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- Tratamiento Etiopatogenia. Las uveítis se deben a etiologías infecciosas o a procesos de patogenia mediada por el
sistema inmunitario sin evidencia de desencadenante microbiológico. Estas uveítis que se consideran
autoinmunes pueden cursar con manifestaciones clínicas extraoculares de la enfermedad asociada o
estar ausentes.
Diagnóstico y tratamiento. Las uveítis son procesos que requieren una adecuada valoración oftalmológi-
ca y sistémica con un empleo racional de recursos y pruebas complementarias. El tratamiento se plan-
tea en base a la etiología o a la patogenia de la enfermedad. Requiere una estrategia de control local
ocular del proceso inflamatorio y según proceda la administración sistémica de antiinfecciosos o inmu-
nosupresores.
Keywords: Abstract
- Uveítis Uveítis: etiopathogeny, diagnosis and treatment
- Etiopathogeny Concept. Uveítis is a syndrome characterized by inflammatory involvement of the ocular vascular layer
between the sclera and the retina in the eyeball. They are classified by different criteria that include the
- Diagnosis topography of the uveal lesion, the pathogenesis and the etiology of the process.
- Treatment
Etiopathogeny. Uveítis is due to infectious etiologies or processes of pathogenesis mediated by the
immune system without evidence of microbiological trigger. These uveítis that are considered
autoimmune may occur with extraocular clinical manifestations of the associated disease or be absent.
Diagnosis and treatment. Uveítis are processes that require an adequate ophthalmological and systemic
evaluation with a rational use of resources and complementary tests. Treatment is based on the etiology
or pathogenesis of the disease. It requires a local ocular control strategy of the inflammatory process
and as appropriate the systemic administration of anti-infectives or immunosuppressants.
TABLA 3 TABLA 4
Frecuencia de las etiologías de las uveítis según la topografía Vasculitis retiniana
de la inflamación
Flebitis Infecciosas: tuberculosis, VIH
Tipo de uveítis Etiopatogenias más frecuentes Patogenia inmunitaria: enfermedad de Birdshot,
enfermedad de Eales, pars planitis
Anterior 1. Idiopática HLA B27 negativa (28-42%), positiva (7-29%)
Secundarias: enfermedad de Behcet, sarcoidosis,
2. Espondiloartropatía 4-42% esclerosis múltiple
3. Queratouveítis herpética (1-22%) Arteritis Necrosis retiniana aguda, IRVAN
4. Síndrome de Fuchs (2-7%) Patogenia inmunitaria: vasculitis y enfermedades
Intermedia 1. idiopática (69-100%) autoinmunes sistémicas
2. Sarcoidosis (0-16%) Exudados algodonosos Patogenia inmunitaria: vasculitis y enfermedades
autoinmunes sistémicas
3. Esclerosis múltiple (0-5%)
Angeítis en escarcha Toxoplasma, VIH, virus herpes, virus de Epstein-
Posterior 1. Toxoplasma (30-60%) Barr, PI, EITD
2. Idiopática (19-33%) Enfermedades autoinmunes sistémicas
3. Sarcoidosis (1-11%) Isquemia retiniana
4. Enfermedad de Behcet (0-4%) Oclusión de la arteria retiniana Infecciosas: toxoplasmosis, ricketias
Panuveítis 1. Idiopática (9-51%) Patogenia inmunitaria: enfermedades autoinmunes
sistémicas
2. Sarcoidosis 80-20%)
Oclusión venosa retiniana Infecciosas: tuberculosis
3. Enfermedad de Behcet (17-37%)
Patogenia inmunitaria: enfermedad de Behcet,
sarcoidosis
EITD: enfermedad inflamatoria del tubo digestivo; IRVAN: vasculitis retiniana idiopática
aneurismas y neurorretinitis; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
estos procesos debe señalarse a las vasculitis retinianas prima-
rias, flebitis y/o arteritis, con afectación central o periférica
que incluyen formas inespecíficas, las más frecuentes, y otras
se identifican como entidades clínicas definidas (tabla 4). Estas amarillentas multifocales y, al mismo tiempo, confluentes en
incluyen a la enfermedad de Eales que combina vasculitis ve- el área de la mácula. Se han descrito casos asociados a mani-
nosa oclusiva y neovascularización retiniana periférica que es festaciones neurológicas vasculares o inflamatorias (menin-
idiopática o secundaria a tuberculosis y a enfermedades no gitis y/o encefalitis).
