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jonathan Drake

POSTURA SANA
Utilice la TÉCNICA ALEXANDER
para prevenir el dolor y la tensión
Jonathan Drake

Postura sana

FONTANA
PRACTICA

Ediciones Martínez Roca, S. A.


Traducción de Patricia Shelly

Diseño cubierta: Geest/H�verstad

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zación escrita de los titulares del «Copyright»,
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y la distribución de ejemplares de ella mediante
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tación e importación de esos ejemplares para su
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Comunidad Económica Europea.

Título original: Body Know-How, publicado por HarperCollinsPublishers, Londres

© 1991, Jonathan Drake


© 1992, Ediciones Martínez Roca, S. A.
Gran Via, 774, 7.0, 08013 Barcelona
ISBN 84-270-1674-3
Depósito legal B. 29.749-1992
Fotocomposición de Pacmer, S. A., Miquel Angel, 70-72, 08028 Barcelona
Impreso por Libergraf, S. A., Constitució, 19, 08014 Barcelona

Impreso en España - Printed in Spain


(La necesidad de ilustración) obliga al filósofo o al profesor a dar al mundo procedi­
mientos prácticos que puedan ser aplicados a las actividades reales de la vida, en lugar de
conclusiones teóricas que frecuentemente no encuentran en la vida soporte práctico. Esta
fórmula, me aventuro a predecir, acabará siendo regla y no excepción a medida que vaya­
mos avanzando hacia un plano de orientación y control constructivo y consciente.

F. M. ALEXANDER
Agradecimientos

Estoy profundamente agradecidl1 a Marjory de Northampton, por su experiencia téc­


Barlow, Misha Magidov, John Naylor, Shelley nica.
Stokes y Mervyn Waldman por haber leído Sin las enseñanzas e inspiración que en los
minuciosamente el manuscrito. Sus comen­ inicios ofrecieron Patrick MacDonald v Mis­
tarios y consejos me han ayudado enorme­ ha M:igidov, haría ya mucho tiempo q{ie hu­
mente a pensar con nitidez y han contribuido biera dejado de hacer preguntas. Mis alum­
a poner en claro la presentación del mate­ nos también han aguijoneado lo suyo ha­
rial que contiene este libro; no obstante, soy ciendo preguntas difíciles.
yo quien asume por entero la responsabi­ Rahula Books y Patrick MacDonald ama­
lidad sobre su contenido. También estoy en blemente concedieron autorización para re­
deuda con Sue Lloyd por brindarse a mejo­ producir citas del libro 1be Alexander Tech­
rar la legibilidad del texto, y con Jane Asher nique: As I See It.
por sus aportaciones a la sección dedicada Por último, pero no por ello menos mere­
a la natación. cidas, muchas gracias a mi familia, y en espe­
Tuve la gran fortuna de contar con la ex- cial a Angela, por ser tan indulgente conmi­
periencia y la paciencia de Dorothea Ma­ go en las múltiples ocasiones en que retoqué
gonet para poner de manifiesto el contraste el manuscrito, así como por su asesoramien­
de tendencias en la utilización del cuerpo; to constante y sus continuas palabras de
gracias también a Peter Reynolds Studios, aliento.
Prólogo

Tuve conocimiento de la Técnica Alexander comunicación y en los estados emocionales


gracias al discurso ceremonial de Tinber­ y anímicos.
gen, ganador del Premio Nobel de fisiología ¿"Có mo recobrar este sexto sentido y resta­
y medicina en 19 73, y en 19 77 empecé a to­ blecer óptimamente la utilización de los
mar lecciones. Tras 35 años de trabajo en músculos? Preparándosepara dedicar tiem­
el campo de la fisiología experimental, aún po a esta labor y para saber apreciar cuál
me sigue maravillando la importancia de es el estado muscular; dándose la libertad
los descubrimientos de Alexander. de establecer nuevos esquemas de control
Nuestros músculos son órganos!ascinan­ muscular, para que así los músculos anti­
tes, y constituyen más de la tercera parte de gravedad .fimcionen e!>pontáneamente y
la masa del cue1po humano. La mayoría sin contracciones (o ca-contracciones) in­
de nosotros consideraría que los músculos necesarias. Las expertas manos de un pro­
están ahí sólo para mantenernos erguidos, fesor no solamente ayudan a despertar en
permitirnos el movimiento y proporcionar­ el alumno la percepción de sus músculos,
nosfuerza para hacer las cosas. Los múscu­ sino que además contribuyen a estimular
los son mucho más; forman parte de un ór­ el desarrollo de esquemas más apropiados
gano sensorio (el "sexto sentido,,, tal como de utilización muscular. Aunque el apren­
lo describió elfisiólogo del siglo XIX sir Char­ dizaje de estas experiencias sensoriales y mo­
les Bel!; lo que hoy denominamos sentido toras es sobre todo no verbal, para el alum­
propioceptivo o cinestésico). Los músculos no es de gran ayuda saber que hay perso­
nos proveen de medios de comunicación, nas conocedoras del proceso por el que está
información y emoción: externamente, a pasando y de lo que cabe e!>perar de éste.
través del habla (generada por músculos), El libro dejonathan Drake presenta, a este
la expresión facial y la postura c01poral; e respecto, aportaciones muy útiles. Con pa­
internamente por la aportación que los labras claras y sencillas explica los princi­
músculos hacen al estado emocional (laxos pios básicos de la Técnica Alexander. Des­
en la depresión y tensos en la ansiedad o la cribe toda una serie de procedimientos que
ira). el alumno puede poner en práctica y obser­
F. M. Alexander descubrió que el hombre var mientras los realiza junto con el profe­
moderno se había de�pojado del sexto sen­ sor, cuyas manos experimentadas son im­
tido y que, en consecuencia, había olvida­ prescindibles. El libro no sólo se distingue
do también cómo utilizar óptimamente los por su utilidad práctica (aplicar la Técnica
músculos en las posturas c01porales, en la Alexander cuando se trabaja al teclado de
8 ------ Postura sana

un ordenador o se conduce un vehículo),


sino también por las numerosas ilustracio­
nes que demuestran cuál es la buena aplica­
ción de la ·técnica". Ambas características
confieren a esta obra un incalculable valor
para quienes estén interesados en la Técnica
Alexander o se hallen en camino de apren­
derla.

DAVID GARLICK
B. Se., MB, BS, Ph.D.
Senior Lecturer
Escuela de Fisiología y Farmacología
Universidad de Nueva Gales del Sur
Introducción

Postura sana va dirigido a todas aquellas En la infancia temprana adquirimos espontá­


personas que deseen aprender a mejorar neamente unas destrezas básicas de coordi­
la utilización del cuerpo. Mediante la apli­ nación, pero durante el crecimiento muchos
cación de la Técnica Alexander es posible iniciamos un deterioro. Estudios llevados a
evitar en buena medida ei exceso de es­ cabo entre algunos alumnos de 18 años ma­
trés, cansancio, dolor y fatiga propios de la triculados en escuelas de educación física
vida diaria. y arte dramático -que aparentemente debe­
Cuando por primera vez se oye hablar de rían situarse por encima de la media en esta
la Técnica Alexander, todo el mundo pre­ cuestión- revelan que el ochenta por cien­
gunta qué tiene que "hacer,,: ¿no hay ejerci­ to de ellos padecían defectos posturales de
cios físicos? La respuesta es un "nº" rotundo. importancia, e incluso graves, al comienzo
Solemos embarcarnos en la repetición ruti­ del curso.1
naria de una serie de ejercicios -categoría La condición física de los estudiantes que
en la que puede incluirse hasta el más no­ pusieron en práctica los ejercicios prescri­
vedoso programa de gimnasia para ponerse tos para remediar los defectos posturales
en forma- con intención de compensar las empeoró durante el año académico. Tan
posturas estáticas que adoptamos en la se­ sólo hubo mejoría significativa entre aque­
dentaria vida moderna. Por lo común este llos que recibieron lecciones de la Técnica
tipo de ejercicios contribuyen a agravar los Alexander.
mismos problemas que pretenden contra­ Dice muy poco en favor de la vida mo­
rrestar. Alexander demostró que para com­ derna el que la mala utilización del cuer­
batirlos de verdad se requiere cambiar ra­ po sea una norma que pasa desapercibida
dicalmente de forma de pensar en cuanto al para muchos de nosotros. Creemos poder
modo de ejecución de todas esas activida­ abusar de él, dada su gran capacidad de
des cotidianas que tan automáticas nos pa­ adaptación, sobre todo cuando somos jó­
recen. venes.
Es una delicia observar y experimentar la Más tarde o más temprano, sin embargo,
gracia y la belleza de un movimiento, de lo pagaremos con un sinnúmero de desór­
una postura bien coordinada. Estas cosas se denes relacionados con el estrés, y sufrire­
producen de forma natural entre los anima­ mos los sinsabores de no ser capaces de
les --quienes confían sobre todo en su ins­ cumplir las metas que nos hemos propues­
tinto- y entre un número de personas cada to en la vida. La mala utilización del cuerpo
vez más reducido del mundo desarrollado. es causa primordial.
10 ------- Postura sana

tas, entrenadores deportivos, profesores de


educación física o de arte dramático (la ra­
zón de que así sea quedará clara a lo largo
de este libro).

El propósito
de este l ibro
Postura sana se propone acortar distancias
entre las ideas básicas de la Técnica Alexan­
der y su aplicación práctica. A veces la Téc­
nica es víctima de un modo de presentación
que alienta el misticismo o hace parecer inac­
cesibles los conceptos desarrollados por Ale­
xander. Nada más lejos ele la realidad; el crí­
tico de la primera obra de Alexander, Man s
Supreme Inheritance, escribió que los mé­
todos ideados por el autor revelaban un
"sentido común sistematizado"; es este sen­
tido común frecuentemente esquivo -apli­
cado a la vida diaria- el que Postura sana
se propone destacar.
La primera parte del libro cuenta la extra­
ordinaria historia de Alexander y de la cre­
ciente aplicabilidad de sus observaciones,
conceptos y experimentos a la experiencia
del hombre. La segunda parte tiene que ver
con la aplicación de la Técnica. Ciertos pro­
cedimientos se describen e ilustran con de­
Fig. l. F. M. Alexcmder.
talle; la presencia de un profesor asegurará
el correcto entendimiento de todos ellos.
Son procedimientos que permiten mejorar
E l descubri m iento la forma en que se llevan a cabo las diversas
de F. M . Alexa nder actividades del vivir cotidiano: desde las ta­
reas más sencillas, como pasar el aspirador,
F. Matthias Alexander (1869-1955), creador hasta la más compleja de las habilidades,
de la Técnica Alexander, descubrió la clave como tocar un instrumento musical.
para que el hombre pudiera recobrar el sen­ Alexander y aquellos que han seguido
tido natural de la coordinación y, en conse­ sus pasos se han visto siempre obstaculiza­
cuencia, mejorar su funcionamiento en to­ dos por las limitaciones que impone el len­
dos los órdenes de la vida. guaje; además, el conocimiento intelectual
Alexander llegó a la conclusión de que casi no es capaz de suplir la sutil (y a veces con­
todos necesitamos reaprender -muy cons­ fusa) experiencia de adquirir la nueva coor­
cientemente- cómo utilizar el cuerpo con dinación que enseña el profesor adecuada­
mayor eficacia en el desempeño de las ac­ mente preparado. Nadie llegaría muy lejos
tividades cotidianas. Los principios funda­ si quisiera aprender a tocar un instrumento
mentales a los que atribuyó el huen gobier­ musical sin ayuda de un entendido; y el
no de la utilización corporal todavía son cuerpo es el instrumento más importante
bastante desconocidos, ignorados o malin­ que poseemos.
terpretados entre muchos "expertos,, en este En ocasiones, sin embargo, no es posible
campo, ya se trate de médicos, fisioterapeu- consultar con profesor alguno. Postura sana
Introducción ------ -----
11

ha sido escrito con la convicción de que el sión. jugaba al squash con razonable habi­
lector reflexivo, al comprender determina­ lidad y pensaba que no podía tener mala
dos hechos, encontrará entre las páginas de coordinación. Entonces no comprendí que
este libro la ayuda necesaria para no repro­ se puede ser muy competente en un deter­
ducir los peores hábitos de utilización cor­ minado ámbito, pero dejar bastante que
poral. desear en general. Era incapaz de entender
por qué el profesor me aconsejaba abando­
nar -al menos por un tiempo- las prácticas
¿Por qué deportivas y los ejercicios de yoga. Poco a
« Postura sa n a n? poco, sin embargo, mi percepción fue afi­
nándose y llegué a darme cuenta de que
Los alumnos que toman lecciones conmigo con estas actividades mi cuerpo se defor­
suelen decir: "Entiendo el sentido de lo que maba; la luz del entendimiento empezaba a
enseña, pero cuando estoy a solas encuen­ alumbrar. Tal como suelen decir los profe­
tro difícil recordar cómo debo adaptarlo a la sores de la Técnica: "Desde que aprendí, no
práctica diaria. ¿Puede recomendarme algún he dejado de descubrir".
libro?". Admito que pese a haber excelentes Antes de trabar contacto con la Técnica ha­
obras sobre la Técnica Alexander, no existía bía padecido de rigidez en la sección media
ni uno sólo al que mis alumnos pudieran re­ de la espalda y de escoliosis (desviación la­
currir en busca de asesoramiento detallado teral de la columna). En ambas dolencias
y práctico.2 influían, entre otras causas, diversos proce­
Cuando empecé a aprender la Técnica tuve sos infecciosos en el pecho y una neumo­
la sue1te de contar con profesores que esta­ nía, enfermedades que sufrí en la infancia,
ban dotados de la pericia manual necesaria así como el haber trabajado de repartidor de
para transmitinne una experiencia sensorial periódicos en la adolescencia cargando los
potente, directa y precisa de lo que es la bue- · pesados paquetes a la espalda y el desarro­
na utilización del cuerpo. No obstante, ahora llo físico desigual propiciado por la práctica
creo que mis progresos en el aprendizaje de de deportes de raqueta. Años enteros de es­
la Técnica Alexander hubieran sido más sa­ cuela y universidad vinieron a añadirse al
tisfactorios de haber entendido, desde los exceso de tensión de mi cuerpo y a su de­
primeros momentos y con mayor claridad, la caimiento.
pertinencia de ciertas cosas. En aquel enton­ En la Facultad de Medicina, me especialicé
ces parecía sobreentenderse que si el alum­ en anatomía forense. Años más tarde, des­
no aprendía a abandonar ciertos hábitos e pués de acabar la carrera y abandonar la
ideas en lo tocante a la utilización corporal, medicina, estudiante ya de la Técnica Ale­
de manera tal que este hecho le pusiera en xander, aprendí a prestar una atención más
disposición de asumir repetida y correcta­ minuciosa a la dinámica del cuerpo en mo­
mente ia experiencia de una coordinación vimiento, y a su porte o a la falta de él.
paulatinamente mejorada, con el tiempo ave­ He contraído con la Técnica y con sus
riguaría por sí solo el modo de aplicar la maestros una deuda incalculable porque, a
Técnica en la vida diaria. lo largo de la última década, he ido ganan­
Yo tardé bastante en conseguirlo. Lo que do en discernimiento al tiempo que con él
echaba de menos en los inicios del aprendi­ mejoraban mi salud y mi bienestar. Estoy
zaje era un marco que me ayudara a com­ convencido de que la Técnica me ha ayuda­
prender mejor cómo aplicar la Técnica en do a evitar graves problemas de espalda y
las tareas cotidianas. que, seguramente, ha reducido el riesgo de
padecer serios desórdenes internos. Hoy en
M i historia día soy capaz de resistir niveles de estrés
más altos que cuando era estudiante de me­
Igual que muchos otros alumnos princi­ dicina y luchaba por abrinne camino. Pero
piantes, al comienzo me costó reconocer por encima de todo, debo a la Técnica el
hasta qué punto vivía sumido en la confu- haber ganado una mayor seguridad a la hora
12 ------- Postura sana

de afrontar situaciones desconocidas, y el razonables de estrés; mejorar la forma, la


gozar de una mayor capacidad de aprendi­ imagen y la coordinación corporal;
zaje. • maestros, músicos, actores, bailarines, atle­
tas y deportistas;
todos los que deseen incrementar su capa­
¿A quién p uede ser útil

cidad de aprendizaje y sus habilidades.


este l ibro7 • aquellos que padezcan dolores en espalda
y cervicales; rigidez en los hombros, codo
Postura sana contiene observaciones útiles de tenista, ..síndrome de dolor zonal .. o le­
para cualquier persona que desee desen­ siones debidas al ..forzamiento reiterado"
volverse mejor en la vida diaria; a todos (músicos, personas que trabajan con or­
puede llegar el mensaje de Alexander, sin denador); diversas formas de artritis, en es­
importar la educación recibida o la ocupa­ pecial osteoartritis de columna, de cadera
ción que se desempeñe. Concebido ante todo y de rodilla; desórdenes psicosomáticos o
como manual de trabajo para personas que relacionados con el estrés: dolores de ca­
ya se han iniciado en la Técnica, también será beza, dificultades respiratorias, problemas
valiosa fuente de información para: gastrointestinales e hipertensión;
• quienes deseen contribuir a la rehabilita­
• aquellos que estén pensando en apren­ ción tras el parto, la enfermedad, lesiones
der la Técnica; y accidentes;
• todos los que quieran asumir mayor res­ • aquellos que están intentando superar la
ponsabilidad sobre su salud y bienestar; depresión y la ansiedad;
evitar el exceso de fatiga, de cansancio y • cualquier persona que desee orientación
de malestar que se desprende del vivir sobre el diseño y el uso del mobiliario de
cotidiano; desarrollar aplomo y seguri­ trabajo o de descanso: sillas, mesas, etc.,
dad, y ser capaz de superarse en niveles adecuadas a cada función.
Ideas básicas

Un individuo goza de la mejor salud sólo tos, músculos o cualquier otra estructura.
cuando utiliza el cuerpo de tal manera que Las vísceras deben estar adecuadamente aco­
ninguna de sus partes sufre tensión. Tal modadas para que puedan desempeñar su
cosa supone que cuando está en pie, el función con normalidad.
cuerpo se sostiene completamente erguido,
sin forzar articulaciones, huesos, ligamen- GoLDTHWAITE Y COLS.,
Body Mechanics
¿Qué es utilizar bien el cuerpo?

Que la mente y el cuerpo trabajan juntos de


tal manera que no es fácil concebirlos sepa­
radamente es una proposición generalmen­
te aceptada hoy en día, pero cuando F. M.
Alexander la hizo en su tiempo merecía el
calificativo de temeraria. Él utilizaba la ex­
presión .. utilización del Yº" para referirse a
la calidad o al estilo de coordinación de la
mente/cuerpo en todas las actividades de
la vida cotidiana.
Una persona bien coordinada puede dis­
tinguirse en el acto de una persona mal
coordinada, pero ya no resultan tan obvias
otras diferencias más sutiles. El ojo inexper­
to podría caer fácilmente en el engaño. Por
ejemplo, la aparente ligereza de los bailari­
nes de ballet clásico por lo común se con­
sigue a costa de un gran esfuerzo físico. Los
gimnastas adquieren buena parte de su ex­
cepcional elasticidad a base de forzar la fle­
xión de las articulaciones. Tanto unos como
otros padecen numerosas lesiones; en la
vida adulta, acostumbran desarrollar alte­
raciones de tipo degenerativo en las articula­
ciones.
Unos pocos afortunados se las ingenian
para hacer de modo natural y dur:,mte buena
parte de la vida una utilización sumamente
buena del cuerpo. Acuden a la mente bailari­
nes como Fred Astaire y Baryshnikov, pianis-

Fig. 2. ¡Fred Astaire, el inmortal! Ligereza yfaci­


lidad de movimiento. (Foto: Rex Features.)
16 ------ Postura sana

espasmos, temblores o inestabilidad. Cuan­


do un movimiento puede hacerse muy
lentamente -y con facilidad-, entonces
cabe desarrollar una gran delicadeza, con­
trol, velocidad y potencia.1
Para ilustrar esto, deténgase el lector a
observar que la mayoría de nosotros hace­
mos un excesivo esfuerzo al caminar. Si us­
ted se pone frente a un espejo grande y da
unos cuantos pasos con mucha lentitud, em­
pezará a notar qué ocurre cuando camina.
Verá que hay descontrol, que al avanzar
todo el peso recae sobre el talón del pie de­
lantero. Tal vez se sorprenderá al comprobar
que su equilibrio es muy inestable, especial­
mente si intenta caminar hacia atrás. Si con­
templa cómo andan otras personas, observa­
rá un sinnúmero de particularidades. Pero
común a todas ellas es la falta de equilibrio y
de fluidez en el movimiento. No pensamos
en cómo andamos, ¡al fin y al cabo, casi todos
aprendimos a caminar cuando teníamos más
o menos un año! En la segunda parte del li­
bro podrá comprobar que gracias a la Técni­
ca Alexander es posible aprender a mejorar
el paso ---0 cualquier otra actividad- aunque
venga desempeñándose según unas pautas
establecidas largo tiempo atrás.
Fig. 3. Stej/i Graf, Wimhledon, 1987. Una atleta
soberbia que demuestra una potente coordina­
ción en piernas y cueipo para dar su acostum­
brado ·drive. . (Foto: Rex Features.)
La superespecialización
en la utilización
tas como Rubinstein y Horowitz, el boxea­
dor Muhammad Ali y la tenista Steffi Graf.
del cuerpo
Desde la revolución industrial, la gama de
Las características movimientos que casi todos nosotros reali­
zamos en el curso de la vida ha quedado
del m ovim iento ideal reducida. Tendemos a estar relativamente
inmóviles -sentados- haciendo por lo gene­
¿Sabe e l lector cómo analizar la calidad d e un ral movimientos repetitivos. El trabajo domés­
movimiento voluntario? He aquí un modo tico implica inclinarse continuamente y fa­
útil de hacerlo: vorece la aparición de deformaciones en la
• Ausencia de eefuerzo. Tan sólo se hace espalda. En el tiempo de ocio 'es muy fácil
aquello que necesita hacerse. Existe eco­ desplomarse, exhaustos, frente al televisor.
nomía de movimiento, no hay resitencia El extremo opuesto es pasar el fin de serna-
interna, esfuerzo ni alteración respirato­ na entero cavando en el jardín o derrochan­
ria. El movimiento puede ser repetido do energías con la práctica de algún tipo de
muchas veces sin violentarse ni fatigarse. deporte.
• Reversibilidad. Debería ser posible retar­ Desgraciadamente casi todos los tipos de
dar, detener e invertir el movimiento (¡sal­ ejercicio tienden a consolidar los mismos há­
vo en el salto!). No deberían producirse bitos que pretendemos cambiar. Esto pue-
¿Qué es utilizar bien el cuerpo? ------ 17

de resultar extremadamente perjudicial. Un advirtió que su postura y su coordinación


agente de propiedad inmobiliaria que tenía eran desastrosas. Finalmente sufrió prolap­
por costumbre jugar al squash para comba­ so en un disco lumbar; una parte le fue ex­
tir el estrés debido a su profesión, sufría pe­ tirpada, y vino a verme con tremendos do­
riódicamente de agarrotamiento en la es­ lores producidos por contracciones en la
palda. Se sometía a sesiones de fisioterapia región lumbar. La osteopatía, en su caso, no
para poder seguir trabajando, pero nadie le había puesto remedio a la dolencia. Fue in­
capaz de introducir en su modo de vida los
cambios necesarios para darse la oportuni­
Fig. 4. Alexander andando. Obsérvese el movi­ dad de no volver al quirófano, y por tanto
miento ligero, expansivo, y la utilización de to­
se exponía a sufrir la extirpación completa
das las articulaciones de las piernas.
del disco y a una fusión vertebral. Le adver­
tí que tal cosa seguramente no mitigaría en
absoluto los dolores y que con casi toda
certeza surgirían problemas compensato­
rios en cualquier sección de la columna. A
largo plazo, su única esperanza residía en
tratar la causa principal de sus molestias: la
mala utilización de sí mismo.
Para las dolencias que cada vez son más
comunes· entre las personas que trabajan
con ordenador y entre los músicos, los mé­
dicos emplean expresiones como ·lesión
por forzamiento reiterado·., «tendosinovi­
tis y ·síndrome de dolor zonal·., (El hom­
..

bro rígido, el codo de tenista y el calambre


de escritor son manifestaciones del mismo
tipo de fenómeno.) La explicación que la
medicina ofrece para esta serie de alteracio­
nes es la de exceso de utilización, y pres­
cribe tratamientos tales como el descan­
so, calmantes, cirugía o el cambio de pro­
fesión.

Los orígenes de la
Técn ica Alexa nder
Hace u n siglo F . M . Alexander -que era jo­
ven, actor y australiano- padecía un proble­
ma vocal; los médicos también diagnosti­
caron en su caso un exceso de utilización.
Poco a poco se había ido viendo afectado
de ronquera en escena. Por último, le falló
totalmente la voz en plena representación.
Sus médicos recomendaron lo usual en es­
tos casos: el descanso o el tratamiento qui­
rúrgico (cuando sólo sufría una inflamación
. moderada en las cuerdas vocales). El des-
canso le devolvió la voz durante un tiempo,
pero ésta empeoraba con el estrés de la in­
terpretación.
18 ------- -------� Postura sana

Sin embargo, Alexander deseaba ardien­ padecido enfermedades crónicas desde la


temente seguir la carrera de actor. Razonó infancia y al recobrar la voz mejoró su esta­
que debía de estar haciendo algo que le per­ do general de salud. Cuando enseñó a otros
judicaba (extremo con el que sus médicos actores lo que había aprendido acerca de la
tuvieron que mostrarse de acuerdo), y pues­ utilización de la voz, éstos decían experi­
to que nadie podía decirle con exactitud de mentar una mejoría global en su funciona­
qué se trataba, resolvió descubrirlo por sus miento.
propios medios. En el transcurso de esta A raíz de ello, Alexander llegó a la con­
autoindagación quedó claro que el proble­ clusión de que había dado con algo de ma­
ma se debía menos al exceso de utilización yor importancia que la solución a sus parti­
del mecanismo vocal, que a la mala utiliza­ culares problemas de vocalización. Había
ción de sí mismo en su conjunto. descubierto la clave de un método gracias
A la larga descubrió el modo de evitarlo y al cual se podía mejorar sustancialmente la
no tuvo más dificultades con la voz. Había coordinación y que, a su vez, redundaba en

Fig. 5. El abdomen prominen­ Fig. 6: Tensar los músculos del Fig. 7. Utilizar bien el cuerpo
te es consecuencia de una pos­ estómago y de los glúteos pro­ y equilibrar el tono muscular
tura encorvada duce rigidez general. corrige la excesiva prominen­
cia abdominal.
¿Qué es utilizar bien el cuerpo? ------ ---- ---- 19

beneficio de todas las facetas del funciona­ mas sorprendemos reproduciendo como
miento humano. en un espejo la postura de la persona con
quien estamos, especialmente si deseamos
mostramos favorablemente dispuestos ha­
La vida contemporá n ea : cia ella. Rodeados por multitud de imáge­
Cambios nes de mala coordinación corporal, que
tanto los medios de comunicación como
y consecuencias
.

las personas allegadas transmiten, se pier­


de de vista con demasiada facilidad la es­
Alexander llegó a considerar el problema tética de la figura ideal en movimiento,
en términos evolucionistas y antropológi­ que en la actualidad se cifra sobre todo
cos. Enseñó que ya no podemos confiar por en el desarrollo muscular o en la gordura
entero al subconsciente el control de nues­ o delgadez impuestas por los dictados de
tra coordinación, dada la rapidez con que se la moda.
suceden los cambios en el mundo que he­ • Compensación fisiológica, por ejemplo
mos creado. Necesitamos ejercer un control en los embarazos, los accidentes, las le­
más consciente de nosotros mismos que el siones y las enfermedades; a causa de una
precisado por los cazadores, los pastores e lesión sufrida en una parte del cuerpo o
incluso los granjeros primitivos. una estancia prolongada en cama debida
Es obvio que no hay una causa única a a una enfermedad crónica, el sistema en­
la que atribuir la mala utilización del cuerpo, tero puede desequilibrarse. Este tipo de
que es casi universal y manifiesta en la ma- compensaciones puede llegar a ser habi­
yoría de los pueblos, pero todos los facto­ tual y srntir efecto cuando ya no son ne­
res que se enumeran a continuación juegan cesarias. A medida que avanzamos en años
su papel: tendemos a padecer más desarreglos.

• Posiciones estáticas y actividades repeti­ Cualesquiera que sean las razones que
tivas (incluidos los programas de ejerci­ nos lleven a desarrollar pautas individuales
cios); todo ello violenta en exceso a un de mala utilización corporal, la Técnica Ale­
cuerpo que va descompensándose. xander sirve para ayudarnos a salir de difi­
• El estrés emocional puede producir dis­ cultades. Además, va en aumento el núme­
torsiones en la estructura del cuerpo, que ro de personas que aplican los principios
a su vez puede imponer límites a la gama de Alexander para intentar prevenir la apa­
de emociones sentidas por una persona. rición de problemas serios y para alcanzar los
Por ejemplo, las personas deprimidas sue­ objetivos que se han propuesto de una ma­
len encerrarse en sí mismas, resultando nera tan eficiente como eficaz. Los años no
esto en una falta de vitalidad que puede suponen impedimento alguno para apren­
acrecentar los problemas emocionales: la der la Técnica. Tal vez los alumnos de ma­
depresión se convierte en hábito. yor edad tarden más tiempo pero a veces
La noción de identidad personal tiene están mejor motivados que los jóvenes,
relación con la manera en que maneja­ para quienes puede resultar demasiado fá­
mos el cuerpo. El lenguaje corporal suele cil ignorar las posibles consecuencias de sus
-transmitir a los demás mensajes subcons­ acciones presentes.
cientes sobre cómo deseamos que nos res­ Antes ele desvelar cómo abordaremos la
pondan. tarea el e mejorar la utilización del cuerpo,
• Imitación; durante el crecimiento copia­ es necesario ofrecer una explicación más
mos a las personas que son importantes en amplia f>Obre la clave de la coordinación,
nuestra vida: padres, profesores, cantan­ clave que Alexander llamaba el «Control pri­
tes famosos, modelos . . . A menudo pode- mario".
El control primario

Alexander no hizo un estudio extenso de la Alexander, y prologuista de tres de sus li­


anatomía o de la fisiología, pero sus libros bros, dijo:
demuestran que con el paso de los años ha­
bía adquirido un conocimiento tan útil como Tras estudiar varios años el método de
practicable sobre los principios biológicos, Alexander en pleno funcionamiento, es­
a fin de respaldar sus observaciones y argu­ toy dispuesto a afirmar que ha aplicado a
mentos. Un factor importante para que Ale­ las ideas y las creencias que el ser huma­
xander redescubriera la clave de la coordi­ no posee sobre sí mismo y sobre sus ac­
nación -tal como él la veía- debió de ser tos exactamente el mismo método de ex­
una fina capacidad de observación, desa­ perimentación... que ha sido la fuente de
rrollada desde la infancia gracias a la adora­ todos los progresos en las ciencias físi­
ción que sentía por los caballos y por los cas.
animales de caza que poblaban los chapa­
rrales australianos. Tal vez fuera esto lo que
pusiera a Alexander en situación de apre­
Primeras observaciones
ciar los elementos esenciales de la coordina­ y experimentos
ción, elementos que acaso le hubieran pa­
sado desapercibidos de haber poseído un Ya que nadie sabía decir a Alexander de qué
minucioso conocimiento de la biología hu­ manera precisa obstaculizaba él mismo su
mana. Tinbergen, que dedicó a la descrip­ voz -aparte de una tendencia a boquear
ción de la Técnica la mitad del discurso ce­ audiblemente entre frase y frase-, ideó un
remonial cuando recibiera el Premio Nobel sistema de espejos para comparar cómo re­
de fisiología y medicina en 1973, dijo: citaba y cómo hablaba normalmente. Des­
cubrió que tenía una tendencia exagerada a
Esta historia de capacidad perceptiva, de poner rígido el cuello y a retraer la cabeza,
inteligencia y de perseverancia por parte así como a elevar el pecho y ahuecar la es­
de un hombre sin formación médica, es palda a la altura de la región lumbar. Tal há­
una de las verdaderas epopeyas de la in­ bito acarreaba una marcada contracción y
vestigación y la práctica médicas. 1 acortamiento de su estatura y ejercía una
presión perjudicial sobre las cuerdas voca­
John Dewey, filósofo y especialista norte­ les y todos los órganos internos. Más ade­
americano en teoría y métodos de la educa­ lante se dio cuenta de que esta tensión anó­
ción, cuyo pensamiento se vio enormemen­ mala se extendía por todo el cuerpo hasta
te influido por las enseñanzas recibidas de las mismas puntas de los pies, con los que
El control primario ------- 21

se agarraba al suelo del escenario. Vino a enormemente-, es posible ver demostrado


percatarse de que esta pauta de mala utili­ este punto de una manera sorprendente.
zación corporal estaba siempre presente, en Colóquese en ángulo frente a un espejo y re­
grado variable, dependiendo de la cantidad pita lentamente la acción de levantarse y
de estrés que experimentara. sentarse. Probablemente verá que echa la ca­
Al principio intentó cambiarlo todo de gol­ beza hacia atrás y la hunde entre los hom­
pe, sin éxito. Pero después de algún tiempo bros al tomar asiento o ponerse en pie (de
descubrió que la clave de toda su coordina­ vez en cuando verá justo lo contrario: la bar­
ción residía en la orientación de la cabeza billa abatida en dirección al pecho). La im­
sobre el cuello. Si podía controlar esto, la portancia de este movimiento repetido tan­
tensión disminuía en el resto del cuerpo. tas veces a lo largo del día, estriba en que
Este modo de servirse mal del cuerpo que demuestra la tendencia de la gran mayoría
Alexander observaba en sí mismo, está tan de las personas a utilizar mal el cuerpo en
generalizado que comúnmente no sabemos todas las actividades cotidianas.
apreciarlo ni en nosotros ni en las demás
personas. Sin embargo, si el lector observa Respuesta ante el sobresalto
sus movimientos al levantarse y sentarse en La "respuesta ante el sobresalto.. prueba la
una silla -<londe el cambio de postura varía afirmación de Alexander sobre la importan­
cia crucial que el equilibrio cuello/cabeza
tiene para la coordinación humana. Con ella
Fig. 8. Características de una mala postura muy
común: rigidez en el cuello, retracción de la ca­
se hace patente que la reacción del hombre
beza, elevación delpecho y ahuecamiento de la ante determinado tipo de estrés deforma el
ref?ión lumbar. cuerpo. En el laboratorio de psicología se
somete a observación a un individuo moni­
torizado para comprobar cuál es la distribu­
ción de la tensión muscular producida en
respuesta a un sonido fuerte e inesperado.
La tensión se origina en el cuello y se ex­
tiende desde ahí; la cabeza se contrae entre
los hombros. En la pantalla del televisor pue­
den verse a diario ejemplos de esta reacción
en políticos y predicadores demagogos que
pugnan por conquistar un público. Y con la
edad, se tiende a hundir la cabeza entre los
hombros: es el efecto acumulativo de toda
una vida sin descargar estrés.

