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EDUCACIÓN INCLUSIVA O EDUCACIÓN SIN EXCLUSIONES

GERARDO ECHEITA SARRIONANDÍA (')


MARTA SANDOVAL MENA (•')

RBStn^>^v. Este artículo tiene como abjetivo analizar el significado del concepto de
educación tnclusiva en tanto que se trata de un principio emergente en las politi-
cas educativas de muchos países. Para ello anal{zaremos, en primer lugar, las razo-
nes de tipo social que justifican, a juicio de muchos autores, la opción por una edu-
cación escolar que contribuya a cambiar la orientación cada vez más excluyente de
nuestra sociedad. En segundo lugar, intentaremos mostrar que se trata de un «movi-
miento• en el que confluyen iniciativas y proyectos procedentes de ^mbitos educa-
tivos muy dispares, los cuales, aunque mantienen elementos diferenciales muy im-
portantes entre sí, comparten, no obstante, una serie de •denominadores comunes•,
relativos tanto a valores coma a practicas educativas, que nos permiten hablar de
inclauitin como un concepto que en buena meciida podría englobarlos. Por último,
reflexionaremos sobre las orientaciones de nuestro sistema educativo en relación
con este marco.

Assl7t^cr. The aim of this article is to analyse the meanings of the concept inclusi-
r^e educativn, as a consequent principle on educational policy in many countries.
Firstly, it analyses the social reasons, accarding to many authors, for the option on
schaol education can contribute to change more and more the exclusive orienta-
tions in our society. Secondly, lt shows that it is a•movement• which joins many
projects and initiadves from very different educationai fields, although all of them
keep several •common denominators» relating to educational values and practices.
Thank to this process, we can talk about inclusion as a wide-ranging concept be-
yond, simply, a nominal change (inclusion by integration). Finally, the orientations
of our educational system regarding ta the inclusion process are also examined.

^POR QUÉ HABLAMOS DE EDUCACIÓN ciudadanos (y a países enteros) a vivir su


INCI.USIVA? vicía por debajo de los niveles de dignidad
e igualdad a los yue todos tenemos ciere-
La respuesta más sencilla y directa sería que cho. Con ello lo que est5 en juego es, en úl-
lo hacemos con el objetivo de •frenar• y timo término, la cohesión de la prapia so-
rambiar la orientación de unas sociedades ciedací que hoy, m3s que nunca, parere es-
tn las que los procesos de •txclusión social• tar seriamentr amenazada:
son cada vez más fuertes y, por esa razón, En todas las épocas, las sociedades huma-
empujan a un ní)mero cada vez mayor de ncts, han exlxrimcntado conflictos capaces,

(•) Universidact Autónoma cle Muclrid.


(") Univrrsiclacl Pontificia Comillas.

H^r'istu de F.c/ucacl^i^e, núm. 327 ( 20O2), ti. 31-48. 31


Prcha clc' rnlracla: l5-01-1002 Nrc'It:t clr acrt^tac'icín: Ol-oi-1(Xl^
en los casas extremos, de poner en peligro exclusión del mercado laboral de amplias
su cohesión. Sin embargo, no se puede de- capas de la población, lo cual conduce,
jar de observar hoy día en 1a mayoría de por otra parte, a la »dualización de la so-
los países del mundo una serie de fenóme-
ciedad». Así ocurre en España, donde un
nos yue denotan una crisis aguda del
18,5% de personas viven en la pobreza: es
vínculo sociaL.. No se trata sólo de las dis-
paridades ya mencionadas que existen en- decir, con unos ingresos por debajo del
n-e las naciones o entre las regiones del CO% de la media, lo que supone una canti-
mundo, sino de fracturas profundas entre dad de entre 1,5 y 1,7 millones de ciuda-
los grupos sociales, tanto en los países danos. En Europa la tasa es de un 17%, lo
desarrollados como en los países en desa- yue equivale a 50 millones de pobres, se-
rrollo... EI desarraigo provocado por las gún un informe del año 1995' (en Estados
tnigraciones o el éxodo rural, la dispersión
Unidos, 32 millones y en todo el mundo
de las familias, la urbanización desordena-
da, la ruptura de las solidaridades tradicio-
más de 1.000 millones de ciudadanos).
nales de proximidad, aíslan y marginan a Pero el fenómeno de la exclzcsión so-
muchos grupos e individuos... La crisis so- cial es más amplia y no solo implica po-
ci:tl que vive ef mundo actual se combina breza económica, sino todo tipo de pro-
(aclemás) con una crisis moral y va acom- blemas de acceso a la vivienda, a la salud,
pañada del recrudecimiento de la violencia a la educación, al empleo... problemas en
y la ctelincuencia. La ruptura de los víncu- los yue se ven envueltos, de manera más
los de proximidad se manifiesta en el au-
o menos constante, 18 millones de perso-
mento dramático del número de conFlictos
interétnicos, yue parece ser uno de los ras-
nas que no tienen trabajo en Europa y de
gos característicos del final del siglo XX. las cuales un 50% son desempleados de
En términos generales, se asiste a una im- larga duración; 1 millón, toxicómanos; 2,5
pugnación, yuc actopta diversas fonnas, de millones de personas sin techo, más 5 mi-
los valores intcgradores. llones que viven en infraviviendas; 13 mi-
(UNESCO, 1996, pp. 56-57) Ilanes de inmigrantes (de los cuales al nle-
En efecto, el fenómeno de la exclusión nos 1,5 millones carecen cle permiso de
socia/, sin ser nuevo, está acíoptando en trabajo y residencia) y 2 millones de refu-
las últirnas décaclas unas características y giados... Personas con discapacidad y sin
djmensjones cada vcz más preocupantes ella, entre las yue cada vez hay mas jóve-
no sólo en los países en desarrollo, como nes, mujeres y niñosz.
incHcaba el Informe Delors, sino en nues- Y junto a tos riesgos de procesos ex-
tras prósperas sociedades occiclentales y cluyentes vinculados especialmente a fac-
cs un proceso yue parece ir en aumento. tor^s económicos, h:ry yue añadir el avan-
Ocurre yue la socjeclad de la información ce indiscutible y tristemente cotidiano de
nos está recjbiendo con una trjple diferen- la irttolerar^cia de oribeu ^tyticq cr^ltitrral o
cia: por un lado la seguridad de los privi- relígioso', capaz de levantar por sí sola mu-
iegiados con trabajo fijo; por otro, la inse- ros de separ:tción (ctprtrl.heicl) y cxrlusión
guriclacl de los yue tienen trabajos even- permanente entre personas y comunjd:tdes
tu:tles; y por tíltimo, el desarraigo y la más fuertes, incluso, yue 1os vinculados a

(1) Véase e1 reportaje elaborado sobre rsos da[os publicacio en •El Suplrmento Dominiral• dr !il Puís
(15-09-199G).
(Z) Unos 1GO.t7(1n menurrs madrileñas, un 14'%u clel tor.tl, vivrn en Lr pohrrz:t, se^;ún rl r^tuclio Menurns
crr ^;uetus de rrt%rauie'iencte+s, reali•c.edo por el ryuipo t:dis cle itwestigariones suciulcíl;icas, hara el Drfrnscrr clel
Menor cle I:r Comunicl:rcl c[e MaclricU ver Diaric^ F.l País (07-05-2001).
(i) Lcrs conllic[os clel P:ús Vasco, I^s Balcanes, Irlancla clrl Norte, Orirnte PrGximo, África Central o ticr-
malia, scm ,tilo algunos rjemplos en qur se rrflrja nuestrt afirmaci<ín.

