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VIVIR LA CIUDAD

nuevas miradas
sobre el patrimonio

21 al 26 de noviembre de 2014
Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Ponencias y Comunicaciones
ISBN 978-987-23112-6-1

ISBN 978-987-23112-6-1
Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio

CICOP Argentina

Perú 272 - CP C1067AAF- CABA, Argentina - Tel/Fax: 54 (011) 4343-2281

E-mail: cicop@sinectis.com.ar

www.cicopar.com

www.cicop.blogspot.com

© de los textos y las ilustraciones: sus autores.

Las opiniones expresadas en los textos de las actas pertenecen a los autores.

Diseño y maquetación:
Arq. Mercedes Garzón Maceda

Vivir la ciudad : nuevas miradas sobre el patrimonio /

Mercedes Garzón Maceda ... [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires : Centro

Internacional para la Conservación del Patrimonio, 2014.

E-Book.

ISBN 978-987-23112-6-1

1. Conservación del Patrimonio. I. Garzón Maceda, Mercedes

CDD 306

Fecha de catalogación: 12/11/2014

ISBN 978-987-23112-6-1
ORGANIZAN

ADHIEREN

ISBN 978-987-23112-6-1
COMITÉ ORGANIZADOR

Arq. Andrea Cerletti


Arq. Adriana Estévez
Arq. Mercedes Garzón Maceda
Arq. Cristina Malfa

COMITÉ CIENTÍFICO

Arq. Jorge Néstor Bozzano


CICOP Ar.
Arq. María de las Nieves Arias Incollá
CICOP Ar

ISBN 978-987-23112-6-1
Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio
CICOP Argentina

Comisión Directiva
Presidente
María de las Nieves Arias Incollá
Vicepresidente
Guillermo Rubén García
Secretaria
Mercedes Garzón Maceda
Tesorera
Cristina Beatriz Malfa
Vocales Titulares
Martín Repetto
Jorge Néstor Bozzano
Alberto Boselli
Ana María Mancasola
Vocales Suplentes
Nelly Decarolis
Gladys Pérez Ferrando
Juan Alberto González Morón
María Elena Mazzantini
Órgano de Fiscalización
Adriana Olinda Estévez
Marta Julia Oliva
Director Académico
Jorge Néstor Bozzano

ISBN 978-987-23112-6-1
PRESENTACIÓN

ISBN 978-987-23112-6-1
PRESENTACIÓN

Toda ciudad es inevitablemente histórica. Es un territorio en construcción, de imaginación, de


poesía, de recuperación, de ilusiones. Es lo que “el sujeto” que la habita hace de ella, y es lo que
“los otros” hacen de ella. Hay variados modos de entenderla, de sentirla, de leerla, de nombrarla,
de representarla... de conquistarla.
En Vivir la Ciudad convergen distintas miradas y enfoques. Pensamos en la ciudad de la fiesta, del
intercambio, de la alegría, del consumo, de las relaciones, de la energía, de la felicidad... La ciudad
está destinada a acumular historias; proponemos entreverarnos con la “ciudad palimpsesto”, la
ciudad de “los no lugares”, la ciudad política, la ciudad escrita, la ciudad líquida, o la ciudad imagi-
nada
Proponemos aquí, reflexionar en torno a la experiencia de vivir la ciudad; de vivir nuestra ciudad,
desde la mirada cercana o extendida del patrimonio, es decir, inserta en una dimensión histórica,
en una temporalidad insistente. Tomamos como documento de referencia la Recomendación so-
bre el Paisaje Urbano Histórico, aprobado por UNESCO en 2011
Invitamos a compartir proyectos que ayuden a disfrutarla mejor, que sepan mirar el patrimonio
como algo a comprender, a revitalizar, a dinamizar, a rehabilitar, a incorporar en nuestra vida co-
tidiana. Proyectos nuevos capaces de insertarse en la trama urbana; que inspiren una mejor con-
fianza para la mejor calidad de vida de las personas. Proponemos reflexionar en torno a la ciudad
en que nacimos, la que elegimos, de la que nos sentimos parte, y porque no, a la que imaginamos
y soñamos. Sustancialmente, la ciudad en que vivimos, con su abarcante dimensión histórica, con
lugares donde la vida en común nos enriquece y nos posibilita pensar en un futuro mejor..
Nuestra propuesta se inserta dentro de un proyecto más amplio, que parte de las actividades
complementarias al Premio Gubbio, Sección América Latina y el Caribe, organizado por la Asocia-
ción Nacional Centros Histórico Artísticos (ANCSA), el Ayuntamiento de Gubbio, la Dirección Ge-
neral Casco Histórico (DGCH) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y la Oficina del Historiador
de la Ciudad de La Habana (OHCH) de Cuba, y con la colaboración del Centro Internacional para la
Conservación del Patrimonio (CICOP Argentina). Asimismo se orienta hacia el evento ExpoMilán
2015, para el que reservamos el acápite relacionado con el patrimonio de
la alimentación en relación a la ciudad, y en el más reciente y específico, “Vivir la Ciudad”, consis-
tente en la preparación de una muestra sobre los modos de regeneración urbana en las ciudades
europeas y latinoamericanas.
En el Encuentro Vivir la Ciudad, esperamos aportes que nos permitan pensar acerca de como sen-
tirnos orgullosos al revalorizarlas y cualificarlas. Cómo proponemos vivir la ciudad desde el rescate
de sus espacios dañados, desde su gestión, desde su rehabilitación, desde su sostenibilidad, des-
de su puesta en valor ...

ISBN 978-987-23112-6-1 7
Contenidos
A- Ponencias
A.01 Bahía Bristol: la construcción de un paisaje urbano moderno. (Claudio G.
Erviti) 12
A.02 Ciudad Deseada. Desarrollo y Gestión; Planes y Programas (Diana Beatriz
Maggi / Omar Rodolfo Yantorno ) 22
A.03 Ciudad mirada y ciudad expresada. La valoración del paisaje a través de las
manifestaciones artísticas de la población (Cecilia Giusso) 27
A.04 Cuestiones urbanas en relación al territorio-ambiente y ciudad. El rol del
IEU, Distrito V del Colegio de Arquitectos (Daniel Moreno, Jorge García
Sergio Patiño) 43
A.05 El valor estético como escenario de la vida urbana (Patricia I. M.
Mariñelarena) 50
A.06 Imaginarios distópicos y ciudad sobremoderna (María del Rosario Betti)
63
A.07 La educación desde el patrimonio como estrategia para vivir la ciudad
(Fabiana Carbonari) 72
A.08 Mar del Plata, su desarrollo y planes urbanos (María de las Nieves Rizzo /
Melecia Granero)
A.09 Poner en valor el patrimonio: el caso de la Auditoría General de la Nación
(Pablo Martínez / Mónica Britos) 85
A.10 San Juan, una Ciudad en movimiento. Aportes del Turismo a la
Resignificación de su Arquitectura (María Emilia Erostarbe Suárez) 86

B- Comunicaciones
B.01 Avellaneda, el desafío de la ciudad deseada. Transformación de la ribera
post-industrial (Silvia Bruzzo / Adrián Lisanti / Martín Otero / María
Cristina Senlle) 94
B.02 La Bajada Vieja. Posadas Misiones (Mary Edith González) 108
B.03 Ciudad Social. Ciudadanía y Vivencialidad (María Dolores Gómez Macedo /
Ivana Utrera) 124
B.04 El tango también es cosa de chicos (María Alejandra Muñoz) 133

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B.05 El Zoológico de Buenos Aires en el cuidado y la conservación del
patromonio (Marcela Liliana Díaz / María Cristina Fernández) 140
B.06 Formación profesional para un equilibrio entre la conservación del
patrimonio, el desarrollo económico y la habitabilidad en la ciudad
(Miriam Bessone / María Laura Tarchini) 147
B.07 La Comunidad Italiana y la Pedagogía Salesiana en la ciudad de La Plata
a fines del siglo XIX. Identidad en una ciudad en construcción (Virginia E.
Galcerán) 153
B.08 Las piedras ornamentales de la Ciudad de Buenos Aires. Un patrimonio a
revalorizar (José Sellés-Martínez) 161
B.09 Los jóvenes de Villa Atamisqui, provincia de Santiago del Estero, herederos
de su propio patrimonio (Ana Maria Larcher) 170
B.10 Los jóvenes viven en la ciudad. Una experiencia en movimiento (Verónica
Bugnard / Monica Simon) 181
B.11 Nuevo espacio público urbano en Brasil. Negro Bloques, Rolezinhos e
Indios del Pueblo (Aldeia) Maracanã (Dinah Papi Guimaraens / Marina
Vasconcellos de Carvalho) 184
B.12 Proyecto Museo a Cielo Abierto. Arte popular participativo e identidad
comunitario. Bo. Ejército de los Andes. Fuerte Apache (Alumnos
de la Escuela Media N° 7, Ejercito de los Andes. Bo. Ejercito de los Andes,
Fuerte Apache) 193
B.13 Reflexiones sobre el patrimonio urbano: el aporte de dos miradas para
analizar el caso de la ciudad de Mendoza (Pablo F. Bianchi) 195
B.14 Rotterdam: miradas sostenibles en la rehabilitación de los espacios para la
vida colectiva (Carolina Quiroga/Lucas van Zuijlen) 204
B.15 Santa Fe: patrimonio, ambiente y gestión. El difícil sendero de la
concertación (Maria Laura Tarchini / Miriam Bessone / Maria Laura
Bertuzzi) 211
B.16 Un Espacio Cultural en la Ciudad. Paseo de Las Esculturas – Plaza Rubén
Darío (Anastasia Weisbek / María Noel Lanata / Mariana Carla Zambruno /
María Carolina González) 222
B.17 Una mirada intencionada de la ciudad a través de la fotografía (Manuel
Civano / Mercedes Garzón Maceda) 230
B.18 Vivir el centro. Memoria Visual del Macrocentro Porteño (Alberto Boselli /
Graciela Raponi) 233

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PONENCIAS

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A.01 BAHÍA BRISTOL: LA CONSTRUCCIÓN DE UN PAISAJE
URBANO MODERNO
Claudio G. Erviti

Facultad de Arquitectura urbanismo y Diseño – UNMdP


Instituto de Estudios de Historia, Patrimonio y Cultura Material (IHEPAC)

“Mar, playa, baños calientes, vestuarios, comercios, bares, confiterías bailables, pis-
cinas, casinos, teatros, hoteles, eran símbolos materiales de una sociedad en pro-
ceso de modernización. Gente circulando, consumiendo, descansando, en un
complejo edilicio construido para el ocio y el placer.” (BARTOLUCCI, 2004:114).
“…el edificio del Casino, el teatro Auditorio, el Hotel Provincial y la rambla donde se
encuentran las confiterías, bares, comercios de todo tipo, agencias de los grandes
diarios en cuyas pizarras se aglomera la gente. Bordeando el murallón los sillones de
mimbre de alquiler donde descansa la gente mayor. Bajo las columnas de la Ram-
bla desfila el mundo bullente y exótico de los turistas, mezclados con una multitud
de buhoneros, lustrabotas, diarieros, vendedores de billetes de lotería y de globos, fo-
tógrafos, alquiladores de sacos y corbatas para entrar al casino” (SEBRELI, 1970: 98)
“La zona urbana, resultado de una estratificación histórica de los valores culturales y
naturales (…) incluye la topografía del sitio, la geomorfología, la hidrología y las ca-
racterísticas naturales, su entorno construido, tanto histórico como contemporáneo, sus
infraestructuras por encima y por debajo de la tierra, sus espacios abiertos y jardines, sus
patrones de uso de la tierra y la organización espacial, las percepciones y las relaciones
visuales, así como todos los demás elementos de la estructura urbana. También incluye
prácticas sociales y culturales y los valores, los procesos económicos y las dimensiones
intangibles del patrimonio en relación con la diversidad y la identidad.” (Recomenda-
ciones de la CONFERENCIA GENERAL UNESCO (2011) sobre Paisaje Histórico Urbano)

Introducción
En el transcurso del bienio 2012/13 desarrollamos, en el ámbito de la FAUD – UNMDP, un proyec-
to de investigación1 tendiente a detectar, describir y valorar las particularidades de la produc-
ción modernista en el área Brístol de Mar del Plata - el entorno inmediato de la bahía y el sector
comercial central-. Los ejes del trabajo fueron las transformaciones de dicha producción en el
espacio privado –esto es la reproducción de la tipología departamento, destinada al consumo
turístico de masas y enmarcada en la Ley de propiedad Horizontal (1948)-, cuanto las innova-
ciones operadas en el espacio público callejero -las que, destinadas a dar satisfacción al progra-
ma comercial, intensificaron el desarrollo del tipo galería comercial, por entonces predominante.
Con estos ejes hicimos foco en aquellos episodios urbano-arquitectónicos que apuntaron a pro-
blematizar -de modo simultáneo y, en diversa medida, articuladamente- las tensiones producidas
por ambas transformaciones: de aquí que la moderna tipología de torre con basamento - en la
cual la torre alojó formas más o menos novedosas de departamento en tanto sus basamentos re-
plantearon las secuencias publico/semipúblico/privado- fue protagónica en nuestra indagación.

1 “MODERNIZACIÓN URBANO-ARQUITECTÓNICA PARA EL TURISMO DE MASAS. PRODUCCIÓN Y TRANSFORMACIÓN DEL ESPACIO


PÚBLICO Y PRIVADO EN EL ÁREA BAHÍA BRISTOL. 1948-1978. Director Arquitecto Claudio C. Erviti. Proyecto acreditado y financiado
por UNMdP. Dependencia funcional Instituto de Estudios de historia, patrimonio y Cultura material (IEHPAC) , FAUD , UNMdP

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Nuestro estudio fue dejando a la luz la radical reconfiguración del paisaje urbano del área Bristol,
acaecida desde finales de los años cuarenta hasta fines de los setenta. Las operaciones e interven-
ciones fueron diversas: desde modificaciones topográficas y del parcelario, hasta las trasformacio-
nes en el tejido y las estéticas, pasando por nuevas formas de relación ciudad-mar. Y, ciertamente,
la emergencia de nuevos rituales del ocio y nuevas prácticas de apropiación de los espacios ribe-
reños, diurnos y nocturnos.
Protagonista de uno de los procesos de apertura e inclusión a las prácticas veraniegas más impor-
tantes ocurridos en nuestro país en el transcurso del siglo XX, “la Bristol” devino en un escenario
relacional relevante, espacio público democrático e inclusivo; Con un registro amplio de formas
de uso social de sus estratos “naturales” y artificiales: desde el baño de mar hasta el Festival Cine-
matográfico Internacional. Paisaje cultural cuya configuración es -utilizando una expresión de N.
G. Canclini- “resultado de etapas diversas del desarrollo en que se fueron sedimentando estilos cons-
tructivos y concepciones dispares del espacio urbano”. En este sentido constituye un lugar en el
sentido augeano del término: espacio relacional, poseedor de identidad, historia y significación.

La construcción de un paisaje urbano moderno


Desde la cuarta década del siglo pasado Mar del Plata se instituyó como ámbito de un proyecto
democratizador en relación a las actividades vacacionales. En este sentido “La práctica del turismo
se fue afirmando como algo natural y necesario para sectores cada vez más amplios de la sociedad y
al mismo tiempo como algo posible”. (PASTORIZA, 2011:101). El proceso -que admite una lectura
bourdiesiana- fue atravesado por disputas en la dimensión material y simbólica, ocurridas entre
grupos con diferentes proyectos culturales, que consagraban diversas jerarquías urbano-arquitec-
tónicas y re significaban espacios y lugares.
Ciertamente fue el conjunto bustillense, (figura 1) cuya construcción canceló el paisaje propio
del balneario oligárquico, el que impulsó un doble proceso de modernización: la resignificación
e intensificación de usos de los espacios públicos del área (TORRES CANO, ERVITI, 2005:167) en
términos de apropiación masiva –pasando de 990.000 visitantes en la temporada 1950/51 a más
de 2.800.000 en 1972/73- y, simultáneamente, la reconversión funcional-morfológica de las áreas
residenciales adyacentes –una verdadera refundación- a partir de la producción de vivienda en el
marco en la ley de Propiedad Horizontal (1948). Se ingresaría de este modo en la fase del balneario
masivo y policlasista.
El análisis Sebreliano reconocerá en aquella Mar del Plata de los sesenta el centro del ocio vera-
niego nacional, caracterizado por la diversificación en el origen de los nuevos turistas, por la
creciente “juvenilización” de los mismos –lo que expandirá en la ciudad una novedosa “industria
de la diversión”-, por la emergencia de nuevos rituales urbanos -en la playa, los grills, los teatros,
etc.- y por la intensa utilización de lugares encuentro. El balneario, ámbito festivo y lúdico, con sus

Figura 1- La Bahia Bristol, hacia mediados de los


años cuarenta, con el Hotel Provincial finalizado,
y el tejido residencial de villas y chalets sobre
Boulevard Maritimo prácticamente intacto.

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rituales, vestimentas y objetos específicos, tenía como símbolos la rambla, sus edificios y recovas.
Esta vitalidad estaba dada por una multitud en busca del descanso y el ocio conseguido con es-
fuerzo, según las posibilidades de cada uno (SEBRELI, 1970:85).
Cabe destacar que la producción cinematográfica nacional colaboró en la construcción de un ima-
ginario propio del balneario marplatense: como ámbito propicio para el consumo y la diversión

Figura 2.- Postal del Boulevard Marítimo, hacia 1950.


Se observan el hotel Hermitage y, más al fondo,
la Residencia Marítima, deudores de la estilística
bustillense. En la esquina de calle Sarmiento el
Chalet de Carolina Pombo de Barilari (A. Lemmi,
1939), demolido en 1956 para ampliar el Hermitage.

frívola -Veraneo en Mar del Plata (Saraceni, 1954), Punto y Banca (Carreras, 1961)- o como espacio
de libertad -Los jóvenes viejos (Khun, 1962)-. (NEVELEFF, J; MONFORTE, M.; 2008).
La explosión de la propiedad horizontal -por medio de la mercancía departamento- destinada al
turismo masivo se produjo en los dos sectores adyacentes a Bahía Bristol. Por un lado en el eje de
Avenida Colón, donde reemplazó los parques y las villas pintorescas preexistentes –con un parce-
lamiento especulativo y una fuerte densificación-; Y, simultáneamente, en el área central, donde
se articuló con la modernización de los espacios destinados al consumo. En este último caso la
intensificación de actividades de encuentro y entretenimiento presionó y complejizó el sistema de
espacios públicos del área comercial, enriqueciéndolo con una red de pasajes y galerías comer-
ciales. Esta “presión” encontró su punto culminante con la definitiva peatonalización de calle San
Martín (1979/80).
La condición de posibilidad de esta transformación fue la confluencia de expectativas e intereses de
distintos actores: desde la voluntad especulativa de los propietarios de las villas -que, por medio de
remates y loteos, recuperaron con creces las inversiones realizadas medio siglo antes- hasta las nuevas
formas de incentivación de la demanda generadas conjuntamente por el mercado inmobiliario y la
industria de la construcción -liderada por empresas constructoras e ingenieros-, pasando por las estra-
tegias de una clase media que canalizó sus ahorros en la posesión del “departamento en Mar del Plata”.
Tampoco fueron ajenos los arquitectos -como A. Bonet, A. Dompé o Méndez Torrecilla- que expe-
rimentaron tipologías y procesos tecnológicos. Este boom de la construcción -con sus series tipo-
lógicas y sus episodios aislados- estuvo normado por el Reglamento de Construcciones de 1937,
hasta 1957 en que se permitirá por vía de excepción la tipología de edificios de perímetro libre.
Sus emergentes pueden ser tipificados en tres clases.
• En primer término aquellos edificios que recrean los rasgos formales de la intervención
bustillense -basamentos y recovas en piedra, muros de ladrillo con aventanamientos recortados,
mansardas en pizarra, etc.-. Son ejemplos el pionero Hotel Savoy (1943) o la Residencia
Marítima, con retranqueos que amplían el perímetro a efecto de multiplicar unidades con vista
al mar. (figura 2)
• La tipología más extendida estuvo dada por los edificios entre medianeras con ventilación a patios
interiores en lotes exiguos, con un alto FOS y departamentos de baja habitabilidad. Su principal

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valor es la conformación de un espacio urbano callejero continuo y homogéneo, de fuerte
identidad, tal el caso de Av. Colón. Cierto modernismo figurativo –con planos o volúmenes
cromáticamente variados- y remates escalonados los caracteriza. Algunos -eco lejano de la
integración de las artes propia de los cincuenta- poseen murales en halles y fachadas. (figuras
3 y 4)
• Finalmente la tercera tipología de vivienda agrupada –ya plenamente moderna- será la torre
de perímetro libre, con o sin basamento, mereciendo algunos casos la categoría, pionera en
nuestro país, de rascacielos. Esta producción aumentó la rentabilidad de los terrenos con su
mayor altura, acrecentó las unidades con “vista al mar” y en algunos casos mejoró la calidad
de sus departamentos. Algunos de sus episodios ayudaron a configurar definitivamente el
skyline marplatense.
De este modo hacia fines de los años sesenta se había materializado ya el grueso de lo que (hoy)
llamamos patrimonio moderno de la ciudad, en sus diversas escalas.

Figura 3.- Vista aérea del sector Bristol a fines de la


década de 1940. A los edificios sobre el Boulevard
Marítimo se agregan paulatinamente edificaciones
de altura y comienzan a ordenarse a partir del eje
de Av. Colon y sobre la Plaza del mismo nombre

Figura 4.- Verticalización y densificación del sector


entre Plaza Colon y La loma, hasta calle Alberti
hacia fines de los cincuenta. Sobre el Boulevard
Marítimo la estética bustillense, por detrás la PH
mas especulativa. Aun se halla incompleta la
manzana que ocupara el Chalet de Tornquist.

Del total de la experiencia marplatense de edificios en torre –tipología de tratamiento universal-


indagamos en aquellos casos que dan cuenta de las trasformaciones y particularidades del tipo
en su apropiación y adecuación local, en tanto destinados al turismo de masas y en el marco de una
ciudad balnearia con fuertes preexistencias. Las dimensiones urbano-arquitectónicas en las que nos
detuvimos fueron las siguientes:
• Las particularidades de esta tipología en relación a su contexto –mediato e inmediato-
Esto implicó cuestiones que van de las decisiones en relación al clima y al paisaje hasta las
articulaciones o contraposiciones del basamento con los tejidos tradicionales preexistentes
• La forma en que el conjunto torre / basamento se relaciona con el suelo/nivel público “cero”,
tema en directa relación en el modo en que se presentan trabajadas las cualidades de los

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espacios públicos/semipúblicos/privados, sus transiciones y relaciones. Aquí las opciones más
relevantes van desde la presencia de plantas libres hasta la multiplicación de niveles públicos,
en un complejo basamento transicional.
• En tercer término –visto que la composición bipartita del tipo obliga a la indagación proyectual
de las relaciones entre las dos piezas y de los elementos transicionales que allí aparecen- se
presentan diferentes opciones de solución, desde mínimas transiciones, hasta la creación de
terrazas jardín de uso común o transiciones estructurales.
• La problemática formal y lingüística del tipo torre/basamento, de sus partes componentes,
cuanto del tratamiento de la totalidad arquitectónica; Las opciones parecen oscilar entre
un tratamiento totalizador, que presenta el objeto como acabado, hasta la indeterminada
repetición de elementos en vertical.

La tipología torre con basamento en el paisaje de “la Bristol”


Cabe señalar que en el caso marplatense propiedad horizontal, especulación y turismo de masas
fueron en esta fase, términos ligados. Su articulación permite acercarse a la comprensión de las
distintas opciones proyectuales –tipológicas, estructurales, expresivas– abordadas. En esta direc-
ción podemos aproximarnos no solo a las formas en que son resueltas las relaciones entre tipos
arquitectónicos y ciudad, sino también a las formas en que la gestión política abrió posibilidades
a dichas opciones. El proceso de verticalización y densificación del área Bristol, conoció desde un
inicio la vía de excepción en la gestión y producción del mercado inmobiliario; tal el caso pione-
ro de la aprobación del Gran Hotel, hacia 1942, que con argumentos de tipo estético obtiene la
aprobación para aumentar la ocupación del suelo que entonces estaba normada para esa parcela
sobre la avenida ribereña. Análogamente las normas complementarias al Reglamento de Cons-
trucciones de 1937 -ampliando las alturas de construcción- constituyeron tempranas estrategias
de impulso a la naciente PH. La vía de aprobar nuevas tipologías como la torre –legitimada discipli-
narmente con argumentos como la mejora de la habitabilidad, la iluminación total, la eliminación
de medianeras y patios de aires y luz, etc.- a partir de otorgar excepciones, implementando, en
1957, la Comisión de Urbanización, resultó una herramienta “inmejorable” para renovar el impulso
a la construcción en PH a gran escala, ahora en el marco del modelo desarrollista. Atento además
a captar las inversiones que tanto el sector primario cuanto la renta industrial transferían hacia la
industria de la construcción. Este mecanismo –al intensificar la capacidad especulativa de agentes
inmobiliarios y empresas constructoras- impulsó emprendimientos de mayor escala. Y, sin disi-
mular la discrecionalidad del procedimiento, entendemos que constituyó una positividad para la
gran diversidad de respuestas que se presentaron –según el compromiso de los profesionales con
los postulados renovadores de la arquitectura moderna, la localización urbana, la demanda que se
pretendiera atender, los recursos materiales disponibles, etc. –.
Los casos trabajados 2 presentan interés en función al modo en que han resuelto su relación con
el espacio público, como así también con la diferenciación y articulación que van evidenciando
los elementos torre y basamento. Es posible constatar que localmente estas opciones no consti-
tuyen una secuencia lineal o evolutiva, y se manifiestan muchas veces en simultáneo. Estas se
relacionan con aspectos disciplinares, como así también aspectos sincrónicos -desde la demanda
simbólica de instituciones privadas hasta las presiones del mercado de la propiedad horizontal en
determinado ciclo de desarrollo-.
Así por ejemplo un episodio maduro de la tipología torre/basamento como Galería Rivadavia –en
el cual la separación de los componentes es total y se presenta un trabajo proyectual sobre la
2 Las fuentes gráficas utilizadas fueron: Planimetrías originales obrantes en Archivo de Obras Privadas de la Municipalidad General Pueyrredon; Revista
summa N 33 “Mar del Plata, ciudad y entorno” (1971); Revista La Construcción Marplatense (números varios 1960/72); Revista Nuestra Arquitectura 427
“Construir en Torre” (1965); Archivo fotográfico del Archivo Histórico MGP “Roberto Barili” ; Archivo fotográfico Diario La Capital de Mar del Plata; Archivo
fotográfico Grupo Pueblos al Sur del Salado III y Archivo fotográfico de los autores.

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planta transicional- se ideará y construirá simultáneamente, entre 1958 y 1960, al Edificio Banco
Popular Argentino obra de gran calidad, cuya opción relacional entre los dos componentes está
lejos de una diferenciación radical de su componentes, en tanto la terraza sobre el basamento no
constituye un espacio de usos. En tanto el edificio Edén constituye una opción próxima al concep-
to de planta libre, casos como Galería Florida y Galería de las Américas representan cabalmente la
tipología de torre/basamento, con grados crecientes de complejidad espacial y estructural en la
relación entre ambas partes, llegando, en el último caso, a un basamento complejo y autónomo.
Por su parte el Edificio Cosmos y, particularmente, el Bristol Center son dos emprendimientos en
que el basamento cobra una autonomía casi total, llegando en el último a un programa comercial/
cultural de gran relevancia.
Las torres ideadas y construidas durante los años, 1957/66, muestran casos innovadores desde lo
urbano y lo tipológico. Entre ellos podemos mencionar: la sede local del Banco de Londres y Amé-

Figuras 5, 6 y 7.- Postales y fotografías de torres en


su fase de construcción. Arriba el acento urbano del
Palacio Edén (hacia 1959) sobre plaza Colón. Sobre
el borde derecho de la imagen se puede observar
otra torre pionera de vivienda innovadora: el Edificio
y Galería Rivadavia, de A. Bonet. Al medio la torre
sobre Galería Florida, en calle San Martín. Abajo el
edificio Demetrio Elíades (Havanna) en una etapa
avanzada de construcción de la estructura, en 1968.

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rica del Sud, la Galería Rivadavia, el edificio el Banco Popular Argentino, la Galería de las Américas, el
Edificio Banco Nación Argentino, la Galería Florida -los cinco últimos situados en relación al eje de
calle San Martin -; el Edificio Cosmos, el Edificio Palacio Edén, el edificio Demetrio Elíades –estos en
relación al eje avenida Colón- 3 También se destacan, en el período que sigue a la aprobación de
la ordenanza de Edificios en Torre (1966) emprendimientos como Galería Lafayette.
A diferencia de la PH desarrollada masivamente desde los años cincuenta por empresas locales
–que contaban con una tecnología probada, de baja complejidad, con una mano de obra relati-
vamente artesanal y sin participación mayoritaria de profesionales arquitectos- estos episodios
poseerán firma profesional destacada, aplicaran tecnologías más desarrolladas, o empresas de
escala, y requerirán inversiones que en ocasiones implicaran ir más allá del financiamiento hi-
potecario. No casualmente los dos rascacielos más notorios del eje Colón –el edificio Elíades y el
Cosmos- serán emprendimientos de actores de la burguesía local o, más tardíamente, el fallido
emprendimiento del Bristol Center concentrará inversiones de nivel nacional. Los grandes em-
prendimientos de PH tipo “rascacielos” utilizaron parcelas de gran superficie y situaciones urbanas
privilegiadas, a efectos de dotarlas de perspectivas para su apreciación y vistas para las unidades;
En este sentido el Edificio Edén domina el espacio de Plaza Colón, el Edificio Cosmos caracterizará
toda perspectiva de Av. Colón, y el Edificio Elíades, sobre el Boulevard Marítimo, constituye el
principal acento en el paisaje urbano de toda la Bahía Bristol. Por su parte las torres localizadas en
el eje San Martín están situadas, convenientemente, en parcelas de esquina.
Estos emprendimientos fueron determinantes en la configuración del paisaje urbano marplatense,
aportando desde acentos urbanos puntuales -la galería Rivadavia-, hasta verdaderos landmarks
territoriales –como el edificio Elíades-.
Resulta destacable la Sede del Banco de Londres y América del Sud, que por entonces construyó

Figura 9.- Edificio Palacio Edén. Innovadora


reformulación del tejido urbano tradicional y del
nivel del espacio público peatonal a partir de una
planta libre que permite la continuidad espacial
y visual entre Plaza Colon y un jardín en el corazón
de manzana. (Fuente Revista Nuestra Arquitectura
427 “Construir en torre”, Buenos Aires, 1965).
3 Los registros fotográficos evidencian que, hacia el año de 1960, estaban prácticamente finalizadas las obras del Palacio Edén, la Galería Rivadavia y el Banco
Popular, encontrándose en construcción del edificio Galería de las Américas y se iniciaban las excavaciones correspondientes al Edificio Cosmos sobre Av.
Colón.

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numerosos locales y sedes secundarias, además de renovar su sede central. En primer término
porque su inversión prescindió de la complementariedad con la propiedad horizontal, en una
esquina ya entonces de altísimo valor económico, reforzando así la relevancia institucional. En
este sentido entendemos que el tipo torre /basamento resulta aquí un opción algo forzada pro-
gramática y funcionalmente, visto lo acotado del programa- pudiendo haberse optado por otras
tipologías; claramente lo que se demandaba aquí es el valor simbólico/publicitario de la tipología,
empleada a nivel mundial como vimos, por otras corporaciones prestigiosas.
La ciudad pudo contar también con las indagaciones de Bonet en relación a la PH –cosa que no
haría en Buenos Aires- apuntando a trabajar en los límites que le permitió el registro especulativo de
la vivienda de veraneo en la etapa del turismo masivo. Sin profundizar aquí en su mejor experien-
cia de PH marplatense –el Terrace Palace en Playa Grande– cabe señalar la relevancia de Galería
Rivadavia en tanto desarrollo ejemplar del tipo torre/basamento, a nivel de la totalidad y en el
tratamiento de sus componentes; Esta obra que remite a LC -en su indagación de la placa en altura
con núcleo central y circulaciones horizontales alternadas-, y a la Lever House en tanto la torre, al
“pisar” solo una porción del basamento, abre la posibilidad de un “patio” para uso público (resuel-
to aquí como espacio central de la galería cubierto por un paraboloide). Se destaca también el
acondicionamiento y apertura al uso común del espacio transicional entre torre y basamento, una
planta de pilotis con solado en piedra local y lugares de estar. En Galería las Américas el menor
riesgo tomado en el abordaje de las unidades, se contrapesa con la indagación estructural y, muy
particularmente, con la calidad espacial y circulatoria de la galería, cuya presencia enriqueció su
situación urbana, convirtiéndola, junto a la nueva sede del banco nación (1965), en la esquina más
significativa del área central. Pero, cabe destacar, que a diferencia de galería Rivadavia la multipli-
cación especulativa de locales y niveles de la galería -con dos niveles de subsuelo sin atractores
que lleven a intentar este recorrido, confiando en que la localización urbana asegure el flujo de
consumidores- atentó contra su vitalidad: solo la planta baja y el primer nivel tienen actualmente
uso urbano.
Resulta paradigmático el proceso seguido por el arquitecto Antonio Dompé en los pocos años
que van desde su primera torre de relevancia -el Banco Popular Argentino (1958)- hasta la última
de las mismas –el mencionado Edificio Elíades (1965)-. En el banco optó por utilizar la tipología de
torre/basamento –separándolos y explorando la diferencia y la relación entre ambos- para logar
una mejor presentación de la institución bancaria que, a la vez que financió la obra, se presenta en
la ciudad como una opción importante. En este edificio el basamento resuelve las diferentes situa-
ciones del espacio público callejero y, con una pequeña logia, destaca la esquina donde ubica el
acceso bancario. En sus rascacielos destinados a departamentos de veraneo las opciones elegidas
fueron otras; En el caso del Edificio Cosmos el basamento resulta un añadido sin relaciones forma-
les con la torre y sin aportar al espacio público adyacente ningún tipo de nuevas situaciones. En
tanto en el Edificio Elíades este ya no será necesario y el edificio llega directamente al suelo, sin
mediaciones ni transiciones de ninguna especie. En este camino de creciente protagonismo de la
dimensión especulativa, sus propuestas irán del uso de la tipología de torre con circulación vertical
y horizontal centralizadas –más racional compositivamente pero a costa de que un porcentaje
importante de unidades de departamento carezcan de vistas a la bahía, como ocurre en el Palacio
Edén- a la elección del tipo en tira que asegura la totalidad de las unidades con rentables vistas al
mar, al costo de sacrificar el rendimiento del sistema circulatorio horizontal. Correlativamente, en
lo que respecta a la dimensión lingüística, esta secuencia de obras de Dompé, simplifica progre-
sivamente la paleta de materiales y colores; de la policroma fachada del Banco Popular -resuelta
en grises celestes, ocres y rojos- o del Edificio Edén, se pasará a la monocroma fachada del edifico
Elíades; Eliminará también progresivamente los balcones salientes, los aventanamientos enmar-
cados y los remates superiores.

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Como se observa en la figura (figura 10) hacia 1965/66 -fecha probable de la toma fotográfica que
ilustra la portada de la Construcción Marplatense (1968) 4- el emergente material de la PH del área
Bristol presenta una conformación reconocible aun en la actualidad, con las ausencias del edificio
Elíades y el Bristol Center. Sobre Av. Colón y su entorno, la PH normada por el Reglamento de
Construcciones de 1937 ha reemplazado por completo el tejido de villas y chalets, configurándose
como un espacio de “urbanidad” tradicional –conformando la calle corredor-. El nuevo tejido, aho-
ra sí, da escala a la monumental obra de Bustillo y da limite a la Plaza Colón. Por sobre este tejido
se elevan los episodios correspondientes a las torres/rascacielos. En el sector superior derecho se
aprecia el conglomerado de torres que jalonan el eje San Martín: el Banco Popular, la Torre Rivada-
via, la torre de las Américas, el Banco Provincia y la torre Florida; unos años después, en San Martín
y Boulevard, emergería el Bristol Center.

Referencias bibliográficas
• BARTOLUCCI, M. (2004) La foto en la Bristol. Sociabilidad, circulación y consumo en la década
de los sesenta en Mar del Plata. En G. Zuppa (Ed.) Prácticas de Sociabilidad en un escenario
argentino. Mar del Plata 1870-1970 (pp.107-132). Mar del Plata. EUDEM.
• CONFERENCIA GENERAL UNESCO (2011) sobre Paisaje Histórico Urbano
• LIERNUR, F. (2001) Arquitectura del Siglo XX en la Argentina. La construcción de la modernidad;
Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes.
• NEVELEFF, J; MONFORTE, M (2008) Mar del Plata. 100 años de cine, (1908-2008).1º edición.
Buenos Aires, Corregidor
• PASTORIZA, E. (2011) La conquista de las vacaciones. Breve historia del turismo en la Argentina.
Buenos Aires, Edhasa.
• SEBRELI, J.J. (1970) Mar del Plata, el ocio represivo. Buenos Aires, Editorial Tiempo
Contemporáneo.
• TORRES CANO M; ERVITI, C. (2005) “El Mar del Plata de Bustillo: miradas desde la historia y
la memoria”. En “Alejandro Bustillo. La construcción del escenario urbano.” Buenos Aires,
CEDODAL.
• Revista summa Nº33 (1970) - Mar del Plata. Arquitectura y Entorno. Buenos Aires, Ediciones
summa S.A.
• ORDENANZA MGP Nº 10075 – CODIGO DE PRESERVACION PATRIMONIAL-

4 En 1968 el Centro de Constructores y Anexos reinicia la publicación de “Construcción Marplatense”. Este conmemora la
creación del Centro de Constructores y Anexos, ocurrida 33 años antes, y lo dedica a los fundadores del mismo. Construcción
Marplatense, publicación bimestral del Centro de Constructores y anexos, Mar del Plata. año 1, diciembre de 1968.

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El Autor
Claudio Gustavo Erviti
Arquitecto por la Universidad Nacional de Mar del Plata. En el marco del IEHPAC ha integrado diver-
sos proyectos de investigación y realizado publicaciones y presentaciones a Jornadas y Congresos
locales, nacionales e internacionales, en relación a problemáticas urbano-arquitectónicas de ín-
dole histórica y patrimonial. Actualmente es Director del Proyecto denominado Primera arquitectu-
ra moderna en Mar del Plata (1925-1945). La vivienda, su reconocimiento y valoración patrimonial.

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A.02 CIUDAD DESEADA
Desarrollo y Gestión; Planes y Programas
Diana Beatriz Maggi
Omar Rodolfo Yantorno

Universidad Católica de La Plata. Facultad de Arquitectura y Diseño

Este trabajo de investigación propone la creación de un Observatorio de Ordenamiento Territorial


con especial atención como eje de trabajo en los Bienes Culturales Urbanos.
Para ello comienza por indagar qué es y cómo funciona un Observatorio, cuáles son sus objeti-
vos, sobre qué variables de la realidad trabaja y cómo implementar el mismo en el ámbito de una
universidad, ya que es un objetivo instrumental, su posterior aplicación dentro de la Facultad de
Arquitectura y Diseño de la UCALP, como organismo consultor que contribuya al desarrollo de la
comunidad a través de la difusión, la valorización y la transferencia de los resultados obtenidos.
La investigación analiza la aparición de los observatorios en el contexto internacional y examina
qué ha sucedido al respecto en nuestro país. Vamos a realizar una aproximación al estado de la
cuestión a partir de una muestra de observatorios urbanos existentes, sus objetivos, organización,
funciones y concluir en impresiones generales respecto de los distintos planteamientos y casos.
El estudio se va a circunscribir, en una primera etapa, al ámbito de la Ciudad de La Plata y en par-
ticular a su “cuadrado histórico”.
Para esta tarea se necesitan diversos colectivos multidisciplinares en un espacio de reflexión so-
bre los fenómenos de transformación que caracterizan hoy a las ciudades contemporáneas. De
allí que se trabajará con el aporte de otras miradas sobre el espacio urbano y el patrimonio que
se compone no sólo de lo material y lo inmaterial (señales, signos y símbolos que se articulan de
diferente manera definiendo su estilo e identidad) aunque como prueba piloto se estudiará lo
construído.
Queremos que sea un sistema permanente y actualizado, que integre datos parcialmente dis-
persos, formule análisis y proyecciones sobre la situación de los inmuebles, pero también del te-
jido urbano y alimente en forma periódica la información y las estadísticas tanto generales como
específicas.
Como herramientas de análisis se buscará definir entre otras cosas un SIG (apoyándonos en lo
que hoy en día existe respecto de esta información en forma oficial, pero adecuándola a nuestras
necesidades y fundamentalmente haciéndola fiable) que permita reconstruir en el territorio el
tejido histórico preservado, y en peligro. Se establecerán indicadores que pueden ayudarnos a
una mejor comprensión de la mayoría de los problemas y sus causas y por ende resultar un eficaz
instrumento para su resolución.
Estos indicadores se transformarán en una descripción de la realidad, basada en datos confiables,
recogidos mediante metodologías científicamente válidas, ya que creemos que las mediciones
son fundamentales para la gestión: para aplicar medidas preventivas y correctivas con el suficien-
te tiempo y para adoptar óptimas soluciones de mejora.

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Las actividades que deberá cumplir el Observatorio son fundamentalmente:
• La recolección y manejo de la información cuantitativa y cualitativa, sobre los bienes culturales
en particular el patrimonio construido.
• La incidencia que tienen sobre dicho territorio las políticas, planes, programas, proyectos y
actuaciones de cualquier índole, así como las tendencias futuras, medidas en términos de
logros y déficit.
• El monitoreo del mismo.
• La formulación de propuestas de políticas de intervención.
• La difusión de los productos elaborados, facilitando el acceso a la información de los agentes
implicados en el desarrollo de la ciudad, así como a la ciudadanía en general, en el momento
de intervenir en un espacio urbano o edificio patrimonial.
• La realización de un diagnóstico permanente de la situación de la ciudad, a fin de orientar la
toma de decisiones en el municipio.
• La interacción con organismos e instituciones públicas y privadas fundamentalmente los
grupos de asambleas de vecinos organizados en ONGs para colaborar en la salvaguarda de los
Bienes Culturales.

¿Porqué un Observatorio de Ordenamiento Territorial?


“[…] la condición patrimonial reside precisamente en la relación entre el elemento pa-
trimonial y su entorno, entre lo nuevo y lo viejo, puesto que en este conjunto emergen
nuevos significados, inexistentes en las partes separadas, significados que son aquellos
que en adelante se percibirán como valores históricos o elementos de identidad urbana”1
El patrimonio como bien cultural aparece fuertemente vinculado a la gestión del territorio es de-
cir del medio ambiente urbano y natural de la ciudad. La estrecha relación entre ambos permite
hablar de un desarrollo sostenible en el uso de sus recursos y en la distribución social y territorial
de los beneficios económicos, sociales y culturales.
El patrimonio es también un recurso potencial de primer orden en la planificación territorial y
constituye un buen punto de partida y un pilar básico desde el que se puede valorar y entender
su preservación y gestión.
La necesidad de estudiar y contrastar la legislación sobre el Patrimonio, como parte de los
procesos de planificación y gestión urbana debe comprenderlo de manera integral, de allí la crea-
ción de un Observatorio de Ordenamiento Territorial, y dentro del mismo la mirada sobre el
Patrimonio Urbano, superando su consideración como un conjunto de objetos aislados sino in-
sertos en una trama más compleja que le da sustento.
Creemos que el Patrimonio debe ser estudiado como parte integrante de problemas más comple-
jos de la ciudad y el territorio lo cual implica su constante transformación.
En este contexto, resulta imprescindible considerar la política de protección del Patrimonio, in-
serta dentro de un Plan de crecimiento y desarrollo para la ciudad, el cual, debería contemplar
entre otros, mecanismos de gestión que comprendan tanto la reformulación de mecanismos para
desalentar procesos de sustitución edilicia en los sitios donde se encuentren bienes de valor pa-
trimonial, como la formulación de nuevas áreas de desarrollo o extensión y crecimiento urbano
donde sea posible canalizar la inversión, o la promoción de usos y actividades compatibles, que
garanticen la permanencia de los bienes de valor, integrados a la vida activa de la Ciudad.
1 Marina Waisman ,1997: “El Patrimonio en el Tiempo”. En: Revista Astrágalo N° 7. Cultura de la Arquitectura y la Ciudad. España..

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En definitiva plantearse los límites posibles del cambio a partir del cual sería imposible volver
atrása costa de la pérdida de una memoria histórica efectiva.
La construcción de lo patrimonial es, por lo tanto, “una operación dinámica, enraizada en el presen-
te, a partir del cual se reconstruye, selecciona e interpreta el pasado. No se trata de un homenaje a un
pasado inmóvil, sino de la inversión a posteriori de la continuidad social”2

Antecedentes
En estos últimos años “la acción privada esta regida igual que en otros ámbitos por las necesidades de
acumulación y reproducción de la fuerza de trabajo. A menudo esta tendencia lleva a la explotación
indiscriminada del ambiente natural y urbano, la expansión voraz de la especulación inmobiliaria y el
transporte privado en detrimento de los bienes históricos y del interés mayoritario”.3
La proliferación de demoliciones en la Ciudad de La Plata, principalmente en el ámbito de su Cas-
co Fundacional, están provocado la pérdida del patrimonio histórico- edilicio, integrado por un
Modelo Urbano fundacional, por aquellos edificios emblemáticos y representativos de nuestra
historia, como así también por tramos valiosos que se identifican por su consistencia morfológica,
sectores cuya contextualización urbana o su significación institucional para la propia comunidad
nos dicen de la necesidad de su cuidado.
Si damos una mirada a la tradición legislativa en nuestra ciudad en materia de patrimonio se ha
ido desdibujando desde la Ordenanza 5338/82, que establece en su Artículo 1º “El Departamento
Ejecutivo, a través de la Dirección de Obras Particulares, no autorizará demoliciones, ampliaciones,
cambios de uso y/o refacciones bajo cualquiera de sus formas en edificios cuya data original sea ante-
rior al año 1930 inclusive, cualquiera sea su magnitud y/o destino, localizados en el Área Urbana defi-
nida por Ordenanza 4495/78, sin la conformidad previa de la Comisión de Preservación del Patrimonio
Monumental, Arquitectónico y Urbanístico del Partido, creada por Decreto 17.211/82.”
Posteriormente la creación en diciembre de 1996 del Consejo de Ordenamiento Urbano y Territo-
rial (COUT) por ordenanza Nº 8733 y teniendo como miembros: la Facultad de Arquitectura y de
Urbanismo de la UNLP , el Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades, el Colegio
de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires, la Cámara Argentina
de la Construcción y el Consejo Profesional de Ciencias Naturales de la Provincia de Buenos Aires,
intentaba canalizar los aportes de técnicos de especialistas con el objeto de la identificación,
caracterización, sistematización y/o propuesta de cuestiones y emergentes relacionados con el
ordenamiento y la gestión del territorio.
Años más tarde el Decreto Nacional Nº 1308/99, declaraba al Casco Fundacional de la Ciudad
de La Plata como Patrimonio Histórico Nacional, y expresaba entre sus consideraciones:”La Plata
se constituye en un testimonio ejemplar de Ciudad pública en razón de su concepción urbana, de sus
espacio sociales y recreativos, cuyo reconocimiento significa un gesto de valoración de los aciertos y
ventajas de una Ciudad republicana, democrática y abierta” Con toda la intencionalidad de su com-
petencia por la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad que por el entonces intendente Dr.
Julio ALAK promocionaba.
Esta distinción a su vez, significó que ingresara en la nómina de protección de la Comisión Nacio-
nal de Museos y de Monumentos y Sitios históricos.
El reconocimiento a nivel internacional vino sin embargo a través de diversos Pactos de la
UNESCO, que la Argentina ha ratificado, obligándose a evitar cualquier forma de destruc-
ción intencional del Patrimonio, como así también a “adoptar todas las medidas necesarias
para prevenir, evitar, hacer cesar y reprimir los actos de destrucción del Patrimonio Cultural”…
2 A. Rosas Mantecón,1999: “La participación social en las nuevas políticas para el patrimonio cultural”. En: Patrimonio Etnológico. Nuevas perspectivas de estudio.
3 N. García Canclini,1999. “Los Usos Sociales del Patrimonio Cultural”, en Edit.Aguilar Criado, Encarnación.

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En los años 2001 y 2003 se crea por Decreto Nº 1576 del Departamento Ejecutivo Municipal, el
Catálogo de Bienes Patrimoniales, a través de un Convenio con la Facultad de Arquitectura y Ur-
banismo de la UNLP.
La gran paralización económica del país hizo que muy pocos intervinieran en obras nuevas y/o
existentes. Posteriormente y por Decreto Nº 1579/06, el Departamento Ejecutivo Municipal, es-
tablece una propuesta de zonas especiales de preservación patrimonial y se identifican 1826 edi-
ficios que presentaban valor histórico arquitectónico o ambiental agrupados en categorías para
los cuales se definieron los grados de valor y de protección, en: integral, estructural, contextual y
cautelar.
A pesar de haber conformado un registro de oposición, de edificios catalogados por su valora-
ción patrimonial, estableciendo distintos tipos de incentivos, exenciones, etc. nunca se definió el
mecanismo de control, llevando las iniciativas al fracaso, demorando la resolución de los pocos
expedientes que consultaban a la Comisión de Sitio, en el mejor de los casos. Y aunque se realizó
un inventario preliminar, que preveía la confección de un listado definitivo, nunca fue finalizado.
La actual gestión de gobierno trabajó sistemáticamente para desmantelar los organismos creados
para promover la declaratoria como PATRIMONIO MUNDIAL, a pesar de los reclamos judiciales, la
intervención de la Cámara Federal e incluso del Tribunal Superior de la Provincia de Buenos Aires.
Se llegó así a la sanción de la actual Ordenanza 10.703 de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo
del partido de La Plata, aprobada en forma controvertida en el año 2010, (justamente en el preciso
momento que se celebraba en la ciudad el Primer Encuentro Latinoamericano Patrimonio y Desarro-
llo) y donde se ignoraron las opiniones académicas, así como también las de la propia comunidad.
Estos últimos años se han acelerado las demoliciones de inmuebles antiguos, catalogados o no
para dar lugar a la construcción de edificios en altura, al punto tal que la World Monuments Fund,
entidad asesora de la UNESCO, por primera vez incluye en su lista a una ciudad entera como pa-
trimonio en riesgo.

Políticas de Gestión
El estado de la situación actual referida a las políticas de resguardo del patrimonio cultural en la
Ciudad de La Plata nos permite clasificar en una primera instancia tres grandes grupos de análisis:
1.-Edificios que pertenecen al Patrimonio Cultural que se encuentran resguardados (inventariados
de alguna forma) bajo competencia de alguno de los tres niveles del estado: nacional, provincial y
o municipal, pudiendo ser de propiedad pública o privada.
2.-Edificios que pertenecen al Patrimonio Cultural que aún no se han resguardado técnicamente
(es decir catalogado) pues tal vez aún no se han visibilizado o por estar bajo la guarda de un par-
ticular que conoce o no su valor y que podrían formar parte del primero.
3.-Áreas sectores o sitios, de valor de paisaje cultual donde lo que se intenta preservar es el con-
junto y de los cuales forman parte edificios que puedan estar o no catalogados.
Es necesario también aclarar que por su rol de Capital Provincial, la ciudad alberga además el po-
der político provincial conviviendo con los organismos municipales, está transitada y es utilizada
en forma permanente por muchísima gente que no vive aquí y que no se identifica con ella y sus
edificios patrimoniales muchas veces de propiedad del estado provincial son usados por organis-
mos municipales o viceversa lo cual conlleva distintos niveles de gestión y mantenimiento y por
ende de conflictos.

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Conclusiones
La capacidad o incapacidad de una comunidad de mantener e incrementar su patrimonio, impli-
ca profundas responsabilidades en relación a su gestión. Si se piensa en el conjunto social, el pa-
trimonio es también instrumento de redistribución social de la riqueza y de equilibrio territorial,
pero cobra una gran importancia su reconocimiento social pues difícilmente se podrá obtener el
máximo rendimiento de algo que no es valorado como tal por sus titulares, sean éstos indivi-
duos particulares o grandes colectivos. Aquí cabe preguntarse como lo hiciese Kevin Lynch ya en
los años 60 ¿Quién decide qué cosa es patrimonio y por lo tanto preservarse?
Será responsabilidad pública difundir qué bienes posee una comunidad y cómo utilizarlos co-
rrectamente como un recurso fundamental que puede contribuir a potenciar el desarrollo y a un
aprovechamiento integral de todas las formas de capital sea éste ambiental, humano o cultural.
Al patrimonio hay que ponerlo en valor y ello implica un esfuerzo de interpretación para “decidir y
seleccionar qué bienes deben protegerse con recursos públicos y estar disponibles para que todos los
usen, considerando que los diversos grupos se apropian en formas diferentes y desiguales de la he-
rencia cultural y que, a medida que descendamos en la escala económica y educacional, disminuye la
capacidad de apropiarse del capital cultural transmitido por las escuelas y los museos” 4

Los Autores
Diana Beatriz Maggi
Arquitecta por la Universidad Nacional de La Plata, año 1977.Especialidad en Preservación del Patrimo-
nio Arquitectónico Monumental, el Instituto de Historia y Preservación del Patrimonio Monumental de la
Universidad Católica de Córdoba, Argentina, año 1983. Premio a la “Vocación académica 2009” otorga-
do por la Fundación El Libro en el marco de la Feria del libro 2009.Docente de la Catedra de Planeamiento-
Físco II FAU-UNLP, Planeamiento Territorial Carrera de Agrimensura Fac.Ingenieria, UNLP, Planeamiento
Territorial FAD-UCALP y Tecnicas de Intervención en el Patrimonio Arquitectónico y Urbano, Fad-UCALP

Omar Yantorno
Arquitecto por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (UNLP) en 1981.Secretario Académi-
co Fac.Arquitectura y Diseño -UCALP.Profesor Titular cátedra Planeamiento Territorial. Departa-
mento Agrimensura. Facultad de Ingeniería. UNLP. Profesor Titular cátedra Planeamiento Territo-
rial II. Facultad de Arquitectura y Diseño. UCALP. Profesor Adjunto cátedras Teorías Territoriales,
Planificación Territorial I y II. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. UNLP. Co Director del Trabajo Fi-
nal Integrador de la Carrera de Especialización en Docencia Universitaria de la UNLP de la Arq. M.G.
Dellavedova, titulado “Desarrollo de innovaciones pedagógico-didácticas en la formación univer-
sitaria: Implementación de nuevas estrategias de intervención pedagógica en las clases prácticas
de la asignatura Teorías Territoriales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (Setiembre 2014)

4 Néstor García Canclini,1999: “Los Usos Sociales del Patrimonio Cultural”, en Edit.Aguilar Criado, Encarnación.

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A.03 CIUDAD MIRADA Y CIUDAD EXPRESADA
La valoración del paisaje a través de las
manifestaciones artísticas de la población
Cecilia Giusso

Centro De Investigaciones Urbanas y Territoriales/ CIUT .


Facultad de Arquitectura y Urbanismo – Universidad Nacional de La Plata
Buenos Aires, Argentina

El paisaje es la forma visible y vivida que asume el territorio, construcción de procesos históricos
irrepetibles que traducidos a través de la imagen, se convierten en materia interpretable como
sinónimo de memoria, patrimonio, manifiesto en su devenir de aquel propio de la sociedad.
Según Grüner “Lo visible se hace visible por la construcción de una cierta mirada… Lo visible es una
construcción artificial, todo aquello que llamamos lo visible es un producto social y que no cualquier
cosa, en cualquier época y de cualquier manera es siempre visible”1. La adopción de un enfoque teó-
rico donde se valora al territorio como paisaje cultural, concibe a la ciudad y al territorio como
producto cultural desde una visión integradora2 en donde, a la mirada del investigador se le suma
la del habitante.
En el caso que aquí se presenta y desde un punto de vista paisajístico, el reconocimiento de la
valoración del territorio a través de las manifestaciones artísticas de sus ciudadanos, condujo a
encontrar los espacios de identificación social dentro de la región, tomando al paisaje como eje
central. En este marco el dibujo, la pintura, literatura, música y fotografía, sumado a las bitácoras
en línea y páginas web, conformaron una muestra que lejos de ser sustentada en una selección
jerárquica de autores, de forma casi aleatoria se basó en aquellos que expresaron en sus obras
aspectos paisajísticos de carácter regional. De esta forma, el proyecto “Ordenamiento, Diseño y
Gestión del Paisaje en el Gran La Plata. Estrategias y Escalas de Intervención”3 como parte de su
metodología de análisis, incluyó el reconocimiento de la expresión artística del habitante, como
punto central en la interpretación y valoración del territorio como paisaje.
La consideración del paisaje como totalidad integradora dinámica, permitió que lo cualitativa-
mente explorado y pocas veces calificado, fuera fundamental a la hora de la determinación de
objetivos de calidad paisajística. Desde un enfoque prospectivo profundamente vinculado a las
identidades locales, la expresión artística de la sociedad en su conjunto constituyó así un elemen-
to relacional de intrínseco valor.

Introducción
Las expresiones artísticas de la ciudad de La Plata y su región, dieron cuenta de la realidad social
contemporánea a través de imágenes de chicos en situación de calle, manifestaciones, marchas,
quemas. A través de fotógrafos y bloggers, por ejemplo, surgieron tanto las actuales apropiacio-
nes de los espacios públicos (skaters en la plazoleta del Teatro Argentino; grafitis en edificios gu-
bernamentales y espacios vacantes en desuso, como vacíos ferroviarios); nuevas temáticas dentro
de funciones previstas en centros culturales, plazas y ferias; el arte callejero, expresado tanto en
1 Eduardo Grüner. El sitio de la mirada. Secretos de la imagen y silencios del arte. Colección Vitral. Editorial Norma. Buenos Aires, 2006.
2 López & Etulain. Políticas territoriales y paisajes culturales. Caso: Región La Plata.   Jornadas de Investigación de la FAU 2006.  Facultad de Arquitectura y
Urbanismo/ UNLP.
3 Proyecto acreditado por el Programa de Incentivos del Ministerio de Educación de la Nación 2010-2013 - Centro de Investigaciones Urbanas y Territoriales
(CIUT/ FAU-UNLP) Dir. Arq. I. López / Cod. Dr. Arq. J.C. Etulain.

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el espacio público como privado; los “circuitos culturales” como el caso de Meridiano V; así como
la permanencia de la monumentalidad de los edificios públicos o espacios singulares como la Re-
pública de los Niños, manifestando todos la necesidad de una nueva mirada de la ciudad, como
bien expresan desde los sitios web donde se exponen las producciones. Por otra parte, el acceso a
la red permitió no sólo una amplia difusión de material “anónimo” de la ciudad, sino la posibilidad
de la interacción permanente. Es así como la participación activa a través de las redes sociales,
produjo además en “tiempo real” fotografías, textos, dibujos que aparecieron como disparador o
como respuesta a temáticas ciudadanas planteadas de forma inmediata. Mientras que las viejas
generaciones plasman con nostalgia el crecimiento vertiginoso y las transformaciones culturales
urbanas ya del siglo XX, las nuevas hablan en cambio de “redescubrir” la ciudad, en una clara dico-
tomía con la “memoria-nostalgia”.
Al ser apropiado por la manifestación artística, las nuevas expresiones que involucran al espacio
público dan cuenta de una necesidad de recuperarlo como lugar de encuentro y establecer a su
vez nuevos lazos sociales -como es el caso de las murgas e instalaciones en plazas y parques-, que
lo vuelven un sitio de reivindicación popular. El espacio cumple entonces un doble rol: “soporte”
de las apropiaciones y “escenario” del registro artístico posterior.
Plasmado en imágenes, el paisaje natural con la presencia del agua a través del río, el bosque, la
monumentalidad de los edificios, la trama fundacional, el barrio y los elementos que pueblan la
vida cotidiana en el espacio público, coexisten tanto en la literatura como en la fotografía, pintura
y música. A nivel regional y en el caso de Berisso y Ensenada, la producción artística se centró en
tres cuestiones principales: el paisaje ribereño, las infraestructuras portuarias e industriales y la
inmigración. En Berisso además, destacaron como manifestaciones contemporáneas los murales
urbanos en torno a temas de la cultura local, como también la producción de cortometrajes y do-
cumentales que tomaron como escenario sitios destacados de la ciudad.

La palabra expresada y la imagen imaginada: literatura y música


En la literatura, Francisco López Merino (1904-1928) poeta platense de trascendencia nacional,
describía:
“He nacido en La Plata, ciudad de silencio uniforme, de calles soleadas, de cielos cla-
ros, el 6 de julio de 1904. Bajo estos cielos he estudiado las cosas esenciales y escritas
versos desde niño. Amo de veras la paz remansada que se difunde por su atmósfe-
ra, y el dilatado ocio que convierte los días de la semana en un domingo perpetuo”. Y
más allá de alusiones a diagonales y tilos, en esta “ciudad de llanura, acogedora, de
gente muy amable y culta” según Jorge Luis Borges, agregaba aludiendo a su amigo
mencionado “(…) Camina lentamente bajo los tilos; mira las balaustradas y las puer-
tas, no para recordarlas… Camina por la calle 49; piensa que nunca atravesará tal o
cual zaguán lateral… En la hora fijada, subirá por unos escalones de mármol…”4.
Aurora Venturini (1922) novelista, cuentista, poetisa, traductora y ensayista de origen platense,
premiada en varias oportunidades, sitúa gran parte de su obra -“como caldo de cultivo”- en esta
ciudad. El bosque de La Plata, la confitería La Perla, las casas con grandes terrenos y frutales en
las afueras del casco. En sus propias palabras “Yo soy como La Plata: una verdadera locura, una cosa
siniestra. He viajado mucho y nunca encontré algo igual a esta ciudad. Es hermética y cerrada muchas
veces, pero tiene alma”5.
Gabriel Báñez (1951-2009) escritor, periodista y editor platense varias veces premiado, señala su
origen de barrio como germen de su vocación literaria. “Vivíamos con mis padres en una muy mo-
desta casa alquilada del barrio de La Loma, un pasillo largo, chorizo, y ellos salían a trabajar muy tem-
4 Borge, Jorge Luis. Elogio de la sombra. Editorial Emecé. Buenos Aires, 1997.
5 www.lapulseada.com.ar/66/66-web-Aurora_Venturini.rtf

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prano. Mi padre se disociaba en varios trabajos, mi madre, poco menos. Barrio obrero y humilde en ese
entonces, nadie a mi cargo. La solución final fue simple: me encerraban durante horas en un comedor
bajo llave con libros”. Desde su lugar de editor de La Comuna, dio lugar a series totalmente inéditas
de autores desconocidos: un libro como “Nosotros”, escrito por internos de los neuropsiquiátricos
de la región; libros de ensayo científico como el de la tradición de la quema de muñecos; libros
como el de la historia del Mercado platense, de cómo se creó tras las historias que cuentan los
changarines; una colección sobre los barrios platenses, sumado a uno de Adelina de Alaye, sobre
las tumbas N.N. en La Plata durante el Proceso, entre otros6.
María Laura Fernández Berro, con su obra “La sangre derramada” (Ed. Babel) obtuvo el primer pre-
mio novela en el noveno concurso Aurora Venturini en 2010. Más allá de que se la podría incluir en
la fecunda serie de novelas sobre la dictadura, es además (y sobre todo) “una novela sobre el río. El
río (aunque se tratara de otro río u otras zonas de este mismo río) como territorio de lo real/ imaginario,
ha estado desde los orígenes muy presente en la literatura argentina, tratándose sin embargo, de una
geografía poco habitual en nuestra narrativa, porque el río aquí toma la forma, la materialidad del
delta de Berisso, el río Santiago, las inmediaciones del puerto de La Plata, con sus montes, tierras bajas,
arroyos y bañados que la autora conoce en profundidad. Lo cierto es que llegado a ese punto, el relato
se enciende para mostrar la potencia del agua, su oscuridad y su eroticidad, y entonces la narradora se
convierte, a la orilla del río “…en una niña sola con su perro”7.
A lo anterior se suman las descripciones de la realidad social que atraviesa la ciudad, como es el
caso de los chicos de la calle, o las manifestaciones, incorporados ya al paisaje ciudadano:

“El agua ha desbordado las aceras,


la protesta acrecienta y configura
su gris de otoño en la pupila seca.
Adentro: La producción humana
en la escalera que atraviesa y avanza.
fuera: tiembla la incertidumbre
como espadas de filo encendido.
No obstante: aún quedan esas horas empeñadas del hombre
asomadas al sueño”
Manifestantes - Josefina Beatriz Nicoleto Franceschinis8 . Escritores al fin del milenio - SADE, Muni-
cip. de La Plata; p.265

“(…) Has llegado a mi puerta


como todas las tardes,
pidiendo lo sobrante,
mi niña de la calle (…)”
La mendiga - Josefina Beatriz Nicoleto Franceschinis9
“(…) Niños que revuelven la basura,
en la miseria de una vida de tristezas,
de padres que los obligan a mendigar,
que los maltratan en sus cuerpos,
ue los torturan en sus mentes (…)”

6 www.lacomuna.laplata.gov.ar/inicio.htm
7 http://www.eldia.com.ar/edis/20120318/entre-lo-real-lo-fantastico-trasfondo-rio-eterno-revistadomingo60.htm
8 Nicoleto Franceschinis, Josefina Beatriz. Escritores al fin del milenio – SADE - Municip. de La Plata, 2001.
9 Nicoleto Franceschinis, Josefina Beatriz. La máscara - Ed. Almafuerte. La Plata, 2005.

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Todos los niños no son mis hijos – María del Carmen Taborcía10
Otros relatos de prosa, dan cuenta de la la transformación de la quietud original de la vida subur-
bana:
“De dónde vendrá tanto ruido?... El piso vibraba, las ventanas se sacudían. Dónde quedó el
silencio de City Bell?... Lidia se recostó sobre el marco de la ventana, rescatando los recuer-
dos que la llevaron a vivir allí, en busca de esa maravillosa quietud que la caracterizaba.
Todo había quedado atrás, ahora sólo tendría que acostumbrarse a ese nuevo trajín y
no pensar más en el canto de los pájaros, el ruido de los trenes sobre los durmientes, el
chirrido de los grillos y los ruidos mismos del silencio ya no se podían rescatar del inso-
portable ruido moderno…”
Evocación y reencuentro - Marta Multini11
La escala de difusión a la que dio acceso la web, la convirtió en medio fértil para que numerosos
autores literarios locales compartieran sus producciones. El Portal de Internet denominado “La
Plata Mágica”12 (declarado de Interés Municipal) destina una sección a un Rincón de Poesía, y pu-
blica en él textos que evocan numerosas imágenes nostálgicas del paisaje ciudadano de Tolosa y
Ringuelet: el tren, los bares, los partidos de bochas, la “angostura” de la calle 7, los tilos y eucaliptos
junto a las calles embarradas. Del mismo modo, otro poema hace lo propio con Villa Elvira: el po-
trero, la rambla de tilos, la circunvalación. Y del mismo autor, una declaración de resistencia a las
transformaciones culturales urbanas “¡Muy pronto, Magic Shopping!... Insólitas ofertas, tres patios de
comidas, las 24 horas” y la pregunta melancólica sobre las costumbres barriales que desaparece-
rían, con el advenimiento del nuevo emprendimiento comercial.
En el caso de la música, los tangos que se escribieron para La Plata, a principios de siglo XX fue-
ron sólo instrumentales. Salvo “Ciudad de las diagonales” de Rubén Darío, Omar Valente -pianista,
director, arreglador y compositor (1937-2008) porteño de nacimiento pero que inició su extensa
trayectoria en el tango en La Plata-, dedicó a la ciudad su primera trilogía instrumental “Ciudad
noche”, “Ciudad de tango” (1969) y “Nace una ciudad” (1970).
Paralelamente, se incorporó ya desde esa época la referencia al fútbol como expresión significa-
tiva. En 1933, el bandoneonista Horacio Pezzi en colaboración con Carlos Espíndola, le dedicaron
al Club Gimnasia y Esgrima su tango “El Expreso de La Plata”. Años después en 1950, Francisco Ro-
tundo y Ernesto Rossi compusieron la milonga “Estudiantes de La Plata”, tango instrumental para
equilibrar la balanza en la puja futbolera de la ciudad de las diagonales. Continuando la temática
se suma hoy la producción de murgas futboleras que inevitablemente, involucran al espacio ur-
bano en su relato del cual, la ciudad de La Plata es protagonista. Aquello que no estaba y se había
perdido en la memoria de los barrios, resurgió en plazas y espacios abiertos seduciendo tanto a
jóvenes como a públicos diversos, alzando su voz. La tradicional murga habita sus calles y plazas
en número importante, creciendo y organizándose. A lo largo de quince años se han convertido
en un paisaje habitual de los espacios verdes durante los fines de semana, generando un sitio de
expresión y participación para todos los vecinos, un refugio de reivindicaciones cantadas a viva
voz que recorren el centro y los barrios, como un espacio de denuncia, crítica y reclamo; manifes-
tación del compromiso social y reivindicaciones populares. Los autores de “Murgas en La Plata.
Una nueva forma de decir” (López, Alicia y Tangorra, Alfredo – FPyCS/ UNLP; 2003) explican como
la murga está en constante expansión; abarca realidades diferentes como barrios populares, co-
medores, centros recreativos, hogares, entre otros, apropiándose de los espacios y produciendo
nuevos sentidos. La actuación en la plaza es el momento central de contacto con el público, reva-
lorizándose el espacio público y connotándose positivamente los espacios de interacción ciuda-
10 Poesía en los Tilos -de amor y protesta- La Plata, 2009.
11 Escritores al fin del milenio – Op. Cit.
12 http://www.laplatamagica.com.ar/

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dana, de encuentro y esparcimiento.
“La murga es un producto híbrido, producto de la apropiación que diferentes secto-
res hacen de fenómenos de la cultura popular, por su potencial transformador y rei-
vindicativo, como mecanismo de adquisición de una identidad. Participan sectores
de la clase media, profesionales y estudiantes vinculados al progresismo político. Es
la manifestación de una cultura juvenil. En ella encuentran un espacio desde el cual
definirse, comunicarse y participar. Aquí se recuperan lazos de comunidad, el sujeto
se resocializa, incorpora códigos y valores sociales. En las asambleas expresan su opi-
nión sobre el mundo; es una suma de voces que quieren decir algo que es necesario de
escuchar; generación de un espacio público, donde los sujetos se forman como prota-
gonistas, el cuerpo es territorio y símbolo de la liberación social, particular y universal”.
“Descarrilados del Compás” “Tocando Fondo” “Viajeros del Mundo” “Divorciados de la Mufa” “Pa´-
que te quede” “Muy despacito” “Garabatos de la aceitera” “Buscando rumbos” y “Pateando la luna”
son algunas de ellas. Los lugares de encuentro -no siempre permitidos- son las plazas, rambla de
circunvalación, Parque Ecológico, República de los Niños, y Plaza San Martín de Ensenada. La base
de su reclamo local “recuperar el espacio público que se perdió; que la gente vuelva a salir a la
calle y volver a compartir una vereda, saber quién es el vecino”, tal cual explica Michelle Mathieu,
integrante de “Descarrilados del Compás”.
Jorge L. Wolter, compositor y poeta platense (1938) músico e intérprete del Aire de Zamba “Ciudad
de La Plata” con letra de Margarita del C. Morales, relata en él la grandiosidad y vertiginosidad de
su origen; su diversidad cultural aportada por la inmigración, los estudiantes; los tilos y naranjos;
sus personajes admirables como Favaloro y Almafuerte, concluyendo contundente “con tus diago-
nales y aires pueblerinos, hay que recordarte. Por eso decimos, por eso decimos, ciudad de La Plata, ya
no crezcas más!”13.
Con respecto a las bandas de rock platense, el documental radiofónico “El rock es mi forma de
ser”, desarrolla el concepto de cultura rock, sin perder de vista que La Plata es una ciudad juvenil,
principalmente por la cantidad de estudiantes, marcando el rol primario de la Universidad. Resca-
tan la idea que “La Plata es una ciudad que se recorre en diagonal” haciendo referencia al trazado
urbano, pero también a los constantes cruces disciplinarios14.
(…) La arboleda cae
como un tibio beso sobre la acera.
Este antiguo boulevard
de empedrados me conmueve.
Pasa el 307, micro azul,
y mil jóvenes en bicicleta
por Plaza Moreno (…)

Plaza Moreno – Estelares/ Plan B, 1996.


En el caso de la banda Villelisa, en algún punto la poesía del aire puro se entreteje con los sonidos
del pavimento, el verde combina con el gris, y también hay un poco de negro; como un punto
a mitad de camino entre la capital de la Provincia y “la” ciudad, como una charla telefónica con tu
pareja mientras manejas por la autopista”. En otras palabras: afecto, velocidad y una dirección de-
finida15.
“La Plata es un feudo rodeado de murallas verdes, que jamás la unirán a ninguna otra ciudad. Por eso
es que todo platense tiene algo de separatista y combativo”, declara Gustavo Astarita líder de Mister
America, otra banda platense16.
13 http://elparnasoplatense.blogspot.com.ar/p/jorge-luis-wolter.html
14 http://www.rock.com.ar/podcast/palabrasmas/el-rock-es-mi-forma-de-ser-cap-1/
15 http://villelisa.blogspot.com.ar/
16 http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2491-2005-09-04.html

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La imagen visualmente plasmada: dibujo, pintura y fotografía
Adolfo Travascio, artista platense de principios del siglo pasado (1894 -1932), dio cuenta en gran
parte de su obra del paisaje natural de la región.

Doña Flora / 1931

Bosque Tarde tranquila

Cristina Manganiello -platense contemporánea-, plasma en su obra imágenes tanto de paisaje


natural como cultural dentro del espacio público.

Izq. Bañados de Magdalena

Der. Otoño en plaza Belgrano


(Andresito)

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Izq. Hombre del Rio de la Plata

Der. El naufragio de los sueños

Walter Patricio Di Santo -contemporáneo- expresa acerca de su “Muestra de acuarelas” en di-


ciembre 2012:
“La inspiración es La Plata nacida en el siglo XIX del imaginario de mentes preclaras,
quienes construyeron una capital con palacios rodeados de jardines y en sus calles y
avenidas dispusieron hermosas obras escultóricas.
Nuestra ciudad nació así a la belleza, al arte y a la naturaleza, elementos que esta mues-
tra de acuarelas quiere retomar, rescatando la belleza del olvido y de la chatura que la
contemporaneidad intenta instaurar. Mis pinturas quieren recuperar nuestra identidad
de ciudad capital, retoman parte del importante arte que nos rodea, construcciones,
mármoles y bronces, respetando el trabajo de los que nos precedieron. Debemos conti-
nuar con esta empresa, sumando nuevas obras a los espacios públicos, manteniendo
así a la ciudad viva.
Debemos restaurar la hermosura de edificios y esculturas que distinguen a nuestra ciu-
dad como un espacio único, enmarcado por los tilos, tipas, naranjos y jacarandaes que
con su verdor y coloridas flores nos colman con sus fragancias y sus frondosas copas
generan galerías permitiéndonos respirar, brindándonos su bella armonía.
Así esculturas, edificios y naturaleza nos permiten vivir en una ciudad maravillosa a la
que rindo homenaje en esta pequeña muestra”.

