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LUGAR DE LA COMUNICACION POPULAR EN LA DEMOCRATIZACION DE LAS COMUNICACIONES EN CHILE REFLEXION, APORTES Y DESAFIOS FERNANDO OSSANDON C. 3CO ss Educacion y Comunicaciones Documentacion de circulacion interna DICIEMBRE 1983 LUGAR DE LA COMUNICACION POPULAR EN LA DEMOCRATIZACION DE LAS COMUNICACIONES EN CHILE REFLEXION, APORTES Y DESAFIOS. FERNANDO OSSANDON C. “10 ie UN = PREAMBULO INDISPENSABLE Bn los Gitinos meses Chile ha cambiado. Deade mayo se ha visto re- mecido por nasivas jornadas de protesta nacional, impulsadas por vastos sectores sociales que respondieron al llamado de los trabe- Jadores de Cobre El pueblo se pone de pig. El gobierno se ve obligado a responder. Se desencadena as{ una nueva situacién nacional. La crisis econéaica deriva en crisis politica. El debate polftico sale a tomar aire fuera de los estrechos y exclusivos confines de La Moneda. La discusién por las soluciones se torna piblica. Quién mis, quienes menos, ofre- ce una alternativa al pafs desde su particular ubicacién politica Y ‘social, reafimando - ahora péblicanente - su pensaniento ideolégico. Por su parte, las organizaciones populares se multiplican tratando de encauzer el malestar generalizado y disgregado, a la vez, del Pueblo. La mayorfa de las movilizaciones culminan en una secuela de dolor y represién. Algunos grupos y clases obtienen concesiones econémicas, politicas o jurfdicas parciales. Los sectores populares @iffcilmente las saborean. Sin embargo, se gana en organizacién y legitimacién nacional de sus demandes - al debate sobre la vivienda acompafia 1a toa de terrencs nés grande de la historia del pafs se defiende a los dirigentes laborales requeridos por 1a justicta; se abre una corta brecha al drama del exilio; reaparecen varios partidos polf{ticos; se ensanchan los estrechos mérgenes de informacién y expre- sién en Jos medios de comunicacién - se abre pues en Chile un nuevo perfodo, marcado por 1a posibilidad cierta de un cambio radical ~ dentro de los préximos afios - del esquema de dominacién militar imperante, Les fuerzas populares y progresistas se interrogan acerca e céao alcanzer esos objetivos y asegurer un camino derocratizador pera Chile, De tal manera se resquebraja uno de los Gltimos eslabones del dominio militer autoriterio en Anérica Latina, que se Jactaba de pernanecer incélunne, mientras otros pueblos y otros Estados em- prendfan 1a senda revolucionaria o la transicién institucional hacia Ja democraci Decfamos que esto es materia de un preémbulo necesario, porque no es posible reflexionar acerca de 1a comunicacién popular en nuestros fas sin tomar en cuenta el cambio habido en le situacién nacional. M&s atin cuando se concibe a ésta como parte de los procesos culturale: ms vastos, que aconpafian la reconstitucién de un tejido social popu- lar y de un movimiento social y polftico capaz de expresarlo nacional- mente. Este es un adecuado momento para hacer balances, Sacer las cuentas ‘acerca de lo acontecido en estos Uiltimos afios en el campo de la comni- cacién popular, para discernir sus aportes, descubrir sus insuficiencias y aventurar los desaffos que deber% afrontar en la perspective arriba sefialada: contribuir, activa y decididamente @ potenciar los procesos democratizadores que reclanan sectores mayoritarios de la poblacién. Deben excusarme que estas notas fundanenten bésicamente en 1a experencia recogida por m{ en Chile. Tengo la certeza de que todos como latinoamericanos conpartimos una motivacién central y una préctica de comunicaciones anéloga. £1 estudio de un caso puede ilustrar mejor Jos puntos comes para 1a discusién, que intentar hacer un raciocinio global sobre América Latina, tarea para la cual no estoy calificado. La responsabilidad sobre lo que aqu{ se diga finalmente, personal. Sin embargo, dejo constancia que es fruto de un trabajo colectivo que lo antecede. Agradezco especialmente a las compafieras y compefieros de trabajo en ECO (Educacién y Comunicaciones). y a los periodistes populares con quienes he compartido en los Talleres de Prensa y en otras actividades conjuntas. Agradezco asimismo , a los organizadores de este Encuentro, que hen tenido 1a gentileza de invitarme a participar de 61. Ha sido un gran incentivo para detener la marcha cotidiana y sistematizar lo aprendido @ lo largo de ella. Hemos articulado nuestra reflexién en cuatro puntos = Acerca de 1a comunicacién - Acerca de 1a democratizacién de la sociedad = Acerca de la democratizacién de las comunicaciones = Aportes y Desefios de 1a comunicacién popular. ACERCA DE LA COMUNICACION POPULAR 1 Conviene partir poniéndonos de acuerdo acerca de qui entendenor por comuni- eacién popular. Concebimos una definicién que abarque simulténeamente dos dimensiones: realidad y proyecto de transformacién. te todo, 1a comunicacién popular ya es "un dato" de la realidad. iste un amplio conglomerado de pricticas. de elaboracién y/o consumo de mensajes que provienen del puble y se dirigen prioritariemente 261. En ocaciones, se dirigen a la sociedad en su conjunto. Adquieren formas e intensidades diferentes, segin el pafs o sector en el cual se originan. Sin embargo, el mero catastro de tales procesos no basta para discernir au verdadero carécter. Es més, muchos “comunicadores populares" no se conciben a si mismos cono tales y verbalizan de otro modo sus notivaciones. El problema es pues mis complejo, fundamentalnente porque la vida de los sectores populares no transcurre en el aire, sino en una situs- cién de dominacién marcada por 1a hegenonfa de las clases dominantes. Su cultura popular, aparece "quebrada y oprimida por los dominadores' @ las vez que constituye el nico lugar donde recibe su “identidad inmediata” (Cestillo, 1978). Dicho de una manera simple: no existe la coaunicacién popular en estado "puro". Se trata, como cualquier otra manifestacién de cultura popular, de una préctica anbigua, fragnentaria, contaminada. Lo cual nos lleva a enfatizar la presencia de una segunda dimensién: 1a comunicacién popular designe @ un conjunto de précticas cosprouetides con el casbio social en aras de una transformacién radical de la sociedad que libere a las clases populares de la opresién. El eje articulador entre realidad y proyecto de transformacién no es otro que, "la constitucién del pueblo como sujeto histérico". © sea, su insercién en 1a creacién de acterts, que en —_continuidad con el pasado, puedan ir dotando al pueblo de una identidad propia y-de una vocacién hegennica (al momento contrahegenénica) sobre 1a sociedad en su conjunto. (*) (+) A nuestro