infecciosas como sarcoidosis y la anemia de células falcifor- La coroidopatía o coroiditis serpiginosa es una inflama-
mes. Otra entidad es la enfermedad de Birdshot o coriorreti- ción coriocapilar y del epitelio pigmentario bilateral de ini-
nopatía «en perdigonada», asociada a HLA A29 con múltiples cio peripapilar con progresión hacia la región macular en
lesiones coriorretinianas hipopigmentadas de predominio forma serpenteante o a través de pseudópodos progresiva-
yuxtapapilar con vasculitis angiográfica crónica de polo poste- mente crecientes. La mayoría son idiopáticas, pero hay for-
rior. El síndrome de vasculitis retiniana, aneurismas y neuro- mas secundarias a tuberculosis y a otros agentes infecciosos.
rretinitis (IRVAN) es de etiología generalmente desconocida, La epitelitis pigmentaria retiniana aguda o enfermedad
pero que también se puede asociar a sarcoidosis. de Krill es una inflamación aguda y autolimitada del epitelio
Las uveítis intermedias cursan con vitreítis anterior y de pigmentario de la retina exclusivamente del área foveal. Se
su base a nivel de cuerpo ciliar y pars plana. Las formas idio- desarrollan lesiones hiperpigmentadas foveales con patrón
páticas que típicamente se presentan en niños y/o adolescen- de panal de abejas con halo angiográfico hiperfluorescente
tes, asociando exudados blanquecinos en la pars plana infe- perilesional.
rior (snow-balls y snow-banks) con muy poca vitreítis se
denominan pars planitis benigna. Existen formas asociadas a
TABLA 5
sarcoidosis y esclerosis múltiple y otras de etiología infeccio-
Formas secundarias de uveítis intermedia
sa (tabla 5).
La iridociclitis heterocrómica de Fuchs, generalmente Etiología infecciosa
monolateral, cursa con precipitados queráticos, sin forma- Enfermedad de Lyme
ción de sinequias y con heterocromía o hipocromía del iris. Tuberculosis
Generalmente es idiopática, pero también puede tener etio- Sífilis
logía tuberculosa o vírica y se han descrito formas secunda- Bartonella henselae
rias a sarcoidosis y a alteraciones del sistema nervioso autó- Toxoplasmosis
nomo. Toxocariasis
La neurorretinopatía macular aguda se caracteriza por También es causa de conjuntivitis, epiescleritis y queratitis.
una inflamación de la retina externa perifoveal con lesiones Otra de las vasculitis ANCA+, la poliangeítis microscópica es
rojizas-marronáceas múltiples, bien delimitadas y parcial- causa de vasculitis retinianas hemorrágicas y/o exudados algo-
mente confluentes, ubicadas en forma de cuñas alrededor de donosos retinianos y uveítis anterior aguda. Un patrón simi-
la fóvea. lar lo puede cursar la vasculitis de Churg Strauss.
