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EN 20 LECCIONES
(354-2003)
TERCERA EDICIÓN
Notablemente corregida y aumentada
DEDICATORIA
Lo que éstos y éstas han hecho, ¿por qué no lo puedo hacer yo? (Conf.
VIII,11,27)
Imprímase:
Carátula…
3
ÍNDICE
BIBLIOGRAFÍA
JUSTIFICACIÓN
PRÓLOGO A LA TERCERA EDICIÓN
LECCIÓN 1. LA PATRIA DE SAN AGUSTÍN (hoy Argelia)
1. África primitiva
2. África romana. Idiomas
3. África cristiana
4. Tagaste
LECTURA Las Confesiones de san Agustín
Cuestionario
4. Rumbo a Cartago
5. La mujer amada. El hijo
LECTURA El verdadero Agustín
Cuestionario
2. Escritor
3. Místico y santo
4. Viajero contra su voluntad
5. Salud física
6. Vida privada
7. Última enfermedad y muerte
LECTURA Las reliquias de san Agustín
Cuestionario
Generalidades
1. Convento noviciado del Desierto de la Candelaria, Ráquira,
Boyacá
2. Convento de la Popa y parroquia san Agustín, Cartagena
3. Colegio Agustiniano de san Nicolás (Agustiniano Centro).
Iglesia y residencia de
la Candelaria (Bogotá)
4. Parroquia del Sagrado Corazón, Manizales
5. Postulantado-filosofado, La Linda, Manizales
6. Convento de Suba: Teologado, parroquia, colegio, Bogotá
7. Parroquia de san Judas Tadeo, Cali
8. Parroquia de san Nicolás de Tolentino. Colegio Agustiniano.
Medellín
9. Colegio Agustiniano. Parroquia santa Rita de Casia, Palmira,
Valle
10. Casa Provincial. Parroquia de Nuestra Señora de la
Consolación. Barrio Boyacá
Real. Santafé de Bogotá
11. Parroquia san Joaquín, Barrio Las Ferias, Bogotá
12. Colegio Agustiniano. Parroquia. Bucaramanga
13. Colegio Agustiniano Norte. Parroquia de san Nicolás. Barrio
san Nicolás,
Bogotá.
14. Parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Manare. Paz de
Ariporo, Casanare
15. Parroquia san Ezequiel Moreno, Pasto
16. Colegio Agustiniano Ciudad Salitre. Bogotá
17. Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria. Barrio La Campiña,
Yopal, casanare
18. Vicariato Apostólico de Trinidad
19. Parroquia san Luis. Talca, Chile
20. Convento san Agustín. La Serena, Chile
LECTURA Vida claustral de la Provincia
Cuestionario
LECCIÓN COMPLEMENTARIA
1. Datos cronológicos más importantes de la vida de san Agustín
2. Cuadro cronológico de las obras de san Agustín
3. Fechas más importantes de la historia de la Orden
4. Nuestro santoral
11
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
AGUSTÍN, san: Confesiones. Editorial BAC, Obras de san Agustín, Vol. II, 7ª.
edición, Madrid,
1979.
— Confesiones. Editorial Porrúa, S.A., 6a. ed., México, 1980.
BOLETÍN EXTRAORDINARIO No. 609, Provincia de la Candelaria en el
año 2000, 145ss.
CARDONA, Carlos, Itinerario Agustiniano, 10.000 pensamientos de san
Agustín,, Editorial
Kimpres, Bogotá, 1998.
— San Agustín y el libro abierto de la creación, Editorial Kimpres,
Bogotá, 2ª. Ed., 2002.
FITZGERALD, Allan D., Diccionario de san Agustín, Editorial Monte
Carmelo, Burgos, 2001.
GALINDO, José A., Pedagogía de san Agustín, Editorial Avgustinvs, Madrid,
2002.
MARTINEZ Cuesta, Angel: El movimiento recoleto en los siglos XVI y XVII, en
RECOLLECTIO 5,
1982, pp. 5-47.
— Historia de los Agustinos Recoletos, Vol. I. Ed. Avgvstinvs, Madrid
1995 (sigla: H.A.R.).
— La Orden de Agustinos Recoletos, Evolución Carismática,
CUADERNOS DE
RECOLECCIÓN, NÚMERO 1, Editorial Augustinus, Madrid, 1988
(sigla: la O.A.R.).
— La Orden de Agustinos Recoletos, en ACTA ORDINIS, Vol. XXVII,
Enero-Junio 1992,
Núm. 86, pp. 7-70.
— Reseña histórica de la Orden de Agustinos Recoletos, en ACTA
ORDINIS, Vol. XVIII,
Enero-Junio 1980, No. 70, pp. 9-32.
— San Agustín monje y padre de monjes, en MAYEUTICA (revista),
Vol. VI, 1980, No. 16, pp. 5-32.
12
JUSTIFICACION
Animado, pues, con estos resultados y por sugerencia del Gobierno provincial
de la Candelaria, he resuelto revisar, completar y hasta cambiar gran parte de
todo el curso, redactándolo de nuevo, especialmente las 11 primeras lecciones,
siempre con la misma finalidad y los mismos destinatarios: posibles aspirantes a
nuestra vida, que se encuentran en la etapa de seguimiento.
Abundan las citas de los autores mencionados, tanto directas como indirectas, lo
que podría dar a este trabajo el aspecto de plagio. En realidad, no intentamos
inventar nada sino extraer y condensar en estas páginas 16 siglos de historia
agustiniana. De esa manera, el lector sabrá dónde se encuentra cada tema y
podrá acudir a la fuente como acudimos nosotros.
Los que ya llevamos años de vida religiosa agustiniana tenemos que confesar
que en el momento de entrar a la Comunidad, y aún después, era y sigue siendo
muy poco lo que sabemos sobre la misma, fuera de algunas frases sueltas de san
Agustín y unos cuantos datos de historia, no siempre exactos. Con el presente
trabajo se pretende, pues, llenar estos vacíos en los que tienen la misión de
sucedernos y tomar los puestos de vanguardia.
El autor.
16
17
— Se han revisado cuidadosamente todas las citas y notas al pie de página que,
por la premura de las dos ediciones anteriores, no fueron bien elaboradas.
Igualmente, se han corregido algunos errores gramaticales y mecanográficos.
1. África primitiva
Antiguamente Europa estaba unida con África. Desde Gibraltar, sur de España,
se podía ir a pie o a caballo hasta Tánger, norte de África. Las costas de una y
otra, así como la flora y la fauna, no tenían mayores diferencias.
Con el correr de los siglos África y Europa se separaron: el mar se abrió paso a
través del estrecho de Gibraltar, produciéndose cambios sustanciales en el norte
de África; gran parte de la región se tostó por el sol, las tierras dejaron de ser
frescas y húmedas y apareció el actual desierto del Sahara. Sin embargo, el
litoral norte continuó siendo fértil y, por lo tanto, apto para el cultivo agrícola. El
pueblo que lo habitaba tenía, en su mayor parte, ojos azules, piel y cabellos
oscuros.
¿Cuándo sucedió todo esto?. Imposible saberlo con precisión, como tampoco se
sabe cómo ocurrieron otros cambios que ha tenido la tierra.
20
Queda, pues, claro que la familia de san Agustín era númida, de la raza de los
bereberes.
Los romanos llegaron por primera vez al norte de África en el año 146 antes de
Cristo. La primera ciudad que conquistaron fue Cartago, que tanta importancia
tendrá después en la vida de san Agustín. Allí organizaron la más antigua de las
provincias de ultramar y desde allí extendieron las conquistas al resto de África
(lec. 3,4).
1
J. OROZ, San Agustín, semblanza para jóvenes, 12-13.
21
En cuanto a los idiomas, hay que decir que además de las lenguas indígenas,
propias de cada grupo como el púnico, juega un papel importante, aunque no
decisivo, el griego. Esclavos, comerciantes, marineros, empleados, médicos y
hasta gente de alguna cultura fueron llegando al norte de África desde el mundo
griego. Tal es el origen de esta lengua en tierras africanas.
3. África cristiana
Los primeros documentos que nos hablan del cristianismo en el norte de África
con un pasado largo y glorioso datan del año 180; antes de esta fecha no
hay nada que nos diga cuándo llegó la fe a estas regiones; es de suponer
que muy temprano, aprovechando el intercambio cultural y comercial de
que se ha hablado antes.
Durante los siglos III y IV la Iglesia africana era muy fuerte y el episcopado
estaba muy bien organizado. El número de obispos era realmente numeroso; por
ejemplo: hacia el año 220 se reúnen 90 obispos africanos para juzgar a un colega
suyo. En el año 256, con san Cipriano a la cabeza, se reúnen 87 obispos para
examinar el problema del bautismo administrado por los herejes. En el año 335
se reúnen en Cartago 270 obispos donatistas, y en el 394 se reúnen otros 310 en
la Numidia. En el 411 una gran reunión enfrenta a 286 obispos católicos y 279
donatistas en la célebre Conferencia de Cartago, en la que Agustín desempeñó
el papel más importante4.
Aparentemente las cifras anteriores no tienen mucho interés hoy en día; pero sí
3
J. OROZ, ob. cit. 18.
4
Cf. J. OROZ, ob. cit. 19.
23
Sin embargo, no todo era color de rosa; trabajar con las masas populares nunca
ha sido fácil; tampoco lo era en África. En muchas partes las grandes masas se
dejaron ganar por la cultura y el Evangelio; en el norte de África, por el
contrario, esas masas permanecieron rebeldes a todo lo que decía relación con la
cultura romana, incluso con el Evangelio; si alguna vez se doblegaban, era a la
fuerza y por salvar las apariencias; cuando tenían la oportunidad se rebelaban y
volvían a sus antiguos ídolos.
Había muchas Iglesias y con multitud de fieles, es cierto, pero también con un
cristianismo muy superficial; difícilmente aceptaban a Cristo y lo abandonaban
con facilidad. Este será uno de los temas preferidos por san Agustín en sus
predicaciones: la superficialidad de los cristianos.
Este carácter del cristianismo africano se manifestó muy pronto, incluso con
cismas y herejías, como en el caso de los donatistas, así llamados por su
fundador el obispo Donato. ¿Cómo sucedieron las cosas?
ejemplo, que Cristo es el autor de los sacramentos y los obispos y sacerdotes son
simples ministros o canales por los que la gracia se comunica a las almas. Esta
ha sido siempre la doctrina de la Iglesia.
Políticamente, Tagaste no era una gran ciudad; más aún, no pasaba de ser un
pueblo pequeño, pues sólo tenía los estudios que hoy podríamos llamar
primarios o elementales; los secundarios o bachillerato debían hacerlos en
otros lugares, como Madaura, a donde tuvo que ir san Agustín.
"La Tagaste romana yace sepultada bajo las blancas casas de la moderna
Souk-Ahras (Argelia) o bajo el verde de los olivos en alguna de las
colinas vecinas. Pero las excavaciones que han sacado a la luz las
soberbias ruinas de otras ciudades de la antigua Numidia, nos permiten
darnos una idea de sus vías, de sus casas, de sus monumentos —el foro,
las termas, el teatro, el circo— y nos permiten también comprender —y
en parte excusar— aquel enfático título de 'ilustrísimo' de que se preciaba
el consejo municipal"5.
definidas, como en el resto del norte de África. Por una parte, la clase alta, la de
los ricos con grandes posesiones y elegantes mansiones; vivían exclusivamente
en las ciudades y no hablaban más que el latín. Por otra parte, la de los pobres,
casi miserables; la clase baja de los campos o de los cordones de miseria
alrededor de las mansiones de los ricos. No hablaban ni entendían más que el
púnico.
En relación con el aspecto cristiano, son pocas las noticias que se tienen hasta la
llegada de Agustín; con él, Tagaste sale del anonimato, sobre todo como iglesia.
Tal vez no se sabría nada de ella si no hubiera nacido allí san Agustín.
Como todos los centros urbanos del norte de África, Tagaste también sufrió la
invasión donatista, que dividió la Iglesia; pero, a diferencia de los demás centros
cristianos, muy pronto volvió al seno de la Iglesia Católica, hacia el año 349.
Mientras todos los obispos católicos tenían que tolerar al lado suyo a uno
donatista, el de Tagaste gozaba de paz completa en este sentido y él solo estaba
al frente de su grey.
LECTURA
Las Confesiones de san Agustín.
6
A. TRAPÉ, ob. cit. 5.
26
Cuestionario
1. ¿A qué raza pertenecía san Agustín? Describe brevemente sus características.
2
Ib. I,6,7.
28
Nota preliminar
Todo lo que vas a leer acerca de san Agustín se apoya en dos fuentes muy
seguras: primero, las Confesiones del Santo, (lecturas 1 y 2); segundo, la "Vida
de san Agustín", escrita por san Posidio, compañero del Santo y a quien el
mismo Agustín llama "Santo hermano y coepíscopo mío"3. Es la biografía más
antigua que se conoce del obispo de Hipona (ver lección 8, lectura). Además,
tanto para la parte biográfica del Santo como para la parte histórica de la Orden,
se echa mano de autores connotados, pocos pero muy confiables. Son los que
aparecen en la bibliografía al comienzo. Sobresale en la actualidad, como
historiador de la Orden, Ángel Martínez Cuesta, OAR.
3
Carta 104,1,1.
30
1. Nacimiento
Agustín nació el 13 de noviembre del año 354. Aunque nacido de una madre
cristiana, no fue bautizado inmediatamente. Era común, sobre todo en el norte de
África, la costumbre de diferir el bautismo para una edad más avanzada.
2. Ambiente familiar
“Agustín nos hizo saber poco acerca de su familia. […] Los especialistas
están de acuerdo en que los antecedentes raciales de Agustín eran
probablemente una mezcla de las razas predominantes en el norte de
África: bereber, fenicia y latina. […] La ortografía del nombre de la
madre de Agustín, Monica (Mónica), indica que ella era de origen
bereber”5.
4
J. OROZ, ob. cit. 23; cf. Conf. I,11,18.
5
A. FITZGERALD, OSA, “Diccionario de san Agustín”. Editorial Monte Carmelo, Burgos, España, 2001,
556.
31
6
Cf. Conf. I,14,23.
7
Ib. I,13,20.
32
"Era mi padre por una parte muy benigno y amoroso, por otra muy
iracundo y colérico; cuando ella lo veía enojado, tenía cuidado de no
contradecirle ni de obra ni de palabra; después, cuando la ocasión le
parecía oportuna, y pasado aquel enojo lo veía sosegado, entonces le
informaba bien del hecho, si acaso aquel enojo había nacido de su falta de
consideración y de no estar bien informado"8.
Pero lo que más admiraba Agustín en su padre fueron los esfuerzos de éste para
darle una educación lo más completa posible, aún fuera de Tagaste:
“¿Quién no ponía entonces por las nubes a mi padre, un hombre que iba
más allá de las posibilidades de su fortuna para gastar con su hijo todo lo
que fuese necesario, incluso lo que ocasionara un lejano viaje por razón
de estudios? Porque muchos de sus conciudadanos, harto más ricos que
él, no se tomaban por sus hijos tal cuidado”10.
8
Ib. IX,9,19.
9
Cf. Ib. IX,9,22.
10
Conf. II,3,5.
11
Carta 211,4.
33
3. Influencia de Mónica
Desde sus primeros años Agustín se manifiesta como un niño de ingenio vivo,
entendimiento despejado, muy amigo del juego y poco del estudio, fácil de
palabra y de encantadora conversación. Sin duda alguna era un verdadero líder,
el cabecilla del grupo, presagio del futuro dominador de almas.
“No era desobediente por elegir otra cosa mejor sino por afición al juego.
Amaba en las competencias el orgullo de las victorias, me agradaba que
halagasen mis oídos con mentirosas fábulas, para sentir así más ardiente
comezón, y la misma ávida curiosidad hacía brillar más y más mis ojos
por los espectáculos, juegos de los mayores”13.
12
A. FITZGERALD, ob. cit. 557, columna. 2.
13
Conf. I,10,16.
34
“En cierta ocasión, habiendo caído Agustín gravemente enfermo con una
violenta fiebre y fuertes dolores de estómago, hasta el punto de temerse
por su vida, pidió con insistencia el bautismo. Parece extraño este gesto
del niño, pero ciertamente se trata del efecto de las lecciones de la madre.
Mónica quiso satisfacer el deseo de su hijo; pero, de pronto, el enfermo
comenzó a mejorar, y el bautizo fue diferido para otra ocasión.
4. La escuela de Tagaste
14
Cf. III,11 y 12; V,8 y 15; VI,1 y 2; IX,8-13.
15
Conf. V,9,17.
16
A. MORRÁS, Agustín de Hipona, 8.
35
Nada más duro para Agustín que tener que estudiar, a pesar de estar sobrado de
inteligencia frente a los otros niños de su edad. Prefería el juego, la calle, los
fraudes y las mentiras a estar sentado en los bancos de la escuela oyendo la
misma cantinela: “Uno y uno, dos; dos y dos, cuatro...”17.
Pero a lo que más le temía era a la férula o varita con la que el maestro castigaba
a los alumnos indisciplinados; por lo visto Agustín fue muchas veces castigado
con ella, pues no hay otra explicación de su sencilla oración de niño: “¡Oh Dios
mío, haz que no sea castigado hoy en la escuela!”18.
mente que "los niños son iguales en todo el mundo" (y en todas las épocas).
17
Conf. I,13,22.
18
Ib. I,9,14.
19
Ib. I,9,15.
20
Ib. I,19,30.
36
No podemos deducir, por otra parte, que la niñez de Agustín hubiera sido
negativa y llena de pecados, como afirma él mismo en las Confesiones, donde se
da a sí mismo títulos despectivos como “Tan pequeño niño y tan gran
pecador”21; “Mis perversas sendas”22; “¿Qué cosa, en fin, más deforme a tus ojos
que yo mismo?23; “Quiero traer a la memoria las fealdades de mi pasado y las
carnales corrupciones de mi alma”24.
“Quizás era la primera vez que el niño Agustín salía de Tagaste. Madaura
presentaba el aspecto aristocrático de una gran ciudad, rica en
monumentos, sede importante de los estudios y de la cultura. Por todas
partes templos, arcos de triunfo, termas, pórticos, estatuas. Especialmente,
estatuas”25.
¿Por qué fue Agustín a Madaura? Ya se dijo (lec. 1,4): Tagaste sólo tenía
estudios elementales; lo que hoy podríamos llamar bachillerato había que
estudiarlo en otra parte.
Con miles sacrificios Patricio logró conseguir lo necesario para que su hijo
pudiera estudiar en Madaura durante 5 años (de los 11 a los 15).
¿Qué hizo Agustín en Madaura? Ante todo leyó mucho, especialmente los
clásicos latinos: Horacio, Ovidio, Cátulo, Plauto, Terencio y, sobre todo,
Virgilio que casi se lo aprendió de memoria y a quien recordará ya adulto en sus
escritos.
Cicerón.
La cita anterior ha resultado extensa, pero precisa y clara para entender el estilo
que Agustín usará más tarde en todos sus escritos. La estadía en Madaura lo
marcó para toda su vida, pues
Pero nadie más indicado que el mismo Agustín para decirnos quién y cómo era
él:
Leyó también y comprendió por sí mismo todas las “artes liberales”, así
llamadas porque su estudio era monopolio de los libres y estaba prohibido a
los esclavos y (lec. 5,2).
b. Fue, por otra parte, muy expansivo y rico de fantasía; todo lo observaba con
atención, especialmente la naturaleza creada; esta su fantasía tuvo un terreno
muy bien abonado en Tagaste; ya se habló de su geografía (lec.1,4). En todos
sus escritos, especialmente en los sermones, se manifestará esta cualidad y le
ayudará a ser más agradable a los oyentes (lec. 6,4)31.
LECTURA
Valor histórico de las Confesiones
“Las Confesiones de san Agustín no son una autobiografía rigurosa, pero sí una
obra rigurosamente histórica, lo mismo cuando habla contra sí que cuando habla
en su favor. San Agustín era de un temperamento esencialmente sincero y amigo
de la verdad. Cuando escribe sus Confesiones se halla ya en las cumbres de la
santidad. Si a veces se hallan en ellas frases de extremado rebajamiento,
declarándose "el más pecador de los hombres", "un abismo de corrupción" o "un
monstruo de iniquidad", estas frases no tienen en él más sentido que el que
tienen en boca de los santos, que no implican sino un aspecto parcial y relativo
de la realidad objetiva. En las Confesiones hay que distinguir, además, el hecho
del comentario. San Agustín expone ordinaria
peras, referido en el capítulo 4 del libro II, al que sigue luego un comentario de
varios capítulos"1.
Cuestionario
1
Tomado de Las Confesiones, Edición BAC, 1979, Prólogo, 41.
44
1. Adiós a Madaura
Hasta ahora hemos visto a Agustín evolucionando casi que normalmente, como
todos los muchachos, en los diferentes aspectos: intelectual, piscológico,
afectivo. Y, como a todos los muchachos que, pasada la adolescencia entran en
la juventud, también a él le llegó la crisis que se prolongó hasta la conversión.
1
Conf. II,3,5.
46
2. El alimento de la crisis
No sé si habrá texto tan claro como los anteriores para decirnos cómo fue el
despertar de san Agustín al amor y a la sexualidad. Ni debe extrañarnos un
fenómeno que, por lo demás, es común a todos los seres humanos.
El amor en san Agustín será su bandera, el tema preferido en todos sus escritos;
por eso en muchas imágenes se lo representa con el corazón en la mano.
2
Conf. II,2,2.
3
Ib. III,1,1.
48
¿Cómo fue este abismo y hasta dónde bajó san Agustín? Es imposible saberlo,
pero de todas maneras debió caer muy profundo, pues él mismo lo repite varias
veces.
b. La ociosidad.
4
Ib. II,2,1.
5
Ib. II,2,2.
6
Ib. II,3,6.
49
“Quería ella […] que no fornicase, y, sobre todo, que no adulterase con la
mujer de nadie. (Pero) yo escuchaba los consejos de mi madre como los
discursos de una mujer a los que daría vergüenza obedecer”7.
Son muchísimas las veces que san Agustín habla de la amistad; por naturaleza
nunca podía vivir solo; desde niño hasta su muerte preferirá siempre vivir
acompañado, y esta será más tarde la condición o característica esencial de su
monacato. Adelantándonos un poco, podemos decir que él es el fundador de la
vida común en la Iglesia, o, por lo menos, el inspirador de un estilo peculiar de
ser comunidad (lec. 12,2).
7
Ib. II,3,7.
8
Ib. II,3,7.8.
50
paso es delicado por la confusión que crea en el joven: actúa todavía como
adolescente y quiere que lo traten como adulto; rechaza la disciplina cuando más
la necesita; se siente hombre cuando todavía le quedan rezagos de niño; y, sobre
todo, se le despierta, al lado de la sensualidad y el amor, el sentido de la
independencia como resultado de todo lo anterior.
Vale la pena dedicarle unas líneas a este hecho, el que más lágrimas le costó a
san Agustín y al que dedica los capítulos 4 al 10 del libro II de las Confesiones.
