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EL DÍA DE CUMPLEAÑOS

Min. Raymundo Ramos

En febrero de 1979 fui invitado por primera vez a la iglesia a la cual ahora
pertenezco. Una de las primeras cosas que chocaron con todo el bagaje de
creencias e increencias que yo traía fue, no debes celebrar cumpleaños, es algo
malo, no es bíblico y cuando se menciona en la Biblia es solo en términos negativos:
Gn 40,20 (el cumpleaños de Faraón); Mt 14,6; Mc 6,21 (el cumpleaños de Herodes).
No obstante, cuando analizamos con mayor profundidad los textos, las cosas no
siempre son lo que parecen. Analicemos brevemente los textos típicos sobre el
tema:
En Gn 40,20 encontramos la palabra juledet ‫ הֻ ֶ ֶּ֣ל ֶדת‬que significa ser nacido, dado a
luz, parido. No es una palabra que signifique específica y exactamente nuestra
palabra “cumpleaños” pero es lo más parecido. Ahora bien, lo interesante es que
solo aparece 3 veces en el Antiguo Testamento, en este texto, y en Ezequiel 16,4-5.
Y digo interesante porque en Ezequiel utiliza la palabra como un día en que a pesar
de la infidelidad y lo despreciable que pudiera ser Israel, Dios la (usa una metáfora
femenina para referirse a Israel) levantó, rescató y amó. Es decir, la connotación del
día del nacimiento en este texto donde aparece juledet, es finalmente positiva y de
gran bendición inmerecida. Estamos ante una metáfora onomástica de corte
espiritual. Dios usando esta palabra y el cumpleaños de Israel para recordarle su
gracia, creo que eso es algo que nunca debemos olvidar cuando cumplimos años.
En cuanto al texto de Mt 14,6 y Mc 6,21 utiliza la palabra genesia γενέσια, que solo
aparece dos veces en el NT y que en español significa celebración, fiesta de
cumpleaños o del nacimiento. Lo interesante es que esta palabra también la usaban
los griegos para la celebración del funeral o el día de la muerte. Esto lo digo a
colación de aquel verso que se utiliza mucho para rechazar el cumpleaños: “Mejor es
la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del
nacimiento” (Ecl 7,1). Un verso que se saca de su contexto que dicho sea de paso,
es de pesimismo, veamos el verso 3: “Mejor es el pesar que la risa; porque con la
tristeza del rostro se enmendará el corazón”. Y el verso 4 agrega; “El corazón de los
sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los insensatos, en la casa en que
hay alegría”. Si sacamos estos versos de contexto y los aplicamos a la ligera es
como decir: ser alegres es pecado, y si eres sabio hay que estar de luto. Entonces
tendríamos que creer que todo aquel que celebra, se ríe, se goza, está mal, muy
mal. Bueno, ni siquiera es la idea de los textos sapienciales en sí, veamos por
ejemplo en el mismo libro de Eclesiastés en el capítulo 5,19-20 dice:” Por otra parte,
a todo aquel a quien Dios da abundantes riquezas, le da también la facultad de
comer de ellas y de tomar lo que le corresponde, pues el disfrutar de tanto trabajo
viene de parte de Dios. Y como Dios le llena de alegría el corazón, no se preocupa
mucho por el curso de su vida” (DHH).
Algo que sería totalmente contradictorio con el verso 4 del capítulo 7, pero no hay
contradicción, pues en el capítulo 5 el contexto del que se habla es la vanidad de la
vida.
Según los judíos Adán fue creado el primer viernes de la historia, el sexto día de la
Creación, y ese día es su cumpleaños, aunque ellos consideran que no nació bebé,
tan es así, que el día de año nuevo judío, el Rosh Hashaná, se celebra el día
apareció el ser humano en la tierra, el día sexto y no el día primero, es decir, el día
en que todo comenzó verdaderamente, el día de la creación de Adán y Eva, en su
cumpleaños, por decirlo así.
Finalmente quiero comentar sobre un texto que poco se le presta atención, me
refiero a Gn 21,8: “Y Abraham hizo un gran banquete el día en que Isaac fue
destetado”.
Según una opinión expresada en el Midrash, este banquete era la celebración del
decimotercer cumpleaños de Isaac, el día en que dejó atrás la niñez y asumió las
responsabilidades de un judío adulto. Según otra opinión, este banquete tuvo lugar
en su segundo cumpleaños. Como sea, fue un festejo de cumpleaños.
De acuerdo con la tradición, Isaac nació en Pesaj. Por lo tanto, el “gran banquete”
tiene que haber consistido en matzá y comida kasher para Pesaj. Pero los manjares
no fueron la principal atracción de este festejo, sino que lo más destacado fue la lista
de celebridades que asistieron y que incluían a la crema de la sociedad de aquella
época.
Según esta versión, uno de los invitados importantes fue Og, el Rey de Bashán, un
hombre pantagruélico de una fuerza sobrehumana, quien comentó con tono
condescendiente: “¿Por qué hacen tanto alboroto por este niño? ¡Solamente con mi
meñique puedo acabar con su vida!”.
A Dios no le gustó mucho ese orgullo desmedido y le contestó: “Espera, Og, tú
llegarás a ver a cientos de miles de descendientes de este niño. De hecho, ellos
acabarán con tu vida…”.
Y eso fue precisamente lo que ocurrió muchos años después, cuando Og fue
derrotado por el ejército israelita liderado por Moisés.1 (Num 21,35 y Dt 3,3).
En otras palabras, Abraham, hizo una gran celebración de cumpleaños para su hijo Isaac, y
hoy en día agregaríamos como cristianos, como no celebrar la vida, si ella es un don de
Dios, y es un recuerdo memorable de su existencia.
“Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento” (Lc 1,14). Mi deseo es
que así como Juan el Bautista, muchos se regocijen del nacimiento de todos aquellos que le
sirven a Dios en Cristo Jesús. DLB.

1
Mendy Kaminker. Cumpleaños dignos de mención.

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