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Economía para todos por Aldo Ferrer

De la colonia a 1860: Primeras formas de la economía.


¿Qué significó en términos económicos la Revolución de Mayo de 1810? ¿Se trató sólo de ganar territorios? ¿Qué
intereses estaban en juego? La América española, a fines del siglo XVIII, estaba ocupada por patriotas y realistas, los
pueblos americanos aún no habían declarado su independencia. La primer moneda patria fue mandada a hacer por la
Asamblea del Año XIII, y en ese entonces eran acuñadas en Potosí (la moneda de $1 actual es una copia de esa moneda).
La fabulosa empresa que significó la conquista de América fue fruto de la expansión de los pueblos de Europa. Los
portugueses primero fueron a la India, buscaban especias y seda, los españoles, con Colón, y poco después los
portugueses también, se lanzaron hacia América, suponían que llegaban a la India desde el este, y allí encontraron
minerales preciosos, como el oro y la plata, las grandes riquezas acumuladas por los pueblos originarios. En
Mesoamérica y en Perú, en el Imperio Incaico, los españoles saquearon estas riquezas. Luego se interesaron por otros
productos que podían brindarles las tierras americanas, los cultivos tropicales como el algodón y el azúcar. Esta
búsqueda fue lo que motivó a los españoles a internarse en el territorio del Río de La Plata, acá no encontraron nada de
eso. Por eso es que esta zona, que después sería la famosa región pampeana, no tenía ningún atractivo para los
españoles y, por lo tanto, no se produjo un desarrollo importante como ocurrió por ejemplo en lugares donde había
minerales preciosos o tierras tropicales para producir azúcar, como sucedía en el Caribe, y desde luego en Perú con los
grandes yacimientos minerales, entonces había economías de bajo nivel de intercambio, que en alguna medida tenían
tráfico con el centro dinámico que estaba en Potosí. Pero la región pampeana y el puerto de Buenos Aires eran una
región muy marginal, y la producción se organizó a través de las encomiendas.
El sistema de encomiendas era un contrato entre la corona española y un súbdito español. El español recibía de su rey
una cantidad de indígenas para que trabajaran en su finca. Con su trabajo, los indios pagaban un tributo obligatorio que,
en este caso, era cedido al encomendero. A cambio, el encomendero debía alimentar y evangelizar a la población
originaria.
En la época colonial hubo, básicamente, tres formas de explotación de la mano de obra, junto con la encomienda, la
mita y la plantación esclavista fueron las principales.
La plantación esclavista era una forma de organización bien definida y homogénea, y su principal fuerza de trabajo
eran los esclavos. Entre el siglo XVI y el XIX diez millones de africanos arribaron a América.
La mita era una forma de explotación del trabajo indígena que consistía en una migración anual forzada a las minas.
Una serie de reformas impuestas por los borbones intensificaron aún más este sistema de explotación, lo que permitió,
por ejemplo duplicar la producción en Potosí con el consiguiente descenso demográfico de la población originaria.
Hasta bien entrado el siglo XVIII no había en esta zona ninguna actividad que era adecuada para la explotación de la
mano de obra indígena, como pasaba en el noreste y en otras partes del país. El litoral pampeano era efectivamente la
zona menos poblada y, desde luego, menos avanzada de lo que era el territorio colonial en esa época. Increíblemente,
Buenos Aires subsiste y crece gracias al contrabando de esa época. Allí, lo que produce un cambio notable, que en
realidad inicia un nuevo período, es la aparición del cuero como un producto que se obtenía del ganado cimarrón
destinado al mercado mundial. Eran vacas sueltas que habían quedado de tiempos anteriores, en donde el gobierno
otorgaba licencias a los vecinos para cazarlas en el interior.
En el transcurso del siglo XVIII esto se va agotando, incluso las vacas se van alejando, entonces surge la necesidad de
criar vacas. La cría de las vacas da lugar a la creación de la “Estancia”, que es la primera unidad económica organizada en
esta región del territorio, que a fines del siglo XVIII ya se marca como la actividad productiva principal durante años.
El latifundio es una gran extensión de tierra en manos de un solo propietario. La característica principal de esa
explotación es el uso extensivo de la tierra, destinada principalmente a la producción de ganado y a la utilización de muy
poca mano de obra.
En el siglo XVIII se producen acontecimientos políticos muy importantes, porque los Borbones, bajo el mando de
Carlos III, deciden darle autonomía a este territorio, creando el Virreinato del Río de La Plata, dándole entonces por
derecho propio a este territorio una nueva realidad administrativa y, desde luego, nueva oportunidad. Ahora va a pasar
la plata proveniente de Potosí rumbo a España, y esto va a provocar cambios significativos en la región, así Buenos Aires
se convierte definitivamente en el gran centro de intercambios, dando lugar a la aparición de nuevos intereses
comerciales y financieros, una nueva dinámica social y, por primera vez, el comercio exterior comienza a ejercer
influencia en la estructura productiva, no sólo de la región pampeana sino también en el resto de las regiones del país.
En Gran Bretaña, la Revolución Industrial modificó radicalmente la forma de producción: el uso del vapor como fuerza
motriz permite la incorporación de la máquina, y con ella la producción industrial en gran escala.
En resumen, con la llegada de los españoles al actual territorio argentino, los nuevos pobladores organizan su
economía en forma de finca y otras unidades de subsistencia y de producción artesanal. La Revolución Industrial inglesa
demandó grandes cantidades de cuero y lana. El Río de La Plata se incorpora a la economía mundial como proveedor de
estas materias primas y comprador de productos manufacturados. Las economías regionales del interior parecen
condenadas a desaparecer frente a la competencia de estos productos importados.
Estos cambios, plantean el dilema del proteccionismo o librecambio, es decir, abrirse incondicionalmente a las nuevas
corrientes de comercio o, simultáneamente, aplicar algunas medidas que permitan a la producción doméstica
acomodarse a la nueva situación y poder producir. Este dilema, es un tema fundamental que atraviesa todo el siglo XIX y
llega hasta la actualidad (según Aldo Ferrer), y es el viejo y tradicional tema del desarrollo económico, que transcurre en
gran medida en torno de la política comercial y de la alternativa librecambio o proteccionismo. Proteccionismo no
entendido como el aislamiento del comercio mundial, sino de las condiciones necesarias internas para fortalecer la
capacidad de la propia producción de vincularse al sistema internacional.
El proceso de independencia a principios del siglo XIX es muy significativo para los cambios que se va a producir en la
economía argentina por el resto del siglo, básicamente la discusión entre librecambio y proteccionismo que va a ser
fundamental para el proceso que sigue. Por las mismas razones, comienza a surgir la preponderancia de la provincia de
Buenos Aires, que tenía el dominio del puerto y las praderas fértiles más cercanas al puerto y las primeras que se
ocuparon en el transcurso del siglo XIX. Esto plantea la fractura de una provincia con un núcleo dinámico ligado a la
ganadería y el resto del interior que seguía, de alguna manera, funcionando conforme a las economías regionales de
subsistencia, es decir, a la vieja economía colonial. Esto, desde luego, da lugar a la confrontación de las luchas federales
y, finalmente la culminación con la organización nacional y el predominio definitivo del puerto y de la provincia en la
organización económica y política del país.
La Revolución de Mayo consolida el papel de Buenos Aires. EL librecambio se constituye en el objetivo y la filosofía
política de los núcleos comerciales y las clases dirigentes. Este conflicto, entre el puerto y las economías regionales, no
tarda en convertirse en un enfrentamiento y, como tal, atraviesa todo el proceso de desarrollo económico y político del
país hasta mediados del siglo XIX.
Allí se produce todo lo necesario para la vida y el trabajo. En algunas comunidades actuales, como en la abadía de los
monjes benedictinos, pueden verse ciertos rasgos de aquella producción artesanal
Buenos Aires era una localidad extremadamente atrasada y los escasos poblamientos que había en el territorio
estaban concentrados en el centro, en Córdoba, en el Noreste, en Cuyo, la Patagonia deshabitada y, por lo tanto, se
formaron economías cerradas con bajo nivel de intercambio recíproco, sin producir nada de las cosas esenciales que se
pedían en el mercado mundial de la época y, por lo tanto, toda la historia de la economía argentina, hasta mitad del
siglo XVIII, es una historia de marginalidad, de poca importancia, de economías con un escaso nivel de avance
económico y claramente también de comercio internacional.
Para ver la situación de la economía argentina a fines del siglo XVIII principios del XIX hay que buscar algún lugar,
alguna actividad de carácter artesanal, que puede ser la Abadía Benedictina. Los benedictinos arribaron en el siglo XIX y
se dedicaron a elaborar distintos productos de manera artesanal y para la subsistencia. Los monjes llegan en el año 48,
inicialmente eran 6 monjes sacerdotes y 6 monjes no sacerdotes. Los monjes sacerdotes se ocupaban de la parte
pastoral, de atender a la fe, y los no sacerdotes se ocupaban de los trabajos, así cada uno encaró una actividad, el
viñedo, la huerta, la apicultura, los frutales, y como también se había formado una escuela agrícola que atendían los
sacerdotes, los chicos a la vez que estudiaban a la tarde trabajaban y aprendían distintos rubros. Todo con una lógica
muy artesanal, lo que sería una producción preindustrial, con trabajo humano, y hasta ellos mismo desarrollaban los
instrumentos necesarios, por ejemplo la prensa, la máquina de moler la uva se fabricaron en los monasterios. Había que
comprender que eran monjes suizos que venían con un concepto artesanal de siglos. La producción era para el consumo
local, para la subsistencia, que no generaba mucho excedente, y en el caso de haberlo iba destinado a la donación (la
característica de la producción preindustrial es la poca generación de excedentes, que si la hay va a los mercados
cercanos), así lo que sobraba de futo o de papa de mandaba al asilo de ancianos, a la escuela de huérfanos. También
existía el trabajo rural que era lo deba la alimentación fundamental, que se hacía en una estancia chica. Lo que se vendía
eran los novillos, el trigo y la cosecha, pero el trabajo artesanal prácticamente no se vendía, sino que se consumía o se
compartía.
La economía funcionaba por ese entonces de manera semicerrada: era una economía de subsistencia con escasas
articulaciones con otras regiones. La conquista y el intercambio comercial provocarán una profunda alteración de estas
economías y su integración al comercio mundial. Muchas de las actividades se intensificaron con esa integración, pero
otras sufrieron duramente la competencia y desaparecieron.
En el siglo XVII se vendían 20.000 unidades de cuero por año, a fines del siglo XVIII ya superaban el millón, y en 1850
llegan a dos millones y medio de cuero por año.
Hasta 1820 apenas el 20% del territorio argentino está ocupado por los descendientes de los españoles. Veinte años
más tarde, por las campañas de Martín Rodríguez y de Juan Manuel de Rosas, el espacio disponible en la zona rural de
Buenos Aires se ha triplicado. En 1840 se distribuyen 8.600.000 hectáreas entre 293 propietarios, casi 30.000 hectáreas
por persona. En 1857 sucede otro tanto con las tierras más allá de las fronteras. Si a eso se le suman las concesiones
gratuitas otorgadas como premios a los méritos militares en las luchas contra los pueblos originarios, la apropiación
territorial privada en la provincia de Buenos Aires alcanza, en pocos años, a doce millones de hectáreas.
La actividad de la abadía benedictina se parece bastante a cómo era la economía en la época colonial y principios de la
Revolución de Mayo, en donde comenzó a parecer poco después una actividad nueva, la ganadería, primero con el
cuero, que era una actividad que tenía una doble característica: requería mucha tierra y poca gente, y ésto posibilitó un
desarrollo considerable a pesar de la escasez de población en el territorio argentino. Básicamente en la región
pampeana, aunque buena parte de esa región estaba ocupada por las comunidades primitivas, el norte de la provincia
de Buenos Aires estaba en explotación pero el sur no, y tampoco el sur de de Santa fe y Córdoba, y no más del un 20%
del territorio del país estaba ocupado por los herederos de los conquistadores; estaba por delante toda la tarea de
ocupación territorial.
Este período de grandes transformaciones económicas y productivas se caracteriza por una creciente integración de la
economía colonial al mercado mundial, un proceso que se acelera luego de la independencia. La producción de materias
primas se impondrá como eje central de la economía argentina por muchas décadas.
En resumen:
- En la zona fértil de la Pampa húmeda, la cría del ganado vacuno para la venta de cueros en el mercado internacional
dio origen a la Estancia.
- Comenzó el proceso de apropiación y concentración de la tierra en unas pocas manos.
- Las economías regionales del interior del país debían subsistir y competir con los productos extranjeros.