El control primari o
Alexander empleaba la frase "control prima­
rio" para describir la particular relación exis­
tente entre el cuello, la cabeza y la espal­
da/torso (que en adelante mencionaremos
con la abreviatura «relación CCE..) y que afec­
ta a la coordinación del resto del cuerpo.
Cuando la cabeza está delicada y libremen­
te equilibrada sobre el cuello, de tal manera
que el torso puede expandirse en lugar de
acortarse y estrecharse, facilitamos la coor­
dinación de las extremidades y del cuerpo
entero.
Estudiemos este punto. La cabeza de un
22 ------ ------ Postura sana

de la piel al realizar un esfuerzo excesivo o


en respuesta a un sobresalto.
Si el lector pasa de la posición de sentado
a la de levantado, o a la inversa, notará esta
variación muscular envolviendo con la mano
la pa1te de atrás del cuello, y situando el dedo
meüique en Ja base del cráneo y el pulgar
sobre la parte superior del omóplato. Mien­
tras se sienta o se levanta, casi seguro perci­
birá que la mano encoge cuando el cuello
se arquea -combándose sobre todo en la
punto pivotante base- y sentirá que esos músculos grandes
(articulación se contraen. Se trata de un esfuerzo innece­
atlanto-occipital) sario que además provoca en todo el cuer­
po contracciones pc>rjudiciales.
Hay un grupo de músculos más peque­
gravedad
ños -los músculos suboccipitales- que se
encuentran más adentro y que están ligados
a la base del cráneo y a la primera y segun­
da vértebras, y que, si su función no es usur­
pada por los músculos grandes, mantienen
Fig. 9. El centro de gravedad de la caheza debe
situarse por delante del eje, que se halla en el
el delicado equilibrio de la cabeza sobre el
cuello. cuello.
Desde que Alexander llamara la atención
sobre la importancia del control primario, el
adulto pesa entre 3 y 4 kilos, el equivalente a conocimiento fisiológico se ha visto enor­
tres paquetes de harina; es un peso conside­ memente incrementado y aporta pmebas
rable para una columna tan estrecha como que corroboran las tesis por él sostenidas.2
la humana. En los bebés, el peso de la cabe­ Se sabe ahora que estos músculos subocci­
za es aún mayor en proporción con el resto pitales contienen la más alta densidad de
del cuerpo; pese a ello y en circunstancias órganos sensorios especiales (propiocep­
normales, el mecanismo de control de la ca­ tores) de todos los músculos del cuerpo hu­
beza se desarrolla con facilidad. El centro mano, incluso si se comparan con los mús­
de gravedad de la cabeza se halla ligeramen­ culos de la mano. Estos propioceptores se
te por delante de su punto de equilibrio, si­ encargan de registrar los cambios de tensión
tuado en las primeras vértebras del cuello muscular; y en las a1ticulaciones contribuyen
(cervicales). El lector tal vez se h:iya dado a que la persona perciba dónde está una
cuenta de que una persona en posición ver­ parte del cuerpo en relación con las otras.
tical, cuando se duenne, le cae la cabeza ha­ Forman parte del sentido cinestésico (nues­
cia adelante. tro tan olvidado y vital sexto sentido). Si los
El equilibrio de la cabeza sobre el cuello músculos más grandes realizan una activi­
se mantiene por la acción coordinada de to­ dad excesiva, llega a ser difícil o imposible
dos los músculos del cuello, pero sobre todo distinguir entre los distintos tipos de movi­
por el tono de los músculos que están de­ miento de la cabeza.
trás del cuello. Existen dos gmpos de mús­ Cuando el control primalio funciona como
culos que contribuyen a estabilizar el equi­ es debido, la coordinación adquiere una ca­
librio de la cabeza. En buena parte de los lidad totalmente distinta. El movimiento se
casos, el gmpo de músculos de mayor rama­ hace más fluido, más fácil, más ligero, y se re­
üo es muy activo y tiende a desplazar la ca­ ducen las contracciones musculares anor­
beza hacia atrás y hacia abajo por su unión males y la excesiva presión sobre las arti­
con los omóplatos y la clavícula. Es posible culaciones. Para un par de manos expertas
apreciar estos músculos tensándose a través que saben percibir el tono de un cuerpo bien
El control primario ------- 23

Fig. JO. Los músculos más grandes del cuello Fig. 1 1. Los músculus grandes dl:'l cudlu descie11-
traba¡ando por encima de sus posibilidades. den desde la base del cráneo hasta el inicio del
torso.

Figs. 12y 13. Los músculos pequeños del cuello-suboccipitale�. encargados de mantener el delica­
do equilibrio de la cabeza.
24 ------- Postura sana

coordinado, la espina dorsal adopta una cua­ una marioneta: la cabeza suspendida de una
lidad extraordinaria, como la de un líquido cuerda y el resto del cuerpo sostenido por
que fluye, completamente diferente a la ri­ la cabeza. Todas las superficies articula­
gidez que se aprecia cuando una persona res tienden entonces a separarse unas de
está encogida. otras.
Puede concebirse la estructura del cuer­ Para mejorar la coordinación en general y
po como un sistema de apilamiento en el en todas y cada una de sus facetas se hace
que se van amontonando cada una de las necesario restablecer, por tanto, la relación
partes. Sin embargo, cuando el cuerpo está adecuada entre el cuello, la cabeza y la es­
bien coordinado, la relación de unas par­ palda: el control primario. En el siguiente
tes del cuerpo con las otras se corresponde capítulo describimos el método que Ale­
más exactamente con un sistema de sus­ xander ideó para conseguir el restableci­
pensión; parece como sí la persona fuera miento de esta relación.
Pautas para el cambio

No se puede cambiar y con todo seguir siendo el ción.. postura!. La fuerza de la costumbre,
mismo, aunque esto sea lo que la mayoría de las reconoció, era considerablemente más po­
personas quiere. derosa de lo que había supuesto. El estrés
Patrickj. MacDonald de la interpretación parecía abocarle a re­
producir siempre los mismos errores que ha­
bía llegado a relacionar con el problema vo­
El cambio implica llevar a cabo una actividad cal que padecía, aunque interpretara a solas
contraria a la inercia de la vida.
en su cuarto y sin importar cuánto tratara de
F. M. Alexander
evitarlo.
A veces estaba seguro de haber consegui­
do que la cabeza no se desplazara hacia
La fuerza de atrás. Sin embargo, cuando buscaba la con­
l a costu m bre y la firmación en los espejos veía con incontro­
vertible claridad que no hacía nada de lo
cinestesia defectuosa que creía estar haciendo. Así resultó que el
otro obstáculo importante para cambiar de
Al principio Alexander pensó que restable­ verdad --0bstáculo estrechamente vinculado
cer la relación CCE idónea sería un asunto a la costumbre- era la confianza deposita-
relativamente fácil, aunque ya entonces se da en el sentido (sensación) cinestésico para
daba cuenta de que la vasta mayoría de las organizar el cuerpo, siendo éste un proceso
personas padecía evidentes trastornos del en buena medida subconsciente y con fre­
control primario. Encontró que la mayor di­ cuencia, defectuoso.
ficultad para operar un cambio fundamen­ La cinestesia defectuosa presenta dos as­
tal era debida a dos factores principales y pectos. En ocasiones sucede que una parte
relacionados entre sí. del cuerpo ha sido tan mal utilizada que el
A fin de evitar que la cabeza venciera ha­ cerebro deja de registrar cuanto ocurre a
cia atrás, Alexander hizo lo que haríamos este respecto; ejemplo de ello son los hom­
casi todos: lo contrario. Intentaba poner la bros crónicamente encorvados. En segundo
cabeza hacia adelante y hacia arriba. Vio, sin término, el cerebro puede malinterpretar la
embargo, que o estiraba el cuello y se obli­ información recibida; la segunda parte del
gaba a fijar la cabeza en posición, o la echa­ libro abunda en casos de este tipo. Parece
ba hacia adelante y encogía el cuello. En de- ser que el cerebro toma por correcta e idó-
finitiva, solamente consiguió cambiar la mala nea la forma de utilización habitual del cuer­
postura original por "otro tipo de incorrec- po. Esto sirve para poner de relieve lo difícil
26 ------- Postura sana

que puede ser conseguir un cambio sin ayu­ der que cada vez que se disponía a decla­
da de un profesor. Alexander solía ilustrar este mar, su cuerpo se preparaba para esta acti­
punto con el relato de una anécdota. Una ma­ vidad. Cayó por tanto en la cuenta de que
dre fue con su hija lisiada a ver a Alexander debía modificar su respuesta mental. En el
para pedirle opinión sobre el caso. Cuando momento en que se proponía hacer algo
enderezó el cuerpo desfigurado de la niña, -algo que volviera a estimular la utilización
ésta se volvió hacia la madre y «en un tono de malas posturas-, debía decir "nº" a la
indescriptible" exclamó: reacción mecánica habitual. A este proceso
-¡Oh, mami, me ha dejado deforme!1 lo llamaba inhibición, un primer paso nece­
Y así, después de numerosos y frustrados sario para erradicar la costumbre.
intentos por comprender esta cuestión, lle­
gó el primer descubrimiento importante de
Alexander: éste se dio cuenta de que el nue­
I n hibición : Qué es
vo modelo postura! que necesitaba desarro­ y qué no es
llar, al principio le iba a parecer incómodo
y fuera de lugar precisamente porque no Frente a un estímulo conocido solemos
era su manera usual de hacer las cosas. Para reaccionar automáticamente. Un gato que
una demostración sencilla de esto, pruebe se acerca furtivamente a la presa y retarda
el lector a hacer lo siguiente: Coloque este el ataque hasta el momento más oportuno
libro boca abajo unos instantes y cruce los es ejemplo, en el mundo animal, de una in­
brazos tal como acostumbra hacerlo; des­ hibición que sobre todo es instintiva, pero
pués, descrúcelos y vuelva a cruzarlos en que, en parte, ha sido aprendida. El joven
sentido inverso. ¿Qué siente ahora? Si no es impetuoso que sigue adelante con una ac­
ambidextro, probablemente esta última ma­ ción de la que más tarde tendrá motivos
nera de cruzar los brazos le haya parecido para arrepentirse, contrasta con la calmada
torpe, incómoda, incorrecta. (Y también es reflexión de una persona más madura cuan­
posible que haya tenido que mirar para ver do decide que es mejor no actuar en de­
exactamente cómo cruzaba los brazos.) No terminadas circunstancias. El aprendizaje
hay razón que justifique por qué un ligero de la asertividad implica, entre otras cosas,
cambio en la manera de hacer algo dé esta aprender que uno tiene el mismo derecho a
sensación de realizarlo mal, y sin embargo decir "ºº" que a decir «SÍ" cuando llega el
casi todos la tenemos. momento.
En fases posteriores de la investigación, Resulta fácil olvidar que en cualquier si­
Alexander comprobó que su mala coordina­ tuación, por limitadas que sean sus posibili­
ción ya existía mucho tiempo antes de ini­ dades, siempre tenemos algún elemento de
ciarse como actor. Encontramos otro ejem­ eleceión. Desde luego es posible que la res­
plo en la conducción de vehículos en viajes puesta habitual (R1) sea la más apropiada
de larga duración, o en quedarse retenido frente a un estímulo (E) conocido. A veces
en un atasco de circulación cuando se tiene no lo es. Podría ser mejor -si nos permitiéra­
una prisa desesperada por llegar a algún si­ mos detenemos a reflexionar- no responder
tio. Con frecuencia se origina un dolorcillo en absoluto (R ). O tal vez exi<;tan otras res­
en la base de la nuca y en los hombros. No puestas que �erezcan consideración (Rl.2.3'
obstante, por mucho que se intente comba­ etc.). Entonces, lógicamente, en cada mo­
tirlo haciendo movimientos rotatorios con mento tenemos estas opciones posibles:
la cabeza, el único modo de aliviar la ten­ E-+ Rh
sión es salir del coche y descansar, o bien E-+ R
cambiar de actividad. E-+ R: 2 v etc.
El siguiente descubrimiento, crucial, fue
cuando se planteó la pregunta: ¿En qué mo­ De modo que el primer paso para facilitar
mento empieza a imponerse la pauta de mala el cambio es retardar o impedir que se pro­
utilización del cuerpo? La respuesta llegó una duzca la respuesta habitual. Tal cosa no es
vez más frente a los espejos, al ver Alexan- fácil. Alexander insistía en que «la mente
Pautas para el cambio ------ -----· ------ 27

consciente debe ser avivada". Es interesante utiliza en psicoterapia. Para Alexander, al­
reparar en la posible importancia que los guien que acostumbra obstaculizar sus sen­
últimos trabajos del fisiólogo Libet2 adquie­ timientos está tan necesitado de inhibición
ren bajo esta luz. Libet ha demostrado que como cualquiera que pierde los estribos con
el cerebro tarda tres décimas de segundo en la menor excusa. Debería ser posible retar­
prepararse para realizar una acción volun­ dar la respuesta habitual; por un momento
taria, pero es sólo en las dos décimas de se­ o tal vez indefinidamente. Es entonces cuan­
gundo siguientes -tiempo durante el cual la do cabe la espontaneidad creativa, puesto
volición alcanza el nivel consciente- cuan­ que las respuestas reactivas, las de siempre,
do puede revocarse la que sería una pro­ son evitables.
gresión automática hacia la activación del
músculo.
La inhibición brinda así la oportunidad de
Dar instrucciones
elegir una respuesta entre un conjunto de po­ Cuando Alexander fue capaz de inhibir su
sibilidades justo hasta el momento en que la respuesta habitual frente a la idea de la de­
persona se compromete para la acción. Esta clamación, encontró que aún le quedaban
contención de la acción, o el no hacer. nos residuos de mala utilización corporal. Los
da opción a recobrar la serenidad hacién­ mensajes que el cerebro manda al cuerpo
donos más conscientes de las diversas, suti­ para controlar sus respuestas son continuos,
les maneras en que podemos obstaculizar la y hasta para los músculos voluntarios éste
ejecución de un movimiento. Alexander sos­ es un proceso principalmente subconscien­
tenía que aprendiendo a inhibir las respues­ te. Para anular aún más estas pautas de mala
tas habituales, es posible conseguir cambios utilización -y a fin de mantener la coordina­
notables con relativa rapidez y facilidad; de no ción general mientras recitaba- Alexander in­
ser así, y como resultado de intentar super­ ventó ciertas instrucciones (u órdenes, como
poner la nueva respuesta sobre la de siem­ solía llamarlas) dirigidas al control primario.
pre, surge el conflicto. (Veáse la tabla al pie.)
No pocas veces nuestra principal preocu­ Estas instrucciones son mensajes cons­
pación consiste en alcanzar los fines perse­ cientes que se transmiten desde el cerebro
guidos, aunque tal consecución de fines hasta las partes del cuerpo encargadas de
-como Alexander la llamaba- sea a costa de prevenir la utilización defectuosa y de favo­
una tensión y un esfuerzo desmedidos. La recer la coordinación (las instrucciones su­
inhibición nos impide ir excesivamente por bordinadas que se dirigen a las extremida­
delante de nuestras posibilidades; en lugar des serán descritas con detalle más adelan­
de ello, si decidimos comprometernos con te). A su debido tiempo -con ayuda de las
el proceso -la elección de los medios. tal manos de un profesor competente- estas
como lo denominaba Alexander-, pode­ instrucciones no serán emitidas sólo verbal­
mos conseguir nuestros fines con mayor mente, sino que ganarán en contenido y en
economía de esfuerzos. claridad de experiencia.3
Llegados a este punto habrá quedado cla­ En la segunda parte se ofrece una expli­
ro que Alexander no emplea el término «in­ cación más amplia sobre estas instruccio­
hibición,, en el mismo sentido con que se nes. Por el momento, fíjese ante todo en la

Fjectos de los hábitos subconscientes Instrucciones correspondientes


Rigidez en el cuello Dejar que el cuello se afloje

Retracción de la cabeza entre los hom­ Dejar que la cabeza se adelante y se alce
bros

Acortamiento y estrechamiento de la es­ Dej ar que la e�palda se estire y se ensan­


palda che
28 ------ Postura sana

palabra .. dejar.. ; significa que las instruccio­ resulte lesionado) van aumentando la pre­
nes no deben ejecutarse de un modo direc­ sión. Ayúdese rechinando los dientes, apre­
to, es decir, muscularmente. Es cierto que tando el puño y poniendo el cuerpo rígido.
se produce algún tipo de actividad, pero A continuación, realice esta misma tarea
ésta es muy pequeña para que llegue a re­ de una manera totalmente distinta. Libere la
gistrarse sensorialmente. Y las instruccio­ tensión de la mandíbula y de la garganta,
nes han de darse en la debida secuencia, tal extienda los dedos y dedíquese a pensar
como se describen en la página 27. En su mo­ solamente en dejar que el brazo se estire
mento operarán juntas, todas a la vez, igual desde el hombro hasta las yemas de los de­
que ocurre cuando aprendemos a conducir dos. No cese en el empeño mientras su com­
un coche; al principio realizamos a destiem­ pañero hace intentos por doblarle el brazo.
po las acciones necesarias y el motor puede Comprobará que su colaborador es del
ahogarse, pero a medida que adquirimos pe­ todo incapaz de conseguir la más mínima
ricia, la conducción del vehículo se hace flui­ variación en el brazo, mientras que era re­
da y automática. lativamente fácil lograr la flexión del brazo
cuando estaba rígido. Si después intercam­
bian los papeles, verá que existe una mar­
Ejemplos de cada diferencia de vigor en el brazo de su
m ovimiento dirigido compañero, según pongan en práctica una
modalidad u otra. (Observe que el brazo di­
¿Por qué e l pensamiento puede conducir­ rigido no está ..relajado.. : no cuelga fláccido a
nos a efectuar cambios significativos en la un lado. Alexander se oponía a la relajación
actividad física? El eminente neurofisiólogo tal como se suele entender -una especie de
Charles Sherrington hizo notar que todas postración-, que impide el movimiento bien
las vías nerviosas acaban en músculo. Para coordinado.)
entender bien lo que implica dar instruccio­ La razón fisiológica para que exista esta
nes, podría ser muy útil el ejemplo puesto extraordinaria diferencia de respuesta es
por MacDonald (uno de los discípulos más que el músculo con determinada longitud
veteranos de Alexander).4 Extienda el dedo tiene más potencia que un músculo en ex­
índice y muévalo rápidamente. Tómelo con ceso contraído. ¿En qué afecta este ejemplo
los dedos de la otra mano y estírelo con sua­ a la relación CCE (cuello-cabeza-espalda)?
vidad. Al desasido, deberá notar que el dedo Aun aplicando el mismo principio, las ins­
índice se estira solo, sensación que prose­ trucciones tardan más en llegar al control
guirá durante unos segundos mientras vuel­ primario y, por tanto, en producir este efec­
ve a moverlo; el movimiento dirigido -com­ to radical; son más de cien las articulacio­
parado con el ordinario- posee esta cuali­ nes que intervienen en la relación CCE. Para
dad sutil pero sumamente importante de que haya grandes cambios primero deben
soltura, expansibilidad y libertad. producirse pequeños cambios y, a su debi­
La diferencia entre una acción dirigida y do tiempo, aprendiendo a gobernar adecua­
la tensa acción ordinaria, cuando se requie­ damente el control primario, tendrán lugar
re de nosotros algún esfuerzo, se demuestra los cambios necesarios.
así: con ayuda de otra persona, estire el brazo
al frente un poco por debajo del nivel de los
hombros, la palma de la mano hacia arriba;
Concentración
pida a su ayudante que coloque una mano versus atención
sobre la parte superior de su brazo, justo
por encima del codo, y la otra mano bajo el Alexander creía que la concentración per se
antebrazo, a la altura de la muñeca. La tarea era perjudicial cuando excluía la facultad
de las manos del ayudante es doblar el bra­ de prestar atención a otras cosas que pudie­
zo por el codo. Al principio, usted debe re­ ran estar sucediendo simultáneamente. La
sistirse a doblarlo mientras las manos del co­ noción de dirigir conscientemente ciertos as­
laborador (progresivamente, para que nadie pectos de nuestra persona cuando estamos
Pautas para el cambio ------ 29

en actividad parece, al principio, muy ex­ que me doy cuenta de que un autobús vie­
traña, especialmente porque estamos acos­ ne hacia nosotros y que habría sido mejor
tumbrados a confiar nuestra coordinación a esperar antes de cruzar la calle.
un control subconsciente. Todavía parece
más extraño si se es capaz de rememorar la
experiencia que se ha tenido tratando de Resumen
ejecutar una acción mientras se piensa en
ella. Seguro que en su transcurso la coordi­ Es preciso saber reconocer hasta qué punto
nación ha sido peor y es posible que hasta somos criaturas de costumbres. También de­
se haya perdido el equilibrio. En tal situa­ beríamos comprender que cualquier inten­
ción, sin embargo, lo que normalmente tra­ to directo de cambiar hábitos utilizando los
tamos de hacer obstaculiza directamente el mismos mecanismos que nos han fallado
movimiento. Los procesos de inhibición y -es decir, la cinestesia- produce inevitable­
de envío de instrucciones -cabalmente en­ mente un «tipo distinto de mal" (todavía más
tendidos- nada tienen que ver con esta cla­ difícil de erradicar que el problema origi­
se de control; al contrario, el pensamiento nal).
es utilizado de manera indirecta para facili­ La solución que Alexander ofrece es la de
tar el ·deshacer", que es necesario para que aprender a detectar aquellas pautas de uti­
las acciones se hagan a sí mismas. lización corporal que son erróneas, y a sa­
Muchas personas, cuando empiezan a ber inhibirlas. Éstas pueden ser gradualmen­
aprender la Técnica, atraviesan por un perío­ te sustituidas por otras nuevas mediante el
do de falta de naturalidad. Este "pensar en proceso de dar instrucciones, posibilitando
actividad" no tiene por qué desplazar datos que el control primario funcione como es
que los sentidos captan del mundo exterior, debido. Al principio tal cosa sólo será posi­
ni tampoco impedir que se tome consciencia ble con actividades relativamente sencillas,
de otros pensamientos y sentimientos. Antes pero a la larga afectará a las actividades más
bien, se trata de hallar un mejor equilibrio complejas.
entre la necesidad de centrar la atención se­ Cuanto más aprendamos a aplicar la Téc­
lectivamente, tanto como de ser capaz de per­ nica, más precisión cinestésica desarrollare­
cibir campos de conciencia más amplios. mos. Recobrar el sentido cinestésico nos
Por ejemplo, yo puedo ser consciente de permite saber cuándo y cómo cometemos
dónde me llevan mis pasos y dirigirlos mien­ errores de utilización corporal. Tenemos en­
tras hablo con mi acompañante y evito tro­ tonces la oportunidad de mejorarla durante
pezar con el bordillo de la acera al tiempo el desempeño de las actividades cotidianas.
------- Postura sana

Las cinco características básicas de la Técnica Alexander

EL CONTROL PRIMARIO
El problema: La solución:

UtfüL�
conseguir los fines atender a la elección
de medios
FUERZA DE JA __

i
COSTUMBRE INHIBICIÓN Y NO
CINESTESIA HACER ENVÍO DE
DEFEC11JOSA INSTRUCCIONES
Funcionamiento

Proseguir la acción
mientras se dan
instrucciones

Resultado de la
comprobación
La prá ctica

Todo el mundo quiere tener razón, pero na­ Hablando en general, a la gente le cuesta
die se detiene a considerar si su idea de ra­ mucho esfuerzo mental y mucho trabajo,
zón es correcta. aun con ayuda de un profesor, conseguir
cualquier cosa que merezca la pena.
F. M. ALEXANDER
P. J. MACDONALD

Cuando se nos señala algún defecto, sólo


pensamos en corregirlo sin tener en cuenta
el hecho de que nos ha costado años ente­
ros cultivarlo; pretendemos hacerlo bien en
un momento.

F. M. ALEXANDER
Aplicar los principios de Alexander
en las actividades cotidianas

El verdadero cambio puede tener lugar en Las fotografías que acompañan al texto
cuanto se ha comprendido que años ente­ han sido seleccionadas porque saben cap­
ros de mala utilización corporal no se erradi­ tar la actividad «dirigida,, y poner de mani­
can de la noche a la mañana. Esto contradice fiesto el contraste entre ésta y el movimien­
el imperativo cultural que Tom Wolfe deno­ to con tendencia a la contracción. Exami­
minó, memorablemente, ,fa irresistible come­ ne cuidadosamente las fotografías e intente
zón de aferrar Yª"· En lugar de ello, el primer comprender qué se exige, pero no trate de
propósito del interesado ha de ser el de des­ imitarlas en seguida: su altura y su figura
cubrir exactamente qué está haciendo para son distintas de las de la persona fotogra­
tener problemas o molestias, o para dificul­ fiada. No es una cuestión de posturas, sino
tar su funcionamiento; también debe pro­ de calidad de coordinación, y las imáge­
curar entender cómo las intenciones deter­ nes estáticas sólo pueden transmitir par­
minan su «hacer". cialmente esta dinámica interna del movi­
Cualquier deseo de conseguirlo todo al ins­ miento.
tante debe transformarse en voluntad de tra­ Los alumnos suelen preguntar qué les es­
bajar pacientemente, siguiendo los pasos ne­ pera al aprender la Técnica Alexander. A
cesarios para que el auténtico cambio pueda continuación ofrezco algunas de las pre­
producirse. A'>í aprenderá a tomar una direc­ guntas más corrientes, junto con mis inten­
ción determinada en vez de esforzarse vana­ tos de darles respuesta.
mente en pos de un fin que en realidad no
existe. Dispóngase a experimentar; no tema Todo lo que usted sugiere está muy
hacerlo mal de vez en cuando y tendrá mu­ bien, pero ¿de dónde saco tiempo
chas más probabilidades de avanzar. para aprender la Técnica Alexander?
La segunda parte contiene instrucciones Ahí reside la paradoja: cuanto más estresa­
detalladas para aplicar los principios de Ale­ do está usted, más necesidad tiene de com­
xander en las actividades cotidianas. Es im­ batir el estrés; y cuanto menos piense en él,
portante darse cuenta de que la ayuda del menos podrá hacer al respecto. El grado de
profesor es necesaria para garantizar que estrés que cada uno es capaz de soportar es
usted interpreta correctamente la informa­ una cuestión estrictamente individual, e in­
ción dada. A lo largo del texto recuerdo al cluso en su caso puede ser relativamente
lector que debe inhibirse y darse instruccio­ alto durante breves períodos de tiempo. Sin
nes; pero allí donde la repetición resulta te- embargo, a menos que se tome un descan-
diosa he omitido, ocasionalmente, estos re­ so y renueve fuerzas, existe, a largo plazo, el
cordatorios. ¡No lo olvide! riesgo de precipitarse hacia un abismo que
34 ------ ------ Postura sana

empieza con síntomas de fatiga y neurosis, cipio resultará muy desconcertante; muchos
y que acaba en agotamiento y en trastornos alumnos de Alexander, durante los prime­
psicosomáticos. ros días -y con recaídas de vez en cuando-,
contraen lo que MacDonald llama ·desalien­
La técnica ¿llega alguna vez to de Alexander". Se trata de una toma de
a aplicarse automáticamente? conciencia sobre la cantidad de trabajo que
Cuando surge esta pregunta, es que la luz hay que asumir para resolver las dificulta­
comienza a abrirse paso. Un alumno del doc­ des particulares: y ya que estamos hablan­
tor Barlow exclamó: do de una valoración realista del problema,
-Ah, ya entiendo. Es como una condena a hay que darle la bienvenida . . . ¡aunque sea
cadena perpetua. de mala gana'
Patrick MacDonald, que tomó a los 10 anos Este proceso de observación es muy simi­
la primera lección con Alexander, dijo el día lar a L 1 práctica Zen que recomienda prestar
que cumplía los 75: atención a las tareas cotidianas, sencillas, y
-¡Los primeros 65 anos son los peores! a lo que Gurdjieff se refería con "recordar el
Usted no pretende tocar bien un instru­ yo"; pero difiere de manera muy importante
mento musical o practicar algún depo11e sin en que se cobra mayor conciencia ele estas
antes dedicar a ello un tiempo considerable. actividades gracias a una información cines­
La habilidad con que hace cualquier cosa de­ tésica más precisa.
pende del instrumento principal: el control
primario. Mejórelo; estará usted poniendo ¿Cuánto tiempo debo dedicar
los cimientos apropiados para todo cuanto a la Técnica Alexander?
haga . Se considera que la Técnica Alexander En teoría, no hace falta dedicar tiempo
es una pretécnica necesaria para realizar aparte; el "pensar en actividad,, ele Alexan­
todo tipo de actividades. Dewey decía al res­ der puede irse aplicando momento a mo­
pecto: mento en el transcurso de la vida normal.
En la práctica, no obstante, es beneficioso
[La Técnica] guarda la misma relación para todo el mundo dedicar unos minutos
con la educación que la que la educa­ diarios a la reconfortante posición yacente
ción mantiene con todas las demás acti­ descrita en el capítulo 5.
vidades humanas. Al despertar, no abandone la cama nada
más oír el despertador. Concéclase unos mi­
Los profesores que enseñan nutos para recordarse a sí mismo que tiene
la Técnica, ¿piensan siempre en cómo cuello, cabeza y espalda y que hay que ani­
util izan el cuerpo? marlos a mantener una cletern1inacla rela­
Es lo que se proponen cuando están bien ción entre sí. Observe después cómo se du­
despiertos, y no, no siempre lo consiguen, cha, lava, cepilla los dientes, etc. ¡Cada día
¡son seres humanos! Aun con tres años de es un nuevo comienzo! Resultará más fácil
trabajo casi diario en cursos de preparación, estar atento a lo largo del día si hace un
además del trabajo personal, no son perfec­ buen arranque.
tos. Tal como dijo Alexander: "¿No os dais
cuenta de que si alcanzáis la perfección Al principio no puedo pensar en todo .
hoy, estaréis más lejos de ella que nunca?". ¿Por dónde debería empezar?
Cuando usted haga los primeros intentos Sugiero redactar una lista -quizá durante
de observarse en actividad, comprobará que una semana- con todos los tipos de activi­
pasa los minutos -y a veces. las horas- ab­ dad que suele hacer. Gradúe las actividades
s0110 en lo que está haciendo. o simplemen­ más comunes con arreglo al grado de difi­
te distraído. ¡Tal vez sea el dolor el que le cultad, incomodidad o dolor experimenta­
recuerde que debe prestar atención' do. Empiece por dedicar particular aten­
Cuanto más observe cómo utiliza su cuer­ ción a una o dos de las actividades menos
po, más cuenta se dará de con qué frecuen­ exigentes, antes de acometer otras más am­
cia y hasta qué punto lo utiliza mal. Al prin- biciosas.
Aplicar los principios ele Alexa ncler en las actividades cotidianas 35

En esta segunda parte se describen pro­ ¿Resultaría de utilidad visualizar


cedimientos que resaltan lo más necesario las instrucciones?
para mejorar la utilización del cuerpo en casi Hay que ser muy cauto en la utilización
todas las actividades. Avanzará más en la de las imágenes. Generalmente Alexander
aplicación de la Técnica si se toma un poco no ahogaba por ellas -ni tampoco sus dísci­
de tiempo (bastan dos o tres minutos ) para pulos más veteranos- porque pueden em­
examinar uno o dos de estos procedimien­ pañar la claridad del pensar en actividad
tos -después ele que un profesor le haya in­ que todo aprendiz ele la Técnica debe aco­
troducido en ellos-, quizá tras haber dedi­ meter. Si usted imagina ser ligero, por ejem­
cado una sesión a la posición yacente. No plo, es más probable que trate de sentirse
tener en mente ningún otro propósito que así que de crear las condiciones idóneas
no sea el del mi'imo procedimiento, le ayu­ para que la ligereza sea realidad. Otro ejem­
dará a comprender mejor cuánto trabajo plo: si alguien le pide que imagine una
debe hacerse para mejorar su coordinación cuerda tirando suavemente de la punta de
en el desempeüo de las actividades cotidia­ su cabeza hacia arriba , lo más normal es
nas. que intente alzar la cabeza poniendo el cue­
llo rígido. En determinadas circunstancias
¿Qué me exige hacer el «pensar ---{J urante la lección, por ejemplo--, la ima­
en actividad»? gen podría ser de ayuda para el alumno, lle­
En primer lugar, significa que u sted em­ gado a cierto punto, para facilitar un cambio
piece a observar cómo realiza esas activi­ que ele otro modo, por bloqueo, se vería im­
dades cotidianas que con tanta facilidad cia­ pedido ele realizar.
mos por <;entadas . Pensar en actividad no El dar instrucciones es una actividad con­
supone pasarse el día vigilando ansiosamen­ creta, precisa y sutil. Durante las lecciones,
te, en plan ceremonioso y afectado. Antes el profesor le transmitirá la cnseüanza de
ele dar comienzo a la acción, concédase una estas instrucciones operando en movimien­
pausa (una fracción de segundo será sufi­ to. Cuando usted esté a solas, propóngase
ciente) para tener la oca"ión de recobrar su dar las instrucciones de la manera indicada
serenidad y su libertad de respuesta. Enton­ por el profesor. Oportunamente, usted ex­
ces estará más despejado para pensar cómo perimentará por sí solo sensaciones más
llevará a cabo la actividad. precisas en lo que respecta a la utilización
Igual que las instrucciones deben ciarse an­ del cuerpo.
tes de realizar la acción. también debe hacer­
se lo mismo mientras ésta se lleva a cabo. Al ¿Cómo puedo descubrir
principio resulta muy difícil; ayudará consi­ qué estoy haciendo?
derablemente tomar lecciones con un pro­ Como alumno, requerirá cierta forma de
fesor capacitado. Parte ele esta dificultad re­ retroalimentación ohjetiva porque es casi
side en tener que pensar varias cosas a la vez seguro que no podrá confiar en las sensa­
sin empeorar la coordinación. Oportunamen­ ciones cinestésicas, ¡y porque nuestra capa­
te, sin embargo --de modo parecido a cuan­ cidad para el autoengaüo es casi ilimitada!
do se aprende a conducir-, usted será capaz El profesor seüalará frente al espejo -como
de dar instrucciones en el transcurso ele la es lo a propiado- las discrepancias entre
actividad. respetando la debida secuencia y lo que a usted le parece que tiene lugar y lo
dándolas todas a la vez. Ellas informarán al que de verdad sucede. Alexander se valía
movimiento. En lo que respecta, por ejem­ de los espejos para descubrir estas disfun­
plo, a la actividad sexual, la paulatina con­ ciones . y cuando usted sepa qué hay que
ciencia que de la tensión corporal usted va buscar. también encontrará que son de gran
cobrando --ya sea buena o no-- le pennite ayuda. La alternativa moderna es el vídeo;
controlar en mayor medida la intensidad de ¡es obvio que tiene ventaja sobre los espe­
su respuesta. jos1
36 ------- Postura sana

