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Unidad 1: EL SISTEMA CLIMÁTICO

EL SISTEMA CLIMÁTICO.

Un sistema es un conjunto estructurado de elementos o variables interdependientes, con


una organización interna, que funcionan juntos a través de una combinación regular de
conexiones dentro de ciertos límites definidos. Existen distintas definiciones o conceptos
referidos a lo que constituye el Sistema Climático del planeta Tierra, entre las cuales se pueden
presentar las siguientes:

1.- El sistema climático está constituido por 5 componentes relacionados entre sí: la
atmósfera, la hidrosfera, la criosfera, la litosfera y la biosfera. Todos ellos son subsistemas
termo-hidrodinámicos heterogéneos, que tienen propiedades físicas distintas y presentan un
fuerte acoplamiento entre sí por medio de procesos complejos que implican flujos de energía,
de momento (movimiento) y de materia (aire-agua) a través de sus límites, y están gobernados
por la radiación procedente del sol, única fuente de energía significativa del planeta.

La atmósfera, los océanos, los continentes, las grandes masas de hielo y nieve, y los
organismos vivientes, son los principales componentes de nuestro ambiente. Todos ellos se
encuentran en un estado de permanente interacción a través del intercambio de flujos de
materia (ejemplo: flujos de agua líquida o vapor, otros gases y partículas) y energía (ejemplo:
radiación electromagnética y calor). En particular, los procesos físicos y químicos internos
de la atmósfera y el conjunto de sus interacciones con los otros componentes del medio
ambiente constituyen lo que, en un sentido amplio, se denomina el Sistema Climático
Terrestre.

2.- El Sistema Climático constituye un sistema cerrado, global y natural que está
constituido por componentes (atmósfera, litosfera, hidrosfera, criosfera y biosfera) entre los
cuales se producen una serie de procesos de intercambio de energía y materia.
Los tipos y procesos de intercambio de energía y materia, como así también las
propiedades que resultan de los mismos, se indican en la Tabla 1.1.

Tabla 1.1: Cuadro comparativo de Tipos y Procesos de intercambios y las propiedades o


elementos que se presentan en el Sistema Climático.

TIPO DE INTERCAMBIO PROCESOS DE INTERCAMBIO PROPIEDADES O ELEMENTOS

Radiación Radiación solar, terrestre, atmosférica

de energía calórica Conducción molecular Temperatura del suelo

Convección Temperatura del aire

cinética Advección Viento

Precipitación Precipitación

de materia (agua) Condensación Humedad del aire

Evaporación Evaporación

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Algunas de las características más relevantes del Sistema Climático son las
siguientes:
Cerrado: Sólo intercambia energía con el medio externo, es decir que no se produce
intercambio de materia.
Global: Se trata de un sistema único que tiene escala planetaria. Lo que pasa en una parte del
sistema puede afectar a otra parte del sistema.
Natural: Se desarrolló y alcanzó un estado de equilibrio sin la intervención del hombre. ¿La
intervención del hombre puede alterar el equilibrio del sistema climático? Aparentemente,
diversas acciones del ser humano pueden alterar la condición de equilibrio del sistema
climático, de modo que en la actualidad se admite que la variabilidad del sistema responde
tanto a causas naturales como antrópicas.

El funcionamiento del sistema climático es el responsable de los estados del tiempo y


del clima y, dada su envergadura global, para su seguimiento y monitoreo se requiere
emplear redes de observación de las distintas propiedades o elementos.

RADIACION
ATMOSFERA
SOLAR

BIOSFERA CRIOSFERA

LITOSFERA HIDROSFERA

Figura 1.1. Interrelaciones entre los distintos componentes del Sistema Climático.

EL MEDIO FÍSICO

1.- LA ATMÓSFERA
La atmósfera es la envoltura gaseosa que rodea a la Tierra y que se mantiene unida a ella
por acción de la fuerza de la gravedad. El aire atmosférico es una mezcla compuesta por distintos
gases de poca actividad química, lo cual explica que la atmósfera sea una mezcla y no una
combinación de los mismos. El Oxígeno (O2) es el único elemento activo de esa mezcla, pero

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al estar rodeado de elementos de poca actividad (Nitrógeno (N2), Argón (Ar), Kriptón (Kr),
Neón (Ne), etc.) no da lugar a combinación alguna.

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Composición química de la atmósfera

La composición química de la atmósfera pura y seca es prácticamente constante cerca


de la superficie del suelo. La misma se muestra en la Tabla 1.2.

Tabla 1.2. Composición media de aire seco próximo al suelo en % en volumen o ppm,
según la Organización Meteorológica Mundial.
Componentes de proporción invariable Componentes de proporción variable
Nitrógeno.............. 78,084 % Ozono....... .0 a 0,07 ppm
Oxígeno.............. ..20,946 % SO2......... ...0 a 1 ppm
Argón................ ... 0,934 % NO2.......... .0 a 0,02 ppm
CO2..................... . 0,039 % CH2O.................... ......trazas
Hidrógeno.......... ...0,5 ppm Yodo.................... 20 ppm
Helio.................... ..5,24 ppm NaCl.................. 20 ppm
Neón.................... 18,18 ppm CO.................. ..........trazas
Criptón................. .1,14 ppm Radón............. ..6. 10-12 ppm
Xenón................. ...0,09 ppm
Metano................. .2,00 ppm
N2O..................... .. 0,5 ppm

El Dióxido de Carbono (CO2) constituye un elemento de gran importancia biológica. Es


un producto de excreción de la respiración, y a su vez es un compuesto de asimilación en la
fotosíntesis. Resulta muy soluble en agua de mar, bajo la forma de carbonatos. Su concentración
en la atmósfera es prácticamente constante, a excepción de las aglomeraciones industriales,
siendo los mares y océanos y las formaciones vegetales los que tienen un rol regulador de su
concentración.

El CO2 es arrastrado por la lluvia en forma de ácido carbónico débil que extrae por
lixiviación minerales de las rocas, especialmente al Calcio (Ca). Los arroyos y ríos transportan
estos minerales al océano, en donde los minerales de Ca son incorporados a las conchas de los
organismos marinos. Cuando los organismos mueren, estas conchas caen al fondo del mar,
donde lentamente forman depósitos de piedra caliza. Si esta eliminación del CO2 de la atmósfera
y su almacenamiento en caliza continuase sin obstáculos, la atmósfera sería despojada del CO2,
y sin este gas, importante para el efecto invernadero, el clima se volvería extremadamente frío,
conduciéndonos a un período glacial. El CO2 juega un importante papel en la regulación de la
temperatura de la tierra.

En condiciones normales, la concentración media del CO2 en la atmósfera es del 0,039


%, concentración que generalmente no asegura el rendimiento fotosintético máximo. En
invernáculos puede ser controlado, al igual que el resto de los factores del crecimiento.

La capa de Ozono (O3) situada entre 15 y 45 km de altura, con una concentración


máxima (0,001 %) hacia los 30 km, es atribuible a un fenómeno de ionización del O2 debido a
la acción de la radiación ultravioleta proveniente del sol. Desde el punto de vista biológico, esta

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capa es muy importante, ya que elimina del espectro solar gran parte de radiación ultravioleta,
nociva para los seres vivos.

El contenido de vapor de agua fluctúa entre 0,0 y 4,0 % en volumen. Esta cantidad
depende de la temperatura (a mayor temperatura aumenta la capacidad del aire de contener
vapor) y de la disponibilidad de agua para evaporar en la superficie. Cada día, por efecto de la
radiación solar, se evapora un billón de toneladas de agua de mar y cae a la Tierra como
precipitación, la mayor parte en los océanos. La desigual distribución de las lluvias da lugar a
desiertos y a bosques tropicales, a sequías y a inundaciones en las distintas regiones del mundo.
Casi el 15% de la humedad atmosférica procede de la evaporación de las masas de agua
estancadas del suelo; la evaporación de la humedad del suelo y la transpiración de las plantas.
Los vegetales evaporan una gran cantidad de agua por sus hojas regulando así la temperatura
foliar, y el agua del suelo, de esta manera puede transportar, nutrientes al cuerpo de la planta.

Además, en la atmósfera se encuentran otros componentes en menor proporción entre


los que se pueden citar:

Ácido Nítrico, en pequeñísima proporción, formado a partir de la oxidación del N


debido a la radiación ultravioleta en presencia de vapor de agua.

Ácido Sulfúrico, se encuentra en la atmósfera cercana a zonas fabriles en donde los


productos de combustión contienen SO2 que posteriormente se oxida en presencia del vapor del
agua dando lugar al ácido. El SO4H2, al ser muy higroscópico, constituye núcleos de
condensación que originan las neblinas típicas de los centros industriales.

Las sales (principalmente Cloruro de Sodio, ClNa) provienen de la evaporación de la


espuma marina que el viento transporta a la atmósfera. También encontramos Sulfatos de
Magnesio y de Calcio (SO4Mg y Ca) y Cloruros de Mg y Ca y compuestos combinados.

Además de estos componentes en la atmósfera existen los aerosoles atmosféricos que


se definen como dispersiones de sustancias sólidas o líquidas en el aire. Las propiedades de
los aerosoles que más afectan a los procesos de contaminación atmosférica son el tamaño de
sus partículas, la forma y la composición química. El tamaño de las partículas oscila entre 1
y 1000 micras (µ), y determina las áreas afectadas, ya que establece su tiempo de
permanencia en la atmósfera y la facilidad con que se introducen en las vías respiratorias
profundas.

La composición química de los aerosoles varía mucho de una partícula a otra,


dependiendo fundamentalmente de su origen. Así, las partículas de polvo procedentes del
suelo contienen, principalmente, compuestos de calcio, aluminio y silicio. Existen partículas
provenientes de rocas y cenizas volcánicas. El humo procedente de la combustión del carbón,
petróleo, madera y residuos domésticos contiene muchos compuestos orgánicos, al igual que
los insecticidas y algunos productos procedentes de la fabricación de alimentos y de la
industria química. Además en la atmósfera están dispersas partículas orgánicas tales como
polen, esporas de hongos, semillas pequeñas, etc. En la combustión del carbón y gasolinas se
liberan metales pesados que pasan a formar parte de las partículas liberadas a la atmósfera,
generalmente en forma de óxidos metálicos.

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Los aerosoles son muy importantes porque se comportan como núcleos de
condensación del vapor de agua, que luego da lugar a la formación de nubes y eventualmente,
precipitaciones.
Estructura de la atmósfera

En la atmósfera se puede distinguir la siguiente estratificación del aire (Figura 1.2), cada
capa diferenciada por distintas propiedades que se exponen a continuación:

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Figura 1.2: Esquema de la estructura de la Atmósfera. Muestra la variación de la
temperatura del aire y la presión atmosférica con la altura.

TROPOSFERA: Del griego, tropos, que significa movimiento, dado que en esta capa se
presentan los mayores movimientos del aire. La temperatura disminuye en promedio a razón de
0,6°C cada 100 metros. Esta disminución se verifica principalmente en las capas cercanas al
suelo, debido a que el aire no se calienta por la acción de los rayos solares (sólo en poca
cantidad), sino que lo hace por otras formas de transferencia de energía desde la superficie
terrestre.

Esta capa, que va desde el nivel del mar hasta unos 12 km de altura, aproximadamente,
varía en espesor según la época del año y la latitud. Según la latitud esta capa puede alcanzar
hasta 8 km en los Polos y 20 km en el Ecuador. Prácticamente todas las nubes, vapor de agua y
aerosoles se encuentran en esta capa turbulenta, que contiene más del 80% de la masa gaseosa
total.

En esta capa podemos distinguir las siguientes sub-capas:

a - Desde el suelo hasta 2 metros se extiende la atmósfera inferior. Por ser la capa más próxima
al suelo, en ella se observan las mayores amplitudes de temperatura, humedad, etc.

b - Desde 2 metros hasta 2 km, se encuentra la capa terrestre, que se caracteriza porque en ella
predominan los movimientos verticales del aire.

c - Entre 2 y 12 km se presenta la capa advectiva, en donde los movimientos del aire


predominantes son horizontales. El límite superior de la troposfera se denomina Tropopausa.
Es el nivel superior que pueden alcanzar las tormentas convectivas, de modo que muy pocas de
ellas, con intensidad excepcional, llegan a superar la tropopausa en un par de kilómetros
solamente. Esto ocurre debido a la condición de estabilidad térmica que presenta el nivel inferior
de la siguiente capa (ver Figura 1.2 y el tema de estabilidad atmosférica).

ESTRATOSFERA: Se extiende desde la tropopausa hasta unos 50 km de altura sobre el nivel


del mar, el tope de la estratosfera se denomina Estratopausa. En la sub-capa isotérmica de la
estratosfera la temperatura no varía con la altura, es decir que su gradiente térmico es nulo, en
las siguientes subcapas la temperatura aumenta con la altura. A 50 km de altura puede
encontrarse una temperatura del aire del orden de 0°C. Este calentamiento del aire se debe a la
absorción de la energía solar ultravioleta en la capa de ozono.

En la Estratosfera los movimientos verticales del aire se encuentran impedidos debido a


los gradientes de temperatura antes mencionados (este tema se verá luego en estabilidad
atmosférica).

Entre los 30 y 40 km se encuentra la OZONOSFERA, capa de espesor variable según


la actividad solar. Cuando mayor es la radiación mayor es el espesor de esta capa, que constituye
una verdadera autodefensa de la superficie terrestre contra la radiación solar, fundamentalmente
de las radiaciones ultravioletas.

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MESOSFERA que comienza en la Estratopausa y alcanza los 80 km. En ella la temperatura
disminuye rápidamente con la altura, por lo que en su límite superior (Mesopausa) se encuentra
el nivel más frío de la atmósfera.

TERMOSFERA o IONOSFERA, que se extiende desde la mesopausa hasta


aproximadamente 500 km, está constituida principalmente por nitrógeno y oxígeno (atómico
y molecular), ionizados por la acción de las radiaciones cósmicas. En razón de la muy baja
densidad del aire en esta capa, este fenómeno de ionización provoca que la temperatura de la
termósfera alcance los 1500ºC.

EXOSFERA se prolonga hasta el límite atmosférico superior. En esta capa dejan de cumplirse
la leyes de los gases que está formada por átomos de oxigeno, hidrógeno y helio.

Distribución vertical de la presión, temperatura y humedad en la


atmósfera

a- Distribución de la presión atmosférica


Se ha observado, según mediciones efectuadas en primer término por Laplace, que la
presión disminuye exponencialmente con la altura (ver Figura 1.2). Para una atmósfera estándar,
la distribución de las presiones sería la siguiente:

Altura (m) 0 2.000 4.000 8.000 12.000 15.000 30.000


Presión (mb o hPa) 1013 795 616 356 195 120 11

Además de la disminución de la presión con la altura, que corresponde a un equilibrio


estático o ley del equilibrio bárico, la atmósfera presenta variaciones de presión en el sentido
horizontal que originan los vientos.

b- Perfil de la temperatura.

Es un hecho bien conocido que la temperatura del aire decrece con la altura en la
atmósfera libre hasta el nivel de la tropopausa (ver Figura 1.2).

Pero la regularidad de la disminución de la temperatura con la altura es rara, en particular


se constatan frecuentemente inversiones de temperatura. Por ejemplo, en la vecindad del suelo,
la distribución de la temperatura es mucho más compleja, ella es el resultado de un conjunto de
factores microclimáticos (influencia de la naturaleza y el estado de la superficie del suelo,
propiedades de las capas bajas de la atmósfera) y mesoclimáticos (por ejemplo: influencia de la
topografía).

c- Distribución de la humedad.

El 99 % del vapor de agua atmosférico se encuentra en la tropósfera. La disminución del


vapor de agua con la altura sigue una curva muy similar a la de la presión atmosférica, y resulta

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muy importante en diversos procesos meteorológicos como la formación de nubes y desarrollo
de tormentas. La distribución del vapor de agua en la atmósfera es muy heterogénea.

2.- LA HIDROSFERA.

Está constituida por el agua en estado líquido de la Tierra y, por su importancia climática,
es el segundo subsistema en jerarquía después de la atmósfera. Incluye los océanos, mares,
lagos, ríos y aguas subterráneas, aunque el componente principal son los océanos que contienen
el 97% del agua del planeta.

Su enorme volumen asegura abundante suministro de agua para llevar a cabo las distintas
fases del ciclo hidrológico; a través de la evaporación transfiere a la atmósfera vapor (masa)
y, a la vez, energía en forma de calor latente.

Como existe un predominio de superficies oceánicas sobre las continentales (los océanos
cubren el 71% de la superficie terrestre), reciben una enorme cantidad de la energía solar, que
absorben y transfieren a las profundidades principalmente en forma de radiación de onda larga
y convección. Asimismo, se produce transferencia de calor a gran escala desde las regiones
ecuatoriales a las polares por medio de las corrientes marinas.

Los océanos, en razón de su masa y calor específico elevado, tiene la propiedad de


almacenar grandes cantidades de energía y liberarla a escalas de tiempo diarias y estacionales,
actuando de esta manera como “regulador” de la temperatura del sistema climático.

3.- LA LITOSFERA.

La capa sólida más superficial de la Tierra, conocida como litosfera. Esta capa es de
naturaleza heterogénea, ya que posee distintos tipos de suelos, topografía (pendiente y
orientación) que afectan directamente al balance local de energía, evapotranspiración, albedo
de la superficie, conductividad del suelo y por lo tanto al clima.

La litosfera cubre sólo alrededor de 30% de la superficie de la Tierra. La proporción


de tierras y océanos sobre el planeta desempeña un rol principal en determinar el clima
global. Actualmente, el 70% de la superficie terrestre se encuentra ubicada en el Hemisferio
Norte (HN), y esta asimetría produce un diferencia muy importante entre el clima del
Hemisferio Norte y del Hemisferio Sur (HS).

La distribución de la temperatura superficial de Enero y Julio, se muestran en la


Figura 1.3. La temperatura superficial es más alta cerca del Ecuador y diminuye hacia los
Polos. En el HN se observa una fuerte variación estacional de las temperaturas. La amplitud
anual de la temperatura disminuye desde el Polo Norte hacia el Ecuador.

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En el HS la variación anual de la temperatura es más pequeña que en el HN. El mayor
contraste entre las variaciones estacionales de la temperatura en los dos hemisferios ocurre
en la franja latitudinal de 45 a 60º. La menor amplitud estacional de la temperatura del aire
en dichas latitudes del HS está asociada a la mayor proporción de la superficie cubierta por
el océano. El calor específico del suelo es alrededor de 1/3 del que posee la masa acuosa. Por
lo tanto, el océano tiene mayor capacidad de almacenar calor durante el verano y, por el
contrario, en el invierno una gran cantidad de ese calor es liberado hacia la atmósfera con un
pequeño cambio en la temperatura superficial. Las áreas continentales se calientan y enfrían
mucho más rápidamente que lo que ocurre en los océanos.

Figura1.3. Temperaturas superficiales del océano y del continente en función de la


latitud para los meses de Enero y Julio, el valor medio anual.

4.- LA BIOSFERA.

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Los seres vivos (plantas y animales) influyen en el clima. Aportan energía calórica a la
atmósfera y, además, cada ecosistema que forman aporta y regula la cantidad de minerales en
los otros subsistemas.

La biomasa desempeña un papel fundamental en el balance de dióxido de carbono, en


la producción de aerosoles y en los balances químicos con otros gases. Los animales
interactúan con los elementos de la superficie terrestre y sus cambios reflejan variaciones micro
climáticas por medio de la alimentación y el hábitat.

Pero el hombre, sin dudas, resulta ser el principal agente modificador de la biosfera por
su acción sobre el ambiente a través de la agricultura, ganadería, industria, etc., produciendo
alteraciones de la superficie terrestre y la atmósfera.

5.- LA CRÍOSFERA.

Está formada por las grandes masas de hielo y depósitos de nieve que cubren extensas
regiones de la Tierra. Sus propiedades físicas particulares, como son su baja conductividad
térmica y elevado coeficiente de reflexión, influyen directamente sobre el clima. Es un
excelente aislante térmico de tierras y aguas impidiendo las pérdidas de calor a la atmósfera;
mientras el 80-90% de la radiación incidente es reflejada cuando una superficie está
cubierta de hielo, la vegetación refleja sólo 10-20%. Estas características producen dos
efectos: mantener muy bajas las temperaturas de las zonas cubiertas con hielo o nieve y, como
consecuencia de lo anterior, contribuye a estabilizar la atmósfera cerca del suelo, limitando los
movimientos convectivos. En el caso de ocurrir deshielos, actúa disipando energía debido al
cambio de estado del agua (calor latente de fusión).

TIEMPO Y CLIMA

En Meteorología, se denomina tiempo al estado de la atmósfera reinante en un lugar y


momento determinado. Se lo describe midiendo los elementos del tiempo (temperatura,
humedad, precipitación y vientos), además algunos se puede observar a simple vista, como la
nubosidad (en cantidad y tipo). Los elementos del tiempo no deben ser considerados como
entidades separadas, ya que se encuentran relacionadas entre sí.

Clima es una palabra que deriva de la voz griega "Klima", que significa “inclinación”
con que la radiación solar es recibida por la superficie de la tierra.

Se conoce como clima al conjunto de fenómenos meteorológicos que caracterizan el


estado medio de la atmósfera, en un lugar determinado. Se lo puede definir también como
el conjunto de los valores meteorológicos normales que imperan en un lugar.

En las definiciones o conceptos meteorológicos de clima se advierte con claridad que


los mismos consideran datos promedios de las observaciones meteorológicas. Sin embargo,
tanto los cultivos como los animales viven el tiempo actual con sus variaciones propias de cada
lugar, por lo que una definición más adecuada a nuestros propósitos es:

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El clima es el conjunto de las diversas modalidades diarias y anuales que el tiempo
presenta, con cierta frecuencia en cada lugar.

A modo de síntesis, no debemos confundir el concepto de tiempo con el de clima,


dado que para establecer el estado del tiempo en un lugar, se utilizan observaciones de un
instante determinado, mientras que para determinar el clima hay que emplear datos promedios
y su variabilidad que generalmente son de varios años de observaciones regulares y continúas.

El clima es uno de los tres elementos naturales de la producción agropecuaria, el más


activo y que afecta profundamente el comportamiento de los otros dos: los cultivos- ganado y
el suelo. Las relaciones entre el tiempo y/o el clima y la producción agropecuaria se pueden
visualizar en los siguientes aspectos:

1) El clima afecta a las propiedades físicas, químicas y mecánicas del suelo, como así también
a los organismos que viven en él. Por ejemplo, la lluvia agrega constituyentes químicos al suelo,
a su vez por percolación puede determinar la pérdida de los nutrientes hacia la profundidad, en
tanto que el agua que "escurre" superficialmente es la causa de la erosión.

2) Las plantas son afectadas en cada etapa de su crecimiento y desarrollo por las condiciones
del ambiente. La influencia de dichas condiciones se extiende desde antes de la siembra ó
plantación hasta después de la cosecha.

3) En el ganado, aparte de los efectos directos, la acción meteorológica también se manifiesta


indirectamente, a través de los cultivos que le sirven de alimento y de los suelos sobre los cuales
se cría. Influye sobre la alimentación, crecimiento, fecundidad, sanidad y distribución
geográfica; producción y calidad de los productos animales; preparación de los mismos y su
aptitud para el tratamiento y transporte.

4) En las enfermedades y plagas agrícolas, la influencia del tiempo es triple, pues afecta la
susceptibilidad de las plantas y animales, la biología de los insectos y agentes patógenos y la
oportunidad y eficiencia de las medidas de control.

5) Las condiciones climáticas se deberán tener en cuenta en el planeamiento de cualquier tipo


de construcción rural y también para la conservación de los diversos equipos agrícolas.

6) Las modificaciones artificiales de las condiciones ambientales: riego, cortinas rompevientos


y prácticas culturales, tienen marcada influencia sobre ciertos aspectos del clima local
(microclima), como la humedad del suelo y del aire y la velocidad del viento.

ELEMENTOS Y FACTORES CLIMÁTICOS

En el estudio del clima a veces se analizan las magnitudes y modalidades de sus


características, como: la presión atmosférica, la temperatura y humedad del aire, la

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precipitación, el viento, etc., y en otras ocasiones, se indagan las causas que determinan sus
variaciones. En el primer caso nos hemos referido a los elementos del clima, y en el segundo a
sus factores.

Los elementos del clima podrían ser definidos como aquellas características que
sirven para evaluarlo, definirlo y clasificarlo; mientras que los factores son los hechos
astronómicos, geográficos y aún meteorológicos que determinan las particularidades de
aquellos elementos.

Otros factores de menor importancia son los debidos al lugar o locales ó también
denominados microfactores. Ellos son entre otros: a) topografía local, b) tipo de suelo (textura
y estructura, color, etc.) y c) tipo de cubierta (cubierta vegetal, hielo, nieve, etc.).

En forma resumida veremos como la radiación solar que es la fuente de energía a partir
de la cual se originan el resto de los procesos de intercambio energía y materia anteriormente
visto, modifica la expresión de todos los elementos del tiempo y del clima. La radiación solar
suministra calor a la superficie terrestre, luego esta superficie se encarga de calentar al aire,
determinando en él una cierta temperatura. Así por ejemplo en las regiones ecuatoriales y
tropicales de nuestro planeta se forman masas de aire caliente y en las polares de aire frío.

Las masas de aire y el calor solar se coordinan para favorecer la evaporación del agua
de los mares, ríos y selvas. El vapor de agua así originado constituye la humedad del aire.
Cuando el vapor de agua experimenta procesos de condensación (por un ascenso del aire o
por un enfriamiento) se transforma en nubes (o en nieblas). Algunas nubes generan
precipitaciones (lluvias, lloviznas, nieve, chaparrones, etc.) las cuales vuelven a aportar agua
a los mares ríos y selvas.

Por otra parte, las distintas masas de aire poseen distinta densidad según su
temperatura, dando lugar a zonas de alta y baja presión atmosférica. Luego estos sistemas
de presión originan movimiento del aire (vientos). A su vez los vientos favorecen no solo al
traslado de las nubes, sino de la evaporación del agua, al transporte de humedad y a la
circulación de las masas de aire.

Como resultado final apreciamos cómo el calor proveniente del sol, es la fuente de
energía que activa a todo el sistema climático, generando los diferentes estados del tiempo y el
clima.

ESCALAS DE ANÁLISIS DEL CLIMA: MACRO, MESO Y MICROCLIMA

Si definimos al clima como el estado medio de la atmósfera en un lugar, podemos


considerarlo como el resultado de la influencia conjunta de numerosos factores que, en cantidad
y calidad, influyen sobre los elementos de dicho clima. El clima es un recurso ambiental de
naturaleza continua y, por lo tanto, su característica distintiva es el cambio gradual que se pone
de manifiesto entre una región y otra.

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No todos los factores climáticos actúan en todos los lugares, como así tampoco el grado
de participación es igual en cada sitio de la superficie terrestre. Hay ciertos factores que son
responsables en mayor medida de las características climáticas de grandes áreas del globo
terrestre. A estos se los denomina factores climáticos de expresión en gran escala o
macrofactores climáticos; como por ejemplo: la distribución del goce de radiación como
consecuencia de la latitud, los movimientos de rotación y traslación de la tierra, la circulación
general de la atmósfera, la distribución de tierras y mares y la circulación general oceánica. Los
climas que ellos determinan abarcan grandes regiones y se los denomina macroclimas. Estas
áreas se caracterizan por cierta uniformidad en la manifestación de los elementos y factores
climáticos, de manera que podamos considerarla una unidad en el espacio geográfico.

Dentro de un macroclima es factible encontrar diferencias menores en la expresión de


los elementos y, en consecuencia, podemos reconocer la existencia de diferentes mesoclimas.
Es decir, que dentro de una unidad mayor podemos encontrar unidades menores que se
diferencian de aquella en uno o varios aspectos. Hay una serie de factores que se ponen en
evidencia en una escala menor, como la presencia de zonas montañosas, inclinación y
orientación de las pendientes, proximidad a grandes masas de agua (ríos, lagos, etc.), la
presencia de grandes zonas forestales (selvas) y ciudades, etc., que pueden introducir, dentro de
los macroclimas, climas de menor extensión geográfica denominados mesoclimas. Así, por
ejemplo, podemos hablar de mesoclima de valle, mesoclima de río, mesoclima de bosque, de
ciudad, etc.

El estudio de los elementos que caracterizan un mesoclima tiene gran importancia en el


desarrollo agrícola de un país extenso.

Hay una serie de factores en menor escala territorial que introducen variaciones en el
mesoclima y su acción se manifiesta en superficies geográficas reducidas, es lo que llamamos
microclima. Ejemplos de estos microfactores son: las barreras forestales, la naturaleza del suelo
(su color y textura, principalmente), tipo de cobertura, contenido de humedad, etc.

Los estudios microclimáticos en la atmósfera cercana al suelo abarcan una escala menor
que los denominados mesoclimáticos. En la aplicación agropecuaria, estos estudios tienen por
objeto conocer el proceso meteorológico originado por las pequeñas variaciones y accidentes
de la superficie terrestre. Pueden incluirse aquí los estudios del ambiente de la cubierta vegetal
del suelo; el debido a las construcciones que crea el hombre y aún los animales para modificar
parcialmente el clima local, como los cercos y cortinas forestales, construcciones rurales,
invernáculos, cultivos bajo cubierta, establos, almacenaje de productos agrícolas estacionarios
o en tránsito, cuevas, galerías de animales, etc.

Para realizar estos estudios es indispensable un equipo de instrumentos y un análisis de


las observaciones, muy específicos, distinto de aquellos utilizados en los estudios macro y
mesoclimáticos.

Hasta aquí hemos delimitado y definido los conceptos de macro, meso y microclima
teniendo en cuenta una diferenciación en sentido geográfico. Esta delimitación no tiene valor
absoluto, de modo que no existen límites bien definidos de separación entre las tres categorías
o escalas climáticas. También se ha hecho mención al instrumental empleado en cada caso.

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Según ello, algunos autores dividen las categorías climáticas de acuerdo al instrumental
necesario para la caracterización de los climas.

Otros autores hacen la caracterización del macro, meso y microclima, no tanto por la
extensión geográfica, sino por la variación ó amplitud de los elementos meteorológicos que
ese clima presenta. Por ejemplo, el rango de variación que se observa en el microclima es mayor,
decreciendo en el meso y macroclima. O sea, los elementos presentan oscilaciones menos
bruscas en el macroclima.

Hay autores que consideran como microclima la capa atmosférica comprendida entre el
nivel del suelo y los dos metros de altura. En este estrato se siente con mayor rigor la amplitud,
en especial de la temperatura y la humedad. Esta última interpretación es la más discutida. Un
defensor de esta postura es Geiger, (1965) quien observó que lo que está ocurriendo a unos 2
metros de altura, casi al nivel de la cara del hombre, muchas veces no tiene relación con lo que
se puede observar al nivel de los pies, ni en la cima de los árboles grandes. Es por ello que
considera necesario crear una nueva rama de la meteorología, la micrometeorología, que se
ocupa de estos estratos meteorológicos especiales, muy importantes para estudios agronómicos.

Un factor importante en la variación del clima es la topografía, lo cual ha determinado


el desarrollo de una disciplina especial, la topoclimatología, que se dedica en especial al estudio
de las variaciones introducidas por las diferencias de altitud en una región. Los accidentes
geográficos como los valles, son importantes desde el punto de vista agrícola ya que originan
verdaderos topoclimas, donde las características térmicas, de humedad y circulación son propias
de cada uno.

Desde el punto de vista agrícola, el macroclima es un concepto remoto en el cual el


hombre no puede intervenir directamente para modificarlo en su provecho. En cambio, en el
meso y microclima es posible intervenir para atenuar sus defectos y favorecer los procesos útiles
para la agricultura. Por ello algunos autores hablan de clima de campo, que se refiere
exclusivamente al lugar de cultivo donde el hombre desarrolla modificaciones permanentes,
para la mejor producción de cultivos y ganados.

OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS.
La evaluación del potencial agrícola de una región que se proyecta explotar depende de
la disponibilidad de datos climatológicos. Tales datos constituyen un elemento indispensable
para la determinación de la necesidad de agua de los cultivos, información relevante en la
planificación y la explotación de la agricultura, que debe considerar tanto el agua precipitada
como la de regadío. En muchos lugares, los datos meteorológicos pueden faltar o ser
inadecuados y, en este caso, habrá que establecer nuevas estaciones meteorológicas, o bien
reforzar las existentes.

En lugares donde existe una red meteorológica, debería examinarse su adecuación con
respecto a: tipo y métodos de observación, clase y número de instrumentos que se utilizan,
precisión y emplazamiento de los mismos, período en que se han mantenido los registros y

15
forma en que se obtienen, procesan y almacenan los datos. Las mismas consideraciones resultan
pertinentes si se quiere establecer nuevas estaciones o redes, en lo referido a las finalidades
perseguidas.

En virtud de su naturaleza eminentemente comparativa, se debe asegurar la


normalización estricta del relevamiento de datos en lo que respecta al equipo, dotación y
métodos implementados. Antes de la instalación misma de una estación meteorológica, los
Servicios Meteorológicos Nacionales deben ser consultados a los efectos de solicitar su
asesoramiento y cooperación en cuanto al establecimiento y manejo de las estaciones. En la
República Argentina la red de observación de superficie del SMN cuenta con 128 estaciones.
La ubicación geográfica de las mismas se puede observar en la Figura 1.4.

16
Figura 1.4. Distribución de las estaciones meteorológicas pertenecientes al Servicio
Meteorológico Nacional (SMN) en la República Argentina, y especialmente, en la
Provincia de Córdoba.

Observación meteorológica.

Consiste en la determinación mediante instrumental específico en algunos casos, y por la


apreciación personal en otros, de los principales elementos del tiempo. Para que estas
observaciones sean útiles y comparables deben tener las siguientes características:

- sistemáticas.
- uniformes.
- ininterrumpidas.
- realizadas a horas fijas.

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La observación debe ser realizada en el menor tiempo posible, para evitar tomar datos
que por estar registrados a distintas horas no sean comparables, debido a la constante variación
de los elementos del tiempo.

18
La observación meteorológica de rutina tiene como fin inmediato la recopilación de
datos para la confección de las cartas de predicción del tiempo, y como fines mediatos, la
determinación de las leyes que rigen los fenómenos estudiados y la caracterización del clima de
un lugar.

Observación agrometeorológica.

Se rige por las mismas pautas de la observación meteorológica pero es mucho más
compleja y específica que la anterior. Considera la mayor parte de los fenómenos físicos
relacionados con el clima que influyen sobre un sistema biológico, a los efectos de valorar el
comportamiento de dicho sistema. Incluye por lo tanto:

a) Observación de los elementos meteorológicos corrientes.


- temperatura, precipitación y humedad del aire.

b) Medición de parámetros especiales:


- temperatura y humedad del aire a diversos niveles de la capa adyacente al suelo, hasta cerca
de 10 metros más arriba de la vegetación predominante en la zona.
- temperatura del suelo a distintas profundidades, para fines especiales o considerando el tipo
de cultivo en estudio.
- humedad del suelo a distintas profundidades.
- turbulencia y mezcla del aire en capas más bajas, por la velocidad del viento a distintos
niveles.
- evaporación.
- insolación y radiación.

Estas variables meteorológicas permiten evaluar los recursos inherentes al complejo


suelo-planta-atmósfera y pueden medirse con distintos niveles de precisión de acuerdo a la
finalidad que persigan las investigaciones. Los requisitos indispensables que debe cumplir una
estación agrometeorológica para que las observaciones sean útiles son:

- El emplazamiento debe ser representativo de las condiciones de suelo-planta-atmósfera,


para los que se trata de aplicar los datos.

- Cada instrumento debe proporcionar una medición segura de la variable meteorológica;


los instrumentos serán resistentes y de fácil mantenimiento.

- Las observaciones deberán ser fáciles de efectuar y registrar.

- Los observadores deberán estar adecuadamente capacitados.

LA ESTACION AGROMETEOROLOGICA

Se consideran los siguientes aspectos sobre la estación agrometeorológica:

a.- Selección del emplazamiento.

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El sitio en el cual estará ubicada la estación agrometeorológica (Figura 1.5) deberá ser
plenamente representativo de las condiciones de suelo-planta-atmósfera de la zona en la cual
han de utilizarse los datos. El lugar deberá representar el clima de un área tan extensa como sea
posible. Se deben evitar lugares que presenten diferencias climáticas bruscas debido a accidentes
geográficos: montañas, desfiladeros, pantanos, etc.

Siempre que sea posible, el emplazamiento de la estación deberá estar dentro de una
zona de cultivo, con una cobertura de plantas tan extensa como se pueda en la parte de
barlovento. No debe haber vías de comunicación en la proximidad inmediata. El emplazamiento
debe estar en terreno llano, libre de obstáculos (casas, árboles) que pudieran afectar las
observaciones. No debe estar próxima a terrenos de pendiente pronunciada. Conviene evitar las
depresiones del terreno pues la temperatura suele ser más elevada durante el día y más baja
durante la noche. El emplazamiento debe estar próximo a la vivienda del observador.

El suelo de la estación y de la zona circundante debe estar cubierto de césped y


rodeado por cultivos. El césped que se implante debe ser resistente a la sequía y de crecimiento
lento (en zonas tropicales: Paspalum notatum y Cynodon dactylon; en climas áridos: Distichlis
striata o cierta variedad de Puccinellia).

El emplazamiento de la estación debe tener como mínimo 10 m por 10 m y estar


protegida por una cerca de tela metálica de alrededor de 1,20 m de altura. Preferiblemente, estar
situada en el centro de un espacio de 50 por 50 m, como mínimo, que esté cubierto de césped o
de una plantación de poca altura. Si fuera necesario, habrá que regar el césped que cubre el suelo
de la estación y también recortarlo frecuentemente.

b.- Instrumentos.

Para determinar las necesidades de agua de los cultivos y de otros estudios conexos, los
elementos meteorológicos que han de observarse incluirán: temperatura, precipitación,
humedad, viento, duración de la insolación y evaporación. Los instrumentos que han de
emplearse son:

- abrigo o casilla meteorológica (Abrigo de Stevenson).


- termómetros de máxima y de mínima del aire.
- psicrómetro (par psicrométrico).
- pluviómetro tipo "B".
- pluviógrafo.
- anemómetro de cazoletas.
- anemógrafo.
- temperatura mínima del suelo.
- temperatura del suelo.
- heliofanógrafo de Campbell-Stokes.
- piranógrafo.
- tanque de evaporación Tipo A.

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Para estudios que requieren datos detallados y específicos, pueden añadirse otros
instrumentos para medir radiación, registradores de los perfiles de humedad y de viento.

El principal requisito en la disposición general de los instrumentos, es que su


emplazamiento en la estación no afecte la exposición de otros.
c.- Observaciones.

En cuanto a las observaciones se tienen en cuenta los siguientes aspectos:

- Horas de observación: La regularidad y la puntualidad son de suma importancia. Las


lecturas deben hacerse cada día a la misma hora. Las horas de observación establecidas
internacionalmente son: 2, 8, 14 y 20 horas.
- Rutina de las observaciones: En cada estación deberá prepararse una hoja de la labor
diaria, en la que se indicará tipo y orden de las observaciones, marcas horarias que han de
hacerse, cambio de faja de los registradores, llenado de los depósitos, verificaciones que han de
efectuarse, etc.
- Hojas de observación: Cada estación debe llevar hojas de observación para anotar los
datos observados a diario, semanalmente y anualmente. Debe conservarse en la estación un
juego completo de registros, mientras que las copias de las hojas de registro deben enviarse al
Servicio Meteorológico Nacional para su procesamiento e incorporación a las bases de datos.

En la cartilla de observación deberá detallarse el nombre de la estación, las coordenadas


geográficas, altura sobre el nivel del mar, descripción topográfica, tipo de suelo, recubrimiento
del terreno de la estación y mantenimiento, naturaleza de los alrededores inmediatos, altura de
los instrumentos sobre el suelo, fecha de registro, detalle y cambio de programas de observación,
factores de calibración y corrección, así como fecha de su fijación.

- Cuaderno de campo: Se lleva diariamente al lugar donde está la estación para anotar
directamente las lecturas de los instrumentos. El orden en que se efectúan las observaciones
debe estar incluido en el cuaderno de campo.

d.- Observadores.
El observador debe estar bien preparado por medio de una instrucción teórica y haber
adquirido experiencia en una estación similar. En ciertos países el Servicio Meteorológico
Nacional imparte cursos básicos intensivos sobre prácticas de observación y sobre análisis de
datos. Una serie de procedimientos de comprobación en el momento de la observación y de
ulterior verificación cuando se analizan los resultados, permite determinar la calidad de la
información obtenida.

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Figura 1.5. Esquema de una estación meteorológica tradicional. Se muestra el
instrumental ubicado en el abrigo meteorológico.

En la actualidad, se han desarrollado estaciones meteorológicas automáticas que


registran simultáneamente de manera electrónica los distintos elementos del tiempo, a través
de sensores específicos para cada elemento. Utilizan diversos mecanismos de alimentación
como baterías, paneles solares, etc., que dan autonomía para el funcionamiento y

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almacenamiento de datos. La información es almacenada en dispositivos especiales o
enviados a computadoras que la reciben de manera inalámbrica y a tiempo real. La Figura
1.6 muestra un esquema de una estación automática.

Figura 1.6. Esquema de una estación meteorológica automática.

CONCEPTOS BÁSICOS DE METEOROLOGIA, CLIMATOLOGIA,


BIOCLIMATOLOGIA Y AGROMETEOROLOGIA

La Meteorología es la ciencia que trata de los meteoros, es decir, de los fenómenos de la


atmósfera. Se la puede llamar entonces la Ciencia de la Atmósfera. Está relacionada con ciencias
afines como la Geofísica y la Oceanografía, empeñadas en el estudio físico de la tierra, de los
mares y de casi todas las actividades humanas. Esto hizo que se desarrollaran divisiones o
disciplinas dedicadas a considerar aspectos particulares del campo meteorológico, como la
Meteorología Sinóptica, para conocer por anticipado la evolución del tiempo, y la
Climatología, destinada a identificar y caracterizar objetivamente el ambiente climático de un
territorio.

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Simultáneamente con estas disciplinas, se desarrollaron sus aplicaciones prácticas y se
originaron diferentes ramas de la meteorología entre ellas la: Meteorología Agrícola, con
campos de estudios propios y requerimientos particulares de instrumental, observaciones y red
de estaciones especializadas.

La Meteorología Agrícola surge de la necesidad de mejorar y orientar la agricultura y


su campo de estudio (suelo y atmósfera adyacente al mismo), en donde se desarrollan plantas
y animales. Los métodos generales de la Meteorología y la Climatología eran inadecuados para
resolver los problemas tan particulares de la agricultura y de la actividad del hombre. Fue
necesaria desarrollar una disciplina que se ocupara de los cultivos, que se acercara a la superficie
del suelo, penetrara en él y que considerara la influencia de los elementos físicos sobre cada
especie vegetal o animal.

Además se hizo necesario desarrollar una ciencia climatológica dedicada a estudiar los
elementos bioclimáticos que tienen influencia en el crecimiento y desarrollo de los seres vivos,
y elaborar los índices que permiten identificar las regiones más adecuadas para cada especie en
particular. Es decir, una Meteorología y Climatología cuyo objetivo no fuera la atmósfera en sí
misma, sino su interrelación con la vida animal y vegetal.

La Meteorología Agrícola requiere para su estudio y desarrollo de otras Ciencias tales


como: Matemáticas, Física, Estadística, Geografía, etc. y contribuye con sus conocimientos, a
todas las disciplinas que son propias de la producción agropecuaria.

La Bioclimatología Agrícola estudia los elementos del tiempo y el clima que influyen
en el crecimiento y desarrollo de los vegetales, para determinar las exigencias bioclimáticas de
los diferentes cultivos. Por lo tanto, además de la información meteorológica se requiere de
información fenológica, para expresar el comportamiento de un cultivo. La Fenología Agrícola
constituye una disciplina que tiene como objeto observar los fenómenos periódicos de los
vegetales y sus relaciones con las condiciones ambientales.

La Agrometeorología se ocupa de la interacción de los factores meteorológicos e


hidrológicos con la agricultura en su sentido más amplio, es decir, con la horticultura,
silvicultura, producción animal y vegetal, etc. Su objetivo es determinar las interacciones suelo-
planta-atmósfera, y aplicar luego este conocimiento en la práctica agrícola. Su campo de
estudio se extiende desde los horizontes más profundos del suelo, que son alcanzados por
las raíces de árboles y cultivos en general, pasando por la capa de aire cercana al suelo, en
la cual se desarrollan la vida vegetal y animal, hasta los niveles máximos de interés para
la aerobiología (traslado de semillas, esporas, polen, insectos, etc.).

Además del clima natural y sus variaciones locales, la Agrometeorología se ocupa de


analizar la influencia de las modificaciones artificiales del ambiente, como las que determinan,
por ejemplo, las cortinas y bandas de protección, el riego, los invernáculos, etc. También estudia
las condiciones climáticas de almacenamiento en los cobertizos, construcciones rurales y del
almacenamiento y transporte de productos agropecuarios.

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La tarea del agrometeorólogo consiste en ejecutar todas las técnicas meteorológicas
pertinentes, para ayudar al agricultor a explotar el medio físico lo más eficaz y racionalmente
posible, fundamentalmente con la finalidad de aumentar la producción agrícola y mejorar su
calidad, preservando el ambiente.

En consecuencia, en un país como el nuestro, es posible considerar a la Agrometeorología


como la rama aplicada más importante de la Meteorología.

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26
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Unidad 2. COMPONENTES ENERGETICOS

La primera ley de la termodinámica establece que la energía se conserva, para un sistema


cerrado (sistema climático), se puede establecer que el calor agregado es igual al cambio de la
energía interna menos el trabajo extraído. El calor puede ser transportado desde/hacia un lugar de
distintas maneras:

FORMAS DE TRANSFERENCIA DE ENERGIA EN EL MEDIO

1.- Conducción molecular o conducción térmica

Es la forma de transferencia de calor propia de los sólidos. En este proceso el flujo


calórico (Q) se transmite molécula a molécula. Estas al adquirir un mayor estado térmico
aumentan su energía de vibración o lo que es lo mismo su energía cinética y la transmiten a
las moléculas más frías. La conducción del calor (figura 2.1.1) tiene lugar únicamente cuando
las moléculas se encuentran a temperaturas diferentes, y la dirección del flujo calórico es
siempre de los puntos de mayor temperatura a los de menor temperatura. Esta forma de
transferencia es la más importante que tiene lugar en el suelo.
Sección Transversal (A)

Cuerpo Frío
Caliente
Cuerpo

Flujo de Calor (Q)

Figura 2.1.1. Esquema del movimiento del flujo de calor entre dos cuerpos condiferente
temperatura.

2.- Convección

La convección es la transferencia de calor a través del movimiento de masas. Esto solo


es posible en los fluidos (líquidos y gases) porque ellos tienen movimientos de masas internos.
En la convección las masas en movimiento llevan con ellas el calor obtenido por
conducción en sus posiciones previas (figura 2.1.2). Este proceso es más importante en la
atmósfera y en los océanos.

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Convección atmosférica
Aire frío A
B
Aire más
frío

Aire frío que


desciende
Aire
caliente

Aire
caliente

Figura 2.1.2. Movimientos del aire frío y cálido en dos situaciones: redistribución de la
energía (A) y proceso de convección térmica (B).

El aire que está en contacto con una superficie caliente, al aumentar su temperatura se
dilata y aumenta su volumen, consecuentemente disminuye su densidad y es obligado a ascender
por el aire más frío y denso que lo rodea, generando una circulación térmica.

Además, el movimiento del aire en la capa cercana al suelo es turbulento y produce la


mezcla de todas las propiedades (entre ella la temperatura) de los diferentes estratos. Este
proceso se denomina pseudoconducción o difusión turbulenta del calor. En términos
meteorológicos ordinarios, los movimientos verticales son generalmente denominados
convección y los movimientos horizontales se denominan advección.

3.- Advección

Es la transferencia de calor producida por el aire en su movimiento horizontal. Los


cambios bruscos en la condición del tiempo, observados en la mayoría de las regiones de
latitudes medias, se deben al transporte meridional de calor. Un ejemplo típico lo constituye la
invasión de masas de aire frío que "barren" toda la superficie del territorio nacional. Como
consecuencia de ello, la temperatura del aire desciende, pudiendo alcanzar niveles térmicos
que provocan heladas generales en todo el país.

La advección ocurre a gran escala, comprendiendo la transferencia lenta de calor desde


la región ecuatorial a la polar. En tanto la convección puede cubrir el área del tamaño de una
sola nube y producirse en un lapso de tiempo muy reducido.

Figura 2.1.3. Esquema del movimiento advectivo.

28
29

4.- Cambios Físicos de Estado del Agua

La figura 2.1.4. muestra los principales cambios de estado que sufre el agua.

a) Evaporación y Condensación

Si se pone al fuego una vasija de agua fría la temperatura del agua aumentará, esta
energía que produce el aumento de la temperatura, se llama calor sensible. Sin embargo, si
continuamos calentando el agua hasta que alcance su punto de ebullición, el aumento de
temperatura cesa y el calor que se sigue agregando se emplea en transformar el agua líquida
en vapor. Este calor ya no está presente como calor sensible, se lo llama calor latente de
vaporización, que puede ser recobrado como calor sensible si después el vapor se condensa.
Estos procesos los podemos observar en la atmósfera cuando se forman nubes o cuando se
producen condensaciones superficiales como el rocío y la niebla.

Cabe señalar que los procesos de evaporación/condensación en la naturaleza ocurren a


temperatura ambiente, sin la necesidad de alcanzar el punto de ebullición del agua.

Temperatura
,

Absorción de
energía
calórica en el
Calentamiento de un
sólido
Fusión de un
Calentamiento de un
líquido
Ebullición de un
líquido
Calentamiento del
vapor
Temperatur

Movimientos moleculares
Interacciones moleculares

Figura 2.1.4. Representación esquemática de los cambios de estado del agua.

29
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b) Fusión y Solidificación

Siguiendo el ejemplo anterior, si colocamos una vasija de nieve o hielo en una


habitación caliente, observaremos que la temperatura de la nieve comenzará a elevarse, hasta
que se alcanza el punto de fusión (figura 2.1.4).

Si agitamos la mezcla de hielo y agua, encontraremos que la temperatura permanece


fija en 0°C hasta que se funde todo el hielo. Después la temperatura del agua seguirá creciendo
aproximándose a la temperatura de la habitación. Mientras ha durado la fusión, el calor se ha
empleado en transformar hielo en agua líquida. Este calor se llama calor latente de fusión y
se puede recobrar como calor sensible si posteriormente el agua se hiela. Estos procesos se
encuentran en la atmósfera ligados a la formación y fusión de cristales de hielo, de nieve y de
granizo.

5.- Radiación

Los procesos anteriores dependen de la existencia de un medio material que puede ser
sólido, líquido o gaseoso. La radiación es el único proceso por el cual la energía es transmitida
a través del espacio aún en ausencia de un medio material. En el espacio interplanetario, entre
el Sol y la Tierra, donde prácticamente no existe materia, la radiación es la única forma de
transferencia de energía.

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Subunidad 2.1. RADIACION

La energía solar, es el elemento más importante del clima. El Sol, es la fuente de casi
toda la energía disponible por el sistema climático y a partir de la cual comienzan todos los
otros procesos de transferencia de energía vistos con anterioridad. La energía que emite el sol,
o radiación solar, recibida en la superficie terrestre, es la fuente de casi todos los fenómenos
meteorológicos y de sus variaciones en el curso del día y del año.
La radiación se refiere a la emisión de energía desde la superficie de todos los cuerpos
cuya temperatura absoluta sea superior a 0 K (-273 ºC). En 0 K, la materia se encuentra en
estado de reposo absoluto, su energía interna es nula por lo tanto no emite radiación (Ver Ley
de Stephan). A medida que su temperatura se eleva, las moléculas aumentan su movimiento y
su nivel energético interno. Este movimiento genera, energía radiante
La radiación es de naturaleza compleja: depende de cómo la observemos se
manifestará como una onda o como una partícula. Estas dos teorías no se excluyen, sino que
son complementarias.

La radiación es una forma de transmisión de energía sin que intervenga un


medio de propagación. Esta transmisión se realiza en forma de ondas
electromagnéticas, se emite en línea recta hacia todas las direcciones y a una
velocidad en el vacío de 300.000 km/s.

Esa emisión solar se produce en forma continua y es acumulada por las plantas en el
proceso de la fotosíntesis, razón por la cual el agrónomo debe conocer los aspectos
característicos de la radiación solar, entre los cuales se destacan la naturaleza del proceso y su
cuantificación, tendiente a lograr su mejor aprovechamiento y la obtención de los máximos
rendimientos posibles. Asimismo, las plantas poseen algunos mecanismos fisiológicos
controlados por la acción de la duración del día, cuya influencia también requiere ser
analizada.
La radiación se caracteriza por su intensidad y calidad.

Intensidad (o flujo) de radiación: es la cantidad de energía que incide sobre una


superficie en la unidad de tiempo.

Formas de expresión:

𝑐𝑎𝑙 𝐿𝑎𝑛𝑔𝑙𝑒𝑦 𝐾𝑗𝑜𝑢𝑙𝑒 𝑊𝑎𝑡𝑡


2
; ; 2 ;
𝑐𝑚 𝑚𝑖𝑛 𝑚𝑖𝑛 𝑚 𝑚𝑖𝑛 𝑚2

Factores de conversión:
1 Ly min-1 = 697.93 W m-2
1 Kj m-2 min-1 = 0.0239 Ly min-1

Para caracterizar a la radiación de acuerdo a la calidad, debemos considerar su


naturaleza ondulatoria.

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Calidad: De acuerdo a los parámetros de una onda (figura 2.1.5) la calidad está dada por la
longitud de onda (λ), que se mide en micras (μm=10-6 m) o nanómetros (nm=10-9 m), o la
frecuencia (ƒ), que se mide en Hertz (1 Hz = 1 ciclo s-1). Dado que la frecuencia es el número
de ondas que ocurren en la unidad de tiempo, la velocidad de la luz (c) corresponde al producto
entre la longitud de onda y la frecuencia. Despejando:
c
=  m
f

Al ser c una constante independiente, las magnitudes λ y ƒ son inversamente
proporcionales.

Figura 2.1.5. Características principales de las ondas.

Además de las propiedades ondulatorias, la radiación posee propiedades


corpusculares, que consisten en que la energía radiante es emitida y absorbida en cantidades
discretas, en cuantos de luz o fotones. El fotón es una partícula que posee energía, cantidad
de movimiento y masa electromagnética. Por consiguiente, la radiación es de doble naturaleza,
ya que posee las propiedades continuas de las ondas electromagnéticas y las propiedades
discretas de los fotones. La cantidad de energía de un fotón (Eq) es igual al producto de la
constante de Planck (h= 6,6 . 10-34 J s) por su frecuencia (ƒ), de acuerdo a la siguiente
expresión:

Eq = h ƒ

Cuando la energía radiante es ordenada y clasificada según la longitud de onda (o la


frecuencia), tenemos el espectro de radiación o espectro electromagnético (figura 2.1.6 y
2.1.7).

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Figura 2.1.6. Espectro electromagnético, mostrando el ordenamiento según longitudde


onda (λ), frecuencia (ƒ) y energía (Eq).

Figura 2.1.7. Espectro detallado de la emisión del sol.

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Según la teoría corpuscular, la radiación UV es, dentro de la radiación solar, la que presenta
fotones con mayor energía, suficiente como para ionizar los átomos en la atmósfera superior,
dando lugar a la IONOSFERA. La capa de ozono presente en la ESTRATOSFERA absorbe
gran cantidad de la radiación UV. Si esta radiación alcanzara la superficie del planeta en grandes
cantidades tendría un efecto letal para los seres vivos.

Concepto de cuerpo negro.

La cantidad de energía emitida por un cuerpo depende en gran parte de la temperatura


del cuerpo. Se ha demostrado, que, a una determinada temperatura, hay un límite superior de
la cantidad de energía que puede ser emitida en un tiempo dado, por unidad de superficie del
cuerpo.

Un cuerpo que emite en todas las longitudes de onda, la


máxima intensidad de radiación posible a determinada
temperatura se conoce como cuerpo negro.

A determinada temperatura este máximo es el mismo para todo cuerpo negro


prescindiendo de su estructura o de su composición.

La representación gráfica de la energía emitida en función de la longitud de onda se


denomina espectro de emisión del cuerpo a la temperatura dada. La figura 2.1.8 muestra el
espectro de emisión para un cuerpo negro.
Energía Emitida

Longitud de onda (µm)

Figura 2.1.8. Espectro de emisión de un cuerpo negro.

Un cuerpo negro puede ser descrito en términos de emisividad ().

Todos los materiales reales emiten sólo una fracción de la energía emitida por un
cuerpo negro a una temperatura determinada. La “habilidad de emitir” que tiene un material
real (E), comparada con aquella de un cuerpo negro (En), es denominada emisividad del
material (), para una determinada longitud de onda.
𝐸𝜆
𝜀𝜆 =
𝐸𝑛𝜆

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35

Un cuerpo negro posee una emisividad = 1 a lo largo de todo el espectro de emisión


del cuerpo. A su vez un cuerpo gris tiene una emisividad < 1 pero constante para todas las
longitudes de onda del espectro de emisión del cuerpo. Por último, si la emisividad de un
objeto varía con la longitud de onda, el objeto se dice que es un radiador selectivo (figura
2.1.9).

(Cuerpo Negro)(Cuerpo Gris)

Cambia con la longitud de onda(Radiador Selectivo)

Energía Emitida

Longitud de onda (µm)

Figura 2.1.9. Relación entre la longitud de onda y la energía emitida por un cuerponegro,
cuerpo gris y un radiador selectivo.

En el contexto de la radiación de un cuerpo gris descrito anteriormente, éste debiera


tener la misma emisividad para todas las longitudes de onda; sin embargo, pocos cuerpos
poseen el comportamiento de un cuerpo gris en la totalidad del espectro (figura 2.1.9), por lo
que es común en la práctica tratar a la emisividad de los distintos cuerpos en rangos de
longitudes de onda y decir que en ese rango tienen un comportamiento de cuerpo gris (por
ejemplo, decir que la Tierra tiene el comportamiento de un cuerpo gris en longitudes de onda
correspondiente al infrarrojo).

Cabe resaltar que mientras el Sol y la Tierra poseen un comportamiento


semejante a un cuerpo gris (0,95) a la temperatura de cada uno (6000 y 300 K,
respectivamente); la atmósfera por ser un radiador selectivo muestra absorción y
emisión discontinua en varias partes del espectro, llamadas líneas o bandas de
absorción.

El término cuerpo gris no implica el concepto de color, ya que objetos que no son
grises, como por ejemplo la nieve, pueden emitir como cuerpo gris ya que su temperatura
absoluta hace que el espectro de emisión de la nieve se encuentre en el rango de radiación
infrarroja.

Como ya se mencionó anteriormente, en el proceso de emisión de la radiación un


cuerpo convierte parte de su energía interna en ondas electromagnéticas. Estas ondas se
propagan hasta que inciden sobre otro cuerpo, donde una parte de su energía es reflejada por la
superficie, otra parte atraviesa el cuerpo y la restante fracción es absorbida aumentando su
energía interna, es decir que se verifica:

I = rI + tI + aI


en donde:
I Flujo de energía incidente sobre un cuerpo para una determinada longitud de onda.
r coeficiente de reflexión (reflectividad) para una determinada longitud de onda.
t coeficiente de transmitancia (transmisividad) para una determinada longitud de onda.
a coeficiente de absorción (absortividad) para una determinada longitud de onda.

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Estos coeficientes r, t y a dependen de la naturaleza de la sustancia, de la forma y


posición del cuerpo, de la longitud de onda y de la temperatura. Son números comprendidos
entre 0 y 1, resultantes del cociente entre el flujo de radiación reflejada, transmitida y
absorbida con relación al flujo de radiación incidente para cada longitud de onda,
respectivamente.

Por lo que: r + t + a = 1
Si r = 1 (t = a = 0) superficie especular
Si r = 0 (t+a = 1) superficie mate
Si t = 1 (r = a = 0) cuerpo transparente o diatérmico
Si t = 0 (r+a = 1) cuerpo opaco
Si a = 1 (r = t = 0) cuerpo negro

La reflectividad para distintas longitudes de onda varía de forma característica


dependiendo del objeto sobre el cual incide la radiación. Este gráfico es lo que se denomina
comúnmente firma o signatura espectral, que se emplea en teledetección para el reconocimiento
de las diferentes superficies.

En la figura 2.1.10 puede observarse la variación de la reflectividad en el espectro


visible (Vis), infrarrojo cercano (IRC) y medio (IRM), de distintos cuerpos presentes en el
agro – ecosistema.

Figura 2.1.10. Reflectividad de vegetación, suelo y agua.

La firma espectral (reflectividad de un cuerpo en diferentes longitudes de onda) de la


vegetación posee un comportamiento muy particular (figura 2.1.11), donde se puede observar
un pico de reflectividad en el espectro visible en longitudes de onda correspondiente al color
verde, en tanto que en los colores azul y rojo la reflectividad es baja debido a la alta
absortividad que posee la clorofila. En la porción del infrarrojo cercano la reflectividad es
elevada, debido a los componentes estructurales de la hoja, en tanto que, en el infrarrojo medio,
se presentan tres mínimos de reflectividad debidos a la elevada absortividad de las moléculas
de agua presente en las hojas.

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Figura 2.1.11. Curva teórica de la reflectividad en un vegetal verde sano.

Este comportamiento diferencial (figura 2.1.12) es utilizado por la teledetecciónpara


clasificar y estimar la superficie sembrada con distintos cultivos, generalmente partirtede
a
valores de reflectividad de longitudes de onda visible e infrarroja cercana:

Figura 2.1.12. Diferencias de la reflectividad entre las longitudes de onda visible e


infrarroja cercana de la vegetación, agua y asfaltos.

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Otro empleo muy utilizado es la elaboración de índices de vegetación para conocer el


estado en que se encuentra el cultivo. Dentro de estos índices el más utilizado es el NDVI
(índice de vegetación de la diferencia normalizada), cuya expresión de cálculo es lasiguiente:

𝐼𝑅𝐶 − 𝑉𝑖𝑠(𝑟𝑜𝑗𝑜)
𝑁𝐷𝑉𝐼 =
𝐼𝑅𝐶 + 𝑉𝑖𝑠(𝑟𝑜𝑗𝑜)

Que permite diferenciar una vegetación sana y vigorosa (izquierda) de lavegetación


enferma (derecha) en la figura 2.1.13.

Figura 2.1.13. Distintos valores del índice de vegetación de diferencia normalizada


(NDVI) según el estado de la vegetación.

LEYES DE LA RADIACION

LEY DE KIRCCHOFF

"En todo cuerpo, para una


temperatura y longitud de onda
determinada, la emisividad es    a
 igual a la absortividad”.
De aquí se deduce lo siguiente:

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Un buen absorbente es un buen radiador y viceversa para una longitud de onda


dada. Las superficies brillantes que reflejan casi toda la longitud de onda corta que reciben, son
pobres radiadores de onda corta. Pero, un cuerpo que sea transparente a ciertas longitudes de
onda puede ser un buen absorbente de otras longitudes. Muchos cuerpos, particularmente los
gases, solo absorben en ciertas longitudes de ondas y su emisión es por ello limitada a las
mismas longitudes de onda en que absorben. Así, por ejemplo, el vapor de agua, el CO2 y el
CH4 son casi transparentes a la radiación de onda corta que llega desde el Sol, pero absorben la
casi totalidad de las radiaciones de onda larga (caloríficas) (figura 2.1.14), por lo tanto, son
buenos emisores de onda larga.

Figura 2.1.14. Espectro de absorción de la atmósfera en infrarrojo (IR) (debido alH2O,


CO2 y CH4.)

El Sol y la Tierra emiten radiación de diferente longitud de onda, por lo tanto, no se


puede emplear la misma absortividad y emisividad en los cálculos de intercambio de radiación
entre esos cuerpos. Volviendo al ejemplo de la nieve, ésta refleja buena parte de la radiación
incidente en el espectro visible (por eso la vemos blanca), por ende, su absortividad y,
consecuentemente, su emisividad van a ser bajas. En longitudes de onda correspondientes al
infrarrojo el coeficiente de reflexión disminuye incrementándose la absortividad y emisividad.

LEY DE PLANCK:

Esta ley describe el flujo de energía radiante (radiancia) R  f (,T )


de un cuerpo negro en función la longitud de onda de
emisión y de la temperatura absoluta del cuerpo.

Su significado se entiende con mayor facilidad, examinando las curvas de radiancia en


función de la longitud de onda para diferentes temperaturas. En la figura 2.1.15 se muestra
la curva para un cuerpo negro a una temperatura de 6.000 K, que es la temperatura aproximada
de la parte externa del Sol, y para un cuerpo negro a 300 K que es la temperatura aproximada de
la superficie de la Tierra.

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Figura 2.1.15. Curvas de radiancia según la ley de Planck, mostrando los máximosde
emisión del Sol y la Tierra y zonas del espectro común entre las curvas de emisión de
estos cuerpos.

Como se puede observar en las curvas (figura 2.1.15), el cuerpo con temperatura más
elevada emite más energía y lo hace a menores longitudes de onda. Debemos aclarar que las dos
curvas se encuentran en escala logarítmica para la longitud de onda.

Se observa que el poder emisivo total es aquél que, integrando todas las longitudes de
onda, es proporcional al área entre la curva y la línea E = 0. Se observa también en las curvas
que la longitud de onda de máxima emisión se encuentra en las longitudes de onda más cortas a
medida que aumenta la temperatura. Estos dos fenómenos se pueden explicar por la ley de
Stephan - Boltzmann y la ley de Wien, respectivamente.

LEY DE STEPHAN - BOLTZMANN

El poder emisivo total de un cuerpo negro,


es directamente proporcional a la cuarta E =  . T4
potencia de su temperatura absoluta.

 es la constante de Stephan - Boltzmann (1,371 x 10-12 cal.cm-2.s-1.K-4).


La relación expresada en la ley de Stephan - Boltzman deriva de la integración dela
ecuación de Planck sobre el espectro completo (área bajo la curva de Planck). Si se tratara de
un cuerpo gris, el poder emisivo total se calcula agregándole a lafórmula la emisividad ():

E=   .T 4

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LEY DE WIEN

En la figura 2.1.16, puede observarse que la longitud de onda correspondiente a la


máxima emisión decrece, mientras la temperatura crece. La expresión cuantitativa de esta regla
se obtiene derivando y obteniendo el máximo de la función propuesta por Planck:
El valor de la longitud de onda que corresponde a la
radiación de mayor intensidad de un cuerpo negro 𝑎
𝜆𝑚𝑎𝑥 =
es inversamente proporcional a la temperatura 𝑇

donde: a = 3000 m K y máx = longitud de onda de máxima emisión en micrómetros(μm)


y T en grados K. Ejemplos de la aplicación de esta ley, puede verse en la figura 2.1.15 para
la temperatura del sol y de la Tierra y en la figura 2.1.16 para cuerpos negroscuya temperatura
varía entre 3500 y 5500 K.

Figura 2.1.16. Curva de emitancia radiativa de un cuerpo negro a distintas


temperaturas.

En virtud de lo anterior, las radiaciones de interés meteorológico son comúnmente


llamadas de onda corta (emitidas por el Sol) y de onda larga (emitidas por la Tierra y por
la atmósfera).

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RADIACION SOLAR Y TERRESTRE

El sol, como vimos, se comporta como un cuerpo gris, siendo su temperatura


superficial de unos 6.000 K y emitiendo, por lo tanto, radiación de onda corta. El 95% de su
energía radiante se encuentra dentro del intervalo de longitud de onda entre 0,25 a 2.5  (figura
2.1.17).

Figura 2.1.17. Espectro de emisión simplificado donde se muestran las regiones que
corresponden al intervalo de radiación ultravioleta, espectro visible y radiación
infrarroja del Sol (A) y de la Tierra (B).

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El espectro de emisión del sol (ver figuras 2.1.7 y 2.1.17) posee los siguientes
intervalos de energía de interés en agrometeorología:

a) 0,15 - 0,36 m: radiación ultravioleta


b) 0,36 - 0,76 m: radiación visible
c) 0,76 – 4,00 m: radiación calórica o infrarroja

Considerando la totalidad de la radiación solar en el límite superior de la atmósfera, un


9% corresponde al ultravioleta y un 50% al infrarrojo. El 41% restante, se encuentra en el
espectro visible con una intensidad máxima (ver ley de Wien) en las proximidades de los
0,475  (porción azul-verde del espectro) (figuras 2.1.7 y 2.1.17). Cuando la radiación solar
llega a la superficie del planeta, la mayor parte de la radiación UV fue absorbida, de modo que
se puede considerar con fines prácticos que el 50% de la radiación recibida corresponde al
espectro visible y el 50% restante al infrarrojo.

La influencia de la porción ultravioleta en la vida de las plantas es escasa, aunque su


efecto biológico es importante ya que tiene acción bactericida. La radiación visible es utilizada
en los procesos de fotosíntesis, mientras que, los rayos infrarrojos que llegan a la superficie del
suelo se transforman en calor.

La tierra emite radiaciones que se hallan comprendidas entre los 4 y los 80 – 100 m.
Por otra parte, la longitud de onda a la cual corresponde la máxima emisión está centrada en los
10 m aproximadamente (ley de Wien), que coincide con una de las ventanas de transparencia
atmosférica (Fig.2.1.14.).

Radiación que llega al límite superior de la atmósfera - Radiación Astronómica (Ra).

La atmósfera con sus constituyentes afecta sensiblemente a los rayos solares que la
atraviesan antes de llegar a la superficie terrestre. Por esta razón debe considerarse como
intensidad máxima de la radiación solar, la que ella tiene en el límite superior de la
atmósfera.

En el límite superior de la atmósfera y con incidencia vertical (normal) llega un


flujo de radiación de 1,94 cal cm-2 min -1, cantidad a la que se denomina
constante solar (I0).

A pesar de su nombre no es constante, pero para la mayoría de los fenómenos


atmosféricos, puede ser considerada como tal. Las oscilaciones que experimenta, se atribuyen
entre otras causas a:

1) variaciones que se producen en la distancia Sol-Tierra, (variación estacional debidaa la


excentricidad de la órbita).
2) variaciones en la transparencia en el espacio comprendido entre el Sol y la Tierra
3) falta de constancia en la temperatura del Sol.

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Las causas 2) y 3) aún no presentan una posibilidad de pronóstico y serían


responsables, al menos en parte, de variaciones y fluctuaciones en el clima de la Tierra.

La constante solar corresponde a un valor instantáneo que se cumple solamente


cuando los rayos llegan perpendiculares a la superficie. Veamos ahora que ocurre cuando los
rayos llegan con cierta inclinación

Influencia de la inclinación de los rayos solares - Ley de Lambert o del coseno

La intensidad de la radiación solar recibida por una superficie horizontal depende de la


inclinación con que inciden los rayos solares. La mayor intensidad se produce cuando lo hacen de
manera vertical y la menor si inciden paralelos a la superficie (figura 2.1.18 y2.1.19).

La intensidad calorífica recibida por una superficie es


proporcional al coseno del ángulo que forman la Ih = In cos 
superficie considerada y la perpendicular a los rayos.

In



Ih
Figura 2.1.18. Representación de la ley de Lambert.

donde: Ih = Radiación recibida en una superficie horizontal


In = Radiación incidente sobre un plano normal
Si el Sol está en el Cenit, el ángulo  es igual a 0°, por lo tanto el coseno es igual a 1, de
donde Ih = In. Si por el contrario los rayos solares son tangenciales a la superficie, el ángulo
formado es de 90° y su coseno es 0, de donde Ih = 0 (por ejemplo, los polos en invierno)
(figura 2.1.19).

In

In



Ih
Ih

Figura 2.1.19. Intensidad de radiación recibida con ángulos de incidencia 0° y 90°,según


la ley de Lambert.

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Cuanto más verticalmente llegan al suelo, mayor es la intensidad recibida por cada cm2 de superficie. De aquí la
diferencia entre una solana y una umbría. Esto da lugar al clima solar de las pendientes. Es muy conocido por todos
que las pendientes expuestas al Norte son mejor insoladas en invierno y, por consiguiente, son más calientes
(Hemisferio Sur). (figura 2.1.20).

Figura 2.1.20. Representación esquemática del clima solar de las pendientes.

Estos aspectos se tienen en cuenta, por ejemplo, en el cultivo de hortalizas de primicia. La ubicación de las
jóvenes plántulas sobre la pendiente Norte de camellones orientados preferentemente E-O crea un microclima
particular, para estos cultivos que se practican en invierno o primavera.
Estos camellones se complementan con un abrigo (esteras de paja, plástico, arpillera, etc.) con una inclinación
de 30°, protege a las plántulas del frío e impide un enfriamiento nocturno excesivo, dado que limita las pérdidas
térmicas por radiación (Figura 2.1.21).
Norte

Cultivo Reparo

Camellón

Figura 2.1.21. Representación esquemática de la ubicación de reparos a los cultivos.

Estos valores de radiación astronómica continúan siendo valores instantáneos, si se quiere


conocer el valor diario, se debe integrar los valores instantáneos (influenciados por la
inclinación con que llegan los rayos) a lo largo de todo el día, motivo por el cual vamos a
abordar la variación anual de la duración del día y de la inclinación con que llegan los rayos
solares.

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VARIACIÓN DEL GOCE DE RADIACIÓN SEGÚN LA LATITUD Y ÉPOCADEL


AÑO: CAUSAS.

Un factor fundamental del clima es el movimiento diario y anual de la Tierra, porque


determina para cada momento y lugar la relación Sol-Atmósfera-Tierra. De esta relación
integrada en el espacio y en el tiempo, resultan las estaciones del año.

El conjunto Tierra-Atmósfera, gira sobre su eje y completa un giro en 24 hs; al mismo


tiempo, ese conjunto se desplaza, en su movimiento de traslación alrededor del Sol, en 365,25
días (figura 2.1.22).

Figura 2.1.22. Movimiento de la Tierra alrededor del Sol.

El movimiento de traslación se realiza sobre un plano, con el cual el eje de rotación


norte-sur forma un ángulo de 23º 27', ángulo que no varía en todas las posiciones sucesivas de la
Tierra sobre su órbita.

La órbita descrita tiene una forma de elipse, uno de cuyos focos está ocupado por el sol.
Esto origina que en un momento dado la Tierra se encuentre más cerca del sol (Perihelio,
aprox. 147 .106 km) y que en otro momento esté más alejada (Afelio, aprox. 152 .106 km).
Cuando la Tierra está en el Perihelio, el polo Sur de su eje pende hacia el sol, y cuando está en
el Afelio, es el polo Norte del eje el que se encuentra en esa posición.
Próximos a estas situaciones se encuentran los Solsticios (rayos perpendiculares sobre
los trópicos) de verano para un hemisferio y de invierno para el otro. En el transcurso del
tiempo entre los dos solsticios existe una posición llamada equinoccio, y corresponde a los
dos puntos en que la órbita terrestre es interceptada por el plano focal (ocupado por el Sol)
perpendicular al eje mayor de la elipse. El equinoccio se denomina primaveral para el
hemisferio que tiende hacia el verano y otoñal para el hemisferio que tiende hacia el invierno.

Si se considera a la Tierra-Atmósfera como un conjunto, y teniendo en cuenta las


dimensiones relativas del Sol, la Tierra y la distancia que los separa, la radiación del sol llega
al límite superior de la atmósfera en forma de rayos paralelos.

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Para una Tierra hipotética, constituida por un material físicamente uniforme, el hecho
que el solsticio de verano en el hemisferio sur ocurre próximo al perihelio y que el arco de
órbita recorrido durante nuestro invierno dure 7 días más que en el hemisferio septentrional,
significaría que el verano y el invierno serían más intensos en el HS. Sin embargo, contra ello
actúa otro gran factor del clima de origen geográfico, la continentalidad, que no solo anula el
efecto anterior, sino que lo contradice.

Efectivamente, con la distribución que tiene la superficie continental y oceánica, se


aprecia la mayor proporción de continente en el HN y de océanos en el HS. De tal manera, la
mayor energía recibida en verano en el HS frente al mayor calor específico del agua (4 veces
superior al de la LITOSFERA), y su difusión en la profundidad oceánica, permite que se
absorban grandes cantidades de energía sin que ello signifique un aumento considerable de
temperatura. Del mismo modo durante el invierno la temperatura no desciende tanto, debido a
que el agua libera la energía almacenada durante el verano. Ello explica porque en el HS los
veranos no son tan calientes ni los inviernos tan fríos como en el HN. Como la posición del Sol
con respecto a la Tierra varía de un modo regular durante el año, resulta que se asigna a cada
latitud un "clima solar", es decir un clima teórico que está representado por el número de
calorías que le correspondería recibir cada cm2 duranteun día en cada lugar.

La cantidad de radiación que llega al límite superior de la atmósfera se denomina


radiación Teórica o Astronómica. Su valor depende de la perpendicularidad con que llegan los
rayos solares y del tiempo durante el cual llegan los mismos (duración del día), factores que
dependen a su vez, según lo que acabamos de ver, de la latitud y de la época del año. En
función de los ángulos que determinan la duración del día, la estación del año y la latitud, se
puede determinar el goce de radiación teórico y elaborar tablas, como la Tabla I, que aparece al
final del Capítulo.

Dichos valores graficados para los distintos meses, nos permiten apreciar cómo varia
el goce de radiación astronómica a lo largo del año, para distintas latitudes.

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Figura 2.1.23. Radiación astronómica para distintas latitudes y épocas del año.

En la figura 2.1.23, a modo de resumen, podemos ver que el máximo valor de


radiación se registra en el polo Sur (90° LS) durante el verano. Si bien la máxima
perpendicularidad le corresponde al Trópico de Capricornio -para esta estación- el Polo Sur
posee la máxima duración del día (24 hs).

EFECTOS DE LA ATMOSFERA SOBRE LA RADIACION SOLAR

La energía solar, a medida que atraviesa la atmósfera, sufre procesos tales como
reflexión, dispersión y absorción. Por ello, una parte de la energía, sobre todo la de menor
longitud de onda, es dispersada en todo sentido por las "partículas" atmosféricas y se
transforma en luz que llega desde el cielo, o luz difusa; otra parte de ella es absorbida por la
atmósfera y finalmente otra parte es reflejada por ésta, por el suelo, y especialmente por las
nubes hacia el espacio exterior.

Absorción:

Los distintos constituyentes de la atmósfera obran disminuyendo la intensidad de la


radiación solar. La absorción de las radiaciones de onda corta por parte de la atmósfera es del
orden del 14 % anual (promedio).

Se produce absorción selectiva por los gases atmosféricos (sobre todo O2, O3, CO2 y el
vapor de agua). Prácticamente toda la energía de longitud de onda menor a 0,3  (UV) es
absorbida por el O2 y O3 en la alta atmósfera.

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La débil cantidad de UV que alcanza el suelo, tiene gran importancia biológica, pero
su influencia es despreciable en los intercambios de energía.

La parte visible del espectro está sujeta solamente a débiles absorciones selectivas (por
el O2, O3, y el vapor de agua). También se produce absorción no selectiva de cierta
importancia debida a partículas de polvo y hollín.

Figura 2.1.24. Espectro de emisión de un cuerpo negro a 6000 K, radiación recibida en


el límite superior de la atmósfera y radiación recibida en la superficie de la Tierra.

Dispersión.

Se produce cuando la energía de la radiación incidente sobre las "partículas" o gases


atmosféricos tiene una longitud de onda mayor al tamaño de las "partículas". Este fenómeno
está regido por la ley de Rayleigh, que dice que la dispersión D, es inversamente proporcional a la
cuarta potencia de la longitud de onda del rayo incidente.

D = cte -4

Cuanto menor es la longitud de onda, mayor es la dispersión. Esta dispersión es la


responsable del color azul del cielo, dado que los rayos de menor longitud de onda (azules)
son los más dispersados.

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Reflexión Difusa o Difusión

Ocurre cuando la longitud de onda del rayo incidente es menor que el diámetro de la
"partícula". Es una reflexión en todas las direcciones. Las nubes que poseen partículas de 10
producen difusión (producen luz blanca).

FLUJOS DE RADIACION

Radiación Global (Rg), es la energía de origen solar que llega al suelo y está compuestapor:

a) La radiación directa (RD) Es la radiación energética de onda corta que recibe la


superficie de la Tierra cuando los rayos solares no han experimentado desviación alguna ni
fenómenos tales como la dispersión y la reflexión difusa.

b) La radiación difusa o celeste (Rd) Comprende la radiación energética de onda corta que
alcanza a la superficie terrestre pero que ha experimentado en su trayectoria efectos de dispersión
y de reflexión difusa debido a los distintos constituyentes de la atmósfera.

A la suma de estas radiaciones se las denomina Radiación global (Rg) y se


expresa:

Rg = RD + Rd

Estas dos formas de energía, la directa y la difusa, tienen consecuencias importantes


desde el punto de vista agronómico. Por ejemplo, en el caso de la fotosíntesis de una cubierta
vegetal, la misma energía bajo una u otra forma produce una fotosíntesis diferente. En efecto,
la distribución de la energía solar entre las hojas de un cultivo es mucho más favorable en el
caso de la radiación difusa que cuando la misma es directa.

Radiación Reflejada o Albedo (A)

La radiación global, no es totalmente absorbida por la Tierra. Parte de esa energía es


devuelta por reflexión o albedo hacia la atmósfera. Por tratarse de un fenómeno de reflexión,
la radiación incidente no experimenta transformación alguna al reflejarse, por lo que la
naturaleza del albedo es de onda corta. Las nubes también presentan un albedo considerable.

El albedo generalmente se expresa como el porcentaje (r) de energía reflejada sobre la


energía incidente (Radiación global).

El albedo varía con:

a) el ángulo de incidencia y de la superficie sobre la cual actúan los rayos solares. Así,
por ejemplo, una superficie de agua libre tiene un albedo del 71% para un ángulo de elevación
del Sol de 5 grados y del 2% para una altura de 47 grados.

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b) Las condiciones hídricas del suelo y también del grado de deshidratación de los
vegetales. El olivo, por ejemplo, creciendo en condiciones de capacidad de campo (suelo con
contenido óptimo de agua) presenta un aspecto verde oscuro con poco albedo (elevada
absorción). Si aparece una deficiencia de agua, el excedente de energía disponible en relación
al balance de energía, debería traducirse en un calentamiento del follaje, pero el vegetal
reacciona ofreciendo a la radiación incidente la faz blanquecina de sus hojas, es decir la cara
abaxial de las mismas, teniendo así un albedo mayor. El efecto de la condición hídrica del
suelo puede verse a continuación para un suelo cubierto con residuos. Los números en estas
curvas indican una relación del albedo promedio entre un suelo cubierto y uno descubierto,
(figura 2.1.25).

Figura 2.1.25. Variación del albedo según pequeños ángulos de elevación del sol sobre
arena seca, arena húmeda y agua superficial en movimiento.

Radiación Terrestre (Rt)

La radiación emitida por el suelo, puede asimilarse en primera aproximación a la


radiación de un cuerpo negro a la misma temperatura (según lo visto en Stephan- Bolzman).

De la radiación que llega a la superficie del suelo, la que no se refleja, es absorbida por el
suelo. Si la cantidad de energía absorbida por el suelo es mayor que la emitida, el suelo se
calienta. De acuerdo con las leyes enunciadas anteriormente el suelo al tener mayor
temperatura va a emitir más energía y la longitud de onda de máxima emisión va aser menor.

Radiación Atmosférica o Contrarradiación (Ra)


Es el flujo de radiación de onda larga emitido por la atmósfera. La radiación emitida
por la atmósfera es atribuible a la absorción de una fracción de la radiación terrestre, por parte
del vapor de agua, anhídrido carbónico y polvo en suspensión.

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El balance de onda larga para la superficie terrestre, o sea la diferencia entre la


contrarradiación (Ra) y la radiación terrestre (Rt), se llama radiación efectiva y es
normalmente negativo.
Estos componentes de la atmósfera presentan bandas de absorción intensas en la
proximidad del infrarrojo (figura 2.1.14 y figura 2.1.26).
El vapor de agua presenta bandas de absorción anchas y fuertes en particular, las
comprendidas entre 5,5 y 7  y las centradas en las 3 .
Entre las 8,5 y 13 se encuentra una ventana de transparencia atmosférica,
precisamente en las longitudes de onda que corresponden a la máxima emisión de energía de la
tierra. Hay una sola interferencia en esta ventana y es la absorción debida al ozono que
presenta una banda hacia las 9 . Por la parte transparente atraviesan y se pierden las
radiaciones terrestres (onda larga).
El dióxido de carbono presenta una primera banda de absorción muy intensa y estrecha
hacia las 4,3 , y otra más débil pero ancha hacia las 9 y 11 , finalmente la banda principal entre
las 14 y 16  con una fuerte absorción media. Espectro de absorción de la atmósfera en
infrarrojo (IR) (debido al H2O, CO2 y CH4.)

Figura 2.1.26. Bandas de absorción atmosférica.

El efecto invernadero de la atmósfera se explica debido a que ésta deja penetrar


fácilmente las radiaciones solares (onda corta) y absorbe parte de la radiación terrestre (onda
larga).

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Calentamiento Global

El calentamiento global es un término utilizado para referirse al aumento de la


temperatura media del planeta, tanto de la atmósfera terrestre como de los océanos.

Con el empleo de combustibles fósiles y la deforestación, en los últimos años la


concentración de CO2 en la atmósfera se ha incrementado (figura 2.1.27), lo cual trae
aparejado una mayor contrarradiación atmosférica. Al haber más energía disponible en la
superficie del planeta la temperatura de la Tierra se incrementa. Este aumento de temperatura
desencadena un proceso de retroalimentación positiva, en tanto que, al aumentar la
temperatura, la atmósfera adquiere una mayor capacidad para contener moléculas de vapor de
agua (que también es un gas invernadero). A su vez, el incremento de la temperatura, traería
aparejado el derretimiento de parte de los hielos polares, y por lo tanto una disminución del
albedo global (y una mayor disponibilidad de energía en el planeta).

Los efectos de este aumento de temperatura, pueden provocar el derretimiento de los


casquetes polares con el consecuente incremento en el nivel del mar y cambios en la
circulación general de la atmósfera que podrían modificar la distribución de las
precipitaciones y producir cambios en los ecosistemas. Además, el calentamiento de la
superficie del mar traería mortandad de peces e incremento en la velocidad y fuerza de los
tornados y huracanes.

Para mitigar este efecto, cuando finalice la vigencia del Protocolo de Kioto, se
empezarán a aplicar en 2021 las medidas del Acuerdo de París de 2015. El acuerdo de París es
un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de
efecto invernadero (GEI). Este acuerdo busca mantener el aumento de la temperatura global
promedio por debajo de los 2 °C por encima de los niveles pre- industriales, y perseguir
esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 °C, reconociendo que esto reduciría significativamente
los riesgos y efectos del cambio climático. Si un país fallara en cumplir este mandato podría
ser forzado a reducir su producción industrial, desgraciadamente no todos los países
industrializados adhirieron al tratado.

Figura 2.1.27. Variación del contenido de CO2 (ppm) y la temperatura del aire (ºC)
durante los últimos 1000 años.

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BALANCE DE RADIACION

Entendemos por balance a la diferencia entre ingresos y egresos de un sistema. En este


caso particular la resta se efectúa entre la radiación recibida o entrante y la radiación emitida o
saliente en la superficie del suelo, el resultado es la radiación neta (Rn o B).

Por convención se consideran positivos a los flujos de energía que llegan a la


superficie, y como negativos a aquellos que salen de la superficie del suelo, expresados en
cal.cm-2.min-1, Langley. min-1, Kjoule.m-2.min-1 o Watt.m-2.

Rn ó B = RD + Rd - A + C - Rt
donde:
Rn o B = Radiación neta
RD = Radiación solar directaRd = Radiación solar difusaA = Albedo
C = Contrarradiación
Rt = Radiación terrestre

BALANCE CALÓRICO

La energía remanente (radiación neta) a nivel de los cultivos es usada en:

Rn = S + H + lE + M [cal cm-2 d-1]

1) Calentamiento del Suelo (S)


2) Calentamiento del aire y de la Cubierta Vegetal (H)
3) Flujo de calor latente (lE)
4) Otros procesos (Formación de Tejidos y Fotosíntesis) (M)

La energía empleada en fotosíntesis ha sido estimada entre el 1% y el 5% de la


radiación neta. El calor almacenado en la cobertura vegetal puede ser considerado
despreciable. Igualmente, el cambio en la cantidad de calor almacenado en el suelo puede ser
considerado despreciable para períodos de una semana o más (ver figuras 2.1.28 y 2.1.29)

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Figura 2.1.28. Intercambio de calor durante el día.

La energía empleada en el calentamiento del aire o conducción del calor por


convección, Flujo de Calor Sensible H, constituye un proceso difícil de estimar en superficies
cubiertas de vegetación. Por su parte, el Flujo de Calor Latente de Evaporación lE resulta del
producto entre el calor latente de vaporización y la masa de agua evaporada, al igual que el Flujo
de Calor Latente de Condensación lC, cuando es la condensación laque tiene lugar.

Figura 2.1.29. Intercambio de calor durante la noche.

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ACCIÓN FOTOENERGIZANTE DE LA RADIACIÓN

En este proceso interviene fundamentalmente la intensidad de la radiación solar. La


materia seca de las plantas superiores se origina en la fotosíntesis, proceso en el que, la radiación
fotosintéticamente activa (PAR, de sus siglas en inglés) es absorbida por la clorofila, para
reducir el CO2 y H2O y formar carbohidratos, o sea:

Luz
6 CO2 + 6 H2O ---------------------------- C6H12O6 + 6 O2 -686.000 cal;
clorofila

En este proceso podemos distinguir 3 etapas:

1 - Difusión del CO2 de la atmósfera: a través de los estomas, hasta el centro de acción delos
cloroplastos; depende exclusivamente de la concentración de CO2 de la atmósfera.
2 - Etapa fotoquímica: en la cual la energía lumínica, se transforma en energía química;depende
exclusivamente de la intensidad de la luz.
3 - Etapa bioquímica: en la cual la energía producida a partir de la luz, se usa para la
reducción del CO2; depende de la temperatura.
Por supuesto, que estos tres elementos: CO2, intensidad de la luz y la temperatura, son
preponderantes e interactúan entre sí.
La fotosíntesis es un proceso ineficiente en la utilización de la radiación solar debido
principalmente a que:
a) Del 100% de la radiación solar, la fotosíntesis aprovecha sólo un 41% que es la
radiación visible
b) Un mol de glucosa equivale a 686 Kcal. La reducción de 6 moles de CO2 para
generar un mol de glucosa (180 g de glucosa), requiere entre 48 a 72 moles de fotones. Si 60
moles de fotones en el medio de las longitudes de onda que son absorbidas por la clorofila
proveen 3120 Kcal, la eficiencia cuántica de la fotosíntesis es, por lo tanto, 686/3120
(aproximadamente 20 %).
c) No toda la radiación incidente es absorbida, hay que considerar el albedo que en
promedio para un cultivo es de un 15%, lo que en definitiva hace que:
41%(del espectro útil). 20%(rendimiento cuántico). 85% (absorción) = 7% de utilización de
toda la radiación solar. (0,21 X.0,41 X.0,85 = 0,07).

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Este valor del 7% se estima considerando que la planta no tiene otras limitaciones para
realizar la fotosíntesis. A campo, es común observar valores menores (2 a 3%), debido a una
menor difusión del CO2 y a temperaturas sub-óptimas que en algunos casos están asociadas con
fenómenos como la sequía. Otro factor que disminuye la eficiencia de la fotosíntesis es la baja
concentración de clorofila (clorosis) causada por falta de nutrientes (nitrógeno,
principalmente) y por enfermedades entre otras.

Otro factor que modifica la eficiencia de la fotosíntesis es el hecho que el CO2 se


reduce por 2 vías metabólicas diferentes:
a) Las plantas C4 tienen posibilidad de fotosintetizar con niveles de CO2 hasta 5 ppm
(partes por millón). Las C3 sólo lo hacen hasta valores de 50 ppm. Las primeras, son
por lo tanto, más eficientes que las segundas en la fijación del CO2.
b) Las plantas C3 tienen fotorespiración y también escotorespiración (respiración de las
células), mientras que las C4 sólo tienen escotorespiración. La fotorespiración que
tienen las plantas C3, es hasta 3 veces mayor que la escotorespiración, de lo que se
deduce que consumen mucho de lo formado por la fotosíntesis. Las plantas C4 al
realizar sólo escotorespiración, provocan un menor consumo de toda la materia seca
formada durante el día.

RADIACION INTERCEPTADA POR UN CULTIVO.

En una hoja aislada o expuesta directamente al sol, la relación entre la intensidad de la


radiación y la asimilación queda descrita por la figura 2.1.30. Se puede observar que las hojas se
saturan a diferente intensidad lumínica dependiendo del tipo de cultivo, siendo mayor en las
plantas C4.

Figura 2.1.30. Relación entre la intensidad lumínica y la tasa de asimilación en unahoja


aislada para plantas C3 y C4

Dado que en un cultivo a campo encontramos tanto hojas expuestas como sombreadas,
la tasa a la cual los cultivos acumulan materia seca, es proporcional a la cantidad de energía
solar que ellos interceptan durante el ciclo. Experimentos con distintos cultivos y cultivares en
condiciones potenciales de crecimiento, donde el agua y los nutrientes no son limitantes, han
mostrado diferencias en la eficiencia en el uso de la radiación solar (EUR). Este parámetro se
define por la pendiente lineal de la relación entre la radiación interceptada y la materia seca
acumulada, como muestra la figura 2.1.31.

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58

Materia Maíz
Seca
(g m-2) Girasol

Soja

Radiación interceptada (MJ m-2)


Figura 2.1.31. Relación entre la radiación interceptada y la materia seca acumulada,cuya
pendiente lineal define el valor de la eficiencia en el uso de la radiación (EUR).

Las especies C4 tienen los mayores valores de EUR (gr/MJ), seguidos por especies C3 no
leguminosas. Las especies C3 leguminosas tienen los valores más bajos de EUR.

EUR
g/MJ PAR g/MJ solar
Maíz 3,5 1,75
Caña de azúcar 3,4 1,7
Papa 3,2 1,6
Sorgo 2,8 1,4
Trigo 2,8 1,4
Girasol 2,48 1,24
Soja 2,0 1,0

El problema de calcular el rendimiento de materia seca potencial de un cultivo se


reduce, por lo tanto, a una estimación de la cantidad total de energía interceptada durante la
estación de crecimiento, y a la predicción de cómo la materia seca total será particionada entre los
distintos órganos.

La radiación fotosinteticamente activa interceptada (IPAR) puede medirse a través de


instrumentos como el medidor de flujo de fotones (Figura 2.1. 32)

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Figura 2.1. 32. Barra medidora del flujo de fotones y ampliación de su registrador.

En caso de no contar con el instrumento, la radiación interceptada se puede estimar teniendo


en cuenta la cantidad de superficie foliar superpuesta y la estructura de la canopeo (parte aérea
de la planta). En la parte superior del cultivo las hojas están completamente expuestas a la
radiación (pudiendo llegar a la saturación), pero a medida que hacia abajo se superpone más
superficie foliar ocurre un proceso de extinción, es decir, se produce una disminución
exponencial de la radiación recibida según la siguienteecuación:

Qi
= 1  exp-k LAI
Qr
Qi = Radiación interceptada.
Qr = Radiación recibida.
k = Coeficiente de extinción por arquitectura foliar.
LAI = Índice de área foliar acumulado hacia abajo.

La radiación recibida (radiación global), puede medirse mediante un radiómetrocomo


muestra la Figura 2.1.33.

Figura 2.1.33. Radiómetro

59
60

MEDICION DE DISTINTOS FLUJOS DE RADIACION BALANCIMETRO o


RADIÓMETRO NETO

La radiación neta (Rn) es la diferencia entre la radiación entrante y saliente de


longitudes de onda cortas y largas. Rn es normalmente positiva durante el día y negativa
durante la noche. El valor diario total para Rn es casi siempre positivo para 24 horas, excepto
en condiciones extremas de latitudes elevadas.

Para medir la radiación neta se utiliza un instrumento denominado balancímetro o


radiométro neto que dispone de cuatro sensores que, mediante el empleo de filtros
adecuados, miden la radiación de onda larga incidente, la de onda larga emitida, la de onda
corta incidente y la de onda larga reflejada (figura 2.1. 34).

Figura 2.1. 34. Imagen y esquema de un radiómetro neto.

Referencias:
(1) Sensor de radiación solar (onda corta), (2) Sensor de contrarradiación atmosférica (onda
larga), (7) Sensor de radiación terrestre (onda larga), (9) Sensor de albedo (onda corta).

En el caso de no disponer de este instrumento, su valor puede ser estimado mediante la


siguiente fórmula propuesta por Ángstrom y Prescott, que considera a la nubosidad como
principal factor de atenuación de la intensidad solar.

𝑄𝑟 𝑕
= 0.18 + 0.55
𝑄𝑎 𝐻
𝑕
𝑄𝑟 = 𝑄𝑎 0.18 + 0.55
𝐻
donde:
Qa = Radiación astronómica o teórica.
0,18 y 0,55 = constantes que dependen del lugar.
h/H = heliofanía relativa.

La heliofanía relativa (h/H), es el cociente entre la heliofanía real o efectiva (h) y la


Heliofanía teórica o astronómica (H) y se expresa en porcentaje.

𝑕 𝑕𝑒𝑙𝑖𝑜𝑓𝑎𝑛í𝑎 𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎
= . 100%
𝐻 𝑕𝑒𝑙𝑖𝑜𝑓𝑎𝑛í𝑎 𝑡𝑒ó𝑟𝑖𝑐𝑎

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La luz solar puede ser interrumpida por fenómenos meteorológicos como nieblas, nubes,
etc. La duración del brillo solar sobre un lugar se denomina heliofanía. La cantidad de horas y
décimos de hora de luz solar que diariamente ocurren en un lugar se denomina: Heliofanía
teórica o astronómica (H). Es un elemento astronómico y por lo tanto depende sólo de la latitud
y la época del año (su valor se obtiene por medio de tablas similares a la Tabla II, que se encuentra
al final del capítulo).

La cantidad de horas y décimos de hora en que el sol brilla realmente en un lugar con
suficiente intensidad, se denomina heliofanía real o efectiva (h). Se obtiene por medio de
instrumentos denominados heliofanógrafos (figura 2.1.35).

Figura 2.1.35. Fotografía del heliofanógrafo de Campbell-Stockes.

La radiación astronómica se calcula o se obtiene por tablas a partir de la fecha y


latitud del lugar, como se explicó en la página 45.

ACCION FOTOESTIMULANTE DE LA RADIACION

La duración del día o fotoperíodo tiene influencia sobre una serie de procesos vitales
en las plantas que van desde la formación de tubérculos y bulbos, forma y caída de las hojas,
formación de pigmentos, pubescencia, etc., hasta la producción de flores, frutos y semillas. Esta
última acción ejercida sobre el desarrollo del individuo es motivo de amplio tratamiento en
Bioclimatología Agrícola por su importancia en la delimitación de áreas de cultivo según las
exigencias fotoperiódicas de cada especie ó cultivar.

El fotoperíodo diario o duración del día está determinado por un fenómeno físico de
periodicidad perfecta, siendo en cada lugar el mismo para cada fecha a través de los años. Esta
regularidad determina que la reacción de las plantas no sea compleja, aunque en la interacción con
los otros elementos bioclimáticos, especialmente la temperatura, se presentan inhibiciones o
compensaciones en la acción del fotoperíodo sobre el desarrollo.

Algunas de las características de la duración del día en su acción fotoperiódica son:

a) actúa a partir de intensidades lumínicas bajas, es decir, los crepúsculos son


efectivos y deben incluirse en el cómputo fotoperiódico;
b) tiene una acción desencadenante del desarrollo, actuando como estímulo sobre un
cultivo térmicamente dispuesto para florecer;
c) actúa sobre los tejidos verdes en subperíodos del vegetal durante un lapso que se
denomina inductivo, durante el cual se satisface esa necesidad bioclimática;

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d) actúa simultáneamente con el termoperíodo, por lo cual es correcto usar índices


combinados (índices heliotérmicos) que indiquen esa acción bioclimática conjunta.

En algunas especies la acción del fotoperíodo es el principal elemento bioclimático que


determina la floración de sus cultivares, razón por la cual la ubicación geográfica de los
mismos se efectúa en franjas latitudinales, según sus exigencias en duración del día, siendo
secundaria la consideración de la temperatura como factor del desarrollo. Por otra parte, en
cada lugar del bioclima (región de adaptación), los distintos cultivares de una especie, deben
sembrarse en la época que mejor satisfaga sus requerimientos fotoperiódicos particulares.

El manejo correcto del conocimiento de las exigencias fotoperiódicas, del período


inductivo y del número de períodos inductivos, permite regular la producción en invernáculos
de flores y hortalizas, a través del año.

Se desarrollarán a continuación algunos conceptos respecto al fotoperiodismo.

Ciclo: Es un período luminoso más uno oscuro y si no hay ninguna otra especificación se
entiende por ciclo al natural de 24 Hs.

Fotoperíodo: es la longitud del período luminoso de un ciclo, (heliofanía astronómica máslos


crepúsculos).

F=H+2C

Nictoperíodo: es la longitud del período oscuro de un ciclo.

Fotoperiodismo: es la reacción de la planta a un determinado número de ciclos con cierto


fotoperíodo.

Umbral Trófico: Es la duración del período luminoso necesario para la fotosíntesis y la


correspondiente acumulación de fotosintatos. El umbral trófico influye solamente sobre el
crecimiento de los vegetales.

Umbral o Punto Crítico: Fotoperíodo por encima o por debajo del cual (dependiendo de la
especie) se induce la floración.

La duración del día puede obtenerse a partir de la Tabla II, conociendo la latitud y la
época del año. Los crepúsculos también varían con la latitud y época del año, y su duración se
puede obtener de la Tabla III. Ambas tablas se encuentran al final del capítulo.

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ACCION DE LA LUZ SOBRE LA FLORACION (Desarrollo)

Clasificación de los vegetales en base a los requerimientos fotoperiódicos.

1.- Plantas de Día Corto (DC) o nictoperiódicas

Son aquellas que sufren un retraso en la floración cuando el fotoperíodo está por
encima del valor máximo, no pudiendo florecer si el fotoperíodo supera un valor crítico, los
cuales son característicos para cada especie y variedad (figura 2.1.36).

Son ejemplos de plantas de días cortos (DC) las siguientes: crisantemo, soja, etc.

Figura 2.1.36. Comportamiento fotoperiódico de una planta de días cortos.

Cuando el fotoperíodo se encuentra entre el valor máximo y mínimo (fotoperíodo


óptimo), la floración ocurre en un número constante de días, ese período de tiempo se conoce
con el nombre de Etapa Vegetativa Básica (EVB) y es una etapa juvenil a través de la cual la
planta debe atravesar antes de poder responder al estímulo del fotoperíodo. Este período
también depende de la especie y la variedad.

Los valores de fotoperíodo entre el máximo y el crítico (fotoperíodo no-óptimo)


poseen un efecto de retraso en la floración. Debido a que la floración es demorada por encima
de la EVB, esta etapa es denominada Etapa Inducida por el Fotoperíodo (EIF).

2.- Plantas de Día Largo (DL)

Son aquellas que sufren un retraso en la floración cuando el fotoperíodo está por
debajo del valor mínimo, pudiendo no florecer si el fotoperíodo es inferior a un valor crítico,
los cuales son característicos para cada especie y variedad (figura 2.1.37). Son ejemplos de
plantas de días largos los cereales de invierno, cebolla, trébol rojo, espinaca,lechuga.

De igual manera que en las PDC, cuando el fotoperíodo es óptimo, la floración ocurre
en un número constante de días (EVB). En tanto que el fotoperíodo no-óptimo se encuentra
entre el mínimo y el crítico, dando lugar a la etapa Inducida por el Fotoperíodo(EIF).

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Figura 2.1.37. Comportamiento fotoperiódico de una planta de días largos.

3.- Plantas de día neutro o indiferentes

Son plantas que florecen independientemente del fotoperíodo, a condición que la


duración del fotoperíodo esté, por supuesto, por encima de un mínimo necesario para asegurar
la supervivencia de la planta.

Son ejemplos de plantas indiferentes: papa, poroto, algodón, tomate, girasol, etc.

Cálculo del Fotoperíodo

Ejemplo: calcular el fotoperíodo del día 20 de agosto, en horas y minutos de una localidad
ubicada a los 20º de Latitud Sur.

Resolución:

Recordar que F = H + 2 C; H expresada en horas y décimos se obtiene de la Tabla II


entrando por latitud y fecha, y el crepúsculo civil (C) expresado en minutos se obtiene de la
Tabla III a partir de latitud y fecha.