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Vilma Venier -también contemporánea- tiene una serie “La Plata mi Ciudad…” de 2011 donde se
plasman escenas del espacio urbano.

Domingo Platense Cúpula Biblioteca López Merino

La Plata - Avenida 53 Desde la terraza

Dos autores, Carlos Pacheco (1932) y Marcos Calabia (1930) expresan en sendas obras un ele-
mento que puebla el paisaje de las sendas vehiculares locales: la bicicleta.

ISBN 978-987-23112-6-1 34
En las obras de Emir Migues -ensenadense- siempre está presente el agua -Río Santiago, Canal
Oeste, Arroyo Doña Flora, Punta Lara-. Lo anterior influye en su temática, así como la casa donde
habita y su estilo de vida. “La visita inesperada”, óleo testimonial de la presencia del río en su hogar,
da prueba de ello.

Edgar Ortiz, residente en La Plata desde 1955, reflejó en sus acuarelas numerosas escenas del
paisaje, tanto urbano como costero:

ISBN 978-987-23112-6-1 35
Martin Szelagowski presenta por su parte, una serie de dibujos de edificios institucionales:

Como fotógrafo responsable del film “El hombre del al lado” (2010) Mario Chierico plasmó en imágenes el registro de
la Casa Curutchet.

http://mariochierico.blogspot.com.ar/

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Estela Izuel tiene galerías dedicadas a también a la Casa Curutchet, Punta Lara y Paisa-
jes, en donde aparecen imágenes tanto naturales como culturales (Palacio Piria, por ej.).
http://www.estelaizuel.com

Para Ataúlfo Pérez Aznar, y desde el enfoque social que da a su obra, el espacio es “soporte” de las
manifestaciones -apropiaciones-, que se dan en él. Presenta también una serie Punta Lara:

Y en su serie Reflexiones, aparecen también alusiones locales, vinculadas a festividades:

http://www.arteamundo.com/ataulfo/index.html

ISBN 978-987-23112-6-1 37
Vicente Viola, Guillermo Sierra, Jorge Semilla y Xavier Kriscautzky, destinaron muestras tam-
bién al carnaval de Atalaya; por su parte Rubén Romano, cuenta con una galería Paisajes, exclusi-
va de imágenes ribereñas: http://www.rubenromano.com/galeria.php?numero=302
Fernando Mengui, ensenadense, fue varias veces premiado por sus imágenes costeras.
http://www.grupoprimerapagina.com.ar
Vicente Viola, fotógrafo urbano, tiene una profusa producción acerca de imágenes de la ciu-
dad, entre otras las muestras La Plata desde el cielo (2008); La Plata en blanco y negro (2005), así
como numerosas tomas de distintos espacios ciudadanos locales en sus Restrospectivas (2009).
http://www.vicenteviola.com.ar

Xavier Kriscautzky, en su documental fotográfico acerca de la expulsión de los pueblos rurales a


la ciudad y el rol de pertenencia en torno a la escuela pública, destina un capítulo a Atalaya, retra-
tando su espacio urbano.

Y presenta también otro, destinado íntegramente a Los Viñateros de Berisso.


www.xavierkriscautzky.com.ar

ISBN 978-987-23112-6-1 38
Helen Zout desde la fotografía documental, en su serie Desapariciones registra sitios del paisaje
vinculados al dolor del holocausto, como Cristina Gioglio, sobreviviente del centro clandestino Arana
y Lugar donde fue encontrado un cuerpo no identificado en 1976, Punta Lara, Río de la Plata. http://
www.helenzout.com.ar

Marcelo Merlo manifiesta una profusa producción vinculada al paisaje urbano regional, en su
mayoría con la presencia del habitante generando el acontecimiento. Es así como presenta una
serie acerca de Meridiano V: Un “DIEGON” amaneció en la Estación Provincial. Y en Urbana es Huma-
na y Urbana al paso II, imágenes de usos espontáneos del espacio público se suman a protestas
populares. https://www.facebook.com/marcelo.merlo1

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Ernesto Domenech, jurista y fotógrafo, en su blog Blog spot, blow up destina una serie en 2009
a “Las pausas y los otros (memento de las estaciones de servicio)”. En ella expresa en imágenes, la
transformación sufrida en el espacio urbano a partir de la inutilización, abandono y reapropiación
-espontánea en muchos casos- de las estaciones de servicio: “Cuando la ciudad se vio inundada
de automóviles, cuando las veredas ya no alcanzaron para albergarlos, ni el aire para tolerar tanto
monóxido, ni las casas antiguas para demolerse y dar sitio a estacionamientos medidos por hora, frac-
ción o estadía, las estaciones de servicio se fueron apagando una a una. Como si tantos vehículos
deglutiesen combustible hasta secarlas. Murieron sus neones, sus car wash, repuesterías, mini shops,
maxiquioscos, y hasta los cafés que se pagaban en la caja y se sorbían en la vidriera. Los surtidores
enroscaron sus mangueras. Luego (sin retorno) se retiraron. Más tarde las tapas de los depósitos de
combustible desparecieron, los vidrios de las vidrieras se estrellaron, y las paredes se convirtieron en
soportes de graffittis, carteles y pintadas de toda laya…”
http://ernestodomenech.blogspot.com.ar/2009/09/las-pausas-y-los-otros-memento-de-las.html

Las manifestaciones en tiempo real: blogs, web y arte callejero


Los blogs y páginas web, posibilitaron la difusión de la ciudad en forma virtual y a escala global.
Más allá de la página oficial producida por el gobierno municipal, en aquellas generadas por los
propios ciudadanos se verifica una carga importante de información acerca de la ciudad, donde
se alternan historia, curiosidades varias y referentes culturales desde las distintas áreas de expre-
sión, trascendiendo en muchas de ellas un enfoque repleto de nostalgia. En el blog “La Plata en
fotos”17 y tal como describe el autor “es posible encontrar las fotos de los lugares más visitados de la
ciudad de La Plata”. El 8 de septiembre de 2010 y por Decreto del Honorable Consejo Deliberante,
fue declarado de Interés Municipal el Portal de Internet denominado “La Plata Mágica”18 que ade-
más presenta un programa en Radio Record 106.7 Mhz, donde básicamente se habla de historia
de la ciudad e información diversa.

17 http://laplataenfotos.blogspot.com.ar/
18 http://www.laplatamagica.com.ar/

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Las redes sociales posibilitaron además la participación activa, que generalmente se da desde el
recuerdo y la memoria.
En la página de Facebook: Ciudad de La Plata (Argentina) - Yo soy platense19 se recogen las expre-
siones de los habitantes acerca de su ciudad, en un gran portal abierto al recuerdo de quien quie-
ra compartirlo: salidas, lugares, festividades, mencionados con un aire nostálgico debido a que
muchos de ellos ya no existen. Los nombres de álbumes cargados así lo indican: “Viejísimas de la
ciudad”/ “Símbolos y lugares platenses”/ “Aniversarios Platenses” / “Clásico Platense” / “La República de
los Niños: Orgullo Platense!!”/ “Muñecos Platenses de hoy y de ayer. Unicos!!” / “Bien Platenses”, entre
otros.
Las expresiones artísticas contemporáneas a través de blogueros20 urbanos (bloggers), dan cuen-
ta de las actuales apropiaciones y temáticas surgidas en los espacios públicos y una necesidad
manifiesta de “redescubrir” la ciudad, como bien expresan desde los sitios web21 donde exponen
sus producciones.

19 https://www.facebook.com/pages/Ciudad-de-La-Plata-Argentina-Yo-soy-platense/45859900661
20 Por blogger, o bloguero, se entiende alguien que escribe en una bitácora en línea.
21 TRIPPING La Plata - Redescubrimos la ciudad! http://laplatago.com/

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Reflexiones finales (o iniciales)
La investigación origen del presente trabajo, se orientó al reconocimiento de herramientas y es-
trategias de intervención territorial desde una óptica paisajística, de cara a la resolución de pro-
blemáticas asociadas a la valoración del territorio pampeano-litoral de la Región del Gran La Plata,
que por su condición costera presenta recursos naturales de valor ambiental sumado al que re-
presentan los asentamientos urbanos existentes. De esta forma, el concepto de paisaje desde el
enfoque cultural fue considerado como el resultado de la caracterización y reconocimiento tanto
de sociedades urbanas como periurbanas, territorios cotidianos o degradados, interiores o litora-
les, producto de una acción humana intensa o del predominio de elementos naturales.
Como manera intencionada de mirar el mundo el paisaje lleva, desde lo contemporáneo de la
acción en sí, una mirada arquetípica transmitida de generación en generación a través de la me-
moria colectiva, cuestión que pone de manifiesto su rol en la consolidación de la conciencia de
identidad e identificación territorial. Como bien lo explica Milton Santos “el paisaje es el conjunto
de formas que, en un momento dado, expresa las herencias que representan las sucesivas relaciones
localizadas entre el hombre y su medio”22.
La ciudad es la construcción social del territorio, la evidencia de la relación entre comunidad y tie-
rra -patrimonio tangible e intangible- profunda y absolutamente involucrados. Los recuerdos, la
memoria colectiva son recursos culturales básicos tanto como el rastro material. Pero el hombre
participa en y con el espacio, proyectando sus significados y asignándole otros nuevos que se van
incorporando dinámicamente a los existentes, ampliando el espectro simbólico y las intenciones
que mueven su accionar. Las transformaciones en el plano social constituyen por lo tanto directas
transformaciones en lo territorial. Interpretar el paisaje como expresión ambiental de una socie-
dad implica considerarlo como la materialización de las ideas que subyacen a lo visible.
El estudio de la percepción social del paisaje a través de sus manifestaciones artísticas, evidenció
una mirada intencionada y acotada que constituyó el insumo más importante a la hora de iden-
tificar los paisajes con mayor reconocimiento ciudadano, justificando por ende un tratamiento
particularizado. Tanto lugares como no-lugares se hicieron visibles en él por medio de imágenes
verbales, visuales, auditivas y gráficas. La ciudad vivida. El sitio de la mirada… del habitante.

La Autora
Cecilia Giusso
Arquitecta por la Universidad Nacional de La Plata. Maestrando en Estética y Teoría de las Artes
por la Facultad de Bellas Artes/ UNLP. Perfeccionamiento en Planeamiento Paisajista por la Fa-
cultad de Ciencias Agrarias y Forestales/ UNLP. Profesor Adjunto Int. Comunicación 1/ FAU – UNLP.
Investigador III del Programa de Incentivos Ministerio de Educación de la Nación. Integrante de
Proyectos Acreditados UNLP. Miembro Centro De Investigaciones Urbanas y Territoriales/ CIUT –
FAU/ UNLP. Miembro de la Comisión Asesora para Evaluación de Becas de Investigación UNLP.

22 SANTOS, Milton: Metamorfosis del espacio habitado. Hucitec - San Pablo, 1996.

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A.04 CUESTIONES URBANAS EN RELACIÓN
AL TERRITORIO-AMBIENTE Y CIUDAD
El rol del IEU, Distrito V del Colegio de Arquitectos
Daniel Moreno, Jorge García
Sergio Patiño

CAPBA Distrito 5. IEU

Introducción
Haciendo mención a la introducción propuesta por los organizadores para éste encuentro, veni-
mos a decir que estamos de acuerdo con la visión de que las ciudades son territorios en construc-
ción, en constante cambio……
Y así entendemos a nuestro Distrito V del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires,
un Distrito en Construcción, materializado mediante la construcción dinámica de las ciudades
integrantes del mismo.
Este concepto, el de entender que la construcción constante y dinámica del Distrito se da a través
de lo que ocurre en sus ciudades, fue el objetivo que perseguimos cuando pensamos en la VI Bie-
nal Internacional de Arquitectura y Urbanismo, Bienal que plasmamos en la publicación que en
el día de hoy venimos a presentar gracias a la invitación recibida por parte de la Arquitecta Nanni
Arias.
Estamos convencidos que un Distrito integrado, adquiere potencialidades nuevas, únicas, que
pueden resultar en aportes trascendentes a la Sociedad y al Estado, particularmente, en virtud de
nuestra posibilidad de participar, reflexionar y producir conocimiento más allá de las urgencias
que imponen los tiempos de gobierno.
Estamos convencidos también en la necesidad de estrechar vínculos con todos los estamentos de
gobierno, vínculos que deberán fundarse desde nuestro lado, en todo lo referente a las capacida-
des disciplinares e incumbencias, vemos entonces, en la interacción con el Estado, la posibilidad
de un beneficio para ambas partes.
Para el Estado, por el aporte de soluciones a través de nuestras capacidades específicas, y para
nuestros matriculados, por la posibilidad cierta de estrechar su relación con las problemáticas
públicas y sociales.
Creemos además, que solo mediante la participación social activa en eventos culturales, se pue-
den generar vínculos que tiendan a construir una sociedad más integrada, y éste es el motivo de
nuestra apertura y nuestro compromiso a futuro.
Esta actitud, esta nueva forma de entender para qué fue creado nuestro Colegio, sumado a la
responsabilidad en el manejo de los recursos aportados por nuestros colegas, nos ha permitido
reeditar nuestra querida Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo del Distrito V.
Entendemos asimismo, que la integración del arquitecto con la comunidad debe darse a través
de la divulgación, de socializar el conocimiento, de dar a conocer a la sociedad, todo lo producido
por nuestra matrícula.

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Con sus logros y dificultades, lo cierto es que el período Institucional que comenzamos a transitar,
debe servirnos para construir un clima de convivencia inédito entre colegas y Colegio, una con-
dición indispensable para abordar colectivamente una etapa de cambios que inevitablemente
tenemos el deber histórico de iniciar.
Es necesario entonces para cumplir con este deber histórico, superar el modelo actual predomi-
nante, un modelo caracterizado por el autoritarismo, por la falta de participación, por el indivi-
dualismo, para dar paso a un Colegio más involucrado con las problemáticas sociales, productivas
y culturales de nuestro Distrito.
Somos el Distrito V del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, y para ser prota-
gonistas del futuro de nuestra profesión, tenemos que saber más de las ciudades que integran
nuestro Distrito, de su industria, de su economía, de su contexto social.
Tenemos el desafío de hacer que el Arquitecto sea necesario, que nuestra profesión sea una herra-
mienta de transformación de nuestra sociedad.
La metodología empleada para el abordaje de las problemáticas urbanas de cada localidad, fue
la desarrollada por el Instituto de Estudios Urbanos Distrital, y consistió en generar un ámbito de
debate y construcción colectiva del conocimiento destinado a ofrecer soluciones particulares a
cada necesidad.
Esta VI Bienal fue entonces el corolario de las jornadas que se realizaron durante los años 2012 y
2013 en la mayoría de las Delegaciones de nuestro Distrito, pero también fue singular, y lo fue por
varias razones, entre ellas porque a través de la experiencia que desarrollamos con el Instituto de
Estudios Urbanos Distrital, experiencia que desarrollará a continuación el Arquitecto Sergio Patiño
como Coordinador de éste Instituto, hemos podido demostrar que dejamos de entender a nues-
tro Distrito V como la sumatoria de 22 Partidos para comenzar a verlo como un Territorio Integral
e integrado, pese a sus diferencias productivas y sus contradicciones.
Fue singular porque fue la primera Bienal que nuestro Distrito realiza de manera abierta al público
en general, a la sociedad en su conjunto, y con Obras de Arquitectos de nuestro Distrito. Y ésta
singularidad, la de integrar a nuestra Institución activamente a la sociedad, ha sido siempre el ob-
jetivo de quienes integramos este Consejo Directivo.
Para finalizar, Como Mesa Directiva del Distrito V del Colegio de Arquitectos, debemos decir que
nos sentimos orgullosos por los resultados obtenidos en éstos dos últimos años de gestión, resul-
tados que se materializaron en la VI Bienal que vinimos a presentar, y que no hubieran sido posi-
bles sin el acompañamiento, dedicación y decisión, de todos los miembros del Consejo Directivo
de Distrito.

El IEU
Entendemos al I.E.U. como un espacio abierto al debate, promotor de búsquedas colectivas ten-
dientes a generar conocimiento en cuestiones urbanas en relación con el territorio y sus continui-
dades ambientales.
En nuestras comunidades, estos temas no cuentan con el arbitrio de nuestra profesión a pesar de
ser la mayoría de ellos esencia de la arquitectura y muchas veces consecuencia de ella y de las
formas que toma el habitar.
Hemos naturalizado que los debates y propuestas estén cada vez más lejos de un ámbito partici-
pativo y técnico, aceptando como regla el avance de lo privado sobre lo público.
Somos parte de un territorio comprendido entre los ríos Paraná y Salado, conformado por 22 ciu-
dades y más de 200 pueblos y parajes. Pudiéndose dividir en tres grandes áreas: la que correspon-

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den al norte con las localidades de la costa del Paraná con su majestuoso Delta (cordón industrial),
el país de los arroyos zigzagueantes en la zona central de la pampa ondulada , culminando al sur
con los pueblos de tierra adentro, que corresponden a la zona de la pampa deprimida (agro-in-
dustria).

Naturalmente hablando, la estructura de la región está determinada por los ríos y una vastísima
red ferroviaria junto a caminos y carreteras constituyen su lado artificial y como es sabido, estas
visiones no siempre son las soluciones completas que pretenden ser.

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En la zona interior canalizamos a favor de un sistema productivo que precisa tierras para sostén de
los cultivos (primero despobló) y en las cuencas bajas polderizamos por necesidades urbanísticas
que son como metástasis para el territorio y vemos surgir barrios amurallados mientras las ciuda-
des ya son como islas rodeadas de un mar de color verde dudoso.

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Todos estos temas estuvieron muy presentes en las reuniones del IEU realizadas a lo largo del
2013, donde entre colegas pudimos abordar temas que no siempre entran en ecuaciones que
abundan en variables de carácter económico. Sin embargo, mucho se hablo de carencias, de ne-
gación del paisaje, de poco respeto hacia la propia historia… y un denominador común, ha sido
la ciudad como teatro del conflicto.

Como arquitectos, si bien nos interesaba presentar estos temas de manera general, queremos
mostrarle a modo de ejemplo un trabajo que también fue tomando forma en este mismo tiempo.
Se trata de “SOMOS AGUA”, lugar pensado como un espacio de carácter multifuncional, respe-
tuoso del medioambiente, de una arquitectura posible y sustentable, a partir de un edificio con
historia, en un contexto que forma parte de la memoria de todo un pueblo sobre una laguna con
leyenda perteneciente a la antigua cuenca del Puelche.

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El rescate de lo que estuvo bien hecho y forma parte de la memoria viva del pueblo significa,
dentro de la dinámica de construcción social, respeto por la energía que gastaron otros antes,
valorización y sensatez desde el punto de vista económico y ambiental.
“Una sociedad no es solo lo que construye sino también lo que se niega a destruir…”

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A.05 EL VALOR ESTÉTICO COMO ESCENARIO DE LA VIDA
URBANA
Patricia I. M. Mariñelarena

LINTA CIC

Introducción
El valor estético como memoria del espacio urbano, parte de la percepción o experiencia sensible
de los objetos componentes, cuyas relaciones hacen legibles esos espacios de vivencia cotidiana.
El reconocimiento del valor estético implica entonces, determinar los diversos elementos del es-
pacio urbano que son objeto de tal valor: Componentes materiales (forma, arte, proporciones, je-
rarquía) y Componentes inmateriales (agrado, interés, significado, apropiación de esos espacios).
Entre la forma y la función, la estética convalida el uso de la ciudad: cómo sus habitantes la ocupan
(disfrutan) en manifestaciones formales e informales.
En este sentido, el trabajo que se presenta intenta identificar aquellos consumos culturales que
involucran algunos aspectos de “la perdurabilidad y transformaciones de la ciudad” y que ponen
de manifiesto, desde las distintas esferas sociales, la apropiación de espacios y edificios que recu-
peran viejos valores o se cargan de nuevos significados y como tal, nutren la estética urbana.
Para formalizar las observaciones, se ha delimitado el campo y los hábitos culturales a museos,
teatros, salas de espectáculo y centros culturales de la agenda actual de la ciudad de La Plata. En
primer lugar se realizó una categorización de esta oferta, para luego analizar las nuevas maneras
de ocupar el espacio y su impacto en términos de estética urbana.

Caso de estudio
La ciudad de La Plata, fundada en 1882, nace cargada de intenciones estéticas y sociales. Las pri-
meras ligadas a los ideales positivistas de la época1, nos dejan una ciudad diseñada y construida
con altos valores urbanísticos y arquitectónicos. La segunda, prenda de paz y símbolo del federa-
lismo, le otorga el rol de capital de la Provincia de Buenos Aires, superponiendo poderes provin-
ciales y municipales; y como faro de la cultura e igualdad social, la instituye como ciudad universi-
taria con igualdad de oportunidades.
Ambas intenciones, brevemente esbozadas, se funden en el contexto espacial platense tal que: los
principales palacios, adquieren el valor representativo de la administración pública y la plaza cada
seis manzanas y en cada enclave urbano su escuela, su capilla y su mercad, expresa la igualdad de
oportunidades de la vida urbana. Todo prolijamente ordenado acorde a los ideales fundacionales.
Ambas intenciones, con el paso del tiempo, se fueron perdiendo, distorsionando, olvidando. Sin
entrar en el análisis de lo que quedó en el camino, nos concentraremos en los espacios y edificios
que hoy los platenses resignificamos desde el consumo cultural.

1 “Puestos a rastrear los antecedentes de La Plata, conviene recordar que la nueva capital fue expuesta en la Exposición Universal de París de 1889, entre otras cosas mediante
un plano en relieve, y que allí obtuvo medalla de oro. El jefe de la delegación argentina, Santiago Alcorta, escribe en su informe al gobierno (La República Argentina, 1890):
“... Las fotografías de las escuelas de la Capital y las de los palacios de La Plata, que hemos presentado, llamando a ésta, la ciudad de Julio Verne, han producido admiración
en todos, entre la gente instruida, como entre los simples curiosos ...”.

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Dimensión Cultural
Para aproximarnos a entender el campo cultural en el que se encuadra este trabajo, debemos, en
primer lugar, describir la dimensión económico - social que caracteriza a la ciudad de La Plata. En
términos generales, la ciudad posee dos roles determinantes de su conformación social: el prime-
ro es ser sede de la administración local y provincial, el segundo es ser ciudad universitaria. Ambos
roles, conjuntamente con la lógica actividad comercial, definen para la sociedad platense un perfil
de clase media asalariado con natural acceso a la educación formal y una amplia oferta cultural.
Desde la educación básica, la ciudad posee escuelas provinciales públicas y privadas y tres escue-
las pertenecientes al sistema universitario, público y gratuito. Particularmente en lo que se refiere
a la formación artística, además de las orientaciones en las instituciones ya nombradas, existen
dos escuelas de Educación Estética, el Conservatorio de música y la Escuela de Danzas, estas úl-
timas también con proyección a nivel terciario. A la oferta académica universitaria, se suman las
actividades de extensión, investigación y desarrollo tecnológico concentrados en numerosos Ins-
titutos y Centros de Investigación dependientes del CONICET, y de la CIC.
La dimensión cultural, entonces, en el marco de esta reducida descripción del perfil platense, reco-
noce una formación cultural potencial, ligada a la facilidad de acceso a lugares para esa formación
y una módica posibilidad económica, de la que da cuenta la oferta de lugares para el consumo
cultural2.
Cabe señalar que a la estructura del espacio cultural en relación con la construcción intelectual,
deberíamos analizar los hábitos culturales de esas esferas, para poder aproximarnos al concepto
de campo cultural. Aún así, a medida que vayamos avanzando en el reconocimiento de sitio de
esos lugares para el consumo cultural, observaremos algunos aspectos ligados a la esfera público/
privada, las distintas formas de capital cultural y sus grados de legitimación.
Todo acto cultural, creación o consumo, encierra la afirmación implícita del derecho de
expresarse legítimamente, y por ello compromete la posición del sujeto en el campo in-
telectual y el tipo de legitimidad que se atribuye... ( Bourdieu, 2002: “Campo se Poder,
Campo Intelectual”, Ed Montresor)

Capital Cultural
A los efectos de este trabajo se considerarán aquellos lugares destinados a la recreación que no
exceden en su localización la escala del edificio3. Y como actividades culturales los museos, tea-
tros, cines, exposiciones y espectáculos. Con la intención de ir aproximándonos a las nuevas for-
mas de apropiación del espacio agruparemos los sitios culturales diferenciándolos entre públicos
y privados; si tienen lugar propio (diseñado a tal fin) u ocupan lugares o sitios construidos para
otro fin; y su grado de legitimación.
En este sentido enunciaremos algunos de estos sitios. Sobre la idea de las categorías establecidas
por Bourdieu para definir las esferas de legitimidad, se ordenarán también tres categorías, redefi-
niendo en el marco de las actividades enunciadas en el párrafo anterior, los rasgos que las caracte-
rizan. No se toman en este caso el tipo de actividad, sino la situación dominial y edilicia. Entonces:
Esfera de la legitimidad: Bourdieu, encierra en esta categoría la Música, la Pintura, la Escultura, la Lite-
ratura y el Teatro y las define como Instancias legítimas de legitimación.
Sitios Formales: en nuestro caso se tomas como criterios de legitimidad el poseer edificio propio
diseñado para tal fin con administración y presupuesto de orden público. A los efectos de forzar
2 Cabe señalar que este trabajo se realizó sin un exhaustivo trabajo de campo, tomando como fuente de referencia la sección de espectáculos del diario El Día de los días viernes
de los últimos dos meses. Por esta misma razón hablamos de formación cultural potencial, ya que desconocemos –por no ser objeto de este trabajo- los hábitos culturales del
perfil perviamente definido.
3 Entendido el edificio como tal y su entorno inmediato: calle, jardín, etc.

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una concordancia entre ambas categorías, las Salas de Cine se pasan a la categoría siguiente y por
lo tanto en La Plata hoy son Sitios Formales para el Consumo cultural solo:
Museos: el Museo de Ciencias Naturales (UNLP), El Museo de Arte Contemporáneo (Provincial)
Teatros: el Teatro Argentino (provincial) y El Teatro Coliseo Podestá (Municipal)
Esfera de lo legitimable: Bourdieu, encierra en esta categoría el Cine, la Fotografía y el Jazz y los define
como Instancias de Legitimación concurrente y que pretenden la legitimidad.
Sitios Reciclados: los rasgos que agrupan a estos sitios son ocupar edificios diseñados para otros
fines y contar con administración y presupuesto público y/o privado. En esta categoría debemos
hacer una diferenciación:
• Sitios Reciclados de la esfera de legitimidad
Museos: principalmente ocupan viviendas con valor histórico en relación directa con la temática
del Museo, por ejemplo, Museo Dardo Rocha, Museo Almafuerte y otros no relacionados con la
historia de la casa.
Teatros: ocupan principalmente viviendas o locales de comercio, con valor arquitectónico recicla-
dos para sala.
Centros culturales: con características similares a los antes mencionados (de reducida capacidad)
para exposiciones y espectáculos musicales.
• Sitios Formales en la esfera de lo legitimable
Cines: La Plata posee cinco cines con varias salas cada uno, que poseen lugar propio (algunos de
ellos, remodelados para dividir en varias salas), todas con administración privada4
Clubes sociales y de fomento: sitios de encuentro social, que cobran nueva vida con la incorpora-
ción de actividades culturales: encuentros literarios, exposiciones, actividades lúdicas, de danza,
musicales o talleres artesanales.
Esfera de lo arbitrario: Bourdieu, encierra en esta categoría, bajo la esfera de la legitimidad fragmen-
taria, moda, decoración, otras estéticas cotidianas. Instancias no legítimas de legitimación, como la
publicidad por ejemplo.
Sitios Alternativos: nuevos programas en edificios reciclados o usos alternativos de espacios
multiculturales. Como una nueva alternativa de atracción de públicos más variados, en bares prin-
cipalmente, clubes de barrio o en algunas oportunidades en casas de familias abiertas ocasio-
nalmente al público, se organizan actividades culturales complementarias que combinan exposi-
ciones de arte, ferias de diseño y bandas musicales que se reúnen esporádicamente con difusión
personalizada o a través de facebook y que revalorizan casi exclusivamente la actividad de artistas
y artesanos locales. En estos eventos es dónde la figura del intermediario cultural se pone de
manifiesto como intérprete de las necesidades de consumo cultural. Otra forma que puede ob-
servarse como Sitio Alternativo está conformada por grupos definidos por sus gustos culturales y
que se dan encuentro en bares, mediando ciclos de cine temático o actividades freak (o friki) o son
seguidores de ciertos grupos musicales.
Lo cultural constituye entonces un espa­cio de socialización y de encuentro, más que
una búsqueda de disfrute de lo artístico en sí mismo. En general estos espacios cuentan
con un bar, el cual se argumenta que sostie­ne económicamente al lugar, pero sabemos
que este ámbito es propicio para el estable­cimiento de lazos sociales entre pares. (Wort-
man A, “Políticas Culturales de la sociedad civil en la formación de nuevos púbicos”)

4 Curiosamente, todas del mismo dueño

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Nuevas maneras de ocupar el espacio
En torno a este escenario, la ciudad va reflejando los cambios de la clase media que va transfor-
mando sus gustos culturales ante los cambios económicos. La cultura se presenta como un hábito
estético incorporado. Y así como las actividades culturales se apropian de viejos edificios (también
parte de la cultura) y los resignifica, el consumo de esas actividades se hace extensivo a sus entor-
nos y se apropia a su vez, de recintos del espacio público, jardines, plazas, plazoletas, ramblas etc.
En este acotadísimo panorama de algunos de los consumos culturales en la ciudad, podemos
identificar una doble lectura que liga el consumo cultural hasta ahora descripto y la elección de
sus sitios. La opción de desarrollar esas actividades culturales en viejos edificios reciclados princi-
palmente constituye otro consumo cultural que es el que nos interesa resaltar como protagonista
de la estética urbana.
En este sentido la oportunidad de recuperar viejos edificios con nuevos usos, nos permite guardar
el testimonio de otras formas de vida, otras funciones urbanas que ya se han perdido y recuperar
la descentralización con que fue pensada la ciudad en su fundación. La aparición de estos centros
culturales, bares, teatros, etc. dispersos en el casco urbano, fuera del circuito Monumental, recu-
pera lo que se dio en llamar “Centralidades distribuidas”5
Asimismo, de modo espontáneo o planificado, la ciudad recupera enclaves, como es el caso de la
Estación del Ferrocarril Provincial (en desuso), Meridiano V, que por iniciativa de grupos de artistas
y el apoyo de los vecinos gestaron un “hábito cultural” en un sitio pintoresco del borde de la ciu-
dad. Otro ejemplo similar, pero por iniciativa municipal, es el caso de la Plaza y Centro Cultural Islas
Malvinas, que recupera una plaza fundacional antiguamente ocupada por Instalaciones Militares.
Lejos de alguna pretensión filosófica acerca de qué es estética urbana, el camino recorrido a lo
largo de este trabajo intenta formalizar algunas de las definiciones conceptuales y metodológicas
que permitirán la contrastación de las primeras asociaciones entre estética urbana y formas de
vida en el marco reducido del consumo cultural en la experiencia de la ciudad de La Plata.

Aspectos Metodológicos
Para formalizar las observaciones, se ha delimitado el campo y los hábitos culturales a museos,
teatros, salas de espectáculo y centros culturales de la agenda actual de la ciudad de La Plata. En
primer lugar se realizó una categorización de esta oferta, para luego analizar las nuevas maneras
de ocupar el espacio y su impacto en términos de estética urbana.
El presente título toma nota del procesamiento de la información de base utilizada para realizar
el trabajo y algunas reflexiones que deviene de nuevas búsquedas a partir de esa información.
Estas reflexiones revelan lo acotado del enfoque primero, y abren un universo más complejo y casi
infinito en torno a los consumos culturales. Asimismo, con la intención de retomar el impacto de
esas nuevas maneras de apropiación del espacio sobre la estética urbana, se incorporan algunas
imágenes que ilustran esa intención.

Información de Base
Como ya se ha señalado, el trabajo en cuestión delimita la observación a los consumos culturales
en museos, teatros, salas de espectáculo y centros culturales de la agenda actual de la ciudad de
La Plata. Para esto se ha tomado como información de base, la publicada en el suplemento de los
días viernes del diario “El Día”6. Se ha tomado nota de lo publicado en este suplemento durante
dos meses (ocho viernes) y se ha volcado esa información en una tabla síntesis según los siguien-

5 Grupo de edificios significativos de localización dispersa en todo el Casco de la ciudad, como escuelas, Iglesias, Clubes, etc.
6 El Diario “El Dìa” es uno de los diarios locales que los días viernes tiene un suplemento de espectáculos.

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tes criterios:

• por espectáculo, se respetan los criterios utilizados por el diario,


• por sitio, según la clasificación realizada en el trabajo en relación al dominio (público – privado)
y el ámbito donde se desarrolla el espectáculo,
• por ubicación, según la localización en la planta urbana, ligada a un punto de referencia:
Centro, Dispersos Meridiano V y Centro Cultural Islas Malvinas.

TABLA 1:
Conteo de la oferta por espectáculo, ordenado por Sitio y Ubicación

MUSICA CENTRO DISPERSOS MERIDIANO MALVINAS


FORMALES 5     1 6
RECICLADAS 9 17 9 2 37
ALTERNATIVAS 1 3 1 1 6
15 20 10 4 49

CINE CENTRO DISPERSOS MERIDIANO MALVINAS


FORMALES 5       5
RECICLADAS   1     1
ALTERNATIVAS 1 2     3
6 3 9

LITERARIAS CENTRO DISPERSOS MERIDIANO MALVINAS


FORMALES        
RECICLADAS 1       1
ALTERNATIVAS 3 1     4
4 1 5

OTROS CENTRO DISPERSOS MERIDIANO MALVINAS


FORMALES 1       1
RECICLADAS   2     2
ALTERNATIVAS   2     2
1 4 5

TEATRO CENTRO DISPERSOS MERIDIANO MALVINAS


FORMALES 6       6
RECICLADAS 3 9 4 1 17
ALTERNATIVAS   7 1   8
9 16 5 1 31

EXPO CENTRO DISPERSOS MERIDIANO MALVINAS


FORMALES 1     1 2
RECICLADAS 1 3     4
ALTERNATIVAS 1 3     4
3 6 1 10
TOTALES POR UB 38 50 15 6 109
% 35% 46% 14% 6%

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FIGURA 1: localización de sitios

Formales

Reciclados

Alternativos

Observación Tabla 1: Un alto porcentaje de edificios reciclados se dispersan por toda la planta
urbana, en particular puede leerse una concentración de la actividad cultural alrededor de la Esta-
ción Meridiano V (15% en un entorno de 23 manzanas).
TABLA 2
Se ordena el total de las publicaciones, por Sitio y Espectáculo.

MUSICA CINE LIT OTROS TEATRO EXPO TOTAL %


FORMALES 6 5   1 6 2 20 18%
RECICLADAS 37 1 1 2 17 4 62 57%
ALTERNATIVAS 6 3 4 2 8 4 27 25%
49 9 5 5 31 10 109

% 45% 8% 5% 5% 28% 9%

Observación tabla 2: los espectáculos dominantes son de música y teatro y la mayoría de los
eventos relevados están localizados en edificios reciclados.

Trabajadores culturales + Redes sociales


Interesados en ampliar la información de las observaciones derivadas de la lectura de las
tablas, se realizó una búsqueda por Internet: la primera, alrededor del caso de Meridia-
no V; la segunda, sobre algunos de los sitios reciclados y los espectáculos dominantes.

Meridiano V
“El tren fue cerrado definitivamente el 6 de julio de 1977, y en la déca-
da de los ‘90 fueron clausurados los ramales que aún sobrevivían. Las con-
secuencias: pérdida de la fuente laboral de los pobladores de la zona y
del transporte; en medio esencial para la comunicación en esos tiempos.
Fue en 1998 cuando un grupo de vecinos de la zona, muchos de ellos hijos y nietos de fe-
rroviarios, convirtieron al enorme edificio abandonado en un centro cultural. El objetivo,
según informaron sus integrantes, junto con el grupo Amigos del Ferrocarril Provincial,

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fue la de preservar la identidad del barrio, difundir la historia del ferrocarril y transformar
el lugar en un generador de actividades: emprendimientos privados convirtieron a las vie-
jas casonas en comercios prósperos, en tanto que distintos grupos culturales se apropia-
ron de la Estación, el galpón de encomiendas y equipajes, devolviéndole la vida al lugar.
El Estado comenzó a tener injerencia en el predio 10 años después, en 2008, con el
propósito de impulsar el proyecto “Circuito Cultural Meridiano V” y convertirlo en
un polo turístico cultural atractivo para los oriundos de la región y los visitantes.
Fuente: http://www.elargentino.com/nota-136942-medios-122-Se-realizaron-festejos-
por-los-101-anos-de-la-Estacion-Meridiano-V.html

En este vasto universo se visitaron solo algunas páginas de manera aleatoria, muchas de las cuales
anunciaban actividades culturales o comentaban actividades pasadas. A modo de ejemplo, se
seleccionaron las siguientes direcciones representativas de los diversos sectores presentes en este
medio:
http://radioestacionsur.org/palabras-en-el-aire
http://www.visitingargentina.info/circuitomeridianocultural
http://www.portaldetrenes.com.ar/ Fiesta en La Plata del Provincial.mht
http://www.eldia.com.ar/tarde de domingo en Meridiano V. mht
http://www.estacionprovincial.com.ar/
http://www.meridianocultural.com.ar/
http://www. Plataforma14.com.ar
http://lacovachadelostiteres.blogspot.com/2011/03/el-kayakista-solitario.html
http://teatroindependientelaplata.blogspot.com/

La relevancia de este Sitio, no solo se manifiesta en la diversidad de actores que expone este me-
dio: asociaciones, medios de comunicación, artistas independientes, etc. (intermediarios cultura-
les que han impuesto una serie de formas simbólicas aprehendidas por la sociedad, o al menos un
sector); sino en el impacto urbano y como tal, en la resignificación de espacios y edificios que son
reciclados para fines culturales. Y lo más significativo, de modo espontáneo y asociativo.

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FIGURA 2: el esquema del área
y localización de los principales
Sitios es por demás elocuente de
la transformación cultural y la
perdurabilidad ambiental

A este esquema formal de descripción del caso Meridiano V podemos sumar algunas imágenes
que ilustran la apropiación de ese espacio, como un nuevo hábito cultural. Cabe señalar, haciendo
referencia al perfil7 descripto en el trabajo que aquí se amplía, que la oportuna combinación de
actividades gratuitas y callejeras, con espacios de convivencia (bares a los que se puede acceder,
para visitar una feria de diseño, sin consumir, por ejemplo) y actividades programadas con entra-
das a módico precio; la regularidad de las programaciones y la franja horaria, que garantiza espec-
táculos todos los fines de semana, en diversos horarios y para todas las edades; son factores que
favorecen el éxito del fenómeno Meridiano V.

7 La dimensión cultural, entonces, en el marco de esta reducida descripción del perfil platense, reconoce una formación cultural potencial, ligada a la facilidad de acceso a
lugares para esa formación y una módica posibilidad económica, de la que da cuenta la oferta de lugares para el consumo cultural

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FIGURA 3: Distintas situaciones de apropiación
del espacio público – privado en Meridiano V

Los artistas
En torno a la segunda observación y en relación con los tipos de espectáculo, un análisis más par-
ticularizado muestra que los géneros más frecuentes son Infantiles para Teatro y Popular y Tango
para música:
TABLA 3
Tipos de espectáculos dominantes, discriminados por género
TEATRO MUSICA

circo + clown 2 Jazz+blues 5


clásico 1 clásico 4
comedia+humor 5 folclore 3
drama 3 pop 16 (5 tributo)
infantiles 9 rock 4
vocacional 4 tango 15 (5 baile)

Total 24 Total 47

Una segunda búsqueda para ampliar información de los géneros señalados, nos da como resul-
tado un gran número de artistas locales8 y grupos de artistas, que giran cada semana en distintos
sitios con su show. Mientras que en menor medida los artistas vienen preferentemente de Buenos
Aires9. La información recabada da pie para reflexiones en torno a los hábitos culturales, el público
destino y el reconocimiento del artista10, que serían motivo de otro trabajo.

8 También es importante señalar que estos artistas platenses tienen amplia difusión en las radios AM locales (Radio Provincia y Radio Universidad).
9 Cabe señalar, que las obras o recitales de mayor envergadura se publican en carteleras individuales fuera de la sección del diario consultada.
10 Asociación con el perfil cultural platense desarrollado en el Trabajo en el punto: Dimensión cultural

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Bienes culturales + valores simbólicos
En torno a lo señalado en el trabajo de referencia acerca de una doble lectura que liga el consumo
cultural y la elección de sus Sitios, la opción de desarrollar esas actividades culturales en viejos
edificios reciclados principalmente, constituye otro consumo cultural que es el que nos interesa
resaltar como protagonista de la estética urbana.
En este sentido, este informe aporta algunos ejemplos seleccionados en el orden de tres escalas
de lectura: el casco urbano, los enclaves, los edificios.
En el primer caso, el mapa de la Figura 1 es más que elocuente en relación a la disposición de los
“puntos verdes”, siendo que son apenas los publicados en el diario. Esto presta valor a la dinámica
de la ciudad y recupera, en la conservación de la escala urbana de otros tiempos, un patrón funda-
cional que en el trabajo hemos denominado “centralidades distribuidas”11 que hace referencia a la
distribución dispersa en el casco urbano de “ámbitos o sitios en se que concentran una multiplici-
dad de actividades” ya expresadas en los planos fundacionales.
Muchas de estas centralidades se hacen extensivas a su entorno o en forma agrupada, generan
enclaves que son ejemplos del segundo caso observado. Ya hemos profundizado desde otra pers-
pectiva Meridiano V (ver Figura 2), claro ejemplo de perdurabilidad espacial y formal. Otro de los
ejemplos, interesante para ilustrar intervenciones que favorecen la estética urbana, es el Centro
Cultural Islas Malvinas.

FIGURA 4: imágenes de actividades en el Centro Cultural y Plaza

El Centro Cultural Islas Malvinas fue inaugurado por, Julio Alak, el 7 de agosto de 1998. Ocupa el 
edificio donde funcionó -desde 1917- el ex  Casino de Oficiales del Regimiento 7 de Infantería. Esta
repartición castrense, con una larga historia de radicaciones en zonas de extramuros, participó de
la mítica Campaña al Alto Perú, y se trasladó a La Plata en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La
creación de este Centro Cultural formó parte de un proyecto municipal de recuperación de los es-
pacios verdes públicos, inspirada en la traza original de La Plata, planificada por el arquitecto Juan
Martín Burgos y el ingeniero Pedro Benoit, quienes le habían dado al predio un destino de plaza
principal junto a Plaza San Martín, con la intención de flanquear el centro geográfico de ciudad.
Este edificio fue testigo en 1930 de la renuncia de Hipólito Irigoyen a la presidencia de la Nación;
y del fusilamiento del Coronel Cogorno -junto a otros miembros del Ejército-, durante el levanta-
miento del 9 de junio de 1956. Mientras que en 1982 partieron de este edificio miles de jóvenes
conscriptos queparticiparon en la Guerra de Malvinas. En honor a ellos, se conserva sobre un ala
de la plaza el portón de hierro que perteneciera al Regimiento.
La infraestructura del Centro Cultural Islas Malvinas incluye  tres salas de arte, un auditorio para
300 personas, un  microcine para 100, un patio interno destinado a realizar espectáculos artísticos
y conferencias al aire libre. Como complemento de sus servicios culturales, el lugar ofrece un im-
portante espacio de gastronomía, una videoteca de cine arte y un cibercafé. (http://www.centro-
11 Artículo 17 de la Ordenanza 9880”Código del espacio Público” de la ciudad de La Plata

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malvinas.laplata.gov.ar/centro/index.htm)
En el trabajo que este informe complementa, tanto el Centro Cultural Islas Malvinas como el Pa-
saje dardo Rocha son considerados Sitios Formales (señalados en negro en el mapa de la Figura
1) aún cuando en el trabajo mencionado se caractericen como “Sitios Reciclados de la esfera de
legitimidad”. Esto deviene de considerar, a los efectos de este análisis, el tipo de programación y
la dependencia de la esfera estatal de ambos centros culturales, situación que en el imaginario
popular y en algunas pocas oportunidades de eventos formales, entran en la “Esfera de la legitimi-
dad” según términos de Bourdieu.
Por último, como piezas de las centralidades y de los enclaves, en la escala de los edificios, cada
sitio cultural se carga de nuevos significados, por su historia, por sus nombres o su rol en cada
barrio.
Lo cultural constituye entonces un espa­cio de socialización y de encuentro, más
que una búsqueda de disfrute de lo artístico en sí mismo. En general estos espa-
cios cuentan con un bar, el cual se argumenta que sostie­ne económicamente al lu-
gar, pero sabemos que este ámbito es propicio para el estable­cimiento de lazos so-
ciales entre pares. (Wortman ,Ana: “Políticas culturales de la sociedad civil en la
formación de nuevos públicos. Una vez más sobre los sentidos de la palabra cultura”)
Sin desestimar el “mercantilismo cultural” sobre el que no nos vamos a detener, estos emprendi-
mientos adquieren diferentes enfoques pero poseen como denominador común el estilo “román-
tico” de lo viejo, recargados muchas veces en la decoración como anticuarios y con el mérito de
conservar referentes de la memoria urbana. Hilando más profundo, de la historia de la ciudad, de
las formas de vida, edificios y equipamiento. Algunos de los ejemplos que pueden ilustrar estos
escenarios son:

El Centro Cultural «Viejo Almacén ‘El Obrero’» es una asociación civil sin fines de lucro, dedicada
a generar y promover espacios para el desarrollo de la cultura en general y el arte en particular.
Fundada en la ciudad de La Plata, el 12 de abril de 1996, la asociación aboga por la realización de

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un arte democrático y popular: democrático, en tanto que accesible a todo aquél que desee rea-
lizarlo o disfrutarlo; popular, en tanto que expresión histórica del sentir de una sociedad, de sus
debates y sus contradicciones.
Su nombre se debe a un tradicional almacén de ramos generales que funcionó en el edificio en las
décadas del ‘20 y ‘30. Posteriormente, funcionó allí una asociación benéfica, de nombre ‘Nahuel’
y luego otro almacén y casa de comidas, el Almacén ‘Fama’. Durante todo el siglo pasado, el edi-
ficio fue epicentro de las historias y la vida del barrio, convirtiéndose en un punto de referencia
obligado en la zona. Entre las metas tienen un lugar preeminente las de promover la dignidad del
trabajo y preservar el patrimonio cultural e histórico de la ciudad.
El 29 de marzo de 2001 se inauguró la Asociación Cultural Daniel Omar Favero, un auténtico
“fortín de barrio” dedicado a la cultura. El centro cultural se levanta en la esquina de 117 y 40.
Cuenta con la sala “El último pájaro”, en donde se brindan recitales y espectáculos de cámara, con-
ferencias, presentaciones de libros, entre otros actos programados, y una biblioteca en creación
que llevará el nombre de Evaristo Carriego, el poeta de los barrios, coincidiendo con el nombre
de la calle 40.
El lugar elegido para construir el centro es ideal, está enclavado en el corazón de un barrio pla-
tense. El edificio original fue levantado en 1913 donde funcionó el Almacén Giménez y según los
vecinos habría sido por un tiempo, sede de un Ateneo.
Los ejemplos son muchos y cada uno con su particularidad como para hacer extensiva la descrip-
ción a todos. En su conjunto producen un impacto significativo: físico y funcional. El primero, des-
de el punto de vista estético, a través de los que ya hemos señalado en la recuperación de viejos
edificios –no siempre felices desde el punto de vista estético- y con esto la memoria urbana. El
segundo, en torno a la dinamización de los barrios con actividades alternativas y nuevos lugares
de encuentro.
En este sentido y como extensión de lo recorrido en este informe, cabe un comentario acerca de
los cines y los clubes, que por no ser parte de la información de base utilizada para el análisis, que-
daron sin considerar: los cines por tener su cartelera propia en el diario y los clubes porque utilizan
otros medios para la difusión de sus actividades. Categorizados como “Sitios Formales en la esfera
de lo legitimable”, no es tanto el impacto desde la perspectiva de la morfología urbana12, sino des-
de el punto de vista de la recuperación de lugares de encuentro y apropiación de espacios.
Particularmente, el redescubrimiento de los clubes de barrio, fundados con una clara función so-
cial13, es síntoma de la dinámica social actual y en el conjunto de los espacios que hemos conocido
a lo largo de este informe, es reflejo, como señala Ana Wortman (op. Cit.), de la mayor presencia
de productores culturales en distintos lugares de la sociedad y la ciudad. Y como tal, en términos
de Lash y Urry, de una “reflexibilidad estética” en la medida en que cada Sitio se carga de valores
simbólicos y es referente de distintos grupos sociales.

Bibliografía
• BOURDIEU P, 2002: “Campo se Poder, Campo Intelectual”, Ed Montresor
• GARCÍA CANCLINI N. y MANTECÓN, A., “Políticas culturales y consumo cultural urbano” en La
antropología urbana en México, coordinado por Néstor García Canclini, México, Fondo de
Cultura Económica, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y Universidad Autónoma
Metropolitana, pp. 168-195
• HUISMAN D., 1962: “La Estética”. Cuaderno 59. Buenos Aires. EUDEBA
12 ya que por definición de la categoría poseen edificio propio diseñado a tal fin (aunque es este caso perteneciente a la esfera privada)
8
Ver Luna de Avellaneda (2004), Dirección: Juan José Campanella
13 Ver Luna de Avellaneda (2004), Dirección: Juan José Campanella

ISBN 978-987-23112-6-1 61
• MOROSI, Julio A., Fernando de TERAN et al., 1983: “La Plata, Ciudad nueva, ciudad antigua.
Historia, forma y estructura de un espacio urbano singular”. Madrid, IEAL, UNLP. 416 pp.
• MOROSI, Julio A., 1999: Ciudad de La Plata, en ANALES LINTA – CIC: págs: 110-124.
• MUMFORD L., 1945: “La cultura de las ciudades”, Emece
• SUNKEL, G., 2006 “El consumo cultural en América Latina” (Fotocopias de Cátedra, 2010)
• WORTMAN A, “Políticas Culturales de la sociedad civil en la formación de nuevos púbicos”
(Fotocopias de Cátedra, 2010)
• WORTMAN A, “El desafío de las Políticas Culturales en Argentina” (Fotocopias de Cátedra, 2010)

La Autora
Patricia Inés María Mariñelarena
Arquitecta, Universidad Nacional de La Plata. Egresada del Curso Superior en Preservación, conserva-
ción y reciclaje del patrimonio urbano rural. FADU UBA. Doctorando en Arte Contemporáneo, Facul-
tad de Bellas Artes, UNLP. Es Profesional Principal del Laboratorio de Investigaciones del Territorio y el
Ambiente. LINTA – CIC (Comisión de Investigaciones Científicas) y ayudante diplomado en la Cátedra:
Teoría de la arquitectura, FAU UNLP. Ha participado en más de 30 publicaciones producto de su labor
profesional en equipo o de manera independiente.
Email: pimmarinelarena@gmail.com

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A.06 IMAGINARIOS DISTÓPICOS Y
CIUDAD SOBREMODERNA
María del Rosario Betti

Las ciudades occidentales (u occidentalizadas) contemporáneas, llamadas “sobremodernas” por


Marc Augé1 y “genéricas” por Rem Koolhaas2, están materializando, en buena medida, aquellos
imaginarios distópicos recreados desde la literatura y el cine en la segunda mitad del siglo XX, en
el marco crítico de la cultura posmoderna.
1984, de George Orwell (publicado en 1948) y su Gran Hermano que “te vigila”, Fahrenheit 451,
de Ray Bradbury (1953) con la postergación del espacio público y el intercambio social, Crash, de
James G. Ballard (1973) con el culto a las autopistas, la velocidad y a los consecuentes choques
de automóviles, y los films Blade Runner, de Ridley Scott (1983, sobre un cuento previo de Philip
Dick) con su híbrida San Angeles producto de un “urbanismo canceroso”, o Brazil y su universo de
alegorías, de Terry Gilliam (1985), por nombrar solo algunos textos, dan cuenta de ciudades en
las que, aun en sus diferencias, el espacio público, entendido como ámbito de convivencia y cele-
bración de la vida urbana, se muestra degradado y convertido en lo que Augé denomina un “no
lugar”, esto es, un espacio anónimo, sin memoria y sin una identidad que lo singularice, por o que
no es posible reconocerse ni reconocer en el otro una extensión afectiva. En estas ciudades, los
automóviles y sus emergentes, incluidas las largas autopistas enmarcadas con enormes carteles
publicitarios que segmentan la continuidad del espacio urbano e interrumpen el reconocimiento
del entorno, se posicionan como espacios-emblema de una superación tecnológica y una moder-
nidad cuestionadas, y el miedo y la desconfianza se instalan como argumentos político-sociales
que promueven la aislación de los individuos y los espacios de habitar, a la vez que legitiman todo
tipo de control, incluida la invasión a la privacidad.

Izq.: Proyecto del Taipei Pop Music Center de Reiser


+ Umemoto (2010)
Derecha: Imágenes del film Blade Runnerde Ridley
Scott (1982)

Paisaje urbano. La densidad del espacio imaginado por Ridley Scott y la entronización de la imagen vir-
tual como elemento de arquitectura se han hecho realidad en un sinnúmero de nuevos proyectos. Más
allá de las posibles virtudes tecnológicas, la arquitectura se ha vuelto ubicua.

Todas estas cuestiones están, en mayor o menor medida, presentes hoy en nuestras ciudades.
Zygmunt Bauman3 enfatiza que un característica de la cultura urbana contemporánea es la ins-
1 Antropólogo francés contemporáneo. Autor del célebre Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad.
2 Arquitecto holandés fundador de Office for Metropolitan Architecture (OMA) y ganador del Premio Pritzker en 2000. Es también autor de textos relevantes
como Delirious New York: A retroactive Manifesto for Manhattan (1978) y S, M, X, XL (1995).
3 Sociólogo polaco contemporáneo. Autor de Modernidad líquida.

ISBN 978-987-23112-6-1 63
talación del miedo al vecino, y esto repercute en los perfiles urbanos, las formas de habitar y vin-
cularse con el otro. Así, la creación de la tipología “torre-country” con las llamadas amenities que
ofrecen todo en el interior de un solo predio, y de barrios privados suburbanos cercados a la ma-
nera de burgos medievales pero con tecnología de punta que también aíslan a los individuos y
que, por estar relativamente distantes, exigen la presencia de autopistas anónimas y ubicuas que
atraviesan la ciudad sin integrarla y le imponen su ritmo cinético y sus vacíos, transforman hábitos
que exceden la denominación “habitar”. Como complemento obligado se le suma la aparición de
edificios-containers, también ubicuos, que albergan actividades comerciales y lúdicas con la con-
secuente cuasi extinción del paseo como actividad de celebración de la vida urbana. Lo cierto es
que los no lugares se multiplican -shoppings, salas de cine, supermercados y demás espacios que
repiten estrategias y recursos y resultan siempre idénticos a sí mismos- y el individuo, aun rodeado
de sus pares, se convierte en un ser solitario y aparentemente autosuficiente.

De izq. a der y de arriba a abajo.: La Defense (París);


Nueva York; Hong Kong; Londres; San Pablo; Puerto
Madero (Buenos Aires)

Perfiles urbanos. La(s) silueta(s) de los grandes edificios que responden a la tipología “torre” se
recorta(n) contra un fondo anónimo. Salvo en aquellos casos en que, por motivos específicos, se
reconozca algún edificio particular, como es el caso del “pepino” de Norman Foster (Londres), las
variaciones son mínimas. Los distintos climas y las características constructivo-materiales propias
de cada lugar parecen no haber dejado su huella: el vidrio se repite ignorando temperaturas,
orientaciones e incidencia de la luz solar. Sofisticados desarrollos tecnológicos hacen que esto sea
posible, en desmedro de una lógica primaria o básica.

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En función de todo ello, las ciudades están pasando de ser de símbolo de la civilización (la civitas)
a ser, como indica Paul Virilio4, privilegiado escenario del desastre. De hecho, una de las catástrofes
artificiales más grandes que produjo -y está produciendo- el siglo XXI ha sido -y es- la misma ciu-
dad, en tanto la urbs5 ha quedado disociada de la ciuitas6. Colaboran en ello el miedo y la descon-
fianza instalados que, al ser difusos y dispersos, pueden ser entrevistos en todas partes sin poder
situarlos en un lugar concreto. Así, “la ciudad se vuelve una máquina de guerra (…) El pánico se
apodera de la ciudad. Pensemos en esas megalópolis de 20 o –muy pronto– 30 millones de habi-
tantes, en el modo de vida de esas aglomeraciones que ya no tienen rostro ni escala humana. La
desrregulación y la desrrealización han penetrado en la ciudad. Y se ha operado una inversión: la
ciudad, que alguna vez fue el corazón de nuestra civilización, se ha vuelto el corazón de la deses-
tructuración de la humanidad.”7
El miedo desencadena una suerte de adicción a la seguridad que, en definitiva, contribuye a nor-
malizar el estado de emergencia, legitima conductas antisociales y repercute en los lenguajes
arquitectónicos, que incluyen obligadamente rejas y cámaras de seguridad, y en la calidad y la
función misma de los espacios urbanos, al punto que la calle y la plaza como espacios de dominio
público e intercambio social parecen haber desaparecido. Pero también ha desaparecido -vigi-
lancia constante mediante- la diferenciación conceptual entre el adentro y el afuera y, por tanto,
entre vida privada y vida pública. Así, la estrategia del Gran Hermano del relato de Orwell se ha
efectivizado aun cuando no siempre lo reconozcamos.
Lo que sorprende es que, para un buen número habitantes e instituciones, estas ciudades con-
temporáneas son consideradas una evolución positiva. Esta mirada surge como resultado de estar
viviendo, según indica Virilio en Ciudad Pánico, la “época de la promoción del progreso”: todo va
muy bien, todo va mejor que ayer. Esta interpretación del progreso, propia de la civilización occi-
dental8, nubla la vista, evita una reacción por parte de los ciudadanos, y convierte lo negativo en
positivo sin que medie la crítica. El optimismo no es aquí, entonces, una elección sino la acepta-
ción pasiva y hasta un poco ingenua de una creencia afianzada en la modernidad y -manipulacio-
nes comerciales y/o políticas mediante- aun aceptada genéricamente como cierta: lo nuevo im-
plica avance, por tanto, es necesariamente mejor que aquello que lo precedía. De hecho, la misma
palabra “moderno” connota en ciertos círculos “progreso”, “mejora”, “superación”.

Avenida Lugones. Buenos Aires, 2012

Elementos de arquitectura del siglo XXI. Los carteles publicitarios –generalmente de marcas
globales- asumen un carácter protagónico en el paisaje urbano. Sus dimensiones crecen en fun-
ción de la velocidad a la que circulan los automóviles.

4 Arquitecto, urbanista y pensador francés. Autor de innumerables textos en los que enfatiza el rol determinante que la velocidad (el tiempo), la información
y las redes juegan en la cultura contemporánea
5 Vocablo latino que refiere a los aspectos físicos de la ciudad: calles o trazados viales, espacios abiertos, masas edilicias y todo tipo de construcción
6 Vocablo latino. Implica a quienes ocupan, habitan e imprimen infinitos significados a la ciudad. Guerin, Miguel. “Semántica de la calle. El espacio social”. En:
SCA, Revista de Arquitectura 202
7 En: “Las ciudades según Paul Virilio”. Op. Cit. s/n
8 Según indica Robert Nisbet en “La idea de progreso”: “Otras civilizaciones más antiguas han conocido sin duda los ideales de perfeccionamiento moral,
espiritual y material (…). Pero sólo en la civilización occidental existe explícitamente la idea de que toda la historia puede concebirse como el avance de
la humanidad en su lucha por perfeccionarse, paso a paso, a través de fuerzas inmanentes, hasta alcanzar en un futuro remoto una condición cercana a la
perfección para todos los hombres.” En: http://www.eseade.edu.ar/servicios/Libertas/45_2

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Será precisamente la cultura posmoderna en la que aun estamos inmersos la que ponga en cri-
sis esta ideología. El “fin de los grandes relatos” que anunciara el francés Lyotard9 implica, entre
otras cuestiones, aceptar que todo progreso implica pérdidas, y que el futuro de las ciudades,
entendidas como la unión de urbs y ciuitas, está o puede estar en riesgo. Buena parte de los tex-
tos distópicos surgidos en este lapso y correspondientes al género llamado “ciencia ficción” o “de
anticipación” especula críticamente acerca de posibles mundos futuros en los que las ciudades,
en su heterogeneidad física y en su sentido social, resultan espacios de ausencias. Ausencia de re-
latos ordenados, de memoria y de pasado, y de un futuro imaginado próspero; ausencia de límites
entre lo real y lo virtual, entre lo original y la repetición, ausencia de certezas, de confianza y de
afectos (Ballard –autor de Crash- plantea que la víctima más aterradora de esta época es el afecto),
ausencia de respuestas a las preguntas existenciales del hombre, de espacios de celebración de
la vida urbana… en síntesis y circunscribiéndome al tema considerado, ausencia de ciudad como
construcción humana compleja y vital, inagotable e infinita en la que confluyen, se articulan y
definen cuestiones físicas y culturales, fragmentos de la historia e imaginarios del futuro, y que
sostiene la necesidad de la común-unión entre los hombres.

Buenos Aires, 2014

“Equipamiento urbano”. A la manera de los imaginarios distópicos, la basura forma parte del
paisaje urbano, sea por la ineficacia de los métodos de recolección, por problemas de educación,
o por ambas cuestiones a la vez. En muchos casos, la falta de identificación con la ciudad potencia
este proceso de degradación urbana.
¿Representa este presente urbano el fin de la ciudad como espacio social? ¿Qué alternativas
ofrece la sociedad contemporánea para recuperar o reinventar “espacio público” y/o “ciudad”, con
todas sus implicancias y connotaciones sociales? Hacia fines de siglo XX y en los inicios del XXI el
ciberespacio surgía como un posible –y atípico- camino: mientras programas software como ICQ
(fonéticamente similar a I seek you, esto es, te busco) permitían chatear con un sinnúmero de per-
sonas, pequeñas cámaras se agregaban a las computadoras personales y permitían ver y ser visto.
El espacio virtual ingresaba con todo su potencial en el ámbito doméstico y se ofrecía, entonces,
como la materialización de una nueva utopía que amplificaba la condición social del hombre y los
espacios de incidencia. El entusiasmo por la renovación tecnológica y la consecuente esperanza
en ella como solución a problemas de la sociedad que acompañaron a la Revolución Industrial y,
luego, a la Segunda Posguerra, estaban nuevamente presentes. Sociólogos, sicólogos, antropó-
logos, educadores… se abocaron a explorar sus alcances, a jerarquizar la relación con la imagen,
a tratar de convertirla en un vehículo activo de la relación interpersonal, y todo esto excedía con
creces la valoración de sus aspectos técnicos.
Lo cierto es que los dispositivos informáticos multiplicaron sus prestaciones y quedaron rápida-
mente integrados al entorno inmediato del individuo (y al individuo mismo10), al punto que de-
jaron de reconocerse como objetos diferenciados. Como había anticipado Marshall McLuhan11,
cuando una nueva tecnología asume una importancia tan protagónica, el hombre se transforma,
9 En: La condición posmoderna. Ensayo sobre el saber
10 El hombre es hoy un “individuo ciborg” en tanto se sirve de una serie de dispositivos (acoples) digitales que expanden funciones que son inherentes a su
condición humana.
11 En La galaxia Guttemberg, McLuhan indica que cuando se adopta una tecnología que jerarquiza a uno de los sentidos por sobre los otros, las relaciones entre
ellos se modifican al punto que el hombre mismo se transforma.

ISBN 978-987-23112-6-1 66
y esto afecta necesariamente a la arquitectura y la ciudad. Pero con la revolución digital y por
comodidad, inercia, seguridad, flexibilidad laboral, practicidad, etc., el hombre comenzó a per-
manecer más tiempo en su hogar; y cada monitor y cada pantalla de televisión pasó a funcionar
entonces como el sustituto de una ventana12: la vida real parecía estar dentro de ellas (las com-
paraciones con la Mildred de Fahrenheit 451 resultan obvias); y el ciberespacio llegó a suplir, en
buena medida, al espacio público.
Así, mientras la sociedad burguesa de fines de siglo XIX recurría al teatro como espacio social
apropiado para mostrarse y ser visto, y esto se materializaba en enormes foyers provistos de esca-
leras monumentales y espacios de distinto tipo que balconeaban sobre ellos13, y en espectáculos
con entreactos de larga duración que incentivaban el uso social de estos espacios, la sociedad de
este flamante siglo XXI y, sobre todo, los miembros de la llamada Generación Google recurren a
facebook. Allí cada individuo mira, espía, revisa, conversa, se muestra. Respecto de ello: “En mu-
chos casos el acontecimiento cobra importancia solo por el hecho de ser compartido (masificado)
en redes sociales, importancia de la cual carecería completamente si no fuese comunicado de
esta forma. En algunas ocasiones el evento se torna irrelevante si no se digitaliza, es decir, si no
es creado, compartido, fotografiado, comentado a través de internet (…) La relevancia del evento
se desplaza del espacio real al espacio virtual, donde es “inmortalizado” a través de fotografías y
comentarios.”14

Redes sociales y ciberespacio

Nuevos espacios. Propios de la cultura global, complementan –pero no reemplazan- al espacio


público tradicional de la ciudad.
A más de veinte años de su impactante aparición, la utopía del ciberespacio merece revisarse. La
excusa de que el hombre del siglo XXI es mediático y, por tanto, no necesita del encuentro físico
(y, por ende, de espacios reales) resulta, en mi opinión, poco satisfactoria. El ciberespacio puede
ser –y efectivamente, es- un complemento revolucionario magnífico, y hasta una alternativa oca-
sional; sin embargo, como indicaba Virilio en el año 1995, todo progreso técnico ha implicado,
siempre, alguna pérdida. Y señala: “Ver a distancia, oír a distancia: esa era la esencia de la anti-
gua perspectiva audiovisual. Pero tocar a distancia, sentir a distancia, esto equivale un cambio de
perspectiva hacia un dominio que todavía no se abarca: el del contacto, el contacto a distancia, el
telecontacto.15
La tecnología digital permite y promueve una relación permanente con el prójimo que muchas
veces no es coincidente en el espacio-tiempo. Dos o más individuos pueden localizarse en ámbi-
tos de lo más remotos e incluso así mantener un diálogo “cara a cara”, desplazando la importancia
12 No por nada esa palabra, “ventana”, es usada para referir a cada nueva pantalla.
13 Una mirada al Teatro de la Ópera de París (Garnier, inaugurado en 1875) o al Teatro Colón (Tamburini, Meano, Dormal, inaugurado en 1908) permite ver el
rol protagónico de estos espacios. Por otro lado, el carácter de termómetro social que asumía el teatro está magníficamente expuesto en el film Relaciones
peligrosas, dirigido por Stephen Frears en 1988. El repudio y la condena social que merece la marquesa de Merteuil se hacen efectivos, precisamente, durante
una función de teatro.
14 San Román, Facundo. “Arquitectura paramétrico- generativa. La relación entre metodología proyectual y los resultados formales”. Tesis de grado. UB, 2014.
En: http://issuu.com/facundosanroman/docs/tesis_final
15 Virilio, Paul. “Velocidad e información. ¡Alarma en el ciberespacio!” El artículo apareció por primera vez en Le Monde Diplomatique en agosto de 1995. Puede
consultarse en ateneu.xtec.cat/wikiform/wikiexport/_media/cursos/.../paulvirilio

ISBN 978-987-23112-6-1 67
del espacio físico-material hacia el virtual, que pasa a ser espacio real (en tanto que realmente)
compartido por ambas partes. Pero esto no es suficiente y no puede -no debe- reemplazar en su
totalidad a las relaciones que se establecen en el mundo real: existe una necesidad universal e
interpersonal de comunicación física que obedece a la realidad o condición del hombre como ser
relacional que, creo, no se debería obviar. Y esto al margen de que, según se ha comprobado, la
condición vigilante de Gran Hermano es allí más fácil de realizar y más difícil de controlar.
El hecho de que la memoria espacial se construya, hoy, a partir de fragmentos tomados del me-
dio real que se transforman en recuerdos digitales siempre disponibles produce una pérdida de la
orientación espacio-temporal en lo que refiere a la alteridad (el otro) y al mundo. En esos términos,
el problema o riesgo de nuestros días no es o no debería ser solamente el del fin de la historia y
la memoria, sino el posible fin de la geografía (incluida la geografía urbana), por cuanto el mundo
está resultando demasiado pequeño para nuestras velocidades de detección, de transporte, de
información. Así: “(…) el espacio geofísico no es insuficiente para la humanidad, es el tiempo, el
espacio-tiempo metageofísico de los transportes y las transmisiones instantáneas el que se ha
vuelto ilusorio por su delirio de emancipación terrestre hacia un mundo virtual.”16
Y la ciudad es, además de objeto cultural, un hecho geofísico, porque el hombre tiene cuerpo real.
Después de todo: “El hombre, hasta cierto punto, está determinado por el lugar donde ha nacido.
Probablemente, la manera de pensar y de sentir de una persona funcione de modo sincrónico a la
configuración del terreno, la temperatura y los vientos”.17
Reconocida la amenaza concreta -y la concreción- de las distopías en los procesos globales, surge,
nuevamente, el tiempo de las utopías: recuperar el sentido histórico-social de las ciudades es el
¿nuevo? objetivo. A las precursoras intervenciones realizadas hacia fines de siglo XX en el borde
marítimo de Barcelona, en La Villette de París, y a la gran transformación de Medellín impulsada
por el llamado Plan Fajardo, le siguen, un sinnúmero de acciones menores –de “acupuntura ur-
bana”- desplegadas en distinto ámbitos que impulsan la recuperación del espacio público como
agente de socialización del individuo y, ligado a esto, de pacificación de las ciudades. El mensaje,
entonces, es claro: es necesario promover esa particular conducta social –la “vida urbana”- que
privilegia la extroversión pública y participativa de todo acontecimiento, que supone acciones
individuales consensuadas y acciones colectivas, que es dinámica y polisémica, y que es, en de-
finitiva, motor del desarrollo del individuo como ser social y del sentido de las ciudades como
espacios continentes.
Para ello es necesario reinventar la cultura del paseo y convertir a cada individuo en actor privile-
giado del espacio urbano y en observador protagónico de cada rincón de la escena colectiva en
la que está involucrado, cuestión esta que activa sus vínculos con la ciudad en el mejor de los sen-
tidos. Es que, aun cuando “los seres humanos estamos hoy inmersos en la más absoluta soledad
como entes individuales, estamos al mismo tiempo unidos por la memoria colectiva”18, y el ámbito
urbano permite construir, sostener y celebrar esa memoria colectiva.
Las estrategias puestas en práctica para recuperar el uso social del espacio público (y reasociar
urbs y ciuitas) son hoy múltiples y complementarias: Nueva York y París han reciclado viejos tendi-
dos de ferrocarril elevados en desuso y los han convertido en parques lineales (High Line y La Cou-
lée Verte, también conocido como Promenade Plantée, respectivamente); Londres emplaza guita-
rras y/o pianos en sus parques y plazas, y un letrero -“please, play me”- invita a acercarse y usarlos;
Roma y París reinventan sus espacios históricos: mientras el Circo Massimo alberga espectáculos
(recital de los Rolling Stones, junio 2014), los jardines del Palacio de Luxemburgo incorporan can-
chas de tenis y ofrecen sillas en toda su superficie a los visitantes; los ríos de estas ciudades y sus
puentes y banquinas se han convertido en paseos activos; se impulsa el comercio a escala barrial
16 Virilio, Paul. Ciudad Pánico. Pág. 104.
17 Murakami, Haruki. Kafka en la orilla. Buenos Aires: Tusquets editores, 2009. Pág. 705.
18 Murakami, Haruki. Op. Cit. Pág. 151

ISBN 978-987-23112-6-1 68
(esto es, se desestima la cultura del shopping) y los mercados invaden las calles. Todo esto apunta
a recuperar la idea del barrio como espacio intermedio entre el espacio privado y doméstico y la
ciudad, y como espacio que preserva (o puede hacerlo) la identidad. A su vez, calles y avenidas
restringen y hasta impiden el tránsito vehicular en ciertos días y horarios. Esculturas, espectáculos,
arte informal de todo tipo adjetiva paseos, parques y plazas, o dicho en otros términos, el arte se
ha vuelto urbano. Necesariamente, el equipamiento y los servicios se multiplican., y… mucho más.

Arriba: Rotterdam; Abajo: Amsterdam

Equipamiento urbano. Mientras la inclusión de objetos escultóricos adjetiva el espacio público,


bancos de distinta factura estimulan la permanencia.
¿Y Buenos Aires? Se debate entre ser la materialización (literal o metafórica; total o parcial) de las
distopías presentadas o reinventar su plena condición de “ciudad” (urbs y ciuitas) positivamente.
Así, algunas de las acciones concretas –peatonalización de áreas específicas, inclusión de arte ur-
bano, recuperación de caracteres barriales, etc.- intentan con dificultad impactar en un ámbito en
el que el vandalismo y la violencia parecen hacer realidad el imaginario del Diario de la guerra del
cerdo de Bioy Casares (pero ahora “los muchachos” somos todos); y el mercado inmobiliario, los
intereses económicos y tantas otras variables fomentan la construcción de grandes torres anóni-
mas y hacen de automóvil una herramienta casi obligada que reclama mayores superficies para su
desplazamiento y permanencia.

Bibliografía
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La Autora
María del Rosario Betti
Arquitecta UB (1978) - Especialista en Historia y Crítica de la Arquitectura y del Urbanismo UBA (2004)
Profesora Titular de Proyecto Arquitectónico III y Profesora Asociada de Historia de la Arquitectura de
la Facultad de Arquitectura (UB). Investigadora del GIAH-UB (Grupo de Investigación en Arquitecturas
Hispánicas-UB). Miembro del Cicop Argentina. Autora de numerosos artículos sobre temas de índole
histórico-arquitectónico publicados en revistas especializadas nacionales y extranjeras.