La coroiditis multifocal con panuveítis cursa con lesiones La vasculitis necrotizante sistémica panarteritis nodosa
coriorretinianas múltiples (50-350 mm) bilaterales, redon- es causa de uveítis posterior con vasculitis retiniana y de for-
deadas u ovaladas, aisladas, agrupadas o en tractos (estrías de mas anteriores agudas. La arteritis de células gigantes de
Schlegel), y localizadas en polo posterior, retina media y pe- Horton es causa de amaurosis fúgax por afectación de retina,
riférica con vitreítis. Por el contrario, en la coriorretinopatía coroides y/o nervio óptico; se reconoce como una relevante
inflamatoria multifocal existe ausencia de celularidad en cá- etiología de la neuropatía óptica isquémica anterior (NOIA) y
mara anterior y vítreo. de uveítis anterior, intermedia, posterior y/o panuveítis, con
El síndrome de múltiples manchas blancas evanescentes posible edema macular cistoideo crónico.
(evanescente white dots síndrome o mewds) se caracteriza por la Entre el grupo de vasculitis con afectación ocular destaca
aparición transitoria de manchas blancas en retina media y por la relevancia epidemiológica y clínica la enfermedad de
polo posterior con alteraciones del campo visual. Se obser- Behcet. Es causa de uveítis anterior unilateral hiperaguda
van lesiones granulares en la región macular y polo posterior. con hipopión, que puede ser la manifestación inicial de la
Una forma especial por su mecanismo de aparición es la enfermedad, y de panuveítis no granulomatosa crónica reci-
oftalmopatía simpática, que es una panuveítis granulomatosa divante. Entre sus manifestaciones se incluyen las vitreítis, la
bilateral secundaria a cirugía o a heridas penetrantes oculares. vasculitis retiniana oclusiva necrotizante que afecta a las venas
También se detectan uveítis sin identificación de germen cau- y las papilitis y/o papiloflebitis. Otra entidad encuadrada en-
sal en ojos traumatizados o con cuerpos extraños, y la altera- tre las vasculitis es el síndrome de Cogan, que se caracteriza
ción se atribuye al daño mecánico de los tejidos oculares con por el desarrollo de queratitis estromal, pero también se aso-
inflamación secundaria, especialmente del cristalino. cia a uveítis anterior, papilitis y edema macular.
En relación con las grandes clasificaciones de las uveítis Entre las denominadas enfermedades autoinmunes sisté-
y su etiopatogenia, debe destacarse que las granulomatosas micas, el LES cursa con queratoconjuntivitis seca, uveítis
suelen ser de etiología infecciosa, como toxoplasmosis, tu- anterior y posterior con vasculitis retiniana oclusiva (arterial
berculosis, sífilis, virus herpes simple, virus de la varicela zós- y venosa), coroiditis y desprendimiento de retina seroso múl-
ter, lepra y enfermedad de Lyme, pero también de patogenia tiple y/o multifocal. Además es causa de epiescleritis y escle-
inmunitaria sin evidencia de un agente microbiológico causal ritis y neuropatía óptica isquémica o autoinmune. Debe seña-
como la sarcoidosis, VKH, la poliangeítis granulomatosa o larse la posible toxicidad macular por antipalúdicos. En el
granulomatosis de Wegener, la esclerosis múltiple y la oftal- síndrome anticardiolipina se puede observar el desarrollo de
mia simpática, entre otras. De forma similar, las no granulo- oclusión venosa retiniana con hemorragias y de la arterial
matosas incluyen formas infecciosas como las secundarias a retiniana. La dermatomiositis es causa de vasculitis retiniana
virus de la varicela zoster y sífilis, y otras no microbiológicas y uveítis anterior, lo que comparte con la policondritis reci-
como la ciclitis heterocrómica de Fuchs. En relación con la divante que además cursa con escleritis y pseudotumor infla-
afectación de uno o ambos ojos debe señalarse que las uveítis matorio orbitario.
