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Editor Asesores científicos y colaboradores

Peter Fux Walter Alva


Ignacio Alva Meneses
Henning Bischof
Tom D. Dillehay
Peter R. Fuchs y Renate Patzschke
Johny Isla
Peter Kaulicke
Luis Guillermo Lumbreras
Christian Mesía
Yoshio Onuki
Markus Reindel
John W. Rick

CHAVÍN
PUBLICACIÓN EXPOSICIÓN

Edición general © 2015 Asociación Museo Primera edición Este libro se publica con ocasión de Comité Organizador
Peter Fux de Arte de Lima 1500 ejemplares la exposición Chavín, realizada en Peter Fux
Paseo Colón 125, Lima el Museo de Arte de Lima entre el Cecilia Pardo
Supervisión editorial Teléfono 204 0000 ISBN 978-9972-718-44-1 10 de abril y el 9 de agosto de 2015.
Cecilia Pardo www.mali.pe Curaduría
ISBN 978-3-85881-365-7 Peter Fux
Coordinación editorial y producción © De los textos: Primera edición alemán
Pamela Castro de la Mata los autores Museo Rietberg Coordinación general
Pamela Castro de la Mata
Asistente de coordinación © De las fotografías: ISBN 978-3-85881-731-0 Cecilia Pardo
Katherine Román Museo Rietberg, Ministerio Primera edición inglés
de Cultura del Perú, los autores, Museo Rietberg Asistente de coordinación
Corrección de estilo y traducción las instituciones Katherine Román
Javier Flores Espinoza (véase sección de Créditos Hecho el depósito legal en la
Luis Eduardo Wuffarden fotográficos y de reproducciones) Biblioteca Nacional del Perú Registro y catalogación
Nº – 2015-02822 Pamela Castro de la Mata
Concepto y diseño © De las obras: Proyecto Editorial Pilar Rios
vm& estudio gráfico los autores Nº – 11501001401242
Ralph Bauer Museografía
Verónica Majluf Reservados todos los derechos. Juan Carlos Burga
Prohibida la reproducción total Nelson Munares
Retoque e impresión o parcial sin previa autorización
Gráfica Biblos, expresa del Museo de Arte de Traducción
Jirón Morococha 152, Lima – MALI Rafael Valdez
Surquillo, Lima
www.mali.pe Conversión de medios digitales
Javier Arciniega

Conservación
Gregor Frehner
Horacio Fernández
Taller de conservación del MALI

El Museo de Arte de Lima – MALI


tiene como sede el histórico
Palacio de la Exposición gracias al
generoso apoyo de la Municipalidad
Metropolitana de Lima.
MUSEO DE ARTE DE LIMA

PRESIDENTE DIRECCIÓN CURADURÍA DE COLECCIONES REGISTRO Y EDUCACIÓN IMAGEN Y MARKETING


Juan Carlos Verme Natalia Majluf Y DE ARTE PRECOLOMBINO CATALOGACIÓN Director Fernanda Changanaqui
Cecilia Pardo Pilar Ríos Luis Enrique Ramírez
VICEPRESIDENTES GERENCIA GENERAL Comunicación y prensa
Primer Vicepresidente Flavio Calda Asistente Colección permanente Asistente Marilyn Lavado
Oswaldo Sandoval Katherine Román Ricardo Saavedra Rubí Jara
Asistente de gerencia Diseño
Segunda Vicepresidenta Claudia Sánchez CURADURÍA ASOCIADA DE ARTE Exposiciones temporales Directora ESPA Carla Rodríguez
María Jesús Hume COLONIAL Y REPUBLICANO y obras en tránsito Angélica Vega Yuvissa Mijulovich
ADMINISTRACIÓN Ricardo Kusunoki Karina Aparcana
TESORERO Pilar Quesada Asistente Eventos
Nicolás Kecskemethy CURADURÍA DE ARTE CONSERVACIÓN Y Karina Rodríguez Nataly Rodríguez
Asistente CONTEMPORÁNEO RESTAURACIÓN
SECRETARIO Marlene Hermoza Sharon Lerner María Inés Velarde Cursos y talleres Desarrollo de negocio
Diego de la Torre María Villavicencio Mariella Cornejo María Luisa Muñoz Cobo
Tienda Asistente
VOCALES Carlos Díaz Valeria Quintana Asistente Informes COMUNICACIONES
Armando Andrade Andrea San Martín Celeste Marín Susy Sano
Susana de la Puente CONTABILIDAD EXPOSICIONES Y
Petrus Fernandini Orlando Cabello PUBLICACIONES Técnicos en restauración Proyectos educativos AUDITORIO
Alfonso García Miró Jimena González Simón Barraza Rosario Rivadeneyra Jorge Alva
Efraín Goldenberg Asistente Natividad Espino
José Carlos Mariátegui Diana Mendoza MUSEOGRAFÍA Christian González Asistente
Carlos Neuhaus Juan Carlos Burga Sara Jiménez Gisella López
Raúl Otero RECURSOS HUMANOS Nelson Munares Alejandro Purizaga
Alberto Rebaza Geraldine Núñez Percy Velasco BIBLIOTECA
Jacqueline Saettone Jesús Varillas
Manuel Velarde Asistente
Víctor Hugo Vargas Asistente
Paola Tejada
LOGÍSTICA Y
MANTENIMIENTO
Melba Arica

Técnicos
Pablo Ordoñez
Alejandro Sánchez
AGRADECIMIENTOS Walter Alva Peter Kaulicke Centro Cultural de San Marcos Museo Kuntur Wasi
Ignacio Alva Meneses Rosario de Lavalle
Andrés Álvarez Calderón Roy Lazo Cleveland Museum of Art Museo Larco, Lima-Perú
Chavín no hubiese sido posible sin Diana Álvarez-Calderón Ursula Lértora
la alianza interinstitucional entre Mario Amano Wei Ho Liao Compañía Minera Antamina Museo Nacional de Arqueología,
el Museo Rietberg, el Ministerio de Gabriela Antunez Luis López Antropología e Historia del
Cultura y el MALI, ni sin el valioso Marco Aveggio Luis Guillermo Lumbreras Dumbarton Oaks, Washington D.C. Perú, Lima
apoyo de la Compañía Minera Luis Alberto Ayarza Albert Lutz
Antamina. Cecilia Bákula Verónica Majluf Embajada de Suiza en Lima Museo Nacional Chavín
Giannina Bardales Jaime Mariaza
Agradecemos también de manera Carlos Barriga Christian Mesía Fondo Cultural Suizo Museo Rietberg Zúrich
especial a todas las personas e César Barrios Esther-Marie Merz
instituciones que han contribuido Ralph Bauer Juan Antonio Murro Fundación Museo Amano, Lima Saint Louis Art Museum
a la realización de este proyecto. Henning Bischof † Denise Okuyama
Hans-Ruedi Bortis Marcela Olivas Fundación Wiese Universidad Nacional Mayor de San
Asimismo pedimos disculpas a Martín Calderón Yoshio Onuki Marcos
aquellas personas o instituciones Teresa Carrasco Eliza Orellana Metropolitan Museum of Art
que no aparecen en esta lista por Luis Jaime Castillo Renate Patzschke University of Pennsylvania Museum
alguna omisión involuntaria. Frederick Cooper Claudia Pereyra Ministerio de Cultura del Perú of Archaeology and Anthropology,
Pedro Cotillo Markus Reindel Philadelphia
Jacqueline Daza † Simón Ricarde Museo de Arqueología y
Gabriele Derighetti John W. Rick Antropología, Universidad Nacional
Carla Díaz Doris Robles Mayor de San Marcos
Tom D. Dillehay Fernando de Szyszlo
Katharina Epprecht Rafael Valdez Museo de la Nación
Roxana Esquivel Pieter van Dalen
Horacio Fernández Rosa Watanabe viuda de Amano Museo del Banco Central de Reserva
Javier Flores Espinoza Luis Eduardo Wuffarden del Perú
Gregor Frehner Yutaka Yoshii
Peter R. Fuchs
Peter Fux
Daniel Giannoni
Sonia Guillén
Ulla Holmquist
Johny Isla
El 23 de noviembre de 2012, el Museo Rietberg inauguró en la so apoyo de la Embajada de Suiza en el Perú, que demostró su Nuestra tarea desde el MALI se ha centrado en la
ciudad de Zúrich la exposición más importante que se haya orga- compromiso desde el inicio mismo del proyecto. Agradecemos por adaptación del proyecto original concebido por el Museo Rietberg
nizado sobre Chavín. Bajo el título Chavín – Perus Geheimnisvo- ello, especialmente, al embajador Hans Ruedi Bortis y al primer a un contexto local. En el caso de la publicación, el trabajo ha
ller Anden-Tempel/Chavín – Peru´s Enigmatic Temple in the consejero de la embajada, Gabriele Derighetti. consistido en la traducción al español y edición de los contenidos
Andes, la muestra incluyó los principales objetos asociados a esta El trabajo académico dirigido por Peter Fux, ha conta- del catálogo original producido por el Museo Rietberg y la casa
cultura – muchos de ellos provenientes del sitio mismo de Chavín do con el apoyo de los más destacados investigadores sobre editora Scheidegger & Spiess, así como en la adaptación del
de Huántar – presentados en un discurso museográfico que pro- Chavín. Queremos destacar aquí los aportes del Dr. Luis Guiller- diseño a la serie de de arte precolombino editada por el MALI.
ponía la discusión sobre la naturaleza de esa cultura en la histo- mo Lumbreras, profesor emérito de la Universidad Nacional Este gran esfuerzo ha sido el resultado de un trabajo
ria de los andes prehispánicos, tomando como base las investiga- Mayor de San Marcos, quien ha tenido una participación decisiva en equipo, que ha sido supervisado y coordinado por Pamela
ciones arqueológicas más recientes. en este proyecto en todas sus etapas. La contribución del Dr. Castro de la Mata. Reconocemos en este contexto el trabajo de
Nos complace presentar ahora en nuestro museo la Lumbreras a la historia de las investigaciones en Chavín de Katherine Román, como asistente de coordinación, el de Pilar
exposición organizada por el Museo Rietberg, en una versión Huántar y al conocimiento sobre el periodo Formativo es recono- Ríos y el equipo del área de registro, así como a nuestros museó-
adaptada dirigida al público peruano, así como la traducción al cida como uno de los pilares de la arqueología peruana. Sus in- grafos, Juan Carlos Burga y Nelson Munares, quienes lograron
español de la publicación que acompañó la muestra. Es un gran vestigaciones en Chavín durante las décadas del sesenta y seten- adaptar el guión museográfico original.
honor para el MALI participar como co-organizador de este pro- ta permitieron descubrir la llamada Galería de las Ofrendas y Un proyecto de esta envergadura, sin embargo, no
yecto, la primera oportunidad que tendrá el público peruano de recuperar un importante conjunto de objetos que hoy están en podría haber sido posible sin el esfuerzo de diversas institucio-
visitar en Lima una exposición dedicada a una de las principales custodia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. nes. Queremos reconocer a la Compañía Minera Antamina, que
y más antiguas culturas del continente. Desde el MALI nos sentimos profundamente agradecidos por su nuevamente apostó por un proyecto emprendido desde el MALI,
Aparte de su indiscutible relevancia científica, Chavín apoyo desinteresado para que la exposición en Lima sea una rea- especialmente a su Presidente, Abraham Chahuán, así como a
resulta un fenómeno fascinante por diversas razones. El lugar en lidad. Reconocemos también la participación del Dr. John W. Rick, todo su equipo, en especial a Martín Calderón, Milton Alva,
que se encuentra ubicado, emplazado en un paisaje recóndito y de la Universidad de Stanford, quien actuó junto con el profesor Mario Cavani y Gabriela Antúnez, por su apoyo y compromiso
geográficamente complejo, nos lleva a considerar la noción de Lumbreras como asesor científico del proyecto. El profesor Rick permanente.
centro y periferia en la época prehispánica; o a repensar las po- dirige un proyecto de investigación de largo aliento en Chavín, Debemos un reconocimiento especial a los museos y a
tentes imágenes de seres sobrenaturales que decoran el templo; cuyos resultados constituyen un aporte fundamental para la ex- los coleccionistas que han cedido temporalmente sus obras para
y a imaginar los rituales de transformación que se llevaron a posición y para la publicación que hoy presentamos. Agradece- la exposición en Lima y para ilustrar este libro, especialmente al
cabo en espacios subterráneos de difícil acceso, en los que el agua mos también a los destacados colaboradores del proyecto, que Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San
y la música de los pututos cumplieron un papel fundamental. incluye a los investigadores Yoshio Onuki (Universidad de Tokio), Marcos, Museo Amano, Museo del Banco Central de Reserva del
Desde el descubrimiento de Chavín, esa compleja y dramática Markus Reindel (Instituto de Arqueología Alemana), Walter Alva Perú, Museo Larco, Museo Nacional de Arqueología, Antropolo-
iconografía ha atraído pensadores y a artistas visuales tan diver- (Museo Tumbas Reales de Sipán), Peter Kaulicke (Pontificia Uni- gía e Historia del Perú, Museo Nacional Chavín y al Museo de la
sos como los peruanos Jorge Eduardo Eielson y Fernando de versidad Católica del Perú), Christian Mesía (Universidad San Nación. A todas los directivos y curadores de estas colecciones,
Szyszlo o el norteamericano Richard Tuttle, por citar sólo algu- Ignacio de Loyola), Johny Isla (Instituto Andino de Estudios Ar- nuestro mayor agradecimiento.
nos nombres destacados. Esos ejemplos nos permiten compren- queológicos), Henning Bischof † (Museos Reiss Engelhorn, Mann- Es una satisfacción para el MALI haber podido traba-
der la vigencia de Chavín en nuestra época y a vislumbrar aún heim), Peter R. Fuchs (Freie Universität, Berlin), Ignacio Alva M. jar de la mano de tantas instituciones y personas que han apor-
Juan Carlos Verme más la importancia de presentarla en un museo como el MALI, (Proyecto Arqueológico Ventarrón, Lambayeque) y Tom Dillehay tado tan generosamente para hacer realidad este gran proyecto.
Presidente que exhibe la más completa exposición panorámica sobre el arte (Unversidad de Vanderblit). Agradecemos a todos ellos por per- Estamos convencidos que es sólo gracias a esa suma de esfuerzos
peruano a través del tiempo. mitir que sus trabajos formen parte de esta nueva edición. que hoy podemos presentar un proyecto que marca un hito clave
Cecilia Pardo Este esfuerzo no habría sido posible sin nuestros El Ministerio de Cultura, nuestro principal aliado en la historia de las exposiciones arqueológicas en nuestro país.
Curadora de colecciones y socios y colaboradores. Queremos destacar en primer lugar el local, ha mostrado su apoyo y diligencia permanente en el proce- Proyectamos que sea la primera de una ambiciosa serie de mues-
arte precolombino papel central del Museo Rietberg cuyo trabajo ha permitido di- so de coordinación de la exposición. Agradecemos a la Ministra tras dedicadas a investigar y difundir las principales culturas del
fundir la riqueza del patrimonio cultural del Perú dentro y fuera Diana Álvarez-Calderón, al Vice-Ministro Dr. Luis Jaime Casti- Perú precolombino.
de nuestras fronteras, y agradecer muy especialmente a sus di- llo, por aceptar la co-organización de este proyecto, así como a su
rectivos por su entusiasmo y apoyo para hacer posible la presen- equipo, especialmente a Sonia Guillén, directora nacional de
tación de la muestra en el MALI. Expresamos nuestro reconoci- museos, Marcela Olivas, directora del Museo Nacional Chavín,
miento a su director Albert Lutz, así como a Peter Fux, curador así como a Claudia Pereyra y Eliza Orellana, por el encomiable
del museo y de esta exposición, quienes han dirigido este proyec- trabajo desde la coordinación. Es sólo gracias al esfuerzo conjun-
to con gran profesionalismo y entusiasmo, colaborando estrecha- to y al trabajo coordinado con el Ministerio que es posible presen-
mente con nosotros. Agradecemos también el trabajo de los con- tar ahora lo que sin duda es la principal muestra importante que
servadores Gregor Frehner y Horacio Fernández, quienes han se haya hecho sobre Chavín en Lima. Esta colaboración confirma
facilitado los trabajos de transporte, conservación y montaje de la importancia de cultivar una relación cada vez más estrecha
un grupo importante de tallas líticas procedentes de Chavín de entre el Estado y los museos que trabajamos para preservar y
Huántar. En esta colaboración binacional ha sido crucial el valio- difundir el arte y el patrimonio en el país.
El Museo Rietberg se encuentra ubicado en el parque más her- peruanos. Además, la mayoría de las piezas, sobre todo las escul-
moso de la ciudad de Zúrich, en un oasis que permite dejar de turas de Chavín, salieron del país por primera vez como présta-
lado la vida urbana y las confusiones que ella trae. Desde sus mos temporales. En este sentido quisiéramos dirigir nuestro más
inicios, las tres hermosas villas del siglo XIX, que hoy forman el sincero agradecimiento al gobierno del Perú, al Ministerio de
museo, han sido un foco de intelectualidad y arte. Así es, como Cultura, a los arqueólogos y a todas las peruanas y peruanos.
inspirado en este maravilloso ambiente, el famoso compositor En el marco de la exposición, el Museo Rietberg, junto
Richard Wagner creó obras de gran importancia. con la Oficina Federal de Cultura de Suiza y en colaboración con
Una decisión democrática de la población de Zúrich permitió con- el Ministerio de Cultura del Perú, lleva a cabo el proyecto de con-
vertir las villas en un museo de artes tradicionales dedicado a las servación y restauración de arte lítico de Chavín. En el Museo
culturas no europeas. Es así que en 1952 el Museo Rietberg, al Nacional Chavín se ha instalado un taller de conservación, y en
formar parte del departamento presidencial de la ciudad, abrió colaboración con especialistas peruanos se han logrado conservar
sus puertas al público. A partir de entonces, nuestro museo está varias esculturas. Para poder continuar con este proyecto, el
comprometido a la calidad artística y estética de los objetos de Museo Rietberg ha fundado un grupo llamado «Amigos de
arte. Apreciamos cada obra como aliento materializado de su Chavín», y con el apoyo financiero de los miembros es que se hace
creador y de su ambiente. En nuestro museo, los visitantes posible realizar los trabajos de conservación. Estamos convenci-
pueden disfrutar arte del mundo entero y descubrir los enigmas dos que esta forma de colaboración – proclamar patrimonio cultu-
y maravillas de la humanidad. ral en plataformas internacionales y aprovechar la atención ge-
Como un paso importante, en el año 2007 logramos nerada por proyectos locales – constituye el futuro de los museos.
inaugurar «la Esmeralda», un anexo construido en vidrio verde, En esta ocasión nos sentimos muy identificados de
integrado al ambiente de las villas y del parque. La Esmeralda poder trabajar con el Museo de Arte de Lima – MALI, que, al
tiene dos salas grandes subterráneas que permiten realizar igual que nuestro museo, se encuentra ubicado en el centro de la
grandes exhibiciones temporales. Los curadores especializados ciudad y rodeado por un bello parque. Además es una linda coin-
en diferentes áreas culturales del mundo organizan con frecue- cidencia que una de las piezas más emblematicas de Chavín, la
cuencia ambiciosos proyectos de exposición. No solo recibimos Estela Raimondi, que hoy se encuentra en el Museo Nacional de
obras de arte de gran calidad e importancia procedente de varios Arqueología, Antropología e Historia del Perú, haya sido expues-
países como prestamos temporales, sino también cultivamos coo- ta en este mismo parque en el siglo XIX. Nos alegramos poder
peraciones con instituciones culturales en todo el mundo. compartir la deslumrante belleza y fascinación de Chavín como
El Museo Rietberg ha organizado varias exposiciones el inicio de futuras colaboraciones entre nuestros museos.
dedicadas a culturas precolombinas, y cada una ha llamado la Solo queda por agradecer a las personas que han
atención no solo en Zúrich sino también en el mundo. Relaciona- hecho posible este proyecto. Dirigimos un agradecimiento espe-
das al Perú podemos mencionar las exposiciones: Sicán – una cial al Dr. Luis G. Lumbreras por su constante colaboración y
tumba real del antiguo Perú (1997), Nasca – dibujos enigmáticos entrega a la arqueología peruana, así como a los notables arqueó-
del antiguo Perú (1999) e Hilos de la Vida – textiles precolombinos logos Dr. John W. y Rosa Rick, Dr. Yoshio Onuki, Dr. Walter Alva,
Dr. Albert Lutz del Perú (2007) han sido todos eventos hermosos y exitosos. Ignacio Alva Meneses, Dr. Christian Mesía Montenegro, Dr. Peter
Director Chavín – el enigmático templo de los Andes peruanos Kaulicke, Dr. Markus Reindel, Johny Isla Cuadrado, Dr. Peter
(2012-2013) ha sido nuestra exposición precolombina más recien- R. Fuchs, Dr. Renate Patzschke y Dr. Tom D. Dillehay. Reme­
Peter Fux te. Desde el inicio de este proyecto, la colaboración estrecha con moramos a nuestro colega Dr. Henning Bischof († 10 de marzo
Curador arqueólogos, museos e instituciones peruanas ha sido un objetivo de 2014). Brindamos nuestro mayor agrade­cimiento a nuestras
central. Es un honor haber recibido la oportunidad de empezar amigas Bertha Vargas y Liana Cisneros por el apoyo en la coordi-
este proyecto con una mesa redonda en el Museo Nacional de nación, a Marco Aveggio de la Fundación Wiese, así como al Dr.
Arqueología, Antropología e Historia del Perú. El curador, junto Humberto Rodríguez-Camilloni.
a los reputados arqueólogos que hoy aparecen como colaborado- Agradecemos sumamente a los colegas del MALI, a su
res de este libro, elaboraron el concepto general de la exposición, presidente Juan Carlos Verme, a la directora Natalia Majluf, así
la selección de piezas y la disposición del catálogo. Por ende, esta como a la curadora Cecilia Pardo, a Pamela Castro de la Mata, a
exposición constituye el resultado del trabajo de varias décadas, Juan Carlos Burga y a todo el personal, así como también a los
y nos sentimos sumamente agradecidos por toda la confianza dos conservadores Suizos Gregor Frehner y Horacio Fernandez.
recibida. Apreciamos mucho el apoyo crucial de la embajada de
En el año 2012 el Museo Rietberg tuvo el gran honor Suiza en Lima, a la embajadora de la gestión anterior Anne-
de presentar una exposición dedicada a Chavín por primera vez Pascale Krauer Müller, al actual embajador Hans-Ruedi Bortis,
fuera del Perú y a un público internacional. Tomando en cuenta Gabriele Derighetti, Esther-Marie Merz; así como también a
la emblemática importancia de Chavín por el país, valoramos Benno Widmer y a Marco Eichenberger de la Oficina Federal de
la benevolencia y confianza del Perú. También quisiéramos men- Cultura de Suiza.
cionar que más que 90% de los préstamos vinieron de museos
Nuestro conocimiento del proceso histórico prehispánico ha Es importante apreciar la iniciativa del MALI para
avanzado mucho desde que el arqueólogo Julio C. Tello definiera promover la exposición sobre Chavín que ha generado la publica-
a Chavín como el centro originario de la cultura matriz del ción de este catálogo que reúne presentaciones de destacados es-
mundo andino. La investigación científica muestra ahora un pro- pecialistas. Debemos reconocer un sobresaliente punto de quie-
ceso más complejo y con múltiples ejes de desarrollo. Sin embar- bre cuando la curaduría de arte precolombino del MALI inició
go, Chavín será siempre uno de los referentes principales de exposiciones sobre temas prehispánicos. Es sintomático que el
nuestra historia cultural con un proceso único, con nuevas nocio- museo de arte más importante en el Perú incorpore al arte preco-
nes y términos para definir el proceso civilizatorio. lombino y nuestra historia cultural en la temática de su progra-
Chavín desarrolla un proceso sociocultural con ele- mación. Estamos seguros que esta exposición tendrá un gran
mentos e ideas que provienen de espacios tan lejanos como la impacto en Lima y motivará a muchos a viajar a conocer los pai-
selva, entrelazados con la religiosidad de poblaciones campesinas sajes y las huellas de los antiguos pobladores de la serranía de
de espacios rurales de la serranía. Una historia fascinante que Áncash, y siguiendo los pasos de los viajeros y científicos que du-
ha convocado a especialistas de todo el orbe que han dedicado rante siglos, nos han dado a conocer esta emblemática zona de
muchos años y esfuerzos para desentrañar este misterioso nuestra serranía.
mundo y las relaciones con sociedades que existieron con geogra- Celebramos esta colaboración entre los sectores de la
fías muy distantes y diversas. gestión pública y privada, una propuesta necesaria para promo-
Esta exposición sobre Chavín que se presenta en el ver y desarrollar cultura en el Perú.
MALI tiene como antecedente la que organizó el Museo Rietberg
en Suiza en el 2012 con la curaduría del doctor Peter Fux. Esa
muestra convocó el esfuerzo académico y científico de los más
destacados especialistas de la arqueología andina especializados
en el período Formativo y el desarrollo de sociedades complejas
andinas. En esa ocasión, como ahora, la selección de materiales
presenta los elementos más representativos de la expresión
artística de los artesanos de Chavín y de otras culturas contem-
poráneas. El conjunto presenta los modos de vida, la cosmovisión,
la tecnología, y la ciencia de sociedades para las cuales el sitio
más emblemático es el templo de Chavín de Huántar en la región
Áncash.
Al concluir esta exposición, muchos de estos materia-
les se reintegrarán al Museo Nacional Chavín y formarán parte
de una nueva museografía que será parte de un proceso para re-
novar el centro cultural que se desarrolló en el distrito de Chavín
Diana Álvarez-Calderón de Huántar con el auspicio del gobierno de Japón. Se construirá
Ministra de Cultura también, a partir de este año, el Centro Internacional de Investi-
gación, Conservación y Restauración, con fondos provenientes
del Fondo General Contravalor Perú – Japón y recursos del go-
bierno Peruano. Tendremos así, finalmente, la infraestructura
que permitirá la exhibición, conservación y estudio de las colec-
ciones recuperadas en la región, a través de muchas décadas.
La región de Áncash ofrece al Perú y al mundo un rico patrimonio El año 2014 tuvimos el honor de presentar un libro
histórico y natural; es por eso que durante más de una década, sobre los sorprendentes hallazgos en el Castillo de Huarmey.
Compañía Minera Antamina se ha preocupado tanto por la Una publicación impecable liderada por el MALI. Este año, nos
promoción del turismo, como por la conservación y rescate de su es grato participar de un nuevo proyecto editorial, en el que
historia y cultura. Áncash reafirma su enorme valor histórico. Se trata de Chavín,
Para Antamina, esto es parte fundamental de su com- un libro que acompaña una muestra de categoría mundial, hecha
promiso frente al progreso de Áncash. Por ello, no dudamos en ser realidad gracias al decidido trabajo entre el MALI, el Ministerio
parte del proyecto de investigación y puesta en valor del Castillo de Cultura del Perú, el Museo Rietberg y la Embajada Suiza.
de Huarmey, extraordinario resto arqueológico que ha mostrado Desde Antamina queremos agradecer a todas y cada
al mundo una nueva aproximación histórica referida a la presen- una de las personas que nos han permitido ser parte de esta pu-
cia de la cultura Wari en la costa norte de nuestro país. En esta blicación y, al mismo tiempo, renovar y expresar públicamente
iniciativa ofrecimos nuestro soporte y compromiso frente al tra- nuestro aprecio y respeto frente a Áncash, la tierra en la que
bajo desarrollado por expertos de la Universidad de Varsovia, la trabajamos desde hace casi dos décadas.
Pontificia Universidad Católica del Perú y el Museo de Arte de
Lima (MALI).
Asimismo, participamos activamente apoyando los
trabajos de investigación y conservación del complejo arqueológi-
co Chavín de Huántar, proyecto liderado por la Universidad de
Stanford, en el que expertos peruanos y de los Estados Unidos
trabajan codo a codo en busca de generar un mayor conocimiento
alrededor de este importante sitio histórico ubicado en las altu-
ras ancashinas.
Comprometerse frente a la historia y la cultura de
Áncash, es para nuestra empresa una forma más de impulsar
desarrollo; pero también una muestra de nuestro enorme aprecio
por una región llena de posibilidades.

Abraham Chahuán
Presidente y Gerente General
Cuando le comenté a un amigo peruano que había estado en En el marco de esta cooperación, Suiza apoyó otro pro-
Chavín de Huántar, enseguida me preguntó qué me parecieron yecto de conservación cultural en el norte del Perú, específica-
las famosas cabezas clavas, el Obelisco Tello y el paisaje de la mente en la zona arqueológica de Túcume. Al igual que el proyec-
región de Áncash. Le contesté que me pareció impactante y que to de Chavín, se ha llevado también una muestra a Suiza, la
la región me hizo recordar mucho a mi país con sus montañas exposición de los reyes Mochica la cual se exhibe actualmente en
y sus lagos, “por supuesto!”, exclamó él, “estuviste en la Suiza el Museo de Etnografía de Ginebra estando abierta al público
peruana”. hasta el 3 de mayo de 2015.
Los suizos tenemos sin duda un amor especial por El patrimonio cultural peruano es sin duda uno de los
esta región que nos conecta aún más con la cultura Chavín y sus más ricos y diversos de nuestro planeta y su conservación es un
fascinantes historias. Por eso tampoco es sorprendente que la gran reto. Un proyecto interesante que Suiza apoya en el 2015 es
primera exposición de Chavín fuera del Perú se haya realizado la digitalización de todas las fotografias de Daniel Giannoni, co-
en el Museo Rietberg de Zúrich (2012-2013). Y es esta misma nocido fotógrafo peruano de origen suizo, poseedor de la más
exposición que podemos admirar hoy en el Museo de Arte de grande colección de fotografias de obras artísticas. Adicionalmen-
Lima – MALI. Esta cooperación cultural entre Suiza y el Perú te, en colaboración con el Museo de Arte de Lima, la Embajada de
demuestra la cercana relación amical y la confianza que compar- Suiza se ha comprometido no solamente a rescatar la colección de
timos, y como ambas culturas están unidas por el legado milena- todas las fotografías de este fotógrafo suizo-peruano, sino tam-
rio de Chavín de Huántar. Es gracias a personas como Bertha bién a armar un archivo digital de su obra y de la de otros fotó-
Vargas, el arqueólogo Luis G. Lumbreras, Natalia Maljuf y Ceci- grafos, para crear un archivo abierto, que pueda ser utilizado por
lia Pardo del MALI y el curador del Museo Rietberg, Peter Fux, especialistas con fines educativos (en las escuelas) así como por el
entre otros, que podemos disfrutar hoy en Lima de estos tesoros público en general.
de la cultura Chavín. Ahora, cuando le comenté a un amigo suizo que estuve
El intercambio cultural y la cooperación entre Perú y en Chavín de Huántar, me preguntó si había visitado la exposi-
Suiza tienen una larga historia que quizás comenzó con la llega- ción en Zúrich y me manifestó que le fascinaron las famosas ca-
da en 1838 del investigador científico, médico y arqueólogo suizo, bezas clavas y el Obelisco Tello, le dije que por supuesto había
Johann Jakob von Tschudi. El explorador originario de Glarus se visto la exposición en Zúrich y que sería bueno poder verla un día
quedó cinco años en el Perú permaneciendo un largo período con en Lima. Este día llegó, gracias a la amistad peruano-suiza que
los pobladores de la Sierra donde aprendió también el quéchua. persigue las mismas metas: el cuidado del patrimonio cultural
Sus trabajos sobre la fauna y flora peruana apoyaron la labor del del Perú. … Y a mi amigo suizo le dije: “ahora tienes que venir a
geógrafo y científico ítalo-peruano, Antonio Raimondi, quien llegó visitar la región de Áncash, cuna de la cultura Chavín y denomi-
al Perú en 1850. Von Tschudi colaboró también con el científico nada “la Suiza peruana”.
peruano y fundador del Museo Nacional de Arqueología, Antro-
pología e Historia del Perú de Lima, Mariano Eduardo de Rivero
y Ustariz, como coautor de la obra Antigüedades Peruanas, publi-
Hans-Ruedi Bortis cada en Viena en 1851.
Embajador de Suiza Para Suiza la conservación del patrimonio cultural
peruano es un aspecto muy importante en la cooperación cultural
que mantiene con el Perú; es así como en los últimos años la Con-
federación Suiza ha apoyado regularmente proyectos de conser-
vación cultural en el Perú.
En el 2012, se financió un proyecto de conservación y
restauración de arte lítico de Chavín que fue llevado a cabo por el
Museo Rietberg de Zúrich, el Museo Nacional de Chavín y el
Ministerio de Cultura. Y es así que se logró instalar en el Museo
Nacional Chavín un taller de conservación. Gracias al gran ta-
lento de especialistas suizos y peruanos se pudo conservar varias
esculturas valiosas y a la fecha se sigue trabajando en la restau-
ración de otras obras, como por ejemplo, el Obelisco Tello.
CHAVÍN
1. 3. 5.
24 INTRODUCCIÓN 100 LA ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA: 196 INSPIRACIÓN LEJANA:
INNOVACIÓN Y DINAMISMO LA PERIFERIA Y EL LEGADO DE LAS
1.1 INNOVACIONES DEL FORMATIVO
26 EL CONCEPTO DE “SOCIEDAD 102 INTRODUCCIÓN 198
COMPLEJA” EN LA ARQUEOLOGÍA INTRODUCCIÓN
DEL NUEVO MUNDO 3.1
Peter Fux 103 OCUPACIONES TEMPRANAS 5.1
POST-PLEISTOCÉNICAS EN LA SIERRA 199 EL PERIODO FORMATIVO EN
1.2 DE LOS ANDES CENTRALES EL ECUADOR
34 ¿QUÉ ES CHAVÍN? Peter Kaulicke Christian Mesía
Peter Fux
3.2 5.2
113 LA DIVERSIDAD Y VITALIDAD 207 LOS MOCHICA, HEREDEROS DEL PERIODO
DE LOS CENTROS CEREMONIALES FORMATIVO DE LA COSTA NORTE, Y EL
2. TEMPRANOS EN LA SIERRA NORTE RENACIMIENTO DE LOS ANTIGUOS DIOSES
40 LA ARQUEOLOGÍA DEL DESIERTO Yoshio Onuki Walter Alva
COSTEÑO: OASIS RIBEREÑOS,
AGRICULTURA Y COHESIÓN RITUAL 5.3
212 EL LEGADO DEL FORMATIVO: NASCA
42 INTRODUCCIÓN 4. Markus Reindel
128 CHAVÍN DE HUÁNTAR: DESCUBRIMIENTO, Johny Isla
2.1 ARTE, ARQUITECTURA, RITUAL Y
43 LOS PRIMEROS POBLADORES TRANSFORMACIÓN
Y LAS PRIMERAS SOCIEDADES
EN EL LITORAL 130 INTRODUCCIÓN 218 CATÁLOGO
Tom D. Dillehay
4.1 220 ARTEFACTOS DEL FORMATIVO TEMPRANO,
2.2 131 NARRACIONES E INVESTIGACIONES EN MEDIO Y TARDÍO
55 PROCESOS CULTURALES UN SITIO FORMATIVO DE LOS ANDES
TEMPRANOS EN LOS ANDES CENTRALES: CHAVÍN DE HUÁNTAR 274 LAS TUMBAS DE KUNTUR WASI
DEL SUR Christian Mesía
Markus Reindel 316 LAS ESCULTURAS DE CHAVÍN DE HUÁNTAR
Johny Isla 4.2
138 EL ARTE DE CHAVÍN: PRECURSORES Y 336 LOS PUTUTOS (TROMPETAS DE CARACOL
2.3 DESARROLLO TEMPRANO MARINO) DE CHAVÍN
66 CENTROS CEREMONIALES DEL PERIODO Henning Bischof
FORMATIVO EN LAS REGIONES DE 342 LO S HALLAZGOS DE LA GALERÍA DE
LA COSTA NORTE Y CENTRAL 4.3 LAS OFRENDAS
Yoshio Onuki 161 ARQUITECTURA Y ESPACIO
RITUAL EN CHAVÍN DE HUÁNTAR 374 PARACAS Y MOCHICA: LA PERIFERIA Y EL
2.4 John W. Rick LEGADO DE LAS INNOVACIONES DEL FORMATIVO
75 LA HISTORIA CULTURAL DE LA REGIÓN
LAMBAYEQUE DURANTE EL FORMATIVO 4.4
Ignacio Alva Meneses 176 RELIGIÓN Y AUTORIDAD EN CHAVÍN
DE HUÁNTAR 392 NOTAS
2.5 John W. Rick
85 MONUMENTALISMO TEMPRANO EN LOS 397 CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
ANDES CENTRALES: LOS ORÍGENES 4.5 Y DE REPRODUCCIONES
DE LA ARQUITECTURA MONUMENTAL 185 LOS RITUALES RELIGIOSOS EN CHAVÍN
EN EL VALLE DE CASMA Y SU IMPORTANCIA SUPRARREGIONAL 399 BIBLIOGRAFÍA
Peter R. Fuchs Luis Guillermo Lumbreras
Renate Patzschke
24 CHAVÍN
1. INTRODUCCIÓN
26 CHAVÍN 27 Introducción

1.1 El eje principal de la arqueología se basa en aquellos vestigios como palacios, templos o sistemas de riego, el modelo de Childe mantiene una casta sacerdotal de alto rango y emprende largos
culturales que se manifiestan en artefactos materiales, los cuales requiere que se haya dominado la metalurgia, el uso de vehículos peregrinajes, todo lo expuesto anteriormente logrado sin la
EL CONCEPTO DE “SOCIEDAD son documentados, descritos y estudiados con gran detenimiento. con ruedas y un sistema de escritura. necesidad de un sistema de escritura ¿Nos encontramos ante una
COMPLEJA” EN LA ARQUEOLOGÍA Estos hallazgos pueden ser fechados mediante diversos métodos, Estos últimos criterios que no valen para todas cultura subdesarrollada que aún no ha alcanzado la capacidad de
DEL NUEVO MUNDO con mayor o menor grado de precisión, de modo tal que se hace las sociedades antiguas de Mesoamérica y Sudamérica, o bien abstracción, que es un prerrequisito tan esencial de la escritura?
posible analizar su contexto cultural y su desarrollo a lo largo del únicamente tuvieron allí un papel subordinado, son precisamente ¿O acaso el ejemplo de la cultura Chavín, en los Andes Centra­
tiempo. A estos métodos de investigación se han venido sumando la razón por la cual tantos investigadores europeos han tendido les de América del Sur —en la medida que los arqueólogos han
Peter Fux otros, como los estudios referidos al medio ambiente natural, a excluir estas regiones culturales, y a Sudamérica en particular, logrado comprenderla—, en realidad nos muestra que tendemos
que han pasado a formar parte fundamental de la arqueología de toda consideración como centros tempranos de civilización. La a exagerar sobre la función de la escritura, y que la cohesión
moderna1. De esta manera es posible reconstruir y documentar figura propuesta simplemente no podía ser reconciliada con lo social, la rememoración y la comunicación compleja también se
los procesos climáticos y topográficos de la antigüedad, que ellos creían saber acerca de la historia cultural del Cercano pueden alcanzar con otros medios, entre ellos formas aún más
empleando una amplia gama de métodos que permiten Oriente y Occidente6. elaboradas de iconografía y ritual7? Yo mismo estoy convencido de
establecer la relevancia según el desarrollo cultural estudiado. Aunque, tanto la evolución sociocultural en su que la mayoría de los lectores coincidirán con esta última postura
Así, la arqueología ha pasado a ser una ciencia transdisciplinar sentido más estricto como el modelo de la civilización propuesta una vez que hayan visitado la exhibición y leído este volumen.
que se vale de los métodos y hallazgos de otros campos. Lo que por Childe quedaron consignados a los libros de historia, La investigación arqueológica en Sudamérica nos
acabamos de delimitar es aquella rama de la arqueología que parecería que seguimos siendo reacios a alejarnos demasiado obliga a modificar nuestros conceptos y terminología. A partir de
interactúa directamente tanto con objetos materiales como con de estas teorías. Podría parecer sorprendente que el concepto aquellas culturas precolombinas de Mesoamérica que sí usaron la
observaciones empíricas: en otras palabras, el campo que hoy por de sociedades que se desarrollan en sentido lineal y por etapas escritura sabemos, por ejemplo, los muchos y distintos fines que
hoy goza de un amplio reconocimiento como ciencia2. sigue dando forma a nuestra imagen del pasado, aunque solo se le podía dar y cuán diferente podía ser su papel en los sistemas
Pero nuestros objetos de estudio son los procesos y sea de modo implícito. Marcados por nuestra percepción de sociales, pero examinar esto aquí con mayor profundidad nos
cambios sociales de la antigüedad, los que conocemos únicamente lo que es la ciencia, aparentemente no podemos evitar buscar distraería demasiado. Mi principal interés radica, más bien, en
a través de aquellos restos que pueden manifestarse en artefactos patrones y leyes generales —o más bien globales—, incluso en la advertir que aferrarse a una definición restringida de lo que
y residuos materiales, sucede que nos vamos alejando de una línea historia de la cultura. A los arqueólogos, constantemente se nos constituye una civilización o una alta cultura en realidad no nos
de investigación puramente material y empírica para ingresar al solicita definiciones sobre lo que es realmente una civilización hace avanzar, sino todo lo contrario: impide que encontremos lo
ámbito de las disciplinas de humanidades y al discurso filosófico. o una alta cultura, o cuál es la ciudad o la civilización más antigua que de otro modo podríamos hallar. En épocas recientes, el uso
El espíritu de la época prevaleciente tiene un papel en modo del mundo. acrítico de términos tales como “civilización”, “urbanismo” o “alta
alguno menor a la hora de determinar la opción que tomamos Los investigadores y académicos que estudian la cultura” ha causado algo de daño, en tanto la búsqueda de la
cuando intentamos dar sentido a nuestros hallazgos, ya sea por arqueología y la historia cultural de Mesoamérica y Sudamérica civilización más antigua del mundo o la primera ciudad tiene,
el enfoque empírico y científico, o por el filosófico-humanístico. son particularmente proclives a enfrentar el problema de que con demasiada frecuencia, una motivación política. Si, por otro
Naturalmente, la arqueología moderna tampoco ha ignorado todo nuestro enfoque del tema se ha visto configurado por lado, optamos por que los hallazgos arqueológicos nos permitan
el hecho de que las ciencias empíricas, alimentadas por los conceptos y términos surgidos en su mayoría de la tradición atisbar nuevos mundos utilizando estos mismos términos y
avances en la ciencia y la tecnología, han llegado a dominar la científica occidental, y de nociones euroasiáticas de la historia. conceptos —aunque solo sea porque no tenemos opción—, y si
erudición y el discurso occidentales desde finales del siglo XIX3. En esta coyuntura vale la pena recordar que, tras el al mismo tiempo estamos listos para modificarlos y adaptarlos a
Por ejemplo, la teoría de la evolución de Charles Darwin surgió arribo de los primeros humanos a finales de la última edad del medida que avanzamos, entonces es probable que la investigación
para legitimar el modelo de la “evolución sociocultural”, según el hielo, Mesoamérica y Sudamérica se desarrollaron de manera misma sea emocionante y que los descubrimientos que arroje
cual las sociedades se desarrollan linealmente siguiendo etapas autónoma, aisladas del Viejo Mundo. Esto nos presenta una sean positivos.
definidas por avances tecnológicos, comenzando con los grupos oportunidad que resulta ser al mismo tiempo un desafío: el Este es el enfoque que los autores de este libro han
primitivos de cazadores recolectores y culminando con estados estudio de la historia cultural de las Américas probablemente asumido; todos ellos dirigen proyectos arqueológicos y están
o civilizaciones complejos4. El arqueólogo angloaustraliano V. será un campo de prueba de conceptos, términos y nociones, que interesados en los procesos más tempranos que llevaron a la
Gordon Childe (1892 -1957) estableció los criterios que una a su vez tendrán que ser adaptados a cualquier percepción que formación de sociedades complejas en la región de los Andes
sociedad debe cumplir para que se la defina como “civilización”, podamos alcanzar del que es, en muchos sentidos, un mundo del Centrales. Sobre la base de los descubrimientos arqueológicos
y con ello hizo de este un concepto arqueológico clave, al que hoy todo distinto. Para entender lo que está en juego, quienes crean realizados hasta la fecha, entendemos el término “sociedad
en día se equipara con demasiada facilidad con la alta cultura o que esto no constituye tan gran desafío solo deben imaginar compleja” como una sociedad con un orden claramente definido
el urbanismo5. una sociedad que logra desarrollar una alfarería sumamente y que se encuentra estratificada jerárquicamente, de modo tal
Según el modelo de Childe, para poder hablar de una especializada y sofisticada, orfebrería, tallado en piedra y que un grupo de personas desempeña una función de liderazgo
civilización se deben cumplir los siguientes criterios: la sociedad la manufactura textil, que desarrolla su propio y elaborado u ocupa una posición de poder. Otro rasgo prominente de una
debe estar claramente estructurada, debe contar con una estilo artístico, que laboriosamente planea y erige estructuras sociedad semejante es la existencia de habilidades especializadas,
división del trabajo a tiempo completo y con una clase dirigente ceremoniales monumentales construidas con bloques de piedra que presentan un estilo característico en los objetos artesanales
que administre el excedente de la producción y dirija la fuerza cortada que pesan hasta dieciséis toneladas en angostos valles y en las obras monumentales colectivas. Usamos aquí el
laboral; la población debe, asimismo, estar concentrada en centros de montaña, que crea esculturas en piedra, comercia a lo término “obras” en un sentido muy amplio, que tiene como base
urbanos. Junto a proezas colectivas de escala monumental largo de una vasta área, que riega las tierras para su cultivo, el supuesto de que un sistema de riego es una obra colectiva
28 CHAVÍN 29 Introducción

monumental, tanto como los geoglifos que cubren grandes 1. Ñañañique 62. Pampa de las
2. Chólope Llamas / Moxeque
extensiones de tierra o un complejo de templos imponentes. Hay 3. Ingatambo 63. San Diego
también grados de complejidad que pueden ser ligados, al igual 4. Sangana 64. Las Haldas
5. Pacopampa, 65. Chankillo
que los estilos artísticos, a sistemas religiosos o cosmovisiones Pandanche 66. Pallka
más o menos complejas. Lo que todo esto nos enseña es que, junto 6. Poro Poro 67. Mesapatac
a la corriente principal de la historia cultural euroasiática, hay de Udima 68. Yurakyako
7. Chongoyape 69. Huaraz
también otras historias sorprendentemente diferentes y que no 8. Huaca Lucía 70. Chavín de Huántar,
son menos complejas. Gracias a la arqueología de la región de 9. Paiján Pojoc
10. Arenal 71. Piruro
los Andes Centrales, ahora podemos dedicarnos a una forma 11. Zarpán, Collud 72. Culebras
de viaje cultural en el tiempo, sumergiéndonos en una historia 12. El Chorro 73. Sajarapatac
13. Puerto Etén 74. Wairajirca,
antigua y fascinante que aún no ha recibido la atención mundial 14. Ventarrón Warampayloma
que merece. 15. Saltur, Sipán 75. Shiliacoto, Jancao
16. La Cría, 76. Paucarbamba
La Granja 77. Kotosh
17. Pampa Grande 78. Los Gavilanes
18. Cerro Corbacho 79. San Blas
19. La Compuerta, 80. Caballette
Oyotún 81. Lauricocha
SIERRA NORTE
20. Nuevo ArIca 82. Uchumachay 1
Piura•
21. Purulén 83. Priedra Parada
22. Limoncarro 84. Áspero Río Marañón•

23. El Guayabo 85. Allapacoto


2
24. Puémape 86. Vichama 3

25. Polvorín 87. Caral 8 4


5
9 7
26. Montegrande, 88. Pampacancha 10 16 6
Lambayeque• 11
Las Huacas, 89. Pachamachay Chiclayo• 12 15 17 19 33 SIERRA NORCENTRAL
13 14 18 20 32 34
Tembladera 90. Baños de Boza COSTA NORTE 21 28 35 •Cajamarca
25 26 30 31
27. Lechuzas 91. Bandurria Jequetepeque• 27
22 23 24
28. La Bomba 92. Río Seco, 29
Chicama•
36

29. Pampa de San Jacinto 37


38 41
39
44
40
Cupisnique 93. Las Shicras Trujillo•42 •Moche •Ucayali
Virú• 43
30. Layzón 94. Ancón 45 46
49
50
47 Chao•
31. Huacaloma 95. La Trinidad 48 Callejón de Huaylas
Santa•
32. Kuntur Wasi, 96. Panaulauca 51
57
•Río Huallaga
52
Cerro Blanco 97. Junín 54 53 58 71
SIERRA CENTRAL
Nepeña• 67 68
33. Kolguitín 98. Garagay, 56 55
59 66 •Huaraz
Casma• 6061 69 70 73
34. Santa Apolonia Huaca la Florida 63 62
Huánuco• 74
78 75
35. Aguatapada 99. Buena Vista COSTA NORCENTRAL 64 65 76 77
72 81
36. Pampa de Jaguay 100. Huacoy Huarmey•
79 •Laguna Lauricocha

37. Huaca Prieta 101. El Paraíso 80 82


83 85 Lago Junín 97
38. Sorcape 102. Huachipa Supe• 84
86 87 88
39. Huaca de los Reyes 103. Cueva Huaura•
91
89
90
40. Cerro Arena 104. Manchay Bajo 92 93
Chancay• 94 96
98
41. Alto de la Guitarra 105. Cardal, 95
99
Chillón• 100
42. Caballo Muerto Mina Perdida Lima•101 •Rímac
102 103 105
43. Puerto Morin, 106. La Paloma Lurín• 104
COSTA CENTRAL SIERRA SUR
Alto Salaverry 107. Chilca 106
107
44. Chondorco 108. Campanayoq
45. Guañape 109. Paracas (península) Ayacucho•
46. Huaca Verde 110. Carhua Cuzco•
Pisco•
47. Salinar 111. Disco Verde 108
109 110
48. Salinas de Chao 112. Mastodonte 111 112
113
116
Ica•
49. La Galgada 113. Cerrillos 114
115
117
118 119
120
50. La Pampa 114. Ocucaje, Erizo Palpa• 121
122
51. San Juanito 115. Animas Altas Nazca•
123
52. Punkurí 116. Cutamalla 124

53. Cerro Blanco, 117. Collanco 125 Lago Titicaca


Huaca Partida 118. Pernil Alto
54. Caylán 119. Jauranga
55. Huambacho 120. Pinchango Viejo,
56. Samanco Mollake Chico
57. Cueva de 121. Llipata 126
COSTA SUR
Guitarrero 122. Los Molinos, •Moquegua

58. Huaricoto La Muña


59. Huaynuná 123. Cahuachi
Ilo•
60. Sechín Bajo 124. Puntilla
61. Cerro Sechín, 125. Hacha ( Acarí )
Sechín Alto 126. Asana

Fig. 1 Fig. 2
Las ruinas del templo de Chavín de Mapa del Perú que muestra los sitios
Huántar vistas desde el este. Los arqueológicos mencionados en esta
picos de la Cordillera Blanca se ob- publicación
servan a lo lejos
30 CHAVÍN 31 Introducción

Costa Norte Sierra Norte Costa Norcentral Sierra Norcentral

Zaña Moche Chao Callejón Callejón


Periodo Lambayeque Jequetepeque Sierra Norte Cajamarca Nepeña Casma Huarmey
Chicama Virú Santa de Huaylas de Conchucos
Formativo Final (400–200 a.C.) Sipán Cerro Arena La Granja Caylán Chankillo Huaraz Chavín de
— — — Huántar
– Fin de las actividades en el centro ceremo- Puerto Morín Huacaloma Samanco (deja de ser un
nial de Chavín de Huántar y remodelación de — (fase EI) — centro ceremo-
Kuntur Wasi Salinar — Huambacho nial)
– Desaparición gradual de la iconografía Kuntur Wasi
y el arte Chavín (fase Copa,
– Desintegración de la cosmovisión, las 550-250 a.c.)
formas sociales y los logros del Formativo —
Layzón

Formativo Tardío (800–400 a.C.) Zarpán Lechuzas Kuntur Wasi La Pampa Caylán Chavín de
— (fase Kuntur Wasi, — Pallka Huántar
– El mayor alcance e influencia de los Chongoyape 800-550 a.C.) Samanco — Huaricoto (fase Blanco y
poderosos centros ceremoniales de la sierra — — San Diego — Negro,
(esp. Chavín de Huántar y Kuntur Wasi) Huacaloma Huambacho Pumacayán 900-550 a.C.)
– Fin abrupto de las actividades en los (fase Tardía 900-550 a.C.) — —
centros de la costa norcentral — Huaca Partida Pójoc
– La iconografía y el arte Chavín alcanzan su Pacopampa (Fase Nepeña) —
mayor difusión (hasta la costa sur; cultura (fase II 800-500 a.C.) Yurakyako (?)
Paracas) —
Layzón
(fase Huacaloma Tardío)

Cerro Blanco
Aguatapada

Formativo Medio (1200–800 a.C.) El Chorro Cupisnique Puémape Huaca Verde Ingatambo Huacaloma Huaca Partida Pampa de las Huaricoto Chavín de
— — — — (Fase Ingatambo) (fase temprana — Llamas / Mo- Huántar
– La iconografía y el estilo Chavín se Collud Pampa de Jaguay Limoncarro Guañape — 1200-900 a.C.) Cerro Blanco xeque (fases construc-
consolidan Zarpán — — (fases Media y Ñañañique — tivas y cerámicas
– Los centros ceremoniales individuales Ventarrón Palenque Las Huacas Tardía) — Pacopampa tempranas)
adquieren una esfera de influencia cada vez Puémape — (fase Tembla- — Chólope (fase I 1200-800 a.C.)
más grande Chongoyape Purulén dera) Alto de la —
– Desarrollos paralelos en los centros de la — — — Guitarra Cerro Blanco
costa y la sierra Cerro Corbacho Oyotún El Guayabo — (fase Cerro Blanco)
— — Caballo Muerto —
Huaca Lucía Nuevo Arica — Poro Poro Udima
— — Huaca de los —
Sangana La Compuerta Reyes Kuntur Wasi
Puerto Etén (fase Ídolo 950-800 a.C.)
— —
Saltur Layzón
La Cría (fase Huacaloma Tardío)

Formativo Temprano (1700–1200 a.C.) Huaca Lucía Sorcape La Bomba Guañape Ingatambo Santa Apolonia La Pampa Punkurí Las Haldas Piruro Pocos hallazgos
— — (fase temprana) (Fase Pomahuaca) Kolguitín ( Fase — — —
– Arquitectura ceremonial monumental y Mocupe Polvorín — Chondorco Yesopama ) Cerro Blanco Sechín Alto Tutishcainyo
unidades sociales más grandes — Alto de la Pandanche —
– Artesanías más especializadas e inicio de Las Huacas Guitarra — Cerro Sechín
la producción alfarera (fase Hamacas) Cerro Blanco
– Orígenes de un estilo iconográfico y de — (fase La Conga)
la decoración pictórica de las estructuras Montegrande —
ceremoniales — Huacaloma
Limoncarro (fase Huacaloma Temprano)

Formativo Inicial (3500–1700 a.C.) Arenal Huaca Prieta Alto Salaverry Ingatambo La Galgada Punkurí Sechín Bajo Huaricoto Hallazgos
— (Fase Huancabam- — — — — precerámicos
– Construcción de las primeras estructuras Ventarrón ba) San Juanito Huayuná Huaynuná Piruro
ceremoniales grandes — — —
– Unidades sociales cada vez más grandes Cerro Ventarrón Salinas de Chao Sechín Alto
– Orígenes de la agricultura de riego y la —
especialización económica Cerro Sechín

Periodo Arcaico (8000–3500 a.C.) Cerro Ventarrón Huaca Prieta Los Gavilanes Pampacancha
— —
– Periodo transcurrido desde la última Edad Paiján Cueva de
del Hielo hasta la construcción de las prime- Guitarrero
Fig. 3 ras estructuras ceremoniales grandes
Cronología del periodo – Sociedades más sedentarias organizadas
Formativo con los sitios en pequeñas unidades sociales
arqueológicos menciona- – Plantas de cultivo y animales domésticos
dos en esta publicación
32 CHAVÍN 33 Introducción

Continuación Sierra Norcentral Costa Central Sierra Central Costa Sur Sierra Sur

Supe Moquegua
Periodo Huánuco Chancay Chillón Rímac Lurín Junín Pisco Ica Palpa Nasca Ilo Ayacucho
Huaura (Cuzco)

Formativo Final Sajarapatac Baños de Boza Huachipa San Blas Ocucaje Los Molinos Cahuachi Campanayoq
(400–200 a.C.) — — — — —
Kotosh La Trinidad La Muña La Puntilla Rumi
(Fase Sajarapatac) —
— Llipata
Kotosh Jauranga
(Fase Kotosh —
Chavín) Pinchango Viejo

Collanco

Cutamalla

Formativo Tardío Sajarapatac Carhua Mollake Chico Campanayoq


(800–400 a.C.) — Cerrillos — —
Paucarbamba — Jauranga Rumi
— Ánimas Altas —
Kotosh Pinchango Viejo
(Fase Kotosh —
Chavín) Collanco

Cutamalla

Formativo Medio Jancao San Jacinto Huaca La Florida Garagay Cardal Chilca
(1200–800 a.C.) — — —
Warampayloma Huacoy Mina Perdida
— — —
Wairajirca Ancón Manchay Viejo
— — —
Kotosh Cueva Manchay Bajo
(Fase Kotosh
Kotosh)

Shillacoto

Formativo Temprano Shillacoto Piedra Parada Chilca Erizo Hacha ( Acarí )


(1700–1200 a.C.) — — —
Kotosh Disco Verde Mastodonte
(Fase Kotosh
Wairajirca)

Wairajirca

Formativo Inicial Shillacoto Áspero Culebras El Paraíso Paracas Pernil Alto


(3500–1700 a.C.) — ( Huaca de los — — Paracas
Kotosh Sacrificios ) Río Seco Buena Vista (península)
(Fase Kotosh Mito) — — —
— Caral Las Shicras Chilca
Wairajirca Bandurria
Caballette
Allpacoto
Vichama

Periodo Arcaico La Paloma Lauricocha Pernil Alto Numerosos sitios Numerosos sitios Asana
(8000–3500 a.C.) — —
Chinchorro Uchcumachay
Locales —
Pachamachay

Panaulauca

Telarmachay

Junín
34 CHAVÍN 35 Introducción

1.2 La cultura Chavín deriva su nombre del sitio arqueológico de


Chavín de Huántar, en la sierra peruana. Las impresionantes
¿QUÉ ES CHAVÍN? ruinas de este complejo monumental se encuentran a una altura
de 3180 metros sobre el nivel del mar, en la margen oriental de la
Peter Fux Cordillera Blanca. Los restos de masivos edificios de piedra en la
región Áncash, ubicados en un angosto valle de la sierra llamado
Callejón de Conchucos, captaron la atención de muchos de los
primeros viajeros y estudiosos. A mediados del siglo XVI, un cro­
nista reportó haber visto una inmensa fortaleza con rostros es­
culpidos en sus muros, y a comienzos del XVII se habló de un
oráculo comparable con los de la antigua Roma o de Jerusalén,
que habría existido en este remoto valle de la sierra.
La existencia de semejante edificio macizo de piedra y
de gigantescas esculturas de aspecto extraño, en un lugar tan
lejano e inhóspito, resultó ser irresistiblemente fascinante para
los recién llegados del Viejo Mundo. No sorprende que su encuen­
tro con los restos y su interpretación de su antigua función hayan
estado configurados por los conceptos que llevaron consigo, no
por ignorancia sino porque no tenían alternativa.
Cuando las investigaciones arqueológicas comenza­
ron en América del Sur a principios del siglo XX, los investigado­
res plantearon la hipótesis de que las altas culturas de los Andes
Centrales tuvieron su origen en Mesoamérica. Ellos estaban con­
vencidos de que las culturas Mochica, Nasca o Tiahuanaco —las
únicas que conocían— eran en realidad culturas “clásicas” que no
tenían ningún antecedente local; la calidad de su arte y de su
arquitectura era, con seguridad, una importación de Mesoaméri­
ca, el hogar de los logros culturales supremos de los olmecas, y
posteriormente de los mayas. Y para explicar el alto nivel de de­
sarrollo de las culturas mesoamericanas, que incluían escritura y
obras de arte, a menudo se hacía la conjetura de que ellas de al­
gún modo debían haber estado en contacto con las altas culturas
del Viejo Mundo. De este modo, desde el principio mismo se había
descartado casi por completo la posibilidad de que Sudamérica
pudiese haber tenido una historia propia.
Julio C. Tello (1880-1947), el pionero de la arqueología
peruana, efectuó un cambio crucial en la perspectiva que se tenía
sobre Chavín de Huántar, y nuevamente hizo de las esculturas en
piedra el foco de atención. La escultura más importante, que
mide más de cuatro metros de altura y a la que se conoce como
“El Lanzón”, debido a su forma en punta, se alza en una cámara
extremadamente angosta y oscura dentro del templo, al que solo
es posible llegar a través de un pasaje largo y estrecho [figs. 4,
117]. La imagen antropomorfa, al igual que muchas otras, tiene
colmillos y garras. Otros relieves muestran aún más felinos, lo
que llevó a Tello a plantear la hipótesis de que la deidad a la que
se rendía culto en Chavín era Wiracocha, la misma que posterior­
mente sería adorada por los incas, pero en la forma original de un
jaguar. Esta teoría partía de dos premisas: que los constructores
del complejo establecieron lazos con la cuenca del Amazonas, y
que este era sumamente antiguo. Chavín de Huántar repentina­

Fig. 4
Cuatro vistas del Lanzón. Altura
desde el suelo: 3,71 m. La imagen
fue generada a partir de un modelo
digital en 3D basado en los datos
obtenidos por escaneos de luz
estructurada
36 CHAVÍN 37 Introducción

mente había pasado a ser un indicador clave del origen local de la reflejo de una situación social histórica. En otras palabras, los
alta cultura andina y un centro de la “cultura matriz” de los An­ pueblos de los periodos estudiados no se llamaron a sí mismos
des. La exhibición de los monolitos conocidos como “Estela Rai­ como Cupisnique, Limoncarro o Chavín.
mondi” [fig. 6] y “Obelisco Tello” [figs. 5, 116], dos emblemáticas Las culturas arqueológicas pueden fecharse en térmi­
esculturas Chavín, que tuvo lugar en la época en Lima, sirvió nos absolutos y relativos la una con respecto a la otra. El fechado
para reforzar la hipótesis de la cultura matriz. absoluto se efectúa fundamentalmente con ayuda de métodos fí­
Es posible que Chavín de Huántar haya sido utilizado sicos como el radiocarbono, que arroja la edad en años. El fechado
como referencia del origen local para las culturas conocidas del relativo se realiza principalmente a partir de la capa en la cual se
Perú, pero de la misma manera planteó aún más interrogantes: hallaron los restos materiales (los más recientes se encuentran
¿de dónde provino Chavín, la sociedad altamente desarrollada, encima de los más antiguos), y nos permite reconstruir cómo fue
dada la aparente ausencia de un claro antecedente? Simplemen­ que una cultura material específica se desarrolló. Los desarrollos
te no había ninguna evidencia arqueológica que apoyara los su­ que tienen como premisa el estilo y la tecnología también pueden
puestos vínculos con la cuenca amazónica ¿Cuán antiguo es Cha­ usarse en el fechado relativo. Entre los conceptos del Viejo Mun­
vín, y cómo funcionaba su sociedad? ¿Acaso alguna vez fue un do que fueron importados a la arqueología de las Américas, figura
imperio que controlaba un territorio a partir de un único centro el supuesto de que el uso de la cerámica viene a ser una precon­
poderoso, como Roma o los incas, que llegaron mucho después? dición esencial del grado más alto de complejidad con que se defi­
Esta era la conclusión obvia, al menos en ausencia de cualquier ne una sociedad. La terminología sigue la misma premisa: en los
alternativa clara. Andes Centrales, el extenso periodo que transcurrió previo a la
A partir de una serie de hallazgos, como un grupo de difusión de la cerámica (ca. 1200-1700 a.C.) se conoce como el
textiles suntuosamente decorados y de piezas de cerámica lleva­ periodo Arcaico, mientras que el lapso que media entre las prime­
dos a cabo en la costa, a unos mil kilómetros al sur de Chavín de ras evidencias del uso de la cerámica y el surgimiento de las cul­
Huántar, donde se conservaron al menos algunos materiales or­ turas andinas “clásicas” más tempranas —Nasca y Mochica— re­
gánicos gracias al clima seco del desierto, fue posible acercarnos cibe el nombre de periodo Inicial o Formativo (ca. 1700-200 a.C.).
a una respuesta. Los objetos encontrados en tumbas de la cultura Los autores de este catálogo coinciden en que ya es
Paracas guardan cierta semejanza con la escultura lítica Chavín, hora de que la arqueología de los Andes Centrales transcienda
y también nos proporcionaron los primeros fechados confiables, las nociones preconcebidas del Viejo Mundo, y para reflejar esto
ya que los materiales orgánicos pueden fecharse físicamente. Du­ introducen una nueva terminología. Después de todo, los hallaz­
rante la segunda mitad del siglo XX los arqueólogos preferían no gos arqueológicos más recientes muestran que en esta región los
especular con respecto a la estructura social o la interpretación y pueblos construían grandes centros ceremoniales desde el 3500
concentrarse más bien en cuestiones cronológicas o de tipología a.C., mucho antes de la evidencia más temprana que se conoce
material, razón por la cual se hablaba de un “Horizonte Chavín” para la cerámica, es decir, durante el periodo Arcaico (para usar
o un “Horizonte Temprano”, para referirse al primer milenio an­ la vieja terminología). Estos eventos resultan asombrosamente
tes de nuestra era, periodo en el que la iconografía y el estilo tempranos en comparación con la historia cultural de otras regio­
Chavín fueron adoptados por diversas culturas de la región cen­ nes del mundo, incluido el antiguo Egipto. Obras colectivas de
tral andina. El Horizonte Temprano es el primer periodo de la planificación e ingeniería como esta, indudablemente fueron de
historia cultural andina en el que un estilo y una iconografía de­ la mano con desarrollos sociales y económicos tales como el uso
terminadas se propagan a lo largo de una amplia región1. del riego para incrementar el rendimiento de los cultivos, la for­
Al describir, ordenar y preparar diligentemente una mación de unidades sociales cada vez más grandes y la creciente
tipología de los diversos descubrimientos realizados en la segun­ interdependencia: en suma, con los inicios de una sociedad com­
da mitad del siglo XX, los investigadores lograron identificar va­ pleja. Así, los autores han propuesto retroceder el inicio del perio­
rias culturas y estilos distintos, y hoy los estudiosos hablan de do Formativo en los Andes Centrales al 3500 a.C. [fig. 3].
nuevos desarrollos tales como la cultura Cupisnique, la cerámica Si vamos a entender a Chavín como algo más que una
de estilo Tembladera y Chavín, o las tallas en piedra del estilo categoría estilística de restos materiales y como el sistema social
Limoncarro. En esta coyuntura vale la pena reevaluar el término que produjo tales artefactos y convivió con ellos, debemos prime­
de “cultura arqueológica”, término acuñado por los arqueólogos. ro investigar el proceso a través del cual se formó la sociedad
La cultura material se agrupa primero según ciertos criterios compleja más antigua de la región centroandina, comenzando
que son escogidos antes de que se establezca su distribución geo­ con los primeros pasos que llevaron a su formación.
gráfica y su edad probable. Luego se le da un nombre al grupo, Los centros ceremoniales tempranos fueron construi­
que en la mayoría de los casos constituye el topónimo del lugar de dos en los fértiles oasis ribereños por sociedades agrarias y sir­
donde procede el hallazgo. Es importante recordar que se trata vieron como un lugar para el encuentro social y para promover
de un sistema moderno de ordenar los restos materiales, y no el la cohesión social a través del ritual. El Formativo Temprano

Fig. 5
Cuatro vistas del Obelisco Tello. digital en 3D basado en los datos
Altura sin considerar el pedestal obtenidos por escaneos de luz
moderno: 2,58 m. La imagen fue estructurada [para los relieves
generada a partir de un modelo véase fig. 116]
38 CHAVÍN 39 Introducción

(ca. 1700-1200 a.C.) vio el surgimiento de una clase social con fueron más bien el arte y la manipulación de los sentidos en el
aún mayores pretensiones de propiedad y habilidades especiali­ templo mediante el uso orquestado de la luz, las sustancias psi­
zadas. En diversos sitios, la competencia por los recursos y las coactivas, el sonido y la música. Por lo tanto, a lo que referimos
tierras de cultivo llevó a la creación de centros ceremoniales más con Chavín es a aquella esfera cultural —tanto en el tiempo como
grandes y ostentosos. El subsiguiente periodo, el Formativo en el espacio— cuya iconografía y simbolismo dan cuenta de una
Medio (ca. 1200-800 a.C.), fue aquel en que se desarrolló el estilo cosmovisión y una forma de sociedad específicas.
artístico e iconográfico distintivo posteriormente asociado con los La credibilidad del concepto del mundo “Chavín” pare­
hallazgos realizados en Chavín de Huántar, y al que ahora ce haber quedado profundamente remecida durante el Formativo
se conoce como el “estilo Chavín”. Aquí adquieren especial im­ Final (ca. 400-200 a.C.), cuando otras formas de sociedad del pe­
portancia una serie de criaturas mitológicas sobrenaturales, riodo Intermedio Temprano comenzaron a adquirir importancia,
que presentan rasgos humanos y animales. El Formativo aunque no del todo sin recurrir a los logros del Formativo,
Tardío (ca. 800-400 a.C.) es el periodo en el cual el mundo andino, tal como lo muestra este libro. La arqueología nos permite estu­
y el sistema de significado vigente, que fuera creado y conso­ diar y comprender tanto el proceso a través del cual se formó
lidado por el arte y la arquitectura, fue adquiriendo fortaleza Chavín, como el modo en que funcionó la sociedad compleja más
y supremacía. temprana de la región centroandina. Y si, gracias a nuestra apli­
Chavín de Huántar no fue el único complejo de tem­ cación de las palabras “manipulación” y “poder ilusorio” en nues­
plos en aquella época, pero es posible que sí haya sido el más tra descripción del antiguo mundo Chavín, efectivamente logra­
grande. En esta época, hubo otros centros como Kuntur Wasi, mos probar la rotunda “otredad” de esta sociedad singular, de
Pacopampa y Kotosh, y podemos decir, tanto por sus similitudes sus artefactos, convicciones y arte, entonces esto presumiblemen­
como por sus diferencias, que si bien compartían los mismos te podrá leerse como una señal de que aquello con lo que hoy
sistemas sociales y la cosmovisión, eran al mismo tiempo rivales contamos constituye el único sistema de significado verdadero,
en búsqueda de influencia y de seguidores. La fascinación lo que a su vez es la mejor medida posible de cuán exitosa puede
que Chavín de Huántar todavía ejerce sobre nosotros, así como la ser –y efectivamente debe ser– la creación de mundos y de siste­
larga historia de sus excavaciones, han hecho que se constituya mas de significado.
una ventana singular al pasado, a través de la cual podemos
aprender a comprender la manera en la cual funcionó esta socie­
dad centroandina, y que resulta sorprendentemente distinto de
lo que se esperaba.

Al pueblo de Chavín le costó mucho —tanto en términos huma­


nos como materiales— la decisión de levantar su inmenso com­
plejo de templos en un angosto valle de la sierra, en el cual las
fuerzas de la naturaleza deben haber constituido un peligro in­
minente. Desafiando estas condiciones construyeron en piedra, la
formaron y la decoraron siguiendo sus propias ideas. También
desviaron arroyos torrentosos de montaña, construyeron cursos
de agua artificiales y diseñaron la confluencia de dos ríos; estas
proezas, efectivamente, deben de haber requerido una estrecha
cercanía a los dioses. Es más, parecería que la nueva elite, que
probablemente constituía una casta sacerdotal, logró ganarse el
respaldo de las personas del más alto rango que decidían las po­
líticas en otras regiones, y los centros que competían entre sí de­
ben haber usado esta rivalidad para comprometer a sus trabaja­
dores en proyectos cada vez más ambiciosos. Los seguidores
privilegiados probablemente iban en peregrinación al complejo
de templos en ciertas épocas. El complejo mismo, que era narra­
tivo en su concepción y estaba ricamente ilustrado, no sólo creaba
sino que además comunicaba los nuevos sistemas de significado
e imagen del mundo que sustentaron a la sociedad compleja más
temprana de la región centroandina. Pero esto no fue logrado ni
por una fuerza armada, ni con ayuda de la escritura. Sus “armas”

Fig. 6
Estela Raimondi
40 CHAVÍN
2. LA ARQUEOLOGÍA DEL DESIERTO COSTEÑO:
OASIS RIBEREÑOS, AGRICULTURA
Y COHESIÓN RITUAL
42 CHAVÍN 43 La arqueología del desierto costeño

INTRODUCCIÓN 2.1 Las bases costeñas de la civilización centroandina comenzaron a


formarse entre el 3500 y 3000 a.C., cuando las sociedades de la
LOS PRIMEROS POBLADORES costa árida desarrollaron un estilo de vida sedentario y erigieron
Y LAS PRIMERAS SOCIEDADES grandes monumentos ceremoniales. Además de los ricos recursos
A partir de los hallazgos realizados durante décadas de investi- Yoshio Onuki, de la Universidad de Tokio, es uno de los expertos
gación arqueológica, el presente capítulo explora los procesos más reconocidos de la arqueología peruana. Sus investigaciones
EN EL LITORAL del litoral del Pacífico, los pueblos eventualmente adoptaron el
maíz y otros cultivos alimenticios, así como la agricultura de riego,
tempranos a través de los cuales se desarrollaron grupos y so- en la sierra, en particular en Kotosh, la cuenca de Cajamarca y la densidad demográfica se elevó rápidamente. Esto al principio
ciedades en la región de la costa del Perú. La distinción trazada y en Kuntur Wasi [véase cap. 3], han sido de mayor importancia Tom D. Dillehay tuvo lugar en valles individuales, pero eventualmente algunas
entre la arqueología de las regiones de la costa [cap. 2] y de y proporcionaron ciertas percepciones cruciales de los procesos poblaciones extendieron su hegemonía sobre áreas mucho más
la sierra [cap. 3] es, ante todo, una consecuencia de la forma culturales del Formativo; de ellas, la más interesante para amplias a partir de 1000 a.C., uniendo así a los valles vecinos en
en que la investigación misma se ha desarrollado. La geografía nuestros fines es el desarrollo de contactos recíprocos y diná­ formaciones políticas más amplias, y estableciendo identidades y
extrema de la sierra hizo que fuera mucho más difícil explorar­- micos con ciertos centros de la costa. creencias ideológicas regionales diferenciadas. Si bien los mecanis­
la, en tanto que los hallazgos espectaculares realizados en la mos a través de los cuales se desarrollaron estas sociedades tem­
árida región costera captaron, desde muy temprano, una con­ Ignacio Alva Meneses ha venido dirigiendo proyectos de inves­ pranas a lo largo de la costa del Pacífico aún son poco cono­cidos, lo
siderable atención de los arqueólogos. tigación en Lambayeque, en la costa norte del Perú, desde hace que sí sabemos es que la historia de su ascenso se inició
muchos años. Hasta hace poco, Lambayeque había sido consi­ a finales del Pleistoceno, cuando los pobladores comenzaron a
Tom D. Dillehay, de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, derada como una región de culturas receptoras. Los resultados establecerse en los medioambientes más productivos de las plani­
introduce esta sección con sus estudios acerca de los procesos de sus investigaciones son impresionantes y señalan la dedi­ cies y valles costeños de los Andes Centrales, especialmente en la
políticos y económicos, empezando con los primeros hombres cación de las antiguas sociedades lambayecanas a la experi­ región que se extiende entre el actual sudoeste de Ecuador y el
que llegaron al subcontinente sudamericano. Los procesos men­tación, particularmente evidente en la arquitectura de esta norte de Chile.
entrelazados entre ellos condujeron, en última instancia, al región, que Alva Meneses propone como una contribución cru- Al examinar a estos primeros habitantes y sociedades,
surgimiento de sociedades grandes y complejas. Su atención cial al desarrollo cultural durante el periodo Formativo de los lo hacemos bajo la perspectiva de la economía política, que se refie­
recae principalmente sobre la región de la costa, espacio donde Andes Centrales. re al entrelazamiento de la organización política y económica, las
se cuenta con más datos gracias a las excelentes condiciones diferencias sociales y los marcos ideológicos de estas sociedades.
de preservación por el clima árido. Los hallazgos realizados recientemente por Peter R. Fuchs en A medida que, con el paso del tiempo, las sociedades costeñas iban
Sechín Bajo, en el valle de Casma, arrojaron una sorpresa cuando haciéndose más complejas en términos sociales y económicos,
Markus Reindel, del Instituto Alemán de Arqueología (Bonn), y la estructura ceremonial fue fechada alrededor de 3500 a.C. ideas y creencias más sofisticadas brindaban un medio con el cual
Johny Isla, del Instituto Andino de Estudios Arqueológicos Gracias a sus excavaciones exhaustivas, ahora es posible sancionar su crecimiento y sus metas. La investigación de la
(Lima), vienen dirigiendo un proyecto de investigación multi­ reconstruir el desarrollo arquitectónico de los centros cere­ economía política resulta particularmente apropiada, dada la
disciplinario en Nasca-Palpa, en la costa sur peruana. La cultura moniales en el valle de Casma con cierto detenimiento, y así excelente conservación de las evidencias arqueológicas halladas
Paracas de este lugar forma parte del “Horizonte Chavín” en datar el inicio del Formativo centroandino a mediados del cuarto en el registro material de las regiones costeras occidentales de
el sentido más amplio, a pesar de que hay paralelos iconográ­ milenio a.C. Sudamérica. Comprender cómo fue que la civilización centroandi­
ficos y estilísticos entre sus artefactos. Concentrándose en su na emergió en esta región requiere que asumamos una perspectiva
campo de estudio, estos dos investigadores lograron reconstruir de larga duración, y que rastreemos los procesos más tempranos
la historia cultural de esta región desde el Formativo Inicial que llevaron al establecimiento de las comunidades aldeanas, de
hasta la conquista española, arrojando al mismo tiempo datos los centros ceremoniales y eventualmente de las ciudades. Aunque
sobre la interacción cultural menos conocida con la población el eje aquí recae fundamentalmente sobre las primeras evidencias
de la sierra, que obviamente fue un aspecto decisivo para los de la civilización andina durante el prolongado periodo Precerámi­
procesos sociales que ocurrieron en todos los Andes Centrales. co (hasta ca. 1700 a.C.), dedicamos un espacio a las primeras socie­
dades cazadoras y recolectoras del Pleistoceno Tardío y al Holo­
ceno Temprano. Estas sociedades más tempranas, y en un plano
más general el origen de la agricultura y del estilo de vida seden­
tario, fueron precursores importantes de la civilización. Por ello,
la intención aquí es comprender el medio ambiente de estas socie­
dades y reconstruir la disposición de la infraestructura que yacía
detrás de la agricultura costeña, la pesca marítima, las formas de
asentamiento y de construcción del paisaje, así como la interrela­
ción entre los humanos y el medio ambiente. Especial énfasis se
le atribuye a comprender la naturaleza de las economías agromarí­
timas y la construcción de monumentos públicos, como base para
delinear la diversidad de las ocupaciones tempranas de la costa.

Fig. 7
Vista de oasis fluvial característico
en la costa nor-central del Perú
44 CHAVÍN 45 La arqueología del desierto costeño

El medio ambiente costeño La llegada y el establecimiento del hombre Temprano, fechados entre ca. 9000 y 8500 a.C., reflejan una socie­ En la costa peruana podemos remontar las manifesta­
dad cazadora y recolectora, que vivió durante breves temporadas ciones iniciales que llevaron hacia las sociedades complejas hasta
La costa del Océano Pacífico forma una angosta planicie al pie de Las vastas dimensiones del terreno y la diversidad ecológica de en hábitats donde se podía subsistir a partir de un amplio espec­ el Arcaico Tardío o al Formativo Inicial (ca. 5000-2500 a.C.), a
las montañas de los Andes Centrales, atravesada por valles flu­ Sudamérica, especialmente en la cuenca amazónica y en las tro de plantas y animales5, entre ellos peces y el cultivo de cala­ cuyo periodo más tardío a veces se denomina Precerámico Tardío
viales grandes y pequeños que descienden desde las montañas montañas andinas, le ofrecieron oportunidades ilimitadas a los bazas (Cucurbita). Los sitios Paiján Tardío parecen ser lugares o Precerámico con algodón, y ello debido a que este último cultivo
hasta el mar [figs. 2, 7]. Estos valles forman unos oasis en la primeros inmigrantes para que se desplazaran y buscaran escogidos por periodos largos, lo que implica que la vida semise­ es sumamente común en los sitios que datan de esta época. En
planicie desértica con suelos ricos, y una vegetación donde el distintos tipos de recursos. La mayoría de las poblaciones huma­ dentaria había comenzado ya hacia 8000-7000 a.C.6. Una posible este periodo, los asentamientos en la costa y el vecino piedemonte
agua abunda según la estación1. Los pueblos andinos cultivaron nas del Pleistoceno Tardío y el Holoceno Temprano (hace ca. razón para suponer esto es la creciente abundancia de recursos andino crecieron en tamaño, mientras que las primeras estructu­
el piso de estos valles durante miles de años y levantaron sus 9000 -12000 años) eran cazadores y recolectores nómadas que re­ silvestres, posible gracias a la mejora del clima después del Pleis­ ras arquitectónicas monumentales fueron levantadas hacia fina­
asentamientos en los bordes, cerca de sus parcelas agrícolas en la corrían grandes territorios para cubrir sus necesidades de sub­ toceno, lo que tuvo como resultado que los pueblos ya no necesi­ les del mismo bajo la forma de plataformas piramidales8. La apa­
llanura aluvial. En un contexto más amplio, la región litoral sistencia, sociales, tecnológicas y otras más2. Su forma de vida taban recorrer un gran territorio para cubrir sus necesidades de rición de construcciones monumentales y las poblaciones que
forma una serie de microambientes relacionados entre sí, como móvil era dictada por la disponibilidad de recursos, y ocasional­ subsistencia. Al mismo tiempo, los asentamientos con pequeñas se encargaron y fueron necesarias para construirlas, constituye
pozos de marea y bahías rocosas en los que abunda una amplia mente tal vez por los conflictos sociales entre grupos que se dis­ estructuras arquitectónicas circulares y con una mayor densidad un tema que recibió bastante atención de los estudiosos desde
variedad de peces y mariscos, así como lugares donde son comu­ putaban el acceso a dichos recursos. Aunque no hay ninguna de artefactos se fueron haciendo cada vez más comunes a lo largo comienzos de la década de 1970. Michael Moseley propuso que
nes los alimentos vegetales estacionales nutridos por las neb­li­ evidencia directa de que los pobladores de la costa hayan cazado de las planicies costeras del Pacífico y el piedemonte de los Andes. las bases económicas de las tempranas sociedades complejas
nas. La combinación de estos microambientes proporciona una a la actual extinta megafauna (proboscidios, perezosos, osos Aproximadamente al mismo tiempo, los pueblos que vivían en peruanas fueron dadas por la pesca en el mar9. Según Moseley,
serie rica y uniforme de recursos alimenticios, que normalmente gigantes), es probable que algunos de estos animales hayan Las Vegas, en el sudoeste de Ecuador, también cultivaban calaba­ los ricos recursos marinos de la corriente de Humboldt permitie­
podrían ser explotados con facilidad desde los campamentos formado parte del inventario alimenticio de la época. Algunas zas y practicaban una economía generalizada [véase cap. 5.1]7. ron a grandes poblaciones permanentes vivir a lo largo de la
de los cazadores y recolectores tempranos. poblaciones probablemente permanecieron en hábitats ricos en El estilo de vida semisedentario de los pueblos de Las Vegas y costa sin una agricultura intensiva. Esta postura contradecía la
Sin embargo, la abundancia del medio ambiente marí­ recursos durante periodos más o menos largos, como deltas, Paiján Tardío, conjuntamente con sus prácticas de subsistencia noción tradicional que los arqueólogos tienen de que la agricul­
timo se ve perturbada ocasionalmente por una contracorriente bahías, estuarios de ríos y entornos lacustres; otras tal vez se cada vez más amplias, fue el preludio de la aparición de comuni­ tura, especialmente la de riego, es una precondición para el
cálida conocida como El Niño, que puede fluir hasta por doce juntaban socialmente por diversas razones. En muchos lugares, dades sedentarias en los Andes Centrales entre 7000 y 4000 a.C. surgimiento de la complejidad social. La “hipótesis de las bases
meses. El Niño tiene lugar a intervalos sumamente irregulares, los cambios en la movilidad parecen haber coincidido con cam­ En este periodo, un nuevo mundo estaba en formación. marítimas” de Moseley considera que la agricultura del Precerá­
que unas veces solo toman unos cuantos años y otras muchos bios en las condiciones climáticas y la reorganización biótica del Aunque podemos presentar un cuadro general de los mico Tardío (el Formativo Inicial, 3500-1700 a.C.) suministraba
más. Esta contracorriente reduce el afloramiento marino en tal Pleistoceno Tardío, lo que reflejó la adaptación a oportunidades primeros pobladores en la costa, virtualmente no sabemos nada productos mayormente industriales que permitieron apoyar la
medida que los peces emigran a otros lugares, reduciendo así los de subsistencia local y una creciente densidad demográfica en de las relaciones que estos pueblos y otros de la región mantuvie­ economía pesquera, como algodón para las redes y calabazas
recursos fundamentales de la dieta de los pueblos costeños. A lo algunas zonas. ron, en especial los que vivían en la vecina sierra andina, y lo para sus flotadores. Sin embargo, evidencias recientes indican
largo del tiempo, estas condiciones medioambientales afectaron La arqueología de los primeros pobladores en los único que podemos hacer al respecto es especular. Un viajero que que los alimentos tanto marítimos como agrícolas constituyeron
de muchos modos las adaptaciones económicas y las organiza­ Andes Centrales está mejor documentada en la costa norte y en hubiese caminado a lo largo de la costa y de los cerros y llanuras la base económica real del Precerámico Tardío, pero la proporción
ciones sociales. Aunque los recursos marítimos siempre constitu­ la sierra central del Perú, donde se han registrado docenas de de la región hace 6000 a 11000 años, con toda probabilidad se de cada uno variaba de un lugar al otro a lo largo del tiempo,
yeron una parte importante de la dieta, lo que dio un gran im­ sitios3. Hay una amplia variedad de evidencias que indican diver­ habría topado con grupos que empleaban diversos patrones de dependiendo de la riqueza del vecino mar y de la domesticación
pulso a los pueblos costeños para que organizaran sociedades sas combinaciones de estrategias de caza y recolección especiali­ subsistencia en la pesca, la caza y la recolección, así como una y adopción del cultivo de alimentos10.
sumamente complejas fue el eventual desarrollo de la agricul­ zadas, así como un comportamiento recolector generalizado. Los horticultura menor. Estos mismos grupos probablemente viaja­ Los arqueólogos vienen sosteniendo una serie de de­
tura en las fértiles llanuras aluviales de estos valles. asentamientos marítimos especializados a lo largo de la costa ban a las montañas en busca de nuevos recursos y para inter­ bates en torno a la cuestión del origen del cultivo de alimentos en
Si bien la singular geografía de la costa, con sus ricos sur peruana y el norte chileno contaron con una amplia gama de cambiar bienes con los vecinos de la sierra, quienes posiblemente la costa central andina y sus implicancias. Hasta ahora, los datos
recursos marinos que son posibles por ubicarse al lado de las recursos marinos y de estuario, y en menor medida de especies también iban y venían entre la costa y las montañas. sugieren que el Perú costeño fue el hogar original de la domesti­
fértiles llanuras, constituye un aspecto importante para com­ terrestres [fig. 8]. En consecuencia, una sostenida tradición marí­ cación de algunas plantas, mientras que otras se difundieron
prender el surgimiento de las sociedades complejas; igualmente tima recolectora perduró desde el Pleistoceno Tardío hasta el Los cultivos de alimentos y la agricultura desde distintas regiones andinas. Sabemos que las calabazas
importantes son los nuevos conceptos ideológicos adquiridos Holoceno Medio, hace alrededor de 4000 años, como lo muestran y los mates del norte andino aparecieron entre 8000 y 6000 a.C.
por las comunidades tempranas, que llevaron al surgimiento de sitios tales como Quebrada de los Burros, Jaguay y Tacahuay en Entre el 6000 y el 4000 a.C., algunos pueblos de la costa comen­ El ají, el algodón, el pallar, la achira, el maní, el pacay, la quinua,
la arquitectura monumental antes incluso de la introducción de el sur del Perú, y los de Quebrada de las Conchas y los sitios de zaron a adoptar una forma de vida sedentaria. A diferencia del la yuca, la palta, la guayaba, diversas variedades de calabaza y la
la cerámica. Otro factor es la gran importancia que tuvieron cier­ Huentelauquen en el norte y centro de Chile. modo de vida más móvil de cazadores y recolectores, el estilo lúcuma aparecieron más tarde, entre 5000 y 2500 a.C., en tanto
tos cultivos para la economía costeña, como el algodón empleado De otro lado se ha demostrado una forma de vida ge­ de vida sedentario de los recolectores marítimos y de los agri­ que el maíz, diversas variedades de frutas, las papas y los frijoles
en las redes de pesca y los textiles, y las calabazas usadas como neralizada en diversos lugares, entre ellos la costa norte perua­ cultores tuvo un profundo impacto sobre casi todos los aspectos fueron introducidos hacia el final de este periodo.
flotadores para pescar, junto a otros diversos animales que fueron na, donde las áridas pampas de la costa y las montañas de los de la vida social en la costa. Esto indica un cambio en la menta­ Tal vez la mejor explicación actual del origen de
introducidos posteriormente desde la sierra, como las llamas Andes ofrecen varias zonas ecológicas sumamente compactadas, lidad, desde la consideración de una planificación inmediata a la la producción de alimentos es la que plantean Dolores Piperno
y los cuyes. que van desde el desierto hasta el bosque montano tropical. La de un futuro más lejano, y refleja también conceptos de territo­ y Deborah Pearsall, quienes argumentaron a favor del desarrollo
región ha sido investigada detenidamente por los arqueólogos rialidad en los cuales el uso comunal de los recursos marítimos y temprano de la agricultura en las tierras bajas de América
durante las últimas décadas y se han identificado cientos de los cultivos de alimentos brindó un punto de partida para la Central y el norte de Sudamérica, aproximadamente al mismo
de sitios asociados a la cultura Paiján, los que fueron fechados diferenciación social inicial, que tuvo como base la acumulación tiempo que en el Cercano Oriente11. En la interpretación
aproximadamente hace 8500 a 11000 años4. Los sitios Paiján de bienes y posiblemente de la tierra y de otra riqueza material. que dan a las evidencias provenientes del polen y de fitolitos
46 CHAVÍN 47 La arqueología del desierto costeño

—estruc­turas diagnósticas de sílice formadas en tejidos de plan­ al análisis transregional de las actividades domésticas a partir
tas —, así como de granos de almidón incrustados en las piedras de los restos materiales de las viviendas tempranas de la costa
de moler, Piperno y Pearsall proponen que los huertos domésticos centroandina, especialmente en sitios como Las Vegas, Nanchoc,
en donde se cultivaban diversas plantas surgieron en estas áreas La Paloma, Chilca y las localidades Chinchorro. En este periodo,
entre 7000 y 6000 a.C. Después de 3000 a.C. se prepararon una unidad de vivienda era ocupada tal vez por una familia nu­
campos más grandes, lo que llevó al patrón de agricultura al cual clear. En lugares como La Paloma, en la costa central peruana, Las Vegas•
se conoce como de “roza y quema”, y que hoy en día caracteriza al un grupo doméstico formado por varias unidades familiares,
cultivo rural en esta zona. Los cultivos principales involucrados todas ellas probablemente emparentadas entre sí, conformaba la
•Chobshi
fueron raíces y tubérculos como la yuca y arrurruz, diversos tipos unidad económica básica, que era una suerte de familia extensa.
de calabaza y árboles frutales como la palmera, así como una Una de las comunidades domésticas más tempranas
Cubilán•
variedad primitiva de maíz. Piperno y Pearsall creen que estos es la del sitio de Las Vegas, en la costa sudoriental del Ecuador,
y otros cultivos, como el maíz, el ají, los frijoles y la calabaza, donde se fechó una comunidad de viviendas semihundidas entre
llegaron a la costa central andina en diversos momentos después 8000 y 5800 a.C. [véase cap. 5.1]14. La ocupación más temprana Amotape•
del Pleistoceno. de Las Vegas indica una economía mixta que incluía venados,
Los cambios que tuvieron lugar en los patrones de pecaríes, zorros, frutos comestibles de plantas y árboles (como
subsistencia a lo largo de la costa entre 5000 y 2500 a.C., desen­ cactos y vainas de algarrobo), calabazas domesticadas, peces Región Cupisnique
cadenaron una forma totalmente nueva de vida al permitir el y mariscos de los manglares vecinos, todo lo cual existía a unos La Cumbre
Paiján
establecimiento posterior de comunidades aldeanas permanen­ cuantos kilómetros del lugar. También se encontraron 192 esque­ Yuirihuac •Huaca Prieta
tes, y eventualmente de poblados con concentraciones de pobla­ letos humanos que datan principalmente de 6000 a 4500 a.C., •Guitarrero
ción bastante grandes. Para mantener a estas sociedades en a los que se colocó en un espacio alejado de las viviendas. Los
expansión en las áridas condiciones medioambientales de la ornamentos encontrados en algunos de los entierros sugieren
costa, se debía contar primero con una serie de desarrollos tecno­ tempranas diferencias sociales. La separación de los espacios de
lógicos. La puesta en marcha de estrategias de subsistencia enterramiento y de vivienda en Las Vegas, así como la aparición •Lauricocha
adaptadas a la vida bajo las condiciones medioambientales de la de bienes funerarios, sugiere que se reconocía la transición de la El Volcán•

árida región costera tuvo una importancia fundamental. Aunque muerte biológica a la cultural y la memoria del difunto.
algunas tecnologías tales como las redes de pesca de algodón, los Para el 5500 a 4000 a.C., las comunidades de horticul­ Chivateros• Región Junín
flotadores y plomadas ya habían surgido en la costa, en este tores y marítimas estaban presentes en las costas peruana (La Pachamachay
Panaulauca
periodo aparecieron también otros elementos básicos como las Paloma y Chilca) y del norte chileno (Acha y Chinchorro). La Telarmachay
Lima•
huertas domésticas, la agricultura de riego simple y las insta­ explotación intensiva de plantas, incluyendo unas domesticadas, Uchkumachay
laciones para el almacenaje de excedentes alimenticios, todo lo es evidente en otros sitios del Arcaico Tardío como Los Gavilanes,
cual se practicaba ya entre 4500 y 3500 a.C.12. en el valle de Huarmey15. Algunas de las primeras señales de una Región Ayacucho
Jaywamachay
vida comunal más permanente provienen de la zona de Nanchoc Pikimachay
Las primeras unidades domésticas y del sitio de La Paloma, en Perú. En este periodo temprano, Pozo Santo• Puente
y la diferenciación social muchas comunidades se hallaban en quebradas laterales donde
había agua dulce. En el valle de Nanchoc del norte peruano, que
La unidad doméstica constituye el componente social más común se encuentra sobre las laderas occidentales más bajas de los
en los patrones de subsistencia antedichos, además de constituir Andes, las ocupaciones que tuvieron lugar entre 8000 y 5500 a.C.
el núcleo más pequeño y productivo. Ella proporciona informa­ fueron viviendas pequeñas y circulares que a menudo distaban Carú•
ción crucial con la cual comprender las prácticas económicas, eco­ entre 200 y 400 metros la una de la otra, con cimientos de piedra
Toquepala•
lógicas e ideológicas de una determinada sociedad. En términos y adobe, pozos de almacenaje revestidos con piedras y entierros
estructurales, las casas pequeñas existentes durante la primera debajo del piso de las viviendas. Para el 5000 a.C., la población de Asana•
parte de este periodo fueron cambiando de un diseño individual Nanchoc había desarrollado estrategias viables de horticultura
y circular a otro de forma cuadrada, con una o múltiples habita­ y de recolección, así como las herramientas y tecnologías reque­ Acha•
ciones, y que eran semejantes a estructuras de conjuntos residen­ ridas por los horticultores como las zanjas de riego y las técnicas OCÉANO PACÍFICO

ciales, lo que mejor se ve en los sitios de Nanchoc, en el norte de preparación. En Nanchoc también se encontraron montículos
peruano13. La última variante fue el añadido de nuevos segmen­ de tierra duales con plataformas múltiples de baja altura, usadas
tos de habitaciones a una casa ya existente, lo que sugiere una en rituales públicos [fig. 10]. Estas estructuras anticiparon la
estrategia adoptada probablemente para satisfacer las necesida­ forma de los montículos más grandes de sociedades posteriores,
Tiliviche Aragón•
des de una familia en crecimiento y con mayores actividades. ejemplificados por las plataformas escalonadas, las vías de ingre­
Podemos reconstruir un cuadro global de la vida en el so restringido y una choza techada en su nivel más alto. El sitio
periodo Arcaico Temprano a Medio (8000-5000 a.C.), recurriendo de La Paloma, en la costa central peruana, fue ocupado hace más

Chulqui San Lorenzo•


Huachichocana •
Tuina
Inca-Cueva
Fig. 8 •Las Conchas
Mapa del Perú que muestra los sitios
arqueológicos mencionados en este
capítulo
48 CHAVÍN 49 La arqueología del desierto costeño

de 7000 años. Esta fue una comunidad establecida16 con numero­ Un desarrollo similar pero más complejo ocurría en el las de mortalidad, lo que indicaría un incremento demográfico, Alrededor de los montículos se encontraban las plazas abiertas y
sas chozas simples y pozos revestidos con pasto, donde almacena­ sudoeste ecuatoriano, donde la cultura Valdivia (4000 -2200 a.C.) probablemente debido a una forma de vida establecida y a una las terrazas artificiales. Una gran población residente explotaba
ban comida para cuando se presentara un año malo. Los poblado­ levantó grandes aldeas agrícolas circulares, que comprendían dieta más diversificada. Además, es posible que nuevos pueblos los ricos recursos de la costa vecina. En Caral (15 hectáreas),
res dependían sobre todo de la pesca y la recolección aunque casas y estructuras rituales ovales19, un patrón posteriormente hayan emigrado a la región, atraídos quizá por los sitios agrí­ varios montículos ceremoniales y plazas estuvieron flanqueados
también manipularon algunas especies de plantas, entre ellas visto en muchas partes de las tierras bajas tropicales al este colas. Algunas poblaciones previamente móviles quizá también por elaborados barrios residenciales, que sugieren una creciente
begonias tuberosas, mates, calabazas, pimientos y posiblemente [fig. 11]. Esta fue una reorganización fundamental de la vida establecieron asentamientos permanentes o semipermanentes. sofisticación en la organización comunal y la estructura social22.
maní. Es probable que también hayan tenido llamas, la misma social, y en aquellos lugares donde una cosecha intensa era im­ En el periodo Formativo Inicial, entre 3500 y 2500 Alrededor de 2000 a.C. se levantó un complejo de plataformas de
especie que los incas usarían después para transportar carga en portante esta debe ciertamente haber estado ligada al ciclo anual a.C., los asentamientos de la costa, cuyo tamaño y subsistencia piedra con mortero de barro en El Paraíso, sobre la llanura alu­
los Andes. Existen evidencias de entierros secundarios tanto en de las estaciones, lo que cambió la percepción humana del medio habían crecido, se expandieron para incluir nuevos cultivos vial del valle del Chillón, a cierta distancia del mar23. Aquí, en al
Nanchoc como en La Paloma, lo que sugiere que algunos miem­ ambiente y las implicaciones sociales que tenía el hecho de vivir domesticados. Sitios como Real Alto y otros sitios Valdivia en la menos una de las plataformas se encontraron complejos de cáma­
bros de estas comunidades habrían dejado estos asentamientos en comunidades más grandes y más permanentes. costa sur ecuatoriana, así como Huaca Prieta, Alto Salaverry, ras interconectadas, construidas en etapas sucesivas. Las eviden­
durante algún tiempo, para mudarse a diferentes zonas medioam­ Cerro Ventarrón, Sechín Bajo, Bandurria, El Paraíso, Paracas y cias provenientes de diversos sitios en la zona del Norte Chico
bientales de acuerdo con el paso de las estaciones. En otras pala­ De unidades domésticas a comunidades muchos otros más en la costa peruana, ofrecen evidencias de una (Áspero, Caral y otros) [fig. 9], así como en los de la costa central
bras, las personas que fallecieron y que en un tiempo fueron se­ y monumentos creciente complejidad social hacia esta época, tal como lo indican (El Paraíso, Garagay), sugieren distinciones sociales definidas
pultadas en lugares lejanos, serían posteriormente llevadas de las estructuras domésticas aglutinadas, las pequeñas estructu­ por pequeños grupos de elites y tal vez grandes poblaciones que
vuelta a casa para su entierro permanente. Cambiando nuestro enfoque de la unidad doméstica a la comuni­ ras especializadas como pirámides o plataformas [véase cap. 2.5], no formaban parte de ellas, que pro­bablemente representan el
En este periodo también fue de gran importancia la dad nos permite examinar las formas sociales existentes dentro los textiles elaborados, los mates trabajados, la cerámica y otros surgimiento inicial de formaciones políticas locales. Como no está
cultura Chinchorro, desarrollada en el sur peruano pero sobre de los asentamientos entre 5000 y 2000 a.C. Lo importante aquí objetos. Hacia el 3500 a.C., en lugares como Real Alto y Loma claro si los complejos ceremoniales y las zonas residenciales veci­
todo en el norte chileno17, que data de entre 5000 y 2200 a.C., son los cambios en las formas arquitectónicas y en la traza de los Alta, en la árida costa sur del Ecuador, los cazadores y recolecto­ nas de estos últimos sitios fueron contemporáneos, resulta pre­
y que está asociada con una intensa economía marítima, lugares asentamientos, y cómo es que estos patrones espaciales estaban res tempranos que llevaban cerámica concentraron sus prácticas maturo asociar a los asentamientos de Caral, Áspero y otros del
de entierro separados para los difuntos, y unas extraordinarias relacionados con las formas y mecanismos más formales de la de subsistencia fundamentalmente en la recolección de moluscos Norte Chico con formas tempranas de urbanismo y desarrollo
prácticas funerarias que giraban en torno a la momificación. Las organización social. La estructura espacial de un asentamiento y otros recursos de los manglares. Los ocupantes posteriores estatal, como algunos arqueólogos han propuesto. Dadas las
evidencias mortuorias sugieren que las momias estaban diferen­ está regulada no solo por las necesidades físicas del esfuerzo a de Real Alto levantaron dos montículos alargados de tierra que evidencias que se tienen hasta el momento, resulta mejor decir
ciadas socialmente, que fueron recicladas como “estatuas ances­ realizar, sino también por la necesidad de distinguir consistente­ contenían estructuras residenciales y una gran plaza circular, que simplemente son grandes complejos formados por ciclos de
trales”, para que formaran parte de las ceremonias públicas mente entre distintas categorías de actividad, así como entre además de ampliar su dieta para que incluyera una amplia va­ construcción y abandono. Dos argumentos resultan claros para
de los vivos, y que estaban relacionadas con la identidad de la pobladores de distinto estatus social. En otras palabras, una riedad de animales y de plantas, tanto silvestres como culti­vadas. este periodo, que estos grandes asentamientos obviamente de­
comunidad. Esta es la evidencia más temprana que se conoce en comunidad tiene que definir los linderos que separan las distin­ En Huaca Prieta (véase el estudio de caso), Alto Salaverry y otros pendían más de la agricultura que los sitios más tempranos, y
el mundo de prácticas de momificación humana. tas partes del asentamiento, y que se relacionan con los órdenes sitios de la costa peruana se erigieron estructuras especializadas que para 2000 a.C. las principales plantas alimenticias que con­
En Chilca, al sur de la actual ciudad de Lima, floreció de la naturaleza y la cultura al interior de la comunidad. Estas de montículos, ya fuera con tierra o piedras, que indicaban la formaban la base de la civilización costeña peruana se estaban
un asentamiento costero posterior que puso en práctica patrones relaciones debieran reflejarse en la disposición de la estructura separación de espacios domésticos y públicos, empleándose estos consumiendo.
sociales y de subsistencia similares. El arqueólogo suizo Frédéric comunal, lo cual se puede observar arqueológicamente. últimos probablemente con fines ceremoniales. Huaca Prieta, En resumen, hace 4000 a 7000 años surgieron asenta­
Engel (1908-2002) excavó allí basurales y fechó con radiocarbono Alrededor de 5000 a.C., los cambios que se habían un importante sitio costero en la costa norte peruana, está mientos permanentes a lo largo de las llanuras costeras del Perú,
la ocupación anterior de Chilca, entre 3800 y 650 a.C.18. Cuando dado en la subsistencia, la sociedad y la economía de algunas con­formado por un gran montículo donde se encontraron muchos que combinaban la agricultura con la explotación de recursos
el sitio estaba en uso probablemente se hallaba cerca de un áreas costeras eran profundos. Una transición fundamental en la entierros y habría sido poblado entre 5000 y 1800 a.C. El marinos. Esto finalmente dio inicio a un periodo sostenido de
pantano de juncos, los cuales proporcionaban materiales para vida de los cazadores y recolectores a una economía agrícola y inmenso basural contiene varias cámaras funerarias pequeñas crecimiento demográfico y complejidad social. Los milenios de
esteras y construcción, así como un lugar donde tener pequeñas productora de artesanías, quedó documentada en varios lugares construidas parcialmente en el suelo y techadas con vigas historia costeña que siguieron ciertamente vieron la aparición de
huertas. Los pobladores de Chilca vivían principalmente de de la costa a lo largo de varios miles de años, periodo que Danielle de madera o de huesos de ballena [fig. 12]. Sus habitantes fueron muchos asentamientos permanentes ubicados cerca del océano.
moluscos, peces y leones marinos; también cazaban unos cuantos Lavallée llamó la era del “boom andino”20. Sin embargo, esta hábiles tejedores de algodón que diseñaron un sofisticado estilo Las aldeas agromarítimas como Áspero, La Paloma, Chilca, Ban­
mamíferos terrestres. Cultivaban frijoles, pallares, mates, cala­ fecha es sólo aproximada dado que todo el proceso de mayor com­ artístico con diseños animales, humanos y geométricos [fig. 13]. durria y otras más en los valles bajos de la costa peruana estaban
bazas, y para practicar su agricultura simple probablemente de­ plejidad social parece ser más gradual que repentino y, como ya Entre 2500 y 1000 a.C., las estructuras especializadas caracterizadas por tendencias organizativas nuevas e interrela­
pendían de las inundaciones del río, así como de las lluvias. vimos, se inició antes de dicha fecha. Tal vez más significativos se fueron haciendo cada vez más grandes y sofisticadas, como cionadas, típicas del periodo Formativo Inicial, lo que se tradujo
Durante las investigaciones se encontró una vivienda, se trataba fueron los cambios sociales y económicos que involucraron el las de Cerro Ventarrón, Sechín Bajo, el complejo de Sechín Alto, como redes sociales más restringidas para el consumo y para
de una estructura circular con un armazón abovedado, hecho con paso a unos patrones residenciales más individualizados y cen­ Las Haldas, Caral, Áspero, Piedra Parada, Río Seco, El Paraíso, compartir, así como mecanismos más formalizados de integración
cañas atadas y cubiertas con manojos de pasto; el interior estaba trados en la familia, o la construcción de montículos como los que Garagay y muchos otros sitios más en la costa norcentral y al nivel de toda la comunidad [véase cap. 2.2]. Una serie de trans­
reforzado con huesos provenientes de ballenas varadas. Varios vemos en Nanchoc, Alto Salaverry, Cerro Ventarrón, Sechín Bajo, central del Perú. En estos lugares hay también evidencias de un formaciones similares se estaban dando en la sierra peruana
entierros fueron colocados dentro de la vivienda antes de que Áspero, Bandurria, Las Haldas y otros sitios más; la especiali­ patrón de estratificación social en vías de desarrollo, que se y boliviana, especialmente alrededor de la cuenca del Lago
esta fuera derribada intencionalmente encima de ellos. Los zación de las tecnologías artesanales y la elaboración de redes de observa en plataformas ceremoniales de distinto tamaño y en las Titicaca, donde habían surgido economías agropecuarias basadas
esqueletos estaban envueltos con esteras de juncos y todos fueron intercambio que fueron uniendo distintas poblaciones regionales viviendas. Áspero es un buen ejemplo de ello. Se trata de un sitio en la papa y otros tubérculos, así como en la carne y la lana de
enterrados al mismo tiempo. a medida que crecía en número y espacio. Varios factores podrían grande que abarca 12 hectáreas y que cuenta con siete platafor­ camélido.
dar cuenta de este incremento en el número de asentamientos. mas ceremoniales grandes y seis pequeñas, en cuya cima se cons­
Es posible que las tasas de natalidad hayan sido más altas que truyeron pequeños templos que contenían entierros humanos21.
50 CHAVÍN 51 La arqueología del desierto costeño

