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vargas@reduniv.edu.cu
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene como objetivo sistematizar lo escrito en los textos de Pedagogía y
de Didáctica acerca de los principios didácticos con el propósito de poner al alcance de
aquellas personas que se preparan para ejercer como profesor y de los que ya están
ejerciendo, este conjunto de orientaciones y reglas que son indispensables tener en cuenta
para conducir con éxito el proceso docente educativo.
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DESARROLLO
Para conducir exitosamente el proceso docente-educativo el profesor se enfrenta ante el
problema de sobre qué bases ha de desarrollar este proceso, que normas ha de seguir que lo
guíen a lograr los resultados esperados. En este sentido los principios didácticos, junto con
sus reglas, son para los profesores una guía segura para la acción.
Las leyes pedagógicas no ofrecen indicaciones concretas para las operaciones prácticas.
Son solamente, por así decirlo, el fundamento teórico para elaborar las reglas y la
tecnología de la actividad práctica de manera que resulten útiles para el profesor, por lo que
el conocimiento de estas leyes que rigen el proceso docente-educativo no es suficiente para
conducirlo exitosamente. Es necesario transformarlos de manera que resulten útiles para la
actividad práctica del profesor.
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El asunto reside en que, sobre la base de los conocimientos del desarrollo objetivo del
proceso docente-educativo, se precise cómo apoyándose en las leyes o regularidades de la
enseñanza, se establecen los principios y reglas que dirigen el trabajo práctico del profesor.
Estos principios no solamente tienen valor para la ejecución del proceso docente educativo,
sino también para la organización de las actividades docentes, para la elaboración de los
planes de estudio, libros de textos, medios de enseñanza, etc.
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Constituyen un sistema.
Son válidos en todas las asignaturas, grados de presencialidad
y niveles de enseñanza.
Su aplicación es obligatoria para lograr los objetivos.
Su relación con las leyes pedagógicas no es unívoca.
Otra característica es su carácter obligatorio para lograr los objetivos ya que constituyen las
orientaciones para la planificación y dirección del proceso docente-educativo. No se puede
aspirar a desarrollar con éxito el proceso docente educativo al margen de los principios
didácticos.
Una cuarta característica es que su relación con las leyes no es unívoca. Así en la
aplicación de un principio pueden estar reflejadas varias leyes, o viceversa, la
manifestación de una ley expresarse a través de varios principios.
Veamos ahora cada uno de estos principios didácticos
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POSTULADOS
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métodos de enseñanza tienen que tienen que tomar en cuenta la lógica propia de estas
ciencias.
De ese modo si la lógica de una ciencia se fundamenta en la clasificación, el objetivo será
que el estudiante aprenda a clasificar el conjunto de objetos a ella perteneciente, por lo
tanto el método de aprendizaje deberá situar al estudiante ante situaciones que lo obliguen a
clasificar: observar los objetos, determinar sus características, encontrar una que le permita
ordenarla y agrupar esos objetos de acuerdo con esa característica.
• Que la metodología de la enseñanza que se emplea esté fundamentada
científicamente.
Fundamentar científicamente la enseñanza significa basarse en las ciencias que la tienen
como objeto de estudio. En este sentido al proceso de la educación le llamamos proceso
educativo y la ciencia que se ocupa de su estudio es la pedagogía. La Pedagogía estudia el
proceso educativo en todas las manifestaciones que se dan en la sociedad, estableciendo su
fundamento y sus leyes y desarrollando los métodos de la investigación pedagógica.
Por su parte la Didáctica es la ciencia que estudia la instrucción, el proceso de la enseñanza
incluyendo el aspecto educativo que tiene en este proceso. Es decir la ciencia que estudia el
proceso docente-educativo.
Las Didácticas particulares o Metodologías de la enseñanza, estudian el proceso docente
educativo en cada una de las asignaturas a partir de los fundamentos y las leyes de la
Didáctica General y a su vez aportan conocimientos y experiencias a esta que pueden ser
generalizadas. Por ejemplo: la didáctica de las Matemáticas, de la Física, etc.
Por lo que para que la metodología de la enseñanza que se emplee esté fundamentada
científicamente, esta debe realizarse utilizando correctamente las conclusiones científicas
de la pedagogía, especialmente de la didáctica y de la metodología de las asignaturas, de
manera de que se expresen adecuadamente las dimensiones instructiva, educativa y
desarrolladora consustanciales a este proceso.
