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Cómo tener confianza en uno mismo

3 partes: Luce seguro de ti mismo Piensa con autoconfianza Práctica la autoconfianza


La autoconfianza es algo muy, pero muy complicado. Es muy fácil depender de los demás
para sentirse bien con uno mismo cuando en realidad solo debe depender de ti. La buena
noticia es que eres el capitán del barco de la autoconfianza y estás listo para surcar los
mares.

Parte 1

Luce seguro de ti mismo

1.
Vístete para la ocasión. De lo contrario, finge hasta que tengas autoconfianza. Si sabes
que luces como una persona capaz y segura de sí misma, al final empezarás sintiéndote así,
también. Deberás vestirte de la manera que mejor te haga sentir, no de la manera que creas
que una persona segura se viste. Prueba los siguientes trucos:
• Dedica un poco de tiempo todos los días a tu higiene personal y asegúrate de
estar bien presentable. Dúchate todos los días, cepíllate, usa hilo dental y
acicala tu piel y cabello.

• Vístete para tener autoconfianza. No es necesario comprar todo un


guardarropa nuevo para sentirte mejor con tu ropa. Siempre y cuando esté
limpia, sea cómoda y te sientas bien, estarás listo para la autoconfianza.
Después de todo, no te pondrías un traje de tres piezas para entregar una
pizza. Si crees que te ves bien, lo más probable es que sea así.

2.

Perfecciona tu postura. La manera en que te desenvuelves dice mucho de ti a los demás,


así que asegúrate de decirles que tienes confianza de ti mismo y estás al mando. Mantén tus
hombros hacia atrás, tu columna recta y tu barbilla en alto. Camina con determinación en
lugar de arrastrar tus pies y siéntate derecho. Cuando te veas como una persona segura
exteriormente, el mundo te verá así.
No solo engañarás a los demás, también te engañarás a ti mismo. Estudios recientes
han demostrado que la postura del cuerpo le indica a la mente que se sienta de
determinada manera, así que tener una postura de autoconfianza hará que te veas
verdaderamente al mando. Y para colmo, tener un lenguaje corporal seguro se ha
relacionado con niveles más bajos de estrés.[1]

3.
Sonríe. Ten siempre una sonrisa en los labios. Te sorprenderá ver cómo incluso las sonrisas
más pequeñas pueden desarmar cualquier situación social y hacer que todo el mundo se
sienta más cómodo. ¿Te imaginas a ti mismo acercándote a alguien con el ceño fruncido?
No, gracias.

• Si te preocupa que tu sonrisa se vea fingida, no sonrías tanto. Una sonrisa


fingida puede reconocerse desde lejos. Por otro lado, si estás contento
verdaderamente de ver a alguien o solo contento de poder practicar tus
nuevas habilidades de autoconfianza, entonces ¡muestra esos dientes de
perla!
4.
Establece contacto visual. Es un cambio sutil, pero podría influenciar a las mil maravillas
la manera en que los demás te perciben. No temas mirar a los ojos a la otra persona: no solo
le demostrará que eres alguien con que vale la pena hablar, sino que también le dirá que la
respetas, reconoces su presencia y estás interesado en la conversación. No querrás ser
maleducado, ¿no?

• Nuestros ojos son especialmente humanos. Son la ventana del alma, si


quieres, y muestran nuestra atención y sentimientos. Al establecer contacto
visual mejorarás la calidad de tus interacciones además de parecer más
seguro de ti mismo. De hecho, parecerás más agradable, confiable y tus
interlocutores se sentirán más valorados. [2] Si no puedes hacerlo por ti,
¡hazlo por ellos!

Tu lenguaje corporal deberá ser más asequible. Si ves a una persona acurrucada en la
esquina fingiendo estar jugando con su teléfono celular, ¿de verdad te le acercarías para
saludarla? Quizá no. Si quieres que otros se acerquen a ti, ¡asegúrate de ser asequible!