Tecnologías y artesanías cían descomponiendo primero las materias primas y luego re­
constituyéndolas por medio del calor, un estilo tecnológico que
Durante el Formativo Inicial (3500 -1700 a.C.) las sociedades requiere de una mentalidad transformativa. Los ejemplos inclu­
también inventaron nuevas tecnologías que iban más allá de la yen el molido de malaquita, de turquesa y otras piedras para
pesca y la agricultura, y se desarrollaron formas innovadoras de crear así una pasta maleable con la cual producir ornamentos
manejar y conseguir materiales. En Áspero y Caral aparecieron y mejorar el color de ciertas piedras, exponiéndolas al calor para
tecnologías nuevas, como la cocción del barro para fabricar sacar sus minerales latentes.
figurinas humanas, al igual que nuevos estilos ornamentales y Es posible reconocer esta misma mentalidad transfor­
formas de manejar las materias primas, como los mates pirogra­ mativa en los paisajes modificados de la costa, en donde la cons­
bados hallados en Huaca Prieta. Algunos grupos humanos tam­ trucción de monumentos ceremoniales involucraba asimismo
bién aprovecharon la ubicación de sitios en el piedemonte andino la manipulación de elementos particulares de la naturaleza, casi
para tener acceso a materias primas preciosas (como malaquita, del mismo modo que en los objetos móviles más pequeños25. Estas
jaspe, mineral de cobre) o intercambiar productos con los habi­ transformaciones son más evidentes en los centros ceremoniales
tantes de la sierra. Existen ciertos indicios del surgimiento de de piedra y adobe del Formativo Inicial (3500-1700 a.C.), cuyas
diferencias sociales, sugeridos por la presencia de productos exó­ obras de ingeniería no tenían precedentes en su tiempo.
ticos en algunos de los entierros de Nanchoc, La Paloma y Chilca. La misma mentalidad llevó a la transformación del paisaje natu­
Al final del Formativo Inicial, alrededor de 2000 a.C., ral a otro parcialmente humanizado, tras la alteración y la re­
las sociedades costeñas se expandieron a un territorio cada vez organización de los flujos normales de agua para los canales de
más amplio, lo que llevó a una creciente intensificación, diversifi­ riego, y un plan consciente para recuperar procesos materiales Muros de piedra
Paredes modernas
cación y especialización de la economía agromarítima, y condujo para uso humano. Fue un estilo tecnológico en el cual los prime­ Puntos de acceso
eventualmente a la incorporación de una amplia variedad de ros artesanos e ingenieros andinos se apropiaron de procesos me­
plantas y unos cuantos animales domesticados (llamas, cuyes). tamórficos naturales que toman miles de años, y los convirtieron
Las comunidades con un conocimiento técnico especializado crea­ en cuestión de meses o años, como si hubiesen descubierto los
ron productos antes desconocidos y ampliaron sus relaciones con secretos más íntimos de la tierra mucho antes que los geólogos
quienes los consumían, alterando así las formas de producción, de la era moderna.
organización, distribución e intercambio. Surgieron además La interacción entre las regiones fue también un fenó­
nuevas estrategias de policultivo junto con la agricultura con meno común en el Formativo Inicial. Aunque los pueblos de la
arado (de pie o de mano), nuevas técnicas de procesamiento de costa tuvieron contacto con otras zonas y practicaban rituales
cultivos y la producción de ciertos cultivos tales como algodón similares a los de otras comunidades, aún no habían desarrollado
y mates24. Algunas artesanías, como las joyas, textiles y eventual­ una red interregional para el intercambio frecuente de bienes
mente la cerámica, mantuvieron el paso con estos cambios, exóticos con miras a promover el estatus individual. En cambio
se crearon productos a partir de algunos cultivos y materiales pareciera que hubo mayor énfasis en la cooperación y la construc­
agrarios recién desarrollados, aplicando formas innovadoras de ción de alianzas entre grupos sociales —lo que se puede observar
trabajar dichos materiales. Por tanto, la supervivencia social en los banquetes rituales y en la construcción de centros ceremo­ Zona C
de una comunidad como un todo dependía fundamentalmente de niales— y menos estratificación interna dentro de las comunida­
la cooperación y de las alianzas de intercambio, las cuales pro­ des. La presencia de arquitectura monumental de pequeña escala Zona A
bablemente se establecieron, en cierta medida, mediante los ban­ en Nanchoc, Alto Salaverry, Bandurria y muchos otros lugares, Plataforma este

quetes rituales en centros ceremoniales públicos. entre ellos sitios posteriores a lo largo de la costa, es a menudo Plataforma oeste
Como parte de la tendencia general hacia una econo­ considerada producto de una “fuerza laboral corporativa”, con­
mía agrícola y marítima de intercambio intensificada, las comu­ formada por los miembros de distintas unidades domésticas bajo
ca. 2,5 km
nidades que vivían en los valles más altos fueron involucrándose la dirección de un cuerpo acreditado y reconocido. La presencia para el río Nanchoc
cada vez más en el intercambio y la producción de artesanías, de una plaza circular hundida delante de una plataforma en
según lo evidencian numerosos sitios del Norte Chico como Huaynuná, un sitio en el valle de Casma, marca la aparición
Áspero, Caral, Caballete, Bandurria y otros lugares. Se inventa­ temprana de esta forma arquitectónica pública. Tiene sentido
ron nuevas tecnologías textiles, metalúrgicas, de hueso y madera, que los grupos de unidades domésticas emparentadas hayan sido
que reflejaban formas de manejar los materiales que siguieron capaces de movilizar mano de obra, como en el caso de la cons­
siendo estándares en la civilización andina. Estas prácticas arte­ trucción de arquitectura ceremonial y canales de irrigación en el
sanales duraderas son particularmente evidentes en las crea­ valle de Nanchoc. A pesar de la presencia de monumentos tanto
ciones reductivas (trabajos en hueso y piedra), piro tecnológicas de pequeña como de gran escala en muchos otros sitios en la
(mates y cerámica) y aditivas (textiles). Los artesanos desarrolla­ costa peruana, no hay ninguna evidencia concreta de líderes
ron un estilo particular de trabajo, en el que los objetos se produ­ de elite que hayan organizado el trabajo colectivo. Richard

Fig. 9 Fig. 10
Recreación artística de las viviendas Plano de las dos plataformas
tempranas y las huertas en el valle escalonadas en el valle de Nanchoc
de Nanchoc
52 CHAVÍN 53 La arqueología del desierto costeño

Burger26 más bien subraya el papel que la ideología tuvo para eran grandes edificios flanqueados por dos alas laterales más pe­
motivar dichas labores. Parecería así que en la construcción de queñas, que daban así un complejo en forma de U. En algunos
monumentos, la ideología convergió con unidades domésticas que casos, dentro de la gran área interior del complejo en forma de U
se dirigían a sí mismas. La pregunta clave, entonces, es en qué se encontraba una plaza hundida.
medida podemos interpretar la arquitectura monumental como Debe señalarse que, dentro del continuo avance hacia
una consecuencia de la diferenciación social y de una organiza­ una mayor complejidad social, las tempranas sociedades comple­
ción política incipiente. Actualmente no podemos responder esta jas se desarrollaron desigualmente en distintas regiones de costa
interrogante, porque no contamos con evidencias suficientes. y sierra. En el Formativo Inicial (3500 -1700 a.C.), la distribución
de algunos asentamientos tal vez se hizo jerárquica y los centros
La región costeña: ceremoniales a menudo alcanzaron las 20 o 30 hectáreas de ex­
una cuna de la civilización tensión. Este fue el inicio de una nueva era en donde surge el
planeamiento de las plantas de asentamientos a nivel comunal,
Para el 2500 a 2000 a.C., el núcleo de los asentamientos humanos lo que probablemente fue un reflejo de las distintas estrategias
en muchas partes de la costa se había desplazado tierra adentro, de liderazgo adoptadas en respuesta a diferentes retos sociales y
y la base de subsistencia primaria había cambiado de la pesca a medioambientales. Los edificios públicos se fueron haciendo cada
la agricultura a gran escala. Este no fue el primer sistema de vez más grandes en el Norte Chico de la costa peruana27
riego del Perú, puesto que el más temprano está asociado con el y sus funciones cambiaron, dejando atrás las actividades a nivel
uso limitado de zanjas de alimentación en Nanchoc (véase el de la comunidad y pasando a asuntos públicos más amplios entre
estudio de caso) para regar los jardines al lado del arroyo. Sin los sitios, como ceremonias rituales y/o la redistribución de bienes
embargo, las nuevas obras de este último periodo fueron a una que se realizaba a los niveles tanto local como regional. Este
escala mucho más grande, acicateadas por la disponibilidad de cambio probablemente manifiesta unas estrategias políticas de
gran número de personas para que trabajaran en los valles. orientación grupal que enfatizaban la cooperación intra-comunal
El paso a la agricultura intensiva asimismo desenca­ e intercomunal, así como una tendencia hacia un creciente con­
denó muchos cambios materiales, entre ellos la aparición de la tacto político y religioso a escala regional, si es que no se trató de
cerámica alrededor de 3500 a.C., en Ecuador, para almacenar una integración. Hay también evidencias de segregación residen­
comida y cocinar los granos de cereal, que ahora comprendían cial en Áspero y Caral, donde los edificios públicos se usaron para
una parte mucho más significativa de la dieta. Sin embargo, la actividades comunales, distinguiendo tal vez distintos grupos
región con los centros más importantes quedó restringida a apro­ sociales dentro de la sociedad.
ximadamente 600 km de la costa entre el Norte Chico y el Paraí­
so, en la costa central peruana. Esta fue una cuna de la civiliza­ Epílogo
ción peruana, en tanto que la otra estuvo en los valles de la sierra
de los Andes Centrales [véase cap. 3.2]. Los primeros pobladores de la costa central andina fueron reco­
En algún momento entre 3000 y 2000 a.C. la agricul­ lectores generalizados, cazadores especializados de la sierra, ca­
tura intensiva del maíz llegó a la costa peruana permitiendo su zadores y recolectores marinos, y otras combinaciones de una
desarrollo no solo en grandes comunidades costeras sino también amplia gama de contextos medioambientales. Estas diversas eco­
en lugares tierra adentro. Otros asentamientos ubicados en los nomías involucraron distintos grados de innovación tecnológica,
valles tierra adentro, como Cerro Ventarrón en la costa norte, planificación, incertidumbre y manejo de riesgos, el compartir
La Galgada en el piedemonte de la costa norcentral y Garagay en recursos, movilidad, territorialidad e interacción social. En la
la costa central, probablemente sirvieron como rutas de alimen­ costa el desarrollo hacia una temprana complejidad social no
tación que conducían hacia las serranías vecinas. Estos se encon­ fue un solo proceso unificado, sino más bien un sistema de pro­
traban estratégicamente ubicados a lo largo de los valles de las cesos interactuantes sociales, económicos, demográficos e ideoló­
montañas para viajar hacia la sierra y comercializar con los se­ gicos, que vieron tanto el desarrollo cultural como la decadencia.
rranos. Para entonces algunas aldeas de pescadores de la costa Ni el desarrollo ni el declive fueron eventos aislados.
también se habían convertido en comunidades mucho más gran­ Al reflexionar sobre el extenso periodo Precerámico y
des, con estructuras sociales altamente organizadas, reflejadas su contribución a la civilización andina, muchos arqueólogos
en las primeras señales de arquitectura monumental, como el creen que las primeras comunidades se concentraron más en la
centro ceremonial de 24 m de altura de Salinas de Chao, en construcción de un sentido de colectividad social a través de los
la costa norte. Es posible que la población haya cooperado en la banquetes rituales, la construcción de monumentos, tanto de pe­
pesca y en la recolección de comida, pero el esfuerzo cooperativo queña como de gran escala, y en estrategias de intersección, que
involucrado en la erección de centros ceremoniales monumenta­ en la búsqueda estratégica del poder o el prestigio mediante
les satisfacía necesidades del todo distintas. Algunos de los sitios la acumulación de bienes suntuarios. Estos sistemas públicos

Fig. 11 Fig. 12 Fig. 13


Plano de la aldea circular con Vista general del gran montículo Tejido de algodón del Formativo
montículos internos en el sitio Real artificial de Huaca Prieta Inicial procedente de Huaca Prieta,
Alto, Valdivia, Ecuador que muestra el diseño de un ave
54 CHAVÍN 55 La arqueología del desierto costeño

compartidos y distribuidos probablemente fueron alimentados Estudio de caso: Huaca Prieta, 2.2 Los desarrollos cruciales que llevaron al surgimiento de socieda­
más por la riqueza socio-conceptual que la material. Sin embar­ costa norte peruana des complejas en el área andina, indudablemente tuvieron su
go, en algún punto hace 2000 o 3000 años se alcanzó un momento PROCESOS CULTURALES origen en la parte central y norte del Perú, por lo cual resulta
crítico, a partir del cual se prestó más énfasis a los bienes suntua­ Huaca Prieta es un enorme montículo del periodo Precerámico TEMPRANOS EN LOS ANDES apropiado que en los últimos años las investigaciones arqueoló­
rios y al liderazgo individual, tal como lo sugieren varios sitios que fue trabajado por primera vez por Junius Bird en la década DEL SUR gicas se hayan concentrado en estas áreas. Sin embargo, a lo
urbanos a lo largo de la costa. Fue tal vez en este punto cuando de 1940, y al que en los años cincuenta fue fechado con radiocar­ largo de todo el periodo que transcurre entre el primer pobla­
la civilización de los Andes Centrales comenzó a asemejarse más bono, ubicándolo entre el 6000 y 2000 años antes del presente29. miento del continente americano, hace 12000 años, y el arribo de
a otras grandes civilizaciones del mundo, en las cuales los indi­ Bird creyó que el lugar había sido ocupado por un pueblo seden­
Markus Reindel los españoles en el siglo XVI, repetidamente hubo innovaciones
viduos y algunos grupos humanos buscaban tener cada vez más tario que vivía en casas semihundidas, debido al gran tamaño del Johny Isla culturales que tuvieron su origen en la región sur andina.
acceso a riqueza, estatus y poder. montículo, a la abundancia de los recursos marítimos y a la pre­ De particular importancia fueron las culturas de lo que se conoce
sencia de pequeñas estructuras de piedra. Además de una eco­ como el Horizonte Medio (Tiwanaku y Wari, 600 -1000 d.C.) y,
Estudio de caso: el valle de Nanchoc en nomía marítima, Bird documentó una horticultura y una dife­ desde luego, la incaica (ca. 1400 -1532 d.C.). En el presente ensayo
el piedemonte septentrional peruano renciación social incipientes, tal como lo indican los restos de proponemos ilustrar los tempranos desarrollos culturales de
diversos cultivos alimenticios y una amplia gama de tecnologías la región sur andina y presentar la historia de los Andes del sur
Una serie de cambios dramáticos en la organización económica y materiales, entre ellas tecnología lítica, de calabazas, cestería, como una región específica, examinando las investigaciones
social son particularmente evidentes hacia 6000-5000 a.C. en el huesos, madera y textiles [fig. 13]. La tecnología más desarrolla­ recientes realizadas en Palpa, en la costa sur del Perú.
valle de Nanchoc, en el norte del Perú. Antes de esta época los da era la textilería y la fabricación de redes con algodón. Los te­ En comparación con la región de los Andes Septentrio­
pobladores eran recolectores pero también cultivaban calabazas, jedores diseñaron sofisticados estilos iconográficos con diversos nales, las condiciones medioambientales en el sur andino son
pacay, quinua, frijoles, maní y otros cultivos en pequeñas huertas diseños. Esta iconografía también la lucieron los mates incisos más áridas y se encuentran marcadas por fluctuaciones estacio­
ubicadas junto a las dispersas comunidades de unidades domés­ y pirograbados. nales más fuertes. La vegetación de la sierra andina se va
ticas. Hacia 5000 a.C. se produjo un importante giro, del cultivo En el año 2006 inicié un proyecto interdisciplinario en haciendo cada vez más xerofítica cuanto más nos acercamos
y la recolección de amplio espectro, a una economía agrícola más Huaca Prieta, para volver a examinar los trabajos anteriores al Trópico de Capricornio, un cambio que es particularmente
intensiva basada en diversos cultivos alimenticios, medicinales y comprender mejor la relación existente entre los ambientes de evidente en los pastizales altos de montaña, cuando se pasa de la
e industriales que incluían las especies anteriores, así como la la costa, las economías y el desarrollo del montículo dentro del puna húmeda a la seca. En el transcurso del año hay un cambio
coca, el algodón, probablemente la yuca y otras más. Este cambio cambiante paisaje social y natural del sitio. Hasta el momento pronunciado de la temporada de lluvias a la estación seca, que
estuvo acompañado por la aparición de canales de riego, rituales nuestra investigación ha confirmado muchas de las interpreta­ resulta de gran importancia para la agricultura y la crianza de
comunales llevados a cabo en montículos públicos de pequeña ciones de Bird pero ha modificado otras. Por ejemplo, hemos do­ ganado en esta región montañosa. Las zonas costeras son extre­
escala y comunidades de unidades domésticas más grandes y cumentado los restos de numerosos organismos marinos (peces, madamente áridas y el desierto de la costa peruana, considerado
más conglomeradas28. erizos de mar, mariscos, leones marinos y ballenas), aves y otra por los geógrafos como la parte más septentrional del desierto de
Estos nuevos patrones de comportamiento social fauna, y plantas cultivadas. También obtuvimos numerosos Atacama, es considerada la región más seca del mundo. Las
y económico necesitaban de una mayor interacción de toda la fechados radiocarbónicos provenientes de rasgos y pisos intactos únicas zonas de vida allí son los oasis ribereños, que en la mayo­
comunidad, lo que involucró una división del trabajo, así como y definimos varias fases del sitio, con lo que se comprobó que este ría de los casos solamente tienen agua unos cuantos meses
patrones de procesamiento, almacenaje e intercambio. En el valle fue usado mucho antes de lo que Bird había mostrado. Los infor­ del año y dependen de la precipitación que cae en la zona de cap­
de Nanchoc la presencia de rituales en pequeños montículos mes posteriores de nuestro equipo de investigación presentarán tación del agua en vertiente occidental de los Andes.
públicos, de campos agrícolas y probablemente de canales de análisis detallados de los patrones de subsistencia, tecnología, En comparación con la costa norte, la faja costera en
riego al menos para 4000 a.C., indica la existencia de proyectos mortuorios y otros más en el sitio. el sur es bastante angosta y por ello las zonas disponibles para
laborales llevados a cabo entre unidades domésticas o comuna­ la actividad agrícola son limitadas. Esto, conjuntamente con la
les. Estos cambios al interior de las comunidades reflejan la cre­ baja cantidad de agua que los ríos de la región suministran, hace
ciente importancia que las actividades rituales tenían para la que el potencial agrícola de la costa sur sea relativamente limita­
estructuración de las relaciones entre unidades domésticas, el do. Ello podría explicar por qué razón en la costa sur peruana, en
creciente énfasis dado a ambos recursos, y la capacidad que algún la época prehistórica, no surgieron grandes centros de población
tipo de estructura dirigente —aunque informal y coyuntural— con arquitectura monumental, comparables con los de la región
tenía para organizar actividades laborales que abarcaban a toda norandina. A pesar de ello, en la región sur andina sí es posible
la comunidad. Sin embargo, estos cambios no estaban dándose en encontrar todos los periodos de desarrollo cultural andino, carac­
toda la costa norte, lo cual sugiere que el avance hacia la civiliza­ terizados cada uno con sus rasgos distintivos. Parecería que,
ción fue de naturaleza desigual y gradual y que jamás constituyó gracias a la cercanía con la sierra adyacente, hubo un intenso
una revolución rápida, como frecuentemente algunos arqueó­ contacto con las zonas de montaña durante todos los periodos de
logos sugieren. desarrollo de la región1.
El sur andino tuvo un papel particularmente impor­
tante en los primeros años de la investigación de la prehistoria
peruana. A partir del estudio de los objetos que había en los
56 CHAVÍN 57 La arqueología del desierto costeño

museos, el arqueólogo alemán Max Uhle (1856-1944) logró pro­ continente y llegaron al extremo meridional de Sudamérica unos en otros lugares de la bahía de Paracas, proporcionaron más in­ numental, lo que marca el inicio del Formativo Inicial (3500-1700
porcionar evidencias de la presencia de la cultura Tiwanaku mil años más tarde. Se han encontrado evidencias de comunida­ formación acerca de la formación de los asentamientos y las eco­ a.C.) [véanse caps. 2.1 y 2.5]. La mayoría de estos fechados cae en
(650-1000 d.C.) de la sierra boliviana, tanto en Pachacamac, en la des pesqueras en diversos lugares a lo largo de la costa sur nomías de los tempranos grupos sedentarios de la región andina12. dos fases marcadas, 3500-3350 a.C. y 3350-3100 a.C., lo que tam­
costa central, como en la cultura Nasca (200 a.C.-650 d.C.) de Ica, peruana, entre ellos Quebrada Jaguay, Quebrada Tacahuay, el A lo largo de todas estas fases tempranas de desarro­ bién se refleja en la secuencia estratigráfica de las viviendas.
en la costa sur del Perú. El estudio de la cultura Chavín y sus Sitio Anillo y otros lugares cerca de Ilo6. Estas comunidades llo los habitantes de la costa estuvieron en contacto con las pobla­ En líneas generales, el asentamiento arcaico de Pernil
áreas de influencia, en la década de 1920 estuvo estrechamente vivían fundamentalmente de peces y de otras formas de vida ciones de la sierra, tal como quedó verificado con los hallazgos Alto se presenta como un asentamiento estructurado que mues­
relacionado con los descubrimientos que el arqueólogo peruano marina halladas en la fría Corriente de Humboldt. Se cree que realizados en cuevas de las laderas occidentales de los Andes. tra una clara tendencia hacia una forma de vida agrícola y seden­
Julio C. Tello (1880 -1947) realizó en la península de Paracas, esta abundancia de recursos marítimos fue la razón por la cual Al igual que en la célebre cueva de Guitarrero, en la sierra taria. La estructura semejante a una aldea, la disposición plani­
valle de Pisco. En el valle de Ica, al sur de Pisco, fue desarrollada se establecieron asentamientos permanentes a lo largo de la norte13, los restos de numerosas plantas domesticadas del perio­ ficada de las viviendas, la concentración de entierros en un solo
la primera cronología detallada para el área central andina. Esta costa peruana mucho antes del desarrollo de la agricultura7. En do Arcaico fueron hallados junto a viviendas simples en la cueva lugar y el uso de manos, morteros y tazones de piedra son eviden­
cronología incorporaba aspectos significativos de la cultura la Quebrada Jaguay se encontraron también los restos de unas de Tres Ventanas, en la sierra al este de Chilca14. La prospección cias de este modo de vivir. Por otro lado, la caza siguió teniendo
Chavín y sirvió de esta manera también para organizar cronoló­ viviendas que, sin embargo, no fueron ocupadas de modo perma­ arqueológica15 de la sierra alrededor de Palpa reveló que las re­ un papel importante en la obtención de comida, como lo mues­
gicamente muchos rasgos culturales de la región norandina2. nente; se cree que ellas fueron campamentos estacionales esta­ giones que se ubican por encima de los 4000 m fueron usadas tran las conchas provenientes de las costas del Pacífico a unos
La región sur andina también tuvo un papel impor­ blecidos por una comunidad seminómada que en otros momentos intensivamente por los primeros cazadores. En las cuevas, abri­ 60 km de distancia y las piezas de obsidiana, una roca volcánica
tante en el estudio de los asentamientos más tempranos del sub­ del año aprovecharon los recursos de los valles, y que incluso era gos rocosos y alrededores se hallaron numerosos ejemplos que vidriosa de la sierra andina; ambos son prueba de contactos a
continente sudamericano. Los asentamientos de pescadores pre­ activa en la sierra. ilustran el uso de una tecnología lítica muy temprana, desarro­ larga distancia.
históricos más antiguos, que datan del décimo milenio a.C., Pero los hallazgos realizados por Richard MacNeish llada para producir herramientas, así como extensos talleres y La región norandina fue sacudida por una serie de
fueron descubiertos en la región de Ilo, en el extremo sur del en la cueva de Pikimachay, en la cuenca de Ayacucho, propor­ simples estructuras de piedra correspondientes a esta época [fig. asombrosos cambios culturales durante el tiempo en que Pernil
Perú3. Las formas más antiguas de vivienda permanente, que cionaron evidencias de que los habitantes de la sierra eran 14]. Los manantiales y bofedales parecen haber desempe­ñado un Alto estuvo ocupado. Los primeros ejemplos de arquitectura
brindaron evidencias de una forma de vida sedentaria, fueron cazadores nómadas8. Su fuente de alimentación primaria com­ papel clave en la selección de esta región como áreas monumental se erigieron alrededor de 3500 a.C., y a partir de
halladas en varios sitios de la costa sur peruana [véase cap. 2.1]. prendía animales pequeños, venados y camélidos. Estos últimos de actividades y de campamentos de los primeros cazadores, 3000 a.C. surgieron grandes centros en diversos lugares, entre
En La Paloma, Chilca, en varios sitios alrededor de la bahía de fueron domesticados con el paso del tiempo y para 5000 a.C. eran puesto que les aseguraban no sólo una fuente confiable de agua ellos el célebre Caral. El hecho de que estos desarrollos aún no se
Paracas y recientemente en Palpa, se descubrieron viviendas el único animal doméstico grande y de carga que había en Suda­ dulce, sino también la presencia de bastantes presas de caza. Los estuviesen dando en la costa sur corresponde al curso global que
redondas y ovaladas que son bastante similares, en su disposi­ mérica. Asana es uno de los pocos lugares excavados que se cateos realizados en un abrigo rocoso cerca del Cerro Llamoca, los acontecimientos tuvieron en la región, puesto que en los
ción y forma, a las viviendas que las primeras comunidades encuentra ubicado entre el Altiplano (la planicie elevada que se ubicado al lado de uno de estos bofedales en la sierra, descu­- Andes las innovaciones culturales se abrieron paso hacia el sur
sedentarias erigieron en el Viejo Mundo4. Hasta la fecha, en extiende entre las dos cadenas de las cordilleras) y la costa9. Aquí b­rieron una gran cantidad de material lítico que databa de alre­ mucho después. Es importante señalar, además, que aún no se
la región norandina solo se han hecho unos cuantos descubri­ los arqueólogos han logrado documentar la transición gradual dedor de 8000 a.C. ha encontrado información arqueológica referida al desarrollo
mientos correspondientes de estructuras similares5. de la caza y recolección a un modo de vida sedentaria, la cual De otro lado, las excavaciones realizadas en Palpa, en cultural de la costa sur peruana para el periodo que se extiende
Dadas las complejas condiciones de vida en la región tuvo lugar entre 7000 y 3000 a.C. Aquí también las viviendas la parte norte de la cuenca del Rio Grande de Nazca, en la costa entre 3000 y 1500 a.C.
sur andina, resulta asombrosa la forma en que los pueblos pre­ eran de forma circular u ovalada. sur del Perú, llevaron a la documentación detallada de un asen­
hispánicos se adaptaron a su medio ambiente y desarrollaron En la costa cerca de Ica se encontraron hallazgos ais­ tamiento del periodo Arcaico. En el sitio Pernil Alto, ubicado El Formativo Temprano (1700-1200 a.C.)
sistemas que permitieron el surgimiento de grandes sociedades lados de evidencias de la tradición Paiján, la cual ha sido bien al pie de los Andes, en la margen derecha del río Grande, se des­
complejas con bases económicas estables. El grado de desarrollo documentada más al norte, en el alto valle de Chicama. Estos cubrieron dieciocho casas semihundidas que datan del siglo IV En la arqueología andina el Formativo Temprano se conoce como
queda evidenciado no sólo por los numerosos restos de asenta­ hallazgos proporcionaron bastante información acerca del Pleis­ a.C. [fig. 15]. Las viviendas circulares u ovaladas, algunas de las al periodo que comienza con la aparición de la cerámica, alrede­
mientos con arquitectura de alto nivel, sino también con el descu­ toceno Tardío (12000-8000 a.C.) así como del periodo Arcaico cuales estaban revestidas con losas de piedra, tenían dos o tres dor de 1700 a.C., y se extiende hasta el establecimiento pleno de
brimiento de artefactos de gran calidad. Entre estos objetos Temprano (8000-6000 a.C.)10. En diversos lugares de la costa sur metros de diámetro y estaban hundidas aproximadamente cin­ sociedades complejas con una arquitectura monumental distinti­
se incluyen los maravillosos textiles de la cultura Paracas (800- peruana se puede ver la formación de asentamientos permanen­ cuenta centímetros en el suelo. Su techo fue construido con postes va alrededor de 1200 a.C. Ya no se considera apropiado usar
200 a.C. [cat. nos. 164,165]) y las elaboradas vasijas de cerámica tes por parte de comunidades que antes subsistían a partir de la de madera y hojas o pasto. Las estructuras parecen haber estado el término “Periodo Inicial”, acuñado originalmente por John H.
polícroma producidas por la cultura Nasca (200 a.C.-650 d.C.). caza y recolección. En La Paloma, por ejemplo, los arqueólogos agrupadas en torno a una plaza o un edificio central, y los Rowe17, puesto que hoy sabemos que la cerámica apareció en
Los recientes descubrimientos realizados nos permiten seguir descubrieron los restos de una verdadera aldea, de más de cien arqueólogos encontraron entre las viviendas unas áreas de acti­ diversas partes de Sudamérica y en distintos momentos, lo que
los procesos que llevaron a estas fases de florecimiento y declive chozas circulares, la cual subsistió a partir de conchas y mariscos vidad con fogones, postes, pozos y otras evidencias de actividad hace que la cerámica sea un indicador inadecuado para marcar
cultural en la región, y explicar cómo fue que estas culturas estu­ del vecino océano, así como de la vegetación de las lomas que doméstica16. cambios culturales importantes. Ello no obstante, la aparición
vieron vinculadas con otras más en distintas regiones andinas. florecían en las cercanas laderas del piedemonte andino durante Los restos de los treinta entierros hasta ahora descu­ de la cerámica en el área central andina sigue constituyendo
los meses de fuerte neblina11. Las plantas, caracoles y animales biertos en Pernil Alto estaban envueltos con esteras y cubiertos un punto de referencia importante que ayuda a clasificar las
El Pleistoceno Tardío (ca. 12000-8000 a.C.) pequeños de estas áreas proporcionaron un añadido bienvenido con grandes piedras. La mayoría se encontraba debajo del piso diversas fases del Formativo.
y el periodo Arcaico (ca. 8000-3500 a.C.) a la dieta usual de comida marina. Los numerosos entierros en el de las viviendas. Las ofrendas funerarias en forma de adornos y Rowe había encontrado los tipos más tempranos
piso de las casas semihundidas de La Paloma, que se encontra­ herramientas indican cierto grado de diferenciación social. Los de cerámica en contextos estratigráficos de los sitios de Erizo,
El estado actual de las investigaciones indica que alrededor del ban bien conservados gracias a las secas arenas del desierto, veinticuatro fechados de radiocarbono hasta hoy obtenidos Mastodonte y Disco Verde, en la costa sur peruana18. Sólo en
12000 a.C., los primeros grupos humanos emigraron de Siberia arro­jaron bastante información acerca de la dieta, las condicio­ cubren un periodo prolongado del Arcaico, entre 3800 y 3000 a.C. Disco Verde se realizaron excavaciones que resultaron en la
hasta Sudamérica a través del estrecho de Bering y de Norte­ nes de vida y las enfermedades de esta población arcaica. Las Durante este lapso de tiempo se erigieron en la costa norcentral documentación de varios tipos de cerámica, cuya edad pudo esta­
américa. Estos grupos se propagaron rápidamente por el sub­ excavaciones efectuadas en Chilca, cerca de La Paloma, así como peruana los primeros centros ceremoniales con arquitectura mo­ blecerse usando el fechado radiocarbónico19. Hacha, un sitio en
58 CHAVIN 59 La arqueología del desierto costeño

el valle de Acarí donde Rowe inicialmente recogió tiestos, fue El crecimiento del asentamiento se refleja en cinco fases de cons­ hallados en buenos contextos estratigráficos, permitió a los ar­ Paracas, siendo la mayoría de ellas felinos, serpientes y figuras
considerado durante muchos años el único sitio extensamente trucción distintas. En la primera de ellas se excavó parte de una queólogos fechar las diversas fases de construcción usando el antropomorfas con cualidades de animales, así como motivos que
excavado de esta época en la costa sur. Roger W. Robinson poste­ pendiente al pie de un acantilado y con el material se rellenó método de radiocarbono y establecer que el sitio fue ocupado de también figuran en la iconografía Chavín. Mientras que los moti­
riormente llevó a cabo excavaciones en el mismo lugar y descu­ detrás de un muro de contención para crear una superficie plana. 1500 a 850 a.C. vos de la cultura Paracas siguen la dirección del tejido y por ende
brió una estructura de dos habitaciones. Además de los tiestos Luego se construyeron habitaciones alrededor de un patio cen­ Un resultado importante de los descubrimientos rea­ parecen ser de aspecto geométrico, el segundo estilo de textiles
de superficie, solamente se encontraron unos doscientos tiestos tral, las que fueron modificadas varias veces en el transcurso de lizados en Pernil Alto es que ahora los arqueólogos pueden pre­ pertenecientes a la fase de transición entre la cultura Paracas y
en contextos estratigráficos20. Sin embargo, ellos indicaron la historia del asentamiento, pero por lo general se mantuvo su sentar una gran cantidad de restos de cerámica que datan de los la Nasca (ca. 200 a.C.) recuerda las imágenes halladas en los ce­
formas diagnósticas de vasijas —como vasijas cuboides y bases disposición fundamental durante los periodos individuales de periodos Formativo Temprano y Medio. Un análisis preliminar ramios de esta última.
de forma anular— que hasta ahora solamente han sido asocia­ construcción. Durante una de las fases medias de construcción se de unos 16000 fragmentos de cerámica estableció que las piezas En 1925 el arqueólogo peruano Julio C. Tello descu­
das con este periodo. levantó un muro alrededor de todo el complejo que era significa­ formaban parte de un conjunto alfarero relativamente homogé­ brió 429 fardos funerarios bien conservados en la península de
En Palpa, las investigaciones arqueológicas realiza­ tivamente más grueso que las paredes de las habitaciones. neo, indicando así que fueron el producto de complejo cultural Paracas y publicó sus hallazgos en un libro ricamente ilustrado23.
das llevaron a la primera excavación de un asentamiento com­ Sobre los pisos de las habitaciones se descubrieron homogéneo. Su descubrimiento llamó la atención de la comunidad académica
pleto en la costa sur peruana, que dató del Formativo Temprano fragmentos de cerámica, además de herramientas y objetos La mayoría de estas vasijas de cerámica eran de tipo sobre esta cultura y mostró que estaba relacionada con la cultura
y Medio (en este caso 1500-800 a.C.), y que también incluyó un cotidianos como manos y morteros, que datan de las diferentes doméstico y se las fabricó usando una arcilla relativamente Chavín, que Tello venía investigando al mismo tiempo en el norte
extenso inventario de cerámica21. Este asentamiento, ubicado en fases de construcción, y en varios lugares fueron hallados pozos fina. Entre las formas típicas hay ollas sin cuello, que son del Perú. Con los descubrimientos en Paracas, Tello había demos­
el sito ya mencionado de Pernil Alto, en la margen derecha del de almacenaje que contenían plantas alimenticias, entre ellos un caracterís­ticas de este periodo. Aparte de estas formas comunes, trado que la influencia de la cultura Chavín se extendía sobre
valle del Río Grande, fue levantado encima de algunas de las gran depósito de pequeñas mazorcas de maíz. Sobre la base de sin embargo, existen formas llamativas que se habían encon­ gran parte del área central andina [véase cap. 4.1].
casas semihundidas ya descritas del Arcaico. estos hallazgos el asentamiento se puede clasificar como lugar de trado ya en Hacha, especialmente las vasijas con cuerpos cuboi­ A pesar del entusiasmo provocado por estos primeros
El asentamiento comprendía un complejo compacto vivienda y de actividades domésticas. des y aquellas con base de forma anular. En Pernil Alto también descubrimientos de textiles y ceramios, se hicieron pocos esfuer­
de habitaciones dispuestas siguiendo un patrón rectangular Después de la cuarta fase de construcción se esparció se descubrieron otras formas inusuales, entre ellas algunas zos por encontrar los asentamientos asociados a la cultura Para­
[fig. 16]. Los cuartos fueron construidos con barro y los techos una gruesa capa de relleno encima de las estructuras. En esta botellas [fig. 17]. cas. Era por ello necesario contar con estudios de patrones de
aparentemente los sostenían postes de madera, varios de los capa se encontraron los restos de numerosos postes y fogones, La mayoría de las vasijas carece de decoración y las asentamiento, pues solamente dichos estudios podrían documen­
cuales se conservaron gracias al clima seco de la región. En algu­ lo que indica que la zona siguió usándose, pero no en igual medida pocas piezas decoradas muestran huellas de decoraciones nega­ tar el conjunto de esta cultura y, lo que es más importante, ayudar
nos casos se erigieron las estructuras usando la técnica de cons­ que en periodos anteriores. La gran cantidad de restos bien tivas e incisas, y en algunos casos aplicaciones figurativas. Un a comprender las fases de su desarrollo cronológico, que se dio
trucción a la cual se conoce en el Perú como quincha. conservados de postes de madera y otros materiales orgánicos, elemento decorativo de particular interés es un pequeño círculo entre 800 y 200 a.C. En las publicaciones escritas por Tello y su
con un punto inscrito al centro, aparentemente realizado con un colega Toribio Mejía Xesspe (1896-1983), encontramos solamente
pedazo de junco. Este elemento es una forma típica de decoración pocos detalles acerca de los asentamientos Paracas24. Lo que com­
en la cerámica del periodo Formativo hallada por toda la región plicó aún más el examen exhaustivo de la región fue que los inte­
andina, y también se la usó para decorar la cerámica paracas de resantes hallazgos realizados por Frédéric Engel (1908-1983) y
la costa sur. En general puede decirse que la cerámica hallada en sus colegas acerca de dichos asentamientos, lamentablemente
Pernil Alto abarca todo el espectro de formas y decoraciones típi­ fueron publicados de modo inadecuado25.
cas de las piezas del Formativo Temprano, halladas en lugares No fue sino hasta la década de 1950 cuando John H.
tales como Disco Verde o Hacha22. Podemos por ende considerar a Rowe (1918-2004) y sus colegas llevaron a cabo las primeras
Pernil Alto como un asentamiento representativo del Formativo prospecciones en la región del valle de Ica. Ellos buscaban prime­
Temprano y Medio (1500-800 a.C.) en la costa sur peruana. Sus ro identificar asentamientos, encontrar cerámica y desarrollar
habitantes eran claramente sedentarios y vivían de la agricultu­ una cronología para la costa sur, así como para toda la región de
ra. Su cerámica es obviamente precursora de la alfarería paracas los Andes Centrales26. Una de las pocas excavaciones estrati­
del Formativo Tardío (800-400 a.C.). Este es un factor importan­ gráficas fue llevada a cabo por Dwight Wallace en Cerrillos27,
te, puesto que indica que en Pisco, Ica y en la región de Nazca, la donde halló varios edificios superpuestos que databan del perio­
cultura Paracas surgió a partir de una tradición regional previa do Paracas Temprano (800-600 a.C.). Sobre los pisos del edificio
y que no fue un producto de influencias externas. halló tiestos pertenecientes a las fases tempranas de la secuencia
de estilos cerámicos definidos por Menzel, Rowe y Dawson. La
Paracas (800-200 a.C.) La cultura Paracas salió por primera importancia de los hallazgos de Wallace en Cerrillos radica en
vez a la luz en la década de 1920 con el descubrimiento de unos el hecho de que la secuencia de Menzel, Rowe y Dawson se basaba
textiles espectaculares, cuyos fabulosos colores habían sido fundamentalmente en tiestos guardados en museos y colecciones,
conservados por las secas arenas del desierto de la península de no en excavaciones estratigráficas.
Paracas. Los textiles se fabricaron empleando una técnica muy En la década de 1980 se efectuaron más prospeccio­
particular: toda la superficie del tejido llano —usualmente de nes, las cuales mostraron que asentamientos paracas se encon­
algodón— era cubierta íntegramente con bordados [cat. nos. 164, traban en un área que iba desde el valle de Chincha por el norte,
165]. Estas obras de arte semejantes a pinturas fueron usadas hasta la región Nazca por el sur. Pero, fuera de lo que se podía
para ilustrar las criaturas míticas del panteón de la cultura extraer a partir de unos cateos limitados, dichos estudios produ­

Fig. 14
Abrigo rocoso del cerro Llamoca, encontraron herramientas líticas
en la sierra de Palpa (4200 metros elaboradas en obsidiana y sílex.
sobre el nivel del mar). Este tipo de Asimismo una muestra de carbón
abrigos eran usados por los cazado- extraída del sitio arrojó un fechado
res tempranos como lugares para de 8000 a.C.
acampar. En las excavaciones se
60 CHAVÍN 61 La arqueología del desierto costeño

jeron muy poco en términos de hallazgos detallados28. Uno de los El periodo Paracas Temprano se hizo todavía más
pocos casos de información detallada fue publicado por Sarah tangible con el descubrimiento de un entierro en el sitio de
Massey y se basaba en unos relieves de barro hallados en una Mollake Chico, en el valle de Palpa. Aquí los arqueólogos encon­
plataforma en Ánimas Altas, en el valle de Ica29. Tanto el tamaño traron un contexto funerario rico que incluía vasijas típicas
del sitio de Ánimas Altas, que se extiende a lo largo de varios ki­ del estilo Ocucaje 3 [fig. 18]32. Las ofrendas mortuorias fueron
lómetros cuadrados, como la calidad arquitectónica de la plata­ halladas dentro de una cámara funeraria de 1,8 x 2,5 m, junto
forma estudiada, indican que el valle de Ica fue un centro impor­ con entierros secundarios que contenían los restos de al menos
tante de la cultura Paracas. En efecto, se espera mucho de las otros diecisiete individuos. Esto quiere decir que ellos fueron so­
futuras excavaciones de los asentamientos de esta cultura. Es metidos a algún tipo de tratamiento antes del entierro, y dado
más, los estudios de superficie efectuados en el sur de la región de que varios de los huesos tenían huellas de quemado podemos
Nazca, han dado lugar a la hipótesis de que la cultura Paracas presumir que el fuego desempeñó algún papel en el ritual previo
estuvo escasamente representada en esta zona y que en el mejor al entierro. La cámara funeraria fue cuidadosamente revestida
de los casos fue importada de más al norte30. con losas de piedra antes de que los huesos y las ofrendas
Las excavaciones realizadas como parte del proyecto mortuorias fueran depositados en su interior.
arqueológico Palpa en Pernil Alto, en el valle de Palpa, contribu­ Además de las vasijas de cerámica, también se halló
yeron con nuevos datos sobre la cultura Paracas. Aquí, los un gran número de cuentas de collar que lucían imágenes típicas
arqueólogos encontraron un entierro doble intrusivo en la capa de la iconografía del Formativo. Por otro lado se descubrió
de relleno de la última fase de uso del asentamiento del Formati­ un anillo de oro junto a los restos humanos en la tumba, lo que
vo Medio, que contenía vasijas de cerámica de estilo Ocucaje 3 indicaba un alto rango social para el individuo enterrado. Las
(ca. 800-600 a.C.), características de esta fase. Este hallazgo es vasijas de cerámica eran también de una calidad excepcional­
una evidencia clara de que la cultura del periodo Paracas Tem­ mente alta. De particular interés es una botella de asa estribo
prano descendía directamente de culturas anteriores. Otras [fig. 18c], que evidencia el contacto que habría habido con la costa
tumbas que databan de este mismo periodo fueron descubiertas norte peruana, o que incluso fue producida en dicha región.
en una quebrada ubicada directamente al norte del asentamien­ Las evidencias de contactos culturales de gran al­
to de Pernil Alto31. cance a lo largo de toda la región andina son características del

0 5 cm

Fig. 16 Fig. 17
Fig. 15 El sitio excavado en Pernil Alto data La cerámica más antigua (1500-
Vista de las excavaciones del asen­ del periodo Formativo Temprano y 800 a.C.) de la costa sur del Perú fue
tamiento en Pernil Alto del Arcaico Medio (1500-800 a.C.). Las paredes hallada en Pernil Alto. Las vasijas
(cuarto milenio a.C.) mostrando que delimitan los recintos rectangu- con cuerpos cuboides y aquellas
viviendas ovaladas y redondeadas, lares están hechas de barro con base de forma anular son típicas
con numerosas tumbas y pozos de de este periodo, al igual que la
almacenamiento entre ellas decoración negativa
62 CHAVÍN 63 La arqueología del desierto costeño

19a

18a 18b

21

19b

18c

20

18d 18e
Fig. 19 a y b Fig. 20 Fig. 21
Estos petroglifos de estilo Chavín Estos geoglifos del periodo Paracas Numerosas tumbas fueron excavadas
Fig. 18 a, b, c, d y e fueron hallados en Chichictara. (800-200 a.C.) fueron hallados en en Jauranga, entre los restos de un
Vasijas de cerámica del periodo periodo Formativo de la costa Motivos similares fueron hallados las laderas secas del valle de Palpa. asentamiento asociado a los perio-
Paracas Temprano (800-600 a.C.) norte del Perú y por ende prueba en Chavín de Huántar, en la sierra La mayoría de ellos representan dos Paracas Medio y Tardío (600-
halladas en una tumba en Mollake de la existencia de contactos a larga nor-central del Perú, al igual que en animales o humanos 200 a.C.). Las ofrendas de cerámica
Chico. La botella asa estribo (c) es distancia durante este periodo otros sitios asociados al Horizonte son claramente visibles
característica de la cerámica del Chavín
64 CHAVÍN 65 La arqueología del desierto costeño

Formativo Tardío (800-400 a.C.), pero podemos ver paralelos aún rro asociadas con los fardos funerarios de la península de Para­ estratégicos, a fin de defenderse mejor de un ataque. Un típico simples, que probablemente son una forma más temprana de
más claros en un petroglifo de Palpa que muestra una cabeza de cas. Esto, conjuntamente con las evidencias de las tumbas encon­ yacimiento de Palpa es Pinchango Viejo, un gran conjunto de este tipo de depósitos.
estilo Chavín, muy parecido a representaciones que encontramos tradas en Mollake Chico, llevó a la conclusión de que el espectro terrazas y edificios en las laderas septentrionales del valle de El sistema de pozos de almacenaje en Cutamalla es
en la sierra norte del Perú [fig. 19]33. Lo mismo vale para los tex­ de las costumbres funerarias de la cultura Paracas era más Palpa41. Este asentamiento estaba protegido por unas quebradas bastante inusual. El complejo circular se repite al menos diez
tiles de estilo Chavín hallados por Peter Kaulicke en el valle bajo extenso de lo que antes se creía. Los hallazgos realizados en los profundas al norte y sur, y por un gran muro levantado a lo largo veces aquí, lo que tuvo como resultado una cantidad significativa
del Río Grande34. Se dice que una gran cantidad de textiles del asentamientos paracas de Palpa resultaron así sorprendentes, del lado oriental para separarlo de la parte baja del valle. Resulta de capacidad de almacenamiento. En los pozos también se halla­
mismo estilo fueron encontrados en Carhua, en el valle de Pisco35. pues hasta entonces se suponía que la cultura Paracas estaba especialmente impresionante un muro largo de tres metros de ron numerosas herramientas que indican actividades econó­
En el sitio de Jauranga, en el valle bajo de Palpa, se poco representada en toda la cuenca del Río Grande de Nazca37. altura que protegía al sitio a lo largo de la ladera fácilmente micas, pero para establecer qué tipo de productos se procesaban
realizaron hallazgos que datan de los periodos Paracas Medio Sin embargo, los nuevos hallazgos de Palpa dejan en claro que la accesible del cerro. Estudios recientes realizados en el valle de y almacenaban allí se debe analizar previamente su contenido.
y Tardío (600 -200 a.C.); allí se descubrió un asentamiento del cultura Paracas estuvo bien representada en todas las fases, Nazca más al sur, mostraron que en esta región hubo varios Los pozos muy probablemente estaban vinculados de algún modo
periodo Paracas debajo de varios metros de sedimentos en el piso y que ella indudablemente tuvo su origen en las culturas prece­ asentamientos similares42, lo que permitió a los investigadores con las extensas terrazas agrícolas que rodeaban al sitio [fig. 22].
del valle del río Palpa36. Las paredes de las habitaciones y plata­ dentes de los periodos Formativo Temprano y Medio (1700-800 concluir que la región Nazca fue un área de yacimientos impor­ Resulta posible que este sitio haya constituido una colonia agrí­
formas rectangulares fueron construidas con barro, y usualmen­ a.C.). Los asentamientos nos hacen entender además la presen­ tantes para la cultura Paracas. cola de la cultura Paracas, cuyos asentamientos principales
te se las erigía encima de cimientos de cantos rodados de río. cia de la gran cantidad de geoglifos38 y petroglifos39 del periodo Pero tal como ya mencionamos, la cultura Paracas en se encontraban en la costa. Es asimismo posible que una serie
Entre los edificios se encontraron numerosas tumbas que datan Paracas, muchos de los cuales se han conservado en las laderas modo alguno estuvo limitada a la región de la costa, y las exca­ de productos especiales, como el maíz, hayan sido cultivados en la
de los periodos Paracas y Nasca (un total de cuarenta y nueve tanto de los valles bajos como en su zona media [figs. 19, 29]40. vaciones recientes realizadas en Palpa también identificaron sierra y luego transportados a la costa en caravanas de llamas.
entierros que datan del periodo Paracas), y ellas a menudo conte­ Los geoglifos aparentemente eran copias de los petroglifos a los asentamientos extensos de esta cultura en la sierra43. En Collan­ Peter Fux sugiere que los numerosos sitios petroglíficos encon­
nían un gran número de vasijas. Los entierros más ricos se halla­ que luego se transfirió al paisaje. Los del periodo Paracas poste­ co, por ejemplo, un sitio ubicado a unos 1700 metros por encima trados del periodo Paracas fueron alguna vez los lugares
ron dentro de cámaras amuralladas al interior de una pequeña riormente pasaron a ser los célebres geoglifos de la cultura del nivel del mar, los investigadores descubrieron un asenta­ en donde estas caravanas se detenían ya sea para descansar o
plataforma que contenía quince ofrendas funerarias de cerámica Nasca, que cubren gran parte de la pampa aluvial de la región miento cuyo sistema de terrazas se extendía sobre un área de intercambiar productos45.
[fig. 21]. Las vasijas estaban decoradas con motivos geométricos del mismo nombre [véase cap. 5.3]. 1400 x 800 m. Varias estructuras circulares de diversos tamaños
incisos y círculos con puntos. Algunos ejemplares lucían repre­ La prospección sistemática en la zona alrededor de fueron halladas al centro de estos asentamientos, así como en el
sentaciones figurativas de aves y felinos, y en la tumba también Palpa conllevó al hallazgo de más de 150 asentamientos que da­ lado opuesto del valle. Los arqueólogos encontraron fragmentos
se encontraron unas cuantas vasijas de cara gollete. taban del periodo Paracas. Muchos de ellos se encontraban en de cerámica en el asentamiento y alrededores, a los cuales
La mayoría de los individuos estaban en posición zonas elevadas, lo que condujo a que los investigadores asumie­ se podía asignar a todas las fases de la secuencia de Ocucaje
extendida dorsal o lateral, que no era una de las formas de entie­ ran que sus habitantes se vieron obligados a construir en lugares durante el periodo Paracas.
Se han encontrado asentamientos Paracas en alti­
tudes por encima de los 4000 m. Sin embargo, en el caso
de los asentamientos más altos se trataban de cercaduras con
pequeñas estructuras, que muy probablemente fueron usadas
para encerrar y criar camélidos. La extensión de estos asenta­
mientos brinda evidencias de la manera en que diferentes alti­
tudes fueron utilizadas durante el periodo Paracas, cuando
parece que hubo un intercambio activo de productos entre la
sierra y la costa.
Entre estos yacimientos el asentamiento de Cutamalla
parece haber sido de particular importancia. Cutamalla es una
zona de asentamientos del periodo Paracas que data de 600-200
a.C., con edificios distribuidos sobre un área de 700 x 500 m44. Las
terrazas circundantes se extendían sobre un área que cubría
varios kilómetros cuadrados. En un primer momento el sitio
captó la atención de los arqueólogos gracias a la estructura in­
usual de sus edificios, de la cual hasta la fecha no ha aparecido
ningún ejemplar en ningún otro sitio. Al centro de un conjunto
de estructuras hay una plaza circular hundida de unos 25 m de
diámetro, rodeada por estructuras en forma de D. La planta es
similar a la de una flor redonda con pétalos. En el transcurso
de las excavaciones, los arqueólogos se encontraron con cistas
revestidas de piedra dentro de las estructuras en forma de D, que
podrían haber servido como pozos para almacenar alimentos.
Debajo del piso de la plaza se halló un gran número de pozos más

Fig. 22
Los restos de un asentamiento del lares grandes con plazas hundidas.
periodo Paracas Tardío (400-200 Alrededor de ellas se encontraron
a.C.) hallados en Cutamalla, en las pozos en forma de D, probablemente
serranías de Palpa, comprenden para almacenar alimentos. Al fondo
principalmente estructuras circu­ de la foto se observan las terrazas
66 CHAVÍN 67 La arqueología del desierto costeño

2.3 El propósito de este ensayo es resumir lo que se sabe actualmen­ una agricultura y una pesca intensificadas, constituyó un desa­ que representa figuras humanas de 2,4 m de ancho y figuras de
te sobre los procesos culturales que tuvieron lugar en las regio­ rrollo cultural decisivo que trajo consigo el crecimiento del arcilla de 3 m de altura, que estuvieron todas pintadas original­
CENTROS CEREMONIALES DEL nes de la costa norte y norcentral [fig. 2]. Es obvio que los proce­ tamaño de la población [véase cap. 2.1]. Las diversas comunida­ mente con brillantes colores3. Frente a Moxeque se alza la Huaca
PERIODO FORMATIVO EN LAS sos que tuvieron lugar en estas regiones no pueden ser aislados des o grupos diferían culturalmente, no sólo de valle a valle sino A, con treinta y nueve habitaciones rectangulares con nichos al
REGIONES DE LA COSTA NORTE por completo de los que se dieron en las regiones vecinas de la incluso dentro del mismo valle. Cada uno de ellos, asimismo, interior de sus altas paredes, levantadas encima de una platafor­
sierra situadas al este, y que se describen en el capítulo 3.2, pero mantenía su propio centro ceremonial. Las diversas comunida­ ma. Las escalinatas a ambos lados de la estructura corresponden
Y CENTRAL podemos justificar que se les examine en capítulos separados, des parecen haberse adherido a sus propias tradiciones locales e al eje central que lleva a la plataforma. La forma de las habita­
tanto por las diferencias que hay en la historia de las investiga­ impedido que una de ellas se hiciera lo suficientemente fuerte ciones y los nichos en las paredes siguen el plano de la estructura
Yoshio Onuki ciones como por el alto grado de diversidad regional. como para llegar a ejercer el control sobre las demás. Este patrón más antigua del Formativo Inicial en Sechín Bajo.
En la sierra, las estructuras ceremoniales que datan de identidad cultural local permaneció intacto hasta el adveni­ Cerro Sechín, que originalmente fue una estructura
del periodo conocido como Precerámico o Formativo Inicial fueron miento del Formativo Temprano (1700 a.C.)1. de adobes con paredes enlucidas y murales, fue modificado aña­
descubiertas en una etapa temprana de la historia de las investi­ A diferencia de los valles más al sur, como los de Supe diéndole grandes piedras talladas que muestran a hombres
gaciones arqueológicas en dicha región [véase cap. 3.2]. Hasta la o Chancay, los centros ceremoniales de Casma siguieron crecien­ armados y con casco, cabezas decapitadas sin ojos, brazos y pies
fecha, los ejemplos más antiguos de arquitectura ceremonial del do en tamaño durante el Formativo Temprano, después del esta­ cercenados, así como una pila de ojos arrancados [figs. 49, 50,
Formativo Inicial se encuentran en la región de la costa. Son par­ blecimiento de las técnicas de producción alfarera. La cerámica 84, 85]. Los fechados radiocarbónicos indican que los centros
ticularmente interesantes las estructuras que se encuentran en más antigua descubierta en el valle de Casma está vinculada con ceremoniales de Sechín Alto, Pampa de las Llamas/Moxeque y
el oasis ribereño formado por el río Casma, a las cuales Peter inmensos centros ceremoniales como Las Haldas, Sechín Alto Las Haldas fueron todos usados simultáneamente, al menos
Fuchs describe detenidamente en el capítulo 2.5, y los hallazgos (440 x 1500 m), Pampa de las Llamas/Moxeque y Sechín Bajo. durante el periodo que corre de 1600 a 800 a.C. Sin embargo, es
realizados en el valle de Supe, en la región norcentral de la costa, Mientras la importancia de estos centros ceremo­ muy poco lo que podemos decir con cualquier grado de certeza
en particular las estructuras de Caral. niales fue creciendo de modo constante entre el Formativo Ini- con respecto a la naturaleza exacta de este periodo de coexisten­
La evolución en las regiones de la costa norte y nor­ cial (3500 -1700 a.C.) y el Formativo Temprano (1700 -1200 a.C.), cia, y pare­cería que Cerro Sechín ya había cesado en sus acti­
central no se dio simultáneamente y sus características cultura­ la arquitectura misma cambió completamente. El templo más vidades hacia 1600 a.C.
les tampoco fueron las mismas. En efecto, varias subregiones han antiguo de Sechín Bajo perdió su función y aparentemente quedó En estos centros ceremoniales solamente se halló un
sido identificadas con claridad. Comenzaré el presente ensayo abandonado; en todo caso, ninguno de los elementos arquitectóni­ pequeño número de artículos de cerámica. Estos típicamente son
con una descripción sobre la región del valle de Casma, donde cos coincide con la fecha de la cerámica encontrada. Las Haldas, cántaros sin cuello de paredes delgadas. Su superficie es algo
se encuentran algunas de las estructuras ceremoniales más anti­ de otro lado, no fue erigido sino hasta después del desarrollo de tosca y no está pulida, en tanto que su decoración incisa y pun­
guas, para luego pasar a la región del valle de Nepeña y por la cerámica, lo que marcó el inicio del periodo Formativo Tempra­ teada no incluye figura alguna. El tipo de cántaros sin cuello y
último a la zona conocida como la región cultural Manchay de no. Lo mismo vale para centros ceremoniales tales como Sechín de base redonda hallado en Sechín Bajo data del momento en que
la costa central. Luego presentaré los centros ceremoniales del Alto y Pampa de las Llamas/Moxeque2. se abandonó el templo y es notablemente parecido al tipo de
Formativo Medio de la costa norte, momento en el cual podremos Los centros ceremoniales del Formativo Temprano en vasija típico de la fase Kotosh-Wairajirca de Huánuco (1700 -
plantear la hipótesis sobre la existencia de algunos procesos el valle de Casma, que datan de la época de la cerámica más 1200 a.C.) [véase cap. 3.2], lo que indica que hubo un intercambio
culturales extremadamente interesantes que en tiempos poste­ antigua —de 1700 a.C. en adelante—, son inusualmente grandes. o propagación de las tecnologías alfareras entre Casma y el alto
riores proseguirían en la sierra, proporcionando así una transi­ En Las Haldas hay una estructura de plataforma escalonada con valle del Huallaga.
ción apropiada al capítulo 3.2. varias terrazas y espacios abiertos que abarcan un área total de Cerro Sechín fue enterrado por un aluvión o una inun­
100 x 600 m. Hacia el noreste del complejo de plataformas hay dación hacia mediados del siglo XV a.C. a más tardar. Se halló
Los centros tempranos del valle de Casma varias terrazas, una de las cuales contiene una plaza circular con una tumba cavada en los detritos tenía bienes mortuorios de ce­
dos escaleras en lados opuestos y que fueron colocadas siguiendo rámica de estilo Cupisnique del Formativo Medio (1200-800 a.C.)
La historia de los periodos Formativo Inicial y Temprano en los un eje norte-sur. El centro ceremonial de Sechín Alto es aún más de la costa norte. Otros centros, como Sechín Alto y Las Haldas,
valles de Casma y Nepeña es tan dinámica como complicada. Los grande y mide al menos 400 x 1500 m. Tan solo la plataforma también parecen haber perdido su función como centros de inte­
inmensos centros ceremoniales y asentamientos de Huaynuná, principal mide 200 x 250 m y tiene 35 m de altura. Al noreste gración social y religiosa. Al mismo tiempo surgieron nuevos cen­
Sechín Bajo y Cerro Sechín son muy conocidos, pero apenas si hay pequeñas plazas abiertas y plataformas, y algunos de los tros como Pallka y San Diego durante el Formativo Tardío,
sabemos algo acerca de las relaciones que mantuvieron entre sí, complejos cuentan con plazas circulares hundidas y abiertas. aunque eran de menor escala que los del Formativo Temprano.
en tanto que el desarrollo sumamente temprano del centro cere­ Todas las estructuras se construyeron usando bloques de piedra Todos estos centros ceremoniales fueron abandonados posterior­
monial de Sechín Bajo, que antecedió a 3000 a.C., resulta sen­ cortados toscamente. mente y, salvo por Chankillo, hasta la fecha no se ha realizado
cillamente asombroso [véase cap. 2.5]. Pampa de las Llamas/Moxeque es otro ejemplo de una ningún hallazgo arqueológico que date del Formativo Final (400-
Aunque los centros ceremoniales del valle de Casma arquitectura monumental impresionante. El eje de casi 1200 m 200 a.C.).
parecen haberse desarrollado junto a los de Supe y de Caral, los de longitud de este centro ceremonial, cuyos extremos se encuen­
hallazgos arqueológicos muestran inmensas diferencias. Sin tran marcados por las dos estructuras altas de Moxeque y la
embargo, podemos decir que la forma de vida sedentaria en los Huaca A, corre del noreste hacia el sudoeste. El montículo de
oasis ribereños de la costa norcentral —esto es, desde el valle de Moxeque abarca un área de 160 x 170 m y tiene 30 m de altura.
Casma al norte hasta el de Lurín por el sur—, que involucraba Julio C. Tello (1880-1947) descubrió el gran friso en la fachada,
68 CHAVÍN 69 La arqueología del desierto costeño

Los centros ceremoniales parece estar relacionada no solo con la alfarería Cupisnique, sino Después del abandono de estos centros monumentales
del valle de Nepeña también con los hallazgos realizados en el sitio de Ancón, en se construyó otro tipo de centro ceremonial, formado por edificios
la costa central4. que compartían ciertas características comunes. El rasgo más no­
El valle de Nepeña se encuentra a menos de cincuenta kilóme­ No lejos de Cerro Blanco se encuentra Huaca Partida, table de estos nuevos centros es la disposición en forma de U
tros al norte de Casma. Si bien es cierto que en el valle de Casma otro sitio notable por su inusual decoración arquitectónica que de las tres plataformas, a la que también se conoce como “templo
hay centros ceremoniales del Formativo Inicial que datan de consta de altorrelieves de arcilla y frisos coloridos [fig. 24]. en forma de U”. Richard Burger considera que esta forma arqui­
alrededor de 3500 a.C., en Nepeña no hay ninguna evidencia de El sitio es un montículo arruinado de 10 m de altura que cubre tectónica homogénea, y la cerámica que se desarrolló durante
centros tan tempranos. La estructura ceremonial de Punkurí, un área de 60 x 50 m. Es posible que también hayan habido otros el mismo periodo, forma parte de una sola tradición cultural a la
que comprende una plataforma de adobes y el rostro de un jaguar montículos, pero éstos muy probablemente fueron destruidos cual llamó la “cultura Manchay”6.
hecho de arcilla, puede ciertamente ser fechada en el Formativo al limpiarse la tierra en tiempos modernos para abrir paso Carlos Williams describe los templos en forma de U
Temprano (1700-1200 a.C.), y algunos estudiosos creen que en a la caña de azúcar y otros cultivos. En el segundo nivel de la de la siguiente manera: tres plataformas están dispuestas
realidad se remonta al Formativo Inicial, puesto que en el sitio no plataforma escalonada había habitaciones y una columnata, y el en forma de una U que se abre hacia el noreste o hacia el río.
se ha encontrado nada de cerámica [véase cap. 4.2]. relieve de arcilla en el muro de contención del tercer nivel tiene La plataforma central tiene lados escalonados y es más grande
La cerámica más temprana del valle de Nepeña casi 3 m de altura. Los frisos hallados en las paredes de las y alta que las otras dos; también cuenta con un atrio y un vestí­
fue descubierta debajo de la estructura de plataforma de Cerro habitaciones del segundo nivel muestran figuras antropomorfas bulo delante de la fachada nororiental. Las alas constan de plata­
Blanco. La fase más temprana, entre 1500 y 1100 a.C., se conoce con manos y pies erizados de garras. En los pies de una de estas formas más pequeñas y más bajas que también tienen lados
como la fase Huambocancha. El tipo más notorio son los mismos figuras podemos ver el rostro de un felino que recuerda al del escalonados, y que están separadas de la plataforma central por
cántaros sin cuello y de paredes delgadas, con la misma decora­ friso de Huaca de los Reyes, en el valle de Moche de la costa un espacio abierto al que se conoce como “el espacio”. Las tres
ción incisa y punteada, de las piezas halladas en Sechín Bajo. norte. La cerámica asociada con este hallazgo es estilísticamente plataformas usualmente están dispuestas alrededor de una
La cerámica de Nepeña es por lo general parecida a las piezas similar a la fase Cerro Blanco de Nepeña, lo que respalda la hipó­ plaza rectangular.
más tempranas encontradas en el valle de Casma. Sin embargo, tesis de que Huaca Partida y Cerro Blanco estuvieron activos Huaca La Florida, en el valle del Chillón, abarca diez
en este valle no hay grandes estructuras ceremoniales como las durante el mismo periodo, no obstante haber diferencias signi­ hectáreas, en tanto que Garagay, en el valle del Rímac, compren­
de Sechín Alto o Las Haldas. ficativas entre los dos sitios en términos de su arquitectura, sus de nueve, pero San Jacinto, en el valle de Chancay, es mucho más
Durante el Formativo Medio (1200-800 a.C.) se levan­ relieves y sus frisos. grande y tiene un área total de treinta hectáreas. En el valle
taron estructuras ceremoniales con relieves coloridos en Cerro Después de que Cerro Blanco y Huaca Partida fueron del Chillón se han descubierto numerosos templos en forma de U,
Blanco y Huaca Partida [figs. 23, 24]. La de Cerro Blanco, que abandonados, hacia 800 a.C., se erigieron otras estructuras cere­ entre ellos los de Huacoy y Cueva.
fuera excavada parcialmente por Julio C. Tello y que comprende moniales de tamaño similar, por ejemplo en Caylán, Samanco y Garagay se encuentra en el valle bajo del Rímac7
un sitio de dos hectáreas, tiene una traza en forma de U con tres Huambacho. A diferencia de los centros ceremoniales ubicados y tiene la traza en forma de U con tres montículos de plataforma
plataformas elevadas que se abre hacia el noreste. Las platafor­ en el valle de Casma, estos muy probablemente estuvieron en uso que se abren hacia el noreste. La plataforma central —el Mon­
mas fueron construidas cuidadosamente usando adobes cónicos. hasta ca. 550-200 a.C.5. tículo B— de 23 m de altura mide 385 x 155 m en tanto que
La fase Cerro Blanco misma ha sido fechada entre 1000 y 800 la plaza central mide 415 x 215 m. El brazo izquierdo del templo,
a.C. La plataforma principal es más grande y más alta que La cultura Manchay del Formativo Medio que tiene 9 m de altura y mide 260 x 115 m, está prácticamente
las otras dos e incluye un conjunto finamente trabajado de esca­ (1200-800 a.C.) unido a la plataforma central, mientras que el brazo derecho
linatas, divididas en secciones norte y sur; las contrahuellas de la es sumamente pequeño y está separado de ella. El vestíbulo con
sección sur fueron pintadas de blanco, mientras que las de Al sur del valle de Casma se extiende un espacio en la región dos brazos se encuentra en medio de la fachada de la plataforma
la parte norte lo fueron de rojo. Después de completada esta de la costa central, entre los valles de Huarmey y Lurín, en donde principal, y encima de él está el área a la que se describe como
estructura se levantó una plataforma adicional hacia 800 a.C. se ha encontrado una forma particular de arquitectura monu­ un atrio. Una escalinata detrás de este atrio conduce hacia
Los muros de contención fueron hechos con bloques muy grandes mental. El inusual desarrollo arquitectónico del valle de Supe la plataforma. La estructura global de la plataforma central de
de piedra que hicieron que Koichiro Shibata, quien excavó esta durante el Formativo Inicial (3500-1700 a.C.), quedó bien docu­ vestíbulo, atrio, nivel superior y alas laterales recuerda al Templo
estructura, la llamase la “plataforma megalítica”. Siguió enton­ mentado gracias a los hallazgos realizados en Caral y Áspero. Mayor de Caral.
ces la llamada fase Nepeña del Formativo Tardío (800-400 a.C.). Más al sur de Supe se hallaron evidencias de otra tradición con­ Un hallazgo sorprendente realizado en Garagay
Los frisos polícromos con felinos estilizados se currente en los sitios de Culebras, Río Seco y Las Shicras, en fueron los frisos [fig. 25]. Las paredes del atrio fueron primero
encuentran en la plataforma meridional. Shibata logró probar el valle de Chancay, o El Paraíso, en el valle del Chillón. Estas embadurnadas con un enlucido de barro y después se las adornó
que el edificio con los frisos data de la fase Cerro Blanco (1000- estructuras ceremoniales tienen edificios levantados con piedras con relieves modelados pintados con diversos colores como rojo,
800 a.C.). La cerámica de esta fase es muy fina, sumamente y enlucido de barro. Los constructores a menudo usaban bolsas rojo rosáceo, azul, morado y amarillo.
pulida y está decorada con incisiones y rocker stamping, una téc­ hechas con redes de shicra —un pasto— para mantener a las Un relieve muestra una cabeza de felino de perfil con
nica que implica presionar conchas sobre la arcilla. Estas piezas piedras juntas. Entonces se usaban las bolsas como relleno de las tres colmillos superiores. Otra figura parece ser una araña
se encuentran típicamente pintadas con grafito sobre un plataformas, los muros de contención y los peldaños de piedra. voladora o nadadora con tres objetos ovales delante de su boca,
fondo rojo, y a veces lucen el perfil de un jaguar como motivo En estas estructuras no se halló nada de cerámica y, si bien que se cree son las mandíbulas de la araña. Al centro de la pared
estilizado. Las formas incluyen cántaros sin cuello, tazas abier­ hay conexiones con Caral y otros sitios, aún requieren de una del atrio hay una gran cara partida en dos perfiles, los cuales
tas de fondo plano y botellas de asa estribo. La cerámica Nepeña explicación detallada. también tienen tres grandes colmillos superiores. En el piso del

Fig. 23 a y b
Frisos polícromos de Cerro Blanco
en el valle de Nepeña
70 CHAVÍN 71 La arqueología del desierto costeño

Fig. 24 Fig. 25 Fig. 26 Fig. 27


Relieve de Huaca Partida en el valle Friso de Garagay Frisos de Cardal Fotografía del sitio de Limoncarro
de Nepeña en el valle bajo de Jequetepeque
72 CHAVÍN 73 La arqueología del desierto costeño

atrio se descubrieron tres agujeros que contenían ofrendas sacri­ Resumen de los procesos culturales del Huántar. Los debates actuales en torno a estas cuestiones tienen
ficiales de figuras con cabeza y colmillos de felino. Formativo en la costa norcentral y central como base vagas teorías e interpretaciones, así como las opinio­
Varios complejos arquitectónicos con templos en nes personales de arqueólogos individuales.
forma de U salieron a la luz en el valle de Lurín, gracias al tra­ Luego de la muy temprana fase de desarrollo social y cultural
bajo dedicado de Richard Burger. Cardal es uno de los templos que dio lugar a los centros ceremoniales durante el Formativo Los centros ceremoniales de la costa norte
que Burger excavó en 1992. Aquí también la planta en U se abre Inicial (3500-1700 a.C.), se escogieron nuevos lugares para la
hacia el noreste y rodea una plaza rectangular. La plataforma construcción de asentamientos en Casma y, con toda probabili­ En paralelo con los desarrollos en la sierra norte que describo en
central mide 130 x 45 m y tiene 12 m de altura. Ella contiene una dad, en Nepeña. Esto posiblemente ocurrió durante el Formativo el capítulo 3.2, hubo también centros del periodo Formativo en
escalinata central finamente enlucida con treinta y cuatro pelda­ Temprano (1700-1200 a.C.), cuando las técnicas de producción el valle medio del Jequetepeque. Y más abajo en el valle, en
ños, los que llevan al atrio de 10 x 8 m y su piso de dos niveles. alfarera comenzaron a propagarse por toda el área. En la costa Limoncarro, hay incluso un complejo arquitectónico en forma de
Dos pequeñas escalinatas conducen aún más adentro de la plata­ central, sin embargo, desde Huarmey hasta Lurín, son pocas las U que comprende estructuras de plataformas [fig. 27]. De parti­
forma. El friso en el muro a la entrada del atrio muestra una evidencias de asentamientos o los hallazgos de cerámica del cular interés en este sitio es un relieve en arcilla en la plataforma
figura amarilla y roja con labios largos y horizontales vueltos Formativo Temprano. El surgimiento de los centros ceremoniales sur que representa mandíbulas de araña8. En la costa norte tam­
hacia arriba y hacia abajo en cada extremo, grandes colmillos y sus típicos templos en forma de U de la tradición Manchay bién se han encontrado platos de piedra de estilo Cupisnique, que
superiores y unos dientes triangulares que tal vez representan marcó el inicio de una nueva fase de desarrollo durante el Forma­ muestran arañas que sostienen cabezas humanas decapitadas
un hocico estilizado de caimán o cocodrilo [fig. 26]. Cerca de tivo Medio (1200- 800 a.C.), que trajo consigo un significativo cre­ [cat. no. 1; véanse caps. 2.4 y 4.2]. Se han encontrado otros gran­
Cardal hay centros ceremoniales similares en Mina Perdida, cimiento demográfico y una arquitectura de forma elaborada. des centros que datan del mismo periodo entre los valles de Lam­
Manchay Viejo y otros sitios más. Estos nuevos y grandes centros ceremoniales fueron bayeque y Virú, entre ellos Collud-Zarpán, Purulén, Puémape,
Otra característica que estos centros comparten es erigidos encima de lo que en ese entonces eran tierras sin lim­ Huaca de los Reyes y Huaca Verde [véase cap. 2.4]. Por último,
la historia de su construcción. Las excavaciones efectuadas piar. Pero no debiéramos asumir que desde el principio mismo el sitio de Ñañanique9 prueba que los centros ceremoniales tam­
en Cardal y Mina Perdida mostraron que las plataformas son el fueron tan grandes como lo indicaría su forma actual, pues en bién fueron erigidos en lugares aún más al norte.
resultado de una repetida superposición. En Cardal se descubrió ellos la tradición de renovar los templos también tuvo un papel Mientras que la cerámica y otros artefactos del For­
una escalinata a la cual se cubrió con escombros antes de que se importante. El aspecto que estas estructuras tienen hoy en día mativo provenientes de la costa norte forman todos parte de una
construyera una nueva escalinata encima de ella. Aunque no corresponde a su última o penúltima fase de construcción y tradición estilística homogénea, en el campo de las formas arqui­
está claro cuántas veces se repitió este proceso de cubrir y cons­ superposición. Hasta la fecha, ninguna excavación arqueológica tectónicas, en cambio, hay diferencias significativas. Los templos
truir encima, esta forma de construcción sucesiva del templo es ha logrado penetrar hasta las fases más tempranas de los edifi­ datan del periodo que corre entre 1200 y 800 a.C., tal como
característica de los centros ceremoniales de la cultura Manchay. cios, pero resulta fácil imaginar cómo la sociedad siguió desarro­ lo mostrara su preciso fechado radiocarbónico. Las estructuras
Algo muy extraño sucedió alrededor de 800 a.C., llándose a partir de la construcción del primer templo, entre ca. hechas con piedra y adobes secados al viento son todas de escala
cuando todos los grandes centros Manchay perdieron su función 1200 y 800 a.C. El término “cultura Manchay” abarca estos cua­ monumental. Las paredes de los edificios fueron enlucidas con
y quedaron abandonados. A partir de este momento ningún trocientos años de desarrollo cultural. barro y decoradas con altorrelieves y murales polícromos.
centro comparable surgió en la costa central, y tampoco se ha Aunque la cultura Manchay eligió partes del valle que Hay al menos dos tipos principales de estructura mo­
encontrado cerámica característica de esta época. No sería sino habían quedado sin ocupar hasta su arribo, sí edificaron encima numental. El primer tipo es la plataforma escalonada, que usual­
hasta 200 a.C. o incluso después, cuando la cerámica de estilo de incontables elementos culturales dejados por culturas anterio­ mente consta de tres niveles y tiene edificios en su cima.
Huachipa aparecería en el valle del Rímac, y el estilo alfarero res. Las técnicas de construcción, que comprendieron plata­ Se accede a estas plataformas a través de una escalinata abierta
blanco sobre rojo en el valle de Chancay. Es como si el tiempo formas, plazas, escalinatas y enlucidos, son logros que datan del que corre por el centro de la fachada, tal como lo muestran los
entre 800 y 200 a.C. marcara un hiato en la historia cultural de Formativo Inicial. Podemos ver a los predecesores de los frisos ejemplos de Collud y Purulén [véase cap. 2.4]. El segundo tipo de
la región. Vimos ya que en la costa norcentral y norte hay una manchay en el valle de Casma y en los pisos de dos niveles que estructura monumental consta de plataformas con planta en
brecha similar, por lo que resulta evidente que será necesario también son un rasgo de los templos de La Galgada y Kotosh forma de U que rodean una plaza rectangular. Limoncarro es un
contar con más investigaciones antes de que podamos compren­ [véase cap. 3.2]. ejemplo típico de estos complejos. Huaca de los Reyes combina
der las causas de esta discontinuidad. Los frisos muestran las mismas características de los características de ambos tipos, pero los edificios y altorrelieves
Antes de ahondar en el desarrollo cultural de la región que se encuentran en los centros ceremoniales de la costa norte, son más elaborados que los de Limoncarro.
de la costa norte quisiera resumir nuevamente los procesos cul­ con elementos característicos de la cultura Cupisnique como ros­ En contraste con las aparentes diferencias estructu­
turales que tuvieron lugar en la región de la costa norcentral tros de felino, labios gruesos, colmillos, ojos excéntricos y arañas. rales existentes entre las plataformas y el estilo de los edificios,
y central, a partir de los sitios ya examinados. La cerámica Manchay también comparte una serie de similitu­ toda la cerámica hallada en estos sitios arquitectónicos luce las
des con la típica alfarería cupisnique. Podemos por ello asumir mismas características, que son las del estilo Cupisnique [véase
que esta cultura fue una síntesis de las culturas precedentes, cap. 4.2]. En los cementerios del valle medio de Chicama se
así como de las que había en las costas norte y norcentral, y tuvo encontró gran cantidad de ceramios de dicho estilo. Sorprenden­
un abrupto final, al igual que los otros centros ceremoniales del temente, en este sitio no fue hallado ningún indicio de asen­
Formativo Medio (1200-800 a.C.) [véase cap. 2.4]. Se desconoce la tamientos o centros ceremoniales.
razón de esta ruptura y es igualmente poco lo que sabemos sobre
dónde fueron los pueblos y cuál fue su relación con Chavín de

Fig. 28 Fig. 29
Escalinata de la plataforma Relieve en el piso de Limoncarro
de Collud que muestra mandíbulas de araña
74 CHAVÍN 75 La arqueología del desierto costeño

Collud, una plataforma rectangular en el valle de damente al mismo tiempo. Tanto Limoncarro, en el valle bajo del 2.4 Hasta hace apenas cuarenta años, los arqueólogos todavía creían
Lambayeque, mide 70 x 140 m. Aquí, la escalinata abierta de Jequetepeque, como los centros ceremoniales de la fase Tembla­ que la región Lambayeque, con sus excepcionales monumentos
25 m de ancho que conduce a la plataforma fue construida en la dera en la parte media de este mismo valle, habían quedado LA HISTORIA CULTURAL DE LA y restos arqueológicos, había sido una región de culturas recepto­
fachada posterior, mientras que un relieve polícromo bien conser­ todos abandonados hacia 800 a.C. Sencillamente no sabemos por REGIÓN LAMBAYEQUE DURANTE ras, y por ende sólo estuvo bajo la influencia de otras civilizacio­
vado fue descubierto al pie de la fachada, junto a la escalinata. qué razón estos centros tuvieron un final tan repentino; Carlos EL FORMATIVO nes. La posibilidad de que esta región habría sido sede de mani­
El relieve muestra el perfil de un felino enmarcado de manera Elera asume que un fenómeno de El Niño catastrófico debe haber festaciones culturales autónomas apenas si era considerada.
hexagonal, con unas mandíbulas de araña directamente delante sido la razón de su colapso16. Sea lo que haya sucedido, sí sabe­ Esta posición parecía ser sólida puesto que no se había llevado a
de sus fauces [figs. 36a, 36b]10. mos que no surgieron nuevas culturas hasta alrededor de 250 Ignacio Alva Meneses cabo ninguna investigación sistemática; los escasos conocimien­
Las excavaciones efectuadas al pie del templo de Li­ a.C. con el surgimiento de la cultura Salinar, una tradición nueva tos disponibles se extraían de excavaciones arqueológicas de
moncarro —tres plataformas altas con planta en forma de U que en la costa norte peruana. El periodo entre 800/500 al 250 a.C. corto plazo, o del estudio de artefactos provenientes de coleccio­
se abren hacia el este— trajeron a la luz un gran relieve11. Aquí está marcado por el abandono de numerosos centros ceremonia­ nes carentes de todo tipo de contexto. Entre las evidencias más
podemos distinguir dos fases de construcción sucesivas: las fases les y el cese de toda actividad en la arquitectura ceremonial de antiguas se tenía, por ejemplo, los hallazgos de orfebrería estilo
Calera y Limoncarro. Las cabezas incisas de felino fueron asigna­ estas áreas, el fenómeno que Onuki llama “el vacío costeño”. Chavín en Chongoyape [cat. no. 18], a los cuales originalmente se
das a la segunda, cuando la plataforma sur fue embellecida Estos procesos de florecimiento y abandono están casi con toda consideró un reflejo material de la expansión de la “cultura
con estructuras y relieves. Dos de estos relieves en la fachada de certeza relacionados con cambios fundamentales en la formación matriz” de la civilización andina1.
la plataforma, que se encuentran directamente por encima del de sociedades en la sierra norte, región que se había apegado es­ Esta percepción, sin embargo, ha cambiado en el
piso, parecen mostrar las mandíbulas de una araña [fig. 29]. trictamente a sus propias tradiciones desde el Formativo Tem­ transcurso de los últimos treinta años. Hoy existen evidencias de
En el muro de contención de la plataforma sur son también visi­ prano [véase cap. 3.2]. que la región Lambayeque es una de las áreas culturales más
bles los restos de un relieve que muestra felinos de perfil, Resulta de gran interés que justamente durante el antiguas del Perú, y de que los primeros asentamientos se
así como otros motivos. Junto a estos relieves se halló cerámica periodo del vacío costeño cuando los centros ceremoniales de la remontan a unos 8000 años atrás [véanse caps. 2.1, 2.3]2. Las in­
perteneciente a la tradición Cupisnique, la cual fue fechada entre costa norte peruana iban quedando abandonados, se erigían vestigaciones y prospecciones han logrado identificar numerosos
1000 y 800 a.C. nuevos templos en la sierra norte como Kuntur Wasi y Pacopam­ asentamientos y centros ceremoniales del periodo Formativo
Se sabe que un plato de piedra redondo con la imagen pa, y que en este momento apareciera un nuevo estilo alfarero. como Purulén, Oyotún, Cerro Corbacho, Nueva Arica, La Com­
de una araña [cat. no. 1] fue encontrado cerca de Limoncarro12. El Que este fue un periodo de gran turbulencia, es algo que también puerta y Huaca Lucía de Chólope3. En este contexto, el complejo
plato muestra una criatura híbrida con cabeza de felino y piernas quedó reflejado en algunos cambios notables que tuvieron lugar Ventarrón-Collud constituye uno de los sitios recientemente
de araña, que sostiene en la mano una cabeza humana decapita­ en las lejanas regiones de la costa sur peruana [véase cap. 2.2]. investigados, crucial para entender el origen de la complejidad
da. Sobre la espalda la criatura lleva una bolsa repleta de más En complejos de los sitios serranos de Kuntur Wasi [cat nos. social en esta región4.
cabezas decapitadas. Las imágenes implican que la araña tuvo 56-89] y Pacopampa se hallaron entierros con suntuosos objetos Una característica especial de la arquitectura ceremo­
un papel importante en la mitología de la región que se extiende de oro. En Kuntur Wasi, la transición de la fase homónima a la nial del Formativo en la costa norte, aparentemente originada
entre Collud y Limoncarro, como decapitadora y como portadora fase Copa tuvo lugar alrededor de 500 a.C., cuando el templo de en Ventarrón, sería el arte mural allí descubierto, reconocido
de cabezas humanas [véanse caps. 2.4 y 4.2]. Es posible que haya Pacopampa de la fase II era abandonado [véase cap. 3.2]. Las como el más antiguo de América. Los restos pintados son extre­
actuado a nombre de una deidad suprema. actividades también cesaron en Huacaloma y otras partes del madamente raros en la sierra, donde la mayoría de los edificios
En Caballo Muerto, cerca del lugar donde comienza el valle de Cajamarca, alrededor de 500 a.C. Sin embargo, en la se construyeron en piedra debido a la crudeza del clima. En la
delta del río Moche, se encontraron varios montículos de tierra sierra norte los templos más antiguos desaparecieron debajo de región Lambayeque, de otro lado, la arquitectura de barro, tra­
inmensos. Huaca de los Reyes, uno de los montículos de ruinas en nuevas estructuras, lo que indica que estos sitios continuaron dición también originada en Ventarrón, logró monumentalidad
este complejo arquitectónico, consta de una plataforma escalona­ activos. En la costa no hubo centros comparables durante el con técnicas que resultan antecedentes del uso de adobes; la plas­
da y plazas rectangulares hundidas. Las plazas están rodeadas Formativo Tardío. ticidad del barro permitió formas arquitectónicas excepcional­
por estructuras en tres de sus lados, pero se encuentran abiertas mente diversas y experimentales. Este ensayo describirá los
hacia el este. Unos relieves monumentales que representan cabe­ hallazgos recientes de Ventarrón y Collud, comparándolos con
zas de felino adornaron originalmente los grandes nichos en los algunos sitios investigados anteriormente; aunque las investiga­
muros, y en los edificios que rodean a las plazas se encontraron ciones resultan limitadas, intentaré resumir la historia cultural
pilares o columnas13. del Formativo en la región.
Todos estos centros ceremoniales, así como varios
otros sitios más de la misma tradición ubicados en la costa norte, El complejo arqueológico
entre el valle de Piura y el de Virú, alcanzaron su apogeo entre Cerro Ventarrón y Collud
1200 y 800 a.C. Aquí es importante subrayar el hecho asombroso
de que todos estos centros ceremoniales quedaron abandonados El complejo se extiende sobre unas 300 hectáreas en el valle bajo
hacia 800 a.C.14. Según Carlos Elera, solamente los hallazgos rea­ del río Lambayeque y comprende numerosos restos arquitectó­
lizados en Puémape pueden ser fechados más tarde, en 500 a.C.15. nicos de distintas épocas; destacando plataformas en el llano
En todo caso, todos los centros ceremoniales del Formativo Medio y terrazas adosadas a la falda del cerro Ventarrón. La estraté­-
(1200-800 a.C.) parecen haber tenido un final abrupto aproxima­ gica ubicación de la colina cercana a la ribera del río es actual­
76 CHAVÍN 77 La arqueología del desierto costeño

mente accesible desde la capital departamental Chiclayo, distan­ Huaca Ventarrón: el templo central Antes de nuestra exca­
te a 10 kilómetros. vación sistemática iniciada en el 2007, este templo fue saqueado
La investigación a mi cargo iniciada el año 2007 y por profanadores que arrasaron numerosas tumbas intrusivas,
financiada por el Ministerio de Cultura del Perú, reveló en Huaca además era una activa cantera para fabricación de adobes y bo­
Ventarrón el templo principal del centro ceremonial más antiguo tadero de basura del poblado epónimo que desde mediado del
del valle, en funcionamiento y sometido a cíclicas remodelaciones siglo XX, ocupó el frontis norte y la explanada frente al templo.
durante el Formativo Inicial (3500-1700 a.C.). Al término de este A pesar de la destrucción, al retirar escombros logramos identifi­
periodo que marcó el inicio de la complejidad social, el proceso car una plataforma ceremonial, originalmente construida sobre
cultural continuó su secuencia en Collud, el nuevo centro un afloramiento rocoso aislado [fig. 30] y sometida a remodelacio­
cere­monial en crecimiento durante el Formativo Temprano, nes periódicas que ampliaron y modificaron gradualmente su
Medio y Tardío (1700-400 a.C.). El aporte de nuestra investiga­ forma. Le hemos dado los siguientes nombres a las tres primeras
ción permite considerar el área como núcleo de una de las regio­ fases de construcción del templo: “Templo Primigenio” (fase I,
nes arqueológicamente más significativas del norte peruano. ca. 2300 a.C.); “Templo Rojo-Blanco” (fase II, ca. 2000 a.C.); y
En los últimos años publiqué informes, artículos y un libro de “Templo Verde” (fase III).
difusión de nuestro proyecto5. El modelo del templo fue progresando desde la prime­
ra fase, determinando una plataforma escalonada precedida de
El Paraje y la secuencia cultural El rasgo prominente de la una terraza y escalinatas centrales. En la sumidad se ubicaba
comarca Ventarrón es el cerro rocoso del mismo nombre, que el recinto principal, que a partir de la segunda fase compartía
tiene 3 km de largo, 1 km de ancho y 230 m de altura. Ubicado en funciones con otros recintos situados al pie de la plataforma. Se
medio del llano y colindante con la margen derecha del río Reque, identificaron más de ocho remodelaciones. Las remodelaciones
el Cerro Ventarrón es una elevación conspicua y estratégica ampliaron considerablemente el volumen del templo en cada
del valle bajo de Lambayeque. Su ubicación en el centro del pai­ fase. Calculamos que en la última fase el templo cubría una hec­
saje, entre dos colinas y dos ríos, lo convirtió en un antiguo asen­ tárea y tenía una altura de 18 m.
tamiento y paraje sagrado de profundas connotaciones simbó­ El “Templo Primigenio” se alzó sobre un afloramiento
licas. Su forma alargada con cima llana y simétricos volúmenes rocoso que determinó su trazo y orientación. Es posible que este
semeja una plataforma dirigida hacia el norte; con tres niveles promontorio fuera venerado como un lugar sagrado antes de
refrendados por las pendientes verticales de la cara oeste, y erigir arquitectura. En el lado norte del edificio, que se encontró
modulados bloques rocosos coloreados por tonos de pátina gris- muy destruido, definimos partes de la escalinata central que as­
azulado, amarillento y rojizo. La asombrosa geología del cerro cendía a la plataforma. En la construcción se usaron celdillas
paradigmático, coronado con arcoíris en las tardes lluviosas, para contener relleno, con paramentos de piedras de tamaño me­
permitió desde pretérito tiempo la atribución del simbolismo de diano y el acabado era enlucido. La escalinata fue emplazada
axis mundi6. entre dos moles pétreas simétricas que se dirigen al noreste,
Huaca Ventarrón es el nombre de la estructura más determinando la orientación del templo en la primera fase
destacada —y posiblemente la más antigua— situada en la falda (308 grados acimut). Aunque esta primera fase —a diferencia de
oeste del cerro, sobre un promontorio de roca aislado. Como su las que siguieron— no podría ser considerada como arquitectura
contraparte, en el flanco occidental del cerro, ubicamos varios monumental, desde la sumidad del templo se visualizaba todo el
edificios coetáneos que podrían abarcar más de veinte hectáreas, valle de Lambayeque y del curso del río Reque, con la impresión
con funciones semejantes a las del templo principal; denomina­ de estar en el centro mismo del territorio.
mos Arenal a este conjunto emplazado en la pendiente, por estar Mientras excavábamos la cima del templo logramos
totalmente cubierto de arena eólica. Reconocimos que el conjunto descubrir —en la medida que la estabilidad de los rellenos lo per­
Huaca Ventarrón-Arenal fue el primer centro ceremonial de mitía— una sección del primigenio recinto central; con un fogón
la región lambayecana, en continuo crecimiento durante el semicircular al lado oeste de 1,6 m de diámetro. Al costado de la
Formativo Inicial. Una probable crisis climática, produjo el aban­ chimenea se halló un altorrelieve de dos peces, uno tiene su
dono del centro primigenio, y luego de la transición el centro cabeza hacia arriba y el otro hacia abajo, símbolo de fecundidad
se reubicó en Collud, distante un kilómetro al noroeste del relacionado a la incineración de ofrendas propiciatorias del ciclo
cerro; donde transcurrió la secuencia del Formativo Temprano, del agua [fig. 31]. Al ampliar la excavación se definió una banque­
Medio y Tardío, marcada por grandes progresos en la agricultura, ta semicircular empotrada contra la pared sur, que fue probable­
arquitectura ceremonial, el uso de alfarería y orfebrería en mente el eje del ambiente. Este trono único de 1 m de diámetro
función a una religión muy estructurada y de compleja iconogra­ y 45 cm de altura fue asiento de la primera autoridad. Sobre
fía. Identificamos y excavamos arquitectura ceremonial monu­ la misma pared y al costado de la banqueta, se descubrió un alto
mental agrupada en dos extensos montículos: Collud y Zarpán. relieve de una zarigüeya (Didelphis marsupialis). El relieve

Fig. 30 Fig. 31 Fig. 32


Fotografía que muestra el inicio de Altorrelieve de dos peces de la fase 1, Cámara cruciforme con fogón
las excavaciones en Huaca Ventarrón Huaca Ventarrón en Huaca Ventarrón
78 CHAVÍN 79 La arqueología del desierto costeño

es del mismo estilo que el de los peces. El ícono de zarigüeya re­ (fig. 32). La traza dual de los recintos mayores —circular arriba y vía no es posible definir la extensión ni organización del conjunto y Collud al oeste; con semejantes proporciones y orientación
fiere a la parcialidad terrestre femenina, en oposición a los peces, escalonada abajo— se repite invertida y a menor escala con dos de edificaciones, se constató que ciertos recintos aislados poseen (20 grados al este del norte). En Collud la reocupación tardía del
articuló un discurso cosmológico que instituyó probablemente el recintos pequeños ubicados en el sector sur del templo. El diseño la misma distribución de banqueta y fogón lateral patente en la sitio por la cultura Lambayeque (900-1400 d.C.), superpuso tres
liderazgo matriarcal. y organización de los recintos articularon un modelo cuatriparti­ sala principal de Huaca Ventarrón; lo que supondría una división plataformas monumentales sobre los templos del Formativo7. Al
El modelo arquitectónico se amplió radicalmente to durante la segunda fase; donde formas opuestas configuraban del poder entre jefes clánicos, que compartían una organización iniciar las excavaciones en el sector noreste de Collud se observó
a partir de la segunda fase constructiva y sistematizó el uso de parcia­lidades: cielo —círculo— arriba frente a tierra —escalón— multicéntrica dividida en parcialidades reunidas al pie del cerro un paramento expuesto y cortado elaborado con bloques de
bloques de sedimento arcilloso unidos con un mortero de arcilla abajo, y expresiones de poderes repartidos. El arte mural añadió como “centro”. Los recintos conglomerados y almacenes registra­ piedra, que alineado de norte a sur formaba el flanco de una colo­
que contenía abundante fibra vegetal. La misma técnica se man­ al modelo un nuevo nivel de significados, extraídos igualmente de dos en varios sectores suponen estancias ceremoniales, adminis­ sal edificación. Una trinchera amplia en el frente norte reveló la
tuvo hasta la última fase, lo que permitió erigir altas fachadas la forma y colorido del cerro Ventarrón, su encuentro con el arcoí­ trativas o habitaciones de elites religiosas o comitivas, quedando fachada escalonada de un templo monumental construido con
que soportaban monumentales remodelaciones. Se considera la ris y el curso anual de los astros, enfatizando el simbolismo del como interrogante entender su uso permanente o temporal. adobes cilíndricos, finamente enlucido, cubierto en la última fase
evidencia más temprana de la arquitectura de barro y la técnica encuentro de partes en el eje del cosmos. Hace 4000 a 4500 años, la población que construyó so­ constructiva por arena y remodelado con el paramento de gran­
precursora del adobe. El recinto central en la cima y sus pares laterales fisticados templos en esta comarca fértil e irrigada del valle, sus­ des piedras derruido. El templo era una plataforma de tres
El recinto principal en la segunda fase medía 9,7 m de fueron sepultados para levantar la tercera fase constructiva. tentó su progreso en la agricultura de hortalizas, con énfasis en niveles cuyas medidas calculamos en 140 m de lado por 70 m de
ancho, 16 m de largo y hasta 3 m de altura y mostraba esquinas Valiosas ofrendas sacrificiales fueron incorporadas al compacto el cultivo de algodón, insumo de la emergente industria textil que frontis y 7 m de altura. Gruesos paramentos dieron forma a una
redondeadas. La fachada, pintada con una gruesa banda blanca relleno que selló la sala principal: una trompeta de caracol se desarrolló como fundamental revolución tecnológica. Al pie colosal plataforma escalonada, la simétrica fachada servía de
en zigzag sobre fondo rojo, era visible a lo lejos. En el umbral, se marino en el eje central del recinto, y afuera, al pie de la esquina de las fachadas de Huaca Ventarrón registramos acumulaciones contención al gran volumen de relleno arenoso. La arquitectura
lograron definir porciones de pintura mural de los mismos colo­ sudeste, una ostra finamente incisa con un rostro sonriente y de cenizas y residuos de banquetes ceremoniales. Los análisis usaba adobes cilíndricos cuidadosamente manufacturados que
res rojo, blanco y negro, que corresponderían a un macizo dintel bandas pectorales, que recuerdan el arte de sitios contemporá­ del especialista en biología identificaron semillas de calabaza, medían hasta 80 cm de largo, unidos con argamasa arcillosa, dis­
de 5,80 m de longitud, derruido durante la sepultura que dio paso neos en otros valles, como Huaca Prieta y La Galgada. En el mate, zapallo, lúcuma, palta y algodón. Además gran cantidad de puestos “de cabeza” en los masivos paramentos de la fachada. En
a la tercera fase. El extraordinario dintel representó un logro de último nivel de relleno hallamos el esqueleto de un guacamayo, huesos de pescado provenientes de diversas zonas marinas, el frontis ubicado al norte definimos la enorme escalinata central
la novedosa técnica arquitectónica de tapial. De modo semejante con un collar burdo elaborado con siete cuentas de turquesa. y menor cantidad de restos de aves de pantano, venado y nutria. de veinticinco peldaños y veinticinco metros de ancho [fig. 35].
al templo de la primera fase, la pared oeste al interior del recinto Estas ofrendas representaron por oposición metáforas de las par­ Se identificó también huesos de yaguarundi, una especie de Fragmentos de columnas erosionadas sobre el piso y relleno que
tenía el fogón ceremonial semicircular de 1,2 m de diámetro, que cialidades cosmológicas. El lugar de origen de los objetos brinda gato silvestre que actualmente vive en las regiones del bosque selló la escalinata pertenecieron a una fase posterior muy erosio­
formaba una chimenea cóncava al interior y convexa al exterior, indicios de longevos contactos e interacción macro regional, pro­ tropical, generando el interrogante de un posible intento de nada. La fachada escalonada y la escalinata se encontraban ex­
modulando la pared en ese punto. El fechado radiocarbónico movidos en Ventarrón por el surgimiento de la industria textil aman­samiento. La variedad de plantas domesticadas, aunadas cepcionalmente conservadas porque el templo fue sepultado para
obtenido del fogón dio una fecha de ca. 2000 a.C. Una banqueta algodonera y cercanía al mar. a las evidencias de pesca y caza, así como el sacrificio de animales erigir la última fase caracterizada por las columnas cilíndricas.
de dos niveles ocupaba el fondo del recinto y funcionaba como Una vez cubiertas las estructuras, la fachada de la exóticos, indican una estructura social compleja con una En la sumidad del templo se emplazó una plataforma culminante
podio. La banqueta fue flanqueada por dos paneles simétricos de tercera fase empleó un sistema de contrafuertes intercalados, re­ economía desarrollada y redes de interacción regional, que per­ alineada en el eje de la escalinata central, la cual sufrió afec­
barro elaborados sobre soportes de palo, que sobre el fino enluci­ conocimos ocho en el frente sur que brindaban un impresionante mitían contactos e intercambios con regiones apartadas de tación por la reocupación de los Lambayeque (900-1400 d.C.).
do mostraban extraordinarios murales polícromos. Los murales aspecto de solidez y equilibrio. Los volúmenes trapezoidales de los Andes Orientales, accesibles desde la región lambayecana con Uno de los hallazgos más significativos del templo de
representan venados negros, reconocibles gracias a la línea de los contrafuertes, sobresalientes a modo de almenas, proyectaron relativa facilidad. Collud fue un altorrelieve polícromo adscrito a la primera fase.
pintura gris trazada desde el cuello hasta los cuartos traseros sombras que posiblemente permitieron cálculos del tiempo a Los resultados obtenidos por nuestra investigación El relieve muestra la cabeza de perfil de una criatura quimérica
[fig. 33]. Son varios animales atrapados en una red multicolor medida que el sol se desplaza a lo largo del año. Un nuevo recinto confrontan una revaluación y revaloración del rol protagónico de con colmillos y pico-quelícero [véase cap. 2.5; fig. 36]. De la cabeza
que cubre todo el panel, creando un interesante efecto visual. principal fue levantado en la sumidad, con una planta super­ la región Lambayeque en la historia de las sociedades andinas emergen bandas rojas con un canal central blanco que se entrela­
Esta representación de cacería con un cerco de redes vinculaba puesta a la anterior, algo más amplia al norte y con paredes del complejas y las formaciones pre-estatales. zan y proyectan formando una red, en cada nudo figuran seres o
directamente a las autoridades aposentadas con el ritual de caza, doble de grosor, pintadas al exterior de color verde pálido. Este Hay señales de que un evento climático grave del partes que componen la cabeza: picos córneos y serpientes, sim­
concebido como hazaña arquetípica y ancestral. Este modelo recinto sufrió el mayor embate del saqueo. El piso al interior del Niño (ENSO) ocasionó el abandono de Huaca Ventarrón y Arenal. bolizarían la unidad dinámica de las esferas cosmoló­gicas. La
de acceso al poder fue un rasgo probablemente heredado o rein­ ambiente y varias paredes fueron destruidas por el expolio de Las estructuras de barro quedaron erosionadas y arenadas, y compleja imagen representa una deidad vinculada a parcialida­
terpretado del bagaje de las primeras comunidades. El arte tumbas intrusivas, de las que solo logramos recuperar tiestos y cuando ya eran ruinas se introdujeron tumbas del Formativo des opuestas, la red que emana de la cabeza simbolizaría la
mural practicado en Huaca Ventarrón, innovó el modelo cultural huesos pulverizados. Medio, cavadas en las capas de sedimento y arquitectura cubier­ unidad de las cadenas de vida, dualidad del ciclo agrario y el
con una elevada expresión del simbolismo, propagada luego en la ta por arena. El centro ceremonial primigenio en la ladera oeste curso de las ofrendas. Se reconoce claramente temática y estilo
costa norte y perdurando durante toda la época prehispánica. Otros templos en la ladera del cerro: el complejo Arenal del cerro fue reocupado como vasta necrópolis por culturas poste­ de la esfera cultural Cupisnique. Creo que en el futuro, los para­
Ciertamente hay consenso general que estos son los murales más Sepultados bajo una gruesa capa de arena eólica que cubrió la riores, y finalmente devastada por saqueadores durante las lelos del estilo Cupisnique y el examen de su simbolismo permi­
antiguos de América. amplia ladera occidental del cerro Ventarrón, hallamos secciones últimas décadas. tirán descifrar la estructura de poder de estas sociedades teocrá­
Aunque el sector sudoccidental del templo fue más de un colosal conjunto arquitectónico coetáneo a Huaca Venta­ ticas, así como vínculos e interacciones macro-regionales extensas
destruido por la cantera de adobe moderna, allí logramos identi­ rrón, construido con una técnica semejante. Las edificaciones El complejo Collud-Zarpán El complejo Collud-Zarpán con­ y competitivas.
ficar recintos con funciones análogas y formas antagónicas adaptadas al terreno fueron diseñadas imitando la modulación tiene evidencias culturales del Formativo Temprano, Medio Varias representaciones de una deidad araña —o de
respecto al recinto superior. El recinto mejor conservado tiene de riscos y terrazas geológicas del cerro. Las excavaciones resul­ y Tardío, representa así la continuidad del proceso histórico del rasgos que parecen sugerir esta criatura— aparecen en distintos
planta escalonada de 10 x 11 y 3 m de altura, con esquinas angu­ taron prospectivas en la definición de monumentales terrazas valle bajo de Lambayeque. Los conjuntos se ubican un kilómetro contextos del Formativo y se transfieren luego a la cultura
lares y fogón ceremonial con una chimenea escalonada que se escalonadas que albergaban en varios niveles recintos aglutina­ al oeste del cerro Ventarrón, abarcando más de 36 hectáreas divi­ Mochica. [véase cap. 5.2]. Un ejemplo relacionado cercanamente
asemeja al símbolo de la chakana, conocido como “cruz incaica” dos o aislados, pasajes, patios y escalinatas [fig. 34]. Aunque toda­ didas en dos grandes montículos irregulares: Zarpán al este al mural de Collud es una corona de oro saqueada en Huaca
80 CHAVÍN 81 La arqueología del desierto costeño

Fig. 33 Fig. 34 Fig. 35 Fig. 36


Mural polícromo de un “chaku” Restos arquitectónicos en las Frente del templo Collud con Dibujo y fotografía de altorrelieve
(caza comunal) de la fase II faldas del sitio de Arenal su escalinata central polícromo de la deidad arácnida,
(ca. 2000 a.C.), Huaca Ventarrón Collud-Zarpán
82 CHAVÍN 83 La arqueología del desierto costeño

Zarpán [cat. no. 131], que muestra la misma cabeza al centro Purulén y otros sitios
de la red, comparable a ornamentos semejantes excavados en
tumbas de elite de Kuntur Wasi [cat. no. 56]8. El icono también es A continuación se presentará un breve examen global de otros
confrontable con un tipo frecuente de vasijas de cuerpo lobulado sitios en la región Lambayeque. El complejo de Purulén, en el
y cabezas incisas. La deidad figura con mayores detalles en vasi­ valle bajo de Zaña, comprende quince plataformas de distintos
jas de piedra del valle de Jequetepeque9; y en los murales del sitio tamaños, rodeadas por terrazas, extensos barrios residenciales,
monumental Garagay en Lima (con respecto al simbolismo de la senderos y canteras. La arquitectura ceremonial se adapta al
araña véanse caps. 2.3 y 4.2). En su versión completa, la imagen relieve de una colina baja y extensa cercana al litoral, que alber­
combina rasgos humanos y animales, enfatizando los de araña, ga el conjunto en su lado norte. Se trata de edificios de piedra
con una red repleta de cabezas en la espalda y plantas de algodón y barro, con patrones estandarizados de planta rectangular, dos
o maíz en las manos [cat. nos. 1, 38, 56]. Tal iconografía aludía un o tres niveles escalonados, una plaza cuadrangular hundida
discurso enfocado en la interdependencia entre sociedad y natu­ delantera y escalinatas centrales [fig. 38]. Una de las estructuras
raleza, vinculando la producción agrícola e industria textil con la mayores, con escalinata de 15 m de ancho, albergaba en la sumi­
estructura y trama cosmológica. dad un recinto lateral hundido con diez nichos. En la repetición
del patrón arquitectónico de los templos a diferentes escalas,
El templo de Collud y su técnica de adobes cilíndricos muestra observamos la misma organización multicentro que reconoci-
similitud con la arquitectura de Huaca Lucía de Chólope10. mos en el complejo Huaca Ventarrón-Arenal; modelo recurrente
Además, comparando su forma encontramos semejanzas con de organización con poderes no centralizados y fraccionados
Purulén, Kuntur Wasi y Pacopampa, que replicaron el patrón a en varias “mitades”. La fase final corresponde al abandono del
diferentes escalas [véase cap. 3.2]11. El modelo de los templos tal sitio, y fue fechada alrededor de 1200 a.C. Al pie de la plataforma
vez solventó una identidad cultural compartida, cuyo mayor ex­ se registró abundante basura y cerámica afiliada al Formativo
ponente en Lambayeque fue el complejo Collud-Zarpán, que Temprano. Se evidenció que los pobladores cultivaban y comple­
reunía varios edificios semejantes. El crecimiento de la arquitec­ mentaban su dieta con recursos marinos del litoral cercano.
tura ceremonial en el Formativo Medio implicó mayor interac­ El desarrollo de tecnología de riego y variedad de recursos dis­
ción y promovió la emulación o rivalidad competitiva, consolidan­ ponibles, explica el crecimiento poblacional y la mayor sofistica­
do patrones arquitectónicos que alcanzaron monumentalidad ción cultural [véase cap. 2.1]. El centro fue abandonado de modo
dentro de un sistema globalizado macro regional. permanente debido a un cambio en el curso del río y al colapso
del sistema agrícola, lo que puso fin a una sociedad semiurbana
El conjunto de Huaca Zarpán es un extenso montículo contiguo y llevó a la dispersión temporal de la población después de
al de Collud. Al excavar la sección central encontramos parte de 1200 a.C. [véanse caps. 2.3, 3.2].
un ducto subterráneo hecho con lajas de piedra. Sabemos por Quisiera, por último, mencionar los siguientes sitios
otros templos del mismo periodo que se trataba de un dispositivo del Formativo en la región de Lambayeque: Oyotún, Corbacho,
para el culto al agua [véanse caps. 3.2, 4.3, 4.4 y 4.5]. En una Saltur, La Cría, Chongoyape y Puerto Éten (en la cuenca del valle
larga trinchera ubicamos la fachada del templo asociado al canal, de Chancay), así como Chólope, Huaca Lucía, Sangana y
que podría haber tenido 2,5 m de altura, y más de 50 m de largo. Congona, en el valle de La Leche. El cerro Corbacho es una colina
La disposición de los bloques grandes y medianos de piedra aislada en centro del valle bajo de Zaña, densamente reocupada
canteada de esa última remodelación de fachada, recuerda por la cultura Lambayeque y muy afectada por saqueo. En
vagamente la del templo de Chavín de Huántar [fig. 37]. La fase los estratos más profundos, profanadores de tumbas obtuvieron
constructiva de piedra se superpuso a una anterior de barro, el mayor ajuar orfebre del Formativo que se tenga noticia en
diferenciándose claramente dos etapas o fases. Dichas fases se la región12. Oyotún, en la parte alta del valle, consta de una
pueden relacionar a la cerámica de las tumbas asociadas y frag­ única plataforma rectangular —Huaca El Toro— con fachada de
mentos del relleno. Se pueden distinguir dos estilos que varían bloques de piedra canteada a manera de ortostatos y escalinata
en el tipo de gollete y acabado, probablemente afiliadas al Forma­ central, antecedida de rocas talladas que funcionaron como alta­
tivo Medio y Tardío respectivamente. res de culto al agua.
Parece claro que el templo de piedra, con sistema de Los sitios en la sierra vecina se examinarán más dete­
ducto subterráneo, semejante a los que servían para el culto al nidamente en un artículo de Yoshio Onuki [véase cap. 3.2]. Aquí
agua en las regiones de la sierra [véanse caps. 3.2 y 4.3], se super­ simplemente quisiera mencionar las siguientes ubicaciones: Poro
puso al templo original de adobe típico de la región de la costa, Poro de Udima, se ubica en la cordillera donde nace la cuenca
adoptando un nuevo modelo de ritual que tuvo su origen en cen­ Chancay-Lambayeque. El complejo ceremonial consiste de varios
tros religiosos como Pacopampa y Udima, ubicados en las nacien­ templos con fachadas de bloques pétreos finamente cortados
tes del agua de la sierra. y alisados. El templo mayor es una plataforma con escalinata