20ºS............................15/Agosto .......... F = 11,4 hs + 2 x 23 min/60 = 12,17 hs

20ºS............................15/Setiembre ......F = 12,0 hs + 2 x 22 min/60 = 12, 73 hs

Para 30 días (15Ago a 15 Set) ................ 0,56 hs


Para 5 días (15Ago a 20Ago) ................. 5d x 0,56 7 30d = 0.093 hs

El fotoperíodo para el 20 de Agosto en los 20ºLS:

F = 12,17 hs + 0,093 hs = 12,263 hs => 12 hs 16 min

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Tabla I:
RADIACIÓN ASTRONÓMICA (LY/D)
(Constante solar supuesta 1,94 ly/min)

Lat S. Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
0 856 885 895 866 825 793 800 840 880 863 861 845
10 935 928 894 816 739 696 704 772 851 907 928 932
20 986 945 858 739 632 575 590 682 802 905 968 996
30 1020 934 804 641 512 444 463 570 724 876 981 1035
32 1022 927 787 618 486 417 436 545 705 863 979 1038
34 1024 919 770 595 459 389 409 521 685 851 977 1040
36 1026 912 753 571 433 362 382 496 666 838 974 1043
38 1028 904 736 549 406 334 355 472 646 826 972 1046
40 1029 896 720 526 379 306 328 447 627 813 970 1049
50 1007 832 620 395 242 173 192 317 514 732 933 1041
60 961 738 466 235 96 50 78 189 397 657 905 1025
90 1029 635 105 0 0 0 0 0 0 419 838 1118

Tabla II:
DURACION MAXIMA DE LA INSOLACION DIARIA
(Heliofanía Teórica o Astronómica "H")
Valores en horas y décimos de hora para los días 15 de cada mes.
Lat S Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
0 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1 12.1
10 12.6 12.4 12.2 11.9 11.7 11.5 11.6 11.8 12.0 12.3 12.6 12.7
20 13.2 12.8 12.2 11.6 11.2 10.9 11.0 11.4 12.0 12.5 13.0 13.3
30 13.9 13.1 12.3 11.4 10.6 10.2 10.4 11.0 11.9 12.8 13.6 14.0
32 14.0 13.2 12.3 11.3 10.5 10.1 10.3 11.0 11.9 12.8 13.7 14.2
34 14.2 13.3 12.3 11.3 10.4 9.9 10.1 10.9 11.9 12.9 13.9 14.4
36 14.3 13.4 12.4 11.2 10.2 9.7 10.0 10.8 11.8 13.0 14.0 14.6
38 14.5 13.5 12.4 11.1 10.1 9.5 9.8 10.6 11.8 13.0 14.2 14.8
40 14.7 13.6 12.4 11.1 9.9 9.3 9.6 10.5 11.8 13.1 14.3 15.0
60 17.9 15.3 12.7 9.9 7.4 5.9 6.6 8.8 11.6 14.3 17.0 18.8
90 24.0 24.0 24.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 24.0 24.0 24.0

Tabla III:
DURACION DEL CREPUSCULO CIVIL
Valores en minutos para los días 15 de cada mes
Lat S Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
20 24 22 22 22 22 23 23 23 22 22 23 24
30 26 24 23 23 24 26 26 25 24 25 26 27
35 28 26 25 25 25 28 28 27 26 27 28 29
40 31 28 26 26 28 30 31 30 28 28 31 32
45 35 30 28 28 31 33 33 32 31 31 34 37
50 40 34 30 31 34 38 38 35 33 34 39 44
60 72 48 40 40 47 56 55 47 42 47 60 101

65
Unidad 2: COMPONENTES ENERGÉTICOS

Subunidad 2.2. TEMPERATURA DEL SUELO

INTRODUCCION

El suelo constituye el principal reservorio de calor de un sistema agrícola, almacenando


energía durante el día y actuando como fuente hacia la superficie durante la noche. En términos
anuales, el suelo almacena la energía remanente durante las estaciones cálidas y la libera al aire
durante las épocas frías del año.

La conversión de energía en el suelo da como resultado condiciones de temperatura,


siendo desde el punto de vista agronómico, un factor no menos importante que la temperatura
del aire.

La temperatura del suelo y su variación en tiempo y espacio, es importante en la cantidad


y dirección de los procesos físicos de intercambio de materia y energía con la atmósfera. La
temperatura del suelo varía como respuesta a los cambios en el goce de radiación y en los
procesos de intercambios de energía que tienen lugar a través de la superficie del suelo. El flujo
de calor es propagado hacia la profundidad del suelo por una serie de procesos complejos,
afectando las propiedades del suelo tanto espacial como temporalmente.

La temperatura del suelo gobierna los procesos de evaporación, aireación y los tipos y
cantidad de reacciones químicas que tienen lugar en el suelo. Finalmente, tiene influencia en los
procesos biológicos tales como la germinación, emergencia, desarrollo radicular, actividad
microbiana, absorción de agua y sales minerales, y está ligada estrechamente a la temperatura
del aire.

TRANSFERENCIA DE CALOR

La temperatura es la expresión de la energía cinética de las moléculas de un sistema,


en tanto el calor se refiere a la energía transferida a través de los límites de un sistema como
resultado de un gradiente de temperatura entre el sistema y su entorno. Por lo tanto, la
temperatura del suelo varía en respuesta a los cambios en el balance radiativo y calórico,
fuente principal de calor de todo sistema suelo-planta-atmósfera.

Según la Primera Ley de la Termodinámica, el cambio de energía de un sistema es


igual a la cantidad de energía que entró desde el entorno menos la energía que salió hacia el
entorno (figura 2.2.1). Ese gráfico muestra el balance calórico en el sistema climático.

66
Figura 2.2.1. Balance calórico en el sistema climático.

De acuerdo a la unidad anterior, la Radiación Neta (RN) ó Balance de Radiación (BR)


es el resultado de la diferencia entre la Radiación recibida (Rr) menos la Radiación emitida
(Re) o sea:

RN (BR) = Rr - Re

Los signos en esta ecuación representan la dirección de los flujos de energía, como
muestra la figura 2.2.1. De este modo, mientras el signo positivo de la Rr representa la entrada
de energía al sistema, el signo negativo de la radiación emitida (Re) significa que la superficie
del suelo pierde energía hacia la atmósfera. Se puede decir a grandes rasgos, que la radiación
neta oscila aproximadamente entre 55-70 % de la radiación recibida.

La radiación neta presenta variaciones diarias, anuales y también variaciones con


respecto a las distintas latitudes (Figura 2.2.2). Esta figura permite apreciar las relaciones
entre la radiación solar, la radiación que se pierde en la atmósfera (absorción y reflexión) y
la radiación absorbida por la superficie terrestre.

67
La radiación neta que queda en la sistema suelo-planta-atmósfera, es transformada
en calor sensible que se utiliza para calentar el suelo (S), el aire (H) y en los procesos
fisiológicos (M), y como calor latente (lE) en los procesos de evaporación y transpiración.

En ausencia de cobertura vegetal el balance calórico distribuye la energía como


muestra la siguiente ecuación general:

RN = S + H + lE

La mayor proporción del calor proveniente de la radiación neta se utiliza o disipa como
calor latente de evapotranspiración (lE) y como calor sensible utilizado para el calentamiento
de la atmósfera (H). De acuerdo a las mediciones realizadas, estos flujos presentan los siguientes
valores:

lE varía entre el 40% y el 90% de la radiación neta,

H varía entre el 10% y el 60% de la radiación neta.

No obstante, el contenido de humedad de la superficie del suelo modifica la


proporción de la energía que se distribuye. Así, cuando:

lE = 90% H = 10% bajo condiciones de suelo húmedo,

lE = 40% H = 60% bajo condición de suelo seco.

El término (S) corresponde al flujo de calor sensible utilizado para el calentamiento


del suelo, que representa sólo entre el 5% y el 15% de la radiación neta. Este flujo S determina
entonces el calentamiento del suelo y, como respuesta al mismo, la variación de la
temperatura en su interior.

68
Figura 2.2.2.Variación del Balance Radiativo anual en distintas latitudes.

En presencia de vegetación la distribución de la energía disponible se modifica


ligeramente. En un suelo cubierto, la presencia de vegetación obliga a incorpora un término
de disipación adicional, como se indica a continuación.

Suelo cubierto: RN = S + H + lE + M.

El término (M o término misceláneo) en general tiene un valor menor al 5% y, por lo


tanto, puede considerarse despreciable en el balance. Sí la cobertura es corta (ejemplo: pasto
ó cultivo bajo) el calor acumulado en ellos es despreciable comparado con el que se acumula
en el suelo. Sin embargo, cuando la vegetación es voluminosa, por ejemplo: un bosque, la
proporción puede incrementarse.

Resumiendo lo expresado con anterioridad, el calor disponible se distribuye de


acuerdo a las siguientes proporciones:

100% RN (BR) = S (10-15%) + H (10-60%) + lE (40-90%) + M (5%).

Las Figuras 2.2.3 y 2.2.4 muestran la variación durante del día de los componentes
del balance calórico o radiación neta.

69
Figura 2.2.3. Representación esquemática del balance de radiación (a), y del balance
calórico diurno (b) y nocturno (c).

Figura 2.2.4. Variación del balance de energía en las distintas horas del día.

Si bien el flujo de calor en el suelo cubierto por una vegetación baja y rala en algún
momento durante el día puede corresponder a una gran parte de la radiación neta, el almacenaje
neto en un período de 24 horas es pequeño debido a que las pérdidas nocturnas del calor del
suelo disipan la ganancia diaria. Por esta razón, la temperatura media del suelo no cambia
apreciablemente de un día a otro.

Estas ecuaciones del balance de energía son aplicables en áreas extensas y uniformes,
en las cuales los flujos de energía son esencialmente "verticales". Sin embargo, sobre pequeñas
regiones se puede verificar la influencia que le imponen las zonas circundantes. En general, el
efecto más importante que reciben es el debido al viento, que en su movimiento horizontal
"transporta" calor, humedad, etc. Este fenómeno llamado advección puede ser especialmente

70
importante en regiones áridas, donde pequeños campos irrigados están a menudo rodeados por
extensiones de tierras sin riego, y el aire cálido entrante puede ser transferido como calor
sensible hacia el cultivo, modificando el balance calórico local.

Mecanismo de transmisión de calor en el suelo.

El calor se puede transmitir de un horizonte a otro (dentro del suelo ó ser


intercambiado con la atmósfera) por diversos procesos: radiación, evaporación,
condensación del agua, conducción y convección. No se puede considerar un único
mecanismo de calentamiento del suelo pues sería simplificar el problema, ya que el flujo de
calor tiene lugar por distintos mecanismos simultáneamente y, además, va asociado con el
flujo del agua, lo que exige pasar de una ecuación de conducción “no asociada” a modelos
de flujo simultáneo de agua y calor. Si bien los términos calor y flujo de calor se suelen
designar de manera indistinta, mientras el calor constituye una forma de energía, el flujo
de calor da idea de la cantidad de energía y dirección del calor transferido.

Hemos visto en la Unidad 2.1 que el intercambio de calor en el sistema climático


ocurre por radiación, conducción, convección, advección y por cambios de estado del agua.
Cuando el intercambio sucede en el suelo, principalmente en la fase sólida del suelo, la
transferencia se realiza principalmente por conducción molecular ó simplemente conducción.
Este mecanismo se produce porque las moléculas al recibir calor aumentan su energía
cinética de agitación térmica, lo que las hace vibrar y colisionar con las adyacentes,
transfiriendo su energía y dando como resultado un cambio de la temperatura. Comparado
con el resto de los procesos de transferencia, es un mecanismo lento que tiene importancia
en los suelos secos ó en suelos de regiones frías donde el suelo puede helarse.

El suelo y sus propiedades térmicas.

El suelo es un sistema heterogéneo, polifásico, particular, disperso y poroso,


constituido por tres fases: la fase sólida que forma la matriz del suelo; la fase líquida
constituida por el agua del suelo, la cual contiene también sustancias disueltas, por lo que se
la denomina la solución del suelo, y la fase gaseosa que es la atmósfera del suelo. La matriz
del suelo consiste en partículas que varían en su composición química, tamaño, forma y
orientación, y además contiene sustancias amorfas particularmente materia orgánica. El agua
y aire del suelo varían en su composición, tanto a nivel espacial como temporal

Las relaciones volumétricas de cada una de las fases del suelo determinan las
características físicas y culturales del mismo. Estas relaciones expresadas en porcentaje (%)
no son fijas, cambian continuamente y son dependientes de las condiciones meteorológicas,
la vegetación y el manejo de los suelos. Un suelo agrícola genérico presenta la siguiente
distribución porcentual: 50% fase sólida, 25% fase líquida y 25% fase gaseosa (figura 2.2.5).

71
Figura 2.2.5. Componentes del suelo.

La atmósfera del suelo tiene una importancia considerable, dado que el oxígeno es
indispensable tanto para la respiración de las raíces como para el desarrollo de los
microorganismos existentes.

La composición de la atmósfera del suelo (bien aireado) es similar a la de la atmósfera


libre en lo que concierne al oxígeno y al nitrógeno. Por lo general, el contenido de oxígeno es
algo inferior (20 %). En suelos mal aireados, en cambio, la cantidad de oxígeno baja hasta un
10 %, llegando en suelo muy compactados al 2 %.

El contenido de CO2 es mucho más elevado que en la atmósfera libre y depende


fundamentalmente de la actividad biológica de los organismos del suelo (microorganismos y
raíces). Alcanza en término medio el 1%, pudiendo llegar a 5-10% en medios muy activos; su
proporción aumenta con la profundidad y a su vez está en relación con las condiciones de
porosidad y permeabilidad del suelo.

Todo suelo queda caracterizado por la textura: que es la proporción de los


componentes minerales, de acuerdo al tamaño de las partículas individuales. Las partículas
de hasta 2 μm constituyen la arcilla; de 2 a 20 μm el limo; de 20 a 200 μm la arena fina; de
200 a 2.000 μm la arena gruesa; y mayores a 2.000 μm la grava (figura 2.2.6).

72
Figura 2.2.6. Tamaño de las diferentes partículas del suelo.

Conocer la textura permite inferir sobre otras propiedades y características relacionadas


con el uso y comportamiento del suelo:
- capacidad de retención de agua,
- facilidad de circulación del agua en los perfiles,
- facilidad para el laboreo,
- riesgo de erosión hídrica y eólica,
- capacidad para almacenar nutrientes, etc.

Los suelos agrícolas son sistemas heterogéneos, a veces estratificados, constituidos por
partículas de distintos tamaños, que se agregan a la materia orgánica dando lugar a la estructura
del suelo. Además, su disposición espacial forma los distintos horizontes del suelo. La fracción
orgánica del suelo constituye del 1 al 5% de su peso, se distingue en ella lo que se denomina
estrictamente materia orgánica (restos orgánicos) y una fracción viva (pequeños animales y
microorganismos) que si bien representan menos del 1% del volumen total del suelo, su
actividad es esencial para la fertilidad del mismo.

La estructura, por su parte, controla distintas propiedades y también el comportamiento


del suelo:
- características de la superficie,
- infiltración del agua,
- espacios de poros,
- compactación del suelo,
- tendencia a la erosión.

Previo al desarrollo de las propiedades del suelo, mediante un esquema podremos


visualizar la relación entre masa y volumen de un suelo.

Relación volumen Suelo Relación Masa

Va AIRE
Vp Ma
AGUA

73
Vw M
Vt Mt

SÓLIDO
Vs Ms

Vt: volumen total, Vp = poros (volumen aire + volumen agua).

Mt: masa total, Ma = (masa de aire + masa de agua), Ms: masa de sólido

Figura 2.2.7. Muestra la densidad real y aparente de un suelo.

A partir de estos conocimientos previos podemos comenzar a destacar las


propiedades que caracterizan el régimen térmico del suelo: su densidad y su calor
específico.

Se entiende por densidad real de un suelo a la relación existente entre la masa de la fracción
sólida sobre el volumen que ella ocupa (sin considerar la fracción porosa), (ρs= ms/vs), sus
unidades son g/cm3.

Por su parte, la densidad aparente es el cociente entre la masa de la fracción sólida (masa
del suelo seco) y el volumen total del suelo (ρm = ms/vt), sus unidades son g/cm3, (figura
2.2.7).

Las partes en volumen ocupadas por las 3 fases expresadas en porcentaje se las puede
identificar como Vs, Vw y Va, cuya suma corresponde al 100 %.

74
La densidad del suelo (m) y su calor específico (Cs) pueden ser determinados,
ignorando al aire por su baja densidad y tomando la densidad del agua como 1 g/cm3, de la
siguiente manera:
m = 0.01 (Vs s + Vw w) [g/cm3]

El calor específico (Cs) de una sustancia (suelo, en este caso) es la cantidad de calor necesaria
para elevar la temperatura de 1 gramo de suelo en 1°C, sus unidades son: cal°C-1g-1; el
mismo se puede expresar también, por unidad de volumen, la expresión a la que se arriba,
corresponde a la capacidad térmica volumétrica (Cv o (c)m).

La capacidad térmica volumétrica se define como la cantidad de calor necesaria para


elevar la temperatura de 1 cm3 de suelo en 1 °C, y sus unidades son cal °C-1 cm-3.

El calor específico y la capacidad térmica volumétrica se relacionan a través de la


densidad:

Cv = (c)m. = Cs . m

Si consideramos dos condiciones de suelo: seco y húmedo, las expresiones son:

Cv =(c)m = 0.01 (Vs Cs s + Va Ca a), para suelo seco ó

Cv =(c)m = 0.01 (Vs Cs s + Vw Cw w), para suelo húmedo

La mayoría de las sustancias minerales del suelo tienen valores de densidad y capacidad
calórica semejantes de 2,66 g/cm3 y 0,48 cal K-1cm-3, respectivamente. (Tabla 2.2.1).

Tabla 2.2.1. Valores de densidad y capacidad calórica para distintas sustancias.

densidad, Capacidad calórica, (Cv)


C
Constituyentes (g / cm 3) 3
(kg / m ) 3
(cal / cm K) (J / m 3 K)
cuarzo 2.66 2.66 x 10 3 0.48 2.0 x 10 3
otros minerales 2.35 2.35 x 10 3 0.48 2.0 x 10 3
materia orgánica 1.3 1.3 x 10 3 0.6 2.5 x 10 3
agua líquida 1 1 x 10 3 1 4.2 x 10 3
hielo 0.92 0.92 x 10 3 0.45 1.9 x 10 3
aire 0.00125 1.25 0.003 1.25 x 10 3

La (c)m es una constante del suelo verdadera para aquél que está completamente libre
de agua (Vw =0), y su valor se incrementa linealmente con el contenido creciente de agua.
(Tabla 2.2.2).

75
Tabla 2.2.2. Relación entre el contenido de agua y la capacidad térmica volumétrica.

Contenido de agua Vw 0 10 20 30 40 vol.%

Densidad. m 1.50 1.60 1.70 1.80 1.90 gr/cm3


Cap.Ter.Vol. (c)m 0.30 0.40 0.50 0.60 0.70 cal/cm3°C

Con los valores de la Tabla 2.2.2 se puede construir la siguiente gráfica (figura 2.2.8),
donde podemos apreciar la variación de la (ρc )m y el contenido hídrico en el suelo Vw.

(ρc)m
[cal/cm3ºC]

Figura 2.2.8. Variación de la capacidad calórica volumétrica con el contenido hídrico.

Los materiales constituyentes del suelo varían considerablemente en sus valores de calor
específico y densidad real. Por ello, dependiendo de la proporción de los mismos y sobre todo
del contenido de humedad del suelo, el calor específico y la capacidad térmica volumétrica
pueden variar ampliamente (Tabla 2.2.2).

Cuando un sistema es homogéneo no se presentan mayores dificultades para estimar su


densidad y calor específico. En el caso del suelo, por tratarse de un sistema heterogéneo
(constituido por distintos minerales, materia orgánica y agua en proporciones variables) por lo
general se expresa a partir de valores medios. Los suelos agrícolas presentan valores medios de
densidad aparente entre 1,1 y 1,4 g cm-3 y de capacidad térmica volumétrica entre 0,4 y 0,6 cal
K-1cm-3 .

Las propiedades anteriores no son suficientes para comprender el transporte de calor en


el suelo. El flujo de calor (S), de acuerdo a Fourier, se puede expresar de la siguiente manera:

76
T
S  [cal / cm2 s]
x

De esta forma, S (conducción de calor) en un cuerpo homogéneo ocurre en dirección y


es proporcional al gradiente de temperatura.

Además, la conducción del calor depende de la habilidad del medio para realizar su
transferencia. Esta propiedad se refiere a la conductividad térmica, que se expresa mediante el
“coeficiente de conductividad térmica específico ó de Fourier (λ)”.

El coeficiente de conductividad térmica específico (λ) se define como la cantidad de calor


(calorías) que fluye ó se conduce en un cubo de 1cm de arista en la unidad de tiempo
(segundo), cuando la diferencia de temperatura entre caras opuestas es de 1°C y no existe
pérdida ni ganancia de calor en ningún sentido. (Tabla 2.2.3).
[λ = cal / °C s cm]

Tabla 2.2.3. Variación de la conductividad de distintas sustancias.

Constituyentes mcal/cm seg K (W/m K)


cuarzo 21 8,8
otros minerales 7 2,9
materia orgánica 0,6 0,25
agua líquida 1,37 0,57
hielo 5,2 2,2
aire 0,06 0,025

La conductividad calórica de un suelo depende de:


- composición de las tres fases (textura),
- forma y tamaño de las partículas,
- organización de los componentes (estructura),
- contenido hídrico y
- contenido de materia orgánica.

La figura 2.2.9 muestra la variación de los componentes sólidos del suelo


(minerales y materia orgánica) en relación con el contenido hídrico expresado en
porcentaje (%).

77
*0,1 0,4 0,6
fracción
volumétrica de
la parte solida

Figura 2.2.9. Variación de la conductividad térmica de distintas texturas del suelo con
el contenido hídrico (Vw)

El valor de λ expresa la tasa o cantidad de calor transferido, y esto se realiza a modo de


flujo (S), que se refiere a la cantidad de calor transmitido por conducción molecular, por
unidad de superficie y por unidad de tiempo.

Debemos considerar dos condiciones, cuando nos referimos a un suelo homogéneo es


decir que en todos los puntos de un horizonte a una profundidad (x) tenga iguales valores de
temperatura, entonces hablamos de un flujo estacionario (el flujo permanece constante en el
tiempo).

En esta fórmula:
S : es el flujo calórico (cal cm-2 s-1),  es la conductividad térmica (cal cm-1s -1°C-1) y
T
: es el gradiente térmico (variación de la temperatura con la profundidad °C cm-1).
x
Dependiendo de su valor, si resulta negativo (cuando la temperatura disminuye con la
profundidad), se considera que la dirección del fluyo es negativo, es decir el calor se dirige hacia
abajo. Si resulta positivo, la temperatura aumenta con la profundidad, la dirección del flujo es
hacia arriba).

Pero cuando la condición del suelo es heterogénea es decir sus características no son
constantes, se puede invocar el principio de conservación de la energía y establecer que "en
ausencia de alguna fuente extra de calor, el tiempo necesario para el cambio de contenido de
calor en un volumen de suelo debe igualar a la variación del flujo con la distancia".

Bajo estas condiciones se establece un flujo transitorio

78
S T
 (  .c )m. cal cm-3 s-1
x t
donde:
S
: es la variación del flujo con la distancia.
x
  . c m: es la capacidad calórica volumétrica, y
T
: es la variación de temperatura en el tiempo.
t

La relación entre la conductividad térmica () y la capacidad calórica volumétrica (c)m


se llama difusividad térmica “a” (o representada por d, a, DT, etc.).

a =  / ( c) m [cm2 seg-1]

El concepto de Difusividad térmica se puede interpretar de la siguiente forma:

La difusividad térmica es la propiedad física que influye sobre la velocidad con que se
calienta o enfría un volumen de suelo por efecto de un gradiente térmico.

La difusividad térmica en el suelo es pequeña, considerablemente menor que la del aire


(figura 2.2.12). En el suelo tiene un valor medio de cerca de 0,004 cm2 s-1, mientras que en el
aire es de 0,2 cm2 s-1. Esto indica que el aire ocluido es un mal conductor de calor pero, debido
a su baja densidad, resulta un buen transportador de temperatura. Los valores numéricos de la
difusividad pueden ser observados en la última columna de la Tabla 2.2.4 (al final de esta
unidad).

79
*0,1 0,4 0,6
fracción
volumétrica de
la parte solida

Figura 2.2.10. Variación de la difusividad térmica de distintas texturas del suelo


con el contenido hídrico (Vw)
Modelos de la variación diaria y estacional de la temperatura del suelo.

En la naturaleza, los cambios de la temperatura del suelo se deben a las variaciones de


las condiciones meteorológicas que actúan en la interfase suelo-atmósfera, y se observan como
ondas en el curso de un día. La amplitud de la onda térmica en la superficie del suelo es mayor
y disminuye con la profundidad.

Se asume que a cualquier profundidad del suelo la temperatura oscila alrededor de un


valor medio, esto permitirá a lo largo de un día observar ondas cuyas amplitudes térmicas
variarán desde la superficie a las profundidades según las horas del día (figura 2.2.11).

Figura 2.2.11. Fluctuación diaria idealizada de la temperatura del suelo. (A0 es la


½ de la amplitud).

80
Primera ley de Angot

Las amplitudes térmicas a cierta profundidad en el suelo (se supone que las propiedades
del suelo incluyen porosidad, contenido de agua y contenido de materia orgánica son uniformes
con la profundidad) pueden ser estimadas por:

( X1 X 2 ). 
S2  S1 . e a.P [ºC].
Donde:
S2 : es la amplitud diaria de la temperatura a la profundidad (x2);
S1 : es la amplitud diaria de la temperatura a la profundidad (x1);
P: tiempo de oscilación o período de un día (84600 s).
a: difusividad térmica.
e: 2,71828 base de logaritmo neperiano (función exponencial).

Esta ecuación puede ser usada para determinar la profundidad de penetración de la


fluctuación diaria o anual en distintos tipos de suelo. Expresado de otra forma permite decir que
la amplitud térmica en los distintos tipos de suelo disminuye geométricamente a medida que
la profundidad aumenta aritméticamente.

La profundidad de penetración es definida como la profundidad a la cual la fluctuación


se reduce a 0,01 de su valor superficial. Se calcula que la fluctuación diaria se registra hasta una
profundidad (expresada en centímetros) = 76,4 seg1/2 a y la anual a 19,1 veces esta distancia.
La tabla 2.2.5 muestra valores para diferentes tipos de suelo.

Tabla 2.2.5. Penetración de la fluctuación térmica


Tipo de suelo roca arena nieve arena seca Unidades
Difusividad térmica 0,02 0,01
húmeda 0,007 0,001 (cm2 seg-1)
Fluctuación diaria 108 76 64 24 (cm)
Fluctuación anual 20,6 14,5 12,2 4,6 (m)

81
Profundidad, cm

Figura 2.2.12. Variación de la amplitud térmica con la profundidad, en dos tipos de


suelos con distinta difusividad.

Segunda ley de Angot

Para conocer el retraso que se produce en alcanzar las temperaturas máximas y


mínimas diarias a distintas profundidades, se puede utilizar la siguiente fórmula:
P 
t2  t1  ( x2  x1 ). . [s]
2. a.P
donde:
t2 y t1 son los momentos en que arriban los valores extremos (temperatura máxima o
mínima).
x1 y x2: profundidades.
P: tiempo de oscilación o período de un día (84600 s).
a: difusividad térmica.

Por ejemplo, para un suelo cuya difusividad a es de 0,0013 cm2 s-1, y el momento de
ocurrencia de la temperatura máxima en la superficie ocurra a las 12:30 hs, la máxima a una
profundidad de 8 cm debería llegar 18398 segundos más tarde, esto es a las 17:37 hs.

No siempre las ecuaciones anteriores pueden ser usadas de manera práctica porque en
muchos casos no son satisfechos los supuestos matemáticos sobre los cuales están basadas. La
conductividad y el calor específico volumétrico varían sistemáticamente con la profundidad y
cambian con el tiempo. La onda térmica originada en la superficie, además, se aparta
significativamente de la curva sinusoidal asumida en la evaluación. También el contenido de
agua modifica los valores de difusividad (a), siendo esta condición muy variable en la
agricultura de secano.

82
Los retrasos en la ocurrencia de las temperaturas extremas a medida que aumenta la
profundidad en el suelo puede visualizarse en el la figura 2.2.13.

Figura 2.2.13. Momento de ocurrencia de temperaturas máximas y mínimas a distintas


profundidades del suelo.

Resumiendo, podemos destacar que a los efectos de implementar ambos modelos es


necesario conocer el valor de difusividad característico del suelo y establecer la escala de
resolución temporal:
Fluctuaciones diarias alcanzan los centímetros de profundidad (figura 2.2.14),
Fluctuaciones anuales se evidencian hasta los metros (figura 2.2.15).

PERFILES DE LA TEMPERATURA DEL SUELO

Como se ha observado, el calor está continuamente en movimiento dentro del suelo, de


forma tal que la energía térmica se está distribuyendo de forma permanente en el suelo. El calor
no fluirá bajo condiciones isotérmicas (no hay variación de la temperatura con la profundidad).

El perfil de la temperatura del suelo se modifica continuamente durante el día en


respuesta al balance calórico (figura 2.2.14). La superficie del suelo es el nivel más frío en la
mañana y el más cálido después del mediodía. Los perfiles muestran que el calor se redistribuye
en función del gradiente térmico. Así, el movimiento del calor a las 14 hs es predominantemente

83
hacia abajo en todo el espesor del horizonte. En cambio, a las 22 hs el calor fluye hacia arriba y
hacia abajo desde la profundidad de 20 cm.
Profundidad, cm

Figura 2.2.14. Perfiles de temperatura en el suelo, en el transcurso de un día de verano.

Las distintas estaciones del año muestran perfiles de temperatura diferentes. En el verano
existe una ganancia diaria neta o almacenamiento de calor en el suelo, mientas que en el invierno
ocurre lo contrario (figura 2.2.15).

84
Figura 2.2.15. Evolución estacional de los perfiles de temperatura del suelo.

EFECTOS BIOCLIMÁTICOS DE LA TEMPERATURA DEL SUELO.

La temperatura del suelo influye de manera directa sobre distintos procesos de


crecimiento de los órganos vegetales que se encuentran en el suelo: la germinación, absorción
de agua y minerales, crecimiento de raíces y tubérculos, rendimientos de los cultivos y,
además, controla el desarrollo de los microorganismos.

Germinación

La germinación de semillas se produce en un intervalo de temperatura específico para


cada especie; por ejemplo, el trigo y la col requieren bajas temperaturas para llevar a cabo la
germinación, el maíz y el tomate requieren condiciones térmicas moderadas, mientras que la
germinación del algodón y la sandía necesita temperaturas más elevadas.

Durante la etapa de emergencia la planta toma la energía necesaria de las reservas de la


semilla y en el transcurso de la misma, se realizan ciertos procesos enzimáticos y hormonales,
cuya rapidez o lentitud están afectadas por la temperatura del suelo. Por lo tanto, habrá
temperaturas altas o bajas que alarguen la duración de la emergencia, y temperaturas óptimas
que la acorten. Estos requerimientos térmicos difieren según las especies consideradas.

Absorción del agua y los elementos minerales

La velocidad de absorción del agua por las raíces no es sólo función de la demanda
evaporativa de la atmósfera (evapotranspiración), sino que depende también de la temperatura
del suelo. A bajas temperaturas la absorción del agua y elementos minerales decrece. Las plantas
originarias de climas cálidos acusan un decrecimiento de la absorción debido a la temperatura
mucho más pronunciado que las especies originarias de regiones templadas. De este modo, la

85
sandía y el algodón a 10ºC sólo absorben un 20% del agua absorbida a 25ºC, es decir cuando
no existe limitación térmica. El repollo, por su parte, a 10ºC absorbe el 75 % del agua que
absorbe a 25ºC.

En algún caso, pueden ocurrir problemas fisiológicos que dan lugar a un amarillamiento
y marchitamiento de hojas ocasionados por un desequilibrio entre la radiación solar y la
temperatura del aire (que favorecen la transpiración y el metabolismo celular de las hojas), con
respecto a la temperatura del suelo. Cuando la temperatura del suelo esta desacoplada del
régimen de radiación y resulta notablemente más baja que la temperatura del aire, la absorción
de agua y elementos minerales por el sistema de raíces se ve afectado dando lugar al efecto antes
mencionado.

Rendimientos de los cultivos

En muchos casos, la temperatura del suelo es más importante que la temperatura del aire
para el crecimiento vegetal. En las regiones tropicales, las altas temperaturas causan
deformación en los tubérculos de papa. La temperatura óptima del suelo para la papa es 17ºC,
pero los tubérculos no crecerán si la temperatura del suelo supera los 29ºC, con mermas
consecuentes en el rendimiento.

Asimismo, algunas experiencias ponen de manifiesto que los rendimientos de maíz están
estrechamente relacionados con las temperaturas del suelo en la época de siembra. Si durante al
etapa de establecimiento del cultivo la temperatura del suelo permanece debajo de lo normal, y
las condiciones meteorológicas son de tiempo húmedo y frío, es probable que los rendimientos
se vean reducidos.

Algunos datos experimentales informan que la temperatura del suelo resulta


particularmente significativa durante las primeras etapas de desarrollo del maíz, en tanto la
temperatura del aire tiene mayor significado en las etapas reproductivas.

INFLUENCIA DE LAS PROPIEDADES FISICAS Y CONDICIONES DE ESTADO


SOBRE EL FLUJO CALORICO Y TEMPERATURA DEL SUELO

a.- Influencia de la textura

Los suelos arenosos tienen baja capacidad calórica, baja conductividad térmica y menor
enfriamiento evaporativo; por los tanto, se calientan más rápidamente en primavera que los
suelos arcillosos. Bajo esta condiciones, en los suelos arenosos (ligeros) el crecimiento vegetal
comienza con anterioridad que en los suelos arcillosos (pesados). En otoño, en cambio, los
suelos arenosos se enfrían rápidamente por radiación mientras que los suelos pesados
permanecen relativamente más cálidos. Los suelos arenosos son, en general, más sensibles a los
cambios meteorológicos.

La baja conductividad térmica de los suelos arenosos hace que la energía recibida se
concentre principalmente en una delgada capa de suelo. Esto, junto con la baja capacidad
calórica, origina una gran elevación de la temperatura. En consecuencia, un suelo arenoso se

86
calienta de manera extraordinaria en sus capas superiores en una tarde de verano. Estos
comportamientos se pueden observar en las figura 2.2.16 A y B a nivel superficial y a una
profundidad de 5 cm, respectivamente.

Los suelos arenosos en general tienen menor capacidad de retener el agua y mayor facilidad de
drenaje, razón por la cual es mayor la probabilidad de encontrarlos secos. En este caso, la
disminución de la amplitud térmica con la profundidad es más rápida en suelos livianos que en
los pesados. En condiciones de suelo húmedo, en cambio, tanto los suelos arenosos como los
arcillosos presentan una variación de la temperatura más atenuada (debido a la capacidad
calórica del agua). El efecto del agua que infiltra en la distribución de la temperatura a través
del perfil edáfico es más pronunciado en suelos livianos.

A
Temperatura, ºC

B
Temperatura, ºC

87
Figura 2.2.16. Variación diaria de la temperatura del suelo en superficie (A) y a 0,05 m
de profundidad (B) en verano.

b.- Influencia de la orientación y pendiente.

Tanto la pendiente del terreno como su orientación influyen sobre la temperatura del
suelo, ya que la radiación recibida está determinada directamente por estos factores. La
pendiente afecta la recepción de la radiación por unidad de área debido al efecto “coseno”. De
igual forma, la orientación afecta el flujo calórico ya que las pendientes que están expuestas al
sol capturan mayor energía.

Con respecto a la pendiente, se sabe que el grado de la misma determina la cantidad de


radiación recibida por unidad de superficie. El efecto del grado de la pendiente es similar al
efecto de la latitud. Las diferencias de temperaturas entre distintas orientaciones están
acentuadas por la pendiente. En las latitudes medias, en el hemisferio sur, una pendiente
orientada hacia el norte es más cálida que una superficie plana (ubicadas a la misma latitud). Se
ha observado que una pendiente de 1º hacia el Norte tiene el mismo clima solar que una
superficie plana ubicada 111 km más al Norte. Se puede concluir que la pendiente más cálida
es aquella más próxima a la perpendicularidad de los rayos solares durante la estación de
crecimiento.

La orientación de las pendientes tiene poca importancia en las latitudes bajas, su


significación se incrementa a medida que aumenta la latitud. Es así que en latitudes medias y
altas del hemisferio sur las pendientes orientadas al norte reciben más insolación por unidad de
superficie que las expuestas hacia el sur.

Mientras la radiación recibida de manera directa está influenciada por la orientación y


pendiente del terreno, la radiación difusa no es modificada por estos factores debido a su
naturaleza isotrópica (se transmite con igual intensidad en todas direcciones). De modo que, a
mayor proporción de radiación difusa, menor es la diferencia de energía recibida por distinta
exposición de pendiente. En un día nublado, por ejemplo, cuando no hay radiación directa, el
efecto de la orientación está minimizado, como ocurre en las regiones polares.

Por ello, la orientación es un factor más importante en latitudes medias que en regiones
polares, y en mayor medida en verano que en invierno. Además, en ausencia de nubes las
pendientes que "miran" hacia el NO (por la tarde) son en general más cálidas que las del NE
(por la mañana). Esto es consecuencia principalmente de la evaporación del rocío en la mañana
que también requiere energía.

Como consecuencia de lo expuesto, las temperaturas que se registran en las pendientes


orientadas hacia el Norte son mayores que cuando están orientadas al Sur y, por ello, los cultivos
y la vegetación comienzan la estación de crecimiento más temprano.

Desde una perspectiva microclimática, la figura 2.2.19 muestra la diferente variación


térmica con la profundidad que se manifiesta en el fondo del surco comparado con la parte
superior del camellón, ya visto en la unidad 2.1 de Radiación (pendientes solana y umbría).

88
Figura 2.2.17. Variación de la temperatura del suelo en el surco y en el camellón.

c.- Influencia de las labranzas

Las labranzas aumentan la porosidad del suelo y disminuyen su conductividad térmica,


reduciendo la propagación de calor en el suelo. La onda térmica diaria del suelo cultivado tiene
una amplitud mayor que aquélla de un suelo sin cultivar.

En la noche, el suelo trabajado está más frío y más expuesto a heladas que el suelo sin
cultivar. Debajo de la capa arada la condición se revierte: el suelo arado tiene temperatura un
poco mayor.

La capa de suelo arada, se hace mala conductora del calor debido a su gran porosidad
que tiende a oponerse a la propagación del flujo calórico proveniente de capas profundas. El
calor tiende así a conservarse en el nivel considerado. En consecuencia, la temperatura de las
capas subyacentes es más elevada. En los suelos no trabajados, una mayor conducción térmica
compensa de noche las pérdidas por radiación y frena el enfriamiento superficial.

d.- Influencia de la cubierta vegetal

La cobertura vegetal reduce las fluctuaciones diarias y estacionales de la temperatura del


suelo. La cubierta vegetal, así como una capa de nieve, se comporta como un aislante térmico,
impidiendo tanto un calentamiento como un enfriamiento excesivo (figura 2.2.18.).

El suelo desnudo recibe directamente la radiación solar, la cual es absorbida en parte,


por lo que será entonces más caliente que ese mismo suelo con una vegetación que intercepte
una fracción de la radiación solar. Por el contrario, de noche y durante el período invernal el

89
suelo pierde por radiación térmica de onda larga una parte de la energía térmica que se ha
almacenado en el curso del verano. Si el suelo está cubierto de vegetación (que hace de pantalla
a la radiación) el enfriamiento del suelo será, entonces, menos intenso.

Durante la noche, bajo condiciones de cielo despejado con fuerte radiación, el suelo es
la principal fuente de calor que evita un enfriamiento muy intenso de la superficie del suelo y
de las capas bajas de la atmósfera. Una cubierta vegetal o un mulch de paja, por ejemplo,
reduciría esta contribución del suelo, provocando que la temperatura mínima de la superficie
sea más baja y el enfriamiento de las capas de la atmósfera cercanas al suelo será, por lo tanto,
más intenso.

Figura 2.2.18. Temperatura del suelo a 0,05 m de profundidad registrada los días 14 y 15
de Enero de 1981, en Rafaela (Santa Fe)

90
TABLA II : MAGNITUDES DE ALGUNAS CONSTANTES EN LA ECONOMIA DE CALOR DEL SUELO
(Ordenadas en forma decreciente de acuerdo a la conductividad térmica)

Partículas sólidas del suelo Suelo Natural


Tipo de suelo
(o material) Densidad Calor Densidad Calor Específico Conductividad Difusividad
Real, Específico, Aparente, Volumétrico, Térmica (x 1000) Térmica (x 1000)
g / cm3 cal / g. ºC g / cm3 cal / cm3. ºC cal / cm. seg.ºC cm2 / seg

Plata (Ag) 10,5 0,056 0,59 1000 1700


Hierro (Fe) 7,9 0,105 0,82 210 260
Concreto 2,2 - 2,6 0,21 0,50 11 20
Roca 2,6 - 2,9 0,17 - 0,20 2,6 - 2,9 0,43 - 0,58 4 - 10 6 - 23
Hielo 0,92 0,505 1,7 - 2,3 0,46 5-7 11 - 15
Arena Húmeda 2,6 0,20 0,20 - 0,60 2-6 4 - 10
Arcilla Húmeda 2,3 - 2,7 0,17 - 0,20 1,7 - 2,2 0,30 - 0,40 2-5 6 - 16
Agua en reposo 1,00 1,00 1,00 1,00 1,3 - 1,5 1,3 - 1,5
Nieve Vieja 0,80 0,37 3-5 8 - 14
Nieve Nueva 0,20 0,09 0,2 - 0,3 2-4
Brezal Húmedo 1,4 - 2,00 0,80 - 1,00 0,60 - 0,80 0,70 - 1,00 0,90 - 1,50
Arcilla Seca 2,30 - 2,70 0,17 - 0,20 0,10 - 040 0,20 - 1,50 0,50 - 2,00
Arena Seca 2,60 0,20 1,4 - 1,70 0,10 - 0,40 0,40 - 0,70 2,00 - 5,00
Madera Seca 1,50 0,27 0,40 - 0,80 0,10 - 0,20 0,20 -0,50 1,00 - 5,00
Aire en reposo 0,001-0,0014 0,24 0,00024-0,00034 0,05 - 0,06 150 - 250

91
INSTRUMENTAL DESTINADO A MEDIR TEMPERATURA DEL SUELO

Geotermómetros de líquido en vidrio:

1.1 Geotermómetros comunes.


1.2 Geotermómetros de máxima.
1.3 Geotermómetros de mínima.

GEOTERMÓMETROS COMUNES

Se basan en el mismo principio que los termómetros comunes y se diferencian de éstos


por la longitud variable de su capilar, tanto mayor cuanto mayor sea la profundidad a la que irá
ubicado el bulbo y, que en lugar de ser rectos están acodados, formando un ángulo de 30º con
la vertical, a una distancia del bulbo igual a la que se quiere ubicar este geotermómetro (Figuras
2.2.21 y 2.2.22 D)

Se entierra el bulbo y la parte del capilar correspondiente, quedando sobre la superficie


el resto del instrumento (escala) que se sujeta por medio de un soporte especial (Figuras 2.2.21
y 2.2.22)

Los geotermómetros que pertenecen a una estación meteorológica, se ubican en orden


creciente de profundidad de E a W ( 0,5, 0,10, 0,20, 0,50, 1,00 m ), protegidos por una malla
metálica para evitar daños (Figura 2.2.23).

GEOTERMOMETROS DE MAXIMA Y DE MINIMA

En estos instrumentos el ángulo formado por la parte que va enterrada y el resto del
mismo es de 90°, por lo que una vez instalados, la escala queda en forma horizontal apoyada
sobre el suelo.

Su elemento sensible es alcohol, y el geotermómetro de mínima se basa en el mismo


principio utilizado en el termómetro destinado a medir temperatura mínima del aire.

Los geotermómetros de máxima, tienen un índice de metal liviano, ubicado dentro del
capilar pero fuera del alcohol, por lo que al aumentar la temperatura , el índice es desplazado
por el menisco del alcohol que se dilata. Cuando la temperatura desciende, el alcohol se contrae,
dejando inmóvil al índice, cuyo extremo más cercano al bulbo dejará indicada la máxima
temperatura ocurrida en un lapso de tiempo determinado.

En ambos geotermómetros, antes de la siguiente observación, habrá que desplazar los


índices, por medio de un imán, hasta que se detengan en el extremo de la columna de alcohol.

92
Figura 2.2.21. Esquema de geotermómetros comunes acodados a 30º.

Figura 2.2.22. Distintos modelos de geotermómetros, caracterizados por la ubicación de la


escala sobre la superficie del suelo.

93
Figura 2.2.23. Geotermómetros ubicados en una estación meteorológica, con la malla
protectora correspondiente.

TELEGEOTERMOGRAFO

Consta de un bulbo de acero al que le sigue un capilar también de acero (de hasta 50
metros de largo) que termina en una cápsula de Bourdon llena de alcohol (elemento sensible).
El otro extremo de ese capilar se conecta a un fuelle y este a su vez mediante un sistema de
palancas a la pluma inscriptora que va graficando sobre una faja de papel las variaciones de la
temperatura. Con el objeto de compensar el error producido por el calentamiento del capilar
largo, el aparato consta de un segundo capilar ciego, paralelo al anterior que termina en otro
fuelle que anula el error cometido por el primero.

Se utilizan para medir la temperatura del suelo, pero también se emplean para medir la
temperatura del aire, silos, etc.

94
95
96
Unidad 2. COMPONENTES ENERGÉTICOS

Subunidad 2.3. PRESION ATMOSFÉRICA Y EL VIENTO

La presión atmosférica y el viento son dos meteoros estrechamente relacionadas entre


sí. El principal motor que impulsa al aire a moverse, es la diferencia de presión existente entre
los distintos lugares del planeta, de modo tal que el aire se pone en movimiento para compensar
estos desequilibrios de presión.

La atmósfera es un fluido y como tal se desplaza en todas direcciones (horizontal y


vertical) en respuesta a los desequilibrios de presión; por eso existe también una relación muy
estrecha entre los movimientos horizontales y verticales del aire.

Primero abordaremos el estudio de la presión atmosférica; luego el movimiento


horizontal del aire, el viento. Todo esto nos permitirá comprender el comportamiento de la
circulación general de la atmósfera que tiene un papel fundamental en el clima del planeta, ya
que tiene importancia en el equilibrio climático mundial, al redistribuir la energía planetaria
desde las excedencias de latitudes bajas a las deficitarias latitudes altas.

PRESION ATMOSFÉRICA
Importancia

La atmósfera, constituida por una mezcla de gases y elementos no gaseosos, tiene fuerza
elástica, es comprensible y tiene peso. Para que en una masa de aire haya equilibrio es necesario
que la fuerza elástica del aire sea igual a la presión que soporta por acción de las capas
superiores. En Meteorología, se designa indistintamente al término presión atmosférica para
designar ya sea la fuerza elástica del aire o bien la presión que soporta. La presión atmosférica
se manifiesta en todas direcciones, incluso de abajo hacia arriba.

El hombre y los animales son sensibles a las variaciones de la presión atmosférica,


manifestándose en trastornos circulatorios, respiración irregular, apunamiento, etc. Por el
contrario, en las plantas su efecto es despreciable y sus modificaciones o variaciones no se
manifiestan en forma inmediata o directa sobre el vegetal.

Si bien como elemento del clima la presión atmosférica tiene escaso interés agrícola,
como ya hemos dicho, la tiene en gran medida como factor del clima, pues determina la
circulación atmosférica y es la causa principal de los vientos.

Medición de la Presión Atmosférica

Torricelli (1643) demostró la existencia de la presión atmosférica, realizando el siguiente


experimento: tomó un tubo de vidrio de aproximadamente un metro de altura, cerrado en uno
de sus extremos y lo llenó con mercurio (Hg). Obstruyendo el extremo libre con un dedo, lo

97
invirtió e introdujo el citado extremo en un recipiente que contenía mercurio, tal como lo indica
la figura 2.3.1.

Figura 2.3.1 : Esquema del experimento de Torricelli que se utiliza en el barómetro de


mercurio para medir la presión atmosférica.

Al retirar el dedo notó que el mercurio en el tubo descendía hasta una altura aproximada
de 76 cm respecto de la superficie libre del recipiente. Sucede que sobre la superficie del líquido
contenido en el recipiente, la presión que ejerce el aire, equilibra el peso de la columna mercurial
contenida en el tubo, como si fuera una balanza. Esa altura expresada en milímetros (mm) da
una medida de la presión atmosférica.

Por tal motivo, la presión o fuerza que ejerce la atmósfera sobre un centímetro cuadrado,
en un principio se expresó en milímetros de mercurio (mm de Hg), para indicar la altura de la
columna de mercurio que equilibra dicha presión. No es suficientemente exacto expresarla en
una unidad lineal, arbitraria, siendo más lógico hacerlo con unidades de presión.

Durante muchos años la presión atmosférica se expresó en milibares (mb). Un milibar


equivale a la fuerza de 1000 dinas por centímetro cuadrado, es decir algo más de 1 g/cm2.
Actualmente, se emplea la unidad del Sistema Internacional que es el hectopascal. Su
conversión con el mb es directa ya que 1 mb equivale a 1 hPa.

La presión atmosférica puede ser medida con instrumentos tales como el barómetro de
mercurio y el barógrafo aneroides. El barómetro de mercurio (figura 2.3.2) consta de un tubo
de vidrio, largo y hueco, del cual se ha extraído el aire; este tubo se coloca con su extremo
abierto abajo, dentro de un recipiente o cubeta llena de mercurio; la presión del aire exterior
obliga al mercurio de la cubeta a penetrar y ascender por la cámara vacía existente en el interior

98
del tubo; el mercurio ascenderá hasta equilibrar la presión que ejerce el aire sobre una superficie
de la cubeta, de área igual a la sección del tubo. Así, por ejemplo, si la sección del tubo es de un
cm2 y la presión del aire normal, el mercurio alcanzará una altura tal que su peso sea de 1,033
kg. Cuando la presión atmosférica varíe, la altura del mercurio fluctuará siguiendo dichas
variaciones. Tras la lectura del barómetro deben hacerse las siguientes correcciones: corrección
por elevación, por temperatura, por latitud, es decir por gravedad, y corrección por instrumental.

El barógrafo aneroides (figura 2.3.3) tiene un dispositivo mecánico, una serie de


cápsulas en las que se ha hecho el vacío. Un fuerte muelle, separa las cápsulas, impidiendo que
colapsen bajo el efecto de la presión del aire. Cuando la presión exterior varíe, las cápsulas se
expandirá o contraerá. por medio de palancas y poleas se comunican a un largo brazo,
terminando en una plumilla, que amplia los movimientos. la pluma descansa sobre un tambor
giratorio, y va trazando, en forma de línea continua, sobre una hoja registradora que rodea al
tambor, los valores de la presión; la hoja está calibrada verticalmente en unidades de presión y
horizontalmente en horas con subdivisiones que corresponden a dos horas. El barógrafo requiere
las mismas correcciones que el barómetro de mercurio: la de elevación y la de instrumental.

Figura 2.3.3. Barógrafo aneroides.

Figura 2.3.2. Barómetro de mercurio.

Ecuación de equilibrio hidrostático.

Los experimentos de Torricelli, continuados por Pascal, pusieron de manifiesto lo que


se llama ley barométrica o del equilibrio hidrostático. Como ya sabemos, se llama presión a la

99
fuerza por unidad de área. Una fuerza es igual a la masa sobre la cual actúa multiplicada por la
aceleración que le produce. Entonces:

100
fuerza masa x aceleración
presión = ---------- = -------------------------
área área

Si consideramos una columna vertical de aire, figura 2.3.4, y dividimos la columna en capas
delgadas siendo ∆z la altura de cada una, z significa la altura y ∆z un pequeño incremento de
altura. Si a es el área de la sección recta, el volumen es a∆z, y si ρ es la densidad, la masa de
una capa es ρa∆z. Además, si consideramos a la aceleración de la gravedad, g, la fuerza debida
a la gravitación es ρga∆z, y por unidad de área es:
ρg∆z

Esta es la presión en el nivel A, debida a la masa contenida en la capa entre A y B. Si


∆p es la presión en el nivel A, de la figura 2.3.4, esta diferencia de presiones debe ser igual a
la presión debida a la masa contenida en la capa. Luego:

- ∆p = ρ g ∆z

La ecuación se llama "ecuación de equilibrio hidrostático". El signo negativo


significa que la presión disminuye cuando crece la altura. En sentido estricto sólo es correcta
cuando el aire está en reposo. Sin embargo, los efectos del movimiento del aire son tan pequeños
que la ecuación sigue valiendo con un alto grado aproximación.

alturas crecientes

presiones decrecientes
B .................................................
∆z
A ......................
a

nivel del mar

Figura 2.3.4. La diferencia de presiones entre dos niveles A y B está determinada por
el peso del aire entre dichos niveles.

101
Distribución Vertical (Variación con la Altura)

La atmósfera se comporta como un gran océano gaseoso. Su presión aumenta a partir


del límite superior atmosférico, alcanzando su máxima intensidad sobre la superficie terrestre.
Ello se evidencia si analizamos los valores de la presión atmosférica media anual de algunas
estaciones como por ejemplo:

Buenos Aires 1014,5 hPa 25 m.s.n.m.


Pigué (Bs.As.) 979,8 hPa 304 m.s.n.m.
Plumerillo (Mza) 932,9 hPa 827 m.s.n.m.
San Carlos (Mza) 907,9 hPa 940 m.s.n.m.
Tinogasta (Catamarca) 877,8 hPa 1.201 m.s.n.m.
La Quiaca (Jujuy) 672,2 hPa 3.459 m.s.n.m.

Laplace demostró que en el aire en reposo, la presión disminuye en progresión


geométrica cuando la altura crece en progresión aritmética (figura 2.3.5).

Ello ocurre porque el aire es fácilmente compresible. A una mayor altura sobre el nivel
del mar, el aire está sometido a menor presión y, en consecuencia, su densidad disminuye
exponencialmente.

Figura 2.3.5.Variación de la presión atmosférica con la altura, según el modelo de


Laplace.

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103
Variaciones de la Presión Atmosférica.

La presión atmosférica presenta importantes variaciones verticales y horizontales, como


así también periódicas.

a.- Variaciones verticales.

Como ya hemos visto, la presión atmosférica presenta una notable variación con la altura
(figura 2.3.5) debido a que los gases son compresibles, la presión del aire situado por encima,
comprime notablemente al inferior y, por tanto determinan aumento de la densidad del aire
situado junto al suelo. Esta compresión es la que justifica la rápida disminución de la densidad,
o de la presión, del aire con la altura.

b.- Variaciones horizontales.

El calentamiento desigual producido por el sol sobre la superficie terrestre y, en


consecuencia sobre el aire que está junto al suelo, determina una variedad de presiones variables
sobre dicha superficie terrestre. La distribución horizontal de la presión puede describirse de
acuerdo con dos amplias estructuras: aquellas cuya posición media es prácticamente la misma
(cinturones de presión atmosférica, figura 2.3.8) y aquellas cuya posición se desplaza con el
tiempo (condiciones sinópticas). Dichas estructuras están íntimamente correlacionadas con los
procesos físicos que ocurren en la atmósfera, asociados con los cambios de tiempo.

c.- Variaciones periódicas.

La atmósfera no es un ente estático sino que, por el contrario, es un medio dinámico;


en una determinada estación la presión varía continuamente, al aproximarse a áreas de altas o
bajas presiones.

El valor numérico de la presión atmosférica no es constante. Estudios estadísticos han


permitido confirmar que presenta variaciones en el tiempo muy particulares, que pueden ser
periódicas (diarias o anuales) o aperiódicas (irregulares).

1) Variación Periódica Diaria: Es de doble onda y sus causas aún no han podido ser
bien explicadas. En términos generales, la presión atmosférica aumenta desde las 4
horas hasta las 10 horas, luego baja hasta alrededor de las 16 horas, volviendo a subir
hasta las 22 horas, para descender nuevamente hasta las 4 horas aproximadamente.
Es decir, que se presentan dos valores máximos a las 10 y 22 horas, y dos mínimos
a las 4 y 16 horas, valores éstos que son bastante notables en países tropicales
(algunos milímetros), mientras que en los países templados esta variación es menor
(medio milímetro), y además de menor amplitud. (figura 2.3.6)
La marcha diaria también depende de la época del año. En líneas generales en
verano, el valor de la máxima de la mañana sufre un adelanto y se produce
antes de las 10 horas, mientras que el valor mínimo de la tarde se atrasa. El
máximo de la noche no se modifica mayormente en el transcurso del año.

104
La amplitud diaria de la variación, es decir la diferencia entre el valor máximo y el
valor mínimo de la presión atmosférica en el día, es mayor en verano que en invierno y
en el interior del país que en zonas costeras.

Figura 2.3.6 .Curvas de variación barométrica diaria en dos localidades argentinas,


Rosario y Mar del Plata, durante los meses de Enero y Julio.

2) Variación Periódica Anual

Durante el curso del año, la presión atmosférica sufre una variación bastante regular. En
nuestro país, el valor máximo lo encontramos al finalizar el invierno y el valor mínimo en los
meses de verano, comportamiento que se debe en gran parte a la marcha de la temperatura del
aire.

3) Variación Aperiódica o Irregular

Las variaciones aperiódicas o irregulares, son debidas al pasaje de centros de altas y


bajas presiones, que producen los continuos cambios del tiempo. En general, los centros de
altas presiones (anticiclones) producen tiempo bueno y frío mientras que los centros de bajas
presiones (ciclones) producen tiempo caluroso, húmedo y lluvioso.

Isobaras

Se llama isobara al lugar geométrico de los puntos de igual presión barométrica en un


momento dado. El conjunto de las isobaras define un "Relieve Barométrico" cuyos puntos
singulares más importantes son:

- Los centros de altas presiones, o anticiclones.

105
- Los centros de bajas presiones o ciclones.

Dado que la presión barométrica varía con la altura sobre el suelo, los mapas isobáricos
dan la presión referida al nivel del mar. Pero en la mayor parte de los fenómenos
meteorológicos, la consideración de las presiones en la superficie no basta, también se traza
simultáneamente los mapas que dan las líneas de nivel de la superficie isobara correspondiente
a 700, 500, 300 hPa, etc.

El trazado isobárico forma el "fondo" de los mapas meteorológicos y en especial de los


"mapas sinópticos del tiempo" (conocidos en nuestro país como "cartas del tiempo"), que
contienen los resultados de las observaciones (temperatura, humedad, viento, nubosidad, etc.)
hechas en las diversas estaciones meteorológicas de la red meteorológica mundial en un mismo
instante. Esta información se emplea para efectuar los pronósticos meteorológicos.

Centros de Presión

Se llama área o centro ciclónico (centro de baja presión) a una región geográfica
rodeada de isobaras cerradas y concéntricas, cuyo valor disminuye hacia el centro (figura 2.3.7).
El viento sopla en principio de las altas a las bajas presiones, es decir, desde afuera hacia adentro
y debido a la desviación que sufre el viento, los filetes son casi tangentes a las líneas isobáricas,
pero con una leve desviación hacia el centro, lo que origina un verdadero sistema en espiral de
vientos convergentes. En el Hemisferio Sur, como los vientos se desvían hacia la izquierda, la
espiral tiene un movimiento en el sentido de las agujas del reloj.

Los centros ciclónicos abarcan por lo general grandes extensiones y su diámetro puede
ser de varios centenares de kilómetros. Están constituidos normalmente por aire caliente y en
ellos existe una corriente ascendente de aire, de gran importancia, porque determina la
formación de nubes y lluvias. Lo corriente es que un centro ciclónico esté vinculado a tiempo
nublado y lluvioso.

Se llama área o centro anticiclónico (centro de alta presión) a una región geográfica
rodeada de isobaras cerradas y concéntricas, donde la presión aumenta hacia el centro. En
consecuencia, el viento soplará de adentro hacia afuera y, por efecto de la desviación, se origina
un verdadero sistema en espiral que tiene en el área anticiclónica un movimiento contrario al de
las agujas del reloj.

Los centros anticiclónicos (figura 2.3.7) también abarcan grandes extensiones, están
constituidos por aire frío y en ellos existe una corriente descendente de aire, característica que
impide la producción de nubes y precipitaciones. Lo normal es que los centros anticiclónicos
presenten tiempo con cielo despejado.

106
1 2

Figura 2.3.7. Representación esquemática de un centro ciclónico (1) y un centro anticiclónico (2) y
sus vientos, en el Hemisferio Sur. Los valores 1005, 1010, 1025, etc. indican los hectopascales de la
presión atmosférica a nivel del mar.

Las propiedades de los ciclones y de los anticiclones, el conocimiento de las distintas


masas de aire y sus frentes, constituyen la base para realizar el pronóstico del tiempo.

Distribución Geográfica de la Presión Sobre la Superficie de la Tierra: Isobaras Anuales,


de Enero y Julio.

Las cartas del tiempo que continuamente se elaboran no dicen nada de como se
distribuye la presión atmosférica en forma normal. No obstante, el cómputo de estos valores de
presión acontecidos durante una serie prolongada entre 20 o 30 años, dará una idea general de
su distribución sobre la superficie de la Tierra. Si se considera ésta como si fuese un rectángulo,
encontraremos la siguiente distribución media en ambos hemisferios (Figura 2.3.8).

1) Sobre la faja ecuatorial, es decir la comprendida entre los 15°LS y 15°LN de la línea del
Ecuador la presión atmosférica es baja.

2) A partir de los 15°LS y hasta los 40°LS, se encuentra una banda de altas presiones. Los
valores más altos se registran sobre los mares. A cada lado de América del Sur existen dos
anticiclones. El más intenso se encuentra sobre el Pacífico, frente a Chile. El otro, en el
Atlántico, frente a Uruguay.

107
Figura 2.3.8. Distribución geográfica de la presión sobre la superficie de la tierra.

3) Desde los 40°S de latitud, la presión baja rápidamente hasta los 60°.

4) Finalmente de la información barométrica registrada en las regiones antárticas, se observa un


incremento de la presión a partir de los 70° hacia el polo Sur.

Esta distribución corresponde al Hemisferio Sur, que es esencialmente marítimo.


También en el H.N. la distribución de la presión presenta esta alternancia latitudinal. Sin
embargo, sobre los grandes continentes que allí se encuentran la descripción efectuada es muy
diferente. Se manifiesta la presencia de dos centros de baja presión (la baja aleutiana. y la baja
de Islandia) ubicadas sobre los océanos.

Si consideramos a la Tierra como un cuerpo estático, la presión teóricamente debería


incrementarse desde el ecuador hacia los polos. Esto se cumple sólo desde el Ecuador hasta los
30°, donde la banda de altas presiones acusa sus valores más altos. Desde los 30° hasta los 65°-
70°, la presión disminuye. Ello es debido a que la distribución de la presión depende no sólo de
causas térmicas, sino también de otras de origen dinámico que son muy poderosas.

Los centros de altas o bajas presiones se desplazan hacia el Norte o hacia el Sur, según
las condiciones del tiempo. Además, en ciertos casos éstos son semipermanentes pues suelen
separarse o juntarse según las épocas del año.

El viento es la consecuencia inmediata de la distribución geográfica de la presión


atmosférica, por ello el interés de conocer su valor durante el año. Con ese fin se recurre al
estudio de las isobaras de los meses extremos, es decir Enero y Julio (figura 2.3.9 y 2.3.10).

108
Las isobaras de Enero tienen valores de presión atmosférica menores ue los anuales,
especialmente entre los 20° y 45° de latitud S. La faja de altas presiones alrededor de los 15° y
40°S queda quebrada, separándose perfectamente los anticiclones del océano Pacífico y del
Atlántico, por una faja de presiones bajas, inferior a los 1010 hPa. Ello tiene una consecuencia
climática notable: el aire cálido y húmedo de las regiones tropicales llega a gran parte de nuestro
país, produciendo lluvias de verano en las zonas del centro y del norte.

Las isobaras de Julio en el H. Sur se asemejan a las anuales, a diferencia que tienen
valores de presión atmosférica mayores que los anuales, especialmente entre los 20° y 40° de
latitud. Por otra parte al acercarse los anticiclones del Pacífico y del Atlántico, se restablece la
faja de altas presiones sobre el continente sudamericano, la que se halla más al Norte que en
pleno verano. Debido a ello en el centro-norte del territorio argentino prevalecen condiciones
anticiclónicas, con tiempo seco y luminoso, lo que se observa claramente en Córdoba, Tucumán,
Catamarca, Salta y Jujuy.

Figura 2.3.9. Situación atmosférica en América del Sur en Enero. Isobaras y vientos
en superficie; ubicación de la Zona de Convergencia Intertropical y centros de baja y
alta presión (Frere et al.1975).

109
Figura 2.3.10. Situación atmosférica en América del Sur en Julio. Isobaras y vientos
en superficie; ubicación de la Zona de Convergencia Intertropical y centros de baja y
alta presión (Frere et al.1975).

EL VIENTO

Introducción
El viento es el aire en movimiento en una dirección que se considera prácticamente
horizontal, ya que el movimiento vertical del aire recibe la denominación de corriente
ascendente o descendente. La intensidad y la dirección del viento son determinadas por la
variación espacial y temporal del balance de energía en la superficie terrestre, que causa
variaciones en el campo de la presión atmosférica.

El viento influye en la transpiración de las plantas, evaporación de las superficies libres


de agua y del suelo, hace posible el traslado de esporos, polen insectos y semillas, la difusión de
las plagas y enfermedades, etc. En algunos casos se convierte en adversidad al producir daños
mecánicos sobre los cultivos.

110
Asimismo, se debe considerar la posibilidad de la utilización directa de la energía eólica
con fines agropecuarios. Por ejemplo, para movilizar distintos implementos de uso agrícola o
bien mediante su transformación en energía eléctrica, en desgranadores, molinos, bombas,
refrigeradores, calentadores, incubadoras, instalaciones eléctricas, instalaciones de radio, etc.

El viento reviste especial importancia en las regiones áridas y semiáridas porque


contribuye a aumentar la evaporación y secar los suelos en corto tiempo. En las zonas de regadío
también puede disminuir la eficiencia de los riegos. El viento es el factor de mayor importancia
en la manifestación de la erosión eólica, actuando por su velocidad, dirección y frecuencia. La
fuerza mecánica también es perjudicial. Los vientos fuertes pueden provocar: a) el vuelco de las
gramíneas, b) pérdidas en hortalizas y frutales, c) dificultad en la polinización, d) roturas de
ramas y caídas de frutos, etc.

Para que una masa de aire esté en equilibrio, es necesario que la presión en todos los
puntos de un mismo plano horizontal sea la misma. El nivel del mar se toma como referencia y
la presión reducida a ese nivel se utiliza para el estudio de su distribución.

Causas del Viento

Cuando la masa de aire no está en equilibrio se produce el viento, el cual se desplazará


desde zonas de mayor presión hacia aquellas de menor presión atmosférica. En efecto, las
masas de aire se ponen en movimiento debido a la existencia de una diferencia de presión
reinante entre dos lugares.

El viento adquiere en las capas más bajas de la atmósfera características muy


particulares, que dependen de las condiciones de la superficie terrestre, imprimiendo a los
lugares por los cuales pasa condiciones propias del lugar de origen y de las regiones atravesadas.

Dirección del Viento

La dirección del viento es la resultante de la composición de las fuerzas actuantes


(gradiente de presión, fricción, fuerza de Coriolis), además del relieve de la región que afecta la
dirección en las capas próximas a la superficie.
La dirección del viento está dada por el rumbo geográfico de donde procede. Se puede
saber de dónde viene el viento, es decir su dirección, de manera muy simple, observando:

- Sus efectos (inclinación) sobre la vegetación, en especial sobre árboles.


- Por la trayectoria descripta por una columna de humo.
- Por la trayectoria de las nubes.

Estas observaciones son, no obstante, poco precisas, sobre todo si los vientos son débiles
(de poca velocidad). Se utilizan entonces instrumentos como las veletas (figura 2.3.11), las
mangas y los balones sondas.

111
Figura 2.3.11.Veleta instalada sobre eje con los puntos cardinales

Se toman como punto de referencia a los cuatro puntos cardinales: N - S - E y O, y se


consideran además, en total 36 direcciones intermedias: N - NNE - NE - ENE - E - ESE - SE,
etc. Además es muy importante conocer las frecuencias de las direcciones (figura 2.3.12), para
determinar entre otras, los vientos dominantes, las características de estos vientos, las épocas en
que soplan, etc.

Figura 2.3.12. Frecuencia relativa de la dirección del viento en una localidad.

112
La Velocidad del Viento

El viento, como ya hemos dicho, se desplaza desde áreas de mayor presión (áreas más
frías) hacia aquellas de menor presión (áreas más cálidas), cuanto mayor es la diferencia entre
las presiones de esas áreas, mayor será la velocidad de desplazamiento. La velocidad del viento
también es afectada por la rugosidad de la superficie creada por los obstáculos (vegetación,
construcciones, relieve montañoso, etc.) y por la altura por encima de la superficie, en que es
medido. Cuanto más próximo a la superficie, mayor es el efecto de fricción con el terreno,
desacelerando el movimiento y disminuyendo la velocidad del desplazamiento del aire. ese
bloque impuesto por la superficie hace que parcelas de aire de mayor velocidad se dirijan hacia
abajo generando un impulso repentino en el aire próximo al suelo; ese aumento brusco en la
velocidad del viento se denomina ráfaga.

Por simple observación, se puede constatar que los movimientos horizontales del aire,
tienen lugar con mayor o menor velocidad por la manera en que se agitan los árboles, por el
transporte de polvillo, etc.

La velocidad del viento es, por definición, el número de metros recorridos por una masa
de aire en un segundo. Decimos por ejemplo que la velocidad del viento es de 14 m/s, 30 m/s,
70 km/h, etc. Siendo 1 m/s = 3,6 km/h.

La velocidad del viento se puede medir mediante distintos instrumentos. La figura 2.3.13
muestra el anemómetro de cazoletas o copelas (Tipo Robinson), mide la velocidad del viento
de acuerdo al número de revoluciones que el aire imprime a un molinete de tres o cuatro brazos
iguales. Cada uno de los extremos de cada brazo lleva una semiesfera hueca (taza, cazoleta o
copela) y el otro extremo de cada brazo se fija a un eje vertical. Cuando actúa el viento sobre el
lado cóncavo de las cazoletas, se origina un movimiento giratorio del sistema por medio de un
contador o dispositivo eléctrico será posible conocer la distancia recorrida en un período de
tiempo dado, pudiendo así calcular la velocidad media del viento.

113
Figura 2.3.13. Anemómetro de cazoletas (Tipo Robinson)

Figura 2.3.14. Anemógrafo mecánico.

El anemógrafo mecánico (figura 2.3.14) permite registrar la velocidad instantánea y la


dirección del viento. Está formado por un anemómetro de cazoletas, una veleta y un sistema
registrador. Su funcionamiento es muy simple y al mismo tiempo seguro. El movimiento del
anemómetro permite graficar la velocidad y el de la veleta, la dirección del viento.

Dichos movimientos son transmitidos al aparato registrador por medio de un par de


barras rígidas telescópicas que permite una distancia en sentido vertical de hasta cuatro metros
aproximadamente entre los elementos sensibles y el aparato registrador; dichas barras con la
rotación de tres "camas" de base cilíndrica, provocan el desplazamiento de tres plumas
registradoras.

De esas plumas, las dos superiores se mueven alternativamente, sirven para registrar la
dirección del viento: la superior para los vientos que vienen de las direcciones N, E, y S, y la
otra para los de las direcciones S, W y N. La tercera pluma accionada por la cama inferior traza
en su diagrama, el recorrido total del viento en función del tiempo, cumpliendo una subida cada
5000 metros de recorrido del viento y una bajada para igual recorrido. Los elementos sensibles
se ubican a 2 o 10 metros de altura, condición que se debe tener en cuenta cuando se analizan
los valores obtenidos.

Estos instrumentos, anemómetro de cazoletas y anemógrafo mecánico, están ubicados


en la estación meteorológica clásica (por ejemplo las del Servicio Meteorológico Nacional).
Pero en la actualidad se dispone de estaciones automáticas, es decir un conjunto de sensores que
miden los distintos elementos del tiempo en forma instantánea con una fuente de energía que
les da autonomía de registro durante un tiempo determinado. En la figura 2.3.15 se observan los

114
sensores para medir velocidad del viento (cazoletas) y dirección del viento (veleta) de manera
instantánea.

Figura 2.3.15. Anemómetro de cazoletas y veleta pertenecientes a una estación


meteorológica automática.

Cuando es necesario medir velocidad y dirección del viento dentro de un cultivo, por
ejemplo, se puede utilizar el anemómetro portátil (figura 2.3.16), formado también por las
cazoletas y la veleta. En este caso, la expresión de la velocidad instantánea se expresa en m/s.

Figura 2.3.16. Anemómetro portátil.

Los perfiles diarios de la velocidad del viento, presentan grandes variaciones de un día
a otro debido a cambios en las condiciones meteorológicas. Pero en los perfiles medios
obtenidos como medias mensuales o períodos más largos de tiempo, es posible distinguir, cerca
de la superficie, una onda que describe los cambios diarios en la velocidad del viento.

115
La velocidad del viento se incrementa rápidamente después de la salida del sol, alcanza
su máximo a mediodía o a primeras horas de la tarde y disminuye bruscamente tras la puesta
del sol (figura 2.3.17). Las noches son normalmente calmas. La duración del intervalo en que
predomina la calma aumenta al aproximarse a la superficie del suelo. Durante la noche, con
frecuencia se produce inversión de la temperatura en las capas bajas de la atmósfera, es decir,
las capas más próximas al suelo son las más frías y también las más pesadas y densas, el aire
está en equilibrio estable, de aquí la calma consiguiente.

El incremento de la velocidad del viento tras la salida del sol, es debido a una más rápida
y eficiente transferencia de momento durante el día en la capa límite atmosférica, por un
aumento de su inestabilidad convectiva. Durante el día, por el contrario, las capas próximas al
suelo son las más calientes, el aire es más liviano y el equilibrio es inestable.

Figura 2.3.17. Variaciones diarias de la velocidad media del viento (base anual) para
distintas alturas dentro de la capa límite atmosférica cerca de Oklahoma (EE.UU).

A mayores alturas (centenas de metros) dentro de la capa superficial, la onda diaria de


variación de la velocidad disminuye su amplitud. Sobre la capa superficial la onda se va
extinguiendo para luego invertirse. La velocidad del viento se incrementa con la distancia a la
superficie como consecuencia de la disminución de la rugosidad.

La fuerza del viento depende de su velocidad. Por ello, en el lenguaje corriente se habla
de la fuerza del viento para expresar su velocidad.

Si entre dos lugares A y B existe una diferencia de presión, decimos que entre ellos se
establece un gradiente.

116
1
F= .G
a

El gradiente es una medida de la fuerza "F" productora del viento.

donde: F = fuerza del viento por unidad de masa.


G = gradiente de presión.
a = densidad del aire.

La fuerza del viento puede ser medida por el anemómetro pendular (figura 2.3.18) a
través de la presión que ejerce el mismo sobre una superficie. En realidad, es una veleta con dos
agregados:
a) Tiene una planchuela rectangular suspendida por su borde superior a un eje horizontal,
alrededor del cual puede describir un amplio giro. El eje se encuentra fijo a la flecha de la veleta,
a la que acompaña en sus movimientos. b) Un arco de metal fijo al brazo de la flecha. El arco
está provisto de puntas dispuestas a distancias desiguales, de tal modo que la planchuela, en su
movimiento provocado por el viento, señala siempre algún punto del arco. Las puntas citadas
indican fuerzas en números Beaufort. este anemómetro no responde a velocidades inferiores a
las correspondientes al número 2 de la escala, ni superiores al número 9 de la misma.

Figura 2.3. 18. Esquema del anemómetro pendular mostrando la planchuela y el arco
graduado.

Tabla IV.1. Escala adaptada de Beaufort para las velocidades del viento (Pereira, Angelocci y
Sentelhas, 2002).

Escala Categoría Velocidad


(km/h)

0 Calma; humo vertical <2


1 Casi calma; humo desviado 2a5
2 Brisa suave; agitación de las hojas 6 a 10
3 Viento leve; agitación de banderas 11 a 20
4 Viento moderado; polvo en el aire 21 a 30
5 Viento fuerte; ondas en lagos y ríos 31 a 40
6 Viento muy fuerte; 41 a 50
7 Viento fortísimo; silba el viento 51 a 60

117
8 Viento fuerte y prolongado; imposible caminar 61 a 75
9 Vendaval; daños en edificaciones 76 a 100
10 Tornado; daños generalizados > 100

Fuerzas y movimiento.

Cuando queremos explicar el viento, debemos tener en cuenta que se trata de un


movimiento relativo, debido a que el aire se mueve relativamente a la superficie de la Tierra que
también se mueve. Por ello debemos tener en cuenta las fuerzas reales, debidas a la presión, la
gravedad y el rozamiento, y la fuerza aparente debido a que la Tierra gira.

Las fuerzas actuantes en el movimiento del aire son: fuerza de la gravedad, fuerza del
gradiente, fuerza de rozamiento y la fuerza desviadora de Coriolis. Debido a que la
componente vertical de la fuerza debida a la presión se compensa con la fuerza debida a la
gravedad, no hay que tener en cuenta el efecto conjunto de las dos. Subsiste, sin embargo la
componente horizontal de la fuerza debida a la presión.

a) Fuerza del Gradiente o Gradiente Barométrico

Se llama gradiente barométrico horizontal a la variación de la presión p por unidad de


longitud horizontal l medida perpendicularmente a las líneas de isobaras. Se expresa por lo
general en milibares por grado de latitud geográfica (es decir, por cada 111 km); y responde a
la siguiente ecuación.

p
G =
l

d) Fuerza desviadora de Coriolis.

Si la Tierra no girase sobre su eje, los vientos seguirían la dirección del gradiente de
presión. La rotación sobre su eje produce el efecto Coriolis el cual tiende a curvar el flujo de
aire. Un objeto o fluido moviéndose horizontalmente en el Hemisferio Norte tiende a desviarse
hacia la derecha de la trayectoria de su movimiento, independientemente de la dirección de éste.
En el Hemisferio Sur, ocurre un efecto similar pero hacia la izquierda de la trayectoria. . La
fuerza de Coriolis no actúa sobre el Ecuador, pero se incrementa en fuerza a medida que nos

118
acercamos a los polos. La fuerza de Coriolis, que es perpendicular a su trayectoria del aire tiene
como expresión:

D = 2..V.sen
Donde:
 = velocidad angular de la rotación de la tierra
V = velocidad del viento
 = latitud geográfica

La figura 2.3.19 muestra el efecto desviador de la dirección del viento producido por la
fuerza desviadora de Coriolis.

119
Figura 2.3.19. Efecto desviador producido por la rotación terrestre.

c) Fuerza de Fricción

El aire al moverse se comporta lo mismo que todo fluido en movimiento, respecto a


cualquier superficie de separación que lo limite. El viento que sopla en las capas inferiores, junto
a la superficie del suelo, posee menor velocidad que el superior; cuanto más irregular sea la
superficie del suelo (o su rugosidad), más pequeña será su velocidad. Como las capas inferiores,
frenadas por el suelo, ejercen una acción de arrastre, sobre las capas de aire situadas por encima,
la acción de fricción se transmite, aunque con importancia decreciente, hasta niveles situados a
650 m por encima del suelo. Este efecto es menos importante sobre los océanos, cuyas
superficies, en general, son en promedio menos rugosas que la zonas terrestres donde rocas,
colinas, valles, árboles, edificios, etc. aumentan la rugosidad.

Viento Geostrófico

Bajo la acción del gradiente barométrico G, cada unidad de masa de aire atmosférico
está sometido a una "fuerza de gradiente" igual a G/a (siendo "a" la densidad del aire), dirigida
de las altas a las bajas presiones. Si esta fuerza actuase sola, el viento soplaría en esa dirección,
y siguiendo la línea de mayor declive barométrico.

El viento que resulta en el régimen permanente del equilibrio entre la fuerza del
gradiente y la fuerza de Coriolis (considerando rozamiento nulo), se llama "Viento
Geostrófico" su trayectoria es paralela a isobaras rectas. Es un viento teórico y su velocidad
puede ser calculada al formular la igualdad de las fuerzas que lo producen:

120
G
= 2. .V.sen
a
De donde:
G
Vg =
2.a. .V.sen

Supongamos que una burbuja de aire está es reposo con relación a la Tierra. Si se la deja
libre, la fuerza debida a la presión la arrastraría a través de las isobaras, desde las altas hacia las
bajas presiones. Tan pronto como la burbuja adquiera velocidad, la fuerza desviadora tenderá a
desviarla hacia su izquierda (en el hemisferio sur), y a medida que pase el tiempo, el movimiento
de la burbuja tenderá a dirigirse según las isobaras.

La fuerza desviadora estaría entonces en el ángulo recto y hacia la izquierda, y la debida


a la presión muy aproximadamente en ángulo recto y hacia la derecha de la velocidad, de modo
que las dos fuerzas tenderán a equilibrarse anulando la aceleración. (figura 2.3.20)

Figura 2.3.20. El viento geostrófico se produce siempre que las isobaras sean rectas y se
produzca el equilibrio entre la fuerza del gradiente y la fuerza de Coriolis.

121
Desviación del Viento por Rotación Terrestre y Fricción

A nivel de la superficie terrestre, el viento, además de la fuerza desviadora mencionada,


está influenciado por las fuerzas de rozamiento o fricción. Estas fuerzas opuestas al viento, son
tanto más importantes cuanto mayor sea la rugosidad de la superficie; la fuerza de Coriolis es
siempre perpendicular al viento y el equilibrio de las fuerzas exige que la resultante G' de las
fuerzas de Coriolis, D y la fuerza de rozamiento F, sea opuesta al gradiente G.

Por lo tanto, al haber un gradiente se produce viento que al comienzo es acelerado, pero
inmediatamente entra en juego una fuerza en sentido contrario que es la fricción y que actúa de
freno. La fuerza de fricción es proporcional a la velocidad del viento.

F=KV

donde K es el coeficiente de fricción.

La fuerza desviadora, que siempre actúa normal a la velocidad del viento, junto con la
fuerza de fricción, da una resultante que llamaremos contra gradiente. Supongamos una
distribución paralela y fija de las isobaras, como se presenta en el gráfico (figura 2.3.21):

Presión hPa G’

1010
F D
1008

1006
O
1004

1002 V

1000
G

Figura 2.3.21. El rozamiento sobre la superficie terrestre tiende a desviar el viento de


manera que corta a las isobaras dirigiéndose de las altas a las bajas presiones.

En donde: OG = fuerza del gradiente.

122
OF = fuerza de fricción.
OD = fuerza desviadora.
OG' = fuerza resultante de OF y OD (contra gradiente).
OV = Sentido verdadero del viento.

Si analizamos el ángulo  de desviación del viento tenemos:

OD 2. .V.sen 2. .sen


tg = tg  = = =
OF K.V K

en donde el ángulo de desviación del viento debido a la rotación de la tierra y a la fricción


depende de:

 La rugosidad K; cuanto más rugoso es el suelo, menor es el ángulo .

 La latitud, cuanto mayor es la latitud, mayor es la desviación del viento. Así en el


Ecuador, la fuerza desviadora de Coriolis es nula (seno de 0° = 0); el viento tiene la
dirección del gradiente. En el polo, (seno de 90°=1) la desviación es máxima; los
vientos soplan perpendiculares al gradiente.

Por otra parte se observa que el ángulo de desviación del viento debido a la fricción y
rotación de la tierra es independiente de la velocidad del mismo.

Factores que Influyen Sobre la Velocidad del Viento

De la figura 2.3.21, por el teorema de Pitágoras se tiene:

OG 2 = OD2 + DG 2
Pero OG' = OG = gradiente. Entonces:

OG2 = 4. 2 .V 2 .sen2  + K2 .V 2

OG2 = V 2 (4. 2 .sen2  + K 2 )

O G2
V =
4.  2 . sen2  + K 2

Expresión que nos indica que la velocidad del viento es:


 Directamente proporcional a la fuerza del gradiente.
 Inversamente proporcional a la latitud y al coeficiente de fricción.

123
Viento del Gradiente

En los párrafos precedentes hemos despreciado la fuerza centrífuga (fuerza ciclostrófica)


que interviene cada vez que las trayectorias del aire presentan una curvatura notable, es decir,
cada vez que las isobaras no son rectilíneas ni paralelas.

Del equilibrio entre las fuerzas del gradiente, fuerza de Coriolis y fuerza ciclostrófica se
obtiene como resultante el "Viento del Gradiente".

Viento Superficial

Las fórmulas que dan el viento geostrófico no son estrictamente válidas más que en
condiciones raramente dadas en la atmósfera. Pese a esto, a menudo se obtiene una
aproximación suficiente de la velocidad media del viento en superficie para grandes
extensiones homogéneas, admitiendo que ésta es igual a:

 40% del viento geostrófico, en la tierra.


 70% del viento geostrófico en los mares.

De hecho, de la influencia del relieve (acción dinámica de las montañas y los valles), de
la rugosidad del suelo (y de la cobertura vegetal), los efectos térmicos (brisas de tierra, brisas de
mar, monzones, etc.), las obstrucciones creadas por las áreas urbanas, modulan en el tiempo y
en el espacio la velocidad del viento. No obstante el viento perturbado próximo al suelo, guarda
correlación con aquel en la atmósfera libre.

Para ciertas aplicaciones prácticas, habrá pues, necesidad de registrar totalmente la


velocidad del viento por medio de un anemómetro a una altura Ho de 10 a 15 metros en un sitio
libre. Si Vo es la velocidad media medida a la altura Ho se puede admitir que la velocidad V
correspondiente a la altura H será dada por la relación empírica:

H n
V = Vo.( )
Ho

n es un coeficiente empírico que puede ser considerado 1/7 como promedio.

LA CIRCULACIÓN GENERAL DE LA ATMÓSFERA

En meteorología se conoce como “circulación general de la atmósfera” al conjunto


de movimientos horizontales y verticales del aire, integrados a escala planetaria. Este
complejo mecanismo atmosférico es generado básicamente por el diferente calentamiento
entre el Ecuador y los Polos. Por otra parte, es indispensable para el sostenimiento del clima
mundial.

124
Origen de la Circulación

La radiación del Sol es la fuente primaria de energía para los movimientos de la


atmósfera. El calentamiento solar depende directamente de la latitud, con un máximo en el
Ecuador y un mínimo en los polos. De esta manera, en el balance de radiación, existe un
superávit de energía en las regiones ecuatoriales y un déficit en las polares.

El diferente calentamiento entre el Ecuador y los polos origina movimientos térmicos


de aire que van asociados a las diferencias de presión en varias partes de la atmósfera.

Si consideramos un planeta homogéneo y sin rotación el aire caldeado del ecuador


tendería a ascender hasta alcanzar el nivel superior de la troposfera y se extendería
horizontalmente en dirección a los polos. El aire enfriado en los polos descendería y se
propagaría horizontalmente hacia el ecuador donde existen bajas presiones. De esta manera
queda establecido un sistema de viento meridional (en la dirección de los meridianos). Los
vientos del planeta estarían configurados en dos celdas de circulación uno en cada hemisferio
y con tanto tiempo de permanencia como calor siga suministrándose al cinturón ecuatorial.

Los que sucede realmente al aire que se eleva en las regiones ecuatoriales cuando
comienza a moverse hacia el polo en las capas superiores de la troposfera se explica
considerando también el efecto de Coriolis. Una porción de aire que comienza a dirigirse
hacia el polo sería desviada por el la fuerza de Coriolis y su trayectoria se vería cambiada
hasta quedar con sentido hacia el este tendiendo a acumularse en las zonas subtropicales entre
los 20 y 30  de latitud. La sobrecarga de aire provoca un movimiento descendente del mismo
o subsidencia, lo cual crea un cinturón de altas presiones (cinturón de altas presiones
subtropicales) que se desarrolla en esta zona.

Si no se produjese este intercambio de calor en sentido meridiano, tan sólo se


alcanzaría un equilibrio de energía de radiación si el ecuador fuese 14 C más cálido y los
polos 25 C más fríos de lo que son ahora. Este transporte de calor hacia los polos es realizado
por medio de la atmósfera y los océanos y se estima que la primera transporta un 80% del
total.

Además de la transferencia de calor sensible, la circulación general de la atmósfera


efectúa transferencias (o transportes) de vapor de agua con su calor latente.

Los sistemas teóricos de Presión y Vientos

Se describen los distintos sistemas de presión y vientos, indicados en el esquema


teórico de la figura 2.3.22.

 Zona de Convergencia intertropical (ZCIT). En esta zona, en donde se encuentra la


máxima acumulación de calor del planeta (en superficie), el aire asciende y es reemplazado

125
por el que llega de las regiones vecinas. La pérdida constante de aire determina la reducción
de presión en superficie.
A la ZCIT arriban los vientos “alisios” provenientes de cada hemisferio. Es así como
esta franja ecuatorial es una gran zona de convergencia. Posee intensos movimientos de
ascenso de aire, con abundante formación de nubosidad, lluvias y fuertes tormentas.

 Los vientos alisios. Están situados entre los 5 y los 30 de latitud y son vientos casi
permanentes. Los alisios son debidos al paso de aire desde las franjas de alta presión
subtropicales hacia la ZCIT. Bajo la acción de la fuerza de Coriolis y la de rozamiento, su
dirección termina siendo del SE en el hemisferio Sur y del NE en el hemisferio Norte (Ver
fig. IV.15. y IV.16.). El espesor vertical que alcanzan estos vientos es de 1 a 2 km.

 Anticiclones subtropicales. En el esquema teórico, son zonas de alta presión con vientos
débiles o en calma. Existe permanente descenso de aire (subsidencia), proceso que ayuda a
mantener la estructura de alta presión. La subsidencia calienta adiabáticamente al aire, por lo
cual da lugar a baja humedad relativa y cielos despejados. Estas altas presiones se sitúan por
lo común en los 30 a 35 de latitud. En el hemisferio Sur (ver figuras IV.15 y IV.16) emiten
por su borde ecuatorial vientos alisios del SE hacia el ZCIT, y en su borde polar vientos del
NO hacia las bajas subpolares.

 Los vientos del Oeste. Esta zona se extiende en cada hemisferio, entre los 30 y 60 de
latitud. Este tipo de viento sigue una dirección procedente del cuadrante SO en el hemisferio
norte y desde el NO en el hemisferio sur. Esta generalización, sin embargo, no es del todo
exclusiva, pues los vientos procedentes de posiciones polares son también frecuentes y
fuertes. Sería más justo decir que en esta zona soplan vientos de todas las direcciones pero
que la componente occidental es la predominante.

En el hemisferio boreal, las masas continentales rompen con este esquema, pero en el
hemisferio austral, debido a la presencia de una gran masa oceánica entre las latitudes de 40
a 60 S, los vientos del oeste se caracterizan por su fuerza y persistencia.

 Bajas subpolares. Se trata de una banda de baja presión, cuya posición fluctúa entre los
50 y 60 de latitud. A ella acude (en el hemisferio Sur) aire frío del SE desde la zona polar y
aire cálido de la zona tropical. Estos dos tipos de masas de aire, al enfrentarse entre si,
constituyen el denominado “frente polar” que en realidad nos es más que una familia de bajas
presiones con sucesivos frentes fríos y calientes.

 Altas Polares. El aire frío de las zonas polares desciende hacia capas inferiores y sale
expulsado superficialmente rumbo a latitudes más bajas. El movimiento es desviado por la
fuerza de Coriolis y de rozamiento, por lo que resultan vientos polares del SE en el hemisferio
Sur. Estas altas presiones aportan el aire frío que converge hacia las bajas subpolares y que
por medio del “frente polar” se mueven desde la zona de los Oestes hasta alcanzar la región
tropical.

126
Celdas de Circulación Meridional

A la izquierda de la figura 2.3.22, para cada hemisferio se representan las tres celdas
de circulación meridional que comúnmente existen en la atmósfera y que se describen a
continuación:

Figura 2.3.221. Circulación General de la atmósfera (esquema ideal).

 Celda de Hadley (celda tropical). En ella el aire es caliente, menos denso y liviano,
asciende en el Ecuador (en la ZCIT), al mismo tiempo que el aire más frío desciende en la
zona de los 30 de latitud , en las altas subtropicales.

127
 Celda de Ferrel (o de latitudes medias). El aire desciende en las altas subtropicales, y
asciende sobre el frente polar.

 La Celda Polar. No está muy bien definida, el aire desciende en la alta polar y asciende
en la baja subpolar y detrás del frente polar.

En realidad, este modelo esquemático de circulación general sufre modificaciones


considerables, debido a la falta de homogeneidad en la naturaleza de la superficie terrestre.

128
CIRCULACIONES ESPECIALES: ESTACIONALES Y LOCALES.

Monzones

Son vientos típicamente estacionales que se producen por el mayor calentamiento de los
continentes respecto de los mares en verano y por el mayor enfriamiento en invierno.

En verano, debido al mayor calentamiento, se forma un centro de baja presión sobre el


continente; por lo tanto, los vientos convergen hacia él, soplando desde el mar hacia la tierra.
En invierno, debido al mayor enfriamiento, se forma un centro de alta presión sobre la tierra y,
en consecuencia, los vientos soplan desde el continente hacia el mar.

En regiones donde se producen vientos monzónicos las lluvias se registran casi


exclusivamente en verano, siendo el invierno seco. La India es el país típico de los monzones.

En gran parte de la República Argentina, la rotación del viento durante el año tiende a
ser monzonal; así por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires, en verano los vientos húmedos
del cuadrante E son mucho más frecuentes que los vientos secos del cuadrante W. En invierno,
los vientos del Este tienen prácticamente igual frecuencia que los del Oeste.

Vientos Diarios

Son vientos periódicos, originados por un proceso similar al que producen los monzones,
pero de un período de tiempo más reducido. Durante el día al calentarse la tierra más
rápidamente que el mar, se produce sobre aquella una baja presión: el viento soplará del mar
hacia la tierra, es la brisa mar (virazón). Durante la noche, la tierra se enfría más rápidamente
que el mar, formándose sobre la misma una alta presión: el viento soplará de la tierra hacia el
mar, es la brisa de tierra (terral) (figura 2.3.23).

129
Figura 2.3.23. Esquemas de las brisas de mar (A) y de tierra (B).

El registro de cada una de las brisas es de aproximadamente 8 a 12 horas; luego una


calma y después comienza a soplar otra. Se observa preferentemente en las regiones tropicales
y en una faja que bordea al mar de 45 a 50 Km de ancho y hasta una altura sobre el nivel del
mar de 300 metros.

Otro tipo de brisas, son las llamadas brisas de relieve. Al salir el sol la parte superior de
la montaña se calienta antes y más intensamente que la parte inferior (valle) (figura 2.3.24).

Hay entonces menor presión en la montaña y la brisa irá del valle a la montaña: brisa de
valle. Durante la noche, el enfriamiento de la parte superior de la montaña es mucho más rápido
e intenso que en el valle y el aire al enfriarse, por su mayor peso se dirigirá hacia el valle: brisa
de montaña. El registro de las brisas de relieve es de aproximadamente unas 12 horas,
teóricamente en cada sentido.

Figura 2.3.24. Brisas de valle (A) y de montaña (B).

Vientos Locales

En casi todos los países se originan vientos que soplan algunas veces al año y que por
las características propias del tiempo que lo acompañan, son perfectamente conocidos por los

130
pobladores, quienes les han dado nombres especiales; son los más famosos: el mistral (Francia),
el bora (costa NE del mar Adriático), el foehn (Suiza), el simún o chasmín (desiertos de Africa
y Arabia), el siroco (costa N de Africa),etc.

En nuestro país encontramos el Pampero, el Zonda y la Sudestada.

Entre los más estudiados está el foehn, que es un viento cálido y seco que sopla al norte
de los Alpes. El aire húmedo que viene del Mediterráneo encuentra la cadena de los Alpes y se
eleva. Como al ascender se enfría, el agua que contiene se condensa y precipita, y el viento pasa
al otro lado ya seco. Supongamos que antes de ascender viene con una temperatura de 15 °C,
por ser húmedo disminuirá su temperatura con el ascenso 0,5 °C por cada 100 metros de
elevación (G.A.H). Por consiguiente, cuando haya llegado a los 2.000 metros, por ejemplo,
estará a 5°C. Al descender por la ladera opuesta, como ya no tiene vapor de agua, se calienta
1°C por cada 100 metros (G.A.S), con lo cual al llegar a una altura igual a aquella de donde
comenzó a elevarse, estará a 25 °C, es decir que será un viento cálido.

En nuestro país, un viento de este tipo lo tenemos en Mendoza y San Juan; es el Viento
Zonda, que también afecta a La Rioja y Catamarca, y su consecuencia es también notada en
Córdoba. Es un viento aperiódico, sumamente cálido y seco.

El zonda se origina en el centro de alta presión ubicado en el Océano Pacífico, próximo


a la costa Norte de Chile (A), y que se pone en correspondencia con uno de baja pasajero ubicado
en el sur de Mendoza o en Neuquén (B). El viento pasa a través de la cordillera con dirección
predominante NW, pero la turbulencia y fricción lo hacen cambiar varias veces de dirección,
según el lugar por donde pasa.

Al producirse al ascenso del aire por la ladera Chilena en primer lugar, ocurre el
descenso de su temperatura desde TA siguiendo un G.A.S. hasta alcanzar el punto de rocío en
el nivel de condensación por elevación (NCE) a partir de este nivel el aire continúa ascendiendo
y la tasa de disminución de la temperatura se produce según el G.A.H. dando lugar a
condensaciones y precipitaciones. Al descenso del aire por la ladera Argentina sigue en toda su
trayectoria un gradiente adiabático seco hasta alcanzar la temperatura TB. Ver figura 2.3.25.

La temperatura, humedad y violencia del viento Zonda, dependen de la altura del macizo
cordillerano atravesado y las diferencias de presión entre los centros de alta y baja presión. Las
ráfagas pueden alcanzar velocidades de 80 a 100 km por hora. La humedad relativa media es
del 10 al 20%; su período de duración es muy variable, desde pocas horas hasta 48 horas; la
mayor frecuencia se observa en primavera. Este viento trae un efecto pernicioso sobre la
producción agrícola, ya que por lo general coincide con la floración de la vid, en la cual produce
la desecación de estigmas y granos de polen.

131
Figura 2.3.25. Viento Zonda.

Viento Pampero

La masa de aire polar avanza desde el sector sudoeste, desalojando al aire caliente;
produciéndose en las regiones del "frente"(que suele ser bien definido), nubosidad y
eventualmente lluvias y chaparrones. Ver figura 2.3.26.
Las ráfagas y el viento que suelen acompañar la brusca llegada del frente, levantan
mucho polvo y por eso se llama a ese viento "Pampero Sucio". Una vez alejado el frente hacia
el Nordeste, el cielo se aclara y el viento sopla del sector sudoeste con menor fuerza, siendo el
aire limpio, seco y agradable. A ese viento se le atribuye la denominación de "Pampero
Limpio", y la mayoría de la gente lo considera como el Pampero verdadero. Investigaciones
estadísticas demuestran que la velocidad del viento Pampero rarísimamente y sólo por instantes
alcanza 90 km por hora. La cantidad de lluvia producida por el ascenso frontal depende
mayormente de las condiciones de humedad, las cuales pueden variar muchísimo. Bajo
condiciones "promedio" la lluvia es moderada y ligera, en la zona central del país.

En las provincias del Oeste la lluvia generalmente resulta nula, debido a la sequedad del
aire. Empero la nubosidad que se forma en el Norte de Catamarca y La Rioja suele durar mucho
tiempo.

En las provincias del NO, Tucumán, Salta y Jujuy, el empuje polar correspondiente al
tipo Pampero proviene del S o SSE. En el verano el aire caliente es desalojado y se levanta
fácilmente, siendo las lluvias copiosas y prolongadas. No ocurre así en invierno; a la llegada del
frente se forma una capa de nubes, eventualmente con lloviznas, aclarando paulatinamente los
días siguientes.

132
Figura 2.3.26. Esquema del Viento Pampero.

Sudestada

La Sudestada responde a un empuje de aire del sudeste, originando un “frente” que se


mueve con relativa lentitud, produciendo en la zona de choque lluvias o lloviznas. Puede ser
peligroso, pues entre siguiendo la misma dirección de la desembocadura del Río de la Plata y
del Río Paraná, provocando crecidas e inundaciones, que pueden ser muy fuertes.

El anticiclón correspondiente a ese empuje es potente y pasa en la dirección habitual


hacia el E-NE, por el N de la Patagonia, ver figura 2.3.27.

El frente situado entre el aire polar proveniente del Sureste y el aire caliente del sector
Norte, se mueven con relativa lentitud. El ascenso frontal abarca una gran zona detrás del frente,
registrándose nubes estratificadas y lluvias.

Los vientos de la sudestada llevan grandes masas de aire polar marítimo, húmedo y
nuboso, hacia el interior del país, produciéndose lluvias orográficas donde se levanta el terreno,
especialmente en las vertientes Este de las montañas. En la sudestada típica dichas

133
precipitaciones orográficas, mas bien lloviznas, suelen abarcar hasta La Pampa y sur de
Mendoza.

En su avance hacia el interior, dicha masa de aire polar marítimo se desvía en dirección
Norte, al encontrar obstáculos en las sierras de Córdoba y la cordillera norteña. Por consiguiente,
el avance del frente es rápido en las provincias del noroeste, y los efectos no difieren mucho de
los del tipo "Pampero".

Figura 2.3.27. Esquema de la Sudestada.

CIRCULACIONES ESPECIALES APERIÓDICAS: EL NIÑO Y LA NIÑA.

Un fenómeno de extrema importancia no sólo meteorológico sino también económico


es El Niño-Oscilación Sur (ENOS). Hasta la década de 1950, el fenómeno ENOS sólo
despertaba la atención de los pescadores de la costa de Perú, Ecuador, norte de Chile y de

134
aquellos que recogían guano, rico fertilizante producido por los pájaros marinos que habitan
las costas de aquellos países. Aquellas personas percibían que una elevación del nivel del
mar y de su temperatura, reducía la cantidad de peces y también la producción de fertilizante
natural. Como este fenómeno era más intenso en la época de navidad, los pescadores lo
bautizaron El Niño, como referencia al nacimiento del niño Jesús.

Las aguas del océano Pacífico son "normalmente" más calientes en las costas de
Australia e Indonesia que en la costa de Ecuador, Perú y Chile. Esas regiones están más o
menos en más o menos la misma faja latitudinal del hemisferio Sur. La atmósfera en contacto
con las aguas cálidas de Australia se vuelve menos denso, generando un centro de baja
presión; encima de las aguas más frías de América del Sur ella es más densa (centro de alta
presión). Luego a nivel del mar, en el Pacífico Sur, los vientos soplan del Este hacia el Oeste.
Debido a la fricción con una superficie, arrastran el agua del océano en aquella dirección. En
consecuencia, el Pacífico tiene un desnivel próximo a 0,5 m entre Australia y América del
Sur. Ese arrastre de aguas en dirección a Australia facilita un afloramiento de aguas más
profundas, frías y también más viscosas en América del Sur (Corriente marina de Humboldt
o de Perú). Así, a nivel del mar, los vientos son de Este-Oeste, en altitud (límite de la
troposfera) su dirección es de Oeste-Este, formando una célula latitudinal de circulación
atmosférica (célula de Walker). La atmósfera que se eleva (por convección) en la costa de
Australia (con lluvias), tiende a ser seca (sin lluvias) en la costa de Perú. Ese patrón es tomado
como "normal" para la circulación atmosférica en aquella región.

Por razones desconocidas, a veces, ocurre un calentamiento anómalo en las aguas de


la costa de América del Sur. Una hipótesis reciente sugiere que dicho calentamiento se
origina en volcanes submarinos localizados en la dorsal del Pacífico, que liberan grandes
cantidades de calor. Ese calentamiento es suficiente para bajar la presión atmosférica en la
región, originando una circulación Este-Oeste, y sin esa sustentación, las aguas se acumulan
en la costa de Australia que sufren un reflujo en dirección de América del Sur. Esas aguas
más cálidas, menos viscosas, aceleran el proceso circulatorio, llegando a revertir el sentido
de la célula de Walker. En función del enorme volumen de agua involucrado, el fenómeno
tiene una duración de muchos meses. Por ello, disminuye la producción pesquera. Estando el
océano más cálido en la costa de América del Sur, el proceso convectivo se vuelve más
intenso allí, favoreciendo la ocurrencia de lluvias, a veces torrenciales. Como consecuencia,
disminuyen las lluvias en Australia.

Con el desarrollo y uso de los satélites meteorológicos fue más fácil medir las
temperaturas de los océanos, y la localización de los grandes sistemas circulatorios. Se
comenzó a asociar la ocurrencia de El Niño, con anomalías meteorológicas en otras regiones
del mundo (teleconexiones). En función de la posición de ocurrencia, El Niño afecta
directamente la posición de la corriente del jet (jet stream) y la ocurrencia de inundaciones y
de sequías, como ya se ha descrito. Luego, para la región sudeste del Brasil, El Niño puede
significar tanto exceso como falta de lluvias. Para otras regiones las influencias pueden ser
más marcadas y no siempre desfavorables (figuras 2.3.28, 2.3.29 ,2.3.30 y 2.3.31).

El fenómeno opuesto a El Niño es La Niña, que se caracteriza por un enfriamiento


debajo de lo normal en las aguas del océano Pacífico. Como consecuencia de este fenómeno el
clima de Brasil tiene una intensificación de las lluvias en el Nordeste y sequías en el sur del país.