No es concebible el propósito de enseñar las ciencias desarrollando un proceso de
enseñanza y aprendizaje sin bases científicas, ya que esto resultaría en un deficiente
aprendizaje.
POSTULADOS
La estructuración sistemática de los contenidos.
La sistematicidad en la conducción de la actividad docente.
El carácter de sistema del currículo
El carácter de sistema de la educación.
El carácter continuo y constante de la educación.
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del objetivo del sistema en la formación de la personalidad de cada uno de los integrantes
del grupo.
Además este proceso docente-educativo que conducen un grupo de profesores con un
grupo de estudiantes, no se lleva a cabo en un lugar aislado, sino en una institución
docente, lo que hace que los estudiantes estén inmersos en un proceso aún más amplio en el
que participan los otros miembros, estructuras y organizaciones que están presentes en la
institución, lo que pone de manifiesto la existencia de un sistema de orden mayor, a nivel
de la institución de cuyo funcionamiento armónico y vertebrado depende el logro de los
objetivos de la institución en la formación de la personalidad de los estudiantes que en ella
se educan.
Aún más, los estudiantes están inmersos en un proceso educativo más amplio donde
participan otras personas, estructuras y organizaciones que están fuera de la institución
docente que da lugar a un sistema educativo de orden mayor que también requiere ser
vertebrado en su funcionamiento en pos de alcanzar los objetivos en la formación de la
personalidad de las nuevas generaciones a la que la sociedad aspira.
• El carácter continuo y constante de la educación.
El proceso docente-educativo se caracteriza por ser un proceso prolongado, que se
desarrolla escalonadamente, y cuyos resultados más significativos se perciben lentamente.
Para formar un profesional titulado en un centro de educación superior se requiere un
proceso docente-educativo que abarca de 4 a 6 años, en el cual de manera continua y
constante, a través de las diferentes asignaturas y actividades docentes-educativas, de forma
paulatina y sistemática se desarrolla el proceso formativo.
De esta manera con una continuidad se ordenan las asignaturas y las actividades docente-
educativas según la lógica del proceso, y constantemente los contenidos de una se retoman
por ella y por las otras, para garantizar que estos se incorporen al modo de actuación del
futuro profesional a los niveles de asimilación y profundidad requeridos. Sobre esta base se
aumentan paulatinamente la complejidad del contenido y las formas de la influencia
pedagógica sobre los estudiantes.
De igual forma que la adquisición de conocimientos y el desarrollo de las capacidades es el
resultado de una interacción constante y continua con los contenidos de la enseñanza, el
desarrollo deseado de los demás aspectos de la personalidad requiere que la labor educativa
de los profesores y demás factores que en ella participan, tenga un carácter constante y
continuo, que se lleve a cabo sistemáticamente. Solo de esta manera, no únicamente en el
estudiante se obtiene una solidez de sus conocimientos, sino, lo más importante, la solidez
de su personalidad.
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presente un problema práctico, en la solución del cual ellos estén interesados, que les
demuestre la necesidad de encontrarle solución.
La teoría y la ciencia forman parte de la vida, por ello para la didáctica esta vinculación no
puede significar algo simplemente pragmático y utilitarista, sino un vinculo con la vida que
propicie una práctica reflexiva, de la que se pueda aprender en la misma medida en que
enriquezca lo aprendido con la teoría y se corrobore también lo estudiado en ella.
La enseñanza vinculada a la vida, no sólo significa incorporar la vida a la enseñanza o
relacionar ambas; significa darle respuestas científicas a las cuestiones de la vida; significa
estimular a los estudiantes a analizar profundamente estas cuestiones, desarrollando valores
y convicciones que lo preparan integralmente para la vida.
• Comprobar la veracidad de la teoría en la práctica.
La actividad humana es la forma más conveniente y científica de comprobar la veracidad
de la teoría en la práctica. Esta actividad humana es múltiple y variada. Los conocimientos
científicos que primeramente se comprobaron mediante experimentos, recibieron la sanción
de su veracidad mediante la técnica, en la producción. Las teorías económicas y las tesis de
las ciencias sociales también se comprueban en la práctica, en el proceso del desarrollo
histórico y social. Así pues, la práctica como comprobación de la verdad, tiene su campo de
actuación en la aplicación de los conocimientos en la actividad misma del hombre.
Por lo general y en especial en los primeros años de las carreras, el estudiante se debe
convencer de que la abstracción teórica surge de la práctica. Por ello es muy importante
que el estudiante infiera las leyes y regularidades de la observación de los fenómenos
mostrados por el profesor con los medios a su alcance.
