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ÉTICA DE SÓCRATES Y PLAT6N

La Ética, como vivencia, es tan antigua como el hombre.


Pero como el hombre es hijo de su tiempo, ha ido creando
los conceptos eticos según las e p ~ ~ diferentes
as de la hist*
ria y de acuerdo con las propias vivencias en determinadas
circunstancias de su evolución.
Hay una relación estrecha entre la Ética y la realidad
humana espaci~temporal.Esto no significa que la Etica sea
completamente relativista. Lo dnico que significa, porque tal
es la realidad, es que la Ética es relativa. El valor morai es
absoluto, pero no estático; es, al contrario, un dinamismo.
Por ello una norma no pierde su valor al cambiar los tiem-
pos; se trasciende, se integra en otro valor, se depura, se en-
riquece y se transforma en una Ética mis universal y m&
humana.
l. La hica, como saber filosófico, naci6 con Sdcrates.
Pero los grandes presocidticos ya tuvieron intuiciones &ticas
que fueron preparando el terreno para la especulaci6n m*
Tal del período antr~~ológico. Asi los sofistas (siglo V antes
de Cristo) al aiticar las ideas morales de sus contempodneos
proponían algunos conceptos nuevos, como la n o d n de,ley
natural y la de una comunidad humana superior al Partlcu-
larismo nacional, y con ello se constituían en maestros de
virtudes. pero 10s sofistas las virtudes eran las y a -
lidades, 10s talentos, que ~ermitiana los hombres aprecia
SU valor, salir de 10s complejos de inferioridad, tener
en la vida, especialmente en la política.'
' Cfr. J. Marifain, Filosofh moral, Morata, Madrid. 1962, P. 2S.

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Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.
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Los sofistas en general, pero especialmente Protágoras


(484-411) y Calides, defienden que no hay norma objetiva
y absolutamente válida del valor moral, de modo que lo
que n bueno para uno, es malo para otros. Calicles va más
al16 y afirma que nada hay justo ni injusto, verdadero ni
£alG. La linica ley natural es el derecho del más Fuerte; el
es el que hace e impone la ley.
El relativismo total de los sofistas es la negación completa
de la convivencia humana. Si cada quien hace .m verdad y
crea sus valores, sin tener en cuenta el valor y la verdad, cada
quién es la norma suprema de todo, no hay derecho ni obli-
gaciónes, las ley- son inútiles. La afirmación de Calicles es
falsa porque no es cierto que la ley sea el derecho del más
fuerte. Kant decía y con mucha razón-que la fuerza es el de-
recho de los animales.

2. Sóaates (470-399), "ligado a los atenienses por la


voluntad de los dioses con el fin de aguijonearles como un
1
tábano pica a un caballo",^ empleó toda su vida en enseña?
la moral a sus conciudadanos y aatb de buscar las no-
de la vida humana. Antes, la autoridad de tales normas
se basaba en la tradición. Sóaates les dio fundamento
cionai.
El bien es el conjunto de bienes particulares dirigido
por la razón, de donde resulta la felicidad -eudaimoniU-.
El sien -para Sónates- es lo útil. A veces identifica el
bien con lo agradable; el mal, con lo desagradable. La p d o
tica de, la virtud es lo mds iitil para el hombre porque es
el medio de alcanzar el mayor bien, que es la felicidad.
La virtud es bella, buena y útil para todos. Es el supremo
bien. De donde, bueno es lo que lleva a la felicidad. "Toda
mi ocupación consiste en trabajar por convenceros a viejos
Y jóvenes de que no debkis preocuparos tanto del cuerpo,
de las riquezas ni de las demás cosas, cuanto del alma, por-
que no me canso de deciros que la virtud n o necesita de
las riquezas, sino que, al contrario, las riquezas provienen
de la virtud, de la cual nacen todos los demás bienes":
2 ADolagio, 30 e.
Ibid.

Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.
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La virtud es la ciencia del bien. El hombre b- ne-


cesariamente su propio bien y como el bien es la virtud,
basta conocer la virtud para practicarla necesariamente. Por
tanto, el hombre virtuoso es el sabio.
La virtud es la felicidad. Si la virtud es el bien supremo,
cuando se tiene, se tiene la felicidad. El que conoce el bien
lo practica y el que lo practica es feliz.
El mal consiste en la ignorancia. Sóa-ates deda que
ninguno peca voluntariamente. Por tanto, el mal es igno.
rancia
La virtud es una sola: la sabiduría práctica -frOnesis-,
que tiene diferentes nombres segiin los objetos. Se llama
piedad si se refiere a las relaciones del hombre con los
dioses; justicia, si regula las relaciones entre los hombres;
fmtalem, si se refiere a la superación de los obstaculos;
templanza, si modera los apetitos inferiores. Entonces el
que tiene una virtud las tiene todas.'
V d e m& sufrir una injusticia que cometerla. Esta má-
xima soaática es un bello principio moral que .%mates
cumplió perfectamente al fin de su vi&, porque cuando
SUS amigos le proponian fugarse de la cárcel, respondió:
'6 .
S i toda mi vida he predicado la virtud y el respeto a la ley
¿cómo voy a quebrantar la ley?'' Otro hermoso ~rincipiode
la Ética soaática es "conócete a ti mismo, baja a 10 m& p r o
fundo de ti mismo donde verás el valor de N alma".'
A pesar de los errores de su Ética, S6crates es un hermoso
ejemplo de vida virtuosa y de estimulo para la práctica
del bien. "Nunca se ha colocado más alta la m o d -esmi-
bi6 Bergson-, y esto al menos es lo primero que sorpren-
de. Pero miremos más de cerca. Sócrates enseña porque el
0';lculo de Delfos ha hablado. Ha recibido una misión.
Es pobre y debe seguir siendolo. Es necesario que se mez-
cle al pueblo, que se haga pueblo, que su lenguaje se
da en el habla popular. No escribir5 nada, para que su
Pensamiento se transmita, vivo, a espíritus que 10 llevarán
a otros es,piritus. Es insensible al frío y al hambre,
Precisamente asceta, pero exento de necesidad Y liberado de
' Cfr. Motdn, 111 3, 9: IV, 2.22.
Cfr. Gorgiai, 508 e.

Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.
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su cuerpo. Le acompaña un 'demonio' que hace oír su v a


cuando es necesaria una advertencia. Cree de tal modo en
este signo demoniaco que prefiere morir a dejar de obe-
decerle. Si se niega a defenderse ante el tribunal popu-
lar, y acepta su condena, es porque el demonio no ha dicho
nada para apartarlo de ella. En una palabra, su misi6n es
de orden religioso y mistico en el sentido en que toma.
mos hoy estas palabras; su enseñanza, aunque perfectamen-
te racional, pende de algo que parece sobrepasar la pura
raz6n.e

3. Plat6n (427-347). discípulo de Sóaates, nau6 en


Atenas de Eamilia aristócrata y recibiú una educaci6n esme
radísima. Escribib muchas obras, especialmente en forma !
de diálogo, en las que expone su pensamiento f i l o d f i ~ .
I
i
No acepta el hedonismo moderado de su maestro ;
tes; profesa más bien una forma de ascetismo. Propone un
ideal de vida basado en la virtud y en la sabiduria.
a) El sumo bien.-¿Cuál es el sumo bien del hombre
en esta vida? No puede ser el placer sensible porque una
vida entregada completamente al placer no sería humana
sin0 animal, porque el hombre ademis de cuerpo material,
también tiene alma intelectual.^ Por otra parte. el hombre
n o es pura inteligencia: su alma está unida al cuerpo
terial. Entonces, el sumo bien no puede ser la sabiduría
pura Por tanto, el bien del hombre es una vida mixta,
a ~ i ~ e n t a dpor
a dos fuentes: "la del placer, que se puede
comparar a una fuente de miel, y la de la sabiduría, de la
cual brota un agua pura y saludable".a Se tienen que evita1
el hedonismo y el inteiectualismo.
El sabio es el que practicando la virtud pone orden, equi-
librio y armonia en todo su ser, de acuerdo con la raz6n.
La felicidad del hombre en esta vida e s t ~en practicar la
e s14 moral y de la reli@,jn, ~ , , d ~ , , , ~BS.
dos f u e ~ ~ ~de ~ . ,Aire, 1946,
PP. 117.
7 Cfr. Fileao, 19 a, h.
8 Ibid.. 61 C.

Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.
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virtud y en cultivar la FilosoEa con el fin de I l e s r a la otra


vida donde contemplara las Ideas.
b) La virtud.-la felicidad consiste en el sumo bien al
cual se llega por la virtud que es Io más precioso que exis-
te: "todo el oro que hay encima y debajo de la tierra no
es bastante para darlo en cambio por la virtud".*
Para determinar la naturaleza de la virtud recurre Pla-
tón a varios criterios:
1. La virtud como armonía.-En los primeros Diálogos,
Platón concibe la virtud como una armonia y dice que la
justicia tiene par fin introducir la armonia entre los diver-
sos elementos del compuesto humano. Por eso la virtud "es
semejante a la armonía musical" y "la más excelente de las
mii~icas".'~
2. La virtud como salud del alma.-En el Filebo la vir-
tud aparece como medida -metron- y proporción -syme-
tría-. Es decir, así como la salud resulta de la armonía y
proporción de los diferentes elementos del cuerpo, así la
virtud es la salud del alma y resulta de la medida y pro-
porción en la vida.
3. La virtud como purificaci6n.-En el Fedón la virtud
tiene un sentido ascético y catártico. Consiste en reprimir
las pasiones y en purificarse para volver a la contemplaci6n
de las Ideas: "purificarse es separar lo más posible el alma
del cuerpo, acostumbrar el alma a dejar la envoltura del
cuerpo, para concentrarse en si misma, a solas
4. La virtud como inzitan'dn de Dios.-En el B a q u e -
le se propone como ideal del filósofo y de la virtud la imi-
tacion de Dios. "Porque nunca sera abandonado de 10s dio-
ses el que se esfuerza por hacerse justo y asemejarse a Dios
por la práctica de la virtud, en cuanto es ~ o s i b l ea un hom-
bre".I2 Por eso el filósofo tiene que esforzarse por huir
del mundo de las apariencias. Esto consiste en "asemejarse
en 10 posible a nios, haciendose justo y santo, por medio de
Leyes, 728 a.
lo Reptlblico, 413 <; 443 d; ~eddn, 61 a: R@ilblim, 548; LWs, 689
l' Feddn, 67 c.
'* RepYblicn, 613 a.

Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.
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la sabid~ria".'~ Y como "Dios es la medida de las casas",


para hacerse amigos suyos es preciso asemejarse a él median.
te una conducta virtuosa." I

c) División de los virfudes.-Sócrates identificó la vir-


tud con la sabiduría práctica, aunque ya apuntaba a una S
pecificad6n por razón del objeto. Platón se plantea el pre i
blema de la unidad o pluralidad de la virtud y se inclina
por la pluralidad. También se muestra indeciso en determi.
nar cuál es la virtud fundamental. A veces dice que es la sa- !
biduría -reminiscencia socrática-; a veces, que la justicia. i
I
De todos modos, nos dejó la lista de las cuatro virtudes hiB- i
damentales - q u e la tradición cristiana llamó cardinales-:
justicia, prudencia, forfaleur y femplanui.
L La justicia es una virtud general que contiene a t0
das las demás. Tiene por objeto poner armonía en el con-
;'
junto, dando a cada parte lo que Le corresponde en la tom. !
lidad. "Por la justicia nos asemejamos a lo que es invisible,
divino, inmortal y sabio".'$
i
2. La prudencia o sabiduria es la virtud propia del al- ~
ma racional -nous- y tiene por objeto las cosas divinas. Su
función es regular el conjunto de las acciones humanas Y
dirigir toda la vida práctica.16
i
l1
3. La fortaleza o ualor tiene por misión regular las p* !
sienes nobles y generosas para que el hombre domine el d e
lor y saaifique el placer si lo exige el cumplimiento del
deber."
1,
1
4. La templanui es la serenidad, el dominio de si m&
mo. Tiene por fin regular los actos del alma concupiscible
-epitymía- para que haya orden en la parte inferior del
hombre. Es aprender a morir para que el alma se libere del
cuerpo.18
Trata, además, Platón de otras virtudes, peso ser&Aris-
tóteles el que hará la sistematización,