135
En el Estado de Sao Pablo, las consecuencias de los fenómenos El Niño y la Niña o están bien
definidas, por estar la región Sudeste en una zona de transición, donde las consecuencias de los
fenómenos son moderadas también por las variaciones de la temperatura del océano Atlántico,
de donde proviene el vapor de agua traído por los vientos alisios de SE. De este modo cuando
mayor es la temperatura del Atlántico, mayor es la inyección de vapor en el continente y mayor,
entonces, la posibilidad de lluvia.(figura 2.3.28)

Figura 2.3.28. Condiciones meteorológicas en el Pacífico Sur durante los episodios


“La Niña” y “El Niño” , durante los meses de Diciembre a Febrero.

Figura 2.3.29. Efectos de El Niño durante los meses de Diciembre a Febrero en el


mundo.

136
Para Rio Grande do Sul, analizando registros históricos, desde 1913-1995, se
verificaron que los totales de lluvias mensuales de octubre y noviembre fueron cerca de 17%
mayores durante los años de El Niño, y 23% menores en años de La Niña. Los rendimientos
del cultivo de maíz, fueron beneficiados por ese exceso de lluvias en octubre y noviembre;
en cambio, los excesos de lluvias en otoño -invierno, perjudicaron la cosecha del mismo
cultivo.

En el caso del cultivo de trigo, el rendimiento en la región centro-sur de Brasil en el


período 1920 a1997, fue perjudicado en un 61% de los años El Niño, y favorecido en el 73%
de los años de La Niña.

COLOMBIA,
NORTE: sequías de moderadas a severas
VENEZUELA, GUYANA,
en el N y en el E de Amazonia. Aumento
SURINAM, GUYANA
de probabilidad de incendios forestales,
FRANCESA: disminución de
principalmente en bosques degradados.
las precipitaciones en la
mayor parte del año, con
excepción en los meses de NORDESTE: como en el E de
marzo a junio que aparen- Amazonia, sequías de diversas
temente no son afectados. A intensidades. En el N del nordeste
excepción de la costa pacífi- ocurren durante la estación lluviosa
ca de Colombia que recibe de febrero a mayo. Las zonas del O
lluvias intensas en verano. del nordeste, no son significativa-
mente afectadas.
ECUADOR, PERU, BOLIVIA,
CHILE: lluvias intensas en meses
SUDESTE: moderado aumento de las
de verano sobre la costa occidental
de América del Sur, que afectan las temperaturas medias. Han ocurrido
costas de Ecuador y el N Perú. sustancial aumento de las temperaturas
invernales. No hay patrón característico
Sequías en meses del verano sobre
las regiones andinas de Ecuador, de cambio de las lluvias.
Perú y Bolivia. Lluvias intensas
sobre la región central y del sur de
Chile en la estación de invierno. SUR: precipitaciones abundantes en la primave-ra
y lluvias intensas de mayo a julio. Aumento de la
temperatura media.
CENTRO OESTE: no hay evidencias de
efectos pronunciados en las lluvias de esta
ARGENTINA, PARAGUAY, URUGUAY: Precipitaciones en
región. Tendencia de lluvias encima de la
cima de la media en el Nordeste de Argentina, Uruguay y
media y temperaturas más altas en el sur.
Paraguay, principalmente en primavera y verano.

Figura 2.3.30. Efectos del fenómeno El Niño/ Oscilación Sur (ENOS) en América del
Sur. Fuente: CPTE/INPE.

137
Figura 2.3.31. Efectos de La Niña durante los meses de Diciembre a Febrero en el
mundo

FRENTES Y MASAS DE AIRE

Masas de aire

Es una gran porción o volumen de atmósfera, dentro del cual las características
meteorológicas se mantienen semejantes a lo largo y ancho de grandes extensiones. Las masas
de aire alcanzan horizontalmente dimensiones de mil a cinco mil kilómetros, y verticalmente
tienen apenas entre 5 a 12 kilómetros.

Las “masas de aire” que llegan con mayor frecuencia a nuestra región son las
siguientes:

1- La masa de aire tropical húmeda. Se forma en el sur de Brasil y en noreste argentino.


Se caracteriza por registrar temperaturas máximas de 25 a 30C en invierno, y de 33 a 40C
en el verano. Posee elevados valores de humedad. A nuestra zona llega aire tropical en forma
de vientos del norte, noreste y noroeste.

2- La masa de aire polar. Llega del extremo sur del océano Pacífico, con muy bajas
temperaturas. Atraviesa gran parte de la Patagonia antes de arribar a nuestra región. Esta

138
masa de aire llega en forma de viento sur, sudeste y sudoeste. En verano, presenta
temperaturas máximas de 18 a 25C, y en invierno de 8 a 15C.

3- La masa de aire antártico. Penetra en nuestra región proveniente del continente antártico.
Se la observa únicamente en invierno (2 o 3 veces por año) y nos trae consigo los días más
fríos del año.

Las diferentes masas de aire, cuando se ponen en contacto, no se mezclan ya que cada
una se resiste a perder su propia identidad. Se mueven y empujan unas a otras, de tal modo que
la que avanza con mayor ímpetu hace retroceder a la otra. Estos movimientos generan cambios
de tiempo. Es por ello que a cada masa de aire, cuando atraviesa una región, se la puede
caracterizar por un particular tipo de tiempo (ya sea bueno y cálido o, por el contrario, nublado,
lluvioso y fresco, etc.).

Frentes

Se denomina frente a la zona de contacto o de separación entre dos masas de aire


vecinas. Tenemos un frente frío cuando la masa de aire frío avanza de oeste a este (o de
sudoeste a noreste)., haciendo retroceder al aire caliente. En cambio si el aire cálido empuja
al frío, se trata, entonces de un frente caliente. En el caso de que ambas masas de aire
permanezcan sin desplazar la una a la otra, estamos en presencia de un frente estacionario.

La superficie de contacto entre ambas masas de aire, es algo así como una inmensa
“membrana” invisible e inclinada, que se extiende desde el suelo hasta cerca de los 5.000
metros de altura. Esta superficie de separación entre el aire frío y el aire caliente se denomina
pendiente frontal. En general podemos decir que cuando se produce un frente frío la
pendiente frontal es más inclinada por lo que. los frentes fríos se caracterizan por la
formación de nubes de desarrollo vertical, las lluvias son intensas de corta duración y abarcan
superficies pequeñas, muchas veces estos frentes dan lugar a la producción de granizo. Los
frentes cálidos, por otra parte, se caracterizan por dar lugar a precipitaciones de menor
intensidad, de larga duración (temporales de lluvia) y por abarcar superficies mayores.

El frente frío

El “frente frío” es el frente de avance de las masas de aire frío que llegan a nuestra región.
Estos frentes son los responsables de la mayor parte de los cambios bruscos del tiempo que
afectan a las distintas actividades agropecuarias. Producen rápida rotación del viento, descenso
de la temperatura y en muchos casos ráfagas, lluvias y tormentas eléctricas

Es el frente de avance de una masa de aire frío, que gradualmente desaloja al aire caliente
que se retira. Además como la masa de aire frío es más densa, se encarga de empujar al aire
caliente desde abajo y lo obliga a “trepar” cuesta arriba sobre la empinada superficie frontal (ver

139
figura 2.3.32). El fenómeno suele ser muy violento y en éstos ascensos se producen abundantes
nubes que se organizan en un amplio sistema que abarca centenares de kilómetros.

Figura 2.3.32. Esquema de la llegada de un frente frío.

Los frentes fríos entran a nuestro país desde el sur y sudoeste, provenientes del
océano Pacífico, o desde zonas antárticas.

En su avance hacia el norte, los frentes fríos normalmente llegan hasta las provincias del
noreste argentino, en donde se detienen algunos días. En esta zona se disuelven o se ponen
nuevamente en movimiento, esta vez hacia el sur.

En el 75% de los casos, antes del pasaje de un frente frío, llega a la zona abundante
nubosidad, alta y media (cirrus, cirrostratus, altocúmulus, altostratus). El cielo termina por
nublarse por completo. En ocasión del pasaje del frente, suelen producirse algunas lluvias y
frecuentemente tormentas eléctricas, las que a veces se inician antes de la llegada del frente.
Las precipitaciones duran por lo general de 1 a 6 horas.

El frente caliente

Es el frente de avance de las masas de aire caliente y húmedo que nos llegan desde el
centro y sur del Brasil. Suelen afectar a varias provincias argentinas, con 24 a 72 horas de mal
tiempo (vientos fuertes del E o NE, lluvias y lloviznas, chaparrones y tormentas eléctricas).

140
Este frente se forma a partir del momento en que el aire caliente se mueve hacia el sur,
y que encuentra aire frío a su paso. Entonces, el aire cálido trepa por encima del aire frío, lo
empuja, y sin mezclarse con este lo hace retroceder.

Entre la superficie terrestre y alturas superiores a los 5 km., se extiende entonces una
superficie de separación entre ambas masas de aire. Es la denominada superficie frontal (ver
figura 2.3.33). Para tener una idea de su inclinación, digamos que la superficie frontal tiene 1
km. más de altura, por cada 150 km. horizontales. Sobre esta pendiente asciende el aire caliente,
a modo de “rampa” y gradualmente va formando abundante nubosidad.

Cuando un frente cálido se aproxima a nuestra zona, se pueden observar muchos


cambios en la nubosidad. Las nubes continúan espesándose y son cada vez más bajas.
Finalmente tenemos el Nimboestratus, nube gris plomizo, con lluvias y lloviznas.

En varias oportunidades, conjuntamente con los Nimbostratus, la proximidad del frente


caliente queda demostrada con nubes Cumulonimbus las que, a su vez, hacen acto de presencia
con sus tormentas eléctricas y chaparrones intermitentes. Frecuentemente, la llegada de las
nubes altas y medias pertenecientes a un frente caliente, queda enmascarada por la presencia de
nubes “stratus” y bancos de niebla.

Figura 2.3.33. Esquema de la llegada de un frente cálido.


B

141
142
143
UNIDAD 2: COMPONENTES ENERGÉTICOS

Subunidad 2.4. LA TEMPERATURA DEL AIRE


CAUSAS Y MECANISMOS DEL CALENTAMIENTO Y ENFRIAMIENTO
ATMOSFÉRICO.

La temperatura del aire constituye la expresión indicativa del calor presente en dicho
medio atmosférico, al que se designa como calor sensible puesto que es una propiedad percibida
por nuestros sentidos. A los efectos de entender las fluctuaciones que experimenta la
temperatura del aire en el curso del día o del año y en un dominio geográfico determinado, en
primer término se analizan los mecanismos físicos que intervienen para provocarla. Como se
trata de una propiedad relacionada con el ciclo de la energía en el sistema climático, para
comprender su origen es necesario retrotraerse al concepto de balance calórico. Expresada en
forma algebraica, esta ecuación está constituida por dos miembros: la fuente de calor,
representada por la radiación neta (Rn), y los sumideros o procesos de disipación, que integran
los flujos de calor sensible del suelo (S) y la atmósfera (H) y el flujo de calor latente (lE), donde
E es la cantidad de vapor y l el calor latente de vaporización.

Rn = S + H + lE (1)

Hay que tener presente que, a los efectos de uniformizar y sistematizar las
observaciones, la temperatura del aire se mide en el interior de la casilla o abrigo meteorológico,
con lo cual se evita la exposición directa del termómetro a la radiación solar y se descarta a este
mecanismo de transferencia como responsable directo de la variación de la temperatura del aire.

Por su parte, la conducción molecular no es un proceso muy efectivo en el transporte


de calor en la atmósfera. Sin embargo, este mecanismo adquiere importancia en la capa de aire
de unos pocos milímetros de espesor, adherida con gran tenacidad a la superficie del suelo (o de
las hojas). Dicha capa se denomina "capa límite" o "subcapa laminar" y, en ella, el calor se
transporta sólo por conducción y los gases (vapor de agua, CO2) por difusión molecular. La capa
límite constituye así una efectiva barrera de los intercambios calóricos y gaseosos entre la planta
y la atmósfera.

La transferencia del calor sensible en la atmósfera se realiza principalmente a través de


la convección. La convección se refiere al movimiento interno de un fluido (masa de aire), que
produce el transporte y mezcla de las propiedades de dicho fluido. Si bien la propiedad
transportada es la energía calórica y, de manera más específica, las moléculas del aire con su
particular estado energético, otras propiedades presentes en el aire, como el vapor de agua, el
CO2, las impurezas suspendidas en la atmósfera o alguna otra propiedad que forma parte de la
mezcla atmosférica, también son puestas en movimiento de esta forma. La convección obedece
a dos causas o mecanismos, lo que permite distinguir entre: la convección libre y la convección
forzada o dinámica.

La convección libre ocurre cuando el aire calmo en contacto con una superficie caliente
incrementa su energía interna, lo que provoca su dilatación con una consecuente disminución

144
de la densidad (δ = m/V), motivo por el cual es obligado a ascender. Como se desprende de la
ecuación de equilibrio hidrostático, el aire es más liviano a medida que la altura se incrementa
y, de esta forma, con el desplazamiento vertical, el sistema busca alcanzar el equilibrio
hidrostático, igualando la presión interna con la exterior. Esto constituye básicamente un
fenómeno de flotación.

La convección forzada se refiere al movimiento inducido por la acción del viento y la


fricción del aire sobre la superficie terrestre (de acuerdo a su rugosidad). Las variaciones
irregulares de la velocidad y dirección del viento superficial son debidas a una sucesión de
remolinos que se producen de manera desordenada, lo que provoca, además, la mezcla del aire.
Los movimientos de los remolinos y los procesos de mezcla resultantes son importantes porque
mediante ellos el calor, la humedad y las demás propiedades del aire son redistribuidas a través
de capas profundas de la atmósfera.

El movimiento que puede adquirir el aire, por su parte, es de dos tipos: laminar o
turbulento. En la atmósfera libre, lo usual es que el movimiento sea turbulento. La turbulencia
es por lo general invisible, pero en muchos casos se hace evidente por medio de remolinos, que
se ponen de manifiesto debido al material que transportan, como son las partículas de polvo,
copos de nieve, etc.

En la cercanía del suelo, dado el carácter turbulento o irregular del movimiento y la


condición de mezcla que prevalece, la convección adquiere una modalidad no adiabática, es
decir que ocurre habiendo intercambio de energía con el medio. A este proceso se lo designa
difusión turbulenta. La turbulencia es un movimiento en todas direcciones, de carácter
desordenado o caótico, que está sobrepuesto al movimiento horizontal del viento. La
componente horizontal de la turbulencia puede aumentar o disminuir la velocidad del viento,
como así también puede causar que el viento se desvíe de su dirección media. Esta es la razón
de la modalidad arrachada del viento (por ráfagas). Si bien la componente vertical del
movimiento turbulento es más pequeña, su importancia reside en que provee el mecanismo para
el transporte vertical de todas las propiedades del aire, incluido el calor.

Los estudios de fluidos muestran que en los lugares donde el aire se pone en contacto
con una superficie sólida como el suelo o una pared, la difusión turbulenta no se extiende hasta
el sólido. Allí, en la capa límite, el movimiento es de carácter laminar y el proceso de
transferencia es la conducción molecular. Se puede interpretar que, en la medida que el espesor
de esta capa aumenta, disminuye la capacidad de la atmósfera para realizar el transporte vertical
del calor o que, dicho de otra manera, un objeto queda más aislado del aire que lo rodea.

Difusión turbulenta.

El concepto de difusión se refiere a movimientos rápidos de naturaleza térmica que


realizan las moléculas individuales en un fluido, produciendo el reordenamiento aleatorio de su
posición molecular y, en un fluido no homogéneo, la transferencia de masa y calor. Por ejemplo,
considerando un fluido en reposo, la transferencia de masa ocurre como resultado del
movimiento neto de moléculas de una especie desde un área de mayor concentración a otra de
menor concentración. En un sistema unidimensional, la densidad del flujo o tasa de transferencia

145
de masa (Ji) de la propiedad i por unidad de área a través del plano, está directamente relacionada
al gradiente de concentración (∂ci/∂x) de i a través del plano, por una constante llamada
coeficiente de difusión (Di), lo que matemáticamente se escribe:

Ji = - Di ∂ci/∂x (P cm-2s-1) (2)

La magnitud de P se refiere a la naturaleza de la propiedad que difunde, mientras que el


signo negativo es la convención matemática usada para indicar que el flujo ocurre en dirección
de la concentración decreciente.

Considerando a la difusión térmica como un movimiento, este mecanismo de transporte


se puede conceptualizar a partir de la ecuación de transporte general, donde:

Densidad del flujo = Constante de proporcionalidad x fuerza conductora.

En muchas situaciones prácticas es más conveniente medir concentraciones en dos


posiciones del sistema, en lugar de determinar el gradiente de concentración en un punto, razón
por la cual esta ecuación de transporte se aplica comúnmente en una forma integrada. En el caso
más simple, donde el flujo es constante respecto del camino considerado (o sea, que no hay
absorción o evolución del elemento transportado en esa región), y donde D no cambia con la
posición, la integración de la ecuación 2 en dos planos ubicados en x1 y x2, separados a la
distancia l, produce la expresión siguiente:

Ji = - Di (ci1-ci2) / l
(3)
Donde ci1 y ci2 son las concentraciones de la propiedad i en x1 y x2,
respectivamente, como muestra la Figura, siendo esta diferencia de concentración la fuerza
conductora a través del camino
La cantidad Di se denomina coeficiente de difusión. Su importancia radica en que ofrece
la posibilidad de expresar en forma numérica el movimiento irregular de la difusión turbulenta.
Las dimensiones son, en este caso, m2 s-1, las mismas de la difusividad térmica para la
conducción de calor en el suelo.
Concentración (ci)

Flujo constante (Ji)


J i  Di
ci1  ci 2 
x2  x1 

x1 x2 x3

Figura 2.4.1. Difusión siguiendo un gradiente de concentración, mostrando que para Di


constante, el flujo es constante con la distancia y la caída de la concentración es
proporcional a la distancia.

146
Para expresar el flujo de calor en la atmósfera (H), esta forma general de difusión se
adapta de modo que H toma el lugar de Ji, K es el coeficiente de intercambio turbulento (que
también se puede expresar como A, siendo A = K a), y ∂Ti/∂x es el gradiente térmico que,
multiplicado por Cp, expresa la diferencia de calor que existe en sentido vertical:

T
H  K aC p (cal m-2 s-1) (3)
x
K: Coeficiente de intercambio (m2 s-1)
a : densidad del aire (g m-3)
Cp: Calor específico a presión constante (0,24 cal g-1)
∂T/∂x: Gradiente de temperatura con la altura (ºC m-1)

Como el gradiente térmico puede ser negativo (la temperatura disminuye con la altura
como ocurre normalmente durante el día) o positivo (en el caso contrario, habitualmente por la
noche, cuando se produce inversión cerca del suelo), su signo determina el sentido que adquiere
el flujo de calor sensible, hacia arriba durante el día para disipar el calor y hacia el suelo durante
la noche.

Otro modo de representar el proceso de transferencia de calor es, en analogía a la Ley


de Ohm, haciendo uso del modelo de la resistencia. El mismo alude a que la intensidad de un
proceso de conducción eléctrica es directamente proporcional a la diferencia de potencial, e
inversamente proporcional a la resistencia al paso de la corriente. Adaptado para expresar el
flujo de calor sensible (H), el concepto sería:

Gradiente de temperatura
Flujo de calor 
resistencia aérea al flujo

y más específicamente:
T  Ta
H  C p a s (4)
ra
donde Cp y δa conservan su significado anterior, Ts - Ta es la diferencia de temperatura superficial
respecto a la temperatura del aire, y ra es la resistencia aérea (aerodinámica o capa límite) al
transporte vertical de calor, que depende de la forma del objeto, la velocidad el viento y la
diferencia de temperatura entre la superficie del objeto y el aire.

La temperatura superficial (Ts) de una hoja o canopeo expuesto a la radiación solar es


un parámetro físico muy importante porque no sólo representa el estado energético alcanzado,
sino que su magnitud gobierna los intercambios de energía del balance calórico del objeto con
su entorno. Valores de Ts - Ta negativos, nulos o ligeramente positivos son indicativos de que la
planta realiza el intercambio gaseoso sin impedimentos, subordinado a una condición de
disponibilidad de agua y turgencia adecuadas (sin control estomático). En este caso, la mayor

147
parte de la radiación neta es disipada en el proceso de evapotranspiración. En caso contrario, la
falta de agua y un estado de marchitamiento como consecuencia de una tasa evaporativa limitada
(con control estomático), producen el incremento de Ts para posibilitar una mayor transferencia
de calor sensible a la atmósfera.

La mezcla debida a la convección libre y a la convección forzada.

Los mecanismos de la convección (el intercambio por fricción y el intercambio por


convección libre) pueden actuar en forma separada o pueden hacerlo combinados. De hecho,
durante la noche sólo puede existir convección forzada porque cerca del suelo el aire es más frío
y denso, como consecuencia del balance de radiación negativo, y el aumento de la temperatura
con la altura impide el desplazamiento vertical del aire.

El intercambio por fricción, también llamado mezcla dinámica, es producido como


consecuencia de variaciones en la rugosidad de las superficies naturales y por cambios,
usualmente incrementos, de la velocidad del viento con la altura. El coeficiente de intercambio
turbulento (K) se incrementa con el aumento de la velocidad del viento y la altura sobre el suelo.

Durante el día, cuando la superficie de la tierra se calienta como resultado del balance
de radiación positivo, la mezcla convectiva (convección libre) se suma a la contribución por
fricción, incrementando la capacidad de transporte vertical.

El proceso de convección libre presenta características diferentes de la mezcla por


fricción. Los movimientos turbulentos por convección libre presentan un recorrido aleatorio,
pero usualmente tienden a formar corrientes ascendentes y descendentes. Se ha comprobado,
por otra parte, que las parcelas de aire de las corrientes convectivas (con sus características de
temperatura, humedad, etc.) son más grandes que los elementos turbulentos de la mezcla por
fricción. A mayores alturas desde el suelo hay como embudos de aire mezclado y áreas a gran
escala de ascenso generalizado, que se hacen evidentes por el desarrollo de nubes cúmulos en
días de verano.

La parte superior del diagrama que muestra la figura 2.4.2, representa la situación de un
día despejado de verano durante la tarde. En este caso, no hay evidencia de un aumento en el
coeficiente de intercambio (K) al producirse un aumento en la velocidad del viento. Por el
contrario, cuando el viento es ligero su valor es mayor que para vientos más fuertes. Esto es
debido a la influencia de la convección libre, porque cuando el viento tiene menor velocidad el
suelo es fuertemente calentado y el efecto de este calentamiento domina el proceso total de
mezcla. A medida que la velocidad del viento sigue incrementándose, el valor del coeficiente
de intercambio decrece hasta un mínimo, punto desde el cual y en adelante, la mezcla por
fricción comienza a prevalecer. Los valores de K para los vientos más fuertes de 8 y 9 m/s están
situados aproximadamente en la extrapolación de las curvas nocturnas (parte inferior del
diagrama) que explican el proceso de mezcla sólo por fricción. En este caso, el aumento de la
velocidad del viento produce siempre un efecto positivo de incremento del coeficiente de
intercambio.

148
K
Durante el día
Durante la noche

VV (m s-1)
Figura 2.4.2. Variación del coeficiente de intercambio K en función de la velocidad del
viento en distintos momentos del día.

Luego de esta primera parte, que considera los conceptos más importantes del proceso
de calentamiento del aire cerca del suelo, es necesario revisar también los mecanismos de
calentamiento o enfriamiento que ocurren por lo general a mayor altura en la atmósfera, y que
se realizan sin intercambio de energía con su entorno: son los denominados procesos
adiabáticos.

Procesos Adiabáticos.

El primer principio de la termodinámica, junto a la ecuación general de los gases y la


ecuación de equilibrio hidrostático, se integran para analizar las variaciones de temperatura de
naturaleza adiabática que experimentan las parcelas de aire puestas en movimiento de ascenso
(convección) o descenso (subsidencia) en la atmósfera. Dichos conceptos explican la causa y
magnitud que adquieren los gradientes adiabáticos seco y húmedo, es decir la tasa de variación
de la temperatura que experimenta una parcela de aire sometida a un trabajo mecánico como
consecuencia de las diferencias de presión atmosférica relacionadas con la altura.

Como presenta la Figura 2.4.3, una partícula o parcela de aire al ser impulsada hacia
arriba se dilata, debido a que la presión atmosférica decrece con la altura, es decir P1 > P2 > P3.
De esta forma, la presión en el interior de ella queda equilibrada con su medio externo.

149
Z

Z3 T3 T3 P3

Z2 T2
P2
T2

Z1<Z2<Z3 T1>T2>T3 P1>P2>P3

Z1 T T P1
1 1

Figura 2.4.3. Variación adiabática de la temperatura por efecto del ascenso/descenso de


una parcela de aire.

En el caso de ser impulsada hacia abajo, la partícula es comprimida, siendo que P


aumenta a medida que se aproxima al suelo. Debido a que el medio es gaseoso y el movimiento
vertical se realiza con cierta velocidad, estos cambios tienen lugar sin que el medio externo
imparta calor a la partícula en movimiento, ni que lo reciba por parte de ella, configurando un
proceso de naturaleza adiabática. Si una partícula o parcela se dilata efectúa trabajo, si por el
contrario se la comprime, se entiende que se le proporciona trabajo. En este proceso de carácter
reversible, se produce la conversión de energía mecánica en calor cuando la partícula es
impulsada para abajo, y el contenido de calor sensible propio de la parcela es convertido en
energía mecánica cuando el movimiento ocurre hacia arriba, lo que explica completamente su
enfriamiento, siendo entonces T1 > T2 > T3.

Los cambios de la temperatura del aire (T) en función de la Presión atmosférica (P),
que se producen simplemente por los cambios de altitud, para un proceso adiabático son
descriptos por la ecuación de Poisson (5), que cuantifica el grado de enfriamiento
(calentamiento) de una parcela de aire ascendente (descendente). Como resultado de ello se
produce una disminución (aumento) de la temperatura de 1°C cada 100 metros.
0,288
T1  P1 
  (5)
T2  P2 

Donde T1 (ºK) representa la temperatura original de la partícula a la presión P1, y T2 (ºK) la que
adquiere a P2.

Esta tasa de variación constante de la temperatura del aire con la altura se conoce como
gradiente vertical adiabático seco, o simplemente gradiente adiabático seco (G.A.S.). Si la
partícula está constituida por aire no saturado de humedad, al ascender se irá enfriando según lo
expresado para la adiabática seca. Tan pronto el aire se satura al llegar al nivel de condensación,
hay que tener en cuenta el calor latente de condensación que es liberado a la parcela. Esta energía
así liberada se agrega a la partícula que asciende, lo que motiva que ya no sea 1°C de descenso

150
de la temperatura por cada 100 metros, sino que la tasa se encuentra reducida de acuerdo a la
cantidad de energía liberada por la condensación del vapor de agua presente inicialmente. En
este caso, el gradiente resultante se conoce como gradiente adiabático húmedo o gradiente
adiabático saturado (G.A.H). En aire tropical caliente el G.A.H. es aproximadamente 0,35
°C/100 m, mientras que a temperaturas tan bajas como la de las regiones polares en invierno, y
en la alta troposfera todo el año, los dos gradientes tienen valores similares por tratarse de aire
muy seco.

Estabilidad térmica de la atmósfera: gradientes verticales.

Los movimientos verticales en la atmósfera son de gran importancia meteorológica,


pues prácticamente toda la precipitación puede atribuirse a la condensación producida por el
enfriamiento del aire a causa de su expansión dinámica cuando se desarrolla una nube de
tormenta. Por esta razón, es necesario considerar los factores que tienden a favorecer o bien a
impedir este desplazamiento vertical, lo que ocurre de acuerdo al estado de estabilidad
atmosférica de una capa atmosférica.

En orden a interpretar las distintas situaciones de estabilidad térmica que se pueden


presentar, es necesario distinguir los conceptos de: i) gradiente vertical, generalmente
representado a través de un valor promedio de la condición térmica de cada capa; ii) gradiente
adiabático (seco o húmedo), que cuantifica la tasa de cambio de la temperatura con la altura
cuando una parcela en particular experimenta cambios térmicos originados por variaciones de
presión (altura) y cambios de estado del agua sin intercambio de energía con el medio.

Cuando se habla del gradiente vertical, se hace referencia expresa a la variación de la


temperatura en función de la altura que es propia de cada momento y lugar de la tierra. Si la
temperatura disminuye con la altura el gradiente se llama normal y lo contrario, cuando la
temperatura aumenta con la altura, se denomina gradiente de inversión, lo que ocurre
generalmente por la noche. Esto se muestra en la figura 2.4.4.

Altura 5 6 7 8 9 12 15 (horas del día)

Temperatura
Figura 2.4.4. Gradientes verticales de temperatura diurnos y nocturnos.

El gradiente térmico medio en la atmósfera es de 0,65°C/100 metros. Su determinación


se efectuó primitivamente por ascensiones a montañas y posteriormente por medio de globos,
aviones, radiosondas, etc.

151
Los desplazamientos verticales de las parcelas de aire en la atmósfera se producen
principalmente debido al encuentro entre dos masas de aire con temperaturas distintas, al
ascenso orográfico y al ascenso local por convección. Si un elemento tiende a retornar a su
posición anterior después de ser desplazado, la condición se considera estable, si el
desplazamiento hace que el elemento se aparte aún más de su posición original, la condición se
designa como inestable y, finalmente, si no resiste ni ayuda al desplazamiento, la condición es
de equilibrio neutro.

Trasladando estos criterios básicos de equilibrio estático a los movimientos verticales de


la atmósfera (efecto gravitatorio de flotación originado por diferencias de densidad), también
aquí se reconocen los tres tipos principales de equilibrio. Los mismos deben tenerse en cuenta
al analizar el desplazamiento vertical de una partícula de aire a través de una capa de la atmósfera
cuyas características térmicas sean conocidas (gradiente vertical o real). Los distintos tipos de
equilibrio: 1) Estable, 2) Inestable y 3) Neutro, pueden ocurrir según se consideren con
respecto:

a) al aire seco (no saturado) y


b) al aire saturado.

En la figura 2.4.5.(a) se muestra el perfil térmico atmosférico con un gradiente adiabático


seco (GAS) y un gradiente vertical o real (GR) menor al primero. En otras palabras, la variación
de la temperatura con la altura es menor en la atmósfera circundante (GR) que en la propia
parcela (GAS). Supongamos que una partícula de aire (situada a 100 metros de altura) es
impulsada a ascender y, dado que es el aire el que se mueve, sufrirá un proceso de enfriamiento
dinámico. La partícula se enfría siguiendo la adiabática seca y, al alcanzar los 200 metros, su
temperatura será inferior a la del aire que la rodea y, por consiguiente, alcanzará una mayor
densidad (El aire que la rodea está dado por el GR). Por lo tanto, la partícula con menor
temperatura y mayor densidad tenderá a descender, cesando su recorrido al alcanzar una capa
atmosférica de la misma densidad. Este nivel lo encontrará en su punto de partida, a los 100
metros de altura. De lo dicho, se deduce que la masa de aire opondrá resistencia a todo
desplazamiento vertical que se le quiera imponer. Se trata de una condición estable. En otras
palabras, si el gradiente vertical (GR) es menor que la adiabática seca, la capa se hallará estable
con respecto al aire no saturado.

(a) (b)
h (m)

200

100

17 18 19 t(C) 17 18 19 t(C)
G.A.S. G.R.

152
Figura 2.4.5. Representación gráfica de las condiciones de estabilidad atmosférica

Veamos que sucede cuando el GR es mayor que el GAS en la figura 2.4.5.(b). Desde los
100 metros, una partícula de aire es impulsada a ascender (GAS). En este caso la temperatura
que adquirirá la partícula será superior a la del aire que la rodea, su densidad será por lo tanto
inferior a éste y por consiguiente seguirá ascendiendo hasta alcanzar una capa atmosférica en la
que iguale su temperatura y densidad. Inversamente, si se impulsa la partícula provocando el
descenso por debajo de 100 metros también tenderá a alejarse de su punto de origen. Se observa,
en este caso, que estamos en presencia de una condición de inestabilidad. En otras palabras, si
el GR es mayor que el GAS se origina una condición de inestabilidad térmica.

Cuando nos referimos al gradiente adiabático saturado, también llamado gradiente


adiabático húmedo (GAH), haciendo un análisis similar se puede concluir como en el caso del
GAS. Esto es: cuando el GR es menor que la adiabática saturada (GAH), la capa de aire se
hallará estable con respecto al aire saturado y cuando el GR es mayor que el GAH se originará
una condición de inestabilidad.

Equilibrio neutro: Esta condición se alcanza cuando el gradiente vertical (GR) es igual al GAS
o bien cuando el gradiente vertical es igual al GAH.

Equilibrio condicional: Esta situación se produce cuando el gradiente vertical se encuentra


entre el GAS y el GAH, siendo la condición que prevalece en caso de una nube de tormenta,
como se verá en el capítulo correspondiente.

En base a estas condiciones de equilibrio térmico y otros aspectos barométricos, eólicos


e higrométricos, las oficinas meteorológicas formulan los pronósticos de tormenta.

Medición convencional de la temperatura del aire.

Los órganos o elementos sensibles del instrumento destinado a medir temperatura del
aire, deben protegerse necesariamente de la radiación directa o reflejada de cualquier naturaleza.
Por esta razón, la medición de la temperatura del aire se hace en abrigo meteorológico (figura
2.4.6.), o bien se usan pantallas de metal pulidas para proteger los órganos sensibles de los
instrumentos portátiles.

Termómetro común (de mercurio)

Están construidos con un vidrio especial y constan de un depósito o bulbo de forma


cilíndrica o esférica unida a una varilla, la que es atravesada en toda su longitud por un tubo
capilar cerrado en el extremo superior por una ampolla. Dentro del capilar, el líquido empleado
se desplaza, debido a las variaciones de temperatura, sobre una escala graduada en grados
centígrados, tomando como puntos fijos la temperatura del hielo fundente (0°C) y la del agua
en ebullición (100 °C), a la presión normal de 760 mm de mercurio.

153
Figura 2.4.6. Fotografía de un abrigo meteorológico y de su interior mostrando el
instrumental.

El mercurio es el elemento sensible más utilizado por la posibilidad de obtenerlo puro,


y porque los puntos de ebullición (360 °C) y de solidificación (-39 °C) lo hacen apropiado.
Generalmente, estos termómetros se encuentran formando parte del psicrómetro, instrumento
utilizado para medir el contenido de vapor de agua (ver psicrómetro no ventilado "A").

Escalas termométricas.
ºC = °R . 5/4 °R = °C . 4/5
°F = °C. 9/5 + 32 °C = (°F - 32) . 5/9
°R = (°F - 32) . 4/9 °F = °R . 9/4 + 32
°C = K –273 K = °C + 273

Termómetro de máxima
Su elemento sensible es también el mercurio, el capilar tiene un estrangulamiento
producido por una disminución del diámetro del mismo en la parte próxima del bulbo (figura
2.4.7.(b)). Al aumentar la temperatura del aire el mercurio se dilata desplazándose en el capilar
como en un termómetro común; al disminuir la temperatura, la columna de mercurio tiende a
introducirse dentro del bulbo, pero no puede vencer la resistencia del estrangulamiento, y el

154
extremo superior de la columna queda así indicando el valor de la temperatura máxima
alcanzado en un cierto lapso.

Antes de realizar otra observación, se toma el termómetro por la parte superior (con el
bulbo hacia abajo) y se lo sacude hasta que el mercurio penetre en el bulbo.

Termómetro de mínima

Es un termómetro común de alcohol (elemento que tiene un punto de ebullición de 110


°C y un punto de solidificación de -70°C), con un bulbo que continua en un capilar cuyo
diámetro permite el libre desplazamiento de un índice de porcelana o metal liviano de 1 ó 2
centímetros de largo (figura 2.4.7.(a)). El extremo superior del capilar termina en una pequeña
ampolla redondeada (como en este tipo de instrumento queda aire en su interior es necesario
disponer de una cámara de seguridad en el extremo superior).

El bulbo puede tener forma cilíndrica o esférica (para emplearlo lejos del suelo), o bien
en forma de horquilla o de eslabón, (para usarlo cerca del suelo), con lo cual aumenta la
superficie de exposición para aumentar su "velocidad" de reacción.

El alcohol es un líquido que moja las paredes y por ello en el extremo superior de la
columna se forma un menisco cóncavo que tiene una cierta tensión superficial. Al descender la
temperatura el alcohol se contrae, arrastrando consigo al índice, debido a la mayor tensión
superficial del menisco. Cuando la temperatura vuelve a ascender, el alcohol se dilata y se
desplaza por el capilar, dejando inmóvil al índice en cuyo extremo más alejado del bulbo
quedará indicada la temperatura mínima ocurrida en un lapso de tiempo dado.

Figura 2.4.7. Esquemas de (a) termómetro de mínima y (b) termómetro de máxima

Antes de la siguiente observación hay que inclinar el termómetro con el bulbo hacia
arriba, con lo cual el índice se desplazará hasta detenerse en el extremo superior de la columna

155
de alcohol. Se coloca en el abrigo meteorológico o a 5 cm del suelo (temperatura mínima a la
altura del césped) en posición horizontal.

Termó(higró)grafo bimetálico.

El órgano sensible de la temperatura consta de dos láminas bimetálicas, bronce e invar


(aleación de níquel y acero), unidas por una fuerte presión y arrolladas en forma de espiral o
en semicírculo. La lámina de bronce queda siempre en la parte interior. Se utilizan metales
de distintos coeficientes de dilatación y elasticidad para que cuando la espiral sufra los
efectos de las deformaciones, éstas subsistan mientras duren los fenómenos que las producen
y para que tengan siempre las mismas magnitudes de deformación para cada temperatura.
Uno de los extremos de la espiral va fijado a un soporte de fundición atornillado a la caja del
aparato; el otro extremo va fijo a un eje horizontal que al mismo tiempo es eje del espiral.
Sobre éste eje horizontal va acoplado un estilete que en un extremo lleva una "pluma" de
inscripción y en el otro un contrapeso de bronce equilibrado (figura 2.4.8).

Figura 2.4.8. Fotografía y faja de un termohigrógrafo.

Al ascender la temperatura los metales del espiral se dilatan tendiendo a abrirse y como
sus extremos están unidos, uno al soporte de la caja (unión fija) y el otro al eje horizontal (unión
móvil), la dilatación imprime al eje un movimiento de rotación, por lo que el estilete se desplaza
hacia arriba. Al descender la temperatura ocurre lo contrario.

Las temperaturas registradas por los termógrafos, sólo indican valores aproximados a
los reales, por ello es preciso efectuar correcciones cobre la base de los datos tomados con el
termómetro común.

156
Caracterización del régimen térmico de un lugar: variación diaria y estacional de la
temperatura.

La temperatura del aire expresa de manera simple la energía contenida en este medio.
Es el resultado directo de una serie de procesos térmicos locales (regionales) y extra regionales.
En los primeros, prevalecen los movimientos verticales del aire, a través de la conducción y la
convección, que determinan la difusión turbulenta del calor en la atmósfera. En los segundos,
los movimientos horizontales de masas de aire que aportan a una región su propio estado
energético.

Variación diaria de la temperatura del aire.

La radiación solar de onda corta que llega a la superficie del suelo, es absorbida por éste
y redistribuida a las capas inferiores de la atmósfera por los procesos de conducción, radiación,
advección y convección. La variación diaria de la temperatura del aire responde al siguiente
esquema: comienza a aumentar casi inmediatamente después de la salida del sol; dicho ascenso
continúa durante la mañana y primeras horas de la tarde, para descender durante el resto del día
y la noche, produciéndose el valor mínimo un poco después de la salida del sol (figura 2.4.9).

La temperatura que había bajado durante toda la noche por efecto del balance de
radiación negativo, continúa descendiendo hasta el momento en que el calor enviado por el sol
durante un cierto lapso iguala al que se pierde por irradiación terrestre (registro de la
temperatura mínima).

La temperatura máxima no se registra al mediodía cuando la superficie suelo absorbe


la máxima cantidad de calor, sino un poco más tarde. En efecto, la cantidad de calor recibida en
un momento dado, se agrega a la que ha sido recibida durante los momentos anteriores, de
manera que sino hubiera ninguna vía de pérdida de energía, la temperatura aumentaría
constantemente desde la salida del sol hasta su puesta.

A medida que la temperatura se eleva, las pérdidas por irradiación terrestre aumentan;
llegando un instante luego del mediodía en que el calor recibido durante un cierto lapso y que
ahora va disminuyendo, resulta precisamente igual al perdido por irradiación terrestre (registro
de la temperatura máxima). Es en ese momento que la temperatura deja de aumentar y como
el sol sigue bajando, la pérdida de calor es superior a la ganancia, y la temperatura disminuye.

En virtud del balance de radiación positivo durante el día, parte de la energía es utilizada
para calentar la superficie terrestre, otra parte para calentar el aire o producir evaporación.
Durante la noche, el balance negativo determina su enfriamiento, y como consecuencia, el
enfriamiento del aire, invirtiéndose el sentido de los procesos enunciados.

En el gráfico, se puede observar la ocurrencia de las temperaturas máximas y mínimas


y su relación con el balance de radiación en el curso del día. Este mismo análisis, aplicado a la
variación anual del goce de radiación, también permite explicar la variación estacional de la
temperatura.

157
Figura 2.4.9. Variación diaria de la temperatura del aire en relación al balance de
radiación.

Caracterización agroclimática de la temperatura del aire.

La evaluación de la temperatura del aire de un lugar puede ser realizada en distintas


escalas temporales con diferentes parámetros estadísticos de posición y dispersión. Los registros
o mediciones meteorológicas que realiza una estación a lo largo del día permiten obtener los
puntos característicos de una curva de variación diaria de temperatura.

- Temperatura media diaria.


Este valor se puede obtener de distinta forma de acuerdo a la cantidad de registros
disponibles:
1) Sumando y promediando las temperaturas registradas en las 24 horas del día.
2) Sumando y promediando las tres observaciones diarias de las 8, 14 y 20 horas (9, 15 y 21
hs para hora adelantada). Se denomina tridiurna.
3) Sumando y promediando la temperatura mínima y máxima del día.

- Temperatura media mensual.


Se calcula sumando la temperatura media diaria de todos los días del mes y dividiendo
esta suma por el número de días del mes considerado (promedio).

- Temperatura media anual.


Se suman las doce temperaturas medias mensuales; esta suma se divide por doce
(promedio).

- Temperatura media estacional.


Por convención corresponde a la suma de las temperaturas medias de los meses de
diciembre, enero y febrero, dividida por tres, como caracterización del verano; marzo, abril y
mayo, como caracterización del otoño; junio, julio y agosto, para invierno; y septiembre,
octubre y noviembre para caracterizar a la primavera.

158
- Amplitud térmica.

La amplitud térmica representa la diferencia existente entre la temperatura máxima y la


mínima. Está determinada principalmente por la latitud, estaciones del año, continentalidad,
distancia del mar, topografía del lugar, altura sobre el nivel del mar y nubosidad. Puede ser
diaria y anual.

Se llama amplitud térmica diaria a la diferencia entre la temperatura máxima y la


temperatura mínima de un día, y se ha convenido en llamar amplitud térmica anual a la
diferencia que existe entre la temperatura del mes más cálido y la temperatura del mes más frío
de cada año en particular. La amplitud térmica anual es uno de los factores climáticos que
influye notablemente sobre las modalidades que adoptan la agricultura y ganadería de un país.

En la medida de disponer de una serie de tiempo prolongada de datos de temperatura


horaria o diaria, esta información puede ser procesada para producir datos o valores de carácter
climático.

- Temperaturas normales.

Cuando se desea representar las temperaturas que caracterizan el clima de una localidad,
se recurre a los promedios llamados normales. Los valores normales son índices eminentemente
climatológicos y sirven para estudiar, comparar y clasificar los climas.

Para calcular esta clase de promedios es indispensable que en el lugar considerado se


hayan efectuado observaciones continuadas durante muchos años, 10 por lo menos, de acuerdo
a la variabilidad de cada elemento. Mientras que para la temperatura del aire 10 años pueden
dar lugar a un promedio de carácter casi normal, para la precipitación son necesarios no menos
de 30 años. Las temperaturas normales, como su nombre lo indica, representan la temperatura
media típica que corresponde al clima de la localidad. Los valores normales pueden ser: diarios,
mensuales o anuales.

- Anomalía de la temperatura.

Cuando se dispone de datos medios de temperatura, y preferentemente con carácter


normal, es común utilizar la diferencia entre el valor normal y el valor actual para representar
el grado de alejamiento (positivo o negativo) de la condición del tiempo atmosférico respecto
de la situación más frecuente.

- Otros indicadores para caracterizar la temperatura del aire.

También interesa conocer, tanto en Climatología y muy especialmente en


Agroclimatología, la cantidad de días, horas u otro período característico, durante el cual la
temperatura permanece sobre o por debajo de determinados umbrales térmicos. Por ejemplo,
número de días con temperaturas por debajo de ciertos niveles (ej.: -10ºC, 5ºC, 10ºC y 15ºC);
número de días con temperaturas por encima de ciertos valores: 10ºC, 15ºC, 25ºC, 35ºC, etc.;
temperaturas acumuladas (grados-días) por encima y debajo de ciertos valores: 0ºC, 10ºC,
15ºC, o suma de temperaturas que se obtiene por la acumulación de los valores diarios.

159
La cantidad de horas en que la temperatura estuvo por debajo de 7ºC da una idea de la
cantidad de frío con efectos vernalizantes a disposición de los cultivos que así lo exigen o bien
del necesario, para determinados frutales.

Distribución geográfica de la temperatura del aire.

La distribución geográfica de la temperatura sobre la superficie terrestre se representa


por medio de isolíneas, o sea líneas que unen puntos de igual temperatura, denominadas
isotermas (figura 2.4.10). Al analizar la variación geográfica de la temperatura en un territorio
se usan especialmente las isotermas anuales, y las de los meses de julio y las de enero para
representar las condiciones medias extremas.

Figura 2.4.10. Variación geográfica de la temperatura media de enero de 2007 y su


anomalía.

Para realizar el trazado de las isotermas, se debe tener en cuenta que:


- en ningún caso las líneas se entrecruzan; siempre pasan entre un punto con valor menor y otro
con valor mayor al de la misma.
- en estudios climáticos se utilizan valores medios mensuales o anuales, como así también de un
mes en particular y su diferencia con el valor normal (anomalía).
- a veces, los climatólogos y geógrafos, para evitar el efecto de la disminución de la temperatura
con la altura, calculan la temperatura del lugar como si estuviera situado a nivel del mar. Desde
el punto de vista del agrónomo esto es un inconveniente, porque las plantas viven regidas por la
temperatura registrada realmente y no por las que se registrarían a nivel del mar.

160
ACCIÓN BIOCLIMÁTICA DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN EL
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS CULTIVOS.

De todos los factores ambientales la temperatura es reconocida de manera general como


el principal elemento que actúa sobre el crecimiento y desarrollo de los seres vivos. La
temperatura del aire determina el crecimiento de las plantas al regular la velocidad de las
reacciones metabólicas y, en virtud de ello, es un elemento bioclimático que favorece o
promueve el aumento de la masa vegetativa. Cuando se discutió la acción fotoenergizante de
la radiación, se estableció que la etapa bioquímica de este proceso está estrechamente
controlada por la acción térmica. En sintonía con este rol de control del crecimiento y
desarrollo, la temperatura es uno de los responsables directos de la distribución de la vegetación
sobre la superficie de la tierra. Su importancia agronómica también radica en que, por debajo de
ciertos niveles térmicos, condiciona la vida de las plantas al producir la destrucción de sus
tejidos. En este sentido, las heladas configuran una adversidad que es necesario considerar de
manera particular en la planificación agropecuaria.

La temperatura del aire actúa de diversos modos sobre los cultivos, según la incidencia
positiva o negativa de su variación, y según se consideren los procesos de crecimiento o
desarrollo de los vegetales. Si bien la separación entre crecimiento y desarrollo puede resultar
artificial, porque no existe desarrollo sin un crecimiento previo, es común que la influencia de
la temperatura se analice inicialmente de esta manera disociada a los efectos de estudiar el
comportamiento bioclimáticos de las cultivos. El tratamiento de este elemento del clima y de su
acción bioclimática sobre el crecimiento y desarrollo de los vegetales, se efectúa partiendo del
supuesto que otras condiciones no son limitantes, si bien pueden presentarse interacciones más
o menos significativas entre los distintos factores ambientales y culturales.
La temperatura influye directamente sobre el crecimiento por las llamadas temperaturas
cardinales, pudiendo actuar incluso de manera letal cuando ocurre por debajo del nivel de
resistencia específico en el fenómeno de la helada. Por otra parte, la temperatura actúa sobre el
proceso de desarrollo de los vegetales de tres maneras principales:
- por la acumulación de calor, lo que se conoce como suma de temperaturas, grados días
de crecimiento, etc.
- por la acumulación de frío, que corresponde a la acción de las horas de frío.
- por acción de las amplitudes térmicas, que se refiere a la influencia del termoperíodo.

En las plantas superiores, muchos procesos fisiológicos ocurren a temperaturas entre 0


y 40°C, lo que muestra el amplio rango de temperaturas al que están expuestos los cultivos. En
las últimas décadas, por medio del Mejoramiento Vegetal y la aplicación de técnicas de
manipulación biogenética, se ha "ampliado" la diversidad de cultivares, de forma tal que
permanentemente nuevas variedades aparecen y otras son reemplazadas. Asimismo, el
fenómeno de cambio climático a través del impacto del calentamiento global, origina
incertidumbre acerca de los límites de adaptación de las especies y de su eventual
redistribución geográfica en el futuro. Por esta razón, la investigación bioclimática continua
siendo un área de incesante labor de investigación agronómica, en procura de conocer las
exigencias y tolerancias ambientales de los cultivos.

161
A) INFLUENCIA SOBRE EL CRECIMIENTO

TEMPERATURAS CARDINALES

El crecimiento de una planta se detiene, es decir que la tasa de crecimiento se hace nula,
cuando la temperatura del aire desciende por debajo de un cierto valor mínimo o excede un
determinado valor máximo. Entre estos límites, existe un rango óptimo de temperatura, en el
cual la tasa de crecimiento es máxima. Todos estos valores o "umbrales" térmicos son conocidos
como temperaturas cardinales (figura 2.4.11). Se ha demostrado que, por razones de
complejidad fisiológica, no es posible una determinación precisa de las temperaturas cardinales;
no obstante, sus valores aproximados se conocen para la mayoría de las especies vegetales.

La velocidad de crecimiento, indicado por ejemplo por la elongación de la radícula de


las plantas de maíz, la expansión foliar o algún otro proceso de crecimiento (alargamiento y
proliferación celular), se inicia a una determinada temperatura, se incrementa hasta alcanzar la
temperatura óptima y, luego de ella, la velocidad de crecimiento decrece hasta hacerse nula.

De un modo genérico, las temperaturas cardinales son las siguientes:


a) Temperatura inicial de crecimiento o Cero Vital Mínimo: es la temperatura a partir de la
cual, el crecimiento se acelera en forma creciente y constante.
b) Temperatura óptima de crecimiento: es la temperatura a la cual la tasa de crecimiento es
máxima, luego la misma decrece.
c) Temperatura final de crecimiento o Cero Vital Máximo o Umbral Térmico superior: Es
la temperatura a partir de la cual no hay crecimiento vegetal.
d) Temperatura mínima letal: es la temperatura por debajo de la cual el cultivo muere.
e) Temperatura máxima letal: es la temperatura por encima de la cual el cultivo muere.

Tasa de
crecimiento

(d) (a) (b) (c) (e)


Temperatura
Figura 2.4.11. Temperaturas cardinales

Cerca de la temperatura óptima, hay un conjunto de temperaturas favorables para el


crecimiento, por ello se habla más bien de un rango de temperaturas óptimas, en lugar de un
valor único. El rango de temperaturas óptimas está más lejos del Cero Vital Mínimo que del
Cero Vital Máximo, por lo que el rango térmico entre el Cero Vital Mínimo y la Temperatura

162
Óptima es mayor que el rango entre la Temperatura Óptima y el Cero Vital Máximo. Esto
explica porqué incrementos de temperatura entre el Cero Vital Mínimo y la Temperatura Óptima
de crecimiento producen aumentos progresivos en la tasa de crecimiento. En tanto, sobrepasada
esa Temperatura Óptima, un incremento sobre ella produce un decrecimiento abrupto que
conduce a una disminución muy marcada en la tasa de crecimiento. Este conocimiento resulta
de interés sobre todo cuando se trabaja en producción de cultivos bajo condiciones controladas
como invernaderos, túneles plásticos, etc., donde el régimen térmico “natural” resulta
modificado significativamente.

En base al concepto de temperaturas cardinales, podemos distinguir dos grandes grupos


de cultivos:

a) de invierno: su temperatura cardinal del Cero Vital Mínimo es de 5°C, la temperatura


óptima es de 25°C y el Cero Vital Máximo es de 35°C.

b) de verano: su temperatura cardinal del Cero Vital Mínimo es variable, por ejemplo: 4-7°C
en girasol, 8-10°C en maíz, 15°C en sorgo y en soja, 18°C en algodón , etc.
La temperatura del aire, del suelo o del propio órgano vegetal, cuando actúa como un
factor o agente que limita la tasa de crecimiento de los cultivos, constituye un estímulo que
puede desencadenar condiciones de estrés térmico. Sin entrar en detalles de los mecanismos
fisiológicos propios del estrés, el análisis de su influencia sobre el crecimiento vegetal es una
tarea de investigación bioclimática en procura de conocer, por una parte, los límites o umbrales
térmicos característicos de las diferentes especies y variedades y, por la otra, de traducir o
representar de manera analítica esta acción restrictiva. En la figura 2.4.12 se presenta
gráficamente uno de los modelos que se han propuesto para expresar la influencia de la
temperatura sobre el crecimiento del cultivo de papa, tanto de la arte aérea (temperatura del aire)
como subterránea (temperatura del suelo), con el código matemático correspondiente para
expresar cada una de las funciones de tiempo térmico relativo.
1

0.9

0.8
Función de tiempo térmico relativo

0.7

0.6

0.5

0.4 Si (T<=2 o T>35); FTTR=0


Si (2< T <=17); FTTR=0.0667*(T-2)
Si (17< T<=24); FTTR=1
0.3 Si (24< T <=35); FTTR=1-0.0909*(T-24)

0.2 Si (T<=2 o T>33); FTTR=0


Si (2< T<=15); FTTR=0.079*(T-2)
0.1 Si (15< T<=23); FTTR=1
Si (23 < T<=33); FTTR=1-0.1*(T-23)

0
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Temperatura (ºC)

Crecimiento de la parte aerea del cultivo de papa


Crecimiento de la parte subterranea del cultivo de papa

Figura 2.4.12. Funciones de tiempo térmico relativo para evaluar el crecimiento en el


cultivo de papa

163
B) INFLUENCIA SOBRE EL DESARROLLO

I.- Acción de la suma de temperaturas.

Las temperaturas medias diarias que se encuentran dentro del rango de las
temperaturas cardinales, producen el crecimiento de los tejidos a través del tiempo hasta
que los órganos correspondientes llegan a su forma, tamaño o composición química
determinados, siendo reemplazados eventualmente por otros que inician una nueva etapa
de crecimiento. La sucesión de etapas, desde brotación en las perennes y desde
germinación en las anuales, hasta la maduración de frutos y semillas, configuran el
proceso fásico de un cultivo. Estas fases o etapas que se suceden promueven el desarrollo
fenológico y ontogénico del vegetal.

Si se proyecta este comportamiento bioclimático que es propio del crecimiento y se


lo integra al proceso de desarrollo ontogénico, es decir en relación a los cambios sucesivos
que experimenta un cultivo a través del tiempo, el conocimiento de las temperaturas
cardinales características de una determinad especie y cultivar también resulta de gran
importancia. En un contexto temporal, el desarrollo de un cultivo implica considerar el
lapso que se prolonga una etapa del ciclo de cultivo (la germinación, por ejemplo), o la
extensión completa del ciclo, o el tiempo que transcurre entre una etapa de desarrollo y
otra. Esto permite vincular las temperaturas cardinales con el proceso de desarrollo.

El concepto de que las plantas tienen un "requerimiento de temperatura" para


completar su ciclo data del siglo XVIII, pero el mayor impulso a la teoría de acumulación
energética o sumas de temperaturas necesarias para que un cultivo complete su ciclo ontogénico,
proviene de los últimos 70 años. Este modo de acción de la temperatura considera una
acumulación diaria u horaria dentro de cada etapa de desarrollo (por ej: desde emergencia hasta
floración o desde floración hasta maduración), como así también para el ciclo completo. Estos
valores de acumulación o requerimientos térmicos se mantienen relativamente constantes para
los cultivares de una misma especie, cualquiera sea la localización geográfica y el año o época
de cultivo. A dicha acumulación característica para una especie, variedad o etapa fenológica, se
la designa de varias maneras: Sumas de Unidades de Crecimiento, Sumatoria de Temperaturas,
Sumatoria de Unidades Calóricas, Sumatoria de grados-día, etc.

Para reflejar la acción de la temperatura sobre el desarrollo de una planta, se busca


evaluar la cantidad de energía acumulada, propósito que no siempre se logra al considerar la
temperatura del aire, a veces muy diferente a la temperatura de los tejidos en las distintas horas
del día. Además, en particular durante las etapas iniciales de los cultivos anuales, es la
temperatura del suelo la que tiene influencia preponderante sobre el desarrollo del vegetal. La
dificultad de la medición de la temperatura de la planta y la no muy generalizada disponibilidad
de registros de temperatura del suelo, hace que se continúe con el método de Suma de
Temperaturas utilizando los valores de la temperatura del aire.

164
Asimismo, al realizar esta cuantificación térmica es necesario considerar aquellas
temperaturas que tienen influencia efectiva sobre el crecimiento o desarrollo, descartando las
que se manifiestan por encima o por debajo de los umbrales vitales.

Métodos de cómputos de Sumas de Temperaturas más comunes usados en


Bioclimatología Agrícola.

Las características regionales que resultan de los balances calóricos e hidrológicos,


permiten explicar la mayor parte de las variaciones que presenta el crecimiento, el desarrollo y
la productividad de los cultivos agrícolas cada año.

La dificultad para ponderar y sintetizar adecuadamente las diversas formas de


transferencia englobadas en el balance energético, ha mantenido el criterio a través de los años
de utilizar la temperatura del aire como una expresión cuantitativa aceptable de la disponibilidad
calórica ambiental. Consecuentemente, se han propuesto numerosos índices biometeorológicos
para cuantificar las necesidades calóricas de los cultivos, a partir de distintas formulaciones. A
pesar de sus defectos y limitaciones, la acumulación de las temperaturas diarias (en sus
diferentes expresiones) se continúa utilizando en los estudios agronómicos como un indicador
más representativo y preciso de la duración del ciclo de cultivo, en comparación a los días
calendario.

En 1775, Reamur sostuvo que las plantas debían "acumular" una sumatoria de
temperaturas medias diarias para completar su ciclo. Llegó a la conclusión de que la sumatoria
de temperaturas medias diarias, desde siembra a madurez, resultaba una "cantidad constante"
para cada cultivo, cualquiera fuera el lugar de siembra. De estas consideraciones surgió el
concepto de lo que hoy se llama Sumas de Temperaturas, para representar así la acción de la
temperatura sobre la aparición y cumplimiento de las sucesivas etapas en la vida de los cultivos.

Estas sumas de temperatura pueden efectuarse de varias maneras, que se fundamentan


en distintos principios y criterios, tanto conceptuales como operativos.

1.- Al método propuesto por Reamur, que consiste en sumar las temperaturas medias diarias
(tmd) superiores a 0ºC, se lo denominó Método Directo. Así, por ejemplo, el trigo requiere
2.000ºC para completar el ciclo; el maíz 3.000ºC; etc.

365
STMD   tmd  0º C (grados-días para un año completo)
1
f2
STMD   tmd  0º C (grados-días para un periodo de desarrollo en particular)
f1

Este método incluye el cómputo de temperaturas que no tienen influencia en el


crecimiento, o sea las que están debajo del Cero Vital Mínimo y por encima del Umbral

165
Máximo. De ello se deduce que dicho procedimiento sería una aproximación para indicar con
cierta precisión la región de cultivo.

2.- Por su parte, Boussingault desarrolló el concepto de constante térmica, basado en la


siguiente expresión:

X . Y = constante para cada cultivo


en donde: X = duración en días del ciclo del cultivo.
Y = temperatura media del aire durante el ciclo.

Este autor consideró que el producto de la temperatura media del ciclo del cultivo por
su duración en días, resultaba en un valor constante al que designó constante térmica. O sea
que, según este concepto, una especie que demora 60 días entre nacimiento y maduración con
una temperatura media del ciclo de 20 ºC, tiene entonces una constante térmica de 1200 °C días.
Si la temperatura media del ciclo fuese de 10 ºC, para cumplir con la constante térmica
necesitaría de 120 días; si la temperatura media fuese de 30ºC, el periodo entre nacimiento y
maduración se reduciría a 40 días; así para cualquier temperatura media se puede calcular la
extensión del ciclo del cultivo.

3. Método Residual de Sumas de Temperatura

En este método, las sumas de grados días está dada por la acumulación de la diferencia
entre la temperatura media del día (tmd) y la temperatura base (tb)o temperatura inicial de
crecimiento del vegetal durante el ciclo del cultivo. Este método fue desarrollado por De
Candolle y, en esencia, trata lo siguiente: si por ejemplo, para maíz que tiene un cero vital
mínimo de 10 ºC, si la temperatura media diaria es de 23 ºC, ese día acumula 13 ºC. Ahora, si
se tiene una temperatura media diaria de 5ºC y la temperatura base es de 10 ºC, la suma de
temperatura es 0, por considerar que temperaturas inferiores a 10 ºC no producen ninguna
contribución al desarrollo. Esto no es totalmente correcto, porque debemos suponer por ejemplo,
que cultivos termófilos como el sorgo, ante un asincronismo térmico negativo (no lo
suficientemente bajo para dañarlo), produciría una demora o un retardo en su ciclo de desarrollo.

365
STMR   tmd  tb (grados días residuales al año)
1

f2
STMR   tmd  tb (grados-días residuales del período de desarrollo).
f1

Por otro lado, el método residual considera siempre una acción rectilínea de la
temperatura, cualquiera sea el rango térmico. Esto no acarrea un error muy grande pues entre la
temperatura base y la temperatura óptima existe, en efecto, un rango de acción rectilínea de la
temperatura, pero para temperaturas superiores a la óptima el desarrollo es frenado. Si la
temperatura media diaria es superior a 30ºC (temperatura óptima), la respiración es mayor que
la fotosíntesis y, por lo tanto, no hay acumulación de materia seca.

166
La germinación constituye un proceso de fundamental importancia agronómica porque
asegura el adecuado establecimiento de los cultivos. En condiciones de buena aireación y
disponibilidad d agua, la duración de dicho proceso depende fuertemente de la temperatura.

4. Método de Lindsey y Newman

Cuando la temperatura mínima diaria (tmín) es menor que la temperatura base (tb), el
método residual directo computa menos sumas de temperaturas efectivas que las reales.
Puede llegar el caso extremo en que tb = tmedia, y en este caso la suma de temperaturas
efectivas por el método residual sería 0. En cambio, el vegetal ha acumulado toda la parte de
la curva térmica diaria en que la temperatura estuvo sobre la tb. Para corregir esta limitación,
Lindsey y Newman propusieron el siguiente procedimiento:

( t max - t b )2
t = 0,5 *
( t max - t min )

donde se considera la influencia particular de las temperaturas máxima y mínima diarias, es


decir aquellas que efectivamente están involucradas en el crecimiento y desarrollo.

Comparación entre los métodos Residual (MR) y Lindsey y Newman (MLN)

Consideremos los siguientes datos:


DATOS MR MLN
tmáx = 25,0 °C; tmín = 10,0 °C
tb = 15,0 °C; t = 17,5 °C 2,5 grados-días efectivos 3,3 grados-días efectivos

tmáx = 30,0 °C; tmín = 15,0 °C


tb = 15,0 °C; t = 22,5 °C 7,5 grados-días efectivos 7,5 grados-días efectivos

tmáx = 25,0 °C; tmín = 15,0 ºC


tb = 20,0 ºC; t = 20,0 °C 0,0 grados-días efectivos 1,25 grados-días efectivos

De la tabla anterior se desprende que:


a) Cuando la tb se encuentra entre la tmín y la tmáx, más exacto es MLN.
b) Cuando la tb es igual a tmín ambos métodos arrojan igual resultado.

5. Método de Gilmore y Rogers (1958)

Fue desarrollado para maíz y adoptado por la Oficina Meteorológica de EEUU (Weather
- Bureau). En esta fórmula se usa un sistema residual simple, pero corregido para descontar el
efecto deprimente de las temperaturas máximas elevadas, e incorporar los posibles aportes
calóricos diurnos de días con mínimas por debajo de la temperatura base. Este método considera
los dos niveles térmicos que limitan el desarrollo del maíz: 10 y 30°C. Como las temperaturas
menores a los 10°C y las mayores a 30°C, no incrementan la tasa de desarrollo, al efectuar el
cálculo, cuando la tmáx supera los 30°C se considera ese valor y si la tmín es inferior a 10°C,
se procede de manera similar. El procedimiento de cálculo es el siguiente:

167
t max + t min
UTWB = - 10
2
Si tmáx > 30°C; entonces tmáx = 30°C;

Si tmín < 10°C; entonces tmín = 10°C.

II.- Acción de las bajas temperaturas


La acción que ejercen las bajas temperaturas no debe interpretarse necesariamente que
promueven un efecto perjudicial sobre los cultivos. Las plantas anuales invernales y las perennes
caducifolias, en mayor o menor grado, requieren un período de enfriamiento o "vernalización"
para poder cumplir posteriormente su desarrollo sin anomalías fenológicas ni alteraciones
productivas. El efecto del "frío invernal insuficiente" sobre los cultivos, se registra
principalmente en regiones agrícolas del Hemisferio Sur, donde la termofase negativa de la
variación anual de la temperatura del aire no es suficientemente larga ni intensa para satisfacer
los requerimientos de los cultivos, ya sea por temperaturas mínimas invernales "altas" o por una
frecuencia de años con acción vernalizante insuficiente.

Los niveles térmicos debajo de los cuales se considera que los vegetales comienzan a
acumular el efecto vernalizante, varía entre poco menos de 0°C hasta 10°C, dependiendo de la
especie, el cultivar, el año y la procedencia del vegetal. Para frutales criófilos, adaptados a pasar
el invierno sin follaje y en relativa dormición, el nivel utilizado en los estudios bioclimáticos de
horas de frío es específicamente de 6 a 7°C.

Hora de frío

La forma más común de cuantificar la ocurrencia de bajas temperaturas es mediante el


concepto de hora de frío que surge de los trabajos realizados por Nightingale y Blake. Estos
autores determinaron que las ramitas de manzano y duraznero cesaban su crecimiento con
temperaturas de 7°C o inferiores. En este sentido, se considera hora de frío al lapso horario con
una temperatura inferior o igual a 7°C.

Esta temperatura no es el límite para todas las especies o variedades, sin embargo, es
aceptada mundialmente como límite medio para computar las horas de frío. Su utilización ha
permitido explicar con éxito las variaciones fenológicas y productivas de especies criófilas,
cuando cumplen su período de reposo bajo diferentes grados de enfriamiento. Las diferentes
especies de frutales criófilos poseen exigencias en bajas temperaturas particulares. A modo de
ejemplo, en la tabla siguiente se mencionan algunas:

Manzano...................900 –1000 horas de frío Ciruelo japonés.........400 horas de frío


Peral..........................800 - 900 " " " Damasco...................200 - 300 " " "
Duraznero................ 600 " " " Cerezo.......................200 - 300 " " "
Ciruelo europeo........500 " " " Almendro..................200 - 300 " " "

168
Las horas de frío que se suceden en forma continua, sin alternancia de altas y bajas
temperaturas, son mucho más efectivas que cuando ocurren períodos alternados. Las altas
temperaturas tienden a anular el efecto de las horas de frío. En cambio, el hecho de que se
superen las necesidades de horas de frío no ocasiona a la planta ningún efecto nocivo. Por
ejemplo, si en un lugar determinado, se superan las 1000 horas de frío que requiere el manzano,
esto no produce ningún daño a la planta. La temperatura ideal para acumular horas de frío va
variando desde 7°C hasta 1°C, siendo menos efectivas las temperaturas inferiores a ésta. En las
regiones donde el frío invernal resulta escaso, también es importante conocer la variabilidad de
las horas de frío requeridas por las especies criófilas para evaluar la aptitud de una región.

El agroclima del almendro en la República Argentina presenta restricciones térmicas.


Dicho cultivo posee pocas exigencias en frío, lo que le permite satisfacer su necesidad con
cualquier descenso brusco de la temperatura que ocurra al principio del invierno. Pueden ocurrir
también en plena estación invernal temperaturas elevadas, capaces de producir la floración del
almendro incluso, en el mes de julio. Posteriormente los descensos normales de la temperatura
del aire, dan lugar a la pérdida de frutos desarrollados precozmente durante el invierno.

Acción perjudicial de la falta de frío

La falta de frío se puede manifestar, durante el proceso de desarrollo primaveral


posterior, sobre las yemas, la floración, la fructificación, rendimiento y longevidad de la planta.

Sobre las Yemas:


El frío insuficiente se manifiesta produciendo la caída de las yemas, tanto de madera
como de fruto. Principalmente son afectadas las yemas laterales, quedando las ramitas sólo con
las yemas apicales, las que pueden caer si la falta de frío es muy grande.

Sobre la floración, la insatisfacción de los requerimientos de frío, ocasiona disminución


de la energía de fase y atraso en la fecha de floración. La energía de fase está dada por el
lapso entre aparición de la primera y la última flor. Mientras más corto es ese periodo, se
considera que el cultivo presenta mayor energía de fase. En el caso de frío insuficiente, el lapso
se extiende respecto a un valor medio característico.

La floración experimenta un retraso en años insuficientemente fríos, cuando el invierno


es poco intenso. Otra consecuencia de la falta de frío invernal sobre la floración es la ocurrencia
de segundas floraciones. Las plantas que no han satisfecho sus necesidades en horas de frío,
presentan muchas yemas al estado latente sin abrirse.

Cuando se producen bajas temperaturas, al final del verano, estas yemas cubren sus
necesidades insatisfechas en el invierno, dando lugar a la ocurrencia de floraciones de otoño.
Incluso llegan a formarse frutos, pero si éstos llegan a madurar, son de tamaño reducido.

En nuestro medio, cultivares tempranos de duraznero, con bajos requerimientos en horas


de frío, pueden florecer anticipadamente; descensos posteriores de la temperatura del aire
provocan heladas con la correspondiente muerte de los órganos presentes. En estos cultivares se
observa una segunda floración y, en este caso, la producción del monte frutal es mucho menor.
Este comportamiento, que por otra parte se observa en otros frutales, es debido entre otras causas

169
a la gran variabilidad genética, la adaptación al medio, etc. que están siendo investigados en
algunos centros de investigación del mundo.

Sobre la Brotación:
Los frutales de carozo (duraznero, ciruelo, etc.) florecen antes de brotar, pero en forma
casi simultánea. En la misma rama tienen yemas de flor y yemas de madera. La apertura de las
yemas florales se produce pocos días antes que las de madera. Los frutales de pepita (manzano,
peral, etc.) poseen yemas mixtas. La floración y brotación en ellos es simultánea. Cuando ocurre
un invierno suave, es decir con pocas horas de frío, se produce en ellos la apertura de las yemas
florales, no así la brotación. Ello se debe a que las yemas de madera son más exigentes en frío
que las yemas florales. En años con inviernos "cálidos", es común encontrar frutales criófilos,
especialmente los poco exigentes en frío, florecidos prematuramente.

Sobre la fructificación:
El frío invernal insuficiente da lugar a una fructificación pobre y no uniforme. Pobre
debido al excesivo raleo natural y desuniforme como consecuencia de un período de floración
dilatado.

Sobre la longevidad:
Otra consecuencia que acarrea la falta de acumulación de frío, es la progresiva pérdida
de vigor de la planta, lo cual se traduce en una disminución del período económicamente
aprovechable del monte frutal.

Sobre el rendimiento:
En años con inviernos fríos se observa un buen rendimiento, en cambio, cuando el
período de enfriamiento no satisface los requerimientos de éstos cultivos, su rendimiento es
menor.

Unidades de frío o unidades de enfriamiento


El modelo de Utah constituye otro método destinado a evaluar los requerimientos de frío
de los frutales criófilos. El mismo se basa en las investigaciones con yemas de duraznero de
Erez y Lavee (1971), que atribuyen una acción diferenciada de las temperaturas en la remoción
del letargo. Ellos encontraron que la temperatura de 6C se podría considerar óptima para
levantar el letargo de yemas laterales, mientras que temperaturas superiores o inferiores
presentan una influencia menor. Durante el letargo, temperaturas del orden de 21C anulan la
acción del frío.

Basándose en estas investigaciones, Richardson et al. (1974) propusieron el “Utah Chill


Unit Model” (Modelo de unidades de enfriamiento de Utah). Según este modelo la acción sobre
el cumplimiento de las necesidades de frío, de las temperaturas comprendidas entre 1,6 y 15C,
se representa por una curva de tipo parabólico con el máximo alrededor de 6C. Las
temperaturas inferiores a 1,5C no tendrían ninguna acción, mientras que aquellas superiores a
16C actuarían en forma negativa. Cada hora transcurrida a una determinada temperatura se le
atribuye la correspondiente unidad de frío (Ver Tabla):

170
Equivalencias entre las temperaturas y las unidades de frío

Temperatura Unidades de frío


< 1,4 0,0
1,5 - 2,4 0,5
2,5 - 9,1 1,0
9,2 - 12,4 0,5
12,5 - 15,9 0,0
16 - 18 -0,5
> 18 -1,0

Por su parte, en cultivos anuales cuya siembra se realiza durante los meses invernales,
las plantas deben pasar por un período de vernalización, de interpretación similar al período de
descanso en las plantas perennes. Durante la vernalización, las plantas acumulan el frío
necesario para poder posteriormente cumplir su ciclo reproductivo de manera satisfactoria. En
los cereales invernales, el periodo de enfriamiento se debe cumplir luego del nacimiento de las
plántulas hasta la fase encañazón. La eficiencia de las temperaturas para el proceso de
vernalización indica que la mayor aceleración del desarrollo la producen temperaturas entre 1 y
7C. Mientras el proceso enfriante empieza aproximadamente a - 1, el mismo se anula a 13C.
Este requerimiento bioclimático es menos manifiesto en los cultivares de trigo que se utilizan
en nuestro país, que por lo general son de tipo primaveral.

III.- Influencia de la variación térmica

Esta acción se interpreta como la influencia de la amplitud térmica anual, diaria y


asincrónica sobre el crecimiento y desarrollo de los vegetales. El termoperíodo o la amplitud
de valores medios o extremos de la temperatura, influye en el comportamiento de los cultivos,
y a la reacción que provoca en el proceso fásico se lo denomina termoperiodismo.

Los cultivos perennes criófilos requieren una amplitud térmica anual que satisfaga sus
exigencias en bajas temperaturas durante el período de descanso y de temperaturas elevadas
necesarias para la maduración de sus frutos en la etapa de crecimiento. Los cultivos perennes
termófilos que no exigen un período de enfriamiento tienen, en cambio, una dispersión
geográfica acorde con el régimen de temperaturas mínimas de cada lugar, compatible con el
crecimiento y/o maduración de sus frutos.

El desarrollo de los cultivos anuales, que utilizan sólo una parte del ciclo anual de la
variación de la temperatura, presenta exigencias ya sea de altas y bajas temperaturas durante
ambas termofases o sólo de temperaturas altas en la termofase positiva, según se trate de plantas
de invierno o de verano, respectivamente.

En las plantas perennes el termoperiodismo diario debe interpretarse como de


interferencia con el termoperiodismo anual, pero en las plantas anuales, tanto invernales como
estivales, influye directamente en la expresión del desarrollo, como fuera demostrado por Went
en tomate.

171
Las temperaturas diurnas o las nocturnas, pueden influenciar en mayor o menor grado
el desarrollo de los distintos cultivos, por lo cual la amplitud diaria de la temperatura es un factor
importante para explicar las diferentes sumatorias de temperaturas computadas en distintos años
o lugares para iguales cultivares. Son numerosos los ejemplos con cultivos invernales como
trigo, avena, cebada, centeno, lino, etc., demostrativos de la necesidad de una amplitud térmica
diaria con niveles de temperaturas mínimas dentro de la gama de efectos vernalizantes para que
se produzca una expresión normal del desarrollo.

Durante el período inductivo de vernalización, la alternancia de diferentes niveles de


temperatura tiene efectos desfavorables comprobados. Una sucesión de días con temperaturas
bajas vernalizantes sin correspondientes temperaturas máximas elevadas, satisfacen más
rápidamente las necesidades de los cultivos en bajas temperaturas. En cambio, si las termofases
positivas diarias, alcanzan valores que entran en la categoría de activas para el crecimiento, la
satisfacción de bajas temperaturas se cumple en menor grado.

Clasificación de los cultivos en base al termoperiodismo anual.

25.0

20.0 Termofase
positiva
Temperatura (ºC)

Termofase
15.0
negativa

10.0

Paratermocíclicos
Atermocíclicos
Termocíclicos
5.0
Ene Mar May Jul Sep Nov Ene Mar May Jul Sep Nov
Meses

Temp. media mensual Temp. media anual Termocíclicas Atermocíclicas Paratermocíclicas

Figura 2.4.13. Variación anual de la temperatura y clasificación de los cultivos de


acuerdo al termoperíodo anual.

La temperatura media anual limita las dos fases (positiva y negativa) de la variación
anual de la temperatura (figura 2.4.13.). Por su reacción al termoperíodo anual, las plantas
cultivadas han sido clasificadas en: Termocíclicas, Paratermocíclicas y Atermocíclicas.

1. Termocíclicas
Son las plantas que tienen tejidos activos a la temperatura durante las dos fases del ciclo
anual de variación de temperatura (plantas bianuales y perennes). Ejemplos: cítricos, manzano,
peral, duraznero.

172
2. Paratermocíclicas
Plantas que tienen tejidos activos a la temperatura en ambas fases de la variación anual,
pero sin completarlas. Ejemplos: cereales de invierno (trigo, avena, cebada, centeno etc.).

3. Atermocíclicas
Plantas con tejidos activos a la temperatura en una sola fase de la variación anual de la
temperatura. En general, son los cultivos anuales estivales: maíz, soja, maní, sorgo, girasol, etc.

Forma de expresión del termoperíodo anual

El termoperíodo anual se expresa como el valor medio de la temperatura mensual más


alta en el ciclo y la temperatura mensual más baja en el ciclo más menos la mitad de la amplitud
total.
T1  T2 T1  T2
T . A. 
2 2

donde T.A. es el termoperíodo anual; T1 es la temperatura mensual más alta en el ciclo y T2 es


la temperatura mensual más baja en el ciclo.

Termoperíodo diario: El termoperíodo diario también consta de dos termofases, una positiva
y una negativa, por encima y por debajo de la temperatura media diaria, respectivamente. Su
forma de expresión es:

T  Tmin Tmax  Tmin


T .D.  max 
2 2

donde T.D. es el termoperiodo diario; Tmax es la temperatura máxima diaria y Tmin es la


temperatura mínima diaria.

Termoperiodismo Asincrónico

Una variación del termoperiodismo diario es el termoperiodismo asincrónico, que


provoca reacciones en ciertos cultivos. Así, por ejemplo, especies con escasas exigencias en frío
y bajo umbral térmico de brotación, florecen anticipadamente cuando durante un período de
temperaturas máximas elevadas éstas actúan como un "estímulo para la floración" de plantas ya
térmicamente "dispuestas".

El almendro y el avellano son dos cultivos que difícilmente puedan prosperar con
inviernos poco fríos y térmicamente variables, pues las flores y frutos anticipadamente
formados, son destruidos por la ocurrencia posterior de heladas, o resulta imposible la
fecundación por la acentuada protandria en la segunda especie mencionada.

El termoperiodismo asincrónico o aperiódico se debe a las frecuentes advecciones de


aire frío o cálido. El paso de masas de aire polares o tropicales, da lugar a descensos o ascensos
respectivamente de la temperatura del aire, anormales para la época del año en que se producen

173
(figura 2.4.14). Esto hace que la variación de la temperatura a lo largo del año no sea regular.
Dichas variaciones son propias del hemisferio Sur cuyo relieve carece de sistemas orográficos
transversales que obstaculicen la circulación del aire en el sentido Norte-Sur.

25

20
Temperatura media (C)

15

10

0
100 110 120 130 140 150 160 170 180 190 200 210 220 230 240 250
Día Juliano
Año 1968 Promedio (68/91) Año 1973

Figura 2.4.14. Variación de la temperatura media diaria promedio y de los años 1968
y 1973 durante la termofase negativa en Marcos Juárez.

Defensa de los vegetales frente al Termoperiodismo Asincrónico

Las plantas más perjudicadas por el termoperiodismo aperiódico son las que poseen baja
exigencia en frío y bajo nivel térmico de brotación. Las advecciones de aire frío dan lugar a que
estas plantas satisfagan sus reducidas exigencias en frío. Posteriores ascensos de temperatura
(picos positivos de temperatura), alcanzan el bajo nivel de brotación dando lugar a la brotación
y floración fuera de época, a veces en pleno invierno. Cuando se vuelven a producir bajas
temperaturas, normales para la época, se produce la pérdida por helada de estos cultivos.

La defensa natural de las especies autóctonas ante el termoperiodismo asincrónico se


produce porque, aunque tienen poca exigencia en frío, poseen un nivel térmico de brotación
elevado. Es el caso de especies tales como el lapacho, tipa, jacarandá, etc., que brotan recién en
noviembre o diciembre, cuando los niveles térmicos raramente pueden afectarlas.

174
LAS HELADAS EN LA AGRICULTURA.

Introducción.

La helada constituye un elemento de carácter tanatoclimático, es decir que su acción


puede producir daños en los cultivos e incluso su destrucción completa. Tanatología deriva de
la palabra Thanatos, que era un dios griego de la muerte. También son elementos
tanatoclimáticos otras adversidades como las sequías, el granizo, el viento, etc.

El estudio de las heladas es de suma importancia para la agricultura en la Argentina,


porque no existe prácticamente ningún lugar del territorio nacional que se encuentre libre de
esta adversidad. Al hablar de las heladas, estamos significando una acción que puede ser
destructiva en forma parcial o total, aún sin que la temperatura del aire alcance valores de cero
grado centígrado (ºC) o inferiores. La importancia de este fenómeno radica en la repercusión
que el daño por heladas tiene tanto en los aspectos financieros de la empresa agropecuaria, como
también sobre la economía de la producción.

Peligro se define como aquella circunstancia en la que es factible la ocurrencia de un


daño. Como tal, se refiere a todo lugar, obstáculo, persona o situación que aumenta la inminencia
del daño. La producción agrícola de especies susceptibles al frío es una actividad peligrosa en
regiones de clima templado, donde la ocurrencia de heladas es habitual. Frente a una situación
de peligro, el comportamiento habitual es optar entre hacer o no aquello peligroso, lo que
representa un comportamiento binario (blanco o negro), y limita excesivamente la capacidad de
elección. En el enfoque actual de riesgo, con un sentido de peligro más amplio, se conjuga
probabilidad y consecuencia de una contingencia climática a los efectos de tomar una decisión,
lo cual permite elegir entre una gran gama de grises.

En lugar de evaluar el problema de las heladas (o de otra adversidad) en función del


peligro, conviene analizarlo de acuerdo al nivel de riesgo que presenta esta actividad. Para
comprender la diferencia, se debe entender el concepto de riesgo a partir de “un enfoque
moderno que conjuga la previsión y control de las consecuencias futuras de la acción
humana”. En consecuencia, se ha transformado el concepto absoluto de “peligro” en un
concepto relativo de “riesgo”, que incluye la probabilidad de que se materialice el peligro y el
control de éste.

Conceptos de helada.
Desde el punto de vista agroclimático, se considera helada a todo descenso térmico que
causa daños o la muerte de los tejidos vegetales. Cuando se procura evaluar a las heladas con
este criterio, poniendo la mira en el nivel de daño o la repercusión del fenómeno, dicho concepto
es engorroso pues en él está implícito el vegetal que, como factor biológico, es muy variable en
su respuesta a las bajas temperaturas. Cada vegetal se comporta de forma particular frente a las
temperaturas bajas y, según sea la "etapa" de su ciclo en que se encuentre (brotación, floración
o fructificación), puede haber daños mínimos o bien daños notables, como se puede observar en
la siguiente tabla.

175
Sensibilidad al frío de algunas especies frutales:

Especie Estado fenológico


Descanso Floración (plenitud) Frutos (pequeños)
Limonero - 3°C - 1,1°C - 1°C
Mandarino - 5°C - 1,5°C - 1,1°C
Duraznero - 26°C - 2,8°C - 1,1°C
Peral - 29°C - 2,2°C - 1,1°C
Manzano - 35°C - 2,2°C - 1,1°C

Desde una concepción meteorológica, se considera (día de) helada a la ocurrencia de


temperaturas iguales o inferiores a 0°C, que son observadas en el abrigo meteorológico a 1,50-
2,00 metros de altura sobre el suelo, independientemente de la duración o intensidad. El acento
está puesto, en este caso, en el nivel de enfriamiento. Si bien el nivel térmico de 0°C en abrigo
meteorológico no coincide en todos los casos con la ocurrencia de daños constituye, no obstante,
una medida relativa de los mismos, que resulta aceptable a los fines prácticos.

Heladas como fenómeno meteorológico.

El enfriamiento intenso del aire se produce en un lugar por una combinación de factores
meteorológicos de macro y micro escala. Conviene aquí tener presente cómo se enfría la
atmósfera cerca del suelo.

FACTORES MACROMETEOROLÓGICOS: son aquellos que operan a escala regional y


extra regional, como el Balance Radiativo Regional (Rn) y la Circulación General de la
Atmósfera.

Estos factores determinan el tipo genético de heladas, la extensión geográfica del


fenómeno y la época de ocurrencia. Su estudio es de suma utilidad para el pronóstico de las
mismas y para poder interpretar el régimen o modalidad de las heladas en una región.

 Balance Radiativo Regional (Rn)


Como la helada es un fenómeno relacionado con el enfriamiento, en su origen está
implícita la ecuación de balance calórico, representada por la siguiente expresión:

Rn = S + H + lE.

En el valor que alcanza Rn influyen factores astronómicos y geográficos. Ellos son: la


duración relativa del día y la noche y la inclinación de los rayos solares sobre un punto de la
superficie terrestre (asociados con la época del año, latitud). Los factores astronómicos tienen
una variación regular, tanto en el tiempo como en el espacio, o sea que modifican en forma
gradual el Balance Calórico.

Entre los factores geográficos, la continentalidad actúa modificando esta regularidad.


Dado que la superficie terrestre no es homogénea, se introduce una variación geográfica en el

176
Balance Calórico. La energía que le corresponde al término S en los continentes no es igual que
sobre los océanos, dado que en el suelo el calor se transmite por conducción molecular y hasta
los 10 metros de profundidad y en los océanos hay variaciones hasta los 500-600 metros debido
a la transmisión del calor por convección.

Conociendo las características de la superficie terrestre y como es modificado el Balance


Calórico, estaríamos en condiciones de predecir el descenso térmico en cada lugar, pues los
factores astronómicos y geofísicos (latitud, macrorelieve, etc.) provocarían variaciones
similares todos los años. Sin embargo, la ecuación del Balance de calor presentada
anteriormente solo considera los flujos de energía transferidos en sentido vertical. Para
considerar también el intercambio de energía y vapor de agua en sentido horizontal, debemos
incluir en el balance el término de advección.

 Circulación General de la Atmósfera expresa a escala macroclimática la forma que


adopta el transporte periódico de masas de aire. La transferencia de las propiedades
(temperatura, humedad, etc.) que realizan las masas de aire, junto con los componentes del
balance calórico, interaccionan para producir la condición particular de helada en una región

Las heladas extemporáneas están vinculadas con estados del tiempo producidos por la
acción de sistemas de presión (altas y bajas) bien definidos, los cuales permiten la entrada de
grandes masas de aire que se estacionan sobre los continentes. Los centros anticiclónicos
establecidos favorecen la pérdida de energía, con grandes descensos térmicos y heladas intensas
fuera de los períodos normales de ocurrencia.

FACTORES MICROMETEOROLÓGICOS: Afectan la duración e intensidad de las


heladas y, por ende, los daños que pueden causar, de acuerdo al nivel de resistencia específica
del cultivo. El conocimiento de los mismos es relevante para la prevención y lucha directa contra
las heladas. Estos factores determinan las características locales de las heladas. Entre los más
importantes podemos mencionar:

1. Humedad del aire: cuando la atmósfera está cargada de humedad hay menor Irradiación
Efectiva, pues a mayor tensión de vapor de agua o punto de rocío en la atmósfera, aumenta el
flujo de contra radiación, con lo que el Balance negativo es menor. En general, en la medida
que la humedad atmosférica es elevada, es más probable la presencia de nubosidad, que
incrementa este efecto (figura 2.4.13). Además, el nivel de humedad del aire determina el tipo
de helada según su aspecto visual: helada blanca o helada negra.

177
Figura 2.4.13. Efecto de la condición de nubosidad sobre la disminución de la
temperatura nocturna

2. Viento y turbulencia: El aire en calma favorece la estratificación del aire frío sobre el suelo,
que va perdiendo calor durante la noche por irradiación y da lugar a un gradiente de inversión
cerca del suelo. En estas condiciones el aire adquiere gran estabilidad térmica (ver estabilidad
térmica de la atmósfera). El viento, al introducir movimientos turbulentos en la capa de aire
cercana al suelo, determina la mezcla de aire entre sus diferentes estratos, con el consiguiente
efecto sobre sus propiedades térmicas. Con turbulencia la inversión es de menor intensidad
(figura 2.4.14), observándose en la capa baja de la atmósfera una tendencia hacia la isotermia o
hacia gradientes térmicos normales. La magnitud de la inversión es de gran importancia en la
aplicación racional de los métodos de lucha.

Figura 2.4.14. Efecto del viento en el perfil térmico y la disminución de la temperatura


nocturna.

3. Drenaje nocturno del aire frío: El aire frío, dado que es más denso, drena por la superficie
terrestre, dirigiéndose hacia los lugares más bajos. Debido a las variaciones en el relieve
terrestre, el aire más frío tiende a acumularse en las zonas más bajas. Las características del
microrelieve del suelo y los accidentes de su superficie determinan la dirección y la intensidad
del flujo nocturno del aire frío, lo que constituye un importante factor micrometeorológico de
las heladas. Este escurrimiento del aire, se produce sin alterar profundamente la estratificación
del aire frío y, por lo tanto, de la inversión establecida (figura 2.4.15)

178
Figura 2.4.15. Depósito de aire frío y helada en el valle.

4. Características del suelo: Las condiciones físicas del suelo constituyen un factor local de
gran importancia en la manifestación de las heladas. Una buena transferencia de calor en el suelo
permitirá que, durante las horas diurnas, se almacene una considerable cantidad de energía, la
cual será devuelta durante la noche hacia la superficie y, de ella, a la capa de aire adyacente.

5. Influencia de la vegetación espontánea o cultivada: Un factor microclimático importante


en la manifestación e intensidad de las heladas es el tipo de contacto entre la superficie del suelo
y la capa de aire adyacente. (Ver influencia de las malezas y abonos verdes, en Métodos
indirectos de lucha contra heladas).

CARACTERIZACIÓN DEL RÉGIMEN DE HELADAS

El vocablo "régimen", que significa la forma de ocurrir u ordenarse las cosas, en


climatología se usa para expresar las modalidades que presentan los distintos elementos del
clima a través del tiempo calendario. El régimen de heladas se puede caracterizar, desde el punto
de vista climático, a partir de la información que elabora y publica el Servicio Meteorológico
Nacional (S.MN) en las estadísticas climáticas. Esta información incluye la temperatura
mínima absoluta de cada mes, como una medida de la posible intensidad de las heladas
durante el invierno, y la frecuencia mensual de heladas, como promedio mensual de heladas
en una serie de años.

Desde el punto de vista agronómico esta información muchas veces resulta insuficiente.
El estudio del régimen de heladas con sentido agroclimático debería integrar no solo los
parámetros mencionados, sino también aquellos índices que permitan cuantificar, o al menos
calificar, el probable daño en diversos cultivos agrícolas. Un estudio completo de heladas
(Caracterización Agroclimática de Heladas), debería determinar su régimen en función de
los valores medios, extremos y variabilidad, de los siguientes aspectos:

1) Tipo genético
2) Duración
3) Época de ocurrencia
4) Intensidad
5) Frecuencia (de los puntos 1 a 4)
6) Expresión de la peligrosidad.

179
180
1) Tipos genéticos de heladas

De acuerdo a la información que publica el SMN, las heladas se pueden caracterizar por
su época de ocurrencia, intensidad, en alguna medida por su peligrosidad, pero nada se dice
sobre su tipo genético, es decir, el origen o causa del enfriamiento. De acuerdo a su tipo genético,
las heladas pueden ser:

a) Heladas Advectivas:

Es la provocada por el avance o irrupción de masas de aire frío, de origen polar


generalmente, que provocan descensos térmicos y heladas en la región. Se trata de un fenómeno
macroclimático, o sea que afecta a grandes extensiones geográficas y, además, está acompañado
de otras características como ser: (1) Existe un cierto movimiento del aire, siendo el valor de la
velocidad del viento igual o mayor a 3 en escala Beaufort. (2) El gradiente de la temperatura
vertical es normal, es decir, la temperatura del aire desciende con la altura (figura 2.4.16.a), es
decir que con este tipo de heladas no hay inversión térmica. (3) No hay influencia de la
nubosidad, o sea que cuando hay nubes no se atenúa el descenso térmico.

b) Heladas Radiativas:

Se producen como consecuencia del balance negativo de radiación en la región. En


general, las condiciones concurrentes son: noches calmas, despejadas, y con bajo contenido de
humedad del aire, en las que hay una menor contribución de la contra radiación atmosférica.

El gradiente vertical de la temperatura presenta una marcada inversión (figura


2.4.16.b), pues el aire en contacto con el suelo se enfría mucho, como consecuencia del
enfriamiento del suelo. A mayor altura, la temperatura del aire es un poco mayor que cerca del
suelo hasta el "techo" de la inversión térmica por encima del cual se reconstituye el gradiente
normal. A mayor intensidad de enfriamiento del suelo, el techo de la inversión térmica estará a
mayor altura.

El aire frío en contacto con el suelo aumenta su densidad, se estratifica y favorece la


estabilidad del mismo, es decir que no hay movimientos o, si los hay, son del tipo laminar y su
velocidad nunca mayor a 0,2 m/s. Nunca hay turbulencia.

181
Figura 2.4.16. Gradiente térmico vertical en los distintos tipos de heladas: (a) casi
isotérmico (b) inversión térmica junto al suelo.

c) Heladas Mixtas:
Se producen por la combinación de los dos procesos anteriores, lo que puede suceder de
distintos modos:

1) Se produce en forma conjunta la irrupción de una masa de aire con temperatura inferior a
0°C, y el balance de radiación del lugar donde llega la masa es negativo, o sea que hay dos
efectos sumados.
2) Se produce cuando primero llega una masa de aire que provoca una helada advectiva y en
ciertas regiones se detiene, estabiliza y al día siguiente de la helada, dicha masa sufre un
descenso térmico de origen radiativo en el lugar donde se estacionó.
3) Similar al caso anterior, irrumpe una masa de aire frío que si bien no llega a provocar una
helada en ese momento, se estabiliza y favorece luego por la noche el descenso térmico por
radiación terrestre. Bajo estas condiciones, con el aire frío y seco preacondicionado, se
incrementa la probabilidad de producirse una helada al día siguiente. Los casos 2 y 3 son los
que principalmente ocurren en la provincia de Córdoba.

Heladas blancas y negras

Los agricultores dividen las heladas en blancas y negras por el aspecto que presenta el
cultivo, después de experimentado el fenómeno, independientemente de la causa meteorológica
determinante del descenso de la temperatura.

182
La "helada blanca" ocurre cuando sobre la superficie de las plantas, objetos y el suelo
se deposita un manto de escarcha que confiere al paisaje el color blanco de la denominación
(Caso A, fig 2.4.17). Para que se produzca este fenómeno, la humedad absoluta del aire debe
ser lo suficientemente elevada para que al descender la temperatura alcance y sobrepase el punto
de rocío, condensándose el exceso de humedad sobre las plantas, objetos y suelo.

La "helada negra" ocurre cuando hay muy poca humedad (Caso B figura 2.4.17) y la
temperatura desciende por debajo de cero grado sin alcanzar el punto de saturación, motivo por
el cual no hay condensación de agua previa.

Si observamos la figura 2.4.17 de Tensión de Vapor y Temperatura, podremos aclarar


la diferencia entre Helada blanca y Helada negra: Imaginemos una masa de aire en el punto A
con la humedad y temperatura que indica el gráfico. Al descender la temperatura de esta masa
A, mientras la humedad se mantiene constante (Humedad Absoluta) y alcanza el valor t' que es
la temperatura del punto de rocío, donde nuestra masa A está saturada de humedad. Si la
temperatura continua bajando, se formará rocío (estado líquido), hasta los 0°C y, a partir de allí,
se formará escarcha, o sea "rocío congelado".

e
(mb)
Rocío

Escarcha

PR 0 PR T (°C )
(B) (A)

Figura 2.4.17. Condición de la humedad del aire que produce una helada blanca (A) o
una helada negra (B).

Este tipo de helada se llama helada blanca, y causa menos daño a los vegetales que las
heladas negras, pues como hay condensación (600 cal/gramo) y solidificación (80 cal/gramo),
se libera el calor latente, parte de esas calorías pueden pasar al órgano vegetal, atenuando así el
descenso térmico.

Ahora, supongamos que la masa de aire está inicialmente en B, vemos que tiene mucho
menos humedad (su punto de rocío es más bajo) que la masa A. Al descender la temperatura
hasta 0°C no alcanza su punto de condensación, no se satura. Entonces, como es una helada sin
deposición de rocío previo y sin congelación de ese rocío, lo que se congela son los tejidos
vegetales, provocando su muerte. Al cabo de unos días, sus tejidos necrosados se ennegrecen
por el ataque de hongos y el cultivo toma un color pardusco. Este tipo de helada se denomina
helada negra, teniendo una acción muy destructiva sobre las plantas.

2) Duración de las heladas:

183
Es la cantidad de horas que dura el descenso térmico de acuerdo a su intensidad, época
de año, tipo, etc. O sea, que es el tiempo que transcurre en horas, desde que la temperatura baja
a 0°C (comienzo), se encuentra por debajo del 0°C y luego vuelve a subir por encima de dicho
nivel (fin).

3) Época de ocurrencia:
Según su época de ocurrencia pueden ser:

Primaverales o Últimas heladas Interesa la época en


Otoñales o Primeras heladas que se presentan.

Invernales Interesa la intensidad


Estivales o extemporáneas con la que ocurren.

En cuanto a las heladas otoñales y primaverales, resulta de particular interés caracterizar


la época en que se producen porque cuando ellas tienen lugar, los vegetales en actividad en ese
momento son de por sí sensibles a las bajas temperaturas, o bien tienen órganos que en esa etapa
de su ciclo los hace poco resistentes a las bajas temperaturas, aunque la helada sea leve.

Por ejemplo, si el duraznero presenta órganos tiernos, temperaturas cercanas a 0°C ya


son perjudiciales. Lo importante es la época en que se produce el descenso, porque al comienzo
de primavera, el cultivo se encuentra en descanso y las bajas temperaturas no lo afectan.
Avanzada la estación aumenta su sensibilidad a niveles térmicos incluso menos intensos.

En las heladas invernales y estivales interesa conocer, en particular, su intensidad, o sea


si el descenso térmico alcanza o supera el límite de resistencia del vegetal.

En resumen, vemos que las heladas que ocurren en otoño o antes que comience el
invierno, son las llamadas heladas tempranas y las heladas tardías son aquellas que ocurren
después de pasado el invierno y bien entrada la primavera. Estas Heladas Tardías y Tempranas
presentan interés desde el punto de vista agrícola por ocurrir en épocas en que pueden producir
daños importantes a los cultivos durante el otoño (algodón, caña de azúcar, olivo) o a los que
inician su crecimiento, floración o fructificación en Primavera (frutales, trigos en espigazón,
maíz en crecimiento inicial, etc.). Como en tales épocas la sensibilidad vegetal es máxima para
cualquier descenso térmico por debajo de los 0°C, más que la intensidad de tales heladas,
interesa la fecha en que ocurren.

Desde el punto de vista climático y agroclimático, los parámetros conocidos como


"fecha media de primera helada", "fecha extrema de primera helada", "fecha media de última
helada" y "fecha extrema de última helada", resultan fundamentales para señalar aquella
temporalidad.

4) Intensidad de las heladas


Indica el grado de enfriamiento alcanzado. Se expresa a través de la temperatura mínima
absoluta ocurrida en el transcurso del día.

184
5) Frecuencia media mensual de heladas
El valor climático que indica la frecuencia media mensual de heladas representa el
número de heladas que, en término medio, se produjeron en un lugar a través de un número
suficiente de años. Para computarlo es necesario disponer de un récord de temperaturas
mínimas diarias para un período suficientemente largo para producir un promedio
representativo (por lo menos 15 años). En este récord se computa primeramente la cantidad
total de heladas registradas cada mes a lo largo de los años. Esos valores representan la
frecuencia (veces de ocurrencia) mensual para cada año considerado. El promedio de las
frecuencias de cada mes para todos los años del récord, es el valor de la Frecuencia Media
Mensual.

6) EXPRESIÓN DE LA PELIGROSIDAD: OBTENCIÓN DE PARÁMETROS


UTILIZADOS PARA CARACTERIZAR LAS HELADAS E ÍNDICES
CRIOKINDINOSCÓPICOS (ICK)

a) Cálculo de la fecha media de primera o última helada.

Para el cómputo de este valor climático de una localidad, se necesita disponer de un


registro de temperaturas mínimas de cierta cantidad de años (más de 15 o 20 años). Para cada
año del record, se anotará la fecha en que se produjo la primera temperatura mínima de 0°C o
inferior.

El promedio de esas fechas anuales, será la "fecha media de primera helada" de la


localidad. Para promediar fechas resulta conveniente transformarlas en el número de orden que
le corresponde a cada día del año al numerarlos desde el 1 (1 de enero) al 365 (31 de diciembre).
La Tabla de Días, al final de este texto, facilita esta transformación.

Para el cálculo de la "fecha media de última helada" se procede de igual forma, sólo que
se consideran las últimas fechas en que la temperatura mínima es 0°C o inferior.

b) Cálculo de la fecha extrema de primera helada o de última helada.

Dentro de las fechas de primeras heladas anuales, aquella que se haya producido en
forma más anticipada (más cerca del comienzo del año) marcará la "fecha extrema de primera
helada", y aquella que se haya producido más tardíamente (más cerca de fin de año) marcará la
"fecha extrema de última helada".

Para aquellas localidades que en algunos años no registren heladas, el cómputo de fecha
media de primeras y últimas heladas, se hará sobre la base del promedio de las fechas de años
con heladas. En tales casos, será necesario acompañar el dato del porcentaje de años sin heladas.

c) Variabilidad de las primeras y ultimas heladas. Probabilidad de ocurrencia.

185
Como todo promedio estadístico, su verdadera significación en relación con la
distribución de los valores de la serie, debe ser expresada por algún índice de dispersión. La
desviación estándar es válida para series que respondan a la curva de probabilidad normal, como
parecen ser las de primeras y últimas heladas. El conocimiento de la desviación estándar permite
estimar la probabilidad que tiene la primera (o última) helada de ocurrir tantos días antes o
después de la fecha media.

Con este fin pueden usarse cualquiera de las tablas estadísticas que indiquen la
probabilidad o superficie porcentual que queda comprendida bajo la curva normal en el intervalo
entre la media +/- una dada desviación estándar. Llamamos desviación reducida a la diferencia
entre un valor cualquiera de la serie y el valor medio, pero medida en términos de desviación
estándar. Por ejemplo, si una serie tiene una media X = 15 y una desviación estándar  = 3, un
valor cualquiera por ejemplo x = 21, tiene con la media un desvío d: 21 - 15 = 6; esta diferencia
expresada en unidades de desviación estándar será:

d 6
z = = = 2 desviaciones reducidas
 3

La "Tabla del área comprendida bajo la curva de distribución normal y reducida" (Fisher
y Yates, 1963) al final del Capítulo, permite calcular cual es la probabilidad que la variable
normal centrada y reducida tome valores mayores o iguales a z [P(Z≥z)]. Por ejemplo, para el
mismo caso anterior ( X = 15;  = 3) podríamos preguntarnos cuál es la probabilidad de que se
den por azar valores mayores a 19,2. De acuerdo a lo dicho, la desviación reducida será:

X-X 19,2 - 15 4,2


z= = = = 1,40
 3 3

En la "Tabla de Z" leemos que la probabilidad es 0,0808. Por lo dicho anteriormente,


podremos concluir que existe aproximadamente 8% de probabilidad que ocurran valores
mayores o iguales a 19,2.

d) Periodo medio con heladas. periodo medio libre de heladas.

Dentro de cada año del record, el intervalo que va desde la fecha de primera helada anual
hasta la fecha de última helada anual marca el llamado período con heladas, que se expresa por
la cantidad o número de días del intervalo. Si sobre un record de muchos años se determina la
duración de los períodos anuales de heladas y posteriormente se realiza el promedio para estos
valores, se observa el llamado "período medio con heladas". Prácticamente puede computárselo
como el número de días comprendidos desde la fecha media de primera helada a la fecha media
de última helada.

