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Psicoanálisis vs Terapia Cognitiva Conductual 1er Round

Psicoanálisis vs Terapia Cognitiva Conductual

Esta entrevista representa los puntos de vistas de dos profesionales que se definen asi
mismos como pertenecientes a cada una de estas corrientes terapéuticas y no pretende
representar bajo ningún concepto a las corrientes mismas y mucho menos a otros
terapeutas pertenecientes a esas mismas corrientes.
No se recomienda la lectura hacia profesionales fanáticos de posiciones teóricas cuya
sensibilidad podría resultar lastimada o para personas con excesiva rigidez de
pensamiento.
La disputa será dividida en rounds.
Jimmy Lennon Jr: … (con voz de anunciador de combate de boxeo) y en esta esquina
pensando 78 kg con 500 gramos la Terapia Cognitiva Conductuaaaal.... y en esta otra
esquina pensando xxx kg con xxx gramos el legendario Psicoanaaalisis... (el
psicoanálisis se negó a declarar su peso)

Psicoanalista: PA
Terapeuta Cognitivo Conductual: TCC

TCC: Buen día! ¿Cómo le va?


PA: Bien.
TCC: La invité a esta entrevista para protagonizar un contraste entre las 2 corrientes
más importantes de la psicoterapia argentina.
PA: De acuerdo, aunque honestamente no sé si tiene sentido hacer un contraste, son
cosas distintas. Pero esto no solo es un contraste, estamos en una jaula octogonal, ¿es
necesario que sea así?
TCC: Yo creo que tiene sentido poner dos líneas teóricas y prácticas que compiten por
los mismos espacios palmo a palmo frente a frente. Para que la gente entienda las
diferencias y semejanzas, y para que los colegas nuestros vean precipitados sus
prejuicios sobre las teorías rivales. ¿Comprende?
PA: Lacan dice que no hay que comprender al paciente...
TCC: Jajaja... así que ud es Lacaniana.
PA: Soy psicoanalista básicamente.
TCC: Veo que le escapa a los rótulos, yo en cambio no tengo empacho alguno en decir
que soy Terapeuta Cognitivo Conductual. Ni tampoco tengo problema en dar
explicaciones, así que le diré porque estamos en un octógono enrejado.
PA: (gesto de aburrimiento anticipado)
TCC: Aproveche a aburrirse ahora licenciada porque en unos minutos no se estará
aburriendo justamente.
PA: Ud. decidió hacer lo mismo con las disciplinas terapéuticas. La comparación es
simpática pero no sé si tiene sentido.
TCC: Mire hacia su derecha, ve, la jaula tiene una puerta que ahora está abierta, el
estadio está lleno, en un minuto se va a cerrar y vamos a tener que combatir hasta que
haya un vencedor y un perdedor, porque aquí no hay empate posible. Váyase ahora
mismo si nada de esto tiene sentido. Y por favor deje solo de poner en duda cosas y
afirme algo porque si no va a perder por afano.
PA: Me voy a quedar, realmente no creo Ud. pueda hacer mucho contra una disciplina
que tiene más de 120 años de historia.
TCC: Entonces ha decidido quedarse, creo que en algunos minutos se estará
arrepintiendo de esta decisión, pero admito que es una decisión valiente, fundada en la
ignorancia pero valiente al fin.
PA: No relacione la ignorancia conmigo ni con el psicoanálisis, en todo caso relaciónela
con la terapia cognitiva.
TCC: Explíqueme por favor ¿qué hay de ignorancia en la terapia cognitiva?
PA: Uds. practican una terapia que va al síntoma sin tratar los procesos subyacentes que
hacen a la enfermedad, curan el síntoma pero después las cosas aparecen por otro lado.
TCC: jajajajajaja
PA: ¿De qué se ríe?
TCC: Sabía que esa iba a ser su arma de ataque, es la crítica que le he escuchado hacer a
los psicoanalistas desde hace años.
PA: Si Ud. no ataca la raíz del problema no hay solución posible.
TCC: Permítame explicarle algunas cosas. Primero creo que su pensamiento es un poco
lineal, el psicoanálisis no es lineal pero su pensamiento sí. Quizás habría que entender
que este combate va a ser contra la tradición argentina de psicoanálisis más bien, de la
cual Ud. es un excelente ejemplar.
PA: No me trate como si fuera un animal perteneciente a alguna clase de especie.
TCC: Yo creo que Ud. va a tener que demostrar en este octógono que está por arriba de
un animal y la palabra demostración es algo que les hace temblar las piernas a los
psicoanalistas, porque Uds. fundan todo en su propia palabra o mejor dicho en la de
Freud o Lacan y jamás en hechos empíricamente verificables.
PA: No sé a dónde va con todo esto.
TCC: Voy a que el psicoanálisis y esto no es una crítica a la interpretación argentina del
psicoanálisis, sino al psicoanálisis universal, es un conjunto de afirmaciones con
pretensiones de legítimo conocimiento que adolece de todo método.
PA: Sigo sin entender a donde va.
TCC: Ud. seguramente estudio metodología de la investigación en su carrera de
Psicología, ¿verdad?
PA: Si
TCC: Déjeme adivinar, realmente no le gustó esa materia y no recuerda nada de ella
¿verdad?
PA: No sé qué sentido tiene hablar de esto.
TCC: Le pido que conteste mi pregunta, su tiempo para retirarse del octágono ya pasó.
PA: Esta bien. Digamos que fue una materia bastante tediosa y aburrida.
TCC: Esa materia tediosa y aburrida es la materia más importante de la carrera y la
razón por la cual Ud. va a ser derrotada hoy por mí.
PA: jajaja. No me haga reír, Ud. no sabe cuáles son mis armas, así que ahórrese esos
pronósticos y sea más humilde antes que muestre la hilacha de sus complejos de
inferioridad.
TCC: Mi pronóstico no está basado en el absurdo como los pronósticos que hacen los
psicoanalistas, sino en procesos deductivos de pensamiento a partir de conocimientos
bien consolidados. Le voy a explicar primero porque Metodología de la Investigación es
la materia más importante de la carrera y luego le haré un comentario sobre lo de
complejos de inferioridad, su estúpida linealidad y la absurda implementación de la
teoría de la represión.
PA: (Cara de aburrimiento)
TCC: Esa cara es solo una ficción de control que Ud. se quiere vender a sí misma. Pero
no voy a entrar en sus chicanas. El conocimiento de una disciplina se obtiene de algún
lado, ¿sí?
PA: aha
TCC: Como se produce ese conocimiento define su calidad y su fiabilidad, ¿sí?
PA: aha.
TCC: El conocimiento de la Terapia Cognitivo Conductual viene de la experimentación
científica. Le pregunto Lic. ¿De dónde viene su conocimiento?
PA: Nuestro conocimiento viene del método clínico.
TCC: ¿En qué consiste el método clínico Lic.?
PA: Consiste en observar un caso, analizarlo y construir hipótesis.
TCC: Eso es lo que hace un amigo cuando va a la verdulería a comprar fruta. Agarra
una manzana, la mira de todos los ángulos construye la hipótesis de la dulzura y decide
la viabilidad de su compra.
PA: Como se atreve a comparar el método psicoanalítico con el método silvestre de su
amigo.
TCC: Su método no es mejor que el de mi amigo, porque de hecho ninguno de los dos
es un método científico. Se trata en ambos casos de libre pensamiento. Ud. bien dijo que
se construyen hipótesis, pero se olvidó de decir algo más, las hipótesis deben ser
probadas. Y las hipótesis del psicoanálisis no han sido probadas porque son infalsables
por su intrínseca formulación.
PA: Mire, el creador del psicoanálisis era médico, así que su pensamiento era muy
científico.
TCC: Freud era médico, la medicina no es una ciencia, la biología en la cual se basa la
medicina si es una ciencia. No es lo mismo, pero su pensamiento pastoso confunde
todo. Y que un científico escriba algo no implica necesariamente que eso sea científico.
O ¿Ud. cree que las cartas de amor que le escribía Milstein a su novia eran científicas?
PA: No trate de marearme. Todo lo que dice el psicoanálisis es muy evidente, se ve en la