unilaterales suelen ser por toxoplasmosis, toxocara, sarcoido- En enfermedades autoinmunes de predominio muscu-
sis, enfermedad de Behcet, poscirugía y por cuerpo extraño loesquelético articular destaca por su alta prevalencia la artri-
intraocular. tis reumatoide, que es causa de uveítis anterior aguda, siempre
asociada a escleritis colindante (esclerouveítis), así como de
queratitis ulcerativa periférica o queratitis aguda asociada a
Uveítis en enfermedades de patogenia la escleritis (escleroqueratitis) y escleritis aislada. Entre las
inmunitaria con afectación extraocular espondiloartritis, la espondilitis anquilopoyética es causa de
uveítis anterior aguda y recurrente sinequiante, con intensi-
Como se ha descrito previamente, las uveítis de patogenia dad moderada o severa, y afectación bilateral asimétrica y
mediada por el sistema inmunitario pueden constituir una asincrónica. La artritis reactiva se asocia a uveítis anterior no
manifestación de enfermedades consideradas y definidas granulomatosa y la psoriásica a formas bilaterales crónicas.
como sistémicas o con afectación y expresión preferente en La enfermedad inflamatoria intestinal es causa de distin-
otros órganos y aparatos. El desarrollo de uveítis puede cons- tas afectaciones oculares como epiescleritis y escleritis y
tituir una complicación grave del proceso por la potencial uveítis. Su manifestación más común es la uveítis anterior
gravedad de la morbilidad provocada al paciente. aguda crónica recidivante no granulomatosa leve. Otras ma-
La afectación uveal es una posible manifestación de dife- nifestaciones son infiltrados coroideos, uveítis intermedia,
rentes enfermedades del grupo de las denominadas vasculitis. vasculitis retinianas oclusivas arteriales y/o venosas, despren-
Entre las caracterizadas por la elevación de los anticuerpos dimientos de retina serosos, edema macular quístico.
anticitoplasma de neutrófilo (ANCA+) se incluye la granulo- El síndrome de nefritis tubulointersticial y uveítis se
matosis con poliangeítis o granulomatosis de Wegener que caracteriza por presentar uveítis anterior aguda bilateral
cursa con uveítis anterior con posible hipopión, intermedias sinequiante y con menos frecuencia panuveítis recidivante
y posteriores con retinitis oclusivas y exudados algodonosos. con edema macular quístico, catarata y sinequias posteriores.
En la sarcoidosis es frecuente el desarrollo de uveítis an- como el edema macular quístico, la neovascularización y el
terior granulomatosa con afectación del iris (nódulos de Bu- desprendimiento de retina. En el examen oftalmoscópico, las
sacca), en borde pupilar (nódulos de Koeppe) y en el ángulo lesiones coroideas aparecen como placas blanquecinas, gene-
camerular. También es causa de vitritis con snow-balls, snow- ralmente con edema en la retina suprayacente, al lado de las
banks e infiltrados vítreos típicamente en «collar de perlas». cuales se pueden ver otras lesiones de bordes pigmentados,
La sarcoidosis también es causa de vasculitis tipo periflebitis sin edema y que son la evidencia de procesos antiguos cicatri-
con envainamientos perivenosos sectoriales en «gotas de zados que dan la característica de enfermedad inflamatoria
cera» y a veces hemorragias. Otras posibles presentaciones recidivante. La visión estará alterada según el compromiso
incluyen macroaneurismas, lesiones coriorretinianas amari- del área papilomacular. La vitreítis también influye en la pér-
llentas periféricas (nódulos de Dalen-Fuchs). dida de visión y puede ser tan importante la opacidad del ví-
Entre las diferentes complicaciones visuales y oculares de treo que impide la visualización de la retina.
la esclerosis múltiple se incluyen las uveítis, cuya forma más Las uveítis no granulomatosas son habitualmente ante-
frecuente es la intermedia y la periflebilitis. Es causa de uveí- riores de intensidad variable, y puede llegar a ser tan notable
tis anterior aguda y formas crónicas, unilaterales o bilaterales como para producir acumulaciones de células blancas en la
con posible patrón granulomatoso. zona inferior de la cámara anterior, formando un depósito de
aspecto purulento, pero aséptico, que se denomina hipopión.