Fig. 37 Fig. 38 Fig. 39


Sector central del templo de Huaca Purulén, centro ceremonial Centro ceremonial para el culto
Zarpán durante las excavaciones. en el valle de Zaña al agua de Udima
El canal subterráneo está construido
con lajas de piedra
84 CHAVÍN 85 La arqueología del desierto costeño

central y pórtico, antecedida de una plaza y altares monolíticos te oriental (Pacopampa, Jaén). Son recurrentes en cada sitio los 2.5 Introducción La construcción de complejos monumentales en
con horadaciones para el culto al agua [fig. 39]. En la cordillera altares monolíticos con horadaciones vinculados al culto al agua; el cuarto y el tercer mileno a.C. anunció un cambio fundamental
donde nace el río La Leche se halla el complejo Sangana, con dispositivos originados como reminiscencia de formas de arte MONUMENTALISMO TEMPRANO en la formas constructivas de los asentamientos en los valles de
plataformas distribuidas en forma de U, que comparten plazas rupestre —petroglifos y pacchas— dispersas en toda la región. EN LOS ANDES CENTRALES: la región norcentral de la costa peruana. Los asentamientos que
con monolitos centrales, y altares líticos con petroglifos y horada­ En lo referente a los estilos de la cerámica, podemos LOS ORÍGENES DE LA ARQUITECTURA emergieron en las partes baja y media del valle de Casma se pro­
ciones –pacchas– para culto al agua. estimar que el Formativo Temprano en Lambayeque se carac­ pagaron sobre una gran extensión de terreno, y estuvieron sepa­
teriza por las formas básicas de botellas de gollete recto, platos
MONUMENTAL EN EL VALLE DE rados entre sí por el relieve natural del paisaje. Algunas de las
Conclusión y cuencos, el estilo de botellas asa estribo probablemente fue
CASMA grandes estructuras erigidas dentro de estas agrupaciones de
introducida desde la sierra durante el Formativo Medio, consti­ asentamientos eran edificios individuales, mientras que otras
Los valles costeños de la región Lambayeque y sus afluentes en tuyendo luego un elemento característico del estilo Cupisnique Peter R. Fuchs eran complejos agrupados densamente. En Sechín Bajo, en el
las sierra de Cajamarca [véase cap. 3.2] fueron escenarios de las y las culturas de la costa norte del Perú. Renate Patzschke valle de Casma, podemos fechar esto a mediados del cuarto
etapas iniciales del desarrollo de las sociedades complejas en En este ensayo se muestra la manera en que las inno­ milenio a.C. Pero la región es también digna de resaltar debido a
los Andes. Probablemente, el modelo cultural que durante el vaciones y cambios que tuvieron lugar en la región de Lam­ sus atributos geográficos, que brindan un fácil acceso a la sierra,
Formativo Inicial surgió y se afinó en el centro Ventarrón-Arenal, bayeque, fueron cruciales para la historia cultural del periodo en especial al Callejón de Huaylas y al sitio central de Chavín de
se renovó y complejizó durante el Formativo Temprano, Medio y Formativo. En vista de los actuales hallazgos arqueológicos, Huántar, y de allí a las tierras bajas tropicales. Algunos de los
Tardío en Collud-Zarpán. Este nuevo centro, también compuesto queda claro que esta región ya no puede ser considerada como complejos erigidos durante este periodo claramente tomaron
por múltiples templos, asumió un rol protagónico en el desarrollo área de culturas receptoras, y más bien fue foco de una tradición forma a lo largo de varios siglos y fueron modificados, restaura­
de lo que se conoce como esfera cultural Cupisnique. En las cultural independiente y longeva, que contribuyó significati­ dos, rellenados y construidos encima de ellos repetidas veces.
partes baja y media de los valles costeros cercanos al litoral se vamente al proceso civilizatorio en los Andes Centrales. En este Un rasgo notable de los complejos en el valle de Casma es su
emplazaron los centros ceremoniales primigenios (Ventarrón, sentido es probable que los futuros hallazgos que se efectúen combinación de arquitectura monumental con ornamentos arqui­
Purulén) durante el Formativo Inicial y Temprano. Estas comar­ en la región con la ampliación de las investigaciones resulten tectónicos bajo la forma de fachadas coloreadas, murales polícro­
cas debieron estar pobladas y cultivadas con hortalizas y algodón fascinantes. mos, relieves de barro complejos y losas de piedra con relieves
para industrialización textil. A partir del Formativo Inicial se colocadas en las paredes.
extendieron las redes de intercambio productivo e interacción
cultural que unieron las comunidades del litoral y los valles con La ecología del valle de Casma
las de cordilleras occidentales y orientales, favorecidos en la
región lambayecana por la cercanía del transvase amazónico más El valle de Casma se encuentra a unos 380 km al norte de Lima,
bajo en todos los Andes. en un paisaje al que se describe como el desierto subtropical o del
En la parte media y alta de los valles, se combinaron Pacífico. El clima se encuentra influenciado predominantemente
formas arquitectónicas de las zonas bajas y altas, con menor por la fría Corriente de Humboldt, que corre hacia el norte a lo
escala pero ampliamente distribuidas en las márgenes de la largo de la árida costa del Pacífico desde el Antártico. La preci­
cuenca que estrecha hacia la sierra. Los centros ceremoniales pitación anual media de menos de 100 mm1 y la temperatura
ocupan emplazamientos en unión de ríos y zonas cálidas de del agua, que fluctúa entre los 13 y los 17 grados Celsius, se
óptimo rendimiento agrícola. Además de circunscritos geoglifos, deben a los vientos de Passat. Estos empujan las aguas de la
son frecuentes la combinación de petroglifos y dispositivos superficie hacia el oeste, al mar abierto, y desencadenan el siste­
de culto al agua asociados a los templos, y otros varios aislados ma de afloramiento que lleva hacia arriba, desde las profundida­
en quebradas y cimas de las colinas que forman los márgenes des del océano, a las aguas frías y ricas en nutrientes. Esta abun­
del valle. Estas formas de arte rupestre señalaron parajes sacra­ dancia de nutrientes constituye la base de la diversidad de la
lizados que formaron redes de longevo uso ceremonial (Cerro fauna marina, que hace que la región alrededor de la Corriente
La Compuerta, Cerro El Águila y Cerro Chumbenique, Nueva de Humboldt tenga una importancia tan excepcional en términos
Arica y Oyotún en Zaña; los cerros Puntilla, La Cal, Malpaso, económicos. Las anomalías periódicas del clima pueden provocar
Mulato, y los centros Pucalá, Cuculí y Chongoyape en el valle temporadas de fuertes precipitaciones recurrentes a una escala
Chancay-Lambayeque). En muchos centros y estaciones de arte que a veces resulta devastadora. El valle de Casma es uno de los
rupestre se mantuvo cierta continuidad hasta el Formativo más grandes de la costa peruana del Pacífico. Su cuenca com­
Tardío, cuando se imponen reconocibles elementos arquitectóni­ prende dos ríos, el Sechín y el Casma; ambos tienen su origen
cos e iconográficos. en las montañas de la Cordillera Negra y absorben varios tribu­
En la parte más alta de las cuencas donde se ubican tarios en su camino valle abajo, convergiendo eventualmente
las nacientes de ríos, existe una serie de centros ceremoniales antes del pueblo de Casma y corriendo luego hacia el océano.
emplazados entre los 2000 y los 3000 metros sobre el nivel del El río Casma drena un área de aproximadamente 2775 km² y es
mar, como Poro Poro, Sangana y Congona; esta red de centros el más importante de los dos, pues el Sechín drena un área
ceremoniales se articuló con aquellos orientados hacia la vertien­ de apenas 800 km². Las concentraciones de asentamientos que
86 CHAVÍN 87 La arqueología del desierto costeño

surgieron en ambos valles son hoy en día centros de producción Historia de las investigaciones Thompson estudió los restos arquitectónicos5. Otras investigacio­ valle indica el uso de varias zonas de recursos distintas, entre
agrícola, que fueron favorecidos por los colonos ya en el tardío realizadas en la región nes fueron llevadas a cabo por Rosa Fung y Carlos Williams6, en ellas la llanura aluvial cubierta de bosques y el desierto abierto
periodo Arcaico. Además de las zonas de recursos naturales que tanto que la prospección más exhaustiva de todas fue obra de cerca de la playa. Las actividades realizadas en estos lugares se
fueran desarrolladas con ayuda de sistemas de riego artificial, El valle de Casma fue mencionado por vez primera en la visita David Wilson, quien documentó ochocientos sitios con 1315 casos vinculaban principalmente con la producción de herramientas.
hubo varias más que aseguraron la supervivencia de los prime­ pastoral de Santo Toribio de Mogrovejo de 1593. Mogrovejo de ocupación prehispánica. Algunas secciones de las nueve fases El hallazgo más importante después de las herramientas mismas,
ros pobladores en diversas épocas. Entre ellas tenemos las costas describió dos asentamientos: Casma La Alta y Casma La Baja, cronológicas propuestas por Wilson para el valle de Casma fueron fueron los desechos generados por el proceso productivo como
arenosas y rocosas, con sus moluscos y crustáceos marinos o sus con 215 y 103 habitantes, respectivamente. Casma, que hoy en adoptadas por investigadores posteriores7. El proyecto de largo lascas, astillas y núcleos de piedra. Los lugares donde se hicieron
especies de peces de la costa, así como las llanuras aluviales cuya día es el poblado principal de la región, fue fundado como María aliento “Casma Temprano”, de Shelia y Thomas Pozorski, viene los hallazgos del complejo Mongoncillo, en cambio, estaban con­
diversidad de arbustos y árboles proporcionaba condiciones de Magdalena de la Casma Alta por el párroco bachiller don Fernan­ investigando los sitios del Formativo desde 1980. Su meta es centrados a lo largo del borde meridional de la cuenca de Casma,
vida ideales para una amplia gama de aves y mamíferos de todo do de Castro en 17512. Entre los viajeros que visitaron la región aprender más sobre cuándo fue que los asentamientos aparecie­ en una zona de lomas sobre una montaña llamada Cerro Mongón.
tamaño, como los venados de cola blanca. Las lomas fueron una en el siglo XIX y publicaron sus informes de lo que hallaron ron, sus medios de subsistencia y los procesos de desarrollo social Esta limitación a un solo microambiente, es decir las lomas, da
zona de recursos particularmente importante. Estas son las podemos mencionar a Thomas J. Hutchinson (1873) y George F. de las sociedades tempranas en el valle de Casma8. En 1969 una evidencia indirecta del sentido de pertenecer a un lugar es­
laderas de los cerros cerca de la costa, que durante el invierno Squier (1877). De mayor interés para nosotros son, sin embargo, se reiniciaron los trabajos de conservación de Cerro Sechín, los pecífico. Las herramientas tienen comparativamente menos
austral están envueltas en neblina. La alta humedad y la baja la obra del geógrafo ítalo peruano Antonio Raimondi, especial­ que prosiguieron durante varios años. Con el auspicio de la puntas de proyectil y son más pequeñas que los artefactos Paiján,
precipitación permiten florecer a comunidades de plantas, entre mente su monografía de 1873, Ancachs y sus riquezas minerales, Fundación Volkswagen, entre 1979 y 1987 se efectuaron extensas pero sí hay una proporción más alta de raspadores, raederas y
ellas hierbas, arbustos y árboles caducifolios, los que a su vez y una guía regional publicada en 1893 titulada Peru: excavaciones en cuyo transcurso se descubrieron aún más partes núcleos. Es más, los sitios Mongoncillo se usaron de forma más
mantienen a una fauna variada como caracoles, lagartijas, aves Beobachtungen und Studien über das Land und seine Bewohner, del complejo y se definieron y fecharon sus fases de construcción9. intensiva y hay una mayor proporción de materiales orgánicos,
y venados. Aunque las lomas fueron de vital importancia antes del médico alemán Ernst W. Middendorf. La primera exploración Siguiendo un programa de restauración y conservación exhaus­ en particular restos de peces de las vecinas playas pedregosas y
de la conquista española, recientemente la deforestación y el arqueológica del valle fue dirigida por el arqueólogo peruano tivo, en 1984 abrió el Museo Regional de Casma Max Uhle. de arena. Resulta problemático fechar estos dos complejos del
sobrepastoreo por parte de animales de granja hicieron que Julio C. Tello (1880 -1947) y su estudio de varios sitios —especial­ Arqueólogos de Berlín vienen trabajando en Sechín Bajo desde valle de Casma: el complejo Paiján debiera anteceder cronológi­
muchas de ellas se encuentren seriamente en riesgo, y que en mente Cerro Sechín, Moxeque y Pallka—, durante un lapso 2000 con el apoyo de la Fundación de Investigación Alemana camente a Mongoncillo, pero aunque se fecharon tres muestras
algunas regiones incluso hayan desaparecido. de tres meses en 1937, fue de naturaleza más sistemática. Sin (DFG). Allí descubrieron un complejo de tres edificios sucesivos, de contextos del primer tipo, no contamos con fechas para el
embargo, sus hallazgos sólo fueron publicados póstumamente3. erigidos en un periodo de 2000 años a partir de mediados del segundo. Todas las muestras fechadas son del séptimo milenio
Las primeras prospecciones sistemáticas fueron realizadas cuarto milenio a.C. a.C., y para los arqueólogos marcan el fin de la ocupación Paiján
por Donald Collier y Donald Thompson en 1956. Collier compiló en el valle. El fechado más reciente del complejo Mongoncillo
una primera secuencia alfarera del valle de Casma4, en tanto que El asentamiento temprano estuvo determinado por el examen de los estratos que se encuen­
tran encima. Sin embargo, dos de los contextos fechados de las
La mayoría de los lugares donde se han realizado descubrimien­ muestras tienen huellas de algodón y maíz, lo que sería una evi­
tos se encuentran en el valle medio y bajo de Casma; son dencia inesperadamente temprana del uso de estos dos cultivos,
de tamaño pequeño y mayormente carecen de capas de depósitos pero los arqueólogos no han descartado la posibilidad de que las
•Huaynuná gruesas. Estos sitios al aire libre muestran pocas huellas de muestras se mezclaran con los estratos superiores en el transcur­
Huerequeque• ÍN un asentamiento continuo, lo que indica que probablemente so del proceso de excavación11. Aunque algo magro y difícil de
CH
SE

O fueron usados como lugares de descanso temporal o para traba­ fechar, el inventario de los hallazgos y su distribución son lo sufi­
•Casma
jar. Con frecuencia se encuentran cerca de fuentes de materias cientemente informativos como para permitirnos establecer dos
primas: en la superficie se halló cuarzo, basalto, andesita, riolita sistemas de subsistencia distintos. El sistema de subsistencia del
•Santa Cristina •Taukachi Konkan y tobas volcánicas, que fueron utilizadas para producir herra­ complejo Paiján dependía del uso de diversas zonas de recursos
Sechín Bajo• •Sechín Alto mientas de piedra. y de cierto grado de especialización en grandes mamíferos, en
• •Cerro Sechín Michael Malpass y Santiago Uceda estudiaron más de tanto que el de Mongoncillo quedaba restringido al uso de una
Casma
cincuenta sitios en el valle bajo de Casma e identificaron dos tra­ única zona de recursos, a saber, las lomas. Concentrarse en un
•Pampa de las Llamas/Moxeque
diciones, los complejos Paiján y Mongoncillo, a los cuales se puede único microambiente al mismo tiempo que se explotaba el rico
A distinguir según las herramientas que usaban y su distribución rendimiento del océano vecino, permitió a las poblaciones locales
Chankillo• SM •Pallka
O
CA dentro del valle. El complejo Paiján fue identificado originalmen­ llevar una vida comparativamente sedentaria. Dos lugares donde

te por Claude Chauchat más al norte, en los valles de Moche se realizaron hallazgos, que tienen una arquitectura monumen­
y Chicama, donde fue fechado en ca. 11000-7500 a.C.10. tal posterior, también arrojaron evidencias de la actividad de
Los lugares donde se encontró un inventario Paiján grupos humanos alrededor de la misma época o incluso antes,
se encuentran ampliamente dispersos por todo el valle bajo de pero la naturaleza exacta de dichas actividades aún no está clara.
Casma. Los artículos más comunes encontrados incluyen gran­ El surgimiento de la arquitectura monumental se remonta al
OCÉANO PACÍFICO
des puntas de lanza, raspadores y raederas, en efecto la propor­ cuarto mileno a.C.
ción relativamente alta de puntas de proyectil evidencia que
•Las Haldas la caza de grandes mamíferos fue uno de los principales medios
de subsistencia. La amplia distribución de los hallazgos en el

Fig. 40
Mapa que muestra los principales
sitios arqueológicos en la región
de Casma
88 CHAVÍN 89 La arqueología del desierto costeño

Estructura 2

Estructura 3
Línea de Corte

Estructura 1

Fig. 41 a y b Fig. 42 Fig. 43 Fig. 44 a y b


Sechín Bajo. Vista aérea y recreación Sechín Bajo. Estructura 1 Sechín Bajo. Estructuras Sechín Bajo. Plano de las
de la secuencia constructiva. y modificaciones nos. 1-5 expuestas del Edificio 1 estructuras arqueológicas
Las estructuras 2 y 3 se encuentran y recreación
sobrepuestas a la estructura 1
90 CHAVÍN 91 La arqueología del desierto costeño

El surgimiento de la arquitectura monumental una serie de modificaciones estructurales en la plataforma. fue rellenado con grava limpia y sellado con una capa de barro. sistemas con que restringir el ingreso a los otros recintos. Para el
La primera modificación fue la construcción de otra Todos los trabajos de construcción descritos arriba datan de muy fechado solamente se tuvo en cuenta a los materiales encontra­
Los hallazgos realizados en dos sitios —Sechín Bajo y Cerro pequeña plataforma encima de la escalinata externa que tenía atrás en el cuarto milenio a.C. Los diez fechados radiocarbónicos dos en el contexto arquitectónico directo, lo que significó que úni­
Sechín— nos ofrecen un panorama general bastante bueno del una plaza circular de aproximadamente 14,5 m de diámetro hun­ tomados de diversos contextos de construcción arrojaron un camente fue posible fechar la última fase de renovación, que es
surgimiento y el desarrollo temprano de la arquitectura monu­ dida en ella. La parte superior de la escalinata que conducía a la fechado de 3600- 3000 a.C., lapso que coincide con la secuencia idéntica a la última fase de cambios en la vecina estructura 3. Se
mental en el valle de Casma. Los complejos fueron ampliados, primera plataforma fue demolida durante la construcción para de proyectos de construcción de gran escala. De este modo, ha establecido que esta data de los siglos XVI y XVII a.C. En la
cubiertos y modificados a lo largo de un periodo de hasta dos mil abrir paso a una nueva escalinata que llevaba a la plaza circular la estructura 1 de Sechín Bajo es el edificio monumental más fachada sudoeste de la estructura 2 se dibujaron 130 grafitis
años. Los proyectos de estudio de largo plazo de las estructuras hundida. Posteriormente se encuentran plazas como esta en antiguo de los Andes Centrales, datado según sus contextos de mientras el complejo estaba siendo abandonado o poco después
en ambos sitios, produjeron una secuencia estratigráfica de las muchos sitios de la costa central y norte, y se cree que forman construcción12. de ello13. Al pie de esta pared se descubrieron varios fogones a los
fases de construcción y su fechado absoluto con más de treinta parte de un contexto ceremonial. que se usó sólo durante breves lapsos, que contenían fragmentos
fechas radiocarbónicas cada uno. En ninguno de los complejos fue Durante la segunda modificación se construyó otra Estructura 2 En el periodo subsiguiente se construyó encima de de vasijas. En el sitio vecino de Cerro Sechín se realizó un hallaz­
posible localizar (y por ende investigar) algún asentamiento si­ plaza hundida más pequeña dentro de la primera; una nueva es­ la parte norte de la plataforma de la estructura 1, una estructura go similar de cerámica. Ambos lugares arrojaron las evidencias
multáneo; hasta ahora los hallazgos arquitectónicos que dan fe calinata de ocho peldaños que llevaba a ella fue alineada con la que medía 35 x 39 m y que tenía aproximadamente 8 m de altura. más antiguas de cerámica en el valle de Casma, a la cual se ha
de ciertos desarrollos sociales son nuestra única base para toda antigua. La nueva escalinata tenía dos metros de ancho y estaba Las paredes exteriores se hicieron con piedra extraída de una descrito como la alfarería del complejo Laguna14.
interpretación. En los últimos años se investigaron otros sitios encerrada a cada lado por una pared de 0,3 m de ancho, mientras cantera y con barro como mortero, y se las enlució; las esquinas
monumentales del valle de Casma, y el trabajo realizado por que en la cima seguía la pared circular que encerraba la plaza. fueron redondeadas. El edificio está alineado de norte a sur y se Estructura 3 Éste es el más grande de tres edificios sucesivos.
Shelia y Thomas Pozorski en Pampa de las Llamas, Taukachi- Los peldaños fueron nuevamente construidos con adobes secados accede a él a través de una escalinata de 3 m de ancho que mira Mide aproximadamente 145 x 125 m y alcanza una altura de
Konkan y Sechín Alto también merece una mención especial. Sin al aire y a los que se les dio forma a mano. Las paredes de la hacia el sur y que fue destruida deliberadamente, de modo tal unos 15 m saliendo de un zócalo de contención de 2 m de altura y
embargo, los datos referentes a fases de construcción anteriores plaza circular tienen aproximadamente 2,5 m de alto y se las que ahora solamente es reconocible desde sus lados. Al excavarse 3,5 m de ancho. Las cuatro esquinas redondeadas de la estructu­
o edificios previos no se han publicado de modo adecuado, y el cubrió con un enlucido. la entrada demolida salieron a la luz los restos de la estructura ra corresponden a los puntos cardinales [fig. 41 a y b]. Cuatro
contexto de los fechados radiocarbónicos disponibles frecuente­ Durante la tercera modificación, ambas plataformas más antigua. Construida en la misma plataforma, esta estructu­ patios están dispuestos uno después del otro siguiendo un eje
mente es tan poco claro, que no podemos incluir estos importan­ fueron ampliadas y las dos plazas circulares fueron demolidas a ra solamente había sido demolida parcialmente en la medida ne­ central, incrementándose su altura con dos en cada nivel ambos
tes centros arquitectónicos en nuestra evaluación. medias y reemplazadas por una plaza rectangular hundida, cesaria para erigir la nueva estructura encima de ella. En su conectados por escalinatas. En los patios 2 y 4 fueron añadidas
mientras que las dos mitades restantes fueron llenadas con primera fase, el edificio fue dividido en nueve recintos rectangu­ paredes con nichos en una fase posterior, al igual que la pared
La secuencia de Sechín Bajo grava limpia y selladas debajo de un piso compactado de barro al lares dispuestos en tres hileras de tres [fig. 44a y b]. La altura de con nichos en el recinto central de la estructura 2. Antes sola­
mismo nivel que las plataformas. Las paredes internas de la las paredes varía; mientras que al centro tienen más de dos mente había dos patios oblongos, cada uno de unos 70 m de largo,
Sechín Bajo se encuentra en la orilla septentrional del río Sechín, plaza rectangular, de unos 2,2 m de altura, fueron enlucidas tos­ metros de altura, en los bordes parecen haberse derrumbado en a los que separaba una diferencia de unos 6 m de altura. Al no­
en la margen más al norte de la concentración de asentamientos camente con una capa de barro en la cual aún pueden verse las distinta medida. Durante una modificación posterior, una pared roeste del primer patio había un gran espacio abierto encerrado
de Sechín [fig. 40]. Sobre una extensión de 37 hectáreas, el sitio huellas de uñas. A esta plaza se accedía a través de una escalina­ con esquinas redondeadas y dieciocho nichos encima de una cor­ por dos plataformas prominentes de baja altura, que probable­
muestra señales de una intensa ocupación en diversos periodos. ta de ocho peldaños dentro de un pozo. nisa angosta fue encajada en el recinto central. En todos los re­ mente era lo suficientemente espacioso como para albergar gran­
Al oeste le domina un gran complejo que ha sido objeto de una En la cuarta modificación se incorporó a la plaza rec­ cintos se aplicaron varias capas de enlucido de alta calidad y des multitudes. Actualmente se usa este espacio principalmente
intensa exploración arqueológica desde 2000, lo que llevó a la tangular una nueva pared que rodeaba a una plaza circular hun­ luego se las pintó con una delgada aguada de barro. El recinto para la agricultura y gradualmente viene cayendo víctima de los
identificación de una secuencia de tres estructuras [figs. 41 a y b]. dida con un diámetro de aproximadamente 13,5 m. Se retuvo la central con su pared con nichos fue pintado de blanco y su piso estragos del tiempo. Una ancha escalinata que hoy está casi com­
escalinata dentro de su pozo y se la unió con la nueva pared cir­ está aproximadamente 0,7 m más abajo que el de los otros recin­ pletamente destruida (probablemente un acto deliberado cuando
Estructura 1 La primera estructura es una plataforma de 1,7 m cundante mediante dos bloques de piedra, uno a cada lado. La tos; los pisos estaban todos cubiertos con una capa de barro com­ se abandonó al complejo), llevaba desde este espacio hacia el
de alto, erigida sobre un piso cubierto extensamente con una capa nueva pared periférica tenía un corte transversal de aproxima­ pactada. Todos los cuartos estaban interconectados con puertas primer patio unos 3 m más arriba. Unos 3 m más abajo se excavó
de barro compactada. Lo que queda de la estructura tiene 50 m de damente 1,8 m de altura y alrededor de 0,3 m de ancho en la flanqueadas por semi columnas y pilastras de madera envuelta —por debajo de esta escalinata— una entrada de unos 10 m de
largo de norte a sur y 20 m de ancho de este a oeste, pero como las cima. En este caso la pared también fue enlucida toscamente y en cordel y cubierta con barro. Además de los restos de las semi ancho y con tres peldaños que llevaban al patio de un edificio
estructuras 2 y 3 fueron levantadas posteriormente en este las huellas de las uñas quedaron visibles. columnas, varias de las entradas tienen aberturas rectangulares anterior. Este patio fue rellenado cuidadosamente con grava ho­
mismo sitio, y dado que la estructura 1 fue parcialmente demoli­ La segunda pared circundante instalada dentro de la que se extienden hasta dos metros dentro de la pared. Esto mogénea y se le cubrió con escombros y una capa de barro com­
da, resulta imposible decir cuál habría sido su tamaño original. primera durante la quinta modificación, no fue ubicada concén­ podría haber formado parte de un sistema de cerraduras, y se pactada para que sirviera como el piso del nuevo nivel de cons­
La plataforma fue hecha con piedras canteadas, con mortero de tricamente y al tener solo 1,1 m de altura era algo más baja que cree que eran una forma de restringir el ingreso en combinación trucción, de al menos 6 m de altura. Como parte de este proceso,
barro y relleno de grava, piedra y barro, y su exterior fue enluci­ la primera. Las dos primeras modificaciones deben haber sido con las semi columnas. Los recintos estaban todos vacíos y ente­ las estructuras 3 —en su forma final— y la 2 fueron cercadas con
do. Se accedía a la estructura a través de dos escalinatas de dis­ rellenadas y selladas, ya que el único medio de acceso a la cuarta rrados debajo de los escombros de las paredes colapsadas. No el mismo muro de contención de baja altura ya mencionado, pro­
tinto diseño, una con escalones añadidos a la parte externa de la plaza circular es a través de una escalinata de cuatro peldaños había ninguna evidencia de una ocupación posterior; sólo había bablemente por motivos principalmente estructurales. Ninguna
plataforma, la otra empotrada en la misma plataforma. Ambas que desciende desde el borde superior de la pared circundante una pared angosta de fecha posterior que cruza a toda la estruc­ de las paredes de los edificios de Sechín Bajo parece haber tenido
tienen peldaños hechos con pequeños ladrillos rectangulares fa­ hacia la plaza. La escalinata tiene las mismas paredes a cada tura en dirección norte-sur. No se ha establecido la fecha de cons­ cimientos; por ende, la simple presión creada por el volumen
bricados a mano. Las huellas y restos de muros bajos sobre el piso lado que la que lleva a la segunda plaza circular, y aquí también trucción de la estructura 2, y hasta ahora las únicas fechas defi­ de los nuevos edificios habría puesto en peligro a toda la cons­
compactado de barro de la plataforma dan fe de la estructura que estas paredes laterales se extienden como la pared que rodea a la nitivas obtenidas son para las modificaciones efectuadas durante trucción. Los dos patios oblongos de la fase de construcción
originalmente se alzaba allí. En medio están marcados una serie plaza [fig. 43]. El piso es una capa tosca de barro con fragmentos su segunda fase de construcción, incluyendo la pared de nichos tardía estu­vieron originalmente unidos por una escalinata abier­
de fogones trabajados de diverso modo. Con el tiempo se hicieron de conchas y carbón hundidos en ella. Posteriormente el complejo en el recinto central, la repetida aplicación de enlucidos, y los ta. La instalación de las paredes de los nichos alteró la estructura
92 CHAVÍN 93 La arqueología del desierto costeño

Fig. 45 Fig. 46 Fig. 47


Sechín Bajo. Estructura 3: Sechín Bajo. Estructura 2: Cerro Sechín. Estructura arquitec­
friso de barro en el patio 1 detalle de la pared con el grafiti tónica de barro de la fase 1, vista de
y una comparación del ser planta y plano de la fachada de la
sobre­natural compuesto de estructura de barro con frescos
Sechín Bajo con las imágenes de un felino grande y el motivo de
talladas en hueso procedentes de una figura humana que cae sobre
Pallka y Las Haldas [cat. no. 14] los tocones de los pilares
94 CHAVÍN 95 La arqueología del desierto costeño

interna del complejo y la escalinata, que antes había estado ex­ Los grafiti de la estructura 2 Al excavar un tramo de 35 m de escalinata en la pared occidental de la cella conduce al nivel más la especie, pero sí podemos extraer ciertas conclusiones con
puesta a la vista —por motivos de vigilancia, por ejemplo— fue largo de la fachada sudoeste de la estructura 2 se descubrieron alto. Allí la estructura original fue seriamente saqueada, primero respecto a su medio ambiente. Henning Bischof sospecha que se
reemplazada con dos tramos laterales de escaleras que se encon­ 130 grafitis incisos en la superficie. Podemos dividirlos en nueve por las investigaciones arqueológicas iniciales de Julio C. Tello en trata de algún tipo de especie carnívora hallada en las rocosas
traban al pie de la puerta, la cual se hallaba ahora demasiado grupos temáticos que van desde los motivos geométricos hasta julio y agosto de 1937, y posteriormente por los huaqueros. Las aguas de la costa21.
arriba como para tener una vista libre de lo que había detrás. Las los zoomorfos y antropomorfos [fig. 46]17. La representación más paredes internas de la cella y ambas cámaras laterales fueron Otro motivo tallado en relieve en las paredes laterales
escalinatas fuertemente curvadas a las que se instaló perpendi­ significativa es la de una criatura compuesta mostrada erguida pintadas en azul-gris, mientras que las del atrio y las de la escalinata se extiende sobre ambos niveles de la plata­
cularmente a los lados largos de los nuevos patios 2 y 4, que con­ y de perfil, con cabeza humana y una pupila excéntrica. Encima paredes externas de la primera lo fueron de rosado. La pared forma: se trata de un zigzag que desciende diagonalmente y que
ducían a una estructura ahora mayormente destruida, señalan de esto tenemos la cabeza de un felino con colmillos y el llamado delantera a cada lado de la entrada estuvo adornada con grandes se detiene al pie en tres franjas paralelas con los extremos redon­
una división cada vez más rigurosa del espacio dentro del edifi­ “ojo bicorne” [véase cap. 4.2]. Delante de la boca con colmillos pinturas polícromas de gatos silvestres que sólo estaban conser­ deados, un motivo al que se ha interpretado como gotas de sangre.
cio. El sistema de cerraduras con que se restringía el ingreso, al están las mandíbulas de una araña o un pico de ave, de donde vados parcialmente, incluso cuando Tello las descubrió20. Algunas Todos los murales fueron hechos de modo realista y no hay en
que se describió para la estructura 2, se encuentra ahora tam­ sale un elemento tridente que se extiende hacia arriba, al igual partes del animal en el lado occidental —las patas delantera absoluto criaturas sobrenaturales o compuestas. Los programas
bién en la 3. En los lados largos del patio 1 se modelaron relieves que la pata con garras de la criatura. Varios otros elementos tri­ y trasera con sus garras, la parte inferior del vientre y la cola— iconográficos de la estructura en barro de Cerro Sechín —figuras
de barro a gran escala, con dos paneles uno encima del otro. No dentes y un símbolo escalonado delgado parecen salir del cuerpo son aún visibles sobre una parte del muro que mide 2,6 m de humanas con el cráneo quebrado que caen de cabeza y peces que
queda claro si el patio 2 también está adornado con relieves, de la figura. Dos tallas en hueso de otros sitios del valle de Casma largo y 1,5 m de ancho. Los contornos, la cola y partes del torso miran hacia arriba con la boca abierta— fueron interpretados
puesto que el muro posterior con los nichos cubre ahora la pared —Las Haldas [cat. no. 14] y Pallka— muestran motivos simi­ fueron trazados con pintura negra, en tanto que las garras son como representaciones de sacrificios humanos en un contexto
original del patio. lares. Los grafitis indudablemente fueron incisos en el enlucido rojas con puntas blancas. Desafortunadamente, durante las marino22. Las Haldas y Culebras, dos sitios más hacia el sur a lo
de la fachada sólo después de abandonado el complejo. Es proba­ ex­cavaciones realizadas a comienzos de la década de 1970 largo de la costa, estaban ubicados idealmente para efectuar este
El relieve de barro Alrededor de 10 m cuadrados del relieve ble que hayan estado relacionados con los hogares arriba descri­ se “refrescó” la pintura de ambas figuras, pero varios de los tipo de sacrificio ritual. Una escalinata en el complejo de Las
de barro fueron destapados [fig. 45], y se reveló un friso con tres tos, pero no hay evidencias concluyentes que respalden esto. detalles originales han sobrevivido al igual que la documentación Haldas lleva directamente a un acantilado al cual el mar golpea
figuras que miran al espectador con los brazos extendidos y El fechado más temprano posible es el siglo XV a.C. de Tello, lo que nos permite clasificarlas según su estilo [véase muy abajo, y Culebras está equipada con un “escenario” natural
ligeramente doblados. Las figuras visten una falda o manto hasta cap. 4.2]. Los lados de los tocones de los pilares que miran hacia que se encuentra igualmente cerca del océano23. Las imágenes en
las axilas y están paradas con los pies extendidos que sobresalen La secuencia de Cerro Sechín El sitio de Cerro Sechín se en­ afuera fueron embellecidos con un relieve polícromo de una la estructura de barro son las primeras representaciones narra­
por debajo de su vestimenta. Cada una de las figuras sostiene un cuentra en el extremo meridional del complejo del asentamiento figura humana de perfil que muestra la cabeza invertida, con el tivas de un sacrificio humano ritual en la iconografía de los
objeto largo —un cuchillo, garrote o cetro— en la mano derecha. de Sechín, sobre un montículo de escombros al pie del Cerro cráneo quebrado y abierto; tres chorros enmarcados por tres rec­ Andes Centrales. Podemos fechar las tres fases de la arquitec­
Su mano izquierda coge dos objetos alargados y redondeados de Laguna [fig. 40]. Al igual que en el caso de Sechín Bajo, aquí tángulos dobles brotan de la herida abierta. La figura viste un tura en barro durante las cuales se las creó en 2200-2000 a.C.
donde salen cabezas de serpientes. Este motivo también aparece hay evidencias estratigráficas de actividad humana en el periodo taparrabo y el brazo derecho le cuelga a un lado mientras que el
en una copa de piedra de la costa norte que ahora se encuentra Arcaico18 pero que no se pueden precisar más. Los cateos a más izquierdo está doblado hacia arriba, de modo tal que la mano de La estructura en piedra Hacia el comienzo del segundo
en Dumbarton Oaks [fig. 92b]15. Cada mano tiene solamente de tres metros de profundidad en el corazón del complejo reve­ cuatro dedos se encuentra delante del rostro. Es claro que esta­ milenio a.C., la estructura de barro de Cerro Sechín fue rodeada
cuatro dedos y las uñas están fuertemente acentuadas. Podría laron una serie de depósitos homogéneos, cuyas superficies mos viendo el momento preciso de la “caída”. El pilar enlucido es con un muro de unos 4 m de altura, hecho con piedras canteadas
interpretarse a los objetos redondeados como moluscos (Spond- estuvieron expuestas durante un lapso sustancial; se les fechó principalmente de color azul-gris, al igual que el cuerpo de la y ortostastos. Las paredes laterales tienen aproximadamente
ylus) [véase cap. 4.2]16. Las cabezas caracterizadas individual­ tan atrás como el octavo milenio a.C.19. persona que cae. La herida en la cabeza está definida por un 51 a 52 m de largo y las esquinas del nuevo edificio fueron redon­
mente de las figuras descansan directamente sobre los hombros, trazo fuerte de rojo que se funde con uno de los tres chorros de deadas. Algunas partes de la estructura de barro más antigua
separadas únicamente por un collar o un pectoral angosto. La estructura de barro La primera estructura levantada en sangre; los otros dos son de color amarillo y gris-negro. siguieron en uso, como la escalinata en la fachada norte. En la
El área facial casi cuadrada tiene una boca reconocible, cuyos Cerro Sechín alrededor de 2200 a.C. fue una plataforma de tres La plataforma fue ampliada durante dos fases sub­ fachada sur se construyó un portal de tres partes hecho con blo­
labios están cerrados y vueltos hacia abajo en las comisuras. niveles, de aproximadamente 41 m de largo y 1,6 m de alto, que siguientes de construcción, y los niveles más antiguos fueron ques macizos de piedra. Esta era la entrada a una galería techa­
Otras partes de la cabeza difieren en cada figura y sólo se pueden tenía las esquinas redondeadas. El material de construcción con­ cubiertos para producir una plataforma de 1,7 m de alto con dos da con lajas grandes que conduce al nivel de la estructura de
descifrar con facilidad los rasgos de la figura central. Los ojos sistía de adobes cónicos grandes. Encima de la plataforma niveles. Se rellenó parte de la construcción en la plataforma, el barro rellenada [fig. 49]. Mientras que esta última aparentemen­
fueron representados como dos motivos distintos, uno de los se construyó un edificio de unos 2,5 m de altura; este también patio delantero y las cámaras laterales, tras lo cual la escalinata te se había alzado aislada, con un espacio abierto a todo su alre­
cuales es un tridente. El rostro está encerrado en tres de sus tiene las esquinas redondeadas y fue levantado con adobes cóni­ construida durante la última fase de construcción llevaba a una dedor, la estructura en piedra en cambio estuvo rodeada de otros
lados por lo que parecería ser una peluca, y los tres dientes cos [fig. 47]. Se accedía a la plataforma desde el norte mediante estructura en el nivel más alto que estaba dividida en dos partes. edificios. A cada lado de la estructura central al norte se le aña­
que salen hacia arriba en la parte superior recuerdan a los cabe­ una escalera de dos tramos. La fachada norte del edificio sobre la Sobre las fachadas de la plataforma se pueden ver grandes relie­ dieron dos edificios cuadrados más pequeños que tenían lados de
llos de las cabezas trofeo de Cerro Sechín. Sobre su espalda cuel­ plataforma está estructurada por cuatro remanentes de pilastras ves (3,6 m de largo x 1,4 m de alto) de peces azul-verde a cada 21 m de largo, y estaban separados de ella por un corredor de 4 m
gan elementos semejantes a tiras. La sección expuesta del friso independientes de una altura hasta 1,6 m. Detrás de los tocones lado de la escalinata; su contorno fue fuertemente inciso en el de ancho [fig. 48]. La mampostería se encuentra en tan mal
representa figuras humanas hasta donde podemos ver, pues hay un atrio que mide 10,5 x 9,3 m con cámaras laterales a enlucido rosado húmedo. La boca de los peces y el borde de sus estado que ya no es posible establecer la altura original de dichos
no hay ninguna de las señales reveladoras de los seres sobre­ izquierda y derecha, separadas únicamente por una pared baja colas también fueron acentuados en rosado, al igual que la zona edificios. Las paredes fueron cubiertas con un enlucido grueso al
naturales compuestos típicos de la iconografía Chavín. Lo más de aproximadamente 0,5 m de altura. En el extremo sur del atrio, detrás de las agallas redondeadas, en tanto que sus ojos los que se volvió a aplicar varias veces, y las esquinas nuevamente
probable es que las figuras sean adorantes que acompañan un sobre un podio de esquinas redondeadas de aproximadamente forman dos líneas circulares concéntricas. Ambos peces miran estaban redondeadas. Las dos plataformas oblongas adyacentes
ritual que probablemente se llevó a cabo en el patio 1. 0,45 m de altura, hay una cella casi cuadrada que mide 5,45 x hacia la escalinata con la boca abierta inclinada hacia arriba. El hacia el sur también estaban separadas por un corredor; el lado
5,58 m. Sus paredes demuestran un perfil cónico y sobreviven espacio entre los peces y la escalinata está dividido en franjas largo de cada plataforma que mira hacia el edificio principal fue
hasta una altura de 2,5 m. La entrada se encuentra sobre el coloreadas con rojo, amarillo y negro. Aunque los peces fueron excavado y tiene poco más de 30 m de largo. Los edificios tienen
eje central del edificio y tiene 1,7 m de ancho. Una angosta representados de modo realista, resulta casi imposible identificar paredes hechas con piedras canteadas a las que se colocó mortero
96 CHAVÍN 97 La arqueología del desierto costeño

de barro hasta los 3 m de altura y luego se las enlució. Ambas posterior periodo Chavín clásico. El nuevo elemento iconográfico
estructuras colindan con una inmensa plataforma al borde de la en la estructura de piedra es el motivo de la procesión, un ritual
ladera del cerro hacia el sur, que está al menos 5,6 m más alto recurrente encabezado por dignatarios caminantes que parecen
que el nivel del corredor. En la esquina sudoeste del ser representativos de la elite de la región. De este modo puede
corredor se integró la formación rocosa existente al concepto ar­ decirse que los motivos de las paredes de Cerro Sechín incluyen
quitectónico. Gracias al corredor fue posible caminar por todo el el “autorretrato” más temprano de una elite dominante en los
derredor de la estructura central, la cual estaba al mismo tiempo Andes Centrales. Se retuvo aquí el contexto sacrificial de la es­
rodeada por otros edificios dispuestos en forma de U. La platafor­ tructura de barro más antigua en forma adaptada, tal como lo
ma sur da lugar a un patio rectangular de 35 m de ancho sobre el evidencian las partes mutiladas del cuerpo humano. Las repre­
borde de la ladera; aunque la extensión de su profundidad toda­ sentaciones de la cabeza humana fueron particularmente popu­
vía no es visible por estar escondida debajo de capas que aún no lares y estaban presentes en 194 de los 324 bloques con relieves,
han sido excavadas, incluso así las paredes monumentales que la tanto en el edificio mismo como en su alrededor. En la represen­
rodean tienen acá más de 6 m de altura. Las paredes sin enlucido tación más temprana de un motivo que posteriormente se haría
de la estructura central fueron hechas con bloques de piedra de común en las culturas regionales posteriores como Paracas y
diversas formas y tamaños, muchos de las cuales están decora­ Nasca [fig. 50], el líder de la procesión en el lado occidental lleva
das con relieves y colocadas en las paredes hasta una altura cuatro pequeñas cabezas trofeo humanas en una vestimenta
media de aproximadamente 2,2 m. Por encima de eso, dependien­ semejante a una faja colgante. Fue Henning Bischof quien acuñó
do de la altura superviviente de la pared, hay capas regulares de el término “estilo Sechín” para describir el arte parietal de Cerro
piedras lisas. Las hileras de tres piedras colocadas una encima Sechín y lo contrastó con el más antiguo estilo Punkurí, el cual
de la otra, se ven interrumpidas a intervalos irregulares por derivó su nombre del lugar del hallazgo en el vecino valle de
grandes monolitos tan altos como las piedras apiladas. Hasta la Nepeña24. Los análisis de la estructura de piedra de Cerro
fecha se han encontrado 324 bloques con relieves en las paredes Sechín la datan en 1900 -1750 a.C. Los materiales usados para
de la estructura, y esta cifra podría elevarse considerablemente esta muestra fueron tomados de un fogón en el corredor sur, cons­
dado que hay partes de la pared sur que aún no se han excavado. truido hacia el final de su periodo principal de uso. Sabemos esto
Los motivos están distribuidos según el tamaño de los bloques; porque el corredor fue rellenado intencionalmente y el fogón
las piedras más pequeñas tienden a mostrar partes del cuerpo estaba tan bien conservado que solamente puede haber sido
humano como cabezas, miembros y órganos internos, en tanto instalado poco antes de este evento.
que los monolitos más grandes por lo general retratan figuras
humanas erguidas que caminan con taparrabos y tocados dema­ Fases posteriores del uso de 1 y 2 Los corredores alrededor de
siado grandes, sosteniendo objetos que parecen ser varas o garro­ la parte posterior de la estructura central de piedra fueron cuida­
tes [fig. 50]. Estas “figuras caminantes” brindan una estructura dosamente rellenados hasta y por encima del nivel del friso en
tanto formal como temática a la procesión de motivos a lo largo dos etapas sucesivas, tras lo cual se les selló con una capa de
de los muros: las dos figuras en los bloques erguidos de la portada barro compactada. Se accedía al edificio a través de escalinatas
construida en la pared sur [fig. 49] se vuelven en direcciones con­ en los corredores laterales. Una serie de fogones cuidadosamente
trarias. Parecen estar saliendo del edificio, casi como si estuvie­ colocados muestra que este nivel recién creado permaneció en
ran a punto de caminar alrededor del friso en direcciones opues­ uso al igual que el edificio central, donde el patio rectangular
tas, listos para encontrarse en la escalinata de dos partes que al sur fue inicialmente rellenado sólo de modo parcial, lo que sig­
conduce a la entrada en la fachada norte. El friso deriva su vita­ nifica que la portada de piedra de la fachada sur siguió abierta.
lidad de la repetición rítmica de las figuras caminantes en los Una vez que todo el patio quedó rellenado se instaló una nueva
monolitos grandes, mientras que las piedras más pequeñas que escalinata que llevaba directamente desde el piso hacia abajo
muestran cabezas y miembros enfatizan el dinamismo de las dos hasta el portal sur [fig. 49]. La función del complejo debe haber
“procesiones”. La fachada norte incluye las figuras caminantes cambiado puesto que casi todas las imágenes quedaron escondi­
más grandes y con más detalles. Ambos grupos están escoltados das. El portal de la fachada sur nos da aún más evidencias con
formalmente por los monolitos más grandes que flanquean la que sustentar esta hipótesis, pues su dintel original con un
escalinata dividida, y cada uno mide aproximadamente 4,75 m de patrón geométrico (que tal vez representa una honda) debe ha­
altura y luce el motivo de un estandarte o bandera. Parecería que berse partido en dos, tras lo cual fue reemplazado en forma algo
una escalinata estuvo reservada para cada grupo. Al igual que en burda. El fragmento más grande se usó como el peldaño superior
la estructura de barro, aquí también se retuvo la naturaleza na­ de la escalinata que llevaba hacia abajo al portal creado durante
rrativa y realista del programa iconográfico. Las fachadas de la la fase final de uso, mientras que el fragmento más pequeño
estructura de piedra de Cerro Sechín no incluyen ninguno de se empleó para parchar la fachada encima del portal. Es posible
los seres sobrenaturales compuestos que tan típicos fueron en el que el daño estructural haya sido causado por un terremoto. La

Fig. 48 Fig. 49
Cerro Sechín. Vista de planta Estructura de piedra en Cerro
de la estructura de piedra con los Sechín. Portal en la fachada del
edificios laterales sur con imágenes de dignatarios
saliendo del edificio
98 CHAVÍN 99 La arqueología del desierto costeño

segunda de las dos fases posteriores de uso no duró mucho. Para que esta memoria cultural se cree y transmita
Numerosas pisadas en el piso húmedo de barro encima del corre­ debe haber espacios idóneos, en otras palabras lugares en donde
dor rellenado dan fe de la caída de unas fuertes lluvias. A las la comunidad se congregue para participar y formar parte del
riadas del Cerro Laguna, que bañaron las paredes enlucidas de proceso de difusión, el cual se lleva a cabo no solamente a través
la escalinata y las paredes laterales del patio, les debe haber se­ del lenguaje sino también mediante celebraciones, danzas,
guido una inmensa avalancha de lodo, grava y pedregal que música y pantomimas. Podríamos interpretar de esta forma a la
rompió las paredes y enterró gran parte del complejo debajo de plataforma de la estructura 1 de Sechín Bajo. La plazas circula­
una inmensa cantidad de escombros. Este quedó entonces hundi­ res hundidas podrían haber servido como lugar donde llevar a
do en el olvido hasta julio de 1937, cuando el arqueólogo peruano cabo ritos especiales —iniciaciones, por ejemplo— posiblemente
Julio C. Tello comenzó a excavar en la “chacra del indio bravo”, dirigidos por especialistas (religiosos). La plataforma escalonada
que es como entonces se le conocía, probablemente debido a que de Cerro Sechín constituye no sólo un avance arquitectónico con
una de las losas de piedra decoradas con un relieve fue encontra­ respecto a la plataforma más simple de Sechín Bajo —por ejem­
da sobresaliendo del suelo. Podemos fechar las dos fases tardías plo, con su uso de los nuevos adobes cónicos—, sino también una
de uso al igual que la destrucción del complejo. Los fogones en los nueva técnica, bajo la forma de murales monumentales, con la
pisos encima de los corredores sellados datan de los siglos XVIII cual transmitir ciertos aspectos de la memoria cultural. Se trata
y XVII a.C. Los aluviones que enterraron a todo el complejo de establecer y de canonizar un ritual. Posteriormente estuvie­
debajo de los escombros deben haber tenido lugar a más tardar a ron las autoimágenes de una elite local sobre la estructura en
mediados del siglo XV a.C., puesto que posteriormente se levan­ piedra de Cerro Sechín, las cuales enfatizan el principio dual de
taron asentamientos encima de estos depósitos25. la organización social. Este dualismo social queda confirmado
con la simetría de la estructura de piedra y su escalinata dual.
Conclusión Una idea similar se encuentra detrás de la estructura 3 de Sechín
Bajo, con sus módulos de paredes con nichos y las representa­
La secuencia de construcción que los arqueólogos identificaron ciones de adorantes a cada lado del patio 1. La estructura de
en ambos sitios perduró durante varios siglos; diversos añadidos piedra de Cerro Sechín y las fases tempranas de la estructura 3
y la práctica de construir sobre las estructuras existentes, son de Sechín Bajo podrían ciertamente haber sido usadas al mismo
evidencia de una vigorosa afiliación con el lugar. Dado que tiempo, pero si lo fueron entonces indudablemente lo hicieron
en ninguno de estos lugares se han identificado asentamientos distintos grupos o con diferente finalidad, por ejemplo una red de
vecinos de la misma época, deben entonces haber sido elegidos y diversos grupos de una misma etnicidad. Mientras que los mura­
conservados por otras razones. En general, los sitios se elegían les monumentales de todos los edificios de Cerro Sechín resal­
porque tenían un significado particular para la comunidad, taban el motivo del sacrificio y tuvieron en cierta medida un
porque poseían ciertos rasgos a los que se consideraba deseables, papel central en las actividades que allí se llevaban a cabo, la
o por razones de connotación de sus ancestros. estructura 3 de Sechín Bajo, con su representación de adorantes
La práctica de construir directamente encima de los en el patio 1 y los grandes nichos en las paredes del patio 2,
complejos ya existentes, casi enterrándolos con miras a erigir podría en consecuencia ser interpretada como un lugar de culto a
otro edificio encima de ellos que a veces era estructuralmente los ancestros. En 1937, mientras excavaba una fachada del com­
idéntico, la conocemos también en otros sitios del Formativo en plejo de Moxeque, en el valle Casma, Tello halló varios grandes
el Perú, como Kotosh26 y Batán Grande/Huaca Lucía27. Pero fue nichos que contenían grandes y coloridas esculturas de barro
en el valle de Casma donde esta tradición probablemente tuvo y cabezas semejantes a máscaras. Los nichos del segundo patio
su origen. El primer tipo de estructura de Sechín Bajo era una fueron presumiblemente usados con igual fin. Con su ancho
plataforma independiente abierta y fácilmente accesible, esto es, “estándar” de 1,7 m y una altura conservada de al menos 1,8 m,
era esencialmente un escenario para actividades comunales. Fue habrían tenido espacio suficiente para que allí se depositaran
el egiptólogo Jan Assmann quien acuñó la expresión “memoria fardos funerarios [fig. 51].
cultural”, y que definió como sigue: “Junto con una visión del
mundo particular, la memoria cultural difunde y reproduce entre
los miembros de un grupo una conciencia de unidad, de parti­
cularidad, y una sensación de pertenencia. Para crear esta
conciencia no se limita a las objetivaciones lingüísticas y a los
símbolos. [...] Pero en la medida en que ritos y textos tienen un
papel acá, lo hacen fundamentalmente en dos contextos; los
llamamos ‘formativo’ y ‘normativo’, y subsumimos a ambos (los
ritos inclusive) dentro del concepto de ‘textos culturales’” 28.

Fig. 50 Fig. 51
Cerro Sechín. Estructura de piedra, Sechín Bajo. Estructura 3:
sección del relieve de la pared en la patio 2, pared con nichos grandes
que se representa a dignatario con
cabezas trofeo
100 CHAVÍN
3. LA ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA:
INNOVACIÓN Y DINAMISMO
102 CHAVÍN 103 La arqueología de la sierra

INTRODUCCIÓN 3.1 El periodo que va entre aproximadamente 8000 a.C., el fin de la


última Edad del Hielo (Pleistoceno) y la construcción de los pri-
OCUPACIONES TEMPRANAS meros grandes centros ceremoniales, alrededor de 3500 a.C.,
POST-PLEISTOCÉNICAS EN LA suele llamarse Arcaico. Los grupos humanos de este periodo que

Julio C. Tello (1880-1947), el pionero de la arqueología peruana, Yoshio Onuki, ex profesor de la Universidad de Tokio, es un
SIERRA DE LOS ANDES CENTRALES vivían en concentraciones de chozas simples fueron, por ello, las
primeras comunidades que se organizaron a sí mismas en un
creía que la cuna de la civilización en el Perú se encontraba en reconocido pionero de la arqueología de la sierra peruana y medio ambiente posterior a la Edad del Hielo. A diferencia de sus
la sierra y en los valles interandinos. Sin embargo, en aquellos ha recibido numerosas distinciones por su trabajo. Sus excava- Peter Kaulicke predecesores en el Pleistoceno Tardío, ellos ya no se dedicaban
tiempos no había ninguna evidencia arqueológica sobre un ante- ciones en Kotosh, la cuenca de Cajamarca y Kuntur Wasi, así fundamentalmente a cazar a los grandes animales salvajes.
cedente local de la recientemente descubierta cultura Chavín. como los descubrimientos que realizó allí, reescribieron la histo- El vocablo griego arkhé significa inicio, origen o base.
No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XX cuando los ar- ria y la cronología de las más tempranas sociedades complejas El término “periodo Arcaico” implica por ende la búsqueda de los
queólogos comenzaron a explorar la sierra peruana de manera del Perú. Trabajando conjuntamente con la población local en múltiples orígenes de la complejidad social antes de la construc-
sistemática, e incluso entonces, frecuentemente tuvieron que Kuntur Wasi, Onuki conservó el sitio y, en otro logro pionero, ción de las edificaciones monumentales. Este ensayo examina los
interrumpir sus trabajos debido a la inestabilidad política de la abrió un museo de sitio modelo. En su ensayo evalúa el origen, procesos que llevaron al surgimiento de las sociedades complejas.
época. Gracias a los más recientes hallazgos resultado de las desarrollo e interacción dinámica de los centros ceremoniales El Arcaico es una época importante para los arqueólogos que
investigaciones, ahora sabemos que distintos ambientes de la más tempranos de la sierra, los que habrían de conducir a los desean comprender las complejas culturas posteriores, ya que
sierra fueron escenarios de innovaciones culturales cruciales, inmensos complejos de templos de Chavín de Huántar, Kuntur solo este lapso previo permite descubrir e interpretar los procesos
que tuvieron lugar en una etapa muy temprana. Entre estas Wasi, Pacopampa y Kotosh. de evolución de las mismas. Dado que tal estudio de las ocupacio-
innovaciones figuraban no sólo la crianza de animales y el desa- nes respectivas de la sierra no ha avanzado mucho, los debates
rrollo de la agricultura, sino también la obtención de materias que los especialistas libran son apasionados y controversiales.
primas. Siguieron entonces los intercambios con las regiones
a menor altura, lo que llevó a la formación de una extensa red El medio ambiente natural
de interacción y al desarrollo de las sociedades complejas del
periodo Formativo. La sierra peruana está dominada en gran medida por los Andes
Centrales, una cadena de montañas que tiene entre 100 y 500
Peter Kaulicke, de la Pontificia Universidad Católica del Perú, kilómetros de ancho y que corre de norte a sur a lo largo de todo
es un experto en la historia de la arqueología peruana y está el país. Los Andes están divididos en dos cadenas, la Cordillera
bastante familiarizado con la presencia humana más temprana Occidental y la Cordillera Oriental, cuyos picos más altos alcan-
en los Andes Centrales. Kaulicke inicia su estudio en el periodo zan alturas de más de 6000 metros por encima del nivel del mar.
Arcaico (ca. 8000-3500 a.C.), cuando los pueblos comenzaron La franja de más de 3000 km de largo de desierto extremada-
a aprovechar la diversidad incomparable de los microambientes mente seco, que se extiende entre la costa del Pacífico al oeste y
de la región andina, posterior a la Edad del Hielo, y al hacer esto las faldas rápidamente ascendentes de los Andes al este, está
abrieron el camino para la historia cultural del Formativo. cortada por cincuenta y cinco ríos relativamente pequeños que
corren de este a oeste. Los ríos interandinos, en cambio, son
mucho más largos y forman parte del vasto sistema fluvial de la
cuenca del Amazonas. Por ejemplo, el río Ucayali, que se origina
en la sierra sur peruana, tiene 3000 kilómetros de largo y cuando
atraviesa las tierras bajas amazónicas alcanza entre 400 y 2000
m de ancho. Otros ríos importantes son el Marañón, de 1800 km
de largo al norte y el río Mantaro, que corre por la sierra central
del Perú actual. Ambos ríos han formado valles y terrazas más o
menos amplios, y junto con sus tributarios discurren por territo-
rios que ofrecen pocas oportunidades donde asentarse. Los altos
Andes constituyen una región caracterizada por mesetas glacia-
les y glaciares que alcanzan alturas entre 4000 y 6000 metros por
encima del nivel del mar.
Las frías corrientes marinas del Pacífico, las húmedas
tierras bajas de la cuenca amazónica, la cercanía del Ecuador, así
como las inmensas diferencias de altura que causan cambios sig-
nificativos en la temperatura, en las precipitaciones y en los vien-
tos, llevaron a la formación de numerosos nichos ecológicos y eco-

Fig. 52
La sierra cerca de Chavín de Huántar
104 CHAVÍN 105 La arqueología de la sierra

sistemas sumamente complejos. Por ejemplo, el clima de la sierra venado, entre ellos el venado andino (Hippocamelus antisensis) y Historia de las investigaciones y cronología (Tacna), se descubrieron unos notables ejemplos tempranos de
norte está determinado por la parte más alta del bosque pluvial el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus). Este último, al pinturas parietales en un abrigo rocoso con capas tempranas (Ar-
tropical amazónico en las laderas orientales de los Andes, y por el igual que el guanaco, también vive en alturas más bajas, así como El alemán Max Uhle (1856-1944) y el peruano Julio C. Tello (1880- caico Medio al Formativo)9.
bosque ecuatorial seco en las laderas occidentales así como por el diversos roedores pequeños y mamíferos más pequeños. Aquí 1947) fueron dos arqueólogos interesados en los desarrollos cul- Entre 1969 y 1972, el arqueólogo estadounidense Ri-
páramo interandino. La flora y la fauna de este paisaje húmedo las poblaciones son grandes pero de densidades poblacionales turales anteriores a la evolución de las sociedades complejas. chard MacNeish (1918 -2001) dirigió un importante proyecto in-
son completamente distintas de las del Altiplano o de la meseta mucho más bajas1. Mientras que Uhle pensaba que las primeras sociedades comple- terdisciplinario de investigación en Ayacucho, en la sierra sur
alta más al sur, que se caracterizan por una vegetación de puna La situación ecológica actual no puede compararse con jas tuvieron su origen en una inmigración procedente de Mesoa- peruana10. MacNeish identificó varios complejos (Puente, Jaywa,
más seca. el Holoceno Temprano y medio, pero esto es precisamente lo que mérica, Tello rechazaba esta “teoría de la importación cultural”, Piki, Chichua y Cachi) a los que fechó en 9000-1750 a.C. A estos
Al páramo lo cruzan muchos ríos, los cuales fluyen los arqueólogos suelen presumir. Una serie de cambios importan- prefiriendo más bien ver el paradigma del origen de la civiliza- sumó otros dos más tempranos (Pacaicasa y Ayacucho), con lo
hacia el Marañón. Una precipitación relativamente alta, tempe- tes se produjeron en el paisaje a lo largo de miles de años, los que ción peruana en las sierras de Chavín de Huántar. Para Tello la que hizo retroceder la fecha del más temprano asentamiento
raturas moderadas, alturas mayormente por debajo de los 3000 pueden correlacionarse con influencias antropogénicas —usual- sierra, tanto la puna como los valles interandinos, conformaba el humano hasta ca. 20000 años atrás. A pesar de que estos cálculos
metros sobre el nivel del mar y un suelo fértil, hacen de esta una mente negativas— en el medio ambiente y con fluctuaciones na- núcleo cultural3. Sin embargo, estos pioneros no pudieron encon- fueron rechazados posteriormente por dudosos por la mayoría de
región favorable para los cultivos agrícolas, además de facilitar turales del clima. Generalmente se reconoce un optimum climati- trar evidencias arqueológicas concretas de épocas Precerámicas los expertos, las investigaciones realizadas por MacNeish siguen
los vínculos entre la costa y las tierras bajas al este. La estepa se cum entre 8400 y 5000 a.C., cuando las condiciones climáticas con las cuales apoyar sus hipótesis. siendo importantes por tres razones: en primer lugar, llevó a cabo
extiende hasta las laderas occidentales de los Andes, pero más eran más favorables de lo que son hoy; este periodo corresponde Fue sólo en el transcurso del tardío siglo XX que una prospección exhaustiva de casi cien sitios en distintas zonas
arriba se convierte en estepas de gramíneas. Los valles interan- aproximadamente al periodo Arcaico Temprano a Medio2. se descubrieron herramientas de piedra en la sierra peruana de vegetación en un solo valle interandino. En segundo lugar,
dinos tienen ambientes ribereños, estepa seca, matorral, pastiza- correspondientes al Precerámico Temprano (esto es, anteriores MacNeish comparó las secuencias estratigráficas de las excava-
les y bosques húmedos, cuyas formas y composiciones varían con- a 1700 a.C.), entre ellas las que fueron encontradas en el cateo ciones en estas zonas, inventarió las herramientas allí descubier-
siderablemente de norte a sur [fig. 53]. Además se observa una que Henry Tschopik, Jr., hizo en uno de los abrigos rocosos de tas, y las fechó usando el método radiocarbónico. En tercer lugar,
cantidad notable de lagos y bosques. la cuenca del río Mantaro, cerca de Huancayo4. Fue principal­ MacNeish proporcionó evidencias de una gama de estrategias de
Al igual que la compleja flora, la fauna también es su- mente Augusto Cardich —un alumno del prehistoriador austría- subsistencia humanas, como la domesticación de plantas (calaba-
mamente variada en términos tanto del rango de las especies co Oswaldo Menghin (1888-1973), que emigrara a Argentina— zas y quinua) y de animales (cuyes), que según él aparecieron
como de su distribución regional. Los camélidos como la vicuña quien realizó excavaciones en Lauricocha5. Poco antes de esto, primero en el complejo llamado Piki (5800-4450 a.C.). Thomas F.
(Vicugna vicugna) y más raramente el guanaco (Lama guanicoe), el propio Menghin ya había descrito sitios con herramientas Lynch asimismo halló cultivos tempranos en Guitarrero, en el
son mamíferos nativos típicos de los pastizales de la puna. Otras de piedra en la sierra sur6. Pero se debe admitir que Lauricocha Callejón de Huaylas, y aproximadamente al mismo tiempo Fré-
especies que se encuentran en estas partes son diversos tipos de proporcionó los Fundamentos para una prehistoria de los déric Engel también los encontró en Tres Ventanas, un abrigo
Andes Centrales, que es como Cardich tituló su trabajo principal rocoso en el valle alto de Chilca, en la costa central del Perú11.
sobre el tema7. MacNeish además construyó un modelo de un proceso evolutivo
Lauricocha se encuentra en la puna de Huánuco, en que podría haber comenzado como una estrategia de subsistencia
un paisaje formado por glaciares durante la Edad del Hielo, lo —inicialmente sin variaciones estacionales y luego con ellas—
que movió a Cardich a escribir un tratado sobre la historia del que posteriormente cedió su lugar a la horticultura y la crianza
cambio climático en la época posterior a la Edad del Hielo (Holo- de animales, lo que culminó con una eficiente producción de cul-
ceno). La gran cantidad de abrigos rocosos en esta región mues- tivos para finales del periodo Arcaico. Por último, también desa-
tran capas de restos culturales de hasta cuatro metros de profun- rrolló el modelo de una “esfera de interacción” que comprendía
didad, lo que da fe de un muy largo periodo de uso humano. Las todos los sitios en ese entonces conocidos.
herramientas halladas aquí son similares a las que usaron los En la década de 1970 Ramiro Matos Mendieta inició
cazadores de la Edad de Piedra europea o, para ser más precisos, otro proyecto de investigación en las punas de Junín, en la sierra
del Paleolítico Superior (ca. 40000 -10000 a.C.). Cardich logró es- central al este de Lima. Este proyecto comprendía una serie de
tablecer que las capas más tempranas tenían más de 9500 años. proyectos menores en Uchkumachay (1973), Pachamachay (1969,
También halló entierros y arte parietal temprano del mismo pe- 1973, 1975), Panaulauca (1975, 1978-1984 [fig. 54]) y Telarma-
riodo. Esto comprobó la presencia de tempranos grupos de caza- chay (1974 -1980), que conjuntamente con los resultados alcanza-
dores en el Holoceno Temprano en los Andes Centrales, y brindó dos por varios otros proyectos de investigación de arqueólogos
la base para una definición cronológica del Arcaico como el perio- norteamericanos, franceses, alemanes y peruanos contribuyeron
do que se extiende desde ca. 8000 a 3500 a.C. En los años siguien- enormemente al que en la actualidad es el corpus de datos bas-
tes, los hallazgos de Lauricocha y las conclusiones extraídas de tante extenso del periodo Arcaico en la sierra central del Perú12.
ellos sirvieron como base para compilar una cronología exhausti- Este prometedor auge en las investigaciones prehistó-
va de gran parte de Sudamérica, que en su forma revisada de seis ricas iniciado en la década de 1970 tuvo un abrupto final con el
periodos líticos aún conserva validez. surgimiento de la inestabilidad política en el Perú, cuyo impacto
Las excavaciones en Lauricocha coincidieron con las aún puede sentirse hoy en día. Sólo Cardich pudo seguir traba-
del Callejón de Huaylas (en Quishqui Puncu en 1965, y en Guita- jando en un abrigo rocoso cerca de la ciudad de Cajamarca y pre-
rrero en 1968/69)8. En Toquepala (1963 -1967), en la sierra sur sentar sus resultados en un breve ensayo13.

Fig. 53
Sierra de Ayacucho
106 CHAVÍN 107 La arqueología de la sierra

Otros estudios importantes se llevaron a cabo gracias nocidos. Por ejemplo, los modelos de la región del Mediterráneo aunque esporádica. El sitio al aire libre de Asana es un ejemplo Una serie de cambios fundamentales comenzaron a
a los auspicios de los diversos proyectos Contisuyo, que se inicia- nos hacen suponer que los primeros cazadores siguieron las rutas particularmente bueno de estructuras en una larga secuencia. darse tanto en la costa como en partes de la sierra peruana hacia
ron en 1982. El logro más notable allí fue una monografía de migratorias de los animales silvestres, lo que dio lugar a la tras- Una pregunta sumamente controversial recae en que si las plan- 3500 a.C. Estos cambios anunciaban el inicio del Formativo Ini-
Mark Aldenderfer sobre Asana, un sitio al aire libre con estrati- humancia, esto es la migración estacional entre distintas zonas tas de cultivo ya existían hacia el final de este periodo, puesto cial (3500 -1700 a.C.). Las estructuras de Asana a las que se les
grafía compleja, ubicado al borde de la puna de Moquegua y que ecológicas. Se ha postulado una movilidad extrema entre la costa que hasta ahora los hallazgos y su interpretación no han sido atribuyó una naturaleza ceremonial fueron erigidas alrededor de
abarca todo el periodo Arcaico14. Aldenderfer subdividió el perio- y la sierra, como alternativa a la forma de vida más sedentaria de concluyentes. De lo que sí podemos estar seguros es que muchos 4600 a.C. Los pocos objetos encontrados allí se limitaron a una
do que corre entre 10500 y 3500 a.C. en siete fases. Un aspecto los cazadores de la sierra de la región de Junín. Sin embargo, de estos cultivos tuvieron su origen en los altos Andes del sur y pequeña escultura en piedra y varias puntas foliáceas. El com-
particularmente significativo del sitio de Asana es la secuencia parece inconcebible pensar que los pueblos que se establecieron las tierras bajas adyacentes, así como en los Andes del norte19. De plejo de Asana estuvo claramente en uso durante un periodo más
de las distintas estructuras de chozas. Unos cuantos años antes en la regiones costeras hayan dependido de la caza para su exis- este modo la sierra tuvo un papel importante en el traslado de largo, y el uso de linderos semejantes a cercas sólo es observable
se descubrió otro sitio en la región del Cuzco, con capas que se tencia, dado que las especies a las cuales se podía cazar eran de- estas plantas a la costa y fue activa en el surgimiento de cultivos en una fase posterior. Se les ha interpretado como corrales de
remontaban hasta el periodo 4400-3100 a.C.15. masiado raras en cualquier momento del año como para que pro- tales como la oca (Oxalis tuberosa), el olluco (Ullucus tuberosus), animales, y por ende como una evidencia de que se criaban ani-
Varios abrigos rocosos que presentaban estratigrafías porcionaran la fuente principal de alimento. Es por tanto la maca (Lepidium meyeni), las papas (Solanum tuberosum) y los males domésticos.
complejas fueron investigados en Huánuco, Junín, Ayacucho y probable que en la costa hubiese estrategias de subsistencia dis- fríjoles (Phaseolus vulgaris). La carne se conseguía fundamental- Mientras que los abrigos rocosos de Junín fueron visi-
Moquegua; sin embargo, los arqueólogos involucrados no coinci- tintas, especialmente aquellas que tenían como base un cultivo mente cazando diversos tipos de venado y de camélido, mientras tados con mucha frecuencia en este periodo, en Panaulauca
dieron en sus intentos de dividir las diversas capas en fases. Se más intensivo. Dada la diversidad y el pequeño tamaño de las que en áreas de más baja altura los pájaros y roedores de tamaño la época de uso más intensivo fue entre 3800 y 1620 a.C., y en
pueden identificar aproximadamente cuatro fases: una fase Pa- zonas ecológicas en la región costera y en las faldas occidentales mediano a pequeño eran alimentos básicos. Pachamachay no se inició sino hasta ca. 2500 a.C. Aquí también
leoindia entre 12000 y 8000 a.C.; una fase del Arcaico Temprano de los Andes adyacentes a ella, fue probablemente necesario es- Los sitios del Arcaico Medio (6000 - 5000 a.C.) apare- se encontraron los restos de casas redondas. A orillas del lago
entre 8000 y 6000 a.C.; una fase del Arcaico Medio entre 6000 y tablecer campamentos base desde los cuales conseguir recursos cen con mayor frecuencia que los del Arcaico Temprano, lo que Junín se excavaron hallazgos similares que databan de aproxi-
5000 a.C.; y una fase del Arcaico Temprano entre 5000 y 3500 de otros ecotopos. Los recursos que no se requerían directamente sugiere una mayor densidad demográfica. Podemos dividir la ubi- madamente la misma época. La minería de sal probablemente
a.C. Estas divisiones también coinciden con todo el espectro de como alimento, como la obsidiana de la sierra, podrían muy bien cación de éstos en distintas categorías tales como campamentos comenzó durante esta época en el vecino San Blas, que hoy en día
herramientas encontradas, las que incluyen puntas de proyectil haber llegado desde lugares mucho más alejados. base visitados frecuentemente (una larga secuencia de pisos de ya no se explota.
[fig. 55], raspadores, raederas, perforadores, buriles, herramien- La puna tampoco debiera en modo alguno ser conside- ocupación) o sólo brevemente (una secuencia breve de pisos); lu- En este periodo Telarmachay parece haber sido visi­
tas denticuladas, muescas, herramientas sobre núcleos, lascas rada un paisaje homogéneo puesto que ella en realidad ofrece gares ocupados únicamente por breves lapsos (entre ellos campa- tado sólo esporádicamente por pastores. Uchkumachay podría
utilizadas y retocadas y cuchillos bifaciales. Las proporciones de una amplia gama de recursos, ente ellos lagos, ríos, páramos, mentos de caza y talleres líticos); y sitios con arte parietal. En el haber sido un campamento de cacería para cazas comunales a las
ellas cambian con el tiempo y se puede observar diferencias pantanos, árboles y arbustos, formaciones de cactos, fuentes de periodo 7100 a 6500 a.C. encontramos un tipo de edificio que cuales hoy se conoce como chaku. Las puntas bifaciales contempo-
claras entre distintas fases y diferentes regiones, en particular sal y depósitos de sílex . El grado en que los grupos tempranos de ocupa un área de alrededor de 14 metros cuadrados, rodeado por ráneas a menudo han sido vueltas a tallar, con lo que por lo gene-
en los tipos de puntas de proyectil. Si bien los hallazgos han sido la puna se hicieron sedentarios dependía de que tuvieran acceso pequeñas chozas y que no contiene absolutamente ninguna ral se obtienen puntas pequeñas y gruesas. Estas probablemente
pocos y muy separados entre sí, es posible identificar regiones a todos estos recursos, puesto que la caza de camélidos no era su huella de preparación de comida. Los arqueólogos sospechan que eran puntas de flecha de las armas de caza.
que cuentan con su propia tradición coherente: una región sep- único medio de subsistencia. Teniendo en cuenta todos estos éstos podrían haber sido los primeros edificios “públicos”, esto es Aunque sólo se han mencionado unos cuantos sitios,
tentrional alrededor de Cajamarca, donde los hallazgos coinciden aspectos, quizá sea correcto considerar que las poblaciones hu- edificaciones que la comunidad usaba. En diversos sitios con una está claro que muchos cambios tuvieron lugar en la sierra a lo
con los de los Andes del norte (Ecuador y Colombia)16; una región manas del Arcaico eran beneficiarias bien adaptadas de un ocupación de larga duración se encontraron objetos decorados largo del periodo Arcaico; la densidad de la población parece ha-
en la sierra central peruana con características de puntas foliá- amplio espectro de recursos; es más, las evidencias del periodo hechos de hueso, así como otros bienes funerarios. El primer arte berse incrementado; la mayoría de los campamentos eran visita-
ceas (Lauricocha, Junín); y una región en el sur del Perú (Asana) Arcaico Temprano (8000 - 6000 a.C.) sugieren que ya tenían una parietal también data de esta época, pero es posible que haya dos con mayor frecuencia y se ha identificado una clara tendencia
donde las herramientas se parecen a las que se han encontrado economía productiva. Semejante interpretación de los hallazgos existido antes [fig. 56]. Todas estas evidencias indican activida- hacia la diversificación y la especialización. A partir de estas ob-
en el norte de Chile y en Bolivia17. arqueológicos existentes y las conclusiones extraídas de ellos cla- des comunales y cultos. servaciones podemos concluir que en la sierra el periodo Arcaico
ramente chocan con la imagen aún ampliamente difundida Vistas en conjunto, las herramientas de piedra, espe- no fue homogéneo, ni una época de estancamiento, ni tampoco
Las estrategias de subsistencia de grupos de cazadores-recolectores que llevaban una vida de cialmente las puntas foliáceas, parecen haber asumido una forma algo marginal. Si bien los cambios fueron en un principio esporá-
en la sierra durante el Arcaico privaciones en un ambiente hostil, y que sólo evolucionaron a estándar en el transcurso del periodo Arcaico. Al mismo tiempo dicos, a finales del periodo estaban dándose ya en rápida sucesión.
pastores y agricultores más “sofisticados” hacia el final del Arcai- su rango de funciones parece haberse incrementado. El uso de
Este breve recuento de la historia de las investigaciones del pe- co. El contraste que esto implica entre pueblos “primitivos” y “ci- manos de moler y del ocre se hizo más frecuente, en tanto que la
riodo Arcaico en la sierra peruana muestra que la mayoría de los vilizados” ciertamente no es más aplicable a la sierra que a las presencia de materias primas y artefactos importantes sugiere
sitios son abrigos rocosos. Debajo de ellos, grupos sobre todo más regiones costeras del norte peruano, donde ya hay evidencias que contactos con otras regiones. El número de camélidos se elevó en
pequeños de personas en busca de refugio establecieron periódi- la contradicen [véase cap. 2.1]18. proporción a los venados. Estos datos indican cambios en la sub-
camente su campamento, usualmente por lapsos breves. A partir A pesar del estado algo insatisfactorio de las investi- sistencia y probablemente una horticultura más intensiva de
de esto podemos concluir que tales grupos deben asimismo haber gaciones, intentaremos en lo que sigue esbozar los procesos evo- ciertos cultivos alimenticios, así como el molido de pigmentos de
buscado otros lugares sobre los cuales aún no se sabe nada. Los lutivos del periodo Arcaico en la sierra peruana. Muchos de los color para diversos fines. El predominio de los camélidos sugiere
sitios al aire libre en particular, que ofrecían un mayor alcance abrigos rocosos, Asana entre ellos, ya estaban en uso durante el prácticas de cacería más especializadas, pero podría también
para periodos de uso más prolongados por parte de grupos más Arcaico Temprano (8000 - 6000 a.C.), algunos de ellos probable- estar indicando la domesticación parcial de estos animales; las
grandes, se encuentran con menor frecuencia. Hasta ahora sola- mente por colonos de la costa. Los restos de paredes exteriores e evidencias que indican esto último en la puna de Junín (Telarma-
mente podemos especular acerca de la relación que hubo entre la interiores construidas con piedra o con materiales de construc- chay) datan de 7000 - 6000 a.C.20.
ubicación de asentamientos de este tipo y los abrigos rocosos co- ción orgánicos sugieren un cierto grado de organización espacial,
108 CHAVÍN 109 La arqueología de la sierra

Fig. 54 Fig. 55 Fig. 56 Fig. 57


Panaulauca, Junín Puntas de proyectil foliáceas proce- Las pinturas rupestres de Vista panorámica del lago Junín
dentes de las excavaciones en Chuquichaca, Bosque de Piedra,
Pachamachay, Junín (periodos Junín
Arcaico Temprano a Tardío)
110 CHAVÍN 111 La arqueología de la sierra

La importancia del periodo Arcaico en la sierra implicancias para el desarrollo cultural de la sierra, y posterior- crianza de los animales22. La mayoría de los recién nacidos y fetos ya en tiempos del complejo Piki (5800-4450 a.C.). Llama la aten-
para el desarrollo de la complejidad social mente de toda la región andina. Sabemos que los camélidos y los eran aparentemente vicuñas, lo que hace pensar que esta especie ción que no se haya encontrado ningún cuy en la puna de Junín,
cuyes fueron importantes animales domésticos, y a diferencia de haya sido responsable de la evolución de las alpacas; es más, los a pesar que su forma silvestre todavía existe allí.
Nuestro examen de la historia de las investigaciones en este muchas plantas es fácil rastrear a sus antepasados silvestres, incisivos de este último animal se parecen más a los de la vicuña Dado que plantas tales como la quinua y las papas se
campo mostró que las investigaciones más importantes del perio- puesto que éstos siguen existiendo en la misma zona geográfica. que a los de la llama y el guanaco23. domesticaron tempranamente, podemos asumir que varios facto-
do Arcaico en la sierra peruana se llevaron a cabo hace unos Sabemos también que el perro fue mantenido como animal do- Si bien la domesticación temprana de la alpaca en res distintos contribuyeron a que las poblaciones humanas se
treinta años. Sin embargo, las interpretaciones de los datos que méstico en el antiguo Perú, pero dado que el lobo, su ancestro, no Junín es probable, lo que todavía no está claro es cómo se domes- hicieran sedentarias. Entre estos habría estrategias de subsis-
entonces cobraron vigencia deben considerarse ahora obsoletas. existió en los Andes ni entonces ni ahora, debemos concluir que ticaron las llamas. Las evidencias provenientes de Chile y Argen- tencia tales como la caza (de aves tanto como de mamíferos), en
En ese entonces se asumió que las prácticas económicas eran los primeros pobladores lo trajeron consigo como un animal ya tina sugieren que los guanacos posiblemente fueron domestica- algunos casos la pesca (en los lagos y ríos más grandes), la reco-
más o menos constantes, y que las comunidades todavía no mos- doméstico. En la sierra central (Uchkumachay) se encontraron dos a más tardar alrededor de 5000 a.C.24. A partir de esto emerge lección (de plantas silvestres o de huevos de ave), la crianza de
traban ninguna señal de complejidad social. A pesar de los evidencias de este fechado en el Arcaico Medio (6000 - 5000 a.C.) un cuadro evolutivo complejo, que se inició con la caza de venados animales y la horticultura. La mayor variedad de recursos proba-
muchos milenios de continuo asentamiento en la sierra, se creyó e incluso más tempranas —del Arcaico Temprano (8000 - 6000 y camélidos en el Holoceno Temprano, a lo que siguió la especia- blemente se encontraba no en la puna sino en los valles interan-
antes que los primeros cambios profundos tuvieron lugar sola- a.C.)— en Ayacucho (complejo Puente). lización que culminó con la domesticación. Los camélidos domes- dinos, donde esperaríamos encontrar que los asentamientos
mente hacia finales del Arcaico, y que incluso entonces se debie- Se domesticaron llamas y alpacas a partir del guanaco ticados estaban siendo pastoreados ya en el Arcaico Tardío, pero fueran más grandes. Los pocos hallazgos hasta ahora realizados
ron más a una influencia interna que a impulsos propios. y la vicuña, sus formas silvestres. En conjunto hay cuatro espe- la variedad silvestre seguía siendo cazada. en respaldo de esta postura solamente implican que los sitios
Es más, como las primeras investigaciones se concen- cies de camélidos: los más grandes guanaco (Lama guanicoe) y Sin embargo, debemos ver este desarrollo en el con- relevantes son difíciles de ubicar. Podemos, a su vez, atribuir esto
traron en apenas unas cuantas regiones, la mayor parte de la llama (Lama glama) y los más pequeños vicuña (Vicugna vicug- texto de otras estrategias de subsistencia. Aquí es de particular a varios factores, entre ellos la fuerte sedimentación en los valles
sierra debe ser considerada un territorio virgen aún desde el na) y alpaca (Lama pacos). Tres especies de camélido pertenecen importancia el cuy (Cavia porcellus), cuya forma silvestre o el desarrollo posterior y/o destrucción de los sitios antiguos.
punto de vista arqueológico. Como ya indicamos, los abrigos roco- al género Lama y solamente la vicuña constituye un género —Cavia tschudi— aún existe en diversas partes de la sierra. El Debe asimismo decirse también la reticencia en usar los métodos
sos son de lejos los sitios estudiados con mayor frecuencia, sobre- aparte. Las cuatro especies pueden, sin embargo, cruzarse entre cuy es pequeño y por lo tanto no proporciona mucha carne. De y técnicas más efectivos con que evaluar el terreno, así como las
todo debido a que son los más fácilmente identificables en las sí, algo que los pastores modernos a menudo alientan en la creen- otro lado es extremadamente fértil y vive principalmente en las dificultades que hay para clasificar o incluso identificar las he-
prospecciones arqueológicas. Ello no obstante, solo unos cuantos cia de que esto habrá de tener un efecto positivo sobre las varie- casas o cerca de ellas, donde pueden alimentarse con la basura rramientas líticas fuera de las puntas foliáceas.
abrigos fueron excavados extensamente; la mayoría de éstos se dades domésticas. Además los camélidos silvestres eran cazados doméstica, de modo que el cuy es un animal doméstico también A menudo se ha considerado que los aspectos econó-
encuentra en la puna y en las regiones que lindan con ella, en —todavía lo son— como alimento. en un sentido literal. Además el cuy fue domesticado una vez que micos son fundamentales para la evolución de las sociedades
otras palabras, en regiones donde el cultivo habría sido posible, Los huesos de animales hallados por los arqueólogos a las poblaciones humanas se habían vuelto bastante sedentarias, complejas [véase cap. 2.1], prestándose comparativamente poca
pero difícilmente habría sido el medio principal de subsistencia. menudo se encuentran tan fragmentados, que resulta imposible lo que en la cuenca de Ayacucho, al menos, parece haber ocurrido atención a otros factores, como la relación que los humanos man-
Es, por tanto, poco probable que el estudio de tales sitios agregue distinguir entre los huesos de venado y los de camélido, y mucho
mucho a lo que ya sabemos acerca de cómo surgieron los cultivos. menos identificar especies individuales. Esta también es la razón
Debido al clima húmedo, los restos botánicos bien conservados por la cual los arqueólogos encuentran difícil distinguir entre es-
son mucho más raros en la sierra que en la costa. Si bien actual- pecies domésticas y silvestres, aun cuando esto es fundamental
mente contamos con métodos para identificar incluso huellas di- para resolver el problema de la domesticación. Dado que la prác-
minutas de tales restos, hasta la fecha apenas se les ha usado en tica actual de identificar los huesos a partir de una base pura-
el estudio del periodo Arcaico en la sierra peruana21. mente biológica ha resultado insatisfactoria, será necesario usar
Los edificios monumentales más antiguos que se co- otros análisis más indirectos. Uno de estos métodos es el uso del
nocen en Huánuco (Kotosh, Piruro), el Callejón de Huaylas (Hua- crecimiento dental y el cierre de la epífisis para establecer la
ricoto) y el Callejón de Conchucos (La Galgada), se encuentran edad aproximada del animal. Para este fin se divide a los anima-
todos en o cerca de los tres ríos más importantes, el Huallaga, el les en tres grupos de edad: adultos, animales jóvenes, y recién
Marañón y el Santa [véase cap. 3.2]. Podemos considerarlos re- nacidos o fetos. Esta información se puede usar para calcular el
presentativos del conjunto de los Andes Centrales Septentriona- número mínimo de animales individuales, así como para calcular
les. Sin embargo, hasta la fecha no conocemos ninguna cultura su distribución entre los tres grupos de edad. La proporción de
precursora del periodo Arcaico en esta región, que pueda explicar recién nacidos y de fetos es particularmente importante aquí,
el surgimiento de estos centros monumentales. Incluso en el caso puesto que ello da pistas sobre la estación en que se usó el sitio
en que el ímpetu detrás de la construcción de estos centros pudie- (presumiblemente de diciembre a abril) y es poco probable que se
se haber provenido de las culturas de la costa, yo tendería más les haya comido.
bien a respaldar la hipótesis de que ésta fue una forma excepcio- Se hicieron análisis de este tipo con los materiales de
nalmente temprana de arquitectura de la sierra, la cual se con- Telarmachay, donde Jane Wheeler pudo establecer que los recién
servó allí hasta finales del Formativo Temprano (ca. 1200 a.C.). nacidos y los fetos estaban presentes en todas las capas, lo que
Dada la falta de evidencias que respalden esta teoría, indicaba el uso estacional del sitio. Sin embargo, su número se
sería tal vez más aconsejable que volvamos a ocuparnos de cier- duplicó a partir de la capa V en adelante. Esto casi con seguridad
tas cuestiones fundamentales. Una de las más importantes es la indica una tasa de mortandad más alta inducida por la falta de
domesticación de plantas y animales, lo que conlleva importantes movilidad y la mala higiene, esto es, el cautiverio como forma de

Fig. 58
El Bosque de Piedra, Junín
112 CHAVÍN 113 La arqueología de la sierra

tienen con su pasado y su medio ambiente, así como la imagen teriores (la incaica inclusive), es del todo posible que en el periodo 3.2 Si bien hay evidencias de un notable desarrollo en las regiones de
que tienen de sí mismos, según se expresa en el trato que dan a Arcaico también haya habido alguna forma de ritual. la costa central y costa norte, especialmente en el transcurso del
los muertos, en el arte y en la religión. Esto sin duda se debe ya LA DIVERSIDAD Y VITALIDAD Formativo Inicial (3500-1700 a.C.) [véanse caps. 2.1 y 2.5], muy
sea a la idea de que los cazadores y recolectores eran incapaces El futuro DE LOS CENTROS CEREMONIALES poco se conoce acerca de complejos comparables en la sierra adya-
de tener tales formas de autoexpresión, o bien a la ausencia de TEMPRANOS EN LA SIERRA NORTE cente. Pese a ello, durante el Formativo Temprano y Medio (1700-
toda evidencia de ellas entre los restos materiales. Los datos disponibles con los que se hace posible evaluar los pro- 800 a.C.) hubo varios desarrollos en otras regiones de la sierra,
Los cazadores de camélidos más recientes en áreas cesos culturales del periodo Arcaico en la sierra peruana aún que se reflejan tanto en los hallazgos de cerámica como en los
remotas, como los Selknam de Tierra del Fuego, tenían una rica distan de estar completos. Hasta ahora solamente se han investi-
Yoshio Onuki restos arquitectónicos. En este capítulo presentaremos la historia
vida ceremonial en cuyo centro se encontraba la iniciación de los gado unos cuantos sitios de este periodo en esta zona geográfica de dos de estas regiones.
jóvenes varones25. Los grupos permanecían juntos durante lapsos enorme y sumamente compleja, mientras que ciertas áreas algo La primera de ellas es la sierra norcentral, un espacio
de hasta dos años como parte de este rito de iniciación, en cuyo marginales, como la puna, recibieron una atención despropor­ definido por la sección alta del río Huallaga, el río Marañón y el
transcurso cazaban, recolectaban y preparaban su comida juntos, cionada. Los pocos sitios documentados con los que contamos Callejón de Huaylas, y que colinda con la región de la costa nor-
además de participar en el ciclo acostumbrado de ceremonias. fueron excavados principalmente en las décadas de 1970 y 1980, central, donde se dio el desarrollo temprano de los centros cere-
Ellos se congregaban en una gran estructura redonda sostenida y la forma en que se interpretaron los hallazgos nos brindó una moniales. Fue aquí, en la sierra norcentral, donde se hallaron al-
por postes, a los cuales se pintó y ubicó de modo tal que represen- imagen restringida de unos cazadores-recolectores primitivos, los gunos de los centros ceremoniales más antiguos de la sierra. Uno
taban un microcosmos. Los hombres se pintaban con coloridos cuales evolucionaron de modo más o menos pasivo hasta conver- de ellos —Kotosh— tuvo un papel clave en la historia de las in-
motivos decorativos y usaban máscaras que simbolizaban los es- tirse en sociedades más complejas hacia finales del periodo Arcai- vestigaciones de la región, y por ello se describirá aquí en detalle.
píritus del mundo Selknam. Esta personificación de sus mitos de co. Esta figura, sin embargo, que probablemente tuvo como base La segunda región que proponemos examinar es la de
origen permitía que los iniciados se pudieran identificar como al Paleolítico del Viejo Mundo, es poco compatible con el conoci- Cajamarca, en la sierra norte, donde las formas de vida sedenta-
conocedores de secretos y por lo tanto como miembros sociales miento reconocidamente fragmentario que hoy tenemos. Por ello ria y las estructuras ceremoniales surgieron después. Por ser de
completos y como hombres26. es tiempo de que usemos las técnicas, métodos y teorías moder- gran importancia, prestaremos atención especial al complejo del
Si bien quizá sería erróneo considerar este ejemplo nas empleadas por los prehistoriadores internacionales (que sólo templo de Kuntur Wasi.
como directamente análogo con las sociedades del periodo Arcai- pudieron trabajar en el Perú brevemente). Incluso ahora parece
co de los Andes Centrales, podría ilustrar cómo incluso en las más probable que en el Arcaico Temprano (8000 - 6000 a.C.) hu- Las primeras estructuras ceremoniales
regiones remotas de Sudamérica, los cazadores pudieron tener biese un espectro más grande y más variado de estrategias eco- en la sierra norcentral
una vida espiritual más compleja de lo que antes se había asumi- nómicas basadas tanto en la apropiación como en la producción,
do. De ser efectivamente así, sociedades con acceso a recursos el que se habría vuelto aun más pronunciado en el Arcaico Medio Cómo las excavaciones en Kotosh cambiaron la arqueo­
mucho más ricos y más variados ciertamente se habrían encon- (6000 - 5000 a.C.), y que dichas estrategias hayan estado no sólo logía andina El sitio arqueológico de Kotosh está situado a una
trado mucho mejor posicionadas para crear sus propias visiones interconectadas entre sí, sino que además hayan involucrado altura de 1950 metros por encima del nivel del mar, a unos cinco
del cosmos en una forma tangible. también el uso de las regiones de la costa. Parece por ende suma- kilómetros al oeste de la ciudad de Huánuco, en la margen meri-
Si aplicamos estas hipótesis a la región de Junín, po- mente probable que el periodo Arcaico de la sierra efectivamente dional del río Higueras, un tributario del Huallaga [fig. 59]. El
demos hacer varias observaciones probablemente significativas. haya contribuido al surgimiento de estructuras sociales comple- valle es tan angosto y sus lados tan empinados que la tierra no
El lago Junín [fig. 57], que según la documentación de la época jas y de la arquitectura monumental [véase cap. 3.2]. Por ello, puede usarse para la agricultura. Las únicas áreas de cultivo
colonial era el lugar en donde los camélidos se originaron, es en el futuro nuestra tarea debiera ser echar más luz sobre aquí se encuentran en el piso del valle, como por ejemplo alrede-
grande y debe haber desempeñado un papel importante en la el importante papel que la sierra de los Andes Centrales tuvo dor de Kotosh.
configuración del paisaje desde el periodo Arcaico. Al este hay durante este periodo. Julio C. Tello había advertido, ya en los años treinta,
picos cubiertos por glaciares y al oeste se encuentran las extra- la importancia que este sitio tenía para el desarrollo de Chavín
ñas formaciones rocosas del “bosque de piedra” [fig. 58]. En estas de Huántar. Sin embargo, no fue sino hasta 1960 cuando se
formaciones se han encontrado muchos sitios de arte rupestre llevaron a cabo las primeras excavaciones sistemáticas en
que obviamente datan de varias épocas distintas, pero probable- Kotosh, bajo la dirección de Seiichi Izumi, de la Universidad de
mente tuvieron una importancia especial en el Arcaico. En uno de Tokio. Las excavaciones realizadas en 1960, 1963 y 1966 permi-
estos sitios, al que se conoce como Pampacancha, se hizo un cateo tieron a Izumi desarrollar una cronología claramente definida
que arrojó puntas foliáceas correspondientes al periodo Arcaico del periodo Formativo, basada no solo en las observaciones estra-
Medio (6000-5000 a.C.)27. Frecuentemente se encuentra ocre y tigráficas sino también en el análisis de la cerámica y de otros
otros pigmentos minerales en el piso de los sitios del Arcaico de la artefactos1. El periodo que ahora se conoce como la fase Kotosh
región de Junín, especialmente a partir del Arcaico Medio. No Mito (2500-1700 a.C.) tal vez precedió al uso de la cerámica, pero
está claro para qué se les usaba, pero la pintura corporal, el arte durante ella ciertamente se erigieron elaboradas estructuras ce-
rupestre o el pintado de objetos y paredes de las chozas son todos remoniales. El descubrimiento de que este tipo de arquitectura
posibles. Dado que los animales, y especialmente los camélidos antecedió al uso más temprano de la cerámica constituyó un im-
—un motivo frecuente en el arte rupestre— tuvieron un papel portante punto de quiebre en la década de 1960, puesto que hasta
importante en los rituales de las antiguas culturas peruanas pos- entonces los arqueólogos habían seguido el modelo de desarrollo
114 CHAVÍN 115 La arqueología de la sierra

según el cual el inicio de una sociedad compleja y organizada El templo del Formativo Inicial en Kotosh Comencemos con
estaba marcado por la introducción de la alfarería. Pero, tras el las estructuras ceremoniales precerámicas. La estructura más •Tambogan

descubrimiento de las estructuras ceremoniales tempranas en representativa de la fase Kotosh Mito es el Templo de las Manos
Kotosh, pronto quedó en claro que semejante forma de desarrollo Cruzadas [véase cap. 4.2], descubierto en 1960 y excavado ínte-
social debía haber tenido lugar incluso antes de la introducción gramente en 19632. El templo es una habitación cuadrada con
•Cajamarca
de la cerámica y de la agricultura avanzada. paredes laterales de 9 m de largo y 2 m de alto. Cada una de sus
El equipo japonés realizó otro descubrimiento impor- cuatro paredes mira hacia uno de los cuatro puntos cardinales y
•Huánuco
tante al encontrar tiestos en capas arqueológicas definitivamen- la única entrada se halla en el lado sur. La construcción del piso
te más antiguas que la que databa de 700 a 200 a.C., la capa que en dos niveles comprende un pericausto hundido con otro levan- Churumbamba•
•Lima
Sajarapatac•
contenía cerámica de estilo Chavín, considerada entonces la más tado que le rodea3. Dos ductos de ventilación corren debajo del
antigua. Esta cerámica provenía de las fases Kotosh Wairajirca piso. La entrada a uno de ellos se encuentra en el muro de con- •Wairajirca
(1700 -1200 a.C.) y Kotosh Kotosh (1200-700 a.C.). Esto permitió tención norte, que sostiene la plataforma del templo. Tanto el in-
a los investigadores rechazar la postura predominante, según la terior como el exterior de las cuatro paredes y el piso estuvieron
cual la alfarería chavín venía a ser el ejemplo más antiguo de cubiertos con un fino enlucido de barro de color blanco-crema, en •Santa María
del Valle
cerámica fina en la región andina. tanto que la cara externa de las paredes fue pintada de rojo.
Los hallazgos realizados en Kotosh probaron por pri- En todas las paredes del templo se ven nichos de di- GA
LA
AL
mera vez que el desarrollo de sociedades claramente organizadas versos tamaños dispuestos simétricamente, y en el muro norte HU
O
en la región central andina no se habría iniciado con el uso de la hay dos relieves en forma de manos cruzadas [fig. 60]. Vistos RÍ •La Esperanza

cerámica. Esta, en efecto, no fue introducida aquí sino hasta una desde la entrada, la mano derecha del relieve ubicado a la iz-
fecha muy posterior (ca. 1700 a.C.), en tanto que las primeras quierda está cruzada sobre la mano izquierda, mientras que esta
estructuras ceremoniales probaban que los cambios culturales mano en el relieve a la derecha esta cruzada sobre su respectiva RÍO HIGUER
AS

fundamentales se produjeron mucho antes. Esto llevó a una serie mano derecha. Las manos del relieve ubicado a la izquierda son Huánuco•
de cambios en la terminología cronológica usada para reconstruir más voluminosas que las de la derecha. El tamaño del edificio, Kotosh•
Shillacoto•
la historia cultural de los Andes Centrales, que se describe a con- la existencia de los relieves y la elaborada técnica indican clara-
tinuación: hasta entonces, casi todos los arqueólogos habían pen- mente que esta no era una simple estructura residencial y
sado que la transición del Arcaico al Formativo podía definirse que debe más bien haber sido una construcción excepcional
con la introducción de la cerámica (ca. 1700 a.C.). La nueva ter- usada en rituales o ceremonias, razón por la cual se le atribuye
minología presentada en esta publicación data la división entre el nombre al templo.
los periodos Arcaico y Formativo con la aparición de las primeras El “Templo de los Nichitos”, la mitad del cual fue des-
Cayran•
estructuras monumentales (que en la costa pueden ser fechadas truido por una construcción posterior, fue erigido directamente
ca. 3500 a.C. [véase cap. 2]). Según esta nueva terminología, la encima del Templo de las Manos Cruzadas. La mitad subsistente

RÍO HU
fase precerámica Kotosh Mito es parte del Formativo y no del del “Templo de los Nichitos” permitió a los arqueólogos examinar

ALLAG
Arcaico. Por lo tanto, la nueva cronología de las fases de Kotosh un corte de la estructura y del fogón en perfil, y una meticulosa
es como sigue: excavación produjo bastante información acerca del inusual pro-

A
ceso de construcción. El primer paso fue cubrir al “Templo de las
Fase Fechado absoluto Manos Cruzadas” con arena y grava; el cuidado excepcional que
se tuvo durante este proceso hizo parecer que el templo antiguo
Kotosh Mito estaba siendo enterrado simbólicamente. A continuación se apiló
(Formativo Inicial tardío) 2500-1700 a.C. tierra sobre la grava para formar la base del piso del templo,
donde se colocaron un fogón y unos ductos; luego se encendió el
Kotosh Wairajirca fogón y se tomó una gran cantidad de cenizas de él, las que fueron
(Formativo Temprano) 1700-1200 a.C. dispersadas sobre toda la superficie antes de añadirle una capa •Tomaykichua
de tierra roja encima; por último se construyeron el piso de dos
Kotosh Kotosh niveles y las cuatro paredes, quedando así completado el templo.
(Formativo Medio) 1200-700 a.C. Podemos ver el mismo proceso de construcción en otros templos
de la fase Kotosh Mito, lo que hizo que asumiéramos que la cons-
Kotosh Chavín trucción de un templo iba acompañada por actividades rituales en
(Formativo Tardío y Final) 700-200 a.C. las cuales un gran número de personas debe haber participado.
Al norte de estas dos estructuras hay una terraza Ambo•
Kotosh Sajarapatac
sobre la cual se construyeron templos adicionales. También hay
(Comienzo del Intermedio Temprano) 200-50 a.C. edificios cuadrados independientes, sobre los cuales en algún mo-

Fig. 59
Principales sitios arqueológicos de
la región del río Huánuco
116 CHAVÍN 117 La arqueología de la sierra

mento se levantaron otros templos. La entrada está en el lado Otros templos contemporáneos A lo largo del río Huallaga
norte que mira al río. El Templo Blanco, el más antiguo encontra- hay una serie de sitios con estructuras de templos que también
do hasta ahora en Kotosh, fue desenterrado en la capa más pro- datan de la fase precerámica de Kotosh Mito, como Shillacoto,
funda de la excavación. Podemos, por lo tanto, identificar tres Jancao, Warampayloma y Wairajirca. En Shillacoto, al igual que
subfases para los templos de la fase Mito: (1) el Templo Blanco; en Kotosh, se descubrieron dos grandes estructuras de templos,
(2) el Templo de las Manos Cruzadas; (3) el Templo de los Nichi- una encima de la otra. Los templos excavados en Wairajirca, a
tos. Durante cada una de estas subfases se erigió una terraza de unos treinta y cinco kilómetros al este de Kotosh, son más peque-
tres niveles con escalinata, y tanto las terrazas más antiguas ños. Todos estos templos tienen la misma construcción de pisos
como los templos mismos quedaron inutilizados al cubrírseles de dos niveles, fogones centrales y ductos de ventilación debajo
para ceder su lugar a las nuevas estructuras. Aquí vemos la na- del piso. Todos fueron construidos durante el mismo periodo, es-
turaleza ritual del hábito de la renovación del templo. taban ubicados dentro de un radio de más o menos 5 km y mues-
Unos cuantos artefactos desenterrados en el contexto tran huellas inequívocas de la renovación del templo4.
de la fase Kotosh Mito nos permiten extraer ciertas conclusiones
con respecto a la forma de vida de la comunidad. Las puntas de
proyectil en forma de hoja de sauce son muy parecidas a las que
fueron usadas por los cazadores del Altiplano (la llanura elevada
que se extiende entre las dos cordilleras en Perú y Bolivia) a
partir de 8000 a.C., y se hallaron dos flautas de hueso del mismo
tipo de las encontradas en Caral, en la costa central. También se
hallaron piedras y huesos convertidos en agujas o joyas, así como
manos de moler y hojas de hachas. En las cenizas esparcidas
afuera de los templos se descubrieron unas cuantas semillas car-
bonizadas, y aunque no se las ha analizado, parecería tratarse de
semillas de maíz, frijoles y palta. La mayoría de los huesos de
mamífero son de venado y de cuy, y vale la pena señalar que los
huesos de camélido son escasos o no existen.

