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Cita: LIB18
Producto: Microjuris
INTRODUCCION
El juicio ejecutivo de mínima cuantía, regido en los Arts. 703 y sigs. del
C. P. C., se aplica tratándose de obligaciones cuya cuantía es igual o
inferior a la señalada en esa norma legal.
Título Primero:
A. Generalidades
7. Sólo la ley puede crear títulos ejecutivos. Los títulos ejecutivos están
enumerados taxativamente en el Art. 434 del C. P. C., y en las leyes
especiales a que se refiere el N° 7 de este mismo artículo. Sólo una ley
puede crear títulos ejecutivos; los particulares no pueden, por tanto,
crear títulos ejecutivos que no reúnan los requisitos que el legislador ha
prescrito, ya que tales requisitos miran no sólo al interés personal de
los contratantes, sino también al interés público que existe en reservar
el procedimiento ejecutivo a aquellos casos en que se persiga el
cumplimiento de obligaciones cuya existencia y exigibilidad se hayan
reconocido o declarado por algún medio legal. En consecuencia, carece
de todo valor la cláusula en que el deudor acepte anticipadamente como
ejecutivo un documento a que la ley no confiere expresamente ese
carácter.
5. Confesión judicial.
Los títulos ejecutivos que hemos enumerado pueden ser clasificados en:
a) títulos perfectos o completos, y b) títulos incompletos.
B. Sentencia firme
Del inciso final del artículo citado puede desprenderse con claridad que
el juicio ejecutivo, que por su naturaleza exige procedimientos de
apremio, sólo puede ser de la competencia de la justicia ordinaria. Esta
conclusión ha sido aceptada por la jurisprudencia de nuestros
tribunales, la cual ha estimado que el compromisario no es competente
para conocer de una ejecución, y que "es atentatorio de las
disposiciones legales que gobiernan el juicio ejecutivo, porque
quebranta la unidad del procedimiento, dividiendo su continencia,
aquel según el cual se atribuye al árbitro el conocimiento y fallo de las
excepciones opuestas y aun la suscripción del mandamiento ejecutivo,
en cuanto manda requerir de pago, y deja a la justicia ordinaria lo
relativo al embargo y realización de los bienes embargados, de todo lo
cual resultaría que en un mismo juicio aparecerían conociendo
simultáneamente dos tribunales diversos".
Previamente, de acuerdo con los Arts. 239 y siguientes del C. P. C., será
necesario recabar de la Corte Suprema de Justicia el exequátur o
aprobación para que la sentencia pueda cumplirse en nuestro país. La
Corte Suprema prestará su exequátur si se reúnen las condiciones o
requisitos generales establecidos en los artículos 242 y siguientes del C.
P. C.
De más está decir que esta clase de sentencia debe reunir, además,
todos los requisitos que la ley chilena exige para que proceda la acción
ejecutiva, y que el procedimiento ejecutivo será el establecido por
nuestra legislación.
c) Las copias que pueden darse a los interesados por decreto judicial.
Aunque algunos han pretendido negar mérito ejecutivo a estas copias,
es de toda evidencia que ellas lo tienen, ya que el Art. 434 del C. P. C.,
al dar mérito ejecutivo a la sentencia firme, no ha distinguido si ella se
encuentra en el original o en una copia autorizada. Así lo ha entendido
siempre la jurisprudencia. Al respecto, podemos citar un fallo de
acuerdo con el cual las copias de sentencias tienen mérito ejecutivo, sin
necesidad de que hayan sido dadas con citación de la persona a quien
afecta su cumplimiento.
C. Escrituras públicas
18. Concepto. El segundo de los títulos a que el Art. 434 del C. P. C. da
mérito ejecutivo es la copia autorizada de escritura pública.
D. Acta de avenimiento
Respecto de este título ejecutivo se ha fallado que "el N° 3° del Art. 434
del Código de Procedimiento Civil da mérito ejecutivo, no sólo al
documento original en que se consigna el avenimiento, sino también a
las copias del mismo dadas con arreglo a la ley".