Siguiendo nuestro método, exponemos el hecho tal como nos lo presenta el
Santo:
9
Ib. II,3,8.
51
cial para nosotros era hacer lo que nos daba la gana precisamente porque
estaba prohibido”10.
b. Las peras del vecino no eran mejores que las de su casa; tampoco las
necesitaba, pues en su hogar tenía comida suficiente. Luego lo único que
perseguía era el mal por el mal, el mal gratuito, que consiste simplemente en
pecar por pecar, por hacer el daño. Y aquí está la explicación de la
intranquilidad que este acto le produjo a Agustín: el haber pecado “por
deporte” (cap. 6).
c. Se necesita la gracia de Dios, no sólo para preservarse del mal, sino también
para borrarlo si se ha cometido (cap. 7).
d. Las compañías arrastran; san Agustín reconoce que él solo nunca habría
cometido tal robo y concluye:
10
Ib. II,4,9.
11
Ib. II,9,17; cf. capítulos 8 y 9 de este mismo libro.
52
4. Rumbo a Cartago
12
J. OROZ, ob. cit. 42.
13
NUEVO ESPASA ILUSTRADO (Diccionario), Ed. Espasa Calpe, S. A., España, 2000.
53
Destruida completamente por los romanos, de sus ruinas surgió una nueva
ciudad que no tenía parecido con la anterior. Pronto se convirtió en el primer
centro comercial del norte de África; sus comunicaciones eran especialmente
con Roma, Grecia y otros países del sur de Europa. La situación geográfica era
privilegiada y por eso muy pronto fue escogida por colonos romanos, griegos,
sirios y judíos como su nuevo lugar de residencia.
Pero ante todo Cartago era el centro cultural de África; los estudios no eran
mejores que los de Roma, Atenas o Antioquía, pero al menos sí más baratos y
más al alcance de los africanos. Era el único lugar donde los jóvenes podían
realizar sus sueños intelectuales: graduarse en retórica.
Cuando llegó a Cartago, a finales del año 370 o comienzos del 371, se vio entre
el grupo de los famosos eversores o revoltosos (lec. 5,6), pero ante todo, se vio
entre los vicios más degradantes del África romana; basta conocer la primera
impresión que tuvo al llegar allí, que no es ninguna exageración del Santo si se
tiene en cuenta lo que se dijo acerca de Cartago:
14
Conf. III,1,1, nota, Editorial Porrúa.
54
Este hervidero de amores impuros “tenía mucho que ver con el ardor de
Agustín”16. Si a los amores impuros de la ciudad se agregaban los que Agustín
llevaba por dentro, no es de extrañar que describa su llegada a Cartago de una
manera tan dramática. Cabe anotar que más tarde, ya de obispo, irá unas veinte
veces a Cartago (lec. 10,4; 13,1) y nunca volverá a hablar de amores impuros.
¿Se habían acabado éstos en la ciudad o en su interior? Lo más probable es lo
segundo.
“Con todo, incluso en sus mismas faltas, Agustín conservó siempre una
cierta reserva. No tardó en unirse a una sola mujer, con la que vivió
maritalmente y a la que guardó siempre perfecta fidelidad. Pronto esta
mujer le dio un hijo que llamó Adeodato. Tal vez él no lo había querido,
pero como Dios se lo dio no pudo por menos de amar con todo su corazón
a un niño que era suyo. Él lo conservó siempre consigo. Lo educó con
cuidado, y cuando plugo a Dios llamarlo para sí en la flor de la
adolescencia, experimentó una profunda tristeza"17.
15
Conf. III,1,1.
16
P. BROWN, Biografía de Agustín de Hipona. Ediciones Castilla, Madrid, 1970, 44.
17
J. OROZ, ob. cit. 44. “Adeodato” viene del latín a Deo Dato = dado por Dios.
55
"Vine a caer en el amor, del que deseaba ser presa. ¡Dios mío,
misericordia mía! ¡De cuánta hiel me rociaste aquella suavidad y cuán
bueno fuiste al hacerlo! Porque logré ser correspondido y llegué
secretamente al gozo que encadena y me iba enlazando alegremente con
nudos de miserias para ser azotado con las varas de hierro candente de los
celos, de las sospechas, de los temores, de las iras y de las contiendas”19.
Pero hay algo más, que Agustín juzga de suma gravedad y que a la hora de la
verdad no pasa de ser una aventura más: es el hecho de haber aprovechado la
iglesia para sus coqueteos:
“Se acostumbra ver aquí una alusión a su primer encuentro con la que
había de convertirse en su fiel compañera y en la madre de su hijo, que,
desde luego, era cristiana”21.
18
El nombre de “Melania”, que se le ha dado a esta compañera, no tiene ningún fundamento; posiblemente se
la ha
confundido con la Melania de que se habla en la lección 13,2, nota 2.
19
Conf. III,1,1.
20
Ib. III,3,5.
21
Conf. 3,5, nota, Ed. Porrúa.
56
Podemos hacer, pues, las siguientes aclaraciones sobre el caso que nos ocupa:
b. Tal actitud era lícita y hasta honorable a los ojos de la gran sociedad de
entonces. Más aún, el hombre eternamente soltero era mal visto.
c. Agustín fue siempre fiel a su compañera durante los 14 años que vivieron
juntos; si se tiene en cuenta que la fidelidad conyugal era escasa en esa
época, aún entre personas casadas por la Iglesia, hay que concluir que
Agustín en esto se nos presenta como un modelo de cumplimiento de las
leyes morales y no como su transgresor; por algo él insiste en el hecho de la
fidelidad en medio de un ambiente adverso a esta virtud. Estas son sus
propias palabras:
“En aquellos años tenía una mujer. No la había conocido en eso que se
llama unión legítima, sino que la había descubierto mi pasión errabunda,
carente de prudencia. Pero una nada más y le guardaba fidelidad en el
lecho”23.
22
A. TRAPÉ, ob. cit. 24s.
23
Conf. IV,2,2.
57
d. No sobra insistir en el hecho de que esta unión le sirvió para apaciguar las
pasiones; de dos males, hay que escoger el menor, y era menor mal estar
unido a una sola mujer, aunque fuera en unión ilegítima, por amor, que a
varias por pasión.
e. Finalmente, la manera como crió y educó a su hijo indica igualmente que era
la fidelidad en el amor y no la pasión lo que le impulsaba a tal acto.
LECTURA
El verdadero Agustín.
24
Conf. II,3,8, nota 7, Editorial Porrúa.
58
Cuestionario
1. El estudiante universitario
Pero sobre todo llegó muy motivado por los sacrificios y expectativas de sus
padres; no los podía defraudar, y de hecho no los defraudó. Se dedicó, pues, con
empeño a lo que hoy podríamos llamar estudios universitarios, término que,
desde luego, no se conocía en su tiempo.
Agustín, ahora más que nunca, se convierte en un gran lector de donde surgirá
más tarde el extraordinario escritor. Comprendía con facilidad hasta los temas
más difíciles, como el ya citado de las Categorías de Aristóteles (lec. 2, 6).
Sobre este tema vale la pena escucharlo:
1
Conf. III,2,2.
2
Ib. III,2,3.
61
“Y, ¿de qué me servía que habiendo llegado a mis manos, cuando yo
tenía unos veinte años, una obra de Aristóteles titulada las Diez
Categorías —a cuyo solo nombre, cuando el retórico cartaginés, mi
maestro, las mencionaba con la boca llena de suficiencia u otros que
pasaban por doctos, yo, suspenso como ante no sé qué cosa grande y
divina, me quedaba con la boca abierta—, la hubiese leído solo y la
hubiese entendido?
3
Ib. IV,16,28.
4
J. OROZ, ob. cit. 46.
62
Pues bien, aquel libro cambió mis sentimientos, orientó hacia Tí, Señor,
mis oraciones e hizo que fueran otros mis deseos y aspiraciones. De
repente se tornó vil para mí toda vana esperanza y ansiaba con increíble
ardor del corazón la inmortalidad de la sabiduría y empecé a
incorporarme para volver a Ti”5.
Otra conclusión a que llegó consiste en que la verdadera filosofía debe llevar a la
felicidad, que todos, aun los escépticos, anhe
5
Conf. III,4,7.
63
lan; pero a esa felicidad no se llega sino por medio de la moralidad, condición
indispensable para alcanzar aquella. La moralidad nos ayuda a elegir el bien y a
rechazar el mal; cuando se hace lo contrario se cae en la mayor de las miserias.
Entre las virtudes que hay que ejercitar están las cuatro llamadas cardinales
(prudencia, justicia, fortaleza y templanza). Claro que, con toda seguridad, el
Hortensio no las trae con la misma terminología con que lo hace nuestro
catecismo católico; pero a la hora de la verdad coincide con éste.
Tales eran las ideas principales del Hortensio, muy apropiadas para dar quietud
y sosiego, al menos en parte, a la mente confusa de Agustín. Y decimos en
parte porque
“la única cosa que me desilusionaba en medio de tan gran ardor era que
no figurase allí el nombre de Cristo. Porque este nombre, por tu
misericordia, Señor, este nombre de mi Salvador, tu Hijo, lo había bebido
piadosamente mi tierno corazón ya en la misma leche de mi madre y lo
conservaba en lo más profundo y cualquier
6
A. TRAPÉ, ob. cit. 28.
64
obra que no tuviese este nombre, por muy literaria y cuidada y verídica
que fuese, no me atraía por completo”7.
cómo eran. Y lo que veo es esto: que es algo que no se revela a los
soberbios ni se descubre a los niños, sino que, humilde en su pórtico,
muéstrase, a medida que se va entrando, sublime y velado de misterios.
No me encontraba en condiciones de poder entrar en ellas ni de inclinar la
cabeza para caminar por ellas. Pues no sentí como me estoy expresando
ahora cuando me apliqué a estas Escrituras, antes me parecieron indignas
de compararse con la dignidad de Marco Tulio (Cicerón). Es que mi
hinchazón repugnaba su modestia y mi enfoque no penetraba su fondo.
Aunque estaban hechas para crecer con los pequeños, yo desdeñaba ser
pequeño e, hinchado de presunción, me consideraba grande”10.
Las palabras de Agustín son tan claras y convincentes que no puedo resistir la
tentación de citarlas abundantemente, pues hablan por sí solas y una aclaración o
comentario las oscurecería, como es el caso del siguiente texto, cargado de
emoción, del sermón 51,6, predicado hacia el año 393:
“Yo que les estoy hablando fui engañado un tiempo, cuando de joven me
acerqué por primera vez a las Sagradas Escrituras. Me acerqué no con la
piedad del que busca humildemente, sino con la presunción de quien
quiere discutir. […] Tenía la osadía de buscar con soberbia lo que sólo los
humildes pueden encontrar. ¡Cuánto más felices sois vosotros ahora; […]
permanecéis como pichones en el nido de la fe y recibís la comida
espiritual! En cambio, ¡pobre de mí, que me creía idóneo para volar,
abandoné el nido y caí antes de poder volar! Pero el Señor misericordioso
me levantó y me puso en el nido antes que los caminantes me pisotearan”.
La Biblia quedará, pues, ahí en remojo hasta que llegue la hora, en un tercer y
definitivo intento, de convertirla en su alimento cotidiano (lec. 8,6).
4. Racionalista. El vacío de la fe
10
Conf. III,5,9.
66
La lectura del Hortensio le trajo muchos bienes a Agustín, pero, al lado de esos
bienes, le acarreó también un gran mal: lo volvió racionalista: por ahora no
aceptará nada que no pase por la razón.
Como casi siempre sucede, la cuerda se rompe por el sitio más débil, y en este
caso es la fe la que sale perdiendo. Su capacidad intelectual, los estudios y, sobre
todo, el orgullo le decían que debía abandonar la fe para poder darle culto a la
razón; y así lo hizo.
Desde luego, también salió perdedora la Iglesia Católica. Ella impone la fe: hay
que creer incluso lo que no se entiende, como son los misterios; esto es un
atentado contra la razón. Por lo tanto, dejada la fe había que dejar también la
Iglesia que, para el estudiante y profesor de Cartago, era la religión de los
débiles, de los ignorantes, de las “rezanderas”, empezando por su propia madre.
Era una institución desacreditada.
“Aceptó, pues, por buenas las críticas de los maniqueos contra ella, y se
alejó desdeñosamente. […] Y, alejándose de la verdad, le pareció que
andaba hacia la verdad. Una vez más lo cegó el orgullo”11.
5. Los maniqueos
11
A. TRAPÉ, ob. cit. 35.
67
“Por eso vine a caer entre unos hombres delirantes de soberbia, carnales y
locuaces en extremo, en cuya boca se ocultaban los lazos del demonio.
[…] Repetían: ‘¡la verdad, la verdad!’, y me hablaban mucho de ella. Pero
no se encontraba en ellos por ninguna parte, antes enunciaban falsedades,
no sólo acerca de tí, que eres verdaderamente la Verdad, sino también
acerca de los elementos de este mundo, creación tuya”12.
La expresión “por eso” indica de una vez por todas por qué se adhirió san
Agustín a los maniqueos: vacío de la fe y de las enseñanzas de la Iglesia
Católica, sus afectos no podían quedarse así. El corazón no puede tener vacíos: o
los llena Dios o los llenan las criaturas (san Agustín hablará mucho de este tema
en sus sermones).
Causa admiración el hecho de que una mente tan despierta como la del joven
estudiante de Cartago se haya dejado engañar tan fácil y rápidamente por unos
charlatanes, como eran los maniqueos. El paso fue intempestivo, aunque no
definitivo: se hizo maniqueo con reservas, para sustituir, quizá, el puesto de la
Iglesia Católica, o mientras encontrara una doctrina o sistema que colmara sus
anhelos.
¿Cuál fue la carnada que hizo caer a Agustín en la secta de los maniqueos?
Veámoslo brevemente:
c. La explicación definitiva del problema del mal, que para san Agustín era
12
Conf. III,6,10.
68
f. Tal vez, lo que más le llamó la atención de la secta maniquea era la promesa
de ayudarle a imitar a Cristo radicalmente; sobre todo a Cristo casto. Esto
indica, una vez más, el cristocentrismo de Agustín, aun antes de convertirse.
también de repente, aunque nueve años con los maniqueos parece un período
13
A. TRAPÉ, ob. cit. 40.
69
6. Profesor en Tagaste
La tristeza de Mónica no dependía tanto del hecho de verlo llegar con una mujer
y un hijo; la hizo sufrir, es cierto, este golpe a su delicadeza de madre católica,
pero no tanto como el otro, más duro, de verlo convertido en discípulo de
Manés, más aún, en el gran propagador del maniqueísmo. Era tanto el
entusiasmo por la nueva secta —nueva al menos para él— que, como en otras
ocasiones, no podía estar en ella solo, sin amigos, sin otros seguidores. Por eso
14
J. OROZ, ob. cit. 53.
15
Ib. 54.
70
7. El sueño de Mónica
“Mi madre, tu fiel sierva, me lloraba ante tí más de lo que lloran las
madres la muerte del cuerpo. Bien veía ella con la fe y el espíritu que de tí
había recibido, que yo estaba muerto. Y tú, Señor, la escuchaste. […]
¿De dónde podía venir si no de ti aquel sueño con que la consolaste, hasta
el grado de que accedió a vivir conmigo y a compartir conmigo la misma
mesa en casa? Cosa a que ella se había negado anteriormente, en su
aversión y repugnancia por las blasfemias a que me empujaba mi error.
Vio, pues, en sueños que estaba de pie sobre una regla de madera, toda
triste y deshecha en llanto, y que venía avanzando hacia ella un joven
resplandeciente con rostro alegre y risueño y que le preguntaba la causa
de su dolor y de sus lágrimas cotidianas, no para saberla sino para
consolarla, como se hace con frecuencia. Respondióle que era mi
perdición lo que lloraba. Él entonces le ordenó y aconsejó, para su
seguridad, que observara atentamente: vería que donde ella estuviese
estaría también yo. Tan pronto como miró, me vio que estaba junto a ella
de pie sobre la misma regla”16.
Agustín, que en las Confesiones no omite nada que tenga relación con la obra de
Dios en él, vio que este sueño jugaba un papel importante en su propia historia
de salvación; por eso lo trae con lujo de detalles, y hasta con las dos
interpretaciones, la suya y la de Mónica:
“Y, ¿de dónde vino también que, narrándome mi madre esta visión y
queriéndola convencer yo de que significaba lo contrario y de que no
debía desesperar de que algún día sería también ella lo que era yo al
presente, al punto y sin vacilación alguna: ‘No, replicó, no se me dijo: allá
donde él está, allá estarás tu, sino: donde estás tú, allá estará también él”17.
16
Conf. III,11,19.
17
Ib. III,11,20.
71
18
Ib. III,12,21.
19
J. OROZ, ob. cit. 56.
72
Al volver a Tagaste volvió también a sus amigos de infancia; entre ellos uno en
particular que le era especialmente querido, pues habían crecido, estudiado y
jugado juntos. Lo encontró y lo primero que hizo fue procurar atraerlo al
maniqueísmo.
Llevaba poco más de un año en Tagaste. No le convenía estar más tiempo allí,
no se sabe si por la muerte del amigo, por el deseo de una profesión más ilustre
o por ambas razones a la vez.
20
Conf. IV,4,9.
21
Cf. Conf. IV,9,14.
73
LECTURA
El maniqueísmo
22
J. OROZ, ob. cit. 58.
74
Cuestionario
No fueron elegidos por ser buenos quienes no serían buenos si no hubiesen sido
elegidos (Tratados sobre el Evangelio de san Juan, 86,2):
LECCIÓN 5
CARTAGO - ROMA - MILÁN
(Edad: 22-30 años).
1. De nuevo en Cartago
Agustín llegó a Cartago por segunda vez a finales del 375 o comienzos del 376.
La muerte del amigo precipitó la salida de Tagaste, pero también había otras
razones: de ordinario los pueblos pequeños no acarrean buena fortuna a los
profesionales como él; había que buscarla, pues, en la capital. Además,
necesitaba darse a conocer por fuera, pues “ningún profeta es bien recibido en su
propia patria”1; o tal vez la mujer con la que vivía lo empujaba a vivir en la
ciudad. Aquí permaneció por espacio de 8 años, entregado al estudio personal y
a las clases de retórica. Romaniano continuaba ayudándole desde Tagaste.
No fue fácil la estadía en Cartago; estos 8 años constituyen uno de los períodos
más agitados de su vida, pues su inteligencia fue descubriendo que las cosas no
eran como se las pintaban, por ejemplo, los maniqueos. El mismo Agustín
resume este período de 8 o 9 años así:
1
Mt 13,57.
76
Estudio y religión son, pues, las actividades centrales de este período de su vida.
Antes de hablar de lo intelectual, conviene hacer alguna aclaración sobre el
aspecto religioso.
Agustín fue fiel a las prácticas religiosas de los maniqueos. Este profundo
sentido religioso lo heredó de su madre que, como se vio antes (lec. 2,3),
visitaba la iglesia dos veces al día. Pero existe una gran diferencia entre las
prácticas católicas y las maniqueas: éstas limitan con lo ridículo, como la
costumbre de llevar alimento a los elegidos. Conviene dar una breve explicación
al respecto.
2
Conf. IV,1,1.
3
Cf. Conf. III,10,18.
77
2. Autodidacta y profesor
“Entre tanto se aplicó con pasión al estudio de las artes liberales. Leyó
todos los tratados que pudo tener. Entre ellos en primer lugar los nueve
tratados Sobre las disciplinas de Varrón, el más docto de los romanos,
dedicados respectivamente, según la opinión más común, a las siguientes
materias: gramática, dialéctica, retórica, geometría, aritmética,
astronomía, música, medicina, arquitectura. Estudió sobre todo la
filosofía, tuvo un particular interés en la astronomía, llevó su curiosidad,
que pronto se convirtió en obstinada pasión, hasta la Astrología”5.
Las anteriores palabras vienen corroboradas por las del mismo Agustín, así:
“Y ¿de qué me servía haber leído y comprendido por mí mismo todos los
libros que pude de las artes que dicen liberales, si era en aquel entonces
esclavo perversísimo de mis malas pasiones? […] Todo lo que se refiere
al arte de la elocuencia y de la dialéctica, todo lo que se refiere a las
dimensiones de las figuras y a la música y a los números lo entendí sin
gran dificultad y sin que nadie me lo explicara”6 (lec. 2,6 a).
4
J. OROZ, ob. cit. 59.
5
A. TRAPÉ, ob. cit. 42.
6
Conf. IV,16,30.
78
En cuanto a los estudios de filosofía, hay que anotar que éstos eran muy
descuidados en las escuelas; no obstante, Agustín la estudió con tanto empeño
que más tarde será la base de su ininterrumpida polémica contra los distintos
herejes, a quienes va derrotando con el estilo y manera de argumentar
aprendidos durante esta época. Además,
79
3. Vendedor de palabras
Pero tal vez el fruto más palpable de todo este esfuerzo autodidacta, al menos en
ese momento, consistió en haberse convertido en un vendedor de palabras:
Tal vez Agustín exagera y se rebaja demasiado, pues sus enseñanzas no eran tan
vacías como él mismo dice. Por el contrario, tenían un fondo espiritual, moral y
filosófico tal que sus alumnos se dieron cuenta muy pronto de la calidad del
profesor que les había tocado en suerte. Mientras más enseñaba más aprendía, y
mientras más aprendía mayor autoridad iba adquiriendo para seguir enseñando.
7
J. OROZ, ob. cit. 62.
8
Conf. IV,2,2.
80
muy pronto una fama extraordinaria, hasta el punto de poder competir con
los más célebres maestros de Cartago”9.
4. El engaño maniqueo
9
J. OROZ, ob. cit. 60s.
10
Conf. VI,7,11s.
81
b. Los principios diversos y opuestos del bien y del mal no pueden existir,
pues se destruiría la Omnipotencia de Dios. La lucha entre las tinieblas y
Dios no tiene razón de ser; una de dos: o las tinieblas le pueden hacer algún
daño a Dios, y en este caso no sería incorruptible, o no le pueden hacer
absolutamente nada, y en este caso la lucha es inútil. No hay, pues, base ni
científica ni religiosa. El tema había sido propuesto por el amigo Nebridio,
a modo de pregunta, que Agustín no supo responder con base en lo que
sabía por boca de los maniqueos13.
“los escritos del Nuevo Testamento habían sido falsificados, no se sabía por
11
Cf. Conf. V,3,4.
12
Conf. V,3,6.
13
Cf. Conf. VII,2,3.
82
d. El problema del mal lo aclarará más tarde. Por ahora los maniqueos no
hacen más que sembrarle inquietudes y confusiones sobre el mismo.