Las uveítis granulomatosas son habitualmente posteriores,
Manifestaciones clínicas aunque se pueden encontrar en cualquier parte de la úvea.
Una uveítis diagnosticada como no granulomatosa en los ini-
Las manifestaciones clínicas de las uveítis son variadas, con cios del cuadro clínico puede evolucionar a la forma granu-
predominio de mayor o menor afectación de la visión. La lomatosa y, por este motivo, algunos autores prefieren no
expresión en síntomas y signos se relaciona con la localiza- usar esta clasificación.
ción del proceso inflamatorio.
La uveítis anterior generalmente es aguda, cursa con do-
lor ocular, fotofobia, visión borrosa (las conjuntivitis no pro- Diagnóstico
ducen visión borrosa mantenida) y epifora. En la exploración
física se suele apreciar hiperemia conjuntival superficial y El patrón y tipo de uveítis establecido por la exploración of-
profunda o periquerática de color violáceo que no cede con talmológica en algunos casos puede conseguir la identifica-
la instilación de vasoconstrictores, como ocurre en la con- ción de la etiología del proceso. Sin embargo, en una elevada
juntival superficial. La córnea puede aparecer deslustrada, proporción de los pacientes es esencial realizar una anamne-
con miosis y, en algunos casos, deformada. Cursa con depó- sis completa y una exploración física general, con el estable-
sitos puntiformes en la cara posterior de la córnea (precipi- cimiento de un diagnóstico preciso o de sospecha que orien-
tados queráticos), cuyo número y tamaño dependen del gra- ta la realización de pruebas complementarias de tipo
do de inflamación, clasificados en granulomatosos y no analítico, de imagen o de otro ámbito. Esta estrategia permi-
granulomatosos. En la cámara anterior, el humor acuoso te establecer la existencia de posibles manifestaciones clíni-
puede perder su transparencia con mayor o menor opacidad cas extraoculares que identifiquen y detecten la enfermedad
por la presencia de células inflamatorias y proteínas de alto causante de la uveítis e incluso su etiología y, además, y no
peso molecular. Se pueden producir adherencias del borde menos relevante, la presencia de procesos que contraindi-
pupilar y la cara anterior del cristalino o sinequias posterio- quen opciones terapéuticas que pueda proceder instaurar.
res. Las parciales, que al dilatar la pupila deforman su borde Este proceso diagnóstico no supone un indiscriminado em-
dando el aspecto de pupila en forma de trébol y las extensas pleo de medios diagnósticos, sino la utilización racional y
que comprometen todo el borde pupilar con seclusión pupi- eficiente de pruebas fundamentadas en el razonamiento clí-
lar. Esta afectación puede entorpecer o interrumpir el flujo nico sobre los hallazgos encontrados en el paciente8,11,12.
del humor acuoso desde la cámara posterior a la anterior, En el proceso diagnóstico de las uveítis es clave estable-
y su acumulación empuja el iris hacia delante, originando su cer la patocronia del proceso (agudo, crónico o recurrente),
deformidad en bombé o iris en tomate, cuya complicación localización uní o bilateral y la topografía de la afectación
mayor es el glaucoma secundario por oclusión del seno ca- ocular: anterior, intermedia, posterior o panuveítis, el carác-
merular. ter granulomatoso de la lesión, la detección en la anamnesis
En la forma granulomatosa de uveítis anterior el comien- y la exploración física de las manifestaciones clínicas extrao-
zo es insidioso, con escasas molestias y dolor ocasional. La culares y la epidemiología del enfermo.