E. Instrumentos privados
El N° 4° del Art. 434 del C. P. C., que se refiere al mérito ejecutivo de los
instrumentos privados, dice: "Instrumento privado, reconocido
judicialmente o mandado tener por reconocido".
26. Todo deudor puede ser citado a reconocer firma o deuda. Todo
acreedor tiene el derecho de pedir se cite a su deudor a la presencia
judicial a fin de que reconozca la firma o la deuda, cualquiera que sea el
origen de la obligación y aunque el acreedor tenga otras acciones
ordinarias o especiales que ejercitar para hacer valer su acreencia. El
Art. 435 del C. P. C. concede tal derecho al acreedor que no tenga título
ejecutivo, en términos absolutos y sin establecer ninguna excepción. La
Corte Suprema de Justicia ha confirmado ampliamente este criterio en
un fallo que sustenta la siguiente doctrina: "El Art. 435 acuerda a todo
acreedor que carece de un título ejecutivo, el derecho de preparar la vía
ejecutiva por el reconocimiento de firma o confesión a fin de que
practique la que corresponda de dichas diligencias. Los términos
absolutos de dicha disposición, que no hace excepción alguna, están
manifestando que el propósito de la ley es no dejar subordinada a
discusión o controversia de ningún género la formación del título que
ha de servir de base a la ejecución, y tales propósitos resultarían
burlados si por el hecho de que el acreedor tuviera otras acciones para
alcanzar la satisfacción de su acreencia, se le negara el ejercicio de una
que inequívocamente se le concede para que pueda estar en aptitud de
ejercer la acción ejecutiva. En consecuencia, procede enmendar por la
vía de la queja el fallo que acogió la oposición del deudor para que no se
le obligue a confesar una deuda, mientras no esté rendida y aprobada la
cuenta de la administración de que emanaría el saldo de que se le
considera deudor.
4. No comparece.
"2° Que se alegue causa justa, la cual será apreciada por el tribunal
prudencialmente".
"Este derecho sólo podrá reclamarse dentro de tres días, contados desde
que cesó el impedimento y pudo hacerse valer ante el tribunal que
conoce del negocio" (artículo 79 del C. P. C.).
b) En segundo lugar, el protesto debe ser eficaz, esto es, debe haberse
hecho en la oportunidad y con las formalidades prescritas por la ley.
G. Confesión judicial
59. Otros títulos a los que leyes especiales confieren mérito ejecutivo.
Enumeraremos aquí algunos de los títulos ejecutivos creados por leyes
especiales:
El propio artículo 438 nos indica también que "se entenderá por
cantidad líquida, no sólo la que actualmente tenga esta calidad, sino
también la que pueda liquidarse mediante simples operaciones
aritméticas con sólo los datos que el mismo título ejecutivo suministre".
Así, por ejemplo, una deuda de mil pesos más el interés del 10 por
ciento anual durante dos años es líquida, ya que una simple operación
aritmética puede darnos su monto total.
Por nuestra parte, estimamos que carece de mérito ejecutivo, por no ser
actualmente exigible, la obligación cuyo valor se ha ordenado retener
judicialmente en poder del deudor. Y ello, porque la propia ley prohíbe
el pago de tal obligación y lo declara nulo en caso de hacerse. Podría
decirse que esta doctrina presenta el inconveniente de que el deudor
podría fácilmente eludir el cumplimiento ejecutivo de su obligación,
solicitando la retención judicial del valor de la deuda; pero ello no es
efectivo, ya que la medida precautoria de retención sólo puede ser
decretada por la justicia, cuando se han acreditado los motivos serios y
graves que el propio C. P. C. señala en sus Arts. 295 y 298.