Destruida la doctrina sobre la existencia de los dos principios, uno bueno y
otro malo, queda completamente en el vacío cuanto el maniqueísmo pueda
decir sobre el origen del mal en nosotros.
f. Y siempre en relación con Cristo, entra también en juego el tema de los que
se preciaban de ser sus auténticos seguidores, los elegidos:
“Si éstos llevan una vida moral irreprochable, ¿no es indicio de que la
doctrina que les dirige hacia la santidad es verdadera? Pero este motivo deja
de ser válido ya que más tarde se da cuenta de que los que hacen profesión
de virtud y de santidad, no pasan de ser unos farsantes hipócritas. Beben
vino, comen carne, se bañan como todos los hombres, a pesar de las
prohibiciones más absolutas. Incluso muchos de entre ellos han sido
acusados de haber seducido a la esposa del prójimo. En cierta ocasión él
mismo es
5. La llegada de Fausto
Por otra parte, el ambiente cartaginés se hace cada vez más pesado con la
presencia de los eversores o revoltosos. Pero, en concreto, ¿Qué es lo que
hacen éstos? Como siempre, oigamos la descripción que de ellos hace el mismo
Agustín:
Además, es necesario aspirar a un sueldo más alto, pues el que tiene no le está
alcanzando para él, la mujer y el hijo, sus hermanos en Tagaste y su misma
madre en Cartago, a donde llegó no se sabe por qué motivo ni en qué tiempo.
Este será el comienzo de una maternal “persecución” de Mónica a su hijo,
buscando siempre lo mejor para él.
Mónica se dio cuenta de los preparativos del viaje y le puso dos condiciones: o
no lo dejaba marchar, o se iba ella con él. Las cosas estaban tan bien preparadas
que ya no se podía echar pie atrás; era necesario acudir incluso a la mentira y al
engaño para que ella no se diera cuenta de la hora de la partida. Es el mismo
Agustín el que nos narra con detalles su escapada a Roma:
Dramática fue, pues, la partida para Roma, no sólo por las peripecias de la
misma, sino por el engaño a la madre. Agustín reconocerá más tarde que este
viaje fue providencial; así se lo dirá al mismo Dios:
“Pero, en realidad, eras tú, esperanza mía y porción mía en la tierra de los
vivientes, quien querías hacerme cambiar de país terrestre por la salud de
mi alma”21.
Al llegar a la ciudad, sin conocidos y sin en donde alojarse, no tuvo más remedio
que acudir a los maniqueos; un tal Constancio lo hospedó en su casa. Era un
oyente entusiasmado por la secta y deseoso del ideal de perfección propuesto
por Manés. Incluso había intentado llevar vida común —una especie de
monasterio maniqueo— con oyentes y elegidos; pero surgieron las dificultades,
especialmente por parte de estos últimos que comenzaron a echar
“muy pronto logra reunir algunos oyentes, que le traen otros. Pero al
momento se da cuenta de que los estudiantes de Roma no son más
constantes y más serios que los africanos. Además, tienen otro defecto
muy grave: no pagan a sus profesores. Asisten durante algún tiempo a sus
clases, pero cuando deben pagar la cuota de las lecciones desaparecen y
ya no es fácil volver a encontrarlos. El inconveniente es muy grave para
quien tiene necesidad de dinero. Agustín no puede soportar esta falta de
delicadeza y busca a toda costa una ocasión para abandonar Roma”23.
7. Escéptico. Milán
Abandonada la Iglesia Católica antes, desilusionado de los maniqueos ahora,
sólo le queda un camino: el escepticismo.
Los escépticos eran incrédulos filosóficos; afirmaban que la verdad sí había que
buscarla pero sin esperanza de encontrarla, porque es imposible. Esta fórmula,
por el momento, le agradó a Agustín, que no se resignaba a renunciar a ella.
Permanecerá escéptico por muy poco tiempo. Ahora el vacío intelectual y
afectivo es completo y … providencial: alguien vendrá, en Milán, a llenar ese
vacío.
A finales del 384 parte para Milán, después de un año escaso en Roma. Cuenta
entonces 30 años de edad. Llegó justo a tiempo para pronunciar el panegírico
que le ganó aplausos:
“Recitaba una serie de mentiras seguro de ser aplaudido por hombres que
conocían perfectamente la verdad”25.
LECTURA
26
Conf. VI,1,1.
90
Los maniqueos
“Afirman que es también naturaleza de Dios esta luz corpórea que agrada a los
ojos de los animales mortales, no sólo en esas naves —el sol y la luna—, donde
creen que la luz es purísima, sino también en otras cualesquiera cosas lúcidas, en
las cuales, según ellos, es retenida con la mescolanza, y creen que para ser
purgada. En efecto, para la gente de las tinieblas dan cinco elementos que han
engendrado sus propios príncipes, y a esos elementos los llaman con los
nombres siguientes: humo, tinieblas, fuego, agua y aire. En el humo han nacido
los animales bípedos, de quienes piensan que proceden los hombres; en las
tinieblas, los reptiles; en el fuego, los cuadrúpedos; en las aguas, los natátiles; en
el aire, los volátiles. Para vencer a estos cinco elementos malos han sido
enviados del reino y de la sustancia de dios otros cinco elementos, y en esa lucha
quedaron mezclados: la atmósfera con el humo; la luz con las tinieblas; el fuego
bueno con el fuego malo; el agua buena con el agua mala; el aire bueno con el
aire malo. Pero distinguen aquellas naves, es decir, los dos luminares del cielo,
de tal modo que sostienen que la luna fue hecha del agua buena y el sol del
fuego bueno.
Que en esas naves existen las virtudes santas, que se transfiguran en hombres
para atraer a las mujeres de la gente mala, y a su vez en mujeres para atraer a los
hombres de la misma gente mala, y al ser conmovida mediante esta tiniebla la
concupiscencia que hay en ellos, huya la luz que retenían mezclada entre sus
miembros, y sea tomada para su purgación por los ángeles de la luz, y como
purgatorio se les imponga que tienen que transportarla en esas naves hasta sus
propios reinos”27.
Cuestionario
27
SAN AGUSTÍN, “Las herejías” 46,7s.
91
Dios no elige a los buenos, sino que hace buenos a quienes ha elegido (Tratados
sobre el Evangelio de san Juan, 86,3).
93
LECCIÓN 6.
DE LA LUCHA INTERIOR A LA PAZ DE LA VIDA NUEVA
(Edad: 31-32 años)
1. Ambrosio de Milán
Dos hechos, sobre todo, hicieron crecer más la fama de Ambrosio: en el 385
Justina, madre del emperador Valentiniano II, que era arriana (de Arrio, hereje
que negaba la divinidad de Jesucristo, y contra el cual luchó san Agustín), pidió
para los herejes una de las basílicas de la ciudad; el pueblo se unió alrededor de
su obispo y no se la dejó quitar 29. En segundo lugar, el encuentro y traslado de
los cuerpos de los mártires Protasio y Gervasio; mientras eran llevados en
procesión a la basílica de Ambrosio sucedieron muchos milagros30.
28
Conf. 8,6,15.
29
Cf. Conf. IX,7,15.
30
Cf. Ib. IX,7,16.
95
“No se me daba oportunidad alguna de consultar las cosas que quería con
aquel santo oráculo vuestro, que en su pecho moraba, sino cuando podía
oírlo con brevedad. Y en cambio, los vivos desasosiegos míos requerían
un consultor muy desocupado a quien comunicarlos, y nunca lo
hallaban”32.
Se refiere a los maniqueos (lec. 4,5 d). El fruto de estas visitas a la iglesia no se
dejó esperar. ¿Qué aprendió Agustín de la predicación ambrosiana?
b. Poco a poco se fue viendo libre de las ideas materialistas sobre Dios; no
podía concebir el ser divino sin cuerpo material, y esto porque los maniqueos
interpretaban mal Génesis 1,26: si el hombre fue hecho a imagen y
semejanza de Dios, entonces Dios tiene cuerpo como el hombre, decían.
Agustín aprende de Ambrosio el verdadero sentido: es el hombre el que tiene
alma espiritual como Dios. Abandonaba, pues, el materialismo maniqueo.
Pero Ambrosio no sólo le dió la mano a Agustín; también Mónica quiso entrar
en contacto con él:
sabiduría y que ahora anda más confuso que cuando leyó el Hortensio.
Quizá por primera vez, en una crisis profunda, Agustín piensa seriamente en la
muerte y se duele de haber perdido un tiempo precioso:
“¿Por qué, pues, titubeamos en abandonar las esperanzas del siglo para
consagrarnos por entero a la búsqueda de Dios y de la vida
bienaventurada? Pero aguarda; también son agradables las cosas de acá
abajo; tienen su dulzura que no es pequeña; no hay que cortar a la ligera
el impulso que nos lleva hacia ellas, porque sería humillante volver a ellas
de nuevo”42.
Nadie más indicado para describir una crisis que la misma persona que la
padece; por eso he preferido traer estos párrafos de las Confesiones para no tener
que acudir a la imaginación. El testigo más seguro de uno mismo es su propia
conciencia, que para Agustín en este momento se encontraba en todo su
despertar.
Entramos a la parte más humana de san Agustín, la que toca su afectividad más
de cerca. El aspecto sexual y la relación con la mujer, ha sido siempre el centro
de la atención en el hombre. San Agustín no estuvo exento de él; ya lo vimos en
la lección 3,5. Ahora volvemos al mismo tema bajo otra perspectiva.
Fue en el campo del matrimonio en donde tal vez más intervino Mónica: quería
a toda costa ver a su hijo casado, y bien casado, ojalá antes del bautismo; incluso
llegó a pedirle al Señor que, por medio de algún sueño, a lo que ella estaba
acostumbrada, le revelara algo sobre el futuro matrimonio de su hijo; pero como
los caminos del Señor no eran los de Mónica ni los de Agustín, no la escuchó.
Sea lo que sea, las cosas siguieron adelante, siempre con miras hacia el
matrimonio, que no podía ser con su compañera durante catorce años,
posiblemente por su posición social: ella era de origen esclavo y Agustín, libre;
las leyes romanas prohibían esta clase de matrimonios. Mónica hacía lo posible
por separarlos, y lo logró.
Y en medio de todas estas idas y venidas, llegó el momento decisivo, uno de los
más dolorosos para Agustín: la separación definitiva de su compañera.
Al margen de estos hechos hay otro muy interesante, que revela la vocación
oculta del futuro inspirador de la vida común monástica. Es el intento que unos
diez amigos hicieron de vivir vida común; todo lo tenían muy bien organizado
pero
Un poco más adelante Agustín volverá a expresar lo difícil que para él resultaba
48
Ib. VI,15,25.
49
Ib.
50
Ib. VI,14,24.
102
guardar la continencia:
4. Los neoplatónicos
Los filósofos neoplatónicos que Agustín venera y recuerda más seguido son
Plotino y Porfirio. Hay que distinguir lo que encontró en ellos, lo que no
encontró y lo que encontró y no aceptó54.
a. Encontró, ante todo, la invitación a la interioridad, que consiste en entrar
51
Ib. VIII,7,17.
52
Ib. VII,9,13.
53
A. TRAPÉ, ob. cit. 66s.
54
Cf. Ib. 67.
103
primera parte. Más aún, los neoplatónicos consideraban la Encarnación del Hijo
como una bárbara mitología, imposible de aceptar.
55
A. TRAPÉ, ob. cit. 68.
104
debajo de ella porque por ella fui hecho. Quien conoce la verdad conoce
esa luz y quien la conoce, conoce la eternidad. La Caridad es quien la
conoce.
¡Oh eterna verdad y verdadera caridad y cara eternidad! Tú eres mi Dios.
A ti suspiro día y noche. Cuando te conocí por vez primera, me levantaste
para hacerme ver que había algo que ver y que yo no era todavía capaz
de ver.
Deslumbraste la debilidad de mi vista con la violencia de tu calor sobre
mí, y me estremecí de amor y de horror. Y descubrí que estaba lejos de ti,
en la región de la desemejanza, como si oyese que tu voz me decía desde
lo alto: ‘Soy alimento de grandes; crece y me comerás. No me
transformarás tú en tí, como asimilas el alimento de tu carne, sino que te
transformarás tú en mí…
Y oí, como se oye en el corazón, y no había el más mínimo lugar a dudas.
Más fácilmente dudaría de mi vida que de la existencia de la verdad que,
a través de las cosas creadas, se deja ver a la inteligencia”59.
Muchos autores han querido ver en este texto un primer éxtasis de carácter
filosófico, que hace juego con el famoso de Ostia (lec. 7,3), de carácter místico.
“De manera que agarré, con la mayor avidez, las obras venerables de tu
Espíritu y, con preferencia a todas las demás, las del apóstol Pablo.
Si la primera vez que tomó las Escrituras en sus manos fracasó por exceso de
59
Conf. VII,10,16.
60
Conf. VII,21,27.
106
7. Se agudiza la crisis
del jardín:
b. El encanto de la música
“El año 386, Ambrosio asediado en la basílica con el pueblo por los soldados
de la emperatriz Justina, para aliviar el tedio de aquellas interminables horas
de espera había concebido la feliz idea de componer himnos, que cantaban
los fieles. Agustín tal vez se vio mezclado entre aquella multitud que
entonaba himnos. No nos dice si escuchó los discursos del Obispo, pero sí
cuenta la emoción que sintió al escuchar la melodía de los himnos: ‘¡Cuánto
lloré con los himnos y cánticos vuestros, emocionado por las voces de
vuestra Iglesia, que canta tan dulcemente! Aquellas voces entraban en mis
oídos, y vuestra verdad se derretía en mi corazón; y de ahí se enardecía el
afecto y la piedad y corrían sin duelo las lágrimas, que me sabían a miel”64.
Agustín era un apasionado por la música; a este arte dedicará una obra,
compuesta entre los años 387-391.
c. Simpliciano. Fue, como se dijo antes (lec. 6,1), quien bautizó, acompañó y
luego sucedió a Ambrosio en la sede de Milán.
“Me inspiraste la idea, que pareció buena a mis ojos, de acudir a Simpliciano.
Teníale yo por un buen servidor tuyo y brillaba en él tu gracia”65.
63
Conf. VI,6,9.
64
Conf. IX,6,14. Cf. J. OROZ, ob. cit. 83s.
65
Conf. VIII,1,1.
108
e. Ponticiano.
66
Cf. Conf. VIII,2,3.
67
Conf. VIII,1,2.
68
Cf. Conf. VIII,5,10.
69
Ib.
70
Ib., No. 12.
71
J. OROZ, ob. cit. 164.
109
el hábito, tirano, me decía: ‘¿Crees que podrás pasarte sin ellas?’. Pero
esto me lo decía ya muy tibiamente. Porque del lado hacia donde había
vuelto yo mi rostro y por donde temblaba de pesar, se me mostraba la
casta dignidad de la continencia, serena y de una alegría contenida,
invitándome con su noble encanto para que me acercase a ella. […]
¡Había allí tantos jóvenes y tantas jóvenes! Allí una multitud de adultos y
de gentes de toda edad […] y en todos la misma continencia, no estéril,
sino madre fecunda de hijos de alegría. Y se reía de mí con una risa
alentadora, como si dijese: ‘¿No podrás tú lo que pueden éstos y éstas?’…
No quise leer más, ni era necesario. Al instante, con las últimas palabras
de ese pensamiento, como si una luz de seguridad se hubiese difundido en
mi corazón, se disiparon todas las tinieblas de la duda”73.
73
Conf. VIII,11 y 12.
111
La conversión fue total y definitiva. La escena del jardín tuvo lugar a finales de
agosto o comienzos de septiembre del año 386. El curso estaba para terminar.
No quiso avisar nada a los alumnos para no dar motivo a habladurías ni ponerlos
en la penosa necesidad de conseguir otro profesor ya finalizando el curso. Debía
renunciar a las clases y la oportunidad de hacerlo, sin dejarse notar, se la
proporcionó la mala salud:
LECTURA
Esencia de la conversión
los placeres, aunque no para la carne y la sangre. Tú, que eres más
resplandeciente que toda luz, más escondido que todos los secretos, más
encumbrado que todos los honores, aunque no para los que están
encumbrados a sus propios ojos. Mi espíritu estaba libre ya de las
angustias inquietantes que entraña la ambición el dinero, el revol
Cuestionario
1
A. D. FITZGERALD, ob. Cit. 332, col. 2.
113
¿Qué elegimos, a no ser que antes seamos elegidos nosotros? (Sermón 34,2).
114
LECCIÓN 7. LA PAZ DE CASICIACO. EL DOLOR DE LA ORFANDAD
(Edad: 33 años)
1. Casiciaco
1
Conf. IX,6,14.
Mónica da un toque familiar a la casa, prepara y preside las comidas, lleva en
general la administración y, como la finca es amplia, pueden incluso dedicarse
un poco al trabajo material.
Al acercarse la Cuaresma del año 387, todos tienen que abandonar el retiro de
Casiciaco para regresar a Milán, en donde Agustín, Alipio y Adeodato deben
prepararse para recibir el bautismo.
“En Milán, a donde volvió a primeros de marzo para inscribirse entre los
bautizados, Agustín continuó sus búsquedas y sus ascensiones. Siguió la
catequesis bautismal, tomó parte en las celebraciones litúrgicas, se
conmovió y lloró con el canto de los himnos sagrados, meditó largamente
sobre la historia de la salvación, llena de misericordia y de misterio, visitó
el monasterio de Ambrosio
2
A. TRAPÉ, ob. cit. 84s; cf. “Contra los académicos” 3,4,7.
fuera de las murallas, recibió el bautismo la noche del Sábado Santo (24 y
25 de abril del 387)”3.
Agustín, a veces tan abundante de palabras al presentar ciertos hechos, usa ahora
unas pocas pero muy valiosas para describir su bautismo: “Fuimos bautizados y
desaparecieron de nuestra vista todos los remordimientos de nuestra vida
pasada”4. El bautismo lo recibió de manos de san Ambrosio.
Entre tanto andaba buscando el lugar más apropiado para realizar mejor su
programa de estudio y ascetismo; convinieron en que ese lugar era Tagaste, pues
todos eran de allí, había campo suficiente para cultivar la tierra y quedaban las
posesiones paternas disponibles para Agustín. Era un lugar solitario y apartado
de los grandes centros urbanos, pero al mismo tiempo con buenas
comunicaciones. Seguramente que Mónica influyó en esta decisión: cumplida su
misión de ver a su hijo cristiano católico, desearía volver a la tierra donde estaba
la tumba de Patricio. En resumidas cuentas, ninguno tenía interés en quedarse
más tiempo en el extranjero.
Ostia era el puerto oficial de Roma. Allí llegaron nuestros viajeros con la
intención de embarcarse para el África, y allí tuvieron lugar los hechos que
vienen a continuación.
“En la inminencia del día en que debía de salir de esta vida, aconteció, a
6
J. OROZ, ob. cit. 95.
7
J. OROZ, ob. cit. 96.
lo que yo creo por amorosa y oculta providencia vuestra, que yo y ella
estuviésemos solos arrimados a una ventana, de donde se descubría la
huerta de la casa en que morábamos, en los aledaños de la ciudad de Ostia
sobre el Tíber. Allí, apartados del ruido de las gentes, tras la fatiga del
largo camino, nos rehacíamos para la navegación. Hablábamos, pues,
solos los dos, con gran dulzura recíproca.
mí, ninguna cosa me deleita en este mundo. No sé qué más hago yo aquí,
ni porque estoy todavía aquí, consumada y colmada ya toda esperanza en
este siglo. Una sola cosa había por la que deseaba quedarme algún tiempo
en esta vida: verte cristiano católico antes de morir. Dios me lo ha
concedido más que colmadamente, ya que has llegado a despreciar la
felicidad terrena y te veo siervo suyo. ¿Qué hago yo aquí?”8.
No fue la única vez que san Agustín entró en éxtasis. Ya se hizo alusión al
“éxtasis filosófico” que tuvo a raíz de la lectura de los neoplatónicos (lec. 6,5).
“No me acuerdo bien de lo que a esto respondí, sino que dentro de los
cinco días siguientes, cayó en la cama con fiebres. En el curso de su
enfermedad, un día perdió el conocimiento. Corrimos hacia su cama, pero
pronto volvió en sí y, mirándonos a mi hermano y a mí, dice: ‘Aquí
debéis enterrar a vuestra madre’. Yo callaba y reprimía el llanto, pero mi
hermano pronunció no sé qué palabras indicando que no deseaba verla
morir en tierra extraña. […] Y luego ella nos dijo a los dos: ‘Pongan este
cuerpo dondequiera, y no tengan más cuidado de él. Una cosa les ruego:
que se acuerden de mí ante el altar del Señor…’
Así, pues, a los nueve días de su enfermedad, a los cincuenta y seis años
de su edad y treinta y tres de la mía, fue liberada del cuerpo aquella alma
religiosa y pía.
vocaba al llanto, con la voz juvenil, la voz del corazón, y callaba. Porque
8
Conf. IX,10,23-26.
juzgábamos que no era conveniente celebrar aquel entierro con quejas
lastimeras y gemidos, con los cuales se suele frecuentemente deplorar la
miseria de los que mueren o su total extinción; y ella ni había muerto
miserablemente, ni había muerto del todo…
Agustín quedó tan agradecido con su madre que termina la primera parte de las
Confesiones precisamente con una hermosa oración por ella:
5. Actividad en Roma
Lo cierto es que en Roma aprovechó muy bien el tiempo; ante todo se dedicó a
visitar y conocer monasterios, tanto de hombres como de mujeres, con la
intención de fundar alguno en Tagaste.
“En Roma supe de muchas comunidades regidas siempre por quien más
sobresalía entre ellos en gravedad, prudencia y ciencia de lo divino, y
vivían juntos una vida cuya respiración era la caridad, la santidad y
libertad cristianas. […] Y no eran solamente hombres los que practicaban
estas austeridades; imitaban también su ejemplo las mujeres”13.
Pero ante todo dedicó sus esfuerzos a conocer mejor las costumbres de sus
antiguos correligionarios, los maniqueos, empezando así la polémica contra
ellos. De ahí sale la primera obra contra la secta, llamada Costumbres de la
Iglesia Católica y costumbres de los maniqueos. Se trata de dos libros en una
sola obra, donde compara unas costumbres con otras para confirmar la
conclusión a que había llegado antes (lec. 5,4): los maniqueos son unos
mentirosos, mientras que la verdad se encuentra en la Iglesia Católica.
6. De nuevo Tagaste
Muerto Máximo,
Muy poco se detuvieron en Cartago, apenas unos días; les interesaba llegar lo
antes posible a Tagaste, donde empezaría la obra que ha continuado hasta
nuestros días: el monacato.
“No tocaré todas las cosas que el mismo beatísimo Agustín dejó escritas
en sus Confesiones acerca de su vida antes y después de recibir la
gracia”16.
LECTURA
Cuestionario
16
Vida de san Agustín, Prólogo.
1. En la historia agustiniana, ¿qué importancia crees que tiene la reunión de
amigos en Casiciaco?
2. ¿Quiénes eran los siguientes personajes? Escribe lo más sobresaliente de cada
uno de ellos:
a) Verecundo:
b) Alipio:
c) Adeodato:
3. Según las palabras de Agustín, ¿qué efecto produjo en él el bautismo?
4. ¿Qué obras escribió Agustín antes del bautismo?
5. Frente a cada uno de los siguientes lugares escribe lo más sobresaliente de la
vida de san Agustín:
a) Casiciaco:
b) Milán:
c) Ostia:
6. ¿Qué importancia tiene Santa Mónica en la primera comunidad de Casiciaco?
