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Aubry, Jean Marie - Dinamica de Grupos PDF
Aubry, Jean Marie - Dinamica de Grupos PDF
de
grupos
¡ean-marie aubry
yves saint-arnaud
colección
yves saínt-arnaud
dinámica
de
g r u p o s
iniciación a su espíritu y
a algunas de sus técnicas
5>° edición
5
4. LA AUTOEVALUACION 45
A. Autoevcduación del participante 47 1
1. Grabación 47
2. Evaluación de funciones o "rols" ... 49
B. Autoevaluación del grupo 52
1. Depósito de sugerencias 53
2. Ficha de apreciación 58
3. Revisión de trabajo 58 dlnámlea
4. Sesión de autocrítica 59
de grupos
C. Observación 63
1. Interacción grupo-animador 65
2. Solidaridad interindividual 71
5. EL SECRETARIO 79 El trabajo en equipo está de moda.
1. Informe analítico ... 79
2. Informe sintético 80 Progresivamente, la automación ha librado al
3. Método de grabación 81 hombre del aspecto material del trabajo. Este se ha
6. EL "MEMBERSHIP" 83
encontrado frente a problemas cada día más amplios,
complejos y difíciles: la guerra, la planificación eco-
A. Aspecto genético 83 nómica, la reestructuración de la enseñanza, son quizá
1. Elementos ... 83 los ejemplos más llamativos. Ante esta situación, el
2. Definición 85 hombre se ha esforzado por dar a su trabajo el má-
B. Aspecto dinámico ... 85 ximo de eficacia y de productividad. Por ello se ha
visto obligado a recurrir al trabajo en equipo. Aun
7. VERDAD, AUTORIDAD Y DISCUSIÓN 87 en este mismo trabajo se ha impuesto también la ne-
Naturaleza de la discusión 87 cesidad de mejorar el rendimiento y la eficacia.
Contenido de la discusión 88
Naturaleza de los grupos 90 Kurt Lewin inició el estudio de estos problemas ha-
Funciones de la discusión 91
cia 1930. Después de él, equipo de investigadores (1)
8. BIBLIOGRAFÍA 93
(1) En la actualidad se hallan en los Estados Unidos dos
A. La ciencia de los grupos 93 de los centros más importantes: los National Traíning La-
B. El trabajo, en equipo 97 boratories de Washington, donde trabajan R. Lippitt,
L. P. Bradford y K. D. Benae, y el Research Center for
Group Dynamics, en el que trabajan D. Cartwright y
A. Zander. El Instituto de Psicología de la Universidad
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han elaborado todo un sistema perfectamente docu- y al trabajo personal. Pobre animador el que crea
mentado para profundizar en el estudio de la psicolo- que ha alcanzado el ideal el día en que no ha de
gía de grupos. A esta nueva ciencia la han llamado comprometer su persona en el trabajo.
"dinámica de grupos". Este pequeño volumen se dirige, pues, a todas las
personas que desean tomar un primer contacto con
Al mismo tiempo y paralela a esta investigación la "dinámica de grupos". Pretende ser una introduc-
científica, surgen unas nuevas técnicas que acrecien- ción al espíritu de la "dinámica de grupos" y una ini-
tan la eficacia del trabajo en equipo. El término "di- ciación en sus técnicas más características.
námica de grupos" designa también el conjunto de
estas técnicas. Como consecuencia de estas investi-
gaciones de corte científico y de la elaboración de la
nueva metodología, aparece un nuevo concepto del
grupo, basado, por una parte, en el respeto a la per-
sona, y, por otra, en la participación de responsabili-
dades entre los diferentes miembros del grupo. A
esta nueva concepción del grupo y al espíritu que
anima su trabajo la denominan también con el tér-
mino "dinámica de grupos".
La expresión "dinámica de grupos" reviste, pues,
una triple significación: es una ciencia, una técnica y
un espíritu. Al leer las páginas que siguen o al apli-
car los métodos aquí descritos deberá tenerse en
cuenta esta triple significación. De lo contrario, trope-
zará el lector con los inconvenientes y peligros que
inquietan, con razón, a aquellos que observan la di-
námica de grupos desde el exterior. La técnica es
útil, siempre que respete a la persona y esté a su ser-
vicio. No esperemos recetas mágicas. Sería utópico
creer que las técnicas que exponemos son infalibles
y resuelven automáticamente todos los problemas.
La ciencia de la "dinámica de grupos" y su técni-
ca no sustituye, en modo alguno, a la reflexión
de Montreal tiene igualmente su equipo de investigadores en
este campo (Centre de Recherches en Relcttions Humaines).
8 9
el grupo
1. Características.
De los ejemplos citados se desprende una de las
primeras características del grupo: la obtención del
fin común. Todos los miembros de estos grupos, cada
uno a su modo, persiguen -un objetivo común que
motiva su participación en la actividad del grupo.
Surge una segunda característica. Entre estas per-
sonas, reunidas con vista a un objetivo común, se
establecen múltiples relaciones. Unos sonríen a su ve-
cino si algún miembro se permite una alusión; en
un equipo de investigación, uno de los participantes
comunica a los otros sus experiencias y dificultades...
11
Esta interacción psicológica es capital en la noción de grupo, deben aceptar la tarea común y participar en
grupo; sin ella no hay grupo. Para Krech y Crutch- la responsabilidad colectiva, conjugando sus esfuer-
field (1), esta interacción es incluso el criterio distin- zos para lograr ese objetivo.
tivo de los grupos auténticos.
La búsqueda de un objetivo común por personas 2. Definición.
que viven esta interrelación psicológica confiere al
grupo una existencia propia. Esta es la tercera ca- Con estos elementos a la vista, esbozamos ya la
racterística. Como tal, el grupo tiene un dinamismo definición del grupo:
propio, tiene sus problemas, sus dificultades, sus fra-
casos, sus éxitos, sus alegrías. En el interior del gru- — una persona moral,
po, las relaciones entre los miembros evolucionan — dotada de una finalidad, una existencia y un
constantemente; piénsese en una clase en octubre, y dinamismo propios,
el mismo grupo de estudiantes en junio. —• diferente de la suma de individuos que la cons-
tituyen,
El grupo tiene un dinamismo propio, y la partida — pero estrechamente dependiente de las relacio-
de un solo miembro o la llegada de otro pueden mo- nes que se establecen entre ellos.
dificarlo profundamente. Uno que actuaba como
amortiguador entre dos caracteres vivos puede, con
su marcha, provocar tensiones y conflictos; otro, cu- B) DIVISIONES
yas ideas radicales obligaban al grupo a madurar sus
decisiones, dejará, al partir, una ventana abierta al 1. Según el número de miembros.
conformismo.
Según el número de miembros, los grupos se di-
Es claro, pues, que el grupo es una entidad moral viden en macrogrupos y microgrupos.
diferente de la suma de individuos que la componen. Denominamos microgrupo a aquel en el que cada
Una serie de personas adultas, objetivas y maduras, uno de los participantes puede entrar en relación
tomadas aisladamente, no constituyen automática- directa con los otros sin intermediarios. Tal grupo
mente un grupo adulto, objetivo y maduro. Para que difícilmente sobrepasará los veinticinco miembros.
este conjunto de individuos llegue a formar un grupo Esta afirmación puede sorprender a primera vista.
hace falta que sean conscientes de que persiguen una En teoría, efectivamente, cuanto más numerosos son
meta común y que exista entre ellos una interrelación los miembros más rica será la vitalidad del grupo y
psicológica auténtica. Los miembros, para formar un más variada. La experiencia muestra, sin embargo,
que un grupo superior a la veintena, sintoniza con
(1) D. Krech y R. S. Crutchfield, Theory and Problems dificultad y desemboca casi necesariamente en la for-
oi Social Psychology, New York, McGraw-Hill, 1948: 19
y sigs. mación de subgrupos.
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El grupo que sobrepasa los veinticinco miembros los problemas provocados por la tarea a realizar, pero
recibe la denominación de macrogrupo. Uno o va- para lograr realmente su objetivo trata de asegurar
rios responsables actuarán como intermediarios: el la comprensión entre sus diferentes miembros en el
conferenciante, el moderador de la asamblea que res- plano socio-emotivo.
ponde a las preguntas, los secretarios, que vienen a
ser los representantes de los subgrupos en la asam-
blea. C) FORMACIÓN DEL GRUPO
El grupo, evidentemente, no es algo estático. De
ahí que avance o retroceda, y que podamos hablar
2. Según los objetivos del grupo. de un grupo más o menos conseguido. Dos factores
influyen en el dinamismo del grupo: las circunstan-
Según los objetivos fijados, los grupos se dividen cias en las que se forma y las relaciones que se esta-
en grupos de trabajo, grupos de formación y grupos blecen entre sus miembros.
mixtos.
El grupo de trabajo se preocupa exclusivamente de
una acción concreta que ha de realizar y a la que 1. Las circunstancias.
consagra todo su tiempo. Toda su energía se orienta Tres ejemplos ilustrarán las circunstancias que in-
a la obtención del objetivo común. fluyen en la formación de un grupo cuando se trata
El grupo de formación se preocupa de la marcha de la interrelación de su miembros.
del grupo como tal, de su morfología. Los miembros Primer ejemplo.—En una parroquia, algunos pa-
se sitúan en una actitud autocrítica para analizar el
proceso mismo del diálogo y las relaciones interper- dres constatan aisladamente que la organización de
sonales. Si, por ejemplo, durante una discusión, Pe- las diversiones de su hijos es deficiente. Un día esos
dro y Juan se oponen en el plano ideológico, puede padres se reúnen y expresan su preocupación común.
que su oposición sea, de hecho, menos racional que Deciden asociarse para estudiar el problema y tomar
emotiva. En un grupo de trabajo ordinario, Pedro y las medidas oportunas.
Juan no confesarían, probablemente, esta oposición Segundo ejemplo.—El profesor de una clase advier-
emotiva; incluso, tal vez, no serían conscientes de te que sus alumnos no están unidos, y así se lo co-
ella. El grupo de formación hace que afloren a la munica. Deciden remediar la situación e intentar for-
conciencia, para analizarlos, estos fenómenos socio- mar un grupo auténtico. Algunos trabajos realizados
emotivos del trabajo en equipo. en equipo, los deportes colectivos, ciertas responsabi-
El grupo mixto, como el mismo nombre indica, es lidades comunes, al margen de las clases, hacen que
intermedio. A la eficacia del grupo de trabajo añade cada uno tome progresivamente conciencia del ca-
el realismo psicológico del grupo de formación. Su rácter colectivo de su experiencia y de su responsa-
principal preocupación sigue siendo la solución de bilidad personal en la interrelación del grupo.