vida misma.
TCC: Su frase es tan precisa como el psicoanálisis mismo. Le pregunto ¿por qué, si el
psicoanálisis es tan evidente, los pacientes no se curan?
PA: Los pacientes no se curan en un plano sintomático tal vez, pero producen una
modificación interior, a nivel de su subjetividad, de su relación con el deseo.
TCC: Ahí está el problema, lo que Ud. llama plano sintomático es lo observable, y la
relación del sujeto con su deseo está en un plano inobservable, con lo cual es solo un
acto de fe, debo creer en su palabra o su ocurrencia, porque no tengo medios empíricos
para verificar su afirmación.
PA: Ud defiende una posición teórica en la que se privilegia lo superficial.
TCC: No, de ninguna manera. Se privilegia lo verificable empíricamente.
La TCC trabaja con hipótesis y constructos sobre los mecanismos mentales que
intervienen en la formación de síntomas, que por supuesto, están debidamente
operacionalizados y validados por el trabajo estadístico, por ejemplo a través de la toma
de escalas en grandes muestras poblacionales..
El trabajo de los terapeutas cognitivos se documenta, se graba en video y audio. El
trabajo de los psicoanalistas siempre está oculto, nunca hay videos, ni audio, solo hay
que confiar en el propio relato del analista.
PA: No tiene sentido grabar nada porque el ics no emerge a cada momento.
TCC: Uds. apuestan en el avance del trabajo terapéutico con un paciente a que emerja el
ics. Y le pregunto ¿cómo hacen que emerja?
PA: Me extraña la pregunta lic, Ud sabe que el ics emerge solo.
TCC: O sea que ud no puede hacer nada para que ello ocurra, ¿y si el ics. no emerge que
hace?
PA: Bueno...., como no va a emerger, en algún momento tiene que emerger.
TCC: Ud no se da cuenta de lo patética que es su respuesta porque tiene el cerebro
entrenado para soportar la incoherencia y es más, vivir con ella.
El ics. es un constructo teórico indemostrable y además es un instrumento de abuso de
los analistas donde obligan al paciente a hacerse cargo de la matriz de imbecilidades que
se le ocurrió caprichosamente a Freud y todos sus secuaces.
PA: Lamento que ud no tenga la capacidad de poder ver el ics de sus pacientes, se
pierde toda la riqueza de nuestro trabajo.
TCC: Lo que ud supone el ics de sus pacientes no es más, en todo caso, que su propio
ics. Porque el ics tal cual esta descripto en Freud no tiene codificación alguna con lo
cual el conejo con el que sueña un paciente no tiene el mismo sentido que el del otro
paciente. ¿Verdad?
PA: Claro que para cada persona cada cosa tiene un sentido único.
TCC: Entonces todo el estudio de casos que uds hacen no tiene sentido porque si solo
buscan la singularidad del caso, lo que saben de un caso no les sirve para otro.
PA: Bueno...
TCC: La asignación de sentido que Ud. le hace a ese conejo es una pura creación suya,
vendida como una revelación hacia el paciente ávido de sentido.
PA: No puedo creer que Ud. esté cuestionando el ics.
TCC: El psicoanálisis es un dogma, no una ciencia y de ciencia no tiene nada salvo su
pretensión.
El psicoanálisis es una religión disfrazada y Uds. encima tienen el tupe de mirar con
desprecio a las religiones. ¿Se sienten más científicos por despreciar las religiones?
PA: (mirando al árbitro) abran la jaula, esta discusión no va a ningún lado.
Big John McCarthy: Disculpe señora pero no puede irse en medio de la pelea a menos
que se rinda.
PA: Ud. no puede obligarme a dialogar con una persona que cuestiona lo incuestionable.
Big John McCarthy: Defiéndase señora, Ud. es una profesional y en esta jaula vale todo,
estaba en las reglas que ud aceptó.
PA: (dirigiéndose a TCC). Ud. es un cretino, me quiere obligar a todo el trabajo sucio de
explicar lo obvio.
TCC: Ud. solo da vueltas y nunca explica nada, como buena psicoanalista. Y lo único
que hace es metacomunicarse todo el tiempo. Es realmente triste el espectáculo que está
dando cuando solo debería entender que su saber está mucho más emparentado con la
astrología que con la ciencia.
PA: Mi saber se estudia en una Universidad Pública, en la carrera de Psicología, ¿cómo
puede Ud. osar comparar el psicoanálisis con la astrología?
TCC: No creo que porque algo se enseñe en una universidad pública necesariamente sea
riguroso, menos en la decadencia cultural de todas las facultades de ciencias humanas
del país. Ud. sabe que recibirse de cualquier carrera de las humanidades es muy fácil en
este país. Le pregunto ya sea de paso. ¿En qué país surgió el psicoanálisis?
PA: En Austria obviamente.
TCC: ¿Y Ud. conoce alguna universidad de Austria, ya sea pública o privada, que
enseñe psicoanálisis en la carrera de Psicología?
PA: La verdad es que nunca me puse a mirar los planes de estudio de Austria.
TCC: Me lo imaginaba, hoy es muy fácil con internet averiguar esas cosas. Yo si me
tomé el pequeño trabajo de hacerlo y le diré un poco más. Ninguna carrera de psicología
austriaca, alemana y de ningún lugar de Europa enseña psicoanálisis. Solo se ve como
una anécdota en la materia historia de la psicología. O sea que el psicoanálisis ya no
existe ni siquiera en su lugar de origen.
PA: No puedo creer que Ud. esté diciendo que el psicoanálisis es una anécdota.
TCC: Empiece a creerlo, porque es lo que es en todo el mundo, salvo aquí que nos
creemos más piolas que todos. Por eso, la universidad pública Argentina en su carrera
de Psicología no está ni entre las primeras 100 del mundo. A decir verdad, en Rio de
Janeiro, Nueva York, Montevideo y alguna otra ciudad todavía existe el psicoanálisis,
son ciudades donde hay mucha gente díscola que adopta una terapia díscola para seguir
siendo díscola. Está muy bien, pero no le vendamos esto a los que realmente quieren
mejorar.
PA: Que la mayoría haga algo no significa que esté bien.
TCC: Que comentario tan antidemocrático jaja. Le diré algo lic, yo siempre pensé que el
psicoanálisis pertenecía más a la era de la monarquía que a las democracias modernas,
pero hablaremos de política en otro round si es que ud aún sobrevive. Había una época
en la que la gente comentaba con orgullo que se había analizado con tal, quien su vez se
había analizado con tal, hasta que llegaban a Sigmund Freud mismo, Ana Freud, el
mismísimo Lacan o Miller. Y generaban la idea de un linaje divino. Supongo que ud lo
habrá escuchado. ¿Qué piensa de eso?
PA: ¿Que piensa Ud. de eso?
TCC: Por favor Lic., no me trate como un indefenso paciente al que le va a devolver
impunemente todas sus preguntas. No se da cuenta que la gente que presencia este
espectáculo y que no tiene el ensimismamiento de los pacientes a los que embauca con
esa infantil estrategia, se da cuenta que Ud. no sabe nada y solo se escapa como una rata
cobarde.
PA: Árbitro, ábrame la puerta ya.
TCC: Ábrale la puerta a esa impostora para que escape a las sombras de las que nunca
debió salir. Y que se lleve consigo sus prácticas oscurantistas disfrazadas de legítimo
saber.
Big John McCarthy: La señora debe aceptar su derrota para que esa puerta sea abierta.
¿Señora, se rinde??
PA: No me pienso rendir, porque no voy a admitir todo lo que este tipo está diciendo.
Y por favor no me llame señora, tengo estudio, dígame licenciada.
TCC: Todo su estudio es un saber erróneo, así que está muy bien que Big John le diga
señora. Porque saber algo mal es lo mismo que no saber nada. No, perdón, es mucho
peor que no saber nada. Y es peor porque ud cree que ya no debe aprender más, cuando
en realidad tiene que desaprender todo lo que aprendió mal y volver a aprender.
Demasiado trabajo para una mente tan obtusa.