•San Pablo
Kuntur Wasi• •Cerro Blanco
Montegrande La Bomba •Cajamarca
• Layzón• •Huacaloma
Las Huacas
• CUENCA DE CAJAMARCA
OCÉANO Tembladera • •
PACÍFICO • Chilete Huaca Brava
Polvorín• Lechuzas• Magdalena

•Limoncarro

RÍO JEQUETEPEQUE

•Pacasmayo

•Puémape

•Cajamarca

•Lima

Fig. 60 Fig. 61 Fig. 62 Fig. 63


Relieve de las Manos Cruzadas de Tazón con cinco caras grafitadas Sitios arqueológicos en las cuencas de Cerro de Kuntur Wasi
Kotosh sobre rojo procedente de Kotosh los ríos Jequetepeque y Cajamarca
118 CHAVÍN 119 La arqueología de la sierra

Otro sitio con templos similares es Piruro, que se en- moler y los artefactos de hueso, especialmente las flautas, es poco
cuentra en la orilla derecha del alto Marañón, a 3800 metros lo que se sabe del intercambio, tanto social como cultural, que
sobre el nivel del mar. Aquí también encontramos una construc- tuvo lugar entre ellas. Las flautas muy probablemente fueron
ción con un piso de dos niveles, fogón central y paredes y pisos usadas en un contexto ritual. Cuando hablamos de intercambio,
cubiertos con un fino enlucido de barro. Este templo difiere en su nuestra evaluación debe incluir también los vastos ambientes del
forma de los de la cuenca alta del Huallaga, pues es cuadrado con Altiplano o la puna, como la Pampa de Junín, donde los primeros
esquinas redondeadas5. cazadores y recolectores andinos preferían vivir, y donde se do- A-TM 2
En Huaricoto, sobre el curso superior del río Santa (en mesticó primero a los camélidos [véase cap. 3.1]. Resulta, en todo A-TM 3 A-TM 1
B-TM 1
el Callejón de Huaylas), se halló la misma combinación de cons- caso, sorprendente que apenas si haya evidencia alguna de carac-
trucciones con pisos de dos niveles y un fogón. Este descubri- terísticas arqueológicas compartidas entre las comunidades con A-TM 4
miento, que yacía debajo de una capa arqueológica con cerámica centros ceremoniales y templos, y los grupos de cazadores reco-
temprana, ciertamente se remonta al Formativo Inicial (2500- lectores de la puna. Esta observación hizo que nos preguntára-
1700 a.C.)6. mos de dónde provenían las culturas del Formativo Inicial de la
Trasladándonos hacia la costa a lo largo del río Santa costa y la sierra central, o cómo fue que aparecieron por vez pri-
llegamos al sitio de La Galgada, en la orilla izquierda del río Ta- mera, y qué sucedió con los tempranos cazadores y recolectores
blachaca, que desemboca en el Santa. Este imponente cerro con de la región de la puna.
numerosas estructuras de templos construidos uno encima del Pero más allá de la cuestión del origen queda, sin em-
otro, y que datan del Formativo Inicial (2500-1700 a.C.), se alza bargo, otro misterio por resolver: ¿por qué llegaron estas culturas
a 1000 metros por encima del nivel del mar. Los templos constan a su fin? Los centros más grandes y más pequeños de la costa y la
de habitaciones separadas con pequeños anexos. Son de forma sierra fueron abandonados casi simultáneamente hacia 1700
Norte
rectangular, pero con las esquinas redondeadas. Aquí también a.C., pero no hay absolutamente ninguna señal de que hayan
encontramos pisos de dos niveles con fogones centrales, y nichos tenido un final violento debido a algún desastre natural, una in-
cuidadosamente elaborados en las paredes internas. Todas las vasión o una guerra. En otras palabras, todavía hay varias pre-
estructuras de templos estaban decoradas con un enlucido de guntas sin responder en lo que concierne al desarrollo cultural
fino barro de color perla-blanco. Una característica inusual de los que tuvo lugar durante el Formativo Inicial, y que aún requieren
templos de La Galgada es su uso secundario como cámaras fune- de más investigaciones.
rarias, las cuales fueron por lo demás rellenadas al cubrirse los
templos originales para abrir paso a nuevas estructuras7. El desarrollo en el alto río Huallaga a partir del Formativo
En suma, podemos identificar dos tradiciones cultura- Temprano Los centros ceremoniales como Kotosh y Shillacoto
les diferentes que se desarrollaron en las regiones de la costa y de quedaron abandonados al inicio del Formativo Temprano (1700-
la sierra durante el Formativo Inicial. En la sierra norcentral, 1200 a.C.). Las casas levantadas encima de las ruinas de la fase
desde el río Santa hasta el Huallaga, hubo una tradición de tem- de construcción previa no son de naturaleza pública ni ceremo-
plos cuadrados, pisos de dos niveles con fogones, ductos de venti- nial, y es más probable que hayan sido viviendas. Pero en Shilla-
lación y nichos en las paredes. Estas características, compartidas coto se construyó una tumba inusual directamente encima del
por numerosos sitios, hicieron que Burger propusiera lo que él fogón del templo anterior. Por afuera parece ser un altar elevado,
llama “la tradición religiosa Kotosh”8. Los asentamientos fueron mientras que la cámara funeraria interna, que mide 3,7 x 2 m,
situados aproximadamente cada cinco kilómetros en la cuenca estuvo pintada de rojo y blanco. Dentro de la cámara los arqueólo-
alta del río Huallaga, y cada una de estas comunidades tenía su gos encontraron los restos de siete personas enterradas junto con
propio templo. Esto nos permite plantear la hipótesis de que vasijas de cerámica, hachas de piedra y un espejo de antracita. La
estas comunidades formaban las unidades básicas de la vida co- cerámica pertenece a la fase Kotosh Wairajirca (1700-1200 a.C.).
tidiana y llevaban a cabo sus actividades rituales en sus propios El estilo Wairajirca representa la fase cerámica más
templos, pero ciertamente es concebible que se hayan hecho visi- antigua en la región de la cuenca del alto Huallaga. Las formas
tas ocasionales entre sí. Aunque todos estos sitios comparten primarias son el cántaro sin cuello, la taza de lados ligeramente
ciertas características de la tradición religiosa Kotosh, las dife- arqueados, el tazón hemisférico y la taza triangular, una forma
rencias entre los grupos que tenían su centro alrededor del alto especialmente característica. La mayoría de estos artículos
Huallaga y el grupo piruro, que lo tenía en el alto Marañón, prue- fueron decorados con motivos geométricos incisos y se les pintó de
ban que no hubo una cultura y una sociedad homogéneas en la rojo, blanco y/o amarillo después de la cocción. Salvo por la tumba
región comprendida entre el río Santa y el Huallaga. de Shillacoto, no hay evidencia alguna de una estructura arqui-
Pese a que las sociedades de la región de la costa cen- tectónica inusual. El patrón de distribución de los asentamientos
tral y de la sierra adyacente comparten ciertas características en corresponde al de la fase Mito (2500-1700 a.C.), y es posible que
común, como la forma de sus puntas de proyectil, sus manos de si bien la gente siguió viviendo en los mismos lugares, los actos

Fig. 64 a y b
Templo de la fase Kuntur Wasi
(800-550 a.C.). Reconstrucción y
fotografía de la escalinata central
120 CHAVÍN 121 La arqueología de la sierra

ceremoniales antes realizados en las estructuras de los templos la nueva preferencia por la construcción sobre tierra virgen, los
se descontinuaron y los mismos templos fueron abandonados. El complejos de templos en forma de U y la introducción de caméli-
uso de las grandes ollas indica que la yuca, el tubérculo más dos domesticados, son todos claros indicadores de cambios cultu-
común en la Sudamérica tropical, fue cultivada como alimento. rales de gran alcance en la cuenca alta del Huallaga, que pueden
Venados y cuyes domesticados suministraban la proteína animal. remontarse hasta la influencia de Chavín de Huántar. Aunque no
Tampoco hubo una arquitectura ceremonial especial sabemos si las estructuras en Kotosh estuvieron también dis-
en la subsiguiente fase Kotosh Kotosh (1200-700 a.C.), aun puestas en forma de U durante esta fase, la arquitectura es nota-
cuando la distribución de los sitios a lo largo del alto Huallaga es ble por el cuidado con que se la construyó, así como por el uso de
la misma que en las fases anteriores, ni tampoco hay indicios de un fino trabajo en piedra. Parecería que Kotosh fue el centro de
algún cambio de habitantes. Pero la cerámica decorada cambió la región en este periodo, o al menos su asentamiento más impor-
dramáticamente durante este periodo de transición. Las incisio- tante. Sin embargo, aquí es importante subrayar que en la cuenca
nes en la alfarería Kotosh Kotosh son más amplias y más pare- del Huallaga todavía no se ha encontrado ninguna escultura en
jas, y después de la cocción se pintó con grafito el fondo que tenía piedra de estilo Chavín. Se sigue que, si bien Kotosh tal vez fue
un engobe rojo [fig. 61]. En este periodo se introdujeron vasijas un centro del sistema religioso chavín, muy probablemente tuvo
con formas más complejas y las tazas con alas unidas a su lado. una importancia secundaria.
La cerámica en forma de botella apareció por vez primera en la La población comenzó a crecer luego del advenimiento
fase Kotosh Kotosh, y un ejemplar —una botella de cuello largo— de la influencia chavín, y en la fase subsiguiente de Kotosh Saja-
fue hallado con una mazorca de maíz incisa. En Shillacoto se des- rapatac, los asentamientos de la cuenca del Huallaga incremen-
cubrió un artefacto de hueso de estilo Chavín. taron su número y tamaño. La arquitectura ceremonial desapa-
Según los fechados radiocarbónicos calibrados más re- reció y la jerarquía de los asentamientos se disolvió. En términos
cientes, la mayoría de los asentamientos de la fase Kotosh Kotosh alfareros vemos la reaparición de algunos elementos de estilos
quedaron abandonados repentina y simultáneamente alrededor prechavín, como la taza de silueta compuesta y las vasijas con
de 700 a.C. Una excepción fue Kotosh mismo, donde se destruyó engobe rojo. Un nuevo rasgo es el estilo blanco sobre rojo. Aparen-
el edificio y sobre las ruinas se levantó una nueva plataforma de temente debe haber habido contactos con los habitantes del Ca-
piedras labradas. La cerámica de este sitio es sumamente distin- llejón de Huaylas durante la fase Kotosh Sajarapatac. Se halló
ta de la de fases anteriores. Muchos ceramios lucen un acabado gran cantidad de ceramios de estilo Kotosh Sajarapatac en el
negro pulido brillante, hay nuevas formas tales como la botella sitio de San Blas, cerca de Cerro de Pasco en la Pampa de Junín,
de asa estribo y una taza de base plana, y una decoración figura- lo que indica que las comunidades de esta fase dominaron la
tiva incisa o impresa. Este estilo alfarero definitivamente tuvo su región que se extiende entre esta pampa y la cuenca del alto
origen en Chavín de Huántar, razón por la cual se conoce a esta Huallaga, y usaron los diversos recursos encontrados en las mon-
fase como Kotosh Chavín. Los rasgos característicos que definen tañas a distintas alturas. Pero ningún asentamiento parece
a este estilo coinciden con los de las fases Chakinani y Janaba- haber sido más importante que los demás, y los habitantes tam-
rriu, y los fechados radiocarbónicos también coinciden9. poco se sometieron a una autoridad. En efecto, parecería como si
La introducción de cerámica decorada de Chavín de las comunidades de asentamientos más o menos independientes
Huántar coincidió con una gran transformación en los patrones hubiesen existido la una al lado de la otra dentro del marco de
de asentamiento y en la religión. En estos asentamientos la una tradición cultural compartida.
nueva cultura ya no se esforzó por conservar la continuidad de
los de la fase Kotosh Mito, y hubo más casos de edificios levanta- El desarrollo en la sierra de Cajamarca
dos sobre suelo virgen. Los asentamientos de Shillacoto, Waira- durante el Formativo
jirca y otros más fueron abandonados. En Kotosh, sin embargo, se
construyó una plataforma con una escalinata abierta y una única Las primeras comunidades sedentarias (1700-1200 a.C.)
gran habitación, en donde se hallaron los restos del entierro de Las primeras comunidades sedentarias de base agrícola se esta-
un niño debajo del piso. Este complejo de edificios también inclu- blecieron hacia 1700 a.C. en la región que se extiende desde la
ye un canal subterráneo y habitaciones más pequeñas, a las que sierra de Cajamarca hasta el valle del Jequetepeque. Este desa-
se aplicó un enlucido. Dos nuevos asentamientos fueron levanta- rrollo se vio acompañado por el surgimiento de una tradición al-
dos en tierra virgen —Paucarbamba y Sajarapatac—, pero son farera que también ha sido encontrada en la sierra cerca de Pan-
mucho más pequeños y de construcción más simple que Kotosh, danche, Huacaloma y Cerro Blanco, así como en el valle medio
a pesar de que la plataforma de Paucarbamba sí tiene una planta del Jequetepeque cerca de La Bomba, Las Huacas, Montegrande
en forma de U. y Polvorín. Las dos formas más características de esta tradición
Las nuevas formas de los ceramios, el abandono de la son los cántaros sin cuello de paredes delgadas y las tazas de si-
continuidad que había estado presente desde la fase Kotosh Mito, lueta compuesta10, en tanto que las líneas incisas agudas y las

Fig. 65 Fig. 66
Tumba A-TM 1, Kuntur Wasi Tumba B-TM 1, Kuntur Wasi
122 CHAVÍN 123 La arqueología de la sierra

aplicaciones son técnicas de decoración típicas. La botella es su- Durante la fase Huacaloma Tardío (900-550 a.C.),
mamente escasa y las pocas que se han hallado tienen un pico Huacaloma se convirtió en un poderoso centro ceremonial con
largo y recto, y en algunos casos un cuerpo con perfil escalonado. tres plataformas dispuestas en forma de U alrededor de una gran
En Pampa de las Hamacas, sobre la orilla derecha del plaza rectangular. Todo el complejo abarca una extensión de siete
río Jequetepeque, cerca de la laguna de Gallito Ciego, hay nume- hectáreas. La plataforma que comprende el brazo meridional del
rosos sitios con asentamientos y templos, los más grandes de los grupo mide 130 x 115 m y probablemente tuvo originalmente
cuales son Montegrande y Las Huacas. Todos estos sitios tienen entre 8 y 9 m de altura. Las excavaciones revelaron un gran
estructuras ceremoniales con plataformas elevadas y plazas. Las número de relieves y de fragmentos de murales, lo que nos hace
paredes fueron construidas con grandes piedras cubiertas cuida- pensar que muchos de los edificios fueron decorados con coloridos
dosamente con un fino enlucido de barro. Los edificios residencia- motivos de jaguares, serpientes y otros reptiles. A partir de los
les se alzan sobre terrazas hechas por el hombre y dispuestas resultados alcanzados durante cinco temporadas de excavación,
alrededor de las estructuras ceremoniales. Algunos de los centros los investigadores lograron reconstruir la historia de la edifica-
fueron abandonados con el paso del tiempo, en tanto otros fueron ción del complejo. Descubrieron que el complejo fue ampliado
reconstruidos en las cercanías. Otros más quedaron en pie y oca- continuamente a lo largo de tres subfases de remodelación, cada
sionalmente volvieron a ser reparados y reutilizados. En algunos una de las cuales requirió de una mayor organización y coordina-
de los ceramios encontrados en estos sitios se hallaron restos de ción que la anterior. Podemos asumir que estos desarrollos fueron
yuca y de maíz. de la mano con el crecimiento de la población y una creciente
También hubo comunidades sedentarias tempranas producción agrícola, y que todos estos cambios quedan corrobora-
sobre una cadena de cerros en Cerro Blanco, cerca del actual dos por formas cada vez más intrincadas de expresión artística.
pueblo de San Pablo, que posteriormente se dispersaron hacia el El templo de Layzón fue construido durante la fase
valle de Cajamarca en las montañas, donde se establecieron cen- Huacaloma Tardío encima de la montaña de 3100 m de altura del
tros como Huacaloma, Santa Apolonia, Kolguitín, Chondorco y mismo nombre, que domina a todo el valle de Cajamarca11. El
otros más. En Huacaloma los arqueólogos excavaron una habita- templo descansa sobre una toba aterrazada pero no sabemos
ción que parece haber sido usada con fines ceremoniales. El piso cómo era el edificio en la terraza más alta, puesto que encima de
y las paredes estaban cubiertas con un enlucido de barro fino de él se levantó una gran plataforma durante la fase Layzón (250-
color crema, y en un fogón circular se descubrieron restos fuerte- 50 a.C.). En las inmediaciones de las escalinatas talladas en la
mente carbonizados. También se descubrieron viviendas simples roca hay tres rocas esculpidas para simular figuras en cuclillas,
a cierta distancia de esta habitación. Las viviendas fueron remo- una de las cuales sostiene una copa con sus dos manos. Desde
deladas una después de la otra, superponiéndose a las más anti- Layzón se puede ver otro cerro aterrazado. Este es Aguatapada,
guas, y es interesante señalar que debajo de cada piso se halló muy probablemente otro complejo ceremonial construido duran-
una capa de cenizas. te el mismo periodo.
La distribución de los sitios de la fase Huacaloma
El florecimiento de los centros ceremoniales (1200- 800 Tardío (900- 550 a.C.) indica que fueron erigidos encima de la
a.C.) Los centros en Pampa de las Hamacas, en el valle de Jeque- fase anterior, y que se les amplió en cada renovación junto con las
tepeque [fig. 62], fueron enterrados hacia 1200 a.C. para abrirle zonas residenciales. Esto quiere decir que cada asentamiento
paso a nuevas estructuras. El templo en el valle de Cajamarca, tuvo su propio templo, pero Huacaloma mismo parecería haber
que se remonta hasta la temprana fase Huacaloma (1200 - 900 sido el centro más grande. Durante este periodo también se eri-
a.C.), fue cubierto con una gruesa capa de tierra y encima se gieron los sitios de Layzón y Aguatapada, cuyas vistas domina-
erigió una plataforma alta para un nuevo templo. Estos cambios ban los asentamientos en el distante piso del valle.
estructurales trajeron consigo un nuevo estilo alfarero cuyas ca- Afuera de la cuenca de Cajamarca hubo dos sitios con
racterísticas típicas incluyen las botellas de asa estribo, los cán- grandes templos: Kuntur Wasi y Pacopampa [cat. no. 10]. Paco-
taros con figuras antropomorfas y zoomorfas y decoraciones pin- pampa es un centro ceremonial en la sierra de Cajamarca. La
tadas con blanco, rojo, amarillo y azul verdoso post-cocción; mayor parte del templo fue destruida durante las fases finales de
también se encuentra pintado con grafito sobre una superficie construcción, pero las dimensiones de los restos y la distribución
con engobe rojo. Esta cerámica de estilo Huacaloma Tardío se de los hallazgos indican que debe haber sido un centro importan-
encuentra bien establecida tanto en la sierra norte de Cajamarca te, con una esfera de influencia que se extendía hacia los valles y
como en el valle medio del Jequetepeque. Las piezas más hermo- las montañas de la región. Excavaciones recientes contribuyeron
sas fueron excavadas ilegalmente en la zona de Tembladera, pero a definir la fase Pacopampa I (1200-800 a.C.), cuya cerámica
las excavaciones oficiales realizadas en Pacopampa y Huacaloma muestra las características típicas de la fase Huacaloma Tardío,
también dieron a conocer una amplia gama de vasijas (cerámica así como del estilo Tembladera.
Tembladera [véase, por ejemplo, cat. no. 20]).

Fig. 67
Complejo del templo de Kuntur Wasi.
Reconstrucción del templo durante
la fase Copa (550-250 a.C.)
124 CHAVÍN 125 La arqueología de la sierra

Kuntur Wasi, en la sierra norte muros de contención fue nivelado y en el proceso se destruyeron La cerámica de la fase Kuntur Wasi (800 - 550 a.C.) es Tumba A-TM 2 Esta tumba de pozo contiene un esqueleto con-
las estructuras de la fase Ídolo. La parte más importante del muy distinta de la de la fase Ídolo (950 - 800 a.C.). Sus caracterís- siderablemente dañado; los fragmentos del cráneo indican que la
Kuntur Wasi se encuentra a 2300 metros por encima del nivel del complejo es la disposición en forma de U de tres plataformas ele- ticas más importantes son las superficies pulidas de color negro, persona enterrada aquí era un varón de avanzada edad. Los
mar, sobre las faldas occidentales de los Andes y al oeste de la vadas alrededor de una plaza hundida cuadrada. En medio de gris, marrón y rojo, nuevas formas como las botellas de asa estri- bienes funerarios incluían una corona de oro repujada con cinco
ciudad de Cajamarca. Cerro Blanco, un sitio que data del mismo cada pared de esta plaza había una escalinata con cuatro pelda- bo y las copas de base plana, representaciones de jaguares, ser- caras estilizadas de jaguar [fig. 69], un par de pendientes de oreja
periodo, se encuentra a dos kilómetros de distancia. Desde 1946 ños, y sobre el cuarto peldaño de cada escalinata estaba montada pientes y aves de presa, así como seres antropomorfos con colmi- rectangulares de oro, cada uno con la imagen reflejada de un
hasta las excavaciones intensivas realizadas por una expedición una escultura en piedra con un rostro de felino en relieve (de llos y ojos excéntricos; otro rasgo distintivo son las pinturas en jaguar con colmillos y de perfil [cat. nos. 72 y 73], una máscara
arqueológica japonesa, se creía que Kuntur Wasi era una colonia aproximadamente 150 x 40 x 30 cm). Dos monolitos adicionales, rojo sobre fondo anaranjado13. Otra característica importante de bucal elaborada con una lámina de oro martillado con un patrón
de Chavín de Huántar. El vínculo se sustentaba sobre similitudes que mostraban seres antropomorfos con colmillos y ojos excéntri- la fase Kuntur Wasi son los monolitos que representan diversos repujado [cat. no. 71], una máscara bucal adicional que represen-
entre los objetos hallados en ambos sitios, como la cerámica y la cos, fueron hallados en el eje norte-sur, entre la plaza central y la temas mitológicos14. ta una criatura de felino que coge dos figuras antropomorfas más
escultura monolítica en piedra. escalinata principal. La disposición en forma de U de las tres pequeñas mostradas de perfil [cat. no. 70], una copa de cerámica
Las excavaciones intensivas efectuadas en Kuntur plataformas, el patio o plaza hundido y encerrado, y la zona inter- Las magníficas tumbas de Kuntur Wasi negra [fig. 77] con un asa fijada verticalmente, decorada con inci-
Wasi entre 1988 y 2002 descubrieron cuatro fases de construc- media de las plataformas inferiores era la parte más importante siones y toques de pintura roja y blanca aplicada después de la
ción, la una encima de la otra. Cada fase es distinta en términos del complejo ceremonial, lo que resulta evidente a partir de los Los hallazgos más importantes realizados en Kuntur Wasi son cocción, pequeñas piedras que servían como joyas [cat. nos. 74-76]
de la arquitectura, la cerámica y otros artefactos, y también seis monolitos que representan temas míticos. Las dos platafor- las tumbas especiales halladas debajo del piso de las plataformas y otros fragmentos de cerámica.
se hallaron evidencias del uso de animales domésticos y salvajes. mas a cada lado del complejo en forma de U probablemente eran del templo [véase cat. nos. 56-89]. Cinco de ellas (A-TM 1 –
El equipo japonés estableció una cronología, la que se sintetiza del mismo tamaño, y al centro de cada una de ellas había muy A-TM 5) eran estructuras complejas que cortaban los pisos y cá- Tumba A-TM 3 Esta tumba contenía los restos de un hombre de
a continuación12. probablemente una plaza hundida rodeada por cuartos. maras construidos durante la fase Ídolo previa debajo de la pla- entre treinta y cuarenta años. Los bienes funerarios incluían un
La plataforma central es rectangular, mide 24,5 x 15,5 taforma central. Otras dos tumbas (B-TM 1 y G-TM 6) fueron par de aretes de oro, una botella negra de asa estribo con decora-
La fase Ídolo (950-800 a.C.) El asentamiento sedentario alfare- m y tiene 1,5 m de altura si se le mide desde la plaza hundida encontradas en las plataformas secundarias al sur y al sudoeste ción incisa, una compotera y dos cuentas de crisocola.
ro más antiguo se encuentra en Cerro Blanco, un sitio vecino de abajo de ella. Resulta imposible decir con seguridad qué se en- de la plataforma central. La mayoría de las tumbas contenía ob-
Kuntur Wasi en la misma cadena de cerros. Este sitio más tem- contraba encima de la plataforma, debido a las fases de construc- jetos de oro y, salvo una de las personas inhumadas, todas tenían Tumba A-TM 4 En esta tumba se descubrieron los restos de una
prano forma parte de la fase La Conga, cuya cerámica comparte ción posteriores y a la destrucción que ellas implicaron, pero casi huellas de cinabrio sobre la cabeza y el rostro. Es también nota- mujer anciana. El estado de los huesos al momento de la excava-
muchas de las características de la que fuera encontrada en Mon- con toda seguridad era la estructura más importante de todo el ble el que las tumbas fueran instaladas antes de que las platafor- ción era sumamente pobre. Se recuperaron los siguientes bienes
tegrande y en Las Huacas, en el valle del Jequetepeque, y de la complejo ceremonial, lo que quedó corroborado con las tumbas mas se hubiesen terminado. En otras palabras, los entierros funerarios: un gran número de cuentas decorativas hechas con
fase Huacaloma Temprano del valle de Cajamarca. La cerámica descubiertas debajo del piso. Los entierros contenían algunos ar- fueron llevados a cabo durante la construcción del complejo de conchas de Spondylus, crisocola, sodalita y otras piedras y con-
de la subsiguiente fase Cerro Blanco es del mismo estilo que la de tefactos de oro sumamente decorados, a los que se describirá de- templos, y deben por tanto estar directamente relacionados con chas; un pendiente pequeño de oro en forma de cono; placas
la fase Huacaloma Tardío, Tembladera y Pacopampa I. En esta tenidamente más adelante [véanse cat. nos. 56-89]. él. Las tumbas de Kuntur Wasi parecen haber sido construidas pequeñas de oro en forma de aves; una pequeña vasija de riolita
fase el cerro sobre el cual se levanta Kuntur Wasi fue modificado Diecisiete metros por detrás de la plataforma central para personas de alto rango, que habrían estado de algún modo decorada con un rostro humano; y una botella de cerámica negra
para que fuera un centro ceremonial, se niveló la cima y sobre se verifica una plaza circular que tiene 15,6 m de diámetro y que vinculadas con los rituales y la cosmología del templo. Sus carac- de asa estribo.
ella se construyó un complejo ritual que comprendía plazas y pla- está hundida hasta una profundidad de 2,1 m. A lo largo del eje terísticas más importantes se describen a continuación.
taformas. Los pisos y paredes de las plataformas y plazas fueron principal hubo alguna vez dos grupos de escalinatas, cada una de Tumba A-TM 5 Esta fue la tumba de un anciano. La perforación
enlucidos con un suelo blanco combinado con cal, y parte del edi- ocho peldaños, pero una de ellas ya se había perdido para el mo- en el lado izquierdo del cráneo muy probablemente se debió a un
Tumba A-TM 1 [fig. 65; cat. nos. 56-68] Esta tumba consta de
ficio fue decorado con murales y relieves. Una figurina descubier- mento en que nuestras excavaciones llegaron a esa parte. Lo más fuerte golpe. No había huellas de cinabrio en esta tumba y no se
un pozo cilíndrico con una cámara lateral. El pozo mismo tiene
ta durante las excavaciones muestra a un ser antropomorfo con probable es que la plaza hundida haya estado rodeada alguna cavó un pozo funerario. El difunto fue enterrado, no en una
1,5 m de diámetro y 2,25 m de profundidad. La cámara lateral
cabeza de felino al que se conoce como “El Ídolo” [cat. no. 90]. Es vez por una serie de plataformas con pequeños patios hundidos, tumba de pozo sino en un agujero abierto y poco profundo. Los
fue construida para que contuviera a un varón de cincuenta a
muy poco lo que se sabe acerca del tamaño y forma de todo el flanqueados por cámaras [fig. 64]. bienes mortuorios incluían veintisiete cuentas de hueso y con-
sesenta años de edad, con el cráneo deformado. Al parecer el di-
complejo, puesto que la arquitectura ceremonial de la fase Ídolo La arquitectura de Kuntur Wasi es notable por su red chas, un disco hecho con el hueso de un mamífero y dos discos de
funto estuvo originalmente envuelto en un fardo funerario y fue
está enterrada debajo de estructuras posteriores. de canales subterráneos [véanse caps. 4.3 y 4.4]. Las plazas más cobre. Resulta interesante que en la tumba no se descubriera
enterrado en cuclillas; fue solo después de que los restos cayeron
grandes y más pequeñas también tenían desagües, que usual- nada de cerámica, oro o cinabrio.
de costado. Alrededor de la cabeza se encontraron restos de cina-
La fase Kuntur Wasi (800-550 a.C.) mente eran remates de piedra planos con agujeros en ellos. El
brio arenoso y la tumba contenía una corona de oro con catorce
agua corría por estos agujeros hacia el canal subterráneo que la Tumba B-TM 1 [fig. 66] Esta tumba fue instalada debajo del
pequeñas placas de oro —cada una de ellas repujada con un
El complejo ceremonial erigido durante esta fase es del todo dis- llevaba más allá de las otras estructuras. Los canales pequeños piso de una plataforma ubicada al noreste de la plataforma cen-
rostro humano—, que colgaban dentro de aberturas hexagonales
tinto del templo anterior, construido durante la fase Ídolo. En se unían para formar otros más grandes, lo suficientemente tral. Ella consta de un pozo cilíndrico con una cámara lateral. La
[cat. no. 56], las que presumiblemente buscaban representar una
primer lugar se remodeló el cerro para abrir paso a la platafor- anchos como para que una persona pequeña se arrastrara por persona enterrada era un hombre de unos cuarenta años. Se le
canasta o red. También hallamos una botella de asa estribo de
ma. Luego se rodeó la plataforma principal con paredes de con- ellos. Los canales más anchos terminaban en tomas en los muros sepultó fuertemente acurrucado, muy probablemente porque el
cerámica con el cuerpo en forma de águila [fig. 57], una botella
tención de 12 m de altura y de tres niveles, construidos con gran- de contención que encerraban la colina y formaban la plataforma bajo techo de la cámara no permitía que el fardo funerario fuera
con un pico largo [cat. 58], una compotera, tres grandes trompe-
des peñascos [figs. 63, 64b]. La plataforma casi cuadrada mide principal. Todos estos detalles indican que el complejo del templo colocado en posición erguida. Entre los artefactos descubiertos en
tas de conchas [figs. 64-66] y diversos artefactos de piedra usados
130 x 120 m. En medio de la pared de contención noreste hay una de Kuntur Wasi fue construido siguiendo un plan detallado, lo la tumba había los siguientes: una corona de oro con doce placas
como joyas [cat. nos. 60-63, 67 y 68].
escalinata principal de 11 m de ancho, con peldaños bien conser- que debe haber requerido un alto nivel de coordinación y de orga- colgantes decoradas con cabezas de jaguar de perfil [cat. no. 78],
vados y canaletas a ambos lados. El montículo dentro de los nización del trabajo. un par de grandes pendientes de oreja de oro, cada uno de los
126 CHAVÍN 127 La arqueología de la sierra

cuales mostraba una imagen reflejada de una cabeza de jaguar En esta fase también hay tumbas especiales que con- sobre un área mucho más amplia. Resulta particularmente in- moniales de Kuntur Wasi (en la fase homónima) y Pacopampa
en perfil, de la cual colgaban seis serpientes entrelazadas (longi- tienen cinabrio y objetos de oro. En las plataformas laterales del usual el desarrollo del valle medio del Jequetepeque, tal como lo (fase Pacopampa II). Resulta interesante que el primer acto rea-
tud total: 24 cm [cat. nos. 83 y 84]); un par de pendientes de oreja gran templo en forma de U se hallaron dos tumbas con botellas evidencian los sitios del Formativo Temprano en Montegrande, lizado en ambos centros fue la instalación de tumbas que conte-
en forma de Lagenaria siceraria [cat. nos. 81 y 82]; un par de de asa estribo que tenían un jaguar en la base del asa. Estas dos las Huacas y La Bomba. El más grande de estos sitios es Polvo- nían vasijas de cerámica, objetos de oro y otros bienes funerarios,
orejeras repujadas con motivos de aves [cat. nos. 79 y 80]; tres botellas estaban asociadas con rastros de cinabrio, pero no las rín. Se encontró gran cantidad de cerámica de dicho estilo en todos los cuales muestran las características del estilo Cupisni-
vasijas de cerámica [cat. nos. 87-89]; cuentas de crisocola y cuatro acompañaba ningún esqueleto. En el mismo lugar se encontraron sitios a gran altura como Cerro Blanco (cerca de Kuntur Wasi), que. Las nuevas estructuras fueron erigidas encima de edificios
cuentas de malaquita [cat. no. 86]. tres tumbas debajo de la plataforma de la plaza sudoeste. Dos de Huacaloma y otros lugares del valle de Cajamarca, así como en más antiguos, pero no perpetuaron la misma tradición construc-
ellas contenían objetos de oro, como una corona simple y un par Pandanche, cerca de Pacopampa. Aunque nadie sabe cómo fue tiva. De modo que fue así como el Formativo Tardío (700 -400
Tumba G-TM 6 Esta tumba se encuentra debajo de una cámara de pinzas, así como collares de diversas formas y tamaños. que esta cerámica muy temprana llegó allá y se propagó por la a.C.) tuvo su origen en la sierra. Habrían más cambios en Kuntur
en la plataforma de la esquina sur del área ceremonial. Debido al Hay evidencias de que tuvieron lugar cambios drásti- región, está claro que se prefirieron las áreas más cálidas, como Wasi durante la fase Copa, y en el valle de Cajamarca durante la
mal estado de conservación no se pudo determinar la edad del cos hacia el final de la fase Copa. Algo llevó al cese total de las la zona yunga. Las zonas más altas fueron pobladas solo después fase EL. Pacopampa parece haber quedado abandonado definiti-
hombre aquí enterrado. Los bienes funerarios incluían un pecto- actividades cultuales que habían definido la identidad del com- y en etapas, hasta una altura de aproximadamente 3000 metros vamente, y nuevos complejos ceremoniales fueron levantados en
ral de oro que tenía 27 cm de diámetro, cuentas de piedra y plejo ceremonial de Kuntur Wasi durante la fase del mismo por encima del nivel del mar. Cada nuevo asentamiento tenía su otros sitios, como La Granja. Al Formativo Tardío le siguió el For-
concha, y una vasija de asa estribo en forma de sapo, pintada de nombre y la fase Copa. La nueva cultura que emergió al inicio de propio templo, el que servía como centro de las actividades socia- mativo Final (400 - 200 a.C.), tanto en la costa como en la sierra.
rojo, anaranjado y blanco. la fase Sotera (ca. 250 a.C.) muy probablemente fue la cultura les y del desarrollo ideológico. La costumbre de la renovación del A lo largo de esta última fase se perdieron todos los logros adqui-
Layzón, de la sierra de Cajamarca. Esto es evidente a partir del templo estuvo ligada al desarrollo y refinamiento de la produc- ridos en el Formativo, tal es el caso de la cohesión social, la reli-
Las fases Copa (550- 250 a.C.) y Sotera (250-50 a.C.) A la nuevo estilo alfarero rojo sobre blanco. La arquitectura existente ción de alimentos, la tecnología, la organización social y el siste- gión, la tecnología y la cosmovisión: en suma, todo lo que había
fase Kuntur Wasi le siguió la fase Copa, durante la cual no hubo fue destruida por completo y los fragmentos de la estructura ma religioso. encontrado una expresión material en los centros ceremoniales.
mayor cambio en el área central y en el templo en forma de U con fueron arrojados desde los cuatro lados de la plataforma princi- Esta tendencia prosiguió en el Formativo Medio
los monolitos. El área detrás del complejo, en cambio, sí fue remo- pal. Los escombros enterraron los muros de contención, en tanto (1200 -700 a.C.). Especialmente digno de atención aquí es el desa-
delada, llenándose íntegramente la plaza circular para que sir- que las fachadas del templo de Kuntur Wasi fueron remodeladas rrollo de la arquitectura ceremonial con relieves y murales, lo
viera como los cimientos de una nueva plaza rectangular que como pequeñas terrazas para viviendas simples. Durante esta que da fe de una cosmología multifacética con abundantes temas
medía 15 x 165 m. Alrededor de esta nueva plaza se erigieron fase de construcción no encontramos evidencia alguna de estruc- mitológicos. La sierra de Cajamarca y el valle de Jequetepeque
nuevas plataformas, con plazas y habitaciones que las rodeaban. turas ceremoniales o de algún otro tipo de edificio público. En la vieron la propagación de un estilo alfarero al que se conoce —por
Al igual que en la fase Ídolo (950-800 a.C.), los pisos y paredes fase Sotera se levantaron nuevas estructuras encima de Cerro ahora— como el estilo TPH (la sigla quiere decir Tembladera-
fueron enlucidos con un suelo blanco combinado con cal. Los ca- Blanco, un sitio frente a Kuntur Wasi que no se usó durante las Pacopampa-Huacaloma). Si bien son pocos los sitios en el valle
nales fueron vueltos a diseñar y se los conectó con los canales fases Kuntur Wasi y Copa. La larga historia del impresionante y medio de Jequetepeque que cuentan con complejos ceremoniales
más grandes, reutilizando los desagües construidos durante la altamente desarrollado complejo del templo, que se inició en intactos, son en cambio numerosos los asentamientos con una
fase Kuntur Wasi (800-550 a.C.) Los monolitos de esta última Kuntur Wasi en la fase Ídolo, finalmente había llegado a su fin. gran arquitectura ceremonial que fueron hallados en la sierra
fase fueron devueltos a su posición original. Todas estas altera- vecina como Kuntur Wasi, Huacaloma o Pacopampa. En este
ciones indican que el diseño fundamental del complejo ceremo- El Formativo en la sierra: último caso, durante la fase Pacopampa I (1200 - 800 a.C.) toda la
nial fue cambiado un poco, para que así el área detrás de la pla- un intento de síntesis cumbre de un cerro fue nivelada para dar forma a un complejo
taforma central tuviera un papel importante. Se erigió un ceremonial aterrazado, con muros de contención construidos con
complejo más pequeño que comprendía una plaza rectangular y Aunque tanto en Huánuco como en el Callejón de Huaylas —la bloques de piedra macizos15. Algunos de estos bloques fueron es-
un complejo de templo en forma de U que se abría hacia el sur, región adyacente a los valles de Supe y Chancay— se encontraron culpidos en forma de jaguar. Estas figuras antropomorfas de
pero el templo en forma de U con los monolitos no perdió su pre- evidencias de un desarrollo cultural durante el Formativo Inicial piedra parecerían datar de la fase Pacopampa II (800 - 500 a.C.),
eminencia en el conjunto del complejo ceremonial. El piso de las (3500-1700 a.C.), no hay en cambio ningún hallazgo arqueológico a pesar de que tienen algunas similitudes estilísticas con la cerá-
plazas fue llenado con grava amarilla y cubierto con el mismo concluyente que pruebe la existencia de asentamientos en la mica y las figurinas del estilo PTH [cat. no. 10].
enlucido blanco que también se usó para dar brillo a las paredes sierra de Cajamarca durante este mismo periodo. No es sino En paralelo a este notable proceso encontramos evi-
de las cámaras. El uso dado al enlucido blanco hecho de tierra hasta el inicio del Formativo Temprano (1700-1200 a.C.) cuando dencias de otro notable desarrollo cultural en la costa norte pe-
combinada con cal es un rasgo característico de la fase Ídolo. No encontramos evidencias de dos tradiciones alfareras en la región, ruana: se trata de la tradición Cupisnique, conocida por sus enor-
hay ninguna evidencia del mismo durante la fase Kuntur Wasi, la del valle de Huánuco y la tradición Conga-Huacaloma-Pandan- mes estructuras de plataformas, relieves, murales y su carac­­te-
pero sí volvió a aparecer durante la fase Copa [fig. 67]. che de la sierra de Cajamarca. La distribución y el desarrollo de rística cerámica. Hay ciertas similitudes entre la alfarería TPH y
En la cerámica perteneciente a esta fase también la cerámica fina de las fases Kotosh Wairajirca (1700-1200 a.C.) y la de estilo Cupisnique.
vemos cambios. Las botellas de asa estribo sí aparecen, pero el Kotosh Kotosh (1200-700 a.C.), con sus peculiares formas y ele- Por razones que aún no es posible esclarecer, estos de-
fino equilibrio formal entre el cuerpo y el pico desapareció. Las mentos decorativos, quedaron limitadas al valle alto del Hualla- sarrollos culturales paralelos en la costa y en la sierra, tuvieron
asas con motivos de jaguares y aves son típicas de las botellas ga, y no hay señal alguna de que esta tradición se haya propagado un final abrupto que tuvo lugar durante el Formativo Medio,
durante esta fase. Por lo general encontramos más cerámica roja más allá del valle. Las razones de ello siguen siendo un misterio alrededor de 800 a 700 a.C. Toda actividad cesó en los grandes
o rojiza, lo que también indica el retorno a la vieja tradición alfa- que solamente podrá ser resuelto por futuras investigaciones. centros de la costa. Fue alrededor de la misma época de este co-
rera de la fase Ídolo. Las tazas negras fueron decoradas con pa- Pero en la sierra de Cajamarca, las evidencias del uso lapso y abandono de los complejos ceremoniales costeños, cuando
trones geométricos. de la alfarería y de una forma de vida sedentaria están dispersas se inició el trabajo de remodelación en los nuevos complejos cere-
128 CHAVÍN
4. CHAVÍN DE HUÁNTAR:
DESCUBRIMIENTO, ARTE, ARQUITECTURA,
RITUAL Y TRANSFORMACIÓN
130 CHAVÍN 131 Chavín de Huántar

INTRODUCCIÓN 4.1 La historia del descubrimiento e investigación de un sitio ar-


queológico tipo, marca el modo en el cual el yacimiento es inter-
NARRACIONES E INVESTIGACIONES pretado por los diversos investigadores interesados en el mismo.
EN UN SITIO FORMATIVO DE LOS Para el caso de Chavín, esta máxima se cumple en proporciones
Desde su descubrimiento, el complejo de Chavín de Huántar con Como jefe de investigaciones arqueológicas en Chavín de Huán­
sus enigmáticas esculturas en piedra ha causado fascinación tar, John W. Rick de la Universidad de Stanford en California,
ANDES CENTRALES: CHAVÍN DE aún mayores, dado lo crucial que ha sido en diversas interpreta-
ciones sobre el origen de la complejidad social en los Andes Cen-
en todo aquel que ha tenido la oportunidad de conocerlo. Chavín es quien mejor conoce el templo de Chavín. Su enfoque inter­ HUÁNTAR trales, interpretaciones que en muchos casos han escapado lo
ha pasado a ser emblemático en la historia cultural de la región pretativo va más allá de una postura puramente materialista y estrictamente arqueológico y han incursionado en el campo polí-
centroandina, e incluso hoy sigue brindándonos un panorama tiene el efecto de traer a Chavín de vuelta a la vida. Su estilo Christian Mesía tico1. Esto tiene mucho que ver con los usos que se le dan a los
único del mundo ritual y religioso de las sociedades del Forma­ de investigación muestra cuánto puede contribuir la arqueo- sitios arqueológicos y a las culturas que estas representan en la
tivo Medio y Tardío. logía a la comprensión de una sociedad y la manera en que formulación de discursos que están relacionados con conceptos de
esta funciona. identidad y nación ¿Cuál es el rol que jugó Chavín en esta cons-
Christian Mesía, profesor de la Universidad San Ignacio de trucción histórica del presente desde el pasado y desde el presen-
Loyola, fue director fundador del Museo Nacional Chavín. Su Luis Guillermo Lumbreras, ex profesor de la Universidad Nacio­ te hacia el pasado? Un examen de la historia de las investigacio-
estudio sobre las excavaciones realizadas en Chavín de Huántar nal Mayor de San Marcos de Lima, es uno de los arqueólogos nes en el sitio nos servirá para revisar el rol que ha tenido el sitio
arroja información interesante sobre la forma en que la inter­ peruanos más reconocidos. Lumbreras, para quien la arqueolo­ de Chavín y sus manifestaciones derivadas en los intentos de
pretación del complejo fue cambiando con el paso de los años. gía no es tanto una carrera sino una vocación, codirige el pro­ construir identidad y otros términos similares.
En vista de la importancia suprema que Chavín reviste para la yecto Chavín. Sus excavaciones en la Plaza Circular y en la Ga­
arqueología en el Perú, hemos optado por colocar su ensayo al lería de las Ofrendas, constituyen uno de los estudios más Primeras referencias escritas
inicio de este capítulo. importantes llevados a cabo en el lugar y arrojaron resultados
que hoy son de crucial importancia para nuestra comprensión Las primeras noticias escritas sobre el centro ceremonial
Henning Bischof, quien trabajó en el Reiss-Engelhorn Museum sobre este fenómeno. El ensayo de Lumbreras que cierra este de Chavín de Huántar [fig. 69 y 70] datan de la crónica de
de Mannheim, ha dedicado muchos años al estudio del arte y capítulo nos brinda una introducción vívida al mundo ritual de Cieza de León quien en 1549 describe una fortaleza grande con
la iconografía Chavín. Su enfoque clásico, que tiene como base Chavín de Huántar. rostros figurados y talles humanos en sus muros, a ocho leguas
el desarrollo estilístico evidente de diversas obras de arte halla­ de Piscobamba2.
das en Chavín, muchas de las cuales aparecen ilustradas en su De los restos conocidos actualmente en el Callejón de
ensayo, nos brinda un valioso complemento a la investigación Conchucos o valle del río Mosna, no existen otros ejemplos con
arqueológica. Los análisis de Bischof, que nos motivan a obser­ detalles similares3. En 1593, Don Toribio Alfonso de Mogrovejo,
var detenidamente, han permitido realizar algunos de los más encargado de la Arquidiócesis del Callejón de Conchucos, llega a
importantes descubrimientos recientes sobre la iconografía Chavín, explorando el interior del centro ceremonial, indicando
Chavín. la existencia de una guaca, al interior de la cual existen callejo-
nes en su interior4.
En 1616 llega el clérigo Vásquez de Espinoza, indican-
do que el centro ceremonial de Chavín de Huántar fue un orácu-
lo, similar en su naturaleza a las ciudades de Roma y Jerusalén5.
En 1631, los Jesuitas tomaron control de la doctrina de Chavín.
Al parecer el Callejón de Conchucos se convierte en la ruta de
entrada al Marañón, adquiriendo una posición estratégica para
la Iglesia6. Es probable que el corte que exhibe el frontis del Edi-
ficio A haya sido realizado durante esta época como parte de la
extirpación de idolatrías. Toribio Mejía refiere que incluso la des-
trucción de estelas, cabezas clavas, y otros elementos fue causada
por jesuitas con la intención de utilizarlos como materiales cons-
tructivos7. En 1840 el Prefecto de Huánuco y primer Director del
Museo Nacional del Perú, Mariano de Rivero refiere en el primer
libro de arqueología peruana, que en las cercanías del pueblo mo-
derno existen edificios de piedra labrada, con callejones en su
interior atravesados por ductos de ventilación8. Rivero también
hace referencia del sitio arqueológico de Pojoq, ubicado en la cima
del cerro del mismo nombre al oeste de Chavín indicando su rela-
ción con Chavín. Rivero fue la primera persona que trata sobre la

Fig. 68
Plataforma norte del templo de
Chavín de Huántar
132 CHAVÍN 133 Chavín de Huántar

probable extensión del sitio arqueológico fuera de los límites del origen en la selva tropical. En 1929 precisa que Chavín es un re- lugar descubre la entrada a una nueva galería, la Galería de las relativas, y definir la extensión del asentamiento28. Guiado por
centro ceremonial. Hasta este momento Chavín era descrito presentante destacado de la antigua Cultura Megalítica, descrita Escalinatas24. Como parte de los trabajos de excavación en esta estos objetivos, realiza excavaciones distribuidas en la periferia
como una fortaleza9 y como un templo10. por Guaman Poma de Ayala y el Fray Buenaventura Salinas19. galería se descubre otra, la Galería de las Alacenas. Con toda del ceremonial, confirmando lo expuesto por Rivero en 184029.
De este modo Tello establece la antigüedad material y religiosa seguridad González realizó mayores intervenciones pero lamen- Burger identifica tres grandes momentos en base a la naturaleza
Viajeros exploradores y naturalistas de Chavín, convirtiéndose en la prueba de un origen endógamo de tablemente no se tiene una idea de la magnitud de las mismas. de la cerámica recuperada en sus excavaciones (Urabarriu,
la civilización andina. En 1925 un deslizamiento proveniente de El estado del conocimiento sobre Chavín de Huántar a Chaquinani y Janabarriu), relacionando estas tres fases con las
En 1871 Polo se hace presente en su calidad de Secretario de la la margen derecha del río Mosna modifica el cauce del mismo y la muerte de Tello en 1947 puede ser resumido de la siguiente tres fases o etapas de crecimiento arquitectónico planteadas
Prefectura de Huaráz, encontrando en la casa de Don Lazaro Pa- en 1930 un fenómeno similar hace que el río destruya la sección manera: a) Primer centro ceremonial construido durante la pri- por John Rowe en 1962. Establece los límites cronológicos de
lacios, el monolito de piedra conocido como “Monolito Raimondi”, este del Edificio E, lo cual le permite a Tello constatar in situ la mera época de la prehistoria andina a los 1000 a.C., b) Lugar de la ocupación en Chavín entre los 900-200 a.C. en base a diez fe-
trasladándosele a Lima en 187311. Polo asimismo ofrece la prime- presencia de cerámica Chavín debajo de arquitectura monumen- residencia del dios creador del mundo andino, c) Centro de dis- chados radiocarbónicos.
ra descripción histórica del “Lanzón Monolítico” [fig. 71]12. En tal [fig. 72]. Antes de este evento la cerámica catalogada como persión cultural de la civilización andina, d) Construido al menos En 1982 se realiza una nueva intervención arqueoló-
1873 llega a Chavín de Huántar Antonio Raimondi realizando Chavín provenía de sitios costeños mientras que en la sierra y en en tres etapas constructivas. gica en Chavín de Huántar, dirigida por el arqueólogo Federico
una descripción sobre el monumento, el cual para él, cumplió las el mismo Chavín la cerámica Chavín era elusiva. En el año 1961, John Rowe realiza una visita al centro Kauffman Doig, gracias al apoyo de la Fundación Volkswagen de
funciones de un fortín13. En 1875 Charles Wiener llega a Chavín, Wendell Bennet, en 1938, realiza excavaciones ar- ceremonial. Al igual que Tello, propone que las juntas arquitec­ Alemania y la co dirección de Francisco Iriarte. Inicia sus traba-
llamándole la atención las ruinas de Chavín de las cuales ya queológicas en diversas zonas del monumento, durante una tónicas presentes en la fachada este del Edificio A, estarían jos en 1982, publicando un informe dedicado a las labores de
tenía referencia por el trabajo de Rivero. Wiener refiere que el breve temporada de campo de veintiocho días. Las excavaciones marcando diferencias cronológicas al interior del monumento. mapeo de fachadas y galerías30.
centro ceremonial estuvo compuesto por dos terrazas, tratándose siguieron niveles arbitrarios de 50 cm y fueron insuficientes para Propone –al igual que Tello– la existencia de tres momentos cons- En 1985 Burger propone que el concepto de cultura
de un templo, debido a los jeroglíficos inscritos en las columnas una fina segregación cronológica20. tructivos en Chavín de Huántar. La diferencia fundamental, es madre sea remplazado por el concepto de Chavín como síntesis.
de la portada albinegra, los cuales ilustraban al visitante sobre el En noviembre de 1940 Tello regresa a Chavín con el que Rowe incluye el resto de los edificios de Chavín en su secuen- La investigación y reconocimiento de sitios costeños anteriores a
dios que era venerado14. En 1886 Middendorf llega a Chavín y objetivo principal de reparar el muro de contención del río Mosna cia, mientras que Tello tan sólo se refiere al Edificio A. Rowe no Chavín de Huántar reconoce la presencia de elementos arquitec-
divide el centro ceremonial en dos áreas: 1) templo, conformado [fig. 73], a fin de prevenir la destrucción del centro ceremonial solamente analiza la relación espacial de los componentes arqui- tónicos similares a los de Chavín por lo que se plantea que en
por lo que hoy conocemos como Edificio A y Plaza cuadrangular, debido a eventos similares a los ocurridos en 1925 y 1930. Se tectónicos sino también retoma el análisis iconográfico realizado Chavín se da una síntesis de las tradiciones culturales existentes
y; 2) palacio, conformado por los edificios hoy conocidos como B y inician trabajos de limpieza de la fachada oeste con la finalidad por Tello en 1923, estableciendo una secuencia iconográfica de hasta ese momento31. En 1988 propone que la fase identificada
C, en donde posiblemente vivió el señor de la comarca15. Midden- de exponerla en su integridad; igualmente Tello ordena se reini- cuatro fases a saber: AB, C, D y EF [véase cap. 4.2]25. como Janabarriu en Chavín como el marcador del Horizonte
dorf deduce la antigüedad de Chavín a partir de la presencia del cien los trabajos en la fachada este del Edificio A [fig. 74]. Se En 1966 Lumbreras realiza excavaciones en el atrio Chavín, de tal modo que una categoría cronológica, específica
Lanzón en su interior, indicando que es imposible que un templo realiza la limpieza/excavación de las fachadas occidente y sur del del Templo Viejo y en la Galería de las Ofrendas ubicada en el para un sitio, es extrapolada como una categoría panandina32.
Inca tenga como divinidad principal a otro dios que no sea el Sol. Edificio A. Asimismo, se excava una unidad exploratoria de 6 x 2 lado norte del mismo atrio. En el atrio se descubre una plaza Antes de proseguir es necesario resumir el estado de
Propone que la técnica constructiva de los Incas tuvo como resul- m en el sector Wacheqsa; Tello pensaba que este sector podría circular rodeada de grabados [fig. 115; véase cap. 4.5], mientras la cuestión: a) los límites cronológicos del centro ceremonial
tado final un estilo diferente y establece que Chavín debió estar haber sido el lugar en el cual los responsables de la construcción que en la Galería de las Ofrendas, se realiza el hallazgo de un Chavín se encuentran entre los años 390-200 a.C.; b) Las tres
relacionado con Moxeque [véase cap. 2.3]. del monumento establecieron sus residencias dada la alta densi- contexto cerrado conformado por 681 vasijas de cerámica, 191 etapas de crecimiento arquitectónico definidas por Rowe (y anti-
Propone la existencia de un extenso reino, del cual Chavín sería dad de material cerámico sobre superficie21. Tello propone una restos óseos humanos y 171 artefactos no cerámicos entre otros cipadas en veinte años por Tello) se relacionan con las etapas
uno de los centros. La extensión de este reino abarcaría todo el secuencia de crecimiento del Edificio A, la cual de acuerdo con objetos [cat. nos. 125-163]26, identificándose nueve estilos cerámi- cerámicas definidas por Burger; c) Chavín representa la síntesis
Callejón de Conchucos así como el norte del mismo, manteniendo sus observaciones estaba dividida en tres fases con una lógica cos en la galería [cat. nos. 125-158]: Dragoniano, Ofrendas, Qoto- cultural de las diversas sociedades que la antecedieron; d) la
una estrecha relación con poblaciones de la costa16. similar a la que Rowe utilizó veinte años después, interpretando pukyo, Floral, Puca Orqo, Mosna, Wacheqsa, Raku y Puksha. De etapa de apogeo de Chavín se desarrolló entre los 390–200 a.C.;
cada junta en el Edificio A como una etapa constructiva. Tello estos estilos los cuatro primeros han sido reconocidos como loca- e) esta etapa tuvo influencia en el resto del territorio andino,
Investigación arqueológica redondea sus interpretaciones en “Origen y Desarrollo de las Ci- les mientras que el resto como foráneo a Chavín, este último lote dándose una profusión de artefactos relacionados con Chavín.
vilizaciones Prehistóricas Andinas” desarrollando diversas líneas conforma el 27% del total de la cerámica registrada en la galería Con la intención de elaborar un mapa tridimensional
Julio C. Tello llega a Chavín en 1919, dirigiendo la primera expe- de difusión de la civilización derivadas de Chavín. No solo Chavín [véase cap. 4.5]. Los estilos foráneos procederían en su mayoría de Chavín, John Rick inicia trabajos en 1996. En este proceso de
dición arqueológica de la Universidad Nacional Mayor de San es importante por ser la expresión civilizatoria más antigua del de la costa norte lo cual nos indicaría una presencia muy fuerte digitalización de la arquitectura de Chavín, nota que el centro
Marcos. Sus trabajos se restringen a la limpieza de una de las país, sino también porque la primera divinidad andina moró en de pobladores de esta región geográfica en Chavín de Huántar27. ceremonial presenta una complejidad mayor a la planteada por
escalinatas del edificio principal y a la recolección de esculturas su templo, expandiéndose al resto de los Andes22. Lumbreras además de intervenir en el Atrio del Templo Viejo y John Rowe. A fin de ampliar los detalles del modelo tridimensio-
líticas dispersas en el área monumental, recuperando el llamado En 1945 un aluvión cubre totalmente a Chavín. Ante la Galería de las Ofrendas, realiza una intervención menor en nal, Rick realiza pequeñas excavaciones con la finalidad de eva-
Obelisco Tello que será fundamental en la interpretación religio- esta situación destaca un contingente humano, liderado por la Galería de las Caracolas, ubicada en el lado sur del atrio luar la hipótesis de crecimiento arquitectónico33.
sa del sistema de creencias representado en Chavín17. En 1923, Marino Gonzáles, destinado a iniciar labores de limpieza y re- del Templo Viejo. Al mismo tiempo Silvia Kembel investiga directamen-
Tello propone que el dios de los Incas, Wiracocha, es el personaje excavación. Marino Gonzáles se mantuvo activo realizando di- En 1973 Rosa Fung inicia excavaciones arqueológicas te el crecimiento arquitectónico del sitio realizando un extenso
adorado en Chavín, en la figura del Jaguar. Este Jaguar no debe versas intervenciones. Descubre en 1958 el Canal de Rocas, que en el sector Wacheqsa, en el sitio denominado La Capilla ubicado análisis de la disposición tridimensional de las galerías de
de ser observado como una simple manifestación animística, sino es el drenaje principal del centro ceremonial [veáse cap. 4.3]23. En en la ribera norte del río Wacheqsa y en la Galería del Loco, ubi- Chavín concluyendo que: el centro ceremonial de Chavín de
más bien como una compleja interacción y sincretismo entre na- 1959 Manuel Chávez Ballón, realiza conjuntamente con Marino cada en el Edificio C. Las excavaciones realizadas por ella perma- Huántar fue construido en cinco etapas, quince fases y cincuen-
turaleza y ser humano. Tello propone que Chavín es una de las González, excavaciones arqueológicas en la fachada norte del necen hasta el momento inéditas. taiún eventos constructivos, la secuencia constructiva planteada
manifestaciones más antiguas del culto al dios Jaguar o Wiraco- Edificio A con la intención de ubicar una portada similar a la En 1975 Richard Burger inicia excavaciones en por John Rowe es inviable, la construcción debió haberse iniciado
cha18 y observa la dispersión de este culto de este a oeste con un portada principal de la fachada este [fig. 105] del Edificio A, en su Chavín en un intento por desarrollar cronologías absolutas y alrededor de los 1500 a.C. cesando las funciones del mismo a los
134 CHAVÍN 135 Chavín de Huántar

500 a.C. [véase cap. 4.3], y que la fase Janabarriu está relaciona- la población residente en La Banda mantuvo con el centro cere- de Huántar como el origen de la civilización andina y al mismo
da con el centro ceremonial. Estos planteamientos obligan a re- monial37. Ya en el año 2010 la ubicación cronológica de Chavín de tiempo como el lugar a partir del cual se gesta la nación o perua-
pensar lo planteado por Burger en los siguientes puntos, a) si la Huántar es esclarecida en gran parte, gracias a la presentación nidad. Tello es bastante explícito y directo en este planteamiento
secuencia arquitectónica de John Rowe no es útil, la relación se- de una secuencia de ochenta y tres fechados radiocarbónicos, los y utiliza un razonamiento deductivo para elucidar el problema de
cuencia ceramográfica-secuencia arquitectónica planteada por cuales consolidan la hipótesis de funcionamiento del centro cere- los orígenes de la civilización andina.
Burger tampoco es útil; b) si la construcción se inició alrededor de monial entre los años 1200 - 500 a.C.38. Establecién­dose clara- El concepto de cultura madre se mantiene en la ar-
los 1500 a.C., fue contemporáneo con los centros ceremoniales de mente que la fase Janabarriu en realidad corresponde a una queología andina, ya no en Chavín, sino en los desarrollos com-
la costa, razón por la cual la idea de “Chavín como síntesis” no etapa fechada entre los 900 - 500 a.C., integrándose a la época de plejos del periodo previo al Formativo. La necesidad de utilizar al
tendría mayor asidero y tendría que ser descartada de plano; c) mayor construcción arquitectónica de Chavín de Huántar. pasado para llenar un vacío que no puede ser colmado en el pre-
Chavín de Huántar ya no funcionaba como centro ceremonial du- sente, habiendo transcurrido casi un siglo desde la publicación de
rante la fase de apogeo planteada por Burger de 390- 200 a.C. Epílogo Wiracocha, es un indicador de que los problemas de identidad en
[véase cap. 4.3]. el Perú siguen siendo los mismos de hace casi cien años y que no
Las investigaciones de John Rick prosiguen en el Las investigaciones en Chavín de Huántar prosiguen hasta la podrán ser resueltos desde la arqueología. Es interesante re-
centro ceremonial, cambiando un tanto de orientación. La nueva fecha, habiendo cambiado muchas de las interpretaciones flexionar sobre las causas y motivos que guían al estudio del
complejidad arquitectónica descubierta en Chavín de Huántar le originales que guiaron el modo de comprender al sitio. Se podrían pasado, los cuales deben de evadir las rutas de los usos políticos
hace reflexionar con respecto a los mecanismos de poder y auto- establecer tres líneas de interpretación que transcurren por y más bien centrarse en aplicar rigurosas metodologías y perfec-
ridad que se ejercieron en Chavín y fueron capaces de movilizar senderos diferentes pero no tan lejanos: a) empírica, b) científica cionar los mecanismos de interpretación de la evidencia arqueo-
a un importante contingente de personas en la construcción del y c) política. lógica. Al escapar Chavín del discurso fundacional, se ha retoma-
centro ceremonial. En términos de interpretación arqueológica, La primera línea está relacionada con aquellos que do la rigurosidad que debe de guiar toda investigación
los trabajos de John Rick tienen la intención de investigar la na- sin mayor entrenamiento en el estudio del pasado, a partir de arqueológica. Cuando las agendas políticas anteceden a las evi-
turaleza del poder y autoridad en Chavín de Huántar [véase cap. elementos puramente empíricos intentaron establecer función, dencias y se sale de lo estrictamente arqueológico, se difumina la
4.4]. Rick plantea que en Chavín la autoridad se derivaba de la cronología y extensión en Chavín de Huántar. En este grupo des- comprensión arqueológica en varias aristas, perdiéndose lo esen-
manipulación de prácticas shamánicas. De acuerdo con observa- tacan principalmente Rivero y Middendorf. Ambos intentaron cial en la práctica arqueológica: los datos y evidencias. Los usos
ciones etnográficas, los shamanes sirven a la sociedad, no osten- explicar Chavín de Huántar más allá de las 7 hectáreas de núcleo políticos del pasado podrían ser entendibles en cuanto no sean
tan posiciones de poder y desarrollan diversas actividades de arquitectónico. Las excavaciones llevadas a cabo hasta el mo- realizados por arqueólogos, quienes tienen una responsabilidad
subsistencia como cualquier otra persona del grupo social. De mento han confirmado que la extensión del centro ceremonial mayor, un compromiso académico muy por encima de cualquier
acuerdo con Rick, las autoridades de Chavín se presentaron como excede la del núcleo monumental y que la influencia de Chavín agenda política. En tal sentido es reconfortante que Chavín de
herederos de una tradición shamánica, pervirtiéndola para ser- fue bastante intensa en la costa de los Andes Centrales. Midden- Huántar haya escapado de esta espiral, lo cual ha permitido
virse en lugar de servir, creando una fachada en la cual se preten- dorf es crucial en este sentido, a partir de la observación de diver- la práctica de una arqueología libre de compromisos y agendas
de que continúan las mismas tradiciones antiguas cuando en sos restos monumentales en la costa, llegó a la conclusión de que políticas, llena de mayores datos y evidencias.
realidad la perversión del sistema hace que los encargados se sitios como Chavín debieron de haber existido en diversas regio-
beneficien directamente34. nes, y que estaban entrelazados a partir de un sistema político en
En el año 2007 se presentan dos tesis doctorales refe- común. Este planteamiento, antecede en casi cien años a los con-
rentes a Chavín de Huántar, la primera llamada Intrasite ceptos de peer polity que son utilizados para explicar la diversi-
Spatial Organization at Chavín de Huántar during de Andean dad de centros ceremoniales durante el periodo Formativo en los
Formative: Three Dimensional Modeling, Stratigraphy and Cera- Andes Centrales39. Por otra parte, la línea de investigación, pasa
mics35 y Geomorphologic and Sociopolitical Change at Chavín de por esquemas de historia cultural como los de Bennett y Burger,
Huántar36. En la primera se aborda la naturaleza de las ocupa- marxistas como el de Lumbreras, cuya forma de interpretación
ciones de época Chavín en el denominado sector Wacheqsa, pre- de los datos está inspirada en el materialismo histórico, y positi-
sentándose evidencias de ocupaciones domésticas, probables ta- vistas como el de Rick y asociados, mientras que la línea de inves-
lleres de producción artesanal, canales o espacios por donde tigación de Tello es difícil de clasificar debido al intenso tinte
transcurrió agua probablemente derivada del río Wacheqsa, y de político que ha teñido sus interpretaciones. El uso en las últimas
una extensa área de desechos producida por banquetes y festi- décadas de métodos analíticos de análisis arquitectónico, cera-
nes. En la segunda se examinan detalles del paisaje construido mográfico, estratigráfico, radiocarbónico, paleobotánico y geo-
alrededor de Chavín como parte de un diseño a gran escala con- morfológico inciden en la maximización del dato y la inferencia
cebido por las autoridades del centro ceremonial con la finalidad de modelos. La complejidad del centro ceremonial demanda la
de obtener prestigio entre aquellos que usufructuaban los servi- utilización de aproximaciones metodológicas que puedan regis-
cios del mismo. En el año 2010, Matt Sayre entrega su tesis de trar e interpretar esa complejidad, lamentablemente el uso de
doctorado Life Across the River: Agricultural, Ritual, and Produc- aproximaciones tradicionales tienden a ser unidimensionales y
tion Practices at Chavín de Huántar, Perú, en la cual examina las no son apropiadas para entender a cabalidad el complejo. La
complejas relaciones de intercambio, producción y ritualidad que línea política está relacionada con los intentos de ubicar a Chavín

Fig. 69 Fig. 70
Vista del Callejón de Conchucos Vista del centro ceremonial de
desde el norte. Fotografía de 1940 Chavín de Huántar desde la ribera
derecha del río Mosna. Nótese el
corte del Edificio E en primer plano,
producido por el desborde del río en
1930. Fotografía de 1940
136 CHAVÍN 137 Chavín de Huántar

Fig. 71 Fig. 72 Fig. 73 Fig. 74


Dibujo del Lanzón monolítico Detalle del corte del Edificio E. En la Trabajos de recanalización del río Excavaciones y limpieza en el lado
oquedad casi a nivel de la base, es Mosna. Fotografía de 1941 sur de la fachada este del Edificio A.
donde Tello encontró la fragmentería Fotografía de 1941
cerámica a la que hace referencia.
Fotografía de 1940
138 CHAVÍN 139 Chavín de Huántar

4.2 En los íconos de Chavín, el foco de la experiencia religiosa, lo sa- desarrolladas en el Perú. Él justificó la contemporaneidad su- Intentos de seriación
grado, alguna vez se manifestó en sus aspectos de lo sublime (au- puesta de las culturas Chavín y Mochica del mismo modo que
EL ARTE DE CHAVÍN: gustum), el “misterio que evoca el temblor” (mysterium tremens) Tello lo hiciera en un principio, refiriéndose a la cerámica mochi- Por más fascinantes que hayan sido estos amplios panoramas, no
PRECURSORES Y y lo que atrae de modo ambivalente (fascinans)1. Luego de un ca que tenía como base modelos Chavín: la cerámica a la cual era posible efectuar ningún avance concreto mientras no se con-
DESARROLLO TEMPRANO largo periodo de relativa oscuridad, y en última instancia de John H. Rowe posteriormente interpretó como un “arcaísmo” taba con cronología bien fundada basada en puntos determina-
olvido, a mediados del siglo XIX el arte Chavín nuevamente recu- temprano9. A partir de similitudes formales aisladas, Uhle sospe- dos de referencia, en este caso, de las esculturas mismas. Rowe
peró su poder para fascinar, esta vez a través del misterio de su chó que detrás de todo esto yacía la influencia de Mesoamérica, marcó un hito cuando asoció unas esculturas con la historia cons-
Henning Bischof existencia como testigo de una cultura prehistórica desconocida, especialmente de la esfera Maya que, según su hipótesis, llegó al tructiva del templo principal de Chavín de Huántar, alineando
cuyo complejo diseño y perfección tecnológica despertaron una Perú a través de Ecuador10. sus rasgos iconográficos con la secuencia cerámográfica de Para-
admiración espontánea. A diferencia de Tello, Uhle no fue el único postulando cas, del sur del Perú. En la versión final de su trabajo Rowe eligió
influencias mesoamericanas. Por ejemplo, el investigador esta- algunas losas de la cornisa que mostraban aves de presa (cat. no.
Intentos de orientación dounidense Alfred L. Kroeber distinguió dos estilos, un Chavín N 113) como esculturas de referencia de su fase AB, su periodo esti-
—por “Nasca”—, representado por la Estela Raimondi, y un lístico más temprano, y ya no como antes a los motivos de jaguar
Los viajeros de varios países, entre ellos Mariano E. de Rivero, Chavín M —por “Maya”11— que comprendía las demás escultu- hallados en otra parte de la cornisa18. Al Lanzón [fig. 4] que ocupa
Antonio Raimondi, Charles Wiener y Ernst W. Middendorf fueron ras ilustradas por Tello; sin embargo, Kroeber aceptó que era po- un lugar central en la que sigue siendo la parte más temprana de
los primeros en informar acerca de la existencia del complejo de sible que la impresión de una similitud tal vez se debía única- Chavín, trataba con ciertas reservas, suponiendo que todas estas
Chavín y sus monumentos2. Rivero y el investigador suizo Johann mente a un nivel comparablemente alto de calidad escultórica. esculturas formaban parte de lo que él llamó “Old Temple”
Jakob von Tschudi publicaron el que probablemente fue el intento Por falta de fechados absolutos, las discusiones descansaban ín- (Templo Viejo)19. Las investigaciones actuales en torno a la histo-
más temprano de ilustrar una escultura Chavín3. Luego, a partir tegramente sobre comparaciones iconográficas, impresiones esté- ria constructiva de esta sección central de Chavín demuestran
de 1874, los propios habitantes de Lima, la ciudad capital, pudie- ticas y teorías rivales del arte durante décadas; independiente- un cuadro más diferenciando20. La fase C de Rowe está represen-
ron admirar una obra maestra de Chavín, la Estela Raimondi [fig. mente de los intentos realizados para alcanzar una mayor tada por el Obelisco Tello [fig. 5], cuyo emplazamiento original se
6]. El estudio de José T. Polo en 1891-1892 constituyó el primer claridad mediante una evaluación seria del material12. desconoce, y su fase D por el conjunto del Portal Blanco y Negro
intento dedicado especialmente a una obra de arte Chavín4. Casi A medida que las investigaciones arqueológicas iban [fig. 105], el cual fue erigido después de la ampliación final del
al mismo tiempo Middendorf presentó una descripción detallada avanzando, la supuesta existencia de lazos culturales entre Me- templo principal en el nuevo centro de su fachada oriental. Según
de la escultura, siguiendo un enfoque comparativo5. Max Uhle soamérica y la región de los Andes Centrales, sostenida por largo Rowe, la fase D correspondía a la fase Ocucaje 4/5 de la cerámica
(1856-1944) también se interesó por la Estela en varias ocasio- tiempo, fue asumiendo una naturaleza distinta. Gracias a los Paracas21. Rowe colocó la Estela Raimondi al final de la secuencia
nes; vio la existencia de un vínculo entre ella y la cerámica pinta- nuevos datos provenientes de las excavaciones, en el Perú, los como la pieza principal de la fase EF, una escultura también sin
da del periodo Nasca Medio, en tanto que otros investigadores argumentos de Tello a favor de la posición temprana de Chavín contexto arquitectónico conocido [fig. 6]. Rowe y su grupo llega-
encontraban que los profusos elementos de diseño recordaban como “cultura matriz” de los Andes Centrales fueron adquiriendo ron a una comprensión de la estructura formal del arte Chavín, y
más el estilo posterior, conocido como Nasca “prolífero”. mayor aceptación13. En México, el descubrimiento de la cultura su metafórica basada en las representaciones de depredadores.
“Dicen los rumores que todavía hay piedras similares Olmeca parecía indicar la presencia de un desarrollo paralelo. En Peter G. Roe buscó sustanciar la propuesta de Rowe
enterradas en el suelo de Chavín”, escribió Uhle6, lo que quedó efecto, la reconfiguración de las sociedades que subyacían al de- mediante un detallado análisis iconográfico y complementarla
confirmado un año más tarde durante la expedición dirigida por sarrollo cultural más alto que prestó a ambas regiones su natu- con materiales adicionales22. Sus dos cuadros muestran la distri-
el investigador peruano Julio C. Tello (1880-1947). De los muchos raleza distintiva, parecía haber dado origen espontáneamente a bución de ciento cuarenta y ocho elementos estilísticos entre un
descubrimientos realizados por Tello, figuró en los debates polé- los “grandes estilos artísticos” tanto en Mesoamérica como en el total de ciento cincuenta y cinco obras de arte analizadas, ochen-
micos del siguiente periodo el Obelisco Tello [figs. 5, 116], que fue Perú14. Donald W. Lathrap apuntó al bosque tropical lluvioso, ta y nueve de las cuales provenían de Chavín y su vecinidad in-
llevado a Lima en 1919, y —con menor frecuencia— el Lanzón presente en ambos casos —según se manifestaba en la fauna y en mediata, sin incluir las cabezas clavas que alguna vez estuvieron
monolítico, dejado in situ [figs. 4, 117]. Esas discusiones giraron las plantas cultivadas representadas en el Obelisco Tello—, y a la empotradas en la fachada del templo principal. Sin embargo los
en torno a la relación de las esculturas entre sí, su relación con posibilidad de que antes de las esculturas líticas hubiese un arte, resultados que los cuadros dan, no sustentan una base firme
otras culturas y, no menos importante, las preguntas sobre su hoy perdido, elaborado sobre soportes orgánicos tales como para la colocación de los materiales adicionales. Además, su defi-
origen y derivación. madera, mates y tejidos15, refiriéndose a los hallazgos del Forma- nición de los rasgos individuales no tomaba en cuenta algunos
Tello dio el nombre de Chavín al complejo cultural que tivo Inicial realizados en Huaca Prieta, en la costa norte del Perú. que posteriormente mostraron ser importantes, y en cambio
Middendorf había esbozado vagamente tomando el nombre de su Incluso la noción antigua de la importación cultural asignó un peso inapropiado a otros. Por último, Roe evidentemen-
sitio principal7; también defendió consecuentemente su origen transpacífica fue revivida ocasionalmente, incluyendo algunos te asumió que en Chavín no había esculturas más tempranas que
local partiendo de la cultura llamada por él “Huaylas”, cuyas es- motivos individuales de Chavín16, como el caso de las figuras ag- aquellas que Rowe describiera. Fue así que postuló, por ejemplo,
culturas y cerámica eran más toscas, y señalando la presencia de náticas de Chavín —seres sobrenaturales que carecen de mandí- el desarrollo de una forma frecuente de representación del ojo
influencias procedentes de las tierras bajas tropicales del Amazo- bula inferior— que Uhle ya había vinculado con las máscaras que va contra su evolución real23.
nas8. Uhle, en cambio, concentrándose únicamente en las princi- taotie del periodo Zhou en China17. En un segundo trabajo, Roe aplicó su método a descu-
pales obras escultóricas derivó el arte Chavín del periodo medio brimientos recientes. Sugirió así que las esculturas de la Plaza
de la cultura Nasca y de la cultura Mochica Temprano, que para Circular, ubicada delante de la sección central del Templo Viejo
él eran por ese entonces las dos culturas de mayor antigüedad de Rowe, debían ser consideradas como el grupo de referencia
140 CHAVÍN 141 Chavín de Huántar

de una fase B separada de Chavín24. Volveremos más adelante prehispánico. Rafael Larco Hoyle (1901 -1966), un hacendado de Vías para salir de la oscuridad: de figuras humanas sostiene un símbolo que cruza su cuerpo se-
sobre este punto. la costa norte interesado por la arqueología, propuso, contra El arte precerámico del Formativo Inicial mejante a una barra y que se parece a una serpiente de dos cabe-
Hasta ahora el último intento para esbozar el desarro- la feroz oposición de Tello, que el origen del arte Chavín debía zas, comparable con lo que se ve en las posteriores imágenes
llo dentro del estilo Chavín fue realizado por Alan R. Sawyer y buscarse en la costa. Larco basó su postura en numerosos hallaz- A partir de una sugerencia hecha por Yoshio Onuki37 en la reu- Chavín [fig. 76]42. La figura de la derecha, posiblemente femeni-
Maureen E. Maitland. Sus periodos I (= la fase AB de Rowe) y II gos de tumbas en el valle pequeño y seco de Cupisnique, especial- nión celebrada como preparación de esta exhibición, se decidió na, parece estar orinando, lo que a su vez la haría un arquetipo
(= la fase D, con ciertas piezas EF) se basaban más en el tipo de mente de botellas numerosas de cerámica decoradas con rasgos adoptar el término “Periodo Formativo Inicial” como denomina- de una divina “madre fuente”: un tipo de deidad que aún existía
trazo en el arte lítico y en las calidades artísticas en general que Chavín32. Su conclusión se vio apuntalada por los descubrimien- ción de la última fase de la época precerámica, a fin de hacer en las creencias del siglo XVII. Las figuras complejas que se han
en elementos iconográficos individuales. Su periodo I incluía los tos arquitectónicos que Tello hiciera en el valle de Nepeña, entre justicia así a los logros culturales cada vez más distinguibles que conservado fragmentariamente en textiles de La Galgada, proba-
relieves de la Plaza Circular como patrón de referencia de la fase ellos, Larco identificó correctamente a Punkurí y sus esculturas se dieron entre el cuarto y el segundo milenio a.C. “Arcaico blemente también puedan situarse en contextos míticos. Ellas
C, desplazando así al Obelisco Tello. En cuanto su periodo Chavín de barro pintadas, como un sitio ceremonial temprano de la época Tardío” o “Arcaico Final”, términos habitualmente utilizados constan de elementos que por parte son antropomorfos y por
Tardío (III), los autores afirman que la “fase III es difícil de defi- antes de Chavín33. para este periodo, serían entonces aplicables únicamente a la parte geométricos, y se las realzó con las características cabezas
nir debido a la diversidad del estilo en sus monumentos principa- Esta mirada hacia el oeste no descuidó los importan- época anterior a 3500 a.C. convencionales de ave o “serpientes sonrientes”. En dos textiles
les”25. Esto no sorprende, puesto que además de los restantes tes motivos pictóricos —e indudablemente religiosos— de Chavín, Gracias a las excelentes condiciones de conservación vemos serpientes de este tipo combinadas con formas humanas:
ejemplos de la fase EF de Rowe/Roe, este periodo también debía que incluían caimanes, anacondas, águilas arpías, monos y jagua- existentes en la costa del desierto peruano, Junius B. Bird, Fré- un antecedente de las criaturas compuestas humano-animales
incluir la Estela Raimondi, el Obelisco Tello y el Obelisco res, lo que, según la opinión más ampliamente sostenida, apunta- déric A. Engel, Terence Grieder y Ruth Shady lograron pintar de Chavín y Paracas43. Hay varios ornamentos geométricos raros,
Gotush26. Sawyer y Maitland, además, no tomaron en cuenta la ba hacia el bosque tropical al este34. Con sus trabajos en el alto un cuadro ricamente detallado de esta cultura temprana —entre entre ellos algunos llamativos patrones escalonados y dentados,
posible existencia de antecedentes del Lanzón. valle de Zaña, el arqueólogo norteño Walter Alva fue el primero 2600 y 1600 a.C.— en los sitios del Formativo Inicial en Huaca en tanto que los motivos de plantas faltan por completo.
en hacer notar a los expertos que en el Perú septentrional el llu- Prieta (valle de Chicama), Asia (valle de Omas), La Galgada Los motivos animales y de máscaras rigurosamente
La búsqueda de los orígenes vioso bosque tropical montano, que proporciona un hábitat para (valle de Tablachaca) y Caral (valle de Supe)38. El arte estilizados, que se ven en los pequeños hallazgos figurativos,
algunos de estos animales, también se extiende a lo largo de las textil mostró haber estado particularmente bien desarrollado siguen los principios fundamentales de los diseños textiles [fig.
Richard L. Burger y Lucy Salazar consideran que la cultura faldas occidentales de los Andes. Pero, a diferencia de los bosques junto a los pocos objetos figurativos hechos con hueso, conchas de 77]. El objeto más antiguo que se conozca, datado en la primera
Chavín no se deriva de una sola región de origen, sino que incor- tropicales al este de la cordillera, el valle alto de Zaña cuenta con moluscos, madera, mates, arcilla no cocida y algún tipo de mitad del tercer milenio a.C., podría ser el tazón de madera talla-
pora más bien elementos provenientes de diversas fuentes27. Si una arquitectura monumental formativa, con edificios de piedra material modelable. do con figuras de sapos procedente de la Huaca de los Sacrificios,
bien esto puede ser también cierto para el arte, sigue siendo ne- y cerámica fina. A la base de estos datos arqueológicos, Carlos G. en Áspero. Particularmente digno de mención es un grupo de
cesario identificar sus modelos concretos o las tradiciones que le Elera exploró la contribución de esta región al surgimiento de la El estilo heráldico - obras de textiles y de arte portátil flautas de Caral hechas de huesos de cóndor y pelícano, que lucen
precedieron. cultura Cupisnique, emparentada con Chavín35. Los caimanes A diferencia de las pinturas “narrativas” de cuevas y abrigos soberbios motivos incisos de monos, aves y máscaras44. Los trein-
En este sentido las excavaciones realizadas por los ja- también son nativos del norte peruano y de la cuenca del Guayas rocosos —cuya antigüedad, en el Perú, solamente puede verifi- ta y dos instrumentos se encontraron en una Plaza Circular
poneses cerca de Huánuco, al sudeste de Chavín, en la década de al sur de Ecuador; esto cae bien adentro de la región donde se carse en unos cuantos casos39—, el arte textil de Huaca Prieta, La Hundida usada para fines rituales; exactamente qué tipo de
1960, abrieron nuevas perspectivas [véase cap. 3.2]. Aunque en comercializaban conchas de Spondylus, las cuales ya tenían una Galgada y Asia se caracteriza por su naturaleza simbólica, la es- ritual se celebraba queda tal vez mejor ilustrado con el grupo de
Kotosh, el sitio principal, no había niveles de Chavín Temprano, gran importancia ritual en el temprano periodo Chavín. Desde tilización estrictamente heráldica de los motivos animales y las animales —probablemente monos— con instrumentos de viento
en el sitio vecino de Shillacoto sí se hallaron tallas de hueso con aquí también era fácil alcanzar la lluviosa región tropical andina repre­sentaciones humanoides, así como por principios estruc­ perforados punto por punto en una plaquita de hueso hallada en
rasgos Chavín en una tumba de la fase Kotosh28. Esta fase tiene alrededor de Zamora, en el Ecuador meridional, donde se halla- turadores como la simetría y el cambio de dirección rítmicos40. Asia [fig. 78]45. Dos pequeños mates con tapas, provenientes del
una fecha estimada de 1200-900 a.C.29 y se entrecruza con el ron vasijas tempranas de piedra tallada y botellas de cerámica Las representaciones de aves son las imágenes que encontramos entierro 903 de Huaca Prieta (Chicama), con representaciones de
inicio de las construcciones y del arte lítico en Chavín, donde se tipo “asa estribo”, una forma característica de la cultura Chavín/ con más frecuencia, entre ellas cóndores con las alas extendidas felinos, hicieron que varios autores postularan la influencia de la
encuentran vasijas de tipo Kotosh en el contexto de la llamada Cupisnique [véase cap. 5.1]. Pero debemos tomar en considera- [véase el cap. 2.1; fig. 13], parejas de aves y loros “sentados” vistos cerámica Valdivia, de las costas ecuatorianas del Pacífico; sin em-
cerámica Urabarriu, la más temprana encontrada en el lugar30. ción que la pregunta en torno al origen de la cultura Chavín es de lado y unidos para dar forma a motivos simétricos [fig. 75], bargo, este supuesto resultó errado46. En su lugar, el descubri-
Por tanto, los motivos que aparecen repentinamente en las tallas diferente en la medida en que esta región mantuvo contactos di- seguidas por serpientes, unos cuantos felinos pequeños o zorros miento de algunos tazones de piedra pulida con diseños en relie-
en hueso de Shillacoto no pueden simplemente ser considerados rectos con las tierras bajas tropicales al este, por ejemplo a través sin colmillos distinguibles, un murciélago, así como peces, langos- ve en la región de Zamora (Ecuador meridional), hizo que sea
como antecedentes del estilo Chavín, más bien podrían reflejar la de Yauya, en la provincia de Áncash, donde la estela homónima, tinos, cangrejos y la “serpiente dentada”, que en realidad es un aconsejable reconsiderar la influencia de las regiones tropicales
influencia de Chavín. Chiaki Kano también prestó atención a la otra gran obra escultórica Chavín, muestra una pareja de caima- gusano marino. Algunos de estos animales también aparecen en húmedas de los Andes del sur del Ecuador, puesto que motivos
precedente fase Wairajirca (1600/1500-1200 a.C.), puesto que los nes, lo que posiblemente no resulta nada casual36. combinación41. Este desarrollo de un grupo de imágenes fuerte- tales como la “serpiente sonriente”, en combinación con las carac-
felinos —jaguares y pumas— tienen un papel importante, tanto mente estilizadas, cuyos motivos —fundamentalmente represen- terísticas cabezas de aves de rapiña de perfil, demuestran cone-
en el arte Chavín como en la decoración alfarera Wairajirca31. taciones de animales de la costa— se repiten muchas veces a lo xiones de larga distancia al sur hasta La Galgada, cerca del alto
Con sus cabezas-rostro esquematizadas y bandas ornamentales largo de los bordes decorativos de ancho variable, habría de ca- río Santa47. El fechado radiocarbónico de aproximadamente 2000
geométricas en el estilo de algunas tradiciones de las tierras racterizar al arte antiguo peruano bidimensional durante los si- a.C. coincide en ambos lados.
bajas tropicales del Amazonas,Wairajirca ofrece, a pesar de todo, guientes cuatro mil años. Las figurinas antropomorfas de barro no cocido, cono-
un aspecto distinto por completo, independientemente de si este Únicamente la serpiente bicéfala en forma de S es in- cidas de varios sitios de la costa central del Perú, sobre todo de
u otro elemento decorativo también haya aparecido en Chavín. mediatamente reconocible como un ser mítico; sin embargo, en Caral, así como de Kotosh (2400-1600 a.C.), en la sierra, podrían
En ausencia de hallazgos convincentes en la sierra y tres de cuatro casos las figuras humanas se encuentran asimis- estar ligadas a influencias norteñas48 que apuntan en última ins-
en las tierras bajas al este, la atención se desplazó hacia el oeste, mo asociadas con el ámbito mítico, tal como lo indican sus atribu- tancia hacia el sitio ecuatoriano de Valdivia. Su peinado y vesti-
a las costas del Pacífico, con su tradición rica de arte figurativo tos. En Huaca Prieta, por ejemplo, la figura izquierda de un par menta tal vez indiquen diferencias de rango o de estatus49.
142 CHAVÍN 143 Chavín de Huántar

Un objeto que resalta entre los muchos hallazgos realizados en Un proceso aparte tuvo lugar en la región de Casma/ de tipo Sechín y, según Samaniego, un manto, colocan a la figura como el tema mismo de la procesión, reaparecerían posterior-
Caral es una pareja de figurillas pintadas y sumamente expresi- Nepeña, en la costa nor-central. Lo que distingue en particular al encima de las representaciones usuales de animales60. Esto es mente en el arte Chavín. Entre ellos se encontraban la organiza-
vas: un hombre y la que claramente es una mujer de alto rango. centro ritual de Cerro Sechín (en el valle de Casma) de los demás enfatizado por tres figuras jerárquicamente subordinadas, las ción bipartita de las procesiones, que refleja la estructura dual de
sitios mencionados arriba, son aquellos rasgos iconográficos es- que a su vez obedecen al estilo heráldico: un mono o felino con dos los sistemas sociales de los Andes Centrales. En Cerro Sechín,
Esculturas arquitectónicas y pinturas murales La imagen pecíficos que comparten con las esculturas Chavín. Tello, que des- símbolos escalonados sobre su espalda, una zarigüeya común (Di- este rasgo quedó simbolizado aún más dejando un espacio entre
evolutiva de una cultura de pescadores y agricultores, estructura- cubrió la plataforma central revestida de piedra en 1937, creyó delphis marsupialis) y lo que parece ser un león marino. Su estre- los dos tramos paralelos de escalinatas67; en Cerro Blanco
da de modo relativamente simple, persistió durante algún tiempo. que era posterior a Chavín54; Larco Hoyle, en cambio, pensaba cha semejanza con las figuras de las flautas de Caral no sorpren- (Nepeña) por una escalinata pintada de rojo y blanco con un
El descubrimiento del precerámico “Templo de las Manos Cruza- que era anterior55. Durante largo tiempo, el debate en torno a su de, puesto que esta data de la segunda mitad del tercer milenio cordón central68, y en el Portal Blanco y Negro de Chavín con la
das” en Kotosh, de la fase Mito [figs. 60, 79], resultó por ello bas- fechado no fue concluyente. En 1978 diseñé un proyecto de inves- a.C., con lo cual corresponde a la edad estimada de Punkurí. selección de dos tipos de piedra distintos.
tante sorprendente para los expertos; probaba, después de todo, tigación que buscaba resolver esta cuestión, en colaboración con El rasgo más importante del estilo de Punkurí, el cual Las figuras individuales son realistas, en la medida en
que una arquitectura y escultura parietal sumamente desarrolla- el arqueólogo peruano Lorenzo Samaniego56. Resultó que el edifi- también se encuentra en un textil de La Galgada, es la represen- que no han sido alteradas con añadidos metafóricos o decorati-
da habían existido ya alrededor de 2000 a.C.50. Hoy en día sabe- cio central de Cerro Sechín y sus cuatro fases de construcción tación geometrizada de criaturas abstractas o “surrealistas” con vos, y sus contornos siguen teniendo un aspecto relativamente
mos que el descubrimiento de Kotosh no fue un caso aislado, sino datan de la última época del Formativo Inicial, alrededor de líneas rectas y continuas u ocasionalmente escalonadas, curvas realista, a pesar de toda la simplificación estilística; los pies, por
más bien —al menos en lo que se refiere al arte en relieve— un 2100 -1800 a.C.57, mientras el estilo heráldico dominaba todavía sinuosas y esquinas que a menudo están redondeadas61. Otros ejemplo, se ven desde un punto de vista lateral “natural”. Salvo
ejemplo algo modesto en comparación con los edificios de Punkurí en otros lugares. Sobre esta base se podía intentar definir los ejemplos del estilo son un mural tallado en el enlucido que si por la figura sacrificada representada en el relieve de un pilar de
(Nepeña), Cerro Sechín y Sechín Bajo (Casma), así como San Jua- rasgos básicos de la historia del arte Pre-Chavín. bien es abstracto, probablemente debía ser figurativo [fig. 83], la fase de construcción 1 de Cerro Sechín [fig. 47], ninguno de
nito (Santa) y Buena Vista (Chillón), todos los cuales datan entre y un motivo comparable y sólo en parte expuesto —ambos de la estos relieves en piedra de la fase de construcción 4 —con una
2500 y 1600 a.C. Dado el estado actual de las investigaciones, aún El estilo Punkurí La entrada a la cella (el recinto central) de la fase de construcción 2 62—, así como la decoración de una vasija excepción— tiene las partes de su cuerpo demarcadas con líneas
no se sabe si las esculturas en barro y las pinturas murales de primera fase de construcción de Cerro Sechín está flanqueada de piedra proveniente del entierro de una mujer, encontrada de- [fig. 84a]. Solamente el cuerpo de una persona muestra marcas
Ventarrón (cerca de Chiclayo), que con seguridad provienen del por pinturas de pumas [fig. 47]. Sus rasgos principales se repiten lante de la escalinata principal63. La coexistencia de los estilos de partición, tal vez en alusión al sacrificio ritual. Sin embargo, lo
Formativo Inicial, forman parte de la misma esfera cultural, o en una escultura polícroma de puma en el vecino valle de Nepeña, heráldico y Punkurí en el relieve de la fachada grande muestra, que llama la atención de las figuras de la procesión es el “ojo ex-
más bien de su propia tradición norteña peruana [véase cap 2.4]. que por lo tanto presumiblemente data del mismo periodo, alre- sin embargo, que el fechado cronológico de esculturas individua- céntrico”, con la pupila en el borde superior del párpado —una
Un grupo de peces modelados burdamente en el enlucido de la dedor de 2100 a.C. [fig. 81]. Esta figura de puma se encuentra en les a partir de criterios estilísticos, sólo debe hacerse en el contex- característica muy conocida del arte Chavín—, así como la banda
fase de construcción 1 [fig. 31], y un venado cogido en redes fijas la escalinata principal de la plataforma del templo de Punkurí to de una juiciosa evaluación global. Rafael Vega-Centeno acerta- encima de la frente y la mejilla. Ambas características enfatizan
pintadas en un mural polícromo en la construcción de la fase 2 (fase de construcción 3), la cual fue trabajada mayormente con damente llamó la atención sobre este punto64. el estatus especial —según Tello, la naturaleza depredadora-ani-
[fig. 33], tratan temas que se repetirían posteriormente en Gara- adobes cónicos, el mismo método usado en las tres primeras fases mal— de los dignatarios69. Los dos símbolos que se encuentran en
gay (Lima) o incluso en el arte Mochica51. El descubrimiento for- de construcción de Cerro Sechín58. Una columna pintada de rojo, El estilo Sechín En comparación con los relieves más antiguos los extremos de los cetros de las figuras de la procesión nos invi-
tuito de algunos relieves en barro difícil de fechar en Sorcape amarillo y negro de la fase de construcción anterior, la fase 2, del estilo Punkurí, la escultura de un felino de la fase de cons- tan a interpretarlos. El símbolo escalonado en la cima podría
(valle de Chicama), prueba que los murales tempranos del norte tiene bandas con cangrejos estilizados similares a los que figuran trucción 3 del sitio del mismo nombre, sus contrapartes pintadas aludir a una montaña o a campos aterrazados; éste se repite en
peruano se daban con mayor frecuencia de lo que actualmente sobre un textil de Huaca Prieta del Formativo Inicial59. Por al final del tercer milenio a.C. en Cerro Sechín, parecen ser rea- Punkurí, así como en uno de los dos morteros de piedra tempra-
parecería. El cuarto en Sorcape tiene al menos seis relieves simi- último, la fase de construcción 1, la más temprana, presenta los listas. En el contexto de lo que era artísticamente posible en el nos finamente esculpidos del Museo Brüning (Lambayeque)70. A
lares de peces que recuerdan vagamente a los relieves en barro de célebres relieves pintados en la fachada de la entrada, visibles arte temprano, las representaciones que sobrevivieron en las fa- juzgar por el grafiti posterior hallado en Sechín Bajo, el disco re-
la tercera fase de construcción de Cerro Sechín (Casma)52. desde lejos, que representan una deidad de tipo animal en posi- chadas del edificio central de Cerro Sechín podrían asimismo ser dondo “muescado” al pie simboliza la vida vegetal o algo que da
Mucho más al sur se encuentran las esculturas impre- ción horizontal [fig. 82]. Asumiendo que la tercera fase de cons- consideradas de intención realista. Esto vale tanto para los moti- vida. Este símbolo también ha sido documentado varias veces
sionantes y bien fechadas de las cámaras de los templos de Buena trucción de Punkurí coincide aproximadamente con la fase de vos individuales —dignatarios humanos y víctimas desmembra- dentro de cierto periodo: además de encontrársele en Cerro
Vista, en el valle del río Chillón, cerca de Lima (2200-1600 a.C.), edificación más antigua de Cerro Sechín, podemos ubicar la pri- das [figs. 84, 85], grandes peces que representan el entorno del Sechín y Sechín Bajo, lo vemos también en el segundo mortero de
que merecen mencionarse primero: específicamente, un rostro mera fase de Punkurí en la segunda mitad del tercer milenio a.C. sacrificio, los estandartes al pie de las escalinatas principales y Lambayeque, así como en San Juanito y en Pampa de las Llamas.
humano grande en forma de disco flanqueado por dos animales La alta calidad de la arquitectura no sorprende cuando conside- un símbolo de honda o de cinturón como para las acciones En consecuencia, los cetros estarían ilustrando la bendición deri-
de presa (¿zorros?), que era la imagen central de culto [fig. 80], y ramos que la región ya contaba con una impresionante tradición mismas. Todos los relieves pintados en barro sobre las fachadas vada del sacrificio humano. Teniendo en cuenta el grafiti de
una figura tridimensional casi de tamaño natural de alguien que de construcción con adobes, a más tardar para el último tercio del delanteras de las tres fases de construcción más tempranas, con Sechín Bajo, los apéndices en el cinturón de las figuras de la pro-
toca una flauta o una trompeta de concha; ambas figuras fueron cuarto milenio a.C., tal como se demostró en Sechín Bajo, en el sus edificaciones de adobes cónicos [véase cap. 2.5], y los más de cesión de Cerro Sechín también podrían entenderse de este modo.
modeladas con un enlucido de barro sin pintar finamente alisado vecino valle de Casma [véase cap. 2.5]. cuatrocientos relieves en piedra de la cuarta fase de construc- En lo que respecta a la representación de las figuras
sobre la mampostería, un tipo de construcción que también es A pesar de su hocico dentado, algunos autores conside- ción, alrededor de 1900 -1800 a.C., retratan escenas de sacrificios humanas, en sentido estricto, el estilo Sechín hasta ahora solo ha
típico de Caral. Las celosías, perfiles o nichos decorativos de con- ran que la criatura representada en los relieves de barro de 4 m humanos, aunque desde diversas perspectivas. En las tres prime- sido documentado en otros dos lugares de los valles de Casma y
tornos escalonados, sirvieron para estructurar algunas de las pa- de ancho, que flanqueaban la entrada al templo de Punkurí en ras fases de construcción el centro de atención era el acto mismo Nepeña, y recientemente en Caral71. Según Ruth Shady, su in-
redes de estos edificios sagrados, los cuales tal vez estuvieron su fase de construcción I, es una inmensa ave, posiblemente un del sacrificio; en cambio, el tema central de la cuarta fase fue la fluencia es asimismo visible en los relieves de barro de Allpacoto,
orientados según las antiguas constelaciones estelares (“el búho, como lo sugieren los ojos, la cola y las “plumas de la cola” procesión ritual de la que presumiblemente era una sociedad cerca de Caral. Aunque solo se conoce a partir de una fotografía
Zorro”). La imagen central del culto de Buena Vista corresponde (¿ornamentos del cinturón?) que tiene entre los pies. Pero tam- guerrera —que aseguraba el bienestar de la comunidad median- publicada en una revista, aquí debemos mencionar también al
en todos los sentidos al estilo heráldico del Formativo Inicial, pre- bién se podría interpretar la figura como una especie marina. Los te los sacrificios de sangre que ofrecía—, liderada por personajes fragmento del relieve de barro de Vichama, cerca de Huacho, que
sente también en el mismo valle en los grafiti de El Paraíso, que motivos decorativos, un símbolo escalonado como el que aparece especialmente identificados y tal vez legendarios [figs. 49, 50]65. muestra una mano con algún instrumento o arma en forma de
lucen motivos comparables53. en los cetros de los relieves en piedra de Cerro Sechín, el cinturón Algunos rasgos iconográficos individuales de Cerro Sechín66, así óvalo puntiagudo. En cambio, el realismo puro del trompetero de
144 CHAVÍN 145 Chavín de Huántar

Buena Vista parecería estar ligado de modo más estrecho a las construcción 3) y en Sorcape (valle de Chicama), una vez más en Algunos elementos iconográficos específicos de San nas los colmillos y las emanaciones puntiagudas de una máscara
figurillas de barro de la costa central y norte, y no específicamen- forma fuertemente estilizada. Juanito, entre ellos el cinturón de tipo “Sechín”, se presentan en destruida, probablemente agnático86. Las máscaras estomacales
te con el estilo Sechín. Por último, en este contexto debemos in- Hasta ahora no se conoce ninguna imagen de deida- los dos morteros del Museo Brüning ya mencionados y corrobo- o de cinturón de este tipo, también pertenecen a la indumentaria
cluir el relieve parietal de las Manos Cruzadas de Kotosh, tanto des u otros seres míticos de Cerro Sechín. Queda, por tanto, sin ran su fechado temprano, inferido a partir de una comparación de las figuras míticas en el arte Chavín Clásico. En un lado
por razones cronológicas como de estilo [figs. 60, 79]. De otro lado, resolver la cuestión de si se las diseñó siguiendo el principio del con los felinos sin colmillos de los dos mates tallados de Huaca cuelga el cuerpo de una serpiente que termina en la cabeza de un
el dibujo geométrico de las figuras de adorantes en uno de los “realismo mítico”, como los retratos de humanos y felinos de ese Prieta81. Ya se indicó el parecido que hay entre su representación animal depredador que muestra la variante excéntrica del “ojo
morteros de Lambayeque no concuerda con el estilo Sechín, aun entonces, o si más bien siguieron el estilo Punkurí, en parte su- y los relieves en piedra de Cerro Sechín. Dado el estado actual de bicorne” felino: una forma de ojo que, como regla general, tiene
cuando en ellos encontramos importantes elementos iconográfi- rrealista y en parte abstracto-geométrico. las investigaciones, todos estos hallazgos pueden ser considera- ambas esquinas puntiagudas.
cos individuales de dicho estilo. La mayoría de las demás escultu- dos “contemporáneos” dentro de un lapso de doscientos a tres- En la figura 91 podemos ver un ejemplo claro de este
ras que tienden a asociarse con Cerro Sechín en realidad son El estilo Suchimán Originalmente atribuí varias obras escultó- cientos años. De otro lado, el motivo de la serpiente bicéfala en- elemento pictórico, pero en su variante concéntrica. La configura-
posteriores. El que las diferencias se limiten únicamente a suti- ricas de la costa norcentral al estilo Punkurí, porque también contrado tejido en una canasta une a San Jacinto con el sitio de ción del cuerpo de la serpiente se parece a la que se encuentra en
les variaciones en el estilo y la iconografía, resulta tanto más muestran un alto grado de abstracción. Y en efecto, todavía Asia, que también es del precerámico y que data de los siglos dos tallas en hueso de Pallka y Las Haldas (Casma): un gran
sorprendente si recordamos la extensión del periodo que abarca; no podemos descartar esta conexión. Ello no obstante, la compa- XVII a XV a.C.82, contactos que comprendieron más de 750 km de símbolo escalonado con elementos secundarios acompaña a la
por lo menos 600 a 800 años separan las esculturas Sechín del ración con los relieves de la fachada de Punkurí revela una pro- la costa peruana. cabeza de serpiente. Al otro lado de la figura aparece el típico
Lanzón, el ejemplo más temprano del arte Chavín “clásico”. funda diferencia: si bien en este lugar se conserva una estructura En suma, las recientes investigaciones revelaron un objeto redondo conocido de los cetros de Cerro Sechín [compárese
Aquello que resulta válido para la figura humana lo es corporal “orgánica”, las partes individuales del cuerpo de las imá- cuadro sorprendentemente complejo del desarrollo artístico de la con la fig. 84a] como colofón inferior de un objeto por lo demás
también para el motivo del felino. Un periodo de aproximada- genes aquí examinadas están separadas la una de la otra costa norcentral durante el segundo milenio a.C., proceso que destruido. Aquí se encuentra rodeado por un patrón semejante a
mente mil años está documentado por apenas diez imágenes co- y a menudo se encuentran dispuestas en una forma que no resul- ciertamente no quedó limitado a una mera sucesión de estilos un eslabón. Hay varias correspondencias entre este conjunto y
nocidas, la mayoría de ellas relieves individuales y petroglifos ta fácil de comprender. Parecería por ello apropiado darle a este individuales. Según las evidencias obtenidas en San Juanito, pa- las representaciones del norte peruano atribuidas al arte Cupis-
sumamente dispersos sin contextos fechables. La secuencia de grupo su propio nombre: “Suchimán”76, por el sitio donde se des- recería que la tradición artística de Punkurí pervivió bajo la nique —relacionado con Chavín—, y a las que hasta ahora se les
construcción de Punkurí revela que el puma con colmillos fue cubrió un ejemplo típico del estilo77, en una zona que se limita forma del estilo Suchimán junto al arte realista de Cerro Sechín daba una fecha relativamente tardía. Sin embargo, según los fe-
introducido como figura sagrada hacia finales del tercer milenio al valle bajo del Santa, con algunas excepciones conocidas y sus sucesores. El friso magnífico de adorantes, de Sechín Bajo chados radiocarbónicos, “Huaca A” data de alrededor de 1450-
a.C. [fig. 81]. Todavía no queda claro si este puma era la figura en los valles de Casma y Nepeña. Significativamente y a diferen- (valle de Casma), el cual se encuentra firmemente fechado entre 1400 a.C., y es por lo tanto un precursor de Chavín/Cupisnique87.
principal de culto o únicamente un asistente, pues las habitacio- cia de otros estilos tempranos, aún no ha sido hallado en los siglos XVI y XV a.C. [fig. 45]. Rasgos afines demuestran los Se identificaron rasgos afines en la plataforma nores-
nes mismas del templo no se han conservado. Dada su posición Chavín de Huántar. rostros de un fragmento de mortero del tipo Suchimán, proceden- te del templo de Garagay (Lima), a casi 400 km de distancia88. De
subordinada fuera de la cella, resulta más probable que los dos Inicialmente apenas había un pequeño grupo de tazo- te del valle de Casma83. La tradición Suchimán misma sobrevivió la primera fase de construcción de la plataforma se conservan un
pumas aproximadamente contemporáneos de Cerro Sechín (fase nes cilíndricos de piedra tallados, a los que se llamó el “tipo Su- durante la siguiente oleada de nuevas ideas artísticas —al menos relieve realista de una red entre dos figuras míticas y, en otro
de construcción 1) hayan sido seres subordinados. A juzgar por el chimán” por un sitio importante [fig. 87a y b]. En lo que se refiere en el valle de Casma—, la cual condujo al arte Chavín “clásico” lugar, relieves pintados de personas que portan escudos del tipo
tipo de cabeza humana dibujada en el cuerpo del puma, el relieve a su función, éstos probablemente fueron morteros, puesto que en hacia el final del segundo milenio a.C.84. Sechín, o del posterior tipo Yurakyako [fig. 89]. La segunda fase
en piedra de Mesapatac, en el valle de Casma [fig. 86], debe estar Punkurí se halló una mano que hacía juego78. En esto se incorpo- de construcción está caracterizada por paredes con nichos a cado
cronológicamente cerca de las cabezas humanas de la fachada de ran también algunos relieves murales pintados de Pampa de las Los contornos del futuro: lado de la escalinata, en tres de cuyos frentes se modeló tres ca-
Cerro Sechín (fase de construcción 4), esto es hacia el inicio del Llamas y Moxeque (valle de Casma), combinados con imágenes La fase A de Chavín (Formativo Temprano) bezas grandes humanas, todas sin colmillos [fig. 90]. La primera
segundo milenio a.C.72. El relieve de un felino excavado en Chavín de distintos estilos que indicaban fechas de origen ligeramente de ellas, con ojo excéntrico, quedó sin modificar salvo por un ele-
de Huántar [fig. 98a] puede ser fechado en su fase A (siglos XV divergentes. Además, en una sección periférica de Punkurí (valle Murales En el arte sagrado de Chavín dominan las bestias (ja- mento de banda vertical. La segunda también luce un ojo excén-
a XIV a.C.) a partir de la forma de su ojo73. Este relieve, al igual de Nepeña) se descubrió un relieve de estilo Suchimán. En este guares, caimanes) y las aves de rapiña, junto con criaturas com- trico y tiene una cabeza de halcón como nariz, en conformidad
que otro de Chavín [fig. 98b] y de uno que fuera tallado sobre caso, su contexto constructivo debe ser examinado nuevamente79. puestas que combinan una forma humana básica con cuerpos de con la doble franja que lleva sobre la mejilla. La tercera cabeza
un bloque de piedra del Callejón de Huaylas —tal vez Chupa­ Por último, un hallazgo afortunado que hicieron Claude Chapde- serpiente, alas o rasgos de depredadores: colmillos, patas, garras tiene el ojo cerrado y una sola franja sobre la mejilla, una cabeza
coto74—, tiene un cuerpo liso sin añadidos metafóricos, lo que laine y Víctor Pimentel en San Juanito (valle de Santa) nos o picos de aves de presa. Estos motivos casi no se reconocen en los de serpiente agnática en lugar de nariz y un ojo bicorne incom-
marca un claro contraste con las representaciones de felinos en el brindó una pieza más de importancia crucial, lo cual permite objetos escultóricos Suchimán. En Cerro Sechín están del todo pleto y concéntrico. Del cuello salen como apéndices un elemento
estilo Chavín ”clásico”. fechar al estilo Suchimán hacia el final del Formativo Inicial, ausentes, con excepción del puma, tal vez porque estas convencio- semejante a una aleta un símbolo escalonado al cual se superpo-
En tanto que los elementos diagnósticos como el con- entre 1800 y 1600 a.C.: posterior a Cerro Sechín pero todavía nes aún no existían, o simplemente debido a que las representa- ne un objeto en forma de estrella y un pie con garras y un manojo
torno y la forma de los ojos, la boca y las patas solo proporcionen anterior a la introducción de la cerámica80. Un espléndido morte- ciones de criaturas míticas todavía no han sido descubiertas. Du- de franjas sobre otro símbolo escalonado. Roger Ravines comparó
información cronológica limitada, las representaciones única- ro de piedra cilíndrico, de estilo Suchimán, fue depositado sobre rante la limpieza de secciones importantes de la “Huaca A”, el estas cabezas con las cabezas clavas grotescas del templo de
mente pueden ser atribuidas en términos generales al Formativo una escalinata del templo con varias fases constructivas antes de edificio central de Pampa de las Llamas, en el valle de Casma, Chavín, las cuales sin embargo muestran detalles del todo distin-
Inicial y/o Temprano. Esto vale, por ejemplo, para el petroglifo de que se la rellenara; las paredes que flanqueaban la escalinata Shelia y Thomas Pozorski encontraron los restos de relieves pa- tos [cat. nos. 115-119]89. Lo que las cabezas de Garagay definiti-
Quebrada del Felino, cerca de Tembladera (Jequetepeque). Las fueron pintadas con relieves murales polícromos en el mismo rietales a cada lado de la entrada noreste, que contribuyeron de vamente muestran es el concepto de la yuxtaposición de la
alas escalonadas del halcón inciso sobre el cuerpo del felino argu- estilo [fig. 88]. Además se encontró un entierro inusualmente manera decisiva a reducir este vacío85. Los dos relieves, que origi- muerte (o el sueño) y la vida, un tema ya conocido en Cerro
mentan a favor de un origen en el Formativo Inicial; los contor- bien conservado, que contenía abundantes canastas y textiles de- nalmente tuvieron entre 6 y 8 m de altura, solo se han conserva- Sechín y que también se repite en Moxeque. Según el fechado
nos escalonados de este tipo asimismo figuran en los estilos corados con figuras, una muñeca de madera, joyas y vasijas de do hasta las rodillas de las figuras. A juzgar por sus pies, adorna- radiocarbónico, la plataforma noreste fue construida en el perio-
Punkurí y Sechín75. Es poco lo que se puede decir con respecto al mate pirograbadas. dos con bandas ornamentales, cada uno de los relieves representa do 1519-1318 a.C.90.
motivo pez, el cual se halla presente en Cerro Sechín (fase de una figura antropomorfa vista de frente, que tiene entre las pier-
146 CHAVÍN 147 Chavín de Huántar

