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Introducción
¡Atención! Aquí no estamos hablando de lo que pasa en el planeta en el 2009, sino lo que pasaba
desde 1997 al 2001, aunque usted podrá encontrar semejanzas sorprendentes. En éste libro se
analizó las causas de aquella crisis, se previó su salida, a partir de lo que solo era una posibilidad:
la apertura del mercado chino, con la entrada del País asiático a la Organización Mundial del
Comercio (OMC) en el 2001. También se anticipó a la posterior saturación del mercado Chino y
el estallido de la actual crisis económica mundial.
Es un esfuerzo del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) para los
trabajadores y el pueblo argentino y para toda la clase obrera mundial. Con este trabajo el MIJD
demuestra que las ciencias económicas no es solo para universitarios y que además no es
necesario hablar con terminologías difíciles e in entendibles como gusta a los economistas a
sueldo del capitalismo y del imperialismo mundial, con el propósito de que los pueblos no tengan
acceso al conocimiento científico.
Veamos lo que se escribió entonces:

La “crisis asiática” desde el ‘97 al 2001


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Lo primero que hay que decir es que lo que estamos sufriendo y que los economistas en general,
llaman “crisis financiera”, es una crisis de sobreproducción. Todos lo datos estadísticos nos
conducen a ésta afirmación. Por ejemplo: La devaluación de todas las monedas de los países asiáticos,
Rusia, Brasil, etc., a partir de 1997, es una confesión de que para poder mantener el volumen de sus
exportaciones, tienen que tomar ésta medida extrema que al final va en su contra, como lo veremos más
adelante.
Otro ejemplo es la caída generalizada de los precios que se viene produciendo no sólo de las materias
primas, sino también de los productos terminados, que hemos visto en los últimos años en el todo el
mundo, aunque ahora se esté produciendo una pequeña recuperación de algunos de ellos.
Sobreproducción o superproducción significa sobreoferta. Y como sabemos, cuando la oferta es
mayor que la demanda, los precios caen y al caer nos están diciendo cuál es el mal que está afectando a
la economía.
Por otra porte la globalización, es decir la libre circulación de los capitales y el perfeccionamiento de
las comunicaciones hace que la crisis se contagien rápidamente, produciendo un efecto dominó en el
ámbito mundial.

La crisis de sobreproducción estalla cuando la capacidad productiva en desarrollo constante entra


en contradicción absoluta con la capacidad de consumo en retroceso permanente. No es porque se
produzca de más como por ejemplo en la crisis del 29, sino porque ésta situación obliga a frenar
constantemente el proceso productivo. Esto provoca un continuo despido de trabajadores y de ésta
manera se causa también un retroceso constante del consumo. Tampoco significa que se pare por
completo la producción y el consumo, sino que la actividad económica se reduce al mínimo, con lo que
caen las ganancias empresarias en general, aunque una minoría de grandes empresas obtenga
crecimiento. Y se consume menos, no porque la población tenga satisfechas sus necesidades, sino
porque no tiene dinero para comprar. Las ventas caen al mínimo mientras las necesidades crecen al
máximo.

La causante de todo esto es la revolución tecnológica en la producción, el comercio, el transporte,


las comunicaciones, que como toda revolución tecnológica, desplaza fuerzas de trabajo y hace caer
el consumo y mientras revoluciona la producción mundial. Se presenta entonces una gran
contradicción: una revolución en la producción por un lado y una caída o un estancamiento del
consumo por el otro. Los trabajadores son desplazados de manera creciente por las máquinas, pierden
sus salarios y su poder adquisitivo y entonces ¿quién consume? Las máquinas no comen, no compran
ropas, ni televisores, heladeras, autos ni casas.

En el terreno de la producción se genera una gran contradicción: por un lado la competencia obliga a la
introducción constante de innovaciones técnicas y tecnológicas que revolucionan constantemente la
producción, y por el otro las empresas permanentemente
deben vivir con los pies sobre el freno, ya que ante el primer descuido se produce de más, se saturan los
mercados y estalla por enésima vez la crisis de superproducción.

Sobreproducción, entonces significa también, saturación de los mercados de consumo. Aunque no


significa necesariamente acumulación de stocks, sino una desaceleración, un estancamiento o un
retroceso en las ventas.

El crecimiento promedio anual de la producción mundial entre 1990 y 1998, fue del 3,2%, mientras
que en igual periodo, el promedio anual del aumento del consumo fue de apenas un 2,1%.
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Y el año en que estalló la crisis asiática, ¡el producto bruto mundial llegó a incrementarse en un
4,2%. !.¡Dos veces más que el promedio del consumo! (FMI. “perspectiva de la economía mundial”)
En 1980 el porcentaje del consumo privado respecto del Producto Bruto Interno mundial, era de un
61%., excluyendo a los países del Este Europeo, que por entonces todavía tenían un alto nivel de
consumo. Dieciocho años después, en 1998, el consumo apenas subió un modesto 2%, (63%) a pesar
de que ahora sí se sumó a los ex países socialistas, y de que la población mundial creció en este periodo
de 4.429,9 millones de habitantes, a 5.896,5 millones. Alrededor de un 25%. (Informe Banco Mundial).
Entonces, se concluye en que el consumo bajó una enormidad.

Por otra parte, poco importa si un país no introdujo tecnología en la producción, o si la introdujo
mínimamente en relación a los países ricos, como sucedió en la absoluta mayoría de los países
“emergentes”. La globalización se encarga de castigarlos aún más duro, ya que los productos baratos de
los que sí lo han hecho, con seguridad van a desplazar a la producción nacional, haciendo hundir su
industria, incrementando la desocupación, la pobreza y la miseria. Sólo les queda como salida, la
esclavización de sus trabajadores. Y esto es lo que hacen los “países emergentes”, es decir, la absoluta
mayoría de los países del mundo. Y esto es también lo que aprovecharon las empresas
“trasnacionales” que se instalaron en ellos para incrementar la producción y sus ganancias,
combinando las altas tecnologías con la mano de obra semi esclava.

Podríamos decir que la introducción intensiva de tecnología en una minoría de países, produce la
desgracia de planeta. Casi en el preciso instante en que se incorpora nuevas tecnologías en una
parte del mundo, comienzan los despidos de trabajadores allí y en el resto del mundo, y con ellos la
caída del consumo. Y cuando más importante son esos adelantos, mayores son los despidos, la caída
de los salarios y por lo tanto, más pronunciada la caída del consumo.

Por otra parte, aunque los países que introducen la tecnología, en el primer momento crecen, debido a
que desplazan a sus competidores, en poco tiempo éstos hacen lo mismo y finalmente, todos son
víctimas del estancamiento económico general.
Un ejemplo de esto es Japón, que al ser el primer país en incorporar la robotización en gran escala en
la década del ochenta, inundó de autos y otros productos baratos a todo el mundo. Pero la saturación de
los mercados en todo el planeta, terminó hundiendo su propia economía.
Otro ejemplo son los Estados Unidos, donde se calcula que la incorporación de tecnología en los 90
hizo crecer la productividad del trabajo, desde “...una tasa históricamente decepcionante de un 1,5%
anual aproximadamente, desde la década del 70 hasta mediados del 90, a una tasa de crecimiento
de la productividad de casi un 3% anual” (el doble).
Y que según Richard Berner, economista jefe para E.U. en la división de investigaciones de Bolsa de
Morgan Stanley Dean Witter en Nueva York, ahora “La recesión está aquí” “Los interrogantes
claves son cuán profunda y por cuanto tiempo será la recesión, cuales víctimas se cobrará, qué
hará falta para promover una recuperación futura y qué forma tendrán los otros lados del valle”.
(Financial Times 14/1/2001).

NO ES UNA CRISIS DE SUPERPRODUCCIÓN CLÁSICA

Ante la crisis de superproducción, es decir de la saturación del mercado mundial de consumo de 1914,
el imperialismo mundial no tuvo mejor idea que desatar la guerra. Con ella destruía una gran masa de
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fuerzas productivas y de productos, al mismo tiempo que disputaba los mercados en crisis. Ésta
política belicista lo condujo a perder Rusia y luego en la segunda guerra mundial, todo el este europeo.
Por lo que se vio después, eso le convenció de la necesidad de impedir nuevos conflictos sangrientos a
nivel mundial, hasta nuestros días. Buscó otra manera de solucionar o paliar las crisis periódicas de
superproducción.
Una de éstas políticas, aparte de la guerra fría, fue la del “estado de bienestar” que se empezó a aplicar
primero en los Estados Unidos en los años treinta con la finalidad de alentar el consumo, y que después
de la segunda guerra mundial, también en muchos países pobres, como fue por ejemplo Argentina,
Chile, Uruguay, Brasil, etc.
Los estados nacionales se convirtieron en los principales productores y además se les cobraba más
impuestos a los industriales, comerciantes y banqueros. Y esa masa de dinero se volcaba a los
trabajadores en concepto de jubilaciones, aumentos de salarios, obras sociales, aguinaldo, salario
familiar, planes de viviendas, etc.

Con ella no solo alentaba el consumo e impedía el estallido de la crisis, sino que además frenaba las
luchas obreras y populares.
Por otra parte el capitalismo montó una serie de organismos internacionales que planificaban la
economía global. Como el Banco Mundial, FMI, GATT, GRUPO DE LOS SIETE, OCDE, y luego
OMC.
Todas estas políticas han logrado retardar el estallido de la crisis. Las empresas se habían vuelto
mucho más cuidadosas, hacían estudios minuciosos del mercado. Ya no esperaban un abarrotamiento
del mismo para frenar la producción. Se la frenaba de antemano. Los despidos y la caída del consumo
también se producían gradualmente y por anticipado. Aquella planificación permitió y permite que
cuando estallan las crisis no se destruya la producción como en la crisis del 29 por ejemplo, sino el
dinero que la representa. Ahora lo que se destruyen son billones de dólares y de ésta manera la
crisis de superproducción aparece como crisis financiera.

“En el caso de los prestamos de los bancos extranjeros a los coreanos...(hasta el 97) Son
expresión financiera de importantes capacidades de producción en busca de salida. Dado el
actual estado del mercado mundial, sus capacidades son excedentarias. Representan capitales
destinados al deshecho.” (Francois Chesnais. Revista Herramienta n° 6).

La adopción de las políticas neoliberales, hasta cierto punto liquidó aquella planificación anterior e
impuso la idea de que la economía se planifica sola, con el libre juego del mercado mundial. Lo que
estamos presenciando es el fracaso de ésta política, y muchos economistas están pregonando la
necesidad de volver a cierta planificación por parte del estado.

LA CRISIS FINANCIERA ES UNA CONSECUENCIA DE LA SOBREPRODUCCIÓN

Los economistas en general, nos presentan los actuales acontecimientos como una crisis financiera.
Y es claro que una vez que estalló la crisis de sobreproducción, ésta provoca la crisis financiera, debido
a las grandes pérdidas que sufren los bancos y las instituciones financieras en general y además
porque dejan desabastecidos de capitales a los países en crisis, precisamente en los momentos que más
los necesitan. Por todas estas cuestiones es muy fácil confundirse. Además porque el aumento del
producto bruto interno de los países “en desarrollo” en los años anteriores a la crisis se dio gracias a
los créditos a discreción que concedieron los capitales financieros, mucho de los cuales quedaron como
deudas incobrables. “El esfuerzo exportador de los tigres asiáticos se basó en gran medida en una
ingeniería de subsidios que promovió las ventas externas”. Pero los mercados se saturaron y “la
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perdida de mercado hizo que los números públicos empezaran a flaquear” (Carlos Mira. El Cronista
8/8/98)

Hasta entonces, mientras crecía el consumo, la producción y el comercio en los países sumergentes,
perdón, en los “emergentes”, también lo hacía el rendimiento de las acciones de las empresas y los
bonos de los estados. Cuando esto sucedía, la demanda de acciones en las bolsas crecía sin límites,
incluso en forma independiente y más allá de las utilidades que rendían. (Esto es lo que se conoce
como la Burbuja financiera).
Pero las empresas empezaron a vender menos a partir de 1997 y llegó un momento en que cuando se
debían repartir la ganancia, los accionistas recibirían igual o menos de lo que habían pagado por las
acciones que poseían.
Sin embargo, los grandes capitales financieros contaban y cuentan con informaciones anticipadas
sobre la marcha de las empresas, de manera que también anticipadamente empezaron a vender sus
acciones, con lo que alertaron al resto de los accionistas y poseedores de bonos, provocando una
avalancha de vendedores. (Esto es lo que se conoce como la pinchadura de la burbuja financiera), y el
estallido de la crisis asiática, y mundial.

Otra demostración de que la crisis, antes que nada es de consumo y producción, es Estados Unidos.
Según The Economist. Del 27/1/2001, “En el pico del mercado (1997-1999) los hogares americanos
eran propietarios de acciones por el equivalente del 175% de sus ingresos disponibles.” Para
lograrlo, se endeudaron con los bancos y compañías financieras. Esa burbuja se pinchó en el 2000, con
la caída de las ventas y las ganancias de las empresas (tecnológicas y de las otras) y una gran masa de
capitales se empiezan a considerar como incobrables. Todo empieza siempre por la caída del consumo
mundial y dentro de cada país.

“El efecto sobre la demanda estadounidense de la suba del petróleo y de un debilitamiento del
mercado bursátil, podría traer lo que la economía necesita: una rectificación de su tasa de
crecimiento. (Gerard Baker. Financial Times. 22/10/2000).

Nos preguntamos: el debilitamiento del mercado bursátil podría tener un efecto sobre la demanda,
o (la caída de) la demanda ya ha tenido un efecto sobre el mercado bursátil?.

Es cierto que los centros financieros internacionales son los que deciden cómo y donde invertir y
producir, es decir, aparentemente las finanzas “mandan” a la producción. Pero la realidad es que la
producción manda a las finanzas, ya que cuando la producción se “bloquea”, a causa de la
saturación de los mercados, las finazas se convierten en víctimas de la paralización de las fábricas,
los capitales se desvalorizan y pierden cientos de miles de millones de dólares.

Se conoce por ejemplo, que la crisis asiática hizo perder alrededor de 800.000 millones de dólares
solamente a Japón, en concepto de créditos incobrables.
Por otra parte, ¿Cuánto más perdieron cuando han tenido que “regalar” devolviendo cantidades masivas
de acciones desvalorizadas de las empresas en crisis? ¿No sucedió lo mismo con los bonos de los
estados de los diferentes países?, ¿Cómo no confundirse entonces entre crisis de la economía real y
crisis financiera?
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Hasta los marxistas se confunden. “En 1997 la retracción de los capitales americanos y europeos del
sudeste asiático (fondos de colocación financieros especulativos, y sobre todo préstamos bancarios a
corto plazo y a muy corto plazo) fue uno de los factores que precipitaron el hundimiento económico
de la región. Los fondos de colocación financiera especulativa se fueron retirando poco a poco
durante los meses que precedieron al comienzo de la crisis, a fin de julio.” (Claude Serfaty. Revista
Herramienta n° 13. Pag. 11). Ni una palabra de la producción.

Pero al desligar la cuestión financiera de la producción y el consumo, no se entiende por qué “los
capitales americanos y europeos se retiraron del sudeste asiático”, si las ventas y la producción seguían
sobre rueda. Si el consumo se mantenía alto y las empresas seguían vendiendo bien y por lo tanto el
precio de sus acciones seguían creciendo, no se explica el porqué de “la retracción”. La retracción se
produjo sólo por un capricho?. Serfaty no tiene respuesta para esto.

LAS CAUSAS DE LA CRISIS DE SOBREPRODUCCION

El estallido de la crisis mundial actual, estuvo precedido por la revolución tecnológica que estamos
presenciando. Pero ésta revolución a su vez, fue causada por esa especie de boom económico que se
vivió desde el 91 hasta el 97 y que coincide con la caída del muro de Berlín es decir con las
revoluciones en el éste europeo que voltearon a las burocracias “comunistas” entre 1989 y 1991.

Centenares de millones de nuevos consumidores se sumaron a “gozar” de los productos de la


economía capitalista y fueron un extraordinario estímulo a la producción, que en los años 70 había
caído en una profunda crisis de sobreproducción y el año 1987 aproximadamente se había reflejado en
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el estallido de la crisis financiera mundial. El acceso a estos nuevos consumidores para la economía
capitalista mundial fue como recibir agua, para alguien que se está muriendo de sed. Las grandes
multinacionales ajustaron y aceitaron sus sistemas productivos; unas incorporando más y más
tecnología para poder competir, mientras que otras se asentaron en los países ex socialistas y no
faltaron las que se instalaron en las naciones pobres del Asia, incluida China, para poder explotar la
mano de obra semi-esclava de esos lugares.