• Mantén tu cuerpo abierto. Si tienes los brazos y las piernas cruzadas, les estarás
dando a entender a todos que no te interesa recibirlos. Lo mismo va para el rostro y
las manos. Si es evidente que te preocupa otra cosa (ya sea un pensamiento o tu
celular), los demás entenderán la indirecta.
5.
Mantén la mirada. Ahora que ya dominas el contacto visual, es hora de ponerlo en
práctica. ¿Sabías que los demás son igual de tímidos que tú a la hora de hacer contacto
visual? Prueba lo siguiente: mira a alguien a los ojos y observa quién dura más. ¿Esa otra
persona desvía la mirada antes que tú? ¿Ves? ¡También se siente incómodo!

• No, la revista Hola no fomenta entre sus lectores a que se queden mirando a todo el
mundo. Mirar fijamente a alguien hasta que sienta tu mirada y le avergüence la
evidente incomodidad no es el objetivo. Sin embargo, el objetivo es que te des
cuenta de que los demás se ponen igual de nerviosos que tú frente a la idea de mirar
a alguien a los ojos. Si te descubren, solo sonríe y saldrás del apuro.
Parte 2

Piensa con autoconfianza

1.
Reconoce tus talentos, tus cualidades y escríbelos. Por más decaído que te sientas, trata
de animarte y recordar aquello en lo que sobresalgas. Centrarte en tus atributos te distraerá
de percibir tus defectos y aumentará tu valor personal. Piensa en tus cualidades en cuanto a
tu aspecto físico, tus amistades y, sobre todo, tu personalidad.

• Recuerda los cumplidos que los demás te hayan hecho. ¿Qué han dicho sobre ti que
nunca hubieras percibido ni reconocido? Quizá te hayan halagado por tu sonrisa o tu
habilidad de estar imperturbable y sereno en situaciones estresantes.

• Recuerda tus logros pasados. Podría ser algo que otros recuerden, como cuando eras
el primer puesto de tu clase o algo que solo tú sepas, como una acción silenciosa de
servicio para mejorar la vida de otra persona. Sé consciente de lo grandioso que fue.
¡Vamos!

• Reflexiona en las cualidades que tratas de cultivar. Nadie es perfecto, pero si estás
tratando activamente de ser una persona buena y honorable, date crédito por el
esfuerzo. El hecho de que tengas pensado mejorar tu persona indica que eres
humilde y de buen corazón, esos atributos son positivos.
• Ahora escribe todo aquello que se te ocurra y léelo la próxima vez que te sientas
decaído. Ve agregando más elementos a medida que los recuerdes para que te
enorgullezcas de hacerlos.

2.
Piensa en los obstáculos que impidan tu autoconfianza. Toma un pedazo de papel y
escribe todo aquello que creas que te impida ser una persona segura de ti misma, por
ejemplo, calificaciones bajas, timidez, falta de amigos, etc. Ahora pregúntate esto: ¿Esto es
válido, lógico? ¿O son simplemente suposiciones mías? Para tu información, las respuestas
son “no” y “sí”, respectivamente. ¿Cómo se te ocurre que algo pueda determinar tu valor
personal? ¡Para nada!

• Por ejemplo: no te sacaste buenas calificaciones en tu examen de


matemáticas más reciente, como resultado no tienes la confianza suficiente
para tu próximo examen. Pero pregúntate esto: si estudiaras muchísimo,
junto con tu profesor y te prepararas para el examen, ¿te iría mejor? ¡Sí!
Solo fue un mal día y no tiene nada que ver contigo. No tienes ningún
motivo para no tener confianza en ti.
3.
Recuerda que todos luchan con la autoconfianza. Algunos son muy buenos
escondiéndola, pero casi todas las personas han luchado con su autoconfianza en algún
momento u otro. ¡No estás solo! Y si puedes pensar en alguien seguro de sí mismo, lo más
probable es que no tenga esa misma seguridad en todas las situaciones. La confianza es rara
vez universal.

• Este es un hecho: la mayoría de la gente está demasiado preocupada en la


manera en que se proyecta como para estar juzgándote constantemente.
¿Acaso no te has dado cuenta de cómo a la gente le encanta hablar y ver las
cosas en que apenas se ve reflejada? El 99% de la gente se enfoca en su
interior. Siéntete aliviado y reconoce que no tienes que ser perfecto todo el
tiempo.