La economía primario exportadora (1860 a 1930).


La economía colonial comenzó a cambiar en el transcurso del siglo XVIII, cuando apareció en la región pampeana la
posibilidad de aprovechar el ganado cimarrón, y ese tipo de producción ganadera fue el inicio de lo que después se
llamaría el modelo agrario exportador.
La economía argentina entre 1880 y 1930 basa su riqueza fundamentalmente en la Estancia, los productos derivados
de esta explotación serán la base del modelo económico subsiguiente.
El modelo agro exportador es el sistema económico que funciona en Argentina entre 1890 y 1930 aproximadamente, y
que se sustenta en la explotación de los productos del campo, como carne y cereales en grandes cantidades.
Gran Bretaña, tras la Revolución Industrial, precisa materias primas para sus productos. La demanda de cuero, lana,
luego carne y más tarde cereales para alimentos es tan importante que la actividad agropecuaria se convierte en la
mayor fuente de ingresos del país. Ésto es posible, en ese momento, por la adopción del patrón oro. El patrón oro es el
sistema en el cual el oro pasa a ser la moneda de pago internacional, las monedas de todos los países fijan sus valores en
relación a ella, ésto permite impulsar el comercio internacional.
Para poder, realmente, desplegar el potencial productivo de la región pampeana era necesario crear las condiciones
de seguridad y paz interior, de resolución de los conflictos federales, del conflicto con la provincia de Buenos Aires, esto
era indispensable para atraer los capitales extranjeros y dar condiciones para la inmigración. Esto se consuma en 1880,
ya que es este año se resuelve el conflicto con la provincia de Buenos Aires, se federaliza Buenos Aires como capital de la
República y se inicia la primera presidencia de Roca. Pero, de todos modos, subsisten muchas tensiones desde el punto
de vista político y social. A través de liderazgo del Gral. Roca se organiza la colisión política dominante, ligada a los
sectores hegemónicos de la economía y de la sociedad argentina fuertemente asociados al capital extranjero, es el
partido Autonomista Nacional.
Entre 1880 y 1914 llegan a la Argentina más de 3 millones de inmigrantes de la Europa más pobre, son los que
conformaran el movimiento obrero. Pero estos inmigrantes traen nuevas ideas, anarquistas, socialistas, y generan
tensiones en este régimen político restrictivo.
Uno de los partidos que se plantea integrar a los obreros es el radicalismo, aunque sólo desde lo político. En 1912, los
conservadores Carlos Pellegrini y Roque Sáenz Peña impulsan la ley de voto masculino obligatorio y secreto, y en las
primeras elecciones libres de 1916, los hijos de los inmigrantes serán los electores del radical Hipólito Yrigoyen. Desde
entonces, el país no disponía de más tierra agrícola que ofrecer a los inmigrantes europeos que comienzan a llegar en
olas cada vez más poderosas. Las condiciones productivas de las tierras, la evolución del mercado y el ferrocarril
terminarían por afirmar la estructura latifundista. Diecinueve personas adquirieron más de un cuarto de las tierras
pampeanas recién conquistadas, se distingue así la capitalización inmobiliaria de las grandes fortunas de Buenos Aires
(Anchorena, Quintana, Alvear, etc.). Estos hechos dificultaron el acceso a las tierras de los trabajadores rurales, que se
incorporaron a la expansión de la economía agropecuaria de la región pampeana, y dio origen a su característica
institucional básica: la explotación de una parte sustancial de la superficie disponible por arrendatarios y de otra parte
en grandes latifundios.
En el siglo XIX el lanar y la lana en la lana en las importaciones tuvo una gran importancia, incluso la lana fue
desplazando en varias regiones al ganado vacuno, en realidad, hasta fines del siglo XIX, ya que después va a tener
importancia significativa los cereales, el trigo y el lino, que van a adquirir una relevancia importante dentro del total de
las exportaciones de la Argentina, básicamente hasta los inicios de la Primer Guerra Mundial, después la carne va a
recuperar otra vez el valor y la importancia que tenía previamente.
La extranjerización de la economía Argentina también se refleja en la presencia del capital extranjero en forma de
inversiones. Los países industrializados, en especial Gran Bretaña y Estados Unidos, levantan compañías
comercializadoras de granos, frigoríficos, bancos y grandes obras de infraestructura. El ferrocarril es uno de los
proyectos más importantes de estas inversiones. El tendido de las vías en Argentina tiene una dinámica radial: las
cabeceras de todos los ferrocarriles confluyen en Buenos Aires. Lo que hacen es comunicas las zonas cerealeras y
productoras de carnes con el puerto, desde donde parten los productos hacia Europa. De esta manera la red ferroviaria
termina de consolidar el proceso de concentración económica. Las economías regionales basadas en las artesanías
quedan condenas a desaparecer frente a la competencia con los productos importados, languidecen o entran en una
profunda crisis.
En la Estancia (actualmente en el pueblo Las Heras) se cría vacas y terneros, se trata de darles kilos a los terneros una
vez sacados a la madre hasta que lleguen al frigorífico. Se trabaja con un promedio de 120 hectáreas. Inicialmente, en el
siglo XIX casi toda la provincia de Buenos Aires se dedicaba a la ganadería ovina, y cuando se mejoraron los pastos las
ovejas se fueron hacia zonas de pastos duros, y fue desplazada por el ganado vacuno.
Características del modelo agro-exportador:
- Una economía basada en los productos del campo: carne y cereales. La unidad productiva es la estancia.
- Una gran concentración de la propiedad territorial: latifundios.
- Una gran dependencia de la economía argentina respecto del mercado internacional: la extranjerización de la
economía argentina.
- Las inversiones extranjeras en grandes obras públicas.
- El tendido del ferrocarril centralizado en el puerto de Buenos Aires.
En esta primera etapa, fundada en una explotación primaria de la ganadería comienza la formación de la estancia, la
expansión territorial, la ocupación del territorio, la demarcación de los límites para poder criar la hacienda, y esa
temprana actividad ganadera se va sofisticando progresivamente. Surge, después, el lanar, y más tarde, desde luego, los
cereales en la segunda mitad del siglo XIX que da lugar a una economía fuertemente expansiva. De tal manera que la
producción inicialmente vinculada al comercio internacional, con algunas perspectivas de desarrollo y acumulación, se
va realizando inicialmente es esta unidad productiva de la estancia. La estancia es el espacio que se va formando, en el
cual los propietarios de la tierra van criando hacienda y van generando una actividad que lleva a un cierto nivel de
transformación, como por ejemplo los saladeros.
El modelo agro-exportador parecía exitoso, pero tenía limitaciones muy claras. Una de ellas era la excesiva
dependencia de la economía respecto del mercado mundial. Ésto ocasionaba que, ante una crisis internacional,
Argentina tuviera dificultades para colocar sus productos agropecuarios, porque los países compradores no tenían
dinero disponible, tampoco podía importar los bienes que necesitaba. Este fenómeno puede observarse en las sucesivas
crisis internacionales que afectaron al país: en 1874, en 1914 y en 1930.
La historia del Mercado de Liniers comenzó en el año 1884 cuando los desbordes del Riachuelo llevaron a las
autoridades a plantear el traslado de los mercados de la ciudad de Buenos Aires a una zona más alejada. El nuevo lugar
no tenía nombre oficial, aunque se sabía que era al fondo del partido de Flores, en los pagos de la Matanza, media legua
al sur de Liniers. Las reses se faenaban en una gran playa empedrada, llegando la sangre de los animales a un arroyo
cercano, apodado desde entonces “arroyo de la sangre”. Actualmente el Mercado de Liniers tiene una entrada de
50.000 animales semanales.
En 1874 se produjo una fuerte caída de los precios de la lana en el mercado internacional, ese era el producto más
importante argentino es exportaciones, lo que provocó un cimbronazo muy fuerte en la economía argentina. Con la
crisis de 1890nsucede al revés, tiene inicio en Argentina y repercute a nivel internacional, porque Argentina había tenido
en los años previos un proceso de endeudamiento muy fuerte, pero todavía no había alcanzado el potencial exportador
como para poder cumplir los pagos de esa deuda que lleva a una crisis de repercusión internacional, porque la casa
Baring, que era una gran empresa financiera con asiento en Londres, recibe un impacto muy fuerte, y efectivamente
desde la Argentina se produce un hecho que conmueve al mercado internacional. Y, en ese contexto, Argentina se está
endeudando y tiene una balanza comercial negativa hacia 1890, una crisis de endeudamiento previo al boom exportador
y el período de auge del modelo que se dio hasta la Primera Guerra Mundial.
En 1890 Argentina se endeudaba para expandir se economía, pero llega un punto en que el nivel de endeudamiento es
tal que los pagos no se pueden cumplir, es lo que se llama default, y eso desencadena la crisis de Baring que amenaza el
sistema financiero mundial, por eso se la considera una crisis de desarrollo. La crisis tomó el nombre de la casa inglesa
Baring Brothers, uno de los acreedores más importantes. Es notable el peso que tenía la economía Argentina sobre la
economía mundial y sobre la exportación de capitales. En un momento, más del 40% de la inversión británica está en la
Argentina.
Las relaciones económicas de un país se reflejan en sus transacciones internacionales, por un lado el comercio
exterior, donde hay exportaciones e importaciones. El resultado de ese intercambio se da en una balanza comercial,
pero además hay otros pagos y otras transferencias, por ejemplo el pago de utilidades, el cobro de utilidades o de
ganancias, eso constituye, sumado a la balanza comercial, el balance en cuenta corriente de los pagos internacionales, y,
finalmente, hay una cuenta de capital, en donde entran y salen capitales, y la suma de esas tres dimensiones, el balance
comercial, la cuenta corriente y la cuenta de capital, se refleja en el movimiento de las reservas internacionales de un
país.
La tasa de crecimiento es la forma de medir el crecimiento económico, el PBI en un año. Es un porcentaje de
crecimiento respecto del año anterior y permite hacer comparaciones respecto al crecimiento de otras economías a
nivel internacional.
El modelo agro-exportador sucede a la economía colonial. ¿Era ese modelo adecuado para tener un país prospero,
equitativo, inclusivo, con bienestar social, o era un modelo con gran concentración de la riqueza? ¿Qué futuro tenía a
largo plazo? Las respuestas son muy claras, la experiencia histórica revela que ese modelo tuvo dinamismo durante un
período de la economía mundial en que había una gran demanda y buenos precios para la producción agropecuaria,
pero también demuestra, que en virtud de la fuerte concentración de la propiedad de la tierra y de los recursos era un
sistema muy inequitativo, las oportunidades eran limitadas, y una de las cosas que pasaron como consecuencia de ésto
es la gran proporción de gente que venía a la Argentina como inmigrantes, y por falta de oportunidades regresaba a su
país de origen, a pesar de lo cual, Argentina fue en todo ese período, después de Estados Unidos, el país que más
inmigrantes recibió en el continente americano. Así, que este sistema fue viable en cierta condiciones del mercado
mundial, que generaba una cierta prosperidad en algunas clases medias, que concentró mucho la riqueza en las elites
dominantes, y que respecto del grueso de la población derramó de manera muy pobre, muy insuficiente, la riqueza que
el mismo modelo agrario exportador ponía en marcha. Y, finalmente, los acontecimientos posteriores, cuando
cambiaron las condiciones internacionales, revelaron cuáles eran las debilidades reales de ese sistema, que era ya
incapaz de contener a un país cuya población estaba creciendo y excedía las posibilidades del modelo agrario
exportador.
En 1914, el estallido de la Primera Guerra Mundial genera desabastecimiento a nivel internacional. Nuevamente
Argentina tiene dificultades para importar bienes y equipos, y se corta el flujo de capitales extranjeros. La caída de las
exportaciones afecta principalmente a los cereales, para entonces el principal productos de exportación. La situación se
mantiene durante toda la guerra hasta 1918.
En la década del 20, la Argentina comienza a recuperarse de las consecuencias de la guerra, y los gobiernos radicales
de Yrigoyen y Alvear toman algunas medidas trascendentes en un sendero que podía haber iniciado una trayectoria
distinta: la creación de YPF, la creación de la fábrica militar de aviones. La Argentina fue pionera de muchas de estas
cosas, y de hecho fue el país más avanzado de América Latina. Pero desgraciadamente el país se acercaba ya, no sólo, al
final de una etapa de su desarrollo económico, el de la economía primaria exportadora, sino al fin del ciclo de
construcción democrática iniciado con la organización nacional, estábamos ya en las vísperas del golpe de Estado del 6
de septiembre de 1930, que es una fecha verdaderamente trágica en la historia argentina.
El primer golpe de estado de la historia argentina coincide con la crisis financiera mundial, que había comenzado con
la caída de la bolsa de New York en 1929, para 1930 se ha trasladado a todos los países, y en la Argentina marca también
el fin del período agro-exportador.
En conclusión, esta época del desarrollo económico argentino concluye con la década del 20, y era ya evidente que el
país era demasiado grande para ser sostenido fundamentalmente sobre sus exportaciones agropecuarias y el capital
extranjero. Era inevitable iniciar un nuevo sendero si Argentina quería, en definitiva, construir una economía moderna
viable de largo plazo. Lo importante, a partir de la crisis de 1930, es que se produce un proceso de industrialización, y
esto provoca la integración de los trabajadores a la vida social y política de la Argentina, estamos pensando en una
sociedad más inclusiva. Todavía subsiste en el país la idea, en algunos grupos de opinión, de que es posible volver a
tener una economía viable, fundamentalmente, no se concibe una economía sin un agro poderoso y alta tecnología
integrada a escala federal, pero al mismo tiempo hay que reconocer también que toda la cadena agro-industrial, que
todo lo que llamamos el campo, emplea sólo un tercio de la fuerza de trabajo, y si no tenemos simultáneamente una
gran base industrial, con desarrollo del interior, es muy difícil crecer y desarrollar una economía moderna. Sólo son
países avanzados los que tienen estructuras diversificadas capaces de incorporar el conocimiento contemporáneo. Y
hoy, el dilema está planteado en una situación mucho más compleja del país en el mundo, como lo estaba a fines de los
años 20 y después de la crisis del 30
Período de 1930-1955: La Industrialización inconclusa- 1ra Parte.
Sinopsis: ¿Qué consecuencias tuvo la crisis de 1930 sobre el mercado mundial y la Argentina? ¿Y la 2da guerra mundial?
¿Qué es el paradigma Keynesiano? ¿Cuál fue el modelo económico de Perón?