De la misma forma, el intervalo que va desde la última helada de un año a la primera del
año siguiente, constituye el llamado período libre de heladas. El promedio de las duraciones de
períodos libres anuales obtenido sobre una larga serie de años, constituye el "período medio
libre de heladas" (estimación del período potencial de un cultivo estival) de gran valor

186
agroclimático. Prácticamente corresponde al número de días entre la fecha media de última
helada y la fecha media de primera helada (contadas pasando por el 31 de diciembre).

e) Índices agroclimáticos de peligrosidad de heladas.

Cualquier índice que exprese la relación entre el régimen de heladas y la repercusión del
mismo sobre los cultivos agrícolas es un índice de peligrosidad. Dentro de ellos, se ubica el
llamado Índice CrioKindinoscopico (ICK), propuesto por el Ing.Agr. J.J.Burgos para evaluar
el riesgo agrícola de heladas a nivel regional.

Mediante este índice se determina en un valor numérico, el peligro de las últimas y


primeras heladas, integrando el valor de la fecha media de ocurrencia, su dispersión y el estado
de evolución de las plantas; y el peligro de las heladas invernales, vinculando el valor de
intensidad de las heladas con el grado de resistencia específica.

Los fundamentos para el desarrollo de los ICK, tanto de Primeras como de Ultimas
Heladas, pueden resumirse así:

a) que la brotación y floración de plantas perennes o el nacimiento de las anuales en


primavera, marca el comienzo de una etapa de alta sensibilidad al frío que se acentúa a
medida que avanza la estación. Por lo tanto, cuanto más tardías son las heladas, tanto mayor
el grado de peligrosidad;

b) que la maduración de frutos o semillas y el crecimiento de ramitas y yemas durante el otoño


puede quedar interrumpido por descensos térmicos perjudiciales;

c) que el grado de evolución de la vegetación en primavera y otoño depende directamente de la


marcha de la temperatura del aire y por consiguiente, las primeras y últimas heladas serán tanto
más peligrosas cuanto más elevado sea el nivel térmico de primavera u otoño en el momento de
la ocurrencia;

d) que para dar un índice de peligrosidad un carácter agrícola, debe fijarse un riesgo de pérdida
por helada económicamente aceptable, que el autor fija en una pérdida por heladas de 1 año
cada 5 (Probabilidad = 0,20)

En los fundamentos de Heladas Invernales se considera que:

e) las heladas invernales, pueden ocasionar daños cuando su intensidad excede la resistencia
normal de los cultivos perennes o anuales de cultivo invernal;

f) la resistencia, la duración del período de implantación y usufructo, distinto en ambos tipos de


cultivos (perennes y anuales invernales), hace necesario establecer una distinta probabilidad de
riesgo económicamente aceptable; (umbral de daño).

g) la temperatura mínima anual media y su dispersión pueden constituir un buen índice del rigor
del invierno.

187
En base a estas consideraciones, fueron propuestos los siguientes índices
criokindinoscópicos y sus correspondientes definiciones:

1.- ICK de primeras heladas: temperatura media normal del aire en la fecha antes de la cual
es probable que ocurran heladas en 1 año de cada 5 (P = 20%).

2.- ICK de ultimas heladas: temperatura media normal del aire en la fecha después de la cual
es probable que ocurran heladas en 1 año cada 5 (P = 20%).

3.- ICK de heladas invernales para cultivos perennes: temperatura mínima anual que cabe
esperar con una probabilidad del 5% (una vez cada 20 años).

4.- ICK de helada invernales para cultivos anuales: temperatura mínima anual que cabe
esperar con una probabilidad del 20% (1 vez cada 5 años).

188
Método de cálculo del ICK de primeras heladas:

Conocidos los valores de fecha media de primera helada y su desviación estándar, se


calcula mediante la "Tabla de z" la fecha del año que corresponde a la probabilidad de ocurrencia
del 20%.

Por ejemplo, para Cipolletti:


- fecha media de primera helada: 8 de abril (día: 98)
- desviación estándar: +/- 13 días.

Como en este caso ya hemos fijado de antemano la probabilidad, buscamos en la "Tabla


de z" el valor de la desviación reducida que corresponde a P = 0,20. Este valor es 0,84.
X-X
siendo z = donde X es la fecha problema

reemplazando valores, será :
X - 98
 0,8416 
13

X = 98 - (0,84 x 13) = 98 - 10,9 = 87

Vale decir, el día 87 del año (28 de marzo) es la fecha antes de la cual es probable que
ocurra la primera helada en el 20% de los años. Conocida esta fecha, es necesario hallar la
temperatura normal del aire que le corresponde. De la estadística climatológica (1901-50)
extraemos:

Temperatura media del mes de marzo: 17,8°C (corresponde al día 15)


Temperatura media del mes de abril: 12,8°C (corresponde al día 15)

Si en 30 días hay una disminución de 5°C, la disminución diaria es de 0,17°C, y para


los 13 días que van del 15 al 28 de marzo, la temperatura disminuirá en 13 x 0,17ºC = 2,2°C.
Será entonces: 17,8°C - 2,2°C = 15,6°C, la temperatura media normal del aire del día 28 de
marzo en Cipolletti.

ICK de PRIMERAS HELADAS: 15,6°C.

Para clarificar el cálculo, se puede disponer así:

Fecha media1º helada, X  z = 0,84 X - (σ z) ICK


Abril 8 (98) +/-13 días 10,92 11 98-11=87 (marzo 28) 15,6°C

Método de cálculo del ICK de últimas heladas:

Se procede de igual forma que en el caso anterior, con la salvedad que en el cálculo del
valor medio y la desviación estándar se plantea la búsqueda de una fecha posterior a la fecha

189
media con una probabilidad de ocurrencia del 20%. Considerando la siguiente fecha media de
última helada = 2 de septiembre (día 245), y una desviación estándar = +/- 15 días

X = X + (0,84 .  ) = 245 + 12,6 = 258

que corresponde al 15 de septiembre motivo por el cual no se necesita interpolar la temperatura,


adoptando el valor de la temperatura media mensual, que en este caso es de 11,3 °C

ICK de ULTIMAS HELADAS: 11,3°C.

Fecha media última helada, X  z = 0,84 X + (σ z) ICK


Set 2 (245) +/-15 días 12,6~13 245 + 13=258 (Set 15) 11,3°C

Método para el cálculo del ICK de heladas invernales:

El proceso para hallar el ICK de heladas invernales de cultivos perennes e ICK de


heladas invernales para cultivos anuales es similar en su esencia al descrito, y consiste en:

1) Hallar la temperatura mínima anual media; este valor es el promedio de las temperaturas
mínimas absolutas anuales del record considerado. Por ejemplo, para Cipolletti resulta ser igual
a -9,2°C +/- 1,8°C (1902-1955).

2) Hallar la temperatura mínima anual que puede ocurrir con una probabilidad del 5% (para
perennes) o del 20% (para anuales). Esos valores son los ICK buscados.

La tabla siguiente aclara el cómputo :

Temperatura mínima
Cultivos anual media X (ºC)  X ICK

1,8x1,64 = 2,96 -9,2°-3,0°


Perennes -9,2 °C +/- 1,8 = 3,0°C = -12,2°C
1,8x0,84 = 1,51 -9,2°-1,5°
Anuales -9,2 °C +/-1,8 = 1,5ºC =-10,7ºC

190
MÉTODOS DE LUCHA CONTRA LAS HELADAS

Los métodos de protección de cultivos contra el daño de las adversidades


meteorológicas, según su forma de actuar, se pueden clasificar en dos grandes grupos:
directos e indirectos. Los métodos directos actúan sobre el proceso físico que produce la
adversidad, generalmente en el ámbito del meso y microclima, anulando o reduciendo la
intensidad del impacto. Según el momento de su aplicación, se clasifican a su vez en pasivos y
activos. Ambos exigen el conocimiento íntimo del proceso atmosférico y micrometeorológico
de ocurrencia.

Los métodos directos pasivos se realizan antes de la ocurrencia del fenómeno adverso,
sus efectos son permanentes en muchos casos, y se realizan como técnicas precautorias o
preventivas a través del gobierno o control de los factores físicos (o biológicos, pero en función
física), favorables a la ocurrencia o intensificación del fenómeno adverso.

Los métodos directos activos, se desarrollan inmediatamente antes o durante la


ocurrencia del fenómeno perjudicial y son los métodos de lucha por excelencia; sus efectos
sobre la adversidad no exceden el tiempo en que se aplican. El hecho de ser circunstanciales,
fundamenta la importancia del conocimiento a corto plazo de tal ocurrencia, es decir, del
pronóstico meteorológico o agrometeorológico de la misma.

Los métodos indirectos no actúan sobre el fenómeno en sí, sino sobre el objeto de la
protección, es decir los cultivos; la elección de los cultivos y su diversificación, la elección de
las épocas de siembra, la regulación o adecuación de los procesos fenológicos, la utilización de
variedades resistentes o técnicas para aumentar la resistencia natural, etc., constituyen ejemplos
de los métodos indirectos más usados. En general, su aplicación se relaciona con las
características generales del régimen climático del fenómeno adverso en el lugar de cultivo y
con el mecanismo fisiológico del daño.

1. MÉTODOS DE LUCHA DIRECTOS PASIVOS

Retraso de la floración
Un método disponible en la lucha contra las heladas invierno-primaverales, en duraznero
y otros frutales de carozo, es la pulverización con retardadores de crecimiento. Estos agentes
inducen atrasos variables en la floración, permitiendo en ciertas regiones escapar al periodo de
heladas. Hasta ahora se han efectuado experiencias con Etefon, tratando de identificar los
momentos y dosis de aplicación óptimas que brinden protección sin efectos fitotóxicos
indeseables.

Se comprobó que con pulverizaciones otoñales con 100 ppm de Etefon en el momento
del 50 % de la caída de las hojas, no solo retardaban la floración unos siete días sino que, además,
las yemas florales de los árboles tratados poseían resistencia adicional al daño por frío.

En regiones donde el periodo de heladas se prolonga considerablemente después de la


floración, resulta de poco interés el atraso en unos siete días en la floración. Sin embargo, la

191
protección adicional que brinda el producto al daño por frío puede redundar en un beneficio para
la producción. Otros autores, mencionan la aplicación del Etefon en damasco y en almendro,
indicando que aún existe poca experimentación al respecto.

Enfriamiento de los árboles frutales


Consiste en el enfriamiento de los árboles aún desprovistos de hojas, mediante la
aspersión con agua encima de ellos durante el día. La evaporación del agua produce el
enfriamiento de los botones florales y sistema vegetativo. El método disminuye la temperatura
de los órganos y, como consecuencia, el número de horas acumuladas de temperaturas
beneficiosas para el inicio de la floración, ya que esta se produce cuando se ha acumulado un
determinado nivel, a partir de la rotura de la dormancia. El método es más eficaz si se dan
condiciones de baja humedad relativa del aire y una fuerte radiación solar.

Características del suelo y prácticas culturales

Las características físicas del suelo afectan a su propia temperatura y a la de los primeros
estratos de aire. Además, influyen sobre la transferencia de calor en profundidad, permitiendo
que durante las horas diurnas se almacene en él una cantidad de calor considerable que, durante
las horas nocturnas, será devuelto a la superficie y de allí a la capa de aire adyacente. Este
fenómeno determinará una menor amplitud térmica en aquellos suelos con alta capacidad de
transferencia de calor y viceversa. La facilidad de transferencia del flujo calórico depende
principalmente de las constantes calóricas del suelo, que son específicas para cada una de las
texturas y estados de agregación y, principalmente, de su contenido de humedad.

Influencia de la textura

Un suelo arenoso retiene naturalmente menos agua que uno arcilloso. Por ello, tendrá
menor calor específico y en consecuencia menor flujo calórico. Luego, tendrá mayor amplitud
térmica en superficie, lo que determinará temperaturas mínimas más extremas que si fuera un
suelo arcilloso.

Influencia del contenido de agua del suelo

Supóngase dos parcelas del mismo suelo que tienen diferentes contenidos de agua por
haber sido regados o haber recibido una lluvia en distintos momentos. La que se encuentra más
seca tendrá menor calor específico y menor flujo calórico. Por ello, tendrá mayor amplitud
térmica en superficie y en los estratos de aire inmediatos, razón por la cual experimentará
temperaturas mínimas más extremas.

Influencia del suelo arado

A diferencia de un suelo compacto, sobre un suelo arado se presentan tres efectos


coadyuvantes que determinan una gran amplitud térmica en su superficie y, como consecuencia
de ello, en los estratos de aire inmediatos:

192
a) La capa arada contiene mucho aire y poca humedad ocasionando, en grado
superlativo, los efectos señalados en los puntos anteriores para suelos arenosos y secos.

b) La capa arada tiene muy baja o nula conductividad térmica por tener mucho aire. Por
ello, aísla a los estratos profundos en cuanto a la posibilidad de recibir calor de día o transferir
calor a la superficie durante la noche.

c) La capa arada aumenta la emisión al tener mayor superficie de irradiación. Una forma
práctica de compactar el suelo es regándolo por inundación, debido a que el agua disuelve los
terrones, llena de suelo los intersticios y produce un aplanamiento de la superficie.

La diferencia de temperatura que se produce en un suelo entre una condición compacta


y otra arada, puede llegar a ser de 3°C.

Influencia de las malezas y los abonos verdes

En cultivos tales como los montes frutales, la cobertura del suelo por malezas o abonos
verdes, en el período de heladas dañinas, actúa como un elemento de enfriamiento por tres
efectos distintos:

a) Actúa impidiendo la recepción de la radiación solar por el suelo y con ello el


almacenaje de calor en profundidad. Dentro de esta masa vegetal se forma una capa aislante que
dificulta la difusión del calor proveniente de la radiación solar durante el día y también la
proveniente del suelo durante la noche, transformando al suelo como un mal absorbente y
consecuentemente en un mal emisor (Ley de Kirchoff).

b) Se recordará que las máximas amplitudes térmicas se producen sobre la superficie del
suelo y van disminuyendo con la altura. La cobertura vegetal eleva el nivel de la capa rugosa
del suelo, impidiendo con ello la difusión turbulenta en los estratos inferiores, donde ocurre el
descenso térmico mayor.

c) La evapotranspiración de las malezas y abonos verdes coadyuvan al enfriamiento del


aire debido al consumo de energía que requiere este proceso.

Influencia de los reparos: (Invernaderos, túneles, etc.)

a) Efecto invernadero: Es aquel por el cual un recinto o abrigo, cubierto con un material
transparente a las radiaciones solares, tiende a mantener a través del tiempo una temperatura
superior a la externa.

b) Retención del calor: Es la capacidad de un abrigo cerrado para mantener la energía térmica
acumulada en su interior. La capacidad de retención está ligada directamente al coeficiente de
conductividad térmica del material y a su permeabilidad a las radiaciones caloríficas emitidas
por el suelo y por las plantas.

193
c) Rendimiento térmico de un abrigo: Desde el punto de vista práctico, es la diferencia entre las
temperaturas medias diarias en el interior del abrigo y las medidas en el exterior. Mayor
rendimiento térmico significa menor gasto de calefacción.
d) Transparencia: Es la propiedad de un material de dejar pasar la mayor cantidad posible de la
radiación solar. El material ideal sería aquel que tuviera el espesor y la flexibilidad de los
plásticos y las propiedades ópticas del vidrio.

194
En el caso de invernaderos, tiene poca importancia la forma de transmisión de la luz
(directa o difusa). Un material translúcido, con tal que transmita tanta luz como otro
transparente, sea de modo directo o difuso, no parece que constituya un inconveniente para los
vegetales. Al contrario, puede resultar beneficioso cuando las radiaciones son muy fuertes.

e) Opacidad de los plásticos a las radiaciones nocturnas.

Los materiales empleados en construcciones agrícolas han de ser transparentes a las


radiaciones solares en su conjunto, pero lo más opaco posible a las emitidas por el suelo y las
plantas, que se han calentado por los rayos del sol o por cualquier otro medio. Estas radiaciones
pueden variar entre 2,5 y 70 micras, con un máximo en 10 micras.

Sólo el vidrio, los poliésteres estratificados y el PVC son los materiales que presentan
efecto invernadero total. Otras consideraciones a tener en cuenta en el uso de estos materiales,
son las vinculadas con la condensación del vapor agua sobre las paredes interiores de los abrigos.

Otras prácticas agrícolas

Existen prácticas agrícolas-forestales destinadas a regular convenientemente el drenaje


de aire frío nocturno. Estas medidas actúan sobre el aire mismo y no sobre el territorio a proteger.

El intenso enfriamiento de la capa de aire cercana al suelo debido a la radiación efectiva


nocturna, tiende a formar una estratificación muy estable del aire que forma esta capa. El aire
es más denso y pesado sobre la superficie del suelo, y la distribución vertical de la temperatura
muestra lo que se ha definido como inversión térmica.

Si el aire por encima de la capa invertida se encontrara en absoluta calma, y la superficie


del suelo fuera absolutamente horizontal, lisa y uniforme, en las condiciones de su composición
física, la masa enfriada sobre ella permanecerá inmóvil hasta la salida del Sol. Pero estas
condiciones son prácticamente irreales, puesto que aun cuando el aire superior fuera calmo, las
pequeñas o grandes irregularidades del terreno provocarían un desplazamiento o drenaje del aire
enfriado, que lo llevaría a ocupar, por su mayor densidad y peso, los niveles inferiores del
terreno. Este hecho determina la mayor peligrosidad de las heladas en los terrenos bajos.

Frente al problema de mejorar el microclima de un lugar por medio de un manejo del


drenaje de aire frío nocturno, habrá que considerar, por una parte, las medidas que puedan
adoptarse para impedir la entrada de aire frío extraño, formado en lugares vecinos propicios
al enfriamiento, y, por otra parte, la necesidad de favorecer el drenaje del aire frío propio, es
decir, impedir que se estacione o estanque en un lugar, el aire enfriado in situ.

a) Medidas para impedir la entrada de aire frío extraño

Uno de los medios más eficaces para impedir la irrupción de aire frío extraño en el lugar
a proteger, es la utilización de masas forestales naturales o cultivadas. En climas húmedos se
pueden aprovechar las masas forestales naturales. En climas áridos y semiáridos se podrán

195
disponer cortinas forestales con fines de protección, que impidan la invasión de aire frío
extraño o que lo desvíen por cauces favorables del terreno, eludiendo los cultivos sensibles.

Cuando la entrada de aire frío extraño en la región a proteger es de poca extensión, se


puede recurrir a una modificación de las condiciones térmicas del aire frío mediante cortinas
de fuego (quemadores de petróleo, carbón u otros productos) dispuestos transversalmente en la
boca de irrupción del aire frío, o también con una cortina de regadores por aspersión. En estos
casos, ambos tratamientos son métodos directos de protección.

b) Medidas que favorecen el drenaje de aire frío propio

Las medidas tendientes a drenar el aire frío propio e impedir que se estacione en el lugar,
deben preverse fundamentalmente cuando se planifica la explotación agrícola. Para ello, será
necesario asegurar que no se dispongan obstáculos permanentes (cortinas forestales, cercos,
empalizadas, construcciones, terraplenes de caminos, ferrocarriles, canales, etc.) que se opongan
a la libre circulación del aire frío, en los lugares destinados a cultivos sensibles a las heladas.

La disposición que se le ha dado al cultivo actúa con frecuencia como un elemento que
favorece el establecimiento del aire frío formado en el lugar, sobre todo si éste forma cerca del
suelo una masa densa, en la época de las heladas dañinas (frutales de follaje persistente, vid,
etc.). En estos casos es conveniente disponer las hileras en el sentido de la pendiente (con
precaución por el riesgo de erosión hídrica), de modo que durante las noches frías fluya
libremente el aire enfriado hacia los niveles más bajos.

2. MÉTODOS DE LUCHA DIRECTOS ACTIVOS

La modificación temporaria del microclima se obtiene con el aporte local de calor, para
compensar el enfriamiento nocturno. Dado que las pérdidas de energía por radiación son
elevadas, la cantidad de energía a aportar también debe ser considerable. La protección activa
contra las heladas de primavera y otoño exige medios potentes para que sea eficaz y estos
generalmente son costosos.

a) Nubes artificiales

Desde muy antiguo se ha utilizado el humo como medio de lucha contra las heladas. De
esta forma, se busca imitar el fenómeno natural de la nubosidad, ya que con cielo cubierto no se
producen heladas. Después de la segunda guerra mundial, se efectuaron numerosos ensayos con
diferentes tipos de nieblas artificiales, algunas de ellas utilizadas como "camuflaje" militar.
Todos estos ensayos fracasaron casi por completo, y este medio de lucha fue abandonado.
La efectividad de una niebla depende de su poder de "pantalla" a las radiaciones
infrarrojas del suelo y de los cultivos. Ese poder de pantalla está en función del diámetro de las
partículas y de la cantidad de fumígeno utilizado por unidad de superficie cubierta. En general,
se ha comprobado que las nieblas artificiales están compuestas por partículas demasiado
pequeñas (respecto a las que forman las nubes naturales) y la densidad de partículas (número de
partículas por unidad de volumen) es inferior a la que presentan las nubes en la naturaleza. Estas
razones explican que no se produzca de manera efectiva el fenómeno de contra radiación

196
deseado. No obstante, experimentos esporádicos se siguen efectuando en distintas partes del
mundo. Al presente, este problema se encuentra en el campo de la investigación y de la
experimentación.

b) Ventilación artificial

Desde la antigüedad se sabe que las heladas de radiación rara vez se producen en noches
ventosas. Ello indujo a tratar de luchar contra las heladas mediante el empleo de ventiladores,
también llamados removedores de aire en nuestro país. Durante la noche, el aire se enfría al
entrar en contacto con la superficie del suelo que pierde energía por radiación, de forma tal que
el gradiente térmico próximo a la superficie es de inversión.

El sistema de mezclar el aire con ventiladores, helicópteros, etc., se emplea solamente


en los casos de heladas de radiación, es decir con aire en calma estratificado. El uso de estos
dispositivos, situados en el techo de inversión, mezcla la capa de aire superior (más caliente)
con la inferior (más fría), provocando el aumento de la temperatura del aire en la zona donde
está el cultivo (figura 2.4.18).

En el valle del río Neuquén se estudiaron las características de los perfiles de temperatura
y viento con el objeto de evaluar la factibilidad del uso de ventiladores o removedores del aire
en la lucha contra las heladas. En todos los puntos estudiados la diferencia de temperatura entre
2 y 35 metros fue superior a los 5°C, alcanzando un valor de 10°C en la localidad de Cinco
Saltos, Río Negro (Flores et al. 1997). Estas investigaciones indican que es propicia la
utilización de aparatos que remuevan el aire en noches de heladas, pero la tecnología de los
mismos debe ser adecuada a las características regionales que adquiere el fenómeno, pues las
inversiones térmicas y las condiciones geográficas, entre otras, hacen necesario localizar las
hélices de estos aparatos a alturas mayores a 20 metros, por lo que el criterio mecánico y
aerodinámico de construcción requiere de soluciones particulares (Lassig, J. et al 1997).

197
Figura 2.4.18. Fotografía del removedor de aire y su efecto sobre el gradiente de
inversión.

c) Calentamiento del aire por medio de calefactores

Este método consiste en realizar el aporte directo de una cantidad adecuada de energía
calórica para compensar las considerables pérdidas por radiación (figura 2.4.19). Dependiendo
de la intensidad de las heladas, la superficie protegida y el tipo de calefactores, es necesario
quemar entre 200 a 600 litros de combustible/ha hora.

Se pueden emplear calefactores simples que son prácticamente reservorios de


combustible, donde la combustión es más o menos regulable. Se necesitan para ello, entre 200
y 250 calefactores por hectárea. También se utilizan calefactores "tipo californiano" con
chimenea, que economizan combustible y producen mucho menos humo. En este caso, se
emplean a razón de unos 120 calefactores por hectárea. El calentamiento constituye un medio
de lucha extremadamente seguro, de forma tal que previene la ocurrencia de daños de
prácticamente todas las heladas radiativas. Se debe tener en cuenta, aunque parezca obvio, que
el calor emitido debe permanecer en la zona protegida para ser efectivo.

La simplicidad de su funcionamiento permite adaptarlo a todos los casos. Es utilizado


tanto en pequeñas parcelas como en predios más grandes. Requiere mucha mano de obra porque
el encendido es siempre muy lento y se necesita efectuar la recarga del combustible. Es
necesario prever un hombre por hectárea protegida. De las consideraciones efectuadas surge que
el costo de operación es muy alto.

Una mejora al método, consiste en conectar a los calefactores a una red de distribución
de combustible a presión. Se evita así el trabajo de la recarga de los calefactores en heladas de
larga duración. No obstante, esta mejora ofrece algunas dificultades, sobre todo por su
incidencia en los costos de producción. Para reducir los costos de calefacción, es interesante
encarar la lucha en forma colectiva, en regiones extensas. Los calefactores que se emplean, no

198
siempre bien diseñados, producen una combustión incompleta y abundante humo, lo cual
constituye un inconveniente importante respecto a la polución de la atmósfera.

Caefa

Figura 2.4.19. Fotografía de un calefactor y su acción de protección.

El uso más eficiente de los calefactores se puede alcanzar si se combina este método con
el de ventilación. En este caso, se utiliza un menor número de calefactores por hectárea. Para
proteger los cultivos de heladas débiles es suficiente usar sólo la ventilación, pero cuando ellas
son severas se deben poner en funcionamiento los dos sistemas.

d) Métodos de riego

El riego es uno de los sistemas que permite controlar o morigerar la temperatura del
ambiente.

Riego por Aspersión

El calor latente que se libera cuando el agua pasa del estado líquido al sólido se utiliza
como principio de protección contra las heladas mediante los sistemas de riego por aspersión
(figura 2.4.20). El agua, aplicada cuando la temperatura del aire es inferior a los 0°C, forma una
película de hielo alrededor de las hojas y de las ramas. Al mantener la temperatura de los órganos
vegetales alrededor de los 0°C, se proporciona la protección necesaria contra la helada. La
mezcla sólida-líquida se mantiene a una temperatura próxima a los 0 °C (-0,5°C).

La cantidad de agua a aplicar (mm/h) debe ser la suficiente para compensar, por un lado,
la cantidad de agua que se va congelando sobre el cultivo y, por el otro, la cantidad de agua que
se puede evaporar desde la lámina de agua líquida por encima de la lámina de hielo.

El sistema de riego por aspersión es el que produce mayor protección, si se tiene en


cuenta la relación eficiencia/costos. La parcela a proteger tiene que ser regada toda al mismo
tiempo. El agua aplicada debe suministrar energía suficiente para compensar la pérdida de
energía por radiación, convección, advección y por evaporación.

199
La cantidad de agua a aplicar oscila de 2,5 a 4,6 mm/h, de acuerdo a las características
de las heladas y el tipo de suelo donde está implantado el cultivo. Es muy probable que 2,5
mm/h sea un caudal apropiado para las condiciones de nuestro país y para muchos cultivos.
Si la helada se produce con viento, la cantidad de agua a aplicar tiene que ser superior (hasta un
50 % más).

En cuanto a la velocidad de rotación, el aspersor tiene que dar una vuelta en menos de 1
minuto en procura de que no se forme abundante hielo, que por su peso ponga en peligro la
integridad del cuerpo de la planta y garantice la permanencia sobre el cultivo de la mezcla
sólido-líquida.

Figura 2.4.20. Sistema de riego por aspersión protegiendo el cultivo de vid y aspersor
trabajando.

Las decisiones críticas acerca del funcionamiento del sistema de riego son los momentos
de iniciar la aplicación y de detenerla. Siempre debe ser con una temperatura del bulbo húmedo
por encima de la temperatura crítica para el cultivo que se está protegiendo, aún cuando el sol
esté “brillando” y la temperatura del aire sea superior a 0C. Para finalizar el riego por aspersión
en días despejados y sin viento, el sistema debe detenerse sólo cuando haya agua líquida entre
el hielo y las ramas de los árboles. Fuera de la zona de protección, la temperatura del aire deberá
ser superior a los 0C.

3. MÉTODOS DE LUCHA INDIRECTOS

Ubicación de los cultivos

Como regla general, es evidente que no se deberán implementar cultivos sensibles a las
heladas, en aquellas zonas donde esta adversidad del clima es frecuente.

200
Elección de especie, variedad y época de año

Como se dijo anteriormente, es de fundamental importancia la ubicación de las especies


menos resistentes en aquellas zonas donde el riesgo de heladas sea mínimo y, para ello, es
imperioso conocer con cierta profundidad el régimen térmico del lugar. También es necesario
tener en cuenta la sensibilidad al frío que presentan los distintos cultivos o variedades dentro de
cada especie. Una forma de arbitrar la ubicación correcta de cada cultivo de acuerdo a la
extensión del periodo libre de heladas es realizando la clasificación de las distintas variedades
de acuerdo a sus requerimientos térmicos, como se presenta para vid en la Tabla a continuación.

Precocidad de algunas variedades de vid vinífera de acuerdo a la acumulación térmica.


Variedad ST base 10 a madurez
(ºC días)
Pinot Noire 1095
Chardonnay 1152
Sauv. Blanc 1177
Gewürztraminer 1181
Sauvignon Gris 1193
Moscatel Alej. 1239
Flora 1298
W. Riesling 1348
Semillón 1455
C. Sauvigon 1486
Ruby Cabernet 1574

La época de cultivo también es muy importante en relación al cultivo elegido. En


manzano, por ejemplo, el cultivar Jonathan comienza a florecer en Río Negro el 23 de setiembre,
mientras Rome Beauty lo hace el 6 de octubre. Consideraciones similares deben hacerse para
cultivos anuales, donde la época de cultivo y, la fecha de siembra en particular, es determinante
del éxito o del fracaso. Estos aspectos pueden dilucidarse mediante estudios bioclimáticos en
los diferentes lugares de cultivo.

201
TABLA DE z
Probabilidad de que el valor de la variable normal, centrada y reducida Z tome valores  z.
z 0.00 0.01 0.02 0.03 0.04 0.05 0.06 0.07 0.08 0.09
0.0 0.5000 0.4960 0.4920 0.4880 0.4840 0.4801 0.4761 0.4721 0.4681 0.4641
0.1 0.4602 0.4562 0.4522 0.4483 0.4443 0.4404 0.4364 0.4325 0.4286 0.4247
0.2 0.4207 0.4168 0.4129 0.4090 0.4052 0.4013 0.3974 0.3936 0.3897 0.3859
0.3 0.3821 0.3783 0.3745 0.3707 0.3669 0.3632 0.3594 0.3557 0.3520 0.3483
0.4 0.3446 0.3409 0.3372 0.3336 0.3300 0.3264 0.3228 0.3192 0.3156 0.3121
0.5 0.3085 0.3050 0.3015 0.2981 0.2946 0.2912 0.2877 0.2843 0.2810 0.2776
0.6 0.2743 0.2709 0.2676 0.2643 0.2611 0.2578 0.2546 0.2514 0.2483 0.2451
0.7 0.2420 0.2389 0.2358 0.2327 0.2296 0.2266 0.2236 0.2206 0.2177 0.2148
0.8 0.2119 0.2090 0.2061 0.2033 0.2005 0.1977 0.1949 0.1922 0.1894 0.1867
0.9 0.1841 0.1814 0.1788 0.1762 0.1736 0.1711 0.1685 0.1660 0.1635 0.1611
1.0 0.1587 0.1562 0.1539 0.1515 0.1492 0.1469 0.1446 0.1423 0.1401 0.1379
1.1 0.1357 0.1335 0.1314 0.1292 0.1271 0.1251 0.1230 0.1210 0.1190 0.1170
1.2 0.1151 0.1131 0.1112 0.1093 0.1075 0.1056 0.1038 0.1020 0.1003 0.0985
1.3 0.0968 0.0951 0.0934 0.0918 0.0901 0.0885 0.0869 0.0853 0.0838 0.0823
1.4 0.0808 0.0793 0.0778 0.0764 0.0749 0.0735 0.0721 0.0708 0.0694 0.0681
1.5 0.0668 0.0655 0.0643 0.0630 0.0618 0.0606 0.0594 0.0582 0.0571 0.0559
1.6 0.0548 0.0537 0.0526 0.0516 0.0505 0.0495 0.0485 0.0475 0.0465 0.0455
1.7 0.0446 0.0436 0.0427 0.0418 0.0409 0.0401 0.0392 0.0384 0.0375 0.0367
1.8 0.0359 0.0351 0.0344 0.0336 0.0329 0.0322 0.0314 0.0307 0.0301 0.0294
1.9 0.0287 0.0281 0.0274 0.0268 0.0262 0.0256 0.0250 0.0244 0.0239 0.0233
2.0 0.0227 0.0222 0.0216 0.0211 0.0206 0.0201 0.0197 0.0192 0.0187 0.0183
5 2 9 8 8 8 0 3 6 1
2.1 0.0178 0.0174 0.0170 0.0165 0.0161 0.0157 0.0153 0.0150 0.0146 0.0142
6 3 0 9 8 8 9 0 3 6
2.2 0.0139 0.0135 0.0132 0.0128 0.0125 0.0122 0.0119 0.0116 0.0113 0.0110
0 5 1 7 5 2 1 0 0 1
2.3 0.0107 0.0104 0.0101 0.0099 0.0096 0.0093 0.0091 0.0088 0.0086 0.0084
2 4 7 0 4 9 4 9 6 2
2.4 0.0082 0.0079 0.0077 0.0075 0.0073 0.0071 0.0069 0.0067 0.0065 0.0063
0 8 6 5 4 4 5 6 7 9
2.5 0.0062 0.0060 0.0058 0.0057 0.0055 0.0053 0.0052 0.0050 0.0049 0.0048
1 4 7 0 4 9 3 8 4 0
2.6 0.0046 0.0045 0.0044 0.0042 0.0041 0.0040 0.0039 0.0037 0.0038 0.0035
6 3 0 7 5 2 1 9 6 7
2.7 0.0034 0.0033 0.0032 0.0031 0.0030 0.0029 0.0028 0.0028 0.0027 0.0026
7 6 6 7 7 8 9 0 2 4
2.8 0.0025 0.0024 0.0024 0.0023 0.0022 0.0021 0.0021 0.0020 0.0019 0.0019
6 8 0 3 6 9 2 5 9 3
2.9 0.0018 0.0018 0.0017 0.0016 0.0016 0.0015 0.0015 0.0014 0.0014 0.0013
7 1 5 9 4 9 4 9 4 9
3.0 .00135 3.2 .00068 3.4 .00033 3.6 .00015 3.8 .00007
0 7 7 9 2
3.1 .00096 3.3 .00048 3.5 .00023 3.7 .00010 3.9 .00004
7 3 3 8 8

202
TABLA DE DÍAS

Día ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SET OCT NOV DIC Día Año Bis
1 1 32 60 91 121 152 182 213 244 274 305 335 1 1900
2 2 33 61 92 122 153 183 214 245 275 306 336 2 1904
3 3 34 62 93 123 154 184 215 246 276 307 337 3 1908
4 4 35 63 94 124 155 185 216 247 277 308 338 4 1912
5 5 36 64 95 125 156 186 217 248 278 309 339 5 1916
6 6 37 65 96 126 157 187 218 249 279 310 340 6 1920
7 7 38 66 97 127 158 188 219 250 280 311 341 7 1924
8 8 39 67 98 128 159 189 220 251 281 312 342 8 1928
9 9 40 68 99 129 160 190 221 252 282 313 343 9 1932
10 10 41 69 100 130 161 191 222 253 283 314 344 10 1936
11 11 42 70 101 131 162 192 223 254 284 315 345 11 1940
12 12 43 71 102 132 163 193 224 255 285 316 346 12 1944
13 13 44 72 103 133 164 194 225 256 286 317 347 13 1948
14 14 45 73 104 134 165 195 226 257 287 318 348 14 1952
15 15 46 74 105 135 166 196 227 258 288 319 349 15 1956
16 16 47 75 106 136 167 197 228 259 289 320 350 16 1960
17 17 48 76 107 137 168 198 229 260 290 321 351 17 1964
18 18 49 77 108 138 169 199 230 261 291 322 352 18 1968
19 19 50 78 109 139 170 200 231 262 292 323 353 19 1972
20 20 51 79 110 140 171 201 232 263 293 324 354 20 1976
21 21 52 80 111 141 172 202 233 264 294 325 355 21 1980
22 22 53 81 112 142 173 203 234 265 295 326 356 22 1984
23 23 54 82 113 143 174 204 235 266 296 327 357 23 1988
24 24 55 83 114 144 175 205 236 267 297 328 358 24 1992
25 25 56 84 115 145 176 206 237 268 298 329 359 25 1996
26 26 57 85 116 146 177 207 238 269 299 330 360 26 2000
27 27 58 86 117 147 178 208 239 270 300 331 361 27 2004
28 28 59 87 118 148 179 209 240 271 301 332 362 28 2008
29 29 88 119 149 180 210 241 272 302 333 363 29 2012
30 30 89 120 150 181 211 242 273 303 334 364 30 2016
31 31 90 151 212 243 304 365 31 2020

203
0

Unidad 3. COMPONENTES HÍDRICOS

Subunidad 3.1. HUMEDAD DEL AIRE

El vapor de agua en la Atmósfera: Importancia climática y agronómica.

La humedad atmosférica es uno de los componentes más variables de la atmósfera.


En valores porcentuales, su variación oscila entre un 0,4 % (en regiones desérticas y polares)
y 4 % en volumen de aire húmedo (sobre la superficie de los océanos ubicados en zonas
ecuatoriales). Proviene, en su mayor parte, de:

 la evaporación de las superficies líquidas como océanos, lagos, ríos, etc.


 la transpiración de plantas y animales
 la evaporación de los suelos sin vegetación.

Interesa su estudio desde el punto de vista agronómico por las siguientes razones:

1- Tiene influencia sobre de la temperatura del aire, pues absorbe selectivamente la radiación
terrestre e interviene en los procesos termodinámicos de la atmósfera, modificando la forma
en que se reparte la energía del balance calórico atmosférico y terrestre.

2- Regula la transpiración de los vegetales y la evaporación del agua existente en la capa


superficial del suelo.

3- Las condiciones de humedad atmosférica influyen en la predisposición para que se


manifiesten algunas plagas de la agricultura, de manera particular aquellas debidas a las
enfermedades criptogámicas (producidas por hongos) e insectos. Por ejemplo: la roya negra
del trigo, la peronóspora de la vid, la sarna del peral, etc., son favorecidas por altos
contenidos de humedad; y la arañuela de la vid, la arañuela roja de la alfalfa, el oídio de la
vid, etc., son favorecidas por bajos contenidos de humedad atmosférica. Cabe aclarar que
todas las plagas de la agricultura requieren para su desarrollo condiciones particulares de
temperatura y humedad.

4- Los fenómenos de condensación o congelación producen nubes, nieblas, rocío, lluvias,


granizo y nieve.

El agua en la atmósfera puede hallarse presente al estado gaseoso, sólido o líquido


(figura 3.1.1), siendo la única sustancia que en la naturaleza se presenta en los tres estados
de la materia y cambia de estado según las condiciones de temperatura que encuentre. Estos
cambios de estado implican aproximadamente las siguientes absorciones o liberaciones de
energía por parte del agua (figura 3.1.2):

204
1

Figura 3.1.1. Estructura molecular del agua en los tres estados: sólido, líquido y
gaseoso.

Figura 3.1.2. Cambio de estado del agua en la naturaleza.

- Evaporación: (pasaje de líquido a gas) = + 600 cal/g (valores que dependen de la


temperatura)
- Condensación:(pasaje de gas a líquido) = - 600 cal/g
- Congelación: (pasaje de líquido a sólido) = - 80 cal/g
- Fusión : (pasaje de sólido a líquido) = + 80 cal/g
- Volatilización: (pasaje de sólido a gas) = + 680 cal/g
- Sublimación: (pasaje de gas a sólido) = - 680 cal/g

Se estima que un kg de vapor de agua al condensarse libera una cantidad de calor


como para hacer elevar en 1°C la temperatura de una masa de aire de 2.000 m3, o de

205
2

disminuirla en la misma proporción si un kg de agua pasa al estado de vapor. En el primer


caso, la liberación de energía puede crear corrientes convectivas y tormentas.

Determinación y formas de expresión del vapor de agua de la atmósfera

El vapor de agua presente en la atmósfera puede expresarse en distintas formas, ya


sea por su masa, por la fuerza elástica o en relación al concepto de saturación.

a) Por su masa

Las partículas de vapor de agua presentes en el aire poseen masa y por consiguiente,
peso. Si expresamos el grado de humedad por la masa de vapor contenida en un volumen
unitario de aire húmedo, se obtiene la humedad absoluta o densidad de vapor.

mv
 = humedad absoluta = se expresa en mg/cm3 ó g/m3
v V

Donde: mv es la masa de vapor y V el volumen unitario de la mezcla.

La humedad absoluta no define el grado de humedad con la precisión necesaria


porque el volumen de aire varía de manera constante de acuerdo con la temperatura y
presión. Por esta razón, la forma de expresión más conservativa es la humedad específica.

La humedad específica es la cantidad de vapor de agua, expresada en gramos, que


hay en un kilogramo de aire, o mejor dicho, es la relación entre la masa de vapor y la masa
de aire húmedo con la cual el vapor de agua está mezclado.

mv
q = humedad específica = se expresa en mg/g ó g/kg ó ‰
mv + ma
Donde:
ma es la masa de aire seco

Si en lugar de referir la masa de vapor a la masa de aire húmedo lo hacemos con


referencia a la masa de aire seco se tiene la razón de mezcla.

La razón de mezcla es la relación entre la masa de vapor de agua y la masa de aire


seco con la cual el vapor de agua está mezclado. Así:

mv
r = razón de mezcla = y se expresa en g/kg ó ‰.
ma

206
3

b) Por su fuerza elástica

La envoltura gaseosa que circunda a la tierra, con las debidas aproximaciones, puede
ser considerada como un gas ideal, en la cual cada elemento es bien caracterizado por la
ecuación general de los gases.

PV  nRT (1)

donde, P es la presión (mb), V el volumen (m3), T la temperatura (K), n el número


de moles del elemento considerado y R la constante universal de los gases ideales ( R =
m
0,083 mb m3 / mol °K). El número de moles de una substancia (n) es igual a , siendo m
M
la masa de la substancia y M su masa molecular. Reemplazando y ordenando la ecuación
(1) queda:

m MP

V RT

m
El cociente   (densidad del gas).
V
La presión atmosférica es la suma de las presiones parciales de los constituyentes del
aire de la atmósfera, donde cada uno de ellos actúa independientemente, según la Ley de
Dalton. Así:

Patm = PN2 + PO2 + PAr + Pvapor de agua + .................. (2)


La ecuación (2), que cuantifica la presión atmosférica a partir de la suma de ls
presiones parciales de cada uno de sus elementos constituyentes, puede ser reescrita de la
siguiente forma:

Patm = Paire seco + Pvapor de agua


Paire seco será designado de aquí en adelante Pa y Pvapor de agua por e. Esta última es,
entonces, la contribución del vapor de agua a la presión atmosférica. Es simplemente
denominada presión de vapor o tensión de vapor. Así:

Patm = Pa + e
Por lo que la presión atmosférica del aire húmedo está dada por la suma de la presión
del aire seco más la tensión de vapor. Sus respectivas densidades serán:

m m M P
  a v  a atm
a  v  V RT
(densidad del aire húmedo)

m M 
P e 
  a  a atm
(densidad del aire seco) (3)
a V RT

207
4

m M e 18e
  v  v  (densidad del vapor de agua ó humedad
v V RT RT
absoluta) (4)
Mv es igual a 18 g/mol, en tanto que la masa molecular del aire atmosférico Ma, es
definida por:

 ni M i 
M 
a  ni
Donde: Mi es la masa molecular y ni el número de moles de cada gas i.

Adoptando la composición de la atmósfera ya vista en la Unidad 1 (Tabla 1.1


Composición media del aire seco próximo al suelo....) tenemos aproximadamente: Ma = 29
g/mol, y como la proporción de vapor de agua presente en la atmósfera es pequeña, se
emplea Ma tanto para el aire seco como húmedo.

Al dividir las ecuaciones (4) y (3) y simplificar se obtienen las expresiones de


humedad específica (q) y razón de mezcla (r):


q v  18.e  0,622 e
 29.P P
a atm atm

 18.e e
 
r v   0,622
 29. P e P e
as atm atm

De esta manera podemos relacionar las formas de expresión de la humedad del aire
de acuerdo a su masa con la tensión de vapor.

Formas de expresión en relación con la saturación

Como todo gas, el vapor de agua del aire desarrolla una fuerza de expansión que se
traduce en una presión sobre los cuerpos que se le oponen, la cual se suma a la presión de
los demás componentes del aire. Cuanto mayor sea el grado de humedad del aire, tanto
mayor será la tensión de vapor, de acuerdo a la ley de Boyle-Mariotte (presión proporcional
a la densidad o humedad absoluta). Sin embargo, el vapor de agua tiene una particularidad
que lo diferencia de los otros gases: para cada temperatura del aire que lo contiene, hay una
presión máxima o límite que no puede ser superada aunque se aumente la densidad de
vapor. Es decir, si tomamos un recipiente de por ejemplo 1 cm3 de capacidad, y lo llenamos
de aire completamente seco y puro, este aire ejercerá dentro del recipiente una presión que
llamaremos P, y tendrá una temperatura que llamaremos T. Si ahora vamos introduciendo
vapor de agua en pequeñas porciones, cuidando de mantener constante T, después de
introducir una cantidad a de vapor, P habrá aumentado por la presión que ejercerán las
partículas de vapor de agua introducidas. Si seguimos midiendo la presión después de cada
nueva incorporación veremos que se alcanzará una presión dentro de la mezcla que
permanecerá invariable a pesar de los nuevos agregados de vapor de agua. Esta presión

208
5

límite se llama presión máxima. En consecuencia, definiremos como presión máxima de


vapor de agua a la presión límite que puede ejercer el vapor de agua a una temperatura
dada.

Cuando en nuestro recipiente exista tal cantidad de vapor de agua que la presión
ejercida por el mismo sea la máxima posible para esa temperatura, diremos que el aire está
saturado de humedad. Naturalmente podemos seguir agregando vapor de agua a nuestro
recipiente después de alcanzado ese punto y entonces el aire estará sobresaturado de
humedad.

Correctamente hablando, se dice que el aire húmedo está saturado cuando a una
temperatura T y a una presión total P su composición es tal que puede coexistir en equilibrio
indiferente (la tasa de evaporación es igual a la de condensación) con una superficie plana de
agua de una fase condensada pura (agua o hielo), a la misma T y P.

Lo dicho anteriormente nos hace ver, que mientras la cantidad de vapor de agua que
puede haber en el aire es ilimitada para cada temperatura, la presión de vapor es restringida,
o lo que es lo mismo, que mientras el aire húmedo se comporta como un gas ideal hasta
alcanzar la saturación (porque sigue las leyes de los gases perfectos), se "transforma" en un
gas real en estado de sobresaturación.

Tanto el aire húmedo insaturado como sobresaturado, no puede coexistir en


equilibrio sobre una superficie plana de agua o hielo a su misma temperatura. En el primer
caso habrá evaporación, en el segundo condensación sobre la superficie. En el caso del aire
saturado, se evapora tanta cantidad como se condensa, es decir, hay un balance de equilibrio.

Para cada presión total y cada temperatura del aire húmedo la tensión máxima es
producida por una humedad absoluta también constante. La tensión de vapor e cuando el
aire retiene el máximo de vapor es denominada tensión de saturación o tensión máxima
de vapor, E. Cuanto mayor es la temperatura del aire, mayor es la masa de vapor que él
puede retener, o también, cuanto mayor es T, mayor es E.

Si dejamos constante la una presión total en un valor correspondiente a una atmósfera


estándar y variamos la temperatura, se obtienen valores de saturación (E) como los que
pueden verse en la tabla 3.1.1. En ella puede observarse un comportamiento diferencial de
los valores tensión de saturación (E) sobre una superficie plana según se trate de hielo o agua
líquida, cuando la temperatura se encuentra debajo de 0ºC. Esta característica resulta de
interés para explicar una de las teorías de las precipitaciones que se verán en la Subunidad
3.2: Precipitaciones).

209
6

Tabla 3.1.1: Relación entre la temperatura del aire (ºC) y la Humedad Absoluta de
Saturación y la Tensión de Saturación.

Humedad Absoluta de Saturación


Temperatura del Tensión de Saturación
aire °C  = gr/m3 E = mb
vs
0 4,85 6,10
4 6,37 8,13
8 8,29 10,73
12 10,68 14,03
16 13,65 18,16
20 17,31 23,37
24 21,80 29,82
28 27,30 37,78
30 30,40 42,43
40 51,45 73,78
50 83,10 123,40
Sobre agua Sobre hielo Sobre agua Sobre hielo
-4 4,54 4,37
-8 3,35 3,09
-10 2,36 2,14 2,86 2,60
-12 2,44 2,17
-16 1,76 1,51
-20 1,07 0,89 1,25 1,03

Con los valores de la tabla 3.1.1 podemos construir el gráfico que se da a


continuación. Esta curva de E respecto a T, se conoce con el nombre de diagrama de
saturación (figura 3.1.3.). En el mismo, la curva trazada indica, para cada temperatura, la
tensión de saturación. Una de las distintas fórmulas que nos permiten calcular esta relación
es la propuesta por Tetens (1930), con la limitante que debe utilizarse entre 0 y 50ºC:

donde: E es la tensión de saturación (mb ó hPa)


exp. es la base de los logaritmos naturales (2,718283)
t es la temperatura del aire (ºC)

210
7

Figura 3.1.3. Curva de saturación según la relación de Tetens (1930).

Este gráfico es útil para explicar otras formas de expresión de la humedad del aire
en relación con la saturación.

Una muestra de aire con valores de e y t tal que en la figura 3.1.3, esté por debajo de
la curva de saturación se denomina no saturado. El aire se llama saturado cuando sus valores
de e y t, se encuentran en la curva de saturación y, se denomina sobresaturado cuando esos
valores están por encima de la curva. Así los puntos A, B y C de la figura 3.1.3, representan
muestras de aire no saturado, saturado y sobresaturado respectivamente.

Supongamos tener una masa de aire cuya temperatura es de 20°C, y su tensión de


vapor de 10,73 hPa. Dentro del gráfico quedará indicada por el punto m. Esa masa de aire
está insaturada, ya que a esa temperatura la saturación se alcanza con una tensión de 23,37
hPa, vale decir que su contenido de vapor de agua está lejos del máximo que puede admitir
a esa temperatura. Si establecemos la relación porcentual entre el contenido real o actual de
humedad (expresado ya sea como tensión de vapor o por su masa) y el contenido máximo
admisible a esa temperatura estaremos expresando el grado de humedad de la masa bajo la
forma conocida como humedad relativa.

e  q r
humedad relativa = HR  .100%  v .100%  .100%  .100%
E  q r
vs s s

211
8

Donde el subíndice s hace referencia al aire saturado en las expresiones de la


humedad del aire por su masa.

En nuestro ejemplo será:

e 10,73
HR  .100%  .100%  45,9% , La unidad de expresión es %.
E 23,37

Si en lugar de hacer la relación entre esas dos tensiones, hacemos la diferencia entre
ellas, estaremos expresando el grado de humedad en forma de déficit de saturación, cuya
unidad es mm de Hg o mb, o hPa .:

DS = E - e

En nuestro ejemplo será:

Déficit de saturación = DS = 23,37 hPa - 10,73 hPa = 12,64 hPa

Esta cifra es la que corresponde a la cantidad de vapor de agua que podemos agregar
a esa masa de aire, manteniendo constante su temperatura, para que alcance el estado de
saturación, es decir hasta que llegue al punto b de la curva.

El estado de saturación puede alcanzarse también enfriando la masa de aire, en este


caso manteniendo constante su cantidad absoluta de vapor de agua. Si procedemos así, al
alcanzar la masa el punto a del gráfico, estará saturada, es decir, su humedad relativa será
100 % y la temperatura a la que se obtiene la saturación se llama temperatura del punto
de rocío.

La temperatura del punto de rocío (o simplemente, punto de rocío) es la temperatura


a la que se debe enfriar una masa de aire manteniendo constante su contenido de vapor de
agua y presión, para que alcance su estado de saturación. Por ser una temperatura, la unidad
de medida será el °C. En el ejemplo, la temperatura del punto de rocío de la masa m es de
8°C.

Entre los elementos climáticos, la humedad del aire, (asociado a la temperatura) es


el de mayor importancia en los problemas vinculados con las enfermedades de los cultivos.
Actualmente se tiene mucho en cuenta el tiempo en que las hojas de los cultivos permanecen
mojadas, en estudios de difusión de enfermedades y para efectuar pronósticos de aparición
de las mismas.

Variaciones del contenido de humedad en el aire

La tensión de vapor acusa una variación diaria asociada al proceso de evaporación,


que en todos los casos es muy pequeña, dependiendo de las regiones y época del año. En
general sigue la marcha de la temperatura del aire, siendo sus valores más bajos durante las
primeras horas de mañana y los más altos alrededor de las 12-15 horas,

212
9

cuando la tasa de evaporación es máxima. Las máximas variaciones se pueden apreciar cerca
del suelo y de las plantas.

La variación anual es muy semejante a la variación de la temperatura del aire en


todas las regiones. El valor máximo se produce en los meses de verano y el mínimo en los
de invierno. Ejemplos: Resistencia (Chaco) 23,9 y 13,2 hPa, respectivamente; Río Colorado,
(Pcia. de Río Negro) 14,6 y 8,0 3 hPa respectivamente.

La tensión de vapor disminuye desde el Ecuador hacia los Polos. Ello se comprueba
perfectamente en nuestro país; así, tomando los valores anuales normales, se tiene:
- OBERA (Misiones).................................18,1 hPa
- DOLORES (Bs. As.)...............................14,1 hPa
- VIEDMA (Río Negro)..............................9,8 hPa
- TRELEW (Chubut)..................................7,.9 hPa
- RIO GRANDE (Tierra del Fuego)...........6,9 hPa

La causa radica en que, con la latitud, disminuye la temperatura del aire y, en


consecuencia su capacidad para retener vapor de agua.

La variación con la altura resulta, como consecuencia de la disminución de la


temperatura del aire con la altura, a mayor altitud menor tensión de vapor. Ejemplos: Dolores
(Bs. As.) situada a 9 m.s.n.m. registra un valor medio de 13,8 hPa., en tanto que en Patagones
a 40 m.s.n.m. tiene un valor de 9,1 hPa, Esquel: a 785 m.s.n.m. 6,1 hPa.

Podemos resumir diciendo que la variación por altura y por latitud no responde a
patrones de distribución uniformes. Pero se observa una disminución de la humedad con la
altura (tabla 3.1.2) y prácticamente a nivel de la troposfera el contenido de vapor de agua es
despreciable.

La variación diaria de la humedad relativa es muy pronunciada en casi todos los


climas, especialmente en verano. Para comprender este comportamiento es menester tener
presente la fórmula respectiva. A lo largo del día el valor del numerador es sensiblemente
constante, mientras que el denominador varía con la temperatura de manera exponencial. Se
comprende así que el valor de la HR sea máximo al comienzo y últimas horas del día, en
tanto el mínimo se observa al medio día (Figura 3.1.4.).

Figura 3.1.4: Variación diaria de la humedad relativa y la temperatura del aire, en


un día seco (A) y en un día húmedo (B).

213
10

Si analizamos la variación del contenido de vapor de agua, tensión de saturación y


humedad relativa y su relación con la temperatura del aire y la velocidad del viento dentro
de un área con vegetación, se puede observar un comportamiento similar al presentado en la
figura 3.1.5.

Tabla 3.1.2. Disminución del vapor de agua con la altura (Dom, 1978)

Altura, km Contenido de vapor de agua, %

0 1,3
1 1,0
2 0,69
3 0,49
4 0,37
5 0,27
6 0,15
7 0,09
8 0,05

Figura 3.1.5 Comportamiento de la temperatura, humedad del aire y viento en una


pradera durante una tarde de verano.

La HR en nuestro país presenta una variación anual bien manifiesta, como consecuencia
de la variación anual de la temperatura del aire y del régimen pluviométrico (figura 3.1.6).

214
11
EL BOLSON (Río Negro)

200 16
180 14

Precipitaciones, mm
160

Tenperatura, ºC
12
140
120 10
100 8
80 6
60
4
40
20 2
0 0
J A S O N D E F M A M J
Meses del año

PP, mm HR, % TºC

NECOCHEA (Buenos Aires)

120 25
Precipitaciones, mm
100 20

Temperatura, ºC
80
15
60
10
40

20 5

0 0
J A S O N D E F M A M J
Meses del año

PP, mm HR, % TºC

CORDOBA

160 30
140
Precipitaciones, mm

25

Temperatura, ºC
120
20
100
80 15
60
10
40
5
20
0 0
J A S O N D E F M A M J
Meses del año

PP, mm HR, % TºC

Figura 3.1.6 Momento de ocurrencia de valores extremos (máximos y mínimos)


de la Humedad Relativa en distintas localidades argentinas y regímenes de
precipitación. El Bolsón (mediterráneo), Necochea (isohigro) y Córdoba
(monzónico).

a) En las regiones donde las precipitaciones se distribuyen uniformemente durante


todo el año (régimen isohigro), la HR máxima se produce en invierno y la mínima en
verano. Ejemplos: Junín (Bs. As) 85 (J) y 66 %(D); Pergamino (Bs.As.) 83 (J) y 66 % (D).

b) En aquellas regiones donde las lluvias se producen preferentemente en el semestre


frío (régimen mediterráneo), la HR máxima se registra en invierno y la mínima en verano.
Ejemplos: Bariloche, 83% (J) y 59 % (E); Ushuaia, 78 (J) y 68 % (D).

c) En las regiones donde las lluvias se producen casi exclusivamente en el semestre


cálido (régimen monzónico), la HR máxima se registra a fines del verano o principios del
otoño y la mínima a principios de primavera. Ejemplos: Tucumán, 82 (M) y 57 % (O);
Córdoba, 73 (A) y 53 % (O).

215
12

MEDICION DE LA HUMEDAD DEL AIRE

Para determinar la humedad del aire se utilizan instrumentos que tienen propiedades
asociadas al contenido de vapor de agua en la atmósfera. Son dispositivos muy simples, no
necesitando más que un haz de cabello o un par de termómetros. Los principales
instrumentos son:

a) Higrómetros (-grafos)

Los higrómetros o higrógrafos más comunes son aquellos que utilizan la


propiedad que poseen los cabellos de dilatarse o contraerse cuando la humedad del aire
aumenta o disminuye respectivamente.
Un higrógrafo (figura 3.1.7) consta de un haz de cabellos limpios y desengrasados,
fijos en un extremo y unidos en el otro a una aguja con tinta, mediante una simple palanca,
cuyos cambios de longitud son indicados sobre una faja graduada adherida a un tambor
con mecanismo de relojería. Sobre la faja graduada se lee directamente la humedad
relativa.
Se suele construir conjuntamente con un termógrafo bimetálico (Subunidad 2.4)
denominándose el conjunto termohigrógrafo.

Figura 3.1.7 Fotografía y esquema de un higrógrafo de haz de cabellos.

216
13

b) Psicrómetros.

Están compuestos por dos termómetros comunes de mercurio, uno de los cuales tiene
su bulbo cubierto por una muselina que se mantiene constantemente humedecida, por los
que se denomina termómetro húmedo. El fundamento de la medición de la humedad del aire
con este instrumento es: si al par psicrométrico se lo coloca en un ambiente saturado de
humedad, ambos termómetros marcarán la misma temperatura, pues en estas condiciones
no se produce evaporación de la película de agua contenida en la muselina que rodea al
termómetro. Si en cambio se lo coloca en un ambiente no saturado se producirá evaporación.,
tanto más intensa cuanto más seco esté el aire.

Este cambio de estado demanda una determinada cantidad de calordel orden de las
600 cal/g de agua evaporada, lo que se traduce en un descenso de la temperatura del
termómetro húmedo. Es evidente quea medida que la humedad del aire es menor, la
diferencia entre ambos termómetros (diferencia psicrométrica) será mayor. Conociendo esta
diferencia y la temperatura del termómetro húmedo, mediante el uso de tablas, podrá
conocerse la cantidad de agua contenida en la atmósfera.

Existen dos clases principales de psicrometros:

1- No ventilados (figura 3.1.8) tipo August, que es estático. Es el más común, se ubica
dentro del abrigo meteorológico, en un soporte que mantiene separados los termómetros
entre sí a 0,10 m y están a 1,50 m del suelo.

A B

Figura 3.1.8 Esquema de un psicrómetro no ventilado (A) y fotografía de este


instrumento (B).

2- Ventilados: en los cuales se hace pasar una corriente de aire alrededor de los
termómetros mediante un dispositivo especial. La muselina se reemplaza por una mecha
tubular que se debe mojar antes de realizar cada observación. El psicrómetro ventilado
tipo Assman (figura 3.1.9) puede ser fijo o portátil, mecánico o eléctrico. Permite

217
14

realizar observaciones de temperatura y estado higrométrico del aire, eliminando los


efectos de la radiación y convección térmica. Al ser portátil se presta para realizar
observaciones a campo bajo distintas condiciones.

La diferencia con el psicrómetro no ventilado consiste en que al producirse la


evaporación sobre el bulbo húmedo, se establecerá sobre el mismo un gradiente de vapor
y la capa de aire que lo rodea, cuya intensidad marcará la intensidad del proceso
evaporativo y el cual cesará completamente cuando el gradiente se anule, es decir, en el
caso que el aire esté saturado en toda su masa.

Como el aire circula a través del bulbo, produce el correspondiente arrastre de


vapor y, por consiguiente, el gradiente se mantiene más o menos constante según su
velocidad de circulación, superando el error que se produce dentro del abrigo
meteorológico.

Se recomienda que las observaciones psicrométricas se realicen con instrumental


ventilado artificialmente, para asegurar la renovación permanente del volumen de aire en
contacto con los bulbos y que la circulación se realice a una velocidad constante y
conocida. Se recomienda que los sistemas de ventilación produzcan corrientes de
velocidad entre 4 y 10 m/s.

A B

Figura 3.1.9 Esquema del psicrómetro ventilado tipo Assman (A) y fotografía del
mismo (B).

218
15

DETERMINACION PRACTICA DE LA HUMEDAD RELATIVA MEDIANTE EL


USO DEL PSICROMETRO

Cuando un flujo de aire con cierta presión P, Temperatura T y razón de mezcla r


pasa sobre un bulbo cubierto con una muselina humedecida, el agua será evaporada desde
la muselina por el aire que pasa. El bulbo del termómetro será enfriado por evaporación
(proceso endotérmico). Cuando se alcanza una condición de equilibrio tenemos la siguiente
ecuación del balance de energía:

Energía utilizada en la evaporación = Cantidad de agua evaporada


(Ta - Ts).Cp' = (rs - ra) Lw

Donde: Ta = temperatura del aire que se aproxima


Ts = temperatura del aire que sale
Cp'= calor específico a presión constante de la mezcla de aire seco con vapor
de agua.
ra = razón de mezcla del aire que se aproxima.
rs = razón de mezcla del aire que sale
Lw = calor latente de vaporización a la temperatura del bulbo húmedo.

Si el bulbo es mantenido húmedo y bien ventilado, en el equilibrio el aire que sale


estará saturado y la temperatura del aire que sale será igual a la del bulbo húmedo, de modo
tal que la razón de mezcla del aire que sale saturado(rsat) puede ser determinada conociendo
temperatura del bulbo húmedo según:

rsat = 0,622 es’/(Patm-es’)

Siendo
Patm = presión atmosférica en el momento de observación.
es’ = tensión de vapor de saturación a la temperatura TTh (temperatura del bulbo
húmedo).
0,622 = constante (peso molecular del vapor de agua/peso molecular de aire seco)

Como Patm > es’ podemos reescribir

rsat  0,622 es’/Patm

En el psicrómetro, la temperatura del aire que llega queda indicada por el valor
medido en el termómetro seco y, la que sale, se obtiene del termómetro húmedo.
Reemplazando en la primera ecuación y considerando valores de presión de vapor en lugar
de razón de mezcla tenemos:

es 'e Patm.Cp'

TTs  TTh 0,622.Lw

Donde:

es’ = tensión de vapor de saturación a la temperatura del bulbo húmedo

219
16

e = tensión de vapor actual

TTs = temperatura del termómetro seco

TTh = temperatura del termómetro húmedo

La tasa de cambio de presión de vapor respecto del cambio de la temperatura del aire
original y la temperatura del bulbo húmedo (diferencia psicrométrica), es proporcional a la
presión atmosférica e inversamente proporcional al calor latente de vaporización (que varía
ligeramente con la temperatura). Frecuentemente la presión atmosférica y el calor latente de
vaporización son considerados constantes, por lo que a cualquiera de las dos fracciones
presentadas en la ecuación anterior se la conoce con el nombre de constante psicrométrica
(mb/°C).

Empleo de la Carta Higrométrica de Multipresión

Ejemplo: Determinar la humedad relativa sabiendo que la temperatura del


termómetro húmedo (TTh) es de 21C y la temperatura del termómetro seco (TTs) es de 29
C, considerando que la presión atmosférica es de 1000 mb.

1) Con la temperatura del bulbo húmedo se busca la intersección con la curva de


100% de HR.

2) Sobre ese punto se traza una línea paralela a la pendiente que corresponda según
temperatura y presión (0,622 Lw/(p.Cp’)), y se busca la intersección con la temperatura del
bulbo seco obteniéndose en ese punto el valor de humedad relativa (50%) y el de tensión de
vapor actual (20 mb).

Figura 3.1.10 Esquema del uso de la tabla de multipresión.

220
17

Figura 3.1.11 Tabla de multipresión.

221
18

HUMEDAD DEL AIRE Y ALMACENAJE DE GRANOS

La humedad y temperatura del aire que rodea a los granos almacenados condicionan
en gran forma el posible deterioro y consecuentemente el tiempo de almacenaje de granos.

Los hongos y microorganismos causantes del deterioro necesitan para poder


prosperar temperaturas superiores a 4°C y humedad relativa ambiente superior a 65%. La
temperatura dentro de un silo varía poco debido a la baja conductividad térmica que poseen
los granos por lo que las variaciones estacionales de la temperatura pueden penetrar hasta 3
m de profundidad, y siendo el umbral de 4°C resulta conveniente el control de la humedad
relativa.

Existe un equilibrio entre la humedad del grano y la humedad del aire que rodea a
los granos, de modo que cuanto mayor es la humedad del grano almacenado, más elevada
serña la humedad ambiente. Para una temperatura dada, los valores de humedad de equilibrio
correspondiente a distintas especies, se pueden ver en el siguiente cuadro:

Cuadro 1: Equilibrio entre la humedad del grano (b.h.) y la humedad relativa ambiente a
temperaturas de 15-20°C

Humedad Relativa Ambiente (HRA %)

30 40 50 60 70 80 90 100
Granos
Cebada 8,5 9,7 10,8 12,1 13,5 15,8 19,5 26,8
Avena 8,1 9,1 10,3 11,8 13,0 14,9 18,5 24,1
Arroz 9,5 10,9 12,2 13,3 14,1 15,2 19,1
Maíz 7,1 8,3 9,8 11,4 13,2 15,6 19,6 23,8
Sorgo 8,6 9,8 11,0 12,0 13,8 15,8 18,8 21,9
Soja 6,5 7,1 8,0 9,3 11,5 14,8 18,8
Trigo 8,5 9,7 10,9 12,5 13,9 15,8 19,7 25,0
Colza 5,0 5,6 6,1 7,5 8,5 12,0 17,5
Girasol 4,9 5,5 6,1 7,4 8,6 11,9 17,7

Las oleaginosas por su alto % de aceite presentan valores menores que los cereales
ante una misma HRA. Los valores del cuerpo de la tabla están presentados como porcentaje
de humedad en base húmeda (b.h.) [peso de agua/peso del grano húmedo * 100%] a
diferencia de la base seca (b.s.) [peso de agua/peso del grano seco * 100%].

Se ha tomado como base de ausencia de deterioro la ocurrencia de una merma de


peso de hasta el 1%; es decir que el momento en que la merma por deterioro supera este 1%
es el momento final del tiempo de almacenaje seguro (T.A.S.). El cuadro 2 muestra valores
de TAS para distintas condiciones de temperatura y humedad del grano, correspondiente a
distintas especies.

222
19

Cuadro 2: Tiempo de Almacenaje Seguro según distintas condiciones de humedad de grano


(b.h.) y temperatura.

Humedad de Grano (% b.h.)


13 15 17 20 23 25 30

T° Tiempo de Almacenaje Seguro (T.A.S) días


Grano
Maíz 10°C 1010 466 167 48 31 17 10
Maíz 15°C 510 259 92 27 14 9 5
Maíz 24°C 253 116 30 12 6 4 2
Cebada 10°C 360 230 160 20 7
Cebada 25°C 180 90 15 3.5 1.5
Avena 10°C 220 150 35 2.5 1.7
Avena 25°C 60 30 3.5 1
Trigo 10°C 310 190 30 1.5 1
Trigo 25°C 90 30 3 1 0.5
Centeno 10°C 230 170 30 2 1
Centeno 25°C 70 20 3 1 0.5
Trigo Semilla 10°C 140 50 15
Tomado como parámetro la disminución del poder germinativo

Cálculo de la humedad final del grano

Si una masa de aire con menor humedad relativa remueve el aire en equilibrio con el
grano, comienza el proceso de evaporación que resulta en una disminución del contenido de
humedad del grano, dicho proceso es endotérmico por lo que la temperatura del aire que sale
del silo será menor (no se considera la producción de energía por la masa de granos en
procesos tales como respiración, fermentación, etc.). La cantidad total de energía empleada
se puede estimar según:

Q = Va . Daire . Ce . (Ta - Ts) . Tpo

Donde:
Q = cantidad total de energía emplada en evaporación (Kcal)

Va = volumen de aire que impulsa el aereador (m3/min)

Daire = densidad del aire húmedo (Kg/m3). (Cuadro 3)

Ce = Calor específico del aire (0,24 Kcal/Kg °C)

Ta = Temperatura del aire que entra al silo (°C)

Ts = Temperatura del aire que sale del silo (°C)

Tpo = tiempo de aireado (min)

223
20

Cuadro 3: Densidad del aire en función de la temperatura y el contenido de humedad.


DENSIDAD DEL AIRE (Kg/m3) A 760 mm Hg DE PRESION (= 1000 mb)
HRA (%)
Temperatur 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
a

10 1.248 1.247 1.245 1.244 1.241 1.239 1.238 1.236 1.235 1.233
20 1.203 1.199 1.198 1.193 1.193 1.192 1.186 1.183 1.181 1.176
30 1.161 1.156 1.151 1.145 1.143 1.140 1.134 1.127 1.121 1.115
40 1.117 1.110 1.101 1.092 1.089 1.075 1.070 1.052
50 1.086 1.073 1.059 1.048 1.021 1.002 0.988
60 1.054 1.036 0.989 0.975 0.952 0.932
70 1.008 0.964 0.937 0.906

La temperatura del aire que sale del silo se obtiene mediante la carta Higrométrica
de Multipresión situando el punto de intersección entre la temperatura del aire que entra al
silo y su porcentaje de humedad relativa, a partir de allí se traza una paralela a la pendiente
que corresponda según temperatura y presión (0,622 L/p) y se busca la intersección con la
curva de humedad relativa de salida (humedad de equilibrio del grano), a partir de ese punto
se lee la temperatura del aire que sale del silo.

Una vez calculada la cantidad de energía empleada en evaporación, podemos


conocer la cantidad de agua evaporada de la masa de granos:

Maev = Q/L
Siendo:
Maev = masa de agua evaporada (Kg)
Q = cantidad de energía empleada en evaporación (Kcal)
L = calor latente de vaporización (667 Kcal/Kg)

La humedad final del grano (base seca) se calcula de la siguiente manera:

Humedad Final (b.s.) = (Mai - Maev)/Mg


Donde:
Hum.Fin (b.s.) = Humedad final del grano (base seca)
Mai = masa de agua inicial (Kg).
Maev = masa de agua evaporada en el proceso (Kg).
Mg = materia seca del grano almacenado (Kg).

La masa de agua inicial se obtiene mediante:


Humedad Inicial (b.h.) = Mai / (Mg + Mai)

Mai = Humedad Inicial (b.h.) . (Mg + Mai)

Por lo tanto, la materia seca del grano almacenado se puede obtener de la siguiente
forma:
Mg = (1 - Humedad Inicial (b.h.)) . (Mg + Mai)

Tener en cuenta que (Mg + Mai) es el peso inicial del grano húmedo (Kg).

224
21

CONDENSACIÓN DEL VAPOR DE AGUA DEL AIRE: DISTINTOS PROCESOS


QUE PROVOCAN CONDENSACIÓN.

La condensación del vapor de agua del aire es un proceso previo que origina las
diversas formas de precipitación. Ella se produce a partir de diferentes causas que en general
están asociadas a la variación de uno de los siguientes factores: volumen de aire,
temperatura, presión de vapor o humedad.

Así, por ejemplo, puede producirse condensación cuando disminuye la temperatura


del aire, permaneciendo constante su volumen; enfriándose hasta alcanzar su punto de rocío;
o por ejemplo, cuando se produce un aumento del volumen del aire sin suministro de calor,
es decir, por expansión adiabática; o cuando conjuntamente se produce un cambio de la
temperatura y volumen, produciendo una disminución de la capacidad para contener vapor,
por debajo del contenido de humedad existente en el aire.

Las causas más comunes que favorecen la condensación del vapor de agua son las
que producen un descenso de la temperatura del aire, como son el enfriamiento dinámico de
la atmósfera y el enfriamiento por contacto.

a) Enfriamiento dinámico de la atmósfera: Es la causa más efectiva de condensación


del vapor de agua en el aire que es obligado a ascender. Se debe al enfriamiento
adiabático del aire, es decir al aumento de volumen de la masa de aire debido al descenso
de la presión atmosférica y el consiguiente descenso de la temperatura hasta alcanzar el
punto de rocío. En otras palabras: un aumento de volumen supone un trabajo físico, y
por consiguiente, un consumo de energía, por lo que se reduce la cantidad de calor
disponible por unidad de volumen y, en consecuencia, la temperatura del volumen de
aire desciende. (figura 3.1.12).

225
22

Figura 3.1.12. Enfriamiento adiabático de la atmósfera.

b) Enfriamiento por contacto: se produce, por ejemplo, por el pasaje de aire cálido y
húmedo sobre una superficie de suelo fría. En una noche invernal y con cielo claro, la intensa
radiación terrestre enfriará la superficie muy rápidamente y este enfriamiento superficial se
extenderá hasta el aire cálido y húmedo de las capas inferiores. Al reducir su temperatura y
alcanzar el punto de rocío se produce la condensación en forma de rocío, niebla o escarcha,
según sea la cantidad de vapor de agua existente, el espesor de la capa de aire que se enfría
y el valor del punto de rocío.

Núcleos de condensación

El vapor de agua debe encontrar una superficie adecuada sobre la cual condensarse.
La condensación del vapor de agua se produce con mayor dificultad en el aire "limpio" (libre
de partículas) que en el aire al estado real. Si hacemos descender la temperatura del aire puro
con vapor de agua por debajo del punto de rocío, se "sobresatura" y, para que se produzca
una gota, la HR debe ser muy elevada, como por ejemplo del 320 %.

226
23

La condensación tiene lugar por lo general sobre la superficie de una sustancia


distinta del aire, como ser una partícula de tierra o vegetal, como ocurre en el caso del rocío
o de la escarcha, mientras que en el aire libre la condensación empieza a producirse alrededor
de los núcleos de condensación. Estos núcleos, sustancias de naturaleza higroscópica o
hidrófila, pueden ser: polvo, humo, anhídrido sulfuroso, sales (ClNa) o sustancias
microscópicas similares. En la naturaleza, la condensación del vapor comienza sobre las
partículas higroscópicas antes que el aire esté saturado, aún con una HR del 78%.

El tamaño de los núcleos salinos oscila entre 0,1 a 1 , habiendo aún mayores a 1 .
Los primeros son menos efectivos por lo que se requiere sobresaturaciones elevadas para
que se produzca la condensación del vapor. Los mayores a 1 se denominan núcleos
gigantes, que permanecen en el aire por poco tiempo. Las sales del mar son generalmente
higroscópicas, éstas se incorporan al aire y actúan como núcleos de condensación. Son
igualmente importantes las partículas pequeñas de tierra y los productos de combustión
química, que son elevados por el viento y las corrientes ascendentes de aire.

Una vez iniciada la formación de las gotitas de agua, el proceso de crecimiento de


las mismas es muy complejo. Al comenzar el proceso, las gotas pequeñas crecen mucho más
rápido que las mayores, pero a medida que aumenta el diámetro de las gotitas, disminuye su
velocidad de crecimiento. Ello se debe a que a medida que crece la gota aumenta su
superficie. Por otra parte, la "competencia" entre las gotas por apoderarse del vapor de agua
tiende a reducir cada vez más el grado de sobresaturación.

La sobresaturación en una nube raramente excede 1%, dado que la presión de vapor
de saturación es mayor sobre la superficie curva de una gotita, que sobre una superficie plana
de agua, las gotitas muy pequeñas se evaporan rápidamente. En las primeras etapas es
importante el tamaño de los núcleos, después, una vez disuelta la sal, deja de tener efecto
significativo su tamaño (conjunto: núcleo-agua condensada), y la velocidad de crecimiento
es menor.

Se recomienda como lectura adicional: Introducción a la Meteorología de S.


Petterssen, páginas 136-141.

Nubes: Características.

Una nube está formada por gotitas de agua cuyo diámetro medio está comprendido
entre 0,01 y 0,03 mm, su velocidad de caída es del orden de 1 cm/s en aire calmo, estando
separadas unas de otras alrededor de 1 cm.

Las gotitas de lluvia son considerablemente más grandes, su diámetro medio está en
general comprendido entre 0,5 y 2 mm, por lo que su volumen es de 100.000 a 1.000.000 de
veces mayor al de los elementos del "aerosol" que constituyen la nube.

Este aerosol presenta a menudo una buena estabilidad gracias a la turbulencia


atmosférica que basta para mantener en suspensión a las pequeñas gotas de agua que lo
forman. Para que se produzca precipitación es necesario el aumento de volumen de las gotas
antes mencionado, a fin de que su peso llegue a ser superior al empuje producido por las
corrientes de aire ascendentes.

227
24

Clasificación de las nubes

Las nubes se caracterizan por: dimensión, forma, estructura, textura, luminosidad y


color. También se tiene en cuenta su origen y su altura.

Howard propuso una clasificación que establece cuatro formas fundamentales: los
cirrus (rizos), los cumulus (montón), los stratus (en capas) y los nimbus (nubes de lluvias).

Los cirrus son nubes muy altas, formadas por cristales de hielo, de color blanco
uniforme, sin sombra. Estas nubes tienen un aspecto fibroso (como una cabellera) o de brillo
sedoso, o ambos a la vez. Al anochecer e incidir sobre ellas los rayos solares crepusculares,
toman un color amarillo o anaranjado.

Los cumulus son nubes separadas generalmente densas y de contorno bien


delimitado, que se desarrollan verticalmente en forma de cúpulas o torres; la parte superior
suele asemejarse a un coliflor. Las partes iluminadas por el sol son casi siempre de un blanco
deslumbrador; su base es bastante horizontal. Se originan por corrientes ascendentes de aire,
y cambian rápidamente de forma. Pueden dar lugar a lluvias abundantes.

Los stratus son capas de nubes, generalmente de color gris, de base bastante
uniforme. No producen lluvias, a lo sumo, lloviznas.

Los nimbus son masas de nubes sombrías, grises o negras, sin formas netas, con
bordes desgarrados. Combinada con los stratus son importantes como productoras de lluvias
y nieve y, combinada con los cúmulos, es importante en la producción de precipitación de
gotas grandes, corrientemente de copos de nieve y granizo.

Combinando estos cuatro tipos fundamentales se obtienen otros seis, que con los
anteriores, forman 10 géneros que son la base de la clasificación actual (figura 3.1.13).

Clase I :Nubes altas Nivel medio inferior de los 6 km y hasta 12 km.


1) Cirrus 2) Cirruscumulus 3) Cirroestratus

Clase II: Nubes medias Se encuentran entre 3 y 6 km.


4) Altocumulus 5) Altostratus

Clase III: Nubes bajas Se encuentran entre 0 y 3 km.


6) Stratus 7) Stratocumulus 8) Nimbostratus

Clase IV: Nubes de desarrollo vertical Tienen el nivel medio cerca del suelo y pueden llegar
hasta 10 Km.
9) Cumulus 10) Cumulonimbus

228
25

Figura 3.1.13.Esquema de los distintos tipos de nubes y la altura que alcanzan en la


atmósfera.

Nubosidad

Se entiende por nubosidad a la cantidad de nubes presentes en la atmósfera en un


momento dado y en un lugar determinado. La determinación de la nubosidad se efectúa por
apreciación visual, agrupando en una zona del cielo las nubes consideradas y determinando
que fracción de cielo ocuparían las así agrupadas. Esa porción se expresa en octavos o en
décimos. En el caso de tratarse de octavos (octos): 0 indica cielo totalmente despejado, 8
señala un cielo totalmente cubierto, 4 semi-nublado. etc. La heliofanía (real o efectiva) es la
cantidad de horas y décimos de hora que el sol brilla con intensidad suficiente como para
quemar una faja de papel. Constituye un parámetro destinado a registrar la presencia de
nubes en la bóveda celeste. Esto ha sido expuesto en la Subunidad 2.1 correspondiente a
Radiación Solar.

Nieblas

Son verdaderas nubes situadas a ras del suelo. Quitan la transparencia del aire según
el diámetro de las gotitas y el número de las mismas por unidad de volumen. Como es difícil
medir ambas cosas, la opacidad de la niebla se indica por la distancia a la cual oculta los
objetos.

229
26

Su importancia agrícola y biológica radica en que es fuente directa de humedad,


regula el proceso de evapotranspiración, es predisponente en la aparición y difusión de
enfermedades producidas por hongos en los cultivos.

La niebla está formada por gotitas de agua casi microscópicas que flotan en el aire,
reduciendo la visibilidad horizontal hasta menos de 1.000 m.

La neblina está formada por gotitas de agua microscópicas que flotan en el aire,
reduciendo la visibilidad horizontal hasta aproximadamente 1.800 m.

La bruma está constituida por partículas de polvo secas y pequeñas que no pueden
percibirse a simple vista, pero que disminuyen la visibilidad y dan al aire una apariencia
humosa característica.

Tipos de nieblas

1.- Nieblas de evaporación

a) Nieblas frontales: se producen cuando grandes masas de aire caliente se desplazan sobre
una masa de aire frío provocando precipitaciones de lluvia más caliente que el aire que
atraviesan. Como resultado se produce una niebla bastante extensa en superficie y altura.

b) Nieblas de vapor: frecuentes sobre superficie de lagos, ríos, mares, etc., provienen del
agua que está más caliente que el aire sobrepuesto.

2.- Nieblas por enfriamiento

a) Nieblas de advección: ocurren cuando hay transporte de aire húmedo sobre superficies
más frías. Son muy extensas y típicas en el SE de la Provincia de Buenos Aires, donde el
aire marino invade el continente más frío.

b) Nieblas de radiación: ocurren generalmente por enfriamiento nocturno del aire


estacionado en un lugar dado. Tienen hasta 1 o 2 metros de altura, poseen gran estabilidad y
desaparecen en cuanto se restablece el balance de radiación durante el día. Son muy comunes
en el campo.

c) Nieblas de inversión: suceden cuando se establece una inversión pronunciada de la


temperatura y el aire está saturado. La diferencia con la anterior es que éstas no desaparecen
durante el día.

Rocío

Es la condensación del vapor de agua contenido en la capa de aire que rodea a los
cuerpos expuestos a la radiación nocturna, cuando la temperatura de dicha capa de aire llega
a ser inferior a su correspondiente punto de rocío.

El hecho de que generalmente el rocío que cubre las plantas durante la madrugada
desaparezca poco después de la salida del sol, determina que suela despreciarse como
posible aporte de agua para las plantas. Sin embargo, todo parece indicar que en regiones
áridas y semiáridas el rocío es de gran importancia en la producción de las cosechas. Las

230
27

gotas de rocío pueden resbalar sobre las hojas y alcanzar el suelo donde la humedad queda
almacenada y disponible para las plantas en una capa de pocos centímetros. En ciertas
ocasiones es necesario que el vapor de agua se condense sobre las hojas, ya que si la tensión
de vapor es menor en ellas que en el aire que las rodea, puede difundirse directamente en su
interior sin existir condensaciones visibles; esto ocurre solamente durante la noche cuando
la temperatura de la hoja es lo suficientemente baja.

Los aportes de rocío parecen ser particularmente efectivos en ciertas regiones del
mundo. En tales regiones con poca precipitación y sin necesidad de riego pueden lograrse
buenas cosechas. Así por ejemplo, en una franja de terreno próxima a las costas de California
(USA) pueden cultivarse en verano tomate, pimiento y otras plantas hortícolas. El suelo
almacena bastante humedad durante los primeros meses y las plantas pueden completar su
ciclo vegetativo gracias al rocío y a las nieblas costeras.

La presencia de rocío sobre los vegetales en las primeras horas de la mañana, produce
una disminución de la temperatura del aire, como consecuencia de su posterior evaporación.
En otros términos, esto significa que el rocío afecta al balance calórico por efecto del cambio
físico de estado del agua. Un efecto similar es el que se observa en las laderas de montañas
expuestas al Este durante las horas matinales.

Las condiciones atmosféricas óptimas para la producción de rocío son:


a) cielo despejado (con cielo cubierto no hay rocío)
b) humedad relativa a la puesta del Sol de un 75 % como mínimo
c) una velocidad del viento de 1 a 3 m/seg.

Condensación oculta

El suelo es un sistema disperso formado por partículas de tierra, agua y aire. El aire
del suelo contiene humedad que, bajo determinadas condiciones, puede condensarse
formando rocío. Al fenómeno citado se lo denomina condensación oculta. Es una fuente
importante de agua para las plantas, sobre todo en aquellas regiones de escasas
precipitaciones.

231
205

UNIDAD 3. COMPONENTES HIDRICOS

Sub unidad 3.2. PRECIPITACIONES

Temario:
Causas y mecanismos
Clasificación de los hidrometeoros.
Clasificación de las precipitaciones según el origen.
Caracterización agroclimática de la precipitación pluvial.
Regímenes de precipitación.
Distribución geográfica de la precipitación.
Granizo: Proceso de formación y métodos de protección.

CAUSAS Y MECANISMOS DE LA PRECIPITACIÓN

La presencia de las pequeñas gotitas de agua que constituyen una nube no es suficiente para
producir, por si solo, la precipitación; por lo que se deben considerar procesos más complejos que
explican su aumento de tamaño.

Los dos mecanismos principales que explican el rápido crecimiento de las gotas de lluvia son,
en un caso, el aumento de tamaño de los cristales de hielo a expensas de las gotas de agua, y, en el
otro, la unión de las pequeñas gotitas de agua que se produce por la acción de barrido de las gotas al
caer.

a) Teoría de Bergeron-Findeinsen

Esta teoría constituye una parte importante del mecanismo de crecimiento de las gotas de
lluvia. Se basa en el hecho de que cuando la temperatura del aire desciende por debajo de los 0°C, la
tensión de vapor de saturación disminuye más rápidamente sobre una superficie de hielo que sobre el
agua líquida, por lo que la humedad relativa del aire es mayor sobre una superficie de hielo, que con
respecto a una superficie de agua líquida. Esto hace que la presión de vapor de saturación sobre el agua
líquida sea mayor que sobre el hielo, especialmente entre las temperaturas de - 5°C y - 25°C.

Por debajo del punto de fusión coexisten en la nube gotitas de agua y cristales de hielo; a
medida que la temperatura continúa disminuyendo se incrementa la proporción de los cristales de
hielo. Cuando la temperatura es muy baja la nube sólo contiene cristales de hielo (nubes Cirrus). El
agua que permanece líquida a temperaturas inferiores a 0°C se denomina subfundida. (Ver fig. 3.1.3
Temas de Agrometeorología 1ª Parte)

La zona en que están mezcladas las gotitas y los cristales de hielo tiene un interés
particular, por razón de que la presión saturante de vapor sobre el hielo es menor que sobre el
agua. Aunque pequeña, la diferencia es altamente significativa en particular a -13 C donde el
pasaje de vapor de agua desde la gotita hacia el cristal de hielo tiene su máxima intensidad. La
Fig 3.2.1. A la izquierda presenta la diferencia entre la tensión de vapor de saturación sobre el agua
líquida y la tensión de vapor de saturación sobre el hielo con respecto a la temperatura.

232
206
En una nube que esté constituida a la vez por gotitas y cristales (figura 3.2.2), la presión de
vapor que exista será intermedia entre las dos presiones de saturación de manera que el aire no está
saturado del todo con relación al agua, mientras que está ligeramente sobresaturado respecto del hielo.
Esto causa que las gotitas se evaporen y de que el vapor de agua se sublime sobre los cristales de hielo.
En otras palabras, tenemos aquí un proceso que originará el crecimiento de los cristales de hielo, a
expensas de las gotas de agua. A este fenómeno se lo denomina con frecuencia efecto Bergeron (figura
3.2.1. derecha).

Figura 3.2.1. Diferencia entre la tensión de saturación sobre agua subfundida (El) y sobre hielo
(Eh), en función de la temperatura (izquierda), y esquema que muestra el crecimiento de los
cristales de hielo a expensas de las gotitas de agua subfundida (derecha).

Figura 3.2.2. Estratificación de una nube en el proceso de precipitación según Bergeron-


Findeinsen.

233
207
Así como la condensación se inicia sobre ciertos núcleos, también la congelación en las
nubes subfundidas es iniciada por núcleos de congelación. Se llaman así a las partículas, capaces de
suscitar el desarrollo de un cristal de hielo, en el seno del agua líquida en una nube subfundida. Las
partículas diminutas de hielo son excelentes núcleos de congelación, lo mismo que otras muchas
partículas naturales o artificiales. Mientras los núcleos de condensación existen en abundancia, los de
congelación, en cambio, son relativamente escasos. Por ello, para producir lluvia en forma artificial, la
idea es inyectar núcleos de congelación en las nubes subfundidas.

Esta teoría permite explicar la mayor parte de los hechos observados. No obstante, los cúmulos
que se encuentran sobre los océanos tropicales pueden dar lluvia cuando tienen sólo unos 2.000 m de
espesor y la temperatura de la parte superior de la nube es de 5°C o más. También en latitudes medias,
en verano, la precipitación puede caer desde cúmulos que no tienen una capa con temperatura inferior
a 0°C. Estos casos podrían explicarse mediante la existencia del mecanismo de colisión.

b) Teoría de la colisión

Esta teoría supone que la colisión, la coalescencia y el barrido entre las distintas gotas de la
nube, son la causa del crecimiento de las mismas.

Las gotas al caer tienen velocidades límites, que están directamente relacionadas con sus
diámetros de manera que las gotas de mayor tamaño pueden alcanzar y absorber (coalescencia) a las
gotas pequeñas y éstas últimas pueden también ser barridas hacia la estela de las primeras y ser
absorbidas por ellas. Este proceso de coalescencia, al principio es bastante lento. La presencia inicial
de algunas gotas más grandes provocará la formación de núcleos gigantes si la parte superior de la
nube no está por encima del nivel de congelación. Sin embargo, si hay unos cristales de hielo en la
parte superior de la nube, pueden llegar a caer a través de ella en forma de gotas y entrar en acción el
mecanismo de coalescencia. La turbulencia en la nube estimula los choques en la fase inicial. La
coalescencia es el mecanismo que da lugar a la precipitación en nubes tropicales e incluso en las
latitudes medias (figura 3.2.3.)

Figura 3.2.3. Esquema del efecto de barrido.

234
208
CLASIFICACIÓN DE LOS HIDROMETEOROS

Se define hidrometeoro como: "Fenómeno atmosférico producido por el agua en estado


líquido, sólido o vapor"; es decir, que puede aplicarse a la lluvia, nieve, granizo, rocío, escarcha,
niebla, etc. En tanto que precipitación se define como: "agua procedente de la atmósfera y que en
forma sólida o líquida se deposita sobre la superficie de la tierra", o sea que por precipitación se
considera a la lluvia, la nieve y el granizo.

Las precipitaciones, pueden tener un efecto benéfico sobre la agricultura como es el caso de las
lluvias oportunas o del manto de nieve que protege a las simientes de cereales de las heladas en el
hemisferio Norte, o producir grandes daños como la destrucción del suelo por erosión hídrica, o de los
cultivos por exceso de humedad ambiente, e inundaciones. En la provincia de Córdoba los principales
daños son los producidos por el granizo, las inundaciones y por las bajas precipitaciones que ocasionan
las sequías.

La nieve se produce cuando el nivel de congelación está tan próximo a la superficie que los
conglomerados de cristales de hielo no tienen tiempo de fundirse antes de alcanzar el suelo.

PRODUCCIÓN ARTIFICIAL DE LA PRECIPITACIÓN

Como ya hemos dicho, una nube que tenga temperaturas superiores a las de congelación puede
no contener en absoluto cristales de hielo, y en tal caso no será muy eficaz como productora de lluvia.
Hay en ella todo menos los núcleos que son necesarios para iniciar el proceso. Por consiguiente, si
nosotros introdujéramos cristales de hielo, en dosis adecuadas y con una distribución favorable se
desencadenaría, sin duda, la precipitación. Más para asegurar que prosiguiese, el proceso habría de ser
"automantenido" y si no, habría que seguir aportando, de manera contínua, cristales de hielo. Como es
notoriamente impracticable suministrar de ese modo cristales ordinarios de hielo, se ha recurrido a
artificios de alta calidad científica. De ellos, dos son de especial interés.

Uso del hielo seco. Si se deja caer nieve de anhídrido carbónico a través de una nube subfundida, el aire
se enfría tanto en la estela de los copos descendentes, que se forman cristales de hielo; y el movimiento
turbulento tenderá a difundirlos sembrando partes extensas de la nube. Ha resultado difícil evaluar la
eficacia de este método, y decidir si puede iniciarse de este modo un proceso automantenido.

Uso del yoduro de plata. La mayor parte de los experimentos de modificación de las nubes y del
tiempo han empleado el yoduro de plata, como agente productor de núcleos. Dicha sal tiene una
estructura cristalina análoga a la del hielo. Al sembrar las nubes, la idea es "engañar" a las moléculas
de vapor de agua, para que se depositen sobre los cristales, como si fuesen los de hielo. El yoduro de
plata se obtiene fácilmente en un avión, o se dispara en cartuchos a la nube, con cohetes y cañones;
pero lo común es lanzarlos desde el suelo con quemadores, fiando a la turbulencia la difusión de las
partículas hasta la parte alta de las nubes, donde pueden surtir su efecto. Aunque experimentos de
laboratorio han confirmado las propiedades nucleantes del yoduro de plata, resulta difícil clarificar
hasta que punto puede confiársele a la turbulencia la dispersión de los núcleos, a través de capas
profundas de la atmósfera. Es sabido, además, que el yoduro, bajo los rayos del Sol pierde eficacia
nucleante, lo cual afectará también los resultados.

235
209
En la zona tórrida, y en verano en las templadas, son comunes las nubes calientes, y
sembrarlas de núcleos de congelación lograría probablemente poco o ningún efecto. Se ha ensayado
sembrar nubes calientes con grandes gotas, o núcleo salinos gigantes, pero el resultado ha sido difícil de
interpretar.

Una nueva y gran dificultad radica en que los experimentos han de realizarse con nubes naturales,
y no es fácil conjeturar lo que hubiese hecho la naturaleza, si no hubiesen actuado los científicos. Como
la lluvia es estadísticamente tan desigual, es difícil idear métodos estadísticos de tan exagerada
sensibilidad, que puedan esperarse resultados significativos, sin muy prolongadas experiencias.

Tras veinte años de experimentos, he aquí, en resumen, los resultados principales:

1) Hay algunos indicios, pero no del todo claro, de que las cantidades o distribución de las
precipitaciones, que caen de nubes o sistemas tempestuosos aislados, pueden ser influídos por las
técnicas de inseminación. Parece lógicamente seguro, que los sistemas tempestuosos subfundidos, de
tipo orográfico, se dejan influir, hasta aumentar un 10 % su precipitación natural.

2) Experimentos de siembras de nubes de tipo cumulus, parecen presentar cierto éxito, aunque también
se registran fracasos. En algunos casos se observó déficit, tanto como exceso. A veces se modificó el
reparto, más bien que la parte precipitada.

3) Hay amplio margen de opiniones sobre el éxito de los experimentos encaminados a combatir el
granizo. En general, el objetivo era producir abundantes embriones de granizo, evitando así el
crecimiento desmesurado de un número menor de piedras. Aunque muchos resultados arrojan
conclusiones dudosos, se informa que otros alcanzaron éxito, en especial los organizados en la ex-
Unión Soviética.

4) Hay pruebas de que la niebla y los estratos bajos subfundidos pueden ser disipados, con bastante
seguridad.

5) los experimentos de siembra en grandes tempestades móviles han fracasado en general, salvo donde
había fuerte influencia orográfica. Los problemas científicos y prácticos de la modificación del
tiempo son sumamente complejos.

CLASIFICACIÓN DE LAS PRECIPITACIONES SEGÚN SU ORIGEN

Al ascender el aire asciende se enfría por expansión. Cuando el aire se enfría la humedad
relativa aumenta. Una vez que el aire se satura, condensa sobre millones de núcleos de condensación y
se forman las nubes que ocasionan las precipitaciones.

Según sea la causa del ascenso se puede diferenciar la precipitación según su tipo genético en:

Convectivas: El ascenso se produce por el calentamiento por parte de la radiación del suelo de
una masa de aire húmedo, que asciende por diferencia de densidad con respecto al aire que la rodea.
En el curso de su ascenso, el aire se enfría según el gradiente adiabático seco y alcanza su punto de
condensación, a una altura llamada nivel de condensación. Hay entonces a partir de ese nivel,
formación de nubes (cúmulos). La condensación da lugar a que el enfriamiento prosiga de acuerdo al
gradiente adiabático húmedo, en tanto la energía que se libera en el seno del sistema adiabático
produce el desarrollo vertical de la nube. Si la corriente inicial es intensa y, además, se mantiene

236
210
durante suficiente tiempo, se concibe que el sistema de nubes formado, puede alcanzar una altura
donde reina una temperatura suficientemente baja o un grado de turbulencia bastante fuerte
pudiéndose "desatar" la lluvia (figura 3.2.4).

Figura 3.2.4. Esquema de una tormenta convectiva

Estas precipitaciones ocurren por lo general en tiempo cálido, y pueden estar acompañadas de
relámpagos, truenos y vientos locales. Generalmente dan lugar a lluvias copiosas y ocasionalmente
granizo. Son características de las regiones ecuatoriales. Sin embargo, este tipo de precipitación tiene
lugar igualmente en la zona templada durante la estación cálida, casi únicamente bajo la forma de
tempestades locales y violentas. En nuestro país, la convección pura sin influencia frontal es poco
frecuente, salvo en la región central (Córdoba), donde asume moderada importancia.

Orográficas: Los vientos cargados de humedad, que "soplan" desde el océano hacia el
continente, son obligados a ascender si encuentran una barrera montañosa. Al alcanzar su nivel de
condensación y, de acuerdo a la condición de inestabilidad, dan lugar a precipitaciones. Ello sucede
con las masas de aire provenientes del Océano Pacífico que precipitan en la ladera chilena (Figura
3.2.5).

Figura 3.2.5. Esquema de un proceso de lluvia orográfico.

237
211
Algo similar ocurre en el Noroeste argentino, donde el sistema del Aconquija determina
que los vientos húmedos, provenientes del Océano Atlántico, precipiten determinando una región de
lluvias más abundantes que en su entorno.

Ciclónicas o frontales: son las más importantes y frecuentes en las regiones templadas,
afectan prácticamente a todo el territorio nacional. Se producen fundamentalmente cuando se
encuentran dos masas de aire, una caliente y húmeda y la otra fría y seca, dando lugar a la formación
del frente. El aire frío, más denso, se introduce como una cuña permitiendo el ascenso del aire húmedo
y caliente (figura 3.2.6). Mayores detalles sobre los tipos de frentes, nubes y caracterísiticas de las
precipitaciones que originan fue presentado en el tema: Frentes y Masas de Aire - Temas de
Agrometeorología 1ª Parte – Pag 132).

Figura 3.2.6. Esquemas de procesos de precipitación frontal: Frente frio (arriba) y frente cálido
(abajo).

238
212

EL GRANIZO Y LA AGRICULTURA

Desde la antigüedad, el hombre ha vivido maravillado o sorprendido y a veces atemorizado por


los diferentes fenómenos de la naturaleza, a tal punto, que muchos pueblos han poseído ritos
especiales para modificar esos fenómenos naturales como ser lluvias, huracanes y tormentas de todo
tipo.

El avance tecnológico permite hoy dar otro enfoque a esos problemas y utilizar las
herramientas que la investigación espacial ha puesto a disposición del hombre, como ser el mejor
conocimiento de la atmósfera a través de los cohetes, sondas, aviones, radares y satélites artificiales.

El agua juega un papel vital para el desarrollo de los pueblos, a tal punto que la mayoría de las
grandes ciudades se situaron a orillas de grandes lagos o ríos. Pero esa misma agua que en ciertas
condiciones puede favorecer a la humanidad, en otras ocasiones y en cierto estado, puede provocar
grandes desastres y pérdidas, anulando los esfuerzos del hombre, al destruir las cosechas y su
patrimonio.

Formación
Para que se formen tormentas de granizo, la atmósfera debe estar inestable, es decir, deben
existir condiciones de humedad y temperatura que permitan el desarrollo de tormentas con fuertes
corrientes ascendentes, que en algunos casos llegan a alcanzar la tropopausa e inclusive superarla en 2
ó 3 kilómetros. La nube granicera se forma en una atmósfera en la que el viento, movimiento
horizontal, aumenta con la altura y el aire que llega a la parte superior de la nube es arrastrado fuera de
ella.

El granizo se origina en la región subfundida de la nube y luego crece por coalescencia. Al


aumentar de tamaño su velocidad de caída a través de la nube se incrementa, pero el aire ascendente lo
eleva con respecto a la tierra, pues en realidad no cae, sino que se eleva a menor velocidad que el aire,
lo que permite que haya coalescencia y aumente su tamaño.

Cuando ha llegado a la parte superior de la nube, la intensidad de la corriente ascendente se


debilita y el granizo escapa de ella y cae hacia la tierra. Pero es posible que en su descenso sea tomado
nuevamente por la corriente ascendente y haga, por este mecanismo, uno o varios viajes a través de la
zona subfundida de la nube. Esto da lugar a la formación de granizo de gran tamaño, que cae al no
poder ser elevado por la corriente, ya sea porque ésta disminuye su fuerza o porque no puede vencer el
peso del granizo.

El granizo está compuesto por capas de hielo transparente y capas de hielo opaco. El núcleo
central suele ser opaco. El hecho de que el hielo sea transparente u opaco depende de la velocidad de
congelamiento del agua. Cuando sobre la piedra se deposita una pequeña película de agua subfundida,
esta se congela rápidamente y el aire no alcanza a ser expulsado, como consecuencia de ello se forma
hielo opaco constituido por cristales chicos.

Cuando sobre la superficie del granizo se acumula una película de agua de gran espesor ésta se
congela lentamente debido a las 80 cal/gr que se liberan en este proceso, lo que permite que se expulse
el aire y se formen cristales más grandes que dan origen al hielo transparente.

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213
Características de la granizada

Una granizada se caracteriza por su duración, magnitud, intensidad, frecuencia y energía cinética.

o La duración es el tiempo que dura la granizada, se expresa en minutos.


o La magnitud, es la cantidad de granizo que ha caído medido en gramos de agua.
o La intensidad es la cantidad de granizo caído en un determinado tiempo, se expresa en
g/minuto.
o La frecuencia, es el número de veces que ha granizado en un lugar en un tiempo dado;
generalmente se registra en forma mensual.
o Como puede tener igual magnitud una granizada de piedras chicas que una de piedras grandes
se debe determinar la cantidad y tamaño del granizo y su energía cinética que se determina por
dispositivos especiales.

El granizo en la Argentina

El granizo es una adversidad meteorológica que afecta en mayor o menor medida a la


agricultura de todo el territorio nacional. Los mayores daños se observan en las regiones áridas y
semiáridas del país, vinculados a la actividad agrícola que se realiza bajo riego.

Sistemas de defensa contra el granizo

o Sistemas pasivos
Es aplicado desde antiguo en la Argentina. Manuel Belgrano en 1794, en su Memorial a las
Cortes manifiesta la necesidad de establecer "un fondo de socorro del labrador" y posteriormente por
su iniciativa se crea la "Confianza" primera compañía aseguradora del país. En 1889 había compañías
que aseguraban contra el granizo, entre otros riesgos, "La Italia", "La Inmobiliaria" y la "Economía
Comercial". En 1898 aparece "El progreso Agrícola de Pigüé", que es la más antigua de las sociedades
cooperativas del país, cuya fundación estuvo estrictamente motivada en el quebranto que producía el
granizo a los agricultores. En 1938, había más de 50 compañías que aseguraban granizo en el país.

