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EL IMAGINARIO MANAGERIAL

Carlos Jesús Fernández Rodríguez (Madrid, 1974) es Profesor Contratado Doctor. Es docente
del Departamento de Sociología de la UAM desde septiembre de 2007. Doctor en Sociología
por la Universidad Autónoma de Madrid (2004), Entre sus publicaciones destacan los libros El
discurso del management: tiempo y narración (Madrid, CIS, 2007), Vigilar y Organizar: una
introducción a los Critical Management Studies (como editor, Madrid, Siglo XXI, 2007) y El
debate sobre las competencias (con Luis E. Alonso y José Mª Nyssen, Madrid, ANECA, 2009),
Ha participado en numerosos congresos nacionales e internacionales.

Luis Enrique Alonso Benito, Licenciado y Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad
Autónoma de Madrid Desde 1984 hasta la actualidad profesor en el seno del Departamento
de Sociología de la Facultad de CC. Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid
-donde ha sido Profesor Titular de Sociología y hoy es Catedrático-; se ha encargado de
impartir más de una decena de materias en el ámbito de la Sociología de la Empresa y de la
Economía, dentro de los grados y postgrados de esa Facultad.

En este texto los autores nos presentan a través de la literatura existente los ejes que
articulan el imaginario social de los managers, esta literatura es un género destinado a los
cuadros de las empresas, para informar de las principales innovaciones discursivas en
materia de gestión de empresas y de dirección de personal.

Al analizar las tareas diarias a las que se enfrenta el gestor, el entorno y la época permite
reunir diferentes puntos de vistas para categorizar el tipo de manejo que este directivo
adoptaba. Con esto se visualiza una serie de modas de gestión que dan la pauta a la
evolución de la dirección.

Esta evolución se ha caracterizado por dos transiciones clave que marcan un cambio radical
en los discursos enunciados.

1
La primera está representada por la aparición de la empresa moderna en el sentido propuesto
por Chandler1, que supone la adopción de la producción en masa fordista 2, la burocratización
de las grandes corporaciones y los mercados oligopolísticos.

La segunda representa la tendencia hacia la desregulación; diversas situaciones como la


excesiva burocratización, la crisis del sistema keynesiano y la creciente incertidumbre en los
mercados fueron trasformando la literatura tradicional de la confianza empresarial, que se
tornó pronto en un alegato por un sistema socioeconómico y político que favoreciese la
optimización de las inversiones de capital, a partir de una flexibilidad y libertad máxima de las
acciones empresariales.

La reconstrucción partió con la filosofía “dejen hacer”, la desregulación de los mercados, y un


discurso del compromiso universal con la empresa, desplegado en todos los ámbitos
concretos y abstractos.

De este modo, durante los últimos cuarenta años este tipo de literatura ha reflejado las
transformaciones del sistema productivo, escenificando, ejemplarizando y prescribiendo la
transición de un modelo de producción en serie realizado en un ámbito normativo de
seguridad, a uno de producción flexible incrustado en todas las convenciones posibles de
individualización, incertidumbre y riesgo.

Todo ello se concreta en una profunda transformación de los imaginarios sociales del
directivo, que en los últimos años ha pasado de desarrollar su actividad en un capitalismo
sólido a un escenario de navegaciones, shocks y olas, que a su vez ha desembocado en un
nuevo sistema caracterizado por la fluidez.

CAPITALISMO SOLIDO

1
Chandler, A. D. (1988). La mano visible. La revolución en la administración de la empresa americana, MTSS,
Madrid.
2
Fordismo es la producción en serie en el modelo de cadena de montaje, al utilizar maquinaria con
fines especiales y, principalmente, trabajadores no cualificados en una división del trabajo basada en una
fragmentación de tareas cada vez mayor.

2
Según Alonso y Fernández, este inicio en el periodo de entreguerras del S.XX con la aparición
de la producción en serie, una alta intervención del estado, se configuro un imaginario
caracterizado en el control y organización de la producción, pensamiento Taylorista 3.

En esta época el conflicto en la organización con la integración de las clases obreras en un


capitalismo regulado, se debía manejar con políticas de gestión en materia social, un conflicto
social latente evidenciado en las negociaciones con sindicatos que se trabajaba bajo un
esquema paternalista de tal forma que no se cuestionara la jerarquía, el argumento para
estabilizar era el cooperativismo. La producción en serie planificando la producción en un
marco regulatorio de mercado estables que absorbieran la oferta, la característica principal
era la lealtad y confianza entre empleados y empleadores, afirman los autores, que este
control dio paso al control de todas las actividades.

Se consolidaron los principios de Taylor, del management científico donde lo racional como
significante se impone sobre el control de las emociones y capacidades del individuo, se
busca controlar todo y para ello es fundamental la división del trabajo por tareas. Los procesos
de medición y supervisión se hacen imprescindibles para poder tener el seguimiento
adecuado de los manuales y procesos para que se sostuviera el incremento en la
productividad, por lo tanto era necesario tener una planificación a largo plazo que garantizara
los objetivos de la compañía, con control y adhesión como conceptos fundamentales a
manejar por los dirigentes.