Fue una década extraordinaria la de 1930, de cambios profundos políticos, sociales y económicos, porque es el fin de un
período económico argentino y político, el comienzo de uno nuevo y desgraciadamente cuando el país mas necesitaba
la democracia para resolver los conflictos se vinieron abajo las instituciones. Y una crisis de la política económica porque
las viejas ideas de la ortodoxia ya no podían administrar las consecuencias de la crisis del 30
Además la caída de las exportaciones de los productos agropecuarios argentinos por la crisis del 30 va a provocar el
crecimiento del sector industrial a través de la sustitución de importaciones. ¿Por qué la crisis del 30 tuvo tanta
importancia en la historia argentina? ¿Cómo comienza la industrialización sustitutiva de importaciones?.
Y todo esto se da en el marco de una sociedad que desgraciadamente vivía en condiciones de conflictualidad política no
resuelta y que dificulto la formulación de políticas de largo plazo.
La crisis de 1930 tiene su origen en la caída de la bolsa de Nueva York, luego se traslada a la economía de todo el mundo,
se cierra el comercio mundial, al no haber compradores caen los precios de las materias primas. La economía argentina
era entonces totalmente dependiente del comercio mundial, su mayor fuente de riqueza era la exportación de
productos agropecuarios y con la crisis comienza a exportar menos y a menor precios, por lo tanto la entrada de divisas
al país disminuye significativamente dejando un saldo negativo en la balanza comercial, por este motivo se hace
imposible sostener el ritmo de las importaciones que caen un 30% en esta década.
El problema de esto es que al no tener una industria desarrollada gran parte de la economía argentina depende de la
importación de manufactura, pero además la crisis económica coincide con el derrumbe de las instituciones, es así que
el 6 de septiembre de 1930 se produce el primer golpe de estado.
La industria creció inicialmente por la falta de divisas para importar y eso abrió espacio de rentabilidad para producir
cosas necesarias y ese fue el primer paso de la industrialización sustitutiva de importaciones después de la crisis del 30,
pero no constituía todavía un objetivo de las políticas públicas. La industrialización no se había incorporado como un
objetivo del Estado Nacional, eso aparece con Perón en el 46.
En realidad las previsiones en el contexto de la guerra eran bastante negativas respecto de lo que iba a suceder allí,
finalmente no le fue tan mal a la economía argentina en esos años entre 1939-1945 el crecimiento fue más bien
moderado, del orden del 3,6% anual, pero si creció más el sector industrial, aunque algunas actividades o ramas
sufrieron el desabastecimiento de insumos, bienes de capital. Hubo un proceso de descapitalización, incluso en la
infraestructura, como también en el sistema ferroviario, fue un período de aislamiento de compras de cosas que el país
todavía no producía y que eran esenciales.
John Maynard Keynes, economista ingles fue considerado uno de los más importantes del s.XX. La teoría keynesiana
surgió como respuesta a la Gran depresión de los años 30, proponiendo una política donde el gobierno interviene en la
economía en momentos de recesión aumentando el gasto público y estimulando la demanda aunque ello implique un
incremento del déficit fiscal.
Las teorías de Keynes pronto se aplicaron en muchos países del mundo y Argentina no fue la excepción. Un ejemplo de
estas medidas son las juntas reguladoras de granos, de carne, de algodón, de yerba mate, creadas entre 1932-1934 por
el gobierno de Agustín de Justo. Las juntas tenían facultades para fijar precios, controlar la elaboración y la
comercialización en cada una de esas áreas. De esta manera el Estado controlaba o promovia distintos sectores de la
producción.
Mediante los controles de cambio el gobierno de Justo monopoliza la compra y venta de oro y divisas extranjeras debido
a la gran escasez de divisas que había para pagar la deuda e importar los bienes de primera necesidad, era necesario
administrar muy estrictamente las divisas disponibles e impedir la especulación. Y para tener un mayor control de la
política monetaria y la política cambiaria en 1935 se crea el BCRA.
A esto se suma la política fiscal que incluye nuevos impuestos para compensar los que tradicionalmente se cobraban a
las importaciones.
Además se aplican los controles de cambio, como había una gran escasez de divisas para pagar la deuda, además para
importar las cosas que antes se importaban, era necesario administrar muy estrictamente las divisas disponibles. Y
aparecen entonces los controles de cambio simultáneamente con las medidas ante dichas. ( lo dijo Ferrer).
Y además hay una reforma impositiva muy importante, como por ejemplo, la creación del impuesto a los reditos
(ganancias) que permite compensar la caída de los impuestos que se cobraban antes por las importaciones. (repiten!!)
También se crea el BCRA en 1935 con lo que se tiene un instrumento para hacer la política monetaria y su primer
gerente general fue Raúl Prebisch , que fue precisamente no solo un innovador en el manejo de la política económica,
sino también de las ideas, porque paralelamente con la renovación teórica promovida con Keynes, Prebisch estaba
promoviendo ideas que incorporaban no solo la reactivación, sino también el desarrollo económico como un tema
fundamental. Estas ideas , y las prácticas de estas políticas, lo que permiten finalmente es consolidar a los sectores
dominantes de la argentina tradicional y además ajustar de algún modo el comercio exterior de la Argentina a las
necesidades británicas o del comercio británico. Porque el modelo agroexportador con la fuente concentración de
riqueza y del poder económico fue conmovido por la crisis. Estas medidas del Estado trataron de sostener el modelo en
nuevas circunstancias, pero subsistía la idea de una Argentina periférica asociada a la potencia hegemónica que era
Gran Bretaña, es decir, esto no formaba parte de un replanteo de la economía argentina, sino más bien una adaptación
del sistema establecido a las consecuencias de la crisis y el pacto Roca-Runciman termina por consolidar esta tentativa
de los grupos hegemónicos de conservar esta relación privilegiada con la potencia hegemónica.
Julio Argentino Roca (hijo) fue un político conservador, dos veces diputado nacional, senador y gobernador de la
provincia de Córdoba. El 20 de febrero de 1932 asumió como vicepresidente del Gral. Justo y fue encargado de firmar el
llamado pacto Roca-Runciman (Mtro de Comercio británico), este tratado entre Argentina e Inglaterra se firmó el
01/05/1933 en Londres. La misión de Roca en Gran Bretania era propiciar un acuerdo para que Inglaterra vuelva a
comprar carne Argentina, y a cambio a una cuota de carne que G. Bretania se compromete a comprar, Argentina hace
una serie de controvertidas concesione: le vende la carne a menor precio que los demás proveedores; le da facilidades
para remitir los beneficios de las empresas inglesas a su país de origen a través del mecanismo de control de cambio; le
da ventajas arancelarias; y por último, le otorga la concesión de todos los medios de transporte público de Bs As a una
empresa llamada “Corporación del transporte”.
En 1940 Federico Pinedo, tras haber sido designado Ministro de Hacienda del Pte. Ramón Castillo, propuso un plan de
reactivación económica (“Plan Pinedo”) como salida a las dificultades que generaba la guerra mundial a la economía
local. El plan tenía un triple objetivo: Por un lado insistir en la compra de cosechas por parte del Estado para sostener el
precio de la mismas, en segundo lugar estimular la construcción pública y privada por su efecto multiplicador sobre
muchas otras actividades de la economía, y finalmente incentivar la producción industrial. La idea fundamental era
activar la demanda interna y sostener una política de sustitución de importaciones. Este plan incluía algunos cambios de
rumbo en la política del régimen conservador por lo que el Senado no aprobó su aplicación.
El 4 de junio de 1943 se produce el golpe que derroca al Pte conservador Castillo y da fin a la “década infame”, en ese
golpe que da el GOU(GRUPO DE OFICIALES UNIDOS) participa Perón como Coronel. El gobierno militar que se instala
después del golpe en el marco de emergencia de la guerra, comienza adoptar una serie de medidas que después
profundizara el Gral Perón cuando llega al poder.
Entre esas medidas figuro la creación del Consejo de Pos-guerra para coordinar precisamente las acciones del sector
público en una situación tan crítica como era la guerra mundial y el impacto que tenía sobre la economía Argentina.
Durante la crisis del 30 las viejas ideas de la ortodoxia no pudieron resolver la crisis. Y en ese escenario de vacío teórico
surgió un gran pensador llamado Keynes de la Universidad de Cambridge, que planteó que era indispensable la
intervención del Estado a partir del gasto público y de otras medidas para reactivar la demanda, porque el sistema por sí
solo no recuperaba las posiciones de equilibrio. Ese mensaje tuvo una enorme repercusión en el campo de la teoría y
también en la política económica. En los EE.UU en la misma época el Pte Roosevelt comenzó a aplicar una serie de
medidas de reactivación que se conocieron como el “New Deal” (Nuevo Trato) para reactivar el empleo y sacar a la
economía norteamericana de la profunda depresión en la que estaba sumergida.
IMPA (Industria metalúrgica y plástica argentina) es una fábrica con larga trayectoria. Comenzó a producir aluminio y
plástico en la década de 1930. En 1947 durante el primer gobierno de Perón fue integrada a la Dirección Nacional de
Industria del Estado, y aún conserva máquinas de esa época. (En 1962 IMPA se convirtió en una de las primeras
cooperativas del país. Marcelo Rougier habla con el director de IMPA, cuenta que allí se fabricó el avión Pulqui en la
época de Perón).
Perón inicia su presidencia en 1946 en un momento donde buena parte de la sociedad argentina reclamaba mayor
equidad y justicia, y en un mundo en el cual el Estado estaba adquiriendo una fuerte participación en todas partes,
principalmente en los países que habían sido beligerantes. El peronismo combina una mayor intervención del Estado y el
apoyo a la industria con una política salarial favorable a los trabajadores. Esto amplia el mercado interno y el consumo,
y es lo que permite el crecimiento del sector manufacturero.
El gobierno peronista aplica una importante política de nacionalización, estatizan algunos servicios públicos, los
teléfonos, el ferrocarril, y también algunas actividades fabriles. Se crean empresas públicas y otras mixtas con parte de
capital privado. Se trata de un Estado que no sólo regula sino que además se transforma en un Estado empresario. En
esta política de redistribución del ingreso, se daba una doble transferencia de recursos, del agro a la industria y desde
los empresarios industriales a los sectores trabajadores.
Se producen ciertas transformaciones de la estructura productiva argentina, el empleo y la distribución del ingreso, se
trata de un cambio social significativo. Una de las medidas claves es la creación del “Instituto argentino para la
producción del intercambio” el IAPI en 1946. Este instituto tiene el derecho exclusivo de manejar la casi totalidad de las
exportaciones e importaciones del país, controla y monopoliza el comercio exterior, realiza todas las compras de las
cosechas y de la producción ganadera y las coloca en el mercado internacional. Luego transfiere parte de los pagos
recibidos por esta exportación a la industria a través de las importaciones de insumos y equipos.
Las políticas del gobierno provocaron un gran impulso a la demanda interna, al empleo, al crecimiento, y efectivamente
la industria creció fuertemente porque la sustitución de importaciones ahorraba sobre divisas por un lado, pero por el
otro lado generaba nuevas demandas de maquinarias, equipos, insumos y materias primas. Por otro lado estaba la
compra de los servicios públicos nacionalizados, en una primera instancia se usaron las reservas acumuladas durante la
guerra, pero poco a poco era indispensable generar capacidad de pagos externos para poder sostener la viabilidad del
modelo.
No obstante los años de expansión y bonanza económicas del gobierno de Perón fueron bastante fugases. Ya que a fines
del 48 comenzaron a manifestarse los primeros problemas en el sector externo, en la balanza comercial y también en el
frente interno con la aparición de la inflación, o una inflación ya más importante. El tema era que la industria
demandaba muchas divisas para poder funcionar pero no las producía, estas divisas provenían del campo.
El estrangulamiento externo por la falta de divisas se agrava por esta situación del campo y revela la vulnerabilidad del
modelo. Es decir, que no era sostenible un modelo de industrialización sin resolver simultáneamente la restricción
externa. Y en ese contexto se ensaya el plan de estabilización de 1952 que conduce Alfredo Goméz Morales, que había
reemplazado a Miranda al frente del BCRA. Sucedió naturalmente que en esta mejora de los sectores asalariados en la
distribución del ingreso comenzaron a surgir conflictos distributivos graves, y en la medida en que la economía comenzó
a tener problemas de crecimiento, este conflicto se fue expresando en la tasa de inflación que aparece como un
problema en esa época y que se mantiene durante un prolongado período a tal punto que en el siglo XX tuvo record
mundial de inflación.
Además de estos problemas económicos estaba el tema de la sociedad dividida por el Peronismo y el antiperonismo, y
ese conflicto insalvable culmina con el golpe de estado y el inicio de una nueva etapa política, no tanto económica
porque en definitiva algunos rumbos que se tomaron bajo el gobierno peronista se mantuvieron hasta el 76 donde allí si
se produce un cambio de rumbo dramático y trágico.
Inflación argentina: Es una enfermedad que obedece a muchas causas. La Argentina tiene el siglo pasado el record
mundial, por la convergencia de muchos factores: el desorden económico, los golpes de estado, las crisis de balance de
pagos, las devaluaciones masivas, el conflicto social. De tal manera que este fue un mal endémico durante mucho
tiempo en al Argentina.