Podría observarse al fallo recién citado que, dentro del N° 7° del Art. 464
del C. P. C. (falta de requisitos para que el título tenga fuerza ejecutiva),
queda comprendido el caso de retención judicial de la deuda.
c) Fallos que establecen que el hecho de estar retenida judicialmente la
deuda en poder del deudor "no hace perder su fuerza ejecutiva al título,
ya que el deudor puede cumplir la orden de pago y la orden de
retención, consignando la suma adeudada a la orden del juez". La
ejecución es entonces procedente, y "el juicio debe seguir adelante hasta
que el ejecutado haga consignación o depósito a la orden del juzgado,
del capital, intereses y costas".
a) Tercería de dominio;
b) Tercería de posesión;
c) Tercería de prelación;
d) Tercería de pago, y
78. Notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor. El Art.
1377 del C. Civil dispone que "los títulos ejecutivos contra el difunto lo
serán igualmente contra los herederos; pero los acreedores no podrán
entablar o llevar adelante la ejecución, sino pasados ocho días después
de la notificación judicial de sus títulos".
Es por esto por lo que el artículo 1377 del C. Civil dispone que para
proceder ejecutivamente en contra del heredero del deudor, deberá
notificársele judicialmente el título ejecutivo y dejar transcurrir un
término de ocho días para poder iniciar o llevar adelante la ejecución.
Para resolver este problema debemos tener presente el artículo final del
C. P. C., que dice: "Desde la vigencia de este Código quedarán
derogadas todas las leyes preexistentes sobre las materias que en él se
tratan, aun en la parte que no le sean contrarias, salvo que ellas se
refieran a los tribunales especiales no regidos por la Ley de 15 de
octubre de 1875. Sin embargo, los Códigos Civil, de Comercio y de
Minería, la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales y las
leyes que los hayan complementado o modificado, sólo se entenderán
derogados en lo que sean contrarios a las disposiciones de este Código".
En consecuencia, debemos aplicar preferentemente el artículo 5° del C.
P. C., y el artículo 1377 del C. Civil lo aplicaremos en lo que no sea
contrario a dicho artículo 5°. Teniendo en vista esta norma podremos
resolver fácilmente las diversas situaciones que pueden presentarse y
que son las siguientes:
Desde luego, no es un simple decreto, ya que su fin es algo más que dar
curso progresivo a los autos; ni es una sentencia definitiva, pues no
pone fin a la instancia ni resuelve el asunto que es objeto del juicio.
Tampoco es un auto, ya que no recae en ningún incidente. Se trata,
entonces, de una sentencia interlocutoria, ya que "resuelve sobre algún
trámite que debe servir de base en el pronunciamiento de una sentencia
definitiva o interlocutoria" (Art. 158 del C. P. C.). En efecto, sin esta
resolución no podría efectuarse el requerimiento de pago, ni el
ejecutado podría oponer excepciones ni tampoco podría dictarse
sentencia definitiva.
C. La oposición a la ejecución
93. Diferencias entre las excepciones del juicio ejecutivo y las del
ordinario. Diversas son las diferencias que podemos anotar entre las
excepciones del juicio ejecutivo y las del juicio ordinario. Casi todas
esas diferencias se fundan en la circunstancia de ser la ejecución un
juicio rápido, favorable al acreedor, en que el deudor es mirado con
desconfianza. Nos referiremos a las más importantes de ellas:
Debemos relacionar esta excepción con el inc. 2° del Art. 465 del C. P.
C., que dice: "No obstará para que se deduzca la excepción de
incompetencia, el hecho de haber intervenido el demandado en las
gestiones del demandante para preparar la acción ejecutiva". O sea, en
otras palabras, "no importa prórroga tácita de jurisdicción, la
comparecencia del deudor a las diligencias preparatorias de la vía
ejecutiva".
"5a Que se oponga el beneficio luego que sea requerido el fiador; salvo
que el deudor al tiempo del requerimiento no tenga bienes y después los
adquiera;
"6a Que se señalen al acreedor los bienes del deudor principal" (Art.
2358 del C. C.).
Segunda: los requisitos que la ley exige para que proceda la ejecución
deben reunirse en el momento de entablarse la demanda ejecutiva, y no
con posterioridad (ver N° 83).
La providencia que debe dictar el juez una vez vencido el plazo para
responder a las excepciones, no es una providencia de cajón; el juez
deberá estudiar el expediente y la resolución que pronuncie puede
adoptar dos formas distintas. A estas diversas situaciones nos
referiremos en el número siguiente.