¿Cómo sé si voy mejorando? haya recaídas. En lugar de castigarse seve­


Es imposible medir el avance de la misma ramente, vale más la pena aprovechar la ex­
manera que, por ejemplo, con el aprendiza­ periencia para decirse que al principio po­
je de un idioma. La Técnica no tiene que ver drá transigir con las recaídas, si bien deberá
con la acumulación y la manipulación de proponerse ser menos indulgente a medida
información, sino más bien con la adquisi­ que pase el tiempo.
ción de autocontrol por medio de la elimi­
nación de la tensión anómala. Recuerdo ha­ He practicado la posición yacente con
berme sentido muy sorprendido por el título regularidad e intentado trabajarme
de un libro que cayó en mis manos hace al­ pero dudo que esté haciendo
gunos años: Mente Zen, Mente Principian­ lo «correcto». Desde hace poco
te. Cuanto más profundizo en la compren­ la espalda me duele más
sión de la Técnica, más me asombra lo poco Existen tres razones para que ocurra esto.
que hay que "hacer" en la mayoría de las ac­ La primera es que tal vez se esté esforzan­
tividades. En este aspecto, siempre se vuel­ do demasiado por seguir las instrucciones.
ve al principio. No las fuerce y recuerde que las instruccio­
A medida que usted vaya avanzando, es­ nes para el control primario empiezan por
tará más "presente" durante períodos de dejar el cuello en libertad. Haga una pausa
tiempo más largos. Habrá partes de su cuer­ entre una secuencia de instrucciones y la
po que estarán más «vivas.., y empezará a siguiente. Si ello provocara una variación
entender cómo trabajan esas partes en rela­ en la posición de la cabeza (apoyada sobre
ción con cada una de las restantes. Por ejem­ unos libros mientras su cuerpo descansa
plo, experimentará una mayor sensación sobre el suelo), es posible que esté forzan­
general de libertad cuando su cabeza esté do el cumplimiento de las instrucciones.
en equilibrio sobre el cuello. Comenzará a Compruebe que no está usted obstaculi­
sentir como se sueltan y se separan las arti­ zando la respiración o fijando la mirada.
culaciones de la cadera, entre las piernas y el Permanezca consciente de cuanto ve y oye
torso. El movimiento se hace más libre y más a su alrededor.
ligero. Antes tenía que luchar consigo mis­ La tercera razón es que quizá está usted
mo para poder hacer determinadas cosas, empleando otra vez músculos que han sido
ahora las hará sin problemas. En general, previamente infrautilizados. En ese caso,
experimentará menos dolor y menos mo­ cualquier molestia que sufra deberá ser pa­
lestias. sajera.
Después de las primeras lecciones sobre
la Técnica, nunca más volví a ser víctima de ¿Por qué me siento tan torpe
ese obstinado y persistente dolor en la base con esta nueva manera de utilizar
del cuello y en los hombros que es plaga el cuerpo? Me parece que nunca
entre los conductores. Entonces sólo tenía más seré capaz de sentarme,
una mínima noción de lo mucho que ven­ estar en pie y cam inar sin tener
cía la cabeza hacia atrás y la hundía entre la sensación de hacerlo
los hombros, pero aun así, fue suficiente incorrectamente
para empezar a erradicar ese problema cró­ Solemos preocupamos sin motivo de lo
nico. También yo acostumbraba a sentarme que otras personas puedan notar en noso­
muchas horas seguidas en ese tipo de pos­ tros. Olvidamos que casi siempre están más
tura encorvada que tanto se ve en oficinas y preocupadas por sí mismas.
escuelas. Si hoy me siento así, tengo una in­ Lo cierto es que se produce una especie
mediata sensación de malestar; si continúo de parada en mitad del camino. Es posible
unos minutos, ya es de una incomodidad que con las primeras lecciones usted sufra
total. dolores , pero en cierto sentido puede sen­
Cuando se desvanece la euforia sentida tirse muy a gusto con lo que hace porque
tras haber conseguido algún cambio, es po­ es lo habitual. A medida que descubra más
sible que en temporadas de mucho estrés cosas, comenzará a darse cuenta de que hay
Aplicar los principios de Alexander en las actividades cotidianas ------ 37

muchas por enmendar. No puede volver y, con la previsible mejoría, estará menos
fácilmente atrás porque ahora ya sabe algo preocupado por estas sensaciones de tor­
que antes no sabía. Sea paciente; a su de­ peza y de malestar. Una vez más, las orien­
bido tiempo, la nueva modalidad de utili­ taciones del profesor son de inapreciable
zación del cuerpo le resultará más cómoda valor.
De la i mportancia de estar tendi dos

Cuando siento el impulso de hacer ejercicio, me cos intervertebrales sale expelido. Éstos tien­
acuesto hasta que desaparece. den a aplanarse, reduciendo el espacio entre
G. K. Cheste11on los huesos (vértebrds) de la espalda. El biólo­
go D'Arcy Thompson describió así nuestro .
Esta cita fue reproducida en un libro que destino potencial.
trataba del ejercicio: su autor interpretó que
tal comentario demostraba una actitud de­ El lento declinar en la estatura del hom­
plorable hacia las virtudes del ejercicio. En bre es señal del desigual combate entre
un aspecto importante, sin embargo, Ches­ nuestros poderes corporales y la inalte­
terton tiene razón. Si estamos mal coordi­ rable fuerza de la gravedad, que nos lle­
nados, es probable que los movimientos rápi­ va hacia ab<iio cuando nos alegraría er­
dos y repetidos mecánicamente -como en guirnos. Porfiamos contra ella todos los
la mayoría de las formas de ejercicio- acen­ días de nuestra vida, con cada movimien­
túen las condiciones que ya están presentes to de las extremidades, con cada btido del
y nos dejen peor de lo que estábamos. De corazón. La gravedad imprime una dife­
lo que todos nos podemos beneficiar es de rencia, nada desdeñable, en la altura del
dedicar un cono período de tiempo al día a hombre entre la mañana y la noche; deja
estar tendidos y hacer de ello una pane im­ su huella en la profundidad de las atru­
ponan te de la vida. gas. en el descolgamiento de b boca, en
los pechos caídos; es la fuerza indómita
que al final nos derrota, que nos acuesta
¿Por qué adquirir en el lecho de muerte y nos hace descen­
ese hábito? der hasta h tumba.1

Al final del día somos más bajos que al co­ De hecho, podemos demorar y mltlgar
mienzo; por término medio encogemos algo cie1tos estragos que son propios del enve­
más de un centímetro y, a veces, dos cen·­ jecimiento. Con las horas de sueño y los pe­
tímetros y medio o más. Esta pérdida de altura ríodos de descanso que se recomiendan, el
se debe a la gravedad -más acentuada cuan­ fluido es reabsorbido en los discos y éstos
to más mayores nos hacemos-, tanto si pa­ conservan su tamaño y su forma durante más
samos la mayor parte del día sentados como tiempo a lo largo del día.
si realizamos un trabajo manual de cierta du­ Una propiedad importante de estos dis­
reza. Los músculos se acortan, las articula­ cos es proporcionar capacidad ele recupe­
ciones se comprimen y el fluido de los <lis- ración y elasticidad a la función de soporte
De la importancia de estar tendidos ------ --------- 39

de la columna vertebral. Si la espina dorsal las fibras de los músculos se recuperen de


en su conjunto mantiene la longitud y la ali­ la fatiga. Si continuamente oponemos resis­
neación adecuadas, estos discos pueden re­ tencia a estos momentos, a la larga encon­
sistir grandes presiones. Los científicos que traremos bastantes dificultades para «Soltar,,
estudian los biomecanismos de la columna es­ músculos crónicamente tensos.
timan que las vértebras serían la estructura Para nuestra salud general y nuestro bie­
de la espina dorsal que antes se quebraría nestar es tan importante permanecer acos­
bajo una colosal presión de signo descen­ tados unos minutos diarios como el cepilla­
dente. El secreto de la fuerza de los discos do de los dientes lo es para evitar problemas
reside en su centro semifluido. Sin embargo, dentales. Con ello, elegimos no responder du­
cuando la columna está desviada y pierde la rante unos momentos a las presiones cotidia­
longitud que le corresponde, el caparazón fi­ nas: ¡inhibición pura! Cuando no haya nada
broso que recubre el disco es vulnerable a (o casi) que ..hacer,, y nos dispongamos a
las fuerzas cortantes; entonces, el caparazón tumbarnos en la posición que ahora descri­
puede rasgarse y dejar que su contenido se biremos, podremos darnos cuenta de la
derrame. Los nervios que pasan cerca que­ cantidad de tensión que hemos creado: se
dan entonces sometidos a presión, produ­ alivia la tensión del cuello v de los hombros
ciéndose el dolor ciático en quienes tienen -la espalda recobra algo d� su longitud y su
un disco prolapsado. forma-, y desaparece la presión de las arti­
Por añadidura, el período dedicado a es­ culaciones.
tar en posición yacente pennite cierta ..rela­
jación,, de las tensiones musculares acumu­ Si esta posición yacente alivia un dolor de
ladas en las horas anteriores. El estudio de espalda que de otro modo sería constante
los biorritmos humanos demuestra que hay (Vpara el que no hay razones más serias),
ciclos de aproximadamente 3 o 4 horas de y si se aprende a utilizar mejor el cuerpo en
vigilia, seguidos de breves períodos de som­ las actividades diarias, la mayoría de quie­
nolencia. Existe cierta evidencia ele que es­ nes padecen este dolor pueden esperar un
tos períodos de somnolencia permiten que alivio considerable.

Fig. 1 4. La presión aplasta los discos; si la columna se alarga, el disco recobra su condición normal.

t +

-... /

Fluido
Fluido
rea bsorbido
expe l i d o
d u rante l a


fu era d e l
:s�
�� �
posición
d i sco
""' yacente
/\

'- l
Figs. 15 y 1 6. La posición de relajacióll muestra U/Za te11sió11 residual alojada en el cuello y e11 !os
« «

músculos de la espalda.

Fig. 1 7. Posición yacente.


De la importancia de estar tendidos ------ 41

¿Cuándo es el mejor que la barbilla apunte hacia el pecho para que


la nuca quede estirada, pero esto tan sólo
momento? favorece el mal hábito de contraer la gar­
ganta (Fig. 16).
Lo idóneo es a primera hora de la tarde. En
muchas culturns es costumbre hacer la siesta, La posición yacente
pero en general no es necesario un descan­
so tan prolongado. Concédase entre 10 y 20 Colocar algún apoyo bajo la cabeza impide
minutos (a veces será beneficioso reposar que ésta se vaya hacia atrás; entonces se li­
media hora o más si está muy estresado o bera la tensión del cuello. La sección inferior
fatigado). Si realiza un trabajo de despacho, de la espalda también empieza a desahogar­
haga un repaso de las razones por las cua­ se. Si usted dobla las rodillas de manera que
les no le resulta posible encontrar un mo­ apunten hacia el techo -separadas entre sí
mento para el reposo en horas de trabajo, ¡y más o menos medio metro y con los pies
después pregúntese si esas objeciones son planos en el suelo-, notará que hay más zo­
razonables! nas de la espalda en contacto con el suelo
A última hora de la tarde o a primera de la (Fig. 17).
noche no vendrá mal repetir una sesión de
5 o 10 minutos. (Si verdaderamente no hay En esta posición debe proponerse ser lo más
posibilidad de encontrar un momento en el físicamente pasivo posible -es decir, deje que
trabajo, estas horas serían las indicadas para el suelo y los libros le sostengan-, pero, con
hacer la sesión principal del día.) También ayuda del profesor, se trata de que usted
es recomendable descansar así por las ma­ siga mentalmente activo para facilitar la li­
ñanas, antes de levantarse de la cama, para beración y separación de unas partes del
renovar el contacto con la relación CCE; y cuerpo de otras.
para recordar que hay que empezar el día
tal como se propone pasarlo. Altura del apoyo para la cabeza
Una pila pequeña de libros de bolsillo cons­
tituye para la cabeza un apoyo firme pero
Lim itaciones de la cómodo. Necesitará una pila de altura sufi­

posición de rel ajación ciente para que la cabeza no pueda vencer­


se hacia atrás, pero no tan alta como para
más com ú n que la barbilla quede sumida en el pecho y
la garganta esté constreñida: se pretende
Acuéstese sobre una supetficie dura pero có­ encontrar un equilibrio neutral y suelto de
moda -un suelo enmoquetado o una manta la cabeza sobre el cuello.
doblada sobre el suelo son de lo más apro­ Si está aprendiendo la Técnica Alexander
piado-, con los brazos a los lados y las pier­ con un profesor, éste le dará las indicacio­
nas extendidas. Compmebe si toda la espal­ nes oportunas. Si no fuera el caso, hágalo
da está en contacto con el suelo y repare en lo mejor que pueda. La nuca debe estar
cualquier sensación de tensión anómala en el casi recta, en ligero declive hacia arriba en
cuerpo. Casi seguro que notará que la re­ dirección a la cabeza. Dependiendo de la
gión lumbar se arquea, la cabeza se va hacia forma de su barbilla, la línea de ésta deberá
atrás, contra el suelo, y que en la nuca sien­ estar más o menos derecha con respecto al
te alguna molestia . . . , ¡a menos que se haya techo y ligeramente inclinada hacia los pies.
acostumbrado a acostarse así! (Fig. 1 5). Con Si observa la Fig. 19, podrá apreciar que
las palmas de las manos hacia arriba y los muestra el mejor equilibrio de la cabeza so­
brazos junto a los costados, el pecho sube y bre el cuello.
los hombros vencen hacia atrás. Observe la Hay personas que no precisan apoyo algu­
similitud con las posiciones de relajación no para la cabeza, mientras que otras necesi-
recomendadas en el yoga y en ciertas técni­ tan 10 o 12 centímetros o más, dependiendo
cas de relajación. Frecuentemente se indica de su altura y de su configuración corporal,
_______ Postura sana

Fig. 18. Apoyo de­


masiado escasopa­
ra la cabeza.

Fig. 19. Apoyo ade­


cuado.

Fig. 20. Apoyo ex­


cesivo.
De la importancia de estar tendidos ------- 43

heredada o adquirida. Si coloca un libro de da se alargue y se ensanche, que se

pocas páginas encima de la pila, podrá fácil­ aplane sobre el suelo.


mente reducir la altura del apoyo en cuanto
la espalda se haya aplanado más sobre el Continúe dando instrucciones mientras
suelo. (Algunas personas tienen una forma sube la rodilla. A medida que se acostumbre
craneal desigual; en estos casos puede evi­ a dar las órdenes al control primario con ma­
tarse la incomodidad poniendo encima del yor frecuencia antes y durante la ejecución
apoyo un montoncito de pañuelos de papel del movimiento, habrá cada vez menos in­
o un chal doblado. ) A medida que la espal­ terferencias con la coordinación.
da empiece a cambiar de forma, necesitará Para devolver la pierna a su posición, con
menos apoyo todavía. Muchas personas, el pie bien apoyado en el suelo, piense en
sin embargo, seguirán necesitándolo -pese que su cabeza se afloja entre los hombros,
a llevar anos trabajando con la Técnica Ale­ suelte los dedos y deje que la rodilla descri­
xander- porque exi-;ten límites para contra­ ba un arco hacia el techo mientras el pie y la
rrestar del todo un encorvamiento anómalo parte inferior de la pierna. relajados, caen
del cuello. con suavidad sobre el suelo, ligeramente
apartados de la línea de la cadera.
Aplanamiento de la región lumbar Tras ello, es posible que se haya produci­
Para facilitar el aplanamiento de la espalda, do una cierta "flojedad.. en la región lumbar
sobre tocio ele su parte inferior (región lum­ y que los músculos relajados necesiten más
bar), conviene, al tumbarse, subir una rodi­ espacio para alargarse. Para eliminar esta
lla hasta el pecho por el lado que le corres­ flojedad -sin forzarse- siga este procedi­
ponde. Cierre suavemente los dedos por miento. Vuelva a inhibir de nuevo la res­
encima de la rodilla (o por debajo, si lo pre­ puesta inmediata de prepararse para reali­
fiere) y, sin forzarla, acerque un poco más zar el movimiento: quédese tranquilo \no
la rodilla al pecho dejando que los hombros hacer). Después, dé instrucciones al control
y los codos queden sueltos y apartados del primario. Apoye los talones contra el suelo
cuerpo (Fig. 2 1 ) . Con ello impediremos que sin dejar de apuntar al techo con las rodillas
los brazos se pongan rígidos y que los co­ para que mientras las caderas se alzan del
dos se hundan en los costados (cosa que sudo -aunque sea menos de un centímetro
constreñiría el pecho y los hombros). Tenga si es necesario-, las rodillas se desvíen lige­
cuidado de no caer en el extremo opuesto: ramente de la línea de la cabeza y apunten
sacar los codos hacia afuera. No hay nada hacia los pies, ladeando un poco la pelvis
positivo en forzar la rodilla contra el pecho; (Fig. 22). Para hacer este movimiento de in­
el simple hecho de flexionar las articulacio­ clinación, podemos ayudarnos con las ma­
nes de la cadera basta para que los músculos nos pue'itas bajo la cadera. De nuevo, debe
de la parte inferior de la espalda se relajen. fijar la atención en mantener la libertad del
Mantenga esta posición un minuto o dos y cuello para no perder en la sección superior
notará que ese lado de la región lumbar se de la columna vertebral la longitud gana­
apoya más sobre el suelo. Repita la misma da en la sección inferior. Este movimiento de
operación con la otra rodilla. inclinación puede repetirse una o dos veces
Cuando subía las rodillas hasta el pecho, mientras la espalda prosigue su proceso de
set,JUramente ha apretado el cuello y ha reti­ relajamiento y alargamiento durante la se­
rado la cabeza hacia atrás. (Y si los libros han sión.
empezado a deslizarse bajo el cuello, pónga­
los de nuevo en su sitio. ) La próxima vez, re­ Aflojar la sección media/superior
cuerde hacer una pausa antes de subir cada de la columna
rodilla. Después, dé las instrucciones deján­ Para alargar el resto de l a espalda al tumbar­
dose ayudar al principio por el profesor: se por primera vez, dejando el cuello suel­
to, coloque las manos bajo la cabeza para
Que mi cuello se relaje, que mi cabeza al zar d e l suel o ésta y la sección superior de
se afloje entre los hombros, que mi espal- la espalda; con mucho cuidado, estire la co-
Fig. 21. Aplanar la re­
gión lumbar.

Fig. 22. Eliminar ten­


sión en la región lum­
bar. Obséniese el error
cometido deliberada­
mente (envarar el cue­
llo para hacer el movi­
miento).

Fig. 23. Aliviar con cui­


dado el cuello v la es-
·

palda.
De la importancia de estar tendidos ------- 45

lumna (Fig. 23). Retire las manos y acuérde­ bladas hacia dentro, los antebrazos descan­
se otra vez de que debe dejar aflojar el cue­ sando a los lados, y las manos y los dedos
llo volviendo a recostar todo el peso de la sobre el suelo, orientados hacia los pies (Fig.
cabeza sobre los libros. 25). Las instrucciones son:

Posición de los brazos Que el hombro se qfioje y se extienda por


1) Deje descansar las manos sobre el bajo el lado, que prosiga la extensión hacia el
abdomen, con los dedos flojos y los codos codo, que la muñeca se curve hacia
separados de los costados, haciendo sitio a dentro y los dedos se estiren en dirección
los hombros para que se relajen y se adap­ a lospies.
ten perfectamente a la superficie del suelo.
Procure no obligar a los hombros a pegarse Repita las instrucciones para el otro bra­
al suelo (Fig. 24). Las instrucciones que da­ zo y luego, para los dos al mismo tiempo .
remos a los brazos DESPUÉS DE LAS INS­ Para mucha gente, la dificultad de esta po­
TRUCCIONES DIRIGIDAS AL CONTROL sición radica en que realza excesivamente
PRIMARIO son: la tensión en el antebrazo y en la cintura
escapular (huesos del hombro); la posi­
Que el hombro se qfioje y se extienda ha­ ción puede resultar más cómoda poniendo
cia el lado, que el codo se despegue del bajo la mano un libro de grosor adecuado,
costado, que la mano se sienta libre de hasta que el brazo y el hombro se hayan re­
la rnuñeca y que los dedos se estiren. lajado lo suficiente para no necesitar este
apoyo.
Repita las instrucciones para el otro bra­
zo, después de dárselas a la relación CCE, y 3) La posición del «Crucifijo" consiste en ex­
luego, para los dos brazos a la vez. Recuer­ tender los brazos hacia los lados, aproxi­
de que no debe tratar de ..hacer,, estas ins­ madamente a la altura de los hombros, con
trucciones: piense en ellas meramente como las palmas de las manos hacia arriba. Con los
mensajes del cerebro para el cuerpo, y per­ brazos separados pero ligeramente orienta­
mita que las partes del cuerpo involucradas dos hacia los pies, y los antebrazos estira­
en el proceso respondan a su manera y a su dos siguiendo la misma línea del codo, faci­
ritmo. litaremos el ensanchamiento de la espalda
y la separación de los omóplatos; esta posi­
2) Otra posición recomendada para los bra­ ción es especialmente benéfica para quie­
zos es la de colocar los codos igual que an­ nes tienen los hombros muy cargados (Fig.
tes, pero con las muñecas ligeramente do- 26). Las instrucciones son:

Fig. 24. Dejar que los


hombros se aflojen y
extender todo el cuer­
po sobre el suelo.
Postura sana

Fig. 25. Las JllU ll<!Ul<;;


se c11ri·an ligeramente
hacia ({dentro, los an­
teúra::.us descansan a
lus lados.

Fig. 26. La posición del


·aucifl¡o".

Que el hombro se ajloje y se e."ctienda por ffig. 27). Los pies deben quedar a unos 30
el lado, que el brazo se estire y se despe­ o 40 centímetros de los glúteos. El peso de la
gue del hombro, que los dedos se alar­ pierna tiene que sentirse por igual en todo
guen . el pie. Si las rodillas empiezan a vencerse
hacia dentro o h::icia fuera. nutaremos una
Es posible que en todas estas posiciones compresión en la zona interior o exterior
necesite mover un poco los brazos hacia del pie. Si las pi ernas están dema;;iadu re­
afuera -una o dos veces-, para hacer sitio a lajadas, tenderán a tambalearse; si dema­
los músculos del brazo y de los hombros y siado tensas, el esfuerzo sólo se1virá para
que así éstos puedan desentumecerse aún sostenerlas, con lo que bs articulaciones
más. quedarán comprimida s . Hay que bu scar
un tono equilibrado en los músculos de la
Posiciones de las piernas pierna y de la pelvis. q ue realizan un traba­
1) La posición principal es la descrita ante­ jo suficiente para m::inten<:>r la posición d e
riormente: los pies separados dejando entre l a s piernas. Facilita rc111os su labor dando
ellos una distancia similar a Ja anchura de instruc ciones a c1da piern a , DESPUÉS DE
los hombros, y las puntas ligeramente hacia HABHNOS D IRIGTDO PRI1\1ERO AL COI\'­
afuera, con las rodillas apunta ndo ::il techo TROL PHTMA R I O :
De la importancia de estar tendidos

Fig. 27. Pies separados


a la misma distancia
que miden los hombros
y apuntando muy lige­
ramente hacia afi;era.

•• •

Fig. 28

Aflojar la cadera para que la rodilla se mo que es de la mayor importancia cuando


doble sobresaliendo de la línea de la ca­ nos inclinamos o nos alzamos.
dera y del tobillo (hacia el techo); sepa­
rar un poco las rodillas; extender los de­ 2) Si la región inferior de la espalda duele
dos de los pies. mucho. puede ser especialmente beneficio­
so apoyar las pantorrillas sobre un sofá, una
Repetir las instrucciones para la otra pier­ cama o una silla de baja altura (Fig. 28).
na y luego para las dos. Al doblar las articu­
laciones de la cadera y de la rodilla, la pelvis 3) Si se siente amodorrado, meta los pies un
bascula ligeramente hacia adelante (apun­ poco hacia adentro y junte las rodillas para
tando al techo), contribuyendo así a reducir que no se desplomen (Fig. 29).
la curva de una espalda excesivamente ar­
queada (lordosis) en su región inferior. Ade­ 4) Si las piernas se agarrotan o tiemblan en
más, aunque los tobillos no estén doblados, exceso, ponga unos almohadones grandes
esta posición permite que el cerebro registre bajo las rodillas y déjelas apoyadas unos
que las piernas son capaces de trabajar sin minutos. (Para aflojar la región inferior de la
necesidad de alterar la relación CCE, extre- espalda es menos efectivo; no hay que per-
Fig. 29. Posición de siesta de gato.

der de vista que el propósito es usar sin ayu­ Levantarse después


das la principal posición de las piernas.) Las de permanecer acostado
instrucciones para el caso son: La costumbre es alzarse con mucho esfuer­
zo y sin más preámbulo, forzando el cuello
Aflojar las piernas desde la cadera para y hundiendo la barbilla en el pecho. En esto
que puedan extenderse a lo largo del la acción se parece mucho a la de levantar­
suelo; abrir en ángulo las plantas de los se de una silla: la columna soporta todo el
pies tomando como centro la corona de esfuerzo y se anulan así los efectos benefi­
la cabeza; separar entre sí todas las su­ ciosos de la posición yacente.
peificies articulares. Las personas que sufren de dolores agu­
dos en la espalda aprenden pronto que hay
¿En qué debo pensar otra manera de levantarse para minimizar la
m ientras estoy tendido? presión en la columna (Figs. 30-38): rodar
Lleva unos minutos desentumecer la espal­ el cuerpo sobre el costado, una medida pre­
da tal como se ha indicado. Procure prolon­ ventiva que es conveniente para todos. Re­
gar el tiempo de relajación dando más ins­ cuerde detenerse y dar instrucciones cada
trucciones y dejando que la superficie de vez que haya un cambio de posición en la
apoyo juegue su papel. Dé sucesivas series secuencia de movimientos. Cuando ya esté
de instrucciones introduciendo una pausa en pie, quizá note una sensación distinta en
entre serie y serie para impedir que la se­ los primeros momentos; se debe a que la
sión se convierta en una mera realización espalda se ha estirado y ensanchado. (Natu­
de ejercicios . Mantenga abiertos los ojos ralmente, para pasar de estar en pie a estar
mientras da las instrucciones. En los minu­ acostado , debe repetirse la misma secuen­
tos restantes de la sesión, manténgase in­ cia de movimientos pero a la inversa.)
móvil, escuche música o déjese invadir un Por la mañana, al levantarse de la cama,
rato por la somnolencia si está cansado. gire sobre el costado y deje que las piernas
De la importancia de estar tendidos ------- 49

cuelguen por el lado de la cama mientras se da dentro de la funda, por la cara superior.
incorpora hasta quedar sentado, con la ca­ Sin embargo, si usted duerme sobre la es­
beza guiando el movimiento. Ahora, hable­ palda, encontrará que la almohada maripo­
mos de acostarse . . . sa tiende a vencer la nuca hacia atrás y no
permite relajar el cuello, que es lo que se

Posiciones para necesita.


Si la parte inferior de la espalda está dolo­
acostarse y para dorm ir rida puede experimentarse una mejoría evi­
tando la torsión que, al dormir sobre el cos­
S i alguna vez ha dormido sobre u n colchón tado, se produce cuando la pierna superior
blando y hundido que le ha proporcionado descansa sobre la inferior. Basta colocar
dolor de espalda, resulta muy tentador pa­ una almohada entre las piernas, a la altura
sar al extremo opuesto: una cama demasia­ de las rodillas. Las molestias en la parte su­
do dura y que no cede a la presión de las perior de la espalda pueden aliviarse, a ve­
caderas ni de los hombros cuando duerme ces, poniendo una almohada bajo el brazo
de lado, tal como hacemos la mayoría du­ superior para evitar que la espalda se en­
rante gran parte de la noche. El colchón corve. Hay personas que duermen en posi­
debe ser de una consistencia que permita ción fetal -la columna formando una C-; tal
'
mantener la columna razonablemente ali­ postu ra agrava cualquier problema de es­
neada. Si no tiene medio de saberlo, pida a palda. Dormir con las rodillas encogidas está
alguien que le observe cuando se acuesta bien, pero en todo caso la columna debe per­
de lado, con la cabeza y el cuello apoyados manecer estirada.
sobre una almohada; la columna debe estar Si en el curso de la noche cambiamos tan­
recta. tas veces de postura, ¿cómo podemos po­
En lo que a las almohadas respecta, todo ner en práctica las posiciones más recomen­
depende de la posición en la que acostum­ dables para dormir? Cabe responder que por
bre a dormir. Si duerme boca abajo, puede lo menos podemos adoptar para conciliar
colocarse una almohada bajo el pecho o in­ el sueño una posición cómoda, y al desper­
cluso no ponerla. Si la pusiera bajo la cabe­ tar durante la noche, corregir las malas pos­
za, ésta adoptaría una postura forzada hacia turas como se vea conveniente. A la larga se
atrás, produciendo dolor y rigidez en el aprende a dormir menos tiempo en postu­
cuello y en la región lumbar. Si duerme boca ras incómodas.
arriba, probablemente sólo necesite una al­ Leer en la cama puede constituir un pro­
mohada pequeña -la altura de los libros de blema para dirigir los ojos al libro sin que el
bolsillo le dará una idea aproximada-, tenien­ cuello y la espalda, por efecto de las almo­
do presente que el grosor de la almohada de­ hadas colocadas para facilitar la lectura,
berá ser menor por cuanto la cama será más queden forzadamente vencidos hacia delan­
blanda que el suelo. te. Hay dos maneras de resolver el proble­
Cuando se duerme de lado, es necesario ma. Una es apoyar el libro en alguna especie
contar con una almohada de buena calidad de atril situado sobre el torso (que salvo la
que rellene el hueco entre la cabeza, el cue­ necesidad de volver las páginas, tiene tam­
llo y los hombros. Las almohadas tipo «mari­ bién la ventaja de que evita el dolor de bra­
posa•,, diseñadas con una depresión para alo­ zos y el frío en las manos). Otra opción es
jar la cabeza y con una zona de apoyo para colocar una cuña de gomaespuma bajo la es­
el cuello, pueden servir para su propósito palda.
siempre que usted tenga posibilidad de pro­ A continuación veremos una cuestión de
barla para cerciorarse de que el tamaño es la mayor importancia: cómo puede la Téc­
el idóneo. Si no es así, se puede improvisar nica Alexander mejorar la utilización del
una almohada colocando una toalla dobla- cuerpo en actividad.
_______ Postura sana

Fig. 30 Fig. 33

Fig. 31 Fig. 34

.A.

Fig. 32 Fig. 35
De la importancia de estar tendidos

Fig. 36

Fig. 37

Figs. 30-38. Ie1 w1flirse ,Je la


posición yac·entl' e¡.·itmtdf> el
enuaramiento a11ómllln del
cuello.

Fig. 38
Conservar la cabeza

Hay expresiones comunes que definen con guir los movimientos de los ojos. Cuando ba­
acierto la relación entre los estados de áni­ jamos la mirada, solemos impeler la cabeza
mo y la respuesta física del ser humano, hacia adelante y en dirección al suelo por me­
como por ejemplo: «Perdió la cabeza,, o «Sa­ dio del cuello. Entonces, los músculos delan­
lió con la cabeza bien alta". En este capítulo teros del cuello se contraen y la espalda se ar­
consideraremos ciertos aspectos del movi­ quea. Así es como se sientan muchísimas per­
miento ele la cabeza en relación con el cue­ sonas -encorvadas- mientras trabajan hora
llo. Esperamos que con ello el lector en­ tras hora en la mesa ele la oficina (Fig. 39).
tienda mejor el control primario, condición
previa para evaluar todo movimiento. Tam­
Fig. 39. . Inclinarse hacia el.frente y hacia abajo.
bién nos proponemos aclarar el significado
de las instrucciones empleadas en el desa­
rrollo de la Técnica Alexancler y la relación
que existe entre ellas.
Cualquiera que sea la posición de la cabe­
za, ésta debe mantenerse en libertad y equi­
librio sobre el cuello. En tal posición inter­
viene la articulación más importante del
cuerpo humano -la atlanto-occipital-, que
articula la primera vértebra del cuello con la
base del cráneo. La libertad ele esta a1ticula­
ción no sólo afecta a la orientación de los
órganos sensoriales, sino también a la liber­
tad de todas las :uticulaciones del cuerpo.

Movim ientos de
i nclinación de la cabeza
La mayoría de los movimientos de inclinación
de la cabeza hacia adelante y hacia atrás pue­

X
den y deben tener lugar primordialmente en
la articulación atl:mto-occirital, no más abajo
ni en la base del cuello. La cabeza tiende a se-
Conservar la cabeza ------- 53

Para alzar la mirada, normalmente impul­


samos la cabeza hacia atrás y la hundimos
entre los hombros contrayendo los múscu­
los grandes de la parte posterior del cuello.
Es como si la cabeza estuviera fija a un poste
-constituido por un buen tramo del cuello-,
iniciándose el movimiento de la cabeza más
abajo del cuello (Fig. 40).
El lector puede investigar este punto por
sí mismo haciendo un movimiento de asen­
timiento con la cabeza y colocando una
mano alrededor de la nuca. Por lo general
el cuello se ..rompe" justo por encima de la
séptima vértebra cervical (se nota sin difi­
cultad esta vértebra tan prominente en la
misma base de la nuca). Se trata de un mo­
vimiento inútil -que acarrea contracciones
en todo el cuerpo- cuando hay necesidad
de elevar o bajar la vista. Puede producir ri­
gidez y molestias en la base de la nuca y en
la parte superior de los hombros cuando se
conduce o se trabaja sentado a una mesa.
Existe la posibilidad de realizar un movi­
miento mucho más económico si la cabeza
Fig. 40. Vencer la cabeza hacia alrás y hacia
está levemente balanceada sobre el cuello.
ahajo.
Será esencial contar con la ayuda de un pro­
fesor para explorar a fondo este tipo de soltu­
Fig. 41. Hacia adelante y hacia arriba con la
ra de la cabeza sobre el cuello, pero hay cier­
! 'ista dir�u,ido al s11<'!o.
tas cosas que el lector puede comprender
por sí mismo. Rodee la nuca con la mano
igual que antes. Deténgase y deje que la ca­
beza se desplace hacia adelante desde lo alto
del cuello, con movimientos lentos y cortos,
pensando en aflojar la parte superior de la
nuca (Fig. 41). Notará que la nuca se man­
tiene más en contacto con la mano y quizá
sienta menor presión en garganta y pecho.
Para inclinar la cabeza hacia atrás, haga
una pausa y piense que la garganta se aflo­
j a y se estira paulatinamente permitiendo
que la cabeza efectúe un movimiento de
retroceso desde lo alto del cuello, en vez
de echarla directamente hacia atrás. Detén­
gase de nuevo y piense en soltar la cabeza
muy ligeramente hacia adelante y desde la
parte su perior del cuello, para evitar que
la cabeza oprima el cuello y los hombros;
después, deberá conseguir una mayor sol­
tura de equilibrio para que la cabeza pueda
retroceder aún más. Esta vez, sentirá menor
presión en la mano colocada alrededor de
la nuca (Fig. 42).
Postura sana

Naturdlmente hay ocasiones en que será


necesario desplazar más la cabeza. Si usted
no olvida pensar en que el cuello se va esti­
rando a medida que se afloja, más favorece­
rá la realización de los movimientos apro­
piados en todas las articulaciones del cuello
(en lugar de realizarlos sólo en las articula­
ciones que hay entre la sexta y la séptima
vértebras cervicales).

G irar la cabeza
La Técnica Alexander se propone restablecer
y mantener la libertad de movimiento de la
cabeza sobre el cuello. Es seguro que, de trn­
bajar en posturas estáticas durante varias
horas, existen posiciones de la cabeza que
son más o menos convenientes desde un
punto de vista mecánico; no tiene sentido
mantener la cabeza demasiado rato hacia
adelante, hacia atrás o hacia un lado, y sin
embargo es lo que solemos hacer cuando
nos concentramos mucho.
Los animales salvajes necesitan ser capa­ Fig. 42. Hacia adelante y hacia arriba con tu
ces de mover la cabeza rápidamente para vista diri¡;idu hacia arriba.
orientar sus órganos sensoriales hacia po­
sibles serl.ales de peligro inminente. El ser Fig. 43. Retraer la cabeza y hundirla entre los
humano efectúa movimientos similares con hom bros al 1 •oll •cr!a a 1111 lado.
la cabeza y los ojos, es decir, rápidos y de
giro, cuando por ejemplo pretende atrave­
sar la confluencia de varias calles atestadas
de coches en circulación. Tales movimien­
tos, si obligan a que la cabeza retroceda y
se hunda entre los hombros, serán espas­
módicos, rígidos y lentos (Fig. 43). Tal cosa
puede mejorar si el lector recc1erda tomarse
una pausa -aunque sea ele una fracción de
segundo- para permitir que el cuello se ali­
vie y así dejar que la cabeza avance y se
alce. Después de ello la cabeza debe ser
capaz de girar con mayor libertad y rapi­
dez -como si fuera un cojinete bien engra­
sado- siguiendo el movimiento de los ojos
(Fig. 44).
Quizá ahora quede claro para el lector
por qué son desaconsejables lo::; ejercicios
de rotKión de la cabeza; tienden a repartir
tensión en lugar ele liberarla; dificultan h di:-:­

X
tinción entre tipos de movimiento rnarc1da­
mente diferentes; y además, pueden hacer
crujir las articulacione; v producir vahídos a
Conservar la cabeza ------- ----- ----- 55

canee de las instrucciones. En los inicios. si


usted cree que puede sentir lo que son, es
probable que esté intentando "seguirlas".