Campana Fin del Primer Round

TCC: la salvo la campana lic, yo le voy a seguir diciendo lic, porque a estas alturas ya
siento lastima por Ud.
PA: (Se va angustiada hacia su rincón el cual no encuentra).
Big John McCarthy: Por aquí señora, sus segundos están aquí.

Rincón Azul
Rincón PA: Tenés que reaccionar, te está llenando la cara de dedos.
PA: ¿Que querés que haga?. Este tipo me sale con cosas increíbles, no sé qué
contestarle.
Rincón PA: Vos cuestionalo todo el tiempo. Trata de no dejarlo hablar.
PA: Es lo que trate de hacer todo el primer round.
Rincón PA: Tirale lo de que su terapia es superficial y no genera cambios a largo plazo.
PA: Si pero este tipo pide datos, me va preguntar de donde lo saque, que le digo?
Rincón PA: Decile que es obvio.
PA: jaja (risa nerviosa). ¿Me estas cargando?!
Rincón PA: ¿Que querés que te diga?! Vos sabes que nosotros no nos manejamos con
datos. Yo te dije que no aceptes esta pelea, ahora jodete por cabezona.

Rincón Rojo
Rincón TCC: Esto ya es una espectáculo sangriento, si seguís así esto no va a durar más,
baja un cambio.
TCC: Jaja, es como quitarle un dulce a un niño. Casi que no tiene gracia no? Pero se lo
merece, la sociedad argentina se merece entender porque hay tanto fracaso terapéutico.
Y ella debe pagar por ser parte de ese circo. ¿Cómo ves a la gente de la tribuna?
Rincón TCC: El desengaño no es algo que todos reciban de buena manera, hay gente
que prefiere seguir engañada y lo abuchean en cada crítica. No van a aceptar tan
fácilmente que fueron engañados durante tantos años.
TCC: Tenemos que reconocer que somos visitantes y que el público siempre está a favor
del local, no es una cuestión racional sino emotiva. Y que la sociedad argentina viene
siendo entrenada en la tolerancia al engaño por toda la casta política desde hace un
siglo...

