ancestros para poner en evidencia ciertos factores psíquicos
que pueden estar en el origen de una problemática física o mental, o que puede
influenciarlos fuertemente.

Siempre ligada al cuerpo médico o al hospital, acompaña a las personas afectadas por
una enfermedad orgánica junto a su cortejo de signos clínicos debidos a lesiones
reales. Interviene igualmente en la vasta categoría de las llamadas enfermedades
funcionales, sin problemas orgánicos comprobados, “que sólo existen en la cabeza”
como dicen a menudo los médicos. Su campo de acción abarca también los trastornos
del comportamiento y los cuestionamientos existenciales. Finalmente es útil en la
prevención, antes que aparezcan los malestares del cuerpo y del espíritu.

En la práctica, los enfermos que recibo ya han pasado por el vía crucis de la medicina.
Póngase en el lugar de una persona afectada por una enfermedad crónica incurable o
mortal, ¡a quien ya no le queda mucho tiempo! Busca por todos los medios una solución
curativa y eficaz o, dentro de lo posible, atenuar sus sufrimientos. Así, la exploración de
un resfriado, de una gripe, de un malestar digestivo pasajero es muy rara. En cambio, las
esclerosis múltiples, la enfermedad de Parkinson, los cánceres de todo tipo, las
enfermedades reumáticas crónicas, las alergias rebeldes, los cuestionamientos
existenciales, los desórdenes amorosos y las depresiones, representan la mayor parte de
mi actividad diaria.

Agradezco a todos estos pacientes, ya que me han permitido efectuar mis investigaciones
clínicas y gracias a ellos nació la Nueva Psicosomática. Para terminar, los numerosos
testimonios me permiten escribir que desde el comienzo de mi carrera profesional como
médico en 1983, nunca había constatado tantas claras mejorías y restablecimientos. Es
por eso que la Psicosomática Clínica se transformó progresivamente en una especie de
compañera que nunca he dejado ni traicionado. Para exagerar un poco, ¡ya no podré
dejarla nunca! Es una verdadera historia de amor, concretizada por una decena de libros
especializados, en donde ésta musa aparece en cada linea. La ambición de este libro es
presentárla de una manera simple, para que ustedes puedan admirarla como lo hago yo
cada día. Un último consejo: nunca es demasiado tarde para hacer una revisión
psicosomática de su vida, su enfermedad o su trastorno existencial.

La Psicosomática Clínica: ¿en qué se inspira?


Varias disciplinas se asocian para constituir la Psicosomática clínica, éstas pertenecen
tanto a las ciencias psíquicas y humanas como a la medicina en un sentido amplio,
convencional o no. Algunas son conocidas, otras mucho menos. Comencemos por las
primeras.

A nivel médico, varias materias poseen ámpliamente su lugar:


la biología, la biofísica y la bioquímica.
la anatomía describe la estructura del cuerpo humano,
la semiología: estudio de los signos clínicos,
la fisiología y la fisiopatología estudian el funcionamiento normal y las disfunciones
del organismo,
la histología y la histopatología: estudio de los tejidos normales y de los tejidos
dañados.

Todas nos ayudarán a formular hipótesis acerca de los significados psicosomáticos de los
signos clínicos, como veremos más abajo. Verán que no hay lugar para la terapéutica
médica: quimioterapia, radiación, etc., ya que es asunto de especialista.

A nivel psíquico, el gran maestro de la disciplina está representado por el señor


Inconsciente! Aquí, hay que agradecer a Sigmund Freud en primer lugar, aunque el
inconsciente se conociera un poco antes de él. Freud tiene el mérito de haber puesto en
evidencia su presencia y sobre todo su preeminencia en nuestro funcionamiento
psicológico general. Este inconsciente puede ser calificado de personal o de individual.
Pasó una gran parte de su vida labrando el campo de las neurosis, de lo que se
desprende la noción de conversión histérica, emitió también, entre otras, ciertas hipótesis
respecto a los orígenes psíquicos de las enfermedades junto a la noción de conversión
somática. Por nuestra lado, utilizaremos sólo una parte de su teoría, la metapsicología,
transformada rápidamente en el psicoanálisis. En cambio, no utilizaremos su práctica, así
que no habrá ni diván ni consultas en donde el practicante se queda mudo. Con Freud,
podemos dejar de lado otras grandes figuras del mundo de la psicología de las
profundidades:

C.G Jung ha estudiado especialmente nuestro funcionamiento arquetípico en relación


con una interdependencia de todas las especies vivientes entre ellas y el universo,
llevándolo a la noción fundamental de inconsciente colectivo.

W.G. Groddeck, el psicoanalista salvaje es considerado como el padre de la


psicosomática. Lo veremos muy pronto.

Aquí, quisiera rendir un homenaje a Sandor Ferenczi, contemporáneo de Freud y uno


de sus primeros compañeros. En un libro titulado “Thalassa”, escrito en 1913 y publicado
en 1922, escribió ni más ni menos lo que la Psicosomática Clínica realiza en parte hoy en
día.
Ferenczi nos pone frente a lo que vive obscuramente en nosotros desde la noche de los
tiempos, a lo que está inscrito en nuestro cuerpo, en nuestros gestos, en nuestros mitos.
Biología, historia natural, embriología, fisiología, se llenan de significado que nos
relacionan con el pasado más lejano de nuestra especie... tratará por encima de todo, lo
que Freud no hubiese jamás osado emprender, la integración de la biología en el
psicoanálisis. Nosotros utilizamos nuestro cuerpo para la simbolización, como el artista
utiliza sus materiales para crear la obra de arte. En los dos casos, se trata de
“materializar” como por arte de magia, unos deseos reprimidos. Esto es imposible, ya que
nuestro cuerpo funciona de entrada como un lenguaje... aun cuando nuestro cuerpo es
lenguaje original, los significados básicos sólo pudieron atribuírsele por una simbolización
mucho más original, llevada a cabo en la filogénesis, debida a los traumatismos y a las
privaciones que afectaron a la especie... una ciencia nació: el psicoanálisis de los
orígenes o bioanálisis del cual las iniciativas de exploración serían: observar los hechos a
la manera de las ciencias clásicas, interpretarlos de un modo psicoanalítico, volver a los
hechos con las hipótesis obtenidas de esta manera.

Pasemos a las disciplinas mucho menos conocidas, por lo tanto más originales.
La decodificación biológica sale directamente de la teoría de la Nueva Medicina del
doctor Hamer, descubierta fortuitamente luego de circunstancias dramáticas, el asesinato
de su hijo en 1979. Sufrió la aparición de un cáncer de testículo y él relacionó
genialmente éste hecho con la perdida de su hijo. En efecto, la perdida de un hijo es lo
más grave en la vida de un padre y una forma de “resucitarlo simbólicamente” es
estimular la fisiología de los testículos, el órgano de la reproducción.

Además, en su teoría general, de cierta manera y sin saberlo, tomó el relevo de C.G. Jung
y de Sandor Ferenczi al descubrir una gran parte de nuestro funcionamiento arcaico,
biológico en un sistema global que incluye la interdependencia de todas las especies
vivientes – animales, plantas y humanos. Puso en evidencia un código de
comportamiento y de funcionamiento general en la naturaleza y sobre todo cuando se
ven enfrentadas a conflictos en donde su supervivencia está amenazada. De esta
manera, la enfermedad representa una solución biológica y arcaica de supervivencia. Esta
teoría consta de cinco leyes distintas, pero la Psicosomática Clínica sólo retomará la
última, que desarrolla el sentido biológico de un síntoma, y el inicio de la primera
respecto a ciertos modos de activación de las enfermedades. En cambio, la experiencia y
la experimentación clínicas me han empujado a no utilizar las otras.

Marc Fréchet, un psicólogo clínico, puso en evidencia, a partir de los años 70, dos
nociones fundamentales: por una parte, la existencia de un funcionamiento cíclico
inconsciente: los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados. Por otra parte, planteo toda
una serie de reflexiones a propósito de nuestra gestación o más bien, del entorno
emocional, psíquico y de los eventos sucedidos cuando estamos en el vientre de nuestra
madre: el Proyecto/Sentido.

La psicogenealogía o el transgeneracional toma cada vez más importancia en la


práctica cotidiana. Estudia las posibles influencias de la historia familiar sobre varias
generaciones, pudiendo programar ciertas enfermedades. A veces, el paso por el estudio
de la dinámica familiar es indispensable. Aquí, María Torök y Nicolas Abraham
inauguraron las investigaciones clínicas en este sentido a partir de los años 70/80 y es
Anna Ancelin Schutzenberger quien estableció las bases de esta disciplina al publicar un
libro clave “¡Ay! Mis antepasados”.
Finalmente, la investigación clínica de vuestro servidor y sus amigos, junto a la
publicación de libros especializados y a las formaciones enriquecen regularmente la teoría
básica a fin de penetrar aún más en los misterios de la influencia del espíritu sobre el
cuerpo.

La Psicosomática Clínica: ¿por quién y cómo?


Los diversos testimonios recibidos muestran que es posible avanzar en su propio camino
de evolución personal gracias a un libro como este. Ya es un primer paso, para nada
despreciable. En cambio, el establecimiento de un diagnóstico psicosomático preciso,
indispensable para el acompañamiento de un enfermo, necesita la intervención de un
profesional correctamente formado en esta disciplina.

La técnica terapéutica utilizada consiste, al comienzo, en una psicoterapia de tipo “cara a


cara”, la frecuencia de las sesiones se ajusta en función de cada caso. Por ejemplo, el
seguimiento de una persona enferma de cáncer no será seguramente para nada idéntico
al de una persona que presenta un desorden amoroso. La duración de la terapia depende
igualmente de un gran número de factores que es imposible detallar aquí, pero de una
manera general, y contrariamente a la psicología clínica a al psicoanálisis, la
Psicosomática Clínica forma parte de la categoría de la terapias breves. Como me decía
un paciente afectado por un cáncer con una esperanza de vida de seis meses – un año:
“¡No tengo cinco años para dedicarle a mi cáncer!”.

A veces, unas técnicas psico-corporales y psico-emocionales se utilizan en función de los


casos clínicos y sobre todo en caso de resistencias.
Sin duda, los casos de restablecimiento o de clara mejoría amplifican una simple
constatación: la enfermedad está ampliamente ligada a una emoción reprimida,
encerrada en nuestro inconsciente y constituida a partir de eventos precisos
desestabilizantes de nuestra historia personal y/o familiar. La primera etapa de la
terapéutica consiste, en la mayoría de los casos, en facilitar su emergencia en plena
consciencia a la hora de una consulta. Esta puesta en consciencia puede ser igualmente
retardada después de la entrevista o facilitada mediante varias técnicas adaptadas al
caso. En una segunda etapa, una palabra clave ocupará todo el espacio del
restablecimiento: la aceptación de nuestra historia personal y familiar, ¡con serenidad por
supuesto!

La Psicosomática Clínica y las otras terapéuticas


Como sólo explora el aspecto psicosomático de la enfermedad, nada impide a una
persona que siga igualmente un tratamiento quimioterapéutico, que tome pastillas
homeopáticas, que se haga pinchar por un acupuntor, que tome aceites esenciales, que
siga un régimen alimenticio o que le hagan un masaje. En cambio, solamente un médico
está legalmente habilitado para examinar a un paciente, para prescribir exámenes
complementarios a fin de establecer un diagnostico médico, para instituir un tratamiento,
para prescribir medicamentos y para seguir la evolución de su enfermedad. A partir de
este principio claro, preciso y conciso, el practicante en Nueva Psicosomática, si no
pertenece al cuerpo médico, sólo interviene en el aspecto psíquico de la enfermedad, y si
es posible, junto al médico tratante. En ningún caso, aconseja a su paciente acerca del
tratamiento instituido. Interviene de la misma manera si el paciente utiliza otra terapia o
técnica, más o menos convencional.

La Psicosomática Clínica resumida en algunas frases,


¿es posible?
Es un ejercicio peligroso, ¡pero ahí voy!

A nivel teórico, una enfermedad nunca aparece por azar.


La Psicosomática Clínica, con una gran fineza de lectura, explora la historia general de la
persona afectada y aquella de sus ancestros para buscar diferentes factores específicos y
determinantes, especialmente problemáticos, capaces de intervenir en su activación y en
su programación de una manera a menudo inconsciente.
Entre estos diferentes factores, el aspecto emocional es primordial. De una manera
general, la enfermedad está estrechamente relacionada con una o varias emociones
reprimidas y reducidas al silencio después de su constitución. Estas emociones no
expresadas en el tiempo indicado y aún activas hoy, han sido imprimidas, a nuestras
espaldas, en nuestro diario íntimo por nosotros mismos desde nuestro nacimiento o
mucho antes, por nuestros ancestros, condescendientes a pesar de todo.

A nivel terapéutico, la Psicosomática Clínica puede ser comparada a la de un rayo láser


que puede abrir el cerrojo de nuestro cofre fuerte interior en donde están reprimidas las
emociones que acompañan los episodios desestabilizantes de nuestra historia. Su puesta
en evidencia y el acompañamiento terapéutico individualizado facilitan su emergencia en
la consciencia. Finalmente, autorizarse en plena consciencia a retomar nuestro presente,
aceptando con serenidad lo que no se pudo aceptar en nuestro pasado, representa el
camino más corto de la paz interior que nos conduce hacia el de la mejora y hasta el del
restablecimiento.
Empecemos por el principio: antes de desearles buen viaje y muchos descubrimientos
útiles para usted mismo y sus parientes, me gustaría terminar esta introducción citando
una paciente que se sanó de una esclerosis múltiple. Esta frase es la base de la
Psicosomática Clínica y representa perfectamente lo que yo pienso al respecto.

¡Es más fácil sufrir en su cuerpo


que sufrir en su espíritu!
PRIMER PRINCIPIO
La enfermedad es una solución biológica
paliativa y transitoria
esperando la resolución
de la actividad conflictiva original
¿Cómo llegar a la formulación de este primer y sorprendente principio? Las tradiciones
antiguas nos dicen que la naturaleza es el más grande de los médicos y de los
farmacéuticos. Hay en ella todo para enfermarse ¡y todo para mejorarse! De esta
manera, estudiar de cerca su funcionamiento así como el de las especies que la pueblan
puede revelarse muy instructivo y útil en nuestra iniciativa.

Este primer principio pone en relieve el funcionamiento arcaico de los seres vivos –
animales, vegetales y humanos – y describe tres leyes de funcionamiento: vivir la mayor
cantidad de tiempo posible en la tierra, el equilibrio general psíquico y fisiológico y las
soluciones biológicas de supervivencia.

Primeramente, en la naturaleza predominan los instintos de supervivencia y todas las


especies están implicadas en ello. De este postulado básico, del cual las especies
dependen, aparece una especie de código arcaico de funcionamiento, comportamental –
poniendo en relieve sus actos en la vida cotidiana – y biológico al mismo tiempo, en
relación con su fisiología celular y orgánica. Figura aquí en buena posición un sistema
general de protección que garantiza su supervivencia, psíquico y biológico al mismo
tiempo. Así, sin saberlo, somos permanentemente asistidos en nuestro funcionamiento
cotidiano, tanto en el estado llamado normal o habitual, cuando todo va bien en nuestra
vida, como en los casos extremos en donde su acción es mucho más visible. Veamos todo
esto más detalladamente.

Sin saberlo funcionamos bajo el escudo de varias leyes naturales y el bienestar de hoy en
día nos hace regularmente olvidarlo. ¿Cuáles son? Vayamos a ver la primera escena de la
película llamada Al encuentro de las leyes naturales de supervivencia.

Funcionamiento arcaico de los seres vivos


las leyes de supervivencia de las especies y
del individuo
Existe en la naturaleza una especie de código de comportamiento general de todos los
seres vivos, predominado y dictado por las leyes de supervivencia de la especie, que
prevalecen sobre aquellas del individuo. Habló del instinto de conservación, de
supervivencia. Entre todas estas especies, la observación de los animales y de las
plantas representa un punto de partida interesante por más de una razón.

A nivel vegetal, las plantas han puesto a punto estratagemas fisiológicos increíbles
para sobrevivir, sobre todo en los casos extremos. Ciertos árboles, como no pueden huir
en caso de peligro, sobrepasan los limites soportables para su supervivencia y producen
un verdadero veneno mezclado a su savia a fin de repeler el ataque de muchos
predadores hambrientos. A penas empieza la comida, viendo el final aproximarse debido
al gran número y a la intensidad de los mordiscos, antes de sacrificarse, los primeros
árboles afectados advierten a sus congéneres propagando en la atmósfera cercana un
gas específico, el etileno. Este último actúa como un auténtico mensajero aéreo que
contiene una especie de código de socorro que cada vegetal de esta especie conoce de
memoria. Advertidos de esta manera, empiezan rápidamente a fabricar este veneno a fin
de no terminar como sus colegas. Los primeros árboles atacados se sacrifican para
salvar la selva en su conjunto. Este veneno es secretado activamente durante los
primeros minutos y su tasa a nivel de la savia debe al mismo tiempo disuadir a los
predadores y preservar la integridad del vegetal. Si todo ocurre como se espera, su
producción se detiene a penas se acaba el ataque, ya que tampoco sobreviviría debido a
la auto-intoxicación. En el caso contrario, se muere por haberse defendido demasiado y
haber sido devorado por los predadores herbívoros.

En total, dos elementos importantes y una observación se posicionan en los casos


extremos de supervivencia: el primero es más bien comportamental junto a la noción
de sacrificio del individuo por el conjunto de su especie y el segundo es más bien
fisiológico junto a la existencia de una solución biológica de supervivencia materializada
por la secreción de un veneno disuasivo. Hay otra observación que tiene que ver con esta
famosa e ingeniosa solución: se instala mientras la supervivencia de la planta sea
amenazada. Por esta razón, podría ser calificada como solución paliativa y
transitoria, esperando la resolución definitiva de la problemática de
supervivencia.

Me acuerdo igualmente de una discusión con un viejo campesino que me encontré


durante un paseo primaveral en el campo de Cahors, en mi pais.

Ve ese gran y viejo árbol! Debía morir el año pasado con las heladas y ser abatido este
invierno ya que no daba más fruta desde hacía varias temporadas. Encontró la forma de
reproducirse antes de morir, ya que varios brotes aparecieron a sus pies este año. No es
tan increíble, ya que él también, al ver venir sus últimas horas, deseó seguramente dejar
una huella antes de partir definitivamente.

La etología, que estudia el comportamiento de los animales en su medio natural es


igualmente muy instructiva y también pone en evidencia este famoso código de
comportamiento. El ejemplo más impresionante está representado por el
comportamiento de las gacelas durante un ataque inesperado de sus predadores
favoritos: los leones y las leonas. Estas encantadoras damas deben su supervivencia
solamente a una manera de correr desenfrenada que les hace dar saltos que pueden
dejar pálidos a los pretendientes a la medalla de oro olímpico del triple salto y batir
récords de velocidad que asquean a los corredores de los 100 metros planos. Los
etólogos han observado que en ciertos casos en donde la batalla se presumía muy
sangrienta y con varias pérdidas, una gacela en particular, la más vieja o la menos veloz,
aparentaba quedarse atrás para atraer la atención de los felinos hacia ella, salvando de
esta manera a la mayoría de la tropa. Los investigadores mencionan el termino de
“desequilibrio” para describir su asombroso, pero eficaz comportamiento. Este sacrificio
no se produce por azar. Simplemente, forma parte del código de comportamiento de las
gacelas, elaborado sucesivamente a lo largo de su evolución.

Ahora, visitemos al rey de los animales durante un periodo de gran sequía. Todos los
animales estiran la lengua y se dirigen hacia una pequeña charca en donde hay un poco
de agua estancada. ¡Lo sorprendente es que el león no salta inmediatamente sobre la
gacela que viene a beber a su lado! ¿por qué? Si se la come hoy, se morirá mañana, ya
que este gesto traidor e indecente lo condena inmediatamente a una muerte a corto o
mediano plazo, así de simple: no tendrá más reservas de comida. De hecho,
transmitiéndose la información, ningún otro animal vendrá a colmar su sed en el futuro.
Aquí también vemos en acción el código de comportamiento de los leones en la
adversidad, inscrito en el catálogo de sus instintos, durante toda su evolución.

En la vida doméstica, nuestros amigos veterinarios nos enseñan que los animales
cuidan a veces a su amo contrayendo la enfermedad de su protector. Se deben decir lo
siguiente: “Si mi amo muere de su enfermedad o no puede alimentarme más, yo también
moriré. En cambio, si lo alivio hoy, podré comer aún más tiempo a sus pies o en sus
brazos”. Una vez más, aparece la noción de sacrificio.

En los humanos, yendo más lejos, un psiquiatra había observado un extraño fenómeno:
cuando un niño de una familia estaba mejor, algunos meses más tarde, recibía a su
hermano o a su hermana debido a otra problemática psiquiátrica. El recorrido se hace
rápidamente entre el sacrificio de los arboles para salvar al bosque, el de la gacela para
salvar a sus congéneres, el del animal doméstico para salvar a su amo o el del niño para
salvar... a su familia.
Se dará cuenta que el termino “desequilibrio” sienta perfectamente a todos los casos, en
el sentido literal – desequilibrio físico, pérdida de equilibrio – como en el figurado –
desequilibrio mental, locura. ¿Será posible pensar que un niño afectado por un autismo,
una esquizofrenia, un retraso psicomotor o por cualquier enfermedad psiquiátrica se
sacrifica a fin de proteger a todos los miembros de la familia de una locura? Dentro de un
ámbito similar, demostré este tipo de funcionamiento en el síndrome del yacente en
donde el nacimiento de una persona en particular es inconscientemente programado por
el clan para hacer “revivir” un miembro desaparecido demasiado pronto, del cual el duelo
era imposible de hacer en el momento del drama.
A veces, este sacrificio se hace conscientemente como en ciertos estados extremos de
supervivencia, especialmente en los prisioneros de guerra con los actos de valentía o en
los campos de concentración. Una paciente me contaba la siguiente historia. Mi padre fue
conducido a un campo de concentración en un vagón de animales después de haber sido
denunciado como comunista. Eran catorce en la misma situación. El vagón tenía una
pequeña ventana en lo alto del techo. Uno de los detenidos había llevado con él una
pequeña barra de hierro y, sobre los hombros de otro, forzando, logró abrir la ventana. La
vía estaba libre para todos, salvo para el último, que tenía que sacrificarse para levantar
a su último compañero hasta la ventana. Fue designado echándolo a la suerte. Fue así
que mi padre escapó a los campos de concentración.
En algunas culturas antiguas como la de los Aztecas, el sacrificio estaba instituido
durante las ceremonias oficiales. Estaba concebido como un medio de supervivencia del
pueblo, de la tierra y del universo a través de la energía trasmitida por el corazón
palpitante de un niño sacrificado.
Osemos ir todavía más lejos, saltando del estudio de los comportamientos y de la
psiquiatría a la enfermedad. Para esto, volvamos a observar la naturaleza humana y
estudiemos su comportamiento más bien psicológico en un principio.
El confort y la seguridad en los cuales vivimos hoy en día, nos hacen olvidar la existencia
de nuestro funcionamiento arcaico, representado esencialmente por el instinto de
conservación, el instinto de supervivencia, gracias al cual nuestros ancestros
sobrevivieron en la tierra durante millares de años. ¡Creo que nunca será demasiado
tarde para agradecerles! Este instinto posee sus propias reglas, inscritas sucesivamente a
lo largo de nuestra evolución en una parte de nuestro cerebro, bien protegido, por su
importancia, en el interior de una sólida bóveda craneana. Así, sin saberlo, todos los
seres vivos que “alquilan” un trozo de tierra durante toda su vida y tratan de sobrevivir –
animales, vegetales, humanos –, obedecen naturalmente, sin hacerse preguntas
existenciales, a tres leyes fundamentales que emanan del instinto de conservación:

Primera ley de supervivencia: los seis instantes de nuestro sagrado paso sobre la
tierra para vivir en ella la mayor cantidad de tiempo posible.