entender, H. Cristinn Ka a} definivla 1980, racoge bien 2 No toda 1a comunicacién popular tiene un mismo pero en 1a constitucién del pueblo como sujeto histérico. posible distinguir al menos dos"momentos en tal sentido: uno de ‘resistencia defensive" (Gonzaga Matta, 1962) y otro de “afirmacién de identida: A, El primero, se refiere a las rec més menos esponténeas- de los sectores populares frente a la situacién de incomunicacién Ampuesta por el régimen militar y el Srden capitalista. Dicha situacién esté marcada por una trilogfa de oro: a) Voluntad por extender “las reglas del mercado" a la resolucién de da mayorta de los Enbitos de 1a vida -un buen ciudadano es un noble y esforzado consumidor~ b) Estado eminentemente represivo ¢) Sistema de comunicaciones incondicional al régimen, que desarrolla los medics de comunicacién de masas en una dindmica concentradora y excluyente, para conseguir el disciplinamiento masivo de le poblacién. Frente a Seas y otras formas de doninacién adquieren relevancia diversas expresiones reactivas: el silencio es, probeblenente, el primer eslabén de una serie de acciones como 1a descalificacién verbal, el rumor, el no-consumo y de otras més elaboradas como "el consumo eritico de telenovelas" o 1a "educacién para la TV". Feomo 1o sugiere Nestor Garefa Ganclini (1982) la mayorfa de estas précticas no constituyen una impugnacién al sistema dominante, son fs bien formas de subsistencia, de afirmacién de una cierta “identidad bésica"; (#). (cont). 0 ss referinas 2 tipo particular de pricticas Llevadas a cabo por los secteres populare’, ee decir, por el conjunto de las clases sonetidas 2 12 doninacién capitalista. La producctén ¢ intercanbio de wensajes entre los individues que compones los diferentes sector Ge doninacién que padecen y en su consecuente voluntad-preyecte de transferuar al sistens ec: politico y sacial* y van doscubri wu préctica de oposicién y ld vigente, que ne es posible transferaar Ia y sistemfticanente, que no es posible tracsforsarla Secteres que buscan dicho cambio que mucho wenos puede transforaarse 1a ‘vealYdad sin organizerse para actuar sobre ella" (...) "lot res necesitan generar su propia comunicacién, que no se agota en B, B1 segundo, en cembio, es un momento positivo, el de les inicia- tivas de comunicaei 62, que acompafian con eu vor informa tiva y unacapacidad expresiva propia, diversos procesos de construccibn de actores populares. jComo dice el Dr. R. White" el proceso de cominica~ eilin populer comienza cuando los grupos de més bajo status dejan de hacer esfuerzos pera comunicarse a través de la jerarqufa de las ites intermediarias o de los medios péblicos ordinarios y esteblecen su propio sistema de comnicacién horizontal. Asf, esto se convierte en un mensaje expresado en su propio lenguaje y desde su propio punto de vista” (1982, pag. 30), En este caso 1a comunicacién popular refleja y en ocasiones potencia procesos de elaboraci#n de un tejido de valores Solidarios, 1 desarrollo de orgenizaciones, 1a educacién popular, las movilizaciones populares, la elaboracién y difueitn de propuestas polfticas, le expresibn art¥stica popular. Acude por cierto a vehiculos orales, escritos, grficos, visuales, auditivos, eudiovieuales, dinfini— cna de grupo, dramatizacién, teatro, canto, etc... circulan en medios ablertos pero restringidos, accequibles al sector social el cual se dirigen y adecuados a los propésitos que se persigue. La distincitn entre estos dos momentos ayuda a comprender la comunica- cilén popular cono un proceso en desarrollo. Ademls permite conprender 1a variedad de compromisos adquiridos por los agentes involucrados y los ehfasia que ponen en impugnar ideolbgicanente al gobierno o afirmar identidad popular en defensa de sus intereses. 3. De hecho, todo proceso comunicacional tiene su punto de partida en-una iniciativa de alguien. Analicemos més de cerca esta situa cién: La comunicaci&n popular no puede ser valorada - al estilo del “human comunication research"~ por el proplsito que persiguen sus actores Tempoco basta con analizar la forma y contenido de sus mensajes, el. tanafio y productividad de la tecnologfa empleada, las fuentes ée financieniento, etc. Con todos estos factores nos estanos sproximando @ le epidermis de 1a experiencia: hey que indegar nis allé. Como criteric evaluative central de las iniciativas conunicacionales, proponemos el de su organicidac. Organicjdad respecto de los sectores po puleres- en los cuales descanse su legitimidad y, al menos en parte, su sustentacién material- orgenicidad respecto de un proyecto democrético y popular de transformacién social. (**), cuales van avanzando winaciéa", (*) (cont) sino que es une de los instrunentos a travds de ‘tn In construceién de su proyecto liberador, que dard fin a la situacién (pag. 34)4 (o*) Habefa que invertir 1s proposicién de Gransci donde dice: “cada grupo secial nacido Hablar de comunicacién popular es, pues, hablar de un eodo de in wereién de le labor commicativa en el medio ambiente social popular. Ilustremos esta preocupacién esbozando ~con trazos gruesos- una descrip cign de la prensa popular en Chile, hoy, bajo este criterio: En el taller de Prensa Popular realizado este allo con periodistes populares de experienciasde base cn ECO llegamos a distinguir el menos tres formas de insercién recurrentes: A) PRENSA DE GRUPO DE INICIATIVA En este caso, se trata de un grupo que tiene “algo que decir”. Es capaz de elaborar un pensamiento, una lectura de la realidad, que busca legitimar en sus lectores. Normalnente se trata de una ideologia © bien de una funcién expresiva ~prensa dirigente, prensa cultu- ral- El equipo responsable estd 4s preocupado de elaborar un discurso, que de deslindar un piiblico especffico al cual dirigirse. Ea abierto 8 expandir su destinatario y a una eventual circulacién a través de los circuitos conerciales establecidos. Este tipo de prensa cumple un importante rol originador de la visién de mundo y ee un catalizador de aportes para debatir un proyecto de transformacién social. La fortal del vineulo establecide con @1 mundo popular depende s6lo parcialmente de este Gitino. El Beletin o revista puede, como a menudo sucede, independizarse y entrar en conflicto con sus propésitos y destinatarios originali Sele caracterizar a las experiencias mis creatives, experimentadoras fn el terreno del entilo y #l Lenguaje. TY Teomt) en el terreno originario de una funcién ein econduica, se -ginicanente uno oaks ranges que Le dan homegeneidad y conch a foncién...4(los intelectuales y La organizacién de 1a cultura).tn 1a prictica