Tercer ejemplo.—Un dirigente de empresa confía
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a uno de sus empleados el estudio de un problema 2. Relaciones entre miembros.
que se plantea en su industria. Lo pone al frente de
un equipo ya formado, pero es él y no el equipo La aportación de cada uno de los miembros al
quien será el responsable del trabajo. grupo y la interrelación entre ellos son un factor
En el primer ejemplo, los miembros del grupo se decisivo en la formación del grupo. Los dirigentes,
han unido espontáneamente. Más o menos están to- en particular, cuya influencia es decisiva es el seno
dos en un plano de igualdad. Nada los obliga a lle- del mismo, juegan un papel singular en su formación.
var a cabo, en un tiempo determinado, la tarea que Primer caso.—Un miembro puede asumir la direc-
ellos mismos se han impuesto. La interrelación es ción del grupo y la responsabilidad total del mismo.
espontánea y natural. Nadie los fuerza en un senti- Esta actitud no da apenas margen a la iniciativa de
do ni en otro. los otros miembros. La relación que los unirá enton-
En el segundo ejemplo, pese a provenir el estímulo ces al responsable será una relación de dependencia,
de un solo elemento y cualificado, conserva la clase de sumisión positiva. Notemos, sin embargo, que un
parte de su espontaneidad: su reacción ante las ob- buen número de personas prefiere renunciar a su res-
servaciones del profesor. En este grupo, sin embar- ponsabilidad antes que ejercer sus facultades críticas
go, no todos están en un plano de igualdad. El pro- y creadoras, que, por lo común, exigen un esfuerzo
fesor tiene una responsabilidad que no puede evadir. penoso y mantenido. En este caso, el dirigente po-
Esta situación determina la aparición de un tipo de lariza toda la atención sobre sí, y somete el pensa-
relación entre él y los diversos miembros de la clase. miento del grupo al ritmo del suyo propio.
En el tercer ejemplo—aquí el grupo no es espon- Segundo caso.—El responsable puede, por el con-
táneo, sino impuesto—; uno de los miembros ocupa trario, actuar de tal modo que el grupo mismo asuma
en él un puesto privilegiado. La experiencia enseña la responsabilidad y se autodirija. Así evita la cen-
que la interrelación tiene el peligro de ser en él más tralización y crea, indiscutiblemente, un clima de li-
débil y menos constructiva. Los miembros tenderán bre expresión e iniciativa.
a adoptar una actitud pasiva, a dejar en manos del He aquí la hipótesis fundamental que permitirá al
responsable la organización de las reuniones, la so- responsable adoptar esta actitud: todo grupo po-
lución de los problemas, la iniciativa, la distribución see en sí mismo el potencial necesario para su cohe-
del trabajo. La interrelación responderá fácilmente al sión, productividad y adaptación a las circunstancias.
tipo participante-responsable y no al tipo participante- Se trata tan sólo de descubrir las condiciones que
participante. facilitarán la explotación de esos recursos.
Estos tres ejemplos son típicos de las situaciones Los teóricos de la dinámica de grupos insisten es-
concretas en las que nacen los grupos. Muestran cómo pecialmente en una de estas condiciones: la prima-
y en qué medida las circunstancias pueden influir cía absoluta del clima de libertad que debe existir
en la interrelación de un grupo. en el grupo. Acentúan también el valor del espíritu
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2
de iniciativa y espontaneidad que debe animar a los la existencia del grupo. La naturaleza de aquel fin
participantes. En estas condiciones se establece una determinará también la naturaleza de la actividad de
interrelación auténtica, y el grupo elabora el pensa- este.
miento al ritmo que le es propio. En la medida en que unas personas persiguen ac-
Tenemos, pues, como factores decisivos del naci- tivamente objetivos comunes y son conscientes de ha-
miento y formación del grupo, por una parte, las cir- cerlo, constituyen un grupo. La potencia de su moti-
cunstancias que han presidido su creación y, por otra, vación depende directamente de la fuerza de atrac-
la interrelación humana que se establece entre los di- ción de los objetivos señalados y del grado de con-
versos miembros del mismo y entre éstos y el respon- ciencia de su interdependencia. Puede decirse que la
sable. naturaleza de los objetivos, el interés que éstos susci-
tan, la cohesión de los esfuerzos y la actividad des-
plegada para conseguirlos se sitúan precisamente en
D) FUNCIONAMIENTO DEL GRUPO este primer nivel de contenido.
A las circunstancias de formación y a las relacio- b) Nivel de procedimiento.'—La obtención del
nes interpersonales que influyen en la dinámica inter- bien común constituye el primer nivel, el del conte-
na del grupo en formación debemos añadir otros ele- nido ; el modo de conseguirlo constituye el segundo,
mentos que actúan en el funcionamiento del mismo. el de procedimiento. Entendemos por procedimiento,
En el plano estático, los niveles dentro de los cuales en efecto, la organización interna de los recursos hu-
se establecen los intercambios; en el dinámico, las manos del grupo para llevar a cabo la tarea asignada.
diversas etapas que recorre el grupo para alcanzar Comprende las normas que el grupo se fija, las re-
lo fines que se propone. glas que se impone, los cometidos que asigna a cada
uno, las técnicas que adopta para conducir la discu-
sión y la solución de sus diferentes problemas. El
1. Los niveles. procedimiento no es fin en s í ; está esencialmente al
servicio del contenido.
En el grupo, estáticamente considerado, podemos c) Nivel socio-emotivo.—*La interrelación psicoló-
distinguir tres campos de actividad interna que lla- gica comprende no solamente el intercambio en el
maremos niveles': el nivel de contenido, el nivel de terreno ideológico, sino también las intervenciones y
procedimiento (2), el nivel socio-emotivo. reacciones afectivo-emotivas. Cada miembro se en-
a) Nivel de contenido.—La obtención del fin co- cuentra implicado en una red de fuerzas más o me-
mún es el factor que ha determinado en primer lugar nos secretas, cuya resultante es un comportamiento
(2) Traducimos "niveau de la procédure" por "nivel de objetivo observable: evasión, agresividad, dependen-
procedimiento". "Procedimiento" quiere decir aquí el modo cia, o dinamismo y solidaridad a toda prueba.
de actuar de un grupo. Por esto en un grupo, Pedro puede oponerse casi
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sistemáticamente a las ideas y proposiciones de Juan, a) Determinación de objetivos.—Para que el obje-
justificando racionalmente su oposición. Puede que tivo ejerza su influjo y movilice las latentes energías
esta oposición tenga en el fondo una explicación del grupo, debe quedar claramente definido y ser
muy diferente. Quizá Pedro se oponga a Juan por- aceptado como tal por todos los participantes.
que cree que éste no le escucha cuando habla, o b) Exposición de los elementos de solución.—Pro-
bien que trata de presionarle psicológicamente, o no puesto el problema con claridad, los miembros expo-
reconoce sus valores humanos. La insatisfacción que nen los elementos de solución. En esta etapa no se
Pedro, más o menos vagamente, experimenta, en- les discute; se trata de ampliar el abanico de po-
cuentra una compensación en esta oposición "por sibilidades y de aprovechar las aportaciones de cada
principio" a las ideas de Juan. En este caso el ver- uno de los participantes. Es, pues, indispensable que
dadero conflicto entre las dos personas es de orden
socio-emotivo, y sería inútil pretender resolverlo en cada uno pueda expresarse con libertad, sin que se
el plano ideológico. formule ningún juicio de valor sobre estas aporta-
ciones.
El nivel socio-emotivo es, pues, la suma de todas
estas reacciones afectivo-emotivas más o menos cons- c) Crítica de las proposiciones--Las sugerencias
cientes o secretas, que influyen de manera positiva aportadas son propiedad del grupo, que puede dis-
o negativa en la interrelación entre los miembros, fa- poner de ellas como le parezca. Si los miembros tie-
cilita o pone obstáculos a la marcha del grupo y nen conciencia de pertenecer a un grupo, aceptarán la
apresura o demora la obtención del fin común. idea, la discutirán, y la aprobarán o rechazarán, sin
Un grupo realista debe tener en cuenta estos tres que el que la ha presentado se sienta por ello acep-
niveles. tado, discutido, aprobado o rechazado.
Deberá precisar sus objetivos lo más explícitamen- La crítica de las soluciones propuestas prepara la
te posible, decidir los métodos a seguir a fin de al- etapa final, esto es, la decisión.
canzar los objetivos con más eficacia y, en fin, esfor- d) Decisión.—Una vez que han sido suficiente-
zarse por permanecer atento a las diversas reacciones mente examinadas y valoradas las aportaciones de
socio-emotivas, cuya influencia puede ser decisiva en los diferentes participantes, el grupo puede optar por
el logro de aquellos objetivos. la solución que juzgue más oportuna. Existen tres
tipos de decisión: la unánime, la mayoritaria y la
2. Etapas. minoritaria.
La decisión unánime se da cuando todos los partici-
La experiencia muestra que el grupo atraviesa, ge- pantes están de acuerdo en adoptar una de ellas o al
neralmente, cuatro etapas para alcanzar su objetivo: menos sobre la momentánea oportunidad de la solu-
determinación de los objetivos y delimitación de tér- ción escogida. Esta forma de unanimidad se llama
minos, exposición de los posibles elementos de solu- consensus. Cualquiera que sea la forma que revista
ción, crítica de estas proposiciones y decisión. esta unanimidad, es imprescindible que cada uno de
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los miembros del grupo se haya pronunciado abier-
tamente a favor de tal solución. En un grupo, habrá
que fiarse en contadas ocasiones del viejo adagio:
"qukn calla, otorga".
En el caso de la decisión mayoritaria, el grupo se
adhiere a la opinión de la mayoría.
En la decisión minoritaria, un miembro del grupo
o un subgrupo toma sobre sí el dirimir la cuestión e l líder
y decidir. y el animador
Los tres tipos de decisión que hemos presentado
son legítimos. El más eficaz y el más fecundo es el
primero. Cada uno de los miembros se encuentra
comprometido; es el grupo quien decide y conse-
cuentemente es el grupo en su totalidad quien ga- Dos son las funciones que en el grupo gozan de
rantiza la realización. cierto ascendiente. La primera se ejerce en el "nivel
de procedimiento": corresponde a los responsables;
la segunda, en el nivel de contenido de la discusión y
en la decisión, y corresponde a cada uno de los miem-
bros del grupo. La primera función es la de la ani-
mación ; la segunda, la del liderato.
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miembro, en quien se descubre una ventaja que pue-
de ser compartida por aquellos que lo desean y en 1. Características de los animadores.
la medida en que lo desean.
