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ESCUELA CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

Filosofía de la Educación

“Existencialismo

Ana Karen Banda de León Mat.5493


Magda Perla Mendoza Villarreal Mat. 5494

PhD Juan Manuel Silva Corpus

Monterrey, NL a 14 de Noviembre de 2014


"la vida, a priori, no tiene sentido. Antes que ustedes vivan, la vida no es
nada; les corresponde a ustedes darle un sentido"
Jean Paul Sartre

Biografía

Jean Paul Sartre nació en París, el 21 de junio de 1905, hijo de Jean Baptiste
Sartre y Anne Maire Schweitzer. El 17 de septiembre de 1906 muere su
padre, Jean-Baptiste Sartre, que era oficial de marina, a causa de una
fiebre contraída en uno de sus viajes por el sureste asiático. Durante su
infancia y los primeros años de su juventud, Sartre será educado en un
medio burgués e intelectual, que marcará buena parte de su formación
intelectual, pero que irá evolucionando hasta terminar por ser considerado
un símbolo del pensador comprometido con los problemas de su tiempo.

En 1915 Jean-Paul inicia sus estudios en el Liceo Henri-IV, de París, donde


conocerá a Paul Nizan, nacido el mismo año que él. Dos años después, en
1917, su madre, que se había vuelto a casar con Joseph Mancy, director
de las fábricas Delaunay-Belleville, se traslada a la Rochelle, con el abuelo
de Sartre. Jean-Paul continuará sus estudios en el Liceo de la Rochelle,
hasta 1920, en que volverá al Liceo Henri-IV, de París. En 1924 Ingresa en la
École Normale Supérieure, donde coincidirá con Raymond Aron, Paul
Nizan, Simone de Beauvoir y Maurice Merleau-Ponty. ("La École Normale
significó para mí, desde el primer día, el comienzo de la independencia").
Tras finalizar sus estudios, en 1929 consigue el primer puesto de su
promoción en la "agrégation" de filosofía (concurso para el desempeño de
un puesto de profesor en los Liceos, equivalentes de nuestros Institutos de
Bachillerato). Simone de Beauvoir, segunda de la misma promoción, se
convierte en su compañera.

En 1931 toma posesión de su plaza como profesor de filosofía en el Liceo


del Havre, puesto que ocupará posteriormente de 1936 a 1939, tras un
periodo dedicado a su profundización en los estudios de filosofía. En el
verano del 31, poco después de la proclamación de la República, realiza
un viaje a España con Simone de Beauvoir. Dos años después, en 1933,
residirá en Alemania, donde permanecerá un año como becario en el
Instituto francés de Berlín, completando así sus conocimientos de la
fenomenología de Husserl, al tiempo que asiste a la expansión del nazismo.
De nuevo en Francia, regresa a su puesto de profesor de filosofía. Durante
el mes de febrero de 1935, y con el fin de investigar la percepción, Sartre
consumirá mescalina, lo que le conducirá a una depresión, acompañada
de alucinaciones, que le durará seis meses.

En 1936 el "Frente popular" consigue imponerse en las urnas, en Francia, en


una época en la que el avance del nazismo y del fascismo en Europa
parece ya imparable, como se verá pronto con el golpe franquista contra
la República española. Sartre es destinado al Liceo de Laon. ("En Laon tuve
como alumnos a los hijos de los dueños de las grandes explotaciones
agrícolas, para quienes el dinero era dinero, una mesa era una mesa, un
toro era un toro..."). Al año siguiente será destinado al Liceo Pasteur, en
Neuilly, al lado de París, donde comenzará su proyección como literato y
filósofo en 1938, con la primera edición de "La náusea", obra con la que
alcanzará un gran éxito. Al año siguiente, en 1939, publicará "El muro". En
ese mismo año empieza a escribir "La edad de la razón" y "El ser y la nada".
En el mes de mayo asiste a la "Conferencia antifascista internacional".

Sartre será movilizado en septiembre de 1940, ante la inminente guerra con


Alemania, siendo destinado a la 70ª división, en Essey-lès-Nancy, y luego
trasladado a Brumath y Morsbroon. La ofensiva alemana se inicia el día 1
de mayo. El 23, Paul Nizan muere en el frente. El 21 de junio Sartre es hecho
prisionero en Padoux, sin haber llegado a pegar un sólo tiro, y llevado al
campo de Trèves. Se fuga del campo de Trèves en marzo de 1941,
haciéndose pasar por un civil. En abril retomará su puesto en el Liceo
Pasteur de París. Una vez consumada la ocupación de París por las tropas
nazis, tras el derrumbe inesperado del ejército francés, la actividad cultural
se ve limitada y censurada, pese a lo cual publicará en 1943 la primera
edición de "Las moscas", que será representada en París, en plena
ocupación, y de "El ser y la nada". Simone de Beauvoir publica, ese mismo
año, "La invitada". Sartre se adhiere al "Comité nacional de escritores" y
colabora con los periódicos clandestinos "Combat" y "Lettres françaises".
Conoce a Albert Camus. Sartre vive estos años un periodo de intensa
creatividad, combinada con la actividad política, que continuará con
éxito en los años siguientes.

En 1945 participa, junto con Simone de Beauvoir, entre otros, en la creación


de la revista "Les Temps Modernes". También de ese año es la edición de
los dos primeros volúmenes de "Los caminos de la libertad", a la que
seguirán, en los años siguientes, en 1946, la primera edición de: "Muertos sin
sepultar", "Reflexiones sobre la cuestión judía", "La puta respetuosa", "El
existencialismo es un humanismo". En 1947, la primera edición de
"Baudelaire" y del primer volumen de la serie "Situaciones".