• Deja de compararte con todo el mundo. No todos están en una competencia


y ver la vida de esa manera te dejará exhausto. No tienes que ser
necesariamente la persona más popular, más bella y más lista para ser feliz.
Si tienes una fuerte inclinación a la competitividad que no puedes ignorar
por completo, trata de competir contigo mismo y esforzarte por seguir
mejorando.
4.
Mira la confianza como si fuera un proceso, no un logro específico. Tener
autoconfianza no es una meta que cruzas una vez, además el proceso no siempre será
progresivo; siempre habrá días en que sientas que empiezas de cero. Respira
profundamente, recuerda las vallas de la autoconfianza que hayas pasado con éxito y toma
la resolución de seguir adelante. En los momentos más duros, es bueno que te obligues a
animarte, aunque no hayas hecho nada.

• Lo más probable es que no te des cuenta de lo seguro que eres hasta que lo
seas. ¿Ha habido un día en que te hayas dado cuenta que eras listo, divertido,
ingenioso o puntual? Quizá no. Así que, si no ves cambios inmediatos, ten
presente que solo se debe a que estás viendo el panorama desde muy cerca.
Como cuando los árboles no dejan ver el bosque. Captas la idea.
5.
Recuerda que naciste con ella. No, no es una propaganda de Maybelline. Cuando naciste,
no te importó en lo más mínimo quién te oía llorar o lo blanda que estaba tu cabeza. Solo
estabas ahí. Fue la sociedad la que te señaló con el dedo y te hizo sentir que debías estar a
la altura de las cosas. Fue algo aprendido. Y, ya sabes lo que se puede hacer con las cosas
aprendidas: se pueden desaprender.

• Explota la confianza con la cual naciste. Está ahí, solo está enterrada bajo
años de exposición a los halagos, las amenazas y los juicios percibidos. Saca
a todos del contexto, porque no interesan. No tienen nada que ver contigo.
Lo único bueno eres “tú”. “Tú” existes aparte de cualquier otro juicio.
6.
Sal de tu cabeza. La falta de confianza no tiene nada que ver con el mundo externo, así que
tienes que salir de tu propia mente. Si te encuentras teniendo un diálogo interno, detente. El
mundo gira a tu alrededor, así que gira también con él. El único momento que existe es el
ahora. ¿Acaso no quieres formar parte de él?

• Gran parte del mundo existe fuera de tu mente (si asumimos que la realidad
es lo que parece ser). Pensar constantemente en lo que sientes o en cómo te
ves te saca del momento. Procura dejar de pensar en el pasado o en el futuro.
Concéntrate en lo que está delante de ti, pues quizá tenga algo emocionante.
Parte 3

Practica la autoconfianza

1.
Aprovecha tus aficiones. Si siempre has querido ser bueno en algún deporte o pasatiempo,
¡ahora es el momento! Mejorar tus habilidades reforzará la idea de que eres talentoso, por
consiguiente, aumentará tu confianza. Aprende un instrumento musical u otro idioma, una
expresión artística, como la pintura, empieza a diseñar proyectos, cualquier cosa que llame
tu interés.

• No te desanimes si no eres sorprendente de inmediato. Recuerda que el


aprendizaje es un proceso, además deberás aprender por las pequeñas
victorias y por el tiempo recreacional que te relaja, no para ser el mejor de
todos.

• Empieza a practicar un pasatiempo grupal. Encontrar gente que piense como


tú y comparta tus aficiones podría ser una manera fácil de hacer amigos y
aumentar tu autoconfianza. Busca grupos a los que te puedas unir en tu
comunidad o busca afinidades con aquellos que tengan el mismo
pasatiempo.
2.
Habla con desconocidos. En serio, la autoconfianza es más que un estado mental, es un
hábito. Eso es todo lo que los humanos son en realidad. Así que para que seas seguro de ti
mismo, deberás realizar cosas que exijan seguridad. Una de ellas es hablar con
desconocidos. Al principio es intimidante, pero con el tiempo tendrás más y más valentía.

• No, no asustarás a nadie a menos que seas un miembro del Ku Klux Klan
con aspecto de Quasimodo agresivo y huelas muy mal. Si alguien te saluda
de repente y te pregunta si debería ir a Starbucks o a otra cafetería, ¿cómo te
sentirías? Probablemente bien. A todos les gusta ser el héroe, habla con otras
personas y sé espontáneo.[3] Estarás alegrando su día por lo demás
monótono.