Se dan cuatro tipos de animadores de discusión:
Poder por castigo.—Ascendiente que tiene un El cacique. Se llama así al animador que se cons-
miembro sobre quien recae la facultad de castigar. tituye guardián celoso de la autoridad y disciplina.
Poder por derecho.—Ascendiente que tiene un El declara sus objetivos, distribuye el trabajo, toma
miembro porque, por determinadas razones, se le re- las decisiones y exige obediencia. Domina al grupo
conoce el derecho a influir sobre los demás y, con- por su prestigio o autoridad, o por ambas cosas.
secuentemente, la obligación de aceptarle. El eficaz a toda costa. Es el animador que sólo
sueña con los resultados. Los americanos le llaman
Poder por identificación.—El que tiene una perso-
"The We-Must-Get-Results Man". Se fía poco de los
nalidad admirada, como modelo o héroe a quien qui-
recursos de su grupo y lo prevé todo. Tiene prepa-
siera uno asemejarse. radas soluciones para todo. Cuando propone su plan
Poder por competencia.—El que tiene, sobre todo lo hace de manera que la asamblea no tenga más
en el campo intelectual, el especialista o experto a que aprobarlo, dispuesto a dar en seguida toda clase
quien todos reconocen sus conocimientos y particu- de explicaciones. Por su eficacia y por la calidad de
lar competencia. su trabajo domina al grupo.
El conformista. Es el polo opuesto de los dos pri-
B) ANIMACIÓN DE LA DISCUSIÓN meros. Con el pretexto de que acabará saliendo algo
bueno de todo aquello, deja correr sin cauce la dis-
Cualquiera que sea el enfoque que reciba el lidera- cusión. Esta actitud de dejar-hacer oculta frecuente-
to, nunca debemos confundirlo con la animación del mente falta de confianza en sí y en sus cualidades
grupo. Pueden estas dos funciones estar, por diversas de animador, y una sumisión más o menos consciente
razones, en un momento dado, en manos de una mis- al grupo.
ma persona, pero por esto no debemos confundirlas. El agente de circulación. Es el animador que ase-
En un grupo de adultos, formado democráticamente gura el orden para facilitar el cambio de opiniones.
y que actúa en condiciones que garantizan su efica- Aclara los malentendidos, suprime los obstáculos y
cia, gran parte de la responsabilidad pasa al grupo; contribuye al perfecto desarrollo de la discusión. Goza
en este caso, no hay confusión posible. de cierta autoridad, pero no domina al grupo.
La función de animador de la discusión ha de ser
considerada siempre como un servicio ofrecido al gru- 2. Métodos de animación.
po. Representa la aportación particular de uno de los
miembros del grupo y contribuye al desarrollo y El examen atento de cada uno de los tipos de ani-
progreso del pensamiento del mismo. madores y el análisis de sus respectivas actitudes
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subraya la distinción ya hecha entre contenido y pro- en definitiva dará el sesgo característico a su actua-
cedimiento, fondo y forma de la discusión. En aqué- ción. Pero, casi invariablemente, la discusión, dirigida
llas precisamente es donde aparece con claridad esta por un animador de este tipo, aparece como un diá-
distinción radical existente entre los diferentes méto- logo animador-grupo. El animador impone como tema
dos de animar la discusión. de discusión planes definidos, puntos particulares. El
Propiamente hablando, no existe una discusión mo- lleva las riendas de la discusión; acepta o rechaza
delo. La observación revela, sin embargo, dos estilos las diversa intervenciones, según concuerden o no
opuestos de animar la discusión y las diferentes com- con su propia concepción del problema. El animador
binaciones logradas mediante la fusión de ambas ten- conduce el pensamiento del grupo al ritmo del suyo
dencias. Se los suele llamar estilo o actitud directiva propio. Los resultados de la discusión no le inquie-
y no-directiva. Puede el animador en una discusión tan. Sabe que puede introducir en el momento opor-
ser directivo o no serlo en ambos niveles—de con- tuno la'cuestión clave, para la que ya tiene la res-
tenido o de procedimiento—; o directivo en uno y puesta. Nada escapa a este tipo de animador. Es di-
no directivo en el otro, según lo indica el esquema rectivo en el plano del contenido y en el del proce-
siguiente: dimiento.
Animador autocrático.—'DIRECTIVO en el plano del
contenido. DIRECTIVO en el plano de procedimiento. Las cualidades que requiere un animador de este
género son, naturalmente, las de un excelente profe-
Animador semiautocrático.—DIRECTIVO en el plano sor: autoridad, claridad de pensamiento, compren-
del contenido. NO-DIRECTIVO en el plano de procedi- sión, perspicacia, espíritu de síntesis.
miento.
Animador bonachón.—NO-DIRECTIVO en el plano Las ventajas de este método son, de hecho, las de
del contenido. NO-DIRECTIVO en el plano de proce- la enseñanza magistral. El animador puede preparar
dimiento. de antemano la discusión y precisar la conclusión
que, a juicio suyo, se impone; la discusión abarca
Animador democrático—NO-DIRECTIVO en el plano materia más amplia y se desenvolverá con mayor
del contenido. DIRECTIVO en el plano de procedi- celeridad. El animador se siente seguro ante el audi-
miento. torio precisamente a causa de esta preparación minu-
a) Método autocrático.—El animador que sigue ciosa y de la facilidad que tiene para intervenir en
este método utiliza sus conocimientos, competencia y cualquier momento, bien sea para puntualizar una
cultura, y una vez estudiado a fondo el proyecto que cuestión, detectar un error o resolver los problemas
se ha de discutir, propone, de manera definitiva más en litigio.
o menos directa, su solución.
La descripción que ofrecemos es algo esquemáti- El método autocrático no se adapta indiferente-
ca; es la propia personalidad del animador la que mente a cualquier grupo. Supone una superioridad
real, en competencia o nivel social, de parte del ani-
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mador y una inferioridad también efectiva de parte d) Método democrático.—Intenta este método con-
de los participantes. servar las ventajas de los precedentes, evitando al
tiempo sus inconvenientes. El animador democrático
b) Método semiautocrático.—Este método difiere
no es directivo en el plano del contenido, pero sí lo
del precedente por el hecho de que, aunque el ani-
es en el de procedimiento.
mador sigue siendo directivo en el plano del conte-
nido, ya no lo es en el plano de procedimiento. La No limitemos las ventajas de este método a sus as-
discusión no es ya el diálogo animador-grupo por- pectos negativos: conceder la palabra, mantener el or-
que los participantes hablan con más libertad que en den en la discusión, favorecer al máximum el inter-
el caso anterior. Se desenvuelve, sin embargo, con cambio de ideas entre los participantes. Fijémonos,
menos rapidez y tiene el peligro de dar la impresión más bien, en sus elementos positivos, que, aunque
de pérdida de tiempo. Además de ser menos eficaz pertenezcan al nivel de procedimiento, no por eso
que el primero, éste es menos genuino, ya que priva contribuyen menos al desarrollo y progreso del con-
a la discusión de su sentido y finalidad primordial. tenido de la discusión. Estas funciones se reducen a
dos: sintetizar y aclarar el contenido de las interven-
c) Método bonachón.—Se opone completamente ciones. Repitiendo, al precisar el sentido de la inter-
al autocrático. El animador no es directivo ni en el vención, y al aclarar el contenido de las ideas apor-
plano del contenido ni en el del procedimiento. En tadas, el animador permite que el grupo tome con-
realidad, ese animador no es tal. Pierde el tiempo ciencia de aquéllas y que el progreso del pensamien-
asistiendo a la discusión y contribuye a que los par- to colectivo encuentre un cauce fácil. Periódicamente,
ticipantes lo pierdan también. No obstante, el inter- el animador debe destacar con brevedad la nota esen-
cambio de ideas que tiene lugar no está desprovisto cial de cada una de las intervenciones. Esta práctica
de interés; estas conversaciones pueden ser interesan- tiene por efecto inmediato conservar los principales
tes por muchas razones. El grupo, sin embargo, no elementos de la solución que se elabora y hacer que
podrá pretender llegar a verdaderas conclusiones co- afloren a la superficie algunas proposiciones que, con
munes y alcanzar una auténtica eficacia. Este tipo razón o sin ella, habían sido olvidadas. El animador
de conversaciones será provechoso como aproxima- debe también—y es, sin duda alguna, el punto más
ción a una conversación estructurada o preparación difícil de su trabajo—sintetizar en cuanto sea posible
lejana o mediata a un ulterior estudio que se hará en el pensamiento del grupo. Esta función exige que cap-
común bajo la dirección de un verdadero animador. te exactamente el sentido de cada una de las interven-
Da, ciertamente, a cada participante la posibilidad de ciones y que concentre toda su actividad mental en
expresar libremente sus ideas, de tomar conciencia las palabras, a fin de hacerlos patentes.
de las múltiples facetas del problema que se discute
y de medir la amplitud y alcance del mismo y aun Concebido así el trabajo del animador, es de gran
precisar su posición personal. fecundidad. Sin duda, no puede suplir la falta de
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imaginación o poder creador de los participantes, Además, el animador democrático ha de estar
pero puede hacer fructificar los elementos aportados siempre presente al grupo, atento a todo lo que se
en la discusión de modo sorprendente, permitiendo dice y evitando los apartes. Su personalidad, su pro-
al grupo y a cada uno de los miembros ver objeti- pio sentimiento de seguridad, su respeto por los de-
vado su propio pensamiento a medida que éste se más, su capacidad de identificación con los puntos de
desarrolla. vista y sentimientos de los otros son las cualidades
Resumiendo, podíamos concretar la misión del ani- que asegurarán la eficacia y el éxito de la discusión
mador en los puntos siguientes: y, por tanto, del grupo. Por otra parte, utilizando al
máximum todos sus recursos, es como el animador
1. Ayudar al grupo a elegir y precisar los problemas conseguirá crear una atmósfera acogedora y simpá-
que es más urgente discutir; tica, libre y apta para preservar al grupo de todas
2. facilitar el intercambio de ideas y hacer que las sus dificultades y para conducir a cada uno de los
diferentes aportaciones tengan la misma oportuni- participantes a adoptar una postura personal y se-
dad de ser ponderadas y examinadas por el grupo; gura ante los puntos más importantes del problema
3. mantener el orden, conceder, con justicia, la pa- que se debate. Este método, llamado contagio afec-
labra y traer de nuevo al tema de la discusión tivo, es un factor primordial.