Los ciento veintidós grafitis sobre la pared sudoeste dos representaciones de caimanes [cat. nos. 14; fig. 46] y un tentificado únicamente después de que se descubrió un detalle alfareras complejas en el norte peruano, como la botella asa estri-
del edificio 2 de Sechín Bajo (valle de Casma), a lo largo de casi jaguar [fig. 91], talladas en objetos rituales —dos espátulas y un casi idéntico en el friso de Sechín Bajo (estructura 3). Hoy no bo, podría atribuirse a la existencia de vasijas aún más antiguas
39 m, también tuvieron un papel importante en la definición de perforador semejante a un punzón—, así como un fragmento de siempre resulta inmediatamente comprensible para el observa- con estas formas en el sur del Ecuador [véase el cap. 5.1]112.
la fase Chavín A. El motivo que más se repite es el muy conocido hueso vuelto a utilizar que tiene un raro motivo de planta, el que dor qué constituía el poder de un ser vivo. Por ejemplo, en el
disco con cuatro cuadrados inscritos (diecinueve ejemplos), aun tal vez contiene una referencia a alguna droga97. Los motivos de “Plato Larco” se retrató una criatura de dos cabezas [cat. no. 2], Características y motivos iconográficos
cuando aquí los “discos” son cuadrados en lugar de redondos y caimanes son de particular importancia porque ellos, a diferencia figura ésta a la que Lucy Salazar y Richard Burger identificaron
tienen un apéndice en la parte de arriba que podría simbolizar de la fantástica criatura compuesta de Punkurí, tuvieron como como una araña104. Las arañas, al igual que el motivo de la red, Características Un elemento iconográfico importante en todas
retoños de plantas o el concepto de “brotar”91. En dicho caso, los modelo una poderosa criatura del mundo real, con lo cual apun- tal vez simbolizaban la captura de las víctimas o incluso ayuda- estas imágenes es el ya mencionado “ojo bicorne” en sus diversas
recuadros podrían aludir a los hoyuelos donde un tubérculo pro- tan hacia adelante, a los correspondientes motivos Chavín del ban a hacer que dichas capturas fueran aún más probables. Es formas, que no aparece en el arte Chavín Clásico113. El ojo puede
duce nuevos brotes. Esta interpretación vegetal parece razona- Obelisco Tello, y de ahí al “estilo Dragón” deconstructivista de la más, estos dos autores asimismo indicaron, a partir de las fuen- ser excéntrico, como en las cabezas de serpientes, caimanes y fe-
ble, dado que en dos casos se muestra a llamas que mordisquean cerámica Ofrendas [cat. nos. 125-129, 131]. tes etnográficas, que las arañas tuvieron un papel en la adivina- linos, y usualmente se le encuentra en motivos subordinados
los símbolos-disco. Otro motivo que encontramos en los grafiti es La búsqueda de objetos adicionales con elementos es- ción andina, especialmente en relación con la predicción de llu- junto al ojo excéntrico semioval o rectangular de esquinas redon-
el de las grapas entrelazadas también provistas de apéndices, tilísticos similares condujo hacia el norte, al valle de Jequetepe- vias [véase cap. 2.4]. deadas de las figuras más importantes. Hasta ahora el “ojo bicor-
que podría pensarse representan los surcos de un sistema de que, en particular al sitio de El Guayabo, cerca del edificio de ne” excéntrico solo ha sido documentado una vez en Chavín de
riego (siete u ocho ejemplos). También se pueden identificar de Limoncarro, del periodo posterior Chavín/Cupisnique98. En Gua- La cerámica como superficie portadora de imágenes Huántar, donde se incluye en un relieve de puma [fig. 98a].
quince a diecisiete cabezas humanas y máscaras con los ojos yabo se hicieron finas vasijas rituales de esteatita, cuyas formas Durante la fase Chavín A, el espectro del arte centroandino La zona de la boca destaca como el rasgo más promi-
abiertos o cerrados, en un caso con una franja en la mejilla. Dos —pequeñas copas cilíndricas y tazones poco profundos— difieren parece haber sido ampliado por los primeros ceramios que lucían nente de las figuras míticas. Así, por ejemplo, una cabeza humana
máscaras con surcos en la mejilla92 se parecen a uno de los petro- claramente de los grandes morteros cilíndricos de piedra de tipo imágenes religiosas, una innovación que habría de enriquecer el asume naturaleza felina al agregársele colmillos. Otras mejoras
glifos de Quebrada de Algarrobos, en el valle de Chicama93, pero Suchimán, y tienen representaciones figurativas estilísticamente arte alfarero en el Perú hasta la época actual. Unos cántaros muy pueden ser añadidas agregando el pico de un ave de rapiña, lo
no queda claro si el modelo del petroglifo fueron las esculturas de distintas y complejas99. Esta tradición Limoncarro, así llamada simples de forma ovoide del temprano tipo Guañape, decorados que además de representar un poder intensificado podría tam-
cabezas del periodo Chavín/Cupisnique de Huaca de los Reyes94 o por el vecino centro regional del mismo nombre, pero que proba- con incisiones simples, estuvieron en uso en Sechín Bajo y proba- bién simbolizar una movilidad libre de restricciones. En la fase
una obra más antigua. El grafiti más importante de Sechín Bajo blemente también se cultivó en otros sitios, parecería haberse blemente en Pampa de las Llamas105 hasta los siglos XV a XIV Chavín A, el conjunto de la boca a veces termina en mandíbulas
es el de una criatura compuesta de setenta centímetros de altura, extendido a periodos posteriores. Una pieza crucial temprana es a.C.; ellos fueron contemporáneos con los relieves parietales de artrópodos: arañas o langostas espinosas. Además, el símbolo
cuyo cuerpo erguido se convierte en una cabeza humana con un el “Plato de Dumbarton Oaks” [cat. no. 1]100. Al establecer la si- Chavín A y los grafitis, que no tuvieron ninguna influencia sobre tridente del “hálito de poder” es privativo de los seres míticos y
ojo excéntrico en forma de D. A esto le sigue una segunda cabeza multaneidad de ciertos elementos iconográficos y motivos pictóri- la decoración alfarera. La situación en Jequetepeque y el valle de por lo demás poderosos; todavía se le ve ocasionalmente en forma
en forma de jaguar que luce un “ojo bicorne excéntrico”, colmillos cos, esta pieza amplía el rango del arte reconocible como Chavín Zaña fue, sin embargo, distinta. Entre la gran cantidad de cera- modificada en las esculturas Chavín Clásico. La ausencia de
y mandíbulas de araña [fig. 46]. La zona de la boca termina en un A. La figura antropomorfa central revela su naturaleza amena- mios Tembladera —así llamados por el sitio homónimo y que tales elementos podría querer decir que las figuras en cuestión
símbolo de tres puntas que probablemente representa algún tipo zante mediante colmillos asociados con mandíbulas de araña, y están ornamentados con diseños incisos, resaltados con pintura eran humanas o criaturas míticas de baja posición jerárquica,
de emanación, puesto que solamente se da junto a las bocas de por último con el símbolo tridente del “hálito de poder”. En com- polícroma de resina— había unas cuantas botellas con rasgos muy probablemente participantes en algún tipo de ritual. Las
las criaturas poderosas (felinos, caimanes, serpientes); fue por paración con la criatura compuesta hallada en Sechín Bajo, estos Chavín A en su decoración figurativa, entre ellos el ojo excéntrico manos y los pies de las figuras antropomorfas se encuentran es-
esta razón que llamé a dicho símbolo el “hálito de poder” (“breath rasgos están aquí integrados en mayor medida, lo que perdurará y bicorne [fig. 95, cat. no. 20]. Es probable que las piezas en cues- tilizados geométricamente y en la mayoría de los casos se usaron
of power”)95. Los apéndices restantes colocados externamente al- en el arte clásico Chavín. El aspecto de araña es asimismo visible tión hayan sido fabricadas durante el periodo más temprano de bandas decorativas o líneas para delimitarlos. Los dedos de los
rededor de esta criatura, más un elemento curvo y el delgado en las patas de artrópodo a la derecha y probablemente está vin- esta tradición alfarera, esto es en el siglo XIII a.C.106, que hoy en pies se muestran desde arriba, a diferencia de lo que vemos en el
símbolo escalonado, también se conocen bien gracias a otras imá- culado con la red, dentro de la cual se han recogido cabezas hu- día es considerado muy anterior al advenimiento del estilo estilo Sechín, en tanto que los cuadrúpedos tienen zarpas redon-
genes. Las patas redondas refuerzan el aspecto felino de la figura, manas; estas son del tipo que llamo “Yurakyako”, por un relieve Chavín Clásico. Aparentemente fue entonces cuando en esta deadas, sumamente distintas de las del estilo Chavín Clásico.
que anticipa las criaturas compuestas del Portal Blanco y Negro proveniente de los alrededores de Chavín [cat. no. 13]101. La barra región los motivos religiosos fueron transferidos por vez primera Los accesorios simbólicos constan de símbolos escalo-
de Chavín. Los grafitis fueron dibujados desde una plataforma de decorada a la altura de la cintura del Plato de Dumbarton Oaks al medio alfarero. nados de diversas formas, objetos ocasionales en forma de gancho
baja altura alrededor de la parte externa del edificio, probable- ya estaba presente en Huaca Prieta y se repite en el Portal Aproximadamente lo mismo es válido para la cerámi- y frecuentes apéndices que indican brotes, plumas o cabellos. Los
mente después de que este hubiese sido abandonado. Varios fogo- Blanco y Negro de Chavín. Al pie de la figura hay una máscara de ca monocroma de la región de Jequetepeque. En contraste con la elementos, bandas o frisos geométricos decorativos solamente
nes de superficie estaban asociados con la misma plataforma, y bestia de presa en la cadera en posición frontal, que muestra una cerámica Tembladera, el motivo del “ojo bicorne” y excéntrico no existen en la cerámica o en las vasijas de piedra, como sucede en
los restos cerámicos que contenían fueron identificados como la vez más las emanaciones del “hálito de poder”. La pequeña “Copa se da aquí hasta donde tengo noticia, a excepción de un caso cues- el arte Chavín Clásico.
alfarería más temprana de Casma, la cual se fechó con radiocar- Rondón”, así llamada por su anterior propietario [fig. 92a], tiene tionable107. Pero hay varios casos de variantes simplificadas, que
bono entre 1550 y 1400 a.C.96. Como podemos ver, las fechas de figuras de estilo similar con un pico de ave de presa delante de su constan de un globo ocular inciso concéntricamente que está com- Motivos El arte Chavín A se dedica exclusivamente a criaturas
los tres sitios con las decoraciones murales de Chavín A, en gene- boca colmilluda, al igual que las figuras en las columnas del binado con una hendidura recta108. No se consideraron ojos a los míticas poderosas, su séquito y adorantes, o a los portadores de
ral, coinciden. No se conoce ninguna decoración arquitectónica Portal Blanco y Negro de Chavín102. que se han agregado globos oculares tridimensionales. Por lo ofrendas sacrificiales. Su forma de base frecuentemente es
comparable más al norte. Pero no todas las criaturas compuestas dominantes demás, las únicas reminiscencias formales de Chavín A en esta humana y luego se la especifica añadiéndole colmillos, picos de
tienen como base la forma humana. Otra copa de piedra muestra cerámica tienen como base al “ojo bicorne”109 o a ciertos motivos aves de rapiña, alas o mandíbulas de araña. La combinación
Otros hallazgos Cuatro tallas en hueso del valle de Casma coin- un ave de presa con cabeza de puma (fig. 92b), la cual sostiene en pictóricos110. Podemos asumir una fecha relativamente antigua cuerpo humano –colmillos– y pico de ave de rapiña era particu-
ciden con la criatura compuesta del grafiti de Sechín Bajo en uno sus garras el cuerpo suave de un molusco Spondylus que ha sido para estas vasijas, dado que la cerámica monocroma de gran cali- larmente popular como siguió siéndolo en el estilo Chavín Clási-
o más detalles iconográficos y pueden, por tanto, ser atribuidas transformado en una serpiente con un “ojo bicorne excéntrico”103. dad estuvo presente en el Jequetepeque Medio desde por lo menos co. Federico Kauffmann Doig, no siempre de manera ortodoxa, se
también al periodo entre el siglo XVI y el XIV a.C. Ellas incluyen Este objeto, al cual se conoce hace ya algún tiempo, pudo ser au- el siglo XIV a.C.111. En efecto, el desarrollo temprano de formas esforzó por proporcionar la clave para comprender mejor, este
148 CHAVÍN 149 Chavín de Huántar

simbolismo atemorizador y las prácticas de sacrificios sangrien- Cabeza o figura principal con dos apéndices de serpientes
tos, en centrar la atención de que las comunidades de la antigüe- Otro motivo es el “centro fuerte”, esto es una cabeza o cuerpo
dad deben haber sentido una urgente necesidad de salvaguardar principal del cual emanan dos serpientes con o sin cabezas. Se
la producción agrícola a través del ritual más eficaz concebible, encuentran ejemplos en relieves de piedra de Pampa de las
en presencia de las inestables condiciones medioambientales de Llamas, Huaca A (valle de Casma), La Pampa (valle de Santa) y
los Andes y una presión demográfica creciente114. Pacopampa (Cajamarca), siempre en el contexto de entradas122; el
prototipo de esta forma podría ser el símbolo de la banda no de-
Caras agnáticas Entre los motivos más importantes, en primer corada con una sección central ensanchada, hallada en ambas
lugar está la máscara agnática de depredador llevada en las cade- entradas de Cerro Sechín. Si la interpretación de este motivo
ras y mostrada en posición frontal; probablemente se trata de un como un llamado visual a la unidad es correcta123, entonces su
atributo masculino, lo que se puede inferir a partir de una compa- aparición en este momento en particular, y su frecuencia, podrían
ración de las dos figuras de las columnas del Portal Blanco y estar indicando posibles tensiones dentro de estas sociedades,
Negro de Chavín. Un dintel o umbral de La Pampa (valle de causadas tal vez por procesos de reestructuración sociopolítica124.
Santa) muestra este motivo como una figura autónoma [fig. 93] Los motivos similares de la cerámica Tembladera del Jequetepe-
que sostiene dos serpientes en sus poderosas patas de felino, cuyas que [fig. 95] quedan mejor entendidos como emanaciones eficaces
cabezas derivan del tipo de serpiente sonriente visto con tanta o como los espíritus auxiliares de un ser poderoso125, un concepto
frecuencia en el Formativo Inicial115. La máscara central corres- que posteriormente sería desarrollado con una complejidad ex-
ponde incluso en los detalles y proporciones a un petroglifo de cepcional por la cultura Paracas del sur del Perú.
Tolón (valle de Jequetepeque), 210 km más al norte, lo que da fe de
la amplia difusión de las convenciones artísticas establecidas, y Imágenes del tipo Yurakyako Con el tipo Yurakyako subsumí
probablemente también de las ideas subyacentes116. En dos bote- algunas figuras o imágenes de cabezas antropomorfas amplia-
llas de cerámica de tipo Tembladera de esta misma región, una mente dispersas a lo largo del norte y centro del Perú, al que 75 76
está modelada como una criatura con un hocico agnático grotesco llamé así por un relieve de piedra procedente de un pequeño sitio
y con colmillos, más dos “serpientes sonrientes” como apéndices. cercano a Chavín de Huántar [cat. no. 13]. Ellas comparten cier-
Su cuerpo tiene plumas como el de un ave117. La otra botella mues- tas características distintivas y se parecen bastante a las imáge-
tra una impresionante cabeza agnática de depredador con un nes humanas de estilo Sechín. Las diferencias con este son más
apéndice de serpiente [cat. no. 20]. Alternativamente, en la Estela pronunciadas en el caso de las máscaras de piel facial o las cabe-
Raimondi aparece una hilera de cinco cabezas de formas distintas zas trofeo mostradas de perfil que en el caso de la vista frontal,
y boca agnática. Éstas fueron representadas vistas desde arriba, y como en algunos objetos de oro o en las vasijas de cerámica mo-
en esta forma pueden ser reducidas a un símbolo en forma de “U” nocromas de Jequetepeque [cat. no. 38].
frecuentemente visto, por ejemplo, en los petroglifos. El tipo Yurakyako específico de la fase Chavín A está
Un segundo tipo de boca agnática tiene forma escalo- representado por las cabezas en la red del Plato de Dumbarton
nada y, o bien no tiene colmillos, o solo los tiene pequeños118. Tam- Oaks [cat. no. 1], así como por las figuras principales de la Copa
bién se la encuentra en figuras míticas, como un relieve de piedra Rondón [fig. 92a]. Es posible que este tipo se haya desarrollado en
77 78
en Chavín, usualmente orientado de modo incorrecto, que repre- el norte peruano, pero también aparece en varios relieves líticos
senta a un cuadrúpedo, tal vez una vizcacha (Lagidium perua- de la zona de Chavín126. Las figuras “regordetas” [fig. 96] están
num) [fig. 94]. El ojo bicorne de la figura y sus patas redondeadas retratadas como fornidas y carnosas, con la cabeza calva redon-
abonan a favor de una fecha de origen temprana. Si el Lanzón fue deada y ojos ovalados, y con las pupilas que se encuentran usual-
79
tallado originalmente sin mandíbula inferior, una posibilidad mente marcadas por un punto colocado en posición central. Por
que John H. Rowe tuvo en cuenta119, entonces emergen tres para- encima de la nariz bulbosa cuelga una arruga “enojada” de la
lelos sumamente significativos con este relieve más antiguo: la frente, que en el posterior arte Chavín Clásico fue a veces estili-
ausencia de la mandíbula inferior, la mano levantada que des- zada de distinto modo y codificada metafóricamente en el Lanzón.
concertó a Tom Cummins120, y el símbolo escalonado que en el Al añadir colmillos, a menudo en combinación con el pico o las
caso del Lanzón —al igual que en el del Obelisco Tello— es gene- alas de un ave rapaz [fig. 94], algunas de las figuras ingresan en
rado por el contorno escalonado del mismísimo bloque de el reino de las criaturas míticas y entonces, como regla general,
piedra121: “el Lanzón” —¿o se trata acaso de una figura femeni- tienen ojos semiovalados y excéntricos. Los elementos metafóri-
na?— “encarna” el símbolo escalonado. Los motivos de jaguar en cos están por lo demás ausentes. El cinturón consta de una sola
su cinturón y en la proyección vertical encima de su cabeza po- banda, salvo que el tipo de taparrabo Chavín de forma triangular
drían interpretarse como cabezas agnáticas vistas desde arriba, esté ya presente; solo la Copa Rondón conserva el cinturón de
en cuyo caso corresponderían a la estructura quíntuple encima tipo Sechín. Los diversos tipos de tocado, en cambio, presentan un
de la cabeza de la deidad de la Estela Raimondi. cuadro más variado. Llama la atención que las figuras frecuente-

Fig. 75 Fig. 76 Fig. 77 Fig. 78 Fig. 79


Parejas de aves (parcialmente Pareja de figuras antropomorfas. Imágenes incisas de ave, león marino Lámina de hueso con la imagen Relieve de pared en el “Templo de las
reconstruídas). Tejido de algodón. Tejido de algodón. Huaca Prieta y serpiente en un piruro. Material tallada de una escena ritual. Asia, Manos Cruzadas”. Barro en mampos­
La Galgada, valle de Tablachaca (valle de Chicama), probablemente modelable. Asia, valle de Omas valle de Omas (siglo XVII/XV a.C.) tería de piedras canteadas. Kotosh
(finales del tercer milenio a.C.) segunda mitad del tercer milenio a.C. (siglo XVII/XV a.C.) (Huánuco), inicios del segundo
milenio a.C.
150 CHAVÍN 151 Chavín de Huántar

83

84a 84b 85

84c 84d 86

Fig. 80 Fig. 81 Fig. 82 Fig. 83 Fig. 84 a, b, c y d Fig. 85 Fig. 86


“Rostro amenazante” rodeado de Puma sentado. Barro esculpido y Criatura de rasgos híbridos. Relieve Criatura dentada. Enlucido inciso y Relieves de piedra. Cerro Sechín Víctima humana cortada por la Felino con marca de cabeza humana
animales depredadores (¿zorros?), lo pintado en verde con detalles en pintado en barro sobre ladrillos de pintado. Punkurí (valle de Nepeña), (valle de Casma), fase de construc­ mitad. Relieve en piedra. Cerro trofeo. Relieve en piedra. Mesapatac
que posiblemente es una alusión a la blanco y rojo. Punkurí, valle de adobe. Punkurí (valle de Nepeña), fase de construcción 2, segunda ción 4, inicios del segundo milenio Sechín (valle de Casma), fase de (valle de Casma), inicios del segundo
constelación antigua andina del Nepeña, fase de construcción 3, fase de construcción 1, probablemen­ mitad del tercer milenio a.C. a.C. a: Participante de procesión. b: construcción 4, inicios del segundo milenio a.C.
“Zorro”; de otro lado, la cara se (finales del segundo milenio a.C.) te segunda mitad del tercer milenio cabeza sacrificada con ojo sangran­ milenio a.C.
encuentra orientada hacia el lugar en Fotografía del año 1933 a.C. Dibujo original de campo, 1933 te. c: cabeza sacrificada con cráneo
donde el sol se oculta el 21 de junio aplastado y sangrante. d: bloque de
(el solsticio). Barro en mampostería piedra reutilizado (brazos cortados
de piedras canteadas. Buena Vista sobre la parte inferior de un cuerpo
(valle de Chillón), ca. 2000 a.C. parcialmente borrado)
152 CHAVÍN 153 Chavín de Huántar

mente aparezcan en poses dinámicas: convocando, cantando, bai- El preludio de la edad de oro:
lando, avanzando rápidamente o sosteniendo una cabeza trofeo. La escultura Chavín Clásico y sus
predecesores en la región de Chavín
Felinos y otros cuadrúpedos Solamente dos representaciones
de felinos pueden ser asignadas con certeza a la fase A de Chavín: Siguiendo a Gordon R. Willey, John H. Rowe definió el estilo
uno de ellos es un relieve en piedra de Chavín de Huántar —men- Chavín a partir de las esculturas en piedra del sitio homónimo,
cionado ya al final de la sección sobre el estilo Sechín— debido a que también constituye el eje de la siguiente sección130.
sus características generales y sus ojos excéntricos y bicornes [fig. Según las esculturas documentadas, algunas de las
98a]; la otra es una talla en hueso procedente de Las Haldas cuales ya han sido mencionadas, la región alrededor de Chavín
(valle de Casma) según lo revelan las marcas de su cuerpo, que de Huántar ya era un centro de esculturas líticas antes de los
coinciden con las de la espátula de hueso de Pallka y los elemen- siglos XII a XI, el inicio de Chavín Clásico131. Aunque Pacopampa
87a tos que lo acompañan [fig. 91]. De ser estas comparaciones histó- se jacta de contar con un dintel temprano, y aunque tenemos no-
ricamente significativas, el relieve en piedra de Chavín, que con ticia de cinco o seis esculturas individuales de los sitios de Pampa
tanta frecuencia es asociado al puma de Punkurí y los murales de de las Llamas (Casma), La Pampa y el sitio por lo demás no in-
Cerro Sechín, pertenecerían a la fase tardía segundo milenio a.C. vestigado de Chupacoto (Callejón de Huaylas), en Chavín se co-
[fig. 98b]. Sin embargo, a partir de lo que hoy sabemos sobre nocen no menos de ocho relieves en piedra tempranos —aunque
Chavín de Huántar, esto resulta, en realidad, poco probable. desprovistos de contexto, y en algunos casos relativamente pe-
Aunque geográficamente distante y en otro medio, una vasija ce- queños— que, según el estado actual de nuestros conocimientos,
rámica de Jequetepeque muestra que la forma del ojo en cuestión datan de la segunda mitad del segundo milenio a.C.132. Dos relie-
podía darse todavía en fecha tan tardía como el último cuarto del ves de Yurakyako y uno cada uno de Chavín, Runtu y Pójoc reci-
segundo milenio a.C.127. Los desconcertantes discos ligeramente bieron influencia de la tradición Yurakyako, pero probablemente
elevados del relieve en piedra de Chavín estarían indicando que son de fecha más tardía133. Ya previamente Kroeber había asocia-
lo que se tenía en mente era la imagen de un jaguar128. do algunas de estas piezas con “Sechín”, puesto que las figuras
del estilo homónimo efectivamente sí se parecen bastante a las
87b Perspectivas Muchas de las obras escultóricas descritas aquí del tipo Yurakyako134. En la mayoría de los casos las esculturas
muestran temas importantes, principios de diseño y elementos formaban parte de conjuntos “procesionales”, lo que quiere decir
pictóricos Chavín, en una forma específica que las aparta de las que existen buenas posibilidades de descubrimientos adicionales.
manifestaciones clásicas de dicho estilo. Hay, al mismo tiempo,
estrechos vínculos iconográficos que apuntan a un desarrollo con- Tendencias estilísticas El enfoque seguido por Rowe en
tinuo, el cual resulta más claramente evidente en la forma de los Chavín de Huántar consistía en derivar puntos de anclaje para la
ojos, especialmente los excéntricos. Actualmente se cuenta con historia del estilo a partir de la historia de construcción del sitio.
fechados radiocarbónicos, al menos en algunos casos; ellos prue- Actualmente solo hay cinco esculturas o conjuntos escultóricos
ban, al igual que los hallazgos de cerámica en el valle de Casma, allí que permiten aplicar este enfoque: el Lanzón, en tanto se
que este grupo precedió al estilo Chavín Clásico y que no perte- trata de la escultura más antigua in situ; una pareja sumamente
nece a esta fase tardía, como se creía hasta hace poco. erosionada de serpientes en la escalinata de la Portada Superior;
Dada la vigorosa afinidad Chavín de estas obras, el Portal Blanco y Negro; los relieves en el techo de la Galería de
seguí la sugerencia de Rowe129 de que su fase Chavín AB podía las Vigas Ornamentales; y el conjunto en la Plaza Circular135. Si
subdividirse. Los materiales examinados en la sección anterior bien la historia de la construcción y la historia estilística no
representarían entonces la fase Chavín A anterior. Geográfica- pueden ser correlacionadas fácilmente en el caso de la Plaza Cir-
mente, las obras de esta fase definen un horizonte que abarcaba cular, la relación existente entre el Lanzón y el Portal Blanco y
más de 600 km por vía aérea entre el valle de Jequetepeque y Negro resulta particularmente significativa. Las esculturas tri-
Lima. También comprende la región alrededor de Chavín de dimensionales, en particular las cabezas clavas de las fachadas,
Huántar, en contraste con la sierra norte alrededor de Cajamar- merecen su propio estudio.
ca, una región para la cual aún no se han publicado los hallazgos En lo que se refiere al contexto arquitectónico, el
correspondientes. En términos de la cronología absoluta, según examen detallado del templo principal de Chavín emprendido
las mediciones radiocarbónicas disponibles, esta fase existió por Silvia Rodríguez Kembel, estableció un desarrollo sumamen-
entre los siglos XV y XIV a.C. Actualmente no es posible definir te complejo, en contraste con el concepto relativamente simple de
su principio y su fin con mayor precisión; sin embargo, resulta Rowe. Rodríguez Kembel llamó del siguiente modo a las fases
razonable asumir que la transición al arte clásico de Chavín fue más importantes de este desarrollo: la “Etapa de los Montículos
fluida y que probablemente tuvo lugar en el siglo XIII a.C. Separados”, la “Etapa de Expansión”, la “Etapa de Consolida-
ción”, la “Etapa Blanco y Negro” y la “Etapa de las Construccio-
Fig. 87 a y b Fig. 88 Fig. 89
Mortero de diorita y detalle de deco­ Escena mítica. A la izquierda: cabeza Portador de escudo, posiblemente
ración incisa. Suchimán, valle de de deidad o ancestro. Relieve de figura de un guardia. Relieve de
Santa (probablemente primera mitad barro pintado. San Juanito, valle de barro pintado sobre mampostería de
del segundo milenio a.C.) Santa (fase de construcción media, piedras canteadas. Garagay, valle de
ca. 1700 a.C.) Rímac, plataforma noreste, pared
que flanquea la escalinata, fase de
construcción 1 (siglos XVI-XIV a.C.)
154 CHAVÍN 155 Chavín de Huántar

nes de Apoyo”136. La secuencia básica de fases estilísticas según ubica la estatua, en términos relativos, más cerca de la fase A. En que se refiere a los elementos metafóricos149. Por último, el mag- las lajas esculpidas de la Plaza Circular tal vez provinieran de
Rowe —A B, C, D y EF— no fue cambiada por la nueva secuencia cambio los relieves de animales que Rowe y Roe designaron en nífico relieve de un felino de Huaca Partida (Nepeña) es un ejem- contextos de construcción anteriores157. Desafortunadamente no
de edificación. En comparación con el más antiguo Lanzón, los última instancia como los representantes más tempranos de plo instructivo [fig. 24]. La hilera individual completamente inor- sabemos cómo se veía en su momento el acceso a la plataforma
relieves del Portal Blanco y Negro, que es indudablemente poste- dicho estilo, probablemente fueron tallados —junto con la cornisa gánica de varias pequeñas cabezas agnáticas en su cuerpo del Lanzón y a la plataforma noreste, con sus ejes intersecados, o
rior en términos de su historia de construcción, constituyen re- a la cual adornan— en las etapas de construcción que tuvieron distingue claramente a este relieve de las representaciones de si las esculturas de estos edificios anteriores fueron tal vez trans-
presentaciones perfectas del estilo Chavín tal como lo describiera lugar durante la remodelación del edificio noreste [cat. no. 113; jaguares en el estilo Chavín Clásico, incluso cuando tomamos en feridas a nuevos lugares.
Rowe: mediante la repetición modular, las figuras se desarrollan véanse los caps. 4.1, 4.3; fig. 100]142. Si el Lanzón sirve como cuenta las figuras apenas embellecidas de una losa de cornisa sin Pero, por legítimo que sea el objetivo de precisar la
dentro de una red balanceada de líneas rectas, rollos y curvas patrón de comparación de la temprana fase B de Chavín, enton- contexto, probablemente más temprana150. ubicación relativa de esculturas Chavín individuales, sería
conectoras, sin perder de vista la simetría137. Además, Peter Kau- ces dichos relieves de aves de presa, jaguares y serpientes ocupan El complejo escultórico Chavín más extenso conserva- errado intentar disponerlas a lo largo de un eje de desarrollo con-
licke llamó la atención sobre el patrón subyacente de una cuadrí- una posición posterior dentro de dicha fase. Se hicieron añadidos do en su lugar de origen se encuentra en la sección occidental de tinuo. Si bien es cierto que la tendencia dentro de una tradición
cula rectangular138. Al decidir colocar la Estela Raimondi al final a estos elementos durante la fase Blanco y Negro, tal como Rowe la Plaza Circular, al pie de las escalinatas que llevan a lo que artística como el estilo Chavín conduce hacia una creciente ela-
de la secuencia, Rowe extrapoló la tendencia de desarrollo estilís- concluyera luego de comparar las piezas que usó para definir su antes se conocía como el Templo Viejo, que contiene al Lanzón. boración de los motivos pictóricos establecidos, se ha mostrado
tico existente entre el Lanzón y el Portal. El Obelisco Tello no fase AB con otros relieves de aves que se encuentran cerca de las Por esta razón Lumbreras, Roe, Sawyer y Maitland, y Burger co- que los temas individuales tenían sus propias convenciones
puede ser ubicado de forma tan precisa; para Rowe era el patrón figuras del Portal de la fase D143. Sus antecedentes inmediatos, en locaron estas esculturas en fecha cercana al Lanzón151. Sin em- desde al menos la fase A. Además, probablemente hubo esculto-
de comparación de la fase C. cambio, siguen sin conocerse. bargo, la investigación de Rodríguez Kembel indica que es más res que buscaron desarrollar nuevas variantes y al mismo tiempo
El cambio estilístico que tuvo lugar en el periodo ante- La frecuencia de las representaciones de aves de presa probable que el Lanzón y las esculturas de la Plaza hayan estado, permanecer dentro del marco canónico. Tal vez el factor en modo
rior se hace evidente cuando comparamos el Obelisco de Runtu, en Chavín de Huántar es algo digno de atención, puesto que aún en realidad, sumamente separadas en el tiempo, puesto que la alguno menos importante fue la ubicación propuesta para su tra-
cerca de Chavín [fig. 99]139, con el Lanzón [fig. 4, 117]. Ambas es- no contamos con ninguna evidencia en absoluto de este motivo en Plaza Circular fue construida durante la fase Blanco y Negro152. bajo: un contexto más o menos elaborado de edificaciones más
culturas están dedicadas a seres poderosos en posición erguida, Chavín A, y los ejemplos de las imágenes de aves fueron raros Pero esto no quiere decir que todos los relieves deban haber sido o menos públicas. Lo mismo podría haber sido cierto del grado
cuyos rasgos principales son antropomorfos. Un origen más tem- durante el Formativo Inicial en Huaca Prieta, La Galgada y El tallados entonces, o incluso en el mismo momento. en que se aplicaban elementos metafóricos. Es más, un rápido
prano del “Obelisco Runtu” queda sugerido por su estrecha vincu- Paraíso. Parecería al mismo tiempo que el puma monocromo, que El friso de jaguares, en la zona basal al menos, presen- examen del catálogo de Tello de las esculturas líticas conocidas
lación con la tradición Yurakyako: las serpientes que rodean li- había sido el felino predominantemente representado, fue reem- ta un cuadro algo homogéneo [véase el cap. 4.5; fig. 115]. Las en su época, o un vistazo del museo de sitio en Chavín, nos
bremente la cabeza de la figura principal indican en general lo plazado por el jaguar, cuyas singulares marcas en el pelaje eran marcas naturales de pelaje en los que presumiblemente alguna revela la existencia de una serie de versiones inusuales de temas
mismo. En el Lanzón, en cambio, ya se encuentran fusionadas con idóneas para inspirar un tipo específico de estilización144. vez fueron treinta y ocho relieves153, fueron transmitidas de modo pictóricos clásicos, a los cuales aún no se ha tenido en cuenta en
la cabeza [véase también cat. no. 108]. A pesar de atributos tales Un factor que señala una clara diferencia temporal estilizado geométricamente, mediante motivos de círculos con- estudio alguno.
como los colmillos y los cabellos formados por serpientes, que entre las esculturas Chavín tempranas y clásicas, es la represen- céntricos, espirales, cruces, lóbulos y en forma de S, algunos de
buscan ser amenazantes, la impresión global que el Lanzón da tación de los motivos geométricamente estructurada y orientada los cuales probablemente tenían su propio significado simbólico. Las regiones dentro de la esfera
solamente puede ser descrita como contenida y austera en com- por una cuadrícula. Pero eso no es todo. En comparación con Los elementos metafóricos son en realidad extraños aquí: algu- más amplia de Chavín
paración con el dinamismo característico del tipo Yurakyako que Chavín A, los ojos, las patas y los colmillos de las figuras asumen nas máscaras agnáticas de las cuales salen las colas de los jagua-
vemos en el Obelisco Runtu. La tendencia estilística que emerge formas distintas que son típicas de las obras en el estilo Chavín res y, en dos casos conocidos, una hilera de serpientes sobre el Costa norte: Cupisnique Queda mucho por investigar, tanto
aquí resulta acentuada aún más en la escultura Chavín Clásico. Clásico. Es más, las figuras de animales Chavín B muestran ya la lomo de estos animales. Considerando el grado de superposición en Chavín como en las demás partes nucleares de la región que
Dos relieves con personajes antropomorfos, prove- implementación consistente de un concepto clave, a saber, la pér- metafórica, las figuras de jaguar no coinciden con las esculturas en algún momento se vio influenciada por la cultura homónima,
nientes de contextos arquitectónicos desconocidos en Chavín y en dida de familiaridad de atributos físicos importantes mediante de la fase D del Portal Blanco y Negro, y mucho menos con especialmente en la costa norte. La primera tarea a realizar es,
Yurakyako, ilustran el mismo contraste. El de Chavín, ya men- metáforas específicas de depredadores, cuyos componentes su- la Estela Raimondi de la fase EF. Contradiciendo la evaluación en realidad, definir la cultura Cupisnique difundida por Rafael
cionado [fig. 96], tiene una forma regordeta y dinámica del todo mamente estandarizados —cabezas de jaguar y de serpiente, de Roe154, su diseño debiera más bien fecharse incluso antes de Larco Hoyle158. De lograrse esto, se podría seguir su desarrollo
en conformidad con sus contrapartes norperuanas del tipo Yu- bandas de colmillos y hocicos sin mandíbula inferior, pero con un las figuras de ave y jaguar metafóricamente cargadas de la corni- particular a lo largo del tiempo y distinguirla de la tradición
rakyako140. El de Yurakyako, de fecha probablemente posterior ojo correspondiente asociado— deben haberse desarrollado du- sa del templo principal. En su caso al menos, la distancia formal Chavín propiamente dicha, tanto en términos geográficos como
[cat. no. 13], tiende hacia la linealidad y la composición modular rante un periodo precedente. de las esculturas tempranas de la fase Chavín A no es tan grande de contenido. Carlos Elera y Kayoko Toshihara han hecho impor-
del estilo Chavín Clásico141. Hay señales de una tendencia simi- En algunas obras escultóricas podemos ver las seña- como en otras esculturas de este estilo. Las figuras del friso tantes contribuciones en este sentido159.
lar en la región norperuana de Cupisnique. Sería interesante in- les de la introducción gradual de la deformación metafórica. Ella de seres míticos ubicadas varias lajas esculpidas por encima Posterior al arte del Formativo Inicial en Ventarrón
vestigar la influencia que el tipo Yurakyako tuvo sobre la escul- se da rara vez en las figuras de Moxeque (Casma), donde no del friso de los jaguares155, en cambio, podrían haber sido ejecuta- [figs. 31-33], y probablemente en Sorcape, el punto de partida
tura clásica de Chavín en un contexto más amplio. queda claro si una de las figuras está sosteniendo serpientes o das después, incluso durante la construcción de la Plaza Circular del desarrollo artístico en la costa norte fue la tradición de la fase
cuerdas que se han metamorfoseado en las primeras145. Los toca- de la fase D. Chavín A, vinculada por Salazar y Burger con Cupisnique160.
El problema planteado por los relieves de animales dos de los danzantes en un petroglifo de Alto de la Guitarra Las esculturas de la Plaza Circular ilustran los pro- Esta conexión resulta visible, por ejemplo, en las figuras fronta-
Aunque hay afinidad entre las esculturas más o menos antropo- (Moche) tienen cabezas de serpiente que todavía son convencio- blemas que presenta un poderoso centro ceremonial, donde se les de Pampa de las Llamas (Casma), cuya configuración básica
morfas ya mencionadas, se da una discrepancia marcada entre nales146. El uso de la metáfora queda limitado a un accesorio —el llevaron a cabo ampliaciones y alteraciones a gran escala a lo corresponde a diversas esculturas de Huaca de los Reyes, aun
las representaciones animales de la fase Chavín A o antes, y las ornamento del cinturón—, incluso en el caso del trompetista de largo de muchos siglos. Ya en 1962, Rowe observó el grado en que cuando estas últimas tienen patas de puma161. El motivo antes
obras escultóricas análogas del estilo clásico. Esto no debiera sor- Pójoc147. De otro lado en el pututo de Chiclayo, en el norte perua- la reutilización de esculturas a las que se reubicaba, o el reem- mencionado de una máscara con un surco en la quijada, hallado
prender. En lo que a la historia de la edificación se refiere, el no, las serpientes no se encuentran más conectadas con la figura plazo de las partes dañadas, hacían que el estudio de la historia en Sechín Bajo y en Huaca de los Reyes, también resulta relevan-
Lanzón forma parte del contexto de la arquitectura monumental principal —en este caso el trompetista— que en el Obelisco del arte Chavín resultara más difícil156. Rodríguez Kembel reco- te aquí. Incluso hoy vienen surgiendo variantes regionales dentro
más antigua de Chavín que se conozca hasta la fecha, lo cual Runtu148. Hasta el Lanzón es comparativamente contenido en lo noció esto y aceptó plenamente la posibilidad de que algunas de del área de Cupisnique, así como diferencias típicas de algunos
156 CHAVÍN 157 Chavín de Huántar

90a

92a 92b

90b

91

93a

90c

93b

94

Fig. 90 a, b y c Fig. 91 Fig. 92a Fig. 92 b Fig. 93 a y b Fig. 94


Tres cabezas antropomorfas híbri­ Espátula de hueso decorada con Procesión de criaturas antropomor­ Criatura con rasgos híbridos seme­ Cabeza de un monstruo agnático que “Animal de súplica”. A la derecha:
das. Relieve de barro sobre mampos­ diseño inciso de jaguar. Las Haldas fas híbridas del tipo Yurakyako. Re­ jante a un ave que lleva una concha sostiene dos serpientes. Relieve en la cola o quizás un caracol marino
tería de piedras canteadas. Garagay, (región de Casma), siglos XVI-XIV lieve de la Copa Rondón, una peque­ de Spondylus. Relieve sobre una piedra. Dintel o umbral de una plata­ Strombus. Relieve en piedra. Chavín
valle de Rímac, plataforma noreste, a.C. ña copa hecha de esteatita. Norte copa de esteatita. Región de Jeque­ forma ritual desconocida de La de Huántar, siglos XIV-XII a.C.
fase de construcción 2 (siglos XVI- del Perú (siglos XV-XIII a.C.) tepeque (siglo XV-XIII a.C.) Pampa, valle de Santa, (segunda
XIV a.C.) mitad del segundo milenio a.C.)
158 CHAVÍN 159 Chavín de Huántar

periodos específicos. Huaca de los Reyes (Moche), Limoncarro


(Jequetepeque) y Collud-Zarpán (Lambayeque)162, los centros
de culto más importantes hasta ahora investigados, lucen
en las paredes impresionantes relieves pintados [fig. 36]. Las in-
vestigaciones actuales, asimismo, se concentran en el valle
de Nepeña y en las decoraciones artísticas encontradas en los
complejos de los templos de Cerro Blanco y Huaca Partida [véase
cap. 2.3, figs. 23, 24]163.
Tomando las figuras arquitectónicas de Huaca de los
Reyes como ejemplo, William J. Conklin demostró un desarrollo
estilístico que fue de lo curvilíneo y dinámico a lo rectilíneo y se-
98a mejante a una cuadrícula164. Es posible que algo similar haya
sucedido en Nepeña, si comparamos el relieve del jaguar del
nivel inferior de la plataforma de Huaca Partida con las figuras
de danzantes alados del edificio en su cima, y si tomamos en
cuenta el sitio vecino de Cerro Blanco165. Estos desarrollos corres-
ponden, en principio, a lo que podemos observar en Chavín pro-
piamente dicho; si fueron contemporáneos o no, es algo que aún
queda por precisar. En lo que se refiere a fechas concretas, la
serie a menudo citada de fechados radiocarbónicos discordantes
de Huaca de los Reyes se refiere únicamente a la primera fase de
96 su construcción. Sin embargo, todas las esculturas parietales co-
nocidas pertenecen a épocas constructivas posteriores, y por ende
datan por muy temprano del comienzo del primer milenio a.C.
98b
Shibata, en consecuencia, correlacionó Huaca de los Reyes con la
fase Cerro Blanco en Nepeña (1100-800 a.C.)166.

La sierra norte: la región de Cajamarca La situación es


mucho más clara en los Andes Septentrionales del Perú. Allí, los
trabajos que los investigadores japoneses llevaron a cabo duran-
te décadas en esta región, especialmente en los centros ceremo-
niales de Huacaloma, Kuntur Wasi, Cerro Blanco y Pacopampa,
así como en el templo de Limoncarro y en otros sitios del río Je-
quetepeque medio, arrojaron abundantes evidencias nuevas
[véanse caps. 2.3, 3.2, figs. 27, 29]167. Aunque resultan obvias las
conexiones existentes con la cultura Cupisnique de la región cos-
tera adyacente, aún no conocemos ejemplos del arte de la fase
95 97 Chavín A de la sierra norte del Perú. En comparación con la
región de Chavín, las esculturas líticas de esta zona tienen sus
propios rasgos característicos, los cuales aún no han sido descri-
tos detalladamente [cat. nos. 10, 107]. Qué interrelaciones son las
que la cerámica refleja, es algo que podrá ser resuelto una vez
que se esclarezca la situación en Chavín de Huántar. Las vasijas
encontradas en la Galería de las Ofrendas, algunas de las cuales
probablemente fueron importadas desde el norte, proporcionaron
pistas preliminares [véase cap. 4.5].

Costa central: Manchay Todavía quedan unos cuantos vacíos


en nuestros conocimientos de las condiciones existentes en la
costa central. Richard L. Burger y Lucy Salazar acuñaron el tér-
99 mino “cultura Manchay”, para referirse a las manifestaciones

Fig. 95 Fig. 96 Fig. 97 Fig. 98a Fig. 98b Fig. 99


Cabeza con dos apéndices de ser­ en cerámica. Quindén, valle de Figura de hombre armado Figura alada con rasgos híbridos Felino andando con ojo excéntrico Felino ovillado. Relieve en piedra. Figura mítica, serpientes y símbolos
pientes. Placa decorativa de una Jequetepeque, (probablemente gritando, tipo Yurakyako. Relieve del tipo Yurakyako. Relieve bicorne. Relieve en piedra. Chavín de Chavín de Huántar (segundo milenio en una estela cuadrilátera. Relieve
botella asa estribo. Pintura de resina siglos XIV-XIII a.C.) en piedra. Chavín de Huántar en piedra. Chavín de Huántar Huántar (siglos XV-XIV a.C.) a.C.) en piedra. Runtu, región de Chavín
(siglos XIV-XII a.C.) (siglos XIV-XII a.C.) (fines del segundo milenio a.C.)
160 CHAVÍN 161 Chavín de Huántar

culturales de los periodos Formativo Temprano y Medio encon- 4.3 La arquitectura ha sido de gran importancia desde el inicio de los
tradas entre Chancay y Lurín168. A diferencia de Cupisnique, la estudios arqueológicos en Chavín de Huántar. Esto se ha debido
cultura Manchay no está definida a partir de su cerámica aun ARQUITECTURA Y ESPACIO en parte a que las descripciones sistemáticas más tempranas del
cuando podemos rastrear su desarrollo general, por lo menos en RITUAL EN CHAVÍN DE HUÁNTAR sitio se concentraron en la arquitectura visible, y en parte a que
el sitio de Ancón169. Estos dos autores más bien se concentraron el arte y la iconografía, reconocidos tempranamente, fueron en-
fundamentalmente en la arquitectura, manifiesta en muchas marcados dentro de contextos arquitectónicos y en situaciones
John W. Rick
plataformas rituales con planta en forma de U. Además, en los subterráneas, a menudo inusuales [véase cap. 4.1]. Los planos
murales había motivos iconográficos como los símbolos escalona- tempranos intentaron mostrar la distribución de los edificios, y a
dos con la parte superior doblada —derivados sin duda de símbo- mediados del siglo XX ya se conocían muchos parámetros funda-
los análogos de Chavín A— y elementos pictóricos como las man- mentales de la planta del sitio, aun cuando en muchos casos eran
díbulas superiores con múltiples colmillos, probablemente materia de cuestionamientos o estaban errados1. A medida que
inspirados por las representaciones de caimanes. Ambos están avanzaba la limpieza de los diversos depósitos que cubrían los
documentados en los relieves murales pintados de la plataforma edificios del periodo Chavín, se fueron formulando ideas acerca
central de Garagay (valle del Rímac), que Roe asignó a la fase de la transición de un “Templo Viejo” a un “Templo Nuevo”, que
Chavín C [fig. 25]170. para la década de 1980 terminó conformando una secuencia ar-
El friso en relieve de una banda bucal con colmillos, quitectónica de tres etapas, esquema éste que en líneas generales
hecho en barro en Cardal (Lurín), ha pasado a ser conocido como se ha repetido hasta el presente2. Más recientemente, los avances
una cita enormemente simplificada del repertorio formal de la en la tecnología del mapeo permitieron desarrollar una idea
iconografía Chavín [fig. 26]; tenemos también el fragmento de mucho más detallada y compleja de la secuencia de construcción
una cabeza con colmillos más elaborada de un relieve en barro y la cronología, aun cuando todavía queda aún mucho que estu-
posterior de Cardal171. Una muñeca ritual de la plataforma del diar [fig. 100]3. En ciertos aspectos la arquitectura chavín evolu-
templo de Mina Perdida (Lurín), que muestra un ser mítico de la cionó considerablemente durante los 800 años o más de su ocupa-
fase C o D de Chavín, y una olla de cerámica con ornamentación ción, y fue sumando nuevas formas, así como la capacidad de
incisa de Cardal, son casi los únicos hallazgos que se han publi- construir y decorar; sin embargo, en otros sentidos su arquitectu-
cado. Las serpientes que se ven en la vasija y la talla en hueso de ra fue conservadora y predecible, observándose muchos princi-
una cabeza de felino sin colmillos encontrada en las cercanías172, pios básicos a lo largo de la mayor parte de la secuencia. Esto
no lucen absolutamente ningún rasgo Chavín, y es más probable sugiere una organización ligada a la tradición, pero que a la vez
que correspondan a fechas anteriores de Cardal, que apuntan era sensible a ciertos niveles de innovación y originalidad.
hacia los siglos XIV o XIII a.C. La falta de hallazgos publicados
del valle de Lurín es aún más lamentable si se considera que, a Descripción general
juzgar por la composición de la arcilla, la cerámica artísticamen-
te expresiva de estilo Dragoniano, de la Galería de las Ofrendas, En su forma más simple, la arquitectura del centro ceremonial de
ubicada junto a la Plaza Circular de Chavín, probablemente fue Chavín de Huántar consta de una serie de formas algo elementa-
producida en la costa. En Manchay Bajo (Lurín) se han documen- les. La primera y más obvia es la plataforma, una construcción
tado hallazgos que tienen cierta similitud, a los que podemos sólida de lados inclinados hacia un centro usualmente rectangu-
fechar allí entre los siglos VIII y VI a.C.173. lar y de altura relativamente baja (en comparación con su longi-
Teniendo en cuenta la plataforma noreste de Garagay tud o su ancho). Es posible que a través del tiempo haya tenido
[figs. 89, 90] —ignorada en líneas generales por Burger y Sala- terrazas y en algunos casos habitaciones de paredes gruesas y
zar—, que según las evidencias radiocarbónicas probablemente es modesto tamaño, construidas en la cima. Las plataformas proba-
contemporánea con una sustancial labor edificadora en el edificio blemente estuvieron dispuestas alrededor de plazas circulares o
principal, entonces la intensificada actividad constructora en el cuadradas en forma de U durante toda la secuencia arquitectóni-
valle de Lurín posiblemente estuvo vinculada con la propagación ca, y con toda seguridad fue durante la fase Blanco y Negro (ca.
de la fase Chavín A entre los siglos XV y XIV a.C., lo que también 900 - 550 a.C.)4, la última etapa importante de construcción; la
dejó su huella en Chavín de Huántar. La procedencia exacta de conocida planta en U del Formativo de los Andes Centrales5 re-
las influencias que tuvieron un impacto en esta región u otra, es sulta de esta disposición.
algo que solamente podrán señalar futuras investigaciones. Sin embargo, vale la pena añadir que lo que sabemos
sobre Chavín se refiere principalmente a la arquitectura de la
fase Blanco y Negro, y en realidad todas las plazas conocidas son
de esta última etapa de construcción. En Chavín hay dos configu-
raciones primarias y superpuestas en forma de U, una dispuesta
alrededor de la Plaza Circular y la otra alrededor de dos plazas
cuadradas (la Plaza Menor y la más fácilmente reconocible Plaza
162 CHAVÍN 163 Chavín de Huántar

Mayor)6. Cada una de ellas define un eje dirigido aproximada- entre los dos [fig. 102]9 Su posición singular tiene sentido puesto turas subterráneas adicionales en forma de galerías y canales. canal servía como un conducto para las personas así como para el
mente a 13,3 grados al sur de este y ambas estuvieron en uso que esta vía de acceso entre ejes que lleva a la Plaza Circular Todo esto sugiere que para los constructores Chavín, el espacio agua, y quizá permitía que personas claves aparecieran “milagro-
durante la fase Blanco y Negro; sin embargo, es posible que el eje —bastante renovada y elaborada— seguía un eje que conducía a debajo de la superficie formaba parte de un mundo con el cual samente” en lugares inesperados [fig. 106].
de la Plaza Circular haya estado en uso en fases previas [fig. la escultura sumamente importante del Lanzón, ubicada muy estaban bastante familiarizados, y no necesariamente uno que Dentro de los canales encontramos evidencias claras
102]. Esta dualidad dio lugar a los conceptos de los Templos An- adentro del Edificio B. En segundo lugar, una de las formas más estuviese contrastado conceptualmente con el mundo que se alza de ofrendas de cerámica, objetos de hueso extensamente trabaja-
tiguo y Nuevo, pero una vez más estamos viendo fundamental- comunes de escalinata en Chavín es la colgante, del tipo zig-zag, encima. También se consigue una idea palpable del control del do y minerales diversos colocados intencionalmente en su interior,
mente a edificios de la misma fase tardía. o ciego por doble angulo, que descendían desde el nivel alto de las paisaje, entendiendo por esto la capacidad de nivelar, de cons- lo que hacía que fuera incluso un lugar de importancia ritual. En
Dado que por definición las plataformas y plazas se plataformas hasta aproximadamente la mitad de la altura de los truir terrazas o de jugar con el espacio en formas a las que una el caso de la Plaza Circular, un ingreso al parecer abierto perma-
encuentran a distintas alturas, no sorprende que el tercer ele- edificios. Estas escalinatas, de las cuales se conocen al menos construcción levantada directamente sobre la superficie del suelo nentemente al Canal Rocas está asociado con el hallazgo de vasi-
mento más prominente de la arquitectura sean las escalinatas seis, aparentemente jamás debieron unir los edificios y el suelo. no puede aspirar. jas de cerámica quebradas de manera intencional, principalmente
que establecen la transición entre los niveles [fig. 103]. Ellas son Su descenso angulado y forma cubierta sugieren que ellas debían Sin embargo, un aspecto del espacio subterráneo es vasijas de libación y vertido que al parecer eran sacrificadas,
sumamente empinadas al igual que en muchos otros centros ce- permitir la aparición repentina y dramática de alguna persona que éste contradice las necesidades del drenaje. En primer lugar, quizás una vez consumidos los líquidos, que muy bien podrían
remoniales precolombinos del Nuevo Mundo y tienen peldaños en las aberturas que hay en las fachadas de los edificios, enfati- dichos espacios son tan susceptibles a las inundaciones y a otros haber incluido pociones psicoactivas o alcohólicas13. Del mismo
relativamente altos. Estas características, conjuntamente con la zando así la distancia que mediaba entre quienes se encontraban problemas de humedad como si fueran madrigueras de roedores. modo, el hallazgo de restos humanos sobre el piso del canal direc-
ausencia casi total de rampas en la arquitectura Chavín, eviden- en la cima de las plataformas y quienes estaban abajo [fig. 105]. No es sólo que el agua puede entrar desde arriba, sino que tamente debajo de las entradas más grandes, con toda probabili-
cia que la intención de las escalinatas no era permitir que se En efecto, es probable que al menos cuatro de estas escalinatas además las fluctuaciones en la napa freática podrían traer agua dad indica que al menos en ciertas ocasiones se colocaba a los di-
diera una transición fácil e informal entre los niveles; ellas más colgantes hayan estado en uso durante la fase Blanco y Negro; lateralmente y desde abajo. Es muy probable que en un paisaje funtos dentro del canal, pero todavía falta determinar si esto
bien enfatizaban la dificultad y una sensación clara de transición podemos contrastar esto con la singular escalinata del Lanzón, lluvioso en invierno como este, las grandes plataformas bloquea- tenía un carácter honorario, sacrificial, pragmático o punitivo.
involucrada en el tránsito entre contextos de distintas alturas. que aparentemente fue la única ruta de acceso desde el suelo ran tanto la escorrentía de superficie como el movimiento subte- Es muy importante advertir que canales y galerías
Es más, las escalinatas parecerían relacionarse tanto hasta la cumbre de la plataforma durante esta fase. En tercer rráneo del agua, intensificando aún más los problemas de drena- son dos formas arquitectónicas y funcionales del todo distintas, y
con los principios de diseño como de uso del centro. Hay un fuerte lugar hay un solo caso conocido de una escalinata interna que se je. Además de los problemas más evidentes del control del que solamente están relacionadas en lo que se refiere a ciertos
énfasis en la colocación de escalinatas ya sea en posición axial, en bifurca en la zona de la Plaza Circular, a la cual se ingresaba a agua dentro de estructuras de piedra construidas con mortero principios de construcción que son intrínsecos a los espacios sub-
simetría alrededor del eje, aunque existen unas cuantas excep- través de un acceso (una portada) más abajo en una pared ciega de barro, estos factores hicieron que fuera inevitable que terráneos [cf. fig. 106 con figs. 107, 108]. La prueba de su diferen-
ciones notables. En muchos casos fueron colocadas en posiciones y que permitía acceder a la cima del Edificio A desde su lado este. para perdurar, Chavín tuviera que contar con un sofisticado sis- ciación es que jamás se cruzan, lo que sorprende en dos clases de
de encuadre, equidistantes de los lados de las plazas, especial- Dado que esta vía de ingreso quedó bloqueada con la construc- tema de drenaje11. espacios subterráneos que comparten el mismo terreno. Podría
mente en el caso claro de la Plaza Mayor7. En realidad sospecho ción de la Plaza Circular al inicio de la fase Blanco y Negro, pode- La solución se encontró por medio de una ingeniosa ser que la posibilidad de que las galerías se inundaran iba contra
que las escaleras fueron usadas como puntos clave para encua- mos relacionar con seguridad esta inusual escalinata —y una red de canales de drenaje que solo ahora comienza a comprender- la cercanía de los canales, pero sea cual fuere la razón, ambos
drar las plazas y no al revés. Ellas daban acceso pero tendían a inusual dirección primaria de acceso— con un periodo anterior se. Como Chavín estaba sumamente interesado en un ritualismo parecen haber funcionado en dos ámbitos de actividad distintos.
definir senderos bastante limitados y estrechos. No sólo habían en el cual una versión mucho más pequeña del Edificio A estuvo complejo y desorientador, se esperaba que los canales sirvieran Las galerías fueron claramente diseñadas para el paso de huma-
relativamente pocas escalinatas que unían los distintos niveles, tal vez orientada hacia el norte. para algo más que el simple desagüe. En efecto, a lo largo de déca- nos, y siempre son lo suficientemente grandes como para que un
sino que además a medida que ascendían del nivel inferior al das de excavación en Chavín aprendimos a esperar encontrar un hombre de modesto tamaño pase con facilidad. (De lo poco que
superior, el ancho por lo general iba disminuyendo; en ocasiones El otro mundo bajo tierra canal en cualquier espacio profundamente excavado que tuviera sabemos de los restos óseos de Chavín, parecen en general coin-
incluso se daba el caso de que a medida que una escalinata va más de dos metros de longitud, y no es raro hallar múltiples capas cidir con la talla aproximada de la actual población rural andina,
ascendiendo, su ancho también disminuye. Esto respalda la idea Si bien es cierto que las estructuras Chavín buscaban impresio- de canales, tanto de drenaje como de abastecimiento de agua. El alcanzando varones y mujeres 1,5 m de altura). Su piso siempre
general de que cada incremento de altura en niveles sucesivos nar a través de su considerable volumen, gran parte de la idea de agua era claramente llevada al centro ceremonial tal como lo está nivelado, de modo tal que la idea del nivel es algo intrínseco
definía un acceso más restringido, pero debiéramos cuidarnos de hacerlo impresionante provenía de acentuar la dimensión verti- planteara a manera de hipótesis Luis G. Lumbreras12, y al parecer a ellas; los pisos siempre son de una arcilla compactada combina-
entender esto como algo que se refería únicamente a la capacidad cal de la construcción. Esto se logró en cierto sentido profundi- era manipulada por sus cualidades de producción sonora. A do con grava, y todo cambio de nivel se maneja con escalinatas de
de movimiento: las escaleras probablemente eran en realidad zando las plazas hundidas; sin embargo, ello resultaba sin duda menudo los canales mismos son lo suficientemente grandes como naturaleza bastante formal. Éstas casi siempre suelen aparecer
restrictivas más en términos simbólicos que en la cantidad de problemático debido a la irregularidad de la superficie de la roca para caminar erguido por ellos, y en caso contrario uno puede en lugares donde se cambia de dirección; por ejemplo, las escali-
gente que podía ascender o descender en cualquier momento. madre en el piso del valle, lo que limitaba la posible extensión de pasar arrastrándose o encorvándose. Los canales demasiado pe- natas de ingreso descendentes rara vez dan acceso directamente
Esto probablemente también se puede aplicar a la capacidad de los suelos profundos y planos de las plazas10. La solución fue queños como para que los humanos pasen son por lo general muy a un pasaje largo, y en muchos casos son tan ciegas que mientras
las plazas. No hay razón para creer que las plazas estuvieron siempre construir sobre plataformas o cimientos profundos. cortos, tal vez debido a problemas de mantenimiento en caso no se baja rara vez se puede decir qué se encuentra adelante, fuera
alguna vez llenas de gente, aun cuando podríamos sospechar que Todas las plazas hundidas conocidas de Chavín fueron construi- pudiera haber entrado una persona. Hasta la fecha calculo que en de una pared lateral. Lo que predomina son las escalinatas,
su tamaño guardaba relación con la cantidad de personas a las das ya sea encima de plataformas o rodeadas por ellas; ninguna Chavín se conocen de 2 a 3 kilómetros lineales de canales, y po- por oposición a peldaños dispersos u ocasionales. Los cambios
que se les permitía el acceso8. es en realidad subterránea en ningún sentido real. Estas plata- dríamos fácilmente duplicar esta cifra solo trazando las conexio- de dirección siempre se dan con esquinas en ángulos rectos
Es posible realizar tres observaciones finales sobre las formas, que parecen también sostener las grandes plataformas nes entre los segmentos conocidos; dado el ritmo de descubrimien- que pueden marcar la prolongación de un pasaje, su unión, el
escalinatas: en primer lugar la única escalinata asimétrica pro- del templo, constituyen un volumen inmenso pero todavía algo to de los canales, todos estos estimados tal vez sean demasiado ingreso a un cuarto semejante a una cámara o una celda. Los
minente, la Escalinata Alba, parece haber servido de puente incalculable, que rivaliza con el de los edificios erigidos encima de conservadores. Resulta interesante que el sistema de canales no cuartos son relativamente pocos, pero sí se dan claramente en el
entre el eje sur (meridional) más nuevo y más grandioso, y el eje ellas o los supera. Esta profunda elaboración de las plataformas sólo cuenta con frecuentes puntos de acceso, sino que además trazado de algunas galerías; las celdas pequeñas a veces podrían
norte (septentrional) —probablemente más temprano—, lo que permitió que se excavaran las plazas dentro de los “sedimentos” muchos de ellos son escalinatas formales de ingreso. La ubicación simplemente ser fragmentos recortados de pasajes. Hay otros
habría permitido efectuar una transición digna y casi gradual culturales conocidos, y permitió también la existencia de estruc- estratégica de estas entradas deja pocas dudas acerca de que el rasgos más cuya frecuencia varía [fig. 109]:
164 CHAVÍN 165 Chavín de Huántar

1. Los ductos omnipresentes, que por lo general son 4. Las piedras sobresalientes de las portadas solamen- cuentan con ninguna evidencia arqueológica concreta que las más de ellas). La ubicación estratégica cerca de la Plaza Circular
nivelados, horizontales, casi siempre ejes rectos y de sección te se encuentran en la Galería de los Laberintos y constan de respalde. Iluminar las galerías por lapsos prolongados habría re- y su atrio así como del Lanzón mismo, y la vía de acceso simple a
aproximadamente de 30 a 50 cm de lado, conducen de las paredes grandes piedras de los muros que se proyectan desde el marco de querido de algo más que el sistema de espejos que propongo, y en través de una escalinata corta, apoyan la idea de que se trataba
externas del templo a las galerías, y/o de un segmento de galería la puerta hacia el espacio de la entrada desde ambos lados, blo- la mayoría de los casos su planta no proporciona mucho espacio o de un lugar desde el cual los pututos podían ser puestos rápida-
a otro, y/o de galería a galería. Su finalidad dista de quedar clara queándolo parcialmente. Estos elementos parecen no estar ter- calidad de almacenaje evidentes. Más bien casi siempre son pa- mente en manos de los músicos para las ceremonias que se cele-
y podría muy bien ser que tuvieran múltiples funciones. Ellos minados o tener los extremos rotos, lo que sugiere que es posible sadizos o secuencias de pasadizos relativamente simples, lo que braban en esta parte central del sitio. Si la Galeria de las Cara-
ventilaban con el flujo del aire incluso en ausencia de toda inten- que originalmente fueran más grandes, y que tal vez reducían la no impide que en unos cuantos casos sean por completo laberín- colas es una buena evidencia, es posible que esta misma función
ción o diseño necesario, y muchos crean o completan un flujo del entrada aproximadamente a la altura de la rodilla. ticos y tengan un plano complejo, repetitivo y semi-simétrico pero se aplicó a las mas simples y pequeñas galerías, especialmente
mismo que recorre íntegramente los edificios principales. Los 5. Las ménsulas son piedras de la pared que se proyec- muy planificado. Hay tres funciones probables para las cuales se aquellas ubicadas cerca de áreas ceremoniales claves.
ductos transmiten hedores, permiten y filtran o modifican el paso tan inmediatamente por debajo de las vigas del techo, que apa- puede argumentar de modo bastante convincente: 3. Una tercera función, la de un lugar donde depositar
del sonido, y sí permiten el ingreso de algo de luz desde el mundo rentemente servían para permitir que hubiese corredores más 1. Las actividades rituales parecen estar indicadas ofrendas, fue ampliamente sugerida por el trabajo que Lumbreras
externo incluso a pesar de su longitud relativamente grande (a anchos dentro de los límites marcados por la longitud y la fuerza con claridad, algo no sorprendente en un centro ceremonial. Los llevó a cabo en la Galería de las Ofrendas18. Esto reveló la presen-
menudo más de cuatro metros). Podrían ser un medio intencional de dichas vigas. La mayoría son ménsulas simples, pero en el entornos oscuros, misteriosos y altamente controlados probable- cia de varios centenares de vasijas de cerámica sobre el suelo de
de control de la humedad dentro de las estructuras, al permitir caso de la galería más ancha, la de la Doble Ménsula, están dis- mente habrían tenido el importante efecto de resaltar el ambien- esta galería de tamaño mediano y complejidad intermedia, que
que una cantidad sustancial de la misma fuese ventilada fuera puestas en dos capas, son macizas y el techo inusualmente alto y te para los participantes, como en efecto lo hace hoy en día con los originalmente fueron dejadas intactas junto con diversos objetos
de los edificios. Sólo ahora se ha comenzado a comprender el ancho de la galería tal vez fue posible gracias a su presencia, o visitantes. La manipulación del sonido, la luz y posiblemente ceremoniales y restos humanos quemados y cortados [cf. cap. 4.5,
papel que los ductos tuvieron en la función acústica, pero las in- bien requería de ella. otros fenómenos sensoriales es altamente probable, y en algunos cat. nos. 125-163]. Su razonable interpretación de esta galería es
vestigaciones iniciales llevadas a cabo por Miriam Kolar y otros, Las galerías requirieron bastante planificación puesto casos muy seguro. El Lanzón y su galería son un buen ejemplo de que fue diseñada especialmente para que recibiera una gran
sugieren que tal vez fueron muy importantes para permitir que que al parecer fueron incorporadas a las estructuras principales ello [figs. 4, 117]; la presencia de una enorme imagen semejante ofrenda de materiales valiosos al momento en que se consagró la
únicamente ciertas frecuencias sonoras ingresaran o escaparan durante su construcción; hasta la fecha no tenemos ninguna evi- a un ídolo, en un espacio sumamente restringido, argumenta a Plaza Circular, como materiales que fueron depositados funda-
de los espacios subterráneos14. Dada la traza de los ductos, propu- dencia de que los canales o las galerías hayan sido construidos favor de una acción ritual concentrada en la cual los participan- mentalmente en un evento ofertorio principal, después de lo cual
se que tal vez fueran usados para alumbrar intencionalmente cavando, de modo que debieron ser incorporados a las estructu- tes se habrían visto bastante influenciados por las experiencias la galería no habría sido muy utilizada durante tiempos Chavín.
espacios subterráneos reflejando la luz del sol en las galerías. ras mientras éstas iban creciendo, o, en el caso de algunos de los que recibían. Los aparentes arreglos de iluminación y acceso ya Si bien es cierto que esto podría ser considerado almacenaje, su
Esto tal vez se hizo empleando los pequeños espejos de antracita canales, probablemente se le debió cortar en las superficies exis- mencionados respaldan el argumento de que probablemente se contenido apoya la idea de un ritual ofertorio muy especializado y
sumamente pulidos que son un hallazgo común en las excavacio- tentes. Las galerías ocupan una parte sustancial del espacio ho- podía visitar al Lanzón y que fuera diseñado para ser visto, si ordenado que tal vez era tradicional en las formas de galerías no
nes realizadas en el centro ceremonial, y que fueron claramente rizontal dentro de algunas estructuras, especialmente el Edificio bien por un número muy limitado de personas por vez. La Gale- complejas con celdas laterales repetitivas, como Ofrendas.
fabricados en Chavín a partir de fuentes de carbón cercanas15. A, y fueron claramente construidas para que ocuparan inteligen- ría del Lanzón misma es en realidad el resultado de haber con-
Los ductos casi siempre ingresan a las galerías desde la altura de temente el espacio dejado entre otras galerías. Algunas de éstas servado el acceso a este objeto primario de veneración a medida La planificación de las estructuras
la rodilla a la de la cabeza, y por lo general apuntan hacia los se interconectan y fueron añadidas a galerías previas en secuen- que el edificio crecía alrededor de su ubicación original, que pro- subterráneas
principales pasajes, o hacia celdas o habitaciones; en algunas ga- cias bastante complejas, tal como fuera documentado por Silvia bablemente fue originalmente puesto al aire libre [fig. 100]. El
lerías hay suficientes ductos como para iluminar estratégicamen- Rodríguez Kembel16. Es de resaltar que las galerías rara vez pa- crecimiento inexorable del Edificio B en Chavín significó que Tal vez una de las implicancias más interesantes sobre los cana-
te la mayoría de sus espacios subterráneos. En el caso más nota- recen haber sido cerradas durante el periodo principal de uso del dada su ubicación original, el Lanzón habría tenido que ser ente- les y galerías, es que debía planeárseles en formas algo distintas
ble de la escultura del Lanzón, un ducto apunta directamente a templo. En efecto, se invirtió un esfuerzo considerable en mante- rrado o mudado, pero aparentemente se usó una tercera alterna- que las estructuras que se alzaban sobre el suelo. El añadido,
su rostro. De este modo la reflejada luz externa, si bien atenuada ner las galerías disponibles a medida que los edificios principales tiva, la de construirle un techo (aunque con el espacio extremada- modificación o reemplazo de la arquitectura levantada sobre el
debido a la significativa distancia de transmisión (unos 18,5 m), de Chavín crecían tanto vertical como horizontalmente. Es del mente reducido que el techado de las galerías de Chavín permitía) suelo se puede realizar con relativa libertad, pero tanto las gale-
la habría iluminado a pesar de todo con una muy efectiva luz todo posible que haya galerías enterradas a profundidad dentro y luego agregarle de forma progresiva pasadizos a ese espacio rías como los canales se hallaban altamente confinadas en su
rasante desde la quijada hasta la frente [véase cap. 4.5; fig. 114]. de estos edificios que en realidad fueron clausuradas, pero como subterráneo a medida que el edificio crecía. Esto enfatiza una vez espacio una vez instaladas. Los canales, en particular, debían
2. Menos comunes son los nichos, por lo general siempre tenían ductos que llevaban al exterior debiéramos tener más la necesidad que había de dar acceso a los espacios subterrá- responder a otra lógica: la de una constante pendiente que des-
cuadrados o rectangulares, colocados en las paredes laterales de “ductos a ningún lado”, y éstos son raros o inexistentes. Al mismo neos para fines rituales, y sospecho que varias otras galerías, es- cendía hacia el extremo de desagüe, para que de este modo las
corredores, cuartos o celdas. Son de un tamaño y tienen una ubi- tiempo, sin embargo, hay ductos que probablemente van a gale- pecialmente las que tienen una configuración relativamente aguas pudieran ser reunidas en el camino tanto desde los puntos
cación tal, que habrían sido útiles para guardar o exhibir artícu- rías desconocidas, pero es posible que éstas no hayan sido clausu- compleja, fueron efectivamente planeadas para ceremonias en altos como desde los bajos. Los canales tenían un rango suma-
los importantes. radas durante la época Chavín y que quedaran enterradas más este tipo de entorno tan especial. mente restringido de niveles verticales a través de los cuales
3. En unas cuantas galerías se encuentran pequeñas bien en periodos posteriores. 2. Es probable que algunas galerías sirvieran en reali- podían pasar y alcanzar dichas metas, dado el énfasis que Chavín
piedras, elongadas como clavos, empotrados en los muros, de La función de las galerías es en algunos casos bastan- dad para almacenar cosas, pero no alimentos u otros productos otorgaba a los espacios semisubterráneos como las plazas hundi-
modo tal que sobresalen significativamente de su superficie. te clara, pero en general siguen siendo materia de especulación. prácticos. El caso de la Galería de las Caracolas, donde en 2001 das, que son lugares naturales en donde las aguas se empozan.
Estos clavos usualmente se encuentran casi a la altura del techo; El espacio que ofrecen es demasiado pequeño, inconveniente, encontramos veinte pututos intactos de la época Chavín17, sugie- Con el continuo crecimiento y modificaciones de las estructuras
su forma, ya sea semirectangular o que se angosta hasta formar oscuro y por lo demás de una utilidad bastante limitada como re un depósito semejante a una sacristía para un rango muy res- levantadas sobre el suelo, la tarea de hacer frente al funcio­
una punta, casi no da indicio alguno de su función, y en general para suponer que fueron una construcción conveniente. El costo tringido de parafernalia ceremonial [fig. 110, cat. nos. 122 -124]. namiento y al mantenimiento del sistema de canales se hace
no están muy ligados a ningún lugar de las galerías, siguen que su planificación y construcción involucraba era demasiado En el caso de Caracolas no hay ninguna evidencia de que la gale- sumamente compleja. Rocas, el canal troncal primario, sigue
siendo un enigma. alto para el limitado espacio conseguido. Hasta hoy dos obvias ría original (la más pequeñas de ellas, pues apenas mide 1 x 6 m) un camino largo y curvo, y pasa debajo de todas las plazas hundi­
posibilidades de uso —residencias y almacenaje general— no haya contenido algo más que estas trompetas (y originalmente das de Chavín que se conozca en su camino hacia el río Mosna
166 CHAVÍN 167 Chavín de Huántar

[fig. 101]. Resulta que también pasa debajo de los tres edificios
más grandes del sitio. En el caso del Edificio B pasa íntegramen- D
te por debajo y prosigue en el lado opuesto hasta fuentes actual-
mente desconocidas. Todos estos edificios tienen etapas tempra- C
nas de construcción debajo de las cuales pasa el canal, lo que
quiere decir que su trayectoria general ya estaba trazada mucho
B La Banda
antes de que el sitio alcanzara su configuración actual, no obs-
tante lo cual la planificación del sistema de canales parece refle-
jar el conocimiento del eventual plan final del sitio. Esto argu- GL PC
mentaría que se planificó con anticipación al menos medio
milenio de crecimiento, lo que resulta muy difícil de imaginar.
PN
Principios de construcción A
PBN
Aunque la planificación parece ser muy sofisticada en Chavín, PMe
las técnicas mismas de construcción, a primera vista, parecen ser
muy rudimentarias. Para formar los muros, se unieron los blo- CR
ques de piedra con un mortero de barro o arcilla, por lo general PMa
en hiladas. Piedras más largas fueron usadas como dinteles y
vigas del techo. La superficie de algunos de los pisos fue pavimen-
tada con losas que usualmente eran de pizarra. Pero hay una
mayor complejidad: mientras que algunas de las piedras parecen
ser íntegramente naturales en lo que se refiere a su forma, hay
PS
abundantes evidencias del trabajo parcial de gran parte de las
piedras que se usaron para la construcción de Chavín, sobre todo
mediante el astillado y la extracción de lascas, para así lograr
alcanzar formas aproximadamente rectangulares con la cara
plana. Es más, una minoría significativa de las piedras fue traba-
jada hasta alcanzar superficies bastante planas y uniformes me-
diante técnicas de corte y pulido. Si bien es cierto que las técnicas
de construcción en Chavín no alcanzaron el calce justo de la
piedra sin el uso del mortero, técnica difundida en las posteriores
formaciones políticas Wari-Tiahuanaco e Inca, la finura del tra-
bajo tanto en las piedras arquitectónicas cortadas como del arte
lítico, resulta verdaderamente impresionante.
La elección de las piedras fue muy selectiva; la piedra
sin cortar es principalmente cuarcita, que se da en afloramientos
rocosos ubicados dentro de un kilómetro del sitio. La cuarcita
jamás tuvo un trabajo fino y su extrema dureza y estructura de
piedra hacían que fuera del todo inapropiada para su cortado y
pulido. La estructura planar natural de las formaciones locales
de cuarcita tiende a producir piedras con un grosor modal, y los
constructores de Chavín aprovecharon esto al construir hiladas
alternantes de distintas alturas, correspondientes a dichos groso-
res. En las fases de construcción tardías esto usualmente involu- Fig. 100 a y b Fig. 101 Fig. 102
craba hiladas gruesas, que tenían dos hiladas más delgadas Las investigaciones más recientes Templo de Chavín de Huántar Las dos alineaciones del templo que
entre ellas y la siguiente hilada gruesa. Esto probablemente era indican una historia mucho más estuvieron en uso durante la fase
eficiente dado el rango del grosor natural de las piedras, pero compleja de la construcción de lo A, B, C, D – Edificios A, B, C, D Blanco y Negro. Ambas alineaciones
que hasta ahora se había asumido. PBN – Portal Blanco y Negro (rojo= antigua, azul= nueva) apuntan
también dio a los edificios un aspecto sumamente organizado y
Hoy conocemos que la actividad PMe – Plaza Menor hacia la cima natural, aunque modifi­
estructurado [fig. 111]. constructiva más temprana asociada PMa – Plaza Mayor cada, al otro lado del río Mosna. Visto
al Lanzón data de la segunda mitad PC – Plaza Circular desde la Plaza Circular, el sol sale al
del segundo milenio a.C. (a). La fase CR – Canal Rocas este sobre la cima de este cerro en el
de ampliación más larga, conocida PN – Plataforma Norte solsticio de verano (21 de diciembre).
como la fase Blanco y Negro, tuvo PS – Plataforma Sur La nueva alineación con la cima del
lugar entre 900 y 550 a.C. (b). Los GL – Galería del Lanzón cerro está muy cerca de coincidir con
colores marcan diferentes fases Celeste – ductos y canales el eje definido por el Portal Blanco y
Anaranjado – galerías Negro y las escalinatas alineadas al
(corredores) este del mismo, lo que parecería ser
intencional
168 CHAVÍN 169 Chavín de Huántar

Fig. 105
El Portal Blanco y Negro que se en­
cuentra delante del Edificio A. Las
columnas tienen una altura de 2,3 m
cada una. La figura en la columna de
la derecha probablemente es una
criatura masculina, mientras que la
de la columna izquierda probable­
mente es femenina. Ambas criaturas
tienen alas, sostienen objetos seme­
jantes a unas varas en sus garras, y
tienen un pico de ave delante de su
boca con colmillos. La cabeza mira
hacia arriba. Las escaleras y el dintel
fueron construidas con un granito
blanco radiante en la parte sur y con
una piedra caliza de un color negro
en la parte norte. Este dualismo
Fig. 103 Fig. 104 parece estar reflejado en las criatu­
La escalinata blanca y negra con Fachada este del Edificio A. ras masculina y femenina de las
peldaños de granito a la izquierda La escalinata es claramente visible columnas. Los relieves del dintel
(originalmente habrían sido de un (véase la flecha) muestran criaturas que se asemejan
blanco radiante) y la piedra caliza a a aves de presa (el dintel no está en
la derecha (originalmente habrían su posición original). Las imágenes
sido de un negro muy intenso). La de las columnas y los relieves del
escalinata lleva desde la Plaza Mayor dintel fueron generadas a partir de
hasta la Plaza Menor a través del modelos en 3D obtenidas por esca­
eje sur neos de luz estructurada y de láser
170 CHAVÍN 171 Chavín de Huántar

3 5

4
2

Fig. 106 Fig. 107 Fig. 108 Fig. 109


Segmento bien conservado del canal Segmento bien conservado de una Galerías (corredores) de los Edificios Dibujo esquemático e idealizado de
de drenaje original más importante típica galería (corredor subterráneo) A, B, C y alrededor de la Plaza Circu­ una galería típica de Chavín:
de Chavín, el Canal Rocas de Chavín, con escaleras y pasajes lar. Esta figura fue generada a partir 1. ducto 2. nicho 3. “clavo” de piedra
en diversos niveles de los datos obtenidos por Silvia 4. Cabo de las portadas 5. ménsula
Kembel de una estación total y de un
modelo digital en 3D basado en un
escaneo de láser y datos fotogramé­
tricos
172 CHAVÍN 173 Chavín de Huántar

El principio mismo de las hiladas es aplicable a las cio A [fig. 101], fueron construidas con piedra caliza negra en su
zonas con piedra cortada; la mayoría de éstas son posteriores y lado norte, y con arenisca o granito blanco al sur. El piso de la
en realidad casi todas las piedras cortadas podrían pertenecer a Plaza Circular fue pavimentado con cuadrantes de caliza amari-
la última gran fase de construcción, desde alrededor de 850 hasta lla, separados por una formación en cruz de caliza negra [fig.
550 a.C. El granito, la arenisca de grano fino y la caliza, en orden 115]. Las escalinatas a veces tienen peldaños de granito blanco,
descendente de frecuencia, fueron usadas exclusivamente en las en tanto que la parte posterior cada peldaño tiene una superficie
construcciones y en el arte en condición cortadas, y todas parecen de pizarra negra. Todos estos ejemplos muestran una fuerte in-
haber sido transportadas una distancia considerable desde su tencionalidad en el contraste de piedras de color claro y oscuro de
lugar de origen [cat. nos. 108 -121]19. El granito, por ejemplo, solo modo estructurado y consistente.
se da en afloramientos rocosos que se encuentran muy arriba en Las representaciones artísticas tienen formas varia-
las montañas vecinas; los bloques al parecer fueron transporta- das, a las cuales se incorporó formalmente dentro de la arquitec-
dos un mínimo de 15 a 20 km a lo largo de un terreno sumamen- tura chavín. Las esculturas independientes son menos frecuen-
te difícil y a través de un gran descenso de altura. La gama de tes, pero probablemente hubo más de ellas en el pasado. La figura
rocas utilizadas aumenta si incluimos todas las formas artísticas del Lanzón en la galería del mismo nombre [fig. 117] constituye
y ornamentales: las cabezas clavas empotradas en los muros de el principal ejemplo que ha sobrevivido de una forma semejante
las estructuras chavín fueron elaboradas sobre todo de toba vol- a una estatua u obelisco, y es también el único objeto de arte hoy
cánica, y se hizo cierto uso de una piedra volcánica dura y crista- existente colocado intencionalmente dentro de un espacio subte-
lina, así como de la pizarra. rráneo. En las paredes o estructuras del techado de las galerías
Los arqueólogos originalmente concibieron el diseño hay unas cuantas piedras grabadas, pero es posible que hayan
de la construcción Chavín como unos fuertes muros externos con sido vueltas a utilizar de otros contextos. También son casi inde-
rellenos de piedras y mortero de poca importancia estructural pendientes las columnas grabadas que aparentemente flanquea-
para la masa interior de los edificios más grandes. Las recientes ban las portadas, como por ejemplo el Portal Blanco y Negro [fig.
investigaciones realizadas por Julio Vargas, de la Pontificia Uni- 105]. A diferencia del Lanzón, cuya figura antropomorfa en 3D
versidad Católica del Perú, mostraron que dicha idea es comple- subsume la forma de la piedra, las columnas del Portal fueron un
tamente errónea, y que las paredes revestidas con piedras a lienzo cilíndrico el cual se usó para extender un diseño plano
menudo megalíticas en realidad contribuyen relativamente poco sobre su superficie.
a la estabilidad de las estructuras. Se las debiera más bien con- Las cabezas clavas empotradas bien arriba en los
cebir como un acabado, un adorno, y como la protección de un muros externos del Edificio A, y posiblemente del B y el C, fueron
núcleo interno fuerte y organizado de mampostería en capas, que tal vez el ejemplo más común de arte lítico. Se conocen más de
constituyen el principal elemento estabilizador y coherente de los cien de ellas pero solamente una sigue actualmente en su ubica-
edificios20. En aquellos casos en que se retiró las paredes de aca- ción original. Se ha sostenido que ellas trazan un continuo entre
bado semejante a un enchapado o se cayeron, el núcleo interno formas de cabezas humanas y animales, lo que tal vez refleja
logró conservar caras casi verticales durante muchas décadas, y transiciones como las que los chamanes experimentan en el
en algunos casos siglos, sin que se produjera una degradación transcurso de rituales que involucran drogas. Una cornisa coloca-
sustancial. Esto también quiere decir que al modificar estas es- da muy arriba en la cima de los muros del Edificio A, inmediata-
tructuras a lo largo de los siglos, los diseñadores y constructores mente por encima de la serie de cabezas clavas y que forma un
de Chavín podían desmantelar las fachadas externas sin correr voladizo que se extiende unos 60 cm más allá de la pared, tal vez
el riesgo del masivo colapso de un relleno inestable; el núcleo or- fue en su forma original igual de extensa. De manera típica la
ganizado podía resistir por sí solo sin problemas. Sabemos, cornisa muestra imágenes de seres humanos, animales o formas
además, que este tipo de desmontaje en realidad se daba con híbridas en procesión siguiendo una dirección común, y si fue
cierta frecuencia. continua habría habido cientos de piedras grabadas a lo largo
de toda su extensión. La utilidad relativamente grande que estas
Adornos piedras planas y de gran tamaño tuvieron para pueblos posterio-
res, podría explicar por qué son más raras hoy en dia que las
La arquitectura en Chavín fue decorada de diversas formas, más cabezas clavas.
allá de la configuración de las hiladas de piedra. El color de la El grupo restante de esculturas arquitectónicas son
piedra fue empleado de modo creativo, sobre todo en el dualismo los paneles líticos grabados, también con representaciones de
del blanco y negro que vemos en las ultimas grandes construccio- procesiones, que engalanaban la Plaza Circular [fig. 115] y al
Fig. 110 Fig. 111 Fig. 112
nes en Chavin. Una serie de estructuras de piedra cortada, entre menos otra plaza principal, si no más [cf. cap. 4.5]21. Estos pane-
Dibujo de la Plaza Circular y alrede­ La fachada este del Edificio A mos­ Excavaciones en La Banda al otro
dores mostrando los canales prin­ trando la transición desde las hiladas lado del río Mosna, donde los ellas dos escalinatas grandes, una pequeña plaza y partes de la les retratan a una serie de felinos con ornamentación diversa y a
cipales (líneas de color celeste), de piedra finamente cortada (arriba) asentamientos ubicados en la parte portada con columnas y el complejo del Zócalo, delante del Edifi- un grupo de personajes antropomorfos, que van desde una forma
el Lanzón y su galería (anaranjado), a las de piedra cuarcita tosca (abajo). baja (primer plano) o alta (al fondo)
la Galería de las Ofrendas (azul) y la Llama especialmente la atención el prueban la coexistencia de grupos
Galería de las Caracolas (verde). Esta patrón repetitivo de dos hiladas más sociales de diferente estatus en
figura fue generada a partir de los delgadas y una más gruesa tanto en Chavín
datos obtenidos por Silvia Kembel la parte más fina de la pared como
de una estación total y de un modelo en la más tosca
digital en 3D basado en un escaneo
de láser y datos fotogramétricos
174 CHAVÍN 175 Chavín de Huántar

humana relativamente normal hasta el estado transformado en nicas resultaban eficaces en este sentido22. Es probable que en la formas hasta fragmentos de paredes. A partir de ellos infirió que delante de donde se alzaban los muros anteriores, o donde aún
el cual las figuras tienen serpientes como cabellos, colmillos en la época Chavín haya funcionado como un centro de innovación, si- la cantidad de construcciones, al menos en la fase tardía del pe- quedaban fachadas dañadas. La aparente breve Fase Apoyo (ca.
boca, así como manos y pies con garras. En el caso de la Plaza tuado quizá dentro de un mundo cerrado y conservador. Chavín riodo Chavín, fue de naturaleza proto-urbana y se extendió 550-500 a.C.), tomó su nombre del intento de estabilizar las da-
Circular quedan suficientes figuras humanas en su lugar como posiblemente también se hallaba confinado dentro de una tradi- sobre docenas de hectáreas. La actual traza urbana de estructu- ñadas estructuras del templo con una construcción de más baja
para que sepamos que compartían la orientación común de la ción artística, arquitectónica y tecnológica, una en la que la inno- ras completas o casi completas comprensiblemente no fue evi- inversión, que imitaba al original pero no lo igualaba.
procesión: todas ellas aparecen dirigiéndose hacia la escalinata vación sin duda podría haber resultado impresionante hasta dente en sus pequeños cateos, pero sí logró inferir la presencia Fue a finales de esta época o poco después, cuando se
central occidental que conducía a la cima del edificio y a la vecina cierto nivel, también habría servido para alienar a las poblacio- de cimientos de piedra informales, y el uso de adobes o tierra comenzaron a levantar rústicas estructuras domésticas en las
Galería del Lanzón. nes que pretendía atraer y sobrecoger. De este modo el contexto compactada encima de los cimientos. Las excavaciones posterio- áreas protegidas del sitio, esto es en las plazas hundidas o a lo
ritual más amplio de Chavín —su ubicación en el Formativo de res de nuestro proyecto en Chavín arrojaron una extensión algo largo de las fachadas de los edificios principales. Se desmonta-
La arquitectura Chavín como contexto ritual los Andes Centrales— de ninguna manera puede ignorarse. mayor de la arquitectura residencial alrededor de las márgenes ron las paredes de piedra cortada y hasta las losas grabadas de
Caben pocas dudas de que su elite sí innovó, puesto que resulta del centro ceremonial y al otro lado del río Mosna, en el sector la Plaza Circular, volviéndoselas a usar en construcciones secu-
Como era de esperar, la organización de la arquitectura Chavín difícil encontrar analogías de su diseño exacto y construcción. El conocido como La Banda [fig. 112]25. Los depósitos del periodo lares pragmáticas que reflejaban poco de la religiosidad formal-
alrededor de los ejes formados por plazas, escalinatas y corredo- sistema de galerías, el de drenaje, los detalles de la fachada y el Chavín que presentan estratigrafía compleja revelaron paredes mente organizada de periodos anteriores. Las técnicas de cons-
res, parece coincidir bien con la idea de que las procesiones eran núcleo constructivo, para no mencionar sino unos cuantos aspec- de estructuras que muestran al menos dos clases distintas de trucción en esta fase eran simples: las paredes de piedra rara
importantes en el mundo exterior del sitio. Estos movimientos tos sobresalientes, no tienen paralelo alguno en esta época en estructuras al parecer contemporáneas, acompañadas por volú- vez tenían hiladas y casi todas las trazas son informales, con
de personas probablemente se dirigían desde una plaza inferior ningún lugar. Pero muchas de las formas usadas en la arquitec- menes considerables de depósitos derivados de la ocupación. Por pequeñas habitaciones irregulares definidas por paredes fre-
hacia una superior; el nivel más alto parece haber tenido una tura, por cierto, se conocen también en otros lugares. Se ha dicho un lado observamos una distribución bastante densa de cimien- cuentemente reconstruidas y de corta duración. Llama la aten-
visibilidad focal de las escalinatas colgantes y la cima de los edi- mucho con respecto a las formas específicas halladas en Chavín: tos de paredes angostas y superpuestas hechas con piedras pe- ción que la cerámica usada por los ocupantes del sitio experi-
ficios, lo que sugiere que había espectáculos de algún tipo: obje- las plaza circular hundida, la plaza cuadrada, la configuración de queñas y arcilla, que definían habitaciones pequeñas y corredo- mentó un cambio total en su tecnología, forma y decoración, y lo
tos, personas y actos que formaban parte de los rituales. El los templos en forma de U, las habitaciones pequeñas en la cima res. Éstas evidentemente correspondían a un área residencial mismo sucedió con muchas otras clases de cultura material, lo
avance desde contextos más bajos hacia otros más altos, el claro de los templos de muros macizos, las habitaciones rituales cuida- con una gran densidad de estructuras con paredes de adobe o que dejó poco de la arquitectura y el arte sumamente organiza-
delineamiento de los niveles separados por escalinatas focales y dosamente enlucidas, ventiladas y con el fogón central: se ha des- quincha, que corresponden a una forma arquitectónica de menor dos y ostentosos tan característicos de Chavín. En la parte final
altas, y la formalidad de las plazas, sugieren en conjunto que crito todo esto como elementos de tardía aparición en Chavín23, inversión. En una terraza más elevada pero bastante cercana del periodo Intermedio Temprano (tal vez hacia 400 d.C.) parece
quienes participaban en el ritual estaban divididos en distintas derivados de una arquitectura similar y más temprana en otros hallamos estructuras sumamente sustanciales con muros haberse dado un breve renacimiento de la atención prestada a
clases con diferentes niveles de privilegio, lo que permitía su in- lugares. Esto es indudablemente válido a cierto nivel, pero obede- anchos de piedra perteneciente al mismo periodo, con fogones y los detalles arquitectónicos, momento en el que se construyeron
greso hasta cierto lugar. Del mismo modo parece haber una rup- ce a una perspectiva que espera la existencia de subperiodos que desechos residenciales, que representan una construcción mucho paredes con distintivas piedras paradas, rellenadas con capas de
tura entre el mundo ritual externo que acabamos de describir, y conforman una secuencia de formas arquitectónicas altamente más elaborada y costosa. Otras excavaciones realizadas en es- pequeñas piedras horizontales; pero aun así estas construccio-
la cima de los edificios y los contextos internos de las galerías, diferenciadas a lo largo del tiempo, de modo tal que Chavín pu- tructuras principalmente con paredes de piedra, arrojaron evi- nes eran informales, de pequeña escala y de escasa durabilidad
que tenían un acceso muy limitado y controlado precisamente en diera ser descrito como un receptor tardío de formas derivadas de dencias de actividades artesanales combinadas con actividades en comparación con los grandes monumentos levantados duran-
dicha transición. Como es lógico suponer, estos contextos más otras regiones. A medida que el conocimiento de Chavín y otros domésticas. En todos los casos la arquitectura parecería haberse te el florecimiento de Chavín.
altos y recónditos sugieren que solo grupos de tamaño muy limi- sitios del Formativo crece, va quedando claro que hubo tradicio- constituido de habitaciones combinadas en bloques y no de es-
tado podían acceder a estos lugares restringidos, lo cual tal vez nes arquitectónicas de larga vida que abarcaron milenios, y que tructuras separadas e individuales. Sorprenden porque mues-
apoya la idea de otra reducción más del grupo espectador y par- la adopción de formas de un gran vocabulario arquitectónico pro- tran muy poco espacio intermedio entre las estructuras y pare-
ticipante. Las dos estructuras “miradores” que coronan el Edifi- bablemente involucró factores complejos, entre ellos el conoci- cen ser espacios aglomerados de vivienda, semejantes a celdas
cio A eran muy pequeñas a pesar de la superficie relativamente miento local de larga duración, así como los contactos con posi- en formación compacta.
grande con que se contaba, y las galerías como la del Lanzón bles áreas donantes. Fuera de esto, y como recientemente
apenas si podían acoger cuando mucho a una docena de perso- aprendimos, nuestro conocimiento sobre la diversidad de las Postdata
nas en su punto focal. Podemos imaginar un culto que involucra- formas arquitectónicas presentes en Chavín es muy limitado24,
ba a cada vez menos miembros de los rangos más altos, y que en especial el referido a los periodos tempranos de la arquitectu- Chavín parece haber experimentado un cataclismo sustancial en
posiblemente un largo aprendizaje y preparación eran necesa- ra, que se encuentran profundamente enterrados en el sitio. To- algún momento alrededor de 550 a.C., el que desestabilizó una
rios antes de que los miembros pudieran participar en los ritua- davía falta ver un trabajo definitivo del estilo arquitectónico en parte significativa de la arquitectura del centro ceremonial, y que
les más íntimos, quizá como interactuar con el Lanzón mismo. Chavín, con un análisis detallado del sitio en relación con las re- tal vez se reflejó en las estructuras derrumbadas y desestabiliza-
De este modo, la arquitectura era el escenario que no giones y asentamientos contemporáneos de los Andes Centrales. das visibles en otras partes del sitio. Es probable que esto repre-
sólo comprendía las actividades rituales de Chavín, sino que sente uno o más terremotos sustanciales, que provocaron el colap-
además fijaba el tono de la experiencia y acaso reflejaba la estruc- La arquitectura doméstica so de varias fachadas y en ocasiones de segmentos de los núcleos
tura de estatus, acceso y privilegio de los segmentos involucrados constructivos, y que tal vez movieron algunas de las masas arqui-
de la sociedad. Como se ve en el capítulo 4.4, la arquitectura apli- En comparación con la arquitectura ritual, poco se conoce sobre tectónicas pesadas. La respuesta que nuestras numerosas exca-
caba una estrategia con qué provocar una serie de reacciones de las edificaciones residenciales de Chavín. Las excavaciones rea- vaciones alrededor del centro documentaron fue la creación de
parte de los participantes en los rituales efectuados en estos lizadas por Richard Burger en los que parecen haber sido distri- plataformas encima de las piedras colapsadas de las paredes, y la
escenarios, y podemos suponer que con el paso de los siglos los tos residenciales alrededor del centro monumental, arrojaron erección de nuevos muros con una construcción mucho menos or-
sacerdotes/líderes de Chavín aprendieron qué formas arquitectó- esencialmente fragmentos de estructuras que iban desde plata- ganizada, que frecuentemente fueron colocados inmediatamente
176 CHAVÍN 177 Chavín de Huántar

4.4 Desde la época de las primeras crónicas españolas, Chavín de contemporáneos. Ante todo tenemos el hecho de que Chavín una arquitectura misteriosa que genera una ambientación sin-
Huántar ha captado la atención de viajeros e investigadores, muestra señales de haber sido un tipo de “culto”. Esta última es gular. Esto fue el resultado de una organización competitiva y de
RELIGIÓN Y AUTORIDAD EN quienes quedaron fascinados por su impresionante arquitectura una palabra compleja con muchas definiciones, pero lo que im- la creatividad, cuya única explicación razonable parece ser la
CHAVÍN DE HUÁNTAR y su compleja iconografía. Ello dio lugar a descripciones, análi- porta para nuestros fines es un fuerte sentido de pertenencia, manipulación de la mente humana como vía para establecer y
sis e interpretaciones desde diversos puntos de vista, así como identidad, empoderamiento, de separación y de experiencia reforzar la credibilidad de un culto.
resultados variables en temas que van desde secuencias cronoló- común que es compartido, y que crea una identidad para los ¿Qué evidencias de Chavín respaldan esta recons-
John W. Rick
gicas hasta modelos de la distribución panregional de la pobla- miembros del culto. A diferencia de los cultos modernos, que trucción y, más aún, qué hace que sea tan especial en este senti-
ción1. Este artículo intenta comprender la construcción, las acti- tienden a ser grupos fragmentados de otras religiones o a repre- do entre los muchos centros andinos del Formativo? ¿Por qué es
vidades, el compás y la intención de Chavín dentro de la lógica sentar un comportamiento desviado o contracultural, los de la único y digno de la atención que ha recibido, tanto en el pasado
de la sociedad de su tiempo. Para comprender la intención de los época Chavín parecen haber sido de importancia central para la como hoy en día? Aunque el resto del ensayo está dedicado a
constructores y los usuarios de Chavín, debemos entender la na- sociedad de su tiempo, y haber preparado el camino hacia el contestar estas preguntas, la respuesta simple es que, por las
turaleza de la naciente autoridad que da sentido a la palabra futuro de las estructuras sociopolíticas de las sociedades andi- razones complejas que veremos a continuación, Chavín demues-
“Formativo”. Esta fue la época de surgimiento de la autoridad y nas. Tengo la sensación de que los sistemas de templos del For- tra elocuentemente evidencias físicas —a un nivel muy superior
de la estructura jerárquica en las sociedades andinas, y Chavín mativo, y sobre todo los de Chavín, fueron lugares en donde se de lo que encontramos en otros centros— de cómo era que estos
fue uno de los proyectos estelares al igual que Kuntur Wasi confería la membresía y se generaban las identidades comunes, convincentes sistemas operaban.
[véase cap. 3.2, cat. nos. 56 -107]. Espero mostrar que Chavín donde las autoridades establecían su poder y su diferencia con
formó parte de un intento por crear una nueva realidad —la de respecto al resto de la población, y donde probablemente se gene- ¿Qué fue Chavín?
los templos y las experiencias que se vivían dentro de ellos—, raban las principales innovaciones que iban más allá de la
que a su vez se inscribía dentro de un programa de largo plazo simple práctica religiosa. Entonces, en cierto sentido, estos eran El objetivo de esta sección es describir la naturaleza física fun-
para convencer a algunos segmentos de la sociedad de la validez lugares de cambio convertidos en estratégicos, en donde emergía damental del sitio y las ideas esenciales acerca de qué fue
de dicha autoridad emergente e, intencionalmente o no, de una una nueva estructura para la sociedad, impulsada en gran Chavín, cuánto tiempo existió y la manera en que operaba. En el
vía mediante la cual propagar la ideología resultante por todos medida por un mundo material —en evolución y diseñado por capítulo referido a su arquitectura [véase cap. 4.3] describí la
los Andes. Chavín es, entonces, uno de varios lugares claves humanos— de edificios, tecnologías, objetos y arte, así como ac- planificación, la construcción y la configuración de los edificios
en esta región, donde la ideología estaba siendo innovada tividades humanas organizadas. de Chavín. Sobre dicha base podemos estar seguros de que esta
y transmitida a través de los mismos restos físicos que podemos Estos patrones al parecer estuvieron ampliamente arquitectura estaba conformada por una serie de contextos ri-
estudiar hoy. difundidos, tanto en el tiempo como en el espacio. Los inicios de tuales que involucraban procesiones y que probablemente fueron
La mayoría coincidirá en que Chavín conformaba la arquitectura monumental en los Andes anteceden de manera testigos de ceremonias y otras actividades, coordinadas por el
una serie de estructuras religiosas; tal vez podemos usar la pa- significativa al aparente origen de Chavín alrededor de 1300- liderazgo sacerdotal y a las que asistía un público. El centro mo-
labra “templos” con cierta posibilidad de aproximarnos a lo co- 1200 a.C., y en ciertos lugares unos sistemas similares parecen numental del sitio no muestra —al menos durante la última
rrecto. No conocemos ningún investigador serio que sostenga haber existido incluso después de que el mismo Chavín posible- parte de su existencia— ninguna evidencia de actividad alguna
que la intención primaria de los principales centros del Forma- mente haya cesado sus funciones semejantes a las de un templo que no fuera la construcción y la modificación de la arquitectu-
tivo, como Chavín, haya obedecido a alguna lógica distinta de la alrededor de 500 a.C. Sitios similares a Chavín se encuentran ra, la ejecución de rituales, la presencia y la intervención de par-
religiosa. Pero si intentamos adoptar como modelo la arquitec- por todos los Andes Centrales, sobre todo en Kuntur Wasi [véase ticipantes, tanto locales como provenientes de lugares alejados,
tura sacra moderna de la mayor parte del mundo, estamos des- cap. 3.2, cat. nos. 56 -107] 3 y Pacopampa [véase cap. 3.2, cat. no. y tal vez banquetes, así como cierto grado de producción artesa-
tinados a comprender erróneamente esta etapa transitoria entre 10]4, pero hubo también muchos otros más. Resulta bastante nal [véase cap. 4.5]. El centro monumental se encuentra rodeado
las prácticas y creencias de escala local, y la red suprarregional evidente que las similitudes entre estos sitios no se deben a la a ambos lados de los ríos Mosna y Wacheqsa, por áreas de acti-
de centros y los sistemas ideológicos sumamente organizados unidad política, puesto que es casi seguro que no estuvieron su- vidades residenciales y artesanales, las que tal vez involucraron
que representaban2. Chavín fue sin duda un intento de incre- jetos a un solo sistema de control político o a unos cuantos de diversos niveles de clases de estatus bastante diferenciadas de
mentar el alcance, y tal vez el control, que la dirigencia del ellos, sino que más bien fueron bastante independientes. Ellos la población5. En general esta podría haber sido una comunidad
centro ejercía. Lo que hace que este intento sea tanto más inte- tal vez representan sistemas paralelos, que con toda probabili- muy grande o un pueblo, que posiblemente caía dentro del rango
resante es, en primer lugar, que se llevó a cabo no a través del dad se emulaban e imitaban entre sí, quizá dentro de una estre- de una pequeña ciudad. Los cálculos de la población total de se-
dominio militar evidenciado por las armas, las estructuras mili- cha red de competencia por conversos a sus respectivos cultos. mejante comunidad local son especulativos en el mejor de los
tares y las conquistas, sino más bien mediante instalaciones re- La competencia de este tipo podría muy bien haber tenido lugar casos, pero estimo que habrían alcanzado el rango de las tres
ligiosas altamente desarrolladas, y en segundo lugar que el re- en torno a las rentas y recursos a conseguirse de los miembros mil a seis mil personas. Hoy en día, el pueblo de Chavín y sus
clutamiento de las poblaciones no parece haberse dado aplicando del culto, nuevos o en ascenso. Esto podría haber alimentado el vecinos inmediatos al otro lado del río Mosna caen más o menos
una ideología dirigida a incluir y convencer al conjunto de la crecimiento y los aspectos espectaculares de los centros ceremo- dentro de dicho rango demográfico y cubren un área semejante a
población, sino más bien al reclutamiento de una elite y autori- niales, lo que quizá les daba cíclicamente el potencial para la más grande extensión del antiguo poblado.
dades emergentes, tanto dentro como más allá de la influencia o atraer de forma preferencial a los conversos. Es aquí donde la Si Chavín fue un centro ritual, ¿entonces cuál fue la
el dominio inmediato del centro ceremonial. historia de Chavín realmente toma forma, puesto que hasta hoy base de la religión o del culto? Podemos tomar algunas pistas
Esta comprensión general estructura algunas ideas el sitio muestra impresionantes capacidades tecnológicas, luce muy elementales a partir del tema de las representaciones en los
fundamentales sobre Chavín, así como los sitios y los liderazgos una imaginería fascinante y conduce al visitante a través de objetos de piedra, arcilla y hueso hallados en este sitio, y en ma-
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teriales perecibles como los textiles provenientes de otros lados, perfil, con este último modificado en el caso de humanos o antro- le fueron contemporáneos, y cumplió muchos papeles funciona- reclamar la identidad de un culto. Fue precisamente la condición
aunque con muy estrechas similitudes en la iconografía [cf. cat. pomorfos, para mostrar una vista frontal del torso, mientras que les en una sociedad agraria. Pero las vasijas sumamente decora- inimitable de estos objetos de culto lo que llevó a su extenso mo-
no. 53]. La cuestión fundamental en la representación Chavín es la cabeza y los miembros permanecen en la pose lateral. La ma- das que no tenían ninguna función práctica, vasijas cuya forma vimiento alrededor del área andina, en un patrón de intercam-
la figura sola, una entidad focal que por lo general se muestra yoría de las representaciones son planas, es decir no son ni tridi- y adorno sugerían el predominio de un uso ornamental, de exhi- bio altamente desarrollado. Debemos cuidarnos de la idea del
por derecho propio y casi nunca en interacción clara con otras. mensionales ni en relieve, ni siquiera cuando estos cubren la su- bición u ostentoso, antes que un diseño cotidiano y eficiente, intercambio, para evitar así que asumamos que este simplemen-
Esta entidad casi siempre es un ente viviente, usualmente un perficie del objeto gráfico, sino que se mantienen como un dibujo eran raras o no existían en la mayoría de las regiones de los te era un mercado informal. El ofrecimiento sumamente estruc-
animal, y es mucho menos común que sea una planta. Se crea- plano bidimensional alrededor de un objeto. El Lanzón, las cabe- Andes. Varios sitios, como Kotosh en la sierra [véase cap. 3.2] y turado de los objetos cultuales, así como su fuerte restricción a
ban escenas semejantes a situaciones colocando artículos múlti- zas clavas y una serie de objetos portátiles fueron retratados en Curayacu en la costa central, muestran la presencia precoz de los centros ceremoniales y los elaborados contextos funerarios,
ples —por lo general piedras talladas— juntos en entornos ar- 3D total, pero no existen las esculturas auténticas. En lugar de vasijas muy decoradas. Pero los sitios relacionados con Chavín sugieren que, por el contrario, estos eran artículos que circula-
quitectónicos. En ocasiones más bien raras se muestra a ello se permite más bien que las limitaciones del medio original de los periodos posteriores del Formativo vieron una eclosión en ban y fluían siguiendo patrones que reforzaban la importancia
múltiples entidades en una sola obra de arte, pero nunca en constriñan la forma de la figura. Los miembros, por ejemplo, la producción alfarera; de este modo, las vasijas se convirtieron de ciertos centros y la identidad y el estatus de personas claves.
clara interacción. La escena más común de éstas involucra a jamás se liberan de la matriz de las tallas. Solamente las cabe- en vehículos de algún tipo de mensaje social, en el cual los sím- En Chavín existen dos ejemplos particularmente vi-
personas que desfilan en una misma dirección, lo que se puede zas clavas se aproximan a una escultura completa y auténtica. bolos y representaciones adquirieron suma importancia, lo que gorosos de tales movimientos. En primer lugar, la cerámica de la
interpretar como una procesión real [cat. no. 111]. Resulta inte- En el arte Chavín no se alcanzó ni se intentó alcan- sugiere un nuevo mecanismo de interacción social dentro de una Galería de las Ofrendas muestra la clara presencia de una canti-
resante que también son más o menos escasas las figuras de zar el realismo. Incluso las cabezas clavas eran representacio- forma diferente y emergente de organización. Como es lógico, el dad significativa de cerámica exótica con relación a Chavín,
piedra individuales completamente aisladas provenientes de nes convencionalizadas, sin que se hiciera intento alguno de complejo decorativo no se constituyó de manera aleatoria; más según se estableciera gracias a la metodología científica [véase
contextos arquitectónicos conocidos, esto es, aquellas que no usar rasgos faciales específicos como en un retrato, para así re- bien la temática y las técnicas decorativas mismas convergieron cap. 4.5, cat. nos. 125-163, especialmente cat. nos. 143-158] 6. La
están acompañadas por figuras separadas que efectúan alguna presentar a una persona. Las proporciones de cuerpos y rasgos —como en el arte lítico— en un número limitado de elementos y presencia de vasijas foráneas da cuenta ya sea de la presencia de
acción paralela. Es más común que múltiples individuos estén se encuentran frecuentemente distorsionadas en una serie de de temas. Estos rasgos comunes dieron lugar a la idea de un visitantes que contribuyeron a la ofrenda masiva de la Galería de
representados, como en las escenas ya mencionadas que parecen formatos estandarizados, lo que hace que la individualidad sea Horizonte Temprano (un periodo dentro de un esquema cronoló- las Ofrendas, ya de la capacidad de la elite Chavín para obtener
ser una procesión, o que haya múltiples imágenes estáticas como una ilusión. Sí queda cierta creatividad; aunque el tema parece gico, como alternativa a los subperiodos del Formativo), una materiales de alto estatus provenientes de lugares muy lejanos.
las cabezas clavas que adornaban las paredes de los edificios corresponder a un número limitado de figuras representadas, época de uniformidad en ciertos elementos de la cultura a En la Galería de las Caracolas, nuestro descubrimiento de veinte
principales [cat. nos. 115-119], o la pareja de entidades de las las poses, decoración y estilo específicos de las figuras no se en- medida que las formas predominantes se esparcían desde cen- pututos de Strombus galeatus intactos [cat. nos. 122-124]7, es un
columnas del Portal Blanco y Negro [fig. 105]. Menos comunes cuentran tan estandarizados como para que sean idénticas. tros claves. Se sentía que Chavín era un centro de estos, o tal vez indicio más de la capacidad que Chavín tenía para atraer a per-
son los individuos focales solos, de los cuales el principal ejemplo Podría, en efecto, sostenerse que en la ejecución del arte Chavín el más importante, con gran influencia sobre un vasto sector de sonas y objetos a lo largo de miles de kilómetros. El hecho que
es el monolito del Lanzón, que ocupaba una posición central en hay una considerable individualidad. Interpretando esta varia- los Andes Centrales. Esta explosión compleja no sólo se puede estos caracoles hayan sido tallados con diseños de centros lejanos
la galería arquitectónicamente céntrica del mismo nombre [figs. bilidad, parecería que en lugar de intentar ajustarse a un estilo ver en la cerámica, sino también en artículos de tela, hueso, refuerza la idea del movimiento de objetos, no de simples expedi-
4, 117]. Esta es una figura singular, pero Luis G. Lumbreras ha sumamente definido y rígido, el arte Chavín parecería haber madera, piedra, concha y metal. Pero un Horizonte no es sino ciones de aprovisionamiento sino más bien desde una situación
mencionado la posibilidad de que haya otra galería, del todo des- sido impulsado por un nivel de creatividad interpretativa y cali- una distribución material en el espacio geográfico y no explica el sociopolítica sumamente interactiva y quizá competitiva.
conocida, en la misma posición central pero ubicada ya sea dad de la ejecución, imaginable en una competencia entre dis- patrón observado; la idea de “influencia” no atañe siquiera a la Se ha hablado mucho de las representaciones de la
encima o debajo de la galería del Lanzón, que tal vez tuvo una tintos grupos de diseñadores, creadores y consumidores. Es de complejidad social que involucra la invención y la adopción pre- biota de los bosques tropicales, presumiblemente de las cabe­
imagen emparejada con éste [véase cap. 4.5]. La Estela Raimon- resaltar que el costo de producción, en términos tanto de las ferente de artículos con tal importancia icónica; además el ceras amazónicas al este de los Andes. Los grandes felinos,
di [fig. 6], de la cual solo se conoce un ejemplo primario, también materias primas como de la mano de obra, no parece haber cons- acceso a ellos sería otra cuestión que debemos considerar. serpientes, caimanes, monos y otros animales ciertamente en-
muestra un solo individuo pero se ignora su contexto, con lo cual tituido un obstáculo. Más bien se prefirieron las materias primas Es casi seguro que las costosas y elaboradas obras de cuentran su habitat en las regiones orientales. Para algunos
es posible que originalmente hubiese una o más imágenes para- raras y las técnicas decorativas que consumían mucho tiempo, lo arte portátiles eran íconos cuya posesión confería estatus y acre- esto quiere decir que Chavín fue originado por pueblos prove-
lelas. La excepción más notable —aunque parcial— a estas que permitía que el objeto o la representación individual fueran ditaba la condición de miembro del culto. Las distinciones entre nientes de estas áreas, pero es igualmente probable que estas
reglas es el conocido Obelisco Tello [figs. 5, 116], en el cual dos aún más singulares. Existían ciertos cánones artísticos y esti- los íconos de los distintos centros del Formativo son evidentes y sean representaciones de elementos exóticos de naturaleza mis-
criaturas paralelas individuales, posiblemente caimanes, incor- lísticos en lo que se refiere a las restricciones de los contenidos, constituyen parte de la variabilidad visible a la que ya aludimos, teriosa, provenientes de una región de difícil acceso. No pode-
poran figuras secundarias más o menos completas pero no inte- pero no en el sentido rígido de la estandarización que frecuente- pero ciertos centros parecen también haber abarcado una varia- mos dudar del papel que Chavín desempeñó en reunir una
ractivas de humanos, animales y plantas. Quienes intentaron mente se encuentra en las sociedades de nivel estatal. En lugar bilidad significativa, tanto contemporánea como a lo largo del amplia gama de artículos e ideas; un proceso similar tal vez
descifrar esta complejidad coinciden en que debe representar de simplemente establecer la identidad y el rango de los que es- tiempo. Es probable que la obtención, propiedad, intercambio y estaba dándose en centros competitivos de todos los Andes Cen-
muchos aspectos de los conocimientos y creencias Chavín, y si taban involucrados en el arte dentro de una sociedad estructu- las ofrendas dedicatorias de estos objetos hayan tenido una gran trales, en un patrón de interacción e imitación de las elites que
bien son inusuales aunque no singulares, las representaciones rada y restrictiva, el arte Chavín parece más bien haber estado importancia, y que tales actividades hayan conformado el núcleo se reforzaba a sí mismo.
individuales de esta obra maestra encajan cómodamente dentro involucrado en una creación competitiva usando temas activa- de la emergente diferenciación de estatus y rango en las socieda- La arquitectura Chavín también puede ser vista
del canon específico del estilo Chavín. mente manipulados e interpretados. des del Formativo. En cuanto tales, aquellos objetos eran casi como una fusión de influencias locales y extranjeras. Se ha
Quiénes fueron estas entidades para los Chavín, es Un patrón muy importante aparece cuando vemos la como una moneda, esto es piezas pequeñas con un alto valor con- hecho un gran esfuerzo por mostrar que Chavín fue o bien un
algo que sigue siendo materia de discusión, y tal vez siempre lo cultura material en la época Chavín o sea, el Formativo Medio y centrado y, desde luego, altamente susceptibles de imitar y falsi- donante o bien un receptor de tradiciones arquitectónicas, inclu-
será. Debemos advertir que los filtros globales aplicables a las Tardío. En la cerámica, por ejemplo, se puede reconocer el surgi- ficar. Las materias primas raras y las vías productivas altamen- so antes de que se contara con claras evidencias de fechados con
representaciones que esta cultura usaba, diferían de los de otros miento de un importante patrón andino, que decidí llamar la te técnicas, que involucraban un inevitable costo intensivo en los cuales establecer la prioridad temporal de la supuesta área
centros ceremoniales contemporáneos. Las figuras han sido bas- “iconización” de esta categoría material. La cerámica se hacía de mano de obra, daban cierta garantía de que tales objetos no po- de origen de las formas8. Es probable que en lugar de ser un flujo
tante convencionalizadas y se las muestra ya sea de frente o de modo competente antes de la era de Chavín y de los centros que drían ser reproducidos fácilmente por cualquiera que deseaba unidireccional de ideas sobre las formas arquitectónicas, el
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patrón más probable haya sido más bien la interacción. El uso 1300 a.C. son dispersos y raros, pero Chavín muestra una evolu-
activo de columnas, plazas circulares hundidas, templos en ción arquitectónica compleja y bastante larga, para lo cual basta
forma de U, cámaras cuadradas en los templos de modesto con observar las construcciones conocidas visibles hoy en día
tamaño y de una sola habitación, así como otras formas encon- sobre la superficie. Las excavaciones profundas realizadas
tradas en Chavín, apuntan claramente hacia la interacción. Al debajo del nivel de los cimientos expuestos de estos edificios,
mismo tiempo, muchos de estos elementos tuvieron una larga sugiere que todavía hay una arquitectura más temprana que
vida en el Formativo de los Andes Centrales, lo que hace que sea aún no hemos logrado fechar.
difícil argumentar con facilidad a favor de cualquier dirección
de la influencia9. En una sociedad que emergía de unos orígenes Las evidencias disponibles respaldan la idea de una serie de
extremadamente conservadores en términos de cambio cultural, etapas arquitectónicas que culminaron en la fase Blanco y
no sorprende que muchos elementos culturales y artículos mate- Negro (ca. 900 -550 a.C.), una época de importante crecimiento
riales correspondan a tradiciones duraderas. Si bien es cierto de los templos, en la que se renovaron las áreas ya existentes y
que Chavín y los centros que le eran contemporáneos sí repre- a la vez se levantaron obras nuevas y extensas. La amplia cober-
sentaban elementos de cambio en sus sociedades, es probable tura de esta fase arquitectónica ha hecho que sea relativamente
que su capacidad para implementar innovaciones radicales se difícil encontrar evidencias más tempranas y con seguridad no
haya visto sumamente restringida por cuestiones de credibili- modificadas de fases anteriores, al menos visible en la superfi-
dad y de resistencia al cambio. En efecto, uno de los más grandes cie. El crecimiento fue tan amplio que el completar la proyección
desafíos que Chavín enfrentaba debe haber sido superar la iner- involucró el desvío del caudaloso río Mosna, a fin de crear espa-
cia de una sociedad tradicional e implementar cambios a casi cio para lo que hoy llamamos la Plaza Mayor. El uso extenso de
cualquier nivel. Pero irónicamente, el papel histórico más la arquitectura de piedra cortada parece haber comenzado en
grande de Chavín, así como de otros centros ceremoniales de esta época, junto con importantes desarrollos del arte lítico; la
este periodo, fue implementar una reestructuración fundamen- mayoría de las imágenes en piedra que se conocen de Chavín
tal de la sociedad. Esto tal vez queda mejor visto como una ten- parecen datar de la fase Blanco y Negro. La Plaza Circular, que
sión entre la inercia cultural y la intención consciente, y tal vez antes se conocía como el centro del Templo Viejo, se hizo en rea-
egoísta, de reestructurar la sociedad. ¿Pero, de qué forma lidad durante esta más reciente gran fase de construcción, pro-
Chavín nos da pistas de su papel específico en el desarrollo de bablemente como una forma de renovar una envejecida zona del
una vía hacia sociedades más estructuradas y jerárquicas? templo y de reafirmar la importancia del ídolo del Lanzón, ente-
rrado profundamente dentro de una galería de una fase anterior
La cronología de Chavín de construcción. El Lanzón mismo es seguramente un producto
de una fase anterior, que originalmente se alzó dentro de una
Dado que es posible que Chavín haya perdurado durante cientos estructura cuadrada de muros macizos, en la cima del impor-
de años, no sería prudente ignorar la cronología del sitio y termi- tante —pero más pequeño— templo de la fase temprana [fig.
nar mezclando las evidencias de periodos tempranos por oposi- 100]13. Esta estructura quedó eventualmente cubierta por las
ción a los de madurez, o incluso a sus momentos de decadencia. ampliaciones verticales y laterales, construyéndose entonces los
El tema de su fechado es bastante complejo10 y tal vez no lo sufi- corredores de la Galería del Lanzón para evitar perder acceso a
cientemente importante como para desarrollarlo aquí, aun él. Debido a este agresivo programa de construcción, la mayor
cuando un esbozo y una explicación bastarían. Nuestras excava- parte de lo que hoy podemos ver en Chavín data de esta fase de
ciones, efectuadas a lo largo de décadas en el centro ceremonial edificación. El sitio aparentemente sufrió un gran daño arqui-
de Chavín y sus alrededores, ya han arrojado evidencias de la tectónico en algún momento alrededor de 550 a.C., tal vez debido
presencia humana en varias áreas abiertas en el entorno inme- a la actividad sísmica, y el centro ceremonial parece haber llega-
diato del sitio, profundamente enterradas debajo de la actual do a su fin hacia 500 a.C., a pesar de un último intento de apun-
superficie del suelo, y que se remontan hasta 3300 a.C.11. La talar las estructuras reutilizando materiales de construcción
zona bien podría tener evidencias precerámicas tempranas en- caídos en muros de apoyo no organizados. En aquel momento
terradas a mayor profundidad, que aún no se han encontrado. una serie de comunidades residenciales relativamente simples
Hasta ahora, las ocupaciones más tempranas que hemos hallado comenzaron a ocupar Chavín y dejaron pocas evidencias de los
parecen representar cazadores-recolectores/agricultores inci- sistemas rituales altamente organizados que las antecedieron.
pientes, pero hacia el final de este periodo, alrededor de 2200 Ellas muestran cambios abruptos en las formas arquitectónicas
a.C. o poco después, encontramos un fogón ceremonial temprano y en el estilo alfarero, que guardan poca semejanza con los pe-
que quizá representaba actividades rituales del Precerámico riodos anteriores de Chavín.
Tardío o del muy temprano periodo cerámico12. Las evidencias Antes de la fase Blanco y Negro hubo al menos tres
siguen siendo escasas y todos los datos del periodo ca. 2000 - etapas de crecimiento arquitectónico14, que representan una

