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I. Concepto:
En primer lugar, debemos conocer como está definida la adopción tanto en el Derecho
Civil Dominicano vigente como en el Derecho Romano. Según el artículo 111 de la Ley
No. 136-03, para el Derecho Civil Dominicano la adopción es:
“La adopción es una institución jurídica de orden público e interés social que permite
crear, mediante sentencia rendida al efecto, un vínculo de filiación voluntario entre
personas que no lo tienen por naturaleza”.
“Un acto solemne de prohijar por medios legales a quien no lo era por naturaleza.
Creaba el vínculo civil de la patria potestad entre dos personas físicas romanas, una de
las cuales no se hallaba hasta ese momento bajo la potestad de la otra”.
Con esto en mente, podemos distinguir alguna que otra diferencia y/o similitud entre
ambos conceptos. Tanto en la definición de adopción del Derecho Civil Dominicano
vigente como la del Derecho Romano, expresan que se crea un vínculo entre aquellos que
no lo tienen por naturaleza y que por lo tanto es a través de la ley.
Por otro lado, se diferencian en que en la definición del Derecho Romano, menciona que
la adopción se realizaba entre dos personas físicas romanas, mientras que en la definición
del Derecho Civil Dominicano vigente no específica entre quienes se realiza y que según
su fundamentación se puede realizar entre dominicanos o entre dominicanos y
extranjeros.
Por otra parte, en el artículo 118 de la Ley No. 136-03 los que pueden adoptar en el
Derecho Civil Dominicano vigente, son los siguientes:
a) Los cónyuges dominicanos, casados durante tres (3) años; y los extranjeros durante
cinco (5) años de casados;
b) La pareja dominicana, formada por un hombre y una mujer, cuando demuestren una
convivencia ininterrumpida por lo menos de cinco (5) años;
g) Los abuelos, tíos y hermanos mayores de edad, a sus nietos, sobrinos y hermanos
menores, cuyo padre o madre o ambos progenitores hayan fallecido y los adoptantes
puedan garantizar el bienestar integral de sus parientes.
En primer lugar, en el Derecho Romano solo podían adoptar los ciudadanos romanos que
podían engendrar, mientras que en el Derecho Civil Dominicano vigente, tanto
dominicanos como extranjeros tienen la facultad para adoptar, sin importar si pueden
procrear o no. Asimismo, en el Derecho Romano el adoptante debía superar al adoptado
en al menos 18 años, si lo era en el carácter de hijo y en 36 años para el carácter de
abuelo. Aunque muchas de las legislaciones modernas tomaron como guía a esta pauta,
nuestra legislación expresa que debe existir una diferencia de edad entre el adoptado y el
adoptante, no menor de 15 años, para tres años menos de diferencia frente al Derecho
Romano.