Hasta entonces, a pesar del avance del liberalismo, los organismos financieros internacionales oficiales
y los gobiernos imperialistas venían controlando y hasta cierto punto planificando la producción y el
comercio mundial, país por país, poniendo límites para impedir el estallido de la crisis de
sobreproducción. Esta cierta planificación incluía políticas de subsidio y estímulo al consumo, como
fue la política del “estado de bienestar” que se aplicó después de la segunda guerra mundial.

Al caer los gobiernos de los países comunistas, y abrir las fronteras al imperialismo con sus más de
700 millones de nuevos consumidores el fantasma de la superproducción desapareció o por lo menos se
alejó. Los controles se aflojaron y empezó a desaparecer todo tipo de planificación económica. La
carrera por copar los nuevos mercados se hizo desenfrenada. Las grandes empresas y los gobiernos de
los países a los que pertenecían exigieron y consiguieron una libertad absoluta de movimiento de
capitales. El liberalismo que venía creciendo, terminó imponiéndose en todos los terrenos y el control
de la economía que hasta ese momento y hasta cierto punto estaba bajo el dominio de los estados, pasó
a estar bajo la “supervisión” del libre mercado.
Una vez que se puso en marcha ésta carrera descontrolada, los capitales imperialistas ya no se
conformaron con los países del Éste Europeo; exigieron y consiguieron también la eliminación de las
barreras aduaneras de todos los países pobres del mundo y la libre transferencia de las ganancias hacia
sus países de origen o hacia donde más rendimiento les produjeran.
Todo se puso al servicio de ésta feroz carrera: los capitales financieros, las comunicaciones, la
informática, el trasporte, y en fin, las más avanzadas tecnologías, la robótica, etc. Y a todo esto se lo
llamó “globalización”.
Los países y las empresas capitalistas, como siempre actúan y ahora obligados por la posibilidad de
aprovechar los nuevos mercados, incorporaron nuevas tecnologías que les permitieran competir, ganar
y quedarse con una porción lo más grande posible de la torta.
De ésta competencia, como siempre salieron ganando los países imperialistas Pero la pelea por los
nuevos mercados no era solo entre países ricos y pobres, sino también y al mismo tiempo, entre los
países imperialistas.
A cada empresa y país capitalista les encantaría y necesitan poder tecnificarse y que los demás no lo
hagan. Pero como todos piensan y actúan de la misma manera, el resultado es una verdadera explosión
tecnológica global.
De esto se desprende que la revolución tecnológica mundial ni sus consecuencias fueron ni son “un
dispositivo” o una “estrategia” elaborada por el imperialismo como creen algunos economistas como
Adrián Sotelo Valencia y la izquierda en general.

“Es indiscutible que la automatización “flexible” es un dispositivo, no solamente tecnológico, sino


económico y político cuya estrategia consiste en romper las rigideses estructurales de una
economía posbélica que entró en crisis y ya no asegura condiciones normales de rentabilidad.”
(Herramienta n°13 Pag. 52)

A diferencia de ésta afirmación, la revolución tecnológica no solamente “ya no asegura condiciones


normales de rentabilidad” sino que además se está convirtiendo en una verdadera pesadilla no solo para
los países “en vía de desarrollo” sino también, como ahora lo estamos viendo para los países ricos.
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Finalmente, las expectativas y las fuerzas productivas que se pusieron en movimiento a partir de la
caída del Muro de Berlín fueron superiores a las posibilidades reales de los nuevos mercados, que
en seis o siete años se saturaron en la mayoría de los ex países socialistas, como así también en el
resto de las naciones “emergentes”. Y no se trató de que éstos nuevos mercados fueran pequeños, sino
que las fuerzas productivas que se desataron fueron superiores.

LOS NUEVOS MERCADOS DE 1990.

Una de las maneras preferida del capital imperialista de explotar los nuevos mercados fue el
aprovechamiento de las privatizaciones de las empresas que hasta el año 90, en su mayoría absoluta
estaban en manos del estado, y desde ellas producir para el mercado interno de cada país y para las
exportaciones a los países vecinos de “economías en transición”.
La ventaja estaba no solo en el ahorro del transporte, sino en que además desde antes, el comercio entre
esas naciones estaba organizado a través de lo que fue el mercado Común de los países comunistas el
COMECON, donde las barreras aduaneras casi no existían. Por eso los que se quedaron con la
producción, también se quedaron con el mercado de consumo de la región.
Pero como una contrapartida, si a nivel mundial se invirtió en tecnología muchos miles de millones de
dólares, para producir y vender a los ex países soviéticos, la inversión interna en esas naciones en
tecnología fue ínfima. Fue muy fácil para el capital extranjero. El total de las inversiones que se
hicieron desde 1989 a1997, llegó solo a 60 mil millones de dólares. Cuatro veces menos que las
exportaciones totales del conjunto de la región de un solo año. (1997. – 252 mil millones de dólares).
Tomando solamente el año 1997, las inversiones sólo llegaron a 17 mil millones en el conjunto de los
países de economías “en transición”.
Pero si la inversión en capitales, en general fue ínfima, más pobre fue la que se realizó en maquinarias
y equipos. Según las Naciones Unidas, en la Federación Rusa y Ucrania, “las inversiones en capital
fijo sigue siendo un problema importante. En la Federación Rusa, tras una disminución del 18%
en el año 1996, la inversión de capital fijo se redujo otro 5% en el año 1997. En Ucrania la
inversión descendió un 9% en el año 1997, frente a una caída del 22% en el año 1996” (Estudio
Económico Social Mundial 1998).
Esto demuestra que el crecimiento de la producción interna se realizó aumentando la explotación de la
mano de obra.
Entre 1995 y 1997 el 35% de las exportaciones totales de los países ex socialistas se realizaba entre
ellos mismos. Mejor dicho por las empresas multinacionales instaladas en ellos. Las mayores
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exportaciones fueron a parar a la Comunidad de Estados Independientes (ex países comunistas) que
absorbió el 41,3% anual desde 1995 hasta 1997, año en que estalló la crisis económica mundial. Esto
equivale a cientos de miles de millones de dólares. O sea un alto porcentaje del Producto Bruto Interno
Mundial. Esto no significa que las “economías en transición” no compraran nada del exterior. Por el
contrario, entre 1995 y 1997, de los aproximadamente cinco billones y medio de dólares anuales de
productos que se exportaron en todo el mundo, el 5% fue a parar a los ex países socialistas. Es decir
unos 275 mil millones de dólares anuales. (Nac. Un. Con datos del FMI ). Este capital se suma al
comercio interno que nos hemos referido.
Vemos también cómo se produjo una recuperación económica desde 1994 como mínimo, (ya que los
datos anteriores son muy imprecisos), hasta 1997. Observemos además cómo ésta recuperación
coincide con el momento del estallido de la crisis.
En 1993 el conjunto de los países ex socialistas (sin contar China) obtuvieron un producto bruto
negativo en relación al Producto de la ex Unión Soviética del –9,3%. En el año 1994 la caída fue solo
del –7,1%, para llegar en el 95 a un negativo del -0,8% y del 0,0% en el 96. Y pasar en el 97 a un
producto bruto positivo del conjunto de esos países de un 2,7% aproximadamente.
Como ya lo dijimos, la recuperación de la producción en los países “en transición” coincide con el
estallido de la crisis de superproducción. La propia Federación Rusa que en 1994 obtuvo un producto
negativo del 12,8%, se fue recuperando hasta llegar en 1998 a un producto positivo de alrededor del
1%.
Pero la saturación de los mercados mundiales no la provocaron solamente el aumento de la
producción y las exportaciones de los ex socialistas, sino también el de los países desarrollados, que
a partir de la apertura de los ex países comunistas, pasaron de exportar por un valor de 2 billones
442 mil millones de dólares en 1990, a 3 billones 489 mil millones en 1997. O sea, un billón de
dólares más.
A lo que se suma el conjunto de las naciones “en vía de desarrollo”que en 1990 exportaron por
valor de 777 mil millones de dólares y que en 1997 lo hicieron por un billón 669 mil millones. Otro
billón más.
Varias fueron las herramientas utilizadas por los grandes capitales para apoderarse de los nuevos
mercados a partir de la caída del muro de Berlín. El libre movimiento financiero, la libre transferencia
de las ganancias, la apertura casi ilimitada de las barreras aduaneras de los países pobres, capitales a
discreción, etc. Pero la herramienta más poderosa fue la revolución tecnológica que produjeron las
grandes potencias y que en menor medida también la introdujeron los países “emergentes”.
Todo dio resultado durante seis o siete años. Pero la tecnología desplaza a la mano de obra y por lo
tanto hace caer los ingresos del pueblo trabajador y a través de él, los de toda la población, lo que
significa un retroceso permanente del consumo en los países pobres, es decir, en la absoluta mayoría
de los países del mundo.
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LA GRAN CONTRADICCIÓN

Lo nuevo que se expresa en ésta crisis y lo que tendrá una importancia fundamental de aquí en
adelante, es el comienzo del rompimiento definitivo del equilibrio entre producción y consumo que
caracterizó al sistema capitalista en toda su época de ascenso.
“...La producción y el consumo adquieren una independencia entre sí y una existencia separada
extremadamente problemática, a tal punto que el “consumismo” más absurdamente manipulado y
derrochador en algunas partes del mundo, puede encontrar su horrible correlato en la más
inhumana negación de las necesidades más elementales para incontables millones de seres”.(Istvan
Mészáros. Herramienta n° 5. Pag. 109)

Como sabemos, antes que la introducción de tecnología llegara al grado actual, es decir en toda la
historia de la humanidad y del capitalismo, el funcionamiento de la economía estaba determinado y
se caracterizaba por la ocupación masiva de manos de obra. Entonces, los mismos que producían,
distribuían y proveían los servicios, eran también los que consumían la mayor parte de los
productos.
Se podía afirmar con certeza que en la absoluta mayoría de los casos la inversión en la producción
hacía crecer la economía, debido a que al ocupar abundante mano de obra, se aseguraba también el
consumo. Hoy a causa del rompimiento de éste equilibrio, la inversión en la producción, en la absoluta
mayoría de los países, es decir, los países “en vía de desarrollo” ya no significa crecimiento económico
ni bienestar general, debido a que como ya lo dijimos, las empresas al meter tecnología y trabajar con
muy poco personal, y con bajos salarios, obtienen productos más baratos y de ésa manera hacen entrar
en crisis a las que estaban trabajando desde antes con baja tecnología, provocando despidos y haciendo
caer aún más el consumo. En realidad, esto viene desde antes.
“Las tasas de inversión y crecimiento de los distintos países entre 1950 y 1990 mostraron
considerables diferencias” (Y después mucho más).
“Algunos países con bajo nivel de inversión crecieron rápidamente, mientras que otros con
inversiones considerables registraron bajas tasas de crecimiento”
(Banco Mundial. Informe sobre Desarrollo Mundial 1999-2000)
El caso de Brasil del 2000, es parecido al de EE.UU. de los últimos años de la década del 90, en el
sentido que el crecimiento de la ocupación no se debe a que la tecnología allí no produzca
desocupación, sino a que la que produce se compensa con la apertura de nuevas empresas, gracias a un
circunstancial crecimiento del consumo que fue provocado en Brasil por el blindaje de 45.000 millones
que recibió del FMI y otros organismos financieros internacionales.
En éstas condiciones, que hayan habido países que no incorporaron adelantos tecnológicos o que lo
hicieron mínimamente, no están eximidos de la crisis. Todo lo contrario: precisamente, debido a la
debilidad de su aparato productivo no pueden más que obtener productos caros. Y por eso mismo,
están imposibilitados de competir en el mercado internacional, y condenado a una crisis más profunda
debido a una segura derrota en la competencia con el extranjero, que más tarde o más temprano
terminará quedándose con su
mercado interno.

El rompimiento del equilibrio entre producción y consumo significa también que el crecimiento del
Producto Bruto Interno (PBI) ya no supone, como años atrás, el crecimiento económico de un país.
Al menos si con esas palabras queremos afirmar que toda la población o por lo menos la absoluta
mayoría de ella se beneficia. Al contrario. Cada vez más ese crecimiento del PBI, se realiza a costa del
empobrecimiento del sector
mayoritario en los países pobres.
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Esta realidad es justamente la que quieren disimular los funcionarios de los gobiernos cuando
confunden crecimiento del PBI con crecimiento económico. Solo separando estos dos conceptos es que
estaremos condiciones de prevenirnos de caer en las trampas que nos seguirán tendiendo los agentes
del capital.

EL LIBRE MOVIMIENTO DE LOS CAPITALES

Una de las condiciones que exigieron y consiguieron los capitales para invertir en los países pobres fue
la libertad de trasladar las ganancias a sus países de origen o a los lugares donde mayores beneficios les
reportaran. Fue así que el producto de las ganancias de las multinacionales, desde el año 1992
aproximadamente empezó a afluir masivamente a los países ricos, aumentando la oferta y por eso
mismo, haciendo caer los precios del dinero. Es decir, las tasas de interés. Y como ya lo vimos, éste fue
el factor fundamental que estimuló
el consumo y la producción en esas naciones, o sea el crecimiento de esas economías, mientras se
hundían los países pobres.
Otro de los factores decisivos que agudizó ésta situación, como lo veremos más adelante, fue el
permanente y acelerado proceso de apropiación de las empresas nacionales, llevándose también las
trasnacionales, las ganancias al exterior.
Por ejemplo: según una nota del diario Clarín de Buenos Aires, firmada por Daniel Muchnik el 12/9/99,
con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), “...El capital extranjero tiene tal
peso en la economía Argentina, que supera con comodidad la mitad del producto bruto interno
(PBI).” Y todo esto a pesar de que éstos datos solo llegaban hasta 1997, después del cual el proceso de
absorción de las empresas nacionales por las extranjeras se siguió profundizando.
Y como “las filiales (de las multinacionales) tienen que remitir los dividendos y utilidades a sus
casas matrices”, se “restringe la acumulación de capital dentro del país”. Podríamos decir que la
acumulación de capital dentro del país, hoy es prácticamente nula y que si puede seguir viviendo es
gracias a un constante endeudamiento.
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LA CONCENTRACIÓN DEL CAPITAL

La concentración del capital, es decir la apropiación de la riqueza por pocas gentes, es una ley del
sistema capitalista, es decir es algo que se produce permanentemente. Pero que se acrecienta y pega
saltos en los periodos de crisis.
Mientras existan mercados suficientes, todas o la mayoría de las empresas pueden producir y vender.
Pero cuando los mercados se saturan, tanto de productos como de servicios, solo queda lugar para
algunas de ellas. Y éste lugar es ocupado por las más poderosas, mientras que las más débiles se
hunden, desaparecen o son absorbidas.
Es así que a pesar de la crisis, unos pocos países a través de sus empresas trasnacionales incrementan
sus ventas y sus ganancias. Lo pueden hacer porque a pesar de la crisis y del achicamiento de la
economía mundial, durante los años anteriores voltearon a todas sus competidoras.
La competencia a muerte se establece a nivel nacional y al mismo tiempo en la arena mundial. Después
de que los tiburones se comen a los peces chicos, se empiezan a comer entre ellos mismos. “Las
empresas multinacionales ya constituyen una parte predominante de la economía mundial, pero
de muchas de sus medidas no queda constancia y no se responde de ellas” (Naciones. Unidas.
Informe 1999)
Veamos primero algunos ejemplos de lo que está pasando dentro de los países pobres
“Solamente en los últimos meses la siderurgia latinoamericana fue sacudida por una ola de
compras, alianzas, y desembarcos (de capitales) impensable poco tiempo atrás. El mes pasado
SIDERCA que desde 1993 tenía el 30%, concretó la compra del paquete accionario de control de
la brasileña CONFAB Industrial, que se dedica a la elaboración de tubos de acero con costura y
equipamientos industriales, con una facturación del orden de los 400 millones de dólares
anuales”
“A su vez ACINDAR adquirió el 90% de la brasileña ACOPRONTO dedicada a servicios para la
construcción, con una capacidad del orden de las 150.000 toneladas. Una tarea similar realiza
ACINDAR de Chile en el país trasandino.”
“Con todo, el mayor golpe lo pegó al comienzo de agosto Gaúcha Gerdau: adquirió el control de
la estadounidense AmeriSteel, con lo que se convirtió en el principal grupo siderúrgico brasileño,
dejando atrás a Usimina y a la Compañía Siderurgica Nacional (CSN).
Con la adquisición de la siderurgica estadounidense, hasta entonces en manos de la japonesa
KIDEI Steel, gerdau maneja una producción de 9 millones de toneladas anuales” (Ismael
Bermúdez. Clarín 12/9/99).

