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Cognitivo Vs Psicoanalistas
Cognitivo Vs Psicoanalistas
Esta entrevista representa los puntos de vistas de dos profesionales que se definen asi
mismos como pertenecientes a cada una de estas corrientes terapéuticas y no pretende
representar bajo ningún concepto a las corrientes mismas y mucho menos a otros
terapeutas pertenecientes a esas mismas corrientes.
No se recomienda la lectura hacia profesionales fanáticos de posiciones teóricas cuya
sensibilidad podría resultar lastimada o para personas con excesiva rigidez de
pensamiento.
La disputa será dividida en rounds.
Jimmy Lennon Jr: … (con voz de anunciador de combate de boxeo) y en esta esquina
pensando 78 kg con 500 gramos la Terapia Cognitiva Conductuaaaal.... y en esta otra
esquina pensando xxx kg con xxx gramos el legendario Psicoanaaalisis... (el
psicoanálisis se negó a declarar su peso)
Psicoanalista: PA
Terapeuta Cognitivo Conductual: TCC
TCC: la salvo la campana lic, yo le voy a seguir diciendo lic, porque a estas alturas ya
siento lastima por Ud.
PA: (Se va angustiada hacia su rincón el cual no encuentra).
Big John McCarthy: Por aquí señora, sus segundos están aquí.
Rincón Azul
Rincón PA: Tenés que reaccionar, te está llenando la cara de dedos.
PA: ¿Que querés que haga?. Este tipo me sale con cosas increíbles, no sé qué
contestarle.
Rincón PA: Vos cuestionalo todo el tiempo. Trata de no dejarlo hablar.
PA: Es lo que trate de hacer todo el primer round.
Rincón PA: Tirale lo de que su terapia es superficial y no genera cambios a largo plazo.
PA: Si pero este tipo pide datos, me va preguntar de donde lo saque, que le digo?
Rincón PA: Decile que es obvio.
PA: jaja (risa nerviosa). ¿Me estas cargando?!
Rincón PA: ¿Que querés que te diga?! Vos sabes que nosotros no nos manejamos con
datos. Yo te dije que no aceptes esta pelea, ahora jodete por cabezona.
Rincón Rojo
Rincón TCC: Esto ya es una espectáculo sangriento, si seguís así esto no va a durar más,
baja un cambio.
TCC: Jaja, es como quitarle un dulce a un niño. Casi que no tiene gracia no? Pero se lo
merece, la sociedad argentina se merece entender porque hay tanto fracaso terapéutico.
Y ella debe pagar por ser parte de ese circo. ¿Cómo ves a la gente de la tribuna?
Rincón TCC: El desengaño no es algo que todos reciban de buena manera, hay gente
que prefiere seguir engañada y lo abuchean en cada crítica. No van a aceptar tan
fácilmente que fueron engañados durante tantos años.
TCC: Tenemos que reconocer que somos visitantes y que el público siempre está a favor
del local, no es una cuestión racional sino emotiva. Y que la sociedad argentina viene
siendo entrenada en la tolerancia al engaño por toda la casta política desde hace un
siglo...
Una de las críticas más fomentadas desde el psicoanálisis hacia la Terapia Cognitivo
Conductual (TCC) afirma que nuestros tratamientos son superficiales. Nada más errado
que ello. En otros artículos ya hemos destacado que la evaluación del pasado no
garantiza la resolución de los problemas actuales y que, a la inversa, muchas
dificultades presentes se resuelven sin necesidad de indagar el pasado.
De todos modos, la revisión de hechos acaecidos tiempo atrás puede ser de utilidad en
algunos casos, especialmente los crónicos o de larga duración. En pocas palabras, la
TCC no desdeña a priori la importancia de episodios históricos, sino que ellos son
examinados con un objetivo operativo puntual, a saber: la identificación de variables
que permitan la modificación de la conducta que genera malestar en el paciente hoy.
En el presente artículo nos encargamos de responder a la crítica formulada,
mencionando algunas de las tantas intervenciones que puede llevar a cabo el terapeuta
cognitivo conductual a los fines de una evaluación pormenorizada de la historia clínica
del paciente.
1. La TCC y la indagación del pasado del paciente.
En la crítica de superficialidad formulada a la TCC se resalta habitualmente que otros
estilos terapéuticos, particularmente los de orientación psicoanalítica, recurren a
supuestas causas pasadas de los síntomas mientras que nosotros nos ocupamos de
resolver los problemas “aquí y ahora” sin hacer mención de variables históricas. Esto es
definitivamente un grueso error.