a los que, consciente o inconscientemente, se
aparten de él; Las ventajas de este método son decisivas: la dis-
4. repetir, aclarar el sentido de las diversas inter- cusión se entabla a partir de problemas suscitados
venciones, sintetizarlas a medida que avanza la por los participantes o al menos a partir de la con-
discusión; cepción que ellos tienen de los mismos. La discusión
sigue un proceso connatural a nuestro mecanismo
5. despojar el contenido intelectual de la discusión
intelectivo; respeta su modo propio de conocer sus
de las posibles implicaciones emotivas y pasio-
nales. diversas reacciones, y puesto que es esencialmente
constructiva, la discusión favorece de este modo la
El ejercicio eficaz de estas funciones supone cier- maduración de cada uno de los miembros y del con-
tas cualidades en el animador. Debe prescindir cons- junto del grupo.
cientemente de sus conocimientos, bagaje cultural, No hay, prácticamente, grupo en el que este mé-
propias opiniones, para ponerse totalmente al servi- todo no produzca excelentes resultados. Aun en los
cio del pensamiento del grupo. En este caso los cam- ambientes en los que los participantes viven más ate-
bios de impresiones se darán efectivamente entre los morizados y la autoridad es más despótica, este mé-
participantes, siempre más provechosos y agradables, todo, que no tiene nada de dejar-hacer, sino que es,
si tenemos en cuenta la naturaleza particular de este
por el contrario, muy riguroso, puede producir sor-
intercambio que es toda discusión.
prendentes resultados. Con un grupo de jóvenes, aun
32 33
el animador menos experimentado, comprobará por que sentimos ante una sala silenciosa, que no res-
sí mismo qué puntos puede dejar a la libre discusión; ponde a las reiteradas invitaciones del animador.
esto no modifica la esencia del método (7). a) Actitudes directiva y no-directiva.—Los esque-
mas de la página siguiente—resultado de múltiples
experiencias—muestras inequívocamente la eficacia
3. Eficacia de los métodos. del animador que adopta en la discusión una acti-
tud no-directiva en el plano del contenido, pero di-
No existe razón alguna para que la discusión sea rectiva en el del procedimiento. Este provoca una ac-
siempre una carga molesta. Como toda actividad hu- tividad por parte de los participantes casi dos ve-
mana, la discusión lleva consigo una satisfacción y ces mayor a la del animador directivo en ambos pla-
un placer que compensan los esfuerzos y la disci- nos (contenido y procedimiento) y, en todo caso, de
plina que exige. La actitud y el método del anima- cuatro a seis superior a la suya propia (8).
dor crean una auténtica atmósfera, de la que depen-
derá el que aumente o disminuya el placer que el b) Actitudes autocrática, bonachona y democrá-
grupo siente al reunirse y discutir. tica.—Estos análisis de Bales ponen de relieve que el
método democrático es el más eficaz para suscitar
Por poca experiencia que tengamos de lo que es la participación de los miembros de un grupo de dis-
una discusión, en seguida caemos en la cuenta de que cusión. Otra experiencia, la de White y Lippitt (9),
cuanto más autocrático es el animador, el grupo se permite apreciar la influencia que tienen diferentes
siente más insatisfecho: quizá el grupo no se rebele, animadores sobre la atmósfera de un grupo y las
pero tenderá entonces a mostrarse pasivo, a dejarse reacciones de los participantes.
dominar; aprobará tácitamente o sin convicción. Por La experiencia comprende dos etapas.
el contrario, cuanto más democrático es el animador Era necesario, en primer lugar, precisar las técni-
más tiende el grupo a participar activamente y a cas válidas para el estudio del problema en cuestión.
abrirse. La autoridad excesiva impuesta por el ani- Recurrió entonces a los métodos autocrático y de-
mador obstaculiza siempre la libertad de expresión mocrático. Un animador autocrático y otro demo-
del grupo y su interés en la empresa, la evolución crático dirigieron dos grupos de cinco niños de diez
del grupo hacia la madurez y, consecuentemente, la
perfección en la ejecución de las decisiones. El sen- (8) Cf. Robert F. Bales, Interaction Process Análysis,
timiento de frustración que siente un auditorio en pre- Cambridge, Addison-Westley, 1950: 18, 20. Los gráficos
sencia del animador que sustituye la discusión por son la traducción y adaptación d e esta obra, reproducidos
con la autorización del autor.
un prolongado monólogo sobre sus propias ideas, es (9) Narrada en D. Cartwright y A. Zander, Group Dy-
tan penoso como la impresión de fracaso o malestar namics, New York, Row-Peterson, 1960: 527-553. Los grá-
ficos 3, 4 y 5 son la traducción y adaptación de esta obra
(7) Cf. D. Cartwright y A. Zander, op. cit., 1953: 585 y y los reproducimos con la autorización de la editorial Har-
siguientes. per and Row, Publishers.
34 35
años, respectivamente. Los observadores tomaban
nota del comportamiento de los animadores y de la
Gráficos I y 2 de los participantes.
ACTITUDES DIRECTIVA Y NO-DIRECTIVA En la segunda etapa, se formaron cuatro grupos
Animador directivo Animador nc-directivo de niños de diez años, que se reunían después de las
Totol de intervenciones! 1288 1339 clases para organizar sus ratos libres. Animadores
Intervenciones del animador' 708 (55%) 231 (17%) formados en los tres métodos—autocrático, bona-
Intervenciones del grupo : 5 8 0 (45%) 1109(83%) chón y democrático—se encargaron de cada grupo
durante un período de seis semanas, adoptando cada
S0% 100% vez un método diferente. En todas las reuniones se
SOLIDARIDAD
ANIMADOR DIRECTIVO observaba la conducta de los animadores y las reac-
DISTENSIÓN
ACUERDO PASIVO
ANIMADOR ciones provocadas en los pequeños. Finalizada la
GRUPO _ _ _ _ _
SUGESTIÓN prueba, se hizo también una interviú a los miembros
OPINIÓN de los diferentes grupos y a sus padres.
ORIENTACIÓN
OEMANOA DE
ORIENTACIÓN Los resultados de estas experiencias están repre-
OEMANOA
DE IDEAS
sentados en los tres gráficos adjuntos. El primero
DEMANDA DE —gráfico 3—muestra las relaciones entre los anima-
INICIATIVAS dores y los participantes. Los otros dos—gráficos 4
DESACUERDO PASIVO
TENSIÓN
y 5—ponen de relieve la influencia de los diferentes
OPOSICIÓN métodos sobre la atmósfera del grupo y permiten
apreciar las ventajas e inconvenientes propios de ca-
100%
da uno.
SOLIDARIDAD ANIMADOR NO-DIRECTIVO
DISTENSIÓN
ACUERDO PASIVO
ANIMADOR
GRUPO
Podemos reducir a seis las conclusiones que se des-
SUGESTIÓN prenden de estas experiencias:
OPINIÓN
ORIENTACIÓN —* El animador bonachón es menos eficaz que el
DEMANDA DE democrático.
ORIENTACIÓN
DEMANDA
OE IDEAS El grupo dirigido por un animador bonachón está
DEM1N0A DE menos estructurado, es menos eficaz y, por consi-
INICIATIVAS
DESACUERDO PASIVO
guiente, satisface menos que el grupo animado demo-
TENSIÓN cráticamente, y esto aun para los mismos participan-
OPOSICIÓN tes. La relación del tiempo invertido en el trabajo
constructivo oscila entre el 33 y el 50 por 100. La
37
Gráfico 4
Gráfico 3
CUATRO TIPOS DE RELACIONES ENTRE LOS PARTI-
CONDUCTAS COMPARADAS DE LOS ANIMADO- CIPANTES Y EL ANIMADOR.
RES AUTOCRATICO.DEMOCRATICO Y BONACHÓN
Agresividad frente al Reacción frente oí
animador autocrítico animador democrático
|Autocrdtlco Democrático I I Bonachdn Sumisión ante el ani- Reacción frente ol
mador autocrdtico animador bonocho'n
RESISTENCIA A SU CRITICA
INTERVENCIÓN
SUGERENCÍAS DEL
PROCESO A SEGUIR Bib
^mw/A
X
DEMANDA DE
ATENCIÓN
CLIMA DE
INFORMACIÓN P^^ISwmwb CONFIANZA
SUGESTIÓN DE
ESTIMULO A LA INICIATIVAS
AUTO-DIRECCIÓN mwmiX DEMANDA DE
ALABANZA Y
APROBACIÓN
JOVIALIDAD
?f INFORMACIÓN
APARTES
Y CONFIANZA WZk
u CONVERSACIÓN EN FUN'
CIONOEL TRABAJO
REALISMO Y SEN
TIDO PRACTICO pü%^ DIRECCIÓN
DEL TRABAJO
10 20 30 40 50 % O 20 40 60 60 100
falta de dirección provoca en este grupo la desorga-
Gráfico 5 nización y el desaliento, y, aun muchas veces, la exas-
peración.
CUATRO TIPOS DE REACCIÓN
DE LOS PARTICIPANTES. —' El grupo animado democráticamente es el más
eficaz-
Agresividad frente al Rtou^o,- c i¡c el
animador autocrático animidoí democrático
En este grupo la productividad se mantiene más
Sumisión a) animador -i Reacelér. onte el
aufocrdtlco J animador bonachón o menos constante, oscilando entre el 46 y el 50
por 100, y el cambio de un animador autocrático
al democrático señala un aumento de productivi-
CRITICA dad (16 al 52 por 100) y una disminución de las reac-
ciones bajo la dirección del animador democrático,
AGRESIVIDAD además de ser constante, es más original.
41
— Hay más espíritu de equipo y simpatía en el casos en los que este método se ha llevado a la prác-
grupo dirigido democráticamente que en el con- tica se ha comprobado que el grupo se compenetra
trario. más, se solidariza, se vitaliza.
En ciertos ambientes cerrados, la práctica de cam-
El empleo del pronombre personal de primera per- biar de animador se impone de modo más imperioso,
sona pasa del 64 al 82 por 100. dada la extrema dificultad que existe a veces para
precisar el nivel social de cada participante y la sor-
da resistencia que cualquier manifestación de tinte
4. Uno o varios animadores. autoritario despierta en estos ambientes, ya de suyo
susceptibles.
Por diversas razones (dificultad especial del tema Cuando un grupo comienza a tomar conciencia
a tratar o número considerable de participantes), cier- de su existencia y reponsabilidad como tal, ciertas
tos grupos prefieren utilizar dos animadores en una funciones que ejercía antes el animador (como sería
misma discusión. Estos se dividen el trabajo o, si es- la repetición, síntesis o el puntualizar el problema)
tán habituados a trabajar juntos, se complementan pasan a los miembros del grupo. Este fenómeno fa-
mutuamente para conseguir mayor rendimiento. Al- cilita la integración de los mismos y conduce a una
gunas secciones de estudio de los Great Books actúan colaboración más eficaz.
de esta manera.