oadie tlene asegurado de antesano eu organici~ dad, De uno u otre nan por hacerse orginicas a una deterainada clase ¢ alianza de clases, opia de ella y le legfting ante aby ante 1 jencia se auestra ne necesaria, —prescindi- ble, y te B) PRENSA DE ORGANIZACION Se trata del-vocero oficial de una organizactén sociel o pol{tica, cualquiera sea su tanafio, conplejidad y permanencia. En este caso, predomina la idea de “sorvir a alguien"-shora af, determinable y preciso-por sobre la urgencia de influirlo con ideas o expresarlo en sus sentimientos.Bjemplo tipico lo constituye la prensa sindical. Obvianente elle surge cuando “se siente 1a necesidad” en la organizacién de tener un instrumento de comunicacién escrito, para enfrentar une novilizacién parcial (huelge) © para mejorar el vinculo entre dirigentes y base (a ratz de una larga negociacién colectiva). Esta prensa cumple un importante papel cohesionador de la base social © territorial. Fonenta un fuerte sentido de pertenencia. Contribuye también a facilitar la realizacién de mfiltiplea tereas pernanentes de 1a organizacién-capacitacién, informacién, control, ete. $1 bien es usual que una o dos personas 1a impulsen realmente, el equipo responsable se reviste de una demanda de los dirigentes por fomentar 1a participacién. A menudo eu deatinatario cuenta con correas transmisoras hacia el boletin en la forma de un cuerpo de delegados © corresponsales: el lector le exige més. La contrapartida a esi cadena de legitimacién control es 1a autocensura y el entrabamiento a le creatividad del equipo responsable. gn 1a prensa sindical ello se potencia por una tradicién de seriedad, a ratos excesiva. En todo caso suele caracterizar a las experiencias mis consiatentes en 1a tarea de construfr actor social popular. C) PRENSA QUE QUIERE SER ORGANICA Es, probablemente 1a més abundante en este perfodo, También la nés esporédica y dicontinua. Es una prensa que nace al momento de desatar: din&micas de reconstruccién de la organizacién social con los agentes politizados dispersos en un frente o sector. Es la prensa organizadora por excelencia. A menudo ea un espacio de encuentro, una tribuna ara que se expresen opiniones diversas y un informativo local exhautivo, que incentiva 1a coordinacién, osea, un instrunento de trabajo. Ejemplos significativos han sido los boletines de DECAL, importantes al monento de iniciar la reorganizacién de los trabajadores, en base al contacto de antiguos dirigentes labcrales entre ei. En 1a préctica es una prensa deatinada « tener un impacto transitorio. Su destino es transformarse (en prensa orgénica, en grupo de iniciativa) © desaparecer. La principal dificultad que encuentran quienes 1a impulsan en un momento dado, es la incomprensién interna acerca del papel especffico de la comunicacién. Por eso, o se concibe sus boletines, revistas o diarios murales como un simil del diario grande, pero en chiquitito, o se tiene un cierto prejuicio inicial hacia las formas, -10- Con el tiempo, en el equipo aparece la necesidad de conocer mejor al lector y entablar un vinculo atrayente con él. Aparece la demande por capacitacién y 1a preocupacién por el lenguaje. Su efecto nfs notable ha sido uno raramente previsto por el equipo al iniciarla: facilita el proceso de constitucién del grupo, es un eficaz canal de discusién, de clarificacién interna acerca del sentido y proyecciones de su quehacer hacia afuera. En suma, si deseamos preveer los desaffos y aportes de 1a comunicacién popular a una democratizacién efectiva de la sociedad, es mejor interro- ger las experiencias segin su modo de insercién en un medio ambiente Social- popular ns que por su adecuacién a objetivos clasificados por "frentes". 4, Otro rasgo significative de 1a comunicacién populer - en Anérica Latina- ha sido el de florecer ligada a diversos procesos r eon 0 - vadeores en la construccién del movimiento popular. Tanto es asf, que las vertientes més ortodoxas contindan planteando este campo cono de "difusién" ( de un conocimiento y una préctica de las vanguardias a 1a base social). A nivel de realidad como de proyecto, 1a commnicacién populer designa wn esfuerzo por extender la capacidad de decisién y ejecucién de las nasas, replanteando el rol orientador de los dirigentes y Ja relacién de éstos con las bases. Como verenos més adelante, expresa- junto a otras précticas mejor deserrolladas y con més trayectoria— la voluntad antiautoritaria més consecuente, es decir, la que busca erradicar esta forma de dominacién hegenénica no s6lo del Estado, sino del pueblo mismo. No se concibe 1a comunicacién populer sin educacién. No hay conunicacién popular sin participacién. Sin pluralismo ideolégico y cultural, por lo tanto. Lo anterior no debe llevar a pensar que esta prictica es un fenémeno exclusivamente contemporéneo, dado que emerge en un contexto de dictadu- ras y regimenes militares autoritarios en el Continente. En verdad, los sectores populares de cada pafs cuentan con una historia rica e intermitente de desarrollo de sus propias capacidades informati- vas y expresivas. £1 pueblo ha sido sujeto de su propia historia, en més de una ocasién. Dicha experiencia es recogida por 1s seroria de los sectores contenpordneos , e veces en la forna de "leccién legada por nuestros abuelos", otras en la forna de "doctrinas que guiaron Sus acciones" . Enel presente , 1a comunicacién popular tiene “ue In misién de indagar nuevamente en los mitos, los personajes, los ‘simbolos de las luchae obreras, para desempolvarios de esquenas féciles. ‘ALLE uno se encuentra con antecedentes de una vocacién hegenénica ‘en algunos actores populares del pasado. As{ por ejemplo, el estudio de la prensa obrera de principios de siglo en Chile, revela una diversi- dad ideolégica mayor que la usualmente reconocida, gran sensibilidad @ interés por contacto ‘subjetivo' con el receptor, alta incidencia informativa (y de opinién) de los lectores y corresponsales, mediante cartas, preocupacién por una "moral obrera", etc. La recuperacién colectiva de una memoria -hasta ahora arrinconada y disgregada por el sistema dominante, es, a menudo, un buen punto de partida del pueblo para el autoreconocimiento de si. 5. Finalmente, cabe proguntarse por las fronteras de la comunicacién popular, Desde luego no es un fenémeno exclusivo. Hay otros actores Gignificativos-adenés de los propics sectores involucrados- que tienen al pueblo como destinatario principal de sus mensajes. Deacartando a los medios de comunicacién de masas y a ctros medics del estado, encontranos en la Iglesia y los intelectuales profesionales iniciativas