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los factores económicos anteriormente se- nal de la UNESCO, •Puesto que las g:rerrus
ñalados. Por otra parte, resulta evidente nacen en la mente de los honzbres, es en la
que tanto estas situaciones de intolerancia mente de los hombres donde deben erigirse
como los procesos de exclusión descritos los baluartes de la paz-. De ahí que mu-
scm una de las primeras causas de los con- chos creamos que sólo un sistema escolar
f7ictos y las guerras que asolan nuestro que incluya las difere:ncias esté en disposi-
planeta y que, como todos tristemente ción de prevenir las desigualdades y de fa-
apreciamos en estos días, lejos de amino- vorecer la tolerancia. Ciertamente, no es
rar, aumentan y adyuieren un carácter una condición suficiente por sí sola, pero
»global»: no cabe cluda de que es necesaria:
EI sentimiento de marginación y desespe- La educación puede ser un factor de cohe-
ranr_a Ileva a muchos habitantes del plane- sión social si procura transformar la diver-
ta a pensar que no hay otra salida que la sidad en un factor posltivo de entendi-
de la fuerza. Es preciso, por tanto, tener en miento mutuo entre los individuos y los
cuenta no sólo los síntomas, sino las cau- gnxpos humanos y al mismo tiempo evita
sas del problema, de tal manera que nos ser (ella misma) un factor de exclusión so-
permita identificar los orígenes clel conflic- cial.
to en la inseguridad y falta de estabiliclacl a (UNESCO, Op. cit., pág. 59)
escala o planetari:u exclusión, miseria, ra-
clicalización y violencia constituyen un cír-
En efecto, ocurre que los sistemas
culo vicioso c{ue es preciso romper con lu- eclucativos, a través cle mecanismos unas
cidez y solidaridaCl. veces »explícitos» (por ejemplo, la segrega-
(Mayor Zarrgoza, 1999, pág. 72) ción de los alumnos con discapacidad en
centros especiales) y otras »implícitos u
De ahí yue, frente a los clramas de la ocultos» <como la sobrevaloración de las
exclrrsióyr creciente y la guerra, se alccn capaciclades de tipo intelectual, las prácti-
voces reclamando la necesidad y la aspira- cas de selección y evaluación del alumna-
ción cle l.t ittclarsiórr corn^ val^r emergen- do o la existencia de un currículo rígido y
te (y urgente), necesario para construir, en centralizado) han sido {v en muchos casos
primer lugar, una crrltr^ra de la paz yue siKuen siéndolo) los »primeros• en generar
permitct a la humanidact recncontrctrse con fuertes continKentes de :ilumnos en riesgo
sus valores m.ís esenciales: de exclusión social.
El clía en que logremos desplazar la cultu- Así ha ocurrido y ocurre, en primer lu-
ra cle la fuerza, cle la imposición, cle la vio- gar, con los alumnos que se engloban en
Icnci:r, cle la t;uerra, por Ia cultura de la to- el Ilamaclo, entre nosotros, ^fracaso esco-
Icrancia, del diálogo y de I,^ paz, entrare- lar» (PME, 2000) un porccntajc yuc en
nus cn una nuev:r Cpoca, en I:r quc los sc- nuestro país se sitúa en un promedio del
res hum:tnos hahr:ín alr.rncado la altura cle 25r%, (!), y en el que mayoritariamente pa-
su ^;rancleza.
recen encontrarse jcívenes procedentes cie
(Mayor "T.aragora, 19)). p:ít;. 1C9)
los grupos socialmente más clesfavoreci-
L:t semill;t dr esa aspiración y clcl d^- dos. Con cllos sc prochtc^ además una si-
safío yue ellc> supone p:tra nuestros esque- tuacicín puradójir:t por cuanto parecicr.t
m:ts habitu«les de pensamiento y para Ias yuc I:t prolon^;acicín de la cscolariclad ha
práctir.ts instauraclas en tantos ámbitos cte :t^;r:tvado, más yuc mcjoraclo, la situacicín
nucstr:t vida social y política, tienc c.luc de esos jóvenes yuc, al enfrentarse :t un
pl:tnt:u•se en Ia mcnt^ de los niños y jcíve- sistem:t eclucativo incapai cl^ ofrecerles
ncs a tr:tv^s dc Ict cducacicín cscol:tr y una ense ^i:tnza adaptada a sus intereses,
particularmentc cn su tramo oblif;atorio. ntotivacioncs y capacidadcs, fracas:tn y
I:n efecto, como seti:tla el texto fundacio- al^andcrnan los centrc^s esculares sin las

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capacidades necesarias para insertarse, con mo estando articuladas» y teniendo entre sí
garantías de éxito, en la vida adulta y acti- diferencias en cuanto a su origen, ámbito
va. Generador de exclusión social, no cabe de aplicación u orientación general, com-
duda de que el fracaso escolar está en el parten un número destacado de »denomi-
origen de algunas formas de violencia, de nadores comunes» que configuran las se-
delincuencia y de marginación que hoy ñas de identidad de lo que algunos están
observamos con creciente preocupación llamando «educación inclusiva».
tanto en el propio sisterna educativo como
en la sociedad adulta (UNESCO, 1996).
Ciertamente hay también otras formas MOVIMIENTOS HACIA
de exclusión, que tal vez podríamos Ila- LA EDUCAC16N INCLUSIVA
mar encubiertas, como las que viven
aquellos alumnos cuyas culturas (•minori- No siendo especialistas en •educación
tarias») son ignoradas o despreciadas, los comparada• nuestro objetivo en este apar-
que son objeto de maltrato por sus iguales tado no es otro que el de compartir la•per-
(Defensor del Pueblo, 1999) o aquellos cepción de que en las últimas dos décadas
que se saben con una orientación sexual apreciamos una serie de iniciativas, a nivel
distinta a la que se corresponde habitual- mundial, que están desembocando en
mente con su género; procesos de exclu- prácticas y proyectos orientados a conse-
sión, todos ellos, cuyos efectos sociales y guir que la educación escolar contribuya
personates, sin embargo, es probable que firmemente a la reducción de los procesos
no sean rnenores que los anteriormente de exclusión social en los que se ven en-
comentados. weltos amplios colectivos de alumnos en
Pero la mayor paradoja se produce, a situación de desventaja y con ello a equi-
este respecto, por el hecho de que al mis- parar sus oportunidades para favorccer su
mo tiempo que se denuncia a la escuela bienestar personal y social.
como factor de exclusión social, se le reco- No está al alcance de las posibilidades
noce y solicita con insistencia como institu- que nos brida este artículo realizar un aná-
ción clave para la inch^siórt. Por lo tanto, y lisis exhaustivo de las múltiples iniciativas
asumiendo que »no es suficiente con apelar que, sin lugar a dudas, existirán dentro y
a tcna realidad distinta a la que tenemos fuera de nuestras fronteras. Creemos, no
para cambiar ésta•, es decir, que no es su- obstante, que las que vamos a reseñar son
ficiente con la Ilamada a la »ética» de los va- »representativas» de la problem^atica que
lores en los que se apoya esta opción y estamos analizando y suficientes para
que no se trata de una simple cuestión de aportarnos los elementos nucleares que
«ubicación física». Lo que nos compete, a deberían configurar un sistema con una
quienes trabajamos en y para la educación orientación »inclusiva».
escolar, es someter a crítica los principios y
las prácticas que han configurado la capa-
ciciíid de generar exclusión desde el propio DE IA EDUCACl6N ESPECiAL
sistema educativo y apostar por aquellos A IA EDUCACION PARA TODOS
otros que la investigación educativa y la
experiencia han mostrado que promueven Si hay un colectivo de alumnos y alumnas
realmente la inclusión y la resoluciórt pací- que, durante mucho tiempo, han sido di-
fica de conflictos en un marco que favore- recta y llanamente excluidos »de entrada»,
ce el progreso de todos los alumnos. del sistema educativo «ordinario• ése es el
En el apartado siguiente quisiéramos alumnado con discapacidad. La perspecti-
revisar algunas respuestas e iniciativas que va dominante en la »educación especial»