Dejar que el cuello se libere, para


que la cabeza vaya hacia adelante
y hacia arriba
MacDonald describe esta instrucción como
liberar Ja caheza del encierro de la articula­
ción atlanto-occipital para que la cabeza, en
lugar de estar encajonada en el cuello y ven­
cida hacia atrás, tienda a proyectarse hacia
afuera desde el cuello. Es entonces cuando
se puede mover libremente sobre éste para
adoptar cualquier posición.
La instrucción hacia arriba permite alargar
el cuello -muy, muy poco a pocc}--, cosa que
repercute en el alargamiento final de toda la
columna. La ejecución de la instrucción re­
sultante "hacia adelante y hacia arriba" des­
cribe :isí un arco , no una línea. Adónde
apunta exactamente la instrucción "hacia
adelante y hacia arriba" varía según cuál sea
la alineación del cuerpo y su posición en el
Fig. 44. � "uÍl 'er la cabeza co11 desahup,o.
espacio; si uno está derecho, la dirección
seguida será casi vertical; cuanto más se in­
aquellas personas con dolencias osteoartrí­ cline uno hacia adelante, más hacia adelan­
ticas en la columna. te se proyectará. (En el buceo, la orienta­
ción puede tener que cambiar rápidamen­
te 360º .)
Sobre las instrucciones
Alexander decía que las instrucciones de­ Dejar que la espalda se estire
ben darse en la debida secuencia y, con el y se ensanche
tiempo, todas a la vez. Pero ¿qué pretenden "Alargar" la espalda, según el concepto de
transmitir las instrucciones y cómo operan Alexander, es completamente diferente del
juntas? tosco y enérgico tratamiento de "tracción":
Recuerde que sobre todo son preventi­ el potro era un instrumento medieval que
vas: es decir, que se dan para impedir que servía para torturar, y sin duda, llegará el día
la cabeza vaya hacia atrás y se encoja entre en que la tracción será considerada bárba­
los hombros, o que vaya hacia adelante y ha­ ra y petjudicial. El alargamiento de la espal­
cia abajo; y para impedir que la espalda se da consiste en separar entre sí las vértebras
acorte y estreche, evitando así la disminu­ con la mayor suavidad, para reducir la pre­
ción y la contracción de la estatura. Las ins­ sión sobre los discos intervertebrales y so­
trucciones son tendencias expansivas den­ bre todas las articulaciones.
tro del cuerpo, más que movimientos reales Este alargamiento de la columna requie­
de éste. re, para equilibrar, el inmediato ensancha­
Las manos expertas del profesor sabrán miento de la espalda. Por una parte, se trata
transmitir la verdadera naturaleza de estas de un ensanchamiento lateral de toda la es­
instrucciones; esto le dirá más que cualquier palda -aflojamiento de los omóplatos en
explicación verbal por extensa que sea, sentido descendente y separación entre sí,
aunque ambas cosas son necesarias. Lleva­ que permite una ligera rotación de los brazos
rá algún tiempo darse cuenta cabal del al- hacia adentro, y los codos ligeramente cur-
56 ------- Postura sana

vados hacia afuera-, y por otra parte, debe del cuello y a la columna (toda ella debería
entenderse como tendencia de la región lum­ funcionar como una sola unidad). En oposi­
bar a desplegarse o dilatarse hacia atrás para ción a esto, la espalda tiende a desplazarse
que el coxis tienda a desaparecer y se reduz­ hacia atrás y, a medida que se dilata la re­
ca la curvatura o la desviación de la espalda gión lumbar, las caderas también son im­
(Figs. 45 y 46). pulsadas hacia atrás. Si las rodillas se llevan
En la Técnica Alexander las instrucciones ligeramente hacia adelante -desviándose de
trabajan en sutil oposición unas con otras, la línea de la cadera y de la región lumbar­
produciendo de inmediato una enorme sen­ entonces la pelvis puede avanzar ligera­
sación de estabilidad corporal, ligereza y mente, las nalgas se relajan y se restablece
sensibilidad completamente distintas de la el natural equilibrio dinámico de todo el
pesada postración de la relajación. La cabe­ cuerpo.
za adquiere una posición avanzada y de in­ Alexander empleaba la palabra "espalda"
clinación con respecto a la parte superior como una especie de abreviatura; no se re­
fería sólo a la espalda, sino también a todo
el torso o tronco. Al lector podría resultarle
Figs. 45 y 46. Las instrucciones y su funciuna- útil concebir el cuello y el torso como dos
111 iento en relacirí1 1 1 1 11os con o/nrs
cilindros, el más pequeño encajado en el
más grande como si de un telescopio se tra­
tara. Al dar las instrucciones y permitir la li­
heración del cuello, el cilindro más peque-
1 1 0 se estira y emerge del más grande.

La comparación que establece Misha Ma­


gidov también puede ser de gran ayuda; él
describe así la utilización de las extremida­
des subordinadas al cuello, la cabeza y el
torso: imagine el cuello/torso como si fue­
ra un depósito de agua y las extremidades

como mangueras. Cuando da instrucciones al


control primario usted desarrolla una deter­
minada carga de presión en el depósito lle­
no y el agua puede manar a través de las ex­
tremidades a medida que va aflojando las
;1rticulaciones. Las instrucciones fluyen des­
de el centro hacia afuera.

Util ización de los ojos


y estados mentales
¡Cuidado con girar los ojos hacia arriba al en­
' iar instrucciones! Esto es lo que normalmen­
te sucede cuando las forzamos, produciendo
L·ntonces el efecto contrario del requerido:
la barbilla se eleva, el cuello adquiere rigi­
dez y la cabeza se desplaza hacia atrás y ha­
cia abajo.
La concentración es un estado mental que
t iende a provocar tensión y rigidez en todo
d cuerpo. La Técnica Alexander se propo­
ne cultivar un estado de alerta con capaci­
dad de registrar aquello en lo que se centra
en un determinado momento -la "figura·�
Movi m ientos
sin perder contacto con la realidad. Este
"campo expandido de atención" (tal como de los ojos en relación
lo denominaba Frank Pierce Jones)1 contie­
ne por tanto -igual que la información sen­ con la cabeza
soria nonnal, los pensamientos y las emo­
ciones- una rica consciencia cinestésica. Un Cuando usted empiece a aflojar el cuello
estado mental alerta y en calma tiene su co­ para que la cabeza no esté tan vencida hacia
rrespondiente contrapartida en lo físico. En atrás, tal vez se dé cuenta de que el nivel de
lo que se refiere a la visión, el entrecejo no los ojos tiende a descender ligeramente por
estará fruncido y los ojos quedarán en liber­ debajo de la línea horizontal. Esto ocurre
tad de moverse a voluntad del interesado; porque el movimiento de los ojos tiende a
ni vidriosos, ni fijos, ni clavados, los ojos enlazarse con el movimiento de la cabeza.
parpadearán regularmente y con facilidad. La mirada horizontal suele ir ligada a la
(Los psicólogos utilizan la frecuencia de retracción y fijación de la cabeza sobre el
parpadeo para medir la atención: si un suje­ cuello (en el rostro esta mirada se identifi­
to está muy concentrado, apenas parpa­ caría con una ligera expresión de menos­
dea; si está ansioso y sobreestimulado, el precio). Pero si baja los ojos para intentar
parpadeo es muy rápido. ) que la cabeza no vaya hacia atrás, procure
Existe u n planteamiento para reeducar la no compensarlo bajando demasiado la bar­
utilización de los ojos llamado Método Ba­ billa. En lugar de ello, deje que los ojos se
tes, que en cierta medida se solapa con la muevan independientemente de la cabeza
propuesta de Alexander. W. H . Bates, ottal­ con mayor frecuencia de lo habitual. No ex­
mólogo , sostenía que muchas personas no plotamos suficientemente esta posibilidad:
necesitaban llevar lentes cada vez más grue­ los ojos pueden moverse solos cuando se
sas para corregir defectos refractivos; estas requiere desplazar un poco la mirada, sin
personas podían ser reeducadas para ver necesidad de tener que utilizar los múscu­
mejor sin necesidad alguna de utilizar ga­ los más grandes del cuello para mover una
fas. En mi opinión, el planteamiento de Ba­ cabeza tan pesada como la nuestra. Al mis­
tes puede ayudar mucho a quien padezca mo tiempo, procure no inmovilizar la cabe­
determinados problemas de visión, por lo za sobre el cuello para obligar a los ojos a
menos en cuanto a la posibilidad de autoco­ moverse. Al principio, este nuevo modo de
nocimiento que brinda. Sin embargo, creo, utilizar los ojos en relación con la cabeza le
igual que Aldous Huxley, que la Técnica producirá una sensación peculiar.
Alexander es necesaria como base para lo­ El movimiento ocular está muy ligado a
grar la mejoría de aspectos específicos . 2 nuestro sentido del equilibrio. Una teoría que
Desde l a adolescencia y o venía padeciendo explica las causas de la mala utilización del
una miopía en el ojo derecho que se corri­ cuerpo afirma que, debido a la condición de
gió espectacularmente durante el aprendi­ cazador del ser humano a lo largo de una
zaje de la Técnica Alexander, sin dedicar a buena parte de la evolución, habríamos teni­
la vista ningún trabajo especial. Otra de­ do que rastrear el terreno que se abría frente
mostración convincente llegó de la mano a nosotros. La consiguiente inclinación de la
de un profesor del Método Bates: me hizo cabeza hacia adelante habría provocado que
observar que cuando me ponía nervioso los órganos que regulan el equilibrio en el
por no ser capaz de leer las letras más pe­ oído interno adquirieran una posición central.
queñas del tablero del oculista, mi visión se En el capítulo siguiente estudiaremos el
emborronaba aún más. Descubrí, no obs­ estar de pie y el caminar. El lector irá com­
tante, que dar instrucciones a la relación prendiendo la necesidad de perder un equi­
CCE era la manera más eficaz de enfocar las librio fijo y precario para descubrir un equili­
letras. brio más ligero y adaptable .
¡ Piernas, para q u é os q u iero !

Las personas que padecen de la espalda estar de pie, pero una muy común hoy día
suelen experimentar más molestias cuando es la de hurtar las nalgas, juntar las rodillas,
tienen que permanecer largo rato de pie. sacar las caderas y apoyar todo el peso del
Ha llegado a decirse que el ser humano no cuerpo sobre los pulpejos del pie (Figs. 47
ha evolucionado lo suficiente para moverse y 48).
sobre dos piernas; ¿es ésta la razón de tan­ Los tacones de los zapatos vienen a em­
tas dolencias de espalda en la sociedad ac­ peorar este tipo de mala postura. Con el tiem­
tual? Tinbergen 1 opinaba que tal cosa era po, los músculos posteriores de la pierna y
improbable, ya que el ser humano ha dis­ el tendón de Aquiles (detrás del tobillo) se
puesto de cinco millones de años para adqui- acortan, produciendo así una considerable
1ir el mecanismo básico. En su opinión, en disminución de la flexibilidad y un deterio­
gran medida acorde con b Je Alexander, ro creciente en los movimientos que exigen

habría que buscar las causas principales en flexión. Los ejercicios del tipo de alcanzar
la gran cantidad de horas que permanece­ con las manos las puntas de los pies no ha­
mos sentados -hay muchas personas que cen sino acentuar la rigidez de las extremida­
pasan hasta 24 horas semanales frente al te­ des inferiores, una malformación que muy
levisor- y en el estrés producido por los rá­ bien podemos evitar.
pidos cambios de la vida moderna. Sitúese desnudo frente a un espejo de cuer­
No son causas de tipo genético, sino com­ po entero y obsérvese detenidamente por
portamientos adquiridos que pueden ser co­ delante, por los lados y por detrás (con un
rregidos. La experiencia de AlexanJer y la segundo espejo, aunque sea de mano). Se­
de los profesores y alumnos que lo siguie­ guramente verá que no está del todo dere­
ron confim1an este extremci: se puede mejo­ cho. Si en su postura habitual el cuerpo se
rar sustancialmente la utilización del cuerpo inclina hacia atrás, cada vez que intente va­
una vez que se han comprendido y aplicado riar hacia una posición más vertical sentirá
los principios de la Técnica Alexander. que se queda como de puntillas. Éste es uno
ele los problemas cuando se trata de corre­
Estar de pie gir defectos postura!es. Otro problema mu­
cho más serio, cuando uno pretende hacer
L o que normalmente sucede cuando esta­ por sí ;,olo un cambio tan directo como éste,
mos de pie es, por un lado, que dejamos es el de obligarse a mantener una posición
caer alguna parte del cuerpo y, por otro, fija que se cree "correcta" (Fig. 49).
que nos ponemos 1igidos para mantenernos Naturalmente, lo que se necesita es estar
erguidos. Hay muchas maneras distinta:;, de de pie de una manera que permita libertad
¡Piernas, para qué os quiero! ------ 59

de movimientos con poco esfuerzo. Cuan­ cubrirá un equilibrio inestable en el que po­
do las rodillas se j uman, otras articulaciones drá oscilar fácilmente siguiendo el movi­
tienden a quedar fijas, motivo por el que el miento del vehículo sin temor a caerse. (Sin
equilibrio queda, a su vez, supeditado a esta fuerzas externas que actúen sobre usted,
posición. Supongamos que usted viaja en también puede hacerse una idea de este
un transporte urbano atestado de usuarios tipo de equilibrio moviéndose con cuida­
y que tiene que permanecer de pie. El mo­ do, mientras proyecta el cuerpo hacia ade­
vimiento constante tenderá a hacerle per­ lante, hacia atrás y hacia los lados, sin cam­
der el equilibrio. En tal situación, reacciona­ biar de sitio, con las rodillas juntas y luego,
mos agarrándonos con más fuerza para evi­ separadas.)
tar Ja caída, realizando un trabajo muscular
desmedido. Sin embargo, si usted deja que Posición relajada
las rodillas se aflojen un poco para que los Veamos ahora con detalle cómo mejorar esta
pies puedan «tocar" el suelo, al mismo tiempo posición. Se puede estar de pie con los pies
que relaja el torso desde las caderas -como bastante juntos uno al lado del otro, o con
un tentetieso que siempre cae de pie-, des- un pie ligeramente por detrás del otro.

Figs. 4 7y 48. La típica oscilación hacia atrás. Fig. 49. Envaramiento excesivo.

X X
60 ------- Postura sana

Figs. 50 y 51. Posición


erguida y ·relajada•, con
los pies próximos; la es­
palda, más estirada y en­
�-anchada; laspalmas de
las manos tienden a gi­
rar hacia atrás.

Fig. 52. Posición ergui­


da y ·relajada., con un
pie más adelantado que
otro.

Pies nivelados y separados. Cuanto más se­ cia adelante y hacia arriba, para que la espal­
parados se coloquen los pies, más deben da se estire y se ensanche. Compruebe que
apuntar los dedos hacia afuera. (En caso de no contiene la respiración ni fija la mirada.
doblar las rodillas, éstas podrían girar en­ Mientras prosigue con la idea de alargamien­
tonces en la dirección señalada por los to, deje ensanchar la zona inferior de la es­
pies.) Sin embargo, muchas personas sue­ palda, es decir, deje que sobresalga. (Para
len abrir los pies incluso cuando los ponen esto, a lo mejor le ayuda pensar que la espal­
muy juntos. (Normalmente, esto va acom­ da "sonríe... ) Piense en expandir las caderas
pañado por una tendencia heredada del ba­ para que la espalda se ensanche y entretan­
llet clásico a encoger indebidamente la zona to, debe apreciar en las caderas cierta ten­
inferior de la espalda. ) Si usted cambia de dencia a desplazarse moderadamente hacia
esta posición a otra en la que los dedos se­ atrás. Al mismo tiempo deje que se aflojen
ñalen una diagonal muy tenue cuando los un poco las rodillas hacia adelante para com­
pies están muy juntos, probablemente le pa­ pensar el movimiento de retroceso de toda
rezca que tiene los pies torcidos hacia den­ Ja espalda, mientras sigue pensando en alar­
tro: ¡otro ejemplo clásico de percepción sen­ gar la columna. Esto deberia desplazar el peso
sorial errónea! hacia un punto que se encuentra entre 2 , 5 y
Recuerde que no debe intentar "hacer" las 4 cm. de la parte trasera del talón: el peso
instrucciones, sino pensarlas: dejar que el quedará entonces equilibradamente centra­
cuello se afloje para que la cabeza vaya ha- do en todo el pie (Figs. 50 y 51).
¡Piernas, para qué os quiero! ------- 61

Fig. 53. Apoyarse en una


cadera: espalda torcida y
desplomada.

Un pie ligeramente detrás del otro. Posición rible doblar la pierna más larga un poco
alternativa a la anterior -y desde luego, ca­ más que la otra, y poner aquélla delante.
ben muchísimas variantes- es colocar un pie Con esto se reducirá algo la basculación de
un poco por delante del otro. Aproximada­ la cadera de ese lado en sentido ascenden­
mente el sesenta por ciento del peso del te y la torsión de la zona inferior de la es­
cuerpo recae entonces sobre la pierna tra­ palda. 2
sera y el cuarenta por ciento en la delantera,
doblando algo la rodilla de ésta (Fig. 52). La
rodilla de atrás no está trabada sino ·blanda",
Ca minar
constituyendo un sólido soporte, un apoyo Se considera que caminar es una de las for­
centrado a unos 2 , 5 cm del talón que impi­ mas de hacer ejercicio más beneficiosa para
de el desplomamiento lateral de la cadera y todas las edades, porque intervienen mu­
la compresión y torsión de la zona inferior chas partes del sistema locomotor y pone
de la espalda, que es una postura típica de moderadamente a prueba el sistema car­
los adolescentes (Fig. 53) . diovascular. Cada uno puede ir a su propia
Por supuesto, también se puede ir cam­ marcha y no hay que buscar un momento
biando de pierna, excepción hecha en el especial para andar, aunque el lector tal
caso de poseer una pierna más larga que la vez prefiera hacerlo así. Algunas personas
otra, como podría sucederle a alguien que ven en el caminar la ocasión para reflexio­
se la hubiera fracturado. Entonces es prefe- nar pausadamente; otras prefieren observar
62 __ Postura sana

Figs. 54 y 55. Así no


dehe caminar. Fig. 54.
Dejar caer todo el peso
sohre la pierna delan­
tera comprime todas las
articulaciones. Fif!,. 55.
La pierna dirif!,e y la
espalda se vence hacia
atrás.

cuanto las rodea o com;ersar con un acom­ produce un prolongado silencio. Al fin lle­
pañante. ga la respuesta: "Pues pongo una pierna de­
También es placentera la experiencia de lante ele otra , claro". Si después pregunta
caminar a solas. ¡El cuerpo humano es un qué pasa con el resto del cuerpo, el descon­
instrumento maravilloso cuando se mueve cieJto ya es total.
con agilidad, con soltura y con gracia! Apren­ El error más común que cometemos al
demos a andar cuando tenemos más o me­ andar es dejar que sean las piernas las que
nos un año de vida y no somos conscientes dicten el movimiento. El balanceo de la
de cómo lo hacemos. El dolor de espalda a pierna delantera puede obligarnos a elevar
consecuencia de un accidente, ele una le­ y proyectar la cadera hacia adelante, así
sión o de un embar:izo puede obligamos a como a efectuar un movimiento de retroceso
pensar por primera vez en la mecánica del y a torcer ligeramente la región lumbar para
andar. Cuánto mejor sería entender cómo poder mantener el equilibrio (Fig. 54). Por
debemos coordinarnos para prevenir la otro lado, impulsamos la pantorrilla como
aparición de problemas. si fuéramos a dar una patada, con el tobillo
rígido y los dedos del pie arqueados; el ta­
Caminar: ¿Cargar el peso lón se estrella pesadamente contra el suelo
o equilibrarlo? mi entra.� que la cabeza y el cuello se mue­
Si pregunta a alguien cómo anda -qué im­ ven hacia adelante y hacia abajo, compri­
plica este movimiento-, por lo general se miendo todas las alticulaciones del cuerpo
¡Piernas, para qué os quiero' ----- ----- 63

Figs. 56 y 57.Así, sí: la


cabeza dirige el movi­
miento, sigue el cuerpo
y por último la piema .

(Fig. 55). Como el pie apenas deja de tocar un "peso doble" -como ocurre con los an­
el suelo. solemos tropezar con objetos que clares normales, tambaleándose cada vez que
no hemos visto; si el suelo es desigu:ll, nos se cambia de pierna-, es muy fácil perder el
cuesta mantener el equilibrio. equilibrio.
En lugar de dejar caer todo el peso prime­ Apoyar todo d peso sobre una pierna obli­
ro en una pierna y después en la otra, ¡de­ ga, por lo general, a realizar en precario un
beríamos intentar cargarlo en sentido as­ acto de equilibrio. Si usted pide a alguien
cendente! La cabeza debe iniciar un movi­ que camine muy lentamente o hacia atrás,
miento de avance y elevación al que seguirá comprobará lo que es torpeza, inestabilidad
el cuerpo; después la pierna correspondien­ y falta de soltura. Tendría que ser posible
te avanzará para soportar el cuerpo (Figs. 'i6 andar, disminuir la marcha, detenerse y cam­
y 57) . biar de dirección sin perder coordinación.
Caminar implica equilibrar el cuerpo so­ Aunque caminar es una actividad básica, lo
bre una pierna y luego trasladar el peso a la cierto es que requiere de una gran pericia.
otra. Para comprender este aspecto pueden A continuación se expone un método para
ser muy útiles los conceptos del Tai Chi, mejorar este movimiento, a base de trabajar
donde el objetivo es moverse con un "peso sobre alguno de sus componentes (es un
único·., es decir, equilibrar perfectamente el desarrollo realizado a partir de las indica-
peso del cuerpo sobre una pierna antes de ciones del doctor Barlow para detectar de­
desplazarlo a la otra. Si usted se mueve con fectos en la forma de caminar).3
64 ------- Postura sana

Andar: el primer paso del pie rocen el suelo. Al principio notará


1) Coloque dos sillas frente a un espejo y si­ que la cadera sube y se proyecta algo hacia
túese justo frente a ellas y entre ambas, con el frente, al tiempo que se arquea la región
los respaldos de cara a usted (en las foto­ lumbar. Según gire un poco la rodilla hacia
grafías sólo vemos una silla). Cójase a am­ adentro o hacia afuera , verá que el peso re­
bos respaldos sin demasiada fuerza con los cae más sobre el dedo gordo o sobre el pe­
dedos señalando al suelo y el codo dirigido queño (Figs. 58 y 59).
hacia afuera. (Cuando el lector haya leído ¿Por dónde empezar a cambiar este movi­
los capítulos 8 y 9 -que tratan de la utiliza­ miento innecesario? Es importante darse
ción de los brazos-, tal vez quiera volver cuenta de que solamente debería intentar
sobre este punto.) Las sillas son un recurso corregirlo de manera indirecta, es decir, a
en las primeras fases del aprendizaje para través del proceso que le permitirá al fin
que si se pierde el equilibrio, no haya nece­ conseguir su propósito. Si pretende realizar
sidad de ponerse rígido tratando de recupe­ el movimiento "correctamente", es muy pro­
rarlo. Los pies deben permanecer paralelos bable que se ponga rígido. Ante todo, la in­
y separados entre sí unos pocos centíme­ tención primordial es dejar que el cuello se
tros. afloje para que la cabeza pueda desplazarse
Dé instrucciones, y sin dejar de pensar en hacia adelante y hacia arriba y que, a su
la idea de alargamiento, desplace casi todo vez, el torso pueda estirarse y ensancharse.
el peso a una pierna. Compruebe que no se En segundo lugar, prosiguiendo con las ins­
agarra con fuerza a los respaldos. Mientras trucciones dirigidas a la relación CCE, deje
continúa con el alargamiento, alce la rodilla que la rodilla se eleve y adelante por sí sola,
de la otra pierna hasta que sólo los dedos independientemente de la cadera y de la re-

Fig. 58 Fig. 59

X '
¡Piernas, para qué os quiero! ------ 65

gión lumbar (que debe permanecer atrás). 3) El paso siguiente es practicar la elevación
Al principio le parecerá difícil, pero si se de rodilla hasta un punto algo más alto para
atiene a la ·elección de los medios• -con que todo el pie quede separado unos centí­
ayuda de un profesor-, comprobará que ca­ metros del suelo.
rnina mejor y que seguirá haciéndolo cuan­
do esté a solas (Figs. 60 y 61). 4) El útirno paso es dejar que la cabeza se
A partir de entonces se trata de afinar la mueva hacia adelante y hacia arriba y
coordinación, de ver con qué lentitud y -mientras la sigue el cuerpo- dejar que la
suavidad es usted capaz de propiciar que rodilla se alce para que el pie se separe
surja el movimiento. Recuerde que no debe completamente del suelo. Deje que tobillo,
contener la respiración ni apretar los bra­ pie y dedos estén •sueltos•; la pantorrilla así
zos. Evite mirarse las piernas: probable­ relajada tocará suavemente el suelo mien­
mente todo su cuerpo tenderá a bajarse; en tras usted alarga toda la columna para dar el
lugar de ello, utilice un espejo para obser­ primer paso; evite tensar la rodilla. ¡Ya está
var lo que ocurre. Repita con la otra pierna. caminando! Si se ha logrado no arquear la
región lumbar, seguramente el talón tocará
2) A continuación, alce las rodillas por tur­ el suelo antes que el resto del pie.
no corno si estuviera caminando sin mover­ Encontrará útil practicar estos pasos, con
se del sitio. No se apresure; si atiende al con­ el propósito de conseguir el equilibrio so­
trol primario cada vez que sube la rodilla y bre la pierna esforzándose cada vez menos.
mientras apoya el talón en el suelo, conser­ No permita oscilaciones laterales del cuerpo:
vará la longitud y reducirá la oscilación de procure que el peso se desplace a la parte
cadera. exterior del pie.

Fig. 60 Fig. 61
66 ------- Postura sana

Fig. 62 Fig. 63 Fig. 64 Fig. 65

Al caminar probablemente descubra que zos deben balancearse libre y moderada­


debe dar pasos más cortos de lo usual -so­ mente con el movimiento del cuerpo: cada
bre todo al principio-- para que le resulte brazo avanzará al tiempo que la pierna con­
más fácil mantener la relación CCE. Es re­ traria (movimiento contralateral).
comendable detener la marcha de vez en
cuando y quedarse quieto un rato para ob­ Andar despacio según el Tai Chi
servar cómo se ha desenvuelto durante el Caminar tan despacio como recomienda el Tai
trayecto. Cuanto más se precipite uno haci a Chi puede ayudar a mejorar este movimien­
la consecución del fin, más negativamen­ to, no sólo cuando caminamos normalmen­
te lo acusará la región lumbar. Vuelva a dar te sino también al subir escaleras o recorrer
instrucciones para eliminar el encogimien­ una pendiente. Según este método, hay que
to y el retroceso del cuerpo al andar. Enton­ dejar que el pie llegue blandamente al suelo
ces será capaz de mantener una calidad de antes de mover la cabeza en dirección fron­
movimientos mucho más ágiles durante pe­ tal y ascendente pard trdsladar lentamente el
ríodos cada vez más prolongados. Con el peso a la pierna que avanza. Cuidado con ar­
tiempo podrá alargar el paso sin perder por­ quear la región lumbar al doblar la rodilla.
te (ver fotografía de Alexander caminando: También puede intentar andar muy lenta­
Fig. 4). mente hacia atrás, procurando que la parte
Mientras dirige la relación CCE, deje que posterior del pie haga contacto con el suelo
se suelten y expandan los hombros; los bra- antes de desplazar el peso sobre él. Al co-
¡Piernas, para qué os quiero! ------- 67

mienzo encontrará más fácil retroceder dan­ za al avanzar la pierna rezagada. Bajar esca­
do pasos cortos. La idea es mantener ese leras supone cargar todo el peso sobre la
"peso único,, hasta el momento en que deci­ pierna delantera. En ambos casos, el peso
da trasladar el peso a la otra pierna: es de­ del cuerpo se transfiere prematuramente a
cir, el pie que ha movido (la pierna queda la pierna delantera, al tiempo que el cuerpo
"vacía,,) puede moverse hacia atrás o hacia se inclina hacia abajo (Figs. 66 y 67). De
cualquier dirección, antes de trasladarle el nuevo el Tai Chi aporta conceptos que vie­
peso. nen en nuestra ayuda: se trata de mantener
el "peso único,, "anclado,, en una pierna,
Ponerse de puntillas quedando "vacía,, la otra hasta que es capaz
Aquí la tentación consiste en cargar todo el de admitir el peso.
peso sobre la parte anterior de los pies, ele­ Para ver cómo aplicar esto al subir escale­
vando el pecho (Fig. 62). El consiguiente ras, empiece por poner ambos pies sobre el
ahuecamiento de la región lumbar suele mismo peldaño y dé instmcciones. Prosiga
acentuarse por la necesidad de mirar hacia con la fase de alargamiento mientras pone
arriba alzando simultáneamente los brazos, el cuerpo en equilibrio sobre una pierna
igúal que sucede al tender la colada o al in­ («peso único", "anclar el peso•.), alce la otra
tentar alcanzar una estantería situada en rodilla recordando que este movimiento
alto. debe realizarse sin forzar la región lumbar
Para aprender a mantener la espalda er­ ni la cadera, y deje que el pie descienda so­
guida al ponerse de puntillas, colóquese con bre el suelo (esta pierna queda "vacía,,).
los talones pegados contra una pared o una Después deje que a la cabeza -tras avanzar
puerta relativamente lisas. Dé instmcciones y alzarse- le siga el cuerpo; entretanto la
al control primario, dejando que la espalda pierna de atrás toma impulso para trasladar
se aplane cuanto sea posible contra la su­ el peso a la pierna delantera (tal impulso
perficie durante la fase de alargamiento. comienza por el talón y luego continúa has­
Vuelva a dar instrucciones v deslice la es­ ta los pulpejos del pie) (Fig. 68).
palda por la pared o la pu�rta en sentido Mientras sigue subiendo peldaños, la se­
ascendente, mientras se eleva poco a poco cuencia del movimiento es: empieza la ca­
sobre los pulpejos del pie y después, sobre beza, sigue el cuerpo, la pierna posterior
los dedos (Figs. 63 y 64). Deténgase un mo­ toma impulso, se eleva la rodilla delantera,
mento y piense en que la cabeza se proyec­ el pie toca el suelo, el peso se desplaza a la
ta libremente hacia adelante y hacia arriba pierna delantera. Para captar bien la idea de
dejando que los tobillos se relajen para vol­ no traspasar el peso de una pierna a la otra
ver a la posición original. antes de tiempo, será útil practicar de vez
A continuación, inicie una nueva fase de en cuando subido en el primer peldaño,
alargamiento, inclinándose ligeramente ha­ como hemos dicho antes: es decir, equili­
cia el frente sobre los tobillos para que el brando el peso en una pierna, levantando
peso se desplace hasta los pulpejos del pie la rodilla opuesta y poniendo el pie con
y para apartar la espalda de la superficie de suavidad sobre el mismo peldaño. Haga
apoyo. Para realizar esto mismo sin ayuda una pausa antes de llevar el peso a la pierna
de la pared, recuerde que debe mantener la delantera.
espalda erguida y piense que la tiene apo­ Para bajar escaleras, equilibre el peso en
yada contra una pared imaginaria, mientras una pierna y, mientras dobla la rodilla co­
la cabeza inicia el movimiento hasta alzarle rrespondiente, alce la otra y baje el pie con
sobre las puntas de los pies (Fig. 65). cuidado hasta el suelo. Después traslade el
peso. Se dará cuenta de que la pierna pos­
Subir y bajar escaleras terior debe doblarse y trabajar más de lo
Normalmente subir escaleras implica que el normal (Fig. 69). Así no vibran las articula­
cuerpo se tambalea al avanzar la pierna de­ ciones ni tampoco se produce la habitual
lantera hacia el escalón y después, se reali­ rigidez de cuello y espalda. El continuo mo­
za un movimiento de retracción de la cabe- vimiento de doblar y extender las rodillas
68 ------- Postura sana

X X

Fig. 66 Fig. 67

Fig. 68 Fig. 69
¡Piernas, para qué os quiero! ------ 69

evitará el agarrotamiento de los músculos alzar la cabeza. Durante la carrera, el corre­


del muslo. Recuerde siempre las instruccio­ dor solamente notará un imperceptible mo­
nes básicas. vimiento de la cabeza oscilando hacia arriba
y hacia abajo y de un lado a otro. Mediante
Correr y hacer jogg ing las instrucciones oportunas, debe conseguir
el aflojamiento y la expansión de los hom­
E s díficil aprender a correr bien si no se han bros, y el movimiento libre de los brazos en
tomado un buen número de lecciones de la sentido contralateral a las piernas.
Técnica. El primer movimiento de un corre­
dor suele ser el de bajar la cabeza, y cuanto Utilización de los brazos:
más dura la carrera, más la baja: las articula­ Consideraciones previas
ciones sufren entonces una presión excesi­ En los dos capítulos siguientes analizaremos
va y se produce un aumento de tensión en profundidad la utilización de los brazos.
muscular. Basta observar la fatiga dibujada Para empezar a entender cómo se integran
en el rostro de los corredores y la falta de en el movimiento con el resto del cuerpo,
naturalidad de muchos aficionados al jog­ colóquese de perfil ante un espejo, con los
ging, que dudan de que esta práctica aca­ brazos junto a los costados. Álcelos frente a
rree beneficio alguno. usted a la altura de los hombros y después
Correr con mayor ligereza y soltura está al elévelos más. Comprobará que la espalda
alcance de cualquiera que aprenda a dirigir oscila y que las caderas se proyectan hacia
el movimiento empezando por avanzar y adelante (Fig. 70).

Fig. 70.

Fig. 71.
70 ------- Postura sana
Figs. 72 y 73. La espalda
se estira y ensancha m ien­
tras se alzan los brazos.