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A.07 LA EDUCACIÓN DESDE EL PATRIMONIO COMO
ESTRATEGIA PARA VIVIR LA CIUDAD
Fabiana Carbonari

Justificación
La Recomendación sobre el paisaje urbano histórico aprobada por UNESCO en noviembre de
2011 hace referencia en su inciso VI -Cooperación internacional- a que “Los Estados Miembros y
las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales deben hacer lo posi-
ble para que el público entienda la noción de paisaje urbano histórico y participe en su aplicación
práctica, dando para ello a conocer las mejores prácticas y las enseñanzas extraídas de distintas
partes del mundo a fin de consolidar la red de intercambio de conocimientos y creación de capa-
cidades”.
En ese marco, la Universidad Nacional de la Plata1 como mediadora en la apropiación de los refe-
rentes urbanos patrimoniales dentro del ámbito comunitario crea en el año 2009 bajo la presiden-
cia del Arq. Gustavo Azpiazu, por resolución 1027/09, y en la órbita de la Secretaría de Extensión,
la Cátedra Libre Patrimonio y Educación.
El espacio institucional destinado a las cátedras libres tiene por objeto difundir áreas de la cultura
y del saber, que no pertenecen a la esfera curricular de las carreras que la Universidad dicta. En
ese sentido la Cátedra Libre Patrimonio y Educación constituye un ámbito para el debate y la
formación de todos los interesados en la compleja problemática que vincula al patrimonio y la
educación.
Su propuesta académica se sustenta en la reflexión crítica como camino para crear conciencia
acerca del valor histórico, estético, simbólico y social, entre otros, de los bienes culturales y natu-
rales propios y promover el cambio de actitudes que contribuyan a fomentar la tutela y mejorar
la calidad de vida de la comunidad. Entre otras cuestiones como estrategia para lograr vivir mejor
la ciudad.
Así, entendemos que concientizar implica una acción no inmediata y duradera en la que la infor-
mación racional y espiritual se traduce en sensibilización motivadora de acciones. En ese marco,
somos partícipes de un proceso que nos compromete integralmente con el pensar, el sentir y el
hacer.
La propuesta se basa en la idea de “conocer para valorar” entendiendo que el conocimiento per-
mitirá desarrollar nuevos vínculos. Nos referimos a una serie de acciones primarias para construir
nuevas miradas, re apreciar la singularidad del lugar que habitamos, crear lazos afectivos y senti-
mientos de pertenencia que fortalecen la tutela de aquello que se considera propio, contribuyen-
do al mejoramiento del entorno, al bien común y a la formación integral de los ciudadanos.

1 La Universidad Nacional de La Plata, fundada en 1905 por el Doctor Joaquín Víctor González, surge de la confluencia de dos conceptos fundamentales. Por
una parte, la interpretación tradicional del término “Universidad”, como ámbito natural del saber. Por otra, la idea actualizada del conocimiento científico
de base experimental, social y artística en sus distintas expresiones. Con más de un siglo de trayectoria, sigue siendo pionera en actividades de docencia,
extensión e investigación. Esto le ha proporcionado el prestigio que la sitúa entre las principales del país, del continente americano y del mundo. En la
actualidad cuenta con 17 Facultades, donde estudiaban en 2012, según CeSPI, 111.577 estudiantes, y cinco Colegios de educación inicial, primaria y media
con una matrícula que supera los 5000 alumnos, según la misma fuente.

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Vivir el patrimonio de la ciudad de La Plata desde la Cátedra Libre
Patrimonio y Educación
La ciudad, como una construcción en el espacio y en el tiempo, puede ser entendida como una
obra colectiva a gran escala, generada en la estratificaición de diferentes dimensiones que invo-
lucran las relaciones espaciales, históricas e imaginarias con su región, su territorio y la nación en
los que se encuentra. Se trata de una pluralidad social, un continuo de relaciones interpersonales,
de redes socioculturales que le dan vida.
Así los ciudadanos compartimos sitios, ámbitos, lugares, que son reflejo de experiencias, costum-
bres, saberes y están cargados de historias que provocan huellas, ecos, orgullos y conflictos y que
nos identifican con nuestra ciudad. Nos reconocemos en ellos, generamos lazos afectivos y los
consideramos propios.
En tal sentido, el paisaje urbano que caracteriza cada ciudad es entendido “no como un mero es-
pacio abierto de la ciudad sino como una dimensión propiamente política de la vida social… una
dimensión que media entre la sociedad y el estado”2
Su lectura constituye una de las aproximaciones más valiosas para el reconocimiento patrimonial.
Conocer su complejo entramado demanda la participación activa de todos los sentidos, pues en
consonancia con lo estresado por K. Lynch (1960) “En cada instante hay más de lo que la vista pue-
de ver, más de lo que el oído puede oír, un escenario o un panorama que aguarda ser explorado.
Nada se experimenta en sí mismo, sino siempre en relación con sus contornos, con las secuencias
de acontecimientos que llevan a ello, con el recuerdo de experiencias anteriores”
De manera paralela a ese reconocimiento se genera una construcción mental. Proceso de interna-
lización que cada ciudadano construye en modo personal y comunitario a la vez. Es en este senti-
do que la Cátedra Libre propone abordar la lectura de la ciudad desde diferentes miradas, con una
visión transversal y amplia, acorde a una noción abarcativa del patrimonio.
Si consideramos la definición que da la UNESCO (2005) en relación a que el “patrimonio es el le-
gado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a las futuras
generaciones, constituyendo en definitivamente nuestra identidad”, la ciudad de La Plata y su
región plantean como paradoja el hecho de constituir un área caracterizada por numerosas obras
arquitectónicas, artísticas y científicas de gran valor, con un amplio sistema de espacios públicos
poblados, a su vez, de piezas de uso y ornato urbano de singular significado y espacios naturales
singulares, pero que sin embargo no resulta suficientemente conocido y valorado por sus propios
habitantes. En ese sentido, la mayoría de los habitantes de los barrios que constituyen el denomi-
nado Gran La Plata han desarrollado con el tiempo, un creciente desconocimiento y consecuente
desinterés respecto de los referentes identitarios.
Asimismo, la situación a nivel internacional no difiere demasiado. Los efectos de la crisis de la
modernidad se hacen sentir sobre el patrimonio brindando diferentes lecturas de las que se des-
prende la posibilidad de dar lugar a una nueva interpretación a los bienes, tanto centrales como
periféricos, en lo referente al lugar social y económico que ocupan en la sociedad. Por una parte
se fueron rompiendo los parámetros universales de valoración, a partir de lo cual lo excepcional
dejó de tener la exclusividad de la atención dando paso a que los objetos y las manifestaciones,
hasta entonces catalogados como secundarios, entraran en escena definiendo la convivencia de
lo global y lo local en la herencia cultural3. En ese contexto el reconocimiento de la memoria
y el desplazamiento de los “futuros presentes” a los “pretéritos presentes”, como afirma Andreas
2 A. Gorelik. La Grilla y el parque. Espacio público y cultura en Buenos Aires. Universidad Nacional de Quilmes. Buenos Aires, 1998.
3 Ciro Caraballo Perichi, en “El patrimonio cultural: ¿Capital social o capitalización de los bienes?”. La dimensión social del patrimonio, 2006, afirma que
paulatinamente el concepto de planeta único y el discurso de responsabilidades colectivas comenzó a convivir con las reacciones étnicas, regionales y
religiosas que rescatan las particularidades frente al avance de los idearios globales, dando paso a una mayor difusión y conocimiento del significado
atribuido a la revalorización de los elementos identitarios, regionales y locales, tanto por parte de las instituciones públicas como de las privadas.

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Huyssen,4 constituyen los aspectos más influyentes dentro del sistema de valores reinante en la
sociedad contemporánea caracterizando las estructuras políticas, los fenómenos socio-culturales,
las tendencias productivas y el tratamiento de las estructuras urbano-territoriales.
Sobre la base de estos antecedentes se intentará, recién durante las últimas décadas del Siglo XX,
integrar a los diferentes sectores de la ciudad de La Plata en pos de la recuperación patrimonial
vinculada a la postulación de La Plata a la lista de Patrimonio Mundial UNESCO y el consecuente
desarrollo de Planes Estratégicos.
En relación al tema que nos ocupa, si bien la Carta de Atenas5 inicia en 1931 un camino transita-
do posteriormente por otras Convenciones Internacionales que hacen referencia al rol que debe
cumplir la educación desde el patrimonio, aun carecemos de un corpus teórico y una praxis arti-
culados sistemáticamente. La relación entre educación formal y patrimonio no constituye un área
autónoma sino que en la mayoría de los casos está enmarcada en otras disciplinas y, las valiosas
experiencias prácticas se mantienen inconexas, como producto de esfuerzos aislados y con escasa
difusión. Al respecto cabe destacar que la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial
Cultural y Natural de UNESCO realizada en París, 1972 afirma que “Los Estados partes de la presen-
te Convención, por los medios apropiados, y sobre todo mediante programas de educación y de
información, estimularán en sus pueblos el respeto y el aprecio del patrimonio cultural y natural”.
En el momento actual el sistema educativo está pasando por una etapa de fuertes cambios. Las
condiciones económicas, sociales y políticas generan al interior de las instituciones de formación y
de educación momentos de ruptura y crisis. El valor del conocimiento se acentúa en estas circuns-
tancias como soporte, continente, plataforma para pensar cambios y como nutriente y generador
de nuevas ideas y proyectos. En ese marco, es deseable que desde un lugar de ejercicio real de la au-
tonomía en cada institución y desde cada sujeto con compromiso en la formación se perfilen cam-
bios institucionales, y se planteen proyectos superadores. Es en este sentido donde la UNLP viene
a cumplir este objetivo y orienta la acción que se desea promover: contribuir a la concientización
patrimonial a partir de la resignificación del valor social del espacio que vivimos en pos de su tutela.
La UNLP en su función de política de extensión se relaciona con las necesidades estructurales de la
sociedad -en este caso el desconocimiento y desinterés en los temas patrimoniales-, poniendo en
acción conocimientos especializados para superar el estancamiento y alcanzar grados superiores
de bienestar. La adecuación entre el conocimiento, el capital humano disponible y los problemas
más críticos del desarrollo económico y social, constituye el sujeto mismo de la extensión.
Como señala el Estatuto de la UNLP, la extensión es una de las funciones principales. El cono-
cimiento creado o transmitido a través de instancias de docencia e investigación, encuentra su
desarrollo pleno mediante la extensión universitaria. De ella depende la articulación entre el co-
nocimiento generado en la Universidad y las distintas necesidades de la sociedad. La extensión,
en una acción de doble vía, de “diálogo” permanente entre el que da y el que recibe, implica una
bidireccionalidad que procura la transferencia de este saber en condiciones de alta calidad y ópti-
ma adecuación a las necesidades presentes y futuras del escenario económico y social.
La función de la política de extensión de la Universidad tiene entre otros principios las actividades
formativas que mediante la capacitación, prevención, orientación, información y difusión o aseso-
ramiento a la comunidad, permitan complementar con la práctica, la formación teórica curricular,
desarrollando valores de solidaridad y responsabilidad social como una estrategia indispensable
de la vida en sociedad.

4 Op. Cit. Andreas Huyssen “En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización”. Instituto Goethe. Fondo de Cultura Económica.
México, 2002.
5 La Carta de Atenas afirma que “Los educadores pongan empeño en habituar a la infancia y a la juventud a abstenerse de cualquier acto que pueda estropear los monumentos
y los introduzca al entendimiento del significado y, en general, a interesarse en la protección de los testimonios de todas las civilizaciones”.

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En este sentido la UNLP crea la Cátedra Libre Patrimonio y Educación fomentando la presencia
e interacción académica mediante la cual, aporta a la sociedad en forma crítica y creadora, los
resultados y logros de su investigación y docencia, y por medio de la cual, al conocer la realidad
nacional enriquece y redimensiona toda su actividad académica.
Se busca a partir de una reflexión sobre la realidad patrimonial que se construya una conceptuali-
zación propia y que los participantes puedan vincularla con sus realidades e incentivar la genera-
ción de actitudes tutelares compatibles con el uso y goce de los bienes.

Antecedentes
La propuesta de creación de la Cátedra Libre Patrimonio y Educación surge tras un prolongado
desarrollo de intervenciones en proyectos vinculados a la temática. En tal sentido, las primeras
experiencias se remontan a finales de la década de los ´80 en Venecia, en ocasión de la realización
de dos cursos de posgrado vinculados al patrimonio urbano y al patrimonio arquitectónico en el
Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia en carácter de becaria del Gobierno Italiano.
Oportunidad que permitió internalizar las metodologías y herramientas empleadas en ámbitos de
acción comunitaria universitaria. Más tarde, la participación de la Facultad de Arquitectura y Urba-
nismo y la representación de la UNLP ante Subcomisión de Educación, por Resolución 438/05, de
la CoDeSI –Comisión del Sitio-, ejercitó el abordaje práctico del tema.
Otro antecedente lo constituye la actividad desarrollada el ciclo lectivo 2009 mediante la par-
ticipación en el programa UPAMI –Universidad para adultos mayores- a través del dictado del
seminario “Historia de la ciudad de La Plata y su arquitectura”. La convocatoria fue realizada por la
Secretaría de Extensión de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo-UNLP y la propuesta estuvo
destinada a la capacitación de adultos mayores en temas vinculados a la ciudad de La Plata, su
región y su patrimonio analizado desde la construcción histórica. Las cuatro etapas consideradas
en ese devenir histórico fueron: 1- El período fundacional y los primeros 50 años de vida: El paso
de la ciudad ideal a la ciudad real –1882/1932-. 2- El Cincuentenario: La euforia y el inicio de la mo-
dernización suburbios y centro -1945/1957-. 3- La modernización: El lento camino al desencanto-
1957-1982- el Centenario –1982- 4- La crisis y la actualidad.
Desde el año 2005 se desarrollaron, en el ámbito de la UNLP, dos programas educativos. El progra-

Imágenes seminario UPAMI

ma educativo Patrimonio y Educación destinado a los colegios de pregrado universitario formó


parte del plan estratégico de la UNLP, por Resolución 702/06, con sede en la Prosecretaría de
Asuntos Académicos entre los años 2005 y 2010. A partir del año 2009 se llevó a cabo el programa
educativo Apropiación Social del Patrimonio en la Escuela entendido como extensión de la UNLP
en un trabajo conjunto con la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos
Aires. La experiencia de carácter piloto se realizó en la Región 1 –La Plata, Berisso, Brandsen, Mag-

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dalena- en el marco del Programa Cultura en la Escuela. El programa fue declarado de interés edu-
cativo por la UNLP –Res. 290/09-, Interés Legislativo D 842/09-10 y Interés Provincial –D840/09-10,
DGCyE de la Pcia de Bs. As. Res. 2836/09
Ambos experiencias se sustentan en la idea de que la resignificación patrimonial solo es posible
con la participación y sensibilización de la comunidad educativa. Reconocer el valor patrimonial,
cultural y natural, tangible e intangible del medio en el que nos desarrollamos demanda la in-
tervención de los más jóvenes a partir de su adecuada formación. La educación cumple un rol
fundamental constituyendo uno de los caminos básicos para el debate y la concientización. La
formulación de estrategias educativas y la formación docente en los diferentes niveles son el pun-
to de partida para la formación de alumnos que se conviertan en protagonistas del compromiso
y la participación ciudadana.
Los niveles preescolar y escolar constituyen los momentos educativos más adecuados para orien-
tar al niño y al joven en el conocimiento y valoración del lugar que habitan generando los senti-
mientos de pertenencia, apropiación e identidad que guiarán sus acciones y los convertirán en
difusores, dentro del ámbito familiar, del respeto hacia el patrimonio. Es a partir de ese conoci-
miento que se desarrollan los lazos afectivos que fortalecen la tutela de aquello que se considera
propio, contribuyendo al mejoramiento del entorno, al bien común y a la formación integral de
los futuros ciudadanos.
Por ello el objetivo es la incorporación curricular del tema patrimonial a efectos de sensibilizar a
los alumnos a partir de los conocimientos y las prácticas vinculantes a las asignaturas mediante
proyectos áulicos e institucionales generados en cada uno de los establecimientos educativos.
Sobre la base de estos antecedentes, tanto en el sector de educaci formal como informal, y con el
objetivo de generar conciencia patrimonial es que se propone la Cátedra Libre, gratuita y abierta
a la participación comunitaria.

Imágenes de conferencias dictadas en el marco


de la Cátedra Libre Patrimonio y Educación

Las actividades desarrolladas


Las actividades articulan ciclos de conferencias, seminarios, mesas de debates, exposiciones, re-
corridos y visitas, producción de trabajos y difusión en los ámbitos de procedencia. Participación
en actividades de investigación y de extensión. Transferencia a la docencia de grado, tutorías y
pasantias.
Uno de los objetivos es acercarnos a los barrios de la ciudad de La Plata y su región a los efectos
de articular el tratamiento de la relación patrimonio y educación, con las particularidades de cada

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lugar singular y en forma conjunta con los actores. En ese sentido, los encuentros se desarrollan
tanto en ámbitos de la UNLP –Presidencia, colegios y FAU-, como en las instituciones intermedias
-centros de fomento, centros culturales, centros de día, escuelas y bibliotecas.
En cuanto a las actividades de extensión, durante el ciclo lectivo 2013 la Cátedra Libre intervino
como organización co-partícipe en el Proyecto de Extensión “De los Barrios al Centro. Conoci-
miento histórico y apropiación social del patrimonio urbano arquitectónico de la Ciudad de La
Plata”. La propuesta surge como respuesta a la Convocatoria a Cátedras y Talleres para las Activida-
des de Extensión Universitaria en el marco del Desarrollo Curricular de la Facultad de Arquitectura
y Urbanismo efectuada por la Secretaría de Extensión de la FAU y se sustenta en la necesidad de
brindar a los niños y jóvenes que frecuentan instituciones de contención social ubicadas en la
periferia de La Plata un conocimiento directo del patrimonio urbano y arquitectónico. Constituye
una especie de atenuante al hecho que la situación socioeconómica de gran parte de la pobla-
ción de nivel escolar de la ciudad y su periferia, impide a numerosos niños descubrir y disfrutar
de esos sitios y obras. La propuesta fue gestada por el equipo docente del Taller Vertical Historia
de la Arquitectura N°1 quienes en las actividades fueron acompañados por estudiantes del mismo
Taller6. Actualmente, se encuentra en etapa de diseño el documento que cuenta el proyecto, las
contribuciones de los participantes y las imágenes más significativas. El objetivo de la producción
es documentar la experiencia y replicarla en otros ámbitos.

Encuentros en el Espacio Tolosa Cultural y Centro de Día Refugio del Ángel - Tolosa

Visita a la Catedral de la Inmaculada Concepción - La Plata

6 El equipo está integrado por: Director: Arq. F. Gandolfi, Coordinadora: Esp. Arq. F. Carbonari, Equipo de trabajo: Dr. Arq. F. Aliata, Arq. E. Gentile, Dra. Arq. A.
Gómez Pintus, Mg. Arq. V. Bonicatto, Arq. V. Galcerán, Arq. J. Bjerring, Arq. F. Minatta y Fotógrafa J. Morzilli. Los estudiantes participantes son: F. Figueroa y
R. Funes.

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Visita al Museo de Ciencias Naturales - La Plata

Visita al Teatro Argentino de la Plata


La difusión y comunicación de las actividades de la Cátedra Libre se realiza por diferentes canales,
desde el sitio de la UNLP, el espacio en facebook, a través de las líneas de contacto de la FAU –pá-
gina web y gacetilla semanal- y de las organizaciones participantes –periódicos locales, boletines
informativos-. Asimismo, la producción generada fue expuesta en diferentes encuentros y even-
tos científicos y de extensión.

Bibliografía
• AAVV. La dimensión social del patrimonio. Centro Internacional para la Conservación del
Patrimonio. Buenos Aires, 2006
• GORELIK, Adrian. La Grilla y el parque. Espacio público y cultura en Buenos Aires. Universidad
Nacional de Quilmes. Buenos Aires, 1998.
• HUYSSEN, Andreas. En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización.
Instituto Goethe. Fondo de Cultura Económica. México, 2002.
• UNESCO. Cartas y Normas internacionales.

La Autora
Fabiana Carbonari
Arquitecta graduada en la UNLP (1985). Especialista en Conservación y Restauración del Patrimonio
Arquitectónico y Urbano. Docente del área Historia de la Arquitectura e investigadora de la FAU-UNLP.
Maestrando de la Maestría en Conservación y Restauración del Patrimonio Urbano Arquitectónico
(CRIP). Es directora de proyecto de investigación y de becarios. Secretaría de Investigacion y Posgrado
de la FAU-UNLP. Directora de la Cátedra Libre Patrimonio y Educación. Secretaria académica Maestría
CRIP.

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A.08 MAR DEL PLATA,
SU DESARROLLO Y PLANES URBANOS.

María de las Nieves Rizzo


Melecia Granero

Esta ponencia se genera a partir del proyecto de investigación denominado “La propiedad ho-
rizontal en Mar del Plata. Los arquitectos, los proyectos, las obras y los habitantes de los
edificios en propiedad horizontal. Período 1948- 1979”.
A partir de la vigencia de le ley Nº 13512 de 1948, de Propiedad horizontal con las normativas del
código de edificación, se desarrolla en Mar del Plata un proceso de demolición del área céntrica
y costera, y de construcción de un nuevo tejido urbano de alta densidad, cuya base es la vivienda
colectiva. Este proceso se despliega durante treinta años, hasta que es limitado por los cambios
estructurales socioeconómicos en el país, y por la vigencia de la ley 8912 de Uso del Suelo, y el
Código de Ordenamiento Territorial del año 1979. Este es un instrumento técnico-jurídico-finan-
ciero para servir a la comunidad, realizado por personas altamente capacitadas para que a través
de los principios, directivas y normas que fija, regule la planificación de las áreas y determine la
estructura y objetivos a alcanzar en distintas etapas, brindando una orientación definida a la obra
técnico-privada y gubernamental por medio de codificaciones y asesoramientos. En este perío-
do se verifica la aparición y el desarrollo de ideas, tipologías, proyectos que producen una nueva
visión de la ciudad.

Antecedentes
El plan regulador para Mar del Plata realizado entre 1958 y 1960 basó sus aspectos fundamentales
en el sistema vial y en la definición y localización de áreas residenciales y de sus equipamientos.
Las fuentes teóricas a las que acudieron los urbanistas, se originaron en el urbanismo CIAM y en
la organización territorial del ejido urbano en unidades vecinales, enmarcándose fundamental-
mente en términos de ciudad estable y ciudad turística. La estructura vial propuesta por el equipo
de urbanistas fue articuladora de la escala regional con la escala urbana y de la función turística
con la ciudad estable.
En 1945 se construye el primer edificio en altura, de seis pisos, y 1948 comienzan las tratativas para
la promulgación de la Ley de Propiedad Horizontal que facilitaría a partir de su promulgación el
otorgamiento de créditos bancarios para la construcción de edificios en torre, denominados en
forma despectiva “colmenares”. Los efectos de la promulgación del la Ley 13.512 de Propiedad
Horizontal cambió el perfil de la ciudad, donde empezó a adquirir su aspecto actual, coincidente
con el período de ciudad denominado, según el Arq. Cova “era de las transacciones inmobiliarias”.
A partir de esta ley, la manera de acceder al balneario cambia por completo, familias se concentran
en departamentos pequeños. En 1949 se inician las gestiones para la promulgación de un plan
regulador para la construcción cuyo objetivo era evitar el crecimiento descontrolado de la ciudad.
Se le asigna al arquitecto urbanista Dellapaolera, pero finalmente el plan no es aprobado. Entre
1949 y 1954 se construye miles de departamentos en la ciudad. En esta época la clase media en
pleno progreso, busco masivamente poseer un departamento en la ciudad de Mar del Plata lo que
genera un “boom” en la construcción.

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En general existe una tendencia a identificar el concepto de progreso con el de crecimiento. Todos
sabemos que desde el año 1950, las ciudades, más importantes, han sufrido un gran incremento
en la aglomeración de edificios, personas y vehículos. Es decir que en la mayoría de ellas se ha ve-
rificado un gran crecimiento. Los habitantes de las ciudades densamente pobladas no pueden, sin
esfuerzo, sustraerse a los problemas surgidos de un desmedido y acaso inesperado crecimiento
que fatiga al hombre, lo agobia, lo enferma.
En Mar del Plata, afortunadamente, todavía no se dan esos males, que serían probablemente,
graves por las características del balneario. Sin embargo se verifica la falta de espacios verdes, que
tienden a desaparecer como fue, en los años 70, la plazoleta de la Diagonal Alberdi desde Santia-
go del Estero al Boulevard Marítimo, para convertirse en playas de estacionamiento.

La Ley Provincial 8912 y los cambios del factor ocupación


En el medio profesional de los arquitectos, en el ámbito de las empresas constructoras e inmo-
biliarias y en las dependencias municipales tuvo mucha resonancia, la instrumentación de la Ley
Provincial 8912, sancionada el 24 de octubre de 1977.
En el título VI de la Ley, denominada de Ordenamiento Territorial, se establece un plazo de 180
días a partir de la fecha consignada para su reglamentación municipal. Es decir, que antes del 24
de abril de 1978, Mar del Plata y los demás municipios de la provincia, contarían con grandes mo-
dificaciones en su Código de Edificación.
Lo más importante es, sin duda, la de un FOT (Factor de Ocupación Total) máximo de 2,5 en las zo-
nas residenciales y de 3 en las zonas comerciales y administrativas. Esto quiere decir que se podría
construir una superficie total de hasta de hasta 2,5 o 3 veces la superficie de los respectivos lotes,
lo cual implicaba una sustancial reducción, respecto a la anterior reglamentación. La Ley, también,
innova en cuanto al factor FOS (Factor de Ocupación del Suelo), que sería del 0,6 determinando
una importante reducción del espacio construido, obligando a dejar en cada predio al menos el
40% libre de su superficie.
Otra determinación importante que establecía es la densidad, que no podría superar en las zonas
céntricas-residenciales, los 1000 habitantes por hectárea, y los 8000 en sectores comerciales y
administrativos.
Con respecto a nuevos loteos, se establecieron dimensiones mínimas correlacionadas con las
densidades. Así, para un área de hasta 1000 habitantes/Ha (para la zona atlántica de hasta 800
habitantes/Ha) se fijó un frente mínimo de 30 metros y una superficie mínima de 900 metros cua-
drados. En todo nuevo loteo, o plan de expansión urbana periférica, deberá proveerse una reserva
de 10 metros cuadrados por habitante, que se cede al Estado con destino de áreas verdes. Toda
nueva unidad habitacional deberá contar, con un mínimo de 14 metros cuadrados de superficie
para cada ocupante previsto.
Luego de esta somera reseña de aspectos que contempla la Ley y que cada municipio reglamen-
taría y adoptaría vale la pena realizar algunos comentarios.
Se calcula que en el 2025, 83 % de la población de los países industrializados y 61 % de la pobla-
ción de países en desarrollo vivirá en las ciudades. La ciudad es el eje de las grandes transforma-
ciones de nuestra época, alimenta el progreso y el cambio, refleja las crisis y exacerba las fracturas
sociales.
Este proceso opera en tres planos: las megalópolis, las ciudades medias y las zonas interurbanas.
La megalópolis, como el caso de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que reúne más de 4 o 5
millones de habitantes, no es una estructura propia de los países industrializados: en 2025, 18 de

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las 25 ciudades de las más grandes del mundo se encontraran en el sur. Nudos de conexión en el
conjunto de las redes de intercambio internacionales, esas ciudades-mundo dibujan una nueva
geografía de los centros, que ignora cada vez más la línea divisoria entre países industrializados y
en desarrollo.
Las ciudades medias, como es el caso de Mar del Plata, (de 100.000 a 3.000.000 de habitantes) al
mismo tiempo autónoma y dependiente de las ciudades mundo ordenan el espacio rural y lo vin-
culan con la sociedad urbana. En ellas se presentan los índices de urbanización más elevados, por
lo que enfrentan problemas de gestión comparables a los de las grandes metrópolis.
Por último, las redes de intercambio que unen esas ciudades constituyen una trama urbana mun-
dial que redistribuye la fuerza de trabajo y organizan las migraciones.
Centro dinámico de innovación, lugar donde todo es posible, el espacio de todas las miserias:
pobreza, violencia, contaminación, desempleo, exclusión, criminalidad, inseguridad, droga, sucie-
dad….la extensión de la pobreza urbana dio origen a nociones diferentes (exclusión en Francia,
underclass en EEUU, marginalidad en América Latina), que corresponden a 3 maneras de traducir
la segregación social en el espacio urbano: respectivamente, dentro-fuera, alto-bajo, centro-peri-
feria.
En la ciudad se produce actualmente la convergencia de 3 crisis: la de la fractura social, vinculada
con la injusticia socio-económica; la de la urbanidad, es decir las formas tradicionales de sociabili-
dad; y la de la gobernabilidad relacionada con la representación política.
Pese al carácter sumamente variable de las ciudades, un imperativo común debe orientar su de-
sarrollo: que la ciudad y la economía estén al servicio del hombre, y no como ocurre actualmente,
que el hombre este al servicio de la economía.
Una Ley de Ordenamiento Territorial como la sancionada, aun con los prejuicios que necesaria-
mente generó a los intereses sectoriales implicados, resulta de carácter imprescindible en las zo-
nas urbanas densas y de crecimiento caótico y especulativo, como en el caso de Mar del Plata y
de algunas localidades del gran Buenos Aires, como Avellaneda, San Martin, Quilmes, Lanús, entre
otras, en las que los códigos y reglamentaciones se revelaban como obsoletos e impotentes frente
a la creciente pérdida de calidad urbana, el deterioro de condiciones de habitabilidad mínimas y
a la proliferación de un verdadero paisaje de la “especulación inmobiliaria”.
La Ley, no obstante, como todas las leyes, pecó de excesiva generalidad puesto que la situación y
el desarrollo urbano es muy disímil en las diferentes localidades de la provincia.
Por otra parte, en ciertas cuestiones específicas como programas arquitectónicos y localizaciones
determinadas, la densidad alta no es descartable “prima facies”, incluso por conveniencia econó-
mica y de rendimiento urbano. Sin embargo esta situación dio lugar a la apertura de nuevos
“frentes” de especulación por la vía de la excepción o del tratamiento preferencial. Es por ello
que en ciertos asentamientos, se implementó esta ley en el contexto de una revisión cuidadosa
del Plan Regulador Director. Sin embargo, las precauciones de implementación que señalamos no
deben dejar de reconocer que los juegos de factores y las reducciones de densidad serán signifi-
cativos para un mejor ordenamiento urbano futuro, sobre todo en cuanto, sin una ruptura brusca
del tejido edilicio, se manifestará un gran incremento del espacio aéreo libre y de los corazones
de manzana.
Los premios que se proveen de hasta un 70% en el incremento del FOT si se amplían los retiros o si
se proponen espacios públicos, significaron un estímulo al desarrollo de nuevas relaciones de los
edificios con el contexto urbano, sin caer en el extremo de propiciar los “bloques” de torres, como
en la zona de Belgrano en Buenos Aires.
Y así como el ordenamiento de los años ‘50 estuvo enfocado a resolver los problemas de la pro-

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piedad horizontal y la Ley 8912 de los años ’70 hizo eje en la reglamentación del FOT y el FOS,
las nuevas normas que rijan para los años venideros deberían hacer hincapié en la sustentabilidad
de los edificios, el uso correcto de los materiales y el respeto por el entorno y la conservación del
patrimonio.

La conciencia del lugar


Tres problemas principales se plantean a las ciudades del siglo XXI: la instauración de la demo-
cracia en la ciudad y la creación de una verdadera comunidad urbana, el control del desarrollo
urbano y por lo tanto del gobierno de la ciudad, el control de las técnicas urbanas, en particular en
la transición hacia una renovación del sentido del interés común y hacia negociaciones flexibles
entre agentes públicos y privados.
Potencialmente la urbanización puede ser un factor de progreso social, al facilitar el acceso a la
información, a la educación y a la salud, y al diversificar y enriquecer los modos de vida y los inter-
cambios culturales.
Pero todo ello exige la igualdad de acceso a las infraestructuras materiales, estructuras de educa-
ción y de empleo de la ciudad.
La ciudad es un eslabón esencial entre el individuo y el estado. La democracia local y la ciudadanía
son las piedras angulares de su edificación moral. El apartheid social es en cambio, un indicio de su
decrepitud. La ciudadanía solo adquiere significado en el marco de un sentimiento de solidaridad
urbana, nacido de una cultura de la ciudad que no sea, ni una cultura internacional normalizada,
ni un mosaico heterogéneo de culturas antagónicas, sino que esté ligado a una conciencia del
lugar y de pertenencia a una comunidad de destino metropolitana.
La ciudad es un patrimonio abierto y cada una de ellas tiene una personalidad cultural propia. Los
materiales de construcción modernos, que constituyen un progreso pues permiten ganar espacio
y mejorar la seguridad y la higiene, a menudo no se adaptan a la estética ni al clima de los países
donde se utilizan como es el caso de muchos edificios marplatenses. Se trata pues de poner las
ciencias y las artes al servicio de la ciudad, con un planteamiento interdisciplinario que favorezca
la aparición de una nueva generación de constructores. La arquitectura del siglo XXI deberá lograr
un difícil equilibrio entre las tecnologías modernas que requieren poca energía y ciertas tradicio-
nes técnicas y estéticas que tienen su razón de ser y que sería lamentable ignorar.
El patrimonio cultural de cada pueblo se manifiesta en las mil y una facetas de su genio propio y
la misteriosa continuidad que une todo lo que a lo largo de la historia ha producido y todo lo que
en el futuro será capaz de producir.
Pero el entorno en que los pueblos viven contribuye también a forjar su identidad cultural. Las
obras de los hombres se inscriben en uno u otro paisaje, fuente de inspiración y belleza. De allí
que el patrimonio natural sea el complemento indisociable del cultural; aquel reviste un interés
fundamental para la ciencia y para la conservación de las especies, vegetales y animales, que re-
presentan un capital insustituible y son indispensables para mantener la vida.
Ahora bien, ese patrimonio, trátese de monumentos, conjuntos arquitectónicos, paisajes o reser-
vas naturales, se halla constantemente expuesto a numerosos riesgos de degradación como resul-
tado del desgaste acarreado por los siglos o de la acción irresponsable de los hombres, la erosión
y la humedad o la contaminación, la urbanización acelerada y el turismo en masa.
Frente a tales peligros cuya gravedad va acentuándose por doquier, comienza arraigar en todo el
mundo una nueva conciencia de la necesidad de salvaguardar ese patrimonio, al mismo tiempo
que se afirma la voluntad de cooperar activamente entre todos con miras a su conservación y
valoración.

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El ser humano forma parte del sitio en el que vive, en el que trabaja o simplemente en el lugar por
el que pasa.
Hay ciudades implantadas en un paisaje al que parecen volver la espalda, están enteramente vol-
cadas hacia un más allá sin fronteras. Su misión no es resumir el país en el que se encuentran, sino
representar en el un muestreo del mundo. En el caso de Mar del Plata esto es claro cuando obser-
vamos el perfil costero, que ha generado una barrera visual, de tal forma que hoy hay en la ciudad
gente que no conoce la playa.
Hay otras ciudades, edificios, obras de arte, estrechamente imbricados en el paisaje, narran la in-
timidad de los seres humanos con un ligar que los habita tanto como ellos lo habitan, un logrado
entrelazamiento entre la duración telúrica, la intemporalidad sagrada y el tiempo de las obras
humanas….
El advenimiento de la era industrial a principios del siglo XIX con los avances de la técnica brinda-
ron a la capacidad creadora y transformadora del hombre los medios de concretarse y de mani-
festarse incluso en la arquitectura y el urbanismo.
A ellos contribuyen, en forma indirecta, los nuevos medios de comunicación y de producción y los
nuevos medios de vida. El espacio construido adquirió unas dimensiones que antes eran inconce-
bibles. A partir de ahí la técnica cumple el papel clave reservado antaño a la cultura y a la religión.
Esta transformación asociada a mecanismos económicos nuevos que suponen a su vez una rup-
tura con el contexto cultual tradicional y que solo se rigen ya por las leyes de lucro o de la es-
peculación, adquiere un carácter explosivo, como sucedió en Mar del Plata a partir de la Ley de
Propiedad Horizontal.
La ciudad es un eslabón esencial entre el individuo y el estado. La democracia local y la ciudadanía
son las piedras angulares de su edificación moral. E apartheid social es, en cambio, un indicio de
su decrepitud. La ciudadanía solo adquiere significado en el marco de un sentimiento de solidari-
dad urbana nacido de una cultura de la ciudad que no sea ni una cultura internacional globaliza-
da, ni un mosaico heterogéneo de culturas antagónicas, sino que esté ligado a una conciencia del
lugar y de la pertenencia a una comunidad de destino metropolitana.
La ciudad es un patrimonio abierto y cada una de ellas tiene una personalidad cultural propia. Los
materiales de construcción modernos, que constituyen un progreso pues permiten ganar espacio
y mejorar la seguridad y la higiene, a menudo no se adaptan a la estérica ni al clima de los países
donde se los utiliza. S e trata pues de poner la ciencia y las artes al servicio de la ciudad con un
planteamiento interdisciplinario que favorezca la aparición de una nueva generación de construc-
tores. La Arquitectura del siglo XXI deberá lograr un difícil equilibrio entre las tecnologías moder-
nas que requieren poca energía y ciertas tradiciones técnicas y estéticas que tienen su razón de
ser y que sería lamentable ignorar.
Asimismo, es importante, sobre todo en una ciudad como Mar del Plata donde tenemos buenos
ejemplos de patrimonio Moderno, reflexionar a cerca de la necesidad de mantener estos edificios,
cualquiera sea su escala, en buenas condiciones de uso, tendiendo a su revalorización y su conci-
liación con los nuevos programas derivados de actuales necesidades, respetando la autenticidad
no sólo de la idea sino de la materialidad, logrando “la máxima puesta en valor con la mínima
intervención” privilegiando las soluciones creativas pero consustanciadas con la obra.
Sería deseable que la arquitectura marplatense se manifestara en el hecho de ser una arqui-
tectura conscientemente delimitada, que acentuará el territorio en el que ha de establecerse
la construcción, en su emplazamiento. Como así también que hiciera énfasis en las condiciones
climáticas, la cultura y especialmente la presencia marina, con sus ventajas y desventajas, creando
de esta forma una conciencia geográfica, climática, tecnológica. Resaltando ciertos factores es-

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pecíficos del lugar, que abarcara las propiedades formales y estructurales del edificio y finalmente,
favorecer la conexión entre la sociedad marplatense y la arquitectura esforzándose por cultivar
una cultura contemporánea orientada al lugar, sin llegar a hacerla excesivamente hermética, ni en
el plano de las referencias formales ni en el de la tecnología que ayude a desarrolla la identidad
de la ciudad.

Bibliografía
• ALVAREZ, A. (et. al.): Mar del Plata. Una historia Urbana. Banco de Boston. Bs.As. ,1991.
• BALLENT, A: “Pintoresquismo” y “Chalet”. En “Materiales para la historia de la arquitectura el
hábitat y la ciudad en la Argentina” UNLP. La Plata 1991
• CACOPARDO, F. (ed.): Mar del Plata. Ciudad e Historia. Alianza. Bs. As. 1997.
• COVA, R Apuntes para una historia de la Arquitectura Marplatense. Ediciones FAU-UNMdP
1986
• DI TELLA, T.: Historia social de la Argentina Contemporánea. Troquel, Buenos Aires, 1998.
• FERNÁNDEZ, R: La ilusión proyectual. Una historia de la Arquitectura Argentina. 1955-
1995. Publicaciones FAU. UNMDP 1996.
• GUTIÉRREZ, R: “Casas Blancas”. Un momento de reflexión sobre la arquitectura argentina.
En Revista Summa + Nº 63.
• LIERNUR, F.: Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la Modernidad.
Bs.As. Fondo Nacional de las Artes; 2001
• LIERNUR, F; ALIATA, F.: Diccionario de Arquitectura en la Argentina. Estilos, Obras, Biografías,
Instituciones, Ciudades. Bs.As. AGEA 2004
• PASTORIZA , E. (ed.): Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata,
Montevideo y Viña del Mar. Editorial Biblos. Bs. As. 2002
• PASTORIZA, E ; TORRE J.C.: “Mar del Plata, un sueño de los argentinos”. En Historia de la Vida
Privada en Argentina. Tomo 3 (Coord. F. Devoto). Taurus. Bs.As, 1999
• RUSSELL HITCHCOCK, H.: Arquitectura de los siglos XIX y XX. Manuales Arte Cátedra. Madrid
1981

Las Autoras
María de las Nieves S. Rizzo
Arquitecta profesora adjunta parcial en carreras de Arquitectura y Diseño Industrial de Historia de la Ar-
quitectura I y Pensamiento Contemporáneo II, respectivamente y Docente en la Tecnicatura en Gestión
Cultural. Investigadora. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Funes 3350, 7600 Mar del Plata.
Contacto: mnrizzo@mdp.edu.ar /marita_rizzo@hotmail.com

Melecia Granero
Arquitecta.Docente Investigadora del Taller Vertical de Historia de la Arquitectura y el Urbanis-
mo I y Pensamiento Contemporáneo II en Historia de la Arquitectura y Diseño Industrial . Do-
cente en Taller Vertical de Construcciones II, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño.
Contacto: melecia17@hotmail.commgranero@mdp.edu.ar

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A.09 PONER EN VALOR EL PATRIMONIO: EL CASO DE LA
AUDITORÍA GENERAL DE LA NACIÓN
Pablo Martínez
Mónica Britos

El presente trabajo da cuenta de la puesta en valor realizada por la Auditoría General de la Nación
(AGN) en su nueva sede y los desafíos de su habitabilidad, iniciada en el corriente año.
La AGN eligió para su relocalización al edificio emplazado en Rivadavia 1745, ex Instituto Biológi-
co Argentino. Esta selección se basó, entre otras variables, en el valor patrimonial y simbólico del
inmueble y sus posibilidades de rescate y puesta en valor.
A lo largo del trabajo, se visualiza la complejidad del proyecto de adaptar un edificio con sectores
de alto valor patrimonial en un espacio a ser habitado por un organismo público. En ese sentido,
se presenta: los criterios de selección del inmueble, la metodología de puesta en valor, la sectori-
zación de los espacios según sus criterios de intervención, la adaptación al uso oficinesco y final-
mente los desafíos de su habitabilidad como organismo público.

Los Autores
Pablo Martínez
Arquitecto

Mónica Britos
Diseñadora

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A.10 SAN JUAN, UNA CIUDAD EN MOVIMIENTO
Aportes del Turismo a la Resignificación de su
Arquitectura
María Emilia Erostarbe Suárez

Universidad Nacional de San Juan

Al definir a la Ciudad de San Juan, como ciudad en movimiento, se hace referencia a hechos que
básicamente marcaron su historia, marcaron cambios sociales, culturales y urbanísticos, que hoy
que sigue en movimiento, hace compleja la misión de arraigo, la definición de una identidad pro-
pia del sanjuanino y por lo tanto la valoración y conservación de su patrimonio tanto vernáculo
como moderno, en términos de actualidad.
Comprender la Ciudad desde sus orígenes y a la par comprender la sociedad que la ha ido cons-
truyendo y conformando su crecimiento, desde una visión holística, permite develar (o al menos
es un intento) el misterio del porqué y el cómo es una Ciudad y su gente.
Podríamos decir que la historia comienza el día de la fundación de San Juan de la Frontera, el 13
de junio de 1562 de la mano del Capitán Juan Jufré. Por aquel entonces Eugenio de Mallea fue
designado encargado de la ciudad.
“En el solar correspondiente a don Eugenio de Mallea se levantó su casa de adobes a
la usanza española. De tal manera, la casa de Mallea en la incipiente cuidad, vino a
dar principio al estilo hispánico de construcción. Paulatinamente los demás pobladores
fueron también construyendo sus viviendas de adobe que poco a poco reemplazaron la
quincha indígena.”1
Fue a fines de 1593, cuando Mallea vio desaparecer su casa, arrasada por la inundación del Río San
Juan que destruyera a la ciudad de San Juan por completo.
“Es de imaginar la desazón con que los primitivos habitantes del valle del Tulum recibie-
ron el castigo de uno de los elementos vitales el cual, paradójicamente, es el árbitro de la
existencia para una tierra sedienta, donde son casi desconocidas las fecundantes lluvias
de otras latitudes del país.”
(Diario El Viñatero, 12 de junio 1982. Año XVIII, N° 647. Pág. 8)”2
La Ciudad sufrió su Primer Movimiento, a tan solo 31 años de su fundación se vio arrasada por su
Homónimo Río, quizás debido a una errónea localización y a la carencia de obras de contención
de las márgenes Río.
Un año después, el hijo del fundador, el General Luis Jufré y Meneses, quien por ese entonces aca-
baba de fundar la vecina provincia de San Luis, decidió trasladar la Ciudad veinticinco cuadras al
sur, en su actual emplazamiento.
En el imaginario popular se ha conservado con la denominación de “Pueblo Viejo”, el primer em-
plazamiento que tuvo la ciudad, y que posteriormente se le asignara el nombre de Concepción, en
referencia a la advocación religiosa de su Parroquia.
En un principio se trasladaron las principales Instituciones Públicas como el Cabildo y algunos
1 FFHA, UNSJ, Aportes desde la Historia a la Revalorización del Patrimonio Cultural Sanjuanino, 2006, Pág. 94.
2 Idem.

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Templos, siendo que la mayoría de la población permaneció en el “Pueblo Viejo” soportando un
sin número de devastadoras inundaciones hasta la construcción de las defensas del Rio. En el
nuevo emplazamiento se respetó la estructura tradicional de 25 manzanas, con su plaza Mayor
en el centro, rodeada por solares destinados a, 2 Iglesias, el Cabildo y viviendas para las familias
principales de la ciudad.
Para el Siglo XVIII la urbanización del “Pueblo Viejo” llegabas hasta la ciudad de San Juan de la
mano de sus calle principales, como la Tucumán, y junto con la Ciudad se caracterizaron por am-
plias y pintorescas casas de adobe de estilo colonial, como las describiría Horacio Videla en su libro
El Retablo Sanjuanino, “Casonas de adobe con techos de caña y barro de suave pendiente o con
mojinetes construidos sobre tiranterías de madera. Toscos revoques de barro pintados a la cal, con
ingenuo zocalillo de distinto color o revestido de piedra laja.
Ancha la puerta a la calle, clásico zaguán con arco de medio punto y piso enladrillado con un cami-
no de lajas, con habitaciones a uno y otro costado, seguido de uno o dos patios con alguna galería
abierta, defendida del sol por enredaderas y una magnolia o higuera en una gran taza al centro del
patio, cocina de fogón, horno criollo de adobes, pieza de sirvientes y servicios de la casa, la huerta
con gallinero y corral para las bestias y algún duraznero, palma datilera, naranjo agrio y dulce, lima
e higuera, amén del consabido paseo con parral encatrado de uva mollar, fermal o cereza. - La ciu-
dad era pequeña, abundaban los baldíos hasta en la misma plaza principal, las calles, de 12 varas
de ancho, carecían de arboledas y acequias. Por una loma que partía por la mitad las manzanas,
corrían de poniente a naciente 9 acequias tocando los fondos para riego de las huertas familiares.”3
Para 1833, a pesar de haber trasladado la ciudad más al sur y de haber llevado a cabo obras de
defensa del río, éste inundo la nueva ciudad arrasando con templos y construcciones particulares,
solo se salvaron la Iglesia Matriz construida por los Jesuitas en 1712, la casa del gobernador y al-
gunas viviendas.
A la catástrofe le vinieron las obras del primer dique repartidor, el empedrado de calles y coloca-
ción de piedras laja en las por entonces angostas veredas.
Para 1870 la ciudad deja de lado su periodo colonial para dar paso a una ciudad moderna, pre-
rrenacentista. “Aparecen las casas con cornisas y pilastras, clásicas molduras de hierro y amplias
aberturas a la calle, muy diferente de la baja casona de puertas de algarrobo, rústicos herrajes y
pequeñas ventanas exteriores (Recuerdos de Provincia)”4
“En defensa de la humedad y el triturador salitre, los propietarios de mejor fortuna emplean el la-
drillo en lugar de los materiales crudos, hasta entonces solo usados por los Jesuitas para levantar la
Catedral”5 (Cuyos ladrillos hoy forman el piso de parte de la Casa Natal de Domingo F. Sarmiento).
No menores fueron los cabios que trajo aparejado el paso de la actividad de los Molinos Harineros
que circundaban la Ciudad, a las Grandes Bodegas que desplazaron o dejaron de lado los lagares
familiares, pasando la vitivinicultura, de ser de pequeña producción familiar a una industrializa-
ción mayor. Cambios que fueron impulsados por la Generación del ´80.
La llegada del Ferrocarril 1885 permitió a la provincia quedar definitivamente vinculada al resto
del país, lo cual significó un crecimiento Económico y Social para San Juan.
Para 1894 un terremoto va a sacudir la Ciudad, pero sin grandes consecuencias, y aun así conllevó
a la realización de estudios y la conformación de una comisión detallando en un informe que a la
hora de construir “…todas las partes de un edificio deberían estar íntimamente ligadas unas con
otras y que dado lo ocurrido las veredas debían ser anchas, que todas las construcciones debían
ser edificadas en cuanto fuese posible lejos del contacto de dos capas de desigual composición y
3 VIDELA, Horacio, Retablo Sanjuanino, UCC, San Juan, Pag.56.
4 VIDELA, Horacio, Retablo Sanjuanino, UCC, San Juan, Pag.84
5 Idem.

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sobre todo evitando hacerlo sobre el suelo móvil, que descanse a poca profundidad sobre capas
de roca sólida”.6
Es evidente que este periodo del Primer Movimiento estuvo signado por las catástrofes naturales,
y que la Ciudad debió reinventarse sucesivas veces desde un periodo histórico que abarca el colo-
nialismo hasta el renacimiento para el Centenario de la Patria.
Un Centenario que ya vería a San Juan con la mixtura cultural de un sin número de inmigrantes
que arribaron a la provincia y que pasaron a conformar la actual sociedad sanjuaninas.
Las principales colectividades que arribaron fueron las de españoles, italianos, y sirio – libaneses
que se arraigaron a esta tierra, fueron hacedoras de las industrias productivas de San Juan como
la vitivinicultura y demás actividades agrícolas, el comercio, y esa mixtura cultural compuesta por
la gastronomía, la música, la danza, las artes, el deporte y la arquitectura de dichas comunidades.
La llegada del ferrocarril de mano de los ingleses trajo también consigo un sin número de costum-
bres, que la elite sanjuanina fue apropiando. Como así también se vio reflejada su arquitectura
en la gran cantidad de edificaciones que se pusieron en pie, al servicio del Ferrocarril y de sus
empleados y directivos.

La pujante ciudad, pintoresca con aires coloniales y renacentistas, y ya con gran diversidad cultural
sufrirá su Segundo Movimiento, una tarde de verano, más precisamente el 15 de enero de 1944,
siendo sábado a las 20:52hs, la ciudad pereció en escombros, polvo, oscuridad y desesperación.
Algo más del 70 por ciento de las construcciones se derrumbaron completamente, difícil era man-
tener una ciudad mayoritariamente de adobe, en pie, con un sismo de 7,4 grados de magnitud.
Escasas fueron las construcciones que solo sufrieron pequeños deterioros, algunas de ellas por ser
ya, de hormigón armado, otras de ladrillo cocido y técnicas constructivas sismoresistente avanza-
das para la época, y edificaciones de adobe donde evidentemente las técnicas para su construc-
ción fueron correctas.
Bajo el polvo de la tragedia yacieron alrededor de 13000 sanjuaninos y ese día la memoria y lo
identitario de la comunidad se fue con sus muertos. San Juan debía renacer y volver a levantarse,
había que seguir viviendo por respeto y memoria a quienes ya no estaban más.
Desde ese entonces, el adobe se convirtió en mala palabra y en símbolo de tragedia, y la Ciudad
comienza a transitar su Tercer Movimiento, la Reconstrucción.
El desastre necesitaba urgentes y correctas decisiones, para la reconstrucción se formó un Con-
sejo desde el cual se solicitaba a profesionales la propuesta de Planes de Reconstrucción, mucho
se debatió el traslado de la ciudad, pero finalmente se levantó sobre sus escombros, y fue el Plan
desarrollado por el arquitecto José Pastor el que se tomaría en cuenta, siendo contratado como
6 VARESE, Carmen Peñalosa, ARIAS, Hector. Historia de San Juan. Spadoni. Mendoza. 1996. Pag.406

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asesor urbanístico por el Consejo de Reconstrucción.
El Plan, denominado Plan Pastor, fue aprobado en 1948, proponía la ubicación de los edificios
públicos, un plan ferroviario, la apertura de lo que hoy es una de las avenidas principales de la
ciudad, y daba prescripciones urbanísticas, reglamentando los usos edificatorios permitidos, es-
quinas sin ochava, el diseño de recovas para circulación de público en aceras orientadas al norte y
el uso de revestimientos con materiales de la región. Respondiendo sin duda a los postulados del
movimiento moderno.

Arquitectónicamente la fisonomía de la ciudad cambió, pocas edificaciones poscoloniales y del


periodo renacentista compartieron espacio y tiempo con la nueva y considerada “Ciudad más mo-
derna del país”.
Calles más amplias, apertura de nuevas calles, veredas más anchas y la nueva legislación urbanís-
tica, llevaron a muchos de los edificios pre terremoto a tener que trasladar sus fachadas a la Línea
Municipal.
La gran mayoría de las viviendas de época posterior al ´44 fueron construidas bajo las nuevas
normas de edificación y por medio de créditos otorgados por el Banco Hipotecario, destinados
específicamente a la re-construcción. Así comenzaron aparecer en la arquitectura, nuevas líneas,
materiales y movimientos arquitectónicos, haciéndose presentes el modernismo y brutalismo, el
art-deco y art-noveau entre otros.
El hoy, lo que le acontece a la ciudad y su patrimonio permite claramente definir un Cuarto Mo-
vimiento, el de una comunidad integrada por una generación que tiene en sus manos la misión
del rescate histórico, del adentrarse en lo pasado que quedó oculto tras el terremoto, de hacer una
reivindicación histórica de todo lo acontecido desde la fundación, y un poco más atrás también.
Asumir la diversidad cultural en la descendencia europea que la gran mayoría de la sociedad po-
see.

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La tesis de Licenciatura en Turismo de la cual se desprende parte de este trabajo, y un sin número
de otras investigaciones, resaltan el valor y el aporte que la arquitectura hace sobre la construc-
ción de la identidad sanjuanina.
En ella se hallan expresados todos aquellos rasgos identitaria que la memoria olvidó, que la gene-
ración del terremoto en parte enterró.
Hoy por hoy la ciudad transita un periodo decisivo, entre la conservación y la destrucción total de
elementos referenciadores del pasado, ya que no es ajeno a ningún pueblo argentino, la supre-
macía entre el rédito económico inmobiliario por sobre el rescate y resguardo del patrimonio de
cada comunidad.
La Ciudad de San Juan tiene como desafío inminente la concientización de su comunidad, sobre
el valor de los escasos bienes patrimoniales pre terremoto y sobre todos los elementos modernos,
que aun siendo construidos y gestados en el hoy, son patrimonio de la comunidad actual y lógi-
camente del futuro.
La pérdida de elementos simbólicos y significativos de la identidad sanjuanina, es constante, y lo
seguirá siendo mientras no haya mayor difusión y puesta en valor.

Propuesta 1: “La educación en San Juan – El maestro Sarmiento/ Tres sistemas educativos: Nor-
mal, Nacional e Industrial/ El sueño de Fray Justo Santa María de Oro: el pensionado de mujeres”.
Propuesta 2: “La vivienda sanjuanina/ Familias tradicionales, próceres y ciudadanos/ La influencia
europea en la arquitectura”.
Propuesta 3: “La reunión social: Club Social San Juan/ Casa España/ Club Sirio Libanes/ Vivienda
Dobladez/ Los Cines”.
Propuesta 4: “Lo público, lo antiguo y lo moderno: Hospital Rawson/ Boulevard Av. Rawson / Eje
Cívico/ Ferrocarril/ Centro Cívico/ Legislatura”.
La Propuesta consta de la utilización de los bienes arquitectónicos como atractivos turísticos, no
tradicionales, dirigidos a un público activo con deseos de vivir la arquitectura de la ciudad desde
diversas temáticas.

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Los criterios que se han tenido en cuenta para tomar la decisión de diseño de un circuito de tipo
peatonal son:
• Dimensiones del área trabajada: Once cuadras de norte a sur y diecisiete cuadras de este a
oeste.
• Características del área: zona céntrica concurrida, de gran tránsito vehicular, escaso o nulo
espacio para ascenso y descenso desde movilidades de uso turístico, complejo acceso a zonas
de estacionamiento.
• Transporte público – ómnibus: carencia de una guía de empresas, líneas, paradas y recorridos
que facilite el uso de este servicio por parte del turista.
• Una práctica saludable.
Considerando lo mencionado anteriormente se observa como medio más ágil el peatonal, siendo
a su vez una forma sustentable de recorrer la ciudad, a pesar de sus desventajas, de tiempo y ac-
cesibilidad por el esfuerzo físico que implica.
Siendo una limitante también, las condiciones climáticas y estaciones del año. Ya que las óptimas
serian otoño y primavera.

El medio peatonal ha requerido se tengan en cuenta el emplazamiento de sanitarios de uso públi-


co y la presencia de establecimientos donde poder adquirir un refrigerio, como así también mere-
ce la mención de recomendaciones como la constante ingesta de líquido, la protección contra el
sol y la utilización de ropa y calzado cómodo.
El Guión es un elemento fundamental para trabaja el patrimonio, el mismo deberá contener de
manera acotada la información histórica, arquitectónica, anecdótica y declaratorias analizadas en
las fichas de cada bien. Por otro lado es importante vincular el relato a la experiencia, ya que es ello
lo que fija mejor los recuerdos a nuestra memoria.
El Desarrollo de la propuesta podría efectuar se diversos niveles:
• Como parte de la política del Ministerio de Turismo.
• Como programa correspondiente a la Municipalidad de la Capital.
• Por distribución mediante Agencias Mayoristas de Turismo Receptivo en San Juan.
• Como programa de instituciones a políticas en fomento del Patrimonio Arquitectónico de la
Ciudad.
La Marca compuesta por una huella que se relaciona con conceptos de recorrido amigable con el
ambiente, lo deportivo y ágil.
La tipografía y los colores pretenden expresar un vínculo con lo patrimonial, lo histórico, lo que
hace de San Juan una provincia particular que se puede conocer a pie. Esto implica que todo es

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cercano y puede unirse en circuitos de paseos lentos y agradables.7
La propuesta fue llevada a cabo en dos oportunidades, hacia estudiantes de arquitectura y pos-
teriormente a estudiantes de turismo. En ambos casos la repercusión fue muy favorable, pues les
permitió ser turistas en su propia ciudad y verla desde otra perspectiva, reconociendo en la arqui-
tectura, elementos identitarios propios y algunos olvidados con el tiempo.
La realidad nos plantea que gran parte de los bienes que fueron integrados en los diversos circui-
tos, no son de acceso al público, y su apreciación es principalmente exterior, sigue siendo para San
Juan un desafío el uso que se otorga a los bienes patrimoniales.
San Juan seguirá siendo una Ciudad en Movimiento, como todo espacio que progresa, crece y
cambia, pero consiguiendo el movimiento de su comunidad por el resguardo y resignifcación de
sus bienes patrimoniales, Viviendo la Ciudad.

BIBLIOGRAFIA
• FFHA, UNSJ. Aportes desde la Historia a la Revalorización del Patrimonio Cultural Sanjuanino.
2006
• VIDELA, Horacio. Retablo Sanjuanino. UCC. San Juan. 1997
• VIDELA, Horacio. Historia de San Juan. UCC. Academia del Plata. Tomo III y IV
• VARESE, Carmen Peñalosa, ARIAS, Héctor. Historia de San Juan. Spadoni. Mendoza. 1996
• EROSTARBE, María Emilia. Tesis de Licenciatura en Turismo. Registro y valoración del Patrimonio
Arquitectónico de la Ciudad de San Juan, Pre y Post Terremoto de 1944, desde una mirada
turística para su transformación en recurso. UNSJ. 2013

La Autora
María Emilia Erostarbe Suárez
Licenciada en Turismo de la Universidad Nacional de San Juan, es miembro becario del Instituto Regio-
nal de Planeamiento y Hábitat de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, donde desarrolla
desde 2013 proyectos de investigación relacionados al patrimonio principalmente cultural de la pro-
vincia de San Juan, haciendo el aporte desde el turismo. Participando en programas de capacitación a
la comunidad y en planes y programas de manejo de bienes patrimoniales. Así mismo ha participado
de Congresos y Eventos varios relacionados con la temática con exposiciones sobre sus trabajos.

7 Ma. Fernanda Videla – Diseñadora Gráfica.

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COMUNICACIONES

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B.01 AVELLANEDA, EL DESAFÍO DE LA CIUDAD DESEADA
TRANSFORMACIÓN DE LA RIBERA POST-INDUSTRIAL
Silvia Bruzzo
Adrián Lisanti
Martín Otero
María Cristina Senlle

Introducción
El presente trabajo forma parte de una investigación motivada por la preocupación de los proble-
mas que aquejan a nuestra ciudad. La convocatoria del Encuentro Vivir la Ciudad, es considerada
el espacio adecuado para la presentación de la propuesta del proyecto urbano para la ribera his-
tórica de la Ciudad de Avellaneda.
El área de estudio elegida, en Avellaneda Centro, muestra signos de desarticulación, también
expuesto en el paisaje urbano, evidenciados fundamentalmente en los barrios tradicionales y pe-
ricentrales de la ciudad. A través de un proyecto urbano se intenta integrar la ribera a la ciudad,
articulando la ciudad tradicional y la ciudad conformada por la reurbanización de asentamientos,
producto de la gestión pública.

Formulación de objetivos
• Reseñar el proceso histórico de Avellaneda y sus consecuencias como área portuaria e industrial.
• Analizar cómo el área de estudio fue desde su propio origen condicionada y subordinada a las
necesidades del aparato productivo.
• Referir las transformaciones físicas y ambientales producidas en el área, a partir de la
intervención urbana propuesta, que le confieren nueva visibilidad a su población y al paisaje.
• Presentar una estrategia de gestión urbana para el desarrollo de un área urbana histórica,
que en particular se traduce en una ruta metodológica, que contempla los instrumentos de
planificación sobre el análisis de los mecanismos de coordinación de la interacción público-
privada.

Metodología
El polígono de actuación elegido para la propuesta, es el área comprendida por: Puente Pueyrre-
dón – ribera del Riachuelo- Urbanización Villa Tranquila- Calle M. Estévez.
Se ha consultado bibliografía, documentos internacionales, periódicos, documentación jurídica,
páginas web, entrevistas, estudio de campo: navegación por el curso de agua. Consulta de mate-
rial gráfico: mapas, gráficos, diagramas, fotos, postales, videos.

Marco conceptual
El presente trabajo se encuentra dentro el marco de las Recomendaciones sobre el paisaje urbano
histórico que en su apartado I. Definición, art. 11, expresa lo siguiente:

ISBN 978-987-23112-6-1 94
“La noción de paisaje urbano histórico responde al objetivo de preservar la calidad del
medio en el que viven las personas, mejorando la utilización productiva y sostenible de
los espacios urbanos, sin perder de vista su carácter dinámico, y promoviendo la diversi-
dad social y funcional. En ella confluyen los objetivos de la conservación del patrimonio
urbano y los del desarrollo social y económico. Es un planteamiento basado en una re-
lación equilibrada y sostenible entre el medio urbano y el medio natural, entre las nece-
sidades de las generaciones presentes y venideras y la herencia del pasado. “(UNESCO:
2011)
El paisaje urbano histórico es el resultado de la estratificación e imbricación de valores culturales y
naturales a lo largo del tiempo. Para entender y gestionar el paisaje urbano histórico es necesario
tomar conciencia que el contexto histórico y la nueva urbanización pueden interactuar y reforzar
mutuamente sus cometidos y sus significados.
En lo que concierne, a los núcleos urbanos históricos, la Carta de Washington expresa:
(…) los núcleos urbanos de carácter histórico, grandes o pequeños, comprenden todo
tipo de poblaciones (ciudades, villas, pueblos, etc.) y, más concretamente, los cascos,
centros, barrios, barriadas, arrabales, u otras zonas que posean dicho carácter, con su
entorno natural o hecho por el hombre (…) los referidos núcleos son expresión de los
valores de las civilizaciones urbanas tradicionales. Actualmente se hallan amenazados
por la degradación, el deterioro y, a veces, por la destrucción provocada por una forma
de desarrollo urbano surgida de la era industrial que afecta a todas las sociedades (...)
(ICOMOS: 1987)

El proceso histórico. Sus consecuencias


El patrón de asentamiento urbano para el casco histórico con que se funda Buenos Aires, fue de-
terminado por normas muy precisas de las Leyes de Indias. Este trazado urbano se complementa
con uno rural, el que permitía a los colonos una lonja de tierra para sustentarse, que iba desde
el río hasta el camino del Fondo de la Legua, con producción agrícola con residuos biodegrada-
bles en la zona sur. También una de sus leyes establecía que todas las industrias que produjeran
contaminación debían instalarse aguas abajo de las ciudades, de modo que sus desperdicios no
contaminaran el agua que bebía la población. Para Buenos Aires, aguas abajo significaba del Ria-
chuelo hacia el sur.
Así esta repartición de tierras, es caracterizada por un norte valorizado y residencial y un sur
degradado por la industria y sus desechos de residuos animales (sangre, grasa, y cueros) y sus
posteriores procesamientos en frigoríficos y curtiembres.

Fig. 1-Plano de Manuel de Ozores 16081


1 Fuente http://www.la-floresta.com.ar/cronologia.htm

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La población de Barracas al Sud, antigua denominación del Partido de Avellaneda, tiene sus
orígenes en la desembocadura del “Riachuelo de los Navíos”. Así se llamó al curso de agua, entre
otros nombres, con su puerto natural.
Tras la 2° post-guerra se genera un proceso de metropolización e industrialización nacional, que
promueve migraciones del campo hacia la capital. Se ocupan las tierras bajas de la cuenca, sin
ningún tipo de planificación de servicios e infraestructura, con lo cual se irá constituyendo de
manera espontánea las bases de la conformación de una periferia pobre que poblará este extenso
territorio en pos del populismo y golpes de estado, que caracterizará el patrón de asentamiento
de América Latina.2
Esta población se localiza en villas de emergencia que en los años sesenta se consideraban tran-
sitorias, en los ´90, iniciado el proceso de globalización, se convierte en población estructural
socialmente excluida.
A causa del proceso histórico, por el cual durante mucho tiempo la cuenca fue un área abando-
nada y relegada por las políticas, se puede observar crecimientos urbanos desestructurados, no
planificados, áreas marginales degradadas, insatisfechas de servicios y de espacios verdes; tam-
bién contaminación, entre otros inconvenientes que afectan la calidad del espacio urbano y a la
población que allí vive y desarrolla sus actividades.3

Área de estudio: Avellaneda


Avellaneda, uno de los partidos de la cuenca y el área de estudio en cuestión, acompañó este
proceso histórico y de conformación territorial, desde la misma fundación de Buenos Aires.
Comenzó a poblarse con la inauguración del puente Gálvez y el inicio de las actividades de los
saladeros alrededor de 1817. En 1852 se crea el partido de Barracas al Sud, así se llamó en los
comienzos esta localización, que se caracterizaba por la conformación de dos grupos urbanos, el
industrial y el agrícola.
El 1865 se creó la estación de ferrocarril -Ferrocarril del sud-. Poco después el reacondicionamien-
to del camino real del sud (Av. Mitre) dio lugar al crecimiento del comercio y a la instalación de las
primeras postas y mensajerías.
Se declara ciudad en 1895 y en 1904 cambia de nombre, por medio de una ley por el nombre de
Nicolás Avellaneda en honor al Presidente. Para ese entonces casi la mitad de la población eran
extranjeros.4
En su libro Adrián Gorelik (2010: p.127) refiere que durante el proceso de federalización, la provin-
cia de Buenos Aires cedió los municipios completos de Belgrano y Flores, municipios despoblados
y no desarrollados productivamente, esas tierras eran zonas de quintas y lugar de esparcimiento
de las clases acomodadas. Pero otra hubiera sido la respuesta al haberse solicitado la anexión de
Barracas al Sud (Avellaneda), ligada indisolublemente, a la producción y el comercio de la capital,
y que formada con Barracas al Norte un único y homogéneo sector urbano. La provincia no iba
a renunciar también a su principal radicación industrial y a la salida al Riachuelo, que para aquel
entonces funcionaba todavía como principal puerto. Pero apenas superadas las rispideces produ-
cidas por la federalización, comenzaron a insistir desde la misma, para extender la capital hacia
el sur, pensando la ciudad como un artefacto productivo, una lógica que respondía al desarrollo
urbano del eje industrial metropolitano. Sin embargo el Riachuelo se mantuvo como límite juris-
diccional.

2 Bruzzo, Silvia. Lisanti, Adrián et al. 2014. “Avellaneda, su ribera como área potencial de nueva centralidad: la estrategia de intervención, el proyecto urbano
y la estructura de gestión”. ISBN 978-987-1889-40-2
3 Ibidem
4 http://www.laciudadavellaneda.blogspot.com.ar/http://www.todoavellaneda.com.ar/sections/historia.php

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Fig. 2 Plano de Buenos Aires en 18955

El funcionamiento de la estructura portuaria, en Dock Sud, incidió en forma notable el acrecen-


tamiento poblacional. A ello se sumó la radicación industrial no reglamentada por normas con-
cretas, acorde a la evolución del sistema fabril a lo largo de todo el siglo XX. De esta manera fue
creciendo sin un ordenamiento planificado, generando el complejo entramado del tejido urbano
que es hoy Avellaneda, con barrios y villas emplazadas según el orden y los intereses dispuestos
por quienes impulsaban estas actividades económicas.
Las actuales localidades que conforman el partido son: Avellaneda centro, Crucecita, Dock Sud,
Sarandí, Villa Domínico, Wilde, Gerli, Piñeyro.

Lectura crítica del territorio. El Partido de Avellaneda en la Región

Avellaneda se halla situada en la RMBA que abarca, desde el punto de vista político-administrati-
vo, a la ciudad de Buenos Aires y a un conjunto de partidos, del Conurbano Bonaerense, que cir-
cundan la ciudad a modo de anillo o corona, y que en la actualidad suman 42 partidos. Estas áreas
son el resultado de un amplio proceso de urbanización que comenzó con la misma fundación de
Buenos Aires.
5 Fuente “Atlas de la República Argentina “. 1895. En Gorelik, Adrián (2010)

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El Área Metropolitana es ante todo un conglomerado históricamente estructurado por las cone-
xiones terrestres al puerto, consolidado en el primer tercio del siglo XX, gracias a la construcción
de un complejo sistema ferroportuario con conexiones territoriales desde el Norte, el Oeste y el
sur.
El territorio de la ribera en la zona de la Ciudad de Avellaneda, muestra signos de desarticulación,
también expuesto en el paisaje urbano, evidenciados fundamentalmente en los barrios tradicio-
nales y pericentrales de la ciudad.

Análisis del sitio: Avellaneda Centro


Se han considerado las siguientes características territoriales, que han sido determinantes para
su elección ya que sus debilidades y amenazas podrán convertirse en áreas potenciales de nueva
centralidad y oportunidades:
• El Río y su ribera: Es el corredor histórico, centralidad productiva, portuaria, comercial, de
transporte, de recreación, que funcionó durante todo el proceso de consolidación del Estado
Nacional Argentino.
• Saneamiento del Riachuelo: ha generado una respuesta acorde a la nueva condición del
enclave, permitiendo integrar la ciudad en su aspecto formal con el ambiente natural, su
paisaje.
• Ubicación estratégica: Esta zona se presenta como un área de oportunidades en función de
sus atributos paisajísticos, la proximidad al centro histórico y la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
• Dinámicas conectivas Es el conector este-oeste dentro del espacio territorial, objeto de
estudio, hacia las grandes vías de circulación: Autopista Buenos Aires-La Plata, El Puente
Nicolás Avellaneda desde el este hacia el oeste del área sur del conurbano. Esta problemática 
nos permitirá afrontar el desafío, en el campo  del diseño urbano de la intención de “conectar”
las posibles “desconexiones”.
• Atractivo turístico: Es un enclave que está en evidente recuperación y trasformación formando
parte del futuro corredor turístico La Boca-Isla Maciel.
• Áreas vacantes: La localización permite la disponibilidad de terrenos vacantes y subutilizados,
de baja rentabilidad, degradados, como área de oportunidad. (de intervención pública y
privada).
• Edificios pre existentes: Presencia de edificios y estructuras con vocación tipológica y
constructiva, para nuevas actividades a desarrollar, tomadas como piezas individuales o
como parte de conjuntos en el marco del patrimonio industrial de la ciudad. Restauraciones/
Rehabilitaciones/Remodelaciones, etc.

Los desajustes socio-espaciales de la Ciudad


Durante las últimas décadas, el fenómeno de crecimiento urbano de nuestras ciudades Latinoa-
mericanas  ha concebido ciertos “desfasajes” entre el tejido urbano y el tejido social, proyectan-
do espacialidades urbanas aisladas y desconectadas en relación a áreas de centralidad. En este
contexto, la imagen de este paisaje urbano se manifiesta en la fragmentación por áreas. El tejido
urbano heterogéneo y mixturado es acompañado por espacialidades de ruptura y desconexión.
La ciudad se manifiesta entre las contradicciones de continuidad-discontinuidad, dentro-fuera,
público-privado, inclusión-exclusión y los procesos de modernización urbanos que han aportado
importantes crisis para enfatizarlas.

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“Todo proyecto que intente transformar las condiciones socio – espaciales del contexto
puede y debe entenderse como un proyecto urbano. Esto implica el manejo y pondera-
ción consciente de sus distintas escalas de influencia. Hace ya demasiados años que la
profesión viene hablando del “derecho a la ciudad”. Es hora de pasar de las consignas a
las acciones, asumiendo las categorías y productos de lo urbano en su total complejidad
y sinergia. Debemos, si es que pretendemos realmente reconstruir la capacidad política
técnica del Estado, cualificar sus acciones sumando nuevas formas al número”. Fernán-
dez Castro, 2012

El Proyecto Urbano
La dimensión urbana que se ha que contemplada en el proyecto ha considerado lo siguiente:
1. Plantear la vocación de los terrenos en el contexto de la dualidad puerto-ciudad y el entorno.
2. La definición del nuevo programa a implementar en el marco de la trasformación más amplia
de la zona y su posible capacidad de crear nuevas dinámicas e inducir el desarrollo del entorno.
3. La inserción de las cargas resultantes de los nuevos programas en el sistema de infraestructura
y equipamientos existentes justificando también alguna intervención a nivel de las infraes-
tructuras de accesibilidad, transporte y saneamiento, etc.
4. Aprovechamiento de piezas y elementos arquitectónicos de patrimonio industrial o de traza-
dos anteriores, así como la utilización de memoria de la ocupación industrial anterior.
5. El diseño urbano del nuevo conjunto y su integración en el entorno existente, la naturaleza de
los nuevos espacios públicos creados.
6. Supervisión de carencias dentro del área a intervenir y su entorno (espacio público, comercios,
equipamiento, etc. , y su incorporación en el nuevo conjunto.