Segunda ley de supervivencia: el principio de equilibrio fisiológico llamado


igualmente homeostasis se observa durante el estudio de nuestro funcionamiento
normal, habitual, mientras que no encontremos demasiadas dificultades particulares en
nuestra vida cotidiana. Nuestra fisiología y nuestro psiquismo se concentran en un punto
fundamental: gastar el mínimo de energía para el máximo de eficacia, todo para
sobrevivir.

A nivel fisiológico, sin saberlo y por lo tanto siempre fuera de nuestra consciencia, un
número incalculable de operaciones biológicas, físicas, químicas, electromagnéticas, entre
otras, se efectúan en todo momento a fin de que podamos vivir tranquilamente, sin
preocuparnos por nada. Este rol le pertenece a nuestro sistema biológico de protección,
del cual el cerebro se considera como el órgano central de mando. Éste recibe
informaciones del exterior mediante los órganos de los sentidos y la mente, pero también
del interior gracias a los diferentes captores diseminados en todo el cuerpo, de la cabeza
a los pies. Según un cierto número de criterios, decidirá intervenir o no, como lo veremos
luego.
Así mismo, como acabamos de ver, a nivel psíquico, un cierto número de pensamientos
perturbadores, que desvían nuestra atención o nuestra vigilancia hasta hacernos
arriesgar nuestra vida, son por una parte y en función de su importancia, más o menos
profundamente reprimidos en el inconsciente. Por otra parte, son constantemente
vigilados a fin de que no puedan perturbar aún más nuestra vigilancia durante la caza de
un antílope, la conducta de un carro o frente a una sierra circular. Este rol le pertenece a
nuestro sistema psíquico de protección, quien también se encuentra en nuestro cerebro.

De hecho, ¡somos constantemente protegidos a nuestras espaldas!

Tercera ley de supervivencia: en los casos extremos, fuera de nuestro funcionamiento


cotidiano habitual precedente, nuestros dos sistemas de protección poseen toda una
variedada de soluciones transitivas que palían nuestras insuficiencias momentáneas.
Podrá darse cuenta, que estos dos sistemas no son solicitados exactamente de la misma
manera durante una siesta bien merecida o durante una agresión física o mental.

Primera ley de supervivencia:


Vivir la mayor cantidad de tiempo posible
Los seis instantes sagrados de nuestro paso sobre la
tierra
Concierne a todos los seres vivos que viven en la tierra. Muy simple, fundamental incluso,
describe el desarrollo cronológico de la vida terrestre de un ser humano, de un animal e
incluso de una planta. Esquemáticamente, seis instantes particulares marcan cada
recorrido de vida: los seis instantes sagrados de nuestro paso sobre la tierra. Hablo
efectivamente de instantes y no de momentos o de periodos, ya que estos ocurren en
una sola fracción de segundo cada vez. Tomemos a la especie humana para ilustrar esta
primera ley.
La concepción, la fusión instantánea de un óvulo de origen materno y de un
espermatozoide paterno, marca el comienzo de un largo periplo de nueve meses.

El nacimiento en donde una inspiración refleja espontánea o ayudada por un gran o


pequeño golpe en las nalgas inaugura su entrada en el mundo. Luego, después de esta
inspiración tranquilizante para la familia y el conjunto de la sociedad, la espiración
igualmente refleja, termina el primer ciclo de la fragua respiratoria. Esta respiración así
instalada,se detendrá sólo después que haya pasado mucho tiempo. Entre tanto, el niño
es alimentado y limpiado durante años. Su cuerpo físico crece gracias al alimento real
mientras que su mente y su psiquismo se desarrollan con los alimentos intelectuales,
espirituales u otros. Al lado de estos alimentos psíquicos e intelectuales, no olvidemos el
principal de los catalizadores de su crecimiento: los alimentos afectivos, los que nunca
serán suficientes, dan testimonios los numerosos ex-bebés que curo hoy en día. Luego,
se anuncia el día en que se vuelve completamente autónomo y puede asumirse sin la
ayuda de sus tiernos y queridos padres, que dejan caer una pequeña lágrima cuando su
prodigio atraviesa la puerta.

El adulto, cuando se va de su casa para vivir la gran aventura de la vida, se vuelve un


individuo con todas las de la ley en el seno de la sociedad. Es capaz de tomar
decisiones importantes y comprometer su propia responsabilidad en todos los
ámbitos: principalmente profesionales y afectivos y sobre todo para el instante siguiente.

Llegar a ser padre lo guía hacia las responsabilidades familiares que debe asumir
absolutamente para honorar a su especie. Estará orgulloso de sus hijos hasta que ellos
sigan su propio recorrido de vida. En el momento en que se decide a jubilarse, una de las
sorpresas más grandes lo espera:

Devenir abuelo es un regalo maravilloso de la naturaleza. Podrá así volverse útil


ocupándose de sus nietos cuando sus hijos van a trabajar lejos. Les enseñará la vida en
general, contándoles sus experiencias, entre otras cosas, y les dará todo el cariño que no
pudo darles a sus propios hijos. Elemento primordial: saber que la especie cuenta al
menos tres generaciones al mismo tiempo sobre la tierra se revela muy tranquilizante
para su perennidad. Luego, poco a poco, las fuerzas disminuyen progresivamente.

El instante de la gran partida llegó. Su familia, a su alrededor, lo cuida hasta su último


suspiro.
Ahora, en todas las bocas suena la misma pregunta: ¿cuáles son esas famosas
condiciones para vivir la mayor cantidad de tiempo posible sobre la tierra?

Segunda ley de supervivencia:


La homeostasis general
Equilibrio psíquico y fisiológico
Nuestra fisiología y nuestra psicología se adaptaron a lo largo de nuestra evolución
alrededor de un tema central: la supervivencia de la especie y aquella del individuo,
dominadas en gran parte por preocupaciones cotidianas. ¿Cómo pasamos del verbo
sobrevivir a vivir?

En el marco de reflexión que les presento, en donde se propone que cada individuo pase
por estos seis instantes sagrados, sería más preciso, en un principio, utilizar el verbo
sobrevivir en lugar de vivir. ¿Por qué? Se preguntara. La respuesta estuvo, está y siempre
estará en la naturaleza. La observación atenta del modo general de funcionamiento de
las especies nos dará algunas respuestas. Que pertenezcamos a la raza de los leones, de
las gacelas o de los humanos, da lo mismo si miramos más de cerca, todos los
especímenes están enfrentados a problemas idénticos para poder mantenerse en su rol la
mayor cantidad de tiempo posible y permanecer sobre la escena del teatro natural de la
existencia. Esquemáticamente, el instinto de conservación, el principal guía durante
toda su vida, puede manifestarse y estudiarse dentro de los cuatro ámbitos
fundamentales. En mi curso general de psicosomática, utilizo con frecuencia la imagen de
un gobierno cerebral central.

El gobierno central de la supervivencia


Posee cuatro Ministerios principales:

El ministerio de los asuntos vitales


Las necesidades vitales arcaicas y cotidianas de cada individuo parecen estar dominadas
por los suministros cotidianos: de aire para aportar el indispensable oxígeno a las
células; de agua para no deshidratarse, y de alimento para dar al organismo los
elementos necesarios para su crecimiento y su funcionamiento fisiológico. La búsqueda
de aire, de agua y de alimento es casi cotidiana. Para la perennidad de la especie, la
reproducción está, para los animales, más o menos programada fisiológicamente para
un cierto periodo del año y sólo los ocupa durante esos pocos momentos precisos. Para
los humanos, es el entrenamiento el que predomina, ¡sobre todo hoy en día!

El Ministerio de protección materna, infantil y familiar


Una vez estas necesidades vitales satisfechas, se les propone por una parte, protegerse
a sí mismos conservando al máximo su integridad física y mental. Por otra, la
vigilancia, la protección de su progenitura y de sus congéneres ocupan una gran
parte de sus actividades. Para facilitarse la tarea, ciertas especies preferirán ocupar un
espacio fácil de proteger, en forma de nido más o menos acogedor, como una cueva por
ejemplo. Este Ministerio se encarga igualmente de la responsabilidad de la familia, el
buen funcionamiento del hogar así como el buen entendimiento entre los diferentes
habitantes del nido.

El Ministerio de asuntos externos/la individualización


En la naturaleza, existe una gran diferencia entre las especies. Algunas, más bien
favorecidas, pertenecen al club de los predadores y otras, menos afortunadas, al de los
perseguidos. Por esto, existe una especie de enseñanza instintiva en el seno de cada
especie a fin de determinar cuál o cuáles son los enemigos hereditarios de los cuales
habrá que cuidarse durante los paseos diarios. Esta cohabitación entre estas diferentes
especies en un mismo espacio definido de vida – el territorio – conlleva una constante
comparación ínter-especies. Ésta es primordial ya que determina la estrategia que se
adoptará durante un encuentro fortuito. Si una gacela encuentra o siente un león en una
curva de un camino en la sabana, su instinto le da la orden de batir todos los récords de
velocidad a fin de no servir de comida para su predador favorito, que sólo está
satisfaciendo de hecho, su necesidad arcaica de alimentarse. De su lado, la gacela no
pide ninguna autorización administrativa en tres ejemplares para permitirse, igual de
instintivamente, pacer las infelices briznas de hierba que crecen a lo largo de su paseo.
En cambio, no ve ningún inconveniente, al llegar la tarde, a que una cebra la invite a
tomarse un trago. Evocaremos de esta manera, en este Ministerio, la noción de
individualización.

El Ministerio del interior/yo y mis semejantes


Una vez que las necesidades vitales son satisfechas, que nuestra protección se asegura
que sabemos reconocer perfectamente a nuestros predadores privilegiados y que
estamos perfectamente individualizados, sólo nos falta escuchar a nuestros congéneres -
miembros de nuestra familia, vecinos, amigos o enemigos – a fin de vivir lo más felices y
la mayor cantidad de tiempo posible. Estas son las relaciones humanas entre ellos y
en el seno de su propia familia.

Primera constatación
Bajo un cierto punto de vista, nuestra vida depende enormemente del buen
funcionamiento de varias funciones fisiológicas y psico-comportamentales inscritas,
jerarquizadas y controladas por nuestro cerebro, que efectuó su maduración a lo largo de
nuestra evolución.
Para las necesidades vitales, nuestra supervivencia depende del buen funcionamiento
de los sistemas respiratorio, renal, digestivo y reproductor.
Nuestra propia protección, aquella de nuestros hijos y de nuestro entorno inmediato,
depende fisiológicamente de las glándulas mamarias – poner al hijo bajo su seno, bajo
el ala para protegerlo y alimentarlo – y de nuestra piel, nuestra dermis más
precisamente, y las membranas o fascias que recubren los órganos – las meninges que
protegen el cerebro, el pericardio para el corazón, las pleuras para los pulmones, el
peritoneo para los intestinos, las cápsulas articulatorias para proteger las articulaciones,
entre otras. A título de ejemplo, la tortuga, el puerco espín y el cocodrilo se protegen
mejor que un hombre gracias a un caparazón o a temibles espinas, de origen dérmico.

Respecto a las relaciones entre las especies, observamos que la supervivencia


depende esencialmente de nuestras capacidades de correr para huir y la fuerza para
defendernos o pelear. Por esto, el sistema locomotor, el sistema cardiovascular y la
sangre – que sirve para alimentar y oxigenar los músculos – poseen un rol primordial en
este proceso.

Las relaciones entre los individuos en el seno de su propia especie, como las relaciones
humanas para nosotros, están dominadas por actividades conflictivas que gestionan
todos los otros sistemas como, en primer lugar, la piel, los sistemas nervioso y
endocrino, entre otros. Aquí también dominan las cuestiones territoriales.

A nivel psico-comportamental, anotaremos las preocupaciones mentales para la


supervivencia en las que predominan sensaciones tales como el miedo, la felicidad, la
tristeza, la rabia, la satisfacción, entre otros, y los reflejos comportamentales de ataque o
de huida, todo esto con un máximo de vigilancia a fin de no terminar nuestros días en las
mandíbulas de un león.

Segunda constatación: cuando todo va bien


Cuando todo va bien, una cierta armonía reina en el seno de estos cuatro Ministerios
fundamentales. Ésta también reina a nivel fisiológico, ahí es cuando hablamos de
homeostasis o de equilibrio fisiológico en el que cada célula posee una función y un rol
precisos, contribuyendo al buen funcionamiento del organismo entero. Una célula del
aparato digestivo está altamente especializada en la digestión de los alimentos y gracias
a ella, las substancias exteriores pueden ser asimiladas y alimentar las otras células del
organismo. Así mismo, una célula del corazón forma parte integrante de la fisiología
cardíaca y permite la irrigación sanguínea de todo el cuerpo. Finalmente, las células de
nuestro cerebro poseen el rol bastante especial de gestión de todas las funciones
internas, beneficiándose del buen funcionamiento de las células digestivas que las
abastecen en nutrimientos, de las células pulmonares que las oxigenan, etc.
En este mismo supuesto, nuestro comportamiento psíquico está generalmente bien
adaptado y todo el mundo puede vivir lo que le toca vivir más o menos tranquilamente,
gracias al director de orquesta supremo: nuestro inconsciente arcaico llamado también
biológico.

El Inconsciente arcaico, biológico


Hoy en día, no pensamos mucho en esta clasificación o en esta jerarquía que puede
parecer anticuada o incluso fútil para algunos. Simplemente, no se enseña
suficientemente en las escuelas o en las facultades. Bien instalados en nuestro confort,
hemos olvidado este ingrediente psico-comportamental y fisiológico que nos dirige, a
pesar de todo, en todos los actos de nuestra vida cotidiana por una razón muy simple y
lógica: el buen funcionamiento de estas instancias instintivas arcaicas es el aval
de nuestra supervivencia sobre la tierra. Sin ella, ya habríamos desaparecido hace
tiempo. Sí, ellas nos dirigen a nuestras espaldas, ya que hoy en día, podemos permitirnos
vivir y no solamente sobrevivir como debimos hacerlo durante millares de años. Estas
memorias instintivas o estos códigos fisiológicos, funcionales y comportamentales,
fuertemente asociados e interdependientes, están enterrados en las profundidades de
nuestro inconsciente, ya que todo ocurre sin la intervención de nuestra mente, de nuestra
consciencia. ¿Han tratado acaso de controlar su ritmo cardíaco mientras son víctimas del
flechazo eléctrico de un encuentro inesperado con su gemelo(a) simbólico(a)? Así mismo,
¿vigilan ustedes constantemente su tasa de azúcar en la sangre y de ácido clorhídrico
durante una comida en una fiesta? o, mejor aún, ¿han tratado de ejercer su talento de
coreógrafos(a) para dirigir el ballet milenario en donde están cronometrados a la
milésima de segundo los pasos de la fabulosa danza ancestral que une los genes y los
cromosomas de la pareja mítica formada por un valeroso espermatozoide y un
encantador óvulo después de la fecundación?

Nuestro funcionamiento íntimo, biológico y psíquico,


está ligado a los diversos instintos de conservación que nos gobiernan.
Estos están activos en permanencia a nuestras espaldas.
Estos instintos de conservación están estrechamente relacionados con dos sistemas de
protección.

El sistema biológico/celular llamado de defensa, dicho de otra forma, el sistema


inmunitario, está compuesto por todo un arsenal de células y de moléculas bioquímicas
gracias a las cuales estamos protegidos de las agresiones físicas de origen externo,
microbianas de toda especie. Así, detecta los alérgenos a penas entran en el organismo,
los destruye y los inscribe en la memoria en el seno de ciertas células especializadas.
Podemos hablar fácilmente de memoria celular, abundantemente utilizada en la
insensibilización alérgica y en la vacunación.
El sistema físico de protección, por una parte, nos ayuda cuando nos vemos
enfrentados a las agresiones físicas de origen interno, esencialmente representadas
por nuestros demonios internos. Por otra parte, nos permite absorber y tratar mejor las
agresiones desestabilizantes de origen externo cuando nos vemos enfrentados a
las actividades conflictivas que nos invaden cotidianamente.

En total y a nivel fisiológico, podemos sacar una constante dependiendo del tejido
afectado por la enfermedad. De esta manera, un cáncer digestivo estará fácilmente
connotado por una problemática de supervivencia arcaica, mientras que un cáncer del
seno estará dominado por una problemática basada alrededor de la protección de los
hijos y de la familia. Bajo un mismo punto de vista, una enfermedad osteo-articulatoria
estará más relacionada con una problemática de prestación física y un eccema tendrá
mucho más que ver con una problemática que incluye las relaciones humanas. Pasemos
al tercer principio: el sistema fisiológico y biológico de protección.

Tercera ley de supervivencia: El sistema


fisiológico y biológico de protección
en los casos extremos de supervivencia
Las soluciones biológicas transitorias y paliativas
Estos instintos de conservación aparecen mucho más cuando nos vemos enfrentados a
situaciones extremas y sus mecanismos están muy bien explicados hoy en día. Les
propongo estudiar dos de las cuatro funciones básicas en el seno del Ministerio de la
supervivencia: la necesidad de agua y de alimento. Para ir un poco más lejos en este
sentido de protección fisiológica, les invito a descubrir nuestras proezas fisiológicas
durante la gestión biológica automática de una intoxicación alimenticia. Pero antes,
comencemos nuestro estudio por la indispensable temática de los umbrales fisiológicos y
de los limites tolerables.

Umbrales fisiológicos - Los limites tolerables


Esta es una noción clásica en el mundo de la fisiología, el estudio del funcionamiento de
los órganos y de los tejidos. Tomemos dos ejemplos simples y demostrativos que
podremos trasladar a todas las otras funciones del organismo.

La regulación de la glucemia
La concentración de glucosa en la sangre – la glucemia – se orquesta perfectamente
durante las 24 horas del día. Está permanentemente comprendida entre 0,90 y 1,10
gramos por litro de sangre, sea cual sea el régimen alimenticio, ya que permite un
aprovisionamiento óptimo de todos los tejidos del organismo, especialmente los más
golosos como el cerebro, el corazón o los músculos.
A penas los captores diseminados detectan un rebasamiento del umbral superior –
glucemia superior a 1,10 g/l –, una hormona pancreática – la insulina – es secretada en
cantidad suficiente para hacer que el azúcar excedente entre en las células.
Por el contrario, si los captores detectan una glucemia inferior a 0,90 g/l, otra hormona –
el glucagón – es secretado para bombear el azúcar almacenado en las reservas y llevarlo
a la sangre.

El equilibrio ácido-básico y la regulación del pH


sanguíneo
La constancia del pH sanguíneo, comprendido entre 7,2 y 7,4 es primordial, ya que todas
las reacciones químicas del organismo dependen de ésta. Los pH inferiores a 7 o
superiores a 7,8 – los limites fisiológicos tolerables – son simplemente incompatibles con
la vida. Así, y entre otras cosas, la forma molecular de las proteínas, la actividad
enzimática y la estructura de los elementos constitutivos de la célula requieren su
perfecta estabilidad. Por esto, existe un mecanismo de regulación ácido-básica ultra
sofisticado que se pone en marcha a la más mínima variación: es el efecto tapón. Sin
entrar en detalles, un pH bajo 7,2 – llamado ácido – es inmediatamente tapado gracias a
las bases. Inversamente, un pH superior a 7,4 – llamado básico – es inmediatamente
tapado con los ácidos.

Conclusión: la particularidad de la existencia de estos umbrales debe ser


primordialmente integrada por la razón siguiente: los mecanismos de regulación se
efectúan sin la menor participación de la mente ya que pertenecen a nuestro famoso
inconsciente arcaico, biológico, que podemos considerar como el aval de nuestra
supervivencia fisiológica. Se activan según criterios muy precisos, memorizados desde la
noche de los tiempos y principalmente durante el rebasamiento de los umbrales
fisiológicos superiores o inferiores. Así, en el funcionamiento llamado normal, no
intervienen de ninguna manera. En cambio, a penas los limites fisiológicos tolerables son
superados, su intervención es indispensable y saludable para un buen funcionamiento de
nuestro organismo.

La necesidad vital de agua


La necesidad vital de agua se puede estudiar durante una excursión en el desierto. Desde
hace algunos días, el calor es intenso y la reserva de agua se acaba rápidamente. En los
casos juzgados extremos por nuestras instancias psíquicas y fisiológicas, cuando sufrimos
un verdadero peligro de muerte, existe un proceso de supervivencia que pocos individuos
conocen. Ante este peligro creciente de morir de sed y a partir del momento en que
ciertos límites fisiológicos son sobrepasados, nuestras instancias físicas dirigentes –
la fisiología renal – tienen varias soluciones y las instauran con autoridad, absolutamente
a nuestras espaldas. Éstas son puramente internas, fisiológicas, ya que nuestro
inconsciente arcaico no puede intervenir sobre los elementos externos o extranjeros al
organismo, como conseguir que llueva, por ejemplo. Además, poseen tres características
fundamentales.

Primero, el riñón como órgano, no decide nada solo. Está comandado por los centros de
control del sistema de gestión de los líquidos situados a nivel del tronco cerebral. Por
esto, hablaremos a menudo de cerebro arcaico o biológico.

Segundo, estas soluciones orgánicas son sólo temporales y palían parcialmente las
deficiencias engendradas por esta situación excepcional.

Tercero, éstas sólo se instalan bajo ciertas condiciones, a menudo extremas, como sigue.

A nivel fisiológico, el agua es primordial para nuestra supervivencia, ya que todo


nuestro funcionamiento celular depende de ella. Estamos constituidos de
aproximadamente un 80% de agua. La sensación de sed creciente, la boca seca y el
grado de hidratación de los tejidos informan constantemente a las instancias dirigentes.
Desde hace milenios, esta falta extrema de agua fue resuelta muchas veces gracias a la
fisiología de la regulación de los líquidos. Después de haber esperado el rebasamiento de
los limites de supervivencia del individuo, las instancias arcaicas van a accionar un
fenómeno lógico que consiste simplemente en economizar las perdidas de agua: evitar
al máximo su eliminación hacia el exterior del organismo. Por una parte, la
transpiración corporal disminue, incluso se para. Por otra parte, los canales colectores del
riñón presentarán un espasmo más o menos potente. Por esto, la orina emitida a pesar
de todo, no será mucha y su concentración aumentará en desechos, volviéndola así más
cargada y más coloreada que de costumbre. Éste espasmo durará todo el tiempo que sea
necesario, dentro de ciertos límites por supuesto.

Conclusión: éstas soluciones fisiológicas temporales llegan a prolongar nuestro tiempo


de supervivencia sobre la tierra, incluso en condiciones extremas. Después, hay dos
salidas posibles: salida favorable: el espasmo que ya no tiene razón de ser libera los
canales colectores y la transpiración vuelve. Salida desfavorable: estas soluciones
fisiológicas de supervivencia lo intentaron todo, pero sólo pudieron hacer lo que estaba a
su alcance: proteger al máximo el individuo. Adivine lo que sigue... unos tuaregs pasan y
los recogen. Con sus radios y sus ordenadores portátiles equipados con web-cam envían
inmediatamente su posición exacta y negocian las primeras imágenes con los grandes
medios de comunicación del mundo entero... después, les ofrecen un te a la menta...

En total, sobre un cierto límite tolerable para la fisiología del individuo, el número de
canales colectores del riñón solicitados y la intensidad de su espasmo son proporcionales
a la importancia de la falta fisiológica de agua que determina su evolución respectiva.