Algunos grupos no cuentan entre sus miembros
más que con una o dos personas verdaderamente
capaces de desempeñar esta función. En otros casos,
los participantes cambian en cada reunión, de tal ma-
nera que el animador es prácticamente la única per-
sona que asiste invariablemente a ellas. En estos ca-
sos, evidentemente, no hay opción al cambio; siem-
pre actuará el mismo.
Cuando un grupo es estable y está integrado por
personas del mismo nivel social e intelectual, pueden,
en rigor, elegir para todas sus reuniones un anima-
dor único por sus cualidades especiales para cumplir
este cometido. El ideal es, sin embargo, que cada
miembro preste por turno este servicio al grupo. De
este modo se harían más sensibles a los elementos
intelectuales y emotivos de la discusión, y con ello
mejoraría su propia actuación en el grupo. En los
42 43
4
la autoavaluacl6n
45
soluciones justas, y cuanto más necesarias son las reso- Ciertos métodos de autoevaluación ayudan al indi-
luciones rápidas y eficaces, tanto menos debe abando- viduo a justipreciar su propia participación en las
narse al azar y a la improvisación la marcha del gru- actividades del grupo. Otros son útiles para valorar
po. Dan elocuente testimonio de ello los dos ejemplos la actuación del grupo como tal. Entre ellos, unos
indicados al comienzo del fascículo Two Lessons in son más técnicos y exigen cierta formación por parte
Group Dynamics (1), que narran las experiencias de de quien los utiliza; otros, de fácil aplicación, están
dos grupos: uno de educadores, encargado de revisar al alcance de todos. En este capítulo tratamos sola-
algunos puntos del programa de estudio, y otro de mente de esto últimos.
expertos, a quienes se confió esbozar una política
americana sobre la utilización de la energía atómica.
Esta autoapreciación debe, sin embargo, fundarse A) AUTOEVALUACIÓN DEL PARTICIPANTE
en algunos principios que garanticen su eficacia (2):
1. Supuesto que la marcha del grupo depende de la El que participa en una actividad de grupo puede
actuación de todos los miembros, cada uno debe realizar una primera autoevaluación de su conducta,
estar plenamente convencido de que él juega un observando las reacciones de sus compañeros cuando
papel decisivo en esta evaluación del trabajo; él interviene. Puede también servirse del material de
2. el fin de esta evaluación mira, ante todo, más autoevaluación para observar de modo más técnico
que a reavivar el interés de los participantes (co- su conducta en los tres niveles ya definidos: nivel del
mo si fuera una campaña de publicidad), a favo- contenido, nivel del procedimiento y nivel socio-emo-
recer el progreso del grupo y mejorar su trabajo; tivo.
no es una artimaña del comité para obtener co-
laboración de los miembros, sino una autodisci-
plina que el grupo se impone para mejorarse. 1. Grabación.
52 53
GRÁFICO 9
DEPOSITO DE SUGERENCIAS
2.a ELECCIÓN PROGRAMA 21 enero 1965
DE NUESTRA PRÓXIMA SESIÓN DE ESTUDIOS
Marque con una X el grado de interés que tienen
1.» ELECCIÓN PROGRAMA 8 enero 1965 para usted los siguientes temas:
1. El programa de educación se-
DE NUESTRA PRÓXIMA REUNIÓN DE ESTUDIOS cundaria. D D D
2. La preparación del profesorado
Dos problemas han sido ya incluidos en el or- para afrontar las exigencias aca-
den del día de nuestras próximas discusiones: démicas previsibles para 1980. D D D
añada a continuación los temas que, a su juicio, 3. La reforma de las estructuras
el grupo debe discutir. escolares. D D D
4. Determinar la finalidad propia
1. Programa de educación secundaria. de cada asignatura en orden a
2. La preparación del profesorado para afrontar las la formación total del alumno. • • D
exigencias académicas previsibles para 1980. 5. Precisar los objetivos propios
de la enseñanza primaria, se-
3 cundaria y superior. D D D
6. Puntualizar sobre el puesto que
4 deben ocupar los profesores lai-
cos en los colegios de religiosos. D D D
5 7. Estudiar en qué medida convie-
ne responsabilizar a los alum-
6 nos de los cursos superiores del
7 bachillerato. D D •
8. ¿Qué valor tiene la formación
8 religiosa recibida en nuestros
colegios? D D D
Envíe esta ficha al secretario antesdel 18 de enero. 9. ¿Qué iniciativas podríamos po-
ner en práctica en orden a la
No firme, por favor. formación social de nuestros
colegios? • • •
10. ¿Es conveniente incrementar
las relaciones entre la familia y
el colegio por medio de re-
uniones periódicas por cursos? D D G
Envíe esta ficha al secretario antes del 31 de enero.
No firme, por favor.
GRÁFICO 1 0 GRÁFICO 12
• '
D Excedente n interesante D
D Muy intresante buena D
D Mediano o satisfactoria D
D Sin interés mediocre D
•3
D Muy flojo mala D
[]
¿Qué mejoras sugiere para las próximas sesiones? 6. Otras observaciones al reverso.
¿Qué films sugire para el futuro o para la próxima No firme, por favor.
sesión?
No firme, por favor.
57
ríodo transcurrido. Tres fórmulas de autoevaluación
2. Fecha de apreciación. de este género proponemos a continuación (gráfi-
cos 13, 14 y 15). Pueden rellenarse en unos diez mi-
Otro instrumento de autoevaluación (gráficos 10, nutos. Las obras sobre dinámica de grupos también
11 y 12) es la ficha de autoapreciación. Ayuda a co- la recomiendan.
nocer las reacciones de los participantes y se em-
plea al fin de la reunión. La mayor parte de las per-
sonas que han participado en una reunión desean,
generalmente, dar su juicio sobre la discusión que 4. Sesión de autocrítica.
acaba de tener lugar y se sienten de ordinario dis-
puestas a ofrecer algunas sugerencias para incremen- Para los miembros de un grupo es muy provecho-
tar el rendimiento del grupo. La ficha de aprecia- so (aunque algo más difícil) el autocriticarse de pa-
ción es, pues, una manera fácil y poco comprome- labra. Para esto pueden reservar algunos minutos
tida (puesto que no se firma) de canalizar estas su- al fin de la discusión, o bien dedicarle una sesión
gerencias. La mayor parte de las obras sobre diná- entera.
mica de grupo la mencionan. Esta técnica afianza y orienta al ya iniciado en
Puede utilizarse este procedimiento tanto en pe- los trabajos de grupo, y favorece, por otra parte,
queños como en grandes grupos. Tres minutos antes una toma de conciencia más clara de la conducta
de levantar la sesión, se invita a los participantes individual y colectiva. Requiere una dosis notable de
a rellenarla. Después, se recogen las papeletas y más dominio emotivo y objetividad por parte de los
tarde se dan a conocer los resultados. Los dirigen- que la practican; los resultados son, sin embargo,
tes, por supuesto, deben procurar llevar a la prác- casi siempre sorprendentes. El problema principal
tica las sugerencias realizables, con tal que refle- es el encontrar el medio de garantizar en estos cam-
jen la opinión de buena parte del grupo. bios de impresiones la suficiente franqueza y obje-
tividad.
La sesión de autocrítica da más variedad a este
3. Revisión de trabajo. examen colectivo del grupo y aporta un elemento
nuevo más espontáneo con la confrontación de los
Estas fichas de autoevaluación pueden distribuirse pareceres de cada uno de los miembros, y con tal
en una o dos ocasiones por cada plan de trabajo o que los participantes se presten a ello con gusto,
ciclo de reuniones. En esta ocasión sustituyen la sinceridad y sin partidismos, confiere a menudo al
ficha de apreciación. Proporcionan a los participan- grupo una solidaridad y cohesión insospechada.
tes una ocasión de manifestar su opinión sobre el Durante el período consagrado a la autocrítica
conjunto de sus actividades y dar un juicio más pon- verbal, los participantes pueden analizar en común
derado sobre los aciertos y posibles errores del pe- los puntos siguientes:
58 59
GRÁFICO 1 3 GRÁFICO 14
— la sesión de autocrítica; D D • D D
B) Unidad y motivación.
— la animación de la dis- D D 1. ¿Vivimos todos igualmente interesados por el modo peculiar
de proceder del grupo?
cusión ;
— la observación de la mis-
• D D D D 2. ¿Se ha mantenido el interés? ¿Decayó en algún momento?
3. ¿Cuál ha sido el grado de nuestra compenetración?
4. ¿En qué grado conseguimos subordinar nuestros intereses per-
ma; D D D D D sonales a los del grupo?
— los informes de los se-
cretarios ; D D D D D C) Atmósfera.
— la grabación de las re- 1. La atmósfera del grupo, ¿es espontánea o artificial?
2. ¿Acogedora y natural o ceremoniosa y diplomática?
uniones ; D n D D O 3. ¿Estimula la colaboración o el espíritu de competencia?
— la actividad del comité. D D D D D 4. ¿Amigable.u hostil?
5. Otras observaciones:
3. ¿Está de acuerdo con la du-
II. OBSERVACIONES SOBRE LA PARTICIPACIÓN PERSONAL
ración de las reuniones? D D D D D DE LOS MIEMBROS
4. ¿Se sintió el grupo unido en A) Participación ordinaria.
la perscución del objetivo? C O O O D 1. La participación, ¿fue general o provenía de un solo sector?
¿la atmósfera de nuestras 2. ¿Se ceñían al tema las intervenciones o existía cierta tendencia
a divagar?
reuniones invitaba a partici- 3. Las intervenciones, ¿reflejaban que sus autores habían prestado
par a todos los miembros? atención a las intervenciones precedentes?
¿En qué medida? D • D D D 4. ¿Se centraban las intervenciones en el punto de discusión o
más bien han revelado que los participantes eran incapaces de
Otras observaciones y co- desprenderse de sus ideas preconcebidas y sus "posturas" emo-
mentarios : tivas (sentimientos personales)?
Envíe esta not'a antes del 30 de marzo de 1964. B) Servicios al grupo.
Comité de Acción conjunta. 1. ¿Con qué resultado ha contribuido el animador (o los anima-
dores) al servicio del grupo?
Jacometrezo, 16. 2. ¿Ha sido exacto el secretario (o los secretarios) en la redacción
Madrid (13). de los informes?
3. ¿Fué provechosa la labor de los observadores?
No firme, por favor. 4. Otros servicios:
III. OTRAS OBSERVACIONES Y COMENTARIOS
No firme, por favor.