La falta de divisas producidas por la incapacidad de exportar los bienes agropecuarios revela la vulnerabilidad del
modelo, es decir que muestra que no es sostenible un modelo de industrialización sino se resuelve simultáneamente el
problema de la balanza comercial.
En ese contexto se ensaya el plan de estabilización de 1952 que conduce Gomez Morales desde el BCRA. Se trata de un
plan de ajuste que implica una decidida vuelta al campo y un repliegue de la política salarial de Perón. Se fijan los
salarios para bajar el consumo y aumentar los saldos exportables y también para atacar la inflación. El plan resulta
bastante exitoso, la balanza comercial empieza a ser nuevamente positiva y se contiene la inflación y sobre la base de
ese éxito se empieza a diseñar una nueva estrategia económica que va a plasmarse en el segundo plan quinquenal a
partir de 1953.
El proyecto industrialista de Perón provoca un cambio muy profundo en la economía argentina y muy importante. Y al
mismo tiempo sus limitaciones demostraron que faltaban condiciones básicas para que ese proceso se consolidara a
largo plazo y terminará conformando una economía industrial más moderna, abierta, competitiva de una ancha base
agropecuaria, pero con un poderoso sector industrial. Esas condiciones incluían la cohesión social, lograr un consenso
básico entre las fuerzas creadoras en la Argentina para respaldar la transformación, mediante el orden
macroeconómico, la solvencia fiscal, el equilibrio monetario, la competitividad. Requería también consolidar una visión
propia del desarrollo nacional, integrado al mundo, pero parado en los propios recursos, en la propia capacidad
iniciativa de los argentinos. Y todo esto requería también estabilidad institucional de largo plazo, porque una sociedad
en transformación es una sociedad conflictiva en la cual hacen faltas reglas para trazar los conflictos. Si esas reglas no
están, el conflicto termina frustrando el proceso.
Entonces todos estos elementos que constituyen la densidad nacional de una sociedad estuvieron ausentes, en parte,
durante el gobierno peronista, y volvieron a ausentarse de allí en más hasta la tragedia que se inicia en 1976.

Período 1955-1976: los Desafíos de la Industrialización inconclusa- 2da parte:


Sinopsis: Se plantea un intenso debate sobre el modelo económico. Las alternativas: economía integrada y abierta,
granero del mundo, ahorro interno o capital extranjero, industria liviana contra pesada, heterodoxia u ortodoxia en el
combate de la inflación.
Con la llegada del Gral Perón en 1946 la industrialización recibió un gran impulso, la industria liviana prácticamente
alcanzo la frontera de su desarrollo y hubo un proceso de transformaciones muy importante en lo económico y social,
aparte de un proceso distributivo del ingreso que amplio el poder adquisitivo de sectores mayoritarios de la sociedad.
Fue una transformación sin duda muy positiva. Lamentablemente se produce el golpe de estado de 1955, y con él en un
primer momento parecía que se va a volver atrás en lo que se había logrado, pero de algún modo el mismo proceso
político fue sosteniendo una cierta inercia del proceso de industrialización y esto culmina con el golpe de estado del 76,
que concluye con aquella fase de industrialización, que con idas y venidas en la década del 30, bajo el régimen
conservador, bajo el fuerte impulso del gobierno de Perón, con las ambivalencias pero manteniendo ciertos rumbos
después del 55. Todo eso que se había logrado en materia de diversificación de la estructura, capacidades técnicas y
otras series de progresos fueron fuertemente golpeados por las políticas regresivas que se instalan a partir del 76.
“El 16 de Junio de 1955 pasado el mediodía inesperadamente la silueta de una avión se recorta sobre el cielo”
(noticiero). Tres meses después de ese episodio se produjo la caída del gobierno. “La primera bomba sobre la casa de
gobierno, la destrucción cae sobre la plaza, el terror la sobrevuela a pocos metros y la recorre con las fuerzas de lo
devastador” (noticiero).
“El 23 de Septiembre de 1955 le otorgan al Gral. Lonardi los atributos presidenciales por los abanderados de tres
institutos de las fuerzas armadas. A bordo del crucero Gral Belgrano llego el Jefe de la marina de guerra Rojas, que tanta
participación tuvo en la revolución libertadora” (noticiero).

