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Este documento presenta la monición y oración universal para la liturgia de la Jornada Mundial del Enfermo de 2017. La monición invita a los fieles a reflexionar sobre el sufrimiento y a ser más sensibles ante el dolor de los demás. La oración universal pide por la Iglesia, el mundo marcado por el sufrimiento, los enfermos y sus familias, los profesionales de la salud, y la comunidad cristiana para que muestren misericordia hacia los que sufren.
Descripción original:
Día del enfermo
Título original
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Este documento presenta la monición y oración universal para la liturgia de la Jornada Mundial del Enfermo de 2017. La monición invita a los fieles a reflexionar sobre el sufrimiento y a ser más sensibles ante el dolor de los demás. La oración universal pide por la Iglesia, el mundo marcado por el sufrimiento, los enfermos y sus familias, los profesionales de la salud, y la comunidad cristiana para que muestren misericordia hacia los que sufren.
Este documento presenta la monición y oración universal para la liturgia de la Jornada Mundial del Enfermo de 2017. La monición invita a los fieles a reflexionar sobre el sufrimiento y a ser más sensibles ante el dolor de los demás. La oración universal pide por la Iglesia, el mundo marcado por el sufrimiento, los enfermos y sus familias, los profesionales de la salud, y la comunidad cristiana para que muestren misericordia hacia los que sufren.
Hermanos: Seamos bienvenidos a la Casa del Seor que nos convoca
a participar de su Banquete Celestial. Hoy celebramos la Jornada Mundial del Enfermo, y es una ocasin propicia para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y un momento oportuno para que nuestras comunidades y la sociedad en general se vuelvan ms sensibles ante el dolor y el sufrimiento. Ofrezcamos esta Santa Eucarista por todos nuestros hermanos que sufren algn tipo de enfermedad y por todos nuestros agentes de la pastoral de la salud, para que juntos caminemos sobrellevando las cargas propias de la vida ofrecidas con sentido espiritual a favor nuestros hermanos que sufren. Nos ponemos de pie.
ORACIN UNIVERSAL:
Elevemos nuestra oracin a Dios, Padre misericordioso, en quien
ponemos nuestra confianza. A cada invocacin respondemos. Confiamos en t, Seor.
Por la Iglesia: para que todas las personas puedan experimentar en
ella la fuerza del corazn misericordioso del Padre. Por nuestro mundo, marcado por el sufrimiento en sus distintas formas, para que el Padre lo transforme y ponga en su corazn la misericordia y el perdn de su Hijo Jess. Oremos. Por nuestros hermanos enfermos: para que, experimentando el misterio de la cruz, sientan tambin la presencia cercana y maternal de la Virgen Mara. Por las familias de los enfermos, los profesionales, los voluntarios, y todos aquellos que les atienden y cuidan, para que se conviertan en preciosos iconos de confianza y acompaamiento al lado del que sufre. Por todos los religiosos y religiosas consagrados al servicio de los enfermos y pobres: para que sean imagen de la solicitud de Cristo por los hermanos que nos necesiten. Por nuestra comunidad cristiana: para que tenga siempre los ojos atentos y el corazn sensible a las necesidades de quien sufre, y se convierta as en oasis de la misericordia del Padre.
Escucha, Padre, nuestra oracin y danos un corazn compasivo y
misericordioso, para que nos mostremos siempre ms atentos a las necesidades de nuestros hermanos que sufren y nos comprometamos, sin miedo, a acompaarles. Por Jesucristo, nuestro Seor. Amn.