GRÁFICO 15
1. Motivos de su agrado o desagrado al fin de la
REVISIÓN DE TRABAJO reunión o del ciclo de reuniones;
2. diversos incidentes que puedan iluminar al gru-
po en el examen de su conducta: bloques in-
1. ¿En qué medida hemos alcanzado los objeti- telectuales o emotivos, apartes, oposiciones, agre-
vos propuestos? sividad ;
3. conducta de los participantes, no como personas
2. ¿Estamos todos igualmente interesados en particulares, sino como miembros de una misma
nuestro modo peculiar de actuar? organización: moral, espíritu de equipo, respe-
to a la opinión ajena, disponibilidad para el in-
3. La atmósfera de las reuniones, ¿estimula la tercambio y la colaboración;
colaboración efectiva de cada uno de los par- 4. conducta del animador y de los otros responsa-
ticipantes? bles del grupo; ¿favorecen éstos la participación
4. ¿Se podría decir que iodos participamos acti- general? ¿Crean una atmósfera propicia al diá-
vamente y por igual en la discusión? logo y a la colaboración?
62 63
más que una pequeña muestra del enorme arsenal atención para no perder ninguna de las múltiples
de métodos que ya existen en este campo. intervenciones de los participantes o del animador.
El hecho de que no sea necesario acudir a ex- Debe estar constantemente alerta y no dejar pasar
pertos en dinámica de grupos para llevar a cabo nada sin anotarlo, tratando al mismo tiempo de ser
esa tarea no significa que la experiencia tendrá lo más objetivo posible en sus notas e interpreta-
éxito la dirija quien la dirija, realizada de cualquier ciones.
forma, y aún menos que pueda desarrollarse sin
vigilancia o control. Conviene tener en cuenta algu-
nas observaciones, que podemos resumir en los pun- 1. Interacción grupo-animador.
tos siguientes:
Por interacción entendemos la actividad de cada
1. Las personas que integran el grupo deben ser uno en relación con la de los otros miembros del
suficientemente capaces, objetivas y maduras; grupo: animador, participantes, grupo.
2. conocer la naturaleza de esta experiencia y las El observador ni se preocupa del contenido ni de
líneas generales del método; los detalles del procedimiento; debe centrar toda
3. el grupo debe dar su aprobación explícita an- su atención en el número y tipo de las intervencio-
tes de emprender este trabajo y aceptar, en prin- nes del animador y de los participantes. Anotará
cipio, las indicaciones de los observadores; debe en las columnas correspondientes las intervenciones
comprender que de él depende el resultado de del animador, ya exprese sus ideas personales o ha-
esta experiencia y aceptar esta responsabilidad; ble en función del grupo, y las de cada uno de los
4. los responsables de la observación deben vigilar participantes (no tanto como personas privadas, sino
especialmente el desarrollo de la experiencia y como identificados con el grupo), ya se dirijan al
moderar discreta, pero efectivamente, su evolu- animador, al grupo como tal, o al grupo, encade-
ción. nándose con la intervención precedente.
Si utiliza el formulario del gráfico 16, el observa-
Después de haber adquirido el mínimo de forma- dor indicará el tiempo transcurrido en la columna
ción necesaria, el observador escogido por el grupo de la izquierda, generalmente cinco minutos por
entra en funciones en el momento de la discusión. sección. Acabada la reunión y una vez anotados el
Debe colocarse en un sitio donde no pierda ninguna nombre y la fecha en los encasillados correspon-
intervención de los participantes, manteniéndose al dientes, sumará el número de las intervenciones y lo
mismo tiempo algo al margen del grupo para no anotará donde dice "total".
entorpecer la discusión con su silencio y realizar Con la ayuda del gráfico 17 podrá a continuación
así su cometido con discreción. establecer el perfil de la discusión. En primer lugar,
El observador no debe, bajo ningún pretexto, to- anotará el total de las intervenciones del animador
mar parte en la discusión: le es necesaria toda su y del grupo en los rectángulos mayores destinados
64 65
5
al efecto, y la proporción entre estas dos cifras en
el rectángulo siguiente. Así, por ejemplo, si el ani- Gráfico 16
mador ha tenido cuarenta intervenciones y el grupo
doscientas, la proporción será de 1/5, proporción INTERACCIÓN GRUPO-ANIMADOR
excelente, como ya hemos indicado. Reproducirá
en seguida el desarrollo de la discusión por perío- Fecha ••
dos de cinco minutos; si el animador, por ejemplo, INFORME DEL OBSERVADOR
Observador.-
ha intervenido durante los cinco primeros minutos
cinco veces para expresar sus ideas personales y
ocho en función del grupo, el observador marcará Hampo" Anima d or Participantes
con un aspa trece encasillados, y así sucesivamente, en funcidn Intervencio- al grupo
tanto para el animador como para el grupo. El cua- del grupo nes personales al animador al grupo encadenando
drado aislado colocado sobre ambos perfiles indica
el valor de los cuadros pequeños del encasillado.
Cada línea tiene treinta y seis. Si el grupo verifica
más de treinta y seis intervenciones en cada uno de Total
los períodos de cinco minutos, en este caso se dará
a cada uno de los cuadrados valor doble (o más,
según la necesidad) y se escribirá un 2 en el cua-
drado aislado. Es necesario que el cuadrado del ani- Tota!
mador y el de los participantes tenga idéntico valor.
El gráfico 18 ayuda a valorar el conjunto de las
diferentes intervenciones, sin tener en cuenta el fac-
tor tiempo. Los casilleros se rellenan de izquierda Total
a derecha de tal modo que se respete la proporción
Concedemos mayor número de casilleros a los par-
ticipantes que al animador.
Verificado el perfil, el observador deducirá sus Total
propias conclusiones. Estas serán, evidentemente,
hipótesis que nuevas experiencias permitirán veri-
ficar. Es importante, para ser justo, ditinguir ne-
tamente las conclusiones que la observación nos Total
ofrece y los datos ofrecidos por la interpretación
que a éstos da el observador: los primeros son
hechos, la segunda es una mera opinión.
Total
€6
1
Gráfico 17
Gráfico 18
INTERACCIÓN GRUPO-ANIMADOR
INTERACCIÓN GRUPO-ANIMADOR
Fecho; F e c h a ••
INFORME DEL OBSERVADOR INFORME DEL OBSERVADOR
1
Observador Observador1
Tiem
pos. INTERACCIÓN DE LOS PARTICIPANTES ANIMADOR PARTICIPANTES
interven-
al animador al grupo en cadena
i i i i i i : 1 1 i I I 1.1 ! i i i i i i i i ¡ i i i i i i i i i i i i i
al grupo ciones
personóle:
-35-
-30-
-25-
- -15-
- -10-
- 5 -
--
Teniendo en cuenta esta distinción, podemos pre-
sentar algunas hipótesis confirmadas en repetidas 2. Solidaridad interindividual.
ocasiones por la experiencia:
El segundo método trata de determinar la partici-
1. Entre el número de las intervenciones del anima- pación individual de cada uno de los miembros y
dor y las del grupo existe cierta relación. El la reacción que provocan sus intervenciones. Para
animador puede hablar en contadas ocasiones fomentar esta plena participación del grupo, el ob-
o en exceso y provocar, consecuentemente, un servador comienza siempre analizando estas inter-
número más reducido de intervenciones. La re- venciones individuales. Este análisis permite deter-
lación ideal, como hemos visto en el capítulo minar la parte que cada uno toma en la discusión,
segundo, es de 1 a 5. las reacciones que sus intervenciones provocan y la
relación entre las intervenciones emitidas y recibidas.
2. El número de las intervenciones personales del El uso de este método supone que en el grupo
animador y el de las intervenciones del grupo existe ya cierta unidad.
dirigidas a él guardan cierta proporción. A ma- Si utiliza el gráfico 19, el observador anotará los
yor número de intervenciones personales del ani- datos habituales en los rectángulos correspondientes
mador, la atención del grupo se centra más en y empleará una de estas fichas por cada quince mi-
él y el intercambio de ideas entre los participan- nutos. Registrará el nombre de los participantes,
tes es menor (el gráfico 18 subraya elocuente- comprendido el del animador, pero no el suyo, por
mente este punto). orden alfabético o, mejor, según el lugar que ocupen
en el círculo de discusión. Escribirá estos nombres
3. El tipo de intervenciones más fecundo y el que en ambas columnas, la horizontal (columna de los
ofrece los mejores resultados, tanto en el nivel destinatarios) y la vertical (columna de los autores).
de contenido como en el de procedimiento, y Reservará un puesto en cada una de las columnas
procura mayor satisfacción a los participantes, para el grupo considerado como persona moral (re-
es aquel en el que el grupo se dirige al grupo, presentado por la sigla O), capaz de emitir y recibir.
suscitando intervenciones encadenadas. Cuando Juan, por ejemplo, se dirige a más de dos
4. Las intervenciones del animador en función del personas, su intervención será J-O; o cuando más de
grupo favorecen este tipo de intervenciones, así dos personas reaccionan al tiempo—risa general,
como aquellas en las que el grupo se dirige al asentimiento de cabeza, protesta general...—estas
grupo. intervenciones deberán registrarlas a cuenta del gru-
po: O-O u O-J. Con frecuencia, algunas expresio-
Este tipo de observación en la práctica no es di- nes o formulaciones, subrayadas a propósito, encie-
fícil; no requiere de parte del observador más que rran de suyo más de una intervención: así, por
atención y rapidez. ejemplo, cuando Jaime responde a Juan, pero mira
70 71
a Fernando. En este caso, el observador deberá ano-
tervenciones. Carlos, por ejemplo, que ha interve-
tar dos intervenciones (Ja-J y Ja-F) en lugar de una
nido setenta y cinco veces, ocupará el primer puesto;
sola.
junto a su nombre se anotará en el primer encasi-
En caso de utilizar el formulario del gráfico 20, llado 75; y en el segundo + 35. Carmela, que es
el observador rellenará los datos consabidos y em- la que ha tenido menos intervenciones, vendrá en
pleará también ahora una ficha por cada quince mi- último lugar: Carmela, 21, —19. Del mismo modo
nutos de discusión. Escribirá el nombre de los parti- hay que calcular las cifras de la columna de recep-
cipantes, según el lugar que ocupan en el círculo, ciones. Puede ser que Carlos, que es quien más ha
comenzando por el que está colocado a la izquierda emitido, no sea el que ha recibido más, y que Pedro,
del animador. El nombre de éste lo colocará en el que tiene a su favor un buen número de interven-
centro del círculo. El círculo intermedio representa ciones (38), sólo haya recibido 11. En ocasiones,
al grupo. El observador anotará las intervenciones comprobaremos que Santiago, Ignacio y Pilar, que
valiéndose de flechas que partan del nombre del han emitido 70, 64 y 59, respectivamente, han reci-
emisor al del destinatario. Una vez establecido el bido 62, 64 y 54, monopolizando, por tanto, la dis-
primer contacto y dibujada la flecha en esa direc- cusión.
ción, bastará marcar sobre ella tantas puntas de fle-
cha como sean las intervenciones subsiguientes diri-
gidas en el mismo sentido. Si la intervención se di- El fin de estas estadísticas no es, precisamente,
rige al grupo, la flecha apuntará al círculo medio. reducir la participación de Carlos (75) a la media
común (40), ni aumentar matemáticamente las inter-
El cálculo de las medias (gráfico 21) es costoso, venciones de Carmela (21). La observación tiene por
pero muy revelador. El observador debe rellenar misión contribuir a la autodisciplina del grupo como
una ficha de comparación para el grupo considerado tal. Si Carlos tiene más iniciativas que Carmela, no
como persona moral, y otras tantas por cada uno de se trata de reducirlos a un común denominador.
los miembros. Es una tarea sencilla. Supongamos Pero sí es ventajoso para el grupo que Carlos sea
un equipo de diez personas (comprendido el anima- consciente de que tiene tendencia a dominar a sus
dor, pero, sin contar al observador). El conjunto de compañeros en la discusión, por lo que no sería raro
los participantes ha emitido 400 intervenciones y que éstos un día se resistieran a colaborar con él.
ha recibido, por tanto, otras 400. Se anotan estas ci- Quizá decida entonces intervenir con menos frecuen-
fras en los encasillados que indican el "total de in- cia (no es preciso que sea él quien promueva todas
tervenciones". La media en este caso es de cuarenta las iniciativas), o modifique su modo de hablar y
intervenciones; se anota este número en el lugar escuchar, o procure que pase inadvertida la su-
indicado al efecto. A continuación se escribe el nom- perioridad intelectual que le coloca a la cabeza del
bre de los participantes en orden decreciente de in- grupo. Y Carmela, cuya inteligencia es de todos co-
72 73
Gráfico 19 Gráfico 20
Observador
Fecha*
Ternas
Observador'
INFIRME DEL OBSERVADOR
INFORME DEL OBSERVADOR Feche-
Tiempo: Tiempo^
I
o oo
Destinatarios
Totales
Autores
O
O o
o o
o o o
o o
o o
o oo o
Totales
Gráfico 21 nocida, comprenda también que el grupo la nece-
sita y que debe, por tanto, comprometerse y no re-
SOLIDARIDAD INTERINDIVIDUAL mitirse a las opiniones de la mayoría. Caerá en la
cuenta de que, en ocasiones, su silencio perjudica
al grupo, que necesita conocer su punto de vista.
Fecha ; Del mismo modo, la confrontación de las interven-
INFORME DEL OBSERVADOR Observador^
ciones emitidas y recibidas aportan datos muy signi-
ficativos. Pablo comprobará que se dirige casi siem-
pre a Pedro y a Juan, y rara vez a los demás; caerá
en la cuenta también de que todos le hablan, salvo
EMITE RECIBE. Ramón y Luis. No conviene exagerar el sentido dé
estas comprobaciones, que debemos interpretar con
Total intervenciones | ] Total intervenciones P I un sano humorismo. Cualquiera que esté verdadera-
Medio { [ mente interesado por el progreso del grupo y el suyo
Medio T~~í
propio sabrá aprovechar estos datos sobre su con-
Resultados comporotivos de cada Resultados comparativos de cada
ducta en el grupo.
uno délos participantes: uno de los participantes:
La autoevaluación del grupo es muy eficaz. Es di-
::::
fícil de realizar y requiere serias precauciones, tacto
y discreción. Aunque dirigida directamente al bien
y progreso del grupo, puede hacer que disminuya
la espontaneidad y las intervenciones sean menos
naturales y profundas, a pesar del interés que todos
::::
77
de un grupo algunos medios de autoevaluación de
fácil manejo.
Conviene recordar en este capítulo dedicado a la
autoevaluación que la dinámica de grupos es no so-
lamente una ciencia y un conjunto de te'cnicas, sino,
ante todo, un espíritu.
el secretarlo
1. Informe analítico.
el "membershlp"
(el espíritu de equipo)
A) ASPECTO GENÉTICO
1. Elementos.
82 83.
elemento motiva de manera decisiva los diversos
modos de autoevaluación, de los que hablamos más 2. Definición.
arriba. Llamaremos a este primer elemento solida-
ridad. Podríamos, en consecuencia, definir así el "mem-
bership": Un modo de ser, de pensar y actuar ca-
El segundo elemento apunta a la actividad perso- racterizado por:
nal de los participantes en las diversas tareas que
pertenecen al grupo y las metas que debe alcanzar. 1. La conciencia claramente sentida de pertenecer
Para cada uno de ellos se concreta en el hecho de a un grupo;
tener que desempeñar un determinado número de 2. la conciencia de participar en la vida del grupo
funciones^incluida la discusión—y el modo de rea- en un grado satisfactorio para sí y para el grupo;
lizarlas. Este elemento, a su vez, nos obliga a recu- 3. la conciencia de tomar una parte limitada, pero
rrir, con un margen de libertad, pero inevitablemen- real y grata, tanto para sí como para los otros
te, a alguno de los múltiples métodos de autoeva- miembros, en la dirección general del grupo.
luación analizados en el capítulo cuarto. Podríamos
Esta definición, ya se ve, vale para todos los gru-
denominar a este elemento participación. pos ; tanto si se trata de un grupo de trabajo, como
de un grupo de formación o un grupo mixto, si el
El último elemento se refiere a la dirección del grupo tiene una función deliberativa o puramente
grupo; esto es, al papel que juega cada uno de los consultiva, si su formación ha sido espontánea o im-
participantes en la elaboración de los objetivos del puesta, es necesario que estas condiciones se veri-
grupo, en su dirección y en su conducta, en las fiquen.
grandes directrices de su línea de acción; en una
palabra, en el liderato tal como queda explicado
B) ASPECTO DINÁMICO
en nuestro segundo capítulo. Se impone de nuevo
aquí el dejar claramente definida la distinción que
Las condiciones necesarias en la génesis del "mem-
existe en el grado de responsabilidad de los grupos.
bership" lo son también en su ulterior desarrollo.
Pero tanto, si éste es un grupo de consulta que debe Si no se atiende a esta doble necesidad, será difícil
únicamente formular sus proposiciones, como si es que el grupo logre sobrevivir, y aunque aparente-
un grupo deliberativo con autoridad para decidir, es mente siga actuando, su eficacia será tan sólo apa-
esencial que su responsabilidad quede desde un prin- rente. Servirá, eso sí, de auditorio al presidente y
cipio netamente delimitada y estos límites sean cla- quizá hasta éste se haga la ilusión de que cuenta
ramente expuestos y conocidos por todos los miem- con su aprobación, pero ellos nunca se compromete-
bros. A este elemento le llamaremos responsabili- rán a seguirle. Esto sucede porque el "membership"
dad. condiciona la vida del grupo ; se desarrolla progre-
sivamente por etapas. Siendo la interrelación psico-
84
85
lógica su característica fundamental, el porvenir del
grupo está ligado al modo en que integre las oposi-
ciones y afinidades existentes entre sus miembros, y
resuelva los problemas, tensiones y conflictos, que
surgen normalmente en su seno.
El grupo, como la persona, exige una motivación
verdadera y auténtica. El organizador, el jefe o el
presidente que no comprende esta ley o no quiere verdad, autoridad
tenerla en cuenta se condena a trabajar aislado. y discusión
Naturaleza de la discusión.
Del conjunto de la obra se deduce que la discu-
sión es esencialmente una función del espíritu y un
método de trabajo. La naturaleza misma del hom-
bre la exige, ya que éste no recibe la verdad en una
iluminación avasalladora, sino que sólo logra ad-
quirirla progresivamente gracias a un lento proceso
de análisis y síntesis. La exposición del maestro
tendrá siempre vigencia—¡incluso en dinámica de
grupos se recurre a las conferencias de los especia-
86 87
listas! —-, pero tiene un papel auxiliar: no puede, En los otros dominios del saber, las conclusiones
de suyo, sustituir a la lenta y activa trituración de se infieren de la observación metódica de la natu-
enunciados y proposiciones. Esto supone un clima raleza y de la vida. Domina en ellos, como lo des-
de mutuo intercambio, que favorezca la interfecun- cribe bien una obra reciente, un espíritu científico y
dación de los espíritus, y sustituya a la proclama- experimental, de signo contrario al primero:
ción de unas fórmulas definitivas, si se quiere, e
indiscutibles, pero que no han sido asimiladas. "El espíritu experimental se desarrolla apo-
yándose a cada paso en la observación de los
En la historia del pensamiento, aparece ya la dis- hechos y situaciones. Somete el pensamiento a
cusión al alborear el mundo occidental, en tiempo la experiencia y busca la realidad objetiva.
de los filósofos griegos. La discusión está presente Posee el arte de interrogar a la naturaleza, de
en la Edad Media, ha sido el gran útil de trabajo hacerle las preguntas precisas, preocupado tan
sólo por verificar cuidadosamente, con riguro-
de los tiempos modernos, y hoy se proclama más so control, sus respuestas. Esta preocupación
necesaria que nunca, en un mundo que se renueva predominante por una objetividad luminosa y
y en el que los problemas, necesariamente, se multi- modesta lleva al hombre a subordinar sus
plican y complican. ideas, juicios y normas de conducta, no ya a
criterios prefabricados arraigados en un medio
dado, o a sentimientos por elevados que sean,
o a los principios tradicionales, sino a la expe-
Contenido de la discusión. riencia de los hechos" (1).
Que la discusión sea algo connatural al espíritu A su método de investigación corresponde, ha-
humano no implica necesariamente el que todo el blando con propiedad, un grado de certeza inferior
campo del saber haya de ser puesto en cuestión al precedente: la probabilidad.
y discutido. La verdad no es el resultado de un
acuerdo en una discusión; pertenece a otro orden. Que en este campo la discusión sea posible, es
Estrictamente hablando, este orden es el de las algo evidente: el grado de certeza al que se aspira
ciencias superiores. La Filosofía y la Teología de- y la marcha misma del pensamiento, lo exigen na-
ducen, en efecto, sus conclusiones a la luz de los turalmente. Más aún, teniendo en cuenta las condi-
primeros principios de la razón natural y Revela- ciones enunciadas más arriba sobre el carácter abso-
ción, respectivamente. Para los que conocen la rea- luto de la verdad, la discusión es posible y deseable
lidad de estos principios-base, la verdad tiene un en aquellos dos sectores de la ciencia—Filosofía y
carácter absoluto. Para ellos, las conclusiones esen- Teología^y no, como ya hemos dicho, porque de-
ciales de la Filosofía y de de la Teología—y no todas bamos poner en duda sus conclusiones esenciales,
sus proposiciones—, no podrían formalmente ser
(1) P. Angers, Problémes de culture au Canadá francais,
puestas en discusión. Montreal, Beauchemin, 1961: 76-77.
88 89
'•—YCIUAVJ, ¡tiHunaaa y discusión
sino porque ésta es la factura del espíritu humano, honradez intelectual, de fidelidad a la inspiración
que necesita correr un largo camino para alcanzar la inicial, que ha estructurado el grupo, y de lealtad
verdad. hacia los diversos miembros del mismo.
Desde el punto de vista sociológico se imponen
también dos consideraciones.
Funciones de la discusión.
90 91
valor del intercambio de ideas a personas que no
se fían en principio más que de sí mismas y rehusan
habitualmente toda forma de diálogo. Debemos
convencernos de que en los ambientes de rápida
evolución, como el nuestro, el trabajo en equipo es
una necesidad. Es, prácticamente, el único medio,
en la elaboración de una política prospectiva, de ase- bibliografía
gurar el respeto al conjunto de valores que constitu-
yen el patrimonio de una comunidad, así como uno
de los pocos medios, si no es el único, de garan-
tizar la estabilidad y eficacia de las soluciones del Las notas bibliográficas que siguen permitirán completar,
porvenir. por medio de lecturas más profundas, las nociones presen-
tadas en las páginas que preceden. Agrupamos las obras
bajo dos epígrafes. El primero comprende algunos volúme-
nes básicos en lo que concierne a la dinámica de grupos
como- ciencia. El segundo sugiere algunas lecturas que ayu-
darán, sobre todo, a aquellos que se interesan en la diná-
mica de grupos como técnica de trabajo.
93
92
mínimo de términos técnicos, con el fin de ser asequible al
gran público. Los dieciséis capítulos del volumen, agrupados y análisis de los grupos y su eficacia; solidaridad del
en cinco partes y seguidos de un triple apéndice, abarcan grupo, "standards" de grupo y presiones colectivas, obje-
los puntos capitales de la materia en cuestión. tivos y proceso de evolución, características estructurales
de los grupos, "leadership".
BERLO, D. K.: The Process of Communication, New York,
Holt, Tinehart and Winston, Inc., 1960, 318 pp. GURTVITCH, G.: Traite de sociologie, París, P. U. F., vol. I,
1958, 514 pp. Vol. II, 1960, 466 pp.
Estudio sobre la comunicación humana a partir de los Este tratado de sociología es también una obra en cola-
datos que nos ofrecen diversas ciencias: psicología social, boración. Dieciséis especialistas han tomado parte en el
sociología, lingüística, antropología y filosofía. Obra de tra- primer volumen y dieciocho en el segundo. Jorge Gurtvitch
za fundamentalmente científica, redactada también con el escribe en el prólogo: "Este tratado pretende ser un libro
mínimo de términos técnicos. de consulta para estudiantes, investigadores, representantes
de ciencias afines, y para un público cultivado." La sección
BONNER, H.: Group Dynamics: Principies and Application, nona del volumen II se titula "Problemas de psicología
New York, The Ronald Press Company, 1959, 531 pp. colectiva y psicología social". En esta sección, que abarca
Se divide este volumen capital en dinámica de grupos en desde la página 333 a la 402, se estudian diversos proble-
cinco partes. Estudia, en primer lugar, los orígenes y des- mas especiales de la dinámica de grupos, analizados todos
arrollo de la ciencia de la dinámica de grupos; sigue un ellos por especialistas. Destacan los artículos de Stoetzel J.,
análisis muy conseguido sobre los factores dinámicos que "La psicología de las relaciones interpersonales"; de Barri-
favorecen el desarrollo de la vida del grupo, la solución de caud F., "Psicología de grupos", y de Lefebvre H., "Psico-
los choques intelectuales y emotivos que dificultan su des- logía de las clases sociales".
arrollo y los procesos de ajuste y adaptación en el interior
del grupo. Afiade a esto unas consideraciones y análisis so- HARÉ, P.: Handbook of Small Group Research, New York,
bre la conducta individual de los diversos miembros en el The Free Press of Glencoe, 1962, 512 pp.
interior del grupo y sobre la interacción de unos con otros. Obra de consulta, que tiene por misión suministrar el
Una crítica de la dinámica de grupos, donde recoge las úl- material necesario para la elaboración de una teoría del
timas investigaciones realizadas hasta el presente y marca microgrupo. La primera parte trata de la estructura y fun-
la pauta para ulteriores trabajos, cierra el volumen. cionamiento del grupo. La segunda analiza seis factores
que influyen en la interacción. Por último, la tercera estu-
CARTWRIGHT, D., y ZANDER, A.: Group Dynamics: Research dia la productividad de los grupos y los individuos. Una
and Theory, New York, Row, Peterson and Company, imponente bibliografía, que contiene más de 1.385 citas,
1958, 642 pp. completa este trabajo de investigación.
Es una auténtica suma de todos los conocimientos sobre HARÉ, P.; BORGATTA, E. F.; BALES, R. F. (ed.): Small
la moderna ciencia de la dinámica de grupos y sobre los Groups, Studies in Social Interaction, New York, Altred
problemas que ésta plantea. Presentada por los dos aurores A. Knopf, Publisher, 1955, 666 pp.
citados en el título, es obra de unos cuarenta especia!^tas
de todas las nacionalidades. Se divide en seis secciones que Obra de consulta que reúne los trabajos de unos sesenta
tratan los puntos siguientes: métodos diversos de estudio especialistas en dinámica de grupos. Estos estudios, publica-
dos ya la mayor parte en forma de monografías o artículos
94
95
de revista, están agrupados en tres secciones. La primera
trata la vertiente histórica y teórica de los estudios sobre LINDZEY, C. (ed.): Handbook of Social Psychology, Reading,
el microgrupo, la segunda estudia al individuo en situacio- Addison-Wesley Publishing Company, Inc., 1954, 1226 pp.
nes sociales concretas, y la tercera analiza al grupo como Como todo manual, esta obra en dos volúmenes es una
sistema de interacción social. Una bibliografía comentada enciclopedia de psicología social. Una bibliografía especiali-
de más 584 obras completa este trabajo de investigación. zada completa cada artículo, escrito por uno o varios de los
KRECH, D., y CRUTCHFIELD, R. S.: Théorie et Problémes de cuarenta y cinco especialistas que han colaborado en su re-
psychologie sacíale, traducido del inglés por H. Lesage. dacción. Entre los artículos más destacados, señalamos los
París, P. U. F., 1951, 639 pp. siguientes: cap. I, "The Historical Background of Modern
Psychology", de Gordon Allport; cap. V, "Field Theory
Se divide esta obra en tres grandes secciones. La primera in Social Psychology",'de Morton Deutsch; cap. VI, "Role
presenta los principios básicos de la psicología social. La Theory", de Theodore R. Sarbin; cap. X, "Systematic Ob-
segunda analiza los procesos sociales a la luz de los prin- servational Techniques", de R. W. Heyns y R. Lippitt; ca-
cipios ya enunciados. La tercera, por último, presenta al- pítulo XXI. "Leadership", de C. A. Gibb.
gunos casos concretos donde intervienen estos procesos so-
ciales: prejuicios, tensiones, conflictos. ROGERS, C. R.: On Becoming a Person, Boston, Houghton
Mifflin Company, 1961, 420 pp.
LEWIN, K.: Field Theary in Social Science (D. Cartwright,
ed.), New York, Harper and Brothers Publishers, 1951, Es obra de un psicólogo americano bien conocido por sus
346 pp. trabajos sobre la personalidad y su método terapéutico
Obra científica y compleja que reúne una serie de artícu- "centrado sobre el paciente" (client-centered). Precioso ins-
trumento para aquel que desee comprender el problema
los decisivos sobre la teoría del "campo". A partir de esta
de las relaciones interpersonales en el marco de una teoría
teoría general del aprendizaje, el autor, considerado como sobre la personalidad. El autor presenta en esta obra una
el fundador de la dinámica de grupos, realizó el estudio ex- serie de artículos escritos en el período 1951-1961 y los
perimental de los fenómenos del grupo. Es una obra clásica. agrupa en esta obra con el fin de contribuir mediante sus
Es, sin embargo, más eficaz ponerse en contacto con su investigaciones a remediar las serias tensiones que existen
teoría a través de artículos más sencillos que presentan en las relaciones humanas.
los puntos esenciales de la misma (cf. Lindzey G., Hand-
book of Social Psychology, cap. 5). THELEN, H. A.: Dynamics of Group at Work, Chicago, The
LEWIN, K.: Resolving Social Conflicts: Selected Papers on University of Chicago Press, 1954, 379 pp.
Group Dynamics, New York, Harper Brothers, 1948, Esta obra, de verdadero interés en la dinámica de grupos,
216 pp. está dividida en dos partes. En la primera estudia seis
Analiza y discute este volumen ciertos casos prácticos: técnicas: la reconstrucción de la comunidad por la acción
dificultades en el cruce de las diferentes culturas, conflic- de los ciudadanos, la educación de los niños partiendo de
tos en los pequeños grupos como la familia o la fábrica, sus necesidades individuales, evolución de colegios y uni-
problemas de las minorías... Destaca algunas causas de los versidades en la formación del cuerpo profesoral, adminis-
conflictos sociales y busca las técnicas capaces de preve- tración, adiestramiento para la acción colectiva, eficacia de
nirlas o resolverlas. las reuniones. La segunda parte aporta algunas ideas que
iluminan problemas como el "membership", la integración,
96
97
el realismo, los métodos de control, el "leadership" y el presenta, finalmente, algunos tipos de discusión: conver-
contexto comunitario. sación, discusión de comité, simposion, panel, forum, dis-
cusión escolar al margen de las clases y discusión por radio.
98 99
RYAN, Claude: Les Comités: esprit et méthodes, Montreal,
Instituí Canadien d'Education des Adultes, 1962, 252 pp.
El autor ha reunido en esta obra una serie de artículos
que había publicado en La Terre de chez nous de diciem-
bre de 1961 a julio de 1962. Es un instrumento de trabajo
práctico, que se dirige a personas que tienen entre manos
estos trabajos de comités. En un estilo simple, que des-
carta los términos demasiado técnicos, el autor aborda los
principales problemas de este género de trabajo, apoyán-
dose tanto en la experiencia como en los datos de la
ciencia. Sin excluir los problemas de los grupos espontá-
neos, se interesa, sobre todo, en los comités formados en
el interior de organizaciones ya estructuradas: comité de
dirección, de estudio, de acción directa... Al margen del
objeto inmediato de su estudio, trata en ocasiones el au-
tor algunos puntos de la vida de las asociaciones en ge-
neral.
100