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TEST DE APERCEPCIÓN TEMÁTICA

(TAT)

Murray planeó realizar con su Test de Cuadros (o de apercepción de temas vitales), presentar al sujeto
esas situaciones en imágenes, para que éste, sin percatarse, se identifique con las figuras y con entera
libertad, nos comunique en forma de historia dramática completa (presentación, nudo, desenlace), su
experiencia perceptual, mnémica, imaginativa y emocional.
La prueba consiste en exhibir al examinado en forma sucesiva una colección de láminas que
reproducen escenas dramáticas escogidas (de cuadros seleccionados o ejecutados exprofeso), que por
sus contornos imprecisos, su impresión difusa o su tema inexplícito, son lo suficientemente ambiguos
como para provocar la proyección de la realidad íntima del sujeto a través de sus interpretaciones
(estructuraciones) perceptuales (descripciones), mnémicas e imaginativas (historias); y en una
variedad suficiente como para averiguar qué situaciones y relaciones sugieren al sujeto temor, deseos,
dificultades, necesidades y presiones fundamentales en la dinámica subyacente de su personalidad.
La objeción más frecuente contra la índole proyectiva del TAT y su validez, señala que los temas de
las historias del sujeto suelen ser el mero relato de una experiencia reciente, acaso de una película, de
una obra de teatro, de un programa radial, o de una historieta, y que, por consiguiente, su producción
puede muchas veces estar desprovista de valor proyectivo.
Tal argumento, importa, evidentemente, reducir los procesos de la proyección al campo de la
percepción y de la fantasía, con exclusión injustificada de la memoria. Se olvida así que tampoco la
memoria es una función pasiva, fiel e imparcial evocadora de los hechos y experiencias, por cercanos
que ellos sean. También la mera “reproducción” mnémica de una experiencia sufre un proceso interior
activo, selectivo y tendencioso (¿Por qué recordó ese cuento y no otro? ¿Por qué esa parte y no otra?)
que la altera y distorsiona, y por tanto bien interpretada denuncia en alguna medida esa estructura,
ese mismo principio director que opera en la organización de las imágenes perceptuales y de la
fantasía.

Rapaport describe los relatos del TAT precisamente como producciones esencialmente mnémicas en
torno a un tema dado: “las características actitudes y esfuerzos de los personajes de las historias del
TAT son todos productos mnémicos; como tales están sujetos a las leyes de organización de la
memoria que ordenan cada experiencia en patrones, de acuerdo con las constelaciones emocionales
de la vida del sujeto. Los personajes descritos, las actitudes atribuidas, las acciones referidas proceden
de la memoria, es decir, de la experiencia pasada; representan, personajes reales o inventados y las
actitudes sentimientos y acciones de aquellos que han gravitado durante largo tiempo en la vida del
sujeto”.
FORMAS ABREVIADAS Y EXTENSAS
- Número de sujetos:
o Individual
o Autoadministración
o Colectiva: Autoadministración de un grupo más o menos grande de sujetos que
observan conjuntamente las láminas ampliadas sobre una pantalla) la forma más
económica, pero la de menor confiabilidad.
o Grupal: Las historias son inventadas en colaboración y en una misma sesión por un
grupo (pequeño) como unidad. Modalidad reciente en ensayo.

- Números de láminas:
o Total: Administración de las 20 láminas. Selección según la edad o tipo del
examinado. Al examinar a niños se omiten las láminas menos adecuadas, o cuando
ya en las primeras se ha recibido un material concluyente y se dispone de poco
tiempo, se salta aquellas láminas que suministran datos equivalentes a las otras. Otra
modalidad de abreviación consiste en reducir la administración a las diez últimas
láminas o a aquellas en las que se espera obtener el material decisivo ya por el valor
productivo de la lámina.

- Número de sesiones: Hay dos criterios: extenso y económico. Murray recomienda


administrar su test en dos sesiones, una hora cada sesión y con intervalo entre ambas de un
día por lo menos.

- Tiempo: Rapaport señala que, la administración total de las 20 láminas no debe llevar más
de 90 a 120 minutos.

CONSIGNA
Hay en general coincidencia con las instrucciones formuladas por Murray: pedir al examinado la
invención de una historia dramática, que comprenda el pasado (los sucesos determinantes de la escena
figurada en la lámina), el presente (las acciones, pensamientos y sentimientos de sus personajes) y el
futuro (desenlace). No obstante, se han introducido ciertas variaciones y adaptaciones en la consigna
original.
- Niño: “Había una vez…”
- Adolescente: “Esta es una prueba para la imaginación creadora. Deseo saber cuánta
imaginación tiene usted. Aquí hay varias láminas que le iré mostrando una a una. Deseo que
relate un cuento sobre cada una de ellas. Estas figuras son como las de las revistas de cuentos
ilustrados…”
- Adulto: “Me agradaría que inventara un argumento, no una historia literaria muy cuidada.
Deseo escribir lo que usted exprese, en lo posible al pie de la letra”

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