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clurante muchas décadas es la que Fulcher énfasis en la necesicfad de eliminar las ba-
(1989) ha llamado individrsal o Riddell rreras de todo tipo que, creaclas por unas
(199C) esencialista, entendiendo por tal la organizaciones sociales que tienen en es-
creencia cle que el déficit o los •problemas casa o nula consideración a las personas
de aprenclizaje• pertenecen al ámbito indi- con limitaciones o dificultades -y que son
viciual y son, por tanto, inclepenctientes clel las que, en sentido estricto, producen la
contexto social. A efectos educativos la la- cíesventaja-, tienden a excluir a éstas de la
hor de los profesionales es la cte identificar participación en las actividacíes sociales
y proveer los servicios que cubran las ne- generales.
cesiclacies cle los individuos que tienen de- F.n el progreso hacia estos plantea-
termina^ as categorias de dificultad. Desde mientos el concepto c3e irttegractón (so-
esa concepción los servicios y las ayucías cial, laboral, escolar...) ha sido clave en el
necesarias se prestan mejor en grupos ho- último cuarto de siglo, pero tarnbién se ha
mogéneos de alumnos con similares difi- puesto de manifiesto que, con frecuencia,
cultades, pues con ello es más fácil renta- ha sido llevacío a la práctica de manera
bilizar los esfuerzos de •especialización» restrictiva, entendiénciose que las personas
reyuericlos, tanto cle personal como de (.en este caso con discapacidad) clebían lu-
medios y esp:tcios. En consecue:ncia la •se- char, casi clc moclo incliviclual, por conse-
^;n};acicírn^ en centros o uniclacles especia- guir i^ttegrarse en la socíed:td tal y como
les ha siclo Ia tónica en la cclucación cle la es, y:tl hacerlo capacitarsc ellas misrn:ts:
mayoría cle este alumnacio hasta más allá
Es como si quisier.m yue se cambiasen las
cle la nL[acl clcl siglo XX.
reglas clel juego, de manera quc puciieran
Sin embargo las ^^buenas intencionea^^s jugar con los clemás, más yue cambiar el
cle estos planteamientos no han concluci- juego. Naturalmente, e1 problema es yue,
clo, en absoluto, a los cfectos cíeseaclos de si el jue);o consiste en un indiviclualismo
cmancipación, integración social y calidacl posesivo en un:t socieclacl yue se rii;e por
cle vida que, supuestamentr, dcberían ha- la competicíán y la desigu:tldacl, las perso-
I^c^rse conseguiclo: nas con cliscapac•iclades estarán inevitahle-
mente en pasirión cle clesvenCya, sin yue
Las polítir.ts econcímicas y sociales de la
importe cómo canthien l:ts reglas de) jue-
última clécacl:{, han hecho poco por mcjo-
go.
r:u- la vicl:t cle los cliscapacitaclos, y mucho
(Oliver, 199C, pá^;. 5U
pctr emp^orarl:t. A pesar cle la retóric:t clc
^^prot^ger• a los ycte más lo •merecen•, :t los l.levaclo al :únbitc^ particular c1e la inte-
•vulner:thles» o •necesitaclos•, );r:tn p:trte cle gración e•scol:tr, la propuesta no puccle
esa protccric5n h:t siclo ilusoria. ser, entonces, la c1e •intel;rar• a algunos
(Glcnclinning, l)91, p:íg. ltí)
alumnos yue antes etitab:tn en •centros es-
I'c>r esa razeín y tanw clescle los ámbi- pecíficos•, en •centre^s orclinarios•, en los
tos cle la sociología cle la cliscapacidacl yue c^n suma frecuencia se proclucen es-
(13:trtc7n, 199C), conx^ c1e la psicologí:t (Sha- casos o-a vec^s- nulos c:unbios respecto
lock, 2001) c> cle I:t eclucacicín (Ainscow, :t su proyecto cctucativo, su c^rganizaciún
199>; 13ooth, 2000) clesdc h:tce tiempo se y funcionamiento y sus pr:íctiras cle ense-
vienen sometienclo a crítir.t esos presu- ñ:tnra (Ainscow, 20U1). No es cuesticín clc
pueslos y proponienclo un acercamiento yuc, un:t vez m:ís, sean los alumnos quie-
cle c:trcícter cortte.ttua! o svcia! que pone el nes dcb:tn :tclaptarse :tl ccntro, sino yuc

t^í) Un:t intcrrreCicicín :tltcrttativa :t la clr I:ts •hurna, intrnciunrs• c.^ la :ytuntacla ttur Tumli,ctn (19821 ra-
r.t eiuien Ia e•xtensi<ín ele L•t •rduCacitín esprcial•, Irjos clc reflej:tr una prc•urrvpnclc»t iltc.c^rztdn ttor lax n^c•csi^la-
clrs indiviclualrs, est:tlr.t intpulsad:t ^itr un drseo cle cc^ntrc^l y de clctminict.