La necesidad vital de alimento


El tema del alimento es mucho más fácil de tratar. Veamos las consecuencias generales
de una brusca hambruna que llega de repente a un país imaginario. Como siempre y
desde hace tiempo ya, en este caso también juzgado extremo por nuestro cerebro
arcaico, éste último decide aplicar una solución temporal que puede proveer esta falta
durante meses yendo a buscar azúcar de reserva en el organismo. Así, por orden
cronológico, la reserva de azúcar se ve desvalijada en algunas horas. Después, las células
grasosas, segunda reserva de glúcidos, pierden progresivamente su stock. Finalmente, y
como último recurso, las proteínas participan en este esfuerzo de supervivencia. Ésta
solución provisoria no podrá durar mucho al cabo de cierto tiempo, y desgraciadamente,
el fallecimiento sobreviene en un estado de caquexia extrema, como se puede ver en los
reportajes sobre el tercer mundo. En total, la importancia de las reservas de azúcar en el
organismo sigue muy de cerca la evolución de la falta fisiológica de alimento.

Conclusión general: en las situaciones excepcionales de


supervivencia, existen soluciones fisiológicas paliativas y
temporales. Éstas se aplican a nuestras espaldas cuando
corremos un gran peligro, cuando nuestros umbrales de
tolerancia son sobrepasados y toman, de cierta manera, el
relevo de la función natural consciente. En el feliz caso de una
resolución de la problemática, se interrumpen rápidamente, ya
que no son más biológicamente útiles para nuestra supervivencia
inmediata. En el caso contrario, continúan, y desgraciadamente,
se apagan progresivamente junto al individuo, sin haber podido
salvarlo.

Ahora, les propongo estudiar, entre tantas otras, una solución fisiológica instintiva y
paliativa que se aplica a nuestras espaldas luego de una simple intoxicación alimentaria.

Las soluciones fisiológicas instintivas


paliativas y transitorias en el caso de una
intoxicación alimentaria
Todo esto parece ser muy simple, pero cuando me focalicé sobre esta cuestión, descubrí
una vez más los tesoros de nuestra fisiología. No pueden imaginarse todo lo que nuestras
instancias arcaicas hacen cada día para salvarnos de un mal paso, aquí, digestivo.
Dirigen todo el proceso, desde la ingestión y hasta las expulsión fuera del organismo, sin
que podamos intervenir conscientemente.

Una intoxicación alimentaria es una verdadero asunto de estado que solamente la


fisiología digestiva de urgencia puede gestionar de la mejor forma. No nos pide ninguna
autorización para el desarrollo de diversas operaciones, perfectamente sincronizadas a
nivel de los centros cerebrales de control. No son nunca los órganos mismos los que
deciden sino que sólo obedecen al pie de la letra las ordenes venidas de arriba. Me
sorprendió mucho constatar que varias formaciones cerebrales estaban concernidas,
incluso si no pertenecen a los mismos relevos centrales. Pongámonos en situación.

Sin saberlo, usted acaba de ingerir una substancia degradada de la cual la fecha de
vencimiento pasó hace tiempo. Los signos clínicos de una intoxicación alimentaria se
instalan progresivamente y pueden durar horas: nauseas, vómitos, sudores, debilidad
general, contracciones musculares digestivas y abdominales, y diarrea. Podríamos pensar
que sólo el estómago se hace cargo de la situación. De mi lado, analizando el fenómeno
más de cerca, tuve la sorpresa de constatar que sólo interviene durante muy poco
tiempo.

Rápidamente, los captores químicos digestivos detectan el alimento en cuestión. Ésta


información es dirigida directamente hacia las esferas superiores y se da la orden de
deshacerse de ella lo más metódicamente posible.

Para ello, el sistema nervioso vegetativo actua en primer lugar. Aparecen nauseas y
contracciones a nivel del estómago, para llegar a los primeros vómitos. Si esto es
suficiente el producto incriminado es expulsado y todo vuelve a la normalidad
rápidamente. En el caso contrario, las contracciones digestivas se vuelven rápidamente
ineficaces y, contrariamente a lo que se podría pensar, se detienen. De hecho, para qué
cansar la pared estomacal cuando disponemos de una arma más adecuada: la
contracción de la pared abdominal y del diafragma, mucho más adaptados al esfuerzo
requerido. Los músculos solicitados están bajo la dependencia del sistema nervioso
motor y, a nivel de su localización cerebral, los centros de control están bastante
alejados de los precedentes. Se necesita entonces una coordinación perfecta entre estos
dos sistemas para llegar a una expulsión de calidad. Además, para vomitar bien, el
esfínter esofágico inferior también debe estar abierto en el momento de la subida de
la presión abdominal.

Cuando todo este dispositivo fisiológico se ve sobrepasado y le es imposible evacuar por


la parte alta, queda otra solución: la evacuación por la parte baja, bajo forma de
diarrea. Una gran cantidad de líquido invade los intestinos a fin de facilitar la expulsión
de los alimentos averiados. Por esto, se les solicita a estos últimos que pasen lo más
rápidamente posible por la cavidad intestinal sin ser asimilados.

Podemos constatar que la mente y la consciencia sólo intervienen para quejarse de las
consecuencias de la intoxicación. Nunca, pero nunca podríamos estar a la altura del
funcionamiento del centro del vómito conscientemente, por una razón simple: esto nos
tomaría demasiado tiempo. Las instancias arcaicas saben reaccionar con buenos reflejos
fisiológicos, incluso sin esto nos parece desagradable. Nunca les agradeceremos lo
suficiente. Pero visto desde este ángulo de protección fisiológica, ustedes como yo,
pensamos que la naturaleza está verdaderamente bien hecha. Estos vómitos o diarreas
serán considerados necesarios y bienvenidos.

Este ejemplo, entre tantos otros, me permitió ver la enfermedad de otra manera. Los
signos clínicos se instalan mientras dura la intoxicación y es simplemente gracias a este
dispositivo fisiológico, de una precisión notable, que la mayoría de las veces salimos del
entuerto. Dos preguntas sobrevienen.

Los signos clínicos de las otras enfermedades ¿obedecen al


mismo funcionamiento general? ¿representan igualmente una
solución fisiológica transitoria y paliativa para resolver un
problema particular, mucho más sutil que una simple y anodina
intoxicación alimentaria, y están mas bien ligado a una actividad
conflictiva psíquica consciente o ,mucho más frecuentemente,
inconsciente y habiendo siempre sobrepasado límites psíquicos
tolerables?

Hoy, mi convicción ha crecido junto a mi experiencia clínica. Cuando los factores psíquicos
son predominantes y sobrepasan un umbral de tolerancia, pueden influenciar
verdaderamente nuestras células. ¿Cómo? Gracias a los procesos de conversión orgánica,
el principio siguiente.
SEGUNDO PRINCIPIO
La conversión orgánica
Sin saberlo, ustedes ya integraron esta noción fabulosa, ya que la palabra conversión
describe perfectamente la idea de la existencia de la transformación de una actividad
conflictiva psicológica en patología desde el momento en que los umbrales de tolerancia
se sobrepasan. Retomemos los tres ejemplos anteriores planteando estas bases de
reflexión: por un lado, podemos determinar una fuente de conflicto precisa y por otro,
signos clínicos también precisos y relacionados con la fuente de conflicto. Entre ambos,
los procesos de conversión.

1.Fuente de conflicto: sed intensa por falta de agua, hambre o intoxicación


alimentaria.
2.Activación de los procesos de conversión: desde el rebasamiento de los
umbrales de tolerancia que conciernen a la hidratación del organismo, el déficit de
reservas en nutrientes o la ingestión de alimentos tóxicos.
3.Consecuencias fisiológicas: disminución de la evacuación de agua con interrupción
de los fenómenos de transpiración y espasmo a nivel de los canales colectores del
riñón, reaprovisionamiento del organismo en azúcar, extrayéndolo de las reservas
hepáticas, en grasas y proteínas gracias a la neoglucogénesis o puesta en acción de
los procesos de expulsión de los alimentos tóxicos por arriba – vómitos – o por abajo
– diarreas.
4.Interrupción de los procesos de conversión: desde la absorción de líquido, de
alimentos o desde la expulsión de los alimentos tóxicos.

Primeras conclusiones: para toda manifestación clínica, siempre existe:

1. Una fuente de conflicto original.


2. Una activación de los procesos fisiológicos de conversión a penas los umbrales
fisiológicos y/o psíquicos de tolerancia son rebasados.
3. Consecuencias fisiológicas junto a la aparición de signos clínicos.
4. Interrupción de los procesos de conversión a penas la fuente de conflicto desaparece,
en otros términos, a penas se solucione la actividad conflictiva.
5. Continuación de los procesos de conversión en el caso contrario, cuando la actividad
conflictiva no encuentra solución(es)
Veamos estos cinco puntos en detalle.

La fuente de conflicto el estado de ánimo


conflictivo
En los ejemplos precedentes, esta fuente de conflicto se puede poner muy fácilmente en
evidencia, contrariamente a los ejemplos del juego psicosomático propuesto más arriba.
En estos últimos, se trataba más bien de una preocupación, de un trastorno a nivel
mental. Veremos luego cual es el principal elemento en el origen de una enfermedad. Por
esto, prefiero hablar también de estado de ánimo conflictivo.
Para la Psicosomática Clínica, un estado de ánimo es el resultado de dos elementos
principales y ligados entre ellos: lo vivido y el afecto o lo sentido.

Lo vivido
Se trata a menudo de una situación o de un evento especialmente notable en la vida del
individuo. A veces, encontramos más bien un tema recurrente, un tema que nos obnubila
y que puede transformarse en una verdadera idea fija en ciertos casos. Lo vivido posee la
siguiente característica: la descripción o el enunciado de la situación del tema sin hacer
aparecer la menor emoción. He aquí tres ejemplos: perdí mi trabajo, mi hijo está en
prisión, perdí un pariente cercano de una enfermedad incurable.

El afecto o lo sentido
Más interior y exclusivamente personal, representa una carga emotiva más o menos
fuerte o tolerable y se declina en lo sentido, sensación, sentimiento, percepción,
impresión. Además, lo acompañan muy a menudo una o varias emociones concomitantes
que pueden incluso inscribirse en nuestro cuerpo: malestar general, nudo en la garganta
o en el estómago, dolor digestivo, transpiración, lágrimas, escalofríos, temblores, ganas
de orinar o de defecar, entre otros. En todos los casos, algo sucede en nuestras “tripas”,
“algo arde en el cuerpo”.
Lo sentido es estrictamente personal, he aquí la prueba en el final de la historia en los
tres ejemplos precedentes. Cierren los ojos, escuchen lo que sienten pensando en éstas
tres situaciones. Por mi parte, éstas son las respuestas recolectadas: perdí mi trabajo y
estoy realmente contento porque ya no me gustaba. Voy a tener el paro durante tres
años y podré cambiar de empleo. Mi hijo está en prisión y en seguridad. Un alivio, ya que
una banda de maleantes lo buscaba y, perdí a un pariente cercano de una enfermedad
incurable y fue lo mejor porque sufría demasiado.
Estos ejemplos caricaturales, pero reales, no se presentan todos los días. En cambio, en
las enfermedades, las sensaciones negativas andan a rienda suelta. He aquí un abanico
recopilado en las consultas: desamparo, angustia, rabia, injusticia, villanía, inmundicia,
pena, tristeza,
cólera contenida, ignominia, vergüenza, deshonor, inquietud, rencor, desvalorización,
abandono, impotencia, soledad, pavor, enloquecimiento y para terminar esta lista no
exhaustiva, las más importantes y las más frecuentes, aunque no siempre esten en
primer plano: la sensación arcaica de estar en peligro, la sensación de tener
miedo.

Analizando más de cerca este tema particular y específico de la Psicosomática Clínica,


podemos determinar en cada momento la existencia concomitante de un impacto mental
representado por una cierta desestabilización psíquica más o menos intensa y de un
impacto psíquico tal, que es como si una parte del cuerpo lo recibiera.

La activación de los procesos de conversión


Los límites psíquicos tolerables y
el sistema psíquico de protección
Acabamos de estudiar los límites fisiológicos tolerables en el origen de la activación
automática de todo un arsenal interno e inconsciente durante la falta de agua, de
alimento o que acompaña una intoxicación alimentaria. Pasa lo mismo a nivel psíquico,
cuando arde en la cabeza. ¡Pues sí! También tenemos nuestros propios límites mentales
cuando estamos enfrentados a una situación desestabilizante, un insulto verbal o una
palabra descortés, una situación familiar o profesional delicada, por ejemplo. Nuestro
afecto es afectado, lo que acarrea una tensión interior que puede llegar a rebasar
nuestros umbrales psíquicos tolerables. Aquí también, existe un sistema de protección, ya
no fisiológico, sino más bien psíquico, desde nuestro nacimiento y todos los días del año
está muy activo, tiene un solo propósito: que vivamos la mayor cantidad de tiempo
posible sobre la tierra y que no se nos crucen los cables como describe la tradición
popular. He aquí el esquema que ilustra la existencia del sistema psíquico de protección
que vosotros ya conoceis gracias al juego psicosomático.
El sistema psíquico de protección
La fuente de conflicto produce una tensión de intensidad arbitraria que sólo busca
exteriorizarse para aliviarse. Encuentra un primer obstáculo: el muro de inhibición a
través del cual sólo pasa el 10% de la energía inicial. La Inhibición está ahí para
protegernos cuando la intensidad de este sentimiento negativo rebasa nuestros umbrales
personales. El otro 90% vuelve a estimular la fuente, y es el regreso de esta Inhibición
que explica la perennidad del trastorno psíquico o físico. El 10% encuentra otro
obstáculo: el muro del Superego que sólo deja pasar el 1%. Ésta instancia protectora
es calificada de “gendarme interior” y nos evita tomar contacto con los otros. Está hecho
de educación social y religiosa y analiza todo lo que está o no permitido. El 9% que
queda vuelve a estimular el Superego, lo que provoca el regreso de este último. La
descarga de la tensión se materializa mediante un signo clínico orgánico, un trastorno del
comportamiento o un trastorno más profundo, psiquiátrico. En las enfermedades el
sistema psíquico de protección solicitará nuestra fisiología, nuestros órganos y nuestras
funciones. Se darán cuenta que este 1% representa el trastorno del que se queja el
enfermo, el motivo de consulta, mientras que la fuente de conflicto pasa completamente
desapercibida si no la buscamos. Aquí, para entretenernos y disminuir la carga del afecto
conflictivo, el desplazamiento y la protección dominan la mayor parte de los casos. He
aquí un ejemplo bastante especial y muy demostrativo.

Señor Impotencia Sexual


— Sufro de una impotencia sexual desde hace casi cuatro años. Lo he intentado todo,
incluso las nuevas moléculas por las que todo el mundo se pelea, y constato: muy pocos
resultados en definitiva. Últimamente, conocí a un hombre que le conoce aparentemente
bien y me confié a él. Me explicó que a veces podía existir un factor psíquico en este tipo
de problemática, sobre todo cuando los tratamientos puestos recientemente en el
mercado de la erección no funcionan. Era tan simpático que me deje llevar y le conté
todo. En el fondo de mí, sentía que podía entenderme y ayudarme.

— ¿Qué le contó?

— Para empezar, mi manera de ver el desarrollo de las operaciones. Usted sabe, tengo
una carrera militar y acabo de jubilarme. Así podrá entender mejor mi lenguaje. Para mí,
el acto sexual se desarrolla en cinco fases. Para empezar, hay una fase de aproximación
más o menos larga en función de la situación y de la predisposición de mi mujer:
preliminares con caricias, ternura, etc. Generalmente esto no me da muchos problemas,
ya que la erección llega sola. No es fantástica, pero me conformo ámpliamente y me
permite pasar a la segunda fase, bastante corta: la penetración en territorio amigo.
Hasta ahí, todo va más o menos bien, todo se complica más durante la tercera fase: la
acción comando propiamente dicha. Tengo la impresión que estoy en territorio hostil,
inseguro, y siempre en ese momento, mi vigor eréctil se atenúa progresivamente sin que
pueda hacer algo para evitarlo. Mientras más intenso es el ejercicio, más se encoge mi
pene, desafiando todas las leyes del ejercicio físico que practico tres veces por semana.
Al cabo de un cierto tiempo, estoy obligado a batirme en retirada y me camuflo bajo la
manta esperando la quinta etapa: el sueño merecido. No hace falta que le diga que le
diga que la cuarta etapa me la salté, estoy hablando de la descarga final, del
lanzamiento de las municiones.

— ¿Tiene alguna idea acerca de esta pana durante la tercera fase?

— Algo imagino, pero no estoy seguro. Esto me obsesiona y no es nada fácil decirlo. Sé
que existe el secreto profesional, así que me lanzo. Tuve una aventura con una mujer.
Sólo duro algunos meses, pero fue bastante intensa. Era la primera vez que engañaba a
mi mujer. Por más que le de vueltas a la cabeza, no se me ocurre nada más.

— Si fuese psicoanalista, le hubiese pedido que viniera dos a tres veces por semana
durante un cierto tiempo. Hoy en día, trato de ir más rápido gracias a la dinámica del
sistema psíquico de protección. Éste focaliza su atención consciente en ese hecho
relacionado estrechamente con su problemática, ya que la fuente de conflicto es
seguramente mucho más fuerte de lo que cree. De su motivo de consulta: Impotencia
sexual, aceptaré con mucho gusto la palabra impotencia y le propondré que busque en
su memoria una situación en donde este estado de ánimo se sitúe en el centro de los
debates meníngeos y no solamente sexuales. Además, voy a ayudarlo tratando de
ponerle en situación. Se trata a menudo de una situación imprevisible que le ha
sorprendido y a la que no se esperaba. Sentimientos de desasosiego, de angustia o de
desamparo pudieron acompañarla.

— Veo una cosa: la hospitalización de mi madre y su regreso a la casa. Fue justo después
de mi escapada amorosa. Mi madre fue hospitalizada para ser operada de la vesícula
biliar. Todo sucedió de buena forma y preferí recibirla en mi casa durante su
convalecencia, con el acuerdo de mi mujer, por supuesto. Vivía sola desde el
fallecimiento de mi padre y no me hacía a la idea que regresara a su minúsculo dos
piezas en un barrio norte de Marsella. Todo ocurrió sin problemas hasta el día en que me
llamó mi mujer con urgencia, ya que mi madre no estaba bien. Cuando llegué a la casa,
asistí a un espectáculo insuperable: mi madre sangraba y las sabanas estaban
completamente rojas. Yo mismo enloquecí y llamé a los bomberos. Tardaron un tiempo
interminable y durante este sentí que mi madre iba a irse definitivamente. No sabía que
hacer. Estaba desamparado, incapaz de controlar la crisis. Ya veo. Fui impotente delante
de esta situación.

Finalmente, no fue nada importante. Era la sonda que goteaba demasiado fuerte y lo que
creía sangre era el drenaje. Volvió a la casa una hora después, ¡pero qué angustia! Ahora
sé de que habla cuando habla de desestabilización psíquica. Nada que ver con las
operaciones comando a las que estába preparado.

— Si hubiese trabajado en el campo de la salud, como enfermero, médico o


kinesiterapeuta, no estaría aquí, ya que ese tipo de incidente es frecuente y
perfectamente controlable. En cambio, como no sabía nada al respecto, su sistema
psíquico de protección cumplió su función como debe hacerlo en el momento de integrar
esta brusca subida de contrariedad. Le hizo olvidar este episodio, tan impactante, gracias
a la Inhibición y después, lo transformó en impotencia para actuar frente al drama
que vivió respecto a su madre en impotencia sexual, más fácil de controlar
psíquicamente gracias al desplazamiento y a la proyección. Así, más se ocupa de esta
impotencia sexual, menos se acuerda de su impotencia para actuar.

Observaciones:
1. Para cada enfermedad, buscamos el estado de ánimo particular del individuo, el
origen de los síntomas, su denominador común es: el rebasamiento de sus propios
umbrales de tolerancia.
2. Lo vivido representa la manera y las circunstancias exactas durante las cuales
intervino el rebasamiento.
3. Los procesos de conversión utilizan prioritariamente los afectos, los sentimientos o
sensaciones producidos al mismo tiempo que el rebasamiento de los límites tolerables.
Usted ya le hechó una ojeada con el juego psicosomático. Así, a manera de ejemplo
evidente para la tradición popular: un sentimiento de gran inmundicia que no puedo
digerir se convierte en síntomas digestivos y un sentimiento de espanto o de mucho
miedo se convierte a nivel de la laringe. Me quedé sin voz.
Desgraciadamente, no siempre es tan simple. En ese caso, se nos propone poner en
correlación la fisiología del órgano afectado, la fuente de conflicto y el motivo de consulta
a fin de establecer nuestro diagnostico psicosomático, de ahí la utilidad de esta
enciclopedia.

La activación de los procesos de conversión y


la aparición de los signos clínicos
Los diferentes modos de activación se estudiaran más lejos, junto al cuarto principio
básico. Aquí, sólo retendremos un punto: la activación de los procesos de
conversión se produce desde el rebasamiento de los umbrales psíquicos
personales de tolerancia. Podrán entender igualmente que los signos clínicos tardan
un cierto tiempo en manifestarse. De esta manera, un cáncer digestivo aparece al cabo
de algunos meses de intensa conversión. En otros casos más crónicos, como la artrosis, la
conversión se efectúa durante un larguísimo período, que pude contarse por años, y el
diagnóstico médico viene simplemente a coronarla junto a los signos radiológicos, clínicos
o sanguíneos. Por lo tanto, todo depende de la dinámica de la enfermedad.

La evolución positiva o negativa de los


procesos de conversión
Les remito directamente a las situaciones extremas ya estudiadas y sobre todo al
esquema básico del sistema psíquico de protección. Mientras la fuente de conflicto este
activa, los procesos de conversión funcionan y llegan siempre a la misma descarga de
tensión, representada por un síntoma orgánico, comportamental o psíquico. Es así de
simple. Como es a menudo inconsciente, es difícil que uno mismo lo ponga en evidencia.
Una buena lectura puede dirigirle hacia la buena pista y un profesional está mejor
ubicado para ayudarle a encontrarla y proponerle soluciones.
TERCER PRINCIPIO
El sentido biológico
o significado psicosomático
de la patología
Este tercer principio representa el fundamento mismo de la necesidad de este tipo de
enciclopedia. Aquí, la experiencia, la reflexión y la búsqueda clínica están en el candelero.
Quisiera también agradecer a todos mis colegas, estudiantes y sobre todo a los
pacientes, gracias a quienes pude afinar y encontrar la mayoría de las pistas de
investigación.

El sentido biológico o significado psicosomático de un signo clínico, de una enfermedad o


de un trastorno comportamental representa el eslabón que falta entre el psiquismo y el
cuerpo. Se resume con un solo calificativo: psicosomática. Todos los volúmenes de esta
enciclopedia detallaran los estados de ánimo en el origen de las patologías tratadas. Sin
embargo, a continuación les detallo el razonamiento general sobre el cual les propongo
que se apoyen.

1. ¿Cuál es la relación entre un eccema y un estado de ánimo basado en una


separación? La respuesta se encuentra en la dinámica biológica y arcaica de la
epidermis, la capa superficial de la piel. Es sólo a ese nivel que las sensaciones
instintivas de contacto y de ruptura de contacto se graban. Un eccema puede
querer decir: sufro porque no estoy más en contacto con x o y.

2. ¿Cuál es la relación entre un cáncer de ovario y un estado de ánimo basado en la


perdida de un ser querido? La respuesta se encuentra en la dinámica biológica y
arcaica de este órgano de reproducción. Es sólo a ese nivel que los óvulos están
presentes. Ellos representan la perennidad de la especie. Un cáncer de ovario puede
querer decir: sufro porque perdí a un ser querido y deseo recrearlo.

3. ¿Cuál es la relación entre una infección urinaria y un estado de ánimo basado en


una problemática de marcación de territorio? La respuesta se encuentra en la
dinámica biológica y arcaica de la vejiga. Nuestros amigos los animales utilizan sus
orinas para delimitar y marcar su territorio de caza. Una infección urinaria crónica
puede querer decir: sufro porque no puedo dejar mi huella en mi territorio – cuarto,
oficina, cocina, etc.

A veces, será necesario ir a buscar otros refuerzos teóricos, como el transgeneracional.


