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Comparación entre la adopción en el Derecho Romano y la adopción en el

Derecho Civil Dominicano vigente.


(Identificación de similitudes y diferencias).
Luego de haber examinado arduamente los instrumentos legales en que se fundamenta la
adopción en el Derecho Civil Dominicano vigente y analizado en fuentes confiables la forma de
adopción en el Derecho Romano. Consideramos que en ambos criterios, el proceso de adopción
contiene discrepancias notables y aspectos semejantes. Razón por la cual, para más
entendimiento, decidimos demostrar estas peculiaridades en los puntos a continuación.

I. Concepto:
En primer lugar, debemos conocer como está definida la adopción tanto en el Derecho
Civil Dominicano vigente como en el Derecho Romano. Según el artículo 111 de la Ley
No. 136-03, para el Derecho Civil Dominicano la adopción es:

“La adopción es una institución jurídica de orden público e interés social que permite
crear, mediante sentencia rendida al efecto, un vínculo de filiación voluntario entre
personas que no lo tienen por naturaleza”.

Habiendo dicho esto, la adopción en el Derecho Romano fue considerada como:

“Un acto solemne de prohijar por medios legales a quien no lo era por naturaleza.
Creaba el vínculo civil de la patria potestad entre dos personas físicas romanas, una de
las cuales no se hallaba hasta ese momento bajo la potestad de la otra”.

Con esto en mente, podemos distinguir alguna que otra diferencia y/o similitud entre
ambos conceptos. Tanto en la definición de adopción del Derecho Civil Dominicano
vigente como la del Derecho Romano, expresan que se crea un vínculo entre aquellos que
no lo tienen por naturaleza y que por lo tanto es a través de la ley.

Por otro lado, se diferencian en que en la definición del Derecho Romano, menciona que
la adopción se realizaba entre dos personas físicas romanas, mientras que en la definición
del Derecho Civil Dominicano vigente no específica entre quienes se realiza y que según
su fundamentación se puede realizar entre dominicanos o entre dominicanos y
extranjeros.

II. Requisitos para los adoptantes:


Es relativamente importante, analizar: ¿Quiénes se consideran aptos para adoptar en
ambos criterios? Y por supuesto, identificar alguna que otra característica semejante y/o
cierta desigualdad.

En el Derecho Romano solamente podían adoptar los ciudadanos romanos, paterfamilias,


sui iuris; pero siempre y cuando contaran con la aptitud física para engendrar, debido a
que la adopción debía imitar la naturaleza (el castrado, por ejemplo, no podía adoptar); y,
además, el adoptante debía superar al menos en 18 años al adoptado si lo era a título de
hijo, y en 36 años si lo era en el carácter de nieto, en el entendido de que cada 18 años se
sucedía una generación. No podían adoptar las mujeres, porque se trataba de crear la
Patria Potestad, que no residía en las mujeres y era estimada como una facultad
únicamente del hombre.

Por otra parte, en el artículo 118 de la Ley No. 136-03 los que pueden adoptar en el
Derecho Civil Dominicano vigente, son los siguientes:

a) Los cónyuges dominicanos, casados durante tres (3) años; y los extranjeros durante
cinco (5) años de casados;

b) La pareja dominicana, formada por un hombre y una mujer, cuando demuestren una
convivencia ininterrumpida por lo menos de cinco (5) años;

c) Las personas solteras que, de hecho, tengan o hayan tenido la responsabilidad de la


crianza, cuidado y educación de un niño, niña o adolescente;

d) El viudo o la viuda, si en vida del cónyuge ambos hubieren comenzado el


procedimiento de adopción;

e) El cónyuge divorciado o separado cuando el procedimiento de adopción ya existía al


tiempo del divorcio o la separación;

f) El o la cónyuge en matrimonio o la pareja unida consensualmente podrá formalizar la


adopción del hijo(a) del otro u otra cónyuge;

g) Los abuelos, tíos y hermanos mayores de edad, a sus nietos, sobrinos y hermanos
menores, cuyo padre o madre o ambos progenitores hayan fallecido y los adoptantes
puedan garantizar el bienestar integral de sus parientes.

Asimismo en el artículo 123 de la anteriormente mencionada ley. Manifiesta: “Entre


adoptante y adoptado debe existir una diferencia de edad no menor de 15 años, que sea
compatible con una relación de paternidad y maternidad. Esta diferencia de edad no
será exigible cuando la adopción se haga a favor del hijo o hija del otro cónyuge, previo
consentimiento de la madre o del padre, si éste lo ha reconocido”.
Considerando los datos expuestos previamente, nuestra legislación contiene pautas más
adecuadas a los tiempos modernos, en posición al Derecho Romano, con respecto a
quienes pueden adoptar. Por consiguiente, difieren en varias situaciones.

En primer lugar, en el Derecho Romano solo podían adoptar los ciudadanos romanos que
podían engendrar, mientras que en el Derecho Civil Dominicano vigente, tanto
dominicanos como extranjeros tienen la facultad para adoptar, sin importar si pueden
procrear o no. Asimismo, en el Derecho Romano el adoptante debía superar al adoptado
en al menos 18 años, si lo era en el carácter de hijo y en 36 años para el carácter de
abuelo. Aunque muchas de las legislaciones modernas tomaron como guía a esta pauta,
nuestra legislación expresa que debe existir una diferencia de edad entre el adoptado y el
adoptante, no menor de 15 años, para tres años menos de diferencia frente al Derecho
Romano.

Junto a esto, desde un punto de vista general en el Derecho Romano no se permitía a la


mujer adoptar, debido a que era una facultad únicamente del hombre. Para el Derecho
Civil Dominicano vigente, la mujer, si cumple con las condiciones requeridas, sí tiene la
potestad de adoptar, dado que nuestra legislación a diferencia del Derecho Romano, no
considera la adopción como una facultad única del hombre.

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