Para que los seguros cumplan con su función resarcitoria, se deben verificar algunos principios
básicos tales como que el riesgo sea asegurable, es decir que el fenómeno se presente con una
frecuencia e intensidad que permitan elaborar un cálculo de probabilidades, para la determinación de
una prima. Dicha prima debe reunir dos condiciones fundamentales: primero, debe representar un
importe accesible al asegurado para que resulte viable la operación; y segundo, debe ser suficiente
como para permitir al asegurador la acumulación de un fondo que alcance para afrontar los siniestros
previstos, en función de la experiencia estadística pasada.

o Sistemas activos
Existen dos formas:
1) proteger los cultivos colocando sobre ellos telas metálicas o plásticas, que impiden que el granizo
impacte sobre el cultivo. Su colocación debe estar precedida de un estudio beneficio/costo.

2) Modificación artificial de las tormentas: de acuerdo a los fundamentos explicados anteriormente.

240
214
Técnicas de siembra:

La forma más generalizada de producir la siembra consiste en hacer entrar en combustión una
solución de IAg (sales de IAg disueltas en un solvente parcialmente inflamable) de forma que dejen en
libertad cristales de IAg.

Las cuatro técnicas de siembra mas usadas son:

Los generadores con base en tierra son muy usados en Europa (Francia, España y Austria)
donde lo accidentado de la topografía permite colocarlas en las cimas de las montañas próximo a la
base de las nubes o inclusive dentro de ellas. De forma que las corrientes ascendentes de aire lleven
IAg (o el material glaciógeno en cuestión) a la zona subfundida de la nube. Tienen como desventaja la
incertidumbre de que la siembra llegue en cantidad y oportunidad al área "blanco" de la nube y, en el
caso del IAg, que este sea descompuesto por la luz solar. Como ventaja presenta su bajo costo.

Los quemadores aerotransportados, son usados por las experiencias alemanas y


estadounidenses. Consisten en tener los quemadores montados en aviones, de forma de realizar la
siembra en el momento y lugar preciso, medio que se ve facilitado por la orientación obtenida a través
del radar del avión. Su principal desventaja la constituye el peligro que significa volar dentro de una
nube granicera.

Los cohetes aire-aire son usados en las experiencias conducidas en Canadá y U.S.A. y los
cohetes tierra-aire, a las llevadas a cabo en la Argentina, Italia y las campañas antigraniceras que se
ejecutan en los países socialistas (ex U.R.S.S., Bulgaria, Hungría y Yugoslavia). Tienen como ventaja
una mayor seguridad personal de los operadores y como desventaja, que no se pueda aplicar
indiscriminadamente, por los daños y peligro que significa la caída (retorno) de parte de los cohetes
sobre áreas pobladas.

El avance de los sensores remotos, en especial los radares, en sus distintos tipos (de una o
varias longitudes de onda, de ondas polarizadas, de efecto Doppler) ha facilitado el estudio de los
hidrometeoros. Su detalle escapa a las posibilidades de este curso, pero cabe señalar que a través del
eco del radar se puede inferir la existencia de gotas de agua, cristales de hielo como así también su
magnitud y temperatura. Esto ha permitido a los programas de supresión de granizo, que se conducen
en distintas partes del mundo, clasificar las nubes conforme a su probabilidad granicera en cada
región; estudiar la ubicación y manera de formación del granizo que puede variar en distintas regiones;
y orientar y controlar la siembra.

Evaluación de los resultados

Para ello nos remitimos únicamente al último informe producido por la Organización
Meteorológica Mundial en 1986 (D/T 123) que, entre otras cosas, señala:

"Para la gran mayoría de la comunidad científica no existen criterios cuantitativos y objetivos


para determinar dónde, cuando y que tipo de nubes se pueden sembrar para garantizar resultados
satisfactorios, los responsables de los gobiernos deben reconocer estos factores a la hora de tomar
decisiones definitivas"

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215
"Las pruebas de que el granizo pueda ser modificado considerablemente son todavía muy
limitadas".

"Para determinar el resultado de las siembras uno de los medios más seguros son las
evaluaciones científicas fundadas en experimentos aleatorios. En la mayoría de los casos deberán
realizarse experimentos durante varios años para lograr un resultado estadístico definitivo".

"Actualmente la modificación artificial del tiempo ha de ser considerada como perteneciente a


una fase de investigación científica pura. La supresión del granizo segura y a petición constituyen
realmente objetivos muy distantes aún de alcanzar”.

"La evaluación estricta de la eficacia de la supresión del granizo con carácter operativo se
complica debida a la muy elevada variabilidad natural del granizo tanto en el tiempo como en el
espacio”.

CARACTERIZACIÓN CLIMÁTICA Y AGROCLIMÁTICA DE LAS PRECIPITACIONES

ANALISIS INDIVIDUAL Y DEL CONJUNTO DE LLUVIAS SOBRE UN PUNTO.

El análisis individual de un evento de lluvia conduce a la determinación de los valores de


cantidad, intensidad y duración que presenta.

Cantidad: La cantidad de agua caída durante una lluvia puede expresarse en lámina o volumen.
Resulta práctico expresar la lluvia en lámina, porque así no hay necesidad de referirla a un área
determinada. Lámina de lluvia es el espesor que alcanza el agua caída, si no se evapora, ni escurre
sobre el terreno ni se infiltra en él. Una precipitación de 1 mm, equivale por hectárea a un volumen de
10 m3.

10000 m2/Ha x 0,001 m = 10 m3/Ha

Duración: Está dada por el lapso de tiempo transcurrido entre la iniciación y el final de una lluvia, y se
expresa por lo general en minutos.

Intensidad: Su valor medio resulta de la relación entre la altura de lluvia caída (cantidad) y el tiempo
transcurrido entre la iniciación y el final de una lluvia (duración), que se supone uniforme. La
intensidad generalmente se expresa en milímetros por hora.

La intensidad de la lluvia, sin embargo, no es uniforme en el tiempo ni en el espacio. Si al


tiempo que dura una lluvia lo dividimos en subperíodos iguales, las láminas que se acumulan en ellos
resultarán seguramente diferentes. Si sobre un terreno (en el que llueve) consideramos varios puntos,
lo más probable es que cada uno de ellos registre láminas parciales y totales distintas.

Aunque no existe regla fija al respecto, las lluvias con gran intensidad cubren áreas reducidas y
son de corta duración. En cambio, las de baja intensidad cubren áreas grandes y son de larga duración.

242
216
ANALISIS ESTADISTICO DE LOS DATOS.

El conjunto de las lluvias diarias, mensuales, anuales, etc., obtenidas durante varios años en
una estación, forman en cada caso una serie de datos. Es indispensable resumir y coordinar este caudal
de cifras mediante algunos elementos que las sintetizan, para caracterizar a la estación por medio de
medidas estadísticas descriptivas. Tales parámetros son:

1) Valor central (media, mediana o moda): determinan la posición del valor medio de una serie de
mediciones. Este "valor tipo" representa en primer lugar, el orden de magnitud del conjunto de las
observaciones y permite la más somera de las comparaciones entre dos series análogas. A este valor
central lo llamaremos módulo pluvio-métrico anual, mensual o diario medio, o precipitación media
anual, mensual o diaria, que se define como el promedio aritmético de las alturas (mm) de
precipitaciones anuales, mensuales o diarias de una serie de años, meses o días tan larga como sea
posible.

En series unimodales y simétricas, los estadísticos de posición resultan similares. No siempre


ocurre lo mismo en el caso de series asimétricas, siendo necesario considerar los valores modales o
medianos. En general, para series asimétricas a la izquierda se verifica que Moda < Mediana < Media.

2) Dispersión: representa la fluctuación, diseminación o dispersión de los valores individuales en


torno al valor medio. Esta característica es fundamental en agricultura y ganadería de secano,
especialmente en regiones semiáridas (marginales). Puede ser interpretada cuantitativamente por uno
de los procedimientos siguientes:

2.a) Intervalo de variación: la diferencia entre los módulos pluviométricos del año más húmedo y el
año más seco (rango).

2.b) Desviación estándar o típica: se define como la raíz cuadrada del promedio de los cuadrados de
las diferencias entre los módulos anuales, mensuales o diarios sucesivos y el valor central.

2.c) Varianza: corresponde al cálculo de la desviación estándar elevada al cuadrado.

2.d) Coeficiente de variación: es la relación expresada en porcentaje entre la desviación estándar y la


media aritmética.

3) Características de forma: simetría y aplastamiento (kurtosis) de la curva de frecuencia de


observaciones. Estos parámetros descriptivos deben ser considerados cuando se analiza el ajuste de la
distribución teórica de frecuencias. No siempre la curva normal o de Gauss es la función apropiada
para ajustar la distribución de probabilidad teórica con la distribución de frecuencias empírica. Para
series de menor intervalo que el anual (mensual, decádico, diario) deben ser empleadas distribuciones
teóricas asimétricas como la Gamma, fuera de los alcances del curso.

4) Frecuencia: Es el número de eventos (tormentas, cantidad de precipitación, etc.) que ocurren en un


intervalo de tiempo. Otro dato de gran utilidad lo constituye el período medio de tiempo, dentro del
cual se puede esperar (estadísticamente) que se produzca una lluvia de una intensidad o cantidad
determinada. Esto se conoce con el nombre de período o intervalo de retorno o intervalo de
recurrencia. Para ello se requiere de n valores de precipitación de una serie (PP anual, PP semestral; PP
enero, PP máximas en 24 hs., etc.)

243
217
Estos valores empíricos pueden ser representados por medio de una distribución de
frecuencia teórica que posea un buen ajuste estadístico. En algunos casos la distribución normal
resulta adecuada, en particular para analizar la precipitación anual. Puede emplearse el papel
probabilístico u otro medio que permita el cálculo de probabilidades.

Los análisis de frecuencia de precipitación por quintiles o deciles constituyen otra forma de
representación, que han sido utilizados para expresar un criterio meteorológico de sequía. Empleando
deciles de precipitación, se considera una condición de sequía cuando el monto anual evaluado se halla
incluido dentro del primer decil inferior.

i. Precipitación anual media y valores extremos según la duración y período de observación.

a) Media: En Climatología el valor poblacional de una serie es desconocido. Por lo general se dispone
de series de distinta longitud, lo que le asigna el carácter muestral a los estadísticos calculados a partir
de ellas. Los parámetros así obtenidos varían con la longitud y época del período de observación de
cada muestra. Salvo circunstancias excepcionales, y en relación al fenómeno de cambio climático, la
altura media anual de precipitación varía poco si es calculada para un período de observación que
sobrepasa los 30 años.

En los bosques subantárticos, los vientos del Pacífico le aportan la humedad precipitable, que
dan lugar a registros anuales de lluvia de 2500 mm. En el centro de Corrientes y Misiones las mismas
pueden alcanzar 2000 mm. La ciudad de Tucumán es otro centro de alta precipitación, con casi 1000
mm anuales debido al sistema del Aconquija.

b) Valores extremos: Además de los datos medios, también es de interés conocer los valores extremos
o excepcionales.

La siguiente tabla da una idea de la amplitud de las variaciones de algunas estaciones en


nuestro país:
LOCALIDAD MAXIMA MINIMA MAX/MIN
Marcos Juárez (Cba.) 1353 643 2,1
Manfredi (Cba.) 1134 335 3,4
Mendoza 192 43 4,4
Cañada Honda (S.J.) 114 2 57,0

Para caracterizar la mayor o menor pluviosidad de un año determinado, suele calcularse su


"Indice de humedad" (I.H.), definido como la relación entre la precipitación anual de dicho año y la
precipitación media calculada en un largo período. Por ej.: Para Manfredi (Cba.), cuya Precipitación
anual media (n = 72 años) es de 720,2 mm:

Precipitación durante 1965 562,2 mm


I.H. 1965 0,70
Precipitación durante 1967 851,8 mm
I.H. 1967 1,18

Este ejemplo indica que durante 1967 las precipitaciones en Manfredi fueron más abundantes
que durante 1965.

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218
c) Representación de una serie de precipitaciones anuales mediante una ley teórica de
distribución de frecuencias.

Si la serie de observaciones es suficientemente extensa, se obtendrá una descripción


probabilística más precisa, objetiva y confiable de aquella, representándola por la ley teórica de
distribución de las frecuencias (función de densidad) que mejor se adapte a la curva experimental
(empírica) trazada con las mismas. En los regímenes oceánicos es la ley de Gauss, o también la ley de
Galton, la que generalmente realiza el ajuste buscado. Conocido el valor medio de la serie anual y su
desviación estándar, la aplicación del concepto de desviación reducida y normalizada, permite acceder
al cálculo de las probabilidades de lluvia (no pronóstico) para distintas condiciones (puede emplearse
la tabla de probabilidad de la guía o alguna similar).

d) Variaciones cíclicas y tendencias de la precipitación anual.

Numerosos autores se han esforzado por demostrar, con el estudio de las variaciones
interanuales de la precipitación anual respecto a su valor medio, la existencia de ciclos regulares de
períodos secos y húmedos, atribuidos en general a fluctuaciones de la actividad solar. Existen diversas
técnicas para "dibujar" o interpretar la marcha de la precipitación oscilando por encima (ciclo húmedo)
o por debajo (ciclo seco) de la media. Todos estos procedimientos requieren, en general, de series
extensas y continuas a los efectos de su aplicación y valoración estadística. Los análisis de este tipo
son importantes para proveer evidencia objetiva en los estudios de cambio climático.

Además de este comportamiento cíclico, también pueden encontrarse en la bibliografía


información que apuntan a demostrar la ocurrencia de tendencias a largo plazo, tanto de aumento
como de disminución en los montos de lluvia. La innegable importancia del tema desde una
perspectiva de pronóstico, contrasta con la carencia de resultados definitivos y transferibles a
situaciones concretas.

ii. Precipitaciones mensuales medias.

En una serie de observaciones, a medida que cada uno de los intervalos de tiempo (día,
semana, mes, etc.) sobre el cual se calcula la cantidad de precipitación sea más corto, será mayor la
dispersión de las observaciones en torno a la media, además la curva de distribución de frecuencias
será cada vez más asimétrica.

Para caracterizar el régimen de las lluvias de una estación, es conveniente realizar la curva de
las alturas de lluvias medias mensuales para cada uno de los meses del año. Es bueno hacer figurar en
el mismo gráfico las curvas de máximas y mínimas observadas.

Se dispondrá una descripción más completa de la distribución de las lluvias en el curso de los
diferentes meses, elaborando tablas y gráficos que presenten para el período considerado:
* Máxima y mínima de los valores mensuales.
* Intervalo de variación.
* Desviación estándar.
* Coeficiente de variación.
* Polígono de frecuencias sobre el cual se podrá intentar la adaptación de una ley teórica de
distribución.

245
219
iii. Precipitaciones diarias; número de días de lluvia.

El análisis de las precipitaciones diarias, y aún, de la lluvia caída durante intervalos de tiempo
más cortos, presenta un interés particular para el dimensionamiento de ciertas obras, como redes de
drenaje, irrigación, etc. Además es de suma importancia su conocimiento en los estudios de erosión
hídrica y en el manejo de los suelos. En estos casos se emplean las fajas pluviográficas de donde es
extraído el valor de intensidad instantánea en mm/min.

El número medio de días de lluvia en el curso del año o estación y su distribución por estación
y por mes tiene gran importancia. Se entiende por día de lluvia todo aquel que acuse más de 1/2
décimo de mm (lluvia, nieve, granizo, etc.). Debido a que en los registros la menor fracción de lluvia
que se asienta es el décimo de mm, las precipitaciones superiores a 1/2 décimo pero inferior al décimo
de mm, en la práctica se anotan 0,1 mm. Para fines prácticos, sin embargo, podría ser preferible
considerar otro criterio que permita eliminar de la serie registros poco significativos, por ej. PP > 0,5
mm, ó PP > 5 mm.

En nuestro país, la localidad con menor número de días de lluvia es Cañada Honda (al Sur de
la ciudad de San Juan) con sólo 9 días de lluvia al año y la que presenta mayor número es Bariloche
con 101 días, siguiéndole Colonia Finlandesa (Misiones) con 89 días. Otro dato que puede resultar
valioso es el número de tormentas, que comprende a uno o más días de lluvia sucesivos.

REGIMENES ESTACIONALES DE PRECIPITACION.

Se llama "régimen de lluvias" a la distribución de las precipitaciones entre los diversos


períodos del año (a menudo entre los diversos meses). De esta forma puede ser representado el modo
de ordenarse la ocurrencia de la precipitación en relación a la marcha de la temperatura (estaciones),
dando lugar a un semestre cálido y lluvioso, o cálido y seco, de diferente repercusión agronómica en
cada caso. La modalidad de ocurrencia de la precipitación puede presentar tres formas distintas, que
constituyen una manera de clasificar a las lluvias:

a) Régimen tipo monzónico: las precipitaciones presentan mayor concentración total o parcial en el
semestre cálido, periodo comprendido entre octubre y marzo. Objetivamente se lo puede diferenciar
cuando el porcentaje de precipitación media del semestre cálido es mayor o igual al 60% de la
precipitación media anual (100%). A este régimen, en nuestro país, lo encontramos al norte del Río
Colorado y especialmente en el noroeste argentino (Tucumán, Salta y Jujuy). Toda la Provincia de
Córdoba presenta un marcado comportamiento monzónico en la distribución de la precipitación a lo
largo del año.

b) Régimen tipo mediterráneo: corresponde a una concentración total o parcial de las precipitaciones
durante la época más fría del año. Objetivamente se lo puede reconocer cuando el porcentaje de
precipitación medio del semestre frío (periodo comprendido entre abril y setiembre) es mayor o igual
al 60% de la precipitación media anual (100%). En nuestro país se lo observa preferentemente en la
región cordillerana norte de la Patagonia.

c) Régimen tipo isohigro: las precipitaciones ocurren todo el año y se distribuyen uniformemente a lo
largo del año. En nuestro país se presenta en algunos sectores de las provincias del litoral fluvial y
marítimo. Sin embargo, la mayor abundancia de las lluvias en verano es el rasgo característico al norte
de Río Negro.

246
220
DISTRIBUCION DE LAS LLUVIAS SOBRE LA SUPERFICIE TERRESTRE.

El total anual de las lluvias varía mucho según las distintas regiones del mundo. Su
distribución sobre la superficie terrestre es muy irregular y está determinada por las siguientes causas,
actuando individualmente o en conjunto:

1) Latitud: Sobre la banda ecuatorial la presión atmosférica es muy baja, en consecuencia, las masas
de aire se elevan produciendo lluvias copiosas.

Aproximadamente sobre los 30° de latitud existe una banda de altas presiones. Los valores más
elevados se hallan sobre los mares, donde se forman los verdaderos centros de alta presión, uno en el
Océano Atlántico frente a Uruguay y otro frente a Chile en el Océano Pacífico, que es el más intenso.
Los vientos son divergentes y predomina la subsidencia de las corrientes verticales, por lo cual la
condensación resulta menos favorecida. En general, las áreas continentales bajo esta influencia
corresponden a regiones desérticas.

A partir de los 30° de latitud la presión atmosférica comienza a bajar y alrededor de los 60°
existe un centro de bajas presiones. En general los vientos se dirigen de las regiones tropicales (aire
cálido y húmedo), hacia las de mayor latitud, lo que provoca condensación del vapor de agua en la
atmósfera. Por lo tanto, en las regiones templadas las precipitaciones aumentan con la latitud.

En latitudes altas, las masas de aire que a ellas se dirigen reducen su capacidad de contener
vapor de agua dado que su temperatura disminuye considerablemente, y por consiguiente las
precipitaciones son muy escasas.
2) Dirección de los vientos predominantes.
En una región donde los vientos más frecuentes soplan desde la tierra al mar, su atmósfera
contiene muy poco vapor de agua y se producen escasas condensaciones. Es el caso de la Patagonia,
donde los vientos predominantes del Oeste ocurren de esta manera, dando lugar a bajos montos de
precipitación (por ejemplo en la ciudad costera de Comodoro Rivadavia la precipitación media anual
es sólo de 209 mm).

En el caso contrario, es decir que el viento se dirija desde el mar hacia el continente, se
producen precipitaciones abundantes. Por ejemplo en Valdivia (Chile), llueven 2700 mm anuales.
Cuando los vientos soplan de mares fríos a zonas continentales calientes, el clima resultante es
desértico, dado que las masas de aire por el calentamiento que experimentan se apartan del punto de
condensación. Ejemplos de ello se observan en regiones costeras de Australia y África.

3) Distancia al mar.

La fuente más importante de condensaciones atmosféricas la constituyen los mares y océanos.


Los vientos provenientes del mar descargan su humedad al internarse en los continentes, razón por la
cual la cantidad de lluvia disminuye al aumentar la distancia al mar. Las lluvias que se producen en
nuestro país al norte del paralelo 38, provienen del Océano Atlántico y disminuyen en forma muy
marcada de Este a Oeste.

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221
Por el contrario, debajo del paralelo 38º las lluvias disminuyen en sentido opuesto. En este
caso la humedad procede del Océano Pacífico y los vientos predominantes del Oeste que atraviesan los
valles transversales cordilleranos producen abundantes precipitaciones hacia el Oeste (Bariloche,
Esquel) y más escasas hacia el Este.

4) Relieve del terreno.

En general las laderas expuestas a los vientos húmedos reciben lluvias muy abundantes y, en
cambio, las laderas opuestas registran lluvias escasas. Un ejemplo de ello lo encontramos en Tucumán,
donde las laderas orientales de su orografía presentan una vegetación selvática, mientras que en las
laderas occidentales la vegetación es xerófila.

PRECIPITACION EFECTIVA.

La precipitación efectiva y su significado.


A pesar del gran volumen de datos registrados a nivel de pluviómetro, resulta sumamente
difícil establecer cuánto de cada evento de lluvia puede ser considerado como "precipitación efectiva".

En su sentido más obvio, la precipitación efectiva constituye la precipitación útil o utilizable.


La lluvia no es necesariamente útil o conveniente en el momento, la proporción o la cantidad en que
ocurre. Algunas pueden ser inevitablemente desaprovechadas mientras que otras incluso pueden ser
destructivas. Mientras que la parte útil de la precipitación se almacena y suministra al usuario, la
innecesaria habrá que transportarla o eliminarla rápidamente.

Los puntos salientes de la aplicación práctica de los datos referentes a la precipitación efectiva
en el dominio de la agricultura, son:

-Planear proyectos de riego conforme a una base económica sólida (el agua es un insumo costoso).
-Establecer calendarios de cultivos y determinar las necesidades de riego de los mismos.
-Ejecutar eficazmente los proyectos de riego de un año a otro.
-Preparar el calendario de operaciones agrícolas bajo riego.
-Planificar los regímenes de cultivo en zonas de secano (no regadas).
-Diseñar proyectos de drenaje y rehabilitación de tierras.
-Planificar programas de conservación de suelos y aguas.
-Interpretar con exactitud los experimentos de campo.
-Clasificar climatológicamente las regiones para fines agrícolas.

Se trata de un tema complejo en el que se superponen varias disciplinas. El tipo de suelo, los
regímenes de cultivo, factores sociales, económicos y de planificación, todos influyen directamente en
la proporción de precipitación efectiva y no efectiva. Debido a esta complejidad, existe cierta
confusión en los conceptos, definiciones, mediciones y en su correcta interpretación. Es importante
lograr una mejor comprensión de la precipitación efectiva y procurar convertir la lluvia total recibida
en efectiva, en el máximo grado posible.

248
222
La trayectoria del agua de lluvia.

La trayectoria del agua de lluvia se indica en la Figura 3.2.7, donde también se muestran los
diferentes factores que es preciso considerar. Antes de que la lluvia toque la superficie de la tierra se
produce cierta evaporación en la atmósfera (A). Esta cantidad no se mide nunca, pero aumenta la
humedad del aire, hace disminuir su temperatura, con lo que reduce la evaporación de los cultivos. El
vapor también puede ser arrastrado por el viento al espacio circundante. Esta fracción A es, pues,
parcialmente útil, pero no se tiene en cuenta en ningún cálculo.

Figura 3.2.7. Trayectoria del agua de lluvia.

La lluvia puede ser interceptada por la vegetación (B). Se mide con la precipitación total
recibida, son útiles para el crecimiento del cultivo porque reducen la transpiración y el agotamiento de
la humedad del suelo. Cuando los aguaceros son ligeros (llovizna), toda la precipitación puede ser
interceptada por la vegetación. En muchos estudios, las lluvias ligeras han sido consideradas
erróneamente como precipitación no efectiva.
Al tocar la superficie del suelo (C), parte del agua se infiltra en el mismo (C2); parte del agua
puede estancarse en la superficie (C3), mientras que alguna puede fluir por la superficie como
escorrentía (C1). Los factores que influyen en la infiltración y la escorrentía superficial son muchos y

249
223
están interrelacionados. Entre los factores que modifican la proporción entre la precipitación
efectiva y la precipitación registrada por un pluviómetro podemos mencionar entre otras: pendiente,
relieve, cobertura del suelo, labores culturales, intensidad y duración de la precipitación, contenido de
humedad del suelo, profundidad de las raíces, etc.

Conceptos de la precipitación efectiva.

El término de precipitación efectiva ha sido interpretado de modo diverso por los especialistas
de los distintos campos del conocimiento. En los bosques, las hojas y las ramas secas forman a
menudo una espesa capa sobre la superficie del suelo. Esta capa intercepta una considerable cantidad
de lluvia y acrecienta la capacidad de almacenamiento de agua del suelo. Es un factor que contribuye a
la evapotranspiración, siendo precipitación efectiva desde el punto de vista forestal.

En el dominio de la agricultura bajo riego, algunos estiman que la lluvia que ahorra un riego es
efectiva, aunque la lluvia puede no serlo forzosamente: los chaparrones ligeros, inferiores a 10 mm,
por ejemplo, no alteran los calendarios de riego y por ello se consideran como no efectivos. Los
técnicos agrícolas pueden considerar como efectiva aquella porción de la precipitación total que
satisface directamente las necesidades de un cultivo y, asimismo, la escorrentía superficial que puede
utilizarse para los cultivos en sus fincas, bombeada de estanques o pozos. Esta fracción es equivalente
a B, C1.1., C2.1.2. y C3.

En el dominio de la agricultura de secano, cuando la tierra se deja en barbecho, la precipitación


efectiva es la que puede conservarse para la cosecha siguiente.

Un agricultor considera que la lluvia efectiva es aquella cantidad útil para los cultivos
sembrados en su terreno. El agua que sale del campo por escorrentía o por infiltración profunda más
abajo de la zona de la raíz de su cultivo no es efectiva. Pero, por otra parte, si recibe escorrentía de
terrenos situados aguas arriba, esta agua puede acrecentar la cantidad de humedad y ser útil para la
producción agrícola. Por consiguiente, los agricultores con diferentes cultivos llegarán a valores
distintos al evaluar la precipitación. Es una noción dinámica más bien que estática. B, C2.1.2. y C3
entran en esta categoría.

Como existen diversas interpretaciones, es difícil formular una definición excluyente. En sus
cálculos, un planificador interpreta como el agua que puede utilizar todo un sector; mientras que un
usuario interpreta, sólo aquella fracción que satisface su necesidad particular.

Definición de la precipitación efectiva.

Para formular una definición completa de la lluvia efectiva, sería útil esclarecer la expresión
"empleo de agua de un cultivo". Con dicha expresión se da a entender la cantidad de agua que utiliza
el cultivo, en la que se incluye la necesaria para el consumo y ciertas necesidades especiales, tales
como la preparación de la tierra. De lo anterior se deduce que, desde el punto de vista de la
producción, la lluvia anual o estacional efectiva, por lo que se refiere a las necesidades de agua de los
cultivos, debe interpretarse como la parte de la lluvia anual o estacional total que es útil directamente
y/o indirectamente para la producción del cultivo en el lugar donde cae, pero sin bombeo. Incluye, por
lo tanto, el agua interceptada por la vegetación viva o seca (B), la que se pierde por evaporación desde
la superficie del suelo (C3), la precipitación perdida por evapotranspiración durante el crecimiento
(C2.1.2.), la parte que contribuye a la lixiviación, filtración (C2.2.1.) o que facilita otras operaciones
de cultivo, antes o después de la siembra, sin perjudicar el rendimiento y la calidad de los cultivos.

250
224

La precipitación efectiva (Pe) = B + C2.1.2. + C2.2.1. + C3

Por consiguiente, la precipitación no efectiva es la parte que se pierde por escorrentía


superficial (C1), las pérdidas por infiltración profunda innecesaria (C2.2.2.), la humedad que queda en
el suelo después de la cosecha del cultivo (C2.1.3.) y que no es útil para el cultivo de la temporada
siguiente. No se incluye el efecto de la lluvia en la reducción de la temperatura y en el aumento de la
humedad y su acción advectiva en las zonas secas.

Efectividad de la precipitación.

Resulta conveniente aclarar el significado de este concepto, que no es sinónimo de


"precipitación efectiva". La expresión "precipitación efectiva" se refiere a la fracción útil de la
precipitación total recibida, mientras efectividad denota el grado de utilidad o eficacia de la lluvia con
respecto a la aridez de un lugar. Una precipitación efectiva de 100 mm en una zona templada es mucho
más productiva para la agricultura que en una región tropical árida.

La efectividad de la lluvia puede evaluarse de tres formas:


 en relación con otras variables meteorológicas (conduce a la elaboración de Indices de Aridez);
 como insumo, en cuanto satisface las necesidades de agua de un cultivo;
 como rendimiento, en términos de producción por unidad de agua (eficiencia en el uso del agua)
y/o de beneficios económicos.

INSTRUMENTAL DESTINADO A MEDIR LA PRECIPITACION

La medición de la lluvia se puede realizar con el siguiente instrumental:


1. Pluviómetros.
2. Pluviógrafos.
1.2.1. Tipo flotador.
1.2.2. Tipo cangilones.

PLUVIOMETROS

Para efectuar la medición de la precipitación (lluvia, llovizna, granizo, etc.), se emplean


aparatos llamados pluviómetros, de los cuales existen muchos tipos que se diferencian por su forma y
el diámetro de su boca, pero todos ellos se componen de tres partes principales; cada una de ellas
cumple una función determinada a saber: la recepción, la retención y la medición del agua caída.

PLUVIOMETRO TIPO "B'

Es el adoptado oficialmente por el Servicio Meteorológico Nacional (S.M.N). Presenta las


siguientes ventajas respecto a su antecesor (Tipo "A"): la superficie receptora (A en la figura 3.2.8) es
mayor, se suprime el robinete que se presenta como causa probable de pérdidas de agua, y se reduce la
evaporación al mantener en el interior una jarra (B en la figura) que recibe directamente el agua de
lluvia.

El cilindro metálico receptor es de 20,8 cm de longitud y de 17,6 cm de diámetro. La boca


tiene un diámetro de 15,97 cm, es decir una superficie receptora de 200 cm2. Es de chapa galvanizada
y zinc y en su parte superior presenta un aro de bronce que delimita con exactitud la boca recolectora.

251
225
El agua de lluvia cae a través de la boca a un recipiente colector (jarra) por medio de un embudo.
El agua queda almacenada en la jarra hasta la hora de observación

Figura 3.2.8. Pluviómetro Tipo “B”

252
226
Para poder efectuar la medición con mayor exactitud, se trasvasa el agua a la probeta, que
es un recipiente de vidrio graduado en milímetros y décimos de milímetros, cuyo diámetro y
graduación son distintos según el tipo de pluviómetro. Si la probeta tuviese igual diámetro que la boca
receptora, una lluvia de 1 mm tomaría una altura de 1 mm en la probeta, resultando de esta manera
difícil de apreciar los décimos de mm, por ese motivo el diámetro de la probeta siempre es menor que
el de la boca del pluviómetro. Además, su fondo es parabólico, lo que permitirá una mayor
amplificación de pequeñas cantidades en mm.

Se denomina "coeficiente de amplificación" a la relación que existe entre el cuadrado del


diámetro de la boca receptora del pluviómetro y el cuadrado del diámetro de la boca de la probeta. Se
determina así la magnitud en que aumenta la altura de la capa de agua del pluviómetro al ser
trasvasada a la probeta.
Relación del volumen del pluviómetro "V" y el de la probeta "v":
Siendo V = v resulta v= . (d/2)2 . h; y V =  . (D/2)2 .H
Igualando y despejando h luego de simplificar:
2
h = D2 .H
d

Siendo H = altura de agua en el pluviómetro; h = altura de agua en la probeta; D = diámetro de


la boca del pluviómetro; y d = diámetro de la probeta.

Para este tipo de pluviómetro existen dos tipos de probetas:


a) De 4 cm de diámetro interior con capacidad para 10 mm; en este caso la sección de probeta es 16
veces más pequeña que la sección de la boca del pluviómetro; en consecuencia, una lluvia de 1 mm
ocupará en la probeta una altura 16 veces mayor, siendo fácil medir décimos de mm.

b) De 8 cm de diámetro, con capacidad equivalente a 50 mm. Si bien se obtiene menor exactitud, dado
que el coeficiente de amplificación es 4, tiene la ventaja de facilitar las mediciones de lluvias copiosas.

El conocimiento de los que antecede es muy importante, y explica porque no debe utilizarse
otra probeta que la que corresponde a cada tipo de pluviómetro. La boca receptora del pluviómetro
deberá ubicarse a 1,50 mts de altura y de manera que quede en posición perfectamente horizontal. Se
instalará en un lugar despejado y lejos de obstáculos, de los que se estará separado por una distancia de
no menos cuatro veces la altura máxima de los mismos.

La lluvia se mide en las estaciones meteorológicas cada 24 hs, a las 8 horas o bien a las 9, si
rige el adelanto de una hora y los milímetros registrados se computan en el día previo.

PLUVIOGRAFO

Es un aparato registrador que además de medir la cantidad total de lluvia caída, nos indica la
intensidad, o sea los milímetros caídos en la unidad de tiempo (hora o minuto). La determinación de la
intensidad de las lluvias es de suma importancia para la construcción de desagües, canales,
conservación del suelo, etc. Existen diversos tipos de pluviógrafos, pero los más comunes se reducen a
dos tipos principales:

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227
a) Tipo Flotador

El agua de lluvia se recibe en un recipiente (D en la figura 3.2.9) que posee un flotador, y éste
va unido a una pluma inscriptora (C) que actúa sobre una faja de papel reticulado. La faja está
colocada sobre un cilindro o tambor metálico (B), que por medio de un sistema de relojería, similar a
otros registradores descritos anteriormente, da una vuelta por día.

Figura 3.2.9. Pluviógrafo tipo flotador

En el diagrama pluviográfico, el eje de las abscisas indica las horas del día (0 a 24 horas) y el
eje de las ordenadas, los milímetros de precipitación (0 a 10 mm). Toda vez que la cantidad llega a 10
mm, por medio de un sifón se vacía automáticamente y si la lluvia continúa, el flotador comienza a
funcionar nuevamente. Al retirar el diagrama, para conocer la cantidad de agua caída en el momento
de la observación, se cuenta el número de veces que se ha descargado el sifón y se multiplica por 10
mm (de cada descarga) resultado al que se le suman los mm que han quedado marcados por la pluma
inscriptora en la faja después que el recipiente se desagotó por última vez.

254
228

Figura 3.2.10. Faja de un pluviograma recortada entre 2:00 y 10:00 hs

En la faja de la figura 3.2.10 podemos ver una precipitación de 0,8 mm cuyo comienzo se
encuentra alrrederos de las 3:00 hs, finalizando a las 4:00 hs para reiniciar a las 4:30 hs de luego a las
5:15 hasta las 9 hs acumulando un total de 32 mm; para obtener la intensidad en un período de tiempo
se resta la cantidad del final del período menos la cantidad al comienzo de mismo y se lo divide del
número de horas de dicho período. P Ej. la intensidad de la precipitación entre las 5 y 6 hs es igual a:
(12 mm - 1 mm) / 1 hora = 11 mm/hora.

b) Tipo Cangilones ó Balancín

Aquí la lluvia es conducida a un recipiente dividido en dos partes y que mediante un eje puede
describir un giro determinado (figura 3.2.11). En su posición inicial el recipiente recibe el agua en uno
de sus compartimientos y al llegar a contener una determinada cantidad de agua, se inclina y vuelca el
agua totalmente; en ese momento entra a actuar el otro, realizando el mismo proceso y así
sucesivamente.

Mediante un sistema de palancas, esos movimientos son registrados en una faja. Los diagramas
que resultan de este tipo de pluviógrafos no son de línea continua, sino escalonada y donde cada
escalón corresponde generalmente a 0,2 mm. Debido a la naturaleza discontinua del registro no resulta
satisfactorio para lloviznas o lluvias muy ligeras en las que no se puede determinar con exactitud las
horas de comienzo y fin del fenómeno. Este tipo de dispositivo se adapta a sensores electrónicos que
mediante el empleo de un interruptor magnético (reed swicht) y un imán permite generar un pulso de
corriente en cada movimiento del balancín de modo que el datalogger solo contabilizará pulsos en un
período de tiempo.

Ambos pluviógrafos deben ser instalados siguiendo las mismas normas que para los
pluviómetros.

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229

256
230

Figura 3.2.11 Pluviógrafo a cangilones ó balancín.

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231
Unidad 3. COMPONENTES HÍDRICOS.

Subunidad 3.3. EVAPOTRANSPIRACIÓN.

Temario:
- Generalidades. Ciclo del agua.
- Evaporación, concepto, estados físicos del agua, superficies intervinientes.
- Factores que regulan el proceso de evaporación.
- Condiciones físicas que dan lugar al proceso.
- Evaporación desde una superficie libre de agua, desde el suelo, factores intervinientes.
- Instrumental: Tanque tipo A.
- Evapotranspiración, concepto, superficies intervinientes, abordaje integral.
- Componentes de la ET, atmósfera, suelo, planta, características de cada uno de ellos,
constantes hidrológicas, transporte de agua en la planta.
- Evapotranspiración Potencial (EP) ó evapotranspiración del cultivo de referencia (Eto)
- Instrumental: evpotranspirómetro de Thornthwaite.
- Procedimiento para estimar la EP según Penman y Thornthwaite.
- Evapotranspiración Real, Evapotranspiración del cultivo bajo condiciones estándar y
bajo condiciones no estándar.
- Instrumental: Lisímetro de pesada y Parcelas de Ensayo.
- Evapotranspiración Relativa: variación con el contenido de humedad en el suelo,
variación con distintas demandas atmosféricas para un cultivo de maíz y variación de
acuerdo a la exploración de raíces a distintas profundidades.
- Uso consuntivo, concepto.
- Estimación del Uso Consuntivo: Método de Blaney-Criddle.

GENERALIDADES.

Para comprender el tema evaporación y evapotranspiración, debemos hablar del agua y


del proceso de circulación entre los distintos compartimentos de la hidrósfera. El agua por sus
características físicas y la abundancia en la tierra, es un componente esencial del clima, y forma
parte de los seres vivos.
La cantidad total de agua que existe en la tierra, en sus tres fases: sólida, líquida y
gaseosa, se ha mantenido constante desde la aparición de la Humanidad. El agua de la tierra
- que constituye la hidrósfera - se distribuye en tres reservorios principales: los océanos, los
continentes y la atmósfera, entre los cuales existe una circulación continua - el ciclo del agua o
ciclo hidrológico-. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía
solar y por la fuerza de la gravedad.

El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el
agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus fases
líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la tierra hacia la atmósfera, en
forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y
animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua).

Los principales procesos en el ciclo del agua son: evaporación, precipitación, infiltración,
transpiración, escorrentía y circulación de agua subterránea.

La energía solar es la fuente de energía térmica necesaria para el paso del agua desde las
fases líquida y sólida a la fase de vapor, y también es el origen de las circulaciones atmosféricas

258
232
que transportan el vapor de agua y mueven las nubes. La fuerza de gravedad da lugar a la
precipitación y al escurrimiento.

El ciclo hidrológico puede ser visto, en una escala planetaria, como un gigantesco sistema
de destilación, extendido por todo el Planeta. El calentamiento de las regiones tropicales debido
a la radiación solar provoca la evaporación continua del agua de los océanos, la cual es
transportada bajo forma de vapor de agua por la circulación general de la atmósfera, a otras
regiones. Durante la transferencia, parte del vapor de agua se condensa debido al enfriamiento y
forma nubes que originan la precipitación. El regreso a las regiones de origen resulta de la acción
combinada del escurrimiento proveniente de los ríos y de las corrientes marinas.

Figura 3.3.1. Ciclo hidrológico del agua en la naturaleza.

EVAPORACIÓN.

La evaporación es el proceso por el cual el agua líquida se convierte en vapor de agua


(vaporización ó evaporación) y se retira de la superficie evaporante (remoción de vapor). El agua

259
233
se evapora desde una variedad de superficies, tales como lagos, ríos, caminos, suelos y la
vegetación mojada.

Para cambiar el estado de las moléculas del agua de líquido a vapor se requiere energía,
siendo la radiación solar directa y, en menor grado, la temperatura del aire, quienes proporcionan
esta energía. La fuerza impulsora para retirar el vapor de agua de una superficie evaporante es la
diferencia entre la presión del vapor de agua en la superficie evaporante y la presión de vapor de
agua de la atmósfera circundante.

A medida que ocurre la evaporación, el aire circundante se satura gradualmente y el


proceso se vuelve cada vez mas lento, hasta detenerse completamente, esto ocurre cuando el aire
húmedo circundante no se transfiere a la atmósfera, o en otras palabras no se retira de alrededor
de la hoja. El reemplazo del aire saturado por un aire más seco depende de la velocidad del
viento. Por lo tanto, la radiación, la temperatura del aire, la humedad atmosférica y la velocidad
del viento son parámetros climáticos a considerar al evaluar el proceso de la evaporación.

Cuando la superficie evaporante es la superficie del suelo, el grado de cobertura del suelo
por parte del cultivo y la cantidad de agua disponible en la superficie evaporante son otros de los
factores que afectan el proceso de la evaporación.

Lluvias frecuentes, el riego y el ascenso capilar en un suelo con nivel freático poco
profundo, mantienen húmeda la superficie del suelo. En zonas en las que el suelo es capaz de
proveer agua con velocidad suficiente para satisfacer la demanda de la evaporación del suelo,
este proceso está determinado solamente por las condiciones meteorológicas. Sin embargo, en
casos en que el intervalo entre la lluvia y el riego es grande y la capacidad del suelo de conducir
la humedad cerca de la superficie es reducida, el contenido en agua en los horizontes superiores
disminuye y la superficie del suelo se seca. Bajo estas circunstancias, la disponibilidad limitada
del agua ejerce un control sobre la evaporación del suelo. En ausencia de cualquier fuente de
reabastecimiento de agua a la superficie del suelo, la evaporación disminuye rápidamente y
puede cesar casi totalmente en corto de tiempo.

A los fines de poder comprender el proceso, se separan las distintas superficies desde
donde se puede producir la evaporación: superficie libre de agua, suelo desnudo.

Factores que regulan el mecanismo de evaporación.


Los factores pueden ser de tipo meteorológico y aquellos referidos a las características de las
superficies evaporantes.
*condiciones meteorológicas: radiación solar, temperatura del aire, humedad
relativa del aire, velocidad del viento.

*condiciones de las superficies evaporantes: contenido salino en el agua de


superficies libre de agua, estructura y tamaño de las partículas del suelo, contenido salino del
agua del suelo, tipo de superficie.

Condiciones físicas que dan lugar el proceso.


1- Debe existir un suministro continuo de calor para llegar al calor latente (l) que es el
requerido para la evaporación (su valor está cercano a las 600cal/g de agua evaporada a
una temperatura aproximada de 15°C), siendo esto el calor latente de vaporización (lE).

2- La presión o tensión de vapor en la atmósfera sobre una superficie evaporante puede


permanecer más bajo que la tensión de vapor de la superficie evaporante (esto demuestra

260
234
que existe un gradiente de tensión entre la superficie evaporante y la atmósfera). El vapor
puede ser transportado a una distancia por difusión o convección o por ambos a la vez.
Tanto el suministro de energía como la remoción de vapor son externos a la superficie
evaporante y están influenciados por los factores meteorológicos ya mencionados. Este
conjunto de factores determinan la demanda atmosférica ó evaporación atmosférica.

3- Existe un continuo suministro de agua desde ó a través de la superficie evaporante, esta


condición depende del contenido y potencial de agua del mismo y de las propiedades
conductivas las cuales determinan la tasa máxima a la cual una superficie puede conducir
agua hasta el lugar de la evaporación.

Evaporación desde una superficie libre de agua.

1) Disponibilidad de energía:

Para que el agua líquida se evapore, se requiere 600 cal/gramo, que es el calor latente de
vaporización o evaporación (lE).
La energía para que ella se produzca proviene del Balance de Radiación ó Radiación Neta:

Rn = Rg (1 - A) + C - Rt

y del Balance Calórico:


Rn = lE + H + S

al reemplazar y ordenar se obtiene:

Rg (1 - A) + C = Rt + lE + H + S

Donde:
Rg = Radiación global
A = albedo
C = contrarradiación atmosférica.
l = calor latente de evaporación.
Rt = Radiación terrestre.
E = Evaporación.
H = calor que se utiliza para calentar el aire.
S = Calor que se utiliza para calentar el suelo.

Reordenando, nos queda:


Rg  (1  A)  C  Rt  H  S
E
l

La radiación neta proporciona la energía para que el agua se evapore y para calentar al aire.

2) Características del aire en contacto con la superficie evaporante.

a) Humedad: Es en otras palabras el "hidrolapso" que es el gradiente de humedad entre la


superficie evaporante y el aire en contacto con ella. (Es la diferencia entre la tensión de vapor
del aire y la tensión de vapor del agua por unidad de longitud). Habiendo energía disponible: a
mayor hidrolapso mayor evaporación.

261
235

b) Viento: su efecto es doble:

i) al renovar el aire más o menos saturado en contacto con la superficie evaporante, por otros
"volúmenes" de aire que tienen una humedad generalmente más baja, aumenta el hidrolapso
por lo que se favorece la evaporación.

ii) el movimiento horizontal del aire (advección) puede aportar cierta cantidad de energía
que también modifica la evaporación.

c) Presión atmosférica: a menor presión atmosférica mayor evaporación, este efecto es muy
pequeño.

3) Características de la superficie evaporante:

a- rugosidad: a mayor rugosidad mayor superficie de contacto o sea mayor superficie


evaporante.

b- contenido de sales: a mayor concentración de sales, habrá menor evaporación. A igualdad de


condiciones el mar tendría una tasa de evaporación inferior al 2 ó 3 % que la del agua dulce.

Evaporación desde el suelo.

Todos los factores analizados anteriormente, siguen teniendo vigencia, pero surgen otros
conceptos a tener en cuenta. Si se agrega agua al suelo, ella se incorpora a un medio que no es
homogéneo en composición, este sistema disperso retiene al agua de manera distinta que si se
tratara de agua libre, por ello es necesario considerar los siguientes aspectos:

1) Contenido hídrico del suelo:

Cuando estamos en un ambiente saturado, el suelo se comporta como una superficie líquida.
Pero cuando estamos en valores cercanos a Capacidad de Campo (conceptos a desarrollar en la
Unidad 3; subunidad 3.4), la evaporación se produce desde la superficie del suelo, y el agua
evaporada es reemplazada por agua que asciende por capilaridad desde las capas profundas. Al
ocurrir esto la evaporación será menor que si el suelo estuviese saturado de agua. El fenómeno de la
capilaridad se verifica sólo hasta el metro de profundidad. Cuando la velocidad de evaporación es
grande se rompe la capilaridad, se forma una capa aislante, los poros se llenan de aire y el proceso
de evaporación se detiene.

2) Textura y napa freática: la evaporación depende de ambas a la vez, la máxima evaporación


decrece a la mayor profundidad a la cual se encuentra la napa freática; con respecto a la textura, la
evaporación disminuye más en una textura arenosa que en una arcillosa.

ESTIMACIÓN.

La evaporación responde a la siguiente expresión daltoniana y puede ser estimada a partir de


la siguiente ecuación:

E =  (u) (es - ed)

262
236

Donde:
E: Evaporación
es: es la presión de vapor de saturación a la temperatura de la superficie evaporante.
ed: presión de vapor media en la atmósfera.
 (u): función del perfil de la velocidad del viento.

INSTRUMENTAL DESTINADO A MEDIR EVAPORACION.

Depósitos de Evaporación: Tanque de Evaporación Tipo "A".

MEDICIÓN DE LA EVAPORACION.

Como la evaporación es un fenómeno que no se puede visualizar, es necesario medirla en


forma indirecta. Para ello se han ideado un sinnúmero de instrumentos destinados a ese fin, pero a
causa de su tamaño, forma, exposición y operación, se encuentran afectados por las condiciones
circundantes, y de ninguno de ellos puede afirmarse que dé una medida justa del proceso.

Corrientemente la evaporación se aprecia mediante recipientes que contienen agua,


midiéndose la altura de la capa de agua evaporada, con aproximación al décimo de milímetro, la
que se determina por diferencia entre las lecturas realizadas al principio y al final del período
considerado. La evaporación medida con el instrumental existente, da valores generalmente
superiores a los que en realidad ocurren en la naturaleza, debido a que están mucho más sometidos a
la influencia del aire desecante, que las aguas de los ríos, lagos, etc.

Tanque de Evaporación tipo "A"

Es un tanque de hierro galvanizado sin pintar que tiene forma cilíndrica de 120.7 cm de
diámetro interior y de 25 cm de altura. Se encuentra lleno de agua y colocado sobre una base
construida con tirantes de madera dura. El nivel del agua dentro del tanque debe llegar hasta 0,05 m
del borde superior y se deberá agregar o sacar agua cuando dicho nivel tenga una variación en uno u
otro sentido, superior a 15 cm.

Realizando dos lecturas en un intervalo de tiempo determinado, la diferencia obtenida es


multiplicada por un coeficiente de reducción para este tanque, que ha sido fijado por el Servicio
Meteorológico Nacional en un valor medio de 0,70; de esta manera se obtiene la evaporación
ocurrida en ese intervalo de tiempo expresada en milímetros.

Además se controla la temperatura del agua, la velocidad del viento y la precipitación


registrada a 50 cm sobre el suelo en un pluviómetro colocado en las cercanías del tanque de
evaporación. Este tanque dará una idea aproximada de la evaporación potencial registrada.

En algunos lugares donde son frecuentes las temperaturas muy bajas, el agua del tanque se
congela, y siempre que esto ocurra con cierta frecuencia y durante períodos prolongados, la
observación se realizará por diferencias de peso. Para ello se emplean tanques de menor dimensión
(0,20 m y 0,15 de profundidad), para ser pesados con facilidad. La diferencia de peso entre dos
observaciones nos dará el peso del agua evaporada y como la densidad del agua es 1 g/cm3, se
obtiene la altura del agua evaporada dividiendo este peso en g por la superficie del tanque en cm2.

263
237
De todos los aparatos que se usan para medir la evaporación desde superficies de agua, el
que da valores más reales es el tanque de evaporación ya que, de todos ellos, es el que se encuentra
en condiciones más parecidas a la realidad. La única causa que influye desfavorablemente sobre los
resultados obtenidos, es el calentamiento del material con que está construido el tanque.
En algunos países, con el objeto de ajustar al máximo posible el coeficiente de reducción a
la unidad y de esa manera hacerlo más constante, se han ensayado tanques construidos con distintos
materiales y de distintas dimensiones, colocados en tierra o balsas ubicadas en lagos. Entre los
primeros existen algunos colocados sobre la superficie del suelo y otros enterrados, sobresaliendo
una pequeña parte del borde superior.

Figura 3.3.2a Tanque de evaporación tipo A.

Figura 3.3.2b. Dos casos de localización del tanque de evaporación y sus alrededores.

264
238
EVAPOTRANSPIRACIÓN.

Se conoce como evapotranspiración la combinación de dos procesos separados por los


cuales el agua se pierde a través de la superficie del suelo por evaporación y por otra parte
mediante transpiración del suelo (FAO).

Otros autores como Thornthwaite (1948) la definen como la cantidad de agua que
evaporaría el suelo y transpirarían las plantas, sí el suelo tendría cantidad óptima de agua
(Capacidad de Campo) y la vegetación fuera corta, uniforme y en continuo crecimiento.

Penmam (1956) considera a la cantidad de agua evaporada y transpirada en la unidad de


tiempo, para un cultivo que cubre totalmente el suelo, de altura uniforme (pasto corto) y sin
limitación de agua.
Estos conceptos nos dan idea de que para estudiar el proceso de ET es necesario conocer
la evolución a lo largo de los años que dichas acepciones han tenido, sus mediciones y
estimaciones, como también las aplicaciones.

Los avances tecnológicos de los años 70 hacen tomar conciencia de la importancia del
componente biológico dentro del proceso de evapotranspiración.
Con el transcurrir del tiempo el problema se hace más complejo, la interrelación entre
factores y variables se va ampliando de modo que el estudio de este proceso necesita de un
abordaje más integral y de equipos multidisciplinarios.
La tecnología de la ET está relacionada con una gama de disciplinas, cada una con
objetivos, criterios y expectativas propias. Esta interdisciplina está compuesta por:

INTERDISCIPLINA

FISIOLOGÍA: EDAFOLOGÍA:
procesos Física y química
fisiológicos de del suelo
plantas

AGROMETEORO
LOGÍA: relación
atmósfera-suelo-
planta

Abordaje integral del complejo atmósfera-suelo-planta.

Estas relaciones nos permiten obtener un enfoque integrado del sistema atmósfera-suelo-planta,
donde se abarque el ciclo del cultivo.

265
239
TRANSPIRACIÓN.

La transpiración consiste en la evaporación del agua líquida contenida en los tejidos de la


planta y su posterior remoción hacia la atmósfera. Los cultivos pierden agua predominantemente
a través de los estomas. Estos son pequeñas aberturas en la hoja de la planta a través de las
cuales atraviesan los gases y el vapor de agua de la planta hacia la atmósfera. La vaporización
ocurre dentro de la hoja, en los espacios intercelulares, y el intercambio del vapor con la
atmósfera es controlado por la abertura estomática.
Casi toda el agua absorbida del suelo se pierde por transpiración y una pequeña fracción
se convierte en parte de los tejidos vegetales. La transpiración, igual que la evaporación depende
del aporte de energía, del gradiente de presión de vapor, de la temperatura del aire y de la
velocidad del viento.

El contenido de agua del suelo y la capacidad del suelo de conducir el agua a las raíces
determinan la tasa de transpiración, así como la salinidad del suelo y el agua de riego, siendo
además modificada por las características del cultivo, el medio donde se produce y las prácticas
de cultivo.

La transpiración y la evaporación ocurren simultáneamente y no hay una sencilla manera


de distinguir entre estos dos procesos. La evaporación de un suelo cultivado es determinada por
la fracción de radiación solar que llega a la superficie del suelo, esta fracción disminuye a lo
largo del ciclo del cultivo a medida que el dosel del mismo, cubre más el suelo, por lo tanto en
las primeras etapas del cultivo el agua se pierde por evaporación, pero con el desarrollo del
cultivo y cuando finalmente este cubre todo el suelo, la transpiración se convierte en el proceso
principal.
La Figura 3.3.3 muestra la ET dividida en sus dos componentes (evaporación y
transpiración) en relación al área foliar (IAF) por unidad de superficie de suelo debajo de él. En
el momento de la siembra, casi el 100% de la ET ocurre en forma de evaporación, mientras que
cuando la cobertura vegetal es completa, más del 90% de la ET ocurre como transpiración.

Figura 3.3.3. Evapotranspiración dividida en sus dos componentes en relación al IAF.

266
240

Componentes del proceso de evapotranspiración.

- Componente Atmósfera: los elementos meteorológicos que actuaron en la evaporación, son


los que afectan a la evapotranspiración, la Figura 3.3.4, nos muestra la ET de un cultivo y sus
determinantes.

- Componente Suelo: lugar de almacenamiento del agua y ámbito de crecimiento de la raíz,


pero además depósito de sustancias minerales.
Para poder valorar los factores que afectan la retención de agua y su disponibilidad para la planta
es necesario conocer las características de los suelos ellas son: “Composición” hace referencia a
los componentes del suelo, la matriz sólida compuesta por la materia orgánica y los minerales y
la matriz porosa constituida solución del suelo y el aire.
La propiedad más sobresaliente de la matriz sólida es su naturaleza fragmentada, mientras
que la matriz porosa es un sistema continuo geométricamente complejo y por lo general
constituye el 30 % y 60% del volumen total del suelo.

Los suelos pueden estar llenos de agua como en un suelo saturado ó con gran parte de aire en
un suelo seco. En un suelo agrícola a capacidad de campo la fracción hídrica representa entre el
40-60% del espacio poroso.

Debemos destacar que la estructura de un suelo determina el número y tamaño de poros y


esto afecta el movimiento del agua y la aireación del mismo, Baver, 1956 habla de poros grandes
o no capilares y de poros pequeños ó capilares, entre ellos debe existir un equilibrio para que
todo suelo presente un buen drenaje y aireación y una suficiente capacidad de retención. Una
buena estructura en el suelo facilita la infiltración del agua y da lugar a un crecimiento radicular.

-Movimiento del agua en el suelo.

Este no sólo controla el coeficiente de infiltración, sino el coeficiente de abastecimiento a


las raíces y napas freáticas. En el suelo se produce movimiento de agua líquida que escurre por
los espacios porosos por gravedad y en películas que rodean a las partículas por acción de
fuerzas de tensión superficial. También lo hace en forma de vapor por los espacios porosos
llenos de aire de acuerdo a gradientes de presión de vapor.

El movimiento del agua del suelo se realiza a modo de flujo siguiendo la Ley de Darcy
(mencionada en la Subunidad 2.2), ella expresa:

Vf = K*∆ø /∆Z

Donde:
Vf = velocidad del flujo cm/s.
K = conductividad hidráulica
∆ø = potencial hídrico total cm de agua
∆Z = profundidad cm

Los valores de K varían de un suelo a otro y toma valores en un suelo poco permeable de
< 0.0025cm/h a >25cm/h en suelos muy permeables.

267
241
La conductividad hidraúlica junto con el potencial de las plantas son los factores que
determinan la disponibilidad de agua en el suelo para favorecer el crecimiento y desarrollo de los
vegetales.
El movimiento del agua es esencial pero se necesita precisar entre que niveles está
disponible para las plantas, esto se conoce como constantes hídricas ó hidrológicas del suelo,
son ellas Capacidad Máxima, Capacidad de Campo, Capacidad a la Humedad Equivalente, Punto
a la Marchitez Permanente.

CONSTANTES HIDROLOGICAS:

A
CAPACIDAD MÁXIMA
G Agua gravitante
U CAPACIDAD DE CAMPO
A

D CAPACIDAD a la HUMEDAD EQUIVALENTE


E
L Agua útil o capilar
S
U CAPACIDAD a la MARCHITEZ PERMANENTE
E
L
O Agua higroscópica
SUELO SECO

CAPACIDAD MAXIMA

Llamada también humedad a saturación, se la define como la cantidad de agua que puede
admitir un suelo, es decir con todos sus poros llenos (ej.: después de una lluvia intensa ó riego).

CAPACIDAD DE CAMPO

Cantidad de agua retenida por un suelo después de haber drenado toda el agua gravitacional,
2 ó 3 días después de una lluvia ó riego.
Capacidad de Campo - Capacidad Marchitez Permanente = Agua útil ó capilar.

El agua gravitante corresponde a la retenida en poros de diámetro mayor de 5-6 micrones.


En suelos normales, que no tengan drenaje impedido, es un estado transitorio, pues obedeciendo a
las leyes de la gravedad el agua gravitante es evacuada por percolación. Es útil para la planta, pero
su valor es limitado, dado su carácter efímero, (2 ó 3 días después de un riego ó lluvia).

CAPACIDAD A LA HUMEDAD EQUIVALENTE

Es la cantidad de agua retenida por un suelo, después de haber drenado el agua gravitante
bajo una fuerza centrífuga de 1000 g (g = aceleración de la gravedad), durante 30 minutos.

CAPACIDAD A LA MARCHITEZ PERMANENTE.


Es la cantidad de agua en el suelo en que se observa la marchitez de las plantas, cuyo estado
no desaparece aún poniéndolas en un ambiente saturado de humedad durante 24 horas.

268
242

Capacidad de Campo - Capacidad Marchitez Permanente = Agua útil ó capilar.

El agua útil ó capilar, corresponde a la localizada en los poros capilares entre 0,2 y 5-6
micrones de diámetro. Es el agua más importante desde el punto vista de su aprovechamiento por la
planta. Se mueve obedeciendo en líneas generales a las leyes de la capilaridad y es prácticamente
insensible a la atracción de la gravedad.

El agua higroscópica o pelicular es la cantidad de agua que puede absorber un suelo


completamente seco en un ambiente saturado de humedad. Se encuentra localizada en poros de 600-
300 Anstrong. Esta última magnitud equivale a 3-4 capas de agua pelicular fuertemente retenida por
fuerzas electrostáticas. No es aprovechable por las plantas.

Figura 3.3.6 (a) Partículas de tierra, agua y aire con distintos niveles de humedad.
Figura 3.3.6. (b) Constantes hídricas del suelo.

- Componente Planta: el agua del suelo constituye un componente necesario para activar las
funciones fisiológicas y metabólicas de una planta redundando esto, en el crecimiento y desarrollo;
pero actúa también en el proceso de transpiración, en los primeros procesos el agua utilizada
representa el 1 al 2% del total de agua ingresada a la planta.

La planta absorbe agua a partir de su sistema radicular y ésta entrada se realiza en la porción
terminal o próxima al ápice radical, lo hace especialmente a partir de los pelos radicales siguiendo
una trayectoria.

269
243
La capacidad de absorción de la raíz depende de las condiciones hídricas del suelo y de
la necesidad hídrica de la planta. Se debe aclarar que los pelos radicales están en contacto con
una porción de las partículas del suelo, esto hace necesario considerar el movimiento del agua en
el suelo; cuando el mismo está saturado (CC) el agua llega a la zona radical por ascenso capilar
pero cuando el suelo se encuentra en PMP cesa el movimiento del agua y es importante la
velocidad de crecimiento de la raíz para explorar nuevos horizontes.

Figura 3.3.7. Trayectoria del agua en la raíz (absorción).

Siempre que exista un gradiente entre el potencial del agua (ψ) y de la raíz se produce
absorción ó debe existir un déficit de la presión de difusión (DPD) siendo este la diferencia entre la
presión osmótica (PO) y la presión de turgencia (PT).

DPD = PO - PT

Transporte de agua en la planta.

Llamado ascenso del agua por la planta, para explicar el transporte ó ascenso desde el suelo
hasta la atmósfera existen diferentes teorías, la más usada por los Fisiólogos es la Teoría de Dixon
(Teoría de la tensión y cohesión) ver Figura3.3.9.

Se basa en los siguientes supuestos:


a- El agua se mueve en masa debido a la cohesión de sus moléculas,
b- El agua se mueve por conductos capilares existiendo adhesión entre ellas y las moléculas de
las paredes del tubo,
c- La pérdida de agua por transpiración crea un déficit de presión de difusión,
d- El movimiento ascendente continúa de noche,
e- El agua sigue ingresando a la planta hasta que todas las células de los tejidos alcancen la
turgencia,
f- El flujo de agua proveniente del suelo ingresa a la raíz y luego a los elementos conductores,
es parte integrante del traslado.
Se ha demostrado que existe relación entre la transpiración y la absorción de agua. La
transpiración no sólo se satisface con el movimiento ascendente del agua en la planta, sino además

270
244
por una difusión lateral hacia las células de los distintos tejidos, se puede observar en la Figura
3.3.8.

Figura 3.3.8. Diagrama del transporte de agua en la planta según la Teoría de Dixon.

El fenómeno de transpiración se produce mayoritariamente en las hojas a través de los estomas,


la cantidad de ellos determinan la velocidad de transpiración (ver Figura 3.3.9).

271
245

Figura 3.3.9. Relación entre la apertura de estomas y la transpiración.

CONCEPTOS DE EVAPOTRANSPIRACIÓN.

El concepto de evapotranspiración incluye tres diferentes definiciones: la evapotranspiración


del cultivo de referencia (ETO) llamada por Thornthwaite evapotranspiración Potencial (EP), la
evapotranspiración del cultivo bajo condiciones estándar (ETC) y bajo condiciones no estándar
(ETc.aj), conocidas como (ER) y el uso consuntivo (UC).

-Evapotranspiración del cultivo de referencia (ETO) ó evapotranspiración Potencial


(EP).

Expresa el poder evaporante de la atmósfera, se refiere a la evapotranspiración en


condiciones óptimas presentes en parcelas con un excelente manejo y adecuado aporte de agua y
que logra la máxima producción de acuerdo a las condiciones climáticas.

El concepto de evapotranspiración de referencia se introdujo para estudiar la demanda de


evapotranspiración de la atmósfera, independientemente del tipo y desarrollo del cultivo y de las
prácticas de manejo.

Los únicos factores que afectan la ETO son los parámetros climáticos, por lo tanto ella es un
parámetro climático que puede ser calculado a partir de datos meteorológicos. El método más
adecuado para su determinación es el de FAO Penmam-Monteih, tiene bases sólidas y emplea datos
meteorológicos, fisiológicos y aerodinámicos.

Thornthwaite considera a la evapotranspiración potencial (EP) como la cantidad de agua que


evapora un suelo y transpira un pasto corto en activo crecimiento, si el suelo posee un contenido
óptimo de humedad (Capacidad de Campo ó Humedad Equivalente) y la cobertura vegetal es
completa y uniforme.

272
246
El proceso de evapotranspiración es controlado por el intercambio de energía en la
superficie de la vegetación y es limitado por la cantidad de energía disponible. Debido a esta
limitación, es posible predecir la evapotranspiración aplicando el principio de conservación de
energía. La energía que llega a la superficie debe ser igual a la energía que sale de la superficie
en el mismo periodo de tiempo, Figura 3.3.10.

Figura 3.3.10. Variación diurna de los componentes del balance de energía sobre una
superficie que evapotranspira con suelo a Capacidad de Campo.

INSTRUMENTAL DESTINADO A MEDIR EVAPOTRANSPIRACION POTENCIAL

I- Evapotranspirómetros.

1.1 Evapotranspirometro de Thornthwaite

Thornthwaite (1946) desarrolló un evapotranspirómetro, en el cual la napa de agua es


mantenida constante en una masa de suelo y la EP se produce en el valor potencial. Este
instrumento fue particularmente útil para la calibración de la fórmula empírica utilizada en la
estimación de la EP.

- Descripción: consta de tres secciones principales: de evapotranspiración, alimentación y


regulación del nivel freático. La primera de ellas (A), es un tanque cilíndrico de 4 m2 de sección
transversal y 70 cm de altura.
Se instala enterrado en el suelo, pero sus bordes sobresalen 5 cm de la superficie del mismo.
A 10 cm de altura de su fondo tiene una abertura que por medio de un caño galvanizado de una
pulgada de diámetro interior y de 6,70 metros de longitud, lo conecta al tanque regulador del nivel
freático (C). Esta abertura tiene una malla de alambre, que impide el paso de los materiales del
suelo del tanque de evaporación al que controla el nivel freático.
La sección de alimentación (B), consta de un tanque cilíndrico de 35,7 cm de diámetro por
40 cm de altura. Un visor del nivel exterior de vidrio graduado que permite conocer el nivel de agua
del tanque y su descenso en intervalos de tiempo dados. Las graduaciones se han calibrado de modo
que correspondan a milímetros de agua evapotranspirada, en una superficie de 4 m2 de suelo.

273
247

Cualquier exceso de agua que provenga, ya sea de un mal funcionamiento de la válvula de


entrada, o de la lluvia recogida por el tanque A, escurrirá al recipiente provisto para el caso y su
cantidad deberá tenerse en cuenta al efectuar las observaciones.

- Instalación: el tanque evaporante debe rellenarse con grava hasta 10 cm a una altura superior a la
entrada de agua, y sobre ella, la tierra hasta la altura del suelo del lugar. Sobre el suelo así
preparado, debe sembrarse una gramínea perenne, como el "pasto salado" (Disticlis spicata), aunque
para experiencias especiales puede modificarse esta cubierta herbácea con plantas cultivadas o aún
dejar la superficie sin vegetación. La operación de relleno con tierra deberá hacerse tratando de
mantener la misma estratificación que tenía el suelo natural.

Se considera indispensable, como complemento de esta instalación, disponer de un


pluviómetro en el mismo lugar y es aconsejable una estación termométrica.

- Mediciones: el funcionamiento de este instrumento es por demás simple; la napa freática que se
mantiene en forma constante a 50 cm de profundidad, permite que en el suelo, sobre ella apoyado,
reciba constantemente humedad por capilaridad y mantenga las capas superiores húmedas, muy
próximas a humedad equivalente o capacidad de campo.

Para determinar la evapotranspiración potencial (EP) durante el intervalo de tiempo fijado,


será necesario hacer la lectura del agua consumida S, por medio del visor del tanque de
alimentación; medir la precipitación ocurrida, P, si la hubiere; y el agua de derrame De, en el tanque
de desagote, sí éste la tuviere. La fórmula siguiente nos dará así el valor de la evapotranspiración
potencial:

EP (mm) = S + P - De
Todos estos valores deben expresarse en milímetros.

Figura 3.3.11a. Evapotranspirómetro de Thornthwaite.

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248

Figura 3.3.11b. Evapotranspirómetro de Thornthwaite modificado.

PROCEDIMIENTOS PARA ESTIMAR LA EVAPOTRANSPIRACION POTENCIAL

Se han desarrollado varios procedimientos para estimar la Evapotranspiración potencial,


basados en diferentes factores meteorológicos y de cultivo, entre ellos tenemos el método del
Balance de agua, el método de Penman y de Thornthwaite.

1.- Método del Balance de agua

El siguiente esquema nos muestra los distintos flujos de agua que entran y salen de la zona
radicular del cultivo dentro de un determinado período de tiempo.

2.- Método de PENMAN

La evapotranspiración es estimada partiendo de la Radiación Neta (Rn), diferencia entre la


Radiación Recibida (Rr) y la Radiación Emitida (Re). La radiación residual, después del
calentamiento del aire, el suelo y la vegetación, es tomada como básica para calcular la
evapotranspiración. Requiere como datos los siguientes: temperatura media del aire, humedad
relativa, heliofanía relativa, velocidad del viento a 2 metros de altura, radiación teórica y coeficiente
de reflexión.

275
249
Se calcula primero la Evaporación de una superficie libre de agua y se aplican coeficientes
que dependen de la duración del día para obtener luego la Evapotranspiración Potencial.

La fórmula para estimar la Evaporación de una superficie libre de agua es:

Rn .  + Ea . 
Ev = (1)
 + 
Donde:
: pendiente de la curva de saturación para la temperatura media del período considerado. Se
obtiene de la figura 3.3.13 con la temperatura media.
: constante psicrométrica (0,49 mm Hg/°C ó 0,27 mm Hg/°F).
Rn: Radiación Neta.
Ea: Ecuación aerodinámica que depende de la velocidad del viento y del contenido de vapor de
agua del aire.

Para obtener la Evapotranspiración Potencial (EP) en base a la evaporación calculada, se


aplican coeficientes que dependen de la duración del día. Siendo la fórmula como sigue:

EP = Ev * f

Donde:
EP: Evapotranspiración Potencial en mm/día.
Ev: Evaporación en mm/día.
f: coeficiente que depende de la duración del día (estacionalidad).

Procedimiento:

a.- Cálculo de la Radiación Recibida.

Parte de la energía incidente es absorbida por la atmósfera en un porcentaje que depende del
contenido de vapor de agua, polvo atmosférico e impurezas, anhídrido carbónico, ozono y de
diferencias en la densidad del aire. La energía que alcanza la superficie de la tierra, "Radiación
Global" (Rg), esta integrada por la suma de la radiación directa y la radiación difusa. Parte de esta
Radiación global es absorbida, y parte reflejada dependiendo esto del color y condiciones de la
superficie.

La energía absorbida es la llamada "Radiación Recibida" ó entrante (Rr). Esta energía puede
ser estimada usando fórmulas semiempíricas, en función de la naturaleza de la superficie evaporante
y de la fracción de insolación.

Rr = Ra (1-r) (0,18 + 0,55 h/H).

Donde: Rr: Radiación recibida.


Ra: Radiación teórica ó astronómica, (Valores medios mensuales de radiación solar en
ausencia de atmósfera). Se obtiene su valor en la tabla 3.3.1, página 352 de Temas de Agrome-
teorología, conociendo la latitud de la localidad y el mes correspondiente.
r: es el albedo ó coeficiente de reflexión. Este valor debe ser dato.
0,18 y 0,55: constantes empíricas.
h/H: heliofanía relativa. El valor de h (heliofanía real ó efectiva) es dato se extrae de un
heliofanógrafo.

276
250
El valor de H (heliofanía astronómica ó teórica), Duración máxima de la insolación diaria.
Se encuentra en la página 62, Tabla II de Temas de Agrometeorología.

b.- Cálculo de la Radiación emitida (Re)

La radiación emitida depende de las características y temperatura de la superficie


radiante, y del contenido de vapor de agua en la atmósfera y nubosidad (Radiación efectiva).

Re = T4 (0,56 - 0,092 ea ) (0,10 + 0,90 h/H)


Donde:
Re : Radiación emitida.
 : constante de Stefan Bolztman. (8,26 x 10-11 cal/cm2°K4)
T : temperatura absoluta en grados Kelvin.
ea : tensión de vapor actual.

Aclaraciones:
T4: se encuentra en la tabla 3.3.2 (Valores T en altura equivalente de agua evaporada, en
mm/día), se entra en la misma con la temperatura media de la localidad y obtenemos directamente
el valor buscado en mm/día.
ed : tensión de vapor saturado. A este valor lo podemos hallar en la figura 3.3.12 (Temperatura en
función de la tensión de vapor saturado).
ea : se obtiene por el producto de la HR ( Humedad Relativa) y ed (tensión de vapor saturado).

c.- Cálculo de la Radiación Neta (RN)

La radiación neta (Rn) es la diferencia entre la energía recibida y la energía emitida. Ambas
pueden ser medidas por instrumentos, ó estimadas por fórmulas.
Rn = Rr - Re

La radiación neta a nivel de los cultivos es usada en los procesos de: a) evapotranspiración,
b) calentamiento del aire, c) calentamiento del suelo y de la cubierta vegetal, d) formación de tejidos
y fotosíntesis.

d.- Cálculo del Poder evaporante de la atmósfera.

Ea = 0,35 (ed - ea) (1 + 0,155 U2)

Donde: Ea : coeficiente de transporte de vapor.


ed : tensión de vapor saturado.
ea : tensión de vapor actual.
U2 : velocidad del viento a 2 m de altura. Este valor es dato se obtiene de un anemómetro
totalizador. Se expresa en km/hora.

e.- Cálculo de la Evaporación.

Con la fórmula desarrollada al comienzo (1), se estima la evaporación de una superficie libre de
agua.

277
251

f.- Cálculo de la Evapotranspiración Potencial.

Para obtener la (EP) en base a la evaporación calculada, se aplican coeficientes que dependen de
la duración del día. Dichos coeficientes toman los siguientes valores: de noviembre a febrero,
f= 0,8, ; de mayo a agosto, f = 0,6; para los demás meses, f= 0,7

En consecuencia:
EP = Ev . f
Donde:

EP: es la evapotranspiración potencial diaria expresada en mm/día, sí queremos obtener el valor


mensual se debe multiplicar por el número de días de cada mes, y lo expresaremos en mm/mes.

Ev : evaporación de una superficie libre de agua.

f : coeficientes que dependen de la duración del día.

278
252

TABLA 1

Valores medios mensuales de la Radiación Solar en ausencia de atmósfera expresada


Tabla 3.3.1: Valores medios mensuales de la radiación solar en
en altura de agua
ausencia deevaporada en mm/día.
atmósfera expresada
en altura de agua evaporada en
mm/día.
HEMISFERIO SUR

Latitud 0º 10º 20º 30º 40º 50º


Meses

Enero 14,5 15,8 16,8 17,3 14,3 17,1


Febrero 15,0 15,7 16,0 15,8 15,2 14,1
Marzo 15,2 15,1 14,6 13,6 12,2 10,5
Abril 14,7 13,8 12,5 10,8 8,8 6,6
Mayo 13,9 12,4 10,7 8,7 6,4 4,1
Junio 13,4 11,6 9.6 7,4 5,1 2,8
Julio 13,5 11,9 10,0 7,8 5,6 3,3
Agosto 14,2 13,0 11,5 9,6 7,5 5,2
Setiembre 14,9 14,4 13,5 12,1 10,5 8,5
Octubre 15,0 15,3 15,3 14,8 13,8 12,5
Noviembre 14,6 15,7 16,4 16,7 16,5 16,0
Diciembre 14,3 15,8 16,9 17,6 17,8 17,8

TABLA 2

Valores σ T4 en altura equivalente de agua evaporada en mm/día


Tabla 3.3.2: Valores de σ. T4 en altura equivalente de agua evaporada en mm/día.

Temperatura ºC Temperatura Absoluta K T4 mm/d

2 275 11,6
4 277 12,0
6 279 12,4
8 281 12,8
10 283 13,1
12 285 13,5
14 287 13,9
16 289 14,3
18 291 14,7
20 293 15,1
22 295 15,5
24 297 15,9
26 299 16,4
28 301 16,8
30 303 17,1

σ = 1,371 x 10-12 x cal/seg.cm2 .K4

279
253

FiguraF3.3.12:
i g u ra 1Presión
Pre s i ó nde
d eVapor
Va p o rSaturado
Sa tu ra d oen
e nfunción
F u n c i ó de
n dla
e Temperatura.
l a T e m p e ra tu ra
30
28
26
24
22
20
18
E (mmHg )

16
14
12
10
8
6
4
2
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30
T e m p e ra tu ra (°C)

Figura F3.3.13:
i g u ra 2Delta
De l taene nfunción
fu n c i ó de
n dla
e lTemperatura.
a T e m p e ra tu ra
2 .0
1 .9
1 .8
1 .7
1 .6
1 .5
1 .4
1 .3
De l ta (d e d /d t)

1 .2
1 .1
1 .0
0 .9
0 .8
0 .7
0 .6
0 .5
0 .4
0 .3
0 .2
0 .1
0 .0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30
T e m p e ra tu ra (°C)

280
254
2. Método de THORNTHWAITE

La evapotranspiración depende principalmente de la energía radiante que llega a la


superficie evaporante. THORNTHWAITE consideró que el elemento que mejor la representa es la
temperatura jerarquizada según su magnitud.

Con unos pocos datos experimentales de evapotranspiración obtenidos con el


evapotranspirómetro de su diseño, y con cálculos teóricos integró una formula general que luego se
ajusta a un mes tipo de 30 días y 12 horas de heliofanía, según la cual existe una relación directa
entre el logaritmo de la temperatura y el logaritmo de la evapotranspiración.

La fórmula para estimar la evapotranspiración potencial es:

EPSaj = 16 (10 t / I)a

donde:
16 y 10 : constantes
t : temperatura media mensual en °C
I : Indice calórico anual, suma de los 12 índices mensuales(i)
i : índice calórico mensual i= ( T/5)1,514
a : se obtiene en función de I según la siguiente fórmula:

a = 0,000000675 I3 - 0,0000771 I2 + 0,01792 I + 0,49239

Además de ser calculada por la fórmula, la evapotranspiración potencial puede obtenerse


empleando tablas que facilitan la tarea.

Uso de Tablas para calcular el valor de la EP.

Procedimiento:

a - Datos

1. Temperatura Media Mensual o Diaria de la localidad a estudiar.


2. Latitud de la localidad problema.
3. Epoca del año: meses.

b - Indice Calórico Mensual


Se determina por medio de la tabla 3.3.3, entrando al mismo con los valores de la temperatura
media mensual.

c - Indice Calórico Anual: Sumatoria de los doce índices calóricos mensuales

I  1 i
12

281
255
d - Evapotranspiración mensual sin Ajustar (EP s/a)

Para calcular la EP s/a, se recurre a la tabla 3.3.6, con el valor del índice calórico anual (I) y
la temperatura media de cada mes, ella posee valores de temperatura media mensual sólo hasta
26,5 °C, en aquellos casos en que la temperatura superare dicho valor, se debe recurrir a la tabla
3.3.4. donde se encontrará el valor de la Evapotranspiración Potencial sin Ajustar.

e - Evapotranspiración Potencial Ajustada

Resulta de transformar la evapotranspiración sin ajustar por medio de un coeficiente de


ajuste. Este se obtiene utilizando el tabla 3.3.5 entrando al mismo con la latitud y la época del año.
Figura 3.3.3. Conversión de la Temperatura Media Mensual al Índice Calórico
Mensual “i”.

282
256

TABLA 4: Evapotranspiración potencial mensual SIN AJUSTAR,


para temperaturas superiores a 26,5 ºC
t ºC EP (mm) t ºC EP (mm) t ºC EP (mm)
26,5 135,0 30,5 165,2 34,5 181,8
27,0 139,5 31,0 168,0 35,0 182,9
27,5 143,7 31,5 170,7 35,5 183,7
28,0 147,8 32,0 173,1 36,0 184,3
28,5 151,7 32,5 175,3 36,5 184,7
29,0 155,4 33,0 177,2 37,0 184,9
29,5 158,9 33,5 179,0 37,5 185,0
30,0 162,1 34,0 180,5 38,0 185,0

TABLA 5: Duración media del resplandor posible en el hemisferio Sur,


Tabla 3.3.5. Duración media del resplandor posible en el Hemisferio Sur,
expresado
expresado en UNIDADES DEde
en unidades 30 30
DIAS de de
días 12 horas cada uno
12 horas cada uno.
Lat Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
20 1,14 1,00 1,05 0,97 0,96 0,91 0,95 0,99 1,00 1,08 1,09 1,15
22 1,14 1,00 1,05 0,97 0,95 0,90 0,94 0,99 1,00 1,09 1,10 1,16
23 1,15 1,00 1,05 0,97 0,95 0,89 0,94 0,98 1,00 1,09 1,10 1,17
24 1,16 1,01 1,05 0,96 0,94 0,89 0,93 0,98 1,00 1,10 1,11 1,17
25 1,17 1,01 1,05 0,96 0,94 0,88 0,93 0,98 1,00 1,10 1,11 1,18
26 1,17 1,01 1,05 0,96 0,94 0,87 0,92 0,98 1,00 1,10 1,11 1,18
27 1,18 1,02 1,05 0,96 0,93 0,87 0,92 0,97 1,00 1,11 1,12 1,19
28 1,19 1,02 1,06 0,95 0,93 0,86 0,91 0,97 1,00 1,11 1,13 1,19
29 1,19 1,03 1,06 0,95 0,92 0,86 0,90 0,96 1,00 1,12 1,13 1,20
30 1,20 1,03 1,06 0,95 0,92 0,85 0,90 0,96 1,00 1,12 1,14 1,21
31 1,20 1,03 1,06 0,95 0,91 0,84 0,89 0,96 1,00 1,12 1,14 1,22
32 1,21 1,03 1,06 0,95 0,91 0,84 0,89 0,95 1,00 1,12 1,15 1,23
33 1,22 1,04 1,06 0,94 0,90 0,83 0,88 0,95 1,00 1,13 1,16 1,23
34 1,22 1,04 1,06 0,94 0,89 0,82 0,87 0,94 1,00 1,13 1,16 1,24
35 1,23 1,04 1,06 0,94 0,89 0,82 0,87 0,94 1,00 1,13 1,17 1,25
36 1,24 1,04 1,06 0,94 0,88 0,81 0,86 0,94 1,00 1,13 1,17 1,26
37 1,25 1,05 1,06 0,94 0,88 0,80 0,86 0,93 1,00 1,14 1,18 1,27
38 1,25 1,05 1,07 0,93 0,87 0,80 0,85 0,93 1,00 1,14 1,19 1,27
39 1,26 1,06 1,07 0,93 0,86 0,79 0,84 0,92 1,00 1,15 1,19 1,28
40 1,27 1,06 1,07 0,93 0,86 0,78 0,84 0,92 1,00 1,15 1,20 1,29

283
Tabla 6.- Mil¡metros de evapotranspiración mensual sin ajustar para diferentes temperaturas medias y valores de (I) (Indice calórico anual)

Temperatura INDICE CALORICO


ºC
30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 105 110 115 120 125

0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
0.5 2.8 2.1 1.5 1.1 0.8 0.6 0.5 0.3 0.2 0.2 0.1 0.1 0.1 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
1.0 5.5 4.3 3.3 2.6 2.0 1.6 1.2 0.9 0.7 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.1 0.1 0.0 0.0 0.0 0.0
1.5 8.1 6.6 5.3 4.3 3.4 2.7 2.2 1.7 1.4 1.1 0.8 0.6 0.5 0.3 0.3 0.2 0.1 0.1 0.1 0.0
2.0 10.8 8.9 7.3 6.0 5.0 4.1 3.3 2.7 2.2 1.7 1.4 1.1 0.8 0.6 0.5 0.3 0.3 0.2 0.1 0.1
2.5 13.4 11.2 9.4 7.9 6.6 5.5 4.6 3.8 3.1 2.5 2.0 1.6 1.3 1.0 0.8 0.6 0.4 0.3 0.2 0.2
3.0 16.0 13.6 11.6 9.8 8.3 7.0 5.9 5.0 4.1 3.4 2.8 2.3 1.8 1.5 1.1 0.9 0.7 0.5 0.4 0.3
3.5 18.6 16.0 13.8 11.8 10.1 8.7 7.4 6.3 5.3 4.4 3.7 3.0 2.5 2.0 1.6 1.3 1.0 0.8 0.6 0.4
4.0 21.2 18.4 16.0 13.9 12.0 10.4 8.9 7.7 6.5 5.5 4.7 3.9 3.2 2.7 2.2 1.7 1.4 1.1 0.8 0.6
4.5 23.8 20.9 18.3 16.0 14.0 12.2 10.6 9.2 7.9 6.8 5.8 4.9 4.1 3.4 2.8 2.3 1.8 1.4 1.1 0.9
5.0 26.4 23.3 20.6 18.2 16.0 14.1 12.3 10.7 9.3 8.1 6.9 5.9 5.0 4.2 3.5 2.9 2.4 1.9 1.5 1.2

5.5 29.0 25.8 22.9 20.4 18.1 16.0 14.1 12.4 10.9 9.5 8.2 7.1 6.1 5.1 4.3 3.6 3.0 2.4 1.9 1.5
6.0 31.5 28.2 25.3 22.6 20.2 18.0 16.0 14.2 12.5 11.0 9.6 8.3 7.2 6.2 5.2 4.4 3.7 3.0 2.5 2.0
6.5 34.1 30.7 27.7 24.9 22.4 20.1 17.9 16.0 14.2 12.6 11.1 9.7 8.4 7.3 6.2 5.3 4.5 3.7 3.1 2.5
7.0 36.7 33.2 30.1 27.2 24.6 22.2 20.0 17.9 16.0 14.2 12.6 11.1 9.7 8.5 7.3 6.3 5.3 4.5 3.7 3.1
7.5 39.2 35.7 32.5 29.6 26.9 24.4 22.0 19.9 17.9 16.0 14.3 12.7 11.2 9.8 8.5 7.4 6.3 5.4 4.5 3.7
8.0 41.8 38.2 35.0 32.0 29.2 26.6 24.2 21.9 19.8 17.8 16.0 14.3 12.7 11.2 9.8 8.5 7.4 6.3 5.4 4.5
8.5 44.3 40.8 37.5 34.4 31.6 28.9 26.4 24.0 21.8 19.8 17.8 16.0 14.3 12.7 11.2 9.8 8.6 7.4 6.3 5.3
9.0 46.9 43.3 40.0 36.9 34.0 31.2 28.6 26.2 23.9 21.8 19.7 17.8 16.0 14.3 12.7 11.2 9.8 8.5 7.4 6.3
9.5 49.4 45.8 42.5 39.3 36.4 33.6 31.0 28.5 26.1 23.8 21.7 19.7 17.8 16.0 14.3 12.7 11.2 9.8 8.5 7.3
10.0 52.0 48.4 45.0 41.9 38.9 36.0 33.3 30.8 28.3 26.0 23.8 21.7 19.7 17.8 16.0 14.3 12.7 11.2 9.8 8.5

10.5 54.5 50.9 47.6 44.4 41.4 38.5 35.7 33.1 30.6 28.2 25.9 23.8 21.7 19.7 17.8 16.0 14.3 12.7 11.2 9.7
11.0 57.1 53.5 50.1 46.9 43.9 41.0 38.2 35.5 33.0 30.5 28.2 25.9 23.8 21.7 19.7 17.8 16.0 14.3 12.7 11.1
11.5 59.6 56.1 52.7 49.5 46.5 43.5 40.7 38.0 35.4 32.9 30.5 28.2 25.9 23.8 21.7 19.7 17.8 16.0 14.3 12.6
12.0 62.1 58.6 55.3 52.1 49.1 46.1 43.3 40.6 37.9 35.4 32.9 30.5 28.2 26.0 23.8 21.8 19.8 17.8 16.0 14.2
12.5 64.7 61.2 57.9 54.8 51.7 48.8 45.9 43.1 40.5 37.9 35.4 32.9 30.6 28.3 26.1 23.9 21.8 19.8 17.9 16.0

Tabla I Mil¡metros de evapotranspiraci¢n mensual sin ajustar para diferentes temperaturas medias y valores de (I) (Indice cal¢rico anual)
257

Temperatura INDICE CALORICO


§C

284
30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100 105 110 115 120 125
258

285
259
EVAPOTRANSPIRACION REAL (ER).

Según Thornthwaite la evapotranspiración se produce en condiciones reales ó actuales,


teniendo en cuenta que la cobertura vegetal no es siempre completa y los niveles de humedad en el
suelo son variables.

Para determinar la ER debe tenerse en cuenta el agua disponible en el suelo, es decir que
se encuentre entre CC y PMP. Estos niveles como ya lo expresáramos es el agua útil ó
fácilmente utilizable por los vegetales. Otro factor a tener en cuenta es el tipo de cultivo y su
estado fenológico. La misma, forma parte del flujo de balance de energía (figura 3.3.14):

Figura 3.3.14. Componentes del balance de energía.

Donde Rn es la radiación diaria neta, G ó S es el flujo de calor dentro del suelo, H ó A es


el flujo de calor sensible desde la superficie hacia la atmósfera (temperatura de superficie Ts -
temperatura atmosférica Ta) y LE ó lE es el flujo de calor latente que corresponde a la cantidad
de agua evaporada expresada en unidades de energía
.
Su estimación puede realizarse a través del Balance Hidrológico Mensual de
Thornthwaite, que se analizará en la Subunidad 3.4.

FAO, 2000 considera la evapotranspiración del cultivo bajo condiciones estándar


(ETC) y la evapotranspiración del cultivo bajo condiciones no estándar (ETC.aj). La ETC se
refiere a la evapotranspiración de cualquier cultivo cuando se encuentra exento de enfermedades,
con buena fertilización, con condiciones de suelo óptima y el contenido de agua en CC y que
alcanza la máxima producción, en función de las condiciones climáticas reinantes.

La ETC puede ser calculada a partir de datos climáticos e integrando directamente los
factores de resistencia del cultivo, el albedo y la resistencia del aire en el enfoque Penman-Monteih.

286
260
La relación ETC / ETo puede ser determinada experimentalmente para diferentes cultivos y
es conocida como Coeficiente del Cultivo (Kc), y se utiliza para relacionar ETC a ETo de manera
que:

ETC = Kc * ETo (1)

Debido a variaciones en las características del cultivo durante los diferentes períodos de
crecimiento, para un determinado cultivo, Kc cambia desde la siembra a la cosecha. De acuerdo a la
ecuación anterior los diferentes factores meteorológicos se encuentran incorporados en la
estimación de ET representando la demanda atmosférica, el valor de Kc varía en función del cultivo
y en menor medida de las condiciones meteorológicas; y puede ser de aceptación general para
distintas áreas geográficas y de clima (Figura 3.3.15).

Figura 3.3.15. Rangos de valores de Kc para cuatro etapas de crecimiento de cultivos.

El coeficiente Kc puede presentar dos enfoques, el único y dual, en el primero representa en


forma conjunta los efectos de la transpiración y evaporación; mientras que en el enfoque dual
(Figuras 3.3.16 a y b) se determinan por separado los efectos de la transpiración Kcb conocido como
coeficiente basal del cultivo y el coeficiente de evaporación del suelo Ke, de modo que:

Kc = Kcb + Ke

Así la ETC reemplazando en la ecuación (1) será igual a:

ETC = (Kcb + Ke) * ETo

287
261

Figura 3.3.16a. Curva del coeficiente único del cultivo.

Figura 3.3.16b. Curvas del coeficiente cultivo dual, Kcb (línea gruesa), Kc (línea punteada) y
Ke (línea delgada cortada).

La evapotranspiración del cultivo en condiciones no éstandar (ETC.aj), se refiere a las


condiciones encontradas en el campo que difieren de las condiciones estándar, por lo tanto se
requiere de correcciones de la ETC.

Condiciones de baja fertilidad del suelo, toxicidad salina, suelos inundados, plagas
enfermedades y la presencia de horizontes duros o impermeables en la zona radicular, pueden
generar un crecimiento deficiente y una reducción de la evapotranspiración.

288
262
En las condiciones no estándar se tiene en cuenta el efecto que producen las condiciones
ambientales y de manejo del cultivo; los efectos ambientales se incorporan a través del coeficiente
de estrés y ajustando el valor de Kc a las condiciones de campo (Figura.3.317).

El estudio de la ETC. se realiza teniendo en cuenta diferentes situaciones como ser:


1- bajo condiciones de estrés hídrico en el suelo
2- para vegetación natural, atípica y subóptima
3- bajo distintas prácticas de manejo
4- fuera de temporada productiva, teniendo en cuenta distintas superficies de terreno:
a) vegetación muerta
b) vegetación viva
c) cubierto con nieve.

FIgura 3.3.17. Evapotranspiración del cultivo de referencia (ETo), bajo condiciones estándar
(ETC) y no estándar (ETC.aj).

289
263
INSTRUMENTAL DESTINADO A MEDIR EVAPOTRANSPIRACION REAL.

Lisímetros : De Balanza o de Pesada.

Lisímetro de Pesada

Consisten en recipientes grandes rellenos con suelo y con cubierta vegetal natural o
cultivada. Las condiciones del suelo referidas a su textura, estructura y contenido de humedad deben
asemejarse a las del lugar; el tipo de vegetación, su densidad y altura también deben parecerse. Bajo
estas condiciones, las estimaciones realizadas corresponden a la Evapotranspiración Real; se
obtienen por las diferencias de peso del recipiente, que son convertidas en mm de ER.

ER = P1 - P2

donde: P1 = peso en la primera medición.


P2 = peso en la segunda medición.

Si hubiere llovido en el período comprendido entre las mediciones:

ER = P1 + (Ppp - D) - P2

donde: Ppp = peso de la precipitación.


D = peso del drenaje.

Todos los valores deben expresarse en milímetros.

- Construcción

Es un recipiente cilíndrico de gran tamaño (hasta 60 tm) introducido en una cámara de


hormigón y asentado sobre una báscula. En la base lleva un tubo de drenaje con un recipiente para
la colección de los excedentes de agua percolada.

Figura 3.3.18. Esquema de un Lisímetro de pesada.

Existen otros lisímetros más pequeños (200 - 300 Kg) en los que la pesada puede realizarse
mediante una balanza grúa.

290
264
- Precisión

Puede acusar variaciones de la humedad del suelo, producidas en lapsos de pocas horas. En
general se registran las variaciones diarias. Discriminan variaciones de peso equivalentes a 0,02 -
0,04 mm, precisión que los hace indicados para la calibración de las fórmulas propuestas para la
estimación de evapotranspiración.

PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA LISIMETRIA

a.- Desarrollo radicular.

b.- Compensación de humedad del suelo por distintas capas.

c.- Desarrollo aéreo de la planta (bouquet).

d.- Efecto oasis.

e.- Elevado costo de construcción.

f.- Alteración de la estructura y temperatura del suelo.

g.- Condensación de agua.

PARCELAS DE ENSAYO

Consiste en determinar la evapotranspiración directamente en condiciones de campo,


controlando la disminución del contenido de humedad del suelo en la profundidad del suelo
explorada por las raíces.

Para determinado intervalo y profundidad de la zona radical, la evapotranspiración se


calcula por medio de la siguiente expresión:

ER (mm) = n . W . DA . H . 10

donde:
n = sumatoria para las distintas capas de suelo.
W = Variación del porcentaje de humedad (% cm3 ó g H2O / g suelo)
DA = Densidad Aparente.(g/cm3)
H = Profundidad de raíces. (cm)

291
265
EVAPOTRANSPIRACIÓN RELATIVA (EP /ER ó ETC / ETo).

La variación de la evapotranspiración relativa se puede apreciar (según distintos autores),


en función del contenido de humedad del suelo (figura 3.3.19).

(1) Veihmeyer y Hendrickson, sostienen que cualquiera sea la cantidad de agua del suelo, siempre la
demanda atmosférica será satisfecha totalmente por la ER, o sea que la ER=EP. Dichos autores
trabajaron con suelos arenosos, en los que observaron que entre capacidad de campo y capacidad a la
marchitez permanente, la planta necesitaba muy baja energía para "llevar" un gramo de agua a las
hojas.

(2) Thornthwaite y Mather, supusieron una relación lineal. Sólo ER=EP, cuando el suelo se halla
a capacidad de campo, luego comienza a desecarse y retiene agua con más fuerza, haciendo que la
ER no satisfaga totalmente a la demanda atmosférica o ETP.

(3) Pierce: considera que cada suelo satisface totalmente la demanda atmosférica, hasta un
determinado contenido de humedad (que es variable para cada suelo) y a partir de ese momento
retiene en forma más que proporcional, hasta hacerse la relación cero en la capacidad a la marchitez
permanente.

Figura 3.3.19. Evapotranspiración relativa en función de la succión de agua en el suelo


(bares).

292
266

Figura 3.3.20. Evapotranspiración relativa en función del % de humedad en el suelo en un


cultivo de maíz para distintas demandas atmosféricas.

Figura 3.3.21. Evapotranspiración Potencial (%) en función del contenido de humedad, con
exploración de raíz a diferentes profundidades.

USO CONSUNTIVO DE AGUA PARA LOS CULTIVOS.

Es la cantidad de agua usada por un cultivo en transpiración, formación de tejidos de las


plantas, evaporación del suelo adyacente y de la nieve y precipitación interceptada por la
vegetación, bajo condiciones de suministro ilimitado de agua.

El uso consuntivo ó necesidad de agua de los cultivos para FAO (2000) es la cantidad de
agua que necesita ser proporcionada a un cultivo como riego ó precipitación
Método de BLANEY - CRIDDLE

293
267
Este método fue desarrollado para las condiciones del oeste de los Estados Unidos en 1950,
relacionando valores reales (actuales) de USO CONSUNTIVO (U.C.) con la temperatura t y un
porcentaje de horas de brillo solar p. Esto recibe el nombre de factor de uso consuntivo f o factor de
temperatura y luminosidad, considerados como variables climáticas que permiten predecir los
efectos del clima sobre las necesidades de consumo de agua.

El factor f puede obtenerse a partir de las siguientes expresiones:

a - f = 25,4 (p x t)/100, cuando t se expresa en °F y f en pulgadas.


b - f = p (0,46 t + 8,13), cuando t se expresa en °C. y f en mm.

Luego, se aplica un coeficiente mensual de cultivo k empíricamente determinado para


obtener las necesidades de consumo de agua. Este coeficiente es variable con la especie y la
modalidad del cultivo (anual o perenne), como así también en los diferentes períodos del ciclo del
vegetal.

La fórmula general, que permite determinar el uso consuntivo o evapotranspiración máxima


de un mes determinado es:
u.c. = k . f

Donde:
u.c : uso consuntivo mensual del cultivo.
k : coeficiente de uso consuntivo del cultivo mensual.
f : factor de uso consuntivo. Resultante del producto de (tb.p)

Para el ciclo de un cultivo de "n" meses:

U.C. = K x F
Donde:
U.C.: uso consuntivo de todo el ciclo del cultivo
K : coeficiente de uso consuntivo del cultivo para todo el ciclo
F : sumatoria de los factores mensuales de uso consuntivo.

Por lo tanto la fórmula desarrollada se puede escribir como sigue:

u.c. = [(0,46t + 8,13) x p] x k = mm / mes

Procedimiento: (Utilizando tablas)

a - Datos:
- temperatura media mensual de la localidad donde se realizará el cultivo.
- latitud y época del año.
- cultivo (tipo, ciclo,)

b –Cálculo de la temperatura base corregida (tb).


Para simplificar el cálculo de la expresión (0,46 t + 8,13) se elaboró la tabla 3.3.8, que permite
obtener tb como resultado a partir de la temperatura expresada en °C.

c - Porcentaje de brillo solar p.


Para obtener el valor p, se busca en la tabla 3.3.9, con el valor de la latitud y época del año.

294
268

d - Factor de uso consuntivo f.


Se realiza el producto de tb por p

e - Coeficiente mensual de cultivo k.


El coeficiente k se encuentra en el tabla 3.3.7, conociendo el tipo de cultivo y el ciclo del mismo.

f - Uso consuntivo mensual u.c.

Resultará del producto de f x k para expresarlo en mm/mes .


En caso que debiéramos obtener el Uso consuntivo del ciclo del cultivo, se realizará la
sumatoria de los valores mensuales.

Tabla 3.3.7. Coeficiente de ajuste “k” mensuales y “K” anuales para diferentes cultivos
y ajustados
TABLA 7: Coeficientes de Ajuste "K" mensuales para
y anuales Argentina.
para diferentes cultivos y ajustados para Argentina

Cultivos Ciclo Coeficientes K Mensuales K


(Días) Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Anual
Alfalfa 240 a 300 0,66 0,83 0,95 1,03 1,08 1,06 1,00 0,91 0,76 0,60 0,89
Vid 160 a 180 0,35 0,49 0,74 0,89 0,90 0,82 0,70 0,50 0,50 0,61
Duraznero - Ciruelo 200 a 220 0,39 0,62 0,87 0,95 0,94 0,81 0,57 0,32 0,63
Manzano - Peral 200 a 220 0,36 0,51 0,82 0,92 0,89 0,81 0,62 0,36 0,62
Maíz 140 a 160 0,49 0,66 0,82 0,91 0,92 0,85 0,77
Sorgo Para Ensilar 130 a 160 0,58 0,83 0,97 1,02 0,98 0,88 0,77 0,85
Pimiento 150 a 170 0,41 0,41 0,50 0,79 0,82 0,70 0,53 0,62
Tomate 150 a 180 0,40 0,40 0,59 0,93 0,97 0,77 0,51 0,70
Papa 140 a 160 0,38 0,58 0,82 0,93 1,00 0,83 0,76
Hortal.Var Menores 60 a 130 0,62 0,81 0,95 1,02 1,00 0,93 0,81 0,88
Poroto Arveja 150 0,48 0,80 0,93 1,04 0,94 0,77 0,82
Pastos Regados 280 0,58 0,71 0,82 0,89 0,91 0,92 0,90 0,86 0,78 0,67 0,80
Algodón 140 a 180 0,34 0,46 0,62 0,99 0,95 0,74 0,70 0,71
Tabaco 140 a 160 0,41 0,41 0,64 0,89 1,06 1,04 0,81
Olivo 180 a 240 0,18 0,32 0,58 0,76 0,80 0,72 0,52 0,34 0,52
Nogal 160 a 220 0,18 0,25 0,44 0,61 0,80 0,86 0,78 0,60 0,40 0,25 0,52
Trigo 210 0,35 0,75 1,05 1,20 0,70 0,50 0,25 0,69
Girasol 120 0,35 0,75 1,20 0,75
Las condiciones se han situado dentro del período anual de acuerdo al ciclo
vegetativo medio (centro y centro-sur del pais) según la zona, el grupo de coeficiente K
tomados pueden adelantarse o retrasarse para los meses de cultivo que corresponda

295
269

Tabla 3.3.8.
TABLA Valores
8: Valores de entrando
de "tb", “tb”, entrando al los
al cuadro con cuadro
valorescon
de los valores de
Temperatura media en ºC
Temperatura media en °C.
°C 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9
7 11,4 11,4 11,5 11,5 11,6 11,6 11,7 11,7 11,7 11,8
8 11,8 11,9 11,9 12,0 12,0 12,1 12,1 12,2 12,2 12,2
9 12,3 12,3 12,4 12,4 12,5 12,5 12,6 12,6 12,7 12,7
10 12,8 12,8 12,8 12,9 12,9 13,0 13,0 13,1 13,1 13,2
11 13,2 13,3 13,3 13,3 13,4 13,4 13,5 13,5 13,6 13,6
12 13,7 13,7 13,8 13,8 13,9 13,9 13,9 14,0 14,0 14,1
13 14,1 14,2 14,2 14,3 14,3 14,4 14,4 14,4 14,5 14,5
14 14,6 14,6 14,7 14,7 14,8 14,8 14,9 14,9 15,0 15,0
15 15,0 15,1 15,1 15,2 15,2 15,3 15,3 15,4 15,4 15,5
16 15,5 15,6 15,6 15,6 15,7 15,7 15,8 15,8 15,9 15,9
17 16,0 16,0 16,1 16,1 16,1 16,2 16,2 16,3 16,3 16,4
18 16,4 16,5 16,5 16,6 16,6 16,7 16,7 16,7 16,8 16,8
19 16,9 16,9 17,0 17,0 17,1 17,1 17,2 17,2 17,2 17,3
20 17,3 17,4 17,4 17,5 17,5 17,6 17,6 17,7 17,7 17,8
21 17,8 17,8 17,9 17,9 18,0 18,0 18,1 18,1 18,2 18,2
22 18,3 18,3 18,3 18,4 18,4 18,5 18,5 18,6 18,6 18,7
23 18,7 18,8 18,8 18,9 18,9 18,9 19,0 19,0 19,1 19,1
24 19,2 19,2 19,3 19,3 19,4 19,4 19,4 19,5 19,5 19,6
25 19,6 19,7 19,7 19,8 19,8 19,9 19,9 20,0 20,0 20,0
26 20,1 20,1 20,2 20,2 20,3 20,3 20,4 20,4 20,5 20,5
27 20,6 20,6 20,6 20,7 20,7 20,8 20,8 20,9 20,9 21,0
28 21,0 21,1 21,1 21,1 21,2 21,2 21,3 21,3 21,4 21,4
29 21,5 21,5 21,6 21,6 21,7 21,7 21,7 21,8 21,8 21,9
30 21,9 22,0 22,0 22,1 22,1 22,2 22,2 22,2 22,3 22,3

Figura 3.3.9. Valores de insolación “p”. Para grados de latitud.