4. ¿Cuál es la relación entre un asma y un abuelo asfixiado con gas durante la
primera guerra mundial? Aquí el estado de ánimo más bien familiar representa lo que
llamamos memoria transgeneracional. Así, este asma puede querer decir: el clan
sufre debido al deceso prematuro del abuelo, asfixiado con gas durante la guerra.
CUARTO PRINCIPIO
La activación de la enfermedad
Muy esquemáticamente, existen cinco modos diferentes de activación de los procesos de
conversión. Para ilustrarlos, utilizo la imagen de la jarra psicosomática. En efecto, esta
imagen se integró muy bien y rápidamente por quien sea y se transformó en un
verdadero emblema de la Psicosomática Clínica. Para empezar, la activación de la
enfermedad, se puede decir, la aparición de los síntomas clínicos, corresponde a una
jarra desbordante. ¿Cómo pudo desbordarse?

1. Desbordamiento de un solo golpe, debido a lo que llamo psicochoque emocional


desestabilizante.
2. Desbordamiento después de una conversión por saturación conflictiva.
3. Desbordamiento muy progresivo por conversión repetitiva .
4. Desbordamiento debido a una memoria conflictiva activa.
5.Desbordamiento por conversión mixta, junto a una mezcolanza de las posibilidades
precedentes.

La conversión por psicochoque emocional


desestabilizante
Se trata a menudo de un evento coyuntural de origen externo. Por definición,
depende de una situación precisa y generalmente brusca, inesperada o imprevisible que
puede sobrevenir una sola vez en la vida. Es aparentemente independiente de nuestra
voluntad. Hablaremos entonces de psicochoque emocional desestabilizante
activante. La experiencia nos muestra cotidianamente que hace falta sólo uno para
activar los procesos neurofisiológicos en el origen de una conversión orgánica. Sólo ocupa
algunos centímetros en los pasillos de nuestra recuerdoteca. Hojeemos sus páginas
insistiendo en los criterios específicos de este verdadero Big Bang psicoemocional.

Los ocho criterios fundamentales de un psicochoque


1. Es brusco, en el sentido de repentino, rápido. A menudo, puede ser fechado con
precisión, con día, hora, y en ciertos casos, minutos.
2. Es inesperado, imprevisto, a menudo excepcional.
3. Nos toma completamente a contrapié, de improvisto.
4. es dramático o sentido como tal.
5. De intensidad extrema, sobrepasa nuestro propios límites defensivos.
6. No existe ninguna solución en ese instante.
7. Es generalmente vivido en un cierto estado de aislamiento y no podemos
compartirlo con nadie en el momento de su sobrevenida.
8. Está caracterizado por un impacto a nivel mental controlado por el sistema psíquico
de protección y por un impacto corporal, visceral controlado por el sistema físico
de protección, rol atribuido principalmente al sistema neurovegetativo.

Observación
El Psicochoque está caracterizado por un estado de ánimo con participación corporal –
generalmente neurovegetativa – luego de un evento importante, agotador y
traumatizante, asociado a una fuerte preocupación mental o inquietud en el momento de
los hechos, pero a menudo más o menos reprimido. Además, en ningún caso es sólo de
origen psicológico.
Está última frase merece algunas precisiones a fin de posicionarme respecto al término
psicológico. Este episodio inicial puede concernir todos los ámbitos de la vida cotidiana y
no tiene estrictamente nada que ver con la Psicología Clínica de la facultad. Aquí, no se
tratará para nada de Edipo, de Electra, de sexualidad infantil, de Yo, de Superego, de Yo
Ideal o de Ideal de Yo. Aquí, se tratará de la preocupación mental o del pensamiento
y, utilizando un lenguaje más familiar, hablo fácilmente a mis alumnos o a mis pacientes
de calentura de cabeza, sea esta consciente o no, más o menos escondida en nuestra
cavidad craneal. Por esta razón, prefiero, claramente y de lejos, el término psíquico,
más general que psicológico, que está demasiado connotado. Se pueden leer
enfermedades incluidas en historias más banales basadas alrededor de separaciones
brutales, de remordimientos respecto a una imposibilidad de seguir estudios superiores,
de ausencia del padre o de la madre, de accidente, de ahogo, de tristeza del bebé al
fondo de la guardería, de disputa más o menos violenta, de fallecimiento y de duelos
imposibles de hacer, del aborto de ayer aún problemático hoy, de agresión no
necesariamente sexual, de amor fallido o peligroso, de quiebra, de herencia, de villanía,
entre otros.

El psicochoque activante es único para cada enfermedad,


síntoma o comportamiento

A nivel cronológico
El psicochoque activante se debe buscar en la historia reciente del individuo y, por
experiencia y por precaución metodológica, la zona temporal que se debe estudiar no va
más allá de un año antes de la aparición de los síntomas.
A nivel calificativo
A propósito de un tal evento, los cinco sentidos y la mente sirven de ayuda. En efecto,
todo está grabado en su menor detalle y nuestro cerebro biológico memoriza todos los
criterios sensoriales marcadores. Ellos podrán ser encontrados de entrada o gracias a
técnicas apropiadas a fin de descargarlos en plena consciencia. Es uno de los principales
puntos de la teoría.

¿Cuáles son las enfermedades concernidas por el


psicochoque?
En la mayoría de las enfermedades llamadas agudas y en varios cánceres. Los otros
volúmenes precisarán mucho más este tema y cada patología se ilustrará con ejemplos
clínicos.

Los psicochoques emocionales


desestabilizantes programadores
En el análisis de varias historias, pudimos encontrar otros psicochoques, sin por esto
llegar a la activación de los procesos de conversión: los psicochoques
programadores. Aun cuando poseen las mismas características que los de forma
clásica, no intervienen directamente en los procesos de conversión. En cambio,
demuestran la existencia de una cierta uniformidad que concierne a nuestra atracción por
tal o cual situación conflictiva que podríamos calificar de predisposición conflictiva. Aquí,
la temática de la jarra psicosomática cumple todas sus expectativas , ya que cada
psicochoque programador la llena con cierta cantidad de fluido conflictivo, sin por esto
hacerla rebosar. En lenguaje más popular, podríamos emplear el termino
precalentamiento.

La conversión por saturación conflictiva


Como su nombre indica, la saturación conflictiva significa una impregnación en exceso y,
más familiarmente, designa la sensación de que “el vaso está lleno”. ¿Cómo llegar a ese
punto? Su puesta en evidencia me permitió definir dos puntos precisos que dependen del
número de actividades conflictivas a las cuales la persona debe enfrentarse durante un
período corto, algunos meses en general y, en todos los casos, menos de un año. Muy a
menudo, encontramos algunas características del psicochoque, como por ejemplo,
principalmente el hecho de no poder hablar de eso y exteriorizar el dolor molar que
invade progresivamente la psique, ya que la preocupación mental se vuelve
predominante. Cada vez, se produce el rebasamiento de los umbrales de tolerancia.

La persona es acosada por varias actividades conflictivas en un mismo lapsus de


tiempo. La realidad clínica muestra que, para cada una de ellas, los mecanismos de
protección fueron ámpliamente solicitados antes, sin por esto provocar procesos de
conversión específicos y ciertas personas se sorprenderán de activar una enfermedad
después de un conflicto juzgado bastante benigno. De hecho, éste último sólo secretó
una pequeña gota de líquido conflictivo e hizo que se desbordara la jarra psicosomática
que ya estaba casi llena.
La persona trata de controlar una sola actividad conflictiva sin encontrar soluciones.
Sus pensamientos, su vigilancia y su autocontrol son puestos a duras pruebas y, al cabo
de algunas semanas o meses, los umbrales de tolerancia se sobrepasan por invasión
progresiva y constante de la problemática. Aquí, van de la mano pensamiento,
preocupación, saturación, o inquietud, todos fuera de sí.

La conversión repetitiva a mínima


Se trata más bien de un escenario conflictivo estructural. Muestra la existencia de
cierta fragilidad focalizada que forma parte integrante de nuestra historia, junto a una
multitud de eventos que poseen un denominador común con un significado psicosomático
cercano, que el análisis podrá poner en evidencia. Encontraremos a menudo una especie
de escenario de vida.

El estado de ánimo conflictivo correspondiente es generalmente de muy baja intensidad


cada vez, pero muy repetitivo y sobreviene regularmente a lo largo de un periodo
larguísimo, que se cuenta a menudo en años. Estamos entonces lejos de la definición
clásica de psicochoque. De hecho, estamos más bien frente a una especie de escenario
de vida que presenta una multitud de mini psicochoques sucesivos y acumulados –
basados alrededor de un tema idéntico –, cada uno de estos deja una pequeñísima
cantidad de liquido conflictivo en la jarra psicosomática que se llena lento pero seguro
para que, un día, se desborde en forma de signos clínicos. Este fenómeno interviene
particularmente en algunas enfermedades crónicas que se me ha propuesto estudiar, a
continuación les presento un lista no exhaustiva de estas:

1. Las grandes insuficiencias: cardíacas, circulatorias, pulmonares, hepáticas, renales.


2. Las enfermedades crónicas reumáticas: espondiloatritis anqanquilosante, poliartritis
reumatoidea, artrosis.
3. Las enfermedades crónicas pulmonares tales como la bronquitis crónica.
4. Ciertas enfermedades endocrinas como los bocios tiroideos, la diabetes, las
insuficiencias glandulares, entre otros.

La conversión mnémonica
Hace intervenir actividades conflictivas generalmente inconscientes, que pertenecen a la
historia anterior a nuestro nacimiento. Los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados, el
Proyecto/Sentido y el Transgeneracional nos ayudaran a ponerla en evidencia.

La conversión mixta
En algunos casos clínicos, varias de estas posibilidades pueden combinarse. Les
presentaré historias basadas alrededor de una Conversión Mnémonica acoplada a un
Síndrome de agotamiento, de una Conversión por Saturación asociada a un Síndrome de
agotamiento, de una Conversión Repetitiva a Mínima con la predominancia de una
memoria transgeneracional, etc.
QUINTO PRINCIPIO
La programación de la enfermedad
En los cuatro primeros principios se desarrolló la siguiente idea general: los signos
clínicos de una enfermedad aparecen debido a factores activantes en estrecha relación
con los estados de ánimo conflictivos recientes en la vida del individuo – psicochoque o
saturación conflictiva – o que forman parte de una estructura de funcionamiento –
conversión repetitiva a mínima. La práctica cotidiana muestra que en un primer
momento, su simple puesta en evidencia puede conducir al paciente, solo o acompañado,
hacia el camino de la mejoría, incluso al restablecimiento. En otros casos, este análisis se
revela insuficiente ya que la o las semillas conflictivas en el origen de la sintomatología
actual fueron plantadas en el mantillo de su historia personal desde su nacimiento,
durante su gestación e incluso antes, en el libro que relata la saga familiar de varias
generaciones. Es el vasto tema de la programación de las enfermedades.

Contrariamente a las ciencias llamadas exactas como la física, la química o las


matemáticas, las ciencias humanas no pretenden de ninguna manera querer y sobre todo
poder poner en ecuaciones las consecuencias psicosomáticas, de varias generaciones, de
la inhalación de gas mostaza durante la primera guerra mundial. La humildad de un
investigador en ciencias psíquicas lo empuja a formular hipótesis que sólo la clínica puede
confirmar o desmentir. En este caso preciso, insuficiencias respiratorias, asmas y
bronquitis crónicas han podido mejorarse luego de esta puesta en correlación. Para mí, la
clínica cotidiana se impone, ¡ahora y siempre! Cuántas veces no he constatado este tipo
de coincidencias:

1. Cáncer de seno a cincuenta y dos años. Mi abuela se murió de un cáncer de seno a


los cincuenta y dos años, mi madre se murió de un cáncer de seno a los cincuenta y
dos años. ¿Tengo cincuenta y uno, que debo hacer?
2. Cáncer del pulmón en los Rafael de la familia. Mi primo se llamaba Rafael y falleció
de un cáncer del pulmón. Su padre, mi tío materno, se llamaba también Rafael y
falleció de un cáncer del pulmón. Mi segundo nombre es Rafael y tengo un cáncer
del pulmón.
3. Accidente a los cuarenta y cinco años. Mi padre falleció de un accidente vascular
cerebral a los cuarenta y cinco años. Mi hermano falleció de un accidente cardíaco a
cuarenta y cinco años. A cuarenta y cinco años, fui víctima de un accidente
automovilístico.

Para que hablar de las memorias cíclicas, las cuales todos poseemos inconscientemente.
De hecho, existe una verdadera programación de la enfermedad que se nos propone
poner en evidencia durante la exploración de cualquier caso y sería verdaderamente inútil
privarse de ella, cuanto más que su existencia es verificada cada vez más por los
practicantes y por los pacientes. Ciertas veces, se revela muy instructiva, incluso
determinante para empujar al individuo hacia la reconciliación con su historia y dirigirlo
hacia el camino del restablecimiento. En otros casos, lo confieso, se revela inútil en un
primer momento y es especialmente en una situación como esta que el análisis
psicosomático de una patología, como lo hemos presentado, tomará toda su importancia.
Así, dependiendo de la consulta, la experiencia clínica nos indica varias pistas de
investigación. He aquí algunos ejemplos a título informativo:

Alergia: exploración transgeneracional o del Proyecto/Sentido raramente necesario. El


análisis psicosomático es ámpliamente suficiente.

Cáncer en general: exploración transgeneracional, CBMC y Proyecto/Sentido muy


indicados.
Enfermedades crónicas: en un principio, el análisis psicosomático de la patología es
suficiente para poner en evidencia la estructura general de funcionamiento. Los Ciclos
Biológicos, el Proyecto/Sentido y el transgeneracional tratarán de encontrar el posible
origen de la enfermedad.

Asma y enfermedad pulmonar: exploración transgeneracional obligatoria.

Enfermedad digestiva: en un principio, el análisis psicosomático ayudado por los Ciclos


Biológicos bastan.

Desordenes amorosos: Proyecto/Sentido en ciertos casos y Transgeneracional muy a


menudo.

Extravíos existenciales: Proyecto/Sentido y Transgeneracional obligatorios.

Sí, las semillas de nuestro malestar mental o corporal han sido plantadas. Y si decimos
han sido plantadas nos preguntamos inmediatamente cuándo, cómo, dónde y por quién.

¿Cuándo?
Distingo tres periodos particulares.

1.Nuestra historia desde nuestra infancia hasta la aparición de los síntomas, dicho de
otra manera, hasta sus circunstancias activantes. Representa la acumulación de
nuestros propios episodios conflictivos de vida. Estos han sido grabados y
catalogados en buen lugar de una manera tal que causaría la envidia de una relojero
suizo. Marc Fréchet descubrió que ciertos episodios obedecían a un funcionamiento
cíclico, principalmente temporal, los cuales llamó Ciclos Biológicos Celulares
Memorizados (CBCM).
2.Nuestra historia intrauterina o, más exactamente, un periodo temporal que cubre
nuestra concepción, nuestra gestación, nuestro nacimiento y nuestra primera
infancia. Especialmente desarrollado por Marc Fréchet, fue llamada
Proyecto/Sentido. Los padres poseen – consciente o inconscientemente – un
proyecto preciso para su futuro(a) hijo(a). Éste(a) último(a) va a expresarlo
inconscientemente dando un sentido a su vida en estrecha relación con el proyecto
parental inicial.
3.Nuestra historia familiar sobre varias generaciones representa la más segura y
constante vena de semillas-enfermedades. Es la corriente ideológica resumida por la
Psicogenealogía o el Transgeneracional.

¿Cómo?
A decir verdad, no tengo idea alguna y ningún aparato de detección existe hoy en día. Lo
lamento muchísimo por todas las personas que desean más pruebas materiales. Aquí, la
experiencia clínica es la reina. Ella confirma a menudo una suposición de partida que, en
ciertos casos, va a servir para aumentar la tasa de certitud del individuo. Ayudará a
entrever un posible desapego salvador en donde los mecanismos de protección psíquica y
física tendrán el placer de intervenir a fin de descargar el excedente de energía grabada y
acumulada durante los eventos desestabilizadores del pasado.

¿Dónde?
Hasta que se pruebe lo contrario, siempre ocurre en la cavidad craneana, bien lejos de la
consciencia en la mayoría de los casos. Entonces la respuesta es simple: en el
Inconsciente

¿Por quién?
Designar a una persona en particular concerniría a un mecanismo psicológico clásico que
usted ya conoce y que se llama proyección, una especie de chivo expiatorio sobre el que
podemos verter nuestra hosquedad durante años y años, lo que es completamente inútil
para tomar la gran y magnífica caminata del restablecimiento. Hablaría más bien de
situación pasada involuntaria, por nuestra parte o la de un antepasado, no metabolizada
o no controlada a tiempo y generadora de stress, de contrariedad. De hecho, ese
excedente de energía – ¡otra vez ella! – acumulada o heredada trata de situarse sobre un
objeto de descarga para ser evacuado en un momento especial relacionado con la
historia general de la persona. Tal y como lo hemos visto, este objeto puede ser una
enfermedad, un comportamiento particular, una actividad física, un pasatiempo o una
actividad profesional, entre otros.
Para concluir, puede adivinarlo sin problema, la Psicosomática Clínica incluye todas estas
teorías y prácticas, ya que nadie posee la verdad, sobre todo en el campo de la salud.
Como decía antes, una cura de quimioterapia, unas sesiones de rayos, un tratamiento
químico, a la larga, no son para nada incompatibles con un drenaje focalizado de los
emuntorios, un apoyo psíquico, algunas píldoras homeopáticas o unas agujas de
acupuntura. Para que hablar de la osteopatía, que le ha hecho bastantes favores a los
pacientes y no únicamente a partir de una problemática osteo-articulatoria.

La enfermedad programada por


una memoria conflictiva de tipo
Ciclo Biológico Celular Memorizado
de Marc Féchet (CBMC)
Empezaremos por las generalidades y las definiciones antes de exponer algunos casos
simples y demostraciones para familiarizarles con esta noción fundamental.

Generalidades y definiciones
Se trata simplemente de un fabuloso descubrimiento y el mejor medio de acceder a éste,
intelectualmente para empezar, es leer este capítulo de presentación general. Por otro
lado, para aprovecharlo como corresponde, nada mejor que el estudio y el análisis de sus
propios ciclos. Incluso mis estudiantes – que ya conocen la Nueva Psicosomática – se
sorprenden de “encontrar” aún algunos elementos para entenderlo mejor y, luego,
aplicarlo en su práctica cotidiana. ¡Nada más que agradables sorpresas en perspectiva!
Además, le eficacia terapéutica de los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados es
innegable ya que sólo se trata, al fin y al cabo, de constataciones, de simples y anodinas
coincidencias, aparentemente... revelan toda una parte insospechada de nuestro
funcionamiento de ser humano.
Estos aspectos cíclicos que corresponden a nuestros comportamientos y eventos sin lazo
aparente ya son conocidos, sobre todo en astrología. Pero nadie antes que Marc Fréchet,
a partir de los años setenta, los había incluido en una verdadera dinámica
comportamental, psicológica, patológica y sobre todo, cronológica. Como todo
descubrimiento, se basó mucho en el análisis de su propia historia, lo cual no puedo
transmitir aquí. En cambio, numerosos ejemplos lo ilustrarán.
Para abordar este tema, se nos hace necesario volver a nuestro famoso stressograma.
Desde nuestro nacimiento, todos los eventos positivos o negativos son grabados por
nuestro cerebro. La grabación se efectúa en tres direcciones principales:
1. La descripción de la situación misma; lo vivido, la descripción de los hechos
como el lugar, los personajes implicados, entre otros.
2. Emocional; el o las sensaciones concomitantes que ya conocemos.
3. Temporal; con gran exactitud por la edad, la temporada, la fecha y la hora.
Esta última nos interesa especialmente aquí.

Como los ordenadores, poseemos una especie de reloj biológico. Cada vez que una
información se inscribe en el disco duro de nuestro cerebro, una hora precisa y una
sensación, también precisa, acompañan esta grabación. Lo genial de nuestro maestro del
tiempo biológico fue estudiar la relación entre los aspectos emocionales de estos eventos
y su cronología. Encontró coincidencias más que perturbadoras, que la Psicosomática
Clínica se apresuró a incluir en su teoría básica. Veamos primero, si les parece, la
definición general de un ciclo.

Definición de un ciclo
Sea cual sea, un ciclo se define temporalmente por un elemento básico repetitivo,
caracterizado por un inicio, un período y un final. El inicio y el final son instantáneos y el
período es muy variable dependiendo del ciclo, del orden de lo infinitamente pequeño,
como en la física cuántica, hasta cientos de años, como en astronomía.

De hecho, y sin saberlo, siempre hemos funcionado con múltiples ciclos que podemos
clasificar según dos categorías: ciclos exteriores e interiores.

Los ciclos exteriores


Se encuentran en la naturaleza – ¡ella otra vez! –, ustedes ya conocen el ciclo día/noche
(24 horas) o el de las estaciones (3 meses). Los astrólogos disfrutarán la lectura de estas
lineas. En efecto, son los que están mejor situados para hablar de esto, ya que su trabajo
consiste, en gran parte, en analizar los periodos cíclicos de cada astro a fin de constatar
ciertas suposiciones psico-comportamentales relacionadas con algún aspecto planetario.
Así, un paciente, apasionado por esta disciplina, vino a explicar un desorden amoroso
después de haber estado “bajo la influencia de Venus en retroceso”, como decía. En
efecto, su novia acababa de echarlo literalmente de su casa y se encontró en la calle con
su maleta en la mano. Algunos incluso, se han especializado en la previsión de eventos o
de situaciones especialmente “visibles” en el cielo del nacimiento de la persona
interesada.

No olvidemos los astrónomos, para quienes el estudio de los ciclos planetarios ocupa la
mayoría de su tiempo. Saben y predicen con una precisión notable el paso de algún
asteroide o la aparición de algún fenómeno, como un eclipse, por ejemplo. Todo eso
gracias a los ciclos de los planetas.

Los ciclos interiores


Son propiamente nuestros y especialmente representados por los ciclos fisiológicos, en
especial hormonales. ¡Son múltiples! El ciclo de la secreción del cortisol, el ciclo
menstrual de la mujer (28 días), el ciclo de vida de una célula del estomago (36 horas) o
de un glóbulo rojo (120 días). Son completamente inconscientes en su mayoría. ¿Saben
cuál es su tasa de cortisol a la hora del aperitivo?

Los Ciclos Biológicos Celulares Memorizados


de Marc Fréchet
Sean cuales sean, positivos o negativos, todos los eventos de nuestra vida se graban y
han tomado su lugar respectivo en una especie de reserva en forma de complejo
conflictivo o no. Para recordarlo, un complejo está constituido por un evento vivido al cual
está vinculado una o varias sensaciones.

Curiosamente, algunos de ellos se nos aparecen de una manera cíclica. Cabe suponer que
la carga emocional concomitante a un episodio especial se quedó pegada, sin haber
podido disiparse por completo a tiempo, constituyendo de esta manera una fuente de
conflicto más. Como ya sabe usted, su vida estará dominada por un intento de descarga
mediante los procesos de conversión. La observación muestra que esta descarga puede
tomar varias formas: comportamiento, enfermedad, profesión, accidente, nacimiento,
aborto natural, aborto, encuentro, separación, divorcio, mudanza, cambio importante en
la vida cotidiana, entre otros. De esta manera, la temática de los CBMC se transforma en
una seria herramienta para descubrir eventuales memorias cíclicas activantes y sobre
todo programadoras, más o menos inconscientes. He aquí varios ejemplos que
demuestran la utilidad de un estudio de los CBMC, desarrollando dos puntos especiales y
muy fáciles de poner en evidencia: el ciclo de autonomía y la memoria cíclica musical.

El ciclo de autonomía
Prefiero empezar mi exposición con algunos ejemplos. Les propongo detallar las sutilezas
del ciclo de autonomía de la Señora África, el de la Señorita Depresión y el de Señor
Osteo. Terminaremos este estudio con los clásicos del ciclo de autonomía y la
metodología teórica a fin de que ustedes mismos calculen su propio ciclo de autonomía.

