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¿Por qué El Valor Actual Neto (VAN) Conduce A Mejores Decisiones Que Otros

Criterios?

Lórely Alvarez

Es de vital importancia al ocupar un puesto gerencial conocer criterios que ayuden a

tomar decisiones con respeto a los proyectos o inversiones que hace o debería hacer la

empresa, es entonces cuando surge la necesidad de manejar y conocer criterios que apoyen a

la toma de decisiones, se verá en este trabajo la importancia de usar el VAN (Valor Actual

Neto) como referente para la toma de decisiones, ya que es uno de los criterios más utilizados

con este fin, y quizás uno de los más importantes se buscaran alternativas ante la interrogante

¿ Por qué El Valor Actual Neto (VAN) Conduce A Mejores Decisiones Que Otros Criterios?

Se conoce que desde hace más de medio siglo que se denomina Valor Actual (VA), en

las matemáticas financieras, a la cantidad de dinero que representa en la actualidad cualquier

ingreso futuro que se debe recibir dentro de una determinada cantidad de años, esa suma de

dinero que se puede o pudiera cobrar en este momento se determina utilizando la conocida

una fórmula de descuento compuesto, a través de aplicar una tasa de interés. El valor de ese

futuro ingreso a recibir representa para el poseedor del dinero la pérdida de una ganancia o

renta anual, que se representa por el valor del interés que se le disminuye anualmente para

determinar el valor en ese momento del futuro ingreso. Sin embargo, en los casos en que el

futuro ingreso a recibir se reciba semestralmente o anualmente durante una cantidad de

períodos en forma de renta, el método de cálculo es distinto. Por ello él VA del saldo anual de

la suma de los flujos netos de caja, es decir los ingresos, menos los egresos anuales en

efectivo que se ha pronosticado que se van a recibir al realizar una inversión, se ha

denominado como Valor Actual Neto (VAN), el cual se comenzó a utilizar hace algún tiempo

como uno de los criterios principales de evaluación de inversiones, por varias entidades de
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crédito internacional, conjuntamente con la denominada Tasa Interna de Rendimiento (TIR),

la cual en esencia es una variante de cálculo del VAN. Castro (2001)

Dentro de las consideraciones generales que Castro (2001) consideró para una

correcta determinación del VAN con la se requiere tener en cuenta al plantear la tasa de

descuento o de rentabilidad para la actualización anual de los flujos de efectivo de la

inversión principalmente lo siguiente: La tasa de interés bancaria máxima para los depósitos a

plazo fijo, la tasa de inflación de la economía del país, el riesgo en que se incurre al realizar

la inversión en dicha actividad, el período de vida útil económica de los principales activos

fijos de la inversión. Estos factores deberán determinar en gran parte la magnitud de la tasa

de actualización que se plantea para la actualización de los flujos esperados de caja de la

inversión que es objeto de evaluación económica, en la determinación del VAN de cualquier

proyecto de inversión se pueden presentar una de las tres variantes posibles del resultado final

del flujo actualizado de los saldos anuales de la corriente de efectivo, que en esencia son los

siguientes: (a) VAN mayor a cero, este resultado nos indica que dicha inversión es eficiente

económicamente conveniente; porque sobre cumple con la tasa de descuento o rentabilidad

planteada; (b) VAN igual a cero, esta igualdad expresa económicamente que la inversión

tiene una tasa interna de rentabilidad (TIR) igual a la tasa de descuento planteada para la

inversión; (c) VAN menor a cero, este resultado negativo del VAN expresa económicamente

que dicha inversión no cumple con la tasa de rentabilidad bruta planteada, por lo que no es

conveniente económicamente. Ahora, todo proyecto de inversión fundamentalmente en la

esfera de la producción y los servicios, se caracteriza porque el costo total de la inversión está

compuesto por dos grandes grupos de activos: los fijos y los circulantes o corrientes. Los

activos circulantes cuando culmina la vida útil económica estimada para la futura actividad

los activos tienen aún un valor económico, pero diferente entre ellos; mientras los activos

fijos solo tendrían su valor residual, los activos corrientes mantienen su valor nominal en esa
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fecha, por lo tanto deben considerarse con un ingreso adicional en el último año cuando se

determine el VAN y la TIR. Otro aspecto importante a considerar en la evaluación económica

de cualquier inversión de la producción material o los servicios cuando se determina o estima

la tasa de descuento o de rentabilidad para dicho proyecto, es el período de vida útil

económica, especialmente cuando en dicha inversión tienen un peso importante equipos e

instalaciones que tienen una vida útil relativamente corta, como ocurre con los equipos de

transporte y electrónicos porque no se debe olvidar que la tasa de descuento representa el

costo de oportunidad del capital invertido y que puede considerarse también como una tasa de

rentabilidad bruta anual.