En TCC no desechamos ciegamente las variables históricas relacionados con el malestar
que aqueja al paciente, más aún, en muchos casos realizamos un análisis minucioso de
las mismas, entrevistando incluso a personas significativas que nos pueden aportar datos
del pasado. La diferencia respecto de los enfoques psicoanalíticos radica en que la
investigación de la historia se lleva a cabo con el objetivo de mejorar nuestra
comprensión del cuadro actual y, junto con ello, ampliar nuestra capacidad de intervenir
eficazmente. Ilustrémoslo con algunos ejemplos:
Algunos pacientes adultos con Fobia Social temen ser objeto de rechazo y burla en
público. Al indagar más minuciosamente este temor, surgen recuerdos de la etapa
adolescente, episodios traumáticos durante los cuales la persona sí fue objeto de burlas y
humillación por parte de sus pares o incluso, de autoridades de una escuela. Ahí se han
arraigado algunas creencias acerca de cómo los demás se comportan socialmente. Claro
está que las prácticas sociales de la vida adulta resultan muy diferentes a las de la
adolescencia. La reestructuración cognitiva en tales casos deberá tomar en cuenta los
orígenes históricos de las creencias irracionales y ponerlos en la perspectiva de la
maduración social y cultural, brindando una adecuada psicoeducación que el paciente
pueda corroborar por sus propios medios.
Cuando un jugador compulsivo se ha curado de su adicción, se producirán cambios en
sus pensamientos y esquemas más arraigados. La persona, por ejemplo, comenzará a
considerar que hay metas en su vida más importantes que ganar excesivos montos de
dinero, valorando así otras áreas de la experiencia. Luego del cambio comportamental,
el paciente suele darse cuenta de las creencias disfuncionales de su pasado, tal como “si
tengo dinero voy a ser aceptado por los demás”.
El referido caso de fobia social muestra un ejemplo donde se hace necesario modificar
creencias actuales a partir del relato y análisis de los pensamientos automáticos
asociados a episodios pasados. El paciente jugador compulsivo representa un
característico cambio de esquemas arraigados en experiencias pasadas a partir de un
cambio conductual actual.
En virtud de la relevancia que la TCC le otorga al trabajo sobre la historia del paciente
se han desarrollado incluso técnicas específicas. Por ejemplo, la reestructuración de
recuerdos tempranos, propuesta por Judith Beck, se aplicaría en casos como el
mencionado de fobia social. Otro procedimiento prototípico consiste en la construcción
de la historia clínica del sujeto y de la línea de tiempo de un problema determinado, el
cual tiene por objetivo la evaluación de puntos tales como el inicio de la patología, su
curso, recaídas y remisiones. En cuadros crónicos como trastornos bipolares,
esquizofrenia o depresiones mayores tales abordajes no pueden omitirse.
5. Conclusiones
Respondida la crítica que se le formula a la TCC, llegamos a las siguientes
conclusiones:
La TCC trabaja puntualmente sobre el malestar del paciente. Sin embargo, ello no
implica superficialidad alguna pues la modificación de la conducta actual conduce
paralelamente al cambio en la percepción que el paciente tiene de la historia de su
problema y de sí mismo.
En algunos casos se necesita el examen pormenorizado de episodios históricos para la
resolución de problemas actuales; en otros no. No hay evidencia empírica de que el
rastreo de aspectos del pasado sea de suyo una condición para lograr los objetivos
trazados.
No sólo abordamos el problema formulado en el motivo de consulta inicial y expreso,
sino también consideramos áreas conexas no explicitadas por el paciente.
No creemos ingenuamente todo lo que se nos dice. Somos consciente de que muchos
pacientes mienten y ocultan.
No nos ocupamos sólo de temas simples y concretos, también abordamos los llamados
problemas “existenciales”, más difíciles de asir y definir.
Creer que la TCC no considera la complejidad del ser humano, sus aspectos subjetivos,
sus emociones íntimas, sus secretos más privados; es una crítica simplista que refleja la
total ignorancia de los que la emiten acerca de cómo se trabaja en Terapia Cognitivo-
Conductual. Lamentablemente, estos prejuicios provocan que muchos pacientes no
accedan a un tratamiento ético y eficaz, pues han sido adoctrinados por sus analistas. Es
uno de los tantos mitos que tienen como objeto desacreditar a la TCC, tildándola,
injustamente, de superficial.
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Jacques-Alain Miller
Intervención en el Foro de los Psi titulado: “Por el deseo, contra las TCC”, en el 3er.
Congreso de la Nueva Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, Londres 21-22 de mayo de
2005.