Señora África
Presenta una Esclerosis Múltiple (EEP) y la explora psicológicamente desde hace dos años
aproximadamente. En cada consulta descubre uno o varios elementos y su estado
general oscila entre periodos de gran mejoría durante los que vuelve a caminar y
momentos de crisis en los que necesita bastones y la silla de ruedas. Pero fue durante un
cursillo acerca de los CBMC que pudimos explorar su historia bajo éste nuevo ángulo. He
aquí el resultado inmediato, justo después de haberle pedido a cada participante que
llenara, para empezar, las fichas recientemente impresas de su propio ciclo de
autonomía.

He aquí las fechas y los eventos importantes de su vida:

10/08/1965 : nacimiento en Francia y, muy rápido, mudanza a África, donde su padre


fue trasladado.
6 años, 7/1971 : regreso de África
8 años, 11/1973 : fallecimiento de la bisabuela materna (BAM) luego de una operación
por gangrena de la pierna izquierda.
28 años, 7/1993 : primeros signos de EEP
30 años, 11/1995 : diagnóstico de EEP con parálisis de la pierna derecha.

¿Cuál es la relación entre todas estas fechas? Marc Fréchet habría respondido lo
siguiente.
La clave se encuentra en la comparación de todas estas fechas diferentes a partir de su
fecha de nacimiento el 10/08/1995 y la del día de su matrimonio a los 22 años, el
05/08/1987. Llamé a esta última la “fecha de autonomía” inaugurando así su segundo
“ciclo de autonomía”. Precisemos el significado de la fecha de autonomía.
La fecha de autonomía
Esta paciente, el día de su matrimonio, se vuelve ipso facto autónoma en su vida, en
varios planos: financiero, profesional y sentimental. Por esto, es bastante clásico
considerar este evento como un nuevo comienzo en la vida. No necesita más a sus
padres para sobrevivir y se considera como una verdadera adulta y, en ese momento, los
padres pueden tranquilizarse, ya que ella se vuelve completamente responsable de todos
los actos de su vida. Marc Fréchet insistía especialmente en la autonomía financiera
que marca una verdadera independencia respecto a sus padres.

¿Cómo determinar esta fecha con precisión?


Podemos acceder al grado de autonomía de varias maneras.
El matrimonio: hace mucho tiempo e incluso hoy en día, esta fecha estaba a menudo
ligada al casamiento. El mismo día de este evento, los novios se van a vivir al nuevo nido
mullido, que eligieron y habilitaron para cumplir su función de futuros padres, más o
menos lejos de sus padres respectivos. Los recién casados son autónomos en lo que
concierne al dinero y al alimento.

La autonomía financiera es según mi parecer, la más importante. De un día al otro,


satisfago mis necesidades vitales.

Toma decidida de independencia, deseada, aceptada o no, ruptura: la persona


decide ella misma irse de la casa de sus padres. Sea esto deseado o no, acordado con los
padres o no, ella se vuelve autónoma a partir del momento en que se las arregla sola
para alojarse, alimentarse y lavar su ropa. “Di un portazo en casa de mis padres el día de
mis dieciocho años, ya que no soportaba más estar con ellos”, “Mis padres estuvieron de
acuerdo, la vida se hacía imposible”.

Causa profesional: esta autonomía puede ser adquirida sin casarse o dar un portazo a
la casa de sus padres, puede ser por causa profesional. Un joven debe ir a aprender su
oficio, cursar estudios superiores o trabajar lejos de su domicilio.

Autonomía de oficio debido al fallecimiento de los dos padres: existen situaciones


dramáticas en que la autonomía se da como consecuencia del fallecimiento de los dos
padres. La persona queda huérfana de un día al otro y, automáticamente, vive el primer
día de su autonomía, incluso si es acogida por un tío, una tía o la asistencia pública. Si ya
es huérfana de su padre, su autonomía comenzará el día en que se vaya de la casa de su
madre o el día del fallecimiento de ésta, aunque no se haya ido. Hemos podido estudiar
el caso de un hombre depresivo del que la particularidad cíclica estaba en el hecho que
su ciclo de autonomía había comenzado a muy temprana edad: 6 años y 3 meses. Sus
padres fallecieron durante un accidente automovilístico. Agradezcamos a Marc Fréchet
por estas precisiones y continuemos su obra.

Caso especial 1: estas cinco posibilidades son las más frecuentes y generalmente son
muy fáciles de evidenciar. En ciertos casos, la fecha de autonomía es más difícil de
determinar. Como cuando un hombre afectado por un melanoma maligno poseía de
hecho dos fechas de autonomía: la primera relacionada con su partida del domicilio
parental por motivos profesionales y la segunda, más difícil de encontrar, concernía a su
decisión de estar interno en un colegio durante el último año de estudios secundarios
para preparar mejor su selectividad. El análisis de sus CBCM nos demostró que la
segunda era más importante para él y es lo que corresponde a lo que he llamado “la
sensación de autonomía”. Se merece una observación.

La sensación de autonomía es completamente subjetiva. Le pertenece a cada uno,


depende de sus propias sensaciones y no puede de ninguna manera ser discutida. ¿Cómo
encontrarla? Se preguntará usted. Con la ayuda de ejercicios psico-corporales específicos,
en donde la sensación se impone ante el análisis puramente matemático.
Desgraciadamente, se me hace imposible desarrollar esta idea, ya que la
experimentación es la reina de este ámbito.

Caso particular 2: en raras ocasiones, se pueden formular varias proposiciones de ciclo


de autonomía . Su análisis profundo y su comparación se zanjarán dependiendo de
ciertos criterios especializados.

Significado simbólico de la fecha de autonomía


Esta famosa autonomía correspondería a una especie de nuevo nacimiento. Para
entender la importancia de esta fecha, necesitamos hacer una vuelta atrás, exactamente
al momento en que fuimos concebidos por nuestros dos padres.

Antes de nuestro nacimiento: durante los nueve meses de nuestro desarrollo,


estábamos “alojados” en una especie de casa, que era el útero de nuestra madre.
Dependíamos completamente de la fisiología de nuestra madre que nos alimentaba
mediante el cordón umbilical.

El día de nuestro nacimiento está marcado por el corte del cordón umbilical.
Automáticamente, accedemos a un primer grado de autonomía fisiológica, empezando a
evolucionar en un nuevo ambiente, incluso si aún dependemos de nuestra madre
abastecedora en lo que respecta a los alimentos reales y a los alimentos afectivos. De
esta manera, de la “casa-útero” nos “mudamos” al nido familiar.

A lo largo de nuestro crecimiento, este grado de autonomía se amplificará cada vez más.
Tierna infancia más o menos pegado a la madre, infantes, cuando la marcha nos permite
dar vueltas alrededor de nuestra madre, infancia tardía en cuando la lejanía es más
visible, adolescencia en donde la distancia se hace sentir cada vez más y un día,
accedemos al estadio adulto, conscientes de los peligros de la vida. Accedemos al estadio
de responsabilización en este mundo. En ese momento, nos volvemos capaces de
arreglárnoslas solos y, naturalmente, llega el momento de irnos a vivir nuestras
aventuras de mujeres o de hombres maduros. El día de nuestra partida, vamos a
encontrarnos simbólicamente como en el primer día de nuestra vida, nuestro nacimiento.

Para esta paciente que presenta una EEP, todos los eventos grabados desde su
nacimiento están marcados en el stressograma de su vida entera. Van a repetirse de una
cierta forma que no siempre es idéntica. Para mi gran estupefacción, ¡esta repetición es
casi matemática! Verifico estas constataciones cotidianamente en mi práctica personal. Al
principio, consideraba estos hechos como coincidencias. Pero de tanto encontrarlos,
analizarlos, calcular y comparar sus fechas, pude afirmar al cabo de un cierto tiempo que
el azar no tenía nada que ver. Me parece que puse el dedo en la llaga sobre una parte
del funcionamiento temporal biológico de nuestro cerebro. Si ustedes me lo permiten, me
propongo establecer el ciclo de autonomía de nuestra paciente de esta manera:

Primer ciclo Segundo ciclo

Edad Fecha Evento Edad Fecha Evento

0 10/8/65 Nacimiento 22 05/08/87 Matrimonio

Primeros
6 07/71 Regreso de África 28 07/93
signos

Diagnóstico
de EEP
Fallecimiento BAM
8 11/73 Gangrena pierna 30 11/95 Parálisis
derecha pierna
derecha

Como ya saben ustedes, en la EEP, se da un factor de intención contrariada y de


desplazamiento difícil. Podríamos proponerle la existencia de dos episodios de su
infancia, especialmente desestabilizantes e inconscientemente memorizados: su regreso
de África y el fallecimiento de su bisabuela materna. Ubicando la fecha de su nacimiento
en el mismo nivel que la fecha de su matrimonio, el regreso de África se encuentra frente
a la fecha de sus primeros signos neurológicos y el fallecimiento de su bisabuela frente a
la fecha de diagnóstico de la EEP. Según mi opinión , estas dos parejas temporales están
íntimamente relacionadas con su enfermedad junto a la existencia, dos veces, de un
obstáculo psico-fisiológicamente grabado a nivel neuro-motor, aún activo. Lo mejor es
escucharla después de haber puesto en evidencia la existencia de estos dos dobles
obstáculos, los que representan un punto clave en el análisis psicosomático de su EEP.

Primer doble obstáculo a los 6 años, en julio 1971: el regreso de África. Vivía en
África donde mi padre había sido trasladado. Era un paraíso. Siempre recordaré el clima
de felicidad en el que me sentía durante esos seis años. Era una reina mimada por una
niñera y protegida por el sirviente de la casa. Hasta que un día de julio 1971, sin haber
sido advertida de nuestra partida definitiva, mis padres y yo fuimos acompañados al
aeropuerto por nuestro chófer, que insistió mucho en nuestra partida durante los treinta
minutos que duró el trayecto. En un momento dado, vi un bosque y me puse a pensar
que no lo vería nunca más y lloré. Yo quería quedarme en ese paraíso, pero era
completamente impotente. Sólo debía obedecer sin discutir. Luego el avión y nuestra
llegada a Francia, a casa de mis abuelos maternos. Era horrible porque no conocía a
nadie. Estaba desamparada. La única persona de la que recibía afecto, era mi bisabuela,
abuelita Irene, la abuela de mi madre.

A nivel metodológico, calificaremos este episodio como “Primer Programador”


relacionado con la aparición de los primeros signos a los 28 años.

Segundo doble obstáculo a los 8 años, en noviembre 1973: el fallecimiento de


abuelita Irene. Estaba en la cocina, apoyada en la puerta del trastero. Mis padres
entraron y me anunciaron la muerte de abuelita Irene sin contemplaciones. Me puse a
llorar y a querer verla una última vez. “De ninguna manera”. Aún oigo esta frase de mi
padre. Ante mi estado, me llevó al trastero, me encerró para calmarme y le pidió a mi
hermana mayor que me vigilara. Estaba oscuro y no atiné a encender la luz. Gritaba,
lloraba. Estaba paralizada de tanto repiquetear la puerta. Quería salir pero no podía. Me
sentí bloqueada por todos lados. Finalmente, abrieron la puerta cuando ya estaba
completamente agotada. Después supe que la abuelita Irene falleció tras una operación
por gangrena de la pierna derecha.

A nivel metodológico, calificaremos este episodio de “Segundo Programador”


relacionado con el establecimiento del diagnóstico a los 30 años, luego de la parálisis de
la pierna derecha.

Señorita Depresión
Es una banal historia de amor. Esta joven se enamoró de una bello joven. Su idilio duro
algunos meses y, por razones que sólo conoce el corazón de este último, la ruptura brutal
acarreó un estado depresivo en la joven. La simple tristeza del comienzo se transforma
bastante rápidamente en una verdadera depresión con ganas de suicidio. Su baja de un
mes es regularmente renovada por su médico junto a un tratamiento antidepresivo más o
menos convencional. Al sexto mes de inactividad y de psicotrópicos, decide explorar este
estado calificado de anormal o de desproporcionado. No es la primera vez que me
plantan. Por eso no entiendo por qué esto dura tanto tiempo. Claro, puse mucho en esta
relación, pero de ahí a impedirme vivir así, sigo sin entender. He aquí los principales
ingredientes simplificados para aprehender mejor este ejemplo.

Autonomía: 24 años durante su partida por razones profesionales luego de estudios


universitarios.
Edad de inicio de los síntomas: 40 años. Estamos en su segundo ciclo y 40 años
corresponde a 16 años en su primer ciclo (40 – 24).

¿Qué sucedió hacia los dieciséis años? He aquí su respuesta: mi madre era muy
depresiva. Creo que siempre la conocí así. A mis dieciséis años, se suicidó. Su enésimo
intento había funcionado. Gracias al ciclo de autonomía, pudimos fácilmente dirigirnos
directamente hacia su herida, lo más importante de su vida. Entonces, el
acompañamiento terapéutico ha consistido en ayudarla a proseguir el difícil camino del
duelo de su madre y no el de una banal ruptura amorosa.

Señor Osteó
Señor Osteó a puesto en evidencia el posible origen de su atracción instintiva por el oficio
de masajista-kinesiterapeuta completado por una formación de osteopatía, que ejerce
con pasión desde hace más de treinta años. En efecto, sobre su CBMC calculado a partir
de su fecha de autonomía correspondiente a su primer empleo de kinesiterapeuta, dos
anotaciones situadas en el mismo nivel han llamado mi atención.

Primer ciclo Segundo ciclo

Edad Fecha Evento Edad Fecha Evento

0 10/8/65 Nacimiento 22 05/08/87 Matrimonio

Primeros
6 07/71 Regreso de África 28 07/93
signos

Diagnóstico
de EEP
Fallecimiento BAM
8 11/73 Gangrena pierna 30 11/95 Parálisis
derecha pierna
derecha

A los cinco años, tuve un Reumatismo Articulatorio Agudo (RAA) y mis padres me dejaron
en el hospital para niños durante varios meses, seis, creo. Estaba solo e imagino mi
angustia. Así, este doloroso episodio de la vida de este señor, durante el que se sintió
abandonado por sus padres durante seis meses, fue “reparado” gracias a su oficio,
altamente significativo y en relación directa con la patología osteo-articulatoria de su
infancia. Veamos como establecer vuestro propio ciclo de autonomía.

Metodología
Primera etapa: determinar vuestra propia fecha de autonomía con una edad precisa
(años, meses y días). En el ejemplo, para el cumpleaños número 20, matrimonio.

Segunda etapa: mostrar la tabla de sus ciclos, como en el ejemplo.

Tercera etapa: ubicar los eventos relevantes con la edad precisa de su sobrevenida. En
el ejemplo: episodio 1 a 8 años y episodio 2 a 12 años.

Cuarta etapa: buscar los eventos relacionados con los otros ciclos. En nuestro ejemplo:
28 y 32 años en el segundo ciclo y 48 y 52 años en el tercer ciclo. A veces, están
escondidos en nuestra memoria y hace falta una cierta cantidad de tiempo para sentirlos
emerger en nuestra consciencia. Otras veces, se quedan en las profundidades y es sólo
después de una exploración exhaustiva que tenemos el placer de recibirlos en nuestra
consciencia.

Quinta etapa: análisis, sensaciones y conclusión.

La Memoria Cíclica Musical


Veamos primero su definición y luego, varios ejemplos para ilustrarla. ¡Yo la utilizo
siempre!

Definición
Memoria: tengo en mi interior uno o varios mensajes conscientes, pero también tengo
mensajes inconscientes en su mayoría relacionados con lo vivido en un episodio junto a
una o varias sensaciones ligadas a este y una fecha igualmente precisa.

Cíclica: designa un cierto periodo más o menos largo. En un principio, durante la


consulta, contaremos en años. Luego, si esto se revela necesario, los meses y las
semanas serán puestos como ayuda. A título informativo, Marc Fréchet se daba el lujo de
tomar en cuenta la edad exacta: ¡años, meses, semanas y días!
Durante el desarrollo cronológico de la vida, este ciclo va a desplegarse completamente a
nuestras espaldas y ciertos eventos psicológicos, psicosomáticos o somáticos
anteriormente grabados van a reaparecer generando en cierta forma su relectura. La
mayoría del tiempo, pasan desapercibidos, pero cuando la persona presenta hoy
síntomas físicos o psicológicos molestos, podemos ayudarnos con esta concepción del
tiempo biológico para explicar la problemática actual. Cabe señalar que todos los eventos
están integrados en ciclos, se consideren buenos o desagradables. Así, por ejemplo, un
ascenso en el trabajo puede ser explicado por el hecho de haber tenido un buen
resultado en un examen algunas décadas antes.

Musical. Marc Fréchet se dio cuenta que estos ciclos volvían con una regularidad
sorprendente, que se asemeja mucho a la armonía musical que concierne a la
composición de los acordes perfectos.
Tomemos la composición del acorde de Do mayor. Esta constituido a lo mínimo por tres
notas: Do (la primera nota de la gama, llamada fundamental), Mi (la tercera) y Sol
(la quinta). Podemos agregar la nota Do de la gama superior que los musicólogos
llaman la octava superior, el octavo grado de la gama diatónica.

En la práctica
Es demasiado simple, a nivel de la escuela primaria. Toma la edad de sobrevenida de los
síntomas y divide por:
• 2 para obtener la octava inferior
• 3 para obtener los otros dos puntos de la tercera
• 5 para obtener los otros cuatro elementos de la quinta.

Debo confesar que el simple hecho de dividir por dos para encontrar la octava es
generalmente ámpliamente suficiente y un estudio más especializado necesitaría cálculos
más complejos.

La gran lección de las MCM nos conduce a la siguiente conclusión: enfocamos nuestra
atención en una situación presente a menudo dolorosa mientras que el origen de este
malestar se encuentra mucho más lejos, en nuestro pasado. Por ejemplo, un duelo
parcialmente deshecho de la infancia o de la adolescencia puede “representarse” en un
momento especial de nuestra vida, incluso en una dinámica cíclica. Para ilustrarlo,
empezaremos nuestro estudio por la historia del Señor Del Fuego, un músico profesional.

Señor del Fuego


Tiene treinta y seis años. Está deprimido desde que su compañera le anunció su intención
de dejarlo. Al cabo de diez minutos de escucha, mi diagnóstico estaba hecho: se trataba
de una clásica depresión después de un desorden amoroso. La Psicosomática Clínica fue
a explorar este episodio más allá de las fronteras habituales de la psicología clásica. En
efecto, el duelo del rompimiento de esta relación estaba aún activo, más de un año
después de la ruptura. Para mí, la clave tenía que encontrarse en la representación
inconsciente de esta mujer respecto a su propia historia. En otros términos, ¿quién se
esconde detrás de esta mujer?, ¿qué representa?

Sandrine, su nombre, se reveló el elemento que nos condujo hacia la solución teórica, la
que sirvió de base para la instalación de la conducta terapéutica. En efecto, además de
su originalidad y para una persona prevenida, este nombre nos dirige directo hacia las
problemáticas ligadas al fuego, a las cenizas. Reconocerá fácilmente el lenguaje de los
pájaros ilustrado en el primer volumen de esta trilogía psicosomática. Después de
haberle expuesto mis ideas acerca del origen posible de esta depresión “anormalmente
larga” en un joven “ciervo” en plena forma y con mucho futuro, él, que erraba alrededor
de la Rotonda de la Depresión provocada por una Reacción, me condujo directamente a
la avenida de sus 16 años. Además, eso cuadraba perfectamente con su Memoria Cíclica
Musical a la octava. En efecto, a sus 32 años, conoció a Sandrine y fue naturalmente que
dirigí su atención hacia los 16 años. Lo dejo contar lo que sigue.

“Estaba en el liceo, en cuarto de ESO y me iba bien, tanto a nivel escolar como amoroso.
Sin jactarme, me iba bien con las chicas y no me era para nada difícil salir con una o con
otra. En los años 70, tener el pelo largo y ondulado, tocar la guitarra y cantar con
emoción y fervor Leonard Cohen, Dylan o Donovan facilitaba bastante la tarea. De hecho,
tenía para dar y tomar.
La música me apasionaba y era capaz de encerrarme en el cuarto de baño durante horas
para poder aprovechar plenamente la acústica y perfeccionar mi técnica y mi voz. Estaba
inscrito en el conservatorio de música en la clase de guitarra clásica y, la moda obligaba,
cantaba y tocaba folk. Por cierto, mis padres no entendían nada. Encontraban eso
completamente inútil para mis estudios de ingeniería. También me acuerdo de las
famosas disputas musicales con otros colegas. Cada uno cantaba y tocaba una canción
aprendida para la ocasión. Tenía dieciséis años, la vida era bella, yo era despreocupado y
todo iba bien.

Poco después de la vuelta a clases de enero, un chica de mi clase me mostró su interés. .


A decir verdad, no me gustaba especialmente, pero igual tenté la aventura. Al cabo de
quince días, le di a entender que quería dejarla. Era un viernes, entre las doce y las dos
de la tarde, justo después del almuerzo. A la mañana siguiente, no vino a clases, ni el
lunes de después. El martes en la tarde después de las clases, un señor vino a verme a la
salida del liceo y se presentó. Era el padre de la chica en cuestión.

— Mi hija Charlotte tuvo un accidente grave este fin de semana. Se inmoló este sábado
en la tarde. Se roció la cabeza con gasolina y encendió su mechero. Tuvo una quemadura
en tercer grado y la mantienen en una especia de semi-coma artificial para aliviarla. Sólo
pronuncia tu nombre en ciertos momentos. Quizás tu puedas hacer algo. Mi mujer y yo
estamos completamente desamparados.
No sabía qué pensar. Estaba como aturdido. El saber que yo había sido, en cierta medida,
el origen de eso, hacía crecer en mí un sentimiento de culpabilidad, como si me sintiera
responsable de ese horrible accidente. Lo seguí y entré en su habitación. Su rostro estaba
cubierto por vendas de las cuales salía un tubo a nivel de las ventanas nasales. Sus ojos
oscuros miraban fijamente el techo y, a penas pronuncié las primeras palabras, su mirada
se dirigió hacia mí. Algunas lágrimas se escapaban discretamente. Le tomé la mano y ella
la estrechó contra la suya. Sus padres salieron y me quedé solo con ella, pero no sabía
que hacer, ni decir. Finalmente, sentí que el contacto con la mano era suficiente para la
comunicación. Me fui transformado. Ya no era el mismo.

Volví a casa al atardecer, dije que tenía un nuevo curso de guitarra para tranquilizar a
mis padres. Sólo vi su rostro en mi cabeza, durante meses y meses. Me atormentaba día
y noche. La tarde siguiente, decidí ir a verla al hospital y me salté regularmente las
clases. Hice eso hasta junio y la verdad es que no sé como lo logré, pero mis padres no
se dieron cuenta de nada. Falsificaba las calificaciones, firmaba los justificativos de
ausencia en su lugar y simulaba que todo andaba bien. También pasé mucho tiempo en
el cuarto de baño tocando y cantando para aliviarme. Los encuentros con Charlotte, en el
hospital y, más tarde, en su casa, siempre eran iguales. Poco a poco, llegamos a hablar
de muchas cosas. No lo sabía, pero a principios de junio, había preparado nuestro último
encuentro durante el que me dio permiso para no ir a verla más. Nos abrazamos y nunca
más la vi. Para qué decirle que había perdido todo mi año escolar. No quise repetir y
preferí seguir estudios de música clásica en el conservatorio. Lo que acabo de contarle,
no se lo he dicho a nadie. Usted es la única persona a la que me he confiado.

Para volver a Sandrine, si entendí bien su manera de pensar, ella representa Charlotte y
el duelo de la separación con la primera sólo es el representante del que concierne a
Charlotte.”