Estrategias Proyectuales
• CONECTIVIDAD/ -ARTICULACIÓN /-RECUPERACIÓN Y RESCATE

• INCLUSIÓN/ -MIXTURA/ -IDENTIDAD

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Planta y Corte del conjunto

(…)Hacer ciudad hoy es en primer lugar hacer ciudad sobre la ciudad, hacer centros
sobre los centros, crear las nuevas centralidades y ejes articuladores que den la conti-
nuidad física y simbólica, estableciendo buenos compromisos entre el tejido histórico
y el nuevo, favoreciendo la mezcla social y funcional en todas las áreas(…)6Jordi Borja.
• El par vial facilitará la circulación individual y colectiva, recalificando las periferias urbanas,
generando centralidad en su entorno, soportando equipamientos y espacios públicos, con
valor cultural.
• Diseñamos espacio público como parque lineal para articular ejes de continuidad física y
simbólica entre el nuevo proyecto y la ciudad existente.
• Las operaciones con vivienda evitan la homogeneidad social, supone más equipamiento, más
integración con la ciudad y más visibilidad del lugar.
• La actuación con la ribera nos permite capacidad de sutura, en los barrios populares, en los
ejes circulatorios, por su historia, su posición estratégica, en las áreas obsoletas recuperables,
ya sean industriales, ferroviarias o portuarias.
• Se ha respetado la trama existente extendiéndola para integrar la zona degradada y la
urbanización y proveerla de accesibilidad.-Inclusión social-
• Los edificios pre existentes de la ciudad industrial se han preservado, interviniéndoles con
nuevos usos, acorde a las necesidades emergentes del área.

Esquema de masas

6 Borja, J et alter. 2000. “El espacio público, ciudad y ciudadanía”. Barcelona- disponible en internet al 28 de Julio de 2013. http://
pensarcontemporaneo.files.wordpress.com/2009/06/el-espacio-publico-ciudad-y-ciudadania-jordi-borja.pdf

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Se ha dotado de usos mixtos, espacios públicos y privados, conectividades, comerciales, adminis-
trativos, culturales, recreativos y de servicios públicos, para favorecer el intercambio y así dar lugar
a las identidades propias del lugar.

Estrategias de gestión
Partimos de la construcción de un mapa de procesos, que señala la ruta metodológica a través de
la conceptualización del proyecto con la información actual para llegar a la concreción. Durante el
desarrollo se analizaron los instrumentos necesarios de acuerdo con las características del proyec-
to, buscando una equilibrada distribución de cargas y beneficios.

Cuadro Metodológico de gestión

Etapa cero
Análisis previo de información donde se evalúan beneficios, impactos, situación de suelo (tenen-
cia y normativa) proyecto y estado del mercado inmobiliario. Definimos la situación desde el su-
puesto que todos los actores públicos creen en el proyecto y establecen iniciar la ejecución del
esquema de gestión en el nivel de anteproyecto.
• Delimitación espacial. Polígono de actuación:
Puente Pueyrredón – ribera del Riachuelo- Urbanización Villa Tranquila- Calle M. Estévez.
¿Por qué elegimos este polígono de actuación?
El fragmento de ciudad elegido para su recuperación y desarrollo una nueva centralidad de inte-

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gración, ha sido en función de:
• La existencia de predios públicos y privados, que conforman áreas devenidas vacantes por
el declive de la actividad que le dio sustento, situados dentro de un perímetro urbano, con
potencial de accesibilidad.
• Otra característica es la gran extensión de los predios que permiten albergar nuevos usos.
• Además estos predios dan un valor de suelo bajo y pueden alcanzar altos valores a partir de su
transformación física.
• La reurbanización, que promueve la integración de un conjunto de viviendas al tejido social y
urbano, en una localización privilegiada.
• La caracterización del sector del río que se encuentra relacionado directamente con el centro
urbano.

Etapa uno
1- Creación de un grupo gestor para la puesta en marcha del proyecto.
• Concertación y promoción entre todos los actores sociales, públicos y privados
• Mantener y actualizar los objetivos acordados por las partes durante el largo proceso de
ejecución de las acciones de recuperación.
Si se llega al acuerdo y se hace viable, se seguirán los siguientes pasos:
a. estudio y definición de los instrumentos de planificación y de gestión financiera territorial
y social.
b. plan financiero y económico preliminar del proyecto
c. creación del cronograma preliminar de gestión, construcción y operación del proyecto, sus
fases y escenarios posibles.
d. formulación de documentos jurídicos para la aplicación de instrumentos.
e. creación, montaje y ejecución de la estrategia de promoción del proyecto ante inversionis-
tas, la asociación de propietarios de la tierra y la vinculación de los entes territoriales.
Con el objetivo de comprometer desde el comienzo del proyecto a los actores públicos deben
vincularse por medio de un convenio interadministrativo a los efectos de asignar el aporte de re-
cursos económicos o en especie (personas en comisión, estudios, conocimiento).

Análisis del proyecto urbano


En esta etapa se analizan las consideraciones expuestas más arriba, en “El proyecto urbano”

Análisis, normativa y marco de planificación


El Plan Básico de Ordenamiento Territorial debe contemplar: conectividad, movilidad, alturas so-
bre parcelas frentistas al camino de sirga, con índices que permiten construir con densidad media
y planta baja libre. La siguiente franja hacia el sur se propone área residencial comercial adminis-
trativa con densidad media. Dada la existencia de edificios de valor patrimonial representativos de
nuestra cultura, se le ha asignado una zonificación correspondiente a área de protección histórica
–APH-.

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El área intervenida abarca un total 24.5 ha de las cuales el Parque Lineal comprende 7 ha, áreas
pavimentadas de calle 7.5 ha, Área Edificable 10 ha.
El proyecto busca replantear las normas de los predios incrementando los aprovechamientos del
suelo, regulando los usos, generando espacios públicos y estableciendo mecanismos para captar
las plusvalías.

Plano de zonificación

A fin de conformar un uso del suelo acorde a nuestras intenciones de proyecto, se han determina-
do para la localización las siguientes zonificaciones e indicadores urbanos.
U: DISTRITO DE URBANIZACIÓN DETERMINADA
Corresponde a distritos que con la finalidad de establecer conjuntos urbanos de características
diferenciales son objeto de regulación integral de uso, ocupación y subdivisión del suelo y plástica
urbana.
U.1: RESIDENCIAL ADMINISTRATIVO
Densidad media con planta libre
U.2: RESIDENCIAL COMERCIAL Y ADMINISTRATIVO
Densidad media
U.P.E: DISTRITO URBANIZACIÓN PARQUE
Áreas y parquizaciones de uso público con equipamiento y servicios comunitarios.
A.D.P: ÁREAS DE DESARROLLO PRIORITARIO
Son aquellos polígonos que se delimitan para lograr los objetivos del Art. 8.1.2, por medio de la
realización de desarrollos públicos y privados superadores de la situación actual. (Ver Código de
Planeamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Aires)
A.P.H: DISTRITO ÁREA DE PROTECCIÓN HISTÓRICA
Son áreas, espacios o conjuntos urbanos, que por sus valores históricos, arquitectónicos, singula-
res o ambientales constituyen ámbitos claramente justificables, como referentes de nuestra cul-
tura.
R: RESIDENCIALES
Son zonas destinadas a la localización de preferentemente de la vivienda, con el fin de garantizar y
preservar las buenas condiciones de habitabilidad admitiéndose usos conexos con el residencial.

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R.1 a: RESIDENCIAL EXCLUSIVO DE DENSIDAD MEDIA

R.2 a: RESIDENCIAL GENERAL DE DENSIDAD ALTA

Incluye el desarrollo de un sistema de movilidad y conectividad para articular los centros históri-
cos, obras de infraestructura y mejoramiento ambiental por el saneamiento del rio. Contemplar
mecanismos para la actuación conjunta y concertada del sector público y del sector privado. Se
invita al sector privado como inversionista y a los propietarios del suelo como aportantes.

Análisis de herramientas de gestión territorial


Se debería implementar de manera inmediata un esquema de gestión de suelo, para incentivar
a los propietarios que se vinculen voluntariamente al proyecto, declarando de interés público y
social el polígono.
La normativa permite la transformación de mecánicas urbanas. Se espera que este proyecto ge-
nere integración y modifique los flujos vehiculares generando nueva centralidad, construcción
de un hito urbano con impacto en la calidad de vida, reducción en tiempos de desplazamiento,
incremento de la oferta de servicios, espacio público, y reducción de contaminación ambiental. El
proyecto intenta incrementar aprovechamientos en el suelo, regulando usos, generando espacio
público y estableciendo mecanismos para captar inversores.

Análisis de la tenencia del suelo


El avalúo comercial de los predios y sus construcciones se realiza con el objetivo de incluir el
valor de la tierra en los costos del proyecto para determinar el aporte que harían los propietarios
suponiendo un precio por metro cuadrado con un índice de depreciación según la edad de las
construcciones en el caso de existir las mismas.

Etapa dos

Creación de la entidad gestora


En esta etapa el grupo gestor da paso a una entidad gestora, cuya misión será la de articular es-
fuerzos públicos y privados para la construcción y puesta en marcha del proyecto:
• involucrar y gestionar la participación de los distintos actores
• generar confianza
• garantizar continuidad en el tiempo
• generar unidad de caja y beneficio a todos los actores
• flexibilidad ante los problemas que surgen de la intervención de una estructura urbana
consolidada y en evolución

Instrumentos de gestión territorial


A través de la plataforma jurídica de gestión y planificación el municipio deberá adoptar este ins-
trumento como marco de las políticas y alcances generales de la intervención, con el fin de definir
la normativa de esta área (usos del suelo, aprovechamiento, ordenamiento y funcionalidad de los
componentes) y deberá presentar el plan de ejecución con las fases de desarrollo.

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Instrumentos de gestión financiera
En la evaluación financiera se establecen los costos y potenciales ingresos del proyecto, además
de los costos directos de construcción, estudios, diseños y consultoría, hay costos de gestión de
los procesos sociales, financieros, administrativos y comerciales calculados en función de los cos-
tos de la obra. Por otra parte los ingresos generados por el proyecto se calculan en base a los
metros cuadrados vendibles, precios de ventas (de acuerdo con sus usos y precios de mercado).
Con el fin de cumplir con los objetivos principales de la entidad gestora, los recursos financieros
serán administrados por medio de un fondo fiduciario. Para lograr la promoción más efectiva ante
inversionistas privados se sugiere la utilización de políticas de exención de impuestos.

Instrumentos de gestión socio ambiental


En el complejo entramado de estas intervenciones se producen consecuencias sociales y ambien-
tales que deben ser previstas para evitarlas o mitigarlas. Deben identificarse los actores beneficia-
dos y perjudicados en una matriz de riesgos e intereses. Se deberá elaborar un estudio de impacto
ambiental y realizar los planes de manejo de las intervenciones sobre el área.

Evaluación de cargas y beneficios


La intervención de estado aportará la realización social e institucional del proyecto sin asociarse
con el objeto de hacer más atractiva la participación de los actores privados con mejores rentabi-
lidades de las que podría recibir si participa el municipio.
Dentro de este contexto se hace un reparto equitativo de cargas y beneficios:
• los propietarios de las tierras obtienen rentabilidad de sus terrenos en lugar de ser expropiados
y se asocian sin hacer aportes de capital efectivo, logrando así un beneficio que de otra manera
sería imposible de obtener con las anteriores restricciones a los usos del suelo.
• los privados se incorporan a un negocio inmobiliario a gran escala con alta rentabilidad al
mismo tiempo que aportan valorización a un área degradada en la ciudad.
• el sector público genera nuevo equipamiento urbano, desarrollando la zona y mejorando la
calidad de vida de sus habitantes.

Consideraciones finales
Este ejercicio de recuperación urbana intenta ser un aporte disparador de una nueva forma de
pensar e intervenir la ciudad, en un contexto urbano histórico, teniendo en cuenta,
(…) sus valores a conservar, el carácter histórico de la población, del área urbana y to-
dos aquellos elementos materiales y espirituales que determinan su imagen (…) las di-
versas funciones adquiridas por la población o el área urbana en el curso de la historia.
(…) Cualquier amenaza a estos valores comprometería la autenticidad de la población
o área urbana histórica(...)(ICOMOS: 1987)
La conservación del patrimonio urbano es el foco de un importante sector de las políticas públicas
a nivel mundial, haciendo hincapié en la preservación de valores y el legado de la historia, y to-
mando en cuenta los procesos sociales, culturales y económicos, los que habrán de acompañarse
con la adaptación de políticas o creación de nuevos instrumentos de gestión para lograr el obje-
tivo de hacer realidad esta visión.
En la “noción de paisaje urbano histórico” confluyen los objetivos de la conservación del patrimo-

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nio urbano y los de desarrollo social y económico, relación sostenible entre el medio urbano y el
natural.
El proyecto, que aquí compartimos, incluye su particular implantación ribereña, en una zona con
gran carga histórica y fundacional de nuestro país: Se propone la puesta en valor de su medio ur-
banizado, tanto histórico como contemporáneo, su espacio público y privado, sus usos, y valores
sociales y culturales, diversidad y la identidad. Para la gestión de este proyecto urbano se intenta
disponer de las herramientas de fomento y de actuación a fin de atraer el capital privado e intere-
sar a los dueños de terrenos vacantes o no, a la conformación de una gestión mixta dónde el go-
bierno municipal asegure el bajo riesgo a inversores y privados, y captar plusvalías generadas por
sus propias acciones para invertirlas en otros sectores de la ciudad, planes de vivienda, creación
de espacios públicos infraestructura, etc.
Por último, este trabajo presenta una metodología de abordaje de gestión donde se hayan con-
templados los instrumentos de planificación, financiación, gestión de suelo y gestión social y am-
biental. Se ha pensado en función de poder generalizar esta metodología en procesos de inter-
venciones de características similares, al trabajo aquí desarrollado.
(…)Hacer ciudad hoy es en primer lugar hacer ciudad sobre la ciudad, hacer centros
sobre los centros, crear las nuevas centralidades y ejes articuladores que den la conti-
nuidad física y simbólica, estableciendo buenos compromisos entre el tejido histórico
y el nuevo, favoreciendo la mezcla social y funcional en todas las áreas(…) (Jordi Bor-
ja:2000)

Bibliografía
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pensarcontemporaneo.files.wordpress.com/2009/06/el-espacio-publico-ciudad-y-
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• BRUZZO, Silvia. LISANTI, Adrián. OTERO, Martín. SENLLE, M. Cristina. (2013). Jornadas
ICOMOS Argentina.: El patrimonio. La sustentabilidad y el desafío del desarrollo. El Riachuelo,
su paisaje cultural y ambiental .El proyecto urbano como herramienta de articulación territorial.
Córdoba. ISBN 978-987-1494-49-1
• BRUZZO, Silvia. Adrián LISANTI, et al. (2014). 1°Congreso “articulación Público-Privado”
UNTREF. Caseros. ISBN 978-987-1889-40-2
• CUENYA, Beatriz. (2009). “Grandes Proyectos Urbanos Latinoamericanos”. Aportes para su
contextualización desde la perspectiva del gobierno local”. ISNN 1666-6186 Vol. 8 pp. 229-252-
Disponible en internet 20 de mayo 2014. http://arq.unne.edu.ar/publicaciones/cuaderno_
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• CUENYA, Beatriz. 2012. Grandes Proyectos Urbanos: Miradas críticas sobre la experiencia
Argentina y Brasileña. – 1ra ed. –Buenos Aires. Café de las Ciudades.
• GORELIK: Adrián.2010. La grilla y el parque: espacio público y cultura urbana en Buenos Aires,
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• ROJAS, Eduardo. Eduardo Rodríguez Villaescusa y Emiel Wegelin (Col). 2004. Volver al centro:
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de Desarrollo Sostenible. Wassington. ISBN: 1931003718. Disponible en internet www.iadb.
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Páginas web
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• http://www.laciudadavellaneda.blogspot.com.ar/http://www.todoavellaneda.com.ar/
sections/historia.php

Documentos
• Carta de Washington ICOMOS 1987
• Recomendación sobre paisaje urbano histórico. UNESCO 2011

Los Autores
Silvia Bruzzo
Arquitecta. 1984. Univ. Nac. de La Plata. Profesional independiente. Docente e investigadora en Univ.
Católica de La Plata desde 2006 a la fecha.

Adrián Lisanti
Arquitecto. 2006. Univ. Argentina John F. Kennedy. Profesional e investigador independiente .

Martín Otero
Arquitecto. 1990. Univ. Nac. de Buenos Aires. Profesional e investigador independiente .

María Cristina Senlle


M. Cristina. Arquitecta. 1989. Univ. Nac. de Buenos Aires. Profesional e investigadora independiente.

ISBN 978-987-23112-6-1 107


B.02 LA BAJADA VIEJA. POSADAS MISIONES
Mary Edith González

La Bajada Vieja, espacio urbano, donde la historia se hace, se vive y se rememora la memoria viva
de la ciudad a través de sus manifestaciones artísticas, histórico-culturales y naturales. Es una es-
tructura básica urbana con base geográfica, topografía accidentada, bajante pronunciada vivien-
das precarias de madera, depósitos, edificios ladrilleros y revocados, templo, negocios, salón de
fiestas; en bueno, regular y mal estado.
La traza en damero no condice con la morfología del terreno e interrumpe el desarrollo de la calle,
la que toma y retoma su rumbo en un corto trecho.
Parcelamiento disímil, hay terrenos de menos de 8 mts., otros del doble, casi todos guardan rela-
ción en los fondos, pero no tienen gran profundidad.
La trama de llenos y vacíos no es uniforme la altura de las casas varía teniendo que ver con si son
de madera o material, algunas están sobre línea municipal, otras con retiro, con o sin jardín al fren-
te, otras avanzan sobre la vereda. No se mantiene la línea de edificación ni la de calzada.
El equipamiento urbano es el corriente, no hay señalizaciones fuera de los nombres de las calles
en las esquinas o colocados en la chapa indicativa del número de las casas; no se nota contami-
nación sonora; la higiene urbana requeriría mayor atención y dedicación de los vecinos pues se
nota mucha basura fuera de los lugares reservados para depositarla. La presencia de la vegetación
es muy fuerte, se diría que es la protagonista en todo el desarrollo de la calle y si se necesitara un
elemento de unión ella sería la indicada, acompañada de la uniformidad en el piso.
Se requieren acciones de rescate y puesta en funcionamiento para el conocimiento histórico de
la comunidad y determinar el carácter de la zona, su identidad y la relación con el río actual y
posible.

Evolución del Sitio

En el año 1614, el Padre Roque González de Santa Cruz llegó al lugar conocido con la denomi-
nación de Itapúa, de cuya costa emergía una piedra que según la tradición señala el punto de
desembarco.

ISBN 978-987-23112-6-1 108


En 1615, el 25 de Marzo el nombrado religioso dejó fundado el pueblo o reducción de ¨ Anuncia-
ción de Itapúa “sobre la barranca del río Paraná, con indios guaraníes de la región. “ levantó una
gran cruz en medio del terreno y comenzó la construcción de la iglesia y de las casas de los indios”.
Este pueblo no prosperó y años después fue trasladado a la margen derecha del río, refundiéndo-
se con Encarnación de Itapúa. La Reducción de Itapúa fue el primer antecedente de asentamiento
que se realizó en el sitio geográfico que hoy ocupa la ciudad de Posadas. Es justamente a esta
reducción que instaló Roque González de Santa Cruz y sólo luego de más de una década el P. Bo-
roa trasladó el asentamiento a la margen derecha del río, hoy Encarnación, a la que debemos los
posadeños ser hoy un crucial punto de convergencias de vías de comunicación con activo tráfico
de producción y contingentes humanos. (Misiones es Historia. Julio Cantero).
Los Sitios declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad de Posadas e inscriptos en el Registro del Pa-
trimonio Cultural por Ordenanza Nº 46 de 1997 son: casa de Felipe Chemes, bar “El Mensú”(1923),
escuela “Mundo Niño (1997) “Colegio San Patricio” (1997), Puerto de Posadas. En 2011 es declara-
do Sitio Histórico por Ordenanza Municipal 2917.
Desde la última parte del siglo XIX y durante la primera mitad del XX fue una activa calle por don-
de transitaban los mensúes, que eran ¨conchavados¨ para trabajar en los obrajes madereros del
alto Paraná, más tarde con el auge de los yerbales al descubrirse la forma de beneficiar yerba mate,
los mensúes conchavados caminaban por la Bajada Vieja rumbo a los barcos que los llevarían al
viaje sin retorno hacia los establecimientos yerbateros, situados en plena selva. La Bajada Vieja,
una tortuosa calle de 300 m. de largo cambia claramente de rumbo tres veces, Añosos y valiosos
ejemplares representantes de la flora misionera permanecen en este lugar convirtiéndolo en un
reducto de historia natural.
El predominio de la Bajada Vieja va a perdurar hasta mediados del siglo actual, mientras duró el
comercio yerbatero del alto Paraná.
Existían muchas construcciones precarias de madera, respondiendo a una tecnología propia de la
zona, que albergaban las funciones de vivienda y que en su gran mayoría fueron creadas por los
inmigrantes centroeuropeos que poblaron la región. A ambos lados de la calle se instalaban las ¨
bailantas ¨ lugar donde el mensú pasaba sus últimas horas antes de emprender su viaje al infierno
verde.

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POSADAS EVOLUCION URBANA (1900 – 1999)
Municipalidad de Posadas, Sistema de Información
Geográfico (SIG) 2001

Concurso de Ideas Municipalidad de Posadas - Colegio de Arquitectos

Bajada entre Arrechea y Reguera entre Reguera y Lezcano entre Lezcano y Pérez

ISBN 978-987-23112-6-1 110


Bajada al Puerto.
Archivo Municipalidad de Posadas

La Bajada en sus comienzos

1917

Canilla de servicio Década del 30, Sub-Prefectura en el centro (Carlos Manuel Freaza)

Prefectura. Al fondo, hacia la izquierda, parte del edificio de la Usina y, detrás de ella, asoma su alta chimenea. (Tony Ham)

Objetivos del Trabajo


• Caracterizar al sector, considerando su estructura física, su dinámica, su historia su evolución.
• Evaluar como el habitante -como individuo y como grupo- ha dejado su impronta en las
diferentes épocas en el medio físico y cultural. y cómo ese medio a su vez ha influido en los
comportamientos individuales y colectivos.

ISBN 978-987-23112-6-1 111


• Descubrir como el habitante ha reaccionado tratando de modificar esta relación a su voluntad.
• Respetar la Ordenanza recientemente sancionada

Origen de la forma arquitectónica


A ambos lados de la calle la edificación estaba compuesta por viviendas de madera donde se ins-
talaban las ¨ bailantas ¨, lugar donde el mensú pasaba sus últimas horas en compañía de mujeres
algunas de las cuales se distinguían por su belleza y arrogancia. Las pocas casas de material que
comenzaron a edificarse en la primera década de este siglo, son edificios ladrilleros, con o sin
revoque.

Criterios de evaluación
Las viviendas nuevas y las de material muestran signos de prosperidad, mientras que las funda-
cionales de madera y chapa, aparecen comprimidas, como despidiéndose del lugar porque com-
prenden que tarde o temprano están destinadas a desaparecer.
No hay conformación de ambiente humano, el carácter de barrio se ha perdido, no hay nexo entre
los habitantes de una y otra época.
El valor estético se ha perdido, no se conforma un entorno que dialogue; el socio- cultural ha des-
aparecido; predomina el valor económico.
El valor identificatorio, documental, histórico o antropo - geográfico tampoco existe.
No existe contaminación visual, no se nota contaminación sonora; la higiene urbana requeriría
mayor atención y dedicación de los vecinos se nota mucha basura fuera de los lugares reservados
para depositarla.
Esta tortuosa calle cambia claramente de rumbo tres veces, tanto al andar como al desandar por
el contrario manifiesta un goce total para los sentidos, brindando el perfume de la naturaleza en
que hojas, frutos y flores que cambian con los accidentes del tiempo o con las estaciones, nutren
al espíritu de todo lo que ella significa para los habitantes de Posadas. Lo que se completa con el
aroma de las comidas que invaden el lugar y se han desarrollado con él.

Legado de los Escritores

ISBN 978-987-23112-6-1 112


Sirvió de inspiración a escritores, como Juan Areu Crespo que la inmortalizó en su libro ¨ Bajada
Vieja , hace más de veinte años, donde en el capítulo II describe los primeros años de esta enig-
mática arteria
“Transpuso el umbral y se perdió en la calle en dirección al puerto.....seguía bajando en
dirección al río. De las casas de tablas pintadas surgían notas cascadas de viejos discos
de fonógrafo.... apareció a su vista el río al fin de la calle.”
“Sobre su margen descubierta un trecho por la bajante, sobresalía la gran piedra de
punta que emergía del suelo arenoso como un capricho geológico. Desmontó la cuesta,
frente al viejo hotelucho de latas..... todavía existía la antigua instalación de tablas y
varios barcos estaban arrimados, esperando su descarga. En contraste con esta arma-
zón carcomida, la ancha faja de cemento del muelle nuevo, extendía su tersura, como
un inmenso pez acerado sobre las aguas barrosas.”
Como Balbino Brañas con “Ayer, Mi Tierra en el Recuerdo” describe el movimiento del puerto y la
Bajada. Barcos, hechos y hombres para la Historia. El Tembey, El Edelira, el Dolores, el Anita y el Beli
(Compañía Barthe) el Iberá (Juan B. Mola y Cía) el España y el Salto (Nuñez y Gibaja) el Villafran-
ca(Julio T. Allica) los viejos capitanes Luis Nicolai, Francisco Flores, Andrés Almirón, Juan Cáceres y
Roque Chacón transportaban pasajeros y carga de todo tipo, especialmente la yerba y la madera
y a los “mensués” que se trasladaban a los obrajes del Alto Paraná.

Movimiento del Puerto

Vapores España e Iberá El Guayrá, y su Capitán

Flotilla de la Compañía Barthe. El Formosa, el Humaitá y el Dolores

De la Bajada

ISBN 978-987-23112-6-1 113


El Mensú
Eran reclutados en algún puerto fluvial (generalmente la Trinchera de San José – hoy Posadas-) uti-
lizando un mecanismo de “enganche” basado en el adelanto de dinero o productos, que luego el
peón estaba obligado a devolver con su trabajo. Los mensúes debían instalarse en el  monte para
extraer yerba mate según técnicas primitivas.
Poesías y cuentos hacen mención de su alimentación principal, el reviro, alimento energético in-
dispensable para soportar la exigente jornada laboral. También se menciona a la chipa, Asimismo,
cuando vuelven a la ciudad, beben  caña  para liberarse de las penas y sinsabores vividos, y sin
saber bien cómo, en ese estado de ebriedad, vuelven a firmar un contrato por el que se compro-
meten con una nueva partida. A continuación se transcribe un fragmento del cuento “Los Mensú”
de Horacio Quiroga, en donde se describe en qué consistía la alimentación de este personaje
tan misionero. 
“Recomenzó, automáticamente, sus días de obraje: silenciosos mates al levantarse, de
noche aún, que se sucedían sin desprender la mano de la pava; la exploración en des-
cubierta madera; el  desayuno a las ocho -harina, charque * y grasa–; el  hacha luego
a busto descubierto, cuyo sudor arrastraba tábanos, barigüís y mosquitos; después el
almuerzo —esta vez porotos y maíz flotando en la inevitable grasa— para concluir de
noche, tras nueva lucha con las piezas de 8 por 30, con el yopará del mediodía.” “Se co-
locaba el caldero con pedazos de charque o charqui (carne seca, después de haber sido
cortada en lonjas y colgada al sol, en el Río de la Plata se salaba) unas cebollas saltadas
en aceite o grasa de vaca según fuera el poder adquisitivo de los comensales y unos cho-
clos. Un hecho novedoso de aquellos años fue el crecimiento que experimentó la actual
Posadas, que constituyó el asiento principal de población durante todo el período y la
llave de ingreso al Alto Paraná, desde donde se organizaron las partidas de los mensués
hacia el monte.“

ISBN 978-987-23112-6-1 114


Los Mensú. Horacio Quiroga
…Cayetano Malsana y Esteban Podeley, peones de obraje, volvían a Posadas en el Sí-
lex con quince compañeros. Podeley, labrador de madera, tornaba a los nueve meses,
la contrata concluida y con pasaje gratis por lo tanto. Cayé -mensualero- llegaba en
iguales condiciones, más al año y medio, tiempo que había necesitado para cancelar su
cuenta.
Flacos, despeinados, en calzoncillos, la camisa abierta en largos tajos, descalzos como
la mayoría, sucios como todos ellos, los dos mensú devoraban con los ojos la capital del
bosque, Jerusalén y Gólgota de sus vidas. ¡Nueve meses allá arriba! ¡Al año y medio!
De cien peones, sólo dos llegan a Posadas con haber. Para esa gloria de una semana a
que los arrastra el río aguas abajo, cuentan con el anticipo de una contrata. Como inter-
mediario y coadyuvante espera en la playa un grupo de muchachas alegres de carácter
y de profesión, ante las cuales los sedientos lanza su ¡ahijú! De urgentes locuras…

Legado de los Pintores


Mandobé, que pintó magistralmente las orillas del río, la laguna, los muchachitos costeros, las
incansables lavanderas, las villenas.

El pintor Sygmund Kowalski, nacido en Polonia. Llegó a Posadas en el año 1949, es el referente
principal de la tierra colorada. Viviendas Bajada Vieja- Laguna San José. Costa del Paraná. Villa
Blosset.

ISBN 978-987-23112-6-1 115


Legado de los músicos
Vicente Cidade y Ramón Ayala, autores de la música y los versos de “El Mensú” y que también
inmortalizaron a la Bajada en ¨ Posadeña Linda ¨, en las siguientes estrofas: “Y me fui por la Bajada
Vieja, donde un día conocí el amor, y vagué por sus calles de tierra, con el alma llena de ilusión,
pero sólo me esperaba el río acariciándome el corazón... Río, río, mío, mío, dame sueños... que
quiero vivir.... La barranca de los pescadores, la canoa y el camalotal, y una historia que mi pecho
guarda, mi Posadas llena de azahar, todo, todo vuelve con tu imagen y la tierra comienza a can-
tar... “

Legado del cine


En la bajada se filmó la película “Prisioneros de la tierra” (Publicación de Diario El Territorio) En la
casa con balcón se filmó la escena de la “Bailanta” en 1939 (Carlos Manuel Freaza)

“Prisioneros de la tierra” El capanga (Francisco Petrone) apunta con un arma al mensú (Ángel Ma-
gaña). Una película en blanco y negro argentina 1939 de Mario Soffici. El guion trata de la explota-
ción de los trabajadores de la yerba mate en Misiones y fue escrito por Ulyses Petit de Murat y Da-
río Quiroga, sobre varios cuentos de Horacio Quiroga. Estrenada el 17 de agosto de 1939. Varias
encuestas entre especialistas lo han ubicado como el mejor film de la historia del cine argentino

ISBN 978-987-23112-6-1 116


Entre alrededor de los seis y ocho minutos hay escenas de la Bajada Vieja, también aparece el va-
por “España”, que en la película se llama “Bermejo”, historia de mensúes y capangas.
Las Aguas bajan turbias con Hugo del Carril es una película argentina, basada en la novela “El río
oscuro” de Alfredo Varela (quien también colaboró en el guion). Realizada entre 1951 y 1952, es
una obra representativa del estilo de cine político-social de su autor e intérprete principal, Hugo
del Carril, y está considerada entre las obras más destacadas del cine argentino. Fue estrenada el
9 de octubre de 1952 y se la ha exhibido también como El infierno verde. Algunas escenas fueron
rodadas en la Bajada Vieja.

Legado de los habitantes


Doña Pomposa Junis de Valdéz vive en el barrio desde 1962, es la dueña del almacén Virgen de
Itapé. En 1958 instaló junto a su esposo, el negocio que funciona hasta ahora con la misma mo-
dalidad de origen, contado y libreta. Doña Pomposa de 79 años era maestra normal, trabajaba
en el Colegio Roque González de Encarnación (Paraguay) en la época de Perón se había cerrado
el Puerto, su esposo era contador despachante marítimo y su trabajo se resintió, les ofrecieron el
negocio que era del Sr. Chemes quien estaba muy enfermo y se trasladaron a Posadas.

La estructura de los edificios, era más o menos similar, unos tenían sus paredes revocadas por
fuera, y otros no. Los ladrillos estaban asentados en barro en su mayoría - eran pocos los que cons-
truían con cemento y cal-, y además tenían cielorrasos de madera o bien el techo de chapa queda-
ba á la vista. Para pesar la mercadería, solían utilizarse balanzas de dos platos: en una se colocaba
una pesa (o varias), con la medida establecía, y en la otra, el producto reclamado por el cliente.
Algunos poseían caja registradora. Otros, solamente un cajón donde se guardaba el dinero y con
el cual se realizaban las operaciones “de contado” del día. Al mediodía o al cierre, se efectuaba el
“recuento de la plata”, que se entregaba en la oficina administrativa o “escritorio”, como se usaba
llamarla. En los comercios en donde solamente trabajaba el dueño y su mujer o sus hijos, las ano-
taciones iban a un cuaderno común, o se anotaba en papeles sueltos.
Las estanterías -que eran de madera-, estaban abarrotadas de distintos productos. Las cuentas se
arreglaban -en el caso de los clientes rurales, a fin de año, o después de las cosechas...; La honesti-
dad y la palabra eran más garantía que en estos momentos un documento o un contrato....
Otra vecina del barrio Verónica Yakus desea producir colectivamente a favor del barrio, muestras
de artistas y pintores, rescatar la historia desde el arte y ofrecérsela al turista. Destaca al fotógrafo
Miguel Ángel Cabral, cuya casa está ocupada por su hija, que tenía el sueño de convertirla en una

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galería de fotos.

Diario El Territorio 27-10-2005

Circuito peatonal

Arrechea Fábrica de Cigarros CIBA, hoy galería comercial


Otra construcción situada en la esquina de Arrechea y Bajada fue creada como alojamiento para

los mensúes, luego ocupada por la escuela conocida como “Leguía” por su Directora, más tarde
por la UNAM para alojamiento de talleres, luego sede del Colegio “Mundo Niño”. Hoy aloja a una
escuela primaria.

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Capilla Fátima, construida por la Comisión de la Vivienda en 1960, en madera se cambió la torre
y la cenefa.
Proyecto del Arquitecto Pomar y Dirección de Arq. González, de madera con muretes y pisos de
piedra mora.
Bajada Vieja a la derecha, edificio fundacional perteneciente a una antigua familia de Posadas
(Familia Chemes lote 185.Sur)
En frente una de las pocas viviendas que se conserva, de madera, con techo de zinc, que mues-
tra la forma de unión de las tablas cubiertas con tapajuntas.

Antiguo edificio ladrillero que alojó un molino de Yerba Mate, y a la familia de los dueños del
mismo. “Vieja Casona ¨ Sección 1. Manzana 185. Subdivisión de la Chacra 161. lote 5, Propietario
José Tabbia, inscripto en el registro de la Propiedad Tomo 105. folio165. finca 2635. Partida Inmo-
biliaria Nº 024437. Agrimensor Mariano Díaz 1971. Construido en 1923 por el Sr. Mutinelli, creado
para albergar comercios en planta baja y vivienda en planta alta. Su fachada de esquina presenta
grandes aberturas en el sector comercial y las ventanas del piso superior abren a amplios balcones
con abajados parapetos de hierro forjado. El remate de pretil, se hace más liviano con la presencia
de balaustres franceses que atesoran casi 100 años de la historia que vieron desfilar ante su pre-
sencia.

Hacia la derecha, el almacén de Doña Pomposa, despensa “Vírgen de Itapé” con alero cubriendo la
vereda sostenido por columnas de madera a imitación de los antiguos, que servían de palenque
para atar los caballos. A continuación otra casa fundacional de madera con techo de zinc. En casi
toda esta cuadra se conservan casas fundacionales construidas a partir de la década del 10, con

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muy pocos cambios.
Hacia la izquierda una muy antigua vivienda de madera que marca el nivel de la Bajada antes de
ser pavimentada pues ha quedado muy por debajo de la calle.

En la esquina de F. Lezcano y Bajada se sitúa un edificio ladrillero que perteneció a una antigua
familia que se trasladó desde el Paraguay y se afincó en la Bajada, la familia Arias luego ocupada
por el Colegio “San Patricio” que desarrolló una importante labor comunitaria en el vecindario

Bajada y Lezcano lote 180 Sur. Al costado vivienda familia Arias Al fondo vivienda Arias

La calle dobla hacia la izquierda en un ángulo muy próximo a los 90 o. A la izquierda sigue predo-
minando la añosa vegetación, a la derecha se presentan árboles más jóvenes.
La calle se ensancha, la vegetación disminuye, muchos árboles antiguos que terminaron su vida
útil han sido reemplazados por nuevas especies. Las rodean muchas construcciones precarias de
madera, respondiendo a una tecnología propia de la zona, que albergaban las funciones de vi-
vienda y que en su gran mayoría fueron creadas por los colonos inmigrantes centroeuropeos que
poblaron la región.. (Revista D.A.N.A. Resistencia Chaco)
Ya cerca del final, el verde vuelve a unirse entrelazando sus ramas como para iniciar la despedida
de la calle que se perderá en el río.

Antiguo edificio ladrillero que fuera el Hotel Victoria, regenteado por una familia sirio-libanesa,
hoy casi en ruinas. A continuación última casa y costa del río. Hacia la izquierda aparece la ¨ piedra
pico ¨ con placa recordatoria, que dice “Lugar Histórico”.

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El Arq. Bongiovanni le compró esta casa a mi madre, es la casa de mis abuelos que vivie-
ron toda su vida en ella, mi abuelo era Marciano Morel, él la construyo y el arquitecto
dejó tal cual la fachada, modificando la parte interna. Y si mal no recuerdo solo le agre-
gó una parte del piso de arriba. (Margarita Herrera)
En la segunda cuadra, a la derecha, Mz 180, el monumento al Mensú, aquel peón de selva y obraje
cuya figura legendaria aún vaga por los alrededores, reflejado en los sufridos hombres que siguen
ofrendando sus vidas, en la eterna lucha contra el río. Obra de un destacado artista posadeño,
vigila atento el paso del tiempo y la transformación de la calle.

A continuación edificio moderno, restaurant y bar donde se realizan toda clase de eventos socia-
les.
Se completa este sitio con el lugar donde estuviera el astillero ¨ Tabbia” , el Cerro Pelón, la Vieja
Usina y el Puerto con los galpones, desde donde partía el hidroavión y las lanchas al Paraguay.
(Revista D.A.N.A. Resistencia Chaco)

Cerro Pelón y Usina

Propuestas
Primera Jornada del Grupo de Trabajo Regional, “Lectura de sitios patrimoniales 1996”, organizada
y publicada por ICOMOS Argentina, ampliadas por alumnos de escuelas secundarias y habitantes
del barrio.
1. Realzar y recuperar la ¨ piedra pico ¨
2. Mantener y conservar la memoria oral. Realizar convenios con los artistas y estudiantes de
literatura.
3. Mantener el valor histórico de la Bajada Vieja, visitar el sitio con los estudiantes de los distintos

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niveles para que puedan acercarse a la historia cotidiana..
4. Rescatar el almacén de Doña Pomposa para recrear la época de apogeo.
5. Instalar un Centro de información al Turista con carteles informativos y elementos de apoyo
para la interpretación del Sitio (fotografías, videos, cortometrajes, expo de cuadros, maquetas
y fotos de los barcos que recorrían la ruta y anclaban en el puerto de la Bajada. comidas típicas
(reviro y yopará etc.) Pasantías de Guías de Turismo. Convenio con Turismo Municipal y Provin-
cial, en la galería que ocupa la antigüa CIBA.
6. Convenio de la Asociación de Vecinos con la Municipalidad para reparar el mal estado de las
veredas y el cuidado de la calle paseo.
7. Circuito peatonal, con un piso uniforme en toda la Bajada lo que junto con la cubierta vegetal
unirá a todas las construcciones existentes en el lugar.
8. Galería de fotos en la Casa del Fotógrafo Cabral. Con venta de copias de las fotos que reflejan
un histórico pasado.
9. Colocar placas de cerámica en las viviendas originales relatando su historia.
10. Recrear los pasajes, como el del mensú, para que artistas misioneros se instalen mostrando sus
trabajos.
11. Bares, galerías de arte y ateliers, instalados en la antigüa vivienda de la familia Arias. Ferias
artesanales, espacios remodelados y casas pintadas.
12. Formar un elenco teatral con niños y jóvenes, con los elementos del “AYER Mi tierra en el re-
cuerdo” de Balbino Brañas y los escritos de Horacio Quiroga.
13. Colocar parlantes que en días de fiesta hagan sentir en el ambiente la música compuesta por
sus artistas.

Bibliografía
• Apuntes de la cocina criolla. El Cronista 5.4
• Mayo Artículo Medio Día
• Garavaglia J.C., Franklin, Raúl. Vida Cotidiana. Hombres y Mujeres de la Colonia
• Moreno Carlos. Españoles y Criollos. Largas Historias de Amores y Desamores. Yendo. Viniendo
y Poblando 1. Vaquerías. Era del trigo. Buenos Aires 1996. pp. 174 y 160
• Alcides Ferreira. Posadas
• Patrimonio Cotidiano: la comida. Museo Andrés Guacurarí. Posadas
• Las comidas de mi tierra, Avío de los Recuerdos. Néstor Alisio/ Andrés Salas.
• La Casa y sus cosas. 3. Moreno Carlos. La cocina. Bs. As. 1994. pg.205
• Mariana Müller. Tallerista. Museo Andrés Guacurarí. Posadas.
• www. Fiesta+Reviro+Concurso
• Diario el Territorio. 17-10-2005

ISBN 978-987-23112-6-1 122


La Autora
Mary Edith González
Arquitecta. Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba. Realizó el
Post Grado en Conservación de Monumentos Urbanos y Rurales en la UBA; el Máster en Gestión Cul-
tural en el INAP. Bs. As, Máster en Conservación del Patrimonio en el CICOP. Gestión en Museos de la
OEA. Fue Secretaria de Finanzas del ICOMOS y del CICOP, Miembro de Número de la Junta de Estudios
Históricos de Misiones. Es Miembro Vitalicio del Colegio de Arquitectos de Misiones. .

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B.03 CIUDAD SOCIAL
CIUDADANÍA Y VIVENCIALIDAD
María Dolores Gómez Macedo
Ivana Utrera

Introducción

“Me unía a la ciudad no una razón de azar


sino un destino de amantes en el tiempo.
La ciudad era aquello que yo había forjado,
inútil evadirme de mi propia experiencia,
inútil pretender un ámbito más alto,
la ciudad era el eco de todos mis silencios,
la ciudad era el soplo material de mis actos”.
Osvaldo Rossler
La ciudad es nuestro universo artificial, el ambiente cotidiano donde acontece nuestra vida. Por
ello, la necesidad de construir una visión conjunta y de cimentar el ideal de ciudad que queremos,
que imaginamos, que deseamos como escenario de nuestros días, es un proceso inexorable que
debemos estar dispuestos a poner en marcha. No se trata de una transformación simple ni a corto
plazo, pero es urgente tomar las riendas del asunto y comenzar a reconstruirla.
Desde el comienzo de los tiempos, el hombre se caracterizó por su capacidad para manipular lo
que el mundo natural le fue proveyendo, para transformarlo según sus exigencias. El ambiente
artificial se produjo, desde entonces a la actualidad, en función de estas intervenciones periódicas
e ininterrumpidas que, no sólo fue consecuencia de la satisfacción de requerimientos esenciales
como alimento y cobijo, sino también de una multiplicidad de aspiraciones y anhelos. Por lo tanto
vale la pena considerar que la constante búsqueda de operar sobre el medio apunta, simultánea-
mente, a la obtención de respuestas en dos planos: el físico y el espiritual. Ambos hacen factible
la continuidad de la existencia del hombre en la Tierra. En referencia a esto Zambrano, en su texto
“La ciudad en la historia”, expresa lo siguiente:
“… una ciudad es un recipiente de experiencias sociales, una ciudad es un continente
lleno de memoria social, la ciudad es como una piel que va registrando las diferentes
formas como se presentan los acontecimientos históricos. Y esa piel queda consignada
en el mapa. El mapa es un documento donde los habitantes de la ciudad han escrito y
uno puede caminar sobre este documento; esa es una de las maravillas de la ciudad,
pues uno transita por el documento. Y en él se puede leer lo que cada sociedad piensa
de sí misma y los diferentes proyectos sociales quedan recogidos en el mapa…”(2000,
p.135-136)

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La cuestión se evidencia aún más si se hace foco sobre la sumatoria de estas actuaciones indivi-
duales, por parte de cada uno de los actores sociales que constituyen una gigantesca malla de
interrelaciones entre sujetos y espacio; y hace que este último se vea transformado, alterado, dina-
mizado por este virtual “organismo” que lo hace propio, lo envuelve, lo manipula y moldea, según
las circunstancias y necesidades. Así la sociedad en su espacio-tiempo, construye y reconstruye el
territorio como expresión y reflejo de su visión del mundo y su accionar en el mismo.
En palabras de Michel Maffesolli:
“… el territorio, es una buena metáfora, para entender que el grano, para poder cose-
char, tiene necesidad de su envoltura; el cuerpo, para existir, tiene necesidad de la piel,
y el cuerpo social tiene necesidad de la piel social. El territorio en realidad es la piel so-
cial…” ( 2004, p.30)
La idea es la de un gran organismo (la sociedad), constituido por millones de células (los indivi-
duos) que accionan (habitan, trabajan, se relacionan) incesantemente sobre este ámbito físico-es-
pacial (la naturaleza) a través de diversas expresiones (arquitectura y ciudad), que van compo-
niendo una enorme construcción, un gran artificio, su propio universo construido (el territorio). Tal
como lo define el sociólogo francés, el territorio se constituye en una especie de dermis, gestada a
partir del fenómeno de fusión entre la sociedad y el ámbito físico-espacial-temporal.
Pero para reconstruir nuestro vínculo actual con la ciudad, debemos explorar cuales son aquellos
valores que como sociedad poseemos y como pretendemos transferirlos y proyectarnos en nues-
tro universo construido. La problemática radica en que la sociedad ha dejado de sentirse parte
de la ciudad, su propietaria y su artífice. La ciudad ha pasado a no tener dueño, carece de respon-
sables, sus habitantes no están comprometidos, manca de sentido de pertenencia y eso se lee y
respira en cada rincón de la urbe.
Sabemos que la experiencia social es incesante renovación de conceptos, normas y valores. Y to-
dos ellos tienen diferentes implicancias, que se resumen en el ser humano, el cual, en su contexto,
valora las acciones de los otros, valora a las personas y valora a los objetos que lo rodean y simul-
táneamente, son otros seres humanos los que valoran sus acciones y su persona. Es decir, no hay
por parte del ser humano una actitud indiferente o pasiva frente a la realidad.
En su artículo “El valor del patrimonio”, la Lic. Nelly Decarolis, afirma:
“En cada ser humano palpita la necesidad de transmitir a sus descendientes la cultu-
ra heredada: modos de vida, historias, costumbres, convicciones, tradiciones, mitos y
creencias, huellas… Lo material y lo inmaterial; la totalidad de un patrimonio tangible
e intangible.” (2002, p.1)
El patrimonio como expresión de una cultura, queda definido como la necesaria conjunción de lo
material (valores tangibles) y la derivación imprevisible de sus significados y de sus conexiones
simbólicas. (valores intangibles).
Valores tangibles
Son aquellos valores que constituyen el legado material de la historia, ya sea a través de objetos
muebles o inmuebles, trazas, ruinas, etc. que hacen de verdaderos mensajeros de una cultura, y
sirven de nexo o vínculo del pasado con el presente.
Valores intangibles
Son aquellos valores que se transmiten a través de la tradición oral, de los usos y costumbres, de
mitos y leyendas, etc. Donde los valores de carácter espiritual, simbólico o sagrado pueden expre-
sarse, y son también fuentes de conocimiento del patrimonio construido.

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El patrimonio posee dichos valores en su conjunto, valores que como dijimos anteriormente, no
son estáticos sino que se modifican a lo largo del tiempo.
Cuando no existe un trabajo mancomunado, un objetivo compartido, convenciones sociales
aceptadas, sino que por el contrario prevalecen las metas individuales y los egoísmos, es probable
que este territorio solo evoque el sentido de pertenencia para unos pocos, mientras que el resto
de los actores sociales no se verá identificado. En este caso la imagen urbana que se proyecta es
un fenómeno distorsionado y fragmentado de lo que la sociedad en su conjunto desea; lo que
ocasiona que sólo se lean partes dislocadas de un todo y que la mayoría no se vea reflejada ni
valide este producto cultural.
Es indudable que todos y cada uno de los actores sociales, como componentes de la misma deben
ser partícipes de esta construcción, siendo el Estado quien debe funcionar como gestor, como
árbitro de las acciones que germinan en la ciudad, a través de sus políticas y programas activados
a tal fin. Pero los objetivos y las metas que se persiguen para la misma, deben engendrarse desde
la comunidad toda; deben surgir de abajo hacia arriba y no en sentido inverso. De este modo será
posible que los ciudadanos se sientan reflejados y aprehendan su ciudad, porque ésta habrá sido
fruto de su labor y constatación de sus valores colectivos.

Espacio Público/Derecho a la Ciudad


Otra circunstancia que salta a la vista por la gravedad de su estado, es el frágil y a veces inexistente
vinculo del habitante con el espacio público. Y es éste -indudablemente- otro aspecto fundamen-
tal a recomponer.
Debido a la inseguridad, los ciudadanos han dejado paulatinamente de vivir el espacio urbano
para hacer una vida puertas adentro y por tanto también han dejado de interactuar. La vida coti-
diana, en las grandes ciudades argentinas y latinoamericanas -por causas iguales o similares- su-
fren este mismo fenómeno donde la arquitectura doméstica se torna más introvertida y cobran
importancia los equipamientos para ocio y entretenimiento como los centros comerciales que se
convierten en grandes contenedores que acogen a los habitantes que se sienten resguardados y
seguros, en detrimento de los espacios públicos que son cada vez menos apropiados por la pobla-
ción, a causa de las razones antes mencionadas.
Al respecto Brancalenti, sostiene que:
“Esta falta de cohesión grupal implica la desintegración del hombre como ser social, y
ha determinado, a su vez, gran parte de los conflictos que potencian la problemática
urbana (…) el emplazamiento prioritario (…) de la memoria colectiva es, atendiendo a
la naturaleza social del hombre, el espacio público, el espacio de todos…” (2002, p.53)
La crisis del espacio urbano no es nueva y se hace cada vez más evidente en las ciudades de países
de América Latina que son víctimas de grandes problemas sociales, políticos y económicos. Don-
de por una parte el foco está puesto en resolver las necesidades básicas de la población y por otra
parte, la falta de seguridad –como fuera ya citado- ha provocado la introspección de la vida en las
grandes urbes. La gravedad del caso se acrecienta cuanto más se encierra la población sobre sí
misma y deja de frecuentar los espacios públicos. Los mismos se convierten en lugares anodinos,
atrayendo la delincuencia, los malos hábitos, la falta de higiene, el abandono y la inseguridad,
siendo muy difícil revertir estos fenómenos de degrado y segregación social.
Alentar el uso del espacio urbano, a partir de iniciativas como ofrecer espectáculos en predios y
plazas públicas, así como fomentar las actividades deportivas al aire libre, promoviendo el uso de
los espacios verdes para entrenamiento en los diferentes pulmones verdes de la ciudad, incentiva
la ocupación de estos lugares y la interacción entre la ciudadanía, apuntalando el uso comunitario

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del espacio urbano que es la razón primera de su existencia.
Así también, es fundamental que se trabaje sobre la inclusión y la aceptación de la diversidad,
trabajando desde la educación y la información para evitar la discriminación y la violencia que
encuentran su germen en el desconocimiento y la ignorancia.
Deben ser objetivos a alcanzar, además, la devolución paulatina del sentido de pertenencia por
parte de los habitantes con respecto al espacio público y la ampliación sus mapas emocionales
para reconstruir la dimensión vivencial de la ciudad.
Por otra parte, otro fenómeno irrefutable está dado por la avasallante globalización y el frenético
desarrollo de las comunicaciones, y el consecuente cambio en el modo de acercarnos a la infor-
mación y al conocimiento. Este cambio de paradigma, hace aún más enérgica la obligación de
seguir reconstruyendo lazos y conectando personas y espacios de manera física ya que son estos
los lugares tangibles de encuentro de diversidades, de libre expresión y de intercambio de ideas
que enriquecen al individuo dentro de la sociedad. Y es menester impedir que esta reciprocidad
se siga diluyendo.
Es decir que es necesario lograr un equilibrio entre lo real y lo virtual. No debemos cancelar la po-
sibilidad de vivenciar espacios de manera concreta, de interactuar físicamente, de socializar cara
a cara.
También necesitamos volver a sensibilizarnos y conectarnos una vez más con la naturaleza por-
que hemos roto el vínculo con la misma dejando de sentirnos parte de ella. Desafortunadamente,
se ha quebrado el enlace con el entorno natural y hemos perdido la conciencia de que somos los
artífices de nuestro territorio.
Como habitantes de la urbe, a veces nos sentimos ajenos al medio natural; será quizás porque
de manera consciente o inconsciente se hace una disociación con el mismo, y sólo la imagen del
verde frente a nuestros ojos, inundándolo todo, nos remite a la naturaleza. Pero se debe recordar
que la escenografía actual de edificios esbeltos y largas autopistas se apoya y sustenta sobre un
soporte “natural”, un escenario que la acoge y que se ve arremetido constantemente por el mal-
trato que se le propina.
Ante esta situación Castro Ramírez reflexiona:
“Y, justamente, una de las obras culturales más complejas, la ciudad, en especial la me-
trópoli, es la que ejerce una cuota mayor de violencia contra su propio medio natural.
Lo anterior se deriva, parcialmente, de una condición de destierro de la naturaleza con
respecto a nuestra vida urbana cotidiana, reforzándose así la indiferencia que le dispen-
samos”.(2001, p.15)
No es casual que este fenómeno esté extendiéndose cada vez más en los tiempos actuales, en los
que el progreso, por el progreso mismo y la carrera desenfrenada hacia esta meta, libra de cual-
quier culpa al hombre y lo aleja de una manera casi irracional de su compromiso con la naturaleza,
como si ambos fueran intérpretes de dos realidades diferentes.
En la afirmación que el hombre no podría habitar si no existiese un ambiente natural, un espacio
que le permita desarrollar esa acción, debemos subrayar que es a partir de esta acción de habitar
que el medio natural que lo recibe y cobija se ve modificado, alterado; mutando de su estado ori-
ginal a uno artificial en tanto es transformado, y se va materializando según sus requerimientos,
siendo la naturaleza un elemento condicionante y a la vez posibilitante en esta constante instan-
cia creativa.
En efecto, el hombre se convierte en el artífice de su mundo; es quien lo esculpe buscando saciar
tanto sus necesidades básicas de alimento y abrigo, como sus aspiraciones, que nutren su espíritu

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creativo. Pero si no recuperamos la conciencia de que el territorio no es más que nuestra piel so-
cial, un organismo vivo que deja leer nuestras acciones en y con la naturaleza en el espacio-tiem-
po, será muy difícil obtener buenos resultados y revertir la realidad actual.
Como ya se ha dicho, revitalizar y re-significar el espacio urbano es la piedra fundamental para que
los habitantes de la ciudad vuelvan a vivenciarla y hacerla suya.

Cultura/Factor determinante/Derecho adquirido


La ciudad es uno de los principales productos culturales del hombre y por tanto la cultura es en
absoluto un factor categórico de ésta y de la sociedad que la construye día tras día.
Es imposible pensar la cultura disociada de su artífice: el hombre. Este conjunto de conocimientos,
creencias y normas, sumados a los productos materiales de una sociedad, son en absoluto, indi-
sociables de la misma. Es inverosímil desvincularla del hombre porque la cultura es todo aquello
producido por el mismo -material o inmaterial- y por tanto posee su impronta, su memoria y su
identidad; siendo un testimonio invaluable que nos permite entrever todas las características de
un grupo social en un determinado espacio-tiempo.
El problema radica en la errónea consideración de la cultura como un hecho que pertenece a un
pequeño grupo o élite vinculada directamente con la misma. Sin embargo, todos los individuos
pertenecientes a una sociedad, construimos cultura a diario, en un proceso dinámico de continua
transformación.
El conflicto medular, es que vemos a la cultura como un concepto abstracto y muchas veces inco-
nexo de nuestra vida cotidiana, cuando por el contrario es un factor diferencial de cambio porque
nos pertenece a todos y todos somos capaces de construirla y reconstruirnos a partir de ella.
Por otra parte, es necesario tener presente que las necesidades humanas no sólo se refieren a lo
fisiológico, sino que hay una serie de requisitos que se vinculan a la seguridad, la afiliación, el re-
conocimiento o la estima y la autorrealización. Es decir que sacian demandas que tienen que ver
también con lo sociológico y lo espiritual. Por tanto, la cultura es sin dudas un factor diferencial
que una vez entendido como tal, se convierte en un medio invaluable para generar cambios en el
seno de la sociedad.
La cultura debe funcionar como catalizador de oportunidades, debe servir para equiparar la actual
inequidad social, debe ayudarnos a reproponernos como sociedad, a reescribir nuestra historia, a
dejar aflorar lo mejor de nosotros mismos y a pensar en comunidad.
Además, asumir la cultura como derecho significa reivindicarlo como un hecho indisociable de la
sociedad y legitimarlo como un derecho adquirido.
Todo derecho, comporta también obligaciones. En este caso, significa no permanecer inertes, sino
convertirnos en actores activos. Por tanto, debemos asumirnos como constructores de nuestra
propia realidad. Tener derecho a la cultura no debe implicar simplemente el acceso gratuito como
mero espectador a un espectáculo público -que para algunos sectores- de otro modo seria eco-
nómicamente prohibitivo. Debe equivaler también a ser un participe activo, dentro del infinito
abanico de posibilidades que esta engloba.

Cultura/Latinoamérica
En nuestro contexto latinoamericano, existe la necesidad imperiosa de reinsertar a todos los indi-
viduos en este “círculo de cultura” que en realidad nos pertenece a todos, no importa el lugar que
ocupemos dentro de la sociedad. Es una condición imprescindible que mediante la información y
la educación se arroje luz sobre este concepto. La cultura debe recuperar su rol sustancial y con-

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vertirse en un derecho inalienable de cada individuo.
Cuando dejemos de verla como un “hobby” que sólo algunos pueden permitirse, y la hagamos
nuestra porque es simplemente parte de nosotros mismos, estaremos preparados para afrontar
un cambio radical de paradigma que nos hará cambiar también como sociedad.
A nivel latinoamericano, la cultura es rica, vasta, ilimitada. Seguramente coincidimos en muchas
características pero sin embargo la riqueza radica en nuestras singularidades, que incluso se dan
dentro de los límites de cada país. Explorar y explotar -en sentido positivo- toda esa gama de op-
ciones, con el tinte de cada región, con la impronta de cada pueblo, con la abundancia de cada
territorio, nos abrirá las puertas a una ignorada infinidad de posibilidades. No debemos ver a la
cultura como algo referido al ocio o al entretenimiento, debemos verlo como una oportunidad de
generar trabajo, de capitalizar esfuerzos, energía, talento y creatividad.
También es importante recalcar que en nuestro contexto latinoamericano como en muchas par-
tes del mundo, la cultura desde el Estado es muchas veces utilizada -como moneda de cambio,
como pago de favores; es mal utilizada y de este modo, sólo corrompe voluntades y segrega.
Como ciudadanos debemos entender que quienes nos representan no son los dueños de los bie-
nes del Estado, son simplemente quienes deben velar por los intereses de todos, es decir por el
bien común. Los recursos públicos no son de los funcionarios de turno, son los recursos de todos
los ciudadanos.
Es necesario que hagamos un mea culpa y recordemos que quienes nos representan son parte de
la misma sociedad a la que pertenecemos, con sus virtudes y defectos. Entonces, desde el recono-
cimiento de nuestras propias fortalezas y debilidades seremos capaces de dar pasos firmes hacia
un mejor modelo de sociedad.
En síntesis, aquello que en algún momento puede parecernos una realidad irreversible - en cam-
bio- será siempre plausible de ser modificada.

Participación ciudadana
Cuando se habla de intervenir en la ciudad, se sabe que muchos son los actores que la construyen
y la gestan a diario. Con lo cual se debería tener en claro que estos intérpretes en su conjunto de-
berían ser partícipes, de acuerdo a sus posibilidades y obligaciones como partes de la sociedad,
en la toma de decisiones sobre la misma, haciendo valer su rol dentro de la comunidad. Ya que así
como pretendemos se hagan valer nuestros derechos, tenemos en la misma escala el deber de
hacernos cargo de las transformaciones que generamos en nuestro hábitat, ya sean positivas o en
detrimento del mismo. Saldarriaga Roa nos explica que:
“La ciudad como proyecto colectivo puede entenderse como una mentalidad o una cul-
tura compartida entre quienes ordenan el territorio, quienes construyen y quienes habi-
tan…”(2000, p.164)
Bajo ningún concepto, es una tarea menor, conciliar a todos los actores sociales intervinientes
para construir una visión conjunta de ciudad. Además de lograr el acoplamiento de las numerosas
acciones –hoy desarticuladas- en el intento que las mismas trasciendan los cambios de gobierno
y bandera política y se integren desde las diferentes esferas gubernamentales: nacional, provincial
y municipal con un objetivo común.
Quizás la causa fundamental de este fenómeno de desarticulación sea el reflejo de nuestro propio
modo de concebirnos como sociedad. El problema radica en que no hemos logrado aún construir
un sentido de comunidad –y esto excede nuestra escala de ciudad- sino que históricamente he-
mos sido –y somos- una mera suma de individualidades.

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Seguramente nuestra meta debería ser: sentirnos un todo y no una suma de partes. Será entonces
cuando la concepción de una visión de ciudad integral e integrada, no sea una empresa inalcan-
zable porque habremos elaborado internamente que, el rol de cada ciudadano es esencial para la
construcción de la sociedad y de su universo construido: la ciudad.
Y el primer paso para ello, es involucrar al ciudadano de a pie. Es necesario –como ya hemos
afirmado- volver a hacer responsable de su ciudad, a cada uno de sus habitantes. Y esa respon-
sabilidad traerá aparejado además de obligaciones, derechos que serán merecidos y apreciados
porque este actor social estará comprometido con su realidad y la de sus pares.

Patrimonio y Ciudad
El patrimonio cultural es aquel conjunto de bienes materiales e inmateriales que la sociedad ha
elevado por sobre el resto de su producción cultural a partir de la actitud de la valoración. Así, algo
con características particulares se destaca por sobre el resto del universo artificial construido por
el hombre.
Como se sabe, cuando hablamos de patrimonio cultural, estamos abarcando tanto patrimonio
tangible cuanto intangible. Es decir que al primer grupo estarían circunscriptos los bienes arqui-
tectónico-urbanos y a la segunda categoría se corresponderían las costumbres, expresiones y co-
nocimientos enraizados en sus habitantes que tienen que ver con su idiosincrasia y constituyen su
identidad como grupo humano. Una vez más citando a Saldarriaga Roa:
“… La memoria construida (…) permanece (…) a pesar de los intentos por menguarla
y es tan fuerte que aún ya desaparecida reverdece y aflora cuando menos se espera. Esa
es parte de la fuerza invencible de la ciudad.(2000, p.164)
Es interesante rescatar esta metáfora de la memoria que reverdece, que aflora nuevamente, por-
que aunque a simple vista se considere a veces mancillada, ensombrecida, negada, siempre es
factible de ser “recuperada” para volver a formar parte de la comunidad, para reforzar su identidad.
Incluso cuando los testimonios materiales ya no existan. Aun así, la fuerza de la memoria, puede
ser recuperada e implicada nuevamente en el imaginario colectivo de una comunidad. Y es a tra-
vés del patrimonio cultural que es posible rescatada.
Por otra parte el patrimonio puede constituirse en un factor de desarrollo económico, además
de servir para cohesionar a los propios habitantes del lugar con respecto a su herencia y acervo
cultural. Y es en este punto donde se hace notar que, gestionar el patrimonio, despojándolo de la
sociedad que es su principal protagonista, dista de ser una acción correcta, siendo simplemente
una manipulación del mismo que lo vacía de contenido.
En síntesis, la sostenibilidad en el tiempo y la sustentabilidad de las acciones que involucran el
patrimonio dentro de las ciudades, se basa en el desafío de lograr el equilibrio entre sacrificar el
patrimonio para dar respuesta a las necesidades de la sociedad contemporánea y proteger exce-
sivamente este conjunto de bienes culturales llevándolos al límite de la musealización. Para ello
debemos tener presente que el patrimonio es parte de la ciudad y la misma es esencialmente un
organismo vivo en permanente cambio y que su riqueza y singularidad está dada por sus habitan-
tes, quienes somos sus verdaderos artífices.

Reflexiones
Debemos considerar que esencialmente la condición de crisis entendida como coyuntura de cam-
bios nos posiciona en una situación ideal para explotar la generación de ideas. Paradójicamente,
cuando nos sentimos demasiado cómodos con nuestra realidad, tendemos a resistir las transfor-
maciones, ya que nos alejan de nuestra zona de confort. El pensamiento divergente, en cambio,

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nos permite reinventarnos para adaptarnos al cambio.
Parece una empresa ardua la de lograr hacer coincidir tantos factores y tantas voluntades, pero
volviendo a los párrafos introductorios, el dilema pasa de algún modo por el hecho de lograr sen-
tirnos parte de un todo y de entender que somos nosotros en la interacción con nuestro medio
ambiente, quienes construimos nuestro universo artificial que es nuestra ciudad.
Entonces, qué mejor que la cultura para sensibilizarnos y oficiar de medio para acercarnos, para
recuperar el vínculo, para redibujar los lazos. Qué mejor que nuestro patrimonio material e inma-
terial para ayudarnos a fortalecer nuestra identidad, a partir de la recuperación de nuestra memo-
ria colectiva.
Los potenciales buenos resultados de nuestras acciones están dados por una concienzuda go-
bernanza que nos direccione y que se sustente en la cultura y que aliente la participación de la
comunidad en pos de aumentar las oportunidades para el conjunto de los habitantes y mejore su
calidad de vida; sin descuidar el vínculo con nuestro soporte y sostén que es la naturaleza.
En la mayoría de los casos, sólo nos atrevemos a ponernos manos a la obra, cuando la situación es
extrema, cuando el caos es incontrolable, cuando nos vemos personalmente amenazados con el
entorno que nos rodea. Es ahí, cuando decidimos ser partícipes activos y no dejar pasar la realidad
frente a nuestras narices con reticencia, indiferencia o aun peor considerando que es imposible
generar algún cambio.
Éste es un desafío a largo plazo, una transformación paulatina y debemos ser capaces de dar el
primer paso. La participación ciudadana es la clave porque el capital somos nosotros mismos.

Bibliografía
• BRANCALENTI, Laura, El rol de las centralidades y los límites urbanos en la definición de territorios
dentro de la ciudad”, Gonzales Romero, Daniel y otros (editores), “Ciudad y Urbanismo: Ideas y
Procesos”, Guadalajara, Centro de Investigaciones del Medio Ambiente y Ordenación Territorial,
Editorial Pandora, 2002.
• CASTRO RAMÍREZ, Ma. Eugenia y otros, Habitabilidad, medio ambiente y ciudad, “Clima,
Ecología y planeación Urbana”, Ciudades 51, julio-septiembre de 2001, RNIU, Puebla, México.
• DECAROLIS, Nelly, “El valor del patrimonio: entre lo tangible y lo intangible”, La Plata, 2002.
• MAFFESOLI, Michel, La espacialización del tiempo, “Balance y perspectivas del análisis territorial”,
Ciudades 61, enero-marzo de 2004, RNIU, Puebla, México.
• SALDARRIAGA ROA, Alberto, “Imagen y memoria en la construcción cultural de la ciudad”, Torres
Tovar Carlos Alberto y otros (compiladores), “La Ciudad: Hábitat de diversidad y complejidad”,
Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, Edición Torres Tovar, 2000.
• ZAMBRANO, Fabio, La ciudad en la historia, “La ciudad: Hábitat de diversidad y complejidad”,
Torres Tovar y otros (compiladores), Universidad Nacional de Colombia, Edición Torres Tovar,
Bogotá, 2000.

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Las Autoras
María Dolores Gómez Macedo
Arquitecta, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. Ma-
gister en Conservación del Patrimonio Arquitectónico. Escuela de Graduados, Facultad de Arquitectu-
ra, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. Miembro de CICOP - Argentina.

Ivana Utrera
Arquitecta, Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba .
Magister en Conservación del Patrimonio Arquitectónico. Escuela de Graduados, Facultad de Arquitec-
tura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.

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B.04 EL TANGO TAMBIÉN ES COSA DE CHICOS
María Alejandra Muñoz

Descripción
Este proyecto propone introducir a los niños en el conocimiento del tango, a través de una serie
de actividades novedosas y vivenciales y de talleres de música, danza destinadas a incentivar
su curiosidad y el gusto por nuestra música ciudadana, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Hu-
manidad.

Fundamentación
La influencia de la música foránea y la a veces escasa difusión del tango en los medios masivos de
comunicación a los que los niños suelen acceder, hacen que el mismo sea un estilo musical casi
desconocido para ellos y en algunas ocasiones, también para algunos padres, con la consecuente
poca valoración de este patrimonio fundamental de Argentina.
Por otro lado, no es un estilo musical que se enseñe con frecuencia en la escuela primaria y los
niños sólo lo reconocen por bailarlo en algún acto o cuando se nombra a Gardel, tal vez el único
cantante de tango que algunos de ellos escucharon nombrar alguna vez.
El tango- representativo de la cultura rioplatense - es un género musical que fue declarado Patri-
monio Cultural Inmaterial de la Humanidad y como tal, está incluido entre las tradiciones que se
consideran como algo valioso de salvaguardar para la humanidad. Este reconocimiento interna-
cional se contrapone al hecho de que justamente en el país que dio origen a esta forma musical,
no siempre es apreciado por los niños y jóvenes, por ello este proyecto atiende a la necesidad de
comenzar a conocerlo y valorarlo desde la infancia, que es la etapa donde se asientan y afirman
los valores fundamentales para la vida adulta.

Marco Teórico
“La cultura es todo lo que hacemos, también lo que soñamos o lo que nos es dicho en
alguna parte de nuestras almas.[…]
Que algo sea patrimonio supone una relación social y política donde un objeto o evento
es incluido en una categoría dada, a la que se asocia una determinada forma de política
de estudio.”
(Wright P. Temas de Patrimonio 7. Cap. 1)
Según Mónica Mercuri (Temas de Patrimonio 7. “El Patrimonio Cultural: Reflexiones epistemológi-
cas”)[…]
“Si el Patrimonio cultural es definitivamente valorado como una creación colectiva, ser-
virá a los procesos de identificación y en consecuencia estimulará el sentido de perte-
nencia.”
La Unesco define el patrimonio oral e inmaterial como “el conjunto de creaciones basadas en la
tradición de una comunidad cultural expresada por un grupo o por individuos y que reconocida-
mente responden a las expectativas de una comunidad en la medida en que reflejan su identidad

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cultural y social.”  Lengua, literatura, música y danza, juegos y deportes, tradiciones culinarias, los
rituales y mitologías, conocimientos y usos relacionados con el universo, los conocimientos técni-
cos relacionados con la artesanía y los espacios culturales se encuentran entre las muchas formas
de patrimonio inmaterial.
El patrimonio inmaterial es visto como un depósito de la diversidad cultural, y la expresión creati-
va, así como una fuerza motriz para las culturas vivas. Como se puede ser vulnerable a las fuerzas
de la globalización, la transformación social y la intolerancia, La Unesco alienta a las comunidades
para identificar, documentar, proteger, promover y revitalizar ese patrimonio.
Según la Convención de 2003 para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial -también
llamado patrimonio viviente-, es la raíz de nuestra diversidad cultural y su mantenimiento es una
garantía para la continuación de la creatividad.
Se define de esta manera: Patrimonio cultural inmaterial significa las prácticas, representaciones,
expresiones, conocimientos y habilidades - así como los instrumentos, los objetos y artefactos,
los espacios culturales asociados con los mismos que las comunidades, los grupos y en algunos
casos los individuos reconocen como parte de su legado cultural. Este patrimonio cultural inma-
terial, transmitido de generación a generación, es constantemente recreado por comunidades y
grupos en respuesta a su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, y les proporciona
un sentido de identidad y continuidad, promoviendo de este modo el respeto por la diversidad
cultural y la creatividad humana. Para los fines de esta Convención, la consideración se concederá
únicamente al patrimonio cultural inmaterial en tanto sea compatible con los vigentes instrumen-
tos humanos de derecho, así como con los requerimientos de mutuo respeto entre comunidades,
grupos e individuos, y a un desarrollo sostenible.”1
En la cuarta reunión celebrada en 2009 en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), el Comité Intergu-
bernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial inscribió 76 nuevos elemen-
tos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La Lista Representativa, establecida por el Artículo 16 de la Convención, tiene por objeto garanti-
zar una mayor notoriedad del patrimonio cultural inmaterial y sensibilizar a su importancia, pro-
moviendo al mismo tiempo un diálogo que contribuya al respeto de la diversidad cultural.
El Tango es uno de esos 76 elementos incorporados en la lista.
La tradición argentina y uruguaya del tango, hoy conocida en el mundo entero, nació en la cuenca
del Río de la Plata, entre las clases populares de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. En
esta región, donde se mezclan los emigrantes europeos, los descendientes de esclavos africanos y
los nativos (criollos), se produjo una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó
en una identidad cultural específica. Entre las expresiones más características de esa identidad
figuran la música, la danza y la poesía del tango que son, a la vez, una encarnación y un vector de
la diversidad y del diálogo cultural. Practicado en las milongas –salas de baile típicas– de Buenos
Aires y Montevideo, el tango ha difundido el espíritu de su comunidad por el mundo entero, adap-
tándose a nuevos entornos y al paso del tiempo. Esa comunidad comprende hoy músicos, baila-
rines profesionales y aficionados, coreógrafos, compositores, letristas y profesores que enseñan
este arte y hacen descubrir los tesoros vivos nacionales que encarnan la cultura del tango. El tango
también está presente en las celebraciones del patrimonio nacional, tanto en Argentina como en
Uruguay, lo cual muestra el vasto alcance de esta música popular urbana.
El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial inscribió El
tango en la Lista representativa del patrimonio cultural de la humanidad, habida cuenta de que la
candidatura cumplió con todos los criterios requeridos, a saber:

1 http://es.wikipedia.org/wiki/Patrimonio_cultural_inmaterial_de_la_Humanidad

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• Definición del patrimonio cultural inmaterial:
El tango es un género musical que agrupa danza, música, poesía y canto, y se considera una
de las principales manifestaciones de la identidad de los habitantes de la región del Río de la
Plata.
• Contribución a la notoriedad del patrimonio cultural inmaterial:
La inscripción del elemento en la Lista Representativa podrá contribuir a la notoriedad del
patrimonio cultural inmaterial y a un conocimiento más profundo del tango como expresión
cultural regional resultante de la fusión de varias culturas.
• Medidas de salvaguardia
Los dos Estados que propusieron la inscripción han presentado un conjunto de medidas
comunes y propias de salvaguardia del elemento, en virtud de las cuales las comunidades
y las autoridades se comprometen a crear centros especializados de formación y
documentación, así como una orquesta, museos y fondos de conservación.
• Participación de la comunidad Inventario:
La elaboración de la propuesta de inscripción del elemento se ha beneficiado de una
participación continua de las comunidades uruguayas y argentinas por intermedio de
reuniones, seminarios, coloquios y talleres, y representantes de esas comunidades han
firmado documentos para significar su consentimiento libre, previo y con conocimiento de
causa.
Este elemento se ha incluido en los inventarios del patrimonio cultural inmaterial que se hallan en
curso de elaboración en Uruguay y Argentina.2

El tango: Un fenómeno identitario. Del nacimiento híbrido a la adultez autóctona.