LA EXTRANJERIZACIÓN

Los países pobres están alarmados por el proceso de extranjerización de sus empresas.
Según el Financial Times del 7/5/2000, “El año pasado Brasil logró atraer más inversiones
extranjeras directa que cualquier otro país en desarrollo. Esto sería motivo de festejo en casi
todas partes, pero a Brasil lo ha sumergido en un tortuoso, debate sobre la desnacionalización,
las inversiones extranjeras, y la política industrial. Algunos brasileños se preguntan si en la
economía globalizada de hoy, los países en desarrollo tienen que aceptar toda inversión
extranjera o debería crear multinacionales propias”. Como si estuvieran en condiciones de hacerlo.
El ataque es también a través de los bancos. “México es el nuevo tablero donde el BSCH y el BBVA
se disputan la supremacía. Entre los dos llevan comprados 25 bancos de América Latina y
siguen” “México es hoy su más caliente arena de batalla, pero Brasil podría ser el próximo
escenario.”.
13

NO ESCAPAN NI LOS CHINOS

“La estadounidense Times Warner se convirtió en uno de los pocos grupos mediáticos
extranjeros que logran ingresar al mercado chino. Ayer logró un acuerdo con la CHINA
ENTERTAINMENT TELEVISIÓN (CETV). Para emitir programas en el gigante de la TV.
Este acuerdo permitirá a Times Warner contar con una base de producción en idioma chino y un
acceso potencial a 33 millones de hogares” (FINANCIAL TIMES 16/6/2000.).

NOS SACAN HASTA LA ALEGRIA

“Los vinos franceses representan un volumen del 45% del mercado total, pero son los vinos del
nuevo mundo los que registran los índices de avances más importantes”, según el grupo Pernod
Ricard.
“Ese grupo de espirituosas reorientó hacia el extranjero su estrategia en el rubro vinos. Luego de
vender Le Societé Des Vins de France en 1992, invirtió masivamente en los países “emergentes”.
Desde 1989 tiene JACOB’S CREEK, la primera marca de vino australiano que hoy es “uno de
las cinco primeras marcas de vinos de exportación del mundo”, “Con la MAISON ETCHART, el
grupo lidera el sector vinos finos de la Argentina. “También entró en Chile, en Sudáfrica, y hasta
en China.” (Le Monde. 20/6/2000)

EN EL MERCADO DE ALIMENTOS

“PHILIP MORRIS, la mayor compañía de cigarrillos del mundo, pagó 18.900 millones de
dólares por NABISCO, la fabricante de las galletitas Oreo y Ritz, también dueña en la Argentina
de Terrabusi y Canale”
“Con ésta megaoperación, Philip Morris pasará a liderar el mercado local de galletitas y algunas
golosinas, a través de Massalin Particulares y Kraft Suchard de Argentina.”
“la fusión llevará a Kraft a 35.000 millones de dólares de facturación en todo el mundo” explicó
Amancio Oneto, gerente general de Kraft en Buenos Aires. Pero la operación combinada de
ambas compañías sumarán cerca de 100.000 millones de dólares.”
“La semana pasada, General Mills, la compañía estadounidense especializada en la fabricación
de cereales para el desayuno, pagó 10.000 millones por el 66% de Pillsbury, dueña de los helados
Haagen Dazs, las (tapas de) empanadas La Salteña y las panaderías Delicity. La flamante
corporación se convirtió en la quinta alimentaria mundial después de Nestlé, Philip Morris,
Unilever, y ConAgra.
Pero la mayor operación de los últimos tiempos la realizó la anglo-olandesa Unilever, una de las
multinacionales líderes en alimentos y artículos de limpieza, que pagó 20.000 millones de dólares
por Best-food, la compañía que a través de refinería de maíz fabrica en el país el aceite Mazola,
las mayonesas Hellmanns y las sopas Knorr.” (Claudia Borgani. Clarín 23/7/2000).
De ésta manera, muchas de las marcas de antaño siguen siendo las mismas, pero las propiedades han
pasado o están pasando de manos aceleradamente.
Cuando se habla de inversiones directa, tenemos que aclarar que se trata fundamentalmente de compras
de empresas nacionales por capitales extranjeros. Según el “informe sobre desarrollo mundial 1999-
2000” del Banco Mundial, en 1990 las inversiones directas en los países pobres fueron de 69.344
14
millones de dólares, mientras que siete años después, esa cifra se triplicó, y en 1997 llegó a 215.633
millones de dólares.

Entonces, si “el capital extranjero...supera con comodidad la mitad del producto bruto interno” que es
de alrededor de 300.mil millones de dólares, la porción de la economía que está en manos extranjeras,
sería de unos 180 mil millones de dólares anuales. Y si partimos de una base de ganancia promedia de
las trasnacionales de un 15% como mínimo, tenemos que lo que se llevan anualmente solo de
Argentina, son unos 27.000. millones de dólares anuales. Mucho más que lo que se apoderan en
concepto de cobro de la escandalosa deuda externa.
La cuestión de las transferencias de capitales realizadas por las multinacionales desde los países
“emergentes” hacia sus casas matrices, al nivel al que hemos llegado en los últimos años, es algo que
no está estudiada en el mundo o a lo sumo, está poco estudiada.

CHILE ENAJENADO

“Una ola de adquisiciones (de empresas chilenas) principalmente por parte de grupos
extranjeros, ayudó a insuflar vida en una agonizante Bolsa en Santiago durante el último
diciembre” “Pero si bien las ventas salvaron al índice de la perdición, también retiraron más
liquidez de un mercado que ya venía en rápida evaporación, lo cuál dejó a los brokers
preguntándose si el 2001 será un año para desenchufar los monitores”. (F. Times 14/1/2001).

LA PELEA ENTRE LOS PECES GRANDES

Pero al mismo tiempo que se disputan como cuervos los restos de las riquezas de los países “en
desarrollo”, la multinacionales mantienen una feroz pelea que deja en el campo de batalla quiebras,
fusiones y absorciones, donde solo sale triunfante una minoría cada vez más pequeña de empresas que
se quedan con todo, y que por eso mismo son cada vez más ricas, aunque el planeta tomado de
conjunto sea cada vez más pobre.
“El lunes, DAIMLER CHYSLER se alió a MITSUBISHI y VW entró en SCANIA. En menos de
un mes casi todas las grandes automotrices del mundo anudaron alianzas...”
(Financial Times. 2/4/2000)

BODAS DE ALUMINIO.

“En un día cinco de los mayores productores mundiales del metal pasaron a ser socios, presos, o
predadores de alguna fusión”. Esta semana, en cualquier lugar donde se reunieran dos expertos
en aluminio, surgían por lo menos tres teorías sobre que empresa sería la próxima en comprar a
quien y porqué.
Todo empezó el miércoles con el anuncio de una inédita fusión trinacional entre la canadiense
Alcan, la francesa Pechiney, y la suiza Alusuisse (Algroup)
El intento de formar un nuevo gigante trinacional mediante fusión valuada en 19.000 millones de
dólares apunta a rivalizar con la estadounidense Alcoa, la numero uno del sector, después que al
año pasado adquirió Alumax.
15
Pero la desafiada Alcoa no perdió tiempo. El mismo miércoles contraatacó con una oferta
sorpresa para comprar Reymolds, número tres del aluminio mundial, por 5.600 millones de
dólares” (Kevin Brown y Richard Rivlin. Clarín 15/08/99).

FUSIÓN INDUSTRIAL RÉCORD.

“General Eléctric, la empresa con mayor capitalización del mercado, informó ayer la compra en
US$ 45.000 millones, del fabricante de equipos de transporte Honeywell.”
“GE, valuada en US$ 530.000 millones, le ganó así la partida a United Technologies que también
pretendía a Honeywell...” (FT 24/10/2000).

QUÍMICA DEL MUNDO, UNIOS

“La adquisición de Unión Carbide por parte de Dow Chemical es la más reciente y dramática
señal de la rápida consolidación (concentración) que está ocurriendo en la industria química, a
causa de la caída en los precios de sus productos. Todos coinciden en que la fusión dará origen a
un nuevo coloso petroquímico que obligará a los rivales a reformular sus estrategias”
“Chemical pagó por Carbide 9.300 millones de dólares”

EN EL PETRÓLEO

“Chevron y Texaco debutarán con 4000 despidos”. Chevrón confirmó ayer la adquisición por
43.000 millones de dólares de Texaco en una operación que fusiona al segundo y tercer grupo
petrolero de Estados Unidos.” (F.T. 17/10/2000).

¿Y QUÉ PASA CON LOS SERVICIOS?

“...se produjo “un record histórico” “Una fusión por 188.000 millones de dólares”
“Klaus Esser, de Mannesmann y Chris Gent de Vodafore, anunciaron anoche la que es hasta
ahora la mayor transacción de la historia”.
“El grupo inglés de telecomunicaciones, Vodafore, que es el mayor operador de telefonía móvil
del mundo, estiró la oferta y acordó finalmente pagar el record de 188.100 millones de dólares
por su competidora alemana Mannesmann” (Financial Times. 4/2/2000).
Por su parte, la sección económica del diario Clarín del 11/1/2000, titula: Nace un gigante
mundial de la televisión, el cine, e internet” “Una operación por 155.000 millones de dólares”
“American on Line es la mayor prestadora de internet y ayer compró a Time Warner, dueña de
CNN, HBO, revistas, y estudios de cine” “Time difundirá ahora sus programas de cine, música y
video por la WEB,”
Apenas pasaron seis meses y ya apareció una competidora para la AOL-TIME WARNER.
16
“El grupo Vivendi (de Francia) compró en 40.000 millones de dólares a la canadiense Seagram “.
París controlará ahora los discos Poligram, y los estudios de películas Universal.”
“La nueva empresa rivalizará directamente con la estadounidense AOL-TIME WARNER. Su
valor, de acuerdo con la cotización de sus acciones, alcanza a los 100.000 millones de dólares.”

EN EL COMERCIO

“Las grandes cadenas comerciales están abriendo locales en los vecindarios, lo que es una amenaza
para los negocios minoristas tradicionales” “A los gigantes estadounidenses de la venta minorista se los
suele acusar de provocar la desaparición de los negocios chicos, con sus grandes superficies suburbanas
que alcanzan el tamaño de varios estadios de fútbol” “...dos de los mayores y más agresivos de esos
grupos están dando a los competidores independientes mayores razones para preocuparse, al abrir ellos
mismos (no solo) sus grandes locales sino también sus propias líneas de negocios chicos” (Financial
Times).

EL CAPITAL FINANCIERO NO ESCAPA A LA CONCENTRACIÓN

“Batiendo record para la toma de un banco de EEUU por extranjeros, el HSBC se quedó con el
Repúblic, tercer banco de Nueva York”. La operación se realizó por 10.000 millones de dólares y
efectivamente, es un record, ya que la compra más importante hasta ahora de un banco norteamericano
por capitales extranjeros la realizó el Deutsche Bank, para quedarse con el Banquers Trust a fines del
año pasado por 10.000 millones”. (The New York times. 16/5/99.).
“El negocio bancario se vio sacudido ayer con dos grandes operaciones en Estados Unidos y Gran
Bretaña. Por un lado el banco estadounidense Wells Fargo sexto en el ranking nacional y con sede en
San francisco anunció que comprará a su con nacional Firest Security, por 3,200 millones de dólares.
Paralelamente se supo que los tradicionales fondos de inversión Fleming, del Reino Unido, venderán su
rama de inversiones privada Robert Fleming al Chase Maniatan, de Estados Unidos. El Chase pagará
en total entre 7.000 y 8.000 millones de dólares.(F.T. 11/4/2000)
“Las ganancias de los mil bancos más grandes del mundo aumentaron el año pasado casi el 78%,
gracias a un fuerte crecimiento en las economías de Europa y Estados Unidos...”
“Bank of America (2°) y Chase Maniatan (5°) también informaron un fuerte crecimiento en sus
ganancias (más del 40%). Ya figuran 199 bancos estadounidenses en la lista de los mil. En 1997
había solo 154. En el 98 la cifra llegó a 182. (F.T. 4/7/2000)
Como vemos, las fusiones y absorciones de unas grandes empresas por otras, se da después de que cada
una de ellas volteó a varias de menor envergadura, que a su vez venían de liquidar en la competencia a
otras más pequeñas.

Y de ésta manera, tienden a concentrarse además de los bancos, las bolsas del comercio de acciones,
los signos monetarios y hasta los bancos centrales de todo el planeta.

“El economista estadounidense Rudiger Dornbusch...profesor de economía del Instituto


Tecnológico de Massachussets, pronosticó que en diez o quince años más habrá sólo tres o cuatro
monedas (en el mundo) y la misma cantidad de bancos centrales (Estados Unidos, Europa, Japón
y China).” (Sebastián Campanario. Clarín 24/9/2000).
17
UN POCO DE POLÉMICA NO ESTÁ MAL

QUIÉN TIENE “LA CULPA”, ¿LA POLÍTICA O LA ECONOMIA?

¿Las políticas neoliberales que aplicaron y aplican los gobiernos de los países “en vía de desarrollo”
con la complicidad de la burocracia sindical, son los que permitieron la introducción de la tecnología y
por lo tanto la destrucción de los salarios y de los puestos de trabajo, como dicen algunos militantes y
dirigentes sindicales, o fue la introducción de la tecnología la que permitió las políticas neoliberales
con la complicidad de la burocracia?.
Como ya lo hemos dicho, si ésta revolución tecnológica que estamos presenciando crea desocupación y
sobreoferta de mano de obra, necesariamente tiene que hacer caer los salarios, y atentar contra las
condiciones de trabajo. Y esto sucede independientemente de
las intenciones políticas de los funcionarios y dirigentes sindicales, aunque estos hayan ayudado y en
gran medida.

¿Hace falta recordar que los procesos económicos son objetivos, es decir que están más allá de las
intenciones políticas, que como lo decía Adam Smith, los procesos económicos son objetivos y están
sujetos a “una mano invisible”?
“No importa cuantas acciones ostenten controlar (los capitalistas) en la o en las compañías que
legalmente poseen, su poder de control dentro del sistema del capital como un todo es
insignificante. Debe obedecer a los imperativos objetivos del sistema en su totalidad, tal como
cualquier otro, o sufrir las consecuencias y salir del negocio” (István Mészáros. Herramienta n° 5
Pag. 109.)
Las políticas de la burocracia sindical y las leyes laborales prácticamente se encontraron ante el hecho
consumado de que la flexibilidad laboral se iba imponiendo por sobre ellas y muchas veces a pesar de
ellas.

Por ejemplo: ante la necesidad de reducir personal, los dueños de las empresas llamaban a los
trabajadores, los reunía muchas veces en asamblea, y les decían, “Debido a la crisis nos vemos en la
necesidad de bajar los costos y para eso necesitamos despedir una parte del personal o reducirles los
salarios. Elijan”.
La ley prohíbe la rebaja salarial y los convenios colectivos también. Pero los propios trabajadores,
contrariando a los sindicatos y a las leyes, “elegían” su propia reducción salarial.
Los políticos neoliberales y los sindicatos burocráticos no han hecho más que legalizar ésta situación
que ya estaba impuesta de hecho.
Nadie podía ni puede cambiar ésta realidad dentro del sistema capitalista. Ni los más combativos,
honestos y democráticos de los dirigentes. Porque esta es una realidad que solo puede ser cambiada por
fuera de éste sistema. Y es precisamente de ésta cuestión de la que casi no se habla entre los militantes
y dirigentes, tanto burocráticos como los democráticos.
18
LA LEY DEL VALOR Y LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL

Lo que nos enseña ésta ley económica es que el valor de los productos está determinado por la cantidad
de trabajo humano necesario para su producción. Es evidente entonces que la revolución tecnológica, al
desplazar progresivamente la mano de obra, es decir el trabajo humano en la producción, hace caer el
valor de los productos.
Nos encontramos entonces con que la producción de los países ricos, de alta tecnología, tiene menos
valor que la de los países pobres. ¿Entonces cómo se explica que los países ricos se sigan
enriqueciendo y los pobres empobreciendo?.