— Efectivamente, ya lo entendió todo. En su reserva pulsional, se encuentra en buen


lugar, a los 16 años, el episodio Charlotte del cual el duelo no ha sido, aparentemente,
deshecho en su totalidad. Se puede resumir así: “Amor decepcionado de
Charlotte/Inmolación/Culpabilidad”. A los 32 años, el doble de 16, su encuentro y su
dedicación amorosa por Sandrine representaría el medio de descarga del aumento de
energía ocasionado por el primer episodio. En nuestro jerga, hablamos de “reparación”.
En efecto, reparar quiere decir “poner en orden” para disminuir el sobrestress
inconsciente disfrazado de la primera situación. Podría haberse vuelto bombero, cirujano
plástico especializado en la secuelas de quemaduras o cualquier otra actividad
relacionada con la problemática. Su inconsciente prefirió dirigirle hacia una mujer llamada
Sandrine, para quien su dedicación fue amplificada por las razones que acabamos de
poner en evidencia. De esta manera, cuando esta última le dejó, leyó una vez más esta
temática amplificando así su estado depresivo. Como se constata a menudo, un duelo
esconde con frecuencia otro duelo. El de Sandrine escondía el de Charlotte.

La Memoria Cíclica Musical me procura grandes satisfacciones a nivel teórico, en un


primer análisis. A nivel terapéutico, contribuye ámpliamente a facilitar la toma de
consciencia salvadora. Pasemos ahora al Proyecto/Sentido.

La enfermedad programada por una


memoria conflictiva que pertenece al
Proyecto/Sentido
Todo este capítulo está inspirado de la enseñanza de Marc Fréchet, enriquecida por diez
años de experiencia clínica personal. A nivel cuantitativo, el Proyecto/Sentido es antes
que nada un periodo temporal. Éste empieza en el momento en que uno de los padres –
o los dos – emite el deseo de tener un hijo. Se desarrolla durante todo el embarazo y,
después del parto, se termina aproximadamente al año de edad. A nivel calificativo, el
hijo que nacerá, este ser imaginario en un comienzo, en proyecto, en desarrollo y en
fabricación en el útero materno durante la gestación sufre la influencia de su entorno.
Durante este periodo, pueden producirse muchos eventos acompañados de sensaciones
anodinas, notorias, desestabilizantes, positivas o negativas que forman, en ciertos casos
y bajo ciertas condiciones, Complejos Conflictivos que duermen en la Reserva Pulsional
del niño.
El Proyecto/Sentido puede ser también formulado así: ¿Qué había en la cabeza de mis
padres cuando decidieron concebirme? Para responder esta pregunta, utilizo un sistema
que ya ha sido muy experimentado: el análisis psicológico del líquido amniótico.

El análisis psicológico del líquido amniótico


Por supuesto, este análisis no existe en la realidad y simplemente les pido que imaginen
un embrión o un feto en su líquido amniótico. Éste último está estrechamente relacionado
con la madre – que lo produce cotidianamente – y más especialmente con su estado
emocional. Éste último podrá ser influenciado por los propios sentimientos de la madre
y/o por los de su entorno. Por esto, sólo será una especie de testigo en este último caso.
En lugar de medir realmente las tazas de glúcidos o otros parámetros biológicos,
analizaremos la taza de moléculas basadas en torno a la alegría – júbilo, bienestar – o de
moléculas basadas alrededor de la tristeza, como la pena, la angustia, el abatimiento, el
pesimismo, etc.
A título de ejemplo, imagine el análisis psicológico del líquido amniótico de una joven
madre en plena forma con un embarazo completamente normal: la primera lista domina
claramente, ¿no es así? Ahora, compárela con la de una mujer enlutada por el brutal
fallecimiento de su padre, durante el quinto mes de embarazo. No es necesario dibujarlo:
la segunda lista es predominante.

¿Qué es un Proyecto/Sentido?
Tengo una intención bien precisa para mi hijo – explícita o no, consciente o no –, le pido
que lo materialice durante su vida, mediante el o los medios que crea que se deban
utilizar para ir en el sentido de la intención original – oficio, deporte, amigos, amor,
patología, entre otros. De esta manera, su vida tendrá sentido para mí. Se pueden hacer
tres observaciones fundamentales para la terapéutica a partir de esto. Sin saberlo, el
niño es inconscientemente prisionero de las intenciones familiares y puede verse
acorralado por dos formas de fidelidad.

Observación 1: Proyecto/Sentido y Fidelidad Intra-Familias


La frase que me gusta pronunciar es la siguiente: tengo la impresión de que soy amado
y aceptado en esta familia solamente porque obedezco a lo que me han preparado como
porvenir. Hablo a menudo de este adolescente de trece años que se hizo deportista de
alto nivel con un Proyecto/Sentido construido por las derrotas deportivas de sus dos
padres. ¿Qué pasaría con el apoyo parental si interrumpiera su carrera tan bien
encaminada?

Observación 2: Proyecto/Sentido y Fidelidad Familiar Invisible


Aquí, mi experiencia es lo suficientemente rica como para permitirme defender está
observación acerca de uno de las más altos escalones de la terapia en el
Transgeneracional, que abordaremos luego. Acabo de remplazar una hermana, un
hermano, un tío, un abuelo, todos fallecidos muy tempranamente. Ésta es mi función en
el clan, mi sentido y mi razón de ser en esta familia. Si me pliego a estas imposiciones,
seré bien visto, sino...
Antes de abordar el punto siguiente, he aquí el dicho del Proyecto/Sentido que les pido
que recuerden: ¡Mi madre habla español, luego yo hablo español!

Los diferentes tipos de Proyecto/Sentido


Una observación para empezar: para cada persona existen varios Proyecto/Sentidos entre
los cuales uno solo predominará. Además, la experiencia en este campo me ha llevado a
distinguir varios tipos de Proyecto/Sentidos por razones esencialmente didácticas:
1.El Proyecto/Sentido Intencional, consciente y explícito
2.El Proyecto/Sentido Cronológico Natural, el escenario predominante
3.El Proyecto/Sentido Cronológico de Urgencia
4.El Proyecto/Sentido y parto
5.El Proyecto/Sentido Implícito, el secreto parental
6.Proyecto/Sentido Transgeneracional, inconsciente, relacionado estrechamente con la
historia familiar
Pero antes de abordar todos estos Proyecto/Sentidos, una observación importante se
impone: existen Proyecto/Sentidos simpáticos, pero hasta hoy, nunca me han consultado
por un logro social problemático, un ascenso profesional molesto, una feliz vida familiar
inquietante, una felicidad sospechosa o un optimismo ambiguo.

El Proyecto/Sentido Intencional, consciente y


explícito
Intencional viene de intención que significa deseo deliberado de llevar a cabo una
acción o una voluntad. En este caso, nos encontramos generalmente en las esferas de la
consciencia. En este tipo de Proyecto/Sentido, el deseo consciente y deliberado de los
padres respecto a su futuro(a) hijo(a) es habitualmente bastante claro y sin error. En la
mayoría de los casos, son Proyecto/Sentidos bastante agradables. Son muy raros los
casos en donde se estipula clara y conscientemente un mensaje de muerte, de
enfermedad mental o física. Algunos casos bastante excepcionales guían a los niños hacia
parajes problemáticos. Ejemplo: una joven en perpetuo cuestionamiento existencial no
había sido deseada y su propia madre siempre le decía: Si la píldora hubiese existido, no
estarías aquí. No te deseaba, tenía otras cosas que hacer que educar un hijo.

De una manera general, conciernen sobre todo al ámbito profesional, su trama de fondo
es una sucesión para perennizar la empresa familiar o el deseo de adquirir un estatus
social más elevado. A veces, otros ámbitos figuran en buen lugar en la elección de uno o
de los dos padres como el deporte, un pasatiempo, un aptitud particular, entre otros.
Ejemplos: un futuro notario nació en una familia de notarios. Mi padre habla italiano así
que yo hablo italiano. Aquí, mi padre habla “notario” así que yo hablo “notario”. Una
mujer llegó a ser médico y su madre, también médico, había deseado fuertemente un
relevo en esta familia de grandes profesores de medicina, de cirujanos y de dentistas. Un
padre, de carrera militar, quería que su hijo siguiera la misma carrera. El primer hijo fue
una hija, así como las dos siguientes. “Una gran desgracia en la familia” decía la madre.
“Ni siquiera se dignó a verlas. Felizmente, dos niños llegaron y su felicidad aumento.”
Naturalmente, se dirigieron hacia las banderas alistándose por anticipado, antes de la
mayoría de edad. El ambiente viril masculino cambiaba el habitual ambiente intelectual
femenino.
A nivel deportivo, he encontrado niños muy dotados naturalmente para tal o cual
actividad. ¿Acaso no estaban precalentados por un ardiente deseo parental? Habría que
analizar el Proyecto/Sentido de las grandes estrellas del balón redondo, ovalado, de tenis
o de golf. Un gran jugador de golf, conocido mundialmente, fue proyectado por su padre
– quien lo dijo claramente – para ser el más grande en esta disciplina.

El Proyecto/Sentido cronológico “clásico”,


natural El escenario predominante
El periodo del Proyecto/Sentido y el embarazo especialmente son generalmente
calificados de normales, sin episodios realmente marcadores, sin verdaderos
psicochoques, pero teñido, sin embargo, de un notable ambiente singular. A menudo, la
exploración del Proyecto/Sentido de un paciente se inicia únicamente a partir del motivo
de consulta. Otras veces, cuando no hay motivo claro y preciso, con la experiencia, su
simple y anodina narración permite adivinar ciertos aspectos del funcionamiento de la
persona. Constataremos situaciones o eventos más o menos intrascendentes, incluso
banales, pero fuente de algunas actividades conflictivas programadas durante la
gestación, de las cuales algunas todavía están activas, envenenando su existencia. He
aquí la pregunta que hice a un pequeño grupo de personas que vinieron a explorar su
Proyecto/Sentido: ¿En qué estado de ánimo estaban vuestros padres durante vuestra
concepción y qué ocurrió en la familia durante vuestra gestación? Éste fue el resultado.

Señora Accidente
— Yo, soy un accidente. No estaba en lo absoluto prevista y mi madre, desde mi
infancia, no ha dejado nunca de decírmelo. Llegué muy pronto.

— ¿Cuántos accidentes ha tenido en su vida?


— Nunca los he contado, pero soy una buena clienta para los mecánicos.
— ¿O sea?
— Empecé mi carrera accidental muy temprano, entre las caídas de la silla de comer para
bebés, del columpio, de la bici, de la motocicleta y del coche. Mire, he aquí el accidente
más bello de mi carrera, el día de mi matrimonio. Después de haber pasado por el
registro civil, nos reunimos en la nueva casa que mi marido había comprado. Llamó a
todo el mundo y nos condujo hacia el garaje que había abierto. Los aplausos de los
invitados me llenaron de felicidad y de lágrimas: un cabriolé nuevo rodeado por una cinta
rosa me esperaba. Muy emocionada, subí y lo encendí. El motor rugió y yo empujé
voluntariamente el acelerador para que rugiera más. Los gritos de alegría y los
¡yupi!,resonaban. Pasé la marcha atrás para recular y el bólido arremetió contra el muro.
Había confundido las velocidades y había pasado a la primera. ¡Todo el mundo se cayó!
Felizmente mi marido conocía mi atracción por los reparadores. Ahora, empiezo a
entender por qué.

Aquí, el escenario familiar durante el periodo del Proyecto/Sentido produjo moléculas de


“soy un accidente” que se bañaron alegremente en el líquido amniótico. ¡Mi madre habla
de accidente, yo hablo de accidente! Los procesos de la afinidad conflictiva la atraen
instintivamente hacia una Conversión Comportamental dominada por esta temática.
Observe como esta mujer siempre salía con daños materiales. No me atrevo a imaginar
ciertos casos en que este mismo mensaje “accidente” se podría conducir hacia otros
parajes mucho más problemáticos con consecuencias más graves como los traumatismos
físicos irreversibles. Para que hablar de fallecimientos. Un último punto: el día de su
matrimonio, vale decir de su autonomía, tuvo un accidente. ¿Había un ciclo de autonomía
en actividad ese día?

Señor Ogino
— Yo, no estaba previsto en el programa de nacimientos en la familia. Y todo eso gracias
al Profesor Ogino a quien muchas personas deben su llegada a la tierra. Imaginó un
método anticonceptivo basado en la subida de temperatura del cuerpo relacionada con la
ovulación. La mujer toma regularmente su temperatura en la mañana al despertar y, a
penas observa una débil subida del mercurio, da a entender a su marido que es mejor
esperar algunos días para cumplir con el deber conyugal. Conozco algunos hombres,
como mi padre, que detestan el mercurio ¡y sobre todo al señor Ogino! Las parejas
estaban obligadas a contar los días cada vez. Como muchos terrícolas, soy uno de los
que llamaban entonces “un bebé Ogino”.

— ¿Le gustan las matemáticas en general y el cálculo en especial?


— ¡Soy contable!
Según la definición, un contable cuenta todo el día y no debe equivocarse. El escenario
conflictivo estaba inscrito en el termómetro. Mis padres contaban, hoy día, yo sigo
contando.

El hijo miedoso
Su mamá, durante sus vacaciones en España el verano pasado, había visto un terapeuta
formado en Psicosomática Clínica. Muy interesada por el tema, se le confesó: “me
preocupo por mi hijo de doce años. Siempre ha tenido miedo de todo, del médico, del
ruido, de la oscuridad, etc. He intentado diferentes enfoques después de haber visto el
psiquiatra infantil que decía que se iba a mejorar con el tiempo. ¡Hace ocho años que
espero! ¿Puede hacer algo la Psicosomática Clínica con este tipo de miedos?

Fue así como vi llegar a esta mujer con su hijo. Prevenido por el colega, preferí exponer
mis puntos de vista generales sobre los miedos y especialmente sobre los que existen
“desde siempre”. Por experiencia, “desde siempre”, me dirigí hacia la noción de
Proyecto/Sentido y el estudio del árbol genealógico, a la búsqueda de una eventual
memoria transgeneracional aún activa hoy en día en niños como este, seguramente
inocentes. He aquí el discurso de la madre después de haber escuchado la siguiente
pregunta y después de haber desarrollado estas nociones: ¿qué ocurrió cuando su hijo
estaba en el vientre o durante su primer año? Todo esto en un contexto de miedo,
evidentemente. Una gran emoción repentina sorprendió a la madre y el hijo quedó
trastornado. ¡Una emoción no se controla, se expresa completamente a nuestras
espaldas!
“Desde su nacimiento, no se por qué, tengo miedo que le pase algo. Estaba tan
preocupada que llamaba al pediatra más de tres veces por semana. Debe haber estado
más que harto de escucharme, pero era superior a mis fuerzas. Lo vigilaba mientras
dormía, ya que temía una muerte súbita. Estaba muy atenta durante las comidas para
que no se atragantara. Lo tenía siempre cerca de mi y lo protegía en mis brazos. Lo
vigilaba como “leche sobre el fuego”. Sabía que exageraba, pero no podía actuar de otra
manera. Mi marido pensaba que estaba loca. Esto duró más de un año y, a penas llegó su
hermana, todo se calmó. Y ahí, no entiendo por qué no tuve más miedo por ella y, luego,
por los otros tres hijos.”
Aquí, el llamado Proyecto/Sentido “Mi madre habla italiano, su hijo habla italiano” es el
siguiente: “Mi madre habla miedo por todo, su hijo habla miedo por todo” y más tiene
miedo, más es fiel a su madre, inconscientemente por supuesto.
Este caso clínico ilustra la noción de Proyecto/Sentido a nivel del primer año de vida del
niño y no solamente durante su gestación. El análisis psicológico de la leche materna
pondría en evidencia numerosas moléculas de miedo.
A veces, una patología aparece desde el nacimiento o muy pronto. Se trata a menudo de
una problemática a nivel del Proyecto/Sentido. Por esto, una actividad conflictiva basada
alrededor de la separación se encuentra a menudo en el eccema atópico del lactante.

El Proyecto/Sentido de “urgencia”
El psicochoque durante el periodo del
Proyecto/Sentido
Este Proyecto/Sentido cronológico de “urgencia” se distingue del precedente ya que está
condicionado por la sobrevenida de un evento, generalmente grave, relegando a la
segunda posición el que estaba previsto consciente o inconscientemente. Y si hablamos
de evento grave, hablamos de Psicochoque. Pues bien, tal y como usted sabe, se
caracteriza por una situación vivida acoplada con una o varias sensaciones con una
producción de energía que intentará descargarse gracias a los procesos de conversión,
orgánica o comportamental. El caso clínico más bello de mi carrera y el que mejor
demuestra esto sigue siendo el de Gisèle

Mi madre me estaba esperando, estaba embarazada de un mes y medio. Cuidaba a su


sobrino, el hijo de su hermano mayor. Jugaba en el terreno al lado de la casa. De
repente, no lo escuchó más. Lo había buscado durante más de una hora y fue cuando se
dirigió hacia la charca que entendió: su sobrino acababa de ahogarse.
Sintiéndose culpable, deseaba “restituirle simbólicamente” el hijo a su hermano. Estaba
embarazada e, inconscientemente, el futuro hijo fue “programado” para remplazarlo.
Aunque debía llamarse Françoise, el nombre Gisèle – je gis en elle, yazco en ella – era el
más indicado.

Aquí, el psicochoque de su madre fue el fallecimiento por ahogo de su sobrino. El análisis


detallado de su historia muestra que la reparación transgeneracional propiamente dicha
de ese drama se efectuó en la generación siguiente, a nivel de los hijos de Gisèle.

El Proyecto/Sentido y parto
He aquí un tema especial y bastante original que interveniene en las circunstancias en las
cuales se desarrolla el parto. Este aspecto merece para él solo un libro entero. Esperando
su redacción, he aquí algunas constataciones clínicas, todas sacadas de mis expedientes.
Para familiarizarnos más con este tema, empecemos por la historia de la Señora
Engagement.

Señora Engagement
Es psicoterapeuta y desea explorar un curioso sentimiento: “vivía con mi compañero
hacía más de veinte años y, en resumen, todo andaba bien. Nos casamos hace a penas
un año y, desde la boda, tengo el curioso sentimiento de ya no estar a gusto con él.
Tengo la clara impresión de haber hecho una tontería al casarme.”
La consulta duró más de una hora y todo fue tratado superficialmente por falta de
asidero: historia contemporánea, Psicología Transgeneracional, árbol genealógico,
análisis psicosomático, Proyecto/Sentido, entre otros y en vano. Fue solamente en los
últimos minutos que pensé en preguntarle cómo nació.

“Mi madre estaba muy contenta de estar embarazada y le daba mucho placer dar la vida.
Todo anduvo bien hasta el parto. Rompió aguas muy temprano en la mañana y mi padre
la acompañó a la clínica en donde la enfermera la estaba esperando, pero el médico no,
porque tenía una cesárea urgente y complicada. No podía esperar más y je me suis
engagée, como se dice en Francia, estaba lista para nacer. En ese momento, mi mamá
tuvo miedo y cerró los muslos muy fuertemente, sin dejarme salir. Eso duró más de una
hora y, sin poder más, estuvo obligada a dejarme salir ayudada por la enfermera”.

Mi oido experimentado entendió esto: ¡compromiso peligroso! A penas pronuncié esta


frase, contemplé una gran toma de consciencia frente a mí. ¡Acababa de establecer la
relación entre engagement en la cavidad genital y engagement en el
matrimonio!

El Proyecto/Sentido Implícito
consciente en uno o en los dos padres,
pero que no se puede formular,
El “Secreto” personal
En mi libro Bulimia/Anorexia, hablo por primera vez de la Intención Paterna/Intuición
Infantil, del Proyecto/Sentido Implícito, de la Duda Instintiva o de la Discordancia
Primitiva. Les remito a este libro para que tengan más detalles, ya que sería inoportuno
escribirlo aquí nuevamente. Mientras tanto, he aquí un resumen: en ciertos casos, existe
una clara diferencia entre el discurso de uno o de los dos padres – La Intención Paterna –
y sus actos hacia el hijo, que debido a esta Discordancia Primitiva, sufre de una Duda
Instintiva. Obligatoriamente, de esto resulta una especie de cuestionamiento permanente
que puede ser resumido por la expresión popular siguiente: ¿es carne o pescado?

De hecho, el centro de toda esta historia se puede representar por lo que he llamado
“Proyecto/Sentido Implícito”. En otras palabras, uno de mis padres – o los dos – tenía
algo preciso en la cabeza en el momento de mi concepción, pero no pudo formularlo por
varias razones, y aún hoy día se le hace imposible hacerlo. Es una especie de secreto
personal guardado con recelo, que a veces desaparece con la persona misma, pero que
puede ser traducido hoy día por una enfermedad, un comportamiento o un
cuestionamiento existencial.

Podríamos pensar que el hijo lo percibió, o al menos, que sintió algo, pero nunca tuvo la
confirmación de esto a viva voz. Entonces, esta duda puede atormentarlo durante toda su
vida e impedirle dedicarse, por ejemplo, a sus pasatiempos favoritos o a sus estudios.

El Proyecto/Sentido Transgeneracional,
Inconsciente, en estrecha relación con la
historia familiar
Esta lección nos abre de par en par las puertas del Transgeneracional, sede de las
memorias familiares. Este tipo de Proyecto/Sentido crea exactamente el nexo entre el
clan y el individuo que nacerá, depositario de la historia familiar, sea ésta positiva o
negativa. Aquí, nuestra posición está situada exactamente en el centro del inconsciente
del clan, la reserva conflictiva familiar. Vayamos a verlo.

La enfermedad programada por una


memoria conflictiva transgeneracional
En ciertos casos, se recomendará fuertemente leer la historia familiar de varias
generaciones a fin de poner en evidencia la semilla de la enfermedad.
Esquemáticamente, se nos propone determinar con la mayor precisión posible, la o las
personas con las cuales estamos transgeneracionalmente unidos. Para esto, disponemos
de un elemento esencial: el Ranking transgeneracional.

Un Ranking se define como una lista de éxitos, de canciones, películas, o como la medida
de la popularidad de una persona. Este Ranking puesto a nuestra disposición analiza la
naturaleza de las diferentes relaciones transgeneracionales posibles. Se nos propone
estudiar, para empezar, todas las categorías de lazos que pueden existir en el seno de
una dinámica en el interior de un clan familiar: patología, grado de hermandad, identidad
con los apellidos y los nombres, las fechas – de nacimiento, de fallecimiento – y parecido,
entre otros. Durante esta fase, el rotulador es el maestro de ceremonias. Como cada
individuo está unido específicamente a varios miembros de su clan por una o varias
razones, usted entenderá fácilmente que el que tendrá más será sospechoso de haber
transmitido su historia, positiva y/o negativa. En otras palabras, como en el arte
cinematográfico, ciertos miembros serán nominados y solamente uno será designado
ganador del Oscar o del Cesar del mejor representante transgeneracional. Después, llega
el momento del establecimiento del diagnostico transgeneracional. Conozcamos ahora los
nueve puntos que he seleccionado para ustedes.

1. Las patologías inscritas en el árbol genealógico


2. El grado de hermandad o vals transgeneracional
3. El estado civil junto a la identidad – nombres y apellidos – y las fechas – nacimiento,
concepción, fallecimiento.
4. Los parecidos
5. Las madrinas y los padrinos
6. Los oficios
7. Las fechas inscritas en el árbol
8. Las cifras inscritas en el árbol
9. El santo del calendario
Veamos este Ranking con más detalles y teniendo a mano varios rotuladores para
efectuar la identificación. En cuanto un lazo entre dos personas se pone en evidencia,
estás últimas se destacaran con el mismo color.

Las patologías
Contrariamente a las otras disciplinas, la Psicosomática Clínica dispone de dos puertas de
entrada para estudiar el punto preciso de las patologías inscritas en el árbol genealógico.