La autodenominada Revolución Libertadora abre un período bastante complejo de la vida política y social de la
Argentina, con proscripción del peronismo, la intervención de los sindicatos, que va a condicionar un poco el desarrollo
social y político en los años siguientes.
A partir de allí el gobierno de facto convoco a las elecciones de febrero de 1958, el radiicalismo fue dividido y la Unión
Civica Radical intransigente gano todas las gobernaciones y la presidencia, y ahí comienza el intento de Frondizi de
resolver el tema de la fractura política por la proscripción del peronismo y restablecer un mínimo de poder estatal para
hacer la política de ordenamiento social y resolver esa fractura tan profunda en la sociedad argentina.
Y así fue que hubo un acuerdo previo entre Perón y Frondizi que de algún modo va a condicionar la política económica
inicial. Frondizi por su tradición política radical progresista, tenía una fuerte inclinación por los social, y por lo tanto con
la legitimación del poder político y la participación en definitiva del peronismo en un sistema realmente democrático,
pero el manejo del corto plazo era extremadamente complejo, porque había que administrar la coyuntura frente a los
planteos militares. Fue un ejercicio muy difícil el que le toco al Pte Frondizi.
Frondizi seguía las ideas del DESARROLLISMO, que es un conjunto de ideas originadas en la CEPAL (Comisión económica
para América Latina de las Naciones Unidas), estos teóricos plantearon que los países subdesarrollados no debían
quedarse en la exportación de los productos primarios del agro, sino que necesitan impulsar sus industrias de base:
metalurgia, petroquímicas, siderurgia, a fin de abastecer al país de los bienes industriales que se necesitaba y limitar la
dependencia externa.
El planteo de Frondizi y de Frigerio, que era su principal asesor, era necesario y correcto realizar un desarrollo de las
industrias de base y lograr un autoabastecimiento energético. Y la idea de movilizar el agro interno era muy difícil, por
una serie de restricciones del sistema, y por esta razón había que usar el aporto de capitales extranjeros para llevar
adelante la reforma estructural. Lo cual marca una diferencia muy importante con la apertura incondicional, donde lo de
afuera es igual a lo d adentro, aquella era una política de expansión de inversiones en las condiciones dadas con el
capital para la reforma estructural. De todas maneras era una política polémica por esa apertura del capital extranjero.
Comienzan a llegar grandes empresas de sectores específicos, el sector automotriz, petroquímicas, la explotación de
petróleo, metalúrgicas. Una inserción de la inversión extranjera distinta a la del modelo primario exportador, porque en
aquella época la inversión era en ferrocarriles, frigoríficos, bancos, y toda la cadena de comercialización de la economía
primaria agroexportadora. En esta oportunidad la inversión fue en el sector industrial, uno de los sectores claves allí es
el sector petrolero, y además va a ser un tema bastante polémico con la llamada “Batalla del Petróleo”.
Claramente era necesario el autoabastecimiento petrolero porque el déficit energético era muy grave. Frondizi sabia con
resultados a corto plazo realmente muy importantes y otra vez concebir la inversión extranjera como un instrumento de
la transformación, y no como instrumento de la inserción incondicional. Finalmente logra el autoabastecimiento del
petróleo en un plazo muy corto.
En 1954 Frondizi era diputado por la UCR y se había opuesto abiertamente a la política petrolera del segundo gobierno
peronista. Perón había intentado firmar un contrato de exploración y explotación con la empresa Estandar Oil California.
Frondizi expreso entonces en su libro “Petroleo y Política” que YPF no precisaba capitales extranjeros para producir la
cantidad de petróleo que el país necesitaba. Pero en 1958 contra todo lo que había sostenido, permitió el ingreso de
empresas petroleras extranjeras a la Argentina, empresas como la Panamerican oil, Shell, Esso, tenían libertad de
importar todo lo que necesitaran para la explotación sin pagar impuestos, maquinaria, insumos, etc. El trabajo consistía
en extraer el petróleo que luego YPF compraría en su totalidad. Las empresas podían llevarse los beneficios de esas
ventas sin pagar impuestos tampoco. Hasta entonces la producción nacional de petróleo producía solo 1/3 de lo que
necesitaba el país para funcionar y el resto se importaba. El objetivo de llamada “Batalla del petróleo” era lograr el
autoabastecimiento del consumo local, lo cual se consiguió.
“SOMISA cumple sus bodas de plata con una alianza de acero con el país trabajando activamente en el plan 2.500.000
toneladas, creciendo para apoyar decididamente el autoabastecimiento nacional. SOMISA no descansa…se expande,
porque SOMISA es industria de industrias” (propaganda).
El acero es un material industrial básico, forma parte de lo que se llama la industria pesada, en el planteo desarrollista
de Frondizi el autoabastecimiento siderúrgico era fundamental, y en este caso fue a través de una empresa mixta como
fue SOMISA.
Entre la inmediata segunda posguerra y el primer lustro de los años 70, las condiciones de crecimiento de la economía
argentina quedaron determinadas por la dinámica de un ciclo de contención y arranque en el marco de un modelo
centrado en la industrialización por sustitución de importaciones. Esto provoca escasez de divisas, ya que no se puede
seguir importando, la economía entra en recesión y el sector fabril es el más perjudicado. En general la solución que se
buscó para este problema fue la de estimular las exportaciones de productos tradicionales, es decir, del agro para
obtener mas divisas.
La estrategia desarrollista es, en cambio diferente, se trata de disminuir las exportaciones en sectores claves, insumos
para la industria, maquinarias, autos, petróleo… ¿y cómo se reduce?, desarrollando estas industrias localmente para
sustituir importaciones y para eso Frondizi abre el juego al capital extranjero. La nueva situación dio lugar al surgimiento
de desequilibrios crónicos y recurrentes del balance de pagos cada vez que la expansión económica interna impulso las
importaciones. De allí el ciclo de stop and go.
El 01 de mayo de 1958 Frondizi había llegado a la presidencia gracias a un pacto que tuvo con Perón, quien continuaba
exiliado. Uno de sus compromisos había sido la legalización del peronismo, cosa que realizo un poco antes de las
elecciones de 1962, así fue como el peronismo gano la mayoría de las gobernaciones. Los militares presionaron al
presidente para que anulara las elecciones y Frondizi intervino 8 provincias, pero no fue suficiente. En medio de una
crisis económica provocada por los desequilibrios en la balanza comercial, en marzo de 1962 los militares deponen a
Frondizi y lo reemplazan por el Pte del Senado José María Guido (1962-1963).
Arturo Illia llega a la presidencia el 12 de Octubre de 1963 con apenas el 20% de los votos ya que el peronismo continua
proscripto y gran parte de sus seguidores vota en blanco. Illia debe atender varios frentes, el radicalismo está dividido y
los militares lo presionan constantemente a pesar de que mantienen también una fuerte disputa interna.
A pesar que la economía estaba andando bastante bien el conflicto político estaba planteado en toda su crudeza y
finalmente en el marco de esas tensiones el Dr. Illia es derrocado el 28 de junio de 1966.
A partir de 1967 con el gobierno de Ongania (1966-1970) se incorpora como Ministro de economía Adal Vasena, que va
a ser muy controvertido, cuya política gira en torno a un discurso que pretende la eficiencia del sector industrial, dicha
eficiencia es un tema muy controvertido porque se lo compara a veces con la eficiencia del campo, sucede sin embargo
que el campo opera de los recursos naturales y la industria no, entonces la ausencia de política a largo plazo industriales
impidieron así la madurez suficiente del sistema, y por lo tanto su baja capacidad competitiva internacional.
Independientemente de la ausencia hasta esa época de políticas que fomentaran la exportación de manufacturas.
Para resolver el tema de la ineficiencia industrial Adal Krieper Vasena decide abrir un poco la economía a las
exportaciones, ello con la idea de no seguir produciendo bienes para sustituir importaciones a cualquier costo, sino solo
los que resulten convenientes. Y otro problema que enfrenta es el de la inflación, pero compensa esta situación
aplicando retenciones, impuestos a las exportaciones de productos agropecuarios y traslada esos ingresos a otros
sectores, al desarrollo de la infraestructura y de la industria.
El gobierno puso en marcha un programa de estabilidad sobre la base de políticas de ingresos, tratando de ordenar el
comportamiento de los salarios, de los precios, de las tarifas de los servicios públicos, incluyendo también el tipo de
cambio. Y a partir de allí desacelerar el crecimiento de los precios. Uno de los problemas que soporto el programa, hacia
el final del mismo, es que se instaló la crisis ganadera con un aumento muy fuerte en los precios de la carne que
introdujeron un fuerte factor de inflación.
Y también se aplica una devaluación, en este caso diferente a las anteriores, que se va a denominar “compensación”. La
devaluación de la moneda perjudica a los sectores que importan bienes, pues el corto plazo de esos bienes aumenta y a
la industria en particular que importa insumos y maquinarias. Como consecuencia natural se produce una recesión.
La devaluación es el cambio de la relación entre el peso y las monedas extranjeras, por ej. el dólar, la última importante
que tuvimos fue cuando salimos de la convertibilidad que U$S1 valia $1, y al poco tiempo eran $4 por U$S1. Ese es un
fenómeno que provoca consecuencias importantes en los precios internos, en la distribución del ingreso y en la
Argentina la sucesión durante tanto tiempo de devaluaciones, algunas muy dramáticas, forman parte del desorden que
predominó en la economía argentina durante un tiempo tan prolongado.
Para ayudar más al sector industrial Krieger Vasena disminuye los impuestos a las exportaciones y a las empresas que
pueden exportar sus productos. De esta manera el sector fabril se encuentra compensado frente a la devaluación.
Como parte del plan de eficiencia del sector fabril el gobierno cierra algunas empresas muy viejas y obsoletas e
interviene para rescatar otras, es el caso de los ingenios tucumanos, de siam o la cantábrica. Muchas de ellas terminan
en manos del Estado, no obstante las políticas de Krieger Vasena tienen mucho impacto a nivel social y son resistidas por
gran parte de los trabajadores.
El gobierno de Ongania interviene sindicatos y universidades, y prohíbe toda actividad política. Esto genera en la
población focos de resistencia que van adquiriendo gradualmente mayores niveles de violencia.
Lo que el Gral. Ongania se había propuesto era la fantasia de tres tiempos en el gobierno: El tiempo económico para
arreglar la economía, el tiempo social para resolver la cuestión social , y finalmente el tiempo político que era el de
retorno a la Constitución. Y la verdad fue que el tiempo social y el político se aceleraron y provocaron ese fenómeno, y
además el gobierno tomo actitudes que generaron y multiplicaron la tensión, como fue por ej la intervención de las
universidades, la famosa noche de los bastones largos, que tuvo un costo enorme porque provoco el retiro de equipos
completos de científicos y técnicos. El mismo Aldo Ferrer había ganado la titularidad de la catedra política económica en
la UBA y renunció con una gran cantidad de profesores.
Las tensiones fueron cada vez mayores y culminaron, no solo con la terminación de la experiencia que condujo Krieger
Vasena, sino también con el gobierno de Ongania.
El gobierno de Onganía sufrió un desgaste terminal, ya que perdió el apoyo de los jefes militares, el respaldo más fuerte
de su mandato y fue destituido el 8 de junio de 1970. La Junta de Comandantes en Jefe compuesta por el Teniente
General Alejandro Lanusse, el Brigadier General Carlos Rey y el Almirante Pedro Gnavi que designó presidente al General
de Brigada Roberto Marcelo Levingston pretendía que el nuevo mandatario de facto siguiera las políticas
socioeconómicas diagramadas por los titulares de las tres fuerzas armadas. Pero el Presidente llevó a cabo sus propias
políticas. ( este párrafo sacado de wikipedia, pero muy bueno).
Durante su breve mandato, Levingston intentó crear un movimiento político propio, mientras implementaba una política
de fuerte corte nacionalista, para esto tomo distancia del hombre fuerte de la “Revolución argentina” Lanusse., quien
termino por deponerlo 9 meses después de su asunción. Fue sucedido por Lanusse (1971-1973).
Cuando Aldo Ferrer asume el ministerio de obras públicas a mediados de los años 70, había importantes obras de
infraestructura pendientes que venían de tiempo y que algunas estaban paralizadas. Entre ellas estaban los acuerdos
con Paraguay por Yacireta, con Uruguay por el salto grande. Y en ese escenario había un proyecto que había sido muy
polémico en los años 60 y era “Zarate brazo largo” una gran obra ferrovial fundamental para integrar la Mesopotamia al
resto del país. Una obra que venía largamente demorada y una licitación que por su complejidad, y por la confusión
burocrática y la mezcla de intereses privados con el público había terminado en una parálisis y efectivamente había que
replantear la obra.
Finalmente reformularon el proyecto, volvieron a licitarlo y 4 meses después se adjudicó la 1ra parte del proyecto que
fueron los caminos de acceso y a fin de año los dos grandes puentes. Y a fin del año 70 ya la obra estaba en marcha, su
costo fue de 150 millones de dólares.

Fue ministro de Economía y Hacienda de la provincia de Buenos Aires entre 1958 y 1960. Entre 1967 y 1970 se
desempeñó como primer Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Durante las
presidencias de facto de Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Agustín Lanusse (1970–1971) ocupó el Ministerio de
Economía y Hacienda. (éste párrafo sacado de Wikipedia).
La política de Aldo Ferrer cmo ministro de economía es la de dotar de apoyo al capital nacional. Propone utilizar el poder
de compras del estado para impulsar las empresas locales. Para eso se arma el Bco Nacional de desarrollo con el fin de
dar créditos a la industria local. Era un momento en el que para dejar de depender de los insumos exportados había que
impulsar grandes empresas con economías de escala, como celulosa y papel, aluminio, siderurgia, petroquímicas, para
eso había que armar fondos específicos, No eran empresas estatales pero el Estado tenía una participación importante.
Son los últimos proyectos importantes de industrialización en la Argentina hasta la actualidad. La ampliación de
Dalmine, de Acindar, Somisa, Albar, Papel prensa, petroquímica mosconi, petroquímica bahía blanca, proyectos grandes
que son lentos y que va a recoger el peronismo de 1973.
Lo notable de todo este período es que pese a toda esta gran conflictividad política, la economía argentina tiene un
desarrollo relativamente moderado pero bastante bueno, al menos entre 1964-1974, es la etapa de oro del desarrollo
industrial, sobre todo del sector industrial, donde las exportaciones industriales van acompañando a las exportaciones
tradicionales, hay una mayor integración del sector industrial y algunos avances tecnológicos también importantes,
algunos desarrollos muy fuertes, como la energía nuclear.
Es un hecho asombros que en el marco de esa conflictualidad política, social, en el marco de gobiernos de factos, la
economía mantuviera un impulso importante. Había comenzado a madurar inversiones anteriores, sobre todo del
gobierno de Frondizi, y la economía estaba realmente en poco en las vísperas de dar el salto a la formación de una
economía mundial avanzada, pero se frustro con el golpe del 76.

Período de 1976-1983: La hegemonía neoliberal- 1ra Parte:

“Se considerara empresa nacional a aquellas cuyo capital argentino represente una proporción del 80%, proporción que
permite asegurar que en aquellos casos el real poder de decisión corresponde al capital nacional” (audio Gustavo
Caraballo. Asesor Ministerio de Economía-1973).
“Tenemos una revolución que realizar, pero para que ella sea válida ha de ser de reconstrucción pacífica y sin que cueste
la vida de un solo argentino” (audio de Perón-Junio de 1973).
Golpe de estado de 1976: Comunicado de las fuerzas armadas: “A partir de la fecha el país se encuentra bajo el control
operacional de la Junta Militar. Firmado: Jorge Rafael Videla. Teniente Gral. Comandante Gral del ejército”. (24/03/1976)
En la década del 70 en el mundo se producen una serie de cambios importantes porque el Estado de bienestar, las
políticas de pos-guerra, de expansión habían acrecentado la puja distributiva, y presionando el déficit fiscal, provocando
un aumento del nivel de precios, una cierta tensión social por ese motivo, y aparece la crisis del petróleo de 1973, que
provoca un aumento muy fuerte del petróleo provocando que los países centrales entren en crisis. Nuestra región se ve
afectada por las políticas antiinflacionarias de los países centrales. Y allí comienza el cambio de la política d de los países
centrales, el abandono del Estado de bienestar y las políticas keynesianas de pleno empleo y demás, y la búsqueda de la
estabilidad de los precios a través de las viejas recetas ortodoxas como el objetivo prioritario de la política económica.
Y ese escenario se da en un momento en el cual también la globalización financiera, es decir, el crecimiento fenomenal
de los capitales líquidos, en parte estimulados también por la crisis del petróleo, porque el aumento del precio del
petróleo provoca ganancias extraordinarias para los países productores y esa masa de dinero va al sistema financiero
internacional. Esa masa fenomenal de liquides en buena parte se va desprendiendo de la economía real, y crea un
universo cerrado en el cual el objetivo es hacer diferencias por tasas de interés, especulando con las tasas de cambio, los
cambios de cotizaciones en los bancos de valores, y esto va acrecentándose. .
Esa globalización financiera estaba en pleno despegue en la década del 70, pero además sumado para el caso de los
países latinoamericanos de muy buenos precios para las materias primas, con lo cual era posible endeudarse pensando
en que finalmente estos países iban a poder pagar.
En 1973 asume nuevamente el gobierno peronista, luego de 18 años de proscripción, asume Campora primero
(25/05/73-13/06/73) y luego hay elecciones y gana la formula Perón-Perón (con su mujer Isabelita) con una situación
política bastante convulsionada y desde el punto de vista económico quien asume como Ministro, tanto de Campora
como de Perón, es José Ber Gelbard, y así se van a iniciar un poco las viejas políticas económicas, básicamente un
incremento importante del ingreso de los trabajadores, una ampliación del consumo, pero también Gelbard lleva
adelante un Plan Trienal que intenta impulsar tanto la producción agropecuaria como la producción industrial. Sobre
todo las industrias de base, el desarrollo de industrias de maquinarias, etc. Y también tratando de incorporar la
exportación industrial, la exportación de productos industriales dentro de la economía argentina, pero la situación
económica internacional no era la misma que en 1946 y aparecen allí algunas situaciones que van a distorsionar las
variables económicas de la Argentina, sobre todo la situación de la crisis de 1973.
A mediados de la década del 70, como estaba sucediendo en todo el mundo, irrumpe en la Argentina el Neoliberalismo,
en ese momento se cierra la etapa de industrialización por sustitución de importaciones que se había iniciado en 1930 y
la Argentina abre sus barreras al comercio mundial, favoreciendo la entrada de productos importados. Va quedando
atrás el estado benefactor, la protección de los productos nacionales frente a los extranjeros, los salarios elevados para
alentar el consumo y la producción fabril. El neoliberalismo significa el regreso a los principios liberales de la magia del
mercado, la desregulación y la marginación del Estado y de las políticas públicas. Ahora la producción ya no ocupa el
lugar central de los intereses nacionales, sino que todo se ha volcado al mundo del dinero, las finanzas y la especulación.
Y en la Argentina también las cosas están cambiando, el incremento de los precios a nivel internacional impacta muy
fuertemente sobre los precios internos de los productos importados, y empiezan a aparecer algunas tensiones
importantes en la economía, alguna escalada inflacionaria.
También se están debilitando los principios keynesianos ya que las ideas neoliberales comienzan a cobrar forma en esos
años. Y finalmente en julio de 1974 muere Perón, asume la vicepresidente (su esposa) y la cosa se empieza a complicar
fuertemente. Empiezan las políticas más restrictivas, y en 1975 se produce el RODRIGAZO, Celestino Rodrigo es el
ministro de economía que lleva adelante una devaluación muy fuerte de la moneda, un incremento de los impuestos y
genera una escalada inflacionaria muy importante y cierta situación de debacle económica que va a pronunciar el golpe
militar de 1976.
Esa fase tan importante del escenario internacional, donde los intereses financieros estaban presionando en los países
de la periferia, nosotros vivíamos en una situación compleja, muy difícil y con aumento de la tensión y de la violencia
durante el 3er gobierno peronista, que termina con el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, donde el gobierno de
facto adopta una serie de medidas que abren incondicionalmente la economía, sobretodo del sector financiero
argentino y la especulación financiera, utiliza una política cambiaria que lleva una fuerte apreciación del tipo de cambio
a la destrucción de la competitividad de la industria y a un proceso de desindustrialización, aumento del desempleo,
tensiones sociales, en el marco de la represión. (Muestran el comunicado oficial de 1976).
En esas circunstancias los intelectuales del campo económico frente a la política económica neoliberal que se imponía
desde la dictadura reaccionaron de dos maneras completamente distintas. Por un lado estaban quienes simpatizaban
con esa orientación de la política económica y reaccionaron positivamente. Y por otro lado, en el campo de la
heterodoxia, en el campo nacional, dentro del cual se ubica Aldo Ferrer, opinaban continuamente sobre las
circunstancias de esa política y su rechazo fue total. La crítica fue contemporánea (en el momento) y un grupo de
economistas señalaron cuales eran las consecuencias profundamente regresivas y antinacionales, y las consecuencias
que iba a tener el campo económico y social en el más largo plazo. Lo cual configura un cuadro realmente dramático de
circunstancias de terrorismo de estado, de destrucción de la industria, la guerra y la derrota en Malvinas, que determina
un proceso de alienación de la conducción militar de la época con consecuencias que fueron realmente terribles.
Porque esas políticas como eran funcionales a la especulación financiera, una política monetarista, de apertura, de
regulación, de liberación de las tasas de interés, de tipo de cambio fijo, de toma de crédito, donde los bancos
internacionales buscaban clientes (xq tenían muchas reservas para prestar) porque no sabían qué hacer con la plata,
entonces cualquiera fueran las políticas, aunque fueran irracionales y llevaran al desastre, había plata para cualquier
cosa. Entonces los que estaban vinculados a eso aplaudían esas políticas. Pero desde una perspectiva objetiva, y sobre
todo desde una perspectiva del desarrollo del país, de la necesidad de fortalecer su potencial económico, su soberanía,
su condición social parecía un desastre, y efectivamente lo dijeron en tiempos de la dictadura por todos los medios
disponibles, que por cierto eran pocos.
Cuando la especulación financiera se impuso en la economía mundial, en Argentina se realizaron políticas de apertura
del sector financiero, de las cuales resultaron que las ganancias se hacían con la especulación financiera (sin producir) y
no con el trabajo. A esa vinculación de la política económica con los intereses de la especulación se la denomino “Patria
financiera”
(la industria nacional se destrozó, muestra televisores “winko” que desapareció con la entrada de productos
internacionales) En la Argentina se producía televisores y hasta se exportaban y todo esto desaparece con la dictadura
que lo dejo de lado y abre la importación, con políticas anti industriales y se priorizo la valoración financiera, lo que se
llamó la Patria financiera o Industria Financiera. (Propaganda oficial de qu1978-silla argentina que se rompe!!).
La producción nacional tenia subsidios, tarifas de protección, etc, y esta situación comienza a cambiar con la dictadura,
donde uno de sus objetivos fue eliminar esta tensión social a partir de reprimir al movimiento obrero, a los sindicatos, se
interviene la CGT, y a partir de ahí empieza a cambiar la relación de fuerza entre los distintos sectores. En ese contexto
estaba Martinez de Oz, que empieza a aplicar una política liberal, neoclásica y su objetivo es bajar inicialmente los
salarios reales, de hecho durante la dictadura el salario real cae alrededor de un 40%.
El salario nominal es lo que recibe el trabajador, otro concepto es el salario real que es el poder adquisitivo de ese
salario, en las épocas de políticas neoliberales, como las que se aplicaron en la dictadura, el salario real se vio muy
afectado por varios motivos, entre ellos la represión a la actividad sindical. Los factores a tener en cuenta son el salario
real, la evolución de los precios y del empleo. (Propaganda oficial de 1978. Costos= Dólar).
Entrevista con la Asociación Industriales Metalurgicos R.A (ADIMRA). A partir de 1976 con los cambios en la economía
política que se inicia con la gestión de Martinez de Oz, la industria empieza a sufrir duramente el proceso de apertura y
hay un inicio de una etapa de desindustrialización.
¿Cuáles son a tu juicio los elementos/factores que llevan a este proceso a la crisis y quiebra de varias empresas
industriales en la Argentina? (preg a Juan Carlos director de ADIMRA)
-Primero ese período estuvo fuertemente caracterizado por una revalorización del sector financiero y detenimiento del
sector industrial. En ese lapso de tiempo el sector metalúrgico paso de tener 500.000 trabajadores en 1975 a una fuerte
caída, donde en el año 1982 la cantidad de trabajadores era de 250.000. La época de la dictadura fue fuerte en ese
sentido, la Argentina, si analizamos un poco, venia de un proceso de industrialización basado en sustitución de
importaciones para el que era conveniente que viniera la etapa de las inversiones en el desarrollo, y eso se vio
paralizado. (Discurso de Martinez de Oz, Ministro de economía (1976-1981) el 12/03/81.
¿Cuál fue la respuesta de los empresarios frente a este cambio de circunstancias en la dictadura militar?
- Los más conservadores tuvieron mejores posibilidades, nosotros hemos perdidos industriales importantísimos, y
algunos no se perdieron por propias decisiones de algunos continuadores que después surgieron en los procesos de
liquidación de esas empresas. Pero estuvimos al borde de perder sectores realmente importantes. Y otros una gran
destrucción de lo que es la cadena de valor de los metalúrgicos, porque el sector metalúrgico no es que una empresa
hace absolutamente todo, es una cadena que trabaja con el sector automotor, el sector de maquinaria agrícola, etc.
Entonces este fue el desafío que algunos pudieron pasar. Pero hoy hay 24.000 empresas y para esa época había cerca de
100.000. Fin entrevista
La forma de evitar los fenómenos especulativos es a partir de reglas de la economía que no incentiven la especulación
que eviten crear esos espacios llamados “Burbujas financieras”, estas no crean riquezas, sino una fantasía de
crecimiento de valores que no se sustentan en la realidad. La respuesta frente a la especulación financiera debe ser
fortalecer la economía real y el control de los capitales especulativos para reorientarlos desde la especulación hacia la
producción.
Y ese régimen tiene, a parte de los problemas de DD.HH tan trágica que el país vivió, tiene consecuencias realmente
extraordinarias, una de ellas fue que un gobierno militar haya hecho una política de destrucción de la industria cuando
las enseñanzas del Gral. Savio y del Gral. Mosconi, dos grandes dirigentes de las fuerzas armadas, apuntaban hacia la
construcción de la defensa nacional sobre la base del poder económico de la industria, y que un gobierno de facto se
haya empeñado en desmantelar la capacidad industrial fue un hecho extraordinario. Y provoco un deterioro
extremadamente grave en el aparato social y económico del país, el aumento de los desequilibrios fiscales, monetarios,
el aumento de la deuda externa, que es una bola de nieve que crece constantemente y no se puede pagar, y se paga con
nueva deuda, de allí surgió esa idea que la política económica servía para los intereses de la especulación y no de la
producción y del trabajo.
La rentabilidad más importante está en el sector financiero y ya no en el sector industrial o en las actividades
productivas, entonces se cambia la estructura de la economía argentina que había prevalecido desde los años 40, aquel
proceso de industrialización por sustitución de importaciones que tiene su cierre en 1976.
El golpe del 76 marca el fin de un periodo histórico que se da en 1930, el camino de la transformación progresiva que
con todas sus idas y venidas y con toda la inestabilidad política que el país vivió, porque al fin y al cabo desde 1930 hasta
el 76 se habían producido 5 golpes de estado y el sexto fue el del 76, la industria mantuvo un ritmo de crecimiento
considerable, cierta equidad distributiva, y la participación de los asalariados en el total de los ingresos. Pero fue a partir
del 76 el cambio fundamental, donde los salarios caen un 30% y ahí se estabilizan en un nivel muy inferior en relación al
período anterior. Revirtiendo las políticas sociales que se habían producido bajo el primer gobierno de Perón con la
participación sindical, la distribución del ingreso. A partir de aquí comienza la etapa de la Hegemonía Liberal, partiendo
de la idea que había que destruir al Estado, y así terminamos.