7. ¿Qué le sucedió a Santa Mónica después del éxtasis de Ostia?
8. ¿Qué pedía Mónica a sus hijos antes de morir?
9. Qué opinas: ¿por qué a san Agustín le dolió tanto la muerte de su madre?
11.A pesar de su dolor y lágrimas, ¿consideró Agustín la muerte de su madre
como una tragedia? Da razones.
12.De acuerdo con la LECTURA y con lo que has aprendido hasta aquí,
describe brevemente la
personalidad de Santa Mónica.
12. ¿Qué hizo Agustín en Roma, antes de viajar al África?
Sólo está excluido de la llamada del Señor aquel que no se afana en este mundo
(Sermón 88,18).
LECCIÓN 8. MONJE, SACERDOTE Y OBISPO
(Edad: 34-40 años)
Así resume san Posidio la estadía de Agustín en Tagaste. Allí se sentía a sus
anchas, disfrutando de la naturaleza como le agradaba a él y, sobre todo, de la
paz y tranquilidad que ya había empezado a gustar en Casiciaco. Ni siquiera
aceptó la invitación que le hizo el amigo Nebridio para que se trasladara a
Cartago a descansar un poco. La vida en Tagaste estaba resultando agitada para
él2 (lec. 10,5).
1
SAN POSIDIO “Vida de san Agustín”, 3.
2
Cf. Carta 5, nota.
La disciplina de esta especie de primer monasterio no debía ser muy rígida, pues
apenas estaba empezando. De la anterior cita de Posidio se deducen las
actividades de Agustín, que podemos resumir en los siguientes puntos o
características:
a. Poco a poco fue renunciando a sus bienes para dárselos a los pobres de
Tagaste. Vemos aquí el comienzo de nuestro voto de pobreza, fundamento de
la vida común agustiniana.
Agustín será ante todo eso: un apóstol incansable (lec. 9). No pierde oportunidad
de ejercerlo: su viaje a Hipona (ver No. 3) será precisamente en plan de
apostolado vocacional.
No olvida a los amigos ausentes y, como no les puede hablar de viva voz, ejerce
con ellos el apostolado epistolar: escribe cartas a Nebridio, Romaniano, Paulino
de Nola. Su correspondencia lle
ga a otras regiones del norte de África, a Italia, España y Palestina. Adquiere
fama de excelente consejero y por eso no lo dejan descansar, especialmente sus
conciudadanos de Tagaste (lec. 11,6).
Una pausa, por demás dolorosa, se interpuso en medio de toda esta actividad: la
muerte de su hijo. Como en el caso de su madre, Agustín hace una descripción
de él, así:
3. Hipona
Tal vez hoy nadie sabría mayor cosa de Hipona si no fuera por Agustín; él la
inmortalizó como ha sucedido en tantos otros casos de la historia. Pensemos, por
ejemplo, en Francisco y Asís,
3
Conf. IX,6,14.
Ignacio y Loyola, Teresa y Ávila… Basta decir El obispo de Hipona para que
cualquier persona de mediana cultura entienda que se refiere a san Agustín.
Había dos ciudades con el mismo nombre: Hipona Zarita proconsular e Hipona
Regia, la de san Agustín. Se trata de una antigua ciudad fenicia, colonizada por
los romanos, con unos 30.000 habitantes. Actualmente
“a unos dos kilómetros al norte se halla Bona, y sobre una colina cubierta
de vegetación, y dominando las ruinas de la antigua Hipona, se eleva la
basílica de san Agustín, de estilo bizantino moro, construida según los
planos de Pougnet, arquitecto también de la catedral de Cartago”4.
4. ¡Agustín presbítero!
4
SAN POSIDIO, ob. cit. capítulo 4, nota 6.
“estaban convencidos de que era preciso colocar al frente de la Iglesia de
Hipona un hombre joven, activo, originario del lugar y, sobre todo,
dotado de tales dotes de ingenio para ser capaz de oponerse a los herejes y
cismáticos que pululaban por doquier. Mientras Agustín se encontraba en
Hipona, cierto día que Valerio predicaba en la basílica se lamentaba de la
falta de presbíteros en la iglesia. Agustín estaba entre los oyentes. Fue
reconocido y la multitud se ‘precipitó sobre él y lo condujo a los pies del
anciano obispo gritando: 'Agustín, presbítero; Agustín, presbítero’.
Valerio, sin oponerse un momento a los deseos del pueblo y alegrándose
de que se le presentara tan buena ocasión, ordenó al solitario de Tagaste y
lo asoció como valioso colaborador”5.
“Yo, en quien por misericordia de Dios veis a vuestro obispo, vine siendo
joven a esta ciudad. Muchos de vosotros lo sabéis. Buscaba dónde fundar
un monasterio para vivir con mis hermanos. Había abandonado toda
esperanza mundana y no quise ser lo que hubiera podido ser; tampoco, es
cierto, busqué lo que soy. […] Hasta tal punto temía el episcopado que,
cuando comenzó a acrecentarse mi fama entre los siervos de Dios, evitaba
acercarme a lugares donde sabía que no tenían obispo. Me guardaba bien
de ello y gemía cuanto podía para salvarme en un puesto humilde antes
que ponerme en peligro en otro más elevado. Mas, como dije, el siervo no
debe contradecir a su Señor. Vine a esta ciudad para ver a un amigo al que
pensaba que podría ganar para Dios viviendo con nosotros en el
monasterio. Vine tranquilo, porque la ciudad tenía obispo, pero me
apresaron, fui hecho sacerdote, y así llegué al grado del episcopado. Nada
traje; vine a esta iglesia con la sola ropa que llevaba puesta”.
5
J. OROZ, ob. cit. 108.
niano, hermano de san Jerónimo, y un tal Firmo a quien había convertido san
Agustín.
La última parte de la cita anterior nos dice porqué aceptó el sacerdocio ahora y
porqué aceptará el episcopado después: por amor y obediencia a la Iglesia.
Agustín lloró, y sus lágrimas fueron muy mal interpretadas, pues más de uno
pensó que lo hacía porque no lo ordenaban obispo de una vez; en realidad
“gemía por los muchos y graves peligros que veía cernerse sobre sí con el
régimen y gobierno de la Iglesia; y por eso lloraba”7.
6
A. TRAPÉ, ob. cit. 98. Cf. Carta 48,2.
7
SAN POSIDIO, ob. cit. cap. 4.
5. El segundo monasterio, de laicos (lec. 12,4 b)
8
Ib. cap. 5
9
J. OROZ, ob. cit. 108. Cf. SAN POSIDIO, Vida de san Agustín, cap. 22.
Un aspirante a ser agustino recoleto debe ser sociable, amistoso, capaz de
relacionarse con los demás; desde la comunidad se ora, se es apóstol…, se es
todo (lec. 20,2 e).
La vocación de Agustín fue ser monje antes que presbítero. Cuando las
circunstancias cambiaron para él, al ser ordenado sacerdote, hizo lo posible por
no renunciar ni a lo uno ni a lo otro; nunca se preguntó si debía ser sólo monje o
sólo sacerdote, como era la costumbre; pensó en ser las dos cosas a la vez, y lo
logró: monje porque esa era su inclinación natural; sacerdote por obediencia a la
Iglesia. Nace así un nuevo estilo de vida, que no se conocía ni en oriente ni en
occidente: el monje presbítero: monje para enriquecer a la Iglesia y presbítero
para sostener al monje.
10
A. TRAPÉ, ob. cit. 101.
“con grandes instancias comenzó —la Iglesia— primero a pedir y recibir
obispos y clérigos del monasterio que había comenzado a existir y
florecía con aquel insigne varón: y luego lo consiguió. Pues unos diez
santos y venerables varones, continentes y muy doctos, que yo mismo
conocí, envió san Agustín a petición de varias iglesias, algunas de
categoría. Y ellos también, siguiendo el ideal de aquellos santos, dilataron
la Iglesia, y fundaron monasterios”11.
En el año 393 sucedió otro caso curioso, que indica la confianza que tenían en el
joven presbítero Agustín y la nueva excepción que hicieron con él: todos los
obispos africanos se reunieron en un concilio plenario en Hipona; a él le
encomendaron un discurso que, recogido en un libro y publicado por voluntad
de sus amigos se convirtió en otra obra: La fe y el símbolo. Se trata de una
rápida síntesis de doctrina católica según los artículos del
Credo. Es muy importante para darnos cuenta de los avances del autor en
14
A. TRAPÉ, ob. cit. 104.
15
SAN POSIDIO, Vida, cap. 3.
materia teológica en ese momento.
Al mismo tiempo (no hay que olvidar que Agustín trabajaba en varias obras
simultáneamente) abordó otros tres temas: la explicación del Génesis, la doctrina
de la salvación según san Pablo y los preceptos morales del Evangelio. Nacieron
entonces las siguientes obras: Del Génesis a la letra, incompleto, Exposición
de algunos textos de la carta a los romanos, Exposición de la carta a los
Gálatas, Exposición incoada de la Carta a los Romanos, Cuestiones de los
Evangelios y Sobre la doctrina cristiana (tres de los cuatro libros que la
componen. El cuarto versará sobre normas prácticas de predicación, muy útil en
este aspecto; Lec. 9,3).
Valerio tenía miedo de que se lo llevaran como obispo para alguna sede vacante;
en cierta ocasión, cuando vinieron, como de costumbre, al monasterio a buscar
obispo para otra ciudad, Valerio lo escondió. Y como aumentaban los rumores
de un posible episcopado fuera de Hipona, el anciano obispo, después de
consultar a la máxima autoridad, Aurelio, obispo de Cartago y primado de
África, se decidió a consagrarlo obispo contra la legislación eclesiástica que
prohibía elegir obispo antes de morir el anterior, para que no hubiera dos en la
misma sede. De nuevo se hacía una excepción con Agustín.
La aclamación del pueblo formaba parte del rito. No resisto la tentación de citar
la carta 213,2, muy curiosa, que habla del nombramiento de sucesor del mismo
Agustín el 26 de septiembre del año 426.
Más o menos así debió ser la consagración de Agustín 31 años antes, hacia el
395, pues no hay seguridad absoluta sobre la fecha de su consagración
episcopal. La mayoría de los estudiosos la colocan en este año.
El episcopado fue para él una carga pesada: nunca la amó como dignidad sino
como servicio a Dios a través de la Iglesia. El lema
La principal razón que motivó la fundación de este tercer monasterio, ahora para
clérigos, la da el mismo Agustín:
Entre los que formaban este monasterio se cuenta el monje Jenaro, famoso
porque san Agustín lo declaró traidor cuando descubrió que tenía bienes a
escondidas, como narra en los sermones 355 y 356. Este monasterio estaba
formado por presbíteros, diáconos y subdiáconos. El mismo Agustín tenía allí un
sobrino llamado como su padre, Patricio; no dice qué orden sagrada tenía. La
vida que allí se llevaba era siempre de estilo comunitario agustiniano, dejando,
claro está, más cabida al apostolado clerical.
No se conoce el origen de la amistad sellada entre ambos, pero fue uno de los
primeros religiosos que abrazaron la vida común en Hipona y el que nos
conservó los recuerdos y secretos de su gran amigo. Sin duda fue africano, y
probablemente de Calama o Guelma, cuya sede episcopal ocupó durante
muchos años. Con Alipio, Severo y Evodio perteneció al círculo más íntimo de
los atraídos por el prestigio y la fuerza de simpatía de san Agustín, y convivió
con él en el monasterio de Hipona, formándose en su escuela de santidad. Aquel
monasterio fue un plantel de obispos aguerridos, cuyo recuerdo perdura en estas
palabras del Santo: ‘Yo os confieso delante del Señor, que escruta el fondo de
mi alma y es testigo de lo que digo, que desde que me consagré a su servicio, así
como difícilmente he hallado hombres mejores que los formados en los
monasterios, tampoco he visto peores que los
Cuestionario
2. El juez
1
A. TRAPÉ, ob. cit. 112. Cf. POSIDIO, Vida, cap. 19.
2
Vida, cap. 19.
No sólo administraba justicia directamente sino también, podemos decir,
indirectamente, o sea, intercediendo por los reos ante otros jueces, pero de tal
manera que no incomodara.
Y esta delicadeza que usaba en sus peticiones obtenía buenos resultados, como
el caso en que tuvo que interceder por un reo ante un vicario de África, llamado
Macedonio; cuando éste recibió la carta de Agustín quedó admirado de su
sabiduría y humanismo y le respondió:
No recitaba de memoria sino que llevaba esquemas, muy bien preparados, sobre
el tema y las lecturas del día y los iba desarrollando a medida que las
circunstancias se lo permitían; mientras tanto, amanuenses o taquígrafos iban
tomando apuntes (a ellos debemos la conservación de los sermones que
tenemos). Pero no le costaba improvisar, como un día, cuando el lector se
equivocó y leyó el texto que no era 9, o en el caso de la conversión de un tal
Firmo, presente en la iglesia, para hacer cambiar al cual Agustín varió
completamente el tema, como nos dice san Posidio10.
Teniendo presente que en ese tiempo el obispo predicaba sentado y los fieles
escuchaban de pies, es de admirar el hecho de que
“Hoy mismo, al leer sobre el papel los discursos de Agustín, sentimos que
nos transmiten algo de la grandeza de su alma; pero para sentir toda su
fascinación habría que escucharlo, tenerlo cerca, convivir con él. Nos lo
asegura Posidio, el primer biógrafo, que convivió con él por casi cuarenta
años. Se lo podemos creer”12.
Podemos resumir, con otras palabras, las características del polemista en los
siguientes puntos:
b. Pero, sobre todo, era la fuerza del amor lo que más le movía a polemizar:
amor a la Iglesia y amor a los enemigos, que eran especialmente los herejes.
13
Ib. p. 164.
14
Cf. SAN POSIDIO, Vida cap. 17. Carta 238,1.2.
15
Todo lo que se saliera del amor y de la verdad no entraba en sus esquemas
mentales. De ahí su famoso lema: hay que amar a los hombres y no a los
vicios de los hombres16.
c. Del amor nacía el respeto hacia la persona de los adversarios. “Quieran o no,
son nuestros hermanos. No serán más nuestros hermanos solamente cuando
ya no digan más: ‘Padre nuestro”17. Si algo les dolía a los donatistas era eso:
que Agustín los llamara "hermanos". Este movimiento de su corazón no
podía nacer sino del amor.
La lucha antiherética duró toda la vida. Para tratar de llevar algún orden,
diremos que empezó atacando a los maniqueos en Roma, después de la muerte
de Mónica; no había terminado con ellos cuando empezó la lucha contra los
16
Cf. Sermón 49,5.
17
Comentarios al salmo 32,29.
18
Contra Juliano, obra incompleta, 4,56.
donatistas, casi hasta el final de su vida. Y cuando estaba en plena controversia
con ellos, aparecieron los pelagianos; la muerte lo sorprendió luchando
especialmente contra estos. También fueron objeto de sus ataques los arrianos y
otros herejes menores.
Además de toda esta actividad, no olvidemos que Agustín también era monje.
Debía preocuparse continuamente por la formación de quienes vivían en los
monasterios fundados por él, incluso el de vírgenes, dirigirles cartas, visitarlos
con frecuencia, velar por la guarda de la vida común, etc. (lec. 8,8; 10,6; 12).
LECTURA
Los oyentes de san Agustín
¿Acaso nos eligió el Señor porque éramos buenos? No eligió a quienes eran
buenos, sino a quienes quiso hacer buenos (Sermón 229 F,2):
LECCIÓN 10. LECTOR, ESCRITOR Y SANTO
1. Lector
“Leyó tantas obras que nos maravilla tuviera tiempo para escribir algo; y
escribió tantas cuantas apenas podemos creer capaz a alguien de leer”1.
Esta frase se la podemos aplicar a él mismo; en las lecciones 2,6 y 5,2 se hizo
alusión a la capacidad que tenía de leer y asimilar
1
La Ciudad de Dios, VI,2.
rápidamente, aunque no estaba exento de la limitación que tenemos todos:
olvidar pronto lo que se ha leído y tener que repetirlo:
Exceptuada esta limitación, hay que afirmar que Agustín era un lector ágil y
rápido, dato más de admirar cuanto que no contaba con los métodos de lectura y
comprensión rápidas de que disponemos hoy.
¿Qué leía? Todo lo que le servía según las circunstancias y épocas de su vida.
De estudiante leyó, como se dijo antes, a Varrón, Cicerón, Porfirio, Plotino… y,
en general, todos los temas relacionados con la literatura griega y romana (lec.
4,1 y 5,2). Cuando se hizo maniqueo, se adentró de tal manera en los escritos de
esta secta que después le sirvieron para atacarla de modo contundente.
2
La Trinidad, II,8,15.
Pero especialmente llegó a dominar, a través de una continua y cuidadosa
lectura, la Biblia. Una vez convertido, se dio cuenta de que tenía que profundizar
en la fe y de que el único medio eran las Sagradas Escrituras, de las cuales
adquirió tal dominio que las citaba espontáneamente (lec. 8,6), no como
acostumbramos hoy, para acuñar o dar fuerza a nuestras ideas, sino como son en
realidad: fuente de vida y crecimiento espiritual. Gran parte del éxito en su
polémica contra los herejes se debe a que los atacaba Biblia en mano. La fuente
de sus argumentos contundentes e irrebatibles era doble: la razón, formada y
educada en las leyes de los silogismos filosóficos, y las Sagradas Escrituras,
cuyas verdades no se discuten.
Leía también cuidadosamente todos los escritos de los herejes hasta tal punto
que muchas de las obras, totales o parciales que se conservan de ellos, se deben
a Agustín, que las copiaba al pie de la letra para irlas refutando párrafo por
párrafo. A esto se le llama honestidad científica, como se dijo antes (lec. 9,4).
Su capacidad y espíritu de lectura se ven reflejados en el difícil trabajo que
emprendió al final de su vida: leer todas sus obras para revisarlas y corregirlas
(lec. 11,8).
No sobra decir que era también un lector de la creación, donde el alma del
místico encuentra a veces mucho más que en los libros (cf. No. 3)3.
2. Escritor
Si atendemos a los títulos, son 123 las obras entre grandes y pequeñas que nos
quedan del Santo; actualmente están publicadas en 41 volúmenes en español y
latín, por la Editorial BAC de España (lec. 11,1).
Agustín fue un trabajador incansable, que no sabía lo que era perder el tiempo, a
lo cual hay que agregar el método de estudio, muy práctico y eficaz: tomaba
apuntes mientras leía y meditaba, pues no se confiaba de la memoria.
3
Cf. nuestra obra San Agustín y el libro abierto de la creación, Ed. Kimpres, Bogotá, 2002, 2ª. edición.
4
SAN POSIDIO, Vida, cap. 18.
“Por mi parte, continuaré meditando, si no día y noche, sí, al menos en los
fugaces momentos en que me es posible, y para no olvidar mis soliloquios
los confío a la pluma 5.
Otros dos hechos hay que anotar en relación con Agustín escritor: primero, su
preparación retórica, que le era de gran ayuda en la redacción y dictado de su
obras; segundo, la ayuda de los religiosos o monjes, que debió ser invaluable
para ordenar los volúmenes en la biblioteca, consultar o confrontar los textos etc.
(lec. 8,8).
5
La Trinidad, I,3,5.
6
A. TRAPÉ, ob. cit. 199.
Agustín fue escritor toda la vida. Nunca se le oyó decir: “ya no más, estoy
viejo”. Todo lo contrario, mientras más se acercaba el final de su vida más
trabajaba con la pluma; incluso redujo notablemente el ritmo del trabajo pastoral
a fin de dedicarse con más intensidad a leer, meditar y escribir. He aquí su
testimonio:
El momento en que habla a los fieles (26 de septiembre del 426) es el segundo
intento que hace de dedicar cinco días a la semana al estudio y redacción de
obras; en esta ocasión tiene mejor suerte. Fruto de esta especie de retiro es la
terminación de varias obras, especialmente contra los herejes, y el comienzo de
otras tres que quedarán inconclusas en el momento de morir: Las herejías, Las
revisiones y Contra Juliano, obra incompleta.
3. Místico y santo
7
Carta 213,5.
rácter sobrenatural. Agustín era ante todo un santo, un místico.
El amor de Dios era su norte; “Ama y haz lo que quieras”11, su consigna. ¿Qué o
quién es Dios para él? Es difícil responder y él mismo prefería decir qué no era
Dios para tratar de aproximarse
8
Vida, cap. 3.
9
Ib. cap. 24.
10
Conf. IV,13,20.
11
Sermón 163 B,3.
a lo que realmente era. Tal es el tema del hermoso capítulo 6 del libro X de Las
Confesiones.
Y ¿qué es esto? Pregunté a la tierra y contestó: ‘No soy yo’. Y todo lo que
hay en ella hizo la misma confesión…
Y dije a todos los seres que rodean las puertas de mi carne: ‘Decidme de
mi Dios, ya que no lo sois vosotros, decidme algo de él’. Y exclamaron
con una voz potente: ‘El nos ha hecho’. Mi pregunta era mi
contemplación y su respuesta, su hermosura”.
La anterior cita es apenas una muestra del grado de santidad y misticismo a que
había llegado san Agustín. Este misticismo natural puede ser una de las razones
que explican el hecho de sentirse tan gran pecador al recordar las faltas de la
vida pasada, frente a la infinita misericordia que Dios tuvo con él; pero también
explica la gran actividad que desarrolló durante toda su vida.
4. Viajero contra su voluntad
En los viajes que hizo dentro de Numidia visitó Cirta, Calama, Milevi, Thiave,
Tagaste y otros.
12
A. TRAPÉ, ob. cit. 196.
gran amigo, el conde Bonifacio, encargado de velar por la paz romana en
aquella región; Agustín quería visitarlo y compartir un rato con él. No se sabe
qué ruta siguió, pero de todas maneras el recorrido fue entre 800 y 1.000 km.
5. Salud física
“Tu viste, Señor, cómo cierto día, siendo aún niño, fui presa
repentinamente de un dolor de estómago que me abrasaba y puso en
trance de muerte”13 (lec. 5,6).
13
Conf. I,10,17.
“Aquí fui yo recibido con el azote de una enfermedad corporal, que
estuvo a punto de mandarme al sepulcro”14.
En Milán, por los efectos del clima y el excesivo trabajo como profesor de
retórica, se sintió tan afectado del pulmón que llegó casi a perder la voz.
Acababa de pasar la escena del jardín o conversión definitiva (lec. 6,8):
“Estoy bien por lo que toca al espíritu […] pero en cuanto al cuerpo, estoy
en cama. Ni puedo caminar, ni mantenerme en pie, ni sentarme, por la
hinchazón y dolor de las hemorroides”18.