La primera pone en relación una problemática puramente psíquica ancestral convertida


en patología en la o en las generaciones siguientes, de ahí la utilidad de identificar bien,
con la ayuda del Ranking, al ancestro con el que el paciente está unido
transgeneracionalmente.

La segunda, la más evidente, es aparentemente simple y está al alcance de quien sea,


incluso de un niño. En efecto, el paso se da rápidamente cuando una misma patología
está inscrita al lado del nombre de varios individuos situados en diferentes generaciones.

El vals transgeneracional
Tiene que ver con el lugar de cada individuo en el seno de su hermandad, el conjunto de
sus hermanos y hermanas. Cada niño posee automáticamente un lugar real respecto a su
orden de llegada. El mayor es N°1, el segundo N°2 y así sucesivamente. En
Psicosomática Clínica, los abortos naturales, los abortos y los niños que nacen muertos
también cuentan, como lo muestra el siguiente ejemplo:

Soy una niña N°5, llegada después de un aborto natural (AN) a los cuatro meses de
embarazo, un niño N°2, un aborto espontaneo (AE) a los dos meses y medio de
embarazo (N°3) y una interrupción voluntaria del embarazo (IVE N°4). Para el registro
civil, soy N°2. Para el vals transgeneracional, seré siempre N°5.

Sin embargo, existen casos especiales:


Para los gemelos, clásicamente el lugar N°1 le corresponde al que nació segundo. Por
esto, el N°2 le corresponde al que nació primero.
Gestación falsa como un embarazo nervioso o una mola hidatiforme. De hecho, todo
depende de la importancia del embarazo y todo es asunto de sensaciones.
Las familias recompuestas no dan ningún problema en particular a partir del momento
en que cada individuo ocupa bien su lugar. Ciertos miembros están únicamente
relacionados con el linaje materno, otros únicamente con el linaje paterno y los hijos de
la primera unión lo están con los dos linajes.

Enunciado del vals transgeneracional


Todos los N°1, N°4 y N°7 de una misma hermandad están concernidos por la misma
memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°1, N°4 y N°7 del
árbol genealógico.

Todos los N°2, N°5 y N°8 de una misma hermandad están concernidos por la misma
memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°2, N°5 y N°8 del
árbol genealógico.

Todos los N°3, N°6 y N°9 de una misma hermandad están concernidos por la misma
memoria transgeneracional. También están unidos con todos los N°3, N°6 y N°9 del
árbol genealógico.

Interés y realidad del vals transgeneracionales


Hoy en día, ya no es necesario demostrar su interés terapéutico cuando podemos
basarnos en sólidas informaciones. Nos indica un primer índice relacional entre los
miembros de la familia. De ahí, podemos deducir ciertas afinidades o desacuerdos en la
hermandad. Es un tema frecuente que abordaremos después. He aquí varios ejemplos
demostrativos.

Ejemplo 1: las evidencias y las confirmaciones relacionales.


Las sorpresas acompañadas de exclamaciones son muchas cuando el mismo rotulador
hace aparecer este lazo. Es eso exactamente; lo sé y lo siento desde que nací; de
pequeño, era especialmente cercano a su abuela, su tío, su hermana, su hermano, etc.
En otros casos, observamos todo lo contrario, pero no cambia en nada la interpretación,
lo mismo con el amor que es vecino del odio.

Ejemplo 2: preocupación por la salud de los padres: el señor es N°3 y le


impresiona que su hermano N°1 y su hermana N°2 no se preocupen tanto como él por la
salud de sus padres. Normal, la madre es N°6 y el padre N°3.

Ejemplo 3: la familia Dubois es una familia modelo: un papá N°1 y una mamá N°2
tiene tres hijos; Pierre el N°1, Jacques el N°2 y Jean-Luc el N°3. Papá es director de una
agencia bancaria y mamá es profesora de matemáticas. Como por casualidad, Pierre es
un as de las finanzas, trabaja en una oficina de inversiones bursátiles y se lleva muy bien
con su padre. Jacques, por su parte, prefirió seguir estudios superiores para ser
investigador en física nuclear y se lleva de maravilla con su madre. En cambio, Jean-Luc
“es una catástrofe” me dicen sus padres. “Lo único que le interesa es la música. Creó un
grupo de hard-rock, sólo piensa en tocar la guitarra y en escribir canciones. Entre
nosotros, no lo entendemos para nada. No es como los dos mayores que nos satisfacen
plenamente.” Después del análisis de su genosociograma, encontramos UNA respuesta.
La abuela del señor Dubois era pintora, tocaba piano perfectamente y hubiese querido
dedicarse a la música. Además, ella era N°3. Entonces, podemos establecer la hipótesis
que este “endemoniado” Jean-Luc recibió el mensaje musical de su bisabuela. Su gusto
por este arte fue seguramente transmitido por su ancestro. Nada más, bastaba dejarse
guiar por su inconsciente.

Limites del vals transgeneracional


La experiencia muestra que este vals transgeneracional posee límites, las razones de
esto son diversas, debido especialmente a muchas imprecisiones o falsas informaciones,
sobre todo en las generaciones anteriores en las que el recorrido obstetricio de una
ascendiente no siempre es tan claro como el de una persona de hoy en día, sin muchos
tabús. Así mismo, respecto a los gemelos, todas las posibilidades pueden ser puestas de
relieve. Tranquilícese, en este caso los nombres indicarán más y de otra manera, sin
contar con los otros puntos del Ranking.
El estado civil de nacimiento
El estado civil de nacimiento menciona la identidad de la persona con el apellido, el o los
nombres, así como la fecha de nacimiento, un día, un mes y un año. Personalmente,
aprecio particularmente este punto del Ranking, ya que no se puede poner en tela de
juicio. ¿Acaso usted puede poner en duda un nombre o una fecha de nacimiento? ¡Es
teóricamente imposible!

El apellido
De una manera general, el apellido no me sirve de mucho. Me interesa solamente si ha
habido una problemática precisa en la historia del clan.

El apellido del niño corresponde al de su madre


Quiere decir simplemente que el padre es un “desconocido” o que no ha reconocido al
niño. La mayoría de las veces, la madre lo conoce, pero desvelar su identidad puede
revelarse problemático. El mejor ejemplo está ilustrado por la existencia de un incesto
entre un padre y una de sus hijas que tuvo como resultado el nacimiento de un hijo.
Incluso si no es muy habitual hoy en día, no olviden que esta situación era frecuente hace
algunas generaciones. Tengo muchos expedientes que dan testimonio de ello. Y decir
que ese hijo era de un padre desconocido representaba una solución para taparle la boca
a todos los chismosos de los pueblos de antaño. Obviamente le daban el apellido de su
madre, ¡por consiguiente de su abuelo!

El cambio de nombre
A veces, un miembro de la familia desea cambiar su nombre. Será necesario conocer el
motivo para entender mejor la o las repercusiones de este deseo.

La consonancia del apellido marital


A menudo, el apellido marital es totalmente diferente del apellido de nacimiento. Así, la
señorita Lagarde al casarse con el señor Baron se encuentra automáticamente incluida en
el clan de los Baron. ¿Pero qué decir de la señorita Legrand que se casó con el señor
Legrand? No cambia de clan familiar. Aquí, la búsqueda de un incesto simbólico es
dominante. A veces, no será tan evidente, pero nuestro oido sentirá a pesar de todo
cuando existan consonancias notorias, he aquí algunos ejemplos de estas:
Cabane/Cananès, Berna/Bernard, Mazollier/Mazeau o Diméglio/Costaglio,
Reverzzi/Reverdi, Martín Martínez, etc.

Los anagramas
He aquí un aspecto muy especial y bastante raro, pero que puede revelarse útil en
algunos casos. Usted toma todas las letras de un apellido y las dispone de otra manera,
se sorprendería al reconocer otro muy parecido, como el de la señorita Renardin que se
casó con un alemán llamado Raidner.
Los nombres
Con los nombres, entenderá por qué el apellido sólo puede servir en algunos casos
precisos. El catálogo de los nombres es una fuente inagotable de informaciones.
Digámoslo inmediatamente, dar consciente o inconscientemente tal o cual nombre no es
casi nunca anodino. A veces, podrá presentar el zócalo de una problemática psicológica,
pero también, nos pondrá en la pista de un posible origen transgeneracional de una
enfermedad. Mi experiencia me ha demostrado que en las familias existían varias fuentes
de inspiración para dar un nombre a un niño que acaba de nacer.

Observación: siempre será necesario preguntar quién eligió o impuso precisamente


ese o esos nombres. Siempre fue uno de los dos padres el que eligió el nombre y el otro
el que aceptó. Cuando fue impuesto, significa a menudo que se quiere dar el nombre de
un ser querido, aún vivo o ya desaparecido. Generalmente, el primer nombre representa
lo consciente y los otro el inconsciente familiar. Pues bien, más nombres hay, más
mensajes del inconsciente familiar están presentes.

Origines de nuestros nombres


El nombre figura en el árbol genealógico: la mayoría de los nombres atribuidos a los
recién nacidos provienen del árbol genealógico mismo. Esto puede ser resumido por la
siguiente frase, pronunciada por una paciente de avanzada edad: “En nuestra familia,
estamos obligados a poner el nombre de un miembro de la familia. Es para no olvidarnos
de los muertos”.

Esto es legítimo, yo no me permitiría poner en duda esta manera de proceder, ya que


permite resolver dos temáticas vecinas: nombre/reconciliación y nombre
honorífico. La primera demuestra la existencia de un estratagema singular para
reconciliar los miembros de una familia. Dando el nombre de mi padre a mi hijo, trataré
de terminar con una desavenencia que tengo con mi padre. En la segunda y al revés,
este nombre honorará la memoria de mi padre y este gesto le mostrará su perennidad en
la familia. ¿Qué abuelo o abuela no es feliz cuando recibe su doble sobre la tierra? En
esta misma lógica, dar el nombre de un ser querido desaparecido hace poco tiempo
compensaría en parte el camino de duelo de la familia.
Pero posicionándome como terapeuta transgeneracional, no puedo dejar de constatar
que dar uno o varios nombres a un hijo es también, en ciertos casos, darle al mismo
tiempo, una parte de la historia de este personaje “perennizado” de esta manera. En
otros términos, cuando doy el nombre de mi abuelo paterno a mi hijo, agrego,
inconscientemente y en papel de regalo, ciertas páginas de los tres libros de su propia
historia, positiva y negativa.
Por esto, cuando dibujamos nuestro árbol genealógico, se nos recomienda informarnos
respecto a todos los nombres, como lo muestra el siguiente caso: Jean, Señor Miniplejia.
Jean, Señor Miniplejia

Hoy día tiene cincuenta años, la vida de Jean cambió el 13 de marzo 1997. Ese día, fue
víctima de un accidente vascular cerebral – AVC – del cual las secuelas están
representadas por una hemiplejia o más bien “una miniplejia, ya que es una pequeña
parálisis de todo mi lado izquierdo”. Camina arrastrando la pierna y su brazo “muerto”,
como dice, encontró su lugar en el bolsillo izquierdo de su ropa. Sigue trabajando en la
administración en un puesto más adaptado. Desde un punto de vista médico: “No tiene
nada que hacer aparte de la kinesiterapia y una vida saludable a fin de estabilizar los
signos y prevenir una eventual recaida”.

Como no es necesario para nuestra explicación, no entraremos en los detalles


psicosomáticos. Todo nuestro interés se pondrá en el estudio del árbol genealógico. La
clave o más bien, una de las claves, se encontró muy rápidamente en el primer minuto
de la consulta, cuando le pedí que declinara su identidad.

- Me llamo Jean, oficialmente, pero durante todo mi infancia, me llamaron Pierre. Es un


poco complicado, pero voy a tratar de explicarle. En mi familia, del lado de mi madre y
sobre todo de mi abuela materna, existe una costumbre: el primer niño siempre se llama
Jean. Por esto, mi tío materno, el mayor de la familia, llamó a su primer hijo, Jean. La
tradición había sido respetada. Pero este niño falleció muy pequeño, cuando tenía uno o
dos años y mi tío no tuvo más hijos. Mucho después, cuando mi madre quedo
embarazada, esta misma abuela, de luto por el fallecimiento del primer Jean, ordenó a
mi padre que llamara a su primer hijo Jean o Jeanne. Esto para seguir con la linea de
conducta de los ancestros. Mi madre y mi padre prefirieron llamarme Pierre. El día de la
declaración de mi nacimiento en el registro civil, debido a la insistencia de mi abuela, mi
padre me inscribió con el nombre Jean. Pero durante toda mi infancia me llamaron Pierre.

Esto lo descubrí cuando volví a clase en sexto de primaria. Teníamos que llenar una ficha
de estado civil para la inscripción. ¡Fue leyéndola que me di cuenta que oficialmente no
me llamaba Pierre sino Jean! Por otra parte, para todos mis amigos de infancia soy Pierre
y se sorprendieron mucho que tuviera otro nombre. Encontré eso muy extraño, cuanto
más que Pierre no estaba ni siquiera inscrito en mi estado civil. ¡Podrían habérmelo dado
como segundo o tercer nombre!”.

Cuando le dije que su hemiplejia podía estar relacionada estrechamente con estos
hechos, su mano izquierda se puso a temblar. ¡Tuvo que sujetar su mano con la otra para
calmarla! Era mi primer caso de semiyacente.

Hoy, más de seis meses después, no ha mejorado, pero sus posibilidades de movimiento
han evolucionado bastante. “Me inscribí en un club de senderismo, me siento capaz de lo
que sea. Camino como todo el mundo, a mi ritmo y aborrezco que me faciliten las cosas,
que me esperen, etc. Siempre tengo que pelearme para ser como todos y ellos creen que
están obligados a organizar paseos fáciles para mí. En mi trabajo, estoy más seguro de
mí mismo y me propuse para trabajar en un puesto más alto en la jerarquía. Me hago
respetar más fácilmente y se lo debo sin lugar a dudas a su ayuda. Me dí cuenta que no
había aceptado mi discapacidad, que siempre estaba enojado por cualquier cosa. Desde
que tome consciencia de esto, estoy más tranquilo y mi voz más pausada. Me doy a
entender mejor y mis observaciones se escuchan mucho más en mi entorno”.

El nombre está relacionado con la historia de la familia, pero no figura en el


árbol genealógico
Como les decía anteriormente, conocer el origen de un nombre es primordial, sobre todo
si no figura en el árbol genealógico. ¿Quién lo escogió y por qué lo escogió? He aquí las
diferentes posibilidades mas frecuentes: el nombre de la o del amante, el nombre de un
amigo de la familia, y aquellos de personajes famosos venerados por la familia.

Nombre e inconsciente: utilizo este punto únicamente si está en concordancia con


una historia precisa en donde el nombre es una clave diagnóstico
predominante. Para ilustrarlo, a continuación el ejemplo de una mujer que me hizo la
siguiente pregunta: ¿Qué significa Alexandre? Cuando pronunció este nombre, escuché
más bien Alessandre y lo relacioné directamente con una problemática de fuego. He
aquí su respuesta inmediata.

— Estoy ligada con mi abuela materna por el nombre y la fecha de nacimiento. Su historia
reveló la existencia de numerosos abortos clandestinos. Era su medio de contracepción
en esa época. Los hacía a escondidas, pero el último fue dramático. Había abortado unos
gemelos y los había quemado en la caldera de carbón de la cocina. Ella falleció poco
tiempo después de una hemorragia. Mi hijo Alessandre es bombero y contrajo
matrimonio con su “gemela simbólica” ya que nacieron el mismo día.

Los nombres compuestos: dos nombres para el mismo hijo significa simplemente que
posee la memoria de dos personas. Si vuestro nombre es Pierre Alexandre, destaque
todos los Pierre y todos los Alexandre que figuran en el árbol genealógico.

Los nombres contenidos/continente


Con un solo nombre, se reúnen dos. En otras palabras, un hijo puede poseer la memoria
de dos personajes como en los nombres compuestos. He aquí algunos ejemplos: Alberto
= Alan + Roberto, Ariana = Ana + Mariana. En otro orden de idea, Marcelina y Ernestina
están respectivamente contenidos en Marcelo(a) y Ernesto(a).

Problemática de identidad
Remplazo de un niño o niña, los padres esperan un niño o una niña: los nombres mixtos
como José María, etc.
Nombres de hijo de remplazo
Ya vistos en el Síndrome del yacente en donde algunos ocupan un lugar importante como
René(e), Gisèle, Sylvie y otros.

Nombres de fuego
El lenguaje de los pájaros: Sandrine, Sandra, Alexandre, Alexandre, Alenxandrine. Para
apagar el fuego: Laurence, Laurant, Florence, Florent. Mi madre quería llamarme
Sandrine y mi abuela insistió por Laurence: L’eau rince = el agua aclara, ¡apaga el fuego!

Problemática de matrimonio, de divorcio, de separación


Marión para el matrimonio, los nombres en “cola” o “lia” llamados “hijos cemento” para
las separaciones y los divorcios como Nicolás, Coleta, Julia, Julián, Camelia, Aurelia.

Otros nombres
Cecilia: relación ancilar (el barón que deja embarazada a la sirvienta), Clara:
problemática de vista. Natalia, Cesar o Cesarina: problemática de nacimiento (incidente,
accidente, cesárea, fallecimiento, etc.)

Las iniciales
Las iniciales representan un aspecto particular del estudio del árbol genealógico. Algunas
personas, incluso casándose y cambiando de apellido, se encuentran con las mismas
iniciales, como la señorita García que se casó con un bretón, señor Garlantezec o Señorita
Baron que se casó con señor Bernard. De esta manera y en un cierto grado, siguen en el
mismo regazo familiar, simbólicamente por supuesto. ¿Cuál es la utilidad de esta
maniobra inconsciente? Seguir en la familia y la búsqueda de un incesto simbólico
transgeneracional es lo más indicado. Aquí, los motivos de consulta por desórdenes
amorosos son muchísimos.

Las fechas
Este párrafo es bastante corto, pero de una importancia primordial, ya que el estudio
comparativo de las fechas inscritas en el árbol genealógico me da mucha satisfacción, ya
que puede identificar muy rápidamente los lazos transgeneracionales. Utilizaremos
solamente el día y el mes ya que todos funcionamos con los cumpleaños. Además, como
para los nombres y los apellidos, nunca podrán ser puestos en duda. La fecha de
nacimiento de un niño que corresponde a la fecha de fallecimiento de un abuelo significa
automáticamente que este niño posee de esto una memoria con forma de síndrome de
yacente. Todas las fechas inscritas pueden ser significativas: nacimiento, concepción,
matrimonio, accidente, enfermedad, etc.
Las diferencias admisibles
Me pareció bastante significativo seleccionar solamente las fechas que se diferencian de
siete días antes o siete días después.

Fecha de nacimiento: mi padre nacido un 12 de enero está ligado a mi hijo, nacido un


17 de enero. Nacido un 27 de abril, estoy ligado a mi abuela materna, nacida un 20 de
abril.

Fecha de concepción: en el inconsciente colectivo de todos los mamíferos terrestres,


un embarazo dura aproximadamente nueve meses. He aquí la tabla de las
correspondencias entre los nacimientos y las concepciones.

Nacimiento Concepción Nacimiento Concepción Nacimiento Concepció


Enero Abril Febrero Mayo Marzo Junio
Abril Julio Mayo Agosto Junio Septiemb
Julio Octubre Agosto Noviembre Septiembre Diciembre
Octubre Enero Noviembre Febrero Diciembre Marzo

El estudio de la fecha de defunción hace aparecer varias suposiciones:

Estoy ligado con un ancestro fallecido antes de mi concepción. Mi clan desea


perennizarlo: consultar el síndrome del yacente.
Un miembro de mi clan falleció para mi fecha de cumpleaños. Desea pasarme el
relevo y me designa como su sucesor.
Fallezco en una fecha relacionada con otra persona fallecida: deseo ir a su encuentro.

Observaciones generales:

¡Cuidado con las fechas a principios o a fines de mes! No hay que olvidar la diferencia
de siete días. Nací un 30 de mayo, estoy ligado con mi padre, nacido un 3 de junio y
con mi tío materno, nacido un 2 de marzo, concebido por lo tanto hacia el 2 de junio.
Todas las suposiciones e interpretaciones deben ser incluidas en la historia y no
tomadas por separado.

Los parecidos
Los parecidos pueden ser de tipos diferentes: a nivel del físico, del carácter, de la
profesión, de los hobbys, de las pasiones, de las ideas, etc.
Las madrinas y los padrinos
Para aquellas y aquellos que tienen la suerte de tener oficialmente una madrina y un
padrino, el rotulador tendrá el placer de relacionarlos con la persona concernida.

Los oficios
El párrafo es muy interesante, ya que el oficio ejercido puede informarnos acerca del tipo
de reparación efectuada inconscientemente.

Señor Camionero
Es chófer internacional. Su madre falleció luego de un accidente automovilístico.
Caminaba por la acera después de hacer sus compras en el mercado del pueblo. Un
camión se salió del camino y ella fue atropellada. Él tenía seis años en ese entonces y fue
naturalmente que adoptó la carrera de camionero después de su servicio militar en donde
había pasado su permiso para vehículos pesados.

Señor Control 1
Este hombre de sesenta y cinco años está jubilado oficialmente hace cinco, pero gracias a
su experiencia profesional decidió crear una pequeña sociedad especializada en la
prevención de riesgos en la mayoría de las obras de trabajos públicos. En suma, visita
regularmente las obras en curso y verifica que todas las precauciones han sido tomadas
para evitar al máximo los accidentes de trabajo. Se presenta frente a los obreros y a los
jefes y les informa pacientemente acerca de la necesidad de llevar casco, de tener el
arnés bien puesto o de verificar los andamios, etc.
“Después de una actividad profesional llena de experiencia, encontré sórdido dejar de
trabajar cuando conocía perfectamente el tema ya que ejercí esta especialidad durante
más de treinta años en el seno de mi empresa. Por esto guardé varios contactos en el
medio y eso me permitió obtener ciertos contratos. Lo que me basto ámpliamente para
mejorar mis ingresos.”

Me hice la siguiente pregunta teórica: ¿Qué puede reparar gracias a esta actividad? La
respuesta se encuentra en su árbol genealógico. Está ligado a un tío del lado materno por
una fecha de defunción. En efecto, su fecha de cumpleaños corresponde, con un día de
diferencia, a la del fallecimiento de este tío que no conoció nunca ¡y con razón! A los
nueve años, jugaba solo en una especie de canal situado cerca de la casa. La mayor
parte del tiempo, este canal estaba más o menos seco y le servía de vertedero ocasional
a la fábrica de productos químicos de más arriba. Pero ese día, sin prevenir a la población
vecina, la fabrica vertió grandes cantidades de desechos y el niño se ahogó.
Señor Control 2
Es controlador en la Seguridad Social en el servicio de accidentes de trabajo en el
departamento de prevención de obras. Su padre albañil falleció luego de una caída de
más de siete metros. No había barrera de seguridad.

Señora de la Piscina
Es osteópata especializada en el tratamiento de terapias en la piscina y es especialista
en el acompañamiento de mujeres embarazadas. Sabía muy bien que este oficio estaba
en estrecha relación con el drama de su abuela materna: ella perdió un hijo durante un
parto muy problemático. “Lo sé, pero me falta algo, ya que no estoy ligada a esta abuela,
ni a este niño”.
Su propia clave se encontraba en la edad de sobrevenida del drama. La abuela tenía
treinta dos años y esta paciente nació cuando su propia madre tenía treinta y dos años.

Recomendación expresa: integrar este análisis en un conjunto diagnóstico y no fiarse


ni demasiado rápidamente ni únicamente del oficio mismo.

Las cifras
Durante el análisis de una dinámica familiar, ciertas cifras pueden retener nuestra
atención y orientarnos hacia un diagnóstico bastante preciso. He aquí algunos ejemplos
bastante definitorios de síndromes de cumpleaños:
Tengo 24 kilos de más = mi madre falleció cuando tenía 24 años. Desde que tengo 52
años, no estoy bien = mi padre falleció cuando tenía esta edad. Tuve mi primera crisis de
epilepsia a los 12 años = la edad que tenía mi padre cuando perdió a su madre en un
accidente.