El capitalismo solido entro en crisis 4 a finales de los años sesenta según lo enunciado por
Alonso y Fernández, esto se evidencio en las teorías que fueron surgiendo sobre la
preocupación acerca de la motivación del trabajador por que según la teoría X asociada al
taylorismo iba siendo sustituida por la teoría Y, donde el directivo como individuo iba siendo

3
Taylorismo en organización del trabajo, se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista
y mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, con el fin
de maximizar la eficiencia de la mano de obra y de las máquinas y herramientas, mediante la división sistemática
de las tareas, la organización racional del trabajo en sus secuencias y procesos, y el cronometraje de las
operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda
improvisación en la actividad industrial.
4
La crisis se debió una serie de factores (shocks externos, modificación en las características de la demanda, y
multiplicación de los factores aleatorios) que hicieron redefinir las características de los mercados y del modelo
prevaleciente de competencia.

3
sustituido por el equipo y los trabajadores podían aportar ideas; pasaba de ser visto como una
herramienta a tener la posibilidad de pensar.

SHOCK OLAS Y MACROTENDENCIAS

Los autores nos exponen que en los años 80 el imaginario managerial estaba marcado por el
concepto de cambio el cual se comprendía como un choque, Piénsese, por ejemplo, en la
caída del régimen de cambios fijos en vigor para todo el período de la posguerra, que se
tradujo en una continua e histérica variación del nivel de las paridades, y consecuentemente
de los precios de las materias primas; piénsese después en el aumento incontrolado y
constante del precio del crudo, acaecido entre 1973 y 1979; considérese finalmente el
incremento relativo y generalizado del coste del trabajo, instalado en muchos países en un
contexto de fuerte conflictividad sindical y social, que abrió las puertas de los mercados
occidentales a numerosos nuevos competidores (países de nueva industrialización y países
en vías de desarrollo), que podían contar con una fuerte competitividad origen del bajo coste
de la mano de obra (Scarpitti, 1991; Bianchi, 1991 y 1992) que sacude la sociedad industrial 5,
concibiendo una transición a una economía mundial integrada dejando atrás las ideas de
estabilidad, solides, seguridad y permanencia, siendo sustituida por flujos continuos y por el
gobierno en situaciones contingentes.

Se pasó de organizaciones netamente estables a organizaciones cambiantes donde se vuelca


la mirada hacia el mercado, cimentada en la adhesión más que en la obediencia, y aparece el
modelo japonés donde había una implicación de directivos y trabajadores en los fines de la
organización, se proclaman como personas independiente del lugar que ocupen en la
jerarquía, se pretendía demostrar que el modelo de dirección basado en una socialización
constante , articulación de valores y atención de la dirección hacia los empleados era el que
permitía a la organización alcanzar sus objetivos, se trataba de reemplazar el control y la
supervisión dando un voto de confianza a las personas en este modelo se manejan los
conceptos de cliente, calidad, servicio y mejora. Este modelo bajo sus reglas también se da en
las compañías americanas.

5
Cano, V. S. (1997). ¿ Del fordismo al postfordismo?. El advenimiento de los nuevos modelos de organización
industrial. In Universidad de valencia. In. congresso deficiencia regional de.

4
El capitalismo sufre un importante proceso de restructuración pasa de ser organizado y surge
uno desorganizado con una gestión flexible en la producción para poder cubrir rápidos
cambios del entorno.

EL CAPITALISMO LÍQUIDO

En el texto los autores nos indican que ya en los años noventa la revolución informacional se
acaba conformando como modelo social general es el advenimiento del capitalismo líquido,
EE.UU vuelve a reconstruir su hegemonía sobre los mercados mundiales, a partir de ese
momento el imaginario managerial se basa en la fluidez y lo liquido; absolutamente todo fluye,
el pensamiento el trabajo, el consumo, la información, el ocio, las relaciones personales y
emocionales. Es una economía interconectada con espacios relacionales.

La gestión significa navegar en la complejidad, liderar significa gestionar el cambio en un


entorno fluido, diagnosticando y disolviendo las resistencias al cambio. El manager post
moderno fija el rumbo, entrena, acompaña a su gente, la motiva y enseña a pensar en
positivo; inspira ideas, estimula, capta impulsores, personas que propaguen sus ideas y que
aporten.

El líder debe estar en capacidad de enseñar; debido a la fragmentación del mercado este
manager responderá con un pensamiento de carácter sistémico, global y anticipador, debe
gestionar hombres, deben estar en capacidad de tomar decisiones, deben tener un
compromiso renovable, no hay lealtad ciega a las organizaciones, los actuales trabajadores
pueden cambiar de empleo si se les exige objetivos considerados por ellos no oportunos.

El manager post moderno se convierte en artista y el gerencialismo en arte mayor, que debe
pensar siempre en función del cliente, se da empoderamiento a los trabajadores lo que hace
que este esté as comprometido, con lo anterior los elementos de control serán autodisciplina,
iniciativa, motivación para satisfacer al cliente.

5
Ejemplo de este capitalismo liquido son las empresas de Telecomunicaciones que migraron su
modelo de servicio pasando de los indicadores convencionales a implementar indicadores
donde se están convirtiendo en empresas red, merced a la creación de redes de unidades
internas, de redes de subcontratistas y de acuerdos de cooperación con competidores,
aplicando un Fordismo Flexible6, midiendo la aceptación del usuario a través de las
recomendaciones que estos dan de los productos y de las diferentes áreas.

6
caracterizado por lotes pequeños, flexibilidad productiva, organizaciones en red -zaibatsu-, y fuerte recurso a la
descentralización de la responsabilidad y de las competencias

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