TABLA 9: Valores de Insolación "p". Para grados de latitud Sur
Lat
Sur Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Set Oct Nov Dic
12 8,91 7,91 8,53 8,06 8,15 7,79 8,08 8,26 8,17 8,67 8,58 8,95
14 8,97 7,97 8,54 8,03 8,07 7,70 7,98 8,19 8,16 8,69 8,65 9,01
16 9,09 8,02 8,56 7,98 7,96 7,57 7,94 8,14 8,14 8,76 8,72 9,17
18 9,18 8,06 8,57 7,93 7,90 7,49 7,88 8,10 8,14 8,80 8,80 9,24
20 9,25 8,09 8,58 7,92 7,83 7,41 7,73 8,05 8,13 8,83 8,85 9,32
22 9,36 8,12 8,58 7,89 7,74 7,30 7,65 8,03 8,13 8,86 8,90 9,38
24 9,44 8,17 8,59 7,87 7,60 7,24 7,58 7,99 8,12 8,89 8,96 9,47
26 9,52 8,28 8,60 7,81 7,56 7,07 7,49 7,87 8,11 8,94 9,10 9,61
28 9,61 8,31 8,61 7,79 7,49 6,99 7,40 7,85 8,10 8,97 9,19 9,73
30 9,69 8,33 8,63 7,75 7,43 6,94 7,30 7,80 8,09 9,00 9,24 9,80
32 9,76 8,36 8,63 7,70 7,39 6,85 7,20 7,73 8,08 9,04 9,31 9,87
34 9,88 8,41 8,65 7,68 7,30 6,73 7,10 7,69 8,06 9,07 9,38 9,90
36 10,06 8,58 8,67 7,61 7,10 6,59 6,99 7,59 8,06 9,15 9,51 10,21
38 10,14 8,61 8,68 7,59 7,03 6,46 6,87 7,51 8,05 9,19 9,60 10,34
40 10,24 8,65 8,70 7,54 6,95 6,33 6,73 7,46 8,04 9,23 9,69 10,43
42 10,39 8,72 8,71 7,49 9,85 6,20 6,60 7,39 8,01 9,27 9,79 10,57
44 10,52 8,81 8,72 7,44 6,73 6,04 6,45 7,30 8,00 9,34 9,91 10,72
46 10,68 8,88 8,73 7,39 6,61 5,87 6,30 7,21 7,98 9,41 10,03 10,90
48 10,85 8,98 8,76 7,32 6,45 5,69 6,13 7,12 7,96 9,47 10,17 11,09
50 11,03 9,06 8,77 7,25 6,31 5,48 5,98 7,03 7,95 9,53 10,32 11,30

296
269

Unidad 3: COMPONENTES HÍDRICOS

Subunidad 3.4 HUMEDAD DEL SUELO- BALANCE HIDROLÓGICO

Temario:
- Introducción; generalidades.
- Estimación de la Capacidad de Retención de un suelo; concepto, forma de estimación.
- El Balance Hidrológico Mensual; componentes, forma de cálculo.
- Resolución; distintas situaciones.
- Otros balances utilizados; Seriado y Versátil.
- Utilización de instrumentos para medir la humedad del suelo.
- Sequía, métodos de lucha. Expresión del grado de aridez de los climas

Introducción

La relación entre la humedad del suelo y la productividad de los cultivos, ha sido documentada
en numerosos estudios. La aplicación de los resultados experimentales, a gran escala, se dificulta
notablemente al no disponerse de gran información periódica de humedad del suelo para las áreas
consideradas.
Los procedimientos para medir la humedad del suelo son utilizados en condiciones
experimentales y operativas. Sin embargo, todos ellos presentan algún tipo de deficiencia, requiriendo
calibraciones considerables y repetidas para proporcionar datos que representen la variación espacial y
temporal de la humedad del suelo.
A partir de la metodología implementada por Thornthwaite y Mather (1955), muchos
investigadores han propuesto métodos de balances continuos utilizando datos meteorológicos, con el
objeto de encontrar las variaciones de humedad en el suelo y la evapotranspiración real de cultivos,
praderas y suelos desnudos. Estas técnicas intentan integrar el contenido de humedad del suelo y la
relación espacio-tiempo.

Agua fácilmente
extraíble
Agua difícilmente
extraíble

Figura 3.4.1. Representación esquemática del balance de agua en la zona radicular.

297
270
Consideraciones Generales

La figura 3.4.1 muestra los principales componentes que participan en un balance de agua en el
suelo. Con los elementos allí considerados, se puede formular la ecuación general del balance
hídrico del suelo puede ser expresado de la siguiente forma:

ASi = ASi-1 + Pi - ETi - Ei - Di

Donde:
ASi = Almacenaje de agua en el período i (día, mes, etc.)
Asi-1 = Almacenaje de agua en el suelo en el período previo
Pi = Precipitación del período i
ETi = Evapotranspiración del período i
Ei = Escurrimiento del período i
Di = Drenaje del período i

Las variables de la ecuación se expresan en milímetros de espesor de lámina de agua.


Generalmente, la precipitación representa la casi totalidad del aporte hídrico al suelo. Del agua que cae
sobre la superficie del terreno, parte es interceptada por la vegetación (intercepción foliar), parte
infiltra y se incorpora en la capa radical, parte percola (drena) debajo de las raíces del cultivo y parte
escurre sobre la superficie del terreno. La proporción de agua retenida en la capa radical con relación a
la lluvia, depende de las características del terreno para recibir agua, entre ellas: condiciones físicas del
suelo y grado de humedad, cobertura vegetal, pendiente del terreno y de las características de la lluvia
(cantidad, intensidad, duración y frecuencia).
La relación entre la cantidad de agua retenida en la capa radical y los milímetros de
precipitación es una medida de la eficiencia de ésta última. Es por ello que en los cálculos es
importante considerar la precipitación efectiva.

ESTIMACIÓN DE LA CAPACIDAD DE RETENCIÓN DE UN SUELO

Es necesario recordar que para efectuar el balance entre el agua que llega a la superficie y la
perdida por evapotraspiración, hay que tener en cuenta que el agua que llega al suelo no se almacena
en un recipiente del cual puede evapotranspirarse libremente, sino que al penetrar entra a formar parte
de un sistema disperso, que lo retiene con distinta energía se acuerdo al tipo de suelo, textura del
mismo y que podrá ser absorbida por las raíces de la vegetación. Como ejemplo citaremos, un suelo
arenoso puede contener solamente de 10 a 20 mm por cada 30 cm de profundidad, en tanto que un
suelo de arcilla fina puede almacenar 100 o más milímetros en esa misma profundidad.

Las raíces pueden profundizar unos pocos centímetros como los cultivos hortícolas, mientras
que en los árboles pueden superar el metro. Según la profundidad de las raíces, contenida en los
diferentes suelos estará disponible para evapotranspirar. De la combinación del contenido de agua
máxima que puede retener un suelo, de su tipo y textura, así como de la profundidad de las raíces de
los cultivos, se confeccionaron tablas que indican el contenido máximo para cada caso y la retención
que se produce a medida que el suelo se va secando ante demandas sucesivas de evapotranspiración,
(Ver tabla 3.4.1).

Para calcular la capacidad de retención (CR) de un suelo es necesario conocer la densidad


aparente (D.A.), la humedad equivalente (H.E.) del horizonte de suelo y (h) la profundidad del
horizonte y aplicar la fórmula que a continuación se indica:

298
271

C R (mm) = D.A. (gr/cm3) x H.E. (cm3/gr) x h (cm) x 10 mm/cm

El almacenaje total se obtiene sumando los milímetros correspondientes a cada horizonte,


hasta la profundidad que pueden explorar las raíces o hasta un metro que es la profundidad considerada
en términos generales para cálculos comparativos en escala geográfica (tabla 3.4.1).

Como resultado de los cálculos efectuados pueden resultar niveles de retención entre valores
reducidos (25 mm), hasta elevados (400 mm), pudiéndose calcular para todas las retenciones
intermedias. La Tabla 3.4.2 presenta las retenciones para la capacidad máxima de 300 mm que se
considera habitualmente en casos generales y comparativos.

El uso de una serie de tablas de retención, con valores crecientes de humedad aprovechable,
permite determinar la humedad del suelo a través de la estación de cultivo.

Tabla 3.4.1. Capacidad de Retención aproximada (CR) con diferentes combinaciones de


suelo y vegetación.

Cultivo de Cultivo de
Cultivo de
raíces raíces de
Contenido raíces
superficiales moderada Bosque
de agua de profundas Árboles
Tipo de (espinacas, profundidad adulto
(alfalfa, frutales.
Humedad arvejas, habas, (maíz, algodón, tupido.
suelo forrajeras,
equivalente remolacha, tabaco,
(mm/m) arbustos).
zanahoria) cereales)
h CR h CR h CR h CR h CR
(m) (mm) (m) (mm) (m) (mm) (m) (mm) (m) (mm)
Arenoso
100 0,50 50 0,75 75 1,00 1,00 1,50 150 2,50 250
Fino
Franco
Arenoso 150 0,50 75 1,00 150 1,00 1,00 1,67 250 2,00 300
Fino
Franco
200 0,52 125 1,00 200 1,25 1,25 1,50 300 2,00 400
limoso
Franco
250 0,40 100 0,80 200 1,00 1,00 1,00 250 1,60 400
arcilloso
Arcilloso 300 0,25 75 0,50 150 0,67 0,67 0,67 200 1,17 350

Estas cifras de la Tabla 3.4.1 son para vegetación en pleno desarrollo. Cultivos jóvenes,
almácigos o plántulas y otras vegetaciones no adultas tienen raíces superficiales y menor necesidad de
agua. Por el contrario, medida que las plantas desarrollan de semilla o de plántula, a la forma adulta, la
zona radicular crece progresivamente.

299
272

Tabla 3.4.2 – Retención de Agua en el suelo según la evapotranspiración potencial -


capacidad máxima de retención = 300 mm
AGUA RETENIDA EN EL SUELO
EP 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
0 300 299 298 297 296 295 294 293 292 291
10 290 289 288 287 286 285 284 283 283 282
20 281 280 279 278 277 276 275 274 273 272
30 271 271 270 269 268 267 266 265 264 263
40 263 262 261 260 259 258 257 256 256 255
50 254 253 252 251 251 250 249 248 247 246
60 246 245 244 243 242 242 241 240 239 238
70 238 237 236 235 234 234 233 232 231 231
80 230 229 228 227 227 226 225 224 224 223
90 222 222 221 220 219 219 218 217 216 216
100 215 214 214 213 212 211 211 210 209 209
110 208 207 207 206 205 204 204 203 202 202
120 201 200 200 199 198 198 197 196 196 195
130 195 194 193 193 192 191 191 190 189 189
140 188 188 187 186 186 185 184 184 183 183
150 182 181 181 180 180 179 178 178 177 177
160 176 175 175 174 174 173 173 172 171 171
170 170 170 169 169 168 167 167 166 166 165
180 165 164 164 163 162 162 161 161 160 160
190 159 159 158 158 157 157 156 156 155 155
200 154 154 153 152 152 151 151 150 150 149
210 149 148 148 147 147 147 146 146 145 145
220 144 144 143 143 142 142 141 141 140 140
230 139 139 138 138 138 137 137 136 136 135
240 135 134 134 133 133 133 132 132 131 131
250 130 130 130 129 129 128 128 127 127 127
260 126 126 125 125 124 124 124 123 123 122
270 122 122 121 121 120 120 120 119 119 118
280 118 118 117 117 116 116 116 115 115 114
290 114 114 113 113 113 112 112 111 111 111
300 110 110 110 109 109 109 108 108 107 107
310 107 106 106 106 105 105 105 104 104 104
320 103 103 103 102 102 102 101 101 101 100
330 100 100 99 99 99 98 98 98 97 97
340 97 96 96 96 95 95 95 94 94 94
350 93 93 93 92 92 92 92 91 91 91
360 90 90 90 89 89 89 89 88 88 88
370 87 87 87 87 86 86 86 85 85 85
380 85 84 84 84 83 83 83 83 82 82
390 82 81 81 81 81 80 80 80 80 79
400 79 79 79 78 78 78 78 77 77 77
410 76 76 76 76 75 75 75 75 74 74
420 74 74 73 73 73 73 73 72 72 72
430 72 71 71 71 71 70 70 70 70 69
440 69 69 69 69 68 68 68 68 67 67
450 67 67 66 66 66 66 66 65 65 65
460 65 65 64 64 64 64 63 63 63 63
470 63 62 62 62 62 62 61 61 61 61
480 61 60 60 60 60 60 59 59 59 59
490 59 58 58 58 58 58 57 57 57 57

300
273

EP 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

500 57 56 56 56 56 56 56 55 55 55
510 55 55 54 54 54 54 54 54 53 53
520 53 53 53 52 52 52 52 52 52 51
530 51 51 51 51 51 50 50 50 50 50
540 50 49 49 49 49 49 49 48 48 48
550 48 48 48 47 47 47 47 47 47 47
560 46 46 46 46 46 46 45 45 45 45
570 45 45 45 44 44 44 44 44 44 44
580 43 43 43 43 43 43 43 42 42 42
590 42 42 42 42 41 41 41 41 41 41
600 41 40 40 40 40 40 40 40 40 39
610 39 39 39 39 39 39 38 38 38 38
620 38 38 38 38 37 37 37 37 37 37
630 37 37 36 36 36 36 36 36 36 36
640 36 35 35 35 35 35 35 35 35 34
650 34 34 34 34 34 34 34 34 33 33
660 33 33 33 33 33 33 33 32 32 32
670 32 32 32 32 32 32 32 31 31 31
680 31 31 31 31 31 31 30 30 30 30
690 30 30 30 30 30 30 29 29 29 29
700 29 29 29 29 29 29 29 28 28 28
710 28 28 28 28 28 28 28 27 27 27
720 27 27 27 27 27 27 27 27 26 26
730 26 26 26 26 26 26 26 26 26 26
740 25 25 25 25 25 25 25 25 25 25
750 25 25 24 24 24 24 24 24 24 24
760 24 24 24 24 24 23 23 23 23 23
770 23 23 23 23 23 23 23 23 22 22
780 22 22 22 22 22 22 22 22 22 22
790 22 21 21 21 21 21 21 21 21 21
800 21 21 21 21 21 21 20 20 20 20
810 20 20 20 20 20 20 20 20 20 20
820 20 19 19 19 19 19 19 19 19 19
830 19 19 19 19 19 19 18 18 18 18
840 18 18 18 18 18 18 18 18 18 18
850 18 18 18 17 17 17 17 17 17 17
860 17 17 17 17 17 17 17 17 17 17
870 17 16 16 16 16 16 16 16 16 16
880 16 16 16 16 16 16 16 16 16 15
890 15 15 15 15 15 15 15 15 15 15
900 15 15 15 15 15 15 15 15 15 14
910 14 14 14 14 14 14 14 14 14 14
920 14 14 14 14 14 14 14 14 14 14
930 14 13 13 13 13 13 13 13 13 13
940 13 13 13 13 13 13 13 13 13 13
950 13 13 13 13 12 12 12 12 12 12
960 12 12 12 12 12 12 12 12 12 12
970 12 12 12 12 12 12 12 12 12 11
980 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11
990 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11

301
274

BALANCE HIDROLOGICO MENSUAL CLIMÁTICO (BHC)

El balance hidrológico climático fue introducido en la literatura por Thornthwaite en 1944 y


usado por él como base para su clasificación de climas de 1948.

Es un balance climático porque utiliza valores estadísticos medios de precipitación y


evapotranspiración potencial calculados éstos últimos a partir de valores mensuales medios de
temperatura del aire. Por medio de la comparación de la marcha estacional de la precipitación y la
evapotranspiración, puede calcularse la magnitud de otros parámetros de humedad que se encuentran
relacionados, tales como el exceso (drenaje y escurrimiento) de agua, la deficiencia de agua y el
almacenaje de humedad del suelo.

Para el cálculo del balance hidrológico son necesarios los milímetros mensuales de
precipitación media que representan la disponibilidad en agua de una región y los milímetros de
evapotranspiración potencial media, que representan la necesidad en agua mensual de la localidad.

Otras consideraciones:

Comparando los valores de evapotranspiración potencial, de un determinado período, con la


precipitación media, se tiene una secuencia de los períodos de desecamiento y de reposición de agua en
el suelo. Dado que el suelo almacena agua, su capacidad de retención (CR) debe tenerse en cuenta al
realizar un balance hidrológico. El procedimiento de cálculo se encuentra detallado para este balance:

CALCULO DEL BALANCE HIDROLOGICO MENSUAL.

El balance hidrológico se realiza a partir de los datos de Evapotranspiración Potencial (EP) y


Precipitación (P) media mensual de un lugar. El esquema básico para resolver el balance climático es:

Datos básicos:

I).- Evapotranspiración Potencial (EP): se consignan los milímetros de evapotranspiración potencial


medio mensual, obtenidos por cálculo, como se realizó en el Trabajo Teórico-Práctico anterior (Unidad
3.3).

II).- Precipitación (P): se consignan los milímetros de precipitación medio mensual, que se extraen de
las estadísticas climatológicas correspondientes.

Metodología de trabajo:

III).- Precipitación menos Evapotranspiración Potencial (P-EP): para determinar los períodos de
excesiva o insuficiente humedad, es necesario obtener la diferencia entre la precipitación y la
evapotranspiración potencial. Un valor negativo de (P-EP) indica la cantidad de precipitación que falta
para satisfacer las necesidades potenciales de agua del área y su vegetación. Un valor positivo de
(P-EP) indica la cantidad de agua que excede, la que en cierto período del año sirve para la recarga de
humedad del suelo y el escurrimiento.

En la mayoría de las localidades hay una sola estación húmeda y otra, llamada seca. Por eso es
que hay una sola serie consecutiva de valores negativos y otra de positivos. En estas localidades, sólo
existen dos posibilidades:

302
275

a- el exceso de precipitación, (P-EP) positivo durante el año, puede ser mayor que la pérdida
potencial de agua, (P-EP) negativo, como por ejemplo en Dolores (Buenos Aires) (figura 3.4.2). En
este tipo de localidades, la deficiencia de agua al final del período húmedo, siempre es cero.

b- por el contrario, en otras localidades como por ejemplo Vera (Santa Fe) (Figura 3.4.4), ubicadas
en áreas secas, la precipitación en ningún momento del año es suficiente para llevar la humedad del
suelo a su valor máximo de capacidad de retención de agua. En este tipo de localidades al final del
período de recarga de humedad del suelo, el valor de la pérdida potencial de agua acumulada no es
cero.

IV).- Sumatoria de los valores negativos de (P-EP) ó pérdida potencial de agua acumulada: los
valores negativos de (P-EP) representan una deficiencia potencial de agua y son sumados mes a mes
como iniciación del paso siguiente en el cálculo, ya que la tabla de retención correspondiente ha sido
realizada para entrar directamente en cada mes con la suma efectuada.

Así en la localidad de Dolores (figura 3.4.2), que tiene adecuada reposición de agua (la suma
de valores positivos de (P-EP) mayores que los (P-EP) negativos), a partir del último mes con valores
(P-EP) positivos (octubre), comienzan a acumularse los valores negativos: -3 más -29=-32, más
-52=-84, más -7= -91.

En una localidad seca o con inadecuada reposición de agua, Vera (figura 3.4.4.) (el total
anual de (P-EP) negativos superiores a los (P-EP) positivos), como el valor de la pérdida potencial de
agua acumulada no es igual a cero, tal como se indicó anteriormente, es necesario encontrar un valor
de deficiencia potencial de agua con el cual comenzar la acumulación de los valores negativos de
(P-EP).

Esto se puede hacer por medio de una serie de sucesivas aproximaciones partiendo de un valor
estimado de deficiencia potencial de agua para el comienzo del primer mes en que (P-EP) es negativo.
Sumándole a ese valor estimado el total de valores negativos de (P-EP) y convirtiendo este resultado en
un valor de retención de humedad del suelo por medio de la Tabla 3.4.2, se obtiene un valor
aproximado de agua almacenada en el suelo al final del período negativo de (P-EP). Añadiéndole a ese
total, la suma de milímetros correspondientes a los valores positivos (P-EP), se obtiene un valor
aproximado de retención de humedad al final del período de reposición o de recarga que finaliza con el
primer mes que tiene valores de (P-EP) negativos. Convirtiendo ese valor en milímetros de agua, sería
la pérdida potencial de agua acumulada a partir de la cual deberían sumarse los (P-EP) negativos de los
meses con deficiencias de precipitaciones, si luego de sucesivas aproximaciones se obtiene un valor
invariable en los cálculos. A continuación se explica esto, detalladamente, para el caso de nuestro
ejemplo.

Para la localidad de Vera (Santa Fe) (figura 3.4.4), la suma de los valores positivos de (P-EP)
es de 70 mm, en tanto que la suma de los valores negativos de (P-EP) es de -145; por lo tanto
corresponde al segundo de los casos anteriormente citados.

Para determinar la deficiencia potencial de agua acumulada a partir de la cual comenzar la


sumatoria de (P-EP) negativos, se procede estimando un valor aproximado con el cual iniciar los
cálculos. En nuestro caso se consideró 100 mm.

A esos 100 mm, estimados se le sumaron los 145 mm, que son los que realmente falta durante
el período seco en Vera. La suma de 245 mm, que transformados en agua retenida por el suelo son 133
mm, que sumados a los 70 mm reales del período de reposición, computan 203 mm. Estos 203 mm

303
276
buscados en el cuerpo de la tabla (Tabla 3.4.2) se transforman en 117 mm de EP leídos en el borde de
la misma, y sería una aproximación diferente a los 100 mm que estimamos inicialmente.

Continuando el cálculo, a esos 117 mm, hay que sumarles nuevamente los 145 mm, de (P-EP)
negativos con lo que se obtienen 262 mm que transformados en agua dan 125 mm, que sumados a los
70 mm de (P-EP) positivos dan 195 mm de agua que es una nueva aproximación de la deficiencia
potencial de agua acumulada con la cual iniciar los cálculos.

Procediendo con sucesivas aproximaciones se llega a un número invariable que en nuestro


ejemplo corresponde a 145 mm que es la diferencia potencial de agua con la que se comienzan a hacer
las sumas de los valores negativos de (P-EP). Ese valor se coloca entre paréntesis (146) en el último
mes con valores positivos, es decir, mayo, agregándose a ese valor los milímetros de (P-EP) negativos
de los meses siguientes. Así, -146 más -2 = -148, más -3 = -151, así sucesivamente hasta el mes de
febrero, obteniendo -291. La siguiente grilla muestra la disposición del cálculo que se efectúa tal como
se indica a continuación:

Deficiencia Potencial Acumulada al Comienzo del Período (-) 100 117 129 137 142 145 146 146

Sumatoria de Valores Negativos 145 145 145 145 145 145 145 145

Deficiencia Potencial Acumulada al Final del Período (-) 245 262 274 282 287 290 291 291

Almacenaje de Agua en el suelo al Comienzo del período (+) 133 125 120 117 115 114 114 114

Sumatoria de Valores Positivos 70 70 70 70 70 70 70 70

Almacenaje de Agua en el suelo al Final del período (+) 203 195 190 187 185 184 184 184

V).- Almacenaje: la Tabla 3.4.2 da la humedad retenida por el suelo o humedad almacenada luego de
ocurrida una cantidad determinada de pérdida de agua potencial acumulada. Cada valor de suma de
valores negativos (P-EP) se transforma en milímetros de agua según el valor que se encuentra en la
tabla, correspondiendo al almacenaje de agua de cada mes. Al finalizar el período seco se tendrá un
almacenaje al que habrá que adicionarle los milímetros de agua correspondientes a los (P-EP)
positivos mensuales.

Cuando al efectuar estas sumas, se llega a la capacidad máxima de retención del suelo (en
nuestro caso, 300 mm), lo que supere este valor, se consigna en la línea de exceso de agua. En nuestro
caso, en el mes de abril hay almacenados 264 mm, que sumados a los 46 de (P-EP) del mes de mayo,
computan 310 mm de los cuales 300 mm se colocan en almacenaje y 10 en exceso. En los meses
siguientes de valores positivos (P-EP) se continúa colocando 300 mm en almacenaje y pasando
directamente los milímetros de (P-EP) a exceso hasta cerrar el ciclo con el último mes con valores
positivos de (P-EP).

VI).- Variación del agua almacenada por el suelo: para calcular los milímetros de agua que
proporciona el suelo en aquellos meses en que la precipitación no alcanza a las necesidades de la
evapotranspiración potencial, es necesario computar la variación de los milímetros de almacenaje mes
por mes, que serán negativos cuando el suelo se está secando, o positivos cuando va acumulando agua
por adición de valores (P-EP) positivos, hasta llegar a la capacidad máxima de retención del suelo (300
mm). La variación de almacenaje es cero, en los meses en que el suelo se mantiene constante su
contenido de humedad.

304
277

VII) - Evapotranspiración Real: cuando la precipitación es mayor que la evapotranspiración


potencial (EP), las demandas de agua son plenamente satisfechas por el suelo; entonces la
evapotranspiración real (ER) es igual a la EP. Cuando la precipitación mensual es inferior a la EP, el
suelo comienza a secarse y la ER comienza a ser menor que la EP. En estos meses, la ER es igual a la
precipitación más la cantidad de agua cedida por el suelo que tenía almacenada el mes anterior, y en la
columna correspondiente se anotan los milímetros que se obtienen de sumar la precipitación más la
variación del almacenaje sin considerar el signo.

Ejemplos: en Dolores, los meses desde marzo hasta octubre cuentan con P mayores a la EP,
luego, las ER correspondientes, son iguales a las EP. Para los meses restantes, las ER se calculan
sumando a la P, la variación de almacenaje sin considerar el signo; por ejemplo, en enero, 72 mm, más
43 mm = 115 mm de ER.

VIII).- Exceso de humedad: luego que el almacenaje de humedad alcanza los 300 mm (o cualquier
otra retención máxima de humedad que se considere), cualquier excedente de precipitación se
considera como humedad de exceso, y se coloca en la columna mensual correspondiente.

IX).- Deficiencia de humedad: la diferencia en milímetros existentes entre la EP y la ER, son los
milímetros de deficiencia de cada mes que por supuesto tendrá un valor de cero cuando la EP sea igual
a la ER.

BALANCE HIDROLOGICO. (Ejemplos).

DOLORES. (Buenos Aires).  - (P - EP) = 91


 (P - EP) = 237

Meses E F M A M J J A S O N D
EP. 124 103 89 54 33 20 20 27 41 58 85 112
Precipitación, P 72 96 97 88 79 63 54 60 79 60 82 83
P – EP -52 -7 8 34 46 43 34 33 38 2 -3 -29
-(P - EP) -84 -91 -3 -32
Almacenaje. 227 222 230 264 300 300 300 300 300 300 297 270
 Almacenaje. -43 -5 8 34 36 0 0 0 0 0 -3 -27
ER 115 101 89 54 33 20 20 27 41 58 85 110
Exceso 0 0 0 0 10 43 34 33 38 2 0 0
Déficit. 9 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2

Figura 3.4.2. Balance Hidrológico de la localidad Dolores (Buenos Aires).

305
278

DOLORES

150

120

90
(m m)

60

30

M
N

F
O
J

J
S
A

A
Meses

EP PP ER Exceso Déficit

Figura 3.4.3. Representación gráfica de los datos y resultados del balance hidrológico de Dolores
(Buenos Aires).

VERA. (Santa Fe).  - (P - EP) = 145


 (P - EP) = 70

Meses E F M A M J J A S O N D
EP. 167 131 110 68 44 30 31 37 54 81 107 145
Precipitación, P 98 96 128 104 60 28 28 31 46 73 102 136
P - EP -69 -35 18 36 16 -2 -3 -6 -8 -8 -5 -9
-(P - EP) -256 -291 (-146) -148 -151 -157 -165 -173 -178 -187
Almacenaje. 128 114 132 168 184 183 181 178 173 169 166 161
 Almacenaje. -33 -14 18 36 16 -1 -2 -3 -5 -4 -3 -5
ER 131 110 110 68 44 29 30 34 51 77 105 141
Exceso 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Déficit. 36 21 0 0 0 1 1 3 3 4 2 4

Figura 3.4.4. Balance hidrológico de Vera (Santa Fe).

RESOLUCION DE DISTINTAS SITUACIONES ESPECIALES.

Los casos con un período seco y un período húmedo son los más comunes, pero pueden
presentarse ejemplos diferentes, como los que a continuación se mencionan:

1) Durante todos los meses la precipitación supera a la EP. En este caso, el almacenaje de agua en
el suelo siempre corresponde a la capacidad de retención máxima existiendo exceso en todos los
meses, el que se computa por la diferencia entre la precipitación menos la EP.

306
279
2) Durante todos los meses del año la precipitación es inferior a la EP. En este caso las necesidades de
la EP son solamente satisfechas con los milímetros de agua de precipitación, los que pasan a ser
milímetros de ER.

3) Varios períodos de suma de valores negativos de (P-EP) y varios de positivos (P-EP), no llegándose
con ninguna suma de (P-EP) positivos a satisfacer la capacidad máxima de retención del suelo. Para
casos como el que se menciona, el cálculo de todas las líneas se hace en forma semejante al
desarrollado anteriormente, salvo en la deficiencia potencial de agua acumulada, donde se sigue la
técnica que a continuación se detalla: se procede a agrupar los meses con valores negativos y positivos
de (P-EP) designándolos como N1, P1, N2, P2, ordenándolos desde el período con suma de valores
negativos más alta y se confecciona una planilla de cálculo similar a la que para la localidad de
Corrientes, se incluye a continuación :

CORRIENTES:

N1 = 116 P1 = 89 N2 = 31 P2 = 11

Conversión que pasa a estimación


Estimación N1 Conversión P1 Conversión N2 Conversión P2
100 216 146 235 73 104 212 223 89
89 205 151 240 67 98 216 227 83
83 199 155 244 62 93 220 231 78
78 194 157 246 59 90 222 233 76
76 192 158 247 58 89 223 234 74
74 190 159 248 57 88 224 235 73
73 189 160 249 56 87 224 235 73
73

Se comienza el cálculo con una estimación de pérdida potencial de agua acumulada anterior al
primer mes que comienzan los valores de N1. A esa estimación se le suman los milímetros de N1 que a
continuación se convierten en milímetros de agua. Al valor obtenido, se le suma P1, obteniéndose un
valor de agua que se convierte en deficiencia potencial en agua, que se adiciona a N2. Esta suma se
convierte en agua y se le adiciona P2, que al transformarse en deficiencia potencial en agua, reemplaza
a la primera estimación.

Ajustando sucesivamente la primera estimación adoptada, se llega a un valor invariable que es


la deficiencia potencial en agua acumulada previo el primer mes con deficiencia de precipitación más
importante (N1). En nuestro caso, partimos de una estimación de 100 mm, que en el segundo paso se
redujo a 89 mm, en el tercero a 83 y así hasta llegar a 73 mm, que se mantuvo invariable.

CORRIENTES :

E F M A M J J A S O N D
P – EP -38 -31 21 42 20 6 -2 -28 -1 9 2 -47
-(P - EP) -158 -189 (-56) -58 -86 -87 (-73) -120
Almacenaje 177 160 181 223 243 249 247 225 224 233 235 201

Estos (-73 mm) se colocaron en el mes de noviembre y fue la deficiencia potencial en agua
inicial a la que se sumaron los 47, 38 y 31 mm de N1, obteniéndose para el mes de febrero 189 mm,
que para continuar con el balance se transformaron en agua almacenada (160 mm). A este valor se le
sumaron los milímetros de los meses de P1, llegándose a junio con un almacenaje de 249 mm que

307
280
transformados en deficiencia potencial en agua, computaron (-56 mm) con los que se inicia el cómputo
para N2. Para esta serie N2 y P2, se sigue el mismo criterio hasta llegar al agua almacenada del mes de
noviembre que es 235 mm, que transformados en deficiencia potencial en agua representan el valor
inicial de (-73 mm) con lo cual queda cerrado el ciclo y comprobada la exactitud del balance.

Si se suceden más de dos períodos secos y húmedos se tendrá N1, N2, N3 o más y sus
correspondientes Pn, realizándose el cálculo en la misma forma.

4) Cuando en la alternancia de la suma de (P-EP) positivos y negativos, en algún caso, la suma de


valores positivos alcanza o supera la capacidad máxima de retención del suelo (Figura 3.4.5), el
cálculo del balance se resuelve colocando al final del período más positivo un valor de almacenaje de
300 mm, a partir de ese mes se comienza a acumular la  - (P - EP) transformándolos a su
correspondiente valor equivalente de mm de almacenaje hasta que comienza un nuevo período de
reposición (valores de P > EP), donde el almacenaje va a ser igual al valor del mes anterior más (P –
EP), si la suma supera los 300 mm, se coloca el valor de 300 en almacenaje y el resto corresponde a
exceso.

Al final del segundo período de reposición se transforma mediante la tabla los mm de


almacenaje por su equivalente en deficiencia potencial acumulada, y a partir de allí se comienza a
acumular los valores de  -(P - EP) para los meses secos.

ASCOCHINGA (Cba).  -(P - EP) = 64


 (P - EP) = 98

Meses. E F M A M J J A S O N D
EP. 100 82 6649 37 25 24 31 44 61 73 97
Precipitación, P 109 94 9838 38 13 17 9 32 80 96 99
P - EP. 9 12 32
-11 1 -12 -7 -22 -12 19 23 2
 -(P - EP) -11 (-10) -22 -29 -51 -63
Almacenaje. 296 300 300 289 290 279 272 253 243 262 285 287
 Almacenaje. 9 4 0 -11 1 -11 -7 -19 -10 19 23 2
ER. 100 82 66 49 37 24 24 28 42 61 73 97
Exceso. 0 8 32 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Déficit. 0 0 0 0 0 1 0 3 2 0 0 0

Figura 3.4.5. Balance hidrológico con períodos alternados (Ascochinga, Córdoba).

5) En el caso de existir un sólo período seco y un sólo período húmedo con sumatoria de (P-EP)
positivos y negativos muy similares aunque con (P-EP) negativos de mayor valor absoluto, antes de
intentar el cálculo de deficiencia potencial de agua acumulada previo al primer mes con valores
negativos, se intenta considerar deficiencia acumulada cero.

Estimando que en el último mes de valores positivos el suelo se encuentra en su máxima


capacidad de retención. Esto es posible debido a que el suelo comienza a retener humedad a partir de
un determinado límite de desecamiento.

BALANCE HIDROLOGICO SERIADO (BHS)

El BHC que como vimos, utiliza valores normales mensuales de EP y precipitación, produce
resultados que son útiles para la caracterización climática de las grandes regiones fitogeográficas, pero

308
281
no puede resolver los problemas que exigen el conocimiento de las diferentes probabilidades
mensuales de ocurrencia de situaciones de exceso o deficiencia de agua.

La solución puede aproximarse mediante la realización del "balance hidrológico mensual


meteorológico" o "balance hidrológico seriado" (BHS).

Para realizar un BHS debe disponerse de valores mensuales de evapotranspiración potencial


(EP) y precipitación (P) de una serie consecutiva de años, en número no inferior a 30 para cubrir así
razonablemente la variabilidad natural de estos elementos del clima.

Otro factor incidente sobre el valor de los BHS en estudios agroclimáticos de áreas extensas, es
la variabilidad propia de los suelos, sea respecto a la capacidad máxima de almacenaje de agua o con
relación a su profundidad y grado de penetrabilidad de las raíces. Por ello, es común en tales estudios,
estimar una capacidad media y uniforme de agua útil para todos los lugares y una profundidad
razonable, generalmente hasta un metro. Caso contrario pueden realizarse considerando varias
capacidades según sean los suelos.

Las tablas de desecamiento propuestas por Thornthwaite y Mather pueden usarse con suficiente
confianza.

PROCEDIMIENTO DE CÁLCULO

Con las series mensuales de EP y P necesarias, el cálculo del BHS, se inicia en un mes de un
año cualquiera de los primeros del registro, en el cual la P supera holgadamente a la EP, es decir la
diferencia (P - EP) da un valor positivo muy grande, permitiendo suponer que se ha sobrepasado la
capacidad de retención del suelo. Para situaciones donde este cálculo inicial no sea posible por falta de
precipitaciones suficientemente elevadas, puede recurrirse al arbitrio de comenzar a computar el
balance tomando como almacenaje de agua para el primer mes de la serie, el que le asigne el balance
climático o, simplemente, considerando el 50 % de la CR, en la seguridad que la mecánica del balance
corregirá prontamente el error inicial. En comprobaciones efectuadas para diferentes localidades y con
estimaciones iniciales variables, la corrección se consiguió en un lapso siempre inferior a los 24 meses,
por lo cual, en estos casos, se recomienda despreciar los dos primeros años de resultados. Iniciando el
cómputo de una u otra forma, se continúa balanceando mes a mes, considerando que el almacenaje del
mes de diciembre de cada año constituye el antecedente para continuar el balance del mes de enero del
año siguiente. Así se procede hasta completar la serie de 30 años recomendados.

En la Tabla 3.4.3, a manera de ejemplo, se incluye un balance seriado para cuatro años
consecutivos, donde se muestra el proceso operativo partiendo de un mes (Octubre de 1921) en donde
P supera holgadamente a EP.

309
282
Tabla 3.4.3. Ejemplo de balance hidrológico seriado (BHS) para Buenos Aires (Lat. 34º 35´S;
Long. 58º29´W 25m.s.n.m.) Comienzo del cómputo en el mes de octubre 1921 y continuación en
1922, 1923 y 1924, de la serie de 50 años incluida en el trabajo. Período (1922-1971).
Elemen. del 1921
Balance E F M A M J J A S O N D
EP 119 105 85 57 45 12 16 25 44 66 81 133
P 91 106 121 110 94 53 21 31 44 108 51 95
P-EP -28 1 36 53 49 41 5 6 0 42 -30 -38
∑-( P-EP) -30 -68
Almacen. 300 271 239
Δ almace- -29 -32
ER 80 127
Exc 0 0
Def 1 6
1922
E F M A M J J A S O N D
EP 118 96 93 50 39 19 36 29 43 51 96 118
P 123 76 74 121 48 101 160 278 52 85 56 19
P-EP 5 -20 -19 71 9 82 124 249 9 34 -40 -99
∑-( P-EP) (-51) -83 -102 -40 -134
Almacen. 243 227 213 281 293 300 300 300 300 300 262 188
Δ almace- -5 -16 -14 71 9 7 0 0 0 0 -38 -74
ER 118 92 88 50 39 19 36 29 43 51 91 93
Exc 0 0 0 0 0 75 124 249 9 34 0 0
Def 0 4 5 0 0 0 0 0 0 0 2 25
1923
E F M A M J J A S O N D
EP 135 114 107 59 29 26 16 28 43 49 87 107
P 33 73 135 108 17 60 88 159 52 70 80 101
P-EP -102 -41 28 49 -12 34 72 131 9 21 -7 -6
∑-( P-EP) -241 -282 (-131 -143 -7 -13
Almacen. 133 116 144 193 186 220 292 300 300 300 293 287
Δ almace- -55 -17 28 49 -7 34 72 8 0 0 -2 -6
ER 88 90 107 59 24 26 16 28 43 49 87 107
Exc 0 0 0 0 0 0 0 123 9 21 0 0
Def 47 24 0 0 5 0 0 0 0 0 0 0
1924
E F M A M J J A S O N D
EP 123 104 95 49 28 20 18 20 36 57 77 139
P 56 157 102 19 62 20 3 54 107 15 42 17
P-EP -67 53 7 -30 34 0 -15 34 71 -42 -35 -112
∑-( P-EP) -80 (-11) -41 (-5) -20 -42 -77 -189
Almacen. 229 282 289 261 295 295 280 300 300 260 232 159
Δ almace- -58 53 7 -28 34 0 -15 20 0 -40 -28 -73
ER 114 104 95 47 28 20 18 20 36 55 70 90
Exc 0 0 0 0 0 0 0 14 71 0 0 0
Def 9 0 0 2 0 0 0 0 0 2 7 49

Procediendo en la forma antedicha y con una serie ininterrumpida de, por ejemplo 30 años,
serán 360 los casos mensuales analizados y se contará con 30 valores de evapotranspiración real, de
deficiencia, de exceso y de almacenaje de cada mes.

Las series de excesos y deficiencias son las de mayor interés por ser los componentes más
utilizados en la caracterización del balance de agua regional. Si se considera que desde el punto de
vista agroclimático importa principalmente determinar las frecuencias con que pueden presentarse en
cada mes condiciones de deficiencia o exceso de diferente magnitud, resulta conveniente integrar a

310
283
ambas series en una sola, computando como situaciones de balance equilibrado los meses que
simultáneamente indican valores nulos de exceso y deficiencia.

Para interpretar la distribución mensual del conjunto de las situaciones, es conveniente ordenar
la serie integrada desde la mayor deficiencia al mayor exceso (Tabla 3.4.5), separándolas en clases con
intervalos adecuados a la magnitud de las condiciones de humedad y considerar por separado, como
clase aparte las condiciones de equilibrio.

Este criterio de separar los equilibrios, aunque es estadísticamente inaceptable, merece


mantenerse dado su significado agrícola, pues indican la frecuencia de condiciones óptimas de
provisión de agua para un crecimiento vegetativo normal. Para establecer las clases pueden adoptarse
intervalos regulares de 10 en 10 mm para los valores cercanos a los equilibrios y variables de 20, 30,
50 o más milímetros a medida que las deficiencias y los excesos adquieran mayor magnitud.

Con este ordenamiento, se computan las frecuencias absolutas y porcentuales de clase,


acumulando estas últimas desde las mayores deficiencias hasta los mayores excesos. La Tabla 3.4.5
frecuencias relativa acumulada permite deducir fácilmente la probabilidad de ocurrencia de situaciones
hídricas de determinada magnitud o, a la inversa, la condición hídrica a esperar con una probabilidad
prefijada.

EJEMPLO:

Con la finalidad de aclarar mediante un ejemplo, la metodología analítica explicada


precedentemente, en las Tablas 3.4.4 y 3.4.5 se transcriben los resultados obtenidos al aplicar el BHS a
una serie de 50 años de Buenos Aires.

Con los valores mensuales de excesos y deficiencias producidos por el balance, se obtuvo el
tabla 3.4.4 correspondiente a las situaciones hídricas ocurridas anualmente; los ceros señalan los
equilibrios, los valores negativos los milímetros de deficiencia y los positivos los de excesos.

La elevada frecuencia de las situaciones equilibradas, especialmente durante los meses de


otoño e invierno, puede explicarse si se tiene en cuenta que en Buenos Aires el contenido de agua en el
suelo durante este período es normalmente elevado y, en consecuencia capaz de compensar totalmente
las posibles deficiencias potenciales. Así, por ejemplo, el 52 % de los años acusa para abril situación de
equilibrio, repartiéndose el 48 % restante en partes iguales entre excesos y deficiencias. Este mes se
presenta como período de cambio de la situación normalmente deficitaria del verano a la de excesos
en invierno. En los meses de verano, en cambio, las situaciones de equilibrio resultan poco frecuentes,
con un mínimo de 8 % de los años para diciembre.

311
284
Tabla 3.4.4: Exceso o deficiencia mensual de agua en Buenos Aires. Los valores negativos
indican milímetros de deficiencia.

Año E F M A M J J A S O N D
1922 0 -4 -5 0 0 75 124 249 9 34 -2 -25
1923 -47 -24 0 0 -5 0 0 123 9 21 0 0
1924 -9 0 0 -2 0 0 0 14 71 -2 -7 -49
1925 0 -33 0 0 0 0 0 6 140 31 13 89
1926 -18 -31 0 0 25 4 14 94 -1 0 0 -12
1927 -4 -21 -48 0 0 0 0 0 21 -1 108 0
1928 -4 0 -16 39 79 0 8 6 125 0 0 -8
1929 -39 -10 -30 -6 0 0 0 -9 0 0 -6 -14
1930 -5 15 37 67 136 52 13 37 0 -2 0 -1
1931 -3 -22 -26 0 -2 0 0 22 0 0 75 -3
1932 -16 -22 -14 0 0 0 113 56 0 18 -15 -10
1933 -17 0 0 0 33 0 -1 -4 5 56 0 -6
1934 -35 -37 7 -1 15 113 53 20 61 0 6 0
1935 -10 0 -2 0 -8 0 -6 0 0 0 20 -1
1936 0 -12 90 34 62 92 27 48 0 6 0 96
1937 -19 -6 0 0 14 62 0 16 127 0 -2 -4
1938 -40 -31 0 0 6 9 73 5 47 8 17 -19
1939 9 -8 0 -11 0 0 0 41 71 216 -4 -11
1940 -15 0 0 108 19 75 114 1 86 0 -1 127
1941 -10 -1 -7 34 53 6 23 123 -1 0 0 -4
1942 -29 -19 0 -15 0 0 0 55 0 0 -2 -30
1943 -63 -91 0 22 0 0 4 0 37 22 0 -3
1944 42 0 71 40 85 0 0 0 24 143 -4 -21
1945 -52 -18 0 0 -5 -3 -1 0 210 143 -2 -1
1946 3 78 9 109 0 146 1 1 51 9 56 -89
1947 7 -7 16 0 45 21 0 -1 -3 0 -7 -14
1948 43 -5 13 44 29 6 0 -1 71 0 -5 -19
1949 -51 -24 0 -33 0 0 0 -4 0 -7 -4 -9
1950 -60 -39 0 0 0 -2 24 0 27 23 2 -2
1951 7 0 -6 -1 108 0 -2 37 0 -1 153 -10
1952 -40 -66 0 -19 0 103 56 60 6 33 -2 -14
1953 124 -6 0 0 0 83 42 0 2 82 83 -9
1954 -2 -20 -13 0 0 72 8 44 8 44 -5 -19
1955 -33 0 -9 0 -2 0 9 37 144 0 -13 -41
1956 1 -3 -1 0 0 0 0 72 30 0 -10 -45
1957 -25 -23 -65 0 0 10 41 12 -1 -1 -3 0
1958 0 32 -2 -2 0 0 49 114 51 -4 41 -10
1959 0 -6 46 357 136 48 128 89 -2 172 99 -11
1960 -33 -54 0 5 -11 0 23 12 61 105 -10 -26
1961 0 -13 -11 0 0 15 25 0 -1 4 10 16
1962 4 -7 -20 0 -1 -2 29 16 55 -4 0 -4
1963 -14 -17 0 10 19 106 15 86 77 76 55 43
1964 -17 0 144 26 40 31 0 19 18 3 -1 -15
1965 -24 -11 -25 0 -8 0 0 0 0 -5 0 -4
1966 -16 -2 108 66 0 34 34 0 -1 0 0 -1
1967 -8 -18 0 0 0 8 76 89 -2 261 -1 -28
1968 -48 -18 -36 -34 -19 0 0 0 -20 0 0 110
1969 -9 -22 -13 0 78 10 16 -2 -1 -4 -8 -34
1970 -9 -47 -7 0 0 0 0 0 7 76 -4 -16
1971 62 131 -2 0 0 32 58 -2 0 0 -10 3

312
285
Tabla 3.4.5. Frecuencia porcentual acumulada (probabilidad) con diferentes niveles de
deficiencia, equilibrio y excesos de agua mensuales, para Buenos Aires (período 1922 - 1971).

E F M A M J J A S O N D
Situación
Hídrica 81 mm o más 2
61 mm o más 2 4 2

Deficiencia 41 mm o más 14 8 4 6

21 mm o más 30 32 12 6 18
11 mm o más 46 50 26 12 4 4 40

1 mm o más 78 74 44 24 18 6 8 14 20 20 48 78

Equilibrios 0 mm 90 92 82 76 64 52 44 38 42 56 72 86

hasta 10 mm 92 92 86 78 66 66 54 48 56 64 78 86

hasta 20 mm 92 94 88 78 74 68 62 62 58 66 84 88

hasta 30 mm 92 94 88 80 78 70 74 64 66 72 84 88
hasta 50 mm 96 96 92 90 84 78 82 76 70 80 86 90

Excesos hasta 70 mm 98 96 96 94 88 82 88 82 80 82 90 90

hasta 100 mm 98 98 96 94 94 92 92 92 90 88 96 96
hasta 150 mm 100 100 100 98 100 100 100 98 98 94 100 100

hasta 200 mm 98 98 98 96
más de 200 mm 100 100 100 100

El ordenamiento de clases utilizado se indica en la Tabla 3.4.5, con las frecuencias porcentuales
acumuladas desde la mayor deficiencia hasta el mayor exceso y manteniendo siempre como clase
separada a las situaciones de equilibrio. Los valores del cuadro permiten derivar importantes
conclusiones. Así, se considera por ejemplo el mes de febrero, podrá esperarse que en el 2 % de los
años ocurran deficiencias mayores de 81 mm (año 1943 con –91 mm), en el 4 % de los años mayores
de 61 mm (año 1943 con –91 mm y 1952 con –66 mm), y así sucesivamente hasta finalizar la serie;
para ese mes los equilibrios sólo se presentan en el 18 % de los años (92%-74%). El porcentual
acumulado para la primera categoría de excesos, indica que en Buenos Aires el 92 % de los años
registra menos de 10 mm de exceso de agua, lo que incluye las situaciones de equilibrios y
deficiencias; ese valor también puede interpretarse como la probabilidad de ocurrencia de excesos
mayores de 10 mm en el 8 % de los años (100% - 92%).

Los valores frecuencia acumulada de los distintos intervalos de deficiencia (-) o de excesos (+)
de la tabla 3.4.5 correspondientes a los meses de enero y julio, se graficaron en la figura 3.4.6. De las
curvas de ajuste trazadas a mano alzada, pueden deducirse las probabilidades de ocurrencia de
diferentes niveles de humedad o a la inversa, la situación hídrica a esperar con una probabilidad
determinada. Para el análisis desarrollado en este estudio se consideraron como más significativas las
situaciones hídricas correspondientes a las frecuencias acumuladas del 20 %, del 50 % y del 80 % que
pertenecen al primer quintil, mediana y cuarto quintil, respectivamente, de la serie ordenada de
situaciones hídricas.

313
286
De acuerdo a la figura 3.4.6, es probable que en 1 de cada 5 años se produzcan en enero
deficiencias mayores de 32 mm; que en la mitad de los años ocurran deficiencias mayores de 9 mm o
situaciones con deficiencias menores a ese nivel (incluyendo equilibrios y excesos) y, por último, que
una vez cada 5 años se presenten situaciones de equilibrios y excesos. Para julio, una vez cada 5 años
se predecirán situaciones hídricas por debajo del equilibrio; en el 50 % de los años situaciones de
humedad con menos o más de 5 mm de exceso de agua y, finalmente, en el 20 % de los años ocurrirán
excesos mayores de 45 mm.

Procediendo de la misma forma para todos los meses se obtuvieron los valores necesarios para
100

90

80

70
Frecuencia Acumulada (%)

60
Enero
50 Julio

40

30

20

10

0
-80 -60 -40 -20 0 20 40 60 80 100 120 140 160
Deficiencia (mm) Exceso (mm)

Figura 3.4.6. Frecuencias porcentuales acumuladas de las situaciones hídricas de Enero y Julio
(Buenos Aires)

la representación gráfica de la figura 3.4.7, que muestra la variación en el curso del año, de los valores
hídricos correspondientes a cada una de las tres probabilidades elegidas.

80

70

60 BHS P=20
BHS P=50
50
BHS P =80
40
BHC

30
Exceso

20

C
10

-10
Deficit

-20

-30

-40
A S O N D E F M A M J J A

Figura 3.4.7. Variación mensual de las situaciones hídricas producidas por el BHC en
comparación con las correspondientes a las tres probabilidades consideradas en el BHS.

314
287
DIFERENCIAS ENTRE EL BHC Y EL BHS

Al llegar a la altura de este análisis, cabe preguntar cuál es la diferencia entre los resultados del
BHC y los que proporciona el BHS. Obviamente, los valores mensuales de excesos o deficiencias que
proporciona el BHC, indican cantidades supuestamente medias o normales y deben ser comparados
con aquellos correspondientes al valor mediano (p - 0,50) de la serie integrada de situaciones hídricas
del BHS.

Para visualizar la comparación, en la figura 3.4.7. se han representado también los milímetros
de deficiencias, equilibrios o excesos de agua obtenidos en el BHC computado con las EP y P
normales mensuales para Buenos Aires. Surge claro que el balance climático brinda una información
diferente del valor mediano (50 %) obtenido en el BHS y que para los meses entre mayo y octubre
presenta divergencias marcadas, acercándose los valores del BHC a los del 80 % indicado por el BHS,
es decir, informando sobre situaciones de mayor disponibilidad de agua de las que realmente son
normales en Buenos Aires. En cambio, desde noviembre hasta abril, las diferencias a favor del balance
climático se reducen a menos de 6 mm y en varios meses se anulan.

Para Buenos Aires, el período de mayores diferencias entre ambos balances corresponde a la
época de menor consumo de agua y mayor posibilidad de excesos, lo cual permite suponer que para
otras localidades tales diferencias presentarán variaciones según el régimen de precipitación y su
relación con la marcha anual de la EP. Esto último fue confirmado al analizar otras localidades
argentinas con diferentes regímenes de precipitación.

APLICACIONES PRÁCTICAS

La posibilidad de aplicar tratamiento estadístico a los componentes del BHS, permite


recomendar su utilización en estudios de carácter agroclimático, cuyo objeto sea cuantificar la aptitud
productiva agropecuaria local y regional o establecer zonificación y clasificación de agroclimas.

Las expresiones cuantitativas referentes a la probabilidad mensual de ocurrencia de situaciones


hídricas diferenciales que provee el BHS resultan valiosas para la resolución de problemas
agrometeorológicos, tales como: Planificación de labores culturales, manejo del suelo, rotaciones,
manejo de pasturas, cálculo de necesidades de agua de riego, pronósticos de rendimientos,
régimen de sequías e inundaciones, uso y dotación de maquinarias y equipos, etc.

Con sentido de regionalización, el BHS hace posible el trazado de cartas agroclimáticas que,
además de los valores normales de los distintos elementos del balance, expresan las probabilidades
regionales con que puedan esperarse determinadas situaciones hídricas.

315
288
BALANCE HIDROLOGICO DIARIO: Método Versátil

En 1965, Baier y Robertson propusieron la metodología de Balance Hídrico Versátil (BHV), la


cual ha sido probada en numerosos países y en distintas condiciones de suelos y vegetación,
demostrando buena precisión en la estimación de la humedad edáfica.

Se trata de un procedimiento agrometeorológico desarrollado específicamente para utilizar


datos diarios de precipitación y evapotranspiración potencial, con el objeto de simular las variaciones
diarias del contenido de humedad del suelo, sobre superficies cultivadas, desnudas o praderas
naturales.

El fundamento de la fórmula está sustentado por estudios que establecieron que la infiltración
no es afectada ni por la pendiente ni por la intensidad de la precipitación, sino que varía inversamente
con el contenido inicial de la humedad del suelo.

Las técnicas modernas de balances hidrológicos diarios consideran el agua útil para las plantas
existentes en el suelo que se considere, entendiendo que esta agua útil es la diferencia entre los
contenidos de agua en el suelo en la capacidad de campo y el coeficiente de marchitez permanente.

Como ya se ha visto, cada suelo tiene diferentes constantes hidrológicas de capacidad de campo
y de coeficiente de marchitez, las que deben determinarse para cada horizonte.

No toda el agua útil que puede contener un suelo está disponible para las plantas. Existen dos
factores que considerar al respecto: uno biológico y otro físico. El primero corresponde a la
profundidad del sistema radical propio de cada especie y que depende además del estado vegetativo del
cultivo, del tipo de suelo y del régimen de precipitaciones. El segundo factor es la fuerza de retención
de las partículas sólidas del suelo en relación a las fuerzas de succión que ejerce la planta para extraer
el agua. A una demanda evaporativa, según la energía atmosférica disponible, el suelo puede proveer
toda o parte de la necesidad de agua de la planta. Sólo en ciertas circunstancias la ER iguala a la ETP, y
lo normal es que sea una fracción de esta última. En el rango de agua útil o capilar, a medida que el
contenido disminuye desde capacidad de campo hasta el coeficiente de marchitez, la disponibilidad es
cada vez menor hasta hacerse cero en esta última constante hidrológica, por lo que a medida que
disminuye el contenido de agua útil mayor será la fuerza de retención que ejercen las partículas del
suelo.

La expresión de la evapotranspiración relativa (ER/ETP.100), se ha generalizado para indicar la


forma en que son satisfechas las demandas atmosféricas. Obviamente su valor es 100 en la capacidad
de campo y cero en el coeficiente de marchitez. La dificultad radica en cómo varía la proporción entre
esos extremos de agua útil para las plantas. La más comúnmente adoptada es la relación lineal entre el
agua útil del suelo y ER/ETP. (Ver figura 3.3.19, Thornthwaite y Mather, Temas de
Agrometeorología, pág.264).

Por lo analizado precedentemente, surge que en la disponibilidad de agua para las plantas
interviene la profundidad a que pueden llegar las raíces según su crecimiento y la fuerza de retención
que efectúa el suelo para ceder agua según su estado o proporción de desecamiento.

Baier y Robertson, en su Balance hidrológico diario en el que consideraron la variación del


agua en el suelo en un cultivo de trigo, fueron aumentando la profundidad de extracción de agua para
los diferentes subperíodos fenológicos.

316
289
En dicho balance, la técnica para la estimación de humedad diaria del suelo, se realiza zona por
zona del perfil del suelo explorado por las raíces, con la utilización de datos meteorológicos. Este
método puede utilizarse para cualquier cultivo, tipo de suelo y condiciones meteorológicas diversas.

Presenta la particularidad de considerar el total de agua útil dividida en zonas de distintas


capacidades. Además la extracción de agua, se efectúa en forma simultánea en las diferentes
profundidades del perfil del suelo explorado por las raíces, de acuerdo con el estado vegetativo de las
plantas y en relación con la proporción de la ETP y de agua disponible en cada zona.

Las zonas en que se divide el perfil explorado por las raíces son seis, denominadas de I a VI y
las proporciones de agua útil en cada una de ellas con relación al total, son las siguientes:

Zona Agua útil (%)


I 5.0
II 7.5
III 12.5
IV 25.0
V 25.0
VI 25.0

La fórmula empleada para el cálculo de la ER es la siguiente:

VI
ERi =  kj S'j (i - l) Zj EPi e- w (EPi-EP)
j=1 Sj
donde:
ERi = Evapotranspiración real para el día i que finalizará en la mañana del día i + 1

VI
 = Sumatoria de la zona j = I a la zona j = VI
j=1

S'j (i -1) = Agua disponible en cada una de las zonas, de I a VI, a la finalización del día (i - l), es decir
en la mañana de la observación i.

Sj = Capacidad de agua útil de cada una de las zonas, de I a VI.

w = Factor de ajuste que tiene en cuenta la demanda atmosférica EP respecto de la relación


ER/ETP.

Zj = Factor de ajuste que tiene en cuenta las diferentes curvas de desecamiento de suelos.

EPi = Evapotranspiración potencial del día.

EP = Promedio de la EP del mes o la estación.

Los coeficientes kj expresan la cantidad de agua en porcentaje de la EP, extraída por las raíces
de las plantas en las diferentes zonas durante la estación de crecimiento.

317
290
Estos coeficientes deben ser determinados o estimados, de manera que representen el sistema
radicular más probable en esas condiciones ambientales. Se supone que la sumatoria de los
coeficientes, considerando las zonas donde puede haber extracción de agua por las raíces de las plantas,
es igual a 1 (uno) en cada sub-período de desarrollo del cultivo. Esto significa que si durante un día no
existe limitación de agua, la ER = EP.

Baier y Robertson (1968), hacen la siguiente aclaración acerca de este tópico: "La humedad
diaria de cada una de las seis zonas de agua útil, se obtiene como una fracción de la capacidad total de
cada zona y puede considerarse como una expresión de tensión de humedad, facilitando así las
comparaciones entre distintas zonas o diferentes suelos de diferentes capacidades de agua útil. Esta
expresión de humedad del suelo relativa y no de humedad del suelo en milímetros, hizo posible la
adopción de 6 zonas estándar de humedad, cada una con un porcentaje del total de agua útil de un suelo
particular. Debido a que el número de zonas y el porcentaje de la capacidad total de agua útil en cada
zona no se modifican con el cambio de suelo como hubiere sucedido si se trabajara con los milímetros
de cada uno en particular, los coeficientes k dependen de los cultivos y no de los suelos. Esto supone
que la disponibilidad de agua para los cultivos se corresponde con un modelo característico que refleja
el hábito más frecuente de su sistema radicular para absorber. El porcentaje relativo de agua disponible
en las seis zonas de varios suelos, podría compararse con un conjunto determinado de condiciones
atmosféricas reflejadas en los porcentajes de EP"

A medida que el suelo se va secando desde arriba, las plantas van utilizando el agua remanente
en las zonas inferiores más húmedas, por lo cual los coeficientes k de las zonas, distribuidos
proporcionalmente más abajo, reflejan la propiedad de las raíces de extraer agua en profundidad, donde
esta se encuentre (Baier,1967).

El término S'j (i - 1) / Sj, es la relación lineal entre la ER y el contenido de agua en el suelo.

La variable Zj representa la diferencia entre la relación lineal, y cualquier otra curva de


desecamiento del suelo, para una determinada cantidad de agua útil.

El término e- w (Epi - Ep) toma en cuenta los efectos de las diferentes proporciones de demanda
atmosférica diaria, comparadas con un promedio representativo de EP para el mes o la estación. Este
estrés depende de la cantidad de agua presente en la zona en consideración y es expresado en porciento
de la capacidad de agua útil de la zona. El valor w puede obtenerse con bastante ajuste de la ecuación:

w = 7,91 - 0,11 Sj (i - 1) . 100


Sj

Si no es necesario realizar correcciones para distintas curvas de desecamiento, Zj = 1, y si se


desprecia el efecto de w, éste es igual a cero, con lo que se simplifica la fórmula.

En este método de balance se incorporan correcciones para escurrimiento y drenaje. Para días
en que durante 24 horas la precipitación excede una pulgada (25,5 mm) el escurrimiento se estima así:

Escurrimiento = Pi - I
donde:
I = cantidad de agua infiltrada en el suelo
Pi = precipitación en pulgadas durante 24 horas que finaliza en la mañana del día i + 1.

La infiltración se puede calcular en base a la siguiente fórmula:

318
291
I = 0,9177 + 1,811 log Pi - 0,00097 log Pi S'j (i - 1) . 100
Sj

S'j (i - 1) = agua útil en por ciento en la zona superior, al finalizar el día i - 1, es decir, el día anterior a
Sj la lluvia.

Como se dijo anteriormente, esta fórmula incluye el concepto demostrado que el contenido de
humedad del suelo es el principal factor que afecta a la infiltración.

En el Balance Versátil se supone que el agua que infiltra en el suelo, lleva el contenido de
humedad de la zona superior a la capacidad de campo y que el resto se infiltra a la siguiente y así
sucesivamente, hasta que se colme la capacidad de todas las zonas. Cualquier exceso de agua, se
considera drenaje.

Al estimar la ER en días con precipitación, se supone que la mayoría de la evapotranspiración


en el día tuvo lugar primero en la proporción dependiente del contenido de agua en el suelo a la
finalización del día i - 1, y que la precipitación se produce después de esa disminución.

INSTRUMENTOS Y MÉTODOS USADOS EN LA DETERMINACION DE LA HUMEDAD


DEL SUELO.

a) Método gravimétrico:

Es un método que requiere la extracción de muestras de suelo. Es el más antiguo y el más


empleado en la práctica.

Consiste en extraer con instrumentos adecuados, (barrenos, tubos, etc.) muestras de suelo que a
continuación se pesan y se llevan a estufa a 105°C hasta obtener su desecación, la que se consigue al
cabo de unas 24 horas cuando se llega a constancia de peso (dos pesadas consecutivas que dan iguales
valores); la diferencia entre el peso de la tierra húmeda y el de la seca se lleva a porcentaje, respecto de
ésta última. Así por ejemplo:

peso de la muestra húmeda: 50 gramos


- peso de la muestra seca : 38 gramos
peso del agua : 12 gramos

si 38 g es el 100 %
12 g ------- x
luego x = 31,57 %, por lo que el contenido de humedad del suelo por este método es del
31,57%

b) Método neutrométrico:
Se basa en la emisión de neutrones de alta energía por una fuente de material radiactivo, que
chocan con núcleos atómicos vecinos. Si los neutrones chocan con partículas que tienen
aproximadamente su mismo tamaño y masa, disminuyen su velocidad y se mueven a la misma
velocidad de las partículas (figura 3.4.8).

De esta manera, aproximadamente la mitad de la energía original de los neutrones será


transmitida a la nueva partícula y ambos se moverán a la misma velocidad, que es aproximadamente la
mitad de la velocidad original de los neutrones. Estos neutrones se llaman termalizados porque la
velocidad con que se mueven es determinada por la temperatura del sistema.

319
292
En el suelo, el hidrógeno tiene aproximadamente el mimo tamaño que los neutrones, y éste es
prácticamente el único elemento del suelo que puede termalizar neutrones. Dado que el hidrógeno es
componente del agua, este procedimiento permite determinar el contenido de agua por vía totalmente
empírica, en base a una buena curva de calibración que relaciona la velocidad de conteo de neutrones
termalizados y el contenido de agua en el suelo.

El aparato empleado para su uso en campaña, consiste en una fuente de neutrones de alta
energía (cápsula conteniendo 1 mg. de material radiactivo) que produce el flujo de neutrones y una
unidad de conteo que es la cámara detectora de neutrones.

En el terreno se coloca un tubo de aluminio de dos pulgadas de diámetro y a la profundidad


deseada, y por medio de un cable que comunica con la cámara registradora, se baja la cámara de
conteo y la fuente de neutrones. De esta manera es posible efectuar determinaciones de humedad con
intervalos de profundidad muy pequeños (5 ó 10 cm) para lo cual se ha marcado el cable que integra la
sonda.

Figura 3.4.8. Esquema de una sonda de neutrones.

320
293
c) Método tensiométrico:

El tensiómetro consiste en una membrana semipermeable, o sea permeable al agua y a los


solutos e impermeable a las partículas del suelo. La membrana es en realidad una cápsula de porcelana
porosa llena de agua y conectada hidráulicamente a un medidor (vacuómetro) que determina la succión
con respecto a la presión atmosférica (3.4.9).

Existen distintos tensiómetros en el comercio: de metal ó de material plástico; con manómetro


de mercurio ó con manómetro de Bourdon.

Los tensiómetros miden el potencial matriz, o sea la fuerza de succión o lo que es igual la
fuerza con que las partículas sólidas retienen el agua. Da una buena medida del potencial matriz, pero
sólo puede estimarse groseramente el contenido de humedad del suelo.

Para la instalación del tensiómetro se hace un agujero en el suelo a la profundidad deseada y el


diámetro coincidente con el mismo. Se agrega luego tierra suelta y se coloca el tensiómetro a presión a
fin de que apoye sobre la misma; el resto del volumen del agujero se rellene con tierra hasta la
superficie presionándola a fin de asegurar un buen contacto.

Figura 3.4.9. Esquema de un tensiómetro.

d) Método conductométrico:

Este método se basa en la medida de la variación de las propiedades eléctricas de un material


poroso por efecto del contenido de humedad. Estando dicho material en equilibrio con la humedad del
suelo, la medida de la conductancia entre los dos electrodos, es una función de la humedad del suelo
(figura 3.4.10).

Existen bloques de muy diversas formas, tamaños y materiales. Los electrodos son
comúnmente de malla de acero y el material poroso de yeso. Cuando la humedad aumenta, a su vez se
incrementa la cantidad de yeso disuelta y como consecuencia aumenta la conductancia entre los
electrodos.

321
294
Los bloques se instalan a la profundidad o profundidades deseadas, con la técnica y cuidados
que ya fueron señalados al tratar los tensiómetros. Los cables de los diferentes bloques, quedan en la
superficie del terreno, de tal manera que, un solo medidor, es suficiente para atender gran cantidad de
bloques distribuidos en el campo.

En el comercio existen aparatos con escalas de resistencia en ohm y en porcentaje de humedad


disponible.

Figura 3.4.10. Esquema del método conductométrico.

SEQUIAS
1) Introducción

La sequía es, sin duda alguna, uno de los peores enemigos naturales del hombre, pues afecta
cada año la vida social y económica de millones de personas. El fenómeno de la sequía es sin dudas la
adversidad que produce mayores perjuicios en la economía agrícola argentina.

La diferencia con la aridez es bien notable, ya que ésta es una característica climática de una
región, generalmente definida en términos de baja precipitación o de balance de agua altamente
negativo, mientras la sequía es la falta temporaria de agua, considerando el contexto de variabilidad del
fenómeno. Si bien la aridez se circunscribe a ciertas zonas, las sequías pueden ocurrir bajo cualquier
régimen hídrico o térmico.

322
295
Se ha estimado que más del 80 % del territorio argentino en su conjunto experimenta algún
rasgo de aridez. Pero la sequía que es la falta accidental de agua en una región con respecto a sus
disponibilidades normales, afecta no solo a las regiones agrícolas de secano, sino que también afecta a
las regiones áridas con o sin riego y en las típicamente húmedas, aunque en éstas últimas sus
consecuencias son diferentes.

No existe en nuestro país un registro de daños producidos por sequía. Son pocos los que
aprecian la pérdida de todos los días y todos los años del vapor de agua que pasa al aire, o del agua que
se pierde en el suelo, sin ser utilizada con alguna eficiencia.

El análisis de este fenómeno natural, necesita de la definición objetiva del mismo. El estudio de
las sequías presenta la peculiaridad de que no existe una única definición.

Así, surgen definiciones basadas en determinadas características de la precipitación. Conrad


define sequía para regiones de los Estados Unidos como un período de 20 o 30 días consecutivos sin
precipitación mayor a 6,4 mm en 24 horas durante el período comprendido entre marzo y setiembre
inclusive.

Gibbs y Maher, utilizando deciles de precipitación obtienen una distribución espacial de las
sequías en Australia, estableciendo que las áreas donde la precipitación está comprendida dentro del
rango del primer decil coincide en primera aproximación con áreas afectadas por sequías.

Si al estudio del comportamiento de la precipitación se le incorpora un nuevo parámetro, la


temperatura, por ejemplo, las sequías estarán definidas de acuerdo a ciertas características combinadas
de estos parámetros, lo mismo ocurre si se consideran más variables. Palmer, por ejemplo, define
sequía de acuerdo al resultado de un modelo de balance hidrológico, en el que involucra: precipitación,
evapotranspiración potencial, escurrimiento y humedad disponible en el suelo.

La Organización Meteorológica Mundial define "sequía como una prolongada ausencia o


marcada deficiencia de la precipitación". La Sociedad Meteorológica Americana expresa: "sequía es un
período de tiempo anormalmente seco , lo suficientemente prolongado como para que la falta de agua
cause un serio desequilibrio hidrológico en el área afectada. En general el término debería reservarse
para un período de deficiencia de humedad que sea relativamente extenso en espacio y tiempo.

Período seco: es aquel período no mayor a las dos semanas y durante las cuales no hay
precipitaciones medibles.

323
296

Desde el punto de vista agrometeorológico: sequía es toda condición del


tiempo meteorológico que prolongada a través de un número no determinado de días,
provoca el sufrimiento o la muerte de los cultivos por alteración del balance
hidrológico normal.

Esta perturbación del balance es la primera consecuencia directa que influye sobre los cultivos,
de modo tal que si la sequía se prolonga en demasía, disminuye la intensidad de la fotosíntesis, la
respiración, los metabolitos en general, con lo que se reduce el crecimiento y desarrollo por marchitez
temporaria, situación que de persistir, lleva a la marchitez permanente, irreversible y que termina con la
muerte de la planta.

Desde el punto de vista agrometeorológico, son varios los factores que intervienen en el
proceso; entre los más importantes se pueden citar:

a) temperaturas del aire que acompañan a las épocas de sequía.


b) velocidad y duración de los vientos
c) condiciones del suelo
d) evaporación
e) nubosidad
f) el estado fásico de los cultivos.

2) Causas de las sequías

Una vez establecido que se entiende por sequía interesa conocer cuales fueron las causas que la
originaron y los límites temporales y geográficos del fenómeno. La causa inmediata de una sequía es la
deficiencia de precipitación, pero descubrir el porqué de esta situación anómala es un problema aún
difícil de solucionar. Es un fenómeno que se presenta con una gran variabilidad temporal como
espacial, lo que se puede observar en la siguiente figura (figura 3.4.11).

Figura 3.4.11. Representación


de la sequía ocurrida en
Argentina durante el año
1962.

324
297
Actualmente se acepta que el estrés de humedad en las plantas no sólo es producido por el
tenor de humedad del suelo, sino que es necesaria una alteración del balance entre el agua
disponible en el perfil del suelo y la demanda evaporativa de la atmósfera.

La determinación de los límites temporales de una sequía presenta muchas dificultades; la


duración de las sequías es muy variable, ya que puede abarcar días, meses y aún años. La
determinación del comienzo, y la finalización de una sequía es muy difícil de predecir.

Mediante técnicas estadísticas Lucero (1991), analizó si la ocurrencia de sequías severas y


extensas sobre la Argentina, está relacionada con la anomalía de temperatura de la superficie del
Océano Pacífico Tropical frente al Perú. Definió sequía severa como la ocurrencia de valores de lluvia
anual que pertenecen al primer decil de la distribución empírica de la lluvia anual. La serie de valores
del primer decil de lluvia anual se relacionó con la serie de temperatura de la superficie del mar. Halló
que la ocurrencia de sequías severas que abarcan más del 5 % del territorio nacional está asociada con
la presencia de aguas superficiales más frías que lo normal frente a la costa del Perú. A este estado de
la fase fría se le ha denominado recientemente “La Niña” en contraposición a la fase caliente llamada
“El Niño” (ver pág 123 Temas de Agrometeorología).

3. Tipos de Sequía

3.1.Clasificación por sus causas u origen

a) sequía edáfica o del suelo: se produce por disminución o agotamiento paulatino del
contenido de agua en el suelo, debido a la falta de compensación de las pérdidas por evaporación y
transpiración (evapotranspiración) con agua proveniente de precipitaciones o riego.

La cantidad de agua que una planta podría extraer del suelo (agua útil) está dada por la
diferencia entre la capacidad de campo y la capacidad a la marchitez permanente.

La competencia de la vegetación espontánea por el agua del suelo aumenta las probabilidades
de sequía para los cultivos.

b) sequía atmosférica o del aire: se produce bajo condiciones atmosféricas caracterizadas por altas
temperaturas, humedad relativa muy baja y vientos desecantes.

De ambas, la edáfica es la más perjudicial. Las sequías atmosféricas son por lo general de corta
duración y el vegetal puede recuperarse luego de la marchitez temporaria a la que estuvo sometido.

En la pradera pampeana, casi la totalidad de las sequías son edáficas, siendo frecuente que en
su transcurso, las mismas condiciones meteorológicas acompañantes, favorecen la ocurrencia
simultánea de sequías atmosféricas, especialmente en primavera y verano, cuyos efectos sumados,
puede conducir a una rápida destrucción de los cultivos.

3.2. Clasificación: por su periodicidad

a) sequías permanentes: son aquellas que se presentan como fenómenos periódicos normales.
Son una consecuencia de la circulación general anual o estacional atmosférica.

b) sequías extemporáneas: constituyen fenómenos anormales o accidentales que se presentan


con frecuencia variable en algunas zonas o regiones. Son una consecuencia de la circulación regional o
local anormal. Estas serían la "sequías propiamente dichas" por su carácter de extemporaneidad o
anormalidad climática.

325
298

3.3. Clasificación por los efectos que causa en los cultivos

a) sequías visibles o aparentes: estas sequías se observan cuando el contenido de agua del suelo
disminuye por debajo de la capacidad a la marchitez permanente (CMP) y el estado de marchitez o
estrés hídrico de las plantas se pone en evidencia a simple vista.

b) sequías invisibles u ocultas: en este caso, la humedad del suelo, si bien está por encima de
CMP, está por debajo de la humedad equivalente. Esta situación no se evidencia fácilmente pero como
consecuencia de ella se observa una disminución en los rendimientos.

4. Síntomas causados por sequía

La transpiración determina el crecimiento de las plantas por acumulación de materia seca. De


tal manera las variaciones de esta función debidas a la escasez de agua pueden modificar notablemente
estructuras internas y externas de la vegetación. Los procesos fisiológicos y especialmente la nutrición
vegetal pueden resultar tan alterados que desencadenan muerte de células, tejidos o de plantas enteras.

La privación de agua, según sea rápida y temporaria o crónica, puede originar síntomas y
efectos distintos. En el primer caso se produce marchitamiento, doblado de brotes suculentos y
acartuchamiento de las hojas; estas anormalidades pueden subsanarse casi de inmediato con el
suministro de agua necesaria. En el segundo, se observa retardo del crecimiento, enanismo y reducción
de los rendimientos que son condiciones difíciles o imposibles de restaurar una vez que han ocurrido.

La deficiencia hídrica cuando no es corregida produce clorosis, enrojecimiento u otro cambio


de color del follaje o su ulterior desprendimiento. Las hojas presentan manchas pardas o quedan
atizonadas con aspecto de quemadas en sus márgenes y extremos, síntomas éstos que no son
exclusivos de sequía.

Los frutos pueden quedar subdesarrollados, presentan manchas y deformaciones, arrugarse o


caer cuando comienzan a crecer como ocurre con los cítricos cuando la falta de agua se produce en el
mes de diciembre. Puede ocurrir igualmente que mueran completamente los individuos afectados en
casos extremos.

5. Períodos críticos de las plantas

Se entiende por período crítico en este caso para la sequía, al "intervalo relativamente breve del
período vegetativo o reproductivo, durante el cual la planta presenta la máxima sensibilidad a dicho
elemento".

La duración de los períodos críticos en los vegetales, es por lo general de una o dos semanas.
Estos períodos críticos han sido establecidos en numerosos cultivos como trigo, avena, cebada,
centeno, maíz, sorgo, papa, manzano, cítricos, olivo, mijo, trébol, etc. y los rendimientos normales en
dichas especies dependen estrechamente de una adecuada provisión de agua en ese momento, cuya
falta resiente la producción, a veces de manera apreciable. De ahí la importancia de ubicarlos y
conocerlos a los efectos de aplicar riegos oportunos en casos necesarios o de efectuar pronósticos de
cosecha.

Este período crítico en el trigo, al igual que para la avena y la cebada, se encuentra ubicado en
el subperíodo que va desde macollaje hasta la espigazón. Con respecto al centeno, además del
momento indicado para los cereales precedentes, algunos investigadores indican como muy

326
299
importantes las precipitaciones durante los meses que siguen a la siembra. Para el maíz el momento
más crítico está situado a través del desarrollo de la panoja masculina, mientras que en los sorgos
ocurre durante la floración. La papa requiere mayor humedad después que los tubérculos han
comenzado a formarse, lo mismo que las plantas que dan frutos jugosos como los cítricos que
necesitan más agua desde que ellos "cuajan" y en adelante.

6. Caracterización agrometeorológica de la sequía

La Argentina además, de ser gran productora de alimentos, presenta gran potencialidad para
aumentar su producción agrícola en nuevas áreas. El conocimiento de las condiciones hídricas es
fundamental para el desarrollo y manejo de la agricultura. El uso del balance hídrico mensual no es
suficiente para describir cuantitativamente el efecto de las sequías sobre los rendimientos de los
cultivos. Para fines agroclimáticos es necesario utilizar elementos meteorológicos como información
sobre evapotranspiración potencial, y realizar el balance hidrológico diario, pues precisamos identificar
los días durante los cuales las plantas experimentan estrés hídrico. A partir de esta información es
posible desarrollar índices de sequía agrícola o agronómica que sean cuantitativamente correlacionados
con el rendimiento de los cultivos.

6.1. Balance hídrico:

La caracterización agronómica de las sequías se puede efectuar a partir del balance hidrológico
diario del suelo con el objeto de cuantificar los períodos con deficiencia hídrica determinante principal
de la sequía en los cultivos. El método que consideramos más racional es el propuesto por Baier y
Robertson.

6.2. Índice de sequía agronómica

A través de los años se han conducido muchos estudios con el objeto de desarrollar modelos
agroclimáticos de rendimiento. La precipitación fue uno de los principales parámetros meteorológicos
empleados en el estudio de las relaciones entre el clima y el rendimiento. Diversos investigadores
estudiaron la relación entre precipitación, temperatura, insolación, humedad relativa y tecnología con el
rendimiento de algunos cultivos. Un aspecto importante en favor de este tipo de investigación para
aplicarlo a las extensas regiones es el uso de datos meteorológicos fácilmente disponibles en varios
sitios.

Palmer (1965) desarrolló una climatología de las sequías sin establecer relaciones específicas
planta-clima, elaborando un índice conocido como el Índice de Palmer. Este índice representa un
balance entre la precipitación recibida y aquella necesaria para mantener las condiciones climáticas
medias de la región. Este índice normalizado de "sequía meteorológica", permite comparaciones
valiosas en el tiempo y en el espacio de expectativas de sequía, pero puede no estar directamente
relacionado con los rendimientos de los cultivos. Posteriormente Palmer (1968) introdujo un índice de
humedad para cultivos (Crop Moisture Index) para poder evaluar la sequía desde el punto de vista
agrícola. Este índice es expresado por la relación entre la evapotranspiración actual y la
evapotranspiración normal. Provee apenas una indicación general de las condiciones de sequía o
exceso hídrico para las actividades agrícolas. Este índice no tiene en cuenta los aspectos particulares de
un sistema agrícola específico, esto es, no considera el tipo de cultivo, estado de desarrollo del mismo
y otras características.

El Índice de Palmer fue utilizado por Ravelo y Rotondo (1987) para la identificación de
períodos húmedos y de sequías en la localidad de Río Cuarto (Córdoba). Los períodos de excesos y
deficiencias hídricas los relacionaron con el estado fenológico de los cultivos regionales para inferir
respuestas en términos de productividad.

327
300

La humedad del suelo representa una mayor aproximación para identificar la disponibilidad de
agua para las plantas, pero son pocos los datos disponibles. Varios investigadores mostraron que la
pérdida de humedad del suelo es una función conjunta de energía atmosférica, la cual causa la
evaporación del suelo y de la superficie de las plantas y del uso del agua disponible en el suelo. Esta
relación puede ser expresada con el llamado Indice R (Yao, 1969). la razón entre evapotranspiración
actual (EA) y la evapotranspiración potencial (EP), la primera relacionada con la disponibilidad de
agua para la planta y la segunda representando la necesidad de la planta.

El índice R es una medida de la disponibilidad de agua para la planta en relación a su


necesidad. Según Yao (1973/74) el valor óptimo de R para cultivos como el maíz y el maní es de 0,85
a 0,90 y cuando R es menor a 0,60 es necesario el riego. Grandes diferencias se pueden encontrar en el
valor de R dependiendo de la metodología usada para el cálculo de EP y EA. Corsi y Shaw (1971)
verificaron que el Indice (1-R) obtenido a partir de un balance hídrico diario para maíz, fue el más
relacionado con el rendimiento de ese cultivo.

Shaw (1974) propuso un índice de estrés hídrico ponderado de forma (1-R).p el cual presentó
aún mejor resultado para maíz y lo aplicó para explicar tendencias climáticas y rendimientos en los
Estados Unidos. En este factor p depende del efecto de la sequía en función de la fase fenológica del
cultivo.

En resumen, el Índice de Yao se expresa como:

R = EA / EP

donde: EA = Evapotranspiración actual y


EP = Evapotranspiración potencial

Índice de Sequía de Shaw

La fórmula propuesta por Shaw es la siguiente:

I S = 1 -  de los valores diarios de ER/EP

donde: ER = evapotranspiración actual obtenida del Balance hidrológico Versátil (Baier y Robertson).
EP = evapotranspiración potencial según Penman.

En 1979 Ravelo y Decker propusieron el Índice de humedad del suelo (SMI) que se define como:

SMIi = Awi / Mw

donde:
SMIi = índice de humedad del suelo (varía entre 0 y 1).
Awi = humedad del suelo disponible para la planta para el día considerado. Es la diferencia entre el
nivel de humedad existente y el punto de marchitez permanente CPM. Surge del Balance
hidrológico versátil.
Mw = máxima humedad disponible para las plantas (CC - CMP).

Para analizar la variación en el contenido de humedad del suelo y detectar o bien pronosticar
los probables períodos en que el suelo se encuentra con un contenido bajo de humedad, (sequía), se
pueden analizar estadísticamente los valores promedios decádicos, mensuales, etc. del SMI. Para el
estudio de probabilidades requirió la función beta.

328
301

En 1979, Sola y Ravelo utilizaron la metodología precedente en la localidad de Manfredi


(Córdoba) para un cultivo de soja.

De la revisión bibliográfica sobre diversos índices de sequía propuestos, se puede concluir que
los índices (1-R), (IS) y (SMI) son adecuados para caracterizar la sequía agrícola. El Índice de
Palmer es más indicado para el estudio meteorológico de las sequías, permitiendo acompañar la
evolución de las mismas, en el tiempo y en el espacio.

7. Métodos de Control y Lucha Contra la Sequía

7.1.- Métodos Directos

Tienen por objeto actuar sobre el proceso en sí, compensando las pérdidas de agua por
evapotranspiración. Estos son:

Métodos Directos Activos

7.1.1.- Riego
7.1.2.- Provocación artificial de la precipitación
7.1.3.- Sustancias antitranspirantes

Métodos Directos Pasivos

7.1.4.- Arquitectura de la planta


7.1.5.- Barbecho

7.1.1.- Riego

El método directo más eficaz en la defensa contra la sequía es el humedecimiento del suelo por
medio del riego en la medida que sea utilizado para sortear sequías accidentales. Pero cuando el riego
se transforma en una práctica habitual que permite la agricultura de lugares con sequías estacionales o
permanentes se torna vulnerable a las variaciones de las precipitaciones que dan origen a las fuentes de
agua.

En esta segunda situación, cuando es una práctica habitual, el riego se puede realizar bajo dos
modalidades básicas: puede ser complementario de la lluvia para suplir un déficit transitorio, regando
sólo en el período del ciclo vegetativo en que la lluvia más el almacenaje de agua en el suelo es
insuficiente para atender las necesidades hídricas del cultivo en cuestión.

Esta modalidad se denomina riego complementario y se practica, entre otros lugares el la


región semiárida de la Provincia de Córdoba, donde se efectúa agricultura de secano, en la zona papera
de la Provincia de Buenos Aires, etc.. La otra modalidad se denomina riego integral y se practica en el
oeste del país (Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, entre otros lugares)
donde el déficit del balance hídrico se extiende a lo largo de todo el año.

7.1.2.- Provocación artificial de la precipitación

Esta práctica ha sido analizada en la unidad referida a Precipitación.

329
302
7.1.3.- Antitranspirantes

En la bibliografía se mencionan tres tipos de materiales antitranspirantes sintéticos:

a) Sustancias formadoras de películas que bloquean el escape de vapor de agua de las hojas.
b) Sustancias químicas que inducen el cierre estomático y
c) Sustancias reflectantes que disminuyen la energía calórica en las hojas.

Existen también antitranspirantes naturales producidos por las plantas. Se encontró que en
plantas de sorgo sometidas a estrés hídrico producen ácido absísico que es un antitranspirante químico
endógeno. También actúan como antitranspirantes las cubiertas naturales de ceras y otras sustancias.

a) Se puede enumerar una larga lista de materiales empleados, como así también una gran
diversidad de cultivos sometidos a tratamiento. También es muy larga la serie de efectos provocados
sobre los cultivos. En algunos casos se observa que para un mismo consumo de agua se logra una
mayor producción. Otros experimentos muestran que un mismo material para un cultivo puede ser
efectivo en tanto que para otro puede ser dañino. Los estudios se han efectuado en invernáculos, en
cámaras climáticas y a campo.

Entre los materiales antitranspirantes se puede, mencionar, a modo de ejemplo, los siguientes:
a) alcoholes de cadena larga tales como el hexadecanol; b) siliconas de baja densidad; c)
antitranspirantes que forman película gruesa: látex, ceras y plásticos; etc.

Entre los cultivos tratados, entre otros, se citan: girasol, papas, plantas leñosas, etc.

b) Los materiales cerradores de estomas fueron clasificados de acuerdo a su modo de actuar.


Unos actúan como una "bomba" afectando la turgencia de las células guardas de los estomas.
Ejemplos de ellos son: la atrazina y los hidroxisulfonatos. Un segundo grupo de materiales, se cree que
afectan la permeabilidad de las membranas celulares a los solutos, actuando como una válvula de
retención y retardando todos los eventos inducidos osmóticamente. Ejemplos de estas sustancias son:
el acetato de fenilmercurio y los ácidos alkenilsuccínicos.

Ejemplo de cultivos tratados son: alfalfa, cebada, sorgo, tabaco, algodón, maíz, etc.

En general, la literatura, reporta poco éxito en la aplicación de antitranspirantes aplicados a


campo, en tanto las experiencias desarrolladas en invernáculos se muestran como más alentadoras.

c) Estas sustancias pueden ser consideradas también como antitranspirantes. Sin embargo, el
mecanismo involucrado es algo diferente que el de los formadores de película o de los materiales que
cierran los estomas que se han discutido antes. Si la Radiación neta es reducida sobre una comunidad
de plantas, una menor cantidad de energía estará disponible para consumo en flujo de calor latente,
flujo de calor sensible y flujo de calor del suelo. La radiación neta puede ser reducida
significativamente incrementando el albedo de la superficie subyacente.

Estos materiales se han experimentado tanto en aplicaciones sobre el suelo, como sobre las
hojas y canopias de diferentes cultivos. Por ejemplo, sobre un suelo de la India en el que se cultivaba
algodón, se aplicó al mismo una pequeña capa de limo con lo que se incrementó su albedo. Otros
materiales "aclarantes" también han sido aplicados al suelo tales como el carbonato de magnesio y la
kaolinita. Sobre diferentes cultivos, han sido aplicados materiales tales como kaolinita, tierra de
diatomeas (celite), silicatos de aluminio, etc.

330
303
Aunque estos avances esperan investigación y desarrollo, los materiales reflectantes ofrecen
desde ya una muy importante ventaja sobre muchos de los antitranspirantes químicos, ya que se trata
de materiales inertes que no presentan peligro para la salud del hombre ni de los animales domésticos.

7.1.4. Arquitectura de la planta

Vemos aquí otra forma en que la reflectancia y otras propiedades físicas de las plantas pueden
ser modificadas naturalmente.

El albedo varía de especie en especie y dentro de las especies de acuerdo a la edad de la hoja y
a la concentración de clorofila.

Por ejemplo se cita que cebadas criadas isogénicamente por incremento de albedo a través de la
reducción de la concentración de clorofila.

Isógenas: son plantas que difieren en un solo carácter que es controlado por un gen simple
identificable.

Otro aspecto muy interesante es la pubescencia de las plantas. Se cita, por ejemplo, que en
soja, la pubescencia de la hoja aumenta levemente la reflectividad en el espectro visible, pero más
efectivamente sobre el infrarrojo cercano.

En términos prácticos, la investigación de pubescencia, provee una excelente oportunidad para


ampliar y estabilizar la agricultura en zonas subhúmedas y semiáridas.

Otras condiciones de la arquitectura de las plantas distinta a la antes mencionada y que influyen
en la eficiencia del consumo de agua: en un estudio se observó las características del balance de
energía en líneas de cebada isogénicas con y sin aristas. Se encontró, que la arista incrementa la
resistencia para el momento de viento horizontal, como así también la rugosidad y la turbulencia. La
radiación neta fue mayor sobre la cebada completamente aristada. El exceso de energía fue disipado
incrementando la transferencia de calor sensible hacia el aire. La cebada aristada tuvo semillas más
grandes, lo que indica una posible ventaja fotosintética.

La forma de la hoja es otra característica arquitectónica sujeta a manipulación en la obtención


de nuevos cultivares. Se encontró que sojas isógenas de hoja angosta dieron rendimientos similares a
los obtenidos de las hojas normales oblongas. Las de hoja angosta fueron de maduración más corta y
temprana. La variedad isógena de hojas angostas transpiró menos agua que su par de hojas anchas. La
radiación neta sobre la isógena de hojas angostas, no fue afectada pero el flujo de calor sensible fue
incrementado. El aire en la canopia de hojas angostas fue más caliente y seco que en la canopia de
hojas anchas. Estos fenómenos pueden ser explicados por las diferencias en la partición de la radiación
neta dentro de la canopia. La radiación penetró más profundamente en el isógeno de hoja angosta dado
que su área foliar total es menor. La fotosíntesis por unidad de área foliar fue incrementada, y sobre
todo, el uso de la eficiencia de agua fue mejorado en el isógeno de hoja angosta.

7.1.5. Barbecho

Consiste en dejar en "descanso" un terreno sometido a la labranza con el propósito de crear las
mejores condiciones físicas para una mayor captación de agua de lluvia procurando reducir las
pérdidas por escurrimiento, evaporación y evapotranspiración.

Al efectuar la labranza se introducen distintos "efectos", entre los más importantes podemos
mencionar: a) aumento de la rugosidad del suelo, lo que permite que el agua de lluvia penetre

331
304
totalmente en el suelo evitando así las pérdidas por escurrimiento; b) rotura de la capilaridad del suelo,
con ello se logra "atrapar" el agua que ingresó al suelo, evitando las pérdidas por evaporación.

En regiones donde el viento cobra importancia por su velocidad, es conveniente no enterrar


totalmente las malezas o cultivo, para evitar la erosión eólica de los suelos, ya que esos rastrojos
semienterrados provocan un efecto protector contra el viento.

Esta práctica asume particular importancia sobre todo en la región semiárida, donde el agua es
el recurso más limitante de la producción agrícola.

7.2. Métodos Indirectos:

7.2.1. Elección de especies resistentes. Especies y variedades adaptadas.


7.2.2. Adopción de sistemas productivos adaptados a la oferta del recurso (disponibilidad de
humedad en el suelo).
7.2.3. Evitar la coincidencia de los períodos críticos de los cultivos con los momentos de máxima
demanda.
7.2.4. Elección de la fecha de siembra.

El "momento" de siembra de un cultivo de secano es considerado un período crítico de su ciclo


de vida, dado que dicha operación condiciona en gran medida el rendimiento del mismo. Esto es así,
aún cuando los demás períodos críticos puedan coincidir o no con condiciones climáticas
desfavorables. Las diferencias en los rendimientos de una campaña pueden ser atribuidas a las distintas
fechas de siembra, incluso en aquellos casos en que se hubiera iniciado el cultivo con adecuada
humedad en el suelo.

El estrés hídrico es el factor limitante más común en la producción de maíz. La deficiencia de


agua en el suelo incide de diferente manera en la manifestación del rendimiento, según ella ocurra en
uno u otro subperíodo de su ontogenia. El período crítico a la deficiencia de agua en el suelo de mayor
significación es la floración. En la región maicera típica de la República Argentina es frecuente que las
elevadas exigencias hídricas de este período no puedan ser satisfechas, como consecuencia de la
erraticidad de las lluvias. Ello ocasiona que las cosechas se vean perjudicadas por bajos contenidos de
humedad de los suelos durante los meses de enero y febrero cuando tiene ocurrencia generalizada
aquel subperíodo.

Una fecha de siembra mejor adaptada a las disponibilidades climáticas regionales, debe
procurar hacer coincidir los momentos de máximas exigencias del cultivo con aquellos períodos
temporales que potencialmente ofrezcan las condiciones ambientales más adecuadas.

En un estudio realizado en la Cátedra titulado Elección del momento de siembra más


conveniente para maíz en el Departamento Río Segundo se arribó a las siguientes conclusiones: "Desde
el punto de vista agroclimático resulta más favorable, para un período previo de barbecho de tres
meses, la siembra en la segunda y tercera década de noviembre y, en especial, la primera década de
diciembre (siembra tardía). La siembra después de producido un monto de precipitación de 30 mm en
una década, ofrece la ventaja de obtener un nivel de producción que descarta un porcentaje
considerable de campañas agrícolas de menor productividad".

EXPRESIÓN DEL GRADO DE ARIDEZ DE LOS CLIMAS: CARACTERIZACIÓN DE LAS


CONDICIONES DE HUMEDAD Y ARIDEZ DE UNA REGIÓN.

La introducción del concepto de zona árida, semiárida y húmeda, lleva implícita la necesidad

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305
de valorar el déficit o exceso de humedad que las origina y clasifica. Es corriente el criterio empleado
para tal proceso, aunque equívoco, incompleto e ilógico, de basar dicha caracterización en
determinadas cantidades de lluvia. Ello ha conducido a errores en la delimitación de las distintas zonas.
Dentro de este criterio, con fines prácticos explicativos, es usual clasificar como zonas áridas o
desérticas aquellas en que el total de lluvia anual es igual o inferior a 250 ó 300 mm, según su
ubicación geográfica. Igualmente, de acuerdo con ese criterio, las zonas semiáridas, son aquellas en
que las lluvias oscilan entre 300 y 500 mm. Cuando la cantidad de lluvia anual es de 700 mm o más, la
zona se considera como húmeda.

El criterio científico para la clasificación de estas zonas, no admite la determinación de la


aridez en función solamente de la lluvia, ya que, en realidad, dicha determinación debe estar basada en
la significativa relación entre la cantidad de agua que recibe la tierra y la que pierde por evaporación.
En otras palabras, por la relación entre el agua caída y la que requieren las plantas para desarrollarse.

La caracterización de las condiciones de aridez requiere el empleo de fórmulas especiales que


permitan delimitar las zonas caracterizadas.

1. Índices de aridez y de humedad

a) Fórmula de Lang

Este autor en su estudio de distribución de suelos estableció una relación entre la precipitación
anual en milímetros y la temperatura media anual en grados centígrados: (I = P / T). Al cociente de
estos factores lo denominó "factor de lluvia". Esta relación la estableció suponiendo que la evaporación
varía directamente y en la misma cantidad que la temperatura media anual, lo cual no es exacto. Las
regiones caracterizadas con factores de lluvia menores de 40 se consideran áridas y las con índices
mayores de 100 como excesivamente húmedas.

b) Fórmula de E. de Martonne

Propuso una función que llamó "índice de aridez", (Im) muy similar al anterior. Dicho índice
está dado por el cociente entre la cantidad anual de lluvia (p) en milímetros y la temperatura media
anual (t) en grados celsius aumentada en diez para evitar los valores negativos.
p
Im =
t + 10

De acuerdo con este Índice obtuvo la siguiente clasificación:

Im Tipo Climático
menos de 5 árido
de 5 a 10 semiárido
de 10 a 20 seco-subhúmedo
de 20 a 30 subhúmedo
de 30 a 40 húmedo
más de 50 perhúmedo

c) Fórmula de Meyer
P
I =
DS

333
306
donde: I = Índice de aridez; P = precipitación media anual y DS = Déficit de Saturación Medio Anual.
La clasificación que obtiene es la siguiente:

I Tipo Climático
menos de 50 árido
de 50 a 100 semiárido
de 100 a 150 seco-subhúmedo
de 150 a 275 subhúmedo
de 275 a 500 húmedo
más de 500 perhúmedo

d) Fórmula de Thornthwaite:

Obtuvo un índice de sequía, denominado índice de aridez, a partir de la información que resulta
de su balance hídrico, (Ver G.T.P.).

100 x deficiencia de agua


Índice de Aridez =
necesidad de agua

e) Fórmula de Reedy (1983)

El índice climático empleado para definir condiciones de aridez y humedad resulta de una
modificación del índice de humedad de Thorntwaite (1955) cuya expresión es:

 PP - ETP 
IH = .100
ETP

donde: PP = precipitación anual ETP = evapotranspiración potencial anual (según Penman)

En función del índice de humedad (IH) propone la siguiente clasificación para caracterizar las
zonas climáticas vinculadas con la agricultura:

LIMITE ZONA CARACTERISTICAS


Menos adecuada para la agricultura de secano y más adecuado
-75 Árida
para pasturas.
-75 a -50 Semiárida Seca Adecuada para agricultura de secano con alto riesgo.
-50 a -25 Semiárida Húmeda Adecuada para agricultura de secano
25 a -0 Subhúmeda Seca Adecuada para agricultura de tierras húmedas
0 a 25 Subhúmeda húmeda Parcialmente adecuado para agricultura de tierras húmedas
> 25 Húmeda Menos adecuado para la producción de energía

A modo de resumen y teniendo en cuenta los conceptos antes desarrollados, se presenta la


figura 3.4.12. En ella se muestran las diferencias entre los conceptos de sequía, aridez y desertificación
y los factores que las determinan. También su origen: natural o antrópico. Estos proceso ocasionan
cambios en el ambiente (cambio climático global, Unidad 1, Temas de Agrometeorología) dando lugar
a cambios en la producción y en la vida de todos los seres que viven en la tierra.

334
307

RESUMEN Cambio climático


Variabilidad
Natural de la
Lluvia
SEQUÍA

Natural
Pp
Cambio en
tmp
Patrones del
clima ARIDEZ

Clima
Hombre DESERTIFICACIÓN

Deforestación
Sobrepastoreo
Pobreza

Figura 3.4.12. Esquema comparativo de sequías, aridez y desertificación, las causas que las
originan y su influencia en el cambio climático global.

335
UNIDAD 4: CLIMATOLOGÍA

Sub unidad 4.1. CLIMA ARGENTINO

PRINCIPALES CAUSAS DETERMINANTES DEL CLIMA ARGENTINO

En el tratamiento de este tema se excluyen todas las dependencias antárticas del país en razón
de no presentar un interés agropecuario particular.

El clima de un lugar o de una región es la resultante de la acción de diversas causas, por lo


general de índole geográfica, como latitud, altitud, etc., aunque también es necesario considerar otras
de naturaleza dinámica, que están asociadas a la circulación general atmosférica y la distribución
geográfica de la presión atmosférica.

Para tener una idea más clara acerca del clima argentino y poder comprender la expresión que
alcanzan los distintos elementos o variables climáticas en cada región, como así también proyectar su
influencia sobre la producción agropecuaria, es conveniente conocer cuales son las principales causas
que lo determinan. Sin ser un listado exhaustivo, estas se pueden enumerar de la siguiente forma:

a) La República Argentina se encuentra ubicada completamente en el hemisferio Sur, donde


las masas oceánicas predominan sobre las continentales (ver Figura 1). De esta forma, el clima de
nuestro país presenta un rasgo marítimo característico que impone moderación en la expresión de su
régimen térmico.

b) La República Argentina se halla extendida, casi en su totalidad, en la zona templada, pues su


extremo Norte se encuentra aproximadamente a los 22° de latitud Sur y el extremo austral a los 55°;

c) Gran parte del país está constituido por llanuras o planicies (Llanura pampeana, Meseta
patagónica, etc).

d) La Cordillera de los Andes y demás sistemas montañosos de altura de alguna importancia


corren, casi exclusivamente, de Norte a Sur;

e) La República Argentina se halla ubicada en la parte oriental del continente sudamericano;

f) El continente sudamericano es angosto y su anchura decrece a medida que aumenta la


latitud, lo cual acrecienta el rasgo marítimo de la regiones más australes;

g) Sobre la costa chilena y cerca de la costa argentina corren, de Sur a Norte, sendas corrientes
marinas frías que, al participar del transporte meridional de calor, regulan los intercambios de energía
a nivel global;

h) En las latitudes medias, aproximadamente a los 30° de latitud Sur, sobre los océanos
Pacífico y Atlántico, existen frente al continente sudamericano sendos anticiclones poderosos y semi
permanentes;

i) Ambos anticiclones en invierno se desplazan algo hacia el Norte y tienden, asimismo, a


unirse sobre el continente;

336
f) Durante el verano, a la inversa, los dos anticiclones se desplazan hacia el Sur y, por otra
parte, se separan apreciablemente, formándose entre ellos un centro ciclónico sobre el continente
sudamericano.

Figura 1. Ubicación del territorio de la Argentina en el Hemisferio Sur. Notar aquí el predominio de
las masas oceánicas sobre las continentales.

Teniendo presente las causas determinantes del clima argentino que anteceden y, asimismo,
considerando como están determinados los restantes climas de la Tierra, es fácil comprender por qué la
República Argentina no posee todos los climas del mundo y, en cambio, sólo acusa la presencia de
un porcentaje relativamente pequeño (1%) de los climas existentes sobre toda la superficie terrestre.

En la Argentina no existen las condiciones climáticas reinantes en Portugal, Amazonas,


Sumatra, Java, Finlandia, Siberia, Canadá, Arabia, costa chilena y peruana, Nueva Zelandia, Polonia,
Sicilia, Cuba, Paraná, Marruecos y muchísimas otras regiones. También es cierto que muchos climas
argentinos sólo existen en nuestro país, y no se repiten en ninguna otra parte del mundo.