De: Lic. Paula Mesa
El por qué de la necesidad de su enseñanza
“…El tango es una expresión cultural autóctona, original y vasta que atravesó los últi-
mos 125 años de historia argentina, es una parte ineludible de nuestro acervo cultural
que genera un patrimonio intangible en su vestimenta, en su idioma (el lunfardo), en el
contacto íntimo de su danza y en su piedra fundamental: su música..”
“…El tango es parte de nuestra identidad, y como tal, debemos comenzar a proteger-
lo, preservarlo y trasmitirlo. Esos valores deben ser inculcados desde niños a todos los
ciudadanos. Ignorar esto, dejar de lado su transferencia, es olvidar ex profeso parte de
nuestra historia, es intentar construir una cultura propia sobre las bases de las culturas
foráneas.
La enseñanza del tango en las escuelas es un fenómeno transversal. Abarca áreas de
estudio tales como la expresión corporal, la música, la literatura y la historia…”
Extraído de: http://www.quieroaltango.com/2010/09/tango-la-escuela-transversal-e.html

Marco Institucional
Escuelas de nivel primario de la Ciudad de Buenos Aires:

2 http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/06859-ES.pdf

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Propósitos y Objetivos
Propósitos
• Conocer, mediante la música y el baile, el origen y evolución del género musical que está
profundamente ligado a la identidad ciudadana.
• Difundir el tango como música popular entre los niños y adolescentes.
• Reconocer la importancia del tango como patrimonio cultural de la humanidad.
• Incentivar la escucha y el gusto por este género musical.
• Ofrecer a los alumnos un repertorio para la interpretación y la audición, que les permita ampliar
su experiencia y conocimiento musical.
• Trabajar con los niños a través de la música y la expresión corporal o la danza, distintos valores
como el respeto y el cuidado del otro.
• Lograr disminuir la violencia escolar por medio del trabajo corporal con la danza.
Objetivos
Lograr que los niños:
• Conozcan y aprecien al tango como un estilo de música y danza que puede satisfacer
necesidades de esparcimiento para cualquier edad.
• Disfruten de la práctica de este género musical y sean portadores para su difusión.
• Incorporen por medio del trabajo corporal a través de la danza, el tema del respeto por su
propio cuerpo y el respeto y cuidado del por el otro.
Metas
Incorporar la práctica del tango como música y como danza en el ámbito de las escuelas primarias
dependientes del GCBA, como forma de preservación del patrimonio distintivo de la ciudad.
Actividades
Aquí se proponen una serie de actividades modelo que se podrían llevar a cabo durante el ciclo
escolar, las mismas son a modo de modelo, cada docente en su escuela aplicará las que sea con-
venientes y agregará otras de acuerdo a las características de la escuela, alumnado, posibilidades
económicas,etc.
Se realizarán actividades en distintas áreas a lo largo del año, a fin de lograr captar la atención de
los niños e ir introduciéndolos en el conocimiento y posterior aprecio por nuestra música.
• Indagar qué conocen los niños sobre el tango.
• Introducir en el tema a partir de la presentación de una película. Por ejemplo: los primeros
minutos de la película “Los muchacho de antes no usaban gomina” de 1937. Se hará
una reflexión sobre la misma, realizando una comparación de la sociedad de esa época
con la actual, costumbres, vocabulario, vestimenta, peinados y la música y el baile.
Ver en: https://www.youtube.com/watch?v=_DYbRPYg0_k
• Escuchar y disfrutar de los videos de algunos tangos del CD “El tango es puro cuento” de
Gullermo Fernández:
Confusión, http://www.youtube.com/watch?v=9jJih8QJeGg
La milonga de los nombres http://www.youtube.com/watch?v=IRaMgVA6ns0 ; ET http://

ISBN 978-987-23112-6-1 136


www.youtube.com/watch?v=pcJpBH-eYWk
La triste historia de Rosa Brown http://www.youtube.com/watch?v=fiTFMR11Msw
Luego se los invitará a bailarlo como les salga, a expresar con el cuerpo lo que la música les
provoque.
Practicas del Lenguaje
• Buscar películas, poesías referidas al tango y relacionadas con los barrios.
• Actividad “Conociendo el tango a través de Homero Manzi”:
Biografía
Análisis de sus letras, por ejemplo Barrio de tango, Sur, Malena, Milonga triste.
Salida didáctica: a la esquina de Homero Manzi, donde se tratará de hacer una entrevista al
dueño del lugar.
Se tratará de contactar con algún bandoneonista para que se acerque a la escuela a que
toque canciones del autor.
• Actividad grupal:
Cada grupo, analizará la letra de un tango distinto en los que aparezcan palabras del
lunfardo, que tendrán que buscar en el diccionario de lunfardo para familiarizarse con estos
términos.
Temas: La Cumparsita, Mi noche triste, Bandoneón arrabalero, Matasano, Ivette.
Escucharán los temas.
http://www.todotango.com/musica/obras/all/i/0/0/
• Musicalizar las letras que estuvieron analizando, en el ritmo que ellos elijan y luego se los
cantarán a sus compañeros.
• Trabajar con las palabras del lunfardo que aparecieron en las letras de las canciones, las mismas
estarán en cartones que los niños irán sacando y tendrán que decir su significado y pegarlas
en el pizarrón. Tratarán de escribir un sinónimo actual de esa palabra con el nuevo vocabulario
que utilizan los jóvenes, si no existe ninguna, la podrán inventar, crearán un “nuevo lunfardo”.
(Prácticas del lenguaje)
• Escribirán una poesía con las palabras del nuevo lunfardo.
• Musicalizarán la poesía que escribieron con ritmo de un tango a elección.
Salidas didácticas
Visita guiada al Museo Carlos Gardel y circuito turístico del Abasto.
Además de conocer esa zona del barrio, la casa e historia de Carlos Gardel se les hará notar el
fileteado porteño y se les contará acerca de su historia.
• Recorrido por el barrio de Barracas de distintos lugares asociados con el tango:
Señor Tango, visita guiada del lugar, Av. Vieytes y Av. Osvaldo Cruz
La sede del Club Social de Santa Lucía (Montes de Oca 1517)
Bar Notable “El progreso” Av. Montes de Oca 1702, TE 4301-0671
Bar Notable “La Flor de Barracas,” Suárez 2095
Bar Notable “Los laureles” Iriarte y Goncálvez Díaz
“Paseo Agustín Bardi”, bajo los viaductos del ferrocarril Roca en la Estación Hipólito Yrigoyen.
“Pasaje Magdalena”, cuenta con un piso embaldosado, y es uno de los pasajes más angostos
de la ciudad de Buenos Aires, con tan solo un metro de ancho por diez de largo.
Ciencias Sociales
• Investigar acerca de la historia del tango, sus personalidades destacadas.

ISBN 978-987-23112-6-1 137


• Buscar información acerca de personalidades relacionadas con el tango que habitaron por
ejemplo, los barrios de Almagro y Barracas (Por ejemplo: Carlos Gardel, Eduardo Arolas, el tigre
del bandoneón, famosos payadores como Cesar Cantón y Félix Hidalgo Villoldo entre otros).
• Investigar acerca de la vida de Carlos Gardel.
• Investigar acerca de la vida de los inmigrantes de la época, estilos de vida, sociedad,
discriminación que sufrían y comparar con la actualidad.
Plástica
• Incursionarán en la técnica del fileteado porteño.
Música
• Incursionarán en el tango y la milonga.
Otras actividades
• Se invitará a los profesores de tango para niños de la Fundación de Tango Argentino para que
se acerquen a la escuela a darle a los niños un taller de tango.
• Se organizará junto con los profesores de música una “milonga” en la que podrán participar
los padres / abuelos de los niños donde los alumnos cantarán los tangos aprendidos, podrán
mostrar lo que produjeron en las distintas actividades y luego se los invitará a bailar tango con
sus hijos/nietos.

Destinatarios
Alumnos de las escuelas de nivel primario de la Ciudad de Buenos Aires.

Recursos Humanos
En este proyecto participarán:
Docentes a cargo del grado/s que llevarán a cabo el proyecto: quienes coordinarán el proyecto.
Los profesores de Música y Plástica.
Invitados especiales: quién toque el bandoneón, los profesores de la Fundación de Tango Argen-
tino.

Recursos Materiales
Para llevar a cabo este proyecto necesitaremos Notebooks de los maestros y las Netbook de los
niños, parlantes, pantalla digital, equipo de audio, fotocopias con las letras de los tangos, cámaras
de fotografía/video, uso del salón de música.
Para las salidas didácticas: transporte y guías.

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La Autora
María Alejandra Muñoz
Profesora para la Enseñanza Primaria, recibida en el Instituto Inmaculada Concepción de la Ciudad de
Buenos Aires (año: 2001). Especialista en Investigación Educativa (Profesorado Joaquín V. González).
Actualmente está terminando de cursar el postítulo Patrimonio Natural y Cultural de la Ciudad de Bue-
nos Aires (CEPA). Actualmente se desempeña como maestra de grado en la Escuela 7 del Distrito Esco-
lar 2 de la Ciudad de Buenos Aires.

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B.05 EL ZOOLÓGICO DE BUENOS AIRES EN EL CUIDADO Y
LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO
Marcela Liliana Díaz
María Cristina Fernández

Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires

Como integrante del entorno de los habitantes de una ciudad, el patrimonio cultural es abordado
junto con el medio ambiente en su cuidado y conservación desde una interpretación integrada y
participativa con una presencia cada vez mayor de la educación patrimonial.
Esta comunicación se realiza en el marco de una tesis de maestría en Gestión Cultural en que se
espera promover y revitalizar el rol del Jardín Zoológico de Buenos Aires en la conservación del
patrimonio. Un zoológico comprometido con su entorno, donde la Educación se constituye en
tarea esencial para una conservación natural y cultural.
Se pretende ofrecer otra forma de vivir y experimentar el Zoológico, no como simples espectado-
res sino como ciudadanos en sus diferentes facetas: estudiantes, técnicos, profesionales, docen-
tes, visitantes, la comunidad toda y actuar con él y sobre él como integrante cotidiano del entorno
urbano.
Los zoológicos dejaron de ser una muestra de fauna, presentan una diversidad de formas de vida
en interacción con el ambiente (Collados 1997:1). Los objetivos de los zoológicos contemporá-
neos, además del entretenimiento, son la conservación, la investigación y la educación. Se trabaja
en un cambio de visión sobre la interdependencia de la especie humana con otras especies y en
la creciente conciencia de la problemática medioambiental. Son considerados museos vivientes
de la historia natural.
Numerosos cambios se realizaron desde los inicios. Surgieron organizaciones tendientes a prote-
ger la salud animal y a resignificar el sentido de la existencia de los zoos. Embarcados en el camino
del cuidado y la conservación del medio ambiente dejaron de competir por la ¨figurita difícil, en la
Estrategia Global para la Conservación en los Zoológicos (2005:11) se plantean sus objetivos: 1- apo-
yar la conservación de especies y ecosistemas, 2- ofrecer apoyo para aumentar el conocimiento
científico que beneficie la conservación y 3- promover la conciencia pública sobre la necesidad de
conservar la naturaleza.
En este contexto, se encuentra el Zoológico de Buenos Aires. Ubicado en uno de los barrios actual-
mente mas representativo y turístico de la Ciudad, tierras de escaso valor conocidas en 1600 como
“los bañados de Palermo”. A principios del siglo XIX, Juan M. de Rosas, Gobernador de Buenos Ai-
res urbanizó el lugar y construyó su casa y sede de Gobierno. Para entretener a sus visitantes, creó
alojamientos para los animales que solían regalarle y sin planificarlo dio origen al antecedente
más remoto del Zoológico. A ser derrotado en la batalla de Caseros (1852) el predio quedó aban-
donado 20 años (Díaz&Fernández, 2012:24).
La aparición del parque público a nivel mundial plasmó la visión que se tenía de la naturaleza y su
influencia positiva sobre la conducta moral de los ciudadanos y el entorno (Berjman 2001). En la
Argentina, el entonces presidente Domingo Sarmiento influido por estas ideas bregó por un par-

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que para una Buenos Aires en crecimiento: el Parque Tres de Febrero, primer parque público del
país. Emplazado en el predio que fuera residencia de Rosas, contaba con una sección zoológica
que fue separada para dar lugar al Jardín Zoológico Municipal de Buenos Aires el 30 de octubre
de 1888 (Del Pino, 1979:33).
Ecléctico y pintoresquista, su paisaje cultural se conformó esencialmente durante las gestiones
de los dos primeros directores, destacados referentes de la época: Eduardo Holmberg, de 1888 a
1904 y Clemente Onelli de 1904 a 1924. Quienes sentaron las bases científicas, educativas y cultu-
rales y un sentido de existencia apoyado en la Educación y las Ciencias (Díaz&Fernández, 2013: 2).
Así, desde su origen, el Zoológico tuvo intensa participación en el desarrollo social y cultural de la
ciudad, pionero en exhibir animales silvestres, en trabajos de investigación y referente en manejo
de fauna en ambientes controlados.
Siguiendo el canon europeo de parque inglés, incluye un buen número de elementos románticos
y arquitecturas pintorescas, 52 edificios históricos y más de 30 obras de arte de autores como
Virgilio Cestari, Dolores Mora, Cánovas, Pasanni, Sarniguet y Correa Morales, que otorgan al zoo-
lógico un paisaje único. Este valioso capital lo convirtió en patrimonio de la ciudad y debido a su
significación histórica y cultural fue declarado Monumento Histórico Nacional por decreto Nº 437
del 16 de mayo de 1997 firmado por el presidente Menem.
Si bien la mayor parte del público va a los zoológicos para entretenerse, es posible aprender mien-
tras se disfruta la visita. La educación convierte la diversión en una experiencia enriquecedora (AA.
VV. 2005:36). Así escenarios no formales son espacios privilegiados para el aprendizaje. Se parte
de la idea que el observador aprenda desde una actividad relajada e interesante, despertando el
interés y el acceso al conocimiento de manera inesperada. (Calaf Masachs-Suárez 2011:109)
Los programas educativos zoológicos pueden despertar la curiosidad en beneficio de los anima-
les y sus ambientes. Acercan información a todos los interesados en aprender a través de charlas,
cursos, videos, etc Sin embargo, el grueso del público no espera atravesar ningún proceso educa-
tivo. Es necesario hacer del aprendizaje una experiencia fascinante. En el Zoológico, a los animales,
su principal atractivo, se agrega su patrimonio cultural.
En este contexto, se desarrolla la Educación en el Zoo que participa de la formación de niños/as,
jóvenes y adultos y concreta un trabajo conjunto entre la comunidad, la escuela y el Zoológico.
Dentro de sus objetivos principales se encuentran: participar en la formación de agentes multipli-
cadores comprometidos en la toma de conciencia sobre el cuidado de las especies y del patrimo-
nio cultural y contribuir a la comprensión del papel individual en dicha conservación.
Entre las acciones llevadas adelante se encuentran el diseño y ejecución de proyectos para todos
los niveles y modalidades del sistema educativo nacional, en educación no formal y para personas
con discapacidad; para profesionales del área de la educación, la veterinaria, la biología y para jó-
venes y adultos interesados en proyectos vinculados con el cuidado y la conservación del medio
ambiente y el patrimonio.
Como se mencionó, en los zoológicos la investigación, la conservación y la educación son objeti-
vos fundamentales. Se transforman en un centro de educación informal que canaliza las iniciativas
conservacionistas. En este contexto se inserta la conservación integrada del patrimonio natural y
cultural.
Con este compromiso, en el marco del Programa de Conservación y Restauración iniciado en 2003
se configuraron tres líneas de trabajo: Técnica, Investigación y Educación (Díaz, Fernández, 201).
En esta última se promovieron el diseño y ejecución de propuestas que vinculan la educación, la
difusión y el patrimonio cultural cuyos objetivos se sumaron a las propuestas medioambientales
planteadas.

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El conocimiento sobre el patrimonio cultural permite diferentes aproximaciones a la propia his-
toria, las tradiciones, los modos de producción, la naturaleza y a la apropiación de elementos que
configuran la identidad social (Prats, 1997: 35). Las acciones que extienden el acceso y conoci-
miento de los bienes culturales promueven su valoración y respeto, favorecen el conocimiento, la
sensibilización social por la conservación y la apropiación del patrimonio. Deben ser planificadas
en ámbitos escolares, para conocimiento general de la comunidad, en espacios estatales y priva-
dos, académicos y recreativos, con funcionarios y ciudadanos. Donde sea posible hacer reflexio-
nar, provocar emociones y comprometer a la sociedad para que desde las instituciones acerquen
el patrimonio a los ciudadanos (Rico Cano, Ávila 2003: 33).
El patrimonio, como el medio ambiente, tiene la ventaja de conformar un escenario permanente
de la educación formal y no formal (Candreva Formoso 2003: 41) donde la apropiación de cono-
cimientos integra los individuos con su espacio y su historia. Acercar el legado patrimonial a la
sociedad es un reto, como lo es que esta sociedad lo asuma como suyo e interactúe de manera
racional y sostenible con él (Sanjo Fuentes 2004:8).
La difusión acerca la población a sus recursos culturales y los convierte en parte de la cotidianei-
dad. A partir de allí los diferentes bienes patrimoniales como los del Zoológico podrán formar
parte de programas de desarrollo social y cultural. La función social que cumplen los bienes cul-
turales se equipara con la del medio ambiente. Promoviendo la sensibilización hacia su cuidado y
protección se pone de manifiesto el contenido y relevancia social de los mismos y viceversa.
Se propone en el Zoológico una complementariedad entre el desarrollo de contenidos del área de
las Ciencias Naturales, propios de un zoológico moderno, con temáticas vinculadas a la historia,
arte y patrimonio cultural.
En este marco, se presentan algunas acciones que se vienen llevando a cabo:
• Para el público general I: ¨Artesanos por un día¨: se realiza en conjunto con la Escuela Taller
de la Dirección General de Casco Histórico del Ministerio de Cultura de la Ciudad. La ¨Escuela¨
inició sus actividades en el 2000. Su objetivo principal fue capacitar en los viejos y nuevos
oficios de la construcción orientados a la restauración y fomentando el respeto, el cuidado y la
conservación del patrimonio cultural. En los últimos ocho años ambas instituciones comparten
con los niños y la comunidad en general, la jornada “Artesanos por un día” en la que pueden
apreciar y valorar las tareas relacionadas con el cuidado del patrimonio que habitualmente
desarrolla la Escuela y realizar sus propias molduras, pátinas y ornatos, orientados y asistidos
por los profesores, maestros de oficios y alumnos de la Escuela Taller.
• Para el público general II: el recorrido nocturno es una visita que permite observar parte de
la colección animal y vegetal del parque en la noche, enmarcados en edificios y obras de
arte especialmente iluminados. Dentro de los objetivos buscados se encuentran: apreciar el
Zoológico desde una dimensión histórica y cultural, conocer su orígenes y se aproximen a los
cambios operados en estas instituciones, sus metas y contribuciones a la comunidad, descubrir
las obras de arte, esculturas, monumentos, edificios emplazados en el parque y sus autores y
diseñadores, observar el Zoológico como un espacio integrador de cultura y naturaleza (Díaz,
Fernández, 2013).
• Para el público general III: “La Noche de los museos”: sumándose a esta actividad que propone
el Gobierno de la Ciudad, el Jadín Zoológico abre sus puertas a todo al público. A partir de un
recorrido especialmente diseñado, se puede observar el Zoológico como un museo mas de la
Ciudad donde apreciar la integración de cultura y naturaleza.
• Para turistas: en conjunto con el Ente de Turismo de la Ciudad, se desarrollan las Visitas histórico
- culturales abiertas y gratuitas a la comunidad. En ellas se promueve el descubrimiento de
estilos e historia de los edificios, monumentos y obras de arte emplazados dentro del Zoológico,

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dando a conocer los orígenes del zoológico, sus cambios temporales y la evolución del diseño
paisajístico, arquitectónico y artístico.
• Para escolares: se incluyó la temática en las visitas escolares en relación con cuestiones históricas
y sociales contemporáneas del Zoo. Se espera promover un acercamiento sobre el patrimonio
cultural a través del específico del Zoológico. Los contenidos generales son: historia de los
zoológicos, historia del Zoológico de Buenos Aires: contexto histórico, político y social, sus
primeros directores, su rol como Monumento Histórico Nacional: edificios, monumentos, obras
de arte que componen el patrimonio, importancia histórico – cultural y relación con las ONG
WAZA (World Association of Zoos and Aquariums) – ALPZA (Asociación Latinoamericana de
Parques Zoológicos y Acuarios –AZARA (Asociación de Zoológicos y Acuarios de la República
Argentina).
• Para chicos a partir de los 9 años: Taller de restauración. A cargo de los integrantes del área
de Restauración, se trata de una actividad transversal que vincula aspectos ambientales con
el patrimonio cultural y su cuidado. Se propone el aprendizaje, la valoración y reflexión sobre
la preservación de legados culturales y se presentan conceptos de patrimonio (monumento,
patrimonio edificado, obra de arte, paisaje).
• Para estudiantes universitarios: en 2011 se firmó un convenio con la Facultad de Arquitectura,
Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires (FADU UBA) de Colaboración y
Cooperación Académica con la materia de la carrera de Arquitectura: Introducción a la
Preservación y el Reciclaje. Los estudiantes con asistencia docente realizan trabajos cuyo
objetivo es aplicar los conocimientos adquiridos, como: completar el reconocimiento realizado
en una primera etapa, elaborar un diagnóstico  de los pabellones, edificios y equipamiento
urbano de valor patrimonial  asignados y a partir de este trabajo realizar propuestas de puesta
en valor de los mismos. Desde el Zoológico se establecen criterios metodológicos y se reciben
las devoluciones de los trabajos.
• Para el personal: en forma anual se realizan capacitaciones internas. En ellas se pretende
actualizar al personal educativo abordando temas culturales, de las Ciencias Naturales, la
enseñanza y el aprendizaje y la comprensión de las funciones y objetivos zoológicos a fin de
enriquecer la tarea individual y colectiva. Se trabaja con los integrantes de Restauración y con
profesores e investigadores externos que toman el patrimonio del Zoológico como objeto de
estudio y lo presentan desde otra perspectiva.
Se cubren así los niveles educativos, rangos etarios, se trabaja con público que concurre para acer-
carse al tema y aquellos que acceden por descubrimiento. Se trata de acciones vinculadas con el
intercambio y la sinergización con otras instituciones, públicas y privadas interesadas en el cui-
dado y conservación del patrimonio cultural y natural, al tiempo que se busca multiplicar esta
concientización a través de niños, jóvenes y adultos para que participen y se transformen en men-
sajeros para sus pares. Desde la educación afirman Medrano y Guagliardo (2006: 274) se deberá
instalar la conciencia de bien cultural, testimonios significativos que representan la historia y la
evolución social, componentes imprescindibles de su identidad.

Conclusión
El valor urbano de espacios como el Zoológico excede lo económico, lo estético y lo social. Son
imprescindibles en la vida diaria al tiempo que los usuarios, los incorporan a la memoria personal
y colectiva convirtiéndolos en hitos urbanos (Berjman, 2001:7). Son parte necesaria de la historia
de las sociedades y de los individuos.
A partir de la difusión y la educación patrimonial el Zoológico podrá ser reconocido como un es-
pacio de recreación, de educación y de conservación. Un ámbito donde aprehender parte de la

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historia de la ciudad y del país, ratificándolo como una institución emblemática a ser apreciada y
valorada desde sus múltiples perspectivas. Este tipo de espacios propone un aprendizaje informal,
por proximidad a diferentes situaciones de la vida cotidiana y con la sensación de no ser dirigido.
Y apoyándose en la estructura general que da soporte y sentido a los zoológicos contemporáneos
es posible generar programas de educación y difusión que tiendan al cuidado y conservación del
patrimonio específico y a través de este patrimonio contribuir al cuidado y conservación del pa-
trimonio de la Ciudad.
La acción educativa debe ser paralela a la de conservar y de no menor relevancia, generando ex-
periencias de aprendizaje que desarrollen nuevas capacidades, promuevan la valoración de nues-
tra cultura y estimulen el compromiso participativo.
En coincidencia con las premisas de Vivir la Ciudad a partir de las propuestas mencionadas se pro-
pone la apropiación ciudadana de un espacio emblemático como el Zoológico de Buenos Aires,
un espacio de historias, con historias reales e imaginadas. Y recuperarlo para que sus habitan-
tes lo aprecien desde su perspectiva histórica y cultural. Es indispensable que los más jóvenes
se responsabilicen hoy de su propia cultura. Participar en la formación de los ciudadanos en la
valoración y respeto por el patrimonio además de enriquecer culturalmente promueve una con-
servación consciente y activa. Se espera ofrecer una nueva forma de vivir y experimentar el Jardín
Zoológico de la Ciudad, no como simples espectadores sino como ciudadanos en sus diferentes
facetas: estudiantes, técnicos, profesionales, docentes, la comunidad toda y actuar con él y sobre
él como integrante de su entorno e incorporado en su cotidianeidad.

Arco de acceso al Zoo-Plaza Italia Templo Hindú de los Elefantes (1904) AGN
(principios del siglo XX) AGN

Vista del Jardín, lago, puente, templetes Chalet de ciervos-Casa de los osos
(principios del siglo XX) AGN (principios del siglo XX) AGN

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Pabellón de los loros (1901) AGN Templo Hindú de cebúes (1901) AGN

Pabellón de los felinos (1901) AGN Pabellón de la música (2014) AFJZBA

Pescadores pescados El eco (2008) ZooBA Pagoda (2012) ZooBA


(2013) ZooBAU

Bibliografía
• AA.VV. (2005). Construyendo un futuro para la fauna salvaje. Estrategia Mundial de los Zoos
y Acuarios para la Conservación. Disponible en: http://www.alpza.com/docs/estrategia_
mundial_2005_sp.pdf visitado en agosto 2014.
• Berjman, Sonia (2001). “Los parques argentinos en el siglo XIX: estilos y evolución” en Todo es
Historia Nº 402. Buenos Aires.
• Candreva Formoso, Ana, Susacasa, S (2003) “El valor del patrimonio en el currículo de la
formación docente”, en El patrimonio y la didáctica de las ciencias sociales, Universidad de Castilla-
La Mancha, AUPDCS. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=494811
Visitado en agosto 2014.
• Collados Sariego, Gustavo (1997) El rol de los Zoológicos Contemporáneos, disponible en: www.
zoolex.org/publication/collados/collados.pdf.

ISBN 978-987-23112-6-1 145


• Del Pino, Diego (1979) Historia del Jardín Zoológico Municipal. Serie Cuadernos de Buenos Aires.
Buenos Aires. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
• Díaz, Marcela Liliana, Fernández, María Cristina (2012). “Jardín Zoológico de Buenos Aires.
Fusión de arte y naturaleza” en Patrimonio argentino, 12. Clubes, estadios, hoteles y paseos.
Buenos Aires. Argentina Publicación de ARQ , Diario de Arquitectura de Clarín.
• Díaz, Marcela Liliana, Fernández, María Cristina (2013). “Patrimonio y comunidad. El caso del
Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires” en II Jornadas Latinoamericanas Patrimonio y
Desarrollo ICOMOS Argentina – UCALP - Ciudad de La Plata. Buenos Aires. Argentina.
• Medrano Pizarro, María Elena, Guagliardo Costa, Mónica (2006) “El Patrimonio cultural y su
valor educativo” en Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos
Aires, Patrimonio Cultural y Diversidad Creativa en el Sistema Educativo.
• Muñoz Cosme, Alfonso (2011). “Patrimonio y educación. El Programa Patrimonio Joven del Roser
Calaf Masachs¨. Revista patrimonio cultural de España. Patrimonio y Educación Nº 5. Ministerio
de Cultura. Secretaría General Técnica. Subdirección General de Publicaciones, Información y
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• Prats, Llorenc (1997) Antropología y patrimonio. Barcelona. Ariel.
• Rico Cano, Lidia, Ávila Ruiz, Rosa María (2003) “Difusión del patrimonio y educación, el papel
de los materiales curriculares, un análisis crítico”, en El patrimonio y la didáctica de las Ciencias
Sociales” coord. Ballesteros, Fernández, Molina Ruiz, Moreno. Disponible en: http://dialnet.
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• Sanjo Fuentes, Luis (2004)“Acercando el patrimonio al presente: Nuevas miradas, nuevos
lenguajes”. Disponible en: http://www.cabildodelanzarote.com/patrimonio/VIIcongreso/
ponencias/miercoles/Acercando%20el%20patrimonio%20al%20presente.pdf. Visitado en
septiembre 2014.
• Suárez, Suárez Miguel Ángel, (2011) “Aprender en museos y espacios de patrimonio. Ministerio
de Cultura”. Revista patrimonio cultural de España. Patrimonio y Educación Nº 5. Ministerio de
Cultura. Secretaría General Técnica. Subdirección General de Publicaciones, Información y
Documentación. Disponible en: http:// www.mcu.es. Visitado en septiembre 2014.

Las Autoras
Marcela Liliana Díaz
Medica Veterinaria, Fac. Cs. Veterinarias, UBA. Lic.y Prof. en Letras, Facultad de Filosofía y Let-
ras (UBA). Carrera de Especialización en Gestión Cultural y Maestría en Gestión Cultural en cur-
so, Ffyl, UBA. Miembro de ICOMOS Argentina. Ex gerente Educación y Patrimonio Cultural JZCA-
BA (2003-2010). Directora de Educación Ambiental, Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires.
Contacto: mdiaz@zoobuenosaires.com.ar

María Cristina Fernández


Arquitecta, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad UBA. Cursó la Carrera de es-
pecialización en Preservación, Conservación y Reciclaje de edificios de Valor Patrimonial, FADU (UBA).
Integrante del equipo de Asesoría en Restauro para las Obras del Teatro Colón (2008- 2010). Actu-
al Jefe del Área de Restauración y Conservación del Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires (2005).
Contacto: mcfernadez@zoobuenosaires.com.ar

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B.06 FORMACIÓN PROFESIONAL PARA UN EQUILIBRIO
ENTRE LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO, EL
DESARROLLO ECONÓMICO Y LA HABITABILIDAD
EN LA CIUDAD.
Miriam Bessone
María Laura Tarchini

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo · Universidad Nacional del Litoral

Ciudad y patrimonio
Hacia finales del siglo veinte el mundo entero asistió a una explosión sin precedentes de la cul-
tura de la memoria (Huyssen, 2002) que tuvo claras incidencias en las tendencias de rescate y
recuperación de la historicidad de los entornos construidos. En este contexto las sociedades oc-
cidentales dirigieron su atención hacia el pasado que, en el plano de las ciudades, se tradujo en
una tendencia a intervenciones de escala urbana y arquitectónica sustentadas en justificaciones
de tipo cultural.
El siglo veinte fue prolífico en generar documentos, cartas y declaraciones para la necesaria defi-
nición disciplinar. Pocas áreas, como aquella de la conservación, la restauración y la recuperación
han recorrido tantos procesos de actualización y ampliación de sus propias bases teóricas, len-
guajes, criterios técnicos y operativos. Esta tendencia generalizada, que tuvo su mayor centro de
producción en Italia para luego alcanzar distintos países europeos y latinoamericanos, fue causa
de un progresivo interés por la disciplina que permitió afirmar y afianzar en la sociedad contem-
poránea la difusa atención por las obras del pasado.
En este sentido debe considerarse la paulatina expansión cronológica, tipológica y geográfica del
concepto de monumento histórico (Choay, 1999) que cargó de sentidos y valores a extensiones
cada vez más amplias del territorio así como a temporalidades cada vez más recientes, hasta llegar
a incorporar la noción de paisaje histórico o paisaje cultural para identificar a un fragmento del
mundo que refiere a valoraciones culturales y significados (Silvestri, 1997).
El interés programático en la recualificación y refuncionalización del patrimonio generó el de-
sarrollo de un sinnúmero de estudios que indagaron en las características físicas e históricas de
las arquitecturas y espacios involucrados. La valoración del patrimonio requirió de un trabajo de
investigación llevado adelante con aportaciones y resultados diversos, pero que sin duda, cons-
tituyó un campo de conocimientos cuyo interés se extiende al debate actual. Desde las propias
administraciones públicas hasta investigadores académicos de las universidades y otras institu-
ciones intermedias, pasando por la aparición de motivaciones por parte del público en general,
configuraron un arco de impulsos que consolidaron la temática con una mirada sensible y una
operatividad técnica en el campo profesional y cultural de la gestión urbana.
En consonancia con dichas miradas interesadas por la implicancia cultural y el devenir histórico del
mundo material, en los países de más larga tradición en la temática se ha planteado la idea de pro-
yectar en el construido (Cuppini, 1999) o construir en el existente (Callegari, Montanari, 2001) para
referir a las intervenciones de adaptación o reestructuración propias de los cambios funcionales y

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demandas urbanas de la ciudad contemporánea, entendiendo que las prácticas proyectuales se
enfrentan siempre a un entorno construido, y no a una situación carente de antecedentes.
En relación a tales planteos, en el caso argentino, si bien el interés se ha instalado en la década de
1970, y en la actualidad un numero importantes de bienes se encuentran protegidos por la Ley
Nacional 12.6651, ordenanzas provinciales y municipales, las prácticas proyectuales en general
son poco atentas al entorno histórico construido, situación que se presenta como una problemá-
tica escasamente abordada en las facultades de arquitectura.
El estado de situación esbozado se complementa con la exigua difusión de la protección general
definida por la Constitución Nacional (art. 41) y Ley General del Ambiente Nº 25.675, así como de
la aplicación de los instrumentos jurídicos que establecen la identificación, registro, declaratoria
y protección.
En relación al escaso interés de las prácticas proyectuales, se detecta como principal causa el ima-
ginario profesional que lo vincula como sinónimo de “lo viejo” versus “lo nuevo”; del “congela-
miento” vs “el progreso”, interés de un grupo de especialistas, en donde la matricula profesional
mayoritariamente desconoce las variables involucradas al momento de intervenir en obras de
valor patrimonial.

El patrimonio en la ciudad de Santa Fe


Si bien en Santa Fe las prácticas de intervención patrimonial han adquirido en los últimos años
una dimensión antes desconocida, en el sentido que las actitudes que actualmente se desarrollan
sobre el mismo no formaban parte de los intereses habituales, se presentan numerosos casos de
pérdida de valores de aquellos bienes que las ordenanzas pretenden proteger, produciéndose un
deterioro del carácter de la edilicia y de los fragmentos urbanos de mayor significación.
Las principales causas del mismo pueden definirse como consecuencia de una convergencia de la
actual “lógica de mercado”, que entiende a la vivienda como mercancía, “una lógica de gestión mu-
nicipal”, que establece ordenanzas que pretenden proteger el patrimonio a la vez que densifica el
uso del suelo en los sectores de mayor densidad de bienes y piezas urbanas de valor patrimonial, y
una “lógica de la cultura disciplinar”, en la que predomina el imaginario de patrimonio como “pieza
aislada” factible de ser “puesta en valor”. El entrecruzamiento de las lógicas explicadas, generan
altos conflictos e incompatibilidades para la conservación o reconversión de lo valorado como
patrimonial.
El Reglamento de Ordenamiento Urbano2 (ROU) si bien desplaza el concepto de planificación fun-
cionalista al de ambiente urbano, desde sus fundamentaciones superpone la mayor edificabilidad
a piezas urbanas de valor (casco histórico y plaza fundacional; eje Bulevar Gálvez, Barrio Candioti,
calle San Martín), aumentando de esta manera la tensión entre conservación y renovación.
Por su parte, el Reglamento de Edificaciones, creado en el año 1959 y adecuado en 1976, regula
la edificabilidad y relación del edificio en la parcela desde una visión cuantitativa que tensiona la
conservación-renovación de aquellas piezas de menor valor reconocidas como patrimonio mo-
desto. Patios mínimos, vacíos de aire y luz, fondos de manzana imposibilitan desde la normativa la
transformación o reconversión de la tipología edilicia que mayoritariamente conforma la imagen
del ambiente urbano.
Como resultado del proceso señalado, diversos grupos, organizaciones barriales y profesionales
manifiestan la necesidad de repensar la perspectiva desde la cual se definen las intervenciones
tanto en edificios como en piezas urbanas de valor patrimonial.

1 Ley de creación de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y de Lugares Históricos.


2 Ordenanza Municipal Nº 11.748.

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La temática del patrimonio construido en la FADU UNL
Estos procesos en el medio local estuvieron acompañados por acciones realizadas en el ámbito
académico de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional del Li-
toral, que de manera temprana emprendió estudios vinculados específicamente al conocimiento
histórico y valoración de las arquitecturas locales, para progresivamente incorporar nuevas varia-
bles y dimensiones.
Las primeras investigaciones se remontan hacia finales de la década de 1980, en relación a arqui-
tecturas, espacios y ámbitos de la cultura local y la región. De particular importancia fue el trabajo
de relevamiento y valoración del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Santa Fe, sistematiza-
do y publicado en el libro de las “200 obras del patrimonio santafesino”3. Este trabajo fue tomado
por la Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe como información de referencia de las obras de va-
lor patrimonial que debían vincularse a la Ordenanza Nº 10.115. Dicha vinculación nunca logró ser
aprobada por el Concejo Deliberante, no obstante, las doscientas obras funcionaron motorizando
las discusiones y en muchos casos logrando frenar demoliciones y sustituciones.
En consonancia con las ideas más generales en la temática, en la década de 1990 las exploraciones
dirigidas hacia el reconocimiento del denominado patrimonio modesto4, permitieron estudiar un
conjunto de viviendas ubicadas cronológicamente en el primer cuarto del siglo XX a partir de una
clasificación tipológica que posibilitó, como principal hallazgo, delimitar un conjunto de edificios
a los que se reconoció valor arquitectónico y urbano en función de la singularidad de la obra y su
potenciamiento en el conjunto, reconociendo la necesidad de atender tal situación al momento
de intervenir proyectualmente.
Paralelamente otras líneas de investigación provenientes de la historiografía permitieron recono-
cer las características y particularidades de la producción material de la ciudad, sentando bases
firmes que permitirían valorar la modernidad arquitectónica con producciones tales como la de la
infraestructura del transporte y la industria o los edificios públicos y viviendas del racionalismo5.
En vinculación directa con la temática, acompañando la ampliación del concepto de patrimonio
diversas experiencias y estudios se desarrollaron en los últimos años en ámbito nacional e inter-
nacional, tendiendo a indagar sobre la dimensión urbana, paisajística y territorial de las preexis-
tencias construidas6.
Estos aportes provenientes de las actividades de investigación y extensión, tuvieron un primer
impacto en la formación de posgrado, mientras que en la enseñanza de grado las transferencias
fueron escasas salvo puntuales excepciones vinculadas en general a valoraciones historiográficas.
El Plan de Estudios vigente para la Carrera de Arquitectura y Urbanismo en sus asignaturas obli-
gatorias no contempla desarrollos específicos vinculados a problemáticas de intervención en el
patrimonio construido. No obstante el curriculum establece espacios de asignaturas optativas de-
finidas con el objetivo de profundizar en la formación general y disciplinar del futuro arquitecto,
generando caminos de especialización en relación a las responsabilidades sociales surgidas del
medio.
Desde el año 2005 se desarrolla la asignatura optativa “Patrimonio arquitectónico y urbano”, con
el objetivo de presentar la problemática del patrimonio físico en sus variantes arquitectónicas y
3 AA.VV.: Inventario. 200 Obras del Patrimonio Arquitectónico de Santa Fe. Santa Fe: Centro de Publicaciones UNL, 1993
4 Proyecto CAI+D ‘96 Pautas para la intervención en el patrimonio modesto santafesino, Directora: Miriam Bessone.
5 Proyecto CAI+D ‘2000 Arquitectura moderna en Santa Fe (1935-1955). Ciudad, modernización y sociedad en la práctica arquitectónica santafesina, Director:
Luis Muller. CAI+D ‘2006 Morfogénesis Urbana de la ciudad de Santa Fe. Transformaciones y formas de extensión del tejido en el territorio, Directora: Ma. Laura
Bertuzzi. Proyecto CAI+D ‘2009 Infraestructura ferroviaria y modernización en la construcción urbana del espacio público, Directora: Ma. Laura Tarchini.
6 Proyecto CAI+D ‘2011 Patrimonio, ciudad y arquitectura: Alcances y posibilidades de un campo de estudio y actuación, Directora: Ma. Laura Tarchini. Proyecto
PHI Patrimonio Histórico+Cultural Iberoamericano, Coordinadora en Argentina: Adriana Collado. Convenio de Asistencia Técnica Inventario de obras de valor
patrimonial, Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe y FADU UNL. Coordinadora General: Ma. Laura Bertuzzi, Coordinadoras de Relevamiento: Miriam
Bessone y Ma. Laura Tarchini.

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urbanas como constitutivos de una visión integral acerca del patrimonio cultural. Reconociendo
este antecedente, en el año 2013, se propone la asignatura optativa “Laboratorio proyectual de
intervención en el patrimonio construido”7 sustentada en dos nociones: la noción de “laboratorio”
(laborar y torio) lugar dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones, experimentos
y trabajos de carácter científico o técnico; y la noción de “investigación proyectual”, a través de la
cual se pretende presentar abordajes teóricos, metodológicos y técnicas de generación, recepción
e interpretación de la producción arquitectónica de valor patrimonial, basadas estas en una epis-
temología que despliega variables e indicadores tomados de la historia de la cultura disciplinar,
actualizada al momento contemporáneo y situada en el contexto de intervención. La asignatura
centra sus objetivos generales y particulares en el vínculo valoración-proyecto.

Laboratorio proyectual de intervención en el patrimonio


construido.
La asignatura busca posicionar la temática de la intervención sobre las preexistencias, consideran-
do que los desarrollos proyectuales que se realizan en el área de diseño de la FADU UNL se orien-
tan exclusivamente a indagaciones y exploraciones en relación a espacios ex novo, no existiendo
hasta el momento estudios que atiendan la influencia cultural y el devenir histórico del mundo
material.
En esta dirección el objetivo central de la asignatura es generar un espacio de investigación pro-
yectual en relación a las preexistencias urbano-arquitectónicas, para lo cual se propone de ma-
nera particular realizar estudios comparados de experiencias europeas y latinoamericanas; reco-
nocer los marcos del proyecto de intervención; realizar ejercicios de identificación y valoración
de las preexistencias urbano-arquitectónicas; así como ensayar, justificar y debatir estrategias de
intervención.
Dichos objetivos se implementan a través del desarrollo de cuatro unidades temáticas que gra-
dualmente posicionan la problemática del patrimonio en sus aspectos conceptuales, legislativos
y especialmente de valoración y definición de criterios de intervención.
La modalidad pedagógica adoptada es la del el trabajo en taller, en donde la idea de laboratorio
como espacio de exploración y experimentación es central para la implementación práctica de las
ideas.
Las actividades se desarrollan desde la “oferta docente” de contenidos y estrategias de trabajos de
investigación de casos y exploración proyectual. Se estructuran en tres momentos: síntesis inicial
de docente, rastreo de información e investigación por parte de los alumnos y reconstrucción
teórica y conclusiones.
Las clases teóricas se presentan como síntesis de los contenidos a abordar; la práctica en taller
como laboratorio proyectual y debate de ideas. Las actividades alternan tareas individuales y gru-
pales y atienden a requerimientos concretos en la ciudad. Los desarrollos prácticos se estructuran
en dos recorridos complementarios que intentan revisar lo aprendido en el grado tratando de
establecer ligazones entre las asignaturas de las tres áreas que se cursan en la FADU UNL, Áreas de
Ciencias Sociales, Diseño y Tecnología y aplicarlo específicamente a casos de intervención en lo
construido. Una investigación de casos comparados latinoamericanos y europeos y una investiga-
ción proyectual se ofrecen como posibilidad de ensayar, presentar y debatir criterios de interven-
ción y posibilidad de articular los conocimientos adquiridos.
En el primero, se presentan diversos casos de intervenciones contemporáneas que los estudian-
tes analizan a partir de variables e indicadores precisos tanto para el edificio original como la
intervención proyectual. Este trabajo se desarrolla en la comparación de casos latinoamericanos y
7 Docentes Miriam Bessone; Ma. Laura Tarchini.

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europeos, buscando también introducir en la problemática de las articulaciones locales y globales
del patrimonio.
El segundo trabajo, recoge las experiencias y conclusiones abordadas en la deconstrucción ana-
lítica de los casos de estudio, proponiéndose el abordaje integral de intervención en diversas ca-
tegorías de obras de valor patrimonial de la ciudad de Santa Fe. Para ello se seleccionan y ponen
a disposición una serie de casos pertenecientes a diferentes períodos de la historia urbana y con
diferentes problemáticas, coincidiendo todos en pertenecer a un mismo sector urbano de la ciu-
dad de reconocidos valores ambientales y paisajísticos. El ensayo proyectual opera entre las ten-
siones detectadas: el valor patrimonial del edificio y el paisaje que lo contiene, el requerimiento
de adecuación de uso y las normativas.
Los estudiantes realizan nuevamente un proceso que centra la mirada en el contexto histórico
y actual, releva intereses y posibilidades arquitectónicas del caso de estudio, reconociendo las
normativas vigentes y las condiciones urbanas-paisajísticas del edificio, así como un exhaustivo
análisis de las características propias de la obra en términos de organización funcional, resolución
formal-espacial y materialidad técnica, como así las condiciones culturales que posibilitaron pen-
sar y construir el proyecto. Desde tales estudios, se realiza un proyecto de conservación, adecua-
ción o reconversión atendiendo la multiplicidad de variables, justificando las decisiones tomadas
desde fundamentos teóricos y posicionamientos éticos en relación a un modelo de ciudad atento
a la conservación-renovación de su paisaje.
Como estrategias metodología se presentan variables e indicadores tanto para el estudio de ca-
sos como para la investigación proyectual en dos recortes temporales: el que dio origen al valor
patrimonial y el actual. Se seleccionan como variables:
El contexto: histórico y actual, cultura profesional, teorías y producciones, medios y materiales
disponibles.
El autor: formación, cultura profesional a la que pertenece, medios y materiales, producción arqui-
tectónica.
El edificio o conjunto edilicio en el paisaje: reconocimiento y valoración de la forma, usos y signifi-
caciones histórico-culturales.
El edificio o conjunto en relación a sus linderos: tejido, ubicación en la parcela, tipo edilicio, dimen-
sión, medida, escala, sistemas de proporcionalidad, relación de llenos y vacíos, etc.
El edificio o conjunto en relación al tipo formal, de uso y técnico-material. Especialmente se pro-
pone el reconocimiento de los sistemas compositivos y materiales, dimensión y escala.
En relación al uso se propone estudiar las condiciones de uso, relación público-privado, ámbitos,
sistemas de recorridos y requerimientos de los usuarios.
En relación a los significados se propone valorar la forma, de uso, histórico, cultural, material, etc.,
así como las valoraciones sociales y del proyectista, referencias, criterios, compatibilidades e in-
compatibilidades.
A partir de los estudios indicados y atención a los diferentes actores se intenta que los estudian-
tes reconozcan una lógica de relación en el contexto, una lógica de uso, de forma y material que
posibilite el diálogo entre el valor reconocido y el proyecto de conservación, adecuación o recon-
versión.
Como resultado se aspira a generar un espacio de formación en el grado que articule el proyecto
en lo construido en relación a los valores detectados, atento a los conflictos que se generan en
el escenario urbano entre propietarios, autoridades públicas, promotores, profesionales, empre-

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sarios. Es decir un espacio de experimentación proyectual que produzca análisis, diagnósticos y
propuestas que contribuyan a reconvertir el “imaginario profesional” y comprenda el rol del patri-
monio en la dinámica de la ciudad. Y finalmente establecer un nexo entre el estudio de grado y el
ejercicio profesional.

Reflexiones finales
Las autoras de este trabajo consideran que espacios académicos de esta naturaleza en la enseñan-
za de grado son posibilidad de recuperación de la conciencia histórica de nuestras ciudades y de
que el arquitecto que actúe en ella, como “sujeto”, que además la habita, genere conciencia del
compromiso ético, estético y político que le cabe en la construcción de la misma, entendida como
organismo dinámico que persigue “un equilibrio entre la conservación y protección del patrimonio
urbano, el desarrollo económico, la funcionalidad y la habitabilidad de la ciudad. De esa manera se
responde a las necesidades de los habitantes de hoy al mismo tiempo que se fortalecen sostenible-
mente los recursos naturales y culturales de la ciudad para las generaciones futuras” (Unesco, 2013).

Bibliografía
• Callegari, Guido; Montanari, Guido (a cura di): Progettare il costruito. Cultura e tecnica per il
recupero del patrimonio architettonico del XX secolo. Milano: Francoangeli Ed., 2001.
• Choay, Francoise: Alegoría del patrimonio. Barcelona: Ed. Gustavo Gili, 2007.
• Cuppini, Giampiero: Progettare nel costruito: recupero e restauro nella città storica. Bergamo:
Moretti-Vitali Ed., 1999.
• Fernández, Roberto: Obras del Tiempo. Buenos Aires: Ed. Concentra, 2008.
• Huyssen, Andreas: El busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización.
México: Ed. Fce, 2002.
• Silvestri, Graciela. “Velos. Belleza natural, forma moderna y paisaje”. Revista Block Nº1. Buenos
Aires: UTDT, 1997.
• UNESCO. Nueva vida para las ciudades históricas. El planteamiento de los paisajes urbanos
históricos. París, 2013

Las Autoras
Miriam Bessone
Arquitecta. Magister en Didácticas Específicas (UNL). Especialista en Diseño y Proyectación (UNL). Pro-
fesora Titular en FADU UNL, Taller de Proyecto Arquitectónico 1. Coordinadora del Taller Introductorio
FADU UNL. Docente responsable del “Laboratorio proyectual de intervención en el patrimonio” FADU
UNL. Investigadora categoría III. Coordinadora y Docente en seminarios de Maestría y Posgrados FADU
UNL. Ejercicio de la profesión en estudio profesional MBessone.

María Laura Tarchini


Doctora en Investigación (Università di Bologna). Arquitecta (UNL). Profesora Adjunta Ordinaria en
FADU UNL, asignatura Teorías y Producción Arquitectónica en el Siglo XX. Investigadora categoría
III, temas vinculados al patrimonio construido. Coordinadora Académica Doctorado en Arquitectura
FADU UNL. Coordinadora y Docente en seminarios de Doctorado, Maestría y Cursos de Posgrado en
FADU UNL. Secretaria Académica de FADU UNL.

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B.07 LA COMUNIDAD ITALIANA Y LA PEDAGOGÍA
SALESIANA EN LA CIUDAD DE LA PLATA A FINES DEL
SIGLO XIX
IDENTIDAD EN UNA CIUDAD EN CONSTRUCCIÓN1
Virginia E. Galcerán2

Instituto de Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad


HITEPAC- FAU-UNLP

Un paisaje urbano en construcción


La federalización de la ciudad de Buenos Aires, en 1880 derivó en el proyecto de una nueva ciudad
capital con puerto propio- La Plata-. Elaborado por Dardo Rocha, abarcaba distintas escalas que
iban desde lo territorial a lo específicamente arquitectónico. Los planes elaborados consideraban
la infraestructura vial y ferroviaria de comunicación, la localización del puerto, el trazado urbano
de la ciudad y la resolución de los edificios que albergarían los poderes públicos, al ser trasladados
desde la ciudad de Buenos Aires. Acciones comprendidas en un contexto de esplendor económi-
co por el que transitaba nuestro país.3
Al año de asumir la gobernación el doctor Dardo Rocha, se promulgó la fundación de la ciudad
de La Plata- mayo de 1882-. La ejecución del proyecto posibilitó la transculturación de tipologías
y rasgos lingüísticos procedentes del Viejo Continente, con el que nuestro país tenía fuertes vín-
culos tanto económicos como culturales. E indujo a la convocatoria de mano de obra centrada en
la inmigración, que emprendiera la construcción edilicia, constituyéndose así, en el poblamiento
inicial4. Los italianos, conformaron el grupo prioritario, tal lo demuestran las cifras en 1884, año
en que se registraba una población de poco más de 6.800 habitantes, de los cuales, los italianos
representaban el 49%.
La permanencia de la comunidad italiana en el sitio se hallaba teñida por la dificultad del desa-
rraigo y la falta de protección estatal, tanto del gobierno de procedencia como del gobierno local.
Fueron los vínculos interpersonales, los que permitieron revertir la situación de la colectividad,
fortaleciendo el grupo.
El arribo de los Padres Salesianos a la capital provincial, se produjo en consecuencia de la necesi-
dad de contención espiritual que demandaba la comunidad italiana. A poco de su fundación, en
1882, los espacios destinados al culto se reducían, a una sola Iglesia – San Ponciano- cuyos servi-
cios religiosos resultaban insuficientes.
El Conjunto Iglesia y Colegio del Sagrado Corazón de Jesús – 1898-, constituye una de las primeras
1 Este trabajo forma parte de los avances realizados en el marco del Proyecto de Investigación La participación italiana en la construcción de los ámbitos de
sociabilidad de las ciudades de la Provincia de Buenos Aires entre los años 1880-1950 - Los casos de Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca y Balcarce – UNLP-
11/U122- Cuya Directora es la Esp. Arq. Fabiana Carbonari. El proyecto se halla radicado en el – HiTePAC- Instituto de Investigaciones en Historia, Teoría y
Praxis de la Arquitectura y la Ciudad. Facultad de Arquitectura y Urbanismo. UNLP.
2 Docente investigadora UNLP. Integrante del Proyecto de Investigación La participación italiana en la construcción de los ámbitos de sociabilidad de las
ciudades de la Provincia de Buenos Aires entre los años 1880-1950 - Los casos de Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca y Balcarce.
3 Cabe mencionar que en el desarrollo del proyecto, intervinieron con distinto grado de participación: el gobernador Dardo Rocha, su asesor técnico Pedro Benoit y el
Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires junto a tres Comisiones creadas para colaborar con la definición del emplazamiento, el diseño de la traza urbana
y la materialización de la ciudad.
4 En el trabajo final de la Carrera de Especialización de la Arq. F. Carbonari “Presencia italiana en la conformación del paisaje urbano de la ciudad de La Plata-(1882-1932). Trabajo
Final de Carrera, inédito, realizado en el 2009, se aborda la situación de los inmigrantes italianos en el territorio bonaerense y el asociacionismo reflejado en la sociedades mutuales.

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acciones que los Padres y Cooperadores Salesianos emprendieron en la ciudad de La Plata. Mate-
rializándose el ámbito de socialización que los italianos reclamaban.

Inmigración y Poblamiento en la ciudad capital


Para desarrollar el poblamiento de la nueva ciudad, desde lo estatal se estimuló la radicación de
la migración regional que acudía al centro urbano para desempeñar tareas administrativas. Se
promulgaron leyes que obligaban a todos aquellos que se desempeñaran como funcionarios pú-
blicos a fijar residencia en la ciudad, brindando beneficios a través de préstamos para la compra
de parcelas y la construcción de viviendas de material.
También se acudió a la convocatoria a través de representantes estatales enviados a Europa o me-
diante iniciativas privadas de empresarios que promovían la llegada a estas tierras de habitantes
del Mediterráneo.
La situación reinante en Italia repercutía favorablemente siendo considerable la cantidad de indi-
viduos que acudían al llamado.
Italia, había logrado su unificación definitiva recién en el año 1870. Su situación económica era crí-
tica pues al desequilibrio existente entre las zonas del norte y del sur, se sumó, en esos años, que
en las provincias del norte, más relacionadas con la situación europea, se produjera un incesante
crecimiento demográfico y la crisis del sistema productivo del campo. Por esa misma época, las
grandes y frecuentes inundaciones afectaron la llanura padana, constituyendo un duro traspié en
las economías regionales.
Efectivamente, la Argentina constituyó una opción más que válida para la inmigración italiana. El
arribo al país, de más de 400.000 italianos lo pone de manifiesto y nos permite afirmar que “pocas
décadas de la historia Argentina fueron tan italianas como la de 1880”.
Ese saldo migratorio positivo constituyó una pieza clave en el crecimiento demográfico del país y
por ende, un dato fundamental para el poblamiento de la ciudad de La Plata.
Como ya dijimos en torno a 1884 el 49% de los 6.800 pobladores, era de procedencia italiana y
estaban estrechamente vinculados con la construcción de la ciudad capital.
El acelerado poblamiento puso en crisis la norma que regía las construcciones a escala doméstica.
Por ella se fijaba que los particulares debían construir en mampostería y ocupando la línea muni-
cipal. Esta medida fue suspendida dando lugar al emplazamiento de construcciones de chapa y
madera, de manera de responder rápidamente a la demanda de alojamiento. La Comisión para
la Adquisición de Casas para La Plata se crea con el fin de encauzar la importación de casillas. En
este contexto el Gobierno entabló negocios con empresas norteamericanas que le proveyeron
viviendas para empleados, iglesias de madera, escuelas prefabricadas.
Pero a la falta de viviendas, en el caso de la comunidad italiana debían afrontar otras necesidades.
Entre ellas las más acuciantes estaban vinculadas con los servicios religiosos-educativos. Es en
respuesta a estos apremios que arriban los Salesianos a la ciudad de La Plata.

Los Salesianos
Los Salesianos pertenecen a la Congregación religiosa creada a mediados del siglo XIX (1859) por
Juan Melchor, más conocido como Don Bosco (n. 1815-m. 1888), en Turín (Italia).
El objetivo de la Congregación era convocar tanto sacerdotes como laicos consagrados a la edu-
cación de los jóvenes más necesitados. Conjuntamente con las Hijas de María Auxiliadora (1872)
y la orden de los Salesianos externos (1876), desarrollaron el método educativo identificado como

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sistema preventivo salesiano.
Don Bosco, elige a Turín que se hallaba en vías de industrializarse como su campo de acción. En
1853, pone en funcionamiento su primera escuela de Artes y Oficios5. En ella funcionaban, como
talleres de aprendizaje: sastrería, zapatería, carpintería, herrería y mecánica. Su influencia se ex-
tiende en Italia, siendo Génova y Niza6. Progresivamente se instalan en España, Bélgica, Francia y
Alemania.
Ante el anhelo de Don Bosco de evangelizar la Patagonia Argentina y la solicitud de Pío IX de
cuidar los 30 mil italianos dispersos en estas tierras, salió la primera expedición salesiana, en di-
ciembre de 1875, rumbo a Argentina. El objetivo, consistía en atender espiritualmente a los inmi-
grantes y crear escuelas para la capacitación de la juventud desprotegida7. Todos los sacerdotes
salesianos que integraban la misión detentaban actitudes docentes tanto en ciencias como en
catequesis. Más tarde arribaron las hijas de María Auxiliadora, en enero de 1879.
La situación de los inmigrantes italianos, en Buenos Aires, era particular. Un artículo publicado en
El Católico Argentino de tirada local, el día 28 de diciembre de 1875, bajo el título de Masonería,
expresaba
“Buenos Aires… se encuentra enteramente dominada y despotizada por la Masonería.
Sus logias o clubes se reúnen continuamente y sin cesar, se ocupan de promover por to-
dos los medios sus intereses antirreligiosos y antisociales…” (BRUNO, 1981; 32)
En 1877 el salesiano Don Francisco Bodratto describía en una carta:
“Hay también escuelas y diarios italianos pero alimentados, mantenidos, sostenidos
por los pérfidos masones para corromper a los obreros, los cuales son italianos casi to-
dos” (BRUNO, 1981; 33)
A diferencia de otras comunidades europeas como los bayoneses y franciscanos, entre otros, los
italianos no tenían capellanes. Esta situación llevó a que los padres salesianos fundaran Colegios y
Oratorios para la cristianización de la población.

Las primeras misiones


En la ciudad de Buenos Aires, los salesianos emprenden su actividad en la Iglesia de Mater Mise-
ricordiae o de los Italianos8, en las inmediaciones de Congreso9. La citada Iglesia había sido cons-
truida en 1867/68, para la Asociación de católicos italianos denominada Hermandad de María
Santísima de la Misericordia10, con recursos provenientes de católicos italianos interesados en su
5 La enseñanza de Artes y Oficios en Europa se halla vinculada a la historia de los gremios que data de la Edad Media siglo XI-XII. La formación de los artesanos se realizaba en
el taller-escuela a través del trabajo. En la segunda mitad del siglo XVIII, bajo la influencia de la ilustración y el pensamiento fisiocrático y liberal se inicia el cuestionamiento
de la capacitación vigente, manifestándose la necesidad de instalar un tipo de educación técnica- Campomanes y Jovellanos-. Desde lo estatal, la iniciativa gira en torno a
la disolución de las corporaciones gremiales. Pero esta medida provoca una crisis del aprendizaje y surge la necesidad social de la enseñanza popular de las Artes y Oficios.
Al imponerse el maquinismo, la situación del trabajo manual empeoró al verse relegada. Estableciéndose una dicotomía entre arte e industria. La Exposición Universal de
Londres-1851- en la que se presentaron productos industriales de diversas naciones europeas, dio cuenta de ello. Haciéndose evidente la urgencia de instrucción para el arte
industrial. Nicolaus Pevsner expresaba”no había duda fuera en Francia o en Inglaterra o en Alemania el problema de una mejor preparación para el arte industrial era de máxima
urgencia.”. A partir de 1855 y con más ímpetu luego de la Exposición de Londres de 1862, se establecieron Escuelas de Artes y Oficios tanto de carácter estatal como por
iniciativa privada. Lo posibilitaron tanto el desarrollo industrial como la regularización de los sistemas nacionales de educación. Ver Escolano Benito. Economía e Ilustración
en “El origen de la Escuela Técnica Moderna en España”. Historia de la Educación I. Salamanca 1982.
6 BRUNO, Cayetano. 1981. Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina. Volumen Primero. 1875-1894. Capítulo Quinto. “El Colegio de la calle Tacuarí en Buenos
Aires”. Páginas 76-77.
7 Integraban la misión el sacerdote Juan Cagliero, doctor en teología, los sacerdotes José Fagnano y Domingo Tomatis, ambos doctores en bellas artes, el sacerdote Juan
Bautista Baccino, profesor de metodología superior, el sacerdote Valentín Cassinis, profesor de metodología, Don Juan Bautista Allavena, profesor de gimnasia, Bartolomé
Molinari, profesor de gimnasia y maestro de música instrumental y vocal, Bartolomé Scavini, maestro de carpintería, Vicente Gioia, maestro de oficio de zapatería, Esteban
Belmonte, profesor de gimnasia.
8 Ubicada en calle Moreno entre Solís y Zeballos.
9 La citada Iglesia le fue ofrecida a Don Bosco por el Cónsul argentino en Savoro Juan B. Gazzolo, interiorizado de las irregularidades por las que transitaba la Hermandad, y la
misión salesiana a realizarse. En síntesis histórica del Barrio Monserrat, curiosamonserrat.com.ar
10 Creada en 1857 por consentimiento del obispo de Buenos Aires Mariano José de Escalada, según datos provenientes de la nota que don Rómulo Finocchio escribiera al
Arzobispo Federico Aneiros el 28 de abril de 1875. BRUNO, Cayetano. 1981. Opus cit. Volumen I. La citada Hermandad no tenía un espacio propio. En principio le fue asignado
el Templo de San Roque trasladándose luego al de San Nicolás de Bari.

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materialización11. Anexa a la Iglesia comenzó a funcionar una escuela, con 25 internos dirigida por
el padre Costamagna.
El primer Colegio Salesiano fue en San Nicolás de los Arroyos, a pedido del cura párroco Pedro
Bartolomé Ceccarelli por la situación reinante en el lugar cuya población tenía colegio sin personal
para regentearlo12. Su construcción se inició en 1874, en un terreno público donado por el Gobier-
no Provincial, a siete cuadras de la plaza principal, siendo inaugurado en marzo de 1876. Para su
atención siete salesianos, llegaron a San Nicolás13. Especial atención merece la Escuela de Artes
y Oficios –EAO de la calle Tacuarí esquina San Juan, en la que los padres salesianos instalaron ta-
lleres de capacitación para jóvenes carenciados y desprotegidos. Si bien la fundación había sido
obra de la Sociedad de San Vicente de Paul en 1869, la falta de recursos y personal hizo que el
proyecto no prosperara. Reactivándose en 1877 con un contrato entre la Sociedad Vicentina y los
salesianos avalados por sus antecedentes en materia de capacitación en artes y oficios en Italia.
Los salesianos tendrían a su cargo la dirección, administración e instrucción, en tanto la Sociedad
proveería de los medios para instalar un hospicio, ejerciendo la protección y tutela. Las activida-
des se iniciaron en 1877 con los talleres de encuadernación, sastrería, zapatería y carpintería. Los
primeros discípulos fueron niños carenciados sumados a niños procedentes del Asilo de Huérfa-
nos, de 12 a 16 años de edad, que en total ascendían a 25 aprendices14.
En mayo de 1877, los salesianos se hacen cargo de la parroquia de la Boca. La llegada de la tercera
expedición salesiana a Argentina, en diciembre de 1877, posibilitó disponibilidad e incorpora-
ción de personal, a la parroquia.
A principios de mayo de 1878, por Decreto del arzobispo Aneiros, el salesiano Esteban Bourlot,
se hace cargo de la parroquia de San Carlos en Almagro, desmembrada de la de San José de Flo-
res. En este contexto la comunidad salesiana buscó la posibilidad de tener un local propio para
plasmar el proyecto educativo basado en la enseñanza de oficios a jóvenes carenciados. Para ello
habilitó una casa contigua a la iglesia. A este espacio se sumaron los estudiantes de la escuela de
Mater Misericordiae15. La EAO recibió el nombre de Pío IX.16
Las misiones en la Patagonia, comenzaron el 20 de enero de 1880. Fecha en que llegaron los sa-
lesianos a Carmen de Patagones17. Desarrollaron su actividad en condiciones adversas, hasta en
noviembre de 1883, se crean un vicariato y una prefectura apostólica que abarcaba la Patagonia
e incluía las Islas Malvinas. Esta situación permitió una cristianización efectiva por parte de los
salesianos.

La obra salesiana en La Plata


La Iglesia y Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, está íntimamente ligada a la historia de los sa-
lesianos y de la comunidad italiana en la ciudad de La Plata desde sus orígenes ya que en 1885, a
tres años de haberse fundado la ciudad, arriban los salesianos, decididos a asistir a la población
inmigrante de nacionalidad italiana.
El sacerdote Giovanni Cagliero visita la ciudad, invitado por el padre Benjamín Carranza, cura
de la Iglesia San Ponciano. El citado Templo había sido construido a solicitud de la comunidad
italiana que, siendo numerosa, reclamaba un espacio donde se impartieran los oficios religiosos
y la educación infantil.
11 Datos obrantes en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. Sección Ministerio de Gobierno a 1875. Leg. 13, expediente 552.
12 Bruno, Cayetano. Opus cit. P 43
13 El padre Fagnano era el superior a cargo.
14 Bruno, Cayetano. Opus cit. Capítulo Quinto “El Colegio de la calle Tacuarí en Buenos Aires”. Página 76. El establecimiento de “Escuelas teórico prácticas de Oficios, Artes y
Manufacturas” deviene de 1875 cuando las Cámaras autorizaron al PE a llevar adelante el proyecto, que no prosperó.
15 Bruno, Cayetano. Opus cit. Capítulo Octavo “El Colegio de Pío IX de Buenos Aires”. Página 106.
16 Pío IX había fallecido en febrero de 1878.
17 En Julio de 1879, el general Julio A Roca había donado el viejo fuerte para iglesia, casa parroquial y escuela. En febrero de 1880 los salesianos se hacen cargo del citado solar.
En Capítulo Sexto “El General Lorenzo Vitter, Gobernador de la Patagonia y la misión salesiana.” P 297.

ISBN 978-987-23112-6-1 156


Así describía la situación de los inmigrantes italianos en la ciudad de La Plata, el padre José Ves-
pignani en una carta a Don Rúa, en noviembre de 1889.
“Sabrá que la iglesia de San Ponciano se debió a una decidida y fuerte protesta de nues-
tros italianos, que trabajaban cuando la fundación de La Plata; los cuales se levanta-
ron en masa gritando que ellos no eran animales para trabajar todo el año sin tener
siquiera una iglesia donde oír misa. Lo que obligó al Gobierno a edificar enseguida la
iglesia de San Ponciano, que es la actual y única parroquia para más de 60.000 almas”18
En esa oportunidad, el Gobernador de la Provincia Carlos D’Amico, propone al padre Cagliero, la
fundación de una escuela de Artes y Oficios y hacerse cargo de una capilla existente en la ciudad
sin sacerdote a cargo19. Para ello el Gobierno le donaba a los Salesianos, tierras en un sector de
la ciudad que aún no estaba delineado, “eran chacras con alguna que otra construcción”20. La
donación estaba sujeta a la condición que en un plazo determinado construyeran un Templo. El
terreno cedido por la Provincia, ocupaba la mitad de la manzana sita en la calle 9 entre 57 y 58.
(Figura 1).
En 1886, se erigen en ese predio, la capilla de los “Sagrados Corazones” y dos piezas de madera
anexas que funcionaban para el dictado de clases y para alojamiento de los religiosos21.

Figura 1: Capilla Sagrado Corazones. 1885. Fuente 100 Años de presencia salesiana en la
ciudad de La Plata. Biblioteca SCJ.

La escuela primaria inició su actividad el 23 de mayo con una población de 68 alumnos entre ni-
ños y jóvenes. Así lo anunciaba el diario La Época22, el 24 de mayo de 1886:
“NUEVA ESCUELA: Ayer se abrió la que debe ser dirigida por los Padres Sa-
lesianos, que tienen a su cargo la Capilla de los Corazones Unidos. Presta-
rá señalados servicios al vecindario infantil de aquellas inmediaciones”.23
Fue inaugurada oficialmente en el mes de agosto. A cargo estaban los padres salesianos Edvigio
Paolini, J.Frabrizzi y Marcelino Scagliola. En 1887 se nombra Director al padre Félix Caprioglio. E.
Paolini era administrador del Colegio y capellán del templo anexo, Director de Estudios y Maes-
tro de Grado.
Habiendo caducado en 1887, la donación por incumplimiento de la condición impuesta, ami-
gos y cooperadores salesianos juntan los recursos necesarios y compran el terreno iniciando la
construcción del templo a cargo de Luis Petroni y del maestro mayor de obra Batistela, según los
18 BRUNO, Cayetano. SDB. Capítulo Quinto. “Nuevas Fundaciones”. Página176.En Opus cit. Volumen Primero 1875-1894. Instituto Salesiano de Artes Gráficas. Buenos Aires.
1981.
19 La capilla existente era de madera traída de Norteamérica por iniciativa de una Comisión de Comerciantes. La misma había sido dedicada a los sagrados Corazones de Jesús
y María.
20 100 años de presencia salesiana en la ciudad de La Plata- 1886-1986. “La semilla se hace árbol…” Página 27
21 Posiblemente las construcciones formen parte del plan de adquisición de edificios industrializados, que el Gobierno Provincial, había encargado a la empresa Shaw Brothers
de Nueva York.
22 Diario local de la ciudad de La Plata.
23 Opus cit. “La semilla se hace árbol…” Página 28

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planos dibujados por el arquitecto salesiano Sebastián Pianna. En 1898 se inició la construcción
del templo. En marzo de 1902, hallándose aun en edificación, se inaugura con el traslado del San-
tísimo Sacramento desde la Capilla de los “Sagrados Corazones”.24

El Patrimonio construido
La Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús es de planta longitudinal con atrio, construida en base al
sistema tradicional de ladrillos portantes. Consta de tres naves y capilla lateral. La nave principal
remata en un ábside que alberga el Altar Mayor, cuyo diseño, junto a los altares de María Auxilia-
dora y de San José, fue realizado por el arquitecto salesiano Ernesto Vespignani25.
La cubierta de las naves fue resuelta con bóvedas de crucería. Una arquería de medio punto sobre
columnas monolíticas de granito rojo italiano enmarca el recorrido hacia el Altar Mayor, por enci-
ma de ella se desarrolla el claristorio. La torre campanario se ubica sobre la nave lateral izquierda
habilitándose como tal en 1913. La decoración del Templo fue realizada por el maestro Pedro
Vucetich y completada por el pintor Fusilier hacia 1917. El atrio se termina de construir en 1922.
La fachada de la Iglesia, se caracteriza por la articulación de luces y sombras, refleja la organización
del espacio interior. La presencia de contrafuertes, acentúa la partición en tres sectores. El espacio
central de la fachada concentra el mayor tratamiento, poniendo en crisis el sentido de verticali-
dad con el desarrollo de una galería, sobre el acceso al templo.
La torre campanario, construida posteriormente, sobre un lateral de la cabecera del templo, re-
mata en una cúpula apuntada, contrastando con el edificio, su desarrollo acentúa la verticalidad.
Soporta una cruz de once metros26. (Figura 2)

Figura 2: Vista del Conjunto Iglesia y Colegio. Estado


al año 1941. Fuente Biblioteca del SCJ

El templo expresa un carácter de fortaleza con mínimas caladuras representadas por las ventanas
de claristorio y las de las naves laterales. Ambas cubiertas con vitrales que tamizan la luz interior,
creando una atmósfera de sobrecogimiento caracterizada por la penumbra, que encuentra el cen-
tro de atención en la luminosidad que enfatiza la presencia del Altar Mayor.
El lenguaje arquitectónico utilizado en la iglesia SCJ, recrea elementos del románico bizantino
característico de las iglesias del siglo V al VIII en Europa. Relacionándose con las construcciones de
la región Lombarda en el norte de Italia. Características que lo hacen identitario de la colectividad.

24 Opus cit. “La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús”. Páginas 35-40.
25 Los hermanos José y ErnestoVespignani formaban parte de la comunidad salesiana. José se desempeñó como inspector en el ámbito de la provincia de Buenos Aires desde su llegada
junto a la tercera expedición salesiana a Argentina, en diciembre de 1877 presidida por el padre Costamagna, cuando se hallaba al frente del Inspectorado el padre Francisco Bodratto.
Al tanto de las necesidades edilicias, José informaba convocando la participación de su hermano menor Ernesto. Quien se graduó en 1879 de la Academia Albertina deTurín, en la que
estudiódibujo,alentadoporDonBosco. InmediatamentecreólaOficinaTécnica–OT-dearquitecturadelaOrdenSalesiana.SiendomiembrodelaSociedadCentraldeArquitectosdela
RealAcademiadeSanLucca.AlveniralaArgentinaen1901trasladolaOT.ParaeseentonceselproyectodeSanCarlosenAlmagro,quehabíainiciadoenItaliaestabalistoparaconcretarse.
Entre las obras del arquitecto salesiano se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón y de María Auxiliadora en Colonia Vignaud, Departamento de San Justo en Córdoba. La
Basílica de San Carlos Borromeo y María Auxiliadora ubicada en el barrio de Almagro, emparentada con la iglesia María Auxiliadora de Valdocco ubicada en Turín - Italia
(1868).
26 El Obispo Monseñor Terrero bendijo la cruz en setiembre de 1913 y la entrego a Monseñor Costamagna.