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clebemos aspirar a yue sean los centros y, educativos. Un efecto »colateral» de este
lu que es más impor[ante, el sistema edu- planteamiento es que la »educación espe-
cativo en su conjunto, quienes se encami- cial» como disciplina y como ámbito de
nen hacia un proceso de transformación trabajo empieza, en cierta medida, a»des-
profunda que termine por crear •un juego dibujarse», pero con ello también a inte-
nuevo», por seguir con un símil de Oliver. grarse, con todo su bagaje y experiencia,
En este proceso, la Con^erencia Mun- con otros movimientos educativos (como
clial de Salarraanca sobre Necesidades ^du- por ejemplo, los que proceden del ámbito
cativas Especiales. Acceso y Calidad de la llamada ^^educación compensatoria»),
(UNESCO, 1994) asentó algunas de las ba- con los cuales compatte la necesidad de
ses para consolidar un cambio de perspec- un replanteamiento a fondo del sistema
tiva en la »educación especial» y las reglas escolar.
de ese •juego nuevo» al que venimos alu- La segunda cuestión que nos parece
diendo. Algunos de los principios estable- destacable es la que tiene que ver con re-
cidos en el Marco de Acción son, a estos saltar esa visión ánteractiva y contextzeal de
efectos, emblemáticos: la educación escolar, de forma que deje-
3. El principio rector de este Marco de Ac-
mos cie una vez por todas, de considerar
ción es que las escuelas deben acoger a to- »culpables» de sus dificultades escolares a
clos los niños, inctependientemente de sus quienes no son sino victimas de la estntc-
concliciones Físicas, intelectuales, sociales, tura y las condiciones en las que aquélla
emocionales, lin^iiísticas u otras. Deben se ha desarrollado. La en apariencia sim-
acoger a niños discapacitados y niños bien ple frase »Las escuelas tienen yue encon-
dotados, a niños que viven en la calle y trar la martera de edrecar con éxito a todos
que trab:yan, niños cte poblaciones nóma- los nirtos» condensa, a nuestro juicio, el
das o remotas, niños de minorías lingiiísti- mensaje de que es en esa ciirección
cas, étnicas o culturales y niños de otros
(Echeita, 1994), la de la transformacián
grupos o zonas desfavorecicta^ o margina-
profunda del sistema educativo y de los
clos... Las cscuelas tienen que encontrar la
manera cle eclucar con éxito a todos los ni- centros escolares, hacia la que debemos
ños, íncluictos aquellos con ctiscapacidades encaminar nuestros objetivos de interven-
t;raves... EI mérito de estas escuelas no es ción y mejora educativa.
sólo que sean capaces de clar una educa- Sostenemos que a esa tarea es a la
ción cte calictad a toclos los niños; con su que poco a poco se le ha ido clenominan-
creación se da un paso muy importante do, sobre todo en el mundo anglosajón
p:u•:^ intentar cambiar actitucles cle cliscrimi- »educación inclusiva» (inclusive educa-
n:tciGn, crear romunidades que acojan a tion) y que entre nosotros también hemos
todos y sociedacles integr.iduras.
denominado »escuelas para todos» (Ar-
( UNt;SCO, 1994, pp. 59-Co)
náiz, 1995, 1997); un cctnccpto que signifi-
De la Corlferencia de Salamanca nos caría, por un I:tdo, mucho más clc la que
purece oportuno resaltar, a efectos cie los hasta ahora hemos entendido como »inte-
ohjetivos de este artículo, cíos cuestiones gración escolar» y t ^ rmino vinculado, sola-
importantes. La primera, la relativa a la mente, al ámhito de la educación del
crrrr/^liación de los alumnos yue deben ser alumnaclo con neccsidacles ecluc:ttivas es-
objeto cle nuestra preocupación y que ya peciales asociadas a discapacidad, aunque
no son solamente aquellos can discapaci- ciertamente ha tenido entre los académi-
clacl sino, en I^uenct medida, todos; todos cos cledicaclos a esta tem:itica a algunos
lc^s que por un motivo u otro estén en ries- de sus más prcclaros analistas (Mitlcr,
stct clc: exrlusiGn y, pctr lo tctn[o, en situa- 2000; 13ooth y Ainscow, 19)8; Ainscow,
ri<ín cle desventaja para alcanzar los logros 1999; Corbert y Slee, 200U; l^yson y

iG
Millward, 2000; Dyson 2001; Stainback y escolares y en la cultura, a la vez que se redu-
Stainback, 1992, 199C). ce su exclusión en los mismos.
En estos momentos no existe una defi- (Op. cit., pág. 2)
niciGn unívoca y comp:.trticla de educaciótt Su definición ncts hace prestar aten-
ittcltrsiva y en nuestra opinión se trata de ción al hecho, en primer lugar, de yuc la
un ^constrttcto•^ que cwnple, más bien, un inclusión o la exclusión no son ^estados•^ o
papel cle •^aglutinaclor^ de muehos aspectos situaciones definitivas, sino un proceso en
clifcrentes (aunque comp4ementarios entre cl que ambos extremos, inclusión-exclu-
sí) vinctilacios a la tarea de cómo (y por
sión, están en continua tensión, de forma
qué) alcanzar en los sistemas educativos el
que el avance hacia uno sólo se puede
equilibrio entre lo que debe ser común
producir por la reducción significativa del
(comprensividad) para todos los alumnos
otro. En segundo lugar, eso nos hace si-
y I:t necesaria atención a la diversidad de
tuarnos ante la perspectiva de que esta-
necesidacles educativas derivadas de la
mos frente a escuelas etz moUimiento
singularidad de cacia alumno, sin generar
(Ainscow, 1999) que tienen ante sí •un via-
con ello desigualdad ni exclusión.
je^^ hacia la mejor.t de su capacidad de res-
Así, por ejemplo, Corbet y Slee (2000)
poncler a la cliversidad que, en cierta me-
:tl referirse a la eclucación inclusiv:t han
clicla, nunca terrnina. Por últimct, su defini-
puesto el énfasis tanto en su sentido de
ción clc.:ja entrever el carríctersistémico cle
ntcla edtrcativa como en su carácter de un
un proceso que afecta tanto a la comuni-
proccso activo:
clad, en su más amplio sentido, como a los
[.a ecluración inclusiva cs una procl:tma- centros escolares con ]os que aquella
ción clesenfaclacla, una invitación públiea y cuenta y que en estos se trata, a su vez, de
política a la celebración de la difec•encia. un proceso ron implicaciones en su •CL11tU-
Para ello se requicre un continuo intcrés
ra^•, en sus •polítirts• y en sus ^prácticas cle
proactivo que permir.r promover una cul-
aula•^.
tura eclucativa inclusiva.
(Corl^et y Slee, 2000, h:íg. 134) Merece la pena indicar yue en los ítlti-
tnos años, cs[os autores han centraclo bue-
Por su parte, Pttcr Mitlcr (2000) clescie na partc clc su trahajo en facilitar a los ccn-
su n•abajc^ en cl Centro clc Estuclios para la tros escol:u•ca cle herramicntas conceptu:t-
[?clucacicin (nclusiva (CSIF.) en la Univcrsi- les y prácticts para evaluar las harrcr:ts cle
clacl clt Manchester ha sicío un ^nérgico cie- toclo tipo y a tcxlos los niveles que impi-
fcnsor dc l:t inclusicín como tlerc^c.ho l,^ttrtnci- clen esa participación, y en proponerles
nn, con ^I argumento cle que es un cierecho cstrategi:ts clr cambio e innovación qtte les
Ixísico cle todos los alumnos, incluidos accrcluen a esa meta (Ainscow et al.,
ayuellos con necesíclacles especiales, esco- 199^ ). rse es el conteniclo, rre:•cisamentc•,
I.u^irurs^ c:n la escuclct ^^orclinaria•^ clue (c cc^- cle uno cíe sus trabajos más rr`cientes y de
rresp^rnclctíst cic: no s^r consiclerado conto mas amplia difusión: cl htclc.x f^r htclusir,>'u
taL Cu:tlyuier fonna cfe s^gregacicín clebería (l3<.>oth, Ainscow, 131ark-I^iawin, Vtul;han y
scr vist,t conto una :tnt^naza potcnrial p^u•a Sh:tw, 2000).
el clisfrute cie este clerecho básico. pero clescle nuestro punto cle vista cle-
I'c^r lo yue reshert:t a los trah:tjos cle:
fcnci^mos yuc tambi^n pocirí:ut amlrtrarsc
Mcl Ainscow y'Cctny l3<toth (1991i?, clos clc hajo esta clenon^in:tción ele •c•clucacicín in-
los :tr:ul^micos con mayor relcv:tncia en clusiva^ oU'as iniciativas cluc c•n I:ts últirnas
c.titc :ímhito, cslos han vislo la inclusicín cc>-
clos ctécaclas han centraclo su intc•rr~s y sus
tno:
esfuerzos en nxjorar Ia cclucacicín clel
t^.l l^rc^cese^ clr aunterttar la lr.tnirihac•icin de Ic^^ alumnaclo cn clcsvcntaj:t y I:t convivcnci:t
aluninos en cl cuníccdo cn Ias rnnwnidaclcs cn Icts ccntros, aportanclo cn cacla caso