También en 1947 defiende a Nizan, difamado por los comunistas. Rompe


definitivamente con R. Aron. El existencialismo se encuentra en pleno auge,
así como la fama de Sartre. En 1948 se publica la primera edición de "Las
manos sucias". Su obra es puesta en el Índice por el Vaticano. Colabora
con el periódico "La Gauche". Creación del R.D.R. (Rassemblement
Démocratique Révolutionaire), que abandonará al año siguiente, en
octubre. En 1949 publicará la primera edición de "La muerte en el alma".

Albert Camus publica, en 1951, "El hombre rebelde", duramente criticado


por los existencialistas y la revista "Les temps Modernes", dirigida por Sartre,
crítica considerada como el preludio de la ruptura entre Camus y Sartre
que se consumará al año siguiente. Por su parte, Sartre publicará la primera
edición de: "Le diable et le Bon Dieu" y, en 1952, la primera edición de
"Saint-Genet, comediante y mártir". Tras anteriores disputas, malentendidos
o confrontaciones entre ambos, se producirá un acercamiento entre Sartre
y los comunistas. Dos años después, en 1954, se producirá la ruptura con
Merleau-Ponty, a quien había conocido en su época de estudios en la
Ecole Normale Supérieure. De ese mismo año es su primer viaje a la URSS. Es
nombrado vicepresidente de la asociación Francia-URRS.

En 1956 participa en los actos que tienen lugar contra la guerra de Argelia,
año en que publica también la primera edición de Nekrassov. En 1957 se
produce la ruptura con el partido comunista francés (a consecuencia de
la intervención soviética en Hungría, en 956). Ese mismo año publica la
primera edición de "Cuestión de método", y trabaja en la "Crítica de la
razón dialéctica".

En 1963 tiene lugar la primera edición de "Las palabras". Continuando con


su interés por el comunismo realizará una nueva estancia en Moscú, en
vistas a constituir una "Comunidad internacional de escritores". En 1964
rechaza el premio Nobel de literatura. Ese mismo año participará en la
edición del primer número de la revista "Nouvel Observateur", apadrinada
conjuntamente por Pierre Mendès France y Sartre, y que jugará un papel
de primer orden en la vida política francesa en los años siguientes. En 1968
Sartre apoya las reivindicaciones de los estudiantes, en las revueltas de
mayo, y participa en las asambleas de la Sorbonne.

Crea, con Maurice Clavel, la agencia de prensa "Libération", que se


constituirá en un medio de expresión alternativo, frente al monopolio de los
pesos pesados de la prensa francesa, y que, pocos años después, dará
paso a periódico diario, que se sigue manteniendo activo en la
actualidad. Un año después, editará "Teatro de las situaciones". También
en 1973 se produce la publicación del primer número del diario Libération,
el 22 de mayo, del que será director durante un breve período, al verse
obligado a abandonar la dirección por razones de salud.

Muere el 15 de abril de 1980 en el hospital Broussais. Es enterrado el 20 de


abril, rodeado de una inmensa multitud. Varias decenas de miles de
personas le acompañan hasta el cementerio de Montparnasse.
Características de la Filosofía Existencialista

Movimiento filosófico del siglo XX que pone en la existencia el centro de


toda la reflexión filosófica. Cuando los filósofos que se incluyen en este
movimiento reivindican la reflexión sobre la existencia como el tema
filosófico fundamental no se refieren a la existencia como categoría
abstracta, ni a la existencia de las cosas o realidades no humanas, se
refieren a la existencia humana concreta. Y en su tratamiento de esta
existencia emplean dos estrategias:
• como método filosófico, rehuyen el pensamiento especulativo, la
construcción de teorías filosóficas a partir de puros conceptos, y
prefieren el método fenomenológico, entendido básicamente como
fidelidad absoluta a lo dado, a lo realmente experimentado, como
descripción de lo que se ofrece inmediatamente en la esfera de la
vida; su actitud contraria a los enfoques abstractos de lo humano les
lleva también a criticar el uso de la razón matematizante para la
comprensión de la realidad humana, y por lo tanto a recelar de la
ciencia y de la técnica;
• en cuanto a las facetas fundamentales de la existencia objeto de su
interés, atienden básicamente a la dimensión de la finitud en el
mundo humano: la temporalidad, la muerte, la culpa, la fragilidad
de la existencia, la responsabilidad, el compromiso, la autenticidad,
la subjetividad, la libertad...

El existencialismo comienza en el periodo de entre guerras y tiene su


máximo momento de esplendor tras la segunda guerra mundial,
particularmente en Francia. Es habitual señalar a Søren Kierkegaard (1813-
1855) como un precursor de esta corriente; el propio Jean-Paul Sartre
(1905-1980), en su obra “El existencialismo es un humanismo”, destaca tres
versiones en este movimiento:
• el existencialismo cristiano: Karl Jaspers (1883-1969) y Gabriel Marcel
(1889-1973);
• el existencialismo ateo: en donde sitúa a su propia filosofía.
• el existencialismo agnóstico con Albert Camus y Martin Heidegger
(1889-1976).
Para Sartre, el existencialismo es la filosofía que hace suya la
comunicación de que la "existencia precede a la esencia" pero realmente
¿qué quiere decir?. Para poder entenderla consideremos lo opuesto "la
esencia precede a la existencia" donde esencia significa:
• Lo que es una cosa
• La definición de cosa
• La idea de cosa
• La naturaleza de la cosa
• La función de la cosa
• El programa de la cosa
En la citada obra, Sartre atribuye a su versión del existencialismo los
siguientes rasgos:

1.Tesis fundamental: es un ateísmo consecuente; puesto que Dios no existe,


no existe la naturaleza humana; el hombre no tiene esencia o naturaleza,
es lo que él mismo se ha hecho; en el la existencia precede a la esencia.