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Respecto del Colegio que se desarrolla adyacente al edificio responde al mismo criterio estructu-
ral de mampostería portante cubierto de estructura de madera y chapa. El proyecto inicial com-
prendía una tira de locales de una sola planta que se relacionaban con el patio a través del espacio
semicubierto de la galería, vinculaba las aulas con los locales de servicio. El lenguaje utilizado
recreaba el italianizante de la escala doméstica recreado en las casas “chorizo”, revestía austeridad
con carencia de ornamentos, sólo acentuaba zócalo y cornisa con una moldura saliente que obra-
ba de guardapolvo. El ritmo lo marcaban las pilastras que denotaban cierto refuerzo estructural
alternando con las aberturas daban cuenta de la función contenida. (Figura 3)

Figura 2: Colegio de Artes y Oficios- SCJ- 1891- Luis Petroni- La


Plata. Fuente Dirección de Obras Particulares- Municipalidad de
La Plata.

Identidad en un paisaje urbano en construcción


La labor de los salesianos, a fines del XIX, fue significativa para la comunidad italiana y los jóvenes
desprotegidos de la sociedad en su conjunto. Su accionar estuvo vinculado a lo eclesiástico y a
lo pedagógico destacándose la puesta en funcionamiento de talleres de capacitación en distintos
oficios que posibilitaron una inserción laboral de jóvenes carenciados en situación de abandono.
Su obra, con el transcurrir del tiempo fue mayor, extendiéndose en el territorio bonaerense donde
la asistencia religiosa y los requerimientos sociales lo demandaban.
En la ciudad de La Plata, las primeras acciones de contención de la colectividad italiana, empren-
didas por la congregación Salesiana, se materializaron en el Templo del SCJ y el Colegio Salesia-
no, constituyendo los espacios de sociabilización que la comunidad reclamaba. La obra, desde lo
técnico ejecutando el oficio aprehendido en su Italia natal, como desde lo lingüístico mediante la
policromía, establecía el nexo de la colectividad con el lugar de procedencia, recreando en la ex-
presión arquitectónica realizaciones salesianas contemporáneas italianas en especial de la región
Lombarda.

Templo del Sagrado Corazón de Jesús en La Plata. Fuente: Registro fotográfico 2012

ISBN 978-987-23112-6-1 159


Bibliografía
• AAVV, “Buenos Aires Italiana”, Buenos Aires. Gobierno de la Ciudad, 2009.
• Bruno, C. Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina. Buenos Aires. 1981
• Carbonari, F. Presencia italiana en la conformación del paisaje urbano de la ciudad de La
Plata-(1882-1932), Trabajo Final de Carrera, inédito. La Plata, 2009.
• Devoto, F. Historia de los Italianos en la Argentina. Buenos Aires. 2006.
• 100 Años de presencia salesiana en la ciudad de La Plata. 1886-1986.

La Autora
Virginia Edith Galcerán
Arquitecta. Egresada Facultad de Arquitectura y Urbanismo. UNLP(1984). Docente de la cátedra His-
toria de la Arquitectura Taller Vertical Nº 1, desde 1997. Investigador Categoría IV- UNLP. Integrante de
la Unidad de Investigación Nº 10 del IDEHAB, dirigida por el arquitecto Longoni, período 1995-2011.
Actualmente pertenece al Instituto de Investigación en Historia, Teoría y Praxis de la Arquitectura y
la Ciudad, director arquitecto F. Gandolfi (2012 y continúa). Cursa estudios en la Maestría en Conser-
vación del Patrimonio CRIP- FAU-UNLP.

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B.08 LAS PIEDRAS ORNAMENTALES DE LA CIUDAD DE
BUENOS AIRES
Un patrimonio a revalorizar
José Sellés-Martínez

Dpto. de Ciencias Geológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales


Universidad de Buenos Aires

Las piedras de la Ciudad


La presencia del material pétreo en el ámbito urbano puede tener lugar de diferentes modos,
dependiendo de la localización y entorno geográfico-geológico del ejido urbano, de los hábitos
constructivos y del potencial económico de sus moradores. Estos modos de presentación de la
roca pueden ser muy diferentes:
a. Ciudades labradas casi íntegramente en la piedra: Sería el caso de aquéllas como Massera (Italia),
Kaimakli (Turquía) o Petra (Jordania). En general las mismas ya han sido reconocidas como de
muy alto valor patrimonial.
b. Afloramientos: Se trata de la exposición natural del material rocoso. Se incluyen aquí aflora-
mientos asociados a relieves abruptos, a las orillas de cauces de ríos o arroyos que no han sido
intervenidas y también debido a la conservación, dentro del ámbito urbano, de áreas naturales
destinadas a actividades recreativas, etc. Ejemplos de ciudades en las que puede verse aún su
sustrato pétreo son Atenas (Grecia) con su Acrópolis, Santiago (Chile) con su Cerro Santa Lucía
o Edimburgo (Reino Unido) con el Holyrood Park. Más reducidos en su magnitud, pero siempre
de interés como patrimonio, pueden mencionarse también afloramientos rocosos como los
del Central Park de Nueva York (USA) o en Teruel (España), por citar dos ejemplos entre cien-
tos. La ciudad de Buenos Aires, si bien originalmente exhibía los estratos sedimentarios de su
sustrato geológico en las barrancas que dan al río o incluso en los cauces de algunos arroyos,
ha visto los mismos relegados por la urbanización a unos pocos puntos aislados (barrancas de
Belgrano o del Parque Lezama) pero muy modificados por los trabajos de ornamentación y
jardinería, siendo imposible reconocer en su superficie la geología subyacente.
c. Parques o jardines de rocas: Están constituidos por grandes bloques de piedras de diferente
origen colocadas con intención estética y/o didáctica. Un muy interesante ejemplo de colec-
ción de rocas exhibidas en un parque público se encuentra en la ciudad de Aosta, en los Alpes
italianos (Figura 1a), pero Buenos Aires no cuenta aún con un espacio así, si bien hace algunas
décadas, desde la Asociación Geológica Argentina se intentó la concreción de una obra de
este tipo.
d. Estatuaria en espacios públicos: Las esculturas en piedra expuestas en diferentes puntos de la
ciudad y también sus plintos o pedestales muestran diferentes rocas provenientes de diversos
lugares del mundo. En Buenos Aires son abundantes los ejemplos de este tipo. Puede mencio-
narse el mármol (¿Carrara?) de la estatua de José Mazzini en la Plaza Roma, por ser la primera
escultura de piedra en un paseo público de la Ciudad de Buenos Aires, como ejemplo de ello.
Con respecto a los pedestales pueden destacarse el de granito rosa del monumento a Carlos

ISBN 978-987-23112-6-1 161


de Alvear o la brecha serpentínica verde y morada del mausoleo de Manuel Belgrano.
e. Edificios de piedra: Su abundancia o rareza en la estructura urbana está vinculada tanto a la
distancia a las canteras proveedoras como a la economía privada y pública de la ciudad. Desde
Roma al Taj Mahal, pasando por Cuzco, son innumerables las ciudades que cuentan con edifi-
cios, muchos o pocos, construidos íntegramente en piedra. En la ciudad de Buenos Aires, sin
embargo, no existen ejemplos notables de este tipo de construcciones debido a su lejanía con
respecto a los centros productores de piedra.
f. Revestimientos y pisos de piedra: Esta alternativa es la más difundida ya que, aún en aquéllas
ciudades asentadas en la proximidad de canteras, permite una mayor variedad de diseños y
calidades en la terminación de las superficies de muros y suelos. En la ciudad de Buenos Aires,
los modestos zócalos de mármol blanco como los que aún pueden verse en la casa de Atucha
(Suipacha 50), o el austero frente de la de los Ezeiza (Defensa 1179) y los viejos pisos en dame-
ro blanco y negro, característicos del Siglo XIX, van siendo reemplazados sistemáticamente
por revestimientos de mayor importancia y piedras de mayor fuerza ornamental a medida que
las modas arquitectónicas cambian durante los siglos XIX y XX. El del Congreso Nacional es,
sin duda, el edificio revestido en piedra de mayor envergadura de la ciudad, pero son infinitos
los ejemplos de frentes y zaguanes que lucen mármoles y granitos (utilizando estos términos
en su acepción comercial) de los más variados orígenes geográficos y geológicos. Tanto las
pizarras de las mansardas, por ejemplo, como los diferentes tipos de adoquines, más o menos
abundantes en diferentes zonas de la ciudad y las pocas aceras que restan pavimentadas con
enormes bloques de caliza o de granito se integran en esta categoría.
g. Objetos muebles realizados en piedra: Si bien son abundantes, en general pertenecen al campo
de estudio de los arqueólogos urbanos, caen fuera del ámbito de interés de esta contribución
ya que no se encuentran en espacios abiertos o fácilmente accesibles desde la calle.

Figura 1:
Izq. Muestras con sus carteles explicativos en el
parque de la ciudad de Aosta (Italia).
Der. Bloques de selenita, variedad de yeso
característica de la ciudad de Bolonia (Italia)

Es importante señalar aquí que los materiales pétreos naturales constituyen patrimonio arquitec-
tónico y estético pero, además, son interesantes ejemplos de fenómenos y procesos geológicos,
pero sólo “visibles” para quién ha recibido alguna formación al respecto, lo que justifica y estimula
la producción de materiales y actividades con ese objetivo.

La divulgación del conocimiento del patrimonio pétreo


El patrimonio pétreo urbano ha sido reconocido y defendido como tal desde hace ya varias déca-
das y no es intención de esta presentación abundar en el tema ya que existen numerosas asocia-
ciones e instituciones abocadas a ello. Como resultado del estudio científico del patrimonio pé-
treo urbano se publican numerosos artículos generados por y dirigidas a especialistas (del tipo de

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Menduiña-Fernández et al., 2005 o Masriera et al., 2005). Sin embargo, es importante destacarlo,
no son muchas las ciudades en las que el visitante o el habitante tienen acceso a publicaciones de
fácil lectura referidas a ese patrimonio y tampoco guías en las que se destaque el material pétreo
como objeto de observación y comentario. Sin embargo existen algunos ejemplos que merecen
ser destacados con la salvedad que son sólo aquéllos de los que el autor ha podido tomar conoci-
miento existiendo, sin duda, otros.

Figura 2:
Izq. Fachada revestida en travertino de Florida y
Perón, esquina NE.
Der. Fósil en una placa de Rosso Verona, en el
cementerio de la Recoleta.

Las diferentes tipologías que estos materiales, concebidos y destinados para la divulgación del
valor y características del patrimonio pétreo, pueden adquirir podrían ser agrupadas en:
• Colecciones de láminas que reproducen el aspecto típico de las rocas de revestimiento más
frecuentes, con el objeto de facilitar su identificación.
• Memorias de los edificios y lugares emblemáticos de la ciudad en los cuales pueden observarse
piedras y referencias al tipo litológico y proveniencia de las mismas.
• Planos en los que se señala la localización de los puntos en que pueden observarse determinados
tipos de piedras.
• Guías didácticas con referencia a la localización, clasificación y detalles geológicos de las
piedras expuestas en diferentes puntos de la ciudad.
• Artículos en los medios.
• Materiales específicamente desarrollados para uso en la enseñanza formal.
A continuación se describen con algo de detalle los grupos señalados, basados exclusivamente en
la colección que ha podido reunir el autor. En aquéllos casos en que ha sido identificada su exis-
tencia, se incluye la cita del sitio de Internet en el que se encuentran disponible el trabajo citado.

Colecciones de fichas
Bajo el nombre “Pero… ¿hay rocas en la calle? (Carrillo-Vigil y Gisbert, 1993), el Ayuntamiento de la
Ciudad de Zaragoza publicó una guía de rocas ornamentales de la ciudad como herramienta bá-
sica para la educación de la comunidad en el reconocimiento y valoración de las mismas. La guía
incluye la descripción de 34 tipos diferentes de piedras de escultura y revestimiento presentes en
la ciudad, fotografías e información pormenorizada sobre diferentes aspectos de la clasificación
de las rocas y sus propiedades, por una parte, y por otra, acerca de la localización de los puntos en
que puede vérselos. Más sencilla es la colección de 16 tarjetas postales plastificadas (Broadhurst
et al., sin fecha), que reproducen la textura y color de la piedra en tamaño natural y contienen, en
el reverso, una breve explicación acerca de la clasificación y características de la roca.

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Memorias de los edificios y lugares emblemáticos
Entre los ejemplos coleccionados pueden citarse el pequeño libro “The Building Stone Heritage of
Leeds” (Dimes and Mitchel, 1996) que aborda la historia arquitectónica de la ciudad, su sustrato
geológico, las características de la piedra de construcción y propone diferentes paseos patrimo-
niales/ geológicos. La obra se completa con referencias a la clasificación de las rocas y los proble-
mas de preservación de las mismas. De dimensiones más reducidas es la obra de Martínez-Torres
(2013) que describe tanto la historia geológica del territorio como las canteras y piedras emplea-
das en la construcción de la ciudad de Vitoria (España). Menos extensa aún es la guía “Rock Around
Liverpool” (Pitcher et al., 2001) que incluye una introducción a la clasificación de las rocas, una
descripción de la vista desde la torre de la catedral y paseos geológicos, junto a un apéndice de
nombres de rocas ordenados alfabéticamente con referencias al sitio donde pueden verse y a la
página en que fueron mencionados. La publicación se completa con un plano en el que se han
señalado los puntos de mayor interés de los recorridos geológicos. En el formato de artículo pu-
blicado en revistas especializadas, pero destinados fundamentalmente a la divulgación, pueden
mencionarse “Piedras de la arquitectura milanesa” (Bugini y Folli, 2008) y “La piedra natural y su
presencia en el patrimonio histórico” (Fort-González, 2009). Una interesante serie de artículos
publicados por la Societá Italiana di Geología Ambientale está disponible en el sitio http://www.
sigeaweb.it/documenti, entre los que se puede mencionar como ejemplo “Dall´Egitto all´Istria:
viaggio tra la pietre di Modena” (Luigi, 2010).

Planos
El desplegable “The Stones of Bologna, Lithology of a city” preparado por la Universitá degli Studi
de Bologna (Italia) y el Servizio Geologico, Sísmico E Dei Suoli de la Emilia Romagna (Italia) para la
Comuna de la ciudad de Bolonia, condensa una enorme cantidad de información producida por
un numeroso equipo interdisciplinario en un pliego de 79cm x 125cm. En este inmensa superficie,
doblada hasta reducirla a un folleto de 14cm x 21cm, se presenta un plano de la ciudad en escala
1:3500, con el detalle de sus calles y la localización de los puntos de interés, un conjunto de foto-
grafías de edificios con descripción histórica y litológica, agrupados por barrios (cuya localización
puede verse en un segundo plano, más pequeño que el anterior) y una breve descripción de los
tipos litológicos de mayor relevancia. En las antípodas se ubica el material producido por el British
Geological Survey sobre la plaza de Trafalgar Square, en Londres (Robinson y Litherland, 1996). Es
un tríptico de 30cm por 42cm una vez abierto y está impreso sobre cartulina plastificada. En su
interior muestra una perspectiva aérea de la zona, con un corte hipotético que muestra la geolo-
gía del subsuelo. Sobre esa figura se señalan los puntos en los que, por distintas causas (estatua,
revestimiento, etc.) aparecen piedras. Las explicaciones se desarrollan en el anverso, que incluye
también una breve reseña sobre la historia geológica del subsuelo de Londres. El Dr. E. Robinson,
uno de los autores fue uno de los pioneros en señalar, en los años ´70, la importancia de las rocas
de construcción y revestimiento en el patrimonio urbano y para la enseñanza de la Geología.

Figura 3: Diferentes tipos de guías del


patrimonio pétreo urbano:
Izq.: Desplegable de la ciudad de Bolonia
(Italia)
Centro: Libro de la ciudad de Girona (España)
Der.: Tríptico de la Plaza de Trafalgar, en la
ciudad de Londres (UK)

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Guías didácticas
Entre los diferentes trabajos agrupables en este ítem pueden mencionarse: “La pedra de Girona”
(Brusi, 1999) publicado por el Ayuntamiento de Girona. El librito, de 11cm x 24cm, puede ser lle-
vado con facilidad en el bolsillo trasero del pantalón y consultado con la frecuencia que haga falta
sin demasiado esfuerzo. Sus tapas reforzadas ayudan a su conservación y su encuadernación es-
piralada facilita la consulta. Está exclusivamente dedicado a la “pedra de Girona”, obtenida en can-
teras próximas a la ciudad y usada en ella con profusión. Se presenta una descripción geológica
del material y una reseña del modo en que se extrae de las canteras y se prepara para su empleo.
Propone también un itinerario urbano con paradas que permiten apreciar las características seña-
ladas en el capítulo anterior y contienen un anexo que brinda mayor detalle acerca de los fósiles
presentes, los nummulites, que constituyen la características distintiva de esta roca. “Geología en
las Paredes”, la contribución de Lozano et al. (2010), preparada para la Semana de la Ciencia de
Madrid y dirigida al público general resulta otro ejemplo de interés. El desplegable “Discovering
Edinburgh´s volcano” (Land y Cheeney, 2000), por su parte, ofrece información, descripciones y
un itinerario para recorrer los afloramientos de rocas volcánicas de la ciudad de Edimburgo. En el
sitio http://www.bgs.ac.uk/discoveringGeology/geologyOfBritain/buildingStonesLondon/home.
html, el British Geological Survey publica una reseña de las más importantes obras en piedra de
Londres, con detalles arquitecturales e históricos de las mismas.

Artículos en los medios


Mucho menos frecuentes de lo que cabría suponer, los artículos preparados por divulgadores
científicos describiendo las rocas de una determinada ciudad, encadenando conceptos artísticos,
históricos y científicos son, sin embargo, uno de los vehículos más potentes de diseminación del
conocimiento geológico y de la formación de conciencia de valorización y preservación del patri-
monio pétreo. Sólo han podido encontrarse dos ejemplos al respecto, aunque con seguridad no
son los únicos. Carrillo-Vigil (2004) publica una nota de 17 hojas en las que sintetiza y actualiza
gran parte de la información que presentara en Carrillo y Gisbert (1993) y, más recientemente,
Gordon (2014) publica un trabajo que puede considerarse arquetípico de divulgación científica
sobre el tema a partir de las piedras de construcción en Londres y Nápoles (http://moreintelligent-
life.com/content/features/helen-gordon/urban-geology.

Figura 4: Dos ejemplos de guías urbanas:


Izq. Para la ciudad de Florencia (Italia),
Der. Para la ciudad de Huddersfield (U.K.)

Materiales específicamente desarrollados para uso en la enseñanza


La propuesta del aprovechamiento de las rocas ornamentales para la enseñanza de la geología
es, como se ha dicho, de vieja data y sobre el tema se han desarrollado numerosas publicaciones
específicas cuyo tratamiento escapa a los objetivos del presente trabajo, aunque no puede dejar
de mencionarse la serie de materiales nominada “Pero… ¿Hay rocas en la calle? (Carrillo-Vigil y

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Gisbert, 1993) preparado para la ciudad de Zaragoza (España) que consta de diversos materiales
que incluyen la colección de fichas ya descripta a la que se agregan un cuaderno de actividades
destinado al alumnado, y otro con información e instrucciones para los docentes. Se propone a
los interesados en este tipo de trabajos visitar el sitio de la Revista de la Asociación Española para
la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra en el que pueden consultarse los numerosos artículos allí
publicados.
Un párrafo especial merecen finalmente dos libros muy particulares: “Rochas e historia do patri-
monio cultural do Brasil e de Minas” (Costa, 2009), si bien rebasa los límites de una ciudad en par-
ticular, se constituye en un producto de divulgación científica y cultural que es modelo en cuanto
a calidad de investigación, de ilustración y de diseño gráfico del que cualquier ciudad se sentiría
orgullosa. “The seven hills of Rome” (Heiken et al., 2005), es quizás una de las publicaciones para-
digmáticas en la divulgación del patrimonio geológico de una ciudad. Si bien la edición es rústica
y las ilustraciones en blanco y negro, su texto es a la vez dinámico y erudito, y enlaza permanen-
temente los temas geológicos, artísticos e históricos, tan estrechamente unidos en esta ciudad.

Geología y patrimonio pétreo de la Ciudad de Buenos Aires


Son sumamente escasas las obras de divulgación de la geología de la ciudad de Buenos Aires y
es quizás el libro “El Paisaje Natural bajo las calles de Buenos Aires” (Nabel y Pereyra, 2002) la obra
más actualizada. Historiadores y arqueólogos, por su parte, han abordado el tema de las piedras
en la construcción y en los objetos (Hernández de Lara et al., 2012; Schavelzon, 2013) pero por el
momento, parecería que la única guía o itinerario preparado para la identificación de diferentes
materiales pétreos en un circuito urbano es el trabajo de Sellés-Martínez y Carrillo-Vigil (2006)
existiendo sin duda una imperiosa necesidad de estudio, valoración y divulgación del valor de las
piedras de revestimiento de la ciudad y, además, de su utilidad para la enseñanza de la Geología,
asignatura que –aunque lentamente- está siendo recuperada en el currículo de la educación obli-
gatoria.
Desde hace más de quince años, el Dpto. de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exac-
tas y Naturales (UBA) desarrolla, a través de su programa de divulgación denominado AULAGEA,
acciones dirigidas a la difusión y valorización del conocimiento geológico (Sellés-Martínez 2013,
2010a y b). En ese marco se realizan actividades y se generan materiales referidos a la presencia de
los materiales geológicos en la vida cotidiana y en las diferentes formas del arte, incluida en ellas
la arquitectura. Al respecto, y con motivo del evento Buenos Aires Piensa, del año 2004, se preparó
una exposición titulada “¿De qué está hecha la ciudad?” en la que se destacaba la presencia natu-
ral o manufacturada de los materiales geológicos en el entorno urbano.
Actualmente, y con el objetivo de paliar las deficiencias señaladas en el párrafo anterior, se ha
encarado un nuevo programa referido a la identificación, clasificación y divulgación del patrimo-
nio pétreo de la ciudad. Ha sido denominado “Virrey Juan José de Vértiz” en homenaje a quién, al
encarar el empedrado de las calles centrales de la ciudad de Buenos Aires, introdujera el primer
uso sistemático de la piedra en el mejoramiento de la misma. Participarán de él docentes y alum-
nos del Dpto. de Cs. Geológicas. En su marco se realizarán exposiciones, conferencias, itinerarios
guiados y cursos y talleres de capacitación y se generarán materiales didácticos y de divulgación.
Si bien se han encarado ya algunas acciones preliminares, el programa se iniciará formalmente en
Marzo del 2015 y se prolongará por dos años.

Materiales a producir durante el desarrollo del proyecto

Fichas descriptivas
Para cada punto de interés y cada roca consignarán: a) Ubicación pormenorizada, b) Nombre cien-

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tífico y comercial, c) Descripción y clasificación, d) Proveniencia sugerida, e) Características sobre-
salientes, f ) Interés didáctico, g) Foto con escala y h) Comentarios adicionales.

Base de datos de puntos de interés


Se confeccionará una base de datos tipo GIS con las coordenadas, dirección y Nº de ficha de cada
sitio relevado.

Circuitos geo-culturales
En forma similar a la ya mencionada “Guía Geológica de la Calle Florida”, se prevé la preparación de
otras guías de calles o circuitos barriales (“Guía Geológica de la Avenida de Mayo y alrededores”,
“Guía Geológica del Cementerio de la Recoleta”, etc.)

Plano de localización de puntos de interés


A partir de la base de datos de puntos de interés se confeccionarán planos parciales que servirán
de base al armado de los circuitos.

Folletos y guías didácticas


Con un diseño adecuado y redacción amena combinarán la información de las fichas y los planos
de localización.

Artículos de divulgación para los medios


Se prevé contar para ello con el auxilio del personal especializado de la Facultad.

Muestras y conferencias
Dirigidas tanto al público general como a especialistas del área de la arquitectura y el patrimonio
urbano. Estarán a cargo de especialistas y contribuirán a la difusión de los materiales y objetivos
del programa.

Actividades y materiales de capacitación para docentes


Se prepararan como actividades a desarrollar tanto en la Facultad (en el marco de las Semanas de
Enseñanza de las Ciencias, Noche de los Museos, etc.) como en ámbitos externos (Establecimien-
tos Educativos, Instituciones públicas y privadas, etc.) y servirán para acercar a los docentes tanto
los materiales desarrollados como estrategias destinadas a su óptimo aprovechamiento en clase.

Conclusiones
El valor patrimonial, tanto cultural como natural, de las piedras presentes en el paisaje y la arqui-
tectura de la ciudad está siendo valorizado en forma creciente y comienza a constituirse en un
atractivo adicional en la oferta turística de muchas ciudades. Si bien Buenos Aires carece de aflora-
mientos de rocas y de edificios de piedras, posee en gran cantidad y calidad estatuas, monumen-
tos y edificios de piedra que es necesario describir, valorar y difundir como parte constituyente
del patrimonio urbano. Las mismas son, además, vehículo inmejorable para la divulgación del
conocimiento geológico entre los docentes, estudiantes y público general. El Dpto. de Ciencias
Geológicas (FCEyN-UBA), consciente de su responsabilidad en las tareas de extensión inherentes a
la labor Universitaria, ha organizado un proyecto para contribuir a paliar la escasez de información
y materiales al respecto.

ISBN 978-987-23112-6-1 167


Bibliografía
• Brusi, D., 1999. La pedra de Girona. Edición del Ajuntament de Girona (Girona). 75 págs.
• Broadhurst, F., R. Porter y P. Selden, Sin fecha. Building stones postcards set. University of
Manchester (Manchester).
• Bugini, R. y L. Folli, 2008. Piedras en la arquitectura milanesa. Materiales de Construcción
(Madrid). Vol. 58 (289-290), págs. 33-50.
• Carrillo-Vigil, L., 2004. Mensajes en una pared. Naturaleza Aragonesa (Zaragoza). Nº 13 (Jul-Dic
2004), págs. 15-32.
• Carrillo-Vigil, L. y J. Gisbert, 1993. Pero… ¿hay rocas en la calle?. Edición del Ayuntamiento
de Zaragoza (Zaragoza). Incluye Cuaderno para el profesorado (48 págs), Cuaderno para el
alumnado (61 págs.) y Guía de rocas ornamentales de Zaragoza (144 págs).
• Costa, A. G., 2009. Rochas e Historias do Patrimonio Cultural do Brasil e de Minas. Editorial
Bem-te-ví (Río de Janeiro). 291 págs.
• Dimes, F. G., y M. Mitchel, 1996. The Building Stone Heritage of Leeds. Proceedings of The Leeds
Philosophical and Literary Society-Special Publication. (Leeds). 112 págs.
• Fort-González, R., 2009. La piedra natural y su presencia en el patrimonio histórico. Enseñanza
de las Ciencias de la Tierra (Madrid), V17-1, págs.. 16-25.
• Gordon, H., 2014. Urban Geology. Inteligent life. Agosto-Septiembre. Págs. 78-83.
• Heiken, G., R. Funiciello y D. De Rita, 2007. The Seven Hills of Rome, a Geological Tour of the
Eternal City. Editorial Princeton University Press (Princeton). 245 págs.
• Hernández de Lara, O., H. Padula, E. Bernat y R. Orsini, 2012. Una roca ígnea en la excavación de
la Casa del Virrey Liniers. Hallazgos arqueológicos en la Casa de Liniers (nota XXVI). Patrimonio
e Instituto histórico de la Ciudad de Buenos Aires (Buenos Aires). 5 págs.
• Land, D. H. y R. F. Cheeney, 2000. Edinburgh Geological Society (Edimburgo). Desplegable.
• Lozano, R., E. Díaz, R. Jiménez y E. Baeza, 2010. Geología en las paredes: las rocas de tu ciudad.
10ª Semana de la Ciencia de Madrid. Guía del itinerario. Edición del Museo Geominero. Instituto
Geológico y Minero de España (Madrid). 16 págs.
• Luiggi, S., 2010. Dall´Egitto all´Istria: Viaggio tra la pietre di Modena. Geología dell´Ambiente
(Roma), Nº 2, págs. 31-41.
• Masriera, A., A. Caminal, R. Navarro, V. Planella y J.A. Samper, 2005. Les roques del Temple de
la Sagrada Familia. Un itinerari petrografic a través dels seus elementes arquietectonics y
ornamentals. Treballs del Museu de Geología (Barcelona), 13, 83-113.
• Martínez-Torres, L.M., 2013. Historia de Gasteiz y Vitoria. Edición de la Universidad del País
Vasco (Bilbao). 79 págs.
• Menduiña-Fernández, J., 2005. Las piedras utilizadas en la construcción de los bienes de interés
cultural de la comunidad de Madrid anteriores al Siglo XIX. Instituto Geológico y Minero de
España (Madrid). 133 págs.
• Nabel, P. E. y F.X. Pereyra, 2002. El paisaje natural bajo las calles de Buenos Aires. Ed. Del Museo
Argentino de Ciencias Naturales (Buenos Aires), 123 págs.
• Pitcher, W., H. Davies, N. Harrison, R. Wright, H. Clark y J. Crossley, 2001. Rock around Liverpool.

ISBN 978-987-23112-6-1 168


Editado por Liverpool Geologícal Society (Liverpool). 28 págs.
• Robinson, E., y M. Litherland, 1996. Holiday Geology Guide: Trafalgar Square. Editado por British
Geological Survey (London). Desplegable.
• Schávelzon, D., 2013. Lítica histórica. La piedra en Buenos Aires en los siglos XVI al XX, usos y
tecnologías. Aspha Ediciones (Buenos Aires). 112 págs.
• Sellés-Martínez, J., 2013. Informal Educational Strategies in Teaching Geosciences When Formal
Courses Are Unavailable: The Experience of AulaGEA in Buenos Aires, Argentina. Journal of
Geoscience Education. Vol. 61, No. 1, pp. 3-11.
• Sellés-Martínez, J., 2010a. Aulagea: 10 años de acción del Programa de Extensión del
Departamento de Ciencias Geológicas de la FCEyN-UBA. Simposio de Enseñanza de la
Geología. XIX Congreso Geológico Argentino. Asociación Geológica Argentina. Publicación
Especial Serie D Nº 13, págs. 34-41.
• Sellés-Martínez, J., 2010b. Piedras por doquier, un ensayo de aproximación geológica a la
cultura y a sus aplicaciones pedagógicas. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, V 18 (3). págs.
239-249.
• Sellés-Martínez, J., 2006. Geología de la calle Florida (Buenos Aires, Argentina): Parte 2, Litologías
y estructuras identificables. XIV Simposio de Enseñanza de la Geología (Aveiro, Portugal). Actas,
págs. 491-496.
• Universitá degli Studi de Bologna y Comune di Bologna, 2005. The Stones of Bologna.
Desplegable.

El Autor
José Sellés-Martínez
Licenciado y Doctor en Geología por la Universidad de Buenos Aires, institución en la es profesor e
investigador con dedicación exclusiva. Además de sus aportes a las Ciencias Geológicas, ha incursio-
nado también en temas vinculados con su enseñanza en ámbitos escolares y populares y ha producido
numerosas publicaciones y actividades en el área. Su interés personal en la ciudad de Buenos Aires, su
historia y patrimonio, lo acercaron al Museo de la Ciudad, de cuya Asociación de Amigos es Miembro
Fundador, y a instituciones vinculadas a su historia, como el Instituto de Investigaciones Históricas de
la Manzana de las Luces, de cuya Comisión Directiva es actualmente Presidente.

ISBN 978-987-23112-6-1 169


B.09 LOS JÓVENES DE VILLA ATAMISQUI, PROVINCIA DE
SANTIAGO DEL ESTERO, HEREDEROS DE SU PROPIO
PATRIMONIO.
Ana Maria Larcher

Municipalidad de Villa Atamisqui – Provincia de Santiago del Estero

La ciudad/poblado es el lugar adonde los seres humanos se unen para crear un espacio común.
Cuando recorremos Villa Atamisqui comprendemos el significado de la villa como construcción
cultural. Sus habitantes son creativos natos que median entre la naturaleza para la creación de sus
propios diseños de telar, de muebles de cuero y de madrera, de instrumentos musicales. En este
escenario histórico cultural se desarrolla la localidad al ritmo de actividades económicas, sociales,
políticas, religiosas, culturales. Los jóvenes son los grandes protagonistas de la villa, joven gene-
ración depositaria de los saberes culturales locales. Por ello el objetivo del trabajo de patrimonio
cultural de este año fueron los jóvenes como fuerza creativa de la ciudad que los acoge. Habitan el
suelo de un paisaje cultural urbano que evoluciona junto a ellos y al resto de la comunidad tenien-
do en cuenta tal como dice la Recomendación sobre el paisaje urbano histórico de la UNESCO, que
“es un planteamiento basado en una relación equilibrada y sostenible entre el medio urbano y el
medio natural, entre las necesidades de las generaciones presentes y venideras y la herencia del
pasado.”
Concientes de que conocer el patrimonio cultural es uno de los pasos principales para su apropia-
ción y que docentes y alumnos son un sector para fomentar el acceso a la información del patri-
monio cultural el proyecto y programa “Introduciendo a los jóvenes en la protección del Patrimo-
nio Cultural, su Pueblo Histórico Villa Atamisqui y su Patrimonio Cultural Inmaterial: el Arte Textil
Ancestral de las Teleras que habitan en suelo atamisqueño” es un proyecto para el establecimiento
educativo Instituto Juan XXIII, escuela secundaria de la localidad de Villa Atamisqui de la provin-
cia de Santiago del Ester. Propone la inserción del tema patrimonio cultural en ciertas materias y
contenidos de ciclo lectivo de herramientas pedagógicas fomentando el ejercicio del derecho a la
memoria, el sentido de pertenencia, la convivencia y el respeto por el patrimonio cultural y por la
diferencia, aspectos indispensables a favor del patrimonio cultural.
Este programa educativo apunta a proporcionar las actividades propuestas generando una mayor
conciencia en los estudiantes y docentes sobre temas relacionados con el patrimonio. Considera
otorgar a los docentes una plataforma a través de la cual puedan desarrollar las actividades te-
niendo en cuenta la coordinación de actividades con otros docentes del mismo plantel para vin-
cular ciertas actividades con otras materias del plan de estudios escolar, tales como arte, química,
geografía, historia, etc. Se espera que ésta aproximación también logre que los estudiantes sean
más concientes de la naturaleza interdisciplinaria del patrimonio, lo cual puede incrementar su
interés a largo plazo.

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Tema 1
Villa Atamisqui, localidad en la zona fundacional de la Provincia de
SDE
Algunos de los objetivos para éste trabajo en común son:
• Entender los vínculos entre los ámbitos históricos y naturales y la necesidad de preservarlos
para las futuras generaciones.
• Describir el sitio seleccionado en términos de su valor histórico, culturales y socioeconómicos
(localidad de Villa Atamisqui).
• Reconocer las distintas amenazas que enfrenta el patrimonio cultural inmaterial local.
• Entender que la preservación del patrimonio también es responsabilidad de la comunidad y
que pueden contribuir de muchas maneras a la protección de los sitios declarados patrimonio
cultural o manifestaciones declaradas patrimonio cultural inmaterial.
Se desarrollan dos unidades como introducción y educación al tema específico, dos clases dicta-
das en forma de taller por la docente a cargo. La tercera unidad será dividida en dos, está especi-
ficada más adelante.
Los objetivos del aprendizaje son:
• Conectar el conocimiento histórico, geográfico, artístico, aprendido en clase con los aspectos
descubiertos sobre la villa
• Entender la organización urbana de un pueblo antiguo y reconocer su vínculo con el presente
• Identificar los diferentes estilos y períodos de las construcciones de la villa.
Se trabaja en conceptos básicos de patrimonio cultural., en las clases de patrimonio, categorías,
combinaciones. Es importante que el joven entienda que el valor de un bien no es absoluto sino
una construcción social referente a una percepción personal y el producto de las fuerzas históricas
y sociopolíticas.
Se otorga un glosario con los conceptos propios del tema y las cartas internacionales que dan el
contexto a la actividad desarrollada. Ejemplos de patrimonios culturales en Argentina.
Comenzamos por la actividad “Entendiendo un Lugar Patrimonial”.
Villa Atamisqui es rica en historia. Varias civilizaciones habitaron el área, sus vestigios han dejado
rastros evidentes del pasado, hay sitios que dan testimonio de su pasado. Cada sitio tiene sus
propias características que dependen de su historia y su cultura. Villa Atamisqui contiene tesoros
invaluables y revelan una organización urbana muy particular.
A modo de ejemplo algunos puntos de interés que conviene resaltar: època (quiénes fueron los
primeros habitantes), ubicación (dónde está ubicado el sitio/villa y porque fue construido allí),
función (era un centro político comercial o religioso), etc.
Actividad para la segunda acción, “Una caminata por la Villa Histórica”.
Esta unidad planifica la visita a un lugar/bien cultural, sea un sitio o una edificación o monumento
en particular.
Antes de la visita se proporciona a alumnos y docentes un mapa del lugar se explica el itinerario y
se les da la información para entender la historia y el desarrollo de la ciudad.

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Objetivo de la actividad: Familiarizar a los estudiantes y docentes con el contexto histórico y
arquitectónico.
Ubicación de la actividad: Salón de clase y el sitio
Después de la visita, en clase se incentiva a los alumnos a escribir en una hoja los aspectos que
más le impresionaron del sector histórico de la ciudad
Colgar las hojas en la pared para comparar opiniones, se identifican los aspectos más importantes
de la villa histórica, pedir opiniones, argumentos sobre cuáles aspectos les gustaría preservar.

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Se propone esta actividad con el objetivo de la rehabilitación y posterior apertura de la Bibliote-
ca Popular “A. Chiupke” y el Museo Histórico de la villa. También la propuesta de declarar a Villa
Atamisqui como poblado histórico, y tanto la biblioteca como al museo, monumentos históricos
provinciales.

Tema 2
Memoria textil. El caso de los telares Atamisqueños. Sus técnicas
Comenzamos con la clase/ejemplo como antecedente de Tejidos de Taquile, Puno Perú, declara-
das por la UNESCO en el año 2005 Obra Maestra del patrimonio oral e intangible de la Humanidad.
La clase/ejemplo incluye el proyecto y trabajo presentado por la comunidad, instituciones y por el
Gbo. de Perú, las diapositivas y el video.
Dentro de la actividad se propone una clase con las teleras atamisqueñas, portadoras del saber y
la manifestación cultural, el telar. Sus diferentes técnicas.
El caso del arte textil de Taquile y su relación al caso de los telares de Atamisqui.
En éste punto la particularidad es que compartiremos la enseñanza con las portadoras del patri-
monio, las docentes son las teleras, ellas nos enseñan cada técnica de los tejidos, clases en las que
no sólo aprenderemos de sus distintos diseños, también aprenderemos la forma de comunicación
a través de los tejidos a lo largo del tiempo entendiendo que éste saber milenario ha recorrido
kilómetros a lo largo de la cultura inca y ha permanecido en el tiempo en las manos de nuestras
teleras, tesoro cultural que se mantiene vivo en Villa Atamisqui.
Comprender que una civilización ha derramado su saber a lo largo de una geografía y se hace
presente en la villa como patrimonio vivo.
Así como se regionalizó nuestra lengua materna el quichua santiagueño también estas técnicas se
deben haber regionalizado. Tienen su particularidad.
La cultura quichua tiene su propio relato, su propia fuerza de comunicación en éste caso expresa-
da en los diseños iconográficos de los tejidos de las teleras atamisqueñas.
Como ejercicio relato el caso antecedente del arte textil de Taquile, una de las manifestaciones
culturales de la población que habita en la isla de Taquile, Puno, en el lago Titicaca en Perú.
El arte textil de Taquile tiene sus orígenes en las antiguas civilizaciones que habitaron la isla, es-
pecialmente las culturas Pucará, Tiahuanaco, Colla e Inca. El aislamiento natural de la isla durante
la colonia mantuvo la tradición en los diseños aunque el elemento español del tejido a pedal,
también se integró en la elaboración de las prendas.1 El arte textil de Taquile fue proclamado el
2005 por la UNESCO como “Obra maestra del patrimonio oral e intangible de la Humanidad”, pos-
teriormente en el año 2008 pasó a formar parte de la “Lista representativa del patrimonio cultural
inmaterial de la Humanidad”. Se destaca el rol de los jóvenes de Taquile en el inventario de los
tejidos de Taquile.
Objetivo de la actividad: Identificar el patrimonio cultural inmaterial de las teleras de Taquile.
Procedimiento: reflexiones, comparaciones y opiniones acerca del material presentado en el aula.
Avanzamos a la siguiente acción, cada telera enseñará una técnica específica, será visitada en su
casa, su hábitat.
Objetivo: Tomar contacto directo con el bien cultural propio estableciendo contacto directo con
las portadoras del saber.

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Procedimiento: Visita a la casa de la telera. Luego en el aula los alumnos además de describir la
técnica podrán expresar esa técnica con el arte que decida trabajar, puede ser el mismo tejido en
escala menor, una representación, o bien expresarlo de otra forma que elijan: puede ser en pintu-
ra, en collage, con otros materiales, representarlo artísticamente.
El propósito es que luego de la clase de la telera se incentive al alumno a expresar lo aprendido con
el elemento que él elija, la trama del tejido específico. Siempre expresando la técnica descripta.
Sería de singular importancia pensar en presentar una publicación del trabajo realizado.
Con estos trabajos desarrollados se puede organizar una muestra en forma posterior, o bien pre-
sentar lo realizado para la fiesta de la villa. También si están interesados se puede organizar un
club respecto del cuidado del propio patrimonio.
También se puede incentivar el aprendizaje pensando que a futuro se formen como ¨expertos¨ de
su propio patrimonio pudiendo a su vez tener el rol de futuros colaboradores en éste proyecto o
en otro relacionado.
Es muy importante que la propia comunidad (en éste caso la educativa) se apropie de su bien
cultural, que reconozca su valor, sólo así sabrá de la importancia de su patrimonio.
Uno de los puntos más importantes de éste trabajo a realizar es formar a los jóvenes para la parti-
cipación cívica en su comunidad.
Bajo este mismo esquema se propone al Profesorado de Geografía de Villa Atamisqui un intercam-
bio educativo cultural con la materia “Cartografía”, su docente el Prof. José Carballo y los alumnos
de 2º año.
Se decide junto a la Directora del Profesorado, la Coordinadora Técnica del Profesorado y el do-
cente titular de la cátedra incluir en el área de investigación éste taller de intercambio entre el
patrimonio cultural local y la cartografía participativa georeferenciando a un grupo de teleras ata-
misqueñas quienes habitan en la zona rural de la villa.
La cartografía (del griego χάρτις, chartis = mapa y γραφειν, graphein = escrito) es la ciencia que
se encarga del estudio y de la elaboración de los mapas geográficos, territoriales y de diferentes
dimensiones lineales y demás. Por extensión, también se denomina cartografía a un conjunto de
documentos territoriales referidos a un ámbito concreto de estudio.
La cartografía social como metodología participativa y colaborativa de investigación en el terri-
torio explora las oportunidades y desafíos socioculturales dentro del patrimonio cultural local. El
proceso cartográfico y los mapas como productos son materiales pedagógicos e investigativos
con alta densidad de información, razón por la cual se quiere proponer en éste intercambio el
análisis de los temas visibles en las representaciones gráficas contenidos en los mapas y que se
consideren de particular interés para la geografía, para los estudios socioculturales a saber: las
representaciones de la geografía y la visibilización de una cultura, la construcción social local.”
Apuntamos con este trabajo a futuro en convertirnos en un ejemplo local de la manifestación
cultural del telar que está presente en otros lugares de la provincia de Santiago del Estero y que
deben ser relevados y registrados con el propósito de un trabajo mancomunado con las institu-
ciones y organismos de la provincia y nacionales para ser parte de un proceso que nos permita
que esta memoria textil aún vigente en nuestro territorio provincial pueda ser ingresada a la Lista
Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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Mapa de google earth de la zona centro y rural dela villa para la ubicación de las teleras

Materiales a trabajar en éste programa:


• Convención para la Salvaguardia del PCI 2003 - UNESCO
• Convención Patrimonio Mundial 1972 – UNESCO
• Cartas Iinternacionales – ICOMOS
• Convención 2005 sobre la protección y promoción de las diversidad de las expresiones

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culturales
• Manual “Introduciendo a los jóvenes en la protección del patrimonio cultural y los centros
históricos” – Una guía práctica para maestros en Colombia. UNESCO, ICCROM, Ministerio de
Cultura, República de Colombia.
• Cartografía social como metodología participativa y colaborativa de investigación en el
territorio afrodescendiente de la cuenca alta del río Cauca. De Irene Vélez Torres, Sandra Rátiva
Gaona y Daniel Varela Corredor.
• La ciudad – el nacimiento de la ciudad en occidente. Tikal Arquitectura.
• Videos ejemplos y diapositivas de manifestaciones culturales en América Latina y en Argentina
que fueron incluídas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO
o declaradas Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Este programa educativo en patrimonio cultural cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Villa
Atamisqui, de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia, del CICOPAR y del Programa de fortale-
cimiento de capacidades de PCI de la UNESCO.

Apertura Escuela Taller Municipal de Artes y Oficios de Villa


Atamisqui
Para el año 2014 y como resultado de los relevamientos, antecedentes y datos realizados en Villa
Atamisqui se propone al Intendente Dr. Daniel Herrero la apertura de la Escuela Taller Municipal
de Artes y Oficios.
Fundamentos y contenido para la apertura de la escuela: El proyecto “Escuela Taller Municipal
de Artes y Oficios de Villa Atamisqui” es un programa educativo pensado como instrumento de
formación, una herramienta para la conservación del patrimonio, y un mecanismo de interven-
ción social.
Propósito: Al asociar Arte y Patrimonio anhelamos que el estudiante conozca los procesos creati-
vos y sus formas de representación.
Objetivo Principal: Que el joven alumno desarrolle su percepción artística, sensibilidad y con-
ciencia social para el impulso y gestión de las expresiones artísticas y musicales. Que adquiera co-
nocimientos teóricos y prácticos para la defensa, preservación y difusión del patrimonio artístico
y cultural.
Algunos Objetivos Generales:
• Promover el desarrollo y autonomía del ser humano mediante el estudio, la práctica y reflexión
de los fenómenos que construyen el arte y el patrimonio cultural.
• Alentar la participación en la promoción y gestión de las manifestaciones artísticas y del
patrimonio cultural.
• Apoyar la formación de profesionales en el campo del arte y la cultura alertas y capaces de
promover y gestionar la protección, conservación y difusión de producciones subalternas.
• Incentivar la investigación en el campo artístico y en el patrimonio cultural como parte de
continuo proceso de enseñanza-aprendizaje.
Educación y Patrimonio constituyen un binomio en el sector de las políticas culturales, porque
sólo partiendo de apropiación por parte de la ciudadanía de los valores culturales inherentes a
los bienes patrimoniales puede vislumbrarse un horizonte de sostenibilidad en la gestión de los

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mismos.
Áreas de trabajo y docentes a cargo:
• Guitarra y Canto, docentes: Manolo Herrera y Oscar Quiroga.
• Danza y Bombo, docente: René Roldán.
• Taller de saberes locales: artesanos, teleras, luthiers.
Dirección general: Ana M. Larcher.
Lema: Jóvenes artistas - Grandes Protagonistas
Este programa público de formación tiene su originalidad en su sistema de aprendizaje alternan-
do la formación teórica con la práctica profesional. Tiene por objetivo la educación de jóvenes de
12 a 18 años con el propósito de su formación artística integral, teniendo en cuenta también que
es la joven generación depositaria de los saberes.

Antecedentes, datos y trabajos de relevamiento que fundamentan


la presentación

Ubicación de Villa Atamisqui


Asentada en la margen derecha del Río Dulce a 121 km. de la capital provincial.
Fundada en 1543, es una de las localidades más antiguas de la Argentina.

En el año 2012 se realizó el proyecto de revalorización de patrimonio arquitectónico e inma-


terial de Villa Atamisqui.
Principal objetivo: rescatar el Patrimonio Cultural de la Villa. Diseñar y rediseñar espacios urba-
nos.
Para este proyecto se firmó un convenio con la Facultad de Arquitectura y el Instituto de Historia
y Patrimonio de la UNT, junto al CICOPAR y la Municipalidad de Villa Atamisqui, con el propósito
de desarrollar ejercicios de diseño que alberguen: actividades de cultura, recreación, vivienda,
deportes y la revalorización del Patrimonio Cultural Arquitectónico e Inmaterial.
Convocatoria a la comunidad. Taller comunitario para el aporte de ideas de espacios necesarios.

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Registro y relevamiento de artesanos en cuero y madera de Villa
Atamisqui.
Armado de fichas para la recolección y registro de datos, para posibilitar el acceso a una informa-
ción útil y para el posicionamiento de los artesanos.
Posterior ubicación en la red social para comunicar su trabajo.

Museo de la Sacha Guitarra


Elpidio Herrera, luthier y autor del instrumento llamado “La Sacha Guitarra”.

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Registro y relevamiento de los telares de Atamisqui
El arte en telar constituye un oficio ancestral. El aprendizaje de la actividad de telera se caracteriza
como parte del proceso social, que implica las reuniones entre madres, hijas y parientes para hilar,
teñir y tejer, en estas reuniones existe una circulación de conocimientos referidos a las técnicas y
procedimientos para lograr un determinado tipo de tramado y de dibujo en la manta, lo que le
imprime a cada una de ellas un rasgo particular y único. Este arte también heredado de nuestros
antepasados corresponde a técnicas e iconografías textiles prehispánicas.

Registro audiovisual de PCI, Telares de Atamisqui


Los telares de Atamisqui es parte de la provincia de Santiago del Estero y éste patrimonio exige
que nos ocupemos de salvaguardarlo.
Como contribución a políticas de Patrimonio Cultural promovemos éste registro videográfico de-
dicado a las distintas etapas del tejido de las teleras, su vida y su telar.
La importancia del patrimonio cultural inmaterial no estriba en la manifestación cultural en sí, sino
en el acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación.

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La Autora
Ana Maria Larcher
Gestora Cultural Sra. Ana María Larcher, especializada en Patrimonio Cultural. Directora de Cultura de
la localidad de Villa Atamisqui, provincia de Santiago del Estero. Representante de la Sociedad Civil de
la Provincia de Santiago del Estero ante el Proyecto Patrimonio Vivo de la UNESCO, seleccionada para
el Programa Subregional defortalecimiento de capacidades. Miembro del CICOP AR (Centro Interna-
cional para la Conservación del Patrimonio sede Argentina).

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B.10 LOS JOVENES VIVEN LA CIUDAD
UNA EXPERIENCIA EN MOVIMIENTO
Verónica Bugnard
Monica Simon

Cátedra Bozzano - CP2 - CBC - UBA

Las corrientes actuales mencionan al siglo XXI como el siglo de las megaciudades. Es por ello que
el patrimonio urbano material e inmaterial, adquiere un rol fundamental como elemento de cohe-
sión social, factor de diversidad y motor de la creatividad, la innovación y la regeneración urbana.
En la cátedra concebimos la educación como un todo, buscamos que sea un espacio donde apren-
der a pensar y a sentir, donde se eduque en habilidades y en sentimientos. Queremos despertar la
capacidad de construir nuevas y mejores realidades.
Se trata de aproximar al estudiante al campo proyectual con las características propias de su
conocimiento especifico y de su instrumentación, captar la complejidad de la que forma parte
cualquier objeto de diseño y la intencionalidad que comporta la actividad como impulsora de
comportamientos y transformadora del medio. Buscamos desarrollar la capacidad de observa-
ción, de análisis de la realidad, con el objetivo de dar mejores respuestas a las necesidades. Inten-
tamos formar a partir de un proceso metódico y de una actitud crítica, propiciando la creatividad,
el desarrollo de actividades en grupo y la conciencia multidisciplinar.
Con una mirada amplia, buscamos reflexionar en torno al hábitat; al medio natural y cultural, al
hombre como actor y parte de la sociedad. Reflexionamos sobre la función social del proyecto.
La “Recomendación sobre el Paisaje Urbano Histórico”, aprobado por UNESCO en 2011, hace refe-
rencia a la importancia de estar en contacto con todos los sectores de la sociedad y especialmen-
te llegar a los jóvenes y demás colectivos insuficientemente representados para alentarlos a que
participen.
También hace mención a que “La noción de “paisaje urbano histórico” responde al objetivo de pre-
servar la calidad del medio en el que viven las personas, sin perder de vista su carácter dinámico, y
promoviendo la diversidad social y funcional. Es un planteamiento basado en una relación equilibrada
y sostenible entre el medio urbano y el medio natural, entre las necesidades de las generaciones pre-
sentes y venideras y la herencia del pasado”
Los productos de los estudiantes, expresan la importancia que le otorgan los jóvenes al patri-
monio intangible, cotidiano, relacionado con la calidad de vida que ellos valoran, quieren y están
a tiempo de preservar.
La materia Conocimiento Proyectual 2, donde se desarrolla el ejercicio que vamos a presentar, la
entendemos como una etapa de síntesis donde se incorporan los conocimientos y destrezas
aprendidas en Proyectual 1, enriquecidas con los conocimientos específicos y con otros abiertos
a la perspectiva cultural.
En este trabajo practico, se busca desarrollar actitudes de toma de conciencia del rol social del
diseñador como factor de desarrollo y transformación y adquirir responsabilidad ética profesional
con la sociedad. El diseñador interviene en la ciudad y es un actor fundamental de las transforma-
ciones que en ella se producen.

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Nosotros compartimos la idea que sostiene que la educación es un pilar estructural para el con-
junto social.
Hoy estamos presentando el ejercicio que llamamos “Imágenes en movimiento”. Los alumnos di-
señan y producen una pieza de comunicación con imágenes en movimiento. Un video.
Los estudiantes debían materializar un producto cuyo mensaje estaba centrado en la ciudad his-
tórica, su patrimonio y las maneras de vivirlos.
En esta ocasión, tomamos el patrimonio urbano, y el “vivir la ciudad” como marco disparador para
trabajar sobre la importancia social que adquiere la ciudad, su patrimonio cultural como factor de
cohesión social y otorgador de identidad.
Con el fin de insertarse en la problemática propuesta, se planteó el ejercicio que tenía como fin
diseñar un mensaje en donde las imágenes en movimiento, acotadas en el tiempo, constituyeran
el soporte básico.
El tema central de reflexión gira en torno a la cultura de la ciudad, de sus barrios y de sus habitan-
tes; una cultura que se desliza sobre su patrimonio, entendiéndolo, asumiéndolo y responsabili-
zándose por él.
Entendemos que toda ciudad es inevitablemente histórica. Es un territorio de construcción, de
imaginación, de poesía, de recuperación, de ilusiones. Hay variados modos de entenderla, de sen-
tirla, de leerla, de nombrarla, de representarla.
Propusimos, reflexionar en torno a la experiencia de vivir las ciudades; de vivir nuestra ciudad,
desde la mirada cercana o extendida del patrimonio, es decir, inserta en una dimensión histórica,
identitaria.
Los estudiantes escuchan, investigan. Extraen imágenes y palabras claves con las cuales van con-
formando el mensaje que van a trasmitir. Confeccionan un guion, dándole una mirada personal
sobre el tema. Este proceso de búsqueda es un proceso de enriquecimiento intelectual y personal.
Los videos realizados por los alumnos son valiosos como “productos”, pero especialmente por
la investigación que han hecho en grupo sobre el patrimonio urbano y por el conocimiento que
adquieren de la ciudad y sus valores.
Uno de los objetivos fundamentales de este trabajo práctico es promover la construcción de una
ética profesional fundada en valores y compromiso social.
En un mundo globalizado, tecnológico y expuesto a cambios vertiginosos, percibimos más que
nunca la necesidad de estimular el desarrollo de la capacidad de vernos como productores. Ne-
cesitamos aprender a pensar y prepararnos para vivir en un mundo de incertidumbres perma-
nentes; es en este proceso donde hacemos énfasis en la riqueza del mundo que incluye todos los
lenguajes y las formas de expresión para despertar la capacidad de construir nuevas realidades,
entendiendo los medios expresivos y la comunicación en sus distintos lenguajes.
La relación con temas que forman parte de la agenda de nuestra sociedad, transforma al ejercicio
en una experiencia integral de enseñanza / aprendizaje.

Videos de estudiantes de la cátedra Bozzano. CPII. CBC - UBA


• Abasto y su esencia intacta. Mariana Alvarez y Luna Debenedetti. 2014
http://youtu.be/yi4_Xcl8H_Y
• Café. Lo de siempre. Camila Diez y Paula Quaretti. 2014
http://youtu.be/tlt8jYndQGw

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• Calesita de Villa Luro. Linnet Ailin Rizzo. 2014
http://youtu.be/PgO9rUpPiwE
• De pie el Picadero. Fernando Casco y Manuel Robles
http://youtu.be/y0i1G2dViGI
• Próxima estación: Maschwitz. Ignacio Cicconi
http://youtu.be/kkcbbx76b_I
• Pasajes de Palermo. Juan Marco Beveraggi y Ezequiel Piedrabuena
http://youtu.be/RdUgzkPQxow
• Pizza en Buenos Aires. Joaquín Converti y Sergio Gonzalez
http://youtu.be/Ik2iUkk4PjU
• Fileteado porteño. Sebastián Garzon
http://youtu.be/AEGTu3y9Jvw

Bibliografía
• Delors, Jacque. “Los cuatro pilares de la educación”.
• Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI.
• Hauser, Arnold. Historia social de la literatura y el arte. Madrid, Ed. Guadarrama, 1968. Tomo III;
Cap X. “Bajo el signo del cine”, Pág 271 a 312.
• Lynch, Kevn. ¿De que tiempo es este lugar?. Para una nueva definición del ambiente. Barcelona,
Gustavo Gili, 1975. Introducción; Cap. 4: La presencia del pasado.
• Madrid, España: Santillana/UNESCO. (1996.): pp. 91-103.
• Millensen, Gerard. Manual de Producción de Video. ;Madrid, Ed. Paraninfo, 1992. Cap. 1 La
Magia del Video; y Cap. 2 Introducción al Video.
• Recomendación sobre el paisaje urbano histórico, con inclusión de un glosario de definiciones
UNESCO (2011).

Las Autoras
Verónica Bugnard
Arquitecta UBA. Diploma en Gestión Cultural, Patrimonio y Turismo. Profesora adjunta (R) en las ma-
terias Conocimiento Proyectual I y II del Área Proyectual del CBC UBA. Profesora Adjunta de Patología
de la Construcción; Facultad de Artes y Ciencias de la Conservación, UMSA. Directora del Proyecto de
Extensión Universitaria: “Artesanía, Patrimonio y Sociedad, Fundamentos y Metodología para el Res-
cate de la Artesanía Indígena Argentina”. PEU 300/08/02 FADU.UBA.

Mónica Simón
Arquitecta

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B.11 NUEVO ESPACIO PÚBLICO URBANO EN BRASIL
Negro Bloques, Rolezinhos e Indios del Pueblo (Aldeia)
Maracanã
Dinah Papi Guimaraens
Marina Vasconcellos de Carvalho

Pueblo (Aldeia) Ka-rioca, Rio+20, 2012

Introducción
Participación popular urbano y la ciudadanía brasileña
La participación popular y las representaciones de la ciudadanía en los centros urbanos de Brasil,
se centra en la “acción comunicativa”, que presupone un cierto grado de autonomía individual y
colectiva es un requisito previo para la acción comunicativa como una forma dialógica de la ra-
cionalidad que exige la libertad y la justicia (Habermas 2003). Desde junio de 2013, estalló fuerzas
colectivas difundidos a través de redes sociales que indican que el espacio virtual es un espacio
real (Lévy, 1996).
El Movimiento Pase Libre (MPL) surgió en São Paulo para protestar por el aumento en los pasajes
públicos urbanos, dando lugar a una movilización urbana de dimensiones sin precedentes que
eventualmente desembocan en la manifestación de los grupos considerados “extremistas”, como
los Negros bloques y en el últimos meses de 2013 y principios de 2014, los “rolezinhos”1 que inva-
dieron los centros comerciales de São Paulo y Río de Janeiro.
La violencia resultante de los movimientos sociales urbanos legítimos estalló en Río de Janeiro a
partir de la eliminación traumática de indios que ocupó durante más de seis años el Pueblo (Al-
deia) Maracanã. El enfrentamiento entre manifestantes y la policía de choque del Batallón de Poli-
cía Militar llevó a cabo el 03/22/2013, dando a luz a gritar “Fuera Cabral” que asumió proporciones
inmanejables en los siguientes meses. La “invención” de esta nueva área de la protesta popular ha
cuestionado las relaciones entre la Secretaría de Seguridad Pública - responsable de la propaga-
ción de la UPP (Unidad de Pacificación Policial) en los barrios pobres de Río de Janeiro – y las clases
medias urbanas con sujeción a la violencia de la policía, antes que sólo con la intención de castigar
a los traficantes o “bandidos”.
Si la ciudad de Río de Janeiro representa un “centro de poder”, ya que el Brasil colonial, con la
1 Estos movimientos sociales urbanos indican una demanda colectiva en nombre de la juventud “tomar un ´rolê´” (caminar, circular) de trinquete sin la barrera
del autobús y el pago de pasaje que lo acompañaba.

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ciudad urbana de haber evolucionado a partir de la monarquía a la república (SISSON, 2008), su
imagen era formada a partir de los grupos humanos dispares, que yacía destrozado por hoy movi-
mientos urbanos para mejorar las condiciones del transporte urbano. La búsqueda de una ciuda-
danía participativa define la planificación comunicativa / colaborativo como “el poder creativo del
consenso de conversación argumentativa”, mientras que la racionalidad instrumental orientada
deriva de una “acción estratégica” en busca de eficiencia que contiene en sí mismo una dimensión
de la dominación y la manipulación en la esfera pública (Habermas, en op. cit.).
Con respecto a las reivindicaciones de los grupos de bajos ingresos para mejorar la vivienda y el
transporte urbano, a pesar del hecho de que la gestión urbana progresista tiene que ser “un go-
bierno para todos”, el reconocimiento de las desigualdades estructurales como característica de la
sociedad capitalista debe conducir a la adopción de la perspectiva de los marginados que condu-
cen a nuevas direcciones con ideales comprometidos del urbanismo de la justicia social. En el caso
del proyecto de transporte urbano BRT (Bus Rapid Transit) nunca ocurrió, de hecho, una gestión
democrática participativa del espacio urbano por los organismos municipales que intervienen en
su aplicación entre la población.
Se convierte en imprescindible para revisar la definición clásica de un centro de la ciudad y los
límites de la periferia, para pensar otras perspectivas de la movilidad urbana. El énfasis en la com-
binación de cityscape y landscape revela situaciones híbridas que hablan del paisaje urbano, en el
que la inestabilidad y la complejidad de las nuevas formaciones urbanas no permiten la configura-
ción de análisis definitivos, pero requieren nuevas claves para la interpretación de la arquitectura
y el urbanismo.2
Por tanto, la respuesta a los proyectos contemporáneos de movilidad urbana debe hacer hincapié
en la multiplicidad de significados que revela el mundo urbano, basado en la relación dialógica
entre el contenido y la racionalidad estética y la técnica en la búsqueda de la superación de la di-
cotomía entre naturaleza y ciudad a partir de conceptos como entropía, co-evolución, bifurcación
y la inestabilidad que conduce a una postura ética.

La racionalidad en la arquitectura y movimientos sociales urbanos


El urbanismo racionalista recomienda separaciones de funciones de plegado de acuerdo con la
teoría de la zonificación celebrada en los congresos de CIAM y la Carta de Atenas, borrando la
unión armoniosa entre la acera como peatón y la calle como lugar del flujo de tráfico. El espa-
cio urbano diseñado por los arquitectos modernos desvincula el espacio libre de la calle y de la
masa construida de bloque, para dividir la unidad de volumen de calle-corredor en la dualidad de
espacios verdes primarios orientados a los peatones, por un lado, y las rutas de tráfico, por otra.
Los diferentes niveles se articulan elementos de esta dualidad, dando lugar a la carretera expresa
como nuevo símbolo de urbanidad.3
El movimiento moderno hizo un llamamiento a la industrialización, mientras que el motor de la
transformación urbana, donde la calle-corredor de antiguas ciudades coloniales brasileñas pasó a
Autovías para segregar los peatones y vehículos. En el siglo XXI, el medio ambiente urbano surge
como un lugar de la densidad de población, donde la movilidad simboliza una condición de su-
pervivencia urbana. En la era de las megaciudades, Brasil es un gran país, tanto en lo económico
(como la sexta o séptima economía más grande del mundo. Fuente: IBGE y el FMI) y la demografía,
con casi 200 millones de habitantes. Sin embargo, todavía es una sociedad con grandes desigual-
dades. Por lo tanto, el pensamiento actual sobre la movilidad urbana está pensando en una nueva
forma de romper la “brecha” de las desigualdades sociales en la ciudad.
2 No se puede tener perfectamente en el territorio de objetos permanentes, pero es necesario expresar el caos y la incertidumbre a través de la nueva forma
de urbanismo que se caracteriza por una maraña de autopistas y grandes edificios dedicados al comercio y el transporte. El sentido de la arquitectura y el
diseño no es la predicción, pero la toma de decisiones estratégicas en la ciudad contemporánea (Koolhaas, 2008).
3 Los arquitectos y urbanistas del siglo XX han combinado imaginación alternativa y preocupación práctica con la ingeniería y la reingeniería de los espacios
urbanos a proyectos como la Ciudad Radiante de Le Corbusier, como base para la radicalmente nueva teoría urbana incorporado a la Carta de Atenas.

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Ritual de Danza del Xingu, Pueblo (Aldeia) Ka-rioca,
Río + 20, 2012

El contexto urbano es la interacción y el medio ambiente de enriquecimiento cultural, donde la


síntesis creado por miles de personas que indica la utopía creada por arquitectos, políticos, ar-
tistas, escritores y periodistas. Ciudades diseñadas como Belo Horizonte y Brasilia no tenían sus
proyectos específicos de infraestructura histórica, sino que representan la oportunidad de la ar-
quitectura a “empezar de cero” y construir un nuevo futuro espacio. Para un arquitecto para res-
ponder al paisaje con el proyecto urbano o rural tendrá que desarrollar tanto una aproximación
intuitiva y subjetiva y objetiva y cuantitativa que puede generar parámetros apropiados qui con-
tribuyen a la consecución de su contexto (cf. Farrelly, 2014, pp. 22-24 ).
La arquitectura contemporánea busca superar la “crisis de la modernidad” para enfatizar la lógica
del proyeto basado en el “lugar” o la mejora del paisaje. En el caso brasileño, nos preguntamos
qué es este nuevo espacio urbano, “inventado” por las redes sociales como Facebook y Twitter
que define la participación de la “nueva clase media” joven “sin hogar y centros comerciales”.4 Se
entiende la centro comercial como un invento de mediados del siglo XX, lo que representa un
área de “espectáculo, la vigilancia y el control” bajo los auspicios de los desarrolladores que eligen
cuidadosamente su ubicación de acuerdo a los análisis económicos demográficos y sofisticados
con el fin de aumentar las ventas y llegar a grandes poblaciones con tipos específicos de bienes
(Ghirardo, 2009, pp. 71-72).

Manifestaciones públicas y urbanas de indios del Pueblo Maracaná


Movimientos sociales urbanos contra el aumento de tarifas de los autobuses desataron una ver-
dadera ofensiva la violencia policial contra los niños “ninja” de clase media, y no sólo contra el
sistema de “perdedores” previamente perseguido por las UPPs (Unidad de Pacificación Policial).

Tropas de élite enfrentan indios desarmados, Pueblo


(Aldeia) Maracanã, 2013
4 “En la onda del “rolezinhos” - sin hogar y sin centros comerciales: MTST intenta protestar contra centros comerciales en el interior, que se cierran para
evitar disturbios” (O Globo, 04/17/2014) establece que: “En la estela de cientos “rolezinhos” las personas sin hogar protestaron ayer en frente a dos centros
comerciales en São Paulo, que cerraron sus puertas por temor a disturbios. Organizado por el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MSTS), los
manifestantes corearon consignas contra la represión a los llamados “rolezinhos”. (...) “.

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El apoyo de las clases medias se dirigió a la zona de interés internacional del Pueblo (Aldeia) Ma-
racanã, donde los indígenas de diversas etnias expulsión en marzo de 2013, las tropas de choque
de PMERJ (Policía Militar del Estado de Río de Janeiro) y “caveirões” (camiones blindados con forma
de grandes cráneos) de BOPE (Batallón de Orden de la Policía Especial).
A medida que el recuerdo de la influencia de la arquitectura Art Deco diseñado en el mismo perío-
do de la Copacabana Palace, remanente de la Exposición Internacional de 1922, el Hotel Gloria fue
“borrado” por Eike Batista sin tener en cuenta los principios de preservación del patrimonio cultu-
ral carioca, la lógica de la verticalidad hegemónicas de mega-empresas (SANTOS, 2000) cree, sin
embargo, la reforma del Estadio Maracanã borrando sus características históricas y ahuyentando
los indios que luchan por la memoria de Marechal Rondon y Darcy Ribeiro en el antiguo edificio
del Museo de los Indios/FUNAI (Fundación Nacional del Indio).
El derecho a la ciudad se define por el Instituto de Arquitectos de Brasil, IAB/RJ como un “requisito
previo para el Derecho a la Ciudad todos los ciudadanos de Brasil y para lograr el desarrollo, la
inclusión social y el bienestar de la población.” En las grandes zonas urbanas, alrededor de 10%
de los indios residen en barrios pobres5. Debido a que se identifican con las clases bajas de la po-
blación, los indígenas ocupan porciones de los barrios marginales y zonas rurales cercanas infor-
males de la capital de Río de Janeiro. La eliminación traumática del indígenas del Pueblo (Aldeia)
Maracanã por la policía del Batallón de Choque de la Policía Militar se desplazó a sus miembros a
Taquara, en Jacarepaguá, lo que indica una visión estereotipada de que los indios no deben residir
en una zona urbana central con visibilidad turística.6
La Oficina del Defensor Público, junto con las agencias de la herencia, las universidades y las aso-
ciaciones profesionales se posicionaran para recomendar la preservación del edificio histórico
donde funcionó el Centro Cultural Indígena del Pueblo (Aldeia) Maracanã. La justificación para el
vuelco fue técnicamente probado por el hecho de que la sede del antiguo Museo del Indio, ubi-
cada en la calle Mata Machado, 126 presenta características estilísticas del eclecticismo histórico
con la torre almenada y frontal, lo que justifica su calificación, así como material cultural protegido
por los órganos de la herencia.

Pueblo (Aldeia) Maracanã ocupado por la policía


antidisturbios, 2013

Después de meses de negociación con el Ministerio de Cultura, los líderes del movimiento han
logrado negociar con los líderes indígenas en el ámbito nacional para predecir el destino del anti-
guo Museo del Indio.7 Un decreto emitido en diciembre 2013 con la creación del Centro de Refe-
5 El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en agosto de 2012 indicó que 324.834 indígenas que viven en zonas urbanas, representan el 36,2%
del número total de indígenas por un total de 896 917 personas. La región norte es el hogar del mayor número de ellos (342 836), seguido por el Nordeste
con 232 739 y 143 432 en el Medio Oeste, mientras que las regiones Sudeste y Sur tienen, respectivamente, 99 137 y 78 773 indios.
6 La Colonia Curupati ha trabajado anteriormente como una colonia de leprosos. En este terreno, los indígenas construyeron casas de presentación, además de
la tienda para la venta de artesanías, cocina comunitaria y alojamiento hasta que el gobierno Dilma, en 2014, ofreció un edificio “Minha Casa, Minha Vida”
en Estacio, antiguo emplazamiento de prisión para los albergar de forma permanente.
7 Carlos Tukano, jefe del Pueblo (Aldeia) Maracanã, organizó un seminario con los líderes de las cinco regiones del país como Aniceto Xavante, Alvaro Tukano,
Marcos Terena, Maria Helena Paresi, Andila Kaingang, Tabata Kuikuro, Marcio Bororo, para obtener la decisión colectiva indígena.

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rencia / Universidad Indígena Cultural, parecía superar en parte lo que Amaral (2005, p. 321) llama
“falta total de voluntad política, junto con la sorprendente falta de visión por parte de nuestros
políticos como responsables de la situación en que se encuentra el distrito cultural de Brasil.” Para
esta crítica de arte, en la celebración de los 500 años de este país, no había un museo de la historia
del hombre brasileño, así como hay un museo de arte de las primeras personas que vivieron en
nuestro territorio.
¿O se repetirá en Río de Janeiro un Museo del indio esclavizado, acorralado, empujó al interior del
país y el Medio Oeste, y que aún vaga como un mendigo en el territorio de Brasil por las naciones
indígenas que tienen poco contacto entre sí, que viven en degradante condición a los ojos de
una Constitución digna de ese nombre? Hace hincapié Amaral (en op cit, p. 323) el hecho de que
el Museo del Indio llevó a cabo por Niemeyer, a petición de Berta Ribeiro, han sido abandonados
hasta hace poco Marcos Terena tomó su dirección.