El valor de una empresa desde el punto de vista de Jiménez, Espinoza y Fonseca

(2007) es el resultado compuesto de los valores de las distintas partes que lo integran

encontrando una relación con el VAN se puede afirmar que cuando una empresa asume un

proyecto con un valor presente neto positivo, el valor de esa empresa debe aumentar en una

cantidad igual al monto de ese valor presente neto por lo cual el incremento en el valor de la

empresa, proveniente de su presupuesto de capital para el año, es la suma de todos los valores

presentes netos de los proyectos aceptados. El VAN representa la cantidad que un proyecto

añadirá al valor de la empresa. Para un proyecto dado, el VAN variará según varíe el costo de

capital destinado para el descuento de los flujos de efectivo. Entre mayor sea la tasa de

descuento, menor será el VAN del proyecto. La tasa interna de retorno (TIR) se centra en la

tasa de rendimiento de un proyecto. Cuando ambos aspectos entran en conflicto, la empresa

debe maximizar su valor, y no su tasa de rendimiento. Los dos métodos para evaluación de

proyectos, en el caso de los proyectos independientes, conducen a la misma decisión de

aceptación o de rechazo. Para la evaluación de proyectos mutuamente excluyentes, pueden

surgir conflictos entre los dos métodos a lo cual prevalece el criterio del VAN sobre el TIR.
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Según lo que indicaron Beltrán y Cueva (2007) dentro de los indicadores de

evaluación de proyectos pueden presentarse contradicciones entre el VAN y la TIR estas

principales contradicciones aparentes entre el VAN y la TIR son de dos tipos: el primer tipo

surge cuando se contradicen respecto a un mismo proyecto para determinar si es rentable o

no, el segundo tipo surge al tratar de elegir entre varios proyectos mutuamente excluyentes

utilizando el VAN y la TIR como criterio de decisión. Estos problemas surgen cuando los

proyectos a evaluar no cumplen con alguna de estas características: una misma distribución

de ingresos, misma escala en el monto de inversión y misma vida útil.

Se debe considerar en la opinión de los autores que no todos los proyectos requieren

de la misma inversión. La diferencia en dichos montos trae complicaciones en el análisis pues

puede dar como resultado una TIR sobrestimada (por un volumen de inversión

comparativamente menor). Para comparar proyectos utilizando la TIR es necesario que

ambos tengan la misma inversión.

En este punto se puede conocer de la bondad de la utilización del VAN para la

evaluación de proyectos, sin embargo, a pesar de haber otros criterios de evaluación, estos no

se consideran o no los recomiendan Brealey y Myers (2006) relacionaron tres criterios

alternativos al VAN, que muestran las deficiencias del uso de los otros criterios estos son:

período de recuperación de pagos, rendimiento en libros, tasa interna de retorno.

En lo que refiere al periodo de recuperación de pagos indicaron que algunas empresas

requieren que la inversión inicial de un proyecto se recupere en un período de tiempo

específico y El Periodo de Recuperación de Pagos de un proyecto es el número de períodos o

años en el que el flujo de efectivo acumulado iguala a la inversión inicial, según el criterio del

período de recuperación de pagos se recomienda aceptar aquellos proyectos cuyo período de

recuperación es menor del período establecido por la empresa. Es decir, si la empresa decide
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que el período de recuperación de pagos de sus proyectos no debe exceder de dos años,

entonces los proyectos que aceptará, de acuerdo con este criterio, serán aquellos cuyo período

de recuperación de pagos sea menor o igual a dos años, sin embargo esto puede conducir a:

ignorar todos los flujos de efectivo que ocurren después del período limite que impone el

criterio y otorgar la misma ponderación a todos los flujos de efectivo que se presentan antes

del periodo limite que impone el criterio resaltaron entones que este criterio no considera el

valor del dinero en el tiempo ya que al solo considerar el tiempo en el cuál se recuperará la

inversión, tenderá a aceptar muchos proyectos malos con un tiempo de vida breve, y a

rechazar otros buenos, con larga vida. Algunas empresas, conscientes de que el dinero cambia

de valor con el tiempo, descuentan los flujos de efectivo antes de calcular el período de

recuperación, con lo cual obtienen una modificación del método de recuperación de pagos,

conocida como Criterio de recuperación de pagos descontados. Sin embargo, se mantienen la

objeción al método, por no considerar los flujos de efectivo que ocurren después del período

límite impuesto por la empresa.