Hacia el año 410, a los 56 años de edad, tuvo que salir de Hipona a convalecerse
de una enfermedad, que le repitió unos días después; así se lo hace saber a un tal
Dióscoro, a quien le escribe la Carta 118:
La vejez y el frío eran, pues, los mayores inconvenientes que tenía Agustín para
realizar lo que hubiera querido: viajar más. Poco antes del 430, año de su
muerte, un tal Nobilio, obispo, lo invitó a visitarlo; él se excusa nuevamente y,
en forma poética, se expresa así:
Finalmente, son muchas las veces en que, sobre todo predicando, confesaba
estar cansado y pedía mucho silencio para hacerse oír (lec. 9,3):
“Mi voz es sólo suficiente con un gran silencio” 25. “Les pido silencio y
21
Ib. 124,1.
22
Sermón 355,7.
23
Carta 220,2.
24
Ib. 269.
25
Sermón 68,1.
quietud para que mi voz, después del esfuerzo de ayer, pueda sostenerse
con algún vigor”26.
He querido traer todas estas citas para que nos demos cuenta de que el amor a
Dios, al trabajo y a la Iglesia es capaz de suplir lo que la salud no da.
6. Vida privada
La vida común, nuestra mejor herencia del Santo, era su punto de mira (lec. 8,8):
“Vivían con él los clérigos con casa, mesa y ajuar común”30. La comunidad de
bienes y de almas es el tema esparcido a lo largo de todas sus obras,
28
Ib. cap. 24.
29
Ib.
30
Ib. cap. 25.
especialmente cuando se refiere al monacato.
En mayo del año 430, las vándalos que venían de Europa hacia el sur,
arrasándolo todo y sembrando de muerte las regiones por donde pasaban,
atravesaron el estrecho de Gibraltar y, a finales del mismo mes o comienzos de
junio, ya estaban en los alrededores de Hipona a la que mantuvieron en asedio.
El conde Bonifacio, gran amigo de Agustín, reunió allí todo su ejército para
tratar de impedir la acción de los bárbaros invasores, pero no pudo hacer nada.
En cuanto a Hipona,
¿Cómo reaccionó Agustín, ya sin fuerzas físicas pero con la mente abierta y
lúcida?
Parecía, pues, venirse a tierra cuarenta años de trabajo pastoral, y en realidad así
fue si miramos las cosas desde afuera, solamente bajo el aspecto material; en
cuanto a lo espiritual, este fue el comienzo del crecimiento de Agustín hasta hoy.
Los últimos momentos fueron emocionantes, como los de todos los hombres
grandes:
“Y una vez, estando y conversando en la mesa con él, nos dijo: ‘Habéis
de saber que yo, en este tiempo de angustia, pido a Dios, o que libre a la
ciudad del cerco de los enemigos, o, si es otro su beneplácito, fortifique a
sus siervos para cumplir su voluntad, o me arrebate a mí de este mundo
para llevarme consigo’. […] Y he aquí que en el tercer mes del asedio, el
Santo enfermó con unas fiebres, y aquella fue la última prueba de su vida.
No privó Dios a su buen siervo del fruto de su plegaria. Porque para sí y
para la misma ciudad alcanzó oportunamente la gracia que con lágrimas
pidiera. Me consta también que él, sacerdote y obispo, fue suplicado para
que orase por unos energúmenos, y con llanto rogó al Señor, y quedaron
libres del demonio. En otra ocasión, un hombre se acercó a su lecho con
un enfermo rogándole le impusiera las manos para curarlo. Le respondió
que si tuviera el don de las curaciones, primeramente lo emplearía en su
provecho. El hombre añadió que había tenido una visión en sueños y le
habían dicho: ‘Vete al Obispo Agustín para que te imponga las manos y
serás salvo’. Al informarse de esto, luego cumplió su deseo, e hizo el
Señor que aquel enfermo al punto partiese de allí ya sano”34.
LECTURA
Las reliquias de san Agustín
A estos sagrados restos faltan el brazo que fue enviado a Cartago el año 1842 a
petición de Monseñor Dupunch, primer Obispo de Argel, y el corazón que se
conserva en Lyon37.
Cuestionario
1. Temática general
Para mejor información, esta es la clasificación por temas de todas las obras y
los volúmenes que comprenden cada tema. La Lección Complementaria trae la
localización de cada una en la BAC.
2. Obras filosóficas
El retiro de Casiciaco fue el período más filosófico de Agustín. Allí compuso las
cuatro obras de que se hace mención en la lección 7,1.
b. De la vida feliz
1
“Contra los académicos”, Introducción, Ed. BAC, Vol. III, 1982, 18.
2
“De la vida feliz”, Introducción, Ed. BAC, Vol. I, 1979, 537.539.
c. Del orden
Los dos libros acerca del orden fueron fruto de tres conversaciones
tenidas sobre la Providencia divina en los días 16, 17 y 23 de noviembre
del año 386, y nos descubren una de las facetas del espíritu agustiniano.
[…] Constituyen el primer intento de sondeo de los problemas del
universo, y en ellos se manifiesta un agudo sentimiento de la naturaleza,
que ha influido en la educación de la sensibilidad del espíritu de Europa”3.
Todas las criaturas han sido hechas con medida, hermosura y orden. Al orden
establecido por el Creador se opone el desorden impuesto por la criatura, que
es el origen del mal. Tal es, muy brevemente, el contenido de esta obra.
d. Los soliloquios
3. Las Confesiones
3
“Del orden”, Introducción, Ed. BAC, Vol. I,1979, 589.
4
“Soliloquios”, Introducción. Ed. BAC, Vol. I, 1979, 429.
suposiciones: tal vez lo presionaron algunos amigos, entre ellos Paulino de Nola,
para que pusiera por escrito lo que les contaba verbalmente; o tal vez, acosado
por tantas alabanzas y fama, quiso defenderse de ellas contando su vida; o a lo
mejor para buscar un consuelo en las duras fatigas del apostolado o romper el
silencio de la soledad en que muchas veces se sentía en la casa episcopal.
5
A. TRAPÉ, ob. cit. 209.
permanencia en Roma, con un rápido ‘Me dejo muchos acontecimientos,
porque voy con mucha prisa’6. Por esto omite el nombre del amigo cuya
muerte imprevista le causó tan vivo dolor. Por esto no nos dice nada o
casi nada de su vida de profesor en Cartago, que duró ocho años.
Pero también en los hechos que narra hay que distinguir los hechos
mismos y los juicios sobre los hechos; aquellos —los hechos—,
pertenecen al Agustín narrado; éstos —los juicios—, al Agustín
narrante. Son dos Agustines, pero ambos verdaderos y auténticos. El
autor de las Confesiones narra fielmente los hechos como ocurrieron,
como la memoria los había recogido y los conservaba -dice estar cierto
cuando está cierto, dudar cuando duda, no recordar cuando no recuerda-
pero de aquellos hechos da el juicio que le sugería la conciencia formada
y afinada en la escuela del Evangelio”7.
No se sabe por qué les agregó los últimos tres libros (XI, XII y XIII), cuyo estilo
y contenido es muy diferente de los nueve primeros; el X también es diferente
de todos (lec. 7,4). Posiblemente más de uno le pidió completar las Confesiones
exponiendo la vía que solía recorrer para llegar a Dios. Para este tema le pareció
más conveniente elegir como fuente de inspiración el Génesis.
4. La ciudad de Dios
“Obra grande y ardua”8, la llama el mismo autor; y tenía razón: duró casi 14
años componiéndola (se calcula que durante estos años compuso alrededor de
¡36 obras más!).
Fueron los paganos quienes, culpando a los cristianos de los males que caían
sobre el mundo romano, incitaron a Agustín a salir en defensa de éstos, pues
Muchos amigos, entre ellos el tribuno Marcelino, acudieron a Agustín para que
dijera algo que pusiera las cosas en claro; él respondió, no sólo verbalmente sino
por escrito en cartas y sermones.
prende dos partes: una polémica —los diez primeros libros— y otra
9
A. TRAPÉ, ob. cit. 178.
10
Ib. 180.
doctrinal —los otros doce—. La primera está destinada a refutar el
paganismo, la segunda a exponer la doctrina cristiana. Las dos partes
están divididas en cinco secciones: dos en la primera y tres en la segunda.
Los primeros cinco libros demuestran la impotencia social del paganismo,
esto es, la insuficiencia del culto de los dioses para procurar la
prosperidad terrena; los otros cinco están dedicados a demostrar la
impotencia espiritual del paganismo: el culto pagano no estaba en
condición de procurar la felicidad eterna. La segunda parte está dividida
en tres secciones de cuatro libros cada una, que describen respectivamente
el origen, el curso y el destino de las dos ciudades, de Dios y del mundo.
Los 22 libros desarrollan cada uno un argumento particular en el ámbito
de las secciones y de las partes. La arquitectura es perfecta, aun cuando
las digresiones, que responden a las exigencias del momento, sean
muchas.
“Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta
el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí,
la celestial”12.
Es tal vez la obra más trabajada, mejor pensada y la que más información exigió
a san Agustín (lec. 10,1). Es, como se dijo antes, apología del cristianismo,
filosofía y teología de la historia, política y espiritualidad; ¡una verdadera
enciclopedia!
5. La Trinidad
Esta obra tomó más tiempo y no menos esfuerzo que la Ciudad de Dios, pues
“los libros sobre la Trinidad, sumo y verdadero Dios, los comencé siendo
joven y los he publicado ya anciano”14.
“Ni siquiera quiero continuar ahora los libros sobre La Trinidad, que
desde hace tiempo traigo entre manos y que aún no he concluido. Me dan
demasiada fatiga, y me imagino que son pocos los que podrán
entenderlos; más me urgen los que, según mi esperanza, serán útiles a
muchos”15.
había revisado este tema tan difícil, negó la paternidad, o sea, la autoría de los
mismos y prometió no escribir más sobre el tema. Pero los amigos le rogaron
13
A. TRAPÉ, ob. cit. 186.
14
Carta 174.
15
Carta 169,1.
calmarse y continuar la obra, especialmente Aurelio, obispo de Cartago, quien
tenía una gran influencia sobre el ánimo de Agustín; al fin éste accedió, revisó,
completó y terminó la obra.
Estos libros tan fatigosamente compuestos son una poderosa obra de teología y
de filosofía; pero son también una profunda obra de mística. Los motivos, en
efecto, que los inspiraron fueron dos: teológicos y místicos. Terminando las
Confesiones, Agustín habla del misterio trinitario en términos de profundo
estupor:
Agustín teólogo quería aclarar algunas dudas y preguntas que los santos Padres
no habían hecho.
6. Cartas
16
Conf. 13,11,12.
17
A. TRAPÉ, ob. cit. 220.
Las Cartas de san Agustín pueden considerarse como el complemento de la
maravillosa producción literaria del santo. A pesar de las que se han perdido,
que deben ser muchas, poseemos una abundante colección que asciende a 276.
No todas son de Agustín: entre esas hay 53 que sus destinatarios le han dirigido
a él. Hay 29 más descubiertas últimamente.
Estas Cartas son más que todo de carácter didáctico y pastoral. Siempre tiene
que demostrar, esclarecer o defender la verdad. De aquí el tono de gravedad
solemne, doctrinal, catedrático, que se asemeja un poco a los tratados y a los
sermones.
Las Cartas agustinianas son importantes porque nos dan a conocer un aspecto
más de la actividad del obispo de Hipona, la evolución de su pensamiento y las
condiciones intelectuales, morales y culturales de la época. Una multitud de
religiosos, de laicos, de políticos, de herejes, de virtuosos, de culpables escriben
y reciben cartas de Agustín.
7. Sermones y catequesis
a. Sermones
Los lugares en donde más predicó fueron Hipona, Cartago, Tagaste y otros a
donde llegaba ocasionalmente.
b. Catequesis
20
SAN POSIDIO, Vida de san Agustín, IX.
Dentro de este bloque ocupan un papel destacado las Enarraciones o
comentarios a los 150 salmos de la Biblia. Se catalogan entre los sermones, pero
su estilo es más de catequesis que de sermón propiamente dicho. Algunos
salmos, por su extensión o por su importancia, han dado origen a más de una
catequesis. Sobre el salmo más extenso de la Biblia, el 118, pronunció ¡32
catequesis!
Los temas tratados son diversísimos, de acuerdo con el auditorio. Ante todo
Cristo y la Iglesia. Estas catequesis son eminentemente cristológicas y
eclesiológicas. También habla de la perfección o santidad, del drama de la
existencia humana, de las tribulaciones y sufrimientos, de la vida presente como
puente hacia la eternidad, de la oración cristiana, del monacato y, en general, de
mística y contemplación. Abunda también la exégesis bíblica
8. Las Revisiones
Para escribirla debió leer de nuevo cuidadosamente todas sus obras, lo que
confirma lo dicho en la Lección 10,1 sobre el Agustín lector.
Tenía como programa repasar los libros, las cartas y los discursos. Las
gravosas ocupaciones de los últimos años no le permitieron,
desgraciadamente, llevarlo a término. […] Así, las cartas y los discursos,
que eran muchos, se quedaron sin la guía preciosa que el autor pensaba
ofrecer a los lectores. ¡Lástima!”22.
9. Escritos apócrifos
22
A. TRAPÉ, ob. cit. 226.
¿Qué es un apócrifo? Podemos decir, de una manera muy sencilla, que es un
escrito de origen desconocido pero atribuido a un autor conocido y famoso, en
este caso, san Agustín. Los apócrifos casi siempre se refieren a temas sagrados.
El mismo Agustín define los apócrifos como fábulas de origen oscuro 23, que
salieron de no sé que fuente secreta, ignoro por presunción de quién24.
LECTURA
La autoridad de san Agustín
Agustín es el único Padre de la Iglesia que continúa siendo hoy una autoridad
espiritual. Atrae a paganos y cristianos, a filósofos y teólogos, sin diferencia de
tendencia ni de confesión, y los induce a estudiar sus escritos y a reflexionar
sobre sus ideas y su persona. Su influencia se hace sentir también de manera
mediata, como tradición consciente o inconsciente, en las Iglesias occidentales
y, a través de ellas, con más o menos cambios o restricciones, en la conciencia
cultural general… Agustín es un genio: el único Padre de la Iglesia que puede
reclamar sin miedo ese pretencioso título con que se valora modernamente la
personalidad1.
Cuestionario
1
H. KÜNG, Grandes pensadores cristianos 69 (lec. 12,4 c, nota 13).
1. En el aspecto literario, ¿qué hizo Agustín durante el retiro de Casiciaco?
2. ¿Cuántos personajes crees que aparecen en Los Soliloquios?
3. ¿Por qué las Confesiones se pueden llamar “Carta a Dios”?
4. Explica los motivos que llevaron a Agustín a componer la Ciudad de Dios.
5. La Ciudad de Dios es una obra circunstancial; trata de explicar esto.
6. Narra brevemente el disgusto que tuvo san Agustín con los libros sobre la
Trinidad.
7. ¿Qué diferencia crees que hay entre una carta que recibes o escribes a un
amigo y las cartas que
escribía san Agustín?
8. ¿Cuál es la fuente o bibliografía más usada por san Agustín en la predicación?
9. ¿Qué son las Revisiones? ¿Por qué se las llama Las últimas confesiones?
10. Existen dos obras con el nombre de Soliloquios; ¿cuál es de san Agustín y
cuál no? ¿A qué
género pertenece esta última?
Ya se dijo en la lección 10,7 que san Agustín murió sin dejar testamento;
exceptuada la biblioteca y las recomendaciones sobre la conservación de la
misma, ninguna otra cosa material quedó de él.
Ser monje, para el obispo de Hipona, es ser Agustín mismo; es decir, toda su
vida está dominada por esta idea. Antes y después de la conversión, durante el
sacerdocio y los largos años del episcopado, en sus predicaciones al pueblo, en
sus cartas, polémicas y demás escritos vibra siempre el ideal de ser monje. Por
eso a san Agustín se le puede dar el título de Monje y padre de monjes.
Poco antes de convertirse hace un primer intento de vida común, pero todo se
viene al suelo ante las dificultades presentadas por el matrimonio (lec. 6,3).
Después de convertido, en
1
A. MARTÍNEZ, La Orden de Agustinos Recoletos, Evolución Carismática. Cuadernos de Recolección,
número 1,
Editorial Augustinus, Madrid, 1988, 18 (sigla: O.A.R.).
2
Ib. 11.
Casiciaco, en Tagaste y durante los primeros años en Hipona logra hacer que la
idea del monacato sea una realidad, pero una realidad un poco idealista: se
conmueve ante la belleza de la naturaleza, vive un tanto apartado del bregar
diario de sus contemporáneos, absorto en la reflexión sobre Dios y el alma. La
experiencia pastoral, la polémica antimaniquea y el estudio más atento de san
Pablo le abren un panorama más real y universal.
San Agustín tuvo que recorrer todo un camino para llegar a convertirse en
Monje y padre de monjes. Es lo que se llama con el nombre de el itinerario
monástico del santo3.
Agustín era ya un creyente antes del encuentro con Ponticiano: creía en Dios, en
Cristo, en la espiritualidad del alma y en otras verdades del cristianismo. El
ejemplo de Antonio y de los cortesanos de Tréveris, que habían abandonado a
sus respectivas novias para consagrarse a Dios en la vida monástica, vino en
ayuda de su flaca voluntad, sacudió su cobardía, la despegó de la carne y la
condujo a la victoria final.
3
Cf. A. MARTÍNEZ, obras citadas en la bibliografía, especialmente en MAYÉUTICA…
4
Confesiones VIII,6,4.
5
Cf. A. MARTÍNEZ, San Agustín monje y padre de monjes, en MAYÉUTICA…, 7ss.
6
Conf. VIII,12,30.
En Casiciaco inaugura un plan de vida que no responde plenamente a ningún
modelo precedente. En este sentido se puede hablar de san Agustín, no sólo
como fundador sino también como inventor de un nuevo estilo de ser monje.
Allí, en compañía de sus amigos, dedica largas horas al estudio de la Escritura,
al trabajo manual, al rezo de los salmos y a la contemplación religiosa. Pero era
un ensayo primerizo que necesitaba urgentemente de retoques, correcciones y
complementos, y Agustín no tardará en introducirlos. La experiencia y el estudio
le manifiestan poco a poco el verdadero rostro del monacato. Recordemos los
viajes que hizo visitando monasterios y conociendo diferentes estilos de vida
monacal para escoger el suyo (lec. 7,5).
Admira a los anacoretas por el retiro y la soledad, pero no se siente atraído por
ellos; también tiene simpatía por los cenobitas, que son anacoretas de vida
común, pero tampoco lo satisfacen plenamente; él tiene sus preferencias: la vida
común, la concordia de los corazones, el desprendimiento de los bienes de la
tierra, la moderación y la libertad en el uso de las cosas, el trabajo manual, el
estudio y, sobre todo, la caridad. La caridad es la reina de los monasterios. Ella
regula el alimento, las palabras, el vestido, el semblante. Cuanto ofende a la
caridad es inmediatamente arrojado del monasterio pues saben que “Cristo y los
apóstoles la recomiendan tanto que donde falta, todo es vano y donde está
presente, todo es pleno”7.
Este será entonces el estilo del monacato agustiniano: una copia lo más fiel
posible del estilo de vida de los primeros cristianos8.
A fines del año 388 Agustín funda su primer monasterio en Tagaste y comienza
a vivir en comunidad con sus amigos.
Lo que hizo Agustín en Tagaste fue un ensayo de vida común, mucho más
estructurada y organizada que en Casiciaco, pero todavía sujeta a cambios y
perfeccionamientos.
vida sacerdotal era incompatible con la vida monacal: o lo uno o lo otro, pero no
las dos cosas a la vez. Afortunadamente el anciano obispo Valerio comprendió
10
Sermón 355,2.
la necesidad que sentía Agustín de vivir en compañía de sus hermanos y le dio
permiso de fundar otro monasterio junto a la iglesia de Hipona, en el huerto,
donde siguió viviendo el estilo de vida de Tagaste.
La vida virginal apareció pronto en la iglesia africana. Sus dos grandes doctores,
Tertuliano y san Cipriano, la promovieron con entusiasmo, fomentando la unión
y la colaboración de unas vírgenes con otras.
San Agustín fundó, al menos, un monasterio de vírgenes en Hipona, del cual fue
superiora por muchos años su hermana (lec. 2,2), y al que se retiraron también
12
A. MARTÍNEZ, San Agustín monje y padre de monjes, MAYÉUTICA… 16.
13
KÜNG, Hans, Grandes pensadores cristianos, Una pequeña introducción a la Teología, Editorial Trotta,
Madrid,
1995, 75.
algunas de sus sobrinas. No consta la fecha exacta de su fundación. San Agustín
amó este monasterio con especial afecto. Amor que brotaba espontáneo de su
estima de la virginidad y de la vida religiosa14.
LECTURA
El Monasterio Agustiniano.
14
Cf. A. MARTÍNEZ, San Agustín monje y padre de monjes, MAYÉUTICA, 20s.
15
Ib.
16
Ib. 21.
El monasterio de san Agustín se convirtió en un auténtico mosaico de caracteres
humanos. Los moradores eran muy diversos unos de otros por edad, ilustración
y origen social. La mayoría provenía de las capas inferiores de la sociedad.
Agustín habla de esclavos, libertos, agricultores, obreros y artesanos. Pero no
faltaban miembros de familias acaudaladas y aun senatoriales. Había monjes
ilustrados y monjes ignorantes, aunque los analfabetos debían de constituir una
exigua minoría. Al que, al ingresar en el monasterio, no sabía leer, se le instruía
inmediatamente. También la edad variaba. Consta de la presencia de algunos
niños y jóvenes. Al parecer, “entraban en el monasterio en calidad de pupilos”, y
sólo a los 16 o 18 años se decidía su retorno al siglo o su definitiva
incorporación al monasterio. La casi totalidad de los monjes eran legos, o sea,
hermanos no clérigos. Pero, en algún tiempo, quizá ingresara algún clérigo y,
con certeza, algunos monjes fueron agregados a la clerecía. Monjes del
monasterio del huerto, en Hipona, Fueron Evodio, Posidio, Severo y Antonio,
obispos, respectivamente, de Uzala, Calama, Milevi y Fussala, así como varios
otros17.
Cuestionario
6. Lee Hechos 4,32-35; de los cuatro versículos escribe el que crees que es el
más importante en una
comunidad agustino recoleta.
8. ¿Cuál crees que es el principal requisito de un aspirante a la vida agustino
recoleta?
9. Escribe el significado de las siguientes expresiones:
a) Ocio santo:
b) Negocio justo:
10. ¿Por qué un agustino recoleto tiene que ser apóstol?
11. Según esta lección, ¿cuántos monasterios fundó san Agustín?
Las almas de muchos hombres son muchas también; pero, si se aman, son una
sola alma (Tratados sobre el Evangelio de san Juan 14,9).
LECCIÓN 13. EL MONACATO AGUSTINIANO:
EXPANSION, ECLIPSE Y RESURGIMIENTO.
(Siglos V-XII).
1. Expansión
La fama de los monjes formados por Agustín hacía que los obispos los aceptaran
con agrado en sus diócesis y los dedicaran a la predicación, cargo que era propio
de los obispos.