Centros comerciales y Rolezinhos y movilidad urbana


En cuanto a la movilidad de carácter colectivo propuesto por el modelo de BRT (Bus Rapid Tran-
sit) y la implosión de la estructura perimetral por la Municipalidad para la ejecución de las obras
de renovación urbana del Puerto “Maravilla”: ¿Que hace el modelo contemporáneo de la ciudad
Río de Janeiro cumple con los requisitos impuestos por el entorno urbano actual? ¿Y es valores
implícitos en este paradigma racionalista modernista todavía pueden satisfacer las necesidades
de garantizar la planificación y proyectos de sistemas complejos que sean compatibles con el
movimiento de desterritorialización y principios de la organización sobre la base de los flujos de
materia, bienes, capitales, personas, bienes y espacio de información?
Este artículo tiene como objetivo responder a la pregunta: ¿Cómo pensar y planear para el fu-
turo para asegurar que la realidad urbana puede ser experimentado como experiencia humana
individual y colectiva a la hora de la movilidad y las nuevas necesidades de vivienda derivada de
un aumento de los centros de consumo país municipal?8 En esta perspectiva, las crisis urbanas
de transporte público en los grandes centros urbanos no deben ser considerados como proceso
lineal y determinado, sino más bien como un proceso complejo que requiere la visión macroscó-
pica para determinar sus atributos y determinaciones.
La visión tecno-optimista sobre el devenir de las ciudades contemporáneas cree que la tecnología
es fundamental para mejorar las condiciones de vida urbana supuesto, en referencia a los paisa-
jes en los que se suman a la arquitectura de la tecnología, el diseño, la preservación histórica, la
gentrificación comercial, residencial y de planificación de la comunidad. El tecnopesimismo habla
de experiencias urbanas que tienden al aislamiento causado por barrios cerrados y centros co-
merciales de modelo urbano globalizado. En ambos casos, no se puede, sin embargo, escapar de
la cuestión conceptual: construidas a partir de los conceptos universales de un mundo unificado
desde el punto de vista de la ciencia, las grandes metrópolis cuentan cuan espectacular fue la mar-
ca que el “pensamiento único”, cuyo carácter es restrictivo: prevalecen los elementos económicos
sobre los elementos políticos y simbólicos (Arantes, 2012).9
La ejecución de obras públicas de carácter impactante motiva una forma de apropiación del ter-
ritorio que causan trastornos en la vida de las poblaciones de bajos ingresos y afecta incluso a los
cariocas de clase media.10 El proceso de licenciamiento público-privado para obras municipales
8 “Las utopías degeneradas” de Disneyland se definen como espacio armonioso, separado del mundo real. El “megashoppinización” internacional (Marín,
1984, citado en Harvey, 2012, pp. 213, 220-1) se estructuró en el éxito comercial del centro comercial, sobre la base de los ambientes y libre de conflictos
protegidas. Indio da Costa (2011, p. 39) afirma que, a pesar de la visión económica predominante, la solución a la crisis de la vivienda y la movilidad urbana
debe basarse en los principios éticos y ecológicos que en el número de índices que actualmente están experimentando.
9 La gentrificación de las ciudades (cf. Featherstone, 1995) indica que la aparición de los paisajes de la energía crean el mismo paisaje en todas partes en las
ciudades globales. El modelo se está aplicando en Río de Janeiro por el sistema de mega-desarrolladores de oficinas del star system, tales como las Torres
Trump desplegados en la zona portuaria de la ciudad.
10 Además de la imposición de altos niveles de estrés a las poblaciones urbanas en su búsqueda incesante de la aceleración, la innovación tecnológica ha nunca
parecía estar interesado en hacer la vida más fácil para los habitantes de la ciudad. El concepto de “sostenibilidad” ha sido co-optado por el mercado de la

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revela las relaciones desiguales de poder que crean conflictos de intereses y erigen espacios públi-
cos de disputas simbólicas sobre los medios de transporte, la educación, la salud y la lucha contra
la corrupción representaciones político-institucionales brasileños.
Tales espacios públicos representan mecanismos formales de participación y discusión sobre el
espacio urbano, lo que indica el rendimiento de las personas activas afectadas en las comuni-
dades, transformadas en mera legitimación del proceso de las obras públicas definidas por las
autoridades competentes (Zhouri, 2005, p. 105). Para habilitar un espacio dialógico en la ciudad
hay necesidad de volver a entrar en las zonas urbanas para analizar la relación entre el tiempo y el
espacio, elidido del proyecto racionalista de obras públicas municipales BRT.
El abuso de la geometría euclidiana modernista11 piensa a las ciudades como espacio geometri-
zado aparece aliados a la tecnología digital en la creación de rutas virtuales de BRT, donde genea-
logías deshumanizadas de los territorios eliminan la dimensión antropológica del espacio virtual
geometrizado. ¿Es por esta razón que, mensualmente, más de 50 autobuses se queman en la peri-
feria urbana, lo que indica la reacción popular a la lógica racionalista de las empresas privadas de
transporte a base de lucro?
La ruta virtual en BRT elimina visualmente las favelas de la ciudad, dejando al descubierto una ciu-
dad idealizada y “pasteurizada” para el consumo turístico. La visita virtual guiada de la BRT Transca-
rioca, divulgada por la Municipalidad como una obra de 1,5 millones de dólares para cumplir con
el 400.000 pasajeros/día, tiene acceso a la iglesia de Penha “borrando” la memoria de Complexo
do Alemão en su camino. El usuario ejecuta autopistas sin ningún atisbo de la populación de los
barrios pobres, colocando en segundo lugar el espacio de significados humanos.

Conclusión
Los intentos de Integración y Solidaridad y manifestaciones
públicas
Las manifestaciones públicas para mejorar las condiciones de transporte se dan en horizontalida-
des, zonas contiguas que forman longitudes continuas de “espacio común” como un espacio para
todos: empresas, instituciones y el espacio experimental, en comparación con el espacio econó-
mico de los montantes. Esta integración permite a juicio conjunto de la presencia de otras racio-
nalidades, que se denominan como “irracionales” por la racionalidad hegemónica como en el caso
de los “vándalos”, apodo dado a los que se aprovechan de la herencia urbana en manifestaciones
en las calles públicas.
Imagínese si el espacio de la ciudad puede ser un “lugar”: no sólo como una parte de la vida, pero
el espacio vivido, es decir, la experiencia constantemente renovada y investigación sobre el pre-
sente y el futuro (SANTOS, 2000, p 105.), mas que implica tener en cuenta el funcionamiento de
la economía y el poder político del mundo sin embargos territoriales. Debe tener en cuenta que
la difusión de espacios de circulación y el consumo de masas, responsable tanto de la movilidad
urbana como manifestaciones de calle “ninja”, compatible con cierto anonimato de “no-lugares”
(Augé, 1992), no evita la formación de micro-grupos resistentes dentro de ella.
Aquí está creciendo la extraterritorialidad de los grupos y las multitudes de los indeseables, o “fue-
ra de lugar” en los campamentos, campos de tránsito o guetos. Identidades locales pueden “echar
raíces” de la nada la creación de un espacio para reflexiones establecidos por medios virtuales
“ninja” y la acción entre la ciudad desnuda y ciudad densa que se hace pasar, si teatraliza, si pintas
y escribe / gritos de protesta (Agier, 2011, p. 172).

vivienda, a pesar de aparentemente apuntan a diferentes lugares de los de acumulación de capital.


11 JACOBS (1961, citó por HARVEY, en. op. cit.) ha mismo alcanzado la maldición de Le Corbusier y la Carta de Atenas con la “estupidez” de sus seguidores en
las ciudades de la posguerra y criticando los proyectos de planificación modernista y la renovación urbana.

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Vinculado al movimiento de indignación expresada en las calles, interrogado en relación con los
gastos de los mega-eventos y la mejora de la calidad de la vida urbana y la movilidad son algunos
de los principales temas de los eventos de 2013-2014. El consumismo excesivo y la desigualdad
social parecen ser la base de los conflictos causados ​​por los “rolezinhos” orquestados por grupos
de jóvenes de las periferias urbanas convocados por Facebook para “invadir” los centros comer-
ciales.12 El aumento de los ingresos de 16,6 millones de jóvenes de los barrios de tugurios y barrios
pobres - que se trasladó en 2012, 13 mil millones de dólares - los lleva a la ropa de diseño del
deporte durante las protestas en un intento de demostrar que pueden circular en entornos res-
tringidos previamente a las clases más altas de la población.
Las manifestaciones incluyen el pisoteo manifiesto de tarjetas de crédito y billetes, lo que indica
un “celoso de tenis” (en referencia al complejo de castración freudiano, o “envidia del pene”). El
sueño de la ostentación especificado en “Brasil (que) crece en ideas falsas que prodigan vivir el
emprendimiento social que une a la alienación materialista rico de las aventuras de idealismo alie-
nado emergente.”13 ¿Cuál es la pregunta fundamental que la sociedad brasileña debe emprender
en este momento de agitación social?

Pintada en la fachada del Pueblo (Aldeia) Maracanã,


2013

La pregunta sociológica relevante se puede formular de la siguiente manera: ¿A los que podemos
recurrir a metáforas alternativas de imaginar una política cultural? La respuesta está en la poética
de la transgresión y en las “fuerzas carnavalescas” suprimidas por las élites burguesas en su reti-
rada de la cultura popular y la posibilidad de entrar en contacto con los dominios sociales “bajos”
o “repulsivos”. El concepto de “Carnaval” de Bahktin como una metáfora para la transformación
cultural y simbólica en que la metáfora no es simplemente la reversión, define la pureza de la in-
versión de la “alta” y la “baja”. En Brasil, este concepto se ha violado: el bajo debe haber invadido la
alta, eclipsando la imposición de orden jerárquico con el “grotesco”, afirmando, de manera inequí-
voca, la naturaleza mixta y ambivalente de la vida cultural. (Hall, 2006, p. 211).
¿Nosotros estaríamos viviendo en una época de “transvaloración cultural” en el que “la clase que
no tiene nada que perder más que sus cadenas” hace derribar “la clase que monopoliza los medios
de vida material y mental” (Hall, en op. cit., p. 206)? La invasión de los “rolezinhos” es provocadora
para romper el aislamiento social en la proporción que las élites imponen a los negros y mestizos
de las clases menos pudientes: en lugar de silencio circular, con un comportamiento “blanco” en
centros comerciales de las clases adineradas, la identidad periférica de miles jóvenes “en movi-
miento”, afirma a sí misma como productores de nuevas formas de política cultural sin aparente
ideología, excepto la de un consumo conspicuo.

12 “Rolezinhos” tocan temas tales como el derecho al espacio público en una sociedad donde el nivel de vida ha aumentado de manera espectacular, mientras
que apunta a la discriminación social y racial de Brasil.
13 La paradoja brasileña revela que: “(En un) país de maltratados sin áreas de recreación de los suburbios a la vista de policía, hay el otro lado un lugar
con estacionamiento, cortes cómodos de alimentos, corredores de agradable frescura, rebosante de sueños con guardabosques amable y ventas, atento y
eficiente, ya que no es, por regla general, en cualquier oficina o lugar público.” (“Enfermedades del Sueño” por Paulo Delgado, O Globo, 02/03/2014).

ISBN 978-987-23112-6-1 190


“Metáforas de transformación” y la interacción entre los límites y transgresiones en los procesos
culturales de los estudios de la obra literaria de Bahktin, donde la “carnavalización” desempeña un
papel preponderante transgresor revela que el “Brasil es el país del carnaval”. Nos queda por ave-
riguar si somos demasiado el “país de la transgresión”, como parecen demostrar los movimientos
de la calle que ocupan los medios de comunicación virtual. Los “rolezinhos” han poner a descansar
el movimiento aparente y el espacio abierto que proporcionan los centros comerciales para de-
sencadenar la policía y revelar los prejuicios raciales y la violencia dirigidos a los “perdedores” de la
sociedad de consumo brasileño. Por lo tanto, el futuro mismo del espacio público participativo de
ciudades brasileñas ya está en marcha debido a las dificultades socioeconómicas cambiantes que
resultan de este mismo consumo desenfrenado ...

Bibliografía
• AGIER, Michel. Antropologia da Cidade: lugares, situações, movimentos. São Paulo: Editora
Terceiro Nome, 2011.
• AMARAL, Aracy. “500 Anos de Carência” in Textos do Trópico de Capricórnio. Artigos e Ensaios
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Vozes, 2013, 8a edição.
• AUGÉ, Marc. Non-lieux. Introduction à une anthropologie de la surmodernité. Paris: Seuil, 1992.
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2009. SKYES, A. Krista (org.) São Paulo: Cosac Naify, 2013.
• LÉVY, Pierre. O Que é o Virtual? São Paulo: Editora 34, 1996.
• MONTANER, Josep Maria. Sistemas Arquitetônicos Contemporâneos. Barcelona: Editorial
Gustavo Gili 2009.
• SANTOS, Milton. Por uma globalização: do pensamento único à consciência universal. Rio de
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• SENNETT, R. The conscience of the eye. The design and social life of cities. Nova York: Norton,
1990.     
• SISSON, Rachel. Espaço e Poder: Os três centros do Rio de Janeiro. Rio de Janeiro: Arco, 2008.
• ZHOURI, A. (Org.). Desenvolvimento e conflitos ambientais. Belo Horizonte: Editora UFMG,
2005.

ISBN 978-987-23112-6-1 191


Las Autoras
Dinah Tereza Papi de Guimaraens
Profesor Adjunto en el Programa de Posgrado en Arquitectura y Planificación Urbana y Jefe del Depar-
tamento de Arquitectura de la Universidad Federal Fluminense; Miembro del ICOM; Director Asociado
Fundador del Museo de Arte y Orígenes-NYC; Certificado en Estudios de Museo, NYU (Fulbright Schol-
ar), Post-Doctorado en Antropología, Universidad de Nuevo México.

Marina Vasconcellos de Carvalho


Máster en Arquitectura y Urbanismo de la Post-Graduación en Arquitectura y Urbanismo de la Univer-
sidad Federal Fluminense; Director del Proyecto de la Compañía Diseño Brasil y se graduó en Diseño
en la PUC-Rio.

ISBN 978-987-23112-6-1 192


B.12 PROYECTO MUSEO A CIELO ABIERTO
ARTE POPULAR PARTICIPATIVO E IDENTIDAD COMUNITARIA
Bo. Ejército de los Andes. Fuerte Apache

Alumnos de la Escuela Media N° 7, Ejercito de los Andes


Bo. Ejercito de los Andes, Fuerte Apache

Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Ministerio de Gobierno


Colaboración: Municipalidad de Tres de Febrero.

Caracterización del Proyecto


Considerando que el Barrio tiene una población de 15.500 habitantes, la trasversalidad de la co-
munidad toda, su gente y organizaciones son quienes participarán en su realización, lo conforma-
rán como un hecho de características únicas a lo ya realizado en otras experiencias de expresio-
nes artísticas y comunitarias.
Los murales tienen como propuesta ser una expresión de cultura pictórica –educar por el arte/
arte terapia- integrando por primera vez a todos los vecinos en el desarrollo de un proyecto iden-
titario común.
La participación directa en todo el proyecto, generando ideas y mensajes que reflejen su sentido
de pertenencia hacia con el barrio y la comunidad, sus historias cotidianas, sus orígenes, crearán
de este modo un vínculo emocional y de pertenencia. Es meritorio señalar antecedentes similares
ya realizados en Chile, Perú, y México en sectores sociales deprimidos, pero actuando en escalas
menores de aplicación y desarrollo integral.

Objetivos Generales
• Resignificar el espacio público del barrio y desestigmatizarlo como barrio asociado a la violencia
para transformarlo en un espacio humano y amigable.
• Recuperar espacios comunitarios testimoniales mediante el arte mural y graffiti y transformar
al barrio en un museo a cielo abierto de arte público.
• Integrar profesionales reconocidos del arte en las acciones comunitarias generando una
sinergia basada en la comunicación, el aprendizaje y la experiencia del respeto.

Objetivos Específicos
• Conformar espacios comunes, rescatando identidad como vecinos. No se puede construir un
futuro sin reconocer nuestra historia popular y cotidiana.
• Realizar en etapas murales y diversas expresiones artísticas en espacios significativos para
los pobladores, que transformen el barrio en un ámbito de arte e interpretación testimonial
popular.

Impacto del Proyecto

ISBN 978-987-23112-6-1 193


• Resignificación del espacio público del Barrio Ejército de los Andes.
• Recuperación de la historia local del barrio, conformación de un relato acordado mediante
temáticas socioculturales y comunitarias.
• Empoderar a la comunidad y reinstalarla desde un sentido positivo de pertenencia a través de
la expresión identitaria del arte público.

Responsables del Proyecto


• Alumnos de la Escuela Media N° 7, Ejercito de los Andes, Ba. Ejercito de los Andes, Fuerte
Apache
• Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Ministerio de Gobierno.
• Colaboración: Municipalidad de Tres de Febrero.

ISBN 978-987-23112-6-1 194


B.13 REFLEXIONES SOBRE EL PATRIMONIO URBANO
EL APORTE DE DOS MIRADAS PARA ANALIZAR EL
CASO DE LA CIUDAD DE MENDOZA
Pablo F. Bianchi

Universidad de Congreso. Ciudad de Mendoza, Argentina.

Introducción
Esta discusión se presenta sobre la base de dos miradas del patrimonio urbano edificado: una de
ellas proveniente de Europa, encarnada en la postura de Francoise Choay, la otra proveniente de
Latinoamérica y personificada a través de los escritos de Marina Waisman.
Las dos visiones permiten canalizar un corpus de conocimiento sobre el tema del patrimonio ur-
bano edificado, que sirven como punto de partida para el análisis de una ciudad latinoamericana:
Mendoza.
Esta ciudad, situada en el centro oeste de la República Argentina, tiene como característica dis-
tintiva el hecho que debe su existencia al uso planificado y sistematizado del recurso hídrico, pro-
veniente fundamentalmente de los ríos de montaña que alimentan el sistema fluvial de la región.
Este modo particular de apropiación del territorio, sumado a un conjunto de acciones humanas a
lo largo de sus cuatrocientos cincuenta años de historia, han modificado y transformado la ima-
gen de la ciudad en los distintos períodos. Las catástrofes naturales como aluviones y sismos han
dejado a lo largo del tiempo su huella en la historia de la ciudad.
Así, la imagen resultante era hasta hace no más de cincuenta o sesenta años una imagen homo-
génea, caracterizada por anchas aceras, acequias de riego al descubierto, frondosas arboledas
alineadas a lo largo de aquellas acequias y los frentes edificados siguiendo –sobre todo en la
arquitectura de tipo italianizante– líneas armónicas y proporciones definidas (Bórmida, Dabul y
Villalobos, 1989). En la actualidad la proliferación de torres de más de veinte pisos en torno de las
plazas fundacionales1, a lo largo de vías donde antiguamente se ubicaban sólo arquitecturas de
tipo residencial de categoría (avenida Emilio Civit) o en el centro histórico de la ciudad, contribu-
yen a degradar aun más la imagen urbana y ambiental de la ciudad y sus barrios (fotografía 1).

Fotografía 1: basamento de una torre junto


a una residencia de categoría. El acceso a los
estacionamientos requirió la erradicación de los
forestales.

1 Se considera en este estudio como “plazas fundacionales” tanto la plaza colonial de 1561 (actual plaza Pedro del Castillo) como las cinco plazas de la ciudad
posterremoto de 1863 (actuales Independencia, San Martín, España, Chile e Italia)

ISBN 978-987-23112-6-1 195


Estas intervenciones han perjudicado en los últimos años la imagen que representa a la ciudad
y conforma un fuerte rasgo de identidad, tanto en los propios habitantes como en sus visitantes
ocasionales (Raffa y Pastor, 2011). Afortunadamente, muchos grupos sociales actúan en el úl-
timo tiempo a favor de estos paisajes y su valor afectivo, denunciando “transformaciones terri-
toriales, generalmente auspiciadas por grupos externos a la colectividad, que generan notables
procesos de pérdida de calidad e identidad de los paisajes. En ellos, el paisaje no es contemplado
únicamente desde una óptica que defienda sus valores ecológicos, sino también, y es el aspecto
novedoso, cuestiones relativas a la calidad de vida de sus ciudadanos, la memoria colectiva y la
identidad local” (Hernández Hernández, 2009:173).
En este sentido, la autora citada anteriormente considera que muchos de los procesos que ponen
en peligro la nueva funcionalidad de los paisajes se vinculan, en general, a actividades que favo-
recen su degradación mediante “la sustitución y/o intensificación de los usos del suelo […] La
intensidad de algunos de estos procesos puede determinar que los paisajes pasen de ser ámbitos
atractivos, valiosos, símbolos de calidad y bienestar de vida, a espacios «non gratos» que generan
una reacción generalmente adversa y de rechazo del observador y «expulsan» a aquellos que los
eligieron para asentarse en ellos; limitando, por consiguiente, las posibilidades de desarrollo de
esos territorios, dada su pérdida de «valor», entendida ésta en términos de calidad paisajística”
(2009:174).
Perez Galvez (1996) reflexiona en su estudio “Problemática y concepción actual de los cascos his-
tóricos” sobre las consecuencias negativas que los cambios en los usos de suelo acarrean para los
centros urbanos históricos. Considera que existe un deterioro ambiental:
“provocado en primer lugar por el proceso de terciarización masiva de estos espacios
–básicamente consistente en la sustitución de usos menos rentables (residencial, indus-
trial, equipamientos...) por otros que lo son más, como oficinas y comercios que requie-
ren una localización central–. Los efectos de lo dicho son claros en el plano y parcelario
originales: se ha roto la escala entre los edificios y se ha producido una discontinuidad
arquitectónica así como una notable destrucción del patrimonio edificado” (Pérez Gál-
vez, 1996:20).
Según palabras de Kevin Lynch sabemos que en el paisaje de una ciudad destacan elementos
arquitectónicos y urbanos que son fundamentales para su valor perceptual e identificación, como
son las edificaciones y espacios que tienen la función de “símbolos, hitos, ejes, nodos, mojones
y lugares abiertos de encuentro y recreación como plazas, plazoletas, parques” (Lynch, 1984). Si
profundizamos un poco este concepto, queda claro que la imagen urbana queda definida por una
“visión seriada de elementos particulares que van formando una idea general de la ciudad” (Pérez,
2000), como las plazas, vías, arquitecturas predominantes y su escala (residencial de baja densi-
dad, densidad media o alta), iglesias, centros administrativos o comerciales, complejos deportivos,
etc. Además se considera como parte del paisaje “los elementos de equipamiento urbano y vege-
tación, elementos de iluminación, paraderos, señalización, teléfonos públicos, como también la
conformación y el estado del espacio público en general en relación con el diseño y abundancia
de sus elementos, de su conservación y afectaciones como el deterioro, la contaminación visual,
la congestión vehicular y la proliferación de basuras e invasiones (Pérez, 2000:34).

Aportes de dos miradas: la Latinoamericana y la Europea


Se considera oportuno abrir la discusión sobre un tema de profunda relevancia y actualidad, que
nos impulsa a preguntarnos: ¿de qué manera las intervenciones encaradas por privados o el Es-
tado municipal afectan la imagen y la calidad del paisaje urbano, en particular en contextos de
jerarquía patrimonial?
Es oportuno en este momento acudir al cúmulo de conocimientos de las autoras propuestas como

ISBN 978-987-23112-6-1 196


referentes en el tratamiento de estos temas en entornos ricos en patrimonio edificado que con-
figuran finalmente los sitios que ellas han dado en llamar centros históricos o ciudades históricas.
Para ello es necesario verter una serie de conceptos sobre los que las autoras reflexionan, relativos
al patrimonio urbano y los conjuntos históricos, a fin de iniciar la discusión y adentrarnos en el
análisis del caso de Mendoza a la luz de estas miradas.
En primer lugar nos aproximaremos a algunas consideraciones alrededor de la temática del patri-
monio urbano. Para Waisman (1993) el concepto está íntimamente ligado a un grupo humano, en
tanto que la identidad cultural comporta un valor para una comunidad, relacionado a su vez con
un valor de uso. En este sentido, la autora entiende que son posibles dos caminos en lo referido
a su tratamiento: si el bien -o conjunto de bienes- presenta “atractivos evidentes por su curiosidad
o extravagancia” (1993:127), el tratamiento estará orientado a “congelar” tal situación, de modo
que las restauraciones o arreglos tendrán características escenográficas, orientadas al valor de
consumo del objeto o sitio.
Si por otra parte se busca “[…] consolidar la identidad cultural del grupo social, el patrimonio
arquitectónico y urbano toma valor en función de su capacidad como elemento identificatorio
y de apropiación por parte de ese grupo” (1993:127). Esto es compatible con intervenciones más
“creativas”, orientadas a ponderar el valor de uso de ese patrimonio.
Estas dos consideraciones dan cuenta del lugar en que la autora coloca al factor humano, ya sea
como espectador o bien como usuario; en ambos casos cobra relevancia el aspecto social que
compromete tal intervención.
Pero la autora va aun un poco más allá al afirmar que estas dos opciones –extremas por cierto– no
constituyen el último paso para el tratamiento del patrimonio, sino que este valor cultural de los
bienes o sitios no es “consumible” sino “productivo”: productivo “de nuevas ideas de diseño, de
nuevos ámbitos de vida” ya que “la permanencia de los elementos patrimoniales es una perma-
nencia en la vida, nunca una permanencia aislada y convertida en mero objeto de contemplación
o consumo”(1993:128).
Entendiendo que el segundo de estos caminos es el que fortalece la identidad cultural, la autora
incluye dentro de los objetos que componen el patrimonio arquitectónico y urbano “los monu-
mentos indiscutidos, los tipos arquitectónicos en sus diversas articulaciones, los espacios sociales,
los centros históricos, la escala, la trama urbana” ”(1993:128).
Respecto de este tema, afirma en “La arquitectura descentrada” (1995) que la ciudad es “un lugar,
una institución, un centro de producción y fundamentalmente, su gente”. Por ello existe una fuer-
za cultural que produce ideas, imágenes, tradiciones, que configuran lo que denomina memoria
–o memorias– de la ciudad, que retomaremos más adelante.
Otro tópico que no puede dejarse de lado en esta discusión es el referido a los centros históricos,
que la autora define como “asentamientos urbanos o zonas específicas de una ciudad en las que
se encuentran un conjunto importante de monumentos dentro de un tejido urbano coherente
y significativo […] esa trama homogénea, consolidada a lo largo de varios siglos o bien en un
período determinado de la historia, conforma una unidad urbana en la que se conjugan valores
históricos, arquitectónicos, de paisaje urbano, de memoria social”(1993:136).
En lo referido al tema de la memoria de la ciudad, Waisman (1995) distingue la memoria de la ma-
teria, referida a las estructuras físicas, los materiales, que permiten en el discurrir del tiempo leer
los desarrollos pasados, mientras que también hace referencia a la memoria morfológica, referida
a las organizaciones del espacio, la forma de vida de los habitantes, hábitos, etc.
Es por ello que la arquitectura actúa de modo particular como soporte físico de esa memoria, “por
la materia de que está construida, por el tipo edilicio, por la impronta de los constructores, por su

ISBN 978-987-23112-6-1 197


relación con la trama urbana” (1995:52).
Pero existen también otras memorias, referidas al orden cultural es decir, a los modos de vivir y de
percibir la ciudad. El modo de comprender el espacio urbano, la subdivisión del territorio, el carác-
ter de los recorridos (forma-ritmo-orientación), la escala horizontal y vertical conforman un “orden
urbano que se constituye también en memoria social” (1995:52).
Por su parte, Francoise Choay afirma en su “Alegoría del Patrimonio” (2007) que el patrimonio ur-
bano puede leerse desde tres enfoques: memorial, histórico e historial. El primero de ellos al consi-
derar que la ciudad juega “el papel memorial del monumento: objeto paradójicamente no erigido
para ese fin y que […] poseía en un grado más o menos constrictivo el doble y maravilloso poder
de arraigarse a sus habitantes en el espacio y en el tiempo” (2007:165).
A su vez, el enfoque histórico contempla el “estudio morfológico de las ciudades antiguas: […] la
historia formal de su espacio constituye para el urbanista una herramienta heurística sin equiva-
lente. Las reglas de organización de los llenos y de los vacíos puestas en evidencia abren la vía a
una estética urbana experimental” (2007:167).
Dentro de este enfoque histórico la autora distingue también el papel museal, “[…] en tanto que
figura museal, la ciudad antigua amenazada de desaparición es concebida como un objeto raro,
frágil, valioso para el arte y para la historia y que, al igual que las obras conservadas en los museos,
tiene que sacarse del circuito de la vida” (2007:172).
Las posturas de las autoras, lejos de ser contrapuestas, son a mi entender, complementarias. La
carga histórica de las ciudades o sitios de Europa es mucho mayor que los asentamientos urbanos
de las nóveles sociedades latinoamericanas, lo cual no hace que estas últimas sean menos valio-
sas. Por ello Waisman (1993) insiste en que los rasgos de particularidad o rareza –aun cuando se
trata de ejemplos de arquitectura no monumental– también favorecen a la hora de considerar
dichos bienes o conjuntos para su conservación. Por otra parte –y como sostiene Choay (2007)–
existe desde la segunda mitad del siglo XX la certeza que incluso los ejemplos de la arquitectura
modesta son portadores de valores históricos, artísticos y sociales, relevantes para las sociedades
que los gestaron. La mirada europea, no sólo de su propio patrimonio sino de las producciones de
la historia en los confines del mundo refuerza el argumento a la hora de catalogar las obras o sitios
como relevantes. La autora alude al desarrollo de las conferencias internacionales donde observa
que, a partir de 1933 en que se redactó la carta de Atenas, el número de los países miembro fue
creciendo, al incorporar también a los países no centrales.
Sobre este punto Waisman (1995) advierte que sólo desde la mirada desde el propio lugar es que
pueden comprenderse las producciones de la historia, en lugar de mirar desde la posición euro-
céntrica que tradicionalmente dominaba esta disciplina.
Es pertinente ahora adentrarnos en la problemática concreta de la ciudad de Mendoza a la luz
de estos conceptos. Siguiendo la reflexión que se presentara al comienzo de este escrito, hemos
dejado en evidencia cómo la imagen urbana de la ciudad ha cambiado –y continúa haciéndolo–
por las intervenciones desafortunadas. De no revertirse esta situación la imagen urbana que esta
ciudad supo tener perderá inexorablemente aquel rasgo identitario que la caracterizaba, dando
lugar ahora a otras memorias y otras imágenes que poco tienen que ver con la historia de este
sitio. No se pretende convertir la ciudad –citando a Choay– en una ciudad museal (Choay, 2007),
sino simplemente advertir que las intervenciones actuales tienen lugar indiscriminadamente en
cualquier sitio de la ciudad, desconociendo su historia y los valores artísticos, arquitectónicos,
ambientales, etc. que han podido construirse en su devenir histórico.
La concepción de patrimonio edificado y de los centros históricos adoptada por Marina Waisman
(1993) es congruente con la escala y las características de la ciudad de Mendoza, donde existe una
serie de monumentos relevantes dispersos en un tejido más o menos homogéneo que la autora

ISBN 978-987-23112-6-1 198


ha denominado “centro histórico no consolidado”, término acuñado por la autora en una comuni-
cación presentada ante el Congreso para la Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano
Americano en Buenos Aires (1980). Waisman entiende como tales “aquellos centros que poseen
monumentos de valor arquitectónico considerable y / o áreas reducidas, corredores o tramos ho-
mogéneos de interés arquitectónico o urbanístico, todos ellos inmersos en un tejido débil, que no
da pie por sí mismo para intervenciones de conservación a escala considerable” (1993:137).
Citando a Pradilla Cobos (2009) podríamos asociar estos movimientos con el hecho que “las ciuda-
des y metrópolis latinoamericanas están sometidas a procesos intensos de reestructuración desde
hace más de tres décadas. La continua expansión poblacional y física, que desbordó ampliamente
las fronteras administrativas y las ciudades originales y dio lugar a la metropolización, llevó a la
desconcentración del comercio y los servicios públicos y privados, buscando a los consumido-
res o usuarios en las nuevas periferias residenciales o populares de los diversos sectores sociales”
(2009:18). Es de esperar que las dinámicas de los centros históricos, consolidados o no, se vean
afectadas directamente por estos factores. Tanto en lo referido a los desplazamientos de los usua-
rios de la ciudad, como en lo referido a la imagen provocada por los procesos aquí enunciados.
Retomando el tópico de los centros históricos, sostenemos que Mendoza es uno de los pocos
ejemplos de ciudades latinoamericanas que –si bien cuenta con un pasado de cuatrocientos cin-
cuenta años a sus espaldas, comparadas con otras de un largo devenir histórico– ha tenido la
particularidad de haber sido fundada dos veces: la primera, en la época colonial (1561); la segunda
luego del terremoto que destruyó la ciudad en 1861. Es decir que cuenta con dos cascos o zonas
históricas, objeto de un tratamiento diferenciado por parte de la administración municipal: por un
lado el sector conocido como área fundacional, correspondiente a la plaza colonial de 1561 y sus
adyacencias; el otro referido a la Plaza Independencia y sus alrededores, es decir, el centro de la
ciudad posterremoto de 1863.
Una de estas áreas ha concentrado las intervenciones del municipio, la que efectivamente es con-
siderada como el casco fundacional de Mendoza. La implantación de un museo de sitio en la
década de los ´90, excavaciones arqueológicas, la restauración de las ruinas de la Iglesia de la
Compañía (conocidas como ruinas de San Francisco) y las intervenciones llevadas a cabo en los
últimos años en espacios públicos y espacios verdes adyacentes (Alameda, Parque O´Higgins, re-
modelación del acuario municipal) dan cuenta del impulso dado a este sector. Mientras que para
el área de la plaza Independencia y sus cuatro plazas satélites las intervenciones se concretan
de un modo más difuso, no alcanzan a conformar un continuum que permita leer el área como
tal. La normativa referida a alturas de edificaciones, sitios o entornos protegidos, preservación de
especies y cantidad de forestales, proporciones de los frentes edificados y anchos de aceras, aven-
tanamientos en fachadas a calles principales, mantenimiento de equipamiento e infraestructuras
urbanas relevantes (barandas, puentes, kioscos2), si bien no son numerosas, tienden a concentrar-
se en el primigenio núcleo urbano de 1561.
En cuanto a las temáticas de la normativa vigente, se ha definido por ejemplo el tratamiento del
sistema de acequias urbanas y las posibilidades de intervención en cuanto a materiales a utilizar,
pendientes, uso de rejas, posibilidad de ocultamiento por zonas (residencial, comercial); o bien la
legislación sobre la protección de forestales, o la protección de sitios puntuales de la ciudad (el
código de edificación de la ciudad de Mendoza enumera entre otros la manzana mercedaria, el
sector comercial de calle San Martín, el sector comercial calle Las Heras, el Centro Cívico, la Peato-
nal Sarmiento o el área residencial adyacente al parque General San Martín).
Como ejemplos de intervenciones desacertadas, se procederá sólo a enumerar algunas de ellas,
acompañando con imágenes actuales que pueden clarificar esta argumentación. Comenzaré afir-
mando que en algunos sectores de la ciudad, comprendidos en áreas relevantes (tal es el caso del
conjunto monumental ex Plaza Hotel, Teatro y Escuela) las fachadas edificadas a la vía pública han
2 Se hace aquí referencia a los “kioscos” de música o glorietas que proliferaban en las ciudades del siglo XIX para deleite de los paseantes.

ISBN 978-987-23112-6-1 199


sido negadas, al levantar muros ciegos que impiden la relación visual entre el interior y el exterior.
Estos sitios son percibidos como inseguros y se evitan dentro de los recorridos urbanos (fotografía
2).

Fotografía 2: fachadas “ciegas” hacia el espacio


público se prolongan a lo largo de unos cincuenta
metros en calle 25 de Mayo, en la intervención
que se hizo sobre el antiguo Plaza Hotel (actual
Park Hyatt Mendoza)

En otros puntos relevantes (como por ejemplo la calle Necochea que bordea la Plaza San Martín),
se ha dispuesto –dentro del programa de bicisendas del Municipio– la construcción de una ciclo-
vía en el costado sur de dicha arteria, para lo cual (con la intención de mantener el ancho de la
calzada) el municipio procedió al tapado de las acequias por medio de la construcción de dárse-
nas de estacionamiento. Los árboles han quedado confinados dentro de un recuadro mínimo de
concreto. (fotografía 3).

La legislación contemplaba en la década del ´70 la seguridad frente a los eventos sísmicos, por lo
cual se decidió en aquel entonces, limitar las alturas de las viviendas del siglo XIX, de tipo italiani-
zante, conocidas comúnmente como casas chorizo. Para ello la intervención consistió en demoler
los remates (cresterías o pretiles) de estas viviendas, con lo cual el perfil urbano perdió en primer
lugar la proporción original; en segundo lugar el elemento ornamental que constituía el remate
vertical de la fachada a la vía pública y en tercer lugar el elemento arquitectónico –artístico que,
constituido por diversas formas y materiales (mampuestos de ladrillo, herrerías, mascarones, etc.)
caracterizaba este tipo de construcciones. (fotografías 4 y 5).

Fotografías 4 y 5: Ausencia de cresterías o remates en las fachadas decimonónicas de viviendas situadas


en diversas calles del centro de la ciudad: calle Patricias Mendocinas, vereda este (izq.) y avenida Godoy
Cruz, vereda sur (der.)

ISBN 978-987-23112-6-1 200


Otras intervenciones desafortunadas –en curso actualmente- en el área del Parque San Martín
comprenden por ejemplo la construcción de una ciclovía de hormigón armado en la vereda oes-
te de la avenida Boulogne Sur Mer, vereda que tradicionalmente tuvo recubrimiento de ladrillo
molido, dando el característico color rojizo que tenían el resto de los senderos del parque. Esta
intervención, además de modificar la imagen del sitio, perjudicará las cualidades ambientales al
incorporar una “cinta” construida que actúa como acumulador de calor por efecto de la radiación
solar. (fotografía 6).

Finalmente, se nombrará la intervención llevada a cabo en la intersección de la avenida Boulogne


Sur Mer y calle Juan B. Justo (que posiblemente se replicará en los otros cruces hacia el norte),
donde se ensanchó el cruce de la calle Juan B Justo sobre el canal Jarillal demoliendo las antiguas
balaustradas y reemplazándolas por una baranda tipo “guarda rail” que muy poco tiene que ver
con la imagen de la avenida, donde tradicionalmente predominaba la imagen de los puentes de
calles y viviendas sobre el canal, resueltos a una escala peatonal y no para el automóvil (fotografías
7, 8 y 9).

Fotografía 7: el ensanche actual del puente de calle


Juan B. Justo sobre el canal Jarillal

Fotografías 8 y 9: los tradicionales puentes sobre el canal Jarillal

ISBN 978-987-23112-6-1 201


Conclusiones
Los aportes de dos autoras, es decir, de dos miradas –la europea y la latinoamericana– nos per-
miten reflexionar acerca de las intervenciones actuales en una ciudad de Argentina, y el modo
en que estas intervenciones condicionan la imagen urbana. Esta imagen urbana, constituida por
una serie de elementos físicos –elementos construidos, seres vivos (arbolado público), equipa-
miento urbano, etc. – se ha consolidado a lo largo de siglos. Este desarrollo ha sido marcado por la
emergencia de unos ideales de ciudad y un conjunto de valores que identifican fuertemente a los
ciudadanos con su hábitat urbano, constituyendo a su vez un patrimonio intangible.
Las intervenciones que tanto los privados como el estado municipal realizan sobre la ciudad mo-
difican –y muchas veces degradan- esta imagen inexorablemente. Así, las memorias que la ciu-
dad ha ido cargando en su bagaje histórico son permanentemente reformuladas y muchas veces
reemplazadas por otras, pero siempre asociadas a un ideal que ha permanecido a lo largo del
tiempo.
La condición “periférica” de los países latinoamericanos impacta negativamente en las decisio-
nes referidas en general al quehacer arquitectónico, y en particular al tratamiento del patrimo-
nio (Waisman, 1993). Esta actitud de “demoler y construir desde cero”, aun estando cargada de
significados – al borrar intencionalmente todo vestigio de nuestro pasado para “cargar” nuevas
imágenes o nuevas expresiones de lo “moderno”, desnudan en muchos casos una situación de
desconocimiento por un lado y de incomprensión por el otro. ¿No resulta acaso de la incompren-
sión aquella actitud que ignora lo propio, el camino recorrido, las experiencias previas (con sus
avances y desaciertos) y simplemente “borra” la presencia física de una entidad con una carga
histórica, semántica, incluso social que es propia de nuestro medio? La mirada puesta en el futuro,
con un fuerte propósito de identificar, conocer, valorar y rescatar lo que conforma nuestro bagaje
cultural, que como sociedad hemos construido (tanto material como inmaterial) seguramente
nos allanará el camino a seguir en este sentido.

Bibliografía
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Latinoamericanos. Bogotá: ESCALA.
• Waisman, M. (1995). La arquitectura descentrada. Bogotá: ESCALA.

El Autor
Pablo Federico Ricardo Bianchi Palomares
Arquitecto. Universidad de Mendoza. Docente en la Cátedra “Historia de la Arquitectura y del Urbanismo 1”,
en la Facultad de Arquitectura de la U Congreso (Mendoza). Doctorando en la VII Edición del Doctorado en
Arquitectura, Universidad de Mendoza. Ha participado como pasante en el CCT Mendoza-CONICET (mar-
zo a julio de 2012) y en el Departamento de Patrimonio Cultural de la Municipalidad de Godoy Cruz (2009).
Contacto: pfrbianchi@yahoo.com

ISBN 978-987-23112-6-1 203


B.14 ROTTERDAM
MIRADAS SOSTENIBLES EN LA REHABILITACIÓN DE
LOS ESPACIOS PARA LA VIDA COLECTIVA
Carolina Quiroga
Lucas van Zuijlen

Introducción
La vida urbana en Rotterdam encuentra en los espacios públicos de parques y plazas un valioso
patrimonio que define un aspecto fundamental de la identidad y el carácter de la ciudad. Alber-
gando una multiplicidad de actividades culturales, artísticas y de esparcimiento, estos lugares
se instalan como un ámbito de encuentro e intercambio social. Durante los últimos años, las
exigencias del cambio climático, la escasez de los recursos energéticos y los nuevos hábitos de la
vida colectiva, constituyen algunos de los factores emergentes que inciden sustancialmente en el
momento de pensar acciones para su mantenimiento, rehabilitación y/o reprogramación.
Casos recientes de rehabilitación del espacio público, como la plaza del agua Bentemplein del
estudio De Urbanisten y el agregado de estacionamientos en el Parque de los Museos de Paul de
Ruiter, dan cuenta de la integración de estas problemáticas emergentes al campo proyectual.

Rotterdam: cambios en la ciudad experimental


Ubicada al oeste de los Países Bajos sobre el rio Mass, Rotterdam surge hacia 1270 como una pe-
queña comunidad de pescadores que construyen un dique sobre el rio Rotte. Durante los próxi-
mos siglos consolidaría su carácter de ciudad portuaria vinculada al comercio y la navegación
marítima siendo hoy uno de los puertos más importantes del mundo. En la Segunda Guerra Mun-
dial (1940) su centro antiguo fue casi completamente destruido por un bombardeo alemán. Este
hecho produjo que se convierta en un laboratorio de diseño urbano y arquitectónico.
Rotterdam contiene un significativo conjunto de espacios públicos expresivos de estas diferentes
fases de consolidación de la ciudad: la influencia del paisajismo ingles en el Het Park (J.D. Zocher y
L.P. Zocher, 1852-62), el aporte de las ideas del siglo 20 en el Kralingse Park ( Jan Bijhouwer, 1930-
53) o la huella de la arquitectura contemporánea como en el caso del Parque los Museos (Rem
Koolhaas e Ives Bruner, 1989) o la Plaza de los Teatros - Schouwburgplein (West 8, 1990-97), entre
otros ejemplos.
“Las ciudades son sistemas complejos. Pero son sistemas incompletos. En esta incom-
pletitud se encuentra la posibilidad de hacer -hacer lo urbano, lo político, lo cívico, La
ciudad no es lo único que tiene estas características, pero estas características son una
parte necesaria del ADN y las problemáticas urbanas. Cada ciudad es diferente como lo
es cada disciplina que la estudia. Y sin embargo, cualquier aproximación a lo urbano,
tendrá que lidiar con estas características clave: incompletitud, complejidad y la posibi-
lidad de hacer.” (Sassen, 2013)
Acerca de esta complejidad, las ultimas décadas han significado una transformación en los patro-
nes de asentamiento humano -ciudad global, nuevas centralidades, incremento migratorio- así
como una creciente atención en las problemáticas del habitar y la sustentabilidad producto de
las demandas emergentes: el cambio climático, la escasez de recursos, los nuevos requerimien-

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tos habitacionales, entre otros. Asimismo, en el caso de los parques en Rotterdam la progresiva
valoración ciudadana de los espacios verdes urbanos tanto para actividades culturales como de
ocio y recreación, el incremento del turismo, las políticas culturales municipales que promueven
acciones al aire libre, hace que los parques acrecienten la cantidad de usuarios y diversifiquen sus
funciones.
Bauman define el espacio público como “un lugar de encuentro y diálogo entre problemas privados
y asuntos públicos” donde el dilema actual reside en “rediseñar y repoblar este ágora hoy mayor-
mente vacía - el lugar de encuentro, debate y negociación entre el individuo y el bien común, público
y privado.” haciendo frente al creciente individualismo y ausencia de asuntos públicos. (Bauman,
2004) . Esto se vincula a lo planteado por Sassen sobre la incompletitud de las ciudades es decir
las necesidades producto de los cambios actuales que naturalmente devienen en la posibilidad
de hacer. En términos proyectuales, esta posibilidad significa explorar el potencial de operar con
el patrimonio siendo que “constituye un recurso capital para mejorar la habitabilidad de las zonas
urbanas y fomentar el desarrollo económico y la cohesión social en un contexto de cambio mundial. El
futuro de la humanidad depende de la planificación y la gestión eficaces de los recursos, por lo que la
conservación se ha convertido en una estrategia de conciliación sostenible del crecimiento urbano y la
calidad de vida.” (UNESCO, 2011)

Benthemplein: reinterpretando sustentable y creativamente el


paisaje holandés
En 2005 el estudio De Urbanisten presentaba en la Bienal Internacional de Arquitectura de Rotter-
dam una tipología innovadora en el diseño de plazas que combina el almacenamiento del agua
de lluvia con la mejora del espacio público. Siendo los diluvios frecuentes producto del cambio cli-
mático una problemática urbana creciente, el proyecto considera que el presupuesto invertido en
resolver este conflicto simultáneamente puede ser una oportunidad para crear nuevos espacios
que resignifiquen la identidad de los barrios. Tras varios años de investigación y desarrollo con el
apoyo del municipio, esta idea logró concretarse como una prueba piloto en la realización de la
plaza Benthemplein que fue inaugurada en 2013.
Ubicada próxima al centro de la ciudad en el barrio de Agniese, la plaza comprende el espacio va-
cante entre edificios de diferentes épocas, orígenes y expresiones. Hacia un extremo, limita con el
edificio del ex-banco Nacional de Seguros (A.A. de Nieuwenhuyzen y C. Elffers, 1941-49) definido
por un volumen regular con patio interior y de expresión ladrillera tradicionalista, que fuera am-
pliado continuando su morfología regular y con un lenguaje contemporáneo de pieles transluci-
das y coloreadas (Studio AI, 2003). En el centro, está ubicada la Iglesia Escocesa (M.C.A. Meischke,
1953) en reemplazo del edificio original destruido en el bombardeo. Este austero volumen de
ladrillo es una muestra de la variedad cultural y religiosa que caracteriza Rotterdam.

Der.: Plaza del Agua Benthemplein (De Urbanisten, 2013).


Izq.: Vista aérea de la plaza desde el Liceo Gráfico.
Plano y Foto: Carolina Quiroga/Lucas van Zuijlen

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El complejo educativo Technikon (1955-70) diseñado por el arquitecto Hugh Maaskant, una de las
figuras relevantes de la arquitectura Moderna en Holanda, ocupa el otro extremo del predio. Este
consiste en un gran pabellón de 200 por 22 metros paralelo a la calle Boekhorstraat y otro cuerpo
perpendicular a éste articulado por un basamento hacia Heer Bokelweg que albergaba varias es-
cuelas técnicas y un teatro. Otro volumen en torre que aloja gimnasios, piscina y servicios, enfatiza
sobre Schiekade la perspectiva del eje Coolsingel, una de las arterias principales de la ciudad. En
los pabellones hoy funciona el Liceo Gráfico y el Gimnasio David Lloyd en la torre.
Un tema significativo del proyecto es la participación activa de la comunidad. Los diferentes ac-
tores involucrados -alumnos y docentes de las escuelas, miembros de la comunidad religiosa, el
gimnasio, el teatro y los vecinos en general- realizaron una serie de workshops en conjunto con
los equipos de diseño donde reflexionaron acerca de posibilidades programáticas, calidades de
ambiente -texturas, colores, materiales- y el rol del agua como componente espacial.
Como resultado de esta experiencia colectiva, el diseño final consiste en una morfología que rein-
terpreta tres situaciones distintivas de transporte y acumulación de agua del paisaje holandés. Por
un lado, las formas del delta que se traducen en un contundente gesto de líneas quebradas que
organiza toda la plaza. Por otra parte, la idea de pólder o tierras ganadas al agua es el referente
para la subdivisión en diferentes zonas. Asimismo, el paisaje de los lagos es integrado a partir de
un conjunto de espejos de agua interconectados.
La estrategia consiste en recolectar el agua de lluvia en tres cuencas principales que cuando están
secas albergan diversas funciones. Dos cuencas de poca altura recogen el agua del entorno inme-
diato y proveen el espacio para deportes sobre ruedas. Otra cuenca profunda para lluvias intensas
recibe el agua de las inmediaciones de la plaza y funciona tanto para cancha de pelota como
anfiteatro a cielo abierto. El agua se transporta hacia estos reservorios a través de un sistema de
canaletas de acero inoxidable de grandes dimensiones, diseñadas especialmente para patinado-
res. Otros elementos complementan estas aéreas principales: un muro tipo catarata en la cuenca
profunda que colecta agua del barrio y el edificio adyacente, un baptisterio al aire libre junto a la
iglesia y el bebedero de agua potable.

Vistas peatonales de la plaza. Fotos: Carolina Quiroga

Como en el delta, estas zonas de agua se intercalan con espacios secos. Asociado a cada uno de
los accesos a la plaza estos lugares fueron pensados como ámbitos estancos e íntimos. Búsquedas
formales y decisiones materiales refuerzan este concepto: bancos de gran longitud en hormigón y
madera invitando al descanso junto a las canaletas y el tratamiento del material vegetal que com-
bina los arboles existentes con nuevas flores silvestres y hierbas altas. Las decisiones cromáticas
responden a cada una de las funciones: gamas de azul para las áreas inundables, el plateado del
acero en la red de canaletas y una paleta multicolor para el material vegetal y el equipamiento.
Agua en movimiento, formas dinámicas y colores vivos conforman en Benthemplein una expe-
riencia espacial que invita al descubrimiento y el uso de los sentidos.

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Un aspecto destacable en Benthemplein radica en el tratamiento del agua después de la lluvia.
Las dos cuencas superficiales tienen un dispositivo de infiltración que devuelve lentamente el
agua a las napas, manteniendo el balance del nivel hídrico del suelo para enfrentar los periodos
de sequia. Esto mantiene árboles y plantas en buenas condiciones y colabora en la reducción del
efecto de la isla de calor urbano. El agua retenida en la cuenca profunda fluye lentamente hacia el
sistema pluvial de la ciudad, reduciendo el desborde y sobrecarga del mismo.
Diseño participativo, innovación tecnológica y dinamización social son algunos de los aportes
de Benthemplein. Patrimonio heredado y arquitectura contemporánea están enhebrados en un
nuevo paisaje donde conviven las diferentes expresiones de los edificios existentes y las formas
del presente.

Parque de los Museos: espacio y vida cultural en continua


transformación
La década del 70 significaría un cambio sustancial para la antigua tierra de la familia Hokoben
cuando se decide consolidar su carácter como parque de museos y edificios culturales , asignando
a Rem Koolhaas e Ives Bruner para tal fin (1989). A pesar de su reciente construcción, tanto el par-
que como los edificios contemporáneos han sido producto de nuevas intervenciones. Entre ellas,
se destaca el agregado de un área de estacionamientos diseñado por Paul de Ruiter (2012) quien
con una mirada sostenible además de responder a su necesidad especifica plantea una nueva
plaza reduciendo la huella ecológica de la construcción y un reservorio de agua que atempera el
impacto de las frecuentes inundaciones del barrio.

Der.: Plaza sobre el nuevo estacionamiento (Paul de Ruiter, 2012)


Izq.: Parque de los Museos en Rotterdam.
Plano y Foto: Carolina Quiroga/Lucas van Zuijlen

“La tierra de Hoboken constituye una de las peculiaridades de Rotterdam. Ciudadanos


y extranjeros sienten el enorme contraste cuando yendo a través de la densa calle West-
zeedijk o cerca de la bulliciosa Binnenweg, de pronto se encuentran a sí mismos en una
escena rural de grandes pastizales, donde el ganado pasta pacíficamente junto a los
granjeros. “ Ciudadano de Rotterdam, 1920 (GUINEE, 1993)
Este paisaje rural constituye los orígenes del parque de museos. Desde el siglo 18, en tierras próxi-
mas al centro de Rotterdam se encontraban los campos de la familia Hoboken y su residencia Di-
kzigt, situación abierta que se mantuvo durante el gran crecimiento urbano del siglo 19. En 1858
el arquitecto e ingeniero de la ciudad W.N. Rose desarrolla un proyecto urbano que reorganiza la
conexión física del centro con las áreas inmediatas. Su ambicioso plan resultó incluso debido al
cambio socio-económico de Rotterdam cuando la actividad portuaria prioriza el almacenaje e
intercambio por sobre las ventas, y los ciudadanos ricos se trasladan a Ámsterdam y La Haya.
Del plan Rose se construyeron un sistema de “singels” o calles de agua y la continuación de calles

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ortogonales desde el centro urbano hacia ambos lados del campo de Hoboken. En 1897-1913, el
Director de Obras Publicas G. J. de Jongh planificó la mitad de las tierras con lujosas villas, como
un modo de evitar el abandono de la clase acomodada, pero no llegó a realizarse. Con la muerte
de Hoboken en 1927 y la expropiación de la tierra por el gobierno, se inicia otra fase en la historia
del actual parque. El nuevo arquitecto de Rotterdam W. Witteven (1926) define el área como un
gran pulmón verde que combina programas residenciales e institucionales: villas exentas alojadas
en su interior y edificios públicos de mayor escala hacia los bordes. Con esta idea, se construyen
la villa Sonneveld (Brinkman & Van der Vlugt, 1933) y la Maison Chabot ( Baas and Stokla, 1938), el
hospital Erasmus, el Museo Boijmans Van Beuningen (A. van de Steur, 1928-35), un gimnasio esco-
lar, la Academia de arte y ciencia y un teatro al aire libre. Luego del bombardeo alemán de 1940,
el municipio utilizo el área para eventos temáticos a gran escala con planes directores de Van der
Broek & Bakema: Puerto (1950), Energía (1955) y Jardines (1960), la primera de las exposiciones
universales Floriade.

Izq: Kunsthal. Centro: Museo de Historia Natural. Der: Parque y puente hacia el Kunsthal.
Fotos: Carolina Quiroga.

Rem Koolhaas e Ives Bruner serian los encargados de diseñar el parque (1989) que definitiva-
mente enhebraría los diversos museos e instituciones en 1989. El proyecto divide los 100 por 400
metros del parque en cuatro zonas diferenciadas vinculadas a través de un eje longitudinal nor-
te-sur. Hacia el sur, el museo Kunsthal articula con la avenida perpendicular e inicia el recorrido
en su plaza frontal. Kunsthal es la materialización de los nuevos paradigmas del programa museo,
sin colecciones permanentes ni depósitos. Concebido como una gran estructura circulatoria que
pasa por sobre una calle, su volumen se enfrenta a la ex-villa Dijkzit (1851) reconvertida en Museo
de Historia Natural. A continuación, el paisaje recupera el concepto de naturaleza de un modo
romántico con arboledas, estanques, senderos serpenteantes y un gran puente con piedras de
brillo, que alejan al visitante de la vida urbana. La tercera zona es una superficie pavimentada para
eventos y actividades colectivas. Finalmente, la morfología curva del Instituto Holandés de Arqui-
tectura (Jo Coenen, 1993) y su estanque frontal, las casas museo Sonneveld y Chabot producen el
remate del recorrido.

Nueva Plaza sobre estacionamientos.


Izq: Vista hacia el Museo Boijmans van Beuningen. Centro: Acceso vehicular y reservorio de agua.
Der:Volumenes transparentes de acceso a subsuelos.
Fotos: Lucas van Zuijlen

Cada uno de los edificios del conjunto ha tenido intervenciones para adecuar sus programas e
instalaciones a las exigencias actuales, resignificando en algunos casos su relación con el parque.
La volumetría neoclásica del Museo de Historia Natural fue ampliada (Mecanoo, 1997) con un

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pabellón transparente para biblioteca y exposiciones, cuya estructura circulatoria permite visua-
lizar los jardines y el Kunsthal. Diluyendo la tradicional concepción del museo como caja cerrada
contenedora de objetos, un gran esqueleto se encuentra suspendido en el prisma de cristal para
ser percibido desde el exterior. El Museo Boijmans van Beuningen se basa en un diseño tradicio-
nalista, cuya expresión ladrillera evidencia influencias de la arquitectura escandinava. Sus inter-
venciones responden a diferentes actitudes como la mímesis (A. Bodon, 1963-65), el contraste
material (Hubert Jan Henket, 1991) o la idea de piel translúcida (Daem & Robrecht, 2000-03). Se
destaca la extensión de Henket con un volumen vidriado que avanza sobre los jardines traseros
dinamizando la relación entre museo, parque y usuario.
A pesar de ser su proximidad temporal, el parque ha tenido restauraciones recientes de de los
jardines y área para eventos debido a la falta de mantenimiento, deterioros producto del paso del
tiempo y acciones de vandalismo.
En 2012 Paul de Ruiter creativamente resolvió la carencia de áreas para estacionamiento en un
volumen enterrado con una nueva plaza ubicada en el plano superior. Esta operación reduce el
impacto de la huella ecológica producto de la nueva construcción y suma al proyecto de Koolhaas
y Klein otra expresión contemporánea del diseño paisajístico. Con una vocación de proyectar con
mínimos elementos, la plaza consiste en una grilla regular de árboles sobre un solado de piedras
y dos volúmenes transparentes que dan acceso a los tres subsuelos de estacionamiento. Este es-
pacio alberga 1150 cocheras que solucionan no sólo el aparcamiento de los museos sino del
Complejo Médico Erasmus adyacente.
Un tema significativo del diseño de Ruiter es la incorporación de un gran reservorio de agua so-
bre el acceso vehicular que durante las fuertes lluvias brinda una solución a las inundaciones del
centro urbano próximo. Siendo uno de los más grandes en su tipo en Holanda, el reservorio tiene
la capacidad de almacenar 10.000 metros cúbicos de agua que ingresan durante las tormentas
cuando el sistema de alcantarillado urbano comienza a saturarse. Luego que cesa la lluvia, el agua
es reingresada lentamente al sistema por un dispositivo de bombeo.
Desde estas operaciones, Ruiter ha podido pensar la rehabilitación como una herramienta que
trasciende el dar respuesta a los problemas coyunturales y colabora en la mejora de las problemá-
ticas futuras de la ciudad toda.

Reflexiones finales
Vivir la ciudad implica necesariamente la presencia de espacios apropiados y adecuados para el
encuentro, el dialogo, la interacción. Si bien hasta ahora el mantenimiento y cuidado de estos
lugares ha sido un campo de preocupación de diversos ámbitos, Bentemplein y Museumpark son
casos ejemplicadores de los nuevos contextos y variables que necesariamente los proyectos de
rehabilitación actuales no pueden eludir: “Desde siempre los asentamientos humanos vienen adap-
tándose a los cambios climáticos y ambientales, incluidas las consecuencias de catástrofes. Pero la
intensidad y rapidez de los cambios actuales constituyen una amenaza para nuestros complejos siste-
mas urbanos. La preocupación por el medio ambiente, sobre todo por el consumo de agua y energía,
exige nuevos planteamientos y modelos de vida urbana basados en políticas y prácticas que tengan
muy presentes las cuestiones ecológicas para mejorar la sostenibilidad y la calidad de vida de las ciu-
dades. Pero muchas de estas iniciativas también deben dar cabida al patrimonio natural y cultural
como recurso útil para un desarrollo sostenible. “ (UNESCO, 2011)

ISBN 978-987-23112-6-1 209


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• VAN DER LAAR, Paul. Stad van formaat. Geschiedenis van Rotterdam in de negentiende en
twintigste eeuw, Rotterdam, 2000.

Los Autores
Carolina Quiroga
Arquitecta y Especialista en Preservación, Conservación y Reuso del Patrimonio (FADU-UBA). Adjunta
del Taller de Arquitectura (FADU.UBA). Docente e investigadora en temas vinculados a la conservación
del patrimonio. (FADU-UBA, FAU-UB). Autora de diversas publicaciones y profesora invitada a nivel lo-
cal e internacional. Miembro de ICOMOS. Socia del estudio Quiroga- Van Zuijlen y asesora de la fun-
dación Rotterdam Woont en Holanda desde 2009.

Lucas van Zuijlen


Arquitecto de la Universidad Técnica de Delft, orientado al campo patrimonial. Ex- Docente en TU-
Delft y Director del Departamento de Patrimonio de la Municipalidad de Midden-Delflant en Delft.
Actual Coordinador de la Fundación Rotterdam Woont. En lo profesional, en el estudio de Wessel
de Jonge trabajó en la rehabilitación de la Fábrica Van Nelle, el Sanatorio Zonnestraal, los Silos St.
Jobsveem, las Oficinas GAK. Y actualmente en la remodelación de las viviendas sociales Twee Blokken
Stad en Rotterdam.

ISBN 978-987-23112-6-1 210


B.15 SANTA FE: PATRIMONIO, AMBIENTE Y GESTIÓN
EL DIFÍCIL SENDERO DE LA CONCERTACIÓN
Maria Laura Tarchini
Miriam Bessone
Maria Laura Bertuzzi

Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Universidad Nacional del Litoral

Introducción
En el proceso de preservación del patrimonio urbano en América Latina y el Caribe, se sostiene
(ROJAS, 2014, p 27) que –en referencia a su gestión- se están superado dos fases y se estaría ingre-
sando en una tercera. En la primera, las acciones fueron lideradas por elites culturales y filantropía
privada. En la segunda, se sumaron los gobiernos nacionales y locales pero lograron sólo una ali-
neación parcial de los intereses de los actores. La tercera fase, aún incipiente se enfoca en una va-
loración amplia del patrimonio, que se convierte en preocupación y responsabilidad de múltiples
actores incluyendo a la filantropía privada, a las organizaciones sociales, comunidades locales,
inversionistas, gobiernos locales y nacionales. Las acciones de esta tercera fase requieren involu-
crar a los actores sociales y destinar los bienes patrimoniales a usos con demanda social, procurar
los recursos para financiar proyectos de preservación, promover un ambiente regulatorio estable
(que estimule la inversión privada), estimular la renovación y protección de los centros históricos
(con eje en el mejoramiento de espacios públicos, y equipamiento urbano), aumentar los recursos
para residencias, generar asistencia técnica para familia de bajos ingresos y contribuir al control
de los comportamientos especulativos.
Si intentamos trasladar estas fases a la ciudad de Santa Fe, podríamos arriesgar a que apenas esta-
mos ingresando, con muchas dificultades a la segunda fase, pero creemos que, el caso de Bulevar
Gálvez que se presenta, podría constituirse en un caso de estudio para cotejar nuestra posición
respecto de la situación del patrimonio local y un eventual acceso parcial a la fase 3.

Parte 1
Pre-inventario de edificios y paisajes urbanos patrimoniales de la
ciudad de Santa Fe
Marco teórico:
La ciudad es una producción colectiva extendida en el tiempo, que trasciende las sucesivas ge-
neraciones. Cada una recibe de la anterior un paisaje urbano modificado, del cual es beneficiaria
y a la vez responsable de su transmisión a las venideras. Esta doble condición se enmarca dentro
de los Derechos Fundamentales en la solidaridad intergeneracional para la preservación del
medioambiente, el patrimonio histórico, cultural y arquitectónico. (Art. 41 de la Constitución Na-
cional y Ley General del Ambiente Nº25675).
La ciudad, y su expresión sensible -el paisaje urbano- resulta de la interacción entre las dimensio-
nes de lo material (urbs), lo inmaterial (civitas) y lo político (polis). Pero para que exista el paisaje,
su resultado debe ser reconocido, es decir percibido como tal en sus particularidades, dicho en

ISBN 978-987-23112-6-1 211


otras palabras, valorizado. En relación a sus transformaciones debemos tomar en cuenta que todo
paisaje urbano es histórico (ya que es la expresión de la diversidad de las sociedades a lo largo
de la historia) y que a su vez, todo paisaje urbano es dinámico, es decir que debe responder a las
necesidades de la sociedad que lo habita, considerando especialmente la mencionada solidaridad
inter-generacional.
El paisaje urbano resulta de la sumatoria de componentes de la estructura de la ciudad tales como
el medio natural en el cual se emplaza, el trazado y materialización de las calles, el parcelario y el
ritmo que el mismo imprime al espacio público, la arquitectura de las edificaciones que lo compo-
nen, los colores predominantes, la escala, la forestación, el mobiliario urbano, etc. Además se su-
man otros componentes inmateriales tales como los usos, los sonidos, el asoleamiento, los ritmos
urbanos, etc. que le otorgan vitalidad a lo construido. En tal sentido esta idea de paisaje es asimi-
lable a la idea de ambiente que corresponde al Mensaje de elevación del Proyecto de Ordenanza
del Honorable Consejo Municipal, para la creación de un nuevo Reglamento de Ordenamiento
Urbano de la ciudad de Santa en abril del año 2010. El mismo enuncia que:
“Se entiende por ambiente urbano al conjunto de elementos materiales e inmate-
riales, de valor funcional o simbólico que resulta de las acciones colectivas de la so-
ciedad y se materializa en la edilicia pública y privada la cual, a su vez, al disponerse
sobre la matriz del damero urbano, define los espacios públicos exteriores percibidos
por los ciudadanos en su vida cotidiana. (…) se percibe como una atmósfera que per-
mite que las personas logren no sólo referencia para su ubicación espacio-temporal
(sentido de pertenencia), sino también un rango de identidad (sentido de pertinen-
cia). Posibilitar o facilitar la ubicación y generar relaciones afectivas son las conse-
cuencias directas y deseables de un ambiente armónico, organizado, eficiente, sano
y estimulante; un ambiente urbano así cualificado genera una imagen discernible de
la ciudad. Con ello, es posible distinguir áreas centrales de barrios tradicionales, calles
principales de calles barriales, plazas institucionales de espacios verdes vecinales, es de-
cir, reconocer los espacios de la vida urbana para u mejor uso, disfrute y valoración”.
Tanto si consideramos el paisaje urbano (como resultado final en que los diversos componentes
del sistema urbano y de su entorno se presentan a la vista del observador1) o si tomamos el con-
cepto más general de ambiente urbano, tal como se define más arriba, podremos observar que
algunos sectores de la ciudad tienen condiciones excepcionales en cuanto a su carácter, cohe-
sión y significado y han sido especialmente valorados por la sociedad ya sea mediante trabajos
científicos, gestiones políticas o mediante reconocimientos directos de la comunidad. Sustentado
por estas definiciones, el paisaje urbano (histórico), se considera un concepto clave para la pla-
nificación de la ciudad incluido en una dimensión todavía más general que es la de ambiente y
ambiente urbano.
Carácter: Rasgos que hacen diferente al edificio o área urbana de otros similares. Son sus signos
distintivos, que refieren a su identidad. Pude ser un rasgo general, aplicado a un área urbano o a
una serie de edificios que se parecen y que por tanto lo caracterizan o puede referir a la excepcio-
nalidad o singularidad de una pieza, independientemente de sus valores estéticos.
Cohesión2: Unión entre cosas. Homogeneidad. Correcta y conveniente adhesión entre las partes.
Para un conjunto urbano las relaciones entre trazado, parcelario, formas de ocupación de las par-
celas, tipos edilicios. Para los tejidos históricos, vendría dada por la correspondencia de las partes
componentes en relación a un modelo o patrón vinculado con una tradición desarrollada en el
tiempo.

1 UNESCO, Centro de Patrimonio Mundial, 2005: Memorando de Viena. Patrimonio mundial y arquitectura contemporánea. Manejo de los paisajes históricos
urbanos.
2 Concepto referenciado en la recomendación de Nairobi de 1976 y el documento Conti, Alfredo. Paisajes históricos urbanos: nuevos paradigmas en
conservación urbana.

ISBN 978-987-23112-6-1 212


Significado: La relevancia de un paisaje urbano como testimonio de los procesos históricos que
lo han conformado y como valor para un determinado grupo social. En el primer caso, adquiere
carácter inter-generacional, ya que las futuras generaciones tienen derecho a conocer de forma
directa las manifestaciones materiales de su pasado. En el segundo caso, el significado ha de
variar según la jerarquía del recurso considerado, por ejemplo habrá ciertos edificios que son im-
portantes para un barrio, pero también para la ciudad o incluso la región, mientras que otros sólo
lo serán para el primero.
En síntesis, este trabajo ha tomado al paisaje como un elemento fundamental para la percepción
de la ciudad y la valoración de su patrimonio arquitectónico. Esto implica que se ha ampliado la
concepción de la ordenanza municipal 10.115, que sólo tutelaba obras arquitectónicas con una
antigüedad mayor a 80 años para incluir tanto obras recientes (hasta el año 1979) como a áreas,
tramos, edificios aislados, conjuntos, etc. En otras palabras propone pasar de la tutela singular a la
tutela plural, incluyendo más de un edificio a la vez, reconociendo que ciertas áreas de la ciudad
tienen valor precisamente por estar acompañadas por otras que potencian su valor y generan una
alta cohesión.

Dinámicas urbanas en Santa Fe


Tomando trabajos de obligada referencia en la temática del patrimonio3, podemos reconocer des-
de el traslado de la ciudad varios períodos culturales (con manifestaciones disciplinares represen-
tativas de cada momento), que dejaron su impronta física en el tejido urbano. Muy sintéticamen-
te los mismos serían: colonial (hasta 1810), republicano y confederal (hasta 1880), liberal (hasta
1914), de integración nacional (hasta 1930), moderno (hasta 1960) y derivaciones.
Estos períodos se establecieron según diversos episodios y eventos históricos respecto de los cua-
les la arquitectura se manifestó según diversas concepciones espaciales y estilemas. Los mismos
se adelantaron o se retrasaron respecto de las cronologías antes citadas, invadiendo los espacios
temporales unos a otros, anticipándose los que estaban por venir unas veces y persistiendo los
que ya se habían desarrollado otras. Estas situaciones tienden entonces a problematizar las pe-
riodizaciones, que –en el caso de establecerse desde variables estrictamente formales- generaría
otros cortes temporales diferentes a los citados antes y que se han tomado como referencia (ver
apartado metodología).
Ante esta rica coexistencia es necesario observar que la misma no ha sido pacífica y que la ciudad
se ha ido modificando a lo largo del tiempo, siendo los edificios de mayor antigüedad los que –en
términos generales- han sido sustituidos de acuerdo a las nuevas necesidades funcionales y sim-
bólicas de cada generación. Es así que son muy pocas piezas de arquitectura que hoy subsisten de
los siglos XVII, XVIII y de mediados del siglo XIX, cuestión que las hace entonces particularmente
valiosas ya que nos permiten entrever espacialmente aquellos momentos antes referidos que ha-
cen a nuestra identidad. Es menester señalar también las técnicas constructivas y sobre todo los
materiales empleados hasta la segunda mitad del siglo XIX, resultaron en una menor resistencia
material de los edificios construidos entonces, cuestión que contribuyó también a disminuir su
perdurabilidad.
En las década finales del siglo XIX Santa Fe participa de los procesos internacionales y nacionales
dentro de los cuales se destaca la modernización de las ciudades y los territorios promovida por
la llegada de inmigrantes y por la utilización de nuevas tecnologías constructivas y de movili-
dad. Esto significó en términos espaciales un importante crecimiento demográfico que trajo como
consecuencia una mayor demanda de espacios para la vivienda y para los servicios así como la
importación de materiales constructivos, la incorporación de nuevas técnicas y de nuevas con-
cepciones espaciales.

3 AAVV. Inventario 200 Obras del Patrimonio Arquitectónico de Santa Fe. Centro de Publicaciones UNL, Santa Fe, 1993.

ISBN 978-987-23112-6-1 213


La imagen de la ciudad cambió y también tuvo modificaciones el patrón urbano, que se enriqueció
con nuevas urbanizaciones que ampliaron la planta urbana y que introdujeron criterios higienis-
tas y funcionales. 4 En las áreas de la ciudad existentes –específicamente en el área central- el par-
celario tendió a subdividirse en dos o más parcelas y los edificios a modernizarse, manifestándose
esto mayoritariamente en la construcción de tipologías lineales con espacios para el comercio al
frente, o la producción, hacia el fondo del lote o ambos, coexistiendo con funciones residenciales
generalmente alojadas en las plantas altas. Un proceso similar se dio en las áreas peri centrales,
aunque con parcelarios más generosos, retiros y fondos para quintas familiares y sólo planta baja.
A estas transformaciones del tejido predominantemente residencial se le debe agregar la cons-
trucción de la gran mayoría de los edificios públicos destinados a la salud, el gobierno, la educa-
ción, entre otros servicios y la transformación de espacios públicos (plazas, bulevares, parques)
que caracterizaron también este momento cuyas manifestaciones se extendieron hasta la tercera
década del siglo XX.
La imagen urbana resultante, tiene una extraordinaria permanencia en la ciudad de Santa Fe y
constituye un momento de una espacialidad fuertemente identitaria caracterizada por monu-
mentales edificios públicos generalmente emplazados sobre calles jerarquizadas (avenidas y bu-
levares), plazas o parques y por un tejido que en el centro raramente superará planta baja y un
piso y que en las áreas peri centrales se mantendrá en sólo una planta, dejando en ambos casos el
fondo de manzana sin ocupar. El paisaje urbano de las áreas centrales se conforma por fachadas
continuas y sobre línea de edificación, alturas homogéneas, materiales recurrentes como la mam-
postería siempre revestida, los balcones de hierro, las altas aberturas de madera y la recurrencia al
repertorio lingüístico de los historicismos o el eclecticismo.
Será en la década de 1930 cuando la emergencia de la arquitectura moderna transforma el paisaje
urbano. Sin embargo es menester aclarar que aunque la reducción del tamaño de los lotes –deve-
nida de la compactación de las plantas arquitectónicas- transformó la geometría y el dominio del
parcelario en las áreas ya consolidadas y el lenguaje racionalista emergió claramente diferenciado
en la conformación de las fachadas, no existió –en términos generales- una ruptura tipológica ra-
dical pues las arquitecturas modernas se mixturaron con la ciudad heredada sin mayores conflic-
tos. La clave de esta amable convivencia puede encontrarse en la escala de las nuevas arquitectu-
ras, las cuales mantuvieron alturas similares a las de la ciudad heredada y una gran homogeneidad
en términos de materiales, colores e incluso de proyectistas. No son pocos los casos en los que
pueden verificarse dos, tres o más edificaciones linderas gestionadas por el mismo propietario y/o
diseñadas por el mismo arquitecto o técnico que llevan a una gran unidad de la imagen urbana
resultante.
Es necesario apuntar que si pueden verificarse importantes cambios de escala en los edificios en
altura, construidos en las décadas de 1930, 1940 y 1950. Sobre todo aquellos de vivienda colectiva
que por su escasa cantidad constituyen más bien la excepción que la regla. También corresponde
a este momento la construcción de un importante número de escuelas, hospitales y edificios gu-
bernamentales que dejaron su impronta en el paisaje urbano.
Estos dos momentos, correspondientes a finales del siglo XIX y las décadas de 1930; 40 y
50 pueden considerarse claves para entender el patrimonio arquitectónico santafesino y el
paisaje cultural que nos es propio.
Los años de las décadas de 1960 y 1970 produjeron una arquitectura de calidad diversa emplazán-
dose sobre todo en los barrios que se encontraban en proceso de conformación y consolidación,
sobre todo por fuera de los bulevares. Sin embargo en las áreas centrales y peri centrales las trans-
formaciones fueron menores.

4 Por ejemplo, el trazado del Bulevar y el barrio Candioti.

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A diferencia de otras ciudades argentinas de mayor escala como Buenos Aires, Rosario o Mar del
Plata, Santa Fe ha registrado históricamente dinámicas inmobiliarias moderadas en donde pre-
dominaron –en referencia al tejido de uso residencial- mutaciones morfológicas de las tipologías
originales que tendieron a colmatar las plantas, densificarlas en altura, modificar su aproximada-
mente- se modificó sin alterar sustancialmente las relaciones parcela-edificación. Esto significa
que el paisaje urbano de la ciudad, hasta la década de 1990 se caracterizó por mantener una esca-
la predominante de dos pisos aún en las áreas centrales. Esta situación se alteró sustancialmente
en las décadas de 1980, pero sobre todo en 1990, 2000 y 2010 en adelante.
A finales del siglo XX el cambio de escala de la ciudad (número de habitantes y aumento de la
complejidad), las condiciones económicas y la normativa vigente, con una concepción de centro
fuertemente densificado en población y edificación generó por primera vez en la ciudad un im-
portante cambio en el tejido urbano, comenzando a reiterarse y acelerarse el proceso de sustitu-
ción de edificaciones de una o dos plantas por edificios en altura de varios pisos. Dependiendo del
emplazamiento y el tamaño de los lotes serán planta baja y tres pisos (generalmente sin ascensor
y en áreas con menor FOT) o seis, siete pisos y más.
En este proceso el paisaje urbano cambia radicalmente y comienza a coexistir un zócalo homogé-
neo definido formalmente por la coexistencia de la arquitectura historicista y ecléctica con la ar-
quitectura moderna, las cuales presentan una escala y materialización armónicas con la arquitec-
tura contemporánea que en áreas centrales y –mediante el aprovechamiento de las posibilidades
normativas- instala edificaciones que alteran radicalmente la relación histórica lote-agregado.
Esta alteración volumétrica se ve muchas veces acentuada por la utilización de materiales que
rompen la homogeneidad material del paisaje.

