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EL MOVIMIENTO POR LA INTEGRACIÓN SOCIAL EN ELCHE.

(Con referencia
especialmente a los Colombianos)
Entrevistas a realizar:
 Elche acoge
 Cáritas
 Asociación de colombianos

1992 marca una época en el desarrollo del movimiento social de sensibilización


hacia los marginados. Hasta esa fecha, la única institución asistencial que funcionaba
en Elche era Cáritas Interparroquial si bien concebida de una manaera un tanto
lismonera y con muy buena voluntad. Con tada razón se podía decir que era una
institución, pero de ningún modo albergaba un movimiento social. Hasta esa fecha, los
menesterosos acudían en busca de ropa y alimentos, pero los recursos eran muy
limitados y la acción social estaba presidida por el principio del sentimentalismo.
Trabajaban, hasta esa época una asistente social y dos voluntarias con muchos años
de experiencia en el puesto, las tres, y con la mentada manera de hacer las cosas: con
buena conciencia y sin mas ambiciones.
En 1992 cambia la presidencia de Cáritas y se pone al frente un presidente, Antonio
Rocamora, con una visión, digamos, más empresarial de la institución y, sin saberlo,
pone en marcha los mecanismos típicos que hoy rigen todos los movimientos sociales.
En primer lugar, intenta atraer voluntariado y asistentes sociales en practicas, que no
suponían un coste. Esta actividad se apoya en una acción de concienciación social a
un nivel muy superior del que se estaba haciendo. La nueva junta directiva detecta que
los donantes interpretan los donativos como “limosnas” y los perceptores de los
servicios asistenciales también. El reparto de estos servicios se llevaba a cabo de
forma un tanto arbitraria: alguien pedía una cosa, estaba, se le daba. Por ejemplo, un
pantalón. Al día siguiente se repetía la misma anecdota con la misma persona y ocurría
otro tanto. La política alimentaria se basaba en el suministro de leche,
mayoritariamente. Para ello, Cáritas disponía de un patrocinador-protector, el “Club de
los Leones”, un grupo de presión con bastante impronta e influencia, que se encargaba
del suministro. Era la época de salir a postular, de repartir cestas de navidad alos
pobres con lo que les había sobrado a los más pudientes con ánimo benefactor,
indudablemente; incluso siempre se encuentra gente dispuesta a dar bienes valiosos.
Los probemas con que se encuentra la nueva junta directiva son múltiples: una
enraizada manera de hacer las cosas con enormes reticencias de cambiar, una
mentalidad “limosnera”, nada adaptada al estado asistencial, celotipias feroces para
mantener el status quo de los tres trabajadores que componían la plantilla, etc.
Nada de todo esto encaja en el nuevo proyecto y se tienen que tomar medidas
drásticas: ante la negativa de la asistenta social de aceptar asistentes sociales en
prácticas gratuitos, el presidente, tiene que optar por el despido tras casi 30 años de
servicio a la institución. Las dos voluntarias “de siempre” tienen también grandes
reticencias a admitir nuevos voluntarios, que desanimados ante el inmovilismo en las
formas y el autoritarismo, optan por marcharse. Por tanto, y como saboteadoras del
nuevo proyecto son invitadas a no participar en el mismo, por lo que a nivel de recursos
humanos “históricos”, Cáritas tiene que partir de cero pues la nueva junta directiva no
tiene experiencia cuanto menos logística.
La medida tiene una gran repercusión en el obispado pues los contactos y las
simpatías que esta persona había despertado a lo largo de semejante lapso de tiempo
no eran pocos. Por la misma razón, el “Club de los Leones” retira su apoyo. Las
presiones por parte del obispado y, sobre todo, su inquietud ante lo que está