La contradicción se soluciona de la siguiente manera: Los países ricos, los que utilizan altas
tecnologías, ven caer su TASA de ganancia. O sea, cae el valor de cada una de las mercancías que
producen. Pero esa pérdida la compensan con el aumento de la MASA de ganancia. Dicho de otra
manera, precisamente porque cae el valor de sus productos y también su precio, es que puede
colocarlos en los mercados que antes no tenían acceso, gracias a que los otros países con sus
empresas, se fundieron, precisamente porque no pudieron acceder a la tecnología de última
generación.
Por otra parte, los precios medios de los productos se fijan a nivel mundial, a través de la oferta y la
demanda y estos precios está por encima del valor de los productos de los países ricos, y por debajo del
valor de los de los pobres. Y es aquí entonces donde hacen la diferencia los países del “primer mundo”.
Que las mercancías de los países pobres se vendan por debajo de su valor no quiere decir que obtengan
pérdidas. Igual obtienen ganancias porque lo hacen por encima de su precio de costo, aunque
“realizando” una menor masa de ganancias.
Si los países pobres tuvieran que trabajar con un salario igual al de las naciones ricas, estarían
totalmente imposibilitados de competir. Si pueden entrar en la pelea por los mercados es gracias a que
abaratan los costos de producción reduciendo los salarios hasta niveles casi de esclavitud, y de ésta
manera se ahorran casi por completo el capital variable.
Por otra parte, los salarios de esclavo que cobran los trabajadores, reducen los costos de producción
desde las materias primas hasta los productos terminados.
Pero aún así, los beneficios de ésta política, no son para las naciones pobres, sino para las
multinacionales instaladas en ellas, es decir, para los países ricos.
Gracias a la tecnología los países imperialistas se dan el lujo por todo un periodo, de un
enriquecimiento creciente, hasta que en la competencia terminan de hundir las economías de las
naciones pobres y por eso mismo, empiezan a corroer sus propias economías.

“Estudios realizados en la industria del cemento, indican que la tecnología aumenta la


producción global y por trabajador, disminuye el tamaño y la cantidad de equipo y de operación
y del número de obreros y demanda mayor escolaridad y calificación...”
“Pero existe otra estrategia que provoca el mismo resultado sin aplicar tecnología en el proceso
de trabajo. Este se consigue simplemente reorganizando y cambiando la composición del trabajo
a través de mecanismos como la prolongación de la jornada de trabajo, la intensidad y la
remuneración de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, además de los despidos masivos de
personal”. (Adrián Sotelo Valencia. Herramienta n° 13.)
19
LA CRISIS MUNDIAL Y LA REALIZACIÓN DE LA PLUSVALÍA

La plusvalía es el valor que el obrero produce de más respecto de su salario, y que va a parar al bolsillo
de los patrones. En la época de ascenso del capitalismo, cuando la tecnología todavía estaba en pañales
respecto a la actualidad, y la ocupación era plena, es decir cuando se vendía todo lo que se producía, los
capitalistas podían salir de una crisis generalizada incrementando la plusvalía a través de la
prolongación de las horas de trabajo, o de la intensificación de las mismas. Pero sostener hoy que el
capitalismo puede salir de la crisis y aumentar la ganancia global por medio del incremento de la
plusvalía, como lo hacen muchos economistas, especialmente de la Izquierda, es un disparate. El propio
Marx, descubridor de la ley del valor les responde cuando dice que no basta obtener plusvalía, hay que
“realizarla”, es decir, hay que vender la producción.
Lo nuevo de la situación es justamente, que al estancarse el consumo, la producción no se puede
vender, es decir la plusvalía no se puede “realizar”, o solo se puede realizar una parte. Si la plusvalía se
pudiera realizar como antes, no hubiéramos entrado en crisis o por lo menos no en una tan profunda y
prolongada. Y no habría existido esa masa enorme de desocupados, fuente potencial de una infinita
masa de plusvalía esperando ser utilizada por el capitalismo.
Precisamente, esa masa enorme y creciente de desocupados (parados) es la que hace caer o estancar
el consumo, o sea lo que hace imposible la “realización” de la plusvalía. Y toda plusvalía que no se
realiza, en lugar de una ganancia prometida, se convierte en pérdida cumplida, ya que también se
pierden los capitales adelantados para la producción. Y éste es
el factor fundamental de la caída general de la ganancia global.
“Aunque el grado de explotación del trabajo aumentó mucho,.. el sistema capitalista como un
todo no produce suficiente valor. ¿Por qué? Porque la inversión ha caído a niveles muy bajos, de
manera que globalmente la acumulación no arroja a la plaza suficiente capital nuevo creador de
valor y plusvalía” ( Chesnais. Herramienta n° 6 Pág 91)
Coincidimos con que el sistema capitalista no produce suficiente valor. En lo que no coincidimos es en
cual es la causa. Chesnais nos dice que se debe a la caída de la inversión, pero nosotros lo que hemos
visto es un aumento de la inversión global a partir de los 90. Según el informe sobre desarrollo
mundial 1999-2000 del Banco Mundial, solamente la inversión directa, creció desde 1990 al 97, año
del estallido de la crisis mundial, mas del 100%. En 1990 había alcanzado la cifra de 192.662 millones
de dólares, mientras que en el 97 llegó a 400.394. millones de dólares.
Y tomando solamente los países “en vía de desarrollo”, tenemos que recibieron en 1990, 69.344.,
mientras que en 1997 la inversión llegó a la suma de 215.633. millones de dólares aproximadamente.
La cifra se triplicó.
Pero más abajo Chesnais se corrige solo.
“...la crisis comenzó a tomar la forma inmediata de una situación marcada por la creciente
dificultad de las empresas asiáticas, pero también americanas y europeas, para vender las
mercaderías producidas.”(Pág. 96).

En esto sí coincidimos y opinamos que ésta es la causa que explica la caída posterior de las inversiones
a nivel mundial. Porque si las ventas se hubieran mantenido, no se podría explicar porqué los capitales
“dejaron de invertir”. Por otra parte, si la caída de la inversión
es la causa del poco valor que produce el capitalismo, el problema se solucionaría fácilmente con una
mayor inversión. Capitales financieros sobran.
“La creciente dificultad para vender las mercaderías producidas” es exactamente lo que pasó en el Asia
en 1997. Es decir, la dificultad creciente para “realizar” la plusvalía. Repetimos: la caída de las ventas
hizo caer la ganancia de las empresas que se expresó a su vez en la caída de los precios de las acciones,
que se generó hasta arrastrar a los propios estados y gobiernos asiáticos que vieron cómo caían también
los precios de sus bonos externos, letras del tesoro, etc.
20

LA CAÍDA GENERAL DE LA GANANCIA.

Nadie discute que el capitalismo en su desarrollo provoca una constante caída general de las ganancias.
Esto se explica porque en la producción que se tecnifica constantemente, se utiliza cada vez menos
fuerza de trabajo humana, que es la que produce el valor de los productos y con él, las ganancias del
capital. Esto es y fue así en toda la historia del capitalismo.

“...es inevitable entonces que éste ascenso progresivo del capital constante (tecnología) respecto
al variable (salarios), tenga como resultado forzoso un descenso gradual de la tasa general de
ganancia, si la tasa de plusvalía, o sea el grado de explotación del trabajo por el capital se
mantienen iguales”.

“Lo cuál significa muy sencillamente lo siguiente: la misma cantidad de obreros, la misma
cantidad de fuerzas de trabajo que hacían trabajar un capital variable de un volumen de valor
dado, pondrá en movimiento, en el mismo lapso, a consecuencia del desarrollo de los métodos de
producción propios de la producción capitalista , una masa cada vez mayor de medios de trabajo,
de maquinas, y de capital fijo de todo tipo, tratará y consumirá en forma productiva una
cantidad cada vez mayor de materias primas y auxiliares y por consiguiente hará funcionar un
capital constante de un valor en perpetuo aumento” (Carlos Marx. El Capital Ed. Cartago, Tomo
lll, Pag. 234).

Pero lo que estamos presenciando no es más de lo mismo. Ahora, un siglo y medio después que se
escribieron estos conceptos, no es solo el normal “descenso gradual de la tasa de ganancia”, sino un
salto cualitativo, una caída en picada, originado por la caída mundial del mercado de consumo, que a su
vez es una consecuencia lógica no de “un asenso progresivo del capital constante”, sino de una
verdadera revolución tecnológica.

Estamos hablando de caída general de la tasa y también da la masa de ganancias, es decir a nivel
mundial. Esto no significa que no haya algunas minorías de empresas y países que crezcan, como lo
hemos visto desde mediados del 95 al 2000, en los Estados Unidos, Europa, Canadá, etc. Pero
midiendo la masa de ganancia global, hay una caída.
Y se nota principalmente en los países “en vía de desarrollo”, aunque lo hemos visto en Japón y ahora
también en los Estados Unidos.

“Al anunciar una empresa tras otra sus resultados para el trimestre, sus valuaciones fueron
cayendo. Nasdaq, el mercado de tecnología de Estados Unidos ha caído casi un 40% desde marzo,
una pérdida mayor que la del Dow Jones en el crash de 1987 y casi tanto como la prolongada
caída del mercado de mediados de los años 60.”

Las ganancias de las 500 primeras empresas de EU, fueron las siguientes: el año 2000, el primer
trimestre, casi un 25% superior al año anterior. En el segundo, apenas superó el 20.

En el tercero estuvo alrededor del 17%, y la previsión para el cuarto no llegaron al 15%. Y el
pronóstico para el primer trimestre del 2001, es aún menor. (Fuente: First Call / Thomson Financial,
publicado por La Nación del 21/10/2000)
21
LAS FASES LARGAS Y CORTAS DE LA ECONOMÍA

Mientras estamos escribiendo este libro, hay síntomas de que empieza a entrar en crisis Estados
Unidos y Europa.

Por todo lo antedicho, es imposible que se vuelvan a repetir las fases largas de expansión de la
economía. Esto es precisamente lo nuevo, lo diferente de la actual situación. En el siglo XIX y hasta
mediados del siglo XX, se producían éstas fases largas de expansión económica, intercaladas por fases
cortas de crisis.
Todo indica que hoy se ha invertido la relación entre estas dos fases. Debido al desarrollo espectacular
de la tecnología, la caída del consumo es permanente lo que paraliza al conjunto de la economía. Las
fases de expansión son cada vez más cortas o directamente no existen, mientras que las de crisis son
cada vez más largas y permanentes.
Por ejemplo, si nos fijamos en la última mitad del siglo XX, vemos que se produjo un ciclo largo de
bonanza de unos 25 años, (Boom económico del 45 al 70), mientras que el ciclo “corto” de crisis de la
economía mundial, especialmente en los países “en vía de desarrollo”, es decir de la absoluta mayoría
de los países, ya lleva más de treinta años. Y todo indica que de aquí en más los ciclos de crisis serán
los largos, y los de desarrollos, si existen serán los cortos.

Pero no sólo se invirtieron los ciclos en los países pobres, sino también parece que esto empezó a
suceder en Japón y hasta en Estados Unidos. Japón ya lleva diez años de crisis, y muchos analistas, ven
el peligro de que algo parecido suceda en los Estados Unidos con la crisis que se está instalando desde
el 2000.

“En términos simplificados la gran preocupación es si EEUU podría seguir el mismo camino del
Japón de hace diez años: una burbuja que estalla, seguida de una recesión profunda y
prolongada”. (The Economist. 27/1/2001.)

La cuestión de los ciclos aparentemente sigue existiendo, pero hubo una inversión de la duración. La
afirmación de los neoliberales en Estados Unidos, de que gracias a “la combinación de Internet y el
libre comercio” ese país, tendría un crecimiento permanente y que por lo tanto se habían terminado
los ciclos de la economía resultó ser solo una estupidez. La nueva economía no pudo escapar a las
leyes de la vieja economía.

“...Burlándose de todas nuestras pretensiones, esos viejos y creíbles barómetros...del siglo xx


(suba de tasas de interés, suba del precio del petróleo...) están levantando el conocido fantasma
del estancamiento” (F. Times. 14/1/2001).
22
¿QUÉ ES EL PROLETARIADO HOY?

La clase obrera industrial, a la que el socialismo científico asignó la tarea histórica de conducir la
revolución emancipadora de todos los sectores oprimidos y explotados por el capitalismo, hoy está en
crisis y todo indica que ésta se seguirá profundizando.
A mediados del siglo XIX, cuando Marx y Engels elaboraron su teoría, indiscutiblemente la clase
obrera industrial tenía un peso decisivo dentro de la población. Era el “sujeto social” indiscutible. Pero
los maestros del socialismo no la designaron la categoría de vanguardia de la revolución solamente
por su peso social, son también porque era el sector más pobre de la sociedad, es decir porque
combinaba estas dos características, que lo convertía en el sector “que no tenía nada que perder y sí
todo por ganar”. Y por eso mismo era el sector más revolucionario de toda la sociedad.
Y los grandes dirigentes obreros de esa época tenían razón en ésta caracterización. Pero pasaron 150
años y las cosas cambiaron. La revolución tecnológica está desplazando cada vez más masiva y
violentamente a los trabajadores de las fábricas, y demás lugares de trabajo, a tal punto que en los
países pobres, es decir en la absoluta mayoría de los países del mundo la clase obrera industrial es cada
vez más una minoría que se sigue achicando.

Hoy en día los trabajadores industriales, aunque vienen viendo cómo caen sus salarios, no son “el
sector más pobre” ni “el que no tiene nada que perder”. Tienen mucho que perder, y eso es
precisamente el empleo y el salario, bienes que los desocupados ya lo han perdido. El sector más pobre
pasaron a ser los desocupados, y los sub-ocupados y éste sector es también el que más ha crecido
dentro de la sociedad y el que más viene peleando. La lucha se trasladó de las fábricas a las calles. No
es casual entonces la repetición de los cortes de rutas y la intensificación de las movilizaciones
callejeras de los últimos tiempos.

Otra de las cualidades de la clase obrera del siglo pasado era su homogeneidad y su organización, que
la hacía el sector más apto para la lucha. Pero lo que vemos hoy, a causa de la caída del empleo, es un
crecimiento de la competencia entre lo propios trabajadores industriales por los cada vez menos puestos
de trabajo.
En cuanto a la organización gremial, solo se observa una creciente crisis de los sindicatos, una
tendencia a la atomización y al “sálvese quien pueda”.
Otro cambio que se ve es que los actores de la lucha son los diferentes sectores explotados de la
sociedad, donde no existe un “sujeto social” o mejor dicho donde todos los que participan de la pelea
son los sujetos sociales. Esto supone también una mayor democratización de las organizaciones para la
pelea y es precisamente lo que estamos presenciando con el surgimiento de los Cabildos Abiertos, auto
convocados, Asambleas Populares, Multisectorial, Piqueteros, Fogoneros, o Parlamento Popular como
en Ecuador, etc.
Dicho de otra manera, lo que venimos viendo es que el sujeto social en realidad empezó a cambiar y
cambió ya hacen muchos años. Por ejemplo, la expropiación de la burguesía en una tercera parte del
planeta al finalizar la segunda guerra mundial, fue una lucha donde el sujeto social ya no era la clase
obrera, sino una lucha popular donde todos los que participaron eran los sujetos sociales. Los Maquis,
los Partisanos, el ejercito rojo, y en China, fundamentalmente los campesinos.
La verdad es que la clase obrera industrial empezó a achicarse y entrar en crisis en los años previos a la
segunda guerra mundial. Posiblemente a partir de la crisis de superproducción del año 1929-1930, o tal
vez desde la crisis del 14. No es casual que la Revolución Rusa de 1917 fuera la primera, pero también
la última donde la clase obrera cumplió su papel de “sujeto social”.
Otro elemento que demuestra que quedó desactualizada la vieja concepción del marxismo, es que
todas las revoluciones que se han producido, han sido en los países pobres, es decir, donde menos
23
obreros industriales existen, mientras que los maestros de socialismo científico se jugaron a los países
ricos, donde la clase obrera industrial era más fuerte.
Lenin escribió con motivo de la Revolución Rusa que la cadena capitalista se había roto por el eslabón
más débil. Rusia era el país más atrasado de Europa. Sin embargo él, como buen marxista siguió
apostando por los países ricos.
Toda la experiencia indica que de aquí en adelante la cadena capitalista se seguirá cortando por los
eslabones más débiles y que el sujeto social, como lo venimos viendo desde hace más de 60 años, serán
todos los participantes de la lucha contra el imperialismo capitalista donde la clase obrera industrial
será uno más de los sectores que participan.
Quizás a éste movimiento se le siga llamando “clase obrera” pero no será la típica clase obrera
industrial los luchadores sabrán de qué están hablando.

¿CRECE O DECRECE EL MOVIMIENTO OBRERO?

