La inteligencia existencial se denomina también inteligencia espiritual o trascendental y
hace referencia a la faceta del ser humano que le lleva a profundizar en aspectos existenciales como quiénes somos, cuál es el propósito de la vida, qué ocurre después de la muerte, etc. Abarcaría cuestiones tratadas comúnmente desde el ámbito de la Filosofía pero que, en realidad, son cuestiones inherentes a todo ser humano. La inteligencia espiritual o existencial se caracteriza por un alto nivel de desarrollo del resto de inteligencias en tanto que supone el conocimiento profundo y la final trascendencia de las habilidades implicadas en todas ellas. Algunas de sus características más destacadas son: Interés por temas amundanos: origen de la vida y sentido de la muerte, propósito de nuestra existencia, etc. Desinterés por las prácticas sociales normalizadas: ocio, consumo, etc. Trascendencia de lo físico y experiencia de unión de todos los elementos del universo como un todo. Capacidad de autobservación y observación del entorno desde una perspectiva profunda. Defensa de los valores universales: paz, amor, sabiduría, bondad, verdad, armonía, fraternidad, etc.
Las personas con inteligencia existencial reaccionan de esta manera:
Ante un ataque a la integridad personal, responder con sobriedad, deteniendo la agresión de una manera firme y clara, pero sin violencia. Ante un conflicto, animar a las personas implicadas a indagar en lo ocurrido, sus causas y sus posibles soluciones desde una perspectiva constructiva. Atracción por prácticas y lecturas espirituales. A la hora de tomar decisiones, necesidad de actuar en concilio con el resto de personas implicadas. Acciones solidarias, respetuosas, cuidadosas, pacíficas, etc.