Luego apoye la espalda contra una pared ta como sea posible. Notará que los hom­
o una puerta. Mientras piensa en que la es­ bros trabajan menos que antes (Fig. 71). Re­
palda está erguida y se va alargando, deje pita la secuencia de movimientos sin apo­
que los hombros se aflojen lateralmente, yarse en la pared y piense en que la espalda
apartándose uno de otro, para que el movi­ se alarga y cuenta con el apoyo de una pa­
miento de expansión se extienda hasta los red imaginaria. Si coloca un pie un poco
codos y permita que los brazos se alcen so­ más avanzado que el otro, le resultará más
los despegándose de la espalda, que debe fácil mantener la espalda en la posición co­
permanecer tan próxima a la pared o la puer- rrecta (Figs. 72 y 73).
Las tuberosidades isq uiáticas

Sentados aplicamos a la columna un tercio tiempo que se arquea la región lumbar (Fig.
más de presión que cuando estamos de pie. 74). Si se sienta encorvado, el peso tenderá
Alexander creía que, en buena parte, las en­ a trasladarse a la parte posterior de la pelvis
fermedades derivadas del estrés y los tras­ que, en este caso, adoptará una inclinación
tornos mecánicos que tan comunes son en excesiva (Fig. 75). Por lo tanto, centrar el
la civilización actual pueden atribuirse a las peso del cuerpo en los huesos de sentarse
muchas horas que diariamente pasamos sen­ le ayudará a mantener una postura más ex­
tados en mala postura. pandida cuando esté sentado, mejorando
también en ese aspecto la utilización corpo­
ral (Fig. 76).
Descubrir los h uesos Observe que si cruza las piernas, el peso
recae prácticamente sobre un solo hueso de
de sentarse sentarse; esto va acompañado de una incli­
( ¡tuberosidades nación lateral de la pelvis y de la torsión de
la región lumbar (Fig. 77). La mayoría de las
isquiáticas ! ) personas se encorva al cruzar las piernas. Si
con una mano rodea la cintura por la espal­
En el capítulo anterior hemos visto lo im­ da, podrá apreciar cómo ésta se redondea
portante que es centrar el peso del cuerpo más. Todavía hay una tercera razón para no
en un punto de la planta del pie que dista cruzar las piernas: dificulta la circulación san­
unos 2,5 cm del talón. De igual manera, al guínea, factor que propicia la aparición de
sentarse es necesario centrar el peso sobre venas varicosas. Desde luego, si usted acos­
los huesos, que para ello están, propiciando tumbra sentarse cruzando las piernas, al prin­
así una postura más erguida, menos contra­ cipio la nueva postura le parecerá incómo­
hecha. da, antinatural y desmañada.
Para saber con exactitud dónde se encuen­ Si es preferible no cruzar las piernas, ¿qué
tran estos huesos, siéntese sobre las manos se puede hacer con ellas? Observe la acu­
en una silla de altura normal. Dependiendo mulación de tensión que se produce en la
de la voluminosidad de su "almohadilla", no­ cara interna de los muslos y en las caderas
tará dos protuberancias en la pelvis: son los cuando se juntan piernas y pies. Ahora sepa­
huesos de sentarse. Si usted se fuerza en ex­ re las piernas; verá que las rodillas quedan
ceso a erguir la espalda mientras está senta­ sueltas y se apartan un poco entre sí. Haga
do, se dará cuenta de que el peso tiende a retroceder los pies y habrá conseguido una
desplazarse hacia los huesos del muslo, al excelente colocación de piernas para sen-
72 ------- Postura sa na

X X

Fig. 74. Rigidez excesiva. Fig. 75. Sentarse de�plomando el cue¡po.

tarse. A veces, sin embargo, hay tanta ten­ frecuente que se produzca tensión en los
sión residual en ellas que las rodillas siguen muslos, justo detrás de las rodillas; y si se
teniendo tendencia a unirse. En tal caso sienta cerca del borde para que los pies lle­
persevere y dé las instrucciones pertinentes guen al suelo, la región lumbar se comba
hasta lograr la nueva postura. Tenga en peligrosamente.
cuenta que será díficil hacer todo esto si lle­ Las escuelas y otras instituciones come­
va una falda corta y estrecha. Otra posibili­ ten una negligencia al comprar sillas de
dad: cruzar los tobillos. plástico que están más pensadas para api­
lar que para dar asiento a seres humanos:
el respaldo es tan inestable que se necesita
Sentarse con avanzar el cuello hacia adelante para evitar
comodidad venirse abajo. Hay asientos de trenes y au­
tobuses con respaldos en forma de C que
Siéntese tan cerca del respaldo de J a silla obligan a la espalda a adoptar la misma for­
como sea posible para utilizarlo de apoyo. ma, haciendo de los viajes largos un autén­
Es aquí donde fallan muchos sillones, sofás tico martirio.
y butacas. La base del asiento no suele ajus­ Al comprar una silla, es mejor probarla
tarse a las medidas de Ja gente corriente; si un rato. Lo que en apariencia es conforta­
usted se sienta bien atrás, las piernas que­ ble, puede no ser lo más conveniente para
dan colgando de una manera ridícula y es la espalda. Busque una silla de base relati-
Las tuberosidades isquiáticas ------- 73

Fig. 76. h'/ cue¡po está suelto y libre de tensiones. Fig. 77. Cruzar laspiernas tiende a d�f'ormar la
región lumbar.

vamente corta con un respaldo largo y mo­ Sillas de trabajo


deradamente inclinado. El respaldo debe Cuando se trabaja sentado, hay dos proble­
estar diseñado de manera que sostenga er­ mas fundamentales de mecánica corporal.
guida la parte inferior de la columna y que, El primero es la posición relativamente está­
al mismo tiempo, no obligue a combar la re­ tica, que fomenta el rápido agarrotamiento
gión lumbar ni a forzar la columna. La parte y fatiga de los músculos y que, al transcurrir
superior del respaldo debe ser recta y sin el día, lleva a los trabajadores sedentarios a
protuberancias. Ya que todos somos dife­ adoptar una postura encorvada; el segundo
rentes, no a todos nos servirá la misma silla. es la necesidad de estar cerca de aquello
La silla idónea sería aquella que permitie­ con lo que se trabaja; como consecuencia,
ra la posibilidad de reclinar el respaldo con muchos oficinistas se inclinan sobre la mesa
distintas inclinaciones. Tenga cuidado con esas curvando la espalda (Fig. 78).
sillas reclinables que obligan a poner el cue­ Los niños -y algunos adultos- suelen incli­
llo y los hombros en una posición más avan­ nar la silla hacia adelante apoyándola sobre
zada que el resto de la espalda. Cuando vea las patas delanteras, de manera que, en lugar
televisión, coloque la pantalla de manera que de desplomar el cuerpo, todo él se inclina ha­
no tenga que adelantar la cabeza y el cuello cia la mesa desde las caderas (Fig. 79). Es una
para acercarse a ella, sino que sea ésta la práctica poco recomendable por el maltrato
que "se acerque a usted". que recibe la silla y por su inestabilidad. De
74 ------- Postura sana

Fig. 78. La posición de trabajo habitual: desplo­

X
mar el cuerpo.

ello, sin embargo, hay una importante lec­


ción que extraer: la silla de trabajo, además
de subir y bajar, debe poder inclinarse hacia
adelante. En la época victoriana, las sillas
de trabajo eran así, no como las modernas,
que obligan a llevar la espalda hacia atrás.
La posición inclinada permite continuos
cambios mientras se trabaja en la mesa, sin
contar con que reduce la fatiga muscular. Me­
diante instrucciones a la relación CCE, pro­
piciamos el alargamiento de los músculos
de la espalda. Si usted acostumbraba traba­
jar encorvado sobre la mesa, le llevará al­
gún tiempo reeducar los músculos para que
le sostengan como es debido. Al principio
quizá sienta algún dolor; sólo será hasta que

Fig. 79. Inclinar la silla sobre las patas delante­


ras se aproxima a la solución, pero no lo es.
Fig. 80. Sepuede conseguir que la silla tenga in­
clinación poniendo sobre el asiento un cojín en
forma de cuña.
Las tuberosidades isquiáticas ------- 75

se adapte a trabajar así. Acostúmbrese gra­ picios habrá para invertir en una que sea in­
dualmente a la nueva posición. clinable y que permita colocar los pies so­
Tome asiento cerca del borde de la silla y bre el suelo.
deje que la cabeza, el cuello y el torso for­
men un solo eje desde las caderas; inclínese Practicar con las manos
un poco hacia adelante. La silla debe ser lo sobre el respaldo
bastante alta como para que el ángulo for­ En breve estudiaremos la utilización de los
mado por los muslos y el torso sea mayor brazos en el trabajo con teclados y en la es­
de 90°; con ello evitaremos que se arquee la critura a mano. En su segundo libro, Ale­
región lumbar (véase Apéndice 1), no se xander describía con detalle un método ba-
debe permitir ni la más mínima curvatura. sado en colocar las manos sobre el larguero
De este modo no será necesario adelantar superior del respaldo de una silla. 1 Sin em­
el cuello para que los ojos estén lo suficien­ bargo, para introducirse adecuadamente en
temente cerca del material de trabajo. este método, es imprescindible la ayuda de
Un sector puntero del mercado ofrece una un profesor. Para los enseñantes de la Téc­
silla de despacho que se mueve e inclina nica y para todos nosotros son muy impor­
automática e imperceptiblemente con el mo­ tantes las implicaciones que tiene la utiliza­
vimiento de quien se sienta en ella, redu­ ción de los brazos de manera eficaz en las
ciendo considerablemente la fatiga; es un actividades cotidianas. El método también
valiosísimo objeto para aquellas personas favorece el ensanchamiento de la espalda y
que padezcan serios problemas de espal­ es sabido que un torso en expansión facilita
da. A precios muy razonables se encuen­ la respiración.
tran ..sencillas sillas de trabajo,, (sin respal­ Tome una silla de asiento plano y coló­
do, que no es absolutamente necesario en quese a la espalda un cojín de buen tamaño
este tipo de sillas) con posibilidad de ajus­ a fin de que el torso pueda estirarse y en­
tar su inclinación. Ahora también se venden sancharse apoyándose en él; tome otra silla
sillas para operadores con inclinación ajus­ y sitúe el respaldo frente a usted rodeándo­
table y un respaldo móvil que sostiene la lo con ambos pies. Con los huesos de sen­
espalda tantas horas como sea preciso (véa­ tarse tan próximos al respaldo de su silla
se Apéndice 3). Si la silla que tiene actual­ como sea posible para mantener erguida la
mente no se inclina, ponga un cojín duro región lumbar, haga lo siguiente:
bajo los huesos de sentarse, o mejor aún,
encargue que hagan un cojín en forma de 1) Deje descansar las manos sobre el abdo­
cuña (Fig. 80) (véase Apéndice 1). men, con las palmas hacia arriba. A los po­
Otras sillas ofrecen un soporte específico cos instantes, ya puede llevar las manos al
para las rodillas y los huesos de sentarse. larguero superior del respaldo. Pero prime­
No están mal cuando el asiento baja en de­ ro, inhiba el deseo inmediato de mover los
clive, pero hay tres objeciones que hacer al brazos; espere sin hacer nada. Dé instruc­
respecto y en mi opinión, no suponen una ciones al control primario dejando que la
mejora espectacular. En primer lugar -a me­ espalda se estire y se aplane más contra el al­
nos que usted adquiera la más cara- el asien­ mohadón. Después, dé estas instrucciones
to no sube ni baja. En segundo lugar, al in­ secundarias:
clinarse sobre la mesa de trabajo, la presión
tiende a situarse en las rodillas, mientras que Dejar que las rodillas avancen y se sepa­
los muslos quedan encajados en la articu­ ren de las caderas y de la región lum­
lación de la cadera. Por último, en una ofi­ bar, un poco apartadas entre sí, con los
cina donde hay mucho trabajo, resulta te­ píes casi juntos. (Observe la similitud
dioso tener que sacar y meter las piernas con la posición de descanso.)
cada vez que hay que levantarse del asien­
to. Por un precio módico -tal como hemos Repita instrucciones al control primario y
indicado-- se puede mejorar sustancialmen­ continúe dando instrucciones secundarias a
te una silla mal diseñada; tiempos más pro- los brazos:
76 ------- Postura sana

Fig. 81 Fig. 82

Fig. 83 Fig. 84
Las tuberosidades isquiáticas ------ 77

Fig. 85 Fig. 86

Dejar que los hombros se aflojen y se ex­ el respaldo de la silla de modo que las patas
pandan hacia los lados para que la exten­ traseras se despeguen unos milímetros del
sión llegue hasta los codos, las manos suelo. Simultáneamente, separe un poco los
puedan liberarse de la muñeca y los de­ codos para ensanchar los omóplatos y des­
dos alargarse; se trata de dar órdenes pués deposite de nuevo la silla en el suelo.
para que todas las superficies articulares A continuación, deje caer ligeramente los
se separen unas de otras. codos para aliviar el brazo de cualquier es­
fuerzo que todavía pueda estar realizando.
2) Reitere instrucciones a la relación CCE y,
mientras deja el cuello solo, eleve el brazo 4) Dé las instrucciones primarias y después
apartándolo del torso (con la espalda con­ vuelva a dar las secundarias a los brazos para
tra el respaldo de la silla), el codo doblado ensanchar los hombros y dejar que los co­
apuntando hacia afuera, para asirse suave­ dos se curven. En este procedimiento, los
mente pero con firmeza al larguero superior brazos ayudan tanto a sostener el torso como
de la silla. Los dedos deben estar derechos a ensancharlo. Al mismo tiempo, la utiliza­
(alargándose, no rígidos), señalando al suelo ción adecuada del control primario contri­
y dejando que la muñeca se curve un poco buye a sostener los brazos. Naturalmente,
hacia adentro (Figs. 81 y 82). en esta posición brazos y hombros realizan
Dé nuevas instrucciones primarias y, mien­ un trabajo: liberar los brazos de peso y ten­
tras lo hace, deje que los dedos suelten el sión. Se trata de una posición difícil, pero es
respaldo para volver a colocar la mano so­ exactamente el tipo de coordinación necesa­
bre el muslo. Repita lo mismo con el otro ria para el instrumentista de cuerda que toca
brazo. con arco. Cuando esté solo, no deje los bra­
zos en esta posición más de unos segundos;
3) Ahora coja el larguero igual que antes corre el peligro de fijar brazos y hombros
pero con las dos manos. Alce con suavidad (Fig. 83).
78 ------- Postura sana

los hombros (Fig. 88). Además, cualquier in­

X
tento de cumplir este mandato es petjudicial
porque da lugar a rigidez, fijando los brazos
en la cavidad de las escápulas y obligando a
éstas a juntarse. Tal cosa va acompañada de
una tendencia a tensar el cuello, elevar el
pecho y ahuecar la región lumbar; es una
postura de estilo militar (Fig. 89).

El camino para avanzar en el redondea­


miento de los hombros es, por tanto, com­
prenderyponer remedio al mal trato que
éstos han recibido. partiendo del aspecto
especifico por el que éste se ha producido
(Fig. 90).

Trabajar en u n teclado
Y a estamos e n condiciones de considerar
los problemas específicos que acarrea tra­
bajar en un teclado, ya se trate de máquina
de escribir, teclado de ordenador, piano u
otros instrumentos musicales similares. Para
Fig. 8 7 trabajar con ordenador el mercado actual
ofrece excelentes asientos ergonómicos. Por
Otra posibilidad para colocar la mano es
dejar descansar el canto de las palmas sobre
FiJ!.. 88
el larguero (dar a los brazos las mismas ins­
trucciones que para la posición yacente,

X
cuando éstos descansan sobre el bajo abdo­
men). La utilización de los brazos ganará en
suavidad y libertad sabiendo dejar suelto el
cuello (Fig. 84).

5) Más adelante, pruebe a hacer lo mismo


sentado en el borde de la silla. Entonces,
para inclinarse hacia el frente, separe con
cuidado los codos y deje que los hombros
se ensanchen más. La cabeza debe dibujar
un arco hacia adelante y hacia arriba para
que el torso pueda inclinarse al frente des­
de las articulaciones de la cadera (Figs. 85 y
86). Evite inclinar el torso y llevar los hom­
bros y la cabeza hacia atrás (Fig. 87). Este
tipo de movimiento en las caderas se nece­
sita, por ejemplo , para sentarse a comer.
Ahora ya debe estar clara la razón por la
que el mandato "lleve los hombros hacia
atrás" es absolutamente erróneo, ya que no
tiene que ver con la causa mecánica -espalda
cargada- que produce el redondeamiento de
Las tuberosidades isquiáticas ------- 79

regla general -para evitar que se produzca usuario a estar permanentemente girando de
una tensión excesiva en los brazos-, es con­ un extremo a otro. Otro adminículo impor­
veniente sentarse a una altura que permita tante es el atril; el texto queda al alcance de
mantener las muñecas al mismo nivel que la vista y no es necesario desplazar la cabe­
los codos, o a nivel inferior. De lo contrario, za para verlo. Puede reóiultar difícil conse­
la muñecas quedarán en una posición ele­ guir estas condiciones cuando se desempeña
vada que favorece la aparición de lesiones un trabajo temporal en una oficina y hay que
(Fig. 91). Si la mesa de trabajo es demasiado compartir ordenadores. Si la empresa no está
alta, ¡sierre las patas a la medida apropiada! dispuesta a proveer un espacio adecuado,
O suba la silla y utilice un reposapiés. debería calibrar hasta qué punto es aconseja­
Otro factor que debe tenerse en cuenta es ble seguir comprometiendo su bienestar.
la orientación de la pantalla. Hay que inten­ Cuando se trabaja con un ordenador, es
tar que la información «Se acerque a usted,, imprescindible hacer pausas frecuentes. Le­
en lugar de ser usted quien tenga que forzar vántese cada hora y dé una vuelta de unos
la vista. Coloque el monitor hacia arriba, minutos; y cada dos o tres horas haga una
perpendicular a los ojos, para que el centro pausa más prolongada y tiéndase en la po­
de la pantalla quede ligeramente por deba­ sición de descanso entre 10 y 20 minutos
jo del nivel de los ojos (Fig. 92). (Recuerde (procure no trabajar más de seis horas con
centrar los datos cuanto sea posible.) Si el el ordenador). De vez en cuando, dirija y
monitor no es ajustable, habrá que improvi­ enfoque la vista hacia objetos distantes para
sar de nuevo: ponga debajo revistas dobla­ aliviar los músculos oculares. Recuerde par­
das o archivadores. padear con frecuencia y no fijar los ojos en
Es importante sentarse en ángulo recto en la pantalla.
relación al teclado y al monitor. Muchas per­ Si nota cualquier síntoma indicador de le­
sonas trabajan en mesas estrechas, lo que sión, como pérdida de vigor y movimiento,
obliga a situar el ordenador a un lado y al dolor en las muñecas, manos y dedos, o sen-

Fi?,. 89 Fig. 90

X
Fig. 91. Posición que con mayor ji·ecuencia Fig. 92. Posición mejorada; observe que se utili­
adopta una persona que trabaja con teclado: za un atril.
observe los errores.

sación de quemazón, se impone parar in­ de alcanzar los pedales sin perder la libertad
mediatamente. Usted se ha excedido y -con de movimiento de los brazos.
toda probabilidad- ha abusado de su cuer­
po. De continuar así, encontrará serios pro­
blemas, que le obligarán a pasar menos
Escribir a m a n o
tiempo trabajando o, lo que es peor, a la in­ Hoy pasamos menos tiempo escribiendo
capacidad laboral. Resulta muy deprimente que hace cien años. No obstante, los cole­
dejar de trabajar por esta razón. Pero no giales emplean buena parte del día en escri­
todo está perdido si dispone del tiempo ne­ bir, dibujar, pintar, etc. Estudiantes y taquí­
cesario -un tiempo tan largo como sea pre­ grafos deben recurrir a una escritura fluida
ciso- para remediar los trastornos patológi­ y apresurada que suele producirles ..calam­
cos que hayan tenido lugar y para aprender bre de escritor". Hay que considerar tres as­
a no seguir utilizando mal su cuerpo, origen pectos: los factores ergonómicos, el modo
y causa de estos problemas. de asir el bolígrafo y, lo más importante de
La máquina de escribir presenta otras difi­ todo, la utilización del cuerpo en general.
cultades. El teclado tiene una inclinación Examinemos primero los factores ergo­
muy acentuada y es posible que el frontal nómicos. Quizá convenga al lector repasar
de la mesa de trabajo presente un saliente lo dicho sobre el asiento de trabajo en este
que le impida sentarse a la altura adecuada capítulo; una silla que le incline hacia ade­
para que las piernas quepan cómodamente lante desde las caderas le acercará al traba­
debajo de la mesa. jo; la otra parte de la ecuación se resuelve
Teniendo en cuenta estos principios, dis­ acercando el trabajo a usted. La superficie
ponga las cosas de la mejor manera posible. de escritura debe ser más alta que un tecla­
Cuando se trata de tocar un instrumento mu­ do (los brazos pueden así descansar sobre
sical con teclado, hay que buscar el modo la mesa, evitando que se produzca una ten-
Las tuberosidades isquiáticas ------- 81

sión excesiva en brazos y hombros) y for­ ciento de los adultos tienen o han tenido un
mar un ángulo de unos 1 5º (Fig. 93). Antes callo sobre la articulación del dedo medio
los pupitres de las escuelas eran inclinados, de la mano con la que escriben. Es innega­
pero al parecer hemos olvidado que ese di­ ble que algo va muy mal.
seño tradicional cumplía -y todavía puede
cumplir- un propósito importante. Recu­ Escritura y utilización del cuerpo
rriendo al ingenio, podemos poner unos ta­ Los factores ergonómicos son importantes,
cos de madera bajo las patas traseras de la pero desde luego no lo explican todo. El
mesa de trabajo, a fin de darle inclinación. factor clave es la utilización que cada cual
O bien, colocar un libro poco grueso y de hace de su cuerpo.
tapas duras o un tablero, apoyado en ángu­ Siéntese a una mesa con papel y lápiz. Pon­
lo contra un libro puesto plano. Mejor aún, ga un espejo en uno de los lados -si es posi­
compre o encargue hacer un tablero obli­ ble- para poder ver qué hace cuando escri­
cuo (Apéndice 1 ) . be. Probablemente vea que encorva la es­
Escribir, ¿qué requiere? Muy simple, mo­ palda y, si usa la mano derecha, que tiende
ver un objeto pequeño y liviano a lo largo a bajar la cabeza por la izquierda para mirar
de distancias cortas. En muchas oficinas y el papel, que previamente habrá esquinado
escuelas se aprecia un extraordinario des­ también hacia la izquierda. La razón de colo­
perdicio de energía en el desarrollo de esta car el papel oblicuamente es la de hacer sitio
tarea. Por lo común, todo el cuerpo se inclina para mover el brazo con que escribe. Si para
sobre la mesa, torcido y ladeado, la mandíbu­ escribir pone el papel recto frente a usted,
la apretada, la frente arrugada, la mirada fija, comprobará que se ladea hacia la izquierda
los hombros hundidos, las piernas cruza­ para evitar calambres en el brazo. De todos
das bajo la silla, los dedos de la mano blancos modos, asegúrese de que se sienta equili­
de coger el bolígrafo con tanta fuerza. Apro­ bradamente sobre los dos huesos: el hábito
ximadamente, entre el diez y el veinte por de ladearse suele estar muy arraigado.

Fig. 93. Empleo de la silla reclinable y del escri­ Fig. 94. Papel lip,eramente ladeado; evita ca­
/1 ,,.¡, , t !C ' ,·( 1hn ·111c ',·o li 1 1 1 1 f >1·1 ·s e11 el hr1 1 : " l' tener r¡11e torcer el uw1!1 J .
82 ------- Postura sana

La solución al problema es colocar el pa­ dos debajo y el canto de la mano descan­


pel horizontal y un poco desplazado a la de­ sando sobre la superficie de escritura (Fig.
recha. Dé instrucciones y deje que la cabeza 95). Observe la similitud entre esta manera
se incline ligeramente hacia adelante pivo­ de asir la pluma y la colocación de las ma­
tando sobre el cuello y luego vuélvala a la nos sobre el larguero de la silla. Los dedos
derecha para poder ver el trabajo, evitando que sujetan el instrumento de escritura de­
así torcerse y ladearse. Piense en que cuello ben estar relajados y la forma de la mano,
y cabeza se mantienen a cierta distancia del en relación con la muñeca, debe imitar un
trabajo . "pico de pájaro". Aunque este procedimien­
Utilice u n pupitre d e sobremesa (con un to no le resulte del todo desconocido, ¡aho­
mínimo reborde para impedir que el papel ra ya sabe que cualquier cambio importante
se deslice), ponga la hoja de papel a la dere­ produce sensaciones de extrañeza! Desde
cha y cualquier documento al que necesite los cinco años cogemos el lápiz de una ma­
remitirse a la izquierda. Empiece a escribir nera con la que estamos familiarizados y
(Fig. 94). Compruebe si alguna parte de su que nos parece correcta y cómoda, aunque
cuerpo soporta tensiones o realiza esfuerzos en realidad sea tensa y produzca calambres.
desmedidos. Vea si escribe con fluidez y ob­ Con el sólo hecho de pensar en escribir, los
serve cuánto trabajo desarrolla el brazo con músculos responden como de costumbre.
el que escribe. Es recomendable escribir con ¿Cómo podemos cambiar esto?
lápiz, estilográfica o equivalentes; los bolí­ Lo fundamental es inhibir la respuesta in­
grafos obligan a asirlos con fuerza. mediata frente a la idea de escribir y consi­
derar cuáles son los medios que otorgarán
Asir los instrumentos de escritura libertad al brazo con que escribe. Desde lue­
Yo no prestaba atención alguna a la manera go es primordial aflojar el cuello; el brazo
con que asía la pluma hasta que me vi confi­ tendrá así ocasión de mantenerse libre. Con
nado a una mesa de despacho durante algu­ la mano con la que escribe apoyada sobre la
nos meses. Aunque atendía al control pri­ mesa tal como se ha descrito, dé instruccio­
mario mientras escribía, observé que cogía nes a la relación CCE y luego instrucciones
la pluma con mayor tensión de la debida. secundarias al hombro, el brazo y los dedos
Algo andaba mal, pero ¿qué era? correspondientes. Deje suelto el hombro,
Finalmente llegué a la conclusión de que que se expanda lateralmente para que el
el error estaba precisamente ahí, en la ma­ efecto expansivo alcance hasta el codo. La
nera de asir. No es que cogiera la pluma de mano debe "despegarse" del antebrazo y
forma especialmente rara , ¡y hay formas cuando los dedos se hayan estirado, coja la
muy peculiares de hacerlo! Sostenía la plu­ pluma con la otra mano y colóquela entre
ma entre las yemas del pulgar y el índice y las yemas del pulgar, el índice y el medio;
la apoyaba contra la articulación inferior prosiga con la fase de estiramiento de los
del dedo medio. Así enseñan a los niños a dedos y tome la pluma suavemente pero
sujetar el lápiz. Sin embargo, de este modo con firmeza.
es casi imposible no tensar los dedos; mu­ Recuerde que no pretende "escribir" sino
chos doblan el pulgar en ángulo recto y en­ atender a la "elección de medios". Con tal
roscan el dedo índice. Una presión excesi­ propósito, puede ser útil pensar en hacer
va sobre la articulación del dedo medio garabatos o dibujar formas simples. De este
puede dar origen a los consabidos callos. modo, hay menos probabilidades de asociar
La muñeca queda trabada y hay proclivi­ la acción a la tensión derivada de la escritu­
dad a pegar el codo al costado y a encajar ra, extremo que contribuirá a cambiar la ha­
el brazo en el hombro. Esta manera de asir bitual "disposición" mente/cuerpo.
es conducente a la aparición del calambre
de escritor. La práctica
Lo mejor es sujetar la pluma entre las ye­ Ahora escriba su dirección y observe que el
mas del pulgar, el índice y el medio, con el propósito de escribir le ha llevado proba­
resto de los dedos holgadamente enrosca- blemente a asir la pluma en la forma acos-
Las tuberosidades isquiáticas ------- 83

Considero que esta manera de sostener


el instrumento de escritura se enseñaba
rutinariamente hasta finales del siglo pa­
sado. Martineau ( 1 826-1 869) pintó La lec­
ción de escritura de Kit, en la que se ve a
un niño esforzándose por dominar este
arte. Aparte de la renuencia que se observa
en el rostro del pequeño, lo más interesan­
te es que éste coge la pluma exactamente
como he descrito. Si lo hubiera hecho inco­
rrectamente, ¡sin duda habría recibido se­
veras reprimendas! Retratos de Erasmus pin­
tados por Holbein y Metsys ilustran también
claramente muchos de los puntos mencio­
nados.

Fíg. 95. ,!sir el bu!ign(/iJ CUI H'CÍll ll/L'lllC.

tumbrada. Seguramente, experimentará sen­


saciones contrapuestas: por un lado, la falta
de dominio (nueva manera de asir) y por Fig. 96. Erasmo de Rotterdam, de Quentin Metsys,
otro, el querer mantener el control (la for­ 151 7 (reproducido con autorización de Su Ma­
ma de siempre). ¡Pierda el control y, a la lar­ jestad la Reina). Obsérvese la postura holgada,
ga, encontrará uno nuevo! la cabeza inclinada hacia adelante pivotando
Procure no retorcer el pulgar o la tensión sobre el cuello; el pensador holandés se ayuda
hará que la muñeca pague las consecuen­ con un escritorio de sobremesa y toma correcta­
cias: para manejar bien el instrumento de mente la plumilla. Escribió su obra Elogio de la
locura en muy pocos días. (Foto: The Royal Co­
escritura este dedo debe tener cierta capaci­
llccti o n . l
dad de movimiento, siempre y cuando se
equilibre con el movimiento de los <ledos
índice y medio. Deje que todo el brazo se
mueva holgadamente sobre el papel, guia­
do por el codo; no se trata de mover la
mano desde la muñeca (también se puede
inclinar el papel). Cuando necesite aumen­
tar la presión de la escritura, el esfuerzo
será menor si orienta los dedos en un senti­
do más perpendicular al papel, mientras
piensa en que la columna se estira.
He aquí otra prueba de cómo el pensa­
miento condiciona directamente la respues­
ta muscular. Supongamos que está trabajan­
do y que debe escribir una nota a toda pri­
sa. ¡Es fácil olvidar la Técnica Alexander en
tales circunstancias! No obstante, verá que to­
dos sus empeños mejoran con el tiempo. En
cuanto tenga un momento libre, practique el
procedimiento indicado más arriba. Escritu­
ra y nueva manera de asir irán compenetrán­
dose cada vez más; puede haber cambios de
estilo caligráfico. Este método de la Técnica
es de incalculable valor para taquígrafos.
84 ------ Postura sana

Lavarse los d ientes bro se relaje y prosiguiendo con la relaja­


ción hasta alcanzar el codo. Con ello reunirá
En otras muchas situaciones no es en abso­ la fuerza suficiente para el cepillado y evita­
luto necesario asir con fuerza un instrumen­ rá dañar las encías (Fig. 98).
to. Buen ejemplo de ello es cepillarse los
dientes. Se trata de un ritual que la mayoría
de las personas realizamos todas las maña­ Leer
nas, generalmente prestando una atención
mínima. ¿Por qué no se fija más? (Le dará El truco consiste en poner el material de
claves para saber cómo coge prácticamente lectura lo bastante alto y próximo a usted
todo.) Probablemente compruebe que aprie­ como para no tener que bajar y acercar el
ta la mano en tomo al mango, con los de­ rostro.
dos enroscados en el cepillo, produciendo Si lee sentado en un sillón, coloque el li­
una excesiva cantidad de tensión en todo el bro sobre unos almohadones gruesos. Si lee
brazo y en el hombro (Fig. 97). ¡Tal vez has­ sentado a una mesa, utilice un atril. Si pre­
ta mueva la cabeza para acercar los dientes fiere leer acostado, intente no sostener la
al cepillo! cabeza en alto apoyándola en las manos
Para cambiar esto hay que empezar pres­ (Fig. 99). En lugar de ello, deposite el libro
tando atención al control primario. Antes sobre el pecho y sujételo en alto por medio
de coger el cepillo de dientes envíe instruc­ de algún dispositivo. ¡Lo malo es que hay
ciones y luego tómelo con suavidad entre que levantar el libro para volver las páginas!
las puntas de los dedos, dejando que el hom- (Fig. 100).

Fig. 9 7. Mover la cabeza ·contra· el cepillo: el Fig. 98. Cepillarse los dientes dejando sueltos el
cuerpo se ent'ara. hrazo y el c11el!o.
Las tuberosidades isquiáticas ------- 85

Fig. 99

Fig. 100

Conducir mente para ver por encima del volante. La


comodidad debe ser un criterio primordial
¿Nota dolor e n l a base del cuello y e n los a la hora de decidirse a comprar un coche.
hombros o padece dolores de cabeza cuan­ La persona de baja estatura puede reme­
do conduce mucho tiempo, o cuando tiene diar el problema con un cojín en forma de
prisa por llegar? Si es así, hay que buscar la cuña. Pero para la persona que debido a su
razón en la utilización que usted hace de su altura tiene que agachar la cabeza, la solu­
cuerpo y en la postura que adopta para ción (por lo común, más cara) es cambiar
conducir. de coche.
A la hora de ajustar el asiento suelen co­
Ajustar el asiento meterse ciertos errores. El conductor ansio­
Por un lado, las personas altas tienen difi­ so tiende a asir el volante con demasiada
cultades para ver bien porque en muchos fuerza -como si alguien fuera a quitárselo-­
coches no queda espacio holgado para la y a sentarse comprimido, demasiado cerca
cabeza. Por otro lado, las personas de cor­ de los pedales y del cambio de marchas (Fig.
ta estatura tienen que esforzarse continua- 101). El conductor que retira el asiento y lo
86 ------- Postura sana

reclina, hace continuos movimientos para


llegar a los mandos (Fig. 102). Ambos son
proclives a fatigarse y a sentir molestias -y
lo que es peor- a tener lapsus de atención.
El asiento debe estar lo bastante cerca de
los mandos como para alcanzarlos sin nece­
sidad de distanciarse del respaldo y poder
cambiar a primera o utilizar el freno de mano.
De no ser así, comprobará que la parte su­
perior de la espalda pierde contacto con el
respaldo (Fig. 103).
Por otro lado, evite aproximarse mucho a
los pedales cuando circula por una vía rápida,
sobre todo al acelerador; el tobillo se resien­
te y acumula una tensión anómala. Siéntese
lo suficientemente alejado de los pedales
como para que los ángulos formados por
caderas, rodillas y tobillos sean todos "abier­
tos", mayores de 90°. El asiento debe estar
ligeramente reclinado; así mantiene la aber­
tura del ángulo entre torso y muslos. No Fig. 101. Posicic)11 cumprim ida.
permita la más mínima curvatura de la re­
gión lumbar; ojo con los cojines de tipo ro­
dillo o con dispositivos de apoyo excesiva­ terminadas circunstancias. La llegada a un
mente curvados, porque a menos que el cruce suele ser un momento de ansiedad: el
respaldo sea muy cóncavo pueden produ­ cuello se tensa, pero es preciso girar la ca­
cir arqueamiento de la sección lumbar de la beza rápidamente de un lado a otro. Relaje
columna. Bastará con colocar un cojín pe­ el cuello e inclínese hacia adelante desde
queño entre las zonas inferior y media de la las caderas, dejando que la cabeza dibuje una
espalda. Los soportes pélvicos pueden ser curva desde el frente hacia arriba. La vista
muy útiles (veáse Apéndice 3) para impedir quedará situada un poco por debajo del
que se combe la sección inferior de la co­ plano horizontal. Para observar la carretera,
lumna. relaje de nuevo el cuello y gire la cabeza so­
bre un eje imaginario ligeramente desplaza­
Mejorar la coordinación do hacia adelante; así evitará retraer la cabe­
Acomódese en el asiento tanto como sea po­ za y encajarla entre los hombros. ¡Con todo
sible, repattiendo el peso por igual entre los esto, no olvide que también debe prestar
dos huesos de sentarse y procurando que la atención al tráfico!
mayor parte de la espalda esté en contacto Otrd situación de este tipo es la de dar mar­
con el respaldo. Cualquier oportunidad de cha atrás para aparcar el coche. La cabeza
ir al volante es buena para dar instrucciones: tiene una capacidad de giro limitada y -más
recuerde que debe aflojar el cuello para que que torcerla- se impone desabrochar el cin­
la cabeza vaya hacia adelante y hacia arriba turón y desplazar todo el cuerpo volviéndo­
y la espalda se estire, se ensanche y se apla­ lo en la dirección deseada para poder girar
ne contra el respaldo. Deje que las rodillas la cabeza con holgura.
avancen y se separen, apartándose de la lí­ Hablemos ahora del volante. Cuando nos
nea de los pies, para que las articulaciones preparábamos para el examen de conducir,
de las piernas roten todas en el mismo pla­ nos enseñaban a sujetar el volante más o
no. Cuando mueva piernas o brazos, re­ menos por su mitad. En realidad, tal cosa
cuerde que debe pensar en ellos alejándose precipita la fatiga e incrementa la tensión en
del torso. los brazos, el cuello y los hombros, dismi­
Necesitará distanciarse del respaldo en de- nuyendo la capacidad de reacción del con-
Las tuberosidades isquiáticas ------- 87

Fig. 1 02. 1Je1 1111s1i/l/() 11/nts. Fig. 1 03. Jlusici(i11 currecta.

ductor. Es preferible sujetar el volante de tencia utilizando una bicicleta de manillar


una manera más suelta con la base de los más elevado le permitirá llegar a la meta del
tres primeros dedos -los otros rodeándolo siglo XXI con desahogo y comodidad, ¡y vigi­
sin hacer presión- en una posición similar lar el tráfico desde una posición más segura!
a la de las agujas del reloj cuando marcan El tamaño y la forma del armazón son im­
las cuatro menos cuarto o las cinco menos portantes. Es común que los ciclistas utili­
veinte: si es posible, utilice el reposabra­ cen bicicletas demasiado pequeñas para su
zos para descansar los codos. Observe la estatura, lo que les obliga a encorvarse so­
similitud de esta posición con la de los can­ bre el manillar. El diseño de las bicicletas de
tos de la mano sobre el larguero de la silla; montaña favorece esta mala postura. Las bi­
dé instrucciones conforme a ello. Esto le cicletas de mujeres suelen tener un arma­
ayudará a permanecer más alerta y a reac­ zón más largo que las de hombres y, por lo
cionar con rapidez en caso de emergencia. tanto, es imposible no inclinarse excesiva­
Cuando aparque o doble una esquina muy mente para llegar al manillar.
pronunciada, mueva las manos hacia la Tampoco es necesario que la bici obligue
parte superior del volante y utilice todos a ir completamente erguido: una ligera in­
los dedos para girar el volante (¡no force­ clinación desde las caderas y hacia adelante
jee con él!). es perfectamente aceptable. Recuerde que
la cabeza debe balancearse sobre el cuello
I r en bicicleta como si asintiera, permitiendo que la espal­
da se estire. Deje que los hombros se rela­
Están desaconsejados los manillares bajos: jen y se expandan lateralmente para que los
para poder controlar el tráfico es inevitable codos puedan doblarse; los brazos confor­
que la cabeza y el cuello se hundan entre marán así un círculo expansivo, que alejará
los hombros. Todo depende del análisis de la espalda del manillar.
prioridades que haga cada cual. Ciertamen­ Suele haber ideas falsas en lo que a la al­
te, las piernas desarrollan mayor potencia tura del sillín se refiere. En general, el crite­
desde esta posición, pero es a costa del cue­ rio de la altura no debe regirse por esta pre­
llo y de la espalda. Sacrificar un poco de po- gunta: ¿puedo llegar con los pies al suelo
88 ------- Postura sana

sentado en el sillín? Cuando esté en movi­ Una última consideración: las rodillas. Al
miento, las piernas quedarán demasiado en­ ir en bicicleta es común, sobre todo en las
cogidas y se cansarán con mucha facilidad, mujeres, juntar las rodillas y poner "pies de
sin contar con que ello dará lugar a la tenta­ pato.. . Los muslos tienden a encajarse en las
ción de encorvar la espalda para conseguir caderas. Las articulaciones de la rodilla y
mayor potencia en las piernas. Hágalo así: del tobillo se resienten porque trabajan al lí­
coloque el pulpejo del pie en un pedal y lle­ mite de su capacidad de movimiento; el im­
ve éste a lo más bajo de su recorrido; el si­ pulso que la pierna da en el descenso es
llín debe ser lo suficientemente alto como menos productivo. Una vez dadas las ins­
para permitir que la pierna esté casi recta, trucciones pertinentes . . ., ¡tal vez tenga la sen­
pero sin que se trabe la rodilla. sación de llevar las rodillas demasiado se­
Una vez en movimiento, deje que las pier­ paradas! Cuando tenga que subir una cues­
nas se muevan desde las caderas sin que ta de pie sobre los pedales , no hay necesidad
éstas oscilen de lado a lado. Es lo que sue­ de encoger la columna para tirar del mani­
le suceder cuando el sillín está demasiado llar: deje que se mantenga la oposición de
alto y, por lo tanto, se produce una torsión de fuerzas entre el impulso descendente de las
la región inferior de la espalda. El torso debe piernas y el estiramiento ascendente de la co-
permanecer completamente inmóvil . 1 umna y afloje los hombros.
M añ a o fuerza:
¿Cuál de las dos emplea?