Según el profesor de economía de la Universidad Pedagógica nacional de Bogotá, Renán Vega Cantor,
“La clase obrera ha crecido hasta niveles nunca visto, pues a ella se han incorporado importantes
contingentes de los países del sur, donde avanzan los procesos de industrialización salvaje, como
ha sucedido entre los tigres asiáticos y los llamados nuevos países industrializados. (Como México
y Brasil).” (Herramienta n° 6)
Muchos economistas y políticos se impresionan por la apertura de las nuevas industrias de los países
asiáticos que se produjo hasta el 97 y sostienen que el movimiento obrero industrial a nivel mundial
está creciendo. Pero no dan cifras.
Coincidimos en que es un error decir que ha desaparecido el trabajo, pero de ahí no se puede sacar la
conclusión no menos errónea, de que la automatización no desplace mano de obra en forma masiva, ni
produzca una desocupación como nunca se ha visto en el mundo.
Es casi seguro que la instalación masiva de capitales para aprovecharse de la mano de obra casi
esclava, en los “tigres”asiáticos, hizo aumentar la ocupación en esa zona. Pero solamente en esa zona.
Entonces, por más importante que haya sido la producción allí, sabemos que ella representa solo un
sexto de la producción mundial.
Según datos de 1998 de la Naciones Unidas, en el 97 el producto bruto mundial llegó a 5 billones, 506
mil, 200 millones de dólares. Mientras que “los tigres” participaron de ese volumen con sólo 941.000
millones de dólares, incluida China.
En ese año los países desarrollados produjeron por valor de 3 billones 489.400 millones de dólares.
24
Concluimos entonces en que las economías tecnificadas y automatizadas, las que trabajan con un
relativo reducido personal son las que dominan la producción mundial. Y que por lo tanto, la
producción de los países asiáticos y los “en vía de desarrollo” en general, es secundaria, aunque debido
a su baja tecnología, necesariamente tienen que utilizar mayor mano de obra.
La pregunta es si ésta mayor mano de obra compensa los despidos y el crecimiento de la desocupación
que la tecnología produce a nivel mundial.
Los datos estadísticos nos dice otra cosa. La realidad en los ex países socialistas por ejemplo es que
“desde que comenzara la transición, (es decir desde 1990) el desempleo se ha contado entre las
cuestiones económicas, sociales y políticas más importantes. Aunque las tasas de desempleo
oficiales varían del 1 al 20 %, el problema es mucho más grave de lo que indican esas cifras,
porque existe un apreciable desempleo oculto.”
En los propios países asiáticos viene creciendo el desempleo y no se ve “el crecimiento de la clase
obrera como nunca se ha visto”
1996 1997 1998
Filipinas 4,5% 8,7% 9,0%
Indonesia 2,6 2,7 4,0
Corea 2,0 2,7 6,0
Tailandia 2,6 4,5 8,0

Y en China “también creció menos la demanda de los consumidores” “Esto se debió a que los
ingresos aumentaron menos y la tasa de desempleo aumentó más al producirse el despido de
trabajadores excedentes de las empresas estatales” “se estima que los planes de reducir a la
mitad el número de los empleados públicos frenarán el aumento del ingreso personal y crearán
incertidumbre en torno al empleo, lo que podría mermar el consumo en una medida superior a la
proporcional” (Naciones Unidas)

Por otra parte Brasil tiene una desocupación crónica que se refleja en los salarios miserables que
cobran sus trabajadores. Y México es algo parecido, y su desocupación la podemos observar
diariamente cuando los trabajadores se hacen matar en la frontera de los EEUU en busca de empleo. Y
todo sucede a pesar de que el país de Pancho Villa y Zapata viene aumentando su producto bruto
interno gracias a sus relaciones comerciales con el país del norte por medio del NAFTA.
“...desde el lanzamiento del NAFTA en 1994 las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos
subieron de 40.000 millones en 1993, a 110.000 millones el año pasado,..” “En cambio el salario
promedio se ha deteriorado...Como resultado cada año unos 300.000 mexicanos se arriesgan a
emigrar ilegalmente a los Estados Unidos”. (Financial Times. 27/8/2000).
“Los cambios sociales y económicos resultantes de la mundialización golpearon duramente a los
trabajadores, causaron migraciones masivas que desarraigaron a los campesinos y los
amontonaron en los sectores marginales urbanos o los llevaron a los EE:UU. . Hay 15. Millones
de trabajadores mexicanos en ese país y 7 millones de jornaleros agrícolas vagando por México
en busca de un jornal cotidiano de 3 dólares por 8, 10, o 12 horas.” (Guillermo Almeryra. Revista
Reunión. Julio del 2000)

La reflexión que le cabe a cualquier obrero de los tantos que han sido despedidos de la industria en
Argentina, Brasil, México o en los países asiáticos, sería ¿dónde están los puestos de trabajo?.
No puede haber aumento de los puestos de trabajo, es decir de la cantidad de obreros industriales, en
medio de una revolución tecnológica como la actual, que tiene como característica la de desplazar la
25
mano de obra obrera. En ésta situación, si aumenta el empleo iría en contra de toda lógica. El propio
Vega Cantor se contradice cuando afirma que “En la década del 80 se presentaron una serie de
transformaciones técnicas y productivas que afectaron drásticamente desde el punto de vista
subjetivo a la clase obrera, por lo que es factible afirmar que ésta ha soportado su más grande
crisis a lo largo del siglo. Entre las transformaciones más notables se encuentran la introducción
y desarrollo de las nuevas tecnologías a nivel fabril, entre las cuales descuellan la
microelectrónica, la informática y la robótica”

Pero si “en la década del 80 se presentaron una serie de transformaciones técnicas y productivas”, en la
del 90, esto de convirtió en una verdadera revolución. ¿O acaso retrocedió?. Y si es así, quiere decir
que no solo la clase obrera” “ha soportado” sino que sigue soportando cada vez más “su más grande
crisis a lo largo del siglo”.
También el economista francés Denis Collin niega que la automatización, o sea la aplicación de
tecnología en la producción, pueda generar desocupación. “...si la desocupación fuera provocada por
el crecimiento y la automatización, dado que el modo de producción capitalista desarrolló desde
su origen el maquinismo y la

automatización y que los actuales procesos no son nuevos, el crecimiento de la desocupación


debió ser permanente desde hace al menos dos siglos. Sin embargo, lo que ocurrió es lo opuesto”
(Herramienta).
¿Así que “los actuales procesos no son nuevos”? ¿No hay cambios cualitativos?.
Lo de Collin es la negación del movimiento de la materia. Es la lógica formal llevada a la máxima
potencia. Es la negación de la ley de la transformación de la cantidad en calidad. Los chicos no crecen,
los árboles no tienen flores, ni dan frutos.
Niega por ejemplo que cuando soy chico soy una cosa y cuando grande otra. También que la cantidad
de años transforman a las personas. O que la cantidad de tecnología, es decir su crecimiento transforma
su calidad. Cuando estaba en pañales la “automatización” generaba empleo, y en su adultés, cuando
está en pleno apogeo, genera desocupación.
En esto no hay que perderse en las teorías. Dicho de otra manera: teoricemos sobre la realidad.

Carlos Abalos le contesta. “La lógica del capital está más clara que nunca, por la universalidad de
la explotación, la extensión y profundización del capitalismo. Pero el avance de la automatización
y la productividad no reproducen el cuadro social del pasado, por lo que el porvenir no puede
explicarse reduciéndolo a la lógica general del capital” (Herramienta n° 6 Pag.88).

Lo que estamos viendo no es un avance tecnológico más, como en otras épocas fueron el vapor, la
electricidad y muchos otros. Lo que estamos presenciando es una verdadera revolución tecnológica en
donde a la suma de todos los avances anteriores se le agregan los nuevos y espectaculares saltos en la
informática, las comunicaciones y todo lo que ello significa. Es la lógica que existe en el salto de
cantidad en calidad. Significa que llegado a cierta cantidad de tecnología se produce una superior
basada en las anteriores, que transforma la economía, y todas las relaciones sociales, culturales, etc.
para dar lugar a otras muy distintas a las anteriores.
Todo lo anterior ha envejecido y muerto irremediablemente y no hay nada ni nadie que lo pueda
resucitar y rejuvenecer. Y junto con ello entró en crisis todo el andamiaje teórico e ideológico que lo
sustentaba. En ésta situación, en cuestiones ideológicas y teóricas, solo tienen destino lo nuevo, lo
revolucionario, es decir lo que acompaña, explica y da una salida hacia delante a éstas espectaculares
transformaciones que estamos presenciando.
Pero Collin sigue:
26
“Que la oferta de empleo ya no corresponda más con el crecimiento de la población activa,
(Gente en condiciones de trabajar ) es algo que no debe ser confundido con una disminución en
cifras absoluta...” (de puestos de trabajo).

Pero de esto es precisamente de lo que se trata. De que la oferta de puestos de trabajo ya no alcanzan o
alcanzan cada vez menos para dar empleo a toda la población (activa) o en condiciones de trabajar.
Que la población en general, viene creciendo es algo que nadie lo discute. Y que el crecimiento de la
población en condiciones y necesitada de trabajar acompaña el crecimiento demográfico, tampoco.
La desocupación se produce justamente porque los puestos de trabajo, a causa de la revolución
tecnológica, ya no siguen el crecimiento de la población activa. Y es en esto precisamente en lo que se
diferencia la tecnología de los siglos XVIII y XIX y las primeras décadas del siglo XX., de la actual.
Aquella era una tecnología que por estar en pañales, las industrias se veían obligadas a trabajar con una
enorme masa de obreros para poder abastecer al mercado mundial. Y como ya lo dijimos, la misma
masa de obreros que producía, en gran medida era también la que consumía. Entonces en el mercado se
complementaba casi a la perfección la oferta con la demanda, salvo cuando estallaban las crisis
coyunturales.
Pero las consecuencias de la desocupación no es solo que un sector social es marginado y condenado al
hambre, sino que también afecta en forma decisiva al propio sistema capitalista, ya que al liquidar o
achicar el consumo, hace entrar en crisis la producción y
con ella, toda la economía.

MUCHOS ECONOMISTAS SE OLVIDAN DE LA LEY DEL MERCADO.

Se nos dice que en los países asiáticos creció la clase obrera industrial y luego se afirma que el trabajo
allí es esclavo o semi esclavo. Pero si esto último es así, es justamente porque hay muchísima más
oferta que demanda de mano de obra. Y si hay más oferta que demanda es porque ha crecido la
desocupación, y no la cantidad de obreros industriales.
A la inversa, si hubiera un crecimiento “como nunca se ha visto” de la clase obrera industrial,
necesariamente estaría indicando que crece la demanda de mano de obra, es decir empleo, y el
trabajador se podría hacer valer y obligaría al patrón a pagarle un sueldo más alto y a darle condiciones
dignas de trabajo. A nadie escapa que la desocupación hace caer los salarios. Dicho de otra manera: si
hay bajos salarios normalmente es porque existe desocupación más o menos alta. En cambio, si los
salarios crecen es porque crece la demanda de mano de obra. Por ejemplo: desde 1979 hasta 1995, años
de retrocesos económicos, en los EE.UU. se produjo una caída generalizada del salario, por eso, el
“aumento generalizado desde entonces es un hecho novedoso y fundamental para los
trabajadores de EE:UU.” “Después de más de 15 años de estancamiento y declinación, los
salarios ajustados por la inflación empezaron a subir en 1995” (Instituto de Política Económica de
Washington)
“...el 5,4% de la población negra e hispana salió del nivel de pobreza con las mejoras de sus
ingresos, que registraron una variación del 4,5% en el caso de las mujeres durante el periodo
1995-1999.”
“El desempleo bajo fortaleció la capacidad de negociación de los trabajadores.” “Cuando el
desempleo se mantiene bajo por un tiempo prolongado, los trabajadores se fortalecen”.
(Financial Times. 10/9/2000).
27
Otro aspecto que demuestra que la clase obrera industrial, excepto EE.UU., no está ni ha estado
creciendo sino decreciendo violentamente, es la caída general del consumo. Que se viene registrando
en casi el 90% de los países del mundo.
Volvemos a repetir: si ha habido un crecimiento de la clase obrera industrial, no habría habido salarios
de esclavos, ya que un aumento de los empleados supone una mayor demanda de mano de obra, lo que
impulsaría los salarios hacia arriba. Y si hubiera salarios altos, no se explicaría la caída general del
consumo.

Pero sí coincidimos en que la clase obrera en general sigue creciendo. Al menos si como tal,
consideramos no solo a los trabajadores industriales sino también a todos los pobres del mundo. A los
desocupados, a los campesinos pobres y empobrecidos, a la pequeña burguesía empobrecida de las
ciudades e incluso a los sectores marginales a los que Marx llamó “lumpenproletarios”. Marginales,
lúmpenes, pero proletarios al fin.

CUANDO LA REALIDAD CONTRADICE LAS TEORÍAS


ECONÓMICAS OFICIALES.

La definición oficial de la economía es la siguiente: “La economía se ocupa de la manera en que se


administra unos recursos escasos , con el objeto de producir bienes y servicios y distribuirlos
para el consumo entre los miembros de la sociedad”. (Elementos de Micro y Macroeconomía-
Víctor A.Beker y Francisco Mochón. Pag. 2.-
Texto que se estudia en las universidades)
Y luego se agrega: “El petróleo, el trabajo, la maquinaria, etc. están disponibles en cantidades
limitadas”. “Con éstos recursos escasos se producen bienes y servicios (Alimentos, viviendas,
automóviles, educación, sanidad, ocio...) para satisfacer las necesidades humanas”.
“La escasez siempre existirá, ya que los deseos son siempre superiores a los medios disponibles
para satisfacerlos”.

La realidad es que no se trata de simple deseos, sino de necesidades elementales insatisfechas, para
una masa creciente de la población. Y estas necesidades son las que no pude satisfacer el capitalismo.
Esta realidad no se puede diluir en los deseos generales de la gente. Hacerlo significa crear una cortina
de humo sobre este acuciante problema que aqueja a la humanidad.

Pero la gran mentira que se hace para justificar la miseria que significa el capitalismo, es que los
medios son y serán escasos. Es claro, que si de éste sistema se trata, no hay dudas que los bienes y
servicios serán cada vez más escasos para una masa creciente de desposeídos y marginados del sistema.

Pero cuando estudiamos economía no tenemos porqué limitarnos a lo que pasa bajo el dominio del
capital imperialista. Estamos obligados a mirar más allá de nuestras narices y al hacerlo, el panorama
cambia.

“El petróleo, el trabajo, la maquinaria, etc. están disponibles en cantidades limitadas”.

Con el nivel de información existente en éste comienzo del siglo XXI, cualquier persona está en
condiciones de rebatir éste argumento. Sabemos que el petróleo está disponible en cantidades limitadas,
pero lo que no dicen los teóricos oficiales, es que no es la única fuente de energía existente. Todos
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sabemos que las energías de hidrógeno, la atómica, o la solar, por ejemplo, solo son aprovechadas en
una ínfima cantidad. Menos del 1% en todo el mundo.
Entonces en donde está la escasez de energía que es de lo que se trata?
Se sabe además que si se sigue usando el petróleo, a pesar de lo caro y contaminante, solo se debe a los
poderosos intereses de los capitalistas ligados al negocio de las naftas y demás combustibles.

“El trabajo” está disponible en cantidades limitadas?


Esto no era verdad ni siquiera para la época de ascenso del capitalismo, cuando ocupaba casi toda la
mano de obra disponible, y menos ahora cuando su decadencia es absoluta.

¿De que cantidades limitadas del trabajo nos hablan cuando todos sabemos que existen miles de
millones de seres humanos ofreciendo su trabajo? Se está produciendo una sobreoferta de trabajo, es
decir de mano de obra, como nunca se ha visto, donde miles de millones están clamando por un
empleo.

La maquinaria, un bien escaso?. Por el contrario, es uno de los factores que más ha crecido en los
últimos tiempos, y especialmente en los países ricos. Es el factor esencial que ha provocado la
desocupación masiva, la caída del consumo, y en fin, la crisis económica mundial.
Si hay un periodo histórico en que es absurdo hablar de que “la maquinaria está disponible en
cantidades limitadas”, es éste.
La sobreabundancia de maquinarias es la que produjo la crisis de sobreproducción en la actualidad y
será también, una vez desaparecido el capitalismo, la que posibilitará una reconstrucción relativamente
rápida de las condiciones para la vida humana sobre la tierra.

Bajo el capitalismo “la economía se ocupa de la manera en que se administran unos recursos escasos”,
pero una vez superado éste sistema, la economía se ocupará de la manera como produce y
distribuye en forma equitativa unos recursos abundantes.

Los economistas oficiales tendrían que explicar porqué si “el problema económico por excelencia es la
escasez”, existe un puñado de ricos que se queda con un altísimo porcentaje de la producción mundial,
y viven permanentemente en la sobreabundancia.