i^
propuestas creativas, pero con el apoyo resultados más alentadores. Tal es el caso,
cle la investigación educativa más riguro- en primer lugar, del Programa de Desarro-
sa, a ese complejo dilema entre •compren- llo Fscolar (School Development Program)
sividad• y •díversida ^» anteriormente alu- cíiseñado por James Comer de la Universi-
dido. No estamos proponiendo que cada dad de Yate (Comer, 19C8, 1998, 2001) fns-
una de ellas pierda su »identidad» y sus re- to de la demanda de colaboración de esa
ferencias bajo una denominación única. universidacl con dos escuelas primarias de
Lo que nos mueve es resaltar lo que de New Haven que tenían muy bajo rendi-
común y positivo hay en las mismas para miento escolar y muchos problemas de
dotarnos de esquemas y principios que convivencia. Los esfuerzos de este progra-
cfirijan nuestro pensamiento y nuestras ma se dirigen a promover un clima escolar
prícticas hacia las metas apuntadas al ini- positivo estableciendo por una parte vín-
cio de este trabajo. culos adecuados entre los padres, profeso-
res y alumnos, y ajustando el aprendizaje
de cada alumno con sus expectativas futu-
DE IA EDUCACL6N COMPENSATORIA ras. Este programa se ha configurado co-
A IAS ESCUEIAS ACEI.ERADAS mo una alternativa estimulante para las es-
Y A I.AS COMUNIDADES DE APRENDIZe^jE cuelas en contextos sociales desfavoreci-
dos hasta el extremo cíe yue ha sido im-
Si la educación especial ha sido concebida plantado en más de 250 centros escolares
como la eclucación cJel alumnado con dis- cíe primaria y secundaria.
capacidad, la educación compensataria se Con un origen similar se encuentra el
ha entendido durante mucho tiempo como programa de las Escatelas Aceleradas <Ac-
la educación de otros alumnos también celerated schoots) surgidas en Estados Uni-
»especíales•, en este caso por razones de su clos en el año 198C por iniciativa de Henry
proceclencia ( inmigrantes), de su etnia (gi- Levin, profesor de la Universidacl cíe Stan-
tanos), de su situaeión soeiallfamiliar (mar- ford, como respuesta a la insatisfacción
ginación, pobreza) o por la peculiar situa- que le producían los esyucmas educativos
ción laboral de sus progenitores (tempore- vigentes, en especial para los alumnos
ros, feriantes). De ahí que en sendos casos procedentes de grupos sociales cirsfavore-
la respuesta educativa haya sido semejante, cidos. Scgún nos indican I3ernal y Gil
esto es, acudiendo a un profesorado su- (1999) las escaielas aceteradas fundamen-
puestamente »especialista» en el que depo-
tan su propuesta en tres principios bási-
si4tr el trabajo con estos alumnos (profeso- cos;
rado úe compensatoria), recurriendo con
frecuencia a prácticas excluyentes (véase • Conjugar los esfuerzos de padres,
en nuestro contexto las llamadas hasta ha- profesores, clircctores, alumnos, ad-
ce bien poco aulas taller), con currículos ministradores y ta comunicíad local
reclueidos, centrados supuestamente en lo en un esfuerzo común.
•básico o elemental^, y con el triste logro
• Implicar a todos los miembros en
c.le mantener, finalmente, el estattrs guo del
las principales clecisiones yue sc to-
sistem^t escolar establecido y, a la larKa, re-
men en el centro y compartir la res-
proclucir las clesigualclades que se preten-
ponsabiliclad cle clesarrollarlas y cle
clían ^compensar».
evaluar sus resultados.
De las múltiples críticas a estos plan-
teamientos han surgido iniciativas que han • Construir la escuela compartic:ndo y
planteaclo la eclucación de este alumnado utilizando los recursos clc la comu-
bajo otras premisas y han conseguido nidacl.

38
En »lo práctico» se apuesta por meto- éxito. Un nombre para este paradigma alter-
dologías participativas y activas (»tipo pro- nativo es el de «desarrollo del talento• (talent
yectos») en las que se valora especialmen- development)... pero otra forma de expresar
la misma idea es la de »éxito para todos•
te la autonomía de los alumnos; la presen-
(Success for All), que es el nombre de un
cia de varios aclultos en el aula, aunque
programa de reestructuración escolar que
siempre haya un »tutor de referencia», lo
mis colegas y yo hemos desarrollado e in-
que permite reducir la ratio profesor-alum- vestigado, pero que es también una declara-
no a valores de 1/10; la opción por centros ción filosófica respecto a nuestro trabajo: la
pequeños con una gestián democrática y idea de que las escuelas tienen que estar or-
participativa, o la cooperación de las fami- ganizadas no tanto para el simple avance de
lias -a través de una especie de contrato-, todos los alumnos desde su punto de pani-
con lo cual se refuerza, entre otras cosas, da, sino para elevar al máximo el rendi-
la capacidad de la propia escuela para miento de todos los alumnos, incluidos
atender sus iniciativas y necesidades. aquellos que están en situación de riesgo
El conjunto de proyectos denomina- por factores sociales, institucionales, familia-
res o personales.
dos Educación para Todos (Educatiora For
(Slavin, 1996, pág. 1)
All) impulsado por los profesores Robert
Slavin y Wacle Boykin (Slavin, 1996) desde EI programa ha sido el resultado del
el Centro de investigación para ia educa- progreso tanto en ia investiKación psicope-
ción del alumnado en riesgo, en la Univer- dagógica sobre los factores y concliciones
sid:tcl John Hopkins de Estados Unidos es yue incicíen en los procesos insttveciona-
otro ejemplo de las iniciativas voicadas en les, como en la evolución de la compren-
la educación del alumnado en clesventaja, sión sobre los niveies o ámbitos en los yue
de cuyos logros cabe decir, entre otras se ha de incidir, pasando por ello de unas
muchas cosas positivas, yue se encuentran propuestas centradas en cuestiones como
funclamentados en una rigurosa y extensa cl »^tprendizaje cooperativo» (Slavin, 1985)
inve:stigación educativa yue se prolonga cstu es, centradas básicamente en el traba-
ya por más de tres clécadas. jo de aula, a propuestas de carácter sisté-
Se está produciendo una revolución silen- mico y globales como es el caso dr los
ciosa respecto a la forma de entender y lle- progr.tmas l.a escuela cooperativu (Slavin:
var :^ la práctica la educación. Desde sus ini- Caoperative Schovl, 1987), ^xito para todos
rios, la educación ha buscado clasificar a los (Success fc^rA11) centrtda en la mejora de la
alumnos en diferentes categorías -en f;rupos Icctura o Raíces y Alas (Slavin: Roots and
de alto, medio y bajo rendimiento, como su- l^inls, 1996) en el que se trabajan también
perdotados, como alumnos de educ:tción
I:ts áreas de sociales, matemáticas y cien-
especial, etc: . tste paradignta clasifir.tclor
todavía sigue presente, pero está empezan-
cias. EI resultaclo cle esta evolución es untt
do a ser cucstionado desde los frentes de la propuesta compleja y ambiciosa en la que,
investii;ación, la política y la práctica... Una junto al trabajo sobre conteniclos curricula-
altcrn:uiva a este paradigma es el bas:rdo en res capecíficos, se incicle en las siKuientes
la cmencia de que todos los alumnos pue- dímensionc:s y niveles:
den aprender hasta Ilegar a altos niveles.
Desde este punto cle vista, la responsahili- • Un amplio uso del aprcndizaje coo-
dad de las instituciones educativ:ts, es la de perativo para toclas las activiclacles
mantener para todos sus alumnos altas ex- araclémicas.
pectativas dc rendimiento y proporrionarles
instrucción de alta calidad diseriada para sa- • Utilización de programas altamente
tisfacer las necrsidades de diversos i;rupe^s rstrttrturados par:t la enseñanza y el
de alumnos, secunclacla con servicios cle aprendizaje de la lectura (por el ca-
apoyo adecuados que propicien alcan•r.ar el ráctcr central que se ccmcede a este