En algunas ciencias, sobre todo de las ciencias sociales, el criterio de la práctica se emplea
de forma distinta. En ellas los hechos, el desarrollo histórico, los acontecimientos mismos
comprueban la realidad de las tesis formuladas.
• Todos los conocimientos que se dan tienen que ser aplicados.
Los conocimientos que se trasmiten a los estudiantes tienen que ser aplicados, pues esta
aplicación práctica es el único criterio válido para la evaluación de los conocimientos, y la
única forma de que estos conocimientos le sirvan al estudiante para la formación de una
personalidad útil a la sociedad.
Se debe lograr que cada formulación teórica tenga aplicaciones prácticas y que cada
actividad práctica se estructure sobre la base de la teoría correspondiente. Las actividades
de carácter práctico se deben ordenar pedagógicamente de manera tal que, además del
dominio de la habilidad, el estudiante profundice en los conocimientos teóricos.
El profesor siempre tiene que demostrar que las fórmulas teóricas tienen su aplicación
práctica y como se efectúa esa aplicación, así como el valor y utilidad de esta aplicación
práctica.
Los estudiantes deben ser enseñados y estimulados a plantear problemas prácticos
debidamente elaborados. Este es un paso más adelante en el proceso, pues lleva a los
estudiantes a enlazar los conocimientos con las actividades prácticas.
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e) en otros casos, las explicaciones del profesor pueden dirigir las ideas formadas hacia lo
más importante y esencial prescindiendo de lo secundario, con lo que se asegura una
mayor penetración mental del estudiante en el objeto de la enseñanza.
Al utilizarse los medios para objetivar la enseñanza se deben tener en cuenta las siguientes
consideraciones:
a) Deben tomarse precauciones en su uso excesivo. Algunos profesores creen que la
utilización de muchos medios de enseñanza y aprendizaje asegura el éxito. Esto no es
cierto.
b) Los medios de enseñanza y aprendizaje se deben usar cuando sin ellos, la idea que se
debe adquirir no se logra en absoluto o se obtiene en forma incompleta o inexacta.
c) Los medios de enseñanza y de aprendizaje se deben emplear de tal manera que los
estudiantes, después puedan reproducir las ideas correspondientes sin ayuda de ellos.
EL PRINCIPIO DE LA ASEQUIBILIDAD.
POSTULADOS
- La claridad de la exposición del profesor, de los medios didácticos.
- La manera en que los estudiantes perciben y procesan la información
- La simplificación didáctica.
- La correcta determinación del grado y el carácter de las dificultades que deben
vencer los estudiantes, y presentarlas en un grado progresivamente mayor.
- Conocer las condiciones intelectuales específicas de cada grupo y dirigir la
actividad docente al límite máximo de la capacidad realizadora del promedio
de los estudiantes.
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función de sus capacidades y de su desarrollo integral. Este límite máximo de capacidad del
estudiante nunca debe ser traspasado por el profesor.
Diasterweg señalaba "Nunca se debe intentar enseñar un asunto que todavía no puede ser
entendido por el estudiante; nunca debe enseñarse una cosa que no signifique nada para el
estudiante cuando la aprenda, y nunca debe enseñarse nada que tampoco signifique algo
interesante para el estudiante después de haberla aprendido. Sitúese el profesor al comenzar
una actividad docente según la posición del estudiante, y una vez situado así, dirija su
actividad con su vista fija en la meta trazada, correcta y profundamente".
Comenio decía que al estudiante "se le debe presentar, primero lo que está más cerca de él;
sucesivamente, lo que le sigue inmediatamente, lo que está un poco más lejos, lo que está
mucho más lejos y, por último, lo más distante".
Es decir, en las actividades docentes se debe proceder: de lo fácil a lo difícil, de lo cercano
(conocido) a lo lejano (desconocido), de lo sencillo a lo complejo
Sin embargo conducir el proceso docente-educativo de un modo comprensible, no quiere
decir eliminar las dificultades con que puedan tropezarse los estudiantes. Al contrario la
tarea del profesor es plantearle a los estudiantes las situaciones difíciles, y darle a estos las
instrucciones y ayuda necesarias para que resuelvan estas dificultades.
Asequibilidad en la enseñanza significa plantear aquellas exigencias las cuales pueden
cumplimentarse mediante un cierto esfuerzo por parte de los estudiantes y que de este
modo contribuyan a elevar su capacidad de rendimiento. Se debe, por tanto, exponer a los
estudiantes problemas y asuntos que aún exigiendo de ellos tenacidad y esfuerzo, cuenten
con conocimientos previos y capacidades para resolver ó entender.