comunicacionales también “alternativas”. El punto interesante a reflextonar es acaso existen coincidencias entre estas prdcticas y sus fronteras, de qué magnitud son. Encontranos signos alentadores, por ejemplo, en el surgimiento de ‘especios de confluencia entre actores populares y de Iglesia y con instituciones de profesionales del sector inforwal. Las commidades cristianas de base, 1a educacién popular, Ja defensa de los derechos humanoa, son tres terrenos que faciliten Ja creaci6n en comin, al menos el compartir de inguietudes; despejando en parte, una tradicién de mutuo recelo y preocupacién por 1a instrimen- talizacién. £1 carécter permanente de los regimenes militares ha reforzado 1a existencia de esta histérica oportunided, nediante 1a amplincién del espacio piiblico con temas de ejercicio privado y, Por supuesto, mediante 1a represién. Por otra parte, paralelo con 1o anterior, persister dindnd tradicionales vinculadas a la jerarquia de la Iglesia, aunque-ahora~ es un conflicto dinfmico y expresivo del peso alcanzado ya, por eatos ‘espacios de confluencias con actores populeres. Desde el punto de vista comunicacional cabe hacer dos observaciones: “12 8) los voceros de 1a Iglesia (y por analogfa, los de "instituciones") no reomplazan enteranente les iniciativas comunicacionales de origen Populer. £1 papel de "voz de los sin voz" fuera de ser percibido como transitorio, est&é medido por consideraciones institucionales que tienden a entrar en conflicto con les organizaciones populares cuando éstas alcanzan un mayor desarrollo. Por eso, éstas tienden @ reclamar para s{ la conveniencia de tener una voz propia. b) le complejidad actual de 1a Iglesia (v.gr. de los profesionales) invite a distinguir claramente les iniciativas jerdrquicas tradiciona— les-destinades al reclutamiento y 1a cooptacién—de aquellas “renovadas" destinadas al encuentro y el diélogo con los sectores™ populares. Fruct{feros’ ejemplos de trabajo conjunto con les seguntas, abundan en Le actualidad. Al hablar de este tema-linites y fronteras- no puede dejar de mencionar— se recientes iniciativas comunicacionales del Estado o de sus incondi- ctionales civil: destinadas espec{ficamente a pGblicos populares. En Chile hoy circulan varios micromedios muy bien dotados y repartidos gratis-entre campesinos, duefias de casa y universitart: Varios de Sstos han surgido como reaccién del régimen a 1a prenea popular y alternativa que se desarrollaban o desarrolla en el sector. Sin embargo pese a su informalidad, no logran escapar a la estrecha légica propagandistica de un réginen dictatorial. (*) (*) Sun cucacterfaticns ¢ inpacto sobre In poblacién son un objeto reciente de estudi oxpecialuente entre los invertigadores de le corperacién de investigacién sobre 1a cultura, CENECA, en Santiag -13- ACERCA DE LA DEMOCRATIZACION DE LA SOCIEDAD 1 ata es una aspiracién de los pueblos oprimidos y de otros sectores progresistas, que se viene levantando con fuerza en los ditimos afios. 1,1, Su contenido bésico inicial es de reaccién visceral a la exclusién politica, 1m segregecién social y el liberalism econémico inpuesto autoritarianente vor 1a dictadura militar. La idea de denocra~ tizar expresa una deanda amplia por participar, por tener voz y Voto" en la gestién y deciaién de todas aquellas materias que involu- eren a las personas.£s el grito undnime de un "basta ya de que otros decidan por mi. Quiero pensar y también decidir" . Es un. reclamo de soberanifa ante un autoritarismo que se ha hecho odioso como forma permanente de adninistracién del poder. Este consenso liga intereses y visiones de sectores sociales diferentes, en una sociedad (adenés) escindida violentamente entre opresores y oprimidos. Basta una répida encuesta callejera en un dfa de protesta en Chile, para percibir que todos reclaman diferentes cosas y wna sola a la vez. "Libertad" en el barrio alto; “trebajo" en una poblacién periférica saturada de cesantes; “mejores salarios y més oportunidad de trabajo" en cualquier barrio de clase media; "justicia” en todos los sectores y hogares sacudidos ayer y hoy por la represién. Si Juego se pregunta acerca de como conseguir lo demandado, entonses las respuestas sintonizan todas en 1a "salida de Pinochet".. 1,2, Ahora bien, en ocasiones 1a denanda por democratizacién se formula cono mera restauraci6én de la denocracia formal. Libertades piblicas, restauracién de los derechos de asociacién y expresign, Congreso, poder judicial auténono, elecciones. Una concepeién estrecha cono esa sélo expresa una parte - aunque importante, dado el carécter desencadenante que tiene la practica politica-del problema. Peca de falta de realismo. Deja de lado sin més, los fundamentos que hizo necesarias las dictaduras y el autorita~ Pismo para las clases dominantes. £1 capitalismo para su reproduccién, requerfa profundizer las desigualdades en im produccién y distribucién de bienes econémicos y del bienestar social. Al lado de los gobiernos militares se situa hoy el accionar monopélico del capital financiero y sus conglomerados industrialés, asociados al capital transnacional. a Ambos "hacen al regimen militar" (7). Democratizar la sociedad implica devolver 1a soberanfa a los ciudadanos y adenfs, junto con ello socavar las bases de 1a concentracién y centralizacién del podér, creando mecanismos para su distribucién ads igualitaria entre los miltiples componentes de 1a sociedad. Poder que alcanza no 8610 a los bienes econéaicos sino también a la produccién gaia, cal rife, sy das de Ie poblacién y la convivencia humana diaria, Solo una ceoncepciéa integral de deseocratiaza ci6s de la sociedad es capaz, adenfs, de empezar a satisfacer las urgentes necesidades del pueblo, asegurar su subsistencia y abrir las compuertas a su real participacién. 