Fig. 113
La décima octava laja esculpida del preparación de pociones psicoacti­
arco norte de la Plaza Circular. La vas. La imagen fue generada a partir
criatura representada, mitad humana de un modelo digital en 3D basado
y mitad animal, sostiene en su mano en los datos de escaneos de luz
un cactus de San Pedro (Echinopsis estructurada
pachanoi) que se utilizaba para la
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serie compleja de eventos de construcción [fig. 100]. Estas etapas Pero el culto de Chavín necesitaba crear el sistema de Otro aspecto de la ubicación de Chavín se relaciona lograr que los posibles conversos se convencieran de las proposi-
actualmente vienen siendo fechadas con una serie de medios, y significado que llevara a su credibilidad, y también a su compe- con los riesgos geológicos y medioambientales inherentes. ciones esenciales de un sistema de creencias que impulsaba un
probablemente demostrarán la presencia de actividades cons- titividad con otros centros cultuales que indudablemente esta- Chavín fue erigido en un lugar de alto riesgo, donde las amena- cambio social radical. Al mismo tiempo es importante señalar
tructoras mucho antes de 1000 a.C. Dichas etapas son bloques de ban igual de interesados en los recursos entregados por nuevos zas provenían del movimiento masivo de lodo y rocas desde las que si parte de los diseños, actividades y representaciones
edificación dentro de los cuales se erigieron galerías y otros ele- adherentes. Dicho sistema necesitaba ser coherente y convin- altas cordilleras; menos dramático, pero igualmente problemáti- Chavín tienen una base chamánica, este a duras penas es un
mentos, y en última instancia brindaron las bases para la última cente, no sólo para convencer a quienes ingresaban al culto co, era el lento deslizamiento de las laderas de los cerros directa- sistema chamánico “normal”; es posible que su liderazgo haya
y agresiva expansión de la fase de ampliación Blanco y Negro. y pasaban a ser miembros, sino también para permitir a éstos mente hacia el área elegida para Chavín, y las inundaciones y la estado aludiendo a una tradición chamánica largamente estable-
Hay varios elementos de la arquitectura Chavín en estas fases convencer a sus propios seguidores y productores sobre su im- erosión ribereña se volvieron tanto más amenazantes con el evi- cida como una forma de situar, y hasta de disfrazar, estos fuertes
que sugieren una continuidad en el diseño y el concepto del edi- portancia y validez. Hubo que crear muchos conceptos nuevos en dente desvío del cauce del río Mosna, para dar cabida a la fase cambios sociales dentro de las creencias tradicionales.
ficio, pero también hubo algunos cambios importantes que invo- el corazón de un sistema conservador, y se debió hacer lo necesa- final de crecimiento del templo15. Es justo decir que Chavín fue Otras evidencias de la manipulación sensorial en
lucraron nuevos elementos y el abandono de algunos cánones. rio para que nuevos niveles de privilegio y diferenciación fueran iniciado y mantenido en una situación de alto riesgo, que creció Chavín sugieren la utilización de la luz y el sonido. El complejo
aceptables, y además naturales, en una sociedad que sin duda hacia algunas zonas de riesgo, y que lo incrementó al manipular sistema de galerías subterráneas y laberínticas [véase cap. 4.3]
Cómo funcionaba Chavín tenía tendencias y mecanismos que presentaban resistencia grandes fuerzas medioambientales, cuando otros lugares alter- se encuentra fuertemente entrelazado y está conectado con el
a tales pretensiones de autoridad. Es cierto que actualmente nativos vecinos habrían sido mucho más seguros. El drama de mundo exterior por numerosos ductos que se extienden en línea
Lo importante de esta breve cronología es enfatizar que cual- aceptamos y esperamos un grado sustancial de liderazgo y de su ubicación en la confluencia de dos ríos contra el telón de fondo recta, ubicados siguiendo una configuración lineal y usualmente
quier reconstrucción de las actividades de los templos de Chavín, autoridad con mano fuerte, pero es importante advertir que de la alta Cordillera Blanca podría ayudar a justificar esta enig- dirigidos a o a través de estos túneles, o a rasgos especiales de la
usando nuestros conocimientos actuales, estará inevitablemen- la mayor parte de la existencia humana tuvo lugar dentro mática elección, pero en mi opinión no basta para explicarla del galería. Si bien esta disposición permitiría el flujo del aire o el
te basada en la culminante fase Blanco y Negro. ¿Cómo funcio- de pequeños grupos que operaban sobre una base mucho más todo. Cualquiera que esté familiarizado con tales peligros ten- paso del sonido, su disposición lineal sería asimismo ideal para
naba Chavín en ese entonces? Está claro que este centro, al igualitaria. Cambiar de este “sistema operativo” a otro de jerar- dría que estar impresionado, si no sobrecogido, de que semejante la transmisión de la luz, tal vez con el uso de superficies reflec-
igual que muchos otros, captó un volumen sustancial de trabaja- quía y desi­g ualdad, fue un reto al que se hizo frente en Chavín proyecto de construcción pudiera sobrevivir. Inevitablemente, el tantes como las de los pequeños espejos de antracita, que consti-
dores y materiales a fin de erigir en forma progresiva el centro —al igual que en otras partes del mundo— dando una serie poder del liderazgo responsable sería comparado con las inmen- tuyen un hallazgo arqueológico común en el centro monumental
ceremonial, y proporcionarle la elaborada decoración hallada en de pasos importantes. sas fuerzas naturales destructivas que siempre han sido eviden- de Chavín. Un ducto está dirigido hacia el rostro del monumen-
su interior. Dado que muchas materias primas y productos ter- El primer paso fue proporcionar un contexto de credi- tes para las personas que viven cerca de estos paisajes verticales tal monolito grabado del Lanzón, y es posible que se le haya
minados llegaban de muy lejos, resulta evidente que la base de bilidad. Esto se relaciona tanto con la naturaleza como con la de los Andes Centrales, o que los visitan. usado para pintar una luz dramática sobre este objeto claramen-
respaldo del centro no era completamente —ni necesariamente ubicación de Chavín, así como también con las características Este contexto físico se vio reforzado con la manipula- te ritual, bien adentro de un espacio ritual encerrado y bastante
en su mayoría— local. Como no existen evidencias de una exten- arquitectónicas del sitio. Un lugar semejante lógicamente tenía ción activa de los sentidos durante las actividades rituales. Lo restringido, por no decir claustrofóbico [fig. 114].
sa conquista territorial realizado por grupos que tenían como que estar divorciado del entorno familiar de las relaciones socia- más efectivo o más abarcador fue el uso de sustancias psicoacti- El hallazgo de veinte pututos intactos en la Galería
base al centro ceremonial durante el Formativo Tardío, ello su- les tradicionales, y por ende estaría idealmente muy alejado, vas, derivadas principalmente de plantas. Las evidencias provie- de las Caracolas de Chavín [cat. nos. 122-124]19 y el trabajo
giere que los recursos para estos sistemas de templos se conse- tanto desde el punto de vista espacial como conceptual, del nen de las explícitas representaciones de plantas alucinógenas previo de Lumbreras sobre los canales posiblemente generado-
guían a partir de contribuciones o pagos, y que la gran escala y mundo familiar del parentesco y de otras relaciones obligatorias presentes en las imágenes chavín [fig. 113]; de la abundante pa- res de sonido20, llevaron ahora a un estudio sistemático de las
la naturaleza de alto estatus de las ofrendas halladas dentro del y recíprocas tradicionales. Esta fue, en varios sentidos, una rafernalia relacionada con su consumo; y de la representación de propiedades acústicas de los espacios subterráneos de Chavín.
centro indican que los contribuyentes foráneos eran miembros receta para los templos del periodo, y tanto más para Chavín. los efectos que las drogas tienen sobre las imágenes de humanos La naturaleza relativamente intacta de los espacios subterrá-
de la elite y no gente común ¿Por qué razón elites lejanas ha- Su ubicación remota, su entorno fuertemente encapsulado en un en el arte chavín [cf. cat. nos. 115-119]16. El cactus San Pedro, neos, las tonalidades conocidas de la trompetas y los sistemas
brían contribuido con productos, materia prima y tal vez traba- valle angosto y la arquitectura encerrada, desde donde se veía una de esas plantas, crece abundantemente en la región y en la avanzados de medición vienen combinándose para evaluar cómo
jadores? Es probable que la iniciación y la continua pertenencia poco del mundo externo, parecía elegido y diseñado como herra- actualidad sigue siendo utilizado por los curanderos herbolarios. es que el sonido se comporta en Chavín, y si hay evidencia de un
al culto hayan tenido costos materiales, de modo que debe haber mientas con que retirar a los participantes del culto del mundo Este mismo cactus fue representado con frecuencia en las imáge- diseño acústico intencional21. Futuros estudios ayudarán a esta-
habido un atractivo y una racionalidad por la cual invertir en al cual estaban acostumbrados. Además, Chavín inventó el uso nes Chavín, animado a veces con ojos u otros rasgos humanos o blecer si el patrón de crecimiento de las galerías demuestra la
ser miembro del mismo. Si Chavín solamente proporcionaba in- de unos extensos ambientes subterráneos. Estas galerías animales. En tiempos recientes se ha argumentado fuertemente aparición de efectos sonoros cada vez más sofisticados y efecti-
formación e íconos a quienes eran miembros del culto, y si dichos y canales estaban tan alejadas de las realidades externas como a favor del uso en Chavín de la vilca (Anadenanthera sp.)17, una vos, a medida que los diseñadores y constructores aprendían la
beneficios implicaban un incremento en el estatus que sus inte- fuera posible. Difícilmente podemos imaginar un entorno mejor planta tomada en forma de polvo como rapé, lo cual cuenta con el relación entre los espacios cerrados y las cualidades del sonido.
grantes tenían dentro de sus propias sociedades locales, enton- donde convencer a los conversos del culto acerca de la existencia respaldo de las imágenes y la presencia común de tubos de hueso Aunque este es un trabajo que se encuentra aún desarrollándo-
ces la función del templo habría beneficiado tanto a su liderazgo de mundos alternativos; la alteración sensorial y la privación bien fabricados y elaboradamente decorados, probablemente se, existen abundantes evidencias, incluso para el visitante oca-
como a los miembros del culto. El papel de extraer recursos de la habrían generado un caos en la percepción que los participantes para inhalar dicho polvo, hallados en depósitos Chavín dentro sional, de que el sonido es alterado en su reverberación y otras
población agraria podía ser dejado en gran medida a las elites tenían de la realidad [fig. 113]. El centro ceremonial puede del monumento y cerca de este. Las muecas y las emisiones na- cualidades más, lo que ayuda para que estos espacios subterrá-
locales y Chavín, como centro supremo, podía aprovechar estas entenderse en este sentido como otro mundo, como un entorno de sales de moco mostradas en muchas esculturas de cabezas hu- neos resulten impactantes y confusos. La evaluación inicial de
personas con aspiraciones y en ascenso. Intencionalmente o no, experiencias del más allá que tenían como meta fomentar manas sugieren los efectos secundarios de la ingestión de drogas las evidencias sugiere que ciertos aspectos de las galerías y sus
los sacerdotes-líderes de centros de culto como Chavín estaban la credibilidad de un nuevo ordenamiento social establecido, de este tipo [cat. no. 117]. Es posible ver las cabezas clavas talla- ductos estuvieron estrechamente afinados para promover el
edificando una jerarquía de privilegios y de acceso a los recursos o al menos reforzado, generando una realidad de contactos das de Chavín como si abarcaran las etapas de transición en la paso y la manipulación de ciertas frecuencias de sonido, y por
de tres niveles (elite del templo, miembros del culto, elite secun- privilegiados entre ciertos humanos y dioses u otras entidades transformación de humanos a seres alternos18. Resulta evidente ende que en Chavín las propiedades de las galerías relacionadas
daria) y poblaciones de base proveedores de productos. sobrenaturales. el valor que las sustancias psicoactivas tienen en el ritual, espe- con el sonido fueron con toda probabilidad el resultado de una
cialmente en las actividades ceremoniales que tenían como meta intención directa y de su diseño.
184 CHAVÍN 185 Chavín de Huántar

Chavín de Huántar fue claramente un centro que de- Conclusiones 4.5 Los asentamientos humanos ubicados en la confluencia de los
sarrolló un programa de actividad religiosa, dirigido a someter ríos Mosna (o Puqcha) y Wacheqsa (o Mariash), donde se encuen-
a los participantes a una serie de fuertes estímulos sensoriales He esbozado brevemente algunos de los aspectos fascinantes de LOS RITUALES RELIGIOSOS tra el complejo de Chavín de Huántar, se remontan a unos cinco
bajo condiciones físicas muy bien diseñadas. Es probable que a lo Chavín, que han sido revelados tras muchas décadas de investi- EN CHAVÍN Y SU IMPORTANCIA mil años atrás o incluso más. Sin embargo, no fue sino hasta que
largo de siglos de actividad, el liderazgo de Chavín haya apren- gación a cargo de docenas de arqueólogos. Si bien es cierto que SUPRARREGIONAL comenzaron los trabajos en el complejo, hacia el segundo milenio
dido cuál era la mejor forma de convencer a los iniciados de la cada una de estas observaciones se sostiene por sí misma, la a.C., cuando Chavín empezaría a convertirse en un centro que
validez del culto y del valor que tenía la membresía y la identifi- combinación de tales factores apunta hacia unas formas impor- irradiaba su influencia sobre una vasta región. Los peregrinos
cación con este sitio específico, y así lograron promoverlo por tantes en que Chavín se desarrolló y funcionó. De un lado, algu-
Luis Guillermo Lumbreras viajaban allí probablemente para consultar al oráculo local,
encima de las otras opciones disponibles en centros rivales. Dos nos de sus rasgos sugieren factores tradicionales. El uso de cuyas revelaciones eran de crucial importancia para la prospe­
factores pueden, entonces, ser considerados cruciales: de un drogas psicoactivas podría muy bien haberse derivado de una ridad de la agricultura. Los edificios del templo, que se encon­
lado, aprender la naturaleza de la mente humana, su susceptibi- práctica chamánica largamente establecida, y la elección de los traban bajo el control de los sacerdotes, cumplían fines religiosos
lidad al adoctrinamiento y la reformulación de ideas fundamen- animales o de sus aspectos llamativos para que integren las y rituales.
tales sobre la humanidad, y del otro la necesidad de competir imágenes, podría derivar de una vieja tradición andina. Pero no Trabajé en Chavín durante varios años, cuando estaba
exitosamente en pos de los limitados recursos totales de la es fácil ver que estos templos, con sus formas masivas, clara- a cargo de las excavaciones arqueológicas. Entre nuestros descu-
región de los Andes Centrales, especialmente de aquellos exce- mente diseñadas y envolventes, encajen con facilidad en la tradi- brimientos más importantes indudablemente se encuentra la
dentes que podían canalizarse, a través de las emergentes elites, ción de autoridad limitada del chamán local, de pequeña escala. “Galería de las Ofrendas”, un sistema de corredores subterráneos
locales y distantes, hacia el liderazgo de un centro como Chavín. La magnitud de las interacciones a distancia, la calidad de las en el área central y antigua del templo, donde hallamos una gran
ofrendas, y la intimidad y las limitaciones de espacio de muchos colección de objetos rituales depositados como ofrendas. Su pre-
de los contextos rituales sugieren que, en sus actividades cere- sencia nos permitió concluir que el lugar fue sede de peregrinajes
moniales más importantes, Chavín involucraba un número más y actividades rituales. En este artículo presentaré algunas inter-
bien modesto de personas de alto estatus, y que no era una ins- pretaciones de los rituales religiosos basando mis argumentos en
talación religiosa donde las masas adoraban a los dioses. Las los hallazgos arqueológicos, en particular en la concepción arqui-
evidencias de una intensa manipulación de los sentidos de la tectónica de la Plaza Circular y del área que la rodea; en
visión y audición, y la incorporación de drogas psicoactivas como el Lanzón y su cámara; y, desde luego, en la Galería de las Ofren-
un elemento omnipresente de la actividad ritual, apuntan hacia das. Este es, por tanto, un intento —enfaticemos la palabra
una actividad persuasoria extensa, intencional y cada vez más “intento”— de recrear un pasado muy distante y acercarlo a no-
dirigida por parte del liderazgo de Chavín. El hecho de tomar sotros [véanse caps. 4.3 y 4.4].
riesgos medioambientales, contrastando así la capacidad de Podemos asumir que en el periodo posterior a la
Chavín para construir en presencia de peligros de la naturaleza, última gran fase de expansión del templo (ca. 900-550 a.C.), se
tal vez acentuó y extendió aún más la autoridad sacerdotal, in- celebraron actos rituales en diversas partes del complejo. A
cluso sobre aquellas fuerzas a las cuales Chavín parece haber continuación examinaré el concepto arquitectónico, tal como apa-
aludido. Una conclusión razonable es que esta haya sido una tra- reció después de esta última gran fase de expansión, para así
yectoria planeada, en la cual un liderazgo dotado cada vez más evitar la confusión debida a la compleja cronología de la historia
de autoridad en Chavín, estudió y afinó las situaciones en las arquitectónica del templo.
cuales las elites regionales quedaban convencidas y eran reclu-
tados con más eficacia al cuerpo de conversos de un culto en ex- La Plaza Circular y su posible función
pansión. Esta época puede ser vista como una de excepcional
creatividad en una trayectoria bastante radical y de cambios en El plano en forma de U de los Edificios A, B y C encierra un atrio
los sistemas de creencias. El enfoque particularmente evidente cuadrado varios metros más abajo, cuyos lados tienen 40 m de
de Chavín con respecto a la edificación de un nuevo tipo de socie- largo. Dentro de este atrio se encuentra la Plaza Circular Hundi-
dad ilustra, de varias formas, una de las transiciones humanas da, que tiene 21 m de diámetro y está 2,1 m por debajo del nivel
más importantes: el desarrollo de la fe en la aceptabilidad, la del atrio [figs. 101, 110, 115]. La Plaza Circular, a la cual se puede
inevitabilidad y la naturalidad del establecimiento de patrones acceder desde el lado este a través de una escalinata, se encuen-
de un liderazgo fuerte y su eventual corolario: una sociedad de tra ubicada delante del Edificio B, al cual se accede a su vez me-
estatus y rangos intrínsecamente diferenciados. diante una segunda escalinata en el lado occidental de la Plaza
Circular y que es el edificio en el cual se alza la estatua de la
deidad suprema, el llamado Lanzón.
La Plaza Circular se erige sobre el viejo eje del com-
plejo arquitectónico, y aquellas personas a las cuales se permitía
acceder a la zona —en ese entonces este era privilegio de apenas
unos cuantos— ingresaban a ella a través de una gran plaza rec-

Fig. 114
El Lanzón iluminado por la luz
incidente proveniente de un ducto
de iluminación
186 CHAVÍN 187 Chavín de Huántar

tangular de menor altura, que estaba alineada con el nuevo eje bus galeatus) solamente vive en las cálidas aguas tropicales y pez, y estos a su vez están agrupados alrededor de un molusco El Lanzón
[véase cap. 4.3, figs. 101, 102]. En contraste con el efecto altamen- que su gran concha es un instrumento de viento ideal. Spondylus y una chakana o “cruz incaica”. El macho de las dos
te ceremonial y abrumador producido por el nuevo eje, el viejo Las figuras en relieve de la Plaza Circular están dis- criaturas semejantes a dragones parece estar eyaculando brotes Cruzando la Plaza Circular llegamos a una segunda escalinata
eje, y especialmente la zona de la Plaza Circular, crea una atmós- puestas en dirección de la escalinata central y se encuentran de plantas y un caracol Strombus, en tanto que la criatura feme- que sube hacia la cara oriental del Edificio B, desde la cual se
fera que es refinada y exclusiva, y casi podría decirse que íntima. “protegidas” por una serie de figuras de jaguar debajo de ellas y nina luce debajo de la panza una estructura en forma de S y una puede alcanzar el nivel más alto del templo [fig. 117]. Era desde
Mientras que la Plaza Mayor probablemente fue el escenario de que, al igual que los participantes en la procesión, también están figura con atributos tanto de ave como de felino. Las criaturas aquí que se tenía acceso a la Galería del Lanzón y a la cámara
actos de una naturaleza más pública, los rituales religiosos más talladas en parejas. El jaguar, que se encontraba dotado de una tienen patas con garras o zarpas, en tanto que sus colas recuer- donde se encuentra este monolito, en el corazón mismo del
complejos y especiales se llevaban a cabo en la Plaza Circular, serie de atributos cósmicos, también tenía un papel significativo dan las de la langosta. Las representaciones son extremadamen- Edificio B. Esta era el área más sagrada y sin duda la más exclu-
donde humanos y dioses por igual tomaban parte en ceremonias en la cultura Chavín. te difíciles de interpretar porque las figuras cubren toda la super- siva o de acceso restringido de todo el complejo del templo. Ingre-
sagradas que incorporaban la experiencia acústica, danzas y ela- El conjunto de la procesión y sus figuras emparejadas ficie del obelisco y se superponen en cierta medida. Es más, la sar a la Cámara del Lanzón significaba una extensión más de
borados banquetes. se encuentra en el arco occidental de la Plaza, la cual es ilumina- iconografía contrasta marcadamente con todos los demás moti- los actos sagrados efectuados en la Plaza Circular, lo que marca-
da en la mañana por el sol naciente, mientras que la parte orien- vos conocidos de Chavín, como la Estela Raimondi [fig. 6]. El Obe- ba el clímax de la visita de los participantes al complejo del
Los relieves tallados de la Plaza Circular tal no está decorada. La única excepción son los dos jaguares re- lisco Tello muestra a una pareja de dioses o dos criaturas sagra- templo de Chavín.
tratados en las esquinas de la escalinata oriental. (Los relieves das que van juntas. Ambos, el macho y la hembra, fueron La deidad suprema de Chavín está encarnada en un
En las paredes que rodean la Plaza Circular se han registrado en el lado sudoccidental ya no son visibles, puesto que se les retratados como pares iconográficos y difieren significativamente inmenso monolito tallado de granito al que se conoce como
paneles tallados en relieve [fig. 115] que muestran una inmensa volvió a cubrir después de su excavación para protegerlos.) del Lanzón, el “señor principal” [fig. 4], que se alza solo en su el Lanzón [figs. 4, 117]. Su nombre moderno se debe a que tiene
procesión, en la cual se ven no menos de veintiocho figuras dan- La distribución de las figuras sobre el muro circun- propia cámara y no tiene una acompañante femenina, salvo que forma de lanza. El Lanzón tiene 4,53 m de altura y se alza en una
zando, tocando música o llevando ofrendas al templo. La mitad dante podría sugerir que en medio de la Plaza Circular Hundida esta contraparte permanezca todavía sin descubrir en una parte cámara cruciforme. Esta cámara interior es tan pequeña que
de estas figuras se mueven en dirección del reloj desde el norte, se erigía un obelisco o columna, que proyectaba su sombra sobre del templo que aún no ha sido excavado. no hay espacio para que más de tres personas se detengan ante
mientras que la otra mitad avanza en la dirección opuesta. las figuras retratadas en el arco occidental. El conjunto formaría Mientras que las figuras con ofrendas votivas y los la figura divina. Delante del monolito hay un pasaje de
Ambos grupos se encuentran en la escalinata occidental, la cual así un intiwatana, un tipo de reloj solar característico de la motivos de jaguares de los relieves de los paneles de la Plaza luz a través del cual el rostro de la deidad quedaba iluminado por
lleva a y encima del Edificio B. región andina. De ser correcta esta hipótesis, las figuras huma- Circular tienden a ser presentados de manera naturalista —me- el sol naciente.
A la cabeza de la procesión había dos parejas de figu- nas y los jaguares podrían haber tenido la función de calendario. didos según los estándares de la iconografía Chavín— y tienen El Lanzón está tallado en relieve en forma de una
ras hoy perdidas, pero es posible que el relieve tallado mostrado La sombra arrojada por la columna se habría desplazado gra- esbozadas con claridad las características y rasgos anatómica- figura humana con atributos felinos, de ave de rapiña, de cocodri-
en la imagen representada en cat. no. 108 represente a una de dualmente en el transcurso del año y habría alcanzado los puntos mente correctos de humanos y felinos, las criaturas semejantes a lo o caimán y de serpiente. La cabeza tiene casi 1 m de altura. Las
ellas. Detrás de ellas vienen dos figuras de guerreros o de porta- sombreados más al norte y al sur del relieve cada medio año. El dragones del Obelisco Tello, en cambio, a pesar de sus caracterís- cejas y los cabellos fueron representados con serpientes, en tanto
dores de lanzas, a los cuales se representó con coronas en la movimiento de la sombra habría indicado, así, el inicio del verano ticas y atributos claramente representados, derivan más bien de que la mandíbula con colmillos recuerda la figura mítica de
cabeza y sosteniendo dardos de punta. Ellos, a su vez, se encuen- y el periodo lluvioso a fines de diciembre, y el inicio de la estación concepciones imaginarias como aquellas con las que estamos fa- un dragón. La deidad tiene el brazo derecho levantado con la
tran acompañados por dos trompeteros que tocan música con los seca y el invierno frío a fines de junio. Sus movimientos en la miliarizados a partir del mundo de la mitología. Las característi- palma abierta mirando hacia afuera, mientras que su mano iz-
pututos o trompetas de caracoles [véase una composición similar Plaza Circular podrían muy bien haber permitido la división en cas de reptiles, aves y bestias de presa se combinan en una sola quierda descansa sobre su cadera. Sus ojos miran hacia arriba.
en el relieve del panel reproducido en cat. no. 111]. Les siguen en meses e incluso días, y las imágenes de los relieves habrían sido criatura compuesta que comparte los cuatro elementos: tiene las La figura viste un cinturón y un tocado hecho de cabezas
la procesión unas figuras que sostienen algo en su mano izquier- importantes para dicho fin. aletas de un animal acuático, los atributos de una serpiente, las de felino. Su cabeza está decorada con una “cruz incaica” y con
da, posiblemente conchas de moluscos Spondylus, a los que se alas de un ave y las patas, garras y colmillos de un poderoso de- un centro redondo.
conoce en quechua como mullu. Cierran la marcha unos chama- ¿El Obelisco Tello se alzaba en medio predador. Esta criatura compuesta puede volar, zambullirse, El angosto pasaje que mira hacia el este era la única
nes o curanderos, a los que vemos llevando un cactus de San de la Plaza Circular? arrojar fuego y “rugir” fuertemente como el trueno. En Chavín, fuente de luz dentro de la cámara. Los rayos del sol probable­
Pedro [fig. 113]. Este cacto se usa ampliamente en la región estas criaturas no solamente fueron conservadas por la memoria mente caían a través de este pozo directamente sobre el rostro de
andina, incluso hoy en día, como una planta ceremonial que tiene Ningún obelisco o columna de este tipo que podría haberse alzado colectiva sino que además fueron talladas en las paredes de la deidad durante el solsticio de invierno, a finales de junio. Me
un efecto alucinógeno relativamente fuerte. Los trompeteros de en medio de la Plaza Circular fue hallado in situ; sin embargo, en piedra del templo, con lo cual eran físicamente perceptibles, al parece que la probable razón por la cual apenas un metro
pututos y los portadores de mullu también aparecen sobre un 1908 el señor Trinidad Alfaro, de Chavín, encontró al llamado menos para aquellas personas que tuvieron el privilegio de ingre- de la cámara del Lanzón es iluminada por el sol, es porque un
fragmento finamente trabajado de una cornisa que John W. Rick Obelisco Tello en un campo cerca de esta plaza. Se trata de un sar al templo. Me parece que tenemos motivos para interpretar colapso parcial de la fachada del templo alteró la iluminación de
excavó en 1998 [cat. no. 111]1. Aquí, sin embargo, el trompetista monolito finamente trabajado de 2,52 m de altura y unos 30 cm las dos figuras principales del Obelisco Tello como criaturas míti- esta habitación.
parece estar retratado como una mujer, puesto que la figura tiene de ancho, que fue tallado con extremado cuidado [fig. 5]. Es por cas. Esta pieza podría muy bien haber prestado apoyo visual a un Directamente encima de esta cámara había otra gale-
dos tupus o alfileres en el pecho con los que sujeta el manto. A tanto concebible que el Obelisco Tello originalmente se haya mito de origen que se transmitía oralmente. En mi opinión, estas ría con una planta en forma de H, la que probablemente se usaba
partir de esto podríamos concluir que se les permitía a mujeres y alzado en medio de la Plaza Circular. consideraciones asimismo hacen que sea probable que esta ex- para efectuar actos rituales dedicado al culto del Lanzón. El
varones participar por igual en las procesiones rituales, y posible- Básicamente hay dos criaturas semejantes a dragones traordinaria obra de arte alguna vez haya marcado el centro de la devastador aluvión de 1945 destruyó este sistema de galerías, del
mente que ambos podían asumir el papel de chamán o sacerdote. retratadas sobre esta pieza, una de ellas probablemente femeni- Plaza Circular y —en sentido metafórico— también el del tiempo. cual únicamente tenemos noticia por los informes realizados en
El sonido de los pututos, que estaban decorados con na y la otra masculina. Están provistas de atributos tales como La narrativa de los relieves tallados nos cuenta que época de Tello. Originalmente se podía alcanzar el tocado del
tallas exquisitas [cat. nos. 122-124], refieren a su origen lejano en serpientes, aletas, alas, garras, colmillos, flores y plantas (en su los actos ceremoniales exclusivos que tenían lugar en la Plaza Lanzón a través de una pequeña abertura en el piso de la cámara
las cálidas aguas costeras del actual Ecuador, a unos mil kilóme- mayoría alucinógenas), así como numerosas figuras imaginarias Circular estaban acompañados por elementos acústicos (el sonido que había encima. Sobre la cresta de este tocado había una
tros de distancia de Chavín, claro indicio de cuán valiosos eran [fig. 116]. Cerca de las fauces de estas dos criaturas tenemos de los pututos) y la ingestión de sustancias psicoactivas (el cactus cavidad cruciforme alrededor de un círculo, con un nódulo oval
estos objetos. Debemos señalar que el caracol Strombus (Strom- representaciones realistas de un animal felino, un ave y un San Pedro). en medio. Desde aquí parten surcos que llegan hasta el rostro
188 CHAVÍN 189 Chavín de Huántar

de la figura. Es posible que en la cavidad se haya vertido agua, ruelas y chirimoyas, para no mencionar sino unas cuantas. Los
aceite o la sangre de las víctimas de los sacrificios. El fluido restos de estos ostentosos banquetes se hallaron repartidos a
entonces habría corrido por los surcos y encima del rostro todo lo largo de la Galería de las Ofrendas. Se sirvió caldo de
del Lanzón; en todo caso, estos surcos canalizaban algún tipo carne y guisos en finos tazones, mientras que en los platos se
de fluido vertido sobre el tocado hasta la boca de la poderosa exhibían mariscos, peces, aves, papas, camotes y semillas de
deidad2, un evento que indudablemente marcaba el clímax de plantas. Sorprendentemente encontramos en los corredores
los rituales ceremoniales. restos tanto animales como humanos, hecho este que podría su-
gerir que la carne humana también formaba parte de las comidas
La Galería de las Ofrendas y que se la preparaba de igual modo.
Las sustancias narcóticas y las bebidas alcohólicas
El inmenso complejo del templo consta de un gran número de constituían un componente importante de los banquetes. La cer-
recintos internos grandes y pequeños, en los cuales se celebraban veza preparada con maíz, llamada chicha y aqha, fue almacena-
ritos religiosos y se guardaban objetos rituales y estatuas de las da en grandes botellas esféricas de barro cocido, mientras que
deidades. Una red de corredores aseguraba la circulación del otras bebidas eran guardadas o servidas en vasijas más peque-
aire, en tanto que las aguas dirigidas a través de canales creaban ñas. Las bebidas alcohólicas eran preparadas con maíz, molle
un rugido que acompañaba los rituales. (Schinus molle), yuca y posiblemente las frutas del algarrobo. Se
En 1966, 1967 y 1972 mi equipo de investigación usaba la quinua para preparar una refrescante bebida no alcohó-
excavó un complejo de corredor subterráneo en el centro del lica que sabe como la chicha morada, una bebida fermentada que
templo, justo al norte de la Plaza Circular, que tenía 24 m de todavía hoy se sigue preparando con maíz morado.
largo, 1 m de ancho y apenas 2 m de alto [fig. 110], al que llama- Más de cincuenta vasijas de barro cocido, llenas hasta
mos la “Galería de las Ofrendas”. En esta galería y sus celdas el borde con chicha de maíz, se encontraban alineadas a lo largo
laterales recogimos más de ochocientos objetos [cat. nos. 125 - de la pared de la Galería de las Ofrendas y de las nueve celdas de
163] —fundamentalmente cerámica, pero también artefactos cuatro metros de largo que se abren hacia el lado norte. Ellas
hechos de piedra y hueso—, así como los restos de veintiún perso- fueron depositadas principalmente hacia la parte posterior de la
nas, entre ellos niños, adolescentes y adultos, y numerosos huesos galería en grupos de tres, junto con copas para beber. La gente
de animales. Los hallazgos sugieren que la galería fue el escena- probablemente también tomaba usando mates, similares a los
rio de un evento ceremonial, el cual podría haber sido en honor de que se usan aún hoy en día.
la deidad suprema del templo, y probablemente tuvo lugar en Además de las vasijas de barro, cada una de las cuales
algún momento entre el décimo y el octavo siglo a.C., época en contenía quince a veinte litros, en la Galería de las Ofrendas
que Chavín alcanzó su apogeo. Fue durante esos siglos cuando el también se colocaron alimentos y bebidas en hermosas vasijas de
templo asumió una mayor importancia para toda la región cerámica como ofrendas para los dioses. Nuestros hallazgos más
andina, y sus sacerdotes recibían el tributo de asentamientos a lo comunes incluían botellas de cuello largo en las cuales probable-
largo de la costa y de la sierra. Las ofrendas votivas en la Galería mente se guardaban diversos líquidos tales como licores, jugos
de las Ofrendas incluyen restos de huesos de animales marinos, extraídos de hierbas, raíces y frutas, aceites y bálsamos de origen
animales de zonas de la sierra de mediana y gran altura, y de la animal o vegetal. Cientos de estas vasijas esféricas muy proba-
región del alto bosque tropical. En otras palabras, las ofrendas blemente contenían bebidas alcohólicas más refinadas.
provienen de toda la región andina. No cabe duda de que las drogas y los alucinógenos
Se ofrecieron también suntuosos alimentos, colocados cumplieron un papel importante en estos banquetes o rituales
en preciosos tazones decorados con representaciones grabadas caníbales. En tres secciones de la Galería de las Ofrendas, espe-
de las deidades del templo de Chavín: carne de mamíferos (camé- cíficamente en la galería principal, delante de las celdas 1 y 2, 6
lidos, venados y perros), roedores (vizcachas y cuyes), diversas y 7, y 9, encontramos grupos de artefactos que podrían haberse
especies de aves (patos, perdices, aves de rapiña y loros) y peces usado para el consumo de drogas. Los hallazgos incluyen herra-
marinos, lacustres y de río, junto con moluscos y crustáceos (viei- mientas para moler que podrían haber sido utilizado en la prepa-
ras, mejillones, caracoles y cangrejos). A este rico surtido de ración de drogas, así como pequeños tubos y tabletas de hueso
alimentos animales se sumaron ofrendas vegetales, como las que podían usarse, por ejemplo, para ingerir o inhalar una sus-
hojas de coca (Erythroxylum coca) y otros estimulantes, ya fueran tancia en forma de polvo. El lugar donde se descubrieron estos
plantas, vegetales o especias como la paprika (Capsicum objetos en el transcurso de las investigaciones indudablemente
annuum) en una serie de variaciones. En el sitio se debían hallar fue el sitio donde se llevaron a cabo rituales especiales. Entre el
también alimentos de primera necesidad, como papa, camote, primer grupo de artefactos, los que se encontraron cerca de la
yuca, achira, frijoles, maíz, quinua amaranto, así como grandes entrada a la Galería de las Ofrendas, hallamos la figura de una
cantidades de frutas, entre ellas pepinos, lúcumas, guayabas, ci- alpaca masculina tallada en piedra gris y con una depresión cir-

Fig. 115
La Plaza Circular con sus lajas
esculpidas. La ilustración fue
generada a partir de un modelo
digital en 3D basado en los datos
de escaneos de luz estructurada
y de láser
190 CHAVÍN 191 Chavín de Huántar

Fig. 116 sa del relieve, y la del lado derecho rior las aletas que se asemejan a las masculina. La imagen del obelisco caracol marino Strombus, y la chaka-
La narrativa del Obelisco Tello. Se es una interpretación esquemática y de un pez, mientras que las garras se probablemente representa una na (“la cruz incaica”). La ilustración
muestran dos vistas del modelo a color. En la parte superior vemos la encuentran a la derecha, arriba y al pareja mítica. Alrededor de ella se fue generada a partir de un modelo
digital en 3D (que se encuentra entre cabeza con los colmillos que sobre­ pie. La criatura semejante a un encuentran los símbolos principales digital en 3D basado en los datos de
los dos dibujos). La vista de la iz­ salen de la mandíbula así como el dragón en el lado izquierdo parece del arte Chavín como el jaguar, las escaneos de luz estructurada y de
quierda es una representación preci­ gran ojo excéntrico, en la parte infe­ ser femenina, y la del lado derecho conchas del molusco Spondylus y del láser
192 CHAVÍN 193 Chavín de Huántar

cular en el lomo [cat. no. 162]. El mismo grupo incluía dos delga- Todos los estilos alfareros no locales cuentan con ele-
dos tubos de hueso, un botón hecho de Spondylus, varios morte- mentos que los arqueólogos que trabajan su lugar de origen des-
ros y astas de venado trabajadas en forma de pequeñas cucharas. criben como similares a Chavín, y que reflejan tendencias de
Asumimos que estos objetos fueron empleados para preparar e diseño andinas típicas del segundo y el primer milenio a.C.
ingerir drogas. Los artefactos fueron encontrados junto con algu- Aunque la cerámica presenta características regionales o locales,
nos alfileres, cuya cabeza se había trabajado hasta darle forma de muchas formas también tienen una serie de similitudes a partir
hombre o mujer, y una concha de caracol Strombus. El mismo de las cuales podemos deducir que estas poblaciones ya mante-
grupo también incluye una daga finamente trabajada, sobre la nían contactos suprarregionales intensivos en este periodo.
cual se ha grabado un felino con pico de ave de rapiña.
a) Vasijas de cerámica foráneas llevadas a Chavín [cat. nos.
Más adentro de la galería hallamos un tazón de piedra al que se 143-154]. La cerámica no local representada con más frecuencia
había dado forma de pez [cat. no. 163], junto con un collar elabo- en el conjunto Chavín puede ser asignada al estilo Mosna [cat.
rado con vértebras de pescado, más cuentas y herramientas de nos. 150, 151], el cual presenta cierta similitud con la cerámica
perforación. En las dos áreas adyacentes excavamos morteros “roja sobre crema” conocida en Huacaloma, Kuntur Wasi y otros
hábilmente trabajados en piedra y un tazón con una secuencia de sitios del departamento de Cajamarca [véase cap. 3.2]. La cerá-
imágenes grabadas en el llamado estilo limoncarro, que tiene si- mica roja sobre crema también fue excavada en Kotosh (departa-
militudes con el estilo Cupisnique [cat. no. 159]. mento de Huánuco), La Pampa (provincia de Corongo) y en otros
Entre los hallazgos excavados en las tres celdas res- sitios del Callejón de Huaylas y la Cordillera Negra, pero sola-
tantes (7, 8 y 9) de la Galería de las Ofrendas había morteros y mente en pequeñas cantidades, lo cual sugiere que estos conjun-
tazones de piedra junto con diversos objetos de hueso, como esti- tos no tuvieron su origen en la producción local de cerámica.
los, tubos, agujas y varias otras herramientas. Otros dos estilos alfareros —Raku [cat. no. 154] y Wa-
Además de estas ofrendas votivas se halló gran canti- cheqsa [cat. nos. 143-149]—, junto con diversas formas de vasijas
dad de huesos de animales que probablemente fueron sacrifica- que no son fácilmente atribuibles, muestran ciertas similitudes
dos para el banquete ritual. Estos restos representan toda la con la cerámica Cupisnique de los valles de la costa norte en lo
fauna disponible como recurso alimenticio en la época, desde que se refiere a la forma y la decoración, así como el método de
peces y moluscos hasta mamíferos grandes y pequeños. Los vena- manufactura. El estilo Raku es una variante de la cerámica Cu-
dos venían de los pastizales de la puna (la taruca, una especie de pisnique, como la que se halló en Chicama, y Wacheqsa al del
Hippocamelus antisensis que vive en los Andes), de los cañones Cupisnique transitorio, que es típico de las regiones Moche y
montañosos (el lluicho o ciervo mulo, Odocoileus sp.) y de los Virú. Aunque las botellas asa estribo sí se dan en Chavín, no se
bosques tropicales (Mazama sp.). También encontramos los trata de una forma local. El arqueólogo peruano Julio C. Tello la
restos de llamas y posiblemente de alpacas, de perros y otros identificó erróneamente como una típica forma Chavín tras com-
carnívoros, roedores (vizcachas y cuyes) y de numerosas especies pararla con conjuntos en realidad originarios de Chicama. Las
de aves. botellas asa estribo se encuentran en Chavín en otro estilo atípi-

Celda 8
Celda 4

Celda 5

Celda 6

Celda 9
Celda 2

Celda 3

Celda 7
Celda 1
co —muy simple, liso y sin decoración— al que llamamos Puca
El conjunto alfarero de la Galería Orqo. Otro estilo más, de origen externo, se conoce en la literatu-
de las Ofrendas ra como Puksha [cat. nos. 152, 153], y en Lambayeque y Casma
se han encontrado vasijas de este tipo polícromo. Las vasijas
Debido principalmente a la diversidad de estilos cerámicos en- Puksha fueron muy finamente trabajadas y también tienen un
contrados en la Galería de las Ofrendas, que ahora podemos atri- cuello o pico de asa estribo. Algunas muestran un parecido con
buir a sus regiones de origen, advertimos que si bien algunas de los estilos alfareros Cupisnique y Lambayeque, y tal vez compa-
0 5m
las personas que colocaron ofrendas en el templo provenían de la rable con los conjuntos cerámicos de Piura. Pero como no se dan
región de Chavín, otras venían de mucho más lejos, por ejemplo en gran número no se ha podido definir un estilo distintivo.
de las regiones de la costa y de la sierra, e incluso al parecer de la
región del alto bosque tropical. Este resultado se vio confirmado b) Vasijas de cerámica fabricadas localmente La mayoría
por los huesos de animales de origen foráneo. de las vasijas de cerámica que excavamos eran formas locales del
El rico inventario de cerámica puede subdividirse estilo Chavín. El estilo lleva este nombre porque refleja el mismo
claramente en estilos de Cajamarca, Lambayeque, Trujillo, idioma formal que los relieves, obeliscos y cabezas de piedra ta-
Huánuco y de los valles de Lima y Áncash, y solamente hay llada que alguna vez decoraron el templo. Hasta ahora, algunas
unos cuantos ceramios para los cuales aún no podemos definir de estas formas solamente han sido encontradas en Chavín. En
analogías regionales. efecto, estamos hablando de subestilos que siguen un patrón
común básico semejante a Chavín. Hasta la fecha se han identi-

Fig. 117 Fig. 118


Visualización de la Galería del Vista de la Galería de las Ofrendas
Lanzón y su cámara. La ilustración con su acceso (izquierda), cf. fig. 110
fue generada a partir de un modelo
digital en 3D basado en los datos de
escaneos de luz estructurada y de
láser
194 CHAVÍN 195 Chavín de Huántar

ficado cuatro subestilos locales de estos: Ofrendas, Dragoniano, banda en S. Este símbolo siempre acompaña a la versión hembra difundidos en la iconografía Chavín de la región centroandina. cuando se muestra todo el cuerpo. Lo mismo se aplica a las aves
Qotopukyo y Floral. Los cuatro replican —en su propia forma del dragón, mientras que en la versión macho se bifurca en seg- La cerámica retrata de forma naturalista al jaguar, aves de presa de rapiña: cuando sus garras, pico y plumas se muestran aisla-
distintiva— las figuras y formas decorativas que nos resultan mentos. Este último frecuentemente aparece como el protector de con las alas abiertas y el vientre visible. El conjunto cerámico das, la representación está sumamente estilizada. La serpiente
familiares a partir de las esculturas en piedra. las criaturas jóvenes que solo tienen un colmillo. Estas criaturas floral reproduce los motivos figurativos más antiguos, que apare- es casi siempre un motivo secundario y cuando se la representa
De los cuatro estilos, la cerámica Ofrendas [cat. nos. pueden aparecer solas, pero frecuentemente figuran en un con- cieron ya en el arte de Huaca Prieta, y que podemos fechar alre- sola, también muestra rasgos naturalistas. Cada una de estas
138, 139] es la que se encuentra mejor representada y tiene la texto que hace que se vean como si estuvieran cubiertas por agua dedor de 2500 a.C. [véase cap. 4.2]. tres criaturas fue representada con los atributos de las otras dos,
decoración más sobria. Asumimos que este fue el estilo alfarero u otro líquido. Estos motivos figurativos más antiguos muestran pero la forma casi nunca fue estilizada.
más difundido, porque los arqueólogos encontraron botellas, Otras numerosas criaturas compuestas también apa- criaturas semejantes a depredadores, retratadas con zarpas y Debemos hacer otra observación con respecto al
tazones y cántaros indudablemente provenientes de distintas recen en la cerámica, con motivos vinculados temáticamente con colmillos, el pelo y las cejas en forma de serpientes, más un cintu- motivo semejante a un cocodrilo o caimán: a diferencia de los
unidades domésticas. La superficie de la cerámica Ofrendas es el dragón. Los motivos más frecuentes son loros con grandes ojos rón y otros ornamentos en su cuerpo. Estas criaturas deben tener demás motivos animales, esta criatura indudablemente es una
lisa y roja, o está ennegrecida; solo ocasionalmente está incisa o redondos, ya sea volando o unidos simétricamente, caparazones alguna conexión con la figura mítica de Libiac (el rayo), una divi- figura imaginaria y no una que encontramos en la naturaleza. Su
decorada con pintura blanca de base resinosa, y de modo apenas de tortuga y sapos que miran hacia adelante. Estas criaturas nidad extremadamente cruel que reina sobre las tormentas y representación no fue simplemente un elemento del discurso re-
perceptible. A pesar de la forma y del tamaño relativamente uni- también cuentan con atributos de animales depredadores, esto el relámpago, el trueno y los rayos: en otras palabras, las fuerzas ligioso, sino que se hallaba en el núcleo mismo de la práctica re-
forme de las vasijas, podemos concluir, a partir de la composición es garras y colmillos. Las garras, los dientes y las zarpas pueden más poderosas que las montañas pueden producir. La memoria ligiosa. En mi opinión, lo que vemos es un dragón vinculado de
mineral de la arcilla y de los patrones de manufactura, que aparecer por cuenta propia, independientemente del cuerpo de esta criatura divina siguió viva en la cultura peruana hasta algún modo con los molusco Spondylus y Strombus, de origen
este conjunto cerámico fue producido en distintas localidades de la criatura. el arribo de los españoles en el siglo XVI: es decir, más de dos marino y junto con ellos permitía establecer la frecuencia y la
próximas a Chavín. Al igual que la cerámica dragoniana, la alfarería lla- mil años después de que Chavín hubiese sido abandonado. Los intensidad de las lluvias de verano especialmente los eventos de
El estilo Dragoniano (o Dragón) [cat. nos. 125 -134] es mada Qotopukyo [cat. nos. 135 -137] reproduce los motivos vistos peregrinos que llegaron a Chavín rendían homenaje a la deidad “El Niño” regulados por la temperatura del mar. Era precisamen-
el más característico hallado en la Galería de las Ofrendas. Com- en el Obelisco Tello. Sin embargo, este estilo es marcadamente —bajo la guía de los sacerdotes y sirvientes del templo—, y al te este poder del dragón para controlar la lluvia y las estaciones
prende tazones de poca profundidad, platos y botellas finamente distinto de la cerámica Dragoniana en lo que se refiere tanto a la hacer esto impedían que descargara su ira. secas, lo que los sacerdotes andinos en Chavín buscaban desen-
trabajados, decorados con las mismas figuras que vemos en el forma como al método de fabricación. Los materiales usados, así trañar mediante oráculos dados cada cierto número de años, o
Obelisco Tello y en algunas otras esculturas en piedra. Al igual como las técnicas empleadas, sugieren que la cerámica Qotopuk- Conclusión incluso cada año, pues la vida de los pueblos dependía de su favor.
que en el obelisco, las figuras retratadas son criaturas imagina- yo no fue producida por los mismos artesanos. Mientras que el El oráculo de Chavín fue una de las razones por las
rias en forma de dragones que lucen los atributos de serpientes, cuerpo y el cuello de las botellas dragonianas tienen sus propor- Desde que Julio C. Tello declarara a Chavín la “cultura matriz” cuales la gente peregrinaba al templo. Además, a esta altura se
aves de rapiña, felinos y otros animales salvajes. Alrededor de ciones bien balanceadas, las botellas de estilo Qotopukyo tienen de la civilización peruana, los científicos concentraron sus inves- hacía más fácil la observación de fenómenos y cambios cosmoló-
estas criaturas están agrupadas representaciones de tortugas, el cuello largo y su cuerpo, contornos y proporciones variables. tigaciones en la confirmación o refutación de su tesis. En primer gicos y atmosféricos. Los sacerdotes que vivían cerca del complejo
loros y diversas raíces, frutas y plantas, de las que se dice tienen El objeto más complejo del conjunto Qotopukyo es una lugar, hoy es seguro que esta cultura puede ser fechada en el pe- del templo podrían muy bien haber medido los ciclos estaciona-
un efecto psicoactivo. Entre ellas figura un símbolo simétrico en botella con el cuerpo aplanado, que semeja una base elipsoide riodo que corre entre 1500 y 500 a.C. Sin embargo, ha quedado les, pero ellos debían hacerles preguntas a los dioses para así
forma de cruz, con centro circular y rodeado por un cuadrado, a [cat. no. 135]. El cuello de la vasija es el doble de largo que su claro que pueblos regionales que alguna vez se pensó habían sido comprender los patrones climáticos, pues dichas variaciones son
cuyos lados hay cuatro puntos rectangulares. cuerpo y recuerda a un florero. Vale especialmente la pena men- influidos fuertemente por Chavín, en realidad fueron moldeados provocadas por cambios en las corrientes del océano. De este
Apenas hemos comenzado a comprender el motivo cionar la presentación muy precisa de una figura antropomorfa mucho más por su propio desarrollo cultural, y por ende se los modo, los sacerdotes de Chavín fueron capaces de predecir el
central representado en estas vasijas. Se trata de una figura se- con atributos femeninos. Ella se encuentra parada con los pies debe considerar más independientes. Pero los rasgos estilísticos clima usando diversos métodos.
mejante a un dragón, que aparece en versiones masculina y fe- separados y entre sus piernas aparece la cabeza de una figura que los artefactos comparten reflejan un frecuente contacto entre Es muy probable que el peregrinaje al complejo del
menina y que está provisto de los atributos del poder y de la vita- humana cadavérica, así como una forma similar a la cabeza de los habitantes de culturas distintas, un contacto que indudable- templo de Chavín haya sido alguna vez un privilegio de los miem-
lidad. Las complejas representaciones en tazones, botellas y serpiente con dos colmillos. El cinturón de la criatura está forma- mente tuvo sus raíces en creencias e ideas religiosas comparti- bros de las elites sociales, posiblemente los líderes locales de cada
otras vasijas recuerdan a la criatura semejante al dragón del do por dos cabezas humanas con los cabellos entrelazados. La das. Un rasgo en particular —los colmillos— se da con notable región particular. Las ofrendas votivas colocadas en la Galería de
Obelisco Tello, aun cuando ciertos elementos varían, lo que hace mano derecha de la figura está levantada, mientras que su mano frecuencia en todas las representaciones pictóricas, lo que llevó a las Ofrendas sugieren esta conclusión, porque los objetos son, sin
que una interpretación definitiva resulte difícil. izquierda descansa sobre su cadera, al igual que en el Lanzón. Tello a concluir que una deidad felina debió haber tenido un excepción, exclusivos y de una excepcionalmente alta calidad. Es
Además de la figura de dragón con su cabeza semejan- Los colmillos de un felino sobresalen de la mandíbula de la cria- papel central para estos pueblos. más, esta interpretación queda respaldada por los elementos ar-
te a un cocodrilo, también encontramos representaciones de dra- tura, en tanto que su tocado parece representar plumas. Parecería, sin embargo, que por muy difundido que quitectónicos y los hallazgos arqueológicos. Tal como he mostra-
gones con cabezas de serpiente, con lengüetas que representan El estilo alfarero Qotopukyo es el que tiene el mayor haya sido el felino en el arte Chavín, en realidad parece haber do, podemos conjeturar que en el periodo posterior a la última
las fosas nasales y las cejas, y que llegan hasta el labio superior. número de atributos no contextuales, como el corte transversal sido menos importante de lo que Tello supuso. Es más, la base o gran fase de expansión apogeo (ca. 900-550 a.C.), el templo fue
Ambas versiones del dragón están “dando a luz” a sus crías. Los en forma de estrella del cacto San Pedro, las formas en S indivi- el núcleo antropomorfo se encuentra provista de representacio- escenario de diversos actos rituales que probablemente diferían
recién nacidos son identificables por su único colmillo, mientras duales o en grupos, círculos concéntricos, rombos, formas abstrac- nes zoomorfas y no reemplazada por estas imágenes. Las garras, en términos de sus patrones de participación y exclusividad. Los
que las mayores de la camada tienen dos o tres dientes, y en al- tas en H, garras o zarpas de felino, ojos, fauces y algunas cabezas el pelaje y los ojos de los felinos frecuentemente están represen- hallazgos arqueológicos de la Galería de las Ofrendas, que aquí
gunos casos hasta cuatro. La figura puede ser representada ya de figuras que también aparecen en el Obelisco Tello. Son dignas tados de modo altamente estilizado, y cuando éstos eran retrata- hemos presentado, reflejan un cuadro muy claro de los rituales
sea como un dragón o como una serpiente. La cabeza está enfati- de mención las representaciones de hojas muy parecidas a las de dos junto a otras figuras a menudo asumían un papel subordina- que tuvieron lugar en el templo.
zada exageradamente, mientras que el lomo y la panza fueron la coca, más una serie de formas abstractas combinadas con do, como podemos verlo, por ejemplo, en el Lanzón, el Obelisco
convertidos en una cabeza con grandes colmillos que por lo gene- dichas hojas. Tello, los relieves tallados en la Plaza Circular Hundida, o en la
ral se fusiona directamente con una cola enrollada. Inscrito Debemos, por último, mencionar también el estilo al- cerámica encontrada en la Galería de las Ofrendas. Como regla
dentro de esta cola se encuentra un símbolo en forma de una farero Floral [cat. no. 140], puesto que sus motivos están muy general, el felino es representado de manera naturalista solo
196 CHAVÍN
5. INSPIRACIÓN LEJANA:
LA PERIFERIA Y EL LEGADO DE LAS
INNOVACIONES DEL FORMATIVO
198 CHAVÍN 199 Inspiración lejana

INTRODUCCIÓN 5.1 Los procesos sociales ocurridos en el área central andina, ejercie-
ron influencia y la vez se vieron influenciados por los desarrollos
EL PERIODO FORMATIVO nucleados que se dieron en varios sectores de los Andes Septen-
EN EL ECUADOR trionales. En esta región se puede observar que la innovación
El periodo Formativo en lo que actualmente es el Ecuador, al Walter Alva, director del Museo Tumbas Reales de Sipán en cultural se da a partir de contactos con los Andes Centrales y con
norte del Perú, aún no ha sido estudiado a profundidad y la Lambayeque, es conocido como el arqueólogo que salvó los Mesoamérica, existiendo al mismo tiempo, procesos independien-
cronología reconstruida hasta ahora es muy general. Los hallaz- entierros de los reyes mochica de Sipán, que hoy es un sitio Christian Mesía
tes, que indican que el desarrollo cultural se dio a partir de inno-
gos mismos, sin embargo, muestran paralelos con las culturas mundialmente conocido. Alva señala el modo en que la elite vación cultural. El estudio del periodo Formativo (4500-300 a.C.)
del Perú que tuvieron lugar en este mismo periodo, lo que mochica se reapropió de los grandes logros de Chavín, en un del Ecuador, nos ayuda a disgregar aquellos elementos presentes
indica que la inclusión de regiones más distantes probablemente recuento que subraya la importancia que las innovaciones por transmisión cultural y aquellos que se dieron a través de pro-
pasará a ser un factor cada vez más importante en todo futuro del Formativo tuvieron para la historia cultural peruana. cesos de innovación cultural. El objetivo del presente artículo es
examen de Chavín. La cultura Paracas, que surgió durante el el de identificar elementos compartidos con formaciones contem-
periodo Formativo en la costa sur del Perú, si bien no careció de Markus Reindel del Instituto Alemán de Arqueología (Bonn) poráneas de los Andes Centrales.
desarrollos e innovaciones propias, recibió influencia de Chavín. y Johny Isla del Instituto Andino de Estudios Arqueológicos
Diversas similitudes muestran lo importante de la interacción (Lima) dirigen conjuntamente el Proyecto Nasca-Palpa en el Tiempo y espacio
cultural a gran distancia en la formación de las primeras socie- sur del país, un proyecto iniciado originalmente para resolver
dades complejas de la región andina. el enigma de las célebres líneas de Nasca. Si bien es cierto que El Formativo ecuatoriano se define a partir del limite terminus a
la cultura Nasca desarrolló sus propias formas e iconografía, quo de Valdivia y terminus ad quem de Chorrera1 entre los 4500-
La cultura Mochica, que se desarrolló en la costa norte tras el gran parte de sus imágenes, y sobre todo sus representaciones 300 a.C. [Fig. 120]. Durante este espacio temporal, tres desarro-
ocaso del Formativo, revivió deliberadamente elementos e imá- de criaturas compuestas de animales y seres humanos, ofrecen llos sociales caracterizaron fundamentalmente la costa y parte
genes que databan del periodo Chavín. Entre los mochicas, los una prueba de cómo los ecos de Chavín reverberaron incluso de la sierra ecuatoriana, Valdivia, Machalilla y Chorrera. Indu-
dioses del Formativo experimentaron un renacimiento y sirvie- en el lejano sur. dablemente que estos desarrollos no fueron los únicos en este
ron para consolidar una sociedad estructurada de modo distinto. gran lapso de tiempo, sin embargo debido a los limites de espacio,
me referiré con más detalle a ellos.
Christian Mesía Montenegro, de la Universidad San Ignacio
de Loyola, está familiarizado con la arqueología tanto del Perú Los primeros agricultores
como del Ecuador. Su contribución a este capítulo nos brinda y ceramistas (4500-1900 a.C.)
una visión de conjunto del Formativo ecuatoriano.
El antecedente inmediato a Valdivia es Las Vegas, caracterizada
por la ausencia de cerámica pero por la presencia de los primeros
cultígenos domesticados en la región2. Valdivia presenta fechados
tempranos de aldeas con evidencias de fitolitos de maíz, lo que
sugiere el consumo de maíz desde épocas muy tempranas [véase
cap. 2.1]3, quedando por discutir el tipo de maíz y si es producto
de un proceso de innovación4 o de transmisión cultural5. Sin em-
bargo, la agricultura temprana no aparece exclusivamente rela-
cionada al maíz, sino también a otros productos como curcubitas,
lagenarias, maní y achira6. Paralelamente se produce cerámica la
cual ingresa al Ecuador a través de un proceso de transmisión
cultural desde Colombia, de San Jacinto, sitio fechado en aproxi-
madamente 6000 a.C.7.
Hacia el 2800 a.C., se empiezan a producir figurinas
femeninas de cerámica, conocidas como “Venus” [Fig. 121], las
cuales en Real Alto se han hallado en contextos primarios del
montículo el “Osario” así como bajo pisos de viviendas8. Estas
figurinas generalmente representan una mujer con un elaborado
tocado, en posición vertical. Tradicionalmente se ha clasificado a
Valdivia como una sociedad eminentemente marina con una
dependencia marginal hacia la horticultura, debido a que los
sitios más investigados se encuentran en la costa. Investigacio-
nes llevadas a cabo en sitios de tierra adentro como Loma Alta,

Fig. 119
El centro ceremonial y la ciudad
mochica de Pampa Grande, valle alto
de Lambayeque
200 CHAVÍN 201 Inspiración lejana

Colimes y San Lorenzo del Mate, han ayudado a revaluar el rol San Lorenzo de Mate, en la Provincia del Guayas16 y La Emeren- En las zonas Machalilla, destaca la ausencia de cen- importantes es la semejanza entre las vasijas de asa estribo Cho-
de la economía marina en Valdivia y a retomar la posición de ciana en la provincia del Oro17. Aparecen del mismo modo bote- tros monumentales, observándose aldeas de menos de 0.5 ha a lo rrera con las fases Cupisnique, Cupisnique Transitorio y en
Lathrap quien argumentó que Valdivia fue un desarrollo de la llas asa estribo las cuales llegaron a la costa proveniente de la largo de zonas ribereñas24 o extensas villas25. Existe una clara menor medida Cupisnique Santa Ana establecidas por Rafael
floresta tropical9. cuenca del río Mayo, cerca de la Cordillera del Cóndor18 siendo falta de complejos monumentales, lo que sugiere una carencia de Larco Hoyle, tanto en las formas zoomorfas y fitomorfas, como en
Investigaciones en Manabi y Guayas, indican una pro- estas características de los desarrollos Cupisnique y Chavín19. La proyectos corporativos y de autoridades centralizadas. El siste- las asas gruesas de pico corto31. Al respecto, ya Jijón y Camaño al
gresiva adaptación al medio e incremento de jerarquización cerámica Machalilla tiene una fuerte influencia en la cerámica ma de cargo puede ser uno de los mecanismos de negociación ca- observar fragmentos Chorrera procedentes de la Hacienda La
social10. En Real Alto, hacia el 4500 a.C. se observa una aldea con temprana del norte peruano, a juzgar los diseños de la cerámica paces de movilizar grandes grupos pero, la ausencia de grandes Compañía, sobre el río Babahoyo (en la provincia de los Ríos),
disposición en forma de U, mientras que a los 1400 a.C. existe Ídolo, Pandanche y Huaca Loma Temprano20. Lathrap ha sugeri- estructuras sugiere que la población no alcanzó un nivel de cohe- había indicado que los fragmentos procedían de una cultura rela-
arquitectura monumental con una sectorización ceremonial y do- do que Machalilla ejerce una fuerte influencia en la fase Tutish- sión adecuado. Machalilla prosigue con una economía diversifica- cionada con Chavín y su “variante costeña” Cupisnique32.
méstica11; igualmente sitios como San Isidro en el valle de Jama cainyo Tardio21. Adicionalmente, la incidencia de vasijas care­ da, donde no solamente se dependió fuertemente de los recursos La cronología relativa de Chorrera no es lo suficiente-
y La Emerenciana en el Oro son ejemplos de arquitectura monu- nadas y achurados zonales es característica de la fase marinos, sino también de la agricultura y de la caza de animales mente adecuada hasta el momento, a pesar de intentos muy loca-
mental no antes vista en Valdivia12. Kotosh-Wairajirca la cual está muy relacionada con Tutishcain- terrestres como el venado26. lizados, de establecer secuencias ceramográficas33. Por razones
yo. Machalilla se caracteriza por sus cuencos carenados, vasijas estilísticas, se le ha denominado a la variante Chorrera de las
Después de los volcanes: reducidas con un fuerte bruñido, finas líneas incisas pintadas, La cultura Chorrera (1300-300 a.C.) provincias de Guayas y El Oro como Engoroy34 y es en esta va-
La cultura Machalilla (1500-1300 a.C.) generalmente de color blanco, práctica común en la cerámica ini- riante que los trabajos de secuencia han sido mayores (Bischof
cial del Formativo peruano. Otras características incluyen el uso Chorrera fue definida a partir de los trabajos de Evans y Meggers subdivide Engoroy en seis fases agrupadas en tres periodos: En-
Alrededor del 1900 a.C., se dan dos erupciones volcánicas al de engobe blanco y líneas rojas pintadas y/o incisas, platos con en el sitio del mismo nombre27 y por los de Bushnell en el sitio de goroy Temprano, Engoroy Medio y Engoroy Tardío35. La existen-
norte del Ecuador, las cuales alcanzaron las provincias de Esme- pedestal, así como el achurado y punteado zonal los que aparecen La Carolina en la península de Santa Elena28. Su rango de exten- cia de cerámica Chorrera con formas semejantes a Cupisnique,
raldas, El Oro, Guayas, Los Ríos y Pichincha13. Estas erupciones en la fase Tutishcainyo Temprano del Yarinacocha22. Se continúa sión al parecer cubrió la costa como la sierra ecuatoriana y a nos sugiere un intenso fenómeno de transmisión cultural entre
alteraron los modos de vida Valdivia, causando gran inestabili- la producción de figurinas pero de forma marcadamente diferen- pesar de la escasez de datos arqueológicos, es considerada por ambos desarrollos. Como se ha mencionado, las características
dad política que derivó en el surgimiento de Machalilla14. Esta te a las Valdivia. Las figurinas Machalilla son de manufactura algunos investigadores como un horizonte cultural29. principales de la cerámica Chorrera ya están presentes en las
tradición se extendió por un área geográfica menor a la de Valdi- cruda y estilizadas, con ojos en forma de granos de café y narices Lo que ha llamado mayormente la atención de inves- fases Cupisnique, Cupisnique Transitorio y Cupisnique Santa
via, en las provincias de Manabi y Guayas y en la sección norte protuberantes, y mayormente con una línea de perforaciones bajo tigadores ha sido el alto desarrollo logrado en la producción alfa- Ana. Las botellas de la fase Kuntur Wasi [véase cap. 3.2], recupe-
de Manabi y sur de Esmeraldas15. el labio inferior, a lo largo de la cabeza y a lo largo de los lóbulos rera [Fig.122]30, la cual se caracteriza por vasijas silbadoras, figu- radas del sitio del mismo nombre, presentan semejanza con el
La cerámica Machalilla se origina a partir de las fases auditivos las cuales de acuerdo a Lathrap pudo servir para inser- rinas en la misma vena que las Valdivia y Machalilla pero de Cupinsique Transitorio de Larco Hoyle y están datadas entre los
7-8 de Valdivia, cuya transición se puede observar en los sitios de tar algún tipo de adorno23. mejor factura tecnológica y artística [Fig. 123]. Uno de los puntos 900 - 500 a.C., por lo que se reforzaría el argumento de influencia

1 La periodificación está en referencia a la


REGIÓN NOR ANDINA REGIÓN CENTRAL ANDINA clasificación cronológica del Formativo
ecuatoriano
COSTA SIERRA ORIENTE COSTA SIERRA ORIENTE
2 Los términos “Pre-Chavinoide” y “Chavi-
Periodo1 Norte Centro Sur Norte Centro Sur Centro Sur Norte Centro Sur Sierra Norte Conchucos Huallaga Yarinacocha noide” siguen la clasifi­cación de Hermilio
Rosas, quien advirtió la influencia de
300 a.C. Salinar Chavín en la cerámica haallada en el sitio
de Ancón
Formativo Tardío

Chorrera/ Chorrera/ Eng- Paracas


Chorrera Tabuchilla oroy Cupisnique Huayco Necrópolis Huaraz Higueras
Catamayo D Santa Ana Kuntur Wasi
La Chimba Cerro Narrío I Upano I Cerro Paracas Janabarriu Sajarapatac Shakimu
Catamayo C Cupisnique Cavernas Ídolo
Chorrera Chorrera/ Chorrera/ Transitorio Chavinoide 2
Urrabarriu Chavín
Tabuchilla Engoroy Karwa
Cupisnique
1300 a.C.
Formativo Medio

Mayo Chin- Pre-Chavi- Tutishcaynio


Machalilla Chaullabamba Catamayo B Pastaza B Puerto Nuevo Kotosh
chipe noide Tardío

1500 a.C.
Formativo
Temprano

Pastaza A Wairajirca
La Florida La Banda
Pre-Upano Mayo Chin- Huaca Tutishcaynio
Valdivia Cotocollao Alausi Catamayo A Disco Verde Pandanche
chipe Prieta Temprano
La Chira Centro Cívico
Mito

4500 a.C.
Arcaico

Bahía de
Las Vegas Paiján Fig. 120
Paracas
Cronología de las culturas arqueológi-
10000 a.C. cas de la región centro y norandina
202 CHAVÍN 203 Inspiración lejana

Chorrera en Cupisnique. Muchos de los objetos de los periodos Al este de la región costera
Cupisnique, Cupisnique Transitorio formaron parte de la red de
intercambio de ofrendas que se dio durante el Formativo Medio Una gran porción de la sierra ecuatoriana permanece aún sin
(1500 - 900 a.C.) y Formativo Tardío peruano (800-400 a.C.), tal y investigar, debido a lo agreste del territorio y también a la exis-
como se observa en Chavín de Huántar, Kuntur Wasi, Huaca Par- tencia de gruesos depósitos de ceniza. En la costa encontramos
tida36, y si bien estos estilos son distinguibles en asociaciones a desarrollos de alcance regional, en la sierra y selva se encuentran
contextos funerarios y de arquitectura monumental en el Perú, conjuntos arqueológicos antes que culturas plenamente estable-
no tenemos mucha suerte con respecto a Chorrera en el Ecuador cidas. A continuación mencionaré algunos elementos destacados
y no es posible asociarla hasta el momento a sitios complejos dentro del Formativo serrano, a fin de tener un panorama más
como los del Perú. En Chorrera la técnica decorativa es variada, claro sobre la sierra y selva.
incluyéndose la incisión fina el rocker stamping [Fig. 124], el Cotocollao fue una aldea formativa, identificada por
ahumado, la pintura iridiscente y la combinación de colores en Villalba y fechada entre los 1800 - 400 a.C.43. Los datos proceden
superficies continuas37. de excavaciones de rescate arqueológico, en los cuales no se han
Otra característica importante de la cerámica es registrado evidencias de arquitectura monumental. La cerámica
la presencia de figurinas que pueden llegar hasta 80 cm38. Figu- Cotocollao incluye vasijas carenadas, botellas asa estribo, decora-
rinas de este tamaño recuerdan al títere que Burger halló en ción punteada, incisa y engobes rojos, los cuales son elementos
Mina Perdida39. Si bien este espécimen estuvo elaborado a partir característicos de Machalilla y Chorrera. La economía de esta
de mate y cerámica cruda, objetos de este tipo pudieron servir villa estuvo basada en el consumo de maíz, achira, oca, papa, y
como oficiantes frente a ceremonias de diverso tamaño. De acuer- quinua y de ciervos, llamas y cuyes44. Sitios con formas cerámicas
do a Lathrap, la figurina de Curayacu excavada por Engel, podría identificadas en Cotocollao, se han registrado en los cercanos
ser un derivado de la tradición de figurinas Chorrera40, lo que valles de Tumbaco y los Chillos45, pero no se han identificado
podría ser extendido a figurinas encontradas en Ancón [véase sitios monumentales.
cat. no. 25]. Del mismo modo, destaca la presencia de platos Otro sitio que merece ser mencionado es el de La
tetrápodos y pentápodos, cuyos soportes en algunos casos presen- Chimba, el cual se encuentra a 55 km de Quito y alcanza una
tan formas fitomorfas [Fig. 125]. Por otra parte, llama la atención extensión de 12 ha. La cerámica guardaría relación con la de
la presencia de botellas con asa puente, características de las Cotocollao, fundamentalmente en lo que respecta a las ollas care-
fases Cavernas (500-200 a.C.) y Necrópolis (200 a.C.-100 d.C.) nadas y decoración punteada y aplicada46. La Chimba mantuvo
[véase cap. 5.3] en la costa sur peruana, así como las formas de un comercio intenso con la costa e incluso la selva, dada la pre-
cuerpo semiglobular carenado que en algunos casos imita a las sencia de madreperlas, Spondylus, Strombus, vasijas Chorrera,
formas de lagenarias. La similitud en el asa puente y forma cerámica de oriente (Cosanga) e incluso coca a juzgar por la deco-
de cuerpo entre vasijas Chorrera y Paracas ya había sido notada ración en algunas vasijas47.
por Lathrap, quien especuló contactos marinos entre las costas El sitio de Tulipe, ubicado en las cercanías de Quito,
de Ica y del sur ecuatoriano41. presenta una fase denominada Nueva Era, la cual se caracteriza
En términos de sistema de asentamientos, la informa- por presentar vasijas relacionadas estrechamente con Chorrera.
ción disponible no es precisamente abundante. A través de una Esta fase se encontró íntegramente cubierta por depósitos volcá-
prospección sistemática de 785 km², en el valle de Jama, al norte nicos, producto de la erupción del Pululahua, la cual fue respon-
de la provincia de Manabí, Zeidler ha identificado treinta y tres sable de la desestabilización que puso fin a Chorrera alrededor
sitios Chorrera, distribuidos en su gran mayoría en el piso de de los 400 a.C48.
valle, mientras que un pequeño porcentaje se encuentra en zonas Challuabamba, ubicado en el valle de Tomebamba en
elevadas. De acuerdo a Stall, la economía Chorrera al parecer la sierra sur ecuatoriana, es un extenso sitio de 70 ha, el cual
estuvo fundamentada en el maíz, frejol, calabaza y achira, el con- presenta una ocupación que va desde los 2000 hasta los 1400 a.C.
sumo del armadillo, diversas variedades de ciervos, patos, y algu- Los alfares que se encuentran en este sitio representan lo que
nas variedades de roedores42. Bruhms ha identificado como “cáscara de huevo”, por sus paredes
Si dos erupciones volcánicas fueron responsables de la excesivamente delgadas y que son indicadores importantes de la
crisis económica y social de la sociedad Valdivia, la erupción del alfarería de la sierra sur ecuatoriana49.
Pululahua alrededor del 476 a.C., fue responsable de similar si- De similar importancia es la región de Loja, en el área
tuación en la sociedad Chorrera, con lo que concluye uno de los de Catamayo50, cuyos límites cronológicos son similares a los
episodios más fascinantes de la prehistoria ecuatoriana. planteados por Grieder et al. en Challuabamba. A lo largo de la
secuencia se observan marcadas influencias costeñas entre las
que destacan incisiones anchas, bandas aplicadas, y punteados
zonales. Es importante la mención referente a botellas de formas

Fig. 121 Fig. 122 Fig. 123


Figurina de cerámica de estilo Valdi- Botella de cerámica antropomorfa Figurina de cerámica antropomorfa
via que representa una imagen feme- de estilo Chorrera, que representa a de estilo Chorrera. Se trata de una
nina con tocado elaborado, que posi- una figura de género indeterminado figura femenina de pie con joyas en
blemente toca un instrumento sentada con las piernas cruzadas y las orejas y un tocado con diseños
musical de viento (4500–1500 a.C.) con los brazos descansando sobre hábilmente incisos y cortados en
las caderas (1300–300 a.C.) relieve (1300–300 a.C.)
204 CHAVÍN 205 Inspiración lejana

Fig. 124 Fig. 125 Fig. 126


Botella de cerámica de estilo Chorre- Plato fitomorfo de cerámica de estilo Cuenco de cerámica de estilo
ra que representa a una mujer echada Chorrera. Base irregular calada Mayo-Chinchipe. Sus diseños incisos
sobre su lado derecho. Cuerpo im- evertida, presenta cinco patas bulba- muestran representaciones de lo que
preso con sello (1300–300 a.C.) res puntiagudas, imitando rizomas o parecen ser rostros humanos simila-
tubérculos (1300–300 a.C.) res a los de la cerámica Valdivia
(2500–1300 a.C.)
206 CHAVÍN 207 Inspiración lejana

similares a Cupisnique y/o Chavín en la fase Catamayo D51, fase como Cotocollao, La Chimba, Challuabamba, Loja entre otros. 5.2 Los arqueólogos venimos empleando el término “Periodo Forma-
cuyos límites están enmarcados entre los 500-300 a.C., espacio Desastres naturales impidieron observar hasta donde hubiera tivo” (aproximadamente posterior a 3500 a.C.) para describir
temporal en el cual Chavín no funcionaba como un centro cere- llegado el avance de esta sociedad. Machalilla es modesta en cir- LOS MOCHICA, HEREDEROS DEL la época en la cual surgió la civilización andina y asumió su
monial de importancia pan andina52 y el Cupisnique Santa Ana cunscripción espacial y desarrollo tecnológico, aunque habría que PERIODO FORMATIVO DE LA forma concreta. Fue en este periodo que se hicieron avances sig-
era popular en costa norte dando paso al estilo Salinar. investigar en detalle la naturaleza de los contactos con Santa COSTA NORTE, Y EL RENACIMIENTO nificativos, como la arquitectura monumental, la producción
En oriente, se ha revelado una tradición denominada Ana-La Florida, ya que las botellas asa estribo llegan a la costa a de cerámica y en el trabajo del oro. Podemos considerar estos
Mayo-Chinchipe, la cual se encuentra en el sitio de Santa Ana-La partir de las evidencias tempranas de este sitio.
DE LOS ANTIGUOS DIOSES avances en particular como la base de la institucionalización
Florida, en la cuenca del río Mayo, en las cercanías de la frontera En Machalilla no se observan centros monumentales de la religión, puesto que la presencia de los dioses fue lo que fo-
con el Perú53. Se trata de un centro ceremonial compuesto por un y la cerámica no alcanza la sofistificación de las fases 7 y 8 de Walter Alva mentó, y podríamos incluso decir que desencadenó, la propaga-
círculo de piedra de 40 m de diámetro. El sitio se encuentra sobre Valdivia. La cerámica Chorrera destaca por su variedad de ción del arte religioso, la convergencia de las ideologías y la
una terraza sostenida por muros de contención. En el centro de la formas, representaciones realistas de la naturaleza y técnicas de creciente competencia entre un gran número de centros ceremo-
terraza se ubicó un fogón, con una ofrenda asociada de cuencos decoración, las cuales guardan mucha similitud con la cerámica niales. Un desastre climático podría muy bien haber sido lo que
de piedra y cuentas de piedra54. Los cuencos de piedra guardan Cupisnique de la costa norte peruana (especialmente con las trajo consigo el colapso de las formas organizativas teocráticas
similitudes cercanas con las ofrendas excavadas por Pedro Rojas fases Cupisnique y Cupisnique Transitorio). La naturaleza de la durante el Formativo Tardío (800-400 a.C.) y la pérdida asociada
Ponce en Huayurco, en la amazonía peruana55. Un entierro fue relación de Chorrera con sociedades contemporáneas del Forma- de importancia que sufrieron los grandes centros de poder como
ubicado en las inmediaciones, asociado a fragmentos de Strom- tivo peruano podría deberse a transacciones comerciales antes Chavín de Huántar1.
bus, vasijas carenadas, cuatro vasijas con asa estribo, cuencos de que a relaciones religiosas o de adherencia a un sistema de creen- Al Formativo Tardío le siguió el Formativo Final (400-
piedra, cuentas de turquesa y pseudo malaquita entre otros obje- cias, ya que no se observan (más allá de algunos elementos aisla- 200 a.C.), una era de extensa secularización que se vio reflejada
tos. Este contexto presenta un fechado de 2141-2031 a.C., y so- dos citados por Lathrap59 elementos que formen parte del siste- en la costa norte en el desarrollo de diversas culturas locales,
brepasaría en antigüedad a las botellas asa estribo de Machali- ma iconográfico Chavín-Cupisnique se extendió por los Andes como los Vicús, Salinar, Virú y Gallinazo. Debido a la escasez de
lla. El resto de las formas cerámicas encontradas en Santa Centrales durante el Formativo Tardío peruano. Chorrera se ex- investigaciones, desafortunadamente no podemos definir todavía
Ana-La Florida guardan relación con la fase Catamayo A y Valdi- tendió por casi toda la costa ecuatoriana, teniendo control sobre las características de esta fase decisiva, pero sí podemos asumir
via 3-856, lo cual es consistente con los catorce fechados publica- la isla de Salango, conocida por presentar Spondylus de manera que la repentina desaparición de las representaciones de los
dos para el sitio57. Los detalles de algunos cuencos de piedra, endémica en sus aguas, por lo que se puede esperar una relación dioses poderosos que moldearon la cosmovisión del pueblo chavín
guardan relación con diseños encontrados en textiles de Huaca comercial entre la costa ecuatoriana y la costa norte peruana a estuvo ligada a las enormes convulsiones sociales que llegaron de
Prieta y La Galgada, siendo necesario evaluar el rol del oriente partir del intercambio de este producto como ya ha sido sugerido la mano con fenómenos tales como el crecimiento demográfico, la
ecuatoriano en el periodo Arcaico Tardío peruano. Es interesante por otros autores60. Sin embargo la relación Chorrera-Cupisnique expansión de la agricultura y los cambios estructurales que afec-
notar también que los mates de Huaca Prieta muestran diseños no ha sido examinada a fondo por lo que es necesario investigar taron las jerarquías teocráticas. Aldeas y comunidades de asen-
que podrían relacionarse con aquellos de las fases 3-5 de la cerá- esta relación a partir del examen de secuencias cerámicas y con- tamiento independientes surgieron alrededor de los centros reli-
mica Valdivia [véase cap. 4.2]58. Especial atención merece el textos arqueológicos. Tanto Valdivia como Machalilla y Chorrera giosos. Sobre la base de los resultados provenientes de las
cuenco Mayo-Chinchipe [Fig. 126], el cual presenta rostros simi- ejercieron influencia directa e indirecta en el resto del territorio recientes investigaciones efectuadas en la región de Lambayeque
lares a aquellos que se encuentran sobre la superficie de cuencos ecuatoriano y contribuyeron a los desarrollos que se dieron en el (en El Chorro), asumimos que este cambio social de gran alcance
Valdivia de las fases 3-5 y del mate de las caras de Huaca Prieta. Formativo peruano. podría muy bien haber sido desencadenado por la aparición de
Una mejor comprensión del Formativo peruano se un nuevo material: el cobre. Este metal podía ser trabajado para
Conclusiones logrará cuando investigadores peruanos analicen y comprendan producir tanto ornamentos como útiles herramientas y armas
los desarrollos ecuatorianos y del mismo modo, es necesario para poderosas. El surgimiento de la metalurgia como tecnología llevó
El Formativo en el Ecuador tiene alrededor de 4300 años (4500 - la arqueología formativa del Ecuador, integrar a la discusión los a la formación de nuevos grupos sociales que controlaban
300 a.C.). La larga maduración cultural de Valdivia (4500-1500 procesos sociales del Formativo peruano. esta producción. Resulta incluso concebible que una casta militar
a.C.), originó una explosión cultural en el Perú, lo que originó que surgiera gracias a estas innovaciones [fig. 127].
los desarrollos tempranos del Formativo peruano se nutran de A esta fase de transición, cuya duración aún no puede
la experiencia ecuatoriana. La cerámica temprana de Pandan- establecerse con precisión, le siguió el periodo de las culturas
che, Huaca Loma y Kuntur Wasi, tiene relación con Valdivia regionales, al que también se conoce como el periodo Intermedio
y Machalilla, mientras que en Tutishcainyo, Cueva de las Lechu- Temprano, que se extendió desde ca. 100 d.C. hasta 600 d.C. Du-
zas y Kotosh se observa influencia Valdivia y Machalilla. rante este periodo, el actor decisivo en la costa norte fue la cultu-
El oriente ecuatoriano probablemente mantuvo contactos con ra Moche o Mochica, que se desarrolló entre el primer y el noveno
la los Andes Centrales según los diseños encontrados en Huaca siglo de la era cristiana en una de las regiones más secas de Amé-
Prieta y La Galgada. rica [para los desarrollos que tuvieron lugar en la costa sur véase
En Valdivia se observa un largo proceso evolutivo de cap. 5.3]. Los mochicas hicieron que su tierra fuera cultivable
complejidad social, observándose en Real Alto un cambio en la mediante una inmensa red de riego con la cual desviaron y redis-
configuración del espacio, desde una aldea hasta un centro cere- tribuyeron las aguas de las cabeceras andinas, creando así
monial. La influencia de Valdivia alcanza a la sierra, en sitios la base para un desarrollo exponencial y un inmenso excedente
208 CHAVÍN 209 Inspiración lejana

productivo. Este gran auge económico les dio los medios con los anteriores. El retorno de ciertos motivos así como de su forma
cuales construir magníficos complejos de templos. Ellos se expan- escultórica, señala el renacimiento de rasgos estilísticos típicos
dieron y establecieron una red de interacción social que también de la cerámica Cupisnique8, la cual estaba presente en la costa
dio origen a tecnologías sumamente desarrolladas para la crea- norte incluso antes del predominio de Chavín. Debemos mencio-
ción del trabajo en oro, la alfarería y la textilería. Las exquisitas nar que la cultura Cupisnique floreció en la misma región en la
obras de arte que los mochicas produjeron cuentan las complejas cual los mochica se establecerían varios siglos más tarde (entre
visiones del mundo que predominaron en esta sociedad, y sus las actuales regiones de Piura y Áncash). Esto sugiere una tradi-
imágenes y símbolos representaron tanto el mundo mítico como ción costeña ininterrumpida cuyos orígenes se remontan al pe-
las prácticas ceremoniales reales. riodo Precerámico, cuando la población comenzó a combinar la
Dos centros ceremoniales del valle de Lambayeque, agricultura y la pesca [véase cap. 2.1]. Es probable que este
uno de los valles más anchos de la costa peruana, marcan el cenit legado cultural haya perdurado hasta la época Mochica.
de la arquitectura monumental: Sipán y Pampa Grande [fig. En términos estilísticos, la cerámica Mochica revivió
119]. Ambos sitios están caracterizados por grandes estructuras la forma de la botella asa estribo, la cual había caído temporal-
piramidales, zonas residenciales y caminos. Sipán se encuentra mente en desuso hacia el final del Formativo. En las fases ante-
en la depresión que se extiende entre los valles de Lambayeque y riores la vasija (todavía) tenía el labio engrosado semejante a
Zaña. Los canales de riego corren desde Pampa Grande hasta una arandela alrededor del pico, característico de la cerámica
Sipán y luego a través de la depresión hacia las amplias pampas Chavín [cat. nos. 44 y 57]. Las botellas asa estribo con un pico
de Collique y Cayaltí, junto a la red de caminos que une a Sipán más alto y el labio liso que se desarrollaron posteriormente, re-
con Mocupe, un centro político y religioso en el valle de Zaña, si- cuerdan las formas típicas de la cerámica Cupisnique9 y se con-
tuado no lejos del litoral. La producción de algodón, que surgió virtieron en la marca distintiva de la alfarería Mochica10. Duran-
aquí por vez primera hacia finales del tercer milenio a.C., siguió te el Horizonte Medio (ca. 600 -1000 d.C.), esta forma de pico
siendo una actividad económica significativa en la región de la nuevamente quedó eclipsada y solamente revivió en el periodo
costa. Con el algodón, los mochicas fabricaron artículos de vestir Chimú (entre los siglos XIII y XV d.C.), manteniéndose en ade-
y redes de pescar que usaron en sus embarcaciones de totora, si- lante en uso hasta el estilo Chimú-Inca.
milares a los actuales caballitos de totora. Volviendo al arte religioso de los mochicas, vemos que
Podemos atribuir el renacimiento del interés en la cul- diversos investigadores coinciden en que la criatura mítica per-
tura Mochica que hemos visto en los últimos treinta años, a los sonificada a la que se conoce como Ai-Apaec (el “dios decapitador”
hallazgos realizados por la excavación sistemática de los edificios [cat. no. 169, cf. fig. 132]) y sus diversas manifestaciones y trans-
más importantes, de los cuales se recuperaron nuevos y valiosos formaciones, era en cierto sentido una revitalización de la anti-
datos. Particularmente dignos de mención son las magníficas cá- gua deidad felina, presente tanto en el estilo Cupisnique como en
maras funerarias de la elite gobernante y entierros tales como los Chavín11. Las figuras antropomorfas con atributos felinos estu-
de las Tumbas Reales de Sipán [fig. 128], la Sacerdotisa de San vieron difundidas durante el Formativo tanto en el arte cerámico
José de Moro2 y la Dama de Cao, así como las estructuras monu- como en objetos rituales como por ejemplo el monolito del Lanzón
mentales de la Huaca de la Luna3 y la Huaca Cao4, junto con los [fig. 4] y la Estela Raimondi [fig. 6]12. El cosmos mítico que rodea-
muchos relieves y las complejas pinturas murales que represen- ba la producción agrícola tanto en el Formativo como en el perio-
tan hermosas escenas y deidades. Poco antes del reciente resur- do Intermedio Temprano, aparentemente dieron lugar a deidades
gimiento de las investigaciones, el arqueólogo Christopher B. con rasgos y funciones similares. Como evidencia de esto necesi-
Donnan publicó su monografía Moche Art and Iconography5 y tamos tan solo mencionar la similitud existente entre las repre-
gracias a los trabajos de Anne Marie Hocquenghem, Jürgen Golte sentaciones del cetro de la tumba del sacerdote de Virú13 y un
y Krzysztof Makowski6 hubo otro avance significativo en la inter- monolito de Kuntur Wasi14. Ambas obras representan deidades
pretación de los motivos cerámicos. Tampoco debemos olvidar a que tuvieron un papel importante en asegurar el florecimiento de
Max Uhle y sobre todo a Rafael Larco Hoyle, cuya obra pionera lo que los agricultores sembraban.
definió las especificidades de la cultura Mochica7. Una característica importante del dios Ai-Apaec es la
El arte Mochica incluye representaciones de figuras decapitación. Representado sosteniendo en sus manos una
divinas que muestran en un estilo más realista un auténtico cabeza cercenada y un cuchillo, la figura queda instantáneamen-
renacer de los viejos cultos del Formativo Temprano y Medio te marcada como una criatura sobrehumana. El dios decapitador
(1700 - 800 a.C.). Una figura humana con atributos felinos, simi- podría ser interpretado como la pervivencia de unos ritos de ca-
lar a la figura central de Chavín, se alzó sobre el nuevo panteón cería arcaicos que asumieron importancia agraria durante el
[fig. 130, cat. no. 169], mientras que serpientes, aves y otros ani- Formativo. La transferencia podría deberse a una comprensión
males, así como plantas divinizadas y humanizadas, desempeña- metafórica de la siembra y la cosecha como algo idéntico al ciclo
ban un papel secundario, tal como lo habían hecho ya en periodos de la regeneración que subyace a la vida y al paso del tiempo. En

Fig. 127 Fig. 128


Ornamento de cobre de la cultura Tumba del Señor de Sipán
Gallinazo-Vicús, periodo Formativo
Final (400-200 a.C.)
210 CHAVÍN 211 Inspiración lejana

el panteón del Formativo y de la cultura Mochica, la cabeza vínculos con los atributos mostrados en representaciones de esta
cercenada y el cuchillo en manos de un dios podían ser reempla- ceremonia mitológica del sacrificio. Esta correlación queda com-
zados por una planta de algodón, maíz, yuca o un pez, o incluso probada con el “Señor de Sipán”, el sacerdote y la persona a la
por implementos para la siembra o la pesca, en clara referencia que se conoce como la “Figura D”.
al poder de la deidad para influir en la producción de alimentos, Las escenas mostradas en la parte inferior de los mu-
así como a las dos fuentes complementarias de la alimentación, rales y relieves que decoran las fachadas de los templos Mochica
además de la estructura cosmológica15. de Cao y de la Huaca de la Luna aluden a rituales terrenos. Las
Incluso los dioses que figuraban más abajo en la jerar- deidades en la parte superior han sido interpretadas como
quía y a los que podemos identificar en el arte Mochica, tuvieron Ai-Apaec o el “decapitador” y están encuadradas dentro de un
antecedentes en el Formativo: por ejemplo, las serpientes y aves rombo. El tema de una cabeza dentro de un rombo se conoce en la
aparecen como servidores, emblemas o apéndices (coronas, cintu- iconografía Cupisnique del Formativo. En esta cultura más anti-
rones, cetros y así sucesivamente). La mandíbula felina fue asi- gua, dicho tema parecería estar asociado con una deidad araña
mismo usada por los mochica en su arte para designar la natura- representada en vasijas de cerámica y piedra [cat. no. 1]17, las
leza divina de las deidades de menor rango, lo que queda por coronas de oro de Kuntur Wasi18 [véase cat. no. 56] y en las
ejemplo corroborado por las representaciones de águilas y búhos tumbas saqueadas de Zarpán [fig. 131], así como en el arte mural
representados con colmillos. de Collud19 y Garagay20 [véase cap. 2.4]. Al parecer esta deidad, a
La boca felínica también aparece en la compleja la que se conocía desde el Formativo, fue deliberadamente reto-
escena mitológica que representa un evento al que se conoce mada por la cultura Mochica, y entonces tuvo un papel significa-
como la “ceremonia del sacrificio”. Gracias al descubrimiento de tivo entre las personas de alto rango enterradas en las tumbas de
las tumbas reales de Sipán, hoy sabemos que dichos atributos no Sipán como señal de identidad y continuidad [fig. 132]21.
quedaban limitados a las figuras mitológicas, sino que fueron en
realidad usados por los representantes de más alto rango de la
jerarquía Mochica16. Las personas enterradas en Sipán en su ves-
timenta ritual, con sus emblemas y ornamentos, revelan claros

Fig. 129 Fig. 130 Fig. 131 Fig. 132


La “Presentación de Ofrenda” Vasija figurativa que representa a la Dibujo de la corona de oro con la Sonaja de oro en la que se represen-
en una vasija de cerámica estilo divinidad suprema (c.f. cat. no. 169, divinidad arácnida, procedente de las ta a la deidad arácnida, procedente
Mochica Tardío fig. 132). Colección Banco Central de tumbas huaqueadas de Zarpán que de Sipán (cf. cat. no. 169; fig. 130)
Reserva del Perú, Lima datan del periodo Formativo Medio
(1200 – 800 a.C.)
212 CHAVÍN 213 Inspiración lejana

5.3 Tras el colapso de la vasta red de la cultura Chavín —por razones Patrones de asentamiento Tumbas
que hasta ahora no se han explicado de modo definitivo—, todas
EL LEGADO DEL las áreas de la región centroandina vivieron un periodo de reo- Los numerosos asentamientos y cementerios de la cultura Nasca Los nascas enterraban a sus muertos en tumbas más o menos
FORMATIVO: NASCA rientación que se manifestó en una amplia gama de desarrollos son fácilmente reconocibles en las secas márgenes de los valles de elaboradas, dependiendo de su estatus social. Los niños usual-
culturales de características particulares en cada región. Tras los oasis ribereños de la región homónima, gracias a los restos mente eran enterrados en grandes vasijas esféricas. Además de
este periodo de reacomodo y experimentación, nuevas culturas arquitectónicos y otros artefactos todavía visibles sobre la super- las tumbas de inhumación simples, hubo también otras de pozo
Markus Reindel
regionales surgieron a partir de las culturas anteriores del For- ficie. Ésta, claro está, es también la razón por la cual la mayoría de diversos tamaños, en donde los difuntos usualmente eran co-
Johny Isla mativo, con sus propias características específicas y sus fronteras de los sitios de esta cultura han sido saqueados en tal medida por locados extendidos sobre el piso de un pozo de dos a tres metros
territoriales más o menos definidas. Cuando examinan este perio- los huaqueros, que hoy a duras penas si son reconocibles como de profundidad, cubierto con vigas de madera, juncos, hojas y ar-
do de culturales locales que se dio entre los periodos de horizontes tales. Miles de objetos, la mayoría de ellos vasijas de cerámica, cilla compactada. El ajuar funerario, que incluía vasijas de cerá-
estilísticos superpuestos, los investigadores hablan por ello del fueron retirados violentamente del contexto en que se las halló y mica, objetos cotidianos y hasta alimentos, indica que los nascas
periodo Temprano de Desarrollos Regionales o del periodo Inter- hoy en día se les exhibe en museos de todo el mundo. creían en una vida en el más allá para sí mismos o al menos para
medio Temprano (200 a.C.-650 d.C.). Podría hablarse de una Un gran número de asentamientos Nasca tomaron la su alma6.
edad de oro de las culturas precolombinas que tuvo lugar en forma de pequeños caseríos y aldeas, los cuales usualmente se Los autores de este artículo descubrieron algunas
varias regiones a la vez, culturas que lograron florecer gracias a encuentran en la periferia de las áreas cultivadas de los valles. tumbas de la elite inusualmente elaboradas en una necrópolis
los sistemas económicos y sociales extremadamente eficientes de- Por lo general se cree que los asentamientos grandes con una ar- cercada por unos largos muros en el sitio de la Muña, en las cer-
sarrollados por las culturas que les precedieron en el Formativo, quitectura reconociblemente planificada y edificios públicos, re- canías de Palpa. Los difuntos fueron enterrados en cámaras fu-
tal como lo evidencia su consumada destreza y sus objetos de arte. presentan centros administrativos regionales o centros de asen- nerarias de hasta siete metros de profundidad revestidas con
La más prominente de estas culturas regionales en la tamiento. Solamente uno de estos grandes asentamientos adobes, junto con un rico surtido de bienes funerarios, entre ellos
región del sur fue la cultura Nasca, que se desarrolló a lo largo de destaca: Cahuachi, en la parte inferior del río Nasca, debido a su cerámica de extremadamente alta calidad, joyas, conchas de
la costa sur del Perú entre 200 a.C. y 650 d.C. El arqueólogo tamaño y al gran número de estructuras monumentales. Durante Spondylus y objetos de oro [figs. 134, 135]7. Las cámaras funera-
alemán Max Uhle (1856 - 1944) fue el primero que definió el estilo los últimos años las excavaciones prosiguieron en el centro de rias fueron cubiertas con grandes vigas de madera, juncos y arci-
Nasca a partir de una colección de vasijas de cerámica polícro- Cahuachi, cuya expansiva arquitectura de adobe le distingue de lla. Después de que el pozo había sido rellenado hasta el nivel del
mas almacenadas en el Museo Etnológico de Berlín1. En el trans- los asentamientos circundantes3. Una interpretación de este sitio piso, se erigió una plataforma escalonada y techada encima de él.
curso del trabajo de campo que posteriormente llevó a cabo en es que alguna vez fue un centro de peregrinaje sin ningún habi- Toda la estructura estaba rodeada por un muro, excepción hecha
Perú, Uhle halló más ejemplos de este estilo alfarero en sus exca- tante permanente, al cual se usaba en ceremonias religiosas de un pequeño patio delante de la plataforma el cual se usaba en
vaciones en Ocucaje, en el valle de Ica, con lo cual logró identifi- apenas unos cuantos días al año, pero esto ya no parece realista, los rituales del culto a los ancestros.
car la costa sur del Perú como la cuna de esta cultura. Hoy en día dados los varios kilómetros cuadrados de asentamientos que le Estas tumbas de elite son de gran importancia para el
sabemos que la cultura Nasca se extendió desde el valle de Pisco rodean. Una interpretación más probable es que Cahuachi alguna análisis e interpretación de la cultura Nasca, puesto que mues-
por el norte hasta el de Acarí al sur. Se han encontrado tumbas vez fue el centro político de una entidad política culturalmente tran que su sociedad estaba dividida siguiendo líneas sociales
con cerámica y textiles de estilo Nasca en lugares tan alejados homogénea que tenía otros centros regionales subordinados, el estrictas, y que muy probablemente estaba regida por una clase
como el distante valle de Camaná2. cual con razón puede describirse como un estado incipiente4. dominante. Esta división social queda reflejada en la estructura
La región nuclear de la cultura Nasca fue, sin embar- política de los territorios Nasca, la que podemos reconstruir a
go, la cuenca del Río Grande de Nasca, un sistema de ríos que Arquitectura partir de los estudios de los patrones de asentamiento, lo que
tienen su origen en la vertiente occidental de los Andes y que indica una vigorosa organización regional que tuvo un posible
convergen para formar el Río Grande, el único que atraviesa el Los nascas preferían construir sus asentamientos sobre las lade- centro político en Cahuachi8. Esta interpretación contradice la
gran desierto costero antes de desembocar en el Océano Pacífico. ras de los valles de pendiente suave y sobre los conos aluviales de hipótesis anterior de una sociedad nasca agraria y simple, unida
La mayoría de los asentamientos nasca se encuentran al pie de quebradas secas. Levantaron así terrazas en sus sitios y apunta- únicamente por las creencias religiosas que tenía en común9.
los Andes, pero unos cuantos asentamientos grandes que aún laron el relleno con robustos muros de contención. Construyeron
resta explorar exhaustivamente se hallan río abajo, en su desem- con arcilla o piedra dependiendo de la ubicación, y en los asenta-
bocadura. Es más, recientes investigaciones identificaron nume- mientos se erigieron edificios simples usando piedra o quincha.
rosos asentamientos en las cabeceras de los ríos en la sierra Los sitios importantes, especialmente los centros administrati-
andina, lo que significa que hoy en día podemos decir que el área vos, se construyeron usando adobes, los cuales podemos atribuir
de los asentamientos nasca se extendió desde las cumbres de la a distintos periodos a partir de su forma.
Cordillera Occidental hasta la costa del Pacífico. En los centros poblacionales con arquitectura más
compleja, las grandes terrazas estaban conectadas por largos co-
rredores [fig. 133]. En los muros de las terrazas se construyeron
escalinatas que doblaban en ángulo recto y que conducían a la
superficie de las terrazas. Además de las estructuras más peque-
ñas de quincha, también se encontraron otras más grandes, te-
chadas y con columnatas en sitios tales como Cahuachi, en el
valle de Nazca, o en Los Molinos, en el de Palpa5.
214 CHAVÍN 215 Inspiración lejana

Cerámica cular de la cultura Nasca. A diferencia del tejido, el bordado no Geoglifos


depende de la estructura geométrica del textil subyacente y por
La transición de las culturas del Formativo a las del periodo In- ello los artistas estaban libres de aplicar los motivos como les Los geoglifos (conocidos también como las líneas de Nasca) que
termedio Temprano fue un proceso prolongado de pequeños placiera. Pero a diferencia de los motivos geométricos de la cultu- cubren gran parte de las mesetas desérticas de la región homóni-
pasos. Las distinciones que los arqueólogos trazan entre la cultu- ra Paracas, los motivos figurativos de los textiles Nasca eran de ma, son el legado más famoso de esta cultura. Ellos surgieron a
ra Paracas (800-200 a.C.) y la Nasca (200 a.C.-650 d.C.), se basan diseños similares a los que encontramos en la cerámica decorada. partir de la tradición más antigua de los geoglifos Paracas, que
fundamentalmente en ciertas características técnicas de su pro- Unas cuantas de las piezas textiles conocidas por los investigado- usualmente representaban a animales o personas, pero que eran
ducción alfarera. La cerámica paracas era pintada después de su res se encuentran también decoradas con motivos pintados14. relativamente pequeños y a los que se trazó sobre las laderas
cocción, en tanto que la Nasca lo era antes. Los nascas usaban un inclinadas de los valles, lo que indica que se quería que fueran
tipo de decoración conocido como pintura de engobe, en el cual Iconografía visibles desde el piso del valle. De otro lado, la mayoría de los
una capa extremadamente fina de arcilla era pintada en las vasi- geoglifos de la cultura Nasca fueron trazados sobre el pedimento
jas de cerámica [figs. 135, 136]. La iconografía de la cerámica y de los textiles producidos por la (las pampas) al pie de los Andes y muestran formas geométricas
La cerámica Nasca puede clasificarse cronológica- cultura Nasca claramente indica que ésta se derivó directamente o líneas rectas que son significativamente más grandes y que a
mente en una secuencia de ocho fases, basada en las característi- de la cultura Paracas. Varios de los motivos encontrados en esta menudo alcanzan una longitud de varios cientos de metros o
cas estilísticas y formales de las vasijas de colecciones de museos última cultura reaparecen en objetos producidos por los nasca. hasta kilómetros. Estos geoglifos fueron usados como sitios donde
y unas cuantas excavaciones documentadas10. Se considera que Por ejemplo, los felinos siempre presentes son un elemento pictó- efectuar ritos religiosos o de cultos16.
una forma de decoración que consta de motivos incisos es un rico importante de un motivo constantemente recurrente, el “ser Las excavaciones arqueológicas efectuadas en Palpa
estilo transicional (Proto-Nasca, Nasca 1, Nasca Inicial), pues se mítico antropomorfo”, que es una figura antropomorfa que lleva en los últimos años descubrieron pequeñas edificaciones ubica-
supone que la decoración incisa es un legado típico de la alfarería una diadema y una máscara bucal en forma de los bigotes de un das en estos geoglifos, a las que se identificó como altares o pe-
del Formativo. La secuencia de ocho fases fue definida siguiendo gato [fig. 136]. La ropa que la figura viste está adornada con nu- queños templos. Junto a los restos de textiles, cerámica y culti-
la estilización cada vez más grande de los motivos. La fase 8, que merosos elementos serpentinos y en sus manos o en su cuerpo vos, los arqueólogos también encontraron restos de animales
incorpora una serie de elementos de la cultura Wari, puede ser frecuentemente hay cuchillos y “cabezas trofeo”. marinos y moluscos17, entre ellos conchas de Spondylus que úni-
asignada al Horizonte Medio (650-1000 d.C.). Las imágenes de cabezas humanas cercenadas son un camente se encuentran en las aguas ecuatoriales y a las cuales se
Los estudios más recientes de la cerámica hallada en elemento constante en la iconografía Nasca, lo que hizo que los consideraba un símbolo del agua y la fertilidad. El Spondylus
los sitios de asentamiento de Palpa muestran que esta clasifica- investigadores creyeran que la decapitación también tenía un aparece en motivos de toda la región andina desde las épocas
ción cronológica excesivamente esquemática, según fases estilís- papel importante en la vida real. Estas cabezas, reconocibles por más tempranas de desarrollo cultural.
ticas, ya no es sostenible y que un enfoque más razonable sería tener la boca cerrada con espinas de cacto, también fueron repre-
clasificar las fases estilísticas individuales según periodos de de- sentadas en vasijas figurativas, y además aparecían también La historia de los asentamientos en Palpa
sarrollo cultural. A partir del cuidadoso análisis de los contextos como elemento estilístico en las decoraciones pintadas, que en la
de excavaciones y del fechado físico correspondiente, los arqueó- fase Nasca Tardío tendían a reducirse a formas repetitivas fuer- La historia y la finalidad de los geoglifos se entienden mejor
logos ahora pueden distinguir entre periodos cronológicos menos temente estilizadas. Solamente tenemos noticia de unas cuantas dentro del contexto de la historia medioambiental y de los asen-
diversificados, pero mejor definidos: los periodos Nasca Inicial, escenas narrativas que podrían darnos pistas con respecto a cuál tamientos de la cultura Nasca, lo que se ha investigado exhausti-
Medio y Tardío11. podría haber sido la función de dichas cabezas. Usualmente se vamente en Palpa18. Un estudio arqueológico de los patrones
las muestra colgando del cuerpo como parte de la vestimenta de de asentamiento indicó que la zona experimentó una suerte de
Textiles la figura, mientras que en otras representaciones figuran colga- auge demográfico durante el periodo Nasca Inicial (ca. 120 a.C.-
das de postes, o en raras ocasiones desempeñando un papel en 90 d.C.). Las ventajosas condiciones climáticas en ese entonces
Al igual que la cultura Paracas, la cultura Nasca también dejó ceremonias celebradas en las plataformas. En varias excavacio- atrajeron a la población hacia los valles de la región de Palpa,
una serie de coloridos textiles conservados en las secas arenas nes también se documentaron las cabezas mismas: por ejemplo, donde era probable que la agricultura floreciera. Los asen­
del desierto. Los textiles más conocidos provienen de tumbas sa- en Palpa se halló un depósito de cuarenta y ocho de ellas. El fe- tamientos mismos eran relativamente pequeños y poco organi­
queadas, y los investigadores solamente conocen su origen en chado con isótopos más reciente de estas cabezas decapitadas zados, además de lo cual había muy pocos centros con arquitec­
unos cuantos casos, o siquiera el contexto de excavación en el hizo que los investigadores pensaran que probablemente no se tura que destacara.
cual se les halló12. Los textiles pertenecientes a la fase Paracas trataba de trofeos tomados a los enemigos de los nascas, sino más La región vivió su apogeo durante el periodo Nasca
Necrópolis no han sido clasificados de modo definitivo. Se cree bien objetos del culto a los ancestros15. Temprano (90 - 325 d.C.). Los asentamientos estaban concentra-
que son un producto de la cultura Paracas, pero su asociación con dos en la vasta pampa en donde los ríos Palpa y Viscas confluyen
la cerámica del periodo Nasca Inicial o con el estilo Topará, así con el Río Grande, proporcionando así condiciones óptimas para
como su iconografía, indican que muy probablemente pertenecen que la agricultura floreciera. Unos grandes centros poblados se
a la cultura Nasca13. desarrollaron cerca de Llipata y Los Molinos, los cuales aparen-
Los motivos figurativos de los textiles Nasca fueron temente sirvieron como centros administrativos regionales
usualmente bordados en tejidos llanos simples usando lana subordinados al gran centro de Cahuachi.
teñida de colores. Los bordados tridimensionales que retratan Las primeras señales de la venidera aridificación, esto
personas, animales y plantas, son una característica muy parti- Fig. 133 es la transición hacia un clima más seco, se dieron durante el
Parte del asentamiento de Los
Molinos de la cultura Nasca en el
valle de Palpa, reconstruida a partir
de los descubrimientos arqueológi-
cos. El terreno fue aterrazado me-
diante grandes paredes construidas
con adobes y se conectó a las terra-
zas con largas rampas y corredores
216 CHAVÍN 217 Inspiración lejana

periodo Nasca Medio (325- 440 d.C.). El agua de los ríos ya no


bastaba para regar los campos de modo permanente y los nascas
comenzaron a desplazar algunos de sus asentamientos valle
arriba o incluso se establecieron en la sierra andina, pero el
tamaño de la población en general se mantuvo constante. A dife-
rencia de periodos anteriores, la región muy probablemente
gozaba ahora de un mayor grado de autonomía y era gobernada
por su propia elite.
Durante el periodo Nasca Tardío (440 - 650 d.C.), la
aridez comenzó a ser un serio problema. Los asentamientos en el
extremo inferior de los valles fueron abandonados y se fundaron
en cambio otros nuevos en la zona central. Muchos emigraron a
las montañas mientras que otros oraban urgentemente pidiendo
agua y buscaban influir en el clima efectuando ritos en los geogli-
fos. A medida que estas actividades se intensificaban, también se
fueron erigiendo cada vez más templos allí.
Pero todo fue en vano y la prolongada sequía obligó a
los nascas a dejar la región alrededor de 600 d.C., lo que marcó el
final del periodo Nasca. Durante esta época la cultura Wari (650 -
1000 d.C.) expandía su territorio en la sierra, donde tomó los
asentamientos nascas en las laderas occidentales de los Andes y
comenzó a utilizar los recursos de la costa para sus propios fines.
Pero los waris no establecieron asentamientos permanentes en
estas regiones y tras la caída de los nasca no se volvieron a pro-
ducir geoglifos. No sería sino hasta el advenimiento del periodo
Intermedio Tardío (1200 -1400 d.C.), que la región volvería a
contar con suficiente agua como para poder iniciar una nueva
fase de crecimiento.