El santo del calendario


Este pequeño párrafo siempre me confirma el siguiente hecho: ¡tenemos todo en nuestra
cabeza!
Mi hijo sufrió un accidente grave el 27 de agosto – San José – = en relación con el
fallecimiento de mi abuelo José con quien mi hijo está igualmente ligado por la fecha de
nacimiento. Es su yacente.
Mi hija se llama Vanina y está ligada a una interrupción voluntaria de embarazo
efectuada el 30 de mayo. Fue horrible para mí.
Estoy enamorada de Edgardo que está ligado a mi padre nacido un 10 de mayo.

Conclusión acerca del Transgeneracional


No exploramos una dinámica familiar de varias generaciones con un propósito puramente
intelectual, sino para buscar uno de los orígenes posibles de nuestro malestar psíquico o
mental. Esta exploración pone en evidencia una especie de terreno en el que construimos
nuestra vida a partir de la historia familiar en donde el inconsciente del clan se inscribió a
pesar de nosotros. Así, se descubre, y a veces el descubrimiento de la semilla
enfermedad puede ayudar enormemente a la persona en cuestión. Para eso, el Ranking
transgeneracional se vuelve una herramienta preciosa y fácil de utilizar para poner en
evidencia las memorias conflictivas heredadas de un ancestro desestabilizado.

Conclusión acerca de la programación de la


enfermedad
La mayoría de las enfermedades poseen una programación precisa que se nos propone
poner en evidencia. Ésta permite aumentar nuestra tasa de certitud a fin de efectuar los
vínculos necesarios para encontrar el camino de la mejoría y del restablecimiento.
SEXTO PRINCIPIO
La terapéutica
Antes de abordar la terapéutica que la Psicosomática Clínica propone, me gustaría insistir
en este punto esencial: la sinergia de los actores de la salud. Tal y como ha sido
claramente escrito en el volumen dedicado a las patologías del seno, especialmente a
propósito de los cánceres, sería criminal dejar de lado los avances terapéuticos
hospitalarios. Distingo de esta manera tres partes principales: la cura médica clásica, el
apoyo psicológico cuando se revela necesario y la cura psicosomática desarrollada aquí.

La cura médica
Empieza durante el establecimiento del diagnóstico y prosigue en la instalación de una de
las terapéuticas más adaptadas dependiendo de la enfermedad misma y de la persona
concernida. Después, el seguimiento médico es dirigido por el médico de referencia y es
el único que puede aconsejar de modificar o de interrumpir el tratamiento.

El apoyo psicológico
En ciertos casos, el apoyo psicológico puede revelarse útil. En efecto, la enfermedad y sus
consecuencias físicas y morales al mismo tiempo pueden tener el beneficio de una ayuda
especializada. Por otra parte, muchos servicios hospitalarios han visto la necesidad y el
impacto de un seguimiento psicológico en los síntomas y la moral de los enfermos. En
consecuencia, este seguimiento es útil.

La cura psicosomática
De tanto escuchar a la gente en consulta, analizar sus historias, ayudarles a contactar
nuevamente sus sensaciones y sus emociones relacionadas con ciertos eventos de su
vida o con algunas situaciones conflictivas – sean estas personales o pertenezcan a su
vida fetal con su Proyecto/Sentido o a su historia familiar transgeneracional –, llegamos
a veces a resultados bastante increíbles, que nos permiten hablar de restablecimiento
con una distancia confortable en ciertos casos. Así mismo, las mejoras clínicas se revelan
bastante numerosas y sería injusto dejar de lado todo esto, por eso se creó esta
enciclopedia.

La cura psicosomática reposa de hecho sobre un postulado básico sacado de la teoría y


confirmado ámpliamente en la práctica cotidiana: los síntomas dicen de una manera
simbólica lo que la persona no ha podido expresar en el buen momento.
Esquemáticamente, durante una situación problemática, aparece un estado de ánimo
particularmente desestabilizante – constituido del episodio mismo y de las sensaciones
asociadas – al origen de la subida de una tensión interna psíquica que sobrepasa los
umbrales tolerables, iniciando la activación de la enfermedad y la aparición de los
síntomas. La transformación de esta actividad conflictiva psíquica en signos clínicos se
efectúa bajo la égida de los procesos llamados de conversión. Por esto, contactar
nuevamente con los estados de ánimo puede liberar esta energía aún activa, es la
abreacción o liberación del afecto o descarga emocional. ¿Como lograrlo? Distingo
tres fases principales.

Primera fase: la toma de conocimiento


Es puramente intelectual, ya que expone la teoría general y presenta los primeros
sentidos biológicos de los síntomas que se deben explorar. ¿Qué querrá decir mi
síntoma o qué me diría?

Distinguiremos de entrada, una enfermedad coyuntural asociada a un evento


particular de origen externo para una enfermedad grave de un escenario conflictivo,
con una verdadera estructura psíquica de funcionamiento para las enfermedades
crónicas.

Para aquello, disponemos de dos tipo de focalización. La focalización cronológica


permite buscar un episodio preciso o varias situaciones especialmente desestabilizantes
en el origen de la activación de las patologías. La focalización diagnóstico
psicosomático, gracias a los diferentes significados psicosomáticos de los síntomas o
sentidos biológicos, precisa más de las sensaciones más o menos reprimidas.

Observación: ¡la toma de conocimiento no significa en lo absoluto toma de consciencia


liberadora! No porque hayamos entendido todo intelectualmente dejaremos salir nuestros
demonios internos.

Segunda fase: la integración de las informaciones


hasta la toma de consciencia liberadora
La experiencia clínica me ha permitido comprender mejor la famosa toma de consciencia
liberadora, tan buscada por todos los terapeutas. De hecho, depende mucho de las ganas
de nuestro sistema psíquico de protección. Este último nos protege mientras lo
juzgue necesario. Por eso, esta descarga emocional – sobre todo neurovegetativa –
puede ser el principal signo que nos envía a fin de darnos a entender que por fin está
listo para aflojar sus medios de control. Así, cuando se presenta, algunos signos
particulares aparecen: llanto, risas, profunda sensación de certeza, suspiros, escalofríos,
temblores, ganas de orinar, transpiración, entre otros. Cabe señalar que estos signos no
se revelan al mismo tiempo en una misma persona. A veces, sólo basta con uno para
constatar la existencia de una descarga. El resultado es siempre idéntico: la impresión de
estar en contacto íntimo con una especie de verdad visceral. Cabe señalar un punto
importante: la descarga emocional puede ser completa o parcial. En este último caso es
indicado un análisis más profundo. Varias situaciones pueden presentarse dependiendo
de la complejidad del caso clínico:

Toma de consciencia instantánea durante la consulta: la persona hace inmediata y


perfectamente la relación entre su síntoma y su historia conflictiva.

Toma de consciencia retardada, después de la consulta: la relación se efectúa a


pesar de todo, ya que los procesos psíquicos de protección – especialmente la inhibición
– se autorizan a soltar lastre.
Estos dos tipos de toma de consciencia se observan cuando el caso clínico es
aparentemente simple, como con las alergias. Desgraciadamente, la mayoría de los
casos no obedecen a esta simple puesta en evidencia. Tranquilícese, existen otros
medios para ir más lejos.

Ausencia de toma de consciencia: ninguna reacción se revela a parte de un


apasionante descubrimiento intelectual. Aquí, los procesos psíquicos de protección están
activos y el hecho de saberlo ya representa un primer paso. ¿Qué hacer? Disponemos de
dos posibilidades: la puesta en consciencia, y en cierta medida, el inicio de un rodeo de
los procesos de protección mediante técnicas especiales, más bien psicocorporales y
emocionales.

La puesta en consciencia es aún intelectual. Permite retomar el análisis de todos los


eventos desestabilizantes e incluirlos en el mismo expediente conflictivo. Es una especie
de demostración a fin de poner en evidencia el mismo lazo psicosomático básico – el
mismo tipo de estado de ánimo – alrededor del cual se articulan varias situaciones de
vida, incluso si ellas no tienen ninguna relación evidente a primera vista.

Las técnicas terapéuticas son muchas y su denominador común está representado por
los estados de ánimo modificados. En efecto, nuestro inconsciente nos protege y nuestro
consciente está un poco confundido. Rodear en parte las primeras capas del inconsciente
nos permite poner en evidencia ciertas relaciones habitualmente controladas en
condiciones normales. Personalmente, utilizo las terapias de relajación en donde el
estado de hipovigilancia es fácil y rápidamente alcanzado con ejercicios respiratorios y
musculares suaves. Reflexionando un poco, me di cuenta que podrían estar
perfectamente relacionadas con nuestro funcionamiento arcaico. En efecto, sin saberlo,
mientras nos quedamos dormidos, pasamos a este estado entre vigilia y sueño. Existen
por supuesto otras técnicas como la hipnosis o el sueño despierto. Un punto importante,
la idea no es quedarse únicamente en este estado de relajación y esperar que las
informaciones lleguen, sino que se trata de utilizar este estado facilitador a fin de volver
a ver toda nuestra historia y dejarse llevar por las famosas libres asociaciones, como
imágenes, palabras, situaciones, entre otras. Aquí, la experiencia del practicante es
primordial para identificar las posibles relaciones y restituirlas en seguida al paciente.
Finalmente, estas técnicas psicocorporales contribuyen claramente a la puesta en
consciencia.

Tercera fase: la aceptación, la liberación y la


reinversión
No siempre basta con tomar consciencia, ya que la actividad conflictiva puede estar aún
activa por falta de aceptación y de serenidad. A menudo, encontramos dificultades para
perdonar a las personas – al parecer – al origen de nuestro males. A veces, verdaderas
fidelidades familiares invisibles están en acción y son a menudo inconscientes. Aquí
también, ponerlas en evidencia y explorarlas permite abrir la vía hacia la liberación y la
reinversión. Esto último es a menudo olvidado, pero representa la traducción de una
fuerza de vida, muy útil para informar a nuestro sistema psíquico de protección que
hemos entendido, tanto intelectualmente como interior y emocionalmente. Para terminar,
he aquí la frase que me parece más importante:
El restablecimiento pasa a menudo por la paz con nuestro entorno, en toda
consciencia.

El momento del restablecimiento


Esta cuestión es fundamental y hay varias respuestas posibles del restablecimiento
instantáneo a la ausencia de restablecimiento con o sin mejoría. Aquí, el tema de los
bloqueos al restablecimiento se perfila claramente.

Las trampas en los caminos del restablecimiento


Los frenos son múltiples y variados. La Psicosomática Clínica distingue cinco de estos,
fuera de las dificultades inherentes al paso de las diferentes etapas y obstáculos
individuales a las indisociables creencias de cada uno: la Inversión Psicológica, las
Fidelidades Familiares Invisibles, las Fidelidades Intra-familiares y las actividades
conflictivas llamadas “bloqueadoras”.

Las Fidelidades Familiares Invisibles engloban todas las fidelidades a las cuales
estamos relacionados, presentes en nuestra historia familiar, inscritas en el árbol
genealógico. Estas son transgeneracionales. Tengo la memoria del abuelo y soy aceptado
en mi clan solamente si la respeto. Les aconsejo que lean el Síndrome del yacente. Es el
mejor ejemplo de este tipo de bloqueo. Un duelo está bloqueado en la tristeza, y por
fidelidad familiar inconsciente, estoy yo mismo en un estado de tristeza, sin conocer
verdaderamente las causas de esto.

Las Fidelidades Intra-familiares acaban de ser puestas en relieve. Contrariamente a


las precedentes, son generalmente generacionales familiares en el sentido freudiano del
término. Estas conciernen a los padres, a la hermandad y a nosotros mismos. Están
especialmente dominadas por una entidad psíquica precisa: el Superego, vale decir la
autocensura, el gendarme interior. El Superego nos permite vivir con los otros, en el
respeto de una cierta norma basada sobre las reglas sociales familiares. En realidad,
existen un Superego individual, un Superego familiar y un Superego colectivo que es el
secreto defensa.

Nuestros conflictos internos son a menudo intra-familiares. El aspecto profesional puede


ser un activante, pero el aspecto relacional con el seno de la familia instalado desde el
nacimiento interviene enormemente en este ámbito. Se trata sobre todo del
Proyecto/Sentido: ¿qué proyecto tienen mis padres para mí? A veces, no es un proyecto
agradable: remplazar un hijo fallecido, un niño esperado en lugar de una niña, entre
otros. Para vivir en esta familia, se me propone obedecer a este o a estos mensajes,
inconscientes en su mayoría. Si hoy, soy un gran asmático, es porque soy fiel a mi abuelo
gaseado durante la primera guerra mundial. Mi padre, inconscientemente, quiere que lo
represente: mi Proyecto/Sentido. Así, para ser amado por mi padre, tengo que seguir
enfermo, ya que cuando toso, le recuerdo a su padre. Si me autoriza a sanarme, voy a
infringir esta Fidelidad Intra-familiar y de golpe, bloqueo mi restablecimiento.

Paralelamente, estas Fidelidades Intra-familiares me han hecho vislumbrar una nueva


visión del Superego familiar. Sabemos que muchos conflictos familiares están al origen de
nuestras enfermedades. Osar sanarse, es osar hablar, decir lo que sentimos a las
personas involucradas, vale decir a nuestros padres y nuestros hermanos. Usted lo sabe
tal y como yo, la mayor parte del tiempo, ¡es casi una misión imposible! Aquí, los
sentimientos de culpa, los celos, más o menos conscientes, el respeto, etc., están en
acción. No se trata para nada de ponerlo todo patas arriba, sino que simplemente hablar
de sí mismo, de sus propias sensaciones. Últimamente, recibí una familia de la cual el
drama estaba basado en el fallecimiento prematuro a los dos meses de la hija mayor que
fue seguida por otros tres hijos en perfecta salud física, pero con desequilibrios
psicológicos bastante notorios. El tema del hijo de remplazo se instalaba
confortablemente en el consultorio. La terapia consistía simplemente en llevar a los cinco
protagonistas, padres e hijos, a evocar este episodio completamente escondido, pero
muy activo psicológicamente.

Conclusión: intercambiar impresiones, hablar, dejarse llevar y expresar sus


sentimientos, todo esto con un lenguaje no violento.

La Inversión Psicológica o la actitud negativa es la última aparición en el catálogo


de las protecciones psíquicas que se hace progresivamente su propio lugar. Aquí, la
persona funciona simplemente al revés y el mejor ejemplo está representado por la
anorexia. Existe un volumen que trata de ella.

Las actividades conflictivas bloqueadoras provienen de la clínica. En la historia de


una persona, están aún activas y sería ilusorio pasar al lado de ellas. En efecto, bloquean
todo el proceso de restablecimiento. Por ejemplo, evoquemos el conflicto de los
colectores del riñón que bloquea un gran número de enfermedades. En una situación
conflictiva, varias sensaciones pueden posicionarse al mismo tiempo: sentimiento de
perderlo todo, confrontación con la nada, todo se derrumba a mi alrededor. Es entonces
indispensable abordar este efecto y permitirle descargarse. Este tipo de bloqueo está
especialmente activo en el sobrepeso y la obesidad en donde el agua se retiene más o
menos en gran cantidad.

El mantenimiento actual de las actividades


conflictivas
Sin saberlo, incluso si los signos de la enfermedad están presentes, nuestras actividades
conflictivas se mantienen diariamente, siempre en el mismo sentido. En otras palabras,
los estados de ánimo están aún presentes. Se nos aconseja vivamente ponerlos en
evidencia para no agravar demasiado nuestra problemática.

Desgraciadamente, existen casos en los que nada ocurre a pesar de todos los intentos.
Sería fácil para mí decir que el sistema psíquico de protección es hermético y decir adiós
a mi paciente. No, existen casos en los que la Psicosomática Clínica no puede hacer
absolutamente nada.
SEPTIMO PRINCIPIO
La prevención psicosomática
Emana simplemente de todos los otros principios y dos situaciones se nos presentan:
después de la mejora de los síntomas o el restablecimiento y antes de la enfermedad. De
hecho, la prevención que la Psicosomática Clínica propone es idéntica en los dos casos y
se resume en una frase: impedir conscientemente ser sumergido por nuestras actividades
conflictivas generadoras de los procesos de conversión. En otras palabras, tratar en no
sobrepasar nuestros propios umbrales psíquicos de tolerancia. Para esto, puse a punto la
Acción Física Adulta. Después de la enfermedad o para evitarla, se nos propone poner en
evidencia nuestro funcionamiento íntimo sobre todo en lo que concierne a nuestras
actividades conflictivas más o menos adormecidas. Para esto, sólo veo una solución: la
exploración de nuestra historia bajo este ángulo.

La Acción Psíquica Adulta


Permite poner consciencia ahí donde no hay. Se practica en segundo lugar, después
de un primer aprendizaje durante la consulta. Así, después de haber analizado toda la
historia del individuo, trabajado las sensaciones hacia la descarga emocional o
abreacción, se nos propone identificar, en nuestra vida cotidiana, las otras situaciones
problemáticas por venir. La Acción Psíquica Adulta es un esquema de acción en cinco
puntos.

1. Identificar una situación desestabilizante


2. Puesta en consciencia de la actividad conflictiva
3. Pregunta fundamental: ¿es vital para mí?
4. Respuesta y toma de responsabilidad en consciencia
5.Prevenir la llegada de una eventual actividad conflictiva

1) Veo mi vida y no me siento bien. Identifico la situación desestabilizante, simplemente.


¿Pertenece aún al mismo expediente?

2) Mediante un proceso mental de reflexión, pongo en evidencia que se trata de hecho de


la misma actividad conflictiva que ya conozco, analizada y sentida anteriormente.
Se parece muchísimo, aún si no es una situación exactamente idéntica. Puede ser
simbólicamente la misma. He aquí un ejemplo: problemática básica con mi madre, nueva
problemática con una persona que se le parece.

3) Después, me hago una pregunta fundamental: ¿es verdaderamente vital para mí,
hoy día, confrontarme a esta situación conflictiva y sobre todo reaccionar como antes?

4) Basta responder a esta pregunta con, en toda consciencia, una toma de


responsabilidad. Si responde afirmativamente, sabe que se trata todavía de la misma
actividad conflictiva, pero aún la necesita. Puede también desprenderse de ella solo(a) y
empezar, entonces, a ser adulto respecto a esta problemática. Una vez que ha escogido
su respuesta, debe tomar su responsabilidad.

5) Durante la quinta y la última etapa, usted identifica la actividad conflictiva antes


que sobrevenga y revive, aceleradamente, las etapas precedentes. Puede empezar a
entrenarse con una actividad pasada.

Para mí, el mejor ejemplo es la bulimia. La paciente dice: acabo de comer. Diez minutos
después, siento un vacío interior y tengo la necesidad de comer. Dependiendo la hora,
puedo comerme un plato de pastas o una napolitana de chocolate. La persona bulímica
busca un alimento afectivo para llenar una vida afectiva que ha sido programada
seguramente cuando era un(a) niño(a). ¿No será acaso mi niño interior que reclama aún
afecto? Hagamos las dos preguntas siguientes: en este preciso instante, ¿es realmente
necesario comer, cuando, teórica y biológicamente, no tengo hambre, ya que acabo de
comer? ¿soy yo o mi niño interior quien reclama alimentos afectivos? Así se propone
tomar su responsabilidad en toda consciencia a fin de responder y de actuar en un
sentido o en el otro. He visto así, personas bulímicas terminar con sus compulsiones
alimenticias en algunos días, ¡en seis meses máximo!

Para terminar, en el caso de actividad conflictiva inesperada o visiblemente incontrolable,


se aconseja pedir ayuda a un profesional. Desde hace algunos años, batallones de
psicólogos intervienen después de una catástrofe natural, en las escuelas o en las
empresas después de un evento particularmente desestabilizante, como un suicidio, un
asesinato o una agresión. Podemos hacer lo mismo a la medida de nuestra catástrofe
personal.
Consejos terapéuticos y preventivos más dirigidos serán se desarrollaran para cada tema.
ANEXOS
Las lateralidades funcionales y
biológicas
Para ciertas patologías como las del seno, neurológicas, osteo-articulatorias o incluso
psicológicas, entre otras, la cuestión de las lateralidades funcionales y biológicas o
instintivas es muy útil para afinar el diagnóstico psicosomático. Éstas se desarrollan en
cada volumen y particularmente en el que trata específicamente la dinámica del cerebro
derecho/cerebro izquierdo. Después de esa lectura, sabrá cual es vuestra verdadera
lateralidad biológica, instintiva. Ésta última se determina gracias a unos tests muy
simples.

Lateralidad funcional
La lateralidad funcional se determina simplemente haciendo la siguiente pregunta: ¿cuál
es vuestra lateralidad, diestro/diestra o zurdo/zurda? Varias respuestas son posibles:
diestro/diestra, zurdo/zurda, zurdo/zurda contrariado(a), no sé o ambidiestro. De hecho,
la lateralidad biológica es de lejos la más importante.

Lateralidad biológica
Si usted respondió zurdo/zurda o zurdo/zurda contrariado(a), es inútil efectuar los
otros tests, ya que usted será considerado como un zurdo/zurda biológico(a). Para
todos los otros, se proponer proceder a algunos tests. Tenemos varios a nuestra
disposición, he aquí los dos principales: el test del aplauso y el test del amamantamiento
o de posicionamiento instintivo del bebé en los brazos.

El test del aplauso


Aplauda como al final de un espectáculo para ovacionar a los artistas despegando los
codos de la mesa.

Resultados claros:
1) Las dos manos están casi horizontales y la mano derecha se encuentra sobre la mano
izquierda. La mano derecha golpea claramente la mano izquierda: soy diestro/diestra
biológica. Para confirmarlo, poner la mano izquierda sobre la mano derecha y golpear la
mano derecha con la mano izquierda para verificar una mayor habilidad instintiva de
aplauso en la primera experiencia. Inútil de efectuar el segundo test.

2) Las dos manos están casi horizontales y la mano izquierda se encuentra sobre la mano
derecha. La mano izquierda golpea claramente la mano derecha: soy zurdo/zurda
biológica. Para confirmarlo, poner la mano derecha sobre la mano izquierda y golpear la
mano izquierda con la mano derecha para verificar una mayor habilidad instintiva de
aplauso en la primera experiencia. Inútil de efectuar el segundo test.

Resumen
He aquí un recapitulativo de las diferentes posibilidades.

1. La diestra o el diestro funcional puede ser diestra o diestro biológico(a).


2. La diestra o el diestro funcional puede ser zurda o zurdo biológico(a).
3. La zurda o el zurdo funcional, La zurda o el zurdo contrariado(a) es
automáticamente zurdo o zurda biológica.
4. La ambidiestra o el ambidiestro puede ser diestra/diestro biológico(a) o zurda/zurdo
biológico(a).

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N°1: Generalidades sobre los orígenes psíquicos de las enfermedades: los siete
principios fundamentales de la Psicosomática Clínica, desencadenamiento y programación
de las enfermedades, terapéutica y prevención.

N°2: Las patologías del seno: mastitis, absceso, quiste, tumor benigno y cánceres.

N°3: Sobrepeso y obesidad: lipomas y lipomátosis, colesterol, triglicéridos.

N°4: Patologías de la piel: eczema, soriasis, urticaria, cánceres y otros.

N° 5: La negativa actitud o Inversión.

N°6: Las patologías pulmonares: gripe, bronquitis aguda y crónica, cáncer,


tuberculosis, insuficiencia respiratoria, dilatación de los bronquios, enfisema, laringe.

N°7: Patologías de los huesos: generalidades.

N°8: Patologías de la espalda con Alain Pioch (osteópata): cervical, dorsal, lumbo-
sacra, lumbago, ciática, hernia discal, pelvis, tórax y cráneo.

N° 11: La Esclerosis Múltiple.

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