El error de los psicoanalistas: Creer que la Terapia Cognitivo-Conductual es


superficial
Por: Lic. José Dahab, Lic. Carmela Rivadeneira y Lic. Ariel Minici

Una de las críticas más fomentadas desde el psicoanálisis hacia la Terapia Cognitivo
Conductual (TCC) afirma que nuestros tratamientos son superficiales. Nada más errado
que ello. En otros artículos ya hemos destacado que la evaluación del pasado no
garantiza la resolución de los problemas actuales y que, a la inversa, muchas
dificultades presentes se resuelven sin necesidad de indagar el pasado.
De todos modos, la revisión de hechos acaecidos tiempo atrás puede ser de utilidad en
algunos casos, especialmente los crónicos o de larga duración. En pocas palabras, la
TCC no desdeña a priori la importancia de episodios históricos, sino que ellos son
examinados con un objetivo operativo puntual, a saber: la identificación de variables
que permitan la modificación de la conducta que genera malestar en el paciente hoy.
En el presente artículo nos encargamos de responder a la crítica formulada,
mencionando algunas de las tantas intervenciones que puede llevar a cabo el terapeuta
cognitivo conductual a los fines de una evaluación pormenorizada de la historia clínica
del paciente.
1. La TCC y la indagación del pasado del paciente.
En la crítica de superficialidad formulada a la TCC se resalta habitualmente que otros
estilos terapéuticos, particularmente los de orientación psicoanalítica, recurren a
supuestas causas pasadas de los síntomas mientras que nosotros nos ocupamos de
resolver los problemas “aquí y ahora” sin hacer mención de variables históricas. Esto es
definitivamente un grueso error.
En TCC no desechamos ciegamente las variables históricas relacionados con el malestar
que aqueja al paciente, más aún, en muchos casos realizamos un análisis minucioso de
las mismas, entrevistando incluso a personas significativas que nos pueden aportar datos
del pasado. La diferencia respecto de los enfoques psicoanalíticos radica en que la
investigación de la historia se lleva a cabo con el objetivo de mejorar nuestra
comprensión del cuadro actual y, junto con ello, ampliar nuestra capacidad de intervenir
eficazmente. Ilustrémoslo con algunos ejemplos:

Algunos pacientes adultos con Fobia Social temen ser objeto de rechazo y burla en
público. Al indagar más minuciosamente este temor, surgen recuerdos de la etapa
adolescente, episodios traumáticos durante los cuales la persona sí fue objeto de burlas y
humillación por parte de sus pares o incluso, de autoridades de una escuela. Ahí se han
arraigado algunas creencias acerca de cómo los demás se comportan socialmente. Claro
está que las prácticas sociales de la vida adulta resultan muy diferentes a las de la
adolescencia. La reestructuración cognitiva en tales casos deberá tomar en cuenta los
orígenes históricos de las creencias irracionales y ponerlos en la perspectiva de la
maduración social y cultural, brindando una adecuada psicoeducación que el paciente
pueda corroborar por sus propios medios.
Cuando un jugador compulsivo se ha curado de su adicción, se producirán cambios en
sus pensamientos y esquemas más arraigados. La persona, por ejemplo, comenzará a
considerar que hay metas en su vida más importantes que ganar excesivos montos de
dinero, valorando así otras áreas de la experiencia. Luego del cambio comportamental,
el paciente suele darse cuenta de las creencias disfuncionales de su pasado, tal como “si
tengo dinero voy a ser aceptado por los demás”.
El referido caso de fobia social muestra un ejemplo donde se hace necesario modificar
creencias actuales a partir del relato y análisis de los pensamientos automáticos
asociados a episodios pasados. El paciente jugador compulsivo representa un
característico cambio de esquemas arraigados en experiencias pasadas a partir de un
cambio conductual actual.
En virtud de la relevancia que la TCC le otorga al trabajo sobre la historia del paciente
se han desarrollado incluso técnicas específicas. Por ejemplo, la reestructuración de
recuerdos tempranos, propuesta por Judith Beck, se aplicaría en casos como el
mencionado de fobia social. Otro procedimiento prototípico consiste en la construcción
de la historia clínica del sujeto y de la línea de tiempo de un problema determinado, el
cual tiene por objetivo la evaluación de puntos tales como el inicio de la patología, su
curso, recaídas y remisiones. En cuadros crónicos como trastornos bipolares,
esquizofrenia o depresiones mayores tales abordajes no pueden omitirse.