Fig. 134 Fig. 135 Fig. 136


En La Muña, valle de Palpa, se exca- Entre las ofrendas funerarias de gran Este cuenco de gran tamaño proce-
varon tumbas de elite del periodo calidad halladas en las tumbas Nasca dente de Los Molinos está decorado
Nasca Medio (350–450 d.C.). La de La Muña, se encontró esta botella con la imagen de una divinidad im-
cámara de la tumba fue construida doble pico y asa puente con diseños portante de la cultura Nasca, una
utilizando adobes y se la cubrió con de aves y de una figura humana con criatura mítica de rasgos antropo-
troncos de madera. Varias ofrendas estólica y flechas morfos con una diadema y una nari-
funerarias fueron halladas en asocia- guera de oro
ción con la persona enterrada allí
218 CHAVÍN
CATÁLOGO
220 CHAVÍN 221 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

Artefactos del Formativo Los objetos presentados en esta sección (véanse cat. nos. 1-55) Los investigadores actuales pueden trabajar a partir de pre­ Hay numerosas y marcadas similitudes entre el estilo y las
provienen de colecciones antiguas de museos del Perú y de misas sumamente distintas y de un conjunto de datos mucho imágenes de la cerámica Cupisnique o Tembladera presentadas
Temprano, Medio y Tardío Estados Unidos. A diferencia de los objetos de Kuntur Wasi más rico y variado. Cuando se estudia la formación de las aquí, y las imágenes de Kuntur Wasi y Chavín de Huántar. Otros
(véanse cat. nos. 56-107) y de Chavín de Huántar (véanse cat. primeras sociedades complejas, el eje principal son las redes restos arqueológicos también ofrecen importante evidencia
nos. 108-163), es muy poco lo que sabemos sobre el contexto de inter­acción cultural y el intercambio entre las poblaciones acerca de una red de interacción compartida en el periodo en
arqueológico de los mismos. Sin embargo, las comparaciones de pai­sajes y zonas climáticas distintas de la región andina, el cual los grandes centros de Chavín de Huántar, Kuntur Wasi
estilísticas e iconográficas con hallazgos y elementos arqui­ como los oasis ribereños del desierto costero, la sierra y los y Pacopampa fueron particularmente importantes.
tectónicos contextualizados permiten realizar una serie de bosques tropicales.
observaciones valiosas y formular nuevas ideas. Hay razones suficientes para asumir que Chavín de Huántar
Los ensayos que forman parte de este libro explican con mayor alguna vez fue un centro de peregrinaje exclusivo (véase
Aún a finales del siglo XX, los arqueólogos seguían discutien­do profundidad lo que ilustran los objetos presentados aquí: la cap. 4.4). El Formativo Temprano (1700-1200 a.C.), y aún más
sobre el lugar de origen de la civilización andina: ¿acaso inter­acción intensificada entre pobladores de regiones bastante el Formativo Medio (1200-800 a.C.), vieron el surgimiento
el templo de Chavín de Huántar fue el centro de la “cultura alejadas entre sí y hábitats muy distintos, llevó eventualmente de las primeras manifestaciones artísticas de la región centro-
matriz” de los Andes, tal como Julio C. Tello (1880-1947) al surgimiento de un lenguaje de formas e imágenes amplia- andina que proporcionan evidencias de una especialización
alguna vez sostuviera, o acaso más bien estuvo en la región mente aceptado que plasmaban visiones del mundo y conceptos técnica, de un comercio establecido de materias primas y de
de Cupis­nique, en la costa norte del Perú, donde Rafael Larco religiosos compartidos. La denominación estilística y cultural una ideología subyacente o, para decirlo de modo más sucinto,
Hoyle (1901-1966) halló las magníficas ofrendas funerarias de los objetos — por ejemplo, “Cupisnique” o “Tembladera”— de un estilo artístico.
semejantes a Chavín, que le hicieron creer que esta cultura refleja las dificultades que los investigadores han enfrentado
a la que hoy se conoce como la cultura Cupisnique se habría a lo largo de los años al tratar de definir culturas arqueológicas.
desarrollado antes?
Como se vio en la sección introductoria, lo que entendemos
como cultura “Chavín” o “Cupisnique” es una construcción de
la ciencia arqueológica. Estos términos, y otros similares, no
son sino meras definiciones que buscan proporcionarnos un
sistema de ordenamiento temporal y geográfico y una guía,
aun cuando su significado exacto tenga que revisarse constan-
temente.

La exposición llevada a cabo en el 8, 9, 10, 13, 15, 16, 35, 40, 48, 49, 52,
MALI exhibió las piezas que se pre- 55, 59, 89, 90, 168 y 173. Estas fueron
sentan en este catálogo, con excep- reemplazadas por un conjunto de pie­zas
ción de las que se encuentran fuera similares procedentes de colecciones
del Perú, así como cat. nos. 2, 4, 5, 7, públicas y privadas de Lima.
222 CHAVÍN 223 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

1 2
PLATO CON REPRESENTACIÓN PLATO CON MOTIVO DE
DE UN SER EN FORMA DE ARAÑA BICÉFALA
ARAÑA QUE CARGA CABEZAS
HUMANAS Piedra (¿esteatita?) tallada y pulida
1,9 x 13,2 cm
Piedra (¿esteatita?) tallada y pulida sobre el lomo una bolsa con Estilo Cupisnique
4 x 14,5 cm ca. 1200-500 a.C.
cabezas humanas, todas con
Estilo Cupisnique Museo Larco, Lima-Perú
los ojos cerrados. En su mano Reg. Nac. No. 0000002507
(valle de Jequetepeque)
ca. 1200-500 a.C. izquierda sostiene de los cabe- Inv. No. ML300011
Colección Precolombina, llos una cabeza de­capitada.
Dumbarton Oaks, Washington D.C.
Inv. No. PC.B.580
Al igual que el caso anterior,
En lo que se refiere al estilo de
algunos investigadores han
la pieza, las cabezas son pare­
fechado este objeto, a partir de
Algunos investigadores fechan cidas a los relieves de Cerro
su estilo, en la segunda mitad
el estilo de esta pieza en la Sechín (véase cap. 4.2). Criatu-
del segundo milenio a.C. Las
segunda mitad del segundo ras similares a arañas cargando
mandíbulas características
milenio a.C. Se trata de un plato cabezas también se han encon-
(cf. las de araña en el relieve de
de piedra, conocido por los trado en los relieves de las fa-
barro del centro ceremonial de
investigadores como “Plato chadas de edificios ceremonia-
Limoncarro, véase fig. 29) y sus
de Dumbarton Oaks”, que fue les de la costa norte. Es posible
ocho patas indican que la cria­
descubierto en el valle de que la araña haya tenido un
tura efectivamente representa
Jeque­tepeque (departamento papel importante en las cere­
una araña. A diferencia del
de La Libertad) cerca del sitio monias y en la mitología como
ejemplar anterior (véase cat.
de Limoncarro, en la costa norte decapitadora y portadora de
no. 1), no porta ninguna cabeza
(véase cap. 2.3). Su parte exter- cabezas humanas, o como
trofeo, aunque sí aparece a
na muestra una criatura com- representante de alguna deidad
sus dos lados una cabeza que
puesta, semejante a una araña, suprema (véanse caps. 2.3 y
parece ser de ave. La araña
parte humana y parte animal, 2.4).
presumiblemente era de crucial
con cabeza de felino, que lleva importancia en la mitología
andina prehispánica.
224 CHAVÍN 225 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

3
VASO CON MOTIVO DE DOS
SERES ANTROPOMORFOS
HÍBRIDOS

Piedra (¿esteatita?) tallada y pulida son similares a los seres alados


10,5 x 6,3 cm que decoran el Portal Blanco
Estilo Cupisnique
y Negro de Chavín de Huántar
ca. 1200-500 a.C.
Colección Precolombina, (véase fig. 105), que también
Dumbarton Oaks, Washington D.C. llevan o sostienen uno o dos
Inv. No. PC.B.429 objetos horizontales largos. La
boca con colmillos representada
Este vaso, al igual que los dos en dicho portal, que divide a
ejemplares anteriores, ha sido la criatura por la mitad a lo
fechado por algunos investiga- largo de un eje vertical, tiene
dores en la segunda mitad del la misma forma que la boca de
segundo milenio a.C. La pieza la criatura en el vaso de piedra.
muestra dos criaturas voladoras Podemos interpretar las dos
que parecen estar usando toca- figuras del Portal Blanco y
dos de plumas. Sus ojos están Negro de Chavín como macho
vueltos hacia arriba y su boca y hembra. El que una de ellas
felínica tiene colmillos. Ambas parezca sostener una estólica
figuras sostienen los mismos y la otra una lanza —dos objetos
objetos, semejantes a un tubo o complementarios—, sugiere que
a una soga, anudados en la base tales imágenes quizá puedan
del vaso. En lo que se refiere a leerse como símbolos de una
su forma y la postura, las figuras visión dualista del mundo.
226 CHAVÍN 227 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

4 5 6
MORTERO CON DECORACIÓN VASIJA CON CABEZAS MANO DE MORTERO CON
GEOMÉTRICA HUMANAS DECORACIÓN EN RELIEVE

Piedra (volcánica) tallada y pulida Piedra tallada y pulida de barro de Garagay (véase Piedra tallada y pulida
19,7 x 24,8 cm 3,2 x 4,8 cm fig. 25). Esta última podría re- 29,3 x 11,6 cm
Posible procedencia: Pacopampa Estilo Cupisnique Estilo Cupisnique
presentar una nariz que moquea
(departamento de Cajamarca, ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C.
sierra norte) Museo Larco, Lima-Perú luego de consumir sustancias Museo de Arqueología y
ca. 1200-500 a.C. Reg. Nac. No. 0000046425 psicoactivas, como se puede Antropología, Universidad Nacional
Museo Larco, Lima-Perú Inv. No. ML300057 observar en las cabezas clavas Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 0000024886 Reg. Nac. No. 0000154510
encontradas en Chavín de
Inv. No. ML300007 Inv. No. MAA 3001-08856
Las cabezas con colmillos que Huántar (véanse cat. nos. 116
miran hacia arriba presentan y 117). Las cabezas probable-
Los morteros, especialmente rasgos adicionales, como un mente se encuentran en una El mango de esta mano de
hallados en centros cere­mo­ pico de ave delante de la boca, bolsa o red, como lo sugieren mortero se encuentra decorado
niales, probablemente se una cresta y una forma larga los marcos de apariencia reti­ con imágenes en relieve. En
empleaban en la preparación enrollada a un extremo que se cular que las rodean, así como el registro inferior se han re­
de brebajes rituales que casi ubica ya sea encima de la nariz la misma forma de la vasija presentado cabezas de ave que
con toda certeza incluyeron o saliendo de ella, y que es (véanse cat. nos. 1, 38 y 56). miran hacia arriba, enmarcadas
sustancias psicoactivas. parecida a la figura en el relieve por garras, mientras que el
registro superior parece con­
tener serpientes y cabezas de
perfil con ojos excéntricos y
colmillos.
228 CHAVÍN 229 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

7 8, 9
COLLAR CON DIJE EN FORMA MORTERO Y MANO DE
DE CABEZA MORTERO EN FORMA DE
UN FELINO HÍBRIDO
Piedra tallada y pulida, con
incrustaciones en piedra verde
Piedra tallada y pulida
(¿turquesa?)
Mortero: 12 x 9,3 x 8,8 cm
6,7 x 4,8 x 0,8 cm
Mano de mortero: 9,8 x 5,1 cm
Estilo Cupisnique
Posible procedencia: Pacopampa
ca. 1200-500 a.C.
(departamento de Cajamarca,
Museo Larco, Lima-Perú
sierra norte)
Reg. Nac. No. 0000032173
ca. 1200-500 a.C.
Inv. No. ML300028
Museo Larco, Lima-Perú
Reg. Nac. No. 0000033531,
Esta cabeza de perfil tallada 0000033532
Inv. No. ML300029, ML300030
en piedra negra, con colmillos
y un ojo que mira hacia arriba,
corresponde a las representa- Este mortero tiene la forma de
ciones de humanos transforma- un felino, probablemente la de
dos, cuyos atributos, semejantes un jaguar. Delante de la boca
a los de un animal, presumible- con colmillos presenta una fosa
mente muestran su adquisición nasal esculpida con un énfasis
de poderes sobrehumanos y similar al de la escultura de
su transición a otro estado de una cabeza de ave encontrada
percepción (véanse cap. 4.4; en Chavín de Huántar (véase
cat. nos. 115-119). El collar fue cat. no. 114). Alrededor de cada
sin duda usado por una persona ojo aparece una serpiente en­
de alto rango, probablemente rollada cuya cabeza está incisa
un sacerdote. en la oreja de la figura. Las
representaciones de serpientes
enrolladas alrededor de los
ojos son un rasgo común en las
estelas de Kuntur Wasi. La parte
inferior del cuerpo y las patas
están decoradas con círculos
concéntricos, en tanto que la
parte superior del cuerpo que
se proyecta encima está rodeada
por una tira de cabezas de perfil
fuertemente estilizadas, cogidas
entre dos bandas que se entre-
cruzan a intervalos regulares
(véanse cat. no. 56 y fig. 36).
La mano de mortero tiene forma
de cabeza de felino y está deco-
rada con círculos concéntricos.
230 CHAVÍN 231 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

10
ESTELA ANTROPOMORFA
DE PACOPAMPA

Piedra tallada ya que ésta también muestra


109 x 48 x 43 cm una boca con colmillos entre las
Posible procedencia: Pacopampa
piernas, conocida por los inves-
(departamento de Cajamarca,
tigadores como vagina dentada,
sierra norte)
Fase II de Pacopampa lo que indica que la figura sería
ca. 800-500 a.C. femenina.
Museo Larco, Lima-Perú
Reg. Nac. No. 0000028306 Su cuerpo deriva su forma en
Inv. No. ML300025 las cabezas de perfil que se
encuentran a derecha e izquier-
Esta escultura en piedra pro-­ da de la boca entre las piernas.
viene del centro ceremonial de Los antebrazos y manos levan-
Pacopampa (véase cap. 3.2). tados están retratados a cada
La figura mira hacia arriba y lado de la estela. Las alas al
algún objeto o sustancia no lado de cada pierna apuntan
identificable parece correr de diagonalmente hacia abajo.
su boca. La zona de la frente La figura se parece bastante
está dividida en dos partes. a Ai-Apaec (“el decapitador”)
Esta figura, es similar a la que asociado a la cultura Mochica
aparece en una columna del (véase cap. 5.2) y especialmente
Portal Blanco y Negro de Chavín a la figura que aparece ilustrada 11
de Huántar (véase fig. 105), en cat. no. 169. FIGURINA DE UN SER
ANTROPOMORFO HÍBRIDO
CON COLMILLOS

Piedra pintada con pigmentos


minerales
8 x 3,5 x 2 cm
Posible procedencia: Garagay
(departamento de Lima,
costa central)
ca. 1200-800 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo de la Nación, Lima
Reg. Nac. No. 0000003035
Inv. No. MN-1848

Es posible que esta figurina


provenga de Garagay, un centro
ceremonial de la “tradición
Manchay” (véase cap. 2.3).
Probablemente fue una ofrenda
votiva. La decoración pintada
está muy bien conservada,
gracias al clima seco del desierto.
232 CHAVÍN 233 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

13
LAJA ESCULPIDA CON UN
PERSONAJE SOSTENIENDO
UNA CABEZA HUMANA

Piedra (granito) tallada e incisa


42,3 x 50,5 x 12 cm
ca. primer milenio a.C.
(procedencia desconocida,
posiblemente Yurakyako)
Fundación Museo Amano, Lima
Reg. Nac. No. 0000154498
Inv. No. FMAL-000006

La laja esculpida en bajorrelieve


posiblemente provenga del
sitio aún poco conocido de
Yurakyako, que se encuentra
ubicado apenas 15 km al norte
de Chavín de Huántar. La figura
sostiene una cabeza decapitada
en su mano derecha. Las repre-
sentaciones de decapitaciones
son sumamente raras en el
arte Chavín, ya que en el sitio
mismo solo se halló un relieve
que incluía un motivo similar.
En lo que respecta al estilo, este
relieve está relacionado con las
representaciones de Cerro
Sechín (véanse caps. 2.5 y 4.2).

12
MORTERO EN FORMA
DE FELINO (JAGUAR)

Piedra tallada, incisa y pulida Este mortero probablemente aparece en los jaguares de la
33 x 12,7 x 18,5 cm fue utilizado para preparar sus- Plaza Circular, así como en el
ca. 900-550 a.C.
tancias psicoactivas. Desafor­ relieve de una laja descubierta
(procedencia desconocida)
University of Pennsylvania Museum tunadamente se desconoce el en 2011. El motivo floral encima
of Archaeology and Anthropology, contexto arqueológico de su de la pata delantera y debajo
Philadelphia descubrimiento, pero su icono- de los ojos tal vez represente
Reg. No. SA4627
grafía y estilo se asemejan un corte transversal del cactus
bastante a los de los relieves de de San Pedro (Echinopsis pacha-
Chavín, en especial a los de la noi). Dos serpientes se escurren
Plaza Circular (véase fig. 115). de cada ojo y las fosas nasales
Es por ello que los investigado- dilatadas son similares a las de
res creen que este objeto pro- la escultura de la cabeza descri-
vendría de Chavín (Yurakyako ta en cat. no. 118.
también fue sugerido como su
lugar de hallazgo). Al igual que
el objeto descrito en cat. no. 112,
la figura tiene una boca con
colmillos incisa en su lomo. La
decoración con cruces también
234 CHAVÍN 235 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

14 15
ESPÁTULA CON UN SER ARTEFACTO DE HUESO
ZOOMORFO CON DECORACIÓN TALLADA
(¿ESPÁTULA?)
Hueso lijado, tallado y pulido
20,6 x 2,1 cm Hueso lijado, tallado y pulido
Posible procedencia: Las Haldas (evidencias de pintura roja)
(valle de Casma, costa norcentral) 20,6 x 4,8 x 2,2 cm
ca. 1700-1300 a.C. ca. 1200-500 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú Museo Larco, Lima-Perú
Museo Nacional de Arqueología, Reg. Nac. No. 0000057121
Antropología e Historia del Perú, Inv. No. ML500082
Lima
Reg. Nac. No. 0000129843
Inv. No. MO-12235 Los complejos y enrevesados
motivos tallados en este
El objeto tridente o de tres artefacto de hueso son difíciles
hojas, semejante a una planta, de interpretar. El hueso mismo
que se encuentra delante de probablemente pertenezca a
la criatura —posiblemente un un camélido.
jaguar— retratada en esta espá-
tula finamente trabajada, ha
sido identificado por algunos
investigadores como una planta
psicoactiva. El cuerpo y las ex-
tremidades de la figura están
decorados con bandas arremo­
linadas. El diseño es sumamente
similar al grafiti hallado en la
estructura 2 de Sechín Bajo, así
como a la criatura representada
en la espátula de Pallka (véanse
cap. 4.2, fig. 46) y fue fechada
fundamentalmente sobre la base
de las similitudes iconográficas
y estilísticas que hay entre ellas.
236 CHAVÍN 237 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

17
PLACA DE ORO CON UN SER
ANTROPOMORFO HÍBRIDO

Oro martillado y repujado


10,8 x 21 cm
ca. 1200-500 a.C.
Colección Precolombina,
Dumbarton Oaks, Washington D.C.
Inv. No. PC.B.604

Esta placa decorativa, de pro­ genes encontradas en Kuntur


cedencia desconocida, muestra Wasi, como cat. no. 107). Si
la misma vista frontal de una rotamos la placa 180 grados, la
figura que sostiene bastones vincha se convierte en la mitad
ceremoniales, tal como la que superior de una boca con un
aparece en la célebre Estela diente medio puntiagudo sobre
de Raimondi (véase fig. 6) de la cabeza de una criatura aérea
Chavín de Huántar. La figura descendente, puesto que vistos
mira hacia arriba, tiene colmillos desde esta perspectiva, los
en la boca, su cuerpo y extremi- bastones o cetros a cada lado
dades están formados por caras. parecen ser alas dobladas. Algo
Una serie de serpientes le cuel- parece estar saliendo de la boca
16
gan a cada lado del cinturón y de la figura, que ahora mira
PLACA DE ORO CON TRES
de las rodillas. El diente entre hacia abajo (cf. el textil descrito
SERES ANTROPOMORFOS
las piernas tal vez representa en cat. no. 53). Tal vez la placa
Oro martillado y repujado en el hexágono central enmar­ el órgano sexual masculino busca retratar a un ser especial
44 x 18,1 cm cada por serpientes y parece (cf. las figuras representadas que al haber alcanzado un
ca. 1200-500 a.C. sostener algo con ambas manos. en el Portal Blanco y Negro de estado de percepción distinto
Museo Larco, Lima-Perú Chavín de Huántar, véase fig. —los ojos vueltos hacia arriba—,
La boca tiene colmillos y los
Reg. Nac. No. 0000002812 105). El tocado luce cuatro se encuentra ahora en comunión
pies y manos garras, además
Inv. No. ML100541 cabezas de serpiente que miran con el ámbito de los dioses. En
hay serpientes tanto en el co-
bertor de la cabeza como en hacia arriba y dos que cuelgan dicho caso la segunda figura,
Este objeto es descrito ocasio- el cinturón. La forma, postura a cada lado. El rostro, en parti­ visible al invertir la placa, podría
nalmente como un pectoral, y atributos de la figura recuer- cular parece haberse formado representar la imagen descen-
pero como los únicos agujeros dan a las representaciones de de la unión dos cabezas de perfil dente de un dios.
para adherirlo se encuentran a la divinidad Mochica Ai-Apaec reflejadas entre sí (cf. las imá­
los lados y a lo largo de su base, (“el decapitador”, véanse
es más probable que se trate cat. nos. 10 y 169 y cap. 5.2).
de una corona que estuvo sujeta La figura central está flanquea-
a un tocado textil semejante a da por dos criaturas compues-
un turbante, como las coronas tas que se asemejan a las
de oro encontradas en las mag- aves. En un fragmento de
níficas tumbas de Kuntur Wasi textil del Metro­politan Museum
(véanse cat. nos. 56, 69 y 78). of Art de Nueva York (Inv. No.
Una figura antropomorfa vista 1987.394.704) se representa
de frente, se encuentra de pie un motivo muy parecido.
238 CHAVÍN 239 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

20
BOTELLA EN FORMA DE
UNA CABEZA DE DRAGÓN
O DE FELINO

Cerámica modelada, incisa


y pintada
32,4 x 20,5 x 13,3 cm
Estilo Tembladera
(valle de Jequetepeque)
ca. 1200-500 a.C.
The Metropolitan Museum of Art,
Nueva York
Colección Memoria Michael C.
Rockefeller.
Donación de Nelson A. Rockefeller,
1967
Inv. No. 1978.412.203

El estilo alfarero Tembladera


toma su nombre del sitio
arqueológico homónimo, ubi­
cado en el valle medio del
Jequetepeque, donde los sitios
ceremoniales del Formativo
Medio (1200-800 a.C.) quedaron
repentinamente abandonados
hacia el 800 a.C. (véase cap.
18 19
2.3). Sin embargo, la cerámica
PLATO DE ORO CON MOTIVO CUCHARA CON UN HOMBRE
Tembladera que hoy custodian
DE ROSTRO (¿PECTORAL?) SOPLANDO UN PUTUTO
los museos proviene de tumbas
Oro martillado, repujado Oro y plata martillado, repujado cipantes en una procesión y no de centros ceremoniales.
y champlevé y soldado que soplan pututos (véase cat. Esta botella en forma de una
12,3 x 2,5 cm 11,1 x 2,6 x 3,6 cm cabeza de dragón es iconográ­
no. 111 y fig. 115). En la Galería
ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C.
de las Caracolas, cerca de la ficamente similar a la alfarería
Colección Precolombina, Colección Precolombina,
Dumbarton Oaks, Washington D.C. Dumbarton Oaks, Washington D.C. Plaza Circular del templo, se de estilo Dragoniano hallada
Inv. No. PC.B.441 Inv. No. PC.B.440 hallaron veinte de estos instru- en la Galería de las Ofrendas en
mentos, algunos de ellos com- el templo de Chavín de Huántar
Se cree que este plato de oro Esta cuchara bimetálica soldada plejamente tallados (véanse cat. (véanse cat. nos. 125-134).
proviene de Chongoyape, es uno de los objetos tridimen- nos. 122-124). Los investigado-
departamento de Lambayeque sionales de metal más antiguos res creen que el sonido del
(véase cap. 2.4). Las esquinas de la región andina. A veces se pututo, tocado probablemente
de la boca, con tres colmillos menciona a Chongoyape, en el en coros, tuvo un papel impor-
puntiagudos y dos serpientes departamento de Lambayeque, tante en los rituales religiosos,
que sobresalen de ella, están como el supuesto lugar de puesto que estos instrumentos
vueltas hacia arriba, al igual donde provendría esta pieza. también figuraban entre los
que los ojos del rostro, parecido Sentada en el extremo de la artefactos funerarios exclusivos
al de un felino. Similar a la placa cuchara hay una figura que hallados en las tumbas de los
de oro descrita en cat. no. 17, sopla una trompeta de caracol dignatarios debajo del templo
al voltear esta pieza 180 grados (pututo), que se cree es un de Kuntur Wasi (véanse cat.
se revela una criatura distinta sacerdote o un participante de nos. 56-107). Soplarlos sin duda
que mira hacia abajo. El plato alto rango en una procesión o era un acto profundamente sa-
tiene un borde trenzado. ceremonia. Sobre su espalda grado, reservado solo para las
se puede ver la representación personas de alto rango. La cu-
de un ave. Los relieves del chara probablemente fue utiliza-
templo de Chavín de Huántar da para el con­sumo de psico­
también muestran a los parti­ activos durante los rituales.
240 CHAVÍN 241 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

21
FIGURINA DE UNA PAREJA
ABRAZÁNDOSE

Cerámica modelada, incisa


y pintada
18,5 x 9 x 5 cm
Estilo Tembladera (valle de
Jequetepeque)
ca. 1200-500 a.C.
Saint Louis Art Museum,
Missouri
Donación de Morton D. May
Inv. No. 186:1979

Un hombre y una mujer fueron


unidos aquí para formar una
sola figura. Los patrones en
sus rostros presumiblemente
representan joyas o pintura
facial. El hombre tiene un
tocado. Ambas figuras llevan
lo que probablemente es un
pectoral (de cuentas). Para más
información con respecto a la
cerámica de estilo Tembladera
véase la pieza ilustrada en
cat. no 20.

22
FIGURINA CON PINTURA
FACIAL

Cerámica modelada, incisa


y pintada
19,5 x 10,5 x 8 cm
Estilo Tembladera
(valle de Jequetepeque)
ca. 1200-500 a.C.
Museo de Arte de Lima.
Ex Colección Óscar Rodríguez
Razzetto.
Donación Colección Petrus
y Verónica Fernandini
Reg. Nac. No. 0000111622
Inv. No. 2007.16.15

Esta figurina, que probablemen-


te representa a un varón, lleva
un tocado similar al del hombre
en la pareja abrazada de cat. no.
21, junto con lo que probable-
mente es un pectoral (de cuen-
tas) y un taparrabo. Para más
infor­mación con respecto a la
cerá­mica de estilo Tembla­dera,
véase la pieza ilustrada en cat.
no. 20.
242 CHAVÍN 243 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

23 24
BOTELLA ASA ESTRIBO BOTELLA ASA ESTRIBO DE
DE UN ACRÓBATA UN PERSONAJE CORTÁNDOSE
LA GARGANTA
Cerámica modelada, incisa,
pulida y pintada Cerámica modelada, incisa y bución de la figura es a la tem-
25,4 x 15 x 20 cm pintada prana cultura Cupisnique (no
Estilo Cupisnique 29 x 16 x 20 cm
ca. 1200-500 a.C. hay superficie pulida, tiene un
Estilo Cupisnique/Tembladera
Ministerio de Cultura del Perú ca. 1200-500 a.C.
asa trapezoide, pico recto sin
Museo Nacional de Arqueología, Ministerio de Cultura del Perú un borde protuberante).
Antropología e Historia del Perú, Museo de la Nación, Lima
Lima
Reg. Nac. No. 0000003030 La figura está sentada con la
Reg. Nac. No. 0000129881
Inv. No. MN-10914 cabeza vuelta en 180 grados, de
Inv. No. C-63693
modo tal que la parte posterior
Este objeto de cerámica de de la misma descansa sobre sus
Varias representaciones de
procedencia desconocida es rodillas, mientras se corta su
acróbatas de estilo Cupisnique
inusual en varios sentidos, por propia garganta con el cuchillo
han subsistido en el registro
lo que resulta difícil para los que lleva en la mano izquierda.
arqueológico. El acróbata era
investigadores establecer su Las entrañas dentro de la herida
un tema claramente importante,
edad y su estilo cultural. No fueron reproducidas con deta-
pero no sabemos nada del signi-
muestra una criatura mítica lles gráficos. La figura viste un
ficado que tuvo en la sociedad
sino más bien un humano suici- taparrabo, orejeras y un tocado
de ese entonces. La figura que
da conmovedoramente realista dividido verticalmente (cf. la
mostramos aquí yace en el piso
y detallado. Se trata de un tema estela de piedra de Pacopampa,
sobre su estómago y se dobla
que no aparece representado cat. no. 10), y tiene incisiones
hacia atrás, de modo tal que
en ningún otro hallazgo. En que representan pintura cor­
su pecho y su cuello miran hacia
efecto, se trata probablemente poral o tatuajes tanto en el
adelante mientras que sus pies
de la única representación de rostro como en el cuerpo. Sobre
descansan sobre sus hombros.
un suicida que se haya encon- la espalda de la figura aparece
El rostro está vuelto hacia
trado en toda Sudamérica. una criatura con rostro humano,
arriba y las manos de la figura
La botella es asimismo inusual- ojos excéntricos vueltos hacia
están apretadas contra su
mente grande. En lo que se arriba y algo que le sale de la
cuerpo a la altura del pecho.
refiere al estilo, la mejor atri­ boca.
Una serpiente va subiendo por
el pecho del acróbata hacia
su garganta.
244 CHAVÍN 245 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

25 26
FIGURINA CUENCO CON MOTIVO DE
TORTUGA MARINA HÍBRIDA
Cerámica modelada, incisa, pulida
y pintada Cerámica modelada, incisa y
22,5 x 9,5 x 7,5 cm pulida
Posible procedencia: Las Colinas 23 x 4 cm
de Ancón, región de la costa central Posible procedencia: Ancón,
ca. 1200-500 a.C. región de la costa central
Ministerio de Cultura del Perú ca. 1200-500 a.C.
Museo Nacional de Arqueología, Ministerio de Cultura del Perú
Antropología e Historia del Perú, Museo Nacional de Arqueología,
Lima Antropología e Historia del Perú,
Reg. Nac. No. 0000001355 Lima
Inv. No. C-54103 Reg. Nac. No. 0000003029
Inv. No. C-54014
Los arqueólogos han vinculado
esta figurina —probablemente Las representaciones de criatu-
femenina— con la cultura ras compuestas como tortugas
Chorrera de Ecuador (ca. 1300- marinas o peces son bastante
300 a.C.), sobre la base de inusuales en el arte del Forma­
ciertas similitudes estilísticas tivo. Esta representación her-
(véase cap. 5.1). Sin embargo, mosamente incisa de una cria­
hasta la fecha se han estudiado tura con colmillos ocupa casi
muy poco las conexiones exis- todo el fondo del plato. Estilísti-
tentes entre Ecuador y Perú camente recuerda al estilo
durante el Formativo. Es posible Dragoniano de la Galería de las
que estas figurinas se usaran Ofrendas del templo de Chavín
en rituales domésticos. Su de Huántar (véanse cat. nos.
forma y proporciones les dan 125-134).
un aire tanto de serenidad como
de dignidad.
246 CHAVÍN 247 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

28
BOTELLA ASA ESTRIBO CON
DOS ROSTROS DE PERFIL

Cerámica modelada, incisa y pulida


29 x 21 cm
Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C.
Museo Larco, Lima
Reg. Nac. No. 0000029782
Inv. No. ML015161

Dos cabezas que miran hacia


la izquierda, unidas por una
banda, fueron incisas en el
cuerpo de esta botella, que
tiene un tamaño inusualmente
grande. Cada cabeza tiene
colmillos y un ojo excéntrico
que mira hacia arriba. El
motivo es similar a las incisio-
nes en la botella asa estribo
de estilo Raku, encontrada
en la Galería de las Ofrendas
del templo de Chavín de
Huántar (véase cat. no. 154).
El motivo ilustrado probable-
mente represente una metá­
fora dualista.

27
VASIJA EN FORMA
DE FRUTO

Cerámica modelada y pulida


18 x 14,5 x 6 cm
Posible procedencia: Puémape,
región de la costa norte
ca. 1200-500 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo de la Nación, Lima
Reg. Nac. No. 0000002405
Inv. No. MN-6190

Esta vasija probablemente


represente media lúcuma
(Pouteria lucuma). Esta fue
una fruta popular entre las
culturas del Formativo de la
región andina. También fue
un motivo común en la cerá-
mica de la cultura Mochica
de la costa norte peruana
(ca. siglos I-IX d.C.)
248 CHAVÍN 249 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

29 30 31
BOTELLA DE FORMAS BOTELLA DE FORMAS BOTELLA ASA ESTRIBO
GEOMÉTRICAS GEOMÉTRICAS CON CUERPO RETORCIDO

Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida


26,2 x 15,5 cm 26,2 x 15,5 cm 23,7 x 13,5 cm
Estilo Cupisnique Estilo Cupisnique Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C.
Museo Larco, Lima-Perú Museo Larco, Lima-Perú Ministerio de Cultura del Perú
Reg. Nac. No. 0000024765 Reg. Nac. No. 0000024764 Museo Nacional de Arqueología,
Inv. No. ML010382 Inv. No. ML010381 Antropología e Historia del Perú,
Lima
Reg. Nac. No. 0000129868
Los alfareros ciertamente no Inv. No. C-61834
se limitaron a realizar represen-
taciones figurativas, si no que
también crearon obras de arte
abstractas de formas geomé­
tricas, que para nosotros se ven
sorprendentemente modernas
(véanse cat. nos. 30 y 31).
250 CHAVÍN 251 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

32 33 34
BOTELLA ASA ESTRIBO DE UN BOTELLA ASA ESTRIBO DE BOTELLA ASA ESTRIBO DE
FELINO (¿JAGUAR?) UN FELINO (¿JAGUAR?) UN ROEDOR SENTADO

Cerámica modelada, incisa y pulida que datan del Formativo (cf. el Cerámica modelada, incisa y pulida Cerámica modelada, incisa y pulida
21 x 14,6 x 23,2 cm relieve en piedra de Chavín de 23,7 x 12,5 x 25,5 cm 15 x 10,5 x 20 cm
Estilo Cupisnique/Tembladera Estilo Cupisnique Estilo Cupisnique
Huántar en cat. no. 112). Induda-
ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C.
blemente se quiso mostrar las
The Metropolitan Museum of Art Museo de Arte de Lima. Museo de Arte de Lima.
Colección Memoria Michael marcas en el pelaje del animal, Ex Colección Óscar Rodríguez Ex Colección Óscar Rodríguez
C. Rockefeller o bien se trata de una versión Razzetto Razzetto
Donación de Nelson simbólica de su piel. La panza Donación Colección Donación Colección
A. Rockefeller, 1968 está rayada y los colmillos son Petrus y Verónica Fernandini Petrus y Verónica Fernandini
Inv. No. 1978.412.217 Reg. Nac. No. 0000111547 Reg. Nac. No. 0000111528
tridimensionales. La botella asa
Inv. No. 2007.16.9 Inv. No. 2007.16.4
estribo es una forma de vasija
Al igual que el mortero de de cerámica típica de las regio-
piedra de Chavín ilustrado en nes norteñas. Los alfareros Esta vasija figurativa también Los roedores no son un motivo
cat. no. 12, esta botella proba- de la cultura Paracas (ca. 800- luce círculos concéntricos que común en la cerámica Cupisni-
blemente aluda a la forma de 200 a.C., véase cap. 2.2) en representan el pelaje del animal. que y, a diferencia de los felinos,
un jaguar, el felino más podero- la costa sur, recurrieron a los La forma agazapada, las zarpas probablemente tenían poco
so del bosque lluvioso tropical. mismos motivos, pero crearon prominentes con poderosas significado simbólico. Esta
El patrón de círculos concéntri- las llamadas botellas doble pico garras extendidas y la boca figura está incorporada al asa
cos a menudo aparece en las y asa puente (cf. la botella retraída hacia atrás para mos- estribo de la botella, que se
representaciones de felinos Paracas en cat. no. 166). trar los dientes prestan a la recuesta hacia atrás en un
figura un aspecto dinámico y ángulo ligero.
agresivo.
252 CHAVÍN 253 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

35 36 37
BOTELLA ASA ESTRIBO FIGURINA DE BOTELLA ASA ESTRIBO DE
DE UN CAMÉLIDO (¿LLAMA?) UN MONO UNA MUJER AMAMANTANDO
A SU HIJO
Cerámica modelada e incisa Cerámica modelada, pulida y con Esta figurina con la boca abierta
17,5 x 12,2 x 17,1 cm decoración incisa e impresa pudo haber servido como jarra. Cerámica modelada, incisa y pulida
Estilo Cupisnique 23,2 x 11,5 x 15,2 cm 22,6 x 14,8 x 12,8 cm
La forma de su cola recuerda
ca. 1200-500 a.C. Estilo Cupisnique Estilo Cupisnique
Museo Larco, Lima-Perú ca. 1200-500 a.C. a una figura que aparece en
ca. 1200-500 a.C.
Reg. Nac. No. 0000029699 Ministerio de Cultura del Perú un bajorrelieve del templo de Museo Larco, Lima-Perú
Inv. No. ML015078 Museo Nacional de Arqueología, Chavín de Huántar (véase cat. Reg. Nac. No. 0000057219
Antropología e Historia del Perú, no. 110), y que algunos investi­ Inv. No. ML040342
Lima
Desde los tiempos más remotos, gadores han identificado como
Reg. Nac. No. 0000129859
los camélidos cumplieron un Inv. No. C-54035 un mono. El cuerpo, la cola y Las escenas de la vida cotidiana
papel fundamental en la vida de los pies se encuentran inteligen- tienden a resultar particular-
las sociedades andinas (véase temente balanceados, de modo mente conmovedoras para el
cap. 3.1). En un primer momento que la figura se encuentra sóli- espectador moderno, pero son
fueron cazados como alimento y damente de pie. Si bien los mucho menos comunes en las
hacia el Formativo —si no antes— monos no eran nativos de los obras de arte del Formativo
ya habían sido domesticados valles de la costa peruana, que en las de la posterior cultu-
para usarlos como ganado y donde se halló esta figurina, sí ra Mochica (siglos I-IX d.C.).
animales de carga (véanse los son comunes en toda la región
motivos de camélido en la cerá- comprendida por el actual
mica Mochica en cat. no. 173). Ecuador y la cuenca amazónica,
ubicada al otro lado de los
Andes. Las representaciones
de monos brindan así otra
prueba más de la extensa red
de interacción e intercambio
que hubo entre las sociedades
del Formativo.
254 CHAVÍN 255 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

38 39
BOTELLA ASA ESTRIBO BOTELLA ASA ESTRIBO
CON CUERPO CILÍNDRICO CON UNA CABEZA FELINO
Y CABEZAS HUMANAS
EN UNA RED
Cerámica modelada, incisa y pulida
25,2 x 17,6 x 12,4 cm
Cerámica modelada incisa y pulida
Estilo Cupisnique
21 x 11 cm
ca. 1200-500 a.C.
Estilo Cupisnique
Ministerio de Cultura del Perú
ca. 1200-500 a.C.
Museo Nacional de Arqueología,
Fundación Museo Amano, Lima
Antropología e Historia del Perú,
Reg. Nac. No. 0000154499
Lima
Inv. No. FMAC-000393
Reg. Nac. No. 0000129858
Inv. No. C-54033
Sabemos que las cabezas de
esta botella asa estribo fueron
Esta cabeza se alza sobre un
decapitadas (con la debida cau-
objeto en forma de luna cre­
tela podríamos también decir
ciente. La boca está repleta de
que constituyen cabezas trofeo)
colmillos, las fosas nasales se
porque tienen los ojos cerrados
ven dilatadas y las cejas fuerte-
y la boca vuelta hacia abajo,
mente marcadas. El ojo derecho
posiblemente cerrada con espi-
mira hacia arriba y el izquierdo
nas de cactus. Las bocas de las
tiene una serpiente enrollada
numerosas cabezas trofeo re­
alrededor de él, cuya cabeza
tratadas por la cultura Nasca
apunta diagonalmente hacia
(ca. 200 a.C.-650 d.C.), en la
arriba a la izquierda. Estos
costa sur peruana, fueron cerra-
atributos son típicos de las
das del mismo modo. Las redes
esculturas en piedra halladas
repletas de cabezas también
en el templo de Kuntur Wasi, en
figuran en la decoración arqui-
la sierra norte (véase cap. 3.2,
tectónica de diversos centros
cf. la escultura en piedra de
ceremoniales monumentales
Kuntur Wasi en cat. no. 107).
(véase fig. 36), así como en los
El ojo excéntrico es típico de las
motivos de varios artefactos
representaciones de personas
exclusivos, como la corona de
que están transformándose en
oro hallada en Kuntur Wasi
felinos. El proceso de transfor-
(véase cat. no. 56). La criatura
mación presumiblemente sim­
en forma de araña del plato de
boliza la transición a un estado
piedra de cat. no. 1 también
de percepción distinto bajo la
tiene una red llena de cabezas
influencia de sustancias psi-
humanas sobre el lomo. Es po­
coactivas, un tema central del
sible que la araña haya actuado
arte Chavín (véase cat. no. 40),
como decapitadora, a nombre
y también presente en las cabe-
de la deidad suprema de la mito-
zas clavas del templo de Chavín
logía (véase cap. 2.3).
de Huántar (véanse cat. nos.
115-119).
256 CHAVÍN 257 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

40
BOTELLA ASA ESTRIBO DE
UNA CABEZA MITAD HUMANA,
MITAD ZOOMORFA

Cerámica modelada, incisa y pulida animales, los que incluyen una La transformación muy proba-
24,3 x 13,4 cm boca con dos colmillos puntia­ blemente represente a un sacer-
Estilo Cupisnique
gudos, una nariz en forma de dote que adquiere poderes
ca. 1200-500 a.C.
Museo Larco, Lima-Perú hocico y un ojo excéntrico vuelto sobrenaturales, tal vez debido
Reg. Nac. No. 0000055585 hacia arriba. La mitad animal del al consumo de sustancias psi-
Inv. No. ML040218 rostro está presen­tada del coactivas, y que luego pasa a
mismo modo que la mayoría de otro estado de percepción en el
Esta inusual botella asa estribo los otros objetos que lucen el cual quizá tenía acceso al reino
representa uno de los temas mismo motivo, hallados en el de los dioses. El motivo podría
centrales del arte Chavín y nos templo de Kuntur Wasi (cf. los estar también referido al poten-
permite acceder a las prácticas adornos colgantes de oro para cial de un cambio de percepción.
y nociones rituales de esta cul- la oreja en cat. nos. 83, 84, o la En este contexto, el pico de la
tura. La mitad izquierda del escultura en piedra de cat. no. botella de asa estribo podría
rostro es humana y tiene un ojo 107). Los labios vueltos hacia interpretarse metafóricamente,
que mira hacia adelante. Dos arriba en las esquinas nos per- puesto que es a la vez unificador
narices semejantes a un hocico miten interpretar esta mitad del y dicotómico.
aparecen una encima de la otra, rostro como una vista completa
y una cabeza animal sale de de perfil (véanse cat. nos. 83 y
la boca. Encima de la ceja está 84). Este motivo parece repre-
el cuerpo de una serpiente sentar la transformación de una
cuya cabeza descansa contra persona en animal, proceso que
el rostro, aproximadamente a también vemos en las cabezas
la altura de la oreja. La mitad clavas esculpidas del templo
derecha del rostro retrata a un de Chavín de Huántar (véanse
ser transformado con atributos cat. nos. 115-119).
258 CHAVÍN 259 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

41
BOTELLA ASA ESTRIBO
EN FORMA DE UN PUTUTO Y
UNA CONCHA DE SPONDYLUS

Cerámica modelada, incisa (véanse caps. 4.3 y 4.4; cat. dencia más de una red comer-
(pre o post-cocción) y pulida nos. 122-124). Tres de ellos cial establecida. La criatura
28 x 22,8 cm
fueron incluidos como bienes sobrenatural ilustrada en el
Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C. funerarios en A-TM 1, la tumba cat. no. 108 es similar al Lanzón,
Museo de Arte de Lima. de una persona de rango excep- la escultura más importante
Ex Colección Óscar Rodríguez cionalmente alto en Kuntur encontrada en Chavín de Huán-
Razzetto. Wasi (véanse cat. nos. 64-66). tar, y sostiene una concha de
Donación Colección Petrus y
El Spondylus fue llevado cere- Spondylus en su mano izquierda
Verónica Fernandini
Reg. Nac. No. 0000111511 monialmente a la cabeza de la y un pututo en la derecha, su-
Inv. No. 2007.16.2 procesión representada en los brayando así la gran importan-
relieves del templo de Chavín cia que estos objetos tenían.
Esta botella combina a los obje- de Huántar (véase cat. no. 111, El pututo está decorado con
tos que probablemente se cons- fig. 115). Las antiguas culturas círculos concéntricos así como
tituyeron como uno de los más mesoamericanas y de Sudamé­ con una criatura con colmillos
importantes de este contexto rica usaron las ostras espinosas semejante a una serpiente, que
cultural: una concha de ostra fundamentalmente en rituales tiene un objeto desconocido que
espinosa (Spondylus princeps) y de fertilidad. Ninguno de estos le sale de la boca. Se ve clara-
una trompeta de caracol marino animales marinos es nativo de mente el corte cerca de la aber-
(Strombus galeatus) o pututo. las aguas de la costa peruana, tura que es típico de los pututos
Los pututos usados durante los lo que quiere decir que deben del templo de Chavín, lo que
rituales religiosos eran guarda- haber sido importados de la indica que el que aparece aquí
dos en la Galería de las Caraco- cuenca ecuatoriana del Guayas, representa un pututo de Chavín
las, cerca de la Plaza Circular o incluso de regiones más leja- de Huántar (véanse los pututos
del templo de Chavín de Huántar nas, lo que constituye una evi- en cat. nos. 122-124).
260 CHAVÍN 261 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

42 43 44 45
BOTELLA ASA ESTRIBO EN BOTELLA ASA ESTRIBO EN BOTELLA ASA ESTRIBO CON BOTELLA ASA ESTRIBO EN
FORMA DE UN TUBÉRCULO FORMA DE TRES TUBÉRCULOS MOTIVOS EN FORMA DE S FORMA DE UNA FRUTA
(¿YUCA?) Y DISEÑOS IMPRESOS
Cerámica modelada, incisa y pulida La botella en forma de un tubér- Cerámica modelada, incisa y pulida
26 x 23 x 16 cm culo que se muestra aquí tiene Cerámica modelada, incisa y pulida Cerámica modelada, impresa y pulida 23 x 14,3 cm
Posible procedencia: Puémape, 19 x 16 x 15,5 cm 21,6 x 12,8 cm Estilo Cupisnique
cabezas de perfil incisas que
región de la costa norte Posible procedencia: Puémape, Estilo Cupisnique ca. 1200-500 a.C.
Estilo Cupisnique miran en direcciones opuestas. Ministerio de Cultura del Perú
región de la costa norte ca. 1200-500 a.C.
ca. 1200-500 a.C. Los ojos miran hacia arriba y Estilo Cupisnique Ministerio de Cultura del Perú Museo Nacional de Arqueología,
Ministerio de Cultura del Perú las esquinas de la boca están ca. 1200-500 a.C. Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú,
Museo de la Nación, Lima Ministerio de Cultura del Perú Antropología e Historia del Perú, Lima
jaladas hacia abajo, lo que posi-
Reg. Nac. No. 0000002395 Museo de la Nación, Lima Lima Reg. Nac. No. 0000129867
Inv. MN-6198
blemente indica que se trataría Inv. No. C-6390
Reg. Nac. No. 0000002397 Reg. Nac. No. 0000129860
de cabezas decapitadas (cabe- Inv. MN-6181 Inv. No. C-54036
zas trofeo), a pesar de que los
La fruta representada en esta
ojos no están cerrados como
Tanto la forma de los tres Los motivos representados en botella podría ser la guanábana
suelen aparecer en este tipo
“tubérculos” como las incisio- esta pieza podrían ser maníes, (Annona muricata).
de cabezas.
nes en esta botella de diseño que se cultivaron en los Andes
imaginativo, coinciden con la desde épocas remotas (véase
raíz de la planta de la yuca. cap. 2.1), o podría tratarse
Esta, conocida también como también de algún otro producto
mandioca (Manihot esculenta), agrícola.
es un antiguo cultivo de la
región andina (véase cap. 2.1).
262 CHAVÍN 263 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

46
BOTELLA ASA ESTRIBO EN
FORMA DE UN CACTUS

Cerámica modelada y pintada,


con decoración incisa e impresa
34,2 x 12 cm
Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional de Arqueología,
Antropología e Historia del Perú,
Lima
Reg. Nac. No. 0000129857
Inv. No. C-54032

Esta botella, inusualmente alta,


fue pintada con color tipo
engobe previo a su cocción.
Probablemente se trate de la
representación de un tallo del
cactus San Pedro (Echinopsis
pachanoi). Aun hoy, los chama-
nes tradicionales usan esta
planta, que contiene mezcalina,
para preparar una poción
psicoactiva llamada huachuma.
La Iglesia Católica viene inten-
tando detener esta práctica
desde el siglo XVI, pero jamás
ha sido erradicada del todo.
Uno de los relieves mejor con-
servados de la Plaza Circular 47 48
de Chavín de Huántar muestra a BOTELLA ASA ESTRIBO EN BOTELLA ASA ESTRIBO CON
un hombre que lleva un tallo del FORMA DE FRUTOS DOS CABEZAS DE AVE Y
cactus San Pedro. Las primeras DECORACIÓN GEOMÉTRICA
Cerámica modelada y pintada
señales de su transformación 22,2 x 15 cm Cerámica modelada, incisa y pintada
son claramente visibles (véase Estilo Cupisnique 21,8 x 16,5 x 13,5 cm
fig. 113). La poción tal vez se ca. 1200-500 a.C. Estilo Cupisnique
guardaba en esta botella (véase Museo Larco, Lima-Perú ca. 1200-500 a.C.
Reg. Nac. No. 0000030058 Museo Larco, Lima-Perú
cat. no. 94). Unas cabezas de
Inv. No. ML015437 Reg. Nac. No. 0000057208
perfil sumamente estilizadas
Inv. No. ML040330
y con ojos excéntricos fueron
Esta botella, pintada con un
incisas alrededor de la base de
engobe negro y rojo previo a Esta botella pintada con un
la botella. Las concentraciones
su cocción, tiene forma de dos engobe negro y rojo tiene
de tres puntos que aparecen
frutas grandes y dos pequeñas, proporciones armoniosas. Las
encima de ellas resultan parti-
posiblemente pepino dulce dos pequeñas cabezas de ave
cularmente llamativas.
(Solanum muricatum). La vasija representadas probablemente
tiene un parecido notable con sean búhos.
la botella asa estribo de estilo
Wacheqsa hallada en la Galería
de las Ofrendas en el templo
de Chavín de Huántar (véase
cat. no. 143).
264 CHAVÍN 265 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

50
BOTELLA ASA ESTRIBO
EN FORMA DE UN ANIMAL

Cerámica modelada y pintada,


con decoración incisa
(posiblemente post-cocción)
26,5 x 26,5 x 18 cm
Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C.
Museo de Arte de Lima.
Ex Colección Óscar Rodríguez
Razzetto
Donación Colección
Petrus y Verónica Fernandini
Reg. Nac. No. 0000111579
Inv. No. 2007.16.11

El rostro redondeado de esta


botella zoomorfa es similar a
fig. del cat. no. 51 y se parece
al de un mono tití, que hoy en
día es nativo de la cuenca
amazó­nica (véase cat. no. 36).
La decoración incisa en esta
botella, pintada con engobe
rojo y negro pre-cocción, es en
cambio difícil de descifrar. En
el pecho izquierdo se puede ver
un ojo excén­trico y lo que tal
vez represente el pico de un ave.

49
BOTELLA ASA ESTRIBO
CON DOS SERPIENTES

Cerámica modelada y pintada, Las dos serpientes con colas es similar al de la cabeza de
con decoración incisa e impresa que sobresalen encima de sus serpiente de los relieves en
23 x 13,3 x 16,7 cm
cabezas fueron cubiertas con piedra de Chavín de Huántar
Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C. un tipo de engobe rojo y negro (cf. por ejemplo los cabellos
Museo Larco, Lima-Perú antes de la cocción y fueron de serpiente del ser sobre­
Reg. Nac. No. 0000024891 decoradas con un patrón de natural de cat. no. 108). Ambas
Inv. No. ML010501 círculos concéntricos. La boca serpientes están enrolladas
con dos dientes puntiagudos en forma de gotas y el espacio
recuerda la de un felino, en entre ellas fue decorado me-
tanto que el diseño de la cabeza diante la técnica del estampado.
266 CHAVÍN 267 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

51 52
BOTELLA ASA ESTRIBO EN BOTELLA ASA ESTRIBO
FORMA DE UN ANIMAL EN FORMA DE UNA CASA

Cerámica modelada y pintada, Cerámica modelada y pulida,


con decoración incisa con decoración incisa
26 x 12 x 15 cm 27 x 15,1 x 12,5 cm
Estilo Cupisnique Estilo Cupisnique
ca. 1200-500 a.C. ca. 1200-500 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú Museo Larco, Lima-Perú
Museo de la Nación, Lima Reg. Nac. No. 0000030061
Reg. Nac. No. 0000002402 Inv. No. ML015440
Inv. No. MN-9831

Esta casa con su techo a dos


Esta botella probablemente aguas se alza sobre un pedestal
tenga la forma de un mono que tiene una escalera incisa en
tití (véanse cat. nos. 36, 50). él. Aunque podría tratarse
Las formas pintadas e incisas de una vivienda privada, es rela-
en su cuerpo, sin embargo, son tivamente poco lo que sabemos
difíciles de interpretar. sobre la arquitectura doméstica
durante el Formativo, y los
hallazgos arqueológicos tienden
a decirnos muy poco sobre la
forma de los techos. Por lo tanto,
las representaciones de la vida
cotidiana y de la arquitectura
como la de esta botella, nos
proporcionan una ventana hacia
el pasado.
268 CHAVÍN 269 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

53
FRAGMENTO DE TEJIDO
CON REPRESENTACIÓN DE
SACERDOTE/SER DIVINO

Tela de algodón pintada Este fragmento textil forma les orgánicos. Desafortunada- B.544 de la Colección de Dum- cap. 2.2) de la costa sur, y la muestra una vista frontal de lo mismo hacia arriba. Si gira- dioses; la segunda represen­
Algodón parte de la colección de Dum- mente, en la mayoría de los barton Oaks (véase Kaulicke iconografía de la pieza parece la misma figura de la célebre mos el textil 180 grados, el taría, entonces, el arribo de
78,5 x 27,4 cm
barton Oaks desde 1964. casos los contextos arqueoló­ et al. 2009). Este textil, cuyo también estar más cerca de la Estela Raimondi de Chavín de tocado se convierte en la mitad una deidad.
ca. 800-500 a.C.
Colección Precolombina, Presuntamente fue encontrado gicos de los textiles que se fechado radiocarbónico lo ubica cultura Chavín, ubicada mucho Huántar (véase fig. 6). La figura superior de la boca de una cria-
Dumbarton Oaks, Washington D.C. en la misma tumba que aquel encuentran en los museos no entre 800-500 a.C., podría más al norte. Podemos por ello sostiene un objeto semejante a tura voladora descendente con
Inv. No. PC.B.580 que tiene el número de inventa- son conocidos, puesto que per- también provenir de la tumba asumir que, en esta época, los un bastón en cada mano, confor- un filudo diente medio. Algo
rio B.544, también de Dumbar- tenecen a colecciones antiguas. de Coyungo. Se trata de un textiles fueron un medio impor- mado por un conjunto complejo parece estar saliendo de la boca
ton Oaks. El presunto lugar del Afortunadamente, hace poco tejido llano de algodón con tante para comunicar y difundir de cabezas y otros elementos. de este ser que mira hacia abajo
hallazgo es Callango, en el valle se descubrió un fragmento textil urdimbres con dos cabos retor- imágenes. Estos eran transpor- Los ojos de la figura están vuel- (cf. la placa decorativa de oro de
de Ica, en la costa sur del Perú. en el sitio de Coyungo, en el cidos y con trama de algodón tados a través de grandes dis- tos hacia arriba y su boca tiene cat. no. 17). La primera vista
Todos los hallazgos de textiles valle bajo del Río Grande, duran- de un solo cabo torcido en Z. tancias, ya fuera como presen- colmillos largos y poderosos. podría representar un personaje
fueron realizados en la costa, te la excavación de una tumba tes o como artículos destinados Dos serpientes emergen de los eminente que, al haber alcanza-
puesto que las condiciones cli- huaqueada, y este nuevo frag- Esta técnica es inusual en los al comercio o el trueque. Este lados de su tocado de plumas: do un estado alterado de per-
máticas del desierto son ideales mento textil encaja perfecta- textiles de la cultura Paracas textil, del cual solamente ha una de ellas apunta diagonal- cepción, mira hacia arriba y se
para la preservación de materi­a­ mente en una esquina del textil (ca. 800-200 a.C.; véase subsistido la parte superior, mente hacia abajo y la otra hace comunica con el reino de los
270 CHAVÍN 271 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

54
DOS FRAGMENTOS DE
TEJIDO CON SEIS ROSTROS
HUMANOS

Tela llana de algodón con diseño de Se dice que este textil bien hacia arriba y las fosas nasales
hilos flotantes y orillos con bordado conservado proviene de una están dilatadas. Los cuatro
tridimensional
tumba del valle de Ica. A dife- elementos largos que salen del
Algodón
112 x 61,2 cm rencia del textil representado costado de la boca y los filudos
ca. 800-500 a.C. en cat. no 53, los motivos en elementos centrales podrían
The Cleveland Museum of Art, Ohio, este se produjeron tejiendo con ser colmillos, pero también
Fondo John L. Severance hilos suplementarios flotantes, simbolizarían la descarga que
Inv. No. 1985.139
de diferentes colores, una téc­ sale de la boca o la nariz des-
nica más compleja y sofisticada. pués de consumir sustancias
El textil muestra seis criaturas psico­activas. Las cabezas están
antropomorfas con los ojos dispuestas sobre bandas deco-
vueltos hacia arriba; las esqui- radas con dientes.
nas de su boca están vueltas
272 CHAVÍN 273 Artefactos del Formativo Temprano, Medio y Tardío

55
TEJIDO CON SERES
ANTROPOMORFOS HÍBRIDOS

Tela llana Los investigadores asocian fue encontrada realmente en probablemente son bastones
Algodón esta pieza grande e inusual- Carhua o no, se trata proba­ en forma de serpiente. Cada
253 x 70 cm
ca. 800-500 a.C.
mente bien conservada con blemente de un fragmento figura lleva un tocado y un
Fundación Museo Amano, Lima los “textiles de Carhua”. de un gran poncho o de una cinturón, del cual cuelgan dos
Reg. Nac. No. 0000154497 Carhua es un cementerio prenda semejante a un manto, serpientes. Podría tratarse de
Inv. No. FMAT 003230 que se remonta al periodo puesto que las figuras están sacerdotes capaces de entrar
Paracas Temprano (ca. 800- dispuestas de acuerdo a una a distintos estados de percep-
500 a.C.) en la costa sur, simetría que se orienta en ción. También se pueden dis-
ubicado apenas a unos cuan- un eje central, lo que significa tinguir el labio superior de
tos kilómetros de la península que, de haberse usado sobre bocas con colmillos y diversas
del mismo nombre, y de la el hombro, las figuras esta- cabezas y zarpas. Textiles
cual la cultura Paracas deriva rían de pie tanto adelante como este habrían sido artí-
su nombre. En la península como atrás. culos suntuarios extremada-
de Paracas se descubrieron En el textil están representa- mente preciosos, reservados
los célebres fardos funera- das criaturas antropomorfas solo para unas cuantas per­
rios, con sus ricos textiles de compuestas, con ojos que sonas de alto rango, y que
estilo Paracas/Nasca (véanse miran hacia arriba, colmillos en el momento de su muerte
cat. nos. 164 y 165). Aunque y garras. Están retratadas habrían formado parte del
no está claro si esta pieza de perfil y sostienen lo que ajuar funerario.
274 CHAVÍN 275 Las tumbas de Kuntur Wasi

Las tumbas de Kuntur Wasi El trabajo realizado por la Misión Arqueológica de la Universi- El descubrimiento de las tumbas de oro de Kuntur Wasi ha La parte inicial del primer milenio a.C. fue una época particu­
dad de Tokio figura entre los grandes logros pioneros de la pasado a la historia de la arqueología como un acontecimiento larmente turbulenta para la región centroandina. La fase
arqueología andina. Durante la década de 1960, el equipo llevó realmente sensacional. Siete de las nueve tumbas plenamente Kuntur Wasi coincide con el periodo de más intensa actividad
a cabo tres campañas de excavación en Kotosh, en la sierra conservadas descubiertas hasta la fecha en este sitio datan constructora en Chavín de Huántar: la fase Blanco y Negro
norte de Huánuco, cuyos resultados cambiaron radicalmente de la fase Kuntur Wasi, en tanto que las otras dos corresponden (ca. 900-550 a.C.; véase cap. 4.3), y hay evidencias de un
nuestra imagen de la temprana historia cultural de la región a la subsiguiente fase denominada Copa (550-250 a.C.). Los cambio cultural significativo durante este periodo, incluso en
centroandina (véanse introducción al cap. 3 y cap. 3.2). En 1988 difuntos fueron enterrados junto con un total de doscientos partes lejanas de la costa sur (véase cap. 2.2).
se iniciaron las excavaciones en Kuntur Wasi bajo la dirección objetos de oro exquisitamente trabajados, así como otros
de Yoshio Onuki, uno de los coautores de este libro e integrante bienes funerarios: un hallazgo que marca el uso más temprano La subsiguiente fase Copa (550-250 a.C.) vio la prolongación
del equipo arqueológico de Kotosh. El sitio de Kuntur Wasi que se conozca de artefactos ceremoniales finamente produ­ de una actividad intensiva en el centro ceremonial. La arqui­
(“nido de cóndor” en quechua) se encuentra hermosamente cidos de oro en las Américas. Particularmente revelador resultó tectura de la fase anterior no fue destruida, pero sí fue remo­
situado encima de una cadena de montañas en el departamento el contexto arquitectónico de las tumbas de la fase Kuntur delada extensamente (véase fig. 67), y se estableció un nuevo
de Cajamarca, a 2,300 metros por encima del nivel del mar. Wasi, que permitió a los investigadores recrear la historia del estilo alfarero local: cerámica pintada en rojo y blanco, la
Las excavaciones a gran escala realizadas allí entre 1988 y sitio como sigue: al inicio de esta fase, hacia 800 a.C., los mayor parte de la cual son formas de copas abiertas con deco-
2003 permitieron que este importante sitio fuera estudiado constructores demolieron primero las viejas estructuras de la ración geo­métrica incisa, pero hay también otras formas más
con una sólida base científica (véase Onuki e Inokuchi 2011). fase Ídolo para dejar así el sitio despejado para el nuevo centro que representan tanto a humanos como a animales (véanse
ceremonial. A continuación instalaron los pozos de las tumbas cat. nos. 92, 93, 96). La fase Sotera (ca. 250-50 a.C.) vio cómo
Es posible dividir los hallazgos arqueológicos en cuatro con cámaras laterales, donde colocaron a los difuntos junto la grandeza de Kuntur Wasi como centro ceremonial llegaba a
grandes fases cronológicas (véase cap. 3.2), la más antigua de con sus objetos preciosos. Las tumbas fueron entonces selladas su fin. Cerro Blanco, por su parte, fue reconstruido y vuelto a
las cuales se conoce como Ídolo, fechada entre 950 y 800 a.C. y cubiertas íntegramente, y se erigió el macizo muro de con­ ocupar; la cerámica de este periodo tiene cierto parecido con
Esta fase deriva su nombre de una figura de barro a la que se tención para que se pudieran levantar la plataforma central la del valle de Cajamarca, lo que indica aún más convulsiones
dio el nombre de “el Ídolo” (véase cat. no. 90), descubierta por y la escalinata encima de las tumbas. A partir de este hecho sociales (véase cat. no. 97).
los arqueólogos en 1990, al pie del muro de una habitación podemos concluir que estas inusuales tumbas eran una parte
que data de este periodo. En las estructuras ceremoniales integral del nuevo centro ceremonial, y es muy improbable que Las notables similitudes existentes entre los bienes funerarios
levantadas durante esta fase se halló la cerámica típica de la las personas enterradas hayan fallecido durante el proceso de Kuntur Wasi aquí presentados y los numerosos objetos
sierra norte. El sitio de Cerro Blanco, ubicado a 1,5 km al norte de planificación o construcción. Al contrario es muy probable descubiertos en el centro ceremonial de Chavín de Huántar,
de Kuntur Wasi sobre la misma cadena de montañas, también que las momias fueron transportados a su lugar de descanso indican o bien la existencia de algún tipo de vínculo entre estos
fue construido en esta época. final como parte del proceso de construcción. Los valiosos dos centros ceremoniales, o cuando menos implican que forma-
bienes funerarios son de estilo Cupisnique y es muy posible ban parte de una esfera de interacción común. De particular
Está claro que algunos cambios fundamentales tuvieron lugar que provengan de la costa norte. Parece por ello factible que interés en este sentido son las similitudes iconográficas entre
durante la subsiguiente fase Kuntur Wasi (800-550 a.C.): mien- hacia 800 a.C., unas vigorosas comunidades costeñas hayan los siguientes objetos: cat. nos. 68 y 114; cat. nos. 83, 84 y 119;
tras que Cerro Blanco fue abandonado, en Kuntur Wasi se erigió viajado a Kuntur Wasi con la intención de establecer un nuevo cat. nos. 95 y 119; cat. nos. 64 y 123. Podemos también asumir
un imponente centro ceremonial (véase fig. 64). Las estructu- centro ceremonial de acuerdo con sus tradiciones, en un sitio que los textiles, en particular, tuvieron un papel importante
ras de la anterior fase Ídolo quedaron cubiertas íntegramente que ya era importante. Los centros ceremoniales de la costa en la transmisión de las imágenes. Sabemos que ellos eran
y se levantó un muro macizo de contención de piedra de tres que­daron abandonados en esta misma época (véase cap. 2.3). transportados a través de grandes distancias, ya fuera como
niveles, para que encerrara un área en la cima del cerro, a la Los restos descubiertos en las tumbas de Kuntur Wasi cierta- presentes o como productos para el comercio o el trueque
que se accedía a través de una escalinata central. Los arqui­ mente son de personas con un rango excepcionalmente alto, (véase cat. no. 53).
tectos erigieron aquí una plaza central rectangular que medía tal vez miembros de una poderosa casta sacerdotal. Sus tumbas
24 x 23,5 m, a la que rodeaban cuatro estructuras de plata­ podrían muy bien haber correspondido a un culto a los ante­ Selección de los objetos de la tumbas de Kuntur Wasi:
formas. A continuación se edificó una plaza circular de 16 m de pasados que ayudó a cimentar la compleja jerarquía social y la Tumba A-TM 1: cat. nos. 56-68
diámetro, detrás de la plataforma central y de los edificios que cohesión ritual. Hasta la fecha no se ha probado la existencia Tumba A-TM 2: cat. nos. 69-77
la rodean. Se colocaron alrededor de una docena de grandes de tales miembros de una elite en Chavín de Huántar, y las Tumba B-TM 1: cat. nos. 78-89
esculturas en piedra y se instalaron algunos canales subterrá- tumbas de Kuntur Wasi representan la evidencia directa más Hallazgos adicionales: cat. nos. 90-107
neos con salidas en el macizo muro de contención para el agua. temprana de una clase de elite: un hallazgo de inmensa impor-
tancia para los arqueólogos que, tomado en conjunto con otros
La disposición de las plataformas, la plaza circular y la plaza descubrimientos hechos en el sitio, nos dan pruebas de una
central rectangular son elementos arquitectónicos que ya sociedad compleja (véase cap. 1).
contaban con una larga tradición en la costa peruana (véase
cap. 3.2). En consonancia con estos cambios arquitectónicos,
la fase Kuntur Wasi también vio la repentina aparición de una
nueva forma de cerámica pulida muy fina —proveniente con
toda probabilidad de la costa—, al mismo tiempo que la pro­
ducción local de vasijas de cerámica (estilo Sangal) proseguía.
276 CHAVÍN 277 Las tumbas de Kuntur Wasi

56
CORONA DE ORO CON
CATORCE ROSTROS HUMANOS

85% oro (Au), 15% plata (Ag)


Martillado y repujado, con anillos
conectores
18 cm alto, 250 g
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147861
Inv. No. MKW-81304

Cada una de las catorce peque-


ñas láminas de oro suspendidas
TUMBA A-TM 1 de dos anillos dentro de las
aberturas hexagonales de esta
La tumba A-TM 1, al igual que la al piso. La cabeza estaba fuerte- corona representa un rostro
A-TM 2 y una tercera tumba, fue mente manchada con cinabrio. humano visto de frente. Estas
descubierta en 1989 en el lado El ajuar funerario incluía dos representaciones son comunes
occidental del complejo, debajo artefactos de oro (la placa de en la iconografía de estilo Cupis-
del piso de la plataforma cen- oro en forma de anillo no figura nique de la costa norte (véanse
tral. Los restos de un hombre acá), seis objetos de piedra, tres caps. 2.4 y 4.2; fig. 131, cat. nos.
de cincuenta a sesenta años de pututos (trompetas de caracol 1 y 38; cf. también las imágenes
edad, de 1,54 m de altura y con marino) y tres vasijas de cerá- de la cultura Mochica, cap. 5.2).
el cráneo artificialmente defor- mica. Los tres pututos estaban El motivo podría estar relaciona-
mado, fueron encontrados en delante del cuerpo, mientras do con una deidad araña como la
posición sentada en una cámara que las vasijas de cerámica se que vimos en cat. no. 1 llevando
lateral del pozo funerario de hallaban aproximadamente a un una bolsa con cabezas humanas
2,25 m de profundidad. Sus metro a su derecha. Los demás sobre el lomo. El marco hexago-
piernas estaban dobladas y la objetos fueron colocados cerca nal que rodea a los rostros po-
cabeza y el torso habían caído de la cabeza. dría representar una de estas
bolsas. La corona de oro no fue
usada directamente sobre la
cabeza, sino que fue cosida a un
textil burdo.
278 CHAVÍN 279 Las tumbas de Kuntur Wasi

57 58
BOTELLA ASA ESTRIBO DE BOTELLA CON CUERPO
UN AVE (¿UN ÁGUILA ARPÍA?) ESFÉRICO, CUELLO ALTO Y
DECORACIÓN DE CÍRCULOS
Cerámica modelada, incisa, CONCÉNTRICOS
engobe rojo y pintura blanca
23,5 x 10,5 x 21,5 cm
Cerámica modelada, incisa
Fase Kuntur Wasi
e impresa, con pintura roja
800-550 a.C.
sobre naranja
Ministerio de Cultura del Perú
15 x 11,5 cm
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Fase Kuntur Wasi
departamento de Cajamarca
800-550 a.C.
Reg. Nac. No. 0000147871
Ministerio de Cultura del Perú
Inv. No. MKW-81207
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147862
Inv. No. MKW-81208
280 CHAVÍN 281 Las tumbas de Kuntur Wasi

60, 61
DOS OREJERAS DE PIEDRA
DE COLOR AZUL-VERDE

Piedra (crisocola) alisada, perforada


y pulida
4,5 x 1,5 cm
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147864,
0000147865
Inv. No. MKW-81210, MKW-81211

59 62, 63
COMPOTERA DE CERÁMICA CUENTAS DE PIEDRA BLANCA

Cerámica modelada Piedra (crisocola) alisada,


10 x 20,3 cm perforada y pulida
Fase Kuntur Wasi 3,3 cm/1,8 cm
800-550 a.C. 1,3 cm/1,5 cm
Ministerio de Cultura del Perú Fase Kuntur Wasi
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, 800-550 a.C.
departamento de Cajamarca Ministerio de Cultura del Perú
Reg. Nac. No. 0000147863 Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Inv. No. MKW-81209 departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147877,
0000147878
Inv. No. MKW-81212, MKW-81213
282 CHAVÍN 283 Las tumbas de Kuntur Wasi

64, 65 y 66 (siguiente página)


TROMPETAS DE CARACOL
(PUTUTOS)

Caracol, cortado hacia la punta Estos pututos no tienen el


Cat. No. 64 incisa corte cerca de la abertura que
23cm/23cm/21 cm largo
resulta típico de los pututos
19 cm/20 cm/16 cm ancho
15 cm/14 cm/13 cm alto de estilo Chavín (véanse cat.
Fase Kuntur Wasi nos. 122-124). El caracol marino
800-550 a.C. Strombus, es nativo de las
Ministerio de Cultura del Perú aguas costeras tropicales del
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Ecuador y tendría que haber
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147879, sido llevado al Perú. Las in­
0000147881, cisiones en el pututo de cat.
0000147880 no. 64 son de estilo Cupisnique,
Inv. No. MKW-81214, MKW-81216,
lo que prueba que sería de la
MKW-81215
Dibujo del cat. no. 64
costa norte peruana. La deco­
ración, especialmente la del
espiral exterior, es muy parecida
a la del pututo de Chavín de
Huántar de cat. no. 123, al igual
que la iconografía y la forma
en que los dibujos incisos han
sido dispuestos en bandas.
284 CHAVÍN 285 Las tumbas de Kuntur Wasi

67 68
PLACA DE PIEDRA PENDIENTE DISCOIDAL
BLANCA LATERAL CON CABEZA DE AVE

Piedra (calcedonia) alisada Piedra alisada, cortada y pulida La forma del pico del ave es
y perforada 8,5 x 6 x 1 cm exactamente la misma que
11,5 x 8 x 0,8 cm Fase Kuntur Wasi
aparece en la escultura de
Fase Kuntur Wasi 800-550 a.C.
800-550 a.C. Ministerio de Cultura del Perú piedra procedente de Chavín
Ministerio de Cultura del Perú Museo Kuntur Wasi, San Pablo, de Huántar e ilustrada en cat.
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, departamento de Cajamarca no. 114. El agujero al centro
departamento de Cajamarca Reg. Nac. No. 0000147883 presumiblemente es un ojo.
Reg. Nac. No. 0000147882 Inv. No. MKW-81218
Las similitudes estilísticas entre
Inv. No. MKW-81217
la cabeza de piedra de Chavín
66 de Huántar de cat. no. 119 y los
TROMPETA DE CARACOL pendientes de joyería en cat.
(PUTUTO) nos. 83, 84 de la tumba B-TM 1
también dan fe de los tempranos
contactos entre Kuntur Wasi
y Chavín de Huántar, pero no
tenemos evidencia alguna de
la forma e intensidad de dicho
intercambio.
286 CHAVÍN 287 Las tumbas de Kuntur Wasi

69
CORONA DE ORO CON
CINCO CARAS DE FELINO
ESTILIZADAS

63% oro (Au), 37% plata (Ag)


Martillado y repujado
48 cm largo desenrollada
13,5 cm, 180 g
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147884
Inv. No. MKW-81219

En esta corona, los rostros de


TUMBA A-TM 2 felino se encuentran invertidos
entre sí en 180 grados de modo
La tumba A-TM 2 se encuentra en la misma posición que el intercalado. Las dos medias
a apenas 1,3 m de la tumba hombre de la tumba A-TM 1. caras a cada extremo de la
A-TM 1 y también fue excavada Aquí también el cráneo estaba corona abierta forman un rostro
en 1989. Su pozo de 2,5 m de teñido de rojo con cina­brio. completo cuando se juntan los
profundidad tenía 1,5 m de diá- El ajuar funerario incluía cinco extremos. En Kuntur Wasi son
metro. Aquí también se enterró piezas de joyería de oro, tres comunes las medias imágenes
al muerto en una cámara lateral cuentas de piedra y una taza que producen un todo cuando
que apuntaba hacia el sudeste, de cerá­mica. Esta tumba con­ se las alinea correctamente.
de modo tal que la estructura tenía más objetos de oro que Por ejemplo, las dos cabezas
como un todo se hallaba en el ninguna otra tumba de Kuntur de perfil de los adornos colgan-
centro de la plataforma. Los Wasi, y las representaciones tes de oreja de la tumba B-TM 1
restos de un hombre de unos figura­tivas son todas de felinos, (véanse cat. nos. 83, 84)
sesenta años de edad se encon- probablemente jaguares. La muestran una vista frontal de
traban mal conservados, pero ubicación central de la tumba una cara completa cuando se
los investigadores lograron indica que la per­sona enterrada les junta (véase también cat.
establecer que fue enterrado en ella era de más alto rango. no. 107). Un rasgo sumamente
mirando al pozo de la tumba inusual aquí es la lengua exten-
dida (¿o se trata acaso de un
largo diente medio?: cf. la
figura central en cat. no. 70).
La corona de oro fue cosida a
un textil burdo y no se la llevó
directamente sobre la cabeza.
288 CHAVÍN 289 Las tumbas de Kuntur Wasi

71 72, 73
NARIGUERA DE ORO EN DOS ADORNOS COLGANTES
FORMA DE H Y DISEÑO DE ORO CON ROSTROS DE
COMPLEJO CON CARAS PERFIL DE FELINO
DE FELINO
73% oro (Au), 27% plata (Ag)
76% oro (Au), 24% plata (Ag) Martillado y repujado
Martillado y repujado 18 x 9,5 cm, 62 g
16 x 17,5 cm, 71 g Fase Kuntur Wasi
Fase Kuntur Wasi 800-550 a.C.
800-550 a.C. Ministerio de Cultura del Perú
Ministerio de Cultura del Perú Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, departamento de Cajamarca
departamento de Cajamarca Reg. Nac. No. 0000147885,
Reg. Nac. No. 0000147887 0000147886
Inv. No. MKW-81222 Inv. No. MKW-81220, MKW-81221
70
NARIGUERA DE ORO CON
FELINO Y DOS FIGURAS Al centro de la mitad superior Estas dos placas rectangulares
HUMANAS (¿NIÑOS GEMELOS?) de esta nariguera hay dos cabe- muestran una imagen en espejo
zas de perfil que se miran mu- del mismo motivo: dos cabezas
79% oro (Au), 21% plata (Ag) Al centro de esta nariguera se ciones antedichas, algo pare­ Que una nariguera usada debajo tuamente. A izquierda y derecha de perfil con colmillos y ojos
Martillado y repujado, con anillos encuentra una vista frontal de cería estar saliendo de la boca de la nariz represente una de ellas hay zarpas, como si la excéntricos vueltos hacia arriba.
conectores El tocado recuerda al águila
un felino con largos colmillos de la criatura. Cada una de las criatura descendente es a duras criatura estuviera extendida.
16,5 x 11 cm, 34 g
y fosas nasales dilatadas. La patas traseras sostiene una penas una coincidencia. Las La boca cavernosa de la cabeza harpía, el ave de rapiña más
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C. figura pareciera estar volando figura sentada de costado que cabezas de piedra de Chavín de felino mostrada de frente es poderosa de la cuenca amazó­
Ministerio de Cultura del Perú en descenso hacia nosotros, sostiene una cabeza humana de Huántar (véanse cat. nos. evocada gráficamente por el nica. Las cabezas de cada placa
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, puesto que las dos zarpas pos- unida a la nariguera por un 115-119) también muestran la espacio recortado en la mitad están unidas por dos bandas
departamento de Cajamarca (cf. cat. nos. 28, 154) y cada
teriores están ubicadas a nivel anillo conector. De los pies transformación que tiene lugar inferior de la nariguera. La man-
Reg. Nac. No. 0000147888
del ojo. La zarpa delantera de­ también cuelgan cabezas. luego del consumo de una díbula inferior no existe y pare- una tiene una zarpa con garras
Inv. No. MKW-81223
recha conservada al pie de la sustancia psicoactiva: el rostro cería haber una serpiente enro- debajo.
nariguera sostiene una cabeza Encima de la parte superior de se distorsiona, la nariz comienza llada alrededor del ojo izquierdo.
humana. La figura se parece en la composición hay una serpien- a moquear, los ojos se vuelven Los cuatro motivos de cada
varios sentidos a la criatura te bicéfala que en cada una de hacia arriba, la persona ingresa esquina de la nariguera proba-
descendente compuesta del bajo sus dos bocas tiene una cabeza a un estado de percepción blemente sean cabezas de ave
relieve de cat. no. 109, así como humana que cuelga de un anillo. diferente, y se convierte luego (cf. cat. no. 68).
al textil de cat. no. 53, al que El doblez central de su cuerpo en una criatura felina.
podemos rotar 180 grados para encima de las fosas nasales de
revelar una figura distinta. Aquí, la figura central está repleto de
al igual que en las representa- dientes.
290 CHAVÍN 291 Las tumbas de Kuntur Wasi

74 77
CUENTA DE PIEDRA TAZA CON DECORACIÓN

Piedra (malaquita) alisada, Cerámica modelada, incisa


perforada y pulida e impresa, con pintura roja
1,6 x 0,7 x 0,5 cm y blanca post-cocción
Fase Kuntur Wasi 13 x 11 cm
800-550 a.C. Fase Kuntur Wasi
Ministerio de Cultura del Perú 800-550 a.C.
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Ministerio de Cultura del Perú
departamento de Cajamarca Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Reg. Nac. No. 0000147890 departamento de Cajamarca
Inv. No. MKW-81225 Reg. Nac. No. 0000147889
Inv. No. MKW-81224

75, 76
CUENTAS DE PIEDRA

Piedra (jaspe y crisocola)


alisada, perforada y pulida
1,3 x 1,1 cm
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000147892,
0000147894
Inv. No. MKW-81226,
MKW-81227
292 CHAVÍN 293 Las tumbas de Kuntur Wasi

78
CORONA DE ORO CON
DOCE CABEZAS

Oro (Au) y plata (Ag)


Martillado y repujado,
con anillos conectores
47 cm de largo desenrollada
19 cm, 362 g
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000148899
Inv. No. MKW-81304

Las cabezas de perfil son


Tumba B-TM 1 similares a la cabeza de los dos
adornos colgantes hallados en la
La tumba B-TM 1 fue descubierta ceramios domés­ticos hallados misma tumba (cat. nos. 83, 84).
en 1997 debajo del piso de una en la tumba, uno se encontraba La corona de oro estaba cosida
plataforma al norte de la plata- al norte del cráneo y los otros a un textil burdo y no fue usada
forma central. Es de estructura tres cerca de la parte inferior directamente sobre la cabeza.
similar a la de las tumbas del cuerpo. Una vasija estaba
A-TM 1 y A-TM 4. Aquí también, tan quebrada que no se la pudo
un hombre de unos cuarenta reconstruir y por ello no la
años de edad que medía apro­ incluimos aquí. Cerca del cráneo
ximadamente 1,54 m de altura, se descubrieron unas ochocien-
fue enterrado mirando hacia tas cuentas de joyería (crisocola
el norte en una cámara lateral, y concha). Una corona de oro
sellándose posteriormente el fuertemente doblada yacía
acceso al pozo de la tumba. sobre el rostro y dos adornos
Las piernas estaban fuerte­ colgantes (aretes) en forma de
mente flexionadas y los brazos calabaza, que se cree eran ore-
doblados sobre el estómago, jeras, estaban junto a la sien a
en tanto que el techo bajo no cada lado del cráneo. Otros dos
permitió que estuviera en adornos colgantes figura­tivos
posición sentada. El cráneo fueron hallados debajo de estos
estaba bastante manchado aretes en forma de calabaza
con cinabrio. De los cuatro y de los brazos.

79, 80 81, 82
PAR DE OREJERAS CON PAR DE ADORNOS COLGANTES
MOTIVOS DE AVE (ARETES) DE ORO EN FORMA
DE CALABAZA
Oro (Au) y plata (Ag)
Martillado y repujado
Oro (Au) y plata (Ag)
5,9 cm, 2,07/2,01 cm de alto, 25 g
Martillado y repujado
Fase Kuntur Wasi
18,7/18,6 cm de alto, 10,5/10,6 cm
800-550 a.C.
de ancho, 97/89 g
Ministerio de Cultura del Perú
Fase Kuntur Wasi
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
800-550 a.C.
departamento de Cajamarca
Ministerio de Cultura del Perú
Reg. Nac. No. 0000148900,
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
0000148901
departamento de Cajamarca
Inv. No. MKW-31305, MKW-31306
Reg. Nac. No. 0000148904,
0000148905
Inv. No. MKW-81309, MKW-81310
294 CHAVÍN 295 Las tumbas de Kuntur Wasi

83, 84 Estas dos cabezas de perfil


PAR DE ADORNOS COLGANTES tienen una fuerte semejanza
(ARETES) DE ORO CON estilística con la cabeza clava de
CABEZAS FELINAS Y piedra originalmente colocada
SERPIENTES COMO CABELLOS en la fachada del templo de
Chavín de Huántar, ilustrada en
Oro (Au) y plata (Ag) cat. no. 119, especialmente en
Martillado y repujado, con anillos
las cejas, las esquinas de la boca
conectores e incrustaciones
de madreperla
y las dos serpientes en la frente.
23,9 x 11,3 cm, 120/115 g Este parecido, al igual que el de
Fase Kuntur Wasi la cabeza de ave de cat. no. 114
800-550 a.C. y el pendiente de cat. no. 68,
Ministerio de Cultura del Perú
sugiere que alguna vez hubo
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca un vínculo entre Kuntur Wasi y
Reg. Nac. No. 0000148902, Chavín de Huántar, pero aún no
0000148903 sabemos cuál fue su naturaleza
Inv. No. MKW-81307, MKW-81308 exacta. Hay también cierta
similitud entre estas cabezas
de perfil y la decoración incisa
en la vasija de cat. no. 154, pro-
veniente de la Galería de las
Ofrendas de Chavín de Huántar,
y una vasija Cupisnique repre-
sentada en cat. no. 28. Coloca-
dos lado a lado, los dos pendien-
tes forman un rostro completo
visto de frente (cf. cat. no. 107).
296 CHAVÍN 297 Las tumbas de Kuntur Wasi

85 86
CUENTAS DE PIEDRA CUENTAS DE PIEDRA
DE VARIOS COLORES VERDE

Piedra (crisocola) alisada y Piedra (malaquita) alisada y


perforada, 793 cuentas perforada
Fase Kuntur Wasi 2-2,5 cm de largo
800-550 a.C. Fase Kuntur Wasi
Ministerio de Cultura del Perú 800-550 a.C.
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Ministerio de Cultura del Perú
departamento de Cajamarca Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Reg. Nac. No. 0000148909 departamento de Cajamarca
Inv. No. MKW-31314 Reg. Nac. No. 0000148910
Inv. No. MKW-81315
298 CHAVÍN 299 Las tumbas de Kuntur Wasi

87 88 89
OLLA CON CUELLO CORTO CANCHERO COMPOTERA

Cerámica modelada Cerámica modelada Cerámica modelada


13,3 x 9,6 cm 15 x 10,1 cm 12 x 18 cm
Fase Kuntur Wasi Fase Kuntur Wasi Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C. 800-550 a.C. 800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú Ministerio de Cultura del Perú Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca departamento de Cajamarca departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000148906 Reg. Nac. No. 0000148907 Reg. Nac. No. 0000148908
Inv. No. MKW-81311 Inv. No. MKW-81312 Inv. No. MKW-81313
300 CHAVÍN 301 Las tumbas de Kuntur Wasi

OBJETOS ADICIONALES 90
DE KUNTUR WASI ÍDOLO DE BARRO CON
ATRIBUTOS DE FELINO

Barro modelado, inciso y pintado


con cinabrio (rojo), malaquita (verde),
ocre (amarillo) y carbón (negro)
73,5 x 21 x 10 cm
Fase Ídolo
950-800 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000149161
Inv. No. MKW-81368

Cuando se amplió el área de


excavación de la plataforma
central de Kuntur Wasi en 1990,
los arqueólogos descubrieron
esta gran figura de barro, a la
que afectuosamente llamaron
“el Ídolo”. Esta pieza fue hallada
al pie de un muro de una habi­
tación de una fase anterior, que
fue destruida y luego rellenada.
Luego, se colocaron las tumbas
que contenían ricos objetos de
oro y encima se erigió la nueva
91 92
arquitectura ceremonial de la
FIGURINA DE UN SER FIGURINA DE UN FELINO
fase Kuntur Wasi (800-550
HUMANO (¿JAGUAR?)
a.C.). La figura dio su nombre
a la época de construcción más Cerámica modelada, incisa Cerámica modelada e incisa
antigua del sitio, la fase Ídolo y pintada (cinabrio) 9,1 x 5 x 8,1 cm
(950-800 a.C.). La boca estuvo 14 x 6,5 cm Fase Copa
Fase Kuntur Wasi 550-250 a.C.
originalmente llena de colmillos
800-550 a.C. Ministerio de Cultura del Perú
y sus esquinas tienen exacta- Ministerio de Cultura del Perú Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
mente la misma forma que las Museo Kuntur Wasi, San Pablo, departamento de Cajamarca
de las joyas que aparecen en departamento de Cajamarca Reg. Nac. No. 0000148400
cat. nos. 83, 84. La figura tiene Reg. Nac. No. 0000149163 Inv. No. MKW-81268
Inv. No. MKW-81370
las fosas nasales dilatadas y
los ojos vueltos hacia arriba. Al igual que la pieza en cat. no.
Esta figurina fue encontrada 93, esta figurina fue descubierta
sobre el pecho de un niño en la tumba de un niño (C-TM 6),
enterrado cerca de un canal junto con una segunda figurina
subterráneo. que tenía el mismo aspecto,
pero cuya pierna derecha había
sido quebrada intencionalmente.
La rotura de las extremidades
parece haber respondido a un
acto ritual.
302 CHAVÍN 303 Las tumbas de Kuntur Wasi

93 94
FIGURINA DE UN SER BOTELLA CON MOTIVO
HUMANO DE CACTUS (SAN PEDRO)

Cerámica modelada e incisa Cerámica modelada, incisa


9 x 6,9 x 4,5 cm y engobe rojo
Fase Copa 15 x 11,1 cm
550-250 a.C. Fase Copa
Ministerio de Cultura del Perú 550-250 a.C.
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Ministerio de Cultura del Perú
departamento de Cajamarca Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Reg. Nac. No. 0000148398 departamento de Cajamarca
Inv. No. MKW-81266 Reg. Nac. No. 0000148911
Inv. No. MKW-81316
Al igual que la figurina anterior
(cat. no. 92), este objeto tam- Incluso hoy en día, los chamanes
bién fue encontrado en la tumba extraen mezcalina del cactus
C-TM 6. Los pendientes de las San Pedro (Echinopsis pachanoi)
orejas usados por esta figura para usarla en un brebaje em-
sentada son resaltantes. La briagante llamado huachuma.
cobertura de la cabeza, seme- Esta práctica fue prohibida por
jante a un turbante, podría la Iglesia Católica, pero jamás
también ser una banda ajustada fue erradicada por completo.
como las que usaban las perso- Uno de los bajorrelieves mejor
nas en crecimiento con el obje­ conservados de la Plaza Circular
tivo de obtener una frente in­ de Chavín de Huántar presenta
clinada. a un hombre que lleva un tallo
de este cactus, y que muestra
todas las señales reveladoras
de su transformación luego de
consumir una sustancia psicoac-
tiva (véase fig. 113). Esta botella
podría haber sido usada como
contenedor de la huachuma.
304 CHAVÍN 305 Las tumbas de Kuntur Wasi

95
TINAJA CON MOTIVO DE
ROSTRO HUMANO CON
COLMILLOS

Cerámica modelada, incisa El rostro de frente en este


y pintada (cinabrio) fragmento corresponde a una
48 cm de ancho
cabeza clava de piedra (cat.
Fase Copa (capa arqueológica)
550-250 a.C. no. 119) que originalmente
Ministerio de Cultura del Perú estuvo colocada en la fachada
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, de Chavín de Huántar. Ambas
departamento de Cajamarca obras se parecen en numerosos
Reg. Nac. No. 0000149095
detalles: la forma de la nariz,
Inv. No. MKW-81350
los párpados y los ojos excén­
tricos vueltos hacia arriba, la
forma y la disposición de los
dientes y la forma de las esqui-
nas de la boca, las dos serpien-
tes de la frente y las dos que
salen de los ojos. El rostro pro-
bablemente es el de un sacer­
dote que pudo haber alcanzado
otro nivel de percepción luego
de consumir una sustancia psi-
coactiva y que podría incluso
haber adquirido poderes sobre-
humanos, tal como se refleja
en su aspecto transformado,
semejante a un animal (cf. la
secuencia de la transformación
en cat. nos. 115-119).
306 CHAVÍN 307 Las tumbas de Kuntur Wasi

96
OLLA ESFÉRICA CON ASAS
Y MOTIVO DE ROSTRO DE AVE
(¿BÚHO?)

Cerámica modelada En esta olla, las asas se ase­


16 x 21 cm mejan a dos alas y en la parte
Fase Copa
posterior se verifica una figura
550-250 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú aplicada.
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000149424
Inv. No. MKW-81343
308 CHAVÍN 309 Las tumbas de Kuntur Wasi

97 98
TAZA CON PINTURA ESPÁTULA CON MOTIVOS
GEOMÉTRICA ROJA Y BLANCA DE TRES ROSTROS DE FELINO
DE PERFIL
Cerámica modelada y pintada
8,5 x 15,4 cm Hueso cortado, tallado y pulido,
Fase Sotera con incrustaciones de concha
ca. 250-50 a.C. (blanca y negra)
Ministerio de Cultura del Perú 22,7 x 3,3 cm
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Fase Kuntur Wasi
departamento de Cajamarca 800-550 a.C.
Reg. Nac. No. 0000149150 Ministerio de Cultura del Perú
Inv. No. MKW-81358 Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000149319
Inv. No. MKW-81384

Esta espátula de hueso fue


excavada en el relleno de la
plaza circular.
310 CHAVÍN 311 Las tumbas de Kuntur Wasi

100
PENDIENTE EN FORMA DE
UN AVE (¿UN COLIBRÍ?)

Hueso cortado y alisado


0,8 x 2,1 cm
Fase Copa
550-250 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000149441
Inv. No. MKW-81440

101
FIGURINA EN FORMA
DE UN ANIMAL

Hueso cortado, concha y restos


de cinabrio
4,1 x 2,5 x 0,6 cm
Fase Copa
550-250 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000149360
99 Inv. No. MKW-81393
CUCHARA CON CABEZA
DECORADA

Hueso cortado, tallado y pulido El rostro representado en esta


9,3 cm de largo cuchara también muestra una
Fase Copa
serpiente que sale del ojo,
550-250 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú similar a muchas de las escul­
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, turas en piedra de Kuntur Wasi.
departamento de Cajamarca La boca presenta colmillos
Reg. Nac. No. 0000149321 (cf. cat. no. 95). La orejera y
Inv. No. MKW-81386
su pendiente son claramente
visibles. Es posible que la cucha-
ra haya sido usada para con­
sumir sustancias psicoactivas.
312 CHAVÍN 313 Las tumbas de Kuntur Wasi

102 104
CUENTAS CILÍNDRICAS CUENTAS DE CONCHA
DE PIEDRA AZUL DE SPONDYLUS

Piedra (sodalita) alisada Concha cortada, pulida


y perforada y perforada
ca. 1,6 x 0,9 cm 0,7-2,5 cm de largo
Fase Kuntur Wasi 0,4-1,3 cm de diámetro
800-550 a.C. (Tumba A-TM 4) Fase Copa
Ministerio de Cultura del Perú 550-250 a.C.
Museo Kuntur Wasi, San Pablo, Ministerio de Cultura del Perú
departamento de Cajamarca Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Reg. Nac. No. 0000148119 departamento de Cajamarca
Inv. No. MKW-81252 Reg. Nac. No. 0000149815
Inv. No. MKW-84519

103
TRES CUENTAS
DE PIEDRA

Piedra (jaspe) alisada


y perforada
ca. 3,5 x 1,2 cm
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C. (Tumba A-TM 4)
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000148122
Inv. No. MKW-81255

105
CABEZA DE PORRA

Piedra (riolita) alisada


y perforada
3,1 x 7 cm
Fase Kuntur Wasi
800-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
departamento de Cajamarca
Reg. Nac. No. 0000149305
Inv. No. MKW-81383
314 CHAVÍN 315 Las tumbas de Kuntur Wasi

106
MODELO ARQUITECTÓNICO
DE LA PLATAFORMA CENTRAL
DE KUNTUR WASI
107
Piedra esculpida Este modelo arquitectónico ESCULTURA DE UNA CARA
27 x 22,6 x 14,8 cm parecería representar la plata- O DE DOS CARAS DE PERFIL
Fase Copa
forma central de Kuntur Wasi.
550-250 a.C. (capa arqueológica)
Ministerio de Cultura del Perú El muro de contención de tres Piedra esculpida Los ojos que miran hacia arriba,
niveles, la plaza rectangular y la 55 x 30 x 15 cm los párpados, la forma de la
Museo Kuntur Wasi, San Pablo,
Fase Copa
departamento de Cajamarca escalinata central corresponden nariz, de la boca, y la posición
550-250 a.C. (capa arqueológica)
Reg. Nac. No. 0000149237 al edificio levantado durante la de los dientes corresponden
Ministerio de Cultura del Perú
Inv. No. MKW-81375
fase Kuntur Wasi (800-550 a.C.; Museo Kuntur Wasi, San Pablo, todos a la figura ilustrada en
véase fig. 64a). El modelo fue departamento de Cajamarca cat. no. 95 (véase la descrip-
Reg. Nac. No. 0000149165 ción). También se encuentra
descubierto en la capa arqueo­
Inv. No. MKW-81373
lógica perteneciente a la poste- presente la serpiente a lo largo
rior fase Copa (550-250 a.C.), de la frente, un buen ejemplo
lo que indica que la arquitectura que aparece también en cat.
existente fue respetada durante no. 70, y de cada ojo cuelga una
la construcción de esta fase, tal serpiente. El surco encima del
como lo reflejan los hallazgos labio superior fue hecho de tal
arqueológicos. modo que al cubrir la mitad de
la cara queda visible una cara
completa de perfil (cf. las des-
cripciones en cat. nos. 83, 84).
316 CHAVÍN 317 Las esculturas de Chavín de Huántar

Las esculturas de Chavín de Huántar Gracias a sus esculturas y arquitectura lítica, Chavín de La exhibición presentada en el Museo Rietberg de Zúrich fue Mientras excavaba el borde sur de la Plaza Circular, Rick
Huántar consiguió notoriedad en todo el país a mediados del realizada por primera vez ante un público internacional, que detectó huellas de pintura en los relieves del friso de los
siglo XIX. Los exploradores de la época informaron acerca de admiró las esculturas de Chavín. jaguares. Era claro que el jaguar había sido pintado sobre un
los maravillosos y antiguos restos arquitectónicos del Callejón fondo rojo (el friso sur fue vuelto a enterrar para protegerlo
de Conchucos, y ya en 1874 se pudo admirar expuesta en la Aparte del mortero (cat. no. 121), las esculturas constituyen y hoy en día ya no se encuentra visible). Es de suponer que
alejada capital de Lima una obra escultórica excepcionalmente ornamentos arquitectónicos creados para ilustrar los edificios las esculturas en piedra, o al menos algunas de ellas, fueron
asociada a la cultura Chavín: la Estela Raimondi (fig. 6). El y las plazas del templo. Según los últimos resultados de las originalmente polícromas, muy probablemente con los colores
apasionado debate en torno a la edad relativa y la importancia investigaciones, las esculturas datan de la última gran fase de que nos son familiares a partir de la cerámica Chavín, esto es
de las altas culturas andinas generado por la Estela (véanse ampliación de Chavín, conocida también como la fase Blanco rojo, negro y blanco.
caps. 4.1 y 4.2) se intensificó tras el arribo del Obelisco Tello y Negro (ca. 900-550 a.C.; véase cap. 4.3). Los investigadores
(fig. 5), otro ejemplo de la escultura Chavín igual de misterioso, lograron extraer conclusiones referidas a la ubicación original En algunos casos, los distintos tipos de piedra fueron trans-
que fuera llevado a Lima en 1919. El Lanzón (fig. 4), la escultura de las esculturas únicamente en casos aislados. Aunque una portados a lo largo de grandes distancias. Por ejemplo, el
más grande e importante de todas, permanece en su ubicación cantidad innumerable de ellas fue arrancada de su contexto granito usado para los bajaorrelieves proviene de la zona
original, en su cámara, bien adentro del templo de Chavín. original por el devastador aluvión de 1945, otras fueron reuti­ alrededor de Cahuish, a 4,500 metros sobre el nivel del mar,
lizadas como material de construcción de casas, tumbas u cerca del túnel, de la actual carretera que va a Huaraz. La
otras estructuras. La mayoría de las esculturas en piedra aquí piedra caliza negra proviene de los cerros del lado norte del
presentadas fueron desenterradas en el transcurso de las río Wacheqsa, y la toba del otro lado del río Mosna, cerca del
excavaciones encabezadas por Julio C. Tello, Marino González actual puente camino a Chavín. Todavía no se ha establecido
Moreno, Luis G. Lumbreras y John W. Rick. con seguridad de dónde proviene la piedra caliza amarilla
y blanca.
318 CHAVÍN 319 Las esculturas de Chavín de Huántar

108
LAJA ESCULPIDA DE UN
SER SOBRENATURAL

Piedra (granito) esculpida y pulida boca tiene un único colmillo. la Plaza Circular (cat. nos.
58,3 x 53,5 x 18,3 cm La mano izquierda sostiene 122-124). El relieve ilustrado en
ca. 900-550 a.C.
una concha de Spondylus. Las cat. no. 111 muestra a dos par­
Ministerio de Cultura del Perú
conchas deben haber llegado ticipantes de una procesión
Museo Nacional Chavín
Chavín de Huántar, departamento a Chavín desde una distancia con vestimenta de fiesta. El
de Áncash considerable, dado que ambas de adelante sopla un pututo,
Reg. Nac. No. 0000003362 criaturas marinas viven única- mientras que la figura que le
Inv. No. MACH-00542 mente en las aguas tropicales sigue —una criatura compuesta
de la costa ecuatoriana o inclu- con colmillos— lleva una concha
Marino González Moreno so más al norte. de Spondylus. Un soplador
excavó esta laja esculpida al de pututo y un portador de
este del edificio A en 1956. El La mirada hacia arriba podría Spondylus fueron representa-
bajorrelieve muestra un ser estar representando una visión dos en las lajas esculpidas que
antropomorfo en vista frontal del reino de los dioses, en tanto rodean la Plaza Circular (fig.
con cabellos de serpiente, por que los atributos animales im- 115). Las representaciones, que
lo que algunos investigadores plican la posesión de poderes incluían tanto caracoles de
lo llamaron la “Medusa”. Por sobrehumanos. Para inducir un Strombus como de Spondylus
las esquinas de la boca que se estado de percepción intensifi- (véase cat. no. 41), probable-
doblan hacia arriba también cado, los participantes en las mente tenían un significado
se le conoce como “Deidad ceremonias del templo consu- metafó­rico dual excepcional-
Sonriente”. Los ojos miran mían sustancias psicoactivas, mente poderoso. Esta escultura
hacia arriba y las fosas nasales posiblemente mientras entra- en particular tal vez fue incor-
dilatadas son pronunciadas y ban en trance inducidos por porada a un muro exterior del
profundas. De la boca salen dos unos efectos de luz y sonido edi­ficio A, pero también resulta
largos colmillos que se curvan cuidadosamente orquestados concebible que su ubicación
hacia afuera. Una cinta marca que tenían lugar al mismo original fuera en la Plaza Cir­
el límite superior de la frente. tiempo. Para fabricar las trom- cular, en cuyo caso la figura
La figura lleva pendientes en petas decoradas que se cono- podría haber sido la que cerra-
forma de aro y un cinturón del cen como pututos, se utilizaron ba la procesión. El ser repre-
cual cuelgan serpientes. Los caracoles de Strombus. John sentado aquí se asemeja al
pies tienen garras. La figura W. Rick halló veinte de estos Lanzón, la escultura central
sostiene en su mano derecha instrumentos en un excelente de Chavín.
un caracol marino de Strombus estado de conservación en una
decorado con una cara, cuya cámara subterránea cerca de
320 CHAVÍN 321 Las esculturas de Chavín de Huántar

109 110
LAJA ESCULPIDA DE UN LAJA ESCULPIDA DE UN SER
SER SOBRENATURAL HÍBRIDO CON OBJETOS
EN POSICIÓN DE VUELO RITUALES

Piedra (granito) esculpida y pulida Tres largos dientes sobresalen superiores de la laja; entre ellas iconografía Chavín (Cf. cat. Piedra (granito) esculpida y pulida Esta laja esculpida fue excavada turón con una serpiente. En
54 x 48,8 x 14,6 cm de la boca de esta criatura des- hay formas enrolladas que posi- no. 53, rotado 180 grados; 52 x 49,5 x 18 cm en 1956 por Marino González una mano sostiene un bastón
ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
cendente con la mirada hacia blemente buscaban transmitir cat. no. 70). en la zona de la pequeña plaza con dos caras semejantes a las
Ministerio de Cultura del Perú Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional Chavín arriba. De las garras cuelgan movimiento. Debajo de la boca Museo Nacional Chavín rectangular delante del edificio de una serpiente y en la otra
Chavín de Huántar, departamento cabezas de serpientes. Las hay algo que se asemeja a las Chavín de Huántar, departamento A. La criatura con colmillos posiblemente tiene un pututo.
de Áncash alas con plumas apuntan hacia plumas de la cola, pero podría de Áncash mostrada caminando hacia la Los investigadores denominan
Reg. Nac. No. 0000003369 arriba, de modo tal que sus también ser algo que sale de Reg. Nac. No. 0000152287 derecha tiene la cola enrollada, a esta figura “Mono Trompetero”
Inv. No. MACH-00557 Inv. No. MACH-00543
puntas llenan las dos esquinas la boca: un motivo común en la pies con garras y lleva un cin­ o “Mono Guerrero”.
322 CHAVÍN 323 Las esculturas de Chavín de Huántar

112
RELIEVE DE FELINO

Piedra (caliza) escupilda e incisa El felino retratado en lo que criatura lleva un tocado y
61 x 55 x 23 cm originalmente fue la parte sobre la espalda tiene unos
111 ca. 900-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
inferior de esta cornisa, des- objetos enrollados. El cuerpo
FRAGMENTO DE CORNISA
Museo Nacional Chavín cubierta en 1971, tal vez repre- está decorado con círculos
CON ESCENA DE PROCESIÓN
Chavín de Huántar, departamento sente un jaguar con cabeza concéntricos y tiene una boca
El fragmento de la derecha de dos figuras con vestimenta sigue, que ya está transfor­ de Áncash humana. Hay más felinos en con colmillos tanto en el lomo
Piedra (caliza) esculpida e incisa esta cornisa fue hallado por festiva en procesión, una mada y tiene colmillos, lleva Reg. Nac. No. 0000003363
128 x 100 x 21,2 cm la parte superior, que en su como en su cola que se en-
Marino González en el lado detrás de la otra. Ambas pare- una concha de Spondylus. Inv. No. MACH-00545
ca. 900-550 a.C. tiempo habría sido el lado cuentra parcialmente conser-
este del edificio A y luego se cen estar vistiendo ornamen- La parte superior de los frag-
Ministerio de Cultura del Perú visible de frente. Al igual que vada (cf. el mortero en cat.
Museo Nacional Chavín guardó en un depósito cerca tos extravagantemente emplu- mentos, que solo se conserva
en el caso de la cabeza en no. 12 y los relieves de la Plaza
Chavín de Huántar, departamento del templo. El fragmento de mados en la espalda y grandes en parte, muestra una hilera
cat. no. 119, aquí también hay Circular).
de Áncash la izquierda fue encontrado pendientes en la oreja; la de tres participantes en una
Reg. Nac. No. 0000003364 una serpiente que después
por John W. Rick y su equipo segunda figura tiene una dia- procesión que también lucen
Inv. No. MACH-00549 de emerger del borde inferior
al oeste de la fachada de los dema sobre la frente. El que vestimenta de fiesta y parecen
del ojo que mira hacia arriba,
edificios A, B y C. En la parte va adelante sopla un pututo, estar llevando insignias o
asciende verticalmente hacia
delantera, se representaron en tanto que la figura que le lanzas.
la izquierda de la cabeza. La
324 CHAVÍN 325 Las esculturas de Chavín de Huántar

113 114
FRAGMENTO DE CORNISA CABEZA DE AVE
CON UN SER HÍBRIDO EN
FORMA DE AVE Piedra (granito) esculpida y pulida
80 x 20 x 42 cm
ca. 900-550 a.C.
Piedra (granito) esculpida y pulida
Ministerio de Cultura del Perú
139 x 59 x 23,2 cm
Museo Nacional Chavín
ca. 900-550 a.C.
Chavín de Huántar, departamento
Ministerio de Cultura del Perú
de Áncash
Museo Nacional Chavín
Reg. Nac. No. 0000003367
Chavín de Huántar, departamento
Inv. No. MACH-00553
de Áncash
Reg. Nac. No. 0000003376
Inv. No. MACH-00547
Aparte de las cabezas clavas
empotradas en los muros del
Esta cornisa originalmente templo (cat. nos. 115-120), son
mostraba una hilera de criaturas muy pocas las esculturas tri­
híbridas, semejantes a unas dimensionales de Chavín. Esta
aves de presa con las alas abier- cabeza de ave constituye una
tas y las garras extendidas a de las pocas excepciones. La
cada lado. Las plumas del ala única otra, strictu sensu, es el
y de la cola tienen dos caras Lanzón, la escultura principal
cada una, y los tobillos y las de Chavín. Es posible que origi-
ancas están formados por ros- nalmente esta cabeza también
tros con colmillos. El pico curvo haya estado empotrada en el
de la criatura mira hacia arriba muro de un edificio. El ave mira
y tiene detrás otra boca con hacia arriba y ha sido identifica-
colmillos, razón por la cual se da de diversos modos como un
cree se trata de una criatura águila harpía —el ave de rapiña
híbrida. Su forma es muy pare­ más po­derosa de la cuenca ama-
cida a la de las figuras de los zónica—, un cóndor o un cóndor
guardianes en las columnas del real.
Portal Blanco y Negro (véase
fig. 105).
326 CHAVÍN 327 Las esculturas de Chavín de Huántar
328 CHAVÍN 329 Las esculturas de Chavín de Huántar

115 116
CABEZA HUMANA CABEZA HUMANA CON
CABELLOS DE SERPIENTE
Piedra (toba volcánica) esculpida Cada una de las cabezas, casi Y NARIZ QUE MOQUEA
27 x 28 x 44 cm todas humanas, tienen un
ca. 900-550 a.C.
conjunto distintivo de rasgos Piedra (toba volcánica) esculpida
Ministerio de Cultura del Perú
—pliegues faciales, nariz que 31,2 x 39 x 55 cm
Museo Nacional Chavín
ca. 900-550 a.C.
Chavín de Huántar, departamento moquea, serpientes como cabe-
Ministerio de Cultura del Perú
de Áncash llos, ojos excéntricos, colmillos Museo Nacional Chavín
Reg. Nac. No. 0000003351 y fosas nasales dilatadas— cuya Chavín de Huántar, departamento
Inv. No. MACH-00012 de Áncash
prominencia varía de una a otra.
Reg. Nac. No. 0000003350
Resulta imposible decir con
Inv. No. MACH-00011
Esta escultura y las cinco certeza alguna si originalmente
siguientes se conocen como estuvieron alineadas —tal como
cabezas clavas. Deben su los investigadores creen— a lo En comparación con la pieza
nombre al apéndice, semejante largo de la fachada del templo anterior (cat. no. 115), los
a un clavo, que tienen en la para reconstruir la transforma- pliegues faciales de esta
parte posterior de la cabeza, ción sucesiva de un humano en escultura se han profundizado
que les permitía ser insertadas un ser felino —probablemente y los cabellos se han convertido
en un agujero de la fachada. un jaguar—, pero esta idea es sin en serpientes. La figura mira
Solamente queda una de estas duda factible, ya que gracias a directamente hacia adelante
cabezas in situ, pero los aguje- una serie de hallazgos arqueoló- y su nariz comienza a moquear.
ros en los cuales estuvieron gicos sabemos que en el templo
colocadas siguen claramente se consumían sustancias psico­
visibles, espaciados a intervalos activas. Incluso hoy en día los
regulares a lo largo de las facha- chamanes tradicionales usan
das occidental y meridional del el cactus San Pedro (Echinopsis
edificio A. pachanoi), que contiene mezca-
lina, para preparar una poción
Hasta la fecha se conocen alre- psicoactiva llamada huachuma,
dedor de cien de estas cabezas, en tanto que se usa vilca (Ana-
y las excavaciones actuales denanthera colubrina) para pre-
constantemente encuentran parar una suerte de rapé. Los
otras nuevas que ya no se en- tubos para inhalar dicha sustan-
cuentran en su ubicación ori­ cia se hallaron dentro de la zona
ginal. Salvo por el Lanzón, la del templo. Al consumir estas
principal escultura de Chavín, sustancias los músculos faciales
las cabezas clavas son las se contraen, la nariz moquea
únicas obras escultóricas de y en la cabeza se siente como
esta cultura que fueron talladas si unas serpientes estuvieran
en tres dimensiones. retorciéndose dentro. El estado
de percepción alterado genera
visiones de un mundo del todo
distinto y permite sentir fuerzas
sobrehumanas. El rostro de esta
cabeza en particular todavía es
bastante humano y su mirada
se dirige hacia adelante, pero la
boca está distorsionada y ya hay
profundos pliegues en el rostro.
330 CHAVÍN 331 Las esculturas de Chavín de Huántar

117 118
CABEZA HUMANA EN CABEZA DE UN SER HÍBRIDO
AVANZADO ESTADO DE
TRANSFORMACIÓN Piedra (toba volcánica) esculpida Las prominentes fosas nasales clava promedio, este ejemplar
43,8 x 50 x 63 cm dilatadas que se representan en particular resulta impresio-
ca. 900-550 a.C.
Piedra (toba volcánica) esculpida En este ejemplar, la mirada de la en esta figura, los profundos nante debido al juego dinámico
Ministerio de Cultura del Perú
34 x 35 x 64 cm figura se dirige ahora hacia arriba pliegues nasales y sus cejas de las formas perfectamente
Museo Nacional Chavín
ca. 900-550 a.C.
y su nariz moquea a chorros. La boca Chavín de Huántar, departamento serpentinas están representa- balanceado que presenta.
Ministerio de Cultura del Perú
presenta poderosos colmillos, y sus de Áncash das armoniosamente con formas
Museo Nacional Chavín
esquinas redondeadas se encuentran Reg. Nac. No. 0000003347 sinuosas. Unos largos y afilados
Chavín de Huántar, departamento
Inv. No. MACH-00005
de Áncash retraídas. El semblante humano colmillos apuntan desde la boca,
Reg. Nac. No. 0000152253 está transformándose en una mueca tanto hacia arriba como hacia
Inv. No. MACH-00031
semejante a la de un animal. abajo. Más grande que la cabeza
332 CHAVÍN 333 Las esculturas de Chavín de Huántar

119 120
CABEZA DE UN CABEZA DE FELINO
SER HÍBRIDO (¿JAGUAR?)