En París use el término ‘lucha’. Hablé en términos de lucha. Lo hice porque en Francia
las Terapia Cognitivo-Conductuales (TCC) no son aún un modelo dominante; lejos de
eso. En nuestro medio son algo que apenas hemos descubierto y que no es prevalerte en
hospitales o instituciones. Sólo ha llamado nuestra atención por la reciente enmienda
Accoyer y el estudio del INSERM, que emergen desde lo externo, como algo nuevo y
sorprendente. No vimos las TCC aflorar a partir de la práctica clínica. Quizás no
estábamos muy atentos, porque ciertamente había alguna literatura escrita acerca de
ellas en los últimos 10 años. Pero no estaba presente en la práctica cotidiana. Tan pronto
como nos dimos cuenta de que eran algo nuevo, comenzamos a interesarnos en ellas. Y
creo que es porque en Francia las descubrimos de esta manera sorprendente, que ustedes
se han reunido hoy en este forum en Londres para discutir el avance de las TCC.
No creo que hayan realizado antes una reunión como esta en Inglaterra o en el Campo
Freudiano. Creo que nuestra sorpresa, nuestra ignorancia, nuestra indignación y el
levantamiento ético en Francia, tuvieron algunas consecuencias para ustedes. Los hizo
preguntarse por lo que es más común aquí. Por esta razón, no creo que la lucha que
hemos iniciado en Francia pueda trasladarse a este lugar. No estamos sincronizados.
Ustedes las afrontan aquí donde, me parece –aunque puedo estar equivocado– las TCC
son ya el modelo dominante de la terapia-por-la-palabra. Se ha creado un nuevo campo
llamado terapia-por-la-palabra, y en él, el modelo dominante es el de las TCC más que
el psicoanálisis. ¿Describe esto el fenómeno?
En Francia, y pienso que es lo mismo aquí, las TCC son un desarrollo liderado por la
burocracia; es liderado por la burocracia estatal y por la burocracia de las aseguradoras,
y los ‘psys’ (practicantes en todo el campo de la psicoterapia y la consejería) sienten la
presión de estas burocracias. Es un aspecto nuevo de los últimos, digamos, 10 años: el
hecho de que los ‘psys’ se hayan convertido en un factor político y económico. Hace 20
años hablábamos como practicantes privados que podíamos, también, tener un papel en
la institución. Pero la práctica principal era privada y su motivo eran los pacientes
individuales que solicitaban tratamiento. Pero ahora estamos en un mundo
completamente nuevo. Los ‘psys’ son un factor económico importante del sistema de
salud el cual, además, está incrementando el déficit financiero en todas las democracias
modernas.
Ello quiere decir que tenemos un nuevo Otro en el campo, uno que no habíamos tenido
antes, que pide tratamientos más rápidos, menos costosos, enteramente predecibles y
cuya terminación y duración pueden ser anticipadas. Con esto, estamos frente a un
nuevo tipo de demanda. Antes, teníamos a un individuo solicitándonos tratamiento.
Ahora tenemos un Otro colectivo, generalizado, que demanda. ¿Cómo debemos tratar
esa demanda? ¿Cómo tratar al Otro financiero, o al Otro burocrático, que demanda y
comanda, que no cede sino que nos da ordenes? ¡Diría que es una nueva clase de
paciente! ¿Cómo debemos tratar este nuevo paciente? Desde este punto de vista la
palabra ‘lucha’ no es la mejor manera de enfrentarnos con este paciente. ‘Luchar’ puede
ser contraproducente y quizás no deberíamos llamar esto una ‘lucha’. Podría ser que
tuviésemos que aceptar las bases de la demanda con el fin de hacer con ello; para
demostrar, quizás, que las TCC no son tan efectivas, rápidas y menos costosas como
parece. Es mi sugerencia.
Y ello depende de cuán lejos hayan llegado aquí en Inglaterra. En Francia, por ahora,
este Otro es aún pequeño. No tiene una voz muy poderosa por el momento. Pero esto
puede cambiar en dos o tres años. De cierta manera, estoy aquí para entender cómo
podría verse nuestro futuro, porque podría ser que ustedes sean nuestro futuro. Durante
mucho tiempo hemos tenido la esperanza de que Francia sería el futuro de ustedes en
psicoanálisis. En lugar de ello, parece posible que vayamos a descubrir en Francia el
tipo de problemas que ustedes tienen.