2. La TCC y los aspectos singulares de la personalidad.


Frecuentemente se cree que otros enfoques terapéuticos abordan la “totalidad” de la
vida de la persona mientras que en TCC sólo nos ocupamos de aspectos “superficiales”.
Creemos que tal afirmación contiene al menos dos críticas. Primero, que en TCC nos
ocupamos sólo de un tema, aquél que es expresado de manera explícita por el paciente
en primera instancia como motivo de consulta y que nos mantendremos encapsulados en
el mismo sin indagar otras áreas potencialmente problemáticas. Segundo, que en TCC
únicamente nos dedicamos a problemas concretos y acotados, fácilmente definibles en
función de estímulos discretos. Discutamos por separado estos dos asuntos.
Verdaderamente, la primera parte de la crítica se responde sólo con observar la práctica
clínica cotidiana en TCC. No sólo se puede sino que se deben abordar varios problemas
con una misma persona. Casi uno diría que no existe el paciente “monosintomático”,
sino que opuestamente, en todos los casos, una vez trabajado un tema surgen
inmediatamente otros. Así pues, un paciente con Trastorno Obsesivo Compulsivo
curado de sus compulsiones, tal vez deba ocuparse de modificar el estilo obsesivo de su
pensamiento. O tal vez, si presenta creencias distorsionadas sobre las consecuencias
fatales que pueden ocurrir en el futuro, aplicaremos la técnica “análisis de
probabilidades”, que permite la cambiar patrones de pensamiento del tipo “puede
ocurrir que en el futuro suceda que…”. Un tal estilo catastrófico de pensamiento pudo
haberse originado en modelos familiares infantiles, hecho que será tomado en cuenta
durante el abordaje.
La segunda parte de la crítica arguye que la TCC no responde bien a problemas que se
presentan como difusos, poco concretos y frecuentemente relacionados con crisis
vitales, denominados habitualmente “existenciales”. Algunos ejemplos son replanteos
que una persona se formula acerca del sentido de su vida, su relación de pareja o su
orientación sexual. Esto es, una vez más, un grueso error. La TCC trabaja sobre tales
problemáticas aunque de una manera muy diferente a otras terapias.
Como ya se dijo, se parte de la idea básica y racional de que muchos pacientes se ven
aquejados por múltiples problemas y no sólo por su motivo de consulta inicial. La
crítica esgrimida por los psicoanalistas afirma que indagar aspectos diferentes al motivo
de consulta inicial y explícito no es sencillo y que requiere muchos meses (incluso años)
hasta que el paciente se encuentra preparado para identificar y hablar sobre tales temas
“profundos”.
Desde la perspectiva científica en psicoterapia, NO existen evidencias de ello;
contrariamente, la gran mayoría de los pacientes están desde el mismo comienzo
abiertos y deseosos de revelar información íntima, tal como detalles acerca de su
sexualidad, complejos de inferioridad no resueltos, infidelidades, errores cometidos
tiempo atrás, etc. Por supuesto, esto se ve facilitado porque un psicólogo cognitivo
conductual bien entrenado posee habilidades de comunicación para llevar a cabo un
adecuado manejo de la relación terapéutica y la empatía.
3. Evaluación multimodal del sujeto: Los 7 niveles de análisis del comportamiento.
Para representar como la TCC aborda la diversidad de aspectos del ser humano, basta
con recordar la evaluación multimodal que propone Arnold Lazarus, denominada
BASIC-ID. La sigla incluye los siguientes elementos a considerar en un tratamiento
completo: (B) conductas, (A) afecto o emociones, (S) sensación fisiológicas, (I)
imágenes mentales, (C) cogniciones -pensamientos y creencias-, (I) relaciones
interpersonales y (B) bases biológicas del comportamiento. Nótese la cantidad y
complejidad de áreas que se tienen en cuenta en la TCC. Asimismo, Lazarus hace
hincapié en la construcción detallada de la historia clínica para lo cual ha diseñado un
instrumento denominado “Cuestionario Multimodal de Historia de Vida”, en el cual se
le solicita a la persona que describa conflictos familiares, características vinculares,
relaciones sexuales entre otros hechos de su infancia y adolescencia.
Si bien la TCC pretende ser un tratamiento focalizado, ello no obsta para que el
terapeuta lleve adelante un rastrillaje amplio de ámbitos potencialmente problemáticos y
que en ocasión de hallar alguno disfuncional, le proponga a su paciente un mayor
análisis del mismo para su posterior abordaje. A modo de ejemplo, si durante la
construcción de la historia clínica, el psicólogo cognitivo-conductual detecta que el
paciente tiene dudas sobre su orientación sexual, puede y debe proponerle trabajar dicha
problemática.
El modelo multimodal de Lazarus refleja la riqueza de variables que analiza el terapeuta
cognitivo-conductual durante la evaluación y conceptualización del caso. Este modelo
refuta la idea que la TCC es superficial y sólo tiene en cuenta lo “inmediata y
obviamente observable”.
4. El terapeuta cognitivo-conductual no es ingenuo
A veces nos topamos con pacientes que simplemente mienten, ocultan o distorsionan la
información. Somos plenamente conscientes de esto y tanta importancia le damos que
se han diseñado procedimientos específicos para tales eventualidades.
Mediante técnicas psicométricas especializadas, entrevistas a terceros, registro
pormenorizado de información; los psicólogos pueden identificar las contradicciones
propias de cada caso. Un terapeuta atento le transmitirá al paciente tales incongruencias
e intentará investigar las causas de las mismas. Posteriormente podrán incluirse como
parte de la agenda de trabajo terapéutico.
Frente a un hombre casado que padezca problemas sexuales con su esposa, el psicólogo
deberá indagar si el paciente oculta datos relevantes, ya sea por vergüenza o por temor a
ser juzgado negativamente por el profesional.
La TCC posee técnicas de entrevista puntuales para superar tales barreras. En el
presente ejemplo, la entrevista a terceros (la esposa del paciente) se revela como un
procedimiento muy valioso. Si el paciente se negase ello, también este comportamiento
de oposición es evaluado y considerado por el profesional como posible indicador de
ocultamiento.
De más está decir que en las adicciones, trastornos de la personalidad, psicopatía y otros
varios trastornos en los que se observan mecanismos cognitivos de autoengaño y
negación, el profesional estará preparado a no creer totalmente en el relato de su
paciente. Aquí, frecuentemente se aplican técnicas psicométricas que poseen escalas de
validez. Por ejemplo, el MMPI-II constituye una herramienta totalmente compatible con
la perspectiva científica en la que se sustenta la TCC. Tal instrumento posee varias
escalas que permiten identificar si la persona se contradice en sus afirmaciones, exagera,
miente, simula o distorsiona en las respuestas que emite a los ítems. Varios
cuestionarios que evalúan aspectos dimensionales de la personalidad poseen escalas de
sinceridad orientadas al mismo fin.