• Así que no tienes oportunidades, ¿no? ¿Qué opinas del camarero en tu


cafetería?, ¿la chica de la caja del supermercado?, ¿los desconocidos que
pasan por tu lado en la calle?
3.
No te disculpes demasiado. Poder disculparte es un rasgo positivo (y algo con lo que
demasiada gente lucha). No obstante, procura decirlo solamente cuando sea necesario.
Disculparte por haber desairado o incomodado a alguien es de buena educación, pero
disculparte cuando no hiciste nada malo podría hacerte sentir subordinado y como si
tuvieras que pedir perdón. Antes de que salga de tus labios, tómate un segundo para
asegurarte de que en realidad sea una situación que amerite una disculpa de tu parte.

• Usa vía alternativas. Podrás expresar tu compasión o pesar sin disculparte en


realidad. Por ejemplo, si te preocupas por haber incomodado a alguien,
podrías decir: “Espero que no te haya causado demasiados problemas” en
lugar de decir automáticamente “lo siento”.

• Disculparte innecesariamente hará que parezcas inseguro. No tiene sentido,


porque no eres inferior a nadie. ¿Por qué debes disculparte si no has hecho
nada malo? Después de todo, ¿lo dices en serio? Y si te disculpas todo el
tiempo, perderá su valor. Disculparte por todo implica que no te disculpas
por nada. Piensa en la frase “lo siento” como si fuera “te amo”. Solo deberás
decirlo con intención.
4.
Acepta los cumplidos cortésmente. No pongas tus ojos en blanco ni hagas caso omiso, ¡es
tu cumplido! ¡Te lo mereces! Haz contacto visual, sonríe y di “gracias”. Ser agradable
cuando alguien quiere halagarte no compromete tu humildad; demuestra que eres educado y
tienes un valor personal sólido.

• Haz un cumplido a la persona que te haya hecho uno. Si todavía te incomoda


aceptar los cumplidos, trata de halagar a la persona que te haya hecho uno
después de aceptarlo. Hacerlo te ayudará a sentir que están “empatados” y
que no has sido muy arrogante.
5.
Aumenta tu autoconfianza ayudando a los demás. Tómate el tiempo para halagar a
alguien o para realizar una buena acción sin anunciarla. Harás que su día sea especial y te
sentirás mejor contigo mismo. Cuando te conviertas en una fuente de positivismo, otros
procurarán estar contigo, reforzando así las buenas vibras.

• Mucha gente no es buena aceptando los cumplidos. Lo más probable es que


si halagas a alguien, esa persona también lo haga. Solo asegúrate de decirlo
con intención, sino podría responder con escepticismo: “Me encanta tu
camiseta. ¿Está hecha en China?” podría no ser la mejor respuesta.
6.
Desecha a los que te hagan sentir mal. Es difícil tener confianza en uno mismo cuando se
está con un grupo de gente que a tu parecer siempre te juzga. Podrías ser el más
extrovertido, ruidoso y seguro por naturaleza, pero con este tipo de gente, te convertirás en
un cachorrito ignorado. Deberás desechar a esa gente como lo harías con un mal hábito. Ya
mismo.

• Es importante que te rodees con los que a tu parecer te hacen sentir que eres
la mejor versión de ti. Solo al rodearte de esa gente lograrás el crecimiento
que quieres (¡y puedes!) alcanzar.
7.
Ve despacio. A mucha gente no le gustan los públicos numerosos y a mucha menos gente
le gusta hablar en público. Si te encuentras en algunas de estas situaciones, será importante
ir despacio. Cuando estamos nerviosos, tendemos a comportarnos aceleradamente para
terminar con todo. No lo hagas, porque será un indicativo de que estás nervioso. ¡Y te
estarás diciendo a ti mismo que estás nervioso también!

• El punto número uno es respirar. Cuando respiramos de manera entrecortada


y brusca, le estamos indicando a nuestro cuerpo que tiene que prepararse
para pelear o huir. Déjalo de hacer y verás que te calmarás un poco
automáticamente. Afortunadamente, los humanos no son tan difíciles como
la física cuántica.