Ponga un objeto pequeño en el suelo justa­ pierna y utiliza el brazo del mismo lado para
mente frente a usted; sitúe un espejo en án­ recoger el objeto, la espalda se tuerce y se
gulo y recoja el objeto lentamente. Intente hace especialmente vulnerable. Éste es un
observar cómo se agacha y fíjese en cuáles ejemplo de movimiento que abusa de la
son sus sensaciones cinestésicas. Es proba­ fuerza, pero hay muchos otros (Figs. 104 y
ble que note tensión en las piernas y que 105).
los dedos de los pies se agarran al suelo. Tal vez piense que en realidad no impor­
Deténgase un momento a mitad del recorri­ ta hacer este tipo de movimientos cuando
do y dése cuenta de lo rígido que se ha se trata de levantar un objeto de poco peso.
puesto el cuello; aunque haya flexionado Pero si reflexiona con detenimiento, verá
un poco las rodillas, a lo mejor los talones que con ello fomenta el hábito de agachar­
se han despegado del suelo. Si adelanta una se descoordinadamente. Cuando llegue el
momento de levantar un objeto mucho más
Fig. 1 04. Agacharse.forzando el cue¡po. pesado, y aunque usted recuerde la instruc­
ción pertinente -¡doblar las rodillas!-, los
músculos responderán conforme al hábito
adquirido (Fig. 106).
Este tipo de hábito, repetido continua­
mente, no hace sino acumular tensión y
puede ser causa de graves dolencias de es­
palda. Lo que a primera vista parece un mo­
vimiento trivial puede convertirse en ..1a
gota que colme el vaso". Es posible que ni si­
quiera nos percatemos de las consecuencias
que pueden acarrear nuestras acciones. (A
veces transcurren hasta 24 horas antes de
sentir dolor en el disco intervertebral. El
disco no tiene terminación nerviosa directa
y la difusión de ciertos elementos químicos
que se liberan a resultas de la lesión, tardan
un tiempo en afectar a las fibras nerviosas
circundantes.)
Compare esta manera de agacharse y le­
vantar peso con la de un niño que empieza
Fig. 1 05. El
trabajo doméstico puede obligar a Fig. 106. Cómo daiiar la espalda con un solo
inclinarse mucho hacia abajo. movimiento.

Figs. 107 y 108. B 1li1ío de corta edad demuestra saber ul ilizar las piernas.
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------- 91

a andar. Las caderas, las rodillas y los tobi­


llos se doblan libremente, las piernas desa­
E l mono
rrollan potencia y la relación entre cabeza, E l nombre de este procedimiento para aga­
cuello y espalda no sufre alteración alguna. charse es una abreviatura que los alumnos
Es más, el pequeño puede permanecer en de Alexander idearon por razones obvias,
cuclillas con toda facilidad durante largos como pronto se verá. Generalmente se co­
períodos de tiempo (Figs. 107 y 108). locan los pies muy separados, guardando
entre sí una distancia equilavente a la longi­
Descubrir las tud que hay entre las caderas y el torso. De­
pendiendo ele la aplicación práctica, los pies
a rticu laciones también pueden ponerse juntos o mucho
más separados. El mono debe utilizarse, por
de la cadera ejemplo, al lavar los platos, lavarse las manos
Las articulaciones de la cadera son -des­ o la cara, o al levantar objetos relativamente
pués de la articulación atlanto-occipital- las estables, como bolsas o cajas cargadas con
más importantes que hay que saber locali­ la compra; también en deportes tales como
zar y utilizar adecuadamente. Al agachar­ el esquí, el patinaje, el tenis, la hípica y las
nos, debemos recuperar la capacidad de giro artes marciales.
en caderas, rodillas y tobillos . . . ¡igual que Normalmente, al principio, el mono se
un niño! Las articulaciones de la cadera es­ practica en dos fases porque pasar directa­
tán, de hecho, más bajas de lo que nos da­ mente ele estar ele pie a agacharse suele
mos cuenta. Tenemos la idea de que la acarrear una serie de movimientos que son
zona del cuerpo por donde nos doblamos inconvenientes desde el punto ele vista ele
está entre la pelvis y la cintura, y por ahí es la buena coordinación (Fig. 109). La prime­
por donde tendemos a iniciar el movimien­ ra fase es, por tanto, dejar que las piernas se
to de agacharnos, perjudicando con ello esa doblen mientras usted estira la espalda. La
región de la espalda. inclinación para agacharse se consigue de­
Póngase en pie; suba y baje un poco una jando que la cabeza induzca al torso a mo­
rodilla. Intente percibir dónde queda la arti­ verse hacia adelante y hacia arriba en un
culación de la cadera palpando a fondo por movimiento curvo que sale de las caderas;
delante la parte superior del muslo, justo mientras tanto, deje que las rodillas se do­
por debajo del hueso de la pelvis; en la par­ blen un poco más (Figs. 1 10-1 1 2) .
te posterior del muslo, la articulación ele la Examinemos e l mono con detalle. Usted
cadera puede apreciarse exactamente en­ probablemente empezará estando de pie
frente del hueso ele sentarse. Estos conoci­ con los pies muy juntos. Dé instrucciones
mientos prácticos le ayudarán a entender al control primario y, durante la fase de es­
dónde debe iniciar la flexión. tiramiento, traslade el peso a una pierna y
Hay dos procedimientos para ensayar este alce la rodilla de la otra para poder separar
tipo ele flexión que tantas veces repetimos a el pie a la distancia equivalente a la longi­
lo largo del día: el «mono" y la "acometida.,, tud entre caderas y hombros. Ahora el
dependiendo de la colocación de los pies; peso se distribuye uniformemente sobre
en un caso están paralelos y en el otro, un ambos pies. Compruebe que éstos apun­
pie queda más atrás que el otro y ligera­ tan hacia afuera, en línea con la dirección
mente separado. De nuevo será el profesor frontal que las rodillas tomarán cuando se
quien le introduzca en estos procedimien­ agache.
tos para que usted pueda entenderlos co­
rrectamente. Estas "posiciones ele superiori­ 1 ) Vuelva a dar instrucciones: en la fase ele
dad mecánica" -tal como las denominó Ale­ estiramiento ele la columna, establezca una
xander originalmente- resisten todas las oposición entre la dirección frontal y ascen­
variaciones posibles en función ele la tarea dente ele la cabeza y el retroceso-ascerno de
concreta que deba realizarse. En primer lu­ cuello y espalda. Esto desplazará las caderas
gar estudiaremos el "mono". hacia atrás. Deje que las rodillas avancen
92 ------- Postura sana

Figs. 110-112. J'n:parur,;eptt ru la pvsiciú11 del 111u1w.

Fig. 109. Inclinarsefarzadamen-


te hacia adelante y hacia ahajo. Fig. 113 Fig. 1 1 4
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------ 93

una pizca. Con ello está usted "aleccionan­ piernas se van abriendo. E l peso del cuer­
do· fuerzas contrapuestas existentes en el po debe estar centrado más o menos sobre
seno del cuerpo, que ya podrá entonces in­ ese punto que se encuentra a unos 2, 5 cm
formar el movimiento (Fig. 1 1 3) . por delante del talón.

2 ) Prosiguiendo con l a fase d e estiramien­ 3) La fase final del mono es inclinarse hacia
to, deje que se ensanche la región lumbar delante desde las caderas. Deje que la cabe­
mientras las rodillas se doblan y separan. za inicie el movimiento dibujando una tra­
(Figs. 1 1 4 y 1 1 5) . Al principio, procure fle­ yectoria frontal y ascendente (pivotando en
xionar las rodillas sólo un poco; después la parte superior del cuello); a la cabeza se­
podrá ir agachándose cada vez más (Figs. guirán el cuello y la espalda dejando que
1 16 y 1 17). las rodillas -y tobillos y caderas- se doblen
Hay posibilidad de cometer varios erro­ un poco al tiempo que el torso se inclina ha­
res. Uno es juntar las rodillas y avanzar las cia el frente desde las caderas (Fig. 1 2 1 ). Si
caderas; si se mira en un espejo, verá que no permite que las articulaciones de la pier­
la espalda se vence hacia atrás (Figs. 1 18 na se relajen convenientemente, el peso se
y 1 19). Otro es impulsarse hacia el frente y desplazará a la parte anterior del pie, los
hacia abajo sacando los glúteos y contra­ dedos se agarrarán al suelo, los glúteos se
yéndolos, y ahuecando la región lumbar elevarán y la región lumbar se arqueará. De­
(Fig. 1 20). berá bajar la mirada de tal manera que pue­
La clave del mono está en -mientras se da ver un metro (o poco más) de suelo frente
estira la columna para que se ensanche la a usted. Los brazos tienen que colgar desa­
espald� dejar que las caderas queden rele­ hogadamente. Gracias a la expansión de la
gadas en relación a las rodillas, que se des­ región lumbar, también la respiración sal­
plazan hacia adelante al tiempo que las drá beneficiada.

Fig. 1 15 Fig. 1 1 6 Fig. 1 1 7


94 ----- Postura sana

l
¡
i
1

Figs. 1 1 8-120. Diversas usci/a­


ciones perjudiciales.

Fig. 121. Fasefinal del mono.

Figs. 122-125. Secuencia de mo-


11imientos del mono realizados
con la espalda contra la pared.
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------- 95

El mono contra la pared deje que las rodillas se doblen y separen li­
Para ayudarle a entender mejor por qué es geramente para posibilitar que la espalda se
importante que la espalda quede en posi­ aplane más contra la superficie, apoyándo­
ción relegada en este movimiento, utilice se sin hacer esfuerzos (Fig. 1 24).
una pared. La pared no hace sino exagerar
esta particularidad del mono, pero a usted Si usted tira de sí hacia el frente y hacia
puede venirle bien para tomarla como refe­ abajo, notará que la parte superior de la es­
rencia cuando no cuente con la sujeción palda pierde contacto con la superficie. Así
que le brinda. es como dobla las rodillas la mayoría de la
gente -empujándolas en dirección a los to­
1 ) Sitúese a unos 5 centímetros (o menos, billo�; no se trata de eso, sino de dejar que
si hay zócalo) de una pared o puerta lisa, las articulaciones de la pierna se engranen
con los pies separados entre sí la misma dis­ libremente mientras la columna se estira si­
tancia que hay de caderas a hombros. Dé guiendo una trayectoria ascendente. Por lo
instrucciones a la relación CCE (Fig. 1 22). tanto, preste atención a la parte superior de
la espalda, que debe quedar relegada mien­
2) Mientras dirige la cabeza hacia el frente tras la cabeza avanza al frente y arriba; deje
y hacia arriba, apóyese aflojando caderas y también que la región lumbar entre más y
tobillos para poder hacer contacto con la más en contacto con la pared, al tiempo
pared aproximadamente al mismo tiempo que las rodillas se doblan permitiendo que
que los glúteos y los omóplatos (Fig. 1 23). la pelvis oscile hacia adelante. (Observe la
(En esta situación el peso recae en una zona similitud con la posición yacente.)
más posterior de los talones que cuando no
existe el apoyo de la pared.) 4) Para indinarse hacia el frente desde las
caderas, recuerde que debe hacer una pausa
3) Dé instrucciones al control primario y y dar instrucciones al cuello, la cabeza y la es-
96 ------ Postura sana

Fig. 126. El adul­


topuede aprender
a ponerse en cu-
clillas con tantafa­
cilidad como u n
niño.

Figs. 127-129. Có­


mo ponerse en cu­
clillas.

palda. Después deje que la cabeza guíe el


movimiento al tiempo que las rodillas avan­
Ponerse en cuclillas
zan un poco doblando las caderas y los tobi­ Los niños pequeños saben ponerse en cucli­
llos. Los glúteos siguen rozando la puerta o la llas sin dificultades. Hay pueblos que acos­
pared (Fig. 1 25). Ahora el peso tiene que vol­ tumbran a sentarse así, sobre las ancas. (Entre
ver a estar a 2,5 cm por delante de los talones. estos pueblos es prácticamente desconocida
(Si no es así, calcule mejor la posición de los la osteoartritis degenerativa de las caderas.)
pies en relación a la pared la próxima vez.) Para acuclillarse es preciso poseer una gran
flexibilidad en las caderas, las rodillas y los to­
5) Para volver a quedar en pie y mientras di­ billos, capacidad que en buena parte perde­
rige la cabeza hacia adelante y hacia arriba, mos al envejecer, pero no de manera irreme­
deje que el cuello y la espalda retrocedan y diable. Los talones afianzados impulsan enor­
se eleven para estar de nuevo en contacto memente el movimiento, de tal modo que al
con la pared. alzamos son los grandes músculos del muslo
los que realizan casi todo el esfuerzo. Los
6) Luego saque la cabeza de entre los hom­ músculos de alargamiento de la espalda pro­
bros llevándola al frente y levantándola; se­ tegen a ésta de posibles lesiones (Fig. 126).
guirá el torso, que se deslizará por la pared Ponerse en cuclillas consiste sobre todo
arriba; las piernas se enderezan al final. (No en hacer una serie de monos cada vez más
olvide desbloquear las rodillas al ponerse abajo. Una manera es ejecutar la primera
derecho.) fase del mono, alargándose para doblar las
rodillas tanto como sea posible sin tirar ha­
7) Dejando que la cabeza guíe según la ma­ cia abajo. Será posible agacharse hasta un
nera habitual, traslade el peso desde los ta­ punto en el que los tobillos no podrán do­
lones a los pies; ahora vuelve a estar donde blarse más (Fig. 1 27). En ese momento se
estaba. podrían despegar los talones del suelo, pero
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------ 97

el equilibrio sería precario y la región lum­


bar tendería a arquearse.
En lugar de ello, deje que la cabeza guíe
el movimiento siguiendo una trayectoria
frontal y ascendente para poder asumir la
inclinación desde las caderas y que las rodi­
llas se doblen un poco más. Sin forzar las
articulaciones de la pierna e inclinándose
hacia adelante poco a poco y desde las ca­
deras (con el peso situado en esa zona del
talón que ya sabemos), podrá ir bajando
paulatinamente (Fig. 1 28). No fuerce el mo­
vimiento; sea paciente. Llevará su tiempo
aprender a ponerse en cuclillas y acostum­
brarse a estar razonablemente cómodo sin
tensar los tobillos (Fig. 1 29).
El propósito de la Técnica Alexander es
conseguir libertad y expansividad en la
posición, no corrección en la 1orma". Hay
ocasiones en que los movimientos que de­
ben realizarse no son los más aconsejables
desde el punto de vista mecánico. Intente
hacerlo lo mejor que pueda cuando se en­
cuentre en estas circunstancias.
Otro modo de acuclillarse es pasar direc­
tamente a la segunda fase del mono e ir in-
98 ------- Postura sana

Fig. 130 Fig. 131 Fig. 132

clinándose progresivamente hacia adelante misma distancia que hay de caderas a hom­
mientras se van doblando las piernas. bros, lo suficientemente cerca para poder
Es más importante mantener o recobrar la asir el porno con los brazos estirados ( pero
flexibilidad de las extremidades inferiores sin trabar los codos). Ponga una silla justo
poniéndose en cuclillas, que el mero hecho detrás de usted procurando que roce la par­
de alcanzar con las manos las puntas de los te posterior de sus piernas. Inicie la fase de
pies. Al levantarse o trabajar en el jardín la alargamiento ascendente y deje que J a es­
espalda no se resentirá y cuando envejezca , palda se quede atrát;; mueva primero un
¡aún podrá cortarse las uñas de los pies! brazo y después el otro para asir los pomos
( Fig. 1 30).
Aprender ayudándose con el pomo
de una puerta 2) Mientras d irige la cabeza hacia el frente
Para que aumente la capacidad de flexión y hacia arriba, conciba el cuello y la espalda
de la pierna viene bien servirse de una puer­ en un plano posterior y deje que las caderas
ta medio abierta , sujetando el pomo para se afl ojen para ir hacia atrás, al tiempo que
ayudarse a mantener el equi librio al retroce­ las rodillas avanzan y se doblan, mante­
der parn doblar las rodillas. Este movimiento niendo la longitud de la columna. Ahora se
desplaza el cuerpo más atrás de lo que sería encontrará sentado con la espalda bien er­
posible estando en pie sin sujeción, pero guida ( Figs. 1.31 y 1 32).
sirve para saber situar Ja espalda en un pla­ Analice l o q u e h a ocurrido : si s u verdJde­
no posterior en relación con la cabeza y las ra preocupación ha sido la de sentarse en la
rodillas. silla y ha dcsrnidado el control primario,
probablemente habrá llegado hasta ella in­
1) Con la p uerta abierta, colóquese frente clinándose hacia adelante, con las caderas
al canto con los pies separados en tre sí la más atós que los hombros y la espalda cur-
Mafía o fuerza: ¿Cuál de las dos c:mplea� 99

Fig. 133 Fig. 134 Fig. 135

vada. Para que este movimiento tenga una


buena ejecución, hay qu<: crear un delicado
La acometida
equilibrio entre todas las fuerzas contra­ En esta posición los pies s e separan entre sí
puestas. una distancia similar a la anchura de las ca­
deras y uno por delante de otro; esto pro­
3) Para volver a quedar de pie, es necesa­ porciona una sólida base para desplazar el
rio que las piernas trabajen más que cuando peso del cuerpo hacia adelante o hacia atrás.
el individuo está derecho. Mientras dirige la Es necesario que un profesor Je guíe a tra­
cabeza hacia adelante y hacia arriba. cles­ vés de este procedimiento. La acometida es
p lace la espalda hacia atrás y hacia arriba una posición útil para tirar de los objetos o
estirándola desde las caderas y apartándose empujarlos: cochecitos de niños, barrer, pa­
de la puerta. Afloje los hombros lateralmen­ sar la aspiradora. planchar, abrir y cerrar
te; para impulsarse, los brazos deben per­ puertas. También para practicar deportes ta­
manecer estirados, no contraídos. Siga dan­ les como el tenis, las artes marciales y la es­
do instrucciones y de repente verá que se grima . Con los pies un poco más juntos y
está alzando de la silla para recuperar la po­ las rodillas ligeramente dobladas, se consi­
sición original. gue una postura mucho más adecuada que
la del mono para real izar determinadas ta­
4 l El paso siguiente es utilizar una silla más reas que exigen estar de pie (Fig. 1 36).
baja o una banqueta. Poco a poco. al final lgual que el mono, Ja acometida debe
será capaz de agacharse cada vez más abajo aprenderse con ayuda de un profesor, que
y sostenerse sobre las ancas ( Fig. 1 33). Para le demostrará, en distintas fases, cuáles son
volver a quedar de pie, evit<: impulsarse los elementos imprescindibles de este mo­
tensando el cuerpo (Fig. 134). Siga las ins­ vimiento. fa difícil distinguir e;tos elemen­
trucciones del punto :) f fig. 135). tos en el desarrollo de las actividades coti-
100 ------ Postura sana

Fig. 136 Fig. 13 7 Fig. 138

Fig. 139 Fig. 140 Fig. 141


Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------ 101

dianas; a veces incluso se omiten por com­ site suavemente el pie aproximadamente
pleto (Figs. 1 37-144). medio metro por delante del otro, doblan­
do la rodilla delantera. Dispóngase a perder
1) Empiece con los pies juntos. Durante la el equilibrio; no debe ponerse rígido inten­
fase de estiramiento ascendente, traslade el tando mantenerlo. ¡No olvide proseguir con
peso a una pierna (con la rodilla ligeramen­ la fase de alargamiento de la columna! Com­
te doblada), gire cabeza, cuello y torso pruebe que el pie delantero toca el suelo
unos 30° pivotando sobre la cadera y colo­ con la distancia equivalente a la anchura de
cando el talón del pie correspondiente a la las caderas (aunque, naturalmente, avanza­
pierna "vacía" contra la caña de la pierna so­ do con respecto a la pierna posterior). Deje
bre la que se sostiene. Ahora estará de cara que se relajen las articulaciones de la pierna
a la dirección en la que se quiere mover, delantera lo suficiente como para que los
con el pie delantero señalando la misma di­ dedos del pie no tengan que agarrarse al
rección, y el pie posterior formando un án­ suelo y para que el peso se distribuya por
gulo de unos 30° (Fig. 145). igual en toda la planta de ese pie (Fig. 147).

2) Repita instrucciones, elevando la rodilla 4) Para retroceder, la cabeza tiene que es­
de la pierna "vacía" y girándola un poco de tar dirigida hacia adelante y hacia arriba;
lado (para quedar en posición avanzada deje que el cuello y la espalda se desplacen
con los pies separados a la misma distancia hacia atrás y hacia arriba mientras la pierna
que la anchura de las caderas) (Fig. 146). delantera se endereza casi por completo (la
rodilla debe estar 'blanda..). Ahora la pierna
3) Para realizar el movimiento de acometi­ de atrás soporta un poco más de peso (rodi­
da, deje que la cabeza lleve al torso en di­ lla ligeramente doblada) (Fig. 148). Evite
rección frontal y ascendente, y luego <lepo- vencer la cabeza hacia atrás; esto arquea la

Fig. 142 Fig. 1 43 Fig. 144

.\
102 ---- ------ Postura sana

Ng. I .¡5 Fig 14 7 Fig. 1 48

Fig. 149 Fig. 1 50 Fig. 1 51 Fig. 1 52

Fig. 153 Fig. 154 Fig. 155 Fig. 156


Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------- 103

espalda y hace perder potencia al movi­


miento (Fig. 149).

5) Para «bajarse,, (es decir, para doblar la ro-


dilla posterior), dirija la cabeza hacia el
frente y hacia arriba, haciendo posible que
se estire la columna y que cuello y espalda
vayan hacia atrás y hacia arriba para que la
rodilla posterior se doble (Fig. 1 50). Un
error común es hacer un movimiento de os­
cilación hacia atrás y ladear la cae.lera, pro­
duciendo con ello una torsión de la región
lumbar (Fig. 1 5 1 ) . Si la rodilla no se puede
doblar mucho al intentarlo por primera vez,
déjelo así. Es más importante que las cade­
ras se mantengan en ángulo recto durante
toda la secuencia y que la espalda no se Fig. 157 Fig. 158
tuerza.
tras usted se aparta de la pierna delantera
6) La siguiente fase en el movm11ento es con un movimiento de retroceso, a fin de
alargarse para «enderezar,, la pierna poste­ que esta pierna «Se vacíe,, y la posterior «Se
rior -pero dejando la rodilla un poco dobla­ llene,, y la rodilla delantera pueda ser alzada
da-; para ello, dirija la cabeza hacia el fren­ para poner otra vez los pies juntos (Fig.
te y hacia arriba (Fig. 1 52). Evite vencer la 1 56).
cabeza hacia atrás y alzar el pecho. Cuando haya dominado las diversas fases
de este movimiento, será relativamente fácil
7) Para desplazar el peso al frente, la se­ combinarlos todos, desplazando el peso
cuencia del movimiento es dejar que la cabe­ hacia el frente o hacia atrás según la necesi­
za inicie una curva desde el frente y hacia dad. Con frecuencia ni siquiera hace falta
arriba para apartarse de la línea marcada proyectarse mucho hacia adelante; basta
por el talón posterior, que está bien pegado con doblar las dos rodillas (Fig. 1 57). Así
al suelo -enderezando la pierna- y que la vemos cuál es la aplicación de la acometida
rodilla delantera se doble sin esfuerzo (Figs. en actividades tales como pasar el aspira­
1 53 y 1 54) . En terminología Tai Chi, la pier­ dor o barrer. La potencia desarrollada por el
na posterior es activa, ayuda a impulsarse desplazamiento del peso del cuerpo hacia
hacia adelante; la pierna delantera "se llena,, adelante o hacia atrás debe producir casi
sin hacer nada mientras se dobla la rodilla. todo el movimiento del aspirador o de la es­
Se trata de un movimiento que genera mu­ coba; los brazos y los hombros juegan un
cha potencia. Si por el contrario la rodilla papel secundario, un papel ele guía. Re­
delantera fuera activa, le llevaría hacia ade­ cuerde que las piernas le dan un soporte
lante; esto haría que la región lumbar se fuerte y flexible. Reajuste los pies cada vez
ahuecara y con ello perdería mucha poten­ que sea necesario para que el pie delantero
cia a la hora de desplazar el peso del cuer­ apunte siempre en la dirección del movi­
po; también forzaría la espalda (Fig. 1 55). Si miento, manteniendo las caderas en ángulo
la rodilla gira hacia adentro, la espalda se recto (Fig. 1 58).
torcerá. (Por supuesto. es posible girar un
poco todo el torso sobre las caderas sin tor­
cer la espalda . )
Levantarse y sentarse
Sentarse en una silla v levantarse de ella
8 ) Para volver a l a posición del comienzo, suele dejar bien patent� lo mai que se utili­
recuerde aflojar el cuello. Deje que la cabe­ za el cuerpo en estos menesteres. Mejorar la
za vaya hacia el frente y hacia arriba mien- calidad de este movimiento, repetido todos
los días hasta la saciedad, por medio de la Levantarse
inhibición y de las instrucciones plantea, de /a silla.
sorprendentemente, un enorme desafío. (En
los cursos de preparación para profesores,
se dedica mucho tiempo a ello.)

Levantarse de la silla
1 ) Empecemos por sentamos en la silla.
Para estar cómodos, lo normal es que nos
apoyemos en el respaldo, si es que es ade­
cuado. Sin embargo, cuanto más se sienta
uno contra el respaldo, más baja es la silla y
más extendidas quedan las piernas, mayo­
res probabilidades hay de adquirir una
mala postura. Para alcanzar a sentarse en el
borde de la silla, haga antes una pausa y dé
instrncciones; lleve los brazos hacia atrás ,
uno primero y el otro después, hasta tocar
los reposabrazos, o bien para coger la silla
por ambos lados del respaldo. Dejando que
la cabeza vaya hacia adelante y hacia arriba,
utilice los brazos y los pies para incorporar­
se y acercarse al borde del asiento (Fig.
1 59). (Este sistema es particularmente útil
para levantarse de una silla muy baja.)
Fig. 159.

2) Lleve los brazos hacia adelante para po­


der colocar las manos -separadas- sobre más al suelo y recoger algún objeto (Figs.
los muslos (las manos juntas o puestas so­ 162 y 163). En otras palabras, su fin no ha
bre las rodillas fuerzan la postura). Sitúe los sido levantarse de la silla -idea que la men­
pies de manera que uno quede bajo la silla te asocia con la contracción de determina­
(con el talón despegado del suelo) y el otro dos músculos-, sino que ha dado la mereci­
próximo a la silla, con el talón en el suelo y da importancia al proceso que con el paso
las rodillas separadas (Fig. 160). del tiempo le permitirá levantarse de la silla
con menos esfuerzo.
3) Para inclinarse hacia adelante desde las
caderas, afloje el cuello para que la cabeza 4) Ordene al cuello que se afloje otra vez
pueda desplazarse hacia el frente y hacia para que la cabeza pueda ir hacia el frente y
arriba favoreciendo el alargamiento de la hacia arriba y, mientras el peso se distribu­
columna y la eficacia de las instrucciones; ye entre los pies, siga avanzando las rodi­
debe mantener la mirada baja, pero tam­ llas, sepárelas y deje que las piernas se en­
bién debe alcanzar a ver un metro o metro y derecen; recuerde: la cabeza guía el movi­
medio por delante de usted. Evite caer en la miento, el cuerpo lo continúa. Inhiba toda
vieja costumbre de levantarse alzando el tendencia a meter las rodillas y comprome­
pecho, subiendo la barbilla y ahuecando la ter las piernas. Al quedar otra vez en pie, re­
región lumbar (Fig. 1 61). cuerde dar nuevas instrucciones (Figs . 1 64
Al inclinarse hacia adelante de la manera y 165).
correcta, llegará a una posición en la que si
retiraran la silla y tal como decía Alexander, Sentarse
usted quedará imitando una especie de ..dan­ Para sentarse correctamente es necesario
za de ranas.. ; de continuar con la inclinación -como siempre- tener presentes "los me­
desde las caderas, le será posible acercarse dios"; deje que sea la silla la que interrumpa
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------- 105

Fig. 1 60 Fig. 161. lJemasiadu 1e11si<)11 para Fig. 162


levantarse de la silla .

Fig. 1 63 Fig. 1 64 Fig. 1 65


Cómo tomar asiento.

Fíg. 1 66 Fig. 1 6 7. '/(mu1r asie11/u i11de­


bidamente.

el descenso, en vez de ser usted quien alcan­ hacia atrás como consecuencia del ensan­
ce la silla con los glúteos. Sentarse es una chamiento de la región lumbar (Fig. 168).
secuencia de movimiento integrada por va­
rios monos. 3) Al tiempo que las piernas se doblan
-con las rodillas apuntando hacia afuera y
1) Usted está derecho, con los pies separa­ separadas- continúe dirigiendo la cabeza
dos entre sí la misma distancia que hay de en sentido frontal y ascendente para prose­
caderas a hombros y la parte posterior de las guir con el alargamiento y ensanchamiento
piernas rozando el asiento de la silla. O bien de la espalda. Se encontrará entonces sen­
con los pies separados y uno un poco más tado en la silla, un poco inclinado hacia
avanzado que otro, más peso en la pierna adelante (Fig. 169).
delantera y el pie de atrás levantado por el
talón para poder meterlo bajo la silla. Orde­ 4) Para sentarse erguido, haga una pausa:
ne al cuello que se relaje, que la cabeza renueve instrucciones y lleve la espalda ha­
vaya hacia adelante y hacia arriba, y que la cia atrás desde las caderas, la cabeza si­
espalda se estire y se ensanche para que so­ guiendo la trayectoria de costumbre, y el
bresalga la región lumbar (Fig. 166). cuello y la espalda desplazándose desaho­
gadamente hacia atrás y hacia arriba (Fig.
2) A partir de aquí, hay dos maneras de lle­ 170). (Observe el lector que el movimiento
var las caderas hacia atrás, movimiento ne­ "hacia adelante y hacia arriba,, va cambian­
cesario para que los huesos de sentarse que­ do de orientación a medida que el ángulo
den sobre la silla; hacer retroceder las cade­ del cuerpo varía. )
ras forzando el cuerpo, que es lo habitual E l acto d e sentarse e n una silla e s el mis­
(Fig. 167); o, que las caderas se desplacen mo que el de levantarse, pero a la inversa.
Maña o fuerza: ¿Cuál de Lis dos emplea? -----· ---- 107

Fig. 1 68 Fig. 1 69 Fig. 1 70

Hace poco que se ha pasado a vídeo el úni- Fig. 1 71. Ap,11chm'.'cforza11do €'1 cuerpo.
co documental que recoge imágenes de
Alexander dando clase ( filmado en los
años 40, cuando él ya estaba cercano a
cumplir 80); esto permite ver la película in­
vertida: es imposible distinguir si se sienta
o se levanta de la silla.
X
Recoger y acarrear
objetos
Primero, algunas consideraciones básicas.
Lleve el peso próximo a su centro de grave­
dad. Deje que las piernas provean al cuer­
po de una base adaptable y firme para que
los brazos, los hombros y la región lumbar
no se sobrecarguen de tensión. Alárguese
mientras se yergue dejando suelto el cuello
-en vez de tensarse y contraerse-, tanto si
el objeto es ligero como si es pesado.
El lector recordará que no es necesario
forzar el cuerpo para agacharse, extremo
que hemos tratado al principio de este capí-­
tulo (Fig. 171). Cuando se agache y hasta
Postura sana

Fig. 1 72 Fig. 1 73

Fig. 1 74 Fig. 1 75

Fig. 1 74. Técnica perjudicial


para levantar un peso.
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? ------- 109

Fig. 1 76 Fig. 1 77 Fig. 1 78

Figs. 1 76-1 79. Levantar un peso


Fig. 1 79
con economía de recursos corpo­
rales.