Por último, no está de más recordar que, de acuerdo con las reglas
generales, el término probatorio es fatal para rendir la prueba de
testigos (Art. 340 del C. P. C.), para presentar los documentos en la
primera instancia (Art 348 del C. P. C.) y para solicitar toda otra
diligencia de prueba que no hubieren pedido con anterioridad a la
iniciación del término probatorio (Art. 327 del C. P. C.).
Tres son las situaciones que contempla este artículo, y las veremos
separadamente:
A) El Art. 467 dispone: "El ejecutante podrá, sólo dentro del plazo de
cuatro días que concede el inciso primero del artículo anterior,
desistirse de la demanda ejecutiva, con reserva de su derecho para
entablar acción ordinaria sobre los mismos puntos que han sido
materia de aquélla". En otras palabras, la primera oportunidad que
tiene el ejecutante para solicitar reserva de su derecho la encontramos
en el escrito de respuesta a las excepciones, para lo cual deberá
desistirse de la demanda ejecutiva. Transcurrido el plazo fatal de cuatro
días para responder al escrito de excepciones, el ejecutante pierde la
oportunidad a que nos referimos.
Este desistimiento especial de la demanda que contempla el Art. 467 del
C. P. C. debe entenderse sin perjuicio de la facultad que tiene el
ejecutante de desistirse de su demanda en cualquier estado del juicio y
de acuerdo con las reglas generales sobre el desistimiento contenidas en
los Arts. 148 y siguientes del C. P. C.
Los efectos del desistimiento especial del Art. 467 están señalados en el
inc. 2° del mismo artículo: el ejecutante pierde su derecho para deducir
nueva acción ejecutiva, quedan sin valor el embargo y demás
resoluciones dictadas y el actor responderá de los perjuicios causados
con la ejecución, salvo lo que se resuelva en juicio ordinario. Es claro
que la sentencia que ponga fin a la ejecución no producirá cosa juzgada
y el actor podrá renovar su acción en juicio ordinario. Esto último
marca también una importante diferencia entre el desistimiento
especial que estudiamos y el general que reglamentan los artículos 148
y sigs. del Código, pues este último tiene por efecto precisamente el de
extinguir las acciones a que él se refiere (Art. 150 del C. P. C.).
La Ley Orgánica del Banco del Estado de Chile, que es el Decreto Ley N°
2.079 de 1977, dispone en su artículo 38 que los depósitos de ahorro
serán inembargables hasta concurrencia de la cantidad que allí se
señala, a menos que se trate de deudas provenientes de pensiones
alimenticias, en las condiciones que ese mismo artículo señala.
1° Dinero;
3° Bienes raíces, y
4° Salarios y pensiones".
Por último, relativamente a los efectos del embargo, diremos que éste no
confiere al acreedor que lo obtiene ninguna preferencia para pagarse
con los bienes embargados. Por el contrario, el Código de Proc. Civil
reconoce expresamente a los demás acreedores que aparezcan el
derecho de interponer la correspondiente tercería de pago o de prelación
para concurrir con el primer acreedor al pago de sus respectivos
créditos. La jurisprudencia unánime de los tribunales así lo ha fallado.
d) Los demás bienes. Estos bienes son los que requieren tasación y
entre ellos están principalmente los bienes raíces. A ellos se refiere el
Art. 485 del C. P. C.: "Los demás bienes no comprendidos en los tres
artículos anteriores, se tasarán y venderán en remate público ante el
tribunal que conoce de la ejecución, o ante el tribunal dentro de cuya
jurisdicción estén situados los bienes, cuando así se resuelva a solicitud
de parte y por motivos fundados".
Los bienes que requieren tasación son principalmente los bienes raíces;
pero además existen también algunos bienes muebles que necesitan ser
tasados, como por ejemplo, los bienes muebles que no puedan venderse
en martillo (créditos personales, por ej.), y los efectos de comercio que
no pueden venderse en el acto.
2° Los demás bienes, que son los que necesitan tasación, especialmente
los bienes raíces, pueden ser rematados después de aprobada la
tasación y que esté notificada la sentencia de remate, sin que tampoco
haya necesidad de que esa sentencia esté ejecutoriada. Puede
recordarse, al respecto, que antes de la modificación introducida en el
Art. 488 del C. P. C. por la Ley Nº 11.183, de 10 de junio de 1953, para
subastar los bienes que requerían tasación era menester que la
sentencia de remate estuviese ejecutoriada.