2. Contagio
En el año 411 sucedió algo digno de mención en Tagaste: una pareja de nobles
esposos, Piniano y Melania (santa), venidos de Roma, decidieron renunciar al
uso del matrimonio y, movidos por el ejemplo de los monjes agustinos,
18
A. MARTÍNEZ, San Agustín monje y padre de monjes, MAYÉUTICA, 22.
mismos se decidían a abrazar la vida común. Melania vivió en comunidad
con sus 130 siervas; y Piniano, con sus 80 esclavos. Seis o siete años se
prolongó su estancia en Tagaste, entregados a una vida de trabajo y
penitencia. Melania se distinguió por sus austeridades y, también, por la
atención prestada a la instrucción de sus monjas y a la transcripción de
códices. De la vida de Piniano y sus monjes no quedan detalles. En el año
417 la noble pareja abandonó el África y viajó a Jerusalén para
establecerse definitivamente en el monte de los Olivos”19.
19
Ib. 23. Se ha dicho que la compañera con que vivió Agustín 14 años se llamaba Melania. Esta afirmación no
tiene
ningún fundamento, puesto que el Santo no da su nombre, y pudo haberse confundido con la Melania de que
se
viene hablando. Cf. lec. 3,5, nota 18.
20
Cf. A. MARTÍNEZ, ib. 24.
plantar a sus sedes la experiencia vivida y asimilada en su compañía. Y, al
instalarse en sus respectivas diócesis, ninguno rompió los vínculos con
Hipona. Agustín seguía siendo el maestro y mentor del grupo, a quien se
acudía en momentos de apuro.
3. Persecución
En febrero del año 484 Hunerico dio el golpe final deportando a la casi totalidad
de los obispos y entregando a los moros los monasterios de hombres y mujeres.
21
A. MARTÍNEZ, ib. 25s.
monasterios en Gapsa y Bigua. El primero era un monasterio de laicos y
clérigos, habitado por siete monjes: Liberato, Bonifacio, Severo, Rústico,
Rogato, Séptimo y Máximo. Todos ellos sellaron sus vidas con el martirio
y fueron enterrados en el monasterio Cartaginés de Bigua”22.
4. El Agustín Abreviado
Entre los santos agustinos más antiguos e importantes se cuenta a san Fulgencio
(462-527), obispo de Ruspe, actual Rosfa, en Túnez. Era recaudador de
impuestos en Cartago. Se sintió movido a abrazar la vida religiosa después de
leer el comentario de san Agustín al salmo 36. Cultivó intensamente la doctrina
agustiniana, como lo denotan sus obras. Su vida monástica se ajusta en líneas
generales a la mentalidad y al estilo de vida de san Agustín. Ha sido llamado con
razón el Agustín abreviado. Amó profundamente la vida de comunidad y la
comunión de vida. No acertaba a vivir sin monjes. Por eso fundó varios
monasterios, lo mismo en su patria que en el destierro de Cerdeña, Italia, a
donde había sido deportado por el rey Trasamundo, junto con otros sesenta
obispos. Viajó mucho, unas veces por iniciativa personal y otras por motivos
políticos. Al fin pudo regresar a Ruspe, donde murió probablemente el día 1 de
enero del 527 tras larga y penosa enfermedad. Su fiesta, en toda la Orden, es el 3
de enero.
22
Ib. 26.
23
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 17s.
5. Eclipse. La moda agustiniana
San Fulgencio fue, pues, el hombre más ilustre de África después de san Agustín
en lo que se refiere al monacato agustiniano. Después de su muerte, las tinieblas
vuelven a cubrir la historia de dicho monacato y ni los arqueólogos ni los
epigrafistas han logrado aclararnos lo que sucedió en esta época. Existen
noticias pasajeras acerca de la existencia de monasterios durante el siglo VI. Las
noticias sobre el siglo VII son todavía más fragmentarias. Ni un solo documento
escrito ha llegado hasta nosotros sobre el monacato africano de orientación
latina y agustiniana. Sin embargo, consta de la existencia de unos 12
monasterios africanos durante esta época, y no hay duda de que había otros
muchos.
Durante los siglos VII y VIII el monacato en general todavía no tenía una
estructura definida. Cada monasterio era autónomo y se gobernaba por leyes
propias; no se podía, pues, hablar de una orden religiosa clara y definida.
24
A. MARTÍNEZ, H.A.R. 53.
25
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 20.
6. Los Canónigos Regulares de san Agustín
Pero la vida religiosa no era vivida solamente por los monjes. Había un grupo de
clérigos que también la vivían: eran los canónigos o consejeros del obispo.
Estos prefirieron el espíritu de san Agustín y no el de san Benito, pues les
llamaba más la atención la vida común perfecta y la pobreza individual
proclamada por san Agustín.
“Entre 1120 y 1130 la Regla de san Agustín comienza a suplantar a las restantes
reglas y se convierte poco a poco en la Regla oficial de todas las comunidades
canonicales”26.
7. Resurgimiento definitivo
A partir del papa Inocencio II (1130-1142), la Santa Sede asigna la Regla de san
Agustín a todas las comunidades de canónigos. Con ello recobra un puesto
eminente en la historia religiosa occidental, y su Regla emprende una brillante
carrera que llega hasta el día de hoy.
26
A. MARTÍNEZ, H.A.R., 66.
“A fines del siglo XII y principios del XIII la adoptan varias
congregaciones nuevas dedicadas al servicio de los enfermos, a la
redención de los cautivos o a la predicación”27.
27
A. MARTÍNEZ, La O.A.R., 22.
LECTURA
La Regla de san Agustín
San Agustín escribió su propia regla, llamada "Regla a los siervos de Dios",
posiblemente para los monjes del monasterio laical de Hipona, hacia el año 397;
estos dos últimos datos no son completamente seguros, pero sí los más
probables. Es el documento monástico más importante de san Agustín, pero
también el más controvertido. Unos dicen que es adaptación de la carta 211
dirigida a las monjas de Hipona; otros, que es una simple acomodación de los
sermones 355 y 356 de san Agustín. Después de muchas investigaciones, los
estudiosos agustinólogos han descubierto que dicha regla sí fue escrita
directamente por san Agustín y para varones. Consta de 8 capítulos y comienza
así: “Ante todo, queridos hermanos, amemos a Dios; después, también al
prójimo, porque éstos son los mandatos principales que se nos han dado”.
Cuestionario
Cualquier cosa que posea mi hermano, si no siento envidia por ello y lo amo, es
mío (Sermón 162 A,4).
LECCIÓN 14. LA ORDEN DE ERMITAÑOS DE SAN AGUSTÍN
LA GRAN AUNIÓN DE 1256
(Siglos XIII-XVI)
1. Origen
28
Cf. A. MARTÍNEZ, H.A.R., 69s.
“Algunos de estos eremitorios se remontan a mediados del siglo XII;
otros eran de creación más reciente. Sus moradores eran hombres
sencillos, con un alto concepto de la majestad de Dios, a quien, de
acuerdo con las ideas del tiempo, creían servir mejor en la soledad. Su
espiritualidad era muy heterogénea, ya que cada grupo era libre de
organizarse según sus preferencias. El trabajo manual, las prácticas
penitenciales y la recitación reiterada de oraciones vocales llenaban su
jornada. A veces cuidaban de alguna capilla rural o atendían a los
caminantes”29.
Desde mediados del siglo XIII las cosas empezaron a cambiar: este género de
vida se había quedado anticuado y era necesario optar por
“Juan Bueno nació en Mantua, Italia, hacia el año 1169. De joven vivió
desordenadamente, recorriendo campos y ciudades en calidad de juglar.
Hacia 1210, tras una enfermedad, se retiró a las soledades de Bertinoro y
Butriolo (Cesena). No consta la fecha exacta de este último traslado, pero
debió de tener lugar hacia el año 1217. Aquí comenzó a congregar
discípulos, con quienes compartía la vida penitente de los ermitaños de la
época, sin reglas ni vínculos jurídicos especiales. Esa vida, un tanto libre,
no respondía a las direc
29
A. MARTÍNEZ, La O.A.R., 24.
30
Ib.
trices de los papas, empeñados en un vasto programa de organización de
la vida religiosa”31.
Entre las normas que había dado la Santa Sede estaba la ya mencionada: cada
grupo debía acogerse a una de las reglas existentes y aprobadas por la Iglesia.
31
A. MARTÍNEZ, H.A.R., 72s.
Una nota curiosa: rasgos agustinianos no aparecían por ninguna parte; adoptaron
la regla de san Agustín simplemente porque tenían que acogerse a alguna, pero
no por conocer y seguir al santo obispo de Hipona. El verdadero maestro y
fundador continuaba siendo Juan Bueno, que tenía fama de líder y de santo.
Como casi todos los miembros de esta comunidad eran laicos, el apostolado
quedaba en un segundo lugar; poco a poco fueron entrando sacerdotes o se
ordenaron ermitaños laicos, con lo cual el apostolado adquirió gran importancia.
El mismo Juan Bueno, al ordenarse sacerdote, fue un gran apóstol.
La fundación creció rápidamente hasta tal punto que Juan Bueno, ya viejo,
analfabeto y enfermo, tuvo que renunciar a la dirección de la comunidad, que en
el año de su muerte (1249) contaba con más de 15 casas en el norte de Italia. En
este mismo año la comunidad se dividió en dos bandos por diferencias de
opiniones y criterios, pero se volvió a unir en 1252, preparándose así para la
Gran Unión de 1256. La Orden celebra la fiesta de san Juan Bueno el 16 de
octubre, junto con la de san Guillermo el ermitaño.
3. Ermitaños de Bréttino
La pobreza era muy rígida; vivían del trabajo y en momentos de escasez pedían
limosna, como los demás ermitaños de la época. A este respecto tuvieron
problema con los franciscanos, pues como vestían casi el mismo hábito que
éstos, los fieles los confundían y les daban a ellos las limosnas destinadas para
los ermitaños de san Francisco. Estos se quejaron ante la Santa Sede, la cual
solucionó el problema dándoles hábito distinto a los unos y a los otros.
4. Guillermitas
32
A. MARTÍNEZ, ib. 77.79.
33
Cf. A. MARTÍNEZ, ib. 80s.
Pronto se fueron reuniendo más discípulos alrededor de los dos que había
dejado su fundador, hasta tal punto que la nueva orden comenzó a extenderse
fuera de Italia por Francia, Alemania, Hungría y otros países. El papa Gregorio
IX les impuso la regla de san Benito en 1238. A diferencia de los dos grupos
anteriores, los guillermitas no quisieron dedicarse al apostolado en las ciudades
ni a la petición de limosna. A pesar de haber tenido la Regla de san Benito,
fueron incluidos en la Gran Unión pero no perseveraron en ella, excepto algunos
conventos alemanes.
Casi por la misma época de los grupos anteriores aparecieron, también en Italia,
diferentes casas de ermitaños que, por estar situadas en lugares deshabitados y
solos, recibieron el nombre de yermos.
34
Ib. 81s.
En cada yermo vivían varios ermitaños, completamente independientes de los
demás. Cada yermo se regía por leyes propias y llevaban diferentes estilos de
vida. Nada se sabe sobre su origen, fundador, posición social, etc. No tenían,
pues, un líder identificado que los aunara a todos.
Los yermos fueron aumentando rápidamente en número, hasta que los mismos
ermitaños tomaron la iniciativa de unirse por un vínculo común. Con este fin
enviaron cuatro delegados a Roma a finales de 1243 y el papa Inocencio IV
aceptó su petición, asignándoles la Regla de san Agustín. De este modo todos
comenzaron a girar alrededor del obispo de Hipona.
Se tiene así una primera unión: la de todos los yermos en 1243, con el nombre
de Ermitaños de la Orden de san Agustín de Toscana, terminando así su
completa independencia y uniéndose, no sólo por la Regla de san Agustín, sino
también por otros aspectos: el apostolado, la liturgia, la vida común, etc.
35
Ib. 90.
Este es el grupo más agustiniano de los 5, y el que se considera como el tronco
de la Orden de Ermitaños de san Agustín.
Se llama así a la unión de todos los grupos anteriores. Por orden del papa
Alejandro IV todos los grupos enviaron delegados al capítulo36 que se reuniría
en Roma y que daría origen a la nueva comunidad religiosa.
“El capítulo impuso la unión a los cinco grupos asistentes y les señaló el
apostolado como fin específico. Ninguno de los dos objetivos era fácil de
lograr. Los ermitaños de san Guillermo y de Monte Favale, que seguían la
regla de san Benito y los estatutos del Císter, no se sintieron a gusto en
una orden que nacía bajo el signo de san Agustín y el modelo mendicante;
ambos abandonaron inmediatamente la unión. Sólo unos monasterios
guillermitas prefirieron continuar en ella”.39
36
Sobre lo que es un “capítulo” ver lección 17,5.
37
Hoy se llama ORDEN DE SAN AGUSTÍN. Sigla: OSA.
38
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 26. Así comienza dicha Bula: “Contribuye a la integridad de la Iglesia
Católica…”.
39
Ib. 27s.
Primer período: 1256-1303. Es el período de acoplamiento y progresiva
expansión de la Orden por toda Europa. En el momento de la Unión la Orden
contaría con unos 170 conventos y unos 2000 frailes, número que fue
aumentando considerablemente. Se organizó en provincias con superiores
generales y provinciales elegidos periódicamente. Poco a poco fueron dejando
los eremitorios y se trasladaron a las ciudades para atender el apostolado. Ya en
1284 se elaboraron las primeras constituciones que, con algunas enmiendas,
estuvieron vigentes hasta 1581.
40
Ib. 29s
nario y a la predicación y su devoción a las almas del purgatorio”41.
Su fiesta es el 10 de septiembre.
Fiesta: 17 de agosto.
También son de esta época los Beatos Clemente de Ósimo, Agustín de Tarano,
Santiago de Viterbo y Simón de Casia.
Poco a poco aumenta el interés por la persona y obra de san Agustín. En 1376 el
papa Gregorio XI le da por primera vez el título de FUNDADOR.
Entre otras, se suelen citar las siguientes causas de ese relajamiento: 1) la peste
negra (1348-1350) o bubónica (de “bubón”, tumor), que mató cerca de 40
millones de habitantes de los 80 que tenía Europa; 2) el cisma de occidente
(1378-1417), que así como dividió a la Iglesia dividió también a la Orden con
dos Superiores Generales al mismo tiempo; 3) el secularismo de la vida religiosa
que trajo como consecuencia ideas paganas del primer renaci
41
Ib. 30.
42
Ib.
miento; 4) las guerras locales que obligaban a los frailes a abandonar los
monasterios; 5) la paulatina desaparición del ideal primitivo con el consiguiente
oscurecimiento del carisma.
El fruto más negro de este relajamiento fue la defección de Lutero (padre del
protestantismo) en Alemania, que, junto con la de Enrique VIII en Inglaterra,
causó un desgarrón en la Iglesia. Prácticamente desaparecieron todos los
conventos de observancia que había en Alemania; también los diez que tenía la
provincia de Tierra Santa, pero esta vez debido al avance de los turcos por el
Mediterráneo oriental.
LECTURA
El eremitismo en la Edad Media
43
A. MARTÍNEZ, H.A.R. 70.
Cuestionario
1. Antecedentes
44
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 32.
célebre, Lutero. La de Castilla, en España, absorbió todos los conventos de
dicha provincia. Es la que más nos interesa, pues de ella nacerá la Recolección45.
Fiesta: 12 de junio.
Entre las monjas se cuenta a las beatas Magdalena Albrici, muerta en 1465 y
perteneciente a la observancia de Lombardía, y Verónica de Binasco, muerta en
1497, que alcanzó la santidad en las tareas domésticas y pidiendo limosna por
las calles.
“Pero la más célebre fue santa Rita de Casia (1380?-1447), tan popular
entre el pueblo cristiano como desconocida por la historia: con certeza
sólo sabemos el año de su muerte, cuando contaba setenta de edad, que
era menuda de cuerpo, que perteneció a una familia acomodada, que vivió
durante cuarenta años en el monasterio agustiniano de Casia, que su vida
fue un continuo sufrir y que durante quince años soportó con ánimo
alegre y esforzado los dolores de una espina en la frente. Su fama de
taumaturga comenzó con su muerte. A diez años de la misma el
45
Ib.
46
Ib. 33.
notario recordaba ‘los muchos milagros y prodigios’ que Dios obraba por
su intercesión. Los jueces del proceso de 1626 mencionan doscientos
deieciséis milagros47.
Este movimiento surgió para reformar la vida religiosa. Se tiene así una primera
explicación: recolección equivale a reforma. En España comenzó significando
soledad, apartamiento, recogimiento. Pero muy pronto fue adquiriendo otros
significados, por ejemplo, repliegue del alma sobre sí misma, interiorización y
recogimiento de las potencias del alma. Entre los franciscanos del centro de
Europa equivalía a espíritu de oración.
47
Ib. 34.
48
Cf. A. MARTÍNEZ, El movimiento recoleto en los siglos XVI y XVII, RECOLLECTIO, Vol. V, 1982, 5-47.
Las casas recoletas comenzaron a tener forma y organización propias en 1502.
Pero fue de 1523 en adelante cuando el movimiento recoleto tuvo mayor auge,
siempre entre los Franciscanos, extendiéndose por toda Europa.
c. Asperezas y penitencia
d. Pobreza común
No solamente el individuo tenía que ser pobre; también la comunidad como tal,
pues “sólo admitían la propiedad del convento y del huerto circundante,
rechazando rentas y herencias”50.
49
Ib. 28s.
50
Ib. 31.
sobre las mismas mortificaciones. El religioso debe guardar silencio para
conservar la concentración”51.
Este aspecto no tuvo mayores problemas dentro de las ramas femeninas, ya que
las monjas poco se dedicaban al estudio y al apostolado. Más complicado resultó
en las comunidades masculinas.
g. Comunidades pequeñas
Todas las recolecciones preferían las comunidad pequeñas; cada orden religiosa
fijaba el máximo de religiosos en cada casa; se puede hablar de 15, como
término medio. Unos lo hacían así para guardar más fácilmente la pobreza
(Franciscanos), otros para conservar mejor la caridad (Agustinos Recoletos y
Carmelitas), y otros por motivos diversos.
51
Ib. 32s.
52
Ib. 36.
4. El movimiento recoleto en los siglos XIX y XX
Pero se conservaron algunas casas que luego resurgirían más pujantes, aunque
su espíritu recoleto era muy distinto al de los padres de los siglos XVI, XVII y
XVIII:
Así ha llegado el movimiento recoleto hasta los tiempos actuales. Entre los
Agustinos Recoletos ha habido últimamente (década de 1970) algunos intentos
de volver al antiguo espíritu recoleto, pero nada en concreto se ha logrado ni se
han clarificado objetivos.
A esta época pertenecen religiosos tan ejemplares e ilustres como santo Tomás
de Villanueva (1486-1555), fiesta el 25 de noviembre; Luis de Montoya (1497-
1569) y san Alonso de Orozco (1500-1591), que fue beato hasta el 19 de mayo
de 2002, cuando lo canonizó el papa Juan Pablo II.
Algunos religiosos
De todas las provincias en que estaba dividida la Orden de san Agustín, había
una especialmente floreciente: la de Castilla, en España. Esta provincia celebró
capítulo provincial58 en Toledo el año 1588 y salió elegido como Prior
Provincial el padre Pedro de Rojas. Por orden del Padre General, que se llamaba
Gregorio Petrochini, el P. Rojas reunió el Definitorio, o sea, el grupo de
religiosos que le servían de consejeros, 9 en total, el 5 de diciembre para discutir
y aprobar 18 puntos, llamados Definiciones, que habían resultado como
conclusión del Capítulo Provincial. La definición V habla de la Recolección y
dice así:
“Porque hay entre nosotros o, al menos, puede haber algunos más amantes
de la perfección monástica que deseen seguir un plan de vida más austero
56
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 36.
57
Ib. 37.
58
Sobre lo que es un capítulo provincial, ver lección 17,5.
cuyo legítimo deseo debemos favorecer para no poner obstáculos al Espíritu
Santo, consultado previamente nuestro reverendísimo padre general e
implorada su venia, determinamos que en esta nuestra provincia se señalen
o se funden de nuevo tres o más monasterios de varones y otros tantos de
mujeres, en los que se practique un género de vida más austero, del modo
que, tras madura reflexión, reglamente el padre provincial con su
definitorio”59.
La Orden de san Agustín se había hecho presente en América poco después del
descubrimiento. Junto con los Mercedarios, Dominicos y Franciscanos, los
Agustinos también llegaron al Nuevo Mundo con fines netamente
evangelizadores. El primer agustino que llegó al Nuevo Reino de Granada se
llamaba Vicente de Requesada; vino hacia 1527 como capellán del ejército de
Nicolás de Federmán. Le cupo la fortuna de celebrar la segunda misa en la
altiplanicie de Bogotá en un altar portátil, y de ser el primer cura de la hidalga
ciudad de Tunja.
“En los últimos años del siglo XVI el padre Mateo Delgado (1526-1631),
misionero de Ráquira (Boyacá), entró en contacto con unos ermitaños que
acababan de construir una ermita en honor de la Candelaria a orillas del
río Gachaneca. El padre Mateo les aconsejó que buscaran el apoyo de los
superiores de su Orden. Con él no les sería difícil asegurar la pervivencia
de la ermita; incluso podrían transformarla en convento regular e
implantar en él el sistema propio de las recolecciones”62.
Correa, Juan Rodríguez y Mateo Delgado, quien quedaba como superior. Así
nacía la Recolección en Colombia, de donde se extendería poco a poco al resto
61
El movimiento recoleto… 15.
62
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 62.
de América, sin querer decir que todas las fundaciones del continente americano
hubieran salido de El Desierto de la Candelaria, pues se sabe que muchas
llegaron a los diferentes países directamente de España o de otras naciones (lec.
16,4 y 19,1).
Queda, pues, claro que la Recolección Agustiniana tiene dos orígenes distintos e
independientes, aunque con el mismo ideal e idénticos fines: el 5 de diciembre
63
Ib. p. 63.
de 1588 en Toledo, España, fecha que siempre se ha considerado la oficial, y el
12 de agosto de 1604 en el Desierto de La Candelaria, Vereda del municipio de
Ráquira, Boyacá, Colombia.
LECTURA
El padre Mateo Delgado de los Ángeles
No se sabe exactamente en qué año llegó a América. Inicialmente parece que iba
con otros agustinos para el Perú, mas por motivos de enfermedad, al llegar a
Cartagena, le aconsejaron dirigirse al convento de san Agustín, en Santafé de
Bogotá. Luego pasó a predicar a Tunja. Con certeza se sabe que en 1597 ya
estaba predicando en Villa de Leyva, región que estaba bajo el cuidado espiritual
de los Padres Agustinos (OSA).
Siempre se ha dicho que fue médico de cabecera del rey Felipe II, en España; se
ha comprobado que esto no es cierto, sino simples especulaciones de un
historiador OAR64.
Cuestionario
Lo que poseo se llama caridad, que cuanto más sean los poseedores, más se
dilata (Sermón 340 A,12).
En esta lección se hablará de los tres primeros períodos, dejando el cuarto para
la lección siguiente.