2. El hombre es un proyecto que se vive subjetivamente: lo que mueve a


las personas son sus proyectos, su preocupación por la realización de su
ser; pero estos proyectos y los ideales involucrados en ellos, no existen
previamente a su decisión de realizarlos, no están trazados previamente
por un destino, una naturaleza o una tabla de valores objetivos.

3. El hombre es responsable de sí mismo y de todos los hombres: somos


responsables de nosotros mismos porque lo que somos depende de lo que
hemos querido ser, no de un destino divino, ni de una circunstancia social,
ni de una predisposición biológica o natural; pero somos también
responsables de los demás porque al elegir unos valores, elegimos una
imagen del hombre tal y como debe ser; “nuestra acción compromete a
la humanidad entera”.

4. La libertad humana trae consigo los sentimientos de angustia,


desamparo y desesperación. Angustia ante el hecho de que es uno mismo
el responsable de sí mismo y de los demás; desamparo porque la elección
se hace en soledad, no existe una tabla de valores en la que apoyarse, ni
ningún signo que nos indique la conducta a seguir, es preciso inventarse la
moral; y desesperación porque no es posible un control completo de la
realidad en la realización del proyecto, porque siempre hay que contar
con factores imprevistos, con la posibilidad de que se truequen nuestras
buenas intenciones en malos efectos.

5. Es una doctrina de la acción, contraria al quietismo: para el


existencialismo sólo hay realidad en la acción, el hombre existe en la
medida en que se realiza, es el conjunto de sus actos y nada más. Este
pensamiento tiene dos caras: por un lado es duro para aquellas personas
descontentas con lo que son, para los que no han triunfado en la vida;
estas personas pueden engañarse diciendo que en realidad el conjunto
de sus actos no muestra su auténtica valía, diciendo que hay en ellos
capacidades, talentos o disposiciones desaprovechadas, que el mundo les
ha impedido dar de sí todo lo que realmente son. Pero, por otro lado, esta
doctrina es optimista pues declara que el destino de cada uno de nosotros
está en nuestra mano y nos predispone a la acción, a no vivir de sueños,
de esperanzas, a dejar de lado nuestra miseria y realizar nuestro proyecto:
el héroe no nace héroe, se hace héroe; si se es cobarde es como
consecuencia de una decisión, no porque fisiológicamente o socialmente
se esté predispuesto para ello; el cobarde se hace cobarde, pero hay
siempre para el cobarde una posibilidad de no ser por más
tiempo cobarde, como para el héroe la de dejar de ser héroe.

6. Es una doctrina que reivindica la intersubjetividad: aunque parte del


cogito como la verdad indudable, no defiende el aislamiento de la
subjetividad, pues considera que sólo en el trato con el otro, en el
reconocimiento que el otro hace de nuestro ser, en la presencia de su
mirada, sólo así nos hacemos conscientes de nuestro propio ser, de nuestra
propia realidad.

7. Frente a la noción de “naturaleza humana” defiende la existencia de la


“condición humana”: aunque no existe una esencia común a todos los
hombres, Sartre cree que sí se puede hablar de ciertos rasgos formales y
universales que permiten la identificación de la humanidad como un todo
y el reconocimiento y comprensión del proyecto de cada individuo y de
cada cultura; la libertad, la indigencia de la existencia, la sociabilidad, son
estructuras antropológicas que desvelan la condición humana.

8. Es una doctrina que permite el compromiso moral y la crítica de la


conducta inauténtica: aunque los valores se inventan, no todos tienen el
mismo valor, pues algunas elecciones están fundadas en el error y otras en
la verdad; la conducta de mala fe, por ejemplo, se basa en el error, en el
error de excusarse en las pasiones, en el determinismo, en el destino, o el
error de declarar ciertos valores como existentes de modo objetivo e
independiente de mi voluntad. La actitud auténtica es la de buena fe, la
de aquél que asume la responsabilidad completa de su acción y situación,
la de aquél que tiene como lema moral la realización de la libertad propia
y ajena.

9. Para el existencialismo el mundo, la vida, no tiene un sentido a priori:


declara que Dios no existe, por lo que la vida misma carece de sentido;
sólo se puede hablar del sentido que cada uno le da, de los valores que
cada uno inventa.

10. El existencialismo es un humanismo: pero no un humanismo que valore


a la humanidad por la excelencia de alguno de sus miembros, ni por la
supuesta bondad de la humanidad en su conjunto; es un humanismo por
declarar que no hay otro legislador que el hombre mismo, por afirmar la
libertad y la necesidad de trascender la situación, de superarse a sí mismo,
por reivindicar el ámbito de lo humano como el único ámbito al que el
hombre pertenece.
Psicología del Existencialismo

Como su propio nombre indica se basa en la filosofía existencial. Los


psicólogos existencialistas analizan sobre todo la enajenación (alineación)
de la vida moderna y su absurdidad. Estos sentimientos dan origen a
apatía y a problemas psíquicos, al alcoholismo y a la drogadicción.

El existencialismo de Sartre, afirma que el hombre comienza por existir y


sólo después será tal como se haya hecho, porque el hombre no será otra
cosa más que eso. Es ante todo un proyecto y es responsable de lo que es.