Normativa
El marco normativo vigente para la provincia y ciudad de Santa Fe, que en forma directa o indirec-
ta afecta al patrimonio urbano del ejido de la ciudad puede indicarse en estas principales leyes y
ordenanzas actualmente vigentes5:
a- Constitución Nacional (Art. 41); b- Ley General del Ambiente (Nacional); c- Ley 12 665; d- Leyes
provinciales y decretos con declaratoria sobre bienes inmuebles de la ciudad de Santa Fe; e- Ley
de Patrimonio de la Provincia de Santa Fe Nº 12.208; f- Ordenanza 10115; g- ROU
Las dos primeras refieren a criterios generales, cuya aplicación debe ser especificada en la escala
local. La Ley de creación de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y de Lugares Histó-
ricos Nº 12665 (C), en su aplicación al contexto de la ciudad de Santa Fe, ha significado la declara-
toria nacional en la ciudad de nueve edificios: Antiguos Tribunales (Escuela de Artes Visuales “Prof.
Juan Mantovani”), Casa de los Aldao, Casa de Diez de Andino, Casa de Estanislao López, Catedral
Metropolitana, Estanzuela de Echagüe, Iglesia de la Compañía de Jesús y Museo del Colegio de
la Inmaculada Concepción, Templo de Nuestra Señora del Rosario y Convento de Santo Domingo
y Templo y Convento de San Francisco y recientemente el Puente Colgante Ing. Marcial Candioti.
Los decretos y leyes provinciales (D), refieren a 12 edificios o sitios específicos y a las Estaciones
Ferroviarias, documentación y material museográfico y otros materiales de interés. (Ley Nº 11153)
que se valoran como monumento Histórico Provincial o equivalente. El Centro Único Patrimonial
previsto por la Ley de Patrimonio de la Provincia de Santa Fe Nº 12.208 se encuentra parcialmente
efectivizada contando del CUP con pocos recursos, por lo que la gestión del patrimonio se resuel-
ve en la Ordenanza 10115 Patrimonio Cultural Histórico-Artístico.
Esta ordenanza de la Municipalidad de Santa Fe establece que el patrimonio cultural histórico-ar-
tístico de la ciudad debe ser tutelado respecto de los siguientes requisitos: a- inclusión en un regis-
5 ICOMOS. Consejo Internacional de Monumentos y Sitios. Informe sobre las políticas de patrimonio cultural en Argentina. Informe sobre el Comité Argentino
de ICOMOS.

ISBN 978-987-23112-6-1 215


tro especial confeccionado por la Comisión Municipal de Defensa del Patrimonio Cultural, que se
crea en la misma ordenanza; b- antigüedad mayor de 80 años (como condición de carácter gené-
rico hasta que se produzca el dictamen de la Comisión antes mencionada). A partir de esta selec-
ción, el poder Ejecutivo Municipal (PEM), debe determinar su afectación definitiva al patrimonio
municipal, incorporación a un registro especial y comunicación de la situación a los titulares del
dominio. Ante pedido de modificaciones de los bienes afectados por la ordenanza, se expide la
Comisión mediante dictámenes. También la ordenanza refiere a bienes muebles y bienes intangi-
bles. La CMDPC está integrada por representantes del (Departamento Ejecutivo Municipal) DEM,
del Honorable Concejo Municipal (HCM), de instituciones culturales, profesionales y educativas.
Actualmente se cuenta con un listado de obras que no fue incorporado formalmente a la orde-
nanza, rigiendo sobre todo el paraguas protectorio establecido por los 80 años de antigüedad. El
Pre-Inventario elaborado en 2011/12 tiene como objetivo completar dicho listado y cumplir con
el mandato de la ordenanza.
La contraparte de esta ordenanza es la Nº 11748 – Reglamento de Ordenamiento Urbano ROU
(G). Este reglamento rige en la ciudad, respecto de los usos permitidos en la ciudad y de la edifi-
cabilidad de las parcelas. Mantiene –como la ordenanza que lo precediera- la alta edificabilidad
entre bulevares (C1 y C2), incorporando algunas áreas de alta densidad sobre algunas avenidas y
calles que denomina corredores. Introduce la clasificación de Entornos Particulares para algunos
sectores urbanos, tales como las plazas y los bulevares. Esta clasificación (Centralidad en entornos
particulares o C2a) obliga a las nuevas construcciones a considerar los edificios de valor patrimo-
nial presentes en al área sólo en su zócalo.
En síntesis, la normativa actual que rige el patrimonio urbano de la ciudad, se encuentra aún en un
estado de aplicación parcial, al no existir a nivel nacional recursos para afrontar su conservación
y a nivel local la aplicación de la ordenanza 10115 en su totalidad, tanto por la ausencia de un re-
gistro completo, como por la incompleta aplicación de las políticas de promoción de la conserva-
ción de los recursos culturales incluida en dicha ordenanza. Esto se agrava por el hecho de que el
ROU opera en forma negativa respecto de la preservación patrimonial porque prevé alta densidad
edilicia en sitios que tienen alta densidad de edificios patrimoniales, planteando una verdadera
contradicción entre normativas de distinta generación que se ha de exponer con mayor claridad
en la segunda parte de este trabajo.

Recorte Temporal
El recorte se extiende entre la re-fundación de la ciudad en su actual emplazamiento hasta la dé-
cada de 1970, momento en que el país comenzó a experimentar los resultados de la reestructura-
ción general del capitalismo mundial. Tales transformaciones desplazan el modelo de estructuras
culturales rígidas a estructuras más flexibles sustentadas en el cambio y la simultaneidad. Esta
condición cultural intrínsecamente es contradictoria con la idea de la arquitectura como monu-
mento y, pone en crisis la sola incorporación de las mismas a un inventario de obras de valor patri-
monial. La ciudad de los 90 comienza a ser un escenario de esta nueva condición que por lo antes
expresado es contradictoria con la idea del objeto de valor patrimonial: la producción material
como portadora de valores simbólicos.
La propia década de 1990 conforma el momento en que se produce una intensa presión inmobi-
liaria y renovación del tejido hasta entonces inédita en Santa Fe que se manifiesta más descarna-
damente en estas últimas décadas.

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Qué preservar
Existe una profusa literatura científica en torno al patrimonio de las ciudades latinoamericanas en
donde se reconocen grandes diferencias con las ciudades europeas y a la vez, grandes diferencias
entre las propias ciudades de Latinoamérica. Nuestra ciudad de Santa Fe, presenta una condición
especial porque se funda en el siglo XVI, se traslada en el siglo XVII y se transforma radicalmente
en el siglo XIX, con una potente modernización, que se extenderá hasta el siglo XX. En ella coexis-
tieron un centro histórico, conjuntos y nuevas áreas de urbanización que se yuxtapusieron unas a
las otras dando lugar a una importante renovación que dejó pocos ámbitos originales. Es así que
los edificios monumentales que se mantienen al día de hoy, los tramos de edificaciones similares
con una conformación morfológica homogénea, algunos edificios aislados en las áreas centrales,
peri centrales o en los barrios, así como algunos ámbitos urbanos tales como plazas, parques o
calles de particular carácter, adquieren una especial relevancia, como expresiones de la memoria
colectiva, así como ocurre con algunos barrios de la ciudad.
Edificios aislados: Bienes inmuebles que constituyen realizaciones arquitectónicas, de ingenie-
ría, o construcción de interés histórico, artístico, científico o cultural de escala monumental o me-
nor. Se incluye al edificio y el predio, considerando especialmente jardines históricos y relaciones
con el espacio público. Ejemplo: Hospital Psiquiátrico
Edificios y entornos: bienes inmuebles que constituyen realizaciones arquitectónicas, de inge-
niería, o construcción de interés histórico, artístico, científico o cultural de escala monumental o
menor. Se incluye al edificio y el predio, considerando especialmente jardines históricos y relacio-
nes con el espacio público. Fuera del predio, las parcelas frentistas al mismo, pudiendo también
incluirse manzanas completas. Ejemplo: Edificio de la Escuela Industrial Superior
Áreas: Fragmentos de tejido urbano con presencia de edificios históricos, y/o modos de habitar
que lo identifican, calidad espacial reconocida sustentada en la relación entre la arquitectura y
el espacio público, homogeneidad tipológica, particularidades constructivas etc. Ejemplo: Barrio
Candioti Sur
Tramos: Son partes del tejido urbano, organizados en función de una calle, avenida o bulevar que
se caracterizan por la densidad de edificios patrimoniales, la relación de escala entre los mismos
y el espacio público, la homogeneidad de colores, materiales, técnicas constructivas empleadas,
forestación, uso, etc. Ejemplo: Bulevar Gálvez
Esquinas: Son esquinas urbanas en donde por lo menos se reconocen dos edificios de valor patri-
monial conformando esquina. Constituyen espacios de referencia urbana y de calidad ambiental.
Ejemplo: Bulevar Gálvez y Laprida
Ámbitos: Es el contorno o perímetro de un espacio o lugar o el espacio comprendido dentro de
límites determinados, caracterizado por la presencia de edificios y construcciones de valor patri-
monial, forestación, solados, y condiciones espaciales generales que lo definen como característi-
co de uno o varios momentos del desarrollo de una comunidad. Se diferencia de las áreas porque
está organizado de una forma diferente a la del tejido urbano, por ejemplo, el ámbito de un par-
que o plaza. Ejemplo: Plaza San Martín
Conjuntos: Agrupación de bienes inmuebles que conforman una unidad de asentamiento sea
esta continua o dispersa, representativa de la evolución de una comunidad. Constituyen testimo-
nio de su cultura un valor de uso o disfrute para una comunidad. Ejemplo: GADA
Sitios: Lugares vinculados a acontecimientos particulares que poseen valor histórico. Pueden o
no existir construcciones o vestigios de construcciones. Ejemplo: Puerto de Colastiné
Muchos de estos espacios han sido agrupados en Unidades espaciales de paisaje urbano.

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Metodología
Tal como se explicaba en anteriores apartados, los edificios monumentales y los edificios públicos
y/o institucionales tienen una mayor resistencia al cambio que viene dado por su condición, por
la estabilidad dominial y por su escala. Los edificios de menos escala y los edificios de propiedad
privada tienen una mayor predisposición al cambio, a la que contribuyen su escala, los cambios
de propiedad, las limitaciones en su mantenimiento, etc. Es así que en los edificios de propiedad
privada de valor patrimonial resultan más vulnerables sobre todo a su sustitución total, a lo que se
puede agregar sobre todo en áreas centrales y pericentrales la relación entre el costo del suelo y
el costo de la construcción que a medida que pasa el tiempo se va alterando, adquiriendo mayor
importancia el primero sobre el segundo, cuyo valor no alcanza a compensar la depreciación que
sufre.
Es por eso, que si bien se han registrado los edificios monumentales, públicos e institucionales
también se han relevado edificios privados de carácter residencial y de otros usos, privilegiando
–ante su modesta escala- los agrupamientos que conforman frentes homogéneos y ajustados
en escala y cohesión, que identifican fragmentos del paisaje urbano. En tal sentido aparecen los
tramos y esquinas que son segmentos o encuentros de calles, cuyo tejido tiene un alto grado de
cohesión, es decir una armónica articulación entre las piezas arquitectónicas y un mantenimiento
del patrón tipológico que se refleja en el espacio público a través de las fachadas , escala y ocupa-
ción de la parcela.
Otro criterio adoptado en este trabajo para la identificación de áreas es el de densidad de edifi-
cios y espacios de valor patrimonial. En donde se ha relevado existencia de mayor número de los
mismos, se han determinado áreas, entendidas como se explica en el apartado Qué preservar. La
selección de los edificios se ha realizado según relevamientos propios y tomando en cuenta docu-
mentos y trabajos de investigación elaborados en el ámbito académico. (Ver bibliografía).
Los edificios se han relevado de manera individual, volcando sus datos en fichas (que se explican
en este documento, más adelante) agrupadas por área (Unidades Espaciales de Paisaje urbano) y
en un plano, permitiendo así visualizar la totalidad del patrimonio edilicio en forma simultánea.

Unidades espaciales de paisaje urbano


Si bien los edificios con valor patrimonial en la ciudad se encuentran dispersos y en coexistencia
con otros edificios de menor o ningún valor, se puede verificar –en el relevamiento realizado, que
existen áreas más densas en estos recursos que además conservan prácticas sociales identitarias
construidas a partir de condiciones ambientales particulares, relación de llenos y vacíos, ancho
de veredas, presencia de verde. De acuerdo a este hecho, se han definido unidades espaciales de
paisaje urbano a partir del reconocimiento de valores históricos, arquitectónicos y/o cualidades
ambientales y paisajísticas, identificadas y valoradas por los habitantes.
Por lo tanto las valoraciones ponderan tanto a la cohesión de edificios de valor como a la cohesión
de sectores que posibilitan un modo de habitar todavía aspirado por el ciudadano y que, por lo
tanto no solo es necesario conservar sino que potenciar y que es propiciado por ciertas relaciones
espaciales (relación de llenos y vacíos, escala, color y condiciones ambientales que otorgan cali-
dad tanto al espacio público como privado.
Estas unidades generales, incluyen Edificios y entornos, Áreas, Tramos, esquinas, Ámbitos, Conjun-
tos y Sitios que en algunos casos –por sus particularidades- constituyen sub-unidades de paisaje.
Las referidas unidades (UEPU) son:
1 . 7 Jefes y extensiones / 2. Bv Gálvez / 3. Barrio Candioti sur (3 a. Ámbito Plaza Pueyrredón / 3
b . Aguas Provinciales y entorno / 3 c. Cervecería Santa Fe y Usina Calchines) / 4. Barrio Candioti

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Norte /5 Bv Pellegrini – Barrio Constituyentes y entorno (5a. Rectorado y entorno / 5b. Ministerio
de Agricultura y entorno / 5c. Ámbito Parque Garay / 5d. Ámbito Plaza Constituyentes y Colegio
Industrial / 5e.San Martín Norte) / 6. Área Central. (6a. Ámbito Plaza San Martín / 6b. San Martín
Centro / 6c. Ámbito Parque Alberdi / 6d. Ámbito Plaza España) / 7. Área Cívico – Institucional (7 a.
Área fundacional / 7b. Ámbito Plaza Italia ) 8. Puerto / 9. Estación FFCC Mitre / 10. Peri-centro Oeste
/ 11. Distrito Militar y Entorno / 12. Escuela Vicente López y entorno / 13. Parque Federal y extensio-
nes (N y S) / 14. Costanera Centro / 15. Escuela Drago y entorno / 16. Guadalupe (16 a) y Guadalupe
N (16 b) / 17. López y Planes / 18. Blas Parera (Entorno Hipódromo) /19. Hospital Psiquíatrico y 19.a
Blas Parera al 10.000 / 20. Bajada Distéfano, La Guardia, Colastiné Norte y Sur
La delimitación de las áreas resulta de los análisis urbanísticos realizados, la conformación terri-
torial de las vecinales, los distritos determinados por el ROU y la presencia de edificios de valor
patrimonial.

Valoraciones
Las valoraciones se han realizado sobre los inmuebles individuales, queda formalizado en una
ficha por inmueble, que se complementa con las fichas de las UEPU.

Parte 2

Bulevar Gálvez
La demanda de un Plan Integral
Una de las UEPU en donde se ha detectado una situación muy compleja y una alta presión sobre
el patrimonio existente es el Bulevar Gálvez. Se trata de un espacio de alto valor histórico, patri-
monial y ambiental trazado en el siglo XIX como articulación urbana entre la ciudad consolidada
y su expansión norte, del cual participan algunos edificios destacados de la ciudad tales como la
Estación Belgrano, la casa de los Gobernadores, el ex Hospital de Niños, la Plaza Pueyrredón. En
los últimos años el gobierno local intervino en la “puesta en valor” de la mencionada estación y del
Mercado Progreso. Sin embargo y contradictoriamente a estas acciones, aumentó la capacidad
constructiva de las parcelas frentistas al bulevar, generando así un gran aumento de la presión de
renovación de las mismas que va en detrimento de la calidad ambiental existente dado que los
nuevos desarrollos superan con creces tanto la altura promedio (2 pisos), como la de los edificios
monumentales (5 pisos) pre-existente y genera piezas de PH entre medianeras con una potencial
altura libre. Las mismas sólo deben respetar en su zócalo la altura de los inmuebles linderos que
tienen valor patrimonial.
Paralelamente la municipalidad está desarrollando un proyecto de rediseño del cantero central
del bulevar que incluye la elevación de la senda peatonal en algunas calles transversales al mismo.
En este contexto fue requerida la opinión de la CMDPC que se expidió solicitando en vez de solu-
ciones sectoriales, un Plan Integral para el Bulevar. Después de varias instancias, el PE manifestó
su voluntad de llegar a una solución concertada, camino que ha comenzado a recorrerse actual-
mente.
La CMDPC, que representa a las universidades, los colegios profesionales, al HCM, a las institucio-
nes culturales de la ciudad ha comenzado a trabajar en consonancia con los ámbitos de planifi-
cación de la municipalidad a fin de llegar a un proyecto que no sólo tutele el patrimonio, sino que
también se proponga objetivos de calidad ambiental y paisajística superiores a las actuales.

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Bibliografía
• Conti, Alfredo, 2008: Paisajes históricos urbanos: nuevos paradigmas en conservación urbana.
Documento digitalhttp://209.217.254.191/~icomos/wp-content/uploads/2009/09/CONTI.pdf
• Ley del patrimonio histórico español, 1985 Ley 16/1985 del 25 de junio de 1985.
• Rojas, Eduardo: La gestión de la preservación del patrimonio urbano, una tarea de todos los
actores sociales. En AAVV, 2014: Patrimonio apuntes de Gestión. CABA, García Madia y Assoc.
• UNESCO, 2005: Memorando de Viena. Patrimonio mundial y arquitectura contemporánea.
Manejo de los paisajes históricos urbanos.
• UNESCO, 2008: Directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial.
Investigaciones Publicadas e inéditas utilizadas en el pre- inventario
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Publicaciones UNL.
• AAVV, 2009: Guía de arquitectura: AAVV, Santa Fe: Ediciones UNL
• Espinoza, Lucía, 2005: Arquitectura Escolar y Estado Moderno. Revista Polis Científica. Santa Fe:
Ediciones UNL.
• Muller, Luis (comp), 2008: Arquitectura moderna en Santa fe (1935-1955): Ciudad, modernización
y sociedad en la práctica arquitectónica santafesina. Santa Fe: Ediciones UNL
Investigaciones Inéditas
• CAI+D 2006. Morfogénesis Urbana de la ciudad de Santa Fe. Transformaciones y formas de
extensión del tejido en el territorio. Directora: Arq. María Laura Bertuzzi
• Inventario del patrimonio histórico arquitectónico santafesino. Cátedra Historia de la
Arquitectura Argentina. FADU - UNL. Profesor Titular Arq. Carlos Reinante
• La costa como paisaje cultural. Interpretaciones, relevamiento y valorización de edificios, sitios
y huellas entre las localidades de La Guardia y San Javier. Secretaría de Estado de Ciencia,
Tecnología e Innovación. Provincia de Santa Fe. Convocatoria 2008. Directora: Arq. María Laura
Bertuzzi
• PI. 94 Arq. Pintoresquista: Miriam Bessone CAI + D 96 Pautas para la intervención en el
Patrimonio Modesto. Directora Miriam Bessone. Programa PICI+D 98 Morfogénesis urbana de
la ciudad de Santa Fe. Transformaciones y formas de extensión del tejido en el territorio de la
FADU-UNL, Director: arq. Fernando Cacopardo / Responsable Técnica Arq. María Laura Bertuzzi
• Programa PEC 98 Área Central de Santa Fe, Secretaría de Extensión / Universidad Nacional de
Litoral, Coodinadora: Arq. María Laura Bertuzzi
Equipo de trabajo Preinventario
Coordinación: María Laura Bertuzzi, Miriam Bessone; María Laura Tarchini.
Relevamiento: Arq. Cecilia Claros, Maria Eugenia Simón, Mercedes Llobel, María Laura Elías, M.
Daniela Escales, Mariana Nardelli
Colaboración: Arq. María Magdalena Ferreyra, Arq. María Soldad Bustamante, Vanesa Ferreyra.a

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Las Autoras
Maria Laura Tarchini
Arquitecta. Universidad Nacional del Litoral. 2002. Doctora en Investigación, Departamento de Arqui-
tectura y Planificación Territorial. Università di Bologna. 2008. Italia. . Profesora Adjunto Ordinaria
Taller Introductorio M5. “Teorías y Producción Estética en la Ciudad Moderna” y Teorías y Producción
Arquitectónica en el siglo XX. Investigadora de la UNL. Autora de numerosas publicaciones nacionales
e internacionales. Secretaria Académica de la FADU - UNL

Miriam Bessone
Arquitecta. Universidad Católica de Santa Fe. 1979. Magíster en Didácticas Específicas Universidad Na-
cional del Litoral. 2007. Especialización en Diseño y Proyectación, Universidad Nacional del Litoral.
2001. Especialización en Historia y Preservación del Patrimonio Monumental. Universidad de Córdo-
ba. 1979. Profesor Adjunto Ordinario a cargo Taller de Proyecto Arquitectónico I y Taller Introductorio
M1. “Taller de Diseño Básico”. Coordinadora del Ciclo Básico de la carrera de Arquitectura. Directora de
numerosos trabajos de investigación y extensión. Autora de numerosos artículos y trabajos científicos
publicados.

Maria Laura Bertuzzi


Arquitecta. Universidad Nacional del Litoral. 1992. Máster Universitario de Metrópolis: Postgradu-
ate Program in Architecture and Urban Culture. Universidad Politécnica de Catalunya. 2002. España.
Máster Universitario en Patrimonio Urbano, Restauración y Ciudad. Universidad de Valladolid. 1999.
España. Doctorando del Doctorado en Urbanismo. Universidad Politécnica de Catalunya. Profesora
Adjunto Ordinaria en el área de urbanismo. Docente Investigadora y extensionista. Directora del Insti-
tuto de Teorìa e Historia Urbano – Arquitectónica (INTHUAR). Coordinadora del área de Cs. Sociales de
la FADU - UNL

ISBN 978-987-23112-6-1 221


B.16 UN ESPACIO CULTURAL EN LA CIUDAD
Paseo de Las Esculturas – Plaza Rubén Darío
Anastasia Weisbek
María Noel Lanata
Mariana Carla Zambruno
María Carolina González

El paseo de las esculturas de la Ciudad de Buenos Aires, se creó para promover los efectos multi-
plicadores del arte en la vía pública. Es parte del desarrollo de políticas culturales que incorporan
definitivamente el espacio público agregándole valor a partir de la reutilización del mismo, en
este caso como destinatario de obras de arte. De esta manera las esculturas y los transeúntes
transforman un simple transitar en una experiencia vital.
Con la inauguración de la primera muestra, los ciudadanos tienen un lugar permanente de expo-
sición y disfrute artístico, en un espacio público.
Las Muestras fueron realizadas con la Curaduría del Centro Cultural Recoleta, la Galería Maman
Fine Art y por la Dirección de Infraestructura y Mantenimiento Edilicio, Subsecretaria de Patrimo-
nio, Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Programa Cultural: Esculturas a cielo abierto


El Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires creó, en julio de 2008, el pro-
grama “Plaza de Escultura de la Ciudad”. El programa nació con el objetivo de agregar valor al
espacio público y convertirlo en un lugar que permita acercar a porteños y turistas al arte nacio-
nal.
A partir de esta premisa, el programa incorpora al espacio público como un ámbito plural de
expresión y participación, ya que cuando una plaza se convierte en un espacio de exhibición, la
misma se potencia porque existe una relación histórica entre las plazas y las esculturas.
Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño, señaló que “el Paseo de las Esculturas se creó para
promover los efectos multiplicadores del arte en la vía pública. De esta manera, las esculturas y los
transeúntes transforman un simple transitar en una experiencia vital”.
Es así como en el 2009 se inauguró en la Plaza Rubén Darío el “Paseo de Esculturas”, de carácter
estable: un espacio público a cielo abierto que cuenta con exposiciones temporarias de arte con-
temporáneo.
Esta plaza es un área verde y pública del barrio de Recoleta de la ciudad de Buenos Aires, limitado
por las avenidas del Libertador, Pueyrredón y Figueroa Alcorta y por la calle Austria.
La elección de la plaza Rubén Darío obedecía a su localización, ya que forma parte del un co-
rredor cultural de la capital porteña donde se encuentran emplazados Museos de Arte y Centros
Culturales, como por ejemplo el Museo Nacional de Bellas Artes – que se encuentra ubicado a
pocos metros de la plaza - o el MALBA, a unas cuadras por la Av. Figueroa Alcorta. En este paseo las
esculturas a gran escala se abren paso en medio del paisaje del parque y se integran al panorama
del eje cultural de arte contemporáneo de la ciudad.

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La plaza Rubén Darío. Reseña Histórica
Antes llamada Plaza Justo José de Urquiza, la actual plaza Rubén Darío, es conocida por su gran
espejo de agua donde adultos y niños prueban embarcaciones como lanchas, barcos e hidroavio-
nes a escala reducida.
La plaza surgió en la década del ‘30, cuando se desmanteló la Planta de Obras Sanitarias, instalán-
dose en su lugar el Museo de Bellas Artes y quedando un amplio espacio vacante. Aprovechando
los piletones que dejó la antigua proveedora de aguas de la ciudad, en 1936 el Intendente Maria-
no de Vedia y Mitre decidió dejar un estanque público. En ese primer momento, la plaza se llamó
“Justo José de Urquiza” en homenaje al caudillo entrerriano y Presidente de la Confederación Ar-
gentina.
En la Plaza Rubén Darío se destacan - además del Piletón Urquiza y el edificio del Museo de Bellas
Artes (inaugurado en 1932 con una remodelación hecha por el conocido arquitecto  Alejandro
Bustillo) - el pabellón donde ahora funciona el Grupo Módena y el puente sobre la Av. Figueroa
Alcorta, que fue diseñado para la Exposición del Sesquicentenario en 1960.
También se destaca el monumento “Canto a la Argentina”, dedicado al poeta nicaragüense Rubén
Darío, que alude a una composición homónima escrita por él. Se erige allí desde 1997 y es obra
del escultor argentino José Fioravanti, homenaje que la República Argentina le rindió al poeta en
1967 en el centenario de su nacimiento. El monumento estaba originalmente en la actual Plaza
Evita junto a la Biblioteca Nacional, cuyos jardines habían sido diseñados por Rubén Darío. Pero
en 1997, con la inauguración del Monumento a Evita, el de Rubén Darío fue trasladado a su lugar
actual. Por Ordenanza 51.924, del 28 de agosto de 1997 se le cambió el nombre a la antigua Plaza
Urquiza.
Aparecen también en la plaza otros monumentos menores: “El Segador” y “El sembrador” de Cons-
tantin Émile Meunier, el homenaje a Raoul Gustaf Wallenberg “Héroe Sin Tumba” de Philip Jack-
son (instalada en 1999), “Meditación” de Luis Sandrini, “El Hombre parlante” y “Grupo desnudo”
de Drivier y “El Centauro Moribundo” de Antoine Bourdelle (año 1914). También se encuentra un
sector infantil con arenero y juegos.

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Exhibición para la participación ciudadana. Nuevas modalidades de
exposición en espacios verdes públicos
La conversión de la plaza Rubén Darío en paseo de esculturas, abrió un modelo nuevo de pensa-
miento y acción de cara a la ciudad y su gente.
La Plaza forma parte del corredor cultural integrado por 15 museos, públicos y privados, locali-
zados sobre el eje de las avenidas Del Libertador y Figueroa Alcorta. Sus cuarenta cuadras atra-
viesan los barrios de Retiro, Recoleta y Palermo, los cuales tienen la opción de recorrerse a pie, en
bicicleta o en el bus turístico, según las preferencias del visitante. 
El emprendimiento devela un cambio de concepto sobre el lugar que debe ocupar el arte. Antes,
las plazas porteñas – y también las de muchas otras ciudades del país y de Latinoamérica – solían
presentar un patrimonio artístico permanente: Se trataba casi siempre de monumentos, bustos o
bien de obras de diferentes estilos y artistas que se instalaban en un predio público de una vez y
para siempre y muchas veces se transformaban en un símbolo identitario de un predio, un barrio
y hasta de una localidad.
Este concepto ha cambiado. Hoy, las grandes urbes nacionales e internacionales celebran la pro-
ducción artística recepcionando obras de arte que intervienen los espacios públicos porque sa-
ben de las implicancias de los hechos culturales en áreas urbanas de estas características.
Algunos ejemplos que podemos destacar son: la ciudad de Allen, en la provincia de Río Negro,
que ya tiene su Paseo Escultórico sobre las Plazoletas de la calle Yrigoyen; La Carolina, el punto
más alto de San Luis, que exhibe a cielo abierto dieciséis trabajos del artista Nicolás García Russo
- obras confeccionadas en yeso y transferidos a bronce - y el Barrio de la Providencia en Santiago
de Chile a orillas del río Mapocho, donde se desarrolla el Parque de las Esculturas que ofrece una
gran cantidad de obras que recorren las visiones escultóricas más consagradas de ese país.
En la ciudad de Buenos Aires, la propuesta del Paseo de las Esculturas consistió en crear un espa-
cio que posibilite a los artistas contemporáneos exhibir su producción escultórica monumental
itinerante. Por eso, las muestras son temporarias y por periodos limitados que suelen ser de die-
ciocho meses, aproximadamente. De esta forma, una nueva muestra permitirá apreciar la obra
de otro creador, siempre con la curaduría a cargo del Centro Cultural Recoleta - institución que
también coordina las visitas guiadas y los proyectos educativos, conjuntamente con la galería
Maman Fine Art.
Maman Fine Art, como galería de arte y parte activa de acciones culturales, creía que era necesario
revitalizar la noción de escultura a escala monumental y su destino urbano, generando así nuevos
espacios de significación. Había intentado peticionar áreas verdes o espacios públicos para la ex-
hibición del esplendor del arte urbano en reiteradas oportunidades, pero sin efecto hasta el 2008.
El emprendimiento sintoniza con los modernos criterios de exhibición, que muestran obras de
arte en lugares no pensados para tal fin. Estas muestras salen al encuentro de nuevos públicos,
permitiendo derribar las barreras no sólo físicas sino también simbólicas: la exhibición en el espa-
cio público posibilita el contacto de las más diversas expresiones culturales con espectadores que
no suelen concurrir a los tradicionales salones de exposiciones por diversas razones.
Cada vez más ciudades montan muestras de arte en espacios no concebidos para la creación. Y
es así como el arte, de pronto, se transforma en la escenografía cotidiana de la abrumadora vida
urbana.
De esta manera, se resignifica el espacio público como centro de exposición y, por otra parte, se
redefinen las formas de uso de este tipo de manifestaciones culturales. No hay posibilidad alguna
en estos casos de direccionar las lecturas, ni tampoco de evitar la apropiación de las obras por

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parte de los usuarios.
A poco de inaugurado el Paseo de las Esculturas en la plaza Rubén Darío, ya se podía apreciar
cómo muchos porteños – acostumbrados a realizar practicas de gimnasia en este espacio – se
habían apropiado de las barandas de protección que rodean a las obras de arte para realizar ejer-
cicios de elongación, pero esta vez bajo la novedosa presencia de las esculturas monumentales
expuestas en diferentes momentos. También puede apreciarse cómo los fines de semana familias
consagradas al pic nic buscan refugio en la sombra que proyectan las esculturas creadas por el
artista.

El museo a cielo abierto, además, cuenta con una ventaja comparativa sobre las salas bajo techo:
permite mostrar piezas monumentales que por sus imponentes dimensiones dificultarían su ex-
hibición en un lugar cerrado.
No se trata sólo de que en estos predios no existen las limitaciones espaciales, sino que además
estos espacios posibilitan la contemplación de la obra con la perspectiva más adecuada, aquella
que considere necesaria el espectador. La plaza ofrece multiplicar los puntos de observación al
infinito, apreciar todo el volumen de las esculturas y girar sobre ellas trescientos sesenta grados.

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Colecciones expuestas - obras y autores
Primera muestra: 2009 “Obras monumentales” del escultor Alberto
Bastón Díaz
La exposición de esculturas se inauguró con la muestra de artista plástico Bastón Díaz llamada
“Obras Monumentales”, con producción del Centro Cultural Recoleta. Consistió en 31 esculturas
del artista de 62 años especializado en el trabajo con acero. Gran parte de su obra está inspirada
en la inmigración que contribuyó a forjar la identidad nacional (que llegó en barcos desde Europa,
por eso la fuerte referencia a cascos de embarcaciones).
Para Bastón Díaz la escultura representa una de las más acabadas manifestaciones sociales del arte,
ya que involucra un proceso de elaboración grupal y un disfrute público. “Poder exponer esculturas
en el espacio público, más allá de monumentos y bustos, es una forma de poder cumplir el mandato de
nuestros maestros y eso me hace sentir muy honrado.” -sostiene.
Las 31 obras demandaron dos años de trabajo y 25 toneladas de Acero Corten (acero con un 5% de
cobre, que actúa como anticorrosivo pero que oxida y estabiliza el color externo de las esculturas).

El autor
Alberto “Bastón” Díaz es artista plástico y escultor. Nació en Buenos Aires. Cursó sus estudios en
Argentina y en Francia. En Buenos Aires, estudió en las Escuelas Técnicas Raggio y en la Escuela
de Artes Visuales Manuel Belgrano. En Paris, se formó en la École Nationale Supérieure des Beaux-
Arts, en la École Practique des Hautes Études de La Sorbonne, y en el Departamento de Artes
Plásticas de la Université de Vincennes (París).
Es académico de la Academia Nacional de Artes. Lleva realizadas más de cien exposiciones a lo
largo de su trayectoria, desde 1969 a la fecha y ha participado en numerosos simposios nacionales
e internacionales. Ganador, entre otros premios, del Konex 2002 a las Artes Visuales.

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Segunda muestra: 2011 “En la piel del otro” de Raúl Farco
La muestra consistió en 21 esculturas realizadas en acero, hierro y aluminio. Estos materiales no-
bles atravesados por 1.200 grados centígrados de temperatura se transformaron en cortezas de
árboles caídos, figuras humanas, animales y pájaros que intercambiaban sus pieles en un diálogo
intenso.
“En la piel del otro propone una reflexión simple, pero contundente: lo que le sucede a cualquier peque-
ña entidad nos afecta directamente a todos.” –explicó Raúl Farco.

El autor
Desde 1973 ha desarrollado su carrera artística en los diversos países donde ha residido y traba-
jado por 30 años: Sudáfrica, Zimbabwe, Lanzarote, Nueva York, Carrara, Madrid y México. Actual-
mente reside en Bs. As. y Nueva York.
Museos donde están su obras; Museo de Arte Moderno, Buenos Aires; Museo de Queens, NY; Mu-
seo El Barrio, NY; Museo de la Universidad de Texas, USA; Museo de la OEA, Washington DC; La
CAIXA, Barcelona; Museo de Arte Contemporáneo Lanzarote, España. Y en el Pier 66, Chelsea, New
York. Exposición pública que se complemento con las obras emplazadas en el Paseo de Esculturas
Rubén Darío.

Tercera muestra: 2014 “La flota de aviones”, “El malón” y “Rancho de los
esteros” de Carlos Regazzoni
Las Obras
Regazzoni no talla ni funde sus obras, sino que realiza una operación distinta produciendo un co-
llage corpóreo a partir de materiales de difícil versatilidad, pero que en la mano del artista parecen
fluidas pinceladas.
El recorrido del Paseo de las Esculturas se despliega en tres sectores: La flota de aviones, El malón
y Rancho de los esteros. Se trata de tres escenas recreadas por el artista que nos sitúan en distintos
escenarios.
La flota de aviones es un homenaje que realiza el artista a Aeroposta Argentina y a quien fue di-
rector de la compañía, Antoine De Saint Exupéry. En 1929 inauguraron la ruta patagónica uniendo
Pacheco con Comodoro Rivadavia. El artista recrea los aviones de la época e incorpora la imagen
de la aviadora al propio Saint Exupéry y también al Principito.
El malón es otra puesta de escena, una imaginaria fotografía del último malón de Azul de 1876,
cuando el cacique Namuncurá dirigió el último malón contra los campos de la región terminando
así, una larga lucha entre los antiguos y los nuevos dueños de la tierra. Ahí se ve al cacique mon-
tando su caballo dispuesto a la pelea acompañado de sus hombres, esperando la señal del gran
líder. El cuadro se divide y se puede encontrar un grupo de aborígenes en estado de alerta espe-
rando la llegada de la cautiva.
Para terminar, el artista presenta Rancho de los esteros donde se ocupa de descatar los animales
autóctonos e intenta mostrar su expresividad con materiales toscos e inusuales para este tipo de
obra y temática. Ahí están los avestruces, ñandúes, chanchitos y yacarés.

ISBN 978-987-23112-6-1 228


Conclusión
El paseo es un hecho cultural de cara al futuro que estimulará a las próximas generaciones de
artistas, donde el arte urbano dialoga con la ciudad y el público que lo transita, incidiendo en el
re-descubrimiento de la ciudad como lugar de pertenencia y en el embellecimiento del ámbito
cotidiano en busca de una mejor calidad de vida.
Hoy este proyecto - que emplaza esculturas monumentales en la ciudad y destaca a la plaza Ru-
bén Darío como paseo de esculturas - aúna esfuerzos públicos y privados con un objetivo común:
realizar la primera muestra de arte escultórico monumental.
Como explicó el Ministro de Cultura, “A través de esta acción buscamos –de una manera concreta y
real – acercar la cultura a la gente, a los vecinos de la Ciudad, a los cientos de miles de personas que
pasan diariamente por este punto neurálgico de Buenos Aires, a la gran cantidad de turistas extranje-
ros que se acercan al lugar. Proponemos así la democratización del espacio público, la generación de
bienes culturales en un lugar de libre acceso para todos en beneficio de la gente.”

Las Autoras
Anastasia Weisbek
Arquitecta-Proyectista de la Gerencia de Proyectos de la DGIyME-MC (Dirección General de infrae-
structura y Mantenimiento-Ministerio de Cultura). Ayudante de Arquitectura II, Cátedra Arrese/Álva-
rez de la Universidad de Buenos Aires.
Contacto: anastasia_weisbek@hotmail.com

María Noel Lanata


Arquitecta Coordinadora del área Cómputos, Presupuestos y Pliegos de la Gerencia de Proyectos - MC
(Dirección General de infraestructura y Mantenimiento-Ministerio de Cultura).
Contacto: mlanata@buenosaires.gob.ar

Mariana Carla Zambruno


Arquitecta-Proyectista de la Gerencia de Proyectos de la DGIyME-MC (Dirección General de infrae-
structura y Mantenimiento-Ministerio de Cultura).
Contacto: marzambruno@gmail.com

María Carolina González


Coordinadora de la Gerencia de Proyectos -MC (Dirección General de infraestructura y Mantenimien-
to-Ministerio de Cultura).
Contacto: carolaguna@hotmail.com

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B.17 UNA MIRADA INTENCIONADA DE LA CIUDAD
A TRAVÉS DE LA FOTOGRAFÍA
Manuel Civano
Mercedes Garzón Maceda

UBA – CBC – Cátedra María de las Nieves Arias Incollá

“Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un len-
guaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía,
pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de
deseos, de recuerdos.” (Ítalo Calvino)

Esta presentación tiene como objetivo mostrar algunos ejemplos de los trabajos de los alumnos
del curso 2014 de la materia Conocimiento Proyectual 2 del Área Proyectual del Ciclo Básico Co-
mún de la Universidad de Buenos Aires.
En el dictado de esta materia buscamos introducir a los alumnos en la práctica proyectual, a partir
de un método que implica una serie de operaciones que van de la planificación a la materializa-
ción y a la verificación en el uso, con una actitud crítica y autocrítica, integrando valores éticos,
solidarios y democráticos.
Se hace indispensable entonces desarrollar la capacidad de observar la realidad de la cual se es
parte -y a la que se modificará-.
En este marco, el ejercicio que presentamos se trató del Diseño de un Relato Visual cuyo mensaje
estuviera centrado en la Ciudad de Buenos Aires, en su historia, su identidad, y su patrimonio, bajo
la consigna: Vivir la Ciudad, aplicando principios de la Domus Academy tales como: originalidad,
fuera de serie, innovación, diversidad cultural y la cultura del proyecto.
Abordamos el tema del patrimonio incorporando el concepto de valor cultural del mismo, de
modo tal que la reflexión giraría en torno a la cultura de la ciudad, de sus barrios, de sus habitan-
tes, con su un rico y vasto patrimonio natural, cultural, material e inmaterial.
Los alumnos debían desarrollar un mensaje o concepto, encontrando una idea rectora a partir de
emergentes y palabras referentes sobre el tema, que llevaran al diseño del relato visual, a partir
de la consigna “Vivir la ciudad”, en temas tales como: La ciudad y el cielo / La ciudad y el río / La
ciudad verde / La ciudad diversa / La ciudad y los contrastes / La ciudad y los colores / La ciudad
del encuentro / La ciudad de las luces y las sombras / La ciudad y las texturas / La ciudad y la me-
moria / La ciudad y los símbolos / La ciudad y su gente, con las siguientes aproximaciones: Yo soy
mi ciudad / Mi ciudad, Me importa / Yo vivo mi ciudad.
A continuación definieron situaciones para recrear y generar imágenes, guiadas con un concepto
de diseño, a partir de un guion, plasmadas en un storyboard y finalmente en una secuencia foto-
gráfica.
El relato fotográfico involucra una operación conjunta del cerebro, del ojo y del corazón. Los obje-
tivos de la experiencia eran incentivar el sentido de la observación como cantera de ideas, la aten-
ción, las capacidades lógicas, la fantasía, la imaginación, la iniciativa, la investigación, el desarrollo
de los conocimientos y las habilidades, reflexionando sobre la ciudad, con una mirada creativa,

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reflexiva y sensible a través de la fotografía.
Con la fotografía como herramienta se busca:
• Desarrollar la Mirada: este punto profundiza en la sensibilidad, en lo subjetivo.
• Generar una Atmósfera determinada: la luz, el color, la temperatura, textura y formas. Los
sonidos, aromas y tiempo.
• Plasmar la imagen a partir del Encuadre: el plano visual, la proyección de la atmósfera en dos
dimensiones.

La mirada de la Ciudad
“la ciudad es el espacio en que se juega la historia de los hombres y donde se expresan
sus contradicciones y vértigo”. (Marc Auge)
Cuando hablamos de la ciudad hablamos también de su historia que nunca está terminada. La
ciudad tiene vida, y está en un cambio continuo, al ritmo de la sociedad que la habita y significa a
través de procesos culturales, históricos, sociales y simbólicos. La identidad de la ciudad se cons-
truye a partir de superposiciones e interacciones, desde lo individual y lo colectivo, con contradic-
ciones, multidimensional, y con entrecruzamiento de relatos.
El espacio urbano es ámbito de intervención del diseñador, que lo modifica, por lo que es indis-
pensable su sensibilización para comprenderlo como expresión de la sociedad a la que sirve. Por
ello, estimulamos en los alumnos una mirada intencionada, sin prejuicios, sensible amplia y crítica.
Más allá de ver lo que objetivamente hay, se trata de crear formas de sentir y pensar la ciudad, des-
de una mirada que es personal, detectando lo que no se ve, los silencios, los tiempos, los colores,
las apropiaciones del lugar, los límites, las continuidades, los vacíos, volcando el producto de esta
observación en una experiencia proyectual.
“...mientras la visión es una cualidad natural, la mirada es una categoría histórica.” (He-
lio Piñón - La forma y la mirada)

Bibliografía
• GCABA, Dossier de Presentación “Paisaje Cultural de Buenos Aires. El río, la pampa, la barranca
histórica y la inmigración”, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Subsecretaría de Patrimonio
Cultural. Edición bilingüe, 2007
• GCABA, Guía Patrimonio Cultural de Buenos Aires: Buenos Aires, patrimonio de todos. Buenos
Aires: Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 2008
• GCABA, Guía Patrimonio Cultural de Buenos Aires. 1. Edificios. Sitios. Paisajes. Buenos Aires:
Dirección General de Patrimonio, 2005
• Ley 1227/03. PCCABA.
• Prats, Llorenc (1997) Antropología y patrimonio. Barcelona. Ariel.
• UNESCO, Convención sobre la protección del Patrimonio Mundial, cultural y natural,
aprobada en la 17a Conferencia General, París, 16 de noviembre de 1972, WHC-2001/WS/2
http://whc.unesco.org/archive/convention-es.pdf

ISBN 978-987-23112-6-1 231


Los Autores
Manuel Civano
Arquitecto. FADU – UBA. Artista plástico. Integrante del estudio Civano &Simón. Realizando nu-
merosas obras particulares incluyendo intervenciones en edificios de valor patrimonial, en-
tre otras: Viviendas Barrio Inglés Caballito; consolidación Mirador Comastri; Puesta en valor y
restauración de La Perla, Puerto Madero; y Plan general para Polo Cultural Museo de la Ciudad.
Jefe de Trabajos Prácticos en la Cátedra de Conocimiento Proyectual de la Arq. Arias Incollá, (CBC-UBA).
Se formó en artes plásticas en el Taller de Artes Plásticas de Ana Tarsia, realizando numerosas mues-
tras que abarcan desde EL Museos Sívori; MUMBAT, Centro Cultural Borges y diferentes galerías.

Mercedes Garzón Maceda


Arquitecta, FADU-UBA (1984). Especialista en Conservación del Patrimonio, realizó estudios de pos-
grado en la FADU-UBA; en el ICCROM (Roma) y en el Politécnico de Milano. Becaria del Gobierno de
Italia (1990) y del ICOMOS de Estados Unidos (1989). Asesora de municipios de la Provincia de Misiones
en temas relacionados con la Inclusión Social en programas del Patrimonio Cultural Material e Inma-
terial. Ha presentado y expuesto trabajos en varios congresos nacionales e internacionales. Ejerce la
profesión de forma independiente, habiendo colaborado también con varios estudios de arquitectura.
Miembro de CICOP Argentina, integrando actualmente su Comisión Directiva. Miembro de ICOMOS
Internacional. Docente en el Área Proyectual del CBC – UBA. Habla fluidamente Inglés, Portugués e
Italiano.

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B.18 VIVIR EL CENTRO
Memoria Visual del Macrocentro Porteño
Alberto Boselli
Graciela Raponi

Cicop Argentina
Instituto de Arte Americano –FADU-UBA

Marina Waisman siguiendo a Foucault proponía en los años 70 “la metáfora arqueológica” como
metodología previa a la construcción de la historia: reunir “material arqueológico, construir un
instrumento para el conocimiento histórico tal que, lejos de obrar limitando o restringiendo el
campo, contribuya a su apertura y obligue al replanteo de las nociones que tradicionalmente han
presidido su comprensión” (Waisman, 1985). La memoria visual que registró en soportes icónicos
las transformaciones urbanas del centro de Buenos Aires en el último siglo, es el ”material ar-
queológico” con el que aquí se intentó hacer visible la gestación de la Avenida 9 de Julio (9J), de
las diagonales Norte y Sur y el ensanche de calles Corrientes, Córdoba Belgrano, etc. Esta opera-
toria incluyó todo el casco urbano decimonónico y diluyó el imaginario propio de barrios como
San Nicolás y Montserrat, que hasta mediados del siglo XIX habían sido el borde entre la ciudad
y la pampa. Esa transformación urbana fue el objetivo del proyecto UBACyT 2011-13 “Barrios del
Macrocentro”1, continuidad del programa Memoria Visual de Buenos Aires.

Macrocentro
Los archivos de imágenes fotográficas registrando las discontinuas pero arrasadoras demoliciones
perpetradas entre los años 20 y 70, que son abundantes y exhaustivos (sobre todo a partir de 1936
para la 9J), permiten inducir impactos traumáticos en el imaginario colectivo de esas épocas. La
base de datos de imagen fija (fotografías de archivo) permitió formar un inicial catálogo de 1100
imágenes históricas del área (que siguió creciendo), agrupadas en 25 carpetas, hipotéticos blo-
ques y sub bloques de los espacios urbanos a narrar tras la pesquisa de enlaces entre ellos. Pero
los archivos de imagen móvil (el cine) volvieron a aportar claves para indagar de ese habitar en las
décadas de su transformación y de su posterior evolución. Lo que no resulta fácil es rescatar es-
cenarios anteriores representativos de lo que fue ese habitar barrial, para poder reconstruir desde
sus raíces ese proceso del que derivó lo que aquí se denomina “Macrocentro”.
La mirada panorámica “desde el cielo” puede narrar este proceso a partir de la cartografía y de la
fotografía aérea hasta llegar al presente. Pero una visión peatonal sólo se deja atrapar en espacios
más acotados, en nodos y recorridos singulares: como un proceso en las plazas Lavalle y Constitu-
ción, y determinados cruces de las diagonales, o como el abrupto shock de 1936 en la Plaza de la
República: en dos meses irrumpe el gran icono de la Buenos Aires moderna, en el lugar que hasta
un año antes había ocupado el antiguo templo parroquial y las tres manzanas de su entorno. En
la primera década esas pocas cuadras demolidas son como una gran plaza disponible para gran-
des exposiciones más que una gran avenida, pero su prolongación entre los 50 y los 80 definen la
egemonía de lo vehicular: el infinito rio automotor de la gran Avenida construye el gran no-lugar
de una gran no-ciudad. Para una mirada crítica casi sólo queda la vivencia de un devaluado habi-
tar urbano atomizado y encapsulado en cada uno de los infinitos automóviles. Sin embargo esta
nueva megalópolis parece haber sido metabolizada por los relatos y mitos llenos de seducción
1 A-803 Memoria Visual de Buenos Aires (UBACyT 2006-2009 y Reformulación 2009-2010)
20020090100260 Memoria Visual de Buenos Aires - Barrios del Macrocentro (UBACyT 2010-2012)

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del folklore urbano, anclado en soportes literarios y cinematográficos. El crecimiento de un fron-
doso arbolado a lo largo del siglo XX aporta a un rescate de calidad ambiental para la dura imagen
racionalista de los proyectos de los años 30’. Pero la ingeniería vial y del transporte público entran
en un nuevo conflicto con el paisajismo de la herencia Thays, debido al proyecto “Metrobus” ma-
terializado en el 2013.

La hipótesis puesta a prueba


El carácter fuertemente vehicular automovilístico de la 9J la hace aparecer como un gran “no-lu-
gar”, incapaz de anclar memoria, poniendo a prueba la hipótesis que rigió los anteriores proyectos
de la serie Memoria Visual de Buenos Aires.2 Una abundantísima iconografía registra la monu-
mentalidad de su nueva arquitectura portadora de impactantes símbolos urbanos. Una suma de
potentes hitos y nodos de fuerte identidad presididos por el gran icono del Obelisco contrapesan
esta anomia sin que alcance para que la 9J y su entorno se configuren fácilmente como un “lugar”
o un “barrio”. Es un área difícil de atrapar, porque esta ampliación del Centro ni es propiamente el
centro, ni los barrios que existían antes de 1936. El desarrollo de la apertura de esa gran vía pue-
de seguirse encadenando las fotografías aéreas, como las tomadas desde la torre MOP de Lima y
Moreno, actual sede de las secretarias de Salud y Desarrollo Social y soporte de un icono de Eva
Perón. La potencia comunicacional del entorno del Obelisco fue proverbial desde sus décadas
iniciales por la iluminación móvil y multicolor –“las luces del centro”- de su publicidad nocturna,
contrastando con el humor de la “casita” de Muebles Díaz entre cartelones monumentales (ese
chalet era invisible hasta que las demoliciones de la naciente 9J en 1935 lo pusieron a la vista de
los transeúntes de Carlos Pellegrini). El ex “Mercado del Plata” descubrió últimamente su vocación
de soporte de enfáticas gigantografías con una iconicidad acorde a esa escala. Porque es la escala
colosal del obelisco la que impone su fuerza unificadora al amplio entorno.
El imaginario colectivo anclado en la mirada peatonal registra también otro nivel de memoria vi-
sual más a escala humana. La hipótesis de este programa pivotaba en barrios-lugares, si-lugares,
cuya toponimia expresa “lo que se cifra en el nombre”, el que la gente usa, que no siempre coinci-
de con el oficial: “en sus mil alveolos el espacio conserva tiempo comprimido” (Bachelard, 1975).
Que los lugares son fruto de procesos, y esos procesos se pueden reconstruir visualmente, es una
hipótesis que se pone en crisis en la Plaza de la República donde todo un vacío urbano parece
irrumpir abruptamente aniquilando toda huella de lo anterior a 1935. El montaje de imagen fija
del templo de San Nicolás de Bari y el Obelisco, puestos en el mismo sito, reveló todo el potencial
provocador de ese tipo de anacronismos intencionales que ya se venían usando en los anteriores
etapas, para dar cuenta en la ciudad de “la aporía del tiempo” (Sabugo 2011).3 Las fotografías de
1935 con las primera tres y media manzanas demolidas, enmarcadas por desprolijas medianeras
testimonian algo que pudo producir una agorafobia colectiva: ¿Tanta demolición paraqué?. El
Intendente De Vedia reaccionó ágilmente y en pocos días resolvió, salteándose consultas a la Le-
gislatura, la construcción de un gesto monumental que impusiera control a ese desolador cráter.
En tres meses nació el Obelisco con la excusa de conmemorar el cuarto centenario de la primera
2 “Memoria Visual de Buenos Aires” es el nombre que engloba la serie de Proyectos UBACyT dirigidos por los autores de esta ponencia, con un equipo de
investigación en la isla de edición y en las cámaras integrado por los Diseñadores de Imagen y Sonido egresados de la FADU-UBA. Diego Cortese, Ignacio
Boselli y Andrés Paz Geuse, Juan Ortiz y pasantes de otras carreras FADU. El Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas Mario J. Buschiazzo
(IAA- FADU-UBA), es la sede de este programa, el Centro Audiovisual de Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo, UBA, (CEAUVI-FADU-UBA) prestó
el apoyo técnico y los fondos de su Mediateca que nació ligada a estos proyectos. Además del IAA y su Centro de Arqueología Urbana, han prestado
asesoramiento y el acceso a sus fondos documentales el Archivo General de la Nación, el Museo de la Ciudad, la Comisión para la Preservación del
Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, el CEDIAP, el CEDODAL, el Museo del Cine, y
la Biblioteca FAU-UBA, entre otras instituciones.
Todos los videos:
https://www.youtube.com/channel/UCLXoCNP6R3iuLbmRie9cy-g
Macrocentro I, San Nicolás de Bari: https://www.youtube.com/watch?v=jFhGZCDhDVw
Macrocentro II, Monserrat: https://www.youtube.com/watch?v=sK6IP8-LgWg
Macrocentro III, Perú -  Florida: https://www.youtube.com/watch?v=zt6CfK-j8hk
3 Una revisión de estos montajes de imagen fija, con anacronismos intencionales es la muestra “Buenos Aires 200 años en 20 imágenes” del 2010 propiciada
por el CICOP y la SCA, exhibida en la Manzana de las Luces, en el Marq, en Casa FOA, en Congreso CICOP Mar del Plata y montada en el IAA en julio-
septiembre 2012.

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fundación de Buenos Aires.
Otro gran hito urbano anterior que dialoga con el Obelisco a la distancia es la torre MOP, implan-
tada en un sitio que había sido registrado por la fotografía del siglo XIX: la “Calle del Pecado” en el
hueco de Monserrat. La 9J fue avanzando hasta que en los 70 llegó a ese único edificio que per-
donó en su devastador derrotero sur, pero devoró a su paso cualquier hito menor que el MOP. En
el derrotero Norte, en Córdoba y Carlos Pellegrini un gran edificio de departamentos (u oficinas)
recién construido, de envergadura comparable con el MOP fue inmolado en 1950. Los proyectis-
tas de 1934 decidieron que la avenida no iba a ser de treinta metros sino de todo el ancho de la
manzana. Esta anomalía subsistió las dos décadas que el avance de las expropiaciones y demo-
liciones tardó en llegar hasta la avenida Córdoba. Toda esa manzana (Córdoba, Carlos Pellegrini,
Viamonte y Cerrito), está registrada en nuestra base de datos desde todos los ángulos, edificio por
edificio en los años cincuenta, antes de que las demoliciones llegaran al sitio.
Estos avances de la 9J y las Diagonales entre las décadas del 20 y del 70 son un proceso que de-
muele un antes, lo borra, desconfigurando tres barrios y haciendo crecer una difusa área central
pensada para los automóviles y para una gran modernización edilicia. Sitios como Plaza Constitu-
ción y Plaza Lavalle se transforman pero resisten como “si-lugares” a pesar de su vinculación a la 9J,
ofreciendo la posibilidad del registro de procesos: el de la gran terminal en el primer caso, como
un palimpsesto, y en el segundo como serie de sustituciones de marco arquitectónico (el Colón
sustituyendo a la primera estación ferroviaria, Tribunales al “Cuartel del Parque” y otra manzana
verde al Palacio Miró. En cambio la gran avenida, tanto en sus derroteros Sur como Norte, devora
memoria urbana manzana tras manzana, dejando pares de esquinas sin sus pares contrapuestos,
y calles sin sus veredas de enfrente. Una larga herida de muerte para San Nicolás y Montserrat
que a partir de entonces pasan a ser nombres burocráticos de barrios que ya no son. Por lo tanto,
a falta de una mirada globalizadora del área que solo se consigue desde el cielo, a partir de sitios
más acotados fue posible hallar los nexos con los que la narración visual tenga alguna unidad en
algunos pocos tramos que no logran unificar el Macrocentro como un área definida.

La metodología puesta a prueba


Iconología es el término con que Panofsky designa el método de interpretación histórica que,
superando los aspectos meramente descriptivos y clasificatorios de la iconografía, elabora a partir
de ellos interpretaciones de la cultura de una época. Algo análogo al salto desde la etnografía ha-
cia la etnología, o de la cosmografía a la astronomía. Partiendo del significado del ícono y de su
contenido, hacia relaciones contextuales y hacia hipótesis sobre comportamientos de una época.
La experiencia de estar trascendiendo lo meramente clasificatorio y descriptivo de cada imagen,
es lo que se intenta con estas “simulaciones” videograbadas, a pesar de partir de una tarea limitada
a describir la transformación física de los sitios. Pero la metodología para narrar los sitios a través
del tiempo también enfrentó un desafío nuevo por este carácter difuso del Macrocentro” y de “no
lugares” de los imperios del automóvil.
La visión panorámica desde las alturas no tiene un correlato anterior a esa huella geográfica. Si lo
tenían Puerto Madero y Puerto Nuevo en el dibujo natural de la costa hasta 1887, o el Riachuelo
rectificado e industrializado del siglo XX, en los meandros silvestres anteriores. La 9J solo tiene
como referente anterior la cartografía de un damero al que se le va sacando una larga fila de
cuadraditos. Alguna imagen de los mataderos de Monserrat del dibujante Vidal es ubicable en
el espacio donde desde 1930 está la torre MOP. Fotos dispersas de treinta calles desaparecidas a
la altura 1000-1099 existen como piezas sueltas. Lo anterior desaparece manzana por manzana,
cuadra por cuadra a esa altura.
La densidad simbólica de la 9J puede rescatarse desde otras instancias como las tomas aérea del
cine de ficción cuando tiene que narrar el arribo a la Buenos Aires moderna. La mirada desde el

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cielo ofrece un relato impactante a escala regional: el Obelisco visto desde tomas aéreas es un tro-
po para simbolizar una triunfalmente Buenos Aires. Así lo registra el cine internacional en “Un ita-
liano en la argentina” (1961) de Dino Rissi y Happy Together (1997) de Wong Kar-wai, introducien-
do relatos de sitios más acotados. Ciertos multitudinarios eventos históricos de diversos signos
políticos, fueron registrados por documentales y noticieros de la TV, aportando con abundancia
esas postales que dejaron huella en el imaginario colectivo, como la renuncia de Eva Perón en el
52, la campaña para las elecciones del 83, o la celebración del Bicentenario en el 2010, éxitos del
futbol, piqueteros, etc., y en el 2013 el Metrobus. Para configurar el aporte de las grandes nuevas
vías del siglo XX, es la fuente cinematográfica la que pudo captarlas como conjunto y en su infi-
nito movimiento.
En las plazas (Constitución, Lavalle) y en algunos nodos urbanos singulares sigue siendo viable
una narración por capítulos acotados de un Macrocentro mas cotidiano, con las metodologías en-
sayadas en los anteriores proyectos. La memoria peatonal de ese trajinar más cotidiano encuentra
un relato posible en algunos de estos espacios con identidad anterior y posterior, que hay que ir
descubriendo en los archivos de imagen, como núcleos generadores de enlaces sincrónicos con
otros espacios, y diacrónicos con otros tiempos del mismo espacio. Los cruces de las diagonales
Norte y Sur, con Florida y con Perú respectivamente, encuentran en las bases de datos testimonios
anteriores y coetáneos a la gran cirugía urbana de los años veinte en su etapa inicial. Las cuatro
esquinas de Perú y Alsina cruzada a 45 grados por la diagonal, fueron fotografiadas por Coppola
cenitalmente desde la torre recién construida del Consejo Deliberante. La esquina de la Manza-
na de las Luces está aún entera, sin la estólida ochava actual ni el hoy polémico monumento a
Roca, con la entera Facultad de Exactas (sede fundacional de la UBA, ex Procuraduría de Misiones
Jesuíticas). Los renders del reciente proyecto para completar la Manzana de las Luces se integran
a estos montajes como memoria futuraria. Del otro lado de la calle Perú ya no está el Mercado del
Centro, (registrado desde otros ángulos en el siglo XIX), ni la Ranchería de Guaraníes porque ya no
existía cuando llegó la fotografía, pero la que fuera residencia urbana de Rosas en la esquina de
Bolivar y Moreno si esta fotografiada. Esas memorias se cruzan en un tejido donde se logra hilva-
nar un guion audiovisual de lo que cambió la inconclusa Diagonal Sur en ese entorno del barrio
de Catedral al Sur o Monserrat.
El cruce de Florida y diagonal Norte no tenía un nodo anterior en ese sitio, como el Mercado del
Centro en el caso anterior, pero Florida es muy mirada por la fotografía de fines de XIX. La irrupción
de Diagonal Norte, al no ser un cruce a 45 grados generará una de las postales porteñas mas re-
conocibles con espacio más complejo abierto y rico, con la placita del monumento a Roque Sáenz
Peña articulando el tejido y la gran calidad arquitectónica del nuevo entorno edilicio. En estos
nodos urbanos la metodología vuelve a encontrar puntos de apoyo para iniciar los itinerarios con
la metodología ya experimentada. Pero el macrocentro como conjunto se dispersa y centrifuga en
sus grandes avenidas y en su ausencia de límites.

El gran eje Norte Sur como huella geográfica


Los primeros proyectos de una “Avenida Norte Sur” no la soñaban tan expandida como llegó a ser,
sino mucho más acotada a un concepto intraurbano de ampliación del centro. Plaza Constitución
no estaba prevista en los años 30 como polo del proyectado eje (Comisión de Estética.., 1925).
Pero el ojo del cine mudo y la fotografía ya la había descubierto su vocación de gran protagonista
urbano, cuando aun era un arrabal periférico, mucho antes de que llegara la 9J y las grandes au-
topistas de fines del siglo XX. Los ámbitos finalmente implicados en su dinámica como esta plaza,
encuentran en el cine el vehículo que las engloba y sintetiza como nueva ampliación del centro.
En el primer largometraje argentino “Nobleza Gaucha” de 1915, es plaza Constitución la puerta
por la que el héroe accede del campo a la ciudad. En “Breve Cielo” de 1968 el periplo de dos días
y una noche de los protagonistas empieza y termina en ese sitio. El cine de Kohon de los 70 lo

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reitera tomado como locación las demoliciones de las últimas manzanas hacia esa “terminal” con
su mirada desencantada.
El Obelisco pensado y construido en tres meses de 1936, fue el fulminante y triunfal inicio de la 9J.
Las demoliciones se ralentaron en las siguientes décadas, pero finalmente llegaron a fines de siglo,
más allá de donde habían sido concebidas. Hasta los 30 los planificadores se manejaban con un
concepto de “estética urbana”, pero la 9J terminó implicándose a un nivel regional por su conexión
con las dos grandes terminales ferroviarias de los años del Centenario y con las autopistas de los
70-90.
Hacia el Sur, la deriva visual de esta pesquisa redescubre a plaza Constitución como el gran polo
que compite con el inicial de la Plaza de la República y su radiante y muy racionalista obelisco, para
proyectarse hacia un horizonte más denso y complejo, retomando un eje fundacional, el camino
hacia el Riachuelo, la “calle larga de Barracas”. Esa “escena primitiva” del sur no aparecen haberla
tenido muy en cuenta los planificadores de los años 20 y 30, pero era mirada insistentemente por
fotos pioneras del siglo XIX con muchas carretas en primer plano. “La alegre algazara del trabajo
y el comercio”, en la extasiada expresión sarmientina referida e esos barrios progresistas implica-
dos en la Calle Larga que va hacia el puerto de Barracas. Las fotos de Rimathé de 1885, fascinadas
por el naciente ferrocarril del Sur y las grandes obras de su terminal, están tomadas desde lo alto
de la enigmática “gruta de Constitución” del intendente Torcuato de Alvear (Djenderejian 2007).
Miran desde allí y, por sobre las mansardas y falsas chimeneas de la gran terminal, registrando el
brumoso horizonte del barrio de Barracas y del Riachuelo, recortado por las torres de Santa Lucía
y Santa Felicitas, nombres que fusionan memorias y mitos de la guapa pulpera con los de la rica y
fatal estanciera. (Los montajes audiovisuales de Constitución y Barracas quedaron pendiente para
el siguiente UBACyT 2013-15).
Hacia el Norte la 9J prolongada como autopista, tampoco puede detenerse ni ante las parrillas fe-
rroviarias, ni ante la Villa 31. Hacia el Sur y hacia el Norte la huella geográfica de la gran avenida se
constituye en el ícono urbano del conflictivo siglo XX, y su vocación va al encuentro de una escala
regional supra urbana, muy lejos del encuadre de “estética urbana” de 1925.

Conclusiones
A la pérdida del rio como componente del habitar porteño, que fue el gran tema de Memoria
Visual de BA, se agrega a fines del siglo XIX la pérdida de la pampa que se avistaba desde esos
barrios de la primera corona del casco histórico. Pero en 1940-50, en una argentina felizmente ale-
jada de guerras mundiales, la poderosa fascinación de monumentales íconos como el Obelisco,
“la avenida más grande del mundo”, “las luces del centro” y la fiesta nocturna de la calle Corrientes,
hicieron olvidar al porteño que hubo un escenario anterior, y que el resultado que hoy vemos a
nuestro alrededor no es ni fatal, ni obvio, ni inmóvil, y que es posible y necesario construir los re-
latos que ayuden a comprenderlo y vivirlo.
La clásica antinomia Centro-Barrios se convierte en yuxtaposición en el “Macrocentro” remitiendo
a imaginarios del habitar porteño que, más allá de jurisdicciones administrativas, implican una
densa carga simbólica condensada en esa realidad física que, como un material arqueológico,
foto por foto, se hilvana en estos relatos visuales. Esta narración de lo que ocurrió en el siglo XX
y continúa en el XXI, se desvía de lo proyectado y tropieza con inevitables lagunas. Solo arbitra-
riamente se puede definir su área. Su complejidad urbana no puede ser entendida linealmente
desde iniciales planes triunfalista que no pudieron advertir todo lo que se desencadenaría, ni las
resistencias, ni la distinta forma de asimilación de la renovación urbana en el norte y en el sur. Los
barrios del sur resistieron y los proyectos quedaron truncos y frenados despertando reacciones de
preservación patrimonial no previstas por los proyectistas de principios del siglo XX. La premisa
parece haber sido, como apunta Margarita Gutman (2011), la de una ciudad soñada más para

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vehículos, que para seres humanos de a pie. La sustentabilidad no era un tema y el transporte
público que las vías tranviarias y ferroviarias habían asumido tan eficazmente desde el XIX, fue la
gran claudicación en las décadas finales del XX. Transformaciones tan recientes y actualmente en
curso, como la peatonalización de calles céntricas y el Metrobús de la 9J, desdibujan y redibujan el
punto de llegada de estos viajes en el tiempo que quedan con final abierto.
Los planificadores urbanos desde el siglo XIX proyectaron variantes esteticistas y racionlistas de
las grandes avenidas, pero lo que esta arqueología de la memoria visual va registrando en el trans-
curso del siglo XX y XXI, se va desviando de lo prefigurado según otra ley a develar. Las grandes
perspectivas aéreas dibujadas por Forestier (Comisión de Estética 1925), se quedaron en el papel.
En los años 30 se derivó hacia un imaginario racionalista en los dibujos de Previch, reconstruidos
en 3D por Dora Castañé, e investigado por Alicia Novick y Gustavo Brandariz como discurso urba-
nístico y voluntad estética. La documentación fotográfica testimonia sin piedad una realidad que
difiere de lo planificado, pero que pide a estas herramientas iconológicas una ayuda para intentar
su lectura y esbozar una fenomenología de lo vivido por la ciudad en ese azaroso siglo XX y en
los primeros trece años del XXI. Príamo (1997) observa que la asiduidad con que los responsables
municipales hicieron fotografiar la transformación urbana que comandaban en el silo XX, implica
que querían poner cierto orden en el vértigo de ese fenómeno espacial que arranca en la década
del treinta.
Las motivaciones emanadas de teorías sobre el cine y lo cinematográfico en la construcción de la
mirada sobre la ciudad, ya había sido verificada sobre todo en “Riachuelo” y en “Plaza de Mayo 200
años”. Se confía con Garroni en hallar en la imagen kinética, una manera de hacer hablar a la rea-
lidad, “de introducir en el fluir indiferenciado e infinitamente ambiguo de la realidad, algunas op-
ciones, unas determinadas direcciones de lectura que nos permitan captar la realidad como algo
determinado e inteligible” (Garroni, 1973). En las locaciones cinematográficas de la 9J, Corrientes y
Diagonal Norte, se está volviendo a encontrar ese relato del habitar por ser también esos lugares
un tropo del cine en sus múltiples miradas, desoladas en Kohon o alucinadas en Wong Kar-wai.:
“El transeúnte inmóvil rioplatense recorrerá esos tramos urbanos sacudido por un movimiento
interno, ese que genera lo que en el código brechtiano se conoce como “ojo extrañante”, Wong
Kar-wai da el puntapié inicial de esta peripecia de dos asiáticos en una geografía para ellos exóti-
ca y que, en cierto modo, resultara “extraña” también para el espectador local” (Tirri 2012). Ya en
1936 el ojo de un fotógrafo como Horacio Coppola descubrió que la imagen fija no le alcanzaba
para testimoniar el nacimiento del obelisco; que necesitaba registrarlo con una cámara de cine
para poder plasmar lo que estaba ocurriendo.4

Montaje anacrónico: iglesia San Nicolás de Bari demolida en 1935, reinsertada en la Plaza de la Republica
(foto año 2009). El templo fotografiado en 1934 estaba en la traza de la Corrientes angosta con carro de
lechero incluido.
4 Documental “Así nació el Obelisco” (1936) Horacio Coppola, en fílmico 8mm 10´

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San Telmo y el barrio Sur rescatados del arrasamiento renovador como grandes reservas históricas
de patrimonio urbano, son un tema en el que desemboca sin abordarlo el bloque “Monserrat”, y
la peatonalización de “Catedral al Norte” y “Catedral al Sur” que se está completado en el 2014, son
otra radical transformación a la que sólo apuntan los últimos montajes audiovisuales editados en
el 2013, ¿Revisionismo crítico en el siglo XXI de la grandes cirugías urbanísticas del XX? Vivir la
ciudad es siempre otra cosa, y desborda toda planificación.

Referencias y fuentes bibliográficas


Las fuentes cercanas (en el IAA), como los trabajos de Alicia Novick organizaron los materiales his-
tórico-críticos sobre los espacios urbanos del macrocentro y su planificación y sus protagonistas
(Novick 1998, 2009, 2011). Marta Miras enfocó el rol de la fotografía como insumo singular en la
construcción significativa de la ciudad del siglo XIX largo, ese escenario anterior al que el Macro-
centro arrasó (Miras 2003), y Gustavo Brandariz el obelisco y su imaginario en reciente publicación.
(Brandariz 2007 y 2012). De Paula, Pando, Sabugo, Favelukes, Caride, Molinos, Gutman, Giunta, Go-
relic, Sivestri, Gamondés, Schávelzon y otros investigadores de lo urbano del IAA habían construi-
do un campo teórico crítico sobre la historia urbana porteña. Se puede ver actualizado este aporte
básico para nuestro programa en el penúltimo número de Anales del IAA (año 2011-12) dedicado
al tema “Buenos Aires en Proyectos”.
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Económica.
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(Veinte lugares de París son recorridos en el tiempo por medio de maquetas superpuestas, en
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- 2009.”Las dimensiones de la ciudad bajo el prisma de los planes y proyectos. Historias,
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-2011. La Avenida más ancha del mundo. Política, arquitectura e imagen. En Anales del IAA,
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de Historiografía del IAA.2000).

Los Autores
Graciela Raponi
Arquitecta FADU-UBA / Investigadora audiovisual. Creadora en 1983 del Centro Audiovisual/Medi-
ateca FADU, miembro en 1989 de la Comisión Creadora de la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido.
Docente e investigadora del Instituto de Arte Americano IAA FADU-UBA. Dirige con Alberto Boselli
desde 1986 Proyectos UBACyT sobre la Memoria Visual de Buenos Aires, utilizando diferentes soportes
audiovisuales: cine, video, fotografía, daguerrotipo, dibujo, pintura, animaciones digitales, fotomon-
tajes, medios electrónicos e imágenes satelitales de la web, para navegar virtualmente la memoria
urbana reconstruyendo la transformación de los sitios de la ciudad, que le han merecido premios y
reconocimientos nacionales e internacionales.

Alberto Boselli
Arquitecto, graduado en la Universidad de Buenos Aires, y graduado en Filosofía en la Universidad del
Salvador (USAL) Docente e investigador de Arquitectura e Historia de la Arquitectura, y coordinador
del Seminario de Crítica del Instituto de Arte Americano FADU-UBA. Desde 1986, con la arquitecta
Graciela Raponi, desarrolla un programa de investigaciones en el campo de la Memoria Visual de
Buenos Aires. La edición de videos documentales sobre las transformaciones de los sitios de la ciudad,
le han merecido premios y reconocimientos nacionales e internacionales. Es miembro de la Comisión
Directiva del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio CICOP Argentina.

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