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FUNDAMENTOS DE HECHO:
Como preámbulo a las respuestas puntuales, debo explicarle, Señor
Juez, el contexto en el que se dio una investigación periodística de
más de tres años, la que se publicó en varias entregas (Tres
reportajes televisivos, en Panamericana Televisión - Canal 5 de Lima y
Frecuencia Latina - Canal 2 de Lima, respectivamente; en un extenso
reportaje en la revista peruana Etiqueta Negra; y, finalmente, en un
libro publicado por el sello editorial español Planeta). Fue una
investigación periodística responsable, rigurosa, que se tomó todo el
tiempo posible para indagar, cruzar información, verificar datos, hallar
expedientes perdidos y entrevistar a un centenar de personas que
tenían algo que ver con el pasado del general Ketín Vidal Herrera. No
publiqué nada hasta no estar completamente seguros de la
información. Ésta no es una declaración retórica o de buenas
intenciones, fue la manera de trabajar que ha sido reconocida no sólo
en el Perú, sino en el extranjero.
Es de resaltar que en la investigación periodística materia de este
proceso, siempre se buscó la versión del querellante Antonio Ketín
Vidal Herrera, aunque por alguna razón –supongo yo por estrategia–,
sólo contestó una vez a nuestros requerimientos y dio su versión en
vivo en un programa televisivo (en marzo del 2002 en el
programa Panorama de Canal 5). Las demás veces se negó
rotundamente a responder nuestras preguntas, como dejamos
constancia en su oportunidad. Prefirió ir a programas periodísticos
para ser entrevistado por otros periodistas amigos suyos, aunque en
algunos casos se vio en aprietos. Para el libro materia de la presente
querella, hemos recogido su versión de todas las entrevistas (que son
más de 10) a lo largo de los cuatro años que conocimos el tema y que
el se vio obligado a responder diferentes cuestionamientos que no
salían del autor del libro, sino de las autoridades judiciales, del
Ministerio Público y de la Contraloría General de la República.
Este trabajo se hizo atendiendo a la función social del periodismo que
es vigilar el poder público en nombre de la gente, de la opinión
pública. Y la actuación pública del querellante Vidal Herrera fue de
absoluto interés público, pues desempeñó cargos de relevancia en la
sociedad peruana en la última década del siglo XX. En la Policía
Nacional (Jefe de la DINCOTE, Director General) y en el Ministerio del
Interior, llegó a ser su titular. Su actuación como funcionario público no
estuvo exenta de escándalos, cuestionamientos y procesos penales
abiertos en su contra. Fue público y notorio los cuestionamientos que
se hicieron en varios temas: desde sus antiguos vínculos con una
organización de narcotráfico internacional (la de Reynaldo Rodríguez
López, como oficial de inteligencia de la PIP) hasta el proceso de
enriquecimiento ilícito abierto en su contra por la justicia anticorrupción
peruana, pasando por auditorías de la Contraloría General de la
República que hallaron gastos no justificados por sumas millonarias,
mientras el querellado se desempeñó como jefe de la Dirección Contra
el Terrorismo de la Policía Nacional (PNP). Todo esto no es nada
nuevo, en su oportunidad fue publicado por diversos medios de
comunicación y periodistas especializados. (revista Caretas,
diarios Liberación, Correo, La República, Perú 21, diversos canales de
televisión como Canal 2, Canal 4 y Canal 5, entre otros), incluso hasta
se han escrito varios libros que incluyen capítulos dedicados a revisar
la actuación pública del querellante Vidal Herrera: El espía imperfecto:
la telaraña siniestra de Vladimiro Montesinos, de Sally Bowen y Jane
Holligan (Editorial Peisa, Lima 2003), Tras la huella de Montesinos, de
la periodista venezolana Patricia Poleo (Caracas, Planeta, 2001)
o Montesinos: su derrota en Venezuela, investigación periodística de
Adriana Cortés (Caracas, Libros de El Nacional, 2001). Así que, gran
parte de toda esta historia ya estaba escrita. Quizá el único mérito
de mi trabajo ha sido ordenar cada una de las piezas de este
complicado rompecabezas, ponerlas en contexto, verificar y
ampliar cada dato periodístico, cada testimonio, cada historia que
se había publicado, por otros periodistas, al respecto, yendo a las
fuentes y protagonistas.Muchas de las cosas que acá se cuentan,
no es producto de una investigación periodística, es la consecuencia
del trabajo de las autoridades competentes: grupos especiales de la
Policía, Fiscales Anticorrupción, auditores de la Contraloría y
Magistrados de diversas instancias del Poder Judicial.