El profesor debe lograr, con habilidad pedagógica, que el recorrido hasta ese límite máximo
desde posiciones cercanas a él, lo recorra el estudiante de manera normal, mediante su
propio esfuerzo, mediante su tesón y entusiasmo de aprender, sobre la base de
conocimientos firmemente adquiridos y consolidados.
Esto no significa descuidar las posibilidades de interacción que se dan en el proceso
docente educativo, que tome en cuenta las capacidades reales de los estudiantes y de sus
posibilidades para aprender con la ayuda de los demás, es decir bajo la guía del maestro o
en colaboración con otro compañero más capaz.
• Conocer las condiciones intelectuales específicas de cada grupo y dirigir la
actividad docente al límite máximo de la capacidad realizadora del promedio de
los estudiantes.
La base de la asequibilidad consiste en conocer las condiciones intelectuales específicas de
cada grupo con que se trabaja. Esto no significa que se afecte el nivel y el rigor de los
programas; se trata de conocer las condiciones previas que constituyan el punto de partida
para la preparación de las actividades docentes.
La experiencia demuestra que todos los estudiantes, en un momento dado, no poseen la
misma capacidad realizadora, por lo regular presentan diferencias entre unos y otros. De la
actitud del profesor ante está situación depende el éxito de su trabajo.
Por lo tanto, el profesor debe partir de estas condiciones en su labor docente. Su meta,
desde un punto de vista pedagógico y social, debe ser conseguir una cierta equiparación de
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los conocimientos adquiridos por todos sus estudiantes, así como de sus habilidades y
destrezas.
La asequibilidad no puede lograrse sobre la base del tratamiento superficial del contenido
para lograr "que todos entiendan". Se requiere exigir al máximo sobre la base de las
condiciones concretas de cada estudiante. Por eso en esta compleja labor hay que tomar en
cuenta las diferencias individuales.
El grupo de estudiantes funciona como una unidad integrada por individualidades
diferenciadas en cierto grado por su capacidad realizadora. Ante esto el profesor debe
desarrollar su actividad dirigida al límite máximo de la capacidad realizadora del promedio
de los estudiantes, así como dedicar una atención particular al trabajo individual con
aquellos estudiantes que se distancian de este ya sea por encima como por debajo.
La contradicción que surge entre las tareas y exigencias del profesor por una parte y el
nivel de conocimientos, capacidades, etc. de los estudiantes por otra, es una potencial
fuerza impulsora del proceso docente-educativo. La correcta determinación del grado y el
carácter de las dificultades en el proceso docente, constituye el método principal en manos
del profesor para generar la fuerza motriz del estudio, y ampliar las posibilidades
cognoscitivas de los estudiantes.
El hecho que en un momento dado los estudiantes no poseen la misma capacidad
realizadora ha dado lugar a la teoría de los "talentos", teoría dirigida a afirmar que los
estudiantes deben ser agrupados según esos talentos.
Sin embargo es conocido que en la escuela primaria, en primer grado, las diferencias
respecto a la capacidad realizadora de los niños, son relativamente pequeñas. Lo cierto es
que, en el momento de nacer, los niños no presentan diferencias. Estas diferencias se irán
poniendo de manifiesto en función de las condiciones ambientales que lo rodeen.
Se puede decir que no hay persona que desde la cuna se pueda afirmar que será un sabio o
un artista eminente, que posee un "talento" el cual desarrollará en su proceso de
maduración. Sin embargo, sería equivocado concluir que ciertas diferencias de talento e
inclinaciones no se dan de manera excepcional.
Dejando a un lado los casos excepcionales, se puede afirmar que toda persona es igual que
otra para llegar a ciertos logros concretos, si los factores ambientales han sido los
adecuados y se ve asistido de los medios para desarrollar una habilidad determinada,
teniendo en cuenta ciertas peculiaridades de su temperamento.
Esta claro que el desarrollo de determinadas habilidades será más fácil conseguirlo en unos
estudiantes que en otros; que algunos tendrán espontáneamente y de forma natural ciertas
tendencias o inclinaciones, y otros tendrán otras (por ejemplo, hacia las letras o hacia las
ciencias), pero no es imposible desarrollar en todos ellos unas ciertas habilidades y
destrezas, y transmitirles ciertos conocimientos, en un grado socialmente satisfactorio.