150. Tasación de los bienes que requieren ese trámite para ser
subastados. Dispone el Art. 486 del C. P. C. que la tasación será la que
figure en el rol de avalúos que esté vigente para los efectos de la
contribución de haberes. Se acompañará al juicio un certificado
expedido por la Dirección General de Impuestos Internos, en el que
conste el avalúo vigente del bien raíz, y se solicitará se tenga ese avalúo
como tasación del inmueble.
Transcurridos los plazos que tienen las partes para evacuar el traslado
de las impugnaciones (tres días, ya que se trata de un incidente), y aun
cuando no se hubiere evacuado dicho traslado, el juez resolverá sobre
las impugnaciones, "sea aprobando la tasación, sea mandando que se
rectifique por el mismo o por otro perito, sea fijando el tribunal por sí
mismo el justiprecio de los bienes. Estas resoluciones son inapelables"
(inc. 1° del Art. 487 del C. P. C.).
Las bases para el remate pueden ser fijadas de común acuerdo por las
partes, en cuyo caso ellas son libres para determinar las condiciones del
remate: fijar la forma de pago del precio; el mínimo de las posturas, las
cauciones que deben rendir los interesados; etc, en la forma que
estimen más conveniente. Para tal efecto, es posible que las partes
presenten de común acuerdo un escrito fijando dichas condiciones.
Las limitaciones que contempla la ley para el caso en que el tribunal sea
quien deba pronunciarse acerca de las condiciones de la subasta son
las siguientes:
b) No podrá establecer un mínimo para las posturas que baje de los dos
tercios de la tasación del bien embargado. Sólo el acuerdo expreso de
las partes podría fijar un mínimo inferior (Art. 493).
152. Situación que se produce cuando hay otros embargos sobre el bien
que va a rematarse. A fin de determinar si existen otros embargos o
hipotecas pendientes sobre el bien que va a rematarse, se pedirá un
certificado de gravámenes en el respectivo conservador de bienes raíces.
Como conclusión, podemos decir que los artículos 2428 del C. Civil y
492 del C. P. C. deben interpretarse armónicamente: el primero
establece la regla general de que la citación de los acreedores
hipotecarios produce la extinción de las hipotecas; y el segundo
consagra la excepción de que si la subasta es solicitada por un acreedor
hipotecario de grado posterior, los acreedores de grado preferente
pueden optar entre la subsistencia de sus hipotecas o el pago de sus
créditos, siempre que estos últimos no estén devengados.
158. Los artículos 2428 del Código Civil y 492 del C. P. C. se aplican
también al caso en que la finca, por falta de postores al remate, sea
adjudicada al primer acreedor hipotecario. Si siendo ejecutante el
primer acreedor hipotecario, éste solicita se le adjudique la finca
hipotecada en pago de su crédito, se extinguirán por este hecho las
hipotecas posteriores. Es claro que para que se produzca dicha
extinción, la adjudicación de pago deberá realizarse con citación de los
acreedores hipotecarios posteriores; no basta que dichos acreedores
hayan sido citados a la subasta que no se realizó por falta de postores,
sino que es preciso, además, que la adjudicación misma haya sido
hecha con citación de ellos.
160. Caso en que sólo existe una hipoteca sobre el bien embargado. Si
existe una hipoteca sobre la finca que se va a rematar, puede pedirse la
citación del acreedor hipotecario en conformidad a las reglas que
acabamos de exponer. Pero en la práctica es frecuente hacer uso de otro
procedimiento, especialmente cuando la hipoteca está constituida en
beneficio de una institución de crédito; se contempla entre las bases del
remate la condición de que el subastador adquirirá la propiedad
reconociendo la hipoteca y haciéndose cargo de ella. En consecuencia,
el comprador recibirá la finca con el gravamen hipotecario y se hará
cargo del servicio de la deuda.