La única realidad es que la economía actual no está tan preocupada por la gente como por los
dividendos de los capitalistas. Y aumenta o disminuye la producción no “para administrar mejor los
recursos escasos” de la población, como sus propios recursos.

En la historia hemos visto muchas veces que los encargados de “la administración de los recursos
escasos” no tuvieron contemplación en quemar la producción o tirarla a los ríos cuando vieron
afectadas sus abundantes ganancias.
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CUANDO SE CONTRADICE
LA LEY DE LA OFERTA Y DEMANDA.

Si todo se explica por el precio, ¿el precio por qué se explica?.

(Demanda) “El simple análisis de la realidad nos dice que la cantidad que un individuo
demandará de un bien, en un momento determinado, dependerá de su precio”.

(Oferta) “Al igual que en el caso de la demanda, la oferta de un bien concreto depende de un
conjunto de factores...Si suponemos que permanecen constantes todos los factores...menos el
precio.., obtendremos la relación que existe entre el precio de un bien, por ejemplo naranjas, y la
cantidad de naranjas que un agricultor desearía ofrecer a cada precio” (Beker y Mochón. Pag.38).

Como vemos, todo depende del precio. Pero el precio ¿de qué depende?. No se nos dice.
Pero es evidente que antes que nada, es el precio el que depende de la oferta y la demanda.
El agricultor se fija en el precio, pero antes que nada se fija en la cantidad que es posible vender, ya que
auque el precio sea bajo, si hay buena venta, se lo puede compensar con la cantidad vendida. Y muchas
veces el propio agricultor baja el precio para poder vender.
En éste caso lo que prima no es el precio sino la posibilidad de vender. Es decir la oferta está
determinada por la demanda. Y ambas determinan el precio.

Que es el precio el que decide el nivel de la oferta y la demanda es falso, se está demostrando por
ejemplo en los países pobres, que son el 80% de la población mundial.
Se está esclavizando a los trabajadores, es decir se está bajando el precio del trabajo al mínimo, y sin
embargo esto no logra aumentar la demanda de mano de obra.
Por el contrario, es la caída de la demanda la que al producir una sobreoferta, aplasta el precio del
trabajo.

El argumento de que es el precio el que decide el nivel de la oferta y demanda es falso, pero sirve para
convencer a los trabajadores de la necesidad de bajar sus pretensiones laborales (precio de la mano de
obra) hasta niveles casi de esclavitud para poder conseguir empleo.

Pero es cierto que una vez que los precios caen, determinados por la sobreoferta y la sub-demanda,
estimulan a su vez el consumo por un periodo más o menos corto, o por lo menos impiden su caída, tal
como se vio en todo el mundo a mediados de los 90. Los precios empezaron a caer en los primeros
años de los 90 (deflación) indicándonos que se empezaba a producir una sobreoferta.
Pero la caída del consumo en forma pronunciada se empezó a sentir en todo el mundo recién a partir de
la crisis asiática (1997) y en otros países pobres como por ejemplo Argentina, aún después (1999).

SALARIO Y PRODUCTIVIDAD.

La productividad es el aumento de la producción en un menor tiempo.


El aumento de la productividad del trabajo es la consecuencia directa de la introducción de la
tecnología. Repetimos: se calcula que el crecimiento de la productividad que estamos viendo,
especialmente en los Estados Unidos y que desde los años 70 era de alrededor del 1,5% anual, desde el
95 aproximadamente es de alrededor del 3% anual. El doble.
30
Los economistas del imperialismo nos presentan la productividad del trabajo, como una condición
necesaria del crecimiento económico y del bienestar general.

“Una consecuencia de lo señalado es que si por ejemplo, en la producción de automóviles se logra


una mejora tecnológica que eleva la productividad, en ésta industria resultará posible acceder a
reivindicaciones de incrementos salariales sin que necesariamente éstos se trasladen a los
precios” (Beker y Mochón. Pag.83).

Pero la realidad es que en los últimos años en las empresas automotrices se logró una constante
“mejora tecnológica” que elevó la productividad, y sin embargo no “resultó posible acceder a
reivindicaciones de incrementos salariales” en la absoluta mayoría de los países. Por el contrario, en
todo éste periodo hubo una constante reducción de los salarios en ésa industria, y un tendal de
despidos.

Con toda certeza se podría establecer una ley: Bajo el capitalismo, a mayor productividad, menores
salarios y menores empleos.

Pero es cierto que algunos trabajadores, una minoría absoluta, debido a una alta capacitación reciben un
salario más alto, mientras a su lado desfila la masa mayoritaria de los que han visto caer los suyos, y a
los que quedaron en la calle.

Esto es así porque las mejoras tecnológicas en lugar de permitir una reducción de las horas de trabajo y
el aumento de los salarios como es lógico pensar, y como dice la teoría, bajo el capitalismo solo
provoca la caída de las remuneraciones, una mayor explotación y el despido de una masa creciente de
obreros y empleados.

Entonces, la incorporación constante de tecnología a la que están obligadas las empresas para poder
competir, trae aparejada el incremento constante de la desocupación y debido a ello, la caída de la
demanda de los bienes producidos, entre ellos el automóvil.

A su vez, la caída del consumo es decir el achicamiento del mercado, exacerba la competencia por una
torta cada vez más chica y ésta competencia exacerbada, obliga a una mayor productividad. Y así se
convierte la actividad económica capitalista en un círculo vicioso que nos empuja constantemente hacia
abajo.

La situación particular de los Estados Unidos y en menor medida la de Europa, que en apariencia son
las únicas que les dan la razón a los teóricos del imperialismo, tiene que ver precisamente con esto: con
que son países imperialistas que reciben las ganancias que todas sus empresas multinacionales extraen
de los países pobres, del cobro de las deudas externas y de otros mecanismos que succionan la sangre
de las naciones “emergentes”.
Todo esto da como resultado, la existencia en los países ricos con mercados de consumo
sobredimensionados y una alta demanda, porque como ya lo dijimos, la expulsión de manos de obra
que es provocada por la productividad en una empresa, se compensan con la apertura de otras nuevas.
Por lo tanto, la posibilidad de mantener un salario alto junto al crecimiento de la productividad solo lo
pueden hacer los países imperialistas, es decir, una pequeña minoría de naciones, precisamente porque
la absoluta mayoría no lo puede lograr.
Dicho de otra manera, el nivel del salario e incluso su crecimiento en los países desarrollados, no se
debe a la productividad del trabajo sino a factores externos.
Es decir, la teoría de mayor productividad-mayores salarios, no es cierto ni si quiera en los países ricos.
31

Por otra parte no hay que olvidar que la productividad es un fenómeno en crecimiento permanente y
que por eso mismo, provoca una desocupación también en aumento permanente. Cuando hay mercado
suficiente, la productividad se desarrolla para poder coparlo y desplazar a la competencia. Y cuando se
saturan, también para hundir a la competencia y quedarse con los resto del mercado en crisis y esperar
su reactivación.

LA CRISIS ECONÓMICA Y LAS LUCHAS OBRERAS Y POPULARES

En el marxismo y en la izquierda en general, es aceptado casi sin discusión que las luchas obreras y
populares por las reivindicaciones mínimas producen crisis económicas. Más aún, que son la causa
principal o una de las causas principales de la crisis que estamos viviendo. Opinamos que ésta
concepción es equivocada. Que las consecuencias de las luchas mínimas o parciales son mucho más
contradictorias.
Si en nuestro análisis tomamos solo el factor de la producción, no hay dudas de que las luchas la
trastornan, la entorpecen. Pero como se sabe, la economía marcha no solo por el riel de la producción,
sino también por el del consumo. Por lo que sí tomamos solo uno de los factores, caeremos en
unilateralidades y erraremos la conclusión.
Si tomamos el consumo como la otra pata sin la cuál no puede caminar la economía, veremos que si las
luchas triunfan y consiguen aumentos de salarios, u otras reivindicaciones económicas mínimas, o por
lo menos impiden que los patrones les quiten sus conquistas, lo que se está logrando
contradictoriamente es que también aumente el consumo o que por lo menos no siga cayendo. Y que
los capitalistas mantengan el mercado, que de otra manera se saturaría de mercadería, paralizaría la
producción y caerían en picada las ganancias
Esto es lo que sucede en una situación de crisis de los mercados. Pero no siempre fue así. En el siglo
pasado y en los primeros años del siglo xx, la economía estaba en auge, era la etapa de las luchas
reformistas. Rara vez se producían problemas de mercado. “Una vez cada diez años” según Marx. Todo
lo que se producía se vendía, o sea se consumía.
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En ésa situación es claro que las luchas por las reivindicaciones económicas afectaban a la economía,
en la que el factor fundamental era la producción. Las huelgas se convirtieron en un arma de primer
orden. Paralizaban la producción.
La etapa en que estamos viviendo es opuesta a la del siglo pasado. Hoy todo depende del consumo. Si
las luchas consiguen aumentar el consumo no producen crisis.
Siguiendo con ésta lógica, tendríamos que decir que la crisis económica que estamos sufriendo en la
mayoría de los países del mundo, no se debe a los triunfos de las luchas obreras y populares, sino
más bien a su derrota.
La economía manda. La política no es más que la continuación de la economía. Las luchas por las
reivindicaciones mínimas no pueden torcer el rumbo de la economía mundial que marcha sobre las
ruedas de la revolución tecnológica. De esto no se desprende que no hay que pelear, sino que junto con
las luchas por las reivindicaciones económicas hay que dar la pelea en el terreno político, ya que sólo
un gobierno de los trabajadores será capaz de poner la tecnología al servicio de una economía en
provecho de la clase obrera y el pueblo.
Además, que las luchas por las reivindicaciones mínimas no hagan entrar en crisis a la economía no
significa tampoco que no tenga importancia política. Por el contrario, precisamente porque el
capitalismo está impedido de satisfacer esas necesidades es que las luchas por las reivindicaciones
económicas mínimas, le produce un gran desgaste político.

LAS CONSECUENCIAS DE LA CRISIS.

La revolución tecnológica y los planes neoliberales que se montan sobre ella, están produciendo
estrago a la humanidad. Según un estudio de las Naciones Unidas, leído por su Secretario General en la
Asamblea realizada en Ginebra el 26/6/2000, la mitad de la humanidad vive en la pobreza absoluta,
subsistiendo con uno o dos dólares diarios. De ésa cantidad, 800 millones están desnutridos, y 40
millones mueren de hambre por año, más que toda la población de la Argentina.
Estos son los logros de los planes de ajustes permanentes impuestos por el FMI y el Banco Mundial,
entre otros organismos internacionales. Y después de todo éste desastre, Michel Camdessus, ex jefe del
FMI, el 4/7/2000, en el Foro Argentina-Unión Europea, dijo: “Hemos fallado”. “Se refería a las
desigualdades sociales en la distribución de ingresos...”. y agregó: “América Latina tiene
lamentablemente el record mundial y poco envidiable de incidencia de la desigualdad.
Tomando la situación de la Argentina, que es muy similar a la del resto de los países de la región,
tenemos que decir que el 10% más rico de la población de Buenos Aires se lleva 24 veces más que el
10% más pobre. Dicho de otra manera, el 10% más rico se lleva el 36,1% de todos los ingresos,
mientras que el 10% más pobre solo se lleva el 1,5%.(Datos del Instituto de Estadística y Censo
(INDEC).
Según Camdessus, “La globalización se suele acompañar de una creciente desigualdad en la
distribución del ingreso y hasta ahora hemos prácticamente fallado en corregir estas crecientes
desigualdades.”
Esta afirmación no le impidió, un rato después, defender “los ajustes” “como el camino correcto”.
Y el propio imperialismo a través del Banco Mundial reconoce que las cifras de la pobreza y la
desocupación (que admite que sólo es de mil millones de personas) “no descenderá en el curso de los
próximos ocho años...”.
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No solo no descenderá, sino que seguirá ascendiendo dramáticamente mientras subsista el sistema
capitalista.
Además de los graves problemas económicos, la globalización imperialista hizo dar saltos al desarrollo
de la corrupción, las mafias, la delincuencia, la criminalidad, la destrucción de la naturaleza, etc.

LAS PERSPECTIVAS.

La crisis es de sobreproducción, es decir de saturación de mercados. Y sólo se puede salir de ella,


consiguiendo unos nuevos, que deben ser de gran envergadura. Porque como lo hemos visto, los que
han aparecido a partir de 1990, en el este europeo, a pesar de su importancia, más o menos rápidamente
se saturaron y la crisis terminó estallando. En realidad es ésa la perspectiva que vemos para cualquier
salida de la crisis actual. Esto es así porque lo que antes costaba producir por ejemplo un año, hoy
gracias a los extraordinarios avances tecnológicos mundiales, se producen en pocos días. No hay
mercado de consumo que aguante. Y menos si esos mercados están en un constante achicamiento.

Una de la perspectivas importante ahora es la apertura total del mercado chino, con su entrada a la
Organización Mundial del Comercio.(OMC), Son cientos de millones de nuevos consumidores, que les
podrían permitir al capitalismo salir momentáneamente de la crisis, para que mas o menos rápidamente
vuelva a caer en ella. Sería más bien con mucha suerte, un respiro de ahogado.
“Al definir el lunes con los Estados Unidos los términos de su ingreso a la (OMC), China se
embarca en una carrera que transformará su economía y su vinculación con otros países”.
“Los principales puntos del acuerdo son: 1) China reducirá su arancel (impuestos a las
exportaciones) en un promedio de 22,1% a 17%.
2) China permitirá inversiones extranjeras del 49% en telecomunicaciones.
3) Las empresas de Internet de Estados Unidos podrán invertir (asociándose con proveedores
chinos)
4) China reducirá los aranceles (de importación) del 80% al 25% para el 2006.
5) China eliminará los subsidios a sus exportaciones.
34
6) Los bancos extranjeros podrán realizar negocios en monedas local, con empresas chinas
después de dos años y negocios minoristas después de 5 años.
7) China reducirá impuestos a productos agrícolas importados, entre un 14,5 y un 15%.
8) Audiovisual: Las empresas extranjeras podrán distribuir películas en China, recibiendo un
porcentaje de las recaudaciones. Los extranjeros podrán formar “Joint Venture” para distribuir
videos y CD.
Pero “la integración de China a la economía mundial supone una inmensa apuesta de Beijin y de
la comunidad internacional. Las reformas económicas que la pertenencia a la OMC alentará,
implicarán sufrimientos internos (y tal vez inestabilidad política para los 1.300 millones de
chinos.) El costo principal será el desempleo”. Dice Hu Angang, investigador de la academia
china de ciencias”
“El peor golpe lo recibirán las empresas estatales “ineficientes” y la propiedad colectiva.”
El Banco Mundial calcula que un tercio de sus 140 millones de trabajadores podrían ser
“prescindibles”. “Ya hay entre 16 y 18 millones de desempleados (solo) en las ciudades chinas, y
100 millones de campesinos que padecen desempleo “estacional”.

“En los próximos cinco años, la preocupación clave de los líderes chinos puede ser cómo
controlar y atender a ésta inquietante marea humana”. (Financial Times 21/11/1999).

¿Podrá ser un respiro para la economía mundial?. No está descartado, si tomamos como tal a las
economías desarrolladas. Lo que es casi seguro es que los países “en vía de desarrollo” no recibirán
más que, con mucha suerte las migajas de la torta.
Por ejemplo, según Clarín del 10/9/2000, “Como China debe reducir sus barreras arancelarias
para ingresar a la OMC, la Argentina obtuvo un beneficio directo. En marzo, los dos países
firmaron un acuerdo que beneficia con rebajas arancelarias a 78 productos Argentinos, 38 de los
cuales son de origen agropecuarios. Eso permitiría duplicar las exportaciones argentinas a ese
país en cinco años, nivelar la balanza comercial y soltar un poco la imaginación: China prevé
importar unos 66 millones de toneladas de granos, un volumen mayor a toda la cosecha
argentina.”
El periodista de Clarín “soltó” demasiado su “imaginación”. La posible exportación a china será una
pelea de decenas de países que se disputarán para ver quiénes son los que se quedan con ése mercado.
Y en ésa competencia son los países desarrollados los que tienen las mayores posibilidades.
Los países pobres le pueden vender a China, pero no nos engañemos: no serán ellos sino las empresas
extranjeras instaladas en ésas semicolonias las que se quedarán con la absoluta mayoría de los
beneficios de ésas ventas.
Por todo esto, lo más seguro es que China vaya a gran velocidad hacía la saturación de su mercado
interno y a perderlo a mano del capital extranjero.
El imperialismo se propone quedarse además con el petróleo chino.
“La mayor privatización china está por realizarse. Petrochina, la mayor petrolera del país se
propone conseguir más de 7.000 millones de dólares”
Pero “No todos sonríen por la apertura china” “El Gobierno de Estados Unidos y las
multinacionales como cargill, o Bunge creen que habrá jugosos negocios en el comercio con
China, pero ven que los precios del agro bajan y temen una mayor competencia.”(F.T.
13/6/2000).
35
¿LA “NUEVA ECONOMÍA” SERÁ UNA LOCOMOTORA?