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ocurriendo, son palpables pero son dirimentes los apoyos, sobre todo del vicario
episcopal de quien depende jerárquicamente Cáritas diocesana.
La nueva estrategia se basa, en primer lugar, en iniciar una campaña de
sensibilización social, indagar a qué recursos públicos y subvenciones se puede tener
acceso, a poner en marcha programas formativos y a ejercer una presión constante
para entrar en la agenda política local.
En primer lugar, las postulaciones mediante huchas para recoger limosmans se
suprimieron, sustituyendo las huchas por trípticos informando del nuevo proyecto, la
campaña de sensibilización social se complementó con visitas a los medios de
comunicación que llegaban a los ciudadanos. Estos medios aportaron gratuitamente
espacios publicitarios y gratuitos. Hay que tener en cuenta que una limosna, aunque
sea poco dinero, no se sabe a ciencia cierta donde vá y en aquella época empezaban a
ser numerosos los escándalos del destino de los fondos de las ONGs. En cambio, la
aportación en especie es mucho más generosa por varias razones: en primer lugar son
más generosas por no ser anónimas, en segundo lugar, el donante tiene la certeza del
buen fin de su donación y, en tercer lugar, el donante obtiene algo a cambio, es decir,
no es una donación pura pues se prestigia como empresa con sensilidad social. El
ambicioso proyecto de Cáritas tuvo una muy buena acogida en medios como la cadena
televisiva por cable TeleElx, el diario Información y la empresa de publicidad
PubliAntón, es decir, la cadena de mayor audiencia local, el diario de mayor difusión y
la empresa con mayor número de vallas publicitarias y mejor situadas.
El resultado de esta campaña y de los nuevos aires mas participativos en la
institución fue la masiva afluencia de voluntarios, así como los convenios con los
institutos de formación profesional cuyos alumnos de Asistencia Social deseaban
masivamente ejercer sus prácticas en Caritas diocesana bajo la supervisión de la
nueva responsable.
La ampliación de la plantilla de colaboradores hizo posible la división del trabajo:
mientras unos se dedicadan a la secular tarea de limpieza de ropa, clasificación y
reparto a los necesitados, otros se dedicaban a concienciar a estos de sopesar sus
necesidades y ser solidarios con sus compañeros de desdichas, al mismo tiempo que
se les hacía valorar la labor que se hacía en la institución. Por ejemplo, ellos tenían que
concienciarse del valor de lo que se les daba y cuidarlo pues se controlaba lo que se la
daba a cada uno. Si la institución era capaz de remendar, remozar y lavar una prenda
altruistamente, ellos tenían, con más razón, hacerlo porque era suya.
En segundo lugar, otra parte de la plantilla se dedicó a las relaciones institucionales
y a la caza y captura de subvenciones, pues hasta entonces no se le había prestado
atención a este importante capítulo y Cáritas estaba tan legitimada o más que muchas
ONG´s que sí las percibían. Las subvenciones exigían ciertos requisitos que no se
cumplían hasta entonces y este grupo se dedicó a hacerlas viables, pues en la mayoría
de ellas sólo era necesario solicitarlas o subsanar ciertas deficiencias de carácter
burocrático. En los menos, se trataba de incorporar algunas condiciones de índole
material o personal. Esto supuso unos fuertes ingresos a la institución por una vía
sencilla.
En tercer lugar y algo más trabajosa, pero necesaria desde el punto de vista social y
con amplios recursos al alcance de la institución, era la vía formativa. La dirección de
Cáritas se percató que, a medio plazo, se paliaban muchos problemas sociales
cualificando a las personas para que se valieran por sí mismas y tuvieran un mejor
acceso al mercado laboral. De la campaña formativa se hizo, y aún hoy lo es, el buque
insignia de la institución. La adaptación horaria a los asistentes, la orientación
pragmática de sus contenidos, la calidad del profesorado voluntario y la motivación del
alumnado son las notas diferenciadoras con la enseñanza reglada. Muchos de los

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alumnos que han pasado por estas aulas han pasado a ser cooperantes voluntarios.
Los gobiernos autonómicos y las entidades locales a través de las diputaciones tienen
amplios recursos para dedicar a estos menesteres. Ahora bien, los requisitos para
acceder a este tipo de subvenciones dedicadas a la formación no son fáciles de
cumplir: para ello hay que habilitar aulas con unos requisitos mínimos de superficie,
instalaciones con permiso de apertura (esto conlleva unos requisitos de evacuación
ante una eventualidad como un incendio, una situación de pánico, etc).
Por fin, y en cuarto lugar, estos escasos medios materiales, para semejante
empresa, impelieron a la dirección a ser más osados con la administración y se
lanzaron, cargados de argumentos y con una opinión pública ya muy sensibilizada, a
entrar en la agenda local. Todos los municipios deben, por imperativo legal, garantizar
el albergue de transeúntes indigentes. En el caso de Elche, una ciudad con más de
200.000 habitantes, la tercera de la Comunidad Valenciana, esta garantía no estaba
cubierta institucionalmente. Ejercía esta función de forma altruísta Cáritas. Los
albergues de transeúntes suelen ser de propiedad municipal y son una responsabilidad
del ayuntamiento, si bien pueden hacer una concesión administrativa a una empresa
privada para el buen funcionamiento del mismo. La reclamación que Cáritas presentó al
Ayuntamiento era que, de hecho, esa función la estaban realizando ellos pero sin unas
instalaciones adecuadas y sin una remuneración a cambio. Puesto que se trata de una
institución sin ánimo de lucro, no se trataba de una reivindicación económica para
enriquecerse sino para mejorar las instalaciones. La propuesta era convenir la cesión
de una parcela municipal a cambio de que Cáritas hiciera, a sus expensas, un edificio
emblemático que, no sólo garantizara la perentoria necesidad municipal de tener
cubierto el expediente del albergue de transeúntes de forma estable y no sujeto a la
eventualidad de que un día Cáritas no quisiera o pudiera dar este servicio, sino que,
como contrapartida, el edificio dispusiera de las demás instalaciones asistenciales
tradicionales de Cáritas y, sobre todo, de las aulas de formación y capacitación
profesional.
Una vez se consiguió una implantación hegemónica en el ámbito de la asistencia
social, otros agentes espabilaron sin tener rasgos de competencia, sino en la más
estricta cooperación, así se desarrolló “Elche acoge”, los sindicatos, sobre todo
CC.OO., abrieron una línea asistencial, dada su crisis de identidad1, que funciona
realmente bien y las Asociaciones de Inmigrantes.

