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ORACIÓN DE LOS FIELES

Presidente: Queridos Hermanos: Hemos acompañado a Cristo que entra en


Jerusalén. Como verdaderos discípulos pidamos la salvación para toda la
humanidad, diciendo:

Todos: Rey de Israel, escucha a tu pueblo

• Oremos por la Iglesia que hace suyo el sufrimiento de toda la humanidad, para que
viva con fe el misterio de la pasión de cristo y sepa ser palabra de aliento a los abatidos.

• Oremos por las naciones y sus gobernantes, por Colombia y su presidente para que
cada uno, desde su propia condición, se comprometa a seguir trabajando por la justicia,
la paz, la vida digna y la ayuda mutua especialmente con los más pobres y necesitados en
este tiempo de Pandemia.

• Oremos por los trabajadores de la salud, para que, superando sus propios miedos y
agotamientos, y aun arriesgando sus propias vidas, atiendan a sus pacientes con amor,
entrega y abnegación a imagen de Cristo.

• Oremos por cuantos viven en su cuerpo la dolorosa pasión a causa de la enfermedad,


la pobreza, el desempleo, el abandono, para que en Cristo sufriente encuentren la
solidaridad y la esperanza que los anima.

• Oremos por nuestros hermanos que sufren a causa de la pandemia del Covid-19, los
enfermos y sus familias, por quienes están asustados, por quienes temen perder sus
trabajos, por los presos, los asilos, ancianatos y orfanatos para que, en este tiempo,
encuentren en la pasión de Cristo, la confortación de sus vidas.

• Oremos por todos nosotros, que acompañamos esta celebración del domingo de
Ramos, para que nuestra aclamación a Cristo, victorioso sobre la muerte, brote de un
corazón sincero y lleno de arrepentimiento.

Presidente: Dios Santo y fuerte, que todos los años nos concedes el don
de poder celebrar la pasión, muerte y resurrección de tu hijo, escucha las
súplicas que te hemos presentado, y haz que estos días santos sean para tu
mayor gloria y santificación nuestra.

Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


ORACION A LA VIRGEN DEL DIVINO AMOR

Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo


de salvación y esperanza.

Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que


ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme
tu fe.

Tú, Intercesora nuestra, sabes lo que necesitamos y estamos


seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea,
pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de
prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la


voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha
tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí
nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la
Resurrección.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa María Reina y


Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en
la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

Amén.

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