Piedra (toba volcánica) esculpida En marcado contraste con los hacia abajo desde la frente Piedra (toba volcánica) esculpida Esta cabeza esculpida no
40 x 41 x 83,3 cm contornos redondeados y las hasta el puente de la nariz, y 42 x 43,4 x 125 cm presenta absolutamente nin­
ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
curvas del ejemplar anterior debajo de cada ojo se puede guna característica humana.
Ministerio de Cultura del Perú Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional Chavín (cat. no. 118), los rasgos faciales observar otra serpiente que se Museo Nacional Chavín Al igual que la cat. no. 114 ella
Chavín de Huántar, departamento de esta criatura han sido exa­ aleja arrastrándose de la nariz Chavín de Huántar, departamento muestra un animal, probable-
de Áncash gerados y distorsionados deli­ a lo largo del labio superior. de Áncash mente un jaguar, con la mirada
Reg. Nac. No. 0000003345 beradamente. Los párpados y Estos elementos, y en realidad Reg. Nac. No. 0000003349 hacia arriba. En cada esquina
Inv. No. MACH-00003 Inv. No. MACH-00008
las esquinas de la boca son de el diseño de toda la pieza, son de la boca hay tres cabezas
forma agresivamente geomé­ casi idénticos a la cara del de serpiente.
trica, lo que hace que resulten fragmento de la tinaja de cerá-
particularmente llamativos. mica procedente de Kuntur
La mirada se encuentra hacia Wasi (cat. no. 95).
arriba. Dos serpientes cuelgan
334 CHAVÍN 335 Las esculturas de Chavín de Huántar

121
MORTERO CON DECORACIÓN
GEOMÉTRICA EN RELIEVE

Piedra esculpida y pulida


25,1 x 23,9 cm
ca. 900-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional Chavín
Chavín de Huántar, departamento
de Áncash
Reg. Nac. No. 0000002946

Este mortero con cuatro patas


fue descubierto por John W.
Rick durante las excavaciones
que llevó a cabo en el centro
de la Plaza Mayor en 2001. Fue
hallado dentro de una estruc­
tura circular escondida debajo
del suelo de la plaza, donde el
equipo decidió excavar luego
de que el radar de penetración
de tierra indicara la presencia
de estructuras construidas y
de bloques de piedra macizas.
El mortero probablemente se
usó para preparar bebidas
alcohólicas o comida para las
fiestas.
336 CHAVÍN 337 Los pututos de Chavín

Los pututos (trompetas Durante muchos años, los únicos artefactos que se hallaron Aunque muchos artefactos y objetos variados fueron encon- El sonido de los pututos, soplados en coro en la Plaza Circular
depositados o almacenados en el templo de Chavín eran los trados en la Galería de las Ofrendas —tales como vasijas de o en las galerías laberínticas del complejo del templo, es tan
de caracol marino) de Chavín que Luis Guillermo Lumbreras encontró en la Galería de las cerámica, parafernalia hecha de hueso y artefactos de piedra, deslumbrante que podría haber tenido un impacto transforma-
Ofrendas (véase cap. 4.5; cat. nos. 125-163). A pesar de que no había entre ellos ni un solo caracol marino de Strombus. dor sobre el estado mental de todos los que estaban expuestos
son raros los hallazgos realizados en su contexto original a Esto indica que se trazó una distinción entre las galerías y a él, especialmente si eran soplados rítmica y musicalmente
partir de los cuales se hace posible extraer conclusiones con las cámaras usadas como espacio de almacenaje de la para­ (cf. el relieve en cat. no. 111). La investigación llevada a cabo
respecto a actividades más tempranas en el templo, son pre­ fernalia ritual, y aquellas utilizadas para depositar ofrendas por Miriam Kolar (Kolar et al. 2010) sobre la psicoacústica
cisamente estos descubrimientos los que tienen mayor valor o incluso llevar a cabo actos rituales. muestra que la arquitectura del templo de Chavín fue conce­
para los arqueólogos, puesto que nos abren una ventana hacia bida con criterios acústicos; la acústica, el sonido y la música
el pasado. La superficie algo gastada de los pututos, la mayoría de los probablemente fueron elementos cruciales que supieron apli-
cuales fueron tallados de manera exquisita, prueba de que car con suma destreza quienes planificaron el complejo (véase
John W. Rick encontró los pututos en julio de 2001, cuando fueron utilizados a lo largo de varias generaciones. El hecho cap. 4.4).
excavaba la Galería de las Caracolas (véase fig. 110) al sur de de que los caracoles mismos provenían de la cuenca del
la Plaza Circular del templo de Chavín. Los veinte pututos Guayas, en Ecuador, o de lugares aún más lejanos, y que las
yacían sobre el piso de la antigua galería. tallas a menudo sean del estilo Cupisnique de la costa norte,
indica que para el periodo Chavín ya había quedado estable­
Pero hay diferencias significativas entre estos dos descubri- cida una interacción que se extendía a lo largo de varios miles
mientos de las galerías: mientras que para Lumbreras (1993) de kilómetros. A diferencia de los pututos de las tumbas de
los hallazgos realizados en la Galería de las Ofrendas daban Kuntur Wasi (véanse cat. nos. 64-66), los de Chavín tienen
fe de un único evento sacrificial, Rick pudo mostrar que la todos un corte distintivo cerca de la abertura cuya finalidad
pequeña Galería de las Caracolas, que mide apenas 6 x 1,2 m, no queda del todo clara. El agujero a través del cual se soplaba
fue usada durante largo tiempo exclusivamente como depósito la trompeta siempre está finamente trabajado. Las marcas
de los pututos, utilizados en actividades ceremoniales llevadas dejadas por los textiles muestran que los pututos estuvieron
a cabo en la Plaza Circular. envueltos en telas que no han subsistido.
338 CHAVÍN 339 Los pututos de Chavín

122
PUTUTO CON DECORACIÓN
TALLADA

Caracol tallado, cortado y perforado


23,5 x 20 x 19,9 cm
ca. 900-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional Chavín
Chavín de Huántar, departamento
de Áncash
Reg. Nac. No. 0000002914
340 CHAVÍN 341 Los pututos de Chavín

123
PUTUTO CON DECORACIÓN
TALLADA

Caracol tallado, cortado


y perforado
22 x 16 x 21 cm
ca. 900-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional Chavín
Chavín de Huántar,
departamento de Áncash
Reg. Nac. No. 0000002918

124
PUTUTO CON DECORACIÓN
TALLADA

Caracol tallado, cortado y perforado


26 x 20 x 23,5 cm
ca. 900-550 a.C.
Ministerio de Cultura del Perú
Museo Nacional Chavín
Chavín de Huántar,
departamento de Áncash
Reg. Nac. No. 0000002915
342 CHAVÍN 343 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

Los hallazgos de la El descubrimiento de la Galería de las Ofrendas, uno de los Las descripciones del catálogo que siguen a continuación Cerámica Chavín
sistemas subterráneos de galerías ubicado cerca de la Plaza recurren al análisis y la categorización que Luis G. Lumbreras
Galería de las Ofrendas Circular (véanse figs. 110, 118), marcó un hito importante en la hiciera sobre los hallazgos realizados en esta galería, cuyos La cerámica Chavín comparte muchos rasgos iconográficos
historia de la arqueología de Chavín. La entrada a ella, descu- resultados presentó en una extensa y detallada monografía y estilísticos con las decoraciones esculpidas en los monumen-
bierta por Marino González en 1965, fue sellada con bloques publicada en 1993. La cerámica fue clasificada según su ma­ tos principales del templo. Los materiales usados para fabricar
largos de piedra, enterrados debajo de estructuras erigidas terial, forma, técnica de manufactura así como sobre la base las vasijas varían considerablemente. Además de aquellos
después del periodo Chavín. La Galería de las Ofrendas figura de los aspectos artísticos de la decoración. Se definieron tres elementos típicos de Chavín, resultan particularmente asom-
entre los hallazgos arqueológicos más importantes realizados categorías principales: cerámica Chavín (decorada con motivos brosas la enorme gama de formas y la calidad artística arte­
en el Perú, puesto que el contexto del descubrimiento nos dice que se parecen a los de las esculturas en piedra del templo sanal. Los alfareros ejercieron una considerable libertad
mucho sobre la temprana actividad humana cuando el templo mismo), alfarería simple (sin adornos) y cerámica no-Chavín artística, así como una gran creatividad en la forma en que se
de Chavín se encontraba en apogeo. (que tenía las características de tradiciones alfareras de otras aproximaron al diseño.
regiones).
Luis Guillermo Lumbreras, arqueólogo peruano y coautor de Los siguientes estilos cuentan todos como cerámica Chavín:
este libro, dirigió las excavaciones en Chavín (véase cap. 4.5) El fechado radiocarbónico de la Galería de las Ofrendas dio Dragoniano, Qotopukyo, Ofrendas, Chavín o estilo Chavinoide,
entre 1966 y 1973, y supervisó la excavación de la Galería de una fecha de ca. 750 a.C. (Lumbreras 1989, p. 113), la cual y el estilo Floral.
las Ofrendas entre agosto de 1966 y abril de 1967. La larga se sitúa al centro del periodo constructor más intenso de
galería subterránea consta de un pasadizo central que corre Chavín, la llamada fase Blanco y Negro (ca. 900-550 a.C.;
de este a oeste, de aproximadamente 1,9 m de alto, 90 cm de véase cap. 4.3).
ancho y 24 m de largo, del cual salen nueve cámaras laterales
en dirección norte-sur, cada una de las cuales tiene 3,6 m de Aquí presentamos los cuarenta objetos restaurados más finos
largo y 1 m de ancho. La galería originalmente estuvo revestida provenientes de la Galería de las Ofrendas. Actualmente estos
con un enlucido de barro pintado. En una capa de tierra roja se encuentran conservados en el depósito del Museo de
muy dura sobre el piso de la galería se encontraron numerosas Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor
ofrendas: un total de 18,275 fragmentos de seiscientos ochen- de San Marcos, en Lima.
taiún vasijas de cerámica, cuarenta y seis objetos de piedra,
una cuenta de cerámica, y sesenta y nueve artefactos de
hueso. A ello le debemos sumar 3,572 pedazos de huesos de
diversos animales, así como huesos humanos que parecen
haber sido hervidos (véase cap. 4.5 y Lumbreras 1993).

A juzgar por la situación en la cual se descubrieron estas


piezas, la galería debió haber tenido acceso durante un perio-
do considerablemente largo, y es de presumir que las vasijas
depositadas allí originalmente contuvieron ofrendas de comida
y bebida. Los diferentes estilos alfareros encontrados en ella
señalan varias y distintas regiones de origen, lo que indicaría
que Chavín alguna vez fue un importante centro para los
peregrinos de toda la región andina norcentral.
344 CHAVÍN 345 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

ESTILO DRAGONIANO

Las vasijas de estilo Dragoniano cuentran a lo largo de la costa


son notables por la alta calidad ecuatoriana, el caimán (Melano-
de su trabajo. Su color es varia- suchus niger) solamente vive al
do, fueron elaboradas con un este de los Andes, en las tierras
compuesto de arcilla especial, bajas de la Amazonía. El poder,
y cuentan con un acabado liso la peligrosidad y lo exótico de
casi aterciopelado. Las vasijas estas bestias provenientes de
fueron pulidas hasta alcanzar regiones distantes les prestaban
un fuerte brillo. Las incisiones un gran poder simbólico. En
son la forma de decoración muchos casos solamente apare-
predominante, pero también se cen algunos rasgos claves, como
encuentran diseños estampados sus colmillos curvos amenazan-
y punteados. Las botellas y los tes.
cuencos son las únicas formas
de vasijas halladas en este Con toda probabilidad, muchas
estilo. de las representaciones son
imágenes extraídas de la mito­
El estilo Dragoniano está defi­ logía del periodo Chavín. El
nido por su propio y distintivo Obelisco Tello (véanse las figs. 5
repertorio iconográfico de mo­ y 116) es la escultura en piedra
tivos, que consta de criaturas más importante que muestra
complejas semejantes a drago- un estilo similar al Dragoniano.
nes, criaturas híbridas o los En este caso el motivo se trata 125 126 127
elementos que las componen. también de una criatura pri­ CUENCO CON DOS CRIATURAS CUENCO CON CRIATURA CUENCO CON CRIATURA
Se cree que estas criaturas, mordial semejante a un dragón, DRAGONIANAS DRAGONIANA DRAGONIANA
que fueron representadas sobre representada de forma dual y
todo en forma dual (¿macho/ probablemente ilustra la tra­ Cerámica; modelada y pulida Cerámica; modelada y pulida Cerámica; modelada y pulida
Decoración en relieve e incisa en Decoración en relieve e incisa en Decoración en relieve e incisa en
hembra?), fueron derivadas del dición oral Chavín. En lo que
la base y en el exterior la base y en el exterior la base y en el exterior
cocodrilo o del caimán. Mientras se refiere al estilo, la cerámica 7,3 x 21 cm 8,3 x 18,8 cm 8,7 x 18,5 cm
que los cocodrilos (Crocodylus Dragoniana tiene una cierta ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
acutus) —al igual que la ostra afinidad con la región de la Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y
espinosa (Spondylus) y el cara- Museo de Arqueología y Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional
costa central.
Antropología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima
col marino (Strombus)— se en-
Mayor de San Marcos, Lima Reg. Nac. No. 00002464 Reg. Nac. No. 00003051
Reg. Nac. No. 00002466 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-316 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-91
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-78 Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, pl. 30, 311a pl. 22, 292a pl. 22, 291a
346 CHAVÍN 347 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

128
CUENCO CON CRIATURA
DRAGONIANA CON CABEZA
DE COCODRILO, DE CUERPO
ENTERO Y ENROLLADO

Cerámica modelada y pulida


Decoración incisa en la base y en
el exterior
7,3 x 17,2 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00002465
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-109
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
pl. 23, 294a
348 CHAVÍN 349 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

129 130
CUENCO CON CRIATURA CUENCO CON DOS CABEZAS
DRAGONIANA CON CABEZA CON UN SOLO DIENTE
DE COCODRILO
Cerámica modelada y pulida
Cerámica modelada y pulida Decoración incisa profunda en la
Decoración en relieve e incisa base y en el exterior
en la base y en el exterior 7,5 x 19,1 cm
7,9 x 18,8 cm ca. 900-550 a.C.
ca. 900-550 a.C. Museo de Arqueología y
Museo de Arqueología y Antropología, Universidad Nacional
Antropología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima
Mayor de San Marcos, Lima Reg. Nac. No. 00002467
Reg. Nac. No. 00002495 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-92
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-212 Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, pl. 31, 314a
pl. 22, 293a
350 CHAVÍN 351 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

131 132 133 134


CUENCO CON DOS PAREJAS CUENCO CON CUATRO BOTELLA CON CABEZAS DE BOTELLA CON DOS CABEZAS
DE CABEZAS CABEZAS DE UN AVE (¿LORO?) DOBLE GANCHO Y UN COLMILLO DE PERFIL CON COLMILLOS

Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida
Decoración incisa en la pared Decoración incisa en la pared Decoración incisa Decoración incisa
exterior exterior 22,9 x 13,5 cm 20 x 15,7 cm
7,7 x 18,1 cm 8,3 x 19 cm ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C. Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y
Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional
Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima
Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima Reg. Nac. No. 00003052 Reg. Nac. No. 00003055
Reg. Nac. No. 00002468 Reg. Nac. No. 00002471 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-208 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-261
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-116 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-226 Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, pl. 31, 313a pl. 32, 317a
pl. 33, 321a pl. 35, 338a
352 CHAVÍN 353 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

ESTILO QOTOPUKYO 135


BOTELLA CON UN SER
La cerámica de estilo Qoto- HÍBRIDO
pukyo es distintiva debido al
compuesto de una pasta are- Cerámica modelada y pulida
Decoración en relieve e incisa
nosa usada al fabricarla, lo
23,8 x 19,1 cm
que dio como resultado una ca. 900-550 a.C.
superficie de textura irregular. Museo de Arqueología y
La mayoría de las vasijas son Antropología, Universidad Nacional
de color gris claro y solamen- Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003054
te en algunos casos aislados
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-311
de superficie crema. Las vasi- Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
jas fueron modeladas por en- pl. 44, 384a
rollado y luego fueron cubier-
tas con un engobe previo a su
La figura mostrada en esta
cocción. En la mayoría de los
botella en vista frontal se
casos la cocción determina el
conoce como el “ser emplu-
contraste entre distintos aca-
mado que saluda”. Tiene
bados de la superficie —por
la mano derecha levantada y
ejemplo, pulido y mate— y, lo
la izquierda apuntando hacia
que es aún más importante,
abajo o hacia atrás. La posi-
se obtuvieron las texturas
ción del brazo y de las manos
específicas de la superficie
es igual que en la del Lanzón,
puntillado-rayado y corrugado.
la deidad suprema de Chavín
La forma característica es la
(Lumbreras 1993, p. 36;
“garrafa” (cat. no. 136, 137),
véase la fig. 4).
pero hay varias formas de
“florero” (cat. no. 135). Hasta
la fecha solo hay una evi­
dencia de un gollete-estribo
y unos cuantos cuencos de
estilo Qotopukyo.

La decoración comprende
elementos fuertemente abs-
tractos y partes de criaturas
compuestas, tales como ojos,
bocas, manchas, y patas.
También se usaron formas
geométricas, tales como cír­
culos, bandas en espiral, gan-
chos y un conjunto de figuras 136 137
que con seguridad son signos BOTELLA CON MOTIVOS BOTELLA CON MOTIVOS DE
de algún tipo. Una forma espe- ESPIRALADOS FLORES (O PERFIL DE CACTO
cial es la botella (cat. no. 135) DE SAN PEDRO)
Cerámica modelada y pulida
que representa una criatura Decoración incisa Cerámica modelada y pulida
antropomorfa. Al igual que en 29,6 x 13 cm Decoración corrugada e incisa
el caso del estilo Dragoniano, ca. 900-550 a.C. 29,7 x 11,2 cm
la cerámica de estilo Qotopuk- Museo de Arqueología y ca. 900-550 a.C.
Antropología, Universidad Nacional Museo de Arqueología y
yo tiene cierta similitud con
Mayor de San Marcos, Lima Antropología, Universidad Nacional
la región de la costa central. Reg. Nac. No. 00002476 Mayor de San Marcos, Lima
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-253 Reg. Nac. No. 00003055
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-310
354 CHAVÍN 355 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

ESTILO OFRENDAS 138 139


CUENCO CON FIGURAS BOTELLA CON MOTIVOS DE
Las vasijas decoradas de estilo DE PECES CRUSTÁCEOS ENTRE BANDAS (?)
Ofrendas se caracterizan por
la ejecución tosca de los moti- Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida
Decoración incisa en el exterior Decoración en relieve e incisa
vos; en efecto, es como si los
e interior 16,3 x 12,4 cm
alfareros hubiesen intentado 5 x 18,3 cm ca. 900-550 a.C.
imitar los motivos de otros esti- ca. 900-550 a.C. Museo de Arqueología y
los. Las vasijas fueron decora- Museo de Arqueología y Antropología, Universidad Nacional
das mediante las incisiones y Antropología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima
Mayor de San Marcos, Lima Reg. Nac. No. 00002461
el pulido, y en algunos casos
Reg. Nac. No. 00002462 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-157
fueron pintadas con pintura Inv. No. 30.03.00-BC2-4-103
blanca. Algunas vasijas también Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
resaltan por su autonomía pl. 20, 288a, 288b
estilística y aparente imper­
meabilidad a la influencia de
otros estilos Chavinenses.
Entre estas últimas tenemos
un cuenco decorado con ocho
peces en el interior y cuatro
en el exterior (cat. no. 138).
Cuencos de estilo Ofrendas han
sido encontrados principalmente
en la costa central, en Ancón
y en los valles de Chillón y
Rímac.
356 CHAVÍN 357 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

ESTILO FLORAL ESTILO CHAVÍN 141 142


Y CHAVINOIDE CUENCO CON DOS SERES BOTELLA CON MOTIVOS
El estilo Floral constituye una turados que a su vez contrastan estilo es el “nudo de flores”, que sido interpretadas también de MONSTRUOSOS DE PLUMAS
variante decorada del estilo con las áreas pulidas. La textura consta de dos bandas que termi- diversos modos como cóndores Esta variante reúne vasijas
Ofrendas. Pero mientras los es lograda principalmente con nan en flores en un extremo, o como ciertas especies de atípicas, que no puede asignarse Cerámica modelada y pulida Este cuenco es similar a los de Cerámica modelada y pulida
Decoración incisa y con un achurado estilo Qotopukyo pero fue hecho Decoración incisa sobre fondo
motivos de la mayoría de las texturado o mecido fino. que se entrelazan en el centro halcón. Las representaciones de modo inequívoco a ningún
9,4 x 11,5 cm burilado o mecido dentado profundo
vasijas del estilo Ofrendas son formando una unidad decorati- de felinos y aves también se estilo. Hasta la fecha solamente con un material diferente, una
ca. 900-550 a.C. 19 x 13 cm
comparativamente toscas, lo Una forma que es típica del va. Otro que parece ser bastante encuentran en los relieves en se han hallado unos cuantos Museo de Arqueología y pasta marrón arenosa. Las dos ca. 900-550 a.C.
que sugiere que eran solo para estilo Floral y que no se da en común es un diseño en forma de piedra. ejemplares de cerámica de Antropología, Universidad cabezas se encuentran separa- Museo de Arqueología y
uso doméstico, las de estilo las piezas del estilo Ofrendas, “Flor de Lys”, una flor retratada estilo Chavinoide; podría incluso Nacional Mayor de San Marcos, Lima das por una banda ancha, que Antropología, Universidad
Reg. Nac. No. 00002475 define al mismo tiempo el labio Nacional Mayor de San Marcos, Lima
Floral evidencian un mayor es una forma semejante a un de perfil, compuesto por tres El estilo Floral parece haber definirse un nuevo estilo una
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-87 Reg. Nac. No. 00003057
grado de habilidad, lo que indica florero. Tiene un gollete largo, bandas que terminan en puntas. estado difundido cerca de vez que se hayan encontrado superior de la criatura. Los ojos
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, Inv. No. 30.03.00-BC2-4-320
que tal vez fueron hechas para delgado y usualmente abocina- A diferencia del estilo Drago­ Chavín, pues hasta hoy los más objetos. pl. 46, 398a alargados con iris excéntrico Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
rituales. do, un cuerpo achatado, de niano, en el Floral no hay un únicos otros ejemplos conocidos son claramente reconocibles, pl. 40, 365a
contorno elipsoide. El gollete es, solo motivo dominante. Hay son los que se encontraron en al igual que las fosas nasales
Las vasijas fueron hechas con en general, tres a cuatro veces representaciones naturalistas Kotosh (Huánuco). Aunque no hemisféricas dilatadas. Esta es una de las pocas vasijas
el proceso de modelado y pale- más largo que el cuerpo. Los de felinos y aves, al igual que hay evidencia alguna de su conservadas intactas. La forma
teado, y está claro que se tuvo cuencos, de otro lado, son muy criaturas sobrenaturales como presencia en la costa central de la botella coincide con la
mucho más cuidado con el parecidos a los de estilo Ofren- el “dragón floral”. Las aves de o sur, es probable que sí haya del estilo Ofrendas, en tanto
acabado de la superficie que en das. rapiña con las alas extendidas habido vínculos de algún tipo que el diseño, la decoración y la
el caso de las vasijas Ofrendas. (cat. no. 140) constituye igual- con la costa norte. técnica de fabricación son más
La decoración se destaca por El motivo más característico mente un motivo en los relieves del estilo Dragoniano.
el contraste entre campos tex- y difundido de todos los de este en piedra (cf. cat. no. 113) y han

140
BOTELLA CON DOS CRIATURAS
HÍBRIDAS, SIMILARES A LAS
AVES RAPACES

Cerámica modelada y pulida Esta criatura semejante a un


Decoración incisa y textura de ave tiene colmillos de felino
burilado dentado fino
detrás de su pico, razón por
21,6 x 12 cm
ca. 900-550 a.C. la cual ha sido descrita como
Museo de Arqueología y una criatura híbrida (véase la
Antropología, Universidad Nacional mezcla de ave y felino ilustrada
Mayor de San Marcos, Lima en cat. no. 8).
Reg. Nac. No. 00003056
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-140
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
pl. 49, 415a
358 CHAVÍN 359 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

CERÁMICA NO-CHAVÍN CERÁMICA WACHEQSA

“Cerámica no-Chavín” es el El estilo Wacheqsa es notable- figurativas fueron modeladas Resulta interesante señalar que,
nombre dado a aquellas vasijas mente homogéneo en lo que para que se vieran como frutas aunque es rara en Chavín, la
que, a juzgar por sus caracte­ se refiere a la arcilla, la técnica montadas sobre una base cilín- cerámica Wacheqsa siempre se
rísticas, distribución y técnicas de producción (enrollado) y los drica. encuentra junto a la alfarería
de producción, probablemente elementos decorativos. Todas Chavín, ya sea que se trate de
pertenezcan a una tradición estas piezas de color rojo Hay dos estilos Wacheqsa un contexto ceremonial como
cultural distinta. Estos ceramios oscuro se encuentran cubiertas distintivos, Wacheqsa A y es el caso aquí, o más bien de un
podrían muy bien haber sido parcial o íntegramente por Wacheqsa B. La cerámica del contexto doméstico. Sus obvios
producidos en distintos talleres grafito gris-negro y decoradas primer tipo (cat. nos. 143-148) vínculos con la costa norte y la
de aldeas en regiones culturales con incisiones, cortes y modela- se encuentra dividida en zonas llamada cerámica “Cupisnique
distintas, una hipótesis que do. Se han encontrado botellas, de pintado con grafito sobre Transitorio” (cf. cat. nos. 143 y
queda respaldada por la simple cántaros y cuencos. Se conocen una superficie de engobe rojo, 47; véase también cat. no. 49),
variedad de los métodos de botellas asa estribo con un es- y ocasionalmente presenta un y aún más con la cerámica
producción. Cada uno de estos tribo rectangular y gollete bul- patrón inciso sobre la arcilla del valle de Virú, prueban sin
estilos alfareros recibió su boso, al igual que ejemplares seca usando un fino buril. En el embargo que era importada.
nombre del lugar donde fue con un estribo de forma anular caso de la cerámica Wacheqsa B Cerámica del estilo Wacheqsa A
descubierto. grueso. Los cuerpos pueden es característico el brillo plomi- ha sido hallada tanto en el valle
ser esféricos, de base plana, zo conseguido hundiendo las del Santa como en el de Casma,
Los siguientes estilos alfare­ros cilíndricos o figurativos. Tam- vasijas en grafito (cat. no. 149) por ejemplo en Cerro Sechín
se consideran cerámica bién se han encontrado cánta- y los patrones incisos realizados (cap. 2.5).
no-Chavín: Wacheqsa, Mosna, ros esféricos de cuerpo redon- en la arcilla cuando todavía está
Puksha, Raku, Puca Orqo do, cuello corto y angosto, así fresca.
(no incluido aquí) y cerámica como cuencos de base plana y
atípica. paredes abiertas. Las botellas

143
BOTELLA ASA ESTRIBO
EN FORMA DE FRUTOS

Cerámica modelada, incisa y


puntillada, pintada parcialmente
con pintura de grafito
21 x 16 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropo­logía, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003064
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-201

Se cree que los frutos en


cuestión representados en
esta vasija son pepinos dulces
(Solanum muricatum).
360 CHAVÍN 361 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

144 145
BOTELLA ASA ESTRIBO ROJA BOTELLA ASA ESTRIBO ROJA

Cerámica modelada y pulida Cerámica modelada y pulida


23,7 x 16,6 cm 22,5 x 16,4 cm
ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00002484 Reg. Nac. No. 00003058
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-284 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-293

146
CÁNTARO CON UN MOTIVO
GEOMÉTRICO

Cerámica modelada y pulida, pintada


parcialmente con pintura de grafito
19,9 x 19 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00002488
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-268
362 CHAVÍN 363 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

147 148
CUENCO CON DISEÑOS DE CUENCO CON DISEÑOS DE
PATRONES GEOMÉTRICOS PATRONES GEOMÉTRICOS

Cerámica modelada y pulida, Cerámica modelada y pulida,


grabada y pintada parcialmente con grabada y pintada parcialmente con
pintura de grafito pintura de grafito
6,5 x 24,1 cm 7,3 x 23,4 cm
ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00002489 Reg. Nac. No. 00002490
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-241 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-317

149
BOTELLA CON TÍPICA
DECORACIÓN CUPISNIQUE

Cerámica modelada, incisa con


punzón romo sobre superficie blanda
18,3 x 15,2 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003065
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-229
Dibujo de: Luis G. Lumbreras 1993,
pl. 72, 579a, 579b
364 CHAVÍN 365 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

CERÁMICA MOSNA

Lo que distingue a la cerámica vez provino del mismo yacimien- de la forma es una de las carac- La cerámica Mosna es fácil de
Mosna de otras es su superficie to y al estar temperada con terísticas del estilo Mosna A distinguir de la alfarería Chavín
de color anaranjado-cremoso, arena muestra como resultado (cat. no. 150). Algunas vasijas y de la alfarería Cupisnique.
con motivos pintados en rojo. una textura irregular. El con­ tienen motivos que terminan en Han sido encontradas en las
Hay varias formas distintivas de texto de su producción era casi una cabeza zoomorfa que regiones de la sierra de Caja-
botellas, cántaros y cuencos, las con toda certeza doméstico. cuelga hacia abajo de las líneas marca, Áncash y Huánuco, pero
cuales tienen una base redon- Dentro del estilo Mosna pode- paralelas. El estilo Mosna B no en la costa.
deada. Las cántaros tienen un mos distinguir dos subestilos: está representado por una sola
cuerpo esferoidal y un cuello Mosna A y Mosna B. Dos líneas botella (cat. no. 151). Salvo por
hiperbólico (cat. no. 150). Las paralelas alrededor del gollete, la base, esta pieza está pintada
piezas fueron elaboradas con el cuello o el labio de las vasijas, de rojo e incluye dos mazorcas
torno. La materia prima utiliza- estableciendo un área de segre- de maíz incisas definidas aún
da para todas estas piezas tal gación entre ambos elementos más con un punteado.

150
CÁNTARO GLOBULAR CON
MOTIVO ZOOMORFO PINTADO

Cerámica modelada, con pintura


roja sobre naranja
17,7 x 19 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003038
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-122

151
BOTELLA ROJA CON MOTIVOS
DE DOS MAZORCAS DE MAÍZ (?)

Cerámica modelada y pintada de rojo


con decoración incisa y punteada
17,8 x 14,7 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003060
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-319
366 CHAVÍN 367 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

ESTILO PUKSHA CERÁMICA RAKU 154


BOTELLA ASA ESTRIBO CON
La cerámica Puksha fue pro­ La cerámica Raku conforma un DOS CABEZAS DE PERFIL
ducida enrollando una pasta grupo artísticamente homogé-
con desgrasante pequeño y neo. Todas las vasijas de este Cerámica modelada, pulida e incisa
18,7 x 14,4 cm
disperso, de arcilla roja oscura, estilo fueron hechas con el
ca. 900-550 a.C.
cubriéndose luego con una capa mismo compuesto de arcilla, Museo de Arqueología y
gruesa de un engobe rojo. La son casi todas del mismo Antropología, Universidad Nacional
decoración del engobe es de tamaño y quizá procedan de Mayor de San Marcos, Lima
múltiples colores y los motivos un mismo taller. Casi toda la Reg. Nac. No. 00003063
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-312
se diferenciaban con incisiones. cerámica Raku está conformada
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
por botellas asa estribo con pl. 65, 503a
Entre las formas típicas tene- picos de forma anular o trape-
mos las botellas asa estribo zoidal y una base plana. Hay
En esta botella, las dos cabezas
y botellas con gollete tubular tres estilos Raku: A, B y C. Las
antropomorfas que miran a la
largo, comparable con los vasijas Raku A fueron decoradas
izquierda y están unidas por una
“floreros” de los estilos Floral con incisiones cuando la arcilla
banda doble, tienen colmillos,
y Qotopukyo. El motivo más estaba en estado de cuero y
ojos excéntricos que miran hacia
común en la iconografía Puksha pulida pero aún no había sido
arriba y lo que constituye un
relativamente simple es un cocida. Las criaturas retratadas
tocado. La representación coin-
“Ser Oculado”, una figura seme- en ella son todas atribuibles al
cide con la iconografía Cupisni-
jante a un búho. La cerámica estilo Cupisnique de la costa
que (cf. por ejemplo cat. no. 28)
Puksha es muy rara y probable- norte (cf. las botellas asa estribo
y es por ende comparable con
mente quedó restringida a en cat. nos. 28 y 154). Aunque
artefactos de Kuntur Wasi,
apenas unos cuantos lugares. la decoración semejante a un
especialmente los dos aretes
relieve, cubriendo toda la super-
que se muestran en la cat. nos.
ficie de la vasija es un rasgo
152 153 83 y 84. Lo que estamos viendo
característico de Raku B, sola-
BOTELLA DE CUELLO BOTELLA DE CUELLO es presumiblemente una metá-
mente conocemos Raku C por
TUBULAR RECTO Y LARGO TUBULAR RECTO Y LARGO fora dualista. Mientras que aquí
fragmentos. El estilo Raku B
las dos cabezas están unidas,
tuvo una amplia difusión en la
Cerámica modelada, engobe rojo, Cerámica modelada, engobe rojo, los dos aretes de Kuntur Wasi
pulida pulida costa norte, desde Jequetepe-
pueden juntarse para formar
22,9 x 14,7 cm 20,3 x 14,3 cm que hasta Trujillo, pero también
un solo rostro visto de frente,
ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C. ha sido encontrada en Garagay.
Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y
como en el relieve de piedra de
Podemos por ello decir que la
Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional cat. no. 107.
cerámica Raku forma parte de
Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003068 Reg. Nac. No. 00003059 la tradición iconográfica de la
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-215 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-318 cultura Cupisnique.
368 CHAVÍN 369 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

CERÁMICA MISCELÁNEA 155 158


Y QUE NO HA PODIDO SER CUENCO CON DECORACIÓN BOTELLA CON MOTIVOS DE
IDENTIFICADA ABSTRACTA MOLUSCOS MARINOS

Cerámica modelada, incisa y pulida Cerámica modelada y pulida morado o rojo, eran convertidas
7,3 x 19 cm Decoración en relieve e incisa, con en joyas y a veces usada como
ca. 900-550 a.C. pintura de grafito sobre engobe rojo
ofrenda. Los caracoles de
Museo de Arqueología y 12 (el cuello está ausente) x 16,9 cm
Antropología, Universidad Nacional ca. 900-550 a.C. Strombus se usaban para fabri-
Mayor de San Marcos, Lima Museo de Arqueología y car trompetas o pututos, que
Reg. Nac. No. 00003062 Antropología, Universidad Nacional tuvieron un papel clave en las
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-85 Mayor de San Marcos, Lima ceremonias celebradas en el
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, Reg. Nac. No. 0000107458
templo de Chavín (cat. nos. 122-
pl. 82, 654a Inv. No. 30.03.00-BC2-4-200
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993, 124); también se encontraron
En este cuenco la decoración pl. 62, 487a pututos en las tumbas de Kuntur
incisa es similar a la que prac­ Wasi (cat. nos. 64-66).
ticara la cultura Cupisnique en Esta botella atípica se encuen-
la costa norte. La superficie tra decorada con representacio- El ser sobrenatural ilustrado
finamente pulida es negra y nes en alto relieve de Strombus en cat. no. 108 sostiene una
reflectante. y Spondylus. Ambos moluscos concha de Spondylus en su
viven en las cálidas aguas del mano izquierda y un Strombus
Pacífico, frente a las costas del en la derecha, objetos cuyo
Ecuador y aún más al norte. poder simbólico conjunto enfa­
Sus conchas fueron de crucial tiza su importancia. Ambos
importancia simbólica para las tipos de concha también apa­
culturas tempranas de los recen juntos en cat. no. 41,
Andes Centrales y de Meso­ donde fueron representados
américa. La doble concha del por separado pero unidos por
Spondy­lus u ostra espinosa, el asa estribo, lo que indica que
cuyo color puede variar de esta forma de asa-estribo casi
blanco a blanco amarillento, con toda certeza representaba
un símbolo dualista.

156 157
CUENCO CON VERTEDERO CUENCO CON MOTIVO DE
LATERAL Y DECORADO CON ESCAMAS DE PEZ
CÍRCULOS CONCÉNTRICOS
Cerámica modelada, incisa y pulida
Cerámica modelada, incisa y pulida 6,8 x 21,7 cm
6,2 x 17,9 cm ca. 900-550 a.C.
ca. 900-550 a.C. Museo de Arqueología y
Museo de Arqueología y Antropología, Universidad Nacional
Antropología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima
Mayor de San Marcos, Lima Reg. Nac. No. 00002481
Reg. Nac. No. 00003047 Inv. No. 30.03.00-BC2-4-105
Inv. No. 30.03.00-BC2-4-119
Este cuenco podría estar
emparentado de algún modo con
el estilo Dragoniano.
370 CHAVÍN 371 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

ARTEFACTOS DE PIEDRA 159


VASIJA DE PIEDRA CON DOS
CRIATURAS HÍBRIDAS

Piedra tallada y pulida, pintada de


rojo
9,1 x 6,6 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003072
Inv. No. 30.03.00-BC2-1-3137
Dibujo: Luis G. Lumbreras 1993,
pl. 85, 671a, 671b

Las dos figuras principales


representadas aquí parecen
tener alas y un cuerpo seme­
jante al de un cocodrilo. Las
formas del rostro y el cuerpo
están entrelazadas y son difíci-
les de interpretar. La vasija es
comparable con las vasijas de
piedra de estilo Limoncarro.

160
MORTERO CON DECORACIÓN
GEOMÉTRICA

Piedra volcánica tallada y pulida


20 x 18,5 cm
ca. 900-550 a.C.
Museo de Arqueología y
Antropología, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Lima
Reg. Nac. No. 00003069
Inv. No. 30.03.00-BC2-1-3131
372 CHAVÍN 373 Los hallazgos de la Galería de las Ofrendas

161 162 163


MORTERO ESCULTURA DE UN ANIMAL RECIPIENTE EN FORMA
(¿ALPACA?) DE UN PEZ
Piedra (pórfido jaspeado) tallada
y pulida Piedra (granodiorita) tallada Piedra (granodiorita) tallada
7 x 14,4 cm y pulida y pulida
ca. 900-550 a.C. 16,5 x 9 x 9,9 cm 37 x 19,9 x 7,4 cm
Museo de Arqueología y ca. 900-550 a.C. ca. 900-550 a.C.
Antropología, Universidad Nacional Museo de Arqueología y Museo de Arqueología y
Mayor de San Marcos, Lima Antropología, Universidad Nacional Antropología, Universidad Nacional
Reg. Nac. No. 0000154509 Mayor de San Marcos, Lima Mayor de San Marcos, Lima
Inv. No. 30.03.00-BC2-1-6129 Reg. Nac. No. 00003071 Reg. Nac. No. 00003073
Inv. No. 30.03.00-BC2-1-3138 Inv. No. 30.03.00-BC2-1-3135
374 CHAVÍN 375 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

Paracas y Mochica: la periferia Esta sección del catálogo presenta objetos de las culturas El Formativo Final (ca. 400-200 a.C.) vio la desintegración
Paracas y Mochica. La primera de ellas se desarrolló (ca. 800- de la tradición Chavín en la costa norte (véase cap. 5.2). La
y el legado de las innovaciones 200 a.C.) en la costa sur del Perú y fue definida arqueoló­ práctica ritual parece haber perdido gran parte de su poderío
del Formativo gicamente luego del sensacional descubrimiento de fardos y la visión del mundo, así como la mitología, y los dioses de la
funerarios bien conservados en la península de Paracas, de cultura Chavín parecen haber agotado su potencial. Diversas
la cual derivó su nombre. Como se explica en el cap. 2.2, esta culturas locales emergieron entonces, pero de ellas solamente
región desarrolló una cultura propia distintiva; la influencia la cultura Mochica -con sus célebres monumentos arquitectó-
de motivos iconográficos de estilo Chavín provenientes de la nicos y magníficas tumbas-, que se desarrolló entre los siglos
costa y la sierra septentrional es, a pesar de todo, claramente I y IX d.C., fue lo suficientemente poderosa como para unir
visible e indica que las sociedades de la región de la costa sur bajo su área de influencia a sociedades variadas, que se exten-
formaban parte de la misma cultura ritual y compartieron dieron sobre un vasto territorio. Como todo esto sucedió en
conceptos fundamentales con la esfera cultural de Chavín. Las la misma región en la que la cultura Cupisnique floreció duran-
similitudes fueron particularmente pronunciadas durante el te el Formativo, se hizo un esfuerzo consciente para revivir
periodo Paracas Temprano, entre ca. 800 y 600 a.C., mientras las formas y las imágenes de ese pasado. La botella asa estri-
que el periodo subsiguiente vio innovaciones algo más regio- bo reapareció y el nuevo panteón fue encabezado por un
nales, que eventualmente llevaron al desarrollo de la cultura ser antropomorfo con atributos felinos, parecido a las figuras
Nasca (200 a.C.-650 d.C.). Los objetos presentados a conti- claves representadas en Chavín. Los artefactos presentados
nuación no solamente muestran cómo fue que la cultura Para- aquí proporcionan una impresionante evidencia de este rena­
cas formaba parte de la más amplia esfera cultural de Chavín, cimiento deliberado de los temas y elementos iconográficos
sino también cómo y en qué difería de ella. del Formativo.
376 CHAVÍN 377 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

164
PONCHO CON MOTIVOS
DE FELINOS Y HUMANOS

Tejido de doble tela, teñido, Este poncho extraordinariamen- una criatura semejante a una
con bordes aplicados te bien conservado se usaba serpiente en sus zarpas, ¿o tal
Algodón y fibra de camélido
pasando la cabeza por la ranura vez se trata de una cabeza
109 x 83 cm
Periodo Paracas Tardío del cuello ubicada al medio, de trofeo? Dentro de su cuerpo
(fase Paracas Necrópolis) modo tal que los flequillos col- hay un segundo felino, más
ca. 200-100 a.C. gaban por adelante y por atrás, pequeño, y un ter­cero en la
Ministerio de Cultura del Perú y que resultaba el mismo aspec- punta de su cola. Los flecos
Museo Nacional de Arqueología,
to de ambos lados. En ambos tienen un patrón con criaturas
Antropología e Historia del Perú,
Lima lados hay dos figuras. La figura bicéfalas y felinos. Unas figuras
Reg. Nac. No. 0000129812 antropomorfa de la izquierda antropomorfas que miran hacia
Inv. No. RT-1226 mira hacia arriba, tiene criatu- arriba, con cabellos en forma
ras semejantes a serpientes col- de serpientes que salen de su
gándole de la cabeza y también cabeza, figuran entre los moti-
sostiene una criatura idéntica vos centrales del arte Chavín,
en sus manos. Sentado a la pero varían con­siderablemente
derecha se encuentra un gran dependiendo del lenguaje artís-
felino, que sostiene también tico.
378 CHAVÍN 379 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

165
CAMISA CON EXTREMOS
BORDADOS Y FLECOS

Tejido de tela llana con bordado Los paneles decorativos de esta


multicolor e hilos teñidos camisa fueron bordados con
Algodón y fibra de camélido
felinos y “Seres Oculados”,
110 x 85 cm
Periodo Paracas Tardío identificables por su cabeza en
(fase Paracas Necrópolis) forma de corazón y ojos hexa­
ca. 300-100 a.C. gonales concéntricos. Los Seres
Ministerio de Cultura del Perú Oculados son un tema común
Museo Nacional de Arqueología,
en la cultura Paracas de la costa
Antropología e Historia del Perú,
Lima sur, donde los textiles no sola-
Reg. Nac. No. 0000129820 mente se han preservado gra-
Inv. No. RT-1215 cias al árido clima del desierto,
sino que además conservaron
notablemente bien sus colores
originales. Además de estos
textiles Paracas, los arqueó­lo­
gos encontraron numerosos
ejemplares decorados en el
estilo Chavín más clásico
(cf. cat. no. 53).
380 CHAVÍN 381 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

166 167
BOTELLA DOBLE PICO Y ASA BOTELLA DE UN FELINO
PUENTE CON DECORACIÓN
CHAVINOIDE Cerámica modelada, incisa, Los felinos fueron un motivo
pulida y pintada (post-cocción) central de la cultura Paracas,
21 x 9,2 x 17,5 cm
Cerámica modelada, incisa, La forma de esta botella doble distancias, las tradiciones arte- son fáciles de transportar y al tal como lo habían sido en la tra-
Periodo Paracas Medio
pulida y pintada (post-cocción) pico y asa puente es tan típica sanales en cambio tenían la ser portátiles probablemente dición alfarera Cupisnique de la
(fase Ocucaje 6)
17,8 x 14 cm
de la tradición alfarera de la tendecia a seguir siendo locales. fueron utilizados también para ca. 500-400 a.C. costa norte (cf. cat. nos. 32 y 33).
Periodo Paracas Temprano
costa sur, así como la botella La cerámica no era fácilmente transmitir y difundir las imá­ The Metropolitan Museum of Art, La figura de felino que apa­rece
(fases Ocucaje 4-5)
asa estribo es en las regiones transportable y por lo general genes. Fueron transportados así Nueva York. Colección Memoria aquí mira hacia arriba y su boca
ca. 800-500 a.C.
Michael C. Rockefeller
The Metropolitan Museum of Art, más al norte. Aunque la forma solamente era fabricada para a grandes distancias, ya fuera está llena de colmillos. El pico y
Legado de Nelson A. Rockefeller,
Nueva York está muy en consonancia con uso local. como presentes o como bienes el asa de esta vasija figurativa
1979
Donación Nathan Cummings, 1962
las tradiciones locales, la de­ Los santuarios y centros de para comerciar o intercambiar Inv. No. 1979.206.1148 difieren de los de las botellas asa
Inv. No. 62.266.72
coración incisa y pintada de peregrinaje como el templo de (cf. cat. no. 53). Nótese que el estribo de la tradición Cupisnique.
una cabeza de felino con colmi- Chavín fueron, sin embargo, pico encima del felino de esta Aunque hay claras diferencias
llos y ojos excéntricos que miran casos especiales, y sabemos botella fue esculpido en forma estilí­sticas, también hay similitu-
hacia arriba es un clásico motivo que los ceramios llevados allí de ave. des iconográficas y claros indica-
Chavín, lo cual prueba que si como ofrendas votivas o de dores de un sustrato común de
bien las ideas e imágenes podían sacrificio venían desde muy ideas y de una visión del mundo
transmitirse a través de grandes lejos. Los textiles, en cambio, compartida.
382 CHAVÍN 383 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

168
BOTELLA ASA ESTRIBO
DE UN ANIMAL LUNAR

Cerámica modelada y pulida, El “animal lunar” es un motivo Las cuatro patas apuntan hacia
con incrustaciones de madreperla importante del arte Mochica adelante y solamente la cola
13,7 x 10,3 x 20,1 cm
Temprano; su nombre se debe curva apunta hacia atrás. Los
Periodo Mochica Temprano
ca. 100-300 d.C. a su cuerpo curvo en forma de ojos redondos de la criatura
Museo Larco, Lima-Perú luna. La alfarería Mochica forman al mismo tiempo la
Reg. Nac. No. 0000027414 Temprano revivió el asa estribo cabeza de un ave que mira en
Inv. No. ML012803 introducida inicialmente durante dirección opuesta, al menos si
el Formativo, y volvió a darle interpretamos la esquina del
una gran importancia a la re­ ojo como un pico. La forma
presentación de criaturas híbri- rizada encima del ojo —o de la
das. Esta botella muestra a un cabeza del ave— podría inter­
animal sentado sobre sus patas pretarse como una serpiente,
traseras con la boca bien abier- la cual posiblemente también
ta llena de colmillos y fosas comparte la misma boca que
nasales sumamente distintivas. la criatura lunar.
384 CHAVÍN 385 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

Esta vasija figurativa muestra


a uno de los seres míticos
centrales del arte mochica,
cono­cido por los arqueólogos
como Ai-Apaec (“el decapita-
dor”) (véase cap. 5.2). Esta
vasija es un ejemplo impresio-
nante de cuán deliberado fue
el renacimiento, en la mitología
Mochica, de la iconografía y el
simbolismo del periodo Forma­
tivo: volvieron a aparecer tanto
la forma característica de la
botella asa estribo y atributos
tales como la boca con colmillos,
con sus esquinas vueltas hacia
abajo, los ojos excéntricos que
miran hacia arriba y las fosas
nasales dilatadas. El ave al
centro de lo que muy probable-
mente muestra una diadema
de oro en forma de un pulpo nos
dice que la figura se encuentra
en casa en los tres elementos:
el aire (el ave), el agua (el pulpo)
y la tierra (el felino). Los dos
elementos que salen de los
lados son patas de araña. Eso
nos daría una pista acerca de
lo que la figura originalmente
tuvo en sus manos. La iconogra-
fía Cupisnique del Formativo,
la cual claramente se evoca
aquí, representó a la araña como
una decapitadora (véanse caps.
2.3, 2.4; cat. no. 1). Esta hipóte-
sis queda confirmada por las
representaciones Mochica de
esta misma criatura conserva-
das intactas, en las cuales sos-
169
tiene un cuchillo en una mano
FIGURINA CON GOLLETE ASA
y una cabeza trofeo en la otra
ESTRIBO DE UN SER MÍTICO
(véase fig. 132). La comparación
Cerámica modelada, pulida,
con la escultura de Pacopampa
incisa y pintada del Formativo (cat. no. 10)
22 x 16,8 cm muestra aún más cómo fue que
Periodo Mochica Temprano la cultura Mochica recurrió a
ca. 100-300 d.C.
las imágenes y los elementos
Banco Central de Reserva del Perú,
Lima iconográficos de culturas ante-
Inv. No. ACE-507 riores.
386 CHAVÍN 387 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

172
BOTELLA ASA ESTRIBO CON
DISEÑOS DE CABEZAS DE
PERFIL CON COLMILLOS

Cerámica moldeada y pulida


20 x 11 cm
Periodo Mochica Medio
ca. 300-600 d.C.
Museo Larco, Lima-Perú
Nat. Reg. No. 0000016671
Inv. No. ML002984

Las cabezas de perfil que


aparecen a cada lado de esta
botella recuerdan el estilo
Chavín, al igual que las re­
presentaciones de las botellas
ilustradas en cat. nos. 170, 171;
son, por lo tanto, arcaísmos.

170 171
BOTELLA ASA ESTRIBO BOTELLA ASA ESTRIBO
CON DISEÑOS DE DRAGÓN CON DISEÑOS DE CABEZAS
DE ESTILO CHAVÍN DE PERFIL CON COLMILLOS

Cerámica moldeada y pintada Cerámica moldeada y pintada


11,5 (incompleta) x 10,9 cm 20,5 x 11,1 x 9,4 cm
Periodo Mochica Medio Periodo Mochica Medio
ca. 300-600 d.C. ca. 300-600 d.C.
Museo Larco, Lima-Perú Museo Larco, Lima-Perú
Nat. Reg. No. 0000016669 Nat. Reg. No. 0000016668
Inv. No. ML002982 Inv. No. ML002981

La representación de una Al igual que cat. no. 170, esta


cabeza de perfil con colmillos botella decorada con un relieve
recuerda a la iconografía y pintada con un engobe de
Chavín (como la botella de estilo color también es un regreso
Dragoniano de la Galería de las al estilo Chavín. Las tres pro­
Ofrendas del templo de Chavín, tuberancias encima del ojo se
cat. no. 134). Siguiendo la parecen a las cabezas de perfil
tradición alfarera Mochica las de estilo Cupisnique (cf., por
dos mitades de la vasija fueron ejemplo, cat. nos. 83, 84).
fabricadas con un molde, unidas
y pintadas antes de la cocción.
388 CHAVÍN 389 Paracas y Mochica: la periferia
y el legado de las innovaciones del Formativo

173
BOTELLA ASA ESTRIBO CON
ESCENA NARRATIVA PINTADA

Cerámica moldeada y pulida, El arte Mochica está cargado fueron utilizadas como instru- ce detrás denotan un lugar
pintada
de escenas narrativas, muchas mentos musicales llamados de origen exótico. Mientras
29 x 15,2 cm
Periodo Mochica Medio
de las cuales nos proporcio- pututos. Estos instrumentos que los pututos de Chavín de
ca. 500-600 d.C. nan un valioso panorama del fueron usados en templos de Huántar y de Kuntur Wasi es-
Museo Larco, Lima-Perú mundo en el cual vivía la so- Chavín y de Kuntur Wasi para taban reservados únicamente
Nat. Reg. No. 0000028269 ciedad de entonces. La escena producir sonidos que inducían para los sacerdotes, quienes
Inv. No. ML013653
en esta botella muestra a un trance (véase cat. nos. 122- en virtud a su encumbrada
gobernante sentado dentro 124, cat. nos. 64-66). Esta posición, podían comunicarse
de un edificio que recibe pre- escena en particular nos dice con los dioses, en la sociedad
sentes de caracoles marinos que, en la sociedad Mochica, Mochica las conchas de
(Strombus) llevados por una el Strombus también fue un Strombus tendieron a ser
caravana. Delante de él se objeto prestigioso de gran representadas como artículos
encuentra una botella retrato valor simbólico. El cinturón coleccionables pertenecientes
que presumiblemente se le de serpientes usado por la a gobernantes poderosos, y
había ofrendado. Los caraco- figura que encabeza la carava- podrían incluso haber servido
les de Strombus son nativos na recuerda a las serpientes como símbolos de su control
de las aguas tropicales, de que las figuras del Formativo sobre ciertas rutas comercia-
modo que tuvieron que ser usaban en los cinturones, del les, así como de su hegemonía
transportadas a lo largo de mismo modo los colmillos y política (cf. el cap. 5.2).
grandes distancias incluso el aspecto semejante al de un
durante el Formativo, cuando animal de la figura que apare-
390 CHAVÍN
NOTAS, CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
Y DE REPRODUCCIONES, BIBLIOGRAFÍA
392 CHAVÍN 393 Notas, créditos fotográficos y
de reproducciones, bibliografía

NOTAS INTRODUCCIÓN 1.1 CAPÍTULO 2.2 33. Fux et al. 2009; Fux 2011.
34. Kaulicke et al. 2009.
CAPÍTULO 2.5 17. Para un panorama general véase
Kaulicke 1994; Kaulicke 2010a.
14. Wiener 1880a (1993).
15. Middendorf 1974.
1. Renfrew y Bahn 2000, pp. 11-48. 1. El tamaño relativamente pequeño 1. ONERN 1972, p. 46.
35. Cordy-Collins 1975. 18. Dillehay 2011. 16. Ibíd.
2. Goodman 1978. de estos sitios arqueológicos pre­ 2. López 1982.
hispánicos es de gran beneficio 36. Isla et al. 2003; 19. Piperno 2011, fig. 14.1. 17. Kaulicke 1994; Tello 1923.
3. Langer 1987. 3. Tello 1956.
práctico para los arqueólogos, pues- Reindel e Isla 2006. 20. Wheeler 1982; Wheeler 2000. 18. Tello 1923.
4. Morgan 1877; White 1959. to que permite examinar varias 4. Collier 1962.
37. Silverman 1994; Silverman 21. Kaulicke 2000b. 19. Poma de Ayala 1613 (1992);
5. Childe 1936. fases de desarrollo en los estudios 1996. 5. Thompson 1961; Thompson 1962;
22. Wheeler 1982; Wheeler 2000. Salinas y Córdoba 1630 (1957).
6. Olsen Bruhns 1994, cap. 1. regionales, sin correr el riesgo de Thompson 1964a/b; Thompson
38. Líneas y dibujos hechos sobre 23. Wheeler 1982, p. 72, pl. 6. 20. Bennett 1943.
que todos los recursos disponibles 1974; Thompson 1983.
7. Assmann 1992, esp. cap. 3. el suelo retirando piedras de la
del proyecto vayan al estudio de 6. Fung y Williams 1977. 24. Wheeler 2000; Yacobaccio 2004; 21. Tello 1940; Mesía 2007.
superficie del desierto.
un único sitio con estructuras Núñez et al. 2010, p. 368. 22. Tello 1942; Tello 1960.
39. Arte rupestre producido en 7. Wilson 1995.
INTRODUCCIÓN 1.2 monumentales. 25. Gusinde 1931.
una técnica reductiva. 8. Pozorski y Pozorski 1987, p. 4. 23. Lumbreras 1989.
1. Horizonte Medio (ca. 600-1000 2. Rowe 1960; Rowe 1962b; 26. Correa y Flores 2005.
40. Fux et al. 2009; Fux 2011. 9. Lerner et al. 1992, 1995; 24. Ibíd.
d.C.) es el término usado para Menzel et al. 1964.
Samaniego et al. 1985; Fuchs 1990; 27. Rick 1980, pp. 237-244. 25. Rowe 1962a.
definir el periodo de la cultura Wari, 3. Sandweiss et al. 1989; Sandweiss 41. Reindel et al. 1999:
Reindel e Isla 2006. Fuchs 1997. 26. Lumbreras 1993.
en tanto que el Horizonte Tardío et al. 1998; Richardson et al. 1990;
(1400-1535 d.C.) es el periodo Inca. Keefer et al. 1998. 42. Van Gijseghem 2004; 10. Chauchat 1992. CAPÍTULO 3.2 27. Druc 2004; Lumbreras 1989;
Las culturas Nasca y Mochica exa­ 4. Quilter 1989; Engel 1966a; De la Torre y Van Gijseghem 2005. 11. Uceda 1986, p. 270. Lumbreras 1993; Lumbreras 2007.
1. Izumi y Sono 1963; Izumi y Tera-
minadas en este libro pertenecen Engel 1966b; Donnan 1964. 43. Reindel 2010a. 12. Fuchs et al. 2009. da 1972. 28. Burger 1998, p. 27.
al periodo Intermedio Temprano 13. Patzschke 2009.
5. Chauchat 2006; Stothert 1988; 44. Ibíd.; Reindel 2010b. 2. Izumi y Terada 1972. 29. Ibíd.
(ca. 200 a.C.-600 d.C.). Los hori­
Dillehay et al. 1989. 45. Fux et al. 2009; Fux 2011. 14. Fuchs 1990, Fuchs 1997. 3. Términos acuñados por Bonnier 30. Kauffmann y González 1993.
zontes definen periodos que vieron
la gran propagación de una cultura 6. Sandweiss et al. 1989; Sandweiss 15. Lapiner 1976, figs. 117, 118. 1997. 31. Burger 1995.
material, en tanto que los periodos et al. 1998; Richardson et al. 1990; 4. Izumi et al. 1972.
CAPÍTULO 2.3 16. Patzschke 2009. 32. Burger 1988.
intermedios son aquellos en los Keefer et al. 1998.
17. Ibíd. 5. Bonnier 1987. 33. Rick et al. 1998.
cuales surgieron varias culturas 7. Moseley 1975. 1. Bischof 2009; Fux et al. 2009.
18. Fuchs 1997, Fuchs et al. 2009. 6. Burger y Salazar-Burger 1985. 34. Rick 2005; Rick 2008a.
regionales distintas. 8. MacNeish 1980-1983. 2. Pozorski y Pozorski 1994.
19. Fuchs 1997. 7. Grieder 1988. 35. Mesía 2007.
9. Aldenderfer 1998. 3. Tello 1956.
20. Tello 1956, p. 251. 8. Burger y Salazar-Burger 1980. 36. Contreras 2007.
CAPÍTULO 2.1 10. Bonavia y Chauchat 1990. 4. Shibata 2008.
21. Bischof 1995a, p. 136, fig. 16. 9. Matsumoto 2009. 37. Sayre 2010.
11. Quilter 1989. 5. Chicoine 2008; Chicoine
1. Sandweiss y Richardson 2008. 10. Kaulicke 1975; Terada y Onuki
e Ikehara 2008. 22. Bischof 1995a. 38. Rick et al. 2010.
2. Lavallée 2000; Dillehay 2000. 12. Engel 1966a; Engel 1966b; 1982; Terada y Onuki 1985;
6. Burger y Salazar-Burger 2008. 23. Ibíd. 39. Burger 1988.
Engel 1980. Onuki y Kato 1988; Seki 1997;
3. Ibíd.
7. Ravines e Isbell 1975. 24. Bischof 1992; Bischof 1995b;
13. Lynch 1980. Tsurumi 2008; Tellenbach 1986.
4. Lavallée 2000; Dillehay 2011. Bischof 2008.
14. Engel 1987; Engel 1988. 8. Sakai y Martínez 2008. 11. Kato y Seki 1985.
CAPÍTULO 4.2
5. Chauchat y Pelegrin 2003. 25. Fuchs 1990, Fuchs 1997.
15. Inspecciones de campo y cateos 9. Guffroy 1994. 12. Inokuchi 2008; Onuki 1995; 1. Mensching 1959, p. 377, según
6. Dillehay et al. 2004. 26. Izumi y Terada 1972.
focalizados para identificar sitios 10. Alva Meneses 2008a, figs. 17, 18. Uzawa 2008; Onuki y Inokuchi Otto 1917, pp. 13-25, 33-40, 44-45,
7. Stothert 1985. arqueológicos. 27. Shimada et al. 1983; Shimada 54-55.
11. Sakai y Martínez 2008. 2011.
8. Quilter 1991; Lavallée 2000. 1986.
16. Reindel 2010a; Reindel 2010b. 12. Salazar-Burger y Burger 1983. 13. Inokuchi 1998. 2. Rivero 1841, pp. 22-25,
9. Moseley 1975; Moseley 1992. 28. Assmann 2000, p. 38. reimpreso en Rivero y Tschudi 1851,
17. Rowe 1962b. 13. Pozorski 1975. 14. Onuki 2008.
10. Quilter 1991; Moseley 1992; pp. 284-288; Raimondi 1873, pp.
18. Rowe 1967. 14. Burger 1995, pp. 230-233. 15. Seki et al. 2008.
Dillehay 2011. CAPÍTULO 3.1 212-217; Wiener 1880, pp. 199-204,
19. Engel 1966a; Engel et al. 1991. 15. Elera 1993. 574-575; Middendorf 1894, p. 307,
11. Piperno y Pearsall 1998.
20. Rowe 1963; Robinson 1994. 16. Ibíd. 1. Brack 1988; Brack 2004. CAPÍTULO 4.1 315; Middendorf 1895, pp. 93-104.
12. Lavallée 2000; Dillehay 2011.
21. Reindel e Isla 2006; Reindel 2. Kaulicke 1994; Kaulicke 2000a; 3. Rivero y Tschudi 1851, lámina 41.
13. Dillehay 2011. 1. Kaulicke 2006; Mesía 2006.
e Isla 2009. Kaulicke y Dillehay 2000. Originalmente planeada como
14. Stothert 1985. CAPÍTULO 2.4 2. Cieza de León 1553 (1984).
22. Robinson 1994; Lanning 1960; 3. Kaulicke 2010a, pp. 91-95. lámina 5 en Rivero 1840.
15. Bonavia 1982. Engel et al. 1991; García y Pinilla 1. Tello 1937. 3. Diessl 2005. 4. La Biblioteca Central de la Ponti-
4. Tschopik 1946.
16. Benfer 1984; Quilter 1989. 1995; Rowe 1962b, p. 10. 2. Dillehay et al. 1992. 4. Mogrovejo 1593 (1920). ficia Universidad Católica del Perú
5. Cardich 1958.
17. Arriaza y Standen 2002. 23. Tello 1959; Tello y Mejía 1979. 5. Vázquez de Espinoza 1616 (1948), (Lima) tiene una copia original de
3. Shimada et al. 1983. 6. Menghin y Schroeder 1957.
24. Ibíd. p. 458. la extremadamente rara Revista
18. Engel 1957. 4. Alva Meneses 2010. 7. Cardich 1964. Americana con la primera versión
25. Engel 1966a; Engel 1980; 6. Mejía 1945.
19. Lathrap et al. 1975. 5. Alva Meneses 2008b. 8. Lynch 1970; Lynch 1980. de este estudio. Fue reimpreso en
Engel 1987; Engel et al. 1991 7. Ibíd.
20. Lavallée 2000. 6. Eliade 1974. 9. Muelle 1969. 1899.
26. Menzel et al. 1964; Rowe 1960; 8. Rivero 1841.
21. Feldman 1980. 7. Kosok 1965; Reindel 1993, 10. MacNeish et al. 1975. 5. Middendorf 1891, pp. 22-24;
Menzel 1976. 9. Cieza de León 1553 (1984); Mo-
22. Shady y Leyva 2003. pp. 190-194. Middendorf 1893, pp. 630-632,
27. Wallace 1962. 11. Lynch 1980; Engel 1970. grovejo 1593 (1920).
8. Onuki 1995. fig. p. 631; Middendorf 1895, p. 389.
23. Quilter 1991. 12. Véase inter alia Kaulicke 1980;
28. Massey 1987; Canziani 1992; 10. Vázquez de Espinoza 1616 6. Uhle 1910, p. 350; Uhle
24. Dillehay 2011. 9. Salazar-Burger y Burger 1983. Kaulicke 1982; Kaulicke 2000a;
DeLeonardis 1997; Cook 1999. (1948). 1918/1959, pp. 37-52, figs. 2-4; Uhle
25. Moore 1996. 10. Shimada et al. 1983. Rick 1980; Rick y Moore 2000;
29. Massey 1991. 11. Don Timoteo Espinoza descubrió 1920, pp. 53-55; véase también
11. Rosas y Shady 1970. Lavallée et al. 1982.
26. Burger 1992. 30. Silverman 1994; Silverman la escultura en uno de sus campos Bischof 1998, pp. 50-51.
12. Alva 1992. 13. Cardich 1991. cerca del templo en 1840.
27. Haas y Creamer 2006. 1996. 7. Tello 1922; Tello 1923,
14. Aldenderfer 1998. 12. Polo 1900. pp. 256-320.
28. Dillehay 2011. 31. Reindel e Isla 2006.
15. Bauer 2007. 13. Raimondi 1873. 8. Tello 1923, pp. 205, 269, 319.
29. Bird et al. 1985. 32. Isla y Reindel 2006a;
Reindel e Isla 2006. 16. Cardich 1991. 9. Rowe 1971.
394 CHAVÍN 395 Notas, créditos fotográficos y
de reproducciones, bibliografía

10. Uhle 1920, p. 46; Uhle 1935. 36. Lumbreras 2007, pp. 436-437; 62. Samaniego 2007, p. 43, figs. 6-7, 90. Deseo agradecer al arqueólogo 105. Sechín Bajo: Fuchs et al. 2006, 126. Ejemplos publicados: región de 140. Tello 1960, p. 248, escultura
11. Kroeber 1926, p. 37; Burger 2008. cf. Larco Hoyle 1938/39, 1, fig. 22. Roger Ravines y al Sr. Fernando p. 130, figs. 14, 15. Pampa de las Chiclayo / Copa Rondón (esteatita), 54. Lima, Museo Arqueológico,
Kroeber 1930, pp. 16-17. 37. Onuki 1999, p. 332. 63. Tello 1943, fig. 17a. Villiger por haberme proporcionado Llamas: Pozorski y Pozorski 1987, valle de Jequetepeque / Plato de UNMSM, inv. no. 842-1853. Ubi­
gentilmente los contextos en los p. 38, figs. 17, 18. Véase también Dumbarton Oaks (esteatita), valle cación actual: MNAAHP, inv. no.
12. Kroeber 1944, pp. 81-90; 38. Bird 1963; Bird et al. 1985; 64. Vega-Centeno 1998, p. 187;
cuales se recogieron las muestras Bischof 2009, p. 26. de Chicama / Huaca Prieta, entierro L-8757.
Willey 1951. Engel 1963; Grieder et al. 1988; Vega-Centeno 1999, p. 19; Bischof
de C14: la muestra PUCP-49 (1519- 106. Tsurumi 2008, pp. 157-158. 867 (talla en hueso), valle de Moche 141. Tello 1960, pp. 246-247,
13. Tello 1943. Shady y Leyva 2003; Shady 2004; 2008, figs. 4.21a-b.
1318 a.C.) proviene de una bolsa / Alto de la Guitarra (petroglifo), escultura 53. Según Tello, en
Shady 2007. 65. Cárdenas 1995; Bischof 1995b, 107. Alva 1986a, no. 178.
14. Willey 1962. de contención de fibras, llenada con valle del Santa / Chupacoto (dos 1934 este “Relieve del Cazador de
39. Kaulicke 1994, pp. 207-15; pp. 143-150; cf. Kaulicke 1995. piedra de cantera (shicra) de la 108. Ibíd., no. 100, 343, 344. relieves en piedra), Chavín (dos
15. Lathrap 1966; Lathrap 1974, Cabezas” se encontraba en una
Ravines 2010. 66. La lista revisada de los elemen- plataforma noreste. TK-178 (1679- 109. Por ejemplo, Alva 1986a, figs. relieves en piedra), Yurakyako
p. 146; Lathrap 1982. casa particular de la Hacienda
40. Bischof 1992, p. 21. tos encontrados tanto en Cerro 1526 a.C.), del pozo C, y TK-177 E-F, nos. 140, 142, 171-172, 175-176, (relieve en piedra posterior), tal Poma­cocha. Actualmente está en
16. Ekholm 1964; Heine-Geldern
41. Wickler y Seibt 1983; Sechín como en Chavín (Bischof (1421-1261 a.C.), del pozo F, indican 180-181, 183-186, 272. vez también Lima / Garagay, plata- el Museo Amano (Lima), inv. no.
1959; Heine-Geldern 1972.
Wickler y Seibt 1988. 1995c, pp. 163-167), se encuentra la presencia de materiales de una 110. Ibíd., no. 1: animal suplicante; forma noreste (relieve en barro). FMAL-000006. La réplica de una
17. Uhle 1942, p. 377. ampliamente desarrollada en: Roe edad similar en el edificio central. Mapa de distribución: Bischof 1994,
42. Bird et al. 1985, figs. 100, 101. no. 5: animal agnático; no. 11: cabe- escultura similar pero invertida
18. Rowe 1962a, p. 15; Rowe 1967, 1974, nos. 7, 43, 60, 107, 130, 139, En todo caso el pozo C es super­ za humana con rasgos felinos; nos. fig. 22. También valle de Jequete­ lateralmente, dañada y sin borde,
p. 76. 43. Grieder et al. 1988, 140, además el ojo bicorne “natural”; puesto de los célebres relieves peque / copa Limoncarro (esteatita):
222-224, 354: cabezas trofeo en una está guardada en MNAAHP, inv.
figs. 140, 149. en los felinos, las zarpas redondas Chavín-C y por tanto es más anti- Salazar-Burger y Burger 1983,
19. Rowe 1962a, fig. 8. red portadora. no. L-8912 (Andesita 1 (2)/1998,
44. Feldman 1985, fig. 5; Shady y Roe no. 144 (cabeza silueteada), guo que aquellos (Ravines 2009, fig. 7; Cordy-Collins 1992, fig. 6. tapa).
20. Kembel 2008. 111. Tsurumi 2008, p. 157, fig. 13.
2003; Shady y Leyva 2003. así como el diseño de las manos o pp. 109, 116). 127. Alva 1986a, no. 100.
21. Menzel et al. 1964, figs. 2b, 112. Valdez 2008b, figs. 6-9. 142. Kembel 2008, p. 67, fig. 2.12-13.
45. Bischof 1992, fig. 7b. La lámina zarpas con la base de doble arco. 91. Patzschke 2009, pp. 98, 119.
3a, 11. 128. Tello 1960, p. 228, escultura 143. Rowe 1967, p. 76, figs. 11-13
de hueso, evidentemente reutili­ 67. Maldonado 1992, láminas 5, 9, 113. Bischof 1995c, fig. 14.
92. Ibíd, nos. 72-73. 34; Falcón y Suárez 2009, respectivamente 14-16.
22. Roe 1974. zada, tiene una perforación en un fotografías 22, 26. 114. Kauffmann 1994, pp. 84-85,
93. Castillo 2006, fig. 279. figs. 11-14.
23. Ejemplares fechados en Pampa extremo y es posible que haya ser­ 88. 144. Rowe 1962a, p. 14.
68. Shibata 2008, fig. 11. 129. Rowe 1967, p. 76.
de las Llamas y Sechín Bajo (valle vido como una bramadera de hueso. 94. Pozorski 1975, lámina 1, figs. 145. Tello 1956, fig. 30. Las cabezas
69. Cárdenas 1995, fig. 12, elemento 115. Terada 1979, lámina 129;
de Casma) prueban que el “ojo 13, 15. 130. Rowe 1962a, p. 5; Willey 1951, de serpiente corresponden a la
46. Bischof 1999, pp. 99-102, 107. 18. Tello 1942, p. 679; 1956, pp. 63, Bischof 2008, fig. 4.15b.
bicorne”, elemento 145 (Roe 1974, 95. Bischof 2008, p. 130. p. 109. convención Chavín clásico (Roe
47. Valdez 2008b, fig. 11. 231, 233, menciona felinos sin 116. Pimentel 1986, fig. 13;
p. 18; Bischof 1995c; fig. 14), ante­ 96. Fuchs et al. 2006, pp. 126-127, 131. Fechado según Rick et al. 2009, 1974, elemento 33). Bazán (2010,
48. Izumi y Terada 1972, nombrar una especie específica, al Bischof 2008, fig. 4.15a.
cedió al “ojo de serpiente”, elemento figs. 11-13. p. 121. p. 224) no tuvo esto en cuenta
lámina 131. igual que Grieder et al. 1988, p. 216. 117. Alva 1986a, no. 66 (= Haus der
3 (Roe 1974, p. 11), hallado por vez 132. Ayres 1961, fig. 17; Lumbreras cuando propuso equiparar crono­
Una posibilidad sería el ocelote, 97. Bischof 1994, fig. 27; Bischof Kulturen der Welt 1992, p. 64, no.
primera en el Lanzón. 49. Shady 2004; Di Capua 1994; 1970, p. 119; Lumbreras 1977: lógicamente a las esculturas de
Leopardus pardalis (Bischof 1994, 2008, p. 124, fig. 4.11. 44).
24. Roe 1978, pp. 3-6. García 2006. fig. 55; Tello 1960, escultura 34; Moxeque con las de Cerro Sechín
p. 181). 98. Burger y Salazar-Burger 1983,
50. Izumi y Sono 1963, lámina en 118. Este motivo fue perpetuado en Tello 1960, escultura 44, tal vez (Bischof 2009, p. 36).
25. Sawyer y Maitland 1983, p. 51, 70. Lehmann y Doering 1924, p. 216; Deza 2008, pp. 87-90; Sakai
color 1, láminas 15b, 16; Izumi y Chavín Tardío, compuesto por ga- se encuentra actualmente en el 146. Roe 1974, fig. 27.
53. fig. 10; Bischof 1999, figs. 25, 26. y Martínez 2008, p. 172. No fue
Terada 1972, láminas en color 1-2. rras y una forma humana de Kuntur depósito del museo de sitio de
26. Tello 1960, láminas 42a, 43. posible establecer nada más con 147. Burger 1982, fig. 19.
71. Shady et al. 2003. Wasi (Onuki 2008, fig. 10), y como Chavín; Tello 1960, escultura 54;
51. Alva Meneses 2008a, figs. 5, 8. respecto al paradero de los frag­ 148. Rowe 1962a, fig. 40.
27. Burger y Salazar-Burger 2008, 72. Falcón y Suárez 2009, figs. 18, un cetro en un textil pintado de dos fragmentos de relieve inéditos
p. 85, 105. 52. Ubbelohde-Doering 1960, mentos esculpidos —importantes Carhua (Cordy-Collins 1975, p. 127, 149. Kauffmann-Doig 1978, p. 258.
21. en el museo de sitio de Chavín, así
pp. 180-181, fig. 22; Hecker como objetos de referencia— de fig. 81) que coincide con la máscara
28. Shillacoto, tumba 4 (Izumi, 73. Lumbreras 1977, pp. 27-28, como el relieve de jaguar reciente- 150. Shibata 2008, fig. 14d;
y Hecker 1994. un descubrimiento rescatado en que la figura humana agazapada
Cuculiza y Kano 1972, pp. 15, 51-52, fig. 55. mente encontrado (Anónimo 2011, Tello 1960, p. 233, escultura 37,
53. Engel 1967; Benfer et al. 2007. El Guayabo y su exhibición, hacia sostiene delante de su boca en una
54, 68-71). p. 30). por el contrario Rowe 1967, fig. 17.
74. Bischof 1994, fig. 21c. 1981, en el Museo Nacional de botella cerámica de Jequetepeque
29. Ziolkowski et al. 1994, pp. 230, 54. Tello 1956, pp. 282-283. Tello 151. Lumbreras 1977, p. 17; Roe
Arqueología, Antropología e Histo- 133. Chavín (inédito), museo de
parece haber asignado los relieves 75. Falcón y Suárez 2009, figs. 7-10, más antigua (Alva 1986a, no. 343).
359. Todas las fechas aquí citadas ria de Lima (Hugo Ludeña, correo sitio (exposición en 2011); Runtu: 1978; Sawyer y Maitland 1983;
mismos de piedra —algunos de los cf. Bischof 1995c, figs. 4f-g, 5b. Los elementos delante de la boca de
están calibradas, es decir, son com- electrónico del 16 de septiembre Tello 1960, escultura 55; Pójoc: Burger 1992, p. 149.
cuales indudablemente volvieron 76. Bischof 1994, p. 179; Bischof la figura en un célebre relieve en
patibles con la cronología histórica. de 2011). Burger 1982, fig. 19; Yurakyako: 152. Kembel 2008, pp. 49, 74,
a ser utilizados— al horizonte 2008, pp. 133-136. piedra de Chavín pueden entenderse
Error estadístico (lapso Tello 1960, esculturas 52-53. fig. 2.14.
Chavín. 99. Salvo por aquellas pocas piezas en el contexto de las restantes re­
de tiempo): un sigma. Las fechas 77. Tello 1943, fig. 17b.
que se conocen hace cincuenta a presentaciones Chavín A como un 134. Kroeber 1944, p. 86. 153. Rick 2008a, p. 23.
de las fases culturales presentes 55. Larco Hoyle 1941, p. 8. 78. Paredes y Salas 2005, pp. 92-93. ochenta años, hay dudas fundamen- motivo del “hálito de poder” lige­ 135. Lanzón: Rowe 1962a, fig. 7b; 154. Roe 1978, pp. 5-6.
en Kotosh deben ser correlacionadas 56. El proyecto de Cerro Sechín 79. Samaniego 2007, fotografía 26, tales en lo que se refiere a la auten- ramente dañado, y no como cápsulas Burger 1992, fig. 140; Galería de
con su secuencia estratigráfica­ fue financiado por la Fundación 155. Lumbreras 2007, figs. 141-142.
fig. 8. ticidad de las vasijas de piedra de de semillas de Brugmansia, como la Portada: Kembel 2008, fig. 2.29;
mente verificada: por consiguiente Volkswagen (Hannover), con el 156. Rowe 1962a, p. 9.
80. Chapdelaine y Pimentel 2008. tipo Limoncarro adquiridas en su sostuviera Torres (Torres 2008, Portal Blanco y Negro: Rowe 1962a,
la fase precerámica Mito del Forma­ respaldo del ministro federal, el mayoría a través del comercio de fig. 9.17). figs. 1, 9. 10; Lumbreras 2007, 157. Kembel 2008, pp. 73-74.
tivo Inicial data de ca. 2400- Dr. Hans Leussink (1912-2008), y 81. Bischof 1994, fig. 13.
arte. Su autenticidad debe demos- 119. Rowe 1962a, p. 19; Rowe figs. 19-26; Cámara de las Vigas 158. Larco Hoyle 1941; Larco
1700/1600 a.C., Wairajirca, en la fue implementado por la Pontificia 82. Engel 1963, fig. 192. trarse en cada caso. En los morteros 1967, p. 84. Ornamentales: Lumbreras 1970, Hoyle 1948,
temprana época cerámica, de ca. Universidad Católica del Perú 83. León 1995; Fuchs et al. 2009, del tipo Suchimán se conoce sola- figs. 115, 116; Plaza Circular:
1600/1500-1200 a.C., y el nivel (Lima). 120. Cummins 2008, p. 290. 159. Elera 1994; Elera 1998;
figs. 18, 19. mente una representación probable Lumbreras 2007, 1, figs. 131, 133-
Chavín —que sigue a la fase Kotosh 121. Lathrap 1973, pp. 93-94. Toshihara 2002.
57. Samaniego et al. 1985; 84. Bischof 2009, p. 36. de Chavín-A (León 1995). 161, y bocetos en Lumbreras 1989,
(1200-900 a.C.)— de 850 a.C. y 160. Salazar-Burger y Burger 1983,
Fuchs 1997. 100. Bischof 2008, fig. 4.13. 122. El relieve de La Pampa ya no figs. 24-35; Rick 2008a, fig. 1.16f.
después. 85. Pozorski y Pozorski 1986. p. 219.
58. Roe 1974, p. 37; Lumbreras se encuentra in situ; podemos, sin 136. Kembel 2008, pp. 44-45.
30. Rick et al. 2009, fig. 25. 86. Bischof 2008, pp. 122-123; 101. Corrección del nombre según
1977, pp. 27-28; Bischof 1994, embargo, considerarlo como parte 161. Pozorski 1975, figs. 21-22.
Bischof 2009, p. 25. Diessl (2004, p. 180) en lugar del 137. Rowe 1962a, p. 14.
31. Kano 1979. p. 173. de una entrada a partir de su forma 162. Ibíd.; Sakai y
87. Bischof 2009, p. 18. “Yura yako” de Tello (1960, p. 245). 138. Kaulicke 1994, p. 374.
32. Larco Hoyle 1938/39, pp. 23-37; y sus195 cm aprox. de grosor. Martínez 2008; Alva Meneses
59. Samaniego 2007, fig. 2, foto­ 102. Kroeber 1944, lámina 33,
Larco Hoyle 1941, p. 8. 88. Ravines 1984, pp. 35-37; 123. Bischof 1995b, pp. 149-150. 139. Tello 1960, p. 248-249, escultu- 2008a.
grafías 6, 15; cf. Bird et al. 1985, Bischof 2008, fig. 4.12b.
Ravines 2009, pp. 121-141; Burger ra 55; fotografías: Kauffmann 1968,
33. Vega-Centeno 2005, p. 13. figs. 119, 131. 124. Rick 2008a. 163. Shibata 2008.
1992, p. 65. “Pirámide A” en 103. Torres 2008, fig. 9.21; Bischof p. 23. En 1941, la parte superior
34. Raymond 1988; Burger 60. Samaniego 2007, p. 40, figs. 3-5, 2008, fig. 4.12a. 125. Alva 1986a, nos. 66, 91, 93; 164. Conklin 1985, pp. 160-161,
Ravines 1984, “Montículo B” en del Obelisco Runtu se encontraba
y Salazar-Burger 2008, p. 105. pp. 20-21. Pozorski y Pozorski 1988; Burger fig. 20. Sin embargo, Thomas
Ravines 2009. 104. Tello 1929, p. 161, fig. 112; en la colección de Lamberto Vargas
35. Alva 1986b; Elera 1994. 61. Grieder et al. 1988, fig. 135. 1989; Bischof 1994, figs. 7h, 23a. Pozorski (1995, p. 339) cuestionó
89. Ravines 1984, p. 37. Salazar-Burger y Burger 1983. (San Marcos).
la idea de que las esculturas que
396 CHAVÍN 397 Notas, créditos fotográficos y
de reproducciones, bibliografía

conforman la base del estilo más


antiguo de Conklin sean represen-
CAPÍTULO 4.4 16. Cruz y Holm 1982; Marcos 1989.
17. Staller 2001.
CAPÍTULO 5.2
CRÉDITOS SEPARADORES DE SECCIÓN Figura 40
Museo Rietberg Zúrich, basado
1. Burger 1981; Lumbreras 1974; 1. Elera et al. 1992; Sandweiss Págs. 4-5, 218-219
tativas de la fase de construcción
en cuestión. Tello 1943. 18. Larco 1948; Tello 1960; et al. 2001. FOTOGRÁFICOS Y Yutaka Yoshii
en información de Peter R. Fuchs

Lumbreras 1993. Figura 41a


165. Shibata 2008, fig. 14; Bischof 2. Kembel y Rick 2004.
19. Lathrap et al.1975; Valdez
2. Castillo 1999. DE REPRODUCCIONES Págs. 390-391 Museo Rietberg Zúrich
1997; Paredes y Salas 2005. En un 3. Onuki e Inokuchi 2011. 3. Uceda y Mujica 1994. Dumbarton Oaks, Washington D.C. y ArcTron 3D
2008a.
e-mail del 11 de agosto de 2011 el 4. Seki et al. 2008. 4. Franco et al. 1994. Figuras 41b y 42
Dr. Koichiro Shibata confirmó que 20. Kaulicke 1975, 1994; Burger ENSAYOS
5. Burger 1998; Mesía 2007; 5. Donnan 1976; Donnan 1999. Peter R. Fuchs y Renate Patzschke
el mural de los danzantes pertenece 1992; Morales 1993; Onuki 1995.
Rick 2005; Sayre 2010. Figura 1
a una fase final de renovación, así 21. Lathrap 1963. 6. Hocquenghem 1987; Golte 1994; Figura 43
Peter Fux
que también en Huaca Partida 6. Lumbreras 1993; Lumbreras Makowski 1996; Makowski 2000. Peter R. Fuchs
22. Estrada 1958; Lathrap 1963, Figuras 2 y 3
habría una diferencia temporal. 2007; ídem, aquí en el cap. 4.5. 7. Uhle 1913b; Larco Hoyle 1938; Figura 44
1970. Museo Rietberg Zúrich
166. Bischof 2008, p. 109; Shibata 7. Rick 2008a. Larco Hoyle 1948. Peter R. Fuchs y Renate Patzschke
23. Lathrap et al. 1975. Figuras 4 y 5
2008, p. 302. 8. Véase Donnan 1985, 8. Larco Hoyle 1948. Museo Rietberg Zúrich Figura 45
24. Zeidler 1994; Zeidler
167. Kaulicke y Onuki 2008-2009. con referencias a la literatura. 9. Alva 1986a. y ArcTron 3D Peter Fux
e Isaacson 2003.
168. Burger y Salazar-Burger 2008, 9. Contreras 2010. 10. Castillo y Donnan 1994. Figura 6 Figura 46
25. Schwarz y Raymond 1996.
pp. 86-87. 10. Lumbreras 1989. 11. Tello 1960; Larco Hoyle 1938, Yutaka Yoshii Foto: Fuchs y Patzschke
26. Stahl 2003.
11. Rick et al. 2012. entre otros. Dibujo: Renate Patzschke; Tello
169. Rosas 2007. Figura 7
27. Evans y Meggers 1954. 1956, Fig.22; Disselhoff 1961,
170. Ravines y Isbell 1975; Roe 12. Rick 2008a. 12. Rowe 1973. Museo Rietberg Zúrich
28. Bushnell 1951. Fig.10
1978, p. 7. 13. Kembel 2008. 13. Strong y Evans 1947. y ArcTron 3D
29. Simmons 1970; Bischof 1975; Figura 47
171. Burger y Salazar-Burger 1991, 14. Ibíd. 14. Carrión Cachot 1948. Figura 8
Lathrap et al. 1975; Cummins 2003. Dibujos en planta: Elena Maldona-
fig. 13; Burger y Salazar-Burger Museo Rietberg Zúrich, basado en
15. Contreras 2007. 30. Lathrap et al. 1975; 15. Bourget 1994; Bourget 1995. do, planos adicionales en: Lerner et
2008, fig. 3.2. información de Lavallée 2000, p. 44
16. Burger 1992; Cordy-Collins Cummins 2003. 16. Alva y Donnan 1993. al. 1992; plano de fachada tomado
172. Burger 1987, figs. 4, 5; Burger Figuras 9 y 10 de: Bischof 1995a, p. 133, Fig. 7;
1977; Rick 2006a. 31. Larco 1948. 17. Salazar-Burger y Burger 1983;
y Salazar-Burger 1998. Tom D. Dillehay fotos: Peter R. Fuchs
17. Burger 2011. 32. Jijón y Caamaño 1945; Cordy Collins 1992.
173. Burger 2003, fig. 4; Burger y Figura 11 Figura 48
18. Burger 1992; Rick 2006a. Holm 2001. 18. Onuki 1995.
Salazar-Burger 2008, p. 101. Redibujado según Lathrap et al. Peter R. Fuchs
19. Rick 2008a. 33. Simmons 1970; Bischof 1975; 19. Alva Meneses 2008b. 1975
Figuras 49 y 50
20. Lumbreras et al. 1976. Evans y Meggers 1982; 20. Salazar-Burger y Burger 2000.
CAPÍTULO 4.3 Figuras 12 y 13 Museo Rietberg Zúrich
Zeidler y Sutlliff 1994.
21. Kolar et al. 2012. 21. Alva 1995; Alva Meneses 2008b. Tom D. Dillehay y ArcTron 3D
1. Cf. Tello 1960; Lumbreras 1970; 34. Lathrap et al. 1975.
Figuras 14-16 Figura 51
Burger 1998. 35. Bischof 1982.
CAP. 4.5 CAPÍTULO 5.3 Markus Reindel Peter Fux
2. Rowe 1962a; Burger 1992. 36. Lumbreras 1993; Onuki 1995; Figura 17 Figura 52
3. Kembel 2001; Kembel 2008. 1. Rick 2008a, p. 21. Ikehara y Shibata 2005; Mesía 1. Uhle 1913a.
Foto y dibujo: Markus Reindel Museo Rietberg Zúrich
4. Véase Kembel 2008; Rick 2. Marino González, el antiguo 2007; Kaulicke 2010a. 2. Disselhoff 1969.
Figuras 18a-e y 19a-b y ArcTron 3D
et al 2009. curador de Chavín, llevó a cabo 37. Evans y Meggers 1982. 3. Silverman 1993; Orefici 1993; Markus Reindel Figuras 53-58
5. Williams 1980. una prueba que confirmó la Orefici y Drusini 2003.
38. Zeidler 2008. John W. Rick
hipó­tesis de Tello. Figura 20
6. Rick et al. 1998. 39. Burger y Salazar-Burger 1998. 4. Isla y Reindel 2006b; Vaughn Peter Fux Figura 59
7. Ibíd. 2000.
40. Lathrap et al. 1975. Figuras 21 y 22 Tomado de Matsumoto 2009, Fig.1
CAPÍTULO 5.1 5. Reindel e Isla 2001.
8. Rick 2006a. 41. Ibíd. Markus Reindel Figuras 60 y 61
9. Rick 2008a. 1. Lippi 2003; Zeidler 2003. 6. Carmichael 1988, 1995;
42. Stahl 2003. Figuras 23a-b y 24 Yoshio Onuki
Reindel e Isla 2001.
10. Ibíd. 2. Stothert 1985. 43. Villalba 1988; Lippi 2003. Koichiro Shibata Figura 62
7. Reindel e Isla 2001; Isla
11. Rick et al. 2012. 3. Van der Merwe et al. 1993; 44. Stahl 2003. Figura 25 Museo Rietberg Zúrich, basado en
y Reindel 2006b.
Pearsall 2003; Bonavia 2008; Tomado de Ravines e Isbell 1975, información de Eisei Tsurumi
12. Lumbreras et al. 1976. 45. Zeidler 2008.
Zeidler 2008. 8. Isla y Reindel 2006b. “Huaca Garagay-Elevación
13. Rick 2012. Figura 63
46. Olsen 2003. 9. Silverman 1993; Silverman
4. Zevallos et al. 1977. de murales”, F. de Junco Yoshio Onuki
14. Kolar et al. 2010; Smith 2011. 47. Athens 1995. y Proulx 2002; Orefici 1993;
5. Bonavia 2008. Figura 26 Figura 64a y 64b
15. Rick 2008a. 48. Isaacson 1987. Orefici y Drusini 2003. Dibujado según Burger 1992, p.67
6. Pearsall 2003. Universidad de Saitama
16. Kembel 2001; Kembel 2008. 49. Grieder et al. 2002. 10. Rowe 1960.
7. Pratt 1999; Meggers 2005; Figuras 27-29 Figuras 65 y 66
17. Rick 2008a. 50. Guffroy 1987; Guffroy 1989; 11. Hecht 2009, 2010. Yoshio Onuki
Oyuela-Caycedo y Bonzani 2005. Yoshio Onuki
18. Lumbreras 1983. Guffroy 2004. 12. Sawyer 1997; Silverman 1993; Figuras 30- 36a
8. Marcos 2005. Figura 67
19. Rick 2008a; Turner et al. 1999. 51. Guffroy 2004. Frame 2005; Biermann 2001. Ignacio Alva Meneses
9. Lathrap 1970. Universidad de Saitama
20. Rick et al. 2012. 52. Mesía 2007. 13. Llanos 2009. Figura 36b
10. Zeidler 2008. Figura 68
21. Lumbreras 1977. 53. Valdez 2007; Valdez 2008a. 14. Sawyer 1979. B. Alva, M. Olivos Museo Rietberg Zúrich y
11. Marcos 1988.
22. Véase también Rick 2005. 54. Ibíd. 15. Conlee et al. 2009. Figura 37 ArcTron 3D
12. Zeidler 1994; Zeidler
55. Rojas Ponce 1969. 16. Reindel et al. 2003; Ignacio Alva Meneses Figuras 69 y 70
23. Burger y Salazar-Burger 2008; e Isaacson 2003; Zeidler 2008.
Contreras 2010. 56. Hill 1974; Guffroy 1987. Lambers 2006. Figuras 38 y 39 Archivo Tello, Museo de
13. Isaacson 1994; Zeidler
17. Reindel et al. 2006. Walter Alva Arqueología y Antropología de
24. Contreras 2010. e Isaacson 2003. 57. Valdez 2008a.
la Universidad Nacional Mayor
25. Rick 2008a; Sayre 2010. 58. Lathrap 1974; Bischof 1999. 18. Reindel y Wagner 2009.
14. Estrada 1958; Meggers de San Marcos
et al. 1965. 59. Lathrap et al. 1975.
15. Zeidler 2008. 60. Marcos 2005.
398 CHAVÍN 399 Notas, créditos fotográficos y
de reproducciones, bibliografía

Figura 71
Julio C. Tello 1960, p. IV
Figura 96
Tomado de Tello 1960, Fig.82
Figura 120
Christian Mesía
DIBUJOS DEL CATÁLOGO
Dumbarton Oaks,
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Americano de Historia Natural gleichenden Archäologie 8: 301-352. 2000 Religion und kulturelles
Kembel Museo Arqueológico Nacional Luis G. Lumbreras
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Figuras 81 y 82 John W. Rick Cat. nos. 108-124 Suroccidente de Colombia y norte
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Museo Rietberg Zúrich Cat. nos. 56-107 Alva, Walter y
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versidad de Bordeaux, Bordeaux.
412 CHAVÍN

La edición de CHAVÍN se Este volumen se terminó


realizó en el marco de la de imprimir en los talleres
muestra que lleva el mismo de Gráfica Biblos, Jirón
nombre, que tuvo lugar en Morococha 152, Surquillo,
el MALI entre el 10 de abril Lima, en marzo de 2015.
y el 9 de Agosto de 2015.

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