El otro criterio a considerar es la tasa de rendimiento en libros, es decir que mientras

el VAN solamente depende únicamente de los flujos de efectivo de un proyecto y el costo de

oportunidad del capital, las empresas reportan a los accionistas el valor en libros tanto de los

ingresos como de los activos y estos llaman la atención de los mismos de manera inmediata.

En algunas ocasiones los administradores financieros utilizan estos valores en libros

para calcular la tasa de rendimiento para las inversiones propuestas. Esto es pronosticar cuál

será la proporción del valor en libros de los activos que pretende adquirir, que se integrarán

como ingresos para la empresa. Ahora la tasa de rendimiento en libros difiere de la tasa de

mercado tal vez ello radica en que los flujos de efectivo y los ingresos en libros,

generalmente son muy distintos debido a que los ingresos en libros tienen descontados los

costos de operación y la depreciación. Por lo tanto el rendimiento en libros depende del


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esquema que se haya utilizado para depreciar los activos, así como de los artículos que el

contador haya decidido manejar como inversiones de capital. Esto hace que el criterio del

rendimiento en libros no sea un criterio absolutamente confiable para evaluar un proyecto.

Sin embargo la bondad de un proyecto no depende de la manera en que los contadores

clasifiquen a los flujos de efectivo, y por otro lado el rendimiento en libros de un proyecto es

solamente un promedio de rentabilidades de todas las actividades de la empresa por lo tanto

el proyecto que se pretenda realizar no tendrá necesariamente el mismo rendimiento

promedio ya que puede tratarse de un proyecto que aproveche ampliamente los recursos y

oportunidades de la empresa con lo cual el rendimiento aumentará.

El último de los criterios es la tasa interna de retorno, sucede que mientras que los dos

criterios recién presentados es claro que tienen serias deficiencias en la evaluación de un

proyecto de inversión, el criterio de la Tasa Interna de Retomo (TIR) es un criterio mucho

más reconocido y por lo tanto también recomendado en algunos textos de finanzas.

Cuando se presentó el criterio del VAN se insistió en que un proyecto debe aceptarse

si es mayor a cero lo cual es equivalente a que su tasa de rendimiento sea superior al costo de

oportunidad del capital. Esta afirmación es correcta, pero tiene la dificultad de que en

proyectos cuya vida es de más de un año, no resulta fácil determinar la verdadera tasa de

rendimiento del proyecto, sin embargo, en el caso de proyectos con vida más larga,

determinar la verdadera tasa de rendimiento no es algo sencillo, y lo más próximo y accesible

que se tiene es la TIR.

La Tasa Interna de Retorno se define como la tasa de descuento que hace que el VAN

del proyecto sea igual a cero, esto es, si la vida del proyecto es una determinada cantidad de

años “n”, la forma más común de calcular la TIR es mediante ensayo y error, debido a la
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dificultad que implica el calcular las raíces de un polinomio de grado “n” para valores de n

mayores o iguales a tres.

De lo anteriormente expresado, se puede llegar a afirmar que el VAN es considerado

el mejor criterio de evaluación de proyectos ya que sigue siendo eficiente aún que los

periodos de inversión sean largos, depende solo de los flujos y del costo de oportunidad

evitando considerar variables sin relevancia y facilita realizar evaluaciones de proyectos cuya

duración sea más de un año.


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Referencias

Beltrán A. & Cueva H. (2007). Evaluación Privada de Proyectos. Lima, Perú: Centro

de Investigación de la universidad del Pacífico.

Brealey R. & Myers S. (2006). Principios De Finanzas Corporativas, S.A. España:

Mcgraw-Hill / Interamericana De España.

Castro M. (2001). El Valor Actual Neto (VAN) como criterio fundamental de

evaluación de negocios. Economía Y Desarrollo, 128(1), 180-194

Jiménez F., Espinoza C. & Fonseca L. (2007). Ingeniería Económica. Cartago, Costa

Rica: Editorial Tecnológica de Costa Rica.

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