Las relaciones interpersonales

Sartre no acepta el solipsismo de ciertos autores y trata de fundamentar la


convicción popular de que existe una multitud de sujetos. Todo consiste en
sentirse objeto de una mirada; con ella, dice Sartre, me siento cosificado,
como un instrumento o un objeto; la vergüenza que experimento ante las
miradas ajenas significa la reducción que estoy sufriendo hasta la calidad
de objeto; y si en ese momento soy objeto, es porque del otro lado de la
mirada hay un sujeto; por lo tanto, no soy el único sujeto, hay un pluralismo
de sujetos. Y con esto, el solipsismo queda desbancado.

Establecido lo anterior, Sartre señala que la base de las relaciones


humanas es el conflicto, la lucha, y que de ninguna manera es posible
establecer el contacto interpersonal, la comunicación de sujeto a sujeto.
No hay más que dos posibilidades: o yo me sitúo en la calidad de objeto y
trato de vencer al otro, apoderándome de su libertad de sujeto; o al revés,
me comporto como sujeto, y entonces trato de reducir al otro a la calidad
de instrumento, cosa u objeto.

A partir de aquí surgen algunas variantes. Si yo me comporto como objeto,


entonces trataré de atraer y absorber la libertad del sujeto por medio del
amor, del lenguaje, y del masoquismo. El amor consiste en hacerme
fascinante al otro, de tal manera que logre cautivar su atención y su
libertad. El lenguaje trata de atraer la libertad del otro por medio de
expresiones que lo lleven a la captación de lo que yo quiero. El
masoquismo consiste en hacerme juguete o instrumento del otro. Pero los
tres modos conducen necesariamente al fracaso, pues nunca se logra la
seguridad de capturar la libertad del otro.

En el caso de que yo me comporte como sujeto, dispongo de algunos


procedimientos para lograr la cosificación del otro; tales son: la
indiferencia, el deseo sexual, el sadismo, y el odio. La indiferencia consiste
en hacer caso omiso del otro como persona, y tratarlo como una función
en medio de mi vida; ni siquiera lo miro. El deseo sexual se propone reducir
al otro a la condición de cuerpo. El sadismo trata al otro como un juguete
que produce placer. El odio consiste en proyectar un mundo en donde el
otro no existe; culmina con el asesinato. Pero también estos cuatro
procedimientos están condenados al fracaso, pues yo, como sujeto, no
podré quedar satisfecho tratando a puros objetos.

En síntesis, las relaciones interhumanas están caracterizadas por el


conflicto. Se trata de vencer al otro; pero nunca se quedará satisfecho, y
todo se convierte en una lucha sin sentido; "el infierno son los otros".

Dialéctica De La Cosificación

Con esta expresión Sartre se refiere a la forma inevitablemente conflictiva


de relacionarse las personas. El trato con los demás es siempre un conflicto
entre libertades, un enfrentamiento en el que se busca cosificar a los
demás y evitar ser cosificado por ellos.

Ya se ha dicho que la categoría humana fundamental es la de la libertad.


Lo que nos hace personas es nuestra capacidad y necesidad para
construirnos a nosotros mismos en función de nuestros proyectos. Esta
dimensión es también lo que nos hace sujetos, no meras cosas. Las cosas
no tienen subjetividad, ni voluntad, ni metas, ni están abiertas al futuro, las
personas sí. Pero el hombre necesita del otro para su propia realización y
para el reconocimiento de sí mismo; no es posible la vida humana solitaria.
En este punto se plantea una cuestión fundamental: ¿es posible tratar al
otro como a un sujeto, como un ser que tiene sus propios proyectos, como
un ser libre? La respuesta de Sartre es pesimista: no. Invariablemente, en la
relación con los demás o bien el otro nos tratará como meras cosas o bien
nosotros lo trataremos a él; yo intento esclavizar al otro y el otro intenta
esclavizarme a mí. La esencia de las relaciones interpersonales es el
conflicto. Sartre expresa gráficamente esta idea señalando que “el infierno
son los otros”.

El conflicto de las libertades puede tomar muchas formas pero se


desenvuelve en dos actitudes principales: o bien uno se esfuerza en reducir
al otro al estado de objeto para afirmarse como libertad, o bien uno
asume su ser objeto, se convierte libremente en cosa delante de otro para
captar su libertad, para reconocerle como sujeto:

1. Intento de relacionarse con el otro reconociendo en él su libertad, su


subjetividad: conduce inevitablemente a tratarnos a nosotros mismos
como objetos, como seres no libres; las tres expresiones de esta actitud son
el amor, el lenguaje (entendido como toda forma de expresión, no sólo
como palabra articulada) y el masoquismo. Pero las tres fracasan pues
aunque consiguen el reconocimiento del otro en su poder, en su
subjetividad y libertad, anulan nuestra libertad y subjetividad, hecho que
siempre despertará nuestra rebelión pues jamás podemos prescindir de
nuestra libertad.

2. Intento de afirmar la propia libertad, la propia subjetividad: lleva a tratar


al otro como objeto, como esclavo de nuestra subjetividad. Fracasa
porque el otro nunca puede renunciar a su libertad. Sartre describe las
conductas de indiferencia, deseo, (particularmente deseo sexual), sadismo
y odio, como ejemplos de esta actitud.

Psicología existencial

Es una corriente muy relacionada con la filosofía existencialista nacida en


Europa antes de la Segunda Guerra Mundial. Poco más tarde llegó a
Estados Unidos donde renombrados psicólogos (Allport, Rogers, Fromm,
Maslow) se refirieron explícitamente a ella. La psicología existencial influyó
poderosamente en la psicología humanista, que retomó algunos de sus
procedimientos y de sus temas fundamentales.
Surge como reacción al excesivo racionalismo del positivismo psicológico.
Su postulado básico es que la experiencia inmediata del sujeto permite
una mejor comprensión de la realidad que el método racional y sustituye
las técnicas objetivas por una comprensión subjetiva de los fenómenos.