Período 1983-1989: La modernización institucional bajo el Neoliberalismo:


El país, agotado por la experiencia del gobierno de facto, busca la salida democrática, cuenta con el liderazgo de Raúl
Alfonsín, que lleva el país a la vida democrática, civilizada, de la constitución, de la ley.
La dictadura militar inició una política represiva contra el movimiento obrero, contra los sectores populares, con miles
de desaparecidos, pero además, también dio inicio a una política neoliberal, que tuvo sus consecuencias muy fuertes
sobre la estructura productiva, en particular sobre el sector industrial, y reposicionó al sector financiero por sobre los
demás sectores económicos.
El neoliberalismo significa el regreso a los principios liberales de la magia del mercado, la desregulación y la
marginación del Estado y de las políticas públicas. La producción ya no ocupa el lugar central de los intereses nacionales,
sino que todo se ha volcado al mundo del dinero, las finanzas y la especulación.
Los militares dejaron al país es una situación de profunda recesión, con una caída del salario real muy importante, en
el orden del 30%, y con una extensión, también importante, de la pobreza, de las villas miseria, etc. En este período, la
deuda externa creció exponencialmente, en el orden de los 7.000 millones de dólares a los 45.000 millones de dólares
hacia 1983, lo cual va a ser un nudo central de las restricciones que va a tener la economía en el período siguiente
(1983-1989). Cuando los militares toman el poder en 1976 la deuda externa era de 5.300 millones de dólares, los
acreedores eran el FMI y algunas entidades bancarias europeas y norteamericanas. En su mayoría, la deuda había sido
contraída por empresas privadas argentinas, pero en 1982 el gobierno militar la estatizó, en ese entonces Domingo
Cavallo era el presidente del BCRA. En 1983, cuando Alfonsín llegó al gobierno, la deuda ascendía a 45.000 millones de
dólares y era mayoritariamente pública. Ésto significa que sólo el pago de los intereses de la deuda representaba el 8%
del PBI, que es el total de los bienes y servicios que se producen en un país a lo largo de un año.
Cuando los niveles de deuda exceden la capacidad de pago de los países quedan esclavizados en los criterios de los
mercados, entonces la única salida es la reconversión o el repudio de la deuda. Estas condiciones no estaban dadas en la
época de Alfonsín. El gobierno intentó, bajo el ministerio de Grinspun, armar una especie de club de deudores, de
América Latina, porque estaban todos con el mismo problema, para enfrentar el poder negociador del club de
acreedores liderado por el FMI y los acreedores apoyados por Estado Unidos, pero no hubo condiciones políticas para
esa concentración latinoamericana, cada uno quedó librado a su propia fuerza, y el gobierno quedó crucificado en la
cuestión deuda. Y, entonces, esta herencia de la deuda y del conflicto social, de alguna manera encuadró la gestión de la
presidencia de Alfonsín, para llevarlo a una situación de irresolución de los problemas económicos fundamentales.
Alfonsín: “En las actuales circunstancia, no cabe dudas, que el país emerge de un período de políticas económicas
orientadas a privilegiar la especulación que terminaron por desmantelar el aparato productivo de la Nación. Es el pueblo
argentino que ha dado esta muestra de realizar un esfuerzo con el propósito de superar un estancamiento y una
decadencia que nos paralizaba y nos relegaba como país y como pueblo.”
A partir de entonces, la deuda externa se va a transformar es un problema grave y crónico para la Argentina. La
balanza de pagos, que es la diferencia entre el dinero que ingresa a un país y el que sale, y el problema es que con la
deuda externa y las altas tasas de interés el dinero que sale es mayor al que ingresa por exportaciones y si se pide un
crédito esto genera un incremento, además, de la deuda externa. Alfonsín, en los primeros años no continúa con esta
política neoliberal, sino que tiene una política más similar a la anterior de la última dictadura, una política de tipo más
heterodoxa, con incremento de los salarios, incremento del gasto público, mientras se aplicaban algunas políticas para
contener el proceso inflacionario.
Alfonsín implementa el Plan Alimentario Nacional (PAN - 1984), que se había instrumentado para asistir a las familias
de muy bajos recursos, en general que habían quedado fuera del sistema del mercado laboral. En principio la estrategia
pareció funcionar, pero en realidad no logró los resultados esperados, además podemos pensar que la economía estaba
supeditada a una lógica política donde el gobierno de Alfonsín lo que pretendía era reconstruir, un poco, las
instituciones democráticas. Por ejemplo, la política de derechos humanos del gobierno que debió enfrentar numerosos
alzamientos, entre ellos, quizá el más importante fue el alzamiento Carapintada en abril de 1987 en Campo de Mayo.
Este escenario tan conflictivo que hereda el gobierno de Alfonsín no desaparece durante todo el contexto de los años
80, incluso luego del lanzamiento del plan Austral, que es un plan de ajuste con algunas proyecciones, bastante exitoso,
sobre todo para contener el proceso hiperinflacionario que se estaba desarrollando en la época. Alfonsí llega a hablar de
la instauración de una economía de guerra, lo que un poco marca las circunstancias en las cuales se tiene que
desenvolver el gobierno.
El nivel de precios reflejaba lo inestable de la situación. En 1984 el aumento mensual del índice del costo de vida se
ubica entre el 13% y el 28% por mes, con un incremento para todo el año de casi 700%. Es decir, que si un kilo de pan
costaba 1.000 pesos argentinos, a fin de mes podía costar 1.280 pesos, y un año más tarde 8.000 pesos argentinos.
Hay dos elementos de contexto fundamentales. Uno el conflicto interno que predominó durante todo la gestión de
Alfonsín, los ejemplos son el alzamiento militar de semana santa del 87, las huelgas continuas, el acoso del sindicalismo
a la gestión gubernamental y la intransigencia de algunos sectores privados, de lo cual es el mejor ejemplo es el
escandaloso evento en la sociedad rural donde el presidente de la República fue silbado con un despropósito absoluto,
lo cual demuestra la intransigencia también de algunos sectores de opinión (1988).
En ese momento la moneda se devaluaba constantemente, había una gran incertidumbre respecto al valor del dólar,
respecto a la moneda, por el problema inflacionario, y en ese contexto se daba una fuerte fuga de capitales, las
entidades financieras, los empresarios giraban al exterior divisas y las colocaban en los bancos o entidades financieras
de otros países, en decir, que salía del país más plata de la que entraba, lo que perjudicaba el balance de los pagos. La
situación del sector externo y la situación de las obligaciones del país empeoraban, se generaba más deuda, y era una
especie de círculo vicioso de la que era difícil salir. El gobierno intentó enfrentar la situación, en marzo de 1985 asume
Juan Sourrouille en el Ministerio de Economía y anuncia el plan Austral, que era una serie de medidas salariales respecto
a las jubilaciones y también respecto a las tarifas de los servicios públicos que fueron elevados, en este sentido fue un
plan de ajuste, y además incluía un cambio de moneda, aparece el Austral. El peso argentino estaba en circulación desde
junio de 1983, cuando el gobierno de facto fijo su paridad con 10.000 pesos ley 18.188. En 1985 el peso argentino fue
reemplazo por el austral, la paridad con el dólar fue establecida en 80 centavos de austral por cada dólar (10.000 pesos
argentinos = 10 australes, 5.000 pesos argentinos = 5 australes: se eliminaban 3 ceros del valor actual). Al ser un plan de
ajuste no regresaba, del todo, a las políticas proteccionistas. En abril del 85 el gobierno de Alfonsín, en medio de una
concentración en defensa de la democracia, y recién a un mes del anuncio del plan Austral, lanza lo que se llama una
economía de guerra, que significaba una reducción del gasto público, una política de ajuste, de incremento de las tarifas,
de los combustibles, etc., y además el inicio de una política diferente respecto a las empresas públicas, en un primer
intento de incorporar capitales privador y avanzar hacia una privatización.
Entonces, había en el seno de la sociedad argentina, todavía en ese período, tensiones muy profundas, muy fuertes,
que no impidieron, sin embargo, que se consolidaran las instituciones, ya que una de las enseñanzas de ese período fue
que la democracia resistió, resistió el embate de la dificultad económica, eligió un gobierno constitucional (Aldo Ferrer).
El gobierno de Alfonsín es la década perdida de América Latina, no sólo de Argentina sino en todo América Latina la
situación fue extremadamente negativa bajo la trampa de la deuda, los términos de intercambio por ejemplo, el poder
adquisitivo de las exportaciones argentinas se deterioró, ya que con precios de materias primas tan bajos en ese
contexto internacional la capacidad de pago de estos países está muy limitada, y además la presión de la deuda, y en la
primera fase el aumento de la tasa de interés, con lo cual se descontroló la posición financiera de los países deudores de
América Latina y, en el caso de Argentina en mayor medida que en otras partes porque el desequilibrio era todavía
mayor, y el deterioro económico previo del aparato productivo muy profundo.
Si la inflación es el aumento generalizado de los precios, la hiperinflación es este mismo fenómeno pero en grado
superlativo y descontrolado, mientras la moneda pierde su valor. Entre febrero y agosto de 1989 los precios subieron en
Argentina el 1700%, el tipo de cambio se devaluó casi cuatro veces, y los salarios reales cayeron el 30%. El dólar, que en
1985 valía 80 centavos de austral, en junio del 89 llegó a los 210 australes.
En ese contexto local e internacional tan adverso, uno de los desequilibrios más importantes de la economía argentina
va a estar centrado precisamente en la cuestión de los precios, en una situación de escalada inflacionaria muy
importante que se va a transformar en una situación hiperinflacionaria hacia fines de la gestión. La economía fue
entrando en desequilibrios fiscales, monetarios, de pagos internacionales cada vez más grandes, y una de las
manifestaciones más importantes fue sin duda la inflación, fuertemente ligada a la deuda. El estallido de los precios se
dio en argentina de una manera muy radical, muy fuerte, pero se dio en otras partes también, y era consecuencia de
que la carga de la deuda obligaba al Estado a generar excedentes que no podía realizar, como superávit primario entre el
gasto y el ingreso y, por lo tanto, llevó a programas de emisión monetaria y de expansión del gasto que repercutía en el
tipo de cambio y finalmente en los precios, sólo por la presión del pago de los intereses y no el capital total. Entonces,
en los momentos en que se interrumpía o se frenaba el refinanciamiento de la deuda, se incurría en estos desequilibrios
fenomenales que culminaban en la inflación.
En los años 80 Argentina se prestó al juego de la especulación de una manera funcional al proceso global, y se
endeudó hasta llegar a la crisis final.
El 89 fue un año muy complicado, porque se produjo la elección presidencial, que ganó Menem, y el período de
entrega era muy posterior a la elección, en un momento en el cual la cosa estaba extremadamente desequilibrada,
había incluso una corrida cambiaria, que es un fenómeno endémico en nuestro país. Argentina tuvo, el siglo pasado (XX),
el récord de inflación y eso generó un mecanismo de defensa, no sólo en los grandes operadores económicos, sino
incluso en algunos sectores con algún nivel de ahorro, de protegerse comprando dólares; la corrida cambiaria, huir de la
moneda local y, entonces, ésto generó, en varios períodos, situaciones extremas, difíciles, y eso pasó precisamente en el
89, lo que se ve explicado por la inflación del 1700% que se da entre febrero y agosto de ese año, y que evidencia este
deterioro de la moneda. Además, la opinión de algunos funcionarios del gobierno electo, de que había que buscar un
dólar alto, acrecentaba la incertidumbre, y el presidente Alfonsín tomó la decisión, responsable y seria, de que no estaba
en condiciones de terminar su mandato y lo que correspondía era que asumiera el presidente electo, que era el que
tenía la responsabilidad a futuro. Pero también había una situación conflictiva desde el punto de vista social, porque
entre mayo y julio del 89, antes de que asuma el nuevo presidente, se producen los saqueos, en donde realmente un
gobierno saliente, en ese contexto, no tenía la capacidad de administrar los instrumentos del gobierno, era un dato de la
realidad de nuestra inestabilidad política, que da lugar a este inicio anticipado de la gestión del Dr. Menem, con lo cual
se inicia otro capítulo importante de la historia económica argentina
Período de 1989-2001: la Hegemonía Liberal-2da Parte:

Si bien las ideas neoliberales guiaron la economía argentina en la década del 90, éstas habían comenzado a mediados de
la década del 70 con el gobierno militar, específicamente con la gestión de Martinez de Oz. Durante el gobierno de
Alfonsín, la política económica no fue estrictamente liberal, fue más bien del tipo heterodoxa, pero a partir de 1989 con
la crisis hiper inflacionaria y con el cambio de gobierno estas ideas neoliberales se profundizaron y constituyeron un
sistema mucho más armónico.
Los países desarrollados ya habían empezado a implementar este tipo de políticas, en Inglaterra y EE.UU, y después de la
crisis de la deuda en México en 1982, imponiendo estas condiciones a los países subdesarrollados, que eran países
deudores. Y por último, esto se iba a transformar en lo que se conoce como el “consenso de Washington”, que es un
decálogo de principios escritos en 1989 para ser aplicados en los países emergentes, abarca los conceptos básicos del
neoliberalismo: disciplina fiscal, reforma impositiva, privatización, tipo de cambio competitivo, desregulación, y
liberación de políticas comerciales, protección de los derechos de propiedad, apertura de la inversión extranjera directa,
prioridad del gasto público en educación y salud, tasas de interés positivas pero moderadas.
En 1989 el gobierno radical atravesaba su momento más crítico, la inflación estaba totalmente descontrolada, en el
orden del 100% mensual, la recesión era muy importante, el desempleo había crecido, los salarios habían caído
enormemente y la deuda seguía incrementándose de manera exponencial. Este descalabro económico se manifestó
rápidamente en el plano político.
Carlos Menem asume el 8 de julio de 1989, y a partir de allí en el marco de esta política neoliberal que se denominó el
“consenso de Washington” va adquiriendo un rol muy importante las políticas de privatización, se va a profundizar
enormemente en el contexto de los años 90 algunos de los intentos que se habían desarrollado ya en la década de la
dictadura militar.
El neoliberalismo a escala internacional, sobre todo a partir de las presidencias de Reegan en EE.UU y Margaret Tacher
en Gran Bretaña, el achicamiento del Estado o las privatizaciones fueron un punto fundamental en la estrategia, incluso
en el consenso de Washington con esas recomendaciones que se le hacían a países de América Latina. En la Argentina
se llevaron a cabo con una profundidad como en ninguna otra parte, fue el único país de América Latina y del mundo en
privatizar su empresa petrolera (24/09/1992).
Las principales inversiones extranjeras fueron a parar a las empresas públicas privatizadas, Aerolineas Argentinas, Entel,
los servicios públicos, las empresas militares, fábricas petroquímicas, canales de televisión, correo, concesión de
autopista, etc. Todo lo que el Estado había ido acumulando y generando durante décadas fue prácticamente privatizado
en el contexto de los años 90. Y el emblema de esas privatizaciones es el barrio “Puerto Madero” creado en esa época y
donde se instalaron las oficinas de las empresas privatizadas. La privatización continúo durante toda la década del 90 y
se calcula que ingresaron unos 20 mil millones de dólares por la venta de empresas estatales. La consecuencia de todo
esto es que fueron a parar a las reservas del BCRA, y en ese particular contexto se hace una reforma monetaria muy
importante que la lleva adelante Domingo Cavallo, Ministro de economía, y que va a dar inicio a lo que se llama la
convertibilidad a partir del “plan de convertibilidad de 1991”.
Discurso de Cavallo: El valor de nuestra moneda está sin dudas perfectamente asegurada, y nadie tiene que temer por
la evolución futura de la paridad cambiaria. El peso que a partir del 01/01 valdrá igual que el dólar es una moneda
destinada a perdurar con ese valor por muchos años, me atrevo a decir por décadas”.
Un instrumento fenomenal de la política económica en los años 90 va a ser la convertibilidad, la fijación del tipo de
cambio “el 1 a 1 del peso con el dólar” y va a marcar el rumbo de la política monetaria/cambiaria en Argentina en los
años siguientes. Fue un instrumento muy poderoso que permitió frenar la hiperinflación, pero el precio de esa
estabilidad fue muy grande, porque en primer lugar antes de que los precios se estabilizaran pasaron varios meses con
un aumento todavía importante, incluso un poco antes de la convertibilidad hubo una hiperinflación importante, y se
frena con la convertibilidad, que tiene un efecto estabilizador después de algunos meses, lo cual determina que la
paridad que se fija del 1 a 1 termina siendo considerablemente apreciada lo cual le quita competitividad a la industria
nacional, que es lo que había pasado con la tablita cambiaria en tiempo de la dictadura. Y esto provoca un deterioro en
el tejido social.
La convertibilidad, por otra parte, daba una garantía del tipo fijo, fue otra vez el paraíso de la “patria financiera”
obteniendo márgenes, especulando con un tipo de cambio fijo con desequilibrios muy importantes, porque esto se
sostenía sobre la base de la deuda.
Las consecuencias del neoliberalismo en algunos aspectos fueron positivas, por ejemplo el BCRA incremento sus
reservas, aumento el crédito, las tasas de interés se mantuvieron relativamente bajas, hubo mayor liquidez en la
economía, la economía en general creció, el producto bruto empezó a crecer luego de una etapa recesiva importante en
89/90. En 1992 creció un 10%, se incrementó la demanda y la economía comenzó a recuperarse luego de un período
muy crítico, era un nuevo escenario para el país en esos primeros años y mientras tanto es cierto también que una parte
importante de la población accedía a determinados consumos que antes no tenía y también los acreedores
internacionales se benefician de esta nueva situación.
De hecho en este contexto se hace un acuerdo y se llega a lo que se llamó el “Plan Brady” en 1992 para arreglar el tema
de la deuda. Fue una estrategia adoptada para reestructurar la deuda externa de los países en desarrollo, se basaba en
la reducción de esa deuda, el ingreso al plan Brady y la baja de intereses en los mercados internacionales, trajo alivio y
más inversiones directas en el país.
Cada vez que hablamos de la economía argentina tenemos que ponerla en el marco mundial que siempre influyo tanto,
y efectivamente eso dio lugar a un reinicio de las corrientes de financiamiento de la Rep. Argentina y una cierta mejora
en los términos de intercambio, y esto da una cierta holgura para enfrentar los problemas que se dan a final de la
década cuando se inicia la presidencia de Menem, y allí se toma un rumbo muy categórico, de entrada manifestando un
pensamiento conservador vinculado a los grandes grupos económicos y finalmente con el inicio del plan de
convertibilidad y la profundización del problema de privatizaciones, vinculadas también a la resolución del pago de la
deuda. Esto fue también una forma de cambiar activos valiosísimos por papeles de deuda impagables, y una vez que se
vendió todo el patrimonio nacional la deuda siguió estando como estaba, el país había quedado sin activos, transfiriendo
a filiales de corporación internacionales que naturalmente hicieron un negocio que los satisfacía. Ferrer considera que
ahí no hubo perversidad por parte del inversor extranjero, sino que simplemente el país había tomado una política
antinacionalista que generaba espacios de rentabilidad y eventualmente hechos incorrectos en el manipuleo de
intereses públicos, incluyendo el aumento continuo de deuda, y posteriores canjes y mega canjes que genera rentas
adicionales.
La deuda externa aumentó de 61.000 millones en 1991 a 145.000 millones de dólares entre el 91-99. El aumento de la
deuda y la absorción del ahorro interno para servirla generaron un sistema de exportación de ahorro e importación de
deuda. La fuga de capitales fue un problema sin solución que acelero el debacle. Durante la década del 90 el dinero
colocado en el exterior a nombre de argentinos ascendió a una suma comparable a la deuda externa, con desequilibrios
en el balance de pagos de la balanza comercial y en el presupuesto por el peso de la deuda. Mientras hubo
financiamiento y se obtenía el objetivo de la política económica, que era seguir consiguiendo créditos, el sistema
funciono, pero la deuda siguió creciendo hasta un nivel impagable, y eso estallo después del fin de la presidencia de
Menem.
El deficitl fiscal es la diferencia negativa entre ingresos y egresos públicos, en otras palabras se trata del resultado
negativo de las cuentas del Estado, aparece cuando el monto de los ingresos recaudados por impuestos no es suficiente
para hacer frente al compromiso de pago. Lo opuesto al déficit es el superávit fiscal, y se da cuando las cuentas del
estado dan positivo.
El contexto externo e interno que le había sido favorable en el primer mandato de Menem (1989-1995) no lo fue en el
segundo (1996-1999), donde la desocupación estaba en niveles record del 30% de la población activa, los salarios reales
por debajo del nivel previo a la crisis del 89, y la prestación de bienes públicos como la educación, salud y seguridad en
una decadencia que parecía insalvable.
La convertibilidad significaba que dejábamos de tener autoridad monetaria, es decir un banco central que regula la
oferta y demanda de dinero, para tener una caja de conversión que cambiaba dólares por pesos ida y vuelta, y la mayor
parte de los contratos estaban en dólares. Cuando se produce la caída de la convertibilidad en el 2001, dos tercios de los
contratos entre particulares y de los activos y pasivos financieros estaba en dólares, el problema es que los dólares no
estaban porque no es la moneda nacional, y por lo tanto se terminó como se terminó.
La debacle económica se trasladó al ámbito político, en 1999 estan las elecciones y la Alianza le gana al peronismo en las
presidenciales. La Alianza era la unión entre el radicalismo y el frepaso, pero de algún modo ese proyecto político nace
herido de muerte, porque en la propuesta estaba sostener la convertibilidad en el tiempo. Por lo que el gobierno de
Dela Rua comenzó con un modelo totalmente agotado y no tuvo la capacidad ni la voluntad para cambiarlo, y las
consecuencias macroeconómicas para el desarrollo y para el crecimiento económico de la argentina fueron fatales, con
la convertibilidad, el 1 a 1, la relación entre el peso y el dólar y eso coexistía con un nivel de reservas muy bajo y una
deuda externa enorme. Se genera una situación de cesación de pagos, de crisis de confianza y ahí estalla la crisis, en este
caso una crisis terminal para el gobierno, dado que ya estaba en decadencia total y no había vuelta atrás.
Entre 1998-2002 el producto bruto acumulado cae un 20%, es una de las crisis más grandes en la historia económica
argentina, con niveles de desempleo del orden del 25% y cada más de la mitad de la población con niveles bajo la línea
de pobreza.
El “riesgo país” es la calificación de la capacidad de un país de cumplir sus compromisos financieros, es básicamente un
concepto utilizado para la evaluación del riesgo, algunas firmas internacionales que estudian los países y analizan sus
balances de pagos, las finanzas públicas, la deuda y las posibilidades de pago a largo plazo. El problema que tienen las
evaluadoras de riesgo es que son profundamente ideológicas y muy ligadas al mercado especulativo financiero y
entonces muchas veces no ven ningún riesgo cuando interesa a la especulación financiera seguir poniendo plata en
cierta situación. Y en sentido contrario, cuando evalúan situaciones de países que siguen políticas heterodoxas, que no
están alienadas con el pensamiento convencional, el pensamiento neoliberal, a pesar de que los indicadores reales de
superávit fiscal, situación monetaria, balance de pagos, reservas solidas sean positivos, suelen ver sombras donde no las
hay.
En el último tramo del gobierno de la Alianza designan nuevamente a Cavallo como Ministro de Economía, y de algún
modo eso ya marco el fin de la situación de la convertibilidad en la economía argentina, las cartas ya estaban echadas, y
en ese contexto en el año 2001 hay una fuga de capitales muy fuertes del orden de 20 mil millones de dólares y el
sistema bancario termina paralizado, los niveles del riesgo país eran muy altos por lo que la Argentina no tenía acceso a
créditos internacionales, y esa fue una causa más que provoco la caída, además la situación de la convertibilidad estaba
en una situación de dificil retorno, porque lo que el gobierno tuvo que hacer para impedir la fuga de capitales fue
paralizar el sistema bancario, evitar que se retiren los dólares, situación conocida con el nombre de “Corralito”, y esto
dio fin a la convertibilidad.
En diciembre de 2001 se dan una serie de saqueos, movilizaciones y caos en el país que terminan con la renuncia del
Pte. De la Rua. En todo el país circulaban 17 monedas emitidas por las provincias debido al derrumbe del sistema mo
netario, entrando en jaque el sistema de economía organizada.
Comienza el fenómeno del Club del trueque porque la gente tenía el dinero secuestrado secuestro en el corralito,
entonces se reunían en un crisol donde no habian diferencias, y muchos observadores internacionales dicen que eso
amortiguo efectos de violencia, al plantearse relaciones de reciprocidad, solidaridad, entonces una utopia prácticamente
se convirtió en realidad.
Crisis/movilizaciones/cacerolazos.
Y finalmente los desequilibrios fueron inmanejables porque cuando la deuda ya era evidente que no podía pagarse se
corto el crédito internacional, se produjo la fuga masiva de capitales y el desplome del sistema, que se produce ya en
tiempos de la alianza en el gobierno. Y este fue el epilogo de ese extraordinario periodo tan negativo que se inicia con el
golpe del 76, en donde en el marco de las grandes transformaciones internacionales que aconsejaban fortalecer
realmente la soberanía y la capacidad de decisión, Argentina hizo exactamente lo contrario, destruyo sistemáticamente
su patrimonio público y su capacidad de decisión, porque los países tienen capacidad de defenderse si tienen políticas
nacionales que se sustenten en la voluntad popular, en la transparencia, en la democracia, en estados eficaces, y ese es
el camino que tenemos que aprender y todo lo que hemos vivido nos enseña mucho en ese sentido.

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