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DERECHOS Y DEBERES INDIVIDUALES Y COLECTIVOS EN LA ADOLESCENCIA

¿QUÉ SON LOS DERECHOS Y LOS DEBERES?


Todas las personas, independientemente de la edad, el origen, la cultura y de cualquier otra
circunstancia, tenemos unos derechos que se deben respetar. Igualmente, todos, del más
pequeño al más mayor, tenemos también unos deberes que cumplir. Tanto los derechos como
los deberes son necesarios para vivir en sociedad y para convivir bien con los demás. Cada
derecho lleva aparejados unos deberes y unas responsabilidades.
Así, por ejemplo, como niños y jóvenes, tenéis reconocido el derecho a la educación, pero este
derecho comporta, al mismo tiempo, un deber y una responsabilidad para vosotros: el deber de
ir a la escuela y la responsabilidad de estudiar. Otro ejemplo de que nuestros derechos piden
nuestro compromiso es que tenéis derecho a no ser agredidos y, por lo tanto, también el deber
de no agredir a los otros. Y aún otro: tenéis derecho a la salud y, por lo tanto, el deber de ir al
médico, de tomar los medicamentos, de no actuar poniendo en peligro vuestra salud: comiendo
inadecuadamente, haciendo actividades en las que os podéis hacer daño o podéis hacer daño
a los otros y perjudicar su salud. Por lo tanto, si queremos que los derechos de las personas de
nuestro entorno sean respetados, tenemos el deber de no vulnerar estos derechos. Si queremos
que el lugar donde vivimos sea agradable, tenemos que respetarlo, tanto si sólo es nuestro como
si es de todos. Los derechos son las necesidades de las personas que han sido reconocidas
jurídicamente, a través de leyes internacionales, nacionales y autonómicas. Estos derechos de
todas las personas están recogidos en la Declaración de Derechos Humanos, y en cada Estado,
en su Constitución. En Cataluña, también en el Estatuto.
La sociedad y los padres tienen el deber de asegurar el cumplimiento de los derechos de los
niños establecidos en la Convención. Las leyes y el gobierno deben ayudar a los padres en este
cumplimiento.
¿DERECHOS INDIVIDUALES O DERECHOS COLECTIVOS?
El reconocimiento o no de la existencia de derechos colectivos en favor de determinados grupos
o colectividades ha devenido en una de las cuestiones jurídico-políticas más controvertidas del
momento, tanto en España como en otros países de nuestro entorno. De acuerdo con su propia
denominación, los destinatarios de los derechos humanos, sus sujetos titulares, lo son siempre
las personas, los individuos, los seres humanos. No puede entenderse la existencia de derechos
humanos si no tienen como objetivo la defensa y desarrollo de todos y cada uno de los individuos
que pueblan la tierra, uno a uno considerados. Unamuno reflejaba muy bien esta idea cuando a
la pregunta de quién eres tú, respondía con Obermann: "¡Para el universo, nada; para mí, todo!".
Hay numerosos derechos (derecho a la vida, a la libertad personal, a la libertad de domicilio, de
pensamiento...) que son perfectamente ejercitables y aplicables de forma individual. Junto a
ellos existen, sin embargo, otros muchos derechos de carácter social o político (huelga,
sindicación, participación política...) cuya puesta en práctica sólo tiene sentido si se ejercita de
forma colectiva. No parece caber duda alguna, por lo tanto, en lo referente a la posibilidad de
un ejercicio colectivo de los derechos humanos. Mucho más polémica resulta la posibilidad del
reconocimiento de una titularidad colectiva de los derechos humanos. En los últimos años, el
grado de reconocimiento de estos derechos ha alcanzado una notable intensidad. Así lo
demuestra la configuración de una categoría de derechos colectivos a los que la doctrina
anglosajona ha denominado derechos de la "tercera generación", para diferenciarlos de los
derechos individuales y político-sociales clásicos. Entre tales derechos destacarían algunos tan
fundamentales como el derecho al desarrollo, al control de los recursos naturales, a la paz, a la
conservación del medio ambiente, los derechos lingüísticos, educativos, o religiosos, o el
derecho a la autodeterminación. Parece fuera de toda duda, por lo tanto, la existencia de
derechos colectivos, junto a los individuales. Como señala de forma tajante Gros Espiell, relator
especial de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías de
la ONU, "la pretendida incompatibilidad entre ambos tipos de derechos no es admisible". Por
ello, el debate sobre si existen o no derechos colectivos parece, en mi opinión, bastante estéril.
Quizás una forma de evitar la polémica consistiría en hablar no de derechos colectivos, sino de
derechos individuales colectivizados cuya existencia y protección sólo tienen sentido en el marco
de un determinado grupo o colectivo.
DEBERES Y DERECHOS INDIVUALES Y SOCIALES SON GARANTÍAS FUNDAMENTALES
Las autoridades de la República están instituidas para proteger en su vida, honra y bienes a los
nacionales donde quiera se encuentren y a los extranjeros que estén bajo su jurisdicción;
asegurar la efectividad de los derechos y deberes individuales y sociales, y cumplir y hacer
cumplir la Constitución y la Ley.
Forman parte: La Familia, El Trabajo, Cultura Nacional, Educación, Salud, Seguridad Social y
Asistencia Social, Régimen Ecológico.
El emblemático caso de los derechos humanos, una equívoca extensión de los derechos
individuales. Los derechos individuales fueron concebidos para limitar la interferencia del estado
en las vidas de los individuos, en un tiempo en que ambos se fortalecían simultáneamente en
un complejo proceso de retroalimentación. La Modernidad propagó esa cosa para sí, el
individuo, y con él a su vez el racionalismo, que al aplicarse al estado permitió que sus
capacidades de control social crecieran a niveles impensables en el Medioevo o incluso en la
Antigüedad Romana. Individuo y estado se expandían en la nueva época y el área en que uno
y otro coincidían no hizo más que crecer.
Con la complejidad de la sociedad contemporánea los derechos individuales ya no solo nos
defienden del estado sino de la sociedad en su conjunto (de otros individuos nos protegen desde
hace mucho más tiempo las leyes). Son la pieza clave sobre la que se sostienen las
complejísimas relaciones que en dicha sociedad se dan entre el individuo y la sociedad, y con
el estado en particular. Permiten que sigan existiendo individuos en los cada vez más
sofisticados e intrincados espacios de socialización; de interacción intersubjetiva actual.
Todo derecho real es un derecho activo de alguien, que implica a su vez el deber de respetarlo
por otro; de limitarse ante ese derecho ajeno: Derechos del individuo a discutir libremente cuáles
son los verdaderos derechos humanos, o a elegir o a pedir cuentas a quienes manejan la
máquina estatal por el uso de sus presupuestos, o incluso el derecho a husmear en las cuentas
de ciertas organizaciones caritativas por su empleo de sus fondos-Deber del estado o de la
sociedad a respetarlos, de limitarse de entrar en esos cotos vedados en que esa imprescindible
especie, el individuo, mora.
El derecho de todo hombre a la alimentación o a un trabajo digno no es en realidad más que el
deber de alguien más, un individuo particular, el estado o la sociedad, de garantizárselos. No
son derechos en primerísimo lugar por su incongruencia con la naturaleza de sus supuestos
poseedores. Los hombres somos en esencia entes activos, creadores de realidad, los cuales en
consecuencia solo tenemos, y solo podemos tener, derechos activos, nunca pasivos.
Poseemos un grupo de derechos en la medida en que estos nos garantizan poder participar en
el esfuerzo colectivo en la construcción consensuada de la realidad. Nunca un supuesto grupo
de derechos que nos permitiría disfrutar de esa realidad humana creada como si de realidad
natural se tratara. O sea, como realidad de la que podemos disfrutar libremente aun cuando no
hayamos participado en su creación, estando en condiciones de hacerlo.
DERECHOS SOCIALES
Los derechos sociales son los que humanizan a los individuos, sus relaciones y el entorno en el
que se desarrollan. Son garantías de la igualdad y la libertad reales, pues la libertad no es
posible si es imposible ejercerla por las condiciones materiales de existencia.
DERECHOS INDIVIDUALES
Derechos individuales es un concepto perteneciente al Derecho constitucional, nacido de la
concepción liberal que surgió de la Ilustración, que hace referencia a aquellos derechos de los
que gozan los individuos como particulares y que no pueden ser restringidos por los
gobernantes, siendo por tanto inalienables, inmanentes e imprescriptibles. Los derechos
individuales son el conjunto de condiciones que el Estado ha de asegurar a los ciudadanos y
ciudadanas de su país, con la finalidad de que vivan bien y estos se puedan desarrollar
integralmente. Cuando un Estado se compromete a cumplir y hace cumplir los derechos
humanos reconoce que está obligado a respetarlos, a protegerlos y garantizarlo.
Los derechos individuales del hombre son garantías constitucionales que se conceden a favor
de todos los habitantes del Estado. Estas garantías deben cumplirse y respetarse y no se puede
privar al individuo de las mismas, salvo en casos excepcionales, y con arreglo a ley expresa.
Dentro de las garantías individuales encontramos una serie de derechos entre los que cabe
mencionar la libertad del individuo y libertad de practicar libremente cualquier religión o culto.
Dichas libertades son fundamentales para el desarrollo de cada ser humano como persona y
deben respetarse; tanto, que son garantías constitucionales y también en el Código Penal se
encuentran normas que tipifican los delitos que van en contra de estos derechos de libertad.
El concepto de los derechos individuales es un prodigio del pensamiento político que muy pocos
hombres han asimilado y en algunos países más de dos siglos no han sido suficientes para
entenderlos. A este concepto le debemos nuestras vidas, hace posible que llevemos a la
realidad todo lo que tiene valor, lo que cualquiera de nosotros haya obtenido, experimenta o
logrará. La libertad es el requerimiento fundamental de la mente del hombre.
DERECHO A LA VIDA
El derecho a la vida es el que tiene cualquier ser humano por el simple hecho de existir y estar
vivo; se considera un derecho fundamental de la persona.
DERECHO A LA LIBERTAD
La libertad de expresión es un derecho fundamental o un derecho humano, señalado en el
artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, y las constituciones
de los sistemas democráticos, también lo señalan. De ella deriva la libertad de imprenta también
llamada libertad de prensa. El derecho a la libertad de expresión es definido como un medio
para la libre difusión de las ideas, y así fue concebido durante la Ilustración. Todo individuo tiene
derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a
causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
SEGURIDAD
La seguridad como derecho está en el mismo paquete de fundamentos democráticos que la
libertad o que la vida. La seguridad de las mujeres maltratadas necesita ser reconocida como
derecho efectivo previo a la tutela penal precisamente porque el ejercicio de ese derecho no
está siendo efectivo, porque partimos de un plano de desigualdad previa, inherente a la violencia
de género, que convierte a la seguridad de las mujeres en un derecho minusválido cuando no
inexistente. Si hemos avanzado jurídicamente hacia la igualdad efectiva como conjunto de
derechos positivos, idéntico camino habría que programar para la seguridad.
DERECHO A LA IGUALDAD
La igualdad es un derecho constitucional para el que no ha existido apuro en canalizarla a través
de una ley orgánica, porque hemos entendido que un precepto fundamental tiene un flanco débil
en su expresión real. Ocurre lo mismo con la seguridad como derecho efectivo para las mujeres
maltratadas. Ahora que ya hemos visibilizado el problema conceptual, tenemos que pensar en
su articulación práctica y jurídica.
DERECHOS COLECTIVOS:
Son aquellos derechos en el que el beneficiario no es una sola persona (derechos individuales),
sino que le pertenecen y benefician a un conjunto, colectivo, gran número de personas. Por
medio de estos derechos colectivos se pueden velar tanto los intereses como la identidad del
grupo social de personas a las que abarque. Cabe destacar, que los derechos colectivos
también son conocidos como “derechos de tercera generación” de acuerdo a la teoría de las
tres generaciones de derechos humanos.
EJEMPLOS DE DERECHOS COLECTIVOS:
1.- Derecho a la autodeterminación.
2.- Todos los pueblos pueden disponer libremente de sus recursos naturales y de sus riquezas.
3.- Respeto a los pensamientos y opiniones de las personas con otra orientación sexual.
4.- Derechos de los pueblos indígenas.
5.- En cuanto un grupo de trabajadores, ellos tienen derechos a tener un contrato colectivo.
6.- Derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
Consciente de la imposibilidad de hacer efectivos ciertos derechos de forma individual, y de la
consiguiente necesidad de garantizar de forma más apropiada el ejercicio de los mismos por
parte de ciertos colectivos desfavorecidos o minoritarios, la ONU se vio obligada a tomar cartas
en el asunto. Así, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de 1966 otorgó carácter oficial al
reconocimiento y garantía de ciertos derechos colectivos tales como el derecho a practicar la
religión en comunidad con otros, el derecho a la protección de la familia por parte de la sociedad
y el Estado... Particularmente explícito resulta, en tal sentido, el artículo 27 del citado pacto
cuando afirma que "en los Estados en que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas, no
se negará a las personas que pertenezcan a dichas minorías el derecho que les corresponde,
en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y
practicar su propia religión, y a emplear su propio idioma".
Es ésta una cuestión que, al igual que cualquier otro caso en el que se producen conflictos entre
diversos derechos, debe resolverse en el marco de las reglas de juego democráticas y,
particularmente, en el juego de la regla de las mayorías y minorías.
DERECHOS INDIVIDUALES Y DERECHOS COLECTIVOS EN LA CONSTRUCCIÓN DEL
PLURALISMO JURÍDICO EN AMÉRICA LATINA
SEMINARIO INTERNACIONAL
El 29 de marzo se llevó a cabo el seminario internacional sobre el tema “Derechos individuales
y derechos colectivos en la construcción del pluralismo jurídico en América Latina”, organizado
por la KAS, la USFX y la CAJ.
SECCIÓN PREGUNTAS
1. ¿Cuándo se puede hablar de derechos consuetudinarios o costumbres?
2. ¿Cuándo se puede hablar de un pueblo indígena? Acá se puede observar un problema de
autoidentificación. En este contexto surge el cuestionamiento ¿en caso de migraciones, en las
que diferentes pueblos se van integrando cada vez más, en qué momento se da el punto de
quiebre y se deja de hablar de un pueblo indígenas?
3. ¿Cómo fortalecer la participación de las autoridades indígenas en las instituciones públicas
cuando el Convenio 169 de la OIT claramente lo estipula, pero los partidos políticos lo ignoran?
4. ¿Cómo se pueden desarrollar procesos efectivos para el derecho a la consulta? En este punto
aparece la pregunta a qué pueblos indígenas se debe consultar y a cuántos. Es por eso que es
importante que exista una representación de pueblos indígenas a nivel nacional.
5. Otro problema que surge está relacionado con el derecho procesal y penal. ¿Cómo se
determina la competencia geográfica y temática de las jurisdicciones indígenas?
6. ¿Cómo se ejecutan sentencias contra personas que han migrado de las comunidades
indígenas hacia las ciudades? ¿Qué justicia debe aplicarse?
7. Respecto al derecho familiar, ¿si no se reconocen los matrimonios indígenas, que estatus
civil tienen los hijos? ¿Qué pasa con la herencia?
8. ¿El derecho a la propiedad es colectivo o individual? En EEUU, por ejemplo, el reconocimiento
de una propiedad incluye la superficie y el espacio subterráneo de esta superficie. En Perú sólo
se reconoce la superficie, lo que crea un problema para los mineros.
“LO INDIVIDUAL VS. LO COLECTIVO”
Una interpretación intercultural”, la misma que fue expuesta por Ramiro Molina, uno de los
primeros ministros de asuntos indígenas de Bolivia. Menciona que desde los principios de la
civilización humana ha habido una coexistencia de sistemas. Sin embargo, se ha privilegiado un
derecho sobre el otro a lo largo de la historia: el derecho individual. El debate sobre derechos
colectivos nace a partir de un debate de pueblos y naciones no occidentales que cuestionan la
predominancia de los derechos individuales. Estos derechos individuales incluyen los derechos
humanos, como el derecho a la vida, a la libertad, al domicilio, a la libre expresión, entre muchos
otros. Los derechos de carácter social y político, como la huelga, la sindicalización, la
participación política y otros, sólo tienen sentido cuando existen derechos colectivos. Según
Molina, el individualismo moderno sostiene que lo colectivo es una construcción de individuos y
no algo natural. Lo colectivo sólo tiene sentido si es en servicio de los derechos individuales. Sin
embargo, ya la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 sostuvo que
la “soberanía está con el pueblo” y que “la ley es la expresión de la voluntad general”. A pesar
de estas claras distinciones hechas por Molina, el expositor piensa que la complementariedad
de los derechos individuales y colectivos es la solución integral del derecho. Sugiere que es
necesario complementar los derechos individuales con los colectivos. En Bolivia esta
complementariedad significa dos cosas: 1) La incorporación de varias jurisdicciones (la
ordinaria, indígena y agroambiental) en el seno de un único sistema jurídico en condiciones de
paridad e igualdad y 2) no sólo el reconocimiento de jurisdicciones, también la articulación de
los mismos a través de la aplicación y el respeto de los derechos fundamentales y humanos
mediante la cooperación y coordinación. Esta coordinación y corporación deberían ser
reguladas mediante la Ley de Deslinde Jurisdiccional. Pero según el expositor el intento falló
debido a la falta de mecanismos de coordinación claros y la falta del establecimiento de
comisiones mixtas interculturales para la formulación de mencionada Ley.
DEFINICIÓN DE DERECHO: El derecho es normativo, ya que está constituido por normas
obligatorias de conducta ciudadana. Es bilateral porque necesita de la interactividad de dos o
más personas. Es coercitivo, porque en caso de incumplimiento, es aplicable la fuerza para
obtener la ejecución de la conducta prescrita. Es general, ya que se aplica a todas las personas.
Es evolutivo porque se adapta al desarrollo de la vida social. La fuente del derecho se define
como todos aquellos hechos o acciones que originan el surgimiento del derecho. El derecho se
fundamenta en unos principios básicos, los cuales, a pesar de no estar integrados de manera
formal dentro de los ordenamientos jurídicos, sirven de base para otros enunciados normativos
o reúnen de manera teórica el contenido de un grupo de ellos. Algunos principios generales del
derecho son: equidad, libertad, justicia, inocencia, igualdad, fraternidad, legalidad, separación
de funciones, debido proceso, entre otros.
¿QUÉ SON LOS DERECHOS COLECTIVOS?
Este artículo presenta los rasgos fundamentales de los derechos colectivos, que son los
derechos humanos más recientemente constitucionalizados en el Ecuador.
Derechos de tercera generación, colectivos y difusos
Los derechos colectivos son derechos humanos específicos de los cuales son titulares ciertos
grupos humanos. Los derechos colectivos son parte de los llamados derechos de tercera
generación cuyo reconocimiento internacional fue históricamente posterior a la de los derechos
civiles y políticos (primera generación ) y a la de los derechos económicos, sociales y culturales
(segunda generación).
Algunos derechos de tercera generación son el derecho al desarrollo, a la paz, al patrimonio
artístico y cultural, a un medio ambiente sano, los derechos de los pueblos indígenas y los de
los consumidores.
En el caso ecuatoriano, los derechos colectivos, que como decimos son también derechos de
tercera generación, reconocidos constitucionalmente son únicamente los ambientales, los
étnicos y los de los consumidores. La Constitución reconoce a los pueblos indígenas derechos
colectivos a su identidad cultural, propiedad, participación, educación bilingüe, medicina
tradicional, entre otros. Estos derechos se extienden, en lo aplicable, a los pueblos negros o
afroecuatorianos. La Constitución también reconoce a toda la población el derecho a un medio
ambiente sano y ecológicamente equilibrado así como reparaciones e indemnizaciones para los
consumidores afectados por productos o acciones lesivas sea de actores públicos o privados.
Los derechos de tercera generación, y por tanto también los derechos colectivos, sirven de
complemento a los de las dos generaciones anteriores en cuanto se refieren a la creación de
condiciones concretas para el ejercicio de estos últimos. Por ejemplo: el derecho de tercera
generación al desarrollo crea condiciones para ejercer efectivamente el derecho de segunda
generación al trabajo. Así mismo, el derecho de tercera generación a un medio ambiente sano
es una condición necesaria para ejercer derechos de primera generación como el derecho a la
vida o a la integridad física.
Los derechos colectivos se distinguen de otros derechos de tercera generación porque es
relativamente posible determinar quienes concretamente pueden reclamarlos o son afectados
por su violación. De esta suerte, los derechos de tercera generación al desarrollo o a la paz los
tenemos todos los miembros de la sociedad, son derechos difusos en cuanto su violación nos
afecta a todos pero no es posible determinar específicamente a quienes. En contraste, los
derechos colectivos tienden a referirse a grupos más específicos. Los derechos colectivos de
los pueblos indígenas son propios de quienes los integran. Los derechos colectivos de los
consumidores y a un medio ambiente sano pueden ser difusos, pero en cuanto sea determinable
quienes son los afectados por una determinada violación de los mismos se ajustan mejor al
concepto de derechos colectivos. Por supuesto esta determinación del grupo concreto afectado
no siempre es fácil o posible.
Los derechos colectivos son diversos pero no opuestos a los derechos humanos individuales.
De hecho, los derechos colectivos incluyen derechos individuales en cuanto los grupos humanos
que son sus titulares están formados por individuos y en cuanto crean condiciones para el
ejercicio de derechos individuales. De este modo, por ejemplo, los derechos colectivos de los
pueblos indígenas implican y protegen el derecho individual a la cultura de cada persona. El
derecho colectivo a un medio ambiente sano ampara tanto la salud de la comunidad como la de
cada uno de los individuos que la forman. Sin embargo, los derechos colectivos son indivisibles:
son derechos del grupo y de todos y cada uno de sus miembros individuales, pero nunca de
solo uno o algunos de ellos, con abstracción del grupo.
Los derechos colectivos no solo complementan sino que también pueden entrar en colisión con
los derechos individuales. Tal es el caso, por ejemplo, del conflicto entre el derecho de
las comunidades indígenas a mantener sus propias formas de administración de justicia
entre las cuales a veces se incluyen castigos físicos al infractor y el derecho individual
de éste a su integridad física. En estos casos, varios autores han señalado que no son
admisibles estas prácticas de la comunidad violadoras de los derechos humanos
individuales, estas prácticas propiamente no estarían protegidas por los derechos
colectivos.
Los desafíos
Los desafíos que en Ecuador nos plantean los derechos colectivos son en parte
similares a los que plantean otros derechos de tercera generación y los derechos
económicos, sociales y culturales. El principal desafío es el desarrollo y aplicación de
los mecanismos concretos que aseguren un más efectivo ejercicio de estos derechos.
Estos mecanismos incluyen:
• Fortalecimiento de garantías constitucionales como el amparo e instituciones como la
defensoría del pueblo.
• Reformas legales o nuevas leyes que permitan que grupos afectados (como
comunidades indígenas o asociaciones de consumidores) reclamen estos derechos
constitucionales.
• Programas de difusión y educación masiva respecto a estos derechos.
• Inclusión de la defensa de estos derechos en las agendas de los movimientos sociales.
Por ejemplo, la defensa de los consumidores es todavía inexistente o marginal dentro
de ellas.
Para el ejercicio efectivo de los derechos colectivos son necesarias, pero no suficientes,
normas constitucionales y legales. Se requiere que la sociedad organizada conozca y
defienda activamente estos derechos, que los funcionarios de las instituciones públicas
y privadas actúen acordes a ellos y sean sancionados cuando los contravengan. Con
abrumadora frecuencia histórica, los derechos no han nacido a la vida social cuando se
los declara formalmente sino cuando la sociedad organizada los ha conocido y
reclamado vigorosamente.

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