visión es borrosa en grado variable, al igual que la inyección El diagnóstico de la uveítis exige una valoración por el
periquerática. La tendencia a las sinequias pupilares es mayor especialista en oftalmología que establece la localización de
y se presenta una infiltración inflamatoria del iris. Puede ha- la lesión uveal, la afectación ocular unilateral o bilateral, su
ber hipopión igual que en las no granulomatosas. carácter granulomatoso o no granulomatoso y la patocronia
La uveítis posterior suele cursar con compromiso visual (aguda, crónica, recurrente) y la presencia de otras manifes-
variable, dependiendo del compromiso retinal y vítreo que taciones oculares. Además, como se ha referido previamente,
generalmente se produce. El compromiso de la visión puede es preciso realizar también una valoración clínica y la bús-
ser agudo, subagudo o crónico y progresivo. Puede cursar con queda sistemática de signos de enfermedades o manifestacio-
afectación anterior y panuveítis. Es causa de complicaciones nes extraoculares por el profesional cualificado para efec-
tuarlo. Hacer encuestas sistemáticas es orientativo pero no realizar la prueba de la tuberculina o técnicas de liberación
sustituye la actuación profesional del especialista clínico. de interferón gamma y de la sífilis (no treponémicas —RPR
La colaboración entre profesionales debe permitir el es- o VDRL— y treponémicas). En la detección de tuberculosis
tablecimiento de una presunción diagnóstica del tipo de también se incluye la radiografía de tórax.
uveítis que padece el enfermo y de su posible etiopatogenia. En relación con las uveítis de patogenia inmunológica y
Las pruebas complementarias se deben solicitar de acuerdo en la práctica habitual no está indicado realizar pruebas sero-
con las posibilidades diagnósticas deducidas del razonamien- lógicas autoinmunes o estudios celulares o moleculares que
to clínico y a las opciones terapéuticas que se establezcan. La no estén justificados por los hallazgos clínicos, preferente-
realización sistemática de baterías de pruebas complementa- mente extraoculares y ocasionalmente los oftalmológicos. Se
rias analíticas y de imagen carece de eficacia y eficiencia mé- puede considerar que la detección de anticuerpos antinuclea-
dica, y supone un derroche económico injustificado. Las res pudiera realizarse de forma rutinaria en las uveítis no
etiologías y las posibles asociaciones clínicas de las uveítis anteriores.
son múltiples y su diagnóstico deber ser consecuencia de una En relación con la tipificación HLA debe tenerse en
eficiente colaboración médica y de un planteamiento racio- cuenta que no es un criterio diagnóstico necesario, pero pue-
nal y aplicado al caso específico del paciente en función de de ser orientativo en casos muy precisos. El HLA B 27 per-
los síntomas y signos referidos y encontrados. fila un subgrupo de las uveítis anteriores recurrentes, además
Se debe señalar que, como se ha citado previamente, en de las asociadas a espondilitis, el HLA B51 se asocia a enfer-
algunos procesos el diagnóstico se establece por la explora- medad de Behcet y el HLA A29 a la enfermedad de Birdshot.
ción oftalmológica. Esto incluye la toxoplasmosis con foco Debe señalarse que el paciente con uveítis, y en especial
de coriorretinitis activo adyacente a una cicatriz coriorreti- las formas crónicas o recurrentes, exigen una reevaluación
niana pigmentada, la visualización de parásitos oculares. periódica del cuadro oftalmológico y general. Las uveítis
El diagnóstico de una uveítis de etiología infecciosa se pueden constituir la primera manifestación de una enferme-
fundamenta en las manifestaciones clínicas locales y sistémi- dad que presente manifestaciones extraoculares o sistémicas
cas y en la detección del germen por técnicas microbiológi- posteriormente en la patocronia del proceso. Asimismo, los
cas, incluyendo las serológicas moleculares a nivel local ocu- tratamientos sistémicos requieren una cuidadosa valoración
lar y/o extraocular. Los estudios de exudado conjuntival y de clínica y analítica del desarrollo de potenciales efectos secun-
humor vítreo pueden estar indicados en distintos cuadros darios.
