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Comte - Curso de La Filosofia Positiva PDF
Comte - Curso de La Filosofia Positiva PDF
FRANCISCO LARROYO
EDITORIAL PORRÚA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA 15. M ÉXICO
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34 LA FILOSOFÍA POSITIVA
Unas palabras finales sobre esta obra. El texto regulativo del Curso
de filosofía positiva es el de la primera edición, la única que apareció
en vida de Comte. En 1852, aún en vida del autor, tuvo efecto una
exacta reimpresión del primer volumen, autorizada. Muerto Comte
Emilio Littré dirigió tres reediciones sucesivas de toda la obra. Por
desgracia, aparecieron con no pocas faltas tipográficas, sobre todo la
última. En 1892, el discípulo ortodoxo de Comte, Pedro Laffitte, reeditó
nuevamente la obra estrictamente conforme a la primera, corrigiendo
las erratas de imprenta. Desde entonces, ésta es la más consultada.
N O CIÓ N DE LA FILOSO FÍA POSITIVA
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38 LA FILOSOFÍA POSITIVA
LA LEY DE LO S TR ES ESTADOS
Y a n o e s fo r z o s o e m it ir m á s a r g u n ie i iío s p a r a m o s t r a r q u e la jiflali’
d a d d e e s t e c u r s em o -es p r e s e n t a r todn s 1n T l ^ ^ m é n o s p a t^
sie n d o id é n tic o s e n e l fo n d o ,' e x c e p t o la v a r ie d a d d e su s circ u n sta n ciaSi
L a filo s o fía p o s itiv a , s e r ía , c la r o , m á s c o m p le t a s i p u d i e r a s e r así. Mas I
e s t a c o n d i c i ó n n o e s e n a b s o lu t o n e c e s jy d a p a r fl ¡sm e la b o r a c ió n siste- I
m á t ic a n i p a r a la r e a liz a c ió n d e g r a n d e s v gr a t a s g a n s e n rettrias paralas
q u e e s tá sin d u d a d e s t in a d a . N o h a y , e n e f e c t o y ^ T m i u f a o S i e c e s a n 3 I
q u e J a im id a d d e m é t o d o , la c u a l p u e d e y d e b e ^ íiB r - e v id e n té m e n te .
y se h a lla y g e s t a b le c I H a e n ^ u ^ a y o f p a r t e . T 0 na m e a Ia d o c trin a no e| I
n e c e s a r io q u e .s e a u n a , b a sta c o n q u e se a h o m o g é n e a . P o r gJUi3j-4 ^s<y ,.
d o b le p u n t o d e v ísta d e la ^ tó i 3 a d ‘d é^ m H o ^ b y d e la h o m o g e n eidad ^ I
¡ d o c t r in a s ,c o n s id e r e m o s e n éS te ¿w rso ia íí d i f e r e n t e T c I a s e s H e t e o r ¡ 1
CURSO DE FILOSOFÍA POSITIVA 45
(...) Queda por considerar ahora una laguna inmensa y capital, que in
tencionalmente pospuse en la fórmula enciclopédica, y que de seguro
LA MATEMÁTICA
Para formarse una idea justa del objeto de la ciencia matemática consi
derada en su conjunto, se puede partir, a falta de otra, de la definición
vaga e insignificante que de ella se da ordinariamente, diciendo que
es la ciencia de las magnitudes. o —lo que es más positivo—/g rúrijin.
* que tiene por objeto^'MédM^eJ¡as magnitudes.¡Este anticipo didácti-
I* co~eXTg^YiT3ls*:‘pr!€Kíísr5^^ , perola idea es justa, en el
fondo, y hasta suficientemente extensa, si se la concibe conveniente-
í mente. Interesa en tal materia, cuando nada lo prohíba, apoyarse en
|I nociones generalmente admitidas. Veamos cómo, partiendo de tan
f grosero esbozo, es posible elevarse a una verdadera definición de las
j matemáticas que corresponda a la importancia, extensión y dificultad
| de la ciencia.