1
Como ya vimos de la mano de Alberto Oliet Payá en su libro La Concertación Social en la Democracia
Española: Crónica de un difícil intercambio (Tirant lo Blanch. Valencia, 2004), los sindicatos, hoy mayoritarios
UGT y CC.OO. Compraron su hegemonía al precio de su identidad. La mayor inanidad y apoyo del gobierno
que tuvo UGTle está pasando la factura de la escassa credibilidad social. Si no son más eficaces y creativos es
por su dependencia económica del gobierno y por el apoyo, no del todo voluntario, de los trabajadores
funcionarios.

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C.VALENCIANA : Bienestar Social recorta un 29% los fondos de las ayudas para
familias sin recursos
La Conselleria de Bienestar Social ha destinado en los presupuestos de 2005 una
partida de 2.315.010 euros a las ayudas para familias sin recursos (las denominadas
prestaciones económicas regladas, PER). La cifra representa un recorte del 28,7% con
respecto a 2004, cuando la consignación era de 3.250.000 euros. La decisión del
Consell supone un paso más en el camino de reducción drástica de este capítulo del
gasto.
En tres años, los fondos para este salario a excluidos han pasado de 10,5 millones a
2,3, una circunstancia que ha motivado críticas de trabajadores sociales (agrupados en
la asociación Apoderser), entidades sin ánimo de lucro (como Cáritas Diocesana) y
ayuntamientos (el de Burjassot aprobó una moción que incluía quejarse ante el Síndic
de Greuges). Estas rentas son concedidas por la Generalitat, pero las tramitan los
equipos sociales de los diferentes municipios.

El recorte para 2005 se produce después de un año de mantenimiento de los fondos -la
asignación de 2004 era prácticamente idéntica a la de las cuentas de 2003- y cuando
Bienestar Social tiene en miras la aprobación de una ley (llamada de rentas
garantizadas de ciudadanía) que debe dar más seguridad y garantías a lo que hoy son
unas subvenciones dependientes siempre del crédito que disponga el departamento.
La norma aún está en una fase muy primaria -existe un borrador que ha sido
enviado ya a los agentes sociales-, por lo que es muy difícil que entre en vigor en 2005.
En todo caso, difícilmente justificaría ese hecho la reducción del presupuesto, ya que el
mencionado texto prevé que la ley tenga un año de moratoria desde el momento que
sea publicada en el Diari Oficial de la Generalitat.
Junto al recorte de las PER, uno de los rasgos más destacados de las cuentas de
Bienestar Social para el año próximo es el importante incremento de los fondos
destinados a financiar plazas geriátricas en centros privados. El bono-residencia pasa
de 30,7 millones a casi 35, lo que representa un aumento del 14%. Si a ello se suman
las nuevas partidas del bono para centros de día (el mecanismo de funcionamiento es
el mismo) y el de descanso (para estancias temporales de ancianos a modo de los
cheques de hotel), dotadas respectivamente con 500.000 y 400.000 euros, el
crecimiento es casi del 17%.
Por otra parte, las subvenciones individuales a discapacitados y enfermos mentales
que están en residencias privadas se mantienen inalteradas con respecto a este año:
un millón de euros en el primer caso y dos en el segundo. Ello, a pesar de las protestas
de asociaciones y propietarios de residencias por las dificultades en el pago. No
obstante, en el caso de los enfermos mentales, Bienestar Social inyecta cantidades
muy importantes para viviendas tuteladas (dobla el presupuesto de 2004 hasta
alcanzar los 960.000 euros) y para costear los gastos de centros concertados (sube los
fondos un 37%). Por contra, la misma partida pero para instalaciones de discapacitados
se reduce en más de 4 millones de euros (un 14%).
Otra de las subidas más notorias es la de los fondos para financiar el centro de
reeducación de menores de Villena, propiedad de la entidad Diagrama. El ascenso es
del 48%, hasta alcanzar los 4,7 millones. Mientras tanto, la partida para los conciertos
con centros de mujeres en riesgo de exclusión se mantiene prácticamente igual a la de
este año

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