PRINCIPALES CARACTERISTICAS DEL CLIMA ARGENTINO

Al hablar del clima argentino se hará referencia especialmente a tres elementos del mismo, a
saber: duración del día, temperatura y precipitación. Ello obedece a la doble circunstancia de que
dichos elementos del clima son los más ampliamente conocidos en el país y, además, porque
manifiestan una acción más patente sobre los cultivos.

Para una mejor visualización y facilitar la comprensión de cada tema, se recomienda recurrir a
los mapas de isolíneas que se encuentran al final del capítulo.

a) Duración del día

337
Aún en el extremo Norte del país, por ejemplo en la Quiaca, la duración del día varía en forma
apreciable en el curso del año, a diferencia de lo que ocurre en la zona ecuatorial, donde el valor de
heliofanía astronómica es prácticamente de 12 horas durante todo el año.

En la Quiaca el día más largo del año (21 de diciembre) tiene una duración de 13 horas 30
minutos, mientras que el día más corto (21 de junio) tiene una extensión de 10 horas 47 minutos, es
decir, la oscilación anual resulta de 2 h 43 m.

A medida que se avanza hacia el Sur, los días de verano se hacen cada vez más largos y los de
invierno cada vez más cortos respecto a los registrados en la Quiaca.

En la Ciudad de Córdoba (31º 24” LS), la duración del día en el solsticio de verano es de 14 h
40 m y en el de invierno de sólo 10 h 17 m.

Más al Sur aún, la diferencia entre el verano y el invierno se pronuncia más todavía y el
resultado es que, en el extremo austral del país, los días de verano son sumamente largos y los de
invierno cortísimos. Por ejemplo, en Ushuaia la duración del día el 21 de diciembre es de 17 h 26 m y
la del 21 de junio de apenas 7 h 07 m.

La duración del día y de la noche y su variación en el curso del año es un elemento del
clima de suma importancia biológica, pues incide notablemente sobre las actividades humanas,
la vida de los animales y el desarrollo de las plantas.

b) Temperatura media anual

La temperatura media anual en el territorio argentino varía desde algo más de 23°C en la parte
NW de Formosa, en su límite con el Paraguay, y de 5°C, en Ushuaia. En la ciudad de Córdoba
presenta un valor de 17,6°C. Es evidente, pues, que el país acusa una apreciable gama de condiciones
térmicas, pero siempre dentro de los climas más o menos templados. En efecto, en el país se
desconocen las temperaturas medias anuales superiores a los 25°C, como las que imperan en
amplísimas regiones ecuatoriales. Asimismo, faltan prácticamente las temperaturas medias anuales
inferiores a 5°C, como las registradas en extensas áreas pobladas del Hemisferio Norte.

Las isotermas anuales reales (sin reducir al nivel del mar) en las regiones casi llanas, tal como
la constituida por las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, etc., corren como paralelos
terrestres, es decir, de Este a Oeste y, asimismo, espaciadas en forma apreciable, denotando un
gradiente horizontal reducido. Al llegar al gran macizo andino, en razón del rápido aumento de la
altura, las referidas isotermas sufren una fuerte inflexión y se dirigen hacia el Norte, al mismo tiempo
que se acercan notablemente unas de otras.

La referida inflexión y consecuente trayectoria de las isotermas de Sur a Norte explica porqué
lugares poco elevados como Neuquén, Río Negro y Chubut acusan la misma temperatura media anual
que localidades altas de Salta, Jujuy y Catamarca, hacia el norte del territorio nacional.

Por otra parte, el gran acercamiento de las isotermas entre sí, significa que un desplazamiento
de pocos kilómetros en el sentido Este-Oste representa un apreciable cambio en la temperatura media
anual. En efecto, desde Orán (Salta), situada a 357 metros sobre el nivel del mar, a La Quiaca (Jujuy)
que se halla a una altura de 3461 m.s.n.m., la temperatura media anual de 21,4 ºC desciende a 9,5°C.

338
Ello equivale a decir que, en la escasa distancia de 170 km (en línea recta), de típicamente subtropical
el clima se torna frío.

La consecuencia agroecológica de este marcado contraste climático es que mientras en Orán se


cultiva con éxito la caña de azúcar, el naranjo, el pomelo, el limonero, la palta, el zapallito y el banano,
en la Quiaca por deficiencia térmica, en cambio, la cebada madura sus granos sólo en forma aceptable;
el maíz, más exigente en calor, madura a duras penas; y los frutales cítricos, entre otros, no pueden
cultivarse debido al rigor invernal.

c) Temperatura media del mes más cálido

En la Argentina la temperatura media del mes más caluroso del año (enero) varía desde algo
más de 29°C, en la región limítrofe Salta-Formosa, hasta 10°C en el extremo sur de Tierra del Fuego.
Es decir que el verano presenta en el país todas las gamas, entre muy cálido y fresco-frío. En la ciudad
de Córdoba la temperatura media de enero es de 24°C.

Es conveniente aclarar que la isoterma de enero de 30°C, que encerrando los llanos de
Catamarca, La Rioja y regiones adyacentes figura en algunos mapas, es una isoterma reducida al nivel
del mar y, en consecuencia, no refleja las condiciones térmicas imperantes en la zona que, en realidad,
son mucho menos calurosas.

Tampoco se encuentra en el país área apreciables con verano muy frío, o sea con la
temperatura media del mes más caluroso inferior a los 9-10°C.

Cabe señalar que, debido principalmente a la escasa anchura general del continente
sudamericano y su angostamiento progresivo con el aumento de la distancia al ecuador, los veranos
son poco calurosos, si se tiene en cuenta la latitud geográfica del país.

La falta de calor del verano argentino ayuda a comprender por qué los cultivos no se aventuran
muy al Sur y no alcanzan las mayores latitudes de las regiones de producción del hemisferio Norte,
mucho más continental que el Sur. En el hemisferio Norte, por ejemplo, la caña de azúcar se cultiva
aún a una latitud equivalente a la de Tandil, el algodón se realiza a una latitud correspondiente a la de
Carmen de Patagones, el arroz y el olivo a la de Comodoro Rivadavia, el maíz y el tabaco a la del
estrecho de Magallanes, y el lino y el trigo a una latitud equivalente a la de las Islas Orcadas.

d) Temperaturas máximas extremas

Las temperaturas más altas que se han registrado en la Argentina van desde casi los 50°C en
Rivadavia (Salta), a los 30°C en Ushuaia y la Quiaca. Los tres valores señalados indican que en todo el
país, excluidas las partes muy altas o muy australes, en verano suelen presentarse algunos días con
temperaturas sumamente elevadas, durante las cuales la máxima diaria se acerca o sobrepasa los 40°C.
Esta afirmación es válida aun para el Norte de la Patagonia. En la ciudad de Córdoba es de 45°C.

Estas temperaturas elevadas resultan muy perniciosas para el cultivo del maíz particularmente
si, acompañadas de vientos secos, ocurren durante el subperiodo de floración-granazón.

339
La temperatura en las regiones ecuatoriales nunca o sólo excepcionalmente alcanza estos
valores tan elevados. La ausencia de temperaturas extremas en la zona ecuatorial y su ocurrencia
frecuente durante el verano en las latitudes medias se explica, si se recuerda que sobre el ecuador la
radiación recibida por el suelo es intensa todo el año, pero la duración del día nunca es larga (12 h). En
cambio, en zonas de latitud media la radiación solar es intensa en verano y, al mismo tiempo, los días
muy largos, lo que provoca un gran calentamiento del suelo y consiguientemente de la atmósfera.

Sobre la extensa área de país situada aproximadamente al norte del paralelo 33 que pasa por
Rosario (Santa Fe), en cualquier época del año suelen presentarse días con temperatura máxima diaria
igual o superior a los 30°C. Esta condición representa un gran problema para la fruticultura, en
especial cuando sucede antes de finalizar el invierno, pues induce a los frutales criófilos poco
exigentes en frío, tales como el damasco, el ciruelo, el almendro, etc., a una floración muy adelantada
que luego heladas tardías pueden malograr total o parcialmente.

En la misma región y también algo más al Sur, ya al promediar la primavera suelen presentarse
con relativa frecuencia temperaturas máximas diarias vecinas o superiores a los 35°C, las cuales,
cuando van acompañadas de vientos secos, provocan el efecto de grano "chuzo", es decir, chico,
liviano y mal formado, si toman a los trigales granando o madurando.

En gran parte de la Argentina suelen ocurrir altas temperaturas aún en pleno invierno;
temperaturas diarias máximas superiores a los 20°C se registran durante la estación invernal tan al Sur
como en Puerto Madryn (Chubut). El caso opuesto también ocurre y así se tiene que, en todo el país,
pueden registrarse en pleno verano temperaturas bajas (inferiores a 10°C).

Las dos circunstancias combinadas configuran una modalidad muy destacada del clima
argentino; es decir que las cuatro estaciones del año están muy mal definidas desde el punto de
vista térmico, pasando de la estación cálida a la fría (o viceversa) en forma imprecisa y con frecuentes
y pronunciadas alternancias de temperatura.

e) Temperatura media del mes más frío

La temperatura media del mes más frío del año (julio) en el país va de los 18°C en el límite
Norte de Formosa con la República de Paraguay, hasta alrededor de 0°C en el extremo Sur de Santa
Cruz. En la Ciudad de Córdoba es de 10.5°C.

Los valores precedentes indican que el invierno, desde sumamente tibio en el extremo Norte de
la Argentina, presenta todas las gradaciones hasta llegar a ser indudablemente frío en el extremo Sur.

Sin embargo, excluyendo las partes más elevadas y australes, como asimismo algunos días
rigurosos, se puede afirmar que el invierno de gran parte del territorio nacional es suave o muy suave,
según los lugares, lo que permite criar económica y exitosamente el ganado a pleno campo, sin
necesidad de estabularlo, como es regla en los países con estación invernal muy fría del hemisferio
Norte. Por otra parte, la suavidad de los inviernos argentinos representa en varias regiones una
dificultad para el cultivo próspero de frutales criófilos muy exigentes en horas de frío.

f) Temperaturas mínimas extremas

340
Las temperaturas más bajas que se han registrado en la Argentina se extienden desde alrededor
de 0°C en el extremo Norte de Salta a -33°C en Colonia Sarmiento (Chubut). En la Ciudad de
Córdoba la temperatura mínima extrema presenta un valor de -8.8°C.

De lo antedicho surgen algunos hechos muy interesantes. El primero es de enorme importancia


agronómica y comercial. En efecto, según lo enunciado no existe ninguna región argentina
francamente libre de heladas invernales, impidiendo ello en forma absoluta el cultivo de especies
arbóreas muy sensibles al frío como son las plantas que producen el caucho, el cacao, la quina y otras.

Además, se observa que el frío más intenso del país se ha registrado en la parte media de la
Patagonia y no en su extremo Sur. De hecho, las temperaturas mínimas extremas que se registran en
Ushuaia suelen ser más suaves que las anotadas en localidades ubicadas mucho más al norte. La poca
intensidad de los fríos registrados en Tierra del Fuego se explica recordando que el continente
sudamericano se va angostando con el aumento de la latitud geográfica, de manera que Ushuaia
ubicada en su extremo Sur posee un clima que está influenciado notablemente por los mares
circundantes.

Por la notable influencia que ejerce la altitud sobre la temperatura del aire, ocurre que la
Quiaca, acusó una temperatura mínima extrema de -17°C, es decir, 5,1°C más baja que la
correspondiente a Ushuaia.

g) Amplitud anual de la temperatura

Uno de los factores del clima que influye más poderosamente en la determinación de las
modalidades de la agricultura y la ganadería de una región, está dado por la amplitud anual de la
temperatura. La amplitud anual es casi nula sobre el ecuador, donde reina un verano perpetuo, y va
aumentando, en términos generales, a medida que crece la latitud, o sea la distancia al ecuador, como
muestra la Figura 2.
Temperatura (°C)

Latitud
Figura 2. Variación de la temperatura media de enero, julio y anual con la latitud (los valores negativos
de latitud corresponden al hemisferio Sur).

Lo que se acaba de enunciar se observa con toda claridad en el hemisferio Norte. En el


hemisferio Sur las cosas ocurren de manera diferente, debido al predominio de los mares sobre los

341
continentes y a que el continente sudamericano es angosto y su anchura decrece a medida que aumenta
la latitud.

En la Argentina presenta la particularidad que la menor amplitud anual, entre 5°C y 10ºC, se
registra en Tierra del Fuego. Sobre gran parte del país la amplitud anual acusa un valor entre 10° C y
15°C, según los lugares, en la ciudad de Córdoba, por ejemplo, es de 13,5°C.

La región con amplitud más pronunciada es la que abarca el Sur de Mendoza y de San Luis,
Oeste de la Pcia. de La Pampa. Noroeste de R. Negro y Noreste de Neuquén, donde la amplitud anual
es de 17°-18°C. Teniendo presente los valores extraordinarios de amplitud que se registran en el
hemisferio Norte (entre 40 y 50ºC), se puede afirmar que la amplitud anual en la Argentina es
moderada.

En síntesis, en el país no existen áreas sin estaciones térmicas diferenciadas, dado que tanto en
el extremo Norte como en el extremo Sur la temperatura media del mes más cálido es indudablemente
más elevada que la del mes más frío. No obstante, la amplitud anual, aún en las partes más
continentales, es moderada, lo que significa que en la Argentina tampoco existen lugares donde a un
invierno muy crudo siga un verano apreciablemente cálido, tal como ocurre en muchos lugares del
hemisferio Norte.

Algunas consecuencias agroecológicas de lo dicho son las siguientes: en gran parte del país
existen recursos forrajeros tanto en invierno como en verano y el ganado puede vivir al aire libre todo
el año; la siembra de cada cultivo, por lo general, puede efectuare sin consecuencias desastrosas en el
curso de amplias épocas; la floración, foliación, madurez y defoliación de las plantas, a diferencia de
lo que ocurre en otros países de clima más continental, en la Argentina salivo excepciones se
desarrollan lentamente sobre lapsos prolongados.

h) Heladas tardías

Las heladas tardías son las que provocan los daños por enfriamiento más importantes en la
Argentina, ya que al tomar a los cultivos brotando (por ejemplo, vid, nogal, papa) o floreciendo (por
ejemplo, damasco, duraznero), anulan o reducen notablemente la cosecha del año.

A veces, cuando el cultivo afectado es un sembradío reciente (por ejemplo, maíz, sorgo), es
factible proceder a la resiembra del mismo, siempre y cuando la época todavía lo permite.

En algunas oportunidades, también las heladas tempranas provocan daños sobre la agricultura.
En el Norte del país, por ejemplo en Tucumán, producen la disminución del valor sacarino de la caña
de azúcar; y reducen, desmejoran o malogran la cosecha de hortalizas de verano, de producción tardía
o aún invernal, tales como tomate, berenjena, pimiento, pepino y poroto.

En aquellas regiones del país menos expuestas a las heladas, tales como diversas localidades
de Corrientes, Formosa, Misiones, Chaco y Salta, las heladas pueden ocurrir cuando muy tarde en el
mes de agosto.

En términos generales a partir del extremo NE de Formosa hacia el sur o hacia el oeste de la
Rep. Argentina, las últimas heladas se presentan cada vez más tardías. Así sucede que en lugares del
extremo Sur, como por ejemplo Ushuaia, Santa Cruz, etc., o en localidades altas del oeste, tales como

342
Malargüe (a 1.418 m.s.n.m y al sudoeste de la Pcia. de Mendoza.), aún puede helar hasta mediados o
fines de enero, o sea en pleno verano.

Entre los dos casos opuestos mencionados, sucede que gran parte de las regiones cerealeras y
frutivitícolas del país están afectadas con relativa frecuencia por heladas en plena primavera (octubre y
noviembre), lo que representa una de las adversidades más importantes de nuestra agricultura, máxime
si se recuerda que estas heladas tardías pueden ir precedidas de días apreciablemente calurosos.

Respecto a la referida adversidad, cabe señalar una excepción muy interesante, que está
constituida por la región de las localidades Carmen de Patagones-Viedma situadas en la
desembocadura del Río Negro.

La mencionada región, como resultado principalmente de su forma de península, no acusa casi


heladas tardías, muy pocas tempranas, las heladas invernales son suaves y el número de horas de frío
elevado. Por ello, en esta región es factible el cultivo exitoso de frutales que producen con dificultad o
irregularidad en gran parte del territorio argentino, tales como el almendro, damasco, nogal, avellano,
castaño y algarrobo europeo. También es propicia para obtener papa y otras hortalizas de producción
temprana.

i) Heladas tempranas y período libre de heladas

En los casos más extremos, las heladas tempranas suelen presentarse incluso antes de la
culminación del verano, es decir, en los primeros días de febrero. Así ocurre, por ejemplo, en la parte
interior o austral de la Patagonia, (ejemplo: Colonia Las Heras, Pcia. de Santa Cruz).

En varias localidades patagónicas no existe ningún mes del año francamente libre de heladas;
entre ellas se puede citar: Río Gallegos y a las localidades chubutenses de Gobernador Costa y Esquel.
Nuevamente, por efecto de la gran altura la Quiaca acusa la misma peculiaridad, por cierto muy
desfavorable para los pocos cultivos de alguna importancia que se efectúan en todas ellas.

Como caso opuesto a los que preceden, en el Noreste de la Pcia. de Formosa las primeras
heladas ocurren muy tardíamente. Así, por ejemplo, en la capital de dicha provincia cuando muy
temprano hiela a fines de junio, ya entrado el invierno.

En esta última región, resulta que durante 300 días del año no existe peligro alguno de heladas;
circunstancia muy valiosa para muchos cultivos de huerta de producción temprana o tardía.

Si se toma en cuenta el período medio libre de heladas, se comprueba que las localidades
argentinas más privilegiadas al respecto acusan un período medio libre de heladas de alrededor de 350
días. Entre ellas se tiene a Ledesma (Jujuy), ciudad de Formosa, Posadas (Misiones) y las localidades
correntinas de Bella Vista, Goya y Paso de los Libres.

En términos generales, ese período se va achicando con el aumento de la latitud y de la altura,


de manera que en algunas localidades patagónicas vecinas a la cordillera el período medio libre de
heladas es apenas de un par de meses. Ejemplos: Junín de los Andes (Neuquén) y Esquel (Chubut).

343
Debe recalcarse, por su desventajosa consecuencia económica, que en la Argentina no existen
regiones absolutamente libres de heladas, tampoco se registra la presencia de localidades con período
medio libre de heladas de 365 días.

j) Humedad atmosférica

En la Argentina, la humedad relativa media del año acusa sus valores más altos (algo por
encima del 75%) en la Pcia. de Misiones y en la faja costera oriental de la Pcia. de Buenos Aires,
desde el Delta del Paraná hasta Necochea.

Además existen otras 2 áreas de alta humedad relativa (algo superior al 70%). La primera se
extiende sobre las provincias de Salta, Jujuy y Tucumán (Selva Tucumano-boliviana); en tanto la
segunda impera sobre el extremo austral de la Pcia. de Santa Cruz y sobre la totalidad de Tierra del
Fuego y las Islas Malvinas. Se debe tener en cuenta que, por influencia de la temperatura del aire, el
contenido de humedad del aire en términos absolutos (tensión de vapor) es más elevado al Norte
(Noreste) del país, especialmente durante el verano, que en el Sur.

La región de menor humedad relativa media anual (algo menos del 50%) se extiende sobre el
área, bien montañosa y elevada, del rincón noroccidental del país, que va del extremo Norte de la Pcia.
de San Juan hasta la Quiaca en Jujuy.

La humedad del aire es una variable atmosférica que tiene bastante importancia agrícola, pues
cuanto más elevada se presenta en una región, mayor es la probabilidad de que se produzcan rocíos,
como resultado del descenso nocturno de la temperatura del follaje y demás partes de las plantas; y
también es probable que el rocío perdure más tiempo en el curso del día. Todo ello trae como
consecuencia que en los lugares con elevada humedad relativa proliferen más las enfermedades
criptogámicas de las plantas cultivadas. Por otra parte, la mayor frecuencia y prolongada persistencia
del rocío reduce apreciablemente el número de horas aprovechables para una recolección satisfactoria
de los productos agrícolas; granos de cereales y lino, algodón, etc.

k) Lluvia anual
El promedio anual de lluvia (o nieve) más alto del país corresponde a Laguna Frías (Río
Negro) con 3668 mm, y le sigue Colonia Finlandesa (Misiones) con 1708 mm. El valor más bajo se
observa en Caucete (San Juan) con tan sólo 84 mm. En la Ciudad de Córdoba es de 818 mm con  =
+/- 141.

La descripción anterior permite reconocer la existencia de dos sectores de elevada pluviometría


en el país: uno que se encuentra en Misiones y el otro en Río Negro, sobre la Cordillera. Estas áreas
pertenecen a las dos regiones pluviométricas que, tomando como referencia el paralelo 40ºS, divide a
nuestro país: la región Centro Norte, al Norte de esta latitud, y la región Patagónica hacia el Sur.

En la región Centro Norte, desde el NE de Misiones la lluvia disminuye hacia el O, el S y


principalmente hacia el SO, en cuya dirección se llega a la parte más seca de país, con menos de 100
mm al año; ubicada en la provincia de San Juan y a otra, algo menos seca que la anterior (alrededor de
150 mm), que se extiende en una faja que va de la capital de Neuquén a la Ciudad de Comodoro
Rivadavia. Extensiones muy apreciables del país acusan normalmente menos de 500 mm de lluvia al

344
año. En ellas la agricultura resulta muy problemática sin el auxilio del riego o de prácticas
especializadas de cultivo.

El decrecimiento de la lluvia anual, de Misiones hacia el Oeste, se detiene al acercarse al gran


macizo andino, para luego a la inversa acrecer las precipitaciones, a medida que el terreno se eleva
paulatinamente hacia el Oeste. El hecho que precede da origen a una región de lluvia bastante
abundante, en la parte oriental de las sierras de Tucumán, Salta y Jujuy, que determina la presencia de
la selva tucumano-boliviana.

La región típicamente maicera, que en forma aproximada está incluida en el triángulo que
forman las ciudades de Santa Fe, Buenos Aires y Rufino, acusa una lluvia anual promedio de 950 mm.

Del triángulo mencionado, las lluvias disminuyen hacia el Oeste, Sur y Sudoeste,
desmejorando en general la aptitud agrícola, particularmente con respecto al último rumbo citado, pues
a la disminución de la lluvia anual se le une el acortamiento muy apreciable del período libre de
heladas.

En la Patagonia (al Sur del paralelo 40ºS) cambia la dirección hacia la cual disminuye el
promedio anual de lluvia, en respuesta directa al régimen de vientos predominantes del Oeste y a la
conformación particular de la región Andina, de menor altitud y con la presencia de numerosos valles
transversales. Como consecuencia de ello, las precipitaciones, desde la ya mencionada faja seca
(Ciudad de Neuquén-Comodoro Rivadavia) aumentan, en cambio de disminuir, hacia el Oeste,
Sudoeste y Sur. El resultado final es que la costa patagónica, desde aproximadamente la península de
Valdés hasta la ciudad de Río Gallegos, es muy escasa en precipitaciones, mientras que éstas son más
abundantes sobre una estrecha faja que corre muy próxima a la cordillera y también sobre el extremo
Sur de Tierra del Fuego; situaciones éstas dos últimas donde reinan los bosques subantárticos.

En el país, excepto la parte Sur y Oeste de la Patagonia, las nevadas en general son fenómenos
raros y de poca importancia. En esta afirmación, no se consideran las altas cumbres de las montañas,
pues éstas permanecen cubiertas de nieve todo el año, aún en regiones vecinas a los trópicos, (por
ejemplo: Sierra de Aconquija en Tucumán).

El Sudoeste de Santa Cruz y el Sur de Tierra del Fuego constituyen la región con nevadas más
frecuentes, con un promedio de 30 o más de ellas por año.

l) Régimen estacional de la lluvia

En la Argentina existen tres regímenes pluviométricos principales, los cuales concuerdan con
el movimiento de los dos anticiclones oceánicos.

El primero (Régimen monzónico) se observa con toda nitidez en el Noroeste y centro del país.
En esta región, el invierno está prácticamente desprovisto de lluvia, las precipitaciones comienzan en
forma gradual en primavera, se intensifican en forma manifiesta durante el verano, para decrecer en
modo apreciable en otoño. Según lo dicho, el año se puede subdividir en dos semestres; uno cálido y
lluvioso que va de octubre a marzo y el otro, más frío y casi sin lluvias, que se extiende de abril a
setiembre.

345
Alejándose de esta región, ya sea hacia el E, SE o S, la cantidad de lluvia que cae en el
semestre más frío tiende a igualar a la que se registra durante el semestre cálido (Régimen isohigro),
de tal modo que la cantidad de lluvia que se produce en invierno llega a ser bastante apreciable y, en
algunos lugares como Misiones, alcanza un valor aproximadamente igual al que se registra en verano.

Hacia el Sudeste se repite el mismo hecho, es decir que la lluvia que cae en el semestre cálido
(octubre a marzo) es sólo ligeramente superior a la que se registra en el semestre frío. Ejemplos: Mar
del Plata, ciudad de Buenos Aires, etc.).

En dirección al Sudoeste ocurre algo análogo, aunque con cierta diferencia. En efecto, la lluvia
que se registra en el semestre cálido es un poco menos que la precipitación acusada en el semestre frío.
Ejemplo: Malargüe, Pcia. de Mendoza, con 99 mm en el semestre cálido y 122 mm en el semestre frío.

Este comportamiento tiene significado porque señala la transición al tercer régimen


pluviométrico existente en el país (Régimen mediterráneo) y que impera con toda claridad en la parte
noroccidental de la Patagonia. Dicho régimen temporal se caracteriza por registrar escasas lluvias
durante el semestre cálido (octubre a marzo) y abundantes precipitaciones en el semestre frío. Como
ejemplo, citamos a Bariloche, en esta localidad durante el semestre cálido se registran 253 mm y en el
semestre frío 812 mm.

Es conveniente aclarar que este tercer régimen sólo impera en la parte noroccidental de la
Patagonia, pues en el resto de ella predomina, con mayor o menos nitidez, el régimen isohigro.

m) Días de lluvia

Los datos de días de lluvia o nieve que se han registrado al año en las distintas localidades del
territorio argentino, indican que hay dos lugares, muy distantes uno del otro, donde la cantidad anual
de días de lluvia es máximo.

En Bariloche, por una parte, se registraron en promedio 106 días de lluvia o nieve por año en
2001-2010. Por la otra, en Posadas, Misiones, se presentó un registro similar de 107 días en igual
periodo.

La localidad con menor número de días de lluvia es Cañada Honda, al Sur de la ciudad de San
Juan. Esta localidad, en término medio acusa sólo 9 días de lluvia al año. En San Juan durante el
decenio 2001-2010 se registró un valor de 16,4 días de lluvia al año (con 7 días en 2003 y 24 en 2004).

En la estepa pampeana y en la mitad Sur de la provincia de Entre Ríos que, juntamente, forman
la gran región agrícola-ganadera del país, donde se obtiene casi toda la producción argentina de trigo,
maíz, avena, cebada, lino, girasol y papa, el número de días de lluvia al año va, en forma aproximada,
desde un promedio mínimo de 70 días a uno máximo de 90, según los lugares (80 días en Paraná; 79
en Rosario, 80 en Pilar).

La buena distribución de la lluvia, tanto en días como en cantidad de precipitación,


unida a la suavidad del verano, la poca intensidad de los fríos invernales y el período medio
libre de heladas apreciablemente largo, hacen de esta parte de la estepa pampeana una región
privilegiada para obtener buenos pastoreos en las cuatro estaciones del año.

346
347
Radiación global media anual (MJ m-2 día-1)

Atlas Agroclimático de la Argentina


Ed. G Murphy (2008) Editorial FAUBA

348
Heliofanía efectiva media anual (horas)

Atlas Agroclimático de la Argentina


Ed. G Murphy (2008) Editorial FAUBA

349
Temperatura media anual (°C)

350
Temperatura media del mes más cálido (Enero) (°C)

351
Temperatura media del mes más frío (Julio) (°C)

352
Temperaturas máximas extremas (°C)

353
Temperaturas mínimas extremas (°C)

354
Período medio con heladas (días) Porcentaje de años con heladas

Atlas Agroclimático de la Argentina


Ed. G Murphy (2008) Editorial FAUBA

355
Amplitud térmica media anual (°C)

356
Precipitación media anual (mm)

357
Precipitación media del mes más cálido (Enero) (mm)

358
Precipitación media del mes más frío (Julio) (mm)

359
Frecuencia de días con precipitación anual (días)

360
Precipitación semestre cálido (%) Precipitación semestre frio
(%)

Atlas Agroclimático de la Argentina.


Ed. G Murphy (2008) Editorial FAUBA

361
Evapotranspiración potencial media anual (mm)

Atlas Climático Digital de la República Argentina


A.R. Bianchi y S.A.C. Cravero (2010)

362
Exceso de agua anual (mm) Deficiencia de agua anual
(mm)

Atlas Agroclimático de la Argentina


Ed. G Murphy (2008) Editorial FAUBA

363
331
UNIDAD 4: CLIMATOLOGÍA

Sub unidad 4.2. CLASIFICACIONES CLIMÁTICAS y AGROCLIMÁTICAS


Temario:
Introducción
Distintos tipos de clasificaciones climáticas
Características particulares de la clasificación de los climas
La República Argentina clasificada por distintos procedimientos

INTRODUCCIÓN

Como toda ciencia taxonómica (del griego taxón=orden), la clasificación del clima ha buscado
establecer unidades geográficas elementales o tipos climáticos que, siendo relativamente uniformes en
su interior, resulten suficientemente distintos de otros tipos elementales, para facilitar su diferenciación
en cualquier lugar de la tierra, ya sea próximo o más lejano.

Para tener una utilidad práctica concreta, las clasificaciones climáticas deben partir de datos
simples y fácilmente accesibles, que permitan componer un cuadro o esquema que sea a la vez
suficientemente general, para agrupar climas con rasgos comunes y, sin embargo, con el detalle necesario
para identificar aquellas características particulares que hacen a un clima distinto de otro.

En climatología, tanto la complejidad de los caracteres como su interacción, le confieren a cada


clima su particularidad y hacen difícil establecer de manera objetiva las unidades a separar. De algún
modo, la articulación de una clasificación climática constituye un problema insoluble, en la medida que
solo puede recibir soluciones arbitrarias y artificiales, y por lo tanto imperfectas. Por lo tanto, cada
sistema de clasificación que se ha establecido tiene sus fortalezas y debilidades y no se puede considerar
necesariamente a un método mejor que otro.

Asimismo, las clasificaciones climáticas deberían establecer, para que la comparación sea
simple, un número reducido de tipos climáticos, considerando pocos elementos o variables clasificatorias
para configurar cada tipo elemental. El problema es hallar los límites entre cada tipo de clima. De allí
que hayan surgido muchos criterios para establecer con bases más o menos objetivas los límites entre
clases y regiones climáticas. Es decir, para un número infinito de climas que se encuentran en la
superficie terrestre, solamente se puede tratar de agruparlos en conjuntos que resulten lo más
racionalmente homogéneos.

La climatología trata de explicar principalmente la influencia que los distintos climas ejercen
sobre el hombre y sus principales actividades productivas. La vegetación es uno de los elementos más
importantes para establecer una escala de clases de climas, en particular la vegetación natural cuya
distribución, a pesar de depender de otras condiciones (como la actividad del hombre), responde
principalmente a las condiciones climáticas de un territorio.

Es por ello que la mayoría de las clasificaciones climáticas han basado la delimitación de
regiones en la distribución de la vegetación, tratando de explicar así la acción de la temperatura y la
precipitación sobre las características, cantidad y difusión de la misma. Este criterio botánico o
fitogeográfico dio origen a las primeras clasificaciones.

Aparte de las distintas definiciones oportunamente consideradas, ha sido costumbre decir que el
clima de un lugar o de una región es el tiempo meteorológico por término medio, tomando un intervalo
temporal suficientemente prolongado. Otra concepción reconoce como única diferencia entre tiempo y

364
332
clima a la escala temporal de referencia, mientras que el primero constituye un concepto dinámico
valorado a cada momento, el segundo se aplica a una escala temporal integrada por varios años de estados
atmosféricos. Mientras que el tiempo ofrece una perspectiva concreta y observable, la percepción que se
puede hacer del clima es abstracta y resulta producto de un cómputo. Sin embargo, ambos conceptos
comparten los mismos factores y elementos.

La idea de clasificación climática está asociada necesariamente con la de zonificación, o sea la


distribución geográfica o espacial del clima en una región. Se entiende por clasificación climática al
esquema que incluye a todos los tipos de clima, identificando a los grupos claramente distintos y
fácilmente distinguibles entre sí.

El interés por clasificar y obtener una expresión regional del área en la que el clima tiene
ocurrencia, se explica porque en la macroescala es señalado como factor responsable de la distribución
de la vegetación natural y de los distintos tipos de suelo.

La intención de clasificar, ordenar, tipificar o sistematizar es el objetivo que persigue la ciencia


en las etapas maduras de su desarrollo. Este objetivo resulta común a todas las ramas de las ciencias,
incluidas las atmosféricas, de donde se desprende la climatología. No obstante, la clasificación del clima
ofrece algunos aspectos particulares.

Características sobresalientes de la clasificación de los climas.

a) El clima es un concepto abstracto.

A diferencia de los estados meteorológicos que poseen una existencia concreta, el clima resulta
de una valoración estadística y, por lo tanto, tiene un carácter abstracto, que acrecienta las dificultades
de la tipificación y obliga a evaluar los resultados indirectamente y no por sí mismo.

b) El clima es un concepto complejo.

El clima se pone de manifiesto a través de sus elementos y factores, pero una representación
individual y analítica de cada uno de ellos no resulta suficiente para identificarlo. Es necesaria una
representación holística en la cual los elementos climáticos actúen de manera interrelacionada, formando
parte de un sistema cerrado que descansa en los principios de conservación de la energía (radiación neta,
temperatura del suelo, temperatura del aire y viento) y de conservación de la materia (humedad del aire,
evaporación y precipitación). El primero de ellos se pone en evidencia por medio del balance de energía,
en tanto el segundo lo hace a través del balance hidrológico, que interactúan por medio de la energía
puesta en juego en los cambios de estado del agua.

c) El clima es un concepto de síntesis.

La propiedad de síntesis se funda en la necesidad de simplificar y generalizar, ya que es imposible


tener en cuenta el conjunto completo de los estados atmosféricos que son posibles de ocurrir en una
región. En este sentido resulta de suma importancia la selección de los elementos que van a dar lugar a
la clasificación, de manera tal que, sin perder de vista el punto anterior, surja una representación
sólidamente fundada en los aspectos funcionales del sistema climático. Por otra parte, también debe
considerarse la disponibilidad de datos que permitan una aplicación generalizada del sistema, debiendo
procurar el equilibrio entre lo deseable y lo posible.

365
333
d) El clima es un factor de naturaleza continua.

El clima no es exactamente el mismo en todos los puntos de una zona climática, aunque este
territorio sea pequeño. Desde un extremo a otro de un territorio existe algún grado de variación climática,
más o menos perceptible de acuerdo con la escala de análisis considerada. De todos modos, el criterio
que debe prevalecer es el de una región climáticamente homogénea, es decir, en donde la variabilidad
interna sea mínima, respecto a la variabilidad entre regiones.

e) La transición climática es gradual.

De no mediar factores climáticos que actúen imponiendo límites abruptos, y de acuerdo con el
punto anterior, el paso de una región climática a otra se va produciendo de manera gradual. Los rígidos
límites que se emplean para representar divisiones de unidades climáticas por medio de isolíneas muchas
veces son ficticios y equívocos. La realidad se aproxima más a una forma de representación por
colorimetría, donde los colores principales indican las zonas climáticas, y la transición puede ser
reflejada por medio del manejo de los tonos.

f) El clima es un concepto útil para el hombre.

La esencia de la clasificación del clima consiste en combinar los diferentes elementos del clima,
de manera tal que resulte una información útil. La idea de utilidad se refiere a su aplicación para
contribuir al ordenamiento de cualquier actividad humana y, como fundamentalmente estas actividades
están centradas alrededor de la producción y adquisición de alimentos, es natural buscar combinaciones
de elementos que sean significativos para la vida de las vegetales y animales, la agricultura y campos
afines del esfuerzo humano.

g) La distribución de los suelos y la vegetación prístina deben guardar correspondencia con los
tipos climáticos propuestos por el sistema taxonómico. Esto constituye el primer elemento de validación
o evaluación de la zonificación climática efectuada.

DISTINTOS TIPOS DE CLASIFICACIONES CLIMÁTICAS

De acuerdo al método de trabajo y enfoque utilizado en su desarrollo, las clasificaciones


climáticas se agrupan en tres tipos:
a) Descriptivas.
b) Genéticas.
c) Sistemáticas o Racionales

CLASIFICACIONES DESCRIPTIVAS

A este grupo pertenecen las clasificaciones más antiguas. En ellas los climas se dividen en
distintos tipos sin considerar valores numéricos ordenados, sino simplemente por una apreciación del
autor en base a los elementos climáticos de cada región. La clasificación descriptiva más generalizada
ha sido dividir los climas de la tierra de acuerdo a su posición zonal respecto al ecuador. De esta forma
y en base a la variación del goce de radiación con la latitud quedan establecidos tres tipos de clima desde
el punto de vista térmico: Cálido, de temperaturas siempre elevadas en la zona intertropical que rodea al
ecuador; Templado, de las zonas entre los trópicos y los círculos polares que se caracteriza por
temperaturas moderadas y precipitaciones abundantes; Frío, desde los círculos polares hasta los polos,
caracterizado por presentar temperaturas bajas (bajo cero) en forma casi permanente.

366
334
CLASIFICACIONES GENETICAS

Definen los distintos tipos de climas de acuerdo a las causas o factores que los determinan. A los
efectos de establecer los diferentes tipos y grupos, en lugar de los elementos del clima utilizan a los
factores que le dan origen en cada región. La base genética de los climas a gran escala la constituye la
circulación general de la atmósfera, la que es determinada por los regímenes de viento en los distintos
lugares del planeta, o el predominio de distintas masas de aire, a nivel regional.

Un ejemplo de este tipo de clasificación es la que desarrolló FLÖHN en 1950. Las principales categorías
que considera, basadas en los cinturones globales de viento y las características de la precipitación, son
las siguientes:

Zona climática Característica de la lluvia


Zona ecuatorial (vientos predominantes del Este) Constantemente húmeda
Zona tropical (vientos alisios) Lluvias estivales
Zona seca subtropical (alisios o cinturón subtropical de Prevalece la aridez
altas)
Zona subtropical (vientos del oeste o cinturón subtropical Lluvias invernales
de altas)
Zona extratropical (vientos del Oeste) Precipitación abundante repartida
durante todo el año
Zona subpolar (cinturón subpolar de bajas) Precipitación escasa durante todo el
año
Zona polar (alta polar) Precipitación escasa, lluvias
líquidas en verano y sólidas en
invierno

CLASIFICACIONES RACIONALES O SISTEMÁTICAS

Están basadas en relaciones que jerarquizan los tipos climáticos mediante números o índices que
se establecen en función de la vegetación o fundadas en relaciones lógicas entre los distintos elementos.
Estas son las clasificaciones que alcanzaron mayor difusión mundial. Entre ellas se encuentran las de
Köppen y la de Thornthwaite, motivo por el cual se las presenta a continuación en forma detallada.

CLASIFICACIÓN CLIMATICA DE KÖPPEN

Creada inicialmente por el climatólogo alemán Wladimir Köppen en 1884 y revisada


posteriormente por él mismo y por Rudolf Geiger en 1936, describe cada tipo de clima con una serie de
letras, normalmente tres, que expresan la influencia de la temperatura y la precipitación sobre la
vegetación. Es una de las clasificaciones climáticas más utilizadas debido a su generalidad y sencillez,
ya que el procedimiento emplea sólo datos climáticos medios mensuales de temperatura y precipitación.

Para este autor, la noción de clima se refiere al conjunto de condiciones atmosféricas que hacen
un lugar más menos habitable para los seres vivos. La condición de habitabilidad la establece en
particular de acuerdo al tipo de vegetación existente. Divide los climas del mundo en cinco grupos
principales: tropical (A), seco (B), templado (C), continental (D) y polar (E), identificados por la primera
letra en mayúscula, respectivamente. Cada grupo se divide en subgrupos, y cada subgrupo en tipos de
clima. Los tipos de clima se identifican con un símbolo que resulta de la integración de 3 o 4 letras. Esta
clasificación constituyó el primer ejemplo de clasificación climática racional. Aunque de manera
rudimentaria, introduce el concepto de balance hidrológico para evaluar la efectividad de la
precipitación, y se basa en la consideración de los elementos climáticos ponderados, realizando una
jerarquización sistemática de ellos.

367
335

Köppen escoge en forma arbitraria los parámetros para delimitar sus tipos climáticos. Por
ejemplo, toma ciertos niveles de temperatura en algunos tipos climáticos y en otros considera límites
distintos. Usa diferentes fórmulas según el caso para evaluar la eficiencia hídrica de la región. Estos
detalles ponen de manifiesto que utilizó fundamentalmente la distribución de la vegetación para
establecer los límites entre los distintos tipos de clima.

Los tipos climáticos de una región se obtienen añadiendo a las primeras 5 letras mayúsculas que
representan a cada uno de los grupos fundamentales, letras minúsculas que consideran aspectos térmicos
e hídricos particulares. A continuación, se presentan los ábacos y cuadros que permiten clasificar el clima
de cualquier lugar.

Componentes que utiliza la Clasificación Climática de KOEPPEN


Temperatura media anual ºC

25
BW
20
BS
15

10
A,C,D
5

-5
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000
Precipitación anual en mm

ABACO 1: Límites entre climas secos y húmedos cuando las lluvias son ESTIVALES

30

25
BW BS
Temperatura media anual ºC

20

15

10
A, C, D

-5
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000
Precipitación anual en mm

ABACO 2: Límites entre climas secos y húmedos cuando las lluvias son INVERNALES

368
336
30
BS
25
BW

Temperatura media anual ºC


20

15

10
A, C, D

-5
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000
Precipitación anual en mm

ABACO 3: Límites entre climas secos y húmedos cuando las lluvias son IRREGULARES,
distribuidas durante todo el año.

CUADRO 1: Clasificación de los climas A, C, D y E, de acuerdo a las Temperaturas mensuales

Clima A Temperatura media mensual mayor de 18 ºC (todos los meses del año) (megatérmico)

Clima C Temperatura del mes más frío entre 18 ºC y - 3ºC (macrotérmico)


Temperatura media del mes más frío menor de -3ºC y la del mes más cálido superior a
Clima D 10 ºC (microtérmico)

Clima E Temperatura media mensual del mes más cálido inferior a 10 °C (equistotérmico)

80
Precipitación del mes más seco (mm)

Af - clima de selva tropical


70

60
Am - clima intermedio
50 (bosque a pesar de
presentar estación seca)
40

30
Aw - clima de sabana
20

10

0
500 1000 1500 2000 2500
Total anual de lluvias (mm)

ABACO 4: Clasificación de los tipos fundamentales del clima A

369
337
CUADRO 2: Variedades específicas del clima B, de acuerdo a la precipitación
Tipos Variedades específicas por precipitación
Fundamentales Lluvias invernales Lluvias estivales Lluvias irregulares
Bws BWw Bwx'
BW (r  t) r  (t + 14) r  (t + 7)
Bss Bsw Bsx'
BS (r  2 t) r  2 (t + 14) r  2 (t + 7)

r = precipitación anual (cm) t = temperatura media anual (ºC)

CUADRO 3: Variedades específicas, de acuerdo a la temperatura, del clima B


Temperatura media anual Temperatura media mensual Tipo de Clima
h' > 18ºC > 18ºC Mes más Muy cálido
h > 18ºC < 18ºC frío Cálido
K < 18ºC > 18ºC Mes más Frío
K' < 18ºC < 18ºC cálido Muy frío

CUADRO 4: Clasificación de los tipos fundamentales del clima C


Cw
Las lluvias son estivales. La precipitación del mes más húmedo es
(seco en
 que 10 veces la precipitación del mes más seco
invierno).
Las lluvias son invernales. La precipitación del mes más húmedo es
Cs  que 3 veces la del mes más seco, teniendo en cuenta que el mes
(seco en más seco tenga una precipitación inferior a 30 mm, tenemos un caso
verano). particular Cfs (clima que no puede ser considerado seco en verano
y se dice que el verano es apenas seco)
Si las lluvias son estivales, la precipitación del mes más húmedo es
Cf < que 10 veces la precipitación del mes más seco; si las lluvias son
(constantemente invernales, las precipitación del mes más húmedo es < que 3 veces
húmedo). la precipitación del mes más seco

CUADRO 5: Variedades específicas, de acuerdo a la temperatura de los climas C y D


Temperatura media mensual Tipo de
clima
a Cuatro meses o más con Tº del mes más cálido superior a 22 ºC Sub-
tropical
b Tº > 10 ºC Templado
Tº del mes más cálido inferior a 22 ºC
prop. dicho
c Menos de cuatro meses con Tº del mes más frío superior a -38 ºC Frío
d Tº > 10 ºC Tº del mes más frío inferior a -38 ºC Muy Frío

CUADRO 6: Tipos fundamentales de los climas E


Temperatura media anual Tipo de clima
ET Tº del mes más cálido superior a 0 ºC Clima de Tundra
EF Tº del mes más cálido inferior a 0 ºC Clima de hielo perpetuo
Clima de Tundra o hielo
EB Tº del mes más cálido inferior a 10 ºC, por altitud
perpetuo

370
338
CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA DE THORNTHWAITE

Thornthwaite utiliza un nuevo elemento para la clasificación de los climas que es la


evapotranspiración potencial, además de los ya conocidos como la precipitación y la temperatura. Es un
sistema cuantitativo puesto que la delimitación de los diferentes tipos climáticos se realiza utilizando
valores numéricos.

Emplea la temperatura y la duración del día para estimar la evapotranspiración potencial; que
junto a la precipitación son utilizados para calcular el balance hidrológico climático. Entre los resultados
del balance quedan determinados el exceso y la deficiencia de agua, que en sus valores anuales se utilizan
para obtener los índices utilizados en la clasificación.

Como índice de eficiencia térmica utiliza el valor anual de la evapotranspiración potencial. Este
concepto implica que así como la humedad deficiente es un factor limitante para el crecimiento y
desarrollo de la vegetación, de igual modo lo es un estado térmico insuficiente. Siendo la humedad
adecuada, dentro de ciertos límites, la tasa de crecimiento de las plantas y la abundancia de la vegetación
varían directamente con la temperatura. Por lo tanto, la eficiencia térmica es elevada en las regiones
ecuatoriales y tropicales y muy reducida en las regiones polares.

Para determinar los climas presentes en una región, considera cuatro aspectos que cuantifica de
acuerdo a los siguientes indicadores: Índice Hídrico, Eficiencia Térmica, Variación Estacional de la
Eficiencia Hídrica y Concentración Estival de la Eficiencia Térmica.

Supone que una deficiencia de 0,6 puede quedar compensada por la acción beneficiosa de un
exceso de agua en una determinada estación, cuando se almacena la humedad en el suelo y puede ser
aprovechada en los siguientes períodos secos por árboles de hojas perennes cuyas raíces son profundas.
En 1955 se omitió este factor de compensación, ya que se reconoció que la deficiencia puede comenzar
tan pronto como la evaporación elimina algo de humedad del suelo.

Este sistema de clasificación ha sido aplicado a diversas regiones. En las regiones tropicales y en
las semiáridas el método no resulta muy satisfactorio. Seguidamente se encuentran los cuadros que
permiten clasificar el clima de cualquier localidad según este método.

Índices y Categorías que utiliza la Clasificación Climática de THORNTHWAITE.

100 x Exceso agua − 60 x Deficiencia agua


Índice Hídrico =
Necesidad de agua

Índice de Eficiencia Térmica = Evapotranspiración potencial anual, mm.

Variación estacional de la eficiencia hídrica =


de acuerdo al valor del IH, si positivo usa el Índice de Aridez, si negativo usa el Índice de Humedad

100 x Deficiencia agua 100 x Exceso agua


Índice de Aridez = Índice de Humedad = Necesidad de agua
Necesidad de agua

∑ 3 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠 > 𝐸𝑇𝑃


Concentración Estival de la Eficiencia Térmica = . 𝟏𝟎𝟎 = (%)
Necesidad de agua

371
339
Cuadro I.- TIPOS CLIMATICOS.
Tipo climático Índice hídrico
A Perhúmedo 100 y superiores
B4 Húmedo 80 a 100
B3 Húmedo 60 a 80
B2 Húmedo 40 a 60
B1 Húmedo 20 a 40
C2 Subhúmedo húmedo 0 a 20
C1 Subhúmedo seco -20 a 0
D Semiárido -40 a -20
E Árido -60 a -40

Cuadro II.- TIPOS DE CLIMAS.


Tipo de clima. Índice de Eficiencia Térmica, mm.
Helado E'
142
Tundra D'
285
Microtermal C1'
427
C2'
570
B1'
712
Mesotermal B2'
855
B3'
907
B4'
1140
Megatermal A'

Cuadro III.- VARIACION ESTACIONAL DE LA EFICIENCIA HIDRICA.


Índice de Índice de
Climas húmedos (A, B, C2) Climas secos (C1, D, E)
Aridez Humedad
r Nula o pequeña deficiencia. 0 a 16,7 d Nulo o pequeño exceso 0 a 10
s Deficiencia moderada en verano 16,7 a 33,3 s Exceso moderado en invierno 10 a 20
w Deficiencia moderada en invierno 16,7 a 33,3 w Exceso moderado en verano 10 a 20
s2 Gran deficiencia en verano más de 33,3 s2 Gran exceso en invierno más de 20
w2 Gran deficiencia en invierno más de 33,3 w2 Gran exceso en verano más de 20

Cuadro IV.- TIPOS DE CONCENTRACION ESTIVAL EFICIENCIA TERMICA.


Concentración estival. Tipo. Concentración Estival, porcentaje.
a'
48,0
b4'
51,9
b3'
56,3
b2'
61,6
b1'
68,0
c2'
76,3
c1'
88,0
d'

372
340
CLASIFICACIONES AGROCLIMATICAS

Las clasificaciones agroclimáticas incluyen todos los estudios que tratan de determinar las
unidades geográficas homogéneas con aptitudes agrícolas similares. En éstas, como en las clasificaciones
climáticas sistemáticas, los autores usan índices que expresan el rango anual de temperatura, el balance
entre la precipitación y la evaporación, y en otros casos, la variación estacional de la lluvia.

Estos sistemas difieren de las clasificaciones climáticas sistemáticas en que ellas involucran el
uso de índices a quienes se les ha atribuido una significación agrícola especial, debido a su naturaleza,
intensidad y frecuencia. En otros casos, para salvar la falta de precisión de las clasificaciones
climatológicas, se recurrió a establecer unidades geográficas más pequeñas que ofrecen una mayor
uniformidad climática y definen más exactamente su adecuación agrícola en razón de su menor tamaño.

Son ejemplos de ellas las clasificaciones de Meigs, Papadakis, de Fina, etc.

La clasificación de Meigs para zonas áridas intenta una modificación del sistema de
Thornthwaite (1948) para ser empleada en la determinación de posibilidades agrícolas. Su modificación
está basada en una determinación del régimen térmico; considerando las temperaturas de los meses más
frío y más cálido, de acuerdo con las siguientes categorías:

<0°C; 0-10; 10-20; 20-30 y >30°C.

La clasificación de Papadakis describe algunas características de una región mediante una


fórmula que resalta cuatro condiciones fundamentales del clima, a saber:

- Las condiciones térmicas del invierno


- Las condiciones térmicas del verano.
- Régimen de humedad (distribución de las lluvias en relación con la marcha anual de la temperatura).
- La cantidad de humedad.

Condiciones térmicas del invierno

Respecto a este criterio los climas son clasificados en seis grupos:


- Ec: Ecuatorial: la temperatura mínima normal nunca baja de 15°C, no existe estación templada.
- Tp: Tropical: la temperatura mínima normal es inferior a los 15°C, pero no ocurren heladas, hay
estación templada.
- Ci: Hay heladas pero el invierno es lo suficientemente benigno que permite el cultivo de los citrus.
- Av: El invierno no es lo suficientemente benigno para cultivar citrus, pero si para cultivar avena en
invierno.
- Ti: El invierno no es lo suficientemente benigno para cultivar avena, pero si para cultivar trigo en
invierno.
- Pr: Polar: El invierno resulta demasiado riguroso, aún para el cultivo de trigo en invierno.

En general el límite inferior anual de la temperatura es superior a -2°C en los climas Ci, a -10°C
en los Av y a 29°C en los Ti.

373
341
Condiciones térmicas del verano

Desde este punto de vista los climas son clasificados del siguiente modo:
- G: verano lo suficientemente largo y cálido como para cultivar algodón.
- M: verano no es lo suficientemente largo y cálido como para cultivar algodón pero si para el maíz.
- Tr: verano no es lo suficientemente largo y cálido como para cultivar maíz pero si para el trigo.
- P: Verano Polar: El verano no es lo suficientemente largo y cálido como para cultivar trigo, la
temperatura media del mes más cálido es inferior a 10°C.

Igualmente que para las condiciones de invierno, establece límites térmicos y además considera
el período libre de heladas.

Régimen de humedad

- Me: Mediterráneo.
- Is: Isohigro.
- Mo: Monzónico.

Cantidad de humedad

Relaciona las lluvias con la evapotranspiración potencial estimada a través del déficit de
saturación correspondiente a la temperatura máxima diaria del mes considerado: (EP = 0,5625 x (ema -
ed)). Obtiene un Índice Hídrico = PP/EP, con el cual estableció 14 regímenes de humedad.

CLASIFICACIÓN DE De Fina

a) DIFUSION GEOGRAFICA DE CULTIVOS INDICES.

Metodología de trabajo.
Se trata de un relevamiento agroecológico por el cual se estudian condiciones climáticas y
agroclimáticas de una región de acuerdo al desarrollo que logran en el lugar 18 plantas índices.

Estas 18 plantas índices tienden a ser cultivadas en todo lugar donde se establece el hombre, en
localidades con más de 400 habitantes y 20 años de existencia. Si en el lugar no se encuentra una de estas
especies es porque el clima o el suelo lo impiden o no son favorables (aunque a veces influyen factores
distintos de orden económico, social, etc.).

Se fija de antemano el radio a reconocer, que nunca debe sobrepasar los 20 km (en regiones muy
accidentadas o muy variadas, no debe pasar los 5 km), y se procede a interrogar a 3 agricultores
competentes y de antigua radicación en la zona acerca de:

a) abundancia de cada especie en la región.


b) rendimientos de frutos o granos en la mayoría de los años.
c) grado de madurez que alcanzan los frutos o granos.

Aparte de los 18 cultivos índices, se indican para cada localidad los restantes cultivos que se
practican, como así mismo una serie de datos complementarios relativos a las condiciones de clima,
suelo, agua, económicos, sociales, etc., del lugar.

Los tres aspectos, abundancia de la planta, rendimiento y grado de madurez, se anotan cada uno
por medio de una escala creciente de puntos que va de 0 a 4.

374
342
De acuerdo a esto, cuando en una localidad una de las 18 plantas índices se cultiva muy
abundantemente, se le asignan 4 puntos por este concepto; si además los rendimientos son elevados la
mayoría de los años, se le asignan otros 4 puntos. Finalmente, si la maduración de los frutos o granos es
muy buena la generalidad de los años se agregan otros 4 puntos por tal concepto y, en consecuencia, se
obtiene la suma máxima posible de puntaje que es de 12. Esto significa que el cultivo se desarrolla y
rinde bien o muy bien por efecto de las buenas condiciones ambientales (clima, suelo, sanidad) y
acompañado de favorables condiciones económico-político-sociales. Cuando las condiciones
ambientales o económico-político-sociales desmejoran, el puntaje sucesivamente desciende a 11, 10, 9,
etc. y llega a 1 cuando el cultivo se desarrolla en condiciones pésimas en la localidad.

Es conveniente aclarar que en la valoración de los distintos aspectos se consideran, sin distinguir,
los cultivos comerciales, familiares y de ensayos. Además, en lo que se refiere a la producción, se
considera igualmente aunque no se proceda a su cosecha.

Las 18 plantas índices, constituyen dos grandes grupos: las primeras 12 son plantas arbóreas o
perennes y que en consecuencia pasan todo el año a merced de las contingencias meteorológicas; las
últimas 6 son de siembra anual y, por lo tanto, solo viven a merced de las condiciones meteorológicas
durante algunos meses del año. El comportamiento de los cultivos se hace sin discriminar las variedades
(por simplicidad del método).

Las 12 plantas perennes son las siguientes:

1) cacao, ananá, banano, limonero


2) datilera, olivo, higuera, vid
3) nogal, duraznero, peral, manzano

Están ordenadas en forma creciente por la resistencia a los fríos invernales, es decir, que el cacao
es de las 12 plantas la más sensible a los fríos invernales, mientras que el manzano es la especie más
resistente.

A su vez, este grupo de 12 se subdivide en 3 colecciones de 4 plantas cada una, que se distinguen
por sus exigencias o tolerancias respecto a la humedad atmosférica y lluvias, a saber: cacao, ananá,
banano y limonero, prefieren o toleran sin dificultad climas húmedos y lluviosos.

Datilera, olivo, higuera y vid, son plantas que prosperan bajo climas secos y despejados (siempre
que el suelo acuse un grado satisfactorio de humedad).

Nogal, duraznero, peral y manzano representan una subcolección de tipo intermedio entre las dos
anteriores, respecto a los factores de humedad atmosférica y lluvia señalados. En cuanto a las 6 plantas
de siembra anual, ellas son:

algodón, sandía, maíz, trigo, avena, cebada

Estas plantas están ordenadas de forma decreciente por la suma de temperatura del aire que
exigen para alcanzar la madurez del fruto o grano.

375
343
Para representar la importancia de la producción se utilizan los siguientes símbolos:

Símbolo Importancia de producción


 No existe el cultivo
 1-2-3-4-5-6
 7-8
 9 - 10
 11
 12 (porcentaje máximo)

RIEGOS
Símbolo Clase de riego aplicado
A Riegos hasta que las plantas arraiguen.
b Riegos periódicos sólo para elevar rendimientos.
C Riegos periódicos, sin ellos las plantas mueren.

Además se consigna si se realiza riego o no, en el caso de ser afirmativo, de qué tipo es.
Simbólicamente se representa éste con las letras a, b y c, según sean: riegos hasta que las plantas
arraiguen, riegos periódicos sólo para elevar rendimientos y riegos periódicos, sin ellos las plantas
mueren.

Con este método pueden ponerse en evidencia los siguientes rasgos climáticos:
o intensidad y frecuencias de las heladas invernales.
o duración y temperatura media del invierno.
o abundancia y escasez de lluvias.
o humedad atmosférica y nubosidad, etc.

b) DISTRITOS AGROCLIMATICOS.

Desde el punto de vista agrícola y en virtud a la gran diversidad de producciones, se requiere


una subdivisión del país más detallada. A tal efecto el autor define el concepto de distrito agroclimático
como un "área de máxima extensión donde las condiciones climáticas son lo suficientemente
uniformes como para permitir asegurar que, en todas las localidades comprendidas en él, pueden
hacerse los mismos cultivos con probabilidades de éxito muy semejantes en todas ellas para la
generalidad de dichos cultivos".

Se supone, en la afirmación anterior, que las localidades dentro del distrito no difieren
fundamentalmente respecto de condiciones edáficas o hidrológicas.

Dentro de un distrito, especialmente si existen accidentes topo o hidrográficos, pueden


presentarse climas locales que difieren entre sí, pero nunca en forma tal para modificar apreciablemente
las probabilidades de éxito de los cultivos. No obstante estar constituidos por diversos climas locales y
éstos a su vez admitir la existencia de microclimas, el distrito agroclimático permite realizar en todas
sus localidades los mismos cultivos, con probabilidades de éxito muy similares.

376
344
Para establecer los Distritos Agroclimáticos, De Fina se basa en la estrecha relación que existe
entre los cultivos, la temperatura y la precipitación, que además reflejan las modalidades de los restantes
elementos del clima (duración e intensidad de la radiación, humedad atmosférica, evaporación,
nubosidad, etc.). La temperatura y precipitación, por otra parte son los datos más fáciles de ser
registrados.

Para su aplicación se requiere, en consecuencia, los siguientes datos:

a) temperatura media del mes más caluroso del año (Enero).


b) temperatura media del mes más frío del año (Julio).
c) total de lluvia del trimestre más caluroso del año (Diciembre, Enero y Febrero).
d) total de lluvia del trimestre más frío del año (Junio, Julio y Agosto).
e) porcentaje de precipitación en el semestre restante, respecto al anterior (c + d) que se
considera igual a 100.

En la República Argentina excluidas las regiones más abruptas y el sector antártico, se


delimitaron 271 distritos, de los cuales 21 se encuentran en la provincia de Córdoba.

El Distrito se designa mediante una NOTACION INTERNACIONAL y por una


DESIGNACION REGIONAL. Para hallar la primera se trabaja con los QUEBRADOS TERMICO
Y PLUVIOMETRICO. La designación regional es el nombre de una localidad del distrito que por
sus valores térmicos y pluviométricos o por su importancia, sea representativa del mismo.

Como un mismo distrito puede repetirse en diversos lugares de la superficie terrestre, es


conveniente identificarlo y precisarlo, cualquiera sea la región donde se presente. Por ello la
NOTACION INTERNACIONAL permite la identificación de un clima cualquiera a través de dos
quebrados: el QUEBRADO TERMICO y el QUEBRADO PLUVIOMETRICO, y un SIGNO que
indica la precipitación del semestre restante.

Estos quebrados están formados por las categorías térmicas o pluviométricas que corresponden
a los valores mensuales de temperatura o de suma de precipitación media trimestral.

En el QUEBRADO TERMICO, el numerador es la categoría térmica que corresponde a


la temperatura media mensual del mes más caluroso del año (Enero) y el denominador a la
categoría correspondiente a la temperatura media mensual del mes más frío del año (Julio). Se
encuentran las categorías térmicas a través del Cuadro 1. Como es obvio, en este quebrado el
denominador nunca puede ser mayor que el numerador. Las categorías dentro del quebrado no se
simplifican.

En el QUEBRADO PLUVIOMETRICO, el numerador es la categoría pluviométrica


correspondiente al trimestre más caluroso del año (Diciembre, Enero y Febrero) y el denominador,
la categoría correspondiente al trimestre más frío del año (Junio, Julio y Agosto). Las categorías
pluviométricas se encuentran en el Cuadro 2.

En algunas regiones, puede ocurrir que el régimen pluviométrico sea apreciablemente


asimétrico respecto al régimen térmico o que, siendo simétrico, presente máximos o mínimos muy
breves y acusados. Pero la mayoría de los climas no ofrecen dichas particularidades y en ellos, pues,
en los seis meses comprendidos por el trimestre más caluroso y el trimestre más frío del año se registra,
aproximadamente, tanta lluvia como en el semestre restante (meses de otoño y primavera). En otras
palabras, en este último la cantidad de agua precipitada es el 100%, aproximadamente de la suma caída
en el semestre que constituye el quebrado pluviométrico.

377
345
Esta característica de la distribución anual de la precipitación se manifiesta en la NOTACION
INTERNACIONAL a través de un SIGNO que corresponde al porcentaje de precipitaciones en el
semestre restante respecto a las que se registran en el semestre compuesto por los trimestres más
caluroso y más frío que constituyen la base 100. Las categorías correspondientes se encuentran en el
Cuadro 3.

Cuadro 1 Categorías Térmicas Correspondientes a Tº Medias Mensuales, Según De Fina.

Categoría térmica TºC Categoría térmica Tº C


24 -5,9 a -4 35 16,1 a 18
25 -3,9 a -2 36 18,1 a 20
26 -1,9 a 0 37 20,1 a 22
27 0,1 a 2 38 22,1 a 24
28 2,1 a 4 39 24,1 a 26
29 4,1 a 6. 40 26,1 a 28
30 6,1 a 8 41 28,1 a 30
31 8,1 a 10 42 30,1 a 32
32 10,1 a 12 43 32,1 a 34
33 12,1 a 14 44 34,1 a 36
34 14,1 a 16 45 más de 36

Cuadro 2. Categorías pluviométricas, según precipitación trimestral.(verano o invierno).


Categorías pluviométricas Precipitación trimestral mm
0 0 a 25
1 25 a 50
2 50 a 100
3 100 a 200
4 200 a 350
5 350 a 500
6 500 a 700
7 700 a 900
8 900 a 1200
9 1200 a más

Cuadro 3.- Categorías correspondientes a la precipitación media del semestre restante

Categoría Precipitación semestre restante, %.


(-) 0 a 50 %
sin signo 50 a 200 %
(+) 200 a 400 %
( ++ ) 400 a más %.

378
UNIDAD 5 AGROCLIMATOLOGIA

SUBUNIDAD 5.1. BIOMETEOROLOGIA Y BIOCLIMATOLOGIA

INTRODUCCIÓN

La explicación del proceso fenológico y el rendimiento de los cultivos, en función


de la marcha anual de los elementos del clima de un lugar, corresponde al ámbito de la
Bioclimatología Agrícola y la ubicación geográfica de las especies agrícolas, como
consecuencia de las relaciones biológico-meteorológicas investigadas, es estudiada por la
Agroclimatología.

En 1956, la Sociedad Internacional de Biometeorología y Bioclimatología definió


ambos conceptos como el "estudio de las interrelaciones entre el ambiente geográfico y
geoquímico y los organismos vivientes: plantas, animales y hombres".

En 1969, definió la Biometeorología como el "estudio de las relaciones entre los


factores meteorológicos y los organismos vivientes". Estamos en presencia de la
Bioclimatología cuando las relaciones se estudian durante una serie de años y pueden
obtenerse valores medios, frecuencias y probabilidades, es decir pueden ser tratados
estadísticamente, de la misma forma que los elementos del clima.

La Bioclimatología es una ciencia de síntesis ubicada en el entrecruzamiento de


ciencias muy diversas: por un lado, la Física y la Climatología y por el otro lado el
conjunto de disciplinas biológicas, especialmente la Fisiología Vegetal y Animal.

El objetivo final no es el de aceptar el ambiente tal cual se presenta, sino en que


sentido puede ser modificado, ya sea por medios físicos o biológicos. Así, actuando y
penetrando profundamente en la intimidad de los fenómenos, llegar a definir las relaciones
entre los factores físicos del medio climático y los fenómenos vitales con el objeto de
promover el progreso agronómico.

No se debe descartar las posibilidades ofrecidas por los fitotrones, verdaderas


fábricas climáticas y las investigaciones de laboratorio indispensables, para aportar
elementos de respuesta a nuevas hipótesis de trabajo. Pero no podemos prescindir de
estudios sobre el terreno, ya que los problemas a resolver están en función a la complejidad
del medio ambiente natural, integrado por gradientes, interacciones, etc.

Esto es sin duda una de las originalidades de la Bioclimatología; cuando al estudiar


un factor físico determinado (temperatura, luz, agua, etc.) no trata de aislarlo de su medio
natural como sucede, en otras disciplinas.

Como lo demuestran trabajos ya realizados (por ejemplo en trigo, avena, cebada,


centeno, soja, etc.), tomar el ambiente en toda su complejidad no impide hacer variar de
una manera privilegiada un determinado factor, para conocer su acción específica.

379
CONCEPTOS BASICOS

Se deben hacer consideraciones sobre el significado de términos frecuentemente


utilizados en Bioclimatología, además de los que se explican en los temas específicos.

 Ciclo biológico de los cultivos: está compuesto por una sucesión de etapas
"pasivas" (reposo, lactancia, dormición, hibernación, descanso, etc) sin
manifestación visible de actividad alguna, y de etapas "activas" donde el
individuo crece, cambia su forma o apariencia presentándose con signos
externos de actividad, indicadores del cumplimiento intensivo de procesos
fisiológicos internos y continuos. Durante ambas etapas la actividad vital
responde a una serie de fenómenos o manifestaciones que pueden ser
diferenciados en dos acciones:

 Crecimiento: conjunto de actividades que por multiplicación celular de los


tejidos ya existentes se traducen en un aumento de masa, tamaño o peso. Hay un
aumento de biomasa en forma cuantitativa y mensurable.

 Desarrollo: secuencia de acciones que van llevando paulatinamente al individuo


hacia la reproducción y la perpetuación de la especie, manifestándose por la
aparición de funciones y tejidos nuevos o la desaparición de algunos existentes.
es un proceso cualitativo, no mensurable físicamente.

 Necesidad, requerimiento o exigencia: son términos indistintos que significan


la calidad o magnitud de la condición meteorológica general, o de algún
elemento en particular, que resulta indispensable para que el cultivo pueda
cumplir adecuadamente su ciclo evolutivo.

 Tolerancia: expresa el grado en que los cultivos son capaces de soportar,


aguantar o resistir, sin mayores daños, ciertas manifestaciones en la magnitud de
los elementos meteorológicos actuantes, hasta un valor extremo que se conoce
como "límite crítico".

 Disponibilidad meteorológica o climática: de manera general, se incluye


también a la cantidad y calidad de radiación solar, la intensidad y duración de
período luminoso y a la temperatura y grado de humedad de la capa de suelo
explorada por el cultivo.

 Cultivo agrícola: sin especificarlo, es cualquier comunidad vegetal pura, que


mediante prácticas culturales adecuadas, el hombre utiliza para obtener
beneficios. Principalmente se hará referencia, salvo aclaración en contrario, a los
cultivos de carácter extensivo que pueden prosperar bajo condiciones naturales y
en secano.

REQUERIMIENTOS BIOCLIMATICOS DE LOS CULTIVOS

Cada especie vegetal tiene una región de dispersión geográfica mundial donde
satisface sus exigencias meteorológicas y climáticas, creciendo, desarrollándose y

380
perpetuándose a través del tiempo. En la misma, el conjunto de elementos climáticos
representa el bioclima o diversidad de combinaciones ambientales necesarias para el
cumplimiento del ciclo ontogénico de la especie. Es decir que el bioclima de un cultivo es
el conjunto de necesidades y tolerancias meteorológicas de todas las variedades y
cultivares del mismo.

Cuando los elementos y factores del clima se complementan en frecuencia e


intensidad adecuadas para determinar una producción de frutos, de granos o de órganos
vegetativos, benéfica para el hombre, se puede diferenciar el agroclima, concepto de
similar interacción físico-biológica que el bioclima, pero que puede tener un ámbito
geográfico de magnitud diferente. El agroclima es el conjunto de condiciones climáticas
de un lugar o región geográfica que definen la posibilidad de desarrollar
determinadas actividades agropecuarias.

La figura 5.1.1 muestra esquemáticamente las áreas correspondientes al bioclima y


al agroclima. Existen especies vegetales cuyas áreas de dispersión en el mundo son muy
dilatadas pero con aprovechamiento reducido y a veces nulo, en tanto que otras, por su
utilidad para el hombre, poseen áreas agroclimáticas en continuo aumento, pues por
técnicas de mejoramiento, la Fitotecnia produce nuevos agrotipos que aumentan la
superficie de la región de cultivo. (figura 5.1.1.A).

Muchas veces el aumento del área de un cultivo se logra modificando


artificialmente el ambiente físico, mediante tratamientos inductivos o protección contra
adversidades meteorológicas; se logra así una mayor extensión del área agroclimática por
utilización de regiones donde naturalmente la especie no podría sobrevivir, pues algún
elemento del clima se presenta con frecuencia o intensidad insuficiente o no, resistida por
la planta o alguno de sus órganos (figura 5.1.1.B).
A B C

BIOCLIMA AGROCLIMA

Figura 5.1.1. Áreas geográficas ocupadas por zonas bioclimáticas y agroclimáticas.

ºEl área agroclimática puede superar en extensión a la bioclimática cuando la


utilización agrícola no necesita alcanzar la etapa reproductiva, ya que se utilizan órganos
vegetativos (rizomas, tallos, hojas, etc.); el área de utilización de las especies en el campo
de la Horticultura, Silvicultura o Cultivos Industriales puede superar los límites fijados
para la satisfacción de los elementos climáticos, para el desarrollo de las plantas
integrantes del cultivo (figura 5.1.1.C). Dentro de las superficies de la figura 5.1.1, pueden
existir áreas donde se interrumpe la continuidad de la superficie de satisfacción
bioclimática por competencia de factores edáficos o biológicos, pero que la técnica
agronómica puede superar si fuese necesario.

381
Las especies vegetales están integradas por grupos de individuos que reaccionan de
manera diferente en las distintas áreas de su dispersión geográfica y que reciben el nombre
de tipos bioclimáticos (cultivares). Por lo tanto, los tipos bioclimáticos o agroclimáticos
de una especie están formados por el conjunto de individuos con exigencias
ambientales semejantes. La caracterización de tales exigencias representa una valiosa
herramienta agrotécnica en la planificación de los cultivos.

Los ambientes aptos para las distintas especies cultivadas suelen diferir
grandemente, sobre todo si se consideran cultivos anuales cuyo desarrollo se produce en
estaciones del año opuestas. Las diferencias no son tan marcadas entre los tipos de una
misma especie, aunque la Fitotecnia produce nuevos cultivares, y consecuentemente se
amplía la gama de requerimientos bioclimáticos a satisfacer. Las especies perennes tienen
asimismo gran disparidad en exigencias bioclimáticas, estando muchas veces su dispersión
limitada a áreas de reducida superficie por requerimientos muy particulares.

Generalmente la marcha de los regímenes térmico y de precipitación de un lugar


pueden señalar las necesidades de un cultivo allí explotado de manera generalizada.

La interacción de los distintos elementos bioclimáticos del ambiente determina


reacciones por parte del cultivo, que toma la forma de modelos diferentes de
comportamiento fenológico ó fenométrico; el estudio de los cuales significaría conocer los
requerimientos bioclimáticos de las especies en cada ciclo en su área de distribución.

Cada variedad o grupo de variedades satisface sus necesidades mejor que otras
cuando se confronta con un complejo climático particular que le ofrezca ventajas para su
cultivo. Esta superioridad es cuantificable mediante índices bioclimáticos que muestran las
ventajas comparativas del uso de una variedad particular en una región particular.

No hay que intentar medir la acción individual de los elementos bioclimáticos


sobre el comportamiento de las especies, sino evaluar las reacciones producidas por la
ocurrencia simultánea de las distintas combinaciones posibles que pueden ocurrir.

Nos referimos aquí, exclusivamente, a cultivos anuales, pero las consideraciones


generales pueden ser extensibles a los perennes con las correspondientes modificaciones
específicas de requerimientos.

El ciclo anual de los cultivos consiste en etapas y subperíodos con demandas


variables que puede ser dividido en dos partes: la primera que comprende el
crecimiento de las plantas hasta el comienzo de la etapa de floración, y la segunda
que continua hasta la maduración de los frutos. Ambas etapas están caracterizadas por
la sucesiva aparición de órganos y el crecimiento de tejidos, así como por transformaciones
morfológicas y químicas.

El análisis de los factores ambientales que producen tales modificaciones en estos


estados, constituye el objetivo de la bioclimatología agrícola ya que toda combinación de
elementos produce cambios en el ciclo biológico que pueden ser utilizados en agricultura.

382
Mientras más fácilmente el ambiente satisfaga las necesidades de la variedad, más
rápidamente se cumplen las etapas, y esto es válido si la siembra del cultivo se realiza en la
fecha que determina la combinación más favorable de los factores ambientales.

Este signo de precocidad respecto al ambiente es una de las características de las


variedades que no puede ser confundido con tipos que, desde tempranos a tardíos, pueden
ser encontrados en todo cultivo. Son tardíos las formas agrícolas que satisfacen sus
necesidades bioclimáticas mediante un ciclo de mayor o menor tiempo, pero cada uno de
ellos demuestra su mayor precocidad cuando satisfacen sus requerimientos
adecuadamente.

Los factores biológicos que determinan la precocidad de las especies pueden ser
ejemplificados mediante dos cultivos, un cultivo invernal (trigo) y un cultivo estival
(soja) que muestran como, la acción combinada de los elementos bioclimáticos difiere de
acuerdo a la época del año y al estado vegetativo de los cultivos.

El trigo es cultivado en una gran parte del mundo. Es difícil encontrar lugares
donde no puede crecer porque posee límites muy amplios de resistencia específica y
tolerancia a combinaciones climáticas que permiten su cultivo en áreas que enmascaran su
carácter original de cultivo típicamente invernal; ésto es confirmado por los trigos
primaverales y por aquellas variedades que crecen en la región intertropical. En las
tradicionales áreas trigueras del Hemisferio Sur, tales como Argentina, hay variedades
locales de trigos que satisfacen todos sus requerimientos bioclimáticos en el área donde
son cultivadas y cuyos requerimientos son estables y no varían con los años, lo cual es
perfectamente lógico si recordamos que el área de cultivo no puede ser cambiada y por lo
tanto, las condiciones climáticas son las mismas.

La interacción de tres factores permite alcanzar la espigazón tan precozmente como


sea posible: la suma de temperaturas, los requerimientos de frío y los requerimientos
fotoperiódicos. Los dos últimos requerimientos han sido prácticamente eliminados por los
fitotecnistas, lo cual ha permitido al trigo crecer en áreas del mundo donde todo lo
necesario para completar su ciclo, es una cierta cantidad de energía; ignorando los
requerimientos de frío y de fotoperíodo.

Una variedad de trigo que necesita principalmente una suma de temperaturas


para su desarrollo en relación con los otros factores, completa su ciclo más rápidamente
cuanto mayor sea la temperatura que experimenta.

El segundo factor de precocidad en trigo, es la necesidad de bajas temperaturas,


que puede ser evidenciado sembrando trigo vernalizado simultáneamente con su
correspondiente testigo.

El tercer factor bioclimático en precocidad es la duración del día, (fotoperíodo).


Las especies de trigo usadas son de "días largos", (su desarrollo se acelera cuando el
período de luz está por encima del umbral crítico, por ejemplo, 12 horas), pero existen
variedades que reaccionan de manera diferente al fotoperíodo. Algunas son casi
indiferentes, otras, necesitan largos períodos de luz diarios, pero todas aumentan su
velocidad de crecimiento con un incremento en el fotoperíodo.

383
Los cereales de invierno cultivados en América del Sur pueden ser analizados
desde la emergencia hasta la floración por la interacción de sumas térmicas, duración del
fotoperíodo y requerimientos de bajas temperaturas.

La etapa desde la espigazón hasta maduración del trigo, no ofrece las mismas
alternativas de interacción entre los elementos bioclimáticos, como en la etapa anterior. La
influencia de la duración del día desaparece y el único factor activo es la suma de
temperaturas como energía necesaria para producir el incremento de tamaño de los granos
hasta su máximo volumen y, posteriormente, su gradual desecación hasta la cosecha. La
suma térmica (entre 700 y 800° sobre 0°C para completar la etapa espigazón-maduración)
es prácticamente constante en cualquier parte del mundo donde se siembra trigo.

En esta segunda etapa el efecto de las bajas temperaturas no sólo deja de ser
positivo, sino que en realidad constituye la culminación del ciclo vegetativo. Una
temperatura media de 13-14°C para los meses más cálidos del año es el límite polar para el
cultivo de trigo.

El comportamiento fenológico y fenométrico de las especies estivales anuales


muestra similitudes y diferencias con respecto a la influencia e interacción de los
elementos bioclimáticos cuando se comparan con los cultivos anuales de invierno.
Aquellas no están muy ampliamente distribuidas a través del mundo debido a que las bajas
temperaturas limitan el crecimiento de las distintas especies. La longitud del período con
temperaturas sobre 0°C, limita la duración del intervalo entre siembra y cosecha, mientras
que la intensidad de la termofase positiva anual determina la posibilidad de cultivo.

Como ejemplo, analizaremos el caso del cultivo de la soja. Si dividimos el ciclo


total en dos etapas (de germinación a floración y de floración a maduración), los elementos
bioclimáticos activos son los siguientes: durante la primera etapa, el efecto de la duración
del día. Por esta razón, una variedad de los grupos 00, 0 ó I puede tolerar días largos de
latitudes relativamente altas, mientras que las variedades de los grupos VII y VIII, pueden
solo desarrollarse en días estivales cortos de bajas latitudes. Este requerimiento
fotoperiódico va acompañado por una necesidad de sumas térmicas que son tanto más
altas, cuanto mayor es el número del grupo.

La precocidad es el resultado de la satisfacción del umbral fotoperiódico requerido


para floración y una acumulación de sumas de temperatura superiores a las requeridas por
los cultivos invernales.

La segunda etapa, después de floración esta leguminosa presenta subperíodos


bastante más complejos que en el caso de los cultivos de invierno. El largo período de
floración de la soja es continuado por un similar período en la fructificación. El proceso de
maduración es más dilatado cuando las disponibilidades ambientales más lo favorezcan.
En todo caso, como en los cultivos de invierno, la única influencia bioclimática es la
temperatura.

La acción bioclimática del factor humedad, no ha sido considerada para


algunos de los tipos de cultivos estudiados, debido a que no afecta obviamente a los
procesos fenológicos, pero si los resultados fenométricos del rendimiento. De acuerdo
a como los períodos críticos al agua han sido satisfechos, la influencia de la humedad se ve
reflejada en el crecimiento de los tejidos, dando un rendimiento agrícola que será la

384
consecuencia de la interacción de los elementos bioclimáticos sobre el crecimiento y
desarrollo, actuando conjunta y positivamente a través del ciclo. Se debería enfatizar el
hecho frecuentemente demostrado que la precipitación no es tan importante como la
humedad del suelo.

Para el trigo, el período crítico es el lapso de tiempo inmediatamente anterior a


espigazón hasta la maduración lechosa. Esto es confirmado por la correlación existente
muy alta entre los milímetros de deficiencia de agua en ese período y el rendimiento.

Para maíz, el período crítico es el comprendido entre seis semanas antes y tres
semanas después del panojamiento.

Como se ve en los ejemplos analizados, el estudio de los requerimientos


bioclimáticos requiere un cuidadoso análisis de los elementos climáticos que interactúan
en el ciclo vegetativo en el lugar donde se realiza el cultivo. Uno de los elementos
bioclimáticos del complejo atmosférico ejerce una influencia preponderante, tanto en el
crecimiento como en el desarrollo, pero en cada lugar, la acción combinada de todos los
elementos determina el comportamiento fenológico que lleva al resultado final, el
rendimiento, que indica posibilidad económica del cultivo.

ACCION DE LOS ELEMENTOS METEOROLOGICOS SOBRE LOS CULTIVOS


AGRÍCOLAS

Los elementos de carácter físico de la biosfera, comprendiendo los meteorológicos,


astronómicos y edáficos, que actúan sobre los procesos de crecimiento, desarrollo y
productividad de los cultivos se denominan elementos biometeorológicos. Estos
elementos han sido clasificados en:

 Auxégenos: aquellos que favorecen o regulan el crecimiento.


 Anaptígenos: los que satisfacen las exigencias para el desarrollo.
 Tanatoclimáticos: los que producen daños parciales o totales en la vegetación por
su inacción o por la superación de los límites críticos de tolerancia.

Los distintos elementos pueden actuar aisladamente sobre el crecimiento y/o


desarrollo, pero los cultivos reaccionan a la totalidad del complejo ambiental más que a un
solo componente del mismo. Actúan interaccionándose entre sí, produciendo a veces
compensaciones y otras anulándose mutuamente. En cada subperíodo vegetal existe una
combinación óptima de elementos bioclimáticos para un crecimiento o desarrollo con
vigor máximo.

1.- RADIACION SOLAR.

En la Unidad 2.1, hemos visto que la radiación solar es el elemento fundamental de


todos los procesos físicos y biológicos que ocurren en la biosfera. La vegetación la utiliza
de diversas maneras tanto a su intensidad como a su calidad, dirección de incidencia,
duración, etc. Para estudiar los efectos biológicos que provoca, debemos considerarlos
separadamente como: Efectos fotoenergizantes y Efectos fotoestimulantes.

1.1.Efectos fotoenergizantes: los niveles de aprovechamiento de un cultivo


dependen de la edad o etapa de su ciclo, del índice de área foliar (IAF), de la

385
densidad de siembra de la disposición de la concentración de CO2, de la
temperatura, del contenido de agua edáfica, etc.
Mientras la fotosíntesis es un proceso de formación de materia orgánica y
ocurre por la disponibilidad de luz, la respiración es un mecanismo de gasto de
materia orgánica y es continuo, día y noche. La temperatura mínima para la
respiración es de alrededor de 0ºC, el punto de máxima intensidad entre 35 y
40ºC, y el cese ocurre a partir de los 50ºC. La materia orgánica acumulada
diariamente o fotosíntesis neta, es la diferencia entre lo producido
(fotosíntesis) y lo consumido (respiración) (figura 5.1.2).
Según las respuestas de la fotosíntesis y respiración a la temperatura, se
agrupan los cultivos en dos modelos fotosintéticos C3 y C4, cuya descripción
se tiene en las páginas 55 y 56, de este apunte. Los ejemplos de plantas C3 son:
cereales invernales, lino, colza, papa, lenteja, soja, arroz, algodón, olivo,
naranjo, cafeto, poroto, vid, girasol, tomate.
En cambio, son plantas C4, maíz, sorgo, caña de azúcar y el mijo.
Se considera que la acumulación de la energía radiativa diaria durante el
proceso fenológico, demostró ser más eficiente que la suma de temperaturas
para explicar las causas de las variaciones anuales de la floración y
crecimiento en frutales cítricos en EE;UU.

Figura 5.1.2. Relación entre fotosíntesis y respiración.

1.2. Efectos fotoestimulantes. Como hemos visto en la Unidad 2.1,


los efectos estimulantes que ejerce la duración del período de iluminación
(duración del día), comienza con intensidades lumínicas bajas, de menos de 10
lux, incluye el efecto de los crepúsculos matutino y vespertino. este efecto
conocido como fotoperíodo tiene variaciones según la latitud y época del año.
El fotoperíodo estimula a la planta a desarrollarse y esto se llama inducción
fotoperiódica. Los cultivos anuales invernales son de día largo y florecen o
espigan cuando superan el umbral fotoperíodico crítico. Los cultivos
anuales estivales son de día corto e igualmente están influenciados por el
fotoperíodo posterior a la siembra. Los cultivares de soja por ejemplo, se
clasifican en grupos de maduración según su relación al fotoperíodo, y por
ello, sus áreas de siembra se distribuyen en franjas orientadas latitudinalmente.
El subperíodo nacimiento-floración depende fundamentalmente del

386
fotoperíodo de la latitud geográfica de su lugar de siembra, dado que los
distintos cultivares se inducen fotoperiodicamente con distintos umbrales, de
acuerdo a su clasificación grupal. en el norte de la región sojera argentina, se
siembran cultivares con las necesidades fotoperiódicas más reducidas para
florecer, en tanto que hacia el sur se ubican las que presentan la mayor
indiferencia al fotoperíodo, dependiendo el cumplimiento del ciclo
exclusivamente de la disponibilidad térmica.
La figura 5.1.3, muestra el atraso en la fecha de siembra de los cultivares de
los cultivares 0, II, VI y VIII determina la duración del subperíodo hasta la
floración se mantenga o disminuya marcadamente desde la indiferencia
fotoperiódica de los primeros grupos, hasta los del grupo VIII que, en este
ejemplo, tienen la mayor reacción a los días cortos.

Figura 5.1.3. Datos fenológicos medios para el subperíodo siembra-


floración de distintos grupos de cultivares de soja (grupos 0, II, VI y VIII)
en Buenos Aires, (FAV) período 1958/59-1969/70.

2.- TEMPERATURA DEL SUELO.

El clima edáfico está regido por las variaciones en tiempo y profundidad que
presentan en conjunto la temperatura y el contenido de agua del suelo. Ejerce
una gran influencia directa e indirecta sobre los procesos biológicos y
productivos de los cultivos agrícolas, como se ha visto en la Unidad 2.2
(páginas 81-82).

387
Podemos agregar que, en ciertos cultivos, la temperatura del suelo en la fecha
de siembra y días posteriores tiene efecto sobre el futuro desarrollo y el
rendimiento final. Wang afirma que Iowa, hay un aumento lineal del
rendimiento de maíz con la temperatura del suelo desde los 14ºC hasta los
28ºC y luego diminuye. Encontró además una relación directa entre las
geotemperaturas a 2,5 cm de profundidad en los primeros 13 días después de
la siembra y la duración del subperíodo siembra-maduración, que atribuye a un
efecto de la temperatura sobre los primordios florales del embrión (figura
5.1.4).

A B

Figura 5.1.4. Duración del subperíodo germinación-nacimiento en trigo


según temperatura del suelo (A). Duración del subperíodo siembra-
maduración del maíz según temperatura del suelo luego de la fecha de
siembra (B).

3.- TEMPERATURA DEL AIRE.

La temperatura del aire es el índice utilizado para interpretar las


transformaciones de masa y estructura que caracterizan el ciclo biológico
vegetal. Es el elemento meteorológico y climático más importante en el
crecimiento y el desarrollo de los vegetales, determinando la distribución
geográfica de comunidades vegetales y de los cultivos agrícolas. Sus efectos
pueden resultar favorables del crecimiento y desarrollo, en la forma conocida
como "acción positiva" o, por el contrario, producir alteraciones del ciclo o
situaciones de riesgo, capaces de producir destrucción parcial de órganos, o
hasta la muerte del vegetal, lo que se llama "acción negativa" o
tanatoclimática de la temperatura.

3.1. Acción positiva sobre el crecimiento.


La acción de la temperatura del aire sobre los procesos de crecimiento, se
opera por su magnitud a través de las "temperaturas cardinales" (figura 5.1.5).

388
La intensidad de crecimiento relativo, se corresponde con las temperaturas
cardinales para maíz y trigo (figura 5.1.6), indicando para cada intervalo
térmico mantenido en forma constante, el aumento de la cantidad de materia
seca formada por unidad de tiempo.

Figura 5.1.5. Tasa de desarrollo según las temperaturas cardinales: Tb


(temperatura base), To (temperatura óptima) y Tu (temperatura
máxima).

Figura 5.1.6. Puntos cardinales de la temperatura para el crecimiento del


maíz y el trigo.

La acción positiva de la temperatura en el vegetal debe interpretarse como los


sucesivos aumentos de materia seca que hacen posible la actuación de otros
aspectos térmicos y de otros factores biometeorológicos que intervienen en el
proceso fásico. Las plantas van incrementando su crecimiento y
simultáneamente, preparándose para satisfacer las necesidades bioclimáticas
de los subperíodos integrantes del ciclo total, sea en cultivos anuales o
perennes.

3.2. Acción positiva sobre el desarrollo.


Se evalúa por la duración en días de los subperíodos y la energía de fase que
los caracterice. Es difícil separar la acción de la temperatura sobre el desarrollo
puesto que actúa conjuntamente con otros factores biometeorológicos.
Además, de los efectos calóricos, en muchos cultivos, la variación térmica
diaria y anual influye en la expresión de la floración y, en otros, la posibilidad
de un correcto desarrollo supeditada a que las plantas reciban una adecuada
cantidad de enfriamiento durante una etapa de su ciclo anual.
En el cultivo de trigo es común contabilizarla acción anaptígena de la
temperatura en el subperíodo nacimiento-espigazón por la cantidad que resulta
de sumar durante su duración, todas las temperaturas medias diarias,

389
descontadas o no de un cierto valor (temperatura base) acumulación a la que se
llama "suma de temperatura" o "suma de unidades calóricas". La tabla
5.1.1 muestra los requerimientos de un cultivar de trigo, S-801, que no tiene
exigencia en frío. Con el aumento del fotoperíodo se acelera el desarrollo y
llega a espigar más rápidamente.

Tabla 5.1.1. Suma de temperaturas sobre 0ºC requeridas por el cultivar


de trigo S-801 para cumplir subperíodos a espigazón en Buenos Aires,
FAV (promedio de años 1961, 1962y 1963).
Fecha Subperíodos
de Nacimiento- Encañazón Encañazón -Espigazón Nacimiento-Espigazón
siembra Duración (días) Suma térmica Duración (días) Suma térmica Duración (días) Suma térmica
17-Abr 32 490 37 438 69 925
17-May 43 498 47 554 90 1052
15-Jun 40 453 36 460 76 915
15-Jul 33 403 31 431 64 834
18-Ago 27 378 24 366 51 744
16-Sep 24 374 19 352 43 726
04-Oct 20 331 18 332 38 663

En cultivos anuales estivales como maíz, arveja, maní o girasol, entre otros, la
duración de la etapa vegetativa puede definirse por la expresión de la
temperatura, considerada como suma de temperatura para completar el ciclo
de nacimiento a cosecha. En cambio, en la soja, es imposible precisar
exigencias térmicas durante el ciclo, porque sus cultivares reaccionan a la
interacción termo-fotoperiodica de una manera particular.

3.3. Acción positiva de las bajas temperaturas.


Durante una etapa de su ciclo, los cultivos herbáceos invernales y las especies
arbustivas y arbóreas caducifolias, tienen un requerimiento de enfriamiento
por temperaturas por debajo de su cero vital de crecimiento que, de no
satisfacerse, repercute en el comportamiento fásico posterior. es un
requerimiento fundamental para el normal cumplimiento del desarrollo.

a) En cultivos anuales: los cereales invernales, especies hortícolas y


forrajeras, plantas bulbosas y de tubérculos, etc. reconocen el efecto
vigorizante y acelerado de las bajas temperaturas sobre el desarrollo. La
figura 5.1.7 muestra para el cultivo de centeno, la acción enfriante de la
temperatura que muestra su mayor efectividad en el rango entre 1 y 7ºC, y
que puede extenderse a otros cereales invernales.

390
Figura 5.1.7. Adelanto de la espigazón en el centeno invernal Pelkus según
la intensidad de la vernalización.

b) En cultivos perennes arbóreos: en el período de descanso, por acción del


frío ocurren modificaciones dentro de las yemas preformadas en el verano
anterior y, la transformación en activadoras del crecimiento de ciertas
sustancias inhibidoras. La reiniciación del período vegetativo primaveral
depende de que el enfriamiento requerido se complete totalmente. Las
especies que manifiestan esta necesidad biometeorológica se denominan
"criofilas"(ver páginas 149-151, Unidad 2.4).

El conocimiento de las exigencias en frío es importante para las especies


frutales. Este conocimiento orienta la elección de especies y cultivares con
mejores condiciones de adaptación, acorde a las disponibilidades de
enfriamiento invernal de las diferentes áreas frutícolas.

3.4. Acción positiva de la temperatura por su variación diaria y anual.


Ha sido desarrollado en la Unidad 2.4, páginas 151-155.

3.5. Efectos negativos de la temperatura o efectos tanatoclimáticos.


Cuando la temperatura del aire desciende por debajo de la mínima letal o
supera a la máxima letal, los efectos sobre los tejidos pueden variar desde
daños menores hasta la destrucción total, según sean las condiciones
acompañantes, la duración de tales temperaturas, el estado fenológico, el
contenido celular, etc.
El sobrecalentamiento de las superficies foliares por altas temperaturas pueden
producir quemaduras, daño importante para cultivos horticolas en los cuales
las hojas constituyen la parte comercializable. Durante veranos muy cálidos,
los frutales aceleran la maduración de sus frutos, los cuales resultan insípidos,
sin aroma y con disminución de su calidad de conservación. Se reconocen dos
clases de efectos de bajas temperaturas: el helamiento o enfriamiento y el
congelamiento. El primero ("chilling") se refiere a daños que pueden sufrir
ciertos cultivos tropicales y subtropicales por descensos térmicos durante
cierto período de tiempo por debajo de los 10ºC pero mayores de 0ºC. El
cacotero y el árbol del caucho, son muy sensibles a temperaturas inferiores a
los 15ºC. Temperaturas entre 0 y 5ºC pueden dañar severamente a cultivos de
arroz, algodón o poroto si se mantienen por muchas horas, también maíz, soja,
y algunas hortícolas acusarán daños de distinta severidad.
Los mayores perjuicios a los cultivos ocurren por temperaturas inferiores a los
niveles críticos de tolerancia, que son las que producen fenómenos de
congelamiento hídrico en los tejidos ("freezing"). Se admite que la muerte de
los tejidos y órganos vegetales es ocasionada por un proceso de carácter fisio-
químico que, en pasos sucesivos, puede llegar a la muerte de las células. El

391
proceso comienza con la formación de hielo extra celular, en los espacios
intercelulares. Por diferencia de presión, el agua de la célula es obligada a
atravesar la membrana para congelarse sobre el hielo ya formado.
Paulatinamente se va produciendo la deshidratación del protoplasma que lleva
a una plasmólisis celular. Si la temperatura no desciende más y, por el
contrario, comienza a ascender muy suavemente permitiendo un deshielo
lento, la célula puede recobrar el agua perdida y su turgencia inicial y, en
consecuencia, no se registrará daño alguno. En cambio, si el descenso térmico
continúa, se producen alteraciones fisiológicas en el contenido protoplasmático
que, en la mayoría de los casos, por ser irreversibles terminan con la muerte de
la célula.
La deshidratación protoplasmática primaria es la que produce la clásica
marchitez húmeda y ennegrecimiento de los brotes tiernos, observable en la
mañana después de una helada.
Los límites de resistencia a temperaturas de helada son variables para distintas
especies, su sanidad, la etapa fenológica, la provisión hídrica, los contenidos
celulares (los azúcares aumentan la resistencia), las condiciones acompañantes
a la baja térmica, su duración, la secuencia en días sucesivos, etc. La tabla
5.1.2 muestra valores relativos de los límites críticos de algunas especies
vegetales.

Tabla 5.1.2. Resistencia de los cultivos a heladas (ºC) en las diferentes fases del
desarrollo.
Temperatura dañina en la fase de
Cultivo Nivel de resistencia Germinación Floración Fructificación
Trigo de -9 a -10 de -1 a -2 de -2 a -4
Avena De alta resistencia de -8 a -9 de -1 a -2 de -2 a -4
Lenteja de -7 a -8 de -2 a -3 de -3 a -4
Lupino de -6 a -8 de -3 a -4 de -3 a -4
Girasol Resistentes de -4 a -6 de -2 a -3 de -3 a -4
Lino de -5 a -7 de -2 a -3 de -2 a -4
Cáñamo de -5 a -7 de -2 a -3 de -2 a -4
Repollo Medianamente de -5 a -7 de -2 a -3 de -6 a -9
Soja resistentes de -3 a -4 de -1 a -2 de -2 a -3
Maíz de -2 a -3 de -1 a -2 de -2 a -3
Sorgo De baja resistencia de -2 a -3 de -1 a -2 de -2 a -3
Papa de -2 a -3 de -1 a -2 de -1 a -2
Algodón de -1 a -2 de -1 a -2 de -2 a -3
Melón Muy baja o nula de -0,5 a -1 de -0,5 a -1 de -0,5 a -1
Arroz resistencia de -0,5 a -1 de -0,5 a -1 de -0,5 a -1
Tomate de -0 a -1 de -0 a -1 de -0 a -1
Tabaco de -0 a -1 de -0 a -1 de -0 a -1

4. INFLUENCIA FOTOTERMICA.
Dentro de las interacciones bioclimáticas más frecuentes, sobresalen las de
temperaturas y el fotoperíodo, por su importancia para el desarrollo de los
vegetales. Para muchos cultivos, tanto invernales como estivales, el cómputo
de las sumas de temperaturas obtenidas a través de ensayos geográficos en
distintos lugares o en diferentes épocas en ensayos de siembras períodicas,
puede acusar aumentos o disminuciones regulares debido a la influencia
ejercida por el fotoperíodo sobre las plantas de las especies ensayadas.

392
Como se observó, para un cultivar de trigo (S-801), que no tiene exigencia en
frío, cumple el subperíodo nacimiento-espigazón satisfaciendo sólo su
exigencia en suma térmica. Con el aumento del fotoperíodo, a medida que se
atrasó la época de siembra, se acelera el desarrollo y llega a espigar más
rápidamente. La mejor relación entre la etapa vegetativa y la reproductiva
correspondió, en este caso, a la siembra del 15 de julio, la que produjo el
mayor rendimiento.
Otro ejemplo de interacción termo-fotoperiódica es la soja, especie de "días
cortos", cuyos cultivares se reunen en grupos del 000 al X, con requerimientos
térmicos y fotoperiódicos bien diferenciados. Desde el grupo 0 al VIII hay un
aumento en la suma de temperaturas y el pasaje desde la indiferencia
fotoperiódica al umbral lumínico más elevado. En la soja, el umbral indica la
duración del fotoperíodo de grupo de maduración por debajo del cual se
produce la inducción requerida para alcanzar la floración. La amplia región
oriental sojera argentina de cultivo en secano, presenta condiciones térmicas y
fotoperiódicas adecuadas para el empleo de cultivares de cualquier grupo,
desde los más precoces a los más tardíos.
La caña de azúcar es otro ejemplo de la interacción entre la temperatura y la
duración del día. Las exigencias bioclimatológicas de la caña de azúcar en
Tucumán, cumplen su período inductivo entre fines de marzo-principios de
abril, pero la ocurrencia de por lo menos cuatro noches con temperatura
inferiores a 18ºC casi todos los años, inhiben la floración.

Figura 5.1.8. Relación entre duración del día y suma de temperaturas


necesarias para floración del lino oleaginoso.

En el cultivo de lino oleaginoso, la representación gráfica de la relación entre


suma térmica sobre 0ºC desde nacimiento hasta floración y la duración del día
en la fecha de plena floración representado en la figura 5.1.8.

393
5. ACCION DE LA HUMEDAD EDAFICA.
El contenido de agua del suelo o "humedad edáfica" actúa con acciones
positivas y negativas sobre el crecimiento, desarrollo y producción de los
cultivos. Sus aspectos auxégenos y anaptígenos se vinculan con el contenido
hídrico de libre disponibilidad, por la cual la planta puede utilizar toda el agua
que necesita para cumplir sus procesos vitales y productivos. Como elemento
tanatoclimático la humedad del suelo puede operar tanto por su
deficiencia(sequía edáfica), como por su exceso (situación de sobresaturación).
Las deficiencias de agua no sólo reducen el rendimiento sino que también
alteran la forma del crecimiento. En general, la profundidad de las raíces
disminuye con el aumento de la humedad del suelo, ya que con poca humedad
las raíces tienden a profundizar, se hacen más finas y más largas. Los riegos
frecuentes conducen a un crecimiento superficial de las raíces, lo cual es un
inconveniente durante las sequías.
Las deficiencias de agua tienen un efecto acentuado en la fotosíntesis,
regulación estomática, intensidad de la transpiración. Cuando se modifica la
economía del agua de una planta y su balance de agua tiene una deficiencia, se
dice que la planta sufre de "sequía". Si ésta ocurre en los momentos de llenado
del grano, por ejemplo del trigo, provoca disminuciones de calidad debido al
"achuzamiento" del grano. Por otro lado, condiciones de excesiva humedad del
suelo y aire en la maduración pueden ser perjudiciales, al demorar el
desecamiento de los granos, con pérdida de su calidad industrial.

6. ACCION DE OTROS ELEMENTOS.

6.1. Humedad del aire: los valores excesivos de humedad del aire, además de
reducir la evapotranspiración, se presentan con efectos adversos en problemas
de cosechas de granos y frutos, impidiendo su desecamiento y maduración
normales, en problemas de aparición y difusión de enfermedades
criptogámicas, etc.

6.2. Viento: en sí mismo no es un factor esencial para la vida vegetal, pero


ejerce directa o indirectamente una serie de acciones que, de acuerdo a sus
características e intensidad provocan efectos favorables o perjudiciales, tanto
sobre el crecimiento y rendimiento de los cultivos como sobre otros factores
biológicos y procesos de la producción agropecuaria.
El efecto favorable de los movimientos del aire es importante como proveedor
de CO2 a la vegetación ya que produce el recambio de aire que se produce por
las características turbulentas.
El incremento de la intensidad de la advección horizontal después de cierto
límite, puede provocar efectos negativos o perjudiciales sobre manifestaciones
de crecimiento en cultivo como maíz o girasol (ver tabla 5.1.4). se observa que
a pesar del aumento de la cantidad por unidad de superficie, la mayor
velocidad del viento disminuye la transpiración, posiblemente a causa del
cierre estomático.
Pero el movimiento horizontal del aire tiene efectos favorables, como la
disipación del vapor de agua de transpiración, cuya acumulación sobre las

394
hojas provocaría disminución del proceso. También, bajo condiciones de
fuerte insolación, el movimiento que produce en las ramitas y hojas evita el
sobrecalentamiento y ayuda al intercambio gaseoso.
El viento favorece la dispersión de polen y acción de insectos polinizadores, y
disminuye la intensidad de las heladas, distribuye esporos de enfermedades
criptogámicas, de semillas de malezas, de insectos y otras plagas.

Tabla 5.1.4. Efecto de la velocidad del viento sobre el crecimiento de dos cultivos:
girasol y maíz.

Velocidad
Cultivo
1,6 km/h 52 km/h
Girasol
Peso de una planta (g) 250 70
Relación peso raíces/parte aérea 3,5 6,5
Área foliar por planta (cm2) 300 30
Transpiración (mg/h/cm) 33 27

Maíz
Número de estomas/ cm2 77 110
Peso seco/planta (g) 0,85 0,49
Relación peso raíces/parte aérea 1,07 1,23
Área foliar por planta (cm2) 14,61 7,58
Transpiración (mg/h/cm) 6 2,2

INFORMACION NECESARIA EN ESTUDIOS DE BIOCLIMATOLOGIA


AGRICOLA.