El dominio de estas habilidades estará determinado, por supuesto, no solo por las
condiciones ambientales y sociales en general, sino por las propias inclinaciones y
preferencias de los estudiantes.
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Este principio orienta al profesor sobre como lograr una sólida asimilación por los
estudiantes de los conocimientos, habilidades y hábitos, si pone en tensión, de modo
óptimo, sus potencialidades cognoscitivas y, en particular, la imaginación reproductora y
creadora, la memoria, preferentemente la lógica, el pensamiento lógico activo, así como las
capacidades para la dinamización de lo conocimientos indispensable para realizar el futuro
trabajo.
• La lucha sistemática y enérgica contra el olvido.
La esencia de este principio radica en que el profesor debe tener en cuenta, en el momento
de la preparación de las actividades docente-educativas y de los medios didácticos, la lucha
sistemática y enérgica contra el olvido, el cual forma parte de los procesos psíquicos
normales.
El estudiante puede aprender cuando el profesor es capaz de ventilar satisfactoriamente la
relación entre el trabajo con el nuevo contenido y el trabajo con el contenido ya tratado.
Sistematizar, ejercitar, ampliar y revisar frecuente y regularmente los contenidos que se
expliquen, estimulará la memoria sobre la base de una comprensión anterior del objeto de
estudio, lo cual no significa la repetición mecánica de la información.
Observar este principio significa fijar constantemente el contenido asimilado, ejercitarlo y
repasarlo; aplicar convenientemente lo aprendido, controlar y evaluar continuamente los
conocimientos y las capacidades de los estudiantes, para desarrollar conocimientos seguros
y capacidades sólidas.
• La constante consolidación de los resultados en todos los eslabones o etapas del
proceso docente-educativo.
La aplicación de este principio significa dirigir el proceso de modo que ya en la
presentación del nuevo contenido se logre un alto grado de memorización y firmeza. La
constante consolidación de los resultados en que se basa este principio pone de manifiesto
que el mismo ha de ser objeto de consideración en todos los eslabones o etapas del proceso
docente-educativo, es decir en la motivación por el nuevo contenido, la información, la
asimilación, dominio y sistematización del mismo y la evaluación del aprendizaje
La autopreparación y la consulta son también formas de reiterar activamente y en otra
situación, los conceptos y leyes aprendidas, que deben organizarse para estimular el trabajo
independiente y creador del estudiante.
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Este principio expresa la necesidad de educar a todos los estudiantes del grupo
colectivamente, y crear las condiciones para el trabajo integrado y activo de los mismos, a
la vez que se atiende individualmente a cada uno, a fin de lograr una enseñanza efectiva y
contribuir al desarrollo de las aptitudes positivas de los estudiantes individualmente.
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Por otra parte, para elevar la efectividad de la enseñanza es preciso aprovechar toda la
potencia que resulta de la actividad conjunta de los estudiantes dentro del grupo.
• El trabajo del grupo, debidamente integrado.
Una de las tareas de la enseñanza consiste que los estudiantes aprendan a trabajar
camaraderilmente en el colectivo. Esto significa que es preciso conocer y comprender
claramente las tareas del grupo, sus fines, estimar el honor del grupo y luchar por él.
En este sentido el profesor ha de trabajar para que en el grupo de estudiantes se revelen las
siguientes características:
- Que todos los estudiantes tengan una meta común.
- Que todos los estudiantes tengan iguales derechos.
- Que todos los miembros del grupo estén unidos por relaciones amistosas, por una
disciplina y un respecto comunes.
- Que los intereses individuales se integren en el interés común.
El trabajo del grupo, debidamente integrado, es un elemento inseparable del trabajo
individual de cada estudiante.
Tomando este objetivo como una de sus premisas y dirigido a la materialización del
enfoque integral para la labor educativa en las universidades de nuestro país, se desarrollan
los proyectos educativos, que constituyen la manera particular de concretar, en cada grupo
de estudiantes, este enfoque integral. En la elaboración de los proyectos educativos tienen
un papel protagónico los propios estudiantes del grupo y en el mismo se establecen las
actividades, compromisos y metas curriculares y extracurriculares a realizar, cumplir y
alcanzar por el grupo en cada año académico.
• El desarrollo de la personalidad dentro del grupo.
El rasgo fundamental de un grupo integrado reside en que sea este capaz de crear
condiciones favorables para el desarrollo multilateral de cada uno de sus miembros.