La crisis de los Estados Unidos es un hecho en el año 2000.


Los economistas al servicio del capital se venían maravillando con el crecimiento de las “empresas
tecnológicas” o lo que dieron en llamar “la nueva economía”. El crecimiento del negocio parecía no
tener fin, hasta que explotó la burbuja especulativa, y esas empresas, por nuevas que parecían, no
escaparon a la vieja ley del mercado, y se desplomaron, quebrando cientos de ellas, y siendo absorbidas
las demás por las más poderosas.

“Se desplomó Wall Street y tembló todo el mundo” tituló La Nación de Buenos Aires el 15/4/2000.
“La acciones de empresas industriales de la bolsa de Nueva York no pudieron aislarse de la
presión a la baja del índice de las tecnológicas, el Nasdaq.”
“El Dow Jones cayó 616,23 puntos (un 5,66%) en la mayor pérdida en los 103 años de historia
del indicador. El índice Nasdaq se desplomó el 9,66% y las bolsas latinoamericanas fueron las
más afectadas.”
“El resto del mundo también se sacudió y las más perjudicadas fueron Francfort que bajó 3,14%,
Perís 3,17%, Londres 2,81%, Corea 4,32%, y Hong Cong 1,28%.”

Sabemos cómo funciona la bolsa. Cuando un sector de la economía crece y da ganancia, crece también
la demanda de sus acciones. Y cuando aumenta la demanda, suben los precios de las mismas. Llega el
momento en que de tanto subir los precios de las acciones, empiezan a ser mayores que los
rendimientos que producen las empresas que las emitieron y es precisamente en ese instante en que
“explota la burbuja”, ya que los que las tienen las quieren vender y así se invierte la tendencia. Lo que
predomina a partir de ese momento, no es más la demanda sino la oferta.
Y es esto exactamente lo que pasó con las acciones de las empresas tecnológicas. Las ventas de
computadoras y servicios de Internet entre otros, crecen en el mundo y con ellas las ganancias
capitalistas. Pero debido a que es el único sector que crece, una gran masa de capitales fueron a invertir
allí. Las empresas tecnológicas surgieron como hongos en todo el mundo, hasta que se colmaron las
capacidades de los mercados, y la competencia hizo bajar los precios, y con ellos las ganancias
empresarias.
Todo indica que por un periodo seguirá desarrollándose el negocio tecnológico, a pesar de la caída
general del consumo de los demás bienes. Pero también que las ganancias empresarias no volverán a
ser las mismas y que se concentrará aún más en una minoría de multinacionales, que por ser
monopólicas, aumentarán sus ganancias.
Por ejemplo en Argentina “De cada diez Puntocom, apenas sobrevivirá una”. “Hay problemas en
el 90% de los portales. Las cotizaciones se desmoronan porque las ganancias no llegan.”
“El negocio de las empresas “puntocom” ya no es lo que era: hace dos años se presentaba como
la panacea, pero ahora muestra profundas grietas, que amenazan con dejar fuera del mercado al
90% de las empresas virtuales que hoy pueblan la red”.

También en EE.UU. “Entre abril y septiembre el Nasdaq (el índice de la bolsa de Nueva York que
mide el comportamiento de las empresas tecnológicas) cayó un 20%
El valor de mercado de Amazon, la librería virtual que “inventó” el comercio electrónico, se
desmoronó a la tercera parte desde diciembre hasta ahora. Con estos datos, los inversores locales
no dudan en afirmar que de cada diez “puntocom” que hoy están en el mercado, sólo sobrevivirá
una.”
Y justamente por eso es que el desarrollo del negocio tecnológico no podrá ser la locomotora que
arrastre el tren de la economía mundial hacia un nuevo desarrollo.
36
¿HACIA DÓNDE VAN LOS PAÍSES RICOS?

Al quedarse los países ricos con la mayoría absoluta de la producción y el comercio de los países “en
vía de desarrollo”, por medio de sus multinacionales y como acreedores, y por otro lado gracias a la
utilización creciente de tecnologías en sus empresas, y a la transferencia de la ganancia a sus casas
matrices, están haciendo caer la ocupación de mano de obra, es decir el consumo de la absoluta
mayoría de la población mundial.
Esta caída del consumo mundial producirá más tarde o más temprano, la caída de las ganancias
también de las multinacionales y por lo tanto de la cantidad de dólares que giran anualmente a sus casas
matrices, o sea a los países ricos. También escasearán los pagos de la deuda de los países del tercer
mundo.
Esta caída del consumo ahora está dando como consecuencia una sobreoferta de mercadería, es decir,
una caída de las ventas.
“El crecimiento de las ventas promedio de las bocas de expendio de empresas minoristas...viene
cayendo desde fines del año pasado”
“Según Buckingham Research Group, el aumentos de las ventas a fines de julio (del 2000) fue en
promedio (de solo) el 3,6%, (apenas) un poco más de la mitad que el nivel de diciembre” (del 99).
Algunos niegan que haya caído el consumo. “En realidad, el verdadero problema no es la demanda,
sino la oferta. Los años de vacas gordas han tentado a los grupos de cadenas comerciales a
desarrollar planes de expansión demasiados ambiciosos.
Bill Julián, de Credit Suisse Firest Boston, señala que Estados Unidos ahora tiene diez veces más
espacios de comercialización minorista per cápita que Gran Bretaña. “los minoristas ignoran la
idea de la sobrecapacidad,” (sobreproducción) dice. (The Ecomonist.12/8/2000).

Por otra parte, basándose en el boom económico de los 90, Estados Unidos contrajo deudas
multimillonarias en el exterior. Y de ésta manera “El déficit de cuenta corriente de 1999 (comercio
de bienes y servicios) sumó 339.000 millones, casi un 4% del PBI. Durante los últimos dos años, el
déficit se duplicó. Este año podría alcanzar los 400.000 millones de dólares.
Para financiar éste desbalance, los Estados Unidos toman prestados en el extranjero. Como
resultado, el país debe actualmente al resto del mundo un neto de 1,9 billón, más del 20% del
PBI. Los EE.UU. se están convirtiendo en el Brasil del mundo industrializado.”

Debido a la crisis de los países “emergentes” EEUU no les puede vender y en cambio necesita
comprarles para satisfacer el consumo interno. Y para agravar ésta situación, “las familias
estadounidenses no están ahorrando. Más bién se encuentran en un estado de euforia
consumista: comer, beber y ser felices.” (Financial Times. 16/7/2000).

Podríamos decir que la crisis de los países “emergentes” que en un primer momento produjo el
boom económico en los Estados Unidos y también en Europa, en el próximo periodo ese mismo
fenómeno producirá un proceso de crisis creciente. Mas precisamente, al mismo tiempo que el
imperialismo se apoderaba de las empresas nacionales de los países pobres, es decir que
empezaba a atentar contra el consumo, también comenzaba a incendiar la economía mundial,
cuyas llamas amenazan ahora con envolverlo. Solo resta saber cual será la velocidad de estos
acontecimientos.
37
Con todo, hay que aclarar que la crisis económica que se prevé en los países industrializados, nunca
será tan profunda como la de los países emergentes. Salvo que en el futuro se produzca una revolución
mundial en cadena que los arrincone.
Sin embargo, todo parece indicar que la crisis en la que están entrando Estados Unidos y Europa será
más grave que la última de fines de los 80 y principios de los 90. Y la tendencia es al achicamiento
permanente de los mercados debido a que no se paró ni se piensa parar el desarrollo tecnológico y el
achique del consumo mundial, aunque circunstancialmente algunos países pobres puedan crecer por
algún periodo para después volver a caer.
Por otra parte, nunca más se producirán entrada de capitales en masas como se produjo a partir de la
crisis asiática en el 97.
Entre los países ricos el que está peor es Estados Unidos después de Japón. En ésta situación los
capitales golondrinas y de los otros, comienzan a volar a Europa y también a los países en vía de
extinción. Perdón: en vía de desarrollo.
El vuelco de las inversiones hacia Europa se está reflejando en estos momentos (Enero del 2001) en la
demanda del Euro, que está teniendo como consecuencia la suba del precio de la moneda del Mercado
Común Europeo.

LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA EN EL SUBE Y BAJA.

En el 2000 se le metió de lleno la crisis


El continuo juego de la Reserva Federal de los Estados Unidos de subir o bajar las tasas de interés para
frenar o acelerar la economía norteamericana, tiene patas cortas. Como ya lo repetimos, la causa de la
crisis mundial es la sobreproducción causada por la revolución tecnológica permanente y la única
solución efectiva sería la revolución permanente del consumo.
Lo que hizo la FED a principios de Enero, es apenas un paliativo. Es una subvención al consumo que
al poner en oferta miles de millones de dólares, hace bajar las tasas de interés por un periodo, hasta que
se reactive la economía y rápidamente se saturen nuevamente los mercados y hagan caer la demanda.
Entonces la FED otra vez tendrá que poner en oferta miles de millones para comenzar nuevamente este
círculo vicioso de reactivación y crisis.
Pero en esa “rutina” la FED se irá descapitalizando y cada salvataje de la economía yanqui le será más
difícil hasta que más tarde o más temprano se le hará imposible.
Si las tasas de interés en los Estados Unidos estaban subiendo se debió a que el retroceso de la
economía “convenció” a los grandes capitales de la necesidad de dirigirse hacía los lugares donde
rindieran mejores beneficios (algunos países asiáticos, Brasil, etc.). La baja de las tasas que decidió la
FED, si tiene éxito y logra aumentar el consumo interno, seguramente hará volver a algunos de los que
se fueron, para comenzar una nueva carrera de la producción y desembocar en la saturación del
mercado, es decir en una nueva crisis de sobreproducción.
Si esto es así, si la baja de las tasas de interés impulsada por la FED tiene éxito, y se reactiva por un
periodo el consumo y la producción interna, atrayendo a los capitales, las expectativas de los países “en
vía de desarrollo” esperando la afluencia de grandes inversiones, son falsas. Salvo contadas
excepciones, como Brasil, China, y otros. A lo sumo vendrán algunos capitales financieros
especulativos, atraídos por la alta tasa de interés, y mientras estas sean altas.

Dicho de otra manera, no necesariamente la baja de la tasa de interés en Estados Unidos, hará venir en
masa los capitales a los países pobres como por ejemplo, Argentina. Si con ésta medida, más la rebaja
de los impuestos en el país del norte se reactiva la economía, lo más seguro es que la mayor parte de los
capitales se dirijan del sur al norte y no al revés.
38
LAS REBAJAS DE LAS TASAS DE INTERÉS POR DECRETO EN ESTADOS UNIDOS

La saturación del mercado norteamericano está haciendo caer las ventas y con ellas, las ganancias de
las empresas, que tratan de salvarse despidiendo personal. Y al hacerlo están achicando aún más el
consumo y la caída de las ventas. Es un círculo viciosos y sin salida para el capital privado.

Es por eso que al gobierno no le queda otra cosa que intervenir “decretando” la rebaja de las tasas de
interés, de manera que la población pueda sacar créditos baratos y de ésa manera reactivar el consumo
y la producción. Pero como la rebaja de las tasas de interés se logra colocando en el mercado de
capitales miles de millones de dólares, es decir produciendo una sobreoferta de capitales, la Reserva
Federal se empieza a descapitalizar. Porque la política de rebaja de las tasas de interés significa una
verdadera subvención al consumo. Además hay que tener en cuenta que la reserva del estado se va a
achicar aún más, a causa precisamente, de la caída de la actividad económica y del retroceso en las
ganancias de las empresas. ¿Hasta cuando puede aguantar la Reserva Federal? Ya que en cuanto se deje
de subvencionar la economía, comienza de nuevo la recesión debido a que la tendencia a nivel nacional
en los Estados Unidos como a nivel mundial, es hacia la caída del consumo, es decir, hacia la recesión.

Pero ¿es cierto que las rebajas de las tasas de interés en los Estados Unidos permitiría salir de la
recesión a los países “en vía de desarrollo”, es decir a los 200 países pobres, debido a que los capitales
saldrán del norte para venir al sur? Es un disparate. La verdad es que si las rebajas de las tasas de
interés tienen el efecto buscado por sus autores, es decir, si logran reactivar aunque más no sea por un
tiempo, la economía norteamericana, lo más lógico es que los capitales se dirijan a ese país, en lugar de
venir a las naciones “emergentes”, ya que allá tendrán ganancias y seguridad, en lugar de incertidumbre
y riesgo.

Por supuesto que las deuda con el país del norte se achican en la misma medida en que caen las tasas
de interés. Pero es una reducción ínfima, mucho menor que el aumento anual de los pagos que
experimentan las naciones semi-coloniales.

TODO EL SISTEMA CAPITALISTA ESTÁ EN QUIEBRA

Y ésta quiebra se expresa en un descrédito creciente de las instituciones, y de sus dirigentes, tanto en
los países ricos como en los “emergentes”, aunque en éstos últimos es mucho más pronunciada. La
crisis política es consecuencia directa de la crisis económica.
Con el título “los políticos están cada vez más lejos de la gente”, el politólogo Ralf Dahrendorf de la
London School Económic, escribió entre otras cosas, “Sin embargo, la gente” ahora ha descubierto
la abdicación del poder por parte de sus propios lideres. Sin tener en cuenta las elecciones, puede
obtener lo que quiere inmediatamente poniendo en acción manifestaciones de masas, bloqueando
los puertos o las refinerías de petróleo u otros lugares. Estas manifestaciones les resulta
fácilmente organizables con ayuda de la telefonía celular y de la Internet.”
“Las elecciones ya no son más el mecanismo capaz de crear una cámara parlamentaria donde se
desarrolle el debate y se tomen las decisiones por un largo periodo de cuatro o cinco años. Por el
contrario, las elecciones también se han transformado en una simple (foto) instantánea de los
estados de ánimo pasajeros. El hecho de que un parlamento haya sido elegido hoy ya no quiere
decir nada pasado mañana”.
“Las organizaciones no gubernamentales (ONG) se mueven como si estuvieran en el lugar del
gobierno o, al menos, en el parlamento, como expresión de la voluntad popular”
39

Esto último es cierto pero hasta cierto punto. La realidad es que todavía prima la protesta y los rechazos
y la carencia principal todavía sigue siendo la falta de propuestas concretas de formas y contenido de
gobierno. Sin embargo, hay que ser optimista en las perspectivas del desarrollo de las luchas del
movimiento de masas, incluso en éste terreno.

CONCLUSIÓN

Por todo lo dicho, la crisis económica mundial no tiene salida dentro del sistema capitalista. Es decir,
la salida de la crisis está por fuera. En caso de seguir dentro del sistema, el destino de la economía es el
agravamiento permanente de la crisis hasta niveles imprevisibles.
No importa bajo qué régimen político se continúe, la caída será imparable. Por supuesto que en los
casos en que el régimen sea una dictadura militar-fascista, además de liquidar a los excluidos por
hambre y miseria, los liquidará físicamente y en forma masiva.
La salida por fuera del sistema significa que los trabajadores y todo el pueblo declaremos por ejemplo,
a todas las grandes empresas, que en la absoluta mayoría son extranjeras, incluidas las dueñas de las
tierras, propiedades de todo el pueblo, y reduzcamos la horas de trabajo un cuarenta o un
cincuenta por ciento.
Al hacerlo estaremos logrando que la riqueza de cada país pase de manos de los ricos y extranjeros, a
manos de los pobres y todo el pueblo de cada país.
En los hechos se estará logrando que las ganancias de las multinacionales ( que se estiman que son
cientos de miles de millones en todo el mundo anualmente), dejen de ser giradas a sus casas matrices y
queden en el país de que se trate.
¿Qué esto es ilegal? ¿Pero en que legislación nacional o internacional se dice que matar de hambre al
pueblo es legal?

Otra de las medidas debería ser el no pago de la deuda externa, que todos los estudiosos del tema
sostienen que es fraudulenta en su mayor parte o totalmente. O por lo menos suspender su pago hasta
que se investigue y hasta que los países deudores salgan de la crisis. Estas medidas serían solo parte de
un plan económico mucho más amplio.
¿Cuántos miles de millones de dólares quedarían en los países pobres anualmente como producto de
ésta medida? ¿No alcanzarían para solucionar los problemas del hambre, el trabajo y el salario para
cientos y miles de millones de excluidos de todo el mundo? ¿No alcanzarían para aumentar el
presupuesto para la salud, la educación y la vivienda?.