2 La denocratizacién de 1a sociedad es un acto futuro, en 1a medida que sigue a la cafde de las dictaduras o a un esquena consecuente y radical de transici8n a la denocracia. Pero es también un proceso que comfenza ya, en el presente. E1 nico modo que tienen los actores sociales y polfticos para prefigurar ‘una sociedad dencorftica futura, es prefiguréndo en su seno. Ello supone, por otra parte, plantearse ¢1 problema de la continuidad, sea, el de cémo levantar una propuesta para el pats de hoy; cémo ser sensibles ® las transformaciones econémicas, sociales y cultural impuestas por el régimen en la llamada sociedad civil. Ye hablemos antes acerca de la renovaci6n interna de las précticas populares. Veamos ahora un par de ejemplos significativos acerca de estas nuevas reslidades s procesar en una propuesta damocrstica futura. {*) EL carketer estructural del problena queda denostrade taubién por La irrupeién de denandas denocratizadoras desde 1a base social, en los pafses capitalistar als desari + ejeaple, en EE.W. ha curgide un soviniento que busca "revitalizar )" para "hacer sfa tolerante 1a vida" dado que "la sayorfa jan intocados por Ia tendencia hacia una escala eo hacer polftica centradi la representatividad y "ilevar 1a polftica al lugar donde vive Ia gente" para ausenter aus posibilidades de participactén directa" (Norris 0, y Ress K. pag. 13 y pags 18) 15. A) Democratizar es descentralizar. Importancia de revalori- zar la diveraidad en una propuesta de unidad nacional. La critica 8 lm expansién de los estados modernos no tiene un s6lo significado como pareciera a menudo. El neo-conservadurismo de Reagan, la Tat- cher y los "Chicago boys", encuentra su contrapartida en corrientes progresistes y renovedoras, como la "critica a los socialismos reales", autonomia regional, convergencies socialistas, etc. Mientras los Prineros reclaman un Estado fuerte, soluciones fuertes y maximizer 1 peso de 1a propiedad privada, los segundos reclaman mayor participa- _ ein directa de las perscnas y grupos en 1a gestién del orden. Dicha Participacién supone no e6lo un respeto a la diversidad - pluralis- mo - en los distintos plancs, sino también basar el logro de la unidad nacional en una mayor igualdad de oportunidades en su conatruc— etn. Mhora bien, los actuales regimenes autoritarios -el de Chile al menos han intentado impulsar una institucionalidad descentralizadora con el fin de maximizar la eficacia en la administracién del poder estatal (todos los Alcaldes los designa Pinochet) y abrir nuevos campos a la acumulacién capitalista privada. Una dinémica democratizado- ra futura no puede pasar por alto la existencia de estas nuevas institu- ciones (polfticas, educacionales, entre otras); més que desmontarles habr& que recrearlas, transformarias en canales efectivos de participa- ein directa en la gestién y el control ya que -por su. interme- @io- resulta posible “acercar" e1 poder @ una mayorfa ciudadana hoy desprovista de él. B) Ligado con lo anterior, democratizar es ampliar el espacio de la préctica politic Una de las consecuencias mis trascendentales del régimen militar ha sido la de re-significar el espacio de "lo piblico" con contenidos antes arrinconados a la esfers de lo privado -irrumpe de nuevo la religién, la preocupacién por 1a entretencién, 1a comunicacién ciudadana y lm satisfaccién de otras necesidades humanas. En la medids que ‘todas estas prdécticas e instituciones “se tornan piblicas" ella se transformen en un patrimonio colectivo en un espacio al cual ci be fijarle su significacién. A la base de esa significacién el régime militar impone 1a competiviiad y la responsabilidad individual, como Gnicas formas de satisfacer las necesidades hunanas y, el consuro (privado, mercantilizado) como el objetivo sacrosanto de las sociedades eecidentales. (+) ‘TI Para Techrar 1082, 1 fondneno Lo origina Fundanentalaente ei propio réginen al restringir radicaluente el carscter piblico de 1a polftica y confivarla a reductos clandestinos y a esferas privadas. La politica deja de ser un asunte péblice excopte para los voceros y partidarios del réginen. Luego afade "Latrvobueién" del dubite pablico. polftico no significa una clausura de 1a esfera piblica. Le que veurre es un traslade de le péblice a 10 social. Lo piblice ex reinterpretade cone piblico consusider. 1 nuevo aundo piblico serS de los negocios y del consunisno M(pag.22). ~16- Para la cultura popular lo anterior ha significado, por una parte, extender un ieperative de sobrevivencia a grandes nasas hunanas -nuchas de ellas degradadas de posiciones mejores elcanzadas en el pasado- . Las mayorfes populares se hayan arrinconadas por la desesperacién, la cesantia y el desprecio a su @ignidad como seres hunanos. La orden del dfa, la rutina cotidiana, es sobrevivir. Adaptarse, reaconodarse a esta nueva situacién. Se Femecen con dolor las relaciones familiares, la alimentacién de los nifios, las vocaciones familiares, 1a salida a la calle de las mujeres, el ocio. Por otra parte, para las capas activas del mundo popular ("los orgentza- dos") 1a resignificacién de 10 pdblico ha demandado una suerte de piiscién de la préetica polftics, como principal for ma de resistir la dictadura y combatir el autoritarismo, Ha sido una forma de "asegurar 1a identidad personal en un mundo sin referentes colectivos" (Lechner, ibid.) Cuestionar las relaciones y el funcionaniento no democrftico de las propias organizaciones, revelorizar las opciones y compromisos individuales, ofrecer una alternativa valida al aburrimiento de los JS6venes, editer un boletin, desmistificar la salud, abriendo polich{ni-~ cos y previniendo enfermedades son -entre otros- esfuerzos colectivos que encierran un potencial democratizador enorme. -17- ACERCA DE LA DEMOCRATIZACION DE LAS COMUNICACIONES Intentenos ligar ahora les reflexiones sobre comunicacién popular y demo eratizacion de las sociedades que -hasta aqui- hemos expuesto por “se- parado, Seria pretencioso de nuestra parte dar cuenta del fendmeno en su sonjunto. Por eso, apoyéndonos en otros autores y en nuestras propies observaciones, trataremos de precisar o1 lugar de la comunicacién popular en una propuesta de democratizacién integral de las comunicacio~ nes lL En un encuentro reciente de intelectuales (+) el problema de la denocra~ tizacitn de las comunicaciones fue puesto en debate en los siguientes términos: zcémo generar en el conjunto de la sociedad las. condiciones que hagan posible que cada grupo social pueda constituirse cono un actor social en los procesos comunicativos? Nuestra simpat{a con este modo de formular el problema es, en primer lugar, te6rica: Se sustenta en una nocién de comunicaciones sinénino de relacién humana y social de intercambio de mensajes. Ella plantea Gimensiones comunicacionales m&s acd de los aparatos ideolégicos Ge estado o formas cristalizedas de ejercicio monopélico del poder para las clases dominantes. No se concede a los medios masivos de comunicacién un rol omnipotente en la formacién de conciencias y socializacién de valores. La opcidn seflalada es importante por cuanto Posibilita "pensar" la transformacién del sistema hegeménico de comunicaciones ¢ "imaginar” la emergencia de un nuevo sistena alternati- vo. 1,1, Un tipo de respuesta bastante comin a 1a interrogante planteada ha sido 1a de asegurar "el control" de un cierto niimero significa— tivo de medios de comunicacién por