Para esta época comienza el apostolado y el estudio entre los recoletos. En Nava
se establecen los estudios de filosofía en 1596. En este mismo año se funda otro
convento muy importante en Madrid, que pronto se convertirá en el principal
convento de la comunidad. La Provincia de Castilla, de la OSA, se siente
recelosa con cuatro conventos recoletos y trata de impedir nuevas fundaciones.
Así la recolección queda con dos líderes, que la conducen hacia el éxito: el padre
Alarcón, en España, y el padre Mateo Delgado, en Colombia.
Algunas acusaciones contra los recoletos y contra el padre Alarcón hicieron que
el papa Pablo V suprimiera la provincia el 16 de julio de 1608. Todas sus casas
fueron reincorporadas a las provincias calzadas, según su distribución
geográfica.
Esta época coincide con la aparición en Europa de una malsana ideología (el
liberalismo), que ahoga toda idea de jerarquía, disciplina, religiosidad
sobrenatural etc., con la intromisión del poder civil en las instituciones
eclesiásticas, con frecuentes revoluciones y con una decadencia de los valores
religiosos, en general. Como consecuencia, se debilita en los claustros el ideal
religioso, mientras crece el deseo de títulos honoríficos, exenciones y
privilegios, con la comprensible relajación de la vida común.
número de sus miembros. De 1820 a 1823 España estuvo bajo la dominación del
liberalismo, que fue fatal para la vida religiosa: se disolvieron los conventos
pequeños y se fomentó descaradamente la secularización de religiosos.
No todo, sin embargo, son sombras: continúa la solicitud de los capítulos
generales y provinciales por mejorar la observancia; se dan algunas leyes,
aunque no resultan muy eficaces; se conserva, e incluso aumenta, el interés en
favor de las misiones, que a la larga serán las que salvan la Recolección; la
Congregación participa intensamente en la piedad popular a través de cofradías
y misiones populares.
La actitud anticlerical del gobierno español se manifiesta ante todo en las leyes
que terminaron en la gran ley de la desamortización, dictada el 27 de julio de
1837, mediante la cual se despojaba a todas las comunidades religiosas de sus
conventos y posesiones, ya que el gobierno los consideraba bienes muertos que
había que poner a producir. El contenido de estas leyes inicuas es el siguiente:
nas, a las que ayuda ahora más que nunca. Mientras tanto, en la Península
como en Colombia, mueren los religiosos unos tras otro en obligada
68
Cf. A. MARTÍNEZ, La O.A.R., ACTA ORDINIS, 1980, No. 70, 17.
exclaustración”69.
“El siglo XIX se cierra con un suceso de gran significado espiritual para
la Congregación: la beatificación de los mártires del Japón en 1867, PP.
69
Ib. 17s.
Vicente de san Antonio y Francisco de Jesús —fiesta el 28 de septiembre
—. Son los primeros recoletos elevados al honor de los altares. En 1888
es beatificada Sor Josefa María de Benigánim” —fiesta el 22 de enero—.
4. La Recolección en América
“Durante dos siglos los recoletos colombianos vivieron una vida serena,
sin altibajos ni relieves de consideración. De ordinario eran unos 100, que
alternaban el retiro conventual con la actividad apostólica. Una de sus
características más notables es su acendrada devoción mariana: el amor a
la Virgen preside la vida entera de la provincia desde su misma
incubación en el Desierto; en 1606 el padre Mallol la llama fundadora de
este convento y como a tal la veneran sus fundadores a lo largo de los
siglos; algunos no aciertan a desprenderse de ella y la llevan consigo a las
nuevas fundaciones de Cartagena, Honda, Bogotá, las misiones de la
costa del Caribe (Urabá); por todas partes propagan su culto y le dedican
sus iglesias. La Candelaria es su Virgen. El pueblo cristiano no tarda en
captarlo y, ya en el siglo XVII, los llama por doquier ‘padres
candelarios”71.
LECTURA
Fray Ezequiel Moreno y Díaz
72
A. MARTÍNEZ, La O.A.R. 81-82.
Nace el Beato Ezequiel Moreno en un hogar humilde y sencillo de Alfaro
(Logroño, España), el 9 de abril de 1848. A los 17 años profesa en la Orden de
Agustinos Recoletos en Monteagudo (Navarra). Cuatro años más tarde viaja a
Filipinas, recibiendo la ordenación sacerdotal en Manila, el 3 de junio de 1871.
Se inicia en el trabajo misionero con su hermano fray Eustaquio y distintos
ministerios conocen su ardiente celo apostólico y su cálida predicación en los 15
años que transcurre en el archipiélago filipino. En 1885 es nombrado superior
del convento noviciado de Monteagudo y en los tres años de priorato se muestra
verdadero modelo de religiosos y excelente formador. A fines de 1888 parte
para Colombia al frente de un grupo de religiosos, con la difícil misión de
restaurar la Orden en esta nación. Hasta 1906, Colombia es el escenario de su
múltiple actividad. Vitalizador de la provincia religiosa de la Candelaria,
instaurador de la nueva época misional colombiana, primer Vicario Apostólico
de Casanare (1894-1896), Obispo de Pasto (1896-1906), predicador incansable,
director excelente y guía espiritual de almas selectas, apóstol de los enfermos.
Fue amante de los pobres y de los humildes, devotísimo de Jesucristo en la
Eucaristía y enamorado de la Virgen, adalid de la causa católica que defiende y
propaga de palabra y por escrito, siempre devoto incondicional de la Santa Sede.
Su vida fue de gran austeridad y penitencia y le pidió siempre al Señor trabajos
y sacrificios, con gracia para sobrellevarlos. Víctima de cáncer en el paladar, que
le invadió internamente la cabeza y que soportó con fortaleza de mártir y de
santo, tras dos tremendas operaciones en Madrid, pidió ser llevado a morir al
lado de la Virgen del Camino a Monteagudo. Murió el 19 de agosto de 1906 y
su cuerpo se conserva entero y momificado. Un proceso de 50 años lo ha llevado
a la gloria de los altares. El 1o. de noviembre de 1975 ha
Cuestionario
El amor es alegre entre los verdaderos hermanos, pacientísimo entre los falsos
(Sermón 350,3).
LECCIÓN 17. LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS. ESTRUCTURA.
Un año más tarde llega la tan deseada autonomía jurídica con un documento del
papa san Pio X, llamado Religiosas Familias, del 16 de septiembre de 1912,
mediante el cual la Recolección obtiene su perfección jurídica constitutiva. Es
decir,
“no será más una Congregación de la Orden agustina, sino una Orden
jurídicamente independiente y una familia autónoma dentro del monacato
agustiniano. En lo sucesivo el supremo moderador de la Congregación,
que hasta el presente se llamaba Vicario General, puede y debe llamarse
Prior General de la Orden de Eremitas Recoletos de san Agustín”73.
2. Estadísticas
73
A. MARTÍNEZ, La O.A.R., ACTA ORDINIS, 1980, No. 70, 22.
Indias (1621); Orden de Ermitaños Recoletos de san Agustín (1912); Orden
de Recoletos de san Agustín, O.R.S.A (1927); y Orden de Agustinos
Recoletos, O.A.R. (1966), como se conoce actualmente.
Durante este período nacen nuevas provincias y con ellas se extiende la Orden
por el mundo: Estados Unidos (1917), Argentina (1925), República Dominicana
y Puerto Rico (1927), Inglaterra (1932), Perú (1939), Méjico (1942), Nicaragua
y Guatemala (1958), El Salvador (1961), Formosa y Costa Rica (1963),
Alemania (1965), Guam (1974)74. Las casas recoletas de Nicaragua, El Salvador
y Alemania ya no existen.
3. Figuras sobresalientes
74
Cf. A. MARTÍNEZ, Ib. 23.
75
Cf. Ib. 22.
Padre Pedro Corro (1864-1934), gran conocedor de las tradiciones de la
Orden.
La Orden está gobernada por un Prior general, que tiene su sede en Roma; la
casa donde vive se llama Curia Generalicia o Casa General. Es ayudado por
seis religiosos llamados Consejeros Generales, que ordinariamente viven con
él y tienen su orden así: primer consejero, segundo consejero, tercer consejero,
etc. El primero recibe también el nombre de Vicario General, y hace las veces
de Prior General cuando éste se ausenta o muere durante el cargo. También
existe el oficio muy importante de Secretario General.
El Prior General dura seis años en su cargo y puede ser reelegido para otros seis,
pero no más. Durante el período debe visitar por lo menos una vez todas y cada
una de las casas de la Orden (en todo el mundo); es lo que se llama visita de
renovación.
Al Prior provincial le ayudan cuatro consejeros, por orden, como los consejeros
generales; el primero se llama Vicario Provincial y, en la Provincia, hace lo
mismo que el Vicario General en la Orden. También existe el Secretario
Provincial y los Secretariados provinciales con un presidente y varios
religiosos como miembros.
Cuando la Provincia es muy extensa, con casas en varios países, suele tener
partes llamadas Vicarías provinciales o Delega
ciones provinciales, al frente de las cuales se nombra un Vicario o un
Delegado, respectivamente, dependientes del Prior provincial.
En 1621 las provincias en la Orden eran cuatro, así: san Agustín, El Pilar, santo
Tomás de Villanueva y san Nicolás de Tolentino. Luego, con la Recolección
colombiana, se formó la quinta: Provincia de la Candelaria (o de Tierra Firme),
en el Nuevo Reino de Granada, lo que es hoy Colombia. Sólo las dos últimas
resistieron el vendaval del siglo XIX (lec. 15,4 y 16,3). Ningún convento
antiguo queda actualmente en España, excepto el de Monteagudo. Como dato
curioso, los tres conventos más antiguos, construidos por los recoletos y que
siguen siendo propiedad de ellos, están en América: dos en Colombia (El
Desierto de la Candelaria, en Ráquira, Boyacá, y La Popa, en Cartagena) y uno
en Panamá —que antes era Colombia— (San José) (lec. 15,6).
6. Provincias actuales76
76
Cf. A. MARTÍNEZ, La O.A.R. ACTA ORDINIS, 1980, No. 70, 23ss —. Informe del Prior General (Fr.
Javier
Pipaón) al capítulo general de 1998 —. ACTA ORDINIS, Vol. XXXIII, 1998, No. 93. 52º —. CAPÍTULO
GENERAL, 1998, Mensaje, Ordenaciones, Elecciones.
Candelaria. En 1907 da origen a la Provincia de santo Tomás y en 1948 a la de
san José. Actualmente tiene casas en España, Inglaterra, México, Costa Rica,
Estados Unidos y Brasil. Tiene a su cargo las misiones de Shangqiu (China) y
Lábrea (Brasil).
f. Provincia de santa Rita. Se funda el 29 de junio 1960 con parte de las casas
y ministerios de la Provincia de santo Tomás de Brasil; entre ellas la casa de
Ribeirao Preto, que es la primera fundación canónica de la Orden en ese país.
Por eso tiene allí su Curia Provincial. Solamente tiene casas en Brasil.
7. La Recolección femenina
LECTURA
Propósito y carisma de la Orden
Cuestionario
83
Constituciones de la Orden de Agustinos Recoletos, números 6s.
1. ¿Qué importancia tiene para la Recolección Agustiniana el 16 de septiembre
de 1912?
2. ¿Qué es una Orden religiosa?
3. Haz una comparación entre la manera como está organizada una nación, por
ejemplo Colombia, y
la Orden de Agustinos Recoletos.
4. Cuando la Orden tiene que tramitar un asunto ante la Santa Sede, ¿Quién lo
hace?
5. Escribe las definiciones de los siguientes términos:
a) Capítulo general:
b) Capítulo provincial:
6. ¿Cómo se llama la última provincia de la Orden y en qué país se encuentra?
7. De todas las comunidades de monjas agustinas recoletas, ¿cuál es la más
antigua?
8. ¿Qué es la Fraternidad Seglar Agustino–recoleta? ¿Existe en el lugar donde
vives?
9. Cómo se prueba que la Orden de Agustinos Recoletos es heredera de san
Agustín?
1. Finalidad
Recolección; b) el decreto del papa Clemente VIII del 5 de octubre de 1600, que
le da permiso de fundar casas en España y sus colonias; c) el ardiente fervor
misionero de los recoletos. Así se determina, en 1605, enviar la primera misión
apostólica a las Islas Filipinas. También la Recolección colombiana se lanza, en
1625, al apostolado misional en la región de Urabá, que tantos mártires le dará
después a la Recolección, como el cofundador de La Popa, el P. Alonso García
de Paredes.
Una vez que se ha dado el paso, nunca se ha vuelto atrás en el apostolado; éste
se tiene como parte esencial del carisma agustino recoleto:
84
A. MARTÍNEZ, La O.A.R., ACTA ORDINIS, 1980, No. 70, 24s.
Y, así como la contemplación reúne a los hermanos en la verdad y en el
amor, igualmente los debe ‘arrebatar en el servicio de la predicación
evangélica’. Por ello, la comunidad, atenta siempre a las necesidades de la
Iglesia, busca el lugar y el modo de ser más útil al servicio de Dios”85.
2. Espiritualidad
85
Constituciones de la Orden, 25.
Un agustino debe procurar cultivar en sí los aspectos que alimentaron la vida
espiritual del obispo de Hipona, así:
Patrimonio espiritual nuestro son las vidas de los santos y santas; ya hemos
enumerado algunos a lo largo de esta segunda parte del curso; veamos otros:
El 23 de abril del mismo año fueron beatificados los padres Martín de san
Nicolás y Melchor de san Agustín, martirizados también en el Japón el 11 de
diciembre de 1632 (fueron quemados vivos). Fiesta, el 28 de septiembre.
Hay varios procesos abiertos, entre ellos el de Sor Mónica de Jesús, monja
agustina recoleta española; la hermana Cleusa Carolina Rody Coelho, MAR,
martirizada en el Brasil el 28 de abril de 1985 por defender los derechos de los
pobres; la madre Esperanza Ayerbe, cofundadora de las misioneras agustinas
recoletas.
4. Apostolado
88
A. MARTÍNEZ, La O.A.R., 67.
La Recolección agustiniana no quiso, pues, ni pudo marginarse del apostolado,
como tampoco lo hicieron otras comunidades que abrazaron el movimiento
recoleto. En su labor apostólica se pueden distinguir dos períodos: del 1605 al
1898 y del 1898 a nuestros días.
El segundo período, que abarca desde 1898 hasta nuestros días, coincide con las
guerras de la independencia en Filipinas, donde se encontraba más del 80 % de
la Congregación, y la subsiguiente huida de muchos religiosos hacia América,
principalmente, iniciándose la expansión de la Recolección por todo el
continente americano. Recordemos que este segundo período coincide también
con la restauración de la Provincia de la Candelaria por san Ezequiel Moreno y
seis religiosos más (lec. 16,5).
5. Las misiones
Los dos primeros habían sido declarados beatos en 1867, junto con otros
mártires de la Iglesia. Los dos últimos el 23 de abril de 1987, como se acaba de
decir (número 3).
Por esta época se fundan casas en Sao Paulo, Caracas y Río de Janeiro. También
se comienza a trabajar por conseguir misiones especialmente encomendadas a la
Orden por la Santa Sede. En la actualidad son ocho los territorios de misión
encomendados a la Orden: Shangqiu en China, Lábrea y Marajó en Brasil,
Taiwan
en Taiwan, Makeni en Sierra Leona (África), Chota en Perú, Bocas del Toro en
Panamá y Trinidad en Colombia.
6. Las parroquias
7. Los enfermos
8. La educación
En la actualidad,
diversas naciones: Filipinas (8), España (9), Colombia (7), Venezuela (5),
Brasil (2), Perú (2), Argentina (3), Panamá (1), México (1), Costa Rica
(1) y República Dominicana (1)”96.
LECTURA
Qué significa Recolección
Cuestionario
Preferí tener cojos a llorar muertos. En efecto, quien es hipócrita está muerto
(Sermón 356,14).
LECCIÓN 19. PROVINCIA DE LA CANDELARIA
(Colombia y Chile)
Generalidades
La vida espiritual y religiosa era tan intensa que muy pronto fueron llegando
novicios en abundancia; por eso el convento inició su vida como casa noviciado
de la Recolección, y el padre Mateo Delgado desempeñó el cargo de maestro de
novicios por muchos años. La nueva fundación no sólo fue semillero de
vocaciones sino también de fundadores: de allí salieron los que fundaron en
Cartagena, Bogotá, Panamá, Tunja, etc., y los que conformaron la Recolección
para toda América.
Durante dos siglos, tanto el convento como la iglesia, dedicada a Nuestra Señora
de la Candelaria, fueron foco de irradiación espiritual, científica y misionera. En
1815, cuando Morillo sitió a Cartagena, el convento quedó tan averiado que
tuvieron que abandonarlo. En 1822 el Libertador Simón Bolívar decretó la
expropiación de todos los conventos menores y, aunque luego derogó el decreto,
los recoletos no pudieron volver a pesar de los intentos por lograrlo. Así el
convento pasó a manos del Estado que lo empleó, entre otras cosas, como
hospital militar, terminando en ruinas y en un completo abandono.
En 1961, cuando las autoridades civiles quisieron restaurar el convento con fines
turísticos, invitaron de nuevo a la Comunidad, que aceptó gustosa después de
101
Cf. C. CARDONA, La Popa, resumen histórico, Editorial Kimpres, Bogotá 2002, 28ss.
algunas conversaciones. Las obras de restauración se iniciaron de inmediato;
fueron concluidas oficialmente el 28 de agosto de 1966, fecha en que los
recoletos volvieron a vivir en su antigua casa, y ahí continúan hasta hoy.
En el año 1631 se fundó un pequeño hospicio en las cercanías del río San
Francisco (hacia la actual calle 16) para hospedaje de los religiosos que tenían
que venir a Santafé desde El Desierto de la Candelaria. Pero por las
inundaciones del río en tiempo de lluvias, aquel sitio no resultó favorable y se
hizo una permuta por el lugar actual (Calle 11 con carrera 4), en donde entre
1635 y 1703 se fundó, primero, el Hospicio de san Nicolás de Tolentino,
juntamente con la iglesia de la Candelaria.
Debido a los altos costos de mantenimiento del edificio, ya muy viejo, y de las
dificultades para transitar por el centro de la ciudad, se ha hablado mucho de
trasladar el colegio a otro sitio; incluso los dos colegios, el Agustiniano Norte
(No. 13) y el Ciudad Salitre (No. 16), inicialmente se construyeron con este fin;
a
La primera piedra del actual edificio se colocó en 1954, con motivo del XVI
centenario del nacimiento de san Agustín, pero surgieron muchas dificultades y
sólo el 8 de junio de 1959 se iniciaron las obras, que culminaron felizmente el
28 de agosto
de 1960, al menos el primer tramo (el de los alumnos); el segundo (de los
padres) se inauguró en enero de 1963.
En la actualidad la casa presta servicios, primero que todo a la Provincia como
casa postulantado-filosofado (desde el año 1983), de retiros y sede de varias
reuniones, especialmente capítulos provinciales. También sirve a la Orden, pues
desde que se iniciaron en 1979 los cursos de Renovación o actualización para
todos los religiosos de América, ésta ha sido la casa preferida para tales
encuentros.
7. Parroquia de san Judas Tadeo, Cali (Avenida 6 norte 14-30. Tel. 6612899)
“grata aceptación por parte del Sr. Arzobispo Manuel José Caicedo, quien
en gesto de generosidad y reconocimiento, otorga en propiedad a la
Comunidad el templo de san Francisco de Paula, que se construía en
Aranjuez y un pequeño terreno cercano, en donde la comunidad, luego de
adquirir algunas propiedades anexas, se instala definitivamente.
“el año de 1963 fue de gran actividad pues había sido aprobado por parte
de la dirección Provincial la creación del plantel. Venía ahora el trámite
respectivo ante la Secretaría de Educación y especialmente la adecuación
de la casa para convertirla de convento en colegio”107.
El primero de octubre de 1963 el nuevo colegio abría las puertas a los alumnos
de Palmira. Hoy la casa es incómoda y ya se ha iniciado la construcción en otro
sitio.
señor Rubén Isaza Restrepo, bendijo la primera piedra para la construcción del
nuevo templo parroquial que, después de algunos contratiempos por deficiencias
108
Ib. 235.
del suelo, pudo construirse y terminarse completamente en 1983.
De 1966 a 1969 esta casa fue sede de la Curia Provincial, que siempre había
estado en la Candelaria (No. 3); las dificultades de comunicación y otras
deficiencias del barrio incipiente motivaron el regreso a su antigua sede, la
Candelaria; sólo a partir de 1975 se fijó como sede de la Curia Provincial, que
sería prácticamente definitiva, pues el 4 de abril de 1989 el Consejo Provincial
dio vía libre a la construcción de una nueva casa provincial, la cual se realizó en
1992.
11. Parroquia san Joaquín, barrio Las Ferias, Bogotá (Cra. 65 76-93. Tel.
2314460)
Este fue uno de los motivos por el cual se compró la finca de Segovia, al norte
de la ciudad, hacia 1946. Además, podría servir en el futuro como reemplazo de
la casona ya vieja del agustiniano Centro o de san Nicolás. En enero de 1967 el
Definitorio Provincial aprobó la construcción del nuevo colegio, que inició
clases el 2 de febrero de 1969.
Paz de Ariporo
15. Parroquia san Ezequiel Moreno. Pasto (Cra 3 este 16 B-37. Tel. 27-
306959)
Desde 1993, pues, la Provincia está haciendo presencia en Pasto; los primeros
recoletos se hospedaron inicialmente en la casa del Obispo hasta que la
Comunidad adquirió casa propia cerca a lo que es hoy el mercado de Bomboná;
desde aquí atendían el Santuario en mención, que es el principal de Pasto y de
todo Nariño; a la Virgen de La Merced la llaman cariñosamente
Las cosas anduvieron de manera tan normal y rápida que el colegio abrió sus
puertas, tal como estaba previsto, el 22 de febrero de 1997, para primaria y algún
curso de bachillerato, con un total de 1.240 alumnos; de inmediato se inició la
construcción del bachillerato y otras dependencias hasta dejarlo todo terminado.
Hoy cuenta con un teatro según las últimas técnicas, para más de 1.000
personas, y una excelente capilla semipública.
113
Protocolo 02/97; 1,08,97.
114
Protocolo 851/19/98.
A) Casanare
Entre los años 1773 y 1794 fundaron seis pueblos. Las guerras de la
Independencia, primero, y las leyes anticlericales de Mosquera, después, trajeron
la crisis para Casanare y el retiro casi completo de los religiosos. En 1891
comenzó la restauración misionera con el padre Ezequiel Moreno a la cabeza.
En 1893 el papa León XIII separó Casanare de la Diócesis de Tunja, a la que
pertenecía, y lo convirtió en el primer Vicariato Apostólico de Colombia, siendo
su primer Obispo el padre Ezequiel Moreno, que fue consagrado en Bogotá el
primero de mayo de 1894. Desde entonces el trabajo ha sido arduo y continuo,
sin interrupciones ni mayores contratiempos, excepto en la época de la violencia
política, década de 1950.