De los términos literales del Art. 494 del C. P. C. parece deducirse que
el remate queda sin efecto definitivamente, que no podrá obligarse al
subastador a suscribir la escritura pública de compraventa, y que sólo
procedería hacer efectiva la caución.
a) El remate puede ser nulo por vicios del procedimiento, como por
ejemplo, si no se hicieron las publicaciones de avisos; o no se hizo la
tasación del bien en forma legal; si el remate se realizó en una fecha
distinta de la fijada previamente al efecto, o se realizó sin señalamiento
previo de fecha, etc.
Si puestos por segunda vez en remate los bienes, por los dos tercios del
nuevo avalúo, tampoco se presentaren postores, el acreedor, de acuerdo
con el Art. 500 del C. P. C., puede pedir cualquiera de esas a su
elección:
Este contrato forzado se rige preferentemente por los Arts. 503 a 507
del C. P. C., quedando en lo demás sujeto a los Arts. 2435 y siguientes
del C. Civil, que se refieren al contrato de anticresis (Art. 507 del C. P.
C.).
Una vez aceptada por el tribunal la petición del acreedor para que se le
entreguen en prenda pretoria los bienes embargados, debe hacerse la
entrega de dichos bienes bajo inventario solemne (Art. 503).
"El acreedor que tenga bienes en prenda pretoria, deberá rendir cuenta
de su administración, cada año si son bienes inmuebles y cada seis
meses si se trata de muebles, bajo la pena, si no lo hace, de perder la
remuneración que le habría correspondido, de conformidad al inciso
final del Art. 504, por los servicios prestados durante el año" (Art. 506).
Una vez que el cargo de depositario expire por cualquier motivo, éste
debe rendir cuenta de su administración en la misma forma que la ley
establece para los tutores y curadores (Art. 514). O sea, la rendición de
cuentas debe ser fiel y exacta y en cuanto fuere dable, documentada,
referente a todos los actos de administración (Art. 415 del C. Civil).
Una vez enajenados los bienes, el tercero sólo podría iniciar un juicio
ordinario de reivindicación en contra del que se adjudicó los bienes en
la ejecución.
Finalmente, dispone el inc. final del Art. 523 que las resoluciones que
se dicten respecto de si debe o no suspenderse el procedimiento de
apremio, son apelables, y la apelación se concede en el efecto
devolutivo; lo que prácticamente quiere decir que la resolución que
ordenó paralizar o continuar la tramitación del cuaderno de apremio, se
cumple no obstante hallarse apelada.
Para tal efecto, se estableció en el Nº 2 del artículo 518 del C. P. C., que
"en el juicio ejecutivo sólo son admisibles las tercerías cuando el
reclamante pretende: 2º Posesión de los bienes embargados".
Pero una vez realizados los bienes, no se hará pago al ejecutante, sino
que se consignará el dinero a la orden del tribunal hasta que recaiga
sentencia firme en la tercería (Art. 525). Una vez firme la sentencia
recaída en la tercería de prelación, se procederá a hacer pago al
ejecutante y al tercerista de acuerdo con dicha sentencia; o sea, si la
sentencia acoge la tercería, se pagará preferentemente al tercerista,
quedando el resto para cubrir el crédito del ejecutante; y si la sentencia
rechaza la tercería y tampoco el ejecutante justifica ninguna preferencia
para pagarse, se distribuirá el producto del remate entre ambos
acreedores a prorrata de sus créditos.
1) Que el crédito del tercerista sea ejecutivo, esto es, que reúna todos
los requisitos necesarios para que pueda exigirse su cumplimiento por
la vía ejecutiva. Este requisito se desprende del tenor literal del Art. 527
del C. P. C., que habla de "créditos ejecutivos".
2) Que el deudor no tenga otros bienes que los embargados para hacer
el pago de los créditos del ejecutante y del tercerista, exigencia que se
desprende del N° 3° del Art. 518 del C. P. C. De acuerdo con las reglas
generales de la prueba, será el tercerista quien deberá probar que el
deudor carece de otros bienes que los embargados.
