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El trabajo como realidad social.

Podemos afirmar que el fenómeno del trabajo es complejo y multifacético, y es por ello por lo que
ha sido abordado desde distintas disciplinas, Derecho, Psicología, Sociología, Economía, Política,
Historia, Antropología, Medicina, etc.

El interés de estas disciplinas en el trabajo se debe a la importancia que este tiene en el desarrollo
de la sociedad y en la vida de las personas adultas que dedican una tercera parte de su tiempo a
actividades laborales o a actividades relacionadas con su trabajo.

Además, junto con la familia y el tiempo libre constituye uno de los tres pilares fundamentales de
nuestra vida. Es por ello que CURIE y HAJJAR en 1.987 consideran estos tres pilares como un
sistema de actividades.

En este sistema de actividades existe una continua interacción, la interdependencia de las


actividades que realizamos tanto en el trabajo como en la familia, como en la sociedad se deben a
tres razones:

TRABAJO, FAMILIA, SOCIEDAD.

1− Existe una limitación de recursos que nos lleva a que la implicación en alguna de las
actividades produzca restricciones en las otras actividades.

2− La realización de una actividad puede aportar información y recursos para otro tipo de
actividades en los otros ámbitos.

3− La relevancia subjetiva de las actividades desarrolladas dentro de un ámbito viene


determinada por la significación de las mismas en otros ámbitos. Como adquirimos el
conocimiento del trabajo.

Normalmente el conocimiento del trabajo se adquiere a partir de las experiencias laborales y de


las informaciones y modelos culturales que se reciben desde la sociedad por medio de la
educación y la comunicación social.

Por tanto, el trabajo tal y como lo estamos viendo adquiere distinto significado como resultado del
conocimiento sobre una parcela de la realizada socialmente, elaborada y compartida. (Salanova,
Prieto y Peiró, 1.993).

Podemos afirmar, por tanto, que el trabajo está sociocognitivamente construido. Por tanto, en el
ambiente en el que se desarrolla o tiene lugar el trabajo es un ambiente laboral, este ambiente no
es exclusiva ni primordialmente de carácter físico y natural, de hecho hay numerosos dentro del
mismo, cuya naturaleza es eminentemente social (supervisores, compañeros de trabajo, etc.)
además existen otros componentes que aun presentando una base física e incuestionable sólo
cobran sentido en un marco social y en un sistema de interpretaciones sociales, por tanto no sólo
cabe hablar de ambiente laboral (social) en términos de sus elementos constitutivos, sino que
tendremos en cuenta la interacción que se produce entre la persona y su ambiente.

Esta interacción da lugar a un ambiente subjetivado y construido. El clima organizacional son las
percepciones, impresiones o imágenes que de la realidad organizacional tienen los propios
trabajadores y que influyen sobre la conducta individual y grupal. (Peiró, 1.983−1.984).
El trabajo en la actualidad y en la sociedad moderna en la que vivimos se desarrolla en un
ambiente organizacional cuyas principales características lo definen como un ambiente social e
institucional más estructurado y formalizado que otros ambientes en los que las personas
conviven y cuyos elementos básicos y constituyentes son radicalmente sociales.

A la hora de analizar el ambiente laboral el análisis que realicemos debe trascender de la mera
descripción de los elementos que lo constituyen, el conocimiento del mismo exige el análisis de los
procesos de interacción entre la persona en su trabajo y el ambiente laboral en el que desarrolla
su actividad. Hay autores que proponen dos grandes categorías o niveles que se pueden distinguir
en el ambiente laboral:

Realidad MICRO: está relacionada con las condiciones de los lugares de trabajo, con el
factor humano, con las condiciones del desarrollo de la carrera laboral, con las fuentes de estrés,
el ajuste persona−puesto, la estructura y diseño de unidades colectivas de trabajo, las
características organizacionales, etc.

Realidad MACRO: está relacionada con la estructura de las ocupaciones, el mercado


laboral, el análisis de las condiciones económico−laborales de un determinado país o las políticas
para incrementar la disponibilidad de empleo y estimular la actividad productiva o la
competitividad.

SUNDSTROM (1.987) propone tres niveles de análisis:

1− Ambiente individual: está constituido por los elementos físicos del entorno de trabajo.

2− Ambiente social: formado por el conjunto de relaciones interpersonales.

3− Ambiente organizacional: se incluyen aspectos relacionados con la estructuración de unidades


de trabajo, grupos, etc.

Cada uno de esos ambientes está relacionado con resultados tanto individuales (satisfacción,
motivación, etc.) como con resultados organizacionales (efectividad, rendimiento, etc.)

Las organizaciones pueden ser consideradas como sistemas sociales en los que el comportamiento
es imprescindible.

Hay que pensar en los trabajadores como seres humanos para llegar a trabajar eficazmente con
ellos. Este planteamiento no es sencillo, por lo tanto, no existen formas más simples y prácticas
para trabajar con las personas, ni una solución ideal para los problemas de la organización.

PORTER, LAWLER Y HACKMAN (1.975) señalan que para comprender la conducta organizacional
hay que tener en cuenta factores individuales y factores organizacionales, en cuanto a estos
últimos determinantes en la conducta del sujeto, se encuentran las expectativas que la
organización comunica a sus miembros y, por otro lado, los recursos que ésta pone a disposición
de los trabajadores.

En cuanto a los factores individuales, las necesidades y objetivos que el trabajador espera cubrir o
alcanzar y sus habilidades o energía son los determinantes de la conducta del individuo.

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