Estos son los obispos agustinos recoletos que tuvo Casanare desde que fue
creado Vicariato (o sea, episcopado):
1. San Ezequiel Moreno y Díaz: 1894-1896.
2. Monseñor Nicolás Casas y Conde: 1896-1906.
3. Monseñor Santos Ballesteros y López: 1906-1921; 1921-1933.
4. Monseñor Pablo Alegría Iriarte: 1934-1939.
5. Monseñor Nicasio Balisa Melero: 1941-1965.
6. Monseñor Arturo Salazar Mejía: 1966-1977.
7. Monseñor Olavio López Duque: 1977-
Los límites del Vicariato son: al norte Arauca, Hato Corozal, Paz de
Ariporo, Pore, Nunchía, Yopal, Aguazul y Tauramena; al occidente
Villanueva y Monterrey; al sur con Meta y al oriente con Vichada”115.
19. Parroquia san Luis Gonzaga. Talca, Chile (8 Norte 5 y 6 1241. Tel. 5671-
229152)
LECTURA
Vida claustral
Cuestionario
Son muchos los jóvenes que nos preguntan: ¿Qué se necesita para entrar a la
Comunidad? Esta pregunta quedaría mejor formulada así: ¿Qué se necesita ser
para entrar a la Comunidad (y a cualquier comunidad)? El ser es más importante
que cualquier otra cosa. Siempre que se trate de una opción, de una elección de
carrera, se debe analizar detenidamente lo que se es, antes que lo que se tiene o
se hace. De ahí que al hablar de una comunidad religiosa tampoco se debe
preguntar, por ejemplo: ¿Qué hacen los Agustinos Recoletos?, sino: ¿Qué son
los Agustinos Recoletos? Entonces vendrá la respuesta: somos comunidad,
hombres de oración y recogimiento, hombres apostólicos…
a. Ser persona
Ser persona abarca una serie de requisitos y condiciones, tanto en lo físico como
en lo intelectual, espiritual y moral. Juega un papel importante la afectividad y el
equilibrio emocional. De ahí que un joven con enfermedades o defectos físicos
notables, o con un psiquismo desviado o enfermo, no debe aspirar a ésta ni a
ninguna comunidad; lo más seguro es que el Señor no lo llama, aunque él se
crea llamado.
b. Ser cristiano.
c. Ser Iglesia
Para san Agustín, ser Iglesia es ponerla por encima de todo, incluso de nosotros
mismos, de nuestros deseos, de nuestras aspiraciones y tendencias:
La Iglesia es como la madre que nos da a luz espiritualmente por medio del
bautismo; alguien nos bautizó a nosotros, es decir, ayudó a la Iglesia a darnos a
luz; procuremos nosotros colaborar con la Iglesia en el nacimiento de nuevos
hijos suyos; tal es la idea de san Agustín.
Una cosa es ser apóstol y otra ser apóstol dentro de la Iglesia. Hay muchos
cristianos que quieren ser apóstoles a su modo: fundan movimientos o participan
en ellos pero al margen del
Párroco o del Obispo; esa no es la voluntad de Cristo, pues Él mismo dijo: Que
120
Primer Congreso Nacional de Vocaciones, Bogotá, 1983.
121
Carta 48,2.
todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en tí, que ellos también sean uno en
nosotros122. La unidad de los católicos alrededor del Papa, del Obispo, del
Párroco es el mejor medio de apostolado: Para que el mundo crea que tú me has
enviado123 (Ib.).
Ser apóstol es anunciar que Cristo vino a nosotros, murió y resucitó por
nosotros; subió al cielo y desde allí nos invita a seguirlo por uno de estos dos
caminos: el del bautismo, general y común a todos los cristianos; o el de la
consagración religiosa, especial para algunos.
Una cosa es vivir en grupo y otra vivir en comunidad. Se vive en grupo en una
fábrica, en un colegio, en un club deportivo. Vivir
“En realidad tu alma no es sólo tuya sino de todos los hermanos, como
sus almas son también tuyas; mejor dicho, sus almas juntamente con la
tuya no son varias almas sino una sola, la única alma de Cristo”125.
El ser humano es sociable por naturaleza; mucho más lo debe ser el cristiano. La
sociabilidad se expresa en la amistad; ser capaz de vivir en comunidad es ser
capaz de hacer amigos; pero la amistad que exige la vida religiosa es la
sobrenatural, la que arranca de Cristo y va hacia Él (lec. 3,3). No se ha de
confundir la amistad con la “compinchería” ni con el simple “compañerismo”.
San Agustín es modelo de auténtica amistad: aquella que lleva a Cristo por el
mejor de los caminos: la virtud.
a. La interioridad127
Se entra dentro de uno mismo para encontrar la Verdad a través de las verdades,
es decir, a Dios, suprema Verdad y suprema felicidad, a través de las realidades
exteriores, pero sobre todo interiores, ya que Dios es más interior que lo más
íntimo mío129. Eso es, pues, interiorizar: buscar y encontrar a Dios dentro de uno
mismo.
Pero ¿qué método se debe seguir para interiorizar? ¿Qué es, realmente,
interiorizar? Es poner a funcionar los “sentidos interiores”, cuya sede principal
126
GALINDO, José A., OAR, Pedagogía de san Agustín, Editorial Avgustinvus, Madrid, 2002, 13.
127
Cf. CARDONA, Carlos E., OAR, Itinerario Agustiniano, 10.000 pensamientos de san Agustín, Editorial
Kimpres,
Bogotá 1998, tema INTERIORIDAD. (Se citará simplemente Itin.).
128
La Verdadera religión 39,72. Itin. 5711.
129
Conf. 3,6,11; Comentarios a los salmos 118,22,6. Itin. 3835.
130
Coment. salm. 76,9. Itin. 5678.
es el corazón131: En mi corazón soy lo que soy132. Según san Agustín, todos
venimos a este mundo con diez sentidos: cinco exteriores y cinco interiores:
Tenemos otro sentido del hombre interior, mucho más excelente que el sentido
corporal, por el que percibimos lo justo y lo injusto133.
Ojos
En realidad, tenemos dos pares de ojos: los exteriores y los interiores; éstos se
alimentan por medio de aquéllos. Muchas cosas que no vemos con los ojos del
cuerpo, las vemos con los ojos del alma. Vemos con los ojos exteriores,
miramos con los interiores. Dios te puso los ojos en la cara y la razón en el
alma; despierta esta razón, despierta al que mora dentro de tus ojos, asómese a
esas sus ventanas y mire por ellas la creación divina134.
— Los ojos interiores son, pues, jueces de los exteriores, […] pues los interiores
ven muchas cosas que los exteriores no ven135.
— Todo nuestro esfuerzo, hermanos, en esta vida ha de consistir en sanar el ojo
del corazón con que ver a Dios136.
Oídos
Tenemos también dos pares de oídos: con los exteriores oímos, con los
interiores escuchamos. Cuando oigo, sin prestar atención, una melodía musical,
no hago más que eso: oír (ruidos); pero cuando me detengo en esa melodía,
saboreándola y disfrutándola, escucho. Esto tiene aplicación especial a la
palabra de Dios (la Biblia): muchos la oyen, pocos la escuchan. ¿Por qué
quieres hablar y no oír? […] El que te enseña está dentro. […] En el interior
131
Cf. C. CARDONA, ob. cit., tema CORAZÓN.
132
Conf. 10,3,4. Itin. 1804.
133
La ciudad de Dios 11,27,2. Itin. 5672.
134
Sermón 126,3. Itin. 5694. Cf. C. CARDONA, san Agustín y el libro abierto de la creación, Editorial
Kimpres,
Bogotá , 2002, 2ª. edición.
135
Carta 147,17.41. Itin. 5708.
136
Serm. 88,5. Itin. 1915.
oímos la verdad137.
— ¿Quién soy yo, que no oigo lo que en mi interior se habla y quiero que otros
oigan lo que por mí se dice? […] Oiré lo que en mi interior habla el Señor
Dios138.
— Si escuchas a tu prójimo como te escuchas a ti mismo, de seguro que
perseguirás los pecados y no al pecador139.
Gusto
Tenemos dos paladares o sentidos del gusto. Con el paladar exterior gustamos,
por ejemplo, los alimentos; con el interior gustamos la palabra de Dios y todo lo
relacionado con la vida espiritual. Cuando me aburren las cosas de Dios (ir a
misa, rezar, meditar), es porque no las gusto ni las saboreo; estoy enfermo del
paladar interior. Alza tu vuelo sobre el cuerpo y experimenta el sabor del alma;
eleva tu vuelo después sobre el alma y experimenta y gusta a Dios140.
— La caridad es muy dulce para todos aquellos que tienen sano el paladar del
corazón para gustar del pan de Dios141.
— El hombre interior tiene su boca interior, y el oído interior la descubre142.
Lengua
De la misma manera, tenemos dos lenguas: la exterior y física, con la que nos
comunicamos por medio de palabras, y la interior, que se identifica con el
corazón. Dejemos que sea el mismo Agustín el que nos hable sobre éste:
¡Cuántos gritan con la boca y son mudos de corazón! Y, por el contrario,
¡cuántos enmudecen en los labios y claman con el afecto!143.
Olfato
Frente
Tacto
¿Y del tacto? Habla mucho san Agustín de los efectos que produce en el alma el
acto de tocar, y lo relaciona, por ejemplo, con la fe, como en el caso de la
hemorroisa (Mt 9,20-22): “Si tocare
aunque sólo fuera”. […] Cuando lo dijo, tocò. A Cristo se le toca con la fe. Se
acercó, tocó y se hizo lo que creyó150.
144
La Continencia 1,2. Itin. 1967.
145
Coment. Salm. 39,16. Itin. 1831.
146
Serm. 229,3. Itin. 1514
147
Conf. 11,25,32. Itin. 1805. “De lo que rebosa el corazón habla la boca” (Lc. 6,45).
148
Coment. Salm. 37,9. Itin. 144.
149
Serm. 107,7. Itin. 1512.
150
Serm. 63 B,1. Itin. 7997.
— Aquel tocar simboliza la fe. Toca a Cristo quien cree en Él151.
— Esta mujer tocó al Señor tanto más cuanto más creyó; así también el
centurión, cuanto más creyó, tanto más se acercó a Él152.
Para no ir muy lejos, todos tenemos experiencia de lo que se transmite con una
caricia o con un puñetazo…
b. La libertad153
c. La amistad159
En las lecciones 2,6 e, 3,2 c y 4,8 se habló un poco de los tres grados de la
amistad en san Agustín. La amistad es una variante del amor; más aún, el amor
se manifiesta en la amistad, y ésta alimenta el amor.
Nadie, que sea crea normal, puede vivir sin amigos: En toda condición, lugar y
tiempo, o tengan amigos o búsquenlos.160.
Así como el cuerpo necesita salud, el alma necesita amigos: En este mundo son
necesarias estas dos cosas: la salud y el amigo161.
Ahora bien, ¿para qué sirve la amistad? ¿Hacia dónde nos debe conducir? .
Primero que todo, a Dios: A Dios debemos llevar a los que amamos y ser
llevados por los que nos aman162. En segundo lugar, la amistad nos debe llevar
al conocimiento del mismo Dios y del alma: Pero te pregunto: ¿por qué quieres
que vivan o permanezcan contigo tus amigos, a quienes amas? Para buscar en
amistosa concordia el conocimiento de Dios y del alma. De este modo, los
primeros en llegar a la verdad pueden comunicarla sin trabajo a los otros163.
d. El amor164
El amor en san Agustín es un tema de nunca acabar. Todo lo que el Santo nos
puede decir acerca del amor lo resume en la frase lapidaria suya: Ama y haz lo
que quieras; o también: ama y dí lo que quieras166. Es una sentencia peligrosa si
se entiende mal. Muchos jóvenes dicen: me acuesto con mi pareja y, como lo
hago con tanto amor, no es pecado. Nada más erróneo. No basta hacer las cosas
por amor para juzgarlas buenas. Por amor al dinero se atraca, se roba, se
cometen injusticias, se roban los bienes del Estado y hasta se asesina.
A la sentencia agustiniana habría que agregarle una frase: “ama con amor
ordenado y haz lo que quieras. Esto es lo que quiere decir san Agustín: Nos
interesa principalmente saber qué es el amor verdadero, o mejor, qué es el
amor. Sólo el amor verdadero merece el nombre de amor; lo demás es
pasión167. No quiero que no ames nada, pero quiero que ordenes tu amor168.
Ahora bien, ¿qué es el amor ordenado? También lo dice claramente el Santo:
¿Quieres que obedezca tu cuerpo a tu alma? Que tu alma sirva a Dios169.
Sobran los comentarios a san Agustín. Terminemos diciendo con el Santo que
cada uno vive conforme a lo que ama173.
— Mi peso es mi amor; él me lleva doquiera soy llevado174.
Lo anterior lo podemos resumir así: dime qué amas y te diré quién eres.
d. La comunidad175
171
La verdadera religión 34,63. Itin. 7275.
172
Coment. Salm. 143,6. Itin. 7258.
173
La Trinidad 13,20,26. Itin. 523.
174
Conf. 13,9,10. Itin. 381.
175
Cf. C. CARDONA, ib., tema COMUNIDAD.
176
J. A. GALINDO, ob. cit. 37.
177
Serm. 349,1. Itin. 481.
178
Coment. Salm. 31,2,5. Itin. 394.
179
Coment. salm. 121,1. Itin. 416.
180
Ochenta y tres cuestiones diversas 35,2. Itin. 606.
“El hombre agustiniano busca y encuentra la verdad por la vía de la
interioridad; vive intensa y ordenadamente el amor para con todas las
personas como norma universal de conducta; cultiva la amistad como
ámbito en que se construye una feliz y provechosa convivencia humana
abierta a la más alta caridad; por lo mismo, alcanza la realización personal
en la auténtica libertad; es solidario y comunitario con los demás, hasta el
punto de que, en algunos casos, vive en comunidad para realizar mejor
todos esos valores y todos los demás que lleven el sello de lo humano y/o
de lo cristiano181.
LECTURA
Agustín a los hombres de hoy
A los hombres de ciencia los invita también a reconocer en las cosas creadas las
huellas de Dios y a descubrir en la armonía del universo las “razones seminales”
que Dios ha depositado en ellas…
Para terminar, voy a dedicar una palabra a los jóvenes, a quienes Agustín amó
mucho como profesor antes de su conversión, y como Pastor, después. El les
recuerda su gran trinomio: verdad, amor, libertad; tres bienes supremos que se
dan juntos. Y les invita a amar la belleza, él que fue un gran enamorado de ella.
No sólo la belleza de los cuerpos, que podría hacer olvidar la del espíritu, ni sólo
la belleza del arte, sino la belleza interior de la virtud, y sobre todo la belleza
eterna de Dios, de la que proviene la belleza de los cuerpos, del arte y de la
virtud. De Dios, que es “la belleza de toda belleza” (Conf. 3,6,10), “fundamento,
principio y ordenador del bien y de la belleza de todos los seres que son buenos
y bellos” (Sol. 1,1,3). Agustín, recordando los años anteriores a su conversión,
se lamenta amargamente de haber amado tarde esta “belleza tan antigua y tan
nueva” (Conf. 10,27,38), y quiere que los jóvenes no le sigan en esto, sino que,
amándola siempre y por encima de todo, conserven perpetuamente en ella el
esplendor interior de su juventud.
Cuestionario
¿De qué te sirve conocer, si eres perezoso en elegir? (Comentarios a los salmos
53,2).
LECCION COMPLEMENTARIA
1. Datos cronológicos más importantes de la vida de san Agustín.
384. Pasa a Milán con el mismo fin y comienza a ser oyente de los sermones de
san Ambrosio.
Decide ser catecúmeno de la Iglesia Católica.
385. Pronuncia el panegírico del emperador Valentiniano II y el de Bautón.
Llega Mónica. Luchas
interiores. Simpatía por la Iglesia Católica y por las Escrituras.
386. Proyecto de matrimonio y de vida común. Lectura de los neoplatónicos y
de las epístolas de san
Pablo. Entrevista con Simpliciano y Ponticiano. Escena del jardín y
CONVERSIÓN. Se retira a
la granja de Verecundo, en Casiciaco, con su madre y amigos (hacia
septiembre).
387. Vuelve a Milán y de san Ambrosio recibe el bautismo en la noche pascual
del 24-25 de abril.
Emprende el regreso a África con su madre, que muere en Ostia del Tíber.
Se detiene en Roma
casi un año.
388. Parte para África, deteniéndose en Cartago algún tiempo. Funda el primer
monasterio
agustiniano en Tagaste, donde permanece tres años.
389. Muere Adeodato.
391. Va a Hipona y es ordenado sacerdote allá, para ayudar al obispo Valerio.
Funda el segundo
monasterio en el huerto donado por el obispo.
392. Disputa con Fortunato, maniqueo, en Hipona, el 28 de agosto.
393. Sínodo de Hipona (8 de octubre), donde predica sobre la fe y el Símbolo.
395. Es nombrado obispo auxiliar de Valerio y lo consagra Megalio, obispo de
Numidia.
397. Asiste a un concilio en Cartago. Muere Valerio y le sucede en la Sede
Episcopal.
398. Controversia con Félix, maniqueo, quien se convierte a la fe católica.
1888. Llega san Ezequiel Moreno, con otros seis religiosos, a restaurar la
Provincia de la Candelaria.
1898. La revolución filipina da un duro golpe a la Recolección allí.
1906. Muere en olor de santidad el padre Ezequiel Moreno el 19 de agosto en
Monteagudo, España.
1907. Se revive la antigua Provincia del Pilar y nace la de santo Tomás de
Villanueva.
1912. El papa san Pio X convierte la Recolección en Orden, el 16 de septiembre.
Tendrá Superior
General propio y se llamará Orden de Eremitas Recoletos de san
Agustín.
1943. Se funda la Provincia de san Agustín por división de la Provincia de la
Candelaria.
1948. De la provincia de san Nicolás nace la de san José.
1957. Se funda el Instituto Histórico, el 25 de diciembre.
1960. Se forma la Provincia de santa Rita, de la de santo Tomás
de Villanueva, en Brasil.
1961. Nace la Provincia de la Consolación, con personal y casas de la Provincia
de la Candelaria.
1966. Recibe el nombre actual: ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
(OAR).
1966. El 19 de marzo se funda el Instituto de Espiritualidad.
1970. Se funda el Instituto o Casa Augustinus, el 23 de noviembre. Hoy se llama
Casa San Ezequiel
Moreno.
1975. Es beatificado el padre Ezequiel Moreno, por el papa Pablo VI, el 1o. de
noviembre.
1987. Es canonizada la Beata Magdalena de Nagasaki, por el papa Juan Pablo II,
el 18 de octubre.
1989. Son beatificados los padres Martín de san Nicolás y Melchor de san
Agustín, por el papa Juan
Pablo II, el 23 de abril.
1992. Es canonizado el Beato Ezequiel Moreno, por el papa Juan Pablo II, el 11
de octubre en Santo
Domingo.
1992. Por primera vez se celebra en América (en Colombia) un capítulo general
de la Orden, en los
meses de noviembre-diciembre. Es el capítulo no. 51.
1994. El 20 de octubre se crea el Instituto de Agustinología de la OAR.
1995. El siete de mayo es beatificada por el papa Juan Pablo II la madre María
de san José,
fundadora de las Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús y primera
santa venezolana.
1996. Se recibe el nuevo territorio misional de Sierra Leona, diócesis de Makeni,
África.
1998. Por decisión del 52º. Capítulo General, nace la provincia número ocho de
la Orden, con el
nombre de SAN EZEQUIEL MORENO, por división de la Provincia de
san Nicolás, en
Filipinas.
1999. El 7 de marzo son beatificados, por el papa Juan Pablo II, los padres
Vicente Soler y
compañeros mártires.
2002. El 19 de mayo es canonizado el beato Alonso de Orozco, por el papa Juan
Pablo II.
SEPTIEMBRE 04 La Consolación
10 San Nicolás de Tolentino
19 San Alonso de Orozco
28 Beatos mártires del Japón
Adeodato
Agustín, abreviado
— escritor
— excepciones
— fundador
— lector
— narrado
— narrante
Agustinos calzados
— descalzos
Alarcón, Gregorio de
Albino
Alejandro IV
— VII
Alfaro
Alipio
Alma
Ambrosio
Amistad
Amor
Ángeles, Bartolomé de los
Annibaldi, cardenal
Antonio
— el ermitaño
— Vicente de san
Apellidos (de san Agustín)
Apócrifo
Apostolado
Apostólico
Arriano(s)
Artes liberales
Aurelio
Autodidacta
Benenato
Benito, san
Bereberes
Bernabé
Bigua
Bréttino
Bueno, Juan
Candelaria, la
Candelarios, padres
Canónigos regulares
Cantera, Eugenio
Canto
Capítulo general
— provincial
Caridad
Carlomagno
Cartagena
Cartago
Casanare
Casas, Nicolás
Casiciaco
Catalina, santa
Categorías de Aristóteles
Chocó
Cicerón
Cipriano, san
Clemente VIII
— IX
Confesiones
Congregación
Constancio
Constituciones
Conversión
Corro, Pedro
Cristo
Cristocentrismo
Darién
Delgado, Mateo
Desamortización
Descalcez
Desierto de la Candelaria
Donatismo
Elegidos
Escepticismo
Escépticos
España
Eulogio
Evodio
Eversores
Ezequiel, san
— Fundación san
Fabo, Pedro
Fausto
Felicidad
Filipinas
Filosofía
Formación OAR , plan de
Fortunato
Franciscano(s)
Fulgencio
Gachaneca
Ganuza, Marcelino
Gapsa
García P., Alonso
Gervasio
Gregorio XI
— XV
Griego
Guevara, Jerónimo
Guillermo el Grande
Honestidad científica
Honorato
Hortensio, el
Inocencio II
— IV
Jenaro
Jerónimo, Juan de san
Jesús, Francisco de
Latín
León, Luis de
Leporio
Liberalismo
Liberato
Licencio
López, Sebastián
Lutero
Madaura
Madre de Dios, Miguel de la
Madre (Mónica)
Magdalena, Miguel de la
Mallol, Vicente
Maniqueos
Marcelino
Mario Victorino
Mártires
Máximo
Megalio
Melania
Mendizábal
Milán
Miranda, Andrés
Mónica, santa
Monteagudo
Monte Favale
Moral(idad)
Mosquera
Mujer amada
Música
Navigio
Nebridio
Neoplatónicos
Nobilio
Novato
Observancia
Orgullo
Ostia
Oyentes
Pablo V
Panamá
Patricio
Paulino de Nola
Pérez, Enrique
Piniano
Pío X, san
Ponticiano
Prior general
— provincial
— local
Procurador general
Profuturo
Protasio
Púnico
Recolección
Regla
Retórica
Rocha, Victorino
Rojas, Pedro de
Roma
Romaniano
Sabiduría
Sádaba, Francisco
Secretariado(s)
Seminario
Severo
Símaco
Simpliciano
Soberbia
Superior local
Tagaste
Teodoro
Tertuliano
Tréveris
Unión, Gran
Urabá
Urbano VIII
Valerio
Varrón
Verecundo
Verdad
Vida común
Virtud(es)
Voluntad
Yermo(s)