Lo curioso y, a la vez sintomático, de esta denuncia son dos
cosas: 1.- Que ha sido presentada 7 años después de que el
querellante Ketín Vidal Herrera anunciara tal medida en el programa
del Sr. Nicolás Lúcar (Programa La Revista Dominical del 17 de marzo
del 2002). Y mucho tiempo después (tres años) de la publicación del
libro. Cualquier persona que se considera agraviada, calumniada,
difamada y vejada, no espera 7 años para hacer valer su derecho en
el Poder Judicial, lo hace inmediatamente. Si a mi me acusan de
ladrón, y no lo soy, denuncio de inmediato al que lo hizo, al periodista
difamador. Eso lo haría alguien que tiene la consciencia limpia. El
querellante Vidal Herrera, quizá piensa que como hace 4 años trabajo
y vivo en el extranjero no tendría capacidad de defensa, la que se ve
mermada por una medida arbitraria ordenada por su despacho (orden
para conducirme de grado o fuerza a su juzgado). ¡Después de 7 años
descubrió que lo he difamada!
2.- Que el querellante Vidal Herrera me ha demandado por la versión
final de mi trabajo de investigación periodístico, el libro publicado por
editorial Planeta en setiembre del 2006, y no ha puesto, como suelen
poner todos los supuestos agraviados en delitos de imprenta, como
tercero civilmente responsable a la casa editorial, la que se supone se
coludió con el autor para publicarle semejante barbaridad. ¿Será que
piensa que Planeta sí podría contratar un bufete de abogados en
Lima, mientras que el periodista, viviendo lejos y sin los recursos para
gastos judiciales, no? Otra curiosidad, sólo me demanda por 5 de los 7
capítulos del libro. Los otros dos no lo ofendieron. Coincidentemente
ambos tienen que ver con su estrecha y siempre subordinada relación
con su ex abogado Vladimiro Montesinos Torres (no demandó por el
Prólogo del libro, que explica su cuestionada actuación como jefe de la
DINCOTE entre los años 1991 y 1992, tampoco por el capítulo “El
héroe también dice que capturó a Montesinos”, que como su nombre
lo indica, abunda en detalles de la negligencia del querellante Vidal
Herrera en la ubicación y captura de su ex abogado Montesinos
Torres en Venezuela entre noviembre del 2000 y junio del 2001.
Montesinos, finalmente fue entregado por su celador en Caracas, en
junio del 2001, un mes antes de que Vidal Herrera deje el cargo de
ministro del Interior.
Ésta es una de las pocas referencias que el autor del libro hace de
algo que fue testigo, que lo vio con sus propios ojos. Como ya hemos
explicado en la cita anterior, esta descripción coincide con dos
versiones más, la del corredor inmobiliario Venturo Acuña y con la de
que recogió el periodista Miguel Zegarra para el Canal 4 de Televisión.
El trabajo de campo del autor del libro, en todo caso, corroboró lo que
antes le habían informado.
I.- Para probar que todo lo que escribí en el capítulo titulado “El héroe
protege a un narcotraficante” corresponde a la verdad de los hechos,
solicito que su despacho requiera de las instancias correspondientes
los siguientes documentos y/o copias de entrevistas periodísticas o
programas periodísticos:
1.- Solicitar a la instancia respectiva del Poder Judicial del Perú, copia
certificada del expediente judicial número 876-89 del 25 Juzgado
Penal de Lima. Este mismo expediente fue rotulado como el número
876-89 en la Corte Suprema de Justicia. Especialmente copia del
Atestado Ampliatorio número 498-D-DINTID, de la Dirección de
Investigación de Tráfico Ilícito de Drogas de la entonces Policía de
Investigaciones del Perú (PIP), que forma parte de dicho expediente.
También es importante los Folios 7405, 7453, 7653 y siguientes, 7667
y 10147. En estos Folios se podrán leer las declaraciones del
querellante Vidal Herrera como procesado por el famoso caso “Villa
Coca”, su relación con Reynaldo Rodríguez López, las dádivas,
favores o canonjías que recibió, declarado por el mismo querellante.
II.- Para probar que todo lo que escribí en el capítulo titulado “El héroe
trabaja para Vladimiro Montesinos” corresponde a la verdad de los
hechos, solicito que su despacho requiera de las instancias
correspondientes los siguientes documentos y/o copias de entrevistas
periodísticas o programas periodísticos:
III.- Para probar que todo lo que escribí en el capítulo titulado “El héroe
roba el terreno a unos jubilados” corresponde a la verdad de los
hechos, solicito que su despacho requiera de las instancias
correspondientes los siguientes documentos y/o copias de entrevistas
periodísticas o programas periodísticos:
IV.- Para probar que todo lo que escribí en el capítulo titulado “El
héroe gasta medio millón de dólares en casas” corresponde a la
verdad de los hechos, solicito que su despacho requiera de las
instancias correspondientes los siguientes documentos y/o copias de
entrevistas periodísticas o programas periodísticos:
V.- Para probar que todo lo que escribí en el capítulo titulado “El héroe
enamora a la mujer de un subalterno” corresponde a la verdad de los
hechos, solicito que su despacho requiera de las instancias
correspondientes los siguientes documentos y/o copias de entrevistas
periodísticas o programas periodísticos:
DNI 07619363