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De lo dicho se ve que Platón divide las virtudes se&n


las tres almas o tres partes que hay en e1 hombre: razdn-=-
biduria; parte irascible-fortaleza; parte concupiscible-tem-
planza La justicia es la armonia de las mes virtudes. Estas
virtudes se adquieren no por la instrucción sino que necesi-
tan una condición: el fwor diziino, y despues, el ejercicio y
la educación.
d) La política-Platón es el primer fil6sofo que estu-
dia con detalle el tema político porque ve relación entre
política y moral.
La sociedad es el Estado-ciudad en la que surgen espon-
táneamente las funciones y la división del trabajo.
El fin del hombre -hemos visto- es la contemplación
de las ideas mediante la práctica de las virtudes. A este fin
supremo deben responder el fin de la sociedad y su estruc-
tura. Por tanto la sociedad -la poli+ debe proporcionar al
individuo la oportunidad de practicar la virtud.
La dirección de la sociedad corresponde a los filósofos
porque s610 ellos tienen la sabiduría, es decir, el perfecto
conocimiento del hombre, de su finalidad y de las virtudes.
Los guerreros defienden la ciudad. Los artifices y agricul-
tores proveen a las necesidades materiales. Estas mes clases
Corresponden a las tres almas o partes del alma: a la racio-
nal, los gobernantes; a la irascible, los guardianes; a la con-
cupiscible, la dase inferior. El oficio principal es, sin duda,
el de los gobernantes. "Mientras los filósofos no sean reyes
en las ciudades, O quienes se llaman reyes y gobernantes no
hayan llegado a ser verdaderos, cumplidos filósofos, en suma,
mientras no identifiquen el poder y la filoso-
fía... no habrii fin para las desgracias y los desórdenes de
10s Estados, ni para los del genero humano"."
e) La edlrcacidn.-La educación que tiene sentido
Polftico, es de capital importancia en el ~ensamientoplatb
"ice. No ccn5iste en enseñar la virtud sino en despertar las
ideas innatas, mediante la reminiscencia. La educación se
refiere esencialmente al alma, y al cuerpo sólo en relación
Con aquélla. Hay que ante todo la música Y la gim'
'O Reotiblica, 473 c-d.

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nasia: "para 10s CIICTpOS la gimnasia, para las a l m a la rX


sica".

f ) Comunismo.- En la República. Platón prescribe ciem


comunismo de bienes, de mujeres y de hijos; pero solamen&
para los gobernantes y los guerreros. Que no tengan casa, ni
dinero, ni tierras, ni familia propia: "las mujeres de nuestros
guerreros serán comunes a todos. Ninguna de ellas habitará
en particular con ninguno de ellos. Los hijos serán comunes,
y los padres no conocerán a sus hijos, ni éstos a sus padres".

Para que la ciudad sea perfecta PlatOn prescribe que los


niños débiles o deformes sean ahogados. Igualmente hay
que dar muerte o desterrar a los individuos insociablesr
Las relaciones sexuales deben ser rigurosamente controla-
das por los gobernantes. Ias mujeres son iguales al hom
bre, y por lo mismo, reciben la misma educación y se O a
pan en los mismos oficios, aun en la guerra.
En las Leyes, Platón se ciñe más a la realidad y ya no h*
bla de comunismo. Por ejemplo, respecto a las mujeres
dice: "Si Di& quiere, en cuestión de amor, obteiidremos
que ninguno de los hien nacidos y libres, ose tocar sino a su
propia m~jer".~'En esa misma obra -Las Leyes- acentúa
Platón el sentimiento religioso. Y afirma que los hombres
son propiedad de los dioses. El ateísmo es el delito mis P
ve. Dios es la medida de todas las cosas y la norma suprema
para regular las relaciones de conducta de los ciudadanos.
6'
Todo 10 que nace, nace precisamcne para que aquel ser
eterno, en el que se basa la vida del todo, sea dichoso, pues
ese todo no existe para ti, sino que tú existes para bI".*
Conclwi6n.-Platón es uno de los más grandes filósofos
de la humanidad. Tiivo errores como cualquier humano
Pero nadie podrh dudar de sus intenciones para lograr una
sólida moralidad en sus coiiciudadanos. SU ética es ktia del
fin último trascendente, es etica de los valores. Impulsa a1
Retdblim, 376 d.
" I(r(d., 457 a; 458 d .
2? lbid., 449.450.
Leyes, 8tl b.
24 Ibld., 759 d; 840 C.

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hombre hacía las regiones eternas, aunque desprecia 16 mun-


dano. Quiso que la misma ciudad estuviera organizada para
que el hombre fuera virtuoso, y fundada sobre )a sabidu.
ría. ¡Que hermoso concepto de la virtud como armonial b
virtud hace bella al alma porque es una participación del
Bien y lo Bello subsistentes. Su idealismo choc6 con el he.
donimo y la podredumbre moral de los atenienses.
Si la República tiene que ser gobernada por fil6sofm a
porque en ella debe destacar la sabiduna y porque más al15
de ella el ciudadano debe buscar el mundo intemporal de
las ideas. La ciudad platónica es racional y temporal, pero
al mismo tiempo contiene algo divino. Aquí estuvo su error
y su utopía: "se trata de instaurar para la humanidad la vida
virtuosa, de llevar al hombre a su perfecci6n, por el hom-
bre mimo elevado al estado de cuerpo político, o servidor
y órgano de los dioses. Está divinizado porque participa en
la sabiduría y en la soberanía que emana del Uno y del Bien.
Platón es el más grande de los te6cratas que en nombre de
la razón han querido forzar a los hombres a ser bueno^".^
Sus contemporáneos nunca le perdonaron este intento. Pla-
t6n hacasó, pero el fracaso mismo lo confirmó en su teo-
ría de que este mundo es el mundo de las sombras, de las
apariencias, de la ilusión y del engafio. Por eso dijo en las
Leyes: "las cosas humanas no merecen ser tomadas muy en
serio, aunque, por desgracia, es necesario que las tomemos
en serio... El hombre es un juguete de Dios, y en esto, hay
que confesarlo, consiste 10 mejor del h~mbre".~'"Precisa-
mente por su fracaso -dice Maritain- Platón nos da su
lección más preciosa. Era demasiado grande para no consi-
derarlo con plena conciencia, y extraer una completa ense-
fianza".ai Platón, entonces, renunció a la ilusión de refor-
m a ~al Estado y volvió "a ]a ciudad interior que llevaba en
sí mismoW.?8~ ~ el filbofo
i ~ asumió
á una actitud tranquila
Y Tesipada porque habla puesto su juventud y Sus esfuer-
zos en mejorar las costumbres: en purificar las concien-
.'V. Maritain. 00. cit., p. 52
'"~cyes,
~ VII, 803 b.

Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.
Este material es proporcionado al alumno con fines educactivos, para la crítica y la investigación respetando la reglamentación en materia de derechos de autor.
Este ejemplar no tiene costo alguno. El uso indebido de este ejemplar es responsabilidad del alumno.

cias. "Sabe que el fil6sofo esencialmente llevado por su ideal


de perfección interior -escribe hermosamente Marrou-
está vencido de antemano. Será siempre un fracasado entre
los hombres, extraño en la vida política y mundana, el pene
samiento absorbido por su sublime objeto, tendrá cara de
ingenuo, de impotente, como Thales cayendo en el pozo al
observar los asnos; y por lo tanto s610 41 es libre".zO

Sanabria, J. R. (2005). Ética de Socrates y Platón. En Ética. (pp. 121-130). México: Porrúa.

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