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SEMINARIO MAYOR SAN MARTIN DE PORRES

EL HOMBRE SEGÚN ARISTÓTELES

Trabajo del Curso de Antropología Filosófica

Jacinto Santillana Rodrigo Martín

Huaycan, setiembre, 2013


Índice

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 3

CAPITULO I

EL HOMBRE SEGÚN ARISTÓTELES .......................................................................................... 4

1.- Definición del hombre según Aristóteles ............................................................................ 4

CAPITULO II

EL ALMA SEGÚN ARISTÓTELES ............................................................................................... 6

1.- La división del alma............................................................................................................ 6

CONCLUSIÓN ................................................................................................................................. 9

BIBLIOGRAFIA. ........................................................................................................................... 10
INTRODUCCIÓN

En este pequeño trabajo monográfico de investigación científico, estudiaremos para profundizar

más acerca del hombre, donde definiremos en dos capitulo, por la cual lo he definido: el hombre

según Aristóteles, estudiaremos al hombre desde el punto de vista de Aristóteles donde lo define

como un animal racional y como un animal político, y está compuesto de materia y forma, pues

para Aristóteles, el hombre ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma: la materia es el

cuerpo y su forma el alma, que posee la vida en potencia, Aristóteles nos va a dice en su tratado

“De Anima" que el alma, no es separable del cuerpo, por lo tanto un cuerpo sin alma dejaría de

ser un animal o un organismo vivo. Y un alma sin cuerpo no sería nada. Queda excluida, la

preexistencia del alma o su existencia más allá de la muerte.

Mientras que Platón distinguía tres partes en el alma, Aristóteles defiende la unidad del alma y la

sitúa por todo el cuerpo, no en partes concretas. La insistencia en la unidad total del ser vivo

implica que no es el alma la que siente o piensa, sino todo el ser humano gracias al alma,

Aristóteles distinguirá en su tratado "De Anima" tres tipos de alma: la vegetativa, la

sensitiva y la racional, para Aristóteles, pues, el alma es no sólo principio vital, sino, al

igual que para Platón, principio de conocimiento.


CAPITULO I

EL HOMBRE SEGÚN ARISTÓTELES

1.- Definición del hombre según Aristóteles

Aristóteles concibe al ser humano de acuerdo con su teoría de la sustancia, es decir, en

consonancia con la idea de que no es posible la existencia de formas separadas: la

sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma. Además, todas las sustancias

del mundo sublunar están sometidas a la generación y a la corrupción. El hombre, ha de ser

una sustancia compuesta de materia y forma: la materia del hombre es el cuerpo y su forma

el alma. Aristóteles va a acepta, la existencia del alma como principio vital: todos los seres

vivos, por el hecho de serlo, están dotados de alma, tanto los vegetales como los animales

Con Aristóteles van a entran dos definiciones clásicas del hombre a la filosofía occidental:

La primera que da lugar a una concepción racionalista del hombre, definiéndolo como ‘animal

racional’. A partir de ahí el hombre se define solo por su capacidad intelectual de poder razonar, es

decir por su aspecto espiritual, dejando la corporeidad bajo el régimen animal. Pero a la vez esta
definición afirma la familiaridad del hombre con las especies inferiores (animales), dando lugar a

una concepción continua de las especies, incluso el hombre.

La otra definición que va a concibe al ser humano como ‘animal político’, es decir como un ente

que está orientado esencialmente hacia la vida comunitaria. El hombre es un ente social que busca

la organización y la estructura comunitaria para poder realizarse. Esta definición ‘política’ del

hombre enfatiza el aspecto social y rechaza una definición netamente individualista.

Hay que considerar sustancias sobre todo a los cuerpos naturales, algunos de los cuales están vivos

(se alimentan, crecen y perecen por sí mismos) y otros son inanimados. Por eso todo

cuerpo natural vivo es una sustancia compuesta [de materia y forma]. Puesto que se trata de un

cuerpo vivo, el cuerpo será el sustrato o la materia, y el alma la forma de ese cuerpo natural que

posee la vida en potencia. Por lo tanto, si hay que formular una definición general del alma que se

aplique a toda especie de alma, diríamos que el alma es el acto primero de un cuerpo natural

organizado. Así, ya no es necesario preguntarse si el alma y el cuerpo son una misma cosa, como

tampoco se hace en el caso de la cera y el sello sobre ella. Si aplicamos esto a las partes de un

cuerpo vivo, diríamos que si el ojo fuera un animal, la vista sería su alma. Y si el ojo es la materia

de la vista, si ésta se pierde ya no hay ojo (salvo por homonimia, como un ojo de piedra o un ojo

pintado). Igual que el ojo es la pupila unida a la vista, así el animal es el alma unida al cuerpo. Por

tanto el alma no es separable del cuerpo.


CAPITULO II

EL ALMA SEGÚN ARISTÓTELES

1.- La división del alma

Aristóteles distinguirá en su tratado "De Anima" tres tipos de alma: la vegetativa, la sensitiva y la

racional. El alma vegetativa ejerce las funciones de asimilación y de reproducción y es el tipo de

alma propio de las plantas; asume, por lo tanto, las funciones propias del mantenimiento de la vida,

en lo que podríamos considerar su escala más baja, ya que son ajenas a ella todas las funciones

sensitivas así como el control del movimiento local. Dado que estas funciones vitales son comunes

a todos los seres vivos todos han de poseer un tipo de alma capaz de realizarlas.

El segundo tipo de alma, superior al alma vegetativa, es el alma sensitiva, el alma propia de los

animales. No sólo está capacitada para ejercer las funciones vegetativas o nutritivas, sino que

controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local, lo que permite a los animales

disponer de todas las sensaciones necesarias para garantizar su supervivencia, tales como las

derivadas del gusto y el tacto; ello permite también a los animales disponer de imaginación y
memoria dos facultades que, para Aristóteles, derivan directamente de la capacidad sensitiva de los

animales.

El tercer tipo de alma, superior a las dos anteriores, es el alma racional. Además de las funciones

propias de las almas inferiores, la vegetativa y la sensitiva, el alma racional está capacitada para

ejercer funciones intelectivas. Es el tipo de alma propia del hombre. Siendo el alma la forma del

hombre no puede existir más que un alma que ha de realizar tanto las funciones "irracionales" de la

nutrición y la sensación, como las funciones racionales, intelectivas, la capacidad de razonar. Las

funciones "irracionales" son las señaladas anteriormente para los otros tipos de alma. Las funciones

racionales o intelectivas son el conocimiento de la verdad en sí misma (la capacidad del

conocimiento científico), y el conocimiento de la verdad con fines prácticos (la capacidad

deliberativa). Para Aristóteles, pues, el alma es no sólo principio vital, sino, al igual que para

Platón, principio de conocimiento. De hecho, Aristóteles definirá el hombre como animal racional,

atendiendo precisamente al tipo de alma que le es propia; aunque en la Política lo defina,

atendiendo también a las características de su naturaleza, como animal social o "político".

Se ha discutido si Aristóteles aceptaba algún tipo de inmortalidad del alma racional. Parece claro

que no respecto a las funciones vegetativa y sensitiva, que no tienen sentido separadas del cuerpo;

también así lo parece respecto a la parte intelectiva, en cuanto se mantiene en el De Anima la

concepción de la sustancia y, por consiguiente, la imposibilidad de la existencia separada de las

formas, que constituye el núcleo de la crítica a la teoría de las Ideas de Platón. La cuestión, sin

embargo, se oscurece al hablar de la parte activa del entendimiento, a la que se refiere en el De

Anima como siendo inmortal. ¿Cómo cabe entender esta afirmación en relación con su teoría de la

sustancia, que hace imposible una interpretación dualista de su antropología? ¿Es una simple

metáfora en relación con la "inmortalidad" de la actividad intelectual? El tema será discutido por

los averroístas latinos, entre otros, quienes considerarán que Aristóteles se refiere a un
entendimiento en acto puro que se identificaría con Dios, pero no al entendimiento individual, que

sería mortal. Opinión distinta mantendrá Santo Tomás de Aquino, considerando que del silencio

aristotélico respecto a la inmortalidad individual del entendimiento agente no se sigue su negación.


CONCLUSIÓN

En conclusión, gracias al aporte de Aristóteles al tomarse la molestia de haber definido al hombre

no damos cuenta de que el tema sobre el cuerpo y alma ha sido un tema clásico de suma

importancia, desde el periodo de la filosofía griega, hasta nuestros tiempos ya que, es una

oportunidad para adquirir más información sobre de que estamos compuestos y sobre nuestro

estado como animales racionales y políticos, tal como lo define Aristóteles, ya que nosotros los

hombres somos capaces de razonar, y actuar en bien de nuestros hermanos, y vivimos

esencialmente en comunidad, y buscamos una organización y estructura comunitaria y no

individualista para todos nosotros y así poder formarnos realizarnos en la vida diaria, y el alma es

la que va a ser todo lo posible para que existamos, ya que sin el alma seriamos unos seres

inanimados e inertes,sin vida como las piedras, rocas,


BIBLIOGRAFIA.

1. Aristóteles, Acerca del Alma, Madrid, Biblioteca Básica Gredos, 1999.

2. SALGADO GONZÁLEZ Sebastián, La Filosofía de Aristóteles, Chile, Duererías, 2012.

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