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EN ROMANO
En Alemania:
Siendo el derecho sucesorio el que regula la sucesión en la situación jurídico -
patrimonial del causante, presupone una ordenación fundamentalmente
individualista en la economía y en el derecho privado. Derecho sucesorio y
propiedad individual son conceptos que se exigen recíprocamente.
Los diferentes caracteres del derecho sucesorio romano y del germánico, están
determinados por la posición adoptada por ambos frente a la propiedad. El derecho
romano conoce solamente una forma de propiedad, que consiste en el señorío
absoluto del pater familias sobre todo el patrimonio sometido a su poder. Mientras
el derecho germánico no ha confiado el patrimonio al libre arbitrio del Hausherr (el
señor de la casa), y no llega a ese concepto romano de la propiedad, unitario y
abstracto. Al concepto romano de la propiedad corresponde no sólo la unicidad de
la sucesión, sino también la libertad de testar del causante: a la múltiple
caracterización de la propiedad germana, según su fin y destino, y a su vinculación
a la continuidad familiar, corresponde el distinto ordenamientos sucesorio de las
diferentes partes del patrimonio y masas patrimoniales (sucesiones especiales) y la
ausencia de una sucesión basada en la voluntad delHausvater.
En Francia:
Si bien es cierto que la expansión del Imperio Romano tuvo gran influencia sobre
los pueblos que la vivieron, y con esto el origen netamente familiar del testamento,
este no es particularmente el caso de Francia; ya que el testamento romano
desapareció paulatinamente a comienzos de la Edad Media, por las influencias de
la cultura germánica y las leyes canónicas.
En el derecho germánico los bienes permanecían en copropiedad con la familia,
por ello no eran objeto de transmisión; pero con el surgimiento de la propiedad
privada, se tuvo el cuidado de que dicha propiedad permaneciese dentro del
ámbito familiar, de allí la esencialidad de la sucesión ab intestato para este
derecho.
Por esto en los países de derecho consuetudinario, que llevan consigo la cultura
germánica, creen que el patrimonio está íntimamente unido a la familia; por ello es
la sucesión ab intestato el medio que va a asegurar la transmisión de los bienes a
los miembros de la familia. Con esto se restringe la libre facultad de disposición
que tiene el de cujus sobre sus bienes.
El testamento romano llega a su fin en el siglo IX aproximadamente, siendo
reemplazado por otras maneras de disponer de los bienes, sin embargo, eran
también conocidas como testamentum, aunque fuese un acto entre vivos (lo que
hoy día conocemos como la donación).
Luego habría de venir un renacimiento del testamento tal y como lo conocemos en
el Siglo XIII. Sin embargo, este resurgimiento del testamento, no trae consigo la
institución del heredero, tan esencial en el derecho romano con el famoso familiae
emptor, lo cual lo caracteriza hasta el día de hoy. Esto se da por el carácter de
importancia que se le dio al antiguo derecho consuetudinario; y por ello son
utilizadas figuras tales como la primogenitura y el derecho de masculinidad, todo
con el objeto de preservar la unidad patrimonial entre las familias nobles. No se va
a hablar de un “heredero”, que para nosotros es el que recibe la totalidad de la
universalidad de la herencia, en virtud de la ley o del testamento; sino gracias a las
irregularidades del derecho consuetudinario frente al nuestro, se va a habla en
términos generales de un legatario, y no se va a hacer la diferencia que nosotros
hacemos entre las figuras de heredero y legatario.
Este legatario puede ser a título universal o a título singular. Es a título universal
cuando recibe el conjunto del patrimonio y no bienes particulares; y es a título
particular cuando recibe un bien específico. El legatario a título singular, es el
legatario que nosotros conocemos; porque para nosotros el que recibe el conjunto
es el causahabiente o heredero, cosa que no sucede en Francia por la circunstancia
histórica mencionada anteriormente.
En conclusión, la transmisión del patrimonio familiar en Francia se basa en el
principio de que “la defensa de la familia implica la necesidad de mantenerle sus
bienes, de asegurarle la perpetuidad de un patrimonio”.
Derecho Civil 3
Ciclo: V
Sección: B
Carné: 0507-07-7268