5. Conclusiones
Respondida la crítica que se le formula a la TCC, llegamos a las siguientes
conclusiones:
La TCC trabaja puntualmente sobre el malestar del paciente. Sin embargo, ello no
implica superficialidad alguna pues la modificación de la conducta actual conduce
paralelamente al cambio en la percepción que el paciente tiene de la historia de su
problema y de sí mismo.
En algunos casos se necesita el examen pormenorizado de episodios históricos para la
resolución de problemas actuales; en otros no. No hay evidencia empírica de que el
rastreo de aspectos del pasado sea de suyo una condición para lograr los objetivos
trazados.
No sólo abordamos el problema formulado en el motivo de consulta inicial y expreso,
sino también consideramos áreas conexas no explicitadas por el paciente.
No creemos ingenuamente todo lo que se nos dice. Somos consciente de que muchos
pacientes mienten y ocultan.
No nos ocupamos sólo de temas simples y concretos, también abordamos los llamados
problemas “existenciales”, más difíciles de asir y definir.
Creer que la TCC no considera la complejidad del ser humano, sus aspectos subjetivos,
sus emociones íntimas, sus secretos más privados; es una crítica simplista que refleja la
total ignorancia de los que la emiten acerca de cómo se trabaja en Terapia Cognitivo-
Conductual. Lamentablemente, estos prejuicios provocan que muchos pacientes no
accedan a un tratamiento ético y eficaz, pues han sido adoctrinados por sus analistas. Es
uno de los tantos mitos que tienen como objeto desacreditar a la TCC, tildándola,
injustamente, de superficial.
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La respuesta del psicoanálisis a las terapias cognitivo-


conductuales (TCC)

Jacques-Alain Miller

Analista Miembro de Escuela (AME) de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP)

y de la École de la Cause Freudienne (ECF)

Intervención en el Foro de los Psi titulado: “Por el deseo, contra las TCC”, en el 3er.
Congreso de la Nueva Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, Londres 21-22 de mayo de
2005.

En París use el término ‘lucha’. Hablé en términos de lucha. Lo hice porque en Francia
las Terapia Cognitivo-Conductuales (TCC) no son aún un modelo dominante; lejos de
eso. En nuestro medio son algo que apenas hemos descubierto y que no es prevalerte en
hospitales o instituciones. Sólo ha llamado nuestra atención por la reciente enmienda
Accoyer y el estudio del INSERM, que emergen desde lo externo, como algo nuevo y
sorprendente. No vimos las TCC aflorar a partir de la práctica clínica. Quizás no
estábamos muy atentos, porque ciertamente había alguna literatura escrita acerca de
ellas en los últimos 10 años. Pero no estaba presente en la práctica cotidiana. Tan pronto
como nos dimos cuenta de que eran algo nuevo, comenzamos a interesarnos en ellas. Y
creo que es porque en Francia las descubrimos de esta manera sorprendente, que ustedes
se han reunido hoy en este forum en Londres para discutir el avance de las TCC.

No creo que hayan realizado antes una reunión como esta en Inglaterra o en el Campo
Freudiano. Creo que nuestra sorpresa, nuestra ignorancia, nuestra indignación y el
levantamiento ético en Francia, tuvieron algunas consecuencias para ustedes. Los hizo
preguntarse por lo que es más común aquí. Por esta razón, no creo que la lucha que
hemos iniciado en Francia pueda trasladarse a este lugar. No estamos sincronizados.
Ustedes las afrontan aquí donde, me parece –aunque puedo estar equivocado– las TCC
son ya el modelo dominante de la terapia-por-la-palabra. Se ha creado un nuevo campo
llamado terapia-por-la-palabra, y en él, el modelo dominante es el de las TCC más que
el psicoanálisis. ¿Describe esto el fenómeno?

En Francia, y pienso que es lo mismo aquí, las TCC son un desarrollo liderado por la
burocracia; es liderado por la burocracia estatal y por la burocracia de las aseguradoras,
y los ‘psys’ (practicantes en todo el campo de la psicoterapia y la consejería) sienten la
presión de estas burocracias. Es un aspecto nuevo de los últimos, digamos, 10 años: el
hecho de que los ‘psys’ se hayan convertido en un factor político y económico. Hace 20
años hablábamos como practicantes privados que podíamos, también, tener un papel en
la institución. Pero la práctica principal era privada y su motivo eran los pacientes
individuales que solicitaban tratamiento. Pero ahora estamos en un mundo
completamente nuevo. Los ‘psys’ son un factor económico importante del sistema de
salud el cual, además, está incrementando el déficit financiero en todas las democracias
modernas.

Ello quiere decir que tenemos un nuevo Otro en el campo, uno que no habíamos tenido
antes, que pide tratamientos más rápidos, menos costosos, enteramente predecibles y
cuya terminación y duración pueden ser anticipadas. Con esto, estamos frente a un
nuevo tipo de demanda. Antes, teníamos a un individuo solicitándonos tratamiento.
Ahora tenemos un Otro colectivo, generalizado, que demanda. ¿Cómo debemos tratar
esa demanda? ¿Cómo tratar al Otro financiero, o al Otro burocrático, que demanda y
comanda, que no cede sino que nos da ordenes? ¡Diría que es una nueva clase de
paciente! ¿Cómo debemos tratar este nuevo paciente? Desde este punto de vista la
palabra ‘lucha’ no es la mejor manera de enfrentarnos con este paciente. ‘Luchar’ puede
ser contraproducente y quizás no deberíamos llamar esto una ‘lucha’. Podría ser que
tuviésemos que aceptar las bases de la demanda con el fin de hacer con ello; para
demostrar, quizás, que las TCC no son tan efectivas, rápidas y menos costosas como
parece. Es mi sugerencia.

Y ello depende de cuán lejos hayan llegado aquí en Inglaterra. En Francia, por ahora,
este Otro es aún pequeño. No tiene una voz muy poderosa por el momento. Pero esto
puede cambiar en dos o tres años. De cierta manera, estoy aquí para entender cómo
podría verse nuestro futuro, porque podría ser que ustedes sean nuestro futuro. Durante
mucho tiempo hemos tenido la esperanza de que Francia sería el futuro de ustedes en
psicoanálisis. En lugar de ello, parece posible que vayamos a descubrir en Francia el
tipo de problemas que ustedes tienen.