No estoy seguro de que en los Estados Unidos estén más ‘avanzados’ que en Inglaterra a
este respecto. Hace tres años un artículo en el Washington Post decía que las TCC son
más populares en Inglaterra que en los Estados Unidos, y que en Inglaterra son la
“primera línea de tratamiento”. Lo que puede estar más desarrollado en los Estados
Unidos es la presión que ejercen los grupos jurídicos individualistas; ‘tenemos derechos,
respeten nuestros derechos’; para ellos, el psicoanálisis parece ser irrespetuoso de los
derechos jurídicos.
Mi opinión en relación con la evaluación es que es una causa perdida. Quiero decir que
es demasiado costosa y no es posible de implementar. Los datos que pueden obtenerse
por medio de la evaluación no pueden ser procesados, sólo se acumulan y al final no
pueden ser utilizados. Subyaciendo a ello, hay de un intento de obtener un sujeto
supuesto saber transparente. Un sujeto supuesto saber completo, es para mí un
fenómeno muy extraño. ¿Cómo es posible, después de todo lo que ha sucedido? ¿Cómo
se puede tener un sujeto supuesto saber completo, al mismo tiempo que ‘Dios ha
muerto’, y que el relativismo general, deplorado por el nuevo Papa? De hecho, vemos
en nuestra sociedad un nuevo ideal de conocimiento total; un nuevo ideal de
cuantificación general de todo lo humano. Es más bien como si Dios hubiese renacido,
un Dios intelectual renacido, o vuelto a nacer, si puedo decirlo, y creo que es algo que
va a fracasar por su propia lógica. Sin embargo puede tardar varios años en fracasar, y
no sé si el momento en que fracase será el mismo en los Estados Unidos y en Europa.
Aparentemente 20% del costo total de la salud tiene que ver con la evaluación. Alguien
hizo esta apreciación recientemente en el New York Times. Es difícil creer que
continuará así para siempre. Pero por el momento, es una concepción del mundo, una
nueva Weltanschauung, que es contradictoria con la nuestra.
¿Por qué el psicoanálisis se desarrolló por fuera de las regulaciones estatales y por qué
quiso desarrollarse así? Pudo ser que durante mucho tiempo no fue un asunto de masas;
no era una práctica masiva sino una práctica especializada. Se pudo desarrollar de esta
manera porque el deseo del psicoanálisis es cuestionar todas las creencias, todos los
fines, todas las nociones de beneficio y aún la noción misma de realidad. Esto quiere
decir que la sesión psicoanalítica ocurre en un espacio diferente; no importa si es un
espacio imaginario o simbólico, pero no es el espacio común de la comunicación
habitual. Por lo tanto, era esencial a la práctica analítica no estar regulada desde afuera.
Era más una cuestión de cómo podía ser regulada desde el interior, principalmente para
aquellos psicoanalistas que pensaban que no podían compartir su importancia, sus
métodos y sus resultados con otros practicantes.
Así, es por rezones estructurales que hay este aspecto salvaje, indomable, del
psicoanálisis. Si bien Freud trató de civilizarlo en su momento, Lacan lo criticó y trató
de desarrollarlo como algo por fuera de los valores comunes, por fuera del ‘bienestar
común’, por fuera de de las cosas que ‘se saben’ y de todas las estructuras de
universalidad que son tan anónimas. Y tenemos que aceptar que en este momento este
tipo de crecimiento anómalo es considerado intolerable. Es insufrible para el nivel del
control estatal que tienen en los Estados Unidos y que ahora opera no sólo en cada país
de Europa, sino en Europa como tal.
Para nosotros en Francia, que nos hemos acostumbrado al control estatal por siglos,
Inglaterra era un país en el que ustedes tenían un mayor rango de acción, donde no
estaban sometidos al mismo tipo de control estatal que en el continente; esto se debía a
la herencia aristocrática que ustedes han mantenido hasta ahora. Esto, es algo que me
han dicho, está desapareciendo aquí cada vez más. Me entristecí cuando supe que ahora
se debate una tarjeta nacional de identidad en Inglaterra. Aunque no sea implementada
de inmediato, según me lo informaron hoy durante el almuerzo, muestra que ahora el
control del estado también llega ahora a los ingleses, al menos más que antes.
Al ser confrontados con las TCC, estamos de frente a un nuevo fenómeno. ¿Son las
TCC simplemente el uso de la sugestión que conocemos de hace tiempo, que tuvimos
en el siglo 19 y principios del 20, sólo que en una nueva edición? Me temo que no se
trata de una nueva edición de la sugestión, porque es un tipo de horrible producto
secundario del psicoanálisis mismo. Eso es lo novedoso. Son, en algún sentido post-
analíticas, post-Freudianas.