De acuerdo con los Arts. 1378 y siguientes del C. Civil los acreedores
hereditarios y testamentarios pueden pedir que no se confundan los
bienes del difunto con los del heredero, y en virtud de este beneficio de
separación tendrán derecho a que de los bienes del difunto se les
cumplan las obligaciones hereditarias o testamentarias, con preferencia
a las deudas propias del heredero. Estos acreedores hereditarios o
testamentarios que han obtenido la separación no tienen acción contra
los bienes del heredero, sino después de que se hayan agotado los
bienes a que el beneficio de separación les dio un derecho preferente,
pero aun en este último caso pueden oponerse a esta acción los
acreedores personales del heredero, hasta que se satisfaga en el total de
sus créditos.
El Art. 520, inc. final, termina estableciendo que "el ejecutado podrá,
sin embargo, hacer valer su derecho en estos casos por medio de la
excepción que corresponda contra la acción ejecutiva, si a ello ha
lugar". O sea, que si es el ejecutado quien interpone la reclamación,
podrá ventilar su derecho conforme al procedimiento de las tercerías, o
haciendo valer oportunamente la excepción que corresponda. Dicha
excepción, si corresponde oponerla, no puede ser otra que la del N° 7°
del Art. 464: "La falta de alguno de los requisitos o condiciones
establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza ejecutiva,
sea absolutamente, sea con relación al demandado". La jurisprudencia
ha fallado que el heredero con beneficio de inventario, a quien se
pretende hacer responsable de las deudas de la herencia en bienes
personales, puede hacer valer su derecho en forma de la excepción de
faltar al título fuerza ejecutiva por una cantidad superior a la que figura
como haber hereditario; o en la forma establecida para la tercería de
dominio.
Título Segundo:
Puede ser que los fondos decretados se agoten sin que alcance a
concluirse la obra. En este caso, el acreedor puede solicitar un aumento
de ellos, justificando que ha habido un error en el presupuesto o que
han sobrevenido circunstancias que aumentan el costo de la obra (Art.
539).
Por regla general, el acreedor sólo puede hacer uso de los dos derechos
alternativos indicados, una vez ejecutoriada la sentencia; pero de
acuerdo con las reglas del procedimiento ejecutivo en las obligaciones
de dar, que según el artículo 531 son aplicables al procedimiento
ejecutivo en las obligaciones de hacer, el acreedor puede hacer uso de
esos dos derechos aun antes de que esté ejecutoriada la sentencia; esto
último sucede en dos casos de excepción:
INDICE
Introducción
1. Concepto y definición
2. Reglas aplicables
Título Primero
Capítulo I
LA ACCION EJECUTIVA
Sección Primera
A. Generalidades
6. Definición
7. Sólo la ley puede crear títulos ejecutivos
B. Sentencia firme
C. Escrituras públicas
18. Concepto
D. Acta de avenimiento
22. Concepto
23. Requisitos
E. Instrumentos privados
24. Concepto
G. Confesión judicial
52. Generalidades
59. Otros títulos a los que leyes especiales confieren mérito ejecutivo
Sección Segunda
Sección Tercera
Capítulo II
LA TRAMITACION
Sección Primera
73. Generalidades
C. La oposición a la ejecución
88. Generalidades
93. Diferencias entre las excepciones del juicio ejecutivo y las del
ordinario
106. La novación
107. La compensación
110. La transacción
Sección Segunda
132.A) El embargo
141. El reembargo
150. Tasación de los bienes que requieren ese trámite para ser
subastados
152. Situación que se produce cuando hay otros embargos sobre el bien
que va a rematarse
160. Caso en que sólo existe una hipoteca sobre el bien embargado
163. El remate
Capítulo III
LAS TERCERIAS
Sección Primera
GENERALIDADES
175. Concepto. Sus clases
Sección Segunda
LA TERCERIA DE DOMINIO
177. Concepto
Sección Tercera
LA TERCERIA DE POSESION
Sección Cuarta
LA TERCERIA DE PRELACION
183. Concepto
Sección Quinta
LA TERCERIA DE PAGO
187. Concepto
Sección Sexta
Título Segundo
Capítulo I
Capítulo II
199. Tramitación