Fundamentos teóricos

El pensamiento existencial encontró su primera formulación psicológica en


la obra de L. Binswanger (1881-1966), un psiquiatra suizo próximo a Freud
que desarrolló un método específico al que llamó Análisis existencial
(Daseinsanalyse). Según Binswanger el psicoanálisis subraya los
determinantes del hombre pero lo verdaderamente importante es lo que el
hombre hace con esos determinantes, la forma en que afronta su destino
para modificarlos. Binswanger contempla los trastornos psíquicos como una
determinada manera de estar en el mundo, como un determinado tipo de
relación que el ser humano establece con sus semejantes, con los objetos
del entorno y consigo mismo. Su enfoque privilegia una visión
“comprehensiva” antes que “explicativa” para abordar la conducta y el
acontecer psicológico.

En el corazón mismo de la crisis del hombre se encuentra el debilitamiento


de su experiencia como ser responsable y con capacidad de decisión. El
objetivo de la psicología existencial es el de devolver ese poder al ser
humano. La terapia no pretende que el paciente permanezca pasivo, sino
que aumente su campo de libertad.
A diferencia del psicoanálisis que fragmenta al individuo en varias
instancias (ello, yo, superuo), la psicología existencial busca la unidad del
ser, más allá de sus distintas expresiones. Se utilizan nociones como sí-
mismo, persona y yo. La psicología existencial concede especial
importancia a las nociones de crecimiento, desarrollo y potencial
humano.

Implicaciones terapéuticas

La psicología existencial tiende más a pensar en términos de


potencialidades que en términos de represión o de inconsciente. El objeto
de la terapia existencial no es un síntoma, ni una enfermedad, ni una
estructura (histérica, obsesiva, etc.) ni la historia del enfermo, ni
determinados mecanismos, sino “dos-personas-existiendo-en-un-mundo, un
mundo representado en ese momento, por la consulta del terapeuta”
(Rollo May). A nivel terapéutico esto significa privilegiar “lo experimentado”
sobre “lo explicado” y la empatía sobre la interpretación.
Características de lo Pedagógico

El existencialismo originó la educación como un proceso por el cual el


hombre se convierte en auténtico. Considera que la educación solo sirve
para ayudar al individuo para que se pueda transformar en el protagonista
de su existencia, e incluso llegar a descubrir que el mismo es un ser libre y
que ya es capaz de ser responsable de su vida.

Aquí al maestro se le conoce como un modelo único y auténtico; no se


debe de considerar conforme, mediocre y mucho menos insensible. Debe
de aspirar a ser una mejor persona ser siempre único e inigualable.
Respetar su libertad; ayudarle a aceptar sus responsabilidades acerca de
la selección de los valores. Solo debe de guiarlo para que el niño se
encuentre a si mismo y se acepte tal como es.

La educación existencialista le da un valor muy importante a los siguientes


aspectos: emocional, afectivo y sensible. Recomienda una propuesta en la
cual las artes y las humanidades cumplen una función muy importante, ya
que en ella los aspectos estéticos, emocionales y morales del hombre se
ven de manera mas clara.

Los alumnos deben de adquirir el conocimiento a través de las respuestas a


sus situaciones existenciales, de acuerdo que así el aprendizaje será mejor,
permanecerá y tendrá significado. El maestro no se debe de considerar
como el transportador de conocimientos hacia el alumno.

La escuela debe de promover la creatividad, para que los alumnos


busquen las soluciones, al igual que deberían de fomentar aptitudes de
liderato. La relación que se forme entre el alumno y el maestro debe de ser
como una platica, conversación y charla.

No a todos los alumnos se les debe de trasmitir la misma educación; el


objetivo debe de estar enfocado al estudiante y la realidad en la que vive.
Esta pedagogía se considera un método educativo que ayuda a que se
desarrollen las destrezas de la comunicación y el lenguaje.
Para que el individuo pueda expresar a la sociedad como es, que es lo
que piensa y siente, necesita las herramientas. La educación debe de estar
en contacto con su vida para poder darle las herramientas necesarias
para que pueda expresarse.

Esta pedagogía rechaza:


1.- No acepta que el hombre utilice la educación para actualizar su
esencia.
2.- No acepta que se tome la educación como el medio principal para
que se trasmitan los valores que la sociedad acepta.
3.- Que se no se utilice la educación para trasmitir a las nuevas
generaciones conocimientos antiguos.

Una de las personas que más ha influido en el existencialismo moderno fue


Federico Nietzsche, quien representa al grupo existencialismo ateo. El
decía que la grandeza del hombre estaba en querer nada diferente de lo
que es. Nos hablaba del superhombre, decía que en el se encarnaba la
voluntad del poder.

Esta pedagogía considera que el hombre consiste en tener que hacerse.


Nada se encuentra escrito acerca del hombre, esta carece de naturaleza.
Nos dice también que el ser humano es creatividad gratuita de si mismo.
Se encuentra tenso entre la posibilidad y realidad.

Esta pedagogía tiene las siguientes características:


1.- Toda pedagogía supervalora lo subjetivo.
2.- Educar a cualquier persona se llega a transformar en una tarea que se
lleva a cabo según las opiniones de cada quien.
3.- Imaginación, instinto, creencia a subtitulado el discurso racional.
4.-El educador se llega a convertir en una gran poeta.

La pedagogía de la esencia, dominante en el pasado, sobre todo en la


antigüedad y la edad media, va desde Platón, hasta los neotomistas de
hoy. Aquí el hombre tiene una esencia o naturaleza inmutable y eterna,
por lo tanto son metafísicas e históricas.