Estamos hablando de que necesitamos gobernar los trabajadores y el pueblo. Y si éste es el objetivo,
la tarea inmediata es la construcción de una herramienta política nacional e internacional, que nos
permita pelear por él.
Un poder obrero y popular pondría la economía al servicio de los trabajadores y haría que la
revolución tecnológica deje de ser el factor de todos los sufrimientos de los trabajadores a nivel
mundial, y se convierta en la más extraordinaria palanca para un progreso permanente jamás
alcanzado por la humanidad.
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Resultado y perspectiva

Resumimos lo que decíamos en el 2001, veamos lo qué pasó con el


pronóstico y que pasa con la crisis económica mundial actual.
1) La principal causa de la crisis económica mundial es la sobreproducción provocada por la
revolución tecnológica.
Se confirmó con exactitud. Y aunque en el 2002 se abrió el mercado chino con sus 1.300
millones de habitantes, o sea, esa cantidad de nuevos consumidores, hoy se volvió a repetir el
problema a partir del 2007 cuando se saturó ese gigante mercado, del País de los mandarines.
China ya no absorbe nada. Por el contrario todo su esfuerzo se concentra en ver a quien
venderle algo en el mundo. “El Gobierno está volviendo a incentivar las exportaciones con
rebajas de impuestos y dejando devaluar la moneda para alentar las exportaciones”
A partir de aquí toda la economía mundial se está desplomando y ya entró en recesión, o sea,
que dejó de crecer y empezó a retroceder.

2) La crisis financiera es una consecuencia de la sobreproducción.


Este concepto se confirmó con precisión matemática, cuando en el 2000 se vio que antes que
nada, caía la producción y el consumo, o sea la economía real. Y ahora en el 2009, cuando
observamos que la llamada crisis financiera no es más que el reflejo de la caída del consumo de la
población mundial y como consecuencia, la caída de la producción industrial, del agro y de los
precios de la materia prima.

El proceso se produjo en la mayoría de los casos, así: las empresas de producción industrial o
agropecuaria, se endeudaron con los bancos para comprar las maquinarias más avanzadas y las
materias primas en la industria, o semillas y fertilizantes en el caso del campo. Todo marchaba
bien hasta que como ya lo dijimos, se saturó el mercado chino y junto con él, el mercado mundial.
Las causas fueron que las altas tecnologías produjeron un despido masivo de trabajadores a nivel
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mundial y en China, y por lo tanto una caída del consumo incontenible. Las empresas
industriales o agropecuarias, ante la caída de sus ventas, optaron por no pagar a los bancos y
éstos se hundieron junto con la industria y el campo, en todo el mundo. A esto le llamaron crisis
financiera. Y así como a la de los 90 la llamaron “la crisis asiática”, a ésta la denominaron “la
crisis inmobiliaria de los Estados Unidos”.

Entraron en crisis la General Motors, la Ford, la Chrisler la toyota, la Renault, la Peugeot, la


Fiat, solo para nombrar algunas de las empresas más importantes del mundo. Y millones de
grandes y pequeñas industrias, millones de grandes y pequeñas propiedades agropecuarias, se
desplomaron. Miles de millones en todo el mundo los trabajadores han quedado sin trabajo y por
lo tanto sin posibilidad de consumo. Cayeron todos los grandes bancos, los más poderosos de los
países imperialistas. Y esto es solo el comienzo.

3) No es una crisis de sobreproducción clásica. A diferencia de la de 1929-30, por ejemplo, no se


queman los productos sino el capital sobrante.
Se verificó como verdadera. No se destruyeron ningún tipo de productos ni se rompieron
máquinas. Solo desaparecieron billones de dólares.

4) La revolución tecnológica que desembocó en la crisis de sobreproducción, estuvo estimulada por


la apertura de los nuevos mercados de cientos de millones de nuevos consumidores que
“aparecieron” en el este europeo a partir de la caída del muro de Berlín. La competencia
desenfrenada entre los empresarios en todos los países obligó a la incorporación de las tecnologías
más avanzadas al despido masivo de trabajadores, a la caída del consumo y final mente a la
saturación de los mercados del éste europeo.
El fenómeno se repitió en forma casi idéntica con la apertura y posterior saturación del mercado
chino.

5) Nació una gran contradicción.


En las últimas décadas, pero fundamentalmente a partir del estallido de la crisis de 1997, quedó
evidenciada una gran contradicción que tendrá una importancia decisiva de aquí en adelante. Y es el
42
comienzo del rompimiento definitivo del equilibrio entre producción y consumo que caracterizó al
sistema capitalista en toda su época de desarrollo.
A partir de ahora, inversión y crecimiento del producto bruto interno en los países pobres, ya no
significa más, bienestar general para la mayoría de la población, sino una mayor desocupación y caída
del salario, es decir de la pobreza, marginalidad y sufrimiento.

A esto agregamos ahora que el sistema capitalista nació cuando se impuso el trabajo asalariado.
El obrero no solo le era útil al empresario para realizar toda tarea productiva. Eso ya lo hacía el
esclavo. Lo nuevo de entonces fue que al cobrar un salario podía comprar cosas necesarias para
su vida. O sea, podía consumir.
Entonces, los mismos que producían, en gran medida eran también los que consumían los
productos. La nueva situación de revolución tecnológica, que se presentó en nuestros días, donde
quedan miles de millones de trabajadores en la calle en todo el planeta, priva a la clase obrera del
poder de consumo que tenía cuando el sistema capitalista funcionaba y se desarrollaba.

6) La concentración del capital pegó un salto en los últimos años.


El libre mercado, la competencia a muerte entre las empresas, y luego la crisis de superproducción,
trajeron como consecuencia un proceso de quiebras y absorciones aceleradas, primero de las empresas
nacionales por las extranjeras y segundo, también de las grandes empresas por los capitales más
poderosos. Esto se volvió a repetir en la actual crisis que dio comienzo en el 2007.

7) Otras de las consecuencias de la crisis es el crecimiento como nunca se ha visto de la


desocupación a nivel mundial.
Esto que es la consecuencia de la revolución tecnológica, pegó un salto en la actual crisis y
aunque no existen estadísticas creíbles, es muy posible que en Argentina se esté superando la
desocupación de la crisis del 97 al 2001. “En España según datos oficiales “El desempleo español
era de un 11% de las fuerzas laboral en julio. Luego la desocupación siguió creciendo. Y esto
sucede en toda Europa, Asia, África y América Latina

8) Todas las relaciones sociales, económicas, culturales, etc, se están transformando y con ellas
envejecen y entran en desuso las teorías, los conceptos políticos, económicos, ideológicos, que las
sostenían.
Este proceso continúa y se profundiza.

9) El proletariado como clase obrera industrial, debido a la revolución tecnológica se está


convirtiendo en una especie en extinción y por eso mismo, dejando de ser el sector destinado a
conducir a los sectores sociales hacia su liberación. Debido a esto, la revolución social será obra de los
trabajadores y todo el pueblo a través de la democracia directa.
Esto también se confirmó. Todos los hechos parecían negar este fenómeno, cuando se abrió el
mercado chino y millones de trabajadores consiguieron empleo. La existencia de trabajo dio
confianza a la clase obrera y hemos visto el reverdecer de las luchas populares. Pero tan pronto
empezaron los despidos, las peleas obreras aminoraron y ahora son unas más dentro de todas las
luchas populares.

10) Debido a toda ésta nueva situación, el sistema capitalista no tiene salida para la crisis, ya que
cualquier nuevo mercado que aparezca, como podría ser China con su incorporación a la OMC, más o
menos rápidamente gracias a la revolución tecnológica, será saturado y la crisis volverá a estallar. Lo
mismo sucederá con la débil recuperación que están experimentando los países “emergentes”.
En solo cinco años se saturó ese mercado y volvió a estallar la crisis
43

11) Tampoco las economías de los países ricos están a salvo. Al quedarse las naciones desarrolladas
con la mayoría absoluta de la producción y el comercio de los países pobres por medio de sus
multinacionales, incorporando tecnología, están haciendo caer la ocupación de mano de obra y los
salarios, es decir el consumo de la absoluta mayoría de la población mundial.

Pero al hacerlo, las consecuencias serán, mas tarde o más temprano, las caídas de las ganancias de las
trasnacionales y por lo tanto la cantidad de dólares que giran anualmente a sus casas matrices. O sea a
los países ricos.
También caerán los pagos de las deudas externas de los países del tercer mundo, lo que de conjunto
producirán la crisis de las naciones imperialistas.
Y así, la misma crisis de los países emergentes que causaron el boom económico de los Estados
Unidos, ahora están causando su recesión.
Todo esto se cumplió y hoy no tenemos que decir que “las consecuencias serán” sino que “las
consecuencias son”.

12) El imperialismo no tiene salida para la crisis. Ninguna de las políticas para los países “en vía de
desarrollo” dictadas por los organismos financieros internacionales del imperialismo, (devaluación,
convertivilidad, ajustes permanentes, dolarización, etc) podrán sacarlos de la crisis. Por el contrario,
solo logran profundizarla. Todas están condenadas al fracaso en la medida que no atacan el problema
fundamental que es el estancamiento y la caída del consumo a nivel mundial.

13) Toda ésta situación está creando cada día más y más descontentos y luchas de los pueblos y no
solo en las naciones pobres, sino también en las ricas, como se demostró en Seatle y otros lugares en el
99, o la pelea por la rebaja de los combustibles en Europa en el 2000.
Todas las luchas obreras y populares se multiplicaron a partir de la crisis que estalló en el 2008.
44

Las perspectivas
Para terminar nos tomamos el atrevimiento de repetir nuestra previsión sobre las perspectivas de
la economía mundial en el 2000, porque fue un gran acierto. Cuando el mundo había entrado en
una profunda crisis ese año, previmos como una posible salida a ésta situación, la apertura del
mercado chino, con su entrada a La Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto decíamos:

“La crisis es de sobreproducción, es decir, de saturación de los mercados. Y solo se puede salir de
ella, consiguiendo unos nuevos, que deben ser de gran envergadura. Porque como lo hemos visto, los
que han aparecido a partir de 1990 en el este europeo, a pesar de su importancia, mas o menos
rápidamente se saturaron y la crisis terminó estallando nuevamente. En realidad esta es la perspectiva
que vemos para cualquier salida de la crisis actual. Esto es así porque lo que antes costaba producir por
ejemplo, un año, hoy gracias a los extraordinarios avances tecnológicos mundiales, se producen en
pocos días. No hay mercado de consumo que aguante. Y menos si esos mercados están en un constante
achicamiento”.

“Una de las perspectivas importante ahora es la apertura total del mercado chino, con su entrada a
la Organización Mundial del Comercio (OMC) Son cientos de millones de nuevos consumidores que
le podrían permitir al capitalismo salir momentáneamente de la crisis, para que más o menos
rápidamente vuelva a caer en ella. Será más bien un respiro de ahogado”.

“Al definir el lunes con Estados Unidos los términos de su ingreso a la OMC, China se embarca en
una carrera que transformará su economía y su vinculación con los otros países”
“Los principales puntos de acuerdo son:
1) China reducirá su arancel (impuesto a las exportaciones) en un promedio del 22,1% a un
17%.
2) China permitirá inversiones extranjeras del 49% en telecomunicaciones.
3) Las empresas de Internet de Estados Unidos podrán invertir (asociándose con proveedores
chinos).
4) China reducirá los aranceles (de importación) del 80% para llegar al 2006 a un 25%.
5) China eliminará los subsidios a sus exportaciones.
6) Los bancos extranjeros podrán realizar negocios en moneda local, con empresas chinas
después de dos años y negocios y negocios minoristas después de 5 años.
7) China reducirá impuestos a productos agrícolas importados, entreun 14,5% y un 15%.
8) Audiovisual: las empresas extranjeras podrán distribuir películas en China, recibiendo un
porcentaje de las recaudaciones. Los extranjeros podrán formar “Joint Venture” para
distribuir videos y CD.
Pero “La integración de China a la economía mundial supone una inmensa apuesta de Beijin y
de la comunidad internacional. Las reformas económicas que la pertenencia a la OMC alentará,
implicarán sufrimientos internos (y tal vez inestabilidad política para los 1.300 millones de
chinos.) El costo principal será el desempleo” Dice Hu Angang, investigador de la academia
china de ciencias”
“El peor golpe lo recibirán las empresas estatales “ineficientes” y la propiedad colectiva”
“El Banco mundial calcula que un tercio de sus 140 millones de trabajadores podrían ser
“prescindibles” “Ya hay entre 16 y 18 millones de desempleados (solo) en las ciudades chinas y
100 millones de campesinos que padecen desempleo “estacional”.
45
“En los próximos cinco años, la preocupación clave de los líderes chinos puede ser cómo
controlar y atender a ésta inquietante marea humana”. (Financial Times 21/11/1999).

“¿Podrá ser un respiro para la economía mundial? No está descartado, si tomamos como tal a las
economías desarrolladas. Lo que es casi seguro es que los países “en vía de desarrollo” no recibirán
más que, con mucha suerte, las migajas de la torta.
Por ejemplo, según el Diario Clarín, del 10/9/2000:” “como China debe reducir sus barreras
arancelarias para ingresar a la OMC, La Argentina obtuvo un beneficio directo. En marzo los
dos países firmaron un acuerdo que beneficia con rebajas arancelarias a 78 productos
argentinos, 38 de los cuales son de origen agropecuarios. Eso permitiría duplicar las
exportaciones argentinas a ese País en cinco años, nivelar la balanza comercial y soltar un poco
la imaginación: China prevé importar unos 66 millones de toneladas de granos, un volumen
mayor a toda la cosecha argentina”.

“El periodista de Clarín “soltó” demasiado su imaginación. La posible exportación a china será una
pelea de decenas de países que disputarán para ver quiénes son los que se quedan con ese mercado.
Y en esa competencia son los desarrollados los que tienen las mayores posibilidades.
Los países pobres pueden vender a China, pero no nos engañemos: no serán ellos, sino las
empresas extranjeras instaladas en esas semicolonias las que se quedarán con la absoluta mayoría
de los beneficios de esas ventas. Por todo esto, lo más seguro es que China vaya a gran velocidad
hacia la saturación de su mercado interno y a perderlo en manos del capital extranjero.
El imperialismo se propone además, quedarse con el petróleo chino:”
“La mayor privatización china está por realizarse. Petrochina, la mayor petrolera del País, se
propone conseguir más de 7.000 millones de dólares”
“Pero no todos sonríen por la apertura china” “El Gobierno de los Estados Unidos y las
multinacionales como Cargill, o Bunge, creen que habrá jugosos negocios en el comercio con
China, pero ven que los precios del agro bajan y temen una mayor competencia” (F.T.
13/6/2000)
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Nueva crisis económica mundial

El mercado chino y mundial se saturaron y estalló


nuevamente la crisis de sobreproducción

El mundo convulsionado por las luchas obreras y populares. Las


nuevas perspectivas a partir del 2008.

De aquí en adelante vamos a ver todo tipo de luchas obreras y populares. Desde pequeñas luchas en las
fábricas, o gremios, hasta peleas como la de los pequeños y medianos productores del campo en
Argentina, que le produjeron una derrota política espectacular al Gobierno de los kirchner. Hemos vista
un histórico levantamiento popular en Grecia, una huelga general con movilizaciones en las calle
durante dos semanas. También ese tipo de peleas es algo que se viene repitiendo en Francia. En Italia
se realizó el 26 de Octubre una concentración contra el Gobierno de Berlusconi de 350.000 personas
contra el plan de ajuste.

La pelea está poniendo en cuestión la propia dominación imperialista, como cuando llegan al Gobierno
un Indio como el de Evo Morales en Bolivia, un obrero como Lula Da Silva en Brasil, Correa en
Ecuador que también está realizando reformas que van en contra del dominio extranjero del País, o
Hugo Chávez que está desafiando abiertamente la dominación imperialista en Venezuela y el resto de
América Latina.

A causa de la crisis económica mundial, vamos a ver multiplicadas estas luchas a nivel mundial. El
sistema capitalista imperialista está herido de muerte. Acaba de sufrir una terrible derrota en Irak y
Afganistán. Posiblemente estallen nuevas guerras por los mercados como pasó en la primera y la
segunda guerra mundial. Seguramente vamos a participar en más levantamientos populares a nivel
municipal, provincial y nacional en todo el mundo. Y en cada una de esas peleas está latente la
posibilidad de voltear a nuestros enemigos e instaurar un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
El MIJD está empeñado en empujar y acompañar todas estas peleas

Ovidio pepe

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