Los estudios sobre bioclimatología agrícola requieren fundamentalmente dos


tipos de observaciones, que se obtienen a campo y que deben relacionarse:

1- OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS. Deben ser obtenidas en una estación


agrometeorológica en el mismo lugar del experimento o lo suficientemente próxima
como para considerarla representativa. La información meteorológica puede estar
representada por la variable climática medida, o por arreglos de la misma (índices). Se
selecciona aquella información que tiene un notable significado bioclimático, como
hemos visto en el desarrollo de las Unidades 2 y 3.

2- OBSERVACIONES FENOLÓGICAS Y FENOMÉTRICAS. Se refieren a las


observaciones cualitativas y cuantitativas las distintas fases que caracterizan el
desarrollo de una planta, realizándose de acuerdo a criterios impuestos según el tipo de
cultivo que se considere.

El registro de la actividad biológica visible de los organismos vegetales y


animales, sirve para interpretar la reacción de los mismos al complejo climático del
lugar de cultivo o ubicación. Ellos reaccionan a los elementos del ambiente de acuerdo a
sus exigencias bioclimáticas y éstas quedan determinadas por la forma en que se
produce el proceso fenológico.

395
Conocidas las exigencias bioclimáticas de una especie de acuerdo con la forma
en que reacciona en un determinado lugar, puede inferirse las condiciones climáticas
que produjeron tal proceso fenológico es decir, puede conocerse la marcha que ha
tenido el tiempo, y en términos amplios, las características climáticas de ese lugar. La
planta, por ejemplo, es un verdadero aparato meteorológico que registra, no las
variaciones de un elemento, sino las de todos los componentes del complejo climático
que tienen influencia sobre la vida de la misma.

FENOLOGIA AGRICOLA.

Los seres vivos experimentan dentro de su ciclo biológico una serie de


transformaciones anatómicas y morfológicas que se corresponden internamente con
cambios en sus procesos fisiológicos vitales, regidos por sus características genéticas y
reguladas por los factores externos del ambiente físico en que crecen y se desarrollan.
Estos fenómenos biológicos observables en la naturaleza presentan un ritmo estacional
de ocurrencia variable, de lugar en lugar y de un año a otro, de acuerdo a las variaciones
meteorológicas o climáticas acompañantes. La brotación y floración de las plantas, la
llegada o partida de aves migratorias, la gestación y nacimiento de las crías de animales,
la migración de cardúmenes, etc., son algunos de los miles de fenómenos que suceden
en la naturaleza durante el año, con una periodicidad o ritmo que reconoce la influencia
de factores astronómicos y/o meteorológicos. El ritmo puede ser alterado
temporalmente por causa de una variación en alguno o varios de los elementos
meteorológicos condicionantes.

El estudio y explicación sistemática y organizada de estos cambios periódicos en


la apariencia y constitución de los seres vivientes por causas ambientales, es el
propósito de la "Fenología". Existen diferentes definiciones de Fenología:

 Fenología es el estudio de los fenómenos periódicos de la vida animal y vegetal


en la biosfera (Azzi, 1971).

 Fenología es la rama de la ecología que estudia los fenómenos periódicos de los


seres vivos y sus relaciones con las condiciones ambientales, tales como
temperatura, luz, humedad, etc.(De Fina y Ravelo, 1975).
 Fenología es el estudio de la ocurrencia de eventos biológicos periódicos, las
causas de su ocurrencia en relación a factores bióticos y abióticos, y la
interrelacación entre las fases de las mismas o especies diferentes (Comité
Fenológico U.S./IBP, 1972).

En la actualidad la Fenología tiene la siguiente utilidad y aplicaciones:

 En la investigación biometeorológica de cultivos agrícolas: es


considerada la aplicación más importante. Se refiere a la observación y
registro de las fases visibles y no visibles de los cultivos agrícolas
anuales o perennes, en sus aspectos cuali y cuantitativos. Es una
herramienta de investigación en Biometeorotología, colaborando en la
determinación de las exigencias y tolerancias meteorológicas de los
cultivos, con el objetivo de aconsejar sobre el lugar, los tiempos y las
medidas agronómicas más adecuadas para obtener mayores beneficios.

396
 En el conocimiento climatológico: las observaciones fenológicas sobre
vegetación natural, realizadas simultáneamente durante muchos años en
diferentes lugares de la superficie terrestre, ordenadas sistematizadas y
analizadas adecuadamente en función de las variables meteorológicas
actuantes, permiten revelar los grandes rasgos de las características
climatológicas regionales, con mayor sensibilidad que la registrada con
instrumentos.

 En la actividad forestal y dasonómica: las observaciones fenológicas


son importantes para dirigir el mantenimiento ordenado de la explotación
forestal, tanto de bosques naturales como en los cultivados. El
conocimiento del período vegetativo y las épocas de las fenofases de
estas especies hace posible planificar el trabajo forestal como la
recolección de semillas, preparación de almácigos, trasplantes, poda,
control de plagas y enfermedades, fijar períodos de peligro de incendios,
aconsejar sobre cortinas protectoras, etc.

 En pasturas y forrajeras: el conocimiento del ciclo fenológico permite


la planificación de los períodos de descanso y/o descanso de las especies
útiles, para no perjudicar la composición florística permitiendo la
continuidad del valor forrajero de las praderas naturales. En las praderas
artificiales, las épocas de siembra, de corte, de crecimiento activo, de
descanso, de máximo valor alimenticio, etc. se programan a través del
proceso fenológico de las especies utilizadas.

 En la fruticultura: en especies y cultivares autoestériles o de floración


sexual diferenciada, el conocimiento de la fenología de los polinizadores,
aporta la información necesaria para seleccionar los más convenientes
para lograr una fecundación efectiva. La elección de cultivares adaptados
a determinadas disponibilidades agroclimáticas, exige el conocimiento
de sus necesidades y tolerancias a través de su comportamiento
fenológico. El conocimiento fenológico ayuda en la planificación de
labores y tratamientos culturales.

 En tratamientos fitosanitarios: el registro continuado de fechas de


aparición, y de modificaciones biológicas posteriores de las especies
animales y vegetales, reconocidas como plagas y productoras de
enfermedades en los cultivos, permite programar los servicios de
prevención y control contra sus efectos perjudiciales. La aplicación
preventiva de tratamientos fitosanitarios se basa en el conocimiento
previo de los estudios biometeorológicos sobre el ciclo biológico de
plagas y enfermedades. De esta manera los tratamientos aéreos o
terrestres, preventivos o curativos se podrán realizar en el momento más
adecuado y con las dosis necesarias para lograr su máxima eficacia.

397
 En Apicultura: el conocimiento de las épocas de floración de las
especies melíferas permite ordenar el trabajo del apicultor, conocer la
calidad de la miel producida y disponer la alimentación suplementaria
del apiario en las épocas de escasez florística.

 En Paisajismo: la planificación de parques y jardines necesita conocer


la época de brotación, floración y fructificación de las especies arbóreas,
arbustivas y florales, así como la coloración y forma de los ejemplares en
distintos momentos del ciclo anual, además de la característica paisajista
definitiva del conjunto.

 En problemas de alergia: la información sobre las floraciones o


aparición de órganos de ciertas plantas capaces de excitar o causar
problemas alérgicos, es importante para que los médicos especialistas
puedan diagnosticar la especie alergógena y prescribir a sus pacientes las
medidas adecuadas.

 En sociología vegetal: donde interesa el comportamiento conjunto de las


especies integrantes de la comunidad, el conocimiento y registro de sus
variaciones fenológicas ayuda al entendimiento de sus relaciones mutuas.

DIVISION DEL PERIODO VEGETATIVO

1) Período vegetativo.
Se entiende por período vegetativo el lapso de tiempo durante el cual las
plantas llevan a cabo su crecimiento y desarrollo vegetativo (desarrollo de
raíces, tallos y hojas) y reproductivo (formación de flores, frutos y semillas).
En las plantas perennes al período vegetativo le sigue un período de reposo
perfectamente definido por la caída de las hojas y la suspensión del
crecimiento. Esto se produce en regiones frías o templadas, en las cuales el
período vegetativo coincide con la época calurosa y el período de reposo con
la invernal, sin embargo, en las regiones tropicales donde no se diferencian
las estaciones, el período de reposo no se presenta, o bien, su presencia no es
tangible.
En las plantas anuales el período de reposo está representado por el estado
seminal de las mismas. El período de reposo que atraviesan muchos cereales
permite su recolección, almacenaje en seco y su empleo final como alimento.
Una vez que las condiciones ambientales lo permiten (temperatura y
humedad óptimas principalmente) el período de reposos es roto y comienza
un nuevo período vegetativo con la brotación de las yemas foliares y/o
florales en las plantas perennes y la germinación de las semillas en las
plantas anuales. Esto depende también del tipo de planta y sus características
genéticas.
Se puede dividir la vida de un vegetal en tres períodos: vegetativo,
reproductivo y de reposo. Algunos autores consideran dos períodos, el
vegetativo que comprende la etapa vegetativa y la etapa reproductiva, y el de
reposo. Otros autores, en cambio, consideran al período de reposos como un

398
subperíodo del período vegetativo, siendo esto común en las plantas
perennes.
Debido a la inactividad en el período de reposo, desde el punto de vista
fenológico, reviste más importancia el período vegetativo.
Si consideramos un cultivo anual, podemos representar mediante un
segmento de recta el lapso transcurrido entre la siembra y cosecha del
mismo, o si se trata de un cultivo perenne la brotación primaveral y la caída
de hojas en otoño (figura 5.1.9).

Subperíodo

Figura 5.1.9. División del ciclo de vida de un cultivo en fases y subperíodos.

2) Fase. Se llama FASE a la aparición, transformación o desaparición rápida de


los órganos de las plantas (figuras 5.1.10 a 5.1.12). La espigazón del trigo, la
germinación del lino, la floración del duraznero, la brotación de la vid, la
defoliación del ciruelo, etc.., son verdaderas fases. La duración de las fases
es de unos cuantos días, por ejemplo: germinación del lino 8 a 10 días,
espigazón del maíz 10 días.
Las fases se clasifican en: vegetativas, como ser la brotación, crecimiento
del tallo, caída de hojas, etc. (figura 5.1.13) y reproductivas, como
floración, espigazón, etc. (figura 5.1.14). También las fases pueden ser:
visibles como la germinación, principio de macollaje, brotación de ramas,
floración, fructificación, principio de maduración de frutos, etc., o las fases
pueden ser invisibles, por ejemplo, cuando se alcanza el peso máximo de los
frutos de criófilos, tuberización en papa, desarrollo de cápsulas en maní,
principio del desarrollo de ramas laterales hasta fructificación en la sandía,
etc.

Figura 5.1.10. Fases fenológicas en el cultivo del maíz

399
.

Figura 5.1.11. Fases fenológicas en el cultivo de la soja.

Figura 5.1.12. Momentos de la fase floración en manzano.

400
Figura 5.1.13. Fases vegetativas en el cultivo de maíz.

Figura 5.1.14. Fases reproductivas en girasol: floración y llenado del


grano.

Los cultivos agrícolas sean anuales o perennes, pasan por una serie de
etapas de distintas características, duración e importancia relativa para la
vida o rendimiento, que configuran el proceso fásico (figura 5.1.15).

Figura 5.1.15. Representación del proceso fásico reproductivo en una


planta criófila.

401
70
C: Comienzo

Nº de órganos aparecidos
60
P: Plenitud
P
50 F: Fin
40

30

20

10 C F

11

13

15

17

19
Fechas

Figura 5.1.16. Frecuencia diaria de aparición de órganos durante una fase


dada.

En una misma parcela de un cultivo, es notorio que una misma fase no se


presenta en la misma fecha, sino que el fenómeno aparece con diferencias
muy notables de una planta otra, a veces de varios días. Esto hace posible
distinguir varios momentos de la fase que se denominan: Comienzo (C),
Plenitud (P) y Fin de la fase (F) (figura 5.1.16).
Esto se refiere a variaciones locales para una misma fase en un mismo lugar,
pero es obvio que una determinada fase de una especie particular se
produce en fechas distintas para lugares con climas diferentes.

Las correlaciones fenológicas señalan la relación evidente entre un


proceso fenológico (fase) en una especie y otra fase en una especie
diferente. Esto es muy importante pues con la finalización de un proceso se
puede indicar la aparición de otro después de un cierto número de días, lo
que resulta útil para el pronóstico acerca de la aparición de enfermedades y
plagas que afectan los cultivos. Por ejemplo, la antracnosis ataca al
sicomoro (plátano) 7 u 8 días antes que aparezca el mildew de la vid (ambas
son enfermedades criptogámicas). Este conocimiento permite preparar los
equipos para combatir el mildew con cierta anticipación. En Holanda, la
floración del falso castaño se produce 10 días antes que la floración del
peral y 14 días antes que la del manzano. En Alemania, 8 días después de la
floración del diente del león (Taraxacum officinalis) se advierte la presencia
del escarabajo de la papa.

Cuando la sucesión de los fenómenos periódicos de los seres vivos sufre


una alteración, estamos en presencia de una intercepción fenológica. Lo
normal es que, en una determinada especie, una fase se produzca antes que
otra; entre los frutales hay especies que inician su período vegetativo con la
aparición de hojas antes de florecer, en tanto que en otras ocurre a la
inversa. Si un año se altera esa secuencia, es decir que la especie en la cual
la brotación es anterior a la floración, se produce lo contrario, primero
floración y luego brotación, se trata de una intercepción fenológica en una
misma especie (intraespecífica). Otro ejemplo es que el peral florece antes
que el manzano; si no fuera así, si el manzano floreciera entes que el peral,

402
habría una intercepción fenológica entre especies diferentes
(interespecífica). En Córdoba, el almendro florece antes que el duraznero, y
este antes que el peral, si en Tucumán se invirtiera este orden, sería un caso
de una intercepción fenológica entre lugares geográficos. Estos
fenómenos tienen gran importancia en la determinación de las exigencias
bioclimáticas de los cultivos.
También relacionada con fases fenológicas, debemos decir que fenodata es
la fecha de ocurrencia de una fase determinada. Al cabo de un período más o
menos largo se puede calcular la fenodata media normal.
Las isofenas son las curvas que unen puntos donde una fase dada se verifica
en la misma fecha. Las isofenas se refieren a una misma especie, pero dada
la existencia de innumerables variedades precoces y tardías, lo ideal siempre
que se pueda, es trazar las isofenas por variedades. Las principales isofenas
son las de siembra, de floración (isoante) y las de cosecha.
a.- Las isofenas de siembra no representan una fase, sino que tan sólo es la
premisa necesaria para que comience la germinación, dando origen al
período vegetativo. Las cartas de siembra por medio de las isofenas
correspondientes, indican la fecha de iniciación general de la siembra. por lo
general la siembra de un cultivo abarca un período grande o puede abarcar
varios períodos, lo que complica la elaboración de las cartas de siembra. La
fecha de siembra es un factor muy importante en la duración del período
vegetativo y por lo tanto, en los rendimientos de los cultivos. Siembras
tardías reducen el ciclo vegetativo y siembras tempranas lo prolongan.
Siembras antes o después del período óptimo de siembra reducen los
rendimientos.
La figura 5.1.17 muestra la zona apta para el cultivo del maíz y las fechas
medias de siembra por región.
b.- Las isofenas de cosecha unen puntos donde la cosecha de una especie o
variedad dada, se verifica en la misma fecha. La forma y distribución de
estas isofenas dependen de tres factores principales: régimen térmico,
régimen pluviométrico y factores agrotécnicos. Su utilidad es la
determinación de la aptitud de un clima para diversos cultivos, época del
año en la cual se desarrolla un cultivo, duración del período vegetativo, etc.

403
Figura 5.1.17. Zona apta para el cultivo del maíz en Argentina y fechas
medias de siembra por región.

404
Figura 5.1.18. Cartas fenológicas para argentina, del cultivo de maíz
(A) siembra y panojamiento. Para el cultivo de papa (B), fecha
temprana y tardía de plantación.

c.- Las isofenas de floración o isoantes son líneas que unen puntos donde
la floración de una especie dada sucede en la misma fecha. La floración es
un fenómeno de fácil observación, pero muy variable su fecha de iniciación
según las regiones. El rendimiento de un cultivo está muy relacionado con la

405
floración del mismo, pues se ha encontrado que casi todas las especies
tienen un período crítico o de máxima sensibilidad a los agentes
atmosféricos durante la floración o muy cercano a ella. Conociendo la fecha
de floración de un cultivo se pueden tomar anticipadamente las medidas
adecuadas para sortear el período crítico y evitar las disminuciones en el
rendimiento.

3) Energía de fase. Se denomina ENERGIA DE FASE a la fuerza o vigor


con que se produce una determinada fase en un cultivo. Puede evaluarse por
el número de días que tarda en aparecer desde el primero hasta el último
órgano de la fase (figura 5.1.17).
Cuando la fase se cumple en un número de días menor que la duración
media de la misma, se dice que tiene energía de fase; en cambio, cuando se
cumple en un número de días mayor, tendremos una fase sin energía.

120
Nº de órganos aparecidos

100

80

60

40

20

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

Días

Poca energía de fase Mucha energía de fase


Duración media de la fase

Figura 5.1.17. Representación esquemática de una fase con una duración


normal (en días) comparada con la misma fase con mucha o poca
energía.

3) Subperíodo. Dos fases sucesivas o no, delimitan una "etapa" que en


fenología se denomina SUBPERIODO (figura 5.1.9). Por ejemplo, para el
trigo, Azzi estableció cuatro subperíodos: 1) desde la siembra hasta el
comienzo del macollaje; 2) desde el comienzo hasta el fin del macollaje; 3)
desde el fin del macollaje hasta la espigazón y 4) desde la espigazón hasta la
maduración. La tabla 5.1.5 muestra la división del período vegetativo en los
cereales y la tabla 5.1.6 presenta los períodos vegetativos de dos cultivos
distintos: trigo y papa. Por su parte la figura 5.1.18, representa los distintos
períodos vegetativos y reproductivos del cultivo de maíz.

406
Tabla 5.1.5. División del período vegetativo en los cereales.

SUBPERÍODOS INTERVALO NOMBRE


Primero Siembra-Principio macollaje Nacencia
Segundo Inicio macollaje-Fin de macollaje Macollaje
Tercero Fin de macollaje-Espigazón Espigazón
Cuarto Espigazón-Madurez Madurez

Tabla 5.1.6. División del período vegetativo en los cultivos de trigo y papa.

SUBPERIODOS TRIGO PAPA


1 Siembra hasta comienzo Plantación hasta
macollaje emergencia
2 Comienzo macollaje hasta Emergencia hasta prin-
fin de macollaje cipio de formación de
tubérculos
3 Fin de macollaje hasta Formación tubércu-
espigazón los hasta floración

4 Espigazón hasta Floración hasta


madurez cosecha

Figura 5.1.18. Ocurrencia de subperíodos vegetativos y reproductivos, según fecha


de siembra en un cultivo de maíz.

Durante el ciclo vegetativo, desde el nacimiento o brotación hasta la


maduración del fruto o semilla, el vegetal sufre continuas transformaciones
de volumen, peso, forma, estructura y, por consiguiente, sus exigencias
respecto de los elementos meteorológicos serán distintas, según en qué parte
del ciclo vegetativo se encuentre. Las exigencias de un vegetal durante un
subperíodo son prácticamente constantes, pero varían de un subperíodo a
otro.

407
PERÍODO CRÍTICO respecto a un cierto elemento meteorológico, es
aquel intervalo relativamente breve del período vegetativo durante el cual la
planta presenta la máxima sensibilidad a dicho elemento. Un período crítico
no es un subperíodo puede abarcar fracciones de 2 subperíodos sucesivos.
Puede durar 2 o 3 semanas y puede presentarse antes, durante o después de
las fases.
Los períodos críticos varían de un cultivo a otro, respecto a la temperatura
coinciden con Brotación, pero especialmente con floración, polinización y
fructificación. Con respecto a la humedad se manifiestan en los intervalos
en que el aumento de peso alcanza su máxima velocidad y los procesos de
transpiración y de organización adquieren el ritmo más intenso.
PERIODO DE LATENCIA es la etapa del ciclo vegetativo de un cultivo
que presenta alta insensibilidad a elementos meteorológicos determinados.
El reposo invernal de los árboles frutales caducifolios que al carecer de
hojas en invierno pueden soportar bajas temperaturas.

Estos datos fenológicos deben ser correlacionados con la información


meteorológica del período del cultivo a fin de extraer conclusiones sobre la influencia
del clima sobre el crecimiento y desarrollo, determinando las necesidades de los
diferentes elementos bioclimáticos, en cada una de las etapas del cultivo.

El análisis mencionado se realiza a través de índices bioclimáticos; correlación


de elementos bioclimáticos y rendimiento; variación geográfica y en el tiempo de las
distintas fases a través de mapas fenológicos.

El método de trabajo que utiliza la fenología consiste en la observación


sistemática y el registro de los fenómenos, es decir, de las manifestaciones visibles o
factibles de someter a mediciones (FENOMETRIA). Este material permite la
comparación de cada proceso consigo mismo a través del tiempo, estudiando el ritmo
con que se produce y sus variaciones, asimismo de unos procesos con otros y los
procesos biológicos con los del ambiente físico que rodean al individuo.

METODOS DE OBSERVACION FENOLOGICA.

Los cultivos pueden clasificarse según su duración temporal en: ANUALES y


PERENNES. Los cultivos anuales requieren de un método de observación
FENOLOGICA diferente al de las plantas perennes, pues las distintas fases a observar,
así como el criterio a aplicar, difiere con las especies de acuerdo a como se cultiven
(cultivos anuales DENSOS y cultivos anuales RALOS).

1.- Cultivos Anuales Densos.

En este tipo de cultivos, las plantas cubren el suelo, perdiendo las mismas su
individualidad (trigo, avena, cebada, centeno, etc.). En ellos se observan los siguientes
momentos:

Comienzo de fase: aparición de órganos en el cultivo que se suceden con otros


sin interrupción y en aumento.

408
Plenitud de fase: momento en que visualmente puede decirse que el fenómeno
tiene su máxima intensidad determinado por la apreciación objetiva de que en ese día
apareció el mayor número de órganos posibles de encontrar en cualquier otro lapso
diario de la fase.
Fin de fase: últimos órganos de la fase sin interrumpir la continuidad del
proceso correspondiente.

Se puede agregar en determinados cultivos o en observaciones muy detalladas,


las fechas de aparición de órganos aislados en el comienzo y final de las mismas:

Primeros órganos: aparición de órganos aislados en la masa del cultivo, que no


llegan a definir el proceso fásico correspondiente.
Últimos órganos: aparición de órganos aislados en la masa del cultivo, después
del proceso fásico correspondiente.

2.- Cultivos Anuales Ralos.

Estos cultivos se siembran en líneas distanciadas que dejan terreno visible,


siendo fácil individualizar las plantas sobre la línea (girasol, soja, maíz, poroto, etc.).
Los momentos a observar son:

Comienzo de fase: aparecen los órganos de la fase en estudio en el 20 % de las


plantas.
Plenitud de fase: cuando ha aparecido el órgano de la fase en estudio en el 50 %
de las plantas.
Fin de fase: cuando el 80 % de las plantas presentan los órganos de la fase en
estudio.

MODELOS DE REGISTRO PARA OBSERVACIONES FENOLOGICOS EN


CULTIVOS ANUALES.

a.- Cereales invernales.


Siembra.
Nacimiento: comienzo y fin.
Macollaje: comienzo.
Encañazón: comienzo.
Espigazón: comienzo, plenitud y fin.
Maduración: lechosa, cérea y córnea.
Cosecha.

b.- Maíz.
Siembra.
Nacimiento: comienzo y fin.
Macollaje: comienzo.
Panojamiento: comienzo y plenitud.
Espigazón: comienzo y fin.
Maduración: comienzo de lechosa y fin de córnea.
Cosecha.

c.- Hortalizas, plantas medicinales y aromáticas.


Siembra.

409
Nacimiento.
Trasplante.
La mayoría de las plantitas nacieron o arraigaron.
Maduración: comercial o industrial.
Floración: comienzo y plenitud.
Maduración de semillas o frutos.
Maduración de otros órganos.
Cosecha de semillas o frutos.
Recolección de raíces, bulbos, tubérculos.

OBSERVACION FENOLOGICA EN PLANTAS PERENNES.

El registro de las observaciones fenológicas en plantas perennes se ha realizado


con diversos criterios, pero se pueden reducir a tres los sistemas principales adoptados
por los diversos países y algunos investigadores que se ocupan del tema:

a- Métodos basados en el registro de un solo "momento" de cada fase.


b- Métodos basados en la delimitación de algunas fases y subperíodos.
c- Métodos basados en la observación del desarrollo de los procesos
fenológicos, por registros a intervalos breves.

Para realizar observaciones fenológicas en plantas perennes (frutales, árboles y


arbustos) adoptaremos el criterio propiciado por el Ing.Agr. N.R.LEDESMA, con su
"REGISTRO FITOFENOLOGICO INTEGRAL", que podemos incluir en el último
de los sistemas mencionados anteriormente.

El registro fitofenológico integral es un método de observación para el registro


simultáneo del desarrollo de los procesos fenológicos en todos los órganos de la planta,
mediante observaciones a intervalos cortos, cada 5-7 días, por medio de signos
convencionales:

0 (cero) : inactividad
. (punto): órganos en preparación o proceso parcialmente cumplido.
- (guión) : todos los órganos menos el fruto.
~ (guión ondulado) : para el fruto.
v (letra v) : para indicar fruto verde.
m (letra m) : para indicar fruto maduro.

El registro se realiza en una serie de cuadrados consecutivos de 10 a 12 mm de lado,


con una celda en la parte superior, lugar destinado a la fecha de observación. Cada lado
del cuadrado servirá para el registro de una fase distinta:

410
1. Floración y Maduración del fruto.
2. Brotación y crecimiento del tallo.
3. Cambio de color de las hojas y cambio de color del fruto
previo a la Maduración.
4. Caída de hojas y Caída de frutos.

Las intensidades de los procesos observados se cuantifican en cada uno de los


lados del cuadrado por el número de signos, desde ninguno, indicado por el 0 (cero) que
corresponde a inactividad fenológica, hasta 5 (cinco), que significa máxima intensidad
del proceso. La intensidad del proceso avanza según la dirección de las flechas.
El siguiente cuadro (figura 5.1.19) muestra las posibles combinaciones que se
pueden lograr con este sistema, en una fecha de observación. Este registro se lee de la
siguiente manera:
Fecha
- Floración en plenitud de
0 fase y los frutos verdes.
- Comienzo de brotación y
0
crecimiento del tallo en
grado 2.
v 00 - Inactividad en cambio de
color de hojas y frutos.
- Inactividad en caída de
hojas y frutos.

. . .

Figura 5.1.19. Esquema de un registro de distintas fases fenológicas según el


Método Fitofenológico Integral.

Figura 5.1.20. Esquema del registro de distintas fases fenológicas según el


registro Fitofenológico Integral.

411
La figura 5.1.21 muestra las posibles variaciones de cada una de las fases, desde
órganos en preparación, alcanzando la plenitud de fase y llegando a la inactividad de la
misma.

EJEMPLO DE REGISTRO FITOFENOLOGICO INTEGRAL:

El proceso completo que se agrega a continuación de un árbol de follaje caduco


servirá para aclarar los conceptos antes enunciados y permitirá observar la forma en que
se conduce un registro fitofenológico integral.

6/7 : Inactividad fenológica total.


13/7 : Inactividad fenológica total.
10/8 : Primeras yemas foliares comienzan a hincharse.
17/8 : Las yemas foliares próximas a brotar.
24/8 : Comienzo de brotación; floración: órganos preparatorios.
3/9 : Primeras flores aisladas. Plenitud brotación y crecimiento del tallo.
14/9 : Brotación próxima a finalizar. Floración: comienzo.
21/9 : Floración: pasada la plenitud. Ultimas yemas foliares que se abren (aisladas).
28/9 : Fin de floración. Resto de las fases: inactividad.
12/10 : Fruto verde. Resto de las fases: inactividad.
26/10 : Fruto verde. Resto de las fases: inactividad.
9/11 : Fruto verde, comienza cambio de coloración (pintón).
16/11 : La mayoría de los frutos ha cambiado de color. Frutos verdes.
23/11 : Comienzo de maduración de frutos.
7/12 : Plenitud de maduración de frutos. Primeras hojas amarillando (aisladas).
21/12 : Frutos maduros en árbol. Comienzo de amarilleo de hojas. Comienzo de caída
de hojas y frutos.
15/1 : Últimos frutos cayendo. Plenitud de amarilleo y caída de hojas
20/2 : Fin de amarilleo de hojas. Fin de caída de hojas.
27/2 : Descanso fenológico en todos los procesos.
7/3 : Descanso fenológico en todos los procesos.

El registro fitofenológico integral reproduce con la mayor exactitud y fidelidad


la época en que se producen, y las características que presentan los fenómenos y
constituye el material básico necesario para todos los estudios que se realicen en el
campo de la fenología.

OBSERVACIONES FENOMETRICAS

Además de la observación de las distintas fases en los cultivos, los estudios


bioclimáticos requieren medir cuantitativamente los procesos de crecimiento y desarrollo.

412
Ese es el campo de trabajo de la FENOMETRIA. Los principales datos fenométricos de
un cultivo son: altura de planta, área foliar, materia seca producida y componentes del
rendimiento. Estas mediciones se realizan en parcelas destinadas a observaciones de las
fases del cultivo y se realizan sobre plantas elegidas al azar, salvo los componentes del
rendimiento, que se hacen en parcelas destinadas a este fin, reguardadas de las
perturbaciones producidas por las observaciones anteriores.

a) Altura de planta: al azar se eligen tres plantas y se las individualiza con


marcadores. Durante las mediciones fenológicas, se miden desde la base de
la planta, a la altura del suelo, hasta la altura superior de la misma.
b) Área foliar: el índice de área foliar (IAF) es la superficie total de las hojas
en relación con la superficie unitaria del terreno. Se pueden realizar
mediciones lineares, se toman tres plantas y se individualizarán del resto.
Se toman las medidas lineales de las hojas de acuerdo a la ecuación a
utilizar, comenzando desde la hoja basal hacia arriba y manteniendo en toda
observación el mismo número de orden de cada una de las hojas. Existen
sensores de área foliar, que son sensibles y evitan la utilización de
ecuaciones.
c) Materia seca: la acumulación de materia seca durante el ciclo de vida del
cultivo se realiza eligiendo tres plantas al azar a intervalos regulares de 7 y
días. Las plantas se deben secar en estufa a 80ºC hasta llegar a un peso
uniforme en dos pesadas consecutivas. Se pesarán en balanza de precisión
todos los tallos de la planta y todas las hojas separadamente. Si fuera
posible es conveniente también obtener el peso de las raíces. A partir del
comienzo de floración se separarán también las inflorescencias y luego los
frutos ya formados. Estos datos posteriormente se referirán según el cultivo
de que se trate al total de plantas por metro cuadrado.
d) Componentes del redimiento: el registro de los componentes del
rendimiento permite estimar la producción de granos del ensayo. Se sugiere
una escala de registro de los parámetros más importantes a tener en cuenta
en la estimación para los cultivos de trigo y maíz.
Para trigo:
1.- Contar el número total de plantas y macollos.
2.- Contar el número total de espigas (panojas en caso de arroz). La
diferencia entre 1-2 (macollos-espigas) dará la cantidad de macollos
estériles.
3.- Proceder a cortar a nivel del suelo la microparcela y pesar la gavilla
(peso total de la muestra).
4.- Separar al azar entre 10 y 20 espigas o panojas y medir el largo total,
obtener el largo promedio; trillarlas individualmente y pesar cada una para
obtener el promedio de peso de semilla por espiga o panoja.
5.- Del total de la semilla trillada de esas espigas o panojas, contar 1000
granos y pesarlos para tener el peso de un grano. Si la muestra es muy
pequeña se pueden pesar 500 granos y multiplicarlo por dos.
6.- Trillar el resto de las espigas de la microparcela y agregar el remanente
de la trilla de las espigas o panojas utilizadas para obtener el promedio de
granos por espigas o panojas. Con este dato se obtendrá el peso de granos
por metro cuadrado.
7.- La diferencia entre los valores 3 y 6 dará el peso de la paja.

413
Para maíz:
1.- Contar el número de plantas de cada una de las 5 microparcelas (en el
ejemplo, de 1,40 m) para obtener el número de plantas/m2.
2.- Contar el número de espigas en 5 plantas tomadas al azar para obtener el
número de espigas por planta.
3.- Trillar cinco espigas al azar para obtener el número de granos por
espiga.
4.-Trillar el resto de las espigas para obtener el número de granos por
muestras yluego llevar el dato a número de granos/m2.
5.- Contar 1000 granos y pesarlos para obtener el peso de un grano.

Para girasol: la figura 5.1.20 muestra un esquema que resume las


observaciones fenológicas y fenométricas que se pueden realizar en este
cultivo oleaginoso.

Figura 5.1.20. Modelo de fases fenológicas y fenométricas que se realizan en el cultivo


de girasol.

METODOS DE INVESTIGACION EN BIOMETEOROLOGIA AGRICOLA

La Biometeorología Agrícola es una disciplina como ya se dijo al principio, cuya


experimentación la realiza en el campo y no en el laboratorio. Explica la reacción de los
cultivos en cada ubicación geográfica, por lo cual existirían tantos comportamientos en el

414
área de dispersión de la especie, como combinaciones de elementos bioclimáticos
actuando sobre su ciclo ontogénico.

El método experimental, se basa entonces, en una técnica que básicamente utilice


los ensayos de campo, aunque antes de la siembra pueden provocarse reacciones
particulares con tratamientos en laboratorio o artificiales durante su ciclo vegetativo. La
correlación estadística de las reacciones de un vegetal en un ambiente natural con los
elementos de ese ambiente, puede conducir también al conocimiento de las causas
determinantes de los comportamientos fenológicos y de los rendimientos.

1.- Experimentos a campo

a) Método de los ensayos geográficos

Si fuera posible realizar cultivos de una especie en cada uno de los sitios de su área
de dispersión, en un año solo de observaciones fenológicas se tendrán las diferentes
reacciones generadas por el bioclima de la especie. Tal experimento repetido una serie de
años, daría los elementos necesarios para conocer el rango de las variaciones y la
influencia que producen las diferentes combinaciones ambientales sobre los procesos
vitales de los diferentes biotipos de la especie. Lograr una amplitud experimental, es
posible, aunque requiere de una buena planificación y abundantes recursos.

Con pocas ubicaciones geográficas se obtienen combinaciones de elementos


actuantes sobre el cultivo, cuyas reacciones permiten inferir conclusiones bioclimáticas
correctas.

Si bien, este sistema de investigación consigue utilizar un gigantesco laboratorio


natural que incluye combinaciones climáticas diversas, tiene su punto débil al involucrar
suelos diferentes, técnicas culturales muchas veces no homogéneas y factores personales
de observación. Se lo puede considerar como un método de investigación ecológica cuyo
componente más variable es el clima.

Cuando el ensayo geográfico es manejado criteriosamente con un tratamiento


experimental homogéneo y repitiéndolo una serie de años para multiplicar las reacciones
de los cultivos, el resultado que se logra es excelente. El experimento de Robertson (1968),
nos brinda un ejemplo de cómo debe conducirse este tipo de ensayo. Analizó el
comportamiento del trigo Marquis en un ensayo geográfico de tratamiento homogéneo con
siembras en nueve estaciones agrometeorológicas de Canadá, ubicadas desde los 42° hasta
los 62° de latitud Norte, aproximadamente. Un período de 5 años (1953/57) proveyó los
valores fenológicos y meteorológicos para desarrollar una ecuación matemática que
relaciona la influencia de las temperaturas diurnas y nocturnas con el fotoperíodo de cada
uno de los subperíodos desde siembra a cosecha. El modelo consideró los límites extremos
y el valor óptimo de los elementos bioclimáticos analizados. La segunda etapa del
experimento consistió en la verificación de la fórmula, realizando otros cinco años
(1958/62) de ensayos en los nueve puntos geográficos del ensayo anterior, con el agregado
de siembras en Buenos Aires, que incluyó datos del período 1961/65. De esta forma
amplió las posibilidades de reacción del trigo Marquis frente a condiciones foto y
termoperiódicas totalmente diferentes a las experimentadas en Canadá. La prueba
demostró que el modelo tricuadrático de Robertson explica con menor grado de error la

415
influencia del ambiente sobre el proceso fásico del trigo Marquis al compararlo con otros
modelos bioclimáticos analizados.

b) Método de las siembras continuadas.

Es un sistema muy utilizado en las estaciones experimentales agrícolas, aunque con


un número relativamente mayor de siembras. En un sólo año de experimentación,
utilizando el mismo tipo de suelo, igual técnica cultural e idéntico método de observación
fenológica, trata de lograr tantas combinaciones de elementos climáticos actuantes sobre el
cultivo, como épocas de siembra se efectúen. Repitiendo el experimento varios años en
fechas semejantes, pueden obtenerse valores fenológicos medios que interpretados
mediante Índices bioclimáticos adecuados, sirven para caracterizar las exigencias
bioclimáticas de la especie estudiada, en un rango acorde con la amplitud de acción de los
elementos del clima incidentes en las diferentes siembras. Esta técnica de la
Biometeorología Agrícola tiene su origen en Geslin (1944), quién analizó las
características de los trigos franceses interpretando la reacción de este cultivo al complejo
termoperiódico mediante el Índice Heliotérmico.

Este Índice Heliotérmico consiste en el producto entre la suma de temperaturas


medias diarias y la duración media del día desde la fecha de nacimiento hasta la espigazón.

El conocimiento del Índice Heliotérmico permitiría, según el autor, determinar la


posibilidad de cultivo de una variedad de trigo en un lugar dado, más aún si los cálculos se
realizan separadamente para los subperíodos nacimiento-encañazón y encañazón-
espigazón, que representan las etapas de crecimiento y desarrollo, respectivamente.

En nuestro país se aplicó este Índice en el análisis bioclimático de variedades de


trigo con resultados satisfactorios que explicaban aceptablemente las distintas
características varietales, estacionales y de fechas de siembra. Con esta misma técnica se
caracterizaron bioclimáticamente los trigos, avenas, cebadas, centeno, alpiste, sojas y linos;
los trigos en Brasil, Uruguay y Venezuela.

Los ensayos a campo con cereales invernales permiten estudiar las exigencias en
frío de los cultivares, si simultáneamente se realizan siembras con material vernalizado. La
precocidad relativa que manifiestan en las distintas etapas las plantas cuyas exigencias en
frío ha sido satisfecha artificialmente, señala las necesidades de ese factor bioclimático.

Las siembras continuadas además de caracterizar las exigencias bioclimáticas de


un cultivo, permiten establecer la época de siembra que mejor sintetiza los elementos
agroclimáticos favorables produciendo el mejor rendimiento, pues a través del año, cada
especie agrícola integra las disponibilidades climáticas según sus requerimientos
particulares.

c) Método de siembras continuadas en ensayos geográficos.

Las ventajas que aisladamente se logran con los ensayos geográficos y con las
siembras continuadas, se suman si se realizan ambos sistemas en forma conjunta. Es el
método de campo que permite en un solo año conseguir la mayor cantidad de
combinaciones de los elementos bioclimáticos. Si en dos localidades distintas se efectuaran

416
siembras quincenales en trigo durante 7 meses, utilizando material común y vernalizado, se
lograrían 60 combinaciones con las cuales caracterizar las exigencias bioclimáticas de los
cultivos ensayados. Tal planteo originó un ensayo entre Brasil (Universidad de Pelotas) y
Argentina mediante el cual se estudiaron los trigos del Sur de Brasil, determinándose así
los cultivares más convenientes para ese ambiente triguero y las fechas óptimas de
siembra.

2.- Experimental a campo y en cámaras climáticas.

Con el uso de cámaras climáticas que combinen adecuadamente los elementos


climáticos determinantes del crecimiento y desarrollo de los cultivos, pueden lograrse
fitotécnicamente varias generaciones en un solo año, pero esta técnica deberá
complementarse con generaciones obtenidas totalmente en siembras al aire libre, para
comprobar si los nuevos cultivares obtenidos satisfacen sus necesidades en la combinación
natural de elementos bioclimáticos regionalmente disponibles (figura 5.1.22).

Figura 5.1.22. Fotografías de fitotrones.

Otras veces, este sistema permite descubrir situaciones bioclimáticas límites que de
otra forma no podrían ponerse en evidencia. En Tucumán la caña de azúcar florece

417
ocasionalmente no permitiendo un plan normal de cruzamientos para el mejoramiento del
cultivo por vía sexual. Se comprobó que controlando la duración del día entre 12 horas 30
minutos y 11 horas 50 minutos, con temperaturas nocturnas no inferiores a 19°C y diurnas
superiores a 25°C, se logra la diferenciación floral, con un mínimo de 45 ciclos inductivos.
En Tucumán la falta de floración se debe a los descensos térmicos por debajo de 19°C en
más de cuatro noches durante el lapso fotoperiódico inductivo natural, desde el 20 de
febrero al 20 de marzo. Con estos conocimientos fue posible inducir la iniciación de la
floración en caña de azúcar con fotoperíodos favorables y control de temperatura, o con
temperaturas ambientales favorables y fotoperíodos controlados.

3.- Estadístico.

Cuando se conoce el proceso fenológico de los cultivos a través de una serie de


años y los valores corrientes de los elementos meteorológicos de un lugar, pueden
correlacionarse esas dos variables y poner de manifiesto las causas bioclimáticas
determinantes de la aparición de las fases, es decir, la incidencia favorable o no del
ambiente en la satisfacción de cada una de las etapas del cultivo. Aplicando el sistema a los
datos de rendimientos, pueden explicarse éstos en función de valores meteorológicos y, si
la correlación es elevada, sirven de base para el pronóstico de cosechas.

Con el empleo de la correlación múltiple conjunta, se pudo determinar la influencia


de los elementos climáticos sobre el rendimiento del trigo en la provincia del Chaco.
Coeficiente de
correlación

0.463: P=0.01
0.361:P=0.05
0.361 P=0.05
0.463: P=0.01

0.361 P=0.05 ґ yx1*x3


0.463 P=0.01
ґ yx2*x1
ґ yx3*x1

III IV V VI VII VIII


IX

Figura 5.1.23. Coeficientes de correlación parcial entre producción de maíz y


temperatura del aire (x1), precipitación (x2) y agua disponible (x3) en Perugia, Italia.

Un método que logra excelentes resultados consiste en la obtención de un correcto


modelo matemático (figura 5.1.23) que relacione la duración de los distintos subperíodos
del cultivo con las disponibilidades termo-fotoperiódicas de los lugares de siembra. Cuanto
más amplia sea la gama ambiental experimentada tanto mayor cantidad de reacciones de
las plantas y consiguientemente más posibilidades de conocer las exigencias límites para
cada uno de los elementos meteorológicos analizados. La técnica de regresión múltiple,
brinda los coeficientes apropiados para cada subperíodo, como por ejemplo los obtenidos
para el trigo Marquis por Robertson.

418
EXIGENCIAS Y TOLERANCIAS BIOMETEOROLOGICAS DE LOS
CULTIVOS

Los elementos del clima, que en su acción sobre las plantas fueron clasificados
como elementos bioclimáticos para el crecimiento y para el desarrollo, cumplen en cada
etapa la función de regular los procesos fisiológicos que producen en los individuos del
cultivo el aumento de la masa vegetativa y la satisfacción de los requerimientos biológicos
ontogenéticos. Logrados éstos, el cultivo se hallará en un estado de disposición y podrá
avanzar en su ciclo biológico si el ambiente provee el estímulo necesario para la aparición
de una nueva fase.

El estado de disposición se refiere a la satisfacción de determinadas exigencias


meteorológicas, previas a la iniciación de una fase, las que generalmente se cumplen
en un período de tiempo largo.

El estímulo es todo "agente" meteorológico, de actuación breve, que posibilita


la iniciación de la fase siempre que la planta esté "dispuesta".

Como ejemplo de disposición se puede citar el caso del lino 330 M.A., cuya
floración no se inicia hasta que la planta no haya "acumulado" una suma de temperaturas
diarias que supere los 900°C, a partir del nacimiento de la misma. Otro ejemplo, son los
frutales criófilos, que exigen durante el período de descanso invernal, estar sometidos a
una determinada cantidad de horas, a temperaturas iguales o inferiores a 7°C. Si esta
condición no se satisface, su floración no se producirá normalmente.

Como ejemplos de estímulo, o bien de umbral, como suele llamares a este efecto,
se pueden citar: a) haciendo referencia nuevamente al caso del lino, éste puede haber
acumulado 900°C, o aún más, 1000, 2000, 3000°C etc. y la floración no tiene lugar. Ello
se debe a que si bien la planta a alcanzado el grado de disposición, requiere además, una
duración del día o fotoperíodo particular para que la fase de floración se produzca. Para el
caso del lino se trata de un fotoperíodo superior a 12 h 05', ésta duración del día es el
llamado estímulo o umbral. b) Otro ejemplo, en este caso de umbral térmico, es el nivel
térmico requerido por las especies forestales del Norte argentino. En efecto, si bien dichas
especies no tienen requerimientos en bajas temperaturas durante el período invernal, su
brotación sólo tiene lugar cuando la temperatura del aire, alcanza un valor relativamente
elevado, condición que para nuestra provincia se cumple a fines de noviembre. Es decir,
que alrededor de esa época se produce la brotación de dichas especies.

La Bioclimatología Agrícola estudia esas acciones, explicando las anomalías


fenológicas y fenométricas que se producen cuando los elementos bioclimáticos no
satisfacen las necesidades de cada uno de los subperíodos del cultivo. Pone en evidencia
como se manifiestan las anormalidades, dejando que otras disciplinas científicas expliquen
el porqué de las mismas.

Frente a un complejo atmosférico particular, cada cultivar o grupo de cultivares,


presenta ventajas para su cultivo con relación a otros de la misma especie, por satisfacer de
mejor manera sus necesidades bioclimáticas. Este mejor comportamiento se puede

419
cuantificar por medio de Índices Biometeorológicos o bioclimáticos que expresan las
relaciones del tiempo o del clima con relación a la marcha de los cultivos.

Para concluir, es de remarcar la necesidad de llegar a determinar cuales son las


exigencias y tolerancias meteorológicas de los cultivos y fundamentalmente
cuantificarlas, es decir, dar los valores numéricos de tales exigencias y tolerancias.

MODALIDADES BIOCLIMATICAS DE LOS CULTIVOS

Si bien cada especie, variedad o cultivar manifiesta exigencias y tolerancias


particulares, al considerar el tipo del o de los elementos meteorológicos de mayor
influencia, se pueden agrupar bajo una misma denominación a los que presentan
necesidades similares, es decir, que pertenecen a una "modalidad bioclimática" común.

los cultivos se clasifican, atendiendo a la duración temporal del ciclo ontogénico,


en anuales, bianuales y plurianuales o perennes. Los anuales, según la época de cultivo
se dividen en estivales, invernales y de media estación.

Los cultivos estivales, bioclimáticamente clasificados como atermocíclicos y


afotocíclicos, incluyen mesotérmicos como el maíz y girasol, y megatérmicos como la
soja o el algodón. Sus exigencias principales son las de gran requerimiento calórico, escasa
o nula resistencia a heladas, floración en fotoperíodos acortándose y, por cumplir el ciclo
en una época de alta evaportranspiración, tienen gran exigencia hídrica.

Los cultivos invernales mayormente son paratermocíclicos y parafotocíclicos,


tienen poca exigencia calórica para desarrollar, aceleran la entrada en floración al superar
el umbral fotoperiódico con el alargamiento de los días, son resistentes a heladas excepto
en floración, y tienen exigencia en agua sólo en el período crítico.

Sin que pueda hacerse una generalización, los cultivos anuales según el rango
térmico óptimo y la temperatura inicial de crecimiento se clasifican en:
a) Microtérmicos: comprende la mayor parte de los cultivos invernales,
fisiológicamente C3 , con rango térmico óptimo de 10 a 20ºC y mínima de
crecimiento de alrededor de 5ºC, por ejemplo: trigo, cebada, centeno, colza,
lino, etc.
b) Mesotérmicos: mayormente C3, con rango térmico óptimo de 20 a 25ºC y
mínimo crecimiento alrededor de los 10ºC, ejemplos: tabaco, girasol, arroz,
maní, maíz.
c) Megatérmicos: con rango térmico óptimo de 25 a 30ºC y mínima de
crecimiento de 15ºC más o menos: algodón, sorgo, soja, caña de azúcar,
mijo, mayormente cultivos C4.

Los cultivos anuales de media estación, son casi todos especies hortícolas, y
tienen de requerimientos varios, cultivados en primavera en los lugares cálidos y en verano
en climas fríos. Este grupo de los cultivos hortícolas se consideran en forma separada, en
primer lugar porque muchos de ellos se cultivan no por sus frutos, sino por otros órganos
(hojas, bulbos, raíces, etc.) y, secundariamente porque son de carácter intensivo,
desarrollados muchas veces en ambientes controlados. de acuerdo a sus preferencias en
temperaturas medias mensuales, se pueden clasificar, de la misma forma que los anuales,
en:

420
a) Microtermófilos: prefieren entre 15 a 18ºC, y son intolerantes a temperaturas
medias mensuales mayores a 20-22ºC. Algunos son resistentes a heladas, como
repollo, nabo, espinaca, perejil; otros pueden se afectados, como lechuga,
arvejas, coliflor, etc.
b) Mesotermófilos: crecen entre 15 y 25ºC, y son poco o nada resistentes a
heladas. Cebolla y ajo son los de menor exigencia calórica y tienen alguna
tolerancia a heladas. Un gran grupo, cultivado por sus frutos, perfieren
temperaturas entre 20 y 25ºC y no toleran heladas ni períodos prolongados de
frío: maíz dulce, tomate, melón, zapallo, porotos, etc.
c) Megatermófilos: desarrollan bien con temperaturas mayores a los 25ºC:
sandía, batata, pimientos, etc.

Los cultivos perennes, bioclimáticamente termocíclicos y fotocíclicos, agrupan a


forrajeras plurianuales, y a los cultivos arbustivos o arbóreos, divididos estos dos últimos
en caducifolios y perennifolios.

Los cultivos caducifolios tienen un período anual de descanso vegetativo donde


algunas especies exigen dosis variables de enfriamiento, por lo cual se los conoce como
criófilos. Los frutales caducifolios pueden dividirse en:
a) de fruto carnoso, como manzano, peral, vid, etc.
b) de fruto seco, como nogal, almendro, pecan, etc.

Los manzanos, perales, guindos y cerezos prefieren climas con inviernos fríos y
veranos frescos, en cambio durazneros, ciruelo y damascos, prefieren climas con inviernos
suaves y veranos cálidos con temperaturas medias de 25-28ºC, mientras que la vid produce
mejor en veranos todavía más cálidos.

A los cultivos que mantienen las hojas durante todo el año se los conoce
generalmente como termófilos, porque su requerimiento calórico es elevado, y por su
resistencia a las bajas temperaturas se los suele dividir en:
a) tropicales: como cacaotero, ananá, hevea, agave, palma, etc.
b) subtropicales: como los citrus, olivo, datileros, higuera, cafeto, etc.

421
UNIDAD 5. AGROCLIMATOLOGÍA

Subunidad 5.2: AGROCLIMATOLOGÍA


Temario:
Relación y diferencias con la bioclimatología.
Concepto, características y objetivos.
Métodos de evaluación:
Índices agroclimáticos: concepto y obtención.
Modelos de cultivos.
Taxonomía y zonificación.
Distintas aplicaciones agroclimáticas de interés agronómico:
a) Aptitud agrícola de la República Argentina.
b) Tipos agroclimáticos del cultivo de la soja.
c) Aptitud ganadera de la República Argentina.
d) Evaluación del estrés calórico animal.
e) Estimación de la producción de materia seca total.

RELACIÓN Y DIFERENCIAS CON LA BIOCLIMATOLOGÍA

El desarrollo de este capítulo se inicia reflexionando acerca del nexo o conexión entre la
bioclimatología, cuyos contenidos se acaban de discutir, y la agroclimatología que,
como capítulo final del curso y por su propia expresión, se aproxima de un modo más
particular al análisis de aquellas contingencias del ambiente atmosférico que presentan
un interés agronómico directo. Aunque la diversa temática climática discutida hasta aquí
siempre fue presentada desde una perspectiva agronómica, a partir de aquel marco
general y en esta instancia específica, la contribución en particular de la
agroclimatología es la búsqueda de soluciones a la problemática de adaptación de las
especies vegetales y animales a su ambiente de producción. Para el cometido de
relacionar la bioclimatología y la agroclimatología, en la búsqueda de los puntos de
contacto y las diferencias entre ambas, se puede trazar un paralelo con las ideas de
ciencia y tecnología, incorporando además el concepto de técnica.

Se entiende por Ciencia a la actividad que produce y sistematiza el conocimiento. El


campo de la ciencia nace en respuesta al deseo del hombre por conocer y comprender
racionalmente el mundo que lo rodea y los fenómenos a él relacionados. Esta aspiración
humana se realiza a través de la investigación científica y el producto que deriva de ella
es el conocimiento científico (figura 5.2.1). Se hace hincapié en la adjetivación ya que
sólo pueden concebirse como tales a la actividad y al conocimiento que derivan de la
aplicación del método científico, cuyas etapas formales son: Observación, formulación
de hipótesis y su comprobación, por medio de la experimentación, el análisis y la
síntesis.

Por su parte, el campo de la Tecnología y de la intervención agronómica responde a la


voluntad del hombre de transformar su entorno, el mundo que lo rodea, buscando
nuevas formas de satisfacer sus necesidades o deseos. En esta actividad humana prima
la voluntad por hacer (diseñar, construir, fabricar, etc.), llevar a la práctica aquel
descubrimiento emanado de la investigación científica destinado a resolver problemas
concretos o alcanzar un determinado objetivo. El producto de esta actividad la

422
constituyen los bienes y servicios producidos, como así también los métodos y procesos
que son diseñados.

Tanto en ciencia como en tecnología y otros ámbitos de la actividad humana, es


habitual utilizar Técnicas que se definen como el o los procedimientos puestos en
práctica al realizar una actividad (construir algo, efectuar una medición o un análisis,
conducir un auto o tocar un instrumento musical), así como la pericia o capacidad que
se pone de manifiesto cuando se realiza una actividad. Estos procedimientos no
excluyen a la creatividad como factor importante de una técnica.

Si bien estos conceptos se han presentado inicialmente disociados son, en


realidad, mutuamente interdependientes, de forma tal que conviene profundizar en su
significado conjunto. Así, es válido considerar que la tecnología surge al enfocar
determinados problemas técnico-sociales con una concepción científica y dentro de un
marco económico y socio-cultural particular. La tecnología moderna nace con el
desarrollo de la ciencia, y la complementariedad entre ambas se acrecienta cada vez
más: hoy ciencia y tecnología marchan indisolublemente ligadas, una cumpliendo un rol
de orden teórico-conceptual y la otra desde una perspectiva práctica-procedimental.

Por lo tanto, se puede decir que Tecnología es el conjunto ordenado de


conocimientos y procesos, que tienen como objetivo la producción de bienes y
servicios, teniendo en cuenta la ciencia, la técnica y los aspectos económicos, sociales y
culturales involucrados. El término también se hace extensivo a los productos
resultantes de tales procesos, los que deben responder a necesidades o deseos de la
sociedad, con la ambición de contribuir a mejorar la calidad de vida. Esto mismo puede
exponerse, pero planteado desde el elemento disparador, diciendo que la Tecnología es
el resultado de relacionar la técnica con la ciencia, bajo una estructura económica y
sociocultural, a fin de solucionar problemas concretos.

Experimento Teoría Procedimiento


Producto

Ciencia: Ingeniería:
Comprender los procesos Solucionar
problemas

Figura 5.2.1: Relación y diferencias entre el conocimiento científico y la


información técnica.

Las flechas continuas muestran el recorrido normal que liga la ciencia con la
ingeniería, la flecha de guiones corresponde a una respuesta particular de la experiencia
agronómica, y la flecha de guiones y puntos representa una falla a la solución propuesta

423
por la ingeniería o al resultado de una invención. La ciencia se ocupa de desarrollar
visiones acerca de cómo funciona el mundo (teorías y leyes) y con evaluar
explícitamente esas teorías (experimentos, observaciones). La ingeniería se ocupa de
alcanzar una determinada solución práctica o producto por medio del uso de un
conjunto de procedimientos que se basan en una mezcla de teorías bien establecidas y
relaciones empíricas robustas.

Con la introducción de estos conceptos previos, aunque delineados sólo en sus aspectos
más elementales, estamos en condiciones de poner cada cosa en su lugar.

¿Cuál es el objetivo de la Bioclimatología?


Determinar las necesidades y tolerancias de las especies vegetales y animales frente al
complejo climático de una región. En consecuencia, busca producir conocimientos
nuevos acerca del comportamiento de una especie en términos del crecimiento y
desarrollo alcanzado, lo cual constituye un fin eminentemente científico. A través de la
investigación experimental, la ciencia genera conocimientos, algunos tienen utilidad
inmediata mientras que otros no.

¿Qué propósito persigue la Agroclimatologia?


Tiene la finalidad de aplicar el conocimiento bioclimático para evaluar y resolver
problemas de adaptación al ambiente climático de un cultivo, raza, actividad productiva,
práctica agrícola, etc. Este sentido utilitario la convierte en una disciplina con un rasgo
eminentemente tecnológico. En agronomía, la expresión técnica o tecnología está
asociada de manera más generalizada con la utilización de la maquinaria, la aplicación
de insumos, el manejo cultural, etc. No obstante, el aporte tecnológico de la
agroclimatología se refiere al conjunto de procedimientos y técnicas que generan
información mediante la cual se contribuye a racionalizar el proceso de Planificación y
Toma de decisión en la empresa agropecuaria. La información puede ser analítica o
cartográfica.

CONCEPTO DE AGROCLIMATOLOGIA.

La Agroclimatología es la proyección geográfica de los conocimientos


bioclimáticos para la valoración de los recursos productivos de un territorio. A diferencia
de la Climatología, que también hace relaciones de carácter temporal y geográfico de los
elementos del clima (físicos), su objetivo es proveer información agronómica específica.

La agrometeorología analiza, integra y sintetiza las relaciones de carácter temporal


y geográfico de los diferentes elementos biometeorológicos que intervienen en el proceso
productivo agropecuario y que influyen de manera decisiva en el crecimiento, desarrollo y
productividad de los cultivos y ganados. Dicha influencia repercute directamente sobre la
rentabilidad de un sistema de producción en lo particular, y de la economía regional y
nacional en lo general.

Los elementos biometeorológicos permiten interpretar, calificar y cuantificar los procesos


de crecimiento y desarrollo vegetal y animal, mediante observaciones fenológicas y
fenométricas. Estos elementos biometeorológicos, llevados a escala geográfica y evaluados
a través de una determinada asignación de tecnología aplicada, conducen al campo de la
Agroclimatología.

424
Desde otro enfoque, Agroclimatología es la rama de la Meteorología Agrícola que
considera al clima como una conjunción de factores y elementos ambientales cuya
expresión ejerce influencia decisiva en la producción (cuali y cuantitativa) de las especies
con interés agropecuario. El objeto territorial de estudio de la Agroclimatología es el
agroclima, definido como el conjunto de determinadas condiciones climáticas que en
intensidad, frecuencia, duración y época de ocurrencia, hacen posible la producción
económica de un cultivo en una región.

A modo de definición y en un contexto agrícola, se considera como tal a "una disciplina


que estudia la combinación óptima de los factores clima-suelo-agua a través de cada
etapa fenológica del ciclo de cultivo, buscando que se combinen adecuadamente en
intensidad, duración, frecuencia y época de ocurrencia para obtener óptimos
rendimientos económicos". Este concepto esboza algunas de las características distintivas
de la agroclimatología, que son:

Características:
Joven (no madura)
Sistémica
Ecléctica (Datos---[Caja Negra]---Información)
Dinámica (en relación a los cambios genéticos y tecnológicos)
Aplicada (Bioclimatología: ciencia básica) [análisis comparativo]

-Joven (contemporánea): La necesidad del conocimiento agroclimático surge a partir del


gran desarrollo tecnológico de las actividades agropecuarias a partir de la década del 50, en
algunos países antes y en otros después. En muchos aspectos, esta disciplina puede
concebirse perteneciente a la técnica de manejo del cultivo, ya que su empleo apropiado
redunda en una mejora de la producción (cuantitativa o cualitativa), lo que supone un valor
agregado y una ventaja comparativa. Estos aspectos comienzan a generar preocupación en
la medida que la producción de alimentos deviene en una actividad estratégica a nivel
global, con gran impacto en la balanza comercial de los distintos países y en el equilibrio
de la economía mundial. En este contexto, a igualdad de recursos utilizados tendría mayor
retorno al capital aquella actividad productiva que hace un uso apropiado del conocimiento
agroclimático, porque puede hacer una mejor asignación de recursos, aplicar las técnicas
de cultivo más convenientes, discernir sobre distintas alternativas de producción, juzgar el
impacto anticipado de una sobreproducción o paliar la situación de manera oportuna en el
caso opuesto, etc.

Todo ello condujo al desarrollo acelerado de este campo, acompañando por el


avance en las comunicaciones (información más accesible, actualizada), la electrónica
(instrumental autónomo), la informática (manejo de datos y modelación de cultivos), la
actividad espacial (satélites), con lo cual se puede acceder a mayor información propia y
ajena, mejorando la precisión en las decisiones micro o macroeconómicas.

-Dinámica: Relacionado con lo anterior, muchos aspectos metodológicos y conceptuales


se siguen innovando a los efectos de producir representaciones más aproximadas a la
realidad, tanto a nivel de individuos como del sistema de producción, y con una mayor
capacidad resolutiva en tiempo y espacio. Inherente a los factores involucrados por esta
disciplina, las relaciones bioclimáticas al igual que la tecnología de producción aplicada

425
ofrecen un cuadro de incesante cambio. En el caso de los aspectos bioclimáticos, la
fitotecnia busca modificar permanentemente la base genética de las especies con el objeto
de ofrecer formas más adaptadas de los individuos (organismos mejor preparados) a cada
ambiente. Otro tanto puede decirse del aporte tecnológico, que ha conducido en forma
global al aumento sostenido de los rendimientos de las cosechas por medio de la
modificación programada de las condiciones de cultivo (ambiente más propicio).

-Sistémica: Hace aplicación de los principios de la teoría de sistemas, según la cual la


realidad está representada por un conjunto de elementos que se relacionan e interactúan
con un propósito determinado. En este sentido, la mejor apreciación de un problema se
alcanza a través de una herramienta o instrumento que hace una síntesis global del
comportamiento individual de cada parte (organización elemental) y su interdependencia
con los otros componentes de mayor o menor jerarquía. Por el contrario, refuta una
representación sólo analítica, la cual observa la realidad, luego la fragmenta (análisis) para
su estudio, y finalmente junta cada parte devolviendo la imagen resuelta del problema. A
modo de un espejo que se rompe y sus fragmentos son reunidos, la imagen que se aprecia
carece de la nitidez suficiente. La construcción de una visión sistémica, sin embargo,
aunque intuitivamente se nos presente más potente, implica un nivel mayor de
complejidad, debiendo conocer en detalle a cada componente y los puentes de contacto y
unión, resultando en modelos más o menos aproximados.

-Ecléctica: Este término proviene del eclecticismo, escuela filosófica que procura conciliar
las doctrinas que parecen mejores o más pertinentes, aunque procedan de diversos
sistemas. Se refiere a un modo de juzgar y obrar que adopta un temperamento intermedio,
en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas. Una imagen que representa este
concepto, la ofrece el siguiente esquema:

DATOS----------> [CAJA NEGRA] ----------> INFORMACIÓN

DATOS: Constituyen las variables y parámetros que definen una determinada condición
del sistema (físico-biológico-económico).

CAJA NEGRA: Son diferentes métodos y procedimientos por medio de los cuales se
analiza la problemática en procura de alcanzar una propuesta de solución. Puede tratarse de
métodos taxonómicos (modelos estáticos), numéricos (modelos de regresión simple o
múltiple, lineal o curvilínea), estadísticos (modelos estocásticos), de simulación (modelos
matemáticos puestos en formato informático), etc., o de cualquier otro procedimiento
racional que pueda ser evaluado objetivamente.

INFORMACION: Representa la finalidad del proceso. Producir información es el


objetivo que persigue la agroclimatología y, como tal, su importancia respecto a los ítems
anteriores es excluyente. Quiere decir que al margen de la metodología utilizada y teniendo
en cuenta el alcance limitado o parcial de los datos disponibles, el interés relevante de la
agroclimatología es obtener información que contribuya a mejorar la planificación
estratégica o la decisión táctica de la empresa agropecuaria.

-Aplicada: Volviendo a la idea del comienzo, si se traza un análisis comparativo con la


bioclimatología, se rescata con mayor claridad cuáles son sus respectivos dominios. La
bioclimatología hace abstracción del contexto económico o social, y se concentra en

426
considerar la reacción del cultivo al complejo climático. Por su parte, a partir del
conocimiento bioclimático ya producido, la agroclimatología introduce los aspectos
económicos y sociales para hacer una evaluación integral del comportamiento productivo
de un sistema de producción en una región. En tanto el crecimiento y el desarrollo
fenológico son los procesos que estudia la bioclimatología, el rendimiento es la
función de mayor interés agroclimático. Mientras la bioclimatología es una disciplina
analítica, la agroclimatología, en cambio, hace mayor uso de la síntesis. Por último, el
conocimiento bioclimático constituye un aporte básico o fundamental, mediante el cual es
posible acceder a al conocimiento agroclimático aplicado.

OBJETIVOS DE LA AGROCLIMATOLOGIA
 Planificar la utilización de los factores de producción agrícolas.
 Desarrollar métodos que permitan evaluar las particularidades climáticas de un
territorio con el objeto de obtener una racional distribución de los cultivos, como
así también explorar las posibilidades de introducir cultivos y variedades en áreas
nuevas.
 Determinar zonas por su aptitud agropecuaria: zonas óptimas y zonas marginales.
 Proveer bases objetivas para la introducción y mejoramiento de las técnicas de
producción.
 Determinar los cambios de las condiciones ambientales introducidos por el empleo
de cortinas rompevientos, modificaciones hidrológicas, drenajes, etc.
 Estudiar los microclimas con el objeto de explorar sus posibilidades de
aprovechamiento agrícola, como así también para evaluar la factibilidad de su
mejoramiento.
 Efectuar relevamientos mesoclimáticos, tales como: efectos de las exposiciones y
valles.

METODOS DE ANALISIS.

Los estudios agroclimáticos hacen uso de una gran variedad de metodologías y


procedimientos de análisis, cuya objetividad y pertinencia se evalúa en cada caso con el
respaldo de la ciencia estadística. Las técnicas agroclimáticas pueden ser clasificadas en
analíticas y cartográficas, y su presentación se realizará en detalle al discutir la
problemática específica a resolver. Por su importancia, y a modo de anticipo de la
problemática que será desarrollada como ejemplo, se hace mención de aquellas técnicas
agroclimáticas de uso más generalizado: Índices, modelos de cultivo, taxonomía y
zonificación.

ÍNDICES AGROCLIMÁTICOS

Un índice, cualquiera sea su naturaleza, es una expresión cuantitativa que pone de


manifiesto el grado de dependencia entre dos variables o procesos relacionados. En
agroclimatología son de uso común en razón de la necesidad de mostrar una visión
simplificada de algunos procesos complejos, buscando una solución de compromiso entre
la falta de precisión (el error que se comete), los medios disponibles y la viabilidad o
pertinencia de la solución propuesta. Por lo general, estas expresiones integran en una
elemento o variable del ambiente físico (que representa al complejo climático) la
repercusión biológica que resulta de interés resaltar (el comportamiento de un cultivo o del
sistema de producción).

427
Los índices agroclimáticos se obtienen como resultado final de la consideración de una
serie ordenada de pasos establecidos, a través de los cuales se va obteniendo información
parcial. El comienzo de este proceso de búsqueda o construcción corresponde a la
elaboración de:

INDICES BIOMETEOROLOGICOS: Es la expresión cuantitativa de la dependencia


que tiene el crecimiento y desarrollo de un cultivo con respecto a las condiciones
meteorológicas imperantes.

Información Fenológica + Información Meteorológica = Índice Biometeorológico

INDICES TECNOMETEOROLÓGICOS: Es la expresión que pondera las


observaciones sobre eficiencia de las operaciones culturales tales como riego, cortinas
forestales, cultivos asociados, etc., con relación a las condiciones meteorológicas. La
tecnología aplicada a un cultivo debe ser considerada como un factor capaz de alterar u
ocultar la reacción específica del mismo al complejo climático. Se desprende de esto que la
agroclimatología comprende estudios por lo menos bifactoriales: Condiciones
meteorológicas + Condiciones tecnológicas. La manifestación de estas últimas puede ser
eliminada, cuando todas las parcelas de ensayo reciben el mismo tratamiento o evaluada
por medio de un diseño estadístico apropiado.

Información Tecnológica + Información Meteorológica = Índice Tecnometeorológico

INDICE AGROMETEOROLÓGICO: Es la expresión cuantitativa de la


dependencia que tienen el crecimiento, desarrollo y rendimiento de los cultivos, así como
la aparición y virulencia de las plagas y enfermedades y la eficiencia de las medidas
agrotécnicas, en relación con las condiciones meteorológicas.

Información Tecnometeorológica + Información Biometorológica = Índice Agrometeorológico

INDICE AGROCLIMATICO: Es una expresión cuantitativa para la valoración


local, regional o territorial de las disponibilidades y variabilidad de los Índices
Agrometeorológicos.

Información Climática + Información Agrometeorológica = Índice Agroclimático

De acuerdo al grado de elaboración y de la información que contienen, los índices


pueden ser simples o complejos. Son ejemplos de índices agroclimáticos simples los
siguientes:

- período libre de heladas


- temperatura media del mes más cálido
- milímetros de deficiencia mensual de agua en el suelo.

428
Por su parte, son ejemplos de índices agroclimáticos complejos:
- milímetros de deficiencia de agua en el subperíodo de 15°C para la soja.
- milímetros de deficiencia de agua en el período de espigazón del trigo.
- Índice criokindinoscópico.

MÉTODO DE MODELACIÓN MATEMÁTICA.

Un modelo matemático consiste de una ecuación o de un conjunto de ecuaciones que


representan de manera simplificada los supuestos o hipótesis que han sido formulados
acerca de la estructura y funcionamiento de un sistema real. En otras palabras, un modelo
matemático consiste de una ecuación o de un conjunto de ecuaciones que representan a un
sistema real, que realizan una síntesis de sus principales características en la búsqueda de
una mayor simpleza interpretativa de las reacciones o comportamiento del sistema.

El modelo, o más correctamente los supuestos que han sido hechos para formular el
modelo, pueden ser examinados (test) por medio de comparaciones entre esos valores
estimados y las mediciones u observaciones realizadas sobre el sistema real. Las
ecuaciones matemáticas de un modelo simplemente expresan e interpretan la hipótesis de
una forma cuantitativa, permitiendo deducir sus consecuencias, y señalan dónde buscar
para su verificación o refutación.

Modelos de cultivo.

Si se parte de la premisa que todo modelo es una representación simplificada de la


realidad, se entiende por modelo de cultivo al procedimiento matemático que representa el
crecimiento, desarrollo y productividad de un cultivo por medio de un conjunto de
ecuaciones estructuradas. Estas ecuaciones expresan los supuestos o hipótesis que han sido
formuladas acerca de la estructura y funcionamiento ecofisiológico de un cultivo en un
contexto geográfico (región) y sistema de producción determinados. Mientras la estructura
del sistema está integrada por tres componentes: suelo-planta-atmósfera, el funcionamiento
se expresa a partir de las funciones de crecimiento y desarrollo que, para un determinado
conjunto de coeficientes genéticos, determinan su potencialidad productiva. Por su parte, la
planta misma tiene una estructura que normalmente está conformada por los distintos
órganos del vegetal.

Razones para construir modelos:

Existen tres motivos fundamentales para desarrollar modelos en general y de cultivos en


particular:

1) Un modelo provee un método para estudiar y analizar al sistema real el cual presenta
normalmente cierto nivel de complejidad. Para ello se debe recurre a la simplificación
del sistema real:
Identificar los componentes principales.
Establecer su interrelación o sea como interactúan las partes.
Realizar una descripción integral del sistema. Interesa más el todo que las partes

2) Permite comprender más fácilmente el funcionamiento del sistema porque establece


las relaciones entre las respuestas o reacciones del sistema y los mecanismos que se
supone operan dentro del sistema.

429
3) Constituye una herramienta de predicción. Un objetivo Científico y Tecnológico
principal es la Predicción (¿Qué pasa si...?). ¿Cuál será el comportamiento productivo
de un cultivo en una región? ¿Será factible su cultivo de secano? etc.

Distintas concepciones de modelos.

En general, un modelo se obtiene a partir del método de modelación matemática,


según se lo representa en la figura 5.2.2, que da origen básicamente dos tipos de modelos:
empíricos y mecanísticos. No hay una línea divisoria definida entre los dos métodos y la
mayoría de los ejercicios de modelación es usual que contengan empirismo y mecanisismo
en variable proporción. Es más una materia de énfasis en el punto de partida.

El modelador mecanisista construye su modelo antes de la experiencia, pensando en un


mecanismo posible y deduciendo sus consecuencias por medio de un modelo; el
experimento luego es un test de su hipótesis que posiblemente favorece un mecanismo en
lugar de otro. Sin embargo, al pensar sobre los mecanismos a priori, esta guiado por los
datos y el conocimiento existentes y para eso aplica su propia mezcla de empirismo e
intuición.

Por el otro lado, un modelador empírico bien puede hacer su conjetura sobre el mecanismo
después de realizar el experimento y obtener los datos del mismo, de ahí que empieza la
investigación de manera empírica y la termina como mecanisista. En la práctica el
investigador se mueve como un péndulo entre los dos estilos, tratando de hacer progresos
en el conocimiento siempre y cuando le sea posible, prefiriendo una opción a otra como
regla general, y si el problema lo permite.

Aproximación Aproximación Sistema


empírica mecanicista experimental

Supuestos

Simple Complejo
Modelo Experimentación
matemático

Ecuaciones

Solución

Comparación,
Datos estimados prueba y Datos del
por el modelo validación experimento
del modelo

Figura 5.2.2. Esquema del método de modelación matemática.

430
TAXONOMÍA Y ZONIFICACIÓN.

En Climatología es frecuente utilizar métodos taxonómicos o sistemáticos a los


efectos de reducir un conjunto muy grande de individuos a una cantidad menor de
unidades elementales. Con esta operación no sólo se consigue simplificar la tarea (de
muchos a pocos), sino también se busca presentar el problema de una manera ordenada y
racional, agrupando los elementos individuales que son más parecidos o afines entre sí, y
separando los grupos distintos de acuerdo a algún criterio lógico o práctico.

Esta operación, que puede ser realizada de manera más o menos objetiva, es la que
se pone en práctica cuando se utiliza un método taxonómico. Asimismo, la proyección
geográfica del procedimiento taxonómico configura una delimitación espacial o
zonificación, que tiene un alcance agroclimático cuando la problemática a resolver resulta
del vínculo entre el ambiente atmosférico y la producción agropecuaria. Por lo general, los
resultados que produce la zonificación se presentan en mapas o cartas, de ahí la
denominación de cartografía agroclimática.

CARTOGRAFIA AGROCLIMÁTICA.

Son los mapas que resultan de la utilización de Índices agroclimáticos simples o complejos
o de parámetros climáticos seleccionados, cuyo objetivo es localizar espacialmente las
diferentes categorías taxonómicas y la difusión real o potencial de un cultivo o raza de
ganado.

El conocimiento de las exigencias y tolerancias bioclimáticas de los diferentes cultivos y


ganados, permite producir la cartografía agroclimática, es decir, determinar las áreas y
distribución geográfica de un cultivo, ganado, plaga, etc., en función de valores climáticos
jerarquizados mediante índices agroclimáticos.

DISTINTAS APLICACIONES AGROCLIMÁTICAS.

Habiendo formulado su marco conceptual básico, se propone presentar, determinar


y discutir algunos temas de interés agronómico desde una perspectiva agroclimática. Ellos
son:

a) Aptitud agrícola de la República Argentina: localizar las áreas de secano y bajo riego.
b) Tipos agroclimaticos del cultivo de la soja.
c) Aptitud ganadera de la República Argentina.
d) Evaluación del estrés calórico animal.
e) Producción de materia seca total.

a) APTITUD AGRÍCOLA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA.

La delimitación de regiones de un país que posee diversas aptitudes naturales para la


actividad agropecuaria, puede realizarse por medio de parámetros agroclimáticos que
discriminen las distintas condiciones del clima en relación particular a cada explotación.
La cartografía obtenida, en razón del escaso nivel de detalle que se puede alcanzar cuando
el territorio analizado es vasto y la red de estaciones meteorológicas es escasa, presenta la
utilidad de mostrar a escala sinóptica (global) y en forma aproximada el comportamiento

431
típico de cada unidad territorial. De todas maneras, constituye la información elemental y
básica de todo intento racional para comenzar la planificación de una actividad productiva.

Es factible delimitar la diferente aptitud agrícola del territorio nacional apelando a un


procedimiento taxonómico que, a partir de un razonamiento lógico basado en la
experiencia, aplique un esquema dicotómico (booleano), como presenta la tabla a
continuación. Los elementos del clima que describen en forma absoluta la posibilidad de
prosperar de un cultivo son los llamados tanatoclimáticos (tanato=muerte), es decir
aquellos cuya acción compromete la vida de la planta. En esencia son dos los factores
elementales: la falta de temperaturas adecuadas para asegurar la etapa reproductiva (cultivo
de granos) y la falta de humedad edáfica suficiente que compromete la vida de la planta
por una condición de estrés hídrico. La condición térmica posee mayor jerarquía porque
constituye un factor más limitante técnicamente que el factor hídrico, el cual puede ser
superado mediante el riego.

Condición anual: Referencia:


1. ETP < 500 mm Sin aptitud
2. ETP > 500 mm Con aptitud (Todo el territorio)
2.1. Período libre de heladas < 150 días Sin aptitud
2.2. Período libre de heladas > 150 días Con aptitud
2.2.1. Deficiencia de agua > 200 mm Agricultura bajo riego
2.2.2. Deficiencia de agua < 200 mm Agricultura de secano

Luego, con la cartografía apropiada y utilizando un sistema de información


geográfica, se puede integrar la información de aptitud para delimitar territorialmente las
distintas unidades o categorías, como se muestra en la figura 5.2.3.

432
Figura 5.2.3. Regiones agrícolas de la República Argentina.

b) TIPOS AGROCLIMATICOS DEL CULTIVO DE LA SOJA EN LA REPUBLICA


ARGENTINA.

El cultivo de la soja en nuestro país se ha extendido a todas las áreas agrícolas, de secano y
bajo riego. Los primeros trabajos para determinar las zonas agroclimáticas aptas
distinguieron tres regiones: Oriental, Noroccidental y Bajo riego, para considerar ligeras
variantes regionales de cultivo, que no serán objeto de análisis.

La metodología aplicada para estudiar la posibilidad de cultivo de esta especie en la década


del '60, cuando su difusión era incipiente, consistió en realizar ensayos bioclimáticos con

433
diversos cultivares, que fueron confirmados aplicando el método de los "Tipos
agroclimáticos mundiales". Dicha metodología consiste en la aplicación sucesiva de 5
reglas:

1) Determinar el tipo bioclimático de la especie.


2) Valorar el clima de la región de origen de la especie.
3) Valorar el agroclima de la región de difusión comercial de la especie.
4) Valorar las condiciones climáticas de las regiones donde la experiencia de cultivo ha
sido negativa.
5) Considerar los índices agroclimáticos derivados de trabajos experimentales.

En este caso en particular, la región sojera de Estados Unidos aportó gran parte de la
evidencia agroclimática sobre la potencialidad de este cultivo en nuestro país. El
fundamento es muy simple: si las condiciones agroclimáticas en una región (Estados
Unidos) posibilitan el cultivo exitoso de una especie, la determinación de tales condiciones
agroclimáticas en otra región (Argentina), permiten inferir (extrapolar) que el
comportamiento también será favorable.

Por tratarse de una especie atermocíclica y afotocíclica, cualquier análisis agroclimático


que se realice, deberá hacerse con la expresión de los elementos en ese lapso del año. Los
aspectos considerados fueron: Requerimientos térmicos y fotoperiódicos, que están
relacionados con el ciclo de cultivo, y requerimientos hídricos, que influyen sobre la
productividad.

i) Requerimientos térmicos: Para que el cultivo de soja sea posible en una región, la
temperatura media del mes más caliente del año debe ser igual o superior a 20°C. Este
límite corresponde al de cultivo septentrional en América del Norte. En las mejores zonas
productores este índice se ubica entre 23 y 25°C. Para representar la aptitud térmica
regional se utiliza la suma de temperaturas método residual (tb: 15°C), en el bioperíodo de
15°C. Nunca se registraron nacimientos en las parcelas de ensayo antes que el aire
alcanzara este nivel térmico.

i) REGIONES TERMICAS: Eficiencia de temperatura durante el ciclo de cultivo


Indice agroclimático (°C): Suma de Tipo de agroclima Aptitud
Zonas temperaturas efectivas sobre 15°C en el Agroclimática
bioperíodo
A menos de 600 Muy frío IyM
B de 600 a 1200 Templado frío A
C de 1200 a 1800 Templado A
D de 1800 a 2400 Templado cálido A
E más de 2400 Cálido A

ii) Requerimientos hídricos: Para analizar el efecto hídrico se empleó el balance hídrico
mensual, que permite dividir los agroclimas hídricos en base a la deficiencia de agua. Se
aprecia que la isolínea de 100 mm de deficiencia en el período vegetativo (bioperíodo),
coincide muy aceptablemente con el límite occidental del área sojera de secano. Este valor
separa zonas con siembras de secano de las que requieren riego. Asimismo, puede
interpretarse que, a menores deficiencias, deberán corresponder mejores rendimientos por
mayor disponibilidad de agua. La región de mayores rendimientos en Estados Unidos tiene
menos de 33 mm de deficiencia media en el bioperíodo. Con respecto a la situación de

434
exceso, su repercusión es variable dependiendo de la condición de drenaje del suelo y de la
época de ocurrencia, siendo en particular perjudicial si coincide con la cosecha.

ii) REGIONES HIDRICAS: Humedad durante el ciclo de cultivo.


Indice agroclimático (mm): Deficiencia del Tipo de agroclima Aptitud
Zonas balance hidrológico en el período con T > agroclimática
15°C
A’ más de 100 Muy seco I (riego)
B’ 99 a 66 Seco AaM
C’ 65 a 33 Sub-húmedo seco A
D’ 32 a 0 Sub-húmedo húmedo A
E’ con exceso Húmedo MaI

iii) Requerimientos fotoperiódicos: Aunque la característica de la especie es de ser una


planta de "días cortos", la gran cantidad de cultivares existentes reaccionan al fotoperíodo
de una manera tan diversa, que pueden encontrarse desde los indiferentes a la duración del
día hasta los que no llegan a florecer si no disponen de un nivel fotoperiódico mínimo.

De acuerdo a la duración del ciclo vegetativo, consecuencia de sus requerimientos


fotoperiódicos y térmicos, los distintos cultivares de soja han sido reunidos en 10 grupos
de precocidad decreciente: 00, 0, I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, siendo los del grupo 00 de
ciclo muy corto (para florecer requieren fotoperíodo largo, cultivándoselas en latitudes
altas) y los del grupo VIII de ciclo muy largo (requieren fotoperíodo corto para florecer y
se cultivan en latitudes bajas).

En base a lo anterior, se puede deducir que cuanto más exigente en fotoperíodo corto es un
cultivar, tanto más exigente es en sumas térmicas para completar el ciclo. Las tolerancias o
exigencias fotoperiódicas y las necesidades térmicas de la soja son, por lo tanto,
requerimientos bioclimáticos de magnitudes opuestas. En los ensayos efectuados en
nuestro país con cultivares de todos los grupos de maduración, sólo se determinaron cuatro
comportamientos: precoces, semiprecoces, semitardíos y tardíos. Dentro de los límites
establecidos se puede cultivar soja con distinto rendimiento. Los tipos agroclimáticos
marcan las características de aptitud, marginalidad o inaptitud de las distintas zonas.

iii) REGIONES FOTOPERIODICAS: Fotoperíodo en el mes más caliente del año


Indice agroclimático Fotoperíodo Area, Precocidad Tipo de Aptitud
Zonas en el solsticio de verano (hs. y latitudinal de varietal agroclima Agrocli
min.) cultivo mática
A’’ más de 16h 30' más de 43° P Muy largo A
B’’ 15h 30' a 16h 30' 35° a 43° P y SP Largo A
C’’ 14h 30' a 15h 30' 25° a 35° SP, ST y T Mediano A
D’’ 13h 30' a 14h 30' 10° a 25° ST y T Corto A
E’’ menos de 13h 30' entre 10° N y T Muy corto A
S

435
Referencias:
Aptitud Agroclimática A - Aptitud M - Marginalidad I - Inaptitud
Precocidad varietal P - Precoces SP - Semiprecoces ST - Semitardíos T – Tardíos

Figura 5.2.4. Tipos agroclimáticos de la soja en la Argentina: (A) Unidades de


desarrollo de la soja; (B) Suma de temperaturas ≥ 15ºC en el bioperiodo de 15ºC; (C)

436
Deficiencia de agua en el bioperiodo; (D) Regiones fotoperiódicas por franjas
latitudinales.

c) REGIONES GANADERAS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA.

Dos cuestiones son fundamentales en la definición de la aptitud climática para la


ganadería: los elementos que actúan en forma DIRECTA sobre el animal y aquellos que
lo hacen en forma INDIRECTA sobre su alimentación a campo. De los elementos que
actúan en forma DIRECTA el principal es la temperatura, pues este elemento influye
sobre el nivel de confort de los animales homeotermos, de acuerdo a los fundamentos
fisiológicos y bioclimáticos que se presentan esquemáticamente a continuación con el
diagrama de termoneutralidad.

Diagrama de termoneutralidad.

La figura 5.2.5 muestra el comportamiento general de los animales homeotermos


sometidos a temperaturas desde extremadamente frías a extremadamente cálidas, en
términos al gasto metabólico requerido para mantener su temperatura interna. Así, en el
rango de confort térmico (A'-A), el animal hace un gasto energético mínimo para mantener
su temperatura interna, alcanzando la homeostasis. Cuando la temperatura ambiente se
encuentra por encima de A, o temperatura crítica superior (TCS), el animal pone en juego
una serie de mecanismos de regulación térmica que alcanzan para mantener su estado de
confort, sin incrementar ostensiblemente al principio el gasto metabólico.

Zona de Supervivencia
Zona de Homeotermia

Muerte por calor


Zona termoneutral
Muerte por frío

Hipertermia
Temperatura interna
Hipotermia

Zona de
confort
Producción de calor

D’ C’ B’ A’ A B C
D
Estrés por frío Estrés por
calor
Temperatura ambiente
Figura 5.2.5: Diagrama de termoneutralidad (Bianca, 1972).

437
El aumento de la sudoración y la disipación de calor por medio de la transpiración
es una de las primeras funciones que son activadas por el animal. El incremento del jadeo
aumenta la evaporación que se realiza por el tracto respiratorio. También se incrementa el
ritmo cardíaco para aumentar la velocidad de circulación sanguínea, y se activa la
circulación periférica para facilitar la disipación del calor. A través de estos mecanismos de
regulación el animal logra mantener su temperatura interior, pero si la condición de estrés
se prolonga y si el nivel térmico exterior se incrementa (por encima de D), entra en un
estado de hipertermia que, de extenderse, le provoca la muerte.

Por debajo de A' (o temperatura crítica inferior TCI), el animal mantiene su


temperatura por una serie de mecanismos fisiológicos de termoregulación. La piloerección
y el movimiento muscular (tirita) se ponen rápidamente en juego, además se incrementa el
flujo de sangre por la circulación más interna (vasoconstricción), etc. Asimismo, las bajas
temperaturas producen un aumento natural del apetito que compensa el mayor gasto
metabólico involucrado en mantener la temperatura interna. Bajo condiciones de buena
alimentación, el problema por el frío es menos crítico que por estrés calórico en el que, por
el contrario, se produce la pérdida natural del apetito. De todos modos, el animal tiene una
capacidad de ingesta limitada, por lo que, si esta condición ambiental se prolonga o el frío
se intensifica, la producción de calor metabólico no puede compensar la pérdida inducida
por el intercambio de calor con el ambiente. En estas condiciones el animal alcanza un
estado de estrés por frío extremo el que se designa como hipotermia (por debajo de C’),
cuya prolongación lo pone en riesgo de muerte (D’).

Cada especie presenta sus propios rangos de tolerancia para cada uno de los
intervalos de temperatura críticos, que varían de acuerdo a la raza, edad, etc. Para la
ganadería bovina estos límites son de distinto orden según la raza de ganado que se
considere: ganado mayor tropical (razas cebú derivadas del Bos Indicus) o ganado mayor
de zona templada (razas británicas y continentales derivadas del Bos Taurus).

El valor de temperatura de 21°C generalmente se acepta que marca el límite sobre


el cual todas las razas de clima templado comienzan a sentir los efectos del calor,
aumentando el ritmo respiratorio, el ritmo cardíaco y la temperatura rectal. Al superar este
límite, el animal comienza su autodefensa dejando de alimentarse y en consecuencia
bajando su rendimiento. En razón del termoperiodismo (oscilación respecto de la media),
en nuestro país la isoterma de 26°C para la temperatura media del mes más caliente
(Enero), define el límite superior de aptitud para ganado de clima templado, ya que el
animal expuesto a esas condiciones no tendría oportunidad de recuperarse en ningún
momento del día.

Otro límite importante es el de la baja temperatura, pues por debajo de cierto nivel el
ganado no puede permanecer a la intemperie, habiéndose establecido este límite en la
temperatura media mensual de 5°C para el mes más frío.

También pueden ser zonificadas las regiones ganaderas a partir de valores (índices) que
expresan una acción INDIRECTA del ambiente sobre el ganado. En este caso se pueden
utilizar los elementos del balance hidrológico, con los que se delimitan las diversas
condiciones de pastoreo de los animales en base a la cantidad y calidad del forraje.
Aplicando el Índice Hídrico (Thornthwaite), que integra las condiciones de deficiencia y
exceso de agua, es factible representar las distintas situaciones de disponibilidad ambiental,
de acuerdo al siguiente criterio semi-cualitativo:

438
I.H Condición-Recomendación
< -20 Pastos de suelos áridos y salinos.
-20 a 0 Pastoreo normal con henificación por sequía.
0 a 20 Pastoreo normal a campo
> 20 Pastoreo abundante, pero hipocalcémicos.

IH

Temperatura
media de enero
Temperatura
media de julio

Figura 5.2.6: Regiones ganaderas de la República Argentina (1991-2000)

d) EVALUACIÓN DEL ESTRÉS CALÓRICO

439
No sólo la temperatura del aire influye sobre la termorregulación animal, porque
una condición de humedad ambiente elevada reduce la capacidad evaporativa del aire y, en
consecuencia, cuando el animal manifiesta una tasa limitada de evaporación del sudor se
ve restringido el principal mecanismo de refrigeración natural que dispone. Por esta razón,
al realizar una evaluación más específica del impacto del estrés calórico en diversas
producciones pecuarias, es común utilizar expresiones integradas por la temperatura y la
humedad del aire.

Uno de estos indicadores de estrés que ha tenido amplia difusión es el Índice de


Temperatura y Humedad, o simplemente ITH, que es una expresión adimensional cuyo
valor se obtiene de la siguiente fórmula:

ITH  Ta  0,36Tpr  41,2

donde Ta es la temperatura del aire y Tpr la temperatura del punto de rocío que, conocido
el valor de la tensión de vapor actual (e), se puede calcular con la siguiente fórmula
derivada de la función que relaciona la temperatura con la tensión de saturación:
 e 
237 ,3  Log 
 6,108 
Tpr 
 e 
7 ,5  Log 
 6,108 

En la siguiente tabla se puede analizar el efecto del ambiente, expresado por el


índice ITH, en la producción lechera de distintas razas.

Producción relativa (%)


Ta (ºC) HR (%) ITH
Holando Jersey Pardo Suiza
24 38 68 100 100 100
24 76 72 96 99 99
34 46 82 63 68 84
34 80 86 41 56 71

La Figura 5.2.7 presenta un diagrama que muestra el efecto del ITH sobre la
producción de leche en vacas de distinta capacidad productiva. Los animales de mayor
capacidad productiva presentan una caída de la producción relativamente mayor que las de
menor productividad a medida que se el ambiente calórico se torna más cálido y húmedo,
poniendo de manifiesto el elevado gasto energético de la producción de leche.

440
Figura 5.2.7: Relación entre la pérdida de producción de leche y el Índice de
Temperatura y Humedad en animales con distinta capacidad de producción

PRODUCCIÓN DE MATERIA SECA TOTAL

La producción ganadera en base al pastoreo extensivo de rumiantes sobre pasturas


naturales o implantadas permanentes, es una importante forma de actividad agropecuaria
en la región Centro-Oeste de nuestro país. En muchos casos esta actividad se practica
asociada con la agricultura y en otros, en forma exclusiva como única fuente de sustento.

El principal requerimiento para un emprendimiento exitoso de esta actividad es no


excederse en la capacidad de carga de un área, es decir el número de animales que el área
puede soportar (sostener) a largo plazo. Si esta capacidad es excedida se produce
sobrepastoreo, que puede conducir a la degradación ambiental, tal como la erosión del
suelo y una drástica reducción en la capacidad de carga. Por lo tanto, existe necesidad de
conocer la capacidad de carga potencial en estas áreas ganaderas, tanto en las actualmente
utilizadas como en las propuestas para la producción futura.

La producción primaria de las pasturas depende de varios factores tales como el clima, tipo
y fertilidad del suelo, composición botánica de la pastura, estructura de la vegetación y
niveles de fertilización. El clima es el principal factor, cuya acción bioclimática sobre el
crecimiento está mejor representada por la disponibilidad de agua del suelo. Esta es una
función del clima, la topografía del terreno y la capacidad de almacenaje de agua del suelo.
En climas de latitudes medias, tanto la disponibilidad térmica como fotoperiódica no
interfieren en la medida que las termofase y la hidrofase positivas sean coincidentes

441
(concordantes). Además, las áreas destinadas al pastoreo de pasturas naturales en Córdoba,
presentan un ciclo de aprovechamiento en verde que responde estrechamente al régimen
monzónico de precipitación.

En la bibliografía existen muchos modelos que relacionan la producción primaria de las


pasturas con el clima. Estos pueden ser ordenados en tres clases amplias: (a) modelos de
precipitación anual, (b) modelos estacionales de crecimiento o extensión del período de
aprovechamiento y (c) modelos de simulación clima-suelo-planta.

(a) Los modelos de precipitación anual relacionan la productividad primaria con la


cantidad de precipitación anual, usualmente con un factor de corrección o ecuaciones
separadas para considerar empíricamente las distintas condiciones edáficas (suelos de alta
o baja capacidad de retención) y ambientales (región con lluvias de verano o región con
lluvias de invierno), como muestra la figura 5.2.8.

Figura 5.2.8: Relación entre la precipitación anual y la producción de materia seca de


acuerdo a la estacionalidad de las lluvias.

(b) Los modelos estacionales de crecimiento calculan la extensión del período de


crecimiento, relacionando la producción primaria de la pastura sobre la base de un balance
de agua del suelo, mientras los valores de evapotranspiración real (ETR) se mantengan por
encima de un determinado nivel a escala diaria o semanal. Un modelo simplificado de este
tipo es el siguiente:

IC: Índice de crecimiento


IH: Índice de humedad (entre 0 y 1)
IT: Índice de temperatura (entre 0 y 1)

La extensión del período de crecimiento se computa como el lapso (días, semanas,


décadas, etc.) durante el cual las condiciones hídricas y térmicas, indicadas por el índice de
crecimiento, se mantienen por encima de determinados umbrales mínimos, que son
establecidos de acuerdo al tipo de pastura considerada.

442
(c) En los modelos de simulación, el valor de ETR es relacionado directamente con la
producción primaria de las pasturas. Estos constituyen resultados más específicos, aunque
su capacidad de extrapolación es más restringida.

Además de estos procedimientos generales, existen otros modelos que, por medio de
algunas simplificaciones, permiten estimar la producción de materia seca, en particular
evitando el cómputo directo de la ETR (el cálculo de la ETR en todos los casos exige un
balance hidrológico, que es una técnica altamente específica). Uno de ellos utiliza como
datos de ingreso principales a la precipitación anual (PP) que es superada tres veces de
cada cuatro años (probabilidad del 25%) tomada como medida de seguridad, la
evapotranspiración potencial anual según Penman (ETP) y la capacidad de almacenaje de
agua del suelo (CR). El modelo es de aplicación válida sólo cuando la pendiente del
terreno es despreciable y no hay cobertura de árboles o arbustos. Asimismo, dado que los
resultados de este modelo fueron corroborados con datos experimentales de ensayos de
fertilidad con fosfato, desde pasturas naturales libres de fertilización hasta parcelas con
altas dosis, la fertilidad también es un factor considerado, aunque su aplicación local
resulte restringida o inapropiada.

Modelo para la estimación de producción total de materia seca [MST, en kg/ha] (Reddy y
Timberlake; 1986):

Paso 1: Calcular la efectividad de la precipitación (PP') usando PP y ETP:

PP’: Efectividad de la precipitación


PP : Precipitación anual bajo el nivel de probabilidad del 25% (P [PP  0,25)
ETP: Evapotranspiración Potencial anual (Penman).

Paso 2: Calcular ETR usando el valor de PP' y CR:

RO = b x (PP'/100)3
b = 15,2482/(CR)0,8
ETR: Evapotranspiración Real anual.
RO: Escorrentía.
CR: Capacidad de almacenaje o retención.

De acuerdo con estas ecuaciones, el valor de ETR crece y luego comienza a declinar a
partir de un valor de PP'. Para la parte declinante de ETR, usa el máximo valor de ETR que
puede ser alcanzado para una dada CR. Dicho valor de PP' al que se alcanza el máximo de
ETR para una capacidad de retención dada se calcula de acuerdo a la fórmula:

443
Por ejemplo, en el caso de un suelo con CR = 50 mm, el valor de ETR se
incrementa con un creciente valor de PP' hasta que alcanza 710 mm, y con valores
superiores de PP' comienza a declinar. Por lo tanto, bajo en tipo de suelo de CR = 50 mm,
si PP'> 710 mm, se debe tomar PP'max = 710 mm. Del mismo modo, si el período de
lluvias está separado por un largo período seco, se debe considerar a cada período lluvioso
como una estación independiente y estimar la MST de cada estación como la suma de los
dos períodos.

Paso 3: Calcular MST [Kg/Ha] usando ETR y, eventualmente, F (superfosfato, en kg/ha):

Si ETR <= 29 mm, entonces MST = 0


Si 29 < ETR <= 263 mm, entonces MST = 3,32 x [ETR - 29] x F'
Si ETR >= 263 mm, entonces MST = [777 + 6,26 x (ETR - 263)] x F'

F' = 1,613 +/- 0,613 x [1 - (F/125)]1/2


Si F > 125 [1 - (F/125)] < 0, entonces + en lugar de -.
Si F < 125 [1 - (F/125)] > 0, entonces - en lugar de +.

A partir del valor estimado de la materia seca disponible, se podría aplicar otro
procedimiento para determinar la capacidad de carga animal. La obtención de información
sobre la capacidad de carga animal de un potrero es relevante porque contribuye a evitar
tanto el sobrepastoreo como el subpastoreo, implementando de manera oportuna el manejo
que tienda a reducir o aumentar la carga animal, respectivamente.

Los resultados obtenidos del procedimiento (modelo numérico) pueden expresarse


gráficamente a los efectos de representar el total de situaciones productivas propias de cada
sitio (cada lugar tiene distintas condiciones climáticas y valores de CR, en relación a tipo
de suelo). Asimismo, los cómputos pueden efectuarse a partir de datos de PP y ETP
medios, para comparar la potencialidad productiva de las pasturas naturales en distintas
regiones, o con los datos correspondientes a cada año con la finalidad de analizar la
variabilidad interanual de la productividad de cada lugar. En la figura 5.2.9 se presenta la
variación que presenta la producción estimada de materia seca en un lugar a lo largo de los
años.

444
2300 700

2100
600

1900

500

Precipitación anual (mm)


1700
TMS (kg ha )
-1

400
1500

1300
300

1100
200

900
PP med =
382 mm 100
700
DE = +/-
110 mm
500 ETP = 1400 0
1920 1925 1930 1935 1940 1945
CR 1950
= 50 1955
mm 1960 1965 1970 1975
Año
MST MST med MST (P(Z<=z)) MST (PP75") MST (PPmed) ppaño

Figura 5.2.9. Variación interanual de la producción estimada de materia seca.

445
VALORES DE ETR PARA DISTINTAS PP Y ETP Cap Retención 50
ETP anual según Penman (mm)
PP 75% 600 700 800 900 1000 1100 1200 1300 1400 1500
50 148 127 112 99 90 81 75 69 64 60
100 282 246 217 195 176 161 148 137 127 119
150 389 347 312 282 257 236 217 202 188 176
200 456 424 389 357 329 304 282 263 246 231
250 471 466 444 417 389 363 340 318 299 282
300 471 471 470 456 435 412 389 368 347 329
350 471 471 471 471 463 447 429 409 389 371
400 471 471 471 471 471 468 456 441 424 406
450 471 471 471 471 471 471 470 462 449 435
500 471 471 471 471 471 471 471 471 466 456
550 471 471 471 471 471 471 471 471 471 468
600 471 471 471 471 471 471 471 471 471 471
650 471 471 471 471 471 471 471 471 471 471

VALORES DE ETR PARA DISTINTAS PP Y ETP Cap Retención 100


ETP anual según Penman (mm)
PP 75% 600 700 800 900 1000 1100 1200 1300 1400 1500
50 149 128 112 100 90 82 75 69 64 60
100 290 251 221 197 178 162 149 137 128 119
150 415 364 323 290 262 240 221 204 190 178
200 517 462 415 375 342 314 290 269 251 235
250 588 541 494 452 415 383 355 330 309 290
300 621 596 557 517 480 446 415 388 364 342
350 622 621 600 569 534 501 470 441 415 392
400 622 622 621 604 577 547 517 489 462 438
450 622 622 622 621 606 583 557 530 504 480
500 622 622 622 622 621 608 588 565 541 517
550 622 622 622 622 622 621 610 592 572 550
600 622 622 622 622 622 622 621 611 596 577
650 622 622 622 622 622 622 622 621 612 598
700 622 622 622 622 622 622 622 622 621 613
750 622 622 622 622 622 622 622 622 622 621
800 622 622 622 622 622 622 622 622 622 622
850 622 622 622 622 622 622 622 622 622 622

446
Cap Retención
VALORES DE ETR PARA DISTINTAS PP Y ETP 150
ETP anual según Penman (mm)
PP 75% 600 700 800 900 1000 1100 1200 1300 1400 1500
50 149 128 112 100 90 82 75 69 64 60
100 293 252 222 198 178 162 149 138 128 120
150 425 370 327 293 265 241 222 205 191 178
200 540 477 425 382 347 318 293 271 252 236
250 633 569 513 465 425 390 360 335 312 293
300 698 644 590 540 496 458 425 396 370 347
350 729 698 652 605 561 521 485 453 425 399
400 731 727 698 658 617 577 540 507 477 449
450 731 731 725 698 663 626 590 556 525 496
500 731 731 731 723 698 667 633 600 569 540
550 731 731 731 731 721 698 670 639 609 580
600 731 731 731 731 731 720 698 672 644 617
650 731 731 731 731 731 730 718 698 674 649
700 731 731 731 731 731 731 729 717 698 676
750 731 731 731 731 731 731 731 728 716 698
800 731 731 731 731 731 731 731 731 727 715
850 731 731 731 731 731 731 731 731 731 726
900 731 731 731 731 731 731 731 731 731 731
950 731 731 731 731 731 731 731 731 731 731

VALORES DE ETR PARA DISTINTAS PP Y ETP Cap Retención 200


ETP anual según Penman (mm)
PP 75% 600 700 800 900 1000 1100 1200 1300 1400 1500
50 149 128 112 100 90 82 75 69 64 60
100 294 253 222 198 179 163 149 138 128 120
150 430 373 329 294 266 242 222 206 191 179
200 552 484 430 386 350 320 294 272 253 237
250 657 584 523 473 430 394 363 337 314 294
300 740 670 607 552 505 465 430 400 373 350
350 795 740 680 625 575 531 493 460 430 404
400 820 789 740 687 638 593 552 516 484 456
450 821 816 784 740 693 649 607 570 536 505
500 821 821 812 780 740 698 657 619 584 552
550 821 821 821 807 777 740 701 664 629 597
600 821 821 821 820 803 774 740 705 670 638
650 821 821 821 821 818 799 771 740 707 676
700 821 821 821 821 821 815 795 769 740 710
750 821 821 821 821 821 821 812 792 767 740
800 821 821 821 821 821 821 820 809 789 765
850 821 821 821 821 821 821 821 818 806 787
900 821 821 821 821 821 821 821 821 816 803
950 821 821 821 821 821 821 821 821 821 814
1000 821 821 821 821 821 821 821 821 821 820
1050 821 821 821 821 821 821 821 821 821 821

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