La personalidad solamente se puede desarrollar de una forma completa dentro del
colectivo. En éste el estudiante recibe múltiples estímulos que le ayudan a superar las
dificultades, a concentrarse en el esfuerzo y en la atención, a trabajar conscientemente, a
estudiar y comprender con claridad, y a desarrollar plenamente sus tendencias e
inclinaciones positivas. El juego de tensiones en que se desenvuelve el proceso docente-
educativo en el grupo crea las condiciones más favorables en los estudiantes para la
aplicación de sus capacidades, para la cooperación y para el trabajo creador, lo que en
definitiva no es otra cosa que el desarrollo de todos los componentes de su personalidad.
• El trabajo diferenciado del profesor dentro y fuera de la actividad docente.
Penetrar en las características individuales de los estudiantes es una de las tareas más
complicadas que tiene que resolver el profesor. No obstante, hay lograrlo para que todo el
grupo logre altos resultados.
Para hacer que el proceso del desarrollo de la personalidad en la enseñanza tenga éxito, el
profesor ha de tener en cuenta las cualidades psíquicas y físicas de sus estudiantes, sus
características individuales.
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El desarrollo de la personalidad de los estudiantes, exige una atención especial del profesor.
En primer lugar debe estudiar detenidamente cada estudiante, para adoptar una actitud
hacia él que permita relaciones basadas en la realidad. Debe hacerse una opinión exacta de
su capacidad realizadora y de su disposición para la cooperación. Solamente mediante esta
opinión podrá tomar medidas efectivas.
El trabajo diferenciado del profesor con el grupo debe basarse en:
- Considerar los diferentes ritmos de trabajo individual.
- Influenciar en la actitud individual ante el aprendizaje (mediante la estimulación, el elogio
o la crítica prudente, etcétera).
- Orientar hacia determinados intereses (grupos de investigación estudiantil, olimpiadas de
conocimientos, exámenes de premio, estudio de una bibliografía en particular, etcétera).
- Evitar el retraso de algunos estudiantes estimulándolos, dándole tareas individuales,
etcétera.
- Promover el desarrollo de aptitudes especiales (investigativas, literarias, artísticas,
deportivas, etc.).
- Atender en el momento oportuno, mediante entrevistas o consultas al estudiante que así lo
necesite, al que ha observado algún rasgo que deba ser objeto de tratamiento individual,
que no tiene solución en el trabajo con el grupo.
• El trabajo simultaneo con el grupo y la atención individual a cada estudiante.
El profesor debe, en el trabajo con el grupo simultáneamente prestar atención individual a
cada estudiante para esto procurará:
- Cuidar exquisitamente su actitud personal, no hacer excepciones entre los estudiantes,
ni imprimir a su labor un carácter individualista.
- Enseñar que los éxitos individuales forman parte del éxito colectivo, y que los fracasos
y errores individuales son también fracasos y errores colectivos. Al contrario todo éxito
o fracaso colectivo es un éxito o fracaso individual.
- Que las rectificaciones a respuestas equivocadas la hagan, con frecuencia, los
estudiantes; y hacerles comprender que esta forma de trabajo no es otra cosa que una
ayuda mutua. Para esto escogerá algunas veces a unos y otras a otros para aclarar el
concepto erróneo.
- Propiciar en cada estudiante el espíritu de colaboración nunca el de competencia. La
labor de estímulo formando, por ejemplo, grupos que emulen, debe estar orientada de
tal manera que los resultados sean alentadores para cada estudiante y el grupo en su
conjunto; nunca debe surgir un vencedor, sino que toda el grupo debe ser vencedor.
- En el caso de la crítica y autocrítica debe lograr un ambiente de serenidad, de
normalidad, nunca debe aplicarse en un ambiente alterado o intranquilo, y darle una
cierta solemnidad amable y al final saber valorar y situar enaltecedoramente la actitud
de los estudiantes.
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CONCLUSIONES
Para conducir exitosamente el proceso docente-educativo el profesor se enfrenta ante el
problema de como desarrollarlo, en este sentido los principios didácticos, junto con sus
reglas, son para los profesores una guía segura para la acción.
Los principios didácticos no solamente tienen valor para el trabajo de enseñanza del
profesor, sino también para la organización de las actividades docentes, para la elaboración
de los planes de estudio, libros de textos, medios de enseñanza, etc.
Los principios didácticos que universalmente constituyen una guía segura para el profesor
son los que están relacionados con el carácter científico de la enseñanza, la sistematización
de la enseñanza, la vinculación de la teoría con la práctica, la vinculación de lo concreto y
lo abstracto, la asequibilidad, la solidez de los conocimientos, el trabajo consciente,
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