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Para los Yòrùbá, los días de la semana también poseen Asé, por ello,
dentro del Oráculo de Ifá hay una serie de Odú cuyos Itán hablan de los
días de la semana y el porqué de la importancia de cada uno de ellos.
Hay muchas áreas en Ifá que trata a cada uno de los días de la semana
individualmente. Por ejemplo dentro de las palabras sagradas en
Òkànràn Òfún, se encuentra un Odù combinado que explica el por qué
los días de la semana llevan esos nombres.
Se les explicó que así debía ser y que además, cuatro de ellos habrían
de ser llamados “mayores” y los doce restantes menores. Que de todos
ellos surgirían diferentes combinaciones hasta formar 256 Odù que
servirían en el futuro para subsanar situaciones existentes.
Les fue dicho que esos dieciséis únicos Odù, reflejados en la simbología
impresa por ellos, debía ser utilizada durante la permanencia en el
jardín, para expresar cualquier pedido o deseo positivo y todas las
peticiones se harían realidad, advirtiendo que analizaran cada pedido
puesto que las malas resoluciones no serían concedidas.
Al alba del primer día, Èsù Odara rogó pidiendo riquezas de todo tipo y
deseando progreso y prosperidad para todo el lugar; e
instantáneamente, por todo el jardín aparecieron riquezas de
indescriptibles proporciones.
En gran jubileo, los Irùmolè invitados por Dios al Ogbà Àse , deciden
compartir con los otros Irùmolè que habían quedado fuera,
desparramando luego, el resto de las riquezas por todo el universo.
Esa noche, Dios los llamó a su lado y luego de escucharlos narrar sus
acciones del día dio en llamarlo OJÓ AJÉ o día de los éxitos financieros
y riquezas. Y así, el primer día de la semana obtuvo su nombre.
A la mañana siguiente los Òrìsà dentro del jardín se levantaron y
comenzaron a orar. Mientras tanto, los que habían quedado fuera, en
tropel se abalanzaban hacia ellos pidiendo les dieran más riquezas.
Los reclamos se eran cada vez más feroces, por lo que los Irùmolè del
jardín, deciden usar el Asé Odù pidiendo victoria sobre los contrincantes.
Sus deseos fueron inmediatamente concedidos y así fue como los Òrìsà
invasores debieron alejarse, retrocediendo y vencidos.
Dios entonces les dijo que llamaría a ese día OJÓ ÍSÉGUN, o el día del
triunfo.
Al caer la noche y como era costumbre, le dijeron a Dios que ese había
sido el día más completo y gratificante que jamás habían pasado. Todos
estaban de acuerdo en que había sido un día muy positivo, porque todo
cuanto pidieron les fue concedido.
En vista de tal experiencia, Dios decidió llamar a ese día OJÓ ETÌ, o día
de las turbulentas complicaciones.
Al alba siguiente, Olòdúmàré llamó a Esù Odara y le dijo que desde ese
momento en adelante, él controlaría todas las riquezas del universo
mientras que Òrúnmìlà sería quien debía regular el flujo o la distribución
de ellas, a través de rituales y sacrificios específicos. A lo que Esù
gustosamente accedió.
Es por todo lo expuesto en este Itán que los Yòrùbá dan mucha
significancia a los días de la semana, tomando en cuenta lo que deben o
no hacer en cada día específico; siendo muy cuidadosos en el significado
de cada día, cuando realizan sus ofrendas o sacrificios.
Èsù Odara: Èsù Bàrà / Es el que está presente en las 256 caídas del
Odù y quién responde en el oráculo.
Ashé