El existencialismo trata de las corrientes filosóficas que se sitúan en el


periodo de la actuación del marxismo y cuyas fases de desarrollo más
importantes están en el siglo XX. Comprende todas aquellas corrientes que
no quieren solventar el problema de la enseñanza, sobre la base de las
concepciones apriorísticas del hombre, sino en la consideración del
contenido existente de la vida humana.

La filosofía educativa existencialista no tiene un fin único y universal, sino


una multiplicidad de fines cambiantes que varían según las circunstancias
históricas y geográficas y aún de un individuo a otro. Concibe la verdad
como un proceso en constante perfeccionamiento a lo largo de la historia.

Esta pedagogía menciona que el hombre no tiene que adquirir el


conocimiento pero que esté de acuerdo a su etapa o a su tiempo no
aceptan que aprendan temas de antigüedad ni que se preocupen por el
futuro.
El hombre debe de preocuparse por lo que existe en este momento, tiene
que tener las herramientas para poder sobrevivir en el ámbito del presente
y no del pasado.
Un ejemplo sería que al enseñarle el texto histórico de un antecedente
pasado no lo tienen que usar como lo está escrito, sino que tiene que
demostrárselo con ejemplos de acuerdo a su época y situaciones para
que el aprendizaje en esta pedagogía pueda ser correcta.

Repercusiones Existencialista En La Educación

El existencialismo destaca los siguientes aspectos como características del


hombre:
1.-La subjetividad del ser – para sí -, de la conciencia.
2.-La libertad absoluta.
3.-El abandono.
4.-El hombre ha de proyectarse para ser, lo que él determine ser, pero con
autenticidad.
5.-El hombre ha de crear sus propios valores.
6.-A partir de esto, se han creado propuestas pedagógicas de carácter
existencialista y algunas tendencias que encontramos en corrientes
educativas actuales.
7.-Así las pedagogías existencialistas sobrevaloran la subjetividad al grado
de convertir lo relativo en absoluto. Afirman que lo importante es la
espontaneidad. La verdad se confunde con la opinión, el educando es
intocable en su singularidad, pues siempre tiene la razón.
8.-No existe “el deber-ser”, no hay modelos, la educación se basa en la
factibilidad. Para algunos estas ideas han influido en las pedagogías que
defienden el desarrollo autónomo del estudiante.
9.-La pedagogía existencialista hace énfasis en el valor del hombre como
individualidad que debe rechazar una conducta normalizada.

Aquí se supone que la existencia del ser humano depende de sus


decisiones. Algunas decisiones son respecto a nuestra manera de vivir y
como disfrutar los momentos.

La creencia de esta pedagogía es de que el ser humano se está buscando


que y quienes son en este mundo, lo cual los lleva a tomar decisiones con
respecto a sus experiencias, creencias y prospectivas.
La mayoría de los existencialistas piensan que las personas deben de estar
obligadas a tomar decisiones pero también a ser responsables de las
mismas que toman.
Las ideas del existencialismo tuvieron un impacto en la sociedad; estas
surgieron en una época en la sociedad que estaba hundida en la
desesperanza.
Escuelas Existencialistas

Existencialismo Ateo:

Los principios fundamentales de esta escuela es la creencia firme de que


nada es eterno, ni la existencia es guiada por algo místico; sino que, el ser
sólo es en vida, después de la muerte y antes de nacer no es
absolutamente nada.
Es importante decir, que los que se basan en estas ideas no creen en Dios.
Son totalmente antirreligiosos. La humanidad debe aceptar que a lo largo
de su vida es donde puede actuar, puesto a que al momento en que
muera, dejará de existir completamente porque no tiene alma.
Tampoco en el Existencialismo ateo se hacen preguntas referentes al
principio del ser, ni la creación de la vida; o sea, preguntas metafísicas.

Sartre fue uno de los grandes existencialistas ateos, quien dijo: “la
existencia precede a la esencia” con lo que se refería a que primero
existimos y después nos definimos.

Existencialismo Cristiano:

Todo lo contrario a las creencias ateas, es el Existencialismo Cristiano. En


esta escuela atribuyen que existimos gracias a un ser supremo. Que la el
ser es movido por un Dios y que la vida se rige bajo las leyes de Él.
Creen que el principio de las cosas, el “porque” del hombre y la existencia,
la creación, etc. Dios lo creo; como también, la inmortalidad y el alma.
Antes de nacer éramos un alma y al final, después de la muerte,
volveremos a serlo, y dependiendo de nuestro comportamiento aquí, o sea
el bien y el mal, recibiremos ya sea recompensas o castigos por nuestros
actos.

Refiriéndonos al bien y al mal y a nuestra conducta en vida, atribuyen que


debemos ser guiados por la fe y nuestra libertad estará en Dios. Plantea la
posibilidad de salvación si somos partícipes de esta creencia y del campo
religioso.
Para representar este campo tenemos a Kierkegaard, quien habló mucho
sobre los principios del existencialismo religioso, el bien y lo contrario a él: el
pecado.

Existencialismo Agnóstico:

Los pertenecientes a esta escuela, creen en que no se puede descubrir


más que lo que sea accesible ahora, en este tiempo y sólo lo que
podamos ver.
No atribuye la existencia a nada místico, ya que esto no puede ser
comprobado; no podemos averiguar sobre un dios o más.
Tampoco se podría averiguar sobre la creación y la inmortalidad, porque
nosotros no lo vivimos, no podemos
regresar el tiempo, entonces; no se puede cuestionar ni hacer suposiciones
sobre ello.