La cuestión de medir una magnitud no presenta al espíritu otra
(( idea que la de la mera comparación inmediata de tal magnitud con
I otra semejante que se supone conocida y es tomada por unidad entre
todas las de su especie. Ásí, al limitarse a definir las matemáticas di
ciendo que tienen por objeto la medida de las magnitudes, se da de
‘ ellas una idea muy imperfecta, pues es imposible ver así cómo hay
lugar, en tal sentido, para una ciencia cualquiera, y más para una cien-
LA FILOSOFÍA ASTRONÓMICA
LA FÍSICA
LA QUÍMICA
LA BIOLOGÍA
E L M É T O D O PO SITIV O EN LA SO CIO LO G ÍA .
LA CO M PARACIÓN H ISTÓ R IC A
que deben excitar todos los aspectos de la vida humana y aun meras
ficciones análogas. El sentimiento de que aquí se trata es a la vez más
profundo —por resultar personal en cierto modo— y más reflexivo
—como resultante sobre todo de una convicción científica—* por lo
que no será convenientemente desarrollado por la historia vulgar en
el estado puramente descriptivo; pero sí lo será, y exclusivamente, por
la historia racional y positiva, tomada como ciencia real y que dispone
el conjunto de los acontecimientos humanos en series coordinadas
donde se muestra con evidencia su encadenamiento gradual.
EL PROGRESO SOCIAL
Los filósofos de la antigüedad, faltos de observaciones políticas sufi
cientemente completas y extensas, carecieron de toda idea de progreso
social. Ninguno de ellos pudo sustraerse a la tendencia, entonces tan
universal como espontánea, de considerar al estado social de su tiempo
Como radicalmente inferior al de tiempos anteriores. Esta disposición
era natural y legítima, ya que la época de estos trabajos filosóficos coin
cidía esencialmente —como explicaré después—con la de la necesaria
decadencia del régimen griego o romano. Y esta decadencia, que, conside
rando el conjunto del pasado social, constituye un verdadero progreso
como preparación indispensable para el régimen más avanzado de
tiempos posteriores, no podía ser juzgada así por los antiguos, bien
ajenos a sospechar tal sucesión. He indicado ya, en la lección prece
dente, el primer esbozo de la noción o, mejor, del sentimiento de
progreso de la humanidad como atribuirle al cristianismo, que, al procla
mar la superioridad fundamental de la ley de Jesús sobre la de Moisés,
había formulado la idea, hasta entonces desconocida, de un estado más
perfecto que reemplazaba definitivamente a otro menos perfecto, que,
a su vez, y tiempo, había sido también indispensable.** Aunque el
* Tomo IV. Versiones españolas: del primer apartado, F. Larroyo; de los otros
tres, D. Náftez.
* * Hay que señalar que esta gran noción pertenece esencialmente al catolicismo,
del que el protestantismo la ha tomado imperfecta y aun viciosamente, no sólo por
su apelación vulgar e irracional a los tiempos de la Iglesia primitiva, sino también por su
66 LA FILOSOFÍA POSITIVA
tendencia, aun más ciega y no menos pronunciada, a proponer como guía de 'loj
pueblos modernos la parte más atrasada y peligrosa de las Sagradas Escrituras: la de la
antigüedad judaica. Además, el mahometismo, prolongando a su modo la mismft:
noción, no ha hecho más que intentar, sin mejora alguna, una grosera imitación^
evidentemente desprovista de toda originalidad.
CURSO DE FILOSOFÍA POSITIVA 67
La ley enciclopédica del saber muestra que los fenómenos más comunes
son siempre también los más esenciales en las ciencias positivas. Esta
reflexión, tan patente en astronomía, en física, en química y en biolo
gía, es, por su naturaleza, más aplicable a los estudios sociológicos: a
medida que el orden de los fenómenos se complica y especializa más,
se confirma mejor tal principio.
EL INDUSTRIALISMO Y LA PAZ
* Tomo VI. Versión de A. Leal, R. Aron, Las etapas del pensamiento sociolÓ*
gico. Bs. As.