No estoy seguro de que en los Estados Unidos estén más ‘avanzados’ que en Inglaterra a
este respecto. Hace tres años un artículo en el Washington Post decía que las TCC son
más populares en Inglaterra que en los Estados Unidos, y que en Inglaterra son la
“primera línea de tratamiento”. Lo que puede estar más desarrollado en los Estados
Unidos es la presión que ejercen los grupos jurídicos individualistas; ‘tenemos derechos,
respeten nuestros derechos’; para ellos, el psicoanálisis parece ser irrespetuoso de los
derechos jurídicos.

Mi opinión en relación con la evaluación es que es una causa perdida. Quiero decir que
es demasiado costosa y no es posible de implementar. Los datos que pueden obtenerse
por medio de la evaluación no pueden ser procesados, sólo se acumulan y al final no
pueden ser utilizados. Subyaciendo a ello, hay de un intento de obtener un sujeto
supuesto saber transparente. Un sujeto supuesto saber completo, es para mí un
fenómeno muy extraño. ¿Cómo es posible, después de todo lo que ha sucedido? ¿Cómo
se puede tener un sujeto supuesto saber completo, al mismo tiempo que ‘Dios ha
muerto’, y que el relativismo general, deplorado por el nuevo Papa? De hecho, vemos
en nuestra sociedad un nuevo ideal de conocimiento total; un nuevo ideal de
cuantificación general de todo lo humano. Es más bien como si Dios hubiese renacido,
un Dios intelectual renacido, o vuelto a nacer, si puedo decirlo, y creo que es algo que
va a fracasar por su propia lógica. Sin embargo puede tardar varios años en fracasar, y
no sé si el momento en que fracase será el mismo en los Estados Unidos y en Europa.
Aparentemente 20% del costo total de la salud tiene que ver con la evaluación. Alguien
hizo esta apreciación recientemente en el New York Times. Es difícil creer que
continuará así para siempre. Pero por el momento, es una concepción del mundo, una
nueva Weltanschauung, que es contradictoria con la nuestra.

¿Por qué el psicoanálisis se desarrolló por fuera de las regulaciones estatales y por qué
quiso desarrollarse así? Pudo ser que durante mucho tiempo no fue un asunto de masas;
no era una práctica masiva sino una práctica especializada. Se pudo desarrollar de esta
manera porque el deseo del psicoanálisis es cuestionar todas las creencias, todos los
fines, todas las nociones de beneficio y aún la noción misma de realidad. Esto quiere
decir que la sesión psicoanalítica ocurre en un espacio diferente; no importa si es un
espacio imaginario o simbólico, pero no es el espacio común de la comunicación
habitual. Por lo tanto, era esencial a la práctica analítica no estar regulada desde afuera.
Era más una cuestión de cómo podía ser regulada desde el interior, principalmente para
aquellos psicoanalistas que pensaban que no podían compartir su importancia, sus
métodos y sus resultados con otros practicantes.

Así, es por rezones estructurales que hay este aspecto salvaje, indomable, del
psicoanálisis. Si bien Freud trató de civilizarlo en su momento, Lacan lo criticó y trató
de desarrollarlo como algo por fuera de los valores comunes, por fuera del ‘bienestar
común’, por fuera de de las cosas que ‘se saben’ y de todas las estructuras de
universalidad que son tan anónimas. Y tenemos que aceptar que en este momento este
tipo de crecimiento anómalo es considerado intolerable. Es insufrible para el nivel del
control estatal que tienen en los Estados Unidos y que ahora opera no sólo en cada país
de Europa, sino en Europa como tal.

Para nosotros en Francia, que nos hemos acostumbrado al control estatal por siglos,
Inglaterra era un país en el que ustedes tenían un mayor rango de acción, donde no
estaban sometidos al mismo tipo de control estatal que en el continente; esto se debía a
la herencia aristocrática que ustedes han mantenido hasta ahora. Esto, es algo que me
han dicho, está desapareciendo aquí cada vez más. Me entristecí cuando supe que ahora
se debate una tarjeta nacional de identidad en Inglaterra. Aunque no sea implementada
de inmediato, según me lo informaron hoy durante el almuerzo, muestra que ahora el
control del estado también llega ahora a los ingleses, al menos más que antes.

Al ser confrontados con las TCC, estamos de frente a un nuevo fenómeno. ¿Son las
TCC simplemente el uso de la sugestión que conocemos de hace tiempo, que tuvimos
en el siglo 19 y principios del 20, sólo que en una nueva edición? Me temo que no se
trata de una nueva edición de la sugestión, porque es un tipo de horrible producto
secundario del psicoanálisis mismo. Eso es lo novedoso. Son, en algún sentido post-
analíticas, post-Freudianas.

Cuando se leen las recientes entrevistas con A. B. en el New York Times y el


Washington Post, se descubre que él es, o era, un psicoanalista y que se aburrió. No
podía escuchar a las personas diciendo lo mismo una y otra vez. Y por 50 minutos,
supongo. Se aburrió de la práctica analítica y le pareció que el trabajo con pacientes era
fatigoso, porque la meta parecía muy poco clara. Así recuerda el Sr. B. su práctica. La
idea es que si uno se sienta detrás y escucha y dice ‘hm, hm’, de alguna forma, en algún
momento emergerá un secreto. Pero también se sentirá agotado por la impotencia. Esta
es su descripción, como analista, de cómo el llego a sentirse insatisfecho. Y no sólo
empeoró o se enfermó, sino que, para él, sus pacientes también empeoraron. Tal como
dice, “Mientras más dejaba a mis pacientes asociar libremente durante la sesión, peor se
sentían”. Bien, es un hecho bien conocido de la práctica, que se llega a la cristalización
de los síntomas.