Al contrario del existencialismo ateo, los agnósticos no aseguran que no


haya un Dios y que él sea el principio unificador de las cosas, pero no
creen en él puesto a que no lo miran.
Muchas veces lo confunden con los ateos; ya que, no creen, pero estos
dejan la posibilidad de que exista y/o respetan las demás creencias. Se
encuentra representado por Martin Heidegger y Albert Camus.

Entonces, podemos resumir el pensamiento de esta escuela diciendo de


que se aparta de las otras dos; ya que, ellas –creen- , los existencialistas
ateos en que ‘no existe un Dios’, mientras los existencialistas cristianos en
que ‘si existe un Dios’ y ellos, los agnósticos simplemente lo desconocen.
Muy importantes científicos se han declarado a sí mismos agnósticos, tal
como Charles Darwin, quien no niega pero tampoco asegura la existencia
de un ser que rija al mundo.

Relación de Sartre con Simone de Beauviour

Se conocieron en París en 1929. Ella tenía 21 años y él 24.


Simone de Beauvoir fue una niña solitaria, apegada a su padre, quien le
enseñó el amor por los libros y el conocimiento; fue una chica que siempre
sintió que tenía un cerebro de hombre en el cuerpo de una mujer.
Jean Paul Sartre siempre vivió como un niño consentido y ególatra hasta
que se dio cuenta que el mundo de los adultos estaba lleno de pura farsa.
Por una especie de complejo de inferioridad, este hombre buscó refugio
en las mujeres, el alcohol, las drogas y la filosofía.

Así, con esas almas, la solitaria y el ególatra se convirtieron en una de las


parejas más polémicas del siglo XX, este par mitificó su relación como
paradigma de libertad y modelo de ruptura con las formas de vida
burguesas tradicionales. Se trataron de usted durante más de 50 años,
nunca vivieron juntos, se negaron a contraer matrimonio y tener hijos, y es
conocida la liberalidad con la que ambos aceptaban que el otro miembro
de la pareja mantuviera relaciones con terceras personas.

Simone mantenía relaciones con hombres y mujeres. Sartre sólo con


mujeres, y los dos, por ser profesores de instituto, se involucraban con
jovencito(a)s. Pero ahí no está el problema.
Ellos practicaban la poligamia. Pero, ¿Cómo le hacían estos franceses para
sostener este tipo de vida? Sartre, por su parte, mantenía a muchas
mujeres y hasta distribuía de manera perfecta el tiempo que pasaba con
cada una. Por supuesto, ninguna sabía de la existencia de las demás, sólo
su “Castor” (así le decía de cariño a Simone, por la semejanza de su
apellido, Beauvoir, con la palabra beaver, castor en inglés).

En realidad, Sartre tenía un código: “viajes, poligamia, transparencia”. En


su obra Carnéts, el filósofo francés explica que le dijo a Simone que
“existían dos tipos de sexualidad: el amor necesario y los amores
contingentes. Y Castor aceptó”. Simone era su amor necesario, las demás
(Michelle, Arlette, Evelyne y Wanda) eran los contingentes.
No obstante el acuerdo que los dos tenían (el de poder tener relaciones
con las parejas que quisieran), nada fue tan fácil.
En La ceremonia de los adioses, Simone de Beauvoir describe los últimos
años con Sartre, ese hombre con los ojos casi muertos, con una adicción
terrible al alcohol, a las drogas…y a las mujeres.
Aunque esta pareja fue el símbolo del “amor libre” y la liberación sexual en
los años sesenta y setenta, Simone de Beauvoir sí se sintió traicionada por
Sartre, y más cuando éste “adoptó” a Arlette y la convirtió en la heredera
universal de sus derechos literarios.

Simone fue quien estructuró todas las reivindicaciones precedentes, los


movimientos reprimidos, los combates dados por perdidos, para conseguir
una voz única, apoyada, en este caso, en un profundo conocimiento
filosófico, histórico, científico y sociológico. Beauvoir no produjo una
reivindicación lastimera o una construcción revanchista. De hecho,
Beauvoir era una triunfadora en el más difícil campo para una mujer: el
exigente mundo intelectual, trufado de machos alfa en toda Europa.

Simone puso en ese proyecto toda la considerable capacidad de trabajo


que había acumulado, al servicio de una idea central que todos tenían
ante sus ojos, pero nadie veía: “Un hombre jamás tendría la idea de escribir
un libro sobre la situación singular de los hombres en la humanidad. Ser un
hombre es lo normal, un hombre tiene el total derecho a ser hombre; es la
mujer la que vive la culpa por existir… El hombre es el Sujeto, el ser
Absoluto; la mujer es La Otra”. En un primer momento, Beauvoir pensó
titular su obra La Otra.
Lo sorprendente es que El Segundo Sexo no fue el manifiesto de ningún
movimiento activista. Se anticipó más de diez años a la aparición en los
Estados Unidos de la segunda obra feminista del siglo XX: La mística de la
feminidad de Betty Friedan.
Influencias

Una forma predominante de misticismo y de la filosofía platonística en la


civilización occidental es el existencialismo y sus muchas variedades, tales
como el gestaltismo, la meditación trascendental y el Budismo "Zen".

En realidad, el existencialismo es nada más que irracionalismo hábil,


muchas veces disfrazado con non-sequiturs pragmáticos o
racionalizaciones que suenan bien. Por eso es que es imposible
comprender el existencialismo claramente. Porque no significa nada.