• El punto número dos es bajar conscientemente la velocidad de tus acciones.


Imagina a un niño de 6 años hiperactivo por haber consumido mucha azúcar:
ese niño eres tú. Iguala tus acciones con tu respiración. Bingo. Serenidad.
8. Solo

Espera el éxito. Gran parte de la vida es una profecía que se cumple sola. Cuando creemos
que fracasaremos, no nos esforzamos mucho. Cuando creemos que no somos los
suficientemente buenos, no nos comportamos tan bien. Si esperas el éxito, podrías estar
atrayéndolo hacia ti. El pesimismo en realidad podría socavar tus habilidades. [4]

• Seguro ahora dices: “¡No predigo el futuro con precisión! Esperar el éxito es
ilógico, ¡¿acaso no estabas defendiendo la lógica hace un segundo?!” En
realidad, sí, pero míralo de esta manera: a menudo esperas fracasar, así que
¿por qué no esperar el éxito? Ambos son circunstancias posibles y en su
mayoría, una no es más probable que la otra. ¡Punto para nosotros!
9.
Toma riesgos. En ocasiones la única salida consiste en tomar riesgos. Para poder ser bueno
en la vida, tendrás que enfrentarte a experiencias que te obliguen a aprender. No podrás ser
un experto inmediatamente. Si sigues haciendo lo que siempre has venido haciendo, nunca
serás bueno en nada. Deberás arriesgarte para crecer.

• Los fracasos son inevitables. Siempre suceden y no interesa. Lo único que


importa es que te repongas. Todos sufren contratiempos, pero sobreponerte a
ellos es lo que aumentará tu confianza. Para lograrlo, primero deberás
fracasar.

Consejos
• Deberás verte más seguro de ti mismo. Cuando camines, enfócate en el lugar
adonde quieras llegar. Asegúrate de sentarte derecho.

• Cuando te despiertes en la mañana, mírate en el espejo y dite a ti mismo que has


llegado tan lejos en la vida que no dejarás que nada ni nada te haga sentir mal.

• En ocasiones, la gente dice cosas malas por envidia. Recuerda sonreír y disfrutar la
vida porque es muy corta.
• Habla en tono positivo. Cuando veas que vas a decir algo negativo de ti mismo,
reemplaza instantáneamente ese comentario con otro positivo.

• Deja de ser perfeccionista. Nada y nadie es perfecto. Los estándares altos tienen su
lugar, pero tu vida diaria tendrá tropiezos y defectos. Acéptalos como experiencias
de aprendizaje y sigue adelante.

• Recuerda vivir cada día como si fuera el último. Nadie sabe cuál será el último. ¿A
quién le importa lo que piensen los demás mientras pienses en positivo y te sientas
bien? Demuéstrales quién es el que manda. Disfrutar todos los días con una sonrisa
en tus labios es la mejor manera de seguir adelante.

• Sé agradecido por lo que tienes. Muchas veces, la raíz de la inseguridad y la falta de


confianza es la sensación de no tener lo suficiente, ya sea validación emocional,
buena suerte, dinero, etc. Al reconocer y valorar lo que tienes, podrás combatir ese
sentimiento de estar incompleto e insatisfecho. Buscar la paz interior hará
maravillas para mejorar tu autoconfianza.

• Trázate objetivos, no expectativas.

• Tú eres la única persona que siempre te conocerá. Ámate y los demás te seguirán.

• Vuelve a entrenar tu voz interna. En situaciones en donde creas que te falta


confianza en ti mismo, date cuenta de que tu voz interior te dice cosas negativas.
Necesitarás volver a entrenar tu voz interior para ser positivo en esas ocasiones.

• Olvídate del qué dirán. Tu felicidad no es asunto de los demás, es solo asunto tuyo.

Nunca olvides
• Ser arrogante y tener confianza en uno mismo son dos cosas muy distintas. Ser
arrogante es algo negativo, mientras que tener autoconfianza no lo es. Deberás saber
distinguirlos.

• La misión de tu vida no deberá ser hacer todo para tener autoconfianza. Deberás
hacer las cosas que te hagan feliz. En la felicidad encontrarás la autoconfianza.

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