Si queremos entender este fenómeno, tenemos que entender las TCC no sólo desde el
punto de vista del psicoanálisis, sino como un sub-producto del psicoanálisis y, diría, un
subproducto del psicoanálisis norteamericano. Porque, cuando se lee acerca de las TCC,
se puede ver que están hechas de frases de sentido común, lo cual muestra que ellas se
remiten a la extrema estandarización de la práctica en Norteamérica. Se tiene la idea de
una especie de neutralidad pura del analista y esta ‘pureza’ es lo que, por medio de las
TCC, han tratado de corregir de cierta manera, para re-humanizar el proceso analítico.
Por lo tanto, si vamos a continuar este estudio, debemos estudiarlas como un tipo de
sub-producto del psicoanálisis, no del psicoanálisis Freudiano sino del tipo de
psicoanálisis norteamericano o Inglés, que en Francia vimos aparecer como algo venido
de afuera. No sentimos que haya nacido de nuestra práctica. Es el primer punto.

El Segundo punto es este: las bases para el punto de vista de las TCC es su idea del
lenguaje. Ellos no teorizan sobre lo que es para ellos el lenguaje, pero yo considero las
TCC una teoría del lenguaje, a saber, una teoría de la descripción.
En lo fundamental, ellas creen que el lenguaje no es ambiguo, o al menos que el
lenguaje puede fácilmente ser utilizado de una manera inequívoca y que puede ser
explícito. Por eso, estas terapias creen que es posible tener un acuerdo previo entre
paciente y terapista sobre cuál es el problema y como curarlo.
Se piensa, en las TCC, que se puede llegar a un acuerdo sobre una terapia y que el
paciente puede acordar con una descripción previa del trauma. De esta forma, las TCC
logran un acuerdo sobre el resultado, que es, en consecuencia, la supresión del problema
previamente descrito. Asumen que si uno toma una caja negra y entra en ella –siendo la
caja negra el tratamiento, el proceso del tratamiento– puede introducirse en el problema
descrito y luego tener un resultado; que es posible percibir el problema descrito y estar
de acuerdo en que este ha desaparecido. En esta lógica, el tratamiento en sí mismo no
tiene influencia sobre la descripción del problema, que permanece como una constante
que no es dependiente del proceso. Las TCC construyeron un proceso que no tiene
influencia sobre la descripción del problema y la descripción del problema mismo es
una creación, tal como Thomas Svolos lo ha mostrado antes.

Pero la descripción del problema es una creación.


En la medida en que el problema es descrito es, diría, “fobiatizado”.
La fobia es aquí el modelo general de los problemas mentales, un temor a toda la vida
mental.
Aquí tenemos la idea de de que lo que es insufrible se convierte en temor y en distancia.
Un problema general siempre se convierte en evitación, de manera que el problema
mental es la evitación. Podríamos decir que el modelo universal de las TCC es la
evitación; ello corresponde a la idea de que algo desencadena consecuencias, de que se
puede actuar sobre el mecanismo desencadenador y de que este puede ser modificado.
Esto es sólo un esquema. Quizás podamos mostrar, en la práctica, por qué este modelo
no se justifica. Pienso que es algo que se puede mostrar de manera concluyente. El
punto de partida de las hipótesis basadas en la evidencia es la idea de que lo que había
antes es lo mismo que lo que hay después, por lo tanto es posible mostrar que algo ha
desaparecido. Es una idea de que el lenguaje permite dar una descripción sin
ambigüedades de algo, lo que es casi una nulificación del tratamiento, como vimos. Por
nuestra parte, consideremos que el concepto de la realidad para cada sujeto/paciente es
modificado por el tratamiento. La nuestra es, por lo tanto, una teoría auto-continente,
algo que unifica el punto esencial del tratamiento.

La actitud que adoptemos hacia este Otro, ya sea que nos refiramos a ella como lucha o
crítica o cualquier otra cosa, dependerá de la actitud de nuestra civilización en este
momento. ¿Aceptará la gente este nivel de control y regulación estatal? ¿Desearán las
personas ser consideradas como máquinas? O lo irán a rechazar. Es algo que no
podemos garantizar. En principio no podemos tener mucho efecto. Es cuestión, como
Thomas Svolos lo dijo, de una respuesta ética. Para mí, el modelo de lenguaje de las
TCC es exactamente el mismo que el del “Manual del usuario” que suele acompañar a
los aparatos: cuando usted compra un electrodoméstico le dan una instrucción
inequívoca de cómo encenderlo y apagarlo. Ese es el modelo o concepto de lenguaje
utilizado en las TCC. Quizás las personas lleguen a considerar que una máquina es un
estado superior de la humanidad. Y si esto sucede, no creo que podamos hacer mucho.

Para mí, lo más sorprendente de todo es que el establecimiento religioso, las iglesias en
las democracias modernas, ¡han acordado con esta evaluación! Me parece que antes
había un rechazo humanista de la máquina, por aquello que era llamado, la casa de las
almas. Teníamos aliados entonces. Aunque Freud fuera considerado demoníaco, era aún
obvio, para Lacan, que había una alianza entre religión y psicoanálisis en contra de la
máquina y de la ciencia. Eso se sentía claramente en los 50’s. Mientras que lo que es
igualmente notorio ahora es que no se tiene eso. En la actualidad la religión no compite
con la ciencia. Le dejan la tierra a la ciencia y a la cuantificación, sin vacilación. Sólo
añaden algo: que la idea esencial es la defensa de la vida; la defensa de la vida y del otro
mundo. Simultáneamente, ellos aceptan la cuantificación a un grado extremo y este es el
gran cambio. Se produjo un cambio en la relación de fuerzas, debido al cambio de la
línea religiosa. Ya lo ven, en nuestra lucha contra las TCC, re-humanizar la religión es
un anhelo del que tenemos que hablar.

Texto transcrito por Natalie Wulfing

Editado por Bogdan Wolf y Natalie Wulfing

Traducción de Adolfo Ruiz L.

Tomado de:

http://www.nel-amp.org/bl/bl03/periscopio1.html

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