39
aprendízaje para el futuro éxito de concepto •aglutinador^ de propuestas en-
todos los alumnos). tre las que se incluyen las siguientes:
• Utilización de estrategias de ense- • La opción por el diálogo como pro-
ñanza colaborativa (peer coachin^ cedimiento, frente a l^^i imposición,
entre el profesorado. para la resolución de los conflictos
• Reestructuración de los servicios y y las controversias y facilitar el cam-
profesores de •educación especial^ bio hacia los objetivos y prioridades
de forma que se potencia la inclu- de un centro.
sión y participación del alumnado • EI principio de que •entre todos po-
con mayores dificultades en las au- demos•, esto es, que la fuerza y el
las y en las actividades ordinarias. conocimiento necesario para la
• Promoción de estrategias de direc- transformación de los centros esco-
ción y gestión escolar de carácter lares está dentro de ellos mismos y
colaborativo y participativo. no fuera.
• Implicación de las familias en la vi- • La apuesta por la inclusión de las
da de los centros y en los procesos diferencias en clase y no por la se-
de planificación y desarrollo educa- paración, lo cual se consigue a tra-
tiVU. vés cle grtipos interactivos cle apren-
, A efectos de los objetivos de este artí- dizaje en los que se busca acelerar y
culo, lo destacable de este programa, styeto potenciar el aprendizaje de quienes
por otra parte a un riguroso plan de inves- están en desventaja, con la ayucla y
tigación de sus resultados, es el hecho de panicipación de cuantas personas
que (al igual que los anteriormente descri- estén dispuestas a colaborar con el
tos) han puesto la preocupacicín por el centro en la consecución de sus
alumnaclo en desventaja (sea por razones metas.
sociales, de capaciciad o étnicas) en el cen- • EI principio cle ^yuerer para toclo.c
tro de sus objetivos y han demostrado sufi- los aksmrros lo mismo y al naismo ui-
cientemente que al actuar así han consegui- t^el yue los académicos yttere ^ iros
clo no sólo cl progreso de estos, sino el del para niiestros hijos^.
conjunto cie los alumnos; esto es, han veni- • EI énfasis en la comunidad y, muy
c!o a confirmar aquello de que la ^b^ísyi^ecla especialmente en las familias, po-
de da eq:^ldad puede ser el mejor cami^ao tenciándolas y enriqueciéndolas cn
paru /a caliclad• (Skrtic, 1991, p5g. 34). sus cap.tciclades y saberes, por el
Fntre nosotros, el programa más direc- efecto 111uI[1pllcador yue tiencn so-
tamente vinculado con estas cuestiones es l.^re las posibilidacles cle aprenclizaje
el c1e las Comisnidades de Aprerrdizaje de sus hijos.
( I'lecha, 1997), que se ha nutrido, en bue-
na nteclida, cle las experiencias anteriores, EI aprendizaje dialógico incluye, en una
pero que ha incorporado elementos pro- misma dinámica, el desarrollo dr las
pios de gran impor[ancia como es el relati- competenci:rs instrumentales necesarias
par.t subsistir en la sociecta<I ínforrnacic^-
vo al énfasis en el aprendizaje dialógico
nal y de los valores reyuericlos p:rra
como ele;mento central para la creación de
afrontar solidariamente la vida en rlla...
un clima cle convivencia en los centros, Cuanclo las niñas y niños tr.rb:rjan en
cap;tz de prevenir y cle pali;tr, en su caso, grupos interactivos aprenclen al misntci
l:ts situadones de conflicto/indiscipli- ticmpo matcmírticas y solidariclacl...
na/al;resiviclacl tan habituales en los cen- Ayud^ndose unas a otros, teniendn rc^-
tros (V,u•gas y Flecha, 2000). Se trata de un nto objetivo pcrsonal el aprenclirajr cle

l {)
todas y todos, se está construyendo la prácticas más acordes con la digni-
h:rse en la que pueclen asentarse ade- dad de todos los seres humanos, es
cuaclamente los discursos pacifistas y porque también otra educación es
solicl.u-ios. posible.
(Vargas y }'lecha, 2000, p^íg. 85)
• No podemos seguir pensanclo que,
Hay que señalar qtte en absoluto se cort más de lo m.ismo -respecto a la
u•^It.t cle una propuesta simplemente •teóri- estructura, organización y funciona-
ca^, sino yue a través cíel CRF.A (Centro de miento de nuestros sistemas educa-
Investigación Social y Educativa de la Uni- tivos y de nuestros centros- se pue-
versicíacl de Barcelona5) se ha desarrollado de hacer frente a los requerimientos
todo un procedimiento de asesoramiento de la nueva sociedad y de sus ten-
e intervención en centros para ayudarles siones. Es necesario empezar a pen-
en su transfonnación en •comunidades de sar en términos de un cambio pro-
aprendizaje^, trabajo que se extiende ya fundo, sin duda arriesgado y com-
por varias comunidades autónomas de plejo, pero tan necesario como la
nucstro país. envergadura cle los problemas yue
Las ^comuniclades de aprendizaje• han hoy observamos con mayor preocu-
hcch^ suya la invitación de Freire (1997) pación: fracaso escolar, violencia,
cle trattsJorntar las di^icultades en posibili- ciesmotivación del profesorado...
dades y sumándonos nosotros también a • Se trata de un cambio que debe en-
ese objetivo quisiéramos terminar estc tra- contrar lógicamente, en la sociedacl
bajo resumiendo algunos principios y cri- amplia y en la cercana o inmediata
terios que, a moclo de denominadores co- el respaldo a las pretendidas tr^ ns-
tm^nes de las propuestas que hemos anali- formaciones. Las contradiccioncs
zaclo, sin cíuda alguna facilitarán ese cam- entre ambos ^sistemas^ actuarán, sin
bio cle pcrspectiva. lugar a dudas, en detrimento del rit-
mo y de la profundidad de los cam-
bios.
CRITERIOS Y ÁMHTfOS DE /NTERVENCION
• La visión sistémica de los cambios y
PARA AVANZAR HACIA UNA EDUCACIdN INCLUSNA
dc^ !as intetvenciones es central al
propósito planteado. No es factible
[.a educación escolar puede y debe jugar
esperar cambios significativos en el
un papel decisivo para yue la nueva socie-
funrionamiento cie los centros, sin el
dad de la informacián en la que estamos
apoyo •en sintonía• cíe la scx:ieclad.
viviendo ( Castells, 1997) no se configure
Pero es ilusorio esperar cambios pro-
también como una sociedaci de desigual-
funclos en el nivel de aprendizaje y
clacl, de Ruerra y de exclusión. Para ello
el progreso de toclos los alumnos,
haríamos bien en seguir los requerimien-
sin yue existan centros escalares yue
tos cle una educución inclusiva que, aesae
los faciliten a través de sus políticas
nuestro análisis, debería tener presente las
concretas en cuestiones de organiza-
siguientes propuestas:
ción, funcianamiento, coordinación,
• Si otro mundo es posible, como se participación de la comunidad edu-
señaló en Porto Alegre para indicar cativa o política de formación per-
que podemos construir un mundo manente de sus miembros, entre
orientado con otros valores y otras otras. Afortunadamente tenemos los