Fig. 180. Llevar un peso equilibra­


damente.
Postura sana

l'ig. 181. Cúmu umseguir que la cu111pra le pcir­ l'ig. 1 82. \acar e! 11111yur¡mr!úlu de un Lrahajo
ta la e�palda. dificil.

que domine el ponerse en cuclillas. utilice !ante. Cuando tal cosa no es posible, lo
una variación de la acometida despeg<mdo peor es poner las piernas rígidas ( Fig. 1 8 1 ) .
del suelo el talón del pie de atrás ( Figs. 172 En lugar d e ello. procure separar bien las
y 173). Compare b tensión desarrollada al piernas. doble las rodillas y deje que el con­
lev:mtar un caja pesada ( Figs. 174 y 175) con trol primario y los muslos hagan el trabajo
un movimiento inteligentemente coordina­ (Fig. 182).
do (Figs. 1 76-179). Cuando ac:mee un peso, Lleuar la compra. Si no dispone d e carri­
procure no oscilar hacia atrás. Cuando esté to. distribuya el pl'.so en dos bolsas en lugar
en pie o camine deje las rodillas "blandas,, al de IJl'.var una sola muy cargada, cosa que le
tiempo que alarga y ensancha la espalda haría ladearse. Antes e.le aprl'.surarse a salir
(Fig. 1 80). del establecimiento, deténg:isc unos instan­
En ocasiones hay que hacer componen­ tes. Contrarreste el impulso que tira de us­
das. Sacar y meter las bolsas de la compra ted hacia abajo procediendo a estirar la co­
del maletero del coche es potencialmente lumna y dejando el cuello libre, como de
dañino para la espalda. Si el coche dispone co.�tumhre. Deje que los hombros se ensan­
de un guardabarros muy saliente, cabe la chen y que los brazos cuelguen para repar­
posibilidad de apoyar en él las rodillas para tir el pl'.so por tocb la espalda, en lugar de
reducir la excesiva inclinación hacia acle- permitir que el pt�so tire hacia ahajo.
Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos empica' ------ 111

Lleuar una mochila. Las cotTeas de los las fuerzas instintivas y el control conscien­
hombros tenderán a vencerle hacia atrás y te. Desde el segundo trimestre en adelante,
hacia abajo, y curvarán la espakfa. Procure la mecánica corporal experimenta cambios
utilizar siempre la correa de la cintura y que muy rápidos. Para evitar el dolor que el pro­
las de los hombros estén ajustadas. Al cami­ gresivo aumento del vientre produce en la
nar, inclínese ligeramente hacia adelante región lumbar, con el consiguiente arquea­
desde las caderas, dejando que la región miento ele la espalda (y la posibilidad de
lumbar sobresalga bajo la mochila mientras pagar las consecuencias largo tiempo des­
estira la espalda. pués del parto ), es importante tomar leccio­
nes sobre la Técnica Alexander desde los
Embarazo y parto primeros momentos del embarazo, si no an­
Hay mucho que decir al respecto, pero me tes. Entender en profundidad cómo funcio­
limitaré a destacar unos cuantos puntos bá­ na el cuerpo ayudará a romper el círculo vi­
sicos. Estoy en deuda con llana Machover, cioso dolor-tensión-aumento del dolor que
profesora de la Técnica Alexancler y coma­ suele dificultar las labores del parto.
drona, por sus observaciones sobre Ja apli­ Durante el parto la gravedad puede jugar
cación de la Técnica en el embarazo y el a favor de la mujer si ésta asume un papel
parto. 1 más activo de lo que suelen alentarla a ha­
La Técnica Alexander puede aportar -como cer; parece que dar a luz es tarea más pro­
ningún otro método conocido- Jos medios pia de la tecnología obstétrica que de ella.
necesarios para conseguir durante el parto Durante la primera fase del parto (dilata­
y el nacimiento un equilibrio mejor entre ción del cuello del útero) hay una serie de

Fig. 183 Fig. 184 Fig. 185


mov1m1entos que pueden ayudar mucho: vantado al pequeño, llévelo próximo a su
estar de pie, caminar, practicar la acometida centro de gravedad o en alguna mochila
cuando sobrevienen las contracciones, arro­ portabebés en vez de apoyarlo en la cade­
dillarse y mecerse a cuatro patas (dejando ra, cosa que perjudicaría seriamente la re­
que la cabeza inicie siempre el movimien­ gión lumbar.
to y que la espalda se alargue y ensanche),
sentarse relajadamente sobre los huesos, que Trabajar en el jardín
para eso están. Es una actividad que exige grandes esfuer­
Durante la segunda fase (alumbramien­ zos, sobre todo a los oficinistas que se dejan
to), ayuda relajar la boca mientras se respira llevar por el entusiasmo los fines de sema­
para, a su vez, relajar la pelvis. Tener facili­ na. En estos casos es muy fácil perseguir
dad para ponerse en cuclillas, posición que sólo el fin que se quiere conseguir. Si en al­
se puede haber aprendido durante el emba­ gún momento piensa "Debo terminar ese
razo o con anterioridad a él, es una exce­ último macizo antes de entrar en casa·., ése
lente ayuda para dar a luz; otra posibilidad es precisamente el momento de parar y re­
es alumbrar estando a gatas. Tenderse de considerar la situación. Es posible que no
espaldas no facilita las cosas (¡sería dificilísi­ se dé cuenta del daño que está haciéndose:
mo defecar así!). el dolor sobreviene mucho después.
Los que son padres porprimera vez están Hoy día el mercado ofrece herramientas
muy expuestos a tener problemas de espal­ de mango largo, almohadillas para arrodi­
da. Son muchas noches sin dormir y la ne­ llarse y otros adminículos similares que en
cesidad de acostumbrarse a los nuevos ho­ parte mitigan las fatigas de la jardinería. No
rarios, a hacer cosas que antes no se hacían: permanezca mucho tiempo en la misma po­
a los niños pequeños hay que cogerlos en sición. Contrólese. Descanse con frecuen­
brazos y llevarlos de un sitio a otro. Es im­ cia y emplee para ello la posición yacente;
portante recordar que las piernas constitu­ le ayudará a saber cuándo empieza usted a
yen una base flexible y necesaria para mo­ sobrecargarse.
dificar la posición cada vez que haga falta Póngase en cuclillas y utilice el mono: para
levantar y transportar un peso. Para aga­ la jardinería son inmejorables. Para cavar,
charse y alzar al bebé -sobre todo si no se aproveche la postura de la acometida; en
le da bien ponerse en cuclillas- utilice una ocasiones hará falta que el talón del pie de
variación de la acometida que permite des­ atrás no toque el suelo. Cuando tenga que
pegar del suelo el talón del pie trasero (pero volver la pala o el rastrillo es aconsejable vol­
sólo ese talón). El peso deben levantarlo la ver también todo el cuerpo desde las cade­
columna y las piernas, aflojando los hom­ ras, ajustando los pies como sea convenien­
bros lo más posible. Así es más fácil ajustar te; si usted sólo gira la herramienta hacia un
el equilibrio (Figs. 183-185). Cuando haya le- lado, casi seguro que torcerá la espalda.
Respiración y psicosomática

La m ecá n ica de ejercicios en el yoga, las técnicas de rela­


jación y otras formas de terapia, por ejem­
de la respiración plo. En opinión de Alexander, respirar es una
actividad natural y espontánea que no debe
Las emociones afectan fuertemente a l a res­ interferirse directamente. Lo que debemos ha­
piración. Es ligera y regular cuando el indi­ cer, en cambio, es crear las condiciones para
viduo disfruta de paz mental. A veces nos que la respiración se produzca libre y fácil­
encontramos conteniendo la respiración o mente; es decir, alargando y ensanchando
bien respirando rápida y superficialmente. el torso.
Esto puede suceder cuando nos «Concentra­ Tal vez el lector desee comprobar qué su­
mos" en una tarea difícil o cuando estamos cede con la respiración cuando deliberada­
nerviosos y asustados; entonces, el cuerpo mente se altera la relación CCE. Alce el pe­
experimenta una rigidez general. cho y arquee la región lumbar (Fig. 186).
Alexander sostenía que es fácil respirar Coloque las manos rodeando la cintura por
si sabemos devolver al torso su longitud y la espalda y los costados. Notará una peque­
su anchura, y si sabemos mantener ambas. ña expansión a ambos lados del pecho, pero
Las costillas más bajas, las llamadas "flotan­ casi ningún movimiento en la espalda. Si
tes·., quedan entonces en libertad de mo­ ahora se encoge -redondeando la espalda­
verse y dar paso a la necesaria expansión notará otra vez que apenas hay movimiento
del pecho (aproximadamente el setenta en la región inferior de la espalda (Fig. 187).
por ciento de la capacidad pulmonar). Al Entre ambos extremos, usted debe encontrar
inspirar, las costillas se desplazan hacia la posibilidad de sentir más movimiento en
arriba y hacia afuera. Elevar el pecho es un los costados y la parte posterior de la pared
esfuerzo inútil que arquea y estrecha la re­ pectoral. Cuanto más propicie el alargamien­
gión lumbar; ello repercute en una pérdida to y ensanchamiento del torso, como si de
de capacidad pulmonar. Respirar en reposo un cilindro en expansión se tratara, más pro­
es una actividad que debería producirse vecho extraerá de su capacidad pulmonar
gracias al movimiento de los costados y la (Figs. 188 y 189).
parte posterior e inferior del pecho, así
como por el movimiento de la parte ante­
rior del pecho.
«Ah» susu rrada
Alexander denostaba los ejercicios de respi­ Al comienzo de sus investigaciones, Ale­
ración que tan en boga estaban en sus tiem­ xander sólo sabía que tenía tendencia a ab­
pos. Hoy en día aún se practican este tipo sorber aire entre las frases. Es un sonido
114 Postura �ana

Fig. 1 86. Nespiraciúii comprim ida: pecho e!ffa­ Fig. 187. Ne;,¡¡¡rrtcúj11 co111pri111 idc1: pecho hu ndi­
do y e.1palda ahuecada. do y e.1palda encomada.

Figs. 1 88 y 1 89. lmpirar. espirar. El torso estirado y ensanchado permite que la respiración se pro­
d11zca por el mol'im iento de la espalda v los costados. así como por el mouimiento del pecho.

Inspirar.
Respiración y psico�omática ____________ ______ 115

perfectamente él udible en radio y televisión muclear o a ponerse nerviosas en cualquier


cuando,, el micrófono está muy cerca dd lo­ acontecimiento social. Como siempre, es un
cutor; la inspiración va acompaüacla de un procedimiento que debe aprenderse con
jadeo -era el caso de Alexander- y la cabe­ un profesor (Fig. 191).
za se vence hacia atrás, el pecho sube y b Si en cualquier fase del método usted ex­
región lumbar se ahueca. Al espirar los mo­ perimenta rigidez en el cuello, o nota que la
vimientos son a la inversa. cabeza se hunde entre los hombros, no con­
Alexander observó que tales contraccio­ tinúe. Deténgase y vuelva a empezar. Ten­
nes no sobrevenían sólo cuando recitaba. ga presentes los medios que le permitirán
sino también, y en menor medida, cuando alcanzar el fin, no el fin en sí mismo. Re­
hablaba. Si usted observa a alguien al cuerde la necesidad de inhibir respuestas
abrir la boca -para lavarse los clientes, habituales, el "no hacer,, y las instrucciones
reír, toser o bostezar- es como si ambas pertinentes en cada fase del procedimiento,
mandíbulas tuvieran que ser separadas así como mantener la longitud v la anchura
por la fuerza. Si da un gran bostezo, es del torso en todo momento. É;ta es la ver­
casi seguro que echa la cabeza hacia atrás sión completa de la "ªh" susurrada:
y eleva el pecho.
A consecuencia de todo esto, Alexancler 1 ) Deje que la punta de la lengua des­
concibió un procedimiento que permitía abrir canse sobre los dientes inferiores; es una
la boca para emitir un sonído susurrado sin la posición neutra y relajada. (Uno de los
tensión de rigor. Esta "ªh" susurrada es re­ primeros sonidos que articula el bebé es
quisito previo en todo tipo de vocalización . "ga, ga... ) De este modo, impedimos for­
El procedimiento de Alexander será de ines­ zar el sonido y, al mismo tiempo, relaja­
timable ayuda para hablar en público y para mos la mandíbula inferior.
aquellas personas que son proclives a tarta-
2) Sonría moderadamente, procurando
Fig. 190. Absorber aire m ientras se habla, ten­ que el labio superior deje los clientes al
sando la garp,anta y uenciendo la cabe.za hacia descubierto; para hacer esto, ayuda pen­
({/ rrís. sar en algo divertido. (Alexander solía
decir que si no se podía pensar en algo
gracioso, lo mejor era esperar hasta que
se pudiera.) Con la sonrisa se pretende
aligerar tensión en Jos músculos faciales.

3) Deje que la mandíbul a se proyecte


hacia adelante impulsada por la lengua y
luego descuelgue la mandíbula con el
menor esfuerzo posible. La gravedad ac­
tuará si usted está de pie. (Cuidado con
hundir la cabeza entre los hombros.)

4 ) Deje salir el aire contenido en sus


pulmones susurrando el sonido "ªh". Es­
cúchelo. Debe ser fluido, fuert� y unifor­
me, no forzado, débil o chirriante.

5) Cierre la boca e inspire aire por la nariz.

6) Repita tollos l os pasos varias veces,


intentando que los músculos trabajen
menos cada vez. Pare y vuelva a empe­
zar si tropieza con dificultades.
Fig. 191. La "ªh" susurrada. Fig. 192. La "ah· susurrada y muda.

Existe una versión muda para poder ha­ cen crujir los dientes, sobre todo por la no­
cer la "ªh" susurrada en público sin que sea che. A menudo, esto va acompañado por
embarazoso. Desde luego es útil practicar fuertes dolores de cabeza, molestias en el
esta versión antes de aparecer en público, cuello y los hombros, y problemas dentales.
tanto si es ante una gran audiencia como si Para estos casos la Técnica es de gran ayuda,
se trata de un encuentro difícil con una per­ pero conviene tener presente que si los
sona. Deje aparecer una tenue sonrisa en su dientes de arriba y de abajo no coinciden
rostro, la lengua apoyada sobre los dientes; exactamente al cerrar las mandíbulas, los
deje caer un poco la mandíbula inferior reflejos entran en acción y se produce el
para abrir la boca y emita una "ªh" susurra­ crujido de dientes; ¡y practicar la inhibición
da casi inaudible (Fig. 192). Al principio, tal durmiendo es imposible! 1
vez le resulte más fácil emitirla estando en
posición yacente. Si se produce algún mo­ Practicar la «ah» susurrada
vimiento innecesario de la cabeza, lo notará en el mono
en seguida por los libros que tiene debajo. Por lo general implica ejecutar los movi­
Hay desventajas: estando tendido, la grave­ mientos del mono y luego colocar las ma­
dad no ayuda a abrir la mandíbula inferior; nos sobre el respaldo de la silla (Figs. 193-
por otro lado, las cuerdas vocales no están 195). El profesor le enseñará a hacerlo bien.
en una posición tan ventajosa como cuando Otra prosibilidad es -derecho y con los pies
usted está en pie. Se puede practicar la "ªh" separados la misma distancia que hay desde
susurrada de pie o sentado. La posición del las caderas a los hombros- colocar las ma­
mono también es excelente porque el en­ nos una después de otra sobre el respaldo
sanchamiento de la espalda facilita la respi­ de la silla; esto ayuda a mantener la espalda
ración. en posición mientras usted está en la fase de
Algunas personas experimentan una enor­ alargamiento de la columna para poder do­
me tensión en las mandíbulas e incluso ha- blar las rodillas. Entonces puede dejar que
Respiración y psicosomática ------- 1 17

los codos se separen y aparten de las cade­


ras, mientras flexiona las rodillas. Este mé­
Psicosom ática
todo es una mezcla de otros dos: el mono y La naturaleza de las relaciones entre la men­
la colocación de manos sobre el respaldo te y el cuerpo ha sido objeto de infinita es­
de una silla. Ya está en condiciones de prac­ peculación por parte de filósofos y teólogos;
ticar unas cuantas "ah· susurradas, prestan­ en los últimos años también han aportado
do particular atención al alargamiento y en­ su grano de arena las ciencias biológicas, la
sanchamiento del torso. El propósito de este psicología, la informática y la física teórica.
procedimiento es, por tanto, estimular la ade­ ¿Cuál es la naturaleza de la interacción entre
cuada relación entre el cuello, la cabeza y la nuestras emociones y pensamientos y el cuer­
espalda, la separación de las articulaciones po físico? ¿Cuál es la visión de la Técnica
de las extremidades y la relajación de la Alexander al respecto?
mandíbula inferior. Sospecho que si Alexander viviera hoy
día, vería con desconfianza tanta Nueva Era
Vocalización y tanto pensamiento sobre "el ser humano
A partir de la "ªh" susurrada se puede conti­ total... Él aplicaba su sentido común, sus do­
nuar con el resto de los sonidos vocálicos, tes de observación y la suprema facultad
en una especie de ensayo para templar la humana de la razón para resolver sus difi­
voz. También merece la pena comprobar el cultades de índole psicofísica; y concibió
tono de la voz. Los hombres suelen entonar un método gracias al que nosotros podemos
muy bajo y las mujeres, demasiado alto; sortear las nuestras. El filósofo norteameri­
esto acarrea ronquera y fatiga de las cuer­ cano John Dewey y otros discípulos de
das vocales. Hay muchos métodos para me­ Alexander han descubierto que los efectos
jorar la resonancia y el volumen, así como benéficos de la Técnica no afectan sólo a lo
otros aspectos de la voz. (Consúltese la obra físico, sino también a la capacidad de pen­
de Michael McCallion Tbe Voice Book, Faber samiento.
and Faber, 1989.) Los orígenes de la Técnica definen su al-

Fig. 193 Fig. 194 Fig. 195


Postura sana

canee. El lector recordará la historia de Ale­ presiones muy corrientes que dejan paten­
xander empeüado en encontrar una solución te este vínculo: por ejemplo, «encogerse de
práctica para sus problemas vocales. Empezó hombros·., "rechinar los dientes•., «tener un
intentando descubrir qué hacía él para tener­ nudo en el estómago.., "echarlo todo a la es­
los. Por lo que sabemos , él no se preocupaba palda".
por el porqué («¿por qué me apasiona actuar Ciertamente se produce una compleja in­
en el escenario y en cambio me las arreglo teracción a la hora de funcionar: el estado
para desperdiciar mis mejores esfuerzos?,,), de ánimo afecta a los músculos y los mús­
sino que buscaba respuestas a los qué y a los culos afectan al estado de ánimo. Por ejem­
cómo, aunque por supuesto en sus libros ex­ plo, una persona que se deprime puede
ponía las causas que a su juicio explicaban la continuar estando deprimida aunque las cir­
mala utilización corporal. (Resulta interesan­ cunstancias originales hayan quedado atrás.
te saber que aunque por fin pudo resolver Animar a esta persona a adoptar una postura
su problema de voz, nunca más se dedicó a más expandida -hasta donde sea posible­
la carrera de actor sino a dar a conocer sus puede ayudarla a recuperar.se. (También con­
descubrimientos.) A Alexander no le inquie­ viene reconocer que la relación entre alum­
taban las causas de índole emocional; in­ no y profesor puede ser tan importante corno
tentó cambiar aquello sobre lo que intuía la reeducación en la utilización del cuerpo;
que podía ejercer un control consciente: su tiene algo que ver con lo que en medicina
manera de "hacer». Y llegó a la conclusión se llama "efecto placebo,,.)
de que lo físico no puede separarse de lo La motivación es otro aspecto que mere­
mental. Sin embargo, el aspecto mental que ce consideración: ¿quiero o no quiero sa­
despertaba su interés era el de la voluntad o nar? El fenómeno del "beneficio .secundario,,
la intención; ambas parecían ser el desenca­ es bien conocido en psicoterapia. Con estos
denante inmediato de las respuestas mus­ términos se identifica el hecho de que una
culares que dificultaban su funcionamiento. persona, llegada a un período determina­
do de la vida, pueda extraer mayor prove­
El cuerpo tiene sus motivos cho creando y manteniendo ciertos síntomas
La Técnica Alexander no se ocupa directa­ -incluso una enfermedad grave- que supe­
mente de la vida emocional. Hay quienes ar­ rándolos. Harrison nos ofrece una exposi­
gumentarían que tal cosa es una limitación ción de esta teoría psicosornática llevada al
importante. El cuerpo tiene sus motivos; la límite:
mala utilización corporal posee un compo­
nente emocional, un significado, una tras­ Si usted pregunta a un enfermo de cán­
cendencia personal de los que el in dividuo cer que por qué necesita el cáncer, le dirá
puede no estar enterado. Cambie ele aspec­ que ni lo necesita, ni lo quiere ni le gusta.
to físico sin atender el problema psicológi­ Y por supuesto, hasta donde él sabe, está
co que lo provoca y éste surgirá más tarde diciendo la verdad. . . (Pero) si a este mis­
bajo una fonna distinta, o reproduciendo las mo enfermo se le ofrece la posibilidad de
mismas pautas de mala utilización corporal . .sobrevivir teniendo que enfrentar sus más
En consecuencia, para tratar los problemas grandes temores, en muchos casos esco­
de índole psicológica no basta con la Técni­ gerá el cáncer. Tan noble es una decisión
ca Alexander; hay que recurrir también a la como otra. 4
psicoterapia.
Inspirándose en la obra ele Freud, Grod­ Tal visión parece ignorar factores tan im­
deck y Reich, los terapeutas han seguido in­ portantes como los genéticos, los ambienta­
vestigando la relación entre emoción repri­ les y los sociales; también la mala suerte.
mida y tensión física.2 Algunos sostienen Pero pone encima de la mesa la cuestión de
que saben detem1inar cuáles son los víncu­ si es necesario o deseable, e incluso posi­
los entre ciertas partes del cuerpo, los trans­ ble, abordar directamente los temores bá­
tornos emocionales y los desarreglos fun­ sicos o cualquier otra emoción dolorosa. Tal
cionales en esas partes del cuerpo.3 Hay ex- vez sea mejor dejar que se descomponga
Respiración y psicosomática _______ ______ _______ 1 19

este "abono" emocional para que así ali­ ceptos básicos de esta propuesta pueden
mente el desarrollo creativo de la persona. resumirse así:
Desde luego, la Técnica Alexander no
ofrece al individuo la posibilidad de una 1) Haga aquello que necesite hacer, pospo­
búsqueda vital en el mismo sentido en que nerlo conduce al desarreglo emocional.
lo hacen la filosofía, la religión o la psicote­
rapia. En cambio, sí ofrece una visión basa­ 2) Tenga claras bs intenciones (la acción si­
da en el sentido común, en el "aquí y aho­ gue a la intención).
ra.. , que puede ayudar considerablemente
al individuo en «la pugna diaria". Cada día 3) Acepte las emociones; se puede hacer
nos brinda la ocasión de trabajar en noso­ muy poco para influir directamente en ellas
tros mismos afrontando retos y realizando a menos que sea de fom1a autodestructiva:
aquellas tareas que precisan hacerse, aun­ por ejemplo, por medio del consumo de
que sean las más insignificantes. Tenemos drogas; pero es posible cambiar esto a tra­
un margen de elección en lo que respecta a vés de 1 ) y 2).
cómo respondemos a estas exigencias; com­
prender la importancia de la inhibición pue­ El aplomo, el temple, se desarrolhn tenien­
de ser crucial para saber mantener el rumbo do un razonable dominio de s'. mismo. Apli­
de la vida. cando los principios de la Técnica Alexan­
Hay formas de mala utilización corporal der el lector tal vez encuentre más fácil
vinculadas a comportamientos neuróticos aprender a desenvolverse en la vida moder­
allí donde parece haber una falta de orden na, una vida de ritmo cada vez más frenéti­
en la vida del individuo. La religión ayuda a co, y a crear respuestas propias frente a ella.
muchas personas porque las dota de una Aparece entonces una disposición mental
estructura que da sentido a la vida diaria. más sosegada, más independiente. Sentirá
Otras personas sienten la necesidad de crear la misma gama de emociones, pero se en­
un orden propio. El psiquiatra japonés Mo­ contrará menos zarandeado por los altiba­
rito plantea una propuesta para manejar la jos de la vida y más capacitado para utilizar
neurosis de la vida moderna que luego Rey­ la energía de un modo eficaz. El capítulo si­
nolds5 ha dado a conocer en Occidente y guiente trata de la aplicación de los principios
que puede encontrar eco en aquellas perso­ de Alexander en el aprendizaje de nuevas
nas interesadas por la Técnic1. Los tres pre- destrezas.
Dominar otras destrezas

Hacer ejercicio es absurdo. Si estás sano, no lo ce un procedimiento concreto para desha­


necesitas. Si estás enfermo, no te conviene. cerse de hábitos no deseados, para adquirir
Atribuido a Henry Ford nuevas destrezas y mejorar las conocidas.
Cuando la falta de competencia en un ám­
A mucha gente le encanta hacer ejercicio; así no
bito nos produce insatisfacción, la sobrelle­
piensa ni lucha.
Patrick MacDonald
varemos mejor si emprendemos algo que
tenga un propósito determinado. Esto nos
Intentar solamente es recalcar aquello que ya sa­ da más información sobre nosotros y sobre
bemos. todo lo demás. Tenemos entonces mayores
F. M. Alexander probabilidades de conseguir nuestras metas
y, por tanto, ganar en autoestima y en satis­
Cuando al principio fracasa, no vuelva a inten­ facción personal; ambas son producto del
tarlo; por lo menos no de la misma manera. In­ autocontrol y de la autonomía.
tentar casi siempre acarrea una tensión excesiva.
Patrick MacDonald

Fines y m edios
Tanto en sus escritos como en el ejercicio
de la enseñanza, Alexander hacía siempre
Adquirir y dominar una destreza, por sen­ hincapié en los efectos nocivos de la obse­
cilla que sea, requiere una coordinación de sión por alcanzar un fin concreto sin impor­
mente/cerebro/músculos extraordinariamen­ tar los costes personales: tensión, esfuerzos
te compleja. Afortunadamente nada nos obli­ malgastados y falta de coherencia en la eje­
ga a acometer toda esa complejidad de golpe cución del plan.
o de lo contrario seríamos como un ciem­ La conclusión a la que llegó Alexander
piés que al preguntarse qué pierna adelanta fue que es necesario cambiar la idea de fin
primero, acaba por ponerse patas arriba. que llevamos en mente. Nos engañamos al
Podemos confiar gran parte de la tarea a lo creer que podemos transformar nuestra ma­
que nos dicta el cerebro. nera de hacer las cosas sin cambiar nuestros
No obstante, hay ocasiones en que, pese a "patrones" mentales. Por tanto, tenemos que
todos los esfuerzos, nos encontramos atas­ ser claros no sólo en lo que respecta al fin
cados en un hábito o un empeño que son perseguido, sino también en la elección de
absolutamente inservibles para aprender la los medios más pertinentes y económicos
nueva destreza. La Técnica Alexander ofre- que nos permitan alcanzar tal fin.
Dominar otras destrezas ------- 121

El ser humano opone una barrera psico­


lógica al cambio: su necesidad de tener
Los ejercicios
razón aunque no la tenga. Si estamos dis­ y sus l i m itaciones
puestos a admitir la equivocación y, por
tanto, a descubrir qué ocurre, podemos lle­ Alexander, como ya hemos dicho, era contra­
gar a saber cómo interferimos en la eje­ rio al ejercicio per se, es decir, a la repetición
cución de una determinada destreza. Sola­ mecánica de ciertos movimientos. Argüía
mente entonces tendremos la posibilidad que el ejercicio tiende a fomentar aquellas
de mejorarla (¡y estar menos equivocados!). condiciones que ya existen porque segui­
mos basándonos en una retroalimentación
imperfecta desde el punto de vista cinestésico,
Condiciones para elemento al que podemos atribuir, en bue­
na medida, la mala coordinación que pre­
desarrollar u n a destreza tendemos remediar a base de ejercicios. La
mayoría de la gente no es consciente de que
1) Hágase una idea clara de lo que desea al iniciar cualquier tipo de movimiento, car­
conseguir. Si usted sólo tiene una vaga idea ga el cuello de tensión. A su vez la tensión
de lo que quiere alcanzar, sus acciones se­ se traslada al cuerpo, las articulaciones acu­
rán igualmente vagas. Es un modo de san una presión anómala y se producen al­
aprendizaje basado en el ensayo y el error teraciones respiratorias, así como otros
desprovisto de objetivos orientadores. (Los efectos indirectos que repercuten en el fun­
atletas y los deportistas suelen emplear téc­ cionamiento de la persona.
nicas de visualización para mejorar el ren­ Las últimas investigaciones fisiológicas de­
dimiento: imaginan cómo sería un movi­ muestran que las fibras de los músculos vo­
miento perfectamente ejecutado y dejan que luntarios pueden dividirse en dos clases: las
esa imagen guíe la coordinación.)1 rojas y las blancas. Las fibras rojas se utili­
zan sobre todo para mantener el tono pos­
2) Medite cuáles son los medios para al­ tura!. También intervienen en el desarrollo
canzar el fin. Descomponga la nueva acti­ de actividades lentas, rítmicas. En los corre­
vidad en las partes que la integran. Practi­ dores de fondo predominan las fibras mus­
que cada una de ellas por separado y luego culares rojas, que están ligadas a un centro
reintégrelas en un todo más complejo. Ne­ cerebral que regula el movimiento lento.
cesitamos abarcar un solo aspecto cada vez: Las fibras musculares blancas, por el contra­
por lo general intentamos llevar a cabo de­ rio, están ligadas a un centro cerebral que
masiadas cosas al mismo tiempo. regula el movimiento rápido; en la muscu­
latura de los «sprinters" predominan las fi­
3) Antes de pasar a la acción, debe tener bras musculares blancas, que son responsa­
claro lo que pretende. La intención primor­ bles del movimiento veloz y potente, pero
dial debe ser la de mantener la relación CCE que también se fatigan con rapidez.
y la secundaria es dar las instrucciones opor­ Podría parecer lógico ejercitar durante el
tunas para realizar las acciones concretas. tiempo libre la musculatura que no se em­
plea en horas de trabajo. Sin embargo, esto
4) Ejecute el movimiento. debe hacerse con mucha precaución para
no descompensar ni fatigar el cuerpo. Aho­
5) Revise su ejecución. Esté alerta a cual­ ra ya debería estar claro por qué para las
quier aumento de tensión en el cuello u personas con un estilo de vida sedentario
otras partes del cuerpo (será difícil si no ha es desaconsejable ir a un gimnasio o practi­
recibido formación en la Técnica Alexan­ car alguna forma de ejercicio demasiado
der) y a alteraciones respiratorias; ambas enérgica: aerobic, squash y similares. Aquí
son indicadoras de que se ha extralimita­ se trata de desarrollar las fibras musculares
do. Procure asegurarse un medio de retro­ blancas que usurpan la función de las rojas
alimentación: espejos, vídeo o profesor. en el mantenimiento postura!. La consecuen-
122

cia de esta usurpaoon de funciones es el natatoria. Hoy en día, para satisfacción mía,
desplome del cuerpo tras un rato de estar sé nadar crol (de cara y de espaldas).
sentado a la mesa de trabajo; las fibras mus­ En el aprendizaje de cualquier destreza,
culares blancas se fatigan. puede ser muy difícil trasladar a la experien­
Para quien trabaja en una oficina hay for­ cia propia las instrucciones concretas dadas
mas de ejercicio mucho más apropiadas y por un «experto". Lo que sigue, pues, es una
menos costosas, que apenas entrañan ries­ exposición de las claves que fui descubrien­
gos y son potencialmente más beneficiosas do mientras porfiaba en mi empeño y que
cuando se llevan a cabo adecuadamente: al final fueron las responsables de mi pro­
caminar, el ciclismo (no de carreras), la na­ greso en natación; estas claves son aplica­
tación y el Tai Chi. Al lector tal vez le intere­ bles a otras destrezas.
se investigar una propuesta que abandera
Timothy Gallwey y que está concebida para Primeros pasos
el tenis. Se llama «juego interno". guarda in­ Empiece por representarse una imagen cla­
teresantes paralelismos con la Técnica2 y se ra de la brazada que desea aprender (el
ha extendido también a otras actividades: ·fin,,). Observar a los demás puede ayudarle
golf, esquí y música. a vislumbrar qué le hace falta y, más impor­
tante aún, qué le sobra. Esto me ayudó so­
bremanera a aprender el crol de cara; pero
Natación hasta que no vi a un famoso nadador en ac­
Hablaremos de la natación con detenimien­ ción -en una película filmada bajo el agua y
to, inspirándonos en las premisas que he­ proyectada a cámara lenta-, no empecé a
mos ido pergeñando para desarrollar una comprender el verdadero movimiento de
destreza conforme a los principios de Ale­ extensión del brazo delantero y el impulso
xander. Es necesario hacer una advertencia del brazo doblado bajo el cuerpo. Desde la
con respecto a la natación: para el ser huma­ superficie del agua es díficil ver lo que ocu­
no es una forma de ejercicio poco natural; rre debajo. Solamente los instructores de
de lo contrario ¡tendríamos pies y manos natación excepcionales están preparados
unidos por membranas! Mal practicada, la para introducirse en el agua y demostrar los
natación tiende a desarrollar anormalmente movimientos precisos.
la musculatura posterior que es precisamen­ Habiendo creado la imagen clara del ob­
te lo que no necesita. Sin embargo, si sabe jetivo, el siguiente paso es pensar cómo tra­
nadar de cara -y está en condiciones de equi­ bajaremos para ir consiguiéndolo (la elec­
librar esto nadando de espaldas- la natación ción de medios). Mi mayor descubrimiento
es una de las formas de ejercicio más pla­ fue caer en la cuenta de que, aunque había
centeras y provechosas. Puede llegar a ser recibido clases de natación siendo niño, ¡to­
un recurso para la supervivencia; pero ade­ davía tenía miedo de ahogarme! La sobre­
más está de Ju más indicada para todas las excitación de los reflejos del miedo produce
edades, y sobre todo para aquellas perso­ una forma de "respuesta ante el sobresalto,,
nas que padecen problemas en las articula­ que envara el cuello y desfasa la respiración
ciones. y la coordinación. Yo sabía detectar en mi
Yo era de esas personas poco dadas a fre­ cuerpo cualquier tensión anómala y así se
cuentar las piscinas públicas. La cabeza se me hizo patente que era yo quien impedía que
iba para atrás y sobresalía del agua (como si el agua me sostuviera; y eso que cuanto
todo mi interés fuera que no se me mojara más salada es el agua, mayor es la capaci­
el pelo). Mis brazadas eran amplias y tor­ dad de mantenerse a flote.
pes. Siendo ya profesor de la Técnica Ale­
xander, se me ocurrió que estaría bien ser Aligerar las primeras tensiones
capaz de disfrutar los placeres de la nata­ El control primario es de suprema importan­
ción de una manera «rela1ada,, y fácil. Y así cia en cualquier movimiento; y la posición
empecé a aplicar los principios de h Técni­ de la cabeza influye en la alineación de todo
ca en un intento por mejorar mi habilidad el cuerpo en el agua. Si se echa la cabeza ha-
Dominar otras destrezas ------ ---- 1 23

Fig. 196. El desliza­


miento: condición pre­
viapara nadar de cara.

cia atrás al dar las brazadas de pecho -apar­ piscina. Eo mi opinión es fundamental sen­
te de descompensar la coordinación y la res­ tirse a gusto en esta posición de desliza­
piración-, 'desciende la posición del cuerpo miento antes de dar el siguiente paso para
en el agua y, por tanto, aumenta la resisten­ aprender a nadar de cara. Después de con­
cia al movimiento dentro del agua. seguirlo, hay que trabajar de uno en uno
Cuando esté en la piscina, apártese del con cada tipo de brazada.
borde saliendo ya con los brazos estirados
frente a usted, a fin de deslizarse un poco Impulso del brazo en la braza de pecho
sobre la superficie del agua. Si deja que la El paso siguiente es dominar la respiración.
cabeza flote en el agua, apenas notará ten­ Impulsar correctamente el brazo es crucial,
sión en el cuello y los ojos quedarán miran­ ya que es precisamente su impulso el que
do más o menos en dirección al fondo de la abre espacio para que la cabeza surja del
piscina (Fig. 196). Esta posición para alige­ agua y se respire sin problemas. Nada de
rar la tensión de la cabeza, el cuello y el recurrir al consabido movimiento lateral de
torso -a partir de la cual se realizan los mo­ arrastre; es un tipo de brazada muy poco
vimientos de brazos y piernas específicos eficaz.
que acompañan a la braza de pecho y al Tenga presente que la secuencia correc­
crol de cara- es esencial también para de­ ta de la brazada es patada-deslizamiento­
tectar cualquier aumento de tensión duran­ impulso. Distánciese del borde con los bra­
te la práctica de las diversas fases de la bra - zos extendidos al frente; y luego ponga las
zada. palmas de las manos hacia abajo doblan­
Ahora queda por superar un problema do ligeramente las muñecas para inípulsar­
obvio: la cara está sumergida en el agua ¡y se hacia adelante y un poco fuera del agua,
es necesario respirar' La solución, a menos como si quisiera subirse encima de un muro
que los ojos resistan bien el agua, es utilizar (Fig. 197). (Entonces las manos vuelven a
un par de gafas submarinas bien ceñidas. Le juntarse -como si fueran a "aplaudir·- para
evitarán tener que entornar los ojos (acción acometer el siguiente deslizaflliento. )
que en sí misma propaga tensión por todo Podrá comprobarque l a cabeza s e man­
el cuerpo). Con las gafas usted podrá ver tiene en la debida posición observando el
adónde va y de este modo tendrá menos ra­ nivel del agua: durante el deslizamiento este
zones para sentir temor al agua. nivel se corresponde con algún punto de la
Respire, apártese del borde de la piscina coronilla; durante el impulso, desciende li­
dándose impulso con las piernas y deje la geramente por debajo del nivel de la barbi­
cabeza (boca abajo) en manos del agua; y lla. Observe que la cabeza no necesita ven­
suelte burbujas en dirección al fondo de la cerse hacia atrás para nada. Se producirá un
Postura sana