Si queremos entender este fenómeno, tenemos que entender las TCC no sólo desde el
punto de vista del psicoanálisis, sino como un sub-producto del psicoanálisis y, diría, un
subproducto del psicoanálisis norteamericano. Porque, cuando se lee acerca de las TCC,
se puede ver que están hechas de frases de sentido común, lo cual muestra que ellas se
remiten a la extrema estandarización de la práctica en Norteamérica. Se tiene la idea de
una especie de neutralidad pura del analista y esta ‘pureza’ es lo que, por medio de las
TCC, han tratado de corregir de cierta manera, para re-humanizar el proceso analítico.
Por lo tanto, si vamos a continuar este estudio, debemos estudiarlas como un tipo de
sub-producto del psicoanálisis, no del psicoanálisis Freudiano sino del tipo de
psicoanálisis norteamericano o Inglés, que en Francia vimos aparecer como algo venido
de afuera. No sentimos que haya nacido de nuestra práctica. Es el primer punto.
El Segundo punto es este: las bases para el punto de vista de las TCC es su idea del
lenguaje. Ellos no teorizan sobre lo que es para ellos el lenguaje, pero yo considero las
TCC una teoría del lenguaje, a saber, una teoría de la descripción.
En lo fundamental, ellas creen que el lenguaje no es ambiguo, o al menos que el
lenguaje puede fácilmente ser utilizado de una manera inequívoca y que puede ser
explícito. Por eso, estas terapias creen que es posible tener un acuerdo previo entre
paciente y terapista sobre cuál es el problema y como curarlo.
Se piensa, en las TCC, que se puede llegar a un acuerdo sobre una terapia y que el
paciente puede acordar con una descripción previa del trauma. De esta forma, las TCC
logran un acuerdo sobre el resultado, que es, en consecuencia, la supresión del problema
previamente descrito. Asumen que si uno toma una caja negra y entra en ella –siendo la
caja negra el tratamiento, el proceso del tratamiento– puede introducirse en el problema
descrito y luego tener un resultado; que es posible percibir el problema descrito y estar
de acuerdo en que este ha desaparecido. En esta lógica, el tratamiento en sí mismo no
tiene influencia sobre la descripción del problema, que permanece como una constante
que no es dependiente del proceso. Las TCC construyeron un proceso que no tiene
influencia sobre la descripción del problema y la descripción del problema mismo es
una creación, tal como Thomas Svolos lo ha mostrado antes.
La actitud que adoptemos hacia este Otro, ya sea que nos refiramos a ella como lucha o
crítica o cualquier otra cosa, dependerá de la actitud de nuestra civilización en este
momento. ¿Aceptará la gente este nivel de control y regulación estatal? ¿Desearán las
personas ser consideradas como máquinas? O lo irán a rechazar. Es algo que no
podemos garantizar. En principio no podemos tener mucho efecto. Es cuestión, como
Thomas Svolos lo dijo, de una respuesta ética. Para mí, el modelo de lenguaje de las
TCC es exactamente el mismo que el del “Manual del usuario” que suele acompañar a
los aparatos: cuando usted compra un electrodoméstico le dan una instrucción
inequívoca de cómo encenderlo y apagarlo. Ese es el modelo o concepto de lenguaje
utilizado en las TCC. Quizás las personas lleguen a considerar que una máquina es un
estado superior de la humanidad. Y si esto sucede, no creo que podamos hacer mucho.
Para mí, lo más sorprendente de todo es que el establecimiento religioso, las iglesias en
las democracias modernas, ¡han acordado con esta evaluación! Me parece que antes
había un rechazo humanista de la máquina, por aquello que era llamado, la casa de las
almas. Teníamos aliados entonces. Aunque Freud fuera considerado demoníaco, era aún
obvio, para Lacan, que había una alianza entre religión y psicoanálisis en contra de la
máquina y de la ciencia. Eso se sentía claramente en los 50’s. Mientras que lo que es
igualmente notorio ahora es que no se tiene eso. En la actualidad la religión no compite
con la ciencia. Le dejan la tierra a la ciencia y a la cuantificación, sin vacilación. Sólo
añaden algo: que la idea esencial es la defensa de la vida; la defensa de la vida y del otro
mundo. Simultáneamente, ellos aceptan la cuantificación a un grado extremo y este es el
gran cambio. Se produjo un cambio en la relación de fuerzas, debido al cambio de la
línea religiosa. Ya lo ven, en nuestra lucha contra las TCC, re-humanizar la religión es
un anhelo del que tenemos que hablar.
Tomado de:
http://www.nel-amp.org/bl/bl03/periscopio1.html