partidos de izquierda e instituciones afines. Esta férmila de trabajo, fracasada como estrategia de poder en el pasado, reaparece hoy en quienes depositan todas sus energias al desarrollo de medios de comunicacién ne oficialistas u opositores. A la larga, esta opcién se incapacita a si misma para hacer un aporte significative a la construccién de una nueva hegesonfa, de una nueva cultura. Se limita a mantener una voz digcrepante en lo pol{tico, Te Convergenela Soctaliate, docusento de 1a Conisién de Cultura y Educaci6n, Punta de Tealca, mayo de 1963. -18- en el marco de una progranacién disefiada para una competencia comercial. Por esta via, sin quererlo, los medios “bajo control" obstaculizan una participacién creciente de las masas en la elaboracién y difusién de 1a cultura nacional, a la vez que refuerzan la vigencia de un esquena politico "representativo" excluyente y formal (+) 1,2, Busquenos pues, otra entrada a la formulacién de una estrategia de- mocratizadora ‘de laa comunicaciones. En un trabajo reciente, Giselle Munizaga propone caminar hacia la creacién de un nuevo sittesa de comunicaciones. Este, no 6lo debe inclufr a los medios de comunicacién de masas como "canales difusores a un alto nivel" de un discurso representativo de todos 8 sectores sociales, sino que también debe asegurar a cada sector @ capacidad de articular su visién del mundo y sus necesidades” en discursos que, enfrentados a otros vayan constituyendo los sentidos y significados nacionales" (1983, pag.1) Se trata de concebir al sistema de comunicaciones cono "una red de opertunidades potenciales o actuales de hablas, junto aun dis curse social que se produce y reproduce en ellas haciendo su operacién posible”. (pag.4) De este modo es posible aspirer a un ordenaniento diferente en las Felactones sociales de comunicacién, donde 1a cultura popular puede desplegar legitimamente su presencia en la sociedad a partir del veconocimiento de s{ -cohesién, identidad- y de la universalizacién de sua valores atingentes a toda im sociedad. Como dice Giselle “el sistema de comunicacién, al cristalizar los sentidos y significados sociales, permite 1a conformacién de identidades colectivas, de un yo, de un ti y un nosotros pablicos, 1a constitucién de un campo de interlocucién, la aceptacién conjunta de conocimientos y valores, la definicién de necesidades e intereses y la articulacién de intereses "(...) "la red de hablas (tecnolégicas o no) permite la = lot aedios epositores (actuales) no constituyen en rigor, medios de comunica- cidnalternstiva. se tipo de aedios son aquellos que alinentan a y se allaenten de un diseurso sgeial alternative, tanto en sus formas cono contenides, respecte al discurse del réginen. Ese dincurso alternative debe incluir géraenes de visiones alternetivas del aundo y ser el pertador de ellas, aquel que las procesa para difundirlas sono sentido couin. Ueberé surgir de précticas coneretas, en las cuales se elabora: un reconociniento del auevo Chile, aodificate no s6lo pollticanente sino tanbién en su estractura social y fistea; un proyecte de superacién del desarrollo iapuesto por 12 burguesfa transnaciona- Mzada. Le comunlcaeién alternetira solanente podrS surgir de una culture alternative" (Getunizaga, 1982, pag.87) 19 produceién y reproduccién de hablas sociales y constituye la estructura comunicativa de la Sociedad” (Pag.4) (+). 2. En esta perspectiva, 1a comunicacién popular esté llamada a "llenar un vacfo" que ni los medios de comunicacién controlados por la izquierda en el pasado y los no-oficialistas en el. presente, alcanzan del todo a satisfacer. 2,1, Nos referimos a la construccién de una visién del mundo y la canali zacién de las necesidades sentidas de los sectores populares. las iniciativas comunicacionales de actores sociales de raiganbre popular pueden desatar capacidades latentes, maniatadas hoy por la urgencia de sobrevivir, el cansancio, el escepticismo y la dispersién. Recoger las necesidades, elaborer el conociniento de le realidad, difundir y socializar las respuestas nfs significativas. En dos pale— bras expresar y devolver, informer y orientar.Favorecer lacreacién de i- dentidades que contribuyan acontrarrestar las formas ideolélogicas de: le dominacién. 2.2, como es obvio, 1a discusién acerca de este punto de vista antecede al problena de 1a seleccién de los medios, aunque para su realiza- cién necesariamente deba plantéarselo (zcudles son los medios de comunicacién tradicionalmente vélidos en el mundo popular? zc6no apropiarse de les nuevas tecnologias y adaptarles en funcién de satis- facer necesidades propias?. En lo que se refiere al potencial sociali- zador de la comunicacién de mesas, cémo quebrar su unidad monolftica por dentro, socializando valores populares de validez universal?). diganos que et raciocinio concloye r Meres tipos de hables” que, santeniendo. se especifici— rticulacién entre af: 1 de hablas, encargada de 1a repreduccifn industrial de sensajen y elaborada por una industria de mensajes. iY 'b) Escalones interaedios ¢) Red sicrosocial de hablas, encargada de Le reproduccign art laborada por’ stadt wal de uensajes y nosotros actores sociales afninanente constitufdes. (pag. 6). -20- 2,3, Para lograr sus objetivos, 1a comunicacién popular debe desen— volver en todos y cada uno de los niveles de articulacién de "hablas" que las circunstancias, los condicionamientos socio~econémi- cos-jurfdicos y el desarrollo del movimiento popular vayan aconsejando ~aicroespacios, espacios intermedios y macroespacios. El operar en uno u otro espacio no es cuestién de voluntad. Es més, debe haber une cierta armonfa entre 1a situacién socic-econémica— jurfdica, el grado de desarrollo del actor social y las capacidades humanas y materiales con las cuales se impulsa la inicietiva. (Hay boletines de prensa que "se quedan cortos" al ser implementados art nalmente, mientras otros "se superponen" al mundo popular al que se dirigen por estar resueltos con una tecnologia intensive. Unos y otros se vuelven ineficaces: el destinatario popular se enociona inicialnente con su aparicién, pero no se deja influir por 61. Con el tiempo, los primeros pasarén al olvido sin dejar rastros y 10s otros, serén recordados como un lujo pasajero y ajeno). En este punto, quisiéramos detenernos en el debatido tema de “lo local". De hecho, 1a gran mayorfa de las précticas de comunicacién Popular surgen hoy como experiencias de base, insertas en un medio ambiente social y"humanoconcreto. Amenudo se critica en algunos cfrculos, el localism, la falta de coordinacién y el desprecio a lo masivo que