(5) http://www.ub.es/educacion/crea

41
conocimientos suficientes para faci- para ello, la transformación de los
litar •el movimiento de mejora de los contextos escolares y usemos las es-
centros», en esa dirección (Marchesi trategias y los métodos que permitan
y Martín, 1998). el enriquecimiento y-la aceleración
• La preocupación por el alumnado de aquellos que han iniciado su an-
en desventaja y, por lo tanto, en ma- dadura escolar en desventaja, y no
yor riesgo de exclusión yue el resto, tanto la •adaptación• de las enseñan-
debe ser central en ta palítica esco- zas en todo lo que este término pue-
lar (a todos los niveles) y no una da tener de •reducción», •elimina-
cuestión marginal que simplemente ción• o«disminución• de objetivos y
origine •problemas•. A estos efectos, contenidos escolares.
resulta imprescindible, en primer • Ese enriquecimiento y aceleración
lugar, que ese alumnado •esté• en puede conseguirse con el uso de
los centros y, en segundo término, mé[odos y estrategias de instrucción
abandonar la •perspectiva indivi- cuya eficacia, a estas alturas, estfi
dual» que tanto ha condicionado las perfectamente validada y contrasta-
políticas de compensación desarro- da, como es el caso de los métodos
Iladas hasta la fecha. Más bien se de •aprendizaje cooperativo•. Pero
trata de adoptar una perspectiva, so- ese enriquecimiento pasa también
ciaUinteractiva, bien representada por la presencia de •más profeso-
por la propuesta de dejar de pensar res/adultos- en las aulas. La comple-
en términos de alumnos con necesi- jidad de la tarea de atender a la di-
dades especiales o con dificultades versidad bajo la exigencia de que
de aprendixaje y empezar a hablar todos los alumnos logren un óptimo
y pensar en términos de obstáculos rendimiento, no puede descansar
que impiden, a unos u otros, la par- en el viejo esquema de •un grupo,
ticipación y el aprendizaje. ^Quié- un profesor•, ni tampoco en el más
nes pueden experimentar tales ba- moderno pero igualmente ineficaz
rreras? ^De qué tipo? ^En qué niveles de •más profesores de apoyo•, si su
y ámbitos de la vida escolar pueden trabajo básico consiste en hacerse
surgir obstáculos? ^CÓmo eliminar- cargo, en grupos específicos (cual-
los o minimizarlos? Preguntas todas yuiera que sea su denominación)
ellas que nos ayudarían, enorme- de los alumnos etiquetados como
mente, a caminar en la dirección especiales. Hablamos también de
apropiada para la consecución de más •adultos• porque esa tarea de
las metas propuestas. enríquecimiento puede versc fadli-
• Adoptemos como máxima irrenun- tada con la presencia de otros per-
ciable la de desearpara todos los ni- sonas que sín ser profesores pue-
iZOS y jóvenes, especialmente para den colaborar eficazmente en ella;
ayuellos que están en peorsituación, estudiantes en prácticas, familiares,
lo yue cacalyuiera de nosotros quúie- etc., todos etlos pueden tener un
ra para sus hijos. No pidamos para papel de gran ayuda si se crean las
unos más conocimientos de idio- condiciones para su colaboración
mas, de informática, de ciencias o eficaz con el profesorado.
de dominio de la lengua, por ejem- • Convertir las prácticas de •tofa-
plo, y planteemos para •los otros• lo boración y ayuda» en foco de aten-
básico, lo mínimo o lo imprescindi- ción prioritaria en las políticas de
b!e parr salir al paso. Busquemos, desarrolio curricular (formación,

42
documentación, investigación.. J. BI ción en educación debe extenderse
sentimiento de apoyo y colabora- a tres dimensiones complementa-
ción es básico para el fortalecimien- rias:
to de los centros y para la mejora de
- La participación de la escuela co-
la autoestima del profesorado; coia-
mo institución social con otras
boración entre centros y de éstos
entidades sociales formales y no
con sus comunidades; colaboración
formales como son los centros de
y apoyo mutuo entre el profesora-
salud, las Organizaciones No Gu-
do; colaboración entre alumnos y
bernamentales, etc... La función
profesores; colaboración de las fa-
educadora de la escuela debe ser
milias y los agentes externos. Saber
compartida con otras institucio-
crear y mantener un entramado de
nes, porque éstas configuran los
estas características es el mejor re-
apoyos más importantes para que
quisito frente a los problemas y ten-
la escuela pueda atender a las ne-
siones, y la principal garantía para
cesidades integrales de los alum-
conseguir el éxito para todos. Pero
nos (físicas, afectivas, sociales...).
indudablemente se trata de una ca-
Desde este nivel se puede afirmar
pacidad y cle un logro (saber esta-
que la calidad de la educación
blecer y mantener relaciones de co-
vendrá gracias a la calidad de las
laboración) cuya dificultad es direc-
relaciones con otras entidades y
tamente proporcional a la facilidad
organismos configurando una red
con la que se invoca su necesiclad.
social que podrá responder con
De ahí que resulte estratégico mejo-
mayor eficacia a los •problemas
rar tanto nuestro conocimiento so-
escolares» actuales.
bre los factores que la condicionan
como asegurar la existencia de pro- - La participación de los miembros
fesionales con reconocida capaci- de la comunidad educativa en las
dad para asesorar a los centros en decisiones que afectan a su cen-
su consecucián. tro. La dirección, el profesorado y
• Promor^er el sentimiento de perte- las familias deben tener espacios
nencia de cada uno de los miem- y tiempos para consolidar su au-
bros de la comuniaaa educativa, tonomía y reflexionar sobre las
como base para su cohesión, es el estrategias educativas que pro-
primer paso hacia sociedacíes aco- porcionen un mayor valor al pro-
gedoras que busquen luchar seria- ceso de enseñanza-aprendizaje.
mente contra la exclusión. Para ello Esta participación se traduce en
es imprescindible redoblar las estra- el principal rnotor de cambio, en
tegias de participación en su más el que los miembros educativos
amplio sentido. La partiripación asuman las propuestas innovado-
puede definirse desde distintos ras como una filosofía propia.
puntos de vista y todos ellos resul- - La participación, en último térmi-
tan complementarios. De modo ge- no, de los alumnos en el centro, en
nérico, participar es colaborar con el aula y en el currículo escolar. A
los demás en la elaboración de tales efectos la participación de los
unos objetivos comunes, compro- alumnos no debería consistir sólo
meterse en la realización de los mis- en que los profesores y demás pro-
mos o compartir métodos. Desde fesionales del centro valorasen a
nuestro punto de vista, la participa- cada alumno y le reconociesen sus