Fig. 197. El correc­


to impulso del bra­
zo al efectuar la
brazada facilita la
resp;,ración.

tenue incremento en el tono de los múscu­ los amigos se admiraban: ·Debes estar en una
los del cuello porque durante el impulso forma excelente: ¿cuántos largos de piscina
efectuado por los brazos, la cabeza queda en puedes hacer?".
parte fuera del agua y, por lo tanto, está me­ En la braza de pecho el movimiento de
nos sujeta. Si acostumbra nadar así, es decir, piernas que más eficazmente acompaña al
con la cabeza fuera del agua, experimentará de los brazos es: encoger las piernas para
un deseo casi irresistible de retirar aún más llevar los pies hacia los glúteos y luego des­
la cabeza cuando necesite tomar aire. Ahí plazar éstos hacia los lados y hacia atrás
es donde la inhibición se hace imprescindi­ para darse el impulso.
ble. Insista en ella y no se preocupe -en Si lo que hace es doblar las rodillas con­
esta fase- por tomar aire mientras da la bra­ tra el estómago, entonces los muslos en­
zada. contrarán resistencia en el agua. Simultáne­
Propóngase hacer el menor esfuerzo mus­ amente, evite arquear la región lumbar al
cular posible. Ejecute dos o tres brazadas doblar las rodillas, aunque ello pueda su­
por cada toma de aire, exhalándolo ininte­ poner una pequeña pérdida de potencia en
rmmpidamente durante las brazadas; de­ el impulso.
téngase, inspire, dése impulso con las pier­
nas y luego repita las brazadas. Crol de cara
Un paso más: después de darse impulso En el crol de cara, es necesario evitar cual­
con los brazos, abra la boca dejando caer la quier tendencia a llevar la cabeza hacia
mandíbula inferior mientras el agua llega atrás cada vez que la vuelve de lado; esto
justo debajo del nivel de la barbilla. Dé una desestabiliza la brazada y perjudica la coor­
buena brazada para que el agua no entre en dinación. De nuevo, incorpore la respira­
la boca ¡pero sin retirar la cabeza! (Recuer­ ción en fases sucesivas. Deje que la cabeza
de que tal cosa sucede con mucha frecuen­ gire en el agua hacia un lado mientras el
cia ya en circunstancias normales.) brazo del lado contrario inicia el impulso.
De este modo, conseguí reducir el viejo Busque puntos de referencia en el extre­
hábito de llevar la cabeza hacia atrás cada mo de la piscina que queda justamente en­
vez que tomaba aire. Con el tiempo fui ca­ frente de la cabeza; de este modo podrá
paz de inspirar sin necesidad de perturbar ver si no la mantiene en la posición correc­
la relación CCE. Si recaía en mis antiguos ta. Gire la cabeza lo suficiente para expul­
hábitos, no trataba de seguir adelante sino sar el agua de la boca; luego déjela volver
que volvía a empezar desde el primer paso. a la posición normal dirigiendo los ojos al
Ya llevaba unos meses practicando a mi fondo de la piscina. Practique con la boca
aire con este método de parar-empezar y abierta y sin dejar entrar el agua, antes de
Dominar otras destrezas ------- 125

hacer cualquier intento por tomar aire. Esté miento ideal adecuada a personas de todas
siempre dispuesto a regresar al paso ante­ las edades.
rior, si es necesario. Por último, practique Existen fascinantes paralelismos entre el
hasta controlar la respiración volviendo la Tai Chi y la Técnica Alexander. Aunque los
cabeza tanto a un lado como a otro hasta medios son distintos, ambas disciplinas tie­
conseguir tomar aire con cada tercera bra­ nen como meta la calidad de la coordina­
zada. ción. Una de mis alumnas definió el Tai Chi
como la expresión pura de la Técnica Ale­
Braza de espaldas xander en el ámbito del movimiento, y creo
Es buena idea aprender algún tipo de bra­ que estaba en lo cierto.
za de espalda para poder compensar el En los textos clásicos del Tai Chi se en­
tiempo dedicado a nadar de cara con otro cuentran descripciones como ésta: «Mante­
dedicado a nadar de espaldas. Es una ma­ niendo la cabeza como si estuviera sus­
nera de impedir que la musculatura poste­ pendida por una cuerda que colgara desde
rior se desarrolle en exceso. Las personas arriba, todo el cuerpo se sentirá ligero y
de edad y aquellas que padecen lesiones ágil"; "Depresión del pecho y elevación de
en la región escapular suelen encontrar di­ la espalda"; ·Aflojamiento de la cintura".
ficultades para dar la típica brazada de es­ ¿De qué tratan estas expresiones sino de la
palda; esto es debido a la rigidez de los importancia del control primario? ·Dirigir
hombros . el movimiento por medio de la voluntad".
Pero existen otras posibilidades, como ¿Qué es esto sino una instrucción típica de
son las de remar con los brazos o dejarlos la Técnica? Y el concepto taoísta del wu­
entrar en el agua realizando un movimien­ wei es similar al "no hacer,. de Alexander
to más amplio de lo que generalmente se (Figs. 198 y 199).
recomienda. Con los hombros rígidos, nos El lenguaje del Tai Chi es poético y alude
puede dar la sensación (cinestesia defec­ a la naturaleza. «El cuerpo debe ser tan lige­
tuosa) de que los brazos se introducen rec­ ro y ágil que no podría caer sobre él una
tos en el agua -condición necesaria para pluma sin dejarse sentir y una mosca no
maximizar la potencia del impulso- cuan­ podría levantar el vuelo sin ponerlo en mo­
do en realidad se hallan doblados y los pri­ vimiento." Sin embargo, el Tai Chi no hace
meros en entrar en el agua son los codos. Es referencia alguna a la falta de fiabilidad de
preferible que los brazos se sumerjan en la percepción cinestésica y las consecuen­
una posición similar a la de, digamos, las dos cias de signo negativo que ésta acarrea con
y las diez en punto, dejando que los dedos la repetición del movimiento. También ca­
pequeños entren primero. Es probable que rece del rigor del concepto de inhibición
cuando practique necesite girar momentá­ y de la perfecta comprensión del control
neamente la cabeza para comprobar que primario que la Técnica Alexander -bien
la sensación que le produce lo que está ha­ aprendida- aporta. En las clases de Tai Chi
ciendo se corresponde exactamente con la se repiten una y otra vez movimientos que
realidad; también puede convencer a al­ indican falta de coordinación. Es una disci­
guien para que haga de observador y le plina que necesita más eficiencia, cualidad
diga en qué posición entran los brazos en que mejoraría con la aplicación de los prin­
el agua y si de verdad están rectos (pero cipios de Alexander.
no rígidos). Al mismo tiempo, la forma -la secuencia
de movimientos en el Tai Chi- brinda la
Tai Chi C h u ' a n oportunidad de poner a prueba y desarrollar
la comprensión de los principios de un movi­
Si hay alguna forma de ejercicio que favore­ miento bien coordinado. Para el estudiante
ce la buena utilización del cuerpo, es el Tai de la Técnica Alexander, el Tai Chi constituye
Chi. Originalmente era un arte marcial, el más un laboratorio y un campo de entrenamiento
indulgente de todos ellos. Hoy en día se prac­ en lo que a la utilización del cuerpo en todos
tica sobre todo como una forma de movi- los aspectos de la vida cotidiana se refiere.
1 26 ------- ---- Postura sana

Para aquellos que hemos pasado años ente­ sic and Drama de Londres y además,
ros cargando y descargando pesos sin em­ profesora de la Técnica , conoce muy bien
plear los movimi�ntos adecuados, la práctica las ventajas que ésta ofrece para los músi­
del Tai Chi -bien realizada- puede ayudar­ cos y para su manera de acercarse a la
nos a recobrar la flexibilidad y la potencia música.3
que de niüos poseíamos en las piernas. Para ella es esencial que el intérprete
entienda la música ( igual que el direc­
tor entiende la partitura) antes de aproxi­
E nsaya r e i nterpretar marse siquiera al instrumento. Si la músi­
m úsica ca está claramente reproducida en la
mente, entonces los músculos tienen óp­
La Técnica Alexander contribuye a subsa­ timas posibilidades de responder a sus
nar los defectos posturales y las lesiones exigencias . Nelly Ben-Or explica que un
propias de los interprétes de música; tam­ pasaje tildado de «difícil« -porque hay que
bién tiene su importancia a la hora de en­ tocarlo con mucha rapidez o muy alto- se
sayar e interpretar. Nelly Ben-Or, profe­ hace difícil precisamente porque crea un
sora de piano en la Guilhall School of Mu- bloqueo mental y porque el músico inten-

Fig. 198. J u
' i ébi: mouimiento de acometida. Fig. 199. ébi fÍ. 1 1 11/-;: é'/ 1110110.
Dominar otras destrezas

Fig. 200. Artbur Ru­


binstein. 1 88 7- 1 982
Un porte perfecto du­
rante la interpretación.
(Foto: Rex Features.)

ta suplir la preparación inteligente con un debido instantes antes de salir al escenario;


trabajo muscular excesivo. por ejemplo, tocaba una escala en do mayor
La práctica no garantiza la perfección. Al con una mano y una escala en do menor con
contrario, nos podemos encontrar ensayan­ la otra; él lo justificaba diciendo que así no
do justamente aquello que deberíamos evi­ había manera posible de tocar peor sobre el
tdr. Se dice que Rubinstein no practicaba escenario.
más de dos horas, tiempo que en otros mú­ Tal como Alexander comentaba: "Saber
sicos equivale a siete u ocho horas. Tam­ cuándo nos hemos equivocado es lo único
bién acostumbraba hacer lo contrario a lo que sabremos en este mundo".
E píl ogo

El propósito de Postura sana es ayudar al por ejemplo la posición yacente (todos los
lector a comprender la naturaleza y las cau­ días), y también pensar en las diversas me­
sas de aquellos hábitos posturales que pue­ joras ergonómicas que puede introducir. A
den afectar negativamente al funcionamien­ lo mejor desea leer más sobre la Técnica;
to del individuo. Es importante saber que el para eso incluimos una relación de títulos
cambio no será fácil. Muchas disciplinas en la pág. 1 39. Recomendamos especial­
que prometen una mejoría de la salud sólo mente la lectura del capítulo ..Evolution of
conducen a la adquisición de hábitos igual­ the Technique", primero de la obra de Ale­
mente perjudiciales. El "conocimiento del xander Tbe Use ofthe Self
cuerpo" que Alexander propone se basa en Al mismo tiempo, debemos comprender
un concepto más holístico, que vincula fa­ que incluso siguiendo las orientaciones mar­
cetas de la mente y del cuerpo de un modo cadas por el profesor, el afán de conseguir
preciso. Cuanto más comprenda el lector la el fin todavía puede ser muy fuerte en noso­
Técnica, más cuenta se dará de que no habla­ tros cuando estemos a solas.
mos de "cultura física" tanto como de un pro­ Deseamos intensamente hacerlo todo bien
ceso de esclarecimiento de intenciones. Sólo y en seguida; sin embargo, finalmente se
entonces puede mejorar la coordinación. imponen otros aspectos de la vida diaria y
Alexander decía que si alguien hacía exac­ olvidamos fácilmente la importancia del
tamente lo que él hacía, es que no necesita­ control primario.
ba profesor. Muchos de nosotros no estamos Necesitaremos del profesor -y a veces un
preparados para asumir la gran cantidad de profesor distinto en fases posteriores- para
trabajo mental que realizó. Por fortuna, nada iniciamos correctamente y ayudamos en el
nos obliga a hacerlo. Él -y los profesores que camino. Al final el verdadero trabajo es el que
formó- pueden enseñar al lector en relativa­ hacemos nosotros. MacDonald recordaba
mente pocas clases lo que a él le llevó años que su preparador de boxeo le decía en el
enteros descubrir por sí mismo. ring cuando era muchacho: .. Puedo ense­
ñarte a hacer esto, pero no puedo hacer

¿Qué h acer a partir que aprendas. ¡Tendrás que aprender por ti


mismo! ...
de a hora?
La elección del profesor
Hay algunas cosas que el lector puede em­ Cada vez es mayor el número de personas
pezar a hacer desde ahora mismo, como que se preparan para impartir las enseñan-
Epílogo ------- 1 29

zas de Alexander. La Sociedad de Profeso­ período para poder acusar el impacto de


res de la Técnica Alexander y organismos las enseñanzas sobre sus hábitos invetera­
similares de otros países -de los cuales se dos. Su profesor le aconsejará al respecto.
puede obtener una lista de profesores (véa­ A veces es mejor esperar hasta que uno
se Apéndice 2)- establecen las normas de pueda verdaderamente comprometerse a
enseñanza para los cursos de preparación asisitir a las clases con la frecuencia que su
de profesores, que duran tres años. Al igual caso exige.
que sucede con otras profesiones, varía Es probable que deba recibir clases perió­
la calidad de cada profesor. Entenderse dicas a lo largo de dos o tres meses para es­
bien con un determinado profesor también tablecer una base sólida que le permita pro­
es cuestión de personalidades; a veces se seguir desarrollando la Técnica, aunque hay
impone un cambio cuando el alumno com­ personas que aprenden lo suficiente para
prende mejor la Técnica. atenuar su problema particular en cuestión
Mi consejo para las personas que estén de semanas.
buscando profesor es recurrir a la recomen­
dación personal. En ocasiones, conviene Qué se hace durante la clase
tomar una lección introductoria con dos o El profesor competente hace sentir con sus
tres profesores distintos -si es que hay posi­ manos la mejoría de aquellos aspectos de la
bilidades- y luego decidir con cuál de ellos utilización corporal que así lo requieren.
se continúa. Tal cosa debe estar directamente ligada al
"pensar en actividad.. -inhibición, "no hacer"
Frecuencia de las clases e instrucciones-; ésta es su aportación cons­
Alexander solía ver a diario a las personas que ciente a la clase. Este pensar en actividad
emprendían un curso básico de varias sema­ debe ir paulatinamente supliendo a las ma­
nas. Por lo que dicen, poseía una gran habi­ nos del profesor.
lidad con las manos y sabía provocar cam­ La clase (que normalmente dura entre 30
bios notables en los alumnos -incluso en y 45 minutos) abarcará trabajo con sillas,
aquellos que padecían graves dolencias­ otros procedimientos, trabajo en mesas y la
en un tiempo relativamente corto. En mi posición yacente descrita al principio. El
opinión, la frecuencia ideal es de dos veces tiempo restante se dedica a analizar las difi­
por semana, al principio; otras personas cultades con que el alumno se encuentra al
necesitan tres clases semanales durante un aplicar la Técnica.
N otas

I ntroducción cional de Profesores de la Técnica Alexan­


der en Brighton, en 1988, mencionó cómo
había llegado a interesarse por investigar la
1 . S e pueden encontrar detalles de la inves­
Técnica: gracias a la lectura de la diserta­
tigación realizada por el doctor Wilfred Bar­
ción de Tinbergen al recibir el Premio No­
low, planteada en términos muy accesibles,
bel. Cuando Garlick visitó a Tinbergen en la
en su libro 17.Je Alexander Principie y en
Universidad de Oxford unos anos más tar­
More Ta/k ofAlexander (editado).
de, desrnbrió que era el primer científico
2 . Alexander da orientaciones de tipo prác­
que manifestaba interés por las observacio­
tico sobre: estar de pie, caminar y levantar­
nes de Tinbergen. ( Podría escribirse largo y
se y sentarse en una silla en 1V!an 's Supreme
tendido sobre el hecho de que Alexander
Inheritaizce, pa rte TI, v1l ; arar ( ') ibíd., pp.
no pueda ser encasillado en ningún tipo de
1 43-5; golf, ibíd . , pp. 1 27-8, pp. 1 33-6 y en
marco académico: y sobre el hecho de que
Tbe u,e of the Sel/; cap. 3, "The Golfer Who
casi todas las investigaciones científicas so­
Cannot Keep His Eyes on the BalJ,,,
bre el tema siguen una dirección bastante
predecible. )
1 . ¿Qué es uti l izar bien 2 . Garlick, D . (ed): Proprioception, Posture
and Emotion, Comité de Educación Médica
el cuerpo? para Posgraduados, University of New
South Wales, 1 982.
l . Feldenkrais, M . : Awareness Through Mo­
vement, Penguin, 1980. Feldenkrais extrajo
muchas ideas de Alexander. 3 . Pa utas para el ca mbio
l . Alexander, F . M . : :vlan �' Supreme Inheri­
2. El control pri m a rio tance, p. 3 1 .
2 . Libet, B . : «Unconscious cerebral initiative
l . Tinbergen, N . : "Ethology and Stress Disea­ and the role of the concious will in volun­
se,, ( D iscurso del Premio Nobel), Science, ta1y activity·" The Behauioural and Brain
185, 1974; pp. 22-27, también reproducido en Sciences, 8, 1985, p . 9.
la obra de Barlow, More Talk of Alexander. 3. MacDonald. P . J.: "On Giving Directions
and Non-Doing·" 1 963, Alexander Memorial
En el transcurso de una conferencia que Lecture, en The Alexanderjoumal, 9, 1988,
David Garlick dio en el Congreso Interna- pp. 4-1 1 . También publicado en su libro,
7be Alexander Technique-. As I See It,
la Books, 1989.
Rahu­
9 . Maña o fuerza : ¿Cuál
4. Ibíd . , p. 64. de las dos emplea?
l . Machover, I . : ..The Alexander Way t o Eu­
5 . De la i mporta ncia tokia", Direction: A ]ournal on the Alexan­
der Technique, Junio 1990.
de estar tendidos
l . D'Arcy Thompson, d e "On G rowth and 1 O. Respiración
Fom1", citado en F. P. Janes, Body Aware­
ness in Action. y psicosom ática
l . La gente que habitualmente rechina los

6. Conservar la cabeza dientes suele padecer problemas de espaldas


y cuello y dolores de cabeza, así como proble­
l . Jemes, F. P.: Hody Awareness in Action, mas en dentadura y encías. Merece la pena
pp. 1 58-1 59, Schocken Books, 1988. considerar la posibilidad de emprender un tra­
2. Bames, J. : Improve your Eyesight: A Cui­ tamiento dental bastante caro -el "equilib1d­
de to the Bates Method, Angus & Robertson, mient0>�, que consiste en raspar unas micras
1987; es una buena guía que contiene datos de los dientes a fin de igualarlos y que encajen
actuales. cuando se cierren las mandíbulas. En algunos
casos, el tratamiento produce una enom1e me­
joría y acaba siendo rentable porque evita te­
7 . ¡ Piernas, para qué ner que poner carísimas coronas en los dientes.
2. Véase, por ejemplo, Grocldeck: 7be Book of
os q u iero ! the It, Vision Press, 1979. Groddeck empleaba
el masaje y dirigía su atención hacia la faceta
l . Tibergen, N.:Use and Misuse in Evolu­ emocional de los síntomas fisicos concretos o,
tionary Perspective, 1976, Alexander Me­ si se manifestaban síntomas de alterdción psi­
morial Lecture, reproducida en Barlow, W. cológica, se interesaba igualmente por los
(ed.), More Talk qfAlexander. síntomas físicos de la enfennedad del pacien­
2. La ortótica se ocupa de la mecánica del te. Préstese atención también al concepto
cuerpo y de los desórdenes creados por el de "acorazamiento del carácter" de Wilhelm
desequilibrio en pies y extremidades infe­ Reich y de la escuela bioenergética, por
riores. Corregir estos desórdenes propor­ ejemplo Alexander Lowen, Stanley Keleman.
cionando a los pies la sujeción apropiada 3. Véase, por ejemplo: Hay, L . : Heal Your
puede, en determinados casos, restablecer Body, Hay House, 1982; Harrison, J., y Lave
el buen funcionamiento del control prima­ Your Disease: It's Keeping you Healthy, An­
rio. Hay especialistas en ortótica con los gus & Robertson, 1984.
que se puede entrar en contacto a través del 4. Ibíd . , p. 277.
podólogo. 5 . Reynolds, D. K.: Playíng Ball on Run­
3. Barlow, W. : 7be Alexander Principie, ning Water, Sheldon, 1985.
pp. 147-1 49.

1 1 . Dominar
8. Las tuberosidades
otras destrezas
isquiáticas
l. Syer, C. y Connolly, C: Sporting Body,
l . Alexander, F. M.:
Constructive Cons­ Sporting Mind, Cambridge University Press,
cious Control of the Individual, Parte II, Ca­ 1984.
pítulo IV, Ilustración. 2. Gallwey, W. T.: The Inner Game of Ten-
132 ------- Postura sana

nis, Pan, 1974. Véase también, del mismo 3. Ben-Or, Nelly: The Alexander Techni­
autor: The Jnner Game of Musíc; Gallwey, que in the Preparation and Pe1:formance of
W. T.: The Jnner Game of Golf, The Inner Music, Alexander Memorial Lecture 1987;
Game qf Skiing, en ediciones de bolsillo. folleto editado por STAT Books.
S u gerencias ergonóm icas

Nunca se insistirá demasiado en que la dis­ rriente, casi siempre será necesario un cojín
posición del espacio de trabajo permite un para el asiento, no sólo para que la persona
funcionamiento óptimo: las exigencias del consiga la precisa inclinación hacia adelan­
trabajo ya son lo suficientemente elevadas te, sino también para elevarla un poco. Te­
como para, además, poner en juego la sa­ niendo esto en cuenta, no es díficil averi­
lud física. guar las dimensiones del bloque de goma­
Una silla de trabajo debe ser ajustable tan­ espuma que luego habrá que colocar sobre
to en lo que respecta a la altura, como en lo el asiento.
que se refiere a la inclinación del asiento. Lo Las medidas que servirán para casi todas
ideal sería que aprendiéramos a mantener las sillas y para los asientos de los coches
la espalda erguida sin necesidad de recurrir (personas de baja estatura) son aproxima­
a otros soportes físicos; para la mayoría de damente de 35 cm2; de 5,6-8,1 cm2 en el ex­
nosotros, sin embargo, es altamente reco­ tremo más grueso de la cuña, y 1 ,9 cm en el
mendable utilizar un cojín adaptable a la re­ extremo más delgado. Tipo de gomaespu­
gión inferior y media de la espalda. Los efec­ ma: reconstituida, de 2,5 kg, que debe ser
tos nocivos de la postura estática pueden firme, bastante resistente y no muy cara. Des­
atenuarse con una silla que además gire en pués se puede confeccionar una funda la­
todas direcciones. La tabla siguiente es una vable. (En el Apéndice 3 figuran algunas or­
guía muy somera para establecer la relación ganizaciones que comercializan este tipo de
de altura recomendada entre silla y mesa almohadones).
según el tipo de trabajo.

Diseño del escritorio


de sobremesa
Persona Silla Mesa Mesa
(estatura) (pelvis-suelo) (escribir) (teclado)
(cm) (cm) (cm) (cm)

152 46 71 61
La superficie de escritura debe tener una in­
163 51 76 66 clinación de 1 5°, y medir 50 cm de largo
173 56 81 71 por 42,5 de ancho. Utilizar un tablero de
183 61 86 76
193 66 91 81 madera de abedul, cuya superficie es dura y
lisa. Fijar una repisa muy pequeña al extre­
mo inferior para impedir el deslizamiento
La silla de trabajo debe tener una capaci­ de papeles y libros. Colocar otra pieza para
dad de inclinación de unos 5°. Para adaptar sostener el tablero fijándola a éste con unas
ergonómicamente una silla de comedor co- bisagras planas; de este modo, el escritorio
134 ------- Postura sana

puede plegarse y guardarse fácilmente cuatro esquinas. Dar una mano de barniz
cuando no esté en uso. A fin de evitar que (opcional). Como en el caso anterior, hay
el escritorio resbale sobre la superficie de la organizaciones que comercializan escrito­
mesa, añadir unos topes de goma en las rios (véase Apéndice 3).
Organismos profesionales

Todos los organismos que siguen a conti­


nuación suministran listados de profesores
Canadá
de la Técnica Alexander que han completa­
Canadian Society of Teachers of the
do los tres años de formación reglamentaria
Alexander Technique (CANSTAT)
(para solicitar información, envíe un sobre
Box 502
con sellos y con la dirección del remitente).
Station E
Montreal
Quebec H2T 3A9
Canadá

Reino U nido
The Society of Teachers of the Israel
Alexander Technique (STAT)
20 London House lsraeli Society of Teachers of the
266 Fulham Road Alexander Technique (ISTAT)
London SWlO 9EL e/o S. Nelken
Tel: 071-351 08 28 26 Radak St.
(También suministran catálogos de libros Jerusalén
sobre la Técnica) Israel
Tel: 02 660 683

Dinamarca
Austral ia
Danish Soci�ty of Teachers of the
Australian Society of Teachers of the Alexander Technique (DFLAT)
Alexander Technique (AUSTAT) c/o Annelise Mottlau
P.O. Box 529 Uglevang 48, 1 .t
Milson's Point 3450 Allerod
NSW 2061 Dinamarca
Australia Tel: 42-273 797
136 ------- Postura sana

Países Bajos Alemania


Netherlands Society of Teachers of the German Society of Teachers of the
Alexander Tech n ique Alexander Technique (GLAT)
Max Havelaarlaan 80 Postfach 531 2
1 183 H N Amstelveen 7800 Frieburg
Países Bajos Alemania
Te!: 020-439 052 Te!: 0761-475995

Suiza
Swiss Society of Teachers of the
Alexander Techn ique (SVLAT)
Postfach
CH-8032
Zurich
Suiza

Estados U nidos También existen profesores cualificados en


Austria, Brasil, España, Hong Kong, Irlanda,
North American Society of Teachers of Islandia, Italia, Japón, Nueva Zelanda, No­
the Alexander Technique (NASTAT) ruega, Pakistán, Sudáfrica y Suecia; y hay
P.O. Box 3992 muchos más profesores preparándose en
Champaign estos momentos. Se puede entrar en con­
Ill. 61826-39992 tacto con profesores no representados por
U.S .A. ningún organismo nacional a través de la
Te!: 2 1 7-359 3529 Sociedad de Profesores británica (STAT).
Organizaciones q ue comercial izan
sil l as y soportes postural es

Se trata de organizaciones del Reino Unido


que ofrecen un seivicio personalizado y que
Desig n for good use
el autor, por conocerlas bien, recomienda. ( m u ebles)
Para pedir información sobre organizacio­ 2 1 Lyndhurst Rd.
nes similares de otros paJSes, póngase en con­ London NW3 5NX
tacto con los organismos que figuran en el TE!: 071-435 4940
Apéndice 2 . Robin Simmons vende toda la gama de si­
llas Labofa.
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bajo. Vende la Labomatic Working Chair -la John Gorman vende la silla de trabajo que
mejor del mercado- y otros articulas: escri­ aparece en algunas ilustraciones de este li­
torios de sobremesa, atriles, etc. bro, así como almohadones pélvicos y cu­
ñas de asiento.
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positiva ) Links Way
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Tel: 081-883 7828 Norfolk NR14 6RF
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138 ------ Postura sana

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London NWlO 6PL critorios de sobremesa a precios razona­
Tel: 081-961 451 5 bles. (Al contrario que las organizaciones
Alan y Lesley Glaser asesoran y aconsejan que figuran en esta lista, no sirvo pedidos
sobre la utilización de sillas de su gama Ope­ por correo.)
ra o de la sueca RH Form. También ofrecen
accesorios posturales para los asientos.

Nota: Hay proveedores de mobiliario para oficina que venden sillas a bajo precio con capa­
cidad de inclinación y otros accesorios adaptables al respaldo: por ejemplo, la firma Ja­
rrolds Office Equipment, Head Office, Barrack St., Norwich NR2 (Te!: 0603 630 252) ofrece
una silla para trabajar con teclados, modelo LPVl/3, de la gama Lion's Pride.
B i bl i ografía

Lo que sigue es una selección de libros que Alexander, F. M.: Tbe Use of tbe Se/f0932),
tratan de la Técnica Alexander. La mayoría Gollancz, 1985. En el capítulo 1 Alexander
de los títulos se encuentran en el mercado, expone la evolución de la Técnica.
otros han sido reeditados; algunos están
fuera de catálogo ( ) pero merece la pena
* , Alexander, F. M . : Tbe Universal Constant in
hacerse con ellos a través de una biblioteca Living 0941), Centreline Press.
o un servicio de búsqueda de libros de se­
gunda mano. Barlow, W.: TbeAlexander Principie, Arrow,
2." edición, 1990. Un buen libro de intro­
Alexander, F. M . : Maisel E. (ed.); Tbe Essen­ ducción a la Técnica a cargo de un ex ase­
tial Writings ofF. Mattbias Alexander, Tha­ sor de medicina física que se formó con
mes & Hudson, nueva ed. 1989. Es una re­ Alexander.
copilación de los cuatro libros de Alexan­
der, que además incluye una exposición ( ) Barlow, W. (ed.): More Talk of Alexan­
*

del autor sobre la evolución de la Técnica, der: Aspects of Alexander Principie, Go­
las introducciones escritas por John Dewey llancz, 1978. Antología de artículos breves y
para los libros de Alexander, algunos aforis­ conferencias que incluye una magnífica ex­
mos empleados por éste en sus clases y una posición sobre la Técnica a cargo de Mar­
larga introducción del editor, que versa so­ jory Barlow (sobrina de Alexander y exce­
bre la personalidad de Alexander y la histo­ lente profesora).
ria del desarrollo de la Técnica.
Ben-Or, N . : Tbe Alexander Tecbnique in
Alexander, F. M.: Man 's Supreme Inberi­ the Preparation and Peiformance ofMusic
tance 0910), Centreline Press, USA. El esti­ y A Pianist's Tbougbts on tbe Alexander
lo de redacción de todos sus libros es proli­ Technique. El folleto contiene la Conferen­
jo y repetitivo. Lectura recomendada para cia Commemorativa de Alexander de 1987
noches de insomnio, pero contiene algunas (Alexander Memorial Lecture); de gran inte­
perlas que pueden ser de interés para los rés para todos los músicos. STAT Books.
estudiantes más avanzados.
Carrington, W.: entrevistado por Sean Ca­
Alexander, F. M.: Constructive Conscious rey, On tbe Alexander Technique. Contiene
Control of the Individual (1923), Gollancz, comentarios y observaciones sobre Alexan­
1986. der y sus actitudes hacia muchos temas,
140 ------- Postura sana

realizados por uno de sus díscipulos más sobre la manera de trabajar con uno mismo,
veteranos, edición privada. STAT Books. a cargo de un profesor preparado por los
Barlow.
(*) Fenton, ].V. : Choice of Habit, MacDo­
nald y Evans, 1973. Aplicaciones prácticas ]ones, F. P . : Body Awareness in Action,
de la Técnica en la escuela. Schocken Books, Nueva York, 2." edición,
1988. Un relato muy bien escrito sobre la
Garlick, D . : The Lost Sixth Sense: A Medica/ vida y la obra de Alexander y su hermano. El
Scíentist Looks af the Alexander Technique, autor era un erudito de la escuela clásica
University of New South Wales, 1990. que se hizo profesor de la Técnica y que
cambió a la ciencia experimental para inten­
Gelb, M.: Body Learníng: An lntroduction tar ·demostrar• las bondades de la Técnica.
to the A lexander Technique, Aurum Press,
2." edición, 1987. Una buena síntesis de los MacDonald, P. ]. : The A lexander Techní­
conceptos básicos; lamentablemente han que: As I See lt, Rahula Books, 1989. Refle­
sido sustituidas por otras muchas de las me­ xiones de un maestro en la Técnica.
jores fotos de la primera edición.
Westfeldt, L.: F. Matthias AleXander: 7be Man
Gorman, D . : The Body Moveable, 198 1 . Ex­ and Hís Work, nueva edición Centreline
posición detallada del sistema esqueletomus­ Press. Una conmovedora historia de cómo
cular, con referencias a la Técnica Alexander. la autora llegó a superar -en buena parte y
ayudada por la Técnica- los efectos de la
Gray, ].: Your Cuide to the Alexander Tech­ polio que padeció en la infancia; observa­
nique, Gollancz, 1990. Un relato muy útil ciones sobre Alexander.
,

I n d i ce

Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Primera parte: Ideas básicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13


l . ¿Qué es utilizar bien e l cuerpo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
2. E l control primario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
3. Pautas para el cambio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

Segunda parte: La práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31


4. Aplicar los principios de Alexander e n las actividades cotidianas . . . . . . . . . . . . 33
5. De la importancia de estar tendidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
6. Consetvar la cabeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
7. ¡Piernas, para qué os quiero! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
8. Las tuberosidades isquiáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
9. Maña o fuerza: ¿Cuál de las dos emplea? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
10. Respiración y psicosomática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 13
11. Dominar otras destrezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120

Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128

Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 30

Apéndices
l. Sugerencias ergonómicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 33
2. Organismos profesionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
3. Organizaciones que comercializan sillas y soportes posturales . . . . . . . . . . . . . . 1 37

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 39
Colección Fontana Práctica
Salud y naturismo

Títulos publicados

Encinta y en forma - F. Labro


Alivie sus dolores mediante la digitopuntura - Lutz Bemau
Ejercicios para vivir mejor - Sullivan y Miller
Guía de salud natural Bircher - Ruth Kunz-Bircher
Todos los métodos de curación chinos - Dr. Wallnofer
Proteja a su familia de las enfermedades hereditarias - Hendin y Marks
Biorritmos - Román Cano
El masaje japonés - 1. Teeguarden
El libro de la belleza natural - V. Castleton
Guía para mantenerse joven - A. Beveridge
Diccionario familiar de medicina natural - Dr. Maury
Guía de las medicinas paralelas - Ann Hill
La curación por el agua. Hidroterapia - D. D. Buchman
Adelgace mediante la digitopuntura - F. R. B ahr
Acupuntura - Georges Beau
Acupuntura sin agujas (el shiatsu) - W. Ohashi
Aerobic - M. Meyer-Andersen
Cómo adelgazar. Dietas para las adolescentes - Edelstein
Ya-Ya. Acupresura con grapas - Stühmer
El poder autocurativo del cuerpo - Coleman
Primeros auxilios infantiles - J. G. Shiller
Guía de las enfermedades infantiles - J. G. Shiller
Los remedios de Edgar Cayce - W. McGarey
Guía práctica del masaje - Ouida West
Automasaje - M. Struna y C. Church
Contra la vejez - Ana Aslan
Guía práctica de las gimnasias suaves - M. J. Honareau
Tai-Chi Chuan - J. C. Sapin
Ginseng y plantas tónicas - G. Edde
El plan de relajación en 10 días - Eric Trimmer
Adelgace sin privarse de calorías - M. Leconte
Psicoterapia por métodos naturales - A. Passebecq
El libro de las vitaminas - Josette Lyon
Introducción a la macrobiótica - J. Mittler
Test a su salud - Vemon Coleman ----­
Vida sana - Harvey y Marilyn Diamond
Hipnosis - Brian Roet
La curación por las plantas - A. y J. Chamouleau
Los ritmos de nuestro cuerpo - Susan Perry y Jim Dawson
La homeopatía - Dana Ullman
Guía de la relajación - American Health Magazine
Do-in - Juracy Campos L. Cam;ado
Reflexología del pie - Laura Norman y Thomas Cowan
El ordenador sin estrés - Jacqueline Blary y Sylvie Rosenberg
Holisticoterapia - Carole Caplin
Postura sana - Jonathan Drake

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