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En general, las palabras y las frases en guaraní son cadenciosas dado al gran
equilibrio de las letras consonantes y vocales en la construcción de las
palabras. Sabido es que las lenguas en que predominan las consonantes son
de fonema áspero y de difícil pronunciación. El idioma guaraní se suaviza más
aun con la nasalización de todas las vocales y moderando los fonemas
guturales, labiales y las silabas de tales fuertes. Las letras aspiradas son
suaves.
Algunos ejemplos:
Unos ejemplos nos aclara esta idea. “Garañon” significa asno reproductor en
castellano. Para el guaraní-parlante paraguayo significa lo descomunalmente
grande. El fonema global es lo que ofrece la sensación de lo grande.
A causa de la modalidad del guaraní con el fonema que expresa las cosas,
cuando el paraguayo narra y se propone dar la sensación de lo grande engrosa
la voz, y para la sensación de lo pequeño, la atipla y la baja de tono.
Las frases también son como si fuera una sola palabra por que responde a una
idea. En el guaraní a una idea responde una sola palabra porque son cosas y a
una cosa no pueden comprender dos palabras. Se utilizaran dos o tres pero
refundidas en una sola cosa, para expresar una realidad.
Diríamos que una frase es un solo fonema cuyo real significado dependerá de
su acentuación, con la cual se lleva a cabo la inflexión. Así que la inflexión
sería la sobre acentuación de la frase con la que el fonema alcanza su real
significado. Con la inflexión se expresa por ejemplo la intensidad de los
sentimientos que embargan a una persona.
El guaraní es realmente una lengua de énfasis. Por lo cual está llamado a ser
una lengua inminentemente coloquial. El énfasis por escrito es imposible. En un
guaraní escrito no me sería posible por ej. Expresarlo sobre superlativo al igual
que en el castellano, es decir, lo mucho más que “muy”. Diré de una persona
que es feísimo o muy feo y nada más. En guaraní hablado, sin embargo, llego
a expresar lo muy feísimo alargando la última sílaba y agregándole un “ko”,
“Ivaietereiiií kooo”. Si alguien se fue mucho más lejos que lejos, diré
“mombyryeteriiií ko ohó”.
Para confirmar más aun la característica del guaraní de representar las cosas
con fonema tenemos el caso claro del fonema de la “I” con el que se expresa
pequeño. Nunca jamás se usará la “I” donde se tiene algo grande. En este
caso se procederá el fonema de la “O” o la “U”. El fonema de la “I” es notable
por su relación fácilmente observable por su exclusividad. Vamos a poner
algunos ejemplos. “I” ya es una palabra; significa chico o pequeño: mitâ´i –
mitâmi – niño pequeño.
Para una lengua cuyo punto de referencia sea la realidad sensible, todo debe
ser r correcto. Lo que no se percibe, se expresará por su teórica localización o
por comparación o por un punto de referencia. Ya hemos visto como se
sensibiliza la inteligencia, localizándola. Las categorías mentales no tienen
lugar en una lengua como el guaraní. De ahí que no existe el mes o el año
propiamente dicho. Carece de punto de referencia. Lo que existe en la
naturaleza es el periodo de la luna con que se puede expresar el mes, y para el
año se usará “ro´y” porque prácticamente es un país semi-tropical; existe solo
dos estaciones: la del frio y la del calor. El frio, por otra parte, dura muy poco.
Por eso llama la atención y podrá utilizarse como referencia para el periodo
llamado año. Con la llegada del frio percibimos que el tiempo ha vuelto a su
punto de partida. Ha cumplido un ciclo; diríamos, ha dado una vuelta.
Nunca y siempre en castellano prescinde del día y del año y de cualquier otra
unidad de tiempo. Son palabras indefinidas. En guaraní, sin embargo, no. Son
palabras bien definidas, muy relacionadas con la unidad de tiempo que es el
día. “Siempre” en guaraní sería la sucesión permanente de los días y
“nunca” será el no día. “Akói” como “tapiá” son palabras compuestas de
“ára”. Cuando se dirá “araka´é” (que día) y “nunca”, “araka´evé” significará
“no cuando”. “Máramo” también significa nunca pero en este caso es el
apócope de “mára-ára-mo” (quien sabe qué día).