43
derechos, sino también en dotar a Es posible mirar al movimiento por la in-
los alumnos cie las herramientas clusión como esas ciisclosing tablets que
necesarias para que ellos mismos utilizan los dentistas^. Inten[ar integrar a
alumnos con necesidades y conductas
puedan valorar su diversiciad y
educativas desafiantes, nos dice mucho
conquistar sus derechos a ser edu-
acerca de nuestros centros escolares en
caclos y acogicios. términos de su falta de imaginación, de
- La ^eciucación inclusiva» no tiene que están poco equipados, de que se sien-
que ver, inicialmente, con los lu- ten poco responsables de sus actuaciones
gares. Es, antes que nada, uraa ac- y, en definitiva, de que son simplemente
titud de profundo respeto por las inadecuados. La plena inclusión (full in-
diferencias y de compromiso con clusion), no crea estos problemas, sino
que muestra dónde están los problemas.
la tarea de no hacer de ellas obs-
Los alumnos que se sitúan en los límites de
táculos sino oportunidades. En es-
este sistema, nos hacen dolorosamente
te sentido, por ejemplo, en algu- partícipes de lo limitado y constreñido de
nos centros de educación especial estos. La plena inclusión no hace sino re-
o en grupos para alumnos con es- velarnos la manera en la cual el sistema
peciales dificultades en centros eciucativo debe crecer y mejorar para dar
educa[ivos ordinarios (véase en adecuada respuesta a las necesidacíes de
nuestro contexto el caso de los tales alumnos.
grupos cíe diversificacíón curricu- (Op. cit., pág. 35)
lar en los IES) hemos visto esa ac-
En este sentido quisiéramos, para [er-
titud en mayor grado y consisten-
minar este artículo, aprovechar el último
cia que la percibida en muchos
análisis realizado sobre los principios bási-
centros o aulas »ordinarios• en los
cos de la educación indusiva, para aplicar-
que, sin embargo, la más pequeña
lo, cual disclosing tablet sobre el sistema
diferencia o separación de »lo
educativo de nuestro país.
normal» es vista como un gran
problema para la enseñanza.
Hasta aqui el resumen de algunas ca- S013RE LA SITUACIÓN
racterísticas que encontramos en común DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA EN ESPAÑA
en los movimientos educativos que más
influencia educativa parecen estar tenien- Consideramos que el sistema educativo es-
do c:n este inicio de siglo y que nosotros, pañol emanado tanto de la LOGSE como
al igual que otros autores, hemos engtoba- de la LOPEG tiene, hasta la fecha, una cla-
do bajo el término genérieo de educación ra orientación » inclusiva» aunyue entre
inciusiva. A este respecto una última nosotros hemos preferido hablar de un sis-
acepción que puede darse a este plantea- tema que ha hecho de la »atención a la di-
miento (Sapon-Shevin, 1996), es la de su versidad» una de sus preocupaciones fun-
capacidad para poner en evidencia o ha- damentales (Coll y Miras, 2001; Martín y
cer de »chivato» respecto las limitaciones Mauri,1997; Echeita,1999).
de nuestros actuales sistemas educativos Es cierto que esa »orientación» ha esta-
con relación a su capacidad de atender a do, como en tantos otros lugares, sujeta a
la diversidad del alumnado: procesos y decisiones contradictorios y

(6) Se tr.tta de una tabletas que al ser chupadas colorean la hoca drl paciente rrsaltando los luKares rn
los que no sr ha producido un huen cepillado y, por lo tanto, hay mayores riesKos dr aparición de placa y de
int^ecciones.

44
que el proceso de su »aplicación» no ha es- tendrá un alto coste para el bienestar de
tado íl la altura de lo previsto ni «en la le- muchos jóvenes y para el futuro de la so-
ira ni en el espíritu de dichos textos» (Mar- ciecíad española en su conjunto.
chesi y Martín, 1998). No obstante, el cor- Entre los »nudos gordianos» de nuestra
pus yue forman tanto la propia LOGSE co- época (Mayor Zaragoz_a, 1999) están la ex-
mo algunas normas de rango inferior, pero clusión y la discriminación con pretextos
importantes, como el Real Decreto 696/95 étnicos, culturales o ideológicos (y por ca-
cle Ordenaciórz de la F.dzicaciórt de los pacidad, nos atrevemos a añadir). No pare-
alunanos con Necesidades EducatirJas Fspe- ce sensato pensar que para desatarlos, la
ciales o el Real Decreto 299/96 de Orderra- receta apropiada sea igualmente la de la
ción de las Acciones dirigidas a la Com- exclusión y la discriminación educativa, si-
pensación de las Desigualdades en Educa- no la de la inclusión y la valoración de las
ciórr, conformaban, como decíamos, un diferencias. Nadie dice que ello sea una ta-
sistema que »avanzaba» hacia lo que hoy rea sencilla, pero tenemos los medios, los
estamos conceptualizando como «educa- conocimientos y en último término, la
ción inclusiva». En los últimos años parece, creatividad suficiente como para saber que
sin embargo, que esta orientación está más podemos enfrentarnos a ese desafío con
que en peligro si nos atenemos tanto a los garantías de éxito. Pongámonos a ello, no
hechos más constatables (Echeita, 2001) sea que las generaciones venideras no pue-
como a las propuestas que parecen inspi- dan sino aplicarnos el juicio de Albert Ca-
rar la Ilamada Ley de Calidad que el go- mus: «Los despreciaba, porque pudiendo
bierno de la nación parece estar a punto tanto se atrevieron a tan poco» (La peste).
de presentar.
F,s cierto que nuestro actual ordena-
miento territorial, en forma de comunida- BIBLIOGRAFÍA
des autónomas, hace que existan notables
diferencias entre comunidades tanto res- AtnrscoW, M.: Understanding the develop-
pecto a ésta como a otras muchas cuestio- ment of inclusive schools. Londres, Da-
nes educativas y que, por lo tanto, las ge- vid Fulton Publishers, 1999.
neralizaciones son equívocas. En cualquier -«Entrevista a Mel Ainscow por ÁnKeles
caso no deja de ser preocupante que la Padilla«, en Crradernos de Pedagogia,
rrnrma básica que se está preparanda 307 (2001) pp. 44-50.
apueste por mecíidas que, como las repett- AINtiCOW, M; HOPKINS, 17.; SOU77[WOTH, G. y
ciones o el establecimiento de itinerartos WEST, M.: Crc^ating the conditions for
edrrcativos en la educación secundaria, se school improvemerrt. Londres, David
sitúíin en el polo opuesto de los plantea- Fulton Publishers (próxima publica-
mientos a favor de una educación inclusi- ción en eastellano en Editorial Nar-
va. Si a ello unimos los rambios ya produ- cea), 1994.
ridos en el currículo de la E5U, con la su- - Hacia escrrelas eficaces para todos.
pr^sión, por un lado, de importantes obje- Madrid, Narcea, 1994.
tivos vinculados precisamente a las capaci- ARNd^z, P.: «I.as escuelas son par•.i toclas•,
dades de inserción social y de relación in- en Siglo Cero, 27, 2(1995), pp. 25-36.
terpersonal o el aumento desmesuracío de - «Integración, segregación, incEusión•,
contenidos en la mayoría de líts áreas, la en P. ARN^(iz y l2. DF HARO (eds.): 10
preocupación deja de ser tal para conver- airos de inte^;racidn en Fspar'za: análi-
tirse en la creencia de que estamos a las sis de realidad y per.spectivas de frrtr^ro.
puertas de un gran retroceso c:n nuestro Murcia, L)niversidad de Murcia,l997,
sistema educativo yue, a nuestro juicio, PP• 313-335.

45
BARTON, L.: Dúcapacidad y sociedad. Ma- EcHErrA, G.: »A favor de una educación de
drid, Morata, 1996. calidad para todos•, en Cuadernos de
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