de uveítis. Entre estos se incluyen las sospechas de infección
por Chlamydia, virus de la varicela zoster, citomegalovirus,
virus de Epstein-Barr, Treponema pallidum, Borrelia burgdorfe- Tratamiento
ri, Toxoplasma gondii y Toxocara spp. En relación con los estu-
dios microbiológicos, son relevantes los relacionados con la El tratamiento de las uveítis, como en general en la práctica
infección por Mycobacterium tuberculosis. Este agente es causa de la medicina, debe fundamentarse en el adecuado diagnós-
de diversas formas de uveítis, y la existencia de infección pre- tico del proceso y, en la manera de lo posible, de la identifi-
via o latente en alguna localización del organismo es un ele- cación del mecanismo etiopatogénico responsable de la in-
mento relevante para la prevención de su reactivación por el flamación. Para instaurar un tratamiento inmunosupresor es
empleo de corticoides y/o inmunosupresores. La prueba esencial descartar el origen infeccioso del proceso, así como
diagnóstica de la tuberculina y las técnicas de interferon gam- el traumático. En las de causa microbiana se debe prescri-
ma release assays detectan la respuesta inmunitaria frente al bir el agente infeccioso pertinente.
germen, pero no distinguen las formas latentes de la enfer- Con carácter general, se puede establecer que el trata-
medad tuberculosa activa. La sospecha de tuberculosis activa miento de las uveítis anteriores se fundamente en el empleo
requiere realizar esfuerzos y procedimientos diagnósticos tópico con corticoides y ciclopléjico-midriáticos. La admi-
como técnicas de tinción como Ziehl-Neelsen, cultivos en nistración peribulbar o sistémica de corticoides se reduce a
medios de micobacterias o pruebas de detección molecular casos ocasionales. En las formas recurrentes de patogenia
de ácidos nucleicos de M. tuberculosis y pruebas de imagen o inmunológica es necesario con frecuencia el empleo de in-
biopsia. El diagnóstico de uveítis tuberculosa es complejo y munosupresores sistémicos y en especial salazopirina o me-
debe presumirse frecuentemente por hallazgos oculares su- totrexato9,10,13-17.
gestivos (granulomas coroideos, sinequias posteriores, vascu- Las uveítis posteriores, intermedias y panuveítis se tratan
litis en retina, coroiditis serpiginosa) en combinación con con corticoides sistémicos. La dependencia de estos fárma-
manifestaciones sistémicas (estudios directos de tinción para cos o la resistencia o gravedad requiere el empleo de inmu-
ácido-alcohol resistencia o cultivos microbianos). La detec- nosupresores. En las intermedias unilaterales se pueden em-
ción molecular del ADN del germen supone una ayuda rele- plear corticoides perioculares o intraoculares.
vante. En los cuadros de coriorretinitis está justificado soli- Los colirios de corticoides se administrarán de forma in-
citar de forma rutinaria serología para Toxoplasma gondii. La tensiva al inicio (cada 1-2 horas) y durante el tiempo suficien-
negatividad de la serología (IgM e IgG) frente a este agente te para el control de la enfermedad (no menos de 6 semanas).
prácticamente descarta el diagnóstico de toxoplasmosis. Si no se produce una respuesta en la uveítis anterior en unos
Desde una perspectiva aplicada no solo al diagnóstico 7 días se debe replantear el diagnóstico. Entre los efectos
etiológico sino al inicio del tratamiento esteroideo o inmu- secundarios se incluyen el desarrollo de catarata, hiperten-
nosupresor, debe señalarse que a todo paciente se le debe sión ocular y glaucoma.
Sí No
No respuesta
No respuesta
Cronicidad
Cambio a inmunosupresores de
tercer nivel
Valorar inmunosupresores Ciclofosfamida, clorambucil
Corticoides sistémicos
Metorexato
Fig. 1. Algoritmo terapéutico de las uveítis anteriores. Fig. 2. Algoritmo terapéutico de las uveítis posteriores.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.