Formulado en incontables maneras distintas, el existencialismo es la forma


sicológica proyectada por:
 la mayoría de los comentaristas de noticias
 casi todos los políticos y los teólogos
 intelectuales sociales que neo-estafan, incluyendo muchos maestros,
profesores universitarios y artistas.

En las últimas cinco décadas estos tres grupos de personas han propagado
efectivamente el existencialismo entre los elementos no-productivos de la
sociedad. Pero hoy esos mismos grupos están empujando exitosamente el
existencialismo entre la clase media trabajadora, cuya productividad y
autoestima disminuye a medida que intercambian su merecida felicidad y
libertad por las ideas existencialistas de misticismo, igualitarismo y altruismo.

El existencialismo y la religión, crecen del misticismo y ambos conducen a


la opresión del individuo, ambos reflejan temor al individuo independiente
y aún mayor temor al orgullo individual. (La mayoría de los místicos
denuncian el orgullo considerándolo limitador, negativo, malo o
pecaminoso.) El orgullo individual es el resultado de la virtud moral, la cual
requiere el rechazo de la deshonestidad inherente en el misticismo. Y ese
rechazo o negación del misticismo manifestado al reflejar el valor propio es
lo que todos los místicos y existencialistas temen y atacan.

Históricamente el existencialismo aparece como una ideología propia de


una época pesimista y desengañada, que vio fracasar los grandes ideales
de la modernidad e hizo de ese fracaso el horizonte de su existencia. Por
ello, el existencialismo perdió audiencia a medida que ese ambiente se fue
debilitando y se fueron olvidando los desastres de las guerras. Es el propio
Sartre quien establece su carta de defunción cuando, al comienzo de la
Crítica de la razón dialéctica (1960), denunciaba su propio existencialismo
anterior como una "ideología parasitaria" propia de una época ya
superada. El individualismo radical basado en una concepción de la
intersubjetividad como conflicto insuperable ("el infierno son los otros":
Sartre), su incapacidad para integrar positivamente lo que significa el
conocimiento científico y el desarrollo técnico, el carácter insostenible de
una ética heroica alimentada en el absurdo fueron algunos de sus puntos
más débiles, para los que no encontró respuesta adecuada. El
pensamiento actual parece muy alejado del clima existencialista; de él
resta quizá la denuncia de cualquier idolatría frente a la ciencia y la
técnica, la desconfianza ante las desmesuradas pretensiones del
racionalismo moderno, así como la singularidad del existente que
desborda cualquier sistema.

Principalmente en la actualidad sus seguidores son escritores, gente que


creé en algo que todavía no se tienen los fundamentos necesarios para
decir que existe.

En el siglo XX las novelas del escritor judío checo Franz Kafka, como El
proceso (1925), El castillo (1926) y América (1927), presentan hombres
aislados enfrentados a burocracias inmensas, laberínticas y genocidas; los
temas de Kafka de la angustia, la culpa y la soledad reflejan la influencia
de Kierkegaard, Dostoievski y Nietzsche. También se puede apreciar la
influencia de Nietzsche en las novelas del escritor francés André Malraux y
en las obras de teatro de Sartre. La obra del escritor Albert Camus está
asociada a este movimiento debido a la importancia en ella de temas
como el absurdo y futilidad de la existencia, la indiferencia del universo y la
necesidad del compromiso en una causa justa. También se reflejan
conflictos existencialistas en el teatro del absurdo, sobre todo en las obras
de Samuel Beckett y Eugène Ionesco. En Estados Unidos, la influencia del
existencialismo en la literatura ha sido más indirecta y difusa, pero se
pueden encontrar trazas del pensamiento de Kierkegaard en las novelas
de Walker Percy y John Updike, y varios temas existencialistas son evidentes
en la obra de escritores como Norman Mailer, John Barth y Arthur Miller.
Conclusión

El ser de un existente es lo que parece, es el fenómeno que se revela tal


cual es. La aparición es toda la esencia, puro acto, sin potencia ni
virtualidad. El ser es para revelar, no revelado y la conciencia es la
experiencia misma. La conciencia es revelación, revelada a sí misma, de
un ser que se presenta existiendo. El ser por lo tanto es increado,
innecesario, sin propósito, y sin causa.

La mala fe significa mentirse a sí mismo y creerse esa mentira. Los valores


existen por mí y para mí, y por esta razón no tengo excusas. Esto es lo que
produce la angustia cuando nos damos cuenta que los valores no pueden
existir si no los cuestiono, porque mi libertad me da la capacidad de invertir
la escala de valores. El hombre tiende a escapar de la angustia, intenta no
ver su conciencia pero le es imposible evitarla sin verla. En ese caso es la
angustia que es a la vez la forma de la mala fe.

Los temas sobre los que reflexiona el existencialista se mueven alrededor


del hombre y de la realidad humana (hombre, libertad, realidad individual,
existencia cotidiana).

El hombre no es para los existencialistas un mero objeto sino un sujeto-en-el-


mundo y abierto al mundo. En términos sartrianos, el hombre se crea a sí
mismo.

La libertad que hace posible la elección y, por tanto, la realización del


individuo.

La muerte.- El hombre vive para morir; cada cual muere solo. Para
Heidegger, la muerte es la última posibilidad del hombre; para Sartre, el fin
de todas las posibilidades. El ser-para-la-muerte es el verdadero destino y
objetivo de la existencia humana.

La conciencia es del mundo, pero no se halla en el mundo como las cosas.


Si la conciencia es conciencia de algo, no puede ser ella misma es algo.
La conciencia se acerca al ser, puesto que es conciencia de él, pero se
reconoce al mismo tiempo distanciada de él. La distancia entre el ser y la
conciencia es llamada por Sartre "nada".
Ideas Centrales

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