encerrarfan estas experiencias. Al respecto, cabe decir algunas consideraciones: = @l carécter local de las experiencias.no ha sido siempre algo buscado; es més bien el espacio natural, el Gnico posible, donde afloran las précticas de “resistencia defensiva" e iniciativas de “afirmacién de identidad". £1 cierre de los espacios piblicos a la politica y su re-significacién con patrones de consumo privado, impuestos por el régimen militar, no permite otra cosa. (s6lo en las actuales circuns- tancias en Chile se abre objetivamente la pregunta por los espacios y en especial por los escalones intermedios, permaneciendo los espacios Masivos de comunicacién casi enteramente cerrados.; Por cuanto tiempo?.) - Por su parte, con el tiempo “lo local" comenzé a mostrar algunas virtudes: es all{ donde se encuentra la gente de carne y hueso, all{ donde florecen los liderazgos esponténeos y donde se realiza buena parte de la actividad de las orgenizaciones. Esto permitfa dar respuesta a las inquietudes nuevas: partir de lo real, establecer nexos con Ja subjetivided popular, fomentar 1a participacién directa, etc.. acunular para una opcién democratizadora integral. = Finalmente, las virtudes que presenta para el trabajo comunicacional no debe sesgar a los actores respecto a sus 1fmites; el espacio local ~es obvio~ no copa por sf mismo los diferentes ambitos de insercién del ser humano (os amigos, el hoger, la TV, la calle, el comercio, Ja escuela...) Tampoco suprime también es obvio- los diferentes ~21- niveles de agregacién de las sociedades modernas donde se cuenta por miles, por millones- . Cualquier descuido de estes realidades en le formulacién de una propuesta denocratizadora, harfa tanto da fio a eu viabilidad como lo hace el desprecio a priori a lo local. ‘Queda pues planteado al respecto un doble desaffo:eldela op ort u - nidad de los espacios y el de su posible articulsciéa, ~23- APORTES Y DESAFIOS PARA LA COMUNICACION POPULAR A lo largo de estas p&ginas henoa insistido en referirnos a una préctica real existente, como telén de fondo para una reflexién acerca de la democratizacién de las comunicaciones en Chile y denés paises gobernados por régimenes militares en América Latiné quisiera reseNar, on esta parte final, algunas ideas acerca del aporte que hace 1a commicacién popular existente -tal cual 1a hemos experimentado y percibido nosotros- a una perspectiva libera— Gora cono la que nos inguieta. También anotar, para inviter al debate y a la imaginacién, algunos de sus desaffos més innediatos. 1, Los aPortes 1.1, ba commicacién popular recupera e¢1 habla pare e1 pueble. Un “habla” no sélo cercenada desde hace diez aflos para sus expresiones polfticas m4s consecuentes, sino aplastada y desvalorizada desde siempre para los actores sociales y las grandes masas del pueblo. A través del incipiente ejercicio de un derecho, el pueblo comienza @ reconocerse a si mismo como actor individual y colectivo~ con necesidades , sentinientos y propuestas de solucién propias. Sujeto de una cultura, Actor de su destino, adn cuando éste se confunde— todavfa- con un horizonte demasiado cercano, marcado més por el affn de supervivencia que por el de convocar a otros a una accién transformadora conjunta. En muchas experiencias, la mayorfe quizés, 1a comunicacién se levanta como un instrunento de trabajo o un canal de participacién, o sea, con una vocacién de servicio, En otras predomina el affn expresivo “decir aquello que de todas maneras tengo que decir". Por sobre la necesidad del discurso predomina entonces ese afén por tener una voz, Se trata de una voz que encuentra sentido en una necesidad; el piiblico al cual se dirige, los problemas que recoge, los sf{mbolos que acufla, etc. Por esta raz6n sus iniciativas no supeditan (Bn contadas ocasiones captan "publicidad": ella opera como fuente de financianiento y no cono un instrunento pare el logro de ganancias). La conunicacién popular surge para servir o para influfr, nunca como pretexto para un negocio particular. Esta voz propia marcha a veces en conflicto, a veces en cooperacién= con otras voces aitermtwvas el autoritarismo social y polf{tico del régimen militar, cono "la voz de los sin voz" de la Iglesia entre otros 1,2, La cominteacién popular facilita 1a ereacién ¢@ nue- vot etpacios de convivencia ¢ Inaugura. nue vos circuwites para la elaboracién, distribucién y consumo de mensajes. En tal sentido, ya lo vimos, contribuye e desplegar las potencialidades de lo local. Contribuye también a sortear los obstéculos impues— tos por la represién: al circular abiertasenté, pasando por alto las definiciones y alcances de lo legal, no se puso en abierta contra- @iccién con ella (como sf lo hace 1a comunicacién clandestina), pero tampoco se detuvo @ esperar su reconocimiento. También ofrece posibili- dades a la creacién de nuevas redes de circulacién de mensajes, con la limitacién de estar restringidas a les capes “organizadas" del mundo popular y la ventaja de no tener que supediter sus objetivos a las mediaciones consumistas propias del crecimiento comercial. 1,3,n la comunieactén popular, #6 exploran nuevas tée~ nicas y recicla alganot de los avances tee~ nolSgicot disponidles, @laver que se insiste en Les sedios de conunicsei6n tradicionslwente a- cuNados por 2} pacblo y sus dirigentes En la practica, estas opciones en la seleccién de los medios nos informan de una convivencia acompafiada de tensiones. La primera opcién se observa con ms fuerza entre las capas de intelectuales y profesio— nales al servicio del pueblo. La segunda, entre los dirigentes y activistas politizados. Unos y otros privilegian diferentes "ventajas". Sin embargo, crecen también las experiencias que armonizan una y otra forma de seleccionar los mediot Al tradicional y extendido uso de 1a palabra oral (1a asamblea, la reunién) y de la palabra escrita (el bolet{n, el diario mural) se suma ahora la indagacién de otros medios y lenguajes. Auditivos ("la cassette"), audiovisuales (el diaporama, el video-cassette), grupales (las dinémicas de grupos, el papelégrafo, 1a dramatizacién). Reviven también los medics expresivos usados en otras épocas (el teatro, el canto, 1a plastica, la gr&fica, el afiche.) -25- 1,4, a comunicacién populer se concibe a si eisma « constante bésqueds. Participa de los procesos de renovacién ideolégica y metodolégica que caracterizan a muchas practices actuales de conatruccién de actor popular. Este afén de biisqueda se expresa de manera desigual cuando empiezan les experiencias, pero termina imponiéndose en la mayorfa de ellt Si lo importante es tomar la palabra, ejercer el derecho, poco importa tener une "Llegada” significativa -atraer la atencién, conquistar adeptos, suscitar opiniones-. Gon el tiempo esa necesidad surge y la bisqueda se centra en temas como los siguientes: a)sortear las constataciones que la realidad nos impone: "hay poco hébito de lectura" "los organizados estén satura~ dos de boletines", “los jévenes se lo pasan viendo TV" b). conoci~ miento real del auditorio, piblico o lector c) hallar un lenguaje y estilo adecuado -atrayente, convincente entretenido, esperanzador- 4) dosificar adecuadamente los contenidos transformadores con otros comprensibles e identificables por la gente... En términos generales, 1a conunicacién popular ofrece un camino alterna- tivo a la mera difustén de conocimientos y consignas, método asocisble @ una ortodoxia de tipo vanguardista. intenta salir al paso a una elerta préctica de arrastre en tal sentido, marcada por el activisno (innediatisno) y el organisismo (burocratisno). 2, Los pesarios 2,1, ta conunicacién popular encuentra todavia grandes dificultades para articular los espacios entre si. Esta preg cupacién no se refiere a la escasa “coordinacién” formal ni al desconocimiento por unos acerca de lo que hacen los otros. Ambos problemas encuentran ya vias parciales de solucién cualitativa, acordes @ su inciptente grado de desarrollo actual. £1 problema clave més bien es 1a reproduccién, a escala de los sectores populares y medios progresistas de les escisiones existentes en el pafs real entre el Estedo y los opresores respecto de los oprimidos. Algunas dinfmicas suelen contraponerse en vez de potenciarse mutuamen- te, Intelectuales que elaboran y sintetizan vs. intelectuales que difunden ¢ informan. Instituciones vs. organizaciones. Macromedios. vs. micronedios. Orgenizados vs. no or@nizados. Politizados vs. indepen- dientes. -26- ‘Afortunadamente 1a nueva situacién que se vive coloca un clima subjetivo favorable a poner freno a estas tendencias segregadcras y de deserticu- lacién entre lo polftice y 1o social, La urgencia por articular actores social y conciencia de si, representa e! popular efectiv consistentes, con libertad mayor desaffo para una comunicacién 2.2, ba comunicacién popular debe hacer frente ala falta de fi nanciasiento, capscitacién desu y escase reconocivients social su laber. Be necesario valorar adecuadamente las fuentes de fragilidad e inconsis— tenecia de las experiencias, asf como constatar su escaso nimero en relacién a la magnitud de los espacios demccratizadores disponibles. EL financiamiento debe ser abordado con flexibilidad. La experiencia myestra el éxito de quienes hen diversificado sus fuentes de financie~ niento. También la conveniencia de cobrar un aporte econémico- aunque por razones practices, es casi imposible hacerlo retornar. por completo ‘al equipo responsable. (Este repercute mis como medida de reconocimiento social objetiva "quién necesita algo esté dispuesto a comprario™) En cuanto @ 1a capacitacién del equipo hunano responsable, la experien— cia también ensefla que ésta no debe restringirse a la sola tranenisién de técnicas (sin una discustén acerca de la préctica real la iniciativa comunicacional corre el riesgo de estancarse); adenés, que el nétodo mis efectivo y duradero es el de “aprender haciendo". Por iltimo, las iniciativas comunicacionales tienen como desafio real el de ir resolviendo su “organicidad", conquistar-activanente— el reconocimiento moral y material de los sectores sociales que dice representar. Hacerse necesario es el primer paso en una secuencia que conduce a 1a incidencia efectiva en las conciencias. El vinculo estrecho, participativo, cotidiano, entre equipo responsable y medio ambiente individual y social, es 1a mejor garantfa de una insercién valorada. Por su parte, estos tres problemas deben ser recogidos para un proyecto de democratizacién que sistematice les demandas de la comunicacién popular al respecto: atencién re-distributiva del Estado para que colabore en su finenciamiento, multiplicacién de las oportunidades de capacitacién, incentivo al reconocimiento social amplio de la comunicacién de base y multiplicacién de los espacios intermedios y nacionales de intercambio de mensajes, etc. -27 2,3, EL desafio m&s inmediato es el de responder oportuna y adecuadawente alas transforsaciones coyum turales de los espacioscomnicacionalesy me ver respuet~ tas alos caubios previsibles enel future Una de las caracterfsticas tipicas de toda actividad nueva es la de afirnarse tempranamente a lo conocido, institucionalizerse. La comunicacién popular tiene el desaffo de continuar sus biaquedas respondiendo shora a los nuevos espacios que se abren a au paso = espacios~ intermedios- a la vez que consolidando ahora los significati~ vos logros en la base durante estos afios Una metodologia adecuada para pensar estas opciones debe contemplar entre otras cosas, un reconocimiento de las diferentes formas como se insertan las iniciativas en su medio ambiente individual y social (por ejemplo, en el caso de 1a prensa popular, distinguir la "prensa orgénica” de la “prensa de grupos de iniciativa” y ambas, de la "prensa que quiere ser orgénica"). El pueblo reclama un sitio protagénico en la democratizacién de la sociedad junto a otras clases y grupos sociales. #1 desarrollo de 1a comunicacién popular alternativa puede contribufr a facilitarlo. Santiago, noviembre 1963.~ ~29- BIBLIOGRAFIA Barraza, Ximena, 1977, "notes sobre la vida cotidiana en un orden autoritario", Santiago, publicado en la revista ARAUCARIA, Paris. Castillo L., Fernando, 1979, “Religién Popular, Desaffos y Esperanzas" en FE y SOLIDARIDAD, Santiago, Servicio de Documentacién Fe y Solida~ ridad, #27. = Convergencia Socialista, 1983, Docunento resunen presentado por 1a Comisién de Cultura y Educacién, al Encuentro realizado en Punta de Tralca, en mayo. Mineo. Garcia Canclini, Néstor, 1982, Las colturas populares en el capitalise, México, ed.Nueva Indgen. Gonzaga Matta, Luis, 1962, “Cultura de Resistencia y Comunicacién alternativa Popular en Brasil” en Cosunicacién y Denocr cia eo Aa€rica Latina, Lima, DESCO-CLACSO, pp.6! Gramsci,Antonic 1975, Los intelectuales y 1a orga nizacién @¢ 1a cultura, México, Juan Pablos Lechner, Norbert, 1982, “Qué significa hacer politica" en comp. del misno nosbre, Lima DESCO,pp 17-36, Matta, Marfa Cristina, 1980, "Capacitecién para la préctica de 1a Comunieacién Popular, en MEDIA DEVELOPMENT, Londres, Vol.XXVII.3. we Morris D. y Hess, K, £1 poder del vecindario, el nue Localisne, Héxico, ed. 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