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El olivo como símbolo de Ysrael

El olivo es una de las siete especies bíblicas con las que bendijo la
tierra de Israel.

Al igual que el vino y el trigo, el olivo es mencionado en la Palabra


acompañando a la humanidad desde sus principios.
El fruto del olivo, las olivas o aceitunas maduraban a la salida del año justo
para la fiesta de Sukot de la cual junto al vino y otras especies eran
protagonistas. Era al final de la estación y antes de comenzar las lluvias que su
color se tornaba de verde a negro indicando que estaban listas para ser
recogidas. Hoy día hay diferentes variedades dependiendo de si son cultivadas
para hacer con ellas aceite o para ser ingeridas directamente.

El árbol de olivo ha de ser siempre por excelencia un emblema de la tierra de


Ysrael pues sus raíces, su tronco, sus ramas y su fruto simbolizan al pueblo
elegido.

Tal como en este pasaje, en el que se nos dice que -por incensar a Baal- el
infortunio en forma de rayo cayó sobre el olivo hermoso desmembrando sus
ramas con el estallido, la Escritura constantemente nos habla de las tribus de
Israel en términos de varas, cayados, palos, etc., porque todos estos -pedazos
de madera al fin- se desprenden de un tronco. Tal tronco, que es de olivo,
simboliza a nuestros padres Abraham, Ysaac y Yaaacob; en tanto que las
ramas son las doce tribus de Ysrael.
El candelabro de siete brazos es una representación del pueblo de Ysrael
presidido por . Pero también el candelabro es la
representación de un olivo. Por ello es que sus lámparas deben funcionar con
aceite de oliva ( ), que es la sangre del pueblo elegido con la que se
alumbra al mundo.
La visión de Zacarías representa la fusión de dos pueblos en uno, la Casa
de Judá y la Casa de Ysrael, los dos pueblos
ungidos, que serán uno solo ( ).
Rab Shaul retoma las figuras de las ramas sueltas de olivo con las que los
Nevim/profetas ilustraron la unión futura, y milagrosa de las verdaderas
tribus de Ysrael y con ellas hace esta otra:

En la antigüedad se insertaban ramas de olivo silvestre en el tronco de olivo


doméstico y viceversa. Siempre con el objetivo de obtener un olivo más sano y
fructífero. Rab Shaul se refiere a los gentiles, la Casa de Ysrael, como ramas
silvestres, es decir aquellos que no están en la propiedad al cuidado del amo,
sino abandonados en la naturaleza. Esa es precisamente la condición en la que
nos encontró a quienes formamos parte de las tribus perdidas de
Ysrael, pues si bien somos hijos de la Promesa ( / ), igual que
el hijo que dilapidó su herencia ( ) vagamos derrochando
nuestra herencia -que es nuestra dinastía- por las naciones paganas, hasta que
cobramos conciencia de lo que en verdad somos
y emprendemos nuestro camino de retorno al Padre, el cual vuelve a
recibirnos gozoso . Ya para terminar leamos

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