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LOS MAZAHUAS (YO JÑAT´ROS)

Pocos saben que los mazahuas abandonan su comunidad, del Municipio de San
José del Rincón, y otros de la misma etnia por allá en el Estado de México para
venir a las ciudades a vender el trabajo y el sudor de su frente para paliar el
hambre.
No hay certeza del origen de los mazahuas, pero se dice que fue una de las cinco
tribus chichimecas que fundaron Culhuacán, Otampa y Tula. Hay en la actualidad
once municipios mazahua que pertenecen al grupo lingüístico otomangue (otomí-
mazahua). El 97% de los 127,826 hablantes del mazahua es bilingüe, solamente
el 3% habla mazahua. Su nombre probablemente proviene del primer jefe que se
llamó MAZATL (venado) o de la palabra MAZAHACAN (lugar donde hay venado).
Llaman la atención por su vistoso traje de brillantes colores, lleno de encajes. La
falda plisada, cubre el refajo todo hecho a mano, con bordado que parece
tapicería, rematado por un ancho encaje tejido a lo ancho. Sobre la falda, el
delantal, también plisado en color contrastante. La blusa púdicamente cerrada
hasta el cuello y rematada por un collar de cuentas de dos hilos y en las orejas
pendientes vistosos de pedrería.
ESCUDO
El escudo oficial del municipio cuenta con diversos elementos simbólicos, en él se
conjugan elementos naturales e históricos propios de la región:
a) Elementos naturales: cerros y/o montañas, árboles de coníferas,
manantiales de agua que fluye y mariposas monarca. Todo dentro de una
silueta de escudo de armas.
b) Iconos: son elementos prehispánicos empleados en el diseño de los
topónimos de los municipios del Estado de México.
Secuencia y colores del escudo:
Por encima del cerro o montaña, que es base del topónimo, se erigen los
árboles que son representados con un tronco de tres ramas y en una rama
dos frutos o semillas; al centro del cerro o montaña está representado un
manantial, cuyo glifo de cinco brazos expresa que el agua fluye o corre. La
mariposa monarca, que aparece en un lugar preponderante. Tiene una
inclinación que representa su vuelo de migración de la zona, está ubicada
hacia el lado derecho debido a su pertenencia al Estado de México. Son
colores propios de cada elemento: cerro y/o montaña, verde esmeralda;
bosque, verde hoja; agua, blanco; mariposa anaranjado.
LOCALIZACIÓN
La región mazahua se ubica en la parte noreste del Estado de México y colinda al
norte con el Estado de Michoacán y el municipio del Oro; al sur con los municipios
de Villa Victoria y Vila de Allende; al este, con el municipio de San Felipe del
Progreso; y al oeste con el Estado de Michoacán.
FIESTAS
Las fiestas que celebran los mazahuas pertenecen al calendario religioso católico.
En cada población se lleva cabo la fiesta patronal y es muy común la de San Isidro
Labrados. En esta, las comunidades colocan en sus parcelas ramos de flores y
adornan a los bueyes, mulas y burros con collares de flores. Las festividades que
son comunes a toda la región son la de la Santa Cruz y la celebración del día de
muertos. En la actualidad, los cargos religiosos tradicionales como el de la
mayordomía se practica cada vez menos, principalmente entre los jóvenes; son
los viejos quienes tratan de mantenerlos. Las danzas que los mazahuas realizan
con mayor frecuencia en sus festividades son la danza de pastoras danza de
Santiagueros y danza de Concheros.
DANZAS Y BAILES
Los mazahuas poseen una vasta identidad cultural con el establecimiento de las
haciendas y la evangelización se formaron villas así como la de pueblo nuevo que
sirvieron para encasillar a los oriundos y destinar en ellos el trabajo arduo de los
menesteres de las haciendas y facilitar la evangelización.
Con el tiempo la gente indígena fue aprendiendo la lengua castellana y la nueva
religión por lo que su costumbres ancestrales no fueron prohibidas tajantemente
como las otras culturas indígenas que poseían una cultura más avanzada ya que
su relación con la naturaleza era lo más valioso que tenían así como la herbolaria
local y no eran tan dado a la devoción de imágenes o a tener centros
ceremoniales por lo que la religión católica pudo capturar rápidamente su fe y dejó
que ellos mantuvieran firmes a su abnegación al as costumbres propias. Tal así
fue que en los ritos que ellos poseen, aun hoy en día se ve la mezcla de ambas en
cada una de sus ceremonias y en sus danzas, como el recorrido que hacían en los
bosques entre gritos y algarabía para espantar a los animales. Así lo hacen hoy en
los recorridos de sus danzas donde se llevan al santo o la imagen a las capillas
para espantar los malos espíritus y agradar en alabanzas a dios.
Las danzas ancestrales fueron promovidas por los sacerdotes, tal es el caso de
los Santiagueros, y la procesión. Tiempo después la de Pastoras para representar
a la virgen cuidando su rebaño, así como la danza de Vaqueritos o Xitas que es
una danza mestiza.
Los bailes tienen su origen en las haciendas ya que en estas realizaba fiestas y
contrataban o utilizaban a la servidumbre mazahua para servirles y como regalo
los indígenas observaban los bailes que eran imitados con burla, de manera burda
e improvisada exagerando los movimientos y pasos de la gente que vivía en la
hacienda o que llegaban de visita. Por suerte estos bailes se fueron quedando en
los pueblos ya que la gente regresaba a su villa o comunidad y los reproducía en
sus fiestas.
El hablar de los bailes es hablar de cómo se empieza por curiosidad a conocerlos
y luego llevarlos a la práctica; con un estilo muy propio los mazahuas fueron
apropiándoselos. Se utilizaban instrumentos musicales de cuerda como la guitarra,
el violín, la vihuela, el guitarrón mismos que fueron adquiridos por las haciendas
para enseñarles a la gente local en el siglo XVII y XVIII, ya que el costo de traes
músicos de la capital era excesivo o resultaba difícil llegar a estos rumbos por la
inmensidad del bosque que se poseía.
El Xote o Shote: nace con las polcas o Shotis; es original de Polonia. Era bailado
en la haciendas de Carmona o San Onofre por su cercanía con el Oro que era el
centro cultural más importante. En el siglo XVIII los hacendados organizaban
verbenas o fiestas particulares donde se invitaba a europeos o extranjeros y
trabajan temporalmente en las minas de Angangueo, Tlalpujahua y el Oro.
Llegaban a la casa del hacendado y el fin de semana realizaban estos bailes y los
indígenas mazahuas desde las ventanas veían con júbilo y emoción el
desplazamiento y ejecución del mismo y éstos eran ejecutados por los muchachos
de manera oculta en establos, campos o graneros. Tiempo después fue utilizado
este tipo de movimiento en las fiestas de cas cuando éstos se casaban. Lo hacían
en las salas de sus casas construidas con piso de madera que se levantaba a
medio metro del piso y era de un gusto ya que al pisar fuerte generaban un sonido
y ellos le llamaban “El Baile del Correteadito” siempre mirando hacia abajo para no
lastimarse con las astillas, ya que era madera sin tratar.
Hoy en día el Xote se sigue bailando en nuestras comunidades y ha evolucionado
a través del tiempo al soltar a la mujer ésta gira ya sea en su mismo eje o
alrededor del varón y con movimientos más bruscos para impresionar o cautivar.
El Xote se baila con un solo estilo y los pasos son repetitivos en ocasiones el
varón se inca al final, levantando las manos o abrazando la pareja.
Baile del rebozo: el rebozo es parte de la indumentaria de la mujer mazahua a
principios del siglo XIX en el máximo apogeo de las haciendas y gracias al trafico
prohibido de algunos comerciantes de Zitácuaro que llegaban a vender sus
productos a las villas o a los pueblos de manera precavida ya que vendían
artículos que en las haciendas no vendían. El buen comerciante traía rebozos,
huaraches. Listones para el pelo y telas de diversos colores.
El rebozo se usó para las jornadas arduas del campo, cargar cosas pesadas,
convirtiéndose en un atavío de uso personal e íntimo por lo que las mujeres no
podían desprenderse de él.
Fue así como nació el dicho en el pueblo: “Mujer sin rebozo no es mujer”; si
alguna mujer perdía el rebozo era expulsada de su casa o era casada con quien
se lo quitó por lo que las mujeres tenían que cuidar tanto el rebozo, que si éste era
arrebatado por algún hombre o un joven de su edad, éste tenía que responder con
matrimonio. Así sucedía en toda esta región de San José del Rincón desde
Jaltepec, pueblo Nuevo, San Diego Xochitepec, La Soledad ya hasta los límites
con el Oro.
Durante el porfiriano las haciendas contrataban a los jóvenes para cuidar el
ganado, en la extracción de la raíz o en la producción de quesos y pulque y los
encasillaban en barracas o chozas cercanas; eran liberados al mes en el día de su
paga; tenían tres días de esparcimiento en sus respectivas comunidades o
pueblos y allá se veían con sus novias después de misa a las afueras del pueblo,
en el centro del pueblo, en los milpares, ríos o manantiales y ahí la jovencitas les
dejaban tocar las puntas del rebozo y jugar con el mismo sin que este fuera
desprendido de ellas ya que en muchas ocasiones que esto sucedía era
aprovechado ya sea por ella o por él para comprometerse en matrimonio; señorita
que llegara sin rebozo se le obligaba a decir quien se lo había quitado, se recurría
a exigirle el compromiso del matrimonio con la hija y la boda era preparada por la
familia del novio por lo que muchos de los muchachos preferían no robar el rebozo
o no quitárselos.
En ocasiones bromeaban quitándole el rebozo a una chica y esto comprometía a
ambos a casarse sin amor y sin conocerse, es por eso que esta pieza de bailes es
ejecutada en forma de parodia para representar la importancia de conservar el
rebozo en los hombros.
Es la pieza con pasos de saltos que representa a apurarse a llegar al pueblo para
ver a su novia y con remates fuertes girando en torno a ella significa el
enamoramiento y conquista a ella, así mismo, él le trata de arrebatar el rebozo ella
lo trata de mantener en su cuerpo para que después ella se lo ofrezca en forma de
aceptación, él se lo anuda en forma de rechazo y así continúa el baile hasta que
este termina siendo arrebatado, levantando con gritos y algarabía, de esta forma
culmina el noviazgo para formalizar la boda.
A Mover la Enagua Tía. En 1916 las haciendas de este municipio ya no
funcionaban y los hacendados ya habían invertido en la capital, poco a poco
abandonaron las haciendas mientras las tierras eran repartidas por los líderes de
las comunidades; en el lado de Jaltepec surgió un líder llamado Mateo Sánchez,
éste procuró repartir las tierras a su gente mazahua mientras que en Providencia
se aglomeró la gente mestiza o ex empleados de confianza de la hacienda para
repartirse las tierras de la hacienda por lo que se generó odio y temor de ambos
lados.
Mateo Sánchez procuró que su gente se sintiera libre y ocupara el territorio en
toda su extensión manejando un sentimiento de libertad; en estos años surgió la
pieza musical “A mover la enagua tía” que representaba la libertad adquirida. Con
giros, la mujer enseñaba la belleza de sus bordados en la enagua y el colorido de
sus vestidos así como la belleza del gabán en el hombre que se fabrica por los
viejos en sus telares rústicos.
Esta pieza fue ejecutada en bailes organizados por Mateo Sánchez y en bodas
como señal de alegría, los zapateaditos son cerrados y con pisadas fuertes sobre
todo para romper tarimas; se gira con puntas saltando para terminar con fuerza
con los dos pies para fracturar y romper la tarima ya que el premio sería la bebida:
pulque, sende o licor de hierbas llamado amargo.
Pale (padre) Mateo conocido por todos, llegó a ser presidente municipal y en las
fiestas era el primero en bailar con las jovencitas pero con quien terminaba
bailando era con las tías o sea las señoras ya grandes que se prestaban para
proteger a las muchachas pues este hombre respetado tenía fama de
conquistador; como era popular esta pieza fue llevada acompañando al Sr.
Presidente en sus visitas a las comunidades o sus parrandas ya que era muy
fiestero. Así lo cuentan sus contemporáneos y algunos músicos que vienen de
herencia, ya que los abuelos transmitieron sus piezas musicales a sus hijos, y
estos a los suyos y así sucesivamente, tal es el caso de los músicos Huracanes
del Sur.
Cruz Esteban de Concepción del Monte, barrio La Rosita, ha conservado y
difundido estas piezas musicales a través de todos estos años. Hoy todavía se
baila en los lugares más lejanos, allá en las comunidades de las montañas donde
la gente se niega a irse de la ciudad, y en especial nuestra gente de la tercera
edad; al bailar las señoras sacuden sus enaguas con balseado saltando y al
contrario de sus pies para encorvarse y estirar el cuerpo luciendo sus bordados
tan majestuosos que rematan al final del fondo con coquetería; acercan sus
rostros en señal de gusto y en los giros procuran ser diestros para no perder su
ubicación en la tarima.
Cabe señalar que este baile lo utilizan para sacar el conejo en las bodas, sólo los
mayores o los de respeto lo bailan, no cualquiera, tiene que ser de casa o
invitados especiales; se baila por parejas y se sustituyen solo si están cansados o
no pueden romper las tablas.
Baile del pulque: Nuestra zona era una gran productora de pulque a principios del
siglo XX, éste era trasladado de las haciendas a la ciudad de México y Toluca. Las
haciendas que producían eran: Providencia, la Purísima en Jaltepec, San Onofre
en Carmona, además era de consumo cotidiano en la región y parte de la
alimentación en las casas mazahuas.
Con la desaparición de las haciendas la gente producía este néctar para consumo
del hogar o venta en los pueblos vecinos. Cabe señalar que al pulque la gente le
atribuye efectos afrodisiacos y energéticos por lo que su consumo hasta la fecha
es indispensable en los hogares de la familia mazahua.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas se decretó en esta región la matanza
del ganado vacuno por una supuesta epidemia de fiebre aftosa.
Por lo que la gente vio llegar a los pueblos soldados para sacrificar al ganado que
presentará esta infección y todos entraron en pánico, la gran mayoría decidió
proteger el único patrimonio que poseían y decidieron refugiarse en las montañas
de difícil acceso para las tropas del gobierno, cabe señalar que los oriundos del
lugar los más cercanos y mestizos hijos de ex trabajadores de confianza de las
haciendas convencían al os mazahuas para que les vendieran su ganado
pagándoles precios irrisorios para luego convenir con los capitanes u oficiales la
venta de éstos a un precio justo; mucho de este ganado eran animales sanos y
eran vendidos en la ciudad de Toluca a buen precio, los que perdían eran gente
del campo. Viendo esta situación mucha gente indígena decidió permanecer en
las montañas por mucho tiempo indefinido. Tan es así que solo se les visitaba a
los hombres cada8 o 15 días o hasta el mes.
Los abuelos padres e hijos vieron crecer su ganado y éste era protegido por el
bosque, se le hizo costumbre no bajar el pueblo durante mucho tiempo, las
mujeres les visitaban llevándoles comida, ropa artículos de higiene y, lo más
importante, el pulque para que después de beber unos litros se armara un
fandango. Cuenta la gente que esto parecía una fiesta, a veces llevaban músicos
o bien los familiares tocaban para amenizar este encuentro.
En esta época estaba de moda la canción “me he de comer un durazno” que era la
canción más popular con la que bailaba e invitaban a consumir el pulque hasta
terminar en estado de embriaguez y así terminaba en una verdadera fiesta llena
de jolgorio, alegría con gritos de algarabía y abrazos efusivos.
La familia compuesta por Don Esteba Cruz la cabeza de la familia, señala que en
su familia se conservó este baile para recordar el sufrimiento de la gente que
pasaba apuros por proteger a sus animales y la importancia del pulque como parte
de la vida de los mazahuas.
Esta pieza sigue tocándose y con jarros de un litro de capacidad. Nuestras Males
(madres) bailen con alegría para después involucrar a los señores a participar en
la fiesta “¡Crucen los pies grita don Esteban!” y al girar tambaleen su cuerpo,
choquen el jarro y luego con la punta de los pies rasquen la tierra para cubrir el
pulque o la baba que se cae al dar las vueltas”. Cuando la pieza acaba también se
debe terminar el pulque y luego lo hacen otras parejas hasta terminar el pulque
para el evento. Deben de tener cuidado de no romper el jarro, porque si no, éstos
pagarán las siguientes tandas.
Al final de esta celebración se terminaba en una romántica reconciliación. La
destreza de los pasos era imitando a alguien que está en estado de embriaguez;
para darle vida a esta celebración, en el vaivén del moviente se debe tener
cuidado para no romper el jarro y este debe estar lleno de pulque, la coreografía
no es complicada, era improvisada y sólo se bailaba por parejas, lo más
importante era cuidar los pasos que fueran impetuosos gráciles y con tacto.
Investigación: Prof. Jaime Martínez Vázquez.

BIBLIOGRAFÍA:

Alva Ixtlixochitl, Fernando de. Obras históricas. Relaciones e historia chichimeca. 2


vol., Editorial Nacional, México.
Bustamante, Carlo María. Cuadro histórico de la América mexicana. Méx. 1823.
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Rivera Cambas, Manuel: Viaje a través del estado de México. 1972.
Sánchez Blas Joaquín: estudio histórico